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ASIGNATURA. CARDIOVASCULAR
ANEURISMA AORTICO
GRUPO. 6HM5
EQUIPO.
I. ANATOMIA Y FISIOLOGIA 3
II. FISIOPATOLOGÍA 4
III. FACTORES ETIOLÓGICOS 5
IV. TIPOS DE ANEURISMA 6
Aneurismas aórtico abdominales (AAA) 6
Aneurismas aórticos torácicos (AAT) 7
V. CUADRO CLINICO 8
VI. DIAGNÓSTICO 13
Estudio radiológico del tórax 13
Ecocardiografía 14
Tomografía computarizada de alta resolución (TAC) 14
Estudios angiográficos 14
Diagnóstico de disección aortica 15
VII. TRATAMIENTO 16
Quirúrgico de los aneurismas de la aorta ascendente. 16
Quirúrgico de los aneurismas del arco aórtico. 17
Quirúrgico de aneurismas de aorta torácica 17
descendente.
Tratamiento del aneurisma aórtico abdominal 19
Tratamiento médico del aneurisma de la aorta 20
abdominal
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
ANEURISMA AORTICO
I. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
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La aorta, la arteria más grande del cuerpo, se extiende desde la válvula aórtica en
el tórax hasta la zona media del abdomen, donde se bifurca en las arterias ilíacas
comunes. A lo largo de su recorrido la aorta se divide anatómicamente en sus
componentes torácico y abdominal. La aorta torácica se subdivide a su vez en los
segmentos ascendente, del cayado y descendente, y la aorta abdominal en los
segmentos supra rrenal e infrarrenal.
En este momento del ciclo al penetrar la sangre dentro del vaso, distiende sus
paredes durante la primera fase de la sístole, lo cual genera contracción del tejido
muscular de la capa media y la capa elástica previamente distendida regresa a su
longitud basal, lo cual condiciona disminución del diámetro de la luz aortica y
desplazamiento de la sangre hacia las arterias de menor calibre y en general al
lecho vascular periférico durante la segunda parte de la sístole.
Durante este ciclo en sístole, en la pared aortica se genera tensión parietal que es
la fuerza que tiende a separar las células de la pared del vaso. A mayor estrés
habrá mayor adelgazamiento de la pared del vaso ya que la presión desarrollada
es inversamente proporcional al espesor de la pared.
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50% de los aneurismas de la aorta torácica afectan la raíz aortica o la aorta
ascendente; 10% involucran al arco aórtico, 30% afecta la aorta torácica
descendente y 10% la porción toraco-abdominal.
II. FISIOPATOLOGIA
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mutación de uno de los genes para la fibrilina-1, la cual es el componente
mayor de las microfibrillas de la elastina con marcada variabilidad en su
expresión clínica. Los aneurismas aórticos se presentan ponderalmente en
la aorta torácica a nivel de la raíz y en su porción ascendente; sin embargo,
en los casos avanzados el aneurisma puede ser toracoabdominal.
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8. Sífilis aórtica. Aparece como una complicación de la sífilis terciaria. La capa
intima se inflama en donde hay áreas de necrosis de la capa media. Este
proceso de inflamación y necrosis de las diferente capas de la pared aortica
se realiza paulatinamente en el transcurso de años, de tal forma que la
enfermedad se manifiesta después de 20 o 30 años de la primoinfección. El
ataque se lleva a cabo preferentemente en la aorta ascendente y cayado
con menos predilección en la aorta descendente torácica, frecuentemente
se acompaña de insuficiencia aortica y la inflamación a nivel de la raíz
aortica frecuentemente se acompaña de estenosis de los ostia coronarios.
Patogenia
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responsables de mantener la resistencia a la tracción de la pared aórtica y su
integridad estructural
Patogenia
Los aneurismas que afectan la raíz aórtica y la aorta ascendente pueden ser
determinados genéticamente, degenerativos o ateroescleróticos, inflamatorios, o
ser consecuencia de enfermedades infecciosas (v. tabla 60-el en la página web).
La degeneración quística de la media (DQM) consiste en la degeneración y la
fragmentación de las fibras elásticas, la pérdida de células musculares lisas, el
aumento de depósito de colágeno y su sustitución por quistes intersticiales
mucosos con tinción basófila de la sustancia fundamental.
V. CUADRO CLÍNICO.
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venosa), de erosión del esternón y la pared costal. Los aneurismas del cayado
pueden manifestarse como masas pulsátiles en el hueco supraesternal, pero con
mayor frecuencia producen síntomas por compresión de los órganos vecinos; así,
la disfagia aparece cuando hay compresión esofágica, la disnea, tos seca y
estridor respiratorio son condicionados por la compresión traqueal; la compresión
de un bronquio grueso puede dar lugar a neumonía o atelectasia pulmonar;
finalmente, la compresión del ganglio estrellado por el aneurisma puede causar un
síndrome de Bernard- Horner (ptosis palpebral. enoftalmos y miosis ipsilateral con
la consiguiente anisocoria). Los aneurismas de la aorta torácica descendente
también pueden crecer importantemente antes de producir síntomas debido a que
hay mayor espacio del que tolera la dilatación del vaso; sin embargo, pueden
comprimir el bronquio izquierdo, produciendo cuadros neumónicos o atelectasia
pulmonar; asimismo, pueden comprimir y erosionar la porción posterior de las
costillas del hemitórax izquierdo o la columna vertebral, lo cual puede ser causa de
masas pulsátiles visibles y palpables a través de la pared torácica. La ruptura de
un aneurisma aórtico generalmente condiciona un cuadro catastrófico de dolor
torácico muy intenso, acompañado de estado de choque al cual rápidamente sigue
la muerte.
