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Manual para El Control Del Ruido Vol
Manual para El Control Del Ruido Vol
PARA EL
1
MANUAL
PARA EL
CONTROL DEL RUIDO
1
Dirigido por
CYRIL M. HARRIS, Ph.D.
Profesor de Ingeniería y Arquitectura
de la Universidad de Columbia (BE. UU.)
VII
INSTRUMENTOS DE MEDIDA DEL RUID~, por Arnold Peterson y Per
V. Brüel. .
VIII
REACCION DE LA COMUNIDAD ANTE EL RUIDO. por Horace O. Parrack.
IX
PREFACIO
XI
instrumentación y medida del ruido, técnicas de control del ruido, control del
ruido en edificios, fuentes de ruido y ejemplos de control de ruido, control
del ruido en maquinaria y equipo electrónico, control de ruido en los trans-
portes, ruidos en la colectividad y aspectos legales de los problemas del ruido.
En el desarrollo de este libro, muchos expertos han invertido mucho tiem-
po y esfuerzos preparando sus respectivos capítulos. Su labor, amable colabo-
ración, diligencia y pericia han sido inmensas. También hay que dar gracias
a sus colegas, que han leído y comentado los capítulos durante su preparación.
Muchos de los autores pertenecen al Departamento de Defensa, como ci-
viles o militares. Algunos pertenecen a otros Departamentos del Gobierno. El
material que han presentado ha sido autorizado para su publicación, pero las
opiniones expresadas no son oficiales y, por tanto, no reflejan necesariamente
el punto de vista gubernamental.
La riqueza de la información técnica contenida en este volumen ha sido
reunida a través de un esfuerzo diligente por parte de los colaboradores. En
este sentido, las publicaciones de la Sociedad Acústica de América han cons-
tituido una gran ayuda. Mucho de este material era aquí antes desconocido;
estamos grandemente agradecidos a muchas empresas, organismos del Go-
bierno y expertos en ingeniería, a quienes ha sido confiado este libro. Gracias
especiales deben darse al Departamento de Defensa, a la American Standards
Association, al Interventor de la Oficina de Publicaciones de Su Majestad Bri-
tánica y al Director de Investigaciones de Edificaciones por permitir repro-
ducir material en este manual.
CYRIL M. HARRIS.
XII
Capítulo 1
INTRODUCCION V TERMINOLOGIA
INTRODUCCION
Qué es el ruido
Una melodía procedente de una radio puede resultar muy agradable a una
familia en su casa, pero es una molestia para sus vecinos que intentan dormir;
esto es desagradable, es ruido; por definición, el ruido es un sonido no de-
seado.
Desafortunadamente, muchas de las máquinas construidas con propósitos
industriales, para el transporte a grandes velocidades, o para hacer la vida
más agradable, atribuyendo un confort adicional, reduciendo las tareas de la
vida diaria y acelerando nuestras rutinas cotidianas para proporcionar horas
supletorias de ocio, van acompañadas de ruido. Dado que estos ruidos afectan
al hombre en numerosas facetas -su oído, su capacidad de comunicación y
su conducta-, el control del mismo, desde el punto de vista económico y mé-
dico-legal, ha llegado a ser enormemente importante. Además, el control del
ruido ha devenido como una materia relevante, porque puede hacer del mundo
un lugar agradable para vivir. Los capítulos que siguen considerarán los va-
riados efectos del ruido en el hombre, medidas del ruido, métodos de control
del ruido, aplicaciones prácticas de las técnicas de control del ruido y los pro-
blemas legales del problema del ruido.
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enteramente a través de un medio sólido, haciendo vibrar el suelo y, por con-
siguiente, transmitiendo el sonido al apartamento de abajo.
Por conveniencia, en los problemas de ingeniería, se puede representar la
transmisión de sonido de una fuente a un receptor por el diagrama mostrado
en la figura 1.1. Actualmente, la figura nominada como fuente (en el diagrama)
puede representar no una, sino muchas fuentes de energía vibratoria; por
ejemplo, puede incluir todos los aviones en el cielo que sobrevuelan un área
específica. Como se indicó antes, los medios pueden ser numerosos. Final·
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ra 1.1, hay una considerable interacción entre ellos, es decir, no son elementos
independientes.
La salida de una fuente de sonido no es siempre una constante, pero puede
depender del medio y del receptor. En sentido técnico, decimos que cuando
la salida de una fuente de sonido ha sido influida por estos elementos, la
«impedancia de radiación» de la fuente ha sido alterada por su entorno. Otro
tipo de influencia del entorno en la salida de una fuente puede tener lugar
cuando la fuente es una persona hablando. Si habla a un receptor cercano en
una habitación pequeña, su volumen puede ser relativamente bajo, pero en
una habitación grande, o a alguna distancia, al otro lado de la puerta, su volu-
men automáticamente se incrementará. De hecho, el que habla está influido
por el receptor tanto como por el medio. Si sabe que el receptor es duro de
oído, elevará la voz. Otro ejemplo de la influencia del medio y el receptor
en la fuente lo tenemos en el operador de una máquina ruidosa, el cual varía
según las condiciones ambientales en las cuales la fuente generadora del ruido
está colocada y la gente a quien pueda molestar por esta operación.
No está comprobado que las características del medio puedan ser influidas
por la fuente y el receptor. Por ejemplo, esto se muestra en el capítulo 21, en
que la atenuación producida por silenciadores y filtros acústicos dependen, en
una extensión considerable, de las características de la fuente y el receptor,
esto es, la atenuación del medio no es una constante independiente de la fuente
y el receptor.
Asimismo, la reacción del receptor depende de las características del medio
y la fuente. Por ejemplo, un ama de casa puede realizar sus tareas sin que le
afecte el ruido de los aviones que pasan sobre su cabeza. Puede no sentirse
afectada por el traqueteo de los platos en el armario si están vibrando por el
ruido del refrigerador. Sin embargo, si dicho traqueteo es causado por el ruido
de un avión, su reacción puede ser enteramente diferente. Así, pues, es evi-
dente que hay una considerable interacción entre la fuente, el medio y el re-
ceptor, justamente la misma que puede haber entre los muchos componentes
de los cuales, fuente, medio o receptor pueden estar constituidos.
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resultados aceptables, puede ser obtenido simplemente aplicando las diversas
técnicas de reducción de ruido reseñados en la siguiente sección. Pero este
procedimiento puede ser innecesariamente costo y despilfarrador y puede pro-
vocar una injerencia innecesaria con las operaciones normales. En contraste,
desde el punto de vista de la buena técnica del control del ruido, sería anali-
zado el mismo problema sistemáticamente, para determinar cómo pueden ob-
tenerse las condiciones «aceptables» por el método más económico. En ciertos
casos, la solución para algunos problemas de control del ruido puede, incluso,
dirigirse a un incremento del ruido, mejor casi que a una reducción. Conside-
remos, por ejemplo, la sala de espera en una consulta de un médico que está
separada de la sala de consultas por un tabique, produciendo un aislamiento
tan pequeño del ruido, que las conversaciones privadas pueden ser escuchadas
en la sala de espera. Pueden obtenerse condiciones aceptables en la sala de
espera, construyendo un tabique dotado de un potente aislamiento sonoro.
Una posible solución alternativa consiste en incrementar el nivel de ruido en
la sala de espera, instalando allí otras fuentes de sonido (por ejemplo, un ven-
tilador) para «enmascarar» la conversación, que de otro modo podría ser oída.
Aun cuando esta última solución presenta desventajas, es mucho más eco-
nómica y, por tanto, puede ser más deseable en ciertas circunstancias. Ello
ilustra de nuevo que el control y reducción de ruido no son siempre sinónimos.
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las relaciones entre el ruido y sus efectos en el hombre, y para los laboratorios
científicos, por el momento, demostrar que algunos efectos existen, es extre-
madamente significativo que las empresas y la industria están gestando con-
siderables cantidades de dinero anualmente para obtener condiciones de silen-
cio. Durante los pasados diez años, en EE. UU. la venta de material acústico
se ha incrementado de 10 a 60 millones de dólares. A esto se puede replicar
que el incremento es el resultado del esfuerzo de promoción de ventas; hasta
cierto punto es verdad, como en la mayoría de los productos. Pero, por otro
lado, tal rápido crecimiento puede ser estimado por el solo hecho de que a la
gente no le gusta el ruido. A la gente le molesta, le distrae. El ruido es una
molestia pública. Muchas firmas empresariales se dan cuenta de que a sus
clientes les molesta el ruido. En consecuencia, sus empleados prefieren no
trabajar en un ambiente ruidoso. A la gente le gusta la tranquilidad. Están
dispuestos a pagar por ella.
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emplear alguna de las medidas reseñadas anteriormente, dado que suponen
modificación del mismo. En este caso, puede mejor reducir el ruido en estas
fuentes por la selección de la fuente más silenciosa o de los componentes
silenciosos de los que la fuente está compuesta, conjuntamente con otros re-
querimientos.
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y por la posible interferencia con el sueño, las fábricas, que querrían trabajar
las veinticuatro horas del día, paralizan sus operaciones por la noche.
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f. MEZCOLANZA DE IMPEDANCIAS (filtros acústicos, silenciadores). La co-
rriente de energía acústica a través del medio, desde la fuente al receptor,
puede ser impedida por discontinuidades que reflectan la energía hacia la
fuente (esto es, por una mezcolanza de impedancias). En las viviendas, esto
puede producirse por una apertura verificada en la construcción del edifi-
cio (Cap. 19). La transmisión del ruido en el aire libre puede ser igualmente
obstaculizada. Por ejemplo, el cañón de un extractor puede ser diseñado para
producir una gran reflexión de la energía acústica producida en su salida,
en orden a minimizar la radiación del ruido del ventilador, desde el cañón
del extractor. Operan según este principio los filtros acústicos y los silencia-
dores, aunque algunos de éstos pueden también producir amortiguación en el
medio de transmisión (Cap. 21).
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CUANTA REDUCCION DEL RUIDO SE REQUIERE
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reaccionar al ruido de un aeroplano, de una forma enteramente distinta, des-
pués de haber oído el estrépito del mismo repetidas veces con anterioridad.
Para ilustrar el aspecto estadístico de tal criterio, consideremos una fá-
brica en la que hay un continuo nivel de ruido de muy alta intensidad, en un
área donde los hombres trabajan ocho horas diarias. En este caso, podría es-
tablecerse un criterio de riesgo de lesión que indicaría un límite máximo de
seguridad para el espectro del ruido. Si el nivel de ruido no excede de este
límite, el 99 por 100 de los trabajadores de la fábrica estará protegido contra
el riesgo de lesión en su aparato auditivo; pero si, por ejemplo, el límite se
aumentara en x decibelios, entonces sólo el 90 por 100 podría ser protegido.
Después que el ingeniero de control de ruido ha recibido información que es-
pecifica el porcentaje del grupo que va a ser protegido, la duración del tiempo
de exposición por hombre y el nivel de pérdida auditiva que se considera sig-
nificativo, puede usar tal criterio para determinar el nivel al cual el ruido
debe reducirse. Así, la diferencia entre este nivel y el nivel existente, obtenida
por mediciones apropiadas, indica la reducción del ruido en decibelios que
debe ser operada. Estos resultados requeridos pueden, a continuación, ser
obtenidos por aplicación de técnicas de control de ruido descritas con detalle
en los capítulos siguientes.
TERMINOLOGIA
Absorción Sabine
La absorción Sabine en un cuarto es la absorción sonora (a) definida por la ecua-
ción tiempo-reverberación Sabine
V
t6o=O,161-
a
10
Absorción sonora*
La absorción sonora es el proceso por el cual la energía del sonido disminuye en su
paso a través de un medio o al golpear una superficie.
Acústica
La acústica es la ciencia del sonido, incluyendo: a) su producción, transmisión y
efectos, o b) las cualidades que determina el valor de una habitación u otro espacio
cerrado con respecto a la audición precisa.
Antinodos
Un antinodo es un punto, línea o superficie en un cuerpo vibrante, o sistema en el
cual la amplitud del movimiento, relativo a eso en un nodo, es un máximo.
Armónico.. .
Un armomco es una cantidad sinusoidal que tiene una frecuencia que es un múltiplo
entero de la frecuencia fundamental de una cantidad periódica a la que viene referida.
Armónico audible.. .
Un armónico audible es un armónico generado en el mecanismo auditivo.
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Audiofrecuencia (frecuencia sónica)
Una audiofrecuencia es cualquier frecuencia correspondiente a una onda de sonido
normalmente audible, aproximadamente de 15 a 20000 cps.
Audi6metro·
Un audiómetro es un instrumento para medir la agudeza de oído. Las mediciones
se pueden hacer con palabras determinadas, normalmente grabadas, o con señales de
tonos determinados.
Banda crítica
Véase Banda crítica audible.
Cámara anecoica
Véase Cámara de campo libre.
Cámara viva"
Una cámara viva es un cuarto caracterizado por una cantidad de absorción de
sonido muy pequeña.
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Camino libre medio·
El camino libre medio para ondas sonoras en un recinto es la distancia media que
recorre el sonido entre las sucesivas reflexiones en el recinto.
Un campo de sonido difuso es un campo de sonido tal que el nivel de presión sonoro
es igual en todas partes, y todas direcciones del flujo de energía son igualmente pro-
bables.
Campo libre
Un campo sonoro libre es un campo en un medio homogéneo isotópico libre de
límites. En la práctica, es un campo en el cual los efectos de los límites son desprecia-
bles en la región en cuestión. La presión real incidiendo en un objeto (p. ej., un micró-
fono) colocado en otro campo sonoro libre diferirá de la presión que existirá en ese
punto con el objeto eliminado, salvo que la impedancia acústica del objeto igualara
a la impedancia acústica del medio.
Campo sonoro*
Ciclo~
Una unidad de frecuencia. En muchos países europeos el ciclo por segundo es llamado
herzio.
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Coeficiente de reflexión sonora (reflectividad acústica)
El coeficiente de reflexión sonora de una superficie no generadora es la fracción
del sonido incidente reflejado por la superficie. El ángulo de incidencia, ángulo de re-
flexión y características del sonido observado deben ser especificados, por ejemplo, po-
tencia o amplitud de la presión en la incidencia normal.
Coeficiente Sabine
El coeficiente Sabine de una superficie absorbente de sonido es la relación de la
absorción Sabine atribuible a esta superficie, dividido por su área.
Decibelio (db)
El decibelio es una unidad de nivel que denota la relación entre dos cantidades que
son proporcionales a la potencia; el número de decibelios correspondientes a la ratio
de dos cantidades es 10 veces el logaritmo en base 10 de esta ratio. En muchos campos
sonoros, los ratios de presión de sonido no son proporcionales a la raíz cuadrada de
los correspondientes ratios de potencia, así que, estrictamente hablando, el término de~
cibelio no debería ser usado en tales casos; sin embargo, es una práctica común exten~
der el uso de la unidad de estos supuestos. (Véase, por ejemplo, Nivel de presión so-
nora.)
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Diferencia justamente perceptible
Difracción 'O
Dispersión acústica
La dispersión acústica es la reflexión irregular y difusa, refracción o difracción de
un sonido en muchas direcciones.
Distorsión'O
La distorsión es un cambio en la forma de la onda. El ruido y ciertos cambios de-
seados en la forma de la onda, tal como los resultantes de una modulación o detención,
no están usualmente clasificados como distorsión.
Doble amplitud
Véase Amplitud pico a pico.
Eco
Un eco es una onda que ha sido reflejada con magnitud y retardo suficiente para
ser percibida como una onda distinta de las transmitidas directamente.
Eco ondulado'O
Un eco ondulado es una rápida sucesión de pulsaciones reflectadas resultantes de
una sola pulsación inicial.
Efecto Doppler'"
El efecto Doppler es el fenómeno evidenciado por el cambio en la frecuencia obser-
vada de una onda en un sistema de transmisión causado por una tasa de tiempo de
cambio en la longitud efectiva del medio de viaje entre la fuente y el punto de obser-
vación.
Energía sonora'"
La energía sonora de una parte dada de un medio es la energía total en esta parte
del medio menos la energía que existiría en la misma parte del medio si no hubiera
presentes ondas sonoras.
Enmascaramiento·
Enmascaramiento es la magnitud por la cual el umbral de perceptibilidad de un so-
nido es elevado por la presencia de otro sonido (enmascarado). La unidad usada nor-
malmente es el decibelio.
Espectro
El espectro de una función de tiempo es una descripción de su resolución en com-
ponentes que son funciones sinusoidales de tiempo, cada una de diferente frecuencia
y (normalmente) diferente amplitud y fase j el espectro se usa también para significar
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un rango continuo de componentes, normalmente de amplio alcance, dentro del cual las
ondas tienen alguna característica común específica, por ejemplo, espectro de audio-
frecuencia.
Espectro continuoO
Un espectro continuo es el espectro de una onda, cuyos componentes están conti-
nuamente distribuidos sobre una región de frecuencias.
Espectro de líneas·
Un espectro de líneas es el espectro de una onda, cuyos componentes están limitados
a un número de frecuencias discretas.
Flexibilidad
Flexibilidad es el recíproco de rigidez.
Fonio*
El fonio es la unidad del nivel de sonoridad.
Forma modal
Una forma modal es una de las formas características de un cuerpo o sistema vi-
brante. Corresponde a un modo normal de vibración.
Frecuencia (~)
La frecuencia de una función periódica en tiempo es el recíproco del período. La
unidad es el ciclo por unidad de tiempo, por ejemplo, ciclos por segundo (cps) o Kilo-
ciclos por segundo (Kc o Kcps).
Frecuencia antirresonante*
Una frecuencia antirresonante es una frecuencia en la que existen antirresonancias.
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Frecuencia circular
Véase Frecuencia angular.
Frecuencia fundamental
La frecuencia fundamental de una cantidad peri6dica es igual al recíproco del pe-
ríodo más corto, durante el cual la cantidad se reproduce exactamente a sí misma.
Frecuencia ultrasónica·
Una frecuencia ultras6nica es una frecuencia situada por encima de la escala de
frecuencia auditiva.
Frente de onda·
El frente de onda de una onda progresiva en el espacio es una superficie continua,
la cual es el lugar de los puntos que tienen la misma fase en un instante dado.
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ción entre la potencia de salida a la de entrada. Ordinariamente, el nombre de esta
cantidad puede ser abreviado sin ambigüedades a ganancia de potencia en decibelios.
Grados de libertad
El número de grados de libertad de un sistema mecánico es igual al número de des-
plazamientos independientes que son posibles. En general, es igual al número mInlmO
de coordenadas independientes requeridas para definir completamente la posición del
sistema en un instante dado.
Graduación
Graduación es ese atributo de la sensación auditiva en función del cual los ~onidos
pueden ser ordenados en una escala que se extiende de bajo a alto; depende primor-
dialmente de la frecuencia del estímulo sonoro, pero también de la presión sonora y de
la forma de la onda de los estímulos.
Herzio (Hz)
Véase Ciclo por segundo.
Impedancia
Una impedancia es la relación compleja de una magnitud de fuerza (fuerza, preSlOn,
voltaje) a una magnitud de velocidad determinada (velocidad, velocidad volumétrica
o intensidad).
Impedancia acústica
La impedancia acústica de un sonido medio en una superficie dada, situada en un
frente de onda, es la impedancia obtenida a través de la relación cociente de la presión
del sonido (fuerza por unidad de área) sobre esta superficie, por el flujo (velocidad
volumétrica o velocidad lineal multiplicada por el área), a través de la misma superficie.
Cuando se consideran las impedancias concentradas en vez de distribuidas, la impe-
dancia de una porción del medio está basada en la diferencia de presión efectiva, con-
duciendo esa porción y el flujo (velocidad volumétrica). La impedancia acústica puede
ser expresada en términos de impedancia mecánica dividida por el cuadrado del área
de la superficie considerada. (Las velocidades en la dirección, a lo largo de la cual se
va a considerar la impedancia, son consideradas positivas.)
Impedancia característica
La impedancia característica de un medio es la razón de la presión efectiva de so-
nido en un punto dado a la efectiva velocidad de la partícula en este punto en una onda
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sonora progresiva, plana y libre. La impedancia característica es igual al producto de la
densidad por la velocidad del sonido en el medio, esto es (poc).
Impedancia mecánica
La impedancia mecánica es la impedancia obtenida de la relación de fuerza a la
velocidad o al desplazamiento durante el movimiento armónico simple. La relación entre
fuerza y velocidad es designada como impedancia de la velocidad. La relación entre
fuerza y desplazamiento se la designa como impedancia del desplazamiento.
Intensidad (1)
La intensidad del sonido, medida en una dirección especificada en un punto, es el
valor medio en el que la energía sonora es transmitida a través de una unidad de área
perpendicular a la dirección específica en el punto considerado. Solamente en ondas
sonoras progresivas libres, esféricas o planas, la intensidad está relacionada con la pre-
sión media por la ecuación I=p2/ poC , donde poc representa la impedancia característica
del aire.
Interferencia de ondaft'
Interferencia de onda es el fenómeno que resulta cuando ondas de la misma, o apro-
ximadamente la misma, frecuencia se superponen, y queda caracterizado por una distri-
bución espacial o temporal de amplitud de alguna característica especificada, difiriendo
de las ondas individuales superpuestas.
Jerk
El jerk es un vector que especifica la tasa de tiempo de cambio de la aceleración
de una partícula. El jerk es la derivada tercera del desplazamiento de la partícula con
respecto al tiempo.
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Magnitud periódica·
Una magnitud periódica es una magnitud oscilante, cuyos valores se repiten para
iguales incrementos de la variable independiente.
Mel O
El mel es una unidad de graduación. Por definición, un tono simple de 1000 cps
de frecuencia, 40 decibelios por encima del umbral receptor, produce 1000 mels. La
graduación de un sonido estimado por el receptor n veces el del tono de un mel es
n mels.
Modos acoplados
Los modos acoplados son modos de vibración que no son independientes, sino que
se influyen el uno al otro, a través de la transferencia mutua de energía.
Modulación·
La modulación es el proceso o el resultado del proceso por el que alguna caracte-
rística de una onda varía de acuerdo con alguna característica de otra onda.
Nivel
En comunicación y acústica, el nivel de una magnitud es el logaritmo de la relación
de esa magnitud a la magnitud de referencia de esa misma clase. La base del logaritmo,
la magnitud de referencia y el tipo de nivel deben ser especificados.
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de referencia establecida explícitamente. Sin embargo, una referencia comúnmente usa-
da es 10- 12 vatiosfcm2 en una dirección específica. En una onda plana progresiva, existe
una conocida interrelación entre la densidad del flujo de la energía sonora y la presión
del sonido, así ese nivel de densidad del flujo de la energía sonora puede ser deducido
a través de una medición del nivel de presión del sonido. En general, sin embargo, no
hay una simple interrelación entre los dos, y una medición del nivel de presión del
sonido no debería ser considerada como nivel de intensidad.
Nivel de pico
El nivel de pico es el nivel instantáneo maXImo que se produce durante un intervalo
de tiempo determinado. En acústica, se debe sobreentender que es nivel de presión
sonora de pico, a menos que se especifique otra clase de nivel.
Nivel de potencia (L w )
El nivel de potencia en decibelios es 10 veces el logaritmo en base 10 de la relación
entre una potencia dada a la potencia de referencia. La forma de la potencia (por ejem-
plo, acústica) y la potencia de referencia deben ser indicadas. La potencia de referencia
usada a lo largo de este manual para el nivel de potencia sonoro es el picovatio (1 ¡..t¡..tva-
tio) y el símbolo dbp se emplea para indicar la unidad de nivel de potencia (el decibe-
lio) y la potencia de referencia (el picovatio). En un registro sonoro, se utiliza a menudo,
como potencia eléctrica de referencia, el milivatio, y se usa como símbolo dbm para
indicar la unidad de potencia (el decibelio) y la potencia de referencia (el milivatio).
21
Nivel de presión de banda-
El nivel de presión de banda de un sonido para una banda de frecuencia específica
es el nivel efectivo de presión del sonido para la energía sonora contenida dentro de la
banda. La anchura de la banda y la presión de referencia deben ser especificadas. La
anchura de la banda puede ser indicada por el uso de un adjetivo calificativo; por
ejemplo, nivel en banda de octava (presión sonora), nivel en banda de media octava,
nivel en banda de un tercio de octava, nivel en banda de SO cps. Si el nivel de presión
sonora es causado por un ruido térmico, la desviación del nivel de presión de la banda
no excederá de 1 db si el producto de la anchura de banda en ciclos por segundo por
el tiempo de integración en segundos excede de 20.
Nivel de ruido
El nivel acústico de ruido es el nivel de sonido.
Nivel de sensación
Véase Nivel sobre el umbral.
Nivel de velocidad*
El nivel de velocidad, en decibelios, de un sonido es 20 veces el logaritmo en
base 10 de la relación entre la velocidad de la partícula del sonido y la velocidad de
la partícula de referencia. La velocidad de la partícula de referencia deberá ser señalada
explícitamente. En muchos campos sonoros, las relaciones de la velocidad de la partícula
no son proporcionales a la raíz cuadrada de las correspondientes relaciones de potencia,
y por ello no se pueden expresar en decibelios en sentido estricto. Sin embargo, es
corriente extender el uso del decibelio a esos casos.
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Nivel sobrecargado
El nivel sobrecargado de un componente o sistema es el nivel en el que la operaci6n
deja de ser satisfactoria como un resultado de una distorsi6n de la señal, sobrecalen-
tamiento, etc. En un sistema acústico, se sobreentiende que es nivel de presi6n sonora,
a no ser que se especifique otra cosa.
Nivel sonoro
El nivel sonoro, en decibelios, es el nivel de presi6n sonora ponderado, obtenido por
el uso de un sonómetro, cuyas características de ponderación están especificadas en la
última revisión de las normativas sobre sonómetros de la American Standards Asso-
ciation. La presión de referencia es 0,0002 microbares, a menos que se especifique cual-
quier otra.
Nodos
Los nodos son los. puntos, líneas o superficies en un sistema de onda estacionaria,
donde algunas características del campo de la onda sonora tienen esencialmente ampli-
tud cero.
Nodos parciales·
Son los puntos, líneas o superficies en un sistema de onda estacionaria, donde alguna
característica del campo de la onda tiene una amplitud máxima diferente de cero.
Número modal
En general, un sistema vibratorio puede ser analizado en funci6n de sus modos
normales. Los modos pueden ser ordenados en una secuencia discreta asociada con una
serie de números enteros ordenados que se llaman números nodales.
Ohmio acústico·
Una resistencia acústica, reactancia o impedancia tiene una magnitud de un ohmio
acústico cuando una presi6n sonora de 1 microbar produce una velocidad volumétrica
de 1 cm3/seg.
Onda
Una onda es una perturbaci6n propagada en un medio, de tal manera que en algún
punto del medio la cantidad, que sirve como una medida de la perturbaci6n, es función
del tiempo; mientras que en algún instante la cantidad que sirve como medida de la
perturbación en un punto es función de la posición del punto.
Cualquier cantidad física que tenga la misma relaci6n en alguna variable indepen-
diente (normalmente tiempo) que tiene una perturbación propagada, en un instante par-
ticular, con respecto al espacio, puede ser llamada onda.
Onda cilíndrica'"
Una onda cilíndrica es una onda en que los frentes de onda son cilindros coaxiales.
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Onda de compresi6n·
Una onda de compresión es una onda en un medio elástico que obliga a cambiar
el volumen de un elemento del medio sin experimentar rotación.
Onda difractada
Una onda difractada es aquella cuyo frente ha sido cambiado de dirección por un
obstáculo u otra heterogeneidad en el medio, de modo distinto que por reflexión o re-
fracción.
Onda esférica·
Una onda esférica es una onda en la que los frentes de onda son esferas concén-
tricas.
Onda planatl
Una onda plana es una onda en que sus frentes son, en todos lados, planos paralelos
perpendiculares a la dirección de propagación.
Ondas estacionarlas·
Las ondas estacionarias son ondas permanentes en las que el flujo de energía es cero
en todos los puntos.
Ondas permanentes·
Las ondas permanentes son ondas periódicas que presentan una distribución fija
en el espacio, lo cual es resultado de la interferencia de ondas progresivas de la misma
frecuencia y tipo. Tales ondas se caracterizan por la existencia de nudos o nudos par-
ciales y antinudos que están fijos en el espacio.
Oscllacl6n·
Oscilación es la variación, normalmente con el tiempo, de la magnitud de una can-
tidad con respecto a una referencia específica, cuando la magnitud es alternativamente
mayor y menor que la referencia.
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Pérdida auditiva
La pérdida auditiva de un oído en una frecuencia específica es la magnitud, en deci·
belios, en la que el umbral auditivo para ese oído excede del umbral normal.
Pérdida de discriminación
Es la diferencia entre la discriminación normal para el test y la señal obtenida por
el oído, bajo el test.
Pérdida de transmisión
La pérdida de transmisión es la reducción en la magnitud de alguna característica
de una señal, entre dos puntos establecidos en un sistema de transmisión. La caracte-
rística es a menudo algún tipo de nivel, tal como nivel de potencia o nivel de voltaje;
en acústica, la característica comúnmente medida es el nivel de presión sonora. Si los
niveles son expresados en decibelios, entonces la pérdida de transmisión se expresa tam-
bién en decibelios.
Período·
El período de una magnitud periódica es el valor más pequeño del incremento de
la variable independiente, para el cual la función se repite a sí misma.
Porcentaje de articulación
Véase Articulación.
Porcentaje de audición·
El porcentaje de audición a una frecuencia dada es 100, menos el porcentaje de
pérdida auditiva en esa frecuencia.
Porcentaje de inteligibilidad
Véase Articulación.
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Porcentaje de pérdida auditiva (porcentaje de sordera)·
El porcentaje de pérdida auditiva a una frecuencia dada es 100 veces la relación
de la pérdida auditiva en decibelios al número de decibelios entre los niveles umbrales
normales de audibilidad y la percepción. (Una media ponderada del porcentaje de pér.
didas auditivas a frecuencias específicas se usa a menudo como una medida singular
de la pérdida auditiva.)
Potencia acústica
Véase Potencia sonora de una fuente.
La potencia sonora de una fuente es la energía sonora total emitida por la fuente
por unidad de tiempo.
Pulsaciones
Las pulsaciones son variaciones periódicas que resultan de la superposición de dos
movimientos armónicos simples de diferentes frecuencias, fI y f2' Ello comporta el cre·
cimiento y decrecimiento periódico de la amplitud en la frecuencia de la pulsación
(fI-f2)'
26
Reactancia acústica
La reactancia acústica es la componente imaginaria de la impedancia acústica.
Reconocimiento diferencial
El reconocimiento diferencial para un sistema de detección sonoro especificado es
ese exceso de nivel de señal sobre el nivel de ruido presentado al oído, que da como
resultado un 50 por 100 de probabilidad de detectar la señal. La anchura de la banda
del sistema, dentro del cual la señal y el ruido son presentados y medidos, debe ser
especificada.
Refracción acústica
La refracción acústica es el proceso por el que la dirección de propagación del
sonido es cambiada por causa de una variación espacial de la velocidad de la onda en
el medio.
Rendimiento
El rendimiento de una máquina con respecto a una cantidad física que puede ser
almacenada, transferida o transformada por la máquina, es la relación de la salida útil
de la cantidad a su entrada total.
Resistencia acústica·
La resistencia acústica es la componente real de la impedancia acústica.
Resonancia
La resonancia de un sistema bajo vibraciones forzadas existe cuando pequeños in-
crementos o disminuciones en la frecuencia de excitación producen una disminución
en la respuesta del sistema.
Reverberación
27
Ruido
Sonido no deseado.
Ruido aleatorio
El ruido aleatorio es una cantidad fluctuante (tal como la presión sonora), cuyas
amplitudes instantáneas aparecen, como una función del tiempo, de acuerdo con una
distribución normal (gaussiana).
Ruido ambiental
El ruido ambiental es el ruido circundante, asociado con un entorno dado, siendo
usualmente una composición de sonidos de muchas fuentes, cercanos o lejanos.
Ruido blanco
El ruido blanco es un ruido de naturaleza estadísticamente aleatoria, que tiene igual
energía por unidad de ancho de banda de frecuencia sobre una banda de frecuencia
total específica.
Señal
Una señal es: 1) una perturbación usada para transmitir información; 2) la informa-
ción a ser transmitida en un sistema de comunicación; 3) una onda de señal.
Señal de la articulación
Véase Diferenciación por palabras.
Son·
El son es una unidad de sonoridad. Un simple tono de 1000 cps de frecuencia,
40 db por encima del umbral del receptor, produce una sonoridad de un son. La so-
noridad de algún sonido que es percibido n veces, el de un tono de un son es n sones.
Un milisón es igual a 0,001 son.
Sonido
a) El sonido es la alteración en presión, tensión, desplazamiento de partículas,
o cortadura, etc., en un medio elástico, o b) el sonido es una sensación auditiva pro-
ducida por las alteraciones descritas antes. En caso de posible confusión, el término
«onda sonoraD u «onda elásticaD puede ser usado para el concepto a), y el término
«sensación sonoraD, para el concepto b). No todas las ondas sonoras producen una
sensación auditiva. El medio en que se produce el sonido es indicado a menudo por un
adjetivo apropiado, por ejemplo, aéreo, estructural.
Sonómetro
Un sonómetro es un aparato que se usa para medir el nivel de preSlOn sonora o el
nivel de presión sonora ponderado, construido de acuerdo con las especificaciones para
sonómetros de la American Standards Association. El sonómetro consta de un micrófo-
28
no, un amplificador para aumentar la salida del micrófono a niveles prácticos, un ate-
nuador calibrado para ajustar la amplificación a valores apropiados a los niveles sonoros
que se miden, y un instrumento para indicar el nivel sonoro medido; se incluyen redes
de ponderación opcionales para ajustar la característica de frecuencia total de la res-
puesta. Se hace provisión para una conexión de salida a equipo de mediciones adicional.
Subarmónico'"
Un subarmónico es una magnitud sinusoidal con una frecuencia que es un submúl-
tiplo entero de la frecuencia fundamental de una cantidad periódica, con la cual se
relaciona. Por ejemplo, una onda cuya frecuencia sea la mitad de la frecuencia fun-
damental de otra onda, es denominado como segundo subarmónico de esta onda.
Sustitución Doppler*
La sustitución Doppler es la magnitud del cambio en la frecuencia observada de una
onda debido al efecto Doppler.
Tasa de decaimiento
La tasa de decaimiento es la tasa de tiempo en la que el nivel de presión sonora
(o nivel de velocidad) decrece en un punto y tiempo dados. La unidad más comúnmente
usada es el decibelio por segundo.
Tono puro'"
Un tono puro es una onda sonora en la cual la presión instantánea sonora es una
simple función sinusoidal del tiempo.
29
normales y en un grupo de edades comprendidas entre los dieciocho a treinta años,
inclusive.
VelocidadO
La velocidad de un punto es la tasa de tiempo de cambio de un vector posición de
ese punto con respecto a una referencia inercial.
Velocidad crítica
La velocidad crítica es la velocidad de rotación de un sistema que corresponde a una
frecuencia resonante de dicho sistema.
Velocidad de la partícula*
En una onda sonora, la velocidad de la partícula es la velocidad de una parte infi-
nitesimal dada del medio, con referencia al medio como un todo, debido a la onda
sonora. Los términos «velocidad instantánea de la partícula», «velocidad efectiva de la
partícula», «velocidad máxima de la partícula» y «velocidad de pico de la partícula»
tienen significados que se corresponden con aquellos términos referidos, usados para
la presión sonora.
Velocidad relativa'"
La velocidad relativa de un punto con respecto a una señal de referencia es la tasa
de tiempo de cambio de un vector posición de ese punto con respecto a la referencia.
Velocidad volumétrica
La velocidad volumétrica es la tasa de flujo del medio a través de una superficie
específica, debido a una onda sonora.
30
APENDICE 1.1
Las siguientes figuras son ilustrativas de datos del tipo descrito bajo Cuán-
ta reducción de ruido se requiere. En esta revisión, las mediciones de las fuen-
tes de ruido se tomaron dentro de 0,6 a 1,5 m de la máquina y en la proximidad
del operador. Puede haber una considerable variación en la salida de tales
máquinas, aunque se piense que son supuestamente idénticas. Las medidas de
niveles de ruido en zonas donde trabajaban hombres se tomaron a alguna dis-
tancia de las principales fuentes de ruido; normalmente podían ser oídas va-
rias. En algunos casos específicos, los niveles reales en tales zonas dependerán
no sólo del número y tipo de máquinas, sino también de la cantidad y situa-
ción de las superficies absorbentes sonoras en el área. [Datos de Karplus y
Bonvallet, de la American Industrial Association, 14: 4 (diciembre, 1953).]
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INDUSTRIA QUIMICA'
LIMITE SUPERIOR MEDIANA _ _ DESVIACION CUARTIL INFERIOR - -
DESVIACION CUARTIL SUPERIOR - - - - LIMITE INFERIOR
36
Capítulo 2
INTRODUCCION
Sonido
Cuando se acciona el claxon de un automóvil se produce en el aire un
fenómeno físico llamado sonido, de forma que una persona cercana puede
atestiguar que ha oído el sonido del claxon. Por tanto, hay dos formas de
definir el sonido:
- como fenómeno físico (en este caso en el aire),
- como sensación auditiva, en el oyente.
Ruido
Un sonido agradable al oído, como el de un violín, se conoce normalmente
como música. Sin embargo, si el mismo fenómeno físico ocurre cuando se
desea tranquilidad, el sonido se denomina ruido. Así, pues, se define al ruido
como un sonido no deseado.
Los sonidos musicales son, normalmente, perturbaciones regulares del aire.
Las perturbaciones irregulares y aleatorias son, generalmente, desagradables y
constituyen el ruido. Por tanto, y en sentido general, ruido es toda perturba-
ción más o menos aleatoria.
En todas partes hay siempre algo de ruido. Normalmente el ruido proviene
de diversas fuentes, unas próximas, otras lejanas; puede venir reflejado por
las paredes, e incluso una parte de él puede venir de todas las direcciones.
El ruido total asociado con un determinado entorno se denomina ruido am-
biente.
37
MOVIMIENTO ONDULATORIO
Frecuencia
Muchos sonidos se producen por vibraciones de algún material sólido. Por
ejemplo, en el caso del claxon del automóvil, se trata de un diafragma que se
mueve rápidamente hacia adelante y hacia atrás, lo que hace que el aire en
contacto con el diafragma siga el mismo movimiento. El número de movi-
mientos de este tipo por unidad de tiempo es el mismo para el diafragma y
para el aire circundante; este número se denomina frecuencia.
Consideremos el zumbido de un pequeño aspirador doméstico. Colocando
un equipo medidor de vibraciones apropiado cerca de la ventosa del aspirador,
se obtiene una gráfica de su vibración mecánica, como la que se representa
en la figura 2.1a. La línea horizontal representa la posición de reposo de la
ventosa y la línea oscilante representa el desplazamiento hacia arriba y abajo
de la ventosa mientras el motor funciona. La dirección hacia arriba aparece
como positiva en la figura, y la dirección hacia abajo como negativa. La se-
cuencia de movimientos se repite una y otra vez; es un movimiento periódico.
Cada secuencia única de movimientos es un ciclo. El tiempo requerido para
que un punto de la ventosa recorra un ciclo es el período del movimiento;
en este caso, 1/220 seg. La frecuencia del movimiento periódico es el número
de ciclos efectuados por unidad de tiempo. La unidad de tiempo es el segundo
y la unidad de frecuencia es el herzio o ciclo por segundo, que se escribe
abreviadamente Hz. La frecuencia es el número inverso del período T:
1
f=-
T
(2.1)
Elongación
La curva de la figura 2.1 corresponde a la función trigonométrica seno;
por tanto, se le llama onda senoidal:
x = A sen 21Tft (2.2)
38
Velocidad
La figura 2.1a representa el movimiento de un punto de la superficie de
la ventosa del aspirador. En el instante inicial esta «partícula» tiene velocidad
máxima; en el pico superior de la onda la velocidad es nula. Siguiendo el
movimiento se ve que, en el momento en que la onda corta al eje de abscisas,
la velocidad es negativa y máxima en valor absoluto y en el pico inferior
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39
Aceleración
De la observación de la figura 2.1b se deduce que la velocidad de la (epar-
tícula» varía periódicamente en dirección y magnitud. La magnitud que ex-
presa la variación de la velocidad con el tiempo es la aceleración:
(2.5)
Amplitud eficaz
Como se ha visto, una manera de caracterizar una onda es por medio
de su amplitud pico a pico. En algunos casos es conveniente utilizar otras for-
mas de descripción de la onda. Por ejemplo, mediante el llamado valor o
amplitud eficaz, que es la raíz cuadrada del valor medio del cuadrado de la
elongación durante un período. Para una onda senoidal, como la mostrada en
la figura 2.2a, que tiene una amplitud de 3 unidades, el valor eficaz es
de 2,12 unidades, es decir, 0,707 veces la amplitud.
Fase
La figura 2.2b muestra una onda senoidal que tiene una frecuencia tres
veces mayor que la de la figura 2.2a, y una amplitud tres veces menor. Ambas
ondas cruzan el eje de abscisas en la misma dirección y al mismo tiempo.
Por tanto, se dice de ambas que están en fase.
40
xmox=3
I xet=· 2.12= 0101 xmox = /./1. X m
-;;;¿x m = /.9/=0.631 xmox=090 xef
(a)
Superposición
El principio de superposici6n dice que la composición de dos movimientos
se puede representar, para amplitudes no muy grandes, como la suma, punto
a punto, de las elongaciones de cada movimiento. Si, de acuerdo con este
principio, sumamos punto a punto las ondas de las figuras 2.2a y b, obtenemos
el resultado de la figura c, donde se han calculado los valores máximo, eficaz
y medio de la señal. Las relaciones de estos valores entre sí difieren de las
calculadas para la onda senoidal. Nótese también que el valor máximo de la
onda compuesta es ligeramente inferior al de la onda componente de mayor
valor.
Desfase
La figura 2.3 muestra una combinación de ondas sinusoidales que tienen
una diferencia de fase de '1T radianes, es decir, de 180°. Esto significa que, en
el instante inicial, un movimiento se dirige hacia arriba y el otro hacia abajo.
Los valores máximo, eficaz y medio de la onda rectificada de cada onda
individual, son los mismos que los de la figura 2.2. Una vez sumadas ambas
ondas, los nuevos valores son los mostrados en la figura 2.3. Excepto el valor
eficaz, que continúa siendo 2,24, los demás difieren de los calculados en el
caso anterior. Una de las propiedades del valor eficaz de una onda compuesta
es que se conserva aunque cambien las fases relativas de las diversas ondas
componentes.
41
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I TIEMPO --
Onda cuadrada
Un tipo de onda utilizado a menudo para pruebas eléctricas es la onda
que se muestra en la figura 2.4a, en la que la señal tiene un valor constante
y positivo durante medio período y el mismo valor, pero negativo, durante
-xmox=3 _xmox =3
¡
x
o f--t----t--f---+---
=Xef=X m ' JKef =1.5
=o.5xmox
~xm=075
= O 25xmox
el otro medio. Los valores maxlmo, eficaz y medio de la onda rectificada son
iguales y, para el ejemplo dado, valen 3 unidades. El valor medio de la onda
sin rectificar es, por supuesto, cero.
Otro ejemplo similar es el tren de impulsos que muestra la figura 3.4b. La
amplitud vale 3 unidades durante un milisegundo y cero durante el resto del
período (3 mseg). En este caso, el valor eficaz es la mitad del valor máximo,
y el valor medio es la cuarta parte.
42
Tiempo de promedio
En todos los ejemplos citados, los diversos valores medios se han calculado
para un período completo. Los resultados serían los mismos si se calculasen
en un intervalo de tiempo muy largo, puesto que la onda es periódica. Pero si
el cálculo se efectúa en una fracción del período, los resultados dependerán del
intervalo o tiempo de promedio escogido. Por ejemplo, si los cálculos corres-
pondientes a la onda de la figura 2.4b se efectuasen considerando una duración
de 5 mseg, para incluir dos impulsos sucesivos, se obtendría que el valor
máximo seguiría siendo 3 unidades, pero Xef= 1,9 =0,63xm áx y Xm = 1,20=0,40xmáx.
Para obviar esta dificultad se exige que el tiempo de promedio sea razonable-
mente largo comparado con el período.
ONDAS SONORAS
Presión sonora
La presión atmosférica varía ligeramente de un día para otro, y es menor
en las montañas que al nivel del mar. Sin embargo, es relativamente constante
en cualquier punto, por lo menos durante unos segundos. La presión atmosfé-
rica típica oscila alrededor de un millón de dinas por centímetro cuadrado, que
equivale a la unidad de presión llamada baria o bar; por tanto, una dina por
centímetro cuadrado es sinónimo de un microbar.
Supongamos que se sitúa un equipo medidor de presión atmosférica a varios
metros de distancia del claxon de un automóvil. Cuando suena el claxon, la
presión atmosférica presenta una pequeña variación; esta variación se deno-
mina presión sonora. La presión sonora puede ser positiva o negativa, depen-
diendo de que la presión total en un instante sea superior o inferior a la
presión atmosférica media. A una distancia aproximada de 120 m del claxon,
la máxima variación de presión puede ser de una millonésima parte de la
presión atmosférica, que es lo mismo que decir que la presión sonora tiene
una amplitud, a la distancia citada, de una dina por centímetro cuadrado o
un microbar.
43
Longitud de onda
La distancia recorrida por una onda sonora durante un período es lo
que se llama longitud de onda del sonido. Como la velocidad del sonido
cambia de un medio a otro, la longitud de onda varía proporcionalmente.
Se utiliza la letra griega A para representar la longitud de onda, de forma
que, si c es la velocidad del sonido, T el período y f la frecuencia:
c
A=cT=- (2.7)
f
La longitud de onda del sonido procedente de la ventosa del aspirador
del ejemplo anterior, que vibraba a una frecuencia de 220 Hz, es, por tanto,
A= 344/220 = 1,6 metros. En la figura 2.5 se detallan las longitudes de onda
correspondientes a diversas frecuencias en el aire.
e
FUENTE
) )
FIG. 2.6. Onda sonora atravesando FIG. 2.7.Reflexión en una pared de
una valla formada por listones verti- un sonido de pequeña longitud de
cales. Visión en planta, mostrándose onda y sombra resultante.
las secciones de los listones.
P= 1 x ( ~~o ) = 4 microbares.
45
libre y, con este fin, se han construido habitaciones especiales en las que
las paredes, el suelo y el techo están construidos con material absorbente.
En estas habitaciones, llamadas cámaras anecoicas, no hay, prácticamente,
ningún sonido reflejado. Otro tipo de recintos en que una gran parte del
sonido es absorbido, pero en los que no se dan las condiciones de «espacio
libre», se llaman «cámaras muertas» *.
Reverberación
En una habitación ordinaria, una gran parte del sonido es reflejada por
las paredes. Así, el sonido, en un punto determinado de la habitación, está
compuesto del sonido que se propaga directamente de la fuente sonora más
el que procede de la reflexión en las paredes. En tales circunstancias, la
presión sonora no disminuye en la proporción inversa a la distancia, según
indica la ecuación (2.8) **. Las diferencias de absorción y la variedad de las
superficies de reflexión tienden a aumentar la dispersión del sonido dentro
de la habitación. Cuando ocurre que las ondas sonoras se propagan de igual
manera en todas direcciones, y que la presión sonora es igual en todos los
puntos dentro de la habitación, se dice que el campo acústico es perfecta-
mente difuso. Como consecuencia de las reflexiones en las superficies límite
de la habitación, el sonido permanece aun cuando la fuente sonora haya
dejado de emitir; este sonido remanente se llama reverberación. El efecto es
más apreciable en una cámara reverberante, cuyas paredes tienen muy poca
absorción y en cuyo interior el sonido persiste durante un tiempo consi-
derable.
Intensidad
Las ondas sonoras se pueden caracterizar mediante diversas variables,
como el desplazamiento de las partículas del medio, la velocidad de una
partícula o la presión sonora.
Esta última característica es la que se suele medir con mayor frecuencia,
ya que la mayor parte de los micrófonos utilizados en medida de ruidos
son sensibles a la presión sonora. Sin embargo, a veces es necesario conocer
la energía o potencia asociadas con una onda sonora. No son fáciles de con-
seguir los equipos de medida directa de potencia sonora, pero ésta se puede
calcular a partir de medidas de presión hechas en condiciones especiales.
La propagación de una onda sonora va acompañada de un flujo de energía
sonora. La intensidad es la potencia transmitida por unidad de área en la
dirección del movimiento, y viene dada por:
l=up cos cf> (2.9)
47
Potencia sonora
Considérese una esfera imaginaria de radio r, en cuyo interior hay una
fuente sonora que emite con una potencia W. La superficie de la esfera
es 47rr2; por tanto, la potencia media radiada por unidad de superficie, es
decir, la intensidad media en la dirección radial, es:
W= 47rr2p~ (2.12)
pe
Si la potencia sonora viene expresada en microvatios, la distancia en
centímetros y la presión en microbares:
(2. 12a)
Avión reactor ... ... ... ... ... ... 10 Kilovatios 160
Martillo neumático .. , . .. 1 vatio 120
Automóvil, a 72 Km/h . .. 0,1 vatios 110
Piano , . 20 milivatios 103
Conversación normal .. . .. . ... 20 microvatios 73
Pequeño reloj eléctrico .,. ... 0,02 microvatios 43
Susurro . 0,001 microvatios 30
48
fuentes se muestra en la tabla 2.1. Por supuesto, se trata únicamente de
órdenes de magnitud, es decir, que hay automóviles más o menos ruidosos,
pero que se toma un valor indicativo del orden de magnitud medio. Además
son valores medidos a largo plazo. Si se quisiera hacer una medida cuanti-
tativa de la potencia sonora, se necesitaría conocer detalladamente el método
de medida. Por ejemplo, en el caso de una conversación normal se estima
que los intervalos de silencio ocupan un 35 por 100 del tiempo; por tanto,
mientras hay sonido, la potencia es mayor que el valor dado en la tabla 2.1.
(La columna encabezada por Nivel de potencia se explica más adelante.)
Factor de directividad
Es un hecho normal que las fuentes sonoras radien más sonido en una
dirección que en otras. La presión sonora enfrente de la boca de un locutor,
considerando sonidos de frecuencia alta, es unas diez veces mayor que la
que existe detrás de él. Las frecuencias bajas de la voz se radian en todas
direcciones de una manera más uniforme. En general, una fuente sonora de
dimensiones pequeñas comparadas con la longitud de onda de la frecuencia
que emite, tiende a ser una fuente omnidireccional; una fuente sonora de
dimensiones grandes, en comparación con la longitud de onda, es una fuente
direccional.
A menudo se emplea el término factor de directividad para caracterizar
la direccionalidad de una fuente sonora. El factor de directividad Q se define
como la relación entre la presión sonora cuadrática media existente a una
distancia determinada y en una dirección fija, y la presión sonora cuadrática
media, en el mismo punto, pero calculada como si la onda sonora fuera
esférica *. La distancia debe ser lo suficientemente grande para que la fuente
pueda considerarse concentrada en un punto llamado centro acústico de la
fuente. Así, si p~ es la presión cuadrática en la dirección especificada, y
p~ es la presión cuadrática calculada como si la onda fuera esférica, el
factor de directividad para la dirección es:
2
Q=~
2
(2.13)
pro
Pd-
_ (PCQW)
---
1/2
(2.14)
47rr
Tomando Pd en microbares, W en microvatios, r en centímetros y pc = 40,8 uni-
49
dades c.g.s., tenemos, en espacio libre,
5,69(QW)1/2
Pd (2.14a)
r
El factor de directividad de un micrófono se define de una forma similar
al de una fuente sonora: es el· cociente del cuadrado de la tensión, en circuito
abierto, producida por la onda sonora que llega en una determinada direc-
ción, y el cuadrado de la tensión producida por el mismo sonido, procedente
de todas las direcciones. A veces se da el factor de directividad sin especi-
ficar la dirección; en tal caso, se supone que correspondle a la dirección
de máxima respuesta.
N!VELES y UNIDADES
120 200
en 100
w 110
cr 50
~
al
O
a: 100 .20
o
~
(\J 10
o 90
O
o ·5
d
<[ en
O SO 2 lA!
o oc
ii: ~
w O
ti.. 70 oc
w 0.5 o
az: ~
cñ zw
o 60 0.2
:J <[
w o::
tiJ 0.1 O
<3 z
w 50 O
o 0.05 en
z z
w O
(¡;
~ 40 0.02 w
o:: a:
O
z 0.01
o..
O
en 30
z 0.005
O
c;;
l.LJ
a: 20 0.002
o..
w
o 0.001
...J
']
w
> 0.0005 FIG. 2.9. Relación entre
Z presión sonora y nivel de
O 0.0002 presión sonora.
50
en vez de presiones sonoras. Entre ambas magnitudes existe una relación
logarítmica que viene representada en la figura 2.9 y en la que se ve que
a una relación de un millón a uno entre los límites del margen de presiones,
corresponde un margen de 120 unidades de nivel de presión. La escala loga-
rítmica es útil también por otra razón; los cálculos que necesitan multipli-
caciones de presiones sonoras se pueden hacer con sumas de niveles.
La unidad usual de nivel de presión sonora es el decibelio, escrito abre-
viadamente db. Dada una presión sonora, su aumento al doble equivale a
un incremento de 6 db del nivel de presión sonora anterior. Por ejemplo,
en la figura 2.9, a una presión de un microbar corresponde un nivel de 74 db,
Y a una presión de 2 microbares corresponde un nivel de 80 db. El que una
presión sonora se multiplique por 10 equivale a un aumento del nivel de
presión de 20 db.
El nivel de presión sonora L p , en decibelios, correspondiente a una pre-
sión sonora dada p, se define por la relación
p2 p
L p = 10 log 2'=20 log - db (2.15)
Po Po
donde Po es una presión de referencia y el logaritmo es logaritmo decimal.
Una tabla útil para calcular el número de decibelios correspondientes a una
relación de presiones dada se incluye en el apéndice 2.1.
Presión de referencia
La presión ,de referencia comúnmente utilizada para medidas de ruido es
0,0002 microbares, valor que será el empleado a lo largo de este libro. El
nivel de presión sonora queda, por tanto, así:
P (2.16)
L p = 20 log 0,0002 db
51
Tabla 2.2. Niveles de presión sonora en banda ancha
paJ'a varios sonidos
140
130 Prensa hidráulica, a 90 cm
120 Pico de sonido de bombo, a 90 cm
110 Claxon de automóvil, a 90 cm
100 Interior del avión DC-6
90 Torno automático, a 90 cm
80 Automóvil, a 64 Km/h
70 Ruido ambiente de oficina con máquinas de escribir
60 Conversación, a 90 cm
50 Ruido ambiente de una cocina doméstica
Otros niveles
Se emplean también en Acústica otros tipos de niveles *. El nivel de
potencia en decibelios correspondiente a una potencia W es:
W
L w =101og- db (2.17)
Wo
* La definición general de nivel en sentido logarítmico es:
q
L=logr- (2.17a)
qo
donde q es la cantidad cuyo nivel se trata de obtener; qo, la cantidad tomada como
referencia, y r, la base del logaritmo. Es decir, que el nivel correspondiente a una
cantidad determinada es el logaritmo del cociente de dicha cantidad y una cantidad
de referencia; en esta definición se debe especificar la cantidad de referencia y la base
del logaritmo. Dado que hay muchas clases de niveles, se debe especificar la magnitud
de que se trata; por ejemplo, nivel de tensión.
El decibelio es una unidad de nivel tomada con r= 10 1/ 10 y donde las cantidades
q y qo guardan una proporción con potencias de una forma aproximada. Es decir, el
decibelio se usa como unidad de nivel de cantidades tales como tensión cuadrática y la
presión sonora cuadrática.
De una forma estricta, el decibelio es, por tanto, una unidad de nivel de «presión
cuadrática»; aunque, normalmente, se conviene en aceptarlo simplemente como unidad
de presión. De acuerdo con las reglas de operación con logaritmos, tenemos que:
q
L=10 10glO- db (2.17b)
qo
que es la misma ecuación que la (2.17) y la (2.18). Otras unidades de nivel, usadas a
52
donde W o es una potencia de referencia. El apéndice 2.2 es una tabla para
calcular el número de decibelios correspondientes a una relación dada de
potencia.
A lo largo de este libro se toma como potencia de referencia W o= 1 micro-
microvatios (l picovatio), con lo que W ha de venir expresada en vatios. Para
indicar que la potencia de referencia es un picovatio, se añade una p a la
abreviatura «db» *. La tabla 2.1 da el nivel de potencia de unas fuentes
típicas del ruido.
El nivel de tensión correspondiente a la tensión v es:
v2 v
Lv = 10 lag "2=20 lag - db (2.18)
Vo Va
Lps=Lband -10
t2-tl
lag - 1 - db (2.19)
* En algunos libros se emplea una potencia de referencia de 10- 13 vatios. Para pasar
una cantidad en decibelios, referida a 10- 13 vatios, a su equivalente, referida a 10- 12 va-
tios (l picovatio), basta con restarle 10 db.
53
Indice de direccionalidad
En el caso de fuentes direccionales, se llama índice de direccionalidad a
la diferencia entre el nivel de -presión sonora L d en una determinada direc-
ción, y el nivel L m de la presión cuadrática media (a la misma distancia y
calculada omnidireccionalmente) producidos por una fuente sonora. Es decir,
(2.20)
Divergencia
En la ecuación (2.8) se demuestra que, en campo libre, el sonido tiene
divergencia esférica y la presión sonora varía en relación inversa con la
distancia. Si el nivel de presión a una distancia dada rx es:
54
el nivel de presión a una distancia dada r será:
(2.24)
nivel aumenta 6 db. Esta variación de 6 db entre dos distancias, una doble
de la otra, sirve para comprobar la existencia de un campo libre de pro-
pagación.
Si la fuente sonora fuera una línea, en vez de un punto, las ondas sonoras
tendrían una propagación cilíndrica, y la presión sonora variaría en relación
inversa con la raíz cuadrada de la distancia. En este caso, en el que hay
divergencia cilíndrica, el nivel de presión disminuye 3 db, entre un punto
y otro situado a distancia doble. En el caso de ondas planas, todas las com-
ponentes de la onda se propagan en la misma dirección, y la divergencia
es cero.
Ancho de banda
Los filtros utilizados para analizar el ruido eliminan las componentes
cuyas frecuencias están por debajo y por encima de unos límites o frecuen-
cias de corte propios de cada filtro. Las componentes cuyas frecuencias están
comprendidas entre ambas frecuencias de corte pasan a través del filtro; esta
banda de frecuencias permitida se denomina banda de paso y la diferencia
entre ambas frecuencias de cortes es el ancho de banda.
Los filtros empleados para medidas de ruido disponen, generalmente, de
las siguientes bandas de paso: 75 a 150 Hz, 150 a 300 Hz, 300 a 600 Hz,
600 a 12000 Hz, 1200 a 2400 Hz y 2400 a 4800 Hz. En todos los casos, la
relación de frecuencias de corte es 2: 1. Esta relación de frecuencias define
el intervalo que se denomina, en música, octava; así, pues, estas bandas de
paso son octavas. El ancho de banda aumenta con la frecuencia. Un dispo-
sitivo de medida de ruido que neve incorporados filtros de este tipo se
denomina analizador de ancho de banda proporcional (ver Cap. 16).
Banda de octava
La figura 2.10 es un ejemplo de gráfico de medidas de ruido efectuadas
en octavas sucesivas. Los límites concretos están en la parte superior de la
gráfica. El nivel de presión sonora en cualquier octava es el nivel de presión
sonora de octava, o, brevemente, nivel de octava. Nótese que, por ejemplo,
si el nivel de presión sonora en la banda de 600 a 1200 Hz es 64 db, se
representa en el centro de la banda, que es 600 x 1200 = 850 Hz. Una gráfica
55
que represente los diferentes niveles de banda en relación con la frecuencia,
se llama espectrograma *. Los datos reales medidos están representados por
los círculos pequeños; sin embargo, conviene unirlos por líneas para tener
una estimación de los niveles de octava y de la forma general del espec-
trograma.
B A N DAS DE OCTAVA EN Hz
~ o o o g 8 g g
100 ~-~-~-~-g-~-Z-~-~
<t
g
ir
w
u..W
lJJ lJJ
90 1 -
80
T\ ~
o: a: \
_<t
0000 ........
o o 70
zIJ
lLJ:E
g (\J 60
".......... ~
<t0
f--:o i'-.. r--.. FIG. 2.10. Ejemplo de un espectro-
grama, obtenido con bandas de octava.
g~ 50
La fuente sonora fue un ventilador
lJJ
o accionado por un motor con un zum-
-l 40 bido muy pronunciado. Estos datos
lLJ o o o
....
., ~
<D
~ o '"
;;; '"<ro g o
:l.
o
lO
<D
son promedios de medidas realizadas
z 30 '1 '1 en una cámara reverberante, a distan-
100 1000 10,000 cias comprendidas entre 3 y 9 m del
FRECUENCIA EN Hz motor.
56
son múltiplos por 10 de los 10 números básicos, sea cual sea la extensión
del margen de frecuencias. Algunas veces es conveniente numerar cada banda,
como aparece en la parte superior de la figura 2.12. Esta numeración corres-
ponde a 10 veces el logaritmo de la frecuencia central de la banda; aSÍ, la
banda centrada a 1000 Hz es la número 30.
Distribución continua
Muchos ruidos tienen unas características tales que el sonido se distri-
buye de una forma continua en todo el margen de frecuencias, dentro de una
banda de paso dada; si se reduce la banda de paso, el nivel de presión sonora
medido disminuye.
Es decir, que una banda de paso estrecha permite pasar menos ruido que
una ancha. Nótese que, por ejemplo, el nivel medido para 1 KHz en la figu-
ra 2.11 (banda de media octava) es de 59 db, mientras que en la figura 2.10
ex 90 H--+--HI-t--t-t-t-+-l--+-+-+-+-l--t--t-i
o
o
ffi en ~-Hl-t--t-t-t-+--t-1-t--t-t-t--t--¡-j
60 H-......
~ ~ ,,~
ro ~ 70 1-+-+-+--l"'-f>od-t-t-+--t--1I-+-t-t-t--t--t-i
~ f3
w ~ 60 I--+-+--+--l--++-t-t.......
"r-"
-?.,l, -il-+-t-+-t-j--t-i
§ N r"-.¡'...,
t 8g 50 H--f-H-++-H-f--H-t--t-'::i""9.<","-<;6--H
~
~~
o
-1
W
2:
FIG. 2.11. Espectrograma obtenido z
con bandas de media octava. La fuente 30 L...,J.,,-,1r,rh,.,-'-.J.,-I-...-I.r-t-nh-rt--'-+-"r-t--r..eTtr,¡-'--'
I
sonora fue el mismo motor citado en 100 1000 10.000
la figura 2.10. FRECUENCIA EN Hz
Interpretación
Considérese el nivel de presión sonora correspondiente a la frecuencia
de 120 Hz, en las figuras 2.10, 2.11 y 2.12. El nivel es de 94 db, indepen-
dientemente de la anchura de la banda de paso. Esto ocurre cuando el so-
nido predominante dentro de una banda es un tono de frecuencia única.
57
Tales tonos' se pueden identificar, a menudo, por simple escucha o a partir
de cierta itiformación, como el conocimiento de los armónicos de la frecuencia
de alimentación.
Se ha dibujado una línea vertical a 120 Hz en las figuras 2.11 y 2.12,
para indicar que ese pico parece debido a un tono simple y no a un ruido
continuo y distribuido.
La línea vertical representa una interpretación, en contraste con los círcu·
los, que representan medidas reales Se aprecia en la figura 2.11 que la curva
se ha dibujado por debajo de los puntos observados para 90 y 180 Hz, igual
que para 100 y 160 Hz en la figura 2.12. Esto es igualmente otra interpreta.
BANDA NUM.
- - N
c..... \
~
"~
~ ro...
", ~
~L
"-o..,
"-o
- 1--
2.12. Espectrograma obtenido
§ ~ ~ ~ ~ ~ 8
~
'" FIG.
30
'" ~ con bandas de un tercio de octava. La
100 1000 10,000 fuente sonora fue la misma de los
FRECUENCIA EN Hz casos anteriores.
58
porque las amplitudes instantáneas de sus componentes se distribuyen en el
tiempo según la curva de Gauss (también llamada distribución normal).
Sin embargo, el ruido aleatorio no tiene, necesariamente, un espectro plano.
La figura 2.13 muestra el ruido representado en la figura 2.10, pero medido
ahora con un analizador de 20 Hz de banda de paso. Nótese la marCada
80 ~
(J)
-w
m a:: 90 00-
0<3: I w
aíg¡ I
~~ 30 -1-- 7
O~
~~ 70 . I
00
gg 60
Z«
;i3~
~ ~ 50 -
FIG. 2.13. Espectrograma obtenido .J~
con bandas de 20 Hz. El ruido es el
mismo de los casos anteriores. La ~z~~ 40 1
línea vertical a 120 Hz y la línea 30 LLLll1iL- ---l-J-J-LLLW, --o-'---l.-J.~u.u
0'-'-0
rayada se han añadido como una OO
posible interpretación. FRECUENCIA EN
59
40
35
ID ~
o ~ ~
z 30 .- ./
w
z BANDA DE DCTAVA ./ ¡"...
..... . /
Q
en 25 .- ..... ~
--"
"- ~
a::
w ~
> .-
~ 20 ~ ~
u ¡"... .....
t--t- _."
.- ....
w t--f- ANCHO OE BANDA I
....-
o ,
1..0-'
a:: 15 ~ "-
o "-
.....
u ./'
./'
.- .... .- ......
¡"... "BANDA DE MEDIA
OCTAVA ===
Lt 10
.- .... ".
-- --
./'
--
.-
.-.- .-
.-..
~
'~
BANDA DE TERCIO
DE OCTAVA
5
".
.-
o .- 10 20 50 100 200 500 1O00 2000
FRECUENCIA EN Hz
FIG. 2.14. Factor de converSlOn, en decibelios, que debe restarse del nivel de presión
de banda para obtener el nivel de espectro. La curva superior se debe utilizar cuando
se conoce el ancho real de la banda. Cuando se conozca la frecuencia central de la banda
se deben utilizar las tres curvas inferiores. Esta conversión es válida únicamente para
ruido distribuido.
Red oblicua
La conversión de nivel de banda a nivel de espectro se puede realizar
automáticamente con la ayuda de un gráfico que tenga representada la red
oblicua mostrada en la figura 2.15, donde los datos originales de la figura 2.10
se han vuelto a dibujar. Por ejemplo, nótese que el nivel de octava a 3400 Hz,
60
leído en la gráfica normal, es de 54 db, mientras que el nivel de espectro
de dicha frecuencia, leído en la red oblicua, es de 20 db.
La red oblicua tiene la ventaja de que el nivel de espectro se puede leer
directamente; más aún, la escala de nivel de banda sirve para averiguar el
nivel de presión de un tono aislado, una vez se ha identificado su frecuencia.
(J)
w BANDAS DE OCTAVA EN Hz
ce
<t
10 ~_~_o_g_g_g_~_g_~
~
fil ,... ~ ,." (,O ~ N -.;r (]l
100
u
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(\¡
o
o
g 80 f---+-~~:¡-+-/--;;;;>","'f--+-t-:;;...-j
<t
u.:
~ 70
aí
o 60
z
w
~
~
u
FIG. 2.15. Ejemplo de espectrograma o
w
obtenido con octavas, al que se ha o
-l
superpuesto la red de niveles de W
espectro. El ruido es el mismo de la ~ 100 fOOO fa,OOO
Z
figura 2.10. . FRECUENCIA EN Hz
Diagramas direccionales
La forma en que se emite un sonido en las diversas direcciones se describe,
a menudo, mediante diagramas polares como el de la figura 2.16. La fuente
sonora fue un perforador eléctrico funcionando en vacío a 2200 rpm. El mi-
crófono de medida se colocó a una distancia de 75 cm y se movió siguiendo
una circunferencia en el plano que contenía al eje del perforador. La figura
muestra el gráfico que trazó automáticamente el equipo de medida; las líneas
oscilantes indican la variabilidad del nivel de presión sonora. Las bandas de
medida fueron bandas de un tercio de octava centradas en 500, 2000 Y
10000 Hz, respectivamente.
Nótese que a 500 Hz el nivel de presión sonora (despreciando las fluc-
tuaciones muy rápidas) varía solamente entre 49 y 52 db. A 2000 Hz, el nivel
máximo de presión sonora es 78 db, Y el mínimo, 67 db. A 10000 Hz hay
un mínimo de nivel en la dirección correspondiente a 0 y hay máximos en 0
,
61
FIG. 2.16. Diagrama de comportamiento direccional del sonido emitido por
un perforador eléctrico de mano, de alta velocidad y sin carga, que gira
a 22 000 r.p.m. El nivel de presión fue medido en bandas de tercio de octava,
centradas en las frecuencias indicadas. El micrófono se hizo girar alrededor del
perforador, a una distancia de 75 cm, en un plano que contenía el eje del
perforador; la punta' del mismo estaba en la dirección O°. (Cortesía del General
Engineering Laboratory, General Electric Company.)
62
de 51,78 Y 66 db, respectivamente, a 500, 2000 Y 10000 Hz. Los índices de
direccionalidad respectivos para esa dirección son: 0,3 y 5 db. El valor
G =0 db significa que, a 500 Hz, el nivel de presión sonora en la dirección 320°
es el mismo que el nivel de presión sonora cuadrática media, calculado
omnidireccionalmente. Sin embargo, a 2000 Hz hay un índice de 3 db Y
a 10000 Hz, de 5 db.
0.1
16
al
o
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Z
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o u.
a::
w o
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::::>
....."CI¡
z -.J
I
l. ....
4-f~_2
~ -.J
'-
FIG. 2.17. Escala utilizada para combinar
niveles de presión sonora. La escala de 5~:
la izquierda da el número de decibelios A -- -4
que debe añadirse al nivel de presión
sonora L 1 para obtener el nivel resultante
de la combinación de L 1 y L 2• : ~~- -6
63
Por ejemplo, supóngase que dos ventiladores producen un nivel de pre-
sión de 80 db cada uno, en un determinado lugar y funcionando por sepa-
rado. La diferencia entre los niveles de ambos ventiladores es O db. De acuer-
do con la figura 2.17, a una diferencia de O db le corresponde la cantidad
de 3 db, que se debe añadir al nivel (cindividua1» para obtener el nivel de
la «combinación».
Por tanto, cuando los dos ventiladores están funcionando a la vez, el nivel
total de presión sonora es de 83 db.
Como segundo ejemplo, supóngase que el nivel de ruido del primer ven-
tilador es L 1 = 80 db, Y el del segundo, L 2 = 76 db. Como L 1 - L 2 = 4 db, se
deduce de la figura 2.17 que hay que añadir 1,5 db a L 1 para obtener el nivel
de la combinación de los dos ventiladores: 80 + 1,5 = 81,5 db.
Si uno de los dos niveles que se combinan es mucho menor que el otro,
el nivel de combinación no será mucho mayor que el nivel más alto. En
ningún caso el nivel de la combinación de dos fuentes de ruido será más
de 3 db mayor que el nivel individual más alto.
Dado que las octavas son adyacentes, el nivel de banda ancha deseado es,
simplemente, el nivel resultante de la «(combinación» de varios niveles de
60
WCD \
o o 50
OZ
a:: w
\ i
I-<t
u a:: 40
Wo
P' l' f- - H
o. z
en o ¡ Ilt[ih
W en 30
W
W:
z 11, I 11
0
0
I ¡'11 ~K
~~I
..J -- 1I '\
W en 20
>w
_. a:: l'
FrG. 2.18. Parte del espectrograma
za..
10
I I
1 1IIIji ! del motor del ventilador de la figu-
100 1000 10,000 ra 2.13. La aproximación por tramos
FRECUENCIA EN Hz aparece en línea rayada.
64
octava. Los niveles de octava se pueden combinar en cualquier orden. (Sin
embargo, es preferible comenzar por los niveles más altos, porque así se
pueden estimar con más facilidad los niveles que se pueden despreciar.) Los
primeros dos niveles son 67 y 64 db. Como se diferencian en 3. db, se deben
añadir 1,8 db a los 67 db para obtener el nivel de la combinación. Este nivel
resultante se sigue combinando con los demás niveles en la forma siguiente,
que es muy conveniente para cálculos de una cierta extensión:
Lb Lz, (L 1 -L 2), A,
db db db db
67 64 3,0 1,8
1,8
--
68,8 58 10,8 0,3
0,3
--
69,1 54 15,1 0,1
0,1
--
69,2
I
Cada nuevo nivel combinado se denomina L 1 y la diferencia con el siguiente
nivel es (L 1 - L 2) ; la cantidad A se obtiene de la figura 2.17. Es evidente
que cuando (L 1 - L z) es 15 db, se puede parar el cálculo, a menos que haya
todavía un gran número de pequeños niveles cuya combinación pudiera ser
comparable al valor ya calculado. Así, el nivel de presión sonora, calculado
en la banda limitada por 300 y 4800 Hz, es de 69,2 db.
65
5
Frecuencias límite,
e, db L ps , db
I L comb , db
en Hz Lb, db
300-4800 69,2
Ruido de fondo
Todo ruido puede considerarse como una «señal» cuando se va a medir.
Al menos momentáneamente es un sonido deseado. Si este ruido que va a
medirse es el ruido ambiente, habrá siempre otro ruido, debido al equipo
de medida, que limitará la medida de esta «señal».
Una prueba directa es anotar la lectura en cada banda de medida cuando
no hay señal. Para que las medidas sean significativas, el nivel del ruido de
fondo debe ser, al menos, 10 db inferior al nivel de la señal. La relación entre
el nivel de señal y el nivel de ruido de fondo se denomina relación señal-
ruido en decibelios.
A veces se necesita medir el ruido de una máquina que está en un lugar
ruidoso. El micrófono de medida registra el ruido de la máquina (señal
deseada), y el ruido general de fondo. Es decir, que se mide realmente el
nivel de la señal más el ruido. Normalmente, la señal puede eliminarse pa-
rando la máquina, y entonces se puede medir el ruido. Si el nivel de ruido
de fondo es menor que el nivel de ruido de la máquina, se puede efectuar
una corrección para eliminar la presencia del ruido perturbador. El procedi-
miento se explica en el capítulo 17.
66
Apéndice 2.1
La siguiente tabla da el número de decibelios correspondiente a una determinada
relación de presiones. Los valores se han calculado a partir de la ecuación (2.15). Por
ejemplo, a una relación de presión sonora de 2,55 le corresponden 8,13 db. Para rela-
ciones de valor elevado, la solución se puede calcular en dos pasos. Por ejemplo, si la
relación vale 146=20x7,3, el número de decibelios será 26,02+17,27=43,29.
I
Relación 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0.081 0.09
de presiones
- --------- -- - -------
1,0 0,00 0,09 0,17 0,26 0,34 0,42 0,51 0,59 67 0,75
0. 1
1,1 0,83 0,9J 0,98 1,06 1,14 1,21 1,29 1,36 1,44 1,51
1,2 1,58 1,66 1,73 1,80 1,87 1,94 2,01 2,08 2,14 2,21
1,3 2,28 2,35 2,41 2,48 2,54 2,61 2,67 2,73 2,80 2,86
1,4 2,92 2,98 3,05 3,11 3,17 3,23 3,29 3,35 3,41 3,46
1,5 3,52 3,58 3,64 3,69 3,75 3,81 3,86 3,92 97 4',03
3. 1
4,56
1,6 4,08 4,14 4,19 4,24 4,30 4,35 4,40 4,45 4,51
1,7 4,61 4,66 4,71 4,76 4,81 4,86 4,91 4,96 5,01 ! 5,06
1,8 5,11 5,15 5,20 5,25 5,30 5,34 5,39 5,44 5,48 ' 5,53
1,9 5,58 5,62 5,67 5,71 5,76 5,80 5,85 5,89 5,93 5,98
2,0 6,02 6,06 6.11 6,15 6,19 6,24 6,28 6,32 6,36 6,40
2,1 6,44 6,49 6,53 6,57 6,61 6,65 6,69 6,73 6,77 6,81
2,2 6,85 6,89 6,93 6,97 7,01 7,04 7,08 7,12 7,16 1 7,20
2,3 7,24 7,27 7,31 7,35 7,38 7,42 7,46 7,50 7,53 7,57
2,4 7,60 7,64 7,68 7,71 7,75 7,78 7,82 7,85 7,89 7,92
2,5 7,96 7,99 8,03 8,06 8,10 8,13 8,17 8,20 8,23 8,27
2,6 8,30 8,33 8,37 8,40 8,43 8,47 8,50 8,53 8,56 8,60
2,7 8,63 8,66 8,69 8,72 8,76 8,79 8,82 8,85 8,88 8,91
2,8 8,94 8,97 9,01 9,04 9,07 9,10 9,13 9,16 9,19 9,22
2,9 9,25 9,28 9,31 9,34 9,37 9,40 9,43 9,46 9,48 I 9,51
3,0 9,54 9,57 9,60 9,63 9,66 9,69 9,71 9,74 0,77 9,80
3,1 9,83 9,86 9,88 9,91 9,94 9,97 9,99 10,02 10,05 10,08
3,2 10,10 10,13 10,16 10,18 10,21 10,24 10,26 10,29 10,32 10,34
3,3 10,37 10,40 10,42 10,45 10,48 10,50 10,53 10,55 10,58 10,60
3,4 10,63 10,66 10,68 10,71 10,73 10,76 10,78 10,81 10,83 10,86
3,5 10,88 10,91 10,93 10,96 10,98 11,01 11,03 11,05 11,08 11,10
3,6 11,13 11,15 11,17 11,20 11,22 11,25 11,27 11,29 11,32 11,34
3,7 11,36 11,39 11,41 11,43 11,46 11,48 11,50 11,53 11,55 11,57
3,8 11,60 11,62 11,64 11,66 11,69 11,71 11,73 11,75 11,78 11,80
3,9 11,82 11,84 11,87 11,89 11,91 11,93 11,95 11,98 12,00 12,02
4,0 12,04 12,06 12,09 12,11 12,13 12,15 12,17 12,19 12,21 12,23
4,1 12,26 12,28 12,30 12,32 12,34 12,36 12,38 12,40 12,42 12,44
4,2 12,47 12,49 12,51 12,53 12,55 12,57 12,59 12,61 12,63 12,65
4,3 12,67 12,69 12,71 12,73 12,75 12,77 12,79 12,81 12.83 12,85
4,4 12,87 12,89 12,91 12,93 12,95 12,97 12,99 13,01 13,03 13,05
67
Apéndice 2.1. (Continuación.)
I
~I~
Rela~i6n i 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07
de preSIones
!--
4,5 I 13,06 13,08 13,10 13,12 13,14 13,16 13,18 13,20 13,22 13,24
4,6 I
I
13,26 13,27 13,29 13,31 13,33 13,35 13,37 13,39 13,41 13,42
4,7 I 13,44 13,46 13,48 13,50 13,52 13,53 13,55 13,57 13,59 13,61
4,8 13,63 13,64 13,66 13,68 13,70 13,72 13,73 13,75 13,77 13,79
4,9 I 13,80 13,82 13,84 13,86 13,88 13,89 13,91 13,93 13,95 13,96
5,0 I
I
13,98 14,00 I 14,01 14,03 14,05 14,07 14,08 14,10 14,12 14,13
5,1 I 14,15 14,17 14,19 14,20 14,22 14,24 14,25 14,27 14,29 14,30
5,2 14,32 14,34 14,35 14,37 14,39 14,40 14,42 14,44 14,45 14,47
5,3 I 14,49 14,50 14,52 14,54 14,55 14,57 14,58 14,60 14,62 14,63
5,4 14,65 14,66 14,68 14,70 14,71 14,73 14,74 14,76 14,78 14,79
5,5 14,81 14,82 14,84 14,86 14,87 14,89 14,90 I 14,92 14,93 14,95
5,6 14,96 14,98 15,00 15,01 15,03 15,04 15,06 15,07 15,09 15,10
5,7 15,12 15,13 15,15 15,16 15,18 15,19 15,21 15,22 15,24 15,25
5,8 15,27 15,28 15,30 15,31 15,33 15,34 15,36 15,37 15,39 15,40
5,9 15,42 15,43 15,45 15,46 15,48 15,49 15,51 15,52 15,53 15,55
6,0 15,56 15,58 15,59 15,61 15,62 15,64 15,65 15,66 15,68 15,69
6,1 15,71 15,72 15,74 15,75 15,76 15,78 15,79 15,81 15,82 15,83
6,2 15,85 15,86 15,88 15,89 15,90 15,92 15,93 15,95 15,96 15,97
6,3 15,99 16,00 16,01 16,03 16,04 16,06 16,07 16,08 16,10 16,11
6,4 16,12 16,14 16,15 16,16 16,18 16,19 16,21 16,22 16,23 16,25
6,5 16,26 16,27 16,29 16,30 16,31 16,33 16,34 16,35 16.37 16,38
6,6 16,39 16,40 16,42 16,43 16,44 16,46 16,47 16,48 16,50 16,51
6,7 16,52 16,53 16,55 16,56 16,57 16,59 16,60 16,61 16,63 16,64
6,8 16,65 16,66 16,68 16,69 16,70 16,71 16,73 16,74 16,75 16,76
6,9 16,78 16,79 16,80 16,82 16,83 16,84 16,85 16,87 16,88 16,89
7,0 16,90 16,91 16,93 16,94 16,95 16,96 16,98 16,99 17,00 17,01
7,1 17,03 17,04 17,05 17,06 17,07 17,09 17,10 17,11 17,12 17,14
7,2 17,15 17,16 17,17 17,18 17,20 17,21 17,22 17,23 17,24 17,26
7,3 17,27 17,28 17,29 17,30 17,31 17,33 17,34 17,35 17,36 17,37
7,4 17,39 17,40 17,41 17,42 17,43 17,44 17,46 17,47 17,48 17,49
7,5 17,50 17,51 17,52 17,54 17,55 17,56 17,57 17,58 17,59 17,61
7,6 17,62 17,63 17,64 17,65 17,66 17,67 17,69 17,70 17,71 17,72
7,7 17,73 17,74 17,75 17,76 17,78 17,79 17,80 17,81 17,82 17,83
7,8 17,84 17,85 17,86 17,88 17,89 17,90 17,91 17,92 17,93 17,94
7,9 17,95 17,96 17,98 17,99 18,00 18,01 18,02 18,03 18,04 18,05
8,0 18,06 18,07 18,08 18,09 18,11 18,12 18,13 18,14 18,15 18,16
8,1 18,17 18,18 18,19 18,20 18,21 18,22 18,23 18,24 18,26 18,27
8,2 18,28 18,29 18,30 18,31 18,32 18,33 18,34 18,35 1836 18,37
8,3 18,38 18,39 18,40 18,41 18,42 18,43 18,44 18,46 18,47 18,48
8,4 18,49 18,50 18,51 18,52 18,53 18,54 18,55 18,56 18,57 18,58
68
Apéndice 2.1. (Continuación.)
I
~I~
Relación 0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,09
de presiones
- - - -- - - - - -- - --
8,5 18,59 18,60 18,61 18,62 18,63 18,64 18,65 18,66 18,67 18,68
8,6 18,69 18.70 IS,71 lS,72 IS,73 IS,74 IS,75 18,76 IS,77 IS,78
S,7 18,79 18,80 18,81 18,82 18,83 lS,84 18,85 IS,S6 lS,S7 18,88
8,8 18,89 18,90 18,91 18,92 18,93 18,94 18,95 IS,96 18,97 18,98
8,9 18,99 19,00 19,01 19,02 19,03 19,04 19,05 19,06 19,07 19,08
9,0 19,09 19,09 19,10 19,11 19,12 19,13 19,14 19,15 19,16 J9,17
9,1 19,18 19,19 19,20 19,21 19,22 19,23 19,24 19,25 19,26 19,27
9,2 19,28 19,29 19,30 19,30 19,31 19,32 19,33 19,34 19,35 19,36
9,3 19,37 19,38 19,39 19,40 19,41 19,42 19,43 19,44 19,44 19,45
9,4 19,46 19,47 19,4S 19,49 19,50 19,51 19,52 19,53 19,54 19,55
9,5 19,55 19,56 19,57 19,58 19,59 19,60 19,61 19,62 19,63 19,64
9,6 19,65 19,65 19,66 19,67 19,68 19,69 19,70 19,71 19,72 19,73
9,7 19,74 19,74 19,75 19,76 19,77 19.78 19,79 19,80 19,81 19,82
9,8 19,83 19,83 19,84 19,85 19,86 19,87 19,88 19,59 19,90 19,90
9,9 19,91 19,92 19,93 19,94 19,95 19,96 19,97 19,97 19,98 19,99
I
Relación
de presiones
O
1_1 2 3 I4 5 6 7
- - - -- - - ------
I I _81_ 9
10 20,00 20,83 21,58 22,28 22,92 23,52 24.0- 24,61 25,11 25,58
20 26,02 26,44 26,85 27,24 27,60 27,96 28,30 28,63 28,94 29,25
30 29,54 29,83 30,10 30,37 30,63 30,88 31,13 31,36 31,60 31,82
40 32,04 32,26 32,47 32,67 32,87 33,06 33,26 33,44 33,63 33,80
50 33,98 34,15 34,32 34,49 34,65 34,81 34,96 35,12 35,27 35,42
60 35,56 35,71 35,85 35,99 36,12 36,26 36,39 36,52 36,65 36,78
70 36,90 37,03 37,15 37,27 37,39 37,50 37,62 37,73 37,S4 37,95
80 38,06 38,17 38,28 38,38 38,49 3S,59 38,69 38,79 38,89 38,99
90 39,09 39,18 39,28 39,37 39,46 39,55 39,65 39,74 39,83 39,91
100 40,00
I
69
Apéndice 2.2
Relación
de - db + Relación Relación - db
de de + Relación Relación
de de .
1_
+-
db + Relación
-')o
de po-
+-
potencias potencias +-
-')o -')o
potencias potencias potencIas tencias
70
Apéndice 2.2. (Continuación.)
Relación I-
db + Relación RelaciÓnl_ db + Relación Relación - db + Relación
de. I ~ ~ de de de de de po-
potencIas: potencias potencias; ~ ~ potencias potencias ~ ~
tencias
i I
0,447 I 3,5 2,24 0,159 8,0 6,31 0,0562 12,5 17,8
0,437 I 3,6 2,29 0,155 8,1 6,46 0,0550 12,6 18,2
0,427 ! 3,7 2,34 0,151 i 8,2 6,61 0,0537 12,7 18,6
0,417 i 3,8 2,40 0,148 8,3 6,76 0,0523 12,8 19,1
0,407 I 3,9 2,46 0,145 8,4 6,92 0,0513 12,9 19,5
71
Capítulo 3
INTRODUCCION
Los efectos de la propagación del sonido al aire libre, tema del presente
capítulo, dependen principalmente de la naturaleza y distribución de las
fuentes del sonido y de las diferentes condiciones atmosféricas. La propa-
gación del sonido en la atmósfera presenta un difícil problema estadístico,
por no ser un medio ni homogéneo, ni estable. No se ha encontrado todavía
una solución técnica fiable a muchos de los problemas prácticos presentes
en el control del ruido al aire libre, debido a que se carece de conocimiento
sobre muchos datos de micrometeorología sobre los que efectuar los cálculos
precisos. Por consiguiente, gran cantidad de las materias expuestas en este
capítulo son de naturaleza teórica, en contraste con el contenido técnico
de capítulos posteriores.
En los estudios que se hacen más adelante se supone, salvo que se in-
dique lo contrario, que la fuente sonora está concentrada en un punto. Cuan-
do están presentes varias fuentes, su efecto combinado depende de si son:
1) fuentes de sonidos independientes, como los aviones de un aeropuerto,
una multitud, etc., o 2) fuentes cuyos sonidos están en fase, como un sis-
tema de altavoces. En el primer caso, el nivel de sonido en un punto distante
se calcula determinando el nivel para cada una de las fuentes y sumando los
resultados. Los cálculos son más difíciles en el segundo caso, y no siempre
se pueden efectuar. Basta decir que es necesario encontrar la amplitud de la
presión sonora en el punto para cada fuente y sumarlas, teniendo en cuenta
la fase de cada una.
Considérese ahora una fuente de sonido concentrada en un punto. ¿Qué
nivel alcanza el sonido en un punto distante? Los factores a tener en cuenta
para determinarlo son los siguientes:
1. Disminución por divergencia, debido a la dispersión de la energía
del sonido.
2. La atenuación del sonido en el aire.
3. La niebla.
4. La reflexión y la difracción en obstáculos sólidos, como vallas.
5. La reflexión y la formación de sombras por los gradientes de viento
y temperatura.
73
6. La dispersión del sonido por variaciones en pequeña escala del viento
y de la temperatura.
7. La reflexión y la absorción en el suelo.
(3.1)
74
Una fuente sonora no puede radiar igual en todas las direcciones. Por
ejemplo, en el caso de ruido producido por un avión, no puede aplicarse la
ecuación (3.2), pero se puede aplicar la ecuación (3.1) siempre que: 1) tanto r
como rx estén a suficiente distancia de la fuente, de forma que la distribu-
ción direccional del sonido no cambie con la distancia (para algunos reacto-
res, la distancia mínima que debe tomarse es de 200 m), y 2) r y r x estén me-
didos en la misma dirección respecto a la fuente sonora.
75
KC
l...L.---"<:...L.c.......l<-..JI.-l.....L..l-L...I...L...---L.:........I--l..-L..L..W 20L-- _
2 5 \0 20 50.
HUMEDAD ABSOLUTA EN GR/M 3 ~R
76
nuación cambia de forma apreciable y los cálculos se hacen como sigue:
Sea x la presión en la atmósfera; al será igual a 0,142 x 10-9f/x. Para de-
terminar a2 se usa el nomograma de la figura 3.1, determinando la atenua-
ción para una frecuencia f/x. Con esto se obtiene un valor que multiplicado
por x da la verdadera atenuación. Como ejemplo, hallemos para una fre-
cuencia de 1000 Hz en un punto donde la presión sea la mitad de la nor-
mal (x = 1/2). Sea la temperatura de 20° C y la humedad del 20 por 100. Por
consiguiente,
al =0,142 x 10- 9(1000)2 x 2=0,284 X 10- 3 db/m.
EFECTO DE LA NIEBLA
Es normal que el nivel de presión sonora, en un punto alejado de una
fuente sonora, sea superior en un día con niebla que en un día despejado.
La atenuación en la niebla se puede considerar prácticamente nula. La ausen-
cia de atenuación con niebla se puede atribuir a la ausencia de viento y a
la homogeneidad de la temperatura, lo que hace que no haya sombras so-
noras.
A
o 30"
<l:
o
¡¡; /OD
~ 20
-~:
,PliNTO DE t:
OBSEfWACION j
ltJ
o 10
z
o
Ü
::J
Z
~ O ' - - - - J . . . ._ _. L . . . - - - - L _ - - - ' - - '-----J.._-J
BARRERA
o 0.2 0.5 1 2 5 10 20
ALTURA EFECTIVA DE LA BARRERA
EN MULTIPLOS DE LONGITUD DE ONDA
FIG. 3.3. Protección proporcionada por las barreras. (A. /. King, según la referencia 17.)
77
nivel, en el punto de observación, es función tanto de la altura de la ba-
rrera como del ángulo o. Nótese que, cuanto mayor es la altura, mayor es la
disminución en el nivel sonoro. Nótese también que, cuanto más alta sea la valla
con respecto a la fuente sonora y al punto de observación, mayor se hace O,
y que el máximo efecto se consigue si la valla está próxima a la fuente o
al receptor, en vez de a la distancia media entre ambos. Los resultados que
muestra la figura 3.3 se deben considerar como aproximados, puesto que no
se tiene en cuenta la reflexión en el suelo.
10
:E
o
2
oc FIG. 3.4. Diagrama basado en las medidas
o
el. efectuadas en selvas tropicales. Zona 1, mu-
LO
o
cho follaje; campo visual aproximado de 7 m,
Z
penetración por tala. Zona 2, mucho follaje;
w campo visual aproximado de 17 m, avance di-
- «
o
ficultoso, pero sin tala. Zona 3, follaje; campo
o visual aproximado de 30 m, penetración an-
oc dando con cuidado. Zona 4, follaje; campo
W
el. visual aproximado de 70 m, penetración fácil.
I I 1- Zona 5, mucha maleza, grupos de grandes
100 1000 tO,OOO troncos; campo visual aproximado de 100 m,
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO penetración fácil. (Según Eyring. 6)
VTTo
C=Co '\ / (3.4)
78
en donde T es la temperatura absoluta en grados Kelvin y Co es la velocidad
a la temperatura T o• La velocidad resultante es la suma vectorial de c y la
velocidad del viento, siendo el primer vector normal al frente de ondas.
Debido a que las ondas sonoras se propagan en una atmósfera en la que
la temperatura y la velocidad del viento son funciones del espacio, sufren
refracción y, posiblemente, reflexión. (No se van a considerar aquí las varia-
ciones rápidas de dichos parámetros con el tiempo, que dan lugar a fluctua-
ciones de la energía sonora.) Antes de discutir estos efectos, se van a estu-
diar los tipos de estructuras de viento y temperatura presentes en la atmós-
fera *.
79
cia muestra que, en la capa más baja, se encuentran temperaturas muy va-
riables y sujetas a variaciones cíclicas. Es de gran interés el estudio del
gradiente de temperatura en función de la altura. En la proximidad del
suelo, el gradiente es generalmente mucho mayor que f. La figura 3.5 mues-
. 200
.. '50 . ¡¡o:N
PUESTA OEL
i ':k:~_:~~N:~1L:=~l
SALIDA DEL
;; 100[· ENERO
8 ISO o 2 4 6 8 10 I~ 14 16 18 20 22 24
~ 600 ~--------P().-'E-S-TA-O-E,-l.-'
~ 400 - SALlfc;4 OEL SOL
L
FIG. 3.5. Variación diurna media de las dife-
~ 200 - INVERSION
rencias de temperatura entre 2,5 y 30 cm de
í5 o altura (línea continua) y 30 cm y 1,2 m de
o<! 200 - altura (línea de trazos) sobre un terreno cu-
o: bierto de hierba corta en verano (a) y en in-
<!> 400 -
600 - JUNIO GRAO. NEGATIVO
vierno (h) en un lugar del sur de Inglaterra.
8 00 L-L-~_~.l-.L.--'---'---..l--'----'--J Las diferencias están en múltiplos del gradiente
O 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 térmico adiabático, aproximadamente 1 grado
HORA SOLAR cada 100 m. (Según Best.l8)
~ 100c-T-"---T-"--------,
o
~ 50
o
<!
o
Z
::J 20
z
w
o 10
o
~
o: 5
w
f-
w
f-
Z 2
w
o<!
FIG. 3.6. Gradiente térmico medio a medio- o: 1.0 ."-_'--.!-.l-L...;L..LL-U-_...J-.....L.-
día en función de la altura sobre el terreno. <!> 0.1 0.2 0.5 1.0 2
(Según BesOS) ATURA SOBRE EL SUELO EN
80
durante la noche, se pueden entender mediante las siguientes consideracio-
nes. El aire es relativamente transparente para la mayor parte de la energía
radiada por el sol. Durante el día, esta energía incide sobre la superficie
terrestre, calentándola. La temperatura que alcanza la superficie depende
de su naturaleza. Por ejemplo,8 se ha encontrado que, en los días más cáli-
dos, la temperatura máxima superficial de una capa de macadam asfáltico
z
W
<t so
g;::!i 60
1- 40
;J 20
TEMPERATURA ~~~~;~~~~~~:~~~¡~~~~~~::
A 1,2 M ~~NNNNÑÑ~~~~~m~~~~~~~~~~
000000000000000000000000
HORA DE 000000000000000000000000
GREENWICH o~~gg~~~~9=~~~~~~~~~Ñ~~~
81
6
zonas ·costeras, las brisas terrestre y la marina tienden a anular los cambios.
diurnos mencionados antes.
El perfil de distribución del viento depende de la aspereza del terreno
y del p.erfil de distribución de la temperatura. Existen razones teóricas para
establecer la siguiente distribución del viento:
_ h+zo
u = 5,8uf loglo - - - (3.6)
zo
LA rEMPERArURA
SE INaREMENrA
CON LA ALTURA
FIG. 3.8. Rayos y frentes de onda para una atmósfera con inver-
sión térmica.
según la ecuación (3.4), la parte superior de los frentes de onda viajará más
rápidamente que la inferior y, como consecuencia, los frentes se inclinarán
hacia el suelo. Además, este comportamiento es simétrico respecto a un eje
vertical que atraviese la fuente. Por otra parte, si el gradiente de tempera-
turas es negativo, los rayos se elevan, existiendo uno, límite, que alcanza
el suelo a una distancia x de la fuente y que define una región de sombra,
como puede verse en la figura 3.9. Esta región no existe cuando hay inver-
sión térmica.
Este mismo razonamiento puede aplicarse respecto a la distribución del
viento, como muestra la fig~ra 3.10. Con un perfil típico de distribución del
yi~p.toJ. e~istirá una región de sQplbra en. el lado d<esd~ el que sople' el viento
82;
y sólo en ese lado. Esta es la causa de que sea difícil oír cuando el viento
sopla en dirección contraria a la de propagación' del sonido. Es importante
subrayar que esto sucede porque la velocidad del viento se incrementa, nor-
malmente, con la altura.
LA TEMPERATURA
OiSM/NUYECON LA
AiTURA
-
O/RECCION DEL V/ENTO
un receptor sin que exista diferencia en la recepción del sonido. Pero si hay
viento, el nivel del sonido que alcanza al receptor es mucho mayor si éste
se encuentra más allá de la fuente, según la dirección del viento, que en el
caso contrario.
83
FIG. 3.11. Construcción geométrica
de la dirección del rayo.
84
dc dO
y si es constante (por ser c función lineal de la altura), es también cons-
dz ds
tante y la trayectoria es un arco de circunferencia de radio
ds K co
r=--=
dO k k cos 00
donde
e=eo+kz (3.9)
Este resultado se explica como sigue: Supóngase que una seCClOn del frente de
onda inicial se prolonga hasta el nivel al que le correspondería la velocidad nula;
supóngase que se hace girar la sección alrededor del punto de intersección. Todos los
puntos de la línea se moverán con una velocidad proporcional a la altura sobre dicho
nivel. Es decir, se cumplirá c=co+kz, de forma que los rayos serían círculos cuyos
centros estarían en el plano en el que la velocidad fuese O, cuya cota sería
-Co
z=--
k
(ver la Fig. 3.12). El valor de h, altura máxima alcanzada por el rayo, se deduce me-
diante una sencilla construcción geométrica. Para valores de h«2co/k,
R2k
h=-- (3.10)
8eo
cuando tanto el receptor como la fuente están en el suelo y existe una distancia R
entre ellos.
TRAYECTORIA DEL RAYO
SUELO
L=O
En este caso se obtiene una aproximación suficiente usando la ecuación (3.9) con
blco
K=--
2To
Análisis de los efectos del gradiente de viento. Vamos a considerar el efecto del
gradiente de viento como un ejemplo más de aplicación de las ecuaciones (3.7) y (3.8).
La componente perpendicular no tiene efecto sobre la normal N del frente de onda.
Sólo influye transportando las ondas paralelamente a sí mismas. El efecto resultante
es mucho menos importante que el debido a la componente del viento en la dirección
85
de propagación. Por' consiguient~, en este apartado sólo se analizará esta última com-
ponente: Sea: x la dirección de propagación. Por la ecuación (3.7),
dz csenO
ds .; u 2 + 2uc cos 8+ el
donde O es el ángulo que forma con la horizontal la normal a la onda. De la ecua-
ción (3.8) se deduce
ds csen 8
r
d8 cos O[(du/ds) cos O+ (dc/ds)]
de donde
Para ángulos O muy pequeños, el gradiente de viento tiene el mismo efecto que el
gradiente de velocidad del sonido. Así, para la propagación en la dirección del viento,
un gradiente de viento de 0,195 m/seg cada 30 m equilibraría el efecto de un gra-
diente térmico adiabático de loe cada 100 m para todos los rayos próximos a la
horizontal. Para la dirección contraria a la del rayo se suman sus efectos.
Método simplificado para hallar la trayectoria de los rayos sonoros. Se describe
a continuación un método gráfico para el dibujo de los rayos sonoros, basado en el
hecho de que, para un gradiente de velocidad (u + c) lineal, el rayo adquiere una
trayectoria circular, con el centro a una altura en la que la velocidad extrapolada
sea nula.
Se establece un sistema de ejes coordenados que den la velocidad del sonido (el
eje horizontal superior de la Fig. 3.13) en función de la altura (el eje vertical de
dicha figura). El eje horizontal de la parte inferior de la figura 3.13 da la temperatura
correspondiente a la velocidad del sonido, según la ecuación (3.4). La curva c mues-
::e 100
:z
1LI
<r
IX: 60
:::>
~
...J
<r
30
o
286 288 290 292 294 296 298 300
TEMPERATURA EN GRADOS KELVIN.
86
tra la relación entre la temperatura y la altura. El eje superior muestra la velocidad
del sonido relativa a la que existe en el suelo. La curva u es la representación gráfica
de la velocidad del viento en función de la altura con relación a la existente en el
suelo. Esta velocidad se considera positiva cuando va de la fuente al receptor. En el
.ejemplo, el viento va del receptor a la fuente, y su velocidad se incrementa hasta
10,9 Km/h a una altura de 120 m. La curva de trazos (u+c) es la suma de las dos
.anteriores y representa la trayectoria del rayo sonoro.
La curva (u+c) puede obtenerse por aproximación mediante una serie de seg-
mentos rectilíneos. En el caso de la figura 3.13, éstos serían los segmentos OA, AB
.y BD. Se puede determinar la altura en la que las rectas, prolongación de dichos
7,6
'segmentos, darían una resultante nula. Para OA, esta altura sería 345 x - - = 1300 m.
2
23 100
Para AB sería 342x--=3150 m. Para BD sería 340x--=17000 m.
2,5 2
En la figura 3.14 se dibujan a gran escala los ejes de coordenadas. Los niveles
-correspondientes a los puntos A, B y D se indican mediante líneas de trazos. Las
87
la posición de un observador depende de su altura. Si es iguaJI a la de la fuente~
el observador estará en zona de sombra para distancias superiores a 2x. En general~
la zona de sombra se puede calcular como sigue:
Suponiendo que sean constantes los gradientes de las velocidades del sonido y del
viento y que el rayo sonoro se propague en una dirección casi horizontal, los rayos.
siguen trayectorias circulares, y aplicando la ecuación 3.10,
(3.11)1
(du/dz) cos o+ (dc/dz)
Se ha calculado el valor de x para una fuente situada a 3 m de altura, en presencia
de un viento de 11 Km/h, suponiendo un gradiente de velocidad correspondiente a
un suelo con hierba fina de 50 cm de altura (ver la tabla 3.1). Se usaron unos gradien-
tes de temperatura correspondientes a una altura de 1,5 m; se dan en la figura 3.5.
En la figura 3.15 se dan las curvas correspondientes a los límites de la zona de som-
(al
FIG. 3.15. (a) Ejemplo de formación de sombras alrededor de una fuente situada.
a 3 m de altura. La velocidad media del viento a dicha altura es de 4,4 Km/h. (b) Ejem-
plo de formación de sombras durante la noche con la misma fuente que en el caso
anterior. En ambos casos el receptor está también a 3 m de altura. (Según Ingard.9) I
88
bra, para las condiciones ya expuestas, a medianoche y a mediodía, en invierno y en
verano. (Se supone que en todos los casos existe el mismo tipo de viento.)
rayo límite AE. En esta zona de sombra, la presión sonora cae de forma semejante
a como lo haría si se tratase de una onda cilíndrica amortiguada. De forma que la
presión sonora en el punto D (ver Fig. 3.16) es
CF ) 1/2
P=PE ( ce e-k(AB) (3.12)
donde CF, ce y AB son las distancias indicadas. E está a la misma altura que D
y PE es la presión sonora en E; k es la constante de atenuación, dada por
00 1 ) 1/3 (}
k=101 (
-- -- (3.13)
, Co h5 2h o
Esta es una aproximación válida para \Z/poCo I3 «CI)h o/co· A 100 ciclos por segundo y para
gradientes normales, esto significa que la aproximación es buena para IZ/poCl «50.
89
Para suelos de alta impedancia,
300
"i ZOO
z
w
«
a::
::l 100
~
oC(
O
326 330,5
C( M/SEG)
FIG. 3.17. Formación del rayo para el caso de inversión térmica en el suelo
y gradiente negativo a mayores alturas.
diente al rayo límite usando la ecuación (3.8), con c p = 335 m/seg, Co= 331 m/seg y
up=uo=O,
330,5
cos 0Um=---=0,98
333
de forma que Olfm= 10°. El alcance de la sombra vendrá dado por la ecuación (3.10),
donde h=91 m,
335-330,5
k 0,05
91
y co=330,5, por lo que R=2195 m.
En la sombra, la intensidad del sonido disminuiría como la de una onda cilíndrica
amortiguada, con un coeficiente de amortiguamiento dado por la ecuación (3.13),
con 0= 1, y siendo h o= 3350 m.
En todo lo anterior se supone que el suelo es un buen absorbente, de forma que,
por ejemplo, el rayo que sale de la fuente con una inclinación de 5° es absorbido
totalmente.
90
Canales sonoros. Si, en el caso anterior, el suelo fuera un buen reflector, toda
la capa atmosférica por debajo de los 91 m actuaría como un canal sonoro, ya que
ningún rayo que saliese de la fuente con una inclinación inferior a los 10° podría aban-
donar dicha zona.
Es posible la existencia de este tipo de canales en capas elevadas, aunque no se
haya escrito nada importante todavía sobre este asunto. La estructura térmica de la
TEMPERATURA DISTANCIA
figura 3.18 llevaría a la formación de uno de estos canales. Los rayos sonoros de
una fuente situada en esta zona de baja temperatura, que tuviesen una inclinación
pequeña, quedarían atrapados en ella.
Las ecuaciones (3.12) a (3.14) son apropiadas para una fuente y un receptor situa-
dos junto al suelo, en una atmósfera estable con un gradiente de temperatura. Aquí se
va a considerar una atmósfera uniforme (ho=oo). Más aún, se supone que el terreno
tiene una impedancia característica constante, en lugar de lo supuesto anteriormen-
te: que la impedancia superficial normal era constante.
Como regla general, los terrenos naturales son porosos, teniendo una resistividad
al flujo finita, de forma que la impedancia característica del suelo será distinta del
producto de su peso especifico por la velocidad de la onda de compresión pe, y puede,
en muchos casos, estar dentro del orden de magnitud de la impedancia característica
del aire. Por consiguiente, las ondas sonoras nacidas en el aire que incidan sobre
este terreno poroso serán reflejadas sólo de una forma parcial. Una proporción apre-
ciable de su energía será absorbida por los poros, atenuándose. Por desgracia, hay
pocos datos publicados sobre la impedancia característica y las constantes de propa-
gación para los diversos tipos de terreno, aunque están disponibles algunos valores
para frecuencias por encima de los 10000 Hz.
La atenuación que resulta de la propagación sobre el terreno se puede determinar
mediante el siguiente análisis. Consideremos una fuente de sonido puntual, cercada
RECEPTOR
AIRE
TIE:RRA
91
al suelo. Si la impedancia acústica del terreno es infinita, condición a la que se apro-
ximan las superficies de hormigón o de asfalto, el campo sonoro debido a la fuente
se puede obtener sumando el campo originado directamente por la fuente y el debido
a su imagen virtual, como puede verse en la figura 3.19. (Sin embargo, si la impe-
~m 2~
..JO
O~_~~~¡q
~~ 41-----+---+--+-f---P~d::__t_~::-.;~__2:~
z~
iiJ: 61-----+---+--+-f---+--+--+-_t_-----'=="""-o;!~----""t'_2'_<2i'"~""k::~io._
Zo
Wz
ZO 8t-----t---+--+-f---t--+--t-_t_--------j!-----t--"""""'-:-+-_+_~
Ol/)
8~ 10 t-----+---+----+--f---+--+--+--f------II----f---+---I-~
i5ffi
wa:
a: !lo t 2 t-----'----'---'--'----'---'---'---'----------j!----_t_--+--t--f---t--t--f"'oo<j
AMPLITUD DEL FACTOR DE PERDIDAS
14 '-----'----'---'--'----'---'---'---'--------''-----'-----'---'--'---'----'--.............
0.02 0.05 0.1 0.2 O.s. f.O
DISTANCIA NUMERICA Wo
dancia acústica del terreno no es infinita, el concepto de imagen virtual deja de ser
válido.) La presión acústica bajo estas condiciones viene dada por 13
(3.15)
donde
Z2 cos (J¡ - pe cos 82
(3.16)
Z2 cos 81 + pe cos 82
F= 1 + "i2 w l/ 2 e-wf 00
-iw l /2
e- u2 du (3.17) *
. . 2k l R 2 (pe)2 cos2 82
w=woe'b=z---- (3.18)
(1- R p )2 Z~ sen281
cos2 82= 1- kilk~ sen2 81,
k l = constante de propagación en el aire,
k 2= constante de propagación en el suelo,
pe= impedancia acústica característica del aire,
Z2= impedancia acústica característica del suelo.
92
2 5 10 20 50 100
DISTANCIA NUMERARIA Wo
FIG. 3.20b. Representación gráfica de F o en función de la distancia numérica Wo y b
(véase el texto).
Puede verse que cuando Ct.I tiende a O, F tiende al; mientras que cuando Cü tien-
de a oc, F tiende a O. Más aún, Ct.I es proporcional a k I R 2, así que es evidente que
para valores de ro o de (za + Zb) muy grandes comparados con la longitud de onda en
el aire, F tenderá a O. (Puesto que Ct.I es función de la impedancia y de la constante
de propagación del suelo, los valores de ro, o Za + Zb, que son necesarios para que F sea
inapreciable, variarán con la naturaleza del suelo.) Cuando F tienda a O, la amplitud p
tiende al valor siguiente:
93
alturas 00 es muy grande y F muy pequeñ,o, de forma que p= 2ei k JR J/R¡. En conse-
cuencia, la función F representa el incremento de la disminución de la presión acús-
tica debido a no ser el suelo un reflector perfecto. A F se le puede llamar «factor
de pérdidas en el suelo».
100 r--------------,-------r----r---¡-~-¡_lln
FASE DE FA erOR OE PERo/DAS
90 1----,..---,--.----r---,r-r-1rl------j-
70 I---+---I----+--+-j---'H-t------r----r---t-~
lf)
g 60 ~---l---+-+-t-+-+++-----__jr----¡-_::7:7t7"J
<t
a::
C> 50 1----l---i---+-t-+-+++-----t-::;:;>:::~~~7t'74_7_r
z
lJJ
"Q. 40 1----+---+--+-t-++++---:::;;OO:::~~~""""=7:P~;;1"""'-"::P_{
°OL.0-2--L--L-O.l.0-5.-L--..JLLJL0.1.1------::0~.2:-----IL...-.!----::O.l;5-L.-...L..-....:.::;~
DISTANCIA NUMERICA w~
(/)
180
160
140
~~-i
I
I
=.L_ '
FASE [EL FACTOR DE PERDIDAS
I
L.:.-'i-+----+-~;;-t--:--r-_r_tl--r-1
g 120
<t
:; 100
z
w eo
'Q
60
40
o t=:==±==c:::t=t:±:r::dt==~"::iiQL~P=tJ~
1 2 5 10
DiSTANCIA NUMERICA
94-
Ejemplo. Determinar, mediante el método dado anteriormente, la distancia a la
que el nivel de presión sonora caerá 6 db, como resultado de la absorción del terreno,
para el caso de que ambos, la fuente y el receptor, estén al nivel del suelo. Suponga-
mos que la frecuencia es de 200 Hz, la impedancia acústica característica del terreno
3pc(1+i) y el valor de k 2 =k 1 ·3(1+i).
(Nota: Supuesta una solución de la forma ei(k1x-wt), una parte imaginaria positiva,
significa que la reactancia es negativa.) Según lo anterior,
cu=0,028klRei°o.055
REFERENCIAS
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95
Capítulo 4
EL MECANISMO DE LA AUDICION
INTRODUCCION
Para conocer mejor muchos de los problemas del control de los ruidos,
serán útiles algunos conocimientos sobre el mecanismo de la audición. El oído
es un detector biológico del sonido, un mecanismo físico que puede ser da-
ñado por un sonido demasiado intenso. El capítulo 7 está dedicado a los
efectos del ruido sobre la audición; el capítulo 8, a la protección del me-
canismo auditivo contra el daño, y el capítulo 38, a los aspectos legales de
las incapacidades que resultan cuando tales daños ocurren. En relación con
esto, debemos conocer no sólo la anatomía y algo del funcionamiento normal
del oído, sino también las incapacidades auditivas que surgen por otras cau-
sas, como una infección o la edad avanzada. Estos puntos se estudian en
este capítulo. También la descripción del mecanismo de detección del sonido
nos permite comprender mejor los problemas de la audiometría en la indus-
tria (Cap. 6) y los problemas básicos de la sonoridad del ruido.
97
bierto por la piel, que se hace más sensible cuanto más hacia el interior esté,
particularmente en la zona más profunda, donde se apoya directamente en
el hueso. La cera, segregada por la piel, le sirve de protección. La flexibilidad
y sensibilidad de la piel son factores limitadores importantes de la capacidad
para ponerse tapones en los oídos, y de su resultado.
CONDUCTOS
SEMICIRCULARES
CE LULAS
MASTOIDEAS
98
dedor de un eje que pasa casi tangente al borde superior trasero de la mem-
brana del tímpano (Fig. 4.2).
Dos pequeños músculos (no representados en la figura), el tensor del
tímpano, unido a la gran protuberancia del martillo, y el estapedio, unido al
cuello del estribo, limitan un poco los movimientos de los huesecillos. El
movimiento de la base del estribo en la ventana oval es semejante al de un
torniquete alrededor de un eje tangencial al borde posterior de la base. Aquí,
el ligamento que suspende es más estrecho, mientras que el borde móvil
anterior era más ancho y elástico. A presiones sonoras muy altas, el estribo
LIGAMENTOS AXIALES
El oído interno
El oído interno consta de una serie de canales y cámaras de forma tan
complicada que se les conoce como el laberinto. El laberinto no es visible
fácilmente, tal como se sugiere en la figura 4.1, ya que está enterrado en la
masa del hueso temporal, en la base del cráneo. Los conductos óseos del
laberinto están llenos de un líquido acuoso y claro, denominado perilinfo, y
en su interior hay una serie de delicados tubos membranosos y de cavidades
que contienen un líquido claro, muy semejante, conocido como endolinfo. Los
tubos membranosos y las cavidades también contienen las células sensoria-
les del oído interno y sus correspondientes estructuras de sustentación.
Nos concretaremos solamente al órgano auditivo, es decir, el caracol y
la parte central del vestíbulo, que conecta con el caracol, dentro del cual se
abre la ventana oval.
El caracol está arrollado como su homónimo animal en una espiral plana
de dos vueltas y media. El canal de su interior es de unos 35 mm de largo,
y se ciega en su extremo final. El canal está parcialmente dividido en una
galería (tramo) superior (vestibular) y otra inferior (del tímpano) por una
escalera espiral ósea que sale desde la pared interior de la galería igual que
una escala a lo largo de la pared interior de una escalera circular. La división
entre las dos galerías se completa mediante una membrana fibrosa flexible,
99
la membrana basal, que se extiende a través del borde inferior de la escala
ósea hasta el ligamento espiral que lo une a la pared exterior (véase Fig. 4.3).
La membrana basal y la escala terminan a un milímetro o dos escasos del
final de las galerías, así que las dos galerías se unen en el vértice del caracol.
A la abertura por la que se unen se le llama helicotrema; su tamaño está
entre 0,25 y 0,40 mm2• La membrana basal tiene unos 32 mm de longitud y
disminuye en su anchura desde unos 0,5 mm cerca del vértice hasta unos
0,05 mm en la base del caracol, junto a la ventana abierta. En la superficie
vestibular de la membrana basal se apoya el tubo membranoso que contiene
las células sensoriales, sus estructuras de sustentación y el endolinfa. Al
espacio interior de este tubo se le llama tramo medio. Las células sensoriales
y sus estructuras de sustentación son conocidas como el órgano de Corti.
La ventana circular se abre hacia el interior de la membrana del tímpano cerca
TRAMO VESTIBULAR
( PERILlNFO)
FIG. 4.3. Sección transversal del tabique del caracol mostrando la estructura
sensorial. Este dibujo representa una sección a mitad de camino entre la ventana
circular y el ápice en una cobaya. El oído humano es muy similar. Algunos
detalles, concretamente la amplitud de la membrana basal, varían sistemática-
mente con la posición superior o inferior de la espiral del caracol. (Davis,16)
100
del órgano de Corti y unido a él por una red fibrosa a lo largo de sus bordes
se apoya otra estructura, la membrana tectaria. La membrana tectaria está
unida también por un borde a una estructura de sustentación firme, el
limbo. Los extremos exteriores de los pelitos de las células capilares "están
incrustados en la membrana tectaria y se doblan al producirse algún movi-
miento cortante entre ella y el órgano de Corti. La superficie del órgano de
Corti, que cubre la membrana tectaria, es una lámina bastante rígida, (la
«lámina reticular» de la Fig. 4.3). Los extremos superiores de las células ca-
pilares forman parte de esta lámina. Los extremos inferiores de las células
capilares sujetan por sus propias estructuras de sustentación, y los extremos
de las fibras nerviosas auditivas se extienden sobre los bordes inferiores de
las células capilares.
Las células capilares están ordenadas sistemáticamente en varias hileras
a lo largo del órgano de Corti. Una hilera se apoya precisamente en la parte
interior de los bastones de Corti (véase Fig. 4.3) en dirección al limbo. Estas
son conocidas como las células capilares internas. Las otras, las células ca-
pilares externas, están colocadas en tres hileras paralelas en el lado opuesto
a los bastones de Corti. Cada célula capilar externa tiene unas 8 micras de
diámetro; las células capilares internas son un poco más grandes. En cada
oído hay unas 3500 células internas y 20000 células externas.
El sentido del oído es desempeñado por la zona coclear del nervio audi-
tivo. La masa de las células de sus fibras nerviosas descansan junto al órga-
no de Corti, dentro de la estructura ósea del núcleo central del caracol. Se
extiende a todo lo largo del caracol de una forma que llamamos espiral gan-
glionar, que contiene unas 27 000 células nerviosas.
La relación entre las células nerviosas y las células capilares no es sen-
cilla. Algunas fibras sencillas tienen conexión con una o dos células capilares.
Este parece ser el acoplamiento dominante en las células capilares internas.
Para las células capilares externas, sin embargo, la mayoría de las fibras
nerviosas están en contacto con bastantes células capilares a lo largo de su
recorrido. Más aún, cada célula capilar recibe normalmente conexiones de
bastantes fibras nerviosas. El significado funcional de esta complicada dis-
tribución múltiple de las fibras nerviosas no se conoce, aunque también en
otros órganos sensoriales se han encontrado distribuciones igual de compli-
cadas, en forma de malla.
101
acústica los estimula, o de qué manera el oído interno lleva a cabo un aná-
lisis acústico parcial de los sonidos en cuanto a su incidencia sonora, su fre-
cuencia, y su tiempo de llegada. Todos éstos son problemas de la fisiología
del oído. En lo que se refiere al control de los ruidos, es suficiente saber que
el oído externo conduce la energía acústica al oído medio, y éste hace de
mecanismo igualador de impedancias para ceder la energía eficazmente al
oído interno. Además, debemos saber que el oído interno puede ser dañado
por algunas enfermedades, y también por un ruido excesivo.
Por otra parte, sabemos demasiado poco sobre las relaciones de los im-
pulsos nerviosos con el pensamiento y la acción como para confeccionar una
neuroanatomía o neurofisiología de alguna importancia práctica para el con-
trol de los ruidos. No es difícil, no obstante, medir la sensibilidad en conjunto
y el poder de diferenciación del mecanismo auditivo humano, como lo hace-
mos mediante «pruebas de audición», en términos corrientes. Esto es com-
petencia de la psicoacústica, y más específicamente de la audiometría. Estos
aspectos de la audición, incluyendo el problema de la sonoridad, se tratarán
en posteriores capítulos.
El oído externo2
El efecto acústico en la aurícula es casi despreciable, mayormente porque
la zona lateral de la cabeza forma un reflector acústico mayor, cercano y
casi en el mismo plano.
En un espacio abierto, el conducto exterior se comporta como un reso-
nador acústico con una frecuencia natural de unos 3000 cps. Esto tiene un
efecto pequeño por debajo de los 1000 cps, pero a 3000 cps, el nivel de in-
cidencia sonora justamente delante del tímpano vale entre 10 y 12 db, supe-
rior por término medio al medido en la misma entrada del canal. La dife-
rencia del nivel de incidencia sonora desciende de nuevo para frecuencias
superiores a 3 db, a 7000 cps. La resonancia del conducto exterior es uno
de los factores que determinan la sensibilidad auditiva humana.
Oído medio2 • 13
Cuando el oído es excitado por un golpe agudo, el mango del martillo oscila
de unos 1300 a 1500 cps. Es inevitable alguna distorsión debida a sonidos
transitorios rápidos. Las oscilaciones que amortiguan lentamente, sin llegar
a ser del todo críticas. A frecuencias más altas pueden aparecer otras reso-
nancias menores.
A bajas frecuencias, el oído es sensible principalmente a los cambios de
presión, más que a la velocidad de la partícula de aire en vibración y el
tímpano actúa como una mebrana elástica, cuyos desplazamientos son pro-
porcionales a la presión sonora incidente. El aire aprisionado en el oído medio
actúa como una almohada y es responsable, parcialmente, del comportamiento
acústico del tímpano. Sin embargo, cerca de sus frecuencias naturales, el oído
no actúa de una manera estrictamente análoga a la de un micrófono.
102
La fuerza resultante de las ondas sonoras actuando sobre la membrana
del tímpano se transmite al fluido que llena el oído interno, a través de un
sistema de dos palancas colocadas en serie. La primera es la combinación
del tímpano-martillo-yunque que gira como un todo alrededor del eje de
los ligamentos que sostienen el martillo y el yunque (Fig. 4.2). La segunda
está formada por el estribo, balanceándose sobre su «talón».
La fuerza ejercida por el estribo sobre el fluido es casi la misma que la
ejercida sobre la membrana móvil del tímpano por la onda sonora del aire.
La superficie de la base del estribo es, no obstante, mucho menor que la de
la sección rígida móvil del tímpano. La presión transmitida por el estribo es,
por tanto, considerablemente mayor que la transmitida por la onda sonora,
quizás en una proporción con mucho de 22: 1.
En un lenguaje más técnico, el oído medio iguala parcialmente la impe-
dancia del aire exterior a la del fluido en el oído interno. El equilibrio de las
impedancias da como resultado una transmisión más eficaz de energía del
aire al oído interno con menor pérdida por reflexión del sonido que vuelve
del tímpano. Existe alguna pequeña discrepancia entre el porcentaje «nor-
U1- 50
FIG. 4.4. Transformación de la presión en el o~ 30 1CONDUCTO
E~TRIBO ""-,,,'
,sr 4 .
'I:l.
oído externo y medio. La presión en el estribo
se incrementa con respecto a la existente en el
extremo exterior del conducto auditivo (meato),
y en el tímpano según las razones mostradas. El
~~ 20
u - 10
~~
~iii 5
- I~
T/MPANO-ESTR/SO
r\
~
103
Conducción ósea2
La conducción de energía acústica al oído interno por cualquier otro ca-
mino que no sea a través del aire del conducto externo, la membrana del tím-
pano y los huesecillos, se denomina conducción ósea. Un ejemplo es la audi-
ción de un diapasón cuyo pie se apoye contra la frente. La propia voz de cada
uno es una importante fuente de sonido con conducción ósea.
Si bien sólo una fracción muy pequeña de energía acústica transmitida
por el aire se convierte en vibración producida en la parte sólida de la cabe-
za, esta vibración puede detectarse por conducción ósea si el sonido transmi-
tido por el aire es lo suficientemente intenso.
Las vibraciones conducidas por los huesos no estimulan el nervio audi-
tivo directamente pero, de un modo u otro, producen exactamente el mismo
tipo de vibración de la pared coclear que el sonido conducido por el aire.
Un problema de mayor envergadura relacionado con la conducción ósea
consiste en la identificación y evaluación de los muchos y variados caminos
que pueden seguirse, a menudo simultáneamente, por la energía acústica. Esto
llega a ser importante en el estudio de los tapones, orejeras y cascos como
protección contra el ruido intenso, y también en el diagnóstico de la naturaleza
de la pérdida de audición.
Un mecanismo de conducción ósea es la vibración de la cabeza conside-
rada como un todo. Esta es la forma de comportamiento normal a frecuencias
por debajo de 200 cps. Si no fuera por la forma de los huesecillos y el modo
en que se sustentan, la energía podría transferirse con gran efectividad a los
huesecillos mediante este movimiento de un lado para otro a causa de su
inercia.
A la frecuencia de 800 cps, la frente y la parte inferior de la cabeza se
mueven en direcciones opuestas, con una línea nodal de compresión entre
ellas. A frecuencias mayores aparecen en el cráneo unos tipos de vibración
aún más complicados.
Cualquiera que sea la frecuencia, el cráneo debe ser considerado como
un todo. No es sorprendente que en la conducción ósea la energía alcance
el oído derecho con casi la misma intensidad con que lo hace en el oído
izquierdo, sin tener en cuenta si la energía se aplica (como en un espacio
sonoro) a la frente, al mastoideo derecho o al mastoideo izquierdo.
104
Mecanismos de protección 2,6,9,13
El oído medio parece proteger las delicadas estructuras sensoriales del
oído interno de posibles daños por efecto de sonidos muy intensos. No obs-
tante, no está muy claro el alcance de esta protección.
Tipo de vibración. Un mecanismo de protección consiste en el cambio
del tipo de vibración del estribo. Esto se ha demostrado claramente para muy
bajas frecuencias, por ejemplo, de unos 10 cps. El nivel de incidencia sonora
en el que dicha protección se lleva a cabo se manifiesta por un decrecimiento
de la sonoridad del tono y por el comienzo de una sensación de escozor en
el oído medio. ·La amplitud del intervalo en que ocurre este cambio en el
tipo de vibración es considerable. Es dudoso el que a frecuencias más altas
el cambio se produzca para niveles de incidencia sonora por debajo de aque-
llos que causan dolores agudos en el oído.
El reflejo intra-auricular. Los músculos del oído medio están pensados
generalmente para proporcionar alguna protección mediante una contracción
refleja en respuesta a los sonidos fuertes, de una forma parecida a como se
cierra el párpado de modo reflejo cuando una luz brillante centellea delante
de los ojos. Esta contracción del estapedio, oscilando sobre la base del estri-
bo por fuera, puede observarse en los pacientes que tengan orificios grandes
en sus tímpanos. El músculo tensor del tímpano tiende a impulsar el largo
recorrido del martillo hacia adentro y de este modo se opone a la acción
del estapedio. Con todo, puede verse cómo no se mueve la membrana tim-
pánica completa. El resultado total parece ser simplemente un endurecimiento
de la cadena de huesecillos. La frecuencia natural del oído medio es alterada
un poco, presumiblemente, y los cambios en la transmisión son del orden
de 5 o 10 db. En cualquier caso, el tiempo de reacción es de al menos 10 mseg,
de modo que aun esta pequeña protección es inefectiva contra ondas acús-
ticas frontales provenientes de impactos o explosiones.
Distorsión no lineal. Se puede proporcionar una cierta protección al oído
interno mediante una respuesta no lineal del oído medio a los sonidos inten-
sos. Para amplitudes pequeñas, el desplazamiento del estribo parece ser pro-
porcional a la presión aplicada en el tímpano, pero, como en todo sistema
mecánico, a medida que aumenta la presión la amplitud de desplazamiento
deja finalmente de ser proporcional a ella. El sistema se dice que está «so-
brecargado». El oído interno es protegido de manera que los desplazamientos
extremos del estribo se reducen. Una gran proporción de la energía total se
disipa dentro del oído medio, o bien se refleja desde el tímpano.
La situación es complicada, no obstante. Parte de la energía transmitida
en un sistema sobrecargado se transforma a frecuencias más altas, que son
múltiplos de la frecuencia original, y resulta lo que se llama « distorsión ar-
mónica». Igualmente, si existe más de una frecuencia, se producirán nuevas
frecuencias de vibración que corresponden a la suma y a la diferencia entre
esas frecuencias y/o sus armónicos. La producción de armónicos mayores y
de la suma y diferencia de tonos en el oído ha sido ampliamente demostrada.
El elemento del sistema responsable de esta distorsión no lineal y de los
105
consecuentes armomcos auriculares es tema de considerable debate. Aparen-
temente, la membrana del tímpano no es responsable, excepto si es despla-
zada por una presi6n estática relativamente grande. De la acci6n de la base
del estribo resulta un cierto comportamiento no lineal.
Otra fuente de no linealidad está dentro del oído interno. Las estructuras
sensoriales pueden «sobrecargarse» por sí mismas, y de este modo quedan
sujetas a posibles tensiones mecánicas peligrosas. Existe una evidencia notable
de que algunos procesos en el oído interno son de hecho no lineales, incluso
a niveles de incidencia sonora bastante moderados, pero hasta donde sabemos
sobre la exacta 10calizaci6n y naturaleza de los procesos no lineales, no
puede denunciarse automáticamente como una señal de peligro la aparici6n
de no linealidad. Un sistema que está «sobrecargado» en el sentido de que
su respuesta se convierta en no lineal, no está necesariamente en peligro de
fractura.
Una nueva prueba de no linealidad en el oído medio es la aparici6n de
«subarm6nicos», que son submúltiplos de la frecuencia de excitaci6n. Estos
subarm6nicos pueden producirse en los sistemas mecánicos que tienen más
de un grado de libertad particularmente cuando son excitados a frecuencias
superiores a la natural de una de sus formas de vibraci6n. El oído es como
un sistema, y estos subarm6nicos irradiados desde el oído medio han sido
puestos de manifiesto a niveles sonoros cercanos, o por encima del umbral
de incomodidad o de sensaciones táctiles en el oído. Estos subarm6nicos se
generan, evidentemente, en el oído medio.
La no linealidad del oído y la producci6n en él de arm6nicos, subarm6ni-
cos, y de la suma y diferencia de tonos, se mencionan aquí no solamente a
causa de su acci6n protectora, sino también para ilustrar la complejidad del
comportamiento acústico del oído para niveles altos de incidencia sonora.
Todos estos efectos pueden demostrarse a niveles sonoros como los que po-
demos encontrar en algunas situaciones industriales o militares, y algunos de
ellos a niveles bastante inferiores a los que causan dolor o al menos inco-
modidad. Esto sugiere que los límites mecánicos han sido alcanzados de
alguna manera, pero su significado como señales de precauci6n o acciones
protectoras no ha sido todavía fijado adecuadamente. En cualquier caso, de-
bemos contar con la distorsi6n como causante de la deterioraci6n de señales
acústicas tales como la palabra, que son recibidas a altos niveles de inci-
dencia sonora.
SENSIBILIDAD AUDITIVA
El área auditiva
La menor presi6n sonora necesaria para producir un tono audible, es
decir, la presi6n «umbral», depende de la frecuencia del tono. En menor
grado, depende también de si la presi6n sonora se mide a la entrada del
conducto auditivo (presi6n mínima audible) o en un espacio abierto (espacio
mínimo audible); de si el tono es continuo o se interrumpe, de si hay otros
106
tonos, o ruidos, sonando; de la dirección de la fuente (en un espacio abier-
to), etc. Las prácticas en la audición pueden mejorar el registro en varios
decibelios, e incluso bajo condiciones similares la sensibilidad de oídos nor-
males difiere considerablemente. Es posible definir un estímulo auditivo de
diversas formas: por ejemplo, en términos de: 1) la presión sonora medida
en el tímpano por una sonda microfónica, 2) la presión sonora a la entrada
del conducto auditivo, o 3) la presión medida en un espacio abierto acústico
en el lugar que más tarde ocupará el centro de la cabeza del oyente. La
localización escogida normalmente para la especificación del entorno del
umbral en un espacio abierto está a la entrada del conducto auditivo, no en
la membrana del tímpano. La medición en espacio abierto sin el oyente pre-
sente es el procedimiento empleado casi exclusivamente en otros problemas
relativos al control de ruidos. El umbral de audición para los dos oídos
z 140
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FIG. 4.5. El «área auditiva». La curva inferior
muestra el umbral de audición para una
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¡;1~ 20
""'-, ; .
escucha biauricular en un espacio abierto. > "r--. --" '/
rv
(Según Robinson y Dadson. 14) El umbral de
i o -..:
-
incomodidad se considera frecuentemente a 20 50 100 200 500 1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
los 120 db, Y el umbral de dolor, a 140 db.
107
bares. La amplitud de vibración de la membrana del tímpano a 2000 cps
aumenta desde un increíblemente pequeño 10-9 cm (la décima parte del
diámetro de un átomo de hidrógeno) a 1/10 mm a 140 db.
La facultad del oído de distinguir pequeñas diferencias de presión, fre-
cuencia y tiempo corresponde a los dominios de la psicofísica. El sistema
central nervioso elabora de forma complicada la información que llega a los
oídos. Los informes, como las apreciables diferencias en la frecuencia o en la
presión sonora, deben ser acompañados, a fin de interpretarse completamente,
por especificaciones detalladas de las condiciones y métodos de la medición.
