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Gran Fraude
del Calentamiento Global
Free Spotlight
1.
Introducción
2.
¿Se está calentando nuestro planeta por culpa del hombre?
3.
Pero si el CO2 no determina el clima, ¿qué lo hace?
4.
¿Cómo y cuando nació esta teoría?
5.
¿Existen intereses económicos y políticos tras la teoría del calentamiento
global?
Desde los años 90, decenas de miles de millones de dólares de fondos del
gobierno de Estados Unidos, Reino Unido, y otros países, están siendo
destinados a la investigación relacionada con el calentamiento global.
Una buena parte de esas subvenciones se destina a construir modelos
informáticos para predecir el clima que hará en el futuro. Pero ¿son precisos
estos modelos?
El doctor Roy Spencer es un científico que ha realizado estudios sobre el
clima en el centro de vuelos espaciales de la NASA. Ha recibido la medalla al
Descubrimiento Científico Excepcional de la NASA, y de la Sociedad
Meteorológica Americana.
Dr. Roy Spencer: “Los modelos climáticos solo son buenos en relación con
las predicciones que hacen, y hay cientos de predicciones. Con que una no se
cumpla se descarta el modelo entero. “
Actualmente casi todos estos modelos informáticos asumen que el CO2
producido por el hombre es la causa más importante del calentamiento global,
más que el Sol o las nubes.
Tim Ball: “La analogía que yo uso es la siguiente. Mi coche no va bien,
pero voy a pasar del motor, que es el Sol. Voy a pasar también de la
transmisión, que es el vapor de agua, y voy a fijarme en un pequeño arañazo
que tiene la rueda derecha de atrás, que es el CO2 producido por el hombre.
Esta ciencia es así de mala.”
Ian Clark: “Si no has comprendido el sistema climático, si no has
analizado todos sus componentes, los rayos cósmicos, los rayos solares, el
CO2, el vapor de agua en las nubes, todo junto, entonces tu modelo no vale
nada.”
Las predicciones climatológicas varían considerablemente. Estas
variaciones están producidas por cualquier sutil alteración de las suposiciones
en las que se basa el modelo.
Carl Wunsch: “Los modelos climáticos son tan complicado que con
frecuencia puedes ajustarlos de tal manera que hagan algo muy excitante”
Ian Clark: “He trabajado con gente que hace modelos. Los he hecho yo
mismo, y con sólo cambiar un par de parámetros matemáticos se puede
obtener cualquier cosa. Se pueden hacer modelos más cálidos y más fríos
según lo que se cambie.”
Dado que casi todos estos modelos asumen que el CO2 producido por el
hombre causa calentamiento, una manera obvia para producir una predicción
más impresionante es aumentar la cantidad del supuesto CO2 lanzado por el
hombre hacia la atmósfera.
Los modelos predicen lo que la temperatura podría ser dentro de 50 o 100
años. Pero una de las virtudes de las predicciones climáticas a largo plazo es
que sólo se demuestran falsas mucho después de que la gente se haya olvidado
de ellas. Como resultado de ello, de acuerdo con el profesor Carl Wunsch, los
desarrolladores de modelos están menos interesados en producir un pronóstico
preciso, que uno que sea interesante para los medios de comunicación.
Carl Wunsch: “Incluso dentro de la comunidad científica es un problema.
Si desarrollo un modelo complicado y sin augurar nada catastrófico, es muy
probable que no se publique. Pero si desarrollo el mismo modelo y lo ajusto
para que algo dramático ocurra a la circulación oceánica, como que el
transporte de calor desaparezca, será publicado. La gente dirá: “esto es muy
excitante”, e incluso será recogido por los informativos. Así que hay una
tendencia muy poderosa en los medios de comunicación, y en la propia
comunidad científica, hacia resultados dramáticos.”
Nigel Calder: “Como periodista profesional, lo que más me sorprende es
que los principios más elementales del periodismo parecen haberse
abandonado con respecto a este tema.”
De hecho, la teoría de un calentamiento global por el hombre ha producido
una nueva forma de periodismo.
