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La mala gestión actual y la contaminación, son el resultado de una conducta humana irreflexiva
y demasiado optimista en lo referente al manejo de desperdicio solidos a la tierra, y de aguas
residuales a los ríos, lagos y mares.
La escasez de agua se debe a múltiples factores: la reducción del agua de lluvia en relación a la
que se evapora, la degradación de la permeabilidad de la tierra a causa de la mal gestión de la
misma.
Nadie afronta con seriedad factores tan vitales en esta escasez de agua como son: el
cambio climático, la falta de bosques, la contaminación de las aguas, las pérdidas en el
suministro y canalizaciones, los sistemas de riego derrochadores o el consumo
excesivo de cada uno de nosotros.
• Cerrar el grifo mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos, y poner el tapón
mientras fregamos.
• Dúcharnos en vez de bañarnos. Reducir el tiempo que el grifo permanece abierto.
• Reparar los grifos o las cisternas que gotean.
• Exigir al Ayuntamiento que se rieguen los parques públicos y limpieza de las calles
con agua reciclada.
• No lavar el coche por sistema.
Éstas son algunas de las acciones que podemos hacer nosotros como ciudadanos. Los
responsables políticos tienen el deber de proteger el agua de la forma más eficaz y
ahorrativa posible, y tomar las medidas necesarias para desarrollar e implantar las
alternativas ante el despilfarro del agua potable y que ésta sea, limpia y sana, no
contaminada y de baja calidad.