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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

VICE RECTORADO ACADÉMICO


CONSEJO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO EN INGENIERIA DE GAS
NUCLEO MONAGAS
LEGISLACIÓN Y POLÍTICA AMBIENTAL

ASIGNACIÓN

Facilitador: Grupo:

MSc. Ana Arenas


Ing. Adriana F. Rivera S. C.I 20.311.672
Ing. Hecnalys Del V. Rosal P. C.I 19.095.422
MSc. Ramón A. Pomblas A. C.I 19.092.100

Maturín, 10 de septiembre de 2021.


CONTENIDO

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................3
1. Contaminación por procesos de extracción de hidrocarburos gaseosos...........5
2. Consideraciones de los hidrocarburos gaseosos en Venezuela con énfasis en
la fase de explotación del gas natural.....................................................................10
3. Análisis de la Ley de Hidrocarburos Gaseosos y su Reglamento....................14
4. Convenios y tratados internacionales firmados por la República (Protocolo de
Kyoto) y su relación con el postgrado de Ingeniería de Gas..................................19
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES..........................................................21
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS........................................................................23
REGISTRO FOTOGRÁFICO...................................................................................24
INTRODUCCIÓN

La exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos constituye hoy en


día una de las principales actividades industriales a nivel mundial, en gran parte a
la importancia que tienen los hidrocarburos, no sólo en la economía global, sino
también en las actividades del vivir diario de los seres humanos, por ser un
elemento fundamental para el desarrollo de casi todas las actividades. Sin
embargo, las diferentes técnicas tanto de exploración, explotación y producción de
estos recursos tienen niveles y probabilidades de contaminación medioambiental
muy altas, principalmente porque la composición de los hidrocarburos genera
afectaciones importantes en todos los ecosistemas.

La prevención y control de los impactos ambientales generados por las


actividades de la industria de hidrocarburos gaseosos es uno de los principales
problemas que enfrenta la sociedad venezolana. La explotación del gas natural
tiene efectos ambientales específicos que dependen de la ubicación de los
yacimientos y de las técnicas utilizadas para extraer los recursos y la explotación
de los mismos.

La conservación del ambiente y de los recursos naturales es la base para el


desarrollo económico y social del país, regido y orientado por la norma
constitucional, que lo establece como beneficio colectivo de los venezolanos. De
manera específica, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su
Capítulo IX de los Derechos Ambientales, consagra los postulados del desarrollo
sustentable como marco referencial o principio rector de todas las actividades que
realicen el Estado y los particulares en materia de gestión ambiental, social y
económica.

De esta manera, la Constitución como ley marco del ordenamiento jurídico


venezolano, establece los principios mediante los cuales todas las actividades
capaces de degradar el ambiente, entre ellas las que realiza la industria petrolera
y gasífera, deberán realizarse en armonía con el ambiente y la sociedad,
respetando los principios del desarrollo sustentable, entendiéndose éste como un
desarrollo socio-económico cuya prioridad es la conservación de los ecosistemas,
de la biodiversidad y el control de los impactos ambientales generados por las
actividades humanas

En consonancia con lo establecido en la CRBV, La Ley Orgánica de


Hidrocarburos Gaseosos, establece que las actividades relativas a los
hidrocarburos gaseosos estarán dirigidas primordialmente al desarrollo nacional, y
se realizarán atendiendo a la defensa y uso racional del recurso y a la
conservación, protección y preservación del ambiente.

Adicionalmente, nuestro país ha firmado una serie de protocolos y


convenios internacionales en materia de conservación ambiental entre los cuales
se encuentra el “Protocolo de Kyoto”, con el objetivo de regir la implantación de
una política ambiental segura, con la finalidad de conciliar el aspecto económico y
social con la gestión del ambiente, con base a las restricciones y potencialidades
del área, incluyendo la evaluación de impactos como medida de prevención y
minimización de riesgos.

A continuación, se presenta el contenido referido a la contaminación por


procesos de extracción de hidrocarburos gaseosos, algunas consideraciones de
los hidrocarburos gaseosos en Venezuela con énfasis en la fase de explotación
del gas natural, un análisis de la Ley de Hidrocarburos Gaseosos y su
Reglamento, y el tratado internacional “Protocolo de Kyoto” firmado por la
República Bolivariana de Venezuela y su relación con el postgrado en Ingeniería
de Gas .
1. Contaminación por procesos de extracción de hidrocarburos
gaseosos.

Los hidrocarburos gaseosos están compuestos por átomos de hidrógeno y


carbono y son los compuestos orgánicos más simples, al estar formados
únicamente por estos átomos y tener diversidad en sus puntos de solubilidad,
volatilidad, toxicidad y peso molecular (Ortiz y Silva, 2019); su explotación produce
contaminación al medio ambiente.

