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EL PROCESO DE CONFLUENCIA DE IDEAS

NEOLIBERALES, AUTORITARIAS Y CRISTIANAS


EN LA CONSTITUCIÓN CHILENA

              
e 11,-,

PREÁMBULO

En medio del desierto de Atacama, a ciento sesenta kilómetros de cualquier otra localidad relevante,
se encuentra Calama, mi ciudad modesta de huesos. Su imperfecta sequedad se ve acicalada por la
delgada majestad del río Loa que la cruza; su emplazam iento, cercado por una veintena de volcanes
tutelares.

En este escenario árido y ventoso me encontraba ejerciendo libremente la profesión de abogado Y


haciendo algunas clases de Derecho Político en una sede de la Universidad A1turo Prat. Las
posibilidades de mejorar mis estudios eran remotas. Las conexiones académicas y culturales con el
resto del país casi no existían. Inesperadamente surge la oportunidad de tomar un curso de
doctorado impartido por la Universidad del País Vasco (EH U) que calzaba grandemente con los
deseos de perfeccionamiento que arrastraba por largo tiempo.

Para participar en este programa debía trasladanne, por cerca de un año, a la ciudad de !quique
distante a cuatrocientos kilómetros, pues allí se impartirían las clases presenciales que requería este
proyecto. Sin dudarlo demasiado, organice mi oficina particular de modo tal que me permitiese (con
estrecheces) emprender esta osada aventura, este sueño. Tomada la decisión, traté de averiguar
quiénes serían mis profesores y rápidamente me hicieron llegar los programas y los curriculum de
los docentes.

Sin darme cuenta estaba en esa grata ciudad marina recibiendo las enseñanzas de José Manuel
Castells, Esteban Antxustegui, Vicente Camino, Mikel de la Fuente, Ignacio Muñagorri, Javier
Pérez, Nicolé Guimezanes, Ana Atiende, Ramón de la Cruz, Francisco J. Ezquiaga, G urutz Jáuregui
y Kiko Caballero.

Al conocerles, me conmovió s u cordialidad, cuestión poco común en docentes de esta parte del
mundo. A ello debo agregar la contundencia y convicción de sus enseñanzas que nos forzaba a
seguir con atención su acelerado ritmo. Con el tiempo nos acostumbramos al paso y pudimos sacar
el máximo provecho de estas materias novedosas. Los meses pasaron volando y pronto debimos
preparar y defender nuestras respectivas tesinas; ensayo general de la forma en que debíamos operar
para construir nuestras tesis doctorales. Fue un proceso dificil, pero el tiempo se convirtió en
importante aliado para mejorar nuestras técnicas investigativas y literarias.

Han pasado algunos años de dedicación prioritaria a este texto que nos embargó el tiempo. Se nos
recomendaba desarrollar un tema que nos motivara con pasión pues, en caso contrario, corríamos el
riesgo de perdernos en el camino. Y vaya que tenían razón pues de ninguna forma podríamos haber
concluido esta exten sa (e intensa) labor sin el impulso de la pasión que nos aguijoneaba a seguir con
este arduo trabajo investigativo.

Esta tesis dificilmente pudo haberse realizado algunos años antes. Los avances de las
comunicaciones me han permitido adquirir y revisar una serie de escritos que de otro modo nunca
habrían podido llegar a mis manos. Mi ciudad está muy lejos de poseer una biblioteca acorde con
las exigencias de una tesis doctoral. Muchos textos fueron extraídos de la Biblioteca de la
Universidad Católica de Valparaíso y de la Universidad Católica de Santiago, gracias a la buena
voluntad de viejos amigos, ahora colegas que viven allí. La existencia de estos libros en dichos
centros de estudio fue pesquisada por medio de consultas on-line. Deben agregarse a este acopio,
más de alguna visita a bibliotecas capitalinas donde pudimos acceder a otros textos vitales. Muchos
fueron adquiridos en el comercio virtual.

Algunas obras centrales solo pudieron ser recopiladas en idioma extranjero. Ello nos exigió recurrir
a modestas habilidades traductoras que fueron mejoradas por buenos amigos que dominaban e l
idioma respectivo. Al final resultó un ejercicio arduo pero enriquecedor. A estas alturas no tengo
certeza s i logré, finalmente, penetrar en la medula de este delicado tema, pero no dudo que hice el
mejor esfuerzo que me fue posible.

Todav[a me estremece la fraternidad de muchas personas, no necesariamente amigas, que


cooper~ron en esta particular aventura; varios colegas, mayoritariamente jóvenes, tuvieron la
delicadeza de cubrirme en las innumerables presentaciones que requería mi agitada vida forense
durante esta extendida ausencia; de la misma forma que otros me ayudaron con el alojamiento en la
ciudad de Iquique o me facilitaron algún trámite administrativo. Un par de ellos inclusive revisando
escritos o sugiriendo correcciones.

En un país tan centralizado como el nuestro resulta gratificante la existencia de proyectos como el
presente, que acerca la riqueza del conocimiento a estos lugares tan remotos y baldíos. Quizás si
centrar en la persona del doctor Jorge Tapia Valdés esta idea innovadora de hacer crecer la cultura
desde las regiones; cuestión enteramente posible a pesar de lo que pueda pensarse en la metrópolis.
Además porque fue él quien me instigó a tomar esta alternativa de perfeccionamiento.

A mis profesores en el doctorado les guardo una gratitud enorme, sobre todo porque se percibía en
ellos tma real vocación docente que a nosotros nos parecía evidente y motivadora. Y sobre todo
porque se situaban en la idea de estar frente a un grupo de alumnos que habían optado
prioritariamente por el ejercicio profesional en lugar de la vida académica.