Fatiga auditiva
La sensibilidad del oído no es constante. Tanto en el umbral para un
tono como su sonoridad pueden variar considerablemente como resultado de
exposiciones previas a sonidos de igual o distinta frecuencia. Los cambios
a corto plazo producidos por sonidos por debajo de 90 o 100 db son esen-
cialmente un ajuste del equilibrio físico o químico en el órgano sensible,
más bien que fatiga en el sentido de agotamiento. Son procesos análogos a
los de adaptación a la oscuridad o a la luz por parte del ojo.
Los sonidos más fuertes producen cambios más duraderos en el umbral,
que aumentan con la exposición continuada. Después de estos cambios tran-
sitorios en el umbral, tiene lugar una recuperación completa, pero esto puede
llevar horas e incluso días (véase Cap. 7). Los cambios transitorios de 20 a
30 db son la regla para oídos jóvenes en muchas situaciones industriales
ruidosas. Esta condición puede llamarse con propiedad «fatiga auditiva», si
bien es difícil delimitar la frontera entre la fatiga psicológica y la lesión
patológica seguida de recuperación. Los oídos de cada individuo varían gran-
demente en su sensibilidad a los cambios transitorios en el umbral. No se
conoce si los mismos oídos que muestran grandes cambios transitorios en el
umbral son también los más susceptibles de acumular pérdidas permanentes
de audición de tipo industrial o debidas a la presbiacusia.
Localización auditiva
Una importante facultad auditiva consiste en la localización de la fuente
del sonido. Los indicios más importantes son diferencias en la presión so-
nora y en el tiempo de llegada de las correspondientes ondas sonoras a los
dos oídos. Es, en principio, un sentido biauricular, si bien una persona con
un solo oído bueno puede localizar un sonido a cierta distancia si se le per-
mite girar la cabeza. Ciertos rudimentos del sentido de localización del eco,
que está muy desarrollado en los murciélagos, aparecen en los seres humanos
como, por ejemplo, en la sensación de espacio dada por la reverberación del
sonido y por su facultad de sentir por los ecos de los oídos que nosotros
mismos producimos, la presencia de una superficie reflectante cercana, in-
cluso cuando no somos conscientes de cómo lo hacemos.
108
DETERIOROS DE LA AUDICION 5
Oído externo
Cuerpos extraños y ({otztzs externa». Los accidentes o la enfermedad
pueden afectar al oído externo y al medio. Una molestia en el oído externo
consiste en la presencia de materias extrañas, como insectos o agua. El agua
que permanece en el oído externo no sólo interfiere en la conducción del
sonido, sino que también reblandece y debilita la piel que recubre el con-
ducto, facilitando la entrada de infecciones. Estas infecciones, si bien pueden
desarrollarse lentamente y nunca producen una inflamación aguda, o un
absceso, pueden ser muy tenaces e irritativas. Esto es particularmente cierto
en el caso de los hongos y las infecciones bacterianas de escaso grado predo-
minantes en los climas tropicales calientes y húmedos. En estas zonas del
mundo la limpieza e integridad del conducto externo debe procurarse con
mucha atención, y ante la presencia de una infección de cualquier clase, el
uso de tapones insertables para la protección contra los ruidos puede traer
aún peores molestias y peligros.
Cera aglomerada. La defensa de la Naturaleza contra los insectos y el
agua es la cera, o «cerumen», que es formada por las glándulas epiteliales
del conducto auditivo. Pero a veces la cera se produce en cantidades excesi-
vas y forma una masa dura que puede adherirse o presionar contra la mem-
brana del tímpano, o puede obturar completamente el conducto. Los intentos
poco hábiles de quitar la cera por medio de cerillas, horquillas, algodón, etc.,
sirven probablemente sólo para introducirla más profundamente en el con-
ducto y para favorecer la aglomeración, como se le llama a la formación de
un tapón.
La pérdida en la transmisión producida por un tapón de cera puede ser
tan grande o incluso mayor que la obtenida con tapones artificiales muy
buenos. Puede reducirse la sensibilidad de este oído al nivel del sonido en
la conducción ósea recogida por el cráneo.
109
producidas por una antigua infección crónica o quizá por un injerto de piel
protectora colocado por un cirujano otólogo.
La pérdida de audición producida por una pequeña hendidura o un orifi-
cio en el tímpano puede ser despreciable, menor de 5 db. Un orificio mayor
puede producir una pérdida de 20 db, o incluso más.
La pérdida después de una «operación radical del mastoideo» puede ser
tan pequeña como de 25 db o tan grande como 45 db en un oído normal.
En un oído enfermo la operación mejora la audición frecuentemente, pero
siempre queda una pérdida de audición residual de unos 25 db a causa de la
falta de una cadena de huesecillos normal. La audición final depende de la
cantidad de tejido cicatrizado sobre el único huesecillo que queda en una
operación radical, o sea, el estribo~ Todas estas pérdidas de audición con-
ductiva afectan a todas las frecuencias, pero normalmente son más graves
a unas frecuencias que a otras.
La presión estática simple sobre la membrana del tímpano, cualquier ex-
ceso de aire aprisionado en el oído medio, o más frecuentemente una falta
de aire debido al incremento de la presión barométrica exterior sin la igua-
lación normal a través de la trompa de Eustaquio, reducirán la transmisión.
La diferencia en la presión estática pone en tensión a la membrana del tím-
pano y a los ligamentos de la cadena de huesecillos y de ese modo restringe
la amplitud del movimiento. La rigidez del sistema de transmisión se incre-
menta, y su respuesta puede llegar a ser no lineal.
Otitis media. El líquido, o pus, en el oído medio produce grandes re-
ducciones en la transmisión acústica. Las pérdidas pueden ser incluso ma-
yores si se forman «adherencias» de tejido fibroso cicatrizado. El líquido,
la pus y las adherencias se producen por la infección del oído medio, u otitis
media. La infección puede ser aguda o crónica, sencilla o recurrente. La fuente
normal de origen de las infecciones puede ser la nariz o la garganta, en
forma de constipado o de dolor de garganta. La trompa de Eustaquio y el
oído medio están en comunicación directa con la faringe y ligadas de hecho
al aparato respiratorio, de modo que no debe sorprendernos la estrecha re-
lación entre la otitis media y un resfriado común.
Otosclerosis. Otra causa de sordera conductiva es la otosclerosis. Esta
dolencia ataca principalmente a los adolescentes y a los adultos jóvenes. Se
demuestra su factor fuertemente hereditario por la tendencia a ocurrir en
ciertas familias, o a aparecer en personas blancas, pero no en negras. En la
otosclerosis, un tejido anormal de forma ósea invade la cápsula huesuda del
oído interno. Si el crecimiento se produce en el borde de la ventana ovalo
en el estribo, esto es como ensamblar la base del cráneo con una costura
ósea. La situación se ha descrito como «una especie de artritis de. la cadena
de huesecillos». No es dolorosa y no produce síntomas, excepto una progre-
siva pérdida de audición y, a veces, ruidos en la cabeza. Es más, la pérdida
de audición ocurre solamente cuando el estribo llega a estar fijado mecáni-
camente a la ventana oval. La pérdida de audición resultante puede ser de
hasta 60 db, que es la más grande obtenida en cualquier tipo de pérdida de
110
audición conductiva. Más o menos la «sordera nerviosa» o la «sordera co-
clear» puede estar también presente en oídos otoscleróticos y producir una
pérdida total de audición aún mayor.
El rasgo común de todos los tipos de sordera conductiva es que afectan
a la transmisión de energía acústica. La interferencia con la audición puede
ser entendida en términos anatómicos y físicos. El órgano sensorio se man-
tiene intacto y responde cuando recibe una energía acústica adecuada. Esto
puede realizarse normalmente por conducción ósea. El carácter físico con-
ductivo de la pérdida de audición se revela por una pérdida de sensibilidad
para el sonido transmitido por el aire, mientras que la sensibilidad permanece
prácticamente constante para el sonido conducido de forma ósea.
Barotrauma. La posibilidad de lesión en la membrana del tímpano a
causa de diferencias en la presión estática (barotrauma) entre la atmósfera
exterior y el aire dentro del oído medio se reduce grandemente por la acción
de la trompa de Eustaquio, que conecta el oído medio y la faringe por debajo
de la mucosa del paladar. El extremo interior de esta trompa está cerrado
normalmente, pero se abre de vez en cuando al tragar o bostezar, y permite
llenarse del gas absorbido por el oído medio mediante el flujo sanguíneo.
Esto permite también equilibrar las diferencias que puedan producirse brus-
camente a causa de los cambios de altitud, bien sea en un avión, o en un
ascensor. Si la trompa no se abre y equilibra la presión estática, la membrana
del tímpano y el sistema de sustentación de los huesecillos son sometidos a
una cierta tensión. Esto reduce su transmisión acústica y produce también
incomodidad o incluso agudos dolores. El resfriado común produce inflama-
ciones en la pared de la trompa de Eustaquio y las partes posteriores se
abren.
Oído interno
Sordera nerviosa y sordera coclear. Además de por pérdida conductiva,
las pérdidas de audición pueden deberse a daños en el órgano sensorio o en
el nervio auditivo. Ambos tipos han sido denominados sordera nerviosa o a
veces sordera perceptiva. A diferencia de la pérdida de audición conductiva,
la pérdida nerviosa indicada reduce la sensibilidad de la conducción ósea
además de la transmitida por el aire.
La enfermedad del caracol puede distinguirse frecuentemente del daño
en el nervio auditivo, y el término «sordera coclear» está obteniendo un
empleo creciente. La situación conocida como «síndrome de Ménü~reD es un
tipo importante de sordera coclear. Parece consistir en un proceso irritativo
que afecta normalmente a los conductos semicirculares y a otras partes del
laberinto, así como al caracol, y se caracteriza por ataques agudos de vértigo
y vahídos, por tintineos, por pérdida de audición y también por la imposibi-
lidad de comprender las palabras incluso cuando los sonidos puedan oírse.
Los ataques se atribuyen generalmente a cambios en el suministro sanguíneo
del oído.
Un defecto coclear muy corriente, aunque bastante diferente, consiste en
111
la degeneración de algunas de las células capilares, particularmente las exter-
nas situadas cerca de la base terminal del caracol. A veces, todas las células
capilares más allá de una zona de transición bastante fina pueden degene-
rarse, y frecuentemente también las fibras nerviosas. Esta situación da un
cuadro clínico de «pérdida de audición a un tono alto y brusco». El audio-
grama es normal hasta cierta frecuencia y entonces disminuye muy acusada-
mente. En otros casos, el descenso de sensibilidad en función de la frecuencia
no es tan brusco. Aquí la transición de células capilares de normales a dege-
neradas es menos brusca, presumiblemente. La pérdida de audición no es muy
diferente a la de la «sordera nerviosa», producida por la presión sobre el
nervio auditivo, o por un tumor.
Tintineo y diplacusia. El tintineo, o «zumbido de los oídos», parece ser
un síntoma de alguna especie de irritación del órgano sensorio. Algo como
un «ruido en la cabeza» es tan corriente como para ser considerado normal.
El tintineo puede crecer en gran medida por el ataque mecánico en la expo-
sición a un sonido muy fuerte. El fundamento para ello es? presumiblemente,
la descarga espontánea de las células capilares irritadas o las fibras nerviosas,
corno el picor o el escozor de la piel irritada.
La diplacusia consiste en que ambos oídos no oyen un sonido dado con
el mismo tono. Puede consistir en una simple desentonación. Son normales
pequeñas diferencias en el tono audible para una frecuencia dada. Se com-
pensan en el cerebro y pasan desapercibidas. Otra variedad de diplacusia
consiste en una anormalidad en la «calidad» de un tono, lo que produce
sonidos destemplados, zumbadores o múltiples en lugar de suaves, simples
o musicales. Tal distorsión es otra fuente corriente de irritación local, fatiga
o lesión benigna del órgano de Corti. Puede ser ocasionada por la exposición
a un tono de frecuencia simple a alta presión sonora.
Sordera central. Los desarreglos en la audición que aparecen en el ce-
rebro son de naturaleza compleja. Pueden tener importancia en relación con
problemas de compensación y rehabilitación. Algunos daños del cerebro tras-
tornan en grados variables la función normal de reconocimiento de los sonidos
y la interpretación de su significado. La sensibilidad auditiva puede ser nor-
mal, pero las palabras pueden dejar de tener significado. El término afasia
sensorial se refiere a esta situación.
A veces una persona se vuelve parcial o totalmente sorda por razones
estrictamente psicológicas. Esta sordera psicogénica tiene una base emocional
inconsciente y es bien reconocida por los psiquiatras. La carencia de res-
puesta al sonido es perfectamente real y no debe ser tomada por enfermedad
fingida. Esta sordera psicogénica puede combinarse con la periférica, deter-
minada físicamente por la pérdida de audición y aumenta grandemente la
incapacidad del paciente.
Presbiacusia. 1 La presbiacusia es la pérdida de sensibilidad para los tonos
de alta frecuencia que puede esperarse como parte del proceso medio de
envejecimiento. (Estos datos están dados en las Figs. 7.1 y 7.2.) El límite
superior de la audición en la escala de frecuencias empieza a disminuir en los
112
comienzos de la vida adulta. También es muy característica la llamada «caída
de los 4000 CpSD en el audiograma. La «caída de los 4000 cps» puede deberse,
o no, a la exposición anterior a algunos ruidos muy intensos. Estos descensos
son los más corrientes y tienden a ser más profundos y más extensos en los
hombres que en las mujeres, y a aumentar con la edad. Las pérdidas de audi-
ción media esperadas a los sesenta años de edad son de 32 db para los
hombres y 17 db para las mujeres. Existen expectativas medias y también
desviaciones individuales amplias y en gran número. El fundamento de la
pérdida de audición es una degeneración, por causas no adjudicables hasta el
presente a otras que no sean la edad, de algunas de las células capilares
cercanas al borde inferior del caracol.
Pérdida de audición industrial y trauma acústico. 1 La pérdida de audi-
ción industrial ha sido conocida largo tiempo como la «sordera de los cal-
dereros» y «sordera de los tejedores». Una exposición repetida a un ruido
muy intenso todo el día y cada día durante meses y años, causa una pérdida
de audición gradual y acumulable. Es una pérdida típica de los tonos altos.
Normalmente comienza a 4000 cps. A veces, el corte a alta frecuencia en el
audiograma es completamente brusco, pero más frecuentemente es gradual.
La pérdida se debe aparentemente a la degeneración de las células capilares
externas y, como la presbiacusia, no es conductiva, sino que es una pérdida
de audición (cnerviosaD o «(coclear». Ninguna prueba de audición en la actua-
lidad puede distinguir con cierta seguridad la presbiacusia de la pérdida de
audición industrial. Se cree que los efectos de ambas son aditivas, así como
la exposición a los ruidos simplemente acelera el progreso natural de la pres-
biacusia, y no existe una evidencia absoluta de que existiendo previamente
pérdidas de audición por presbiacusia o debido a la exposición a los ruidos
ambas sensibilicen o inmunicen al oído con respecto a posibles daños poste-
riores por causa del ruido. Por su puesto, hasta el punto de que un deterioro
conductivo, como la otosclerosis o la otitis media, reduce la intensidad del
ruido que alcanza el caracol, actúa como un artificio protector y reduce la
probabilidad de la pérdida de audición industrial. Hay grandes diferencias
individuales en la cantidad de pérdida de audición permanente para una ex-
posición dada. Las relaciones entre la pérdida de audición y la exposición
al ruido dependen de la frecuencia, del nivel sonoro, de la distribución tem-
poral, del tipo de exposición y recuperación, de la duración total, etc., y son
demasiado complejas para una descripción breve (véase Cap. 7).
«Trauma acústicoD es un término aplicado a veces a la pérdida de audición
permanente acumulable a casua de exposiciones repetidas a los ruidos, es
decir, la «pérdida de audición industrial». Podría reducirse la confusión y la
ambigüedad, no obstante, si este término se reservara para los efectos de
explosiones, voladuras, golpes en la cabeza o incluso para una sencilla y breve
exposición a un ruido muy intenso. En los oídos animales son bien conocidos
estos daños en el órgano de Corti. El resultado final es una degeneración
de las células sensoriales o incluso del órgano completo, pero con tendencia
a preservar los extremos de la base y del vértice. La pérdida de audición
113
puede ser muy grave poco después de sufrirse el daño, pero tiende a recu-
perarse considerablemente antes de la estabilización. El tímpano y los hue·
secillos, así como el órgano de Corti pueden dañarse por causa de voladuras.
Los traumas acústicos agudos se han estudiado experimentalmente con
una extensión considerable en animales, pero no así las pérdidas de audición
crónicas acumulables. Esta última situación es bien conocida, pero aún no
estudiada adecuadamente en el hombre. Los traumas acústicos en el hombre
son también conocidos, pero por razones obvias no han sido bien estudiados
experimentalmente.
REFERENCIAS
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re: A Report by Exploratory Subcommittee Z24-X-2 of the American Standards
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5. Davis, H. (ed.): «Hearing and Deafness: A Guide for Layrnen», Rinehart & Com-
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17. Békésy, G. v.: Akust. Z., 6: 1 (1941).
114
Capítulo 5
W. A. MUNSON
INTRODUCCION
Intensidad de sensación *
Cuando una persona se traslada desde un ambiente tranquilo hasta otro
ruidoso, está en condiciones de percibir la intensidad del ruido. Puede en-
contrar el ruido demasiado alto para mantener una conversación, para poder
dormir, etc. En este capítulo se describen diferentes métodos de medida de
la intensidad de sensación de un ruido y se muestra cómo dicha intensidad
se puede deducir a partir de los valores del espectro de presión sonora de
un sonido.
Conviene tener en cuenta, sin embargo, que sonidos de una misma inten-
sidad de sensación no son siempre equivalentes desde otros puntos de vista.
Por ejemplo, dos ruidos de igual intensidad de sensación pueden interferir
o enmascarar una conversación en diferente grado. Un ruido muy agudo,
cuya energía esté contenida en su mayor parte en las frecuencias superiores
a la banda de frecuencia vocal, podría ser muy alto, sin que dificultase
demasiado la audición, mientras que otros, de igual intensidad, obligarían a
gritar para mantener una conversación.
Por tanto, el grado en que un ruido enmascara o interfiere la audición
de otro sonido es diferente de su intensidad de sensación. Se puede aplicar
idéntica consideración a la molestia producida por un ruido, puesto que in-
tensidades de sensación iguales no implican necesariamente perturbaciones
semejantes. En el control del ruido es importante considerar otros factores,
además de la intensidad de sensación; el lector encontrará desarrollos ade-
cuados sobre la sensación de malestar del ruido y el enmascaramiento de la
señal vocal por el mismo en otros capítulos de este libro.
El término «intensidad de sensación» atañe sólo a la magnitud de la sen-
sación de audición que experimenta una persona y no debería confundirse
con otras características bien distintas de un sonido. Por ejemplo, un ruido
puede ser de tono alto o bajo, penetrante o sordo, molesto o suave, pero
siempre se le puede asignar un valor de intensidad de sensación. Esta mag-
nitud ~o puede medirse con un medidor ordinario de nivel sonoro, a menos
• Esta magnitud también es conocida com·ó· «intensidad subjetiva •. (N. del T.)
115
que esté diseñado de acuerdo con las características del oído humano. Debido
a la complejidad de este último, esto es difícil de conseguir, así que los me-
didores de nivel sonoro se diseñan simplemente para medir el nivel de pre-
sión sonora, aUJlque. pueden simular parcialmente el oído usando redes de
ponderación de frecuencias.
Se dispone de varios procedimientos para determinar la intensidad de
sensación de un ruido: 1) Un método sencillo, pero de gran aproximación,
consiste en obtener medidas del ruido mediante un medidor de nivel acús-
tico ponderado, convirtiendo estas medidas en valores de intensidad de sen-
sación; sin embargo, este método no es, generalmente, el más adecuado.
2) Otra posibilidad es formar un «jurado de sonido», constituido por un
grupo de personas que comparen el ruido con un sonido de referencia
patrón. 3) Un tercer método se basa en el análisis de la presión sonora
mediante filtros de bandas, calculando la intensidad a partir de dichas me-
didas. Cada método tiene sus ventajas e inconvenientes, con los que conviene
estar familiarizado para realizar la elección correctamente.
La medida fundamental, en la que se basan todas las determinaciones de
la intensidad de sensación sonora, está basada en una encuesta sobre la
intensidad realizada por un grupo de observadores. Normalmente a esto se
le llama prueba del (cjurado de sonido», habiéndose empleado mucho tiempo
y trabajo en el desarrollo de métodos que incrementen la precisión de este
tipo de mediciones. Como puede suponerse, la precisión de las opiniones
sobre la intensidad puede mejorarse si a los observadores se les permite
comparar la intensidad desconocida con el sonido de referencia.
Escala de fonios
Se ha escogido un tono de 1000 Hz como referencia normalizada, dándose
los resultados de las encuestas sobre la intensidad de sensación sonora por
medio del nivel de presión sonora de un tono de 1000 Hz, cuya intensidad
de sensación sea igual a la desconocida. Por ejemplo, si los observadores
encuentran, en promedio, que un sonido con una frecuencia de 1000 Hz y
un nivel de presión sonora de 60 db tiene, en apariencia, la misma inten-
sidad que un determinado ruido, se dice que este último posee un nivel de
intensidad de sensación de 60 fonios. Lo mismo que para otras medidas de
presión sonora, la presión de referencia para el fonio es de 0,0002 microbares.
La palabra afonio» es el nombre dado a la unidad de nivel de intensidad
de sensación sonora y, siempre que se use, implica que se ha efectuado una
medida mediante un jurado de sonido, bien sea directa, o indirectamente,
como en el caso de medidas hechas para predecir los posibles resultados que
se obtendrían con un jurado de sonido.
116
rencia. Los resultados se muestran en la figura S.l. Estas curvas, llamadas
líneas isosónicas, muestran los niveles de presión sonora en espacio abierto
de tonos de igual intensidad de sensación. Por ejemplo, los niveles de presión
sonora de todos los tonos que tengan un nivel de intensidad de sensación
~ ~ 120
z ~ 1-f'l-i:Ht-+-i-+-t+++t
~~ 100
~~
z ~ 80
117
130 500
400
300
120 250
200
t50
110
tOO
90
80
70
100
60
50
40
90
30
C/) 20 C/)
O O
z 80 t5
z
O O
li.. C/)
10
70
60 4
60 2
40
FIG. 5.2. Nomograma dando la
relación entre la intensidad de
sensación en sonios y el nivel
de intensidad de sensación en
fonios, deducido de la ecua-
50 0.5 ción (5.1).
118
papel en el cálculo de la intensidad a partir de las medidas de presión sonora.
Dentro de ciertos límites, se puede definir por la ecuación l2 • I8
sino que el veredicto sería de unos 80 fonios. Un examen de la figura 5.2 mos-
trará que 8 + 8 = 16 sonios, corresponden a un nivel de intensidad de 80 fonios
aproximadamente. Por tanto, dos componentes de un sonido de frecuencias
muy diferentes son aditivos en la escala de sonios, pero no en la de fonios.
Otro uso de la escala de sonias es la descripción cualitativa de las magni-
tudes de atenuación de ruido. Si un ruido se ha reducido de 8 a 2,6 sonios,
es correcto decir que la intensidad de sensación sonora es aproximadamente
un tercio de la inicial. Normalmente, esto es más significativo que decir que
el ruido se ha reducido de 70 a 54 fonios, valores equivalentes a los anterior-
mente expresados. También se usan los sonios para estimar la reducción de
intensidad en los problemas de comunicación cuando se escucha con uno o
dos oídos. Cuando sólo se utiliza un oído, la magnitud de un sonido en sonios
es la mitad de la que habría si se utilizasen los dos y, por tanto, se puede hallar
el nivel de intensidad de sensación sonora adicional acudiendo a la figura 5.2.
Ha habido una considerable especulación y experimentación por parte de los
psicólogos para determinar si la escala en sonias es válida para la medida de
las magnitudes de intensidad de sensación sonora, pero raramente se ha puesto
en duda su utilidad como paso intermedio en el cálculo de los niveles de dicha
intensidad.
119
EVALUACION DE LA INTENSIDAD DE SENSACION SONORA
120
rado. La varianza depende en gran medida del parecido del sonido bajo prueba
con el tono de referencia normalizado, pero, en general, la mayor parte de
los ruidos tienen poca similitud con el tono de 1000 Hz. Puede esperarse que
para la mayoría de los sonidos el error probable de una prueba realizada con
un solo observador estará comprendida entre los ± 6 fonios. El error no se
reduce demasiado haciendo un gran número de observaciones con el mismo
observador, aunque se consigue alguna mejoría si las pruebas se realizan con
intervalos de días o, mejor, de semanas. Para un jurado de diez personas, el
error probable de la media será todavía de ± 2 fonios, que es la precisión
con la que se realiza gran parte del trabajo básico sobre intensidad de sensa-
ción sonora.
Para conseguir esta varianza tan pequeña, se deben tomar numerosas pre-
cauciones, a fin de que las opiniones sean independientes. Algunos observa-
dores son influidos fácilmente por los resultados de pruebas previas, o por las
opiniones de otros observadores. Es importante alternar el orden en el que un
observador escucha el sonido desconocido y el tono de referencia y controlar
la duración del período de escucha. Las pruebas deberían ser cortas para
evitar la fatiga de los observadores, siendo deseable alguna forma de motiva-
ción, puesto que un trabajo de esta clase suele ser monótono.
121
sensaclOn, no es razonable esperar una gran precisión cuandlo se une un mé-
todo de cálculo para obtener el nivel de intensidad de sensación de un ruido,
siendo adecuado para muchas aplicaciones un cálculo sencillo, basado en apro-
ximaciones prácticas.
120
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122
Método del tono equivalente
La intensidad de sensación de un ruido se puede deducir de su análisis en
bandas de una octava de la siguiente manera: Primero, se tabulan los niveles
de presión sonora en cada octava. A continuación, se considera que el ruido
de cada banda se puede reemplazar por un tono puro equivalente, que tenga
una frecuencia correspondiente a la del centro de la banda y que se produzca
el mismo nivel de presión sonora. La intensidad de sensación de cada uno
PASO DE LAS BANDAS DE UNA OCTAVA PASO DE LAS BANDAS DE MEDIA OCTAVA
EN Hz EN Hz
~-~-~-~-~-~-~-~-~ ~ ~ONO~OOggg.gggg§
1500 ~-~-~-O-Il")-Ñ-~-~-~-~-N-,=-~-~-:-~-~-~·
- - -
LABANa / t",,\
N/VELOE NIVEL DE ¡r',\
LA BANDA 1,
DE l/NA 1000 -OEMED'A
DcrAVA 800 qqA'y~
13008/ ... r......
,
600 130 08 ~
~I' --1' / '\ ",' r-r"1
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.....
~
4
tIt
1/ 1/
¡¡ ",.-
5'0
l
.....¡ .",.-, · ¡'i
- '.
2 ~/
/ ' +
de estos tonos puros se determina mediante los gráficos de la figura 5.3. Fi-
nalmente, la intensidad de sensación total del ruido se obtiene sumando las
intensidades de cada uno de estos tonos de frecuencia única *.
* El cálculo de la intensidad de sensación a partir del análisis en bandas de una
octava de los niveles de presión sonora también se puede hacer con rapidez si se dis-
123
Por ejemplo, considérese el ruido cuyo espectro para bandas de una octava
se representa mediante la curva (a) en la figura 5.4. Los niveles de presión en
cada octava vienen dados en la tabla 5.1. Los valores correspondientes de
intensidad de sensación se obtienen de la figura 5.3b. Obsérvese que el nivel
de presión sonora del ruido en la primera octava (37,5 a 75 Hz) es de 96 db.
Acudiendo a la figura 5.3b, se ve que el valor de intensidad de sensación corres-
pondiente es de 21 sonios. El nivel de presión sonora para la segunda octava
PASO DE LAS BANDAS DE UNA OCTAVA
EN Hot
o o o o
~-~-~-g-g-~-~-g-g
~ _ ~ _ N • ~ ~ ~
Tabla 5.1. Cálculo de la intensidad de sensación para bandas de una octava por el
método del tono equiva.lente corregido, para un espectro que tenga su energía predomi-
nantemente en la zona de baja frecuencia. Véase la curva (a) de la figura 5.4
37,5-75 96 21 1 1 21
1 75-150 87 I 18 O O
150-300 82 20 O O
----- - - - - - - ---
300-600 75 14 1 O
2 600-1200 65 7 O O O
--- ----
3 1200-2400 55 3 1 1 3
4 2400-4800 45 2 1,5 1 3
- -
5 4800-9600 40 1 1,5 1 1,5
pone de la figura 5.3a en forma de transparencia, de manera que se pueda situar sobre
los gráficos del análisis, como los de la figura 5.4.
124
(75 a 150 Hz) es de 87 db Y la intensidad de sensación correspondiente, 18 so-
nios. Los valores correspondientes a las bandas restantes se citan en la tabla 5.1.
La intensidad de sensación total del ruido se obtiene sumando los valores co-
rrespondientes a las ocho bandas; en este ejemplo la suma es de 86 sonios.
La simplicidad del método del tono equivalente de cada octava ha sido
la causa de su amplia difusión. Sin embargo, tiene ciertas limitaciones, como
se verá más adelante. La denominación «tono equivalente» procede del su-
puesto de que el nivel de presión sonora de una banda de una octava produce
la misma intensidad de sensación que un tono único que tuviera una frecuencia
igual a la central de la banda y el mismo nivel de presión sonora. La compa-
ración de la figura S.3a con las líneas isosónicas de la figura 5.1 muestra que
las gráficas de conversión de los niveles de presión sonora en bandas de una
octava, en valores de intensidad de sensación, son realmente una representa-
ción de las líneas isosónicas. La única diferencia es la suavización de las curvas
en la zona de frecuencias altas en la figura S.3a, que las hace aplicables a per-
sonas cuya edad sea de treinta a cuarenta años, oyendo en condiciones en las
que los efectos de la difracción en la cabeza estén disminuidos, como pueden ser
las condiciones dentro de una habitación en la que el campo sonoro sea difuso.
Limitaciones del método del tono equivalente para bandas de una octava.
Para cierto tipo de ruido este método está sujeto a errores, que, en algunas
aplicaciones, son demasiado grandes para ser despreciados. Si el ruido tiene
una componente en la primera octava, su intensidad de sensación puede variar
hasta un 100 por 100 si la frecuencia de esta componente se desplaza de un
lado a otro de la banda, como se puede ver en la figura 5.3a, aunque si se
efectuasen cálculos no mostrarían cambio en dicha intensidad. La única manera
de evitar este tipo de error es utilizar filtros de media octava de paso de
banda, o incluso más estrechos, para determinar con mayor precisión la fre-
cuencia de la componente.
Hay otra fuente de error que se hace importante cuando las primeras dos
o tres octavas contribuyen fuertemente a la intensidad de sensación, care-
ciendo relativamente de importancia las restantes octavas. La intensidad de
sensación total se sobreestima en estas condiciones. Por otro lado, la intensidad
de sensación total se infravalora si la contribución fuerte es de las tres últimas
octavas y la de las demás carece de importancia. Cualquier intento de corregir
estos errores basado en consideraciones teóricas complica y alarga el método
más de lo que justifican la mayoría de las aplicaciones. A continuación se
proporciona un método de corrección adecuado en la mayoría de los casos
y de fácil y rápida aplicación.
125
2. Se determinan los valores de intensidad de sensación, en sonios, corres-
pondientes a cada octava. Esto se puede hacer encontrando la intensi-
dad de sensación de un tono puro, cuya frecuencia sea la del centro
de la banda y cuyo nivel sea igual al de la banda. Estos valores se pue-
den obtener mediante la figura 5.3b.
3. A continuación, se clasifican las octavas en cinco grupos, según se
indica en la tabla 5.1.
4. Se asigna un «factor de intensidad de sensación» a cada valor de in-
tensidad de sensación sin corregir, obtenido en el paso 2. (Mediante
este factor se tienen en cuenta las diferencias en anchura de banda en
«melsD de las distintas bandas de una octava.)
Los factores de intensidad de sensación para las bandas del grupo 1
son O o 1; el factor 1 se asigna a la octava que tenga el mayor valor
de intensidad de sensación y el O a las otras dos octavas. En el grupo 2,
los factores se asignan de forma análoga. Los factores de intensidad
de sensación de los grupos 3, 4 Y 5 (correspondientes a las bandas
de 1200 a 2400 2400 a 4800 y 4800 a 9600 Hz) son 1, 1,5 Y 1,5, respec-
tivamente (véase la tabla 5.1 como ejemplo).
5. Posteriormente se asigna a cada octava un factor de corrección. (Me-
diante este factor se tiene en cuenta el efecto de enmascaramiento que
una banda produce en otra, lo que reduce el valor total de intensidad
de sensación.) Se examinan todas las bandas con un valor del factor de
intensidad de sensación de 1 o 1,5 y se asigna a la banda con mayor
intensidad el factor de corrección 1. Si hay dos o más bandas con el
mismo valor máximo, se selecciona aquella de frecuencia más baja. Si
la intensidad de sensación de esta banda es superior a 8 sonios, pero
inferior a 35, se asigna un factor de corrección igual a O al grupo de
frecuencias inmediatamente superior. Si la intensidad de sensación es
igualo superior a los 35 sonios, se asigna un factor de corrección igual
a O a los dos grupos siguientes de frecuencias superiores a las de la
banda. Se examina el resto de las bandas que tengan factores de inten-
sidad de ~~nsación 1 o 1,5 y se repite el proceso hasta que todos los
grupos tengan asignado un factor de corrección, que puede ser 1 o O.
En los casos en los que este proceso llevase a un cambio en los factores
de corrección ya asignados, se conservaría el valor inicial.
6. La intensidad de sensación total del ruido se obtiene sumando los
valores corregidos de las intensidades correspondientes a las diferentes
bandas; estos valores son, sencillamente, los valores sin corregir de cada
banda, multiplicados por los respectivos factores de intensidad de sen-
sación y de corrección.
126
Un cálculo similar de la intensidad de sensación del ruido cuyo espectro es
el (b) de la misma figura lleva a un valor de 58 sonios.
Tabla 5.2. Cálculo de la intensidad de sensaClOn para bandas de media octava por el
método del tono equivalente corregido, para un espectro que tenga su energía predomi-
nantemente en la zona de baja frecuencia. Véase la figura 5.5a
37,5-53 96 18 1 1 18
53-75 91 15 O O
1 75-106 86 15 O O
106-150 83 16 O O
150-212 80 16 O O
212-300 77 15 O O
300-425 74 13 1 O O
2 425-600 70 10 O O
600-850 64 7 O O
850-1200 59 4 O O
3 1200-1700 54 3 1 1 3
1700-2400 50 2 O O
4 2400-3400 44 2 1 1 2
5 3400-4800 41 2 1 1 2
6 4800-6800 38 1 1 1 1
7 '6800-9600 36 1 1 1 1
8 9600-13 600 34 O 1 1 O
127
puro cuya frecuencia sea la central de la banda y cuyo nivel sea el
mismo de la banda; estos valores se pueden obtener de la figura 5.3c.
3. Se clasifican las bandas de media octava en ocho grupos, como se
indica en la tabla 5.2.
4.. Se asigna un factor de intensidad de sensación a cada valor de la misma
sin corregir, obtenido en el paso 2. (Mediante este factor se tienen en
cuenta las diferencias de anchura de banda en mels de las distintas
bandas de media octava.) Los factores de intensidad para las bandas
del grupo 1 son O o 1; el factor 1 se asigna a la media octava que tenga
un valor mayor de intensidad de sensación, asignándose el factor O a
las restantes medias octavas. En los grupos 2 y 3 los factores de inten-
sidad de sensación se asignan de forma análoga: un 1 para la banda
con más intensidad y un O para las restantes. Los factores de intensidad
de sensación para el resto de los grupos valen todos la unidad. (Como
ejemplo, véase la tabla 5.2.)
5. A continuación se asigna un factor de corrección a cada banda de media
octava. (Mediante este factor se tiene en cuenta el efecto de enmasca-
ramiento que una banda produce en otra, lo que reduce el valor total
de intensidad de sensación.) Se examinan todas las bandas con un factor
de intensidad de sensación igual a 1 y se asigna a la banda con mayor
intensidad el factor de corrección 1. Si hay dos o' más bandas con el
mismo valor máximo, se selecciona aquella de frecuencia más baja. Si
la intensidad de sensación de esta banda es igual o superior a 8 sonios,
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100 1000
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10.000
dia octava para las fuentes de ruido,
cuyos espectros de bandas de una octa-
FRECUENCIA EN tiZ va se dan en la figura 5.4.
128
sación 1 Y se repite el proceso hasta que todos los grupos tengan asig-
nado un O o un 1 como factor de corrección. En los casos en los que
lo anterior llevase a un cambio en los factores de corrección ya asig-
nados, se conservaría el valor inicial.
6. La intensidad de sensación total del ruido se obtiene sumando los
valores corregidos de las intensidades correspondientes a las diferentes
bandas; estos valores son sencillamente los valores sin corregir de cada
banda, multiplicados por los respectivos factores de intensidad de sen-
sación y de corrección.
129
9
Tabla 5.3. Cálculo de la intensidad de sensación para bandas de 113 de octava por el
método del tono equivalente corregido, para un espectro que tenga su energía predomi-
nantemente en la zona de baja frecuencia. Véase la figura 5.6a
40 95 13 O O
50 92 14 1 1 14
63 89 14 O O
1 80 . 86 14 O O
100 83 14 O O
125 81 14 O O
160 79 14 O O
200 78 14 O O
--
250 75 13 1 O O
2 315 73 12 O O
400 71 II O O
500 68 9 O O
630 64 7 1 1 7
3 800 61 5 O O
1000 57 3 O O
4 1250 54 3 1 1 3
1600 51 2 O O
5 2000 48 2 1 1 2
2500 45 2 O O
6 3150 41 1 1 1 1
4000 39 1 O O
7 5000 37 1 1 1 1
6300 36 1 O O
8 8000 34 O 1 O O
10000 32 O O O
130
. nado un O o un 1 como factor de correCClOn. En los casos en que lo
anterior llevase a un cambio en los factores de corrección ya asignados,
se conservaría el valor inicial.
6. La intensidad de sensación total del ruido se obtiene sumando los va-
lores corregidos de las intensidades correspondientes a las diferentes
bandas; estos valores son sencillamente los valores sin corregir de cada
banda, multiplicados por los respectivos factores de inte~sidad de sen-
sación y de corrección.
En la tabla 5.3 se muestra un ejempl() de este método de cálculo de la
intensidad de sensación, aplicado a un ruido cuyo espectro es el (a) de la figu-
ra 5.6. Obsérvese que este espectro es el del mismo ruido cuyos espectros para
NUMERO DE BANDA
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bandas de una y de media octava se muestran en las figuras 5.4 y 5.5. Hay una
gran similitud en los valores de intensidad de sensación obtenidos en las ta-
blas 5.1, 5.2 Y 5.3.
131
2. Se halla la intensidad de sensaClOn de cada banda mediante las figu-
ras 5.7, 5.8 o 5.9, según los datos tabulados sean para bandas de una,
media o un tercio de octava.
3. La intensidad de sensación de la banda con mayor número de sonias
se deja invariable (o lo que es lo mismo, se multiplica por un factor de
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+-t '-+ l' -F- 1 - 1-- - /
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PARA BANDAS DE MEDIA OCTAVA' _
Cf)
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(PARA CAMPOS SONOROS DIFUSOS'
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30 40
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NIVEL DE PRESION ACUSTlCA EN BANDAS DE UNA OCTAVA EN De.
PRESION DE REFERENCIA O.OOOZ MICROBARIAS
132
POR DEBAJO 75 150 30~ 6CO 1200 2400 4800
DE 7~ 150 500 600 1200 2400 4000 9600
120- 130 200 250 300
250 250 400 500
150
200
100 200 200
200
300
150
150 150 300
\lO 70 100
150 200
60 100
50 70 tOO tOO 200
150
60 tOO
40 70 150
50 70 70
U> 100 60
<t 30 60 60 70 100
40
~CD
50 60
50 50 100
O 20 30 40 50 70
el: 40 40
40 60 70
~ 90 t5 30
30 60
20 30 50
N
O 30 40 50
O 10
O 15 20
ci 20 20 40
20 30
<t 80 15
10 15 15 30
O 5
Cl 15
ir 4 20
w 10
~ 3 10 10 20
10 15
el: 70 5
al
4 15
Cl
Z 10
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2
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3 5
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Cl
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Z
<t 0.1 3
al
~ 0.2 2
...J 40
w 0.1 0.5 2
>
Z
FIG. 5.7b. Nomogramas para el cálculo de la intensidad de sensación por el método del
Ruido Equivalente. Mediante cada nomograma se determina la intensidad de sensación
de cada octava. A continuación se multiplican todos los valores, excepto el más alto,
por un factor de corrección de 0,30; el factor de corrección para el valor de la intensidad
de sensación de la banda que lo tenga más alto es 1,0. La intensidad de sensación total
se calcula sumando los valores de intensidad de sensación de las distintas bandas, multi-
plicados por sus respectivos factores de corrección. (S. S. Stevenson,18)
133
I
Tabla 5.4. Ejemplo de cálculo de intensidad de sensacwn por el método del ruido
equivalente. Estos cálculos se efectúan para un ruido cuyo espectro es la curva (a) de
la figura 5.4
37,5-75 96 25 1,0 25
75-150 87 18 0,3 5
150-300 82 18 0,3 5
300-600 75 12 0,3 4
600-1200 65 6 0,3 2
1200-2400 55 4 0,3 1
2400-4800 45 3 0,3 1
4800-9600 40 2 0,3 1
Intensidad de sensación total, sonios 44
iOO
f---l---- - -->- /; "7"/;/'1/r.
"".J%~"'¿
77
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~_T FU~CIONES DE INTENSIDAD DE SENS~CI6N i/?'+../, V~'717'7
PARA BANDAS DE MEDIA OCTAVA 7. /'/~~"v
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(PARA CAMPOS SONOROS DIFUSOS) -
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11]"-1-- ¡-
lO' 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110
NIVEL DE PRESION ACUSTICA EN BANDAS DE MEDIA OCTAVA EN 08,
PRESION DE REFERENCIA 0.0002 MICROBARIAS
134
Si se hiciesen cálculos semejantes para el ruido (b) de la misma figura, se ob-
tendría una intensidad de sensación de 55 sonios.
A continuación se detallan por separado, para mayor claridad, los pasos
a seguir para el cálculo de la intensidad de sensación por el método del ruido
equivalente, para datos procedentes de análisis en bandas de una, media y
un tercio de octava.
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o
o
g
21 i
¡-
Cñ
z
W
I
1-
~
0.3
0.2
10 100 110
135
5. Finalmente se obtiene la suma de los valores de intensidad de sensa-
ción de las distintas bandas, multiplicados por sus respectivos factores
de corrección. Esta suma es la intensidad de sensación total del ruido.
136
constante de tiempo del dispositivo es del orden de 50 a 100 mseg, las lec-
turas de los medidores se pueden tomar como una estimación de la intensidad
de sensación antes y después del tratamiento de reducción del ruido, siempre
que las mediciones se hagan sobre el mismo tipo de sonidos. Para sonidos con
características completamente diferentes respecto al oído, debe contemplarse
con recelo el uso de medidores de nivel sonoro para la evaluación de la inten-
sidad de sensación hasta que se verifique su utilidad mediante mediciones con
jurados de sonido.
Se dice que el sonido es enmascarado por el ruido, cuando éste es tan alto
que evita que una persona oiga cualquier otro sonido. Bajo ciertas condiciones,
se puede predecir el efecto de enmascaramiento de un ruido si se conoce el
nivel de su espectro de presión sonora.
137
como puede verse en la figura 5.10. La curva a muestra el valor en el que el
tono debe exceder al nivel del espectro de presión sonora para empezar a ser
audible. Las curvas b, e y d muestran el valor en el que el tono debe exceder
a los niveles de banda, para bandas de ruido de una octava, media octava y
un tercio de octava, respectivamente, para empezar a ser audible. Para niveles
muy altos y muy bajos, la diferencia es mayor que la que se muestra, pero,
a::
CflW
0 °
-lW
2: U 30
WrJo FIG. 5.10. Gráfico que muestra el
CflwO
número de decibelios que debe alcan-
3lB ~ 20 zar un tono puro en presencia de un
I!.J °
Q)::>-l ruido sobre el nivel del mismo para
Ü ~ ~ 10 empezar a ser audible. La curva su-
~¡r~ perior muestra el valor en el que el
~~ ~
2 O
tono debe superar al nivel del espec-
0
O~-l tro para empezar a ser audible. Tam-
f5 Z <t 10 bién se dan curvas que muestran el
::E:::>
:::>W valor en el que el tono debe superar
z:::> a los niveles de las distintas bandas
Cl
antes de empezar a ser audible. (Véa-
se el texto.)
138
Enmascaramiento del ruido mediante otros ruidos
Un ruido de características molestas, como el golpeteo de los platos o el
chirrido de los frenos, se puede enmascarar mediante sonidos más aceptables,
como el ruido suave de un ventilador. Cuando no existen tonos predominantes
de frecuencia única, se consigue normalmente un enmascaramiento satisfac-
torio cuando el nivel del espectro de presión sonora del ruido no deseado no
excede al nivel del espectro del sonido superpuesto.
Cuando un sonido incide sobre el oído, las vibraciones del tímpano son
conducidas hasta el oído interno, donde los nervios, que comunican con el
cerebro, están distribuidos a lo largo de un tabique flexible, llamado mem-
brana basilar (véase el Cap. 4). Las vibraciones estimulan estas terminacio-
nes nerviosas e inician un gran número de pulsaciones de energía electroquí-
mica de corta duración, que viajan, a través de los nervios, hasta el sistema
3000-'_
lIElli§ d
FIG. 5.11.
Relación entre el tono
en mels y la frecuencia en Hz.
(Según la referencia 6.)
139
Puesto que los pulsos que alcanzan el cerebro cuando se oye un ruido no
se originan en un nervio único, sino que proceden de múltiples terminaciones
nerviosas distribuidas espacialmente a lo largo de la membrana basilar, parece
razonable suponer, que la intensidad de sensación percibida es una función
integral de todos los pulsos. Aunque no se ha encontrado ninguna prueba
concluyente, es significativo que todos los métodos utilizados para el cálculo
de la intensidad de sensación se han basado en un procedimiento de integra-
ción. Esta hipótesis se puede expresar analíticamente mediante la ecuación
N=f dN dn (5.2)
dn
La escala mels
El tono se puede definir como el aspecto de la sensaClOn acústica en fun-
ción del cual se pueden ordenar los sonidos en una escala que vaya de los
«bajos» a los (caltos». Aunque sea fundamentalmente una función de la fre-
cuencia del sonido, también depende del nivel de presión y de la composición
del mismo. La escala que se emplea para ordenar los sonidos en función del
tono es la «escala mel». Está relacionada con la frecuencia por la curva que se
muestra en la figura 5.11. La unidad de tono se llama mel; esta escala sub-
jetiva tiene la propiedad de ser directamente proporcional a la sensación de
tono. Un tono de 2000 mel aparenta doblar la altura de otro de 1000 mel.
Aparentemente, la altura en mels es aproximadamente proporcional al nú-
mero de fibras nerviosas contenidas en la membrana basilar entre el punto
de máxima estimulación por el tono y el apéndice final del caracol. Por con-
siguiente, el tono puede expresarse en función de n en la ecuación 5.2.
140
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
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o
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
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TONO EN MELS
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O 200 400 600 800 1000 2000 3000
TONO EN MELS
REFERENCIAS
142
Apéndice 5.1
Tabla de relación entre el nivel de intensidad de sensación en fonios y la intensidad
de sensación en sonios. Está basada en la ecuación (5.1) *.
I I
I
Nivel de
~I
intensidad 0,1 0,3 0,4 0,5
de sensación ° 0,2 0,6 0,7 0,9
0,062 0,063 0,063 0,064 0,064 0,065 0,065 0,066 0,066 0,067
°
1
2
0,067
0,072
0,067
0,072
0,068
0,073
0,068
0,073
0,069
0,074
0,069
0,074
0,070
0,075
0,070
0,075
0,071
0,076
0,071
0,076
3 0,077 0,077 0,078 0,079 0,079 0,080 0,080 0,081 0,081 0,082
4 0,082 0,083 0,084 0,084 0,085 0,085 0,086 0,087 0,087 0,088
5 0,088 0,089 0,090 0,090 0,091 0,092 0,092 0,093 0,093 0,094
6 0,095 0,095 0,096 0,097 0,097 0,098 0,099 0,099 0,100 . 0,101
7 0,102 0,102 0,103 0,104 0,104 0,105 0,106 0,107 0,107 0,108
8 0,109 0,110 0,110 0,111 0,112 0,113 0,113 0,114 0,115 0,116
9 0,117 0.117 0,118 0,119 0,120 0,121 0,122 0,122 0,123 0,124
10 0,125 0,126 0,127 0,128 0,129 0,129 0,130 0,131 0,132 0,133
11 0,134 0,135 0,136 0,137 0,138 0,139 0,140 0,141 0,142 0,143
12 0,144 0,145 0,146 0,147 0,148 0,149 0,150 0,151 0,152 0,153
13 0,154 0,155 0,156 0,157 0,158 0,159 0,160 0,162 0,163 0,164
14 0,165 0,166 0,167 0,168 0,170 0,171 0,172 0,173 0,174 0,176
15 0,177 0,178 0,179 0,180 0,182 0,183 0,184 0,186 0,187 0,188
16 0,189 0,191 0,192 0,193 0,195 0,196 0,198 0,199 0,200 0,202
17 0,203 0,204 0,206 0,207 0,209 0,210 0,212 0,213 0,215 0,216
18 0,218 0,219 0,221 0,222 0,224 0,225 0,227 0,228 0,230 0,232
19 0,233 0,235 0,237 0,238 0,240 0,241 0,243 0,245 0,247 0,248
20 0,250 0,251 0,253 0,255 0,257 0,259 0,261 0,262 0,264 0,266
21 0,268 0,270 0,272 0,274 0,275 0,277 0,279 0,281 0,283 0,285
22 0,287 0,289 0,291 0,293 0,295 0,297 0,299 0,301 0,304 0,306
23 0,308 0,310 0,312 0,314 0,316 0,319 0,321 0,323 0,325 0,328
24 0,330 0,332 0,334 0,337 0,339 0,342 0,344 0,346 0,349 0,351
25 0,354 0,356 0,358 0,361 0,363 0,366 0,369 0,371 0,374 0,376
26 0,379 0,382 0,384 0,387 0,390 0,392 0,395 0,398 0,401 0,403
27 0,406 0,409 0,412 0,415 0,418 0,420 0,423 0,426 0,429 0,432
28 0,435 0,438 0,441 0,444 0,448 0,451 0,454 0,457 0,460 0,463
29 0,467 0,470 0,473 0,476 0,480 0,483 0,486 0,490 0,493 0,497
30 0,500 0,503 0,507 0,511 0,514 0,518 0,521 0,525 0,529 0,532
31 0,536 0,540 0,543 0,547 0,551 0,555 0,559 0,563 0,566 0,570
32 0,574 0,578 0,582 0,586 0,590 0,595 0,599 0,603 Q,607 0,611
33 0,616 0,620 0,624 0,629 0,633 0,637 0,642 0,646 0,651 0,655
34, 0,660 0,664 0,669 0,674 0,678 0,683 0,688 0,693 0,697 0,702
35 0,707 0,712 0,717 0,722 0,727 0,732 0,737 0,742 0,747 0,753
36 0,758 0,763 0,768 0,774 0,779 0,785 0,790 0,796 0,801 0,807
37 0,812 0,818 0,824 0,829 0,835 0,841 0,847 0,853 0,859 0,865
38 0,871 0,877 0,883 0,889 0,895 0,901 0,908 0,914 0,920 0,927
39 0,933 0,940 0,946 0,953 0,959 0,966 0,973 0,979 0,986 0,993
I
i43
Apéndice 5.1. (Continuación.)
Nivel de I
intensidad O 0,1 0,2 0,5
0,30,6 0,7
0,40,8 0,9
de sensación I
- - - -- - - -- - - -- - - -- -
40 I 1,00 1,01 1,01 1,02 1,03 1,04 1,04 1,05 1,06 1,06
41 1,07 1,08 1,09 1,09 1,10 1,11 1,12 1,13 1,13 1,14
42 1,15 1,16 1,16 1,17 1,18 1,19 1,20 1,21 1,21 1,22
43 1,23 1,24 1,25 1,26 1,27 1,27 1,28 1,29 1,30 1,31
44 1,32 1,33 1,34 1,35 1,36 1,37 1,38 1,39 1,39 1,40
45 1,41 1,42 1,43 1,44 1,45 1,46 1,47 1,48 1,49 1,51
46 1,52 1,53 1,54 1,55 1,56 1,57 1,58 1,59 1,60 1,61
47 1,62 1,64 1,65 1,66 1,67 1,68 1,69 1,71 1,72 1,73
48 1,74 1,75 1,77 1,78 1,79 1,80 1,82 1,83 1,84 1,85
49 1,87 1,88 1,89 1,91 1,92 1,93 1,95 1,96 1,97 1,99
50 2,00 2,01 2,03 2,04 2,06 2,07 2,08 2,10 2,11 2,13
51 2,14 2,16 2,17 2.19 2,20 2,22 2,23 2,25 2,27 2,28
52 2,30 2,31 2,33 2,35 2,36 2,38 2,39 2,41 2,43 2,45
53 2,46 2,48 2,50 2,51 2,53 2,55 2,57 2,58 2,60 2,62
54 2,64 2,66 2,68 2,69 2,71 2,73 2,75 2,77 2,79 2,81
55 2,83 2,85 2,87 2,89 2,91 2,93 2,95 2,97 2,99 3,01
56 3,03 3,05 3,07 3,10 3,12 3,14 3,16 3,18 3,10 3,23
57 3,25 3,27 3,29 3,32 3,34 3,36 3,39 3,41 3,43 3,46
58 3,48 3,51 3,53 3,56 3,58 3,60 3,63 3,66 3,68 3,71
59 3,73 3,76 3,78 3,81 3,84 3,86 3,89 3,92 3,94 3,97
60 4,00 4,03 4,06 4,08 4,11 4,14 4,17 4,20 4,23 4,26
61 4,29 4,32 4,35 4,38 4,41 4,44 4,47 4,50 4,53 4,56
62 4,59 4,63 4,66 4,69 4,72 4,76 4,79 4,82 4,86 4,89
63 4,92 4,96 4,99 5,03 5,06 5,10 5,13 5,17 5,21 5,24
64 5,28 ?,31 5,35 5,39 5,43 5,46 5,50 5,54 5,58 5,62
65 5,66 5,70 5,73 5,78 5,82 5,86 5,90 5,94 5,98 6,02
66 6,06 6,11 6,15 6,19 6,23 6,28 6,32 6,36 6,41 6,45
67 6,50 6,54 6,59 6,63 6,68 6,73 6,77 6,82 6,87 6,92
68 6,96 7,01 7,06 7,11 7,16 7,21 7,26 7,31 7,36 7,41
69 7,46 7,52 7,57 7,62 7,67 7,73 7,78 7,84 7,89 7,94
70 8,00 8,06 8,11 8,17 8,22 8,28 8,34 8,40 8,46 8,51
71 8,57 8,63 8,69 8,75 8,82 8,88 8,94 9,00 9,06 9,13
72 9,19 9,25 9,32 9,38 9,45 9,51 9,58 9,65 9,71 9,78
73 9,85 9,92 9,98 10,1 10,1 10,2 10,3 10,3 10,4 10,5
74 10,6 10,6 10,7 10,8 10,9 10,9 11,0 11,1 11,2 11,2
75 11,3 11,4 11,5 11,6 11,6 11,7 11,8 11,9 12,0 12,0
76 12,1 12,2 12,3 12,4 12,5 12,6 12,6 12,7 12,8 12,9
77 13,0 13,1 13,2 13,3 13,4 13,5 13,5 13,6 13,7 13,8
78 13,9 14,0 14,1 14,2 14,3 14,4 14,5 14,6 14,7 14,8
79 14,9 15,0 15,1 15,2 15,3 15,5 15,6 15,7 15,8 15,9
144
Apéndice 5.1. (Continuación.)
,
Nivel de
I I
intensidad O 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
de sensación
- -- - - -- -- -- -- - - -- -
80 16,0 16,1 16,2 16,3 16,4 16,6 16,7 16,8 16,9 17,0
81 17,1 17,3 17,4 17,5 17,6 17,8 17,9 18,0 18,1 18,3
82 18,4 18,5 18,6 18,8 18,9 19,0 19,2 19,3 19,4 19,6
83 19,7 19,8 20,0 20,1 20,3 20,4 20,5 20,7 20,8 21,0
84 21,1 21,3 21,4 21,6 21,7 21,9 22,0 22,2 22,3 22,5
85 22,6 22,8 22,9 23,1 23,3 23,4 23,6 23,8 23,9 24,1
86 24,3 24,4 24,6 24,8 24,9 25,1 25,3 25,5 25,6 25,8
87 26,0 26,2 26,4 26,5 26,7 26,9 27,1 27,3 27,5 27,7
88 27,9 28,1 28,2 28,4 28,6 28,8 29,0 29,2 29,4 29,7
89 29,9 30,1 30,3 30,5 30,7 30,9 31,1 31,3 31,6 31,8
90 32,0 32,2 32,4 32,7 32,9 33,1 33,4 33,6 33,8 34,1
91 34,3 34,5 34,8 35,0 35,3 35,5 35,8 36,0 36,3 36,5
92 36,8 37,0 37,3 37,5 37,8 38,1 38,3 38,6 38,9 39,1
93 39,4 39,7 39,9 40,2 40,5 40,8 41,1 41,4 41,6 41,9
94 42,2 42,5 42,8 43,1 43,4 43,7 44,0 44,3 44,6 44,9
95 45,3 45,6 45,9 46,2 46,5 46,9 47,2 47,5 47,8 48,2
96 48,5 48,8 49,2 49,5 49,9 50,2 50,6 50,9 51,3 51,6
97 52,0 52,3 52,7 53,1 53,4 53,8 54,2 54,6 54,9 55,3
98 55,7 56,1 56,5 56,9 57,3 57,7 58,1 58,5 58,9 59,3
99 59,7 60,1 60,5 61,0 61,4 61,8 62,2 62,7 63,1 63,6
100 64,0 64,4 64,9 65,3 65,8 66,3 66,7 67,2 67,6 68,1
101 68,6 69,1 69,6 70,0 70,5 71,0 71,5 72,0 72,5 73,0
102 73,5 74,0 74,5 75,1 75,6 76,1 76,6 77,2 77,7 78,2
103 78,8 79,3 79,9 80,4 81,0 81,6 82,1 82,7 83,3 83,9
104 84,4 85,0 85,6 86,2 86,8 87,4 88,0 88,6 89,3 89,9
105 90,5 91,1 91,8 92,4 93,1 93,7 94,4 95,0 95,7 96,3
106 97,0 97,7 98,4 99,0 99,7 100 101 102 103 103
107 104 105 105 106 107 108 108 109 110 111
108 111 112 113 114 115 115 116 117 118 119
109 119 120 121 122 123 124 124 125 126 127
110 128 129 130 131 132 133 133 134 135 136
111 137 138 139 140 141 142 143 144 145 146
112 147 148 149 150 151 152 153 154 155 156
113 158 159 160 161 162 163 164 165 167 168
114 169 170 171 172 174 175 176 177 179 180
115 181 182 184 185 186 187 188 190 191 193
116 194 195 197 198 199 201 202 204 205 206
117 208 209 211 212 214 215 217 218 220 221
118 223 224 226 228 229 231 232 234 236 237
119 239 241 242 244 246 247 249 251 252 254
145
10
Apéndice 5.1. (Continuación.)
I
Nivel de
intensidad O 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9
de sensación
- - - - - - - - - -- - - - - - - -
120 256 258 260 261 263 265 267 269 271 272
121 274 276 278 280 282 284 286 288 290 292
122 294 296 298 300 302 304 307 309 311 313
123 315 317 319 322 324 326 329 331 333 335
124 338 340 343 345 347 350 352 355 357 360
125 362 365 367 370 372 375 377 380 383 385
126 388 391 393 396 399 402 405 407 410 413
127 416 419 422 425 428 431 434 437 440 443
128 446 449 452 455 458 461 465 468 471 474
129 478 481 484 488 491 495 498 501 505 508
130 512 516 519 523 526 530 534 537 541 545
131 549 553 556 560 564 568 572 576 580 584
132 588 592 596 600 605 609 613 617 622 626
133 630 635 639 644 648 653 657 662 666 671
134 676 680 685 690 695 699 704 709 714 719
135 724 729 734 739 744 750 755 760 765 771
136 776 781 787 792 798 803 809 815 820 826
137 832 838 843 849 855 861 867 873 879 885
138 891 898 904 910 917 923 929 936 942 949
139 955 962 969 976 982 989 996
146
Capítulo 6
AUDIOMETRIA EN GENERAL
147
AUDIOMETRIA DE TONOS PUROS
El uso de los tonos puros en las pruebas auditivas, hoy fácilmente realiza-
das con el desarrollo de los tubos de vacío, fue introducido hace muchas
décadas con series de diapasones, variando a menudo desde 64 hasta 8000 cps,
con el silbato Galton de variación continua y con una variedad del resonador
y medidor acústico Helmholtz. Hoy, la sensibilidad del oído para tonos de
diversas frecuencias se da en función del nivel de presión sonora necesaria
para conseguir el 50 por 100 de respuesta correcta en cada frecuencia.
La línea base desde la cual se calcula la pérdida auditiva se llama umbral
normal de audición. Si, en orden a producir una sensación auditiva en una
cierta frecuencia, un oído individual necesita 10 db más de nivel de presión
sonora que el umbral normal de audición, se dice que el oído tiene una pér-
dida auditiva de 10 db en esa frecuencia. El umbral normal de audición, que
ha sido normalizado en los Estados Unidos, se muestra en la figura 6.1. Está
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5 basado en pruebas de audición realiza-
O
das con audífono sobre una muestra
125 250 500 1000 20004000 8000 aleatoria de la población. (Según refe-
FRECUEM::IA EN CICLOS POR SEGUNDO rencia 1; véase Apéndice 6.2.)
148
Tabla 6.1. Escala de grados de pérdida auditiva *. **
149
tricos. Se conecta el audífono audiométrico con un micrófono de condensa-
dor.! La cavidad cilíndrica entre las dos unidades tiene un volumen aproxima-
do de 5,7 cm3• El micrófono indica la presión de sonido generada en el volumen
del acoplador por el audífono, cuando se aplican voltajes conocidos al audífono.
Se puede entonces relacionar esto a los niveles de presión de sonido en el
acoplador correspondiente al umbral normal (<<pérdida auditiva cero»).
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125 250 500 1000 2000 4000 aooo
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150
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Apellidos Xombre (2) E¡;ta<lo -1
(2-10) ,2 SORuridall Socia.l Xlínero Servicio 1(10) Sexl'
Nilitar
Civil
:xY 81 I I V-y O II-X O
B. cmso DE EXPOSrUrON Al, RUIDO'
(11-13)
Depart. ú
I (14-18)
Código
(20) I (21)n
Ti.empo ue l,leva. protección auditiva <lis.
(21) 2
PJ:otecciones' Imdi~~xa~smlÍs frecllcn 1 "0'('11-
lugar trabajo onñao
~+
expo .• ición tinto. o. algodón seco dU:L'ante Clase: Insertadas X O Cubiertas r O
(AESC; }IOS) . exposición a. ruido fuerte. Tipo Ti la
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Siempre o 1 Alguna;; EllÍstico. :3 O Orej era. (, O
frecuentE. O veces o O I No elástica. 4 O Casco T O
0lXIYI112131415 16 7 8 mente. nunca. Ajustado 5 O Otros ti O
C. Exposición al ruido previo D. Historial médico y estndo
Tiempo en cada cnteRoría.
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Trnbnj \' previo Entrenaniento básico 1 O O O
I ~r~~~j o anterior Combate-armas ligems 2 O
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Combate-armas l'eSlibs:3
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n~K,:ccion o.udi- X y X Y x· y X Y X Y X Y Tiro al blanco 5 O Pérdidas auditivas en parientes próximos O i:\ O
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Obstrucción <le, o desecación' <losue el p.nnnl 2 O O
(33) Tiempo desde (J4)2 Duración de (34)2 Uso protección auditiva. Perforación Ile tímpano J O O
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F. PERDID"\S ,6,'C'DITIVAS
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6000 I o. J. IHj;I\I\'oI
PREPARADO POR EL CENTRO DE INVESTlGIICION DEL SUBCOMITE DE RUIDO EN LA INDUSTRIA I 111 NO. BONNIE BRAE. LDS ANGELES. 26. CALlF.
"""""
VI
FIG. 6.3. Formato recordatorio de seguimiento audiométrico típico.
"""""
pítulo 7). Para detectar pérdidas prematuras de oído debido al ruido, es in-
estimable la ayuda de la audiometría exacta de la conducción de aire. Es acon-
sejable hacer audiogramas de conducción de aire antes de la contratación
porque puede servir para evaluar los cambios en la audición que puedan des-
arrollarse posteriormente. Este audiograma inicial se conoce como un audio-
grama de preemplazamiento, puesto que se toma después de que el hombre
es contratado, pero antes de que esté en el puesto de trabajo en la planta
industrial. (Para prueba de precontratación son útiles los ensayos cede criba-
do», que más tarde se describirán.) Es importante que el audiograma de pre-
emplazamiento sea tomado de una forma normalizada y con el equipo ajus-
tado al normal umbral standard, y capaz de mantener estable la ejecución
durante largos períodos. Si no, los datos no pueden ser certeramente compa-
rados como una sucesión de audiogramas, ni comparados con audiogramas
tomados de otras fuentes.
Junto con un audiograma de preemplazamiento se debería recoger infor-
mación sobre el historial médico del empleado relativo a la capacidad auditiva,
los ruidos a los que ha estado 'expuesto previamente, el uso previo de protec-
tores auditivos y una serie de datos similares. En la figura 6.3 se muestra una
forma simple de audiometrías sucesivas. En las plantas industriales, donde de-
ben ser analizados miles de audiogramas, es a menudo conveniente utilizar el
audiograma codificado y cu'alquier información sobre tarjetas I.B.M. En el
apéndice 6.1 se da una sugestiva lista de información deseable y un sistema
de codificación para usar con una tarjeta I.B.M. Tales cartulinas son particu-
larmente empleadas 'en audiometría industrial, donde hay que tabular los re-
sultados de miles de cartulinas.
Cuando el médico :de empresa o el ingeniero de seguridad tienen informa-
ción de que los niveles de ruido en un lugar de trabajo están alcanzando
límites posiblemente dañinos para la audición, se deberían realizar audio-
gramas de preemplazamiento al cabo de un mes, y de nuevo, cinco meses más
tarde, y repetirlos con otros audiogramas tomados bajo condiciones idénticas.
Los audiogramas sucesivos son especialmente útiles si se toman durante el
período de empleo temporal. Si un traslado es correcto, debe ser entonces
posible transferir al hombre a otro trabajo dentro de la planta sin que haya
llegado a dañarse.
Ocasionalmente un oído puede exhibir una pérdida auditiva, norméllmente
en las frecuencias más altas, después de uno o seis meses de exposición a un
ruido intenso. Si no se desarrolla pérdida auditiva después de seis meses,
será suficiente después de eso comprobar la audición una vez al año.
Equipo
Las especificaciones mínimas para las audimetrías de tonos puros COll
objeto de un diagnóstico general recomendadas por la Asociación Americana
de Normalización! están contenidas en el apéndice 6.2. Las especificaciones de
los instrumentos están todas ajustadas al standard del umbral normal uniforme.
Los componentes esenciales de un audiómetro tipo incluyen un oscilador elec-
152
trónico de onda senoidal, un atenuador calibrado en intervalos de 5 db, un
interruptor tonal y un audífono con un acolchado y una banda de cabeza.
El oscilador debe producir un «tono puro» en los intervalos de octava en
el rango de 125 a 8000 cps. Algunos audímetros emplean un dial de variación
de frecuencia continua muy útil para diagnosis; otros emplean intervalos fijos
de frecuencia y normalmente incorporan puntos intermedios por encima de
1000 cps. La salida del oscilador se ajusta en fábrica de tal forma que, en cual-
quier frecuencia, cuando el dial del atenuador lee «o db», la salida acústica del
audífono corresponde a las especificaciones ASA para el umbral normal de
audición.
El atenuador se construye de forma que, mientras que su dial cambia
desde una «pérdida de O db» hasta una «pérdida de 10 db», el voltaje entregado
al audífono se incrementa en 10 db. El rango de voltaje se extendería des-
de 10 db por debajo de la «pérdida de O db» a 75 o 95 db por encima, depen-
diendo de la frecuencia.
El interruptor tonal debe permitir al operador del audímetro iniciar, o ter-
minar, el tono a voluntad, sin que se oiga ningún ruido.
El mayor y último componente es el audífono. Es importante verificar que
cada audímetro esté normalmente emparejado en fábrica con un audífono par-
ticular, o quizá con un par de audífonos. Todos los audímetros deben ir
acompañados con una nota que manifieste el número de serie del audífono
o audífonos suministrados como equipo original. Si se usa un audífono dife-
rente, la salida acústica puede no conseguir las especificaciones. El audífono
es la parte del audímetro que se puede dañar con más facilidad, y no se debe
tratar mal ni dejar caer. Viene colocado en un almohadillado especial, el cual
encierra un cierto volumen de aire entre él y el tímpano. La variación acústica
producida por este volumen se tiene en cuenta en la calibración original; no
se debe cambiar la almohadilla por una de un tipo diferénte, sin información
específica sobre el efecto producido. Diferentes almohadillas sobre el mismo
audífono pueden cambiar la salida acústica de 6 a 8 db, o más.
Generalmente se suministra una banda de cabeza con un muelle suficien-
temente fuerte como para retener los audífonos firmemente sobre la cabeza.
Se ha encontrado que el antiguo sistema de tener al sujeto reteniendo el audí-
fono en su oído, permite la transmisión del temblor muscular a éste, enmas-
carando parcialmente las frecuencias más bajas y sometiendo al oído en prue-
ba a sonidos perturbantes. Uno de los dos audífonos debe poder ser eliminado,
estando la banda de cabeza desconectada para probar el otro oído.
Calibración
Se entiende por calibración el ajuste necesario para asegurar que los diales
de pérdida auditiva y de frecuencia se ajustan a las especificaciones ASA (véa-
se apéndice 6.2). Las frecuencias producidas deben estar dentro del ± 5 por 100
de la indicada en la frecuencia del dial. El establecimiento del « O» de pérdida
auditiva del dial debe producir una salida acústica del acoplador tipo 9A
dentro de ± 4 db del nivel de la presión del sonido de las especificaciones.
153
Además, en cada frecuencia, la diferencia en decibelios entre dos colocaciones
cualesquiera del dial de pérdida auditiva debe estar de acuerdo con la dife-
rencia en salida acústica dentro de ± 1,5 db.
El audímetro es calibrado en fábrica y colocado según la rígida normativa
de precisión. Sin embargo, es corriente que después de un tiempo, o con malos
tratos, la salida acústica en el establecimiento «O db» del dial de pérdida
auditiva cambie en una o más frecuencias. Para prevenir esta posibilidad (y para
corregir posibles frecuencias desviadas, atenuadores ruidosos, cuerdas de audí-
fonos gastadas, etc.), los audímetros se deben enviar a la fábrica para su exa-
men y recalibración aproximadamente una vez al año.
Mientras tanto, sin embargo, es posible revisar, superficialmente, la cali-
bración de la salida acústica del audímetro sin el gasto implicado en reunir
un acoplador (tipo 9A) de «oído artificial» y el equipo asociado que es nece-
sario en las factorías audiométricas y en grandes laboratorios.
Se deben revisar dos factores, el voltaje para el audífono y la eficiencia
acústica del audífono. Es fácil medir el voltaje en algún nivel, por ejemplo,
60 db, sobre la pérdida auditiva O db. Se registra este voltaje en cada fre-
cuencia audiométrica cuando se sabe que el audímetro está calibrado. Una
revisión ocasional asegura que el sistema es correcto desde el punto de vista
del audífono. La eficiencia del audífono puede ser revisada subjetiva u obje-
tivamente. Los oídos artificiales son útiles en la actualidad, consistiendo bási-
camente en una fijación para un audífono, una pequeña cavidad de aire y un
micrófono conectado a un voltímetro *. Tal equipo se puede usar para detec-
tar cambios en el nivel de salida acústica del audímetro.
Se pueden usar oídos de audición normal como medios para determinar
cambios en la salida acústica de un audímetro. Cuando se sabe que el ins-
trumento está correcto, se toman varios audiogramas en condiciones en las
que el nivel de ruido sea bajo. Cada pocas semanas, o más frecuentemente
si se sospecha que ha habido algún cambio, se toma otra serie de audiogramas
igual que antes.
Las fechas de calibración de fábrica del conjunto de datos objetivos, y/o
subjetivos, deberían quardarse cuidadosamente. En muchos casos, tal informa-
ción es valiosa como evidencia ante tribunales.
154
BANDAS DE PASO DE OCTAVA EN CICLOS POR SEG.
a o o g g g g
:::::-\t')-~_.-~-N-~-~-~
~IOO - -
al
FIG. 6.4. Mínimos aceptables de nive-
les de ruido de banda de octava para
O
a:
O /
habitaciones audiométricas. Las curvas
muestran los niveles de presión de so-
ii 90
g
O
~ 80
/ VI
nido en bandas de octava, que encu- /
brirán los tonos de prueba del audíme-
tro en una cierta posición del dial
de pérdida auditiva. Un escucha con
~
~ 70
..,
/ I / /
audición normal puede justamente oír
los tonos de prueba cuando el dial del
:z
~ 60
tO
3¡DBPf
20DSPA
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audímetro está en una pérdida audi-
tiva cero, si el ruido de la habitación
no excede los niveles de contorno de
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I
/0 DS PA
1 V/
«o db de pérdida auditiva». Las prue-
bas de investigación en 10, 20 o 30 db
pueden realizarse en habitaciones, si
~
:z
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~
40 I 1 V
O DB PERDIDA AUDITIVA
I I I I
los niveles de ruido no exceden los ..J 'lo.¡¡
contornos, correspondientemente de- ~ 30
Z '1
roo.
212
. '125 850
"'1
1000
'100 3400 6800
10,000
'_1
155
Procedimiento de prueba6-9
Instrucciones al.sujeto. El sujeto se sienta de manera que no pueda ver
las manipulaciones del operador sobre los diales, los cuales deben manejarse
de tal forma que el sujeto no reciba señales por el auricular. Se recomienda
que esté de espaldas al operador. Hay que decirle que oirá sonidos débiles y
fuertes, y tonos altos y bajos, y que primero se probará un oído y después el
otro. Un procedimiento de prueba es como sigue: instruir al sujeto para que
levante su dedo cada vez que oiga un sonido en el audífono, y que lo man-
tenga levantado mientras lo esté oyendo, por muy débil que sea. Hay que
decirle que baje su dedo sólo cuando no pueda apreciar el sonido. Entonces
colocar los audífonos sobre sus oídos, asegurándose de que cada audífono
está centrado sobre la oreja y de que las almohadillas se ajustan cómodamente.
En ese momento se cierran las puertas de la cabina y se presentan uno o dos
tonos de diferentes frecuencias y en niveles de sonido que sean fáciles de oír,
hasta que se está seguro de que el sujeto comprende lo que se espera de él.
Pruebas para umbrales. Empezando con 1000 cps, se obtiene umbral para
el mejor oído, por empezar con un nivel bastante por encima del umbral
(40 db es un buen nivel para un oído que se presume que no es muy diferente
del normal). Reducir a niveles subsiguientes en intervalos de 10 db, con una
o dos interrupciones en cada nivel, hasta que el sujeto falle al responder. En
este punto, volver al último nivel claramente oído y disminuir en intervalos
de 5 db, haciendo, por lo menos, cuatro interrupciones en cada nivel; conti-
nuar de esta forma hasta que el sujeto falle las respuestas. Entonces se elevan
los niveles en intervalos de 5 db, hasta que se obtengan de nuevo respuestas
correctas. Entonces reducir los niveles de nuevo hasta que esté claro el nivel
de intensidad mínimo que le hace fallar un 50 por 100, o más, de respuestas.
Lo que marque el dial se coloca en la cartulina del audiograma como umbral.
(Aunque sicofísicamente los umbrales están basados generalmente en el 50
por 100 respondido, los saltos del intervalo del audímetro hacen imposible
insistir sobre un 50 por 100 como criterio de respuesta para el umbral en todos
los casos. Es necesario aceptar una respuesta cercana al 50 por 100 como
«umbra1».)
A continuación, proseguir a 2000, 3000, 4000 Y 6000 cps en ese orden. Las
siguientes pruebas en 1000 cps para comprobación, continuando hasta 500 cps
(y también a 250 cps si lo exigen los requerimientos legales). Se usará el mismo
procedimiento en el oído opuesto.
Precaución: Cuando se use la señal de interrupción, no se debe seguir un
ritmo. Muchos sujetos responderán a tal ritmo con anticipación en el siguiente
movimiento. Si se encuentra una frecuencia en la que el umbral es incierto,
se debe volver a ella de nuevo antes de dar por terminada la prueba. Recordar
que en muchos casos será la primera vez que el sujeto experimentará una
prueba auditiva; dar instrucciones muy explícitas y repetirlas tantas veces
como desee. Finalmente, recordar que escuchar un tono débil es cansado; no
prolongar la prueba innecesariamente. Si las respuestas empiezan a ser incon-
156
sistentes y fuera de lo razonablemente esperado, es mejor algunas veces ter-
minar la prueba y repetirla más tarde.
Registro de datos. La conservación de archivos legibles y fácilmente acce-
sibles es extremadamente importante. Las pequeñas cartulinas distribuidas por
los fabricantes de audímetros son muy convenientes cuando se prevé que s6lo
se realizarán unos pocos audiogramas. Cuando se prevé que se realizarán mu-
chos audiogramas sobre un mismo oído, es una pérdida de tiempo y a la vez
puede inducir a error el utilizar varias cartulinas. En estos casos, es conve-
niente la cartulina de la figura 6.3. Una ojeada a una simple hoja de papel
abarcará el estado de un oído durante un período de meses o de años. En
el apéndice 6.1 se da una ampliación de este concepto.
Entrenamiento técnico. Un audiólogo en un centro de diagnosis auditivo
debería haber recibido instrucción y supervisión práctica durante meses. Pero
los programas audiométricos típicos de la industria no son, ni deberían ser,
un centro de diagnóstico auditivo. El entrenamiento que un audiometrista ra-
zonablemente inteligente y especialmente entregado a su trabajo debe tener
para manejar una cabina de audiometría industrial, puede ser minimizado. Con
instrucciones apropiadas, en seis u ocho horas pueden ser entrenados buenos
audiometristas para este propósito. Las instrucciones incluirían unas dos horas
de lectura sobre la anatomía y fisiología del oído, los fundamentos de la física
acústica, el audiómetro y la importancia del programa de conservación audi-
tiva y de su labor en él. El resto, cuatro o seis horas, podrían emplearse en
la colección de audiogramas, sin y con enmascaramiento, sin otras complica-
ciones, y bajo la atenta supervisión personal de audiólogos experimentados.
Con tal programa, han sido entrenados muchos individuos, dando exacti-
tudes de ± 5 db en pruebas repetitivas en audiogramas simples. Individuos
muy motivados con un mínimo de entrenamiento realizarán mejores audiome-
trías que los pobremente motivados, aunque sean audiólogos experimentados.
157
puesta y otro material sobre estas pruebas han sido resumidas en la referencia 10,
junto con notas sobre cómo debe montarse el equipo.
Cribado por barrido de frecuencias. Puede no desearse obtener un audio-
grama completo para cada oído, sino solamente asegurar que todos los oídos
reúnan ciertos requerimientos mínimos. Por una técnica de cribado, los oídos
que no reúnen los requerimientos mínimos pueden ser identificados en 1 1/ 2
o 2 min de tiempo de prueba.
Están publicadas las especificaciones mínimas para los audiómetros de
cribado. u Una muestra precisa de agudeza umbral en cada frecuencia no se
consigue por un cribado, pero sí se consigue rápidamente gran cantidad de
valiosa información, y las audiometrías de cribado por barrido de frecuencias
pueden tener un papel definitivo en aplicaciones industriales. Si un oído puede
oír 500, 1000 Y 2000 cps en 20 db sobre el dial del audiómetro, tendrá peque-
ña o ninguna dificultad en una conversación. Por consiguiente, un cribado en
estos niveles es una prueba de preempleo para probar la capacidad de alcanzar
niveles mínimos en una conversación ordinaria. Esta prueba puede usarse para
inspeccionar rápidamente al personal de una planta industrial completa, para
detectar aquellos con pérdida auditiva, con el propósito de orientar los estu-
dios y emplazamientos.
Con el cribado por barrido de frecuencias, las variaciones usando pruebas
de grupo son ventajosas por reducirse el tiempo de prueba por hombre a can-
tidades despreciables. 12
Audiometría de palabra. Las palabras que se originan desde la salida de
un micrófono o un fonógrafo, amplificadas y conducidas a un audífono, se
pueden usar como estímulo para la llamada «audiometría de palabra». La Aso-
ciación de Normalización Americana ha promulgado las características míni-
FIG. 6.5. Diagrama esquemático del equipo para una audiometría hablada. La entrada
puede ser directa, alimentada a través de un micrófono o de la aguja de un fonógrafo,
y la salida, por un audífono o un altavoz. (Hirsh. 8)
mas aceptables para tales sistemas 13 (véase Fig. 6.5). Cuando se usa un micró-
fono, el locutor vigila un medidor de volumen indicativo mientras habla, en
un esfuerzo para mantener la intensidad constante. Esto en cuanto a la audio-
metría «dirigida a viva voz». Cuando se usa un fonógrafo, el sistema se refiere
a la audiometría de «voz grabada».
En muchas situaciones industriales no se puede usar la voz grabada, espe-
158
cialmente con sujetos que tienen dificultades con el idioma inglés o, incluso,
con los dialectos regionales usados en la mayoría de las pruebas grabadas
normalizadas, o con niños, o con aquellas de personalidad compleja y torpe
incapaces de seguir la velocidad de la prueba. La agudeza de un oído para los
sonidos hablados se valoraría incorrectamente a causa de tales irrelevancias.
Estas razones son, entre otras, las que cuentan para el uso hoy en día de la
audiometría de tonos puros en la industria, con preferencia sobre la audio-
metría hablada.
Audiometría de diagnóstico. La audiometría de conducción de aire se usa
para determinar qué estímulos puede o no puede oír el oído, siendo así de
gran valor práctico para la industria y para los individuos cuya audición se
está considerando; pero a través de la audiometría de tonos puros se obtienen
otros valores para aplicaciones médicas. Usando ciertas pruebas especiales,
ventajosas actualmente con el equipo comercial, se puede aproximar mucho
mejor hacia la diagnosis y, por consiguiente, al tratamiento.
El otorrino encuentra que ahora es posible determinar si la terapia está
ayudando significativamente al paciente. Si no, puede intentar otros medios.
Así, la audiometría puede ser una ayuda en el tratamiento. El audiograma de
conducción de aire solo tiene una gran significación clínica. Gran número
de desórdenes tienen un modelo de audiograma bastante característico.
Otro método de diagnóstico es el que se conoce como audiometría de con-
ducción ósea. Es posible generar ondas senoidales en un vibrador de conduc-
ción ósea y crear la sensación de un tono puro cuando el vibrador se aplica
con alguna presión al hueso mastoideo. El camino o los caminos de las ondas
vibrantes a través de la cabeza entre el punto de aplicación de la varilla y la
cóclea, envuelve los laberintos. Parte de la energía del sonido transmitido
por conducción a través del hueso cortocircuita el camino del oído medio y
crea un movimiento de ondas dentro de los líquidos de la cóclea. Esta senda
directamente a través del cráneo proporciona un método de evaluación del
umbral, que tiene un magnífico valor para el diagnóstico; en el caso de que
el tímpano o los huesecillos estén también seriamente afectados, puede clara-
mente descubrirse que la cóclea y el sistema nervioso auditivo son capaces
de un funcionamiento normal. Si los datos de la conducción ósea son norma-
les, pero los de la conducción por aire no 10 son, se puede decir con confianza
que la localización del desorden se encuentra en la periferia de la cóclea. Si
ambos son defectuosos, y de similar configuración, es acertado indicar un
desorden de cóclea o nervioso.
Asimismo son aconsejables otras técnicas y pruebas con audiometrías de
diagnóstico. En algunos pacientes, por ejemplo, un oído puede ser normal o
casi normal, y el otro puede tener fuerte sordera. Es necesario anular el oído
normal a fin de calibrar el defecto en el otro oído.
La mayoría de las audiometrías de diagnóstico están provistas en la actua-
lidad de dos canales electrónicos independientes desde el circuito oscilador y
dos audífonos, para que el paciente pueda igualar el nivel de ruido de un tono
en un oído con el nivel de ruido del mismo tono (independientemente contro-
lado en presión de sonido) en el otro oído. Un anormalmente rápido creci-
159
miento del nivel en un oído, como incremento de la preSlOn de sonido, se
conoce como recruitment y su presencia es de considerable importancia en la
diagnosis.
Hay formas de utilizar el enlace del vibrador de conducción ósea en el
audiómetro de tal manera que se derive la misma información clínica que la
que algunos otorrinos obtienen por los exámenes con sintonizador. Tales
signos, como la localización referida de sonido, umbrales de conducción de
aire y conducción ósea para la misma amplitud del vibrador de conducción
ósea, pruebas para fingimientos de enfermedad, fijación de estribos, distorsión,
zumbido de oídos, etc., pueden todos obtenerse con la audiometría de diag-
nóstico en manos competentes.
El uso de estas técnicas no es requerido en el programa industrial usual.
La utilidad en la industria de la audiometría de diagnóstico es para aquellos
escasos individuos para los que se debe decidir que algunas condiciones in-
dustriales, normalmente el ruido, han causado el defecto detectado por la
audiometría de conducción por aire, o que alguna condición desconectada con
el ambiente de trabajo le ha conducido al fondo del desorden. La industria
debería de contar con los servicios de un competente otorrino a su disposición
para estas decisiones. El sería capaz de realizar, o tener un ayudante audiólogo
experimentado (instruido lejos de los audiólogos industriales usuales), e inter-
pretaría tanto las pruebas aquÍ mencionadas para conducciones óseas como
las audiometrÍas por aire con enmascaramiento, y pruebas para fingimiento
de enfermedad, recruitment, recepción de palabras y localización referida de
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100 1000 10,000
'FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 6.6. Audiograma obtenido con un audímetro tipo Békésy, modelo E524, mostran-
do una pérdida de 15 db en 4000 cps. (Cortesía de Grason-Stadler Ca.)
sonido, todo con equipo y procedimientos que reúnan las especificaciones mí-
nimas de la Asociación de Normalización Americana. En muchos casos, in-
cluso con esta audiometría de diagnóstico completa, es imposible imponer con
alto grado de confianza la contribución relativa del ambiente de trabajo a una
particular pérdida auditiva. En muchos casos, la diagnosis no dependerá de
una sola prueba, sino del juicio del otorrino, al tener en cuenta datos como
la edad del sujeto, la naturaleza progresiva del defecto, su configuración con
respecto al espectro que el ruido industrial envuelve, y quizá otros factores.
160
Audiometría automática
Los variados métodos audiométricos anteriormente descritos dependen de
la operación manual de un audiómetro por un técnico. Una de las principales
fuentes de error en la determinación del umbral consiste en la influencia de
técnicos pobremente motivados o pobremente entrenados. Mucha variabilidad
en los valores umbral medidos se debe sólo a este factor. El uso de los audi6-
metros descritos en esta sección evita esta dificultad, presentando al sujeto
la prueba completa automáticamente. El técnico meramente instruye al sujeto
y pone en funcionamiento el equipo y lo para. El coste inicial de los audi6-
metros automáticos es más alto que los manuales, pero se compensa con el
/ /
INTERRUPTOR
DEL SELECTOR
. DE FRECUENCIA
I
- OSCILADOR ATENUADOR
- INTERRUPTOR
DE COMPENSACION
DEL AURICULAR
I 1 1 1
INTERRUPrOR
DEL PROGRAMA -
11 11 11 11
---
11 11 11 11
n
J
11
AUDIOGRAMA
D.'E TARJETA
1'-
I
/
PLUMA fa
I
L' ,
I
AURICULARES
CAt.18RADOS
TORNILLO
) GUIA
I NTERRUPTOR r~
~
I
MANUAL DEL SUJE'r;
MEDIA lI/ERCA
a
TORNILLO GUIA
MOTOR DE
"
MOTOR DEL RELE DE
CONDUCeION. f= ATENUADOR f--- SUPRESION
DE TARJETA ( INVERSION) DE CONTROL
I
I
CONTROL DE
PUESTA EN MARCHA
PARO
FIG. 6.7. Diagrama de bloques del audímetro automático, modelo ARJ-3. Cuando se
pulsa el control de puesta en marcha, el motor de conducción de la tarjeta se pone en
funcionamiento y el relé de supresión del control permite al interruptor manual del
sujeto operar el motor del atenuador. Conforme el motor del atenuador gira, va cam-
biando la fuerza de la señal a los audífonos y opera la pluma grabadora a través del
tornillo guía. La cartulina móvil opera el interruptor del programa, el cual, a su vez,
controla el interruptor selector de frecuencias. El interruptor selector cambia la fre-
cuencia, selecciona el audífono e introduce la compensación adecuada en el circuito del
audífono. Cuando se activa el control de parada, el motor de conducción de la tarjeta
se para, y el relé de supresión de control abandona el control desde el interruptor manual
y obliga al motor del atenuador a reducir la señal del audífono a cero. (McMurray y
Rudmose.t S)
161
11
más bajo coste de personal, puesto que los audiómetros automáticos no re-
quieren operadores con alto grado de preparación. Se ha encontrado que, en
general, los sujetos no tienen más dificultad en responder a los audiómetros
automáticos que a aquellos que son operados manualmente. Además, sobre
la base de considerable investigación y estudios individuales, las medidas
hechas con audiómetros automáticos se han mostrado tan seguras como las
hechas con instrumentos operados manualmente.
El primer audiómetro automático ampliamente usado fue el tipo (cBé·
késy», el cual, en principio, opera como sigue: un oscilador, cuya frecuencia
se puede variar uniformemente, se pone en funcionamiento en las frecuencias
más bajas para ser probado, y, lentamente, realiza un barrido sobre todo el
rango de frecuencias, alcanzando la frecuencia más alta al final de la prueba.
El atenuador que ajusta el nivel del tono presentado al sujeto se controla
automáticamente por un interruptor manual de forma que el nivel decrece
cuando el botón del interruptor manual está oprimido, y el nivel crece cuando
el botón se suelta. Así, el nivel del tono es ajustado por el sujeto a los valores
que se ajustan a su umbral, con lo cual se determina el umbral absoluto. La
posición horizontal de la pluma de una cartulina de audiograma, tal como se
muestra en la figura 6.6, está sincronizada con la frecuencia del oscilador y la
posición vertical se controla con el interruptor manual que tiene el sujeto.
Así, se puede obtener un audiograma como se muestra en la figura 6.6.
Otro tipo de audiómetro automático, mostrado esquemáticamente en la
figura 6.7, ha sido desarrollado con operaciones similares al tipo Békésy, ex-
cepto que en éste el umbral (conducción por aire) es probado en frecuencias
específicas: 500, 1000, 2000, 4000 y 6000 CpS.15 El sujeto opera un atenuador
que está sincronizado con la pluma y el oscilador, de tal forma que se regis-
tran los valores de umbral sobre una carta de audiograma, que se mueve
de derecha a izquierda, consiguiendo un audiograma tal como se muestra en
la figura 6.S. Una prueba completa se puede realizar en 6 o 7 mino El operador
<t
9 40 /----¡---+--t----I---I---ll-----I---I---4---+--~-__l
o
el 501--_...J......_--L_ _.l..-_...J......_--L_ _l L - _ . . . . 1 - _ - - L_ _. l . . - - _ - - ' - _ - - L _ - - - J
a. 0100 IZQUIERDO oIDO OER ECHO
162
cincuenta sujetos simultáneamente para pruebas de cribado conjuntas. 16 Este
instrumento presenta un número específico de pulsaciones en cada una de las
cinco frecuencias en un nivel de presión de sonido fijado, variable entre O
y 50 db. El instrumento se energiza presionando un botón de interrupción
manual y la prueba procede hasta su terminación automáticamente. Cada su-
jeto graba sus respuestas sobre un modelo preparado. El asistente sienta a los
sujetos, los instruye, e inicia la prueba presionando el pulsador de puesta en
marcha. La prueba se termina aproximadamente en 2 mino
ESCALAS DE CLASIFICACION
Wisconsin
Para una discusión sobre pérdida auditiva compensable en el estado de
Wisconsin, véase el capítulo siguiente.
163
cuencias son 20, 25, 25, 65 Y 80 db, respectivamente. Consultando la tabla de
la referencia 21, la pérdida en el oído derecho, de acuerdo con el siste-
ma A.M.A., es 11 por 100, mientras que en el oído izquierdo es del 50 por 100.
La pérdida combinada para ambos oídos sería calculada como
[11 + (7 x 50)]/8 =45 por 100.
REFERENCIAS
164
Apéndice 6.1
DATOS ADICIONALES. Tales datos adicionales son deseables para encontrar las
necesidades locales, conservando los objetivos en hojas suplementarias anexas a la pre-
sente tarjeta de datos. El modelo representa los datos mínimos que se requieren para
un estudio de investigación propuesto para toda la nación. Los convenios y códigos reco-
mendados se deben seguir para hacer los datos más útiles para tales estudios y más
fáciles de copiar o microfilmar eficientemente y sin confusión. La uniformidad en la
forma y codificación de datos para estudios estadísticos es muy importante.
NUMERO DE TAR]ETA. Sobre la primera tarjeta que se usa para cada individuo
se sitúa el número 1 en el cuadro situado en el borde superior de la tarjeta (1os nú-
meros entre paréntesis son para uso de un perforador). Como las tarjetas adicionales se
usan para la misma persona, se coloca el número de la tarjeta en el cuadro en el borde
superior de cada nueva tarjeta. Por ejemplo, si es el segundo audiograma de la perso-
na, y se sitúa en una segunda tarjeta, se coloca el número 2 en este cuadro.
A. IDENTIFICACION
165
B. EXPOSICION NORMAL AL RUIDO
166
diez o más veces durante su vida (excluyendo carabinas de aire comprimido), colocar
«cazaD, y si ha sido contratado en prácticas de tiro al blanco diez o más veces (exclu-
yendo el entrenamiento básico), colocar «práctica de tiro al blanco».
Historial. Marcar las casillas apropiadas para indicar la presencia de los datos
correspondientes a cada oído.
Marcar «daño auditivo (mecánico)D si el sujeto ha recibido algún daño en el oído
causado por un golpe con un objeto extraño.
Marcar el primer cuadro detrás «pérdida auditiva en parientes cercanos» si un pa-
riente (abuelos, padres, hermano, hermana, hijo o hija) tuvo una pérdida auditiva que
empezó antes de la edad de los cuarenta. Si más de un pariente tuvo esa pérdida audi-
tiva, revisar las casillas detrás de esta categoría.
Marcar «obstrucción tuba!» si se observa que el tímpano no se mueve, o la presión
no es percibida por el sujeto, realizando la maniobra Valsalva.
F. PERDIDAS AUDITIVAS
167
CODIGO EXPERIMENTAL SOBRE NIVELES DE RUIDO TOTALES
EN MAQUINAS *
168
CODIGO EXPERIMENTAL SOBRE NIVELES DE RUIDO
FUNDAMENTALES EN AREAS *
Operador de máquinas taladradoras. 01-b Operador de prensa oo. oo. oo • oo, oo. l3-c
Operador de vibradores neumáticos Remachador, neumático, ensamble de
en fundiciones ... oo. ••• .oo .oo oo • 02-d fuselaje '" '" ,. '" '" .,. l4-c
Operador de vibradores neumáticos, Remachador, neumático, ensamble ... l4-e
sobre tanques oo' oo • • •• ••• '" 02-e Remachador, neumático sobre tan-
Soplador de machos ... oo. oo. • •• oo' 03-d ques de acero .oo oo. .oo ... l4-f
Operador de taladros oo, oo' ••• oo, oo' 04-b Rotura de remaches, fuselaje ... ... 15-b
Operador de muelas sobre fundicio- Rotura de remaches, alas ... . .. . .. 15-c
nes, tubos, partículas metálicas, etc. OS-b Operador de transportador, aluminio. 16-b
Operador de muelas, sobre pequeñas Operador de sierra, metal... ... '" ... 17-c
herramientas oo. .oo ••• oo' oo' .oo oo' OS-c Operador de estampadora, partículas
Operador de martillo, choque . 06-d de acero pequeñas ... oo. ... oo. • •• 18-b
Operador de martillo, repetitivo , 07-d Operador de agitadores, fundiciones. 19-c
Operador de martillo, forja ... '" 07-c Operador de tambores, pequeñas fun-
Operador de martillo, neumático OS-c diciones oo. oo' 'OO .oo oo . 20-c
Operador de torno, automático... 10-a Soldadura, arco .oo oo, .oo oo, oo .. 21-a
Operador de tomo giratorio... . .. 10-b Soldadura, gas '" . 21-b
Operador de limadora ... U-a Ingenio, aeroplano, propulsado 22-e
Operador de muela ... oo' oo' 'oo 12-b Ingenio, jet oo, ... oo. .oo ... .oo 22-f
• Los dos dígitos se usan para separar trabajos que tienen los mismos niveles fundamentales, y
las letras corresponden a las categorías que representa el nivel de ruido fundamental de cada trabajo.
Este valor puede ser obtenido mejor con medidas de nivel de sonido, pero cuando esto no es posi·
ble, se puede obtener una buena aproximación a partir de la clasificación dada en las secciones
previas.
169
INSTRUCCIONES PARA CUMPLIMENTAR LA TARJETA DE DATOS
DE CONSERVACION AUDITIVA
L INSTRUCCIONES GENERALES
NUMERO DE TARJETA
(1) Marcar el número escrito en la casilla situada arriba de la tarjeta. Para los nú-
meros 10 a 19, marcar el dígito unidad y una X; para los números 20 a 29, marcar el
dígito unidad y una Y, y para los números 30 al 39, marcar el dígito unidad y una XY.
A. IDENTIFICACION
• La marca X se refiere, algunas veces, como una marca 11, y la Y se refiere, algu-
nas veces, a una marca 12 o R.
170
(19) Tiempo de trabajo. Marcar el número que está rodeado.
(20) Tiempo de exposición. Si es menor de una hora, marcar un cero. Si es una
hora o más, marcar el número de horas escrito en la casilla, salvo que este número sea
mayor que ocho. Si el número es ocho, o mayor, marcar un 8. Si hay una X en esta
casilla, marcar una sobremarca X.
(21) Protección auditiva. Retener la tarjeta en la columna (21), marcar el número
señalado bajo «Protección auditiva más frecuentemente usada».
(29-30) Historial. Marcar los números señalados para el oído derecho en la colum-
na (29), y los números señalados por el oído izquierdo, en la columna (30).
(31-32) Estado. Marcar los números señalados para el oído derecho en la colum-
na (31), y los números señalados para el oído izquierdo, en la columna (32).
F. PERDIDAS AUDITIVAS
171
NUMERO DE PROYECTO
172
CODIGO LB.M. PARA LA TARJETA DE DATOS DE CONSERVACION
AUDITIVA. (Continuación.)
173
CODIGO LB.M. PARA LA TARJETA DE DATOS DE CONSERVACION
AUDITIVA. (Continuación.)
174
CODIGO LB.M. PARA LA TARJETA DE DATOS DE CONSERVACION
AUDITIVA. (Continuación.)
• Opcional.
Apéndice 6.2
1. Alcance y propósito
175
aérea y ósea, y suministra tonos puros de frecuencias seleccionadas e intensidades que
cubren la mayor parte del rango auditivo. Está provisto de un mecanismo para la inte-
rrupción del tono. Los resultados de medida con este audiómetro determinan un
umbral de audición del individuo en función de la frecuencia.
1.2. Esta especificación se prepara con el objeto de que las medidas obtenidas con
cualquier audiómetro represente verdaderamente una comparación de un umbral de
audición individual con el umbral normal.
2. Definiciones
3. Requerimientos
3.1. General. Los audiómetros se diseñarán para proporcionar lecturas que den un
umbral de audición del individuo en términos de pérdida auditiva en decibelios, relativo
a un umbral normal de referencia. La estipulación se hará para las medidas de conduc-
ción por aire y ósea. Las frecuencias de los tonos puros generados se indicarán en ciclos
por segundo, y la pérdida auditiva se indicará en decibelios. El único sonido audible
será ese que es radiado por los receptores de conducción por aire y óseo; el chasis
y la cabina audiométrica se construirán de manera que no se irradie desde ellos ningún
sonido audible. Todos los audiómetros se diseñarán para operar en una o más de las
fuentes eléctricas de potencia siguientes: 117 voltios, 60 cps, corriente alterna; 117 vo]-
tios, corriente continua; baterías, o aquellas fuentes que soliciten los requerimientos
regionales. Vendrán provistos de una placa donde vaya el nombre del fabricante, el
número de serie, y, si necesita una línea de potencia, el voltaje (o voltajes), y frecuencia
(o frecuencias) de la fuente de potencia, y la potencia consumida por el audiómetro.
3.2. fuente de potencia. Las pruebas para la comprobación de los requerimientos
de la sección 3.3, se harán en líneas de voltaje de 110 y 125 voltios, para los audióme-
tros diseñados para operaciones de 117 voltios nominales, o en los extremos del rango
de uso de los voltajes de batería recomendados por el fabricante. Para audiómetros
diseñados para otros voltajes de líneas, las pruebas se harán en los extremos de un rango
proporcionado de voltajes. Las pruebas para la comprobación de los requerimientos de
las secciones 3.4, 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8, se harán en un voltaje de línea de 117 voltios, o en
el voltaje indicado en la placa del audiómetro, o en los voltajes de batería recomendados
por el fabricante como voltajes operativos. Cuando un rango de voltaje esté indicado
en la placa, las pruebas se harán en el voltaje medio.
3.3. frecuencias. Los audiómetros producirán sonidos de, por lo menos, las siguien-
tes frecuencias totalmente identificadas: 125, 250, 500, 1000, 2000 y 4000 cps, para me-
didas de conducción por aire y ósea, y también 8000 cps, para medidas de conducción
por aire. Cada frecuencia generada por el audiómetro tendrá un valor dentro del ± 5
por 100 de la lectura de la correspondiente frecuencia.
176
3.4. Intervalos de pérdida auditiva y rango de pérdida auditiva para medida de con·
ducción por aire. El rango del dial de pérdida auditiva se extenderá desde -10 db
(por debajo del umbral) en intervalos de 5 db, o menos, hasta por lo menos los valores
dados en la tabla 1.
Cada diferencia medida (intervalo) entre lecturas de pérdida auditiva sucesivas no
diferirá del intervalo nominal, en decibelios, en más de 0,3 del intervalo en cada una
de las frecuencias indicadas anteriormente. Esto es, si el intervalo nominal obtenido
es 5 db, el intervalo medido no será menor de 3,5 db o mayor de 6,5 db.
Los intervalos se determinarán midiendo la entrada eléctrica del audífono, con el
audífono acoplado al acoplador mostrado en la figura 1.
3.5. Salida de presión de sonido de los audífonos de conducción por aire. Las
medidas de la salida de presión de sonido de los audífonos de conducción por aire se
realizarán con un acoplador mostrado en la figura 1. La presión de sonido producida
por los audífonos en cada lectura de pérdida auditiva no diferirá del valor indicado,
referido al umbral normal, en más de 4 db en las frecuencias indicadas de 125, 250,
0.713845° I t
0.06
ruso CAPILAR r I
~fi~~P::¡""""----+""":"'¡,--,;..,r/.
0.04 ALAMBRE
500, 1000, 2000, y en más de 5 db en las frecuencias de 4000 y 8000 cps. Las presiones
de sonido correspondientes al umbral normal han sido determinadas por varios tipos
de audífonos por la Oficina Nacional de Normalización, y están basadas en las determi-
naciones de umbral hechas por el Servicio de Salud Pública de EE. UU. Las determina-
ciones de umbral están publicadas en los Informes preliminares de las series de estudios
auditivos de examen de la salud nacional, Boletín 5, pág. 10, 1935-1936.
3.5.1. Variación de voltaje de línea. El nivel de salida acústica, fijado en 60 db, no
variará más de ± 1 db de su valor en el voltaje de línea de 117 voltios, cuando el voltaje
de línea varíe desde 105 a 125 voltios. En audiómetros diseñados para fuentes de po-
177
12
Tabla 1
125 65
250 80
500 85
1000 95
2000 95
4000 90
8000 75
125 -19,5
250 -34,4
500 -49,2
1000 -57,3
2000 -57,0
4000 -58,9
8000 -53,1
178
3.6. Armónicos en la salida de audífonos de conducción por aire. La presión del
sonido de la señal fundamental estará, como mínimo, 25 db por encima de la presión
de sonido de cualquier armónico. El armónico se medirá en las frecuencias y lecturas
de pérdidas auditivas indicadas en la tabla 1, incluso aunque algunos audiómetros
puedan ser diseñados con intensidades máximas más altas. Las medidas se harán con el
acoplador mostrado en la figura 1. Las exigencias de la distorsión se aplicarán a todos
los niveles superiores a los valores mostrados en la tabla 1, pero normalmente se me-
dirán en los valores mostrados en la tabla l.
3.7. Ruido en audífonos de conducción por aire. La presión de sonido pondera-
da rms, producida por el audífono en el acoplador de la figura 1, debido a todas las
frecuencias, excepto la señal de frecuencia y sus armónicos, será en cualquier caso
menor que 1 X 10- 3 dinasfseg cm, o, por lo menos, estará 60 db por debajo de la pre-
sión del sonido debido a la frecuencia de la señal y sus armónicos, en todas las frecuen-
cias específicamente señaladas y posiciones del dial de pérdida auditiva.
~ 20
~ffi 1111
j;- o
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1111
a: U 1111
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~« -40
o.~ 11
~~ -60 liJj=
II
~f3 11
!¿Jll:: -80
FIG. 2. Respuesta de frecuencia de ~~ 11 --
presión característica del equipo para
medida del ruido en audifonos de ~~-IOO \00 tOOO \0,000
conducción por aire. "
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
3
~14'OOO_
~ 12,000
S \0.000
u ... 8000
~~ 6000
~~ 4000
~ 2000
~ 00 \000 2000 3000 4000 5000
~ FRECUENaA EN CIa.DS POR SEGUNDO FIG. 3. Red ponderada de frecuencia
para medidas TIF.
3.7.2. Pruebas para el cumplimiento de los requerzmzentos del ruido. Las pruebas
para el cumplimiento de los requerimientos de esta sección se harán con suministro de
tensión TIF (factor de infuencia telefónica) de no menos de 80 o más de 120, si la
fuente de corriente continua está especificada. Si la fuente de corriente alterna está
179
especificada, el voltaje TIF no será menor de 15 o mayor de 25. Las características *
ponderadas de frecuencia para las medidas TIF, se muestran en la figura 3.
Todas las pruebas para el cumplimiento con los requerimientos de ruido de esta
sección deben hacerse con el oscilador desconectado con el restante circuito audiomé-
trico, operando en condiciones normales.
3.8. Receptores por conducción ósea. Los receptores de la conducción 6sea no ra-
diarán sonido hasta que el sonido recibido por el tímpano, a través del meato auditivo,
pueda influir en la validez de la medida de la conducci6n 6sea. Según juzga un obser-
vador con audici6n normal, el sonido recibido en el oído por radiaci6n aérea desde el
hueso conductor tendrá un nivel sensitivo, por lo menos, de 5 db por debajo del
nivel que el receptor produce por la conducci6n 6sea, cuando entra en contacto con la
cabeza. Esta medida está hecha de esta forma:
a) El umbral de la conducci6n ósea se determina de manera usual.
b) Entonces, con el receptor en la misma posici6n, aproximadamente, que en la
medida umbral, el elemento conductor o área de contacto se cubre con el extremo
del dedo del operario para crear un cierre comparable al creado cuando el receptor está
sobre el mastoides. Habría que tener cuidado para que no haya contacto directo entre el
dedo y el cráneo.
e) El umbral en el cual cualquier sensaci6n auditiva es percibida, debe ser anota-
do, y estaría al menos 5 db por encima del umbral directo de la conducci6n 6sea.
d) Un jurado de, por lo menos, seis personas, con audici6n normal, realizarán esta
. prueba tomando la media de los resultados.
La determinación de la radiaci6n aérea de receptores de conducci6n 6sea no está
exigida en las frecuencias por encima de 2000 cps.
3.9. Riesgo de sobretensión. Los audi6metros estarán libres de sobretensiones eléc-
tricas. Se considerará que existe riesgo de sobretensi6n en una parte expuesta si el po-
tencial del circuito abierto es mayor de 25 voltios, y la corriente, con una resistencia
de 1500 ohm, es mayor de 5 mA.
3.10. Audiograma en blanco. Los resultados de las medidas de pérdida auditiva
hechas con audi6metro, serán proyectadas sobre un papel cuadriculado. Las abscisas
serán las frecuencias en tiempos por segundo sobre una escala logarítmica y las orde-
nadas serán las pérdidas auditivas en decibelios sobre una escala lineal. Un octavo sobre
la escala de frecuencias será la misma distancia que 20 db sobre la escala de pérdida
auditiva.
3.11. Interruptor tonal. El interruptor tonal será diseñado y construido de modo
que, durante la operaci6n, ninguna frecuencia transitoria o extraña sea audible para la
audici6n normal. Es recomendable que después de la operaci6n del conmutador, el tiem-
po requerido para que el tono de prueba se eleve a un valor que esté dentro de ± 1 db
de la presi6n de sonido requerido no sea menor de 0,1 seg ni mayor de 0,5 seg.
* Una descripci6n completa de la manera en que se hacen las medidas del factor
de influencia telef6nica está contenida en un escrito de J. M. Barstow, P. W. Blye y
H. E. Kent, Trans. Am. Inst. Elec. Engrs., 54: 1307 (1935).
180
Capítulo 7
INTRODUCCION
La medida de los efectos del ruido sobre la audición tiene una larga historia.
Ya en 1880 se hizo una referencial de algunos efectos de los ruidos producidos
por el ferrocarril sobre el oído. Otros2•3•4 se ocuparon del problema de la
sordera entre los caldereros hacia 1890. De hecho, por ]0 menos una centena
de autores había escrito uno o más trabajos a cuenta de los efectos de los
ruidos sobre la audición. Una «Bibliografía sobre la audición»5 contiene prác-
ticamente todas las referencias hasta 1952.
A pesar del interés de tanta gente, nadie tuvo oportunidad de examinar la
gran cantidad de datos que contenían suficiente información relevante sobre
el problema para establecer relaciones entre la pérdida de la audición y la
exposición a los ruidos hasta la creación del Comité Z24-X-2 de la American
Standard Association en 1952. Como resultado de la cooperación de las in-
dustrias con este Comité, los datos pudieron aprovecharse para su análisis,
y los resultados de los estudios de este Comité están contenidos en la publi-
cación «Las relaciones entre la pérdida del oído y la exposición a los ruidos».6
Gran parte de la información contenida en este trabajo se reproduce en este
capítulo: sin embargo, nuevas interpretaciones son presentadas del modo en
que puedan ser más beneficiosas para la industria.
En muchos de nuestros estados federales rigen leyes que tratan la sordera
ocupacional solamente como una lesión traumática (véase Cap. 38). En algunos
de estos estados el concepto de lesión traumática, normalmente asociado a un
accidente repentino, del cual se deriva una pérdida parcial o total de la audi-
ción, se ha ampliado hasta incluir los casos en que se advierte una progresiva
pérdida de audición en pocos días, a causa de la exposición a algunos ruidos
infrecuentes. Este capítulo no considera las lesiones traumáticas, sino la pér-
dida de audición debida a la exposición continua a los ruidos. Como se verá
más tarde, no parece que haya soluciones viables sobre la relación funcional
entre la pérdida de la audición y la exposición a los ruidos, al menos con los
ruidos que la industria produce actualmente. Por tanto, no existe simplemente
un nivel de exposición a los ruidos más allá del cual la pérdida de audición
súbitamente pase de insignificante a importante. Con 10 que el problema
automáticamente queda envuelto en un cierto grado de incertidumbre.
181
A pesar de todo, la industria debe tener tantas respuestas positivas como
sea posible. No obstante, estas respuestas pueden conducir a una interpretación
errónea, ya que los resultados pueden separarse del contexto y usarse inco-
rrectamente si las frases que los modifican no se colocan siempre en yuxtapo-
sición para compensar esas acciones. Especialmente desde que el tema de la
sordera ocupacional está estrechamente ligado a los procedimientos legales,
una gran cantidad de términos verbales se asocian con escritos sobre esta
materia. Esta exposición está hecha a fin de evitar esa verborrea. Los datos
aportados son, en general, aproximaciones, y en algunos casos representan
extrapolaciones o interpretaciones que no pueden ser plenamente justificadas
por el momento. Se han empleado métodos estadísticos, y en tales casos la
información sirve de guía a las empresas en 10 que respecta a grupos de em-
pleados. Se han establecido algunos resultados en términos de estimaciones
proporcionales, tantos por ciento, etc. Tales resultados no pueden ser aplicados
individualmente: esto debe tenerse siempre presente.
En materia de higiene industrial, siempre existe la cuestión: «¿cuál es el
nivel de seguridad7»; 10 mismo ocurre con el problema de la sordera ocupa-
cional en relación con la exposición al ruido. Se han publicado varios criterios
o sugerencias para aplicar normas relativas al problema. 7-1o Al mismo tiempo
que el Comité Z24-X-2 de la ASA comenzó su estudio, todos los criterios
publicados hasta la fecha se estudiaron a fondo, como una de las primeras
actividades de dicho Comité. Los resultados de esta investigación llevaron a la
conclusión de que todos los criterios aplicados hasta esa fecha fueron esen-
cialmente «buenas elucubraciones» de individualidades bien dotadas. Pero las
«elucubraciones» dejaban mucho que desear.u Por desgracia, el asunto de los
criterios permanece irresuelto, pero con las recientes recomendaciones de un
comité consultivo médico,12 se han dado los primeros pasos a fin de permitir-
nos una aproximación más realista al problema si la exposición al ruido se
limita a un área en la que puede aprovecharse una gran cantidad de infor-
mación.
Para un mejor entendimiento del contenido de este capítulo, será beneficioso
algún conocimiento sobre las características físicas del sonido, los procedi-
mientos para determinar el umbral de la audición y los métodos de medición
de los ruidos. Tales materias se tratan en los capítulos 2, 6 Y 17, respectiva-
mente. En general, los ruidos en la industria se miden en términos de niveles
de presión sonora existentes dentro de ciertos límites de frecuencia. Cuando los
niveles de presión sonora se representan en bandas de octavas, el gráfico resul-
tante se denomina «espectro de octavas». La capacidad auditiva de un em-
pleado se mide dentro de un intervalo de frecuencias mediante la determinación
del nivel de presión sonora de un tono puro más débil que es capaz de oír a
cada frecuencia seleccionada para la prueba. Los datos provenientes de estas
mediciones, cuando se representan gráficamente, constituyen un «audiograma».
Finalmente, el tercer elemento a considerar en el problema es el espacio de
tiempo que el empleado soporta el ruido, 10 que se llama exposición.
Las siguientes explicaciones sobre la naturaleza general de la relación entre
la pérdida de audición y la exposición a los ruidos recogen el promedio de los
182
datos obtenidos de la medición de la capacidad auditiva de un grupo de per-
sonas -,no son, en general, aplicables a un individuo-. Las pérdidas de audi-
ción tienden a crecer cuanto mayor sea la exposición. Si el grupo es apartado
del ruido, las pérdidas de audición tienden a disminuir. No obstante, si la
exposición es repetida una y otra vez, las pérdidas de audición se convierten
en permanentes, y el alejamiento del ruido no restablecerá completamente
la audición hasta su valor previo a cualquier exposición.
Las pérdidas de audición debidas a la exposición a los ruidos tienden a
alcanzar un máximo para frecuencias en un intervalo de tres mil a seis mil ci-
clos por segundo, para cualquier exposición dada. Las pérdidas de audición son
normalmente menores en pruebas con frecuencias superiores o inferiores al
intervalo citado. Por esta razón, si el audiograma medio de un grupo muestra
una pérdida máxima de audición para los 4000 cps, uno puede deducir gene-
ralmente que esta pérdida de audición se debe a una exposición de ruidos.
Uno de los primeros puntos que debe fijarse es que esta pérdida de audición,
medida en función de la frecuencia, no es la representación del espectro de
los ruidos. Es más, los ruidos de alta frecuencia no producen pérdidas de audi-
ción para baja frecuencia. Dentro de los límites habituales, los ruidos indus-
triales tal y como son hoy producen esencialmente el mismo tipo de pérdida
de audición, independientemente del carácter del ruido. El que los ruidos sean
de diferentes clases simplemente modifica la gravedad de la pérdida de la audi-
ción, no la naturaleza intrínseca de dicha pérdida. Por esta razón, un ruido
que suene «fuerte» o «mezclado con la conversación» puede no estar produ-
ciendo una gran pérdida de capacidad auditiva, en contra de la reacción na-
tural de los empleados que piensan que éste es un ruido que debe ser evitado.
Por otra parte, un ruido menos fuerte puede estar causando más daño al oído.
En cierto modo, uno «no puede confiar a sus ignorantes oídos» el cálculo de
la potencialidad de un ruido para producir una pérdida de audición per-
manente.
El concepto de sordera ocupacional se refiere a la capacidad de los em-
pleados para comprender la palabra -,no, por ejemplo, a la capacidad de esos
empleados para captar la música de alta fidelidad-. La naturaleza de la pa-
labra es tal que solamente los valores de la pérdida de audición en un intervalo
de frecuencias entre 500 y 2000 cps son importantes. Las pérdidas de audi-
ción por encima o por debajo de este intervalo limitado no afectan aprecia-
blemente a la capacidad para entender la palabra. Verdaderamente, las pérdidas
de audición por debajo de los 500 cps son normalmente menores, o en todo
caso iguales a las producidas a los 500 cps. Sin embargo, las pérdidas de
audición producidas por encima de los 2000 cps pueden ser mucho mayores
que las producidas a 2000 cps. Este hecho, unido a que los ruidos a alta fre-
cuencia no producen pérdidas de audición a baja frecuencia, nos lleva a la con-
clusión de que, en lo que a la percepción de la palabra se refiere, es el nivel
de ruido por debajo de 1000 cps el importante. Los ruidos por encima de
1000 cps producen un pequeño efecto, en la sordera, en lo que se refiere a la
percepción de la palabra, o ni siquiera lo producen.
Otro rasgo destacable es que existen tremendas diferencias entre las pér-
183
didas de audición medidas en personas que han sufrido exposiciones iguales a
un ruido dado. Algunos pueden no sufrir pérdidas auditivas, mientras que
otros pueden sufrirlas de gravedad. Esta variación en la susceptibilidad hace
más difícil el cálculo de la gravedad en una exposición a ruidos. Hasta el mo-
mento no existen otras pruebas aceptables para determinar la susceptibilidad
salvo, en todo caso, repetir la audiometría. Repitiendo las pruebas de la capa-
cidad auditiva a intervalos razonables de un año o menos, el empleado alta-
mente sensible puede ser detectado mediante la verificación del cambio en la
pérdida de audición medida a frecuencias por encima de 2000 cps, donde los
cambios se producen en una mayor proporción al incrementarse la exposición.
DEFINICIONES
184
a ruidos excesivos. Para una más completa discusión de este concepto, véase
el capítulo 6.
Línea de base biológica (Biological base line). Algunos de los datos sobre
pérdidas de audición en la industria usados en el informe Z24-X-2 fueron to-
mados en condiciones en las que no hubo oportunidad de verificar la calibra-
ción de los instrumentos empleados. Debido a estas condiciones inevitables, se
aplicó una línea de base biológica para corregir la calibración. En lugar de usar
el valor absoluto de los datos audiométricos se formó un grupo de control
seleccionando a personas, todas ellas por debajo de los treinta años, que no
hubieran estado expuestas a ruidos excesivos durante su trabajo regular, y que
fueron sometidas a una prueba con el equipo en cuestión. El audiograma pro-
medio de este grupo de control se convirtió en la «línea de base biológica», o
«audición norma!», para personas examinadas con este equipo. El usar un
grupo de control y establecer de este modo una «línea de base biológica» tiene
muchas ventajas. 13
Cambio transitorio del umbral (Temporary treshold shift) es cualquier cam-
bio en el umbral que no es permanente con el tiempo. Es cierto, generalmente,
que cualquier persona expuesta a ruidos moderados o intensos sufrirá una pér-
dida temporal de audición a algunas frecuencias. Cuando la persona perma-
nece alejada del ruido, el cambio en el umbral disminuye y, en general, llega
a valer cero. Las cuestiones de qué fracción de la pérdida de audición indivi-
dual es transitoria y cuánto tiempo se necesitará para que la pérdida temporal
disminuya hasta cero no pueden ser resueltas por el momento.
Exposición (Exposure) es el período de tiempo en que los empleados están
sometidos a un ruido.
La exposición continuada (Continuous exposure), expresada normalmente
en años, denota el tiempo que los empleados están sometidos al ruido a lo
largo de su horario regular de trabajo. Hay que tener en cuenta el hecho de
que un empleado está normalmente sufriendo el ruido ocho horas de las veinti-
cuatro diarias; que durante estas ocho horas existen el «cuarto de hora», la
interrupción para la comida, etc., y que hay vacaciones, permiso por enfer-
medades, etc.
La exposición intermitente (Intermittent exposure) se refiere a la que no
puede ser clasificada como continuada. Por ejemplo, un piloto de líneas aéreas
vuela bastantes horas un día y posiblemente nada en absoluto al día siguiente.
Obviamente, hay muchos casos de exposición en las que el grado de intermi-
tencia es difícil de calcular. La correlación entre los datos tomados en tales
condiciones y los correspondientes a una exposición continuada, o a diferentes
grados de exposición intermitente debe llevarse a cabo con mucha precaución.
Octava especial (Sorting octave) es el nombre arbitrario dado a una deter-
minada octava. En el análisis de los datos del Z24-X-2 se mostró que la pérdida
de audición a una frecuencia dada producida por exposición a ruidos se corres-
ponde mejor con el nivel de incidencia sonora en una determinada octava
que en cualquiera de las otras bandas de octava. A esta octava se le llamó
actava especial.
185
Curvas de tendencia (Trend curves), éste es el nombre dado a un conjunto
de líneas que son útiles para estimar el valor de la pérdida de audición a con-
secuencia de la exposición a ruidos. Hasta que tales relaciones se establezcan
adecuadamente mediante hechos empíricos, la palabra «tendencia» parece ser-
vir para indicar la naturaleza aproximada de la relación.
La pérdida media de la palabra (Speech average loss) -pérdida de audición
de la palabra- es el valor de la media aritmética de las pérdidas de audición
medidas a 500, 1000 Y 2000 cps, tanto las pérdidas de audición para una per-
sona como las «pérdidas medias de la palabra» se expresan en decibelios.
La pérdida de audición de la palabra (Speech hearing loss) es la diferencia
en decibelios entre los niveles de la palabra a los cuales el oído normal medio
y el oído defectuoso, respectivamente, obtienen la misma intelegibilidad.
PRESBIACUSIA
186
ción estadística. Así, pues, para la determinación de las pérdidas auditivas
de un grupo de hombres, considerando un tiempo de exposición medio y una
edad media, la corrección por presbiacusia se determina para esa edad media,
y entonces se resta de la pérdida de audición media bruta. Esta diferencia
representa la pérdida de audición media debida a los ruidos.
MUJERES
30 40 50 60 70 30 40 50 60 70
EDAD EN AÑOS EDAD EN AÑOS
187
un ruido mediante el uso de filtros de bandas de octavas se describe en el
capítulo 17. El problema de la identificación de qué nivel de octava de los
varios posibles podría usarse, se simplifica mediante la introducción de la
«octava especia!». Los niveles de incidencia sonora en la octava especial dan
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FIG. 7.3. Curvas de tendencia media estimadas para la pérdida de audición neta
a 1000 cps tras una exposición continuada al ruido continuo; corregidas para la pres-
biacusia; no corregidas para cambios transitorios en el umbral. Las líneas discontinuas
son extrapolaciones. Adviértase que la escala del tiempo de exposición comienza en 1 año
y es logarítmica. El área rayada de la figura 7.3b representa los límites de los espectros
en que estas curvas de tendencia están basadas. El área cuadriculada representa la
octava especial. (Según el informe ASA Z24-X-2. 6)
Ejemplo
Como aplicación de las figuras 7.3, 7.4 y 7.5, supongamos que un grupo de empleados
trabaja durante 20 años bajo un ruido industrial dado. La edad media de estos emplea-
dos tras los 20 años de exposición puede tomarse arbitrariamente como de cincuenta
188
años. Supongamos que el análisis de octava de los ruidos muestra que el nivel de inci-
dencia sonora en la banda de 300 a 600 cps (la {( octava especial» en este gráfico) es
de 95 db.
1. Para determinar la pérdida a 1000 cps, entraremos en la figura 7.3 por la abscisa
correspondiente a 20 años de exposición; seguiremos esta línea vertical de exposición
hasta cortar la línea señalada con 95 db, el nivel de incidencia sonora para la octava
especial; es decir, el nivel de la banda de la octava especial. La pérdida de audición
que corresponde a la intersección es de 12 db, aproximadamente. Esto representa la
pérdida media del grupo debida a la exposición a ruidos. Para determinar la pérdida
media total del grupo debe añadírsele la corrección para la presbiacusia. De la figura 7.1
obtenemos que la pérdida de audición media a 1000 cps, para la edad media de cin-
cuenta años, es aproximadamente 5 db. Por tanto, de nuestro hipotético grupo de em-
pleados podría esperarse una pérdida total media de (12+5)=17 db a 1000 cps.
2. De la figura 7.4 obtenemos que, a 2000 cps, la pérdida de audición media es
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BANDAS DE OCTAVA
(b)
FIG. 7.4. Curvas de tendencia media estimadas para la pérdida de audición neta
a 2000 cps tras una exposición continuada al ruido continuo; corregidas para la pres-
biacusia; no corregidas para cambios transitorios en el umbral. Las líneas discontinuas
son extrapolaciones. Adviértase que la escala del tiempo de exposición comienza en 1 año
y es logarítmica. El área rayada de la figura 7Ab representa los límites de los espectros
en que estas curvas de tendencia están basadas. El área cuadriculada representa la octava
especial. (Según el informe ASA Z24-X-2. 6)
189
de 18 db. La corrección por presbiacusia para 2000 cps y cincuenta años de edad
es de 11 db. Sumando estas dos cifras obtenemos una pérdida media total de audición
de unos 29 db t a 2000 cps.
3. Siguiendo un proceso semejante, la pérdida de audición a 4000 cps puede deter-
minarse aplicando la figura 7.5. Adviértase que en este caso la octava especial es dife-
rente; es el nivel de incidencia sonora en la banda de 1200 a 2400 cps. Supongamos que
el nivel en esa banda es 85 db. Para una exposición de 20 años, la pérdida media de
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FIG. 7.5. Curvas de tendencia media estimadas para la pérdida de audición neta
a 4000 cps tras una exposición continuada al ruido continuo; corregidas para la pres-
biacusia; no corregidas para cambios transitorios en el umbral. Las líneas discontinuas
son extrapolaciones. Adviértase que la escala del tiempo de exposición comienza en 1 año
y es logarítmica. El área rayada de la figura 7.5b representa los límites de los espectros
en que estas curvas de tendencia están basadas. El área cuadriculada representa la octava
especial. (Según el informe ASA Z24-X-2. 6)
190
audición es de unos 26 db. La corrección por presbiacusia es de 20 db, lo que da un total
de 46 db, a 4000 cps. Por tanto, el hipotético grupo anterior tendría unas pérdidas
medias de audición de 17, 29 y 46 db a 1000, 2000 y 4000 cps, respectivamente.
Cálculos similares pueden hacerse para cualquier otra industria que cumpla
las limitaciones impuestas a las curvas de tendencia. En la actualidad, el aná-
lisis completo de octavas para ruidos continuos podría tomarse para asegurar
al que aplica las curvas de tendencia que el ruido está dentro de los límites
dados en las partes b de las figuras 7.3 a 7.5. Una vez que esto se ha deter-
minado, podrán entonces obtenerse los niveles de incidencia sonora en las
bandas de 300 a 600 cps y de 1200 a 2400 cps, que son los empleados en la
estimación de las pérdidas medias de audición.
Una segunda limitación en el empleo de las curvas de tendencia consiste
en que las extrapolaciones no deberían hacerse para niveles que excedan en
más de 5 db los representados en los gráficos. No hay, a priori, razones sufi-
cientes para creer que la forma de las curvas de tendencia permanece constante
al aumentar los niveles de incidencia sonora en la octava especial.
Una tercera limitación es que la exposición al ruido debe satisfacer la defi-
nición de exposión continuada. La intermitencia en la exposición no puede
interpretarse, por ahora, como el equivalente de la suma de exposiciones con-
tinuadas.
Una cuarta limitación es que las curvas de tendencia solamente pueden
usarse para determinar la pérdida media de audición de un grupo de personas
expuestas a ruidos. Las variaciones individuales en la sensibilidad a la expo-
sición a ruidos son tan grandes como para recubrir considerablemente las cur-
vas mostradas para otros niveles de octavas. El hecho de que dos curvas de
tendencia estén separadas por sólo 7 db, por ejemplo, no significa que la dis-
tribución total de las pérdidas de audición para el grupo de empleados se
limite a 7 db. Este punto se estudiará con detalle más adelante.
Una quinta limitación es que las pérdidas de audición mostradas en las
curvas de tendencia tienen una componente transitoria y otra permanente.
La fracción de las pérdidas de audición que es transitoria no se ha establecido
aún; no obstante, datos posteriores permitirán una estimación razonable de la
parte transitoria de la pérdida total.
Debe advertirse que las curvas de tendencia para el cálculo de las pérdidas
auditivas a 500 cps no han sido dadas, pues algunos de los datos a partir de
los cuales se desarrollaron originalmente las curvas de tendencia no eran muy
exactos, debido a la presencia de ruidos «encubridores» en el recinto de la
prueba. De este modo, la omisión de las curvas de tendencia a 500 cps se debe
a la falta de datos, y no a la idea de que tales curvas no fueran importantes.
191
medio, expuesto al mismo ruido durante el mismo período de tiempo, tiene
pérdidas de audición no compensables. Para determinar la gravedad de la ex-
posición a ruidos, se requieren unas relaciones que, de alguna manera, hagan
corresponder la distribución de las pérdidas de audición con la pérdida audi-
tiva media. Con estas relaciones, las pérdidas de audición igualadas o excedi-
das por, digamos, el 20 por 100 de los empleados, pueden ser calculadas.
Los datos industriales no son aún lo suficientemente válidos como para
permitir el establecimiento de tales relaciones para personas expuestas a los
ruidos. No obstante, existen datos aprovechables obtenidos en varias ferias
universales y regionales que pueden aplicarse. Una función de distribución
obtenida de estos datos no debe aplicarse en los casos que se refieren a la
exposición a ruidos sin tener en cuenta que pueden producirse respuestas
erróneas. Sin embargo, tales funciones de distribución pueden ser extraordi-
nariamente útiles. Hay una evidencia grande que indica que la distribución
igual, y posiblemente mayor, sobre las pérdidas auditivas superiores a la media
de los datos de las personas expuestas al ruido tiene al menos una «incidencia»
que aquella que se obtiene de la distribución de los datos para personas no
expuestas al ruido. Este conocimiento permite actuar adecuadamente extrapo-
lando los datos obtenidos de una distribución que se basa en personas no
expuestas a ruidos.
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~gs cedida por el 20 por 100 del grupo. Las líneas
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o 10 20 30 40 50 las pérdidas de audición deben incluir los
PERDIDAS MEDIAS DE AUDICION EN 08 efectos de la presbiacusia. (De la Ret. 21.)
192
de los 20 db. También, la incidencia de las pérdidas de audición sobre su
valor medio se incrementa con la frecuencia dentro del citado intervalo: no
obstante, la diferencia en la incidencia no es muy grande.
Las cruces de la figura 7.6 representan los datos obtenidos de casos aisla-
dos de personas expuestas al ruido. Para extraer algunas conclusiones cuanti-
tativas sobre las diferencias en la distribución de la incidencia de las pérdidas
de audición para los grupos expuestos y no expuestos a ruidos habría que obrar
con cuidado. No obstante, puede deducirse por lo menos que la incidencia
basada en los grupos expuestos al ruido es igual o mayor que la distribución
basada en la población no expuesta al ruido.
Usando la figura 7.6, el ejemplo de la sección anterior cobra más signifi-
cado. Las pérdidas medias de audición para este grupo de cincuenta años
fueron 17, 29 Y 46 db para los 1000, 2000 Y 4000 cps, respectivamente. Vemos
ahora que el 20 por 100 podría esperar tener unas pérdidas auditivas iguales
o mayores que 31, 49 Y 68 * db a los 1000, 2000 Y 4000 cps, respectivamente.
