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Sobre tercería de propiedad.

El Código Civil de 1936 que no regulaba la unión de hecho; de la revisión de la citada sentencia
se advierte que la autoridad judicial se ha pronunciado sobre la existencia de una unión de
hecho entre las partes en aplicación del artículo 9 de la Constitución Política de 1979, que sí
regulaba la unión estable de un varón y una mujer libres.

Ha existido una unión de hecho desde enero de mil novecientos setenta y cuatro hasta junio
de mil novecientos ochenta y cuatro.

“…la instancia de mérito ha revocado la apelada y reformándola ha declarado fundada la


demanda; al considerar que está acreditado que el 50% del bien materia de remate es de
propiedad de la tercerista, en mérito a la liquidación de bienes de la sociedad de hecho
constituida por la tercerista y el codemandado Augusto Guzmán Valencia dispuesta en el
expediente N° 910-85 (Hoy 8233-97); por lo tanto, al no ser de propiedad de Augusto Guzmán
Valencia no forma parte de su masa hereditaria y por ende la medida cautelar dispuesta no le
es oponible a la tercerista …”

“…el levantamiento de una medida cautelar a través del proceso de tercería de propiedad
puede estar sustentado en una sentencia con autoridad de cosa juzgada …”

“…de lo que se colige que el artículo 2120 del Código Civil, referido a la aplicación del derogado
Código Civil de 1936 deviene en inaplicable; pues no está en discusión la existencia de una
unión de hecho entre la tercerista y el referido codemandado, sino la acreditación del derecho
de propiedad que invoca la demandante; por lo que, la infracción normativa material deviene
en infundada. Sin perjuicio de los antes precisado, es necesario acotar que, en el supuesto
negado que fuera de aplicación el Código Civil de 1936 que no regulaba la unión de hecho; de
la revisión de la citada sentencia se advierte que la autoridad judicial se ha pronunciado sobre
la existencia de una unión de hecho entre las partes en aplicación del artículo 9 de la
Constitución Política de 1979, que sí regulaba la unión estable de un varón y una mujer libres
de impedimentos matrimonial. Y por otro lado, este Supremo Colegiado considera que,
además de las conclusiones probatorias de la instancia de mérito, es necesario resaltar que el
proceso judicial N° 910-85 (Hoy 8233-97), que originó el derecho de propiedad de la
demandante cuenta con anotación de demanda desde el veintitrés de agosto de mil
novecientos ochenta y cinco (tal como consta en el asiento 4 de la Partida Registral 49077724
que obra a fojas ciento diecisiete), mientras que la medida cautelar de embargo materia de la
tercería que nos ocupa, fue anotada el siete de julio de mil novecientos noventa y cinco (según
se desprende de fojas ciento dieciocho); de lo que se colige que el proceso ha sido resuelto
acorde a los requisitos establecidos en el artículo 533 del Código Procesal Civil, al cual nos
hemos referido en el sétimo considerando; por lo que, los argumentos del casante no han de
influir en el fallo, menos los relacionados a la declaración de una unión de hecho que ya
mereció pronunciamiento judicial con calidad de cosa juzgada …”

CASACIÓN N° 3131-2018 LIMA

Materia: TERCERÍA DE PROPIEDAD

El derecho de propiedad para buscar el levantamiento de una medida cautelar a través del
proceso de tercería de propiedad puede estar sustentado en una sentencia con autoridad de
cosa juzgada en el que se haya reconocido judicialmente el derecho de propiedad a favor del
demandante; siempre que esta tenga una data anterior a la inscripción de la medida cautelar
que afecta el bien.

Lima, nueve de julio de dos mil diecinueve.-

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la


causa número tres mil ciento treinta y uno del año dos mil dieciocho, en audiencia pública
llevada a cabo en la fecha y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente
sentencia:

I. ASUNTO

Viene a conocimiento de esta Sala Suprema, el recurso de casación1 interpuesto por la


demandada Narda Azucena Limo García contra la sentencia de vista del diez de abril de dos mil
dieciocho2, que revoca la sentencia contenida en la resolución cincuenta y cinco del quince de
febrero de dos mil diecisiete3 que declaró improcedente la demanda; y reformándola declara
fundada la demanda.