Debo reconocer que tres de ellos tuvieron una mayor influencia en este trabajo, orientando la forrna
en que se debía elaborarse una tesis. Francisco Javier Ezquiaga contagiándonos con su claridad
conceptual que nunca debe ser desatendida en cualquier tarea intelectual; Gurutz Jáuregui que nos
reveló las ventajas del rigor y el método para lograr resultados adecuados en la confección de una
tesis y Kiko Caballero, que me guió lo largo y ancho de este senda con consejos sensatos y
fecundos; también convirtiéndose en fuente de inspiración por medio de sus interesantes y en gran
medida innovadoras visiones de una realidad abrupta y vasta.

Debo confesar también mi gratitud con estas dos mujeres, compañeras de aventuras, que endulzaron
mi camino con cariño devoto y lo facilitaron con la generosa indulgencia de donarme horas que
correspondían ope legis a la vida familiar. Mi mujer Rubí, sostén de esta pequeña familia nortina y
mi hija Belén Emilia que sentada en mi regazo confesaba entre susurros que ella también deseaba
convertirse en abogado, junto a su hermanito Manuel que gatea raudamente hacia el futuro. A mi
beata madre que protege espiritualmente mis pasos; y finalmente a mi padre que mucho antes trazó
esta senda en la vída del derecho, que la vída me ímpuso transitar sin il~ para honrarle, espero,
como exige el mandato bíblico,

Finalmente debo dar las gracias a la casa de estudios que hoy me acoge y posibilita que pueda
seguir realizando labor docente junto a un destacado grupo de juristas; me refiero a la Universidad
de Ac:oncagua que permite además que este texto vea la luz pública; muy especialmente a su rector
José Francisco Aguirre ússa, quien conjuntamente con el doctor Jorge Tapia Va!dés prologan este
trabajo.

Calama, Marzo de 2015.


A MODO DE PRESENTACIÓN

En un momento en que en nuestro país se encuentra tal vez en la más grave crisis de los
últimos años, donde las instituciones sociales, los partidos políticos, el empresariado, las
universidades e incluso la íglesia católica, han ido perdiendo su prestigio y con ello su credibilidad
frente a una opinión pública cada vez más exigente y quizás debido a ello, se alzan nuevamente
voces -incluso de prestigiosos intelectuales- pidiendo una asamblea oonstituciona1, como si ello
fuera la solución mági<:a a todos nuestros problemas, me ha tocado en suerte presentar el libro del
Doctor en Derecho y Profesor don Manuel Pimentel, que corresponde a su tesis doctoral y en el
que da cuenta de su investigación y reflexiona serena y profundamente, sobre las principales
corrientes ideológicas que se encuentran plasmadas o que tuvieron acogida en la Constitución
Política de )a República de Chíle de 1980,

Me parece que el momento para tanz.ar este libro, no puede ser más adecuado, pues frente al
gritoneo irracional y cada vez más agresivo, se hace necesario recurrir urgentemente a la serenidad
y la paz de la razón, en definitiva, oponer a la repetición de consignas, el pensamiento; no cualquier
pensamiento, sino el pensamiento aplicado, riguroso, coherente y que surge del arduo trabajo de
investigar y reflexionar, ese cada vez más raro "producto'' que se "expende, despacha y
distribuye" en la Universidades.

Esclarecer cuales son las ideas que confluyen en la Constitución que actualmente nos rige,
arrojar una luz acerca de cómo, <:uanto y de que manera algunas ideas neoliberales, cierto concepto
de autoridad con su correlato, el autoritarismo. y el pensamiento social cristiano, matizado por
algunas vertientes del catolicismo, sin duda nos pennifüá entender mejor nuestra propia historia
reciente y perfeccionar el sistema democrático al que~ como país, aspiramos.

No hay duda que, desde cierta perspectiva, las leyes -y desde Juego y con mayor razón, las
Constituciones Pollticas de los Estados- nacen, surgen. o son promulgadas a raíz de un problema
pasado y aspíran a solucionar, servir de palíativo, o contener, normando la conducta ciudadana. un
problema que avizoramos se repetirá o vendrá en et futuro; esperan resolver ó pretenden dar una
respuesta acertada, entre las muchas posibles, a una dificultad o complicación social, que los
legisladores suponen que esa sociedad deberá afrontar próxímamente; las leyes, bajo este prisma,
pueden ser vistas, en cierta forma. como una apuesta al futuro, rea1i7,a(ia en base a ese pasado
común que llamamos historia; pero paradojalmente, el legisiador es generslmente consciente que
nada ni nadie puede predecir lo que vendrá, no puede saber a ciencia cierta si el problema fururo
que espera detener, aminorar o al menos dejar mediana y previamente resuelto, eon esa ley que
elabora, llegará a existir, ni menos sí será igual o de ta misma naturaleza, o si tendrá la magnitud
del que ya se ha pasado y ha servido de antecedente a esa nueva norma.

Miradas las cosas desde este ángulo. fácilmente descubrimos que la misma jerarquía
normativa. es decir, el lugar que tiene una norma en la pirámide normativa kelseniana. queda en
cierta forma} detenninada por la magnitud e importancia del problema pasarlo. As!, por ejemplo, a
1as grandes crisis nacionales que sufren los hstados en sus vidas, les suceden la Nuevas
Constituciones, (v bien sabemos que Chile en esto no ha sida en ningún caso una excepción): el
aumento de tos gastos por parte el Estado y déficit en las arcas fiscales. hace surgir modificaciones
a las leyes impositivas, tributarias e incluso a aquellas que regulan !as condiciones para la
producción de bienes y servicios; y a la cantidad creciente de automóviles en la ias carreteras
nacionales, cambios en el Reglamtnto del Tránsito a fin de hacer más expedito y seguro su
desplazamiento. etc,

Ni por un momento se piense que con lo dicho anterionnente, se pueda sostener que fas
leyes resuelven easi mágicamente la totalidad -ni siquiera la mayoría- de los problemas sociales,
ní metios que tales soluciones son imperecederas. La complejidad y riqueza de la vida social hace
que sólo plantear esto sea una ingenuidad, cuando no una soberana majadería, o bien, como dice
Manuel Pímentel, un postulado que nos situaría "en un escenario literario del Realismo mágico".