Nigel Calder: “Hay toda una nueva generación de reporteros y de
periodistas ecológicos. Si eres un periodista ecológico y la historia del
calentamiento global se va al garete, tu trabajo va detrás. Es así de crudo. Y
las noticias tienen que ser cada vez más alarmantes, aunque afortunadamente
algunos editores están ya muy curtidos y dicen: “Oye, llevas ya cinco años
diciendo lo mismo”. Y hay que contestar: “No, pero ahora es mucho peor. El
nivel del mar va a subir tres metros el próximo martes”. Tienen que seguir
creando alarma y más alarma.”
Hoy día es normal que la culpa de cada tormenta o de cada huracán la
tenga el calentamiento global, pero ¿hay pruebas científicas de que esto es así?
Richard Lindzen: “Todo es pura propaganda. Cualquier libro de texto
sobre meteorología dice que la principal fuente de alteraciones en el clima es
la diferencia de temperatura entre los trópicos y el polo. En un mundo más
cálido esa diferencia se reduciría, con lo que tendríamos menos tormentas y
menos variabilidad climática. Pero como eso no es considerado catastrófico,
nos cuentan lo contrario.”
Muchas veces se dice que incluso un ligero aumento de la temperatura
global podría provocar un catastrófico deshielo de los Polos. Pero ¿que nos
cuenta en realidad la historia climática de la Tierra?
John Christy: “Resulta que tenemos un registro de las temperaturas en
Groenlandia que se remonta a miles de años atrás. Ha hecho mucho más
calor que ahora en Groenlandia. Hace mil años, sin ir más lejos, hizo más
calor, y eso no provocó ningún deshielo masivo.”
Philip Stott: “Incluso si hablamos de algo como el permafrost, que es esa
capa de hielo que está siempre congelada como la que hay en algunos
bosques de Rusia, encontramos que hace 7 u 8 mil años se derritió mucho más
de lo que se está derritiendo hoy en día. Así que tenemos de nuevo un patrón
histórico, pero el mundo no se detuvo de repente por él.”
El profesor Syun-Ichi Akasofu es director del Centro Internacional de
Investigaciones Árticas en Alaska, el organismo que mejor estudia el clima
ártico. El profesor Akasofu insiste en que las placas de hielo están todo el
tiempo expandiéndose y contrayéndose de forma natural.
Syun-Ichi Akasofu: “Hoy día sale a veces la noticia de que un pedazo de
hielo se ha desprendido del continente Antártico. Esto ha debido de ocurrir
siempre, pero ahora tenemos satélites que detectan esos pedazos y por eso se
convierten en noticia. Estos datos de los satélites meteorológicos de la NASA
muestran las enormes contracciones y expansiones naturales del hielo en los
polos. Cada vez que emiten un programa sobre el calentamiento global veo
trozos de hielo desprendiéndose de los glaciares. Pero en realidad el hielo
siempre está en movimiento.”
En las noticias suelen aparecer imágenes del hielo ártico desmoronándose.
Lo que no dicen es que ese acontecimiento es tan normal como la caída de las
hojas en otoño.
Syun-Ichi Akasofu: “Me preguntan que si he visto los pedazos de hielo
desprendiéndose del glaciar. Sí, claro, es la primavera. Ocurre todos los años.
La prensa viene aquí para ver las consecuencias del desastre climático, pero
yo les digo que no lo hay.”
Programas de televisión alarmantes aumentaron el miedo por prever
maremotos inundando Gran Bretaña. Hoy día es normal echarle la culpa al
clima de los cambios en los niveles del mar. Pero ¿es esto científico?
Philip Stott: “En todo el mundo los cambios en los niveles del mar se rigen
fundamentalmente por dos factores, que llamamos factores locales: La Tierra
en relación con el mar, que por cierto tiene más que ver con los cambios en la
Tierra que con los cambios en el mar. Y los factores eustáticos, que son los
cambios mundiales en el nivel del mar y que se deben a las expansiones
termales de los océanos, no a que los polos se derritan. En cualquier caso,
sólo empezar a detectar estos cambios llevaría muchísimo tiempo, más que
toda una vida.”
