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El flujo de efectivo, flujo de fondos o cash flow en inglés, se define como la variación de las
entradas y salidas de dinero en un período determinado, y su información mide la salud financiera
de una empresa.
El flujo de efectivo o flujo de fondos permite realizar previsiones, posibilita una buena gestión en
las finanzas, en la toma de decisiones y en el control de los ingresos, con la finalidad de mejorar la
rentabilidad de una empresa.
Con este término podemos relacionar el estado de flujos de efectivo, que muestra el efectivo
utilizado en las actividades de operación, inversión y financiación, con el objetivo de conciliar los
saldos iniciales y finales de ese período.
El conocimiento de los flujos de efectivo permite ofrecer información muy valiosa de la empresa,
por ello una de las cuentas anuales más importantes los controla, el estado de flujos de efectivo.
2. Intentar que las entradas se realicen de forma rápida, vendiendo al contado, pedir
anticipos o reducir los plazos de los créditos.
4. Retrasar las salidas de dinero, como por ejemplo intentando alargar los plazos a los
proveedores.
Operativos: Los flujos de caja operativos (FCO) engloban todos aquellos ingresos y gastos
que provienen de la propia actividad de la empresa. Suponen la principal fuente de
ingresos de la compañía ya que contabiliza los ingresos por venta de bienes y servicios.
Sumado a esto, se incluyen las posibles ayudas estatales u otro tipo de ingresos vinculados
a la actividad económica que desempeña.
Inversión: El flujo de caja de inversión (FCI) mide la variación de las entradas y salidas de
efectivo procedentes de aquellas inversiones realizadas en instrumentos financieros.
Suelen ser activos con vencimiento de corto plazo y muy líquidos. También se contabilizan
aquellos gastos asociados a las inversiones mencionadas, compra de maquinaria, edificios,
etc.
A continuación, vamos a explicar un ejemplo de cada flujo de efectivo. Para ello, supongamos que
tenemos una fábrica de calzado:
En este caso, para el cálculo del flujo de caja operativo debemos de contabilizar los siguientes
ingresos y gastos:
Todos los ingresos obtenidos por la venta de los zapatos que producimos, sumado a
aquellos servicios que ofrezcamos como pueden ser transporte o entrega a clientes
directamente.
Supongamos que también recibimos una subvención por parte del Estado ya que somos
una pequeña empresa y nos podemos acoger a un determinado paquete de ayudas. En
este caso también se incluirán en el cálculo.
Por el lado de los gastos, contabilizaremos las compras que realicemos de piel, goma para
las suelas, hilos, etc. Si compramos algunos zapatos ya hechos y los revendemos también
incluiremos este gasto.
Por último, también incluiremos los pagos de impuestos, tasas o licencias que realicemos
al Estado.
Para este caso, supongamos que vamos a lanzar un nuevo proyecto. Este proyecto está enfocado a
la fabricación de chanclas y calzado veraniego. Para ello, haremos uso del VAN y la TIR ya que nos
indicarán si es un proyecto viable.
Debemos de realizar una previsión de los ingresos estimados por el proyecto y el desembolso que
se debe de realizar para ponerlo en marcha. Si con la previsión realizada nos parece un proyecto
viable y que puede generar beneficios, crearemos la línea de calzado veraniego.
Por último, para conocer el flujo de caja de financiación de nuestra empresa, tendremos que
contabilizar los siguientes aspectos:
La pérdida de valor de mercaderías o materias primas debido a que no se les ha dado
salida, roturas en el almacén, en el transporte o fallos del proceso productivo.
Las pérdidas que se generen por fallos de nuestros comerciales con clientes, viajes
comerciales en los que no se ha conseguido cerrar ninguna operación, etc.
Si nos han concedido alguna subvención para comprar inmovilizado no financiero, también
la incluiremos.
Los ingresos obtenidos de las operaciones que cierre nuestra red comercial y el superávit
de las provisiones que habíamos realizado para el pago de impuestos.
Por último, las pérdidas causadas que hemos sufrido por utilizar el exceso de efectivo
tesorería que teníamos para realizar inversiones en el corto plazo, créditos o compra de
instrumentos financieros.