También tenemos claro que en la actualidad, la mayoría de ios grandes problemas socíaJes
trascienden el ámbito nacional; que se han globalizado, de manera que la esfera de lo que el
derecho interno de un país puede síquiera pensar en "resolver,. es cada día más limitada y pequefla.

Pero, con todo, las leyes en general, al prescribir ciertas conductas. no sólo pretenden
resolver -aunque sea mínimamente~ o precaver un eventual problema "'interno" social futuro, no;
indudablemente que pensar así es una visión muy reducida del fenómeno legislativo; las normas
juridicas que se da una comunidad en un momento expreso y singular de su devenir, son algo más
que eso, son también, para decirlo de un modo simple, la forma de hacer realidad ese futuro ideal al
que una sociedad aspira en un momento determinado de su vida; es mediante las leyes como se va
dando forma, se construye o mejor dicho "se modela" la sociedad para que esta pueda llegar a ser
lo mas semejante a aquella con ta cual colectivamente esos ciudadanos aspiran y sueiian. Es en
esta función o tarea, donde el papel que juega una Constitución Política, a la cabeza del sistema
nonnativo. puede ser determinante, ..cuando no es una Constítuctón de "papei"M pues es aquí y
entonces donde realmente la ciudadanía hace la apuesta por ese futuro querido y deseado. Es el
momento donde se mira a sí misma y proyecta lo que quiere llegar a ser.

Pues blen, la Constitución Política de la República de Chile de 1980, fue redactada teniendo
aún en la retina a las graves dificultades sociales y econ6mícas que el país vivió en la dCcada
anterior~ ciertamente que ello explica, al menos en parte. la influencia observada por el profesor
Pimentel del autoritarismo y -qué duda cabe~ también en cierta medida, del neoliberalísmo,
pensando en sus ideas y postulados., en aquella época, corno salvaguarda o garantía, para que no se
volviera a caer en la critica situación que nos llevó a interrumpir la democracia. pero tengo la
certeza es lo que querernos ser, el ideal de una sociedad libre, justa, democrática, tolerante,
solidaria y pacífica a la cual todos los habitantes aspiramos, lo que dicta y pennite entender, los
aspectos valóricos y la influencia del catolicismo social que nuestra Constitución contiene.

Este interesante libro, que ahora presento, al ver el proceso de confluencia de las ideas
neoliberales, autoritarias y cristianas en la Constítución chilena, nos muestra, la "ratio {egis" de la
Carta Fundamental que Chile se dio en un momento detenninado y que, desde su promulgación, le
ha pennitido al país avanzar en paz y recuperar la democracia, sorteando los muchos escollos que
ha tenido este camino, y cuál ha sido su devenir, pero el Dr. Pimentel no se queda a:hi, da un paso
más; hace una propuesta clara y contundente,. y a mi juicio, es aquí donde se encuentra su mayor
riqueza y su aporte.
En efecto. en esta obra junto con hacer un llamado al ciudadano a recuperar el espacio
político, la "res publica", partiendo precisamente de la ~me atrevería a decir cada vez más
urgente- necesidad que éste se reconozca como tal, sacudiéndose la indiferencia, para redescubrir
que es algo más que un mero consumidor y se valorice como animal político, con la capacidad y
deber de intervenir en el sistema político, que desde luego considera perfectible, nos llama también
a cuidar lo que tenemos; a no tirar del mantel y patear la mesa, en definitiva, nos advierte y conmina
a no dejamos seducir por ese mortal juego -hoy tan de moda- de denostar nuestro sistema político,
nuestras instituciones republicanas y a preservar los aspectos valóricos que no sólo dan sentido, sino
que hacen posible la convivencia nacional. En este sentido, el libro que les invito a leer, con el que
podrán estar en muchos temas y aproximaciones - como en mi caso - en perfecto desacuerdo, es
una obra esperanzadora y por tanto, profundamente humana.

Santiago de Chile, 20 15.

José Francisco Aguirre Ossa


Doctor en Derecho
Ex Rector
Universidad de Aconcagua
OBSERVACIONES A PROPOSITO DEL LLBRO DE MANUEL PIMENTEL

SOBRE "CONFLUENCIA DE IDEAS NEOLIBERALES, AUTORrTARIAS

Y CRISTIANAS EN CONSTITUCION CHILENA"