... Extrapolado. Este valor se toma conservadoramente, ya que el valor real de las
funciones en la figura 7.6 debe alcanzar los 90 db (considerándose una sordera total)
antes de que la abscisa alcance los 90 db.
193
13
audición a 500 cps, ha sido necesario obtener una relación entre la pérdida de
audición a 1000 cps y la pérdida media de la palabra. La figura 7.7 está basada
en datos de la Feria de Wisconsin 16 y en datos del Z24-X-2. 6 Por esta razón,
el uso de este gráfico debe restringirse a casos de exposición continuada a
ruidos continuos, y los niveles de incidencia sonora del ruido en la octava
de 300 a 600 cps deben ser menores de 100 db. Las cruces en la figura 7.7 repre-
sentan casos aislados tomados en grupos expuestos al ruido. La curva continua
está basada en datos de grupos no expuestos al ruido, y a causa del gran tama-
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DATOS DE LA FERIA DE WISCONSIN
DATOS DE LOS EXPUESTOS AL RUIDO V'á
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xix
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I
V FIG. 7.7. Relación entre el valor medio de
las pérdidas medias de audición medidas a 500,
/ 1000 Y 2000 cps y la pérdida bruta media de
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audición a 1000 cps. El uso de la curva se
restringe a los casos de exposición continuada
PERDIDA BRUTA MEDIA DE AUDICION
a ruidos continuos, con niveles de incidencia
A 1000 CICLOS POR SEGUNDO sonora menores de 100 db en la octava de
( INCLUIDA LA PRESBIACUSIAI 300 a 600 cps. (De la Ref. 21.)
194
de audición compensable si se conoce la «pérdida media de la palabra». La figu-
ra 7.8 es la representación de las tablas recomendadas por el Comité. Básica-
mente, el Comité reconoce el hecho de que existen efectos debidos al cambio
transitorio en el umbral y a la presbiacusia que deben ser considerados. La
figura 7.8b muestra el porcentaje de pérdida de audición compensable en fun-
ción de la «pérdida media de la palabra» corregida.
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EDAD DE LOS EMPLEADOS EN AÑOS VALOR CORREGIDO DE LA PERDIDA
MEDIA DE LA PALABRA EN DB
FIG. 7.8. El Comité Médico Consultivo del Estado de Wisconsin relaciona el porcentaje
de pérdida de audición compensable con la pérdida media de la palabra. Esta relación
se muestra en (b). Antes de que la pérdida media de la palabra pueda aplicarse en el
gráfico (b), debe ser corregida, teniendo en cuenta los efectos del cambio transitorio de
umbral y de la presbiacusia. Estos factores de corrección están mostrados en (a). El
factor de corrección se toma como 5 db para todas las edades por debajo de los cin-
cuenta años. El factor de corrección debe restarse de la «pérdida media de la palabra»
para obtener el valor corregido de la pérdida media de la palabra. (De la Ret. 21.)
195
pérdida ha ocurrido en ambos oídos, entonces la compensación sería del 20
por 100, o más, de su salario semanal durante un período de sesenta semanas.
La cantidad máxima de compensación no puede exceder la suma de 3500 dó-
lares.
Así, pues, para el hipotético grupo, el conocimiento de: 1) la edad media
del grupo, 2) la duración de la exposición y 3) el espectro d.e octavas del ruido
es todo lo que se requiere para llegar a la representación de la pérdida de
audición compensable. El procedimiento ha sido esbozado paso a paso. No
obstante, la figura 7.9 elimina la necesidad de llevar a cabo todos los pasos
mencionados. Los cuatro gráficos de la figura 7.9 se refieren a empleados de
treinta y cinco, cuarenta y cinco, cincuenta y cinco y sesenta y cinco años en
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~~ NIVEL DE INCIDENCIA SONORA EN LA OcrAVA DE 300 - 600 CPS
196
puede aplicarse para establecer criterios razonables. Recordamos que la figu-
ra 7.9 está basada en parte en la figura 7.6. En la discusión de la figura 7.6
se señaló que las relaciones para grupos expuestos al ruido pueden muy bien
estar por encima de las curvas obtenidas de los grupos no expuestos al ruido.
Si esto fuera aSÍ, entonces para una pérdida media de audición de 17 db,
a 1000 cps, el 20 por 100 podría esperar tener una pérdida de audición en
exceso de aproximadamente 38 db *. Este valor, que representa la «pérdida
media de la palabra», según la figura 7.7 y corregido por la figura 7.Sa, daría
una «pérdida media de la palabra» corregida de unos 33 db. De acuerdo con
la figura 7.8b, esto podría corresponder al 25 por 100 de la pérdida de audición
compensable. Esta pérdida corresponde más exactamente a la que podría
calcularse aplicando la figura 7.9d. Se recomienda, por tanto, que la figura 7.9d
se aplique para empleados por encima de los cuarenta y cinco años de edad
y la figura 7.9b, para empleados de menos de treinta y cinco años.
De este modo, si al aplicar la figura 7.9d se observa que el 80 por 100 de
los empleados de más de cuarenta y cinco años sufren pérdidas de audición no
compensables, los niveles de incidencia sonora en la octava de 300 a 600 cps
deberán estar dentro del intervalo de 83 a 90 db, según el tiempo de exposición.
Expresado de otra manera, un nivel de incidencia sonora en la octava de 300
a 600 cps de 95 db supone que el 20 por 100 de los empleados sufrirían un
l2-} por 100 o más de pérdidas de audición compensables en cinco años de
exposición continuada a un ruido continuo. Si los empleados tuvieran menos
de treinta y cinco años, después de cinco años de empleo, entonces el 20 por 100
de este grupo habría sufrido solamente el 5 por 100 o más de pérdidas de
audición compensables en los cinco años de exposición a los niveles de inci-
dencia sonora de 95 db en la octava de 300 a 600 cps.
Se confía en que la figura 7.9 constituirá el comienzo para que la industria
establezca sus propios criterios en cuanto a la exposición a ruidos. Es obvio
que ninguna cifra puede elegirse como un criterio absolutamente válido. El
que se trate de proteger al 80 o 90 por 100 de los trabajadores o sólo al 50
por 100 es una decisión de política que la industria debe tomar. Ciertamente,
parece razonable pensar que las industrias tratarán de proteger un porcentaje
de sus empleados tan alto como sea posible.
El significado de las figuras 7.3 a 7.5 es limitado por el hecho de que tales
curvas no están corregidas teniendo en cuenta los cambios transitorios en el
umbral, ya que nos faltan datos suficientes para esas correcciones. Este cambio
transitorio se muestra en la figura 7.10. Recientemente, los resultados de algu-
nos trabajos20 publicados por el Subcomité de Ruidos en la Industria indican
... Es interesante advertir que, si la figura 7.6 se modifica de esta forma, las figu-
ras 7.9b, e y d se unen y se convierten en el gráfico dado por la figura 7.9d.
197
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Y
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 7.11. Recuperación para siete frecuencias distintas en función del intervalo de tiempo
transcurrido entre el final de la exposición y la medida de la pérdida de audición. La
edad media de las 36 personas era de treinta y un años, y habían estado expuestas por
término medio más de 10 años a los ruidos. El grupo se dividió en tres subgrupos,
llamados Categoría 1, 11 Y 111, según el valor total de la pérdida de audición. Hubo
13 personas en la Categoría 1, 12 en la 11 y 10 en la 111. Una persona tenía pérdidas
auditivas demasaido grandes para ser clasificadas en la Categoría 111. (Según el informe
ASA Z24-X-2. 6)
199
minimizar el efecto de la recuperación a corto plazo. Ciertamente, donde fuera
posible el test audiométrico debería hacerse al comienzo del turno de trabajo.
Al medir la recuperación a «largo plazo», normalmente se hace adecuado
un compás de espera tras la exposición del orden de 48 h, desde un punto
de vista industrial. Normalmente, una empresa no es requerida a medir la
recuperación a «largo plazo», y esta necesidad surge sólo cuando un empleado
muestra un cambio anormal en su capacidad auditiva, según el resultado de
varios audiogramas. Entonces, este empleado se convierte en un caso especial
de estudio para el departamento médico. La cifra de las 48 h está tomada en
parte de los datos presentados en las figuras 7.11 y 7.12. Estos datos muestran
el valor de la recuperación medida en situaciones diferentes. La figura 7.11
muestra la capacidad auditiva de 36 personas un mes y medio después de
haber cesado la exposición a un ruido cuyo espectro en la banda de octava es
casi uniforme. Los niveles de incidencia sonora en las bandas de 300 a 600 cps
y de 1200 a 2400 cps eran de 93 y 91 db, respectivamente. La figura 7.lla
representa el grupo completo; las b, e y d representan la división del grupo
en tres categorías, según sea el valor de la pérdida inicial de audición. La
Categoría 1 es la de menor pérdida inicial de audición, la III la de mayor. La
edad media del grupo es de treinta y un años, y para cada categoría es: veinti-
siete para la I, treinta y tres para la Il y treinta y seis para la IIl' La expo-
sición media del grupo fue de más de diez años.
En cada cuadro de la figura, la línea continua representa el audiograma
medio efectuado 48 h después de la última exposición al ruido; la línea dis-
continua es de un mes y medio después de la exposición. Durante este período
de un mes y medio, se llevaron a cabo reparaciones en la planta donde el grupo
trabajaba normalmente, y éste fue expuesto a ruidos cuyos niveles de inci-
dencia sonora fueron unos 20 db menores en cada banda de o~tavas. Los
niveles de incidencia sonora oscilaron entre 70 y 75 db para las octavas
de 75 a 4800 cps.
Las figuras 7.1b, e y d muestran que la recuperaclOn mayor se verifica
cuando la pérdida inicial de audición es pequeña, especialmente cuando la
gente es joven. La categoría I, que tuvo la menor pérdida inicial de audición,
era también la del grupo más joven. El modelo de recuperación de la catego-
ría I no es diferente de la figura 7.12, y esta similitud presta una ayuda adicio-
nal a la conclusión de que, a medida que las pérdidas de audición irreversibles
se hacen mayores, el valor de la disminución en los cambios del umbral parece
convertirse en más pequeño.
La figura 7.12 presenta los cambios medios del umbral medidos en dife-
rentes intervalos de tiempo después de la exposición. El espectro de la expo-
sición a los ruidos muestra unos niveles de incidencia sonora entre 90 y 95 db
para octavas por debajo de los 4800 cps. Los niveles en las octavas especiales
más baja y más alta fueron 93 y 95 db, respectivamente.
La figura 7.l2a muestra el audiograma medio del grupo después de 19 meses
de exposición. Los audiogramas se llevaron a cabo durante la jornada de
trabajo, unos 15 min después de haber cesado la exposición al ruido. La línea
discontinua muestra el audiograma del mismo grupo 43 h más tarde.
200
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 7.12. Cambios en el umbral para cinco frecuencias distintas en función del tiempo
transcurrido entre el final de la exposición y la medida de la pérdida de audición. Los
cambios en el umbral se midieron en un grupo de control. El ruido a que la gente
estuvo expuesta tenía unos niveles de incidencia sonora entre 90 y 95 db en todas las
octavas por debajo de 4800 cps. Veinte hombres y mujeres fueron expuestos al ruido
durante 19 meses, y 16 de ellos durante 27 meses. La edad media del grupo era de
veintiocho años. Para mayor información véase la referencia 13. (Según el informe ASA
Z24-X-2. 6)
201
marse la precaución al evaluar los efectos de la exposición a ruidos sobre
la audición.
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BANDAS DE OCTAVAS
FIG. 7.13. Pérdida neia de audición (corregida para la presbiacusia) de 446 pilotos
de líneas aéreas en función del tiempo de vuelo en miles de horas. Los datos audiomé-
tricos fueron obtenidos después de varias horas de exposición al ruido. (a) Pérdida
media neta de audición. (h) Pérdida de audición neta del 10 por 100; sólo ellO por 100
de los pilotos tuvieron una pérdida de audición mayor que ese valor del 10 por 100.
(e) Espectro medio de ruidos medidos en la cabina del piloto de un DC-3B. Este
espectro es típico del ruido ambiental al que los pilotos estuvieron expuestos la mayor
parte del tiempo de exposición. (Según el inf01'me ASA Z24-X-2. 6)
202
sufrido algunas pérdidas permanentes de audición con anterioridad a su expo-
sición a los ruidos.
La figura 7.l3b muestra las pérdidas netas de audición en función del tiempo
de exposición para ellO por 100 del grupo: sólo ellO por 100 de los pilotos
tuvieron pérdidas de audición iguales o mayores que éstas. El contraste entre
la curva del 10 por 100 y la de los valores medios es claro. Las diferencias
de este orden de magnitud son consecuentes respecto al valor de la incidencia
mostrada en la figura 7.6.
Un espectro medio medido en la cabina del piloto del avión que usaban la
mayoría de las compañías aéreas en la época en que se realizaron los audio-
gramas, un Douglas DC-3, se muestra en la figura 7.l3e. Este espectro no
representa los únicos ruidos a los que los pilotos estaban expuestos. Todos
ellos se habían entrenado en otros aviones, y algunos probablemente habían
estado expuestos a ruidos de carácter muy diferente. Además, estuvieron todos
expuestos a niveles más altos de ruido durante el despegue, y a los sonidos
procedentes de sus equipos de comunicación. Los niveles de incidencia sonora
de estos ruidos son difíciles de determinar, pero la exposición a ellos no debería
ser despreciada. Cuando estos factores inciertos se suman al hecho de que la
exposición fue intermitente, y no de una manera fija, está claro que la expo-
sición de los pilotos no puede especificarse con exactitud.
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SEGUNDO
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FIG. 7.14. Distribución de las pérdidas netas de audición (corregidas para la pres-
biacusia) de los pilotos de líneas aéreas en función de cinco frecuencias de prueba, para
·diferentes intervalos de horas de vuelo. Los audiogramas se tomaron horas después de la
exposición al ruido. (Según el informe ASA Z24-X-2. 6)
203
nes dejaran la factoría. Todos los aparatos estaban al aire libre y no existía
protección acústica en la fuente del ruido. No obstante, sí la había para los
oídos, y todas las personas cercanas a la pista de despegue fueron obligadas
a llevar tapones en los oídos. En esta instalación, los audiogramas se efectuaron
bimensualmente durante casi cuatro años. En caso de que los trabajadores
mostraran cambios considerables en el umbral, se les trasladaba. El número
de los que sufrieron estos cambios fue menor del 1 por 100 de los trabajadores
empleados, y muy pocos mostraron algún cambio en el umbral.
De estos dos estudios de exposición intermitente a ruidos se puede deducir
que la intermitencia tiende a reducir un poco las pérdidas auditivas que se
producen si las comparamos con las que se producirían si la exposición fuera
continuada, si bien no existen suficientes datos sobre relaciones cuantitativas.
RUIDOS NO CONTINUOS
204
cativo en el umbral en un tiempo de exposición entre uno y seis años. Sin
embargo, en la banda de 1200 a 2400 cps, donde el nivel de incidencia sonora
era de 95 db para el ruido de fondo, debería haberse observado un cambio
significativo en el umbral debido precisamente al ruido de fondo. No obstante,
a esta frecuencia no se observaron cambios significativos en el umbral, porque
se estaba llevando a cabo un programa de conservación de la capacidad audi-
tiva, y se les había colocado a los trabajadores de esa parte de la planta tapones
en los oídos. Parece que el uso de tapones protege los oídos de las pérdidas
de audición a 4000 cps, en virtud de la reducción del sonido por encima de
los 1200 cps. Afortunadamente, los niveles de fondo en la banda de 300 a
600 cps no fueron demasiado altos. Aparentemente, la combinación de ruidos
no continuos con la intermitencia en la exposición se une al uso de tapones
en los oídos para proteger a los individuos.
El uso de tapones en los oídos. Si en una compañía se están usando tapo-
nes para los oídos o se están preparando para iniciar un programa en el que
se incluye su uso, merece la pena obtener audiogramas antes y después de la
inserción de los tapones. Estas mediciones dan una indicación de su efectividad.
En algunos casos, frecuentes revisiones de la capacidad auditiva han tendido a
fomentar el uso de los tapones por parte de los empleados.
El empleo de tapones representa un método de protección para el trabaja-
dor. En cualquier caso, los tapones pueden ser diseñados y colocados adecua-
damente para asegurar una reducción en el ruido en la banda de 300 a 600 cps.
Estos niveles parecen corresponderse mejor con las pérdidas de audición a 1000
y 2000 cps; por tanto, el proteger el oído de las pérdidas a 1000 y 2000 cps,
implica que los niveles de incidencia sonora en la banda de 300 a 600 cps,
y en las bandas contiguas, pueden ser reducidos. Un tapón que en un indivi-
duo parece reducir la sonoridad y el efecto «fastidioso» del ruido, puede no
protegerle satisfactoriamente su oído. De aquí que un tapón que reduzca los
niveles de incidencia sonora por encima de 1000 cps puede parecer que sirve
a su propósito inicial, pero proporciona sólo una pequeña protección contra
las pérdidas de audición por debajo de 2000 cps. Solamente mediciones audio-
métricas periódicas o algún otro procedimiento que produzca datos referentes
a la atenuación proporcionada por el tapón cuando se inserta en el oído de
determinada persona, proveerá datos para contrastar la efectividad de este tapón
en la protección de un determinado empleado en cuanto a sus pérdidas auditi-
vas. Véase el capítulo 8 para más información sobre tapones.
Ruido entrecortado: ensayo de armas de fuego. En la sala de ensayo de
armas de una factoría de armas de fuego se revisan los cañones de las armas
disparando un casquillo sobrecargado a través del cañón. El ruido así produ-
cido es un ruido no continuo de una clase que denominaríamos «entrecortado).
Los probadores de las armas de fuego trabajan en una sala bastante «cargada),
dentro de la cual la reverberación evita un decaimiento rápido de los niveles
de incidencia sonora.
Un análisis de los datos audiométricos tomados de esos trabajadores se
presenta en la figura 7.15. Los cambios en el umbral a 2000 y 4000 cps se
205
representan en función del tiempo de exposición (adviértase la escala extendida
del tiempo de exposición). Existe un cambio en el umbral que puede medirse
a los 4000 cps, pero a los 2000 cps los datos son dudosos.
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Los datos audiométricos se tomaron et FORJADORES
aproximadamente 20 min después de 0 25
la exposición al ruido. (Según el in- 0.5 1.0 2.0
forme ASA Z24-X-2. 6) TIEMPO DE EXPOSICION EN AÑOS
206
Podría advertirse específicamente que las figuras 7.15 y 7.16 tienen «(cambios
en el umbral» en sus ordenadas. Los cambios en el umbral pueden obtenerse
solamente si se lleva a cabo un programa de audiometrías repetidas, ya que
el término se define como la diferencia entre dos audiogramas. Si los audiogra-
mas se realizan una vez al año, entonces los cambios en el umbral calculados
con estos audiogramas representan el cambio ocurrido en el intervalo de un
año. Un cambio en el umbral no nos da indicación de cuál es el valor absoluto
de la pérdida de audición. Si el intervalo de tiempo no es mayor de un año,
los efectos de la presbiacusia no se consideran normalmente para frecuencias
inferiores a los 2000 cps.
En el trabajo con los cambios de umbral, la exactitud de los datos audio-
métricos reviste gran significación. Los audiómetros actuales están normalmente
calibrados de 5 en 5 db, Y el operador puede contar fácilmente estas unidades
al evaluar los umbrales. Así, entre audiogramas repetidos puede existir una
diferencia de 10 db debido a errores operacionales. A no ser que las exposi-
ciones sean fuertes, los cambios previsibles en el umbral pueden falsearse por
dificultades de medición. Los datos de los cambios en el umbral fueron primi-
tivamente provechosos en los casos en que existía un largo intervalo entre la
prueba inicial y la final, o cuando la exposición es fuerte, como en el caso de
la fragua, y los cambios en el umbral son grandes.
Relación entre los cambios en el umbral y los audiogramas iniciales. La
cuestión que continuamente surge es la conveniencia de asignar a una persona
una operación ruidosa si antes ya tiene una cierta cantidad de pérdida auditiva.
Algunos creen que una pérdida de audición indica mayor sensibilidad a la
exposición al ruido, y por tanto, que el empleado con una cierta pérdida de
audición perderá capacidad auditiva en una proporción mayor que la normal,
mientras otros creen que una pérdida de audición inicial puede representar la
pérdida de los «nervios blandos» en el oído, quedando sólo los nervios duros».
Los datos del Informe Z24-X-26 indican que los cambios en el umbral son
esencialmente independientes del valor absoluto del audiograma inicial, al me-
nos en los casos de exposición a ruidos entrecortados y súbitos.
207
El audiograma de los empleados expuestos al ruido no es la representación
del análisis de octavas de los ruidos a los que han estado expuestos. La ener-
gía del ruido situada por debajo de los 1000 cps es la primitivamente respon-
sable de producir pérdidas de audición como las estimadas para la pérdida de
la palabra. De hecho, el nivel de incidencia sonora en la banda de octavas
de 300 a 600 cps es el que parece más aprovechable para evaluar los efectos
de los ruidos continuos sobre la pérdida de audición.
La media aritmética de las pérdidas de audición de un tono puro a 500,
1000 Y 2000 cps, llamada «pérdida media de la palabra», es también aproxi-
madamente la pérdida de recepción de la palabra. Por esta razón se reco-
mienda que la pérdida media de la palabra se emplee como la cifra que repre-
senta la gravedad de la pérdida de audición. El audiograma de un tono puro
puede emplearse para calcular la pérdida de recepción de la palabra por parte
de los empleados. El empleo del término «(porcentaje de pérdida de audición»
debería evitarse.
Si el 80 por 100 de los empleados que están expuestos a ruidos continuos
sufren pérdidas de audición no compensables económicamente, el nivel de in-
cidencia sonora en la banda de 300 a 600 cps debe ser menor de 90 db, Y el
tiempo de exposición ha de ser menor de tres años. Estos valores están basados
en las recomendaciones del Comité Médico Consultivo de Wisconsin. Si los
ruidos se mantienen continuos, el porcentaje de pérdidas de audición compen-
sables aumenta logarítmicamente con el tiempo de exposición.
Los cambios transitorios en el umbral son mayores para audición normal
y pueden acercarse a 15 db para exposiciones a los ruidos cuyos niveles en la
octava sean del orden de 100 db. Si existen pérdidas de audición apreciables
(una ((pérdida media de la palabra» del orden de 20 db o más), los cambios tran-
sitorios en el umbral son generalmente menores de 5 db para frecuencias por
debajo de 2000 cps, si el ruido tiene un nivel de incidencia menor de 100 db.
La mayor parte de los cambios transitorios en el umbral ocurren en las prime-
ras cuatro horas de la exposición diaria.
La sensibilidad de los empleados a la exposición al ruido varía grande-
mente. Para casos de exposición continuada a ruidos continuos (niveles de
octavas menores de 100 db), el 20 por 100 de los empleados tienen pérdidas
de audición con un exceso del doble respecto a la pérdida media de audición
del grupo. Un empleado medio sufre su pérdida de audición de una forma
gradual, según pasa el tiempo. Se conoce poco respecto a la rapidez con que
crecen las pérdidas de audición de los empleados más susceptibles en función
del tiempo.
Ya que la pérdida de recepción de la palabra es la guía principal para
evaluar la gravedad de la pérdida de audición, y ya que la energía del ruido
por debajo de los 1000 cps parece ser en principio la responsable de producir
pérdidas de audición que afectan a la pérdida de recepción de la palabra, el
método de relacionar la posibilidad de continuar hablando bajo el ruido con la
potencialidad del ruido para producir pérdidas de audición de la palabra no
es necesariamente válido. La energía del ruido que «encubre» la palabra tiene
208
una frecuencia mayor que la energía del ruido que produce pérdida de audición
de la palabra.
Hasta el momento no existen evidencias concluyentes de que los cambios
transitorios en el umbra,l y la pérdida permanente de audición estén relacionados
de forma biunívoca.
El único camino aceptado para determinar la sensibilidad de un empleado
a la exposición al ruido consiste en determinar el cambio a «corto plazo» en
el umbral por medio de audiogramas repetidos.
Para la mayoría de las exposiciones que tienen lugar en la industria, el
cambio medio de umbral permanente de un grupo de empleados debido a la
exposición al ruido es independiente del audiograma medio del grupo al co-
mienzo de la exposición. Por tanto, un grupo de empleados con audiograma
previo, mostrando pérdidas de audición fuera del intervalo normal, sufrirá
igual incremento en sus pérdidas de audición (en su valor medio) que el de los
empleados con audiograma previo normal. La pérdida total de audición des-
pués de años de exposición, no obstante, será mayor para el grupo que co-
mience con una pérdida inicial de audición.
Incluso, aunque las pérdidas de audición para frecuencias mayores de 2000 cps
no afecten a la recepción de la palabra, deben medirse. Los cambios en el
umbral debidos a la exposición al ruido son generalmente mayores para fre-
cuencias por encima de 2000 cps que los producidos para frecuencias por
debajo de 2000 cps. Por tanto, los audiogramas repetidos a 4000 cps son los
más útiles para detectar la sensibilidad.
Todos los informes sobre las pérdidas de audición y los cambios en el
umbral deberán considerarse como aplicables a ambos oídos. Los datos de
la «Feria» y los del Z24-X-2 muestran que las pérdidas medias de audición
para los oídos derechos de un grupo son esencialmente las mismas que para
los oídos izquierdos. Los datos de la Feria de Wisconsin16 indican estadísti-
camente diferencias significativas entre el oído derecho y el oído izquierdo;
no obstante, estas diferencias son menores de 4 db, aproximadamente.
REFERENCIAS
209
14
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16. Comunicación informal de A. Glorig.
17. Carhart, R.: /. Speech Disorders, 11: 97 (1946).
18. Fletcher, H.: /. Acoust. Soco Amer., 22: 1 (1950).
19. Davis, H.: Laryngoscope, 58: 761 (1948).
20. Quarterly Report No. 6, Subcomité para los Ruidos en la Industria del Comité
de Conservación de la Audición de la Academia Americana de Oftalmología y Oto-
rrinolaringología, 1 de abril a 30 de junio 1955, pág. 8.
21. Rudmore, W., y A. Glorig: Estos datos se están preparando para su publicación.
.22. Bunch, C. C.: Arch. Otolaryngol., 9: 625 (1929).
210
Capítulo 8
PROTECTORES OE OIOOS
INTRODUCCION
211
de proteger la cabeza contra el frío o los golpes. Pueden servir también de
soporte para los auriculares o las orejeras.
La figura 8.1 muestra los cuatro tipos básicos de protectores de oídos.
Cada uno tiene ventajas e inconvenientes en comparación con los otros.
Los tapones, cuando se insertan correctamente, proporcionan una gran
atenuación de los sonidos, son de tamaño discreto y no estorban a todo aque-
no que pudiera cubrir la cabeza, como caretas, gafas u otros aparatos. Como
son pequeños, pueden llevarse en el bolsillo. Los tapones son los protectores
de oído menos caros. Por contra, son incómodos frecuentemente y pueden
causar dolores en el conducto auditivo, o en casos extremos, incluso inflama-
ción, especialmente en climas tropicales. La gran variedad de forma y tamaño
en los canales auditivos provoca una cierta dificultad en su ajuste, y normal-
(a) lb)
FIG. 8.1. Las cuatro clases de protectores de oídos: (a) tapones; (b) casco; (e) semi-
insertos; (el) orejeras.
212
Los cascos son los más grandes, y normalmente los más caros de todos
los protectores de oídos. Han de hacerse de varios tamaños. Hasta el mo-
mento, su acci6n acústica no parece mejorar significativamente la de las
orejeras. Por estas razones, el empleo de cascos no parece justificado con el
fin de proteger los oídos solamente. Sin embargo, pueden resultar muy prác-
ticos cuando desarrollan alguna otra funci6n al mismo tiempo, tal como se
dijo anteriormente. La importancia acústica del casco puede incrementarse
cuando la atenuación del sonido en el oído alcanza un nivel tal que la trans-
misión a través del cráneo se convierte en un factor de control.
En estas condiciones, un casco que cubra la mayor parte de la cabeza
puede producir pérdidas adicionales de transmisi6n. 8 •9
213
pueden controlarse sino mediante el empleo intermitente. Afortuna-
damente, el de la no toxicidad es el requisito más fácil de cumplir.23 ,32
4. Siempre que el nivel de ruido sea lo suficientemente bajo, la función
acústica del protector de oídos debería consistir en asegurar la inteli-
gibilidad más alta posible de la palabra. Con un ruido continuado, la
palabra es más inteligible cuando el protector de oídos tiene una
frecuencia plana característica.13 ,17,23 Pero para ruidos intermitentes se
emplean aparatos especiales. 5,18.37,38
5. Los protectores de oídos son efectivos sólo si se usan correctamente.
Esto se conseguirá con más facilidad cuando su aplicación es sencilla.
Si son difíciles de manejar, aumenta la probabilidad de un uso inco-
rrecto y con ello la variabilidad de su efectividad.
6. La durabilidad de un protector de oídos es un factor económico que
se convierte en importante si se compran grandes cantidades. En ge-
neral, los aparatos que duran más tiempo son más económicos a largo
plazo. Esto es particularmente cierto en cuanto a los protectores más
caros, como son las orejeras y los cascos.
214
diante un circuito eléctrico análogo al sistema mecánico.8.9.36.37.4o Un circuito de
éstos se representa en la figura 8.2b. La analogía eléctrica no representa, desde
luego, la situación acústica con exactitud, y su validez se limita a frecuencias
no demasiado altas, pero ayuda a comprender mejor lo que sucede.
OREJERA
CASCO
TAPON
AJUSTE HERMETICO
(a)
ZCASCO Z OREJERA Z TA PON Z TlMPANO
lZCUERPO
(b)
Cualquier protector de oídos, sea del tipo que sea, puede transmitir el
sonido de tres maneras: 1) a través de las filtraciones, 2) por su propia
masa y 3) a través de la vibración del aparato en su conjunto, como un
cuerpo rígido. Este último camino depende fundamentalmente de las propie-
dades mecánicas de la capa de carne que separa el protector de oído de la
estructura ósea de la cabeza. Estas propiedades, junto con la conducción
del sonido a través del cuerpo y del cráneo, controlan la atenuación sonora
en el oído. 8.9.40
Puede verse en la figura 8.2 que la atenuación sonora depende no sola-
mente de la impedancia del protector de oído, sino también de la impedancia
detrás de éI.8.9.36.37.40.43
215
DELANTE
(a) (b)
FIG. 8.4. Circuito eléctrico análogo al tapón en el oído (en detalle). mz y Rz=masa y
resistencia de una filtración acústica, respectivamente; mp=masa del tapón; C s y
R s = acomodación y resistencia de la piel que recubre el conducto auditivo; Zmaterinl = im-
pedancia de la transmisión del sonido a través de las deformaciones del tapón;
Cc=acción del volumen de aire encerrado entre el tapón y el tímpano; md, Cd, Rd=com-
ponentes de la impedancia del tímpano.
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217
transmisión de sonido, la vibración del tapón como un cuerpo rígido no puede
eliminarse, ya que la flexibilidad de la piel es una constante anatómica. La
impedancia del mejor tapón que pudiera conseguirse se muestra por la rama
central del circuito de la figura 8.4 (m p , cs, R s)' Los valores numéricos esta-
blecidos para un tapón, el V-SIR (desgraciadamente sobre un sujeto tan s610),9
dan: masa del tapón, m p = 0,5 g, adaptación de la piel, C s = 2,06 X 10-7 cm
por dina, resistencia de la piel, R s =4,4 x 103 dinas/seg/ cm.
Con la ayuda de los valores de la impedancia detrás del tapón, y para la
impedancia de un tapón moviéndose como un cuerpo rígido, la atenuación
sonora en el oído puede calcularse.8.9.44 El resultado se representa por la línea
continua en la figura 8.7.44 El área rayada indica el límite de la atenuación
determinada por la conducción ósea; la línea discontinua indica la atenuación
obtenida con algunos de los tapones más efectivos23 •3o,32 en condiciones de labo-
ratorio. Esta atenuaci6n puede mejorarse un poco aumentando la inercia
del tapón. Sin embargo, la experiencia demuestra que esto no resulta práctico
porque un incremento pequeño de la masa no ayuda mucho,8.9.42 y una masa
demasiado grande disminuye la comodidad.
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LA CONDUCCION
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.7. Curva calculada del máximo de atenuación para los tapones
y la mayor atenuación medida para tres tapones diferentes (promedios
de un cierto número de oyentes).23,32.42
218
al tapón. Da la relación entre las presiones sonoras en las caras interna y
externa de la orejera:
Pi So Zbm
(8.2)
Po Si Zm+Zmb
~lJm
219
La transmisión de sonido debida a la deformación de la orejera, es
decir, a través del material de la propia orejera, es más difícil de controlar
que la producida a través de un tapón. Las dificultades se deben a la super-
ficie mucho mayor de las orejeras. Teóricamente podría eliminarse este canal
de transmisión fabricando la orejera con un material rígido. Sin embargo, esto
no puede hacerse aSÍ, ya que la orejera debe adaptarse al contorno de la
cabeza alrededor del pabellón auditivo; al menos debe ser muy adaptable la
parte diseñada para proporcionar un ajuste hermético alrededor del oído. La
transmisión del sonido a través de esta superficie adaptable puede disminuir
si se emplea un material con viscosidad interna muy alta. 4O Si la viscosidad
no es lo suficientemente alta, la atenuación disminuye para todas las frecuen-
cias, excepto en el intervalo en que se produce antirresonancia, causada por
la interrelación entre la adaptación de la parte blanda y la inercia de la parte
rígida de la orejera. Estas consideraciones se aplican tanto a los cascos de un
auricular como a las orejeras. 4O ,43 La figura 8.9 muestra el efecto de reforzar un
casco de un auricular macizo, pero flexible, con una lámina de metal. 40
La transmisión del sonido debida a la vibración de la orejera como un
pistón rígido no puede descender por debajo de un límite fijado por la fle-
xibilidad de la carne que recubre el cráneo y la masa máxima de la orejera
compatible con la comodidad. En las circunstancias más favorables, la ate-
nuación del sonido proporcionada por estos aparatos, orejeras, auriculares,
está definida por la rama central del circuito de la figura 8.8. Cuando la im-
pedancia mecánica del ajuste es grande, la influencia de su adaptación es
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
220
Este valor parece concordar con mediciones efectuadas directamente en la
cabeza. 2 ,7
Cuando el ajuste es suave y tiene una viscosidad interna baja (por ejem-
plo, gomaespuma), su adaptabilidad se suma a la de la carne40 y la resultante
puede ser la mitad, o incluso una fracción menor de C sm' La adaptabilidad
de la carne controla la atenuación a bajas frecuencias y la masa de la orejera
es el factor determinante por encima de la frecuencia de resonancia, que suele
estar normalmente alrededor de los 200 cps. En cuanto a su comodidad, el
peso de una orejera debe limitarse a unos 200 g.40
El último factor que debe examinarse en relación con la atenuación so-
nora proporcionada por las orejeras es la impedancia detrás suya (Zbm en
la Fig. 8.8).40,43 Como muestra la ecuación (8.2), la atenuación sonora es inver-
samente proporcional a Zbm cuando la impedancia de la propia orejera es lo
suficientemente grande.
La impedancia detrás de la orejera consiste principalmente en la cámara
de aire encerrado en su interior. Este volumen es normalmente lo suficiente-
mente grande como para despreciar el efecto sobre el oído medio (tímpano).
La impedancia mecánica de su contenido relleno de aire es inversamente pro-
porcional al volumen, y directamente proporcional al cuadrado de la superficie
transversal de su abertura correspondiente. Para orejeras corrientes, esta «área
efectiva» se representa por Si. En consecuencia, a fin de obtener una alta
ALUMINIO
221
que la adaptabilidad mecánica de la cámara de aire esté entre 1 x 10- 8 y
3 X 10-7 cm pordina.
Los auriculares comerciales encierran un volumen de aire de 5 a 25 cm3
y tienen una Si de 15 a 40 cm2• La adaptabilidad mecánica del aire encerrado
varía entre 1 x 10-8 y 1,5 X 10- 8 cm por dina.
La figura 8.10 muestra una pequeña orejera· experimental que consiste en
un casco de latón y un ajuste hermético hueco con paredes elásticas, relleno
de cera maleable a la temperatura del cuerpo.43 El casco duro junto con la
alta viscosidad interna del ajuste hacen que la orejera vibre como un pistón
rígido y que los factores determinantes de su impedancia se reduzcan a la
adaptabilidad y resistencia de la piel y a la masa de la orejera. El volumen de
aire encerrado asciende a unos 24 cm3 y Si =24 cm2• La masa es de 150 g.
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FIG. 8.12. Orejera experimental
consistente en un auricular Gra-
son-Stadler (CZW-6), con el audí-
fono reemplazado por un tapón
metálico del mismo peso.
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.13. Atenuación proporcionada por la orejera de la figura 8.12, con dos
diferentes volúmenes de aire encerrado.
223
Helmholtz. 43 Un ensamblaje, que se muestra en la figura 8.14 (HZM-9-B), con-
siste en una orejera HZM-9-A y un resonador con un volumen de aire de
50 cm3 y una abertura de 1 cm de diámetro. La línea continua de la figura 8.15
da la atenuación sonora obtenida con este aparato. La adición de un segundo
V/N/LITE BLANDO
FIG. 8.14. Orejera experimental
HZM-9-B consistente en el auricu-
lar CZW-7 y un resonador de
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
224
Combinación de tapón y orejera
A veces, a fin de obtener el máximo de atenuación sonora para ruidos ex-
tremadamente fuertes, se colocan orejeras superpuestas a los tapones. La acción
acústica de este sistema puede deducirse del circuito eléctrico análogo de la
figura 8.16.
La atenuación proporcionada por la orejera viene dada por la ecuación
siguiente:
(8.3)
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(8.4)
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.17. Curvas de la atenuación medida en: 1) tapones; 2) orejeras;
3) tapones y orejeras juntos; 4) suma teórica de las atenuaciones en
decibelios proporcionada por tapones y por orejeras. S•9
Conducción ósea1•2 •4
Ya que existen ciertas divergencias en la interpretación de este término p
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FRECUENCIA EN CICLO POR SEGUNDO
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inferior. 1,2,4 Este movimiento causa la vibración del cartílago del conducto
auditivo y el sonido producido en su camino a través del aire alcanza el oído
interno a través del tímpano. A este canal de transmisión se le denomina
a menudo el camino «oseotimpánicoD. Esto es importante cuando el oído está
cubierto por un tapón o una orejera y el sonido generado por la -deformación
del conducto auditivo no puede irradiarse al aire circundante. De aquí que
el cierre del oído externo aumente la conducción ósea. El efecto de los tapo-
nes sobre esta conducción se muestra en la figura 8.18. 2 ,14.31 Es similar para
orejeras pequeñas y un conjunto de audífonos, pero disminuye al aumentar
el aire encerrado.
La relación entre la conducción ósea y la transmisión de sonido por el
aire dentro del oído puede estimarse como el límite superior del aislamiento
sonoro en el oído que proporcionan tapones y orejeras. Se define normal-
mente como la relación entre los umbrales relativos de audición en un espacio
acústico abierto. Desgraciadamente, aún no se ha medido esta relación con
suficiente precisión; sólo son aprovechables estimaciones groseras deducidas
de mediciones indirectas. La figura 8.19 muestra la incertidumbre existente.
Se representan dos relaciones diferentes entre las transmisiones ósea y a tra-
vés del aire en función de la frecuencia, cada una de ellas determinada por
el mismo autor, pero por dos métodos diferentes. 4 Los puntos de la figu-
ra 8.10 indican los valores más altos de la atenuación que se obtuvieron en
el oído en las pruebas efectuadas en el espacio acústico abierto. 44 En ellas se
usaron resonadores con semi-insertos. Dieron un máximo de atenuación a su
frecuencia natural, y esta atenuación máxima coincide aproximadamente con
la conducción ósea medida excepto para frecuencias por debajo de 200 cps.
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Iro FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.19. Relación entre la conducción ósea y por el aire obtenida para
oídos descubiertos mediante dos procedimientos diferentes. 4 Los puntos
representan los valores más altos de la atenuación obtenidos en el oído
cuando se usaron los resonadores.
Si los oídos se cierran con tapones o se cubren con orejeras que no tienen
resonadores, o bien por otros aparatos que absorben el sonido, la relación
entre la conducción ósea y la transmisión por el aire varía según ~as curvas
de la figura 8.18. En esta situación puede suponerse que el límite .de la ate-
227
nuación sonora establecida por conducción ósea corresponde a la franja mostra-
da en la figura 8.20, confeccionada con datos de procedencia diversa.2.4.9.14.31.40
En esta figura, los puntos representan los valores máximos obtenidos hasta
el momento con la combinación de tapones y orejeras en condiciones óptimas
de laboratorio. 9.40•44
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.20. Relación entre la conducción ósea y por el aire cuando los
oídos están cubiertos por tapones. La amplitud de la banda indica la
dispersión de los datos. Los puntos representan los valores mayores
de la atenuación obtenidos con una combinación de tapón y orejera.
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100 1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
228
de la figura 8.20. La experiencia demuestra que incluso este límite es muy
difícil de alcanzar, especialmente para frecuencias por debajo de 700 cps.
Aquí, la atenuación sonora más alta que se puede lograr con tapones u ore-
jeras, sin que ello afecte a la comodidad, viene determinada por la impedancia
de la carne que recubre el conducto auditivo o el contorno del oído y la masa
del protector. La figura 8.21 muestra los límites prácticos de atenuación pre-
vistos para tapones, audífonos y orejeras sin resonadores.8.9.40.43,44
Estos límites coinciden con los de la conducción ósea de la figura 8.20, para
una frecuencia de 500 a 800 cps.
229
intervalos de silencio son lo bastante largos para permitir una recuperaclOn
sustancial de la audición. 16 Especialmente cuando los períodos ruidosos son
cortos, la .inteligibilidad de la palabra puede ser mucho mayor que cuando
el ruido es continuo, y los protectores de oídos pueden disminuir la inteli-
gibilidad deteriorando la audición durante los períodos de silenciO. Para sos-
layar esta dificultad se ha provisto a los protectores de oídos de una atenua-
ción sonora selectiva. Algunos de ellos se han diseñado para que actúen como
válvulas y reduzcan las amplitudes excesivas de presión sonora sin afectar
a las ondas de la palabra, si bien no se ha comprobado su efectividad.s,18
Otros actúan como resonadores acústicos o filtros de paso bajo, atenuando
las frecuencias más peligrosas y molestas por encima de los 1000 cps, pero
dejando pasar las frecuencias más' bajas.Is. lO. 37, 39 Se ha demostrado que estos
aparatos permiten una mejor inteligibilidad de la palabra en medio del silencio
que los protectores que atenúan todas las frecuencias de la palabra en un
valor igual, aproximadamente. Algunos de estos tapones selectivos se han
diseñado para proporcionar una protección adecuada en la mayoría de las
situaciones que conllevan ruidos. 38 Son particularmente efectivos contra los
disparos de armas de fuego. lO
Presión
La causa más directa de incomodidad debida a un protector de oídos es
la presión ejercida sobre la piel. Si esta presión es fuerte y dura un tiempo
relativamente largo, el dolor puede llegar a ser intolerable. Dos factores a
considerar son la fuerza total con la que el protector presiona contra la piel
y la distribución de esa presión.
La fuerza total ejercida por un tapón es una consecuencia de la relación
entre las dimensiones de su sección transversal y las correspondientes del con-
ducto auditivo. Un tapón pequeño es más cómodo que uno grande. La presión
ejercida por las orejeras y los semi-insertos varía proporcionalmente con la
fuerza aplicada por sus soportes. Un casco crea una situación más complicada
y la fuerza total depende en parte del tamaño y en parte del peso.
Cuando la fuerza total se distribuye sobre un área grande, la presión re-
sultante es menor que cuando se concentra en un lugar pequeño. Por esta
razón, un tapón que encaje bien en el contorno del conducto auditivo y que
esté hecho con un material blando, que permite una buena adaptación, es
mucho más confortable que uno escasamente ajustado o duro. Lo mismo
vale para el ajuste de una orejera o un semi-inserto. Las orejeras y los semi-
insertos deben no sólo ser de un tamaño y una forma compatibles con la
anatomía, sino que deberán estar hechos también de material blando; a fin
de asegurar un área grande de contacto con la piel.
Cuando esto se consigue, la fuerza total que actúa sobre la piel debe
limitarse a un valor que permita la circulación de la sangre.
Para mantener el protector en su sitio y proporcionar una atenuación del
230
sonido se necesita una cierta preSlOn sobre la piel. Si disminuye la presión,
la impedancia de la piel también disminuye y la vibración del protector
del oído, considerado como un cuerpo rígido, aumenta. Con una presión
excesivamente pequeña pueden producirse filtraciones de aire.
Es difícil determinar la presión máxima aceptable para los tapones. La
experiencia demuestra que, por término medio, son suficientes de tres a cinco
tamaños para encajar bien en la mayor parte de los oídos. El tamaño más
grande que se pueda soportar permite la máxima atenuación sonora. Las
orejeras deben apoyarse contra los lados de la cabeza con una fuerza que
varía entre 500 y 1000 g.23 Siempre que sea posible debe evitarse la presión
en el pabellón auditivo, pues es muy sensible. :No se han determinado aún los
límites de presión para los semi-insertos, pero la necesaria para mantenerlos
en su lugar parece proporcionar una atenuación sonora suficiente.
Peso
El peso de un protector de oído afecta a la comodidad de modo directo,
ya que la fuerza de la gravedad presiona el aparato contra la piel, e indirec-
tamente, porque la fuerza necesaria para mantenerlo en su lugar aumenta
a medida que 10 hace el peso. Se aconsejan los pesos siguientes: un tapón
debería pesar entre 1 y 5 g; una orejera o un auricular, menos de 200 g, Y un
semi-inserto completo, alrededor de los 15 g. Un peso demasiado pequeño
no es bueno, ya que la atenuación sonora disminuye a medida que lo hace
el peso.
Temperatura
Tanto el registro acústico como la comodidad de un protector de oídos
pueden verse afectados por la temperatura ambiental. Algunos materiales,
como la cera, se vuelven muy blandos a temperaturas altas, y pueden pro-
ducirse tanto filtraciones de aire como aumentos de la conducción de sonido
a través del material. En otro aparatos, un reblandecimiento moderado del
material a la temperatura del cuerpo puede mejorar el ajuste y la comodidad.
La temperatura puede provocar serios problemas con protectores de oído
grandes, como orejeras y cascos, más que con pequeños. Al proporcionar un
aislamiento calorífico, tienden a elevar la temperatura de la cabeza. En un
clima frío esto puede ser agradable, pero en uno cálido es muy molesto.
Además de la incomodidad causada por el calor, la evaporación del sudor
'es casi imposible y se produce una condensación excesiva. Esta situación se
mejora en parte con orejeras hechas con material absorbente. No obstante,
tienen otros inconvenientes. No pueden lavarse, y si no se cambian con fre-
cuencia, resultan antihigiénicas. Por tanto, las orejeras deben cubrir la menor
área posible de la superficie de la cabeza; el área de contacto de los cascos
y la piel deben también reducirse al mínimo, y, si es posible, debe prevenirse
la ventilación.
231
Factor tiempo
Una incomodidad soportada durante mucho tiempo se convierte en la
peor de las torturas. Si el período de tiempo es corto, pueden tolerarse hasta
tapones duros y escasamente torneados. Por otra parte, existen protectores
de oído que parecen bastante c6modos durante el primer minuto y pueden
resultar intolerables a la media hora, más o menos. Durante períodos cortos
de exposici6n a ruidos intensos pueden llevarse muchos tipos de tapones,
pero son muy pocos lo suficientemente c6modos como para llevarlos durante
un período de ocho horas, o durante un día o una noche enteros. Además de
la incomodidad directa causada por la presi6n, los períodos largos de uso
acentúan los efectos negativos de la temperatura y la toxicidad.
Toxicidad
Algunos materiales atacan químicamente la piel y causan inflamaciones.
De hecho, cualquier material puede causar irritaci6n de la piel en determi-
nadas circunstancias. Estos efectos t6xicos no pueden eliminarse por com-
pleto, pues algunos son el resultado de una alergia. Aprovecharemos, por
tanto, aquellos materiales que solamente produzcan alergia en casos excep-
cionales y estén libres, por otra parte, de producir efectos t6xicos sobre la
piel, incluso para períodos largos de uso. Los cloroprenos polimerizados
(neopreno) y los copolímeros de cloruro de polivinilo (vinilite) son general-
mente no t6xicos cuando se mezclan con plastificantes que tampoco 10 sean. 23 ,3?
Ya que el ensayo de nuevos materiales lleva mucho tiempo, parece aconse-
jable, por ahora, usar estos y otros materiales de los que se sabe por expe-
riencia que son químicamente neutros para la piel.
Lavabilidad
Un protector de oído que haya de emplearse repetidamente debe ser
lavable. Deberá ser resistente no s610 al agua y al jab6n, sino también a
algunos antisépticos, como el alcohol. Las superficies lisas de material im-
permeable son más fáciles de lavar que los materiales absorbentes, como la
gamuza, o porosos, como la gomaespuma.
No obstante, los requisitos de lavabilidad no deben aplicarse indiscrimi-
nadamente. Algunos tapones se diseñan para tirarse después de una aplica-
ci6n y no necesitan lavarse. Para algunas aplicaciones son más convenientes
tapones no recuperables que los lavables. Las orejeras son demasiado caras
para usarlas s610 una vez, pero pueden aislarse de la piel mediante cualquier
servilleta de papel u otro material barato.
Duración
La duraci6n, como la lavabilidad, no es un requisito fundamental. Es algo
superfluo en muchos tapones baratos, diseñados para usarse una sola vez.
Los aparatos «permanentes), no obstante, que pueden resultar menos costosos
232
a largo plazo, deben durar tanto como se pueda. En consecuencia, deben ser
lo suficientemente robustos, y hechos de un material resistente al enveje-
cimiento. El proceso de este envejecimiento puede acelerarse por muchos
factores, de los que los más importantes parecen ser el cerumen, la transpi-
ración, la humedad, la luz, el oxígeno y, a veces, algunos elementos químicos
activos contenidos en el aire.
Materiales del tipo del neopreno y el vinilite, cuando se combinan con
otros ingredientes apropiados, resisten la mayoría de esas influencias y pue-
den durar, sin cambios notables, dos años o más. La mayoría de los materiales
blandos y flexibles, sin embargo, muestra una tendencia bien a contraerse y
endurecerse con el tiempo o a expandirse y hacerse fofos. 32
Facilidad de manejo
Este factor se menosprecia frecuentemente; no obstante, contribuye en
gran medida al resultado de un protector de oídos. Un aparato complicado
o uno que ha de aplicarse con precisión puede dar excelentes resultados en el
laboratorio y fracasar sobre el terreno a causa de un empleo incorrecto. El
modo en que un protector de oídos debe emplearse ha de ser tan obvio
como práctico; su resultado no debe depender en gran parte de su coloca-
ción precisa. Tres propiedades facilitan una buena colocación: simplicidad
mecánica, simetría y adaptabilidad.
La simplicidad mecánica no presenta gran dificultad, ya que la mayoría
de los tapones no tienen partes movibles, y el sistema de soporte de una
orejera es tan simple que no se necesitan instrucciones para su uso. Si bien
los protectores de oídos asimétricos son normalmente más adaptables a la
anatomía, los simétricos son más aptos para aplicarse correctamente. Sin
embargo, los aparatos simétricos por 10 general sólo funcionan eficazmente
en una posición, y el elemento diseñado para el oído derecho debería ser
diferenciable del diseñado para el izquierdo, la parte delantera diferenciable
de la trasera, 10 de arriba de lo de abajo. Normalmente se llega a un com-
promiso y la adaptación residual a la cabeza y los oídos se confía a la adap-
tabilidad del material. La solución más ampliamente aceptada para los tapo-
nes elásticos consiste en exigir la simetría respecto a un plano horizontal,
de modo que los elementos izquierdo y derecho sean idénticos. El usuario
debe poner atención para colocarse correctamente el aparato en el oído, y la
asimetría existente puede obviarse a fin de disminuir la probabilidad de
errores. Las orejeras tienen grados diferentes de simetría. Con todo, a ex-
cepción de los que van incorporados en un casco, las orejeras y los auricu-
lares deben ser simétricos respecto a un plano al menos; es decir, la parte
de arriba igual a la de abajo, la derecha igual a la izquierda.
La asimetría no representa un problema para protectores maleables. En
el caso de tapones formarán esferas, cilindros, etc., y se adaptan por com-
pleto al contorno del conducto auditivo. En resumen, un aparato compuesto
de material maleab~e, o por 10 menos muy adaptable, depende en menor grado
de su situación correcta, y la estabilidad del resultado aumenta.
233
EVALUACION DE LOS PROTECTORES DE 01005
234
dado por comparaclOn entre la presi6n sonora medida, con este micr6fono,
cuando está presente el protector de oídos y cuando lo retiramos. 5 • 29 ,36
Estas pruebas deben llevarse a cabo sin distorsiones en .el funcionamiento
propio del protector. El tubo-probeta debe ser flexible, y deberá introducirse
a través del cuerpo del protector de oído de modo que el ajuste sobre la
superficie de la piel permanezca inalterado. La impedancia del micrófono
rematado por el tubo-probeta debe ser alta, a fin de no afectar apreciablemente
a la impedancia de la cavidad detrás del protector de oídos. Este método es
apropiado para aparatos grandes, como orejeras y cascos. En estos casos,
no obstante, sus ventajas son dudosas.
La variabilidad de las «pruebas subjetivas), como las psicofísicas, se debe
en gran parte más a las diferencias en el ajuste de los protectores de oídos
que a la falta de exactitud de las determinaciones del umbral, o de la sonori-
dad, y el problema del ajuste se presenta también en el método del tubo-pro-
beta. Por tanto, en pruebas con este último no pueden esperarse unos re-
sultados mucho más exactos, ni reducir el número de elementos necesarios
para llegar a un resultado estadístico significativo. No obstante, sí se puede
economizar tiempo.
Las mediciones psicofísicas de la atenuación sonora proporcionada por
los protectores de oídos son las que más se usan. 5 •23 •33 ,34,41,43 Se define la
atenuación sonora como la pérdida de audición ocasionada por el aparato
·en un ensayo. A este fin, se mide el umbral de audibilidad una vez con el
protector del oído en su lugar y otra vez sin él. La diferencia en decibelios
se toma como la medida de la atenuación. A veces la determinación del um-
bral se reemplaza por un balance de sonoridad, pero éste es un procedimiento
más complicado. 23 •34 El orden en que se determinan los umbrales puede afec-
tar a los valores obtenidos de la atenuación. Por esta raz6n, el ensayo deberá
ser equilibrado; es decir, si un oyente sufre la prueba primero sin protector
de oído y después con él, el siguiente deberá efectuar la prueba al revés, y
así sucesivamente. En la siguiente sesión, los individuos que empezaron sin
protector en la primera sesión lo harán ahora con protección del oído la pri-
mera vez. En la tercera sesión, el orden se invierte de nuevo.41 •43
Tanto los tonos puros como las bandas de ruido sirven como estímulos.
La mayoría de los experimentadores prefieren tonos puros, ya que solamente
se requiere un equipo muy simple y se mide bien la relación entre la atenua-
d6n y la frecuencia. Las mediciones con las bandas de ruido no dan la ate-
nuación media de la banda, sino el mínimo de atenuación obtenida a una
frecuencia concreta, que permanece desconocida. A fin de obtener atenuacio-
nes características precisas, deben probarse tantas frecuencias como sea po-
sible -al menos las siguientes: 125, 250, 500, 1000, 2000, 3000, 4000, 6000
.Y 8000 cps-. La mayoría de los audiómetros comerciales producen esas
frecuencias. Las pruebas deberían efectuarse con un altavoz, no con audífo-
nos, ya que éstos se desvían mucho de las condiciones en que los protectores
<le oídos se usan normalmente. En la mayoría de las pruebas los oyentes se
.sitúan frente a un altavoz a 1 o 2 m de distancia en un salón con paredes
muy absorbentes del sonido, preferiblemente en un salón abierto (cámara sin
235
eco). El campo sonoro así producido es fácilmente determinable. En algunos
ensayos, el sujeto escucha con un oído, y en otros con ambos. Teóricamente
la audición monoaural está más cerca de la correcta, pero es difícil eliminar
satisfactoriamente el oído que no está sometido al ensayo. La audición biaural
da los valores de la atenuación producida en el oído en el cual ésta es menor.
La comparación entre los ensayos mono y biauriculares confirma que la ate-
nuación media obtenida biauralmente puede esperarse que esté por debajo
del valor medio obtenido monoauralmente. s
Para determinar el umbral de audición, puede emplearse cualquier méto-
do psicofísico en tanto que se aplique el mismo procedimiento para la medi-
ción del umbral con protector de oídos y sin él. El método no requiere
maniobras complicadas por parte del oyente. Debe eliminarse de la sala de
ensayos el fondo de ruidos audibles, y el oyente debe situarse tan inmóvil
como sea posible. Ya que los ruidos afectan a los umbrales tomados sin
protectores de oídos más que a los tomados con ellos, la atenuación medida
se reduce. Por esta razón, tanto el examinador como cualquier equipo ruidoso
deben mantenerse fuera de la sala de ensayo. Normalmente, la cabeza del
oyente se fija por un soporte.
La colocación correcta de un protector de oído desempeña un papel
decisivo en la atenuación sonora, principalmente en el caso de tapones. In-
cluso con el mejor tapón pueden producirse filtraciones de aire si se usa un
tamaño inapropiado o el aparato se coloca inadecuadamente. Las instruc-
ciones para su empleo pueden ser más importantes que la calidad misma
del aparato. En los experimentos de laboratorio puede ser necesario que el
examinador inserte la primera vez los tapones en los oídos del oyente. En
las pruebas de campo, no obstante, el oyente deberá realizar esta operación
por sí mismo. De otro modo, las condiciones de la prueba se alejarán con-
siderablemente de las condiciones de campo. Es una buena idea colocarse los
protectores mientras se oye un ruido de sonoridad moderada. Ya que el pro-
tector puede desplazarse por los movimientos de la mandíbula inferior o de
toda la cabeza, disminuyendo la atenuación sonora, estos movimientos deben
incluirse en las pruebas.
Estas pruebas deben llevarse a cabo con un mínimo de diez oyentes con
audición normal, y evaluarse estadísticamente. Debido a la variabilidad en el
ajuste, parece aconsejable repetir las mediciones al menos tres veces con cada
sujeto. Los valores medidos pueden aumentar algo con la propia experiencia
del sujeto.
236
Lo mismo puede decirse de la toxicidad. El único ensayo digno de con-
fianza parece consistir en que un grupo de personas lleve el protector de
oídos, o al menos una parte del material de que está hecho, en estrecho
contacto con la piel durante varios días. 32 Si no se produce irritación de la
piel en una gran mayoría de los sujetos (90 a 95 por 100), el aparato puede
considerarse satisfactoriamente como no tóxico.
Criterios de aceptabilidad
Estos criterios están todavía menos especificados que los métodos de en-
sayo. Respecto a la atenuación del sonido, esto se debe a la insuficiente
información sobre los efectos perniciosos del ruido. Los límites entre las
intensidades inocuas y peligrosas del ruido parecen ser vagos y dependen
probablemente de la clase de ruido, de la duración de la exposición, los
períodos de reposo y del individuo oyente (véase Cap. 7). La atenuación mÍ-
nima del ruido requerida depende, por tanto, de las condiciones de empleo.
En consecuencia, un baremo de aceptabilidad no es una cosa sencilla. El uso
amplio de los protectores de oídos sobre el terreno puede convertirse en el
mecanismo autorregulador que elimine los aparatos de inferior calidad. Con
todo, puede establecerse casi con generalidad que la atenuación sonora pro-
porcionada por un protector de oído debería ser suficiente para mantener el
nivel de ruidos por debajo de un límite de seguridad, siempre que se conozca
dicho límite. Esto se puede aplicar a todas las bandas de frecuencia.
La experiencia demuestra que los protetcores de oídos que son incómodos
son rechazados inmediatamente y que pronto se hacen evidentes las irrita-
ciones de la piel causadas por materiales tóxicos. Ya que estos efectos se
manifiestan rápidamente, parece remota la posibilidad de que una población
grande pueda ser dañada. Así, pues, el único problema serio consiste en la
protección de la audición. Los traumas acústicos se desarrollan lentamente
y pueden no ser advertidos durante un período largo de tiempo (véanse ca-
pítulos 4 y 7). Serán de una gran ayuda los tests audiométricos cuidadosos
(véase Cap. 6). Si los exámenes se efectúan en un grupo numeroso de personas
jóvenes con una capacidad auditiva razonablemente normal, trabajando bajo
las mismas condiciones de ruido, rápidamente puede descubrirse cualquier
pérdida de audición debida al ruido, y al mismo tiempo la efectividad de los
protectores de oídos. Estas pruebas requieren varios días, y deben iniciarse
normalmente tras el reposo del fin de semana. Se tomarán dos audiogramas
cada día, uno antes de que el ruido comience y otro inmediatamente después
de que termine. 38 • 39 La pérdida transitoria de audición viene dada por la
diferencia entre los dos umbrales. Los protectores de oídos pueden conside-
rarse efectivos si eliminan este cambio en el umbral auditivo casi por com-
pleto (hasta 5 o 10 db). Si no existe una pérdida de audición transitoria
apreciable, parece razonable esperar que no se producirán pérdidas perma-
nentes. Como es obvio, estos ensayos deben realizarse en salas en silencio,
pues de otro modo no pueden detectarse las pérdidas de audición pequeñas.
237
PROTECTORES DE OIDOS COMERCIALES
Tapones
Uno de los más antiguos y sencillos medios de proteger el oído de los
ruidos intensos consiste en introducir un algodón seco dentro del conducto
auditivo. El tapón formado de este modo es muy cómodo, pero proporciona
una pequeña atenuación sonora (Fig. 8.23).23 Puede obtenerse una mejora
sustancial empapando el algodón con aceite o cera. Existen tapones prefabri-
cados que consisten en algodón o gomaespuma impregnados de cera. Nor-
malmente tienen una forma cilíndrica y pueden deformarse con los dedos.
238
Sus ventajas principales son su comodidad y el bajo coste por pieza. No pue-
den lavarse, sin embargo, y por esta razón solamente se emplean una vez,
ya que su pegajosa superficie tiende a acumular suciedad. Su flexibilidad es
escasa y no siempre suficiente para proporcionar un buen ajuste. Como ejem-
plo, en la figura 8.22 se da la atenuación característica de uno de estos tapones,
el Tapón Flents Anti-Noise.
La figura 8.22 muestra también las atenuaciones características de dos
tapones del tipo «permanente». Uno es el Tapón de Oídos Nelson. Consiste
en un globo esférico duro de plástico incoloro terminado por un extremo en
forma de T, lo que facilita la inserción y la extracción. Se fabrica en tres
tamaños. Esta clase de tapón se considera la menos cómoda, y atenúa los
sonidos a baja frecuencia peor que los tapones de algodón y cera. Sus
ventajas son el bajo coste, la lavabilidad y la durabilidad.
El otro tapón permanente es el Protector de Oídos V-5IR (representado
en la Fig. 8.23).23 Consiste en una cápsula de neopreno blando o vinilite con
una cavidad en forma de campana en un extremo, que mejora el ajuste y la
REBORDE·' - - .
TASIQUE-- --=~~~
PARED DEL
CU E R PO --==---H-- -----f
APENDICE DE EXTRACCION
FIG. 8.23. El Protector de Oídos
V-51R.23
239
CUBIERTA EXTERIOR
CAVIDAD
ORIFICIO
VASTAGO
ORIFICIO
CAVIDAD-!
CUBIERTA APENDICE
TAPON
¡---------l TI MPANO
o
~
5 '" ~
ID
10
~~
- ...... r-..,
,......~ v/SELECTONE K
Tr-
o 15
~.::.:- ~~-.\ . ~ V-SIR
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SELECrONE A..J - , J-t-i_.
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40
K-x ~_I-
45 \1-¡-r.~
I e-
50
100 1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.25. Curvas de atenuación del Selectone A, Selectone K (filtro de paso bajo) y
Protector de Oídos V-SIR, determinadas en las mismas condiciones.39
240
la atenuación característica de dos modelos de Selectone, junto con una curva
de atenuación obtenida para el V-SIR en las mismas condiciones experimen-
tales.
El tapón de la figura 8.26 obedece a un intento de combinar las buenas
cualidades de los tapones maleables con las de los elásticos, y se le denomina
tapón semiplástico. 42 Consiste en un núcleo maleable rodeado de unas paredes
delgadas y muy suavemente elásticas. La forma, así como la adaptabilidad
del conjunto, se ven aumentadas por una parte que penetra en la pared. La
forma básica se ajusta al contorno del conducto auditivo de tipo medio. Los
experimentos de laboratorio indican que es más cómodo que otros tapones
elásticos permanentes y proporciona igual atenuación sonora. En la figura 8.27
al
o 10
z T IT ,.
LLI 20
T
Jo .f'..1
~ 30 yo.. T
<3 • v- ~-
~ 40 Jo
z
~ 50
~ 100 1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 8.26. Tapón semiplástico HZP-3 FIG. 8.27. Curva de atenuación del
(Maico CO.).42 tapón HZP-3. Las líneas verticales in-
dican la desviación standard (10 oyen-
tes).42
Auriculares
241
16
NAF-48490-1 es un ejemplo típico. 22 Consiste en un casco grande de neopreno
sólido que contiene en su centro el audífono, y un anillo de gamuza relleno
de miraguano en su periferia. El anillo blando, llamado «buñuelo», asegura el
ajuste alrededor del oído y mantiene el casco a una distancia de la cabeza
suficiente para eliminar la presión incómoda sobre el pabellón auditivo. Una·
de las ventajas de la almohadilla de gamuza es que absorbe la transpiración.
Por contra, no es lavable. Otra desventaja es el gran volumen encerrado entre
el audífono y el oído, lo que disminuye su eficacia. La atenuación proporcio-
nada por el NAF-48490-1 con el audífono ANB-H-1A y la banda para la
cabeza CQT-49510 se representa en la figura 8.30 (línea discontinua).
El auricular semiplástico de la figura 8.12 es también del tipo circumaural.
En contraste con el NAF-48490-1, consiste en una pieza hueca de vinilite
blando que contiene un núcleo de material maleable y muy viscoso. Este
diseño asegura una gran adaptabilidad al contorno de la parte de la cabeza
que circunda el oído, y proporciona un ajuste hermético sin que la presión
llegue a ser incómoda. Algunos lo encuentran demasiado pequeño. Toda la
242
--~
. :f~\~;l
::,~':iJ)
Orejeras
Cualquier auricular, en combinación con otros del tipo de «chupón»,
puede usarse como una orejera. Existen, no obstante, varias orejeras diseña-
das exclusivamente para la protección de los oídos. Normalmente proporcio-
nan una atenuación sonora mayor que los auriculares. Veamos algunos
ejemplos.
o
/ I-MX-41/AR} I->-~
SEGUN SH:tr¡
.-IC......,...._
-
~
J< NAF-48490-1
10 ~
__ o
~
¡.. ....
.... lJl K
~.
en
a
20
7'1 .... ~
7-
UJ f----
AURICULAR
"SEMIPLASTiCO"
" ........ ":\
"r........ \ r--...
--¡" l~v
(SEGUN ZWfSLOCKI)
~\ .~
- .... ~
'\
\. ~ I~¡-
-
'\. ""- 1- :~'/
50
60
100 1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
243
FIG. 8.31. Protector de oídos
Kindel.
atenúa apreciablemente sonidos para frecuencias por debajo de los 1000 cps,
e incluso por encima de esta frecuencia la atenuación sonora no alcanza el
valor obtenido por otros modelos (Fig. 8.34).
El Noisefoe, mostrado en la figura 8.32, proporciona una mejor atenua-
ción sonora (Fig. 8.34). Consiste en un casco plástico, recubierto en su cara
FIG. 8.32. Noisefoe (Mine Safety FIG. 8.33. Protector del Sonido
Appliance Co.). Straightaway (David Clark Co.).
244
al
o
z
UJ
z
o
oex
:;)
ffi 40
~
501------f-
1000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
Semi-insertos22
Los semi-insertos se han usado principalmente en conexión con los audí·
fonos. Ya que proporcionan una alta atenuación sonora, podrían usarse fá-
cilmente como protectores de oídos --,en la Fig. 8.35 se muestra la atenuación
al
o 10
~ 10
~
-1 - f-- --
7"' t-v' r---.~-
,.....".,
~ 20 _J -
f - - 1--1-
z 30
i'. I
o 1\.
~40 i
- -- I
I
::1
z I I
l.LI50
~ 100 1000 10,000 10,000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO POR SEGUNDO
FIG. 8.35. Curvas de atenuación del FIG. 8.36. Curva de atenuación del
semi-inserto C-6 (Fig. 8.1).22 casco Sound Absorb mostrado en la
figura 8.1 (Bill rack Scientific Instru-
ments Co.).33
característica de uno de ellos (Harvard Design C-6, véase Fig. 8.1)-. El C-6
es un semi-inserto flexible y aceptablemente suave, hecho de neopreno, que
* Wadsworth, comunicación personal.
245
se ha modelado para encajar en la entrada del conducto auditivo. Junto con
audífonos auxiliares se monta con unas bandas para la cabeza, diseñadas
especialmente. A fin de unir estabilidad y comodidad, esta banda no debe
presionar directamente sobre el inserto, sino por medio de un resorte secun-
dario. La banda reposa sobre el hueso temporal. El sistema es adecuado, si
bien parece posible hacer mejoras sustanciales.
Cascos
La mayoría de los cascos no contribuyen a la atenuación sonora, pero sir-
ven como medio de soporte de los audífonos o las orejeras. Existen cascos,
no obstante, que pueden considerarse como 'protectores de oídos por sí mis-
mos. Un ejemplo es el casco «Sound Absorb», mostrado en la figura 8.1. Con-
siste en un casco de fibra de vidrio recubierto en su cara interior con mate-
riales absorbentes y tela. El ajuste alrededor de los oídos está proporcionado
por almohadillas de goma espuma. El casco puede usarse con audífonos o sin
ellos. Es, por supuesto, un objeto grande y pesado y no atenúa el sonido
mejor que las orejeras (Fig. 8.36). Por tanto, no debería usarse cuando sólo se
requiera una protección para el oído. Ya que proporciona protección contra
el choque y los golpes de viento, es muy útil en las situaciones en que se
necesita una protección combinada.
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36. Wilkie, D. R.: l. Acoust. Soco Amer., 24: 191 (1952).
37. Zwislocki, J.: ]. Acoust. Soco Amer., 23: 36 (1951).
38. Zwislocki, J.: Industrielle Organisation, 1951.
39. Zwislocki, J.: ]. Acoust. SOCo Amer., 24: 762 (1952).
40. Zwislocki, J.: ]. Acoust. Soco Amer., 27: 146 (1955).
41. Zwislocki, J.: ]. Acoust. Soco Amer., 27: 155 (1955).
42. Zwislocki, J.: ]. Acoust. Soco Amer., 27: 460 (1955).
43. Zwislocki, J.: ]. Acoust. Soco Amer., 27: 1154 (1955).
44. Zwislocki, J.: Datos no publicados.
247
Capítulo 9
MONES E. HAWLEY
INTRODUCCION
Este capítulo se ocupa de los efectos que causa el ruido en la señal vocal
o señal de conversación, considerada como medio de comunicación. Cierta-
mente, una de las consecuencias más graves producidas por el ruido es que
nos priva de comprender lo que otra persona dice, tanto si nos está hablando
directamente, como si lo hace por medio del teléfono u otro sistema de co-
municación vocal. La comprensión de las palabras habladas se define aquí
como inteligibilidad. El término no incluye la identificación de la persona que
habla ni la interpretación de su estado de ánimo a partir del tono de su voz.
La inteligibilidad es un factor psicológico y para medirla se necesitan
técnicas psicológicas; sin embargo, un sistema de comunicación vocal está
constituido por un equipo en el que se pueden realizar muchas medidas físicas.
Científicos e ingenieros han desarrollado investigaciones sobre las relaciones
entre estas medidas físicas y fisiológicas, pero hay muchos problemas que
todavía no se han resuelto. Sin embargo, es posible para el ingeniero resolver
muchos problemas de comunicación vocal, utilizando un conjunto de aproxi-
maciones y estimaciones que se citan en este capítulo, aunque debe efectuar
una serie de ajustes en el sistema de comunicación para corregir las inexacti-
tudes debidas a tales aproximaciones.
En este capítulo se hace, en primer lugar, una descripción de las propie-
dades estadísticas de la señal vocal que tienen relación con la inteligibilidad,
y de los métodos de medida de la inteligibilidad de la señal voca~. Después,
se discute la efectividad del ruido en el enmascaramiento de la señal vocal,
y se demuestra que la inteligibilidad se puede predecir a partir de ciertas
medidas físicas del ruido y del equipo. Posteriormente, se describe algún
equipo especialmente útil, donde se presentan problemas de inteligibilidad.
Finalmente, se citan algunos ejemplos de sistemas de comunicación vocal,
utilizados en diversas condiciones ruidosas.
249
PROPIEDADES ESiADISTICAS DE LA SEÑAL VOCAL
Cuando una persona habla, genera, de una forma continua, una serie de
ondas de presión sonora, complejas y cambiantes. Los sonidos de una con-
versación presentan una variación con el tiempo muy amplia, tanto en espec-
tros de frecuencias como en nivel total de presión. Además, la frecuencia
de aparición de sonidos vocales en un discurso prolongado varía mucho. Se
puede analizar una conversación microscópicamente, examinando las caracte-
rísticas de cada sonido, pero es el punto de vista macroscópico el que interesa
para la finalidad de este libro; es decir, datos de un gran número de personas
y promediados en un intervalo largo de tiempo. Por término medio, una per-
~(f)
ollJ 50
za::
oe:
-
(f)lD
~~
¡"....
40
iñ~ i\..
lIJ~
~N 30 '\
lIJ8
00
\ _.
00
a::e: 20
f\
1-
0 1\
~o
a..ii: NIVEL rOTAL 70 08 = 1\
cnllJ 10
lIJu..
11.111
~~
...J eO O 11 1I1 FIG. 9.1. Espectrograma idealizado
UJO
~z 100 1000 10,000 de voz masculina, a un metro del
zllJ FRECUENCIA EN Hz emisor. (De la Ret. 2.)
:g 30
z 11I
~
UJ
8 20
til
f
a: ....... ¡....--
250
grandes y el tiempo de reverberación, el nivel de ruido y otros muchos facto-
res influyen en este nivel normal. Sin embargo, los niveles totales de presión
sonora, tomados con un aparato de medida a una distancia de un metro del
sujeto emisor, oscilan entre 65 y 75 db, para una gran cantidad de personas,
hablando en un tono de voz «normal» y en diversas condiciones. 2 •4 • 5 •6 Se su-
pone, por tanto, a partir de ahora, que el nivel total medio, para un sujeto
que habla en condiciones normales de silencio ambiental, es de 66 db a un
metro de distancia.
Una característica muy importante de la señal vocal es que tiene una forma
de onda muy irregular, con un factor de pico muy elevado. Es decir, que los
picos de presión sonora son elevados, en comparación con la presión sonora
eficaz, en un intervalo largo de tiempo. La figura 9.2 muestra el valor de este
factor de pico en función de la frecuencia. Las variaciones de este factor de
pico en función del nivel de señal vocal no han sido determinadas, pero se
cree que los valores reseñados son razonablemente válidos en un amplio
margen de niveles de señal.
Es este factor de pico elevado, junto con la naturaleza transitoria de la
señal vocal, lo que hace difícil la medida de niveles de conversación, aunque
se dispone de varios equipos: 1) el indicador de volumen, frecuentemente
llamado medidor VU, porque su medida viene en «unidades de volumen» (VU,
del inglés «volume units»); 2) el medidor de nivel sonoro; 3) el oscilosco-
pio, y 4) el integrador, capaz de integrar presión sonora o presión sonora
elevada al cuadrado. Cada uno de estos dispositivos tiene sus ventajas y sus
inconvenientes, y todos dan valores diferentes para cada muestra de con-
versación.
El medidor VU es un instrumento que fue primeramente utilizado para
emisiones radiofónicas y cuyas características típicas están normalizadas.?
Este dispositivo es ampliamente utilizado en control de emisiones y graba-
ciones, y los ingenieros expertos en sistemas de audiofrecuencia coinciden
normalmente en la interpretación de las fluctuaciones del medidor. En algunos
casos, el medidor VU da indicaciones erróneas, porque se ve afectado por la
velocidad de conversación y el factor de pico de la persona que habla; ade-
más, las distorsiones producidas en los picos pueden dar también indica-
ciones erróneas.
El medidor de nivel sonoro no ha sido diseñado expresamente para medidas
de señal vocal, pero se puede utilizar para ello. La respuesta transitoria del
medidor, tanto en las escalas lentas como en las rápidas, es diferente de la
del medidor VU.8 Un osciloscopio es pluy útil para observar una señal vocal,
porque el recorte de los picos y la distorsión de la forma de onda causada
por sobrecarga se puede observar con facilidad en él. También es una herra-
mienta muy valiosa para medidas de señal vocal, ya que los valores de pico
pueden leerse directamente y se puede calcular la presión sonora eficaz en
un amplio intervalo de tiempo. La utilización de un integrador con un detec-
tor lineal o cuadrático es un medio más sofisticado de averiguar el nivel de
señal,2-S Sin embargo, este equipo es demasiado complicado para las necesi-
dades de la mayor parte de los ingenieros de diseño.
251
PRUEBAS DE INTELIGIBILIDAD
100 r---..---.,.."...--r--.....-----.,---=
(f)
o
&:UJ 80
Ü
<t
UJ 60
o
UJ
-;)
~ 401--+-4-
Z
FIG. 9.3. Relación entre índices de UJ
U
inteligibilidad y relaciones señal- o
~ 2 I-I---il--:f---:Ii"----il----il----i---i
ruido. Para la obtención de las tres o..
curvas se empleó el mismo equipo
de comunicación y el mismo perso- -12 -6 o 6 12 18
nal de prueba. (De la Ref. 11.) RELACION SEÑAL-RUIDO EN DB
inteligibilidad alta resulta cara y el ingeniero debe hacer varios diseños hasta
llegar a un compromiso satisfactorio entre inteligibilidad, coste y complejidad
del equipo.
Una forma de reducir el índice de inteligibilidad necesario es utilizar una
serie de frases tipificadas y giros vocales prefijados, preferiblemente limitan-
do el vocabulario a un número reducido de polisílabos. Se ha demostrado
que, entre límites amplios, cuanto mayor sea la reducción del vocabulario
usado, mayor es el aumento de la inteligibilidad para una relación señal-ruido
dada. u ,12 El uso de estructuras fonéticas prefijadas es especialmente impor-
tante cuando la potencia, el peso, el tamaño o el coste limitan el diseño
óptimo del equipo de un sistema de comunicación. 13-IB Este principio se aplica
en las comunicaciones radiotelefónicas para el control del tráfico aéreo, donde
se utiliza un número limitado de frases y palabras tipificadas, de acuerdo con
una regulación específica. También se aplica en los casos en que el nivel de
ruido es tal que el volumen de la señal vocal no se puede aumentar sobre el
ruido sin correr el riesgo de dañar el oído. En situaciones donde una relación
253
señal-ruido baja no se puede evitar, el uso de frases y palabras tipificadas
puede marcar la diferencia entre obtener una inteligibilidad satisfactoria o no.
Además, el uso de estas frases y palabras proporciona un margen de seguridad
en caso de que el sistema de comunicación esté en condiciones anormales;
por ejemplo, por aumentos repentinos del nivel de ruido o por inexperiencia
del locutor.
Sin embargo, debe insistirse sobre la conveniencia de sobredimensionar
un sistema de comunicación, para que proporcione una inteligibilidad adecua-
da, en cualquier emergencia, sin necesidad de un léxico especial. Hay varios
problemas inherentes al posible uso de vocabularios especiales: uno es que,
en situaciones anormales, se pueda olvidar el vocabulario especial, o que sea
insuficiente. Otro problema, relativo al personal militar, es que, especialmente
en tiempo de guerra, es frecuentemente imposible dedicar el tiempo suficiente
al entrenamiento del personal que debe utilizar el sistema de comunicación,
con lo que, al no estar familiarizado con este tipo de léxico, puede verse for-
zado a utilizar el vocabulario normal en sus comunicaciones. Corresponde al
usuario del sistema de comunicación decidir la forma o formas de utilización
del léxico especial.
El entrenamiento de los usuarios en la utilización adecuada del equipo
es una tarea muy importante del diseñador de sistemas de comunicación.
Hay grandes diferencias en la inteligibilidad propia del habla de cada per-
sona. 19-26 La habilidad de unos oyentes para comprender una conversación
también varía; pero, tanto los emisores como los oyentes, pueden mejorar
mucho con un entrenamiento adecuado. Si fuera posible, sólo un número
limitado de locutores debería utilizar un sistema de comunicación, especial-
mente en sistemas buscapersonas o de información pública. Se ha demostrado
que, tanto los locutores como los oyentes, mejoran cuando utilizan un sistema
de comunicación durante un período largo de tiempo, pero los locutores y
oyentes que eran los mejores al principio suelen seguir siendo los mejores.
Realmente vale la pena emplear algún tiempo en la selección de locutores de
sistemas buscapersonas y similares.
254
da el caso de que el umbral de audición del receptor permanece elevado
entre dos impulsos de ruido, de forma que no oye todo lo bien que debería
en ese intervalo. Por ejemplo, la repetición de un mensaje hablado no originará
un gran aumento de su inteligibilidad en presencia de un ruido continuo,
pero si el ruido es impulsivo, la repetición puede hacer que el mensaje pase
de tener una inteligibilidad parcial o una inteligibilidad completa. Posterior-
mente se verá otra diferencia entre los ruidos continuo e impulsivo, cuando
se estudie el efecto del recorte de picos.
El resultado del enmascaramiento de una conversación por un ruido con-
tinuo de banda ancha se muestra en la figura 9.4. La ordenada de este gráfico
representa el aumento que debe tener el nivel de presión sonora de una señal
vocal para que, en presencia de ruido, la inteligibilidad sea la misma que en
ausencia de ruido. Nótese que, hasta que el nivel de ruido no llega a 20 db,
NIVEL DE SENSACION DE
RUIDO EN DB
o 20 40 60 80 100
I
Q /
\J~~ -
I (i~,?i-- -
~~vv.
~\~
I ~ /
FIG. 9.4. Variación del umbral de 'tJrr.t>-/
inteligibilidad de frases en una con- 0~/
f-- ::;:;-,/.-
versación establecida, en función del 1--
nivel de ruido de amplio espectro.
En este caso, se define el umbral de
inteligibilidad como el nivel de con-
O
versación al que el oyente comprende NO tO 30 50 70 90 110
el significado casi de cada frase. (De RUIDO
la Ret. 35.) NIVEL DE PRESION SONORA DEL RUIDO DB
PREDICCION DE LA INTELIGIBILIDAD
255
ra 9.5, en la que la inteligibilidad de palabras y frases viene dada en función
del índice de articulación. El índice de articulación es una medida de la
inteligibilidad potencial del sistema y se calcula a partir de mediciones físicas
en el sistema. La relación exacta entre inteligibilidad e índice de articulación
variará según los diferentes sujetos emisores y receptores, y según las dife-
o
~
:J
iñ 80 I---++--t----:~-t---¡--__j
(5
:J MONOS/LA80S
lAJ
~
~
lAJ
o
..,
lAJ 40--
~
2:
l¡J
~ 2 o I--+--I-i--
~
FIG. 9.5. Inteligibilidad de frases y
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 palabras en función del índice de
INDICE DE ARTlCULACION articulación.
256
en la banda contribuye con 1/30 parte de dicha cantidad.36 Con estas supo-
siciones, se puede utilizar un diagrama como el mostrado en la figura 9.6. Si
se eligen las medidas de los niveles de presión de la señal vocal y del ruido,
de forma que sean iguales cuando el índice de inteligibilidad sea O y que
difieran en 30 db cuando el índice sea del 100 por 100, los dos niveles de
espectro de presión sonora pueden dibujarse en función de las «bandas de
igual contribución al índice de articulación» y la relación señal-ruido en cada
banda se puede hallar directamente. Esta elección está basada en experimen-
tos en los que se ha encontrado que una señal vocal, cuyo nivel de presión
sonora eficaz sea 12 db inferior al nivel de presión sonora eficaz de ruido, es
~~
REGION PROBABLE EN LA OUE LA CONTRIBUCIO
110 ~. AL INOICE DE A RrtCULACION ES NULA ,//,
'~ ~ ./:. / , / , , , " , , : 'i; ~~
, / '/, r / / / / ' / / ' / / ' / / ,/, //, r//, '// y/, '//-'I//. 1/'/ //-, V/-,
~~ i--
-30
SONIOOS OE ESPECTRO CONTINUO ~ ~ t7;:; ~~
I NfERfOR --·200 330 430 560 700 840 10001150 1310 14801660183020202240250028203200365042505050
SU PERIOR - - . 330 430 560 700 8401000 1150 1310 148016601830202022402500282032003650425050506100
MEDIA --·2703804906307709201070 1230 \40015701740192021302370266030003400395046505600
BANDA N° - - .. , 2 3 4 5 6 7 8 9 \0 11 12 13 14 15 16 t7 18 19 20
BANDAS DE FRECUENCIA DE IDENTICA CONTRIBUCION AL INDICE DE ARTlCULACION
257
17
a INrELJ6IBILlDAD
1. Una vez conocido
el tanto por ciento de w;!
;5DESEADA
O 6. La tensión de sa- ~~[
oz
i·~~
OCll O
inteligibilidad deseado, lida, en decibelios, del
se debe calcular el ín· w~ oq ~ micrófono, correspon-
dice de articulación neo 5~ ... O~ diente a la señal vocal, I-Ul - _
cesario (lA). ~~ será como ésta.
INDICE DE ARTlCULA- FRECUENCIA
CIO" ':URVA • A" CURVA "o"
....
~:~
-----
2. Este índice lA se <t lro
puede obtener a partir ~CIl I-z
~o
~;
de una gran variedad
de combinaciones de !!!z
UlUJ RUIDO
relaciones señal- ruido
(SIR) y anchos de ban· ~~ 7. Supóngase que el
ruido ambiente que ro- w ....
da; por ejemplo, por ~'~ dea al emisor es así.
>lr
ZCL
ésta. UlCII~~~~~~..Il.
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA u E "
5~
cálculo del índice lA <t
8. Y supóngase que el
de un sistema, escogien- micrófono está protegi· lr
~~
do valores de los pará. do por una pantalla que
metros variables que se
p u e dan obtener fácil.
!!!ID
~o _
tiene una característica
de rechazo de ruido
~~
mente y que sean ade-
cuados para obtener la
inteligibilidad deseada.
oz
a:
"-
U)
UJ
FRECUENCIA
I
(presión exterior I pre-
sión interior), como la
de la figura.
~~ -r-'
FRECUENCIA
CURVA "F"
w
~ o
l?<t~ l~<t~
&lz
t;lr I-lr
00
¡;~
CLo
I3 Ul
4. El espectrograma me· 9. Entonces, el ruido Wz
00
dio de una conversa- propiamente dicho que .J¡¡:¡
ción es: incide en el micrófono Ww
~lr
(De la Fig. 9.1.) es el siguiente: ZCL
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA "B" CURVA" G"
10. Si se utiliza un
micrófono de gradien-
l&l~lc
¡!b
te de presión, la curva
5. Si la curva de res·
puesta con la frecen-
de respuesta con la
frecuencia es diferen-
zl&l
Oz
O<t
cia del micrófono uti- te a la curva e, to- ¡¡;~
lizado es parecida a
ésta. w<t
z.J
I-Ul
mando la siguiente for-
ma:
l&l<t
Z.J
I-Ul
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA "c" CURVA "H"
ARMADURA rE
MICROFONO DEGRADIENTE CUYA AURICULARES DE RESPUESTA
RECHAZO DE
RUIDO CONOCI- RESPUESTA A LA SEÑAL VOCA L CON LA FRECLENCIA CONOCIDA
Y AL RUIDO SE CONOCE
SUPONGA EL DO ..... - EN ARMADURAS DE RECHAZO
SISTEMA DE
LA DERECHA
( \(~ AMPLIFICADOR CON
RUIDO DESPRECIABLE '
DE RUIDO CONOCIDO
258
~;i~
o 1-0
~~lG
uZ
WO
16. Ahora, supóngase 11. en
lIl
11. Entonces. la ten- 00 que el receptor está en W z
w-o
sión de salida del mi- Zz un ambiente distinto al Olll
01&.1
crófono. correspondien-
te al ruido que le lle- Z
¡¡; del emisor, y cuyo rui-
do es como el de la ¡j~
1&.1 ~1LI
ga, será como ésta. 1- figura. zo
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA "r" CURVA "N"
al
o
o
:5
17. Y supóngase que la a::
armadura de los au- WeD
NZ/
00
riculares, y demás dis- o
12. De las curvas D positivos aislantes, pre·
sentan un rechazo com- ctw
e 1 se deduce que la :J:
relación SIR de la sa- binado de ruido seme- u
101
lida del micrófono será: jante al de la figura. a::
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA "J" CURVA "o"
tb
lU
o
1¡1~
18. Entonces. el ruido
13. Supóngase que la 1&.10 acústico dentro de la
curva de respuesta con
i~~
armadura. debido al
la frecuencia de los ambiente que rod~a al
auriculares es como la receptor. será parecido
de la figura. a éste. Zll.
FRECUENCIA FRECUENCIA
CURVA "K" CURVA" P"
~ct~
20. A partir de las
15. Y. tomada de ]a curvas M y R, la re-
curva D. la presión so- a:: a::
4. lación SIR dentro de
0
nora de la sefial vocal W z la armadura será como
0 ésta. A partir de este
recogida por el micró- 0
fono, que llega al in- Jen
1LI dato. se puede calcu- r------,
terior de la armadura.
será:
~
z
FRECUENCIA
lar el índice de articu-
lación. ~
FRECUENCIA
CURVA" M" CURVA "s"
ii I
INrELIGIBILlOAO
DESEAOA
ra ver si se ha con-
seguido alcanzar el ín-
dice de inteligibilidad
deseado. En este ejem-
o§
WJ
~~
ZZ
1
.
I
- - IN DICE DE ARTlCULACION
plo, se ha logrado. CURVA "A"
Si el ruido eléctrico del sistema es despreciable, comparado con el ruido acústico recogido por el
micrófono (curva D), las curvas D, 1 Y J representarán los valores de la sefial, el ruido y la rela.
ción SIR de la entrada al auricular.
259
sonoro, con una red de ponderación plana, se debe tomar un nivel de con-
versación total 3 db inferior al dado por el medidor. En el caso de un medi-
dor VD, el nivel de conversación real, promediado en un gran intervalo de
tiempo, es aproximadamente, 4 db menor que el dado por el medidor. El
espectro mostrado en la figura 9.1 puede ser desplazado hacia arriba o abajo
para obtener el nivel real. Sin embargo, si se utiliza un osciloscopio para
determinar el nivel de presión sonora, se debe seguir el siguiente proce-
dimiento:
1. Determinar con el osciloscopio los picos más altos que aparezcan
durante una muestra suficientemente larga (30 seg o más) de señal
vocal.
2. Aplicar al osciloscopio una señal sinusoidal de 1000 Hz, tal que su
amplitud sea igual a la de los picos de la señal vocal.
3. Calcular el valor eficaz de esta señal sinusoidal.
4. Restar 17 db a este valor; éste es el voltaje eficaz total de la señal
vocal.
5. Calcular, utilizando un micrófono con medida calibrada de sensibili-
dad, el nivel de presión sonora necesario para producir este voltaje de
entrada en el osciloscopio.
6. Tomar el nivel así obtenido como el nivel total de espectro, dibujando
el espectro de la señal vocal en el diagrama citado, sumándole 14 db,
para incluir la presión de pico que contribuye a la inteligibilidad.
Nótese que hay unos límites superior e inferior para los niveles de espectro
de presión sonora útiles. El límite inferior es el umbral de audición para
sonidos de espectro continuo y el límite superior es una estimación del nivel
al que el oído parece notar una cierta saturación, y sobrepasado el cual no
hay mejora de inteligibilidad.
Debe hacerse notar que solamente los primeros 30 db de la relación señal-
ruido en cualquier banda contribuyen a la inteligibilidad, y que las relaciones
señal-ruido negativas no la disminuyen, pero es obvio que un índice de
articulación dado puede obtenerse a partir de cualquier combinación de rela-
ciones señal-ruido y anchos de banda. Pero hay ciertas limitaciones, ya que
variaciones bruscas del espectro de frecuencias de la señal o del ruido pueden
causar inexactitudes en el método de predicción. Para espectros más o menos
planos, el método da buenos resultados, pero hay que tener precaución con
ruidos cuyo espectro tenga una brusca caída, predominantemente en las pro-
ximidades de los límites del margen de frecuencias audibles.
Es importante recordar que la señal vocal utilizada en el cálculo de índices
de articulación es la señal después de atravesar el sistema de comunicación
completo; es decir, la señal que, emitida por el locutor, pasa por el micrófono,
el amplificador y un altavoz o auricular y llega al oyente. Análogamente, el
ruido total que llega al oído del receptor está formado por el ruido tomado
por el micrófono del locutor, el ruido del canal de transmisión y el ruido
ambiente en que está inmerso el oyente. Es importante estudiar cómo afectan
260
estos componentes a los espectros de la señal y del ruido y cómo seleccio-
narlos para obtener la mayor inteligibilidad.
La figura 9.7 muestra esquemáticamente los pasos necesarios para la apli-
cación del método de las 20 bandas para calcular el índice de inteligibilidad
esperado de un sistema de comunicación dado. Al final del capítulo hay un
ejemplo detallado.
261
El SIL es tan elevado en la habitación que no se puede esperar una comu-
nicación aceptable si una persona escucha un altavoz o a otra persona direc-
tamente. Un nivel de conversación que supere en 12 db al SIL, sería el criterio
para obtener una comunicación correcta, pero tendría tan gran intensidad
que sería relativamente ininteligible y podría molestar al oyente. Sin embargo,
con el uso de auriculares adecuadamente aislados, se puede atenuar el ruido
suficientemente para que se pueda conseguir un nivel de interferencia vocal
aceptable. Esto se muestra en la segunda columna de la tabla 9.1, que da el
Tabla 9.1
600-1200 107 88
1200-2400 99 74
2400-4800 96 71
SIL=101 SIL=78
nivel de presión sonora estimado por octava, en el oído del receptor, como
resultado de la atenuación del ruido. La ganancia del sistema de comunicación
se puede ajustar para que proporcione un nivel total eficaz de señal vocal
de 90 db en el oído del receptor. Este nivel no sería excesivamente elevado
y superaría en 12 db al SIL, con 10 que se respetaría el criterio establecido.
El ingeniero de comunicaciones notará que, al calcular los niveles de inter-
ferencia vocal por el método de bandas de octava, se presupone que la curva
de respuesta con la frecuencia de todos los componentes de un sistema de co-
municación es sustancialmente uniforme. Cuando esto no sea así, el método
del nivel de interferencia vocal no debería utilizarse. Asimismo, este método
puede no ser aplicable si el ruido predomina en el margen de frecuencias por
debajo de los 200 Hz o por encima de los 4800 Hz. Aunque este método pre-
senta unas evidentes ventajas sobre el método de las veinte bandas, en cuanto
a simplicidad, sólo debería usarse como una primera aproximación o estimación
en aquellas situaciones en las que se puede aplicar. Para conseguir una infor-
mación más detallada y útil del comportamiento esperado, de un sistema de
comunicación, se recomienda el método de las veinte bandas.
262
la inteligibilidad que se puede esperar de un sistema basado en la comunicación
directa persona a persona.
Para utilizar el método del nivel de interferencia vocal, en esta situación,
es preciso hacer lo siguiente:
1. Obtener la media aritmética de los niveles de ruido en las octavas
600-1200 Hz, 1200-2400 Hz y 2400-4800 Hz. Este es el nivel de inter-
ferencia vocal.
2. Consultar la tabla 9.2 para determinar las distancias máximas entre las
personas emisora y receptora y el nivel de voz necesario para conse-
guir una comunicación aceptable para un SIL dado.
0,5 71 77
1 65 71
2 59 65
3 55 61
4 53 59
5 51 57
6 49 55
12 43 49
263
cación mientras observa los movimientos faciales y labiales de la persona que
habla. Esto es verdad para relaciones señal-ruido elevadas, pero pruebas recien-
tes han demostrado que, en situaciones donde hay un intenso ruido y relacio-
nes señal-ruido bajas, incluso observadores sin práctica eran capaces de aumen-
tar sus índices de inteligibilidad hasta un 30 por 100, observando la cara de su
interlocutor.
En resumen, en una situación de ruido intenso, no se gana en efectividad
de comunicación, lo que se podría esperar aumentando el nivel de voz hasta
llegar al grito, pero esto se compensa, en cierto grado, en el caso de la comu-
nicación persona a persona, por la «lectura labial». Es importante considerar
todos estos factores cuando se intenta predecir la inteligibilidad de una comu-
nicación persona a persona en un ambiente ruidoso.
El emisor y su entorno
El primer elemento de un sistema de comunicaClOn vocal es el emisor y
su contorno. Como se anotó anteriormente, el espectro de señal vocal que
se mostró en la figura 9.1 puede variar según las diferencias de nivel de con-
versación. 6 Hay muchas razones por las que este nivel cambia. Entre otras
están: 1) las diferencias normales entre los individuos; 2,3,4,5 2) el ruido en
el entorno del emisor, que le hará hablar más alto; 3) la fatiga, que disminuirá
su nivel de conversación; 4) el hablar en un espacio cerrado, como una cámara
de gas, una escafandra o una máscara de oxígeno, lo cual, generalmente, le
dificultará la emisión de voz; 41,42 5) el hablar a una gran altura, como en el
caso de los aviones, donde el enrarecimiento del aire en el tracto vocal de una
264
persona hace que su nivel de conversación descienda, a causa del mal acopla-
miento de impedancias entre las cuerdas vocales; 43,46 6) la habilidad del que
habla para oírse a sí mismo, ya que cuando la así llamada señal de tono local
sea alta, su nivel vocal descenderá. 47 No se pueden medir con gran exactitud
todos estos factores, pero el diseñador de sistemas de comunicación vocal debe
tomar en consideración tantos como pueda, y cuando sea posible, debe realizar
experimentos que, simulando las condiciones de comunicación, le permitan
observar las variaciones en el espectro vocal del locutor. El ruido en el entorno
del emisor determinará, naturalmente, la relación señal-ruido en el micrófono;
consecuentemente, el espectro de presión sonora de este ruido debe medirse,
si se va a calcular el índice de articulación. Otro factor importante en el
entorno del emisor es la reverberación. Si el tiempo de reverberación es largo,
puede afectar a la dicción del emisor y reducirá, con toda seguridad, el índice
de articulación al enmascarar la señal con ecos de sonidos anteriores. Se han
publicado algunos resultados indicativos y cualitativos, pero, por desgracia, no
existe una información cuantitativa al respecto. 48 ,S3
al
o ,OI-+-I-H+lI---+-+++H+tt--'-.j-j-l--H-H-H----j
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FIG. 9.8. Curva axial de respuesta -40 H-t+H+--+-I-+-H-t-lfH¡-,.¡--I-t-++-H- -
con la frecuencia de un micrófono
comercial de gradiente de presión, del _50 L.....L.J....1.UJ_....L-...............L.J...L..L..U..._.J...--L-'-J-U...l..J.J.----'
tipo RCA. (Cortesía de Radio Corpo- 100 1000 10,000
ration of America.) FRECUENCIA EN Hz
265
es conveniente evitar faltas de linealidad, como algunas veces sucede en los
micrófonos de carbón, debidas a diferencias en el prensado de los gránulos
de carbón. Cuando el ruido en el locutorio sea un verdadero problema (100 db
es una superficial estimación del nivel en el que aparecerán dificultades reales),
se debe utilizar un micrófono de gradiente de presión o supresor de ruido.
Este es un micrófono que elimina el sonido o ruido procedente de una fuente
lejana, comparándolo con el sonido procedente de una fuente muy próxima. 58
La curva de respuesta con la frecuencia de un micrófono comercial de este
tipo, para una fuente próxima y otra lejana, se muestra en la figura 9.8. Debe
notarse que la diferencia entre ambas curvas, denominada discriminación axial
de ruido del micrófono, es máxima a bajas frecuencias y mínima a altas.
Un micrófono de gradiente de presión es un dispositivo bipolar y su direc-
tividad adopta la forma de dos esferas tangentes. La relación entre la respuesta
a lo largo del eje y la suma integral de las respuestas para sonidos de inci-
35
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lOO 1000 10,000 do aleatorio del micrófono de la fi-
FRECUENCIA EN Hz
gura 9.8.
266
emisor constituya un problema (aproximadamente 100 db o más). En la figu-
ra 9.10 se muestra una pantalla de este tipo, colocada a un micrófono de gra-
diente de presión. El rechazo de ruido de esta pantalla se muestra en la
figura 9.11. Diversos experimentos han demostrado que la incorporación de
una pantalla de este tipo o mayor aún no interfiere las propiedades de amorti-
guación de ruido de estos micrófonos; incluso la combinación de la atenuación
de ruido de baja frecuencia propia del micrófono y la atenuación del ruido
de alta frecuencia de la pantalla, producen un gran aumento de la relación
señal-ruido en todo el margen de frecuencias. 59
La mayor parte de los micrófonos no tienen pantallas protectoras, pero no
es difícil construirlas con materiales adecuados como goma, fieltro acolcha-
do, etc. Se debe tener cuidado en seleccionar un tamaño lo suficientemente
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Amplificadores
Se han introducido dos modificaciones en los amplificadores convencionales
de audiofrecuencia, para aumentar la inteligibilidad de los sistemas de comuni-
cación vocal. La primera es la incorporación de un control automático de vo-
lumen (CAV) en el amplificador, para compensar las diferencias de nivel cau-
sadas por los factores ya citados. La función del CAV es mantener la salida
267
del amplificador aproximadamente constante, a pesar de las variaciones en la
entrada. Normalmente, un sistema de CAV transforma variaciones de 30 a 40 db
en la señal de entrada, en variaciones de 5 db a la salida. Los dos métodos
más frecuentemente utilizados para obtener un CAV son: 1) emplear en el
circuito del amplificador un dispositivo no lineal, con una constante de tiempo
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VOLTAJE DE ENTRADA
268
se aplica una señal a la entrada del amplificador, la ganancia tarda un cierto
tiempo en estabilizarse y, análogamente, al desaparecer la señal, la ganancia
necesita otro intervalo de tiempo para alcanzar su valor normal. Si el primer
tiempo citado es demasiado largo, algunas sílabas alcanzarán niveles demasiado
altos; por otra parte, la complejidad del circuito y los problemas que presentan
los transitorios limitan la reducción del tiempo. Es también posible disponer
de una reducción inicial de la ganancia, aplicable en cuanto se accione el con-
mutador de transmisión-recepción. 59 Esto evita que el ruido presente antes de
que el locutor comience a hablar sea transmitido por el amplificador con una
gran ganancia. Cuando el locutor hable, su voz iniciará el control del CAVo
En algunas circunstancias, la ganancia del amplificador puede ser controlada
por el nivel de ruido de la estación receptora. Por ejemplo, en un restaurante
y durante la hora de mayor actividad, la ganancia se aumentaría, ya que el
nivel de ruido es alto, mientras que en los períodos más tranquilos, la ganancia
se reduciría, con lo que la relación señal-ruido permanecería constante. El
tiempo de normalización del circuito CAV debe ser corto, para impedir la
transmisión del ruido entre palabras y frases y para compensar la variación
de los niveles de entrada.
En este punto, el diseñador del sistema de comunicación debe determinar
las causas de las variaciones de la señal de entrada y diseñar, de acuerdo con
ella, el circuito CAV. Si, por ejemplo, la entrada varía a causa de que el locutor
mueve la cabeza cuando realiza su trabajo, entonces el tiempo de normaliza-
ción de la ganancia debe ser corto. Pero si las variaciones se deben a las dife-
rencias entre locutores o a la fatiga o a las diferentes condiciones de uso del
micrófono, entonces el tiempo de normalización debe ser considerablemente
más largo. Diversos experimentos, realizados con varios sistemas, indican que
la inteligibilidad no es afectada significativamente por una gran variación de
los tiempos característicos del CAV.59 Tiempos de estabilización del orden
de 1/10 seg se consiguen con facilidad y bastantes buenos resultados.
Respecto a los tiempos de normalización de la ganancia, es conveniente
que sean de 10 seg, y hasta de 30 seg, en algunos casos. El punto en que el
circuito CAV comienza a funcionar es llamado, a menudo, punto de actuación
(véase Fig. 9.13). Para un amplificador de ganancia limitada, cuanto más alto
sea el punto de actuación, mayor es la salida máxima y menor el margen de
entradas para el que actúa el CAVo Cuanto más bajo esté el punto de actua-
ción, mayor es el margen de funcionamiento del CAV, pero menor la señal
máxima de salida. Este es un compromiso que debe fijar el diseñador. Final-
mente, está la pendiente de la característica de transferencia, mostrada en la
figura 9.13. Cuanto más amplio sea el margen de entradas sobre el que ha de
actuar el CAV, más difícil es mantener pequeña la pendiente de la caracterís-
tica con CAVo Sin embargo, para una comunicación vocal, es aceptable, nor-
malmente, una pendiente moderada.
Otra modificación especial de los amplificadores convencionales de audio-
frecuencia, que se utiliza para aumentar la inteligibilidad cuando se trabaja
en ambientes ruidosos, consiste en el llamado recorte de piCOS. 38 • 59 ,65-76 Como se
ve en la figura 9.14, los picos de la tensión de entrada son recortados; después
269
se amplifica la señal, de modo que los picos recortados alcancen el nivel que
tenían los picos antes del recorte. La consecuencia de todo esto es que el nivel
medio de la señal, en su intervalo largo, aumenta sin necesidad de aumentar
el límite de potencia de pico que soporta el amplificador.
El recorte y la amplificación posterior aumentan la inteligibilidad cuando
existe alguna de estas tres condiciones: 1) la señal eléctrica que llega al alta-
voz o al auricular del receptor tiene un relación señal-ruido muy buena, y el
ruido ambiente en el sitio de escucha es tan elevado que el oyente necesitaría
niveles de pico de conversación sin recortar que superasen el umbral de la
sensación desagradable, para conseguir la máxima inteligibilidad. En este caso,
el recorte de picos permite elevar el nivel medio de la señal a un valor satis-
factorio, sin que los picos superen el umbral de sensación desagradable del
oyente; 2) la señal de entrada al circuito recortador tiene una relación señal-
(e%)
(b)
(e)
270
de pico. En este caso, el recorte se aplica al ruido mucho más que a la con-
versación.
Por otra parte, el recorte de picos y la amplificación posterior debilitan la
inteligibilidad cuando la relación señal-ruido antes del recortador es baja,
porque el ruido de baja frecuencia y el introducido en el sistema después del
recorte es también bajo. En este caso, el ruido en el canal, antes del recortador,
se intermodula con la señal vocal y da como resultado una pérdida definida
de inteligibilidad.
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FIG. 9.15. Resultados de pruebas de z -·-624 DECIBELIOS
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inteligibilidad, realizadas con emiso- (.) I I I I
res en ambiente silencioso y con re- a:
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ceptores en ambiente de ruido de a. TENSION DE PICO EN LOS AURICULARES
aviones. (De la Ref. 70.) EN oa (REFERIOtl A 1.0 VOLTIOS)
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FIG. 9.16. Resultados de pruebas de inteligi-
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'" /¡ bilidad, realizadas con emisores y con recep-
Zet tores en ambiente simulado de ruido de
-....J /// aviones. El efecto total del ruido recogido
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'1: / RECORTE DE PICOS
LLILL1 O DECIBELIOS por el micrófono se puede apreciar comparan-
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20 ~--<> 12 DEGBELlOS
l!r- ••-A 24 OEGBEUOS
do estos resultados con los de la figura 9.15.
Se observa que, cuando el micrófono recoge
~ '1
(,)
a:
I I ruido, un recorte de 12 db es más beneficioso
oa. o -20 -10 O "' 20 30 40
10 que uno de 24 db. Se utilizó un micrófono
TENSION DE PICO EN LOS AURICULARES dinámico, sin atenuación de ruido. (De la
EN DB (REFERIDA A 1~O WLTlOS) Ref. 70.)
menos que la relación señal-ruido a la entrada del recortador sea muy baja,
pero convierten la conversación en un sonido espeso y desagradable. En las
figuras 9.15 y 9.16 se muestran los resultados de pruebas de inteligibilidad para
diferentes grados de recorte.
Hay dos métodos usuales de recorte de picos. En uno de ellos, el recorte
se obtiene saturando ligeramente el amplificador. Es decir, el punto de reposo
271
del dispositivo de salida se fija equidistante entre: 1) el punto de corte debido
a la absorción por la rejilla de control, en las amplitudes positivas, de toda la
corriente de rejilla, y 2) el punto de corte, debido a la polarización negativa
de rejilla respecto al cátodo, causada por las amplitudes negativas. El margen
de trabajo o margen dinámico se escoge, por tanto, de forma que ambos puntos
de corte coincidan con los niveles de recorte deseados. El margen dinámico y
el punto de trabajo se determinan seleccionando la resistencia de la carga
anódica y las resistencias de polarización del cátodo. Algunas veces, una re-
sistencia en serie con la rejilla de control de la válvula de salida ayuda a per-
feccionar el recorte de la onda, cuando la rejilla se hace positiva. El otro método
de recorte consiste en utilizar un par de diodos conectados en oposición, como
se muestra en la figura 9.17, que limitan la señal que pasa a través del ampli-
O.5M
ENTRADA SALIDA
272
4. Si se utilizan altavoces, el CAV facilita el rechazo de realimentación
acústica.
S. Si se realiza una mezcla de señales vocales en una estación receptora,
la existencia del CAV en cada entrada reduce la diafonía y mantiene
el nivel de salida uniforme. También se obtienen resultados semejantes
colocando el CAV en el amplificador de la estación antes de la mezcla.
6. El recorte de picos de las señales mezcladas introducirá cierta dis-
torsión debida a intermodulación.
7. El recorte de picos no se debe aplicar a un sistema que tenga una rela-
ción señal-ruido pobre.
8. Si la muestra para el sistema de autoescucha * (un sistema que permite
al emisor oírse a sí mismo por realimentación de una muestra de la
señal recogida por el micrófono) se toma antes de los circuitos de CAV,
el emisor tendrá una idea insuficiente de las variaciones de su voz.
9. Sin embargo, es más importante para la persona que habla conocer
la variación del nivel de su relación señal-ruido, que la variación de
su nivel de voz; el CAV no altera la relación señal-ruido.
10. Consideraciones de tipo práctico hacen difícil la aplicación del CAV
después de que la señal ha sido amplificada a un nivel suficiente para
la autoescucha.
Altavoces
En la mayor parte de los sistemas de comunicación vocal la escucha se
realiza por medio de altavoces. Estos altavoces son de dos tipos generales:
el primero es el altavoz de bocina, que proporciona una gran eficiencia, y el
segundo es el altavoz de radiación directa, que normalmente tiene una mejor
respuesta a bajas frecuencias que el de bocina, a menos que éste sea muy
grande.
En orden a escoger el altavoz adecuado, el diseñador del sistema debe fijar,
* Señal de tono local. (N. del T.)
273
18
primeramente, el nivel de preSlOn sonora y el espectro necesarios que deben
llegar, al oyente. Esto se efectúa midiendo o estimando el nivel de ruido y el
espectro, y calculando el índice de articulación, para determinar la relación
señal-ruido en función de la frecuencia. Después, se deben examinar la curva
de respuesta con la frecuencia, la sensibilidad, la potencia máxima admitida
y la directividad, para determinar qué tipo de altavoz es el adecuado para la
instalación planeada. La potencia eléctrica que se envía al altavoz para pro-
ducir la presión sonora adecuada, debe estar entre los límites marcados por
el fabricante, ya que, de lo contrario, el altavoz se estropeará. Las característi-
cas de salida del amplificador se determinan, usualmente, fijando primero la
presión sonora deseada, para después ir hacia atrás en el sistema, calculando
características.
La realimentación acústica es un factor muy importante en la instalación
de altavoces. Si un micrófono conectado a la entrada de un sistema de comu-
nicación vocal está cerca del altavoz, es probable que el sistema oscile a la
frecuencia a la que la ganancia del sistema sea máxima. Esta oscilación,
a veces llamada «acoploD, está causada porque el micrófono toma energía
acúsica del altavoz, bien directamente o bien después de reflexiones en la
habitación, e introduce esta energía en el amplificador y el altavoz, por el que
vuelve a salir con un nivel mayor. Este proceso se repite, incrementándose cada
vez más, hasta que se alcanza el límite de sobrecarga de algún componente
del sistema. Entonces, el nivel de realimentación se estabílíza.
Una solución obvia es reducir la ganancia del amplificador, pero esto puede
reducir la inteligibilidad a un valor inaceptable. En tales casos se necesitan
otros métodos.
Un sistema que tenga una curva de respuesta con la frecuencia uniforme,
será menos propenso a la realimentación que uno que tenga una curva irre-
gular. A veces, los picos pueden eliminarse con la elección adecuada de com-
ponentes y, en otras, se necesita una cierta compensación eléctrica. En las
grandes cámaras reverberantes se puede eliminar frecuentemente la realimen-
tación acústica utilizando micrófonos unidireccionales. En algunos casos, es
preciso construir un filtro paso alto para reducir la ganancia del sistema a
bajas frecuencias (por debajo de 100 a 200 Hz), donde la reverberación causa
más problemas.
En casos difíciles se puede necesitar una pantalla para el micrófono o una
cabina para el locutor. Otra solución, aplicable especialmente en exteriores
o en habitaciones con baja reverberación, consiste en colocar el micrófono en
un punto donde, según la característica de directividad del altavoz, haya un
bajo nivel de sonido. En sistemas que utilicen varios micrófonos y altavoces,
es posible conectar relés en el sistema, para que cuando se actúe el conmutador
de emisión de un micrófono, los altavoces próximos queden desconectados.
La realimentación acústica se elimina, normalmente, a base de pruebas. Para
ello, el ingeniero debe hablar por el sistema, simulando las condiciones de fun-
cionamiento real. Frecuentemente, un sistema que se comporta normalmente
bien, se realimenta cuando le llega una señalo ruido de gran volumen. Si se
utílíza un micrófono de proximidad, la persona que está experimentando debe
274
poner especial cuidado en hablar tan cerca del micrófono como lo hacen los
locutores en su trabajo normal, ya que estos micrófonos se realimentan a las
frecuencias de resonancia de la cavidad bucal. Emitiendo vocales en voz alta
y sostenida cerca del micrófono, se pueden detectar las posibles realimenta-
ciones.
Auriculares
Si existe un elevado nivel de ruido en las proximidades del oyente, se ob-
tendrá, probablemente, la máxima inteligibilidad utilizando un auricular. Hay
dos razones: la primera es que se pueden obtener, con relativa baja potencia,
altos niveles de señal, porque el auricular está estrechamente acoplado al oído,
y la segunda, es que la armadura en que está montado el auricular atenúa, en
cierto grado, el ruido ambiente y, por tanto, da una mayor relación señal-ruido
para la misma presión sonora proporcionada por la señal eléctrica. El problema
de la relación señal-ruido en el oído del receptor, cuando éste dispone de
auriculares, es complicado. Primeramente, debe recordarse que la señal eléc-
trica de entrada del auricular es la combinación de la señal vocal y el ruido
introducido previamente en el auricular. Esta señal eléctrica se transforma des-
pués en presión sonora, que se mezcla con la presión sonora debida al ruido
ambiente en que está inmerso el receptor. ASÍ, la relación señal-ruido en su
oído es una combinación de la señal vocal original y de los ruidos introducidos
a lo largo de la línea. Si, como es frecuente, tanto el emisor como el receptor
están en ambientes muy ruidosos, y el ruido introducido entre el micrófono
y el auricular es despreciable comparado con el resto del ruido, podemos llamar
a estos dos ruidos N e Y N r • La relación señal-ruido en el receptor será la señal
dividida por N e + N r • Si se utiliza un micrófono de gradiente de presión de
primer orden, sin pantalla protectora, entonces el ruido N e será débil en fre-
cuencias bajas y fuerte en altas. Si el receptor utiliza una armadura conven-
cional, N r será pequeño en frecuencias altas y grande en bajas. La suma de
los ruidos será, por tanto, razonablemente grande en toda la banda de frecuen-
cias, y la relación señal-ruido, pequeña. La utilización de una pantalla protec-
tora da una buena relación señal-ruido de salida del micrófono en frecuencias
altas y conserva la buena relación señal-ruido obtenida en el auricular con el
ruido ambiente del receptor. Análogamente, si se utiliza un dispositivo que
dé relaciones señal-ruido elevadas en el receptor, reduciendo el término N r , la
buena relación señal-ruido obtenida en el micrófono se conservará y la relación
señal-ruido final será elevada en todo el margen de frecuencias. Desgraciada-
mente, la atenuación de ruido de las armaduras de los auriculares es bastante
pobre en frecuencias bajas. Una armadura normal dará solamente 5 db de ate-
nuación de ruido a frecuencias inferiores a 800 Hz, aumentando bruscamente
hasta 20 db o más, a la frecuencia de 1500 a 2000 Hz y conservándose uniforme
a partir de este valor. En el capítulo 8 se muestran las curvas de atenuación
de ruido para diversas armaduras.
La armadura es importante también porque determina el tipo de cavidad
de acoplo entre el auricular y el oído. Si la cavidad es pequeña, se pueden ob-
275
tener presiones sonoras elevadas con ligeros aumentos de potencia en el auricu-
lar. Si la cavidad es grande, se necesitan mayores aumentos de potencia para
obtener la misma presión sonora en el oído. Sin embargo, las cavidades peque-
ñas presentan una desventaja. Esta consiste en que, para hacer pequeña la
cavidad, es necesario que el auricular esté pegado a la oreja, con lo que, si el
receptor lo debe llevar durante mucho tiempo, le causará molestias. Si se utiliza
algún tipo de acolchamiento para rodear completamente la oreja, se formará
una cavidad grande. Entonces, para conseguir presiones acústicas elevadas, se
necesitará una mayor potencia de salida del amplificador y la potencia que
el auricular tiene que soportar aumentará, con lo que el auricular se hará
más grande, más pesado y más incómodo de llevar. Es posible, por supuesto,
conseguir la misma señal-ruido en el receptor mejorando la instalación acús-
tica del auricular, en vez de aumentar su límite de potencia disipada. Sin
embargo, el hacer esto implica que el auricular se haga más grande, pesado
y, una vez más, incómodo de llevar. La utilización de auriculares que penetren
total o parcialmente dentro del canal auditivo, puede resolver muchos de
estos problemas, pero introduce unos nuevos, como se ve en el capítulo 8.
Audífonos
Cuando el ruido es muy intenso, el oído del receptor puede necesitar pro-
tección. Los auriculares ordinarios dan un buen aislamiento, excepto en fre-
cuencias bajas. Los audífonos que se introducen en el canal auditivo dan una
atenuación mucho mayor (véase el Cap. 8). La figura 9.18 muestra los resul-
tados de algunos experimentos realizados durante la II Guerra mundial. Nó-
tese que, con niveles bajos de ruido, los índices de inteligibilidad sin audífono
son iguales o ligeramente superiores a los medidos con audífono, pero, con
100..-------------------------,
25 105 115
276
niveles altos, los índices obtenidos con audífono son mayores que los obtenidos
sin él. La razón aparente es que el receptor no percibe las palabras a niveles
altos tan bien como a niveles moderados (donde la relación señal-ruido es la
misma), a causa de una «sobrecargaD y distorsión subsiguiente en el sistema
auditivo a altos niveles. Los audífonos reducen los niveles totales de señal
y ruido a niveles inferiores, sin modificar la relación señal-ruido. Mientras
que el nivel efectivo de ruido sea menor de 75 db, el uso de audífonos reducirá
la inteligibilidad a bajas relaciones señal-ruido. Cuando el nivel de ruido sea
algo mayor, permaneciendo con valor moderado, la inteligibilidad no se altera
apreciablemente con el uso de audífonos. A niveles altos, como ya se ha dicho,
la inteligibilidad aumenta al usar audífonos.
-
IIIIII II
RUIOOOELA
. . . . KV SALA OEL GRUPO-
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ESCAPES OE
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o
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FIG. 9.19. Análisis de varias situa- ~~~~~~ ~'~ ~~ :;; ~ ~~
50
ciones ruidosas, realizado en bandas 160 1000 10;600
de media octava. FRECUENCIA EN Hz
277
de mensajes típicos entre las salas del grupo y de control, con posibilidad de
repetición. Por tanto, se considera adecuado para esta situación un índice
de inteligibilidad de un 70 por 100, al que corresponde, según la figura 9.5, un
índice de articulación de 0,4. En la figura 9.19 se muestra un análisis de los
niveles de ruido en las salas del grupo y de control, y en el resto de la fábrica,
para diferentes condiciones de trabajo. La variación del ruido en la sala de
control complica el problema. En primer lugar, hay que considerar las relacio-
nes señal-ruido en un micrófono y en cada situación. En la figura 9.20 se mues-
tra el dibujo, en una hoja preparada para el cálculo de índices de articulación
y en términos de nivel de presión sonora, de los niveles de ruido de la figu-
ra 2.19. También se ha dibujado el espectrograma de la figura 9.1, pero aumen-
tado uniformemente en 24,8 db (factor de conversión para pasar de 1 m
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BOMBEO
i'-~
z ~ "'1"<(1) FABR/~A I
FIG. 9.20. Espectrogramas de señal
30
r---411iJ vocal y ruido para diversas condicio-
nes. Las curvas relacionan niveles de
espectro de presión acústica con fre-
FRECUENCIA EN HZ cuencias.
278
2) diversas operaciones de ventilación en los arranques y paradas de la po-
tencia neumática, y 3) el funcionamiento normal de bombeo. Durante cada
operación se han obtenido medidas máximas en bandas de octava, y en ellas
se ve que los escapes de aire son de tan corta duración (3 a 5 seg), que la
comunicación no es esencial en ese intervalo; por tanto, no hay que diseñar
para esta condición. Una comparación de las curvas de la figura 9.20, rotu-
ladas ccescapes de aire» y ccseñal vocal eficaz», muestra que la relación señal-
ruido es demasiado baja para permitir que el índice de articulación del sistema
completo alcance 0,4. En el caso de la ventilación y del funcionamiento normal
de las bombas, el espectrograma de señal eficaz se mantiene superior al ruido,
en todo el espectro de frecuencias que intervienen en la inteligibilidad; por
tanto, un micrófono normal de presión dará una señal adecuada.
Ocurre lo mismo con el ruido de la fábrica, pero, en el caso del grupo
electrógeno, los niveles de ruido son tan altos que, prácticamente, no se trans-
mitirá ninguna señal inteligible a través de un micrófono de presión sin pan-
talla protectora. Por tanto, se debe considerar la utilización de un micrófono
de gradiente de presión que tenga una curva de respuesta uniforme y la curva
de atenuación de ruido mostrada en la figura 9.9, junto con una pantalla
100
1-1-
IR~/bJ bE~1 k.JL111"L I
~ GRUPO ELECTROGENO
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z ~\. MICROFONO DE GRADIENTE
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FIG. 9.21. Espectrograma del ruido w r--.. ~ I"r'>~
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de la sala del grupo, junto con la
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MICROFONO DE GRADIENTE :-"'1"- i\
respuesta uniforme para fuentes pró- ¡j 40 CON PANTALL4 PROTECTORA
ximas; (b) el mismo micrófono, uti- > I1'\
lizado con una pantalla protectora,
y (e) un micrófono de presión, de
curva de respuesta uniforme, con la
Z
30
1111/11111/111
r1
misma pantalla. La señal vocal de
salida de los tres es la misma.
279
por debajo de esta frecuencia. Parece asegurada una inteligibilidad suficiente
con esta pantalla, pero, con seguridad, el ruido de baja frecuencia transmitido
por el sistema será elevado, especialmente cuando se escucha en la relativa
calma de la fábrica. Si se coloca un filtro paso alto para eliminar la señal y el
ruido a bajas frecuencias, la calidad de voz será afectada de tal modo que los
usuarios no la aceptarán. Por tanto, parece lo más conveniente utilizar un
micrófono de gradiente de presión y una pantalla protectora, que nos dan la
relación señal-ruido, mostrada en la figura 9.21.
Una vez escogido el micrófono y sus accesorios, que dan una relación
señal-ruido suficientemente elevada en todas las condiciones, pasemos al pro-
blema de la recepción. Toda ella debe efectuarse por medio de altavoces. El
nivel de ruido en la sala del grupo electrógeno es tan elevado (124 db en total),
que todo el mundo lleva audífonos con una curva de atenuación similar a las
mostradas en el capítulo 8. Tanto la señal como el ruido que llegan al altavoz
se ven reducidos por dicha atenuación, de modo que la relación señal-ruido
en el receptor no varía, pero es posible que el altavoz genere picos de presión
sonora superiores a los 120 db, sin que el oyente lo encuentre particularmente
desagradable. La figura 9.22 muestra las curvas de sensibilidad y de res-
puesta con la frecuencia de dos altavoces potencialmente adecuados para las
salas de grupo y de control. Se supone que sólo la curva más sensible (cur-
va B) será la adecuada para reproducir la conversación en la sala del grupo
electrógeno.
Al calcular el espectro acústico de salida del altavoz, se ha estimado que,
para locales del tipo de esta fábrica, una distancia de 1,8 m representa, apro-
ximadamente, la distancia a la que se alcanza un nivel uniforme (debido a la
reflexión en las paredes). Por tanto, la cobertura general se estima partiendo
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FIG. 9.22. Curvas de respuesta con
la frecuencia, en espacio libre, de
dos altavoces para las salas del motor
y la sala del grupo, medidas a 1,8 m
2:
z 85 i , de distancia y con una señal sinu-
soidal aplicada de l vatio de po-
100 1000 10,000
FRECUENCIA EN HZ tencia.
280
un nivel satisfactorio para la inteligibilidad. También aparece en la figura la
curva correspondiente al ruido recogido por un micrófono de gradiente de
presión, con pantalla protectora, y reproducido por el altavoz. Este ruido, junto
con el ruido ambiente, se suman para dar el nivel total de ruido que afectará
a la información vocal. En caso de funcionamiento normal, el ruido del mi-
crófono está claramente limitado, pero durante las operaciones de ventilación
se deben considerar ambas fuentes a bajas frecuencias. El índice de articu-
lación es de 0,46.
Nótese que la potencia de salida del amplificador se puede calcular con
facilidad, ya que, a 400 Hz, la curva de conversación eficaz está situada 28 db
110
RESPUESTA DEL ALTAVOZ 'A'
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9.23. Espectrogramas de los
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ruidos de la sala de control, junto z Hi~'4-,-v<-v'~ ~ \ /1
a los espectrogramas de la señal vo- ~~_
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cal y el ruido recogidos por el mi- 40
crófono y reproducidos por el alta-
voz A, de la figura 9.22, medidos ~~~~~~~~~~~~:~~g~~~~ ------NNN'"""",,..,o;t"U'l
281
del grupo. La curva de respuesta B de la figura 9.22 está dibujada al nivel
correspondiente para un tono puro de 1 vatio. También se muestra la respuesta
del altavoz al espectro vocal eficaz de un nivel tal que permita una inteligibi-
lidad adecuada, junto con la respuesta del altavoz al ruido recogido por el
micrófono de presión en la sala de control, durante las operaciones de ventila-
ción. Si se toma la suma del ruido que entra en el sistema por el micrófono
y el ruido de la sala del grupo electrógeno, el espectrograma mostrado da un
índice de articulación de 0,41.
El cálculo de la potencia que debe suministrar el amplificador se hace del
mismo modo que en el caso de la sala de control. El nivel de conversación
eficaz a largo plazo está 28 db por encima del nivel de espectro a 400 Hz. (N ó-
tese que este nivel de presión acústica es de 127 db, soportable únicamente
llevando audífonos). De la figura 9.24 se deduce que el nivel de espectro que
se necesita obtener del amplificador a 400 Hz es de 0,2 vatios. El nivel de señal
11 o rT:r;¡;?:::J;F~::¡::Ft:::o:::cr::r::r:::;¡::J:J
ID RESPUESTA OEL ALTAVOZ '8
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FIG. 9.24. Espectrogramas de los
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ruidos de la sala del grupo, junto
W con los espectrogramas de la señal
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Z vocal y el ruido, recogidos por el
60 o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o
~~mM~N~~O~~N~~WOO~~O
micrófono y reproducidos por el
______
N~~.~~~ONq~~m-~~o~m~~ NNN,..,,.,,.,,~r.n
282
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285
Capítulo 10
DONALD E. BROADBENT
287
MOLESTIA
288
le tienen manía al experimentador. A una rata normal le puede resultar
indiferente el que las paredes de su caja sean a rayas o lisas. Sin embargo, si
se le ha administrado una descarga en una habitación a rayas, hará tremendos
esfuerzos para evitar entrar o para salir en cualquier otra habitación a rayas.
Por el contrario, un animal que está acostumbrado a oír un (cc1ick» cuando
se le da la comida, continuará respondiendo siempre que se le den «clicksD como
recompensa. En términos cotidianos, una sensación puede adquirir asocia-
ciones más allá de su significado natural. La misma pieza musical puede re-
sultar muy agradable a una persona que la asocie con recuerdos agradables
y violentamente desagradable a otra persona a quien le recuerde fracaso o
desgracia. La importancia de tales asociaciones puede ser quizá revelada por
una reciente encuesta de opinión pública sobre la molestia del ruido de los
aviones. 1 El 80 por 100 de los que se quejaron del ruido de los aviones, dieron
cuenta de algún miedo en relación con la aviación: o miedo de posibles
aparatos estrellándose contra la casa, o resistencia a volar ellos mismos. Parece
poco probable que se obtuviera tan alto porcentaje de un grupo de gente sin
seleccionar. Estas asociaciones emocionales juegan sin duda un papel en la
generación de quejas sobre ciertos ruidos.
En todo esto, los ruidos no son diferentes de otros estímulos sensoriales.
Puede haber vistas desagradables lo mismo que ruidos desagradables; a la
mayoría de la gente le disgusta la vista de una casa o fábrica descuidada
enfrente de sus propias ventanas. Pero por meras razones físicas, el ruido pro-
voca más quejas, puesto que es más probable que se extienda de la persona
que lo produce a alguna otra persona que nada tiene que ver con él. El señor
Pérez no tiene por qué prestar atención a la afición del señor Gómez por
los carteles, puesto que no puede ver la habitación del señor GÓmez. Incluso
si entra puede mantener la mirada en el suelo. Pero el señor Pérez puede ten-
tar la paciencia de su vecino de forma considerable, si su fonógrafo hace sonar
a Mozart demasiado alto. Este punto, y en realidad toda la presente exposi-
ción, puede parecer a algunos tan obvio que no merezca la pena su aclaración.
Pero está claro, por lo que se ha escrito, que el ruido es a menudo considerado
como de efectos bastante peculiares. Ejemplos que han llegado a ser clásicos
son las quejas que presentan al ruido como el responsable de un aumento de
las enfermedades mentales o de una disminución de la natalidad: se cita a
los periódicos que exponen tales criterios, y otros de menor importancia, en
excelentes bibliografías,2·3 aunque a causa de que son excesivamente numerosos
no se les incluye en las referencias a este capítulo. No hay pruebas para sostener
tales teorías y es probable que gran proporción de quejas por ruido en relación
con las quejas por otros estímulos se deba sencillamente a las peculiaridades
físicas del sonido. Las luces deslumbrantes o los malos olores pueden ser igual-
mente molestos si consiguen llegar a nuestros sentidos. Debemos precavernos
en consecuencia contra dos errores. Primero, la molestia producida por algunos
sonidos no significa que sean malos para la salud. Segundo, del hecho de que
la molestia no está relacionada con la salud, no se obtiene como consecuencia
que pueda ser ignorada. Nadie estropearía deliberadamente la belleza de un
paisaje. En la medida de lo posible, la mayoría de las sociedades intentan re-
289
19
ducir la molestia para todos sus miembros, aunque surjan dificultades cuando
el bienestar de un grupo entra en conflicto con el de otro. La solución de tales
dificultades pertenece más bien al campo de la teoría política que de la cien-
cia; pero en las sociedades occidentales haya menudo multas por la producción
de demasiado ruido que afecte a muchos ciudadanos.
Finalmente, se destaca un punto de este análisis sobre la molestia. Nor-
malmente debería ser posible reducir la molestia, bien por el hábito, bien por
ventajas compensatorias. La audición repetida de un ruido, sin las asociaciones
desagradables que le han hecho molesto, debería hacer al ruido neutral emo-
cionalmente en condiciones adecuadas; ya veremos que es un hecho cierto que
la molestia y otros efectos del ruido disminuyen cuando el ruido es familiar.
Incluso cuando esto no es posible, generalmente los estímulos agradables y
desagradables pueden equilibrarse mutuamente. De esta forma las molestias
debidas a la presencia de una fábrica pueden ser compensadas por la prospe-
ridad que esta fábrica trae a la zona próxima a ella; o las debidas al ruido
de aviones pueden ser compensadas por la seguridad contra un ataque aéreo.