También se ha dicho que incluso un ligero aumento de temperatura podría
llevar al norte enfermedades que transmiten los mosquitos tropicales, como la
malaria. ¿Es esto cierto?
El profesor Paul Reiter, del Instituto Pasteur de París, está reconocido
como uno de los expertos mundiales más importantes en malaria y otras
enfermedades tropicales. Es miembro del comité asesor de la Organización
Mundial de la Salud. Fue presidente del Comité Americano de Entomología
Médica, y un importante colaborador en sección médica de la Evaluación
Nacional Americana sobre las posibles consecuencias de un cambio climático.
Paul Reiter: “Los mosquitos no son una especie tropical. La gente cree que
solo viven en las regiones templadas, pero de hecho son extremadamente
abundantes en el Ártico. La epidemia de malaria más devastadora fue en la
Unión Soviética en los años veinte del siglo pasado. Se registraron unos 13
millones de casos al año, y unas 600.000 muertes. Una catástrofe tremenda
que llegó hasta el Círculo Polar. En Arjánguelsk, por ejemplo, hubo 30.000
casos y unos 10.000 muertos. Así que no es una enfermedad tropical. Pero
estos del calentamiento global se han inventado que la malaria se expandirá
hacia el Norte.”
Las culpas de las historias climáticas de miedo no pueden echarse solo al
periodismo sensiblero o corrompido. Los informes oficiales del Panel
Intergubernamental del Cambio Climático suelen ser muy alarmantes. Pero
¿son de confianza?
Paul Reiter: “Me espantó leer el segundo y el tercer informe de esta
organización, porque contenían información errónea, y no había ningún tipo
de mención a la literatura científica. A la literatura científica de verdad; a lo
que escriben los especialistas en estos campos.”
En una carta al Wall Street Journal el profesor Frederick Seitz,
expresidente de la Academia Americana de Ciencias, reveló que los redactores
del IPCC habían censurado los comentarios de los científicos.
Dijo literalmente, “Este informe no es la versión aprobada por los
científicos colaboradores. Al menos 15 secciones clave de la parte científica
han sido eliminadas. Entre ellas algunas como: “ninguno de los estudios
citados demuestra claramente que podamos atribuir los cambios climáticos
observados al aumento de gases invernadero. O, hasta la fecha, ningún
estudio ha demostrado que todo, o parte de los cambios climáticos
observados, se deba a las acciones del ser humano”.
El profesor Seitz concluyó diciendo: “Nunca he sido testigo de una
corrupción tan preocupante como lo del proceso de revisión de estos informes
del IPCC.”
En su respuesta el IPCC no negaba haber eliminado estas secciones, pero
sostuvo que las dudas sobre la causa del calentamiento global habían sido
incluidas. Argumentaba que los cambios los habían hecho en respuesta a los
comentarios de gobiernos, científicos y organizaciones no gubernamentales
(ONGs).
Paul Reiter: “Cuando presenté mi dimisión al IPCC creí que todo había
acabado. Pero al ver el borrador final me di cuenta de que mi nombre seguía
allí, así que pedí que lo borraran. Me dijeron que yo había colaborado y que
mi nombre tenía que aparecer. Y yo les dije: No, no he colaborado, porque no
han escuchado nada de lo que les he dicho. Al final se montó una buena, pero
cuando les amenacé con emprender acciones legales quitaron mi nombre.
Creo que esto pasa mucho. Aquellos especialistas que no están de acuerdo
con las conclusiones y dimiten —y yo conozco a unos cuantos—, simplemente
figuran en la lista de colaboradores y se vuelven parte de estos 2.500
científicos de élite.”
Las investigaciones relacionadas con el calentamiento global es hoy en día
una de las áreas científicas mejor financiadas. El Gobierno de los Estados
Unidos se gasta en ella 4.000 millones de dólares al año. De acuerdo con el
climatólogo de la NASA Roy Spencer, los científicos que se pronuncian contra
el calentamiento global tienen mucho que perder.
Roy Spencer: “Es generalmente más difícil conseguir que nuestras
investigaciones se financien debido a las posturas que hemos tomado
públicamente, y encontrarás a muy pocos de nosotros que queramos
pronunciarnos públicamente a estos respectos, porque de hecho perdemos
dinero para la investigación.”