1.- Tal como sucede en la naturaleza cuando se trata de combinar especies de composición
heterogénea, la confluencia de ideologías tan distintas como cristianismo, autoritarismo y
neoliberalismo encuentra serios problemas prácticos y aun mayores problemas de explicación. El
análisis y el tratamiento sistemático-descriptivo de tal colaboración presenta desde la partida una
complejidad que excede en mucho al encuentro de dos o más "culturas políticas" diferentes que
simplemente se proponen coexistir y competir. Demanda, a su vez, mayor tiempo y dedicación de
parte de quien emprende tal estudio, imponiendo sacrificios y causando frustraciones en la medida
en que se va agotando el poder explicativo de las hipótesis con que se ha empezado a trabajar.
Elegir como tema de investigación y discusión el de esta obra requiere, por tanto, de un tipo
especial de intelectual --en el rico sentido que Ortega y Gramsci dan, cada cual desde su ribera, a
esta voz-que no tenga miedo a los callejones aparentemente sin salida, a la duración exagerada
del trabajo, a la necesidad constante de revisión de hechos y pensam iento, para no hablar de
conclusiones, además de tener que enfrentarse a la incomprensión de los demás. Estamos ante el
tipo de trabajo que puede llevar a la subordinación del resto de la vida y a generar la impresión de
que no retribuye el esfuerzo que demanda, salvo que se lo tome más como una misión que como
una tarea, se crea firmemente en la necesidad e importancia del compromiso crítico del filósofo con
el espacio público y se tenga la fuerza y valor que se requieren para definir y expresar aquello que
hasta entonces nadie ha sabido o podido decir. Manuel Pimentel es de esa categoría de
intelectuales, con ese espíritu de sacrificio, razones principales para haber aceptado su casi
desafiante invitación a prologar este libro, una tarea más dificil que lo habitual dado que, al revés de
lo que generalmente acontece en estos casos, tenemos frecuentes puntos de discrepancia en el
tratamiento de las causas, características y efectos de la confluencia ideológica de que se trata. Lo
que si nos une es la transparencia de nuestros modos y fines de trabajo: pensamos distinto pero
somos leales a los principios epistemológicos. Esto es lo que ha permitido a Manuel enfrentarse
con éxito al problema de disminuir el condicionamiento metodológico y analítico producido por la
lectura sesgada o no neutral de los hechos y textos o a transparentar su existencia.

Por supuesto, la verdadera y última razón por la que he aceptado, agradecido, el encargo de
prologar la obra consiste en que pocas veces se encuentra uno con un tema que tenga el alto grado
de interés, importancia y actualidad que tiene el trabajo desarrollado por Manuel Pimentel Mena.
Entramos en el campo más elevado de la lucha bicentenaria entre los partidarios del pensamiento
ultraconservador, con la teoría, doctrina y práctica del liberalismo democrático. Nos referimos a la
vehemencia reaccionaria -en el sentido técnico del concepto-con que un conservador católico e
integrista como Donoso Cortés acusó en su época al liberalismo de ser la fuente de toda clase de
pecados, en especial de ser padre de todos los anarquismos, radicalismos y socialismos que estarían
destrnyen<lo social y moralmente las naciones. Esa doctrina fue útil duranlt: d siglo XX al más
famoso critico del liberalismo y teórico de la dictadura, K. Sehmitt. Cien años después los
inicialmente archl~enemigos, neoconservadores y neoliberales 1 cohabitan en el mundo postmodemo
y globalizado, de lo cual Chile sería un modelo y easo ejemplar, Pimente1 se atreve, con más éxito,
lucidez y proflnídidad que la mayoria de quienes han tratado el tema en Chile, a buscar el por qué
de esta aparentemente espuria alianza, que él califica como histórícamente positiva y necesaria en e!
caso de Chite, Que no todo está díeho en este ámbito lo demuestra el aparecimiento en Chile, en
2013, de un best seller proveniente del ala neoconservadora extrema. (ver fovino Novoa, en la
Bibliografía), que critica fuertemente el modo, estilo y contenido con que ejercía el poder el
neoliberal y entonces Presidente de la República., S. Piñera, a meses del término de su mandato.
Vemos que la alianza dentro de Ja derecha tiene además detractores en su interior, Este y otros
factores de símílar naturaleza nos llevan a concluir que el libro que prologamos va a aparecer en el
momento perfecto para sumarse a un debate constitucional y político, chileno y global, que
puede ser crucial para 1as caracteristicas futuras de la globalízacíón postmodemista neoliberal.
teniendo en cuenta el ambiente de profundo descontento social y polílico manifestado a partir de
2011.

Claves útiles para entender las grandes líneas y profundidad del líhro son las siguientes. Primero,
se toma como base de la díscusíón y análisis, el texto original de la Constitución de 1980, antes de
la primera de las inacabables reformas de la misma. Segundo, se basa en una visión que asume la
convergencia entre integrismo, provenlente de la tradíeión conservadora hispana, y comunitarismo,
de origen humanista integral. personalista y francés, convergencia que no es compartida por la
mayoría de los publicistas chilenos que tratan el tema (R. Cristi, Piiblo Ruiz: Tagle, Pilar Vergara,
etc.). Tercero, se señalan como pilares doctrinarios de la filosofía de J. Guzman, verdadero autor de
esas bases, a) el fortalecimiento del poder politico del Estado; b) la garantia de derechos
fundamentales con base en el Derecho Natural. y e) el Principio de Subsídiariedad. La Parte I está
dedicada a tratar el tema de la incorporación de los principios cristianos en la Constitución de 1980.
La parte il se destina a explicar la adop,cfórt de las doctrinas neoliberaies norteamericanas. La Parte
lH trata del autoritarismo vinculado al régimen semidemocrático heredado por Chile al final de!
gobierno de Pinochet. Elogiando la profundidad y erudición con que el tema se trata en las 500
páginas de la obra, limitaremos nuestras opiniones a ciertos puntos, que ahora abordamos y que nos
parecen de singular y actual importancia teórica y práctica, en Chile y fuera de Chile ". El autor
hace sustanciales aportes a ia profunda y no siempre disimulada polémica existente en la materia, y
to hace a través de un trabajo argumentativo valeroso, rico y complejo, cercano a veces a la
erudíción pero sin pretensiones de tal, y sin duda desafiante cuando no convínctnte. Junto con
contribuir a la comprensión de los factores y modos de cooperación entre neoliberales y
neoconservadores, Pimentel hace importantes aportes a los estudios sobre autoritarismo,
particulannente al explitar el aparecimiento de wi "'autoritarismo permanente'' y además, liberal.
Este tendría su razón de ser en la necesidad de asegurar simultáneamente el orden público y la
productividad económica dentro de un tipo de sociedad cuya función es ser caldo de cultivo de la
economía neoliberal globalizada pero que produce caos e ínestabilidad debido al relativismo,
hedonismo. individualismo y desigualdad que la caracteriza. En otras palabras, dado que el traje de
corte liberal y cristiano le queda grande al capitalismo anárquico y salvaje, la respuesta se
encuentra en aquel autoritarismo permanente, lo que explica por qué el neoliberalismo es el
liberalismo que menos libertad crea.
2.- La relaeión e influencia recíproca y de doble flujo entre teología y política se manifiesta
metodológica y sustantivamente en la Parte IIL Aunque aparece por allí una aislada cita proveniente
del TTP de D. Spinoza, se sigue y busca inspiración mayonnente en K. Schmitt, Leo Strauss, F.
Hayek y por cierto en el propio J. Guzmán, padre de la Constitución de 1980. Con esta guía se
llega de modo fácíl a la defensa del argumento confomie al cual el espíritu del capitalismo no es
ajeno al catolicismo ni es incompatible con él. Pero hay más: el pasado político dominado por la
teología renace y avanza hacia el siglo de ta globaJización. El hombre se ha decepcionado de las
promesas incumplidas de la modernidad y parece más inclinado a una vuelta hacía la unidad, Esta
unídad. en la época medioeva1, estaba representada y respaldada por la religión, y especificamente,
por la católica.