La contaminación por procesos de extracción de hidrocarburos gaseosos se


produce por su liberación accidental o intencionada en el ambiente, provocando
efectos adversos sobre los seres humanos y el medio ambiente, directa o
indirectamente. La contaminación involucra todas las operaciones relacionadas
con la explotación y transporte de hidrocarburos, que conducen inevitablemente al
deterioro gradual del ambiente, afectando en forma directa al suelo, agua, aire, así
como la biodiversidad.

Los hidrocarburos generan un efecto de contaminación sobre el aire por lo


general producido por la explotación de gas natural. El gas natural está formado
por hidrocarburos livianos y puede contener dióxido de carbono, monóxido de
carbono y ácido sulfhídrico. Si el gas producido contiene estos gases, se quema.
Si el gas producido es dióxido de carbono, se lo ventea. Si bien existen
reglamentaciones, el venteo y la quema de gases contaminan extensas zonas en
la dirección de los vientos.

Además, la contaminación del aire por la quema de gas es generada por la


producción de combustiones incompletas, lo cual provoca que gases tóxicos como
óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, óxidos de carbono, gas sulfhídrico, metano,
etano, propano, butano, entre otros (Zamora y Ramos, 2010); generando lluvias
ácidas que afectan seriamente la vegetación de la zona.
Los hidrocarburos gaseosos generan emisiones de gases de efecto
invernadero a la atmósfera, acrecentando la problemática del calentamiento
global, y en la afectación del clima por la emisión excesiva de gases. La
contaminación del aire es una alteración de los niveles de calidad y pureza del aire
debido a emisiones por la combustión de hidrocarburos gaseosos. Las
enfermedades respiratorias, el asma y las alergias están asociadas con la
contaminación del aire externo e interno (Ortiz y Silva, 2019).

Los hidrocarburos fósiles constituyen uno de los contribuyentes más


importantes en el inventario de emisiones de gases de efecto invernadero. En los
países productores de petróleo y gas dichas emisiones no sólo se originan al
usarse sus derivados como combustibles de millones de vehículos, en la
producción de electricidad, en los procesos industriales o en otras aplicaciones
que se dan en las grandes urbes; también se manifiestan a través de las
emisiones atmosféricas que se originan en las distintas fases de la actividad
petrolera y gasífera.

El efecto sobre el suelo involucra a las zonas ocupadas por pozos de gas
que comprometen una gran superficie del terreno que resulta degradada. Esto se
debe al desmalezado y alisado del terreno y al desplazamiento y operación de
equipos pesados. Por otro lado, los derrames de los desechos producen una
alteración del sustrato original en que se implantan las especies vegetales dejando
suelos inutilizables durante años.

En cuanto al efecto sobre el agua entre los cuales se encuentran las aguas
superficiales el vertido de desechos produce disminución del contenido de
oxígeno, aporte de sólidos y de sustancias orgánicas e inorgánicas. En el caso de
las aguas subterráneas, el mayor deterioro se manifiesta en un aumento de la
salinidad, por contaminación de las napas con el agua de producción de
hidrocarburos de alto contenido salino.
Otro factor que de impacto es sobre la biodiversidad, un efecto sobre la
flora y la fauna, que son los más afectados por la contaminación con
hidrocarburos. Dentro de la fauna, las aves son las más afectadas, por contacto
directo con los cuerpos de agua o vegetación contaminada, o por envenenamiento
por ingestión. Por otro lado, si la zona de explotación es costera o mar adentro la
explotación de hidrocarburos gaseosos o desechos produce daños irreversibles
sobre la fauna marina. El efecto del transporte de hidrocarburos gaseosos y/o sus
derivados ha producido los mayores accidentes con graves consecuencias
ecológicas.

En la fase de producción se generan cantidades enormes de desechos


tóxicos tanto en los sitios de los pozos como en las estaciones de separación.
Todo esto trae como consecuencia que el principal impacto ambiental de esta fase
sea la contaminación de los cuerpos de agua tanto superficiales como
subterráneos con las aguas de formación que son sumamente tóxicas y, en
general, con todos los desechos producidos en esta fase.

La contaminación de los cuerpos de agua implica la afectación a especies


vegetales y animales principalmente acuáticas a través del ingreso de los tóxicos a
las diferentes cadenas alimenticias y a la bioacumulación que se produce en
varias especies, afectando en última instancia al ser humano (Zamora y Ramos,
2010).

