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Sin embargo, un factor no menos importante es la manera en la que nuestro propio cuerpo nos hace vivir. Y, en ese sentido, el paso de los
años y la edad hacen que experimentemos las cosas de otra manera.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, definió diferentes etapas de desarrollo psicosexual, una teoría muy relacionada con su idea de la mente
inconsciente. Jean Piaget, a su vez, sentó las bases de la Psicología Evolutiva al establecer etapas del desarrollo cognitivo que van desde la
infancia hasta la adultez.
Pero todas estas ideas se enmarcan en un contexto teórico más amplio que nos habla sobre las etapas de la vida en general, valorando tanto los
cambios psicológicos como los que son físicos.
Aunque es cierto que los límites de estas etapas no están muy claros y es discutible si unas empiezan o terminan antes o después, hay un consenso
relativo acerca de cuáles son y de qué manera ocupan nuestras vidas.
1. Etapa prenatal
La vida empieza antes de nacer, y la etapa prenatal es la que incluye los momentos en los que aún no se ha salido del útero. En ese periodo ya
somos capaces de aprender a través del tacto y de los sonidos, es decir, que el cerebro humano ya asocia estímulos a respuestas adecuadas.
Artículo relacionado: "Las 3 fases del desarrollo intrauterino o prenatal: del cigoto al feto"
2. Primera infancia
La primera infancia se inicia en el momento de nacer y termina alrededor de los 3 o los 4 años. Es la etapa en la que se dan los pasos más
importantes en el desarrollo del lenguaje y además se realizan los aprendizajes esenciales sobre cómo funciona el mundo y el movimiento de las
cosas.
Además, el uso del lenguaje hace que se empiece a crear conceptos cada vez más abstractos y complejos que ayudarán a llegar a un grado de
comprensión más profundo acerca de las cosas.
3. Niñez temprana
Esta etapa de la vida es la que, más o menos, va de los 3 a los 6 años; por eso se la define también como etapa preescolar.
En esta fase se forma el autoconcepto y se gana la capacidad de pensar en los estados mentales de los demás, ya sea para intuir sus intenciones o
para saber qué información no saben. Esta habilidad se llama teoría de la mente.
4. Niñez intermedia
La niñez intermedia o escolar va de los 6 a los 11 años. En esta etapa se producen muchos progresos en la capacidad para comprender
operaciones matemáticas y la estructura de frases complejas.
Del mismo modo, la importancia de tener buenas relaciones con los demás y de dar una buena imagen empieza a ganar peso, y también se valora
más la inclusión en un grupo de amistades.
5. Adolescencia
La adolescencia va de los 11 a los 17 años. Es una etapa crucial, ya que se consolida la capacidad para pensar en términos abstractos y además se
producen unos cambios hormonales que pueden producir cierta labilidad emocional.
Además, en la adolescencia se produce la parte más intensa de la búsqueda de la propia identidad, y los círculos sociales a los que se quiere
pertenecer ganan mucha influencia en la persona.
2. Trastorno Bipolar
Se trata de un trastorno del estado de ánimo caracterizado justamente por los cambios repentinos en los estados emocionales. Clásicamente, en
el Trastorno Bipolar se van alternando episodios de manía, en los que se manifiesta una sensación de euforia y alegría, y episodios de depresión.
En definitiva, en este trastorno la labilidad emocional es uno de los factores típicos (siempre que haya manía y depresión.
3. Ciclotimia
Aunque la labilidad emocional es el síntoma por excelencia del Trastorno Bipolar, la versión más leve de este, la Ciclotimia, también la presenta
como síntoma. En estos casos, los síntomas no son tan intensos como en el resto de trastornos depresivos, estos se mantienen durante un periodo
más largo.
Tratamiento
Hay que tener claro que la labilidad emocional no es en sí un trastorno mental, sino un síntoma, y por eso no se trata de forma directa a
partir de intervenciones psicológicas o psiquiátricas. Las medidas sanitarias que la puedan llegar a reducir pasan por un diagnóstico de posibles
desórdenes mentales.
Cuando las causas no tienen que ver con un trastorno del estado de ánimo diagnosticado, el tratamiento será más difícil de establecer. Además, el
uso de psicofármacos que puedan servir para reducir la intensidad de las fases de labilidad emocional es algo que depende del personal médico
especializado que lleve cada caso.