Manuel Pímentel nos anuncía el fin de la secularización y el laicismo como determinantes


ideológícos de la forma y fondo de fo. acción política, así como el retomo "a la Vico.., via una
espiral ascendente, a un Medioevo Siglo XXI. Pimentei recurre a una apropiada cita de P.
Barcellona; "'Curiosamente lo sagrado se ha desquitado en el Jí!Omento en que parecía trioofar el
laicismo de la secularización, la crítica de los fundamentos, el relativismo moral y, por último, la
razón cínica .... ,,paradójicamente eI actual agente de la nueva secularización y del nuevo
desplazamiento de 1a comunidad por el universo tecnológico es 1a Iglesia católica: la institución que
transforma la necesidad de comilllldad y de socialidad en una administración de la historia, del
poder y de los recursos para la salvación", ( Barcelh;na, Pietro, ..Postrnodemidad y comunidad"', pg.
61, cit. en nota 1336, pg. 463). Este reemplazo del racionalismo por el providencialismo en cuanto
modelo nomogenétioo no supone e! fin de la historia, pero si e1 de la Modernidad (p.463 nota
1339). Base de ello seria la confluencia y complementariedad entre doctrina cristiana,
neoHberalismo y autoritarismo. Su objetivo seria el de ldentíficar. rescatar y poner en aplicación
los príncipios de una ética capaz de volver a imponer orden, control y motívación, es decir,
recuperar el ser del Bien Común de la antigüedad que haga posible el reencuentro del Bien Común
en la época ncoliberal postmodemista. Cuando yo mismo reflexione y escribí sobre la Constitución
de 1980 en aquella década, afirmé que eUa pretendía "institueionaJizar e1 golpe de Estado", debido
a que entregaba la tutela de la Carta Fundamental~ a través de un Consejo de Seguridad dominado
por tas fuerzas armadas, a ellas mismas. Las reformas de 1989 y 2005 cambiaron estos parámetros,
pero no han podido des.armar el sistema de enclaves autoritarios, dando origen a to que Pimentel
también denomina ..autoritarismo permanente... Pero aunque acierta a este respecto, no es fiicil
aceptar su opiníón cuando atribuye este modelo de constitución a cierto no demostrado
...autoritarismo tradicional chileno". Expresa que nuestra historia ha sido construida con materia
prima autoritaria que ha permanecido desapercibida hasta ta instauración del régímen mHitar. En la
estructuración de éste concurren las ideas de K. Schinitt y de su discípulo, Jaime Guzmán, que
encuentran campo prolífico en la base hispano escolástica católica del cesarismo ibérico. Pimentel
valora la obra de1 primero en general y en este punto diciéndonos que en lugar de ser materia de
injuria deberla valorarse como campo de reflexión, al Igual que 1a actualización de su pensamiento
por Gu:zrnán. Reconoce la fuerte influencia de Schmitt en la Constitución de 1980 en materia de
defensa de la propia constitución~ de relación entre teología y política, e indirectamente en el
concepto de soberanía y e fomentos contrarrevolucionarios; como el estado de excepción,

Pimentel traza la actualización de la teoría schmittiana a su tratamiento por Leo Strauss y M.


Hcidcgcr. Del primero nos recuerda que veía la religión como una herramienta pol!tícs hecha
expresamente para manejar las masas, sin aplicación a las minorías superiores, o como el opio
necesario para dominar al pueblo, al que debe proporcionarle las " nobles mentiras" provenientes
del poder para mantenerle inerme.

A este respecto, alguien que con razón mira hacia las tradiciones coloniales y decimonónicas para
explicarse la reentrada del cristianismo en la Constitución, no puede cerrar los ojos ante un hecho
evidente: comparativamente hablando, Chile es el país de más larga trayectoria democrática en
América Latina y se consolidó como tal régimen antes que la mayoría de Europa. Su democracia
puede que no haya sido y aun no es, perfecta, pero es un país con alto nivel de libertad, más aun, un
asilo contra la opresión, en la práctica y no sólo porque lo dice el Himno Nacional. En conclusión,
"el autoritarismo permanente" ha sido importado de otras latitudes y claramente tiene que ver con la
DSN, cosa de la que Pimentel parece no estar convencido pese a estar al tanto de los orígenes,
objetivos y alcances de esa doctrina político-militar adoptada también por la civilidad
neoconservadora. Se echa de menos aquí una extensión del análisis desde el concepto de
autoritarismo permanente al de "emergencia permanente" y de "derecho penal del enemigo",
materia en la cual Chile es un claro caso, al lado de Egipto, EE.UU., Colombia y tal vez, España.
Esta observación tiene en cuenta que las formas atípicas de derecho penal que castigan la idea, no el
hecho, por el peligro futuro que representan -en lo cual cae principalmente toda forma de
terrorismo- debe mucho a la teoría de la excepción y al concepto de política como relación amigo-
enemigo, provenientes de K. Schmitt.