Un caso específico de contaminación producto de la explotación de


hidrocarburos gaseosos es el referido a nuestro país en materia de quema de gas
natural que para finales de 2019 alcanzó los 2700 millones de pies cúbicos por
día, el cual contiene sustancias como dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y
dióxido de azufre. Este último es un componente que la Organización Mundial de
la Salud (OMS), relacionado con la bronquitis crónica, el asma y el incremento de
los ingresos hospitalarios por cardiopatías.
Venezuela es el sexto país donde más se quema más gas natural producto
de la explotación de hidrocarburos, a pesar de que esta actividad declinó 41% en
2019 y otro 40% en 2020, y el venteo de gas aumentó 4% desde el año 2018,
según indica el Informe de Seguimiento sobre la Quema Global de Gas del Banco
Mundial correspondiente a 2020. (Petroguía, 2021).

En las comunidades aledañas a los campos petroleros de Punta de Mata y


Jusepín localizados al noroeste del estado Monagas, el exceso de quema de gas
natural es una onda de vapores tóxicos que gana terreno año a año. Hasta 1600
millones de pies cúbicos de este valioso hidrocarburo son incinerados y
expulsados a la atmósfera a través de los mechurrios de Pdvsa Gas, unas
gigantescas antorchas que liberan al ambiente 40 millones de toneladas métricas
de dióxido de carbono (CO2) y otros compuestos que dañan la salud y la
atmósfera. (Franquis, 2020)

En muchos campos se extrae gas natural que está asociado con el


petróleo. Aunque a veces el gas natural es utilizado como fuente de energía en las
mismas instalaciones o es procesado, en otros casos simplemente se lo quema.
Las principales emisiones atmosféricas provenientes de la quema de gas son: el
CO2, metano, etano, butano, propano, hidrógeno, helio y argón, hidrocarburos
aromáticos volátiles, óxido de nitrógeno, dióxido de sulfuro, ozono, y monóxido de
carbono (Bravo, 2007).

La quema de gas acelera el proceso de calentamiento global y afecta a la


biodiversidad. El gas natural tiene una muy baja solubilidad en el agua. El metano
(gas que se encuentra en mayor concentración), en agua destilada tiene una
solubilidad de 90ml/l. En agua marina su solubilidad es de 36g/l (Bravo, 2007). En
zonas cercanas a las estaciones de separación, donde el gas se quema día y
noche, se producen lluvias ácidas con altos contenidos de hidrocarburos. En el
agua de lluvia se ha encontrado hidrocarburos policíclos aromáticos, muy
cancerígeno. Al llegar al suelo, contamina los cultivos y otras zonas.
El hidróxido de sulfuro es un subproducto de la quema de gas y de la
perforación. Este es un contaminante que puede ser muy tóxico para la
biodiversidad local. Entre los principales impactos en la biodiversidad, se registran
disminución de las poblaciones de insectos que, atraídos por la luminosidad
generada por la quema de gas (longitud de onda infrarroja), cada noche mueren
millones de insectos incinerados por el calor (Bravo, 2007).

Por otro lado, se producen desequilibrios en las poblaciones de


microorganismos del filoplano y filosfera, especialmente de las levaduras, que son
muy susceptibles a los cambios ambientales. Se produce cambios en el patrón de
distribución y en la estructura de las poblaciones de los microorganismos aéreos.
Hay también impacto en las poblaciones de las aves que están expuestas
directamente a la quema del gas (Bravo, 2007).

En el mar el gas penetra rápidamente en el organismo de los animales


marinos a través de las branquias causando problemas en la fisiología de los
sistemas respiratorio, nervioso, en la circulación de la sangre en la actividad
enzimática y otros. Esto hace que cambie el comportamiento de los peces, su
excitabilidad, incremento o disminución de actividad, etc. (Bravo, 2007). Las
poblaciones de peces afectados muestran síntomas de cambios en su
comportamiento, como un incremento en sus actividades. El tiempo que pasa
desde que el pez entra en contacto con el gas y manifiesta síntomas es
relativamente corto.

En cuanto a las exposiciones continuas al gas metano provoca un


envenenamiento crónico. Puede haber impactos acumulativos a nivel bioquímico y
fisiológico. Se producen rupturas de los tejidos (especialmente de los ojos y
aletas), un alargamiento de la vejiga natatoria, cambios en el sistema circulatorio y
otras patologías (Bravo, 2007).
Otro factor de gran impacto producto de la quema constante de gas, es la
actividad de bombas, motores, incineradores y otras instalaciones gasíferas que
produce un incremento de temperatura en el área de influencia. La generación de
calor y ruidos procedentes de instalaciones que tiene la industria petrolera cercana
a caseríos (Provea, 2014). Tal como ocurre en el caso de la Planta Compresora
de Gas de Jusepín, que afecta a los habitantes del caserío Barrio Colombia, Es-
tado Monagas, con la generación diaria de ruido, calor y emisiones contaminantes
que se originan en los quemadores y demás instalaciones.

2. Consideraciones de los hidrocarburos gaseosos en Venezuela con


énfasis en la fase de explotación del gas natural.

