Universidad Nacional Autónoma de México.

Facultad de Estudios Superiores Aragón.

Lic. Comunicación y periodismo.

Título: Implicaciones de la microeconomía en el

Comercio Justo.

Nezahualcóyotl, Estado de México 16 de octubre del

2015
Grupo: 1157.

Asignatura: Introducción a la economía.

La economía no comienza propiamente con la interacción vendedor-comprador,
todo producto final tiene un origen y una causa, poco nos preocupamos en la
procedencia de lo que consumimos, y esto puede ser determinante para las
personas detrás de todo el proceso. Las grandes empresas transnacionales
siempre son las que acaparan el mercado por muchísimas razones, que van
desde publicidad hasta gran gama de productos que ofrecen, haciendo injusta la
competencia para el pequeño empresario. Aquí veremos cuatro historias sobre el
comercio justo, una variante del comercio que proponen organizaciones no
gubernamentales, con el fin de ejercer un relación justa entre comprador y
vendedor, para poder hacer frente a los apetitos voraces de las grandes
empresas, demostrando que desde la microeconomía se pueden hacer grandes
cosas, desde luego, en menor medida que aquéllas, pero, por igual observaremos
el gran avance de las empresas pequeñas.
Las empresas que abordaremos son de sal, café, ajonjolí y tejidos, todas fundadas
y organizadas con el fin de mejorar la producción y generar más utilidades. Vemos
una microeconomía establecida en una empresa, sin fines políticos, ellos analizan
la mejor manera para utilizar los recursos que tienen a su disposición, o sea van
generando una oferta que se regula según la demanda, aunque no siempre se
consigue vender adecuadamente, ésta tiene mano de obra que son sus miembros,
todos aprendiendo el oficio de generación en generación, los mismos que cultivan
son los mismos presidentes o delegados, para evitar burocracia, pudiendo vender
su producto íntegro o procesado, hay una injerencia de intermediarios los
denominados “coyotes”, quien se mueven por el egoísmo, comprando sus
productos abaratados, para luego ellos poder procesarlos, ellos se dan cuenta que
esto no les conviene en ningún plazo, así que deciden después comprar
maquinaria necesaria para poder generar un producto procesado para generar
más ingresos.
A excepción del tejido, se crean las empresas de nombre Ná, en el caso de la sal,
Café Biomaya, del café, o ecotierra del ajonjolí, donde más adelante consiguen
procesar sus productos, llevarlo más allá de la materia prima, transformarlo,
generando así derivados de estos productos, estableciendo una cafetería con uso
de diferentes granos y tipos de café, creando sales de baño con la sal, y crear
aceite orgánico a partir del ajonjolí, expandiendo su negocio, la economía
entonces establece los precios según los costes de producción, sin embargo, se
establecen según la utilidad marginal, entonces, al haber más de una empresa
dedicada a este tipo de actividades, los precios tienden a ser bajos. Pero también,
los empresarios mediante una investigación del mercado, pueden conocer que
producto agrada más y cual menos, para aumenta la producción de uno y reducir
del otro, así abaratar gastos e incrementar ventas. Por otra parte en el caso de los
tejidos, las mujeres parte de la cooperativa relatan que en ocasiones tienen que
vender en Estados Unidos el producto para generar un ganancia equiparable en
relación con el costo de producción.
El tipo de mercado que desarrollan estas microempresas es el de consumo
inmediato, aunque no necesariamente se agote rápidamente los productos que
venden, sino porque son alimentos en dos casos, que son perecederos, por tanto
se consumen relativamente rápido, por otro lado, las sales aromáticas y los tejidos
son de tipo duradero, puesto que no son consumidos tan rápido, como bien lo dice
el tipo de mercado es duradero, porque hasta cuando se desgastan, maltratan o
rompen pierden su utilidad, pero no ocurre de inmediato obviamente. Por otra
parte, el mercado en su división de competencia perfecta e imperfecta, fragmenta
a las empresas, porque no todas son de la misma clase de mercado, por ejemplo
la empresa Café Biomaya es una competencia perfecta; muchos compradores y
muchos vendedores, sin embargo, como mencionaba, las grandes empresas que
generan estos productos y tienen más publicidad son las que ganan más, pero en
la teoría se clasifica de esta forma, porque la gente necesita café y es un producto
de consumo relativamente inmediato.
En el caso de las sal, ocurren dos situaciones, a pesar de que las tiendas siempre
requieren sal, no siempre recurren a estos empresarios en específico, sino a las
grandes empresas, por lo tanto aunque la sal genere un mercado de competencia
perfecta, no es el caso aquí, la segunda situación es cuando procesan la sal, aquí
si ocurre una competencia imperfecta en teoría y en práctica, esto en relación con
las sales de baño, ocurre que hay pocos compradores, porque por lo general los
hoteles o condominios son quienes consumen estos productos, y hay muchas
empresas que se dedican a vender estos productos, se trata de un oligopsonio. En
el caso del ajonjolí cuando se vende a granel ocurre también un oligopsonio, al
igual que siendo procesado, cuando se genera aceite orgánico que no muchas
personas consumen. Ahora, con respecto a los tejidos, es en definitiva la
competencia más imperfecta de todas, de acuerdo, el producto es único y de
calidad indiscutida, sin embargo, pocas personas gustan de este tipo de prendas,
más que los turistas que llegaran a considerarlo exótico, aunque también es de
considerarse que no haya muchos vendedores en el ramo, pero, volviendo al
asunto económico, no hay como exportarlo.
En suma, el comercio justo es una buena opción para comenzar un negocio, pero
se debe tener entendido que la economía no funciona con buenas intenciones, se
basa en el comportamiento de las sociedades, que no está dispuesta a ganar su
poco sueldo en cualquier cosa, es necesario realizar un estudio de mercado
previo, para conocer los usos y actitudes de los compradores, y poder generar un
producto que las personas realmente necesiten.