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EL SOCIALISMO PERUANO SEGÚN MANUEL DAMMERT.

Extracto del libro Perú Integral Bicentenario (Perú, 2014 600 págs.)

La ofensiva macartista y descalificadora de la ultraderecha peruana, llama a resolver la crisis,


en la segunda vuelta electoral 2021, con una confrontación violenta, ideologizando el escenario
que debe de afirmar principalmente la salida política, programática, propuestas de cambio para
enfrentar la profunda crisis de la salud, la economía, la cultura y la vida misma. Caricaturiza
términos, en particular el socialismo, que teniendo tantas lecturas, ellos los demonizan, para
asustar y darle un único significado. Publicamos un extracto del libro de Manuel Dammert,
donde puntualiza de qué socialismo hablamos. No es ninguna “dictadura del proletariado”, ni
tampoco “el régimen del partido único”, ni principalmente un entramado institucional.

Dedicado principalmente a las nuevas generaciones.

Jorge Pizarro P.

Movimiento Patria Ciudadana

LA REPÚBLICA DE CIUDADANOS Y LA IZQUIERDA PERUANA

Pero, había crecido mucho la polarización y la contraposición subjetiva. Barrantes no fue al


Congreso IU (enero 1989). Se eligió mal el CDN final, con un composición que no expresaba la
votación efectuada en el Plan Político. Fueron días y meses aciagos. Al final, se presentaron dos
candidaturas. Barrantes, ya sin decisión de ganar y formar Gobierno, lo que fue rápidamente
sentido por los ciudadanos. Y, Pease, sin respaldo electoral adecuado. Más que solo una división
entre fuerzas de izquierda; se abrió una ruptura de la izquierda con la comunidad política de
ciudadanos en ascenso.

Si ya era difícil la lucha política, por lo señalado de cambios en la estructura social y en las
condiciones de la acción ciudadana ante el terror del Estado y el senderista, estas circunstancias
debilitaron a las opciones de izquierda. Se impuso la principal ruptura, aquella efectuada con la
comunidad de ciudadanos. Y con ello se autoderrotó la opción de gobierno de la izquierda, en
esta cuarta oportunidad abierta desde la década del 70.

En este contexto es que crece la anti-política. La población requerida de un cambio se inventa a


Fujimori, este se sube a la cresta de la ola popular, y una vez en el poder impone una Autocracia
Neoliberal Mafiosa. Fueron 8 largos años los necesarios para derrotarla, nuevamente por la
acción de ese “otro real imaginario”, el poder de la ciudadanía. Y ahora, se enfrenta a las
ambiciones de imponer la República Lobbysta, para tratar de impedir se abra paso a las grandes
alamedas de la democracia ciudadana.

La vigencia de una opción de gobierno de la izquierda, abierta a los nuevos movimientos


sociales de ciudadanía.

Permítanme algunas ideas finales sobre las señaladas perspectivas de Socialismo y Democracia
en el Perú, abierta a los nuevos cambios. Las haré con el espíritu de este diálogo
intergeneracional, de varias generaciones, incluyendo a la nueva generación de izquierda del
siglo XXI, que se expresa en múltiples y creadores movimientos de ciudadanía. En el amplio
campo de la izquierda peruana, que incluye socialistas, comunistas, social cristianos, socialistas
democráticos, nacionalistas, la requerida actualización como opción de gobierno de
trasformación, que formuló Jorge Del Prado, demanda apertura a las nuevas fuerzas sociales de
ciudadanía, y a la dimensión política de la república igualitaria y solidaria.

La comunidad de ciudadanos es el fundamento para cambiar el sistema político social de la


república.

Muchos de los problemas señalados en el periodo del 70 al XXI, tienen que ver con una
dimensión que considero perdimos de vista en la izquierda, y nos reclamaba el nuevo
movimiento de ciudadanía, que se incorpora nítidamente ahora en la expresión de las nuevas
generaciones del siglo XXI. Esto es, que entre el demos del pueblo, la base de la soberanía de la
ciudadanía, y el sistema político de poder, existen fuerzas sociales y mediaciones institucionales
organizadas en la esfera común de ejercicio de la soberanía. Este es el campo político de la
república, organizada como comunidad de ciudadanos, que se amplía en la lucha por la igualdad
y la libertad. Desde los años 70 en el Perú estaba cambiando nuevamente la estructura social y
las condiciones de acción de los ciudadanos, y no se asumían las dimensiones políticas de
república para apreciarlos. Estos cambios se han profundizado en el siglo XXI.

Esta dimensión de la república es necesario punto de partida para la actualización de las fuerzas
de ciudadanía, este otro-real imaginario, a fin de actualizarla como opción de gobierno. La
perspectiva histórica, de forja creativa para conquistar el pan y la belleza, es necesario asumirla
desde la comunidad de ciudadanos, y no solo de una clase histórica universal. Esta es una tensión
fundamental de este diálogo intertextual e intergeneracional, cuya resolución se dará en la
práctica, en función de valores comunes de libertad, solidaridad y justicia.