La principal empresa de hidrocarburos del país, Petróleos de Venezuela,


S.A. (PDVSA), sus filiales y empresas mixtas incorporan la gestión ambiental en
las actividades de su cadena de valor en materia de hidrocarburos, bienes y
servicios, en el ámbito nacional e internacional, dirigidas a fomentar el desarrollo
sostenible. Comprometiéndose con la lucha contra el cambio climático, el uso
sustentable de los recursos, la conservación de los ecosistemas y la diversidad
biológica

Para ello, la corporación establece, implementa, mantiene y mejora


continuamente un sistema integrado de gestión para la optimización del
desempeño ambiental, que incluye el control de los riesgos ambientales, impulsa
la aplicación de mejores prácticas y tecnologías, asume la responsabilidad de los
daños ambientales de sus actividades, promueve la conservación ambiental y
fortalece los principios de corresponsabilidad de sus trabajadoras, trabajadores y
actores involucrados.

Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones con
respecto a las actividades de explotación de hidrocarburos gaseosos en nuestro
país que han generado impacto y daños al medioambiente y la biodiversidad, esto
trae como consecuencias impactos en lo económico, en lo social, en operaciones
técnicas y en lo estructural. La explotación de gas natural tiene efectos
ambientales específicos que dependen de la ubicación de los yacimientos y de las
técnicas utilizadas para extraer los productos brutos. La prevención y control de
los impactos ambientales generados por las actividades de la industria petrolera
es uno de los principales problemas que enfrenta la sociedad venezolana.

Después de descubierto y determinado el tamaño del yacimiento, los pozos


exploratorios que resultaron productores sirven para extraer hidrocarburos
gaseosos. En el campo se perforan otros pozos llamados de avanzada o de
desarrollo y en cada campo se habilita una superficie para las instalaciones de
producción, vías de acceso, fuentes de materiales, tratamiento y disposición de
desechos. Se construyen las líneas de flujo y troncales, ubicación de fuentes para
captación y vertimientos de agua, la instalación de campamentos y la construcción
y montaje de equipos (Zamora y Ramos, 2010).

El gas proveniente de los pozos es quemado en las estaciones como


desperdicio en mecheros. Las fosas de desechos de las estaciones reciben las
aguas de producción, que provienen de las formaciones geológicas y que se
obtienen normalmente durante la extracción de hidrocarburos, así como las aguas
superficiales que fueron inyectadas. Estas aguas de producción contienen
diferentes cantidades de sales como calcio, magnesio, sodio, y de gases disueltos
como monóxido de carbono, dióxido de carbono, ácido sulfhídrico y otros (Zamora
y Ramos, 2010), además de sólidos suspendidos que pueden contener trazas de
metales pesados. Las fosas constituyen hoy en día el principal pasivo ambiental
generado por la industria petrolera.

El subproducto primario obtenido en la extracción de hidrocarburos es el


agua de producción que aunado a algunas sustancias y elementos sólidos que
persisten, después de la separación del crudo y del gas natural, forman parte de
los desechos residuales de los hidrocarburos. El agua de producción, también
denominada agua salada, dado el alto contenido de sales, más otros elementos,
es uno de los dos fluidos que acompañan al crudo. La alta proporción de sólidos
suspendidos y disueltos dificulta el proceso de inyección de agua al subsuelo por
obstrucciones tanto en pozos inyectores como en tuberías y equipos con los
cuales el agua entra en contacto (Provea, 2014). Esto se puede traducir en un
problema ambiental cuando se dispone del agua salada que no puede ser
inyectada, ya que una disposición inadecuada pondría en peligro la vida vegetal y
animal de las zonas aledañas y afectaría la calidad de las aguas subterráneas y
superficiales.

En materia ambiental, PDVSA desde hace muchos años ha incluido el


componente ambiental en su gestión, inicialmente a través de la Gerencia de
Seguridad, Higiene y Ambiente (SHA) y, actualmente, a través de la Gerencia de
Seguridad Industrial e Higiene Ocupacional (SIHO), cuya función es desarrollar
una política ambiental en la cual define orientaciones para regular y hacer frente a
las situaciones que se derivan de los procesos y acciones llevadas a cabo por la
empresa, en el marco del aprovechamiento sustentable de los recursos
energéticos derivados del gas y del petróleo.

A partir de estas orientaciones, las prioridades se establecen en torno al


manejo de los recursos naturales, la evaluación y la minimización de los impactos
negativos generados por los procesos de la industria sobre los ecosistemas, la
conservación de la biodiversidad, los recursos hídricos, los suelos y el aire, así
como la prevención y el manejo de los pasivos ambientales.