Es un prejuicio común el que los científicos que no están de acuerdo con la
teoría del calentamiento global ocasionado por el Hombre, deben haber sido
pagados por la industria privada para mentir.
Philip Stott: “Me lo dicen siempre: “Debes estar a sueldo de las
multinacionales.” Tristemente, como la mayoría de los científicos, no he visto
un penique de las multinacionales.”
Tim Ball: “Siempre me acusan de ser pagado por las compañías de
petróleo y gas. No he recibido cinco centavos de las compañías de petróleo y
gas, y me río porque ojalá me hubieran pagado para que me pudiera permitir
sus productos.”
Nigel Calder: “Cuando alguien dice que estoy a sueldo de una compañía
de petróleo le contesto que a mi banco le gustaría mucho.”
Patrick Michael es profesor de Ciencias Medioambientales de la
Universidad de Virginia. Fue el jefe del comité de Climatología Aplicada de la
Sociedad Americana de Meteorología, presidente de la Sociedad Americana
de Climatólogos, autor de 3 libros de Meteorología, y autor y revisor del IPCC
de la ONU. Pero cuando él realizó sus investigaciones se encontró dentro de
los atacados por los activistas del clima.
Pero el discurso racional no es la única víctima en la alarma del
calentamiento global. Mientras la política internacional se centra
absurdamente en las emisiones industriales de CO2, el mundo en desarrollo se
encuentra sometido a grandes presiones para no desarrollarse.
Hay un poderoso movimiento institucional tras la idea del cambio
climático causado por el hombre. En Nairobi, dedicados defensores de la
causa, profesionales de las ONGS, responsables de subsidios, periodistas
ecológicos, y muchos otros, se reunieron para hablar del cambio climático en
unas conferencias de diez días pagadas por la O.N.U.
Discutieron cada aspecto del cambio climático. Desde cómo promover
paneles solares en África, a la relación entre calentamiento global y el
sexismo. El número de delegados sobrepasaba los 6.000.
John Christy: “El que haya miles de millones de dólares invertidos en la
climatología significa que muchísima gente depende de ese dinero, y que
quiere seguir recibiéndolo. En cualquier burocracia ocurre lo mismo.”
Nigel Calder: “Donde yo vivo tenemos un Consejo local, y uno de sus
funcionarios se dedica al calentamiento global. Hay una inmensa cantidad de
gente que, de un modo u otro, ha sido reclutada para poder subirse al carro.”
Lord Lawson of Blaby: “Si alguien se levanta y dice: “Oye, un momento.
Vamos a analizar esto despacio, racionalmente y con cuidado, a ver si es
cierto”, será condenado al ostracismo.”
Los científicos, acostumbrados a la relativa oscuridad de la vida
académica, de repente se encuentran atacados públicamente si se atreven a
desafiar la teoría del calentamiento global; maldecidos por grupos de
activistas, e incluso dentro de sus propias universidades.
Tim Ball: “Hay un viejo refrán inglés que dice: “si te quedas junto a la
diana te dispararán”. Y lo que aquí ocurre es algo parecido, pero más
complicado. Muy desagradable y muy personal. Ya se conocen algunas
amenazas de muerte y ese tipo de cosas, así que yo no me meto ahí por mi
salud.”
Patrick Moore: “Hoy día, si te muestras escéptico ante el cambio climático
es como si estuvieras negando el holocausto. Este movimiento ecologista es en
realidad un movimiento político activista que se ha vuelto enormemente
influyente en todo el mundo. Todos los políticos actuales lo saben, ya estén en
la izquierda, en el centro o en la derecha, y deben pagar tributo al medio
ambiente.”
La campaña del calentamiento global ha obtenido una gran victoria. El
gobierno de los EEUU, que era un bastión de resistencia, hace tiempo que
sucumbió. El propio George Bush se convirtió en un aliado. Los gobiernos
occidentales han comprendido la necesidad de llegar a acuerdos
internacionales para restringir la producción industrial en países desarrollados,
y en vías de desarrollo. Pero ¿a qué precio?