II. ANTECEDENTES

1.- DE LA DEMANDA:

Mediante escrito de fecha veintinueve de mayo de dos mil uno, la parte actora interpone
demanda de tercería de propiedad contra Narda Azucena Limo García y Alberto Guzmán
Valencia, a efectos de que se suspenda el remate público programado por el 52 Juzgado “A”
Civil de Lima para el veintinueve de mayo de dos mil uno a horas 10:00 a.m., por cuanto se
pretende rematar el inmueble ubicado en la avenida Alfonso Ugarte N°1128 – departamento
909 Breña, cuya propiedad le pertenece en un 50%. Fundamenta su pretensión, alegando que:
1) el predio motivo de controversia, fue sujeto de facción de inventarios y posterior liquidación
de bienes en el expediente signado con el N° 8233-97, tramitado ante el 52 Juzgado Civil de
Lima (Hoy 15 Juzgado Civil de Lima), y fue dirigida contra el co - demandado don Alberto
Asención Guzmán Valencia, proceso que concluyó con sentencia favorable, la misma que
quedo consentida y ejecutoriada. 2) Posteriormente, la co-demandada Narda Azucena Limo
García, por orden del 24 Juzgado Civil de Lima, se le adjudicó el 50%, de los derechos y
acciones, respetándose el dominio de la recurrente sobre el otro 50%; sin embargo, el 52°
juzgado “A” Civil de Lima, decretó el remate público del 100% de derechos y acciones del bien
inmueble, ubicado en avenida Alfonso Ugarte N°1228, departamento 909, Breña, decisión que
la perjudica por cuanto se estaría rematando la porción que por derecho le corresponde a la
recurrente, esto es, 50% de la propiedad de la demandante.

2.- CONTESTACIÓN DE DEMANDA

La emplazada Narda Azucena Limo García4 contesta la demanda manifestando que: 1) el


derecho invocado por la demandante deviene en acción fraudulenta y en un absurdo jurídico
que se fraguó a sus espaldas y cometiendo un grave delito de contubernio con su ex esposo
don Alberto Guzmán Valencia, obteniendo una sentencia de facción de inventario y posterior
liquidación de bienes, que fue inscrita en el Registro de Propiedad Inmueble de los Registros
Públicos de Lima, 2) Dicha anotación no acredita propiedad, por lo que, no habiéndose
formalizado título alguno a la fecha de la interposición de la demanda indica que la accionante
se ha burlado del juzgado con su pretensión.

3.- CONTESTACIÓN DE DEMANDA

El emplazado Alberto Guzman Valencia5 contesta la demanda manifestando que: 1) Reconoce


y acepta la pretensión de la demandante, admitiendo la veracidad de los hechos expuestos y
los fundamentos jurídicos que la sustentan. 2) Conforme lo expresa la demandante, el 52'
Juzgado Colectivo “A” de Lima, ha decretado el remate público de la totalidad del inmueble,
desoyendo sus múltiples reclamos presentados; en ese sentido, afectando como es natural, el
otro 50% que le corresponde a la demandante de la presente tercería de propiedad y
afectando también la parte que le corresponde como forjador del bien.

4.- SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA6:

Declara IMPROCEDENTE la demanda; al considerar que:

i) De la copia literal actualizada del bien inmueble, ubicado en avenida Alfonso Ugarte N' 1228,
departamento 409, del distrito de Breña, se verifica que los únicos propietarios de dicho bien
son: don Alberto Guzmán Valencia, dueño del 50% de los derechos y acciones; y doña Narda
Azucena Limo García dueña del otro 50% de los derechos y acciones; debido a ello la
propiedad está sujeta al deber de ejercicio, esto es, de usar, disfrutar, aprovechar y explotarse.

li) De los actuados se verifica, que aun cuando del escrito de demanda se constata que el
petitorio no es claro, ni preciso; y de la misma se entiende que la tercería de propiedad, está
referida solo respecto al 50% de los derechos y acciones que le pertenece a don Alberto
Asencion Guzmán Valencia, sobre la cual la co-demandada doña Narda Azucena Limo García,
tiene anotado un embargo en forma de inscripción hasta por la suma de S/ 40,000.00; pese a
ello, la demandante doña Aurora Lidia Violeta Dongo Riega, no ha acreditado con documento
idóneo, fehaciente y conducente, que tenga derechos sobre dicha propiedad, solo tiene un
derecho expectaticio, debido a la anotación de una demanda que fue declara fundada sobre
liquidación de bienes de una sociedad de hecho constituida entre la demandante doña Aurora
Lidia Violeta Dongo Riega y el codemandado Alberto Asencion Guzmán Valencia, sin embargo,
no obra en autos documento alguno que acredite que se haya procedido en el expediente N'
8233-97, tramitado ante el 52 Juzgado “A” Civil de Lima (Hoy 15' Juzgado Civil de Lima) la
Liquidación de la Sociedad de Gananciales o que el bien inmueble materia de litis forme parte
de los bienes adquiridos dentro de la vigencia de la Unión de Hecho, tampoco existe anotación
alguna al respecto en la Partida Registral N' 4907861.