En Venezuela un gran volumen de gas que se pierde y se convierte en


contaminante contribuyente del efecto invernadero, quemado o venteado en las
instalaciones petroleras es muy alto, de acuerdo a la data recabada anualmente
por el Ministerio de Petróleo. Las empresas petroleras usan mechurrios cuando los
gases generados son difíciles de almacenar y reprocesar por lo que se ventean
directamente a la atmósfera o alimentan un sistema abierto de incineración para
después descargar los productos igualmente al aire. Si el gas de desecho contiene
materiales orgánicos, la incineración puede producir emisiones de dióxido de
carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y vapor de agua. Igual queman los
gases argumentándose razones de baja producción por la poca presión existente
en los pozos y/o por su nivel de dispersión geográfica (Provea, 2014).

Como consideración de impacto económico en la explotación de


hidrocarburos gaseosos es el referido a la quema de gas, Venezuela, entre 2012 y
2020, lejos de mostrar un avance en políticas dirigidas a promover la transición
energética, más bien evidencia un retroceso de 44% en el índice que creó el Foro
Económico Mundial. En su último reporte aparece en la posición 111 de un total de 115
países, solo por encima de Líbano, Mongolia, Haití y Zimbabué (Petroguía, 2021).

Esta situación obedece a la dependencia que muestra Venezuela a la utilización


de combustibles fósiles y la inexistencia de políticas energéticas dirigidas a utilizar fuentes
renovables como la eólica o la solar. A lo anterior se agrega los cuestionamientos que se
le hacen a Petróleos de Venezuela (PDVSA) de no mostrar avances en la reducción del
venteo o la “quema” de gas natural, cuyo volumen se calcula en 2.000 millones de pies
cúbicos diarios provenientes de la extracción de petróleo sobre todo en el oriente del país
(Petroguía, 2021).

De acuerdo a esta cifra de quema de gas, nuestro país podría obtener una suma
de 1500 millones de dólares al año si llegara a vender el exceso de gas natural, en
función de los precios internacionales del gas natural. Según cifras del grupo de
consultores en el área energética Gas Energy Latin America, 1600 millones de pies
cúbicos de gas natural de gran valor comercial, el cual contiene sustancias como dióxido
de carbono, óxido de nitrógeno y dióxido de azufre.

En reportes de la firma de consultores Gas Energy Latin America, se afirma que


para finales de 2019 sólo se aprovechó 40 % de este valioso recurso natural, necesario
para el uso doméstico e industrial. El otro 60 % del gas que sale de los pozos junto con el
petróleo ni se trata ni se utiliza, sino que se envía a los quemadores para ser expulsado a
la atmósfera. En las plantas petroleras de cualquier parte del mundo los mechurrios son
un mecanismo de seguridad que quema los líquidos inflamables y gases liberados por las
válvulas que protegen los equipos en las plantas de producción, lo que los convierte en
una estructura necesaria para mantener los niveles de productividad y evitar accidentes
(Franquis, 2020).

3. Análisis de la Ley de Hidrocarburos Gaseosos y su Reglamento.

La Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos de Gaceta Oficial Nº. 36.793


de fecha 23 de septiembre de 1999, indica que los yacimientos de hidrocarburos
gaseosos existentes en el territorio nacional bajo el lecho del mar territorial, de la
zona marítima contigua y en la plataforma continental, pertenecen a la República,
son bienes del dominio público y por tanto inalienables e imprescriptibles.

En la Ley se estable que las actividades relativas a los hidrocarburos


gaseosos estarán dirigidas primordialmente al desarrollo nacional, mediante el
aprovechamiento intensivo y eficiente de tales sustancias, como combustibles
para uso doméstico o industrial, como materia prima a los fines de su
industrialización y para su eventual exportación en cualquiera de sus fases. Dichas
actividades se realizarán atendiendo a la defensa y uso racional del recurso y a la
conservación, protección y preservación del ambiente.

La Ley tiene abarca en su contenido las disposiciones fundamentales y


generales, de la unificación de yacimientos, de la realización de actividades con
hidrocarburos gaseosos no asociados, de las licencias de exploración y
explotación de hidrocarburos gaseosos no asociados, sobre los permisos sobre
actividades distintas a las de exploración y explotación, de la industrialización de
los hidrocarburos gaseosos, del régimen de regalías e impuestos, del Ente
Nacional del Gas, de las empresas estatales, y sobre las infracciones y sanciones.

Las actividades de exploración y explotación de yacimientos de


hidrocarburos gaseosos no asociados; así como la recolección, almacenamiento y
utilización tanto del gas natural no asociado proveniente de dicha explotación,
como del gas que se produce asociado con el petróleo u otros fósiles; el
procesamiento, industrialización, transporte, distribución, comercio interior y
exterior de dichos gases, se rigen por la Ley, así como lo referente a los
hidrocarburos líquidos y a los componentes no hidrocarburados contenidos en los
hidrocarburos gaseosos, así como el gas proveniente del proceso de refinación del
petróleo.

El Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio de Energía y Minas


(actualmente Ministerio de Petróleo), ejerce la competencia nacional en materia de
los hidrocarburos y puede planificar, vigilar, inspeccionar y fiscalizar todas las
actividades relacionadas con los mismos. El ministerio mediante resolución,
delimitará las áreas geográficas en las cuales se realizarán las actividades de
exploración y explotación de los hidrocarburos gaseosos no asociados, de
acuerdo con lo que establezca el Reglamento.

Es importante tener en cuenta el aspecto relacionado a las regalías, de los


volúmenes de hidrocarburos gaseosos extraídos de cualquier yacimiento, y no
reinyectados, el Estado tiene derecho a una participación de veinte por ciento
(20%) como regalía.

Por otra parte, la Ley establece lo referido al Ente Nacional del Gas, para
promover el desarrollo del sector y la competencia en todas las fases de la
industria de los hidrocarburos gaseosos relacionadas con las actividades de
transporte y distribución y para coadyuvar en la coordinación y salvaguarda de
dichas actividades.

Así mismo el Ejecutivo Nacional puede crear entes, desde la creación de


empresas filiales o empresas mixtas, con la forma jurídica que considere
conveniente, incluida la de sociedad anónima con un solo accionista, para realizar
las actividades establecidas en la Ley.
En cuanto a las infracciones y sanciones, aplican al incumplimiento a las
condiciones bajo las cuales fueron otorgadas las licencias o permisos, así como la
violación a la normativa relativa a la construcción, manejo, operación, seguridad,
precios y tarifas, o la infracción a cualesquiera otra de las disposiciones de la Ley,
con sanciones o con la suspensión de actividades, de acuerdo a la gravedad de la
falta y a la actuación pasada del infractor en el ejercicio de sus actividades.

El reglamento de la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos de Gaceta


Oficial Nº 5.471 de fecha: 05 de junio de 2000, tiene por objeto desarrollar las
disposiciones de la Ley relativas a las actividades de exploración y explotación de
hidrocarburos gaseosos no asociados, la recolección, almacenamiento y
utilización tanto del gas natural no asociado proveniente de dicha explotación,
como del gas que se produce asociado con el petróleo u otros fósiles, el
procesamiento, industrialización, transporte, distribución, comercio interior y
exterior de dichos gases, así como los hidrocarburos líquidos y los componentes
no hidrocarburos contenidos en los hidrocarburos gaseosos y el gas proveniente
del proceso de refinación del petróleo.

En cuanto al Reglamento, éste establece en su contenido las disposiciones


generales, de las actividades de exploración y explotación, de los precios de
hidrocarburos gaseosos, del transporte y distribución del gas, de los permisos de
transporte y distribución, de la calificación técnica de operación, de los deberes y
derechos de los usuarios, de las tarifas, de los Líquidos del Gas Natural (LGN), del
Gas Licuado de Petrolero (GLP), de la industrialización, del Ente Nacional del Gas
(ENG), de los permisos, de las obras y construcciones, y de las revocatorias de
los permisos por incumplimiento de la Ley.

Las actividades previstas en la Ley deberán efectuarse con sujeción a las


mejores prácticas científicas y técnicas disponibles, y las normas de seguridad,
higiene y protección ambiental aplicables para evitar daños a las personas, a los
bienes y al ambiente. En este sentido, para evitar o minimizar los efectos
indeseables que las actividades humanas pudieran tener sobre el ambiente, es
necesario identificarlos junto con sus causas, e imponer limitaciones y/o
regulaciones al accionar del responsable.

El reglamento de la Ley establece que para el ejercicio de las actividades de exploración y


explotación de gas natural no asociado en un área geográfica determinada se requerirá de
una licencia otorgada por el Ministerio mediante una licencia a través de un proceso
licitatorio. Para la realización de las actividades de recolección y entrega de gas, el titular
de la licencia deberá tener un sistema de supervisión y control operacional de acuerdo a las
Normas Técnicas Aplicables (NTA).

El reglamento indica que el valor de mercado del gas natural en el campo de


producción será calculado en bolívares por unidad calorífica. Para los efectos del cálculo de
la regalía se considerará todo el gas producido y medido en el campo de producción. El gas
sujeto al pago de regalía será el resultante de restar a la producción total, el volumen
reinyectado en los yacimientos dentro del área otorgada en la licencia. La medición de los
volúmenes de hidrocarburos gaseosos extraídos de cualquier yacimiento, se efectuará
dentro del campo de producción. Esta medición se efectuará después del separador o
depurador de los fluidos provenientes de los pozos, previo a cualquier uso o disposición.