3.- El mundo del hombre medioeval es un mundo ordenado y significativo (p 294). Ello lo
convertiría en el mejor modelo para lograr la gobemanza de la sociedad postmodema y
postneoliberal. Se trata por cierto de un nuevo tipo de Medioevo, secularizado e individualista,
capaz de imponer los principios de jerarquía, orden e institucionalidad. Se trasciende la
personalización del poder y se institucionaliza éste. La idea de retorno a la época Medioeval no es
nueva en el pensamiento científico, si ponemos atención a tendencias conciliaristas, al falangismo e
incluso franquismo, a la enseñanza de S. Huntington e incluso a la Teología de la Liberación. El
problema nuevo es como realizar el proceso de retomo al Medioevo y la autoridad religiosa en el
momento en que todas las iglesias han entrado en crisis moral multiple.

Yattimo es claro en cuanto a su idea de secularizar la religión para usar políticamente sus
principios morales como ideología capaz de contrarrestar e l individualismo salvaje, relativista y
hedonista generado por el postmodernismo. Pimentel, que sigue en esta materia en gran medida a
Demetrio Yelasco (Deusto, Bilbao) y a Barcellona, no comparte esta fonna de entender la
secularización de la religión y el objetivo de la misma; pero permanece en el ruedo al jugar con la
idea de simplificar la política y sus problemas por la vía catequística, de modo que las enseñanzas
de la Iglesia de conducción "al grueso de la población ajeno a sutilezas". Es en este campo donde
se produce una de las mayores diferencias entre neoliberalismo y neoconservadores que necesita
explicación cuando de la confluencia entre ambas corrientes se habla. M. Pimentel, usando una idea
de Yattimo, afirma que el acercamiento sólo existe y tiene razones en el terreno de los intereses
políticos actuales y convergentes, no en materia de ideología y principios. El acercamiento del
neoconservantismo al neoliberalismo y la conformación de un Neofeudalismo o Nueva Edad Media
parte de la base del éxito real y final del capitalismo neolíberal y su identificac:ión como el sistema

capaz de proveer que las ne«:sidades de la gente requiere, en tipo y cantidad,

En el caso recién descrito no se repara que el gran y pennanente problema del capitalismo a través
de la historia es ta legitimación de su distanciamiento estratégico de los principios y nonnas de la
ética y el Bien Común, Esto sólo explica por qué el neoliberaJlsmo jamás servíria a los principios y
objetivos del personalismo y ei comunitarismo. En la práctica, sin embargo, la contemporánea
corriente neoconservadora hace entrar la ética por la ventana trasera, rehaciendo con elfo las bases
típicas de las utopías y los grandes relatos, aunque esto último no sea su real intención.

4,~ Pimentei) partiendo de un concepto de constitución schmittiano pero que reemplaza la idea de
orden constituido por la de bloque constitucionai, propone muchas refonnas a la Constitución de
1980, y los por qué y cómo de ias mismas, pero se opone a un cambio constitucional que toque lo
que el mismo ha definido como esencial por su relación con Ja dourina social de la iglesia, Hay
que rescatar, nos dice, esos grandes principios del cristianismo, como el Bien Común y los
derechos fundamentales fundados en el Derecho Natural, pero no cita a este respecto el Principio
de Subsidiariedad. A esta altura uno empieza a comprender que Pimentel ha elaborado su obra
para que se disponga de un instrumento en la discusión y en la toma de decisiones sobre reforma
constitucional. Tal instrumento pennite dejar vigente lo que siempre debe estar presente, por su
trascendencia innata y de origen. En este planteamiento el procedimiento que se siga para refonnar
no es parte del problema_, ya que puede ser cualquiera que produzca consenso y tenga lt:gitimidad
formal: lo central es. salvar el verdl'l:dero corazón constitucional, algo que se nos invita a considerar
como ni extraño ni dificil dada nuestra pertenencia al campo de la civilización cristiana occidental
de origen grecorromano y judeocristiano. Lo que sí es dificil queda un tanto en silencio: cómo
conciliar los sagrados principios cristianos con ei laissez-faire uitramanchesteriano basado en el
lucro sin medida de Wl individualismo salvaje. Ello, sumado al autoritarismo que en esencia
seguiría manteniendo la Constitución y el implícito, permanente e inevitable rol de garante del
orden constitucional que tendrían las fueras annadas, justificarían el mantenimiento de fa
Constitu◊ión de )980, como alternativa mejor que la de reemplazarla por una de papel,
ideologizada y sin apoyo real de parte de Ja sociedad. Ello es aun más importante si se tiene
presente que lo político y lo público han desaparecido y que lo importante no sucederá allí sino en
los escenarios privados en donde el principio rector no es el Bien Común sino la conveniencia
individual. Por ello. ta modernidad post~neolfüeral requerínl técnicas participativas apropiadas a
una situación en que lo que prima e importa no es "lo rrascendente" sino el cómo del manejo directo
de una cotidianeidad informada, Ello no es simple, dado que sumado al retomo a los valores e
instituciones medioevaies, se da comienzo a un retomo a y centralidad de los grandes relatos y
utopías. En tal escenario humano repone en su. lugar el progreso, la historia. y la razón, solo que
teniendo romo "complexio oppositorum+<> (K. Schmitt), o eje de artículaéión simbólica, es decir
romo base y representación de Ja unidad y significado importantes para el hombre postneoliberal, a
ta Iglesia Católica.