lli) Por otro lado, habiendo fallecido el co-demandado don Alberto Guzmán Valencia, de la
Copia literal de la Sucesión Intestada, se verifica que sus hijos Edgard Alberto y Juan Pablo
Guzmán Dongo son los herederos universales de los derechos y acciones que le correspondía a
su padre, evidenciándose con ello que el derecho real sobre el bien inmueble materia de litis
solo lo tienen los co-demandados antes aludidos y no la demandante doña Aurora Violeta
Dongo Riega.

iv) Si bien es cierto la demandante, doña Aurora Lidia Violeta Dongo Riega, solo pudo acreditar
su supuesto derecho de propiedad, mediante una transferencia de acciones y derechos,
realizada con posterioridad a la presente demanda, conforme se acredita con la copia simple
del Certificado Mobiliario y la copia certificada del Testimonio de Transferencia de Acciones y
Derechos y no en los actos postulatorios, y esto, en contubernio con el codemandado, hoy
fallecido, don Alberto Asención Guzmán Valencia, por lo que, son motivos suficientes para que
la suscrita Juez desestime la demanda; más si se toma en consideración que, aun cuando la
actora obtuvo una sentencia favorable de Unión de Hecho y anotó en la Partida Registral del
bien inmueble materia de litis, esta parte nunca acreditó con documento idóneo, fehaciente y
conducente, que dentro de la vigencia de la Unión de Hecho, adquirieron el bien inmueble
ubicado en avenida Alfonso Ugarte N'1228, departamento 909, del distrito de Breña, inscrita
en la Partida Registral N'49078671.

v) La presente tercería, del bien inmueble materia de litis pertenecía a la sociedad conyugal
conformada por doña Narda Azucena Limo García y Don Alberto Asención Guzmán Valencia.

5.- SENTENCIA DE VISTA7

REVOCA la sentencia apelada y reformándola declara fundada la demanda; en consecuencia


dispusieron se levante el mandato de remate ordenado sobre el inmueble materia de litis en la
parte que afecta el 50% de los derechos y acciones que le corresponden a la tercerista Aurora
Lidia Violeta Dongo Riega del inmueble ubicado en avenida Alfonso Ugarte N' 1128,
departamento 909, Breña. Sustentado su decisión en que:

i) Los medios probatorios valorados en conjunto conllevan a determinar que la pretensión


demandada, debe ser amparada, toda vez, que, efectivamente en autos ha quedado
acreditado que el bien materia de remate, fue adquirido mediante escritura pública del
diecisiete de junio de mil novecientos setenta y seis, por Augusto Guzmán Valencia, cuando se
encontraba vigente la unión de hecho con Aurora Lidia Violeta Dongo Riega, con la cual incluso
procrearon dos hijos Edgard y Juan Pablo Guzmán Dongo.

li) Dicha unión de hecho, implícitamente fue reconocida en el proceso de pago de


indemnización y liquidación de bienes de la sociedad de hecho seguida por la citada justiciable
contra el hoy causante Alberto Guzmán Valencia, en el expediente N' 910-85 (Hoy 8233-97), en
el cual mediante Ejecutoria Suprema de fecha once de diciembre de mil novecientos ochenta y
nueve, la Corte Suprema de la República declaró no haber lugar a la resolución de vista de
fecha trece de julio de mil novecientos ochenta y ocho; habiéndose dispuesto se proceda a la
liquidación de bienes de la sociedad de hecho constituida por ambos en la forma señalada por
los artículos 320 y siguientes del Código Civil estableciéndose como uno de los bienes
inmuebles, por todo ello, su ex conviviente Alberto Asención Guzmán Valencia mediante
escritura pública del veintinueve de noviembre de dos mil uno, le otorgó el 50% de los
derechos y acciones de dicho inmueble, que a él le correspondían, dejando incólume el otro
50% de los derechos acciones que fueron transferidos a Narda Azucena Limo García.

lli) En tal sentido la demandante no adquirió un derecho espectaticio, sino un doble


reconocimiento de derecho de propiedad del 50 % de los derechos y acciones del inmueble
que hoy les toca conocer. Narda Azucena Limo García adquirió el derecho de propiedad del
50% de los derechos y acciones restantes de dicho inmueble, en mérito de su demanda de
Separación de Patrimonios, faltando al Principio de Veracidad, al alegar en su demanda, que
dicho bien inmueble tenía la calidad de social, cuando lo cierto y concreto es que fue adquirido
antes de su matrimonio. No obstante, el 50% de acciones de Narda Azucena Limo García no se
encuentra afectado con el reconocimiento de la propiedad alícuota que corresponde a la
demandante. En tal sentido revocan la impugnada y reformándola declaran fundada y en
consecuencia se dispone se levante el mandato de remate ordenado sobre el inmueble
materia de litis en la parte que afecta el 50% de los derechos y acciones de propiedad de la
tercerista.