En cuanto a los precios del gas, el Ejecutivo Nacional, por órgano del
Ministerio mediante resoluciones, establecerá las metodologías para el cálculo de
los precios de los Hidrocarburos gaseosos en el mercado interno y fijará los
referidos precios en los centros de despacho. El precio del gas natural en los
campos de producción, se fijará en función del precio del gas metano y el valor de
mercado de los componentes hidrocarburos más pesados contenidos en el gas
natural referidos al campo de producción.

Además de las causales establecidas en la Ley, en el Reglamento se señala que los


permisos podrán ser revocados en los casos: Incumplimiento grave o reincidente de las
condiciones previstas en los correspondientes permisos y de las disposiciones impartidas
por el ministerio; cuando se infrinjan las normas técnicas aplicables y de seguridad que
causen perjuicio a la seguridad y los bienes de terceros; cuando exista competencia desleal
que vaya en perjuicio de otras empresas que ejerzan la misma actividad; cuando las
empresas que se dediquen al ejercicio de la actividades contempladas en la Ley,
suministren al ministerio informaciones falsas; cuando la actividad sea ejercida en perjuicio
del usuario o consumidor; el abandono de la prestación del servicio referido en el permiso,
sin la autorización previa del Ministerio; y otros.

La creación de la ley y el reglamento, está orientado a controlar los


impactos negativos que algunas actividades humanas tienen sobre el ecosistema,
y a que sus consecuencias sean evitadas o saneadas por el agente causante. En
tal sentido, quienes realicen obras o actividades que afecten o puedan afectar el
ambiente, están obligados a prevenir, minimizar o reparar los daños que cause,
así como a asumir los costos que implique dicha afectación.

La Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos, comprende los aspectos


económicos relativos a las actividades, y establece como obligación que las
personas que realicen actividades sobre hidrocarburos deben hacerlo conforme a
las normas aplicables y a las mejores prácticas científicas y técnicas disponibles
sobre seguridad e higiene, protección ambiental y aprovechamiento racional de los
hidrocarburos.

En el análisis de la Ley, se observa que la variable ambiental no se


encuentra explícita en la ley ni en su reglamento, lo cual genera una debilidad, ya
que, se habla de protección ambiental pero no se especifica la obligatoriedad en la
adopción de controles y medidas, así como tampoco planes de contingencia y
emergencias en el ejercicio de las actividades.
4. Convenios y tratados internacionales firmados por la República
(Protocolo de Kyoto) y su relación con el postgrado de Ingeniería de
Gas.

Los convenios internacionales son acuerdos celebrados por escrito entre


Estados y regidos por el Derecho Internacional. Estos convenios no estipulan
obligaciones para las personas naturales o jurídicas, sino para los Estados, los
cuales se comprometen a cumplirlas. Cuando alguna de las obligaciones
adquiridas involucra a los particulares en el Estado firmante, éste debe asegurar
su cumplimiento mediante la promulgación de la legislación nacional necesaria.

En vista de lo anterior, los convenios internacionales constituyen guías de


gestión para un buen desempeño ambiental, por lo que la atención de los
particulares, desde el punto de vista del cumplimiento de obligaciones legales,
debe dirigirse hacia el cumplimiento de las normas nacionales, así como hacia
estos instrumentos jurídicos internacionales.

Compromete a los Estados a implementar medidas tendentes a limitar y


reducir las emisiones de dióxido de carbono y de gases de efecto invernadero a un
nivel inferior al 5% del total de emisiones de esos gases para 1990 (Zamora y
Ramos, 2010). Venezuela a pesar de que su principal industria es la petrolera,
sólo emite el 0,48% del total de emisiones y no está obligada a una reducción.

En nuestro país la Ley aprobatoria del Protocolo de Kyoto de la Convención


Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, fue publicada en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 38.081 de fecha 7 de
diciembre de 2004. Con el fin de promover el desarrollo sostenible, compromisos
cuantificados de limitación y reducción de las emisiones.

El protocolo estable la elaboración de políticas y medidas para fomentar la


eficiencia energética en los sectores pertinentes de la economía nacional; la
protección y mejora de los sumideros y depósitos de los gases de efecto
invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal, teniendo en cuenta sus
compromisos en virtud de los acuerdos internacionales pertinentes sobre el medio
ambiente; la promoción de prácticas sostenibles de gestión forestal, la forestación
y la reforestación; la investigación, promoción, desarrollo y aumento del uso de
formas nuevas y renovables de energía, de tecnologías de secuestro del dióxido
de carbono y de tecnologías avanzadas y novedosas que sean ecológicamente
racionales; el fomento de reformas apropiadas en los sectores pertinentes con el
fin de promover unas políticas y medidas que limiten o reduzcan las emisiones de
los gases de efecto invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal; la
limitación y/o reducción de las emisiones de metano mediante su recuperación y
utilización en la gestión de los desechos así como en la producción, el transporte y
la distribución de energía (Protocolo de Kyoto, 1998).