Socialismo es mayor democracia ciudadana

La afirmación del socialismo en democracia, y su expresión en un programa que sea opción de


gobierno de la ciudadanía, así como el zanjamiento tajante con el Senderismo como “aberración
histórica”, abrió una importante reflexión entre las diversas versiones que sobre socialismo
están en debate en el Perú y en el mundo.

En los distintos partidos, movimientos y personalidades de izquierda se ha vivido este debate en


forma transversal y general. A ello hace referencia Del Prado, cuando en su testimonio de Parte,
al mismo tiempo que enfatiza que la ex URSS y los países de Europa del Este aportaron grandes
conquistas sociales, señala que su socialismo “se caracterizó por el excesivo autoritarismo y el
burocratismo. La misma tensión se manifiesta cuando señala tajantemente que la generación
del 70 “no fue una generación Mariateguista porque en la mayoría de sus agrupaciones
operaban corrientes o movimientos social cristianos y social demócratas de izquierda”.

Falta mucho para profundizar en estos balances y perspectivas. Pero el espíritu común tiene un
acercamiento clave: el socialismo es creación heroica y se afirma en mayor democracia
ciudadana.

La democracia es más sociedad autogobernada, de derechos, no solo ni principalmente una


forma institucional.

La Nación se está afirmando y reconociendo en el pluralismo cultural, con una base civilizatoria
andina amazónica. La conquista de los derechos es obra especialmente de las mayorías
ciudadanas, teniendo un rol fundamental los trabajadores, los movimientos de productores y
las mayorías indígenas. En el siglo XXI se han afirmado, además, diversos movimientos
ciudadanos, como los ecológicos, de género, identitarios, de consumidores, de innovadores
emprendedores, entre otros. Son importantes las necesarias reformas de procedimientos
institucionales, como aquellas que limitan el presidencialismo autoritario o que transforman los
sistemas de representación como el Congreso, las regiones y los municipios. Pero, el principal
desafío democrático actual del país está en la afirmación de la sociedad y la politización de su
fuerza social, en sus autogobiernos y derechos, en el sustento de la soberanía fundamental de
los ciudadanos como pueblo.

Del Prado hizo de este aserto una distinción de su vida. Afirmó la mejor de las politizaciones de
la vida social, aquella que hace de los sujetos sociales los activos protagonistas del ejercicio de
la soberanía democrática para ampliar los derechos universales y de los diversos componentes.
Los trabajadores, afirma enfático, son una de las fuerzas de avanzada sustantiva para la
conquista de mayores derechos en la lucha emancipatoria.

Por esta consideración, el futuro de la democracia en el Perú y de la opción de gobierno de ese


“otro real imaginario”, pasa principalmente por la derrota de las amenazas contra las se
organizaciones de la sociedad, que están encabezando el amplio movimiento de ciudadanía
mayoritario. Me refiero al respecto a la Central General de Trabajadores, CGTP, su organización
y derechos, baluarte de la democracia peruana. Al reconocimiento de Aidesep y los pueblos
indígenas amazónicos y andinos. A los distintos derechos de los movimientos de los productores,
urbanos y rurales, y empresas públicas estratégicas sobre los que se descarga la crisis actual. A
las luchas de los diversos movimientos sociales que se afianza en el siglo XXI como elementos
activos y decisorios, en la nación plural y en la democracia ciudadana.

En ellos se resume los desafíos para la vigencia y transformación de la democracia en el Perú.


Son de los mayores peligros contra toda la ciudadanía democrática y el régimen democrático
mismo, la persistente maquinación autoritaria desde el poder estatal para quebrar la CGTP y sus
Federaciones base, como Construcción Civil. También las pretensiones de ilegalizar y dividir
Aidesep y la gravísima persecución de los dirigentes amazónicos. Y son una amenaza contra
todos, también los intentos de privatizar las empresas de todos los peruanos, como Enapu,
Petroperú y ElectroPerú, para subastar los recursos y activos públicos estratégicos a su cargo.

Estimados amigos y amigas:

En este diálogo de recuerdo y homenaje a Jorge del Prado, quiero también rendir homenaje a
sus familiares que estuvieron con él y afirman su memoria. A todos ellos, en las figuras de Etna
Velarde, creadora infatigable que h cubierto de azul a Machu Picchu y ha puesto color y rostro
a nuestra historia; de Vladimiro, tenaz vigilante de un recuerdo siempre vivo; y de Carmen,
presente desde la eternidad, cuya frase de trabajo creativo, entrelazada con otras de Jorge del
Prado, nos dejan una consigna para afirmar la vida: “La libertad es una conquista social, hecha
a mano”.

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