iv) Al haber otorgado el causante Alberto Guzmán Valencia el 50% de los derechos y acciones
que le correspondieron sobre el inmueble materia de litis a la hoy impugnante, conforme a la
escritura pública de fecha veintinueve de noviembre de dos mil uno, dichos derechos y
acciones no corresponden a la masa hereditaria del mismo al pertenecer a doña Aurora Lidia
Violeta Dongo Riega.

v) Así mismo se establece, que en la sentencia emitida por la Sala Superior se ha dado
cumplimiento al mandato contenido mediante ejecutoria suprema de fecha veintidós de
noviembre de dos mil once, faltando determinar, si Carolina Herminia Vilela Rojas tiene la
calidad de copropietaria del inmueble sub litis al consignarse en la ficha del Registro de
Propiedad Inmueble la compra venta de acciones y derechos vendida a esta última por doña
Narda Azucena Limo García, habiéndose presentado el titulo el dieciocho de julio de dos mil
uno. Por lo que, se aprecia de autos, que mediante escritura pública del diecisiete de julio de
dos mil uno, Narda Azucena Limo García ha transferido a título de compra venta las acciones y
derechos que sobre dicho inmueble le corresponden a doña Carolina Herminia Vilela Rojas, no
obstante a que mediante Resolución N' 01 de fecha treinta y uno de mayo de dos mil uno, se
dispuso suspender el proceso principal respecto de la ejecución del inmueble materia de Litis;
habiendo quedado desierto el remate convocado mediante Resolución N' 68 de fecha
dieciocho de abril de dos mil uno, en el proceso de separación de patrimonios, en estado de
ejecución seguido por la misma justiciable; que en tal sentido de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 108 del Código Procesal Civil se habría producido la sucesión procesal de Narda
Azucena Limo García a Favor de doña Carolina Herminia Vilela Rojas, con las responsabilidades
que ello corresponda.

6.- RECURSO DE CASACIÓN: Esta Suprema Sala, mediante resolución de fecha veinticuatro de
octubre de dos mil dieciocho8 ha declarado procedente el recurso de casación interpuesto por
la parte demandada Narda Azucena Limo García, por las causales de:

i. Infracción normativa consistente en el artículo 139, incisos 3 y 5, de la Constitución Política


del Estado, de los artículos 122 inciso 3, 197 y 245 inciso 3 del Código Procesal Civil y del
artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial9, alega que al no haberse valorado las pruebas
respecto a que su matrimonio se realizó en el mes de julio de mil novecientos ochenta y
cuatro, es decir durante la vigencia del Código Civil de 1936, o que la relación de la
demandante con su ex esposo declarado en forma asimilada y citado en autos sucedió entre
enero de mil novecientos setenta y cuatro hasta junio de mil novecientos ochenta y cuatro, es
decir también, durante la vigencia del Código Civil de 1936, el cual no reconoce la unión de
hecho. Asimismo, señala que está acreditado en autos, conforme se aprecia del considerando
décimo primero de la sentencia de primera instancia, que la demandante no ha probado con
documento idóneo que tenga derechos sobre el bien materia de litis, máxime, si en la
sentencia apelada se precisa expresamente que la transferencia de derechos y acciones ha
sido realizada con posterioridad a la presentación de la demanda, lo cual acredita la falta de
valoración de las pruebas aportadas en el proceso, y por ende, infracción al artículo 197 del
Código Procesal Civil. Del mismo modo, precisa que en el considerando octavo y décimo cuarto
de la recurrida, la Sala Superior hace mención a que el bien materia de litis fue adquirido por
“Augusto Guzmán Valencia, mediante escritura pública del diecisiete de junio de mil
novecientos setenta y seis, estando vigente la unión de hecho con Aurora Lidia Violeta Dongo
Riega, sin embargo, indica que los mencionados considerandos son una prueba más del error
del Colegido Superior, ya que, no se ha dado cuenta que el propietario registral difiere del que
fuera su ex esposo Alberto Asención Guzmán Valencia y no Augusto Guzmán Valencia, además,
señala que se vuelve a errar al considerar que en el año mil novecientos setenta y seis, ya
existía la unión de hecho, ya que, a partir del mes de noviembre de mil novecientos ochenta y
cuatro, entró en vigencia el Código Civil de 1984. Por otro lado, manifiesta que la falta de
motivación se ha dado por la no valoración de las pruebas actuadas en el proceso. Igualmente,
alega que los fundamentos de la recurrida contravienen los principios establecidos en el
artículo 139 de la Constitución Política del Estado, añade, que la sentencia de vista tiene una
motivación aparente que no corresponde a los criterios legales ni para la apreciación lógica y
razonada de la prueba o en algunos casos se vulnera el derecho subjetivo de las partes de
esperar una motivación de hecho. Finalmente, señala que no se ha tenido en cuenta el
principio de fecha cierta establecido en el artículo 245, inciso 3, del Código Procesal Civil.