Paul Driesen es un antiguo militante ecologista. “Lo que más me preocupa
del calentamiento global es que las medidas que se han tomado,
supuestamente para combatirlo, están teniendo un efecto desastroso sobre los
más pobres del mundo.”
Los activistas del calentamiento global dicen que no hace daño estar en el
lado seguro. Incluso si la teoría del cambio climático es falsa, deberíamos
imponer medidas draconianas para reducir las emisiones del carbón. Ellos
llaman a esto el Principio Preventivo.
Paul Driessen: “Los Principios Preventivos son una bestia muy
interesante. Se usa básicamente para promover una agenda ideológica
particular. Siempre se usa en una única dirección. Habla sobre los riesgos de
usar una tecnología particular, los combustibles fósiles, pero nunca sobre los
riesgos de no usarla. Nunca habla de los beneficios de tener esa tecnología.”
Veamos un caso real en muchos lugares de África: Anne Mugela está
preparando la comida de sus hijos. Es una de las 2.000 millones de personas
—un tercio de la población mundial—, que no tiene acceso a la electricidad.
Así que en vez de electricidad usa madera, o boñiga seca para quemar. Las
hogueras caseras están reconocidas como la forma de contaminación más
mortífera del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud cuatro
millones de niños menores de 5 años mueren cada año de enfermedades
respiratorias causadas por las hogueras caseras, y muchos millones de mujeres
mueren de cáncer de pulmón por esta misma razón.
James Shikwati: “Si le preguntas a un campesino africano que explique el
desarrollo te dirá: “sabré que he subido de nivel cuando tenga electricidad”.
La falta de electricidad conlleva una cantidad increíble de problemas.”
Sin dispositivos de refrigeración no se puede almacenar la comida. Las
hogueras caseras producen demasiado humo. No hay agua caliente. Nosotros,
los occidentales, no podemos imaginar lo dura que es la vida sin electricidad.
La esperanza de vida en estos países es terriblemente corta y se han
empobrecido de todas las maneras posibles.
Y mientras tanto, a pocos kilómetros de allí, la O.N.U. celebra las
conferencias sobre el calentamiento global en su lujosa sede. En la tienda de
regalos se venden souvenirs hechos por las tribus, mientras los delegados
hablan sobre cómo promover métodos sostenibles de obtención de
electricidad. África tiene carbón y petróleo, pero los grupos ecologistas están
en contra de estas fuentes baratas de energía. Dicen que África, y el resto del
mundo, deberían utilizar la energía solar y la eólica.
Cerca de Nairobi encontramos el primer panel solar. Un funcionario
keniata de salud pública nos ha traído a una clínica que presta servicios a
varios pueblos. Los únicos dispositivos eléctricos en la clínica son unas
bombillas eléctricas y una nevera en la que guardan las vacunas, medicinas y
muestras de sangre. La electricidad se consigue a través de dos paneles
solares. Preguntamos al Dr. Morangui que nos atiende.
—¿Con este sistema que consigue?
—Luz
—¿Qué ocurre si enciendes la luz a la vez que la nevera?
—Suena una alarma.
El panel solar permite que el Dr. Samuel Morangui pueda usar la luz o la
nevera, pero no las dos a la vez. Si lo hace se agota rápidamente la
electricidad.
Las energías eólicas y solar son notablemente inestables como fuentes de
electricidad, y al menos tres veces más caras que las formas convencionales de
generación de la misma.
James Shikwati: “¿Cuánta gente en Europa o en EEUU están usando este
tipo de energía? Si ya es cara para los europeos y para los americanos,
¿cómo vamos a utilizarla nosotros los africanos? No tiene sentido. Los países
ricos pueden permitirse experimentar con otras fuentes de energía, pero
nosotros aún estamos en plena lucha por la supervivencia.”
Para el ecologista Paul Driesen, la idea de que la gente más pobre del
mundo deba utilizar las energías más caras y menos rentables, es el aspecto
moral más repugnante de la campaña contra el calentamiento global.