6. Etapa de la juventud
Esta etapa va, aproximadamente, de los 18 a los 35 años. Aquí se produce la consolidación de los círculos de amistad más duraderos y se
aprende a vivir con un alto grado de independencia, de modo que ya casi no se depende de los padres. Psicológicamente y biológicamente, las
capacidades físicas y mentales también llegan a su techo, y entre los 25 y los 30 años empiezan a decaer ligeramente.
7. Etapa de la madurez
La madurez va de los 36 a los 50 años. En esta fase se consolida la faceta laboral y se aprende del todo una especialización que permitirá generar
ingresos para vivir de forma independiente en la mayoría de países occidentales.
Por otro lado, las expectativas de cambio en la propia vida van quedando moderadas y los objetivos vitales se orientan más hacia la estabilidad.
9. Tercera edad
La tercera edad empieza a los 65 años, y en ella se gana una nueva independencia al desaparecer las obligaciones laborales habituales y al
producirse la marcha de los hijos e hijas que se haya podido tener.
En algunos casos esto produce el Síndrome del Nido Vacío, y la exposición al duelo es más frecuentea medida que mueren familiares de la
misma generación y amistades
¿Qué está ocurriendo con el Síndrome del Nido Vacío en nuestros días?
Es muy posible que en los últimos años los efectos del Síndrome del Nido Vacío se estén viendo afectados por los cambios en los hábitos de
vida y la crisis económica. Por un lado, cada vez hay una mayor cantidad de adultos jóvenes incapaces de emanciparse por la falta de
ingresos. Por el otro, el hecho de que las tasas de natalidad estén cayendo en muchos países puede reflejar que cada vez hay más familias con un
solo hijo, lo cual podría significar que su emancipación supondría un cambio más brusco.
Además, las exigencias de un mercado de trabajo más estricto lleva a muchos jóvenes a trabajar muy lejos de su lugar de residencia habitual, lo
cual dificulta la conciliación familiar y hace que las reuniones con los padres sean menos frecuentes y más espaciadas en el tiempo.
Tampoco es tan frecuente que pase poco tiempo entre que los hijos se emancipan y el momento en el que tienen un hijo, así que en algunos casos
las personas que viven el Síndrome del Nido Vacío ni siquiera tienen la oportunidad de cuidar de sus nietos (que, por otro lado, en caso de
existir podrían estar a cientos de kilómetros de distancia).
Puede que la pérdida parcial de contacto con un hijo o hija pueda parecer difícil de sobrellevar de por sí, pero el modo en el que se experimente
esto depende en gran parte de condiciones materiales como las que provee el mercado de trabajo y la situación económica de las familias.
Actividades a realizar. Lee las explicaciones sobre las diferentes etapas de la vida y realiza el Test de
respuesta múltiple 18.1. Después lee el texto sobre las principales enfermedades relacionadas con la
sexualidad y realiza el Test de respuesta múltiple 18.2, el Crucigrama 18 y los Completar frases sobre el
aborto y sobre el crecimiento de la población humana.
1) Niñez. Es la época que va desde el nacimiento hasta la pubertad. Al principio hay un período en el
cual el niño se alimenta a partir de leche, que recibe el nombre de lactancia. La mejor leche para el niño
es la materna, puesto que contiene los anticuerpos que el niño todavía no puede producir. Conviene
recordar que las glándulas mamárias de la mujer no son capaces de segregar leche hasta la gestación.
Es la succión del recién nacido lo que desencadena un impulso nervioso que pasa al hipotálamo y
después a la hipófisis y esta glándula segrega las hormonas oxitocina y prolactina, que son las que
estimulan a las mamas a producir leche.
2) Pubertad. Es la época en qué se inicia la maduración de los caracteres sexuales. Por lo tanto, en la
pubertad además de crecimiento hay desarrollo. Este consiste en un cambio de proporciones corporales
y en la maduración sexual. En las niñas la pubertad se da entre los 12 y los 15 años y en los niños se da
un poco más tarde, entre los 13 y 16 años.
5) Senectud. Es la época en la cual se inicia la pérdida de facultades. Suele empezar a los 60 años.
2 . Los cambios de la pubertad. Se pueden
diferenciar los cambios que afectan a los caracteres
sexuales primarios y los cambios que afectan a
los carácter sexuales secundarios.