Estas consideraciones son válidas hasta un cierto punto, que no se debe
sobrepasar. Una vez que la reacción emocional se establece, puede muy bien
sustentarse por sí misma, y no desaparecer con el enfoque abierto de la situa-
ción. Igualmente, hay muchas pruebas de que un conflicto demasiado violento
de intereses tiene efectos sicológicos desfavorables.
290
laboratorio, y parece ser confirmado por las encuestas de opinión pública. Por
ejemplo, en la tabla 10.1 la incidencia de quejas de residentes por ruido de
aviones se relaciona con la intensidad del ruido al que esa zona está sujeta. El
nivel del ruido de aviones no era realmente continuo, sino que se toma como
el nivel cuyo punto más alto fue sobrepasado en el 25 por 100 de las ocasiones
en que pasaron aviones por encima. Se puede tomar otro ejemplo de una en-
cuesta referida al ruido doméstico. 4 Si se comparaba a los residentes en casas
50-60 63 31 6
61-66 I 42 40 18
67-72 33 36 31
73-78 ¡ 15 37 48
79 12 26 62
I
• De H. Davis y otros, Reí. 1.
individuales con los residentes en apartamentos, estos últimos eran más propen-
sos a ser molestados por ruidos provenientes de las actividades de sus vecinos.
Esto no es sólo porque los sonidos hechos por vecinos no pueden ser oídos de
una casa a otra, porque se hizo una distinción en los resultados entre la gente
que notaba el ruido de sus vecinos y la gente que era molestada por él. La
proporción de los que son molestados es mayor en los apartamentos; esto es
lógicamente debido a la mayor intensidad del ruido que les afecta.
Esta relación general entre la intensidad y la molestia indica que la reduc-
ción de un ruido puede resultar un medio efectivo de combatir la molestia, a
pesar de los factores emocionales que pueda haber por medio. Al mismo
tiempo, nuestra exposición previa habrá aclarado que no se debe esperar
ningún nivel crítico por debajo del cual nadie vaya a encontrar molesto un
ruido. El número de gente que se queja, variará también con la situación en
la que las quejas sean recogidas. En zonas residenciales, como muestra el
cuadro 10.1, un nivel de ruido de 60 db puede producir un considerable
número de quejas. En zonas industriales es probable que el nivel sea mayor.
Algunos estudios parecen indicar que un grado importante de molestia puede
empezar a originarse cuando el nivel sube por encima de los 90 db. s . 6 Este
nivel puede muy bien relacionarse con el hecho de que la conversación em-
pieza a hacerse difícil de entender a una intensidad normal con un ruido de
este nivel. Uno de los aspectos en los que se necesita mayor investigación es
la importancia de la molestia producida por ruido en situaciones en las que
se está manteniendo un grado variable de conversación. Un nivel de 90 db
291
podría ser más molesto en una oficina que en una forja. También es probable
que las personas que sean particularmente molestadas por el ruido evitarán
trabajar en sitios en los que exista un nivel de 80 o 90 db, Y de esta forma el
nivel de protestas pueda ser menor en cualquier fábrica que lo que sería
respecto a una muestra sin seleccionar de personas.
~~ 10 o IgI I I / I I I I
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a: O o I 0.1 o0 LJ.l>...1 • I .... 1 o I o I lo
"'1 1 1 I ~ I • I l-8,J g I o
la¿ _8 FIG. 10.1. Nivel de presión sonora
uNII~EL -Dk p~EsIIONI so~~J/r-:-
-Ja!
""o -10 - de un ruido que produce la misma
~~ -20
DE LA BANDA PATRON - 64 DB g molestia en varias frecuencias. Ob-
00000000000000 sérvese que, en general, un ruido
~ ~ ~ 8_!9 o 10 O 10 0 1 0 0 0
~~~~~~~~ agudo es más molesto que uno grave
TONO EN MELS del mismo nivel sonoro. (Kryter. 2)
292
de un ruido produzca mayores dividendos que la reducción de los componentes
de baja frecuencia. 8•9• 1o (Véase Fig. 10.1.)
También se ha estudiado que un tono excepcionalmente bajo de un sonido,
en la zona de 100 Hz, lo hace más molesto que un ruido situado hacia la mitad
del espectro audible. Es decir, ambos extremos del espectro se consideran
más molestos que el centro. 1O Existe la opinión, proveniente de los estudios
sobre ruidos que han causado protestas, de que un ruido que contenga sonidos
puros es más molesto que uno cuya energía esté repartida de modo más uni-
forme. u Estos puntos no son tan defendidos como el de la mayor molestia
producida por altas frecuencias, pero sugieren que puede haber algo más, en
el efecto de los diferentes tonos, que lo que hasta ahora se ha establecido.
Hasta ahora hemos estado considerando ruidos continuos. La cuestión del
tono variable pertenece al caso general de los sonidos variables o intermiten-
tes, y será tratada más adelante. Podemos apuntar, sin embargo, un estudio
en el que se presentaban diferentes muestras de tonos, determinándose los
cambios producidos en la molestia por los diferentes tipos de muestra. De
nuevo, cuando la frecuencia media de los sonidos era alta, la nuestra era más
molesta; pero, además, se observó que un amplio campo de frecuencias era
particularmente molesto. Los oyentes declararon que su percepción de la
muestra alternaba entre escuchar a la muestra en conjunto y oír una muestra
aguda en un fondo grave, a una muestra grave en un fondo agudo. Este sonido
más bien ambiguo era de alguna manera más molesto. Este hallazgo sugiere
también que sería positiva una mayor investigación en los aspectos más com-
plejos del tono. 12
El ruido irregular e intermitente. La tercera característica de los ruidos, que
se encuentra habitualmente relacionada con su molestia, es el grado de variación
en el propio ruido. Un sonido modulado en intensidad o frecuencia resulta mucho
más molesto. Hay también algunas pruebas de que las personas no se acostum-
bran a tales ruidos tan deprisa como lo hacen a ruidos continuos. 7 • 13 Se ha ex-
presado la opinión, aunque con mucha cautela, de que los cambios en la inten-
sidad son mucho más importantes desde este punto de vista que los cambios
en la frecuencia. 12
Hay quizá dos factores en este efecto, aunque ambos actúan en la misma
dirección. Por una parte, está la mayor molestia que le produce a una persona
estar expuesta a un ruido sólo a largos intervalos. Un ejemplo es el caso del
ruido de aviones en zonas residenciales, ya que éstos pasan sólo periódica-
mente. Esta relación ocasional es más molesta para algunas personas que
un contacto continuo con un ruido de un mismo nivel. Hay pruebas de que
las protestas por ruido de aviones son menos frecuentes en vecindarios que
tienen un nivel permanentemente alto de ruido. ll La forma que toma la mo-
lestia producida por un sonido que está continuamente presente, pero cambian-
do en su diversas características, es lógicamente distinta y puede ser debida
a causas diferentes. Un sonido complejo y oscilante que está continuamente
presente no permite al oyente la oportunidad de acostumbrarse al silencio y
podría, por tanto, no perturbarle en exceso. Sin embargo, tales sonidos oscilan-
tes son declarados a veces más molestos que sonidos menos complejos.12 Las
293
ondas senoidales no son tan molestas como otras ondas de forma más abrupta.
(Esto puede parecer entrar en contradicción con lo establecido anteriormente:
que un ruido con la energía concentrada en una parte del espectro era más
molesto que un ruido de banda más amplia. La contradicción puede quizá
explicarse por el hecho de que la anterior afirmación provenía de casos de
archivo. Los ruidos de la vida real, incluso si la energía se concentra relativa-
mente en ciertas frecuencias, no son probablemente ondas senoidales. Podrá
ser cierto que la onda más molesta sea una fuertemente periódica, pero no
sinusoidal, tal como la de una bocina de automóvil o un grito humano. Tal
sonido tendría un espectro menos uniforme que un ruido normal, pero todavía
mucho menos que una onda senoidal.)
El ritmo es otra característica de los ruidos relacionada con la variabilidad.
En el experimento con muestras de sonido, que ya hemos mencionado, resultó
que la muestra se hacía más molesta si la amplitud de algunos intervalos en la
secuencia del sonido se hacía mayor que la de otros. 12 Esto es, un ruido
rítmico era más molesto que otro uniformemente repetido. Sin embargo, re-
sultó todavía peor la introducción de modificaciones arbitrarias en el tiempo
de cada intervalo. Ya se ha apuntado un pequeño efecto de los sonidos rítmicos
cuando se realizan tareas que requieren un ritmo diferente. 7 Pero el efecto es
muy ligero y, naturalmente, depende de la naturaleza de la tarea que se realiza.
Los mismos experimentos sobre muestras de sonido mostraron que, hasta un
cierto punto, la molestia aumentó al introducir un intervalo de silencio entre
dos audiciones de la muestra. Esto sugiere la interesante posibilidad de que
el silenciar una parte de un proceso podría hacer al ruido restante, ahora
intermitente, más molesto.
Merece ser tomado en cuenta el hecho de que las tres características, que
hacen a los sonidos particularmente molestos, son todas del tipo que, en len-
guaje corriente, hacen probable que esos sonidos retengan la atención. Es decir,
si se observa a un hombre en una situación en la que debe distribuir respuestas
a varias fuentes de estímulo, es más probable que responda a los estímulos
intensos, a estímulos que no se le han presentado recientemente y a sonidos
agudos. La molestia parece seguir esta capacidad de retener la atención del
sonido; aunque por supuesto la relación causal pueda seguir la dirección
opuesta.
La localización. Cuando abandonamos las tres dimensiones de tono, inten-
sidad e intermitencia, nos encontramos en un terreno mucho menos firme. La
relación con la molestia de las características de los sonidos que ahora vamos a
considerar, está menos establecida que las que ya se han estudiado. Pero hay
sugerencias en lo que se ha escrito que pueden, por lo menos, servir de guías
para una mayor investigación. La localización, por ejemplo, es un tema que figura
en algunas protestas. Ciertos puntos sobre ella son más o menos obvios. A un
sonido que cambia repetidamente de lugar se le puede suponer más molesto
que otro que permanece estacionario, por analogía con los efectos de los cam-
bios en las otras dimensiones. Además, una localización incierta puede provocar
en la gente sentimientos de curiosidad, e incluso de inseguridad, que pueden
interferir con otras ocupaciones y resultar molestos. Un sonido cuya fuente
294
no es conocida con seguridad puede ser un fastidioso problema intelectual. En
el mismo sentido, el conductor de un autom6vil puede estar muy ocupado por
un repentino ruido metálico, hasta que lo identifique con un avi6n. La locali-
zaci6n fija permite a un ruido ser identificado más rápidamente y de esta
forma reducir su molestia. El mismo efecto puede, por supuesto, alcanzarse
por una explicaci6n de palabra, siendo a menudo más práctico explicar el origen
de un ruido nuevo a los que probablemente puedan oírlo, que intentar modificar
el ruido para hacerlo más fácilmente localizable.
Pero hay más que esto relativo a los efectos de localizaci6n. Varios estu-
dios han demostrado que la conversaci6n se puede entender más fácilmente en
medio de un ruido cuando la localizaci6n del origen de la señal vocal y del
ruido es diferente. 14 • 15 Si el ruido no está especialmente localizado, puede ser
más difícil ajustar la posici6n relativa propia, a la de la persona con la que se
está manteniendo una conversaci6n, a fin de asegurar el máximo de inteligi-
bilidad. En lugares donde es necesaria la conversaci6n, por tanto, un ruido
imprecisamente localizado es probable que resulte muy molesto. En ningún
estudio, el efecto del ruido sobre el rendimiento, cuando no afecta a las señales
auditivas, parece haber variado con la 10calizaci6n de forma sistemática. Pero
los experimentos que muestran los mayores efectos parecen haber utilizado
ruidos imprecisamente localizados y puede ser que la distracci6n por un ruido,
incluso sobre señales visuales, sea menos fácilmente vencida por el hábito
cuando el ruido no está sujeto a una direcci6n concreta. Las razones ya dadas,
sin embargo, son suficientes para explicar las protestas por ruidos imprecisa-
mente localizados.
Quizá el único modo en que la localizaci6n puede ser· modificada es redu-
ciendo la reflexi6n de las paredes en talleres y otros sitios en los que se puede
esperar que haya ecos retardados. Hasta un cierto valor del retraso entre la
llegada de un sonido y de su eco, la localizaci6n no se ve afectada por la
presencia de ecos. Con estos cortos intervalos, el eco se fusiona con el sonido
original e incrementa su intensidad aparente, pero la localizaci6n aparente es
la del primer sonido que llega al oído. 16 La presencia de un material absorbente
del sonido en las paredes que producen ecos disminuirá, en consecuencia, la
molestia producida en pequeñas habitaciones, debido principalmente a la re-
ducci6n del nivel de presi6n sonora. Pero en espacios muy grandes, el intervalo
de tiempo entre la llegada del sonido original y de su eco se hará demasiado
amplio para que se realice la fusi6n de los dos en la audici6n. La localizaci6n
se hará entonces indeterminada y la molestia, en consecuencia, aumentará. La
longitud del intervalo entre el sonido original y su eco, necesaria para que los
dos se oigan separadamente, varía de acuerdo con el tipo de sonido, siendo
al parecer tan pequeña como 5 para chasquidos agudos, pero tan grande
como 40 en sonidos más complejos, como el habla.
Sonidos evitables o superfluos. La molestia que produce un ruido puede ser
compensada por diferentes ventajas. Por el contrario, es probable que un ruido
que no tiene por qué existir provoque fuertes protestas. Se pueden encontrar
ejemplos en un estudio de los hogares británicos. 4 De todos los que se fijan en
el sonido de los camiones de reparto en sus casas, s6lo al 10 por 100 les molesta
295
el ruido, pero de aquellos que oyen ruidos hechos por los animales domésticos
del vecino les molesta a casi el 40 por 100. Otro ejemplo aparece en la ta-
bla 10.2. La proporción de gente molestada por los portazos es mayor que la
que es molestada por los ruidos del retrete, tomando como base de comparación
• De D. Chapman, Ref. 4.
296
caso extremo de estos cambios de preferencia en un mismo individuo se
alcanza con la necesidad de ratos de descanso o sueño. La existencia de la
necesidad del sueño es aceptada por todo el mundo, aunque se sepa poco de
ella científicamente. Es igualmente aceptado que un estímulo lo suficientemente
intenso de cualquier tipo despertará a una persona que duerme; la intensidad
del estímulo que se requiere es de hecho utilizada algunas veces como medida
de la profundidad del sueño. Los ruidos susceptibles de interrumpir el sueño
ocasionarán, por tanto, más molestia que los que ocurren a horas en que la
mayoría de la gente no duerme. Se observa a menudo, en la práctica, que las
personas se acostumbran a dormir con niveles de ruido que son demasiado
altos para quien no está habituado a ellos, hasta el punto de que el residente
en una ciudad puede encontrar dificultad en dormir en el campo. Se dispone
de poca información científica en lo que se refiere al grado hasta el cual se
realiza esta adaptación. Se requiere un mayor conocimiento del propio sueño,
antes de que se pueda hacer algo más que recomendar que los ruidos inevitables
sean producidos en lo posible durante el día. Además de la perturbación del
sueño, se pueden presentar otros ejemplos de ruidos inoportunos que causan
molestia, como sonidos que, inocentes en sí mismos, perturban el ambiente
devoto de un servicio religioso; o como una marcha fúnebre brotando de una
radio en una fiesta. No se puede formular una regla general para este tema.
297
personas que no lo habían hecho y podrían ser descritos de alguna forma como
normales. Cuatro de los cuestionarios trataban de cosas molestas, y todos ellos
mostraron más sensibilidad a las molestias en el grupo neurótico. El cuestio-
nario que trataba en concreto de las molestias del ruido, mostraba la mayor
correlación y era de hecho uno de los mejores cuestionarios para diferenciar
los dos grupos. Realmente, hay pruebas evidentes a favor de la opinión, en-
contrada a menudo en este terreno, de que las protestas por el ruido provie-
nen, en proporción muy grande, de gente neurótica. Este hecho es, sin embargo,
tan fácilmente susceptible de mala interpretación, que se deben añadir dos
reservas. Por una parte, no hay pruebas de que los neuróticos sean más fá-
cilmente encontrados entre las personas que han estado expuestas al ruido.
Por otra, un individuo que expresa disgusto por un ruido al que sus compa-
ñeros son indiferentes, no tiene por qué ser un neurótico. Incluso si lo fuera,
no hay justificación para ignorar los gustos y rechazos de otra persona simple-
mente porque ayuda a los psiquiatras a ganarse la vida.
La cuestión de las diferencias individuales de rendimiento por el ruido
puede relacionarse con la de las diferencias de la molestia; será tratada más
adelante.
MEDIDAS FISIOLOGICAS
298
rísticas de tales reacciones emocionales es que la digestión cesa. Se ha demos-
trado que una corta exposición al ruido produce una disminución de las
contracciones que transportan el alimento a través del cuerpo, así como de la
producción de saliva y de jugos gástricos. 23 Por muy deseable que sea en emer-
gencias, este tipo de cambio no se desea, obviamente, para períodos largos.
Pero afortunadamente todos los experimentos en que se tomaron repetidamente
medidas indican que el efecto del ruido disminuye rápidamente cuando se
presente una y otra vez. Una prueba muy completa mostró que la exposición
durante 20 h fue suficiente para anular cualquier efecto en el pulso, ritmo
respiratorio, presión arterial, metabolismo, agudeza de visión, ritmo cardíaco
y otras pruebas más técnicas.29
Estudios recientes de las respuestas corporales a la tensión revelan medi-
das que pueden resultar más apropiadas. Una de las glándulas, que entran a
formar parte en el esquema de respuesta a situaciones de emergencia, es la
corteza suprarrenal. Su nivel de actividades puede ser determinado contando
el número de células de un cierto tipo presentes en la sangre. Con esta medición
se ha demostrado que los animales siguen mostrando cambios en el cuerpo
cuando se les somete a un ruido, aun después de un período muy largo. 25 Un
corto informe indica que esto es también cierto respecto a los trabajadores
de un taller aeronáutico, incluso después de habituados al ruido. 26 Por otro
lado, no parecía haber ningún cambio permanente en las glándulas suprarre-
nales o cualquier otro órgano en ratones de laboratorio, como habría habido
con tensiones causantes con probabilidad de mala salud. 25 El cambio en las
características de la sangre era menor que el producido por coger los animales
y manejarlos, o por permitir que varios animales luchasen entre ellos. Aunque
ulteriores investigaciones nos llevarán sin duda a un valioso conocimiento de
la respuesta del cuerpo a un estímulo intenso, por el momento los datos no
indican la respuesta al ruido prolongado, sea exagerada o perjudicial para la
salud.
299
señalado que la disminución en los músculos que no se usan para la tarea
es mayor que en los músculos que son empleados directamente para el tra-
bajo.2B Como ya se ha indicado, la cuestión de si la tensión finalmente vuelve
a ser normal, incluso en músculos necesitados para la tarea, no queda clara
por las diferencias individuales entre las personas. El aumento de la tensión
cuando se oye el ruido varía con la intensidad de éste y también con la signi-
ficación del sonido. 29 Esto es, si se le dice a un hombre que reaccione apre-
tando un botón cuando oiga un sonido, la tensión muscular de su brazo es
mayor cuando se produce el ruido que si se le dice que lo ignore. El efecto
de la intensidad es mayor cuando se tiene que reaccionar al ruido.
La conclusión lógica parece ser que en un primer momento del trabajo con
ruido se requiere un esfuerzo mayor para mantener el rendimiento, pero por
término medio tal esfuerzo no se presenta cuando el ruido se ha vuelto familiar.
Sin embargo, es posible que se presente en algunos individuos. Un estudio, que
utilizaba más análisis de los que normalmente se emplean en investigaciones
fisiológicas, mostró una relación entre los cambios en la tensión muscular y
el rendimiento del trabajo con luz deslumbrante y ruido. 30 Las personas que
mantenían su nivel de trabajo en estas condiciones perturbadoras mostraban
un mayor incremento de los potenciales en el músculo que aquellos cuyo ren-
dimiento fue menos eficiente. Cuando las diferencias en el esfuerzo fueron
reducidas al máximo, haciendo depender el ritmo del trabajo de la máquina,
más que de la voluntad del trabajador, hubo muestras de un incremento más
generalizado de la tensión. Esta conclusión se relaciona con el conjunto de da-
tos sobre las diferencias individuales en el rendimiento del trabajo.
300
Posibles efectos permanentes sobre el rendimiento debidos a intensidades
muy altas. Aunque hay muchas quejas sobre efectos permanentes o enfer-
medades profesionales producidas por el ruido, no existen pruebas convin-
centes de estos efectos. Las personas que manifiestan una incapacidad a con-
secuencia de haber sufrido estos ruidos intensos se encuentran, habitualmente,
entre las que se quejan por cualquier otra circunstancia y, particularmente, en-
tre los neuróticos (véase la sección sobre las «Diferencias individuales de la
molestia»). Aunque es difícil probar algo negativo, la mayor parte de la opinión
entendida es que no existen efectos permanentes. Un estudio investigó el ren-
dimiento de hombres que habían estado trabajando con motores de avión,
utilizando unas pruebas que previamente habían sido usadas para distinguir
a personas con cerebros lesionados de otras normales. 35 Los que trabajaban
con aviones hicieron peor estas pruebas. Pero, como el autor señala, estos
hombres habían estado sujetos a una tensión emocional en su trabajo tanto
como al ruido, ya que estaban intranquilos por el posible peligro de sus tareas.
Cualquier efecto permanente en ellos podría ser debido a esta otra tensión y
no al ruido. En esta investigación hay también el riesgo de que personas que
por naturaleza son poco corrientes, se apresuren a realizar las pruebas. Otra
tentativa de investigación semejante fue desarrollada con animales y mostró
que las ratas, después de estar expuestas a un fuerte ruido, eran menos capaces
de aprenderse un nuevo laberinto, aunque guardaban el conocimiento de uno
que habían aprendido antes de recibir el ruido. 36 De nuevo, aquí es posible
que los animales hayan transferido la reacción de rechazo, que normalmente
tienen a un estímulo desagradable, a la situación en conjunto del experimento,
del mismo modo que los animales mencionados en la primera sección sobre la
molestia eran condicionados para escapar de una habitación con paredes a
rayas. Un rechazo general como éste del experimento no es raro en un trabajo
con animales que incluya estímulos desagradables. Un trabajo más extenso
debería ser llevado sin duda por las líneas generales de estas investigaciones,
pero es dudoso que resulte en algo positivo.
Interrelación sensorial. Se ha encontrado que en ciertas condiciones una
luz muy débil puede ser vista más fácilmente si se la acompaña de un sonido,
mientras que en otras condiciones el efecto puede ser el contrario. La impor-
tancia práctica de estos efectos es más bien pequeña, aunque son de interés
teórico. 37 ,38
RENDIMIENTO
301
por una parte y trabajo de laboratorio por otra. Algunos de los defectos de
procedimiento atañen a estos dos caminos; otros atañen sólo a la investiga-
ción industrial, aunque los estudios industriales son un complemento esencial
a los de laboratorio si queremos asegurarnos de que las diferencias encontra-
das en el laboratorio son realmente importantes en la práctica.
El punto más débil de los estudios industriales es la falta de control de otras
condiciones distintas al ruido que está siendo investigado. Los cambios en el
entorno auditivo de un trabajador están usualmente ligados a un cambio a un
edificio nuevo, un cambio en el trabajo que se hace; un cambio en la tempera-
tura, la iluminación y otras condiciones del trabajo; o alteraciones semejantes
en las circunstancias del empleo. Cualquier cambio en el rendimiento puede ser
debido a estos otros cambios y no a la reducción del ruido. Esta crítica se
refiere a casi todas las investigaciones industriales que han sido realizadas.
Además existen otros dos peligros a los que se exponen normalmente las
investigaciones industriales. Uno de ellos es el efecto contaminador de la mo-
lestia. En una sección anterior se indicaba que un sonido podía ser molesto
sin afectar necesariamente al rendimiento. Pero si alguna característica de las
condiciones de trabajo es molesta, el obrero puede quedarse en casa más
tiempo del debido cuando está enfermo, pasar más tiempo en la sala de des-
canso y, de forma similar, reducir su producción. En una forma más sutil,
esta dificultad se puede presentar como sugestión. El mismo hecho de que
un investigador esté ocupándose del ruido, puede inducir a los trabajadores
a creer que trabajarían mejor en silencio. Esto tendrá un efecto sobre el ren-
dimiento, aunque el efecto no sea realmente debido al ruido. Un segundo
punto débil de los experimentos industriales es que cualquier cambio en las
condiciones de trabajo puede producir una mejora temporal del rendimiento.
Esto es particularmente cierto en los cambios que implican que la dirección está
considerando el bienestar de los obreros. La actitud del hombre hacia su
trabajo se hace más favorable, igual que ocurre si se quitan condiciones des-
agradables; pero esto no significa que el ruido esté afectando de verdad a su
rendimiento. Poniendo la diferencia en términos económicos, puede ser muy
caro reducir el ruido en un lugar de trabajo comparado con el coste de pintar
los muros e instalar una nueva cantina. Si el efecto de reducir el ruido es
solamente mejorar la actitud de los obreros, pueden ser preferibles la segundas
medidas. El último punto, referente a las investigaciones industriales, puede
ser que habitualmente han medido la producción, con especial énfasis hacia
el absentismo. Los errores y accidentes rara vez se incluyen en las investiga-
ciones del ruido, aunque han resultado buenos índices de otras condiciones
ambientales; en la sección sobre las conclusiones prácticas a partir de los datos
conocidos, se expondrá que serían especialmente útiles para estudiar el ruido.
Los estudios de laboratorio, al igual que los industriales, están sujetos a
ciertos puntos débiles en su técnica. En primer lugar, hay una considerable
fluctuación aleatoria en el rendimiento de cualquier persona, y hay también
una variación aleatoria entre diferentes individuos. Para establecer un efecto
del ruido es necesario, en consecuencia, señalar datos suficientes para que se
pueda formar una estimación de esta variación aleatoria. Si se lanza una mo-
302
neda una vez y sale cara, no podemos deducir de ello que la moneda está
descompensada. Por otra parte, el rendimiento puede variar de una ocasión
a otra a causa de influencias exteriores, además de la fluctuación casual. Por
ejemplo, un hombre puede trabajar mejor porque ha adquirido práctica. Por
otro lado, puede trabajar peor porque se ha fatigado. La mejor forma de su-
perar esta dificultad es emplear dos grupos de personas como sujetos para
los experimentos. Se puede dar a un grupo condiciones ruidosas todo el
tiempo, en tanto que al otro se le mantiene en silencio; o bien se puede
empezar con un grupo en silencio y luego someterle al ruido, al tiempo que
se invierte el orden de presentación en el otro grupo. Una tercera técnica, que
es bastante menos satisfactoria, es tener un solo grupo de sujetos, pero cam-
biarles del silencio al ruido y de nuevo al silencio, o viceversa. El punto débil
de esta técnica es que el rendimiento de un hombre puede elevarse primero
y luego descender cuando las condiciones se mantienen uniformes todo el
tiempo; normalmente decimos que ha mejorado con la práctica y luego se ha
fatigado. Un experimento industrial, especialmente, es probable que tenga algu-
nas condiciones exteriores que varíen en el curso del mismo de tal forma
que produzcan primero una elevación y luego un descenso en el rendimiento.
Por ejemplo, si un grupo fuera a trabajar con ruido durante un año, luego en
silencio por otro año y, finalmente, con ruido otra vez, sería muy posible que
un cambio en la situación económica general produjera un ambiente de pros-
peridad durante el segundo año que faltara antes y después, y que podría
reflejarse en una mayor producción. Naturalmente, si se cambia del silencio
al ruido y a la inversa rápidamente, el riesgo de un factor exterior de este
tipo es menor. Si un grupo trabaja en ruido y silencio en días alternos durante
un año, tendría que ser realmente mala suerte que la situación económica fuera
mala un día sí y otro no durante ese período. La mayoría de las buenas inves-
tigaciones sobre los efectos del ruido han utilizado un método de este tipo,
en el que ruido y silencio se alternan rápidamente. La técnica de los dos
grupos, aunque deseable, es a menudo impracticable, porque requiere la obser-
vación de un gran número de personas. Esto es así debido a que las diferencias
entre las distintas personas eleva la influencia del azar en el experimento,
debiéndose obtener muchos resultados para asegurar una conclusión positiva.
Incluso así, existe el peligro en la técnica del único grupo de que, cuando dos
o más condiciones de trabajo se alternan rápidamente, el rendimiento no se
ajustará a cada una de ellas por separado, sino que tomará un nivel medio.
La última dificultad es que la condición bajo la que una persona se en-
cuentra por primera vez con una tarea puede influir su rendimiento en la mis-
ma en posteriores ocasiones, incluso cuando varían las condiciones. Asimismo
se ha probado, en otro campo, que la tripulación de un avión, a la que se le
somete a una prueba después de volver de un vuelo, 10 hace mal en esta
ocasión y también después de descansar, mientras que aquellos que son some-
tidos a la prueba en primer lugar después de descansar, 10 hacen bien en esa
ocasión y también después de volar. 39 Se han observado efectos semejantes
en algunos experimentos sobre el ruido. Pero estas dificultades serían repara-
bles por medio de una cuidadosa consideración de los resultados y con los
303
modernos métodos del análisis estadístico se pueden obtener conclusiones
seguras.
El control del ruido se ha realizado de diferentes formas en diferentes ex-
perimentos. En el caso industrial, se ha empleado material absorbente de sonido
y tapones de oídos. Ambas alternativas tienen sus inconvenientes, ya que in-
troducen otros cambios en la situación. Se ha sugerido recientemente que sería
valioso un experimento industrial que utiliza dos clases de tapón de oídos de
diferente calidad. ll En los experimentos del laboratorio, el silencio ha sido nor-
malmente la condición habitual del mismo y el ruido ha sido producido
artificialmente. En los primeros experimentos se usaban ruidos que surgen
normalmente, como el de maquinarias o grabaciones del tráfico u oficinas. Ul-
timamente, los experimentadores han tendido a usar ruido producido electró-
nicamente y a especificarlo físicamente con una exactitud negada a los primeros
investigadores. Los estudios que dan alguna indicación del espectro del ruido
así como del nivel son, sin embargo, minoría y todavía no hay un estudio
del efecto del ruido sobre el rendimiento que haya señalado la función de
autocorrelación o algún índice similar de la periodicidad de la onda. Como
se sabe actualmente, un sonido que repite periódicamente una frecuencia puede
oírse como si tuviera un tono correspondiente a esa frecuencia, incluso, aun-
que la energía de su espectro no sea especialmente alta en ese punto. Esta
cuestión es, sin embargo, un problema superfluo; pero los diferentes niveles
de sonido y espectros empleados por los distintos investigadores pueden muy
bien tener influencias en sus resultados contradictorios. Un control adicional,
de alguna utilidad, es el uso en recientes experimentos de un nivel constante
de ruido producido artificialmente a baja intensidad como control de silencio.
Esto impide que pequeños sonidos accidentales entren en el laboratorio y per-
turben el rendimiento.
Los trabajos utilizados en los estudios de laboratorio pueden dividirse en
pruebas de funciones particulares, como pruebas de visión oscura o firmeza
de pulso, y pruebas de tareas complejas, como descifrar, manejar controles de
avión simulados, o pruebas de aritmética mental. Se encontrará en las secciones
correspondientes que las pruebas de funciones particulares no parecían mostrar
ninguna diferencia en presencia de ruido, mientras que las tareas más comple-
jas se dividían en dos grupos, unas que mostraban diferencias y otras en las
que el rendimiento era el mismo, tanto con ruido como en el silencio.
En lo que se refiere al ruido, parece que sólo hay un único estudio que no
pueda ser inmediatamente rechazado por fallos de técnica como los expuestos
en la anterior sección. Este estudio es el del rendimiento de los tejedores en
Gran Bretaña.6,40 En este caso se dispone de amplia documentación que incluye
notas sobre algunos sujetos recogidas individualmente, semana a semana, du-
rante seis meses. Hubo experimentos, en todos los cuales el ruido era el pro-
ducido normalmente por los telares, que tenían un nivel sonoro de 96 db.
Se consiguieron condiciones de relativo silencio con tapones para los oídos que
304
atenuaban el ruido de 10 o 15 db. En un experimento se empleó a 10 tejedores
que llevaron tapones de oídos en semanas alternas durante seis meses. En
cada uno de los otros experimentos se utilizaron dos grupos, uno que llevaba
tapones, mientras que el otro no. Uno de estos experimentos duró seis meses
y el otro un año. Los tres experimentos mostraron una mejora en el rendi-
miento con los tapones de oídos. La mejora no fue muy considerable en
relación al total producido, siendo sólo de un 1 por 100. Pero en este trabajo,
la producción depende sobre todo del telar, siendo el cambio en el rendimiento
propio de los obreros de un 12 por 100.
Es difícil, a partir de esta diferencia, establecer el valor de los dos últimos
experimentos. El grado de igualdad entre los dos grupos no fue demostrado
antes de proporcionar los tapones a uno de ellos. El sondeo data de la época
en que los métodos estadísticos para conceder significación a los datos estaban
sólo empezando a emplearse, lo que no se hizo en este caso. No existen datos
individuales correspondientes a los obreros en los dos últimos experimentos.
Sin embargo, en el primer experimento se dan los datos de cada individuo
y parece que cada uno de los diez obreros trabajaba mejor cuando llevaba ta-
pones en los oídos. Esto es sin duda significativo estadísticamente, y a la vista
de la semejanza de resultados de los tres experimentos, queda debilitada la
crítica estadística del segundo y tercero. Quizá más seria es la posibilidad de
que los grupos que llevaban tapones se sintieran más motivados por ser utili-
zados como sujetos de un experimento y trabajaron más. En el tercer experi-
mento el rendimiento de los dos grupos fue menos diferente al final del año
que al principio; esto podría ser debido a la disminución de la motivación.
Los autores indican que los dos grupos diferían y coincidían cíclicamente a lo
largo del año y que el parecido entre los dos niveles de producción al final
del año es simplemente uno de estos ciclos. Hay algún indicio de que los
dos grupos comenzaban a diferir otra vez. Los resultados se reproducen en la
figura 10.2. El primer grupo tiene otra vez la ventaja en lo que se refiere a
80 . - - - - - - , - - - - , - - - - r - - - - r - - - ,
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Q.
FIG. 10.2. Producción de dos gru-
pos de tejedores, ambos expuestos
al ruido, pero uno de ellos, que se ti)
305
20
de cada trabajador sobre el beneficio derivado de los tapones y que algunas
de ellas fueron marcadamente desfavorables. Esto concuerda con la experien-
cia de la mayoría de las personas que han intentado que los obreros protejan
sus oídos. Incluso los obreros que no estaban a favor mostraron una mejora
en su rendimiento cuando llevaban tapones, aunque hubiera una pequeña dife-
rencia, no significativa estadísticamente, entre subgrupos favorable y desfavo-
rable. Finalmente, aunque el primer experimento parece menos objetable que
los otros dos, los autores del sondeo mostraron más dudas sobre él. Esto
fue debido a las diferencias casuales de temperatura y humedad entre las
semanas que se llevaban los tapones y las semanas en que se experimentaba
el ruido sin atenuación; en otros experimentos se ha demostrado que la tem-
peratura y la humedad afectan al rendimiento. Se dan los datos sobre tempera-
tura y humedad en el primer experimento y no parece que en este caso tengan
ninguna relación con el rendimiento. Puede ser que los autores fueran excesi-
vamente prudentes al considerar sus resultados.
La concordancia entre estos tres experimentos es importante, ya que hay
una respuesta para cada una de las posibles críticas que se pueden levantar
contra ellos. Pero no puede decirse que las pruebas sean concluyentes. La más
seria objeción es, probablemente, el peligro de sugestión o de otras influencias
en la actitud de los obreros. Parece imposible regular esto en los experimentos
industriales, excepto usando tapones inservibles en un grupo. Quizá debe ser
añadido que estas críticas de los efectos que aparecen en la industria no sig-
nifican necesariamente que los resultados sean falsos; significan sólo que no
se ha demostrado que el efecto del ruido sea cierto. Considerando las teorías
que planteamos bajo el título Una interpretación de la naturaleza del com-
portamiento en un medio ruidoso, es lógico que aparezcan efectos entre los
tejedores.
La música en la industria. Aunque, según algunas definiciones, no se con-
sidera como un ruido, la música en las fábricas ha sido el tema de varias inves-
tigaciones. Es importante porque, generalmente, se entiende que la introducción
de música en el trabajo favorece la producción en lugar de perjudicarla. Aun-
que no se proporcionan normalmente los niveles de intensidad, parece probable
que la música alcance niveles comparables a los de los ruidos utilizados en
algunos experimentos destinados a mostrar los efectos perjudiciales de los
estímulos sonoros. La opinión general de que la música tiene un efecto con-
trario nos sirve para recordar que no podemos considerar los efectos del ruido
sólo desde un punto de vista físico. Apenas existen dudas de que la presencia
de la música se considera por los trabajadores como una característica agradable
del trabajo y de que mejora su actitud hacia el mismo y hacia la dirección.
En algunos estudios se ha demostrado también que la producción mejora cuan-
do existe música. Como de costumbre, surge la duda sobre si esta mejora en
la producción se debe al cambio de actitud o a un efecto directo del estímulo
creado por la música. El efecto sobre la producción, según uno de los primeros
experimentos, se muestra en la figura 10.3. Respecto a los resultados, merecen
destacarse tres puntos: 1) Parece haber una diferencia en el rendimiento
según las horas en las que se introduce la música; 2) aparentemente existe
306
una cierta inercia, por 10 que la producción tarda un cierto tiempo en estabi-
lizarse en un nuevo nivel; 3) este efecto no es más que para una producción
media, aspecto que no se señala en la figura; algunas personas no se benefician
de la música. Otros estudios han mostrado también mejoras en el producto
medio, con las mismas salvedades: que algunos individuos pueden no ser
afectados y que ciertos tipos de música pueden no lograr ningún efecto en
ciertos tipos de trabajo.42.43.44 Un estudio sobre un trabajo especializado que
había permanecido estable durante algún tiempo, de forma que los hábitos de
trabajo eran bastante fijos, no mostró ninguna mejora en la producción media,
100
el
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o
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a:: 95
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el
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S/N MUS/CA
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1234:) 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
DIAS
FrG. 10.3. Producción en una tarea manual ligera bajo condiciones variables de ruido.
(Wyatt y Langdon,41 con permiso del administrador de Her Majesty's Stationery Office.)
a pesar de que se detectó una mejora en la actitud de los obreros por medio
de cuestionarios. 45 Concretamente en este estudio se comparaban los efectos
de la música y el silencio en distintos días, dentro de cada una de las cinco
semanas de experimentación. Esto puede querer decir que los obreros no ajus-
taron su producción a las condiciones cambiantes, como hicieron en el estudio
de la figura 10.3. Por otra parte, la producción en las semanas anteriores al
comienzo del experimento no fue menor que durante el mismo; de forma
que puede que fueran las diferencias entre los dos tipos de trabajo las que
produjeron las diferencias en los resultados. Sin embargo, no parece haber
ningún informe de que la música cause deterioro en la producción, aunque
posiblemente tenga algún pequeño efecto sobre los accidentes. Al comparar
los efectos de la música con los del ruido, se debe recordar el hecho de que
los niveles del ruido industrial pueden hallarse muy por encima de los de la
música; es también de interés el hecho de que la música es probablemente
más útil cuando se emplea en períodos cortos y no continuamente durante la
jornada.
La idea de que un cambio en las condiciones ambientales presentes durante
un trabajo puede mejorar el rendimiento es común a una serie de estudios
sobre el trabajo prolongado. En la sección anterior, se destaca que el efecto
es lo suficientemente grande como para ser una causa de error al establecer
los efectos de los cambios en las condiciones de trabajo sobre el rendimiento
307
industrial. El uso de la mUSlca parece ser un método de producir deliberada~
mente cambios en el entorno. Como se verá en la siguiente sección, los ruidos
no significativos producen a veces una mejora semejante en el rendimiento.
La música tiene la ventaja de que se fomentan actitudes favorables al trabajo
y a la dirección, así como un cambio en el entorno que reduce la monotonía.
Ambos factores operan en la misma dirección y pueden producir un rendimiento
más alto en algunos tipos de trabajo.
30S
ruido. Queda la posibilidad de que el efecto de un ruido extraño sea mayor
respecto a una tarea poco practicada que respecto a otra en la que exista
mucha práctica. Nadie parece haber hecho experimentos controlados en los
que los ruidos se presenten repetidamente antes de presentar el trabajo, o en
los que se haya practicado el trabajo en grados diferentes antes de aparecer
el ruido. Sin embargo, parece lógico aceptar las pruebas ya dadas que indican
que un aumento en la familiaridad con un ruido reduce su efecto sobre una
tarea con un nivel de práctica constante. Quizá la mejor prueba de que una
2a 45
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LaJ 40
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FIG. 10.4. Perturbación temporal oca- :e
sionada por la producción intermitente O
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de un ruido. (A partir de los datos de ~ 35 l..--_--l-'----'"_.----'----'_ _-'-~------'-l._ _
Morgan. 4'7) ¡:: RUIDO RUIDO
309
jantes. Los problemas consistían en construir ciertas combinaciones preestable-
cidas con números de una cifra en un aparato, al que se podían trasladar
apretando botones. Se hicieron problemas alternando el ruido y el silencio. El
ruido perjudicó al principio la tarea, pero la perturbación fue desapareciendo,
hasta que en el quinto día, después de la ejecución de cincuenta o más proble-
mas, los sujetos pudieron resolverlos igual con ruido que en silencio. De forma
semejante, cuando se les dio grupos de letras y se les dijo que formaran tantas
palabras como pudieran con estas letras, fueron afectados al principio por el
ruido y luego dejaron de serlo. En ambos experimentos los sujetos manifestaron
que según pasaba el tiempo descubrían reglas y técnicas mecánicas de resolver
los problemas, y una vez logrado esto, el ruido dejaba de afectarles. Por ejem-
plo, en la prueba de la formación de palabras una de las técnicas era escoger
una letra, tomar después una de las vocales disponibles, luego tomar una con-
sonante y así sucesivamente. Esta solución rutinaria no requería apenas pensar
y no era perturbada por el ruido. Un comentario típico, hecho por un sujeto
en un experimento de destreza manual, era que una vez familiarizado con la
tarea escuchaba el ruido, pero no afectaba la parte de su mente ocupada en
hacer la tarea. Los niveles del ruido no se establecían en estos informes,? pero
en otro sitio se situaban en los 90 db. 48
Aunque no son completamente satisfactorias las pruebas de que la prác-
tica en la tarea disminuye la interferencia del ruido en ella, la opinión de la
mayor parte de los investigadores parece apoyarlas. También se encuentran
pruebas a partir de experimentos en los que una tarea tiene que combinarse
con otra, después de diferentes grados de práctica con la primera. Una tarea
más practicada interfiere menos con la segunda ocupación, aunque hay un
límite para la medida en que este efecto de aprendizaje puede ser utilizado
para combinar tareas diferentes. Si un tipo de trabajo consiste en reaccionar
a una serie de estímulos y el orden de los estímulos es aleatorio, resultará
poco beneficiosa la práctica previa en combinar esta tarea con otra. Sin em-
bargo, cuando el orden de los estímulos es predecible, la práctica de la tarea
significará que se puede hacer otra tarea al mismo tiempo de forma más efi-
ciente.49 La práctica en una tarea reducirá también la interferencia con otra
en los períodos que existan entre dos estímulos decisivos en la primera tarea. so
En el lenguaje de la teoría de la comunicación, la interferencia entre dos tareas
sucede sólo cuando se le exige a un hombre que reciba información de ambas
tareas a la vez. Si una tarea presenta una serie repetitiva de estímulos, la
información contenida en esta secuencia es pequeña después de practicada,
y habiendo en estas condiciones poca interferencia con otra tarea. En lenguaje
común, en una tarea no usual se observan muchas características del trabajo
que no son esenciales a su ejecución y no se puede atender al mismo tiempo
a otro trabajo. En una tarea practicada se atiende sólo a lo que es esencial y,
si la tarea es repetitiva, se puede hacer otro trabajo simultáneamente. Si no
lo es, será más difícil combinarla con otras ocupaciones. La mayor parte de
las tareas reales se encuentran entre los dos extremos, teniendo instantes esen-
ciales en los que proporciona información a la persona, y otros en los que no
llega esta información. Con la práctica se llega a conocer esto y se puede
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alternar la atención, refiriéndola a una segunda tarea durante los intervalos de
la primera. Si damos un paso más y suponemos que hay una tendencia a dirigir
la atención hacia cualquier cambio del entorno, como la aparición de un ruido,
no es sorprendente que los efectos sobre el rendimiento debidos a éste dismi-
nuyan en una tarea practicada. En otras palabras, la respuesta inicial a cualquier
situación es difusa y amplia. Esto es válido tanto si la situación es una tarea
que presenta un investigador, como si es un ruido que interfiere. Se señala en
una sección anterior que se pueden detectar potenciales musculares generali-
zados en un primer momento de la ejecución, pero que se concretan en partes
precisas del cuerpo en fases posteriores. Cuando la tarea y el ruido están
produciendo a la vez una respuesta generalizada, hay más probabilidad de
interferencia entre las respuestas dadas a los dos estímulos. Cuando la res-
puesta a la tarea se ha concentrado en una parte del cuerpo y la respuesta a
un ruido ha desaparecido, o se ha concentrado también en una parte diferente
del cuerpo, no habrá interferencia entre los dos estímulos. Pero los peores
efectos del ruido tendrán lugar con un sonido extraño y no familiar y una tarea
extraña y no familiar, y los menores efectos se producirán con un sonido fami-
liar en una tarea practicada. Los casos intermedios los constituyen sonidos
familiares en tareas extrañas y sonidos extraños con tareas practicadas. Pero
si se adopta esta descripción, es esencial recordar que la palabra «respuesta»
puede significar simplemente un hecho dentro del sistema nervioso, no detec-
table desde el exterior. Mientras se observe esta precaución, importa poco si
se habla de automatizar una tarea hasta que requiera un bajo nivel de con-
ciencia, o de reducir la cantidad de información que se requiere atraviese el
mecanismo perceptivo para lograr una realización con éxito, o de eliminar
las respuestas innecesarias que interfieren y son interferidas cuando la res-
puesta a un ruido se halla también presente.
Aunque estas diferentes formas de describir el proceso de adaptación a un
ruido nuevo son probablemente equivalentes, no constituyen la única manera
en que se puede considerar este proceso. Parte de los trabajadores antes citados
pensaron más bien que el nivel de rendimiento era disminuido por el ruido
y elevado de nuevo por un esfuerzo compensatorio, que llegaba con cierto
retraso, de forma que una baja inicial en el rendimiento sólo era solucionada
después que el ruido se hubiera aplicado durante un rato. La razón de consi-
derar la situación en este sentido era el cambio detectado en varias mediciones
fisiológicas a las que nos referimos en una sección anterior. Es decir, podría
haber incrementos en el metabolismo, en la presión ejercida sobre reacciones
clave, etc. Estos procesos adicionales parecen desvanecerse a medida que la
tarea prosigue con ruido. Aunque hay parte de realidad respecto a que un
esfuerzo extra esté indudablemente presente en algunos casos, esto no parece
ser una explicación suficiente para la desaparición del efecto del ruido después
de haber estado presente durante un tiempo. Si el ruido automáticamente
disminuye el nivel de rendimiento y exige un esfuerzo para elevar el nivel
otra vez al valor original, no está claro por qué el cese repentino de un ruido
resulta perturbador. Más bien se esperaría una repentina alza en el rendimiento,
seguida por un descenso al nivel normal a medida que se reduce el esfuerzo.
311
Parece más fácil abandonar la idea de que el ruido automáticamente disminuye
el nivel de rendimiento y concentrarse más bien en la importancia de los cam-
bios en el conjunto de estímulos sensoriales. La importancia de este cambio
de perspectiva se halla en que significa que el trabajo con ruido familiar, si el
rendimiento se mantiene, no requiere necesariamente un esfuerzo indebido por
parte del trabajador. El efecto de un ambiente no familiar parece desvanecerse
y no requerir una compensación continuada por parte del obrero.
Ya se han señalado ciertas lagunas en la bibliografía sobre el tema. Quizá,
incluso, más sorprendente es la falta de pruebas sobre los tipos de ruidos que
más claramente producen este efecto. Ya que la realidad de una perturbación
inicial del rendimiento, que dura quizá unos segundos en tareas sencillas y
unos minutos con tareas más complejas, es aceptada por la mayor parte de los
entendidos, se podría esperar que se hubiera hecho alguna investigación con
métodos modernos para comparar los resultados de, digamos, explosiones de
ruido, sonidos de impacto, o tonos puros. Este trabajo requeriría, natural-
mente, muchos sujetos experimentales, ya que sería necesario utilizar personas
con el mismo nivel de práctica en la tarea y sin experiencia anterior del sonido
que se aplique. Sin embargo, sería un tema de investigación dentro de los re-
cursos de los modernos investigadores. Todo lo que puede decirse es que la
mayoría de las investigaciones sobre el tema parecen haber adoptado ruidos
que podrían ser descritos como molestos, a la vista de lo que se dice en la
sección sobre ese asunto. Así, bocinas de automóvil, campanas, timbres y so-
nidos pulsantes parecidos figuran en primer lugar, mientras que sonidos signi-
ficativos de bastante baja intensidad son también especialmente causantes del
efecto. Quizá una razón de este abandono del tema es que este efecto del
ruido sobre el rendimiento es probablemente de poca importancia práctica. La
mayoría de las situaciones industriales y militares incluyen tareas que están
hasta cierto punto practicadas y ruidos que son en gran medida familiares.
Que un sujeto experimental, enfrentado con una tarea completamente nueva,
pueda mostrar unos segundos de retraso cuando empieza a un ruido no usual,
es de poca importancia para estas situaciones prácticas; así, los intereses de
las investigaciones más recientes han estado dirigidos más bien hacia los
efectos que duran, al menos, unos minutos. El efecto pasajero del ruido se
comprende que pueda ser importante para alguien a quien conciernen las con-
diciones de trabajo de hombres que solucionen problemas nuevos y no familia-
res, si los ruidos a los que es posible que estén expuestos son también muy
cambiantes y no familiares. Incluso entonces, el efecto parece, según los in-
formes existentes, ser sólo cosa de unos segundos de retraso en la solución,
más que un fracaso en alcanzarla; y en ese trabajo un retraso de segundos no
se considera habitualmente importante. Más aún, pocos in.dividuos se hallan
normalmente afectados por una situación de este tipo y, además, puede que
los individuos sean resistentes a los efectos del ruido. Otro posible campo
en el que el efecto puede ser observado es en la vida doméstica, ya que las
diversiones incluyen frecuentemente nuevas y variadas situaciones. Los ruidos
que se encuentran en tales circunstancias serán también variables, pudiendo
ser la radio de un vecino en una ocasión, el sonido de un vehículo ruidoso
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un poco más tarde, un avión luego, etc. La interferencia producida en las acti-
vidades de recreo puede ser detectable y, de esta forma, contribuir indirec-
tamente a la molestia y las quejas. Pero estas situaciones son algo especiales
y su importancia práctica es muy dudosa. Si los efectos de los ruidos sobre el
rendimiento consisten sólo en el breve efecto de distracción en su comienzo,
hay pocos motivos para una reducción a gran escala del ruido con la esperanza
de mejorar el rendimiento.
313
mostró una ligera mejora en el tiempo de reacción cuando llevaban auriculares
protectores.52
Otra función que se probó en un campo de ruido de 115 db, contrastado
con otro de 90 db, era la capacidad para calcular distancias. Se pidió a los
sujetos que ajustaran la distancia de un alambre movible para igualarla a la
de un alambre de comparación y su exactitud fue tan grande con el ruido
fuerte como con el más débil. Otras dos funciones visuales que se compara-
ron en los campos de ruido de 115 db Y 90 db fueron la visión en la oscuridad
y la perspectiva reversible. En las pruebas de visión en la oscuridad el sujeto
adapta sus ojos a la oscuridad durante 20 min y luego observa un campo
visual de prueba, en el que se presenta una luz cada vez que pulsa un botón.
La intensidad de la luz presentada es aumentada por el experimentador hasta
que el sujeto pueda verla. La intensidad a la que esto ocurre da una medida
de sensibilidad del ojo respecto a una iluminación muy débil. Se encontró
que esta sensibilidad era menor con ruido, pero en tan pequeña proporción
que no carecía de significación. Una investigación ulterior mostró una diferen-
cia irrelevante parecida. Aunque puede que la visión en la oscuridad sea
ligeramente afectada por el ruido, no parece que sea muy mermada, y los
resultados pueden ser debidos a alguna causa que no se entiende. Por ejemplo,
el umbral de sensación también cambia desde el principio al final de una
semana, sin razón aparente.
En las pruebas de perspectiva reversible el sujeto mira una figura ambi-
gua. Un dibujo en perspectiva de un cubo, por ejemplo, puede ser visto según
dos orientaciones diferentes. Si se mira la figura continuamente durante algún
tiempo, cambiará espontáneamente de una orientación a otra. La rapidez del
cambio se ha presentado algunas veces como una medida de la «fatiga», pero
resultó ser tan variable en este experimento, que no se pudo detectar ningún
efecto del ruido. Otra investigación, semejante a las que acaban de ser con-
sideradas, es un estudio del umbral de contraste visual. 53 En este tipo de
prueba, el sujeto observa un campo iluminado y tiene que detectar una man-
cha brillante que aparece en él. La técnica adoptada en este estudio fue pre-
sentar la luz de prueba con varias iluminaciones, teniendo el sujeto que
manifestar su presencia apretando un gatillo. El contraste de brillo mínimo
entre luz y sus alrededores, necesario para que el sujeto viera la luz, no fue
afectado por un ruido grabado de tanques con un nivel de 90 db en con-
traste con 45 db.
Funciones motoras. Se han comparado pruebas de oscilación del cuerpo
en campos de ruido de 115 y 90 db. 51 Este tipo de medida se obtiene pidiendo
al sujeto que permanezca de pie, con un aparato adosado a él, que mide el
total de lo que oscila hacia adelante y hacia atrás, o de un lado a otro, durante
un período de 30 seg. Hasta donde se llevó esta investigación, no se encontró
ningún efecto del ruido sobre esta función. Otra medición de tipo parecido
fue la firmeza del pulso de los sujetos. Aquí, se pidió a cada individuo que
sostuviera una aguja en un agujero sin hacer contacto con los lados del
mismo. No se acentuó la tendencia a tocar las paredes del agujero al aumentar
el nivel de ruido. Si acaso, el efecto fue en el sentido opuesto, lo que quizá
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podría significar que los sujetos estaban siendo aislados de ruidos molestos
más débiles por el intenso y continuo. Sin embargo, el efecto no fue esta-
dísticamente relevante. También se probaron las funciones motoras relacio-
nadas con los ojos, especialmente la velocidad con que se podían mover los
ojos a un ángulo concreto y la velocidad con la que se podía cambiar el
enfoque de un objeto cercano a otro distante y viceversa. La primera parecía
mostrar un efecto definido en algunos sujetos, pero había diferencias indi-
viduales y el efecto era ligero y no continuo. La segunda investigación chocó
con dificultades considerables a causa de los cambios ocasionales, que ocasio-
naban una aparente reducción en la velocidad de acomodación del enfoque
con ruido. Los relés utilizados para el aparato daban pistas al sujeto con el
ruido de menor nivel y tuvieron que ser trasladados a otra habitación. Aun-
que esto redujo el efecto aparente del ruido, no lo hizo desaparecer, pero en
un sujeto todavía parecía haber un efecto cuando llevaba tapones en los oídos.
El efecto podría ser debido en consecuencia a la vibración de los ojos o de
alguna parte del equipo a causa del campo sonoro. El efecto sobre la visión
de intensidades muy altas se ha apuntado en la sección sobre condiciones
fisiológicas. Aunque algunas de estas funciones podrían, por tanto, mostrar
un efecto del ruido si la investigación progresase en dicho campo, es poco
probable que el efecto sea lo suficiente grande para resultar de importancia
práctica.
Otra prueba del tipo motor que se usó para comparar estos dos niveles
de ruido puede ser incluida aquí, aunque se argüirá que se trataba de un tipo
de tarea más complejo que la simplemente motora. Es ésta una prueba sobre
la capaicdad de seguir un pequeño disco en un plato de fonógrafo que gira.
Se le da al sujeto una aguja que tiene que mantener sobre el disco tanto
tiempo como pueda. Es una tarea que se ha utilizado en muchos estudios de
destreza de ejecución; la razón de incluirla en la sección de tareas motoras
es que el movimiento del disco que actúa como blanco es completamente
predecible. Para un sujeto con práctica, como eran éstos, cualquier dificultad
en la tarea es causada por fallos en mantener una serie completamente repe-
titiva de movimientos con su mano. Cualquier desviación será naturalmente
captada por los sentidos y requerirá un movimiento corrector de los músculos,
pero esto pasa también con la firmeza del pulso o la oscilación del cuerpo.
Algunos sicólogos dirán que pruebas de este tipo deben ser separadas de
tareas en las que la información se transmite al hombre, presentándole una
serie de señales diferentes, para cada una de las cuales hay una respuesta
diferente. Mientras estas tareas se realizan, existe, sin duda, una realimen-
tación de la información, que se transfiere desde los sentidos en la medida
en que la respuesta motora está en concordancia con las intenciones del ope-
rador, pero, además, está la información sobre las señales que están presentes
en base a la tarea y no en base a la acción del operador. Estas tareas parecen,
por tanto, ocasionar una mayor exigencia del eslabón de unión humano en
el sistema. De cualquier forma, la capacidad de ejecutar la prueba de persecu-
ción rotativa, como se la llama, fue mantenida lo mismo con el nivel alto
de ruido que con el bajo. Un último ejemplo de prueba motora se puede tomar
315
de la investigación que utilizaba ruido de motor de aVlOn con tapones de
oídos. 52 En este caso, se emplearon dos dinamómetros manuales y se le pidió
al sujeto que apretara con las dos manos todo lo que pudiera. Cuatro sujetos
mostraron algún cambio con el ruido, aunque, si acaso, su ejecución mejoró
en la mano derecha y empeoró en la izquierda.
A partir de las pruebas expuestas se puede ver que los órganos sensoriales
y los músculos de un ser humano no se desorganizan completamente por la
presencia de un campo sonoro interno. Cualquiera de los efectos que han sido
encontrados son muy poco fiables y pueden ser debidos a una inesperada
particularidad de las condiciones experimentales. Cualquier baja en el rendi-
miento de tareas más complicadas debida al ruido, no se debe a fallos de los
eslabones de unión más simple del sistema nervioso. Resumiendo, la mayoría
de las pruebas de funciones sensoriales indicadas provocaban un estímulo
en un momento en que era claramente esperado por el sujeto, o incluso estaba
bajo su control. Había normalmente tiempos intermedios entre cada presen-
tación de estímulo, de forma que la tarea no era realmente continua. En tales
circunstancias no hay duda que los sentidos pueden funcionar tan eficiente-
mente con ruido como en silencio. Igualmente, las tareas en que los movi-
mientos requeridos son meramente repetitivos, y no se transmite información
a través del hombre, no muestran deterioro. Una gran cantidad de las tareas
realizadas en sitios ruidosos son de este tipo: así, puede que un hombre tenga
que entrar en un taller de motores con ruido para apuntar lecturas de con-
tadores, o para apretar algunas tuercas. No hay razón para suponer que su
eficiencia será menor por el ruido.
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Los que prefieran asimilar los datos a la estructura de una teoría general
pueden consultar la siguiente sección antes de examinar la presente.
Tareas intelectuales. La clasificación de los resultados no es fácil. En
general, los investigadores han tendido a usar las mismas condiciones para
su «ruido» y su «silencio»» y a modificar sus tareas. Por tanto, será más fácil,
para evitar repeticiones, si se considera a los investigadores en un orden más
o menos histórico, antes que intentar clasificar las tareas en que se han
encontrado o no efectos. Cuando sea conveniente, sin embargo, se empare-
jarán los resultados de tipos semejantes de tarea. Los primeros investigadores,
por ejemplo, tendían a usar tipos bastante intelectuales de trabajo, en los que
debía ser resuelta una serie de problemas, siendo el tiempo empleado y los
errores lo que se computaba. Dos tareas de este tipo se describen en una
sección anterior, ya que mostraban efectos al comienzo del ruido. 46 ,47 Era una
tarea de sumar dígitos, que tenían que ser encontrados entre letras, y otra
de realizar dos operaciones con clave según la letra presentada. Ninguno de
los dos estudios mostró diferencias causadas por el ruido al final del período
de trabajo, cuando el efecto inicial había desaparecido. Otra investigación usó
problemas aritméticos, con grabaciones de ruidos reales de calle y oficina
como condición acústica, en lugar de la bobina de automóvil del primer
experimento y de los timbres y campanillas del segundo. Estas grabaciones
se reproducían a un nivel sonoro que puede parecer ahora bastante bajo,
siendo las cifras más altas de sólo 65 db para el ruido de oficina y de 75 db
para el de calle. De nuevo, no apareció ningún efecto perjudicial cuando el
sonido y la tarea se volvieron familiares.27 Debe observarse que estos experi-
mentos, aunque repetidos en días sucesivos en algunos casos, se desarrollaron
en períodos de trabajo de sólo 10 min, aproximadamente. Otro experimento
similar empleó un ruido mecánico y música como condiciones acústicas, con
pruebas de cancelación, adición y transcripción como tareas. Nuevamente
hubo muy poca evidencia de que hubiese cambios en el rendimiento una vez
que el ruido se hizo familiar. 54 Desviándonos ligeramente de un estricto orden
cronológico, dos estudios recientes que utilizaban técnicas modernas confir-
man las líneas generales de estas primeras investigaciones. En un caso se pidió
a los sujetos que realizaran tres pruebas propias de una oficina: una era de
adiciones, requiriendo cada problema la suma de nueve números de cinco
cifras. 55 La segunda prueba era de vocabulario, teniendo el sujeto que elegir
de entre cuatro palabras un sinónimo para una palabra dada. La tercera era
sobre comparación de números. Se daban parejas de números de cinco cifras
y el sujeto debía detectar las parejas que no eran iguales. Naturalmente, cada
prueba consistía en una serie de problemas semejantes y había preparados
grupos equivalentes de problemas para usar en condiciones acústicas dife-
rentes. El sonido utilizado era ruido grabado de máquinas de oficina y se
presentó en los cuatro saltos de 10 db que van desde 65 db a 95 db, inclusive,
siendo las otras dos condiciones empleadas la ausencia de ruido y un ruido
de máquinas cuyo nivel sonoro variaba al azar de 65 db a 95 db durante el
tiempo de prueba. La prueba de las adiciones llevó 5 min, la prueba de vo-
cabulario 1-} min y la de comparación de números 3 mino En ningún caso hubo
317
diferencia significativa entre los distintos niveles de ruido y el porcentaje de
errores. La velocidad y la exactitud no se apuntaron separadamente, quizá
porque no mostraron nada interesante. La tarea más larga, la prueba de
adiciones, mostró una tendencia uniforme según se aumentaba la intensidad
del ruido. El porcentaje de respuestas correctas disminuyó con cada incremento
en el nivel del ruido, correspondiendo la mayor disminución a los niveles más
altos. Pero, como en otros casos, de forma no significativa.
En otra investigación reciente se utilizaron ráfagas intermitentes de un
generador de ruido con niveles acústicos de 10 db, durante la ejecución de
una prueba de oficina y una prueba de láminas. 56 Las ráfagas de sonido va-
riaban de 10 a 50 seg de duración y estaban presentes durante la mitad del
tiempo de realización de la prueba. La prueba de oficina consistía en dos
subpruebas, cada una de 7 min, una del tipo de comparación de números,
mencionado últimamente, y la otra de tipo semejante, pero utilizando parejas
de nombres en lugar de parejas de números. La prueba de láminas duró 14 min
y requería que el sujeto identificase el resultado final de unir un grupo dado
de figuras planas. Se emplearon dos grupos de sujetos; de forma que se dieron
los mismos problemas con ruido y en silencio. En las tres pruebas se inten-
taron más problemas en presencia del ruido, pero' aumentó el número de
resultados incorrectos. Sin embargo, la relevancia estadística de los resultados
es dudosa, ya que de las doce diferencias examinadas sólo dos eran significa-
tivas. Una de éstas era el porcentaje de respuestas correctas en la comparación
de nombres, que, naturalmente, eran menos frecuentes con ruido, mientras
que la otra comparación era el número de intentos en la prueba de láminas.
Este último resultado era más alto con ruido. Siempre queda alguna duda
concerniente a la validez de pruebas estadísticas con uno o dos resultados
elegidos de un gran número de posibilidades. La crítica que se expone es, en
efecto, que si nos repartimos un número suficiente de bazas, tarde o temprano
nos vendrá una con la que ganar. Sin embargo, el grado de significación en
este caso es bastante alto y los resultados pueden ser correctos; pero, como
dice el autor, no son importantes desde un punto de vista práctico.
Estos estudios, y otros que utilizan parecido tipo de problemas,57.58.59 su-
gieren que el trabajo de papel y lápiz de esta clase no es probable que muestre
efectos del ruido. Si acaso, parece haber una tendencia a trabajar más deprisa
en líneas generales. Puede haber también un aumento poco importante en el
número de errores; ambos hallazgos son muy pequeños, pero aparecen repe-
tidamente en una serie de experimentos y pueden, por tanto, aceptarse como
posibles efectos del ruido. Hallazgos semejantes aparecen también en ciertos
estudios que utilizan períodos de trabajo más largos y tareas menos del tipo
problema-a-problema. Por ejemplo, se pidió a dos grupos de estudiantes que
leyeran un capítulo de un libro de texto, mientras que a uno de los grupos
se le presentaba música grabada. 60 Este grupo leyó un poco más en media
hora que el grupo en silencio, aunque no a un nivel significativo; sin em-
bargo, sí lo hicieron significativamente peor en una prueba de comprensión.
En otra investigación, seis sujetos realizaron una serie de tareas diferentes
en una serie de condiciones diferentes de temperatura y ruido. 61 Las tareas
318
incluían pruebas de comparaClOn de números del tipo ya mencionado varias
veces, hallar lugares concretos en una red de filas y columnas, resolución
visual de laberintos, trazar formas circulares por medio de dos controles como
en un torno, y poner en clave, utilizando una máquina de escribir que pre-
sentaba el siguiente signo a ser cifrado tan pronto como se había operado
con el anterior. El ruido era el de un ventilador eléctrico y fue administrado
a un nivel de 70, 80 Y 90 db. El período de trabajo fue de 4 h, aunque no
se ejecutó la misma tarea durante todo ese rato. No obstante, las tareas
duraban media hora por lo menos cada una y estaban, por tanto, más próximas
a muchas situaciones prácticas que el tipo de pruebas antes citado. De nuevo,
no hubo descenso en la velocidad de trabajo con los niveles de ruido más
altos: en las tareas de multiplicación y control de números la velocidad fue
bastante mayor con un nivel de 90 db que con otro de 70 db. También
aparece un incremento de los errores en las tareas de multiplicación mental
y del torno, siendo significativo en ambos casos. Por otra parte, la tarea de
las localizaciones mostró significativamente menos errores con el nivel mayor
de ruido. Es difícil decidir por qué esa tarea, precisamente, difiere de las otras,
aunque se podría argüir que la tarea de localización se acerca más al sencillo
tipo de experimento de función sensorial, en que el sujeto sabe exactamente
cuándo debe buscar la señal particular que se le pide distinguir.
Tareas sensorio-motoras. La tarea del torno, ya descrita, es una tarea
sensorio-motora, más que intelectual. Existen algunos estudios antiguos, que
incluyen la mecanografía y el golpear con un punzón pequeños agujeros que
sirven de blanco sobre una cinta rodante, pero están expuestos a objeciones
basadas en una téncica experimental pobre. Entre los estudios más recientes,
hay un experimento sobre la exactitud en seguir trayectorias y en la medida
estereoscópica de alcances con un sistema de control de tiro. En este caso,
el tiempo de trabajo era muy largo, comparado con el de pruebas anteriores:
4 h para una sola tarea. Ruidos muy intensos con niveles de sonido de has-
ta 120 o 130 db, se introdujeron por períodos de 2 min en algunos casos
y 3 min en otros. No se halló un deterioro importante en la ejecución por
ninguna de las condiciones ruidosas. Cuando se introdujeron en el medio y
al final del tiempo de ejecución de la tarea, hubo de hecho una mejora. 62 Esta
mejora puede ser comparada con la ocasionada por períodos de música cortos
en las fábricas durante la jornada de trabajo. Parece funcionar como un
estímulo en el sentido corriente del término, rompiendo la monotonía y
manteniendo un alto nivel de rendimiento.
Otras tareas sensorio-motoras fueron estudiadas en una investigación que
comparaba ruido de aviones de 115 db Y de 90 db. 51 Aparte de las pruebas sobre
funciones visuales y motoras antes mencionadas, se emplearon tareas como
cifrar material escrito y clasificar 12 tarjetas en 12 compartimentos. Ninguna
mostró diferencia entre los dos niveles de ruidos. Otra tarea que dio resultados
negativos fue la de seguimiento compensatorio utilizando controles de avión.
(Seguimiento compensatorio es la tarea que consiste en mantener un indica-
dor, en este caso el punto de incidencia de un oscilógrafo de rayos catódicos
y, también, una aguja de galvanómetro, en un punto concreto, mientras per-
319
turbaciones exteriores tienden a moverlo.) Una tarea bastante parecida de la
misma investigación fue usar controles de avión para mover un punto lumi-
noso a lo largo de una pista determinada. En este caso, el ritmo de trabajo
lo establecía el mismo operador y el tiempo que llevaba completar una serie
dada de operaciones podría ser tomado en cuenta, al igual que el número
de fallos en mantener la luz en la línea. Esta prueba parecía mostrar diferen-
cia entre los dos niveles de ruido, tanto en la velocidad como en los errores.
Durante todo este experimento, los cinco sujetos trabajaron jornadas de 7 h,
manteniéndose constante el nivel sonoro durante todo el día. No trabajaron,
sin embargo, en ninguna tarea durante mucho tiempo. Se rebajaba el tiempo
de cada tarea a 15 min, para mantener constante la motivación. Cada sujeto
pasaba una sesión de 15 min en cada una de las cinco tareas, descansaba un
rato y realizaba de nuevo las cinco tareas. Cinco períodos como éste ocupaban
todo el día. La serie de días con ruido alto y débil se equilibró, y en total
se usaron 16 días. Todos los sujetos tenían práctica en las tareas antes de
realizarse el experimento.
La discrepancia entre las dos tareas, que consistían en el uso cooordinado
de controles de avión, fue la que directamente provocó la escéptica considera-
ción anterior para presentar los efectos sobre una tarea. Una posible explica-
ción es que este efecto sea marginal. Una prueba sobre la velocidad de aco-
modación de los ojos mostró un cambio con un incremento del nivel de ruido,
que resultó más tarde ser en parte debido a indicaciones proporcionadas al
sujeto por relés en el aparato. 51 Había también relés en el aparato conectado
a la tarea con controles de avión. Es posible, por tanto, que se pueda presen-
tar una explicación semejante, aunque no parece haberse realizado ningún
experimento similar que demostrara el efecto de los relés. A la vista de los
resultados, marcadamente negativos, de la mayoría de las otras pruebas usadas
en esta investigación, esta explicación (la de que los resultados son marginales
debido a indicaciones auditivas) ha sido generalmente aceptada. Hay una pe-
queña dificultad, sin embargo, y es que la diferencia tanto en el tiempo por
prueba como en los errores es mucho mayor en el último período del día
que en el primero. De hecho, para el primer período los días en silencio
muestran más errores que aquellos con ruido, aunque las curvas se crucen
poco después. Se puede concebir que las indicaciones sonoras muy débiles
del aparato podrían volverse útiles sólo después de un período de reaprendi-
zaje todos los días, pero esta explicación parece bastante forzada. Otra ex-
plicación es que la tarea que era afectada por el ruido tenía controlado el
ritmo de trabajo, ejecutándola los sujetos al límite de su capacidad en silencio,
de forma que eran perturbados por el ruido. La otra tarea requería respuesta
sólo cuando la máquina lo exigiera y se reconoció que era una tarea más
sencilla. Cualquiera que sea la explicación, el resultado es claramente ambi-
guo; de cualquier forma, los cambios en la velocidad y en la exactitud son
sólo del 5 por 100 y, en consecuencia, de muy poca importancia práctica.
Un resultado igualmente ambiguo se obtuvo en una prueba de coordinación
en la que se apartaba la mano de un botón (de esta forma se echaba a andar
un reloj), se quitaba un lápiz de un agujero, se insertaba en otro y de nuevo
320
se pulsaba el botón para detener el reloj. Con dos grupos de sujetos, esta tarea
mostró un retraso de un poco más del 5 por 100 con un ruido de motor de
reacción, en comparación con las condiciones no ruidosas.52 Desgraciadamente,
mientras que en el primer grupo de tres sujetos todos ellos mostraron un
efecto, en el segundo, de cinco, dos no lo mostraron. La prueba con el segundo
grupo se realizó en condiciones ligeramente diferentes y ya había estado ex-
puesto a un ruido similar accidentalmente un poco antes de que se dieran
las instrucciones y del primer período de control en silencio. En consecuencia,
este resultado no es válido estadísticamente, y sólo es sugerente. De cual-
quier forma, como los sujetos no estaban acostumbrados al ruido, el resultado
puede ser análogo a la respuesta por sobresalto expuesto en una sección an-
terior. La mayoría de los entendidos coinciden en que un ruido no familiar
perjudica una tarea delicada, pero que esto no significa que un ruido familiar
haga lo mismo.
Vigilancia visual y trabajo continuo. Aparecen conclusiones más positi-
vas en el siguiente experimento a considerar, que comparaba los efectos de
dos ruidos con niveles de sonido de 70 y 100 db.63 Se utilizaron tres tareas
de una clase particularmente sensible al efecto de otros tipos de tensi6n. Dos
de las tareas exigían del sujeto que vigilara un conjunto de signos visuales,
controles de presi6n de vapor en un caso y lámparas indicadoras en el otro,
a la espera de señales extrañas a partir de las cuales se debía emprender una
acción. La tarea en cada caso dur6 1! h, Y s6lo se proporcionaron 15 señales
en ese tiempo. Los controles de presi6n de vapor eran considerablemente más
difíciles de leer, y un grupo de 10 sujetos mostr6 por término medio una
mejor ejecuci6n en los días con silencio que en los días con ruido. La pro-
porción de señales detectadas en menos de 10 seg baj6 más del 30 por 100
con el nivel más alto de ruido. Sin embargo, en la tarea más fácil, un grupo
de 20 sujetos no mostr6 ningún efecto del ruido. Había diferencias individua-
les aparentes en este grupo. Había también cambios significativos en el modo
de ejecuci6n con ruido, mostrando el centro del conjunto de lámparas un
deterioro que no era compartido por los extremos de la fila de luces; y hubo
una tendencia significativa de las señales no percibidas a agruparse más que
esparcirse al azar durante el período de trabajo. Un análisis detallado de la
relación del rendimiento con el tiempo mostr6 también que con ruido la
realización empezaba peor que en silencio, luego mejoraba ligeramente y más
tarde se deterioraba. Los niveles iniciales de este proceso se parecen a los que
frecuentemente se encuentran en otros experimentos descritos en la última
sección. Pero el deterioro final es menos común y sugirió al autor que algunos
sujetos estaban haciendo un esfuerzo con el ruido que no podían mantener.
El descenso relativo del primer día de ruido al segundo fue estadísticamente
significativo, aunque la diferencia entre el segundo día con ruido y el segundo
día en silencio no era significativa. La tercera tarea utilizada en esta inves-
tigación era una de reacciones en serie, en que el sujeto se hallaba enfrente
de cinco luces y cinco contactos.64 Cuando una luz determinada se encendía,
se debía tocar un contacto determinado; tan pronto como se obtenía una
respuesta, otra luz se encendía, y así continuaba sin interrupción. Se empleó
321
21
un período de trabajo de -} h para este trabajo y se anotó el número de
respuestas correctas, el de respuestas incorrectas y el número de intervalos
de l-} seg (en algunos experimentos, 2 seg), durante los cuales no se dio nin-
guna respuesta. Se sabe desde hace mucho tiempo que, en tareas de este tipo,
la media de respuestas correctas no desciende por una realización prolongada
hasta que no se han desarrollado períodos de trabajo muy largos. Pero mucho
más temprano, sólo después de 10 a 20 min de trabajo, el flujo de respuestas
comienza a mostrar interrupciones momentáneas. En sujetos sin práctica, esto
puede tomar la forma de «bloques», es decir, intervalos sin respuesta; 65 en
sujetos con más práctica, en su lugar aparecen errores (un error es natural-
mente no una respuesta mal coordinada, sino una respuesta incorrectamente
elegida. Es decir, se golpea uno de los contactos, pero no el contacto que
corresponde a la señal luminosa). Como los experimentos incluían a sujetos
con práctica, los errores fueron más importantes que los bloqueos. Un ruido
con un nivel de sonido de 100 db producía considerablemente más errores
que. las condiciones de silencio. Los bloques aumentaban, pero no significa-
tivamente, y la producción de respuestas correctas disminuía, aunque muy
ligeramente, y no significativamente; las variaciones individuales eran mucho
más acusadas' en el último registro (el número de respuestas correctas) que
en los otros; ya que unos sujetos trabajaban más deprisa y otros más despacio.
El efecto sobre la exactitud fue sustancial, siendo del orden del 50 por 100.
El resultado se obtuvo en tres experimentos con grupos distintos de sujetos;
de forma que parece bien planteado. Con el primer grupo de 18 sujetos se
obtuvo una simple comparación entre las dos condiciones; al segundo grupo
de 14 sujetos se le informó de antemano que se esperaba que el ruido mejorara
su rendimiento y al tercer grupo de 40 sujetos, al que se dividió en subgru-
pos, se le utilizó para comparar los efectos de diferentes tipos de ruido. Un
resultado de este último grupo se mencionará de nuevo al final de la sección;
en este caso, con el ruido peor se logró producir el 100 por 100 más de errores
que con el mejor. Para contemplar estas cifras desde una perspectiva adecuada,
debe considerarse que los sujetos estaban dando, en las peores condiciones,
alrededor de 2000 respuestas correctas por cada 50 errores. Al igual que en
la tarea de vigilar lámparas indicadoras, se encontró que la ventaja para las
condiciones de silencio aumentaba a medida que el período de trabajo tam-
bién aumentaba. Los primeros 5 min de la tarea habrían mostrado una ven-
taja para las condiciones de ruido.
El resultado de esta investigación es claramente más positivo que el obte-
nido en otros experimentos. Antes de considerar las razones de esto, debería-
mos señalar otros experimentos de diferentes procedencias que confirman los
resultados generales. Primero, se mencionó en la sección anterior que una
investigación sobre el umbral de contraste visual había mostrado que una
diferencia igual de pequeña de brillo podía ser vista tanto con un nivel sonoro
de 90 db como con uno de 45 db. Los investigadores habían anotado no sólo
el nivel de brillo de una luz que se detectaba, sino también el tiempo de
reacción entre la aparición de cada luz y la respuesta del sujeto a ella. Con
ruido, este tiempo era más largo, excepto para el estímulo más débil. El cam-
322
bio del tiempo de reaCClOn es muy significativo. El método de presentación
de la tarea en este caso fue algo diferente del de muchas pruebas de función
sensorial. Se pidió al sujeto que observara el campo de visión a través de un
telescopio, durante 12-~- min cada vez. La aparición de cada estímulo de prueba
era señalada por una luz en su ojo izquierdo un poco antes de la muestra del
estímulo. Se especifica que la luz era pequeña y roja, y podía resultar des-
apercibida. Cualquier retraso en observarla sería, naturalmente, reflejado en
un largo tiempo de reacción al estímulo principal. Después de cada período
de trabajo de 12-} min, se hacía un descanso de 2-} min y luego se empezaba
otro período hasta un total de 2 h. Esta es una prueba algo prolongada que
se ocupa de la detección de señales en momentos menos determinados que
en una prueba como la de visión oscura, descrita en la sección anterior, en
la que el sujeto presentaba él mismo el estímulo. Se relaciona muy directa-
mente con las tareas de observar contadores y luces, y la semejanza de los
resultados añade confianza a la aceptación de éstos. El único punto posible
de discrepancia es sobre el efecto del tiempo en la reacción con ruidos. Los
autores de la investigación del umbral de contraste dicen que no tienen prue-
bas de un aumento del efecto del ruido con el tiempo; aunque, como se ve
en la figura 10.5, la diferencia en los tiempos de reacción fue mayor al final
Z4(.
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FIG. 10.5. Tiempo de reacción a una débil señal visual ocasional con dos
niveles de ruido. (A partir de los datos de Broussard y otros.s3)
323
gran atención. Se presentaban una serie de dibujos y se tomaba como control
el tiempo que tomaba realizar la tarea. Se encontró un empeoramiento esta-
dísticamente significativo cuando esta prueba se presentaba en un entorno
ruidoso, en contraste con uno tranquilo. 68 En este caso, el ruido era el que
normalmente producía un generador en una fábrica, comparado con condi-
ciones normales de silencio. Se realizó la prueba dentro de una cabina con
iluminación controlada, de forma que las restantes condiciones aparte del
ruido fueran constantes. Relacionando estas tres investigaciones, parece que
una tarea que implique una continua búsqueda visual, en oposición a la de
detectar señales en un momento determinado con intervalos de descanso entre
cada señal, puede mostrar un rendimiento bajo. La magnitud del efecto no
debe ser sobreestimada; en la última investigación citada, el incremento del
tiempo empleado en realizar una prueba, que duraba casi 1 min, fue sólo
de 3 sega En la investigación sobre el umbral de contraste, el incremento del
tiempo de reacción fue sólo de una pequeña fracción de segundo; y en la vigi-
lancia de válvulas y lámparas indicadoras, aunque había una gran variación
en la proporción de las señales vistas en 10 seg, un criterio menos severo
con respecto al tiempo habría mostrado una diferencia más pequeña. Proba-
blemente el efecto es de importancia práctica sólo en los casos donde se
necesite una extrema rapidez, como, por ejemplo, en la detección de señales
que indiquen el desarrollo de fallos importantes y peligrosos en una máquina,
o en la inspección de objetos que pasan sobre una cinta transmisora y que
estarán presentes sólo por un tiempo limitado.
Otro estudio es parecido, en cuanto a la tarea utilizada, al de la reacción
a cinco elecciones en serie, que se mencionó anteriormente. La tarea no per-
mitía intervalos de descanso. Además, mostraba que cuando el trabajador
establecía su propio ritmo de trabajo, el ritmo se hacía más variable hacia el
final de una sesión, especialmente con ruido. Esto significa que el efecto sería
más importante en una tarea en la que el trabajador no pudiera fijar su propio
ritmo de trabajo, sino que tuviera que ajustarse al de una máquina. Cualquier
señal que requiriera una respuesta y llegase en un momento de bajo rendi-
miento, no podría ser atendida, mientras que en los momentos de rendimiento
alto el trabajador no podría aumentar el ritmo de trabajo para compensar.
Este efecto, más perjudicial sobre una tarea con un ritmo fijo de trabajo en
oposición a otra en la que éste pueda variar, quedó demostrado en cuanto
al efecto del trabajo prolongado, aunque no en cuanto al ruido. La tarea que
va a ser descrita a continuación se parecía a la de las cinco elecciones en que
requería una actividad continua, pero difería en otros aspectos, incluyendo el
hecho de que su ritmo lo marcaba una máquina. Se le presentaban al sujeto
tres luces, cada una de las cuales brillaba según un ritmo determinado. El
ritmo de destello era diferente y formaba una secuencia complicada, de forma
que el orden en que las luces se iluminaban no se repetía durante mucho
tiempo. La luz más lenta se encendía nueve veces cada 2 min, mientras que
la más rápida lo hacía diez veces en 1 mina Había un botón debajo de cada
lámpara, que el sujeto debía pulsar cuando la lámpara correspondiente hubiera
brillado un número determinado de veces. El número variaba de cuatro a
324
diez, pero era constante para cada sesión. De esta forma, el trabajador tenía
que llevar la cuenta de tres series distintas de cosas al mismo tiempo, sin
intervalos en los que pudiera estar seguro de que nada ocurriría. Por regla
general, una luz u otra se encendían cada 3 seg, pero la naturaleza impre-
decible del conjunto hacía difícil confiar en que no ocurriese algo en cual-
quier momento. Esta tarea se prolongaba durante 2 h, siendo probados dos
grupos, a uno de los cuales se les exponía durante 1 h de sesión a un ruido
con nivel sonoro de 110 db, mientras que el otro grupo estaba en relativo
silencio. El número de errores aumentó según pasaba el tiempo, fue mayor
en el grupo con ruido y se hizo mayor en el grupo con ruido en relación
al grupo en silencio a medida que transcurría el tiempo de exposición al
ruido. Estos resultados son muy parecidos a los de los errores en la tarea de
reacciones en serie, que no tenía marcado el ritmo.69 Bastantes situaciones de
la vida real, algo diferentes de las normalmente estudiadas en el laboratorio,
son claramente paralelas a esta ingeniosa tarea de contar luces. En muchos
casos, varias actividades diferentes deben ser realizadas mientras se alterna
entre ellas, sin perder el hilo de ninguna. Un sencillo ejemplo es el de la
cocina, en la que cosas diferentes con diferentes tiempos de condimento
pueden ser atendidas simultáneamente. El tipo de memoria inmediata que
implica esta tarea puede exigir unas funciones diferentes de las perceptivas,
más elementales, que implicaban las otras tareas mencionadas en esta sección.
Se reparó en que la luz que brillaba con el ritmo más lento y el número más
grande de destellos necesarios antes de pulsar el botón, parecían ser más
sensibles que las modificaciones de la tarea, que sólo necesitaban un lapso
más corto de memoria; y esto indicó la posible importancia de las funciones
de la memoria. Sin embargo, la distinción entre percepción y memoria inme-
diata es difícil de hacer en muchas situaciones prácticas, aunque su realidad
pueda ser de gran importancia teórica. Este resultado, junto con los de la
tarea de reacciones en serie, indica que los errores pueden aumentar rápida-
mente su frecuencia en una tarea prolongada que no permite un relajamiento
de la atención.
Resumiendo, no parece haber una clara distinción entre las tareas que
muestran efectos del ruido y las que no los muestran. Las pruebas cortas de
papel y lápiz parecen ser del todo insensibles al ruido, así como también las
pruebas cortas de realización sensorio-motora. Cuando se toma el ritmo medio
del trabajo a lo largo de un período adecuado, no existe una baja importante
en el rendimiento y puede haber una mejora en casos especiales. Los errores,
probablemente, muestran efectos, pero sólo serán importantes en las tareas
en que los efectos del trabajo prolongado son también importantes; en con-
junto, éstas parecen ser tareas que exigen una alerta continua, sin descanso,
ni siquiera por unos segundos. La velocidad para responder a una señal visual
ocasional puede, por otra parte, aminorarse, siempre que la medición se haga
en condiciones prolongadas, con poca probabilidad de intervalos libres del
riesgo de aparición de la señal. Una actividad prolongada, o una exposición
prolongada al ruido, no implicaban, necesariamente, reducciones del rendi-
325
miento. Una mayor clarificación de la diferencia entre las tareas que muestran
efectos y las que no los muestran se encontrará en la siguiente sección.
Los tipos de ruido que muestran los efectos más importantes no son fá-
ciles de especificar, ya que muchas de las investigaciones no han logrado
encontrar ningún efecto. Algunos resultados no publicados se muestran en
la figura 10.6 referidos a los errores en la tarea de la reacción en serie. Se
grabó ruido de maquinaria con un espectro para bandas de octava bastante
liso, desde los 50 a los 5000 Hz, sin un carácter periódico acusado. Esta
100 ,---------¡---------..,
~ 75
a::
o
a::
ffi 50
LLl
o
~ 25 .
oLLl FIG. 10.6. Representación gráfica de
~ o los errores cometidos en una deter-
70 80 90 100 minada tarea con varios niveles de
Nlva SONORO DE ALTA FRECUENCIA ruidos agudos y graves. (Broadbent,
EN DB datos no publicados.)
grabaclón se utilizó como fuente de dos tipos de ruido, filtrando por encima
y por debajo de los 2000 Hz. Se compararon los errores con ruidos de tono
agudo y grave para tres niveles de sonidos diferentes. El efecto del ruido
sobre los errores aparece sobre los 90 db Y parece ser más importante para
el ruido agudo. La diferencia en los efectos de un ruido agudo o grave para
los niveles bajos de sonido no es significativa.
El resto de los informes no revela ningún experimento estadísticamente
satisfactorio que muestre efectos del ruido con niveles sonoros inferiores a
90 db, aunque hay algunos que sí han mostrado efectos a este nivel. Esto
no significa necesariamente que los niveles inferiores no perjudiquen el ren-
dimiento, pero no hay pruebas concluyentes de que lo hagan. Uno de los
experimentos, insatisfactorio desde un punto de vista moderno, empleaba
sujetos durante períodos prolongados en una tarea, en la que se les exigía
insertar un punzón en unos agujeros que aparecían sobre una cinta de papel
en movimiento. 7o Esta es una tarea respecto a la cual los más recientes re-
sultados sugieren que mostraría efectos del ruido, tal y como se expuso, y el
primer estudio también encontró que los tonos agudos ocasionaban más erro-
res que los de frecuencia más baja. Esta confirmación, estadísticamente insatis-
factoria, de los efectos más perjudiciales de las altas frecuencias es todo lo
que se puede encontrar en los informes sobre el tema. El mismo estudio en-
contró que el zumbido de un audiómetro influía más que cualquier tono puro,
excepto las frecuencias más altas. Pero los sonidos parecen haber sido com-
parados a niveles iguales de sensación, es decir, a números iguales de decibe-
lios por encima del umbral de sensación sonora. Esto puede querer decir que
326
el ruido de banda más ancha sonaba con más intensidad que los tonos puros
con que se comparaba. El experimento más reciente utilizó niveles iguales
de intensidad. Una regla general es que la reducción de las altas frecuencias
es más importante que la de las bajas; si es posible, el nivel global del ruido
debe mantenerse por debajo de los 90 db.
327
Un ejemplo familiar y doméstico del segundo mecanismo de comporta-
miento, que nos permite evitar posibles defectos funestos del parpadeo, es
la capacidad de seguir una ruta familiar en la oscuridad. En una casa ajena
se necesita una luz para subir las escaleras, mientras que en la propia puede
que no valga la pena dar unos pasos más para alcanzar el interruptor. El
rendimiento está determinado por la información almacenada y los estímulos
visuales son innecesarios. Experimentalmente, se puede pedir a un hombre
que siga una pista ondulante con un señalador, resultando que cuando éste
no tiene práctica, comete errores, bien cuando parpadea de forma natural,
bien cuando su visión de la labor es obstruida por una persiana. 72 Con una
pista sencilla, como la de una función senoidal, un sujeto con práctica no
muestra errores tan grandes por el hecho de parpadear o por una interrupción
mecánica de su visión. Naturalmente, una pista compleja e impredecible sí le
engaña en esas ocasiones. De hecho, mientras su entorno continúe haciendo
lo que ha hecho en el pasado, su rendimiento no dará signos del efecto de
los parpadeos; sólo cuando suceda un acontecimiento imprevisible le veremos
equivocarse. Si está realizando una labor practicada, probablemente hará algo
completamente incorrecto en esa ocasión, y si la tarea es menos familiar, no
hará nada en absoluto. Un conductor en una carretera tranquila se equivocaría
completamente si la suave curva que vio hace un momento se fuera a con-
vertir en recta durante uno de sus frecuentes parpadeos.
Los comentarios precedentes se refieren solamente al parpadeo, pero se
han demostrado ciertos en ese caso, e ilustran mecanismos sicológicos que
ANALlSIS DE LA
INFORMACION SENSORIAL
FIG. 10.7. Diagrama hipotético del flujo de la información en el sistema nervioso humano,
que ilustra la interpretación de los efectos del ruido presentada en el texto.
328
el rendimiento, sólo con tareas en las que no es posible una momentánea
relajación; en concreto, en tareas de vigilancia, en las que los estímulos se
producen en momentos impredecibles, y en tareas continuas, en las que su-
cesivos estímulos se suceden uno a otro demasiado deprisa para permitir
esa interrupción en la toma de información. En muchos aspectos, el parpadeo
proporciona una analogía útil para ilustrar el tipo de efecto en cuestión, pero
hay ciertas diferencias en el «parpadeo internoD y los parpadeos externos,
especialmente en la proporción del tiempo de duración del efecto *. De esta
forma un hombre que trabaje con ruido mostrará, a medida que el tiempo
pasa, fallos intermitentes en su rendimiento, pero entre esos fallos su trabajo
no tiene por qué ser menos eficiente. Como un entorno de estímulos conti-
nuamente cambiantes parece incrementar la eficiencia del comportamien-
to, 74,75,76 el inicio de un ruido y su cese pueden producir un trabajo que sea,
de hecho, más rápido que en condiciones normales, durante los intervalos de
tiempo que haya entre los parpadeos internos. Se recordará que, en la sección
sobre experimentos en la industria, se señaló que cortos períodos de música
durante la jornada laboral mejoraban el ritmo de trabajo. Igualmente, una
serie de experimentos de laboratorio sobre el ruido dan a entender que el
rendimiento puede hacerse más rápido con ruido. Pero este efecto es indepen-
diente del incremento de «parpadeos internosD, de forma que el trabajo puede
volverse más rápido y menos exacto, o posiblemente más variado en su ve-
locidad, con ruido, o de otra forma puede mostrar un incremento en los
errores sin ningún incremento en la velocidad. Finalmente, las pruebas no son
del todo concluyentes en cuanto a la naturaleza del «parpadeo internoD;
podría ser debido a un bloqueo completo, aunque temporal, en el análisis de
la información sensorial, o podría ser debido a un análisis de la información
desde un sentido no útil para la tarea. En términos corrientes, las alternativas
son un vacío mental o un cambio de atención. Hay razones para creer que
esto último **. Es decir, la capacidad limitada del sistema de percepción hu-
* Se supone que un parpadeo interno dura hasta 1 seg, pero el rendimiento de una
tarea se puede mantener durante varios minutos antes de que comience este «parpadeo
interno». También puede afirmarse que la interrupción de la información que llega no
parece que sea absoluta, como en el parpadeo real. Un estímulo, fácilmente diferenciable
en su entorno, puede lograr penetrar en el sistema nervioso, aunque se pueda esperar
la existencia de fallos intermitentes en el rendimiento. Esto queda demostrado por la
tarea de vigilancia de lámparas indicadoras, descrita en la sección anterior, y se ha
demostrado también en una serie de situaciones diferentes respecto a los efectos del
ruido prolongado. Una breve señal en una pantalla de radar no será detectada después
de una vigilancia prolongada; pero una señal clara y brillante puede ser detectada tanto
al final de una sesión prolongada como al principio.73 Esto no constituye una dificultad
teórica para la opinión que considera que el rendimiento del sistema de percepción dis-
minuye intermitentemente, pero significa que la sencilla analogía con el parpadeo debe
ser considerada con alguna reserva.
** Las pruebas para una teoría de «traslado de atención» pueden ser resumidas como
sigue: En primer lugar, no está claro en absoluto por qué un sonido intenso produciría
bloqueos completos de la actividad. Por otra parte, es fácil ver que un estímulo intenso
ofrecerá una gran competencia en el intento de ganar el control de un mecanismo
perceptivo de capacidad limitada. Es decir, el ruido intenso interfiere más porque la
atención se enfoca hacia el ruido en lugar de hacia la tarea. En segundo lugar, un
ruido con un tono agudo parece tener más efectos que uno grave, como se apuntó
en la sección anterior. La capacidad de captación de la atención de un sonido agudo es
329
mano hace necesario que una informaci6n sensorial sea filtrada antes de
llegar a los centros analizadores del cerebro. Normalmente, se ignoran las
características irrelevantes del entorno y los estímulos de la tarea controlan
la respuesta, pero después de un trabajo prolongado con ruido la estimulaci6n
auditiva puede interferir con la estimulaci6n de la tarea y producir el efecto
que hemos llamado «parpadeo interno».
330
el hombre práctico. No debería ser nada sorprendente el hecho de que una
persona tenga un rendimiento sensiblemente más bajo en un lugar de trabajo
ruidoso, y a otra no le ocurra esto.
La primera y más clara explicación de las diferencias individuales es que
son debidas a diferencias de actitud. Una persona que cree que el ruido va
a reducir su rendimiento está ya medio derrotada. Si esto fuera así, se podrían
atacar las diferencias individuales de sensibilidad por medio de propaganda
especial que mostrara que el ruido no perjudica el rendimiento. Dos investi-
gaciones han mostrado los efectos de esta propaganda. En un caso se usó
música como estímulo auditivoBO y en el otro una conversación con un nivel
sonoro de 70 db. 81 Se emplearon diferentes grupos de sujetos, a algunos de
los cuales se les dijo que el ruido mejoraría su rendimiento, a otros que lo
empeoraría y a otros que una mejora inicial sería seguida de un deterioro. Los
resultados de cada grupo diferían, en un sentido acorde con la afirmación
preliminar. Obviamente, por tanto, un peor rendimiento con ruido puede ser
el resultado de la creencia de que el ruido perjudica el rendimiento. Esto
puede causar alguna confusión sobre los efectos reales del ruido citados
anteriormente, pero hay que tener en cuenta que estos experimentos sobre las
actitudes utilizaban ruidos muy débiles en comparación con los que daban
efectos sobre el rendimiento. Además, por lo menos en uno de los casos en
los que el ruido influyó sobre el rendimiento, se realiz6 un experimento de
control sobre los efectos de la sugesti6n; mostró que el resultado no podía
ser eliminado por medio de la sugestión y no era, por tanto, probable que
hubiera sido causado por ella. Los efectos bastante limitados sobre el ren-
dimiento, considerados anteriormente, pueden ser todavía aceptados; pero
también debemos ser conscientes de la posibilidad de que un efecto marginal
del ruido pueda ser causado con intensidades inferiores por una actitud hostil
por parte del sujeto. El director de una fábrica, que ridiculiza la idea de los
efectos del ruido sobre el rendimiento, está probablemente adoptando una
estrategia correcta, en la medida en que minimiza cualquier efecto de suges-
tión en sus obreros. Al mismo tiempo, si esta actitud se lleva al punto de
ignorar los efectos ensordecedores del ruido y los posibles efectos menores
sobre el rendimiento, puede resultar perjudicial, ya que los obreros que se
dan cuenta de estos efectos cambiarán su actitud al extremo opuesto.
No es del todo satisfactorio, sin embargo, adjudicar todas las diferencias
individuales a diferencias de actitud. Una raz6n de esto es que no hay una
correlación perfecta entre el número de quejas y la importancia del efecto
sobre el rendimiento. En el estudio industrial sobre los tejedores, descrito
anteriormente, se halló que los obreros más hostiles a los tapones de oídos
eran los que obtenían un menor beneficio con ellos, pero la diferencia era
tan pequeña que no era significativa estadísticamente. Algunos individuos eran
hostiles a los tapones y, sin embargo, sacaban más ventaja de ellos que otros
que eran partidarios. Una falta semejante de correspondencia entre las quejas
y el rendimiento se ha encontrado en otras investigaciones. Tampoco hay
pruebas de que los neuróticos muestren un mayor efecto sobre su rendimiento
331
por el ruido, aunque, como ya se mencionó, es más probable que expresen
su molestia verbalmente.
Las pruebas sobre la personalidad u otras características de las personas
que muestran efectos acusados cuando se les somete al ruido son muy es-
casas. Un estudio mostró que las personas que sufren el mayor efecto del
ruido eran las que mostraban la mejora más importante en la segunda parte
de su labor en silencio con relación a la primera parte. 63 Esta curiosa relación
se hace más comprensible si nos damos cuenta de que este último control
es efectivamente una medida de la propensión a la fatiga. Una persona que
. muestra un gran descenso en el rendimiento cuando trabaja un período muy
largo, pero se recupera rápidamente descansando, reflejará esto de forma
importante en esta medición. Ya se había demostrado esto antes con la tarea
de vigilancia de controles de vapor. 77 El resultado, pues, sugiere que las per-
sonas que muestran el mayor deterioro con un trabajo prolongado muestran
también el mayor deterioro con ruido. A la vista del hecho de que muchos
estudios que presentan claros efectos del ruido muestran también que la dife-
rencia entre el ruido y el silencio aumenta a medida que aumenta el período
de trabajo, no resulta sorprendente esta diferencia individual. Más interesante
es la cuestión de si las diferencias individuales de susceptibilidad hacia el
ruido, o el trabajo prolongado, pueden ser detectadas por medio de una me-
dición independiente, aplicable posiblemente como medida selectiva. Aunque
en este mismo estudio se encontró una medición independiente que correspon-
día bastante bien, no era del tipo adecuado para una prueba de selección. Era
del tipo conocido como prueba-de-nivel-de-aspiración, en la que se pide a un
sujeto repetidamente que realice una labor, se le habla de su rendimiento
anterior y se le pide que estime su rendimiento en el siguiente intento. La
diferencia entre su marca anterior, conocida, y su marca subsiguiente, con-
jeturada, es la medida del interés, pero por muy apropiada que sea para
los propósitos de investigación, no es evidentemente una prueba que resis-
tiría las simulaciones más o menos conscientes empleadas por los solicitan-
tes de un trabajo. Es más útil considerar las otras características con las
que estas pruebas se sabe que están relacionadas. Esta prueba, en concreto,
del nivel-de-aspiración se relaciona con el nivel de educación, pero no con
la prueba de inteligencia.82 De esta forma, de dos personas que son igual-
mente inteligentes, el menos perturbable por el ruido será más apto para
un trabajo académico. Esto no es sorprendente, y es probable que muchos
empresarios consideren el nivel de educación como un tipo de índice de con-
ciencia. Hoy por hoy, el punto más importante de las diferencias individuales
es que los experimentos sobre los efectos del ruido deberían realizarse con
sujetos de una población semejante a la que se desea aplicar los resultados.
332
aspectos del comportamiento con ruido. De las tres posibles mediciones del
comportamiento, a saber, queja verbal, daño fisiológico y efectos sobre el
rendimiento, los efectos fisiológicos pueden ser despreciados excepto para
intensidades muy altas. Hay pocas pruebas de esos efectos con intensidades
bajas de un ruido que se prolongue durante un rato. La molestia es una cues-
tión diferente; es distinta de los efectos sobre el rendimiento y puede ser
acusada incluso con sonidos que no tienen ningún otro efecto sobre el com-
portamiento en absoluto. En general, la reducción del ruido reducirá la mo-
lestia, incluso aunque la molestia sea producida por sonidos muy débiles. Si
se va a reducir el ruido con estas premisas, para evitar quejas, los sonidos
agudos y los intermitentes o modulados parecen ser los que deben tomarse
en cuenta en primer lugar. Sin embargo, la molestia variará en gran medida
de un caso particular a otro. Cuestiones respecto a la historia, tanto del ruido
como de las personas que se quejan, incidirán en esa variación, y es hasta
cierto punto impredecible por métodos científicos.
El inicio de un ruido producirá un efecto de sobresalto, que puede inter-
ferir en el desarrollo de alguna tarea. Puede haber, por tanto, en algunos
casos, motivo para aislar a los obreros de las posibles fuentes de un ruido
variable, como el de las carreteras. El efecto parece ser más acusado en tareas
más complejas y nuevas, más que en las practicadas y repetitivas, de forma
que la importancia práctica de este efecto sobre el rendimiento es pequeña.
Una vez que el ruido se ha vuelto familiar, la mayoría de las funciones sen-
soriales y motoras no serán afectadas. Hay algunas muestras, sin embargo, de
un efecto que se ha descrito bajo el título Una interpretación de la natura-
leza del comportamiento con ruido. Este efecto producirá fallos intermitentes
en el rendimiento, intercalados por una ejecución normal, o incluso más rápida
de lo normal. A causa de esto, los resultados finales del trabajo que se des-
arrolla al ritmo propio del obrero no serán probablemente afectados. Los
errores pueden aumentar, porque la esencia del efecto es que el obrero no se
da cuenta de características inesperadas del entorno. Los accidentes pueden
mostrar también un efecto del ruido por la misma razón; no han sido inves-
tigados como una función del ruido, aunque se sabe que son unos índices muy
sensibles de los efectos de otras tensiones, como el calor. Los resultados pue-
den ser afectados si el trabajo tiene el ritmo controlado por una máquina,
con una velocidad por debajo de la mayor con la que el obrero puede operar.
En tal caso los fallos intermitentes del operador humano ocasionarán una
ausencia de reacción, pero no será posible compensarlos por una respuesta más
rápida entre estos fallos intermitentes. Puede haber así un descenso en el re-
sultado final en tareas controladas. La tarea tendría que ser del tipo en que
cada elemento del trabajo está presente sólo por cuestión de un segundo o
dos, de forma que este efecto no es de' importancia general. Estas condiciones
pueden ser casi alcanzadas en un proceso de inspección a velocidad elevada,
al final de una cadena de ensamblaje, o en operaciones semejantes. Sin em-
bargo, una buena conclusión general es que el resultado final no será afectado,
pero los errores y accidentes sí pueden serlo.
Es interesante apuntar que, de hecho, se ha informado de ganancias en
333
la industria por reducción de ruido en tareas acordes con las consideraciones
que acabamos de hacer. La mejor investigación sobre el tema, como se infor-
maba en la sección sobre Resultados de los estudios industriales, fue la que
trataba de los tejedores. Naturalmente, el trabajo de un tejedor es principal-
mente un asunto de vigilar maquinaria a fin de emprender una acción si se
necesita la intervención humana. Es, por tanto, precisamente el tipo de tra-
bajo del que se podría esperar mostrara algún efecto del ruido. La mecano-
grafía también podría mostrar un aumento de errores en condiciones muy
ruidosas. Otros procesos industriales podrían no haber informado de estos
efectos.
Es difícil decir gran cosa acerca de los tipos de ruido que producen los
mayores efectos sobre el rendimiento; pero hay indicios de que los ruidos
agudos son, una vez más, los que producen los peores efectos. Todavía no se
ha encontrado ningún efecto sobre el rendimiento con niveles de ruido por
debajo de los 90 db, aunque desgraciadamente sí puedan surgir molestias de
esos ruidos, e indudablemente causarán incomodidades en la comunicación
oral. En general, los efectos del ruido sobre la salud o el rendimiento parecen
ser menores de lo que a menudo se piensa. Se debe tener en cuenta que la
sensación de desagrado es una cualidad del medio ambiente, diferente de los
efectos sobre la salud o la capacidad de trabajar. Gran parte de nuestra civi-
lización se apoya en la idea de que vale la pena modificar el entorno para algo
más que para asegurar la supervivencia. La reducción de la molestia o la
búsqueda de la felicidad no es necesariamente un fin innoble.
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336
Capítulo 11
INTRODUCCION
Este capítulo pretende ser una revisión del estado presente del conoci-
miento del cuerpo humano como un sistema mecánico dinámico, así como de
los efectos de la vibración sobre el hombre y sus diversos órganos, exceptuan-
do las frecuencias muy bajas que afectan a las enfermedades motoras y al
sistema auditivo, que se discute en capítulos anteriores. En los últimos años,
la necesidad de tal conocimiento ha empezado a ser importante. La velocidad
con que el hombre se ha proyectado en la era mecánica le ha llevado al casi
diario incremento de las concentraciones de grandes potencias mecánicas.
Hasta ahora, el hombre ha sufrido pocos daños de la energía vibratoria, pero
ciertos efectos dañinos se producen, empero, desde hace años, por el manejo
de herramientas vibrantes y más recientemente por el intenso ruido de los
vehículos y maquinarias potentes. Mayores efectos se pueden anticipar a causa
de los rápidos avances en el desarrollo de equipos mecánicos de más alta
potencia.
La vibración tiene una forma de onda que puede ser simple, un movimien-
to armónico complejo o puede ser «ruido mecánico» aleatorio. Lo que se co-
noce ahora de los efectos de la vibración sobre el hombre parte primariamente
de los efectos de formas de onda simple. El rango de frecuencias de vibración
de inmediato interés empieza sobre los 3 cps y puede ir hasta varios millones
de ciclos por segundo. Por debajo de 3 cps, el cuerpo humano responde a la
fuerza alternativa como una unidad, y no existe movimiento relativo interno.
A muy altas frecuencias, la absorción de la vibración empieza a ser muy gran-
de y la energía penetra en el cuerpo solamente unos pocos milímetros como
mucho, al menos con alguna razonable amplitud. Las frecuencias por debajo
de 3 cps son de considerable interés en relación con las enfermedades motoras,
pero este problema no se considera aquí. El cuerpo puede estar expuesto a
la vibración a través del contacto con sólidos vibrantes o por interceptar ondas
sonoras en el aire o en el agua. La exposición puede ser incidental en ciertos
casos, como la industria, el ejército u otras actividades, o puede ser delibe-
rada, como en el caso de la diagnosis y la terapia o en los experimentos.
El cuerpo humano es el resultado de un largo proceso evolutivo durante
337
22
el cual la adaptación a muchas posibles situaciones ha sido totalmente alcan-
zada. El cuerpo, entre muchas otras cosas, es un sistema mecánico de gran
complejidad. No es ni homogéneo ni isotrópico; su rango pasivo lineal es muy
pequeño. Aún más, es un sistema con mantenimiento interno y facilidades
de reparación. Las muestras individuales no son de ninguna manera idénticas.
Finalmente, no se puede tomar el sistema aparte para estudiarlo o dañarlo. Las
medidas de las vibraciones en el cuerpo presentan así muchos problemas
especiales, algunos de los cuales se discuten más abajo.
Gran parte de la información de este capítulo es relativamente nueva y
queda aún mucho por aprender: así que la extensión de los siguientes párra-
fos está basada más en la cantidad de material existente que en su relativa
importancia. Es imposible, dentro de un espacio limitado, discutir en detalle
los muchos problemas complejos de veracidad e interpretación de los datos
experimentales. Estos serán presentados, así, pues, con pocos comentarios, pero
se debe entender claramente que la situación está siendo sobresimplificada y
que los desarrollos en el futuro pueden requerir importantes cambios de pun-
tos de vista.
INSTRUMENTACION V MEDIDA
338
unos pocos cientos de ciclos por segundo. Los palpadores de cristal y de con-
densador también cumplen los requerimientos de tamaño y peso; tienen una
relativamente grande impedancia eléctrica, pero son útiles en un amplio rango
de frecuencias. Los palpadores magnéticos son menos satisfactorios a causa
de la masa del material magnético requerido. Para más detalles, véase capí-
tulo 15. A causa de la falta de rigidez del cuerpo humano como estructura
sustentante, son preferibles las medidas de aceleración sobre las de velocidad
o las de desplazamiento.
Las medidas fisiológicas convencionales, tales como presión de la sangre,
profundidad o velocidad de respiración, electrocardiogramas, metabolismo, que
pueden ser enteramente satisfactorias en un sujeto móvil, se tornan proble-
máticas cuando el sujeto y el instrumento están expuestos a la vibración o a
un sonido intensos. Por ejemplo, las vibraciones mecánicas de los electrodos
colocados sobre la piel pueden introducir potenciales lo suficientemente gran-
des como para enmascarar completamente el fenómeno que se estudia.
Otra situación conflictiva aparece cuando las observaciones que se hacen
son subjetivas, esto es, cuando se hacen por el mismo sujeto. La mente humana
excede con mucho al cuerpo -complejo en sí mismo- en complejidad y fra-
gilidad. Es necesario, por tanto, un cuidado extremo, cuando se anoten estas
respuestas, para evitar influir en el sujeto bien a través de las características
de su ambiente físico o bien por sugestiones inadvertidas de una actitud o
punto de vista. El mantenimiento de una situación neutral con motivación
uniforme es una de las consideraciones más importantes en tales experimentos
fisiológicos.
La aplicación de fuerzas vibratorias a sujetos vivos, con fines experimen-
tales, requiere gran cuidado para asegurar que la exposición es como se
intenta y no incluye ningún otro estímulo que pueda afectar la respuesta. El
equipo para esto debe estar especialmente preparado. Por ejemplo, las expo-
siciones a vibraciones mecánicas no deben estar acompañadas por ruidos in-
tensos cuando el objeto del estudio es solamente la respuesta a la vibración.
Otro problema más, de alguna forma relacionado con los ya mencionados,
es el control de, y la compensación para, la no uniformidad de los sistemas
vivos estudiados. Los individuos varían en tamaño, forma y respuesta. Es
esencial el uso de experimentos estadísticos adecuados y casi siempre es ne-
cesario llevar a cabo un gran número de observaciones con controles muy
cuidadosos.
Efectos físicos
Los efectos físicos de la vibración sobre el hombre son principalmente
mecánicos y secundariamente térmicos. Los efectos químicos tienen lugar
solamente bajo condiciones muy especiales.
El efecto mecánico de la vibración sobre el cuerpo es producir un movi-
miento y un desplazamiento relativo. El movimiento está muy desigualmente
339
distribuido y está afectado por la forma de la excitación, las características de
frecuencia y la difusión o concentración de la energía vibratoria. En casos ex-
tremos, puede tener efectos dañinos. Los órganos grandes tiran de los liga-
mentos que los soportan y pueden llegar a dañar a los tejidos más suaves. Se
conocen o se sospechan algunos ejemplos. Los conductores de vehículos tales
como tanques, barcos o tractores ocasionalmente padecen dolores de espalda,
trazas de sangre en la orina y molestias en la región abdominal. Es de todos
conocido que la fatiga sacro-ilíaca no es extraña entre los conductores de
camiones, pero las quejas no han salido aún del terreno de la anécdota. Los
daños en las manos, que se discutirán más tarde, son efectos acumulativos de
los repetidos golpes o vibraciones producidos por instrumentos manuales que
vibran o giran. Se pueden producir en los animales hemorragias de pulmón
con vibraciones de baja frecuencia y muy alta intensidad (5 a 15 g a 5 a 20 cps),
causados aparentemente por los golpes dados por el corazón en vibración a
los pulmones contra la pared torácica y las vértebras. Estos golpes pueden
dañar el corazón fatalmente. Son también conocidos los daños mecánicos al
sistema auditivo.
A frecuencias ultrasónicas, el movimiento vibratorio puede causar daños
mecánicos a las células y a los tejidos por calentamiento o por cavitación, que
se produce fácilmente en un medio acuoso, aunque es bastante más raro en
los tejidos. Se han usado para producir daños mecánicos y térmicos a los
insectos, ultrasonidos transmitidos por el aire de baja frecuencia a 19000 cps
y alrededor de 160 a 165 db. Se han observado daños mecánicos en ciertas
células en líquidos a frecuencias cerca de los 1000 cps y a varios cientos de
miles de ciclos por segundo. 1,2
Los efectos térmicos son consecuencia directa de las pérdidas por absor-
ción de la energía de vibración. No se ha observado nada a bajas frecuencias,
pero sí a frecuencias ultrasónicas, donde los animales fueron calentados hasta
un punto más allá de su capacidad de disipación, con la consecuente muerte
térmica. Sin embargo, los niveles requeridos para producir tales efectos son
muy superiores a los que producen las fuentes de vibración fuera del labora-
torio. Puesto que la absorción en el aire se incrementa con el cuadrado de la
frecuencia, parece bastante improbable que el ultrasonido transmitido por el
aire pueda llegar a convertirse en un peligro.
Efectos biológicos
Las respuestas biológicas a la vibración representan esencialmente un fra-
caso del cuerpo para permanecer como un sistema pasivo. El cuerpo humano
responde a los estímulos presentados a sus órganos receptores. Existen ter-
minaciones nerviosas, receptores sensitivos, más o menos especializados, y
todos suministrando información a un nivel u otro del sistema nervioso, que
a cambio controla la respuesta del cuerpo y sus partes. De acuerdo con ello,
es interesante describir brevemente el sistema receptor del cuerpo y cómo
se relaciona con las fuerzas vibratorias.
340
Percepción de la vibración. La estimulación mecánica se detecta por los
sistemas auditivo y vestibular, por numerosos receptores mecánicos embebi-
dos en la piel y por un cierto número de receptores internamente locali-
zados. Los órganos vestibulares -los canales semicirculares y otolitos- res-
ponden a las aceleraciones de la cabeza y cambian su posición en el campo
gravitacional. Su tiempo de respuesta parece ser más bien largo y son princi-
palmente de importancia a muy bajas frecuencias. Parece ser que las reaccio-
nes de las enfermedades motoras están mediatizadas por el sistema vestibular,
aunque los centros nerviosos más altos también juegan un papel importante.
Sin embargo, a intensidades vibratorias muy altas, las respuestas vestibulares
ocurren a frecuencias más altas.
Niveles sonoros. Por encima de los 105 db producen pequeños movi-
mientos reflejos de cabeza relativos a las características de tiempo y espacio
del sonido.3 A niveles sonoros por encima de 140 db, se ha encontrado que
existe una reacción compulsiva para orientar el cuerpo en dirección a la fuen-
te sonora. Con un oído expuesto a una fuente de ruido intenso, existe una sen-
sación de ser empujado por ese lado. Puede ocurrir además un desplazamiento
del campo visual en la misma dirección. Si la cabeza se mueve, este movi-
miento se siente con exageración. A niveles superiores a 155 db se presentan
algunas de estas sensaciones, incluso aunque el sujeto lleve protectores audi-
tivos. Estos efectos parecen ser más prominentes cerca de la mitad del rango
de las frecuencias audibles, esto es, cerca de los 1000 cps, pero se advierten
menos a bajas y altas frecuencias. 4
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
341
trolante de la vibración y del daño cutáneo.s,6 La figura 11.1 muestra cómo
depende de la frecuencia el umbral de percepción de la piel de la yema del
dedo, una de las áreas más sensitivas del cuerpo a la vibración tangencial. La
figura 11.2 muestra el umbral de sensación de un hombre de pie o sentado
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
sobre una plataforma que vibra verticalmente, y la figura 11.3 muestra datos
similares para la vibración horizontal. Estos resultados se obtuvieron bajo
condiciones de laboratorio controladas. En la figura 11.4 se resumen datos
menos fiables.
La adaptación juega un papel importante en las exposiciones a la vibración
de larga duración. Este concepto indica la capacidad de los órganos senso-
riales para ajustarse a estimulaciones largas a base esencialmente de reducir
su sensibilidad -bien en las mismas terminaciones nerviosas, bien en los me-
dios de transmisión, o bien en los centros más altos del sistema nervioso
central-.
Los proprioceptores, cuya función primaria es suministrar al cuerpo infor-
mación sobre su propio movimiento, pueden estimularse también por fuerzas
mecánicas de origen externo. Los perceptores de los músculos estriados que
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FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
342
responden a cambios en la longitud de la fibra muscular, evidencian una
respuesta a la vibración originando la respuesta refleja a un golpe repentino
sobre el músculo, como, por ejemplo, al golpear la rodilla.7 Una estimulación
extrema puede llegar a causar daño.
Respuestas fisiológicas a la vibración. La distinción entre respuestas fi-
siológicas y psicológicas es vaga, pero conveniente. Una respuesta fisiológica
es aquella en que no participan particularmente los niveles más altos del sis-
tema nervioso central, aunque puede operar a través del sistema sensorial
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343
cambios en la presión de la sangre, en el suministro de sangre, en la respira-
ción y en el metabolismo. Con las intensidades de vibración que ordinaria-
mente se encuentran en la práctica, estos efectos son débiles y temporales
y posiblemente están relacionados con la reacción subjetiva de malestar. 7
Otro aspecto de estas respuestas sistemáticas involucra a las glándulas endo-
crinas, una de cuyas funciones parece que es la adaptación del cuerpo a las
diversas tensiones aplicadas. Se han observado cambios notables en el ciclo
de celo, desarrollo y longevidad de ratas expuestas durante días o semanas a
vibraciones de 2 a 4 cm de amplitud, a 2,3 CpS.8 Tiene lugar una rápida caída
en el contenido de ácido ascórbico (vitamina C) de las glándulas suprarrena-
les de la rata después de unos pocos minutos de exposición a vibraciones de
baja frecuencia, y esta caída se hace más grande conforme se incrementa la
aceleración vibratoria.9 Tales hallazgos son probablemente aplicables a los
humanos, pero no existe evidencia directa de que esté sucediendo aún.
La sensación de malestar, e incluso la náusea y el vértigo, en campos so-
noros intensos de alrededor de 145 db es una respuesta fisiológica, en cuanto
que intervienen los órganos sensoriales y el sistema nervioso autónomo. Sin
embargo, como en las enfermedades motoras, parece que existe interacción con
los niveles más altos del sistema nervioso central. Muchos factores subjetivos
pueden jugar su papel en estas reacciones, que están lejos de ser bien cono-
cidas más allá del nivel de la observación casual o de la anécdota.
Respuestas (subjetivas) psicológicas. La vibración puede afectar la actitud
del individuo, sus sentimientos y su rendimiento en el trabajo. Le puede gus-
tar, disgustar o tenerle sin cuidado. Los efectos pueden ser respuestas más
o menos directas a la vibración o pueden implicar experiencias y asociaciones
emotivas. Las respuestas subjetivas son obviamente de gran importancia prác-
tica, pero son de mayor dificultad de registrar o interpretar con algún grado
de fiabilidad. La percepción de la vibración, aunque subjetiva, es al menos ca-
paz de ser estudiadas con fiabilidad si se toman las precauciones adecuadas.
Los niveles de malestar o tolerancia son, sin embargo, excesivamente difíciles
de tratar.
La comparación de los datos de malestar y tolerancia provenientes de fuen-
tes diferentes, obtenidos con intenciones diferentes por observadores con dife-
rentes formaciones, muestran, sin embargo, una coincidencia bastante sor-
prendente dentro de un factor de alrededor de tres (Fig. 11.4).1° Los datos son
solamente para exposiciones de 5 a 20 min, y tanto la vibración vertical como
la horizontal han de ser combinadas para conseguir suficiente material para
la comparación. La experiencia personal del autor, así como la de otros diver-
sos trabajos con vibraciones mecánicas, inclinan a creer, sin embargo, que para
exposiciones de pocos minutos se pueden soportar sin severo malestar acele-
raciones vibratorias por encima de 1 g, superiores a 20 cps, y probablemente
más a frecuencias más altas, donde la transmisión a través del cuerpo es menor
y las amplitudes son lo suficientemente pequeñas como para ser bien sopor-
tadas por los talones u otros tejidos suaves. Existe poca información con
respecto a exposiciones largas a la vibración. Los pilotos de aviación y los
conductores de camiones lo encuentran muy fatigante, pero no existen estu-
344
dios adecuados en este sentido. La fatiga es un fenómeno difícil de determinar
y más complicado aún de medir.
El efecto de la vibración sobre el rendimiento del trabajo no se conoce
aún. Obviamente, la interferencia mecánica con la agudeza visual y rendimien-
to de los movimientos musculares delicados puede ocurrir a amplitudes bas-
tante pequeñas. La perturbación en la agudeza visual, que tiene un máximo
en el rango de los 40 a los 80 cps, ha sido atribuido a algún tipo de resonancia
del globo ocular, pero los problemas aumentan a frecuencias más bajas cuando
las amplitudes son lo suficientemente grandes. 7
Hasta el presente, los problemas de rendimiento en el trabajo han de ser
estudiados individualmente con poca probabilidad de poder usar los resultados
de un estudio en otra situación diferente.
Respuestas patol6gicas a la vibraci6n (accidentes). No es corriente, afor-
tunadamente, la invalidez permanente causada por la vibración. Los problemas
mayores son aquellos que provienen de la pérdida auditiva a causa de niveles
sonoros altos y la invalidez manual del uso continuado de herramientas vi-
brantes. Existe una amplia literatura clínica sobre las características de la
invalidez por herramientas manuales que son conocidas como «dedos blan-
cos», «manos muertas», «enfermedad del martillo neumático» y «fenómeno
de Raynaud».ll Estas condiciones se caracterizan por dolor, entumecimiento
y cianosis de los dedos expuestos al frío. A veces se evidencia algún daño en
las uniones; otras veces existe enfermedad y entumecimiento de los dedos.
La combinación exacta de síntomas varía con la amplitud y frecuencia de la
vibración y con la forma de usar la herramienta. El espectro de la vibración
muestra muchos armónicos de gran amplitud por encima de varios miles de
ciclos por segundo. Muchas de estas máquinas pueden, en efecto, producir
golpes agudos repetidos, más bien que vibraciones uniformes. Los martillos
neumáticos o perforadoras manuales, las devastadoras y las pulidoras son
todos fuentes posibles de problemas. Las máquinas eléctricas de alta velocidad
parecen menos aptas para producir daño que las lentas y pesadas. Se ha hecho
un intento para producir lesiones experimentales controladas. Grupos de ratas
fueron expuestas durante diez a doce horas por día, con un total de unas
mil horas, a vibraciones de 8 a 9 g Y 60 Y 120 CpS.12 Se observaron cambios
en las respuestas de los vasos sanguíneos al frío y fueron observadas variacio-
nes crónicas en la aparición de capilares en las garras. Estos resultados son
un paso importante en la comprensión del proceso de la enfermedad.
345
das las situaciones. No se puede decir nunca «tengamos tan poca vibración
como nos sea posible». El establecimiento de criterios claros o niveles de to-
lerancia es en el presente una meta más que una posibilidad inmediata.
Desde el punto de vista de la salud pública, no se desean enfermedades,
ni molestias, ni problemas. Desgraciadamente, estos asuntos no son ni unifor-
mes ni bien controlables. Nadie quiere privarse de dormir a causa de ruidos
excesivos o golpes en su casa, pero lo que para un hombre es soporífero,
puede producir insomnio en otro. Un hombre guardará sus problemas para
sí mismo; otro se quejará ruidosamente. Frente a este problema, la palabra
«tolerancia) significa lo que es aceptable para un grupo social dado.
En la industria, el cuadro es diferente. El tiempo de exposición se limita
según las horas trabajadas. La molestia es menos importante, ya que la actitud
prevaleciente es que se le paga para eso. El problema del daño o del malestar
extremo permanece, sin embargo, en la medida permitida por la costumbre
y por los costes de indemnización del trabajador, existiendo una fuerte ten-
tación para pensar solamente en función del rendimiento monetario directo.
La palabra ((tolerancia» se refiere así a la capacidad del trabajador y la direc-
ción para conformarse con las exposiciones a la vibración.
Para las Fuerzas Armadas el problema es bastante diferente. En tiempo
de paz, las actitudes tienden a aproximarse a las de la industria. En tiempo
de guerra, sin embargo, el factor de efectividad militar supera a cualquier
otro. El perjuicio personal no es deseable bajo ningunas condiciones, pero la
guerra es un asunto de vida o muerte y se pueden dar pasos para reducir la
exposición a tales riesgos mecánicos en tanto que mejoran, o al menos no dis-
minuyen, el rendimiento en la lucha. Otro factor que interviene es que, en la
guerra, el coste es un asunto pequeño en realidad, aunque muchos desarrollos
militares tienen lugar durante tiempo de paz. Además, la lucha normalmente
constituye un esfuerzo tan grande que bien puede valer la pena evitar cual-
quier otra tensión si es ello posible.
Los párrafos anteriores se refieren a exposiciones accidentales no deseadas
a la vibración. Sin embargo, la vibración puede ser también deseada y útil.
La profesión médica utiliza el masaje en terapia física y la vibración es un
medio conveniente de producirla. El ultrasonido ha sido muy popular en Eu-
ropa como cambio de la diatermia, en parte a causa de lo fácil con que puede
ser espacialmente concentrado y en parte a causa de la demanda por sus
efectos mecánicos. Las últimas demandas no han sido cubiertas; pero como
ocurre a menudo, se requieren largas series de pruebas y experimentos con-
trolados para la evaluación final de cualquier procedimiento.
Las grandes diferencias entre estos puntos de vista y los inevitables sola-
pamientos de sus áreas de influencia sirven sólo para complicar el asunto.
Deberían, sin embargo, enfatizar la necesidad de un conocimiento más profun-
do de la producción, efectos y control de la vibración para la educación con-
tinuada de todas las partes relacionadas que pueden estar en posición de hacer
algo sobre ello.
Los métodos de reducción de la exposición a la vibración son muchos.
Puede haber reducción en la fuente, o por la construcción de barreras o cons-
346
trucciones aislantes. Puede utilizarse la protección sobre el mismo hombre.
Puede reducirse el tiempo de exposición, bien cambiando a los trabajadores
o por rotación en la tarea. Finalmente, puede existir la resignación del hombre
a la exposición. Puesto que la exposición puede ocurrir en las minas, las fá-
bricas, las tiendas pequeñas, durante los viajes e incluso en casa, las técnicas
para el control de la vibración deben ser adecuadas a la ocasión y a las
reacciones del sujeto, y a veces cristalizadas en ley.
Criterios
Las aplicaciones prácticas de los hechos que se refieren a los estímulos
nocivos requieren el establecimiento de criterios, límites seguros, niveles de
tolerancia o como se le quiera llamar. Es de esperar que la discusión prece-
dente ha puesto en claro que existe todavía mucho que aprender antes de que
se puedan justificar criterios numéricos para la exposición del hombre a la
vibración mecánica. Parte de los problemas provienen del hecho de que a
menudo es muy difícil evitar la vibración. Obviamente, cuanto mayor es la
dificultad para controlar la vibración y más hay que arriesgar en tiempo,
dinero y realización, más difícil es poner límites aceptables. Para evitar frus-
traciones completas, sin embargo, el autor está obligado a suministrar algunos
valores tentativos y esperar entonces que los trabajos futuros o bien los jus-
tifiquen o suministren una razón para modificarlos. De momento, la única
posibilidad parece ser el uso de algo como la figura 1104 o un equivalente. 13
Esto exige una comprensión clara de las limitaciones. Los datos se refieren
a datos subjetivos producidos en hombres adultos, de pie o sentados sobre
plataformas o sillas que vibran vertical u horizontalmente. Los tiempos de
exposición son del orden de un cuarto de hora. Se puede esperar que los
sujetos tolerarán más vibración en tiempos más cortos y menos en tiempos
más largos de exposición. No existe una definición clara de tolerancia. No exis-
ten especificaciones de la motivación de los sujetos o del tipo o complejidad
de las tareas que se pueden realizar mientras se está expuesto a la vibración.
Los datos son aplicados a formas de ondas simples a frecuencias singulares en
un rango limitado.
Estructura anatómica
El cuerpo humano es requerido para realizar una multitud de funciones
complejas interrelacionadas; así que no es sorprendente que sea también una
estructura mecánicamente intrincada. Tiene componentes sólidos suaves y du-
ros, con reservas de líquido y gas. Estructuralmente, consiste en un esqueleto
de huesos duros, cuyas piezas están todas enlazadas y cuyos movimientos se
controlan por grupos musculares. Los órganos viscerales suaves están sopor-
tados en su interior.
347
En la figura 11.5 se muestra un croquis del esqueleto. La columna verte-
bral ligeramente arqueada forma el elemento estructural central. Consiste en
un cierto número de vértebras individuales que son elementos aproximada-
mnte cilíndricos que soportan el peso y que están separadas por almohadillas
fibrocartilaginosas. El cráneo se sitúa en el extremo superior de esta colum-
na y cerca del extremo inferior se fusionan diversas vértebras para formar
el sacro, que se aloja estrechamente en los huesos de la pelvis para formar la
cintura pelviana. En la parte inferior de cada lado de esta cintura existe un
348
agujero aproximadamente hemisférico dentro del cual se acopla la cabeza del
fémur. Debajo del fémur están la tibia y el peroné, que a su vez descansan
sobre el tobillo y los complejos huesos del pie.
Las uniones intervertebrales están separadas por almohadillas fibrocartila-
ginosas, los discos intervertebrales. Las uniones de la cadera, la rodilla y el
tobillo tienen lechos cartilaginosos sobre sus superficies articulares. El pie
tiene una almohadilla de tejido conjuntivo resistente en la parte inferior y
un complejo hueso que actúa para distribuir las cargas aplicadas. En posición
sentado, las nalgas suministran una almohadilla gruesa para el aislamiento.
Todas estas uniones se mantienen juntas primariamente por los ligamentos,
que son flexibles y correosos, pero relativamente inextensibles. Estos ligamen-
tos forman un enlazamiento más o menos en zigzag que permite el movi-
miento. La junta sacroilíaca se mantiene estrechamente unida y casi inamo-
vible. La caja torácica y la zona de los hombros están soportadas de una forma
relativamente vaga, dependiendo, de una forma considerable, de los músculos
tanto como de los ligamentos para su soporte. En la posición de pie ideal,
una línea vertical trazada a través del centro de gravedad pasa a través de la
vértebra sacra superior y lumbar inferior ligeramente por detrás del hueco de
la junta de la cadera, un poco enfrente de la junta de la rodilla y de las juntas
del tobillo. Hacia arriba, la línea pasa enfrente de la curva torácica de las
vértebras y finalmente a través del soporte de la base del cráneo. Los golpes
verticales pueden ser recibidos por compresión de la almohadilla de las juntas,
siendo los cartílagos relativamente suaves. En la pelvis existe a menudo un
ligero momento hacia adelante, especialmente en los adultos más viejos. La
acción de los golpes sobre la columna vertebral puede ser tanto un dobla-
miento o estiramiento como una compresión de las almohadillas interverte-
brales. Aunque el cuerpo tiene simetría lateral, no se encuentran fuerzas
laterales o momentos de giro si el cuerpo permanece en postura asimétrica.