li. Infracción normativa del artículo 2120 del Código Civil10, precisa que en el considerando
sétimo de la sentencia de vista el ad quem señala que ha existido una unión de hecho desde
enero de mil novecientos setenta y cuatro hasta junio de mil novecientos ochenta y cuatro,
entre el fallecido Alberto Asención Guzmán Valencia y la demandante, ya que hicieron vida en
común, lo cual evidencia un error de apreciación legal, debido a que durante la vigencia del
Código Civil de 1936, no se legisló sobre la unión de hecho o sobre sus derechos, debido a ello,
afirma que dicha alegación guarda concordancia con el artículo 2120 del Código Civil, por lo
tanto, refiere que el considerando sétimo de la recurrida contraviene el principio de
incongruencia y logicidad.

III. MATERIA JURÍDICA DEL DEBATE

Es necesario establecer si la instancia de mérito ha afectado el derecho al debido proceso y


motivación de las resoluciones; en los términos descritos en la causal citada en ítem “i” y
descartado ello, determinar si ha infringido el artículo 2120 del Código Civil, al considerar que
existió una unión de hecho entre la demandante y el demandado Alberto Guzmán Valencia
desde enero de mil novecientos setenta y cuatro hasta junio de mil novecientos ochenta y
cuatro, pese a que el Código Civil de 1936 vigente en dicho lapso no legislaba la unión de
hecho; tal como se denuncia en la causal descrita en el ítem “ii”

IV. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA

PRIMERO.- Es menester precisar que el recurso de casación es un medio de impugnación


extraordinario que permite ejercer el control de las decisiones jurisdiccionales, con la finalidad
de garantizar la correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de Justicia; así como, determinar si en dichas
decisiones se ha infringido o no las normas que garantizan el debido proceso, traducido en el
respeto de los principios que lo regulan.
SEGUNDO.- Según se ha precisado precedentemente, el recurso de casación objeto de
pronunciamiento ha sido declarado procedente tanto en razón a infracciones normativas de
carácter material (in iudicando) como a infracciones normativas de carácter procesal (in
procedendo). En ese sentido, dada la naturaleza y efectos del error in procedendo, este
Colegiado emitirá pronunciamiento, en primer término, sobre estas denuncias, pues resulta
evidente que de estimarse alguna de ellas, carecería de objeto pronunciarse sobre las causales
restantes, al encontrarse perjudicada la validez de los actos procesales.

TERCERO- Estando a que la causal contenida en el ítem “i” se sustenta en hechos que en
suman resultarían ser atentatorios al debido proceso, a la debida motivación de las
resoluciones y valoración de la prueba, corresponde precisar que “El derecho al debido
proceso supone el cumplimiento de las diferentes garantías y normas de orden público que
deben aplicarse a todos los procesos o procedimientos, a fin de que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto estatal o privado
que pueda afectarlos. Su contenido presenta dos expresiones: la formal y la sustantiva. En la
de carácter formal, los principios y reglas que lo integran tienen que ver con formalidades
estatuidas, tales como las que establecen el procedimiento preestablecido, el derecho de
defensa y la motivación, etcétera. En las de carácter sustantiva o, estas están básicamente
relacionadas con los estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial
debe suponer. A través de esto último se garantiza el derecho que tienen las partes en un
proceso o procedimiento a que la resolución se sustente en la interpretación y aplicación
adecuada de las disposiciones vigentes, válidas y pertinentes del orden jurídico para la solución
razonable del caso, de modo que la decisión en ella contenida sea una conclusión coherente y
razonable de tales normas”11. (Énfasis agregado)

CUARTO.- De igual manera, el Tribunal Constitucional estableció que: “El derecho a la debida
motivación de las resoluciones importa pues que los órganos judiciales expresen las razones o
justificaciones objetivas que la llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones, por lo
demás, pueden y deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso,
sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite del proceso”. A mayor
abundamiento, el Tribunal, en distintos pronunciamientos, ha establecido “que el derecho a la
debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable frente a la
arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas
en el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el
ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso”12.

QUINTO.- En ese sentido, cabe precisar que el derecho al debido proceso y la tutela
jurisdiccional efectiva constituyen principios consagrados en el inciso 3, del artículo 139, de la
Constitución Política del Estado, los cuales comprenden a su vez, el deber de los jueces de
observar los derechos procesales de las partes y el derecho de los justiciables a obtener una
resolución fundada en derecho ante su pedido de tutela en cualquiera etapa del proceso. De
ahí que dichos principios se encuentren ligados a la exigencia de la motivación de las
resoluciones judiciales, prevista en el inciso 5 del referido artículo constitucional, esto es, que
los jueces y tribunales expliciten en forma suficiente las razones de sus fallos, con mención
expresa de los elementos fácticos y jurídicos que los determinaron. Por consiguiente, la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso se da cuando en
el desarrollo del mismo, no se han respetado los derechos procesales de las partes, se han
obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el
órgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en clara
transgresión de la normatividad vigente y de los principios procesales.