Paul Driesen: “Vamos a dejar algo perfectamente claro. Si le decimos al
tercer mundo que sólo puede utilizar la energía eólica y la solar, lo que
realmente le estamos diciendo es que no puede tener electricidad.”
James Shikwati: “El desafío al que nos enfrentamos en África cuando
hablamos con los ecologistas occidentales, que dicen que debemos utilizar
paneles solares y energía eólica, es ¿cómo podemos industrializar este
continente? Porque no sé cómo un panel solar va a poner en marcha una
industria siderúrgica. Con paneles solares podríamos impulsar algún tren de
cercanías, o quizá un transistor pequeño, pero poco más”.
Patrick Moore: “Creo que uno de los aspectos más perniciosos del
movimiento medioambientalista moderno es la idealización de la vida
campesina, y la idea de que las sociedades industrializadas son las
destructoras del mundo.”
James Shikwati: “Una cosa clara que emerge de este debate ambiental es
que alguien está interesado en matar el sueño de África. Y el sueño de África
es desarrollarse.”
Patrick Moore: “Los movimientos ecologistas han pasado a ser la forma
más eficaz de evitar que los países del Tercer Mundo se desarrollen.”
James Shikwati: “Nos dicen: No toquéis vuestros recursos. No toquéis
vuestro petróleo. No toquéis vuestro carbón… Es un suicidio”
Patrick Moore: “Creo que tengo derecho a llamar inhumanos a estos
defensores de esta disparatada teoría. No tienen por qué pensar que los
humanos somos mejores que las ballenas o que los búhos, o lo que sea. Pero
tampoco creo que sea buena idea tratar a los humanos como si fueran
escoria. Si les parece bien que cientos de millones se queden ciegos, o mueran
antes de tiempo, yo no puedo respaldarles.”
6.
Conclusiones
La primera reflexión que nace sobre esta fraudulenta teoría es que, una vez
más, el hombre, al estimarla cierta —como resultado de una formidable
manipulación— se está creyendo más importante de lo que en realidad es. El
ego y la estupidez le lleva a valorar de forma exagerada su capacidad para
influir sobre su entorno, olvidando que el ser humano es un ente minúsculo
comparado con las grandes fuerzas de la naturaleza, en este caso representadas
por el Sol, los volcanes, las nubes y los grandes meteoritos, siendo estos los
que en realidad hacen cambiar el clima sin necesitar de ninguna colaboración
nuestra. Sólo podríamos influir de manera significativa sobre nuestro hermoso
planeta con el uso masivo de bombas atómicas, pero la primera víctima sería
el propio ser humano. En este supuesto la Tierra, tras nuestra desaparición,
continuaría su majestuoso viaje por el espacio sin echarnos a faltar.
Tanta es la fuerza soberana de la naturaleza y nuestra vulnerabilidad ante
ella, que, según los últimos estudios arqueológicos, ha quedado establecido,
como causa más probable, que fue un súper volcán del sur de Sicilia, en la
caldera de Campi Flegrei, quien terminó con el hombre de Neandertal hace
39.000 años al ocasionar, con una erupción muy violenta, un inmenso cambio
climático que por poco terminó también con nosotros. El problema global que
surgió fue consecuencia del enfriamiento de las temperaturas que conllevó
dicha erupción por el polvo que quedó flotando en la atmosfera, el cual
dificultaba el paso de los rayos solares. Fue catastrófico para animales y
plantas. El inconveniente nunca ha sido la subida de las temperaturas, como
indican los defensores de la estrafalaria teoría aquí analizada. De hecho, las
épocas cálidas sobre el planeta siempre fueron las más prosperas. El mayor
problema para la vida siempre ha sido el enfriamiento de la Tierra, como
sucedió con la erupción de este volcán siciliano.
Free Sportight, tras realizar su propia investigación, puede concluir que
esta disparatada teoría la inició la derecha política. Después la hicieron suya
los progresistas burgueses, y los comunistas, anticapitalistas y antisistema. Es
decir, el neomarxismo nacido tras el fracaso y hundimiento de la Unión
Soviética. Y, viendo las posibilidades de negocio, se unieron industrias a las
cuales beneficiaba, como las dedicadas a la energía nuclear, eólica o solar, y
un montón de funcionarios de la O.N.U. que pagamos con nuestros impuestos,
integrados en el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, o IPCC.
