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Informe Quincenal

de Coyuntura
14 de enero de 2022
El FMI y el crecimiento: entre la sarasa y el
acuerdo light
Las inconsistencias del gobierno
y las exigencias del Fondo

Guzmán sostiene que en la Argentina no hace falta un “ajuste” La debilidad técnica: no se presentó un programa que
fiscal clásico como los que suele exigir el FMI para estabilizar la muestre cómo el crecimiento viabilizará trayectorias para las
macro y soslaya la discusión sobre la necesidad de implementar variables fiscales, monetarias y externas que sean consistentes
“reformas estructurales” que incentiven la inversión y el entre sí y, simultáneamente, garanticen la sustentabilidad de la
crecimiento. Esto implica dejar de lado dos componentes deuda pública y la estabilidad macroeconómica. Menos aún, se
esenciales de los programas de facilidades de largo plazo del FMI. explicó cómo es que el crecimiento será sostenible sin las
El argumento de Guzmán es simple: hoy la economía está reformas que se necesitan urgentemente en los planos tributario,
creciendo y, si se evitan ajustes y reformas que interrumpan el cambiario, laboral y energético. Se prometió un plan plurianual
proceso, será el propio crecimiento el que aporte los recursos para que brilla por su ausencia.
hacer sustentable la deuda pública, incluyendo la contraída con el
FMI. El argumento posee dos debilidades insalvables, una es La debilidad política se origina en la falta de consensos con
técnica y, la otra, política. la oposición sobre grandes lineamientos para la economía. No se
logró lo mínimo: aprobar un presupuesto para 2022. Además, el
consenso sobre qué negociar con el FMI parece estar ausente
incluso dentro de la coalición gobernante. Por otro lado, las duras
críticas del presidente al funcionamiento de la Corte Suprema y la
orientación de la política exterior hacen poco para generar un
clima para el diálogo sobre economía con la oposición.
Un paria financiero

Sin programa y sin consensos políticos mínimos, los


argumentos económicos son “sarasa”, como dice Guzmán.
Un acuerdo light sería la llave que destrabe la negociación.

Según trascendidos, lo que impediría avanzar serían las Si no se llega a un acuerdo con el FMI, la Argentina se va a
diferencias sobre trayectoria del déficit fiscal; entre el convertir en un “paria financiero”. Esto pondría a la Argentina en
gobierno y el FMI habría una diferencia de cuatro años en el umbral de una crisis. Pero también es cierto que el FMI no tiene
la duración del período para llegar al 1% de superávit que nada para ganar en ese escenario. Una salida para evitarlo podría
haría sustentable la deuda. Pero esto no puede ser todo. ser un acuerdo “light” que no hiciera hincapié en las reformas
El desbalance fiscal negociado tiene que ser compatible estructurales y que fijara un ajuste fiscal mayor al que desea el
con el financiamiento disponible, la acumulación de gobierno, pero con cierta extensión en el tiempo.
reservas y la evolución de los activos domésticos –
dinero, deuda púbica–. Conclusión: si lo que se conoce
es todo lo que hay, el acuerdo está todavía muy verde.
Los requisitos de un acuerdo
light que acorralan al gobierno

La consistencia macroeconómica no se dejaría de lado. En ese


punto el gobierno va a tener que ceder mucho.

Al margen del FMI, este año las autoridades van a tener que
¿Qué va a haber en el acuerdo? Metas de acumulación de buscar una mayor consistencia macroeconómica. Hay dos
reservas netas (no menos de US$ 3.000 millones en el año); razones de peso. La primera es que el sector externo se va a
una trayectoria para el tipo de cambio consistente con esa deteriorar por los efectos de la sequía en soja y maíz y por las
meta –que podría implicar una corrección antes de importaciones asociadas tanto con la mayor actividad como con
implementar el programa– y una emisión monetaria para el aumento en la factura energética por aumentos del petróleo y
financiar al fisco que será restrictiva. Además, para controlar el gas. El Central casi no tiene reservas líquidas para mitigar los
los efectos inflacionarios de la depreciación, se va a exigir efectos del deterioro externo.
que las tasas de interés nominales superen a la inflación.
Cuanto menor la devaluación al empezar el programa, La segunda razón es que las condiciones globales son mucho
mayor será la exigencia de tasas de interés positivas para menos positivas que en 2021. Los informes sobre la probable
mantener la brecha cambiaria bajo control. Probablemente, evolución de la economía internacional de instituciones clave
también se pedirá reducir la pluralidad de tipos de cambio para la formación de expectativas –desde la FED y el FMI hasta el
y limitar las intervenciones para proteger reservas. Banco Mundial– muestran un consenso firme en dos puntos:
2022 con viento de frente
Los países emergentes tienen menos instrumentos de
política para adaptarse a los shocks globales que se esperan
Las medidas fiscales y monetarias que se tomaron –sobre En un reciente podcast el FMI expresó que “las economías
todo en 2020– para preservar el empleo y la liquidez están emergentes deben prepararse para el endurecimiento de la política
teniendo consecuencias no deseadas. En particular, la inflación de la FED”. Con preocupación se muestra que hay una correlación
se aceleró hasta niveles que no se observaban hace décadas. inversa elevada (-0.67) entre los flujos de capital a emergentes y la
El Banco de Inglaterra subió su tasa y la FED anunció que apreciación del dólar. Menos flujos de financiamiento cuando la
restringirá pronto la compra de activos y que corregirá tasas al deuda pública bruta de emergentes ha aumentado casi 10 puntos
menos tres veces en el año. porcentuales del PBI desde 2019 puede obligar a un ajuste fiscal.

La recuperación del Gran Encierro está enfrentando En ausencia de ajuste fiscal, si merman los ingresos de capital se
restricciones de oferta y subas del petróleo que espolean la eleva, el peligro de que aparezca dominancia fiscal. Este peligro se
inflación por la vía de los costos. Con inflación de costos, potencia si el país carece totalmente de acceso al crédito y debe
aumenta el riesgo de que la restricción monetaria genere recurrir a la emisión monetaria. Es el caso de la Argentina que, a
fuerzas recesivas y retrase la recuperación de la pandemia. pesar del shock externo positivo y la recuperación de 2021 –que
aumentaron la recaudación–, emitió más de 4.5% del PBI (2.12
Según lo informó el FMI, en 2020 se produjo el mayor billones de pesos).
aumento en la deuda global desde la Segunda Guerra y llegó a
máximos históricos de 226 billones. Si la suba de tasas para El FMI también advierte que la restricción monetaria y la
combatir la inflación es fuerte, el riesgo es generar una caída devaluación necesarias para adaptarse serán menores cuanto
del valor de los activos que reduzca el patrimonio neto de los mayor sea la credibilidad del Banco Central. En este punto nuestro
deudores, aumentando por esa vía la fragilidad financiera. país tampoco se posiciona bien.
Es difícil que la Argentina pueda mantener un crecimiento aceptable
en 2022 –que represente algo más que un mero arrastre estadístico–
sin negociar rápidamente un acuerdo que le permita escapar de los
arrears en marzo, cuando se producen vencimientos impagables con
el Fondo. Un primer paso positivo sería mostrar un programa que
permita discutir sobre concreto no sólo con el Fondo sino, también,
con la oposición. La credibilidad de las políticas depende de esto.
Lo demás es, como se dijo, sarasa.
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