SEXTO.- El derecho a la prueba, se encuentra íntimamente conectado con el derecho a la


tutela jurisdiccional efectiva, que entre sus vertientes engloba el derecho a obtener una
resolución razonable, motivada y fundada en derecho, además de congruente con las
pretensiones deducidas por las partes en el interior del proceso; como también con el derecho
de defensa del que es realmente inseparable. Como refiere Taruffo, “El fenómeno de la prueba
de los hechos y el de la motivación de la sentencia mantienen una relación muy estrecha, casi
de implicación recíproca, en el marco de una concepción racionalista de la decisión judicial.”13
Así, el contenido esencial de este derecho se respeta siempre que una vez admitidas las
pruebas declaradas pertinentes, sean valoradas por los órganos judiciales conforme a las
reglas de la lógica y de la sana crítica, según lo alegado y probado; y acorde a la naturaleza de
la pretensión materia del proceso. Precisamente, regulando este derecho fundamental, el
legislador ha optado por imponer al Juez la obligación de valorar en forma conjunta y razonada
todos los medios de prueba, en los términos que señala el artículo 197 del Código Procesal
Civil; dado que, las pruebas están mezcladas formando una secuencia integral; por ello, es
responsabilidad del Juzgador reconstruir los hechos en base a los medios probatorios
valorándolos en su conjunto, a fin de lograr los fines del proceso. Sobre el particular, Michele
Taruffo señala que: “la función principal de la prueba es ofrecer al juzgador información fiable
acerca de la verdad de los hechos en litigio. En realidad, al comienzo de un proceso, los hechos
se presentan en formas de enunciados fácticos caracterizados por un estatus epistémico de
incertidumbre. Así, en cierto sentido, decidir sobre los hechos significa resolver esa
incertidumbre y determinar, a partir de los medios prueba presentados, si se ha probado la
verdad o falsedad de esos enunciados ( ... )”14 La referida norma regula el principio de la
unidad de la prueba; “Este principio señala que la prueba se aprecia en su conjunto, pues la
certeza no se obtiene con una evaluación aislada y fragmentaria, tomadas una por una, sino
aprehendido en su totalidad. Las pruebas que individualmente estudiadas pudiesen aparecer
como débiles o imprecisas pueden complementarse entre sí, de tal modo que unidas lleven al
ánimo del juez, la convicción acerca de la existencia o inexistencia de los hechos discutidos en
la litis”15 Si bien es cierto en materia casatoria no corresponde a esta Sala Suprema analizar
las conclusiones relativas a la valoración de la prueba examinada en instancia, sin embargo, es
factible el control casatorio tratándose de la infracción de las reglas que regulan la actividad
probatoria, entre ellas, las que establecen que el juez tiene la obligación procesal de valorar
todos los medios probatorios en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada conforme
lo prevé el artículo 197 del Código Procesal Civil.

SÉPTIMO.- A efectos de determinar si efectivamente la instancia de mérito ha infringido el


derecho a la motivación de las resoluciones, corresponde remitirnos además a la naturaleza
del proceso que nos ocupa, en tanto la debida motivación no solo comprende lo citado en los
párrafos precedentes, sino que también implica que el proceso sea resuelto acorde a la
naturaleza de lo que es materia de discusión. Por ello, es necesario referirnos a la tercería de
propiedad; la cual se encuentra regulada en el artículo 533 del Código Procesal Civil, según el
cual “La tercería se entiende con el demandante y el demandado, y sólo puede fundarse en la
propiedad de los bienes afectados judicialmente por medida cautelar o para la ejecución; o en
el derecho preferente a ser pagado con el precio de tales bienes. Sin perjuicio de los señalado,
puede fundarse en la propiedad de bienes afectados con garantías reales, cuando el derecho
del tercerista se encuentra inscrito con anterioridad a dicha afectación”. Pero qué debemos
entender por tercería; Hinostroza Minguez, refiere que “la tercería (en general), estrictu sensu,
es el proceso por el cual el tercero (que actúa aquí como demandante) se opone a los intereses
de los sujetos activo y pasivo de la relación jurídico procesal que encierra en forma accesoria la
medida cautelar que perjudica al primero de los nombrados, ya sea para exigir el
levantamiento de una medida precautoria indebidamente trabada sobre un bien de su
propiedad o para reclamar su derecho a ser reintegrado de su crédito de manera preferencia
con el producto obtenido del remate de los bienes de su deudor afectados por una medida
cautelar a favor de otro acreedor”; 16 La norma citada, regula la tercería preferente de pago y
la tercería excluyente de propiedad que es materia del proceso; la cual, como lo ha referido
esta Corte Suprema en la casación N° 991- 98 – Huánuco “es la acción que corresponde al
propietario de un bien que resulta afectado por una medida cautelar o de ejecución dictada
para hacer efectiva una obligación ajena y, tiene como finalidad la desafectación del bien.”;
para su amparo se requiere que el demandante acredite su derecho de propiedad que invoca
respecto del bien afectado y la fecha desde la cual la ostenta, para poder oponerla; mientras
que el demandado favorecido con la medida, deberá demostrar que entre el tercerista y el
demandado en el proceso originario existe un acuerdo conforme a lo regulado en el artículo
538 del Código Procesal Civil, para que el derecho de propiedad del tercerista no le sea
oponible. En suma, la demanda de tercería de propiedad tiene como objetivo que el juzgado
que conoce el proceso del que emana la medida cautelar, detenga su ejecución y en su
momento se levante la medida cautelar por estar acreditado que el bien afectado es de su
propiedad y no tratarse del obligado frente a la medida cautelar.