Venezuela decidió adherirse al Protocolo de Kyoto, que es un instrumento


de las Naciones Unidas para combatir los efectos de Cambio Climático,
problemática ambiental a escala global que tiene que ver con el incremento de las
temperaturas por efecto del aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero y, que afectará negativamente a gran parte de las actividades
socioeconómicas y ecosistemas, generando mayor cantidad de problemas
sociales.

Por lo tanto, cualquier profesional de la ingeniería y sobre todo en el área


de la industria de hidrocarburos está en la obligación de conocer el contenido del
Protocolo de Kyoto y sus objetivos, para adecuar su práctica laboral al
cumplimiento de los mismos, ya que, su cumplimiento está dirigido a materializar
el desarrollo sustentable mediante la gestión ambiental y reducir los niveles de
contaminación en el planeta. Las actividades relacionadas a los hidrocarburos
gaseosos son por su naturaleza altamente impactantes en el entorno y el
medioambiente afectando ecosistemas y la biodiversidad, por eso requiere del
conocimiento y aplicación de la normativa ambiental, ya que, ésta por su
naturaleza es de carácter técnico.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Nuestro país cuenta con leyes orgánicas y decretos ambientales desde la


década de los 70, siendo país pionero en América Latina, con un desarrollo
bastante completo en la década de los 90 con la promulgación de la Ley Penal del
Ambiente y a principios del año 2000, con la promulgación de la vigente
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la cual se incluyen los
deberes y derechos ambientales, así como la obligatoriedad del Estado de prestar
una educación ambiental.

En cuanto a la regulación de emisiones de fuentes fijas, es necesario


controlar aquellas emisiones generadas durante la actividad de la industria de
hidrocarburos gaseosos, principalmente las que se generan en instalaciones del
tipo venteos o mechurrios, con la incorporación de medidas en las que obligue la
ejecución de planes de monitoreo de dichas emisiones.

La efectividad de la política ambiental depende en gran parte del


funcionamiento y organización del Estado. En este sentido, es necesario que la
política ambiental se oriente, por una parte, hacia la vigilancia y el control
ambiental, y por otra hacia la creación de incentivos de mercado que eliminen el
excesivo aprovechamiento de recursos y el uso de técnicas de producción poco
ecológicas. La creación de dichos incentivos puede servir de apoyo para la
incorporación del sector privado a las tareas ambientales y para financiar las
mismas tareas del Estado.

Es transcendental que las autoridades encargadas de la implementación de


las leyes y reglamentos, se involucren más en el conocimiento de los mismos y su
aplicación práctica. Es necesario un mayor entrenamiento y más experiencia en el
manejo de los problemas ambientales; particularmente en el primer nivel de
autoridad. También se recomienda la inserción de los trabajadores en una política
de educación ambiental, ya que, en muchos casos, no se cumplen las medidas
ambientales previstas en los planes debido a que en la práctica se le da más
prioridad a la producción que a la conservación ambiental.

Es importante realizar estudios especializados para analizar el impacto


ambiental que se produce en los procesos de obtención y tratamiento del gas
natural para tener una percepción real y una mayor comprensión del mismo, que
permita la toma de decisiones acertadas en el manejo de gas natural. Se debe
minimizar el impacto ambiental de los procesos de tratamiento del gas natural, de
tal forma de hacer cumplir y respetar las leyes ambientales de país y los convenios
internacionales firmados por la República. A pesar de la existencia de una
normativa ambiental muy amplia, no ha sido suficiente para lograr el cumplimiento
de los mencionados compromisos internacionales.

Se debe incluir la evaluación de impactos como medida de prevención y


minimización de riesgos y la inserción de los proyectos de desarrollo de la
industria en los planes nacionales, entre ellos los planes de ordenación del
territorio. De igual forma, exigir la implementación de medidas correctivas en el
caso de que algún daño al ambiente ocurriese, así como las sanciones que
correspondan; en tanto que delega en leyes especiales y decretos específicos, la
regulación de la calidad ambiental.
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ambiental legal en Venezuela. Revista Geográfica Venezolana, (vol. 51,
núm. 1, enero-julio, 2010), pp. 115-144.
REGISTRO FOTOGRÁFICO

Foto 1: Derrame de pozo con gas asociado. Foto 2: Quema de gas en Jusepin.

Foto 3: Quema de gas asociado Foto 4: Explosión de gasoducto El Tejero

Foto 5: Explosión en estación de gas Foto 6:Explosión de gasoducto en Punta de Mata.

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