La musculatura del cuerpo, soportada desde el esqueleto por los tendones
y entrelazada con una red de fibras de tejido conjuntivo, forma una estructura
sustentante secundaria para el esqueleto y sus uniones. La grasa y la piel
también contienen cantidades de tejidos conjuntivos sustentantes.
En compresión, los tejidos suaves se asemejan al agua en sus propiedades
mecánicas, pero a cortadura se aproximan a un gel rígido no lineal con pér-
didas internas; aSÍ, pues~ suministran un considerable amortiguamiento para
el movimiento vibratorio. En el interior de la caja torácica y la cavidad abdo-
minal están los órganos viscerales (Fig. 11.6). Son elementos de tejidos sua-
ves, encapsulados separadamente para deslizarse separadamente los unos sobre
los otros, y están soportados, individualmente, por membranas y ligamentos
suspensorios, y colectivamente, por el hueso, los músculos y los tejidos con-
juntivos que los rodean. Sus pesos van desde unos gramos a varios kilogramos
y la mayoría de las membranas sustentantes son fácilmente extensibles. Los
riñones están embebidos en tejidos grasientos encerrados en una funda de teji-
do conjuntivo que los mantiene en una depresión en la parte posterior de la
cavidad abdominal. El estómago está soportado por el esófago y por el dia-
fragma, que es una gran lámina de músculos que separan la cavidad torácica
349
FIG. 11.6. Diagrama de la distribución de las vísceras.
350
longitudinalmente a través de agujeros en las vértebras alineadas con liga-
mentos pesados para formar un tubo y está también bañado en líquido.
Los líquidos del cuerpo son: 1) la sangre (5 o 6 litros) que se encuentra
en el corazón, las arterias y las venas y vasos capilares; 2) el fluido celulo-
espinal (100 a 150 cc) que rodea el cerebro y el cordón espinal y está también
contenido en el interior del cerebro en las cavidades ventriculares; 3) el fluido
intersticial encontrado por todo el cuerpo bañando todas las células y los
tejidos, pero no en grandes cantidades, y 4) los líquidos contenidos irregular-
mente en el estómago, los intestinos y la vejiga. Los gases se presentan en la
cavidad oronasal, la tráquea, los pulmones y, a menudo, en el estómago y los
intestinos. Los últimos órganos contienen cantidades variables de materia só-
lida de cuando en cuando.
Propiedades mecánicas de las células y los tejidos. Las células son las
unidades constituyentes de todos los organismos vivos. Las células animales
(incluyendo las humanas) varían de tamaño, desde 0,0002 a 0,02 cm. Pueden
ser de forma esférica, irregular, columnarias o planas, con una estructura
interna compleja. Contienen 60 a 80 por 100 de agua mezclada con sales,
351
intercelulares. La sangre es un líquido que contiene casi el 50 por 100 en
volumen de células rojas con forma de disco de alrededor de 0,0008 cm de
diámetro junto con, relativamente, pocas células blancas con formas irregula-
res, que son generalmente un poco mayores. Los huesos contienen muchas
células, pero están embebidas en una matriz de sales de calcio que le dan su
calidad de rigidez.
La estructura del hueso es bastante compleja (Fig. 11.7). Existe una capa
exterior de hueso compacto duro bajo la cual hay un hueso más blando, de
apariencia esponjosa, colocada de tal manera que produzca un máximo de re-
sistencia a las tensiones que se encuentran normalmente. La médula de algunos
huesos contiene tejidos formados de sangre. En la tabla 11.1 se dan algunos
valores representativos de las propiedades físicas, que pueden variar conside-
rablemente. Han sido hechas pocas de estas mediciones.
Los tejidos suaves exhiben una amplia variedad de estructuras. Los múscu-
los estriados (voluntarios) consisten en haces paralelos de células largas y del-
gadas que pueden estar en un estado contraído o relajado. El control de las
contracciones se suministra a través de las fibras nerviosas que operan sobre
352
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encontrada para los tejidos suaves. En la tabla 11.3 se dan algunos valores
estimados de las propiedades mecánicas de los tejidos musculares suaves.
353
23
Tabla 11.3. Propiedades acústicas de los tejidos suaves
354
vibra verticalmente se ha medido en el rango que va desde 0,5 a 100 eps
(figura 11.10).21 La curva frecuencia-fase muestra que el cuerpo se comporta
como una masa unitaria por debajo de los 3 cps. Existe también una inversi6n
de fase que corresponde a un máximo de la amplitud de la impedancia e indi-
ca una resonancia. Este punto de resonancia es fácilmente observado sobre
una máquina vibratoria y se puede relacionar al fen6meno de una inversión
de la fase del movimiento de la cabeza con respecto al torso. Esto sugiere que
posiblemente la cabeza y el cuello (o al menos la columna vertebral superior)
actúa como una combinación masa-muelle. Se ha investigado también que la
respuesta transitoria del cuerpo al impacto repentino producido durante los
experimentos aéreos de eyecci6n del asiento del piloto muestran una oscila-
ci6n libre de la columna vertebral cerca de los 14 cps. El gráfico también
muestra una segunda inversi6n de fase cerca de los 40 cps, pero no corres-
ponde un pico en la curva de amplitud. En cualquier caso las masas y muelles
efectivas aparentes debe esperarse que cambien de una parte del rango de
frecuencias a otra. Estos datos están basados en, relativamente, pocas medi-
ciones; y aunque las características generales son probablemente uniformes,
los valores numéricos se puede probar que son bastante variables de un sujeto
a otro. Se debe enfatizar también que los cambios en el modo de excitaci6n
o en las posturas del cuerpo no necesitan necesariamente ser grandes para
producir resultados apreciablemente diferentes. En el caso de un hombre
sentado sobre una plataforma que vibra verticalmente, las características de
impedancia no parecen ser muy diferentes de las de un hombre de pie, pero
el primer cambio de fase ocurre a una frecuencia ligeramente más alta. 21
Se ha estudiado el comportamiento del t6rax aplicando presiones de aire
oscilantes a la boca y midiendo el movimiento de las paredes abdominales
y del t6rax y aplicando presiones alternativas al exterior de un cuerpo colo-
cado en un respirador modificado Drinker y anotando las respuestas en la
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3 5 10 20 30 50 100
MUELLE
355
boca. 22 Los datos indican, de momento, que existen respuestas resonantes. Para
la excitación en la boca, las paredes del tórax y del abdomen se mueven en fase
a 1 a 2 cps, con un retardo que se incrementa gradualmente de las áreas bajas
conforme se incrementa la frecuencia. Cerca de los 4 cps, el movimiento del
cuerpo entero, medido con un balistocardiógrafo, es máximo. La presión y el
flujo están casi en fase cerca de los 6 cps. De 5 a 8 cps, la pared abdominal
muestra respuesta máxima. En el rango de 7 a 11 cps, la velocidad de la pared
torácica anterior está en fase con la presión del aire en la boca.
La impedancia mecánica del área de la pared del tórax se ha determinado
a partir de su respuesta a un pistón en vibración, aplicado a la superficie
anterior. 23 •24 Parece ser cero la reactancia mecánica cerca de los 600 cps. Es
dudoso que esta figura tenga alguna relación con las características internas
de la cavidad del tórax. Posiblemente la curvatura de las costillas y los tejidos
superficiales movidos de esta forma son los principales factores contribuyentes.
Los valores de la resistencia obtenidos fueron del orden de 104 dinas-segundo
por centímetro.
100.
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o ción vertical a través del cuerpo de
O L..~--J...-,--.J...2..~~~~oo=~~~
un hombre de pie, desde la platafor-
O 20 40 69 80 lOO 120 140 ma a la cabeza. Pruebas en diez su-
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO jetos. (Según Coermann.7)
356
de 1/3 a 2/3 entre la superficie de la herramienta en contacto con la palma,
donde la amplitud fue cerca de 0,5 mm, y el reverso de la mano. Entre la mano
y el codo tuvo lugar una pérdida adicional y no se detectó ninguna vibración
en el hombro. Las medidas incluían observaciones sobre la transmisión de los
armónicos de la velocidad de funcionamiento por encima de los 5000 cps,
pero no fueron suficientemente precisas para detectar alguna tendencia espe-
cial con la variación de la frecuencia.
Otro tipo de estudio sobre las propiedades mecánicas, a bajas frecuencias,
del cuerpo se relacionan con el balistocardiógrafo. Esta es una máquina que
registra los desplazamientos mecánicos del cuerpo como reacción a los latidos
del corazón. Es de interés considerable para los médicos fisiólogos como un
indicador del comportamiento mecánico del corazón y su expusión de sangre
a la aorta. Con cada impulso cardíaco, el corazón se contrae, cambia de posi-
ción ligeramente y obliga a la sangre a introducirse en la aorta, que efectúa
un giro de 1800 sobre el corazón para llevar la sangre arterial al dorso. Simul-
táneamente, la sangre es bombeada a través de la arteria pulmonar a los
pulmones para la reoxigenación. El impulso mecánico cardíaco viaja por la
estructura corporal hacia el exterior. Si el sujeto está tendido sobre una plata-
forma suspendida, su movimiento refleja el latido de su corazón. Sin embargo,
existe una distorsión considerable del impulso entre el corazón y la superficie
externa del cuerpo. La exposición de los individuos tumbados a vibraciones
horizontales de baja frecuencia con la cabeza, brazos y piernas, sin entrar en
contacto con la plataforma, ha llevado a la observación de que la masa cor-
poral resuena a los tres cps, correspondiendo a una elasticidad a cortadura
de la piel de la espalda de 25 kgjm para un hombre de 70 kg Y un «Q» mecá-
nico alrededor de 3. 27 En suma, el diafragma, el hígado y otras vísceras abdo-
minales juegan algún papel en la transmisión. Los registros del balistocardió-
grafo son, en efecto, respuestas transitorias del sistema corporal al impulso
interno. De aquí se deduce que los impulsos cardíacos no pueden ser vistos
hasta que se conozcan los efectos de la red de transmisión. Usando una red
equivalente, basada en una estimación del cuerpo y los órganos característicos,
se puede obtener lo que sería un impulso cardfaco puro, que es casi una
semionda sinusoidal. Los datos precedentes se refieren principalmente a la
parte del rango de frecuencias más bajo. Conforme se incrementan las fre-
cuencias, los modelos paramétricos aproximados se hacen menos satisfacto-
rios y es preferible tratar el cuerpo como un medio continuo complejo para
la propagación de la onda. Es evidentemente más conveniente en relación con
la exposición del cuerpo al sonido aéreo. Medidas de impedancia mecánica
se han hecho usando un pistón vibrante o un tubo de aire resonante aplicado
a la superficie del cuerpo. Esto se ha hecho para diversas regiones, sobre un
rango de frecuencias más amplio y con diversos pistones o diámetros de
tubos. 20 La figura 11.12 muestra algunas resistencias y reactancias de la super-
ficie del muslo; la figura 11.13 muestra datos similares para la superficie del
estómago; la figura 11.14 da valores para la parte superior del brazo. La
consistencia de los datos es bastante buena, considerando las dificultades de
tales medidas.
357
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Los coeficientes de absorción para las superficies de los tejidos suaves del
cuerpo se pueden calcular fácilmente a p~rtir de las impedancias, pero tales
cálculos dan solamente la fracción de energía absorbida cuando el área indu-
cida es como se especifica. La absorción por unidad de área decrece marcada-
mente conforme aumenta el área inducida, y las indicaciones son que sólo un
poco por ciento de la energía sonora incidente se absorbe en el cuerpo cuando
358
está expuesto entero al campo de frecuencias a bajas frecuencias, disminu-
yendo la absorci6n conforme se incrementa la frecuencia. Debe ser tenido
en cuenta que estos valores se refieren a superficies del cuerpo descubierta.
La presencia de los vestidos debe incrementar la energía absorbida. No debe
olvidarse esto al evaluar los efectos de la exposici6n a sonidos muy intensos.
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Gierke y otros,zO) FRECUENCIA EN CICLOS POR SEG.
lOS , . - - - - ¡ - - - - , - - - - ¡ - - - - r - - - - - ,
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en REACTANCIA
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o FIG. 11.15. Impedancia ofrecida a una
z esfera vibrante de 1 cm de diámetro
UJ 103 r-----:f-j-----r---/----+-____i
~
por un medio viscoelástico, con una
(.) elasticidad volumétrica de 2,6 X 1010 di·
~ nasfcm2, una viscosidad volumétrica
~ 10 2 --r--+---!---+----j--~ igual a O, una elasticidad cortadura
a. de 2,4 X 104 dinasfcm2 y una viscosi-
~
dad cortadura = 150 dinas-segfcm 2• Los
10 L...----:.:...~ _ _-'--_ _l . . - - _ ~_ ___I
valores marcados son medidas experi-
la 10 2 10 3 10 4 10 5 10~ mentales en la superficie del cuerpo.
F~ECUENCIA EN CICLOS POR SEG. (Según Oestreicher. 28 )
359
pecto a los valores y a las características de frecuencia sobre el rango de 20
a 20000 cps (Fig. 11.15). Los valores mejor ajustados de los parámetros de la
piel coinciden bastante bien con las estimaciones basadas en otros métodos.
La viscosidad y elasticidad a cortadura de los tejidos suaves dados en la
tabla 11.3 se obtuvieron de esta manera.
Como un recordatorio de la no linealidad y variabilidad de los tejidos vi-
vos. se muestra en la figura 11.16 el efecto de la presión del elemento excitan-
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(!) 2 FIG. 11.16. Efecto de la distorsión de-
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bido a la sobrecarga de la superficie
del cuerpo sobre los valores de la
impedancia medida en dos sujetos ex-
perimentales A y B. (Según Franke. 24 )
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FIG. 11.18. Efectos de la sobrecarga t.l
Q. - 5 '--_---J-_ _' - - _ - : -_ _L . - _ - l
de la impedancia en el mastoideo. ~ o 200 400 600 800 1000
(Según Franke.31) FUERZA APLICADA EN GRAMOS
sobre los tejidos vivos por debajo de varios cientos de kilociclos por segundo.
Recientes desarrollos en el uso de ultrasonidos de alta frecuencia para diag-
nosis y terapia, han estimulado, sin embargo, a trabajar hacia la investiga-
ción de las propiedades físicas de los tejidos a frecuencias más altas. Aquí
la longitud de onda del sonido es bastante pequeña, alrededor de 1,5 mm a un
megaciclo. En este rango de frecuencias, la acústica geométrica es una aproxi-
361
mación mejor y la absorción de los tejidos es apreciable. Sin embargo, los
cambios de medio, tejido suave, hueso y aire son importantes, ya que se
crean ahí ondas estacionarias localizadas. Este rango de frecuencias es de
poco interés en control de ruido, pero algunos de los estudios contribuyen a
informar sobre las propiedades físicas generales de los tejidos. La velocidad
del sonido y las medidas de impedancia acústica muestran que los tejidos
suaves difieren relativamente poco del agua. Las medidas de absorción indican
que en este rango de frecuencias los valores de la absorción aumentan lineal~
mente con la frecuencia. Este comportamiento es de interés teórico conside~
rabIe en relación con la estructura fundamental de los tejidos y se encuentra
también en algunos polímetros altos, pero no se ha obtenido aún una expli~
cación satisfactoria. A frecuencias por encima de los 10 megaciclos por se-
gundo, las pérdidas internas en los tejidos empiezan a ser muy altas. Las lon-
gitudes de onda se aproximan a las dimensiones celulares y la dispersión
interna puede ser muy importante.
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21. von Békésy, G.: Akust. Z., 4: 360 (1939).
22. Dubois, A. B., A. W. Brody, D. H. Lewis y B. F. Burgess, Jr.: Federation Proc.,
13: 38 (1954).
23. Bárány, E.: Acta Med. Scand., 111: 252 (1942).
24. Franke, E. K.: U.S.A.F. Tech. Rept. 6469, abril, 1951.
25. Loeckle, W. E.: Arbeitsphysiologie, 13: 79 (1944).
26. Agate, J. N., y H. A. Druett: Brit. ¡.Ind. Med., 4:141 (1947).
27. von Wittern, W. W.: U.S.A.F., WADC Tech. Rept. 52-340, noviembre, 1952.
362
28. Oestreicher, H. L.: ¡. Acoust. Soco Amer., 23: 707 (1951).
29. von Békésy, G.: ¡. Acoust. Soco Amer., 20: 749 (1948).
30. Franke, E. K.: U.S.A.F., WADC Tech. Rept. 54-24, noviembre, 1954.
31. Franke, E. K.: ¡. Acoust. Soco Amer., 24:410 (1952).
32. Bárány, E.: Acta Oto-Laryngol., Suppl. 26: 56 (1938).
33. Morton, J. Y.: ¡. Acoust. Soco Amer., 25: 159 (1953).
34. Parrack, H. O., D. H. Eldredge y H. F. Koster: U.S.A.F., Air Materiel Command,
Memorándum Informe MCREXD-695-71B. 24 de mayo de 1948.
363
Capítulo 12
CHARLES E. CREDE
DEFINICIONES
365
velocidad tangencial del punto P sobre el círculo y la amplitud de aceleración
es la aceleración centrípeta asociada al movimiento del punto P sobre la cir-
cunferencia..
Excursión. En la definición de movimiento armónico simple se designa a
veces excursión al diámetro de la circunferencia. Es dos veces la amplitud de
desplazamiento y se le denomina a veces la amplitud de desplazamiento doble,
o pico a pico para distinguirla de la amplitud de desplazamiento.
Vibración libre. Vibración libre es el movimiento vibratorio que ocurre
cuando un sistema elástico es desplazado de su posición de equilibrio y es
abandonado.
Vibración forzada. Cuando la vibración resulta de la aplicación de una
fuerza externa periódica, se le llama vibración forzada.
Vibración transitoria. Se llama vibración transitoria a cualquier vibración
en un sistema vibrante que tiene lugar durante el tiempo requerido para que
el sistema se adapte por sí mismo desde unas condiciones de las fuerzas a
otras distintas.
Vibración permanente. Después de que sobre un sistema ha actuado un
definido tipo de fuerzas durante. un tiempo suficiente, éste se comportará
según un ciclo definido. Se le llama vibración permanente.
Frecuencia natural. Es la frecuencia de la vibración libre.
Frecuencia forzada. Es la frecuencia asociada con un movimiento o una
fuerza que varía armónicamente sobre un sistema.
Resonancia. Cuando sobre un sistema actúa una fuerza externa de tipo
armónico, cuya frecuencia iguala la frecuencia natural del sistema, la amplitud
crece y se dice que el sistema está en un estado de resonancia.
Amortiguación. Se conoce como tal a cualquier influencia que extrae
energía de un sistema vibrante.
Angulo de fase. Si se representa el movimiento armónico simple por la
rotación de un vector que pasa por el punto P, el ángulo de fase de dos movi-
mientos es el ángulo, menor que 180°, entre dos vectores rotando a la misma
frecuencia angular.
Transmisibilidad. Transmisibilidad se define como la relación entre el
desplazamiento o amplitud de fuerza resultante y el desplazamiento o ampli-
tud de fuerza aplicada.
Deflexión estática. La deflexión del muelle o un sistema elástico, resul-
tante del peso muerto de la carga soportada.
366
LISTA DE SIMBOLOS
a = radio W = peso
b = coeficiente de amortiguación x = desplazamiento lineal
bc = coeficiente de amortiguamiento y = desplazamiento lineal
crítico y = módulo de elasticidad a tensión
d = def1exión estática (módulo de Young)
f = frecuencia, cps y = relación de amortiguación = b/b c
fn = frecuencia natural no amorti- 8 = distancia
guada, cps ~ = decremento logarítmico, sin di-
fn = frecuencia natural no amorti- mensiones
guada en un modo acoplado, cps ~d = decremento, db/seg
F = fuerza € = excentricidad
F f = fuerza de rozamiento de Cou- 'YJ = relación de la amortiguación
lomb horizontal a la vertical
F r = fuerza resultante A = relación de altura a anchura
g = aceleración de la gravedad g = factor de corrección, como se
G = módulo de elasticidad a corta- define en el texto
dura p = radio de giro
h = altura T = tensión de cortadura
1 = momento de inercia cf> = desplazamiento angular
1 = impulso w = frecuencia de la fuerza, radia-
K = rigidez lineal nes por segundo
K r = rigidez de rotación El subínce O indica amplitud; esto es,
l = longitud valor máximo de un parámetro va-
m = masa riable
mu = masa desequilibrada Los subíndices x, y, z indican asocia-
mc = masa de la biela ción con el eje coordenado de la
m p = masa del pistón misma designación
n = número de arrollamientos, so- Un acento simple indica la derivada
portes, etc. primera con respecto al tiempo
t = espesor, tiempo Un acento doble indica la derivada
T = transmisibilidad segunda con respecto al tiempo
w = anchura
367
~-f\Mt (a)
I I
f~ ~t
(b)
-·_·~t
ciones permanentes y transitorias:
(a) Vibración permanente con una
frecuencia simple; (b) vibración tran-
sitoria amortiguada a una frecuencia
I(e)
simple, y (e) vibración transitoria no
periódica irregular.
368
10 lOO 1,000
FRECUENCIA (f >. C.P. s.
FIG. 12.2. Diagrama para el movimiento armónico, mostrando la relación entre
la frecuencia y las amplitudes de desplazamiento, velocidad y aceleración.
(Crede.I)
Vibración libre
La vibración se ongma generalmente al aplicar a un sistema elástico una
fuerza fluctuante o un par. En la discusión siguiente, el sistema elástico se
representa esquemáticamente por el sistema amortiguado de un simple grado
de libertad, ilustrado en la figura 12.3. Este sistema consiste en un cuerpo
369
24
rígido, obligado por dos guías sin rozamiento, a moverse sólo en dirección
vertical, un muelle sin masa (véase el apartado sobre Ondas permanentes, en
el Cap. 13, para conocer los efectos en la onda cuando se considera la masa
del muelle) y un amortiguador sin masa, cuyas propiedades se discutirán en
detalle más tarde. Este sistema se conoce como sistema de un solo grado de
libertad, porque su situación puede ser definida en cualquier instante por una
única coordenada, la altura del cuerpo con respecto a cualquier plano de
CUERPO RIGIDO
//1'---,=-----.-----'
I.J;,
....-V/SCOSO
GUÁDOR
FIG. 12.3. Sistema de un solo grado
7777/7/7'}';~Y/7Zi~77//7-f s
de libertad, amortiguado viscosa-
mente.
370
vuelve al equilibrio sin oscilación cuando se le desplaza; es decir, no tiene
frecuencia natural, como puede verse sustituyendo b = be en la expresión
anterior.
Excepto en circunstancias especiales, el amortiguamiento es relativamente
pequeño y su influencia sobre la frecuencia natural puede ser despreciada.
Haciendo el coeficiente de amortiguamiento b igual a cero, el sistema se
transforma en un sistema de un solo grado de libertad no amortiguado, cuya
frecuencia natural viene dada por las siguientes expresiones:
1 '\ I K r
tn= 27T VT cps (12.4)
371
lineales K/2 colocados como se muestra en la figura 12.5b, la frecuencia na-
tural no amortiguada de giro está dada por la ecuación siguiente:
C/)
\
b Q.
,Q,
-
o
I ,
68,0 c:
O+- ,,
el)
..J
<X
I
:le
~
45,3 a:
:::>
~
<X " ro-.
~
l' 1'>- lV
Z
ro,
<X
N
a:
LLI
~ 22,7
34,0
w,_
<X
Ü
z
LLI
:::>
o'
LLI
~- :,.....-
rrl ......
a::
Lo.. i
11, 3 f-f---+-~--t-:;;l~--f:-L-----=-x ,-++-----i 2,3 4,5 9,1 13,6 18,1 27,2 45,4 68,0
aplicado al muelle causa entonces una desviación Xl' Si se hace vibrar ahora
el sistema con una amplitud relativamente pequeña, puede considerarse que
la vibración consiste en el movimiento de oscilación de un punto a lo largo
de la curva fuerza-desviavión una pequeña distancia a cada lado de una línea
vertical que pasa por Xl' La pendiente K I de una línea recta tangente a la
curva fuerza-desviación en un punto de desviación Xl y peso Wh puede en-
tonces sustituirse en la ecuación (12.3) para obtener la frecuencia natural. Este
valor de la frecuencia natural es aplicable sólo para vibraciones de pequeña
amplitud.
Si se incrementa la carga aplicada al muelle lineal, se incrementa el valor
372
de W en la ecuaClOn (12.3), mientras que el valor de K permanece constante.
La frecuencia natural del sistema disminuye, por tanto, con un incremento de
la carga soportada, como se indica en la curva a de la figura 12.7. Para cargas
relativamente pequeñas, aplicadas al sistema b de la figura 12.6, se obtiene un
resultado similar. Para cargas mayores, la rigidez aumenta más deprisa que la
carga y la frecuencia natural aumenta con cada adición de carga, como se
indica en la curva b de la figura 12.7. La frecuencia natural corresponde al
valle de la curva b, es el mínimo que se puede alcanzar en un sistema cuya
curva b fuerza-desviación tiene las características mostradas en la figura 12.6.
Cuando se determina la frecuencia natural de un sistema no lineal, es im-
portante señalar si toda la carga proviene del peso muerto del cuerpo. Si la
carga W 1 representa el peso del cuerpo soportado, el cálculo anterior de la
frecuencia natural es válido para pequeñas amplitudes. El peso de la carga
puede ser solamente W o, como se indica en la figura 12.6, y el incremento
de carga entre W o y W1 puede ser el resultado de una correa motriz, por ejem-
plo. Puesto que existe una desviación x., el valor apropiado para la rigidez es
la pendiente K 1• La carga debida sólo a la masa en el sistema, sin embargo, se
representa por W o• Al usar la ecuación (12.3), el valor de W se debe sustituir
por W o y el valor de K por K 1•
Efecto de amortiguamiento. Si un sistema amortiguado por viscosidad con
amortiguamiento inferior al crítico es desplazado de su posición de equilibrio
y se le permite vibrar libremente, la amplitud de la vibración decrece conti-
r-
I
I
~------- (a)
373
el valor mínimo del coeficiente de amortiguamiento b que puede causar un
retorno gradual sin oscilación, es el amortiguamiento crítico del sistema. Se
relaciona con otra característica física del sistema mediante b c =4Trmlm don-
de b c se expresa en kilogramos por centímetro por segundo, m en kilogramos
por segundo al cuadrado por centímetro y In en ciclos por segundo.
Desde un punto de vista matemático, es conveniente definir el amortigua-
miento referido al amortiguamiento crítico bc. Esto da la relación adimensional
de amortiguamiento b/b c• En sentido físico, el amortiguamiento de un sistema
se evalúa observando la forma de decaer la vibración libre. Utilizando las
amplitudes de vibración en dos ciclos sucesivos de la vibración, el amortigua-
miento del sistema se puede definir mediante el decremento logarítmico. El
decremento logarítmico es el logaritmo natural de la relación entre la amplitud
en cualquier ciclo dado de la vibración y la amplitud en el ciclo siguiente. El
decremento logarítmico ~ se relaciona con la relación adimensional de amorti-
guación b/bc mediante la siguiente ecuación:
(12.6)
374
VIBRACIONES FORZADAS
10
8 %c=O
6 0.05
5
~0.10
4
lA
/J¡~V' r\ro.2O
2
~~~ ~50
l.....- ~ 1.0 .
1.0 ft-...
.... 0.8
\,
\\. ........
o 0.6
~ 0.5
\
l\ '\. " ':>...
X ~
..J 0.4
al
(f) 0.3
%c=I.O/
~/ ~ ""
~
0.50 r\
~
0.20 ~ 'i'.
~ 0.2
0.05, ~
~\
a:
0.10 '\~
....
'~i'.
""
O,
0.1
0.08
,. , " \\
"- ~ ,\. \.
0.06
" ~,\\ \.. ,
0.05
0.04
-" ~, "
0.03
'\ \1\
0.02
\\ "
\ 1\
r\
0.01 r\
0.01 0.2 0.3 0.5 1 2 3 5 10
FRECUENCIA FORZADA ( f )
COCIEN TE FRECUENCIA NATURAL NO AMORTIGUADA fn
FIG. 12.9. Curvas que muestran el cociente entre la amplitud de vibración y la
desviación estática equivalente, en función del cociente de las frecuencias for-
zada y natural no amortiguada. Estas curvas se aplican al sistema viscosamente
amortiguado de un solo grado de libertad, que se muestra en la figura 12.3,
cuando es excitado por una fuerza F=Fo cos 2'TTft aplicada al cuerpo rígido.
375
la fuerza de inercia a la suma de las fuerzas externas aplicadas. Véase ecua-
ción (4.43) de referencia 1.
La amplitud del desplazamiento Yo del sistema viscosamente amortiguado,
se expresa convenientemente en función de números adimensionales como
sigue:
PolK
Yo cm [12.8]
10
In I
-l-~
1
8
11 "'" ::----"b/bc=O' I
~+
6 I
5 ~005
-°l~
I(
4
~.~~
1-
l ~O.lO
-
3 e-
I~~
>-.2
2
I
~020-
l - - f-- .1-1- 1-
o~
Q.
Q:l1J
Z
~~
l1J-I
~ <l:
<.>?: 1.0
L.......:: ~ ~ I
..J~
m
r-... 050
~ ~ 0.8 ........ \\\
....... \ \\
~ ~ 0.6
(3!;i "- \\\
'"'\\~
0.5 f.O
~ \\\
~
:>
é
~
0.4
0.3
l1J<l:
OZ
o ~ 0.2
~
I'~
~<.>
.... <l:
:::¡;
Q.Ul
~ ~ 0.1 11.'\'\
'\\\
0.08 \\\
,
l1J
~
~ 0.06
l1J 0.05 ~
g 0.04
<.>
0.03
~
'\~
0.02
~~
0.01
~
0.1 0.2 0.3 0.5 1 2 3 5 10
COCIENTE FRECUENCIA FORZADA (f 1
FRECUENCIA NATURAL NO AMORTIGUADA fn!
FIG. 12.10. Curvas de transmisibilidad de desplazamiento y fuerza para un
sistema de un solo grado de libertad viscosamente amortiguado. Con referencia
a la figura 12.3, la transmisibilidad de la fuerza es la relación de la fuerza
máxima transmitida a la fuerza máxima aplicada F o• La transmisibilidad de des-
plazamiento es la relación de la amplitud de desplazamiento Yo a la amplitud
del desplazamiento aplicado So.
376
ci6n definida por la ecuaci6n 12.8 se muestra gráficamente en la figura 12.9.
Estas curvas no son las de transmisibilidad en el sentido usual, sino curvas
que muestran la amplitud de desplazamiento Yo asociada con la vibraci6n
forzada de sistema.
El movimiento del cuerpo rígido a menudo es menos importante que la
proporci6n de la fuerza que se transmite, a partir del muelle del amortigua-
dor, al soporte. Las dos partes de la fuerza transmitida no están en fase y,
por tanto, deben sumarse vectorialmente. La transmisibilidad se define como
el valor absoluto de la relaci6n de la suma vectorial de las amplitudes de la
fuerza transmitida a la amplitud de la fuerza aplicada Fo:
(12.9)
X 50
el 1"
:21
~
"-
<r 20 i'-.
~
x [\..
<r 10 '\
~ 8
o
<r 6 I
o 5
:::i 4 l'
iñ 3
¡¡;
ien " t". i
FIG. 12.n. Transmisibilidad
en función de la relación de
guamiento viscoso para un
máxima
amorti-
sistema
<r
a::
~
10.01 0.05
RELACION DE AMORTIGUAMIENTO VISCOSO
0,1
................
,0,,5,
+
1.0
viscosamente amortiguado de
grado de libertad. (Crede.t)
un solo
( ~c)
377
cuando b/bc es igual a cero, y para una relación de frecuencia siempre menor
que la unidad, cuando la relación de amortiguamiento es mayor que cero.
El valor numérico de la transmisibilidad máxima y la relación de frecuen~
cias, a la cual tiene lugar la transmisibilidad máxima, depende sólo de la re~
lación de amortiguamiento b/bc- La transmisibilidad máxima ocurre cuando
f -1 + ,,¡ 1 + 8(b/bc)2
(12.10)
In 4(b/b c)2
378
tres ejes perpendiculares entre sí y tres en los modos rotacionales con respecto
a estos tres mismos ejes. Cualquier vibración puede resolverse en componen-
tes de estos modos.
Cuando los soportes resilientes se localizan asimétricamente con respecto
al eje de gravedad del cuerpo, pueden aparecer acoplados ciertos modos de
vibración translatorios y rotacionales. Un modo acoplado de vibración puede
estar compuesto, por ejemplo, por un componente translatorio y una compo-
nente rotacional sobre un eje que no pase por el centro de gravedad. Si los
soportes se colocan en la parte inferior, como se muestra en la figura 12.21b,
la vibración en el modo translatorio horizontal se acopla a la vibración en el
379
Vibración forzada; dos planos de simetría
Uno de los casos más comunes de vibración en los modos acoplados de
un cuerpo rígido sobre soportes elásticos es el del sistema mostrado en la
figura 12.13. Es un sistema no amortiguado compuesto por un cuboide rígido,
soportado por cuatro muelles situados cerca de las cuatro esquinas inferiores.
Es simétrico con respecto a dos planos verticales coordenados que pasan
por el centro de gravedad, siendo uno de ellos paralelo al plano del papel.
A causa de esta simetría, la vibración en el modo translatorio vertical es des-
acoplada de la vibración en los modos horizontales y rotacional. La frecuencia
natural en el modo translatorio vertical está dada, por tanto, por la ecua-
ción (12.3), donde la rigidez K es la suma de las rigideces K y de la figura 12.13,
y se aplica el análisis de vibración forzada de un sistema de un solo grado de
libertad del apartado de Vibraciones forzadas de este capítulo.
La vibración del sistema está forzada por la fuerza F=Fx cos 27Tlt, aplica-
da en la dirección del eje X a una distancia € sobre el centro de gravedad y
en uno de los planos de simetría. Las ecuaciones diferenciales del movimiento
para el cuerpo en los modos acoplados translatorio horizontal son como
sigue:
mx = - 4K x + 4K a ep + F cos 2'1Tft
x x y x
(12.13)
lep =4K a x - 4K 8;ep - 4K a<p - F € cos 2Trft
x y x y x
",. _~ A 2/p
0/0- 4Ky D (12.14)
donde
380
muelle (altura media si hay simetría desde el principio al final) hasta el centro
de gravedad del cuerpo m, y los parámetros restantes son como se indica en
la figura 12.13.
La vibración forzada del sistema de la figura 12.13 puede excitarse tam-
bién mediante movimientos periódicos del soporte en dirección horizontal,
J__
~
L-
I
Fx
X _· _ _ ·_~'-G-.--
definidos por s = So cos 2'1Tft. Las ecuaciones diferenciales del movimiento para
el cuerpo son:
mx=4Kx Cs-x- oy<f»
(12.15)
lit) =4oyKls - x + Oy</» - 4Kyoi<p
soR! so(BJp)
Xo=-- (12.16)
D D
donde
Los otros términos que aparecen en las ecuaciones (12.16) están definidos
anteriormente.
381
Frecuencias naturales
Dos planos de simetría. En vibraciones forzadas, la amplitud alcanza un
máximo cuando la frecuencia de la fuerza se hace igual a la frecuencia natural.
En un sistema no amortiguado, la amplitud se hace infinita en la resonancia.
La frecuencia natural o frecuencias de un sistema no amortiguado puede así
determinarse escribiendo la expresión para la amplitud del desplazamiento del
sistema en vibraciones forzadas y encontrando la frecuencia de la fuerza a la
cual esta amplitud se hace infinita.
Las expresiones para las amplitudes de desplazamiento del sistema, mos-
tradas en la figura 12.13, están dadas por las ecuaciones (12.14) y (12.16). El
denominador de cada una de estas ecuaciones incluye la expresión D. Las
frecuencias naturales del sistema mostrado en la figura 12.13, en los modos
acoplados translatorio horizontal y rotacional, puede así determinarse igua-
lando D a cero y resolviendo para las frecuencias de la fuerza. Esto da la
siguiente expresión, que define las frecuencias naturales:
382
4.6
4.4
4.2 Y
4.0
3.8
3.6
3.4
3.2
....1 ",3.0
.::.:¿
x 2.8
'I~
...J 2.6
<X
z
o 2.4
¡¡;
2
w 2.2
:E
o<X
2.0
z
o 1.8
<3
S
w 1.6
a::
1.4
1.2
!..!.
l'
=O
1.0
±Q25
±O50
0.6 ±o.15
±1.0
0.6 ± 1.5
0.4 ±2.0
0.2
383
trico con respecto a un plano paralelo al del papel y que pasa por el centro
de gravedad del cuerpo. Los movimientos del cuerpo en los modos transla-
torios vertical y horizontal y en el rotacional, todos en el plano del papel, son
acoplados. El movimiento en estos tres modos acoplados se determina con tres
ecuaciones simultáneas del movimiento del cuerpo:
Ji(> = - </>(I6;nKxn + I6i nKyn) + xI6ynKxn - yI6 xn K Yn + T o sen 21Tft
mx = - xIKxn + </>I6ynKxn (12.18)
mfj = - yIKYn - </>I6xnKYn
--J---
xi
I
FIG. 12.15. Alzado de un cuerpo rígido
sobre soportes elásticos con un plano de
simetría. El sistema es simétrico con res-
pecto al plano XY que pasa a través del
centro de gravedad del cuerpo. (Crede,l)
384
Este denominador, cuando se iguala a cero, da una ecuación cúbica, cuya
variable es f. Así se obtienen tres valores de f, que representan las tres fre-
cuencias naturales del cuerpo en los tres modos acoplados de vibración. En
tanto que los modos son acoplados, cada modo incluye componentes del mo-
vimiento en la translación vertical y horizontal, así como en el giro.
385
2S
se puede conseguir s6lo aplicando directamente el contrapéso al disco, o aña-
diendo 'dos contrapesos al eje, uno a cada lado del disco desequilibrado.
En general, un elemento que gira puede equilibrarse aplicando contrapesos
apropiados' en dos planos preseleccionados. La figura 12.17 ilustra esquemá-
ticamente un eje que tiene cargas desequilibradas F y F ' dispuestas en planos
PLANO. I
FIG. 12.16. Vista esquemática de un FIG. 12.17. Diagrama del método pa-
eje con un disco desequilibrado, mos- ra determinar la magnitud y dirección
trado en líneas continuas. La adición de los contrapesos F Rl Y F R2 para
del disco en líneas discontinuas pue- compensar las fuerzas igualmente des-
de conseguir el equilibrio estático, equilibradas F y F'.
pero no el dinámico.
separados a lo largo del eje del árbol. El conjunto puede equilibrarse aña-
diendo pesos unidos al eje y localizados en los planos 1 y n. La magnitud y
situación de esos contrapesos se determinan del principio del equilibrio está-
tico en los planos que pasan a través del eje y los pesos desequilibrados. Las
ecuaciones (12.20) se obtienen sumando las fuerzas en el plano que pasa por F
y súmando los pares en el mismo plano con respecto a la línea de acción
de F:
(12.20)
386
EQUILIBRADO DE MAQUINAS ALTERNATIVAS
Las 'máquinas que se consideran en este apartado son del tipo de las que
efectúan la transformación de movimiento giratorio a movimiento alternativo,
o viceversa. La máquina puede ser arrastrada por el movimiento alternativo
o por el movimiento giratorio. Los elementos móviles esenciales de tal máquina
son el pistón, la manivela y una barra de conexión o biela. La vibración de la
máquina se origina por la presión del gas aplicada periódicamente al pistón
y por las fuerzas de inercia asociadas con las partes móviles. Las fuerzas de
inercia y los pares resultantes pueden ser sustancialmente equilibrados en cier-
(a)
(b) (e)
387
que tiende a hacer girar el eje de la manivela. La fuerza Flcos ep2 en el coji-
nete de este eje se resuelve en una componente vertical F y una componente
horizontal F tg ep2.
En la figura 12.18c se muestran las fuerzas resultantes aplicadas al chasis
de la máquina. Estas fuerzas ejercen un par sobre el chasis:
(12.22)
X(+f
del reloj con velocidad angular constante 21Tt. El pistón está obligado a mo-
verse a lo largo de una línea vertical, y su movimiento está determinado por
la manivela a y la biela 1; se toma la posición superior como referencia de
coordenadas y el desplazamiento del pistón YP hacia abajo, desde la refe-
rencia, se considera positivo. Este desplazamiento viene entonces dado por la
expresión siguiente:
Yp=a+ 1- a cos 21Ttt -1 cos epI (12.24)
388
se obtiene el valor de Yp:
Se supone que la biela consta de: 1) una masa concentrada cuyo movi-
miento corresponde al pistón y 2) una segunda masa concentrada, unida a la
primera por una varilla sin masa, cuyo movimiento corresponde al del extre-
mo de la manivela. Designando la masa del pistón y del extremo de la manivela
(incluyendo las porciones asignadas a la biela) por m p y m c , respectivamente,
!--l.,-----
~-l2----1
'1'1 I
I
I
I I
f 2 3
I
FIG. 12.20. Posición de las bielas sobre el cigüeñal de un motor típico de cua-
tro cilindros.
389
Las condiciones necesarias para equilibrar una máquina multicilíndrica es-
tán indicadas con referencia a la figura 12.20. Las manivelas están numeradas
y la posición de cada una está in~icada por el, ángulo 8m referido a la posi-
ción de la manivela O. La posici6n de cada manivela a 10 largo del cigüeñal
está indicada por la distancia 1m a partir de la manivela O. Las componentes
horizontal y vertical de las fuerzas de inercia para un cilindro simple se dan
en las ecuaciones (12.27) y (12.28). La fuerza de inercia total para una máquina
entera es la suma de estas ecuaciones sobre el número total de los cilindros.
Si las masas alternativas y giratorias, m p , me, para cada cilindro son respec-
tivamente iguales, se obtienen las siguientes condiciones para el equilibrio de
las fuerzas de inercia:
IFy=O: I cos 8n =0 Y I cos 28n =0
(12.29)
IFx=O: I sen 8n =0
Tabla 12.1. Resumen de las fuerzas de inercia y pares en un motor de cuatro cilindros
O O O 1 1 O O O O
1 180 360 -1 1 O -l 1 O
2 180 360 -:-:1 1 O -2l 2l O
3 O O 1 1 O 3l 3l O
nivelas están separadas a distancias iguales 1 a lo largo del árbol. La tabla 12.1
se establece ahora de acuerdo con las ecuaciones (12.29) y (12.30). Es eviden-
te de la tabla que las fuerzas y los pares de primer orden están equilibra-
dos, ya que I cos 8 = I sen 8 = Il cos 8 = Il sen 8 = O. Sin embargo, I cos 28 y
I1 cos 28 "::F O; las fuerzas y los pares de segundo orden, por tanto, no están
equilibrados.
390
CONTROL DE FUERZAS DE IMPACTO
sistema actúa una fuerza F sólo durante un período de tiempo 1/2f, tal como
se define en las ecuaciones siguientes:
F=Fo sen 21T{t (O~t~ 1/2f)
(12.31)
F=O (t~ 1/2f)
Las condiciones que se discuten aquí crecen mucho cuando el tiempo 1/2/
es pequeño. Es conveniente entonces considerar el impulso de la fuerza F.
El impulso de una fuerza que varía sinusoidalmente y que tiene la duración
de un semiperíodo 1/2f, se define por la expresión siguiente:
F =21TfJ
o (12.33)
2
391
donde la fuerza F está en kilogramos, la frecuencia 211'f en ciclos por segundos
y el impulso J en kilogramos por segundo.
La solución de las ecuaciones (12.32) da dos expresiones del desplazamiento
máximo Yo del cuerpo m de la figura (12.21), siendo una de las ecuaciones para
el tiempo, durante el cual se aplica la fuerza F, y la otra para cuando ha
dejado de actuar:
Yo 1
2
(fn)
T- 1 sen (fnlf) + 1
2n1T
(O~t~ ;,) (12.34)
11'fn
(t~ ~,)
1
1-(fnlf)2 cos----z¡ (12.35)
1.0\ Yo = I I
DESPLAZAMIENTO MAX, DEL SISTEMA,CM
J = IMPULSO APLICADO AL CUERPO,KG/SEG.
0.8 I---~\- fn = F RECUENC/A NATURAL DEL S/STEMA,CPS
f = FRECUENCIA DEL IMPULS0'2CPS
~ 0.61----i-4\r-m,= MASA DEL CUERPO, KG SEG '/CM -
~
~"
~ 0.4 ,1-L I
-l,--j---t---j--t-- - 1 -
0.2I---+--~-"i--...p....;=_+_-+---+--+----+-+___j
I "r--¡-r--+--+--l---l
oo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
RELAC ON FRECUENCIA NATURAL DEL SISTEMA
I IMPULSO
(..f!L)
f
FIG.12.22. Relación entre los diversos parámetros que determinan la relación
máxima del sistema ilustrado en la figura 12.21.
392
El análisis anterior considera sólo la desviación en el primer ciclo de la
vibración libre y se refiere sólo a un sistema no amortiguado. La desviación
máxima del sistema no se ve materialmente afectada por la adición de amorti-
guamiento, a menos que el coeficiente de amortiguamiento sea relativamente
grande. La donación de la vibración libre, sin embargo, está materialmente
afectada por el grado de amortiguamiento presente. La adición de amortigua-
miento a una estructura que esté sujeta a una carga impulsada es así una
forma importante de controlar las vibraciones. Esto se discute con detalle
en el capítulo 14.
(01
~L
LL TlEMPO--
(bl
iL
LL TIEMPO--
ffl
FIG. 12.23. Ilustración esquemática
de la operación de troquelado, mos-
trando el efecto del ángulo de cor- ¡ ~L
~
tadura del golpe. A la derecha, se
muestra el diagrama fuerza-tiempo
de cada caso.
I (e)
TlEMPO--
393
como se muestra en la figura 12.13c, provoca una pronunciada disminución
en la magnitud de la fuerza y un incremento en la duración de la misma.
Efectivamente, esto hace disminuir f, con los resultados consiguientes, mos-
trados en la figura 12.22, sobre la desviación del sistema.
En una operación en que se deban troquelar varios agujeros de un solo
golpe de prensa, se puede obtener una reducción similar de la fuerza total
escalonando los golpes, como se ilustra en la figura 12.24. El troquelado de
394
su poslclon inferior. La masa de la cabeza que se mueve tiende a acelerar la
manivela, haciéndola ir delante del volante, y de ese modo recoger cualquier
momento desperdiciado del embrague.
Un impacto tiene lugar cuando la prensa golpea, y un segundo ocurre en
el mecanismo de embrague, un instante más tarde de que el volante tire de
la manivela hacia arriba. Una prensa apropiadamente diseñada se suministra
con un freno, un cilindro de aire o un contrapeso para retardar el movimiento
descendente de la cabeza móvil. Evitando que la manivela se adelante al vo-
lante, es posible eliminar el segundo impacto. Cuidando el ajuste y manteni-
miento, se eliminarán impactos innecesarios.
El aceite se utiliza frecuentemente durante el trabajado del metal para
reducir el desgaste de las herramientas, suministrando lubricación y, a veces,
eliminando el calor generado. Este aceite tiende también a reducir las vibra-
ciones transitorias que se originan en la aplicación impulsiva de las fuerzas.
Una película de aceite entre la matriz y el material tiende a absorber el
impacto, con lo cual decrece la magnitud de la frecuencia F de la fuerza.
También añade amortiguamiento al sistema, reduciendo así la duración de la
vibración libre subsiguiente.
REFERENCIAS
1. Crede, C. E.: uVibration and Shock Isolation», John Wiley & Sons, Inc., New
York, 1951.
2. Den Hartog, J. P.: uMechanical Vibrationsll, 3.a ed., MeGraw-Hill Book Company,
Ine., New York, 1947.
3. Freberg, C. R, y E. N. Kemler: uElements oi Mechanical Vibrations», John Wiley
& Sons, Ine., New York, 1943.
4. Timoshenko, S., y D. H. Young: aAdvaneed Dynamics», MeGraw-Hill Book Com-
pany, Ine., New York, 1948.
5. Kimball, A. L.: aVibration Prevention in Engineering», John Wiley & Sons, Inc.,
New York, 1932.
6. Timoshenko, S.: uVibration Problems in Engineering», D. Van Nostrand Company,
Ine., Princeton, N. J., 1928.
7. Mindlin, R. D.: Bell System Tech. 1., 34 (3-4) (julio-octubre, 1945).
8. Frankland, J. M.: Proc. Soco Exptl. Stress Anal., 6 (2): 7 (1948).
9. Morse, P. M.: uVibration and Sound», 2. a ed., MeGraw-Hill Book Company, Ine.,
New York, 1948.
10. Stoker, J. J.: «Nonlinear Vibrationsll, Interscienee Publishers, Ine., New York, 1950.
11. Cole, E. B.: aTheory oi Vibration for Engineers», Crosby Lockwood & Son, Ltd.,
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and Flutten, The Maemillam Company, New York, 1951.
13. Manley, R G.: «Fundamentals oi Vibration Study», John Wiley & Sons, Ine., New
York, 1942.
14. Bernhard, R K.: uMeehanieal Vibrations», Pitman Publishing Corporation, New
York, 1943.
15. Crede, C. E.: Machine Design, 26: 139 (agosto, 1954).
395
Capítulo 13
AISLAMIENTO DE VIBRACIONES
CHARLES E. CREDE
397
Propiedades de los equipos sustentados .
En un sistema de un simple grado de libertad obligado a tener un movi-
miento translatorio a lo largo de una línea, solamente deben ser conocidas la
masa del equipo y la rigidez de los aisladores para determinar la frecuencia
natural del sistema. Cuando el equipo tiene la libertad de moverse simultá-
neamente a lo largo de varios ejes coordenados, empiezan a superponerse los
modos naturales de vibración, como se describen en la sección Modos natu-
rales de vibración, del capítulo 12. Las frecuencias naturales en estos modos
superpuestos dependen, entonces, no sólo de la masa del equipo soportado,
sino también de la distribución de la misma. Esta última propiedad se define
por el momento de inercia del equipo. Si éste tiene una forma simple, se puede
calcular el momento de inercia. Si es irregular, los cálculos son laboriosos y
puede resultar' más práctico medirlo, en particular si el equipo es pequeño.
El momento de inercia se puede, a menudo, estimar, a efectos prácticos, con
fiabilidad satisfactoria.
El momento de inercia de una partícula con respecto a cualquier eje se
define como ~I =(~m) r2, donde ~m es la masa de la partícula y r es su dis-
tancia al eje, medida sobre la perpendicular. El momento de inercia de un
cuerpo rígido compuesto de un número de partículas discretas es el sumatorio
de los momentos de inercia de las partículas consideradas individualmente:
i=n
. 1= ¿ (~m)ir¡ (13.1)
i=l
398
vertical. El cuerpo puede ser soportado por uno, dos o tres hilos relativamente
largos y se puede calcular el momento de inercia a partir del período natural
de la oscilaci6n. En otro método, se suspende el cuerpo como un péndulo
compuesto, con el eje en cuesti6n orientado horizontalmente. Empleando dos
longitudes de soporte para el péndulo compuesto independientemente y mi-
diendo el período natural en cada caso, se puede calcular el momento de
inercia. Los detalles de estos métodos para calcular momentos de inercia se
encuentran recopilados en las páginas 16-21 de la referencia 1. Si es impracti-
cable calcular o medir el momento de inercia, se usará un método estimativo.
El radio de giro, siendo una simple magnitud lineal, se puede estimar como
una medida de la distribuci6n de la masa del cuerpo. Su significado se ilustra
mejor en los valores para varios cuerpos típicos mostrados en la figura 13.1.
Para, más detalles, véase referencia 2.
En el cilindro de paredes delgadas, cuya secci6n puede verse en la figu-
ra B.1a, la masa está concentrada a una distancia a del eje de simetría. El
radio de giro es, por tanto, igual al radio. En la figura B.lb, la masa está
i/2'~ ~2a:1
GS (a)
r- w-/
lb)
I--w-j
óW
1'=1.75 W
,e, 1,-----,
(d) (e)
FIG. 13.1. Bosquejos de cuerpos representativos. Las flechas indican los radios
de giro p con respecto a un eje perpendicular al papel que pasa por el centro
de gravedad de los cuerpos respectivos. (Crede. 1)
399
Aisladores para equipos simétricos
Cuando se considera el aislamiento de vibraciones con respecto a un sis-
tema con un solo grado de libertad, teniendo solamente una posible forma de
movimiento, como se discute en la sección Vibraciones forzadas de sistemas
de un solo grado de libertad, del capítulo 12, el concepto de transmisibilidad
se puede expresar en términos simplemente numéricos. En la práctica, los
equipos tienen libertad en diversos modos de vibración. El desplazamiento de
cada aislador puede, por tanto, diferir de unos a otros. El método de análisis
tratado en el capítulo 12, Sistemas de varios grados de libertad, suministra
valores numéricos para la amplitud de la vibración en cada aislador y hace
posible calcular numéricamente la transmisibilidad para cada localización del
mismo. Excepto en circunstancias especiales, es difícil justificar el tiempo ne-
cesario para hacer tales cálculos. En general, una aproximación aceptable es
seleccionar una frecuencia natural de la figura 12.10, basada en la transmisi-
bilidad deseada y diseñar el sistema aislador que tenga una frecuencia natural
máxima en cualquier sentido que no exceda el valor seleccionado.
El tipo de problema más común en aislamiento de las vibraciones es el
de un equipo montado sobre cuatro aisladores. Este tipo de problemas se
reduce a su forma más simple si el equipo y los aisladores pueden considerarse
simétricos con respecto a dos planos verticales perpendiculares que pasen por
el centro de gravedad del equipo. Suponiendo tal simetría y viendo una cara
del equipo, como se demuestra en la figura 13.2, el equipo es libre de moverse
t
x+ -----i--_._.
8y m 1
X
8x
zados en las cuatro esquinas in-
feriores.
400
respecto al centro de gravedad del equipo y las rigideces de los aisladores
en las diversas direcciones coordenadas. Los resultados obtenidos son las fre-
cuencias naturales en los modos de traslación horizontal y rotacional acopla-
dos, presentada como una relación adimensional, implicando la frecuencia na-
tural en el método de traslación vertical. Se dan ejemplos en este capítulo para
ilustrar el uso de la figura 12.17, para el cálculo de las frecuencias naturales.
Se puede aplicar, en general, el procedimiento anterior para determinar las
frecuencias naturales en los modos acoplados, y constituye un análisis rigu-
roso donde exista la simetría supuesta. El procedimiento es laborioso, sin
embargo, porque la relación adimensional p/8x aparece en los dos parámetros,
abscisa y ordenada, y porque es necesario determinar el radio de giro del
equipo. La relación antes tratada en la figura 12.14, puede aproximarse de
una forma más rápida: 1) si el equipo puede considerarse un cuboide con
distribución uniforme de masa, 2) los cuatro aisladores están sujetos preci-
samente en las cuatro esquinas inferiores y 3) la altura de los aisladores es
despreciable. La relación de las frecuencias naturales en los modos de trasla-
ción horizontal y rotacional acoplados a la frecuencia natural en el modo de
traslación vertical· es entonces función, solamente, de las dimensiones del
cuboide y las rigideces de los aisladores, según las distintas direcciones
coordenadas. Los resultados que se obtienen haciendo estos supuestos y sus-
tituyendo en la ecuación (12.17), vienen dados por la ecuación siguiente:
(13.4)
401
26
más decrece la más baja de las frecuencias naturales acopladas. El
comportamiento de las más altas de las frecuencias naturales acopla-
das depende de la relación de rigidez de los aisladores. Es evidente
que una de las frecuencias naturales acopladas crece mucho cuando:
1) la rigidez horizontal de los aisladores es más grande que la rigidez
vertical y 2) la altura del equipo es aproximadamente igualo más gran-
de que la anchura. Cuando la relación de altura a anchura del equipo
es mayor de 0,5, se incrementa la separación entre las frecuencias na-
turales acopladas conforme aumenta la relación Kx/K y entre la rigidez
horizontal y la vertical.
2.75
~/AY=2.0
..--...,
.. 2.50
~~
_2.25
...
./
~ - l----¡.--
-......:: ~
---... Kx/Ky =a5
1.25
1.00
~
1- K. /K.
1"'"~
Kx/Ky=lO
=2.0
--- I
-r----r----
1--- Kx/A}- =a25
--:--~ ~ ........
_ Kx /Ky -a5
-
----
z 0.75
o
~. 0.50
Kx/Ky=a25 r--- -.....:::: ::::::::.t - -
I&l
a:
0.25
o
o 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4. 1.6 1.8 2.0
ALTURA DEL CUERPO
RELACION ANCHURA DEL CUERPO <A)
FIG. 13.3. Curvas que muestran la relación entre las frecuencias naturales aco-
pladas f nc en el plano XY y la frecuencia natural desacoplada f ny en traslación
a lo largo del eje Y para el cuerpo soportado, nos demuestra la figura 13.2, con
distribución uniforme de masa. Se supone que el cuerpo es un cuboide con los
aisladores unidos precisamente en las esquinas inferiores. (Crede.t)
402
pase por el centro de gravedad, el sistema se puede analizar como un sistema
de tres grados de libertad con movimiento en el plano de simetría. Las tres
ecuaciones diferenciales del movimiento para tal sistema están tratadas ante-
riormente en el capítulo 12, Un plano de simetría. Si el sistema satisface las
condiciones para desacoplamiento tratadas en la sección Modos naturales de
vibración, en el capítulo 12, la ecuación diferencial del movimiento para el
modo desacoplado se puede omitir, y las dos ecuaciones restantes pueden
ser resueltas simultáneamente para las frecuencias naturales de los modos
restantes. Si el sistema no satisface las condiciones para desacoplamiento, de-
ben resolverse simultáneamente las tres ecuaciones del movimiento para ob-
tener tres frecuencias naturales en los tres modos acoplados de vibración.
Los cálculos implicados en la evaluación de las tres frecuencias naturales a
menudo requieren el uso de muchos gráficos en el análisis, y de ese modo
hacen necesario el uso de una máquina de cáIcular.
Cuando el centro de gravedad del equipo, visto en planta, es asimétrico
con respecto a la situación de los aisladores, la distribución de peso muerto
entre ellos es desigual. Si el equipo está soportado por tres aisladores, el peso
soportado por cada uno puede determinarse aplicando simplemente los prin-
cipios de la estática. Si se emplean cuatro aisladores, como se ve en la vista
en planta de la figura 13.4, el análisis se complica considerablemente, porque
un cambio en la desviación de cualquier aislador provoca una redistribución
del peso entre los otros aisladores.
Las tres ecuaciones siguientes se obtienen sumando las fuerzas verticales
y sumando los momentos de estas fuerzas respecto a dos ejes horizontales
perpendiculares:
K 1d t + Kzd2 + K 3d3 + K 4 d4 = W
8b K t d t + 8b K 2d 2 = 8a W (13.5)
8b 'K2d2 + 8b'K4d 4 = 8a'W
(13.6)
403
Si los cuatro aisladores son idénticos, existe una solución única para el
peso soportado por cada aislador, que se puede obtener de las ecuacio-
nes (13.5) y (13.6), haciendo los valores de la rigidez iguales a K. Esto da el
siguiente conjunto de ecuaciones que definen la carga soportada por cada
aislador:
(13.7)
404,
librio estático, y una cuárta puede suponerse a voluntad. La cuarta condición
supuesta aquí es que aisladores diagonalmente dispuestos entre ellos sopor-
tan el 50 por 100 del peso del equipo. Esto elimina la posibilidad de que un
par de aisladores diagonalmente opuestos sean excesivamente rígidos, con el
resultado" de que el equipo tienda a pivotar sobre la línea que conecta a estos
aisladores. Este supuesto da la ecuación siguiente:
(13.8)
(13.9)
405
designación encirculada del mismo, de acuerdo con el ejemplo anterior. Cuan-
do la figura 13.5 se emplea para determinar las rigideces requeridas para lograr
la misma desviación estática en cada aislador, las líneas diagonales disconti-
nuas no deben usarse. Las líneas discontinuas indican un valor de K mayor
que 1j2(W/d), que es una condición incompatible con el supuesto inicial de
que las parejas de aisladores diagonales llevan entre ellos el 50 por 100 del
peso del equipo. En el ejemplo anterior, el equipo no se puede montar para
conseguir desviaciones estáticas iguales, porque el punto coordenado 8a /8 b =0,8,
8a'/8 b' =0,8 está en una región de líneas discontinuas.
l'y::8.5
----~-x
406
aislamiento en el sentido común de la palabra. Sin embargo, existe
reducción forzada en los modos rotacionales de vibración, debido a que
los aisladores están colocados en el extremo de largos brazos. Esta
aproximación se puede usar sólo para máquinas de velocidad constante,
ya que la frecuencia forzada se intercala entre dos frecuencias naturales
y una variación de la frecuencia forzada puede provocar la resonancia.
2. El equipo puede ser rígidamente montado sobre un bloque de inercia
de hormigón que es soportado por aisladores. El bloque de inercia hace
posible conseguir un centro de gravedad para el combinado máquina-
bloque, que es bajo con respecto a la máquina. Los aisladores pueden
colocarse entonces en el mismo plano horizontal que este centro de
gravedad sin estar sobre el nivel de la base de la máquina, y la fre-
cuencia natural máxima puede ser sustancialmente igual a la frecuencia
natural en la traslación vertical. La incorporación del bloque de inercia
es ventajosa también porque incrementa la masa de la máquina y, por
tanto, decrece su amplitud de vibración. Esta aproximación es satisfac-
toria para usar con máquinas de velocidad variable, ya que todas las
frecuencias naturales están por debajo de cualquier velocidad de tra-
bajo exigida a la máquina. El uso de un bloque de inercia de hormigón
es con frecuencia la mejor solución para el aislamiento de vibraciones
de baja frecuencia, aunque, sin embargo, conduce a una instalación
relativamente costosa.
Los dos ejemplos siguientes indican el método de análisis generalmente
usado en la aplicación de aisladores e ilustra igualmente los dos procedimien-
tos anteriores para el montaje de máquinas de baja velocidad.
Ejemplo 1. La máquina a considerar, como se ilustra esquemáticamente en la figu-
ra 13.6, es relativamente larga en la dirección del eje Z y relativamente estrecha en la
dirección del eje X. La fuerza que ha de ser aislada es armónica a la frecuencia cons-
tante de 8 cps. Se supone que es resultado de la rotación de un miembro desequili-
brado cuyo plano de rotación se toma, en primera instancia, como un plano perpen-
dicular al eje Z y, en segunda instancia, como un plano perpendicular al eje X. La
máquina está colocada sobre vigas paralelas al eje X que descansan sobre aisladores
situados en sus extremos. La distancia entre aisladores es 158 cm, medidos en la direc-
ción del eje X, y 61 cm, medidos en la dirección del eje Z. El centro de coordenadas
se toma en el centro de gravedad del cuerpo soportado, esto es, en el centro de gra-
vedad de la máquina y las vigas juntas. El peso total de la máquina y las vigas juntas
es de 45 kg y su radio de giro en centímetros, con respecto a los tres ejes coordenados
que pasan por el centro de gravedad, son Px=9, py=8,5 y p,=6. Los aisladores son de
rigideces iguales en las direcciones de los tres ejes coordenados
407
Las diversas frecuencias naturales se determinan en función de la frecuencia vertical
natural fny. Con la figura 12.14, las frecuencias naturales acopladas para la vibración en
en un plano perpendicular al eje Z se determinan como sigue:
x
-P'l.YK -
-=0.2';1=0,2
8x Ky
Para 8 y/p'l.= -1,333, (fnc/fny)(Pz/8x)=0,14; 1,03. Los signos de las relaciones adi-
mensionales 8y/Pz y 8x/Pz requieren una explicación. De acuerdo con la ecuación (12.17),
las frecuencias naturales son independientes del signo de 8y / PZ' Mirando la relación
8xl PZ' el signo elegido debería ser el mismo que el signo elegido para el radical en el
lado derecho de la ecuación (12.17). La relación de frecuencia fnclfny se convierte enton-
ces en positiva. Dividiendo los valores anteriores de (fnc1fny) (Pz/8 x) por pz/8 x = 0,2;
fnclfny=0,96; 5,15.
La vibración en un plano perpendicular al eje X se trata de manera similar. Se su-
pone que las fuerzas excitantes no están aplicadas de forma concurrente en planos per-
pendiculares a los ejes X y Z, y la vibración, en estos dos planos, es independiente.
Consecuentemente, el problema se transforma en dos problemas independientes, pero
similares con similares ecuaciones:
pxyK:
---:
8z
-
-=0,75';1=0,75
Ky
408
Ejemplo 2. El ejemplo siguiente ilustra el procedimiento para diseñar la instalación
de un bloque de inercia. El peso requerido del bloque puede estimarse primero sabien-
do que los aisladores han de estar aproximadamente en el mismo plano horizontal que
el centro de gravedad de la combinación máquina-bloque y de las limitaciones de la
amplitud de vibración permisible de la máquina y el bloque soportados por los aisla-
dores. En el ejemplo que sigue, el bloque de inercia aparece en forma de T cuando se
ve desde un extremo, como se muestra en la figura 13.7. Esto permite el espaciamiento
entre aisladores en las dos direcciones horizontales para la elección de las condiciones
óptimas y hace posible un efectivo control de la vibración. Aunque el ejemplo se basa
en este tipo de construcción, el procedimiento es general y puede ser seguido en cual-
quier disefío de bloques de inercia.
__ + 15~,; cm.
" 178 cm.
1, ..' •
1
~ ~'~' 2~ _
~ ~ ~ X ,~ r.~./ X
~ ~~ ~ ~-f---------LV'ó~" ---1--1-'-'--
I ...i-_ - - - - - - - - - - - - - - - -
~_ n ¡ (',
Z
IY y
r!
~
Ql
10
L ~----I-----...J.-.-,
MAQUINA
~ 15,5 cm X1==-=-=:j;;¡==-=-===j==-=-===3;r~'--=9r
1 r '-----t-----+,....----I----'
409
Tabla 13.1. Método de cálculo de frecuencias naturales para máquinas aseguradas a un
bloque de hormigón y soportada por aisladores
410
coordenadas al centro de gravedad de cada una de las tres partes se incluye en el apar-
tado 5. Si la distancia que figura en el apartado 5 se designa por h, el producto de la
masa por h 2 para cada una de las partes se encuentra en el apartado 6. El momento
de inercia total de la combinación máquina-bloque es la suma de las cantidades de los
apartados 3 y 6, y figura en el apartado 7. El radio de giro correspondiente, apartado 8,
es la raíz cuadrada del cociente del momento de inercia del apartado 7 y la suma de
las masas del apartado 2 [véase Ec. (13.2)].
El parámetro 8y de la figura 12.13, la distancia vertical desde el origen de coordena-
das a la altura media del muelle sustentante, es 8,6 cm para la altura de los muelles
proyectados. Las dos relaciones adimensionales, 8y lp y p18, se evalúan ahora usando
8,,=8,6, 8=33 y 54 para la vibración en planos normales a los ejes X y Z, respectiva-
mente, y los valores de los radios de giro se calculan como el apartado 8. El tipo de
muelle proyectado para usar aquí, se sabe que tiene una relación de la rigidez hori-
zontal a la vertical de 0,8. Con este valor supuesto y los valores para 81p, incluidos en
el apartado 9, se calculan los valores para las relaciones adimensionales del apartado 10.
Entrando en la figura 12.14 con estos valores para las abscisas, se leen en ordenadas
los valores del apartado 11. Son válidos dos valores de las ordenadas para cada valor
de las abscisas, ya que existen dos curvas para la relación adimensional 8y lp. Las rela-
ciones entre las frecuencias naturales en los modos acoplados y las frecuencias naturales
en el modo traslatorio vertical, que figuran en el apartado 12, se obtienen del apar-
tado 11 dividiendo los valores respectivos por los valores apropiados de la relación
adimensional p18.
A partir de las condiciones establecidas de la instalación, la frecuencia forzada
mínima es 5 cps. Para conseguir una transmisibilidad de 0,33 para la vibración vertical,
se requiere una frecuencia natural de 2,5 cps en el modo traslatorio vertical (véase figu-
ra 12.10). Usando el peso total de 1814 kg para la combinación máquina-bloque, la
rigidez vertical total de los aisladores resulta ser, de la ecuación (12.3), 463 kg/cm o un
valor unitario de 116 kg/cm por cada muelle. Usando el valor anterior de 0,80 para la
relación de rigideces horizontal a vertical, la rigidez horizontal de cada muelle resulta
ser 99,7 kg/cm.
Las frecuencias naturales de los modos acoplados, expresados en ciclos por segundo,
se obtienen multiplicando la frecuencia natural vertical de 2,5 cps por las relaciones
adimensionales del apartado 12. Los valores resultantes de las frecuencias naturales en
los modos acoplados están indicados en el apartado 13. La frecuencia natural f ny del
modo rotacional, con respecto al eje vertical Y, se calcula de la ecuación (12.5). Este
cálculo utiliza el radio de giro de 53,8 cm del apartado 8 y la distancia diagonal
de 63,7 cm mostrada en la figura 13.7, y tiene en cuenta los cuatro muelles activos.
La frecuencia natural resultante está anotada en el apartado 14 de la tabla 13.1.
411
pasando por la resonancia (véase Ref. 4), y los resultados se resumen en las
curvas de la figura 13.8.
La ordenada de la figura 13.8 es la transmisibilidad máxima; la abscisa es
una relación en la cual el numerador es la velocidad de cambio de la fre-
cuencia forzada en ciclos por segundo por segundo y el denominador es el
cuadrado de la frecuencia natural del aislador expresada en ciclos por segun-
do. A partir de las curvas para diversos valores de la relación de amortigua-
miento b/bc , es evidente que la velocidad de cambio de la frecuencia forzada
es de pequeña importancia con aisladores altamente. amortiguados, pero de
importancia considerable si los aisladores son de ligera amortiguación.
Por ejemplo, una máquina que opera a una frecuencia de 30 cps se monta
sobre aisladores cuya frecuencia natural es de 10 cps y cuya relación de
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40
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412
AISLAMIENTO DE GOLPES
Carga impulsiva
Para carga impulsiva, se analizará el sistema esquematizado en la figu-
ra 13.9. El cuerpo m y representa una máquina soportada por un aislador K y ,
que es a su vez soportado por el sistema m s , K s • La máquina m y adquiere
repentinamente una velocidad hacia abajo cuando sobre ella actúa la fuerza F,
que se aplica de forma impulsiva. Esto puede ocurrir en un martillo de forja~
por ejemplo, donde m y representa el yunque de la máquina y su velocidad
hacia abajo resulta del impacto del martillo. La efectividad del aislador K y
queda indicada por una reducida deformación del muelle K s • Aunque un
análisis completo de este problema se toma demasiado complejo para ser
considerado en detalle aquí; en las referencias 1 y 5 se discuten ciertos casos
particulares.
413
Se puede efectuar un análisis simplificado haciendo los siguientes su~
puestos:
1. La velocidad de bajada de la masa my se adquiere instantáneamente.
2. El aislador K y es lineal dentro de los límites de desplazamiento man~
tenidos durante el movimiento de golpe.
3. La frecuencia natural del sistema máquina-aislador m y , K y es pequeña
con respecto a la frecuencia natural del soporte m s , K s •
4. La masa m y de la máquina es despreciable frente a la masa m s del
soporte.
1
So -=--=------::=======
2Tr{nsms vi + my/ms
cm (13.10)
1 - -1- - cm (13.12)
Yo
VKymy
donde m y está en unidades de kilogramos por segundo al cuadrado por centÍ-
metro, t ny está en unidades de ciclos por segundo y 1 está en unidades de
kilogramos por segundo. El movimiento permisible de la máquina bajo la in-
414
MASA DE LA MAQUINA
·RELACION MASA DE LOS CIMIENTOS ( : : ) (LINEA DISCONTINUA)
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RELACION
FRECUENCIA NATURAL DEL AISLADOR
FRECUENCIA NATURAL DE LOS CIMIENTOS
(LINEA CONTINUA)
(~:)
FIG. 13.10. Curvas mostrando el efecto de las formas de reducción de la des-
viación So de los cimientos m s , K s en la figura 13.9. La curva discontinua se
aplica a la escala del margen superior e indica la desviación del soporte con
la máquina rígidamente unida a él, variando la masa m y de la máquina. La línea
continua se aplica a la escala del margen inferior e indica la efectividad del
aislador K y en reducir la desviación del soporte. El impulso de la fuerza F se
1 --
designa por ], y la frecuencia natural de los cimientos, por fns=-- VKslm s'
21T
So (13.13)
415
FIG. 13.11. Aplicación típica de un
bloque de inercia y aisladores para
soportar un martillo de forja. (Cor-
AISLADOR tesía de Korfund Co., ¡ne.)
Carga no impulsiva
Si no existe cambio en el momento total del sistema, sino que sólo hay un
cambio en la distribución de momentos dentro del sistema, no es esencial
que los aisladores tengan capacidad de almacenaje de energía, sino que basta
con que tengan libertad para permitir el movimiento que genere la transfor-
mación de momentos. En la prensa mostrada en la figura 13.12a, por ejemplo,
el momento total permanece constante. El momento angular del volante se
reduce repentinamente durante el golpe, pero se incrementa correspondien-
temente el momento angular de la prensa entera. Recíprocamente, el momento
angular del volante se incrementa conforme su velocidad es gradualmente
restituida por el motor y el momento de la prensa entera decrece.
T 2T v 3T
T1EMPO~
(e)
416
El momento aplicado a la rueda por la operación de trabajo del metal se
indica por los pulsos A de la figura 13.13b, mientras que el momento aplicado
al volante por el motor se indica por los pulsos B.
Un campo de momentos iguales y opuestos reaccionan sobre el cuerpo
de la prensa. Suponiendo que la prensa estuviera soportada para rotar libre-
mente sobre un eje normal al papel, su posición angular en cualquier ins-
tante estaría indicada por la línea sólida de la figura 13.12c. Como la prensa
periódicamente adquiere y después pierde su velocidad, avanza un paso en
cada ciclo, como se indica por los sucesivos desplazamientos angulares cP de
la figura 13.12a y el diagrama de tiempos representado por la línea continua
de la figura 13.12c.
Si la prensa está soportada por aisladores, no puede continuar rotando
indefinidamente, como se sugiere en la línea continua de la figura 13.12. El
aislador actuará sobre la prensa después de cada golpe, y la restituirá a su
posición inicial, como se indica por la línea discontinua de la figura 13.12c.
La prensa estará en su posición normal cuando ocurra el siguiente golpe de
trabajo. Si los aisladores son adecuados, interfieren, pero poco, con el movi-
miento de la prensa durante el golpe y le permiten girar en respuesta al mo-
mento aplicado durante el instante de trabajo. Los aisladores deberían tener
una elongación permisible, al menos tan grande como el máximo desplaza-
miento de la línea discontinua de la figura 13.12c, y una rigidez adecuada para
devolver la prensa a su posición inicial antes del comienzo del siguiente
golpe.
En general, se obtiene un aislamiento satisfactorio anotando la duración
de la fuerza de prensado, tiempo indicado por la anchura del pulso A y apli-
cando unos aisladores de acuerdo con ello. Si los aisladores se seleccionan de
tal manera que su período natural es sustancialmente más grande que la du-
ración de la fuerza de prensado, el efecto es similar a mantener una gran
relación de frecuencia forzada a natural en el estudio de aislamiento de vi-
braciones.
El aislamiento del golpe se consigue entonces de una forma análoga al
aislamiento de vibraciones.
417
PROBLEMAS ESPECIALES DEL AISLAMIENTO DE VIBRACIONES
DE ALTA FRECUENCIA
Ondas estacionarias
Es difícil determinar las frecuencias de las ondas estacionarias en elemen-
tos de goma con forma irregular por medios analíticos. Los principios aplica-
bles, han sido, sin embargo, demostrados para elementos sencillos de goma.
El análisis se refiere al sistema ilustrado en la figura 13.13, e incluye un cilin-
v[ 1+ (B
Bl
2
) 2J senh2 gbB2 + ( cos B2- ~2 sen B2) 2 + ~b ~2 senh 2g¡J32
1 1 (13.14)
donde Bl =mO/ml Y B 2 = (f/fn) VmO/ml' La frecuencia forzada en ciclos por se-
gundo se indica por f, mientras que fn = 1/21T ,./kJml es la frecuencia natural,
suponiendo que el cilindro de goma no tiene masa. El parámetro de amorti-
guamiento gb es funci6n de la viscosidad, y en primera aproximación, gb ~ b/bc •
En la referencia 6 se da una discusión extensa de este fenómeno, incluyendo
418
un tratamiento teórico que es rigurosamente correcto para cualquier grado de
amortiguamiento.
Las curvas de transmisibilidad calculadas de la ecuación (13.14), se mues-
tran en la figura 13.14 para valores del parámetro de viscosidad iguales a 0,05
y 0,030, cuando la relación entre la masa del equipo soportado a la masa del
elemento resiliente es igual a 10. Las ordenadas en la figura 13.14 es la trans-
mO=o.l
m .
10 - S t - - - - - j - - j - - - f - - - ! - - \ - - I - - l
10-6.'------'--'----l---L--..I...-..L-..J
0.1 0.5 I 5 lO 50 lOO
RELACION ADIMENSIONAL .L~
fn m,
419
es relativamente pequeño para goma y la relación de masas mO/ml = 10 es rela-
tivamente grande. Como consecuencia, la curva continua superior de la figu-
ra 13.14 representa aproximadamente las circunstancias más desfavorables po-
sibles que se pueden encontrar usando aisladores de goma. La mayoría de las
aplicaciones serán algo más favorables que ésta, cuando se use goma. Si se
usan muelles metálicos y aparece transmisibilidad alta, como consecuencia
de la resonancia de ondas estacionarias, la dificultad se puede eliminar, a me-
nudo, interponiendo un colchón de goma en serie con el muelle metálico. La
experiencia demuestra que esto elimina normalmente cualquier pico apreciable
en la curva de transmisibilidad.
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FRECUENCIA NATURAL DE LOS CIMIENTOS
(.1-)
fnz
FIG. 13.15. Curva que muestra la relación de desplazamiento del sistema m2K2
a la desviación estática equivalente Fo/K2• para el sistema mostrado en la figu-
ra 13.13 en función de la relación de la frecuencia forzada f a la frecuencia
v
natural fn2=(1/21T) (K2/m l/2. Estas curvas son para una relación de masas
ml/m2= 1, y para una relación de frecuencias naturales fnl/ fn2= 1.
420
donde f~l = 1/41i2(Kdml) y f~~ = 1/'hr2(KJm2)' y ambas ramas del sistema son
no amortiguadas. La relación dada por la ecuación (13.15) se ilustra numé-
ricamente en la figura 13.15 para una relación m¡/m2 de la unidad y una rela-
ción fnJfll~ de la unidad.
La curva de la figura 13.15 muestra dos frecuencias resonantes, porque el
sistema de la figura 13.13 es un sistema de dos grados de libertad con acopla-
miento entre las dos ramas del sistema. La amplitud de vibración de los ci-
mientos tiende a crecer cuando la frecuencia de la vibración forzada iguala
una de las frecuencias naturales del sistema acoplado. Las frecuencias naturales
del sistema se determinan igualando el denominador de la ecuación (13.15)
a cero. La expresión resultante para las dos frecuencias naturales de los modos
acoplados es como sigue:
sistema desacoplado. La relación dada por la ecuación (13.16) para las fre-
cuencias naturales en los modos acoplados, se muestra gráficamente en la fi-
gura 13.16 para diversos valores de la relación de masas mdm2'
Puede verse en esta figura que una frecuencia natural del sistema acoplado
es siempre igualo mayor que la frecuencia del cimiento considerado como sis-
tema desacoplado. Si la frecuencia de la vibración forzada se hace igual a esta
frecuencia natural acoplada, es de esperar que el cimiento vibre con amplitud
relativamente grande. Un cimiento estructural real tiene la masa distribuida
y, consecuentemente, frecuencias naturales en muchos modos. Las relaciones
421
expresadas en la figura 13.16 se aplican a cualquiera de estas frecuencias na-
turales y pueden existir resonancias entre la vibración forzada y cualquiera
de las frecuencias naturales del sistema acoplado. Este efecto no puede ser
eliminado -completamente por aislamiento, ya que el sistema acoplado tiene
valores relativamente grandes de la frecuencia natural, incluso cuando la fre-
cuencia natural {nI del sistema 1 se aproxima a cero.
Esto puede tener relación en los fallos de aisladores cuando se utilizan para
aislar vibraciones de frecuencias relativamente altas bajo ciertas condiciones.
El uso de materiales amortiguantes para reducir el efecto de la resiliencia
del cimiento se discute con algún detalle en el capítulo 14.
CONDUCTOS FLEXIBLES
422
vida del conducto. La figura 13.17 muestra un número de variaciones
preferibles para asegurar la distribución del movimiento a lo largo de
la longitud del conducto.
sión O sustancias altamente volátiles, donde la fuga más ligera puede provocar
una situación peligrosa. Se suministra en diámetros desde 1,25 a 15 cm, y se
puede construir de diferentes aleaciones, dependiendo de los requerimientos
del servicio.
Dn tipo más moderno de conducto flexible es el tubo arrugado de la figu-
ra 13.19. Se suministra con las arrugas en configuración anular (Fig. 13.19a)
o configuración helicoidal (Fig. 13.19b). Está hecho sin costuras; soldado en
diámetros desde 3 a 100 mm, dependiendo de los materiales y formas ofrecidas
por diversos fabricantes. Tubo soldado de diámetro de hasta 50 mm se cons-
423
truye también en esta forma. Se hacen normalmente de bronce, acero y acero
inoxidable, pero también pueden ser aleaciones, incluyendo Monel, Níquel
Super, Everdur e Inconel. El tubo arrugado sin costuras o soldado no es sus-
ceptible de fugas y es, por tanto, satisfactorio para transportar sustancias vo-
látiles y gases a presión.
Los conductos flexibles se obtienen normalmente del fabricante con enta-
lladuras integrales en los extremos. Las longitudes de los tubos están standa-
rizadas o pueden conseguirse en las dimensiones impuestas por la aplicación
determinada. Los tubos de este tipo utilizados en líneas a presión están nor-
malmente encerrados en trencilla flexible para prevenir la elongación y la ro-
tura del tubo, uniéndose a las entalladuras finales. Es aceptable utilizar la
tubería sin trencilla únicamente para aire o gas a baja presión.
loi
424
inútil el uso de goma y, en algunas circunstancias, cuando se requiere un
aislador de bajo costo.
Las partes de goma moldeada encuentran amplia aplicación, ya que pueden
ser convenientemente moldeadas a muchas formas y rigideces, posee más his-
téresis interna que los muelles metálicos, a menudo requieren un mínimo de
espacio y peso y pueden ser fijados a adaptadores metálicos para sujetarlos
convenientemente. Aunque se usa probablemente el caucho natural de una
forma más amplia, las gomas sintéticas, como Neopreno, Buna-S y Buna-N,
tienen un uso considerable, siendo el último identificado por los nombres
comerciales Hycar, Perbunan y Chemigum. Otras gomas sintéticas, Butil y
Tiokol, tienen poco uso como aisladores, excepto cuando existen condiciones
ambientales excepcionales.
El caucho natural posee la más favorable combinación de propiedades me-
cánicas, tales como mínima deriva, máxima fuerza de tensión y máxima elon-
gación en el fallo; y tiende a ser menos cara. Su utilidad está algo restringida
por la resistencia limitada a la deterioración bajo la influencia de hidrocarbu-
ros, ozono y temperaturas ambientales altas. El Neopreno y el Buna-N poseen
una excelente resistencia a los hidrocarburos y al ozono, siendo el Buna-N
particularmente apto para la aplicación en ambientes con temperaturas rela-
tivamente altas. El Buna-S se utiliza extensamente como aislador de vibración.
Tiene pocas propiedades destacables, pero ha sido ampliamente suministrado
como resultado de un programa del Gobierno USA para el caucho sintético.
El caucho se puede cubrir con barniz para protegerlo contra gotas de aceite
pequeñas u ocasionales *.
La goma de silicona es un material sintético para aplicarlo tanto en altas
como en bajas temperaturas ambientales, a las cuales ningún otro material de
goma se puede utilizar. Tiene una notable estabilidad en un amplio rango de
temperaturas, por encima y por debajo de las normales. Algunos compuestos
de goma de silicona mantienen su flexibilidad a temperaturas próximas
a - 38 oC. Aunque la compresión tiende a ser relativamente grande a tempe-
raturas elevadas, la rigidez del material tiende a cambiar ligeramente después
de estar expuesto a altas temperaturas durante un período largo. La resis-
tencia a la rotura y a la abrasión de los materiales que se suministran es rela-
tivamente baja. La baja fuerza de tensión y la alta deriva introducen limita-
ciones en su utilización en aislamiento de vibraciones, excepto cuando el ma-
terial se carga sólo ligeramente. Se están realizando grandes progresos en goma
de silicona y existe la esperanza de que en el futuro haya más materiales dis-
ponibles.
El fieltro, el corcho y la goma-espuma se cortan normalmente de grandes
planchas y paneles usados, careciendo de la fácil adaptabilidad de la goma
que se moldea a una forma dada y que frecuentemente poseen adaptadores
metálicos para facilitar su aplicación. El corcho se usa frecuentemente para
soportar grandes cimientos de hormigón. Es un material fácilmente compre-
* Entre los fabricantes de barnices se encuentran: Egyptian Lacquer, Egyptian
Lacquer Company, New York, N. Y.; Nitroloid Lacquer, Forbes Varnish Company, Cle-
veland, Ohio; Glyptal Lacquer, General Electric Company, Schenectady, N. Y.; y Ivco
Varnish, Impervious Varnish Company, Rochester, Pa.
425
sible, de módulo relativamente bajo, que es particularmente útil para soportar
grandes bloques de hormigón, debido a que puede rellenar totalmente el espa-
cio que rodea el bloque. El fieltro se utiliza a veces debajo de la maquinaria;
es conveniente su aplicación, porque puede ser cementado y no le afecta el
aceite ni otras sustancias extrañas. La fibra de vidrio impregnada, con un
buen refuerzo * y comprimida con hilo entrelazado a una forma y densidad
específicas, ha sido propuesta recientemente como elemento resiliente de los
aisladores de vibraciones. Es relativamente inmune a las influencias ambien-
tales y se ha utilizado ampliamente en aviación militar. Su aplicación para
control de ruido ha sido muy limitada.
Caucho
La rigidez de un elemento de caucho es función del módulo del material
y del tamaño y forma del mismo. El módulo se mide indirecta y sólo aproxi-
madamente determinando la resistencia del material al mellado. El instrumento
más usado es el durómetro Shore, que incluye un muelle colocado de forma
que presione el final de un cono truncado contra la superficie de la goma.
La lectura se obtiene de una escala que indica la profundidad de la mella,
siendo más bajo el número cuanto más grande es ésta. La goma más suave
que se usa en aisladores es aproximadamente 30 durómetros y la más dura
aproximadamente 70. Una indicación razonablemente buena de las rigideces
relativas de elementos con las mismas dimensiones se obtiene de la resistencia
a la melladura, según se mide en el durómetro. La relación entre el módulo
a cortadura y la lectura del durómetro se muestra en la figura 13.20 para la
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~ DU'ROMETRO
OUROMETRO
FIG. 13.20. Módulo a cortadura del FIG. 13.21. Relación entre los módu-
caucho natural para pequeñas desvia- los dinámico y estático del caucho,
ciones, en función del durómetro. en función del durómetro del caucho.
(Crede,1) (Crede,1)
427
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60 70 TENSION A CORTADURA( 1- )ADIMENSIONAL
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o 5 10 15 o 5 lO 15 20
DESVIACION % DESVIACioN %
60 DUROMETRO 70 DUROMETRO
428
cirse la expansión en la zona adyacente al elemento rígido y la rigidez
a la compresión aumenta por esta restricción de expansión lateral.
2. El área libre útil para la expansión lateral. Un elemento de goma al
cual se aplica una fuerza de compresión tiene rigidez máxima por uni-
dad de área cargada cuando la relación de área lateral libre a área
cargada es mínima. El área lateral libre puede incrementarse haciendo
orificios a través de la goma, paralelos a la dirección de la fuerza de
compresión o seleccionando una forma cuya área periférica sea grande.
y
8
11 140
DURO 1 :: LONGITUD DEL COLCHONCILLO: cm.
"'15 lO 105
Ir = ANCHURA DEL COLCHONCILLO: cm.
-80
" 12 9 70 t = ESPESOR DEL COLCHONCILLO: cm.
,., ~10 8 F= FUERZA DE COMPRESION : Kg.
f 9 56 -70
= Ir le 1= AREA : cm.2
/2 e\ -7 S
;~ 60 Y = MODULO ACOM.oRE510N: Kg/cm.
2
lO 7" 6
9 6" 5 28 --50
8 5 "4 , 2'
7 40
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0.7. '"
429
longitud del bloque es dos veces su anchura y el 30 por 100 más baja cuando
la longitud es diez veces la anchura (véase Ref. 9).
Los bloques a compresión que están unidos a elementos rígidos, por los
cuales se aplica la fuerza, son más rígidos que los que no lo están. Trabajos
de investigación de la United States Rubber Company han dado como re-
sultado el monograma de la figura 13.25, que se utiliza para determinar las
relaciones fuerza-desplazamiento de bloques ligados. El desplazamiento se
expresa en porcentaje de espesor del bloque, como resultado de una fuerza
unitaria expresada en kilogramos por centímetro cuadrado. El procedimiento
para usar el monograma se explica en la leyenda de la figura 13.25.
Muelles metálicos
En la figura 13.26 se ilustra una aplicación típica de un muelle de com-
presión helicoidal como aislador de vibraciones. Se coloca entre el cimiento (a)
y el equipo (h), a menudo sin sujeción directa, pero con rebajes para situar
_9Fa2
Tmáx- 1Ta}
(44g-4
g-1 0,615)
+--g- kg/cm
2
(13.18)
430
que se puede esperar que soporten muelles helicoidales a compresión, de
buena calidad, fabricados en distintos materiales. El rango de tensión limi-
tante se lee verticalmente entre la línea de tensión mínima y las líneas que
representan la tensión máxima. El factor de corrección de Wahl se utiliza
en el cálculo de la tensión. Las curvas son bastante fiables para muelles que
1,2
98
N.
~
a:
~
en
~
~z
::
~
<!
~
~
...a:
~
tengan un índice entre 5 y 10. Para índices mayores se pueden esperar valores
del rango de tensión algo más bajos.
La rigidez K y del muelle a lo largo del eje vertical se da en la ecuación
siguiente:
. Gai
K y = 100n~ kgjcm (13.19)
431
tonces en función de la rigidez K y en la dirección vertical, como sigue:
(13.21)
2.5r---..,....--------r-----.
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T- ALTu.'IA DE TRABAJO ~ l. s
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ALTURA DE TRABAJO (h-' RELACION DESVIACION ESTATICA (..!L)
RELAClON OIAMETRO DE LA ESPIRA MEDIA 2ái ALTURA DE TRABAJO h
FIG. 13.28. Relación de la rigidez la- FIG. 13.29. Curva que separa las re-
teral a la axial para muelles helicoida- giones estable e inestable para un sis-
les a compresión, en función de las tema cuyo único soporte son muelles
relaciones de altura de trabajo a diá- helicoidales cargados a compresión, co-
metro de la espira media y de la mo se muestra en la figura 13.26.
desviación estática a la altura de tra- (Crede,l)
bajo. (Crede,l)
432
donde d es el desplazamiento estático y h es la altura de trabajo; las dos
variables han de estar expresadas en las mismas unidades. Esta ecuación se
representa gráficamente por la línea recta mostrada en la figura 13.29, que
separa las regiones de estabilidad y de inestabilidad.
Otros materiales *
Fieltro. El fieltro está definido por la Asociación del Fieltro como «tejido
compuesto de fibras entrelazadas con una combinación adecuada de trabajo
mecánico, acción química, humedad y calor, sin hilado, tejido ni puntadas. El
fieltro puede estar hecho a base de una o más clases de fibra de lana, con
o sin mezcla de fibras sintéticas, animales o vegetales». Se hace así una dis-
tinción de los productos textiles en los cuales las fibras se colocan paralelas,
engarzadas en hilo y entrelazadas entonces por tejido. El proceso de fabrica-
ción del fieltro, por otra parte, induce el movimiento de las fibras individuales
por toda la masa y utiliza las características naturales del rizado y entrelazado
de la fibra de lana. El resultado es un material fibroso bien compacto, hecho
de unos espesores desde 0,8 a 80 mm.
El fieltro se suele aplicar en el aislamiento de vibraciones cortando peque·
ños colchoncillos del tamaño deseado y colocándolo bajo el equipo que se
desea soportar. Con frecuencia se utiliza el cemento para mantener los col-
choncillos en su posición correcta. La curva fuerza-desplazamiento para el
fieltro trabajando a compresión es claramente lineal para desplazamientos
del 25 por 100 del espesor, pero después la rigidez' crece rápidamente, y con
un desplazamiento del 50 por 100 es aproximadamente diez veces mayor que
con el 25 por 100. El incremento de rigidez con desplazamientos mayores
del 25 por 100 demuestra la necesidad de evitar una sobrecarga del fieltro.
fI) 40 r - - - . r - , - - , - - - - -
~ SP. GR.: PESO ES~C/FlC~
~ 35 t---H--'4<--,---r-·1- - , - - - -
;;l
s:?
6'1>_
I CARGA
MAX/MA.
~ 30 ~-t--'..-t--~..::'-"O,o/ RECOMENDADA
~ '~
z 25 ¡-~~"9----F"~
<t
¡:j
Z
433
28
reducción de la frecuencia natural de 0,66 veces. la frecuencia natural original.
Debería esperarse una disminución de' 0,50 veces la frecuencia natural original.
Las curvas de la figura 13.30 parecen ser sustancialmente horizontales en
la región extrema derecha. Aparece así una condición por la cual la frecuen-
cia natural no puede ser reducida incrementando la carga. La mínima frecuen-
cia natural obtenible es de aproximadamente 19 a 20 cps, dependiendo de la
densidad; pero la frecuencia natural mínima que corresponde a la carga má··
xima recomendada es de 25 a 28 cps. Estos valores se basan en un espesor
del fieltro de 2,5 cm; para un espesor de 1,25 cm, los datos obtenidos de otras
fuentes indican que la mínima frecuencia natural utilizable es de 30 cps. En
cuanto que se obtiene aislamiento sólo para frecuencias mayores de 1,41 veces
la frecuencia natural, los espesores de fieltro de 1,25 cm, por ejemplo, pueden
considerarse útiles sólo para aislar vibraciones cuya frecuencia sea mayor
que 30 x 1,41 =42,3 cps.
Corcho. El corcho que se usa para el aislamiento de vibraciones, golpes
y sonidos se presenta generalmente en forma de planchas, que se hacen com-
primiendo las partículas de corcho a alta presión y cociéndolo posteriormente
con vapor recalentado. El corcho difiere de la goma en que contiene muchas
células diminutas de aire, que se reducen de volumen cuando el corcho
<C 15 1-----;--+-"-''''-=--:/?''.-;,.-:±--~..._:_---:::~----'''''''''-o:;:;t_---_1
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soporta una carga. El material es, por tanto, un sólido no incompresible, pero,
por otra parte, ha sufrido desplazamientos a compresión de hasta el 24 por 100,
sin que muestre expansión lateral apreciable. Se aplica como planchas carga-
das a compresión, colocándolas directamente bajo la base de la máquina o
bajo el bloque de inercia..
El corcho posee propiedades similares a la mayoría de los restantes ma-
teriales resilientes, cuando se carga a compresión, y sufre un gran desplaza-
miento. La rigidez se caracteriza porque incrementa continuamente conforme
aumenta el desplazamiento, y el límite se sitúa en la frecuenCia natural mí':
nima alcanzable. Desde un punto de vista práctico, la carga máxima es aquella
que el' corcho puede soportar con seguridad, sin estar someti'do a tensiones
excesivas. Los datos siguientes del Vibracorcho, un' corcho manufacturado
por compresión de bolas de corcho de 1,25 cm de' diámetro, fueron suminis;
tradós por el fabricante, Armstrong Cork Company, y publicados primero en
la referencia 1. La frecuencia natural de Vibracorcho, en función de la carga
soportada, se muestra en las curvas de la figura 13.31.
El corcho parece tener propiedades particulares que tienden a hacerlo me-
nos efectivo como medio aislador,' de lo que se deduce por las frecuencias
mostradas en la figura 13.31. Para calcular la transmisibilidad con vibraciones
en . estado permanente de un sistema que emplea corcho como elemento re-
siliente, se ha determinado empíricamente que la frecuencia natural indicada:
en la figura 13.31 debe multiplicarse primero por 1,5. La transmi~ibilidad a
frecuencias mayores que la frecuencia· natural puede determinarse de la ecua-
ción (12.9), usando la frecuencia natural corregida y suponiendo amortigua-
miento cero. Se desea determinar, por ejemplo, la transmisibilidad del Vibra-
corcho de 10 cm de espesor, de 26,6 kg/m de· tablero, cuando se carga éf
2,5 kg/cm3 y sufre una vibración de 40 cps. De la figura 13.31 se determina
que la· frecuencia natural del sistema es 14 cps. La frecuencia natural corre-
gida es, entonces, 14 x 1,5 = 21 cps, y la relación de fr~cuencia forzada a fre-.
cuencia natural corregida es 40/21 = 1,9. La transmü~ibilidad, a partir de la
ecuación (12.9), para una relación de frecuencias de f/f~ = 1,90, es 0,38.
La relación de amortiguamiento b/bc para el corcho cargado a compre-
sión es, aproximadamente, 0,06, independientemente de hi .dénsidad. Esto:
corresponde a una transmisibilidad en la resonancia de aproximadamente
ocho veces, que' es equivalente a la- de la .goma en':-el rango, de 50 a 60 .duró-,
metros... "
. . Gom¿t-'espuma. La goma', .en su estado convendonai vulcanizado, es' un'
sólido incompresible, aunque flexible, con rigidez considerable. Para reducir
la rigidez e intro.ducir ciert.as. yentaj~s q~~ se de~i'yan de la compresibilidad,
10 0,07~0,07
11 0,25-0,15
12 0,49-0,14
13 0,77-0,14
14 1,05-0,14
15 1,44-0,25
435
la goma se fabrica con gran cantidad de diminutas bolsas de aire o de gas.
Al aplicar la carga, el aire o el gas se comprimen y la rigidez total del material
es entonces relativamente bajo. La goma-espuma se suministra generalmente
en forma de planchas, de espesor constante y superficie grande, que puede cor-
tarse en paneles del tamaño requerido. Ocasionalmente, se moldea en formas
intrincadas. La rigidez de la goma-espuma se define por un número de desig-
naci6n ASTM (véase Ref. ll), como se plasma en la tabla 13.2.
AMORTIGUACION V AMORTIGUADORES
Histéresis interna
El amortiguamiento se puede obtener de la histéresis interna de los ele-
mentos elásticos que soportan la carga o de amortiguadores discretos sin esta
funci6n específica. Los materiales con alta histéresis poseen frecuentemente
otras características indeseables, entre las cuales una de las más prominentes
Relación de
Material amortiguamiento
viscoso equivalente
436
de valores algo diversos obtenidos bajo condiciones variadas de vibración libre
y forzada. Tienden a ser más bien bajos y pueden incrementarse sustancial-
mente si existe pérdida de energía como resultado del rozamiento entre las
superficies deslizantes.
Amortiguadores discretos
Cuando no se pueda obtener un amortiguamiento adecuado de la histéresis
interna, se puede colocar un amortiguador discreto, en paralelo con el ele-
mento elástico que soporte la carga. El grado de amortiguamiento obtenido
de esta manera es prácticamente ilimitado, dependiendo sólo del espacio,
costo y la complejidad mecánica que se puede tolerar. Los párrafos siguientes
describen algunos de los aparatos amortiguadores que se suelen utilizar y se
apuntan las limitaciones de cada uno.
Telescópico. Uno de los amortiguadores más usados es el telescópico,
que es como se muestra esquemáticamente en la figura 13.32a. Un pistón a,
sujeto al cuerpo m, está obligado a moverse verticalmente en un líquido en-
cerrado en el cilindro b, asegurado al soporte s. Si el pistón es relativamente
largo, la fuerza requerida para obligar al líquido a fluir a través del espacio
• .71
(el Idl
437
en 'el campO' "magnétlc(), 'aunque puede existir' alguna' dificültad en' mahtener
ún coeficiente de amortiguamiento éonstante con', un desplazamiento' sus~
tancial. " ' ' ' ,, ,, , "
La utilidad de los amortiguadores magnéticos y telescópicos' en' aislamiento
de vibraciones está limitada por diversas consideraciones prácticas. Ambos ti~
pos, por construcción común, son operativos solamente a lo largo de una línea
recta y su estructura es tal que restringe el movimiento en las direcciones:
a menos que se :áñada un mecanismo. '
, El telescópico requiere generalmente un prensaestopa para retener el' líqui~
d<? El' aJ!l0rtiguador, magnético 'necesita" o una fuente de potencia que 'excite
un electroimán ó' un imán permanente excesivamente grande, excepto en 'casos
donde el equipo' sea'muy ligero de peso. Ambos tipos experimentan variación
en sus p~opiedádes, como resultado de las fluctuaciones de temperatura';' l~s
del telescópico, a causa de los cambios 'en la viscosidad del "Hquido, y los de
amortiguador magnético, por los cambios en la resistencia del con~uctor.
Amortiguador de (ric'ción. Se puede obtener amortiguamieñtó' obligando 'a
un elemento sustanCialmente seco' a deslizarse sobre otro, utilizando el aparato
ilustradó esquemáticamente en la figura 13.32c. Una lengua n se fija al equi~
po m y se le sitúa de manera que deslice entre dos bloques o qu;e estén for-
jados contra la lengua por r el muelle, a tensión p. La fuerza ejercida por el
amortiguador en oposición :al movimieJ;lío vertical del equipo es el producto
de la fuerza normal y el coeficiente de rozamiento entre la lengua y los blo-
ques. La fuerza de amortiguamiento es: nominalmente constante, independien-
temente de la posición o la velocidad del equipo. Este tipo de amortiguamiento
se denomina rozamiento l:;eco ~ amortiguamiento de Coulomb, y se trata ana-
líticamente en' las referencias 13 y 14.
La fuerza, nominalmente constante, transmitida por el amortiguador de
Coulomb puede introducir desventajas características. Cuando la amplitud y
la frecuencia de la Vibración son' bajas, la aceleraCión del equipo es baja 'y la
fuerza de inercia resultante puede ser menor que la fuerza de rozamiento
del amortiguador. El amortiguador, funciona como una conexión rígida y el
aislador no tiene ,resiliencia. A frecuencias mayores que la frecuencia natu-
ral, el movimiento relativo entre el· soporte y .el equipo tiende a ser pequeño.
La fuerza transmitida, por el elemento elástico' se hace así correspondiente-
mente pequeña. El amortiguador, sin embargo, transmite una fuerza cuya
magnitud es independiente de la amplitud de la vibración. Puede ser relati-
vamente grande cuando la amplitud de vibración, es pequeña y, por tanto,
puede incrementarse la transmisibilidad a frecuencias más altas.
Amortiguador de aire; En la figura 13.32d se ilustra un amortiguador
de aire' embutido en' un aislador. Este incluye un muelle metálico e que sopor-
ta la carga y que está localizado en el interior de un fuelle de goma (. 'El fuelle
de goma y la tapa metálica g se combinan' para formar un encerramiento
impermeable al aire, exce'pto por un 'pequeño orificio h practicado a través
de la tapa. '
El equipo 'se une al elemento central 'j y su movimiento en dirección ver-
~38
tical obliga a cambiar al volumen interior del fuelle. El aire fluye a través del
orificio hacia adentro o hacia afuera del fuelle. El trabajo empleado en forzar
el aire a través del orificio resta energía al sistema vibrante, suministrando así
el amortiguamiento deseado. La viscosidad" del aire varía poco con la tempe-
ratura, y las características del amortiguador son, así, relativamente indepen-
dientes de los cambios de temperatura.
439
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FIG. 13.33. Aisladores comerciales típicos y representativos que emplean caucho natural o sintético como elemento sus-
tentante. Una línea central trazada verticalmente indica que el aislador es simétrico con respecto a esa línea central, mien-
tras que la falta de tal línea central indica que el aislador tiene una longitud de sección recta uniforme que se ex-
tiende perpendicular al papel. Las dimensiones, capacidades de carga, rigideces y nombres de los fabricantes se incluyen
en la tabla 13.4; los datos de frecuencia natural y carga se resumen en la figura 13.35.
t
....
<7-
I
k'---
SERIES SM SERIES LK
FIG. 13.34. Aisladores comerciales que emplean muelles helicoidales para soportar la
carga y, que se usan generalmente para aislar vibraciones de frecuencia relativamente
baja. Las dimensiones, capacidad de carga, rigideces, cuando sea posible, y nombres de
los fabricantes se incluyen en la tabla 13.5.
442
Tabla 13.4. Datos para aisladores que utilizan caucho natural o sintético, ilustrado
, en la figura ~J.33
.
.- "
- -. . - - -- -~
.. .. _o. - .. -
~
201A 97 7,0 Rectángulo 134
-
t
00
Tabla 13.4. Datos para aisladores que utilizan caucho natural o sintético, ilustrado
en la figura 13.33. (Continuación.)
j
Dibujado en la
¡ Dimensiones, cm Rigidez; kgl cm
figura 13.33, Carga
fabricanteh, máxima, kg B
A Normal Paralelo
y tipo número (sin carga) C Vertical al papel al papel
Forma Medida
Tabla 13.4. Datos para aisladores que utilizan caucho natural o sintético, ilustrado
en la figura 13.33. (Continuación.)
I
Dimensiones, cm Rigidez, kglcm
Dibujado en la
figura 13.33, Carga
máxima, ·kg B
fabricante h, A Normal Paralelo
y tipo número (sin carga) C Vertical al papel al papel
Forma Medida
w (Lord):
}-2170-1 22,7 3,07 Rectángulo 11,4 2,54 20,3* 7,14* 7,14*
}-2171-1 45,4 3,07 Rectángulo 11,4 5,08 39,8* 16,8* 16,8*
}-2172-1 90,7 3,07 Rectángulo 11,4 10,1 81,8* 54* 54*
J-2173-1 181 3,07 Rectángulo 11,4 20,3 171* 85,7* 85,7*
a El primer valor es la carga máXima a compresión; el segundo valor es la carga máxima a cortadura.
b Las cargas y rigideces son por cada 2,5 cm de longitud.
e Las longitudes normalizadas son 2,5, S, 7,5, 10, 15, 30, 61 Y 91 cm.
d La altura es ajustable, dentro de los límites indicados.
• Introducir 6, 7 Y 8 de la columna C.
f El asterisco indica rigidez dinámica; todas las otras rigideces son estáticas. Las rigideces dinámicas son aproximadas, pero representativas; el
valor exacto de la rigidez dinámica es función de la tensión estática, tensión dinámica, temperatura y, en cierta forma, de la frecuencia.
g La designación amín» indica tasa de carga mínima en este tamafio; amáx» indica tasa de carga máxima en este tamaño. Las tasas de carga inter-
medias se omiten para ahorrar espacio.
h Direcciones de los fabricantes: Barry Controls Inc., 700 Pleasant St., Watertown, Mass.; Firestone Industrial Producís Co., Akron, Ohio; The
B. F. Goodrich CO., Akron, Ohio; Lord Manufacturing CO., Erie, Pa.; The M-B Mfg. Co., Inc., 1060 State St., New Haven, Conn.; United States
Rubber Co., Ft. Wayne, Ind.
Tabla 13.S. Datos para aisladores que utilizan muelles espirales, ilustrados
en la figura 13.34
--,
12,7 19,6 2 268
SM2-U-AA 499 312 350 339
SM2-15-AA 680 527 527 473
-- ------ ----
SM4-10-AA I 454 179 245 20S
SM4-16-AA 726 29,2 12,7 10,9 18,4 25,4 4 411 429 384
SM4-22-AA 998 625 1220 845
SM4-30-AA 1360 1054 1477 1161
-- -------- ------
SM6-15-AA 680 268 307 268
SM6-24-AA 1089 34,3 12,8 10,9 23,7 30,5 6 616 1107 830
SM6-33-AA 1497 938 1389 1063
SM6-45-AA 2041 1580 1982 1580
- - - - - -- - - - - - --- - -
SM9-23-AA 1043 393 411 375
SM9-36-AA 1633 34,3 17,9 10,9 23,7 30,5 9 925 1370 1048
SM9-50-AA 2268 1407 1839 1804
SM9-68-AA 3084 2375 2625 2232
---- - - -- -
Korfund:
LK/C 51 34
L/KC 51-B SO
LK/C 7 68 16,1 6,35 8,9 10,1 13,9 1
LK/C S 125
LK/C 9 159
LK/C 9-0 227
-- -- ------
LK/D 52 68
LK/D 52-B 100
LK/D 10 159 24,1 12,7 10,1 16,1 20,3 2
LK/D 11 272
LK/D 12 317
LK/D 12-0 454
453
Tabla 13.5. Datos para aisladores que utilizan muelles espirales, ilustrados
en la figura 13.34. (Continuación.)
------ I
LK/E 52 136
LK/E 54-B 200
LK/E 13 340 28,7 12,7 10,3 23 26 4
LK/E 14 544
LK/E 15 635
LK/E 15-0 907
----------
LK/F 56 204
LK/F 56-B 299
LK/F 16 522 28,7 17,7 2,54 23 26 6
LK/F 17 862
LK/F 18 1134
LK/F 18-0 1361 I
- - - -I- - - - - -
LK/G 59 306
LK/G 59-B 449
LK/G 19 771 35,6 17,7 2,54 29,2 31,7 9
LK/G 20 1270
LK/G 21 1588
LK/G 21-0 2268
-- --------
LK/H 22 2268
LK/H 23 2948
LK/H 24 3856 35,6 17,7 16 29,2 31,7 4-9
LK/H 25 4536
LK/H 26 5443
I I
454
Tabla 13.6. Descripción de aisladores tipo colchoncillo
Direcciones de los fabricantes: Clark-Cutler-McDermott Co., Franklin, Mass.; The Korfund Co., Inc.•
48-15 32nd Place, Long Island City, N. Y.; Fabreeka Products Co., 222 Summer St., Boston, Mass.;
Tbe M-B Mfg. Co., Inc., 1060 State St., New Haven, Conn.; Beltron Associates, Inc., P. O. Box 128,
Brooklyn 10, N. Y.; Glass Fibers, Inc., 1810 Madison Ave., Toledo, Ohio; Armstrong Cork Company,
Lancaster, Pa.; Mundet Cork Company, Ind., 1203 Tonnelle Ave., N. Bergen, N. J.; American Felt
Company, Glenville, Cono.; The Felters Company, 210 South St., Boston, Mass.; Western Felt Works,
Chicago, Ill.
455
cado en este capítulo, en el apartado Aisladores para equipos asimé-
tricos.
2. Se debe definir la naturaleza de las vibraciones forzadas determinando
su frecuencia y la magnitud y dirección de las fuerzas aplicadas. Usan-
do la frecuencia mínima de las vibraciones forzadas, se debe seleccio-
nar un valor de la frecuencia natural máxima de los aisladores, siguien-
do los principios del apartado de este capítulo, que habla de Aisla-
miento de vibraciones permanentes. No es ni necesario ni deseable
que las frecuencias naturales sean iguales en las direcciones de todos
los ejes coordenados. En una máquina recíproca, por ejemplo, las fuer-
zas que actúan a lo largo del eje de la manivela son relativamente
pequeñas. Las frecuencias naturales del sistema aislador en esta di-
rección necesitan ser solamente lo bastante pequeñas para evitar re-
sonancias más que para conseguir muy baja transmisibilidad.
3. Es necesario ahora determinar las propiedades del equipo y los aisla-
dores. Se calcula, estima o mide el radio de giro del equipo usando
los principios del apartado Propiedades del equipo. Se deja de momento
el cálculo de las rigideces de los aisladores, pero se debe establecer
la relación de rigideces a lo largo de los ejes principales. Cada tipo de
aisladores tiene una relación característica, que se puede determinar
de las tablas 13.4 y 13.5 para aisladores producidos comercialmente,
o se calcula de la tabla de datos del apartado Propiedades de los ma-
teriales si el aislador debe ser ensamblado con diversos componentes.
4. Usando los datos obtenidos por el procedimiento de los párrafos ante-
riores, se establece la relación entre la frecuencia natural en el modo
traslatorio vertical y las frecuencias naturales en otros modos. Si los
aisladores están en el mismo plano horizontal que el centro de gra-
456
vedad del equipo, la vibración en los modos traslatorio vertical y ho-
rizontal puede ser desacoplada. Existe entonces una frecuencia natural
característica en cada modo y las relaciones de las diversas frecuencias
naturales a la frecuencia natural en la traslación vertical se puede
conocer usando las propiedades de los aisladores en las ecuacio-
nes (12.3) y (12.5).
5. Si la vibración en los diversos modos es acoplada, como se explica
en el apartado Modos naturales de vibración, del capítulo 12, la rela-
ción de las frecuencias naturales en los modos acoplado y traslatorio
vertical se determina como sigue: Si el sistema es simétrico, la rela-
ción de las frecuencias naturales se puede determinar a partir del apar-
tado de este capítulo Aisladores para equipos simétricos. Si el equipo
es asimétrico, entonces se utilizará el apartado Equipo asimétrico, de
este capítulo también. Es necesario que la frecuencia natural mayor,
determinada de esta manera, sea igual a la frecuencia natural máxima
seleccionada por el procedimiento del párrafo 2 anterior. A partir de esta
frecuencia natural máxima y de la relación de frecuencias naturales
en los modos acoplado o desacoplado a la frecuencia natural en el
modo traslatorio vertical, se determina la frecuencia natural en el modo
traslatorio vertical.
6. La rigidez de los aisladores en la dirección vertical se determinan
ahora de la frecuencia natural vertical requerida (véase párrafo 5), y la
carga unitaria (véase párrafo 1). La rigidez se calcula de la ecua-
ción (12.3). Se selecciona ahora el aislador apropiado de las tablas 13.4
y 13.5. Es esencial usar la rigidez dinámica. Las tablas 13.4 y 13.5 apor-
tan los datos de rigidez dinámica donde sea posible, como se indica
por el asterisco. Los otros valores de la rigidez son estáticos: se pue-
den convertir aproximadamente a rigidez dinámica, como se indica en
el apartado Caucho de este capítulo. Es importante que el aislador
seleccionado tenga la relación de rigideces horizontal vertical calculada
en el párrafo 3. Si los aisladores incluyen uno que es, en general, apro-
piado, pero que posee' una relación de rigideces algo diferente, se debe
tomar esta nueva relación y, con ella, repetir los cálculos anteriores
para obtener nuevos valores de la rigidez. Si el aislador requerido no
se puede encontrar entre los comercialmente suministrables, puede ser
necesario diseñarlo, usando los materiales cuyas propiedades se indican
en el apartado Propiedades de los materiales, de este capítulo.
457
REfERENCIAS
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York, 1951.
2. Marks, 1. S.: «Mechanical Engineers' HandbookD, 5. a ed., pág. 199, McGraw-Hill
Book Company, Inc., New York, 1951.
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4. Lewis, F. M.: Trans. ASME, 54: 253 (1932).
5. Mindlin, R. D.: Bell System Tech. J., 24 (3, 4) (julio-octubre, 1945).
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bre, 1953.
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17. Crede, C. E.: Machine Design, 26: 139 (agosto, 1954).
458
Capítulo 14
AMORTIGUAMIENTO DE LA VIBRACION
RICHARD N. HAMME
Mecanismo de amortiguamiento
La palabra «amortiguamiento» se ha usado ampliamente durante muchos
años para designar cualquier procedimiento empleado para disminuir el ruido.
El uso frecuente de frases contradictorias, tales como «amortiguar el sonido en
la habitación» y <cusar amortiguadores de sonido debajo de la máquina», indi-
can el estado de confusión popular entre los mecanismos de amortiguamiento
de vibraciones, absorción de sonido y aislamiento de vibraciones.
Disipación de energía en sólidos. Desde el punto de vista de la reducción
técnica de ruido, lo mejor es limitar el uso de la palabra «amortiguamiento»
al mecanismo de conversión de la energía vibratoria mecánica de los sólidos
en energía calorífica. Entonces, la capacidad de reducción de ruido de un
amortiguador se deriva del hecho de que, una vez que la energía mecánica se
ha disipado, no puede ser radiada en forma de ruido aéreo. Y, una vez disi-
pada en el sólido, la energía vibratoria no precisa ser aislada elásticamente
de las superficies radiantes y se reduce la necesidad de absorber y/o aislar el
ruido aéreo.
Desde el punto de vista de la física elemental, esta conversión de energía
vibratoria de un sólido en calor se puede tomar como una desorganización del
movimiento molecular. El movimiento periódico denso de un conjunto de
moléculas que vibran al unísono, se transforma progresivamente en el sutil
movimiento aleatorio de la agitación térmica. Esto reduce el movimiento con-
junto de las moléculas de la superficie del sólido, que de otra forma comuni-
caría el movimiento periódico al aire circundante que se propagaría en forma
de ondas sonoras.
La importancia práctica de clasificar la función del amortiguamiento está
demostrada por las innumerables aplicaciones prácticas erróneas de materiales
absorbentes de sonido (acolchado de fibra, etc.) y materiales aislantes de la
vibración (caucho, etc.) en intentos de amortiguación.
Aunque todos los materiales poseen algún grado de capacidad de amorti-
guación inherente, la mayoría de ellos, de cualquier tipo de estructura interna
459
(especialmente los metales), necesitan tratamientos externos o superficiales para
ser lo suficientemente amortiguadores con vistas a la reducción de ruido. A
causa de que los movimientos superficiales de los materiales estructurales se
comunican a los materiales amortiguadores de la vibración, los efectos in-
adecuados inherentes de la histéresis en el material activo se suplementan
por la histéresis más alta y los efectos disipativos de la viscosidad, flexión de
la fibra y rozamiento interno, inherentes al amortiguador, tanto como los
efectos de rozamiento en la interfase bajo tratamiento. El intento principal
de este capítulo es describir y comparar estos tratamientos superficiales y
establecer su efectividad en las reducciones prácticas de ruido.
No es de interés la cantidad de calor generado al usar materiales amorti-
guantes en control de ruido, ya que el valor absoluto de las energías acústicas
es mínimo. Por ejemplo, lord Rayleigh calculó que para producir un caballo
de potencia acústica serían necesarios diez millones de cornetes soplando
fortísimo.
Distinción de las relaciones masa-rigidez. La efectividad en reducción de
ruido de los materiales es, en primera aproximación, distinta de las relaciones
masa-rigidez, de la cual depende el aislamiento de vibraciones y la respuesta
de un sistema a una excitación dada. Esto debería ser obvio para el que está
familiarizado con las distintas idealizaciones clásicas de rigidez, inercia y
amortiguamiento por medio del muelle, la masa y el amortiguador, pero la
complejidad de los problemas de vibración ha llevado a la gente a conclusiones
extrañas, tal como «estos elementos son demasiado rígidos y pesados para el
amortiguamiento como para hacer algo bueno».
Dinámicamente, los muelles y las masas almacenan energía, más que la
disipan. Cuando se tensa un muelle ideal de una forma cualquiera, el trabajo
efectuado se almacena como energía potencial y entonces vuelve a su posición
de reposo sin pérdidas. Por tanto, regulando las constantes de muelle de los
componentes de un sistema vibrante sólo se consigue una redistribución de
energía; de forma que en la práctica solamente cambia la composición de fre-
cuencias del ruido. Por ejemplo, al rigidizar una hoja metálica, impidiendo
nervios en ella, se aumentan sus frecuencias naturales, pero no hace que la
hoja metálica responda menos a la excitación resonante de las vibraciones del
panel a las nuevas frecuencias naturales.
Similarmente, una masa ideal puesta en movimiento almacena energía ci-
nética, que se devuelve sin pérdidas cuando cesa el movimiento. Se requieren
impulsos mayores de fuerzas periódicas para poner en movimiento de una
amplitud dada a una inercia mayor, pero cuanto mayor sea la masa movida,
más fuerte será el impacto o el golpe de vuelta. Los sistemas más pesados son
más difíciles de excitar, pero su movimiento persiste más tiempo a sus frecuen-
cias naturales bajas. Es parte de la función de los materiales amortiguadores
de la vibración aliviar los requerimientos en cuanto a la masa en la fabrica-
ción de calidad, para permitir el uso de hojas metálicas, donde la excitación
potencial necesitaría, de otra forma, fundición pesada.
Aún más, sin la ayuda del amortiguamiento, la posibilidad de reducción
de ruido es muy remota, tratando de ajustar las relaciones masa-rigidez para
460
evitar las frecuencias naturales de los componentes de la maquinaria. Para
trasladar la frecuencia de resonancia sobre los límites audibles, se requiere
incrementar la rigidez sin un incremento compensante de la masa, y el cambio
supone sólo la raíz cuadrada de la relación rigidez-masa. Y, alternativamente,
el llevar una resonancia a frecuencias más bajas da como resultado un sacri-
ficio peligroso de fuerzas, y mete, simultáneamente, en juego otros armónicos
más altos.
De aquí, las relaciones rigidez-masa, que son tan importantes en el aisla-
miento de vibraciones, son solamente de importancia secundaria en el amorti-
guamiento de las vibraciones, residiendo su importancia en la preferencia de
obtener las resonancias naturales a las frecuencias más altas que sea compa-
tible con una buena fabricación y economía. Esta preferencia tiene aún más
sentido por el hecho de que casi todos los tratamientos de amortiguación de
vibración presentan mayor rendimiento a altas frecuencias.
Absorbedores de vibración dinámica. Los materiales amortiguantes de vi-
bración, en virtud de su histéresis mecánica, etc., resisten movimientos en
cualquier dirección en cada momento del ciclo de vibración. Y, puesto que
suministran pérdidas de energía definidas durante cada ciclo de vibración, su
efectividad varía generalmente en proporción a la frecuencia. Por tanto, un
tratamiento de amortiguación de vibraciones de una efectividad dada, limi-
tando la amplitud de la vibración en una resonancia a una frecuencia, será
igualmente efectiva en las resonancias vecinas y más efectiva en los armónicos
más altos.
Existen algunos llamados amortiguadores de vibración, cuya efectividad
depende de la generación de una fuerza que está desfasada 180 oC con res-
pecto a la fuerza aplicada. Este aparato consta esencialmente de una masa
montada sobre un muelle que se une al sistema vibrante en un punto y se
gradúa a la frecuencia de la excitación dominante. Con la máquina resiliente
montada, o a la parte a la cual se une, el «amortiguador» constituye un sistema
no amortiguado con dos grados de libertad, en el cual los parámetros están tan
ajustados que la amplitud de vibración de una de las masas (la máquina o la
parte) va a cero a una particular frecuencia elegida. Esto es más útil cuando
solamente está implicada una frecuencia singular de excitación, como en el
caso de máquinas de velocidad constante, pero si la velocidad varía o si exis-
ten otras frecuencias de excitación, incluso a velocidad constante, el sistema
falla en la limitación de la vibración. En realidad, una resonancia singular ha
sido reemplazada por dos resonancias, una a cada lado de la frecuencia fun-
damental. La variación de velocidad puede dar como resultado una amplifi-
cación, la forma que el «amortiguador» es una solución aún peor.
Evidentemente, tales aparatos no son aparatos amortiguantes de la vibra-
ción en el mismo sentido técnico que se definió antes. A falta de mejor nomen-
clatura, se les llama ahora absorbedores de vibración dinámicos. Su diseño
y comportamiento se discute ampliamente en la literatura técnica, encontrán-
dose un excelente tratamiento en la referencia 1.
461
Amortiguamiento inherente a los materiales y las estructuras
Todos los materiales sólidos muestran la propiedad de histéresis mecanlca
en algún grado, y el rango de variación entre materiales diferentes y sobre
rangos amplios de temperatura y tensión es enorme. Pero relativamente pocos
materiales homogéneos están inherentemente amortiguados hasta el grado de
recomendar su uso en la industria, únicamente a causa de esta propiedad,
excepto en circunstancias extraordinarias. El desarrollo en la próxima década
puede cambiar este panorama, pero hasta el presente el amortiguamiento in-
herente de todos los materiales que se usan en las máquinas y en las construc-
ciones de vehículos es de un orden de magnitud más bajo que el amortigua-
miento que se pueda obtener por tratamientos amortiguantes de la vibración
baratos~
Entre los metales, el hierro fundido tiene más histéresis que el acero la-
minado en frío, y el plomo mucho más que cualquiera de ellos. Pero incluso
éste, el metal amortiguante típico está sobrepasado de lejos por construccio-
nes superficiales sencillas, diseñadas para el propósito único de un amortigua-
miento eficaz. El uso de relleno de plomo en las carcasas de la maquinaria y
en las campanas finales de plomo de las máquinas eléctricas giratorias, parece
desaconsejable a la luz de la tecnología actual del amortiguamiento. Además,
han fallado todos los intentos en las reducciones medidas en ruidos de engra-
najes resonantes, atribuidos al amortiguamiento inherente del material de la
rueda del engranaje, cuando los tratamientos de amortiguamiento externos
de las nervaduras y la llanta han conseguido reducciones significativas. Inclu-
so en el caso del canturreo claramente resonante de los álabes de las hélices
marinas, un cambio de bronce-manganeso a hierro fundido fue muy poco sig-
nificativo, en comparación a la mejora atribuible al amortiguamiento consegui-
do por uniones funcionales simples.
Sin embargo, el amortiguamiento se incrementa significativamente laminan-
do capas homogéneas, siempre que la entrecara de la laminaci6n no esté con-
tinuamente ligada. Por ejemplo, dos capas de acero laminado de 0,3 cm, sol-
dado por puntos cara con cara a intervalos frecuentes, constituye una placa
mucho más absorbente que lo sería una placa de acero sólido de 0,6 cm. Por
otra parte, la laminación continua o encolado de capas delgadas de madera
en contrachapado no consigue un incremento comparable de amortiguamiento,
debido a que no se ha introducido ningún mecanismo de fricción superficial
para complementar el amortiguamiento inherente.
En la mayoría de las estructuras metálicas, casi todo el amortiguamiento
observado se puede atribuir a la técnica de fabricación. Por ejemplo, se puede
distinguir una buena soldadura de una mala por su efecto sobre el repiqueteo
de los elementos después del impacto; cuanto más pobre sea la junta, más
amortiguamiento. Las juntas remachadas proporcionan generalmente más amor-
tiguamiento que las soldadas y las atornilladas más que las remachadas. E in-
cluso, aunque los efectos no sean comparables en magnitud con los de los
tratamientos especiales de amortiguamiento de la vibración, es claro que las
reducciones de ruido se pueden atribuir al amortiguamiento inherente en la
fabricaci6n. Ejemplo, un fabricante de coches encontró un rumor que no tenía
462
antecedentes cuando empezó a soldar dos elementos cruzados del chasis, en
vez de atornillarlos. El amortiguamiento conseguido atornillando las cuatro
superficies juntas fue apreciable, incluso aunque los elementos estaban firme-
mente asegurados con tornillos de 1,25 cm.
Se han medido con precisión las capacidades de amortiguamiento de di-
versos metales por una serie de métodos experimentales (véase referencia 2
para un estudio extensivo de los resultados y las técnicas), pero no existen
técnicas comparables para medir, o incluso clasificar fiablemente, las capaci-
dades de amortiguamiento de otros diversos materiales estructurales, tales
como el vidrio, la madera y el corcho. Tampoco existen métodos de compara-
ción cuantitativos del amortiguamiento producido por diferentes tipos de
fabricación. Se están desarrollando técnicas para poder evaluar el amortigua-
miento de materiales nuevos (por ejemplo, tableros de fibra de vidrio de alta
densidad, laminados de madera, balsa-aluminio y laminados encerados de car-
tón y metal), pero la falta de tal procedimiento de clasificación no ha sido
detectada anteriormente porque, salvo raras excepciones, las pruebas de im-
pacto semicuantitativas han mostrado que el amortiguamiento inherente a los
materiales e intrínseco a la fabricación es inadecuado para la reducción de
ruido, cuando las restricciones impuestas por la industria y el uso son adecua-
damente observables. En el estado actual de la tecnología del amortiguamiento,
indudablemente la mejor práctica es todavía adoptar materiales de construc-
ción que satisfagan con los factores de fuerza, duración, peso, costo, etc., con
vista a obtener el amortiguamiento necesario, incorporando en el diseño los
materiales y estructuras amortiguantes de la vibración, específicamente des-
arrollados con este propósito.
463
un gran número de frecuencias naturales que están en tan complicada relación
con respecto a la otra que es prácticamente imposible de predecir, excepto en
las geometrías más sencillas.
En la figura 14.1 se muestra un ejemplo práctico de la distribución e im-
portancia relativa de las resonancias, donde el volumen de los tonos resonan-
tes producidos excitando el panel de la puerta de un automóvil está represen-
tado frente a la frecuencia de excitación. Obviamente, el trabajo de predecir
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2
FIG. 14.1. Volumen relativo de las
frecuencias naturales del panel de la
I
TT puerta de un automóvil excitada en
100 200 300 400 500 600 resonancia permanente por un elec-
FRECUENCIA EN CPS troimán. (P. H. Geiger.3)
464
pérdidas debidas a la radiación; esto es, cuando está sin tratamiento, la am-
plitud del panel alcanza un nivel, en el cual la energía es radiante casi al mis-
mo nivel al que está siendo suministrado. Y aunque el suministro de energía
pueda ser pequeño, el crecimiento dinámico a radiación eficaz dará como re-
sultado un sonido fuerte. El tratamiento de la amortiguación se aplica para
extraer la energía lo basatnte rápido para prevenir el crecimiento dinámico
que favorece la relación masa-rigidez en la resonancia. La figura 14.2 muestra
que se puede conseguir en la resonancia aplicando un amortiguador comercial
a un panel de acero circular de calibre 18, montado en unos anillos rígidos de
sujeción de 30 cm de diámetro interior. El panel fue arrastrado hasta la reso-
nancia por un electroimán actuado por un audioscilador y se midió el nivel
z
~ ro 90 t----t---t--1'-F-
(l)C
1LI
a: Z
o.. 1LI 80 I---+--f-->Pt----Hl,-.,...--t----l
~:
FIG. 14.2. Reducción debida al amorti- ...1 ~ 70 t----t--ft,-r--p::lo;n"'....- -r----l
1LI0
guamiento de la vibración permanente >(1)
de un panel. Un panel metálico de ca- Z 601--.....H~-i
libre 18 fue excitado en su rango reso-
nante de frecuencias por un electroimán,
50 L--.-,..LOO--'2.L0---"4~0-,....l.60--,.L80-2-.JOO
y el nivel de presión sonora se midió
a 7,5 cm de distancia. (W. A. Jack.) FRECUENCIA EN CPS
465
30
nentes de ruidos sucesivos conforme pasan a través de la frecuencia fija de
resonancia. No debe pasarse por alto la posibilidad de que alguna resonancia
pueda ponerse en evidencia a cada velocidad por correspondencia de alguna
de las muchas componentes de la excitación con cualquiera del gran número
de frecuencias naturales posibles. Esto hace al carácter continuamente cam-
biante del ruido el único indicio para la resonancia conforme cambia la velo-
cidad, ya que el volumen total puede no verse comparativamente afectado
hasta que se eliminan las diversas resonancias.
Debe tenerse en cuenta también que las resonancias se excitan, y requieren
amortiguamiento, cuando el espectro de excitación mecánica es continuo, o
blanco, y cuando la excitación está causada por impactación de sonido aéreo,
como en el caso de transmisión de sonido aéreo por carcasas y cerramientos.
Más adelante, se presentan evidencias de la efectividad del amortiguamiento
de las resonancias en ambas situaciones.
Excitación por impulso directo y excitación por golpe. Siempre que se da
un golpe a un cuerpo sólido de cualquier clase, se excitan sus frecuencias na-
turales y suena como una campana. El amortiguamiento inherente o el trata-
miento amortiguante de la vibración en este caso determina la longitud del
tiempo que continúa cada tono sonando y, en menor extensión, el volumen
del sonido inicial. Ya que no hay, en general, una relación integral entre las
frecuencias naturales, el sonido inicial resultante del golpe será de carácter
no musical, pero conforme comienza a decaer, los sobretonos desaparecen
generalmente más rápido y persiste el tono sostenido del modo fundamental
de vibración, especialmente en sistemas simples, tales como placas y vigas no
constreñidas.
En estructuras y carcasas de láminas metálicas, el sonido impulsivo del
panel no amortiguado se caracteriza por el llamado «ruido de lata». En la
mente del consumidor, tal ruido ha llegado a estar asociado con una construc-
ción barata y endeble, tanto que la idea ha llegado a ser un arma peligrosa
en manos de la competencia. En el entusiasmo de la venta rara vez se apunta
que, bajo el «ensayo de los nudillos», una lámina metálica de mayor calibre,
si no está tratada, sonará considerablemente más que una ligera, incluso con
un tratamiento amortiguante relativamente pobre escondido detrás. Por esta
razón, los tratamientos amortiguantes de la vibración se utilizan en muchos
productos comerciales, tales como muebles y adornos metálicos, incluso aun-
que nunca lleguen a ser fuentes serias de ruido, bajo ningún aspecto.