OCTAVO: Ahora bien, de la revisión de los autos se advierte que la instancia de mérito ha
revocado la apelada y reformándola ha declarado fundada la demanda; al considerar que está
acreditado que el 50% del bien materia de remate es de propiedad de la tercerista, en mérito a
la liquidación de bienes de la sociedad de hecho constituida por la tercerista y el codemandado
Augusto Guzmán Valencia dispuesta en el expediente N° 910-85 (Hoy 8233-97); por lo tanto, al
no ser de propiedad de Augusto Guzmán Valencia no forma parte de su masa hereditaria y por
ende la medida cautelar dispuesta no le es oponible a la tercerista. En suma la decisión
adoptada se encuentra adecuadamente justificada, pues establece la relación de hecho en
base a su apreciación probatoria, interpreta y aplica las normas que considera pertinentes
acorde a la naturaleza del proceso que nos ocupa; por lo que, no se advierte trasgresión alguna
al principio de debida motivación de las sentencias, no se afecta la logicidad, ni se vulnera el
derecho a probar en cualquiera de sus vertientes. Debiéndose precisar que los
cuestionamientos relacionados a la titularidad del bien por parte del codemandado Alberto
Asención Guzmán Valencia en el tracto sucesivo resultan contradictorios, pues la recurrente
justamente en condición de esposa del referido codemandado, adquirió la propiedad del 50 %
del bien sobre el que recae la medida; por otro lado las alegaciones referidas a la aplicación del
Código Civil de 1936 que no regulaba la figura jurídica de la unión de hecho, merecerán
pronunciamiento en los considerandos subsiguientes, por formar parte de los argumentos que
sustentan la infracción normativa material descrita en el ítem “ii”. En consecuencia, la
infracción normativa procesal consignada en el ítem “i” debe ser desestimada.

NOVENO.- Dicho ello, corresponde emitir pronunciamiento respecto a la infracción normativa