Pero, como se puede comprobar, en los últimos años se ha sumado también
a esta desestabilizadora campaña, con decisión y entusiasmo, la industria del
automóvil pues se ve muy beneficiada con la misma, ya que al amparo de ella
muchos gobiernos están obligando a los ciudadanos a cambiar los automóviles
movidos con el petróleo por los de motor eléctrico. Dicha teoría se ha
transformado en un gigantesco negocio para este sector industrial en todo el
mundo por el aumento exponencial de ventas y beneficios que obtienen
gracias a decisiones de responsables públicos, cuyos partidos políticos se ven
generosamente recompensados con contribuciones económicas, y con ello se
convierten también en celosos defensores de aquella.
Todo esto ha afectado también profundamente a los medios de
comunicación tradicionales, ya que los fabricantes de automóviles son uno de
los mayores inversores en publicidad en dichos medios. Así que, por razones
obvias, esta industria ha conseguido convertir al periodismo —que vive una
profunda crisis derivada de la aparición de internet— en la profesión más
fanática defensora de la teoría del “calentamiento global como producto de la
actividad humana”. Los periodistas, y directores de los medios, actúan así en
defensa de sus puestos de trabajo pues sin esas inversiones publicitarias
probablemente desaparecerían definitivamente, tragados por la revolución de
internet.
Free Spotlight se suma por convicción humanitaria, como muchos de los
expertos en climatología, a la denuncia de este fraude global porque, en
realidad, nos encontramos ante un enorme negocio para algunos, y la salvaje
defensa de sus puestos de trabajo y subvenciones públicas para otros, a cambio
de mayor miseria aún para las poblaciones más míseras del mundo, cuyas
voces no pueden ser escuchadas porque no tienen medios para conseguir
hacerse oír.
En definitiva, ésta teoría logra el cruel resultado de estar convirtiendo en
víctimas de la misma a los pueblos más pobres de la Tierra.
Paul Reiter, autor de “Green Power, Black Death¨. Asesor senior de políticas
del Comité para un mañana constructivo (CFACT).
Nir Shaviv. Pprofesor del Institute de Physics University de Jerusalén.
Nigel Calder. Editor del periódico London Evening Standard.
Ian Clark. Profesor del departamento de Earth Sciences University de Ottawa
Tim Ball. Profesor del Dept. of Climatology University de Winnipeg
Lord Lawson de Blaby fue Miembro del Parlamento Británico, y ministro en
el gabinete de M. Thatcher.
Dr. Piers Corbyn. Pronosticador del clima en Weather Action.
John Christy. Profesor en el Dept. of Atmospheric Science. University de
Alabama en Huntsville.
Philip Scott. Profesor en el Dept. of Biogeography, University of London.
Richard Lindzen. Profesor en IPCC & M.I.T. Dept. of Meteorology
Massachussetts Institute of Technology.
Patrick Moore. Cofundador de Greenpeace.
Dr. Roy Spencer. Weather Satellite Team Leader. NASA
Patrick Michael Profesor del Dept. of Environmental Sciences, University of
Virginia.
James Shikwati. Economista de Kenia y Director de la Red Económica Inter
Región que promueve la libertad de comercio, como solución para la pobreza
en África.
Syun-Ichi Akasofu. Profesor y director de Internacional Arctic Research
Centre.
Frederick Singer. Profesor y director del US National Weather Service.
Carl Wunsch. Profesor de oceanografía en el MIT.
Eigil Friss-Christensen. Profesor y director del Danish National Space Centre.
Bert Bolin. Meteorólogo. Fue primer presidente del Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático y profesor de meteorología en la
Universidad de Estocolmo.
Paul Reiter, Profesor del Instituto Pasteur de París.
Paul Driesen. Ex militante ecologista.
Link de YouTube del documental base de este escrito:
https://www.youtube.com/watch?v=zqBs3akiago&t=88s