En el caso de paneles de coches y construcciones similares de acero pren-
sado' el «ensayo de nudillos» está particularmente sujeto a comparaciones abu-
sivas cuando la calidad del producto está en discusión. El tratamiento de
amortiguación en los automóviles es de aplicación múltiple, necesaria para
minimizar el ruido de la lluvia sobre el techo, el ruido de las puertas que se
cierran y el de los baches de la carretera, excitaciones resonantes permanentes,
como se discutió anteriormente, y el rumor de la carrocería. El «ensayo de
nudillos» no indica con claridad la efectividad de un tratamiento acústico en
todos estos aspectos, excepto para el oído de un observador experimentado.
Por ejemplo, la mención de la palabra «lataD invariablemente centra la aten-
466
ción del observador en las componentes resonantes de alta frecuencia, direc-
tamente en contradicción con, al menos, la mitad de su experiencia con el
yunque del herrero y las vías del tranvía. El sonido sostenido de un tono
de 80 cps no atraerá su atención durante el «ensayo de nudillos», a menos
que sea anormalmente crítico. Con todo, el contenido en bajas frecuencias del
ruido es el mejor criterio para juzgar la efectividad del amortiguamiento del
tratamiento cuando soporta los golpes, el ruido de la carrocería y la excitación
permanente de las resonancias. Evidentemente, también el factor del peso del
tratamiento influye en el ruido de la excitación impulsiva directa como el
golpe de los nudillos o las gotas de la lluvia o las pequeñas piedras, mientras
que en el caso de la excitación por golpe, tal como el cerrado de las puertas
y el rumor de la carrocería, s6lo el amortiguamiento afecta al ruido. Esto
último es verdad, ya que cuando se aplica el golpe a un panel entero, la fuerza
que tiende a flexionar el panel es proporcional a su peso, y su inercia tam-
bién lo es.
Siempre que la excitación del golpe o el impulso directo se hace recurrente,
la contribuci6n al ruido debida al sonido sostenido a las frecuencias naturales
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AMORTIGUAMIENTO BAJO DEL IMPACTO
467
do con los efectos térmicos en los sistemas de chapas metálicas, especialmente
los conductos y tuberías asociados con sistemas de ventilación y calefacción.
Con el control termostático actual, los conductos de agua caliente oscilan en
un rango de temperaturas que es lo bastante amplio como para provocar ex-
pansiones y contracciones térmicas apreciables en el mismo. Cuando se tocan
los puntos de las juntas de los conductos, los conductos se comunican al sis-
tema completo. El ruido voluminoso generado por los débiles paneles no
amortiguados se suceden con una irregularidad enloquecedora, de forma que
su perturbación supera ampliamente la del ventilador del sistema.
Conducción de la vibración. Con bastante frecuencia, los ruidos poten-
ciales no se manifiestan asimismo en la proximidad de la fuente primaria, pero
se propagan como vibración estructural a un punto distante, donde encuen-
tran componentes que son lo bastante grandes como para ser radiadores efi-
caces. Esta situación es especialmente común en todas las estructuras metáli-
cas, tales como barcos y edificios prefabricados modernos. El uso de materia-
les amortiguantes de la vibración en forma de forros de tuberías y tratamien-
tos sobre los rebordes de las vigas es de apreciable ayuda en reducir tales
conducciones, pero las reducciones de ruido son rara vez tan drásticas como
las que se obtienen amortiguando las mismas superficies radiantes. La difi-
cultad de utilizar tratamientos superficiales proviene de la variedad de tipos
diferentes de ondas de conducción, algunas de las cuales no comunican mo-
vimiento a la capa superficial en la dirección requerida para una disipación
efectiva en los tratamientos amortiguantes.
468
deben ser mitigados sin un aumento sustancial del peso, como, por ejemplo,
en aviación. Los ligeros tratamientos aislantes empleados en aviación, aunque
son eficaces al complementar la pérdida de transmisión sonora según la «ley
de la masa» a altas frecuencias, se hacen transparentes en aquellas frecuencias
bajas cruciales donde las componentes del ruido del motor entran en reso-
nancia con las frecuencias naturales de los paneles del fuselaje. Se están estu-
diando actualmente tratamientos amortiguantes eficaces, que se espera den
un incremento en las atenuaciones del fuselaje de unos 8 o más decibelios de
media sobre el rango de bajas frecuencias de respuesta resonante, 100 a 250 cps.
Tal mejora es comparable al efecto de cuadruplicar el espesor y el peso del
fuselaje, que es claramente prohibitivo cuando se compara con su costo.
469
interpretar los resultados hacen a la mayoría de los métodos de varilla y viga
inaplicables para los tratamientos prácticos. Las razones de esto serán claras
de la consideración de los requerimientos técnicos de las medidas.
470
Similaridad dinámica. Para clasificar diferentes tratamientos con preci-
sión, todos deben realizarse igual; es decir, el movimiento debe ser comuni-
cado por el sistema de referencia de la misma manera a cada tratamiento
aplicado.
Si cada tratamiento disipa una cantidad definida de energía durante cada
ciclo de vibración, la misma cantidad de ciclos por segundo tiene que estar
involucrada en cada medida, si la proporción de energía disipada en el sistema
de referencia constituye el criterio de comparación. Por tanto, en cada caso,
la frecuencia natural del ensayo tiene que ser estable o su cambio tiene que
ser tomado en cuenta.
y sin mirar el criterio de comparación, o la amplitud resonante permanen-
te, o la proporción de caída de las vibraciones libres, el modo de vibración del
sistema de referencia tiene que ser estable; por ejemplo, en el caso de vibra-
ciones de flexión comunicadas al panel de tratamiento, puede que no haya
un 'cambio apreciable en la forma de vibración (es decir, no hay cambio en
número o migración de las líneas nodales), a menos que fortuitamente las dos
distribuciones de amplitudes transfieran la misma energía vibracional del
sistema de referencia al tratamiento.
Con un sistema de referencia que satisfaga los requerimientos vistos ante-
riormente, la efectividad de amortiguación de los diferentes tratamientos pue-
de ser clasificada por alguno de los diversos métodos basados en la excitación
de vibraciones permanentes; en o cerca de la resonancia o en la proporción
del decaimiento de las vibraciones libres inducidas en la resonancia. Los dis-
tintos métodos son equivalentes, y los resultados pueden ser correlacionados
por una simple transformación algebraica, como es demostrado en otra parte.
Esencialmente, ambos métodos se proponen una determinación de la amorti-
guación conseguida por cada tratamiento, como una fracción de la requerida
para amortiguar críticamente el sistema de referencia. Con un constante, in-
cluso aunque sea arbitrario, sistema de referencia, estas fracciones clasifican
el tratamiento en cuanto a su efectividad de amortiguación. La elección del
método dependerá de factores de conveniencia, pero el método de la propor-
ción del decamiento, explicado más adelante, tiene la gran ventaja de la in-
sensibilidad a las diferencias de excitación.
471
guantes de vibración. Es lo bastante duro como para resistir el mal trato en
el envío hasta el fabricante, cuyo producto puede requerir especial tratamiento
después de su aplicación. La frecuencia natural de su modo fundamental de
vibración es de 160 cps, esta cifra está seleccionada como el más represen-
tativo de los requerimientos en la industria automotriz, en la cual el uso
precoz de los tratamientos de amortiguación de paneles creó la necesidad de
un método preciso de clasificación. El peso de la placa, de cerca de 136 kg,
evita el peligro de sobreamortiguación y minimiza el cambio de la frecuencia
natural debido a la aplicación del tratamiento. (Los mejores tratamientos cau-
san sólo alrededor del 5 por 100 de amortiguamiento crítico, y los tratamien-
tos más pesados que se usan, cambian el peso total en alrededor del 3 por 100.)
La amortiguación inherente de la placa, cuando está suspendida apropiada-
mente, es muy pequeña y casi independiente del cambio de temperatura. Exis-
ten comercializados con homogeneidad adecuada y tolerancia de espesor, de
tal modo que, con un mínimo de preparación, varios paneles equivalentes di-
námicamente pueden ser adecuados para las aplicaciones del fabricante, y el
envejecimiento de varios tratamientos de una vez, para estudiar pequeñas di-
ferencias controladas.
En la selección de paneles de ensayo, algunos deben usualmente ser recha-
zados, porque no tienen homogeneidad; de otra manera, no es posible ajustar
el tipo nodal de cada placa para obtener la similitud dinámica requerida. Por
un pulido cuidadoso de los bordes de la placa, es posible ajustar algo las líneas
nodales del modo fundamental de vibración y, simultáneamente, aislar de este
modo la vibración, cambiando todos los sobretonos, hacia frecuencias conside-
rablemente por encima de la fundamental. Esto es importante porque si dos
frecuencias están muy próximas, el decaimiento de las vibraciones libres no
será logarítmicamente uniforme, y la proporción del decamiento será muy
difícil de determinar con precisión.
La suspensión del panel de prueba está diseñada para cumplir dos objeti-
vos. Los puntos de soporte están seleccionados para encontrarse sobre las
líneas nodales del modo fundamental, y, si es posible, cercano a posiciones
antinodales en los modos armónicos adyacentes. Así, los soportes (por ejem-
plo, suaves muelles cónicos, guarnecidos con hemisferios de nylon), no inter-
fieren con la vibración del modo fundamental de vibración, y ayudan a amor-
tiguar los armónicos tan rápidamente como sea posible. Cuandlo está suspendida
correctamente, la proporción de decaimiento de un panel de prueba desnudo
es menor que 1,0 db/seg a todas las temperaturas, y la envolvente de decai-
miento se transforma en logarítmica, en una fracción de segundo, después de
la excitación de impacto. Considerando que el ajuste nodal y el aislamiento de
la frecuencia natural fundamental provoca una suficiente restricción en la ope-
ración de pulimentado de los bordes, no se intenta ajustar la frecuencia na-
tural de cada panel precisamente a 160 cps. Alguna corrección se hace direc-
tamente proporcional a la frecuencia natural real, de acuerdo con la ecua-
ción (12.7), y como se verificó experimentalmente, con tratamientos idénticos
sobre diferentes paneles que van desde 131 a 166 cps.
En la práctica, se usan tres supensiones diferentes: 1) panel vertical; 2) pa-
472
nel horizontal con la muestra hacia arriba, y 3) panel horizontal con la muestra
hacia abajo. Los resultados en las tres suspensiones resultan idénticos para la
mayoría de los materiales y las construcciones, excepto en los casos en que
las capas fibrosas están cargadas con tabiques por gravedad, y están compri-
midas de diferente manera contra el panel en las dos orientaciones posibles.
A menos que se tomen precauciones, se pueden obtener resultados erró-
neos al trazar el comportamiento de las muestras de bajo amortiguamiento en
función de la temperatura. Las dificultades que surgen son causadas por dife-
rentes motivos: fallo en el control de humedad del aire en el encerramiento
refrigerado, resultando depósitos de hielo que probablemente afectan el área
de contacto de los puntos de suspensión; insuficiente humectación para obte-
ner el equilibrio térmico de todo el panel, y de la estructura de las muestras;
y posiblemente un cambio de la frecuencia natural y la migración de las líneas
nodales con el cambio de temperatura.
CAMARA F/LMADORA
OSC/LOSCO-
PtODE RA-
YOS CAT.
APARATO DE
CONTROL DE
TEMPERATU'
CUBIERTA RA
AISLANTE
FIG. 14.4. Diagrama esquemático del aparato de ensayo de placas gruesas amor-
tiguantes de la vibración. (Según P. H. Geiger.3)
473
sensible a la preSlOn, suspendido a pocos centímetros por encima del centro
del panel vibrante. La señal de decaimiento se amplifica y se distribuye como
una línea horizontal sobre un tubo de rayos catódicos, siendo el método osci-
lográfico una de las muchas técnicas empleadas para la medida y muestra del
decaimiento en los tiempos cortos implicados con los buenos tratamientos
de amortiguación. Una cámara filmadora se utiliza para registrar los trozos
de decaimiento en función del tiempo. La figura 14.S muestra un tipo de estas
grabaciones. Las parejas de líneas blancas horizontales que se ven a cada lado
del centro son el resultado de líneas opacas de calibración, marcadas sobre la
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TIEMPO
474
tratamiento y la proporclOn de decaimiento con el panel desnudo, es la con-
tribución real del tratamiento. Esto se verifica experimentalmente alterando
el amortiguamiento de la suspensión, con el mismo tratamiento, y anotando
la constancia de esta diferencia.
Se puede reseñar que los oscilogramas de los paneles desnudos, tomados
a la misma velocidad de la película, que se usó para la figura 14.5, serían de
casi 5,2 m de largo, indicando el desdeñable amortiguamiento del panel y de
la suspensión, en comparación con la mayoría de los amortiguadores, cuando
se aplican en espesores normalizados. Como sería de esperar, de la presencia
de algún amortiguamiento de fricción en un tratamiento (más bien que sean
todos de viscosidad equivalente, véase Cap. 12), hay evidencias ocasionales de
decaimiento que no son precisamente logarítmicas. Variando el nivel de refe-
rencia, por encima del cual el incremento de decaimiento se lee, se puede
detectar diferencias en la proporción del decaimiento, debidas a decaimientos
no logarítmicos, pero, sorprendentemente, no se ha encontrado aún que el
error sea significativo, comparado con la proporción total de decaimiento me-
dido, exceptuando un caso de sobrefatiga, un amortiguador selectivo de fre-
cuencia, alguna de cuyas propiedades serán discutidas en la siguiente sección.
475
bre otro panel de dimensiones y espesor distintos, estando determinado el
factor de conversión constante por la rigidez y la masa solamente. Este razo-
namiento es preciso para la aproximación de que el tratamiento no contribuye
a la rigidez o la masa del panel, variando grados en la comparación, y esta
masa y rigidez son interpretadas como la masa dinámica y la rigidez ordina-
riamente utilizada, al idealizar un modo fundamental de la placa, en un sistema
simple masa-muelle de la frecuencia natural requerida.
Sin embargo, un razonamiento de este tipo no es tan convincente como las
correlaciones experimentales entre el método de ensayo y las reducciones
de ruido reales, conseguidas con tratamientos de diversa eficacia. Unos pocos
argumentos claves se subrayan más abajo, como demostraciones de la validez
del método de ensayo, y como aplicación práctica evidente de los tratamientos
de amortiguamiento.
Medidas del ruido de vehículos y excitación de choque. El gran consumo
de materiales con amortiguantes de vibración por la industria automotriz, re-
quirió una demostración práctica de la aplicabilidad del método de ensayo
para clasificar los amortiguadores de los automóviles, en su relativa aptitud
para limitar las resonancias del chasis y de la estructura excitadas por el
motor y por los golpes. Para este propósito, las mediciones del ruido fueron
hechas dentro de un automóvil que circulaba sobre varios tipos de carreteras,
a velocidades que variaban desde 32 a 112 km/h, a velocidad constante y con
la mariposa abierta a varias velocidades. Todas las mediciones verificaron la
aplicabilidad del método de ensayo, en que las mediciones en carretera clasifi-
caron los diversos tratamientos de amortiguantes utilizados en el mismo orden
de eficacia que lo hicieron los ensayos de laboratorio. 3 El fallo para distinguir
en los ensayos de carretera, entre los tratamientos de amortiguamiento más
efectivos, es claramente atribuible a un punto, más allá del cual no podía
manifestarse un incremento de amortiguamiento como reducción de ruido,
porque los ruidos del chasis ya estaban enmascarados por otros ruidos, tal
como el de viento..
Incidentalmente, se encontró que este punto variaba considerablemente
con la ubicación del tratamiento dentro de un mismo coche, y entre un auto
y otro. Sobre los paneles de la puerta de una marca de automóvil más depu-
rada, la proporción del decaimiento del tratamiento por encima de 12 db/seg
no produjo más reducción en los ruidos producidos al rodar el automóvil,
mientras que en otra marca, el punto crítico fue alcanzado a 5 db/seg. Incluso,
en el tratamiento del piso de uno de los coches experimentados, no se alcanzó
ningún punto crítico, a pesar de que los tratamientos fueron aplicados con
una proporción de decaimiento tan alta com 400 db/seg *. La efectividad de
la reducción del ruido de los tratamientos de amortiguamiento de vibración se
476
sabe que ha sido desafiada por «evidencias» experimentales, en frecuentes oca~
siones en su corta historia. Pero, sin excepción, la evidencia surgió de las
malas aplicaciones del tratamiento o de las malas interpretaciones de los re-
sultados. Un buen ejemplo de lo último culminó en la conclusión equivocada
de que el utilizar un piso amortiguado para un automóvil realmente aumen-
taba el ruido de la carrocería. Un automóvil, con una capa de amortiguamiento
bajo la alfombra del suelo, es comparado con un automóvil «no tratado». El
aparentemente contradictorio descubrimiento fue debido al hecho verificable
de que la alfombra, dejada directamente sobre el metal del piso, producía
mayor amortiguamiento que la misma alfombra aislada del suelo por el trata-
miento de amortiguamiento citado. Por tanto, el «tratamiento» redujo la amor-
tiguación total, y, naturalmente, aumentó el estruendo.
Reducción de niveles permanentes de excitación. Que el método de las
placas gruesas es válido, puede demostrarse además por la existencia de una
correlación entre las medidas de las proporciones de decaimiento y los niveles
que aparecieron durante la excitación permanente de las resonancias. Tal co-
rrelación llamativa en su precisión cuantitativa, puede ser suplida por medidas
de transmisión de sonidos a través de diafragmas circulares de acero de va-
riados espesores *. Con diafragmas ligeramente amortiguados, las dispersiones
resonantes de varios decibelios fueron notados en las curvas de atenuación de
la frecuencia natural fundamental, y en los segundos y terceros sobretonos del
panel. La aplicación de tratamientos amortiguantes dieron como resultado un
aumento de la atenuación en la resonancia de la calidad predicha de los valo-
res de las proporciones de decaimiento de las placas gruesas, cuando eran
ajustadas por diferencias en la frecuencia natural y la masa dinámica, de acuer-
do con las ecuaciones (12.7) y (12.8). Tal correlación demuestra claramente
algo más que la validez de la clasificación de la efectividad de los tratamientos
amortiguantes por el método de las proporciones de decaimiento de la placa
gruesa.
Buenas correlaciones también se encuentran entre la calculada y experi-
mental supresión de los picos de resonancia permanente en la respuesta de
sistemas con dos grados de libertad, mecánicamente excitados con varios gra-
dos de amortiguamiento, donde los resultados calculados se basan en las re-
laciones de amortiguamiento deducidas de las determinaciones de la propor-
ción de decaimiento de chapas gruesas.4
Excitación de impulso: ruido a lata. En tanto que la amortiguación
controla el sonido (véase más abajo), las caracterizaciones de la proporción
de decaimiento de chapas gruesas de tratamiento de amortiguamientos de pa-
neles, se relacionan bien con estudios de ruidos de impacto. Cuando siete pa-
neles de puertas idénticas de automóviles fueron tratados, cada uno con amor-
tiguadores de diferente efectividad, un jurado de observadores calificó, por el
«test de los nudillos», el «ruido a lata» de las puertas, en exactamente el orden
preestablecido por la efectividad medida de la proporción de decaimiento de
477
los tratamientos. Más extenso y detallado acuerdo en la clasificación se ob-
tuvo cuando el jurado de observadores fue utilizado en la fabricación y el
calibrado de un medidor del «ruido a lata», mediante el cual se pudieron rea-
lizar discriminaciones más agudas. El medidor de «ruido a lata» es un sonó-
metro transformado. El voltaje de placa del paso de salida de potencia se rebaja
a un valor, donde el tubo será sobrecargado, con el ruido del impacto inicial
de un golpe medido del panel, y un medidor de salida que actúa lentamente,
se utiliza (aproximadamente 1 seg de período, críticamente amortiguado). Se
encuentra una coincidencia muy satisfactoria entre la lectura del instrumento
y las opiniones subjetivas del jurado respecto al «ruido a lata», y se consigue
una escala continua de correlación entre la efectividad del amortiguamiento
y el «ruido a lata».
Como se sugirió anteriormente, sin embargo, la capacidad de amortigua-
miento inherente al tratamiento no es el único factor que influye en las opi-
niones sobre el «ruido a lata», bajo el impacto de los nudillos en los paneles
de las puertas de automóviles. La figura 14.6 se incluye aquí para demostrar
478
especificado en la figura 14.6 para cada uno de los puntos de la curva expe-
rimental. La correlación entre los valores de las proporciones de decaimiento
y el «ruido a lataD, como se discutió previamente, fue obtenido utilizando va-
rios tratamientos, con una densidad superficial comparable.
Amortiguadores de masilla
Los amortiguadores de masilla, los más utilizados de todos los materiales
hechos solamente con el propósito de amortiguar vibraciones, se suministran
en forma semifluida, para la aplicación con pistola o con espátula. Algunos son
suficientemente blandos, una vez secos, como para hacerles una muesca con
la uña del pulgar; pero la mayoría de los compuestos altamente efectivos son
duros, y parecen frágiles a temperatura ambiente. Casi todos los amortiguado-
res de masilla, vendidos extensivamente, son de base asfáltica, con contenido
sólido que varía del 65 al 85 por 100. Varios rellenos y fibras son utilizadas
por diferentes constructores. Ya que los materiales granulares de alta densidad
en las mezclas aumentan su efectividad, algunos amortiguadores de masilla
están cargados con partículas de tamaño controlado. Por causa del abasteci-
miento limitado de partículas de metal de bajo precio, se utiliza ordinariamen-
te arena cribada para esto, sacrificando algo la efectividad. El tamaño de gra-
nulación óptimo parece que depende del tipo de asfalto y relleno utilizado,
así como también del método empleado para mezclar el producto final.
Limitaciones. En tanto que los amortiguadores de masilla han sido des-
arrollados primariamente para la industria del automóvil, su efectividad de
amortiguamiento ha sido sacrificada un poco para cumplir con los otros re-
querimientos de esta industria; a saber: bajo costo, la adherencia bajo un
golpe severo (cerrado de puerta, etc.), sobre un amplio rango de temperatura
y la capacidad para mantenerse cociendo a ISO oC, apenas después de la apli-
cación con pistola, sin que se corra ni se deslice, ni siquiera en un panel ver-
tical. Especificaciones más aproximadas tienen que ser observadas, refirién-
479
dose a las proporciones de la pistola, resistencia a la abrasión, y qUlmlca y
consistencia. Algunas especificaciones típicas de la efectividad del amortigua-
miento de los amortiguadores de masilla, como son exigidas por varios cons-
tructores, se muestran en la tabla 14.1.
Proporción de decaimiento
Proporción
mínimo en el rango
de temperatura mostrado
I
de decaimiento Aire seco Cocido Temperatura
mínimo, a 21°C (horas) (horas) (OC)
(db/seg) Proporción Rango
de decaimiento de temperatura
(db/seg) (OC)
• Todos los valores aplicados en un caso en que se utilicen 2,4 kg/m 2 de peso en seco.
.. El tratamiento de abajo, del cuerpo del automóvil, típicamente diseñado para la alta corrosión,
y la resistencia a la abrasión, más que para alto amortiguamiento.
480
diferentes materiales vendidos por un constructor, bajo la misma marca regis-
trada, pueden tener propiedades mecánicas y capacidades de amortiguación
ampliamente diferentes. Es muy importante distinguir las masillas que han
sido manufacturadas en primer término, por su resistencia a la corrosión y a
la abrasión, tales como los tratamientos de las alfombrillas de los automóviles.
Estos son característicamente de baja amortiguación.
Por tanto, en la nueva aplicación de los amortiguadores de masilla, bien
en producción o en experimentación, es imperativo obtener una clasificación
de la eficiencia de los amortiguadores de masilla utilizados, especialmente si
no se llegó a ninguna conclusión sobre la eficacia de amortiguación en una
aplicación de reducción de ruido. Demasiado a menudo la posibilidad de amor-
tiguamiento se descarta, sobre la base de un experimento en el cual el «mate-
rial de amortiguación» utilizado tenía poca o ninguna capacidad de amorti-
guación.
Coeficiente de temperatura. La efectividad de amortiguamiento de todos
los amortiguadores de masilla de base asfáltica, muestra una dependencia de-
finida con la temperatura. Las variaciones de temperatura de la proporción de
decaimiento de dos amortiguadores típicos de base asfáltica se muestran en
la figura 14.7. El fabricante puede, hasta cierto punto, variar la composición
para cambiar la temperatura de efectividad máxima; sin embargo, no se ha
desarrollado un material de masilla efectivo con su punto de rendimiento
óptimo por encima de 27 oC. Ocasionalmente se ha desarrollado un amortigua-
dor de masilla, que muestra dos máximos de efectividad a dos temperaturas
distintas, pero las curvas de la figura 14.7 son típicas de la mayoría de los
materiales de masilla comerciales.
20....--.-----.---.----r---.------,
<.
0<[
~ ~ .151---J.L--l--~oc--f---t_
L1J>~
FIG. 14.7. Dependencias típicas con 0<[Cf)
la temperatura de la efectividad de ~~-;Z;10 ~-....-~-~-~-~.---j--
amortiguamiento de los amortiguadores (300
481
31
25
/
v
/
/
v
/
o V
o I 234
FIG. 14.8. Efectividad de amortigua-
miento de un amortiguador de base
2 asfáltica tipo, en función de su peso
PESO EN SECO E'" Kg/m de aplicación. (P. H. Geiger.3)
/
/ \
/
/ \
FIG. 14.9. Dependencia con la tem-
\ "-
peratura de la efectividad de amor- "--- ~
ción con otras masillas, porque una aplicación sólo necesita ser empapada al-
gunas horas en agua caliente, incluso cuando está completamente «lista», en
vez de las requeridas raspaduras y aplicaciones de solvente para eliminar los
amortiguadores de base asfáltica.
Las características de la masilla soluble en agua pueden ser ajustadas so-
bre un rango considerable por el fabricante, obteniendo proporciones de decai-
mientos típicos de 6 a 20 db/seg, a temperatura ambiente, y de 6 a 10 db/seg,
a 65 oC. El efecto de la temperatura sobre la efectividad de tal tipo de amorti-
guadores de masilla soluble en agua, se muestra en la figura 14.9.
482
Fieltro asfáltico
Descripción. Los fieltros asfálticos están manufacturados por la impregna-
ción de fieltros de papel, trapos o amianto de varios espesores, con asfalto
en varios grados de saturación. La forma más simple es similar al papel común
alquitranado, utilizado en las construcciones de vivienda, pero la mayoría son
fabricados con espesores mayores, de manera que el rango común de peso
es de 0,83 a 1,4 kgjm2• En la mayoría de las aplicaciones, el material se adhiere
a la superficie vibrante con una base alfáltica, o con un cemento a base de
caucho, siendo las propiedades de amortiguamiento ampliamente independien-
tes del cemento utilizado, cuando se aplica en una capa fina y continua. Las
propiedades de amortiguamiento de los fieltros asfálticos están menos influi-
das por los cambios de temperatura que los amortiguadores de masilla. A fin
de obtener una mayor flexibilidad, los fieltros asfálticos son frecuentemente
«punzados», haciendo pasar el material entre rodillos que tienen numerosos
punzones. También se los suministra en formas «dentadas» o de «barquilloD;
estas muescas varían ampliamente en forma, tamaño y también en profundi-
dad, de un material a otro. El rango común de la forma de la hendidura es
de 0,6 a 1,2 cm de «diámetro». Paralelamente al incremento de flexibilidad,
las hendiduras de pliegue único no ofrecen aumento de la efectividad, excep-
tuando cuando se usan en estructuras compuestas que se describen más abajo.
Proporción
de decaimiento, Area Peso
Descripción adherida
en db/seg (kg/m2)
(21 oC) (%)
1 pliegue común ... '" .. , ... ... ... ... '" .. . 1-12 100 1-2
1 pliegue punzado .,. ... ... ... ... ... ...... .. . 1-6 100 1-2
1 pliegue muescado ..................... '" ... 1-11 100 1-2
1 pliegue muescado· ... ... ... ... ... ... ... .... 21 No 1,5
Lo mismo, cubierto con alfombra * ... ... ... 85 No 3,5
2 pliegues, muesca + común ... ... ... ... ... ... 6-20 100 1-2
4 pliegues, alternando muesca y común ... ... 20-40 100 3,5-5
1 pI. muescado, cubierto con hoja de metal ... 400 100 5
• Para los ensayos hechos sin adhesivo, se pinta el panel con la pintura del suelo del automóvil.
483
suplementar el que es inherente a una capa amortiguante unida simplemente,
por lo que, en contraste con las masillas, los fieltros puedan ser aplicados en
cualquiera de las muchas maneras. Cuando se adhieren uniformemente la
capacidad de amortiguamiento de los diferentes fieltros asfálticos existentes,
varía ampliamente de un producto a otro, a causa de las diferencias de la fibra,
la cantidad y el tipo de asfalto utilizado, y diferencias en el proceso de fabri-
cación (véase tabla 14.2, donde la efectividad de varios fieltros asfálticos típi-
¡ ~A,(81
~B
(b) FRICCION DE LA
I
l ~A. ,..... .,
~C:P~,~I~~
~ J~ A,I81 ~'J'O~~
~ l~.AI(BIC)
FIG. 14.10. Esquemas que ilustran algunos de los mecanismos que entran en
juego con las aplicaciones variadas del fieltro asfáltico. Las secciones esgrafiadas
representan el panel vibrante o el tabique de carga, las secciones negras repre-
sentan el adhesivo y las regiones rayadas representan fieltro asfáltico. Para cada
sección de tratamiento, a la izquierda, se indica el mecanismo de amortiguamiento
a la derecha, que es lo que probablemente más contribuye a la efectividad del
tratamiento. Compárese con la figura 14.20.
cos está comparada con el 100 por 100 de su área adherida al panel de prue-
bas). Pero estas diferencias son pequeñas con aquellas observadas entre las
diferentes maneras de aplicar un material dado. Como se subraya en la figu-
ra 14.10, y más abajo, se pueden poner en uso diferentes mecanismos de amor-
tiguación, cuyos efectos dominan completamente las diferencias de producción
entre los materiales.
Aplicación. Con fieltros asfálticos de una sola capa, muescado y punzado
o liso, el adhesivo es muy importante, no solamente por las propiedades de
amortiguamiento del mismo, sino también por los efectos de fricción super-
ficial entre el fieltro asfáltico y la superficie vibrante. Cuanto más débil sea el
adhesivo, desde el punto de vista mecánico, más grande será el amortigua-
miento. En realidad, en el tratamiento de una superficie horizontal que sea
suficientemente lisa como para asegurar el contacto de gravedad entre la
484
superficie y el fieltro, y sustancialmente sobre toda la zona, los mejores resul-
tados serán obtenidos sin la utilización de ningún adhesivo. En otros casos,
esta posibilidad puede ser explotada por puntos de adherencia de modo tal
que dejen el máximo de superficie libre para la disipación de la fricción.
En los casos en que un fieltro muescado es cargado en su superficie, por
ejemplo, cubierto con una alfombra o bien con una hoja plana en una cons·
trucción de dos pliegues, se obtienen dos ventajas al limitar su adherencia.
La primera es que la carga aumenta la intimidad de contacto y acentúa los
efectos de fricción (véase tabla 14.2), y la segunda es que los huecos bajo
las muescas permiten a la inercia de la capa superficial producir una flexión
a la fibra que acentúa adicionalmente el amortiguamiento (mecanismo e en
la Fig. 14.10). Es doblemente importante, entonces, en el caso de tratamientos
con fieltros asfálticos muescados compuestos, usar poco adhesivo para evitar
el cubrimiento de las muescas.
Utilización de los tabiques de carga. La explotación esencial de los efec-
tos de cargas superficiales involucran la utilización de un fieltro asfáltico den-
tado, de pliegue simple cubierto con una hoja de metal. El fieltro está adherido
a la superficie vibrante y la hoja de metal está adherida al fieltro en cada caso
con una aplicación mínima de adhesivo para evitar el cubrimiento de las
muescas. Durante la vibración, la inercia de la superficie de la hoja de metal
tiende a que se quede fija, de tal manera que el fieltro asfáltico se encuentre
sucesivamente aplastado y expandido, entre la lámina metálica y la superficie
vibrante, siempre que el adhesivo no haya llenado los huecos que permiten
el movimiento. La flexión de la fibra que resulta, produce un muy alto amorti-
guamiento; verdaderamente las proporciones de decaimiento de 400 db/seg se
obtuvieron con una hoja de acero de calibre 26 y un fieltro bien muesca-
do (3,66 kg/m2). Los mejores resultados se obtienen con un fieltro que tiene
muescas algo más grandes, es decir, aproximadamente 50 muescas por metro.
El peso por metro cuadrado del tabique de carga no es crítico, siendo la
efectividad del tratamiento un poco menor que la que resulta proporcional
al peso del tabique. Sin embargo, es importante que el tabique no se comu-
nique con la superficie de vibración, excepto a través de la capa de fieltro
asfáltico; si no el tabique vibraría en fase con el panel y el retraso de la inercia
que aplasta al fieltro se desperdiciaría. Se señala que la inercia del tabique
y no la carga gravitacional produce el efecto deseado: el tratamiento responde
de igual manera en todas las direcciones.
Capas fibrosas
Las capas fibrosas suaves no son propiamente efectivas en los tratamientos
de vibración amortiguada, especialmente si se los adhiere en el lugar. Las
capas se montan en la superficie vibrante con un movimiento relativo pequeño
entre sus dos superficies, y, por tanto, con pequeña flexión de la fibra y disi-
pación de energía. Sin embargo, cuando se utiliza un tabique de carga, y la
capa es adherida en un punto en el lugar, la combinación resulta el mejor
tratamiento de vibración. Evidentemente, el efecto del tabique es similar al
485
descrito antes con el fieltro asfáltico muescado; por tanto, de nuevo en este
caso el aislamiento mecánico del tabique, de la superficie vibrante, es impor-
tante. El aumento de efectividad atribuida a la utilización de un tabique se
indica por los ejemplos siguientes: una capa de fibra de vidrio, que pesa
0,137 kgfm2, produjo una proporción de decaimiento de 6 db/seg cuando se
la usó independientemente y sin adherir, pero cuando se cubrió con un tabique
que pesaba 1,538 kg/m2, la proporción de decaimiento aumentó a 95 db/seg.
Con muchas capas ligeras, la proporción de decaimiento puede ser aproxima-
damente estimada como proporcional al peso total de la combinación del ta-
bique y capa.
Aunque el tipo de fibra y el método de conexión tienen algún efecto sobre
la capacidad de amortiguamiento de la capa, las diferencias no son pronun-
ciadas; por tanto, la capa particular puede ser elegida sobre la base de otras
consideraciones. Por ejemplo, la combinación del tabique y capa es válida por
sus propiedades de aislamiento térmico, así como por su amortiguamiento
de la vibración, de tal modo que la conductividad térmica de la capa puede
influir su elección. Además, con una pérdida de solamente 10 por 100 de su
inercia total, el tabique puede ser perforado y convertido en acústicamente
transparente, de manera tal que las propiedades de absorción del ruido que
tiene la capa puede ser aprovechada. En este caso, los coeficientes de absor-
ción de la capa influirán su elección. Desde el punto de vista del amortigua-
miento de la vibración, existen capas adecuadas compuestas de fibra de vidrio,
algodón, lino, yute, madera, lana mineral, lana regenerada, asclepias, etc. La
mayoría de estas capas existen en varias densidades y espesores, y algunas
con tamaño de fibra controlado.
486
cortafuegos. El tratamiento puede ser removido fácilmente para una reparación
o servicio si se utilizan pasadores de goma del tipo mostrado en la figu-
14.11. Tienen la ventaja de cerrar adecuadamente la abertura en la cual están
insertados.
Las medidas de las proporciones de decaimiento de las placas gruesas en
las construcciones de protección al golpe en los automóviles, proporcionan una
base aproximada para predecir la capacidad de amortiguamiento de las capas,
en función del espesor cuando se las usa con un tabique pesado. La relación
mostrada en la figura 14.21 fue deducida de medidas efectuadas sobre capas
~i5 250
~ü ....
~~ 200 V
ID
~>~ 150
V
FIG. 14.12. Efectividad de amortigua- V
miento de la capa de yute de un ta- ~~~ V
bique cargado con un tablero de 1,5 ki- o~~ 100
logramos/m2• La curva representa sólo
a:o z V"'
~~w
./
50
una grosera aproximación, con otros Ow
factores, además del espesor de la capa, a:-
0..:: o
0,25 C?76 1,27 1,77 2,28
que afecta el amortiguamiento de al-
guna manera. (P. H. Geiger.3) ESPESOR DE LA CAPA EN CM.
de yute, con un tabique del tablero que pesaba 1,5 kgjm2• La aproximación es
grosera por las diferencias entre el contenido de las fibras y el carácter de las
superficies de las capas, pero es más útil que la comparación del peso de la
capa con su amortiguamiento, porque en el caso de un tabique pesado, el
espesor de una capa tiene más influencia que su peso.
487
la superficie vibrante, pero si una masa es fijada al centro del diafragma (un
bulto de asfalto cargado, por ejemplo), la efectividad es notoriamente aumen-
tada. Con la inercia concentrada en su centro, los bordes periféricos del dia-
fragma siguen la vibración del panel, y el centro del diafragma tiende a que-
darse fijo de tal manera que la flexión considerable está inducida en un material
con alta histéresis mecánica y con un resultado de alto amortiguamiento.
"':+--t-- MATERIAL
DEALTAHIS' '
TERES/S
I
i \ 1 ~
I \ I
I '1 ""- "-
I /\ 7.5cmt1
488
En el laboratorio, la unidad de amortiguación sintonizada toma la forma
conveniente, mostrada en la figura 14.15, donde un anillo separador de un
material conveniente comunica la vibración del panel a la periferia del diafrag-
ma, y la masa sujeta está hecha de grupos intercambiables de pesas de bronce.
Esto permite cambios experimentales fáciles en los materiales del diafragma
y de la masa sujetas.
I
J 1/ """" =
.DU~METROo
............. ~
r--
¡---
I FIG. 14.16. Comparación de las carac-
I I l' -1 '- ¡'----"
---
terísticas de amortiguación, a 180 ci-
I I opq clos por segundo, de dos unidades de
I I III. =(#E.-.2.6iJ111. - amortiguación de frecuencia selectiva
I de fieltro asfáltico de diferentes di-
mensiones. La proporción de decai-
miento de la vibración de un panel
de ensayo, a 180 cfseg, trazada frente
10 20 .30. 40 a la masa sujeta sobre cada amortigua-
MASA SUJETA EN GRAMOS dor, respectivamente.
489
la unidad de amortiguación en la combinación simple amortiguador-masa-mue-
He del absorbente de la vibración amortiguada no es posible, porque no hay
evidencia de las amplificaciones permanentes que son características de los
absorbentes sintonizados a frecuencias un poco desplazadas de su frecuencia
sintonizada.
Una caracterización compleja de la capacidad de amortiguamiento de un
amortiguador sintonizado dado, requiere la investigación de la proporción de
100 ~:::::¡==::::¡:==::::¡::==::¡:::==¡::::::::::J
490
corregidas a fin de compensar sus diferentes masas dinámicas.s Los resultados
de la caracterización completa se muestran en la figura 14.17 y 14.18, para una
unidad con un diafragma de 6,2 cm de diámetro libre de un fieltro asfáltico
muescado con pliegue único. En la figura 14.17, las efectividades de amorti·
guación se muestran en función del peso de la masa sujeta a varias frecuencias
naturales, que van de 51 a 180 cps, y en la figura 14.18 se llevan los mismos
datos, en función de la frecuencia, para varios valores seleccionados de masa
sujeta. La masa sujeta particular que se requiere para obtener el amortigua-
miento de una efectividad dada con esta misma unidad de amortiguación, es
trazada frente a la frecuencia en la figura 14.19. Las características de sin-
tonía son tales que no pueden ser predichas de las medidas de rigidez está-
tica del diafragma, siendo la rigidez dinámica aparentemente una función de
la frecuencia y la amplitud, para por lo menos algunos materiales del dia-
fragma.
Aplicaci6n. El gran valor del amortiguador de selectivo de frecuencia
surge de su capacidad para suministrar amortiguamiento a muy bajas frecuen·
cias, donde solamente las aplicaciones pesadas de otros tratamientos amorti·
guantes de vibración pueden dar el mismo resultado. En vista de que su
característica de sintonía es amplia, el amortiguamiento adecuado está provisto
también a todas las otras frecuencias, siempre que la cobertura del panel sea
10 bastante amplia como para asegurar que todas las frecuencias son comuni-
cadas al diafragma de amortiguamiento. Pero si sólo se utiliza un amortigua-
dor en el antinodo del modo de frecuencia más bajo del panel vibrante (véase
próxima sección), algunos de los modos de alta frecuencia están propensos
a permanecer sin amortiguación, no porque el amortiguador sea incapaz de
50 ~
iª
7.!J-1.2clI1#
U).
O'
~ 40 I--~+--~+---t
a:
(!) !J-1.2cm.llr
z.
111 301---+--~+--~~~+--+-----i
~
FIG. 14.19. Características de sinto-
nía de un amortiguador selectivo de
ª
.,111
ct
20 I---L.-_~~+--~~~'I-o:::--l
491
De esta manera, un tratamiento consistente en una aplicación de fieltro
de 0,73 kg/in2, sumándolo a un amortiguador de un peso aproximado de 39,6
a 56,7 g, es capaz de amortiguar un panel de pruebas standard de 50 por 50
por 0,6 cm, hasta un extremo que llega a sonar bajo los golpes de los nudillos,
tan muerto como madera de pino.
Amortiguadores diversos
Además de las cuatro clases importantes de tratamientos y estructuras
amortiguantes de la vibración, discutidas antes, se han ensayado otros mate-
riales para el amortiguamiento de la vibración, algunos con éxito y otros no.
Unos se encuentran descritos más abajo, a fin de complementar y como pre-
caución, siendo necesariamente omitidos los más recientes avances técnicos
hasta que los productos comerciales sean puestos en venta.
Papel crepe impermeable al agua. Cuando varias hojas de papel crepe
impermeable son cosidas o pegadas juntas por un punto, la capa resultante
tiene dos propiedades, la de absorber el sonido y la de amortiguar las vibra-
ciones. Para estructuras que consisten en papel crepe, de espesor desde 5 a 25,
las proporciones de decaimiento de vibraciones han sido medidas desde 5 a
60 db/seg. Siendo esto último para un peso total del tratamiento de 2,9 kgjm 2•
Papel impermeable plegado. Hojas planas de papel impermeabilizado pue-
den ser dobladas en cualquier número de maneras, a fin de inducir la acción
de fricción de los pliegues unos a otros durante la vibraciól1l. Obviamente, la
capacidad de amortiguamiento de tal tratamiento depende considerablemente
de los detalles de manufactura y su aplicación.
Mica laminada. Cuando pequeños y finos trozos de mica son pegados
entre ellos para llegar con un espesor de casi 0,07 cm, con un pegamento de
secado lento, el material es efectivo para el amortiguamiento de la vibración,
cuando está fresco, pero a medida que se seca pierde su efectividad. Tal ma-
terial, pesando 1,07 kgjm2, produjo una proporción de decaimiento de 43 db/seg,
cuando fue probado por primera vez, pero después de cuatro meses de secado
a temperatura ambiente, la proporción de decaimiento del mismo material bajó
a 3 db/seg. A pesar de este fallo progresivo, las construcciones de mica de
este tipo han sido utilizadas por la industria aeronáutica.
Papel laminado de amianto. La industria de la aeronáutica también utilizó
tratamientos hechos por el encolado de finas hojas de papel duro de base
amiántica. Con tales estructuras, las proporciones de decaimñento se obtienen
en un rango de 1,2 a 6 db/seg; es decir, comparable con las masillas y los
fieltros asfálticos de pliegue simple, pero con la ventaja de ser resistentes al
fuego.
Fibras sueltas de fieltro. Capas de fibra muy flexibles son hechas por fibras
regeneradas de fieltro sueltas, generalmente de lana o de algodón, y cosién-
dolas entre hojas de crepe o de papel plegable. Las capas se adaptan fácilmente
a las superficies curvas, pero su efectividad de amortiguamiento depende prin-
492
cipalmente de la carga de los tabiques, así como ocurre con la mayoría de las
capas fibrosas y los materiales a base de fieltro.
Hoja de asfalto. Las hojas pesadas de asfalto pueden ser fabricadas apli-
cando una composición de capa de asfalto a un papel grueso y luego aplicán-
doles bastante talco, como para prevenir el pegado de las hojas entre sí
durante el transporte. Cuando son aplicadas a una superficie metálica caliente,
los asfaltos se ablandarán y se pegarán con dureza, firmemente, en el lugar
de aplicación. Con respecto al amortiguamiento de la vibración, el material
representa un poco menos que la variación del manejo en la utilización de los
amortiguadores de masilla con base asfáltica, aunque menos desarrollado, ha
sido destinado a optimizar sus propiedades amortiguantes. Difieren en sólo
un importante aspecto, y es que nunca se endurecen de la manera que lo
hace la mayoría de las masillas, de tal manera que se despegarán cuando sean
expuestas a altas temperaturas.
Tableros de fibras estructurales. Se han hecho intentos para utilizar va-
rios tableros de fibras para el amortiguamiento de las vibraciones, del tipo
usado en los entramados, y el enyesado en la industria de la construcción y
también las losas del techo, hechas a base de fibras, utilizadas comúnmente
para la absorción del sonido. Entre aquellos ensayados para probar sus capa-
cidades de amortiguación, ninguno es tan efectivo como aquellos materiales
que son más baratos y más fáciles de aplicar.
Gomaespuma. La mayoría de los intentos para utilizar la gomaespuma
ordinaria como tratamiento de amortiguamiento han fracasado. Debido a las
propiedades resilientes, que lo hacen tan valioso en el aislamiento de la vibra-
ción, no contribuyen a su capacidad de amortiguamiento. Cauchos especiales
de alta histéresis han sido compuestos, sin embargo, pero sus propiedades y
capacidades resilientes, lo mismo que su «sensibilidad» son bastante diferentes
de la gomaespuma ordinaria. Y la efectividad del amortiguamiento de algunas
gomas especiales de alta histéresis es extraordinariamente sensible a los cam-
bios de temperatura.
493
1 1I I 1I I I I
J----+---l-+-i1-+-1HI 1-+1+--1--+---+--+-t-i""I'+
1. IMIIi""'t'(-- AMORTIGUADORES DE
FREC. SELECT. 2 ro 2-1/2"
7/0--,"-),-0.32-0.57 TABIOUE,
CAPAS PESADAS J 5/0"-3/4~0'32-0.57 TABIQUE
TAB. CARGADO 1 3/0"·1/2" 0.32 TABIOUE
111// '/4·-3/f6~~J2 TABlfUE I I
CAPAS LIGERAS { 1 111'1 0.75-2.62
TAB. CARGAOO looool.........¡....¡.-t,---a35-0.l5
CAPASDESCARG.SINADHERIR,
-r~~aB-a~
I a045-0'21 I
CAPAS DESCARG.ADHERIDAS_--¡"'0.00_0,2f I 111
~ 0.50-Q 75
I HOJAS DE METAL SIN MUESCAS, CARGADAS -
I
~/8" CAPAS MULT. ADHERIDAS - t.20
a37~-:':;' a7'-If.¡0
FIELTRO
ASFALTlCO 1 2 .-PL Y,
'·PLY,a36-0,44 I 11
'·PLY,af9-0,24 I I ~MASILLASSOLUBLESENAGUA'O,"'-O,53
-----+.1 0.65-0.75
+--+--+--1-++++-- 0.55-0.65
IIIASILLAS{ -+-+-H-Hf-l--- 0.45 -a55
DEBIJSE
ASFALTr :-¡-,...,... 0.35-0.45
t.o
"(nI'"
10 100 1000
PROPORCION DE DECAIMIENTO DE VIBRACIONES A 160 C.p.ll.
PLACA GRUESA DE PRUEBA EN DECIBELIOS POR SEGUNDO
FIG. 14.20. Efectividad relativa de los materiales y estructuras amortiguantes de vibra-
ción. Peso del tratamiento superficial en kilogramos por metro cuadrado, mostrado entre
paréntesis. Véase el texto para el criterio de clasificación.
494
e. Minnesota Mining and Manufacturing Company
Adhesive and Coatings Division
411 Piquette Ave.
Detroit 2, Mich.
,. W. & M. Products Corporation
13650 Ten MUe Road
East Detroit, Mich.
2. Amortiguadores de masilla, solubles en agua:
a. Mute-Ize Corporation
3802 Board of Trade Building
Chicago 4, 111.
3. Fieltro asfáltico:
a. Flintkote Company
Automotive Division
14201 Schafer Ave.
Detroit, Mich.
b. The Ruberoid Company
307 N. Michigan Ave.
Chicago 1, 111.
495
por un modelo complejo de movimiento, en el cual áreas de formas irregulares
vibran en direcciones opuestas a cada lado de las así llamadas líneas nodales,
las cuales constituyen el lugar de localización de los puntos de movimiento
cero. Los puntos máximos de vibración son llamados antinodos. Cuando se
excitan simultáneamente varias frecuencias naturales, sus tipos de vibración
característicos se encuentran superpuestos, de tal manera que las líneas no-
dales de un tipo de vibración pueden ser puestas en movimiento por la vibra-
ción en otro modo. Por tanto, solamente es durante la vibración en un modo
simple y puro, que el cambio de la fase encontrado al pasar una línea nodal
se produce exactamente a 180 grados.
Cobertura completa. La cobertura completa de todo el panel vibrante ase-
gurará que cada posible movimiento del modo de vibración del panel se co-
munique al material amortiguante y que su energía sea disipada. Si el material
es aplicado a una pieza sin conocimiento o consideración de los tipos de vibra-
ción de los modos de alta frecuencia, algunos de los tonos de alta frecuencia
seguramente quedarán sin su amortiguación correspondiente. Por ejemplo, si
una pieza cuadrada de 25 cm de material amortiguante o un amortiguador
puntual de frecuencia selectiva simple es aplicado al centro del panel de prue-
bas normalizado, de 50 x 50 x 0,6 cm, los llamados «tonos de borde» de la placa
siguen sonando después de que se dé un golpe, incluso aunque la frecuencia
natural fundamental de 160 cps se encuentre bien amortiguada por el trata-
miento en su antinodo. Por otra parte, los tonos de borde del panel de prueba
son de mayor frecuencia que el modo fundamental, de manera que son mucho
más fáciles de amortiguar a causa del aumento de eficiencia de la mayoría de
los amortiguadores con la frecuencia. Por tanto, sería antieconómico cubrir el
panel entero con un tratamiento que fue diseñado para ser efectivo a la fre-
cuencia fundamental más baja. El compromiso económico y completamente
satisfactorio es el uso de un tratamiento total ligero y que proporcione amorti-
guación adecuada de los modos de alta frecuencia, en conjunción con un
tratamiento suplementario pesado, y preferiblemente sintonizado, en el anti-
nodo o antinodos de las vibraciones de baja frecuencia.
Unión puntual del amortiguador. Se sugiere frecuentemente la posibilidad
de unir un amortiguador mecánico de alta capacidad de amortiguación viscosa
directamente en el antinodo del modo de baja frecuencia problemático. La
única objeción supeditada a esta idea es el hecho que el contacto del amorti-
guador alterará el tipo de vibración del panel y que el punto de fijación se
transformará en un nodo de tal forma que no se comunicará ningún movi-
miento al amortiguador y que, por tanto, no se realizará ninguna amortigua-
ción. El amortiguador puntual descrito más arriba como amortiguador de
frecuencia selectiva, no está sujeto a esta objeción, porque se monta sobre el
panel vibrante sin trabajar en contacto con los contornos estacionarios.
Fue demostrado repetidamente que un amortiguador puntual del tipo ci-
tado últimamente no distorsiona el modelo de vibración, pero reduce algo su
amplitud, participando en su movimiento y disipando la energía interiormente.
Por tanto, los amortiguadores puntuales selectivos de frecuencia y los trata-
496
mientos altamente selectivos, como el fieltro aSfáltico muescado cargado' con
una hoja de metal, se prestan muy bien a la posibilidad de la aplicación anti-
nodal .para servir como un suplemento de baja frecuencia a los tratamientos
totales diseñados para el amortiguamiento de alta frecuencia más baratos, pero
menos efectivos.
Tratamiento antinodal. Las ventajas del tratamiento antinodal en el con-
trol de las vibraciones de las frecuencias más bajas son apreciables, aunque
no se utilice un amortiguador de frecuencia selectiva. Con amortiguadores de
masilla, por ejemplo, la masa del material puede concentrarse en las áreas anti-
nodales, resultando dos economías distintas: 1) el material que fue gastado en
y cerca de las líneas nodales, donde no recibía excitación, y el material que
fue gastado en sobreamortiguar los modos de más alta frecuencia, está ahora
concentrado donde se necesita; 2) el espesor incrementado en las posiciones
antinodales se desempeña más eficientemente, por kilogramo de material invo-
lucrado, por la característica creciente mostrada en la figura 14.8. La desventaja
del tratamiento antinodal es la necesidad de un estudio de la vibración más
elaborado para determinar la localización de los antinodos. Por tanto, una eco-
nomía total se realiza solamente en los casos donde un gran número de ele-
mentos iguales tienen que se tratados. Y el adjetivo «igualesD es importante,
porque las estrechas tolerancias de producción deben usualmente mantenerse
para que los modelos de vibración de los paneles de un producto terminado
sean suficientemente similares, a fin de adaptarse al mismo tratamiento. Los
paneles de automóviles corresponden muy bien, pero la industria paga· un
considerable precio en acero, debido a las estrechas tolerancias específicas en
la composición y el espesor.
Afortunadamente, sin embargo, los tipos de modos de más baja frecuencia,
donde el tratamiento antinodal es más ventajoso, son los modelos menos
afectados por las düerencias de producción. Por tanto, donde hay razones y
necesidades de fijar la atención en los antinodos de baja frecuencia, con las fre-
cuencias más altas amortiguadas por un tratamiento ligero, un tratamiento
antinodal amortiguante de la vibración es práctico para casi todas las unidades
de producción.
497
32
de la corriente excitante, a fin de permitir la posibilidad de eliminación de
algún acoplamiento magnético errático entre el excitador y el micrófono de
prueba, usando un analizado en el circuito del micrófono sintonizado para
doblar la frecuencia del oscilador. A medida que el oscilador es corrido muy
lentamente a través del rango de frecuencias, la presencia de frecuencias natu-
rales puede ser fácilmente detectada por el oído como un sonido resonante
radiado, o detectadas y medidas por un micrófono colocado delante del panel.
Si las amplitudes relativas de la resonancia han de ser medidas con alguna
precisión, tal como en el caso del espectro del panel de la puerta del automó-
vil mostrado en la figura 14.1, tiene que tomarse la precaución de evaluar las
variaciones debidas a ondas estacionarias en el lugar de medición, pero tales
medidas son raramente necesarias porque solamente las frecuencias de los to-
nos muy prominentes son realmente necesarias en el diseño de tratamiento
antinodal. Y solamente el espectro de baja frecuencia necesita ser estudiado
con alguna precisión, siendo los modelos de más altas frecuencias demasiado
complicados para un tratamiento antinodal eficaz.
Cuando el espectro de baja frecuencia se ha establecido, la tarea de estudiar
el tipo de vibración es comenzada al modo más bajo de frecuencia, y no nece-
sariamente al modo de resonancia más voluminoso. La razón de esta elección
es que la aplicación del amortiguador puntual en el antin.odo del modo de
más baja frecuencia reducirá invariablemente el volumen de los modos
de más alta frecuencia, pero no necesariamente lo contrario.
El tipo de vibración es más convenientemente estudiado a través de un
sistema denominado «el nodagrafo»; el diagrama en bloques está mostrado
esquemáticamente en la figura 14.21. Un micrófono de velocidad en miniatura
MICROFONO
DE PRUEBA
I
498
a una distancia aproximada de 0,6 cm, pero esta distancia no es crítica; de
manera tal que el micrófono puede ser sostenido con la mano. Cuando el mi·
crófono no pasa una línea nodal, la fase de la onda del sonido cambia en 1800
y la imagen de la pantalla se invierte repentinamente de un lado del eje ho·
rizontal al otro. Con un trozo de tiza en una mano, y moviendo el micrófono
de adelante para atrás con la otra, las posiciones de los cambios de fase pueden
ser notadas de tal manera que las líneas nodales pueden ser trazadas directa-
mente en el panel, en un tiempo comparativamente corto. Con respecto a la
ubicación de las líneas nodales y los antinodos, la posición del excitador no es
crítica, considerando que cualquier distorsión de los modelos resonantes no-
dales se encuentra localizada en su vecindad inmediata.
Los tipos de vibración de dos de las frecuencias naturales de un panel de
puerta de automóvil se muestra en la figura 14.22, que fueron trazadas a partir
de fotografías de las puertas marcadas con tiza. Las líneas nodales son in-
dicadas por las curvas irregulares dibujadas con líneas continuas, y las cruces
delimitan las áreas dentro de las cuales la amplitud de vibración excede la
mitad del máximo. Los antinodos también se localizan con bastante precisión
con el nodagrafo, porque los niveles de sonido registrados son sorpresivamente
insensibles a variaciones pequeñas de la distancia entre el micrófono y el panel,
499
nudillos se torna mucho más uniforme sobre la superficie que el sonido que
se emitiría en el caso de· una amortiguación extendida a toda su superficie,
pues se amortiguan bajas frecuencias menos eficientemente que las altas.
Las economías en un tratamiento total de peso, que pueden ser efectuadas
por un tratamiento puntual diseñado cuidadosamente, son indicadas por los
resultados de un estudio de una serie de tratamientos de paneles de puertas
de distintos automóviles. Se descubrió que un tratamiento puntual podría ser
conseguido con amortiguadores de masilla, que fue tan efectivo como un tra-
tamiento a toda la superficie, con la economía de 2/3 en peso. Un tratamiento
puntual de amortiguamiento, satisfactorio para los paneles de puerta de los
automóviles, puede también ser diseñado y requiere solamente tres amortigua-
dores puntuales selectivos de frecuencia, de modo tal, que el peso total del
tratamiento será menor a 170 g para un panel de puerta moderno.
En la mayoría de las aplicaciones prácticas, sin embargo, es mejor consi-
derar los tratamientos antinodales como localizaciones pesadas de amortigua-
miento para el control de resonancia de baja frecuencia, utilizando un trata-
miento de toda la superficie, ligero, para el control de las frecuencias más
altas.
500
reducción de sonido, garantizada sin el gasto de la reducción del sonido en
«la fuente». Con solamente unas pocas pruebas, utilizando tratamientos suce-
sivos de efectividades progresivamente más pequeñas, es fácil de localizar el
punto donde el efecto de una amortiguación adicional de los componentes de
ruidos resonantes está enmascarado por ruidos de otras fuentes. A través de
este procedimiento, se establece el mínimo de la capacidad de amortigua-
miento de un tratamiento requerido, el cual proveerá la reducción de sonido
máxima practicable, que es obtenible por cualquier cantidad de amortiguación
en la aplicación' dada. Una vez que esto se ha establecido, el diseño de un
tratamiento práctico puede ser iniciado tomando en cuenta los requisitos
térmicos, factores de peso y espacio, y cualquier otra restricción que pueda
ser impuesta al tratamiento para una aplicación específica.
Es, a esta altura del diseño del tratamiento, que la efectividad relativa de
varIos materiales y estructuras amortiguantes se vuelve importante, pero no
antes de este momento. Consultando la figura 14.20, en lo que se refiere a la
efectividad relativa de varios materiales, sólo después que la magnitud del re-
querimiento de la amortiguación es establecida mediante pruebas de ensayo
y error, como se subrayó anteriormente. El hecho de que la figura 14.20 cons-
tituya nada más que una clasificación relativa de algunos materiales y estruc-
turas con respecto a un sistema de ensayo arbitrario, por supuesto, resalta
este punto. Qué peso del amortiguador de masilla es requerido para duplicar
la respuesta del material en capas que haya podido ser utilizado por conve-
niencia en las pruebas «ensayo-error», es una pregunta que puede ser res-
pondida por datos del tipo encontrados en la figura 14.20; pero estos datos
aislados no pueden especificar cuánto tratamiento se requiere para un trabajo
dado de reducción de ruido.
Dependiendo, por supuesto, de la importancia de la economía del trata-
miento, las etapas siguientes pueden llegar a constituir un procedimiento para
un mejor diseño. El panel o los paneles que están sujetos a una excitación
resonante, sea excitación permanente o de impulsos, son localizados en primer
término. Si sus frecuencias resonantes son altas, el amortiguamiento será fácil
y la mera aplicación de un tratamiento total ligero constituirá el diseño del
tratamiento completo. Pero si hay excitación de resonancia de bajas frecuen-
cias, o si los elementos vibrantes son pesados, el tratamiento de amortiguación
requiere una ingeniería cuidadosa. Para una máxima economía en una produc-
ción amplia, la localización óptima del tratamiento es la primera etapa; es
decir, en el diseño de un tratamiento puntual antinodal, como se subraya más
arriba, pero en donde la economía es de menor importancia, un cubrimiento
total constituye el punto de partida, aun a bajas frecuencias. Pero en cada
caso, la determinación de la cantidad de material requerido, o la estructura
a ser utilizada en los antinodos o en el total, requiere la aplicación inicial de
un tratamiento de efectividad máxima, como se describe más arriba.
Un tratamiento de efectividad equivalente a una proporción de decaimiento
de alrededor de 150 db/seg se muestra en la figura 14.20; es decir, equivalente
a aproximadamente el 2 por 100 del amortiguamiento crítico para la placa
gruesa, es un buen punto de partida en el proceso de «ensayo-error». Para
SOl
resonancias a frecuencias más bajas que 160 cps, la cual es la frecuencia de
referencia en la figura 14.20, el tratamiento de prueba deberá ser proporcio-
nalmente más efectivo; por ejemplo, amortiguar una resonancia de 80 cps pue-
de requerir un tratamiento de prueba de 300 db/seg en el ensayo de proporción
de decaimiento, a 160 cps. Contrariamente, sin embargo, para paneles de me-
nor masa que la placa de ensayo, el tratamiento de prueba puede tener unas
proporciones de decaimiento proporcionalmente más bajas que en la figu-
ra 14.20; por ejemplo, un panel de hoja de metal de 4,5 kg que resuena a
160 cps, puede ser amortiguado al 2 por 100 del amortiguamiento crítico por
un tratamiento con una proporción de decaimiento de solamente 50 db/seg,
a 160 cps, como se puede ver en la figura 14.20. Por tanto, la proporcionalidad
inversa, aproximada, entre la efectividad de amortiguamiento y el peso efectivo
del panel, y la proporcionalidad directa a la frecuencia, permite la utilización
de la figura 14.20 para seleccionar los tratamientos de prueba, a fin de localizar
el punto de máximo rendimiento. Y una vez que este punto es establecido,
la proporción de decaimiento de 160 cps del tratamiento de prueba óptimo
permite la utilización de la figura 14.20 en la selección de los materiales o es-
tructuras de amortiguamiento equivalentes que pueden ser más convenientes
a la aplicación particular.
El lector reconocerá inmediatamente que los procedimientos señalados en
los párrafos precedentes, involucrando las medidas de ruido y las caracterÍs-
ticas de la proporción de decaimiento, representan un diseño de tratamiento
llevado a un extremo que sólo se justifica en una producción en gran escala;
por tanto, el trabajador de laboratorio y el especialista en la reducción de
ruido no tendrán dificultad en abstraer las características sobresalientes y las
aproximaciones que rigen a los tratamientos de amortiguación efectivos sin
mediciones excesivas.
502
cenar la energía que se «escapaD a través de un soporte elástico, aun en el
rango de frecuencias nominalmente aislado. En ausencia de amortiguamiento,
aparecen amplificaciones en las curvas de transmisibilidad del sistema soporte,
a medida que el cimiento resuena con las fuerzas de la maquinaria acoplada a
través de los soportes (véase Cap. 13, Problemas especiales de aislación, elasti-
cidad del soporte).
La evidencia experimental de la capacidad de los tratamientos prácticos
amortiguantes de la vibración, a fin de mitigar los efectos de la elasticidad
del cimiento, se muestra en las figuras 14.23 y 14.24. En la primera figura, el
nivel de presión del sonido medido cerca de la chapa de acero, de 0,6 cm, de la
carcasa de un motor está trazado en función de la frecuencia de rotación
del motor. El motor fue preparado sobre montajes elásticos, y su eje estaba
desequilibrado para generar fuerzas periódicas a lo largo del eje de los so-
portes. Con la carcasa sin amortiguar (curva continua), el nivel del sonido
alcanzó un pico agudo en dos frecuencias en el rango investigado: prime-
120,---,----,----,---:-r----,
<eN
Q:;:E
~~
::il ~ , 00 I---~I-Il
ZO
ON
;;;0
FIG. 14.23. Comparación de niveles ~g~ 80
0..0
de sonido adyacentes a un panel de LlJW
la carcasa de un motor, amortiguado oa:
-1 ID 60
y sin amortiguar; un motor fuera LIJO
ro, 48 cps, la resonancia esperada del motor sobre sus soportes; y segundo,
150 cps, la resonancia fundamental de flexión de la chapa de la carcasa del
motor. Con la aplicación de un tratamiento amortiguante de capas de fibras
cargadas en la chapa de la carcasa, el nivel del sonido en la resonancia de
ésta fue reducido en más de 20 db (compárese con la curva punteada).
La extensión a la cual fue reducida la resonancia de la carcasa por la apli-
cación de un tratamiento amortiguante de diversos grados de efectividad, se
muestra en la figura 14.24, donde la supresión de decibelios del pico de 150 cps
está trazada frente a la capacidad de amortiguamiento del tratamiento. La
proporción de decaimiento que especifica la efectividad del tratamiento es la
misma proporción que está utilizada a todo lo largo de este capítulo; por
tanto, se verá, por comparación con la figura 14.20, que las reducciones tan
altas como 33 db son alcanzadas en esta situación con tratamientos amorti-
guantes de la vibración, disponibles comercialmente. Las diferentes curvas
mostradas en la figura 14.24, representan las reducciones medidas con dife-
rentes tipos de montajes elásticos bajo el motor. La efectividad de amortigua-
ción del panel en la supresión de la resonancia de la carcasa, se ve que es casi
independiente de la rigidez y amortiguamiento de los soportes elásticos. Las
503
PORCENTAJE DEL AMORTIGUAMIENTO
CRITICO DE LA CARCASA
O 1.0 2.0 3.0
35
I
,
I
"
~,
.,
I
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IL. 1 t-''"'''''''=---i------''t.:,---~;:.I---\-L---+
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a:
OO!:------::-O.l::5----:-1.~O----l1.5l,--=::::::==2E::.O~-...J
FIG. 14.25. Efectos calculados de amortiguamiento del cimiento que han sido
idealizados a partir de un sistema de dos grados de libertad de parámetros agru-
pados. Compárese con las figuras 13.13 y 13.15.
504
turales fundamentales quedasen espaciadas igualmente en el rango de fre-
cuencias de 100 a 250 cps. Las medidas de transmisión del ruido fueron hechas
por el método de las «dos habitaciones», determinando la atenuación de una
señal difusa de ruido-blanco como una función continua de la frecuencia, en
el rango de 60 a 2000 cps. Cuando los amortiguadores selectivos de frecuencia,
del tipo descrito anteriormente, eran fijados a cada panel y sintonizados a sus
respectivas frecuencias naturales, se medían incrementos de la atenuación a
ciertas frecuencias en el rango de resonancia tan alto como 16 a 18 db; el in-
cremento en la atenuación media, en el rango de frecuencias de 100 a 250 cps,
se encontró cercano a 8 db; Y el incremento en la atenuación media, en el
rango total de frecuencias de 60 a 200 cps, era de 4,4 db. En los aviones, donde
el peso es apremiante, y donde los tratamientos de capas aislantes del sonido
deben proporcionar una aislación satisfactoria en las bajas frecuencias, donde
prevalecen las componentes del ruido del motor, estas mejoras en la atenuación
del fuselaje, solamente debidas a la amortiguación, son muy grandes.
REFERENCIAS
1. Den Hartog, J. P.: «Mechanical Vibrationsll, 3.a ed., pág. 112, McGraw-Hill Book
Company, Inc., 1947.
2. Porter, E. V.: Damping Capacity of Metals, U.S. Bur. Mines Rept. Investigations,
4194, marzo, 1948.
3. Geiger, P. H.: «Noise-reduction Manualll, Engineering Research Institute, Univer-
sity of Michigan, 1953, ONRC N6onr-23219.
4. Hamme, R. N.: «A Preliminary Study of the Effect of Damping in Non-rigid Ma-
chinery FoundationsD, Engineering Research Institute, University of Michigan, 29 de
febrero de 1952, ONRC N6onr-23219.
5. Hamme, R. N.: Engineering Research Institute, University of Michigan, 18 de octu-
bre de 1952, Air Force Contract AF18(600)-56, Wrigth Air Development Center
Tech. Rept. No. 52-328.
505
Capítulo 15
INTRODUCCION
Vibraciones permanentes
En el capítulo 12 se ha definido la vibración permanente como un movi-
miento continuo de un sistema vibrante sobre el cual ha actuado una fuerza
definida durante el tiempo suficiente como para establecer movimiento perió-
dico. Existen vibraciones cuasi-estables, en las cuales se emplean las mismas
técnicas y equipos para su medida que en los estables que se definieron ante-
riormente. Las vibraciones cuasi-estables consisten en movimientos vibratorios
que poseen poca periodicidad, pero su amplitud media permanece constante
un considerable período de tiempo. Esta condición de cuasi-estable es carac-
terística de un ruido aleatorio. Su espectro de amplitud media frente a fre-
cuencias es continuo, aunque no necesariamente constante. Las vibraciones
periódicas se caracterizan por sus espectros de líneas. Pueden existir mezclas
de estos dos tipos de vibración. El título general «vibración estable» se aplica
frecuentemente a cualquiera de estos tipos de vibración.
Los rangos de frecuencia de mayor importancia para las estructuras son
los provocados por la maquinaria. Se extienden normalmente desde unos pocos
ciclos por segundo a varios miles, pero existen casos en que son de interés
vibraciones fuera de este rango.
Movimientos transitorios
Un movimiento transitorio es una perturbación de duración relativamente
corta que no ha llegado a ser permanente. Por cuestiones de instrumentación,
507
al menos, se puede considerar como descomponible en componentes de Fourier.
Componentes armónicas, sinusoidales o de Fourier son expresiones sinónimas.
Los movimientos transitorios mecánicos más importantes se pueden descubrir
normalmente de una forma adecuada mediante las componentes de Fourier
extendidas desde unos pocos a varios miles de ciclos por segundo. En este
capítulo se discute la instrumentación para la medida de movimientos tran-
sitorios que tengan las frecuencias de las componentes desde O a 10000 cps.
508
cuencias (véase Fig. 15.1); se suministran conexiones para acoplar a un osci-
loscopio, para un par de auriculares, para poder escuchar la vibraci6n que se
está midiendo, o para conectar a un analizador.
Se incorporan redes integradoras, de forma que se puede leer directamtente
la aceleración, la velocidad o el desplazamiento eficaces.
:É
u
o
...z z
l&l
...o
Z Z
l&l o
i ü
~ ~
N Cl:
~ l&l
..J ..J
Q. l&l
(/) U
l&l ~
e
509
mientras la sonda arrastra un tren de engranajes o brazo de palanca. Un débil
muelle mantiene la sonda en contacto con la superficie vibrante; se obtiene un
límite superior de amplitud de la aceleración cuando la sonda pierde el con-
tacto con la superficie.
La figura 15.2 ilustra cómo el movimiento transmitido a una sonda por
una superficie vibrante balancea un espejo y actúa sobre una palanca óptica.
Un rayo de luz reflejado desde el espejo y enfocado sobre una escala sumi-
nistra una indicación de la amplitud de la vibración. Se puede conectar un
aparato similar, como el de la figura 15.3, que amplifique mecánicamente el
FIG. 15.2. Vibr6metro. (Cortesía de FIG. 15.3. Vibr6metro con esfera in-
General Electric Ca.) dicadora.
LUZ
DESTELLANTE
z
w
c,o9," L.--'-''--'-_....:.....:.-'-_~
510
el rayo de luz es capaz de operar en rangos de frecuencia más altos a causa
de la menor masa de sus partes móviles. La presentación del rango amplitud-
frecuencia de un instrumento se da frecuentemente! según el método ilustrado.
El campo de operación de un aparato está dentro del área encerrada por las
línas que indican los límites del rango. Así, los vibrómetros ilustrados tienen
un límite de baja frecuencia, a causa de la incapacidad del operario para
mantenerlo fijo, un límite de desplazamiento máximo impuesto por el límite
de la escala, un límite de aceleración máxima a causa de la pérdida de con-
tacto entre la sonda y la superficie vibrante y diversas consideraciones sobre
las fuerzas actuantes, una limitación de alta frecuencia a causa de las reso-
nancias de los componentes del instrumento y un límite de desplazamiento
mínimo provocado por fallos de sensibilidad.
Los vibrógrafos mecánicos se ilustran esquemáticamente en la figura 15.5.
Estos instrumentos constan de un papel móvil o película sobre el cual una
plumilla graba el movimiento que se está midiendo. En la figura 15.5a la car-
casa sigue la vibración que se mide, y una masa sostenida por un muelle suave
511
VIBROMETRO
REGISTRADOR
VIBROGRAF'O
~
'\;
O'
Z
Z laI
laI
000
rt' 1'---~-I..L..O----'~'-:--":7':
FIG. 15.6. Rangos de frecuencia-am-
O'
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEG. plitud del vibr6grafo mecánico.
del aparato, tiene una alargadera que se lleva por una rendija y que indica
sobre una escala la frecuencia natural de la lengüeta. La carcasa del instrumento
se mantiene contra la superficie vibrante y se ajusta la longitud libre de la
lengüeta hasta que su amplitud sea máxima para un modo fundamental de
512
vibración, marcando en la escala la frecuencia. Este instrumento, junto con el
mostrado en la figura 15.2, hacen una pareja excelente para medidas rápidas de
la vibración cuando no sea de interés la forma de la onda.
El medidor de frecuencia «Frahm»s consiste en una serie de lengüetas en
voladizo, que son afinadas exactamente a frecuencias separadas por pequeños
incrementos, generalmente a intervalos de un ciclo o medio ciclo. Estos ins-
trumentos tienen generalmente un rango de frecuencias pequeño y se usan prin-
cipalmente para determinar velocidades de giro de las máquinas. En general, el
uso de este tipo de medidores está en el rango de alrededor de 20 a 500 cps.
Estroboscopios
Si un cuerpo que gira o vibra periódicamente se ilumina con cortos deste-
llos de luz, a intervalos de tiempos aproximadamente iguales al período de
vibración o a algún múltiplo de este período, el cuerpo aparecerá inmóvil o
con un movimiento lento. La velocidad de vibración aparente será igual a la
diferencia entre la frecuencia de la vibración y la del flash. Como la velocidad
del flash es conocida, se puede usar este método para determinar la frecuencia',
así como para observar los detalles de funcionamiento de las partes móviles. La
medida de la amplitud de la vibración por métodos estroboscópicos supone una
mayor exactitud y comodidad de medida. *
Para determinar con precisión las frecuencias de vibración o rotación, se
utiliza un aparato basado en los principios estroboscópicos. Un elemento sen-
sible provoca una señal eléctrica obtenida de la fuente de vibración. Esta
señal enciende un grupo de tubos de descarga de neón de manera que ilumi-
* La General Radio Company publica un panfleto, «Eyes Ford Industry», en el cual
se discuten con detalle los usos del estroboscopio.
513
33
nan un conjunto de discos registro. La velocidad de rotación de los discos está
controlada (al 0,05 por 100) por un diapasón cuya frecuencia puede variarse.
Ajustando el diapasón hasta que ciertos sectores del disco aparezcan inmóvi-
les, se puede determinar la frecuencia de la vibración.
Se ha desarrollado un aparato que provoca luz estroboscópica a una fre-
cuencia de alrededor de 1 cps menos que la frecuencia de rotación o vibra-
ción. lo Esto sucederá, incluso, aunque la frecuencia de vibración varíe rápida-
~~2P107.5.5 2.50
I 111 III I
1~105 ~
1.2~ I ~I
(a) ~/.4cm.+ 2.5cm."¡ (b) 5 10 15
DESPLAZ.4MIENT'O D08L E
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(a ) 7.5/S2 . L2 4
15
6
(b') -/5. 5cll'/.-l
ASPECTO DEL MEDIDOR DURANTE
FIG. 15.S. Indicador vibración-am-
LA VIBRACION plitud.
Interferómetros
Se han desarrollado interferómetros lumínicos para la medida de las vi-
braciones en investigación de laboratorio, pero son de uso incómodo. En la
referencia 11 se da un método interferométrico para calibración de pickups
de vibración en el rango de frecuencias de 250 a 7000 cps. Ha sido desarrollado
otro interferómetro l2 para la medida de la amplitud de la vibración acústica,
que requiere unir a la superficie vibrante un plano óptico de alrededor de 1 cm
de diámetro. Se pueden determinar amplitudes desde 10-7 a 10- 2 cm, con una
exactitud de alrededor de 10-7 cm.
514
15 cps, las medidas se hacen difíciles, a causa de que el ojo observa el movi-
miento de la lengüeta y no la envolvente del movimiento.
Otro método de estimar la amplitud de la vibraci6n de una forma grosera
es mantener firmemente un lápiz con la mano y dibujar ligeramente una línea
recta a lo largo de una secci6n lisa de la parte vibrante. La línea deberá ser
perpendicular a la direcci6n de la vibraci6n que se supone estará en el plano
de la superficie vibrante. Es útil unir un papel a esta superficie.
Se puede determinar la amplitud de vibraci6n a un nivel de 19 por
el método «chirriante» de Bragg, que consiste en colocar un objeto duro, no
afianzado, contra una superficie que vibra verticalmente *.13.14 Cuando la ace-
leraci6n excede de 19 en direcci6n descendente, el objeto pierde contacto
con la superficie y se produce un chirrido. Esto se puede observar visualmente,
auditivamente o por medio de un pickup unido a la superficie. El punto 19
se puede determinar dentro del 1 por 100, si se utiliza una pequeña esfera
metálica y se toman precauciones para asegurar que las superficies en contacto
están limpias. El límite superior de frecuencias es de varios cientos de ciclos
por segundo dentro de estos márgenes de exactitud.
MEDIDORES DE LA VIBRACION··
Acelerómetros
Un aceler6metro consiste esencialmente en una masa soportada sísmica-
mente con respecto a una caja y guiada para prevenir el movimiento en di-
recciones que no sean sísmicas. (Un sistema sísmico consiste en una masa
suspendida de una caja por un resorte. El movimiento relativo a la caja puede
515
cional a la amplitud de la componente de la aceleración, y la salida es una
función conocida de la fuerza.
Los problemas de instrumentación en las mediciones de vibración son ge-
neralmente reducidos si las medidas a altas frecuencias y amplitud de despla-
zamiento bajo son hechas por medidores sensibles a la velocidad o la acele-
ración, ya que, para un desplazamiento dado, la aceleración varía como el
cuadrado de la frecuencia, y la velocidad se incrementa linealmente con la
frecuencia.
Rango de frecuencia. Los medidores deberán ser solamente utilizados en
un rango de frecuencias específicas, dentro del cual existe una relación simple
entre el movimiento que se mide y la salida del transductor. Un estudio de las
siguientes ecuaciones de la respuesta de la masa del medidor a las vibraciones
es útil para definir el rango de frecuencia conveniente de un medidor de tipo
sísmico. Se le pueden imponer limitaciones adicionales por los circuitos eléc-
tricos empleados en asociación con éste. Si un medidor de tipo sísmico, mos-
trado esquemáticamente en la figura 15.9, está sujeto a un desplazamiento
x = X sen 27rft
~
~ 03
~ O:t-~ ~
~ 1.0 f-- 05
~ 0.8 ~06
./
1--0.1...... '" ./
~ 0.6
/'
~~~"1/
~ ~
/
~
RANGO DE LOS
: 0.4 "--'- f- MEDIDORES DE
o VELOCIDAD Y
2
o
~ 0.2
JI DESPLAZAMIENTTJ
FIG. 15.10. Respuesta de la masa sís-
mica a un desplazamiento semisoidal
1LI
o: ~'/ I
permanente. f n es la frecuencia natural
sin amortiguar y Ce (igual a 2vmk) es
0.1
0.5 t 5 10 la resistencia de amortiguamiento crí-
RELACION DE FRECUENCIA =f / fn tico.
516
y 18. (El medidor indica desplazamiento o velocidad, si la frecuencia forzada
es mucho más alta que la frecuencia natural.) La desviación de las curvas del
valor unidad de la ordenada representa la desviación del factor de calibrado
del medidor.
Puede verse en la figura 15.10 que una cantidad de amortiguación aproxi-
madamente igual a 0,65 el valor crítico, permite utilizar el medidor con buena
precisión como un medidor de desplazamiento o de velocidad a una frecuencia
menor de 1,5 la de la resonancia. Cuando el marcador tiene que ser utilizado
para determinar movimientos transitorios, la amortiguación complica la inter-
pretación de los registros. Por lo cual, los medidores sin amortiguar están re-
comendados para la mayoría de los trabajos de golpes.
Las curvas que muestran la relación de Y al valor máximo de la vibración
forzada, expresada en términos de aceleración, están en la figura 15.11. El
máximo de aceleración de x es igual a iffl2fX. El medidor indica aceleración
cuando estas curvas no se desvían sensiblemente del valor unidad de la orde-
nada. La cantidad de desviación representa el cambio en el factor de sen-
v \ I l-_
2
~=o
Ce ~/ /"-
. . tf'.
\. Ce
=o
1.5
>c
"r~~NG~ DEL ~ ¡:::: -f- I'-~ l2.=0.3
ACELEROMETRb.-=:;~ ~
~Ql r-. Ce
~ 0.8
~ 0.7
~ 0.6
1 -..;.;
-- ...............
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......
- --..:.
.........
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Ce _ .....
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C. - 0.4
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g=0.5
C-,
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",\ ~\\ C
~ 0.4 C. =0.7
I "', .~
~ 0.3
Ce \ 'C
~~
u BY DESPLAZAMIENTO RELATJVO DE LA MASA.
S o¡-= ACELERACION DE LA CAJA
~ .0.2 c--
"\.
"" \\\
I
=
V(/- 1-f,f2)2+ (2l2.Ce L) I
0.15
n 111
0·6.04 0.06 O.OS 0.1
I
0.15 0.2
fn
RELACION DE FRECUENCIA
I
2
0.3 0.4
I
0.6 0.8 1
= f / fn
\.l~
'"
1.5 2 3
sibilidad del medidor. Para acelerómetros sin amortiguar, este error se torna
importante para frecuencias mayores a un tercio de la frecuencia natural. Cuan-
do se utilizan filtros de paso-bajo, en unión con acelerómetros sin amortiguar,
la atenuación que introducen puede ser utilizada para neutralizar la amplifi-
cación de la resonancia. Se podrá entonces acercarse a una frecuencia de casi
el 50 por 100 del valor de la resonancia. Si se utiliza un valor de 0,6 en la
amortiguación crítica, el rango del instrumento puede ser extendido hasta cer-
ca de la frecuencia natural. Estos resultados se aplican a las vibraciones per-
manentes y desdeñan los efectos de distorsión de fase y de respuesta transi-
toria. Los medidores sin amortiguación son más fácilmente dañados al operar
517
cerca de su frecuencia natural, y sus salidas no filtradas pueden sobrecargar
su sistema de amplüicación.
Los rangos de frecuencia presentados aquí y en la próxima sección para
medidores de velocidad, tienen que ser considerados sólo como valores repre-
sentativos; hay muchos modelos de cada tipo disponible, los cuales tienen
diferentes características. Otros factores, como el tamaño, impedancia interna
y requerimientos de potencia, influyen la conformidad de un medidor. Los
límites de" amplitud mínima dependen de la ganancia y nivel de sonido de los
amplificadores asociados. En algunos casos, los límites pueden ser ampliados si
se tolera más error o si se tiene más cuidado que lo común con el equipo
asociado. Los medidores seleccionados para la ilustración incluyen sólo algunas
de las unidades normalmente disponibles, las cuales cubren rangos típicos de
los de sus características.
La figura 15.12 ilustra los rangos extremos posibles con acelerómetros de
bario-titanio, extendiéndose el rango de amplitud cerca de cinco décadas.
Aumentando la carga de la masa del bario-titanio, la sensibilidad puede ser
aumentada a costa del valor máximo de aceleración y de frecuencia. Los rangos
de amplitud de frecuencia de los tres modelos de acelerómetros no limitados,
518
1 10 lOÓ fOOO 01 I 10 100 1000
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 15.13. Límites del rango de am- FIG. 15.14. Rangos de amplitud de
plitud-frecuencia para tres modelos frecuencia de aceleración de tipo
de acelerómetros Statham con escala tubo de vacío. R I y R 2 son tipos
expandida. «Ramberg» del National Bureau of
Standards. tI y t2 son para modelos
hechos por Calidyne.
sensibles. La figura 15.15 muestra el rango de un tipo inductivo que sólo pesa
cuatro gramos.
Distorsión de fase. A muy bajas frecuencias, la masa y la caja del marcador
sísmico (Fig. 15.19) vibran en fase. A medida que la frecuencia aumenta, el
desplazamiento de la masa se retrasa detrás del de la caja, hasta que en la
519
resonancia el ángulo de retraso es de 90° y a muy altas frecuencias es de 180°.
La manera en que la variación de la fase cambia para diferentes cantidades de
amortiguamiento se muestra en la figura 15.16. Si el movimiento que ha sido
medido contiene varias frecuencias diferentes, el movimiento indicado por el
medidor puede ser, entonces, distorsionado por el cambio de sus relaciones
de fase relativa. Sin embargo, si existe una relación lineal entre la variación
de fase y la frecuencia, entonces habrá una constante de tiempo de retardo
para la transmisión de todas las frecuencias y no habrá ninguna distorsión.
La figura 15.16 ilustra que existirá muy poca distorsión de fase para aceleró-
metros (los acelerómetros operan a frecuencias más bajas que la resonancia) si
la amortiguación es cero o si es cercano a 0,6 o 0,7 el valor crítico.
El análisis de la respuesta del simple instrumento mostrado en la figura 15.9
fue basado en una ecuación lineal diferencial con coeficientes constantes. Pero
esto es sólo una aproximación.19 En un instrumento práctico, la amortiguación
no es de tipo puramente viscoso, los efectos de la temperatura no deben ser
despreciados, la sensibilidad puede variar con la amplitud y los marcadores
pueden responder a movimientos transversales. Es importante, entonces, que
las curvas de sensibilidad, obtenidas bajo condiciones similares a las del uso,
sean aprovechables.
Montaje. El montaje del acelerómetro debe ser lo suficientemente rígido
como para prevenir un movimiento relativo apreciable entre el acelerómetro y
la estructura. Para indicar una aceleración de 10° dentro de un 1 por 100, a una
frecuencia de"{ ciclos por segundo, el movimiento relativo entre el aceleró-
metro y la estructura debe tener una amplitud de menos de 1/f, es decir, me-
nos de 0,0002 cm a 100 cps y menos de 0,00002 cm a 1000 cps.
Peso. El peso del aurelómetro, junto con su montaje, debe ser lo bastante
pequeño como para que la inercia del acelerómetro no altere apreciablemente
el movimiento que se mide.
~ 180 r----.----~---r-...:....---r-----,
e
«
:; 150
z
IIJ 120
IIJ
520
más extensos consideran que la excitación es una fuerza directamente apli-
cada a la masa, un desplazamiento de la caja o una aceleración de la caja. 20
Las formas de excitación han incluido pulsaciones simoidales, combinaciones
de formas exponenciales y muchas otras. No se supone amortiguación. El
caso de amortiguación, pero con menos formas pulsantes, está explicado en
la referencia 21. Una respuesta típica de un acelerómetro a una pulsación de
aceleración triangular, tomada del trabajo anterior, se muestra en la figu-
ra 15.17. Se concluyó que, para medir la aceleración máxima de una pulsación
1.5.------.....-----r-----,
1.01------1:7-cl-----+-----1
~
1Il
'W
::l
o.
rn
w
a:
w 0.5I---+'+H
FIG. 15.17. Respuesta a un impulso o
triangular de aceleración, línea dis- Z
o
continua, de un acelerómetro, cuyo Ü
período natural es casi igual a un o:r
...J
w
tercio de la duración del impulso. a:
Curva (1), coeficiente cero de amor-
tiguación; curva (2), coeficiente de
amortiguación 0,4 del crítico; cur-
va (3), coeficiente de amortiguación
0,7 del crítico; curva (4), coeficiente
de amortiguación igual al crítico. 0.5 \.0 \.5
(Dados por Levy y Kroll. 21 ) RELACION DE TIEMPO. r
Medidores de velocidad
Un medidor de velocidad es aquel que genera un voltaje proporcional a la
velocidad relativa de dos elementos principales del medidor, siendo frecuen-
temente estos dos elementos una bobina de cable y una fuente de campo
magnético. Existen dos tipos generales de medidores de velocidad: 1) el de
tipo sísmico (Fig. 15.9), en el cual un elemento es soportado sísmicamente
desde la caja, a fin de formar un sistema de baja frecuencia y con un simple
grado de libertad, mientras que el otro elemento es solidario a la caja. Los
medidores de velocidad de tipo sísmico operan a frecuencias por encima de
la frecuencia natural del sistema sísmico. El elemento soportado flexible es
esencialmente estacionario *, mientras que la caja sobre el cual está montado
* Pueden haber desviaciones considerables, a partir de este supuesto, para los
medidores de velocidad rellenos de líquido.
521
sigue el movimiento de la estructura sobre la cual la caja está montada. El
elemento transductor proporciona una señal que es proporcional a la veloci-
dad relativa de las dos partes. Desde que el voltaje desarrollado en la bobina
es proporcional a la tasa de cambio del flujo magnético, el voltaje será pro-
porcional a la relativa velocidad de las dos partes. Se muestran en la figu-
ra 15.18 las instalaciones típicas de las dos partes, que han sido utilizadas
en medidores de velocidad. 2) El de tipo sonda, en el cual el movimiento
relativo entre un elemento y otro es deducido de una sonda que se prolonga
a través de la caja. Una punta de la sonda está asida al elemento móvil del
. _--@
(a)
(D)
(e)
I:~:E~:~~~::R~
(e) campo magnético diferencial en
una bobina larga, (d) bobina enrolla-
da diferenciaImente atravesada por
un campo magnético, (e) imán de ba-
rra en una bobina enrollada diferen-
(6'.) cialmente.
522
medidas de golpes, es normalmente del valor más pequeño posible. Una eva-
luación de la mayoría de los medidores utilizados en mediciones de choque,
incluyendo los modelos arriba citados, está dada en la referencia 23.
Aunque el tipo de medidor de velocidad es bastante amplio, se le utiliza
frecuentemente en lugar de los acelerómetros. La relativamente baja impe-
dancia y alto voltaje de salida de estas unidades son fundamentos para su
popularidad. La energía disponible de estas unidades es suficiente, a menudo,
para mover los galvanómetros de los osciloscopios directamente.
Rango de frecuencia. Los medidores de velocidad están limitados en su
escala superior por resonancias locales, que se producen en sus partes o en
sus instalaciones de montaje. Estos y otros factores relativos a la respuesta
de frecuencia acentúan la importancia de las curvas de calibración fiables para
el medidor. Tendrían que cubrir la frecuencia y la escala de amplitud que se
encuentran durante el funcionamiento. El medidor de tipo sísmico opera en la
250
o
a
z
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I!J
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f /) 25
O
o..
(f)
O 2.5
...a:
'"
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~
z 0.25
'"
(,)
z
'"
523
sólo en dirección axial, y es soportado por resortes que dan al sistema móvil
una frecuencia natural de alrededor de 7 cps en esa dirección.
Los desplazamientos superiores a 7,6 cm pueden ser medidos con una
unidad de este tipo, que pesa casi 18 kg. Un medidor de velocidad se muestra
en la figura 15.20, que es esencialmente un modelo de medidor de vibración
a gran escala. La unidad tiene una bobina de 7,6 cm y pesa 8 kg. La bobina
se enrosca en la punta de un brazo que está soportado por cojinetes en la otra
punta. La frecuencia natural del brazo de bobina está determinada por la rigi-
dez del resorte director y se ajusta usualmente a unos 3 cps. El voltaje de
salida es de 3,5 mv por centímetro por segundo cuando se encuentra conectado
a una carga de 10 ohmios.
Se pueden encontrar marcadores de vibración de velocidad de pequeño
tamaño, que pesan casi 280 g, pero que tienen casi la misma construcción que
la unidad más grande mostrada en la figura 15.20. Algunos modelos están
amortiguados eléctricamente a 0,65 del crítico, por tener el elemento bobina
enroscado sobre una forma de aluminio cortocircuitada. También se encuen-
tran modelos sin amortiguación. Estos medidores se ven poco afectados por
temperaturas entre - 45 Y 120 oC. La frecuencia natural para muchos modelos
es de alrededor de 5 cps y tienen una sensibilidad de 40 mv por centímetro
por segundo. La bobina tiene un juego total de 15 cm.
Un medidor de velocidad diseñado para medir vibraciones permanentes
':.~S,lf!l¡1>s
DOBLES
~H~Ult1,~LES
CAJA'
MASA
s/SM/CA
BOBINA
:RESORTES
--...wl+'. HEL/CO/D.ALES
524
puede ser fabricado de tamaño relativamente pequeño. Este medidor está
mostrado en la figura 15.21 (su principio de funcionamiento se muestra en
la Fig. 15.I8d). La unidad pesa 280 g, provee 43 mv por centímetro por segundo
de velocidad, y está amortiguada por líquido alrededor de 0,65 del crítico.24 Es
utilizable en un rango de temperatura entre -17 y 65 oC. Aunque el juego total
para un desplazamiento relativo del imán sea un poco más grande que 2,5 cm,
esta unidad se dice que es capaz de medir amplitudes de vibración que tienen
desplazamientos por encima de 5 cm para movimientos horizontales. Se da
un valor máximo de sólo 3,5 cm para la vibración vertical por las desviaciones
estáticas del imán desde una posición central. Está disponible por el fabricante
un amplificador lineal integrador para utilizar con este medidor, el cual in-
cluye una escala indicadora para leer la velocidad media y el desplazamiento
pico a pico.
Distorsión de fase. Existe normalmente una distorsión de fase conside-
rable para medidores de desplazamiento o de velocidad que operan a frecuen-
cias más altas que la resonancia. La distorsión de la fase es menor para pe-
queñas cantidades de amortiguación. El ángulo de la fase no es importante
para condiciones permanentes, pero ha de ser considerado en trabajos tran-
sitorios.
Medidores de desplazamiento
Un medidor de desplazamiento es un aparato que genera una salida que es
una función conocida del desplazamiento relativo entre dos de sus elementos.
Estos medidores son similares en su construcción y comportamiento a los
medidores de velocidad de la sección anterior.
Especificaciones
Las especificaciones concernientes a los puntos siguientes de información
son generalmente interesantes para el usuario de medidores de vibración. (para
más detalles, véase la American Standard Association, Método para especificar
las características de los marcadores de medida de sonido y de choque Z24.21,
del cual han sido extraídos estos puntos.)
525
Características físicas
PESO.
DIMENSIONES TOTALES.
POSICIÓN DEL ELEMENTO MÓVIL. La ubicación del centro de gravedad
del elemento móvil tendrá que ser dada a medida que se necesite en el
calibrado de los acelerómetros en una centrifugadora y en otras aplicacio-
nes en las cuales haya gradiente espacial o una combinación de movimien-
tos rotativos y lineales en la cantidad que se esté midiendo.
MONTAJE. Método de montaje, localización y tamaño de los agujeros
de montaje o de los parantes.
CONEXIONES. Longitud permitida, peso, apantallado, susceptibilidad a
la presión y al choque mecánico, y tipo de conectores entre el medidor y
el equipo auxiliar requerido para utilizar con el medidor.
Características ambientales
TEMPERATURA. La escala operacional de temperatura, en la cual la sen-
sibilidad y la amortiguación del medidor no varía más que en un porcentaje
dado de sus valores establecidos. Máximo y mínimo de temperatura de
almacenado.
HUMEDAD. Efecto de la humedad en la operacionalidad del medidor
(cuando sea aplicable).
RESPUESTA ACÚSTICA APARENTE. Salida máxima del marcador para ex-
poner al sonido aéreo a un nivel de presión de sonido de 100 db o más.
CORROSIÓN.
PRESIÓN ATMOSFÉRICA. El efecto del cambio de la presión atmosférica
sobre la operacionalidad del marcador.
ORIENTACIÓN.
FLEXIBILIDAD DE LA CAJA.
526
Limitaciones 'lnznzmas de movzmzento. Estas incluyen el poder resolutivo de
un elemento sensible del tipo potenciómetro, el adherido y el ruido de
fondo.
Respuesta y sensibilidad. La relaci6n de entrada a salida, en unidades consis-
tentes, para el rango operacional.
Rango de frecuencia.
Cambio de fase.
Porcentaje de amortiguación crítica.
Respuesta de choque de los acelerómetros.
Dirección del eje sensible.
Sensibilidad transversal.
Impedancia generadora equivalente.
Efectos de campos electromagnéticos.
ELEMENTOS SENSIBLES
527
Los cristales ADF son más bastos y menos sensibles a la temperatura que la
sal Rochelle. No son higroscópicos y no le dañan temperaturas menores que
93 oc. Una serie de medidores de tipo acelerómetro, conveniente para condi-
ciones permanentes y transitorias y empleando cristales ADF, que ha sido
desarrollada, medirá aceleraciones por encima de casi 2000g y sobre una
escala de frecuencias de 10 a más de 10000 cps, extendiéndose sus sensibili-
dades a 125 mv por g con capacidad normal a través del cristal. Z7
El titanato de bario no es corriente entre los materiales piezoeléctricos por
el hecho de que su eje sensible piezoeléctrico no está determinado por la
orientación del cristal, pero puede ser realizado en cualquier dirección arbitra-
ria por la aplicación, bajo buenas condiciones de temperatura, de un voltaje
polarizado. Esto permite que el titanato de bario sea moldeado como una ce-
rámica poli-cristalina. La cerámica puede ser polarizada como se desea después
de su fabricación. La sal Rochelle, el ADF y el titanato de bario son clasifi-
cados todos como materiales «ferroeléctricosD, por su similitud entre su
reacción a un campo eléctrico y la del acero a un campo magnético. La analo-
gía es más clara, sin embargo, para el titanato de bario, que puede ser utili-
zado como una estructura policristalina, y a la cual se han sumado impurezas
para mejorar sus propiedades piezoeléctricas. A bajas frecuencias, los efectos
de relajación pueden causar efectos no lineales si las presiones o voltajes se
aplican durante más de unas pocas décimas de segundo. No es recomendable,
sin calibraciones, medir amplitudes de frecuencia que sean menores a algunos
ciclos por segundo.
Algunos acelerómetros muy pequeños y simples, del tipo de compresión
de titanato de bario, han sido desarrollados por el National Bureau of Stan-
dards. Uno de estos modelos sólo pesa tres gramos y poseen una sensibilidad
de alrededor de 2,5 mv por g (capacidad de 0,001 microfaradios); su salida
es esencialmente plana, desde unos pocos hasta 15000 cps. Otros modelos
capaces de medir hasta 30000g a frecuencias por encima de 30000 cps, han
sido descritos28-31 (uno de los cuales se muestra en la Fig. 15.12). Uno de estos
modelos utiliza un elemento de titanato de bario para medir el esfuerzo sobre
la superficie de una estructura, que está obligada a flexionar a causa de la
aceleración. El titanato de bario puede ser moldeado entre dos hojas de metal,
con el espesor de la cerámica tan pequeño como 0,02 cm. Este elemento puede
ser encolado sobre la superficie y desarrollará una carga de salida proporcional
al esfuerzo de la superficie.
Hilo de resistencia sensible al esfuerzo. La resistencia eléctrica de un hilo
cambia cuando se le somete a un esfuerzo. Este cambio es en parte debido al
cambio de dimensiones y en parte debido al cambio de resistencia específica. 32
Este principio ha sido aplicado a una gran cantidad de transductores, inclu-
yendo a los acelerómetros. 33 El elemento transductor básico está mostrado en
la figura 15.22a y b. La masa está forzada por un par de resortes de hoja en
voladizo de tal manera que se pueda mover en la dirección de los hilos de
medida de la tensión. Los cuatro grupos de cables están enrollados bajo
tensión. Cuando la masa se mueve en una dirección con respecto a la caja,
528
dos grupos de hilos están sometidos a una tensión mayor y los otros dos tienen
la tensión relajada. Los topes previenen un excesivo esfuerzo. Los cuatro gru-
pos de cable están conectados formando un puente de Wheatstone, como se
puede ver en la figura l5.22c. Se necesita una fuente externa de tensión para
activar el puente, generalmente del orden de 10 voltios. De esta manera, se
llega a un máximo de sensibilidad, y la unidad no se ve influida por los cam-
bios de temperatura, los cuales afectan a todos los brazos de la misma manera.
Los acelerómetros de hilos tensados dan un nivel de señal de salida rela-
tivamente bajo. Su máximo nivel de salida, a fin de escala, es generalmente del
orden de 50 mv, con circuito abierto. Su impedancia interna es baja, sin
embargo, para que sean utilizadas para dirigir directamente elementos sen-
(b)
REOSTATO
DE ENTRADA RESISTENCIA DE
CALI8RACION
POTENCIOMETRO
DE AJUSTE DEL ~..JV\J'V\r-~
CERO
----o
AL INDICADOR
O REGISTRADOR
SUMINISTRO (e)
DE POTF:NCIA
529
34
Las frecuencias naturales de estos acelerómetros se extienden a casi 5000 cps.
Se utiliza generalmente un líquido de amortiguación, el cual es eficaz para
unidades que· tienen frecuencias naturales más bajas que algunos cientos de
ciclos por· segundo, pero que no son fácilmente mantenidas en el valor reque-
rido para unidades de alta frecuencia. (La Fig. 15.13 muestra los rangos de
amplitud de frecuencia de unidades tipo.)
Se podrán unir hilos tensados, disponibles en el comercio, a una superficie
que está bajo esfuerzo por una aceleración. Con un acelerómetro bien diseñado
de este tipo, el esfuerzo indicado es proporcional a la aceleración. Sus frecuen-
cias natUrales se extienden a casi 10000 cps; generalmente no están amárti-
gua:dos. La mayoría de los instrumentos de este tipo no se encuentran en el
comercio.
Un medidor de desplazamiento sensible, resistente y conveniente, que se
construye fácilmente y tiene una continuidad de acción, consiste en una viga
flexible sobre la cual están unidos un par de hilos con respuesta a la tensión,
como .se ve en la figura 15.23a. Se conectarán y utilizarán dos o cuatro hilos,
(o)
RESISTENCIA DE EQUILIBRADO
530
la resistencia bobinada de una banda de carbón o de una peÍícula conductora
depositada. Es posible producir elementos cuyas salidas sean función lineal
(o sigan otras funciones) del desplazamiento, seleccionando adecuadamente el
mandril o la forma sobre la cual se bobina el elemento. Estos elementos sen-
sibles son adecuados para medir movimientos entre casi 0,2 cm y varios cen-
tímetros con una precisión del orden del 1 por 100 del final de escala. Los
aspectos deseables son gran poder de salida, amplio rango, insensibilidad a los
cambios de humedad y temperatura y baja impedancia interna. Una de las
dificultades que se experimentan en algunas aplicaciones es el hecho de man-
tener un buen contacto del cursor. Además, se requiere una fuente externa
de voltaje para activar el elemento, el cual usualmente tiene una relativamente
baja frecuencia de resonancia. La resolución de los elementos bobinados es
limitada, dependiendo principalmente del número de vueltas y su espacia-
miento, siendo mejor generalmente que el 1 por 100 del final de escala.
Existen para las medidas de desplazamiento y aceleración una gran cantidad
de instalaciones de potenciómetros. Los cursores deslizantes hacen que la ma-
yoría de estas técnicas sean incómodas para los medidores que tienen con-
dicione's permanentes, donde el desgaste es un factor determinante. Tales
aparatos son utilizados para medir los desplazamientos asociados con los movi-
mientos de choque. Tal unidad fabricada, teniendo una distancia de desplaza-
miento de 12 cm, está diseñada para operar mientras que se encuentra so-
sometida a aceleraciones axiales por encima de 1500g y a aceleraciones trans-
versales superiores a 500g.3S
Transformador diferencial. El principio del transformador diferencial va-
riable ha sido aplicado a la construcción de un cierto número de tipos de
medidores.36 El diagrama esquemático de un acelerómetro de este tipo está
dado en la figura 15.24a. Se fabrican las unidades con frecuencias naturales
desde alrededor de 50 hasta 5000 cps. Pueden ser excitados por frecuencias
superiores a 20 000 cps y pueden obtenerse con rango de desplazamiento lineal
de salida desde 0,02 cm, para el aparato más pequeño, hasta 5 cm, para el
más grande. Una amortiguación de 0,6 del valor crítico se obtiene usando un
líquido de silicona. Se consiguen acelerómetros que tienen una desviación, a
fin de escala, desde 10 a 200g. Sus salidas varían desde 12,5 a 0,13 mv por g
por voltio de entrada primaria, siendo más sensibles las unidades de baja
frecuencia.
Para hacer funcionar una unidad, se aplica al primario una fuente de po-
tencia eléctrica a cualquier frecuencia, entre 20 y 20000 cps, y de voltaje
adecuado. Cuando el núcleo magnético está en una posición central, el voltaje
generado por el secundario conectado diferencialmente es de cero. La fase del
voltaje de salida cambia en 1800 a medida que el núcleo de acero pasa de un
lado del centro al otro. La frecuencia del voltaje de entrada tendrá que ser
diez veces mayor que la componente más alta de la frecuencia involucrada
en las mediciones. La figura 15.24b ilustra un circuito para utilizar con trans-
formadores diferenciales.
531
Generación electromagnética. Si se mueve una bobina con respecto a un
campo magnético, se generará un voltaje. Se emplea este principio en los ele-
mentos sensibles que se utilizan con frecuencia en los instrumentos para me-
dir la velocidad. Generalmente, la amortiguación electrodinámica puede ser
obtenida con una considerable estabilidad, utilizando el campo magnético
existente que puede ser creado por uno o varios imanes. Para el elemento sen-
sible corriente, la salida de voltaje de la bobina puede ser del orden 0,1 voltio
- ~r#f#:fJ~/~1cION ~¡
ENT~
NUCLEO MOVIL
DE ACERO
'--.-..---+----"--
! DIRECCION DEL MOVIMIENTO
(a) (b)
532
desde O a 1000 cps y niveles de aceleración desde 1 a 500g. Sin embargo, es
necesaria una fuente de corriente externa, la amortiguación es difícil de pro-
porcionar y el calor del tubo puede ser perjudicial en algunas aplicaciones.
Por ejemplo, se construyó un tubo de vacío de tipo diodo, en el cual las
placas estaban soportadas por resortes de forma que daban a la estructura de
la placa una frecuencia natural por encima de varios cientos de ciclos por
segundo. 37 •38 Se construyó la estructura catódica comparativamente rígida.
Cuando se aceleraba el tubo en la dirección perpendicular a la estructura de
la consola y de la superficie de la placa, la distancia entre la placa y el cátodo
variaba, produciendo un cambio en la salida. Para pequeñas deflexiones, esta
deflexión y el cambio de salida es linealmente proporcional a la aceleración.
El medidor está bien adaptado a mediciones de vibración de baja frecuencia
(a 30 cps). Modelos anteriores son menos sensibles y tienen un rango de
frecuencia más alto, como se indica en la figura 15.14.
Ha sido desarrollada una variedad de modelos de transductores mecano-
electrónicos para ser utilizados primeramente como cabezas de fonógrafo. Es-
tas consisten en pequeños tubos de metal de casi 2 cm de largo y 0,6 cm de
diámetro. Una varilla, soportada por un diafragma al final del tubo, lleva uno
de los elementos del tubo. El movimiento de la punta externa del tubo, per-
pendicular a su eje, provoca un cambio en la posición relativa de los elementos
del tubo. Estos transductores han sido aplicados como elementos sensibles de
un acelerómetro.40
Inductancia variable. Aquí, el elemento sensible consiste en una o más
bobinas, cuya inductancia, o mutua inductancia, varía como consecuencia del
movimiento de un armazón. Puede ser utilizado en un puente, en un transfor-
mador diferencial y en otras instalaciones para dar una salida proporcional
a un voltaje que suministre la energía, o a formar parte del circuito tanque
de un oscilador cuya variación de frecuencia representa la salida. Tales ele-
mentos sensibles son generalmente utilizados para medir desplazamientos des-
de una centésima de centímetro hasta varios centímetro, o para medir acele-
raciones. Los aspectos deseables incluyen alta salida, baja impedancia, insen-
sibilidad a condiciones externas, disponibilidad en una variedad de escalas,
empleo en un transformador diferencial, puente y otras construcciones de
circuito. Sin embargo, se necesita una fuente externa proveedora de potencia.
Se han utilizado acelerómetros del modelo de inductancia variable cuando
el peso pequeño, la buena respuesta a bajas frecuencias y la alta sensibilidad
han sido las consideraciones más importantes. Un acelerómetro miniaturizado
pesa sólo 4 g Y opera con una alimentación de 3000 cps en un circuito puen-
te *. Posee una respuesta de frecuencia plana entre O y 200 cps y mide acele-
raciones por encima de 20g. Descripciones de varios modelos de medidores,
que emplean principios de inducción magnética, están dados en la referencia 41.
Capacitancia variable. Aquí, el elemento sensible es la capacitancia, cuya
magnitud varía con separación relativa entre dos o más placas. Una de las
533
:z f50
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/"1RECUENCIA
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/
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~ 30 CPS
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~~100
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25 1 I I I '" "--
FIG. 15.25. (a) Calibrado de una célula electrolítica como un aceler6metro. El movi-
miento está aplicado a lo largo del eje de simetría cilíndrica. (b) Respuesta de frecuencia
de una célula electrolítica como un. aceler6metro. El movimiento se aplica a 10 largo
del eje de simetría cilíndrica.
placas del condensador puede ser la superficie que se va a medir. Así ninguna
carga mecánica está involucrada en la superficie vibrante, aspecto que es alta-
mente deseable en ciertas aplicaciones. Se puede utilizar un par de placas en
una construcción en puente para formar un condensador único que se sitúa
en serie con una inductancia fijada en uno de los brazos del puente. Se utiliza
un voltaje para excitar el puente, cuya frecuencia dará resonancia en serie de
este brazo. La salida suprimida del puente, cuando ésta está combinada con
el voltaje de excitación en la relación de fase apropiada y modulada, produce
una señal eléctrica proporcional al desplazamiento relativo de las placas.
Los medidores del tipo condensador para las mediciones de vibraciones no
son utilizados con frecuencia, salvo en laboratorio, por la dificultad en eliminar
las señales falsas causadas por el medido electrostático y por los cambios de
capacitancia de los elementos en el circuito transductor. Se pueden construir
mecanismos de una sensibilidad muy grande, los cuales pueden detectar des-
plazamientos de 10-9 cm. En un tipo de construcción se conecta la capacitan-
cia a un oscilador de frecuencia modulada de tal manera que éste controlará
parcialmente la frecuencia del oscilador. Las desviaciones de frecuencia están
detectadas por un discriminador e interpretadas en función del desplazamien-
tO. 42 Un equipo tal es capaz de detectar un desplazamiento de 2 p,cm a fre-
cuencias por encima de 500 kilociclos por segundo, utilizando una sonda de
1/8 de centímetro de diámetro.43
Varios tipos de medidores sísmicos han sido empleados, en los cuales se
detectan los desplazamientos de los elementos por medio de cambios de ca-
pacidad en el sistema de puente resonante. Cuando se produce un desequili-
brio, se imprime el voltaje de salida amplificado sobre un circuito discrimina-
dor especial, en el 'cual se determinarán la amplitud y el desequilibrio. Se
pueden detectar cambios de capacidad tan pequeños como 0,0001 p,p,f.
Se pueden calibrar los micrófonos del tipo condensador en función de la
presión, teniendo acoplados el micrófono y un pistón a la misma cavidad, de
534
tal manera que se puede calcular el cambio de presión causado por el hecho
de impartir al pistón un movimiento sinusoidal. Este esquema puede ser in-
vertido para permitir medidas de desplazamiento. Si se dispone de un micró-
fono calibrado y acoplado a una cavidad que contiene un pistón vibrante,
entonces la amplitud de la vibración podrá ser determinada. Este método ha
sido utilizado para determinar la amplitud de las máquinas de vibración uti-
lizadas como calibradores.45
Acelerómetro de célula electrolítica *. Se ha desarrollado un acelerómetro
que utiliza el control de los electrones moviéndose en una solución. Este apa-
rato mide la aceleración del fluido electrolítico a través de un electrodo de
orificio. Se ha conseguido un período de tres décadas en un instrumento sim-
ple, que consiste en un detector electroquímico, una batería y un microampe-
rímetro. La figura 15.25a muestra la salida corriente de la unidad frente a la
aceleración; la figura 15.25b muestra la frecuencia de respuesta del acele-
rómetro.
Los medidores eléctricos requieren equipo auxiliar de tal manera que sus
salidas eléctricas puedan ser amplificadas e indicadas. Este equipo puede in-
cluir oscilógrafos, filtros, cables y amplificadores. Se utiliza frecuentemente
otro equipo auxiliar para proporcionar las escalas de tiempo y voltaje, apli-
cando impulsos a intervalos conocidos en una etapa del circuito amplificador
y voltajes conocidos a la entrada de la etapa. Los últimos están considerados
en una sección posterior de este capítulo que concierne al calibrado.
(o)
(d)
535
Oscilógrafos
Los medidores de baja impedancia pueden, a menudo, suministrar sufi-
ciente potencia como para mover los galvanómetros oscilográficos magnéticos
sensibles sin amplificación. Los galvanómetros suficientemente sensibles son
resonantes generalmente por debajo de varios cientos de ciclos por segundo;
por tanto, sólo es posible el acoplamiento del medidor al oscilógrafo cuando
el límite de frecuencia superior es inferior a varios cientos de ciclos por se-
gundo. Se pueden utilizar de esta manera los medidores de hilo tensado, de
velocidad y de tubos de vacío. Esta simple combinación está mostrada en el
diagrama de la figura 15.26a.
Los oscilógrafos de escritura directa consisten en un amplificador y un
sistema de escritura (Fig. 15.26b), los cuales pueden ofrecer un registro visible
e inmediato de la salida de un medidor. La escala de frecuencia de una unidad
tipo fabricada por Brush Electronics, se extiende desde O a casi 100 cps. Los
oscilógrafos magnéticos son capaces de dar casi 5000 cps como límite práctico
de alta frecuencia. Los oscilógrafos de rayos catódicos son capaces de dar
cualquier escala de frecuencia deseada.
Filtros
Se utilizan filtros de paso bajo para mediciones de choque a fin de eliminar
las señales falsas causadas por las resonancias del acelerómetro y señales fuera
de un rango de frecuencias deseados (véase Fig. 15.26c). Cuando los sistemas
de grabado tienen una respuesta relativamente baja de alta frecuencia actúan
como si fueran filtros de paso bajo y tornan innecesarios los filtros especiales.
Se pueden efectuar medidas comparables de aceleraciones causadas por cho-
ques sólo cuando se utilizan sistemas que tienen la misma respuesta de fre-
cuencia total.
Cables
El cable que lleva la salida eléctrica de un medidor puede estar sujeto a
choques mecánicos considerables causados por movimientos del mismo o cam-
bios de presión. Se pueden desarrollar potenciales eléctricos entre varios con-
ductores de cable como resultado de los choques. Estos se suman a la salida
del marcador y producen resultados falsos que son particularmente molestos
cuando el marcador es una fuente de alta impedancia. Los cables proveerán
más salida que el marcador, a menos que sean cuidadosamente seleccionados.
Es una buena costumbre determinar la señal de salida en las mediciones de
aceleración que tiene choques severos cuando un modelo falso es sustituido
por el acelerómetro.
Un estudio de las causas de los efectos del cable indicó que los potenciales
están provocados principalmente por cargas eléctricas desarrolladas por fric-
ción sobre la superficie del cable dieléctrico.46 El cambio del potencial está
536
causado por la separación del conductor y el dieléctrico bajo un choque me-
cánico. El efecto del cable puede ser ampliamente eliminado poniendo un re-
vestimiento conductor sobre las superficies del dieléctrico, lo que permitirá que
la carga acumulada sea eliminadaY
Amplificadores
Se pueden obtener amplificadores electrónicos que no afecten la respuesta
total de frecuencias del sistema de medición. Entre los principales factores que
conciernen a los amplificadores están: 1) el rango de frecuencia sobre el cual
su factor de amplificación es aceptable constantemente; 2) su linealidad con
la amplitud; 3) la cantidad de distorsión de fase, y 4) su sensibilidad.
Un amplificador de tipo Re pierde sensibilidad a altas frecuencias, prin-
cipalmente por la baja impedancia de las capacidades de dispersión a esas fre-
cuencias. A baja frecuencia, su sensibilidad decae a medida que las cargas
eléctricas desarrolladas a través de los condensadores acoplados en rejilla pier-
den a través de las resistencias, lo que provoca una caída de voltaje apre-
ciable. Este decaimiento es apreciable a través de un tiempo que se acerca
a la «constante de tiempo» del circuito. El mismo efecto se produce cuando
se conectan medidores piezoeléctricos o de tipo capacidad a una entrada del
amplificador. La carga desarrollada por el medidor se dispersa a una tasa
inversamente proporcional a la impedancia de entrada del amplificador y a la
resistencia paralela del medidor. El período más grande que puede ser acepta-
blemente amplificado, generalmente es menor en una quinta parte de la cons-
tante de tiempo más corta del circuito. La constante de tiempo de la entrada
del amplificador, en este caso, es el producto de la capacidad del medidor,
más cualquier capacidad paralela adicional, y el valor efectivo de todas las
resistencias paralelas.
El rango de respuesta de frecuencia de los amplificadores puede ser deter-
minado poniendo sus factores de amplificación frente a la frecuencia. Se puede
obtener una rápida estimación de lo adecuado de sus respuestas anotando
cómo una onda cuadrada de entrada es amplificada. La figura 15.27b y e ilus-
tra cómo la carencia de respuestas de alta y baja frecuencia afecta una onda
cuadrada de entrada mostrada en la figura 15.27a. La distorsión de fase y el
«zumbido» eléctrico en los filtros o en circuitos inductivos modifican una
onda cuadrada, como se puede ver en la figura 15.27d.
Los sistemas de transporte se utilizan frecuentemente con medidores de
inductancia o de tipo resistencia. La mayoría de estos sistemas permiten que
el rango de baja frecuencia se extienda a cero ciclos por segundo. El rango
superior de frecuencia tendrá que estar limitado a casi 15 por 100 de la fre-
cuencia de transporte. Cuando la salida de un medidor es una frecuencia de
transporte modulada, es necesario rectificar la onda de transporte con un rec-
tificador sensible a la fase para presentar la salida en función de un registro
oscilográfico del movimiento. Una construcción general de esto está mostrada
en la figura 15.26d.
537
Los medidores de alta impedancia, como los piezoeléctricos y de capacidad,
podrán requerir amplificadores en su vecindad. Los cables largos entre el me-
didor y el amplificador podrán dar una distorsión de señal debida a voltajes
inducidos en el cable, reflexiones eléctricas entre puntos terminales y otras
~~
ducidas por el zumbido de los circui-
tos eléctricos; (e) on.da amortiguada
aplicada a un amplificador; (f) va-
riación del cero provocada por una
amplificación desigual de las señales
(e) (fl negativas y positivas.
pérdidas asociadas con la capacidad del cable. Los preamplificadores son del
tipo de seguidor de cátodo y están diseñados para presentar una baja impe-
dancia de salida al circuito seguidor.
En las aceleraciones debidas a explosiones e impactos, las componentes
de Fourier generalmente aumentan su amplitud con la frecuencia. Este hecho
impone un severo requisito de linealidad de la sección del amplificador que
es sujeta a la señal sin filtrar. La falta de linealidad se torna a veces obvia
por «variación del acero» (véase Fig. 15.27e y f), la cual puede ser causada
por la rectificación debida a la amplificación no uniforme de señales de pola-
ridad opuesta.
CALlBRACION \'#
* Véase American Standards Association, «Manual and Specifications for the Ca-
libration of Shock and Vibration», Z24.16.
** Los métodos recíprocos no requieren que la amplitud del movimiento sea de-
terminada.
538
miento puede ser desplazamiento, velocidad o aceleración. Cuando se trata
de vibraciones sinusoidales, se utiliza, a veces, la amplitud eficaz y de pico.
La salida de los terminales del medidor debe ser sobrecargada durante la ca-
libración por las impedancias típicas específicas de uso normal.
Un vibrómetro, vibrógrafo o un sistema medidor-indicador total pueden
calibrarse como una- unidad, sometiendo al elemento apropiado al movimiento
conocido y observando la desviación del aparato registrador o indicador.
Sin embargo, ya que los medidores son más estables que sus amplificadores
asociados, las calibraciones de ambos son usualmente representadas separada-
mente. Se controla frecuentemente la sensibilidad del sistema indicador-am-
plificador aplicando un potencial conocido a su entrada, siendo ajustada la
ganancia a algún valor normalizado, o cualquier otro valor deseado. Los me-
didores en sí se calibran con menos frecuencia. Cuando se les calibra, se utili-
zan gene·ralmente los mismos o similares amplificadores y equipo de registro
que se usa normalmente con ellos.
Los problemas principales involucrados en la técnica de calibrado son la
obtención de movimiento adecuado y determinan independientemente su des-
cripción cuantitativa. Las técnicas generales se describen a continuación: 1) vi-
braciones sinusoidales de frecuencias y amplitudes conocidas; 2) vibraciones
sinusoidales de frecuencias conocidas, pero las técnicas de reciprocidad re-
emplazan las medidas directas de amplitud; 3) un movimiento complejo de
características conocidas; 4) un cambio de velocidad conocida en un intervalo
de tiempo conveniente, y 5) un campo de aceleración permanente de valor
conocido.
539
unidad es capaz de hacer vibrar medidores que pesen algunos gramos a una
amplitud de 20g en ese rango. Para varios calibradores de ese tipo es típica
una amplitud máxima de casi 20g.
Se ha construido un vibrador de calibración que utiliza cristales de ADpSl
(fosfato diácido de amonio). Este aparato proporciona un desplazamiento esen-
cialmente constante en función de la frecuencia para voltajes de excitación
RUEDA
EXCENTRICA
¡ EN SOPORTE
MUESCADO
S t
(al
BOBINA DEL
INDUCIDO
, 1í<ADFO
f
lb)
MATERIAL
PIEZOMETRICO
BaTi03)
[e) Id)
/ SOPORTES EN
=- /~/./'
¿~
(5 . DA
LOS PUNTOS
e; ¿;a
. NO LES
540
de tal manera que proveen una medida conveniente de alta fiabilidad a través
de todo el rango de amplitud.
El calibrado de los medidores a amplitudes de aceleración menores que
algunos g, a frecuencias por encima de 1000 cps, podrán involucrar medidas
de desplazamiento del orden de los microcentímetros. Se ha realizado esto
utilizando métodos interferométricos. ll Otros métodos descritos en las refe-
rencias 42, 43, 44 Y 53, los cuales tienen la misma sensibilidad, pueden ser
similarmente aplicados. La referencia 53 describe un método que implica el
cambio de inductancia mutua en un medidor por el cambio en la proximidad
de una superficie metálica.
Método de reciprocidad
No se requieren medidas de amplitud para las técnicas de reciprocidad de
calibrado de medidores, sino sólo las medidas de la masa, frecuencia, corriente
eléctrica y voltaje. S4-s7 Consecuentemente, la precisión limitada por la dificul-
tad de medición de pequeñas amplitudes de desplazamientos a altas frecuencias.
Se necesitan para la técnica de reciprocidad tres instalaciones experimen-
tales y conjuntos de medidas, dos medidores y un generador de vibraciones;
1l'F,
~~
'/,
/'
" /, //
'/
" ' E
z
/
.~
.'7-~'7'/"""/-}/
~ GENERADOR
.. DE V/BRAC/ON
estas' instalaciones se muestran en la figura 15.29. Por lo menos uno de los dos
medidores tiene que ser capaz de actuar como un generador de vibraciones
si se aplica a sus extremos una excitación adecuada. Esto no es un gran im-
pedimento, porque esta unidad está considerada como una de las partes del
equipo' de calibrado. Se calibró con este método un acelerómetro de tipo
piezoeléctrico desde 250 a 10000 cpsY Se da en la referencia 58 una com-
paración de los métodos de calibrado interferométricos y de reciprocidad.
Los métodos de calibración descritos de baja amplitud y de alta frecuen-
cia son en primer lugar útiles para la calibración de medidores que tienen
que ser utilizados como patrones para calibrar otros medidores por compa-
ración.
541
Método de impacto de calibración de acelerómetros
Los métodos de calibrado, que imponen condiciones similares a las. que
se encuentran durante el uso, revelan a menudo factores de funcion~iento
no indicados por métodos de estado permanente. Se han desarrollado técni-
cas de impactoS9 que permiten obtener calibraciones en un rango de amplitud
desde unos pocos a más de 30 OOOg. El acelerómetro deberá estar montado
en un bloque de metal que tenga varias veces el peso del acelerómetro. Se
podrá entonces dejar caer o golpear la unidad de tal manera que el choque
se produzca a lo largo del eje sensible del medidor. El tiempo de la pulsa-
ción de la aceleración tiene que encontrarse dentro del rango de frecuencias
del acelerómetro, el filtro y el equipo de registro. La duración del impulso
puede ser alargada colocando materiales plásticos o elásticos sobre la 'super-
ficie a golpear. La superposición de las vibraciones locales de alta frecu~ncia,
que no afecten el movimiento del centro de la masa, es indiferente.
Se siguen los pasos que se citan a continuación en este método de cali-
brado: 1) registrar oscilográficamente la salida del acelerómetto, junto con
una escala de tiempo. fiable; 2) situar una escala de calibrado de voltaje sobre
el registro, de tal manera que la escala de voltaje de la salida del acelerómetro
pueda ser determinada; 3) medir el área bajo la curva de aceleración en cual-
quier unidad conveniente; 4) determinar el cambio de velocidad de la unidad
por cualquier método independiente.
a,e,y
V=!idt
542
aceler6metros piezoeléctricos sea expresada como la carga eléctrica desarrolla-
da por unidad de aceleraci6n, ya que esta unidad es independiente del circuito
eléctrico.)
Los factores de escala de la ordenada y la abscisa son conocidos y defini-
dos como K 1 =ejy y K 2 =tjx, respectivamente. Sea Jy dx=A, donde x e y son
unidades convenientes de longitud y A es el área, expresada en estas unidades,
bajo la curva.
PLATAFORMA DE
MONTAJE DEL
ACELEROMETRO
RESORTES
CERROJO
Técnicas de arranque
Si una masa está soportada por un resorte y es lentamente forzada a partir
de su posici6n de equilibrio por una fuerza conocida y soltada de repente, la
aceleraci6n de la masa puede ser calculada. Para resortes pesados, o vigas, la
masa distribuida da un realce a la armonía, lo que complica los cálculos. Un
calibrador de tipo «pulsaci6n» portátil,60 mostrado en la figura 15.31, dará
amplitudes de aceleración por encima de alrededor de 15g. A medida que se
acelera gradualmente la masa que contiene el aceler6metro, éste no se encuen-
543
tra excitado por el choque y se hallan presentes pocos modos superiores. El
sistema ilustrado tiene dos modos de vibración principales a 12 y 30 cps.
ANALl515
544
sonido tienen frecuentemente el mismo diseño, excepto que se puede pedir
que el primero opere algo más por las frecuencias más bajas *.
Los analizadores de vibración pueden ser fabricados para representar el
espectro de la vibración automáticamente. 64 La figura 15.32 ilustra un espectro
de vibración obtenido por medio de un analizador.65 •66 Se ha desarrollado un
::b;- _~El~roTAL---E t
___ --_o ._- . -- _~~=TRO~E!OSfC~~~~-~::~fO-~~_
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(e)
FIG. 15.32. Análisis armónico del registro de la vibración ilustrado en la sección infe-
rior de la figura. Se utilizó un analizador de frecuencia tipo Western Electric 3A, con
un rango de banda de paso de 2 cps para (a) y de 20 cps para (b). La vibración está
sobre un proyectil y es ampliamente «ruidosa». (Por C. B. Cunningham, Naval Research
Laboratory.)
545
35
analizador de onda automático de dos canales, el cual puede ser empleado para
tales análisis. 67 Los instrumentos correspondientes utilizados para análisis de
vibración y de sonido son el Vibralizador y el Sonograph. Son similares, ex-
cepto en el rango de frecuencia, de 5 a 4400 cps en el primer caso, y de 80
a 8000 cps en el segundo, y en algunos anchos de filtros, que son algo dis-
tintos. Estos instrumentos proveen un análisis Fourier tridimensional de las
señales transitorias o estables. Se han presentado registros gráficos separados,
de frecuencia frente a tiempo y de frecuencia frente a amplitud. Se encuentran
libros que describen un cierto número de métodos para el análisis armónico
de las curvas. 16
Una alteración transitoria consiste en movimientos de duración relativa-
mente corta. Los movimientos transitorios de un sistema de un simple grado
de libertad, si están excitados por un impulso corto, c~:msisten en un simple
tren amortiguado de vibraciones. Cuando se excitan por cortos impulsos las
estructuras complicadas, éstas exhiben generalmente un modelo de ruido no
periódico de amplitud decayente. Tal vez, la gran variedad de movimientos
observables en las alteraciones pasajeras sean su característica más sorpren-
dente. Cuando se excita una estructura por un impacto, el valor máximo de
las aceleraciones indicadas por un instrumento aumenta con el límite más
alto de frecuencia de su respuesta. El aumento es más o menos lineal con el
rango de respuesta de frecuencia. Esta relación implica que los coeficientes
de los componentes armónicos de la función de aceleración, en términos me-
dios, aumenta linealmente con la frecuencia. Como consecuencia, la función
de velocidad del mismo movimiento tendrá coeficientes casi constantes, y que,
para una función de desplazamiento, los coeficientes disminuirán con la fre-
cuencia.
Estas observaciones son de un gran interés para la medición y para el
análisis. Cuando se efectúan medidas de aceleración, se ajusta la sensibilidad
de tal manera que el valor máximo del registro esté cercano a fin de escala.
Con este ajuste, las componentes de gran amplitud y de alta frecuencia son
rápidamente determinados a partir del registro, pero las componentes de pe-
queña amplitud y de baja frecuencia pasan desapercibidas. Sin embargo, las
componentes de baja frecuencia pueden ser tan interesantes como las de alta
frecuencia. Se utilizan con dos propósitos los filtros de paso bajo: 68-69 primero,
para eliminar las componentes de alta frecuencia, de tal manera que las de
baja frecuencia puedan ser registradas a mayores amplitudes 1 y segundo, para
proporcionar un análisis que indique amplitudes en rangos de frecuencias
conocidos.
Si se tienen que obtener medidas comparables de aceleración en laborato-
rios distintos, el rango de respuesta de frecuencia ha de ser normalizado en
valores definidos. Es también aparente que no tiene sentido expresar la inten-
sidad de choque en función de una aceleración de pico, a menos que se pro-
porcione información suplementaria, como el rango de frecuencia considerado
u otros datos que definirán el impulso o se da la forma de la onda.
Los datos obtenidos con instrumentos de lectura de pico o los valores de
pico obtenidos de los análisis de las curvas son generalmente satisfactorios
546
para comparar las intensidades de choques similares y para observar las carac-
terísticas de amplitud de choques de forma de onda conocida. Los aparatos que
tabulan el número de veces que aceleraciones de niveles dados han sido ex-
cedidos, pueden proveer información correcta en estos casos.
El análisis de registros oscilográficos, por métodos no automáticos, es un
trabajo lento y tedioso. Es más eficiente realizar registros que puedan ser
reproducidos eléctricamente, cuando haya que efectuar trabajos a gran escala.
La señal eléctrica, correspondiente al choque o a la vibración del movimiento,
puede ser entonces analizada eléctricamente para proveer las respuestas re-
queridas con rapidez.
REFERENCIAS
547
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548
Capítulo 16
INTRODUCCION
REGISrRADOR
----\( . . . -:...Jr
_..- /' D!RtnCft.
MEDIDOR DE
/
/).,-/
// NIVEL ServORO
..... -.,.1. /
W.. . . . . / ,
OSCILOGRAFD .
/-,
FIG. 16.1. Configuración ge-
neral de la instrumentación.
NICROF';:;';-"'1 MAGNETOFONO
r.... "
----~ ANALIZADOR
DE ESPEcrRO
549
presión sonora en función del tiempo; el oscilógrafo muestra la forma de onda
de la señal del ruido y el analizador de espectros se usa para medir el nivel
de presión sonora en diferentes bandas de frecuencias. En este mismo capítulo
se hace, más adelante, una descripción más detallada de las características
y funciones a realizar por estos instrumentos, mientras que en el siguiente,
se explica su uso en las técnicas de medida.
Aunque se hace referencia a estos componentes de un sistema de medida
como unidades separadas, se pueden combinar varias funciones en un solo
aparato. Por ejemplo, el medidor de nivel sonoro suele llevar incorporado un
micrófono, y se han fabricado instrumentos que contienen un micrófono, un
medidor de nivel sonoro y un analizador de espectros. Sin embargo, incluso
en estos instrumentos complejos, está previsto el uso de varios tipos de mi-
crófono y, normalmente, contienen circuitos de salida, que permiten la cone-
xión de otros aparatos para obtener información suplementaria sobre el ruido.