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posterior de los muslos, cuadro que es seguido de hipotensión arterial y
posteriormente estado de choque hipovolémico. La ruptura puede hacerse hacia la
cavidad abdominal o hacia el retroperitoneo.
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con hipertensión hiperreninémica ineficientemente controlado con los fármacos
antihipertensivos.
o Aterosclerosis
o Síndrome de
Marfan
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valvular aórtico por degeneración mixomatosa, que también es causante de
regurgitación aórtica. Este síndrome tiene una transmisión autosómica dominante
mendeliana simple, lo cual hace que en
estos casos el antecedente familiar
aparezca fácilmente en la historia clínica;
sin embargo, cabe mencionar que la
enfermedad aparece también en casos
esporádicos por genes mutantes, lo cual
hace que no haya historia familiar en estos
casos.
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En conclusión, el
aneurisma aparecerá en
jóvenes, menores de 30
años de edad; afectará la aorta torácica
ascendente, se acompañará de insuficiencia
aórtica, manifestaciones antropomórficas y
oculares del síndrome de Marfán y
no será hipertenso.
o Aortitis sifilítica
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cayado de un paciente mayor de 50 años de edad no hipertenso, sin estigmas
antropomórficos del síndrome de Marfán. Debe tenerse en cuenta que la
mesoaortitis sifilítica puede producir además insuficiencia aórtica (debido a que
ataca la raíz aórtica), hay falta de coaptación valvular y regurgitación aórtica: esta
contingencia aparece en aproximadamente el 50 % de los pacientes con
aneurisma aórtico luético.
VI. DIAGNÓSTICO
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signos de hipertensión venocapilar sugiere la presencia de insuficiencia aórtica
con importancia hemodinámica agregada.
Ecocardiografía
Estudios angiográficos
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aortica y la ecocardiografía transesofágica para aneurismas de cayado y aorta
descendente,
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la evolución fatal del enfermo. Otras enfermedades por las que se puede confundir
la disección aortica aguda son: angina inestable, neumotórax, pericarditis aguda, y
embolia pulmonar.
VII. TRATAMIENTO
Cuando la válvula
aórtica es normal,
se resecan las
valvas aórticas y los
senos de Valsalva,
se une el tubo de
Dacrón al anillo
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aórtico y se reimplantan las valvas aórticas dentro del tubo de Dacrón restaurando
su anatomía normal. En la cirugía de los aneurismas que involucran la raíz aórtica,
la mortalidad operatoria es del 4% en aquellos centros en los que hoy está cirugía
se práctica con regularidad. La morbimortalidad está constituida por la posibilidad
de embolia cerebral, infarto del miocardio transoperatorio o reoperación por
sangrado. La sobreviva a 5 años es de 93 % a 10 años del 79 %, a 15 años 67 %
y a 20 años 52 %.
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La reparación del aneurisma de aorta torácica descendente, se lleva a cabo
mediante la substitución del mismo por una prótesis de Dacrón (figura 28). Este
requiere de un método que proteja la circulación de la medula espinal para evitar
la paraplejia que es una complicación potencial y temible de esta intervención. Los
métodos que se han usado para este fin son: hipotermia regional de la médula
espinal enfriando el espacio
epidural durante el
procedimiento quirúrgico;
drenaje del líquido
cefalorraquídeo,
reimplantación de las arterias
intercostales, uso de
monitoreo de potenciales
evocados somatosensoriales,
perfusión de la aorta distal
durante el procedimiento quirúrgico mediante la conexión atriofemoral. Con estas
técnicas la posibilidad de paraplejía como complicación de este procedimiento es
del 5 % con una mortalidad similar. Finalmente, esta alteración puede ser tratada
mediante la inserción de un stent transluminal endovascular mediante técnica
intervencionista (figura 29), el tratamiento es eficaz en más del 80% de los casos,
la mortalidad informada es de 6% y las complicaciones neurológicas en el 3% de
los casos. Es importante enfatizar que en todos los procedimientos antes
mencionados los resultados que se anotan corresponden a centros hospitalarios
con un alto volumen de procedimientos quirúrgicos; en efecto, en centros que
realizan estas cirugías en forma esporádica la morbimortalidad es mayor.
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Tratamiento del aneurisma aórtico abdominal
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la resección quirúrgica del aneurisma y el reemplazo del segmento aórtico por un
tubo protésico de dacrón. En ocasiones el reemplazo arterial tiene que abarcar
hasta las arterias iliacas. La mortalidad de estos pacientes con aneurismas no
complicados se encuentra entre el 2 y 5%; si el aneurisma es expansivo o con
disección, la mortalidad se incrementa hasta el 15% y si se ha presentado ya la
ruptura la mortalidad puede alcanzar el 50% de los casos. Recientemente se ha
estado utilizando una férula endovascular (stent) que se introduce a través de
disección de la arteria femoral, se coloca en el sitio deseado, se infla y se adosa
perfectamente a las paredes este procedimiento actualmente tiene una evolución
satisfactoria en el 85 % de los pacientes (78 a 94 %); entre el 10 y 20 % de los
casos pueden quedar fugas endovasculares, que eventualmente pueden propiciar
la expansión del aneurisma, al no quedar este completamente aislado, por lo que
su indicación principal es la reparación de los aneurismas abdominales en
pacientes de alto riesgo.
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BIBLIOGRAFÍA
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