material, denunciada en el ítem “ii”; así tenemos que conforme a lo establecido en el artículo
2120 del Código Civil “Se rigen por la legislación anterior los derechos nacidos, según ella, de
hechos realizados bajo su imperio, aunque este Código no los reconozca.”; y la parte
recurrente invoca su aplicación indicando que la instancia de mérito no debe considerar la
unión de hecho entre la demandante y el demandado Alberto Asención Guzmán Valencia, en
tanto que durante la vigencia de la relación entre ambos era de aplicación el Código Civil de
1936, el cual no legislaba la unión de hecho Sobre el particular es menester precisar que, la
instancia de mérito no ha emitido pronunciamiento sobre la existencia o no de la unión de
hecho entre la demandante Aurora Dongo Riega y el demandado Alberto Guzmán Valencia,
sino que se ha remitido a la decisión judicial contenida en el proceso judicial acumulado N°
910-85 (Hoy 8233-97), seguido por la tercerista contra Alberto Guzmán Valencia sobre
indemnización y liquidación de bienes de sociedad de hecho, del cual obran copias certificadas
de fojas novecientos veintinueve a novecientos cuarenta y tres, en el que se dictó sentencia el
veinte de abril de mil novecientos ochenta y siete (fojas novecientos treinta y ocho),
declarando “fundada en parte la demanda de fojas once y fundada la demanda acumulada a
fojas ciento setenta y cuatro; y, en consecuencia: que el demandado debe abonar a la
demandante, en concepto toda indemnización por daños y perjuicios, la suma de diez mil intis;
y que debe procederse a la liquidación de los bienes de la sociedad de hecho constituida por
ambos, en la forma señalada en los artículos trescientos veinte y siguientes del Código Civil.”
(Énfasis agregado). En suma la decisión impugnada se ha ceñido a la referida decisión judicial
que tiene carácter de cosa juzgada, desde el once de diciembre de mil novecientos ochenta y
nueve, en que se declaró no haber nulidad contra la resolución de vista que confirmó el fallo
referido a la liquidación de bienes sociales (ver fojas novecientos cuarenta y dos y novecientos
cuarenta y tres); de lo que se colige que el artículo 2120 del Código Civil, referido a la
aplicación del derogado Código Civil de 1936 deviene en inaplicable; pues no está en discusión
la existencia de una unión de hecho entre la tercerista y el referido codemandado, sino la
acreditación del derecho de propiedad que invoca la demandante; por lo que, la infracción
normativa material deviene en infundada. Sin perjuicio de los antes precisado, es necesario
acotar que, en el supuesto negado que fuera de aplicación el Código Civil de 1936 que no
regulaba la unión de hecho; de la revisión de la citada sentencia se advierte que la autoridad
judicial se ha pronunciado sobre la existencia de una unión de hecho entre las partes en
aplicación del artículo 9 de la Constitución Política de 1979, que sí regulaba la unión estable de
un varón y una mujer libres de impedimentos matrimonial. Y por otro lado, este Supremo
Colegiado considera que, además de las conclusiones probatorias de la instancia de mérito, es
necesario resaltar que el proceso judicial N° 910-85 (Hoy 8233-97), que originó el derecho de
propiedad de la demandante cuenta con anotación de demanda desde el veintitrés de agosto
de mil novecientos ochenta y cinco (tal como consta en el asiento 4 de la Partida Registral
49077724 que obra a fojas ciento diecisiete), mientras que la medida cautelar de embargo
materia de la tercería que nos ocupa, fue anotada el siete de julio de mil novecientos noventa
y cinco (según se desprende de fojas ciento dieciocho); de lo que se colige que el proceso ha
sido resuelto acorde a los requisitos establecidos en el artículo 533 del Código Procesal Civil, al
cual nos hemos referido en el sétimo considerando; por lo que, los argumentos del casante no
han de influir en el fallo, menos los relacionados a la declaración de una unión de hecho que ya
mereció pronunciamiento judicial con calidad de cosa juzgada.

V. DECISIÓN

En consecuencia, al no configurarse las causales denunciadas debe procederse conforme a lo


dispuesto en el artículo 397 del Código Procesal Civil; por cuyas razones declararon:
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandada Narda Azucena Limo García;
en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista del diez de abril de dos mil dieciocho;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; y los devolvieron. Siendo ponente el señor Juez Supremo Hurtado Reyes. S.S.
TÁVARA CÓRDOVA, HURTADO REYES, SALAZAR LIZÁRRAGA, ORDÓÑEZ ALCÁNTARA, ARRIOLA
ESPINO.

1 Página 1929.

2 Página 1808

3 Páginas 1735.

4 Página 21

5 Página 29.

6 Página 1735.

7 Pág. 1808.

8 Página 66 del cuaderno de casación.

9 Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:

(...)

3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.

Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida
a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos
jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su
denominación.

(...)

5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los
decretos de mero trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de
hecho en que se sustentan. Artículo 122.- Las resoluciones contienen:

(...)

3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las consideraciones,
en orden numérico correlativo, de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los
respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada punto, según el
mérito de lo actuado Artículo 197.- Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en
forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán
expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión.

Artículo 245.- Un documento privado adquiere fecha cierta y produce eFIcacia jurídica como
tal en el proceso desde:

CASACIÓN 161

El Peruano

Lunes 1 de junio de 2020

(...)

3. La presentación del documento ante notario público, para que certiFIque la fecha o legalice
las Þrmas

Artículo 12.- Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo
responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan, pudiendo éstos
reproducirse en todo o en parte sólo en segunda instancia, al absolver el grado.

10 Artículo 2120.- Se rigen por la legislación anterior los derechos nacidos, según ella, de
hechos realizados bajo su imperio, aunque este Código no los reconozca.

11 EXP. Nº 02467-2012-PA/TC

12 EXP. Nº 03433-2013-PA/TC Lima Servicios Postales del Perú S.A. -- SERPOST S.A.

13 Taruffo Michele, Ibáñez Perfecto y Candau Alfonso. Consideraciones sobre la prueba


judicial. Fundación Coloquio Jurídico Europeo, Madrid, 2009, N° 6, p. 17.

14 MICHELE TARUFFO, La Prueba, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A. Madrid 2008.
p. 131.

15 Ledesma, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Gaceta Jurídica, Lima, 2015,
Tomo I, p. 559

16 Hinostroza Mínguez, Alberto (2008). Procesos civiles relacionados con la propiedad y la


posesión. Lima: Gaceta Jurídica, p. 321.

C-1866779-54

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