A veces no se usa el medido de nivel sonoro, conectándose el micrófono
a un analizador, bien directamente, bien a través de un amplificador electró-
nico. Una misma medida se puede hacer utilizando varios montajes; la elec-
ción depende, principalmente, del equipo disponible, pero, puesto que el
medidor de presión sonora está diseñado específicamente para efectuar me-
didas acústicas, suele ser el instrumento básico más adecuado para la medida
del ruido.
En primer lugar, se van a estudiar detalladamente los micrófonos, ya que
es necesario, en la mayoría de las ocasiones, elegir el tipo más adecuado a la
medida que se va a hacer. A continuación, se describen las características y
funciones que realizan los restantes instrumentos, empezando por los medido-
res de presión sonora y los medidores subjetivos de ruido. Los instrumentos
auxiliares, como los registradores de nivel, oscilógrafos, analizadores de es-
pectros, medidores de impactos y magnetófonos se describen después.
La fiabilidad de las medidas depende, en gran parte, del uso adecuado de
los instrumentos. Por ejemplo, se deben fijar unos niveles de trabajo que
eviten la sobrecarga de los aparatos, pero, al mismo tiempo, cuando se va
a analizar un espectro, el nivel de trabajo debe ser suficientemente alto para
evitar que el ruido propio del aparato pueda falsear los resultados en alguna
zona del espectro. En otras palabras, se debe estar familiarizado con el ins-
trumento para poder aprovechar todas sus posibilidades, de manera que, por
ejemplo, se pueda conocer qué resultados son característicos del ruido que se
está midiendo y cuáles no son fiables por estar influidos por el instrumento
de medida. El contenido de este capítulo ayudará al lector a familiarizarse con
las posibilidades de varios instrumentos, pero también es necesario un estudio
detenido de la información proporcionada por cada fabricante. Además, es
necesaria la práctica en el uso de cada montaje de instrumentos, sobre todo
en lo referente a los efectos de las variaciones en las posiciones de los mandos
en los resultados de la medida.
550
MICROfONOS
Características
Las características de un micrófono sirven para indicar su grado de pro-
ximidad al comportamiento ideal. Las más importantes son las siguientes:
respuesta o sensibilidad (factor de escala), variación de la respuesta con la
frecuencia y con las condiciones ambientales, directividad, distorsión no lineal,
impedancia, respuesta transitoria, efecto de perturbación, tamaño, robustez
y nivel de ruido inherente. La importancia relativa de cada característica de-
pende de las necesidades del sistema de medida.
Respuesta. La respuesta de un micrófono es la relación entre su nivel
eléctrico de salida y el nivel sonoro a la entrada. La magnitud eléctrica de
salida se expresa, normalmente, en voltios, o en decibelios referidos a 1 V,
en los terminales de salida cargados con impedancia infinita. La magnitud
acústica a la entrada se da, casi siempre, en función de la presión sonora
en el micrófono referida a 1 microbaria (74 db, tomando 0,0002 microbarias
como presión de referencia), ó 10 microbarias (94 db). (La referencia de
10 microbarias se usa principalmente en el caso de micrófonos de sistemas
situados en lugares públicos o de megafonía.) La presión sonora es la que
habría en condiciones de espacio abierto en el emplazamiento del micrófono
en ausencia de éste. La respuesta resultante se llamaría estrictamente, en este
caso, respuesta de tensión en campo libre * del micrófono.
La respuesta del micrófono para una variaciÓn sinusoidal de la presión
que tenga una frecuencia de 1000 Hz o 400 Hz, se llama normalmente sensi-
bilidad o nivel de salida. Los medidores de nivel sonoro se calibran para su
uso con un micrófono de una determinada sensibilidad, de forma que, cuando
se use un micrófono de diferente sensibilidad, se debe corregir el nivel de
presión sonora obtenido.
551
Aunque una elevada sensibilidad sea una característica deseable en un
micrófono, no es, generalmente, un factor dominante en la determinación de
la utilidad de un micrófono para medir ruidos, debido a la gran versatilidad
de los amplificadores electrónicos. Normalmente, al diseñar un micrófono, se
acepta una baja sensibilidad con tal de mejorar otras características, como la
estabilidad, la variación de la respuesta con la frecuencia y la capacidad para
funcionar con niveles sonoros elevados. Sin embargo, los micrófonos de baja
sensibilidad son más difíciles de usar, a causa de la influencia que ejercen
sobre ellos ciertos efectos externos, como, por ejemplo, las vibraciones de la
armadura y el ruido y el zumbido de los circuitos electrónicos, que pueden
llegar a perturbar sensiblemente la medición.
Variación de la respuesta con la frecuencia. La respuesta de un micrófono
está limitada por múltiples razones. Una de las más importantes es que la señal
eléctrica de salida no sigue fielmente a la señal acústica de entrada si la
presión sonora instantánea varía muy rápidamente. Más aún, algunos micró-
fonos no son capaces de seguir variaciones lentas de la presión sonora ins-
tantánea. La curva indica el modo en el que el micrófono responde a tales
ondas sonoras. Esta curva muestra la respuesta relativa del micrófono a una
variación senoidal de la presión sonora, cuando varía la frecuencia de la onda
senoidal. En la figura 16.2 se muestran algunas características típicas de
micrófonos comerciales.
Directividad. La respuesta de un micrófono también varía según la direc-
ción de llegada de la onda sonora. Algunos micrófonos se hacen intenciona-
damente para que tengan una respuesta muy pequeña a los sonidos que les
llegan según ciertas direcciones. Se llaman micrófonos direccionales y se usan
con cierta frecuencia en la medida del ruido. Pero la mayoría de los micró-
fonos son omnidireccionales. Su respuesta es prácticamente la misma para
cualquier dirección de incidencia del sonido, siempre que la frecuencia esté
comprendida entre 1000 y 2000 Hz; pero a mayores frecuencias, al ser com-
parable el tamaño del micrófono con la longitud de onda del sonido, aparece
algún efecto de directividad, incluso en los micrófonos diseñados expresamente
para ser omnidireccionales. Las características de varios tipos de micrófonos
comerciales, dadas en la figura 16.2, sirven para ilustrar el anterior efecto.
La curva que muestra la variación de la respuesta con el ángulo de inci-
dencia de una onda sonora se llama diagrama direccional y normalmente se
da en forma de diagrama polar. El diagrama direccional es, en general, simé-
trico respecto a un eje perpendicular al diafragma del micrófono, pero varía
con la frecuencia. Como puede verse en la figura 16.2, es necesario propor-
cionar diagramas para diferentes frecuencias si se quiere obtener una buena
descripción del comportamiento del micrófono.
Es importante tener en cuenta el factor de directividad cuando se hace
una medida en campo libre, o en condiciones parecidas a las del campo libre,
cerca de una fuente de ruido. Cuando las medidas se hacen a cierta distancia
de la fuente en un recinto reverberante, el campo tiende a ser difuso. En estas
condiciones, se supone que la característica a aplicar es la correspondiente a
una incidencia aleatoria, que es la respuesta media obtenida si se supone que
552
..... ~
~o
~Il.
1&1 2
:g
-1-:
-70 i : : .I¡ .I - 40 I . I , 1 I ¡ I I 1 .. I - 40 ¡ i i, ¡
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::)lD
Il.C
(f)
I&IZ l.
~I&I
(o) (e)
0° 0° 0°
180°
(d) (t)
FIG. 16.2. Curvas típicas de variación de la respuesta con la frecuencia y características direccionales sobre diagramas
polares de algunos micrófonos de uso corriente en mediciones de ruido. Los gráficos (a) y (d) son para un micrófono
dinámico, Altec-Lansing, tipo 633-A (originalmente el tipo 633-A de la Western Electric). Los gráficos (b) y (e) son
para un micrófono de sal de Rochelle, Shure, del tipo 98- 98. El gráfico (e) corresponde a un micrófono de conden-
sador, Brüel & Kjaer, tipo 4111 (incluyendo el preamplificador). El gráfico (f) es el correspondiente a un micrófono
de condensador, Western Electric, tipo 640-AA (en la Fig. 16.3 se puede ver su curva de respuesta con la frecuen-
cia). Las características direccionales son esencialmente simétricas respecto al eje del micrófono, indicado mediante
VI
VI la línea 0°-180°, de modo que no sólo se dibuja un lado de dichas curvas para las frecuencias indicadas. Estas ca-
W racterísticas direccionales están tomadas de la tesis doctoral de J. R. Cox: ¡¡Physical Limitations on Free-Field Mi-
crophone CalibrationD, Massachusetts Institute of Technology, Cambridge, Mass., 1954.
la probabilidad de llegada de sonido es idéntica en todas las direcciones. En
la práctica, para los micrófonos omnidirecciona1es, la respuesta correspon-
diente a la incidencia aleatoria es similar a la respuesta para un ángulo de
incidencia de alrededor de 70°, medidos desde el eje perpendicular al diafrag-
ma del micrófono *.
Cuando se sitúa un micrófono en una cámara pequeña, la distribución de
presión sonora en su diafragma es diferente de la distribución que existiría
en un espacio abierto. Esto tiene gran importancia en ciertas técnicas de
calibración, donde la cámara se hace tan pequeña que, hasta para las fre-
cuencias altas, la presión se hace casi uniforme en toda la cámara. La res-
puesta aplicable en este caso se llama respuesta de presión de un micrófono.
No se suele usar directamente en la medida de un ruido, pero las curvas de
respuesta en espacio abierto para varios ángulos de incidencia se obtienen a
11I11I I
MICROFONO R€SPU€STAS'€1
CAMPO LlBR€
\
~/NCID€NCIA D€O~
I INCIDENCIAD€900
--
1111
--r.P
1 I
\
R€SPU€STA/
FIG. 16.3. Curva de variación de la
D€PR€SION \ respuesta con la frecuencia de un
~ micrófono de condensador, Western
Electric, tipo 644-AA, que muestra
su comportamiento respecto a soni-
11 \ dos que lleguen a lo largo de su eje
100 1000 10,000 y perpendicularmente a él, así como
FRECUENC1A EN HERTZIOS la respuesta de presión.
554
una distorsión inferior al 1 por 100 para todos los niveles de presión sonora
de hasta 120 db.
Un aspecto limitativo de la falta de linealidad es el daño que sufre el
micrófono al sometérsele a altos niveles de sonido. Cuando pueda encontrarse
un ruido de intensidad muy elevada, es importante saber a qué nivel empieza
a producirse este deterioro.
Impedancia. La impedanica eléctrica, que es la relación entre la tensión
y la corriente en bornas del micrófono, varía mucho según el tipo de micró-
fono. Es importante para determinar cómo se debe conectar el micrófono a
otro instrumento y qué efecto tendría dicha conexión en la respuesta del
conjunto de los dos aparatos. Un micrófono de alta impedancia no debería
nunca conectarse directamente a un instrumento con baja impedancia de
entrada, ya que se produciría una gran pérdida de sensibilidad. Más aún, la
impedancia de un micrófono depende de las frecuencias de trabajo, de modo
que se debe tener cuidado para que la conexión no introduzca un cambio
indeseado en la variación de la respuesta con la frecuencia. Por ejemplo, mu-
chos micrófonos pueden considerarse, desde el punto de vista eléctrico, con-
densadores, que presentan una impedancia mucho más baja a las altas fre-
cuencias que a las bajas. Estos micrófonos se conectan, normalmente, a ins-
trumentos que tienen impedancias de entrada muy altas, de manera que las
variaciones de impedancia no originan pérdidas grandes en la respuesta a ba-
jas frecuencias. Aun así, la respuesta del conjunto suele estar'limitada a bajas
frecuencias por la relación de impedancias entre el micrófono y el instru-
mento.
Normalmente, el fabricante del micrófono proporciona información sobre
su impedancia; 10 mismo ocurre con el fabricante del equipo de medida, que,
además, especifica los micrófonos que se deben usar con el equipo.
Ruido propio o inherente. La combinación de un micrófono y un ampli-
ficador electrónico genera una señal de ruido eléctrico, producida por agita-
ción térmica en el micrófono y en el circuito de entrada del amplificador y
por el ruido normal de cada etapa de amplificación. Este ruido marca un
límite inferior al nivel de ruido acústico que es capaz de medir el conjunto.
Efectos de las condiciones ambientales. La respuesta de un micrófono
varía con la temperatura, la humedad y la presión atmosférica. La variación
más importante es la que se produce con la temperatura. Es, por tanto, con-
veniente conocer el coeficiente de variación de la respuesta con la tempera-
tura, en especial si el micrófono se va a usar a temperaturas diferentes de
las usuales en el interior de una habitación. El coeficiente de variación de la
respuesta con la temperatura puede ser distinto para frecuencias diferentes,
de forma que, cuando se quiera alcanzar una gran precisión, la curva carac-
terística de variación de la respuesta con la frecuencia debe obtenerse a la
temperatura de trabajo.
Ciertos tipos de micrófonos de cristal presentan una variación de la im-
pedancia al variar la temperatura, que puede afectar a la respuesta del con-
555
junto micrófono-amplificador. Este comportamiento se estudia más a fondo
en la sección Micrófonos de cristal.
La humedad produce, en ocasiones, efectos importantes en los micrófonos
de medida, que se describen en las secciones Micrófonos de condensador y
Micrófonos de cristal.
Las variaciones normales de la presión atmosférica no afectan de forma
significativa a la respuesta de un micrófono. Sin embargo, las variaciones
grandes, como las que se producen en el interior de los aviones militares,
pueden producir cambios importantes en dicha respuesta.
Clases de micrófonos
Básicamente los micrófonos * se pueden clasificar en tres grupos: 1) mi-
crófonos de presión, que responden a la presión sonora en el micrófono;
2) micrófonos de velocidad, o de gradiente de presión, cuya respuesta es
proporcional a la diferencia de presión entre dos puntos muy próximos; esta
diferencia, normalmente, es proporcional a la velocidad de las partículas, y
3) micrófonos que son combinación de las dos primeras clases, es decir, su
respuesta es función tanto de la presión sonora, como de la velocidad de las
partículas. Los dos últimos tipos son direccionales y se usan muy raramente
en la medida de ruidos; se describirán brevemente después de la descripción
de varios tipos de micrófonos de presión.
Micrófonos de condensador. Un micrófono de condensador2 es un con-
densador eléctrico formado por un fino diafragma, expuesto a las ondas
sonoras, y una placa posterior o electrodo perforado (véase la Fig. 16.4). El
diafragma puede ser de acero inoxidable, de aleación de aluminio, de vidrio
o cuarzo revestido de oro, o de níquel. La presión sonora mueve el diafragma
respecto a la placa posterior, lo que produce un cambio de la capacidad. Este
cambio produce una señal eléctrica proporcional a la presión sonora, cuando
se aplica una tensión de polarización al condensador a través de una resisten-
cia muy alta.
El micrófono de condensador se ha desarrollado hasta alcanzar un nivel
* La siguiente lista de compañías fabricantes de micrófonos utilizados en la me-
dición del sonido no es completa y los micrófonos no están necesariamente recomen-
dados por los autores (las compañías citadas en la sección de medidores de nivel sonoro
también proporcionan habitualmente micrófonos de diferentes tipos, calibrados para
medidas de sonidos): En los Estados Unidos, Altec Lansing Corp., BeverIy Hills, Calif.
(condensadores, dinámicos); AtIantic Research Corp., Alexandria, Va. (titanato de ba-
rio); Brush Electronics Co., Cleveland, Ohio (sal de Rochelle, titanato de bario, con-
densador); Chesapeake Instrument Corp., Shadyside, Md. (titanato de bario); Electro-
Voice, Inc., Buchanan, Mich. (dinámicos, sal de Rochelle); Gulton Manufacturing Corp.,
Metuchen, N. J. (titanato de bario); Kellogg Switchboard & Supply Co., Chicago Ill.
(condensador); Massa Laboratories, Inc., Hingham, Mass. (ADP); Radio Corporation
of America, Camden, N. J. (cinta); Shure Brothers, Inc., Chicago, lII. (sal de Rochelle,
titanato de bario); Tibbets Industries, Inc., Camden, Maine (sal de Rochelle); Western
Electric Company, New York, N. Y. (condensador). En Europa, Brüel & Kjaer, Naezum,
Dinamarca (condensador); Rhode & Schwarz, Munich, Alemania (condensadores); Ro-
nette Piezoelectric Industry, N. V., Amsterdam-W, Holanda; Siemans & Halske, Munich,
Alemania (condensador); Standard Telephone & Cables, Londres, Inglaterra (dinámicos);
Telefunken, Berlín, Alemania (condensador).
556
técnico muy alto. Algunos modelos de diseño especial pueden utilizarse como
patrones de laboratorio *.3 Naturalmente, es conveniente una calibración pe-
riódica de estos patrones para poder asegurar que no les haya ocurrido nada
anormal. Frecuentemente, se observa una ligera deriva de la respuesta con
REGILLA - - '
DIAFRAGMA
PLAC~
POSTERIOR
ANILLOOE
SlIoIECION
AISLAMIENTO
ANILLO DE
ESPACIAI,fIENTO
roRNILLODE
CIERRE
CAJA INTERNA
:Y5izgf, --~~~~~~'t§=J
FIG. 16.4. Vista seccionada de un mi- TUERCA DE
crófono de condensador Westem Elec- CIERRE
tric 644-AA. La rejilla de protección
es extraíble. (Por cortesía de Bell La-
boratories Record.) TERMINAL DE ALTA
557
do para la medida de altos niveles de presión sonora. No sólo tienen una dis-
torsión comparativamente baja a altos niveles de presión sonora, sino que la
curva característica de variación de la respuesta con la frecuencia es muy
uniforme. Su principal inconveniente es la baja sensibilidad.
Un micrófono de condensador es reversible, es decir, puede funcionar como
altavoz electrostático. Esta propiedad y la escasa variación de la respuesta
con la frecuencia hacen que un micrófono de condensador estable sea espe-
cialmente aconsejable para la calibración absoluta de la respuesta por el
método recíproco, que se describe más adelante. .
Un micrófono de condensador posee una impedancia muy alta, en espe-
cial para las frecuencias bajas. Por ejemplo, un valor normal de la capacidad
de un micrófono de condensador es de 50 pF, equivalentes a una reactancia
capacitiva de 160000000 de ohmios a 20 Hz. Normalmente se usan con un
amplificador de una sola etapa, conectado al micrófono mediante un cable tan
corto como sea posible, a fin de conservar una impedancia de entrada al
amplificador elevada. A este amplificador montado cerca del micrófono se
le denomina preamplificador. Este montaje permite situar la mayor parte del
equipo de medida a cierta distancia del micrófono, mediante un cable que lo
una al preamplificador, en lugar de conectar directamente el micrófono al
amplificador.
Debido a la alta impedancia del micrófono de condensador, el preamplifi-
cador debe ser de muy buena calidad para mantener en un valor aceptable
el nivel de ruido inherente. Hay otras características que dependen también
del funcionamiento del preamplificador; así, para obtener una buena res-
puesta, la impedancia de entrada del mismo debe ser muy alta para todas
las frecuencias.
La alta impedancia del micrófono de condensador también le hace espe-
cialmente sensible a la falta de aislamiento eléctrico, debido a la humedad.
Si la falta de aislamiento es ligera, el único síntoma podría ser un aumento
del ruido eléctrico, pero unas condiciones más adversas podrían impedir la
utilización del sistema. Sin embargo, estos problemas se pueden evitar man-
teniendo el micrófono a una temperatura superior a la ambiente, con lo que
se evita la condensación. Este incremento de la temperatura se obtiene de
forma natural cuando el preamplificador se alimenta mediante corriente
alterna, debido a la elevada potencia consumida por las válvulas cuando tra-
bajan con corriente alterna. Esta circunstancia no se da en el caso de pre-
amplificadores alimentados mediante baterías, por lo que resulta aconsejable
utilizar un método independiente de caldeo del micrófono.
Micrófonos de cristal (o piezoeléctricos). Los micrófonos de cristal4 usan
materiales piezoeléctricos, como, por ejemplo, la sal de RochelIe *, el fosfato
amónico primario ** y el titanato de bario polarizado previamente, en cuya
superficie aparecen cargas eléctricas al someterles a un esfuerzo mecánico.
En la figura 16.6 está representado el tipo de micrófono piezoeléctrico de más
amplio uso. Está constituido por un diafragma, conectado mecánicamente a
* Tartato sodo-potásico. (N. del T.)
** En inglés, «ammonium dihydrogen phosphatel (ADP). (N. del T.)
558
elementos cristalinos de sal de Rochelle. Cuando la presión sonora mueve
el diafragma, los cristales son sometidos a esfuerzos y se genera una tensión
por efecto piezoeléctrico.
Las características de un micrófono de cristal dependen, en gran medida,
de las propiedades de los materiales piezoeléctricos que se utilicen. El cristal
más usado es la sal de Rochel1e, debido a su intenso efecto piezoeléctrico,
ID
o
o
/
/"
V ---- - MICROFONO EN
VACIO
j
Z
I&J
§ -5
559
gradual del mismo. No obstante, los elementos de sal de Rochelle usados en
los modernos micrófonos de medida están encerrados herméticamente, lo que
les hace insensibles a las condiciones extremas de humedad. Sin embargo,
deberá evitarse una exposición prolongada a dichas condiciones.
La experiencia obtenida de la prueba de muchos micrófonos de sal de
Rochelle durante largos períodos de tiempo, ha demostrado que, generalmente,
su respuesta es estable, siempre que se les maneje con cuidado y, sobre todo,
se evite someterlos a temperaturas elevadas. Lo mismo que para cualquier
otro tipo de micrófono de medida, se debe comprobar periódicamente su
respuesta para tener garantía de que el micrófono no ha sufrido ningún daño.
Los micrófonos de cristal que emplean titanato de bario se han desarro-
llado más recientemente. Se puede obtener titanato de bario de diversas
características mediante la adición de diferentes sustancias. Esta versatilidad
es útil, pero impide disponer de un catálogo definitivo de nas características.
Aunque el titanato de bario posee un elevado efecto piezoeléctrico, un
micrófono que lo utilice posee, en general, una sensibilidad inferior en 10 o
20 db a la de otro micrófono de características acústicas y eléctricas seme-
jantes, hecho con sal de Rochelle. Un micrófono de titanato de bario no se
daña tan rápidamente como los de sal de Rochelle por exposición a tempera-
turas elevadas; generalmente su límite superior de temperatura puede ser de
unos 100 C. No obstante, algunas variedades tienen un elevado coeficiente
0
560
para evitar la generación de señales eléctricas como consecuencia de vibra-
ciones mecánicas del propio micrófono.
Puesto que la capacidad del micrófono de ADP es estable, se pueden
usar cables largos para conectarlo a un medidor de nivel sonoro, a condición
de corregir la sensibilidad para tener en cuenta el efecto de la capacidad del
cable. En el caso de que se midan sonidos intensos, el uso de cables largos
permite situar los instrumentos fuera del campo sonoro. Esta precaución es
importante para evitar problemas de microfonía en las válvulas del ampli-
ficador.
Micr6fonos dinámicos (o de bobina m6vil). Un micrófono dinámicos está
constituido por un fino diafragma de aluminio o plástico, al que se sujeta
una bobina que se introduce en una ranura anular de una estructura mag-
nética, como puede verse en la figura 16.8. Al moverse el diafragma, se induce
una tensión en la bobina.
Los micrófonos dinámicos han ido evolucionando hasta que se ha con-
seguido dotarles de suficiente solidez y estabilidad. La variación de la res-
DIAGRAMA YBOBINA
PANTALLA
IMAN
CAMARA CON
MATERIAL
ABSORBENTE
DE SQVIDO_~-.,.
561
36
La respuesta típica de un micrófono dinámico cae en la zona de frecuencias
bajas, como puede verse en la figura 5.2. De este tipo de micrófonos, sólo
los de gran tamaño están construidos para responder a frecuencias de has-
ta 25 Hz, con una caída moderada de la respuesta. También, en el caso de
niveles sonoros elevados, la máxima distorsión se registra, en este tipo de
micrófonos, en la zona de bajas frecuencias.
Micrófonos direccionales. Hay una gran variedad de micrófonos direc-
cionales.6 Ciertos micrófonos direccionales se basan en una estructura guía
o reflectora, como un reflector parabólico, que concentre las ondas sonoras
en un punto, donde se sitúa el micrófono. Para lograr una fuerte directividad
con dicha estructura, su tamaño debe ser varias veces superior a la longitud
de onda del sonido de más baja frecuencia que se desee analizar. Debido a
esto, el uso de reflectores parabólicos está limitado en la práctica a aquellos
casos en los que sólo son de interés los sonidos de frecuencias altas.
Análogamente, otro tipo de micrófonos direccionales se basa en la velo-
cidad de fase del sonido guiado por uno o varios tubos. Los tubos deben ser
largos comparados con la longitud de onda del sonido para obtener una
directividad apeciable. Este requisito es un modo de decir que la directividad
varía con la frecuencia del sonido.
En contraste con lo anterior, se puede construir un micrófono de cinta6
que posea un diagrama direccional en forma de 8 y que sea notablemente
independiente de la frecuencia, dentro del margen audible. Este tipo de mi-
crófonos no es altamente direccional, pero sí lo suficiente para servir de ayuda
en algunos problemas de medida de ruido. Un micrófono de cinta es muy
parecido al dinámico, ya que se basa en la acción de un campo magnético
sobre un conductor en forma de cinta. La cinta actúa como diafragma a la
vez que como conductor, incidiendo el campo sonoro en sus dos caras, lo
que hace que su diagrama direccional tenga forma de 8.
Se pueden obtener ciertas características direccionales usando redes de
retardo o bien combinando vados micrófonos. Esto se utiliza en algunas
aplicaciones especiales, como. en el caso de los micrófonos de proximidad
utilizados en ambientes ruidosos, pero no se ha desarrollado para su empleo
en técnicas de medida de ruido.
Estos micrófonos direccionales presentan muchas ventajas en la medida
del ruido producido por máquinas localizables en ambientes en los que el ruido
de fondo es importante. Una medida de la capacidad de supresión de ruido de
fondo con estos micrófonos es la relación entre la respuesta máxima y aque-
lla producida por sonidos de incidencia aleatoria. Para el diagrama en for-
ma de 8 de un micrófono de cinta, esta relación es de 3: 1, o de alrededor
de 5 db.
562
calibran mediante un métódo de sustitución,8 en el que se usa tomo patrón
un micrófono previamente calibrado. A continuación se describen estos dos
métodos con cierto detalle. Otros dispositivos usados para la calibración son,
por ejemplo, un fonopistón,9 una rejilla electrostática,t° un disco de Rayleighll
o un termófono12•
Calibración recíproca. La calibración recíproca se basa en el uso de, al
menos, dos micrófonos, uno de los cuales es reversible, es decir, que puede
funcionar como altavoz. La calibración se obtiene en función de las caracte-
rísticas del medio en el que se hace la medida.
El primer paso es obtener la respuesta relativa de los dos micrófonos a
y b. Este paso se lleva a cabo fácilmente situando, en primer lugar, un micró-
fono en el campo sonoro y midiendo su tensión de salida. A continuación,
se reemplaza por el segundo micrófono, del que se mide también la tensión
de salida. La respuesta relativa Ma/M b viene dada por la relación entre las
dos tensiones de salida. (M a Y M b son las respuestas de los dos micrófonos,
dadas por el cociente entre las tensiones a circuito abierto producidas por
los micrófonos y las presiones sonoras aplicadas a los diafragmas.)
A continuación, se hace funcionar al micrófono reversible como altavoz,
activado por una corriente eléctrica la. Si se mantiene el segundo micrófono
en el campo sonoro del anterior, se obtendrá en sus terminales de salida una
tensión eb' En estas condiciones, el producto de las sensibilidades de los dos
micrófonos será proporcional a eb/la, con un factor de proporcionalidad que
dependerá de las características del medio en el que se hace la medida. Una
vez conocidas las relaciones Ma/M b Y MaM b , se pueden hallar las respuestas
absolutas de los dos micrófonos.
Se deben tomar ciertas precauciones al hacer la calibración. Por ejemplo,
todas las medidas se deben hacer en las mismas condiciones; es decir, si la
primera medición se hace en espacio abierto con un cierto ángulo de inci-
dencia, se debe utilizar siempre este mismo ángulo, incluso cuando se utiliza
el micrófono como altavoz. Las tensiones obtenidas se deben corregir para
convertirlas en tensiones en circuito abierto. A no ser que fuera muy pequeña,
debería tenerse en cuenta la influencia de los micrófonos en el cambio so-
noro y entre sí.
Para simplificar alguna de estas precauciones, es costumbre hacer la cali-
bración recíproca en el interior de una pequeña cámara, llamada acoplador,
usando tres micrófonos idénticos. La cámara es suficientemente pequeña para
obtener una curva característica de respuesta a la presión a diversas frecuen-
cias. En este caso, el producto de las respuestas viene dado por:
MaM = 21TfV eb
b
-yPo la
en donde:
-y = calor específico relativo del gas del interior del acoplador;
Po=presión ambiente, en newton/m2 ;
f = frecuencia, en Hz;'
V = volumen del acoplador, en m3•
563
Es posible hacer medidas a diferentes frecuencias para obtener la curva
de variación de la respuesta con la frecuencia. En la figura 16.9 se muestra,
mediante un diagrama de bloques, la disposición del equipo con la que se pue-
den efectuar estas medidas.
Método de sustitución. La calibración de los micrófonos patrón puede
hacerse de una forma fiable en diversos laboratorios, provistos del material
preciso, como el National Bureau oí Standards en Washington, D. C., o, en
Inglaterra, el National Physical Laboratory, de Teddington. La medida de la
respuesta relativa del micrófono patrón y del que se quiere calibrar da un
coeficiente que, aplicado a la respuesta del patrón, proporciona la del segundo.
CXl
o
1 lli -l CURVA f
11L~~
Z
1&1 :;;::::í - -
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CURVA 2
S2 111-- \ I
¡j o
Ir 8 rT"T"TTT"r-----r--r-r-n-rrr.------.-.--rT"""'rTTT1
~
(/)
6
~ 4 ~_l_I:J,~-=l=*:t=I=~=F-....d-
eL
U)
1&1
Ir
100 fOOO 10,000
FRECUENCIA EN HERTZIOS
ACOPLAMIENTOMECANICO PARA
EL CONTROL DE FRECUENCIAS
ACOP~¡MjjÑio------ -;U~~; Z2-;3--: FIG. 16.9. Diagrama y curvas típi-
~ cas de respuesta de una configura-
OSCILADO ción para efectuar la calibración re-
cíproca de tres micrófonos en función
de la frecuencia. Se toman cuatro
curvas diferentes de variación de la
respuesta con la frecuencia de acuer-
do con la disposición mostrada en el
cuadro.
564
medida del micrófono. Para ello se utiliza un método de sustitución, conocido
como técnica de (cinserción de tensiónD. 13 Esta técnica se utiliza también para
obtener la respuesta eléctrica de un sistema conectado a un micrófono, em-
pleando éste como impedancia. En la figura 16.10 se puede ver un montaje
típico.
El método consiste en la adición de una caída de tensión conocida, en
serie con la del micrófono. Ordinariamente, esta caída de tensión es pequeña
y se obtiene mediante una resistencia de precisión, relativamente pequeña en
comparación con las restantes impedancias del circuito. En el circuito de la
figura, la resistencia es de 10 ohms.
La tensión se obtiene mediante un sistema compuesto de oscilador, vol-
tímetro y atenuador calibrado. El procedimiento es el siguiente; Con el
DISPOSITIVO
INOICAOOR
565
FIG. 16.11. Diagrama de bloques simplificado de un medidor de
nivel sonoro, que muestra los elementos principales. La disposici6n
es s610 orientativa, puesto que es costumbre distribuir el atenuador
en, al menos, dos secciones situadas en diferentes puntos del ins-
trumento y, también, las redes de ponderaci6n se pueden situar
directamente después del micr6fono.
Amplificador
Atenuadores
566
ción del nivel de la señal. Para simplificar el cálculo del nivel, el atenuador
suele ser ajustable en intervalos de 10 db, aunque, a fin de reducir la varia-
ción de nivel abarcada por la aguja del medidor, se han construido instru-
mentos con intervalos menores de 10 db.
Redes de ponderación
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567
Puesto que las respuestas de las redes corresponden a curvas de intensi-
dad de sensación para tonos puros, no dan el nivel de intensidad de sensación
de tonos complejos. Por consiguiente, en Estados Unidos, los niveles ponde-
rados se expresan en decibelios, no en fonios, que es la unidad de nivel de
sensación sonora.
Sistemas de medida
568
cando los circuitos eléctricos). En las normas ASA, la velocidad de respuesta
se especifica por las siguientes condiciones:
La desviación del dispositivo indicador, para una señal de entrada al medidor de
nivel sonoro que sea constante, senoidal y de 1000 Hz, será igual a la máxima des-
viación del dispositivo indicador, para una señal de entrada al medidor consistente
en un pulso de 1000 Hz, de la misma magnitud que la señal constante y de una dura-
ción comprendida entre 0,2 y 0,25 seg.
La desviación del dispositivo indicador, para una señal de entrada al medidor de
nivel sonoro que sea constante, senoidal y de 1000 Hz, no deberá ser superada en
más de 1 db por la desviación máxima del dispositivo indicador, que se obtenga al
aplicar, repentinamente, dicha señal.
Conexión de salida
La mayoría de los medidores de nivel sonoro están dotados de una co-
nexión de salida, que proporciona una señal eléctrica, correspondiente a la
señal de salida del micrófono amplificada. Esta salida se utiliza para llevar
la señal a otros instrumentos, como registradores gráficos, oscilógrafos, o ana-
lizadores de espectro. Está universalmente reconocido que, para que esta señal
sea utilizable, deberá ser una reproducción exacta de la señal de salida del
micrófono, con un mínimo de distorsión no lineal y de ruido inherente. Sin
embargo, algunos medidores de nivel sonoro antiguos proporcionaban una
onda eléctrica de salida que estaba fuertemente distorsionada por el sistema
rectificador del circuito de medida. Actualmente, si la salida se toma del
circuito de medida, se desconectan los rectificadores, o bien, la salida y el
circuito de medida se aíslan suficientemente como para que su influencia
mutua sea muy pequeña.
Normalmente, el nivel de la salida es de 1 V, cuando la lectura del medidor
es la correspondiente al máximo valor de la escala. Esta señal de salida es
la adecuada para hacer funcionar a la mayor parte de los analizadores y de
los registradores gráficos de nivel. La máxima señal de salida anterior a la
aparición de una distorsión no lineal significativa es de, aproximadamente,
10 db por encima de este nivel. Se dispone de esta capacidad de sobrecarga
para tener en cuenta la posible existencia de señales con un gran valor de
569
pico, aunque tengan valores eficaces moderados, pero también se puede usar,
en ocasiones, para incrementar la señal de salida. La capacidlad de sobrecarga
se ve fuertemente afectada por las condiciones en que se encuentren las
baterías y las válvulas o transistores.
Cuando se va analizar la señal, tiene mucha importancia el nivel de ruido
inherente en la salida. En la mayor parte del campo de medidas de los
medidores de nivel sonoro, el nivel de ruido inherente está, casi siempre,
alrededor de 30 db por debajo del nivel de salida correspondiente al final
de la escala. Esta diferencia de niveles es adecuada en la mayoría de las oca-
siones, pero;· para algunos tipos de ruido, conviene aumentarla, pudiendo
obtenerse información sobre este tema del propio fabricante de cada ins-
trumento. La relación señal-ruido se puede comprobar bastante bien mediante
el mismo análisis de la señal. Brevemente explicado, el procedimiento es como
sigue: El micrófono se desconecta, reemplazándolo por una impedancia equi-
valente (a veces no es necesario reemplazarlo, pero es fundamental blindar
el conector del micrófono). Hecho esto, se analiza la salida para hallar el
nivel de ruido eléctrico inherente. El ruido depende del atenuador que se
coloque; de modo que la comprobación se debería hacer usando el mismo
atenuador que se vaya a utilizar en la medida del ruido.
Un buen conocimiento de estos dos límites, sobrecarga y nivel de ruido
inherente, permitirá colocar el atenuador preciso para controlar el amplifi-
cador de manera que se obtenga el mayor campo de medidas útil para el
análisis o la grabación del ruido.
570
límite superior se puede ampliar, generalmente, mediante el uso de micr6fonos
especiales. Lo normal es que el límite inferior venga impuesto por el ruido
inherente del sistema y s610 sea posible ampliarlo para bandas de frecuencia
limitadas.
OSCILOGRAFOS
571
la forma de la onda. Por ejemplo, es imposible deducir de la indicaci6n del
instrumento si la onda sonora es sinusoidal, aplanada, con muchos picos, o si
su amplitud se distribuye aleatoriamente (ruido aleatorio). Más aún, hay
impactos sonoros de tan corta duraci6n, que el dispositivo indicador no
puede responder con suficiente rapidez para ofrecer una buena medida de la
magnitud del impacto.
Cuando se desea un mayor conocimiento sobre la forma de la onda, se
puede usar un oscil6grafo u osciloscopio de rayos cat6dicos.l' El dispositivo
indicador de este instrumento en un tubo de rayos cat6dicos, similar a un
tubo de televisi6n. El haz de electrones se desvía dentro del tubo mediante
una señal de barrido, de manera que la traza sobre la pantalla se mueva a
una velocidad uniforme en la direcci6n horizontal (eje x). Esto origina una
línea recta o eje horizontal. Cuando la traza alcanza el final de la pantalla,
la señal de barrido la hace regresar rápidamente a la posici6n de comienzo,
repitiéndose el dibujo. Cuando se quiere observar una señal, se conecta de
forma que produzca una desviaci6n de la traza en la direcci6n vertical (eje y).
El movimiento combinado produce una indicaci6n de la amplitud instantánea
de la onda en funci6n del tiempo. Esta indicaci6n se puede fotografiar para
obtener una grabaci6n permanente.
Hay multitud de variedades de oscil6grafos de rayos catódicos. Para me-
diciones acústicas, es conveniente elegir uno cuya respuesta no varíe con la
frecuencia aplicable. Esto debe tenerse en cuenta, sobre todo para las fre-
cuencias bajas, ya que la respuesta a las frecuencias altas en casi todos los
oscil6grafos se extiende muy por encima del límite superior de las frecuencias
audibles. La capa fluorescente de la pantalla deberá ser del tipo de larga
persistencia, ya que, frecuentemente, conviene utilizar una velocidad de ba-
rrido horizontal baja (por ejemplo, un barrido cada 2 seg).
Es conveniente disponer de un oscil6grafo relativamente pequeño para
mediciones sobre el terreno, aunque cuando se van a fotografiar los resulta-
dos se suelen emplear osciloscopios con pantallas de 5 pulg.
En estudios de vibraciones (véase Cap. 15) se utilizan otros tipos de osci-
16grafos18 con características distintas de las arriba mencionadas. En la sec-
ción sobre registradores de este mismo capítulo, se describe brevemente
alguno, cuya curva de variaci6n de la respuesta con la frecuencia no es
suficientemente buena para usarlo como oscilógrafo en problemas de ruido
acústico. Aquí el término «oscil6grafo» se aplica a un instrumento empleado
para indicar el valor instantáneo de una onda senoidal en función del tiempo
o de alguna otra variable. El término «registrador» se aplica a un instrumento
que se utiliza para hacer una grabación permanente de alguna característica
de una onda, como, por ejemplo, el valor eficaz, en funci6n del tiempo o de
alguna otra variable. Estas distinciones no son siempre patentes, por lo que
la clasificación de un instrumento es, en ocasiones, arbitraria.
572
SISTEMAS DE MEDICION
Introducción
La información que nos proporciona un oscilógrafo sobre una onda no
sirve para clasificar un ruido, ya que no es fácil codificar una imagen en nú-
meros. Es posible calibrar el sistema de desviación para que pueda determi-
narse el valor de pico, pero este valor se obtiene más fácilmente por medio
de un medidor de picos, como se verá en breve. También se puede obtener
alguna información sobre la distribución del ruido en el tiempo, lo que tam-
bién se estudiará más adelante.
Aunque el valor de pico sea una medida útil del ruido, no es lo que se
desea obtener en la mayoría de las ocasiones; lo que origina, naturalmente,
la pregunta de cuál será la magnitud más significativa. La respuesta obvia es
VALOR MEDIO
DE LA ONDA VALOR DE PI CO
FORMA DE ONDA
RECTIFICADA, DE MEDIA OND A, DB
De
--- -----
í\ I
-0.91
~
+3.0
ONDA SINUSOIDAL
----
RUIDO ALEATORIO -1.9Ü INFINITO
----- _._._-
O O
ONDA CUADRADA
-- -
, - - - ..
1
1: 5 -2.0 ±G
T-
I--~;-o --_._---
-4.4
------
±9.5
i 1:20 -7.2 ±12.8
ONDA RECTANGULAR I
573
que no hay una magnitud más significativa que las demás y, aun cuando la
pregunta se haga más concreta, indicando, por ejemplo, que se desea una
medida objetiva de la intensidad de sensación, no se puede dar una respuesta
definitiva.19 Está generalmente aceptado que la amplitud o nivel de un ruido
es muy importante, pero no se ha alcanzado un acuerdo general sobre la
medida concreta de la amplitud que debe emplearse.
La principal razón para la falta de un acuerdo estriba en la gran variedad
de puntos de vista desde los que se pueden contemplar los efectos del ruido
en el mecanismo de la audición, con lo que el problema, actualmente, sólo
se conoce de forma parcial. Un factor que contribuye a ello es que, aunque
desde muchos puntos de vista el valor eficaz sería una buena medida de
compromiso, la medición basada en el valor medio de la onda rectificada o
en el valor de pico tiene muchas aplicaciones importantes. Más aún, hay
indicios de que un valor, comprendido entre el eficaz y el de pico, es la mejor
medida objetiva de algunos efectos psicoacústicos.
Afortunadamente, para algunos tipos de ondas las diferencias entre los
diversos valores característicos no son grandes (véase el Cap. 2). ASÍ, los
valores eficaz y medio de la onda rectificada de una onda senoidal son
sólo 3 db y 3,9 db inferiores al valor de pico. Se puede decir, de forma general
para cualquier tipo de onda, que el mayor valor de pico de cada semionda
es siempre mayor y el valor medio de la onda rectificada es siempre menor
que el valor eficaz. En la tabla 16.1 se ofrecen, en función del valor eficaz,
los valores de pico y medio de la onda rectificada de algunas formas de onda
representativas. El término «onda cuadrada» se usa para hacer referencia
a una onda, que tenga un valor positivo y constante durante medio ciclo y,
a continuación, cambie bruscamente a un valor negativo igual al anterior y
lo mantenga durante el otro medio. pe forma similar, una «onda rectangular»
tiene para cada ciclo un valor positivo constante durante un corto tiempo y,
a continuación, un valor negativo constante durante un tiempo mayor, de
manera que el producto del valor positivo por su duración tenga el mismo
valor absoluto que el producto del valor negativo por su duración respectiva.
Este requisito equivale a afirmar que la onda carece de componente continua.
El cociente que se da para cada onda es la duración de la parte positiva de la
onda en relación con la duración total del ciclo.
Para reducir las diferencias a valores aún inferiores en el caso de formas
de onda comunes, se suele calibrar un medidor para que indique el valor efi-
caz de una onda senoidal, aunque no sea un medidor de valor eficaz. En la
tabla 16.2 se muestra la indicación del medidor cuando se usa esta calibra-
ción para diferentes formas de onda. Se supone que los sistemas de medida
sean de valor eficaz, de valor de pico, o de valor medio de la onda rectifi-
cada, son siempre de precisión, excepto en el caso del med.idor de pico de
ruido aleatorio. Un ruido verdaderamente aleatorio tiene una probabilidad
finita de exceder a cualquier valor, por lo que se precisaría un medidor que
pudiera indicar un valor infinito. En la práctica, por numerosas razones, los
medidores de pico indican un valor que es, ordinariamente, de 1 a 9 db
superior al eficaz, como puede verse en dicha tabla.
574
Tabla 16.2. Indicaciones relativas (en decibelios) de diferen-
tes tipos de medidores para varias formas de onda (todos los
medidores están calibrados para indicar el valor eficaz de
la onda senoidal)
Tipo de medidor
Onda sinusoidal O O O
Onda rectangular
+ 3
I:i.T: T=1:5 O -1,1 - 9
+ 6,5
I:i.T: T=l: 10 O -3,5 -12,5
+ 9,8
I:i.T: T=l :20 O -6,3 -15,8
575
así obtenida, se utiliza para hacer funcionar un instrumento indicador (me-
didor), sensible a dicha corriente. Las dos razones básicas para la adopción
general de este proceso son: que existen métodos muy sencillos de rectifica-
ción de una onda alterna, y que el instrumento de bobina móvil e imán per-
manente (D'Arsonval) para corriente continua se puede hacer preciso, estable,
sólido, sensible, de ligero peso, pequeño, barato y de actuación relativamente
rápida. Ningún instrumento que funcione directamente mediante corriente
alterna posee juntas tantas cualidades.
Como indica su nombre, un instrumento de bobina móvil e imán perma-
nente 20 está compuesto (véase la Fig. 16.13) por una bobina móvil, a la que se
576
puente de resistencias de corriente continua (puente de Wheatstone, por ejem-
plo). La corriente continua no compensada, causada por la variación del valor
de la resistencia cuando ésta se caliente al ser atravesada por una corriente
alterna, es proporcional a esta última, por lo que puede usarse para medirla.
Mediante este sistema también se mide el valor eficaz *, evitándose con más
facilidad algunos de los inconvenientes del termopar. Sin embargo, cuando se
quiere obtener un dispositivo fiable y preciso, el sistema se suele hacer tan
voluminoso y complejo que se utiliza muy raramente en mediciones acústicas.
Rectificadores. Una corriente alterna se convierte en continua muy fá-
cilmente por medio de rectificadores,23 que pueden ser de válvulas o semi-
conductores. Su efecto rectificador se basa en la diferente resistencia que
presentan al paso de la corriente según sea el sentido de ésta. Hay muchos
circuitos rectificadores, siendo los más usuales los puentes rectificadores de
onda completa y los circuitos de pico. Las características de estos rectificado-
res dependen del circuito y de los niveles de funcionamiento, que se estudian
en las siguientes secciones.
RECTIFICADORES DE VALOR EFICAZ DE BAJO NIVEL. Cuando un circuito rec-
tificador funciona a un nivel de tensión muy bajo, su eficiencia es muy pe-
queña. En otras palabras, la salida de continua, comparada con la entrada
de alterna, es inferior que cuando funciona a niveles más altos. Este efecto
es consecuencia de que, a niveles muy bajos, la resistencia del diodo es casi
igual para los dos sentidos de circulación de corriente. La rectificación, en-
tonces, proviene de un efecto secundario, que consiste en que la salida de
continua se hace proporcional al cuadrado de la tensión de entrada, por lo
que el rectificador actúa como un dispositivo de medida del valor eficaz. 24 El
máximo nivel para el que persiste esta ley de variación cuadrática es de sólo
unas décimas de voltio para cada rectificador. Es posible ampliar este campo
mediante una selección cuidadosa de los rectificadores, o mediante el uso de
dispositivos electrónicos complicados. El límite inferior viene impuesto, ge-
neralmente, por el ruido, la deriva y la variación de la conductividad con la
temperatura. Así que el campo que se puede cubrir, efectuando la medición
en base al valor eficaz, es muy limitado.
RECTIFICADORES DE VALOR MEDIO. Si la tensión que se aplica en los ex-
tremos del rectificador es s,uficientemente alta, la intensidad que fluye en un
sentido es muchas veces superior a la que lo hace en el contrario. Por ejem-
plo, en un rectificador de germanio, del tipo 1N34A, la corriente es de 8 mA
cuando se aplica 1 V en un sentido y de sólo 4 ¡LA cuando se aplica en senti-
do contrario. (Los sentidos de aplicación se llaman directo e inverso, res-
pectivamente.) Esta elevada razón de conductividad, superior a 1000: 1 no es
infrecuente. Para algunos tipos de rectificadores, como los diodos de silicio,
o los de válvulas, el cociente es, incluso, mayor. Así, pues, en muchos cir-
cuitos, a estas tensiones los diodos se pueden considerar como conmutadores,
* Excepto para ondas de frecuencias tan bajas que la resistencia del bolómetro cam-
bie apreciablemente de valor cuando la onda pase por el valor cero.
577
37
que' se "Cierran cuando sé les aplica una tensión en sentido' directo y se abren
cuando se les aplica en sentido inverso25•
Cuando se conecta un rectificador, bajo las condiciones antes dichas, a
una resistencia y a un medidor de corriente continua, el resultado es un
instrumento indicador del valor medio de media onda. Se llama de «media
onda»' porque sólo se mide la parte de la onda cuya polaridad es la corres-
pondiente al sentido direCto del rectificador. El resto es bloqueado, debido
a la alta impedáncia del rectificador en sentido inverso. Si la resistencia en
serie es suficientemente elevada, en comparación con la resistencia del recti-
ficador en sentido directo, la corriente que atraviese el medidor será direc-
tamente proporcional a la tensión de la onda aplicada en sentido directo. El
valor medio de la intensidad que indique el instrumento será, por tanto, una
medida del valor medio de la onda aplicada rectificada. 26
Si se desea obtener el valor medio de la onda rectificada, tomando como
base ambas mitadas de la onda, puede utilizarse un puente rectificador de
onda completa, como el que se muestra en la figura 16.14.
. RECTIFICADOR R
MEDIDOR
578
obtenida sea muy pr6xima al valor de pico, con un error inferior, por ejem-
plo, a 1 db. Sin embargo~ esta característica no es aplicable al ruido aleatorio,
como ya se explic6 previamente.
Los rectificadores de pico se usan mucho en mediciones eléctricas, ya que
es fácil conseguir que sus características sean prácticamente independientes
de la frecuencia de la onda de tensi6n aplicada para un campo de frecuencias
extraordinariamente amplio. Con todo, esta característica no es tan impor-
tante en el caso del limitado campo de frecuencias de interés en las medidas
de ruido acústico. Otras características importantes son la uniformidad y la
estabilidad, ya que poseen una considerable independencia respecto a los cam-
bios de la temperatura ambiente.
REGISTRADORES
579
SOS/NA
POTENCIOMETRO
LOGARITM/CO
~ MOTOR
~
~~
~~
~-
~"""-'--+-----------' ABe
~~
~8
580
que la división de tensión esté relacionada logarítmicamente con la posición,
la escala en el papel de registro se puede dividir de forma uniforme para que
señale el nivel en decibelios.
El papel registrador se mueve con velocidad uniforme en dirección per-
pendicular al movimiento de la plumilla. La combinación del movimiento
uniforme del papel en una dirección y la traza del nivel de tensión en la direc-
ción perpendicular produce una grabación del nivel de tensión en función
del tiempo en coordenadas rectangulares. Las escalas de las coordenadas vie-
nen determinadas por la velocidad del papel y el campo abarcado por el
potenciómetro. La velocidad del papel se puede seleccionar mediante un tren
de engranajes, situado entre el motor y el tambor de arrastre del papel. Se
dispone de varios potenciómetros intercambiables, así que puede elegirse un
°
campo de variación de los niveles de tensión de 10, 25, 50 75 db, por ejem-
plo. El servomecanismo hace posible, incluso, una grabación en la que la
curva de variación de la respuesta con la frecuencia cambie con el nivel. Por
ejemplo, se han fabricado potenciómetros en los que la variación de la res-
puesta se produce de acuerdo con los niveles de las curvas isosónicas.
Cuando el registrador gráfico de niveles se conecta a la salida de un me-
didor de nivel sonoro, ajustando adecuadamente su sensibilidad, graba el nivel
de presión sonora en funció~ nel tiempo. También se puede usar para grabar
otras variables. Por ejemplo, si se conecta a la salida de un analizador de
espectro y el analizador se va ajustando a las diferentes frecuencias de su
campo en función del tiempo, la grabación será un análisis de la señal de
entrada al analizador.
En una versión de este tipo de registrador gráfico de nivel, el control de
la velocidad y las características dinámicas de la aguja indicadora se obtienen
utilizando una pequeña bobina auxiliar, montada al lado de la de tracción.
La tensión que se induce en esta bobina al moverse se realimenta al bucle del
servo para efectuar dicho control.
Los elementos móviles se hacen muy ligeros y se usa un fuerte campo
magnético y una bobina tractora con alta ganancia, lo que posibilita una alta
velocidad de grabación. Por ejemplo, en una versión, se puede recorrer toda
la escala del potenciómetro en menos de 1/20 seg. Cuando se usa un potenció-
metro de amplio margen, el registrador es suficientemente rápido para grabar
la variación de nivel de muchos sonidos transitorios.
Se han desarrollado otros tipos de registradores gráficos de nivel. Uno de
los primeros, cuyos fundamentos se muestran en la figura 16.17, utiliza un
embrague especial electromagnético para controlar la conversión del movi-
miento de rotación del motor de arrastre en movimiento lineal del deslizador
sobre el potenciómetro.3I Estos embragues forman parte de un servomecanis-
mo en el que están incluidos el potenciómetro, un amplificador y los rectifi-
cadores.
Con el fin exclusivo de simplificar alguno de los circuitos, varios registra-
dores gráficos de nivel usan rectificadores de valor de pico. Cuando se hace
esto, conviene saber en cuánto excede dicho valor al eficaz para un ruido
aleatorio, comparándolo con una onda senoidal. Así será más fácil interpretar
581
DISCOS DE HIERRO,
AMPLIFICADOR
AMPLIFICADOR "RECTIFI-
CADORES C.C.
C.A BALANCEADO
ENTRADA e.ALTERNA
las medidas registradas y compararlas con las obtenidas mediante otros ins-
trumentos.
582
plumilla trazadora. En su lugar, la grabación se obtiene mediante un disposi-
tivo que, periódicamente, hace que la punta indicadora presione sobre el pa-
pel de grabación a través de un papel carbón o una cinta entintada (véase
la Fig. 16.19). Se obtendrá un registro formado por una serie de puntos, que
representan muestras periódicas de la desviación del indicador. Aunque la
frecuencia de muestreo no sea muy rápida (dos muestras por segundo como
máximo), normalmente es adecuada cuando las grabaciones se efectúan en
períodos largos de tiempo. Este tipo de registrador presenta las ventajas de
su elevada sensibilidad, bajo coste relativo y, en comparación con otros, poco
o o
PAPEL DE o o
FIG. 16.19. Dibujo simplificado de un GRA8ACION o
registrador sin tinta. La muestra de
registro de la parte inferior derecha
1{" o
o
o
o
o
es un ejemplQ del modo de registro REGISTRO- ~ '\::.., o
o
discontinuo.
MAGNETOFONOS
Descripción
583
cinta de plástico. Como puede verse en la figura 16.20, consta de las siguien-
tes unidades básicas: un mecanismo de arrastre de la cinta, una cabeza de
grabación magnética, una cabeza de reproducción, otra de borrado, un osci-
lador de polarización, amplificadores y redes ecualizadoras. Los carretes se
usan para facilitar el almacenamiento y manejo de la cinta, que puede tener
una longitud de cientos e, incluso, miles de metros, aunque, normalmente,
la anchura es sólo de 1/4 de pulg (6,35 mm) y el espesor del orden de 0,025 mm.
CARRErEOE CARRErE
ALIMEN7ACION DEREC06lDA
CINrA MASNE,-,-r.-='I(:-=A_~a.~
_ _ _ _-.:..:.R;:::ODILLO
SiJlA OELA CIN
...:...;r.;..:;;:4'--_ _~
_ _ _...JRa..!ODlLLO MOTOR
CAMINO SESiJRO· ¡}OR ~~CONJiJNrO CABEZA DE REPRODiJCCION
LA CINrA DE CABEZAS
CABEZA DE BORRADO CABEZA oc 6RABACION
SISTEMA DE MOVIMIENTO DE LA CINTA
584
de este sistema de grabación, ya que se emplean en la grabación materiales
magnéticos no lineales. La utilidad de esta técnica es tal que, en un magne-
tófono de gran calidad, adecuadamente ajustado, el campo de funcionamiento
lineal puede sobrepasar los 50 db.
La cinta, antes de grabarse, pasa por la cabeza de borrado, que está exci-
tada por una corriente de alta frecuencia, procedente del oscilador de polari-
zación. Esta operación desmagnetiza las partículas magnéticas de la cinta,
de forma que queda borrada cualquier señal que hubiera sido grabada
anteriormente. Cuando se va a reproducir la señal grabada, se desconecta
el oscilador de polarización para que no se produzca un borrado de la cinta
cuando ésta pasa por delante de las cabezas.
Cuando la cinta pasa por delante del entrehierro de la cabeza reproduc-
tora, se induce una tensión en el arrollamiento de dicha cabeza debido a que
las partículas de la cinta están magnetizadas. Esta tensión inducida se am-
plifica, modificándose la ganancia relativa, que es función de la frecuencia,
mediante redes eléctricas para conseguir una curva de variación de la respuesta
global con la frecuencia que sea lo suficientemente uniforme en el campo de
las frecuencias audibles. Esta respuesta global es el cociente entre la tensión
de entrada al amplificador de grabación y la tensión de salida del amplificador
de reproducción.
Características
Aunque los magnetófonos de gran calidad son aptos para muchas aplica-
ciones de control de ruido, sus características no son las ideales. Aquí se
considerarán algunas de estas limitaciones bajo los siguientes encabezamien-
tos: variación de la respuesta con la frecuencia, fluctuación, ruido y zumbido
inherentes, distorsión y efecto de calco.
Variaci6n de la respuesta con la frecuencia. La uniformidad de la res-
puesta al variar la frecuencia depende de la velocidad de la cinta, anchura
del entrehierro magnético, alineación del entrehierro, naturaleza del contacto
entre la cabeza y la cinta, tipo de cinta, redes de ecualización y respuesta del
amplificador. Los magnetófonos con velocidad de la cinta de 15 pulg/seg se
ajustan normalmente para que la fluctuación de la respuesta, desde los 50 a
los 15 000 Hz, sea inferior a los 3 db; también logran esta respuesta algunos
con velocidad de 7,5 pulg/seg. Se suele preferir que la velocidad de la cinta
sea elevada, ya que de esta forma es más fácil mantener una buena respuesta
a las altas frecuencias.
Fluctuaci6n de la frecuencia. La cinta no se desliza delante de las cabezas
magnéticas a una velocidad suficientemente uniforme, lo que produce una
modificación en la señal reproducida. Si se graba un tono puro, estas fluctua-
ciones producen una variación en la frecuencia de salida, a la que se suele
hacer referencia con la palabra inglesa «flutterD. A menos que estas fluctua-
ciones sean muy pequeñas, se hacen audibles al reproducir ciertos tipos de
sonidos. Asimismo, pueden hacer difícil, e incluso imposible, el uso de anali-
585
zadores de banda estrecha para buscar las componentes discretas del sonido
registrado, como se verá más adelante en este mismo capítulo. Por consi-
guiente, para una aplicación de tipo general de grabación de ruidos, sólo
deberían usarse magnetófonos de la mejor calidad. De esta manera, sería po-
sible obtener valores de fluctuación inferiores al 0,25 por 100 y mantenerlos
durante períodos de tiempo largos; siendo este valor generalmente satis-
factorio.
Cuando los magnetófonos se utilizan fuera del laboratorio, es necesario,
en ocasiones, el uso de una batería y un convertidor para proporcionarles
energía. Este sistema sirve, además, para reducir al mínimo las fluctuaciones
en la velocidad de la cinta.
Ruido y zumbido inherente. El ruido inherente o propio de un magne-
tófono depende de muchos factores, como el diseño y ajuste de un amplifi-
cador, la distorsión del oscilador de polarización, la existencia de campos
magnéticos externos y el tipo de cinta que se use. También puede contribuir
como ruido inherente una señal espúrea procedente de la alimentación, que
produce un «zumbido» característico, a menos que el diseño del magnetófono
se haga cuidadosamente, en particular, en cuanto a la protección magnética
de la cabeza reproductora. Parte del ruido de un magnetófono puede aparecer
sólo cuando está presente una señal. En general, para la mayor parte de las
aplicaciones de grabación de ruidos, es perfectamente tolerable el nivel de
ruido de un magnetófono de calidad.
Distorsión. El máximo nivel para el que el funcionamiento del magne-
tófono es esencialmente lineal viene impuesto por diversos factores, como el
tipo de cinta que se emplee, la señal del oscilador de polarización, el fun-
cionamiento del amplificador, las redes de ecualización y la distribución, en
función de la frecuencia, de la energía de la señal que vaya a grabarse. Mien-
tras que este nivel de distorsión fija un límite superior al campo de los niveles
de señal que pueden tratarse satisfactoriamente, el nivel de ruido inherente
marca el límite inferior. Este campo se suele llamar dinámico, siendo en los
magnetófonos de calidad de 50 db como mínimo, lo que por otra parte es
adecuado para la mayoría de las finalidades de la grabación de ruidos.
El límite de distorsión puede variar apreciablemente con la frecuencia, a
causa de los sistemas de ecualización. Cuando un magnetófono está ecualizado
para dar una buena respuesta a 15 KHz, si la velocidad de la cinta es' d~
19 cm/seg, el campo dinámico para las frecuencias más altas puede ser apre-'
ciablemente menor que el de un magnetófono con una velocidad de la cinta
de 38 cm/seg.
Efecto de calco"'. Las vueltas adyacentes de un carrete de cinta mag-
nética pueden afectarse mutuamente a causa de la magnetización de sus
partículas. En consecuencia, se puede transferir parte de la información, dan-
do lugar a la aparición de «ecos». Obviamente, éstos pueden ir adelantados
o retrasados, y el proceso por el que se producen se suele llamar efecto de
586
calco. Generalmente, el nivel de estos ecos se puede mantener inferior al del
ruido inherente, siempre que el nivel de grabación se mantenga por debajo
del punto de distorsión, que se evite la exposición de la cinta magnética a
campos magnéticos y que no se la someta a temperaturas altas. Estas pre-
cauciones son particularmente importantes si se usan cintas finas.
Grabación estereofónica
Algunos magnetófonos pueden grabar simultáneamente dos señales dife-
rentes en la misma cinta. Es posible simular las condiciones de escucha
normal de una persona con dos oídos, grabando por separado las señales de
salida de dos micrófonos separados de 15 a 20 cm. Estas señales se pueden
reproducir separadamente en un casco con dos auriculares, consiguiendo
un efecto de realismo superior al que se puede lograr mediante una sola
señal. Este tipo de grabación puede ser útil si se van a realizar pruebas sub-
jetivas sobre el ruido.
Bucles de cinta
ANALIZADORES DE ESPECTRO
587
sos nombres según el tipo de filtro que utilice. ASÍ, si un analizador posee
un juego de filtros de paso de bandas de una octava, se le llama analizador
de bandas de una octava.
El filtro se diseña para reducir el nivel de los componentes del ruido que
tengan frecuencias situadas fuera de las del paso de banda deseado, respecto
al nivel de los componentes con frecuencias dentro de dicho paso de banda.
Esta acción selectiva del filtro se basa en las variaciones de la impedancia
o de las respuestas eléctricas al variar la frecuencia, conseguidas por medio
de combinaciones de inductancias (bobinas), condensadores y resistencias, que
son los componentes usados en el filtro. Se pueden construir filtros altamente
selectivos mediante una combinación adecuada de un número suficiente de
estos componentes. Los diversos pasos de banda de un único analizador se
consiguen por medio de diferentes combinaciones de los valores de los com-
ponentes, obtenidas al actuar un conmutador o al ajustar uno o más elemen-
tos variables del filtro.
También se pueden construir filtros selectivos usando solamente dos clases
de componentes eléctricos; por ejemplo, resistencias y condensadores; en este
caso, es frecuente el uso de amplificadores electrónicos formando parte del
filtro, de manera que la respuesta del mismo depende de la ganancia del
amplificador. Este tipo de filtros se denominan activos, en contraposición
de los formados por resistencias, bobinas y condensadores, que se denominan
pasivos. Aunque los analizadores contienen, normalmente, amplificadores, el
sistema de filtro del analizador no es activo, a menos que el amplificador forme
parte del filtro, como se ha establecido previamente.
Otro tipo de filtro activo empleado en el análisis de sonidos lleva incor-
porado un circuito detector de cero en el bucle de realimentación negativa
de un amplificador,35 como puede verse esquemáticamente en la figura 16.21.
SEÑAL DE
ENrRADA
588
un filtro de paso de banda cuya anchura de banda está determinada por la
respuesta de la red de resonancia y la ganancia del amplificador. De esta
manera se consiguen anchuras de banda de s610 un 2 por 100 en los ins-
trumentos comerciales, incluso cuando s610 se usan resistencias y condensa-
dores. Además se han construido instrumentos que son ajustables hasta una
frecuencia de 2,5 Hz, 10 que es inalcanzable con un filtro pasivo de tamaño
razonable.
10
o
~ ~\
~
~ -10
....
~
...J
~ -20
V\V11\
"h
\ I
"
en
¡: -30
1\ ~ ~ X~
en
1LI
:::>
o.. -40 !\1/ \ vV
en
lLI
a:
-50
1/ Ir \
./ \ 11\
/ )~ ~
FIG. 16.22. Variación de la respues- 1\
ta con la frecuencia de los ocho
filtros de un analizador de bandas -60
100
1\
1000 10,000
1\
de octava. FRECUENCIA EN HERTZIOS
* El término «paso-bajoD se utiliza para designar un filtro que deja pasar las seña-
les de frecuencia inferior a la de corte; análogamente, un filtro de «paso-alto" deja
pasar las señales de frecuencia superior a la de corte.
589
Analizadores de media ~ctava y de un tercio de octava
Cuando el análisis con bandas de una octava no es lo suficientemente
detallado, se suele intentar hacerlo con bandas más estrechas. Estas bandas
pueden tener una anchura de media octava, de un tercio de octava, o, incluso,
pueden ser más estrechas. Las bandas de los analizadores de un tercio de
octava están ordinariamente centradas en una serie numérica, normalizada en
muchos países y compuesta por 1; 1,25; 1,6; 2; 2,5; 3,15 (3,2); 4; 5; 6,3; 8,
Y el producto de estos mismos números por cualquier potencia entera de 10.
SEÑAL DE
ENTRADA
DISPOSITIVO
INDICADOR
590
componentes del ruido se incrementan en una cantidad igual a la frecuencia
que el oscilador proporciona al mezclador. La señal transformada se pasa a
través de un filtro de alta selectividad, por ejemplo, un filtro con una fre-
cuencia central de 50000 Hz y una anchura de banda de 10 Hz. La señal de
salida del filtro se mide mediante un voltímetro electrónico de elevada sen-
sibilidad. Si, por ejemplo, la frecuencia del oscilador es de 49 000 Hz, pasarán
a través del filtro los componentes de la señal del ruido comprendidos en-
tre 995 y 1005 Hz, cuyo nivel será indicado por el voltímetro. El mando de
ajuste del oscilador se calibra en función de la frecuencia de la señal de
entrada que ha de pasar por el filtro.
La selectividad del analizador heterodino viene determinada por las carac-
terísticas del filtro fijo. En algunos instrumentos este filtro es de elevada
selectividad y emplea elementos filtrantes de cristal de cuarzo;' en otros está
constituido por una serie de filtros inductivo-capacitivos. Estos filtros induc-
tivos-capacitivos se hacen más selectivos en algunos instrumentos mediante
una realimentación electrónica.
Para el análisis de ruidos es aconsejable, en general, disponer de un paso
de banda de una anchura comprendida entre 25 y 50 Hz, aunque puede ser
más útil que la anchura de banda sea ajustable según las circunstancias de
cada caso en particular.
591
niveles de las señales componentes que pueden medirse es de 30 db, que no
es suficiente para la mayor parte de los análisis de ruido.
Si la energía del sonido está distribuida a lo largo del campo de frecuen-
cias de forma fundamentalmente continua, se emplea a veces el concepto de
anchura de banda efectiva36 para tener en cuenta la contribución a la señal
de salida del filtro de las componentes externas a la anchura de banda
nominal. La anchura de banda efectiva se calcula, generalmente, mediante un
gráfico, hecho en papel milimetrado, de la curva de variación de la respuesta
del filtro con la frecuencia. La respuesta se dibuja en función del cuadrado
del cociente, de la tensión de salida a una determinada frecuencia respecto
a la tensión máxima de salida (véase la Fig. 2.24). El área situada por debajo
de esta curva es la anchura de banda efectiva del filtro.
~ 1.0r----r__7""""--..;z=---:::o~r__-____,
Separación de componentes
592
tinguir dos componentes de la señal, depende de la diferencia de las frecuen·
cias de las componentes y no del cociente de las mismas. Si un analizador
fuera capaz de separar una componente de 30 Hz y su segundo armónico
de 60 Hz, también sería capaz de separar los armónicos 75 y 76 de 2250 Hz
y 2280 Hz, respectivamente. Naturalmente, se supone que el nivel de estas
componentes es suficientemente alto para ser observable.
Frecuencia fluctuante
Zumbido inducido
593
38
Grabación e indicación de la señal de salida de un analizador
INSTRUMENTOS COMPLEMENTARIOS
594
anteriormente se utilizan con más asiduidad, algunos de estos instrumentos
complementarios se pueden convertir en herramientas importantes para el
control del ruido.
Un autocorrelador puede emplearse para determinar la energía del sonido
en varias bandas de frecuencia. 42 Este equipo es tan complicado que todavía
es, básicamente, un instrumento de laboratorio de investigación.
Se ha desarrollado un instrumento que genera un ruido que sirve para
enmascarar otro; por ejemplo, un sonido de impacto, y así poder clasificarlo
desde el punto de vista psicoacústico. 43 Este aparato no presenta alguno de
los problemas de los medidores subjetivos anteriores, así que se utiliza fácil-
mente como instrumento de medida.
Se han fabricado instrumentos para medir el flujo de potencia acústica. 44
Estos instrumentos tienen un campo dinámico limitado y todavía son apa-
ratos de laboratorio, más que instrumentos de campo.
Se han utilizado medidores de frecuencia para medir la frecuencia domi-
nante en un sonido, o en un sonido filtrado. 45 Hay en el mercado muchos
de estos instrumentos, pero no se ha hecho un uso significativo de ellos en
el control de ruidos, debido a que los analizadores dan resultados suficien-
temente satisfactorios en el análisis de frecuencias.
Se han desarrollado métodos para determinar la distribución en el tiempo
de la energía de un sonido.46 Se pueden aplicar a la medida de la distribución
de los niveles de amplitud del ruido global, o el análisis del ruido.
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598
Capítulo 17
H. H. Seon
Hermon Hosmer Seott, [ne.
INTRODUCCION
59~
nivel sonoro y su funcionamiento puede ser manual o automático. El fun-
cionamiento automático de un analizador, mediante el que se consigue una
grabación permanente de los resultados, se logra usando un registrador de
nivel, que puede formar parte del propio analizador o ser un accesorio aparte.
(Los registradores de nivel también se usan para medir los niveles de ruido
en función del tiempo.)
Cuando no sea práctico o conveniente hacer los análisis completos de un
ruido sobre el terreno, se puede grabar el ruido en cinta magnetofónica, para
analizarlo posteriormente con cualquiera de los diversos tipos de analizadores.
La cinta magnetofónica también proporciona una grabación permanente del
ruido, que puede ser evaluada posteriormente mediante audición u otros tipos
de análisis.
Para medir la potencia sonora total emitida por una fuente es necesario
hacer mediciones de la potencia acústica total.
La medida de ruidos de impacto o intermitentes, que tengan niveles de
pico elevados de tan corta duración que los medidores usuales de nivel sonoro
no proporcionen una indicación suficientemente exacta, precisa del uso de
instrumentos y técnicas especiales. Para este propósito se emplean oscilosco-
pios, junto a medidores de nivel sonoro y medidores especiales de ruido con
lectura del valor de pico.
La gran variedad de equipos disponibles para la medida del ruido hace
posible la elección del aparato más conveniente para un amplio campo de
aplicaciones. Las necesidades de portabilidad, precisión, márgenes de nivel
y frecuencia y el grado de resolución necesario para el análisis, son los facto-
res que determinan, generalmente, la elección final de los instrumentos para
cada aplicación concreta.
600
de las diferentes frecuencias, principalmente atenuando las frecuencias bajas.
Las mediciones hechas con estas redes de ponderación no indican, por con-
siguiente, los verdaderos niveles de presión sonora, sino los niveles de presión
sonora ponderados, a los que se denomina sencillamente «niveles sonoros»,
Elección de micrófonos
El micrófono suministrado junto con el medidor de nivel sonoro, que
normalmente es de sal de Rochelle, sirve para realizar la mayor parte de las
mediciones de nivel sonoro. Sin embargo, para aplicaciones especiales, como
las que se enumeran a continuación, puede ser conveniente utilizar otros tipos
de micrófonos.
Mediciones a altas temperaturas. La máxima temperatura a la que se
puede exponer un micrófono de sal de Rochelle sin que sufra un daño per-
manente es de 55° C. Por tanto, cuando las mediciones de nivel sonoro se
deban hacer a altas temperaturas, es preciso emplear micrófonos de conden-
sador, dinámicos, o cerámicos, que pueden trabajar a temperaturas de has-
ta 75° C. Las temperaturas elevadas (o las extremadamente bajas) también
acortan la duración de las baterías de los medidores.
Mediciones a temperaturas variables. Las calibraciones del micrófono su-
ministrado junto con el medidor de nivel sonoro se efectúan generalmente a
temperaturas normales en el interior de una habitación. De hecho, la sensi-
bilidad del micrófono varía con la temperatura, aunque bajo circunstancias
normales esta variación puede considerarse despreciable. Por ejemplo, en la
figura 17.1 se muestra la variación de la respuesta de un micrófono de sal
de Rochelle en función de la temperatura. Obsérvese que cuando el micrófono
se conecta directamente al medidor de nivel sonoro, la variación es relativa-
mente pequeña. Sin embargo, cuando el micrófono se conecta a través de un
cable largo, la variación de la respuesta es importante. Esta variación proviene
del cambio de la capacidad del cristal cuando varía la temperatura.
El coeficiente de variación de la sensibilidad con la temperatura de un sis-
tema con micrófono de condensador es de alrededor de - 0,072 db¡OC. Para
micrófonos dinámicos, la variación depende de la frecuencia; para una gran
parte del margen de frecuencias, la variación es del orden de 1 db por
cada 28° C que cambie la temperatura.
Efectos de la humedad. Como se indicó en el capítulo 16, la sal de
Rochelle puede sufrir un cambio irreversible si se la expone a humedades
excesivamente altas, de más del 85 por 100. Por esta razón, los cristales de
sal de Rochelle de este tipo de micrófonos están protegidos por una envol-
tura. Por la misma razón, cuando el micrófono se vaya a exponer de forma
continua a humedades excesivamente altas, conviene utilizar un micrófono
de otro tipo. Los micrófonos dinámicos son los menos afectados por las con-
diciones de humedad elevada.
Aunque un grado alto de humedad no dañe irreversiblemente a los micró·
fonos de condensador, su funcionamiento puede verse afectado como conse-
601
cuencia de la disminución del aislamiento entre las dos caras del condensador.
Por ello, suele aprovecharse el calor desprendido en los circuitos del pre-
amplificador del micrófono para mantener su temperatura por encima de la
del ambiente.
Cables extensores. Como ya se ha observado al hacer mención a la figu-
ra 17.1, cuando se emplea un cable de gran longitud con un micrófono de sal
1
MICROFONO . --l--t-
o 1- EN VACIO
1 ~~ MICROFONO +ME-
-;.... OIDOR DE NIVEL
SONORO
-2
/ r\
al
o
Z
ILI
«
-3
-4
-5
........ _.....
CON 8 M. DE
'/
/ \
'\
>
S -6 CA8LE(67~ppF} 1\ \.
¡j -7
a: -8 1/ 1\
~ \
en -9
\
ILI
~ -10 !/
en
w -11
a:
"" .......
CON 30 M. DE
./ \
\
-12 CABLE (2700 ppF)
-13 \ FIG. 17.1. Variación de la respuesta de un
-14 \ micrófono de sal de Rochelle en función
-15
de la temperatura para varias longitudes
-7 o 10 20 30 40 50 del cable que conecta el micrófono al
TEM PERATURA DEL MICROFONO (OC) medidor de nivel sonoro.
602
necta el micrófono para evitar microfonías o sensibilidad al efecto Larsen.
Para reducir los efectos de las microfonías en la relación señal-ruido, puede
ser conveniente introducir un atenuador adicional (pad) en el circuito de un
medidor de nivel sonoro. El pad añadido también permite ampliar el uso
del medidor a niveles elevados, utilizando el propio micrófono de sal de
Rochelle con que se suministra.
En la figura 17.2 se muestra gráficamente la forma recomendada de ins-
talar un micrófono de cristal de ADP en la pared de una habitación. Obsér-
vese que está aislado cuidadosamente de la pared, para evitar sus vibracio-
nes, por medio de un soporte de material poroso.
PARED DE LA CAMARA
SUJECCION
603
o no dicha condición: en el caso de que se cumpla, la lectura no variará.
Esta condición se obtiene frecuentemente cuando las mediciones se hacen
en un recinto reverberante de gran tamaño y a suficiente distancia de la
fuente para que el campo sonoro sea difuso.
A menos que se especifique lo contrario, los medidores de nivel sonoro
se ajustan de forma que la curva de respuesta se adapte lo más posible a la
precisa para sonidos de incidencia aleatoria. Normalmente, la respuesta del
micrófono para un sonido de incidencia aleatoria se aproxima mucho a la
respuesta para un ángulo de incidencia del sonido de 70°.
Sonido que se recibe directamente de una fuente. En las medidas de rui-
dos que se hagan en una habitación con paredes muy absorbentes, o en una
habitación en la que, aunque sea reverberante, el micrófono está muy próximo
a la fuente, o las que se hagan en el exterior, puede considerarse, en princi-
pio, que el sonido se recibe directamente desde la fuente.
La mayoría de los micrófonos, incluyendo los tipos más corrientes de sal
de Rochelle, los piezoeléctricos, los dinámicos (de bobina móvil) y los de
condensador, tienen diafragmas esencialmente planos (aunque en algunos casos
posean una pequeña conicidad o sean ligeramente curvados) y son simétricos
alrededor de un eje principal, perpendicular al plano medio de dicho diafrag-
ma. A este eje se le conoce como eje de 0° y se emplea como referencia para
la medida del ángulo de acimut al definir las características direccionales. Las
curvas características direccionales de estos micrófonos se dibujan general-
mente en función del ángulo de incidencia del sonido, que es el que forma
la dirección de propagación de la onda sonora con el eje de O°. Cuando la
dirección de propagación del sonido es paralela al plano medio del diafragma,
el ángulo de incidencia es de 90°, también conocido como de incidencia
paralela.
Puesto que el diafragma vibra debido a la presión sonora, la respuesta
en la zona de frecuencias altas será función del ángulo de incidencia (véanse
las Figs. 17.2 y 17.3). Por consiguiente, es deseable hacer medidas del sonido
con un ángulo de incidencia para el que se conozca la calibración al aire
libre, como, por ejemplo, el ángulo para el cual la respuesta coincide aproxi-
madamente con la respuesta a un sonido de incidencia aleatoria. También
se emplea frecuentemente un ángulo de 90°. Cuando el nivel de ruido de fondo
sea relativamente alto, se puede mejorar la relación señal-ruido utilizando un
ángulo de incidencia de 0°, para el que la sensibilidad es más alta.
Si el ángulo de incidencia del sonido fuera, por ejemplo, de 70°, se haría
girar el micrófono alrededor de un eje, cuya dirección fuese la de propagación
del sonido, para detectar cualquier variación causada por otros sonidos de
frecuencias elevadas, que alcancen al micrófono con un ángulo de incidencia
próximo a los O°. Esta variación puede producirse por la reflexión de sonidos
de frecuencias elevadas en objetos cercanos, con 10 que pueden llegar al mi-
crófono con un ángulo de incidencia próximo a los 0°, que es el ángulo para
el que el micrófono posee mayor sensibilidad a las frecuencias altas. Si al girar
el micrófono hubiera una variación sensible en la lectura del nivel sonoro, se
604
debería considerar como correcto el valor más bajo, puesto que en estas
condiciones sería el que tendría el mínimo error debido a la reflexión. Esta
operación sólo es útil cuando se usa un micrófono situado en el extremo
de un cable de extensión, o cuando el propio medidor de nivel sonoro esté
situado completamente detrás del diafragma del micrófono y de forma que
se minimicen las interferencias.
Cuando se gire el micrófono en la forma descrita anteriormente, se debería
guardar la siguiente precaución: Si existiesen fuertes ondas estacionarias, lo
In
o
z 20
w
<t
FIG. 17.3. Características direccionales de un ~ 10 ,..-,..- .D:ffiIt -O·
micrófono de medidor de nivel sonoro típico. ~ t'45" 1 ¡......c 11-.11
(En la Fig. 16.2 se pueden ver otras curvas J 90"-:: ~ALEATORlf
~ o
características similares.) La respuesta aleato- 909'"" "-f-- ,1\
ria coincide básicamente con la respuesta a ~ i\\
en
un ángulo de incidencia de 70°. Este ángulo W-l0
::> ~
no es crítico en la mayoría de las ocasiones CL
I/l
y se puede obtener una respuesta relativamen- ~-20500 1000 2000 5000 10.000
te plana para cualquier ángulo comprendido
entre 60° y 75°. FRECUENCIA EN HZ
que es más probable que suceda para las frecuencias bajas, podrían producirse
nodos, que podrían confundirse con la lectura mínima obtenida al girar el
micrófono si la posición del micrófono varía apreciablemente o si cambia
cualquier otra condición que modifique la configuración de las ondas esta-
cionarias. Esto se puede determinar acercando o alejando el micrófono de la
fuente para determinar si hay máximos y mínimos de nivel espaciados de for-
ma regular.
605
de preSlOn sonora real, se emplea en todos los casos en los que el sonido
se vaya a analizar. Debido a su significado físico, estas lecturas se consideran
habitualmente como un buen método desde el punto de vista de la ingeniería,
aun cuando se hagan medidas con otras redes.
Redes de los tipos A y B. Mientras que el medidor de nivel sonoro da
una respuesta proporcional a la presión, las redes de ponderación sirven para
modificar la curva de respuesta con la frecuencia, principalmente atenuando
las frecuencias bajas, para que se aproxime a las curvas de igual intensidad
de sensación del oído humano. No obstante, como el oído no funciona como
un simple indicador de presión sonora con ponderación de frecuencias, sino
que tiene una respuesta mucho más compleja, la estimación que una persona
hace de un sonido y el nivel de presión sonora ponderado (es decir, el nivel
sonoro) no siempre coinciden. Esto sucede especialmente en el caso de ruidos
intermitentes y de impacto y de otros sonidos con picos de niveles elevados
y de corta duración.
Mediante la red del tipo A se consigue la máxima atenuación para las
frecuencias bajas, mientras que la red del tipo B proporciona un grado inter-
medio de atenuación. Estas redes se han denominado, respectivamente, « redes
de 40 y de 70 dbD, debido al parecido de sus curvas de respuesta con las
líneas isosónicas para dichos niveles. Cuando se mida el nñvel sonoro, debe
anotarse siempre, junto con los decibelios medidos, el tipo de curva de pon-
deración empleada.
Se recomienda usar cada tipo de red de ponderación en los siguientes
márgenes de nivel sonoro:
Margen de nivel sonoro, db Red de ponderación
Menos de 55 A
55-85 B
Más de 85 e (curva de respuesta plana en todo
el campo del instrumento)
606
distante. Análogamente, si el nivel sonoro resultante en dicho punto estuviera
comprendido entre 55 y 85 db, se usaría la red del tipo B. Sin embargo, este
procedimiento deberá emplearse con precaución, puesto que la ley de propor-
cionalidad inversa entre la amplitud de la onda sonora y la distancia no se
cumple siempre en los puntos muy próximos a la fuente, debido a su diagrama
de radiación y a otros factores.
607
las lecturas pueden anotarse dando los valores maxlmo y mmlmo; por ejem-
plo, 72-76 db. En cambio, si las lecturas permaneciesen relativamente estables,
con alguna variación ocasional, es preferible anotar la media aritmética más
o menos las desviaciones ocasionales; por ejemplo, 74 ± 2 db.
tOIJlJlOO~~
9 ¡:t: I:j: ili-i: ¡:j+ RECTIFICADOR DE .~:
a:: ,-,- -, l-H+ VALOR EFICAZ ~-'
<t
1-
8 II';... ,-< E RU1DOALEATORIO F
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--,; ~ - r;--
°5 (al +:
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8~ t
O
o 2345678910
:t- -
DIFERENCIA EN DB ENTRE EL
~ + ollllluI-I±
O 2345678910
DIFERENCIA EN DB ENTRE EL
RUIDO TOTAL y EL DE FONDO RUIDO TOTAL Y EL DE FONDO
FIG. 17.4. Ca) Corrección del ruido de fondo en función de la diferencia entre el ruido
total (incluyendo el que se está midiendo) y el ruido ambiente. La línea continua indica
el valor de la corrección para el caso, frecuente en la práctica, de que ambos ruidos
sean de carácter fundamental aleatorio y el rectificador sea de valor eficaz. Es la curva
de corrección recomendada para el tipo normal de mediciones de ruido. (b) Corrección
para el caso especial de que el ruido a medir sea de carácter esencialmente sinusoidal y
el rectificador sea linea1. 3 • 4
se muestra el valor que debe restarse de la lectura del medidor para corregir
el ruido de fondo. Debe remarcarse que, si el nivel del ruido de fondo fuera
inferior en más de 10 db al del sonido que se esté midiendo, prácticamente no
habría necesidad de efectuar ninguna corrección. Si la diferencia fuera infe-
rior a J db, el ruido cuyo nivel quiere obtenerse tendría un nivel inferior al
608
luido de fondo, por lo que la precisión de la medida, aun después de corregir
el ruido de fondo, sería muy pequeña.
La línea continua de la figura 17.4a se basa en el supuesto de que ambos
ruidos, el de fondo y el adicional que se está midiendo, tienen una distribu-
ción aleatoria de la amplitud. Los resultados obtenidos en la práctica con
ella son satisfactorios en la resolución de la mayor parte de los problemas
de ruido. En el caso especial de que el ruido a medir sea aproximadamente
una onda sinusoidal y el medidor indique el valor medio de la onda rectifi-
cada,4,s la corrección a efectuar se aproxima a la indicada por la línea de
trazos de la figura 17.4b. En la práctica, las condiciones son las correspon-
dientes a algún punto comprendido entre las dos curvas, aunque general-
mente muy próximo a la línea continua. Por ello, se recomienda emplear la
figura l7.4a, salvo que las características del sonido indiquen claramente lo
contrario.
La información sobre el conjunto de características del medidor se puede
obtener del fabricante. Cuando se utiliza un medidor de valor medio de la
onda rectificada, debe emplearse la curva de trazos para medir tonos puros.
Esta condición se va a encontrar, principalmente, cuando se calibra el medidor
mediante una fuente de frecuencia única, o bien, si está midiendo un sonido
de determinada frecuencia a través de un altavoz. Los ruidos más usuales no
suelen ser tonos puros.
Ruido interno del circuito. Los circuitos del medidor de nivel sonoro
tienen elementos, tales como válvulas electrónicas o resistencias, generadores
de cierto nivel de ruido, que marca el límite inferior de utilización de medidor.
Empleando el tipo de micrófono piezoeléctrico normal, este ruido apenas será
importante cuando los niveles de medida estén por encima de los 35 o 40 db,
pero a niveles inferiores pueden introducir un error importante en las me-
didas.
El ruido se puede comprobar fácilmente en un local en el que el nivel
sonoro ambiental y los campos magnéticos sean suficientemente pequeños para
no producir resultados apreciables al sustituir el micrófono por una impe-
dancia equivalente, según se describe en la sección Zumbido inducido. En
estas condiciones, cualquier lectura residual del medidor provendrá del ruido
de sus circuitos, que se puede corregir de forma análoga al ruido ambiente,
según se vio anteriormente.
Ruido microfónico. Aunque la mayoría de los fabricantes de medidores
de nivel sonoro seleccionan y envejecen las válvulas electrónicas para reducir
los ruidos microfónicos a magnitudes despreciables, debe recordarse que cual-
quier válvula puede producir ruidos microfónicos con el transcurso del tiempo
o al ser sometida a esfuerzos para los que no está diseñada. Se puede detectar
la presencia de ruido microfónico escuchando con auriculares mientras se dan
golpecitos en la caja del medidor. Sin embargo, esta prueba es demasiado
sensible, por lo que pocos medidores dejarán de producir ruido en estas con-
diciones. Pero si las desviaciones producidas en el medidor al hacerla son muy
inferiores a los niveles que van a medirse, la respuesta al ruido microfónico
podrá considerarse despreciable.
609
39
Cuando haya constancia de que la respuesta del medidor al ruido micro-
fónico puede producir errores, se debe situar el medidor en el campo sonoro
que se vaya a medir desprovisto del micrófono, que, a ser posible, debe sus-
tituirse por una impedancia equivalente, como se describe en el apartado
Zumbido inducido. En estas condiciones, cualquier desviación del dispositivo
indicador que, como ya se ha dicho, no esté causada por el zumbido, será
producto de la existencia de válvulas microfónicas o de otros ruidos internos
de los ch·cuitos. A menos que la desviación sea por lo menos 10 db inferior
al nivel que vaya a medirse, deberá corregirse de forma semejante a como se
hacía en el caso del ruido ambiente.
Zumbido inducido. La presencia de fuertes campos magnéticos alternos
en las proximidades de medidor puede inducir en éste un zumbido caracte-
rístico. Los micrófonos dinámicos de bobina móvil y sus transformadores
asociados .son los elementos más afectados por este tipo de interferencia,
aunque el propio medidor puede captar zumbido. Por esta razón, se suele pre-
ferir utilizar micrófonos piezoeléctric:os o de condensador para efectuar medi-
ciones en las cercanías de maquinaria eléctrica.
.Para averiguar el zumbido inducido en el medidor sin micrófono, se deberá
desconectar el mismo y anotar la lectura del medidor. Si la lectura es el
resultado del zumbido inducido, variará considerablemente al variar la posi-
ción u orientación del medidor. Para esta prueba debe apantallarse el conector
al que normalmente va enchufado el micrófono. Si el conector fuese para una
clavija relativamente pequeña, bastaría colocar sobre él una moneda que hi-
ciese contacto con el metal de la caja del medidor. Si el conector fuese mayor,
se emplearía un disco metálico. En aplicaciones más críticas, en las que el
zumbido inducido puede ser importante, suele preferirse reemplazar el micró-
fono por una impedancia equivalente apantallada. Esta impedancia debe ser
una capacitancia de un valor semejante al de la impedancia interna del mi-
crófono (0,0025 JLF en el caso de los micrófonos piezoeléctricos de uso más
frecuente), salvo que. el micrófono sea dinámico, en cuyo caso se pondría una
resistencia con el valor de la impedancia nominal del micrófono. Esta impe-
dancia equivalente debe apantallarse y se debe equipar con una clavija para
enchufarla al conector del micrófono del medidor. Se puede dejar de tener
en cuenta el zumbido inducido en el medidor siempre que sea posible en-
contrar una posición del mismo en la que el zumbido sea inferior en más
de 10 db al nivel del ruido que vaya a medirse y que esta posición no suponga
impedimento para lo colocación correcta del micrófono.
El anterior procedimiento sólo sirve para comprobar la existencia de
zumbido inducido en los circuitos situados dentro de la caja del medidor. Un
micrófono dinámico también puede recoger zumbido cuando está sometido
a un campo magnético variable. Esto puede comprobarse fácilmente si no está
asociado al ruido que se pretende medir, es decir, si el campo magnético
y el ruido no son emitidos por la misma fuente. En este caso, normalmente
se podrá desconectar la fuente del ruido, con lo que, manteniendo conectado
el micrófono, la lectura del medidor será la suma del zumbido inducido más
el ruido de fondo. El carácter de la interferencia se podrá determinar aproxi-
610
madamente escuchando con unos auriculares. Asimismo, el zumbido se podrá
contrarrestar mediante una orientación adecuada del micrófono respecto· al
campo magnético. El micrófono se podrá situar en esta posición de mínimo
zumbido inducido, siempre que la misma sea satisfactoria desde el punto de
vista acústico.
El problema es más complicado cuando resulta imposible desconectar el
ruido que se desea medir sin modificar a la vez el campo magnético. La
escucha con auriculares proporcionará bastante información; si un cambio
en la orientación del micrófono produce una disminución significativa en la
lectura del medidor, a la vez que una reducción del zumbido percibido me-
diante los auriculares, se deberá emplear una orientación del micrófono con
la que la interferencia sea mínima o despreciable, siempre que tal orientación
sea satisfactoria desde el punto de vista acústico.
Cuando el zumbido magnético sea un problema serio, es preferible no usar
un micrófono de bobina móvil, ni cualquier otro tipo que precise el uso de
un transformador de entrada. El micrófono piezoeléctrico de sal de Rochelle
tiene, en general, unas características de funcionamiento totalmente adecuadas
para estas aplicaciones.
Cuando se emplea un analizador ajustable de forma continua, se pueden
corregir los efectos del zumbido inducido en el análisis resultante, siempre
que el ruido que se vaya a analizar y el zumbido no tengan componentes
importantes de la misma frecuencia. En el caso de que se utilice un analizador
de bandas fijas, también puede hacerse la corrección, con la condición de que
el ruido a analizar y el zumbido no posean componentes importantes en la
misma banda de frecuencias.
Correcciones debidas al cable de conexión del micrófono. Cuando se em-
plean micrófonos dinámicos no es necesario efectuar ninguna corrección para
contrarrestar los efectos del cable, a no ser que éste sea extremadamente largo.
Lo mismo ocurre cuando se utilizan micrófonos de condensador, puesto que el
preamplificador asociado con el micrófono tiene una impedancia de salida lo
suficientemente baja para que le permita conectarse a un cable relativamente
largo. Sin embargo, los micrófonos piezoeléctricos normales tienen una impe-
dancia capacitiva interna que forma un divisor de tensión con la capacitancia
del cable, lo que produce una atenuación, tanto mayor cuanto más grande sea
esta última. Además, la capacitancia interna del micrófono es función de la
temperatura; de aquí que la corrección deba variar con la misma. Está dada
por la siguiente fórmula:
611
tos del cable bajo cualquier tipo de condiciones, consiste simplemente en me-
dir un sonido de nivel estable con y sin cable. Sólo debe tenerse cuidado de
que la caja del medidor no influya en la medida cuando ésta se haga sin
cable.
Ondas estacionarias. Al reflejarse una onda sonora en una superficie
suficientemente grande, como la pared de una habitación, puede ocurrir que
las amplitudes de las ondas incidente y reflejada se sumen o resten, según se
encuentren en fase u oposición, en puntos fijos, produciendo de esta manera
20
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u 4 --..... 1/ 20%
FIG. 17.5. Corrección típica a apli-
'J
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2
-2 I
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</
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-
0%-
car para compensar los efectos del
cable conectado a un micrófono pie-
zoeléctrico en función de la tempe-
ratura. Los porcentajes se refieren a
la relación entre la capacitancia del
-7 o 10 20 30 40 44
TEMPERATURA EN oc cable y la del micrófono, a 25° C.
612
la mayoría de los medidores utilizan, para alimentar al dispositivo indicador,
un rectificador más bien lineal que cuadrático y, de aquí, que la suma de los
distintos componentes rectificados tienda a aproximarse al valor medio arit-
mético más que al valor eficaz.
Para una forma de onda aleatoria, la diferencia entre las lecturas de un
rectificador de valor eficaz y otro de valor medio es de 1 db, aproximada-
mente. Sin embargo, puesto que los rectificadores utilizados normalmente no
proporcionan exactamente el valor medio, la diferencia real es del orden de
0,8 db. Por tanto, podría ser necesario hacer una corrección de 0,8 db en las
medidas de nivel sonoro, dependiendo de la calibración original del medidor.
Esta información puede obtenerse del fabricante o de los manuales técnicos
del instrumento.
Si el medidor estuviera calibrado originalmente para medir de forma co-
rrecta un ruido aleatorio, no sería necesario tener en cuenta las características
del rectificador, salvo que se vayan a medir tonos puros, en cuyo caso deberían
restar 0,8 db a las lecturas.
Si la calibración original del medidor fuera para medir correctamente tonos
puros, se deberían sumar 0,8 db a las lecturas, siempre que el sonido que se
estuviera midiendo no fuera un tono puro.
613
lO~-------------=-~----r----'
!Xl DIRECCION DEL SONIDO INCIDENTE =90°
Q 5 OBSERVADOR P~ESENTE ~,-_-"----=-~H+tl-t=------1
ffi O1--- :3.-+~~=:,:"_'_--+-
. . ~----;''l--'H .....+ :-¡;-t---'.....--t4t---j
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614
y la falta de homogeneidad en la atmósfera influyen en el nivel sonoro exis-
tente a cierta distancia de la fuente. Además, el viento produce una fuente
adicional de sonido en el propio micrófono.
RUIDO PRODUCIDO POR EL VIENTO. Cuando se utilizan micrófonos e~ el
exterior o, en general, cuando el aire tenga 'un movimiento apreciable, se pue-
den generar en el micrófono señales extrañas, producidas por este movimiento.
En algunos tipos de micrófonos, el paso del aire por la rejilla produce un
ruido silbante. Para minimizar este ruido, en algunos micrófonos se recubre la
rejilla con un tejido muy fino. El movimiento del aire también puede causar
un ruido de baja frecuencia, parecido al trueno, como consecuencia de los
cambios de presión subsónicos en el diafragma del micrófono.
Cuando no es posible preservar el micrófono de las corrientes de aire, se
le puede colocar una pantalla contra el viento, fabricada con tejido muy fino
montado sobre una estructura de alambre o de madera. El tejido debe tener
poca porosidad (para que atenúe las corrientes de aire) y baja densidad (para
que no sea grande la atenuación de los ruidos de frecuencias elevadas). Existen
varios tejidos de seda o de fibras sintéticas que cumplen estos requisitos (véa-
se Pantallas contra el viento, Cap. 27).
Cuando la interferencia no sea muy grande, bastará" por lo general, colocar
un pañuelo de seda sobre el micrófono. El efecto de apantallamiento es mayor
cuanto mayor sea el tamaño de la pantalla comparado con el ·del micrófono.
Es frecuente el uso de pantallas esféricas de más de 30 cm de diámetro. En
los casos extremos se pueden utilizar dos capas de tejido con un espacio
entre ellas, aumentando la atenuación al incrementarse dicho espacio.
La eficiencia de las pantallas se puede comprobar fácilmente escuchando
con auriculares la señal de salida del medidor de nivel sonoro para detectar
la ausencia de las típicas perturbaciones causadas por el viento. El efecto de
la pantalla en la transmisión de las diversas frecuencias del ruido se puede
comprobar por medio de medidas (y análisis) normales del ruido, con y sin
la pantalla, en ausencia de viento. La atenuación del sonido producida por la
pantalla será despreciable, siempre que se hayan utilizado tejidos ligeros para
fabricarla.
615
tensiones de batería y de los controles internos de calibración, los medidores
de nivel sonoro normales son fiables durante aproximadamente un año, a no
ser que sufran un mal trato. Sin embargo, a menos que se disponga de medios
para comprobar la calibración periódicamente, el medidor se debería devolver
al fabricante para su recalibrado al menos una vez al año, o siempre que la
unidad haya sido sometida a algún esfuerzo anormal, como una caída, por
ejemplo.
Calibraci6n eléctrica. La calibración eléctrica de un medidor de nivel so-
noro consiste simplemente en la comprobación de la ganancia total del ampli-
ficador. Los calibradores de este tipo suelen suministrarse como accesorios de
los medidores, o bien pueden formar parte del propio instrumento. Es posible
que la calibración del sistema en conjunto sea incorrecta, aunque se haya
realizado la calibración eléctrica del amplificador, ya que con ella no se com-
prueba el funcionamiento del micrófono. Sin embargo, la mayor parte de los
micrófonos proporcionados junto a los medidores de nivel sonoro son de gran
estabilidad y no necesitan ser calibrados con frecuencia, a menos que se uti-
licen de forma incorrecta. No obstante, es conveniente realizar algún tipo de
calibración acústica como medida de precaución.
Calibraci6n acústica. UTILIZANDO OTRO MICRÓFONO. El método más sen-
cillo de comprobar la sensibilidad de un micrófono de un medidor de nivel
sonoro es mediante su sustitución por otro micrófono de características simi-
lares a las del primero. Si este segundo micrófono se emplea sólo para com-
probaciones y no está sometido a un funcionamiento dañoso o abusivo, su
mera sustitución por el micrófono del medidor indicará si la sensibilidad
de este último ha sufrido algún cambio. Así, pues, el empleo combinado de
un micrófono de reserva y de un calibrador eléctrico proporciona una calibra-
ción global suficiente en la mayoría de los casos.
CALIBRADORES ACÚSTICOS. Cuando sea preciso hacer comprobaciones fre-
cuentes de la sensibilidad global de un sistema electroacústico, se deberá
emplear un calibrador acústico. Este es un dispositivo que produce una pre-
sión sonora fija en el interior de un recinto diseñado para que pueda alojar el
micrófono de un medidor. Normalmente, la presión sonora se genera mediante
un pequeño altavoz estabilizado de diseño robusto; en unos pocos calibrado-
res se han utilizado unas fuentes puramente mecánicas de sonido. El calibra-
dor acústico ofrece la ventaja de su comodidad, aparte del hecho de que las
comprobaciones de la calibración siempre estarán hechas con el mismo tipo
de señal, eliminando de este modo pequeñas diferencias debidas a la forma
de onda de la señal o a la variación de la respuesta con la frecuencia. Los
calibradores más sencillos funcionan a frecuencia única y pueden ser actuados
mediante cualquier oscilador senoidal. En otros tipos de calibradores la curva
de respuesta con la frecuencia es plana en un margen relativamente grande,
por lo que puede utilizarse una señal de ruido de banda ancha; hay un ge-
nerador especial de ruido para estos calibradores.
616
Circuito de salida del medidor de nivel sonoro
Algunos medidores disponen de dos etapas de salida diferentes: una
conectada al dispositivo indicador del propio instrumento y la otra para co-
nectar equipos auxiliares, como un registrador, unos auriculares, o un osci-
loscopio. En otros, se consiguen ambas funciones mediante una sola etapa,
siendo necesario tomar algunas precauciones para eliminar los efectos del
dispositivo indicador. en las lecturas del equipo auxiliar. En lo concerniente
a este punto, se deberán s'eguir con todo cuidado las instrucciones del fabri-
cante.
Uso de auriculares. La mayoría de los medidores tienen un conector de
salida al que se puede enchufar un par de auriculares. El oído humano puede,
en condiciones de escucha biaural, localizar los sonidos en el espacio, lo que
permite al oyente enfocar su atención hacia aquellos sonidos que desea oír.
Sin embargo, cuando se usan auriculares, se pierde la escucha biaural y se
oye todo el sonido indicado por el medidor de nivel sonoro. Una persona
con experiencia en el uso de auriculares puede obtener información adicional
sobre el sonido, determinando los componentes más fuertes y averiguando
aproximadamente la importancia relativa del ruido de fondo. Una escucha
cuidadosa con auriculares también permitirá frecuentemente determinar si es
o no necesario efectuar un análisis posterior.
617
TECNICAS PARA EL USO DEL ANALIZADOR DE SONIDO
618
El nivel sonoro en cualquier banda es la suma de -las indicaciones de los
atenuadores del medidor de nivel sonoro, el atenuador auxiliar del analizador
y del dispositivo indicador del mismo. La lectura del analizador se realiza
exactamente igual que la lectura del medidor de nivel sonoro, excepto que,
naturalmente, se utilizan las lecturas del dispositivo indicador del analizador.
El control de paso de banda del analizador se ajusta secuencialmente a cada
una de las bandas de octava, notándose la lectura correspondiente. El atenua-
dor del analizador, que incrementa la sensibilidad global, se ajusta para obte-
ner una escala de lecturas conveniente en cada octava, pero, durante el aná-
lisis, no se debe cambiar el atenuador del medidor de nivel sonoro.
En general, la sensibilidad adicional disponible en e~ análisis no incrementa
el campo global de medición sonora, salvo en bandas individuales. El ruido
interno de los circuitos del medidor de nivel sonoro limitará el empleo de
esta sensibilidad adicional para mediciones de banda amplia y también limi-
tará la precisión de las medidas correspondientes a las bandas con niveles
bajos. Cuando existe un verdadero ruido «blanco», la lectura de cada banda
se incrementa en 3 db respecto a la banda adyacente de frecuencia inferior.
Esto proporcionará frecuentemente alguna indicación sobre el tipo de ruido
que se esté midiendo en un conjunto de bandas adyacentes; es decir, si su
distribución es más o menos aleatoria o está compuesto por sonidos de fre-
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* Se puede adquirir papel especial para análisis de sonidos en bandas de una, me-
dia y un tercio de octava en la Codex Book Co., Inc., Norwood, Mass.
619
muchas ocasiones en las que es necesario un análisis con mayor grado de
resolución. Por ejemplo, puede saberse que un armónico de la velocidad de
rotación de una máquina cae cerca de determinada frecuencia, próxima al
extremo de una de las bandas de una octava. En estas condiciones, la gran
amplitud de este armónico incrementaría la lectura de la banda más próxima,
lo que dejaría indeterminado si realmente este armónico es la causa de la
lectura. Con bandas más estrechas es más fácil identificar cada armónico,
puesto que, en lugar de uno, habrá dos o más pasos de banda en cada octava.
Por esta razón, se fabrican analizadores de filtro con bandas de media octava,
que doblan la resolución de un analizador de bandas de una octava.
Si la energía contenida en una octava se distribuye en las dos medias
octavas que la forman, los niveles sonoros de las medias octavas inferior
y superior serán, respectivamente, 3,8 db Y 2,3 db inferiores al de la octava.
(Estos valores están calculados dividiendo la octava en dos medias octavas,
una con el 41,4 por 100 y la otra con el 58,6 por 100 de la energía total de
la octava). El análisis de un ruido blanco en bandas de media octava dará,
generalmente, unos resultados que, en promedio, serán 3,1 db inferiores a
los obtenidos con un análisis en bandas de una octava. Lo anterior es para
un paso de banda teórico de características perfectas, es decir, con una curva
de respuesta plana en el interior de la banda y con bordes verticales. Natu-
ralmente, esto no se encuentra nunca en un instrumento real, lo que hace
que la diferencia sea inferior en 0,2 a 0,3 db.
Forzosamente, un incremento del número de bandas incrementa la com-
plejidad del equipo. La elección del mismo dependerá principalmente de la
resolución que se necesite y del máximo grado aceptable de complejidad del
quipo. En la figura 17.8 se muestra un análisis en bandas de media octava
correspondiente al mismo ruido de la figura 17.7. Se observará que está
mucho más detallada la zona de frecuencias bajas, notándose la presencia de
fuertes componentes discretas, en este caso la fundamental y armónicos.
de 60 Hz. Cuando se analiza un ruido «blanco» en bandas de media octava,
la lectura se incrementa en 1,5 db al pasar de una banda a la inmediatamente
superior.
Se puede aumentar la utilidad de un analizador de filtro con otros refi-
namientos, especialmente para bandas de fracción de octava. En algunos
modelos, el campo se extiende por encima y debajo de los límites impuestos
por las normas, permitiendo así el análisis de las frecuencias superiores e
inferiores. Esto es muy importante, en especial para algunas aplicaciones de
medida del ruido producido por máquinas. En la figura 17.8 también puede
observarse esto, ya que se aprecia la existencia de energía por debajo de
los 37,5 Hz.
Bandas de un tercio de octava. Un analizador para bandas de un tercio
de octava aumenta en un 50 por 100 la resolución del de bandas de media
octava. De nuevo, la elección de la unidad dependerá de la comparación
entre la resolución deseada y el grado de complejidad aceptable del equipo.
En la figura 17.9 se muestra el análisis en bandas de un tercio de octava del
mismo ruido de las figuras 17.7 y 17.8.
620
En aquellas zonas en las que el ruido sea fundamentalmente «blanco», el
nivel de cada banda de un tercio de octava será en promedio (para un paso
de banda de características ideales) 4,9 db inferior al nivel de la banda de
una octava equivalente. Para este mismo tipo de ruido, el nivel se incremen-
tará en 1 db al pasar de cada banda a la inmediatamente superior. Si cual-
quier octava, en cuyo interior el ruido pueda considerarse «blanco», se divide
en tres bandas de un tercio de octava, los niveles de estas bandas, ordenadas
BANDAS DE PASO DE MEDIA OCTAVA EN HZ
OOOC)ooo~~ NUMERO DE LA BANDA
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FIG. 17.8. Análisis típico en bandas FIG. 17.9. Análisis típico en bandas
de media octava para el mismo ruido de un tercio de octava del mismo
de la figura 17.7. ruido analizado en las figuras 17.7
y 17.8.
621
frecuencias de rotación de las máquinas que la que se puede conseguir con
anchuras de banda de una octava.
Los analizadores de anchura de banda ajustable ofrecen otra ventaja.
Cuando se mide un ruido blanco (es decir, un ruido cuyo espectro tenga un
nivel constante, lo que equivale a decir que la cantidad de energía en cada
banda de un ciclo por segundo de anchura sea constante) con un analizador
de una octava o fracción de octava de paso de banda (o que éste sea de algún
modo proporcional a la frecuencia central de la banda), las lecturas que se
obtienen se incrementan con la frecuencia, a razón de 3 db por octava, de-
pendiendo la lectura en cada banda de su anchura.
Las lecturas en bandas de media octava adyacentes diferirán en 1,5 db
cuando el espectro sea realmente el de un ((ruido blanco», correspondiendo
el mayor nivel a la banda de frecuencias más altas. Por consiguiente, si, cuando
se mide el nivel de un ruido blanco en una banda de media octava, se incre-
menta en media octava la frecuencia de corte superior, el nivel se incremen-
tará, tóricamente, en 3,8 db. Si se decrementa la frecuencia de corte inferior
en media octava, la lectura se incrementará, también en teoría, en 2,3 db.
Los supuestos anteriores se basan en bandas de paso teóricamente per-
fectos, que nunca se encuentran en los instrumentos reales. En los instru-
mentos comerciales típicos el incremento en las lecturas de ruidos blancos,
cuando se amplía en otra media octava la anchura primitiva de media octava,
es inferior en 0,2 o 0,3 db a las cifras dadas anteriormente. Generalmente, un
cálculo aproximado indicará si el cambio de la lectura del medidor al cambiar
el paso de banda se debe a un ruido distribuido aleatoria o uniformemente,
o es el resultado de una (o quizá más) fuerte componente individual en el
interior de una banda. (La escucha con auriculares también puede proporcionar
información de este tipo a un observador experimentado.) Por ejemplo, refi-
riéndonos a la figura 17.8, se observará que las bandas de media octava com-
prendidas entre 53 y 75 Hz, 106 Y 150 Hz Y 1700 Y 2400 Hz tienen una lectura
sólo ligeramente inferior (mucho menos que 3,1 db) que las bandas de una
octava que van desde 37,5 a 75 Hz, 75 a 150 Hz y 1200 a 2400 Hz, respecti-
vamente, según puede verse en la figura 17.7. Este cambio insignificante en
las lecturas al aumentar la anchura de banda indica que la mayor parte del
ruido en las citadas bandas de media octava se compone de fuertes compo-
nentes discretos o de pequeñas bandas de componentes completamente com-
prendidas dentro de las bandas de media octava. En este caso, los picos de
L
,
622
de 'fracción de octava tienen una ventaja importante. Cuando se suma la po-
tencia de todas las bandas, la potencia total abarca todos los sonidos com-
ponentes del sonido, incluyendo el ruido uniforme y los componentes aleato-
rios. Con un análisis de este tipo, el usuario puede, por tanto, hallar fácil-
mente tanto el ruido total correspondiente a todo el espectro, como el nivel
correspondiente a cualquier banda de frecuencias. Esto tiene una importancia
especial cuando el ruido contiene una proporción relativamente grande de
componentes uniformes. La suma se realiza rápidamente utilizando la figu-
ra 2.17, o convirtiendo el nivel en decibelios de cada banda en el nivel rela-
tivo de potencias (véase la Tabla de decibelios, Apéndice 2.2), sumando los
niveles de potencia y reconvirtiéndolos en decibelios con ayuda de la misma
tabla.
Puesto que ningún analizador de filtro pasobanda tiene la curva carac-
terística ideal, es decir, plana y de bordes verticales, se introducen errores
más o menos grandes según las condiciones de medida. Por ejemplo, cuando
los bordes del espectro que se está analizando tienen mucha pendiente, el
error se incrementa con la anchura de la banda, así que los pasos de banda
de más de una octava de anchura no son recomendables, a no ser que el
espectro que se esté midiendo tenga una pendiente muy gradual. Sin embargo,
el ligero redondeo de las esquinas de la banda de transmisión compensa en
parte la falta de un corte perfecto fuera de la banda. No parece que haya
necesidad de preocuparse por este error cuando se emplean bandas de media
octava o más estrechas.8
La falta de un corte en los límites de la banda redunda en una ligera am-
pliación de la anchura de banda del filtro y, en consecuencia, en una lectura
del analizador mayor que la teórica. Esto es más evidente en las bandas de
porcentajes más bajos, donde la lectura del analizador puede ser hasta 1 db
superior a la prevista. No obstante, esto se compensa normalmente con una
pérdida ligeramente mayor, debida a la introducción del filtro pasobanda,
especialmente cuando se utilizan filtros pasoalto y pasobajo independientes
funcionando como un filtro pasobanda. Lo anterior es aplicable cuando se
analizan ruidos aleatorios. Si hay picos de frecuencia intensos, el nivel de
corte fuera del paso de banda determina la influencia de estos picos en la
lectura del analizador cuando se analiza la zona de frecuencias exterior a la
de estos picos.
El manejo de todos los analizadores del tipo pasobanda es similar. Para
lograr la máxima precisión se debe tener cuidado en seguir las instrucciones
del fabricante en lo referente al manejo de los atenuadores y la comprobación
de la tensión de batería.
623
una banda de 1/30 de octava o, en el caso de que sean de anchura de banda
constante, de unos pocos ciclos por segundo. Con estos analizadores se pue-
den seleccionar individualmente los diversos componentes discretos del so-
nido, lo que permite medir su frecuencia y amplitud con un alto grado de
precisión. Estos analizadores dan mayor resolución en el análisis que cualquier
analizador de banda amplia, pero con el correspondiente aumento del tiempo
de medición, sobre todo si el sonido que se está analizando es de gran com-
plejidad. Cuando se dispone de un dispositivo registrador de nivel, bien como
accesorio, bien formando parte del analizador, se reduce cualquier inconve-
niente derivado del análisis de un sonido complicado. También puede grabarse
la forma de onda del ruido en una cinta magnética para analizarla en un mo-
mento más adecuado. Debido a la estrechez del paso de banda, el analizador
continuo no suele utilizarse para mediciones de ruido más o menos uniforme,
aunque puede hacerse perfectamente, especialmente si está dotado de un re-
gistrador de nivel.
El analizador de ajuste continuo es útil cuando se necesita una identifi-
cación o medida exacta de los componentes de frecuencia discreta. En gene-
ral, si la frecuencia fundamental de los componentes es constante, o si la
medida exacta de su amplitud tiene una importancia secundaria comparada
con la necesidad de tener una determinación precisa de su frecuencia, darán
resultados satisfactorios, tanto un analizador de porcentaje constante como
uno de anchura de banda constante. Sin embargo, si la frecuencia de los
componentes fluctúa de forma significativa, será más fiable el uso de un
analizador de porcentaje constante. La resolución del analizador de porcentaje
constante es mejor a frecuencias bajas, mientras que la del de anchura de
banda constante es mejor a frecuencias altas. Al analizador de variación
continua se le considera generalmente como complemento de los de octava
o fracción de octava, más que como un sustituto.
Anchura de banda de porcentaje constante *. En este tipo de analizador
la anchura de banda (expresada en herzios) varía automáticamente cuando se
sintoniza el analizador de modo que sea siempre un porcentaje constante de
la frecuencia central de sintonía. Bajo este punto de vista, el analizador de
porcentaje constante es similar al de fracción de octava, radicando la dife-
rencia en que la fracción de octava a la que equivale su paso de banda es
muy pequeña; un valor típico de su anchura de banda es del orden de
1/30 de octava. 9
La conexión de un analizador continuo a un medidor de nivel sonoro es
similar a la de un analizador de paso de banda. El analizador se suele conectar
directamente a los circuitos de salida del medidor. Se puede ajustar la sen-
sibilidad para que las lecturas coincidan con las del medidor. Esto se realiza
generalmente mediante un tono puro de calibración, que se puede obtener de
un sistema eléctrico o acústico de calibración asociado o unidlo al medidor.
Por ello, las lecturas de este analizador podrán expresarse directamente en
decibelios.
624
Algunos analizadores de este tipo también van equipados con una escala
porcentual. Cuando se utiliza ésta, se suele ajustar la sensibilidad del anali-
zador para que la lectura correspondiente al componente más fuerte del ruido
sea del 100 por 100, midiéndose los restantes componentes en términos del
porcentaje respecto a este valor máximo. Esto coincide con el procedimiento
generalmente establecido para el análisis de una forma de onda eléctrica. En
la figura 17.10 se muestra un análisis típico de un ruido compuesto princi-
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0
0:
~& 90
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U) <l: 80
Zo
Oc
ii) a: U) 70
ww<l:
625
40
'Con -el analizador' de' porcentaje constante, lo mismo que con los anali-
,iadores de paso de banda -de octava o fraccióri de octava (que en realidad son
analizádores de anchura de banda porcentual constante), la lectura correspon-
diente a un ruido «blancoD se incrementará en 3 db por octava conforme
aumenta la frecuencia.
Anchura de banda constante. Otro tipo de analizador de ajuste continuo
'se basa en el principio de la heterodinación y proporciona un paso de banda
cuya curva característica conserva un ancho constante (expresado en herzios)
al variar la frecuencia de sintonización del analizador desde un extremo al
otro del espectro. En algunos casos se puede variar la anchura del paso de
banda, bien continua o escalonadamente, sin que el paso de banda mantenga
una relación porcentual constante con el centro de la banda, como ocurría
en el caso de los analizadores de anchura de banda porcentual constante.
Cuando se emplea un analizador de anchura de banda constante, cual-
quier modulación de frecuencia de los componentes puede producir un error
en las medidas de la amplitud relativa de los mismos. En la figura 17.11 se
muestra el efecto que produce en un análisis de anchura de banda fija una
señal mondulada en frecuencia, tal como la que aparece frecuentemente al
medir el ruido producido por máquinas.9 Cuando se cumplen ciertas condi-
ciones, este error puede ser importan~e.
. Por otro lado, para ruidos que tengan componentes cuya frecuencia fun-
damental posea una gran estabilidad, el analizador continuo normal propor-
ciona mayor discriminación fuera de la banda de paso que el analizador nor-
mal de anchura porcentual constante. Asimismo, el analizador de anchura
de banda constante cubre la totalidad del espec~ro, de audiofrecuencia me-
diante una sola vuelta ,del dial, cosa. que no suele suceder en la mayoría
de los analizadores de anchura de banda porcentual constante. Por estas
razones, el analizador de anchura de banda constante tiene muchas aplica-
ciones importantes, especialmente cuando se utilizan registradores de nivel,
debido a la facilidad con que puede acoplarse a estos dispositivos para hacer
un análisis automático. Cuando se emplea un analizador de anchura de banda
constante, la lectura correspondiente a un ruido «blanco» permanece cons-
tante, cualquiera que sea la frecuencia a la que se haya ajustado el analizador.
626
en bandas de octava que de cualquier otro tipo. Para aumentar la resolución
y la versatilidad se aconseja emplear analizadores de media 'y de un .tercio
de octava, siendo estos tipos especialmente útiles si también pueden usarse
como analizadores de octava en aquellas aplicaciones que no precisen una
gran resolución. También debe tenerse en cuenta el campo de variación de· la
frecuencia del analizador.
Precauciones. Siempre que un analizador u otro dispositivo se conecte
a la salida de un medidor de nivel sonoro, el operador deberá anotar si su
conexión cambia o no la lectura del medidor. Si afecta, a la lectura, la sensi-
bilidad de analizador se deberá ajustar en base a la indicación del medidor
CIl
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lU A. DE BANDA CONSr. 1I (ocTAVA 1 1
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~ -10 II \~ ~OCT I¡
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10,000
ción de octava. (W. B. Snow)O) a:
FRECUENCIA EN HZ
627
Empleo de redes de ponderación para mejorar la precisión
del analizador
628
calibración al micrófono o al circuito de entrada del medidor de nivel sonoro,
respectivamente, y ajustando la sensibilidad del registrador para que la lectura
máxima se obtenga cuando el dispositivo indicador del medidor de nivel so-
noro o del analizador alcance el valor final de la escala. Como se ha men-
cionado previamente, estas mismas precauciones deben observarse cuando
se conecta un analizador a un medidor de nivel sonoro. Si el registrador
se conectase directamente en paralelo con el rectificador de un dispositivo
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100 200 500 \000 2000 5000 10,000
\
FRECUENCiA EN HZ
629
éonedando' el rectificador de medida cuando esté' conectado uno de estos
equlpo~ aúxiliares, como puede ser un. registrador de nivel. Los registradores
tiénen,' generalmente, varias escalas 'dinámicas. La más conveniente para una
a'plicaCión normal es la de 40 o 50 db, aunque puede ser necesario utilizar
escalas inferiores' () superiores cuando así lo requieran las características· del
ruido.: "
. En la' figura 17.13 se puede observar el efecto producido por la velocidad
de escritura del registrador en el análisis de un ruido procedente de un torno.
La fuente de ruido es idéntica en los tres espectrogramas, pero la velocidad
de escritura del registrador en (a) era de 50 db/seg, en (b) era de 200 db/seg
y en Cc) era de 700 db/seg. La velocidad lenta de escritura produce una amor-
tiguación de la curva obtenida.
Por lo general, es suficiente hacer una sencilla comprobación de la tensión
de batería o una calibración acústica antes y después del funcionamiento. Si
sólo se comprueba la tensión' de batería, posteriormente hay que efectuar una
comprobación acústica en el laboratorio para determinar la magnitud de una
posible deriva en la sensibilidad. En el caso de que el medidor de nivel sonoro
disponga de mecanismos de ajuste de la tensión de batería, se mantendrá,
generalmente, un nivel normal de precisión durante la prueba' reajustando
dicha tensión a intervalos regulares. Si la medición tarda un cierto número
de horas en realizarse, se deberán comprobar periódicamente las baterías y,
si fuera posible, se calibrará acústicamente el medidor de nivel sonoro.
Analizadores de octava o de fracción de octava. En general, mediante un
registrador de nivel en conjunción con un analizador de bandas se pueden
obtener dos tipos de registros: 1) El nivel correspondiente a una banda
determinada, o a una serie de bandas, en función del tiempo. En la figu-
ra 31.47 puede observarse un análisis de este tipo de un ruido producido
por una motocicleta. En general, si es necesario obtener registros del nivel
sonoro en función del tiempo para un conjunto de bandas, suele utilizarse una
grabación del ruido en cinta magnetofónica que puede reproducirse repetida-
mente para su análisis en cada una de las bandas. Esta clase de análisis se
lleva a cabo normalmente cuando el espectro del ruido varía en función del
tiempo. 2) Cuando el espectro del ruido a analizar tiene un lTlivel más o menos
constante, se puede obtener el nivel de cada banda sin más .que conmutar
secuencialmente el analizador de una banda a otra. El registrador se conecta
al circuito de salida del analizador y su sensibilidad se ajusta en la forma
descrita anteriormente. El analizador se maneja manteniéndolo un tiempo
fijo en cada banda. Lo normal es que se empiece con la banda de frecuencia
más baja, incrementándola cada 2 o 5 seg, por ejemplo. El cambio de banda
puede hacerse manual o automáticamente. Así se consigue un registro como
el de la figura 17.14, que muestra el análisis espectral de un ruido producido
por la circulación de aire por un sistema de tubos. Los datos se obtuvieron
mediante un analizador de un tercio de octava. Los cambios normales de la
conmutación producen una definición suficiente de las bandas. Un gráfico
de .este tipo no sólo proporciona un registro indeleble del análisis, sino que
630
también permite obtener un promedio del nivel en cada banda mejor. que,
el obtenido normalmente con una· simple observaci6n del. movimiento de la
aguja del dispositivo indicador.
~ 30 . ~
0111
~o 20
lri ..... J
'1""\; iJ~
¡j,J "'~~
l-z
~!&J
!&Jet 10
a::: a:::
-'o A.. ,
'tJ~
~~ O
z(/)
-10 5000 10,000
30 50 100 200 500 1000 2000
FRECUENCIA EN HZ
FIG. 17.14. Espectrograma del ruido producido por una corriente de aire
en un sistema de tubos. Estos datos se. obtuvieron con un analizador de
un tercio de octava. (Por cortesía de Brüel y Kjaer.)
631
en todo el campo del análisis. En la figura 17.15 puede observarse un análisis
típico hecho con un analizador de anchura de banda proporcional constante.
El funcionamiento de un analizador de anchura de banda constante, cuan-
do se usa junto a un registrador de nivel, es exactamente el mismo que el de
un analizador de anchura de banda proporcional, salvo que el mecanismo
motriz del analizador puede ser más sencillo, ya que se abarca todo el campo
de análisis del instrumento con una sola vuelta del dial. En la figura 17.16
se muestra un análisis hecho de esta manera. Puesto que, sea cual sea la
frecuencia a la que se sintonice, la anchura de banda del analizador permanece
constante, un ruido blanco o aleatorio tendrá un nivel de espectro constante,
<r(\J
a:o
00
Zo
~Ó 70
z<r
J\
~~ 60 '\ J , !\
wa:cn \ 1\
\ 11\ /
~~~50 IV v- \ J \
ww~
~~~40 h
~o ~ 20 100 1000 10,000 lOO tOOO 10,000
Z~i FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO FRECUENCIA EN HZ
632
relativamente alta (45 db o más), puesto que el ruido interno de fondo del
magnetófono, ya sea el grabado o el originado en el amplüicador de repro-
ducción, será semejante a una señal sonora cuando pase a través del ampli-
ficador.
Para la grabación de ruidos y sonidos, el magnetófono deberá estar conec-
tado al circuito de salida del medidor de nivel sonoro. Se recomienda usar la
entrada <cshunt» del magnetófono, ya que la impedancia de salida de los me-
didores es superior a los 5000 ohmios. Cuando se reproduzca la señal grabada,
se deberá conectar a la entrada del analizador la salida normal de línea.
En la práctica, se pueden encontrar diversos tipos de ruido, que pueden
clasificarse en dos categorías. En primer lugar, el ruido de naturaleza más o
menos continua, como el que hacen las máquinas rotativas y los escapes de
vapor o de los gases de combustión de los aviones. En este tipo de ruido la
razón entre el valor de pico y el valor medio es bastante baja. Si el magne-
tófono tuviera un indicador de nivel de grabación, tal como un medidor VU,
se podrían grabar estos ruidos sin introducir variaciones en las frecuencias
componentes por la sobrecarga de magnetófono, sin más que mantener las
lecturas del medidor VU comprendidas entre - 5 Y O db de su escala. Esto
es especialmente cierto cuando la sensibilidad del medidor VU se establece
de acuerdo con las normas prácticas de grabación, es decir, cuando una onda
sinusoidal de + 10 db se graba con una distorsión de alrededor del 2 o el
3 por 100. Así, pues, la lectura en el medidor VU comprendida entre - 5 Y O db
producirá una sobrecarga despreciable del magnetófono.
El otro tipo de ruido que se encuentra frecuentemente es el intermitente,
con una relación elevada entre los valores de pico y los valores medios. Este
tipo de ruido va asociado con frecuencia a las máquinas que producen impac-
tos y a los disparos de armas de fuego. Debido a la constante de tiempo del
medidor VU, la cinta y, probablemente, hasta algunas etapas del medidor de
nivel sonoro se pueden sobrecargar a causa de los picos. Es difícil predecir
el nivel de pico real del ruido. Por ello, normalmente, es muy útil hacer varias
grabaciones, la primera con la indicación del medidor VU aproximadamente
en el centro de la escala y después dos o tres más con los atenuadores del
medidor de nivel sonoro puestos a unos niveles que sean 10, 20 e, incluso,
30 db superiores. La primera grabación probablemente sobrecargará la cinta,
en tanto que las posteriores proporcionarán un registro más fiable del ruido.
Debe recordarse que en todos los casos la relación total señal-ruido se degra-
dará en 10 deb por escalón. Mediante unos cuantos experimentos se podrá
obtener el mejor nivel posible de grabación para conseguir la mejor relación
señal-ruido sin que se sobrecarguen ni los circuitos del medidor de nivel so-
noro ni la cinta magnetofónica.
No puede esperarse que los magnetófonos comercialmente disponibles ten-
gan una estabilidad de ganancia comparable a la de un medidor de nivel
sonoro o a la de un analizador. Por ello, es importante que al efectuar la
grabación se establezca un nivel de referencia para el ruido total. Esto se
puede hacer de muchas maneras. Una de ellas consiste en anotar la lectura
global en decibelios del medidor de nivel sonoro (nivel de presión sonora)
633
junto a una anotación de la fuente del. ruido, situación del micrófono, orien-
tación del mismo, etc.
Por ejemplo, si se está grabando un nivel total de presión sonora de 86 db,
cuando se analice el ruido posteriormente, el control de ganancia de. repro-
ducción del magnetófono se deberá ajustar de modo que el analizador lea 86 db
en la posición de lectura global (que, por ejemplo, se extienda desde los 20 a
los 20000 Hz). Si el análisis se· realizase, por ejemplo, en bandas de una
octava, el nivel total de presión sonora de cada banda podría leerse directa-
mente del. medidor del analizador, siempre· que el control del atenuador del
mismo se manejase de acuerdo con las instrucciones' del fabricante.
, Un segundo método de anotar el nivel total, de presión sonora y los res-'
tantes datos pertinentes es grabarlos en la propia cinta magnética a través
del micrófono. De esta forma no hay peligro de que, por circunstancias im-
previstas, se· pierdan dichos datos o se traspapelen con los de otra grabación.
Una grabación en cinta se puede analizar de forma análoga a la utilizada
para analizar ruidos sobre el terreno, analizando el sonido resultante de su
reproducción. Las fluctuaciones de nivel serán del mismo tipo que las obser-
vadas sobre el terreno, con la posible adición ± 1/2 db, debida a irregularida-
des en la sensibilidad de la cinta. Estas variaciones del nivel total se pueden
reducir cortando una sección de la cinta con una duración variable en-'
tre 1/2 seg y 10 o 20 seg y empalmando los extremos de manera que se forme
un bucle. Este bucle se puede reproducir tantas veces como se quiera hasta
que se termine el análisis. El bucle se puede reproducir en un magnetófono
de calidad varios miles de veces sin que se produzca ninguna degradación
apreciable en la cinta.
El mejor método para determinar la distribución de frecuencias de .un
ruido intermitente es el análisis del sonido grabado en 'un bucle de cinta,
especialmente si sólo se han grabado unos pocos pulsos discretos del ruido.
Al analizar un bucle de cinta, se observarán unos impuXsos (<<kicksD) en
el medidor del analizador, que corresponden al paso por la cabeza de repro-
ducción del magnetófono de la discontinuidad magnética del empalme. Estos
pulsos no se deberán tener en cuenta. Cuando el medidor del analizador se
utiliza con velocidad lenta, es conveniente emplear un bucle suficientemente
largo para que el transitorio debido al empalme de la cinta haya desaparecido
cuando se efectúe la lectura.
La curva de respuesta con la frecuencia del magnetófono influirá en' el
análisis del ruido grabado, lo que hace necesaria una corrección, cuyo valor
puede calcularse midiendo dicha respuesta para: una onda sinusoidal y pro-
mediando los valores de la respuesta en el interior de cada banda. Por ejem-
plo, si la respuesta del magnetófono disminuye desde O a - 2 db entre los
2400 y los 4800 Hz, la corrección correspondiente a la banda de frecuencias
comprendidas entre estas dos deberá ser de - 1 db.
Un modo rápido de determinar la variación de la respuesta con la frecuen-
cia de un magnetófono consiste en grabar un ruido blanco y analizarlo, tanto
directamente como reproduciéndolo en el magnetófono, con el mismo tipo de
analizador. Las lecturas totales de ambos análisis se ajustan al valor O db.
634
En estas condiciones, la diferencia de nivel entre el ruido analizado directa-
mente y el analizado tras su reproducción es la corrección en decibelios para
el magnetófono. Si el magnetófono es apropiado para efectuar análisis de
ruido, la diferencia deberá ser menor que ± 3 db dentro del campo de fre-
cuencias de interés.
Cuando se utilice un analizador de banda estrecha para medir las diversas
frecuencias componentes, es importante que la velocidad de la cinta se man-
tenga constante durante los procesos de grabación y análisis. Para estas apli-
caciones se deberá emplear un magnetófono con muy poca fluctuación de
velocidad. En caso contrario, la señal grabada estaría sujeta a una modulación
de frecuencia suficientemente intensa como para introducir errores importan-
tes en las lecturas. del analizador, especialmente cuando se analiza un ruido
continuo procedente de una máquina rotativa o de un t.ransformador. ,
MEDICION DE TRANSITORIOS
635
es constante, pero se incrementa la razón del valor de pico al eficaz, el ruido
se hace apreciablemente más alto para el oído, aunque la lectura del medidor
de nivel sonoro no cambie. Parece, pues, que el oído es más afectado por la
potencia de pico instantánea que por la potencia media, así que cuanto mayor
sea el valor de la razón entre el valor de pico y el eficaz, más alto y más
molesto se hará el sonido, incluso aunque no varíe el valor eficaz leído en
un medidor convencional de nivel sonoro.