Pimentel ha llevado su brillante análisis al punto en que se requiere una explicación más
prvfuud.l de OQfno y pc>'<'}né nn~ c:ncontrnmos al medio de un debate no solo entre integrismo y
comunitarismo, o entre tendencias francesa o hispano-franquista del rol de la religión y la iglesia en
política y en la sociedad, sinó de una confrontación poiitleo- religiosa y ecuménica que impide que
juegue su papel el principio de subsidiariedad si no juega su propio rol, oon la centralidad y
profundidad que le corresponde, el otro y más importante, el principio del Bien Común.

Corriendo el riesgo de que me <lemuestre, empiricamente, que tiene la razón cuando afinna que
"soro la derecha ha hecho doctrina resp~to de ideas morales, mientras que la izquierda no sabe que
contenidos morales debe proponer ni predicar", le insto a recomenzar el anillis.is del tema,
especificando dónde y sobre qué bases trata la línea divisoria entre izquierda y derecha. Por
ejemplo, ¿el radicalismo liberal demt)Cfático es izquierda o derecha? En seguida habrá que
preguntar si cree ó no que el laicismo, la secularización y el relativismo son solo conceptos propios
de la izquierda. Para luego buscar <.c>xp1icación a la critica neoconservadora contra e!
neolíberalismo. y por último aclarar, si solo el totalitarismo de izquierda ha sido inmoral. Por
supuesto, debe semos claro que estos temas adquieren toda su importancia cuando estamos frente a
la regla de excepción, en términos schmittianos. momento en que la reflexión y toma de decisión
excepcional del "Defensor de la Constitución" va a incluir no solo el texto escrito, sino el orden
tstab1ecido y constituido, io cual puede Uevado a declarar incónstitucional la propia constitución
escrita.

5.- El real problema que la sociedad chilena confronta en materia económica -y 1a real división
por ello causada- es si se mantiene o no el modelo neoliberal de Chicago, o se lo reemplaza por el
modelo príncípahnente alemán (pero también escandinavo) de economía social de mercado
.Confi.mdir ambos modelos, tendría graves coosecuencias en muchos planos. La poslCión qne una
y otra doctrina tienen frente al Bien Común y al principio de subsidiariedad. no son cuestiones
semánticas. Adquiere gran importancia en la materia la forma en que el Concilio Vaticano II define
la cuestión, Es evidente, o deberla serlo, que entender el principio de subsidiariedad como simple
separación entre estado y economía, equivale a separar la economía de la moral. Con eHo se limita
la naturaleza moral de la definición del Bien Común. E1 único principio rector que resta en
economía y política es et del utilitarismo individual, y la única fonna de orden disponible, la de1
autoritarismo. Esta prédica proveniente de Chicago se ha impuesto en el caso del modelo chileno.
En ello cumplieron una importante función M, Fríedman, F. Hayek y J. Guzman. Se atribuye, con
razón, a Hayek et papel de annonizador entre neoconservadores y neoliberaies. Un discípulo suyo,
Guzman, sería la principal figura detrás de la transfonnación de estatistas jefes mllitares en
mentalidades neoliberales, que no percibieron que cambiaban su condición de estrategas por la de
empresarios privados. En ei proceso, los militares olvidaron que un principio de máxima
importancía de su formación había sido el nexo indisoluble entre "Seguridad y Desarrollo·•. Chile
quedó así entregado a una concepéión de Bien Común sin sentido ni fuerza, en manos de un
liberalismo que no aumentab~ sino que disminuía la libertad, y listo para apHcar una politica
económica basada en la apertura al capital extranjero, apertura al mercado extranjero, y desarrollo
de una sociedad de consumo de la mano de la tarjeta de crédito y la línea de crédito por parte de
una masa popular con escasa capacidad de pago.

Los Jugares fisicos de 1a confluencia neoliberal-conservadora han sido la Universidad de Chicago y


!a Fundación Mont Pclerin (por el nombre del pueblo suizo en que fueron inicialmente congregados
respetados defensores de ambas posiciones a invitación de F. Ha:yek). Pero en materia de
convergencia o disidencia entre las dos doctrinas, más que acuerdos específicos por área parece
haber jugado un rol la posibilidad de que los neoconservadores conttibuyeran a la legitimidad moral
de los neoliberales a partir de sus finnes y conocidas posturas ético-religiosas, mientras que en
sentido inverso los neoliberales pudieron aportar la seguridad de una alta producción de bienes y
servicios capaz de hacer frente a las demandas sociales. Esto último tiene relación con el hecho de
que los neoconservadores son más proclives que los neoliberales a una economía social de mercado
próxima al estado de bienestar de tipo subsidiario, con un Estado Mínimo capaz de alcanzar el Bien
Común. Pero al mismo tiempo son contrarios a la democracia participativa: más que participación
en política, prefieren que la población participe en los beneficios del sistema económico, es decir,
protegen al consumidor, no al ciudadano. Los neoliberales, a su vez, se unen férreamente en tomo
a los principios monetaristas, Estado Mínimo y subsidiario con finalidades anti-cíclicas, capacidad
privatizadora y políticas desreguladoras.

Lo anterior se manifiesta en el apoyo común a los derechos de la minoría, de los"have", frente a la


dictadura de la mayoría ( de los «have-not") -que encuentra también expresión en el concepto de
"democracia del 50%" y que se estructura en tomo a los mecanismos contramayoritarios y los
enclaves autoritarios. Ello conduce al tipo de democracia llamada "democracia protegida", otro
nombre para un sistema político basado en el autoritarismo permanente del gobierno.