Normalmente, conviene tomar lecturas del valor de pico cuando la razón
entre el valor de pico y el eficaz es elevada, pero no siempre es fácil deter-
minar cuándo se está en este caso. La relación de los valores de pico y eficaz
para un ruido blanco puede ser de 6 a 10 db. Cuando la relación es mayor
de 10 db, el ruido es, generalmente, de naturaleza transitoria o transitoria
cíclica. Los zumbidos y los ruidos sordos y silbantes, que van asociados nor-
malmente a una máquina rotativa bien diseñada, es muy raro que tengan
razones altas entre los valores de pico y eficaz. En contraste, se producen
ruidos con altas razones entre dichos valores cuando un objeto golpea contra
otro, como en una prensa, cuando hay explosiones y cuando se producen repi-
queteos y tintineos. Un criterio vulgar, pero útil, es el siguiente: cuanto menos
«musical» sea un sonido, es más probable que su razón entre el valor de pico
y el eficaz sea elevada. Cuando esta razón sea muy elevada, como es el caso
de un disparo aislado, la lectura del medidor sonoro no será significativa,
puesto que el pico tendrá una duración demasiado corta para producir una
desviación significativa del dispositivo indicador.
Cuando haya varias fuentes de sonidos intermitentes en un recinto grande,
el ruido total tenderá a tener una razón entre los valores de pico y eficaz
más o menos normal (excepto al lado de las fuentes), ya que las fuentes fun-
cionan aleatoriamente, es decir, sin estar sincronizadas. El operario de cual-
quier gran máquina aislada que sea una fuente de ruido de impacto está
normalmente tan próximo a su máquina que el ruido que en ella se origine
producirá un pico en sus oídos que estará muy por encima del nivel sonoro
medio del recinto. Por ello, cuando se desea medir las características del ruido
al que está expuesto un operario, es muy importante que el micrófono se
sitúe en su puesto habitual de trabajo.
En la figura 17.17 se muestra un registro, obtenido con un osciloscopio,
de dos clases de sonidos de impacto típicos. Para obtener el gráfico (a), el
micrófono se situó a 120 cm de una prensa estampadora que efectuaba una
operación sencilla de estampado. 5 mseg después del impacto se alcanza un
pico instantáneo de 120 db. Obsérvese que el incremento inicial es muy rápi-
do, alcanzándose un nivel de 119 db en el primer milisegundo, después del
impacto. La envolvente de la curva de amortiguamiento es, aproximadamen-
te, de naturaleza exponencial. La naturaleza aleatoria de las amplitudes de los
picos y la asimetría de la onda son evidentes. En la figura li7.17b el oscilo-
grama está producido por un ruido procedente de un martinete de 850 kg
trabajando al aire libre. El micrófono estaba situado a 8 m del martinete. De
nuevo la subida inicial del nivel es muy rápida, siendo 119 db el máximo
nivel alcanzado. En este caso se produce una variación periódica de baja fre-
636
cuencia de 25 m de período (40 Hz), que está causada por la vibración del
martinete. Cuando el micrófono se situaba más próximo al martinete, el
oscilograma tendía a parecerse al de la figura 17. 17a, debiéndose la diferencia
a la atenuación en el aire de los componentes de alta frecuencia, que resulta
apreciable en comparación con la correspondiente a las frecuencias bajas.
~ <
>
~-J ~-J
UJ UJ
a: a:
et <
a: ~o ..._ . _
~ o z
o(f) o
(f)
z z
Q o
(f)
Cñ
~ o 20 40 60 80 100 UJ
Q. a:
TIEMPO EN MILISEGUNDOS Q.
(a)
o SO 100 150 200
TIEMPO EN MILISEGUNDOS
(b)
637
Empleo del osciloscopio para lecturas del valor de pico
El osciloscopio de rayos catódicos es útil para la observación de ruidos
transitorios o intermitentes, en especial si se utiliza una pantalla de gran
persistencia.
Calibración del osciloscopio. Un osciloscopio conectado al conector de
salida de un medidor de nivel sonoro, se puede calibrar mediante una fuente
sinusoidal de potencia audible. Esta fuente puede transmitir su energía al
medidor de nivel sonoro, bien acústicamente a través de un altavoz o de un
calibrador acústico, o bien eléctricamente mediante un calibrador eléctrico
o cualquier otro acomplamiento a los circuitos de entrada del medidor. No
es necesario que haya una gran exactitud en el nivel, pero conviene que la
forma de onda observada en el osciloscopio sea con gran aproximación una
verdadera sinusoide.
Primero se ajustan los controles del medidor de nivel sonoro y la amplitud
de la señal de calibración para obtener una desviación del dispositivo in-
dicador del medidor hasta el final de la escala (normalmente + 10 db).
A continuaci6n se comprueba si el dispositivo indicador del medidor de
nivel sonoro afecta a la forma de onda que aparece en el osciloscopio; esto
se puede hacer desconectando el dispositivo indicador (generalmente conmu-
tándolo a una posici6n A de comprobación de la tensión de batería). Si la
forma de onda fuese afectada, se debería desconectar el dispositivo indicador
durante la observación de la misma. Algunos medidores de nivel sonoro tie-
nen una etapa de salida, diferente a la de acceso al dispositivo indicador, para
la conexi6n de instrumentos auxiliares, en cuyo caso, al no ser afectada la
forma de onda por dicho dispositivo, no es necesario efectuar esta com-
probación.
Finalmente se calibran los mandos de la consola del osciloscopio de la
siguiente manera: Se ajustan los controles del osciloscopio para que la
desviaci6n correspondiente a la lectura del final de escala del dispositivo
indicador sea la más conveniente. Las divisiones de la pantalla del osci-
loscopio son lineales, en contraste con las de la escala del dispositivo in-
dicador del medidor de nivel sonoro, que son logarítmicas, puesto que los
decibelios son proporcionales al logaritmo de la diferencia de potencial eléc-
trico o de la presión sonora. Es conveniente que, por comodidad, la consola
de osciloscopio esté calibrada directamente en decibelios. Esta escala se
determina fácilmente utilizando la Tabla de decibelios dada en el Apéndi-
ce 2.1. Por ejemplo, si una determinada desviación del osciloscopio equivale
a una lectura de + 10 db del medidor o a un nivel sonoro de 90 db, una
desviaci6n mitad de la anterior será 6 db inferior, es decir, equivaldrá a un
nivel sonoro de 84 db; una desviación que sea 0,316 veces el valor de la
primera será 10 db inferior, siendo equivalente a 80 db. El nivel total es la
suma de las lecturas del atenuador más la lectura de la desviación calibrada
en la pantalla del osciloscopio. Mediante este procedimiento, que se emplea
mucho por su gran simplicidad, se calibra el osciloscopio para una onda
sinusoidal. En otras palabras, los valores de pico leídos en eK osciloscopio se
638
dan en función del valor eficaz de una onda senoidal que tenga el mismo
valor de pico. Realmente estas lecturas son 3 db inferiores al verdadero valor
de pico de la onda, así que para obtener el verdadero valor de pico instantáneo
se deben sumar 3 db.
Una vez calibrado el osciloscopio para su uso con un medidor de nivel
sonoro, es conveniente marcar sus controles o fijarlos con una cinta adhesiva
para evitar que se puedan mover accidentalmente durante las mediciones.
Lectura del osciloscopio. Cuando se use el osciloscopio asociado a un
medidor de nivel sonoro, se deberá tener cuidado de no hacer funcionar nin-
guno de los dos instrumentos en una zona de funcionamiento no lineal. En
el caso de que en la traza aparezcan desviaciones bruscas al alcanzarse una
cierta amplitud, es que el osciloscopio o el medidor están sobrecargados. Si
fuera el osciloscopio, se deberá reajustar el control. Si el que estuviese sobre-
cargado fuera el medidor de nivel, se debería aumentar el valor del atenuador,
con lo que se asegura la ausencia de distorsión causada por la sobrecarga
del circuito de salida. (Las normas ASA especifican que el medidor de nivel
sonoro tenga su punto de sobrecarga al menos 10 db por encima del valor
superior de la escala, lo que equivale a una tensión eléctrica tres veces mayor
que la correspondiente a dicho valor.)
Fotografía de la pantalla. Hay varios tipos de cámaras para fotografiar
la traza de la pantalla del osciloscopio. Algunas cámaras son de revelado ins-
tantáneo, que es muy conveniente para esta aplicación. Cuando se necesite un
registro continuo pueden utilizarse cámaras de película continua.
639
conectado a la salida de un analizador de bandas de octava. La curva su-
perior representa los niveles de picos medidos en las diversas bandas; la de
en medio es la del nivel promediado en el tiempo, con una constante de tiem-
po de 0,01 seg; la curva inferior muestra la energía relativa medida en las
diversas bandas.
...J
BANDAS DE OCTAVA EN· HZ ~
o o o 00
~-~-~-~-~-~-z-~-~""
o
o
~ 120)--+---1--4--I--+--+-1--¡--¡
1&.
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o:: 110
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'"
FIG. 17.20. Gráfica que muestra la <'>ILI Z ::f
dependencia entre la relación del va- ~¡::::JOl
lor de pico al valor medio y la rela-
ción entre las constantes de tiempo
1LI1L11L10::
0::000.. ~
0.5 0 5 la 15 20 25
del impacto y del circuito. (A. P. G. DIFERENCIA EN 08 ENTRE EL NIVEL
Peterson,12) DE PICO Y EL PROMEDIADO
640
un ruido aleatorio que se amortigua de forma aproximadamente exponencial,
esta relación da el tiempo de amortiguación del impacto en la forma de
cociente entre el tiempo de amortiguación y el tiempo utilizado para obtener
el nivel promediado.
En general, para que las lecturas sean conformes con las obtenidas en el
osciloscopio, los indicadores de pico se calibran en función del valor eficaz o
de un valor de pico equivalente. Si se necesitase el verdadero valor de pico,
la lectura se debería incrementar en 3 db.
641
41
nulo.. De esta forma, el análisis mostrará con precisión la distribución de la
energía del ruido en función de la frecuencia.
Para la medida de la potencia sonora emitida por una fuente se utilizan los
siguientes métodos:
1. Método del campo libre. Las mediciones de la presión sonora se hacen
en condiciones de campo libre a una distancia fija de la fuente en varias
direcciones. A partir de estos datos se puede determinar la potencia emitida
en estas direcciones. La potencia total se obtiene mediante una integración
sobre una superficie esférica.
2. Método del campo reverberante. Las mediciones de la presión sonora
se hacen en una habitación con elevada reverberación, en la que el sonido es
casi totalmente difuso. En estas circunstancias, el nivel de presión sonora
será aproximadamente igual en cualquier punto de la habitación (excepto en
la proximidad de la fuente). Puesto que, bajo estas condiciones existe una
relación entre el nivel de presión sonora y la potencia total emitida por la
fuente, puede obtenerse fácilmente esta última.
3. Método del campo semirreverberante. Frecuentemente se debe medir
la potencia sonora de una· fuente bajo condiciones que no son ni las de un
campo libre ni las de un campo reverberante. En estas circunstancias, la po-
tencia .sonora se puede calcular con gran aproximación a partir de relaciones
matemáticas en función de las medidas de la presión sonora generada por la
f~ente en el recinto. Si la habitación se ha «calibrado» previamente P9r medio
de otra fuente de potencia sonora conocida, se puede hacer una determinación
más precisa. Este método no alcanza tanta precisión como los anteriores, que
se 'describen detalladamente a continuación y que son lós recomendados.
, .En todos los procedimientos anteriores, la potencia sonora se puede medir
en bandas de una octava, de media o de un tercio de octava. La potencia
total se puede calcular sumando las potencias de cada una de las bandas,
según se i~dica en la figura 2.17. También se puede calcular directamente la
potencia total por medio de mediciones de los niveles globales de presión
sonora. Pero el primer método, que emplea filtros, proporciona datos adicio-
nales de utilidad para la ingeniería acústica.
642
en donde L p es el nivel de presión sonora a una distancia de r metros de la
fuente,
L w = L p + 20 10gIo r + 10,9 dbp (17.2)
643
POSICIONES DEL MICRÓFONO. El micrófono se debe situar como mínimo
a una distancia doble de la mayor dimensión de la máquina bajo prueba,
aunque es preferible situarlo por lo menos a cinco veces dicha dimensión;
en cualquier caso, la distancia a la fuente no debe ser inferior a 1 m. Además,
para que se pueda asegurar que el micrófono está situado en una zona en la
que realmente se cumplen las condiciones de campo libre, nunca debe estar
más próximo que 'A/4 de las paredes del recinto, siendo 'A la mayor longitud
de onda que vaya a medirse.
Cuando la fuente sonora cuya potencia se va a medir irradia de forma
perfectamente esférica, sólo se precisa medir el nivel de presión sonora en
un punto situado a cierta distancia de la fuente para determinar la potencia.
No obstante, como muchas fuentes tienen un diagrama de radiación no uni-
forme, se debe determinar la potencia en una serie de puntos, con lo que se
obtiene información de la potencia emitida por unidad de superficie en las
diversas direcciones. Cuanto menos uniforme sea el campo de radiación, ma-
yor será el número de puntos en los que hay que hacer medidas. Se recomienda
utilizar 20 puntos de medida para lograr un buen grado de precisión cuando
la fuente tiene una directividad elevada. En la tabla 17.1 se fija la posición
de estos 20 puntos. Si la fuente es más uniforme, o si no se necesita tanta
precisión, se pueden emplear series de 12 o de 8 puntos, cuyas posiciones se
dan en las tablas 17.2 y 17.3.
x ?J z
O 0,93 0,36
0,93· -0,36
°
0,58
0,58
0,58
0,58
0,58
-0,58
0,93 0,36
0,36 °
0,93
0,36
0,93
0,58
°°
-0,36
-0,58
-0,93
°
0,58
0,58 -0,58 -0,58
-0,93 0,36
°°
-0,58
-0,93
-0,58
-0,36
0,58
-0,58 -0,58 -0,58
-0,93 -0,56
-0,36 °
0,93
-0,36
-0,93
-0,58
°°
0,36
0,58
-0,93
°
0,58
-0,58 0,58 -0,58
644
CÁLCULO DE LA POTENCIA SONORA. En la ecuación (17.1) se da el nivel de
la potencia sonora en función del nivel de presión sonora medido a una dis-
tancia r de la fuente. Cuando la fuente es direccional, se puede calcular fácil-
mente su potencia de salida midiendo el nivel de presión sonora en un
conjunto de puntos situados en una esfera imaginaria que rodee a la fuente.
De estas medidas se puede deducir el nivel medio de presión sonora que
habría si se sustituyese la fuente por otra puntual con la misma potencia de
salida. La potencia radiada se puede calcular mediante una ecuación similar
a la (17.1):
LlV = L p + 20 loglo r + 0,6 dbp (17.4)
x y z
0,89 0,45
°0,53 0,72 -0,45
0,85 0,28 0,45
0,85 . -0,28 -0,45
0,53 -0,72 0,45
-0,89 -0,45
°
-0,53 -0,72 0,45
-0,85 -0,28 -0,45
-0,85 0,28 0,45
-0,53 0,72 -0,45
°° °° -1
1
x y z
°°0,82
0,82 0,58
0,82 -0,58
0,82 °
O
0,58
-0,58
°° -0,82
-0,82
0,58
-0,58
-0,82 0,58
-0,82 °° -0,58
645
El nivel medio de presión sonora L p se puede calcular a partir de los va-
lores obtenidos en un conjunto de puntos del siguiente modo: Cada medida
de nivel de presión. sonora corresponde a un valor de la potencia por unidad
de superficie que atraviesa una esfera imaginaria. Por consiguiente, para obte-
ner la potencia media por unidad de superficie y, por tanto, el nivel medio
de presión sonora sobre la superficie de la esfera, hay que hacer lo siguiente:
Calcular el nivel resultante de la combinación de los diversos niveles
1.
por medio de la figura 2.17. Esto se puede hacer combinando las lectu-
ras de los dos primeros puntos (por ejemplo, si la lectura de cada
uno fuera de 80 db, el nivel combinado según la figura 2.17 sería
de 83 db); a continuación, se combinaría este nuevo valor con la lec-
tura tomada en el tercer punto, etc.
2. Sustraer del valor final obtenido en (1) una «constante de promedioD N,
cuyo valor depende del número de puntos en los que se efectúa la
medida. Los valores de N para mediciones en un recinto cerrado se
proporcionan en las tablas 17.1 a 17.3.
646
POSICIONES DE LOS MICRÓFONOS. Las mediciones se deberán hacer en pun·
tos alejados de la máquina bajo prueba; Por ello, el micrófono se deberá
situar a una distancia no menor que dos veces (mejor si son cinco veces) la
x y z
-0,36
-0,93 • °0,36 °
0,93
O
-0,58 0,58 0,58 ,
647;
dentro del campo de frecuencias de interés, se pueden omitir, para calcular
el nivel medio de presión sonora, las mediciones en posiciones distintas de
las cercanas al suelo.
x y z
O 0,89 0,45
0,85 0,28 0,45
0,53 -0,72 0,45
-0,53 -0,72 0,45
-0,85 0,28 0,45
O O 1
x y z
O 0,82 0,58
0,82 O 0,58
O -0,82 0,58
-0,82 0,58
°
CÁLCULO DE POTENCIA SONORA. Cuando se hacen mediciones sobre una
superficie semiesférica imaginaria situada sobre un plano semirreflectante, se
puede calcular la potencia emitida por la fuente, a partir del nivel medio de
presión sonora L p sobre la superficie de este hemisferio, mediante la siguiente
fórmula· :
L w = L p + 20 logio r + 7,9 dbp (17.7)
648
tación y cuando las ondas sonoras se propagan con igual probabilidad en
cualquier dirección. Estas condiciones se alcanzan aproximadamente en las
grandes habitaciones reverberantes, como se cita más adelante. De acuerdo
con la ecuación (18.3), el nivel de potencia sonora de la fuente en decibelios
(referido a 10- 12 vatios) L w está relacionado con el nivel medio de presión
sonora L p por la ecuación
(17.8)
0.060 ,.
i 0,054 \
z I \
o I
o 0,048 1-
~
::> 0,042
z 11 1\ \
-- --
0,024
~~ ......
-- ----
relativa. Véase la ecuación (17.9). Se .-.
W ... \ \. 8192 -F
recomienda emplear un sicómetro ollJ 0,018 \.
-1-
patrón para medir humedades infe- ¡;:::!
"- 6000 ==i="
riores al 35 por 100. En cualquier
caso se recomienda utilizar instru-
mentos de lectura directa de preci-
lIJa: 0,012
00
(.)0. 0,006
i\.
r\
'," ......
0,003 1024 "
-- 4096
2048
::::1=:
1-
1-
Se debe hacer hincapié en que las ecuaciones anteriores sólo son aplica-
bles cuando se dan las condiciones de campo sonoro difuso en la habitación;
si es aSÍ, el campo sonoro será casi uniforme en toda la habitación. El grado
de difusión es función de las dimensiones, forma y absorción de la habita-
ción y de las características del propio ruido. ASÍ, el grado de difusión de-
pende de N, que es el número de modos normales de vibración que están
649
excitados, dado aproximadamente por la siguiente fórmula:
650
la incidencia aleatoria del micrófono. Debido a que los niveles de presión
sonora en la cámara de pruebas son mayores cerca de las, paredes y esquinas
que en el resto de la habitación, el micrófono se deberá situar para evitar
errores apreciables, a una distancia de, al menos, 3,A/4 de las esquinas de la
habitación y como mínimo a 'A/4 de las paredes, siendo 'A la longitud de onda'
de la frecuencia más baja que se vaya a medir. 1s
Además, se recomienda que el micrófono no se sitúe a una distancia de la
fuente sonora menor que su mayor dimensión; en cualquier caso, nunca debe
estar a menos de 1 m de la superficie más próxima de la fuente. El nivel
medio de presión sonora se debe obtener como se indicó en las fórmulas
anteriores. Este valor medio se debe obtener sobre un espacio de al menos
una longitud de onda y puede obtenerse haciendo oscilar al micrófono sus-
pendido de una cuerda o empleando cualquier otro· medio para mover el
micrófono. (Es importante que el dispositivo empleado no produzca ninguna
señal acústica.) Se deben llevar a cabo. mediciones similares en otras tres o
cuatro posiciones del micrófono, promediando los resultados. El número de
posiciones necesarias para obtener unos resultados precisos depende de la
anchura del espectro de la fuente sonora. Por ejemplo, si la fuente sonora
tiene fuertes frecuencias discretas, será necesario hacer medidas en un mayor
número de posiciones. Así, si las variaciones de nivel son mayores de 12 db,
el campo no es suficientemente uniforme para obtener resultados precisos; si
las variaciones están comprendidas entre 6 y 10 db, se deberá tomar un
valor inferior en 3 db al mayor obtenido; si las variaciones de nivel son infe-
riores a los 16 db, se tomará sencillamente el valor medio.
La fuente sonora bajo prueba es, normalmente, algún tipo de máquina y
se debe montar en posición y condiciones de funcionamiento normales. Si no
se dan estas condiciones, la máquina se deberá situar por lo menos a 3'A/4 de
las esquinas y a 'A/4 de las paredes del recinto (sin que haya ninguna superficie
importante de la máquina paralela a una pared próxima), siendo 'A la longitud
de onda correspondiente a la frecuencia más baja que vaya a medirse.
Puede ocurrir que el recinto no sea suficientemente grande para permitir
el emplazamiento del micrófono dentro de los límites indicados anteriormente.
Si el recinto es suficientemente grande para que ninguna de sus superficies
esté a una distancia de la superficie principal de la máquina más próxima
inferior a una de las dimensiones principales de la misma, el nivel medio de
presión sonora se' puede obtener midiendo el nivel de presión sonora en cada
uno de los cuatro rincones junto al suelo, promediando dichos valores y res-
tando 9' db al valor medio obtenido; este valor es equivalente al nivel medio
de presión sonora en el centro del recinto.
Determinación de la absorción total en el recinto de pruebas. La absor-
ción total de la cámara de' pruebas se puede determinar de tres formas dife-
rentes:
1. A partir de mediciones del tiempo de reverberación. Se produce un
sonido de frecuencia variable o un ruido térmico durante un tiempo suficiente
para que se alcance el estado estacionario y se determina el intervalo de tiempo
651
necesario para que el nivel baje 60 db por medio de un registrador gráfico
de nivel de alta velocidad. Este tiempo se denomina tiempo de reverberación
y está relacionado con la absorción· total del recinto por las ecuaciones (18.6)
y (18.7).
2. A partir de cálculos basados en coeficientes de absorción. La absor-
ción total se puede calcular directamente mediante la ecuación (18.2), multi-
plicando sencillamente cada superficie de la cámara de pruebas por su respec-
tivo coeficiente de absorción y sumando los resultados. Debe observarse, sin
embargo, que no siempre se conocen con exactitud los coeficientes de ab-
sorción.
3. Mediante una fuente de sonido calibrada. Si se dispone de una fuente
de sonido cuya potencia ha sido medida con precisión, se puede medir el nivel
medio de presión sonora que produce en la cámara de pruebas y, mediante
la ecuación (17.9), calcular el término 10 10gIO (a + 4mV). Puesto que, en igual-
dad de condiciones esta cantidad es constante, se puede situar en la cámara
una fuente desconocida, determinando el nivel de potencia sonora mediante
la ecuación (17.9), una vez que se haya medido el nivel medio de presión
sonora L p .16 Si la fuente que se usa para la calibración está calibrada en condi-
ciones de campo libre, deberá situarse en la habitación de pruebas de manera
que emita en ella sustancialmente la misma potencia que en un campo libre.
Anotaciones que se deben hacer al medir la potencia sonora. Cuando se
realicen estas mediciones, se recomienda incluir la siguiente información:
1. Máquina bajo pruebas. Una descripción de la misma, sus condiciones
de funcionamiento y de montaje y su situación en la cámara durante las
pruebas.
2. Descripción de la cámara de pruebas. Incluyendo su volumen, super-
ficies límites, absorción total y temperatura y humedad relativa al realizarse
las mediciones.
3. Equipo. Una descripción del equipo utilizado en las pruebas, inclu-
yendo el nombre, fabricante, tipo y número de serie, junto a cualquier infor-
mación concerniente a la calibración de este equipo.
4. Mediciones. Una descripción de las posiciones del micrófono, niveles
de presión sonora obtenidos en cada una de ellas para cada una de las fre-
cuencias o bandas de frecuencias usadas, además de los márgenes de varia-
ción de los promedios en el espacio o en el tiempo que se hayan realizado.
5. Presentación de los datos. Calcular tanto la potencia sonora en va-
tios, como el nivel de potencia sonora en decibelios y dibujar estos datos en
el papel gráfico adecuado; incluir información sobre la desviación típica de
las mediciones.
652
REFERENCIAS
653
Capítulo 18
MATERIALES ACUSTICOS
HALE J. SABINE
ABSORCION DE SONIDO
Introducción
Los materiales y estructuras acústicas se pueden describir, en cuanto se
refieren a reducción de ruido, como aquellos que tienen la propiedad de ab-
sorber una parte sustancial de la energía de las ondas sonoras que chocan con-
tra su superficie. Pueden usarse de cuatro maneras: 1) como recubrimientos
para paredes y techos; 2) como unidades suspendidas individuales; 3) como
Uf
655
Como se explicará más ampliamente en capítulos posteriores, las reflexio-
nes excesivas en una habitación pueden incrementar la sensación de des-
agrado en los ocupantes, a causa del ruido, de diversas maneras, a saber: in-
crementando el nivel de presión sonora, prolongando el ruido a través de la
reverberación y difundiendo el ruido, con muy pequeña atenuación, a través
de la habitación.
Así, pues, los materiales acústicos se usan como superficies de acabado
en muchos tipos de construcciones, tales como oficinas, escuelas, hospitales,
restaurantes, plantas industriales, o cualquier área encerrada, en la cual los
ocupantes estén expuestos al ruido y puedan satisfacer en diversos grados un
buen número de requisitos arquitecturales y estructurales. Algunas de las pro-
piedades que merecen consideración, además de la alta absorción de sonido,
son la apariencia, efecto decorativo, reflectividad lumínica, mantenimiento, du-
ración y resistencia al fuego.
656
Clasificación de la absorción de los materiales
Coeficiente de absorción sonora. La fracción de la energía absorbida
cuando una onda sonora es reflejada se llama coeficiente de absorción del ma-
terial (también llamado absortividad acústica), y puede variar desde 1 o 2
por 100 a cerca del 100 por 100 para diversos materiales. El coeficiente de
absorción de un material depende de la naturaleza del mismo, de la frecuencia
del sonido y del ángulo con que la onda sonora incide sobre la superficie.
Coeficiente de reducción de ruido. Ya que el coeficiente de cada material
varía con la frecuencia, generalmente se listan los coeficientes de un material
a las frecuencias 125, 250, 500, 1000, 2000 Y 4000 cps *. Algunos laboratorios
miden y publican coeficientes para frecuencias inferiores y superiores a este
rango. Para comparar la efectividad de los materiales en cuanto a reducción
de ruido, se utiliza normalmente el coeficiente de reducción de ruido (NRC).
Este valor es la media de los coeficientes en las frecuencias 250, 500, 1000
Y 2000 cps, redondeada al múltiplo más cercano de 0,05.
Coeficientes de materiales generales de construcci6n. Los materiales de
acabado de interiores, tales como hormigón, yeso endurecido, vidrio, mam-
postería, madera y materiales de solado duros, son lo suficientemente rígidos
y no porosos como para ser reflectores casi perfectos, con coeficientes de
absorción sonora inferiores a 0,05. Los materiales ligeros porosos pueden tener
coeficientes de 0,50 a 1,00.
Las alfombras, cortinas y muebles tapizados suministran un buen grado de
absorción sonora en virtud de su porosidad. La absortividad de las alfombras
depende de un cierto número de factores, que incluyen altura de pelo, peso,
tipo de apoyo, y el espesor y material del forro. En la mayoría de las alfom-
bras, la absortividad crece con la frecuencia, y generalmente alcanza altos
valores en la región de altas frecuencias. Una alfombra típica, con un forro
de 1134 g, tiene un coeficiente de reducción de ruido de alrededor de 0,50
a 0,55. La absortividad de las cortinas varía ampliamente, dependiendo de su
peso y de la cantidad de pliegues. La absortividad se incrementa, especialmente
a bajas frecuencias, separando las cortinas unos pocos centímetros de la pared.
Los muebles tapizados como la ropa de las personas pueden añadir un apre-
ciable incremento de la absortividad a una habitación. En la tabla 18.1 se listan
valores representativos de la absorción para los materiales antes citados.
Variaci6n de la absorción con el ángulo de incidencia. El coeficiente .de
absorción de cualquier material varía considerablemente con el ángulo de
incidencia de las ondas sonoras. Cuando los materiales se usan para recubrir
las superficies de una habitación, que es el uso más común, están normalmente
expuestos a ondas sonoras que inciden bajo diferentes ángulos más o menos
aleatoriamente distribuidos. Por esta razón, los coeficientes publicados de los
materiales comerciales se determinan generalmente por el método de la cá-
657
42
Tabla 18.1. Coeficientes de absorción del sonido de materiales de construcción
I
Coeficientes
Material
125 cps 500 cps 2000 cps
I ----
Pared de ladrillo pintada ... . .. . ,. ... ... ... ... ... . .. ... 0,01 0,02 0,02
Pared de ladrillo no pintada ... . ,. ... ... ... ... ... '" ... 0,02 0,03 0,05
Alfombra no forrada ... ... ... .. , ... ... ... ... ... ... ... 0,05 0,25 0,60
Lo mismo, lecho de fieltro de 1 kg ... ... ... ... ... ... 0,10 0,60 O,EO
Fábricas:
Ligera, 0,3 kg/m2, empapelada ... ... ... ... ... ... ... 0,04 0,11 0,30
Media, 0,5 kg/m 2, entelada ... ... ... ... ... ... '" .. . 0,07 0,49 0,66
Pesada, 0,6 kg/m 2, entelada, .. , ... ... ... .. . ... '" ... 0,14 0,55 0,70
Suelos:
Hormigón o terrazo ... ... ... ... ... ... ... .. . '" ... 0,01 0,02 0,02
Made.ra '" ... ... ... '" ... .. , ... '" .,. ... ... .. . ... 0,05 0,03 0,03
Linóleum, asfalto, goma o loseta de corcho sobre
hormigón ... ... ... '" ... ... ... ... ... ... ... '" ... 0,03-0,08
Vidrio ... '" .. . ... ... '" ... .. , ... '" ... ... ... '" .. . 0,03 0,03 0,02
Losa de mármol o pulida ... ... ... ' " ... ... .. . ... ... 0,01 0,01 0,01
Cemento, yeso o cal, acabado igualado, sobre loseta o
ladrillo '" ... ... ... ' " ... ... ... '" ... ... ... .. . ... 0,01 0,02 0,04
Lo mismo, sobre listones ... ... .. , .. . ... ... ... .. . ... 0,02 0,03 0,04
Cemento, yeso o cal, acabado basto sobre listones '" ... 0,04 0,06 0,05
Paneles de madera ... ... ... ... .. . ... ... . .. ... ... ... 0,08 0,06 0,06
658
y en otra literatura publicada se pueden tomar como valores de incidencia
aleatoria, a menos que se establezca específicamente otra cosa.
Desgraciadamente, no existe una relación fija o exacta entre el coeficiente
de incidencia normal y aleatoria para los diversos materiales. En otras palabras,
dos materiales que tengan el mismo coeficiente de incidencia normal no ten-
drán necesariamente los mismos valores de incidencia aleatoria. La relación
variará dependiendo de las propiedades físicas, dureza y condiciones de mon-
taje. Sin embargo, se puede establecer con una aproximación bastante exacta
que los valores de incidencia aleatoria son dos veces los valores de incidencia
normal en los rangos bajos, más alta en 0,25 a 0,35 en el rango medio y apro-
ximadamente igual en el rango alto.
659
El elemento de rozamiento que se emplea con mayor frecuencia para la
disipación de energía sonora es un lecho de material altamente poroso de, al
menos, 1,25 cm de espesor, en el cual los poros deben estar intercomunicados.
Los poros pueden ser fibra mineral o vegetal afieltrada, o intersticios entre pe-
queños gránulos o una composición espumosa en la cual las burbujas solidi-
ficadas comunican unas con otras por toda la estructura. Cuando una onda
sonora entre en un material poroso, la amplitud de vibración de las moléculas
de aire se amortigua progresivamente por rozamiento contra las superficies
de las fibras o partículas que forman la estructura porosa. Este rozamiento
actúa como una resistencia acústica, cuyo valor depende de la resistencia del
material a dirigir el flujo de aire, o resistencia al flujo y sólo ligeramente de la
frecuencia. La resistencia al flujo se define como la relación de la caída de
presión a través de una muestra de material a la velocidad del aire que pasa
a través de ella; se expresa en rayls (dina-seg por cm3). En general, la resis-
tencia al flujo debe mantenerse dentro de ciertos límites para desarrollar la
máxima absorción. Si es demasiado alta, las ondas sonoras no pueden entrar
bien en el material, y si es demasiado baja, no existe suficiente rozamiento
para disipar una proporción alta de energía. El valor óptimo de la resistencia
acústica varía con la frecuencia y con el espesor y forma de montar el material.
En la figura 18.29 se muestran las resistencias al flujo de un mínimo de
materiales porosos comercializados en forma de tableros y capas de fibra mi-
197
..l 11111
157
oo 118
/THERMOFLEX
~ 79 r 1111
0:-1 SPINCOUSTlC
3° 16
MICROLITE
."r,/':
/ Y. ,f. j3~g4~,
1/ 7 l&l~<i~
1
ii~ 12 ULTRAFINE . ~<l>-a: 3
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a: ULTRALlTE
SPíNTEX 305
-1 I I
=l=tl=t RELACION ENTRE LA DENSID Ai)
COMPRIMIDA Y LA DENSIDAD NO
COMPRIMIDA
6.4 9.6 16 32 48 64 96 128100 320 480 640960 1280
DENSIDAD NOMINAL EN KG/m3.
660
al flujo de este ambiente no es demasiado alta, esto es, menor de 10 rayls, no
se verá afectado el rendimiento absorbente de la estructura.
Un tercer elemento que interviene en la absorción sonora, principalmente
en el campo de las bajas frecuencias, es el espesor del volumen de aire exis-
tente entre la cara del material y la superficie rígida que lo soporta. Este
volumen incluye el aire de los poros del material y cualquier espacio de aire
entre el material y el soporte. Este último puede variar en la práctica desde
cero, cuando el material se asegura directamente sobre el soporte rígido, a al-
gunos metros, en el caso de techos acústicos suspendidos. Cuando el espesor
del volumen de aire es menor de un cuarto de longitud de onda actúa como
una reactancia acústica rígida, cuyo valor aumenta conforme disminuye la
frecuencia y disminuye el espesor del volumen de aire. El coeficiente de ab-
sorción a baja frecuencia de cualquier material, consecuentemente, comenzará
a caer al disminuir la frecuencia a una frecuencia determinada por el espesor
total del volumen de aire. Aunque esta frecuencia de corte no está en absoluto
claramente definida y varía considerablemente con los distintos materiales,
puede determinarse muy aproximadamente por la relación
e
f=-
2d
661
MATERIALES ACUSTICOS COMERCIALES 12
Losas y tableros
Una losa o tablero acústico se puede describir como un material integral
rígido autosustentante, presentado en unidades prefabricadas de un tamaño
y espesor definidos. La distinción entre losas y tablero es sólo de tamaño. Los
tamaños varían normalmente desde 30 x 30 cm a 30 x 60 cm, con tamaños más
grandes o más pequeños hay algunos productos. Los espesores varían en ge-
neral desde 1 a 3 cm. Los diferentes productos existentes en forma de losa
o tablero difieren ampliamente en la composición y características superficia-
les, con las correspondientes diferencias de propiedades, distintas de las de
absorción sonora, tales como apariencia, estilo arquitectónico, facilidad de lim-
pieza, capacidad de ser pintado, reflectancia lumínica, resistencia a la llama
LOSA ACl/STICA
662
Tipo 11. Losa de fibra de celulosa perforada aleatoriamente. Tablero de
madera o caña con perforaciones que son de diámetros diferentes y con espa-
ciamiento aleatorio para efecto decorativo.
Tipo III. Losa de fibra de celulosa agrietada. Lo mismo, excepto que la
superficie está agrietada en vez de perforada.
Tipo IV. Losa de fibra de celulosa entretejida o fisurada. Lo mismo, ex-
cepto que las aberturas de las superficies tienen un entretejido fisurado irre-
gular en vez de perforaciones mecánicas, para efecto decorativo.
Tipo V. Losa de fibra mineral perforada. Tablero de lana, de roca o de
vidrio con perforaciones superficiales integrales.
Tipo VI. Losa de fibra mineral fisurada. Lo mismo, excepto que las aber-
turas de la superficie son fisuras irregulares para efecto decorativo.
Tipo VII. Losa o tablero de fibra mineral pulido o entretejido. Lo mismo
excepto que no aparecen grandes aberturas sobre la superficie. El acceso del
sonido al interior de la losa es por la porosidad de la superficie.
Tipo VIII. Losa o tablero de fibra mineral guarnecido con membrana. Lo
mismo, excepto que la superficie está cubierta con una membrana relativamente
transparente al sonido, impermeable al aire, flexible, ligera,' para mejorar su
apariencia y facilidad de limpieza.
Las descripciones anteriores se refieren a materiales que son normalmente
fabricados por miembros de la Acoustical Materials Association. Se debería
añadir alguna clasificación adicional para cubrir otras combinaciones del as-
pecto y composición de la superficie, así como de los materiales, ahora en el
mercado, que tienen estructura y textura de la superficie granular o esponjosa.
SUJECION
r MECANICA
(pcz. . . . ;..
~""''''''':;.'::'l;'.'''''''~'':~
::o,...: '~
'f\: ~·o.:?~:··;~. ~:~·¡:.9·¿:;.'?;f:;.;.,;.?-;;;'i¡'::;~,::·~·¿~
2.5x10 Ó 2.5x 10 A
30 cm. SEPARACION
/
c: - - - - , ¡--- .-f_-_-1--_---11 ~
.. ff¡//IT;:-5s~p2;.~~b9o~ A I \ I 1111111111111
L f'APEL LOSA' ACUSTlCA CLAVADA O
ATORNILLADA A LOS LISTONES
SECCION
A-A
663
Aplicación de losas y tableros acústicos. Una de las principales ventajas
de las losas y tableros acústicos es su fácil adaptación a los diversos métodos
de construcción e instalación en los edificios nuevos y en los ya existentes.
Todas las losas acústicas pueden aplicarse por medio de adhesivos acústicos
aprobados a superficies de cemento, hormig6n y tableros die yeso que estén
en condiciones apropiadas. La losa de 30 x 60 cm es generalmente la mayor que
se recomienda para utilizar con adhesivos. Todas las losas y tableros de fibra
de celulosa y algunos de fibra mineral, de cualquier tamaño, pueden ser da-
vados o atornillados a un forro de madera con el espaciado apropiado o a un
techo de madera o guarnecido del techo, y pueden ser también atornillados a
tableros de yeso suspendidos.
664
o fisuradas en una superficie que sería de otra manera impermeable. Los mé-
todos de montaje son los usados por la Acoustical Materials Association y se
muestran en el apéndice 18.1; por ejemplo:
Montaje núm. 1. Cemento rápido a superficie rígida, con espacio de aire de 0,03 cm.
Montaje núm. 2. Clavado a listones de 7,5 X 2,5 cm, espacio de aire de 2 cm.
Montaje núm. 7. Soportado sobre sistema de suspensión metálica.
FIG. 18.6. Construcción de losas acús- FIG. 18.7. Construcción de losas acús-
ticas por sistema de suspensión me- ticas por sistema de suspensión me-
tálico oculto. tálico visto.
I
: 0.60 __ .J.. ,...' I 0.60 -f I TIPO I - 1.9 cm
-:----i _
1&.1' r I
FIG. 18.8. Absorción sonora media de FIG. 18.9. Absorción sonora media de
una losa acústica del tipo I (fibra de una losa acústica de 1,90 cm, del tipo 1,
celulosa perforada regularmente), de sobre soportes cementado, forrado y
1,27 cm, sobre soportes cementado y sistema de suspensión. (AMA Bulle-
forrado. (AMA Bulletin,16). tin,16)
sorción a 250 cps y algo a 125 cps, para los espacios de aire más profundos
suministrados por el montaje número 7. Existe también una disminución ca-
racterística de absorción a 500 cps en todos los montajes con espacio de aire,
pero no existe, o es muy pequeño, el cambio a frecuencias más altas.
Datos más completos sobre el efecto de los espacios de aire han indicado
que los materiales que tienen una estructura interna tal, que permite al sonido
665
penetrar fácnmente a través de la superficie posterior en el espacio libre,
exhiben cambios mayores en la absorción cuando se aumenta la anchura del
espacio de aire, particularmente a bajas frecuencias, que aquellos materiales
que tienen una superficie posterior relativamente impermeable. Sin embargo, la
mayoría de los materiales muestran cambios insignificantes en la absorción
conforme el espacio de aire se incrementa desde 20 a 40 cm.
z 1.00.-----.---,---,----,--...,.--,----, z 1.00
§ 0.90 f--t--l:.......-:.~~-+---+---·r_-i ~. 0.90
---f-·r--..
r-~~ ...
U·
~ 0801---+--1.':' ~: 0.80
~ 0.70 ~. 0.70
el
w 0.60
o 0.50f--fLi-1--+
el
w.
o
0.60
0.50
1-
==Ji. --t-= -
TIPO 'Ir - 1.74 cm.
~ 0040
§ 0.30 f-7'---/t---i
~ 0.40
~ 0.30
7- .
1I
l:i 0.201--,"--+--+---1 ~ 0.20
8 0.101---+--+---1
OL..-----'---'---->---'---'---.l-.---'
8 0.10
o
~
125 250 500 1000 2000 4000 NRC 125 250 500 1000 2000 4000 NRC
FRECÜENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
FIG. 18.10. Absorción sonora media FIG. 18.11. Absorción sonora media
de una losa acústica del tipo 1, de de una losa acústica, del tipo VI (fibra
2,54 cm, sobre soportes cementado, fo- mineral fisurada), sobre soporte de ce-
rrado y sistema de suspensión. (AMA mento. (AMA Bulletin,16)
Bulletin,16)
por lavado normalizado o por repintado, llevado a cabo tan a menudo como
pueda ser necesario sin dañar la superficie o perder la absortividad sonora
del material. Algunas losas se suministran con acabados de pintura, aplicados
en fábrica, lavables. Los materiales de tipo VIII, con una membrana decorati-
va superficial, son más fáciles de mantener por lavado. Con la mayoría de los
materiales, sin embargo, el procedimiento de mantenimiento común empleado
en la práctica es el repintado.
La capacidad de «repintado» de un material acústico, que en la práctica
666
significa el grado al cual puede ser restituida su reflectancia lumínica original
por pintado con relación a una pérdida acompañante de absorción sonora,
depende esencialmente de los medios utilizados originalmente por las ondas
sonoras para penetrar en la superficie del material, y el efecto de las sucesivas
capas de pintura, en restringir este medio de paso al interior. Los tipos de
losas acústicas que tienen virtualmente capacidad total de ser repintados, son
aquellos que tienen perforaciones o rendijas mecánicas integrales, repersenta-
das en la clasificación por los tipos J, 11, 111 Y V. Estos materiales están ini-
cialmente terminados en fábrica con una capa de pintura impermeable, que
permite al sonido entrar sólo a través de las perforaciones. Las capas de pin-
tura adicionales no tienen efecto sobre la absorción sonora, a menos que estén
realmente cubiertas un considerable número de perforaciones. Estas, en todos
los productos existentes ahora en el mercado, se hacen expresamente lo bas-
tante grandes como para que sea muy improbable en los procedimientos nor-
males de pintado, o incluso con un gran número de sucesivas capas de pintura.
Se puede establecer, por tanto, que los materiales perforados íntegramente
puedan ser repintados un indefinido número de veces por cualquier método
de brocha, pistola o rodillo, sin perder su absorción sonora.
Los materiales fisurados, incluidos en los tipos IV y VI, tienen, potencial-
mente, alta capacidad de repintado, pero se deben tomar algunas precaucio-
nes. Como los materiales íntegramente perforados, estos tipos tienen también
una capa de pintura, aplicada en fábrica, impermeable, que cubre la superfi-
cie existente entre las aberturas fisuradas. Sin embargo, las fisuras exhiben
una amplia variación tamaño-profundidad, incluso dentro de la misma losa, y
las capas de pintura adicionales tenderán a cerrar las aberturas más pequeñas
y menos profundas. Si el material contiene la proporción normal de fisuras
profundas y grandes, el cerrado de las más pequeñas tendrá un efecto des-
preciable sobre la absorción sonora. Si se tiene cuidado en las sucesivas apli-
caciones de pintura para evitar rellenar las fisuras más grandes y para con-
finar la pintura a las superficies planas entre ellas, la capacidad para repintar
estos tipos se aproximará a la de los materiales perforados integralmente.
Los materiales similares a los del tipo VII, que no tienen grandes abertu-
ras superficiales, pero que dependen de la porosidad de la superficie del mis-
mo material en cuanto absorción sonora, tienen capacidad de repintado limi-
tada. Están normalmente terminados en fábrica con una capa de pintura que
se aplica lo bastante pesada como para producir reflectancia lumínica inicial
satisfactoria, pero de tal modo que forman una superficie porosa pintada. De-
ben tomarse, sin embargo, precauciones especiales en cuanto al tipo y método
de aplicación de capas de pintura adicionales para evitar el sellado de la su-
perficie, con la consecuente pérdida de absorción sonora. Debe ser consultado
el fabricante del material particular del tipo que se considera, con respecto
a las pinturas recomendadas y las técnicas de aplicación.
Resistencia al fuego. Las propiedades de resistencia al fuego de materia-
les acústicos son un aspecto importante en muchos casos. Puesto que los
materiales acústicos, en general, están clasificados como acabado de materiales
más que como componentes o elementos estructurales, su comportamiento
667
desde el punto de vista de difusión de la llama a lo largo de su superficie es
normalmente de la mayor importancia. Están aceptados dos métodos de prue-
ba diseñados para clasificar los materiales comparativamente con respecto a la
dispersión de la llama en la superficie. En ambos casos, se aplica una llama
controlada a la muestra de ensayo en un punto fijo y se miden los resultados
de la difusión de la llama. En uno de los métodos,13 los materiales se clasifican
según una lista A, B, e y D definida arbitrariamente en el método de ensayo,
y en el otro,14 se dan las relaciones numéricas con las características de la
madera tomadas como norma de comparación.
~o 8 I I I=-±=±
00
1.
0.90 -+--1
11
\
l--L~
I 1
;
:5 080
~:I:l L~¡~~~~~
~ 0.401 I / ¡---j--r-j--T-I- - ¡
~ 0.30 . - 1 - . MORTEROS ACUSTlCOS - 1..25 e m.
llJ 0.20+---'------,-
668
bentes sonoros, es esencial que se sigan explícitamente las instrucciones de los
fabricantes en el mezclado y la aplicación, para conseguir los resultados espe-
rados. Los morteros que no son perforados en el momento de la aplicación
dependen enteramente de la porosidad de la superficie, en cuanto a absorción
sonora, y, por tanto, tienen capacidad de repintado limitada. Los morteros
perforados pueden ser pintados más espesamente sin pérdida de absorción.
En cualquier caso, se deben seguir las recomendaciones específicas del fabri-
cante. Se aconseja la limpieza con limpiadores de recubrimiento de paredes
o un cepillo aspirador.
El promedio de coeficientes de absorción para diez morteros acústicos
publicados por los fabricantes 1S se muestran en la figura 18.13. Estas pruebas
incluyen más de un tipo de mortero o acabado para un mismo fabricante, pero
son de 1,25 cm de espesor total. Los altos valores de absorción a 125 cps se
deben probablemente al hecho de que los paneles de prueba se construyen nor-
malmente para permitir un considerable espacio de aire detrás del material
o de su soporte.
Los morteros acústicos se utilizan para reducción de ruido cuando no se
requiere una absorción sonora extremadamente alta y cuando las caracterÍs-
ticas estructurales y arquitectónicas indican la sustitución de un cemento
duro por un mortero absorbente sonoro.
Los materiales sobre los que se pulveriza, excepto los morteros acústicos,
son de fibra mineral o una mezcla de fibra mineral y asbestos, como ingre-
diente seco, que se mezcla con un aglutinador rápido y un adhesivo durante
el proceso de pulverizado por medio de una pistola especial. Difieren de los
morteros acústicos, principalmente en que son considerablemente más suaves,
pueden hacerse de espesores mayores, usualmente 3,8 cm como máximo, y
pueden aplicarse directamente a listones metálicos, así como a una gran va-
riedad de superficies sólidas. Su estructura fibrosa ligeramente compactada
permite absorciones sonoras extremadamente altas. Particularmente, cuando
se aplican a listones metálicos sobre un espacio de aire. Se han publicado va-
lores de coeficiente de reducción de ruido de 0,8, y mayores para espesores
de 1,25 y 1,9 cm, aplicados de esta manera. Estos materiales son particular-
mente útiles cuando son necesarias las funciones combinadas de alta absor-
ción sonora y aislamiento térmico. La última propiedad hace a estos materia-
les efectivos para la protección del fuego de vigas de acero, viguetas, tejados
y otros elementos estructurales.
669
rado, con pestañas vueltas hacia arriba que enganchan en barras en T de acero
elásticos. El elemento absorbente de sonido es un relleno de lana mineral,
usualmente de 3,2 cm de espesor y envuelto en papel ligero ignífugo para
prevenir el desprendimiento de partículas pequeñas. El relleno se coloca en
el panel durante la instalación y se mantiene separado del mismo con una
1.00
~ i'.-
~ 0.90
/ -1-
Ü 0.80
/ ""'"
'""
Ir
g 0.70
~ 0.60
I&J 0.50
/ '----
o
w 0.40
/ TIPO IX.
ffi 0.:30
i3 0.20
FIG. 18.15. Absorción media de un
§ 0.10 conjunto de panel de metal perforado
u O
125 250 500 1000 2000 4000 NRC y relleno de fibra mineral. (AMA Bul-
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO letin,16)
670
Existen otras variedades de techos acústicos suspendidos en superficie me-
tálica. Uno de ellos consiste en grandes láminas de acero o aluminio perfo-
rado y corrugado, que son autosustentantes en una dirección y soportados
por elementos metálicos vistos en la otra dirección. Se extiende una capa
ligera de lana de vidrio sobre el metal corrugado para suministrar la absorción.
Otro tipo es una lámina metálica con nervaduras que tienen perforaciones
en forma de pequeñas rendijas, y que es soportado por un sistema de sus-
pensión metálica visto con una separación de 0,6 m en ambas direcciones, y
tiene una capa de lana de vidrio adherida al lado posterior durante la obra.
Una tercera variación utiliza paneles cuadrados perforados de 30 cm, con las
pestañas laterales moderadas para ajustar a elementos de suspensión espe-
ciales. Todos estos tipos tienen un alto rendimiento como absorbentes sonoros,
pero los valores exactos variarán, dependiendo de la forma de la perforación;
la densidad y espesor del elemento absorbente y el espacio de aire existente
detrás de él.
Otro subgrupo de conjuntos acústicos especiales está clasificado por la
Acoustical Materials Association como tipo X, paneles de amianto perforado
con relleno de fibra mineral. Esta clasificación se describe mejor como un
método de construcción acústica más que como un material o conjunto acús-
tico. La construcción consiste normalmente en el montaje de vigas de madera
o viguetas de 5 x 5 cm o 10 x 5 cm, entre las cuales se coloca una capa de lana
mineral o lana de vidrio. Las vigas están cruzadas con listones de madera
secundarios, a los cuales se aseguran las láminas de cemento de asbestos per-
forado. Alternativamente, se puede utilizar un sistema con todos los elemen-
tos metálicos. Las láminas vistas son normalmente de 0,5 cm de espesor, con
perforaciones de 0,5 cm y centros a 1,25 cm. El elemento absorbente puede
ser capas de lana de vidrio o mineral de diversos espesores y densidades, de-
pendiendo de las características frecuencia-absorción deseadas. La función
principal del tablero de cemento de amianto es suministrar una superficie acús-
ticamente transparente, rígida, duradera, de buena apariencia, que sea tam-
bién incombustible e inafectada por condiciones extremas de humedad. Cuan-
do alguno de estos requerimientos no sea tan importante, se pueden utilizar
otros revestimientos, tales como tableros rígidos perforados, rejilla metálica.
El último revestimiento tiene el efecto, en comparación con los revestimientos
perforados, de aumentar la absorción por encima de 2000 cps y disminuir los
valores a 500 y 1000 cps.
Los coeficientes de absorción de un conjunto típico que usa una capa
de 5 cm de espesor sobre un soporte sólido, con y sin revestimiento de asbes-
tos cementado perforado 15 , se muestran en la figura 18.16. Como se señaló
previamente, la absorción a bajas frecuencias está gobernada principalmente
por el espesor de la capa y la profundidad de la capa de aire detrás de ella.
La absorción a baja frecuencia aumenta también por encima de un cierto
punto con el aumento de la resistividad al flujo de aire de la capa de material.
Esta propiedad, a cambio, incrementa con la compactación de la estructura
de la fibra y con el aumento finura de la fibra. Para un valor dado de ésta,
la compactación vendrá indicada por la densidad de la capa. Sin embargo,
671
puesto que capas de fabricantes diferentes pueden tener una amplia diferencia
de finura de la fibra, su densidad sola no suministra una base de comparación
de sus propiedades de absorbente sonoro. Incrementando la resistividad al
flujo de aire de una capa, se tiende a reducir la absorción a altas frecuencias
:z 1.00
o --/ ~,
Ü 0.90
/;"" - -
ü:
g
:i
0.80
0.70 , 1/ "" \
\
llJ
o
0.60
I ,
~ 0.50
:c: 0.<:0 I TIPO X
w
ü 0.30
I
~0.20
o
-DESNUDO
-
- - - REVESTIMIENTO
Ll 0.10 PERI--ORADO - FIG. 18.16. Absorción de una capa de
I I I fibra mineral típica, de 5 cm, sobre un
~25 250 500 1000 2000 4000 NRC soporte sólido con y sin revestimiento
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO perforado. (AMA Bulletin,16)
Tejados acústicos
Los materiales acústicos se pueden usar como parte integral de una es-
tructura de un techo de un edificio, tal como una planta industrial, una es-
cuela y ciertos tipos de edificios residenciales, donde el lado inferior del tejado
forma la superficie de techo vista de la habitación que está debajo. Los tres
tipos más comunes de tejados acústicos son: 1) tablero para un revestimiento
de yeso vertido; 2) panel de revestimiento de tejado de acero perforado, con
elemento absorbente, y 3) planchas de tejado aislante estructurales.
Los tableros con forma acústica para revestimientos de yeso vertido son
esencialmente losas acústicas de espesores y tamaños especiales que están so-
portadas por subcorreas de acero espaciadas, desde 60 a 80 cm, en lugar de
los tableros de forma no acústica usuales. El revestimiento del tejado de yeso
es vertido sobre la forma acústica con un espesor de 5 a 7,5 cm. La absorción
sonora de los productos normalmente existentes de este tipo varían desde 0,55
a 0,70 en su valor de coeficiente de reducción de ruido.
El segundo tipo de revestimiento de tejado acústico consiste en un panel
de acero hueco o con nervaduras normalizado, que está modificado por tener
la superficie inferior perforada y un elemento de lana mineral absorbente
descansando sobre esta superficie, con una rejilla separadora de alambre. Un
modelo de esta estructura se ilustra en la figura 18.17. El aislamiento del te-
jado y el tejado compuesto se instalan sobre el revestimiento de acero en la
forma normalizada. Los coeficientes de la absorción sonora varían desde 0,65
a 0,85 el valor del coeficiente de reducción de ruido, dependiendo de la pro-
fundidad del espacio de aire existente en la estructura particular que se con-
sidera y del tipo del elemento absorbente.
672
Las planchas de tejado aislantes estructurales, como su nombre indica, son
láminas grandes de material aislante del calor, lo suficientemente espesas y
rígidas como para que puedan usarse solas como un revestimiento del tejado
completo, con el techado usual aplicado directamente al lado superior. Algu-
Absorbentes suspendidos17
Este es el nombre general dado a un tipo de materiales y estructuras
acústicas que están suspendidas como unidades individuales del techo de una
habitación, en vez de estar construidas como una pared o techo continuos.
Normalmente toman la forma de láminas planas o pantallas de material absor-
bente colgados verticalmente en hileras continuas, o bien de unidades con
forma de cajas vacías suspendidas singularmente. Estos tipos tienen su prin-
cipal aplicación en zonas donde un tratamiento del techo de tipo convencional
es impracticable por una razón u otra, tal como la obstrucción de tuberías,
conductos, etc.
La absortividad sonora de los absorbentes suspendidos se establece nor-
malmente como el número de sabines de absorción suministrados por cada
uno. Este valor aumenta con el espaciado de los absorbentes y se aproxima
a un valor constante, con espaciados amplios. Conforme aumenta el espaciado,
sin embargo, el número total de absorbentes que se pueden instalar en una
zona dada disminuye correspondientemente y el efecto total de los absor-
bentes en esa zona disminuye también. La efectividad de los absorbentes
suspendidos en una zona del techo dada, en comparación con un tratamiento
total en la misma zona, se puede determinar dividiendo el número de sabinios
673
43
0.60
........ '----
r-........
""""-
o
Q93
v ~'-
V
V
V FIG. 18.18. Absorción de hileras con-
tinuas de' absorbente suspendido de
tipo pantalla, de 1,2 X 0,6 m, en fun-
ción del espaciado. La absorción está
promediada desde 250 a 2000 cps.
0.6 0.9 1.2 1.5 1.8 2J 2'.4 (Cortesía de Owens-Coming Fiberglas
'ESPACIADO' EN METROS Corp.)
suministrados por cada absorbente por el área de techo ocupada por cada
absorbente. El «coeficiente de absorción de techo equivalente» resultante de
los absorbentes es una medida de su efectividad en la zona y es directamente
comparable con el coeficiente de un tratamiento de techo continuo en la
misma zona.
1.00
z
g .... 0.90
(,)1-
g~ 0.80
~~ 0.70
.... 3 0.60
/ _... -- ..........
0t3 0.50 - ... ,
/ r--
..
go 0.40 V/ ,
.
FIG. 18.19. Características de absor- ü~ 0.30 / I
ción frente a frecuencia de un absor- ffi~ 0.20 ,/, " - ESPACIADO DE 0.6 m.
bente suspendido tipo pantalla, de 8~ 0.10
- - - ESPACIADO DE 1.2 m.
1,2 x 0,6 m, para dos especiamientos
distintos. (Cortesía de Owens-Coming o
125 250 500 1000 2000 4090 NRC
Fiberglas Corp.) FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
674
sabinios por pantalla y el coeficiente de absorción de techo equivalente están
representados frente al espaciado de las hileras continuas de pantalla, de
1,2 x 0,6 m, colgadas en una dirección, estando la dimensión mayor en posición
horizontal. La absorción son los valores del coeficiente de reducción de ruido.
En la figura 18.19 se muestran las características de absorción frente a fre-
cuencia de las pantallas para dos espaciamientos distintos.
Absorbentes unitarios. La figura 18.20 muestra datos de un tipo de ab-
sorbente unitario suspendido que existe comercialmente. Consiste en cajas
vacías de metal perforado, con un forrado de material absorbente, que están
suspendidas singularmente con un espaciamiento cualquiera. Las característi-
cas de absorción frente a frecuencia de estas unidades, en función de sabinios
por absorbentes, y coeficientes de absorción de techo equivalentes, se mues-
tran en función de la frecuencia. Estos datos se determinaron con los absor-
bentes suspendidos con un espaciado de 1,2 m en ambas direcciones. Su efi-
cacia, en sabinios por absorbente, permanece constante para espaciados más
=-- - -(]-¡
~ 1IJ 0.80 '-"-~--r--"---'--"'--'--'
~lZ 0.70 --1
~¡ ~~ - 60~_=~L
lIJ::J
°g0.40 T
~~ ~:~~ 60¡m.. -
l:¡1- 0.10 - 30
8~ O 30 cm. cL.
1.12
~~0.93
lL~0.84
1.02
/' 4= i-
1--
-- -
/'
Ula:
~OO.74
I -~
FIG. 18.20. Característica de absor-
ción frente a frecuencia del absorbente
lDUl
~~ 0.65
V --~F 1--
unitario suspendido lustrado, espacia- 0.56 1-
p.4§ I
do 1,2 m formando cuadrados. (Cor- 125 250 500 1000 2000 4000 NRC
tesía de Bolt, Beranek y Newman.) FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
675
Barreras forradas absorbentes y encerramientos
En muchos casos, particularmente en grandes zonas industriales, la trans-
misión de ruido en una dirección dada o desde una fuente específica de ruido
es bloqueada eficazmente construyendo una barrera o tabique parcial en el
medio donde el sonido se transmite directamente. Cualquier persona que se
encuentre en el mismo lado de la barrera que la fuente de ruido, tal como el
operador de la máquina ruidosa en cuestión, recibirá más, en vez de menos,
.278r---r---..,----.----r--~·
.Z32r--+---+---¡---+----:i;"..-:::~
...
IIJ
Z
IIJ
CIl.l86 - I.OOr-·-.---,--,---.---,--..,..----,
a:
o ~1IJ0.90 -/-_1-r-
: .139"·-- f/ ü...
~:J 0.70 --
/
a: z 0.80 f - - - ! - - - ! - - - + - - i c - r - - + - - - t - - - - /
I
:~0.60 '-T'-'-
a: ,"/ "
/ --
°ii 0.50 -, ~"-;--
~l&Io.407--- 1" i-.-- _ .. l.
676
Las carcasas herméticas construidas alrededor de las fuentes de ruido, sin
operador dentro, deben ser forradas con material absorbente, pero por una
razón algo diferente. En este caso, el confinamiento del sonido por una super·
ficie interior reflectante incrementará mucho el nivel de presión sonora en el
interior del encerramiento y requiere, por tanto, una estructura má5' pesada
para reducir el ruido en el exterior al nivel deseado.
MAL
677
tinuas indican las direcciones en que están viajando. La figura 18.24a mues-
tra el frente de onda 1/200 de segundo después de que ha dejado la fuente S,
y muestra que no ha tenido aún lugar ninguna reflexión desde las paredes.
La figura 18.24b muestra el frente de onda 1/100 de segundo después del
comienzo de la onda. El frente de onda ha recorrido ahora dos veces lo que
en la primera figura, y parte de ella está siendo reflejada desde la pared
más cercana. En la figura 18.24c ha transcurrido un intervalo total de tiempo
de 1/50 de segundo desde que el sonido ha dejado la fuente. Han tenido ya
lugar reflexiones desde las paredes laterales y también reflexiones dobles des-
EJtIJ~m
(a) 1/200 SEG. (b) 1/100 SEG. (e) l/50 SEG. (d) 1/17 SEG. ~
FIG. 18.24. ·Progresión de una onda sonora simple en una habitación cerrada.
de las paredes laterales y final, como se muestra por las flechas. :En la figu-
ra 18.24, alrededor de 1/17 de segundo después del comienzo de la onda, la
forma de las reflexiones es bastante complicada. El frente de onda original,
que empezó como un círculo, está ahora dividido en un gran número de seg-
mentos, viajando todos en direcciones diferentes a través de la vibración.
Añadiéndose a los segmentos ilustrados en esta figura, existirían también seg-
mentos del frente de onda original que habrían sido reflejados por el suelo
y el techo, pero que no aparecen en una sección horizontal.
Se ve que casi inmediatamente todas las partes de la habitación se llenan
con ondas sonoras reflejadas viajando en muchas direcciones diferentes. Exis-
ten dos efectos de estas reflexiones múltiples que tienen una influencia directa
sobre el control de ruido.
El primer efecto es el incremento en presión sonora provocado por las re-
flexiones. Si se hace un sonido continuo, una escucha, en cualquier parte de
la habitación, no sólo recibirá las ondas sonoras que llegan directamente
a su oído desde la fuente sonora, sino que también oirá todas las ondas re-
flejadas. Así, la presión combinada del sonido directo y el reflejado en su
oído será más grande que la del sonido directo solo.
Si el coeficiente de absorción de las superficies interiores es baja, como en
una habitación terminada totalmente con cemento duro, hormigón y vidrio,
que tienen coeficientes menores del 5 por 100, las ondas sonoras reflejadas
perderán muy poca energía en cada reflexión y llevarán a la presión sonora
total a un valor muy por encima de la del sonido directo solo.
El segundo efecto de las reflexiones múltiples es la reverberación. De la
figura 18.24 se ve que, mientras la fuente de sonido está funcionando, la ha-
bitación se llena con ondas sonoras reflejadas. Si se para la fuente en un
momento dado, estas ondas reflejadas no dejarán de existir en ese momento,
sino que continuarán viajando de un lado a otro entre las superficies de la
habitación. En cada reflexión sucesiva, cada onda perderá una fracción de
678
energía por absorción y la presión sonora en la habitación disminuirá gra-
dualmente. Si hay una escucha en la habitación, las ondas reflejadas golpearán
su oído en una sucesión tan rápida, que normalmente no las oirá como repeti-
ciones distintas del sonido original; en cambio, oirá que el sonido original
se mantiene o se prolonga después de que la fuente ha parado, extinguiéndose
constantemente hasta que se hace inaudible. Esta prolongación del sonido se
llama reverberación.
Si todas las superficies interiores de una habitación son de materiales con
coeficientes de absorción bajos, tales como cemento, hormigón o vidrio, la
presión sonora de la habitación disminuirá lentamente.
Estos dos efectos de la reflexión múltiple están ilustrados por el ejemplo
hipotético mostrado en la figura 18.25, que representa el volumen del sonido
reflejado oído por el observador de la habitación de la figura 18.24 cuando
una fuente única empieza y para. Se supone que la habitación, sin la fuente,
es muy silenciosa y que la potencia acústica de la fuente es constante y se
4
I
tst1"!DO_~ ~\-I~
~
SONIDO REVERBER,- ----~
COMPUESTO
... -------
\! - - SIN TRATAR
_____ TRATADA
1\.
,
1\ ~
I~
1\
COMIENZO DE \ r~R#B~JfE
~ LA F"UENTE ~\
FIG. 18.25. Volumen del sonido reverberante y compuesto antes y después del
tratamiento acústico en una habitación altamente reflectante.
679
ciendo energía acústica, y 2) aumentar la velocidad de desaparición del sonido
reverberante después de que la fuente ha parado.
680
tos y añadiendo la absorción suministrada por los muebles, equipo y personas
existentes. Así:
(18.2)
0:.
~,o
Ol~ 110H++H+-
~,~
~,iill00
00
o' .
01«
o; ~ 90 ~oH'fl-----:::Y"t-+-t:P!1:
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ffil:i
'0 lf 70 f-tiooi'H+---:~-¡-¡'~
°w
~o
681
Nivel de sonido directo más el reflejado
El nivel de presión sonora total L d + L" que es la suma logarítmica· de los
niveles del sonido directo y del reflejado, será sólo ligeramente superior al
nivel del componente mayor, en una cantidad que nunca excede los 3 db. En
las curvas de la figura 18.27 se muestra un ejemplo de la relación del nivel
de presión sonora total a la fuente y a la absorción de la habitación, para el
caso de una fuente única con una potencia de 0,0115 vatios, esto es, un nivel
de potencia de 100,6 dbp. Este valor, que se ha elegido simplemente por con-
veniencia, produce un nivel de presión sonora del sonido directo de 100 db
a una distancia de 0,3 m, como puede comprobarse sustituyendo en la ecua-
~ no r------,----,----r-r.,.--,.--r---,.....,....,
Z _ ABSORC/ON TOTAL EN SAB/NS ~~
IIJ .~ ~6-
~ 100~-....:: 9.3-
~ 90 '~t-. ::::
--~_-r-. 92.9'-
~ I~~~ /85.8';;;; FIG. 18.27. Relación del nivel de pre-
:3 so ..... _ 464- sión sonora de un campo difuso en
lf
IIJ
c
701--~~--+~i-+-+-_.....~~~~!?29~
~ " .....
una habitación regularmente propor-
cionada, debido a una fuente única
~ ~ - omnidireccional de 0,0115 vatios de
~ I potencia acústica y la distancia a la
Z ~1-.3-...JO-.6-...J..1.2----'1.8-2......:4..... ......3~30.5
3D--6.......I--12'-.2-18
fuente, en una habitación que tiene
DISTANCIA A LA FUENTE EN METROS absorción total a.
ción 18.1. Para una fuente de cualquier otra potencia acústica W, los valores
del nivel de presión sonora leídos de las curvas están simplemente aumenta-
dos en 10 log (W/O,0115) db. Estas curvas indican que en un punto muy cer-
cano a la fuente el sonido directo aportará la componente mayor al nivel total,
y alejándose de la fuente, el nivel disminuirá. Si el nivel en la habitación es
esencialmente difuso, a una cierta distancia existirá un punto donde el sonido
directo sea mucho menor que el sonido reflejado, y a distancias más allá de
este punto en nivel total será igual al nivel reflejado sólo, y, por tanto, per-
manecerá esencialmente constante. La distancia en metros a la fuente, a la
cual ocurre esto, depende únicamente de la absorción de la habitación, de
acuerdo con la relación aproximada D=0,15 Conforme aumenta la ab- va.
sorción de la habitación, la disminución del nivel total se aproxima a la del
sonido directo solo, como se indica por la línea discontinua.
L= 10 log Ll L2 )
log-l_+log-l- db
( 10 10
682
Relaci6n del nivel de presi6n sonora reflejado con la absorci6n
de la habitaci6n
De acuerdo con la ecuación 18.3, el nivel de sonido reflejado, debido a
una fuente de potencia acústica dada, disminuirá conforme crece el logaritmo
de la absorción de la habitación. Si dos habitaciones tienen absorciones de al
y a2, Y si el sonido en la habitación es difuso, entonces la diferencia en los
niveles reflejados conseguidos en las dos habitaciones por la misma fuente
será aproximadamente:
683
cuyo caso un coeficiente medio a2 de 0,8 es el más alto obtenible; y cubriendo
solamente el techo, el valor máximo de a2 es de alrededor de 0,40.
Como ejemplo, considérese una oficina de 15,3 x 6,1 m por 3 de alto con
las superficies interiores convencionales y la cantidad normal de muebles,
mesas y ocupantes. Se calculará el efecto del tratamiento acústico del techo
sobre el nivel sonoro reflejado. El primer paso es determinar la absorción al
de la habitación antes del tratameinto, como sigue, usando los datos de la
tabla 18.1:
Suelo, linóleum, 93 m 2 a 0,03 = 2,79 sabinios
Techo, cemento, 93 m 2 a 0,03 = 2,79 sabinios
Paredes, cemento y vidrio, 130 m 2 a 0,03 = 3,90 sabinios
Superficie total S= 316 m 2
Masas, 15 a 0,093 sabinios cada una 1,39 sabinios
Ocupantes sentados, 15 a 0,37 sabinios cada uno = 5,57 sabinios
Varios 0,46 sabinios
Absorción total antes del tratamiento al = 16,90 sabinios
684
madamente, 6,1 por 4,6 m Z y por 4 m de alto, el nivel total se reducirá 10 db
en todos los puntos que estén a una distancia de la fuente de más de 3 m.
A distancias más pequeñas, la reducción disminuirá a 7 db a 0,9 m y a 3 db
a 0,3 m. En una habitación más grande, en que a se incrementa desde 46,4
a 464, la reducción en el nivel total será, de nuevo, 10 db, pero sólo a distancias
mayores de 9 m de la fuente, disminuyendo a 3 db a 0,9 m. Como regla ge-
neral, por tanto, cuanto mayor sea la absorción de una habitación, mayor es
la distancia desde la fuente a la cual un incremento dado de absorción será
REDUCCION EN dB
o 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
I '. I 1 I ',' " \ " I 1
'1 , ¡' ,', j'l,1 j' "1 l' j '
2 3 4 5 6 7 8 9 10 15
RELACION DE ABSORCION ~
°.1
plenamente efectivo en la reducción del nivel sonoro total. Esta distancia viene
dada aproximadamente por:
D=0,15 Jaz
donde Q2 es la absorción total de la habitación después del incremento.
685
figura 2.17. Este nivel se combina entonces con el nivel reflejado debido a
todas las fuentes, según se obtiene de la ecuación 18.3, para dar el nivel total
del sonido directo más el reflejado. Es, sin embargo, más normal que las fuen-
tes múltiples tengan sus salidas de potencia esencialmente iguales, en cuyo
caso se puede determinar más simplemente las relaciones entre el nivel sonoro
total, directo y reflejado con la distancia y la absorción de la habitación y sin
necesidad de conocer la potencia de cada fuente. Esto se ilustra con el ejem-
plo siguiente:
Supóngase que existen seis fuentes de ruido que tienen cada una una po-
tencia de 0,0115 vatios, que están, respectivamente, a una distancia del punto
de observación de 1,5, 2,1, 2,4, 3,0, 3,7 Y 4,6 m. Calcúlese el nivel de presión
del sonido directo y combinado: 1) en una habitación con 9,3 sabinios, y 2) con
una absorción aumentada hasta 92,9 sabinios. De la ecuación 18.1 (o de la figu-
ra 18.27, que está hecha para una fuente única que tiene esta misma potencia),
el nivel de sonido directo de cada fuente es:
Distancia, m ... ... ... ... .. . 1,5 2,1 2,4 3,0 3,7 4,6
686
Suelo y techo extensos. Fuente única20
En todas las discusiones anteriores se ha supuesto que el nivel de presión
del sonido reflejado es esencialmente uniforme en toda la habitación, antes y
después del tratamiento. Se ha encontrado experimentalmente que es aproxi-
madamente cierto, cuando el ruido en la habitación es de carácter esencial-
mente aleatorio y cuando ninguna de las dimensiones del suelo es superior a
cinco veces la altura del techo. Se ha observado que, en habitaciones que
tienen las dimensiones del suelo muy grandes en comparación con la altura
del techo, el nivel reflejado no permanece uniforme, sino que disminuye con-
tinuamente cuando se aumenta la distancia a la fuente lejos de los límites de
la habitación. Las lecturas de nivel de ruido hechas en tales habitaciones, antes
y después del tratamiento del techo, corresponden totalmente a los valores
que se esperarían si no existieran las paredes y las reflexiones múltiples sólo
sucedieran entre el suelo y el techo. El problema no ha sido aún suficiente-
mente estudiado como para determinar cuán grandes deben ser las dimensio-
nes del suelo, en relación a la altura del techo, para que las reflexiones en las
paredes sean despreciables, pero las experiencias indican que la relación es del
orden de 5 a 10 veces.
Se han hecho una serie de cálculos basados en análisis geométricos de re-
flexiones múltiples entre superficies de suelo y techo infinitamente extendidas,
sin reflexiones en las paredes, para indicar aproximadamente el comportamien-
to del ruido y el efecto de tratamientos acústicos en habitaciones muy grandes
con techos comparativamente bajos. Se han hecho además una serie de su-
puestos simplificantes, que no deberían introducir errores apreciables, como
pueden ser:
1. El coeficiente de absorción del suelo se supone que tiene un valor cons-
tante de 0,02, que es un valor típico para materiales de solado duro.
2. La fuente de ruido y el oído del observador están ambos a mitad de
camino entre el suelo y el techo. Esto es aproximadamente cierto en la
práctica para alturas del techo por encima de alrededor de 4,5 m.
3. Los coeficientes de absorción del suelo y del techo son independientes
del ángulo de incidencia del sonido. Esto no es cierto, pero los cálcu-
los implican una suma sobre muchos ángulos que minimizan los erro-
res inherentes de este supuesto.
Como en el ejemplo previo, se supone una fuente de ruido única que emite
ruido continuo y permanente, con una potencia acústica de 0,0115 vatios, que
produce un nivel de presión sonora de 100 db a 0,3 ro de la fuente puntual.
La figura 18.29 muestra los niveles calculados del ruido directo y reflejado,
bajo las condiciones supuestas antes para una altura de techo de 3 m y para
coeficientes de absorción de techo de 0,02, 0,50 y 1,00. Estos tres valores re-
presentarían, respectivamente, un techo no tratado de material duro, un tra-
tamiento acústico de baja eficacia y un tratamiento eficaz 100 por 100. En el
último caso, no habrá, en efecto, reflexiones en el techo y, por tanto, tampoco
existirán reflexiones múltiples. El ruido reflejado en este caso es debido siro-
687
plemente a la reflexión única desde el suelo, que a distancias considerables de
la fuente se hace esencialmente igual al ruido transmitido directamente.
Las curvas de nivel de presión reflejadas difieren de las de la figura 18.27,
para el caso de una habitación regularmente proporcionada, en los siguientes
puntos: primero, el nivel de presión sonora del sonido reflejado no permanece
constante a pesar de la distancia a la fuente, sino que empieza a caer a una
distancia de alrededor de la mitad de la altura del techo. Para un techo alta·
mente reflectante, la pendiente final de la curva con respecto a la distancia
es esencialmente la de un frente de ondas cilíndrico, o sea, 10 db con incre·
mento de 10 veces la distancia. Segundo, el ruido reflejado con el techo alta·
mente reflectante está siempre por debajo del ruido directo a todas las dis·
tancias a la fuente menores de seis décimos de la altura del techo, que para
un techo de 3 m es 1,8 m. En las habitaciones regularmente proporcionadas,
con todas las superficies reflectantes, sin embargo, es bastante posible que el
sonido reflejado excede al sonido directo a sólo 0,3 m de la fuente, como se
muestra por la curva superior de la figura 18.27. Tercero, el tratamiento acús·
tico no disminuye el nivel reflejado en una cantidad fija, que depende sólo
del cambio de absorción, como se da en la ecuación 18.4, sino que la reducción
aumenta continuamente con la distancia de la fuente. Para la altura de techo
de 3 m, mostrada en la figura 18.29, la reducción en el nivel reflejado, debido
a un aumento del coeficiente de absorción desde 0,02 a 1,00, varía desde al·
rededor de 5 db a 0,3 m de la fuente hasta 14 db a 30 m, con reducciones
más grandes a distancias mayores. Para los coeficientes de techo intermedios,
las reducciones parecen que son estrechamente proporcionales al coeficiente
a todas las distancias.
La figura 18.29 se puede usar para cualquier otra altura de techo simple-
mente trasladando diagonalmente el grupo de curvas de nivel reflejado, pa-
100
......
..,III ...... TECHO A 3 m.
......
20::
W« i' 0/-1' 1
;i~ 90 . . . ~ ~;.o I
00::
zu ex =0.02 .....
0-
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/.00
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~ 1"- . . . .
W
~~ 70
wa:
>
l '~ .................
Z
r--. . . . .....
60
688
ra1e1amente a la línea que representa el nivel directo, de manera que lacom-
ponente horizontal del cambio iguale la variación de la altura del techo. Si se
aumenta la altura, el desplazamiento debe hacerse hacia la derecha. Para una
fuente de diferente salida, la escala vertical debe cambiarse correspondiente-
mente como antes.
Ya que los niveles totales son de más interés práctico que los niveles di-
recto o reflejado solos, se muestran en la figura 18.30 para una altura de
techo de 3 m. En el caso de niveles totales, la variación en el efecto del tra-
tamiento acústico del techo con la distancia a la fuente es incluso más mar-
cada. A 0,9 m, la reducción debida al tratamiento con una eficacia del 100
por 100 en un techo de 3 m, es sólo de 1 db, pero aumenta hasta unos
12 db a 3 m.
Nótese que el nivel total para una absorción del techo del 100 por 100
permanece 3 db más alto que el nivel directo a distancias considerables de la
fuente. Esto es debido a la reflexión del suelo única, mencionada previamente.
Las curvas del nivel total pueden ser cambiadas para diferentes alturas de
techo, de la misma manera que las de la figura 18.29.
100
~ ~ TECHO A 3 m.
~
Z
LLI
~
:~ 90 ...... .::;;; TOTAL
om' ~::: ....
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...JIL
", ........ r-.;.
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>a: i"¡-...
Z
60
1.... "
689
44
Una situación típica en que existen múltiples fuentes es la de una gran
serie de máquinas espaciadas uniformemente y con las características de sali-
da de ruido esencialmente similares, tales como sales de hilado o departamen-
tos de máquinas de roscado. En la figura 18.31 se muestran algunos cálculos
que han sido hechos para un caso ideal de este tipo. Se supone que el punto
de observación está en el centro exacto de una serie de 100 máquinas igual-
mente espaciadas en ambas direcciones y con un nivel de potencia de 100,6 dbp
cada una, esto es, produciendo una salida de ruido permanente de 100 db
a 0,3 m, como en los ejemplos previos. El punto de observación es equidis-
tante de las cuatro máquinas centrales de la serie, de manera que su distancia
a cada una de ellas es 0,707 veces el eS1?aciado entre máquinas. Los niveles
mostrados son el sonido directo y reflejado combinados de la serie entera
de máquinas para un techo reflectante y totalmente absorbente.
~ TECHO A 6' m.
«tCD TECHO A 3 m.
~~ 104
102
g2! 100 ' " - - _ _ . _ - - - 1 - - 1 - __ _. o
~~ 98f----1 -_. _ .. -- --
~~ 96~~~~_-_-=--i1---t-_-~=1=:-·~
~~ ~~I------'
90
.JCD
--- r-~
~: 88L.---------'-----~
zw 1.5 3 6 1.5 3 6
ESPACIADO EN METROS
690
pueden diferir enormemente en la distribución de su energía con respecto a la
frecuencia. Se ha señalado también que los materiales acústicos varían en su
eficacia absorbente con la frecuencia. Se deduce, por tanto, que la reducción
total que un ruido típico de banda ancha mediante tratamiento acústico de-
penderá del espectro de frecuencias y de las características de absorción con
la frecuencia del material acústico, y que ambos deben ser conocidos para
calcular la reducción total.
Se ha medido la distribución de energía del ruido en los edificios en un
estudio extensivo. 21 Los resultados muestran que, en general, los espectros de
sonido reflejado son muy similares si están presentes un cierto número de
fuentes de ruido, como sería el caso de una oficina típica de negocios: má-
quinas de escribir y otros equipos de oficina, voces, pisadas, ruidos trans-
mitidos desde el exterior, etc. La forma de este espectro se muestra en la figu-
ra 18.32. La lectura total, que corresponde al espectro mostrado sobre un so-
nómetro usando la escala de ponderación A, es 50 db. En general, se obtendrá
"- .....
.............¡.......
691
midiendo o añadiendo logarítmicamente los niveles de cada banda de
octava.
3. Calcular de la ecuación 18.4 la reducción de nivel del sonido reflejado
para cada banda de octava, usando el valor del coeficiente de absor-
ción publicado para la frecuencia singular que esté dentro de la banda.
Para las divisiones de escala normalmente usadas en los analizadores
de frecuencias en bandas de octava comerciales, los coeficientes corres-
pondientes por frecuencias son como sigue:
Para ilustrar estos pasos, supóngase que el nivel reflejado de ruido en una
habitación no tratada es 80 db en todas las bandas de octava, una distribución
de frecuencias que es típica en muchos tipos de ruido. Supóngase que la habi-
tación se trata con material acústico de 2,5 cm de espesor, aplicado direc-
tamente a las superficies existentes. Los coeficientes representativos de tal
material y soporte son los siguientes:
~f?t'
Frecuencia, cps ... ... ... ... 125 250 500 1000 2000 4000 NRC
Coeficiente de absorción ... 0,20 0,40 0,85 0,90 0,80 0,70 0,75
692
Nivel de banda de Nivel de banda de
Reducción L p octava L p , después
Banda de octava octava L p , antes
(cps) calculada del tratamiento
del tratamiento (db)
(db) (db)
Reverberación
La reverberación contribuye a la cantidad de ruido existente en una habi-
tación a lo largo de un período de tiempo, ya que produce una prolongación
audible del ruido durante aquellos intervalos en que no se está emitiendo
realmente ningún ruido por la fuente. Su efecto se mide normalmente en fun-
ción del tiempo de reverberación, que se define como el número de segundos
requerido para que el nivel de presión sonora del sonido reflejado disminuya
en un valor de 60 db después de que la fuente ha cesado. Por ejemplo, el
tiempo de reverberación para la curva de decadencia mostrada en la figu-
693
ra 18.33 es 1,8 seg. El tiempo de reverberación tro depende sólo del volumen
de la habitación V y de la absorción total de la habitación a, de acuerdo con
la fórmula
V
t ro =0,161- seg (18.6)
a
<3: 80
~
~~
om ,~
(/)0 70
z~
o~
"\.
~::l 60 ~~
~C\l
~ FIG. 18.33. Grabación de nivel de
11.0
",g ,-..¡ alta velocidad, que muestra cómo
(\.
o " 50
-,o decae con el tiempo el nivel de pre-
~l sión sonora en una habitación. Pues-
~lti v ..
-z~ 40 ~"" to que el sonido disminuye 40 db
en 1,2 seg, el tiempo de reverbera-
o 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 ción (esto es, el tiempo para dismi-
TI E"MPO EN SEGUNDOS nuir 60 db) es 1,8 seg.
694
CONSIDERACIONES PRACTICAS 22
695
de un ruido originalmente desagradable después de que el sonido origi-
nal ha cesado. En el caso de cortos impulsos sonoros, además, la sen-
sación de volumen depende considerablemente de la duración del so-
nido, así como de su presión sonora, de forma que un impacto sonoro
tal como el chasquido de una máquina de escribir o el golpe de una
prensa parecerá mucho más voluminoso al oído cuando se mantiene
por la reverberación que cuando el sonido se corta inmediatamente
en ausencia de ella. Se nota en la práctica que en habitaciones grandes
no tratadas los tiempos de reverberación característicamente largos son
frecuentemente el hecho más obvio de la impresión general de es-
trépito.
696
sonidos son cortados rápidamente después de que se han producido y la
cantidad de ruido audible como prolongación se hace despreciable.
Probablemente, la ventaja más frecuentemente citada del tratamiento acús-
tico, además de un confort generalmente incrementado, es la notable mejora
en la inteligibilidad de la conversación en presencia de fuentes de ruido de
impacto. Los resultados son aparentemente mucho mayores de los que se pue-
den esperar de reducciones similares con ruido de fondo permanente, particu-
larmente a niveles muy altos, y se explica por el hecho de que la reducción
de reverberación hace posible hablar «entre» los picos de ruido en vez de «por
encima» de ellos. Véase capítulo 9 para una discusión detallada.
Consideraciones de todos los efectos anteriores del tratamiento acústico
han llevado al uso general del término «acondicionamiento de sonido)). La
analogía con el acondicionamiento de aire es clara, cuando se recuerda que, en
el último caso, el confort depende no sólo del enfriamiento del aire, sino tam-
bién del control apropiado de la humedad y la circulación.
El grado de molestia, debido al sonido reflejado, y el correspondiente alivio
conseguido por tratamiento acústico, están gobernados en cierta forma por el
tipo y distribución de las fuente de ruido en la habitación y la localización
de los ocupantes con respecto a ellas. El contraste más notable conseguido por
tratamiento se obtiene en condiciones en que los efectos del sonido reflejado
son más obvios al oído. Así, por ejemplo, la reverberación excesiva destaca
más con fuentes de impacto intermitentes que con fuentes permanentes, y el
efecto de diseminación es más claro cuando las fuentes están más amplia-
mnte espaciadas o cuando unas pocas fuentes tienen salidas de potencia alta,
o características de frecuencias fácilmente distinguibles tienden a contrarrestar
ruido de otras fuentes de la zona. Por otra parte, la condición menos favorable
para una corrección efectiva por tratamiento es la presencia de una multipli-
cidad de fuentes de ruido muy poco espaciadas, idénticas, continuas y per-
manentes, con el escucha muy cerca de una o más de ellas. En este caso, es
difícil o imposible al oído diferenciar los sonidos reflejados de los que se trans-
miten directamente de las fuentes más cercanas, y la eliminación del sonido
reflejado por absorción no es ya apreciable. Afortunadamente, la mayoría de las
situaciones encontradas en la práctica tienden a una combinación más favo-
rable de los factores.
697
Regla 1. La absorción total en sabinios, en cualquier habitaci6n, debería
estar entre el 20 y el 30 por 100 de la superficie interior total. En otras pa-
labras, el coeficiente de absorción medio a debe estar entre 0,20 y 0,50. El
límite del 20 por 100 generalmente requiere tratamiento de, al menos, el techo
entero, o su área equivalente, y el límite del 50 por 100 se puede alcanzar
tratando todo el techo y, al menos, la mitad de la superficie de las paredes
con material altamente eficiente. La elección de la cantidad de absorción
dentro de los rangos del 20 al SO por 100 no está sujeta a reglas rígidas. En
general, sin embargo, la parte inferior del rango es adecuada para habitaciones
que tienen dimensiones del suelo grandes en comparación con la altura del
techo y para fuentes de ruido de potencia sonora moderada y espaciamiento
amplio, mientras que la parte superior del rango se debe utilizar cuando la
altura del techo es relativamente grande. Si el tipo y distribución de las fuentes
de ruido en un espacio nuevo no se conoce aún o está sujeto a cambio, es
aconsejable hacer previsiones para una cantidad de tratamiento cerca de la
parte superior del rango para anticipar todas las condiciones posibles.
Cuando se está utilizando el tratamiento para corregir una situación rui-
dosa existente en un espacio ocupado, es importante no sólo llegar a una
cantidad de absorción dentro de la regla 1, sino también asegurar que la
absorción añadida es suficiente para producir una mejora satisfactoria sobre
las condiciones previas, según se juzga por el oído. Una medida de este cambio
está indicada por la relación de absorción a-zfab donde al es el número total
de sabinios en una habitación dada antes del tratamiento y a2 es el número de
sabinios después del tratamiento. La relación de absorción es simplemente el
número de veces que se incrementa la absorción de una habitación por trata-
miento. Una segunda regla, también basada en la experiencia, se puede esta-
blecer como sigue:
Regla 2. Para producir una mejora satisfactoria en una habitaci6n, la
absorción total después del tratamiento debe estar entre 3 y 10 veces la absor-
ción antes del tratamiento.
Una relación de 3 es el mínimo que es reconocido por el oído como un
cambio apreciable del efecto total del sonido reflejado en condiciones medias,
mientras que un incremento de 10: 1 en la absorción media, en una habitación,
corresponde al punto en que la reflexión del sonido se ha reducido tanto que
más adición de absorción comienza a no ser apreciada por el oído y, por tanto,
tiende a ser costosa.
La regla 1 debería usarse como comprobación de la regla 2, cuando se
considere el tratamiento de una habitación. Por ejemplo, una habitación antes
del tratamiento puede contener superficies reflectantes, tales como hormigón
duro y baldosines y muy pocos muebles, de forma que la absorción llegaría
sólo al 2 por 100 del área superficial total. Si se incrementara la absorción
10 veces, de acuerdo con el límite superior de la regla 2, la absorción total
sería todavía de sólo el 20 por 100 del área de la habitación, que es el límite
inferior de la absorción requerida dado por la regla 1. En tan caso, sería pro-
bablemente aconsejable incrementar la absorción en más de 10 veces, que, en
vista de la muy pequeña cantidad de absorción original, no debería implicar
698
una cantidad excesiva de tratamiento. Esto llevaría a la absorción total dentro
del rango del 20 al 30 por 100 del área de la habitación, con una reducción
correspondientemente más satisfactoria de la reflexión del sonido. El contraste
entre las condiciones, antes y después, debería ser mayor de lo usual, pero
sólo a causa de la condición original fue peor que lo usual, debido a la anor-
malmente baja absorción original.
Aplicando las reglas anteriores, es suficientemente exacto el uso de valores
de coeficiente de reducción de ruido (NRS) para estimar la cantidad requerida
de tratamiento.
Niveles de ruido aceptables. En los diversos tipos de habitación existe un
límite superior que es el nivel de ruido que será normalmente aceptable. En
tales casos, se deben considerar muchos aspectos del control de ruido, siendo
uno de ellos la cantidad de material absorbente sonoro dentro de la habita-
ción. En la tabla 27.1 se da una lista de los niveles de ruido aceptables.
699
mentan un altavoz, un generador de ruido de banda ancha mecánica·
mente activado o un magnetófono de ruido de banda ancha, son satis-
factorios desde el punto de vista de facilidad de lectura y reproducti-
bilidad.
4. Los cálculos y las medidas deben hacerse a frecuencias únicas o bandas
estrechas de frecuencias. Como se indicó anteriormente, la reducción
calculada a partir del coeficiente de reducción de ruido del material
acústico es sólo aproximado y puede inducir a errores considera-
bles si las características absorción-frecuencia del material difiere am-
pliamente de la distribución espectral de una fuente de ruido particular.
Las bandas estrechas de frecuencia son preferibles a frecuencias singu-
lares fijas para la uniformidad de las lecturas, debido a la tendencia
a promediar las fluctuaciones punto a punto causadas por la interfe-
rencia del medio. Las bandas de octava o de media octava obtenidas,
usando filtros con la fuente de señalo con el sonómetro, son satisfac-
torias en la práctica.
REFERENCIAS
1. Harris, C. M.: ]. Acoust. Soco Amer., 27: 1077 (1955).
2. Morse, P. M., R. H. Bolt y R. 1. Brown: ]. Acoust. Soco Amer., 12: 217 (1940).
3. Beranek, L.: ]. Acoust. Soco Amer., 19: 556 (1947).
4. Sabine, H. J.: ]. Soco Motion Picture Engrs., 49: 262 (1947).
5. London, A.: ]. Acoust. Soco Amer., 22: 263 (1950).
6. Sabine, H. J.: ]. Acoust. Soco Amer., 22: 387 (1950).
7. Harris, C. M., y C. T. Molloy: ]. Acoust. Soco Amer., 24: 1 (1952).
8. Ingard, D., y C. H. Bolt: ]. Acoust. Soco Amer., 23: 535 (1951); también In-
gard, D.: ]. Acoust. Soco Amer., 26: 151 (1954), y Ingard, D.: ]. Acoust. Soco Amer.,
26: 289 (1954).
9. Labate, S.: Noise Control, 2: 15 (enero, 1956).
700
10. Nichols, R. H., Jr.: ¡. Acoust. Soco Amer., 18: 866 (1947).
11. Olson, H. F., Y E. G. May: ¡. Acoust. Soco Amer., 25: 1130 (1953).
12. Los datos técnicos completos sobre productos fabricados por empresas asociadas
se listan en Bulletin o( the Acoustical Materials Association, 335 E. 45th St., New
York 17, N. Y. Precio, 50 centavos. Datos adicionales sobre estos y otros productos
se pueden encontrar en Architectural File publicados por Sweet's Catalog Service,
Division of F. W. Dodge Corporation, New York.
13. Federal Specification SS-A-118-b, for sale by the Superintendent of Documents,
Washington, D. C., precio: 10 centavos.
14. ASTM Tentative Method E-84-50-T, Fire Hazard Classification of Building Mate-
rials. De la American Society for Testing Materials, 1916 Race St., Philadelphia, Pa.
15. Datos obtenidos por la Architectural File, Sweet's Catalog Service, 1954.
16. Acoustical Materials Association, Bull. 16, 1956.
17. Cook, R. K., Y P. Chrzanowski: ¡. Acoust. Soco Amer., 17:315 (1946).
18. Olson, H. F.: RCA Rev., 7: 503 (1946).
19. Extraído de «Less Noise, Better HearingD, publicado por The Celotex Corpo-
ration, Chicago, 1950.
20. Los dos siguientes párrafos están extraídos de Sabine, H. J.: The Use of Acoustical
Materials in the Control of Industrial Noise, Proc. Third Annual National Noise
Abatement Symposium, vol. 3, 10 de octubre de 1952.
21. Holt, D. F.: ¡. Acoust. Soco Amer., 12 :499 (1941).
22. Extraído de uLess Noise, Better Hearing», publicado por The Celotex Corpo-
ration, Chicago, 1950.
Los siguientes libros están relacionados primordialmente con materiales acústicos
y acústica arquitect6nica:
23. Knudsen, V. O., Y C. M. Harris: uAcoustical Designing in ArchitectureD, Jonh
Wiley & Sons, Inc., New York, 1950.
24. Brüel, P. V.: «Sound Insulation and Room AcousticsD, Chapman & Hall, Ltd.,
London, 1951.
25. Ingerslev, F.: uAcoustics in Modern Building PracticeD, The Architectural Press,
London, 1952.
26. (cLess Noise, Better HearingD, The Celotex Corporation, Chicago, 1950.
27. Zwikker, c., y C. W. Kosten: «Sound Absorbing MaterialsD, Elsevier Press, Inc.,
New York, 1949.
El libro siguiente es de interés hist6rico en el campo de la acústica:
28. Sabine, W. c.: «Collected Papers on Acousticsll, Harvard University Press, Cam-
bridge, Mass., 1927.
Apéndice 18.1
Tablas resumen
Por conveniencia, los materiales de estas tablas, que están adaptados del Boletín 17,
Acoustical Materials Association, están agrupados independientemente del nombre del
fabricante. Conociendo el aspecto general, composici6n, método de instalaci6n y efica-
cia acústica deseada, los diversos materiales que cumplen estas especificaciones pueden
ser fácilmente localizados.
Debido a que el aspecto y la composici6n son a menudo de primera importancia,
cada tabla (excepto los materiales del tipo XII) contiene materiales que son esencial-
mente similares:
Espesor
En cada tabla, excepto para el tipo XII, los materiales están clasificados por el es-
pesor. A menos que se indique otra cosa por las notas a pie de página, el espesor dado
701
es el espesor nominal del material, según se designa por el fabricante. El espesor real
puede variar ligeramente del nominal de acuerdo con las especificaciones de fabricación
del propio fabricante.
Los ingenieros de iluminación indican que no son necesarios valores más definidos
de los dados en los rangos anteriores, ya que el envejecimiento de las superficies pinta-
das o la acumulación de polvo o suciedad reducirá la reflexión lumínica en 0,10 o 0,20.
702
Tipo de soporte usado en los ensayos de absorción sonora
5. FORRADO 2.5 Cm. I LISTONES 60.cm. DE 6. UNIDO A LAMINAS DE HIERRO DE CALIBRE 24,
SEPARACION MAXI MA, LANA MINERAL DE SOPORTADO POR ANGULARES METALlCAS.
2.5 ENTRE LISTONES.
703
Materiales tipo l. Losa de fibra de celulosa regularmente perforada
Todas las losas, de 30 x 30 cm, a menos que se indique otra cosa
i .
Espe-I
sor,
Mon-
taje,
NRC
rango Material Fabricante
Refl. ResIst.
luz fuego
núm. específico (Nota 3)
~I
1,27 I 1 0,45-0,55 Fir-Tex perforado Dant & Russell, Inc. a C, D
704
Materiales tipo l. Losa de fibra de celulosa regularmente perforada. (Continuación.)
705
45
Materiales ,tipo l. Losa de fibra ·de celulosa regularmente' perforada. (Continuación.)
..
Espe- Mon- NRC Resist.
sor,' taje, rango: Material Fabricante Refl. fuego
núm.' específico luz (Nota 3)
cm
706
Materiales tipo D. Losa de fibra de celulosa aleatoriamente perforada
Las perforaciones varían en diámetro y espaciamiento. Todas las losas, de 30 X 30 cm,
a menos que se indique otra cosa
707
Materiales tipo ll. Losa de fibra de celulosa aleatoriamente perforada. (Continuación.)
I
Espe-
sor,
Mon-
taje,
NRC
rango Material Fabricante IRefl.
luz
Resist.
fuego
cm núm. específico (Nota 2)
708
Materiales tipo n. Losa de fibra de celulosa aleatoriamente perforada. (Continuación.)
709
Materiales tipo IV. Losa o tablero de celulosa fisurado o tejido
Todas las losas, de 30 x 30 cm, a menos que se indique otra cosa
710
Materiales tipo, V. Losa de fibra mineral perforada
Todas las losas, de 30 X 30 cm, a menos que se indique otra cosa
(Nota 5)
Losa acústica de fibra Owens-Corning a A
de vidrio tipo PRW Fiberglas Corp.
Losa acústica de fibra Owens-Coming a A
de vidrio tipo PRWR Fiberglas CorP.
Minatone Armstrong Cork Ca. a A
7 0;80-0,90 Minatone a
711'
Materiales tipo V. Losa de fibra mineral perforada. (Continuación.)
712
Materiales tipo vn. Losa o tablero de fibra mineral alisada o tejida
Todas las losas o tableros, de 30 x 30 cm, a menos que se indique otra cosa
713
Materiales tipo VD. Losa o tablero de fibra mineral alisada o tejida. (Continuación.)
714
Materiales tipo VID. Losa o tablero de fibra mineral con recubrimiento de membrana
Tamaño unitario, 30 x 30 cm, a menos que se indique otra cosa
715
Materiales tipo IX. Paneles de metal perforado con colchoncillos de fibra mineral
Todas los unidades, incluidos el panel y el colchoncillo, son de 30 X 30 cm de tamaño,
a menos que se indique otra cosa
Los valores de absorción sonora de estos materiales dependen de) la combinación específica de panel
metálico y colchoncillo ensayada.
Nota l. Tamafio de las unidades, 60 X 60 cm. Bloque laminado con revestimiento metálico.
Nota 2. Tamafio de las unidades, 60 X 120 cm.
Nota 3. Panel metálico corrugado. Tamafio unitario, 60 X 60 cm.
Nota 4. La mitad de los paneles perforados y la mitad no perforados.
716
Materiales tipo X.Paneles de tablero de asbestos perforado con colchoncillos
de fibra mineral
Espesores, incluidos bloque y revestimiento perforado. Tamaño unitario, 60 X 60 cm
• Los valores del coeficiente de absorción en función de la frecuencia se dan en el capítulo 27.
717
Materiales tipo XD. Paneles y materiales acústicos especiales
NRC Resist.
Fabricante Material Descripción rango 1 fu
específico a ego
INTRODUCCION
Uno de los problemas de acústica arquitectónica cuya gravedad ha aumen-
tado en los últimos años es el del control de la transmisión de energía en los
sólidos que llega a las estructuras de lús edificios por impactos o vibraciones
continuas.
Esta energía puede transmitirse por todo un edificio hasta superficies que
se ponen en movimiento e irradian ruido. El problema del control de la
transmisión· de ruidos en estructuras ha aumentado en numerosas viviendas,
edificios de oficinas y plantas industriales por dos razones: 1) Debido al gran
incremento de mecanismos que ahorran trabajo y máquinas para hacer más
agradables nuestras áreas de vida y trabajo; por ejemplo, acondicionadores
de aire, lavadoras y secadoras, máquinas para operaciones comerciales, etc.
Este aumento de mecanización, con sus concomitantes fuentes potenciales de
ruido, ha sobrepasado frecuentemente los avances en la tecnología del control
de ruidos. 2) Muchos de los tipos de edificaciones más recientes son en rea-
lidad más pobres al proporcionar aislamiento contra el ruido de lo que lo
fueron los anteriores.
719
La energía mecamca puede comunicarse directamente a la estructura de
un edificio y luego transmitirse a través suya a alguna otra parte del edificio,
en donde una superficie será forzada a entrar en vibración -de este modo se
irradia el sonido----,. En general, los métodos descritos aquí están proyectados
para el control de la transmisión de ruidos en sólidos, aunque algunas de las
técnicas que se emplean para proporcionar un buen aislamiento al impacto
sonoro también lo proporcionan a la transmisión de sonido por el aire.
'1rrJm~~~ñffiffiffiffilE~:~llI1\RE-RADIADO
;¡uJ o',
SONIDO
o, ( POR LA
.: PAREO
dh/30 m
720
La transmisión de ruidos en los sólidos proviene frecuentemente de pisa-
das, arrastre de sillas u otros muebles por suelos sin alfombrar, portazos,
ruidos de agua en tuberías, o el arranque y parada de bombas y motores. Las
magnitudes de pico de la potencia vibratoria de tales fuentes que se trans-
miten a las estructuras son normalmente bastante grande. Más aún, corno se
indica en las tablas 19.1 y 19.2, la atenuación de la transmisión de ruido en
-~ 7+-irI 1- ~·I
o
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V , I II II
ID e, V 11,', 1I
FIG, 19.2. Atenuación del sonido ,trans- o 7'","' 7 i I
mitido a través de sólidos medida en Z
diferentes construcciones y que difieren
I&J a~ ~ ... 1 I
en planta y sección: (a) bloques de la- ~
Ü I
v~ I
drillo huecos, (b) baldosas de hormigón <t ¿
con ,trocitos de ladrillos, (c) piedras pó-
~
Z b}, I"-d
I
mez huecas, (d) y (e) hormigón relleno
con trozos de ladrillo. La atenuación
~
en (a) y (d) se midió en dirección hori-
zontal, (e) se midió en dirección vertical. qoo 1000 to,ooo
(Kuhl y Kaiser) FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO
Pueden emplearse varios métodos para comparar los méritos de los tabi-
ques con respecto al aislamiento de la transmisión de sonido en los sólidos.
El método que se ha adoptado ampliamente en todo el mundo hace uso de
un mecanismo que puede producir una serie estacionaria de impactos en un
suelo (esto es, la superficie a la que se imparte la energía de transmisión en
sólidos). Entonces, los niveles de presión sonora estacionaria en bandas de
octava (o fracciones de octavas) se miden en la habitación inferior, o en alguna
otra del edificio. Estas máquinas son normalmente conocidas como máquinas
de golpeteo. Supongamos que una de ellas se sitúa en el suelo de una habi-
tación, tal como muestra la figura 19.3. Esta habitación se define como la
habitación fuente, y aquella en que se hacen las mediciones se denomina ha-
bitación receptora,
721
FIG. 19.3. Sección transversal de un
edificio mostrando el conjunto de
pruebas para medir el impacto sa-
nara.
O::w II I I I I I I I
~ a:: 60 ESTR(jCTURA f-
~ma: l.;!-o L"or- DE HORMIGON
'Hllllm-~
O°et
22m L"oll
o W o 50 :=01< p.-V
FIG. 19.4. Nivel de impacto sonoro (/)cna:
~~~
1\ I I
medido en una habitación justo de- !'lo SUELO YALFOMBRA
bajo de un suelo de hormigón, em- o ;! :E 40
~o(\j
pleando una máquina de golpeteo ~oo
-WO
ro... I I
construida de acuerdo con las espe- WOO
~ ~ ci 30
\ .1 I
cificaciones internacionales. El es- 1 I o
~~
pectro del ruido se muestra para la 11)00011)0000
000000000
nOOoV')OOOO
o
722
de hormigón armado y suelos con vigas de madera. Los niveles de impacto
sonoro medios medidos en dos tipos de edificios fueron aproximadamente
iguales en la habitación justamente debajo de la máquina de golpeteo, pero
muy diferentes en habitaciones situadas a una distancia considerable de la
máquina. El nivel de ruido en el edificio con suelos con vigas de madera fue
inferior en más de 20 db al del edificio con suelo de hormigón. Esta pronun-
ciada diferencia se debe al hecho de que los suelos de hormigón sólido son
homogéneos y continuos de una habitación a otra, mientras que los suelos
con vigas de madera no son homogéneos y están interrumpidos entre una
habitación y otra. En el caso de suelo de este último tipo, hay también una
diferencia importante entre los materiales usados para el suelo y para las
paredes.
723
que se usan deben tener las mismas características y debería emplearse el
mismo procedimiento para calcular los niveles del impacto sonoro obtenidos
empleando dichas máquinas. Por esta razón se está considerando la posibili ~
dad de adoptar un código internacional para medidas del aislamiento al
impacto sonoro de campo y de laboratorio; esto forma la base para el método
que hoy en día se usa más ampliamente, y que se describe más adelante.
Máquinas de golpeteo
El código internacional establece que las máquinas de golpeteo se cons~
truirán de acuerdo con las siguientes especificaciones: Tendrán cinco mar-
tillos situados en línea, y la distancia entre los dos martillos extremos debe
ser alrededor de 40 cm. Dará diez golpes por segundo. La masa de cada
martillo debe ser de 500 g. La caída libre de un martillo debe ser de 40 mm.
La cabeza del martillo que golpea el suelo debe ser de bronce, con un diá-
metro de 30 mm, aproximadamente. La superficie de la cabeza del martillo
debe ser esférica, con un radio de alrededor de 50 cm. El mecanismo con-
ductor debe estar diseñado de tal forma que los martillos pierdan contacto
con el suelo aproximadamente 0,05 seg después de haber caído los 40 mm.
Estas especificaciones son tales que cuando se opera en un suelo de prueba,
esta máquina de golpeteo debe producir un nivel de sonido en la habitación
justamente debajo de un suelo suficientemente alto y continuo para hacer
exactas las posibles medidas *.
• Existe una diferencia considerable entre el carácter de los impactos producidos por
pisadas y los producidos por las cabezas de los martillos de la máquina de golpeteo. Se
hicieron algunas medidas para estudiar la correlación entre el aislamiento al impacto
sonoro medido utiHzando estas dos fuentes de impactos. La mejora proporcionada por
un suelo flotante que descansa en una cubierta elástica de lana mineral vino a ser apro-
ximadamente la misma. Sin embargo, la correlación fue bastante pobre cuando se midió
la mejora proporcionada por un suelo de hormigón cubierto con una alfombra de fibra
de coco. Esta diferencia puede deberse al hecho de que la compresión en la alfombra de
coco producida por la cabeza del martillo es mucho mayor que la producida por un
zapato.
724
Posición de la máquina de golpeteo. El nivel de impacto sonoro en una
habitación no es independiente de la posición de la máquina de golpeteo en
el suelo de la habitación superior. En la mayoría de los suelos de prueba en
edificios, tres posiciones de la máquina de golpeteo en el suelo darán un re-
sultado bien representativo si se mide el nivel de la presión sonora con dis-
tintas posicions del micrófono en la habitación receptora, y se calcula el pro-
medio a partir de estos datos. Como puede haber alguna variación en el nivel
de impacto con las posiciones debido a heterogeneidades en la construcción
del suelo, debe tenerse en consideración este factor para las posiciones de la
máquina de golpeteo en el suelo.
Determinación del nivel de impacto sonoro de las medidas. Para medir
el nivel de impacto sonoro en una habitación se hacen primero medidas de
la presión sonora en varias posiciones. Estos datos se obtienen en bandas de
octavas (o fracciones de octavas). El nivel medio de presión sonora L p en
cualquier banda se obtiene de la siguiente relación:
- - 10 1
Lp- Og10
[ pi + p~ + p~ 2+ ... + p~] db
npo
en donde Ph P21 P3, ..., Pn son las presiones sonoras en microbares medidas
en n posiciones diferentes en la habitación (en general se toman medidas de
tres a seis posiciones del micrófono); Po es la presión sonora de referencia
de 0,0002 microbares. A fin de comparar los datos de varias fuentes, es con-
veniente que todos ellos se expresen en términos de nivel de impacto sonoro
en las bandas de octavas de frecuencias. De este modo, si las medidas se han
hecho en bandas de menos de una octava de amplitud pueden convertirse a
la correspondiente octava como sigue: Si las medidas se han hecho en bandas
de un tercio de octava, hay que añadir 4,9 db; si se han hecho en bandas
de media octava, hay que añadir 3,1 db. Por ejemplo, los datos de la figura 19.4
se midieron en bandas de un tercio de octava, por tanto, se le añadieron 5 db
(es decir, 4,9 db redondeados) a cada uno de los puntos representados, a fin
de expresar esos datos como niveles de impacto sonoro en las bandas de
octavas.
Efectos de la absorción de la habitación sobre las mediciones de impactos
sonoros. El nivel de impacto sonoro medido en la habitación receptora de-
pende de la absorción en la habitación, y varía inversamente con la absorción
total. Desde que las mediciones de campo se efectúan tanto en habitaciones
de edificios acondicionados como sin acondicionar, es deseable, a efectos de
comparación, ajustar los resultados de modo que correspondan a los niveles
que podrían haberse obtenido si la habitación considerada hubiera contenido
una cantidad standard de absorción. El nivel de impacto sonoro ajustado, L i ,
se define por la relación:
725
en donde a es la absorción total de la habitación y Cl'o la absorción standard
de referencia de 10 m2, que es aproximadamente la absorción total en una
habitación de esta media. Por ejemplo, si la habitación receptora tiene una
absorción total de 5 m2 en lugar de 10, deberían restarse entonces 3 db del
nivel sonoro medio medido en la habitación receptora para obtener el nivel
de impacto sonoro ajustado.
El ajuste a una absorción de referencia proporciona una base para la com-
paración de los niveles de impacto sonoro medidos bajo diferentes condicio-
nes de absorción en la habitación receptora. No obstante, adviértase que no
es posible una comparación directa entre los resultados de campo y de labo-
ratorio, a causa de la transmisión lateral. A menos que se indique lo contra-
rio, todos los datos sobre niveles de impacto sonoro, presentados en este
capítulo, se refieren a valores ajustados.
Valores medios. Adviértase que el nivel de impacto sonoro por banda
de octava varía con la frecuencia. Frecuentemente es conveniente emplear un
valor medio, obtenido promediando los niveles en las diversas bandas de
frecuencia -normalmente las centradas entre 125 y 1600 cps, aproximada-
mente-. Este es el promedio usado en este capítulo, salvo indicación con-
traria, si bien no se ha establecido un tipo standard que especifique sobre qué
intervalo debe tomarse la media. Debe advertirse que si los niveles en banda
de octava varían considerablemente con la frecuencia, la representación de
un promedio puede no ser especialmente significativa, ya que este valor medio
dependerá del intervalo en' que se haya tomado.
Mediciones en laboratorio y campo. Las mediciones del impacto sonoro
son de dos tipos: 1) las de laboratorio, que se llevan a cabo bajo condicio-
nes ideales, y 2) mediciones de campo, que se efectúan en la edificación.
Supongamos una máquina de g91peteo colocada sobre el suelo de una vivienda,
como muest~a la figura 193., Cuando se pone en funcionamiento, inducirá al
suelo y de aquí al techo del piso inferior a vibrar y, por tanto, irradiará sonido
desde el techo a la habitación inferior. En suma, parte de la energía se trans-
mitirá· a lo largo de la estructura del pavimento a los tabiques adyacentes.
De este modo, puede pasar por las paredes de la habitación inferior, ponién-
dolas en vibración, e irradia sonido a esta habitación. La transmisión de
sonido de' una habitación a otra por algún camino que no sea el panel de
prueba se llama transmisión lateral. Ya que ésta puede ser frecuentemente
el factor limitador que cont,role la propagación del impacto de ruido de una
habitación a otra, debe reducirse a un valor insignificante si queremos evaluar
la calidad de una construcción de pisos. De este modo, en las medidas de labo-
ratorio de aislamiento al impacto' sonoro, se aisló de tal manera que el im-
pacto del ruido se transmitiera sólo a través del propio panel. Solamente bajo
estas condiciones podemos evaluar una serie de diferentes construcciones de
pisos de modo que esta estimación sólo dependa de la calidad de la construc-
ción en sí. Estas mediciones se denominan medidas de laboratorios.
Según el código internacional 'para las medidas de laboratorio, se recomien-
da que el tamaño del tabique de prueba, sea, aproximadamente, de unos 10 m2•
726
El volumen mínimo de la habitación receptora debe ser por lo menos de 50 m 3,
si bien es deseable un volumen mínimo de 100 m3• El sonido transmitido por
cualquier camino indirecto será pequeño en comparación con el transmitido
a través del suelo de prueba. Las condiciones del borde de este suelo deben
ser tan similares como sea posible a las condiciones prácticas. El campo so-
noro en la habitación receptora debe ser lo más difuso que se pueda. La de-
terminación del nivel de impacto sonoro en bandas de octavas es bastante
difícil a bajas frecuencias, ya que en estas condiciones el campo sonoro está
muy lejos de ser difuso. A causa de esto, las mediciones muy por debajo
de 100 o 125 cps son inexactas en techos de habitaciones de tamaño normal.
Tomaremos un límite superior de 1600 o 3200 cps por la dificultad de medir
niveles muy bajos de impacto sonoro en la banda de frecuencias de octava
en la habitación receptora a frecuencias superiores al ensayar un suelo
«bueno».
Para mediciones de campo, la habitación receptora puede ser cualquiera
del edificio ----.no necesariamente la que esté justo debajo del suelo ensaya-
do-. No obstante, en la mayoría de los casos es del mayor interés conocer
el nivel de impacto sonoro en la habitación justamente debajo del suelo en-
sayado, así como la habitación que tiene normalmente el valor más alto del
nivel de impacto sonoro. Los niveles de impacto sonoro dados en este capí-
tulo, salvo indicación en contrario, son los de las habitaciones que están pre-
cisamente debajo de los suelos ensayados.
727
datos indican también que un suelo de bloques huecos puede ser peor que
uno de hormigón armado. Las medidas en los edificios muestran que el nivel
medio de impacto sonoro bajo un suelo de hormigón desnudo con una super-
ficie de 135 a 225 m2 y una presión de 1,2 a 2,4 kgjcm2 dan 70 a 75 db. La
curva 1, en la figura 19.5, es típica del nivel de impacto sonoro medido en
bandas de octavas en la habitación directamente debajo del suelo de bloques
huecos de arcilla sin revestir. Debe advertirse que existe una variación pe-
queña con la frecuencia. Un aislamiento pobre contra el impacto de ruido a
altas frecuencias es característico de estos suelos. En contraste, la curva 2
,~ ........ 1
r--,f
..... 1.-
\ ""
\
I
\
,2
FIG. 19.5. Nivel de impacto sonoro
I o en función de la frecuencia medido
",000",0000 ~~g~~gg~g ~ en las habitaciones, justamente debajo
(\J~O.n_OOfl')O
__ N(\Jrf)~II)U)Q) __ NC\J"'~U')COCD ~ de dos suelos: 1) de bloques huecos
:30
I o toOO 10, 00 de arcilla sin acabado, y 2) viga de
FRECUENCIA EN CICLOS POR SEGUNDO madera.
muestra el nivel de impacto sonoro bajo un suelo con vigas de madera, con un
descenso pronunciado al aumentar la frecuencia por encima de unos 500 cps;
esta disminución en el nivel de impacto sonoro equivale a un.a mejora en el
aislamiento al impacto sonoro con respecto a los bloques huecos de arcilla.
728
puede hacer que aumente el nivel de ruido en la misma habitación en la que
se ha producido el impacto, como se indica en el siguiente apartado.
La figura 19.6 muestra el aislamiento al impacto sonoro proporcionado
por 3 mm de linóleum (curva 1) y 9 mm de moqueta Wilton (curva 2) apli-
cados a un suelo de hormigón. Las mejorías «medias» fueron de 3 y 24 db,
respectivamente. Otros resultados se muestran en las figuras 19.7 y 19.8, donde
se pueden ver las mejoras obtenidas con varios suelos cubriendo un bloque
de hormigón y un suelo de madera, respectivamente. Si se aplican los mismos
ID 50
o
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0 40
a::
o
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Tabla 19.1. Valores medios del aislamiento al impacto sonoro proporcionado por varios
acabados de suelo aplicados sobre hormigón desnudo
Aislamiento al
Acabado impacto
sonoro, db
729
esta información es útil para la obtención de una estimación relativa de los
diversos materiales.
En la tabla 19.2 se dan datos adicionales que tabulan el aislamiento medio
al impacto sonoro para varios acabados de suelo aplicados sobre hormigón
desnudo.
ID
ID 50 o 5O r--T--r--r-T-r--r--r--r--r--T--r--r-r-r--r-.
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__ __ (.\J f") _ (\J N V It) CD ::
FIG. 19.7. Aislamiento al impaoto so- FIG. 19.8. Aislamiento al impacto so-
noro proporcionado por dos tipos di- noro proporcionado por diferentes ti-
ferentes de acabados de suelo sobre pos de acabados de suelo sobre ma-
hormigón: (b) linóleum sobre papel dera: (b) linóleum de 2,3 mm de gro-
de fieltro, (e) linóleum de corcho de sor, (h) moqueta «sin fin», (z) moqueta
6 mm de grosor, (h) moqueta «sin de fibra de coco. (Kasteleyn y Van
fin», (z) moqueta de fibra de coco. den Eijk.3)
(Kasteleyn y Van den Eijk. 3)
730
PARED ADHERIDA SOBRE
L.lSrON DE METAL O DURO
VARILLAS REFORZADAS
DE 40cm. SITUADAS A 4'5mm.
PAPEL
IMPER-
MEABLE
FIELTRO
DE PEllJ
DE GANADO
/~~
":t ~~
ASIENTO ELASTICO
TRANSVERSAL
\-SI/ELO EXISTENTE_
SECCION EN LA PUERTA
FIG. 19.9. Representación de un suelo flotante. Baldosas de hormigón armado que «flota)
sobre asiento elástico hecho de acero. (Por cortesía de United States Gypsum Ca.)
731
recubierta con resina si se aplica una carga vertical a la cubierta horizontal.
La flexión depende de la densidad de la cubierta; se dan datos para varias
densidades desde 33 kgpm hasta 330 kg/m3• Estos datos se representan de
otra manera en la figura 19.10b, que muestra la flexión de la cubierta en fun-
'(\1
~ 14.4 ~-+--+-+f--+-_+---t--t-___j
a:
o
Q. IQ8 I---t-~~,t--tt--t
(!)
x
z 7.2 I---+--+-'#-+--M--+-t-
lú
~ 3.61---l--A--v-----+--:>"1'---t-y
a:
~ o 1-::;.ta;::~_I::;;;;o-=:::::;;¡",,=:1:==~--'
o 10 20 30 40 50 60 70 80
FLEXION EN % RESPECTO A LA ALTURA ORIGIt.lAL
81"""'T""1,-----,,--,-""t"'"'T"~:..-.,--.----,
d
(o)
(\l.
~
~ § I--\---\--++--...... \--\\-~--+-----i
(.!j
x
2
lú
o
~
:>
..J
w
o
FIG. 19.10. (a) Flexión de una cu-
bierta de vidrio impregnada en resi-
~
ii)
na en función de la carga aplicada.
zw Estos datos se dan para varias den-
o sidades de la cubierta. (b) Flexión de
una cubierta de vidrio impregnada
en resina, en función de la densidad
de la cubierta para líneas de carga
°0 20 40 60 @SO constantes. La flexión no debe exce-
FLEXION EN % RESPECTO A LA ALTURA ORIGINAL der la línea A-A. (S. Musikant. 4)
732
Franjas de hormigón flotante sobre suelos de hormig6n. Los suelos flo-
tantes con franja de hormigón pueden ser muy efectivos en el aislamiento
de los impactos de ruidos. Por ejemplo, la figura 19.11 muestra una cons-
trucción de un suelo flotante sobre una estructura de hormigón. Consiste
en una capa de material elástico de 25 mm de grosor aplicada sobre la es-
tructura de hormigón desnudo, cuidando de evitar los huecos entre las franjas
contiguas del material elástico, de modo que el hormigón no se derrame por
estos huecos y cortocircuite el material elástico. Con este fin, bastará con un
recubrimiento de papel especial impermeable de 75 mm para evitar que se
salga el hormigón. Se vierte entonces una franja de 37 mm de grueso de
hormigón sobre el alambre, que servirá de refuerzo. La capa elástica debe
extenderse hasta las paredes para evitar el contacto de éstas con las franjas.
La tabla 19.3 muestra algunos resultados de las medidas con suelo flotante,
empleando hormigón o franjas de asfalto. El aislamiento al impacto sonoro
que puede obtenerse cuando hay una carga pesada sobre la franja de asfalto
puede ser menor que los valores dados anteriormente, en especial cuando
se usa cubierta elástica. Puede obtenerse una mejora considerable con franjas
de hormigón sobre tablero blando reduciendo la rigidez de la capa elástica.
Recubriendo la capa interior del tablero blando con gránulos de corcho antes
de aplicarse sobre la estructura,S se obtiene una mejora en el aislamiento
de 16 db.
Tabla 19.3. Aislamiento medio al impacto sonoro proporcionado por franjas de hormigón
o asfalto sobre un suelo de hormigón desnudo
Aislamiento al
Construcción impacto
sonoro, db
733
disminuye rápidamente a altas frecuencias, lo que es característico de un buen
suelo.
Un procedimiento para incrementar más ampliamente el aislamiento es la
colocación de arena sobre la estructura de hormigón, entre los listones que
FIG. 19.11. Sección esquemática, mos- FIG. 19.12. Sección que muestra un
trando una franja de hormigón flotan- suelo de madera flotante sobre una
te sobre una estructura de hormigón. estructura de hormigón. El suelo de
madera descansa sobre listones de
SO x SO mm, que descansan sobre una
cubierta de lana mineral.
soportan el suelo flotante. El espesor de la arena debe ser menor que la altura
de los listones.
La tabla 19.4 da los resultados de las medidas de laboratorio del aislamiento
medio a los impactos sonoros para varios tipos de suelo de madera sobre
estructura de hormigón.
734
De estos datos pueden deducirse las siguientes conclusiones:
1. El aislamiento al impacto sonoro depende del material elástico que
separa los listones de la estructura. Por ejemplo, los valores relativos
medios para ningún material, bandas de corcho y franjas de lana mi-
neral son 7, 10 Y 15 db, respectivamente. El aislamiento crece con la
elasticidad. Los resultados de otras mediciones muestran que las cu-
biertas de estos materiales, como lana mineral, proporcionan el mismo
aislamiento, aproximadamente. No es posible una información exacta
a causa de que algunos materiales pierden elasticidad con el tiempo,
pero éste es un factor que debe considerarse y darse por parte del
fabricante.
2. Una cubierta elástica de 18 o 25 mm proporciona el mismo aislamien-
to, más o menos, si bien la de 25 mm es menos apta para comprimirse
y cortocircuitar la estructura flotante.
3. Un suelo sin listones proporciona un aislamiento considerablemente
mayor que uno con listones. Esto se debe a las cargas más altas que
soporta el material elástico cuando se usan los listones. Para un suelo
de parquet con listones sobre 25 mm de lana mineral se midieron unos
valores de 15 db, Y de 21 db para el mismo suelo sin listones, sobre
25 mm de fibra de vidrio.
4. Las mediciones muestran el efecto de una carga sobre un suelo ligero
que se apoya sobre material elástico. Por ejemplo, el aislamiento medio
al impacto sonoro debajo de un suelo de parquet (sin listones), con
una cubierta de 37 mm de fibra de vidrio, es de 27 db sin carga,
y de 22 db con una carga adicional de 0,01 kgjcm2• Normalmente, los
90
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rn!c:CUENCIA EN CICLOS POR $:::GU~DO (e)
FIG. 19.13. Nivel de impacto sonoro FIG. 19.14. Tres tipos de suelo con
en función de la frecuencia en las ha- vigas de madera: (a) construcción or-
bitaciones, justamente debajo: 1) un dinaria, (b) construcción con suelo flo-
suelo de hormigón desnudo de 87 mm tante, (e) construcción con suelo flotan-
de grosor, 2) un suelo de madera uni- te mal hecha; los clavos perforan el
do a listones que descansan en láminas material elástico y 10 cortocircuitan.
de tablero blando; eSl1:a estructura flo-
ta sobre un suelo de hormigón.
735
valores obtenidos en un edificio no son tan altos como los que se
obtienen en el laboratorio a causa del cortocircuito de la capa inter-
media elástica que se produce con frecuencia en la práctica. Además,
el zócalo y las conducciones que sustentan las tuberías de servicios
reducirán la efectividad de la construcción.
rABLERO
l.ISrONESOE 5x5cm. LANA MINERAL
FIG. 19.15. Suelo con vigas de made- FIG. 19.16. Falso 'techo, apoyado en
ra, con listones que descansan sobre vigas independientes.
franjas de lana mineral.
más alto bajo el suelo de hormigón que debajo de las vigas de madera. La
figura 19.5 muestra un suelo de estos últimos, con las tablas clavadas a unos
listones especiales que descansan sobre bandas de lana mineral distribuidas
sobre placas.
736
lo asegure también en la misma habitación en la que se produce la vibración
transmitida a través de los sólidos. Por ejemplo, consideremos un suelo flo-
tante de madera aplicado sobre una estructura de hormigón desnudo; el ruido
en la habitación donde se producen los impactos puede ser mayor para el
suelo de madera que para el de hormigón; no obstante, el ruido producido
en habitaciones distantes puede ser menor para el suelo de madera que para
el de hormigón, a causa de la energía mucho menor que se ha transmitido a
la estructura del edificio.
La influencia del acabado del suelo sobre el sonido producido en la propia
habitación se mide del siguiente modo: Se coloca una máquina de golpeteo
sobre un suelo con diversos acabados. El nivel efectivo de presión sonora se
mide en bandas de octava. La tabla 19.5 muestra los resultados de algunas
medidas; el ruido se produce golpeando el suelo de hormigón con la máqui-
na: 1) cuando el suelo está desnudo, y 2) cuando se colocan varios acabados
de suelo sobre la estructura. Un valor positivo indica que la percusión sobre
el acabado del suelo produce un nivel sonoro mayor que sobre el hormigón
desnudo; un valor negativo indica una mejora del hormigón desnudo en una
cuantía igual al número de decibelios indicado. Estos datos muestran que
una capa elástica entre la fuente de impacto y la estructura puede producir
una disminución en el nivel de ruido en la habitación fuente.
Tabla 19.5. Nivel de presión sonora producido en la misma habitación por la máquina
de golpeteo ...
(Los valores se dan en decibelios referidos al nivel producido por la máquina de golpeteo
sobre hormigón desnudo)
Construcciones de techos
Se discutirán más adelante dos tipos de techos, que deben reducir la ra-
diación de las ondas sonoras de los suelos puestos en vibración por impactos:
737
47
AISLAOOR DEL TECHO(30xI20cm.
\ CON LISTONES DEMETAL EX-
1111
~
_
,
COLGANTE
rCANAL 275/50mm.
AlSLAoar DEL TECHO
HORNIGON
73'8
Falso techo. Estos son los techos que son independientes de las estruc-
turas de suelo y techo. Por ejemplo, la figura 19.16 muestra un falso techo
sostenido sobre vigas independientes.
Techo suspendido. Estos son los techos que están «colgados» de la es-'
tructura mediante cables o soportes elásticos. La figura 19.17 muestra un
tipo de construcción empleada a veces en emisoras de radio y estudios de
grabación.
La figura 19.18 muestra un ejemplo de enlucido sobre listones de madera
suspendido sobre un suelo de hormigón mediante grapas elásticas. La reduc-
ción de ruido obtenida usando esta construcción no es tan alta normalmente
como la que se obtiene con un techo completamente suspendido. Cuantos
menos sean los puntos de contacto con la estructura se obtendrán mejores
resultados.
~
¡ECHO --;¡"CLL.I.~;¿¿¿''4;
Aislamiento de paredes
Los principios generales del aislamiento al impacto sonoro esbozados con
anterioridad para suelos y techos pueden aplicarse a las paredes. En la figu-
ra 19.17 se da un ejemplo de un aislamiento efectivo de las paredes. Para
más detalles, véase el capítulo 20.
739
CONSIDERACIONES TEORICAS
Suelos flotantes
De acuerdo con la teoría, el aislamiento al impacto sonoro que puede
obtenerse del empleo de un suelo flotante a frecuencias mucho mayores que
la de resonancia tn es: 9
740
Capa elástica entre elementos de la estructura
Otro posible método de obtener un incremento considerable en la atenua-
ción de la vibración transmitida de un elemento de la estructura de un edi-
ficio a otro consiste en la inserción de una capa elástica entre dos elementos.
Cuando el grosor de la capa intermedia (de amortiguación despreciable) es
pequeño comparado con la longitud de la onda y ambas partes de los ele-
mentos de la estructura del edificio se prolongan infinitamente, la atenuación
para ondas longitudinales viene dada por:
201 Y
1Tt2 l db
og AI Y 2 (19.2)
Para una capa elástica en un ángulo; por ejemplo, entre el techo y las
paredes que lo sustentan, la teoría indica que la atenuación para las ondas
inclinadas se caracteriza por dos frecuencias de aislamiento total, despreciando
la amortiguación. Estas frecuencias se producen en el intervalo de baja
frecuencia.
REFERENCIAS
741
6. Lindahl, R., y H. J. Sabine: ¡. Acoust. Soco Amer., 11: 401 (1939).
7. Ingerslev, F.: llAcoustic in Modem Building Praetice», Architectural Press, Lon-
don, 1950.
8. Gosele, K.: Veroffentl. Forschungsgemeinschaft Bauen und Wohnen, 11 (1951).
9. Cremer, L.: Department of Scientüic and Industrial Research, London, England.
Sponsored Research in Germany, Informe núm. 1, Serie B.
10. Gosele, K.: Gesundheits lngenieur, 70: 66 (1949).
742
INDICE DEL TOMO I
INDICE DEL TOMO I
Caps. Pdgs.
745
Caps. Pdgs.
746
Cpps. Págs.
19. Control del ruido a través de los sólidos, por Fritz Ingerslev,
Ph.O., Royal Teehnical University, Copenhagen, y Cyril M. Harris,
Ph.O., Columbia University, New York oo' oo. oo' oo • • oo oo. oo.... 719
Introducción, 719.-Estimación de construcciones de pisos, 721.-Medidas del
impacto sonoro, 723.-Construcciones de edificios para el control del impacto
de ruidos, 727.-Consideraciones teóricas, 740.-Referencias, 741.
747