La cuestión del futuro que espera a la actual sociedad capitalista después del fracaso de los
movimientos de tipo revolucionario en materia de orden, moral y política podría depender de la
respuesta al posible "renacimiento" no del Renacimiento, sino de la sociedad medioeval de tipo
confesional y estructura espiritual inquisitoria, afianzada en principios como jerarquía, disciplina y,
especialmente, orden y sumisión religiosos. Lo que obtendríamos sería una culminación del
antimodernismo o una postmodernidad anárquica administrada por un totalitarismo "a la Matrix",
que reemplazaría al totalitarismo racionalista a que nos habría conducido la Modernidad
demoliberal. Aparecería una doctrinaria disciplinaria postmodemista de tipo Neomedioeval, lo que
ya es suficiente para despertar justificados temores y preguntas. Estamos en el campo del retomo de
la teología al campo político en la línea de pensamiento y pronósticos seguida por N . Berdiaeff, F.
Hayek, Barcelllona y Bauman y anunciada por Hegel y K. Schrnitt (ver bibliografía), y que parece
profética a M. Pimentel. Este retomo, alienante, al misticismo, puritanismo, fundamentalismo, y a la
obediencia, disciplina y sacrificio no sucede para "salvar el alma" de la gente sino para magnificar
la capacidad de control público, militar y policial insuflando en ella la tendencia al autocontrol
moral y a la vigorización del control patronal.

Un esquema de cambio ordenado corno el que describe Pimentel funda su fuerza creadora en el
peso de lo divino y trascendente en la mente y conciencia de la gente, y en la prescindencia de la
racionalidad y sus potencialidades en materia de libertad de pensamiento. Se trata de un mundo sin
modernidad y al margen o por sobre la razón. En nuestra opinión tal tipo de cambio sólo es viable a
partir del enriquecimiento de la libertad, la verdad y la virtud, lo que exige que sea de naturaleza
laica, secularizada --pensamos en Spinoza, Voltaire, Kant y Rousseau o, contemporáneamente,
Habt::rmas y Rawls. Se lrala de recrear y trascender las condiciones de la racionalidad bajo las
cuales se construyó el mundo moderno y su culminación, el Estado Social y Democrático de
Derecho -hoy día tan manipu1ado por el empresariado global y transfronterizo~-, yendo más allá de
la modernidad, no hacia "debajo de la modernidad". De no ser así la postmodemidad neoliberal será
la simple secularización amoral del príncipismo medíoeval religioso conforme al L-ual. tal como no
todos "serán salvados", no todos serán participes en el bienestar cal capitalismo afluente, Eso es lo
que se expresa en el apoyo neoconservador a todas las instituciones contramayoritarias del Estado y
su adscripción a la "democracia del 50%"\ como ya lo expresamos: los no partidarios del sistema
"are disposahles" (residuos desechables). Dicho esto se comprende por qué esta tramoya
democrática resulta ser la antítesis de la sociedad y de Ja democracia deliberativa.

No contradecimos al autor si afirmamos que la extensión del ámbito bajo poder autoritario va
mucho más allá del autoritarismo político y el subsecuente fortalecimiento del Estado, íncluyendo
en ello la adopción de la teoria del derecho penal del enemigo. A esta altura resulta obvio que la
des.regulación económica, la privatización de servicios y empresas, la adopción de normas sobre
flexibilidad laboral, la precariedad del trabajo y la disminución de ingresos provenientes del mismo
constituyen no sólo una señal sino una fonna concreta y en vigor de autoritarismo en el área de la
economía que se ejerce sobre los trabajadores, ios pensionados, íos dientes y las pymes. Ninguno
de ellos está en condiciones de resistir y oponerse, o ponernc al margen del poder de la gran
empresa nacional o extranjera. El análisis que hace Pimentel y sus conclusiones sobre el
aparecimiento de un neoliberalismo autoritario permanente se enriquecería cubrieodo también el
autorítarismo empresarial, asentado romo él lo cree en la concentración de la riqueza y la propiedad
y en la desigualdad de origen estructuraL Después de la .aparición de la obra de T. Pikkety sobre "El
capitalismo del siglo XXI" y sus hallazgos sobre el carácter estructural, permanente y siempre
creciente de la desigualdad en materia económica, se ve más claro que la díctadura del dinero es
muda, amoral, anónima y teórica y deja impunes flagrantes delitos contra los derechos humanós
ante los cuales, según Pimentel, la clase politica tiene los ojos cenados.

6.- Llegamos finalmente a la parte del libro sobre la cual sí me interesa opinar.

Teniendo en menté lo dicho acerca de las razones y forma de la existencia de un sistema político
definible como de autoritarismo pennanente, veamos ahora cómo contribuye a tat sistema la
existencia, al interior de un estado unitario, de un fuerte, fortísimo centralismó, S-uscribímos casi sin
excepción las opiniones de Pimentel y la descripción de los hechos y proceSós en que se fundan. A
ello podemos agregar que toda tendencia centralizadora esconde elementos y aspiraciones de
régimen autoritario pennanente. En otras palabras y dada la antigüedad del fenómeno en Chile,
podemos afirmar que el país ha adolecido siempre de la fonna de autoritarismo pennanente que se
denomina centralismo y que pone al P. de la R. por sobre el resto del sistema PQlítico. y a los
intereses de Ja metrópolis por sobre los intereses del resto del territorio.

Como sabemos, la centralización político--admlJÚstrativa supone la existencia de un solo polo


territorial y funcional de creación normativo-jurídica aplicable de igual modo a todo el territorio y
toda su población. Esta uniticacíón social y politlea del poder es la prolongación en nuestra época
de fonnas primitivas y arcaicas de ejercicío del poder en naciones numéricamente grandes y
nacionalmente en estado emergente o de consolidación, La situación de hecho en que se
encuentran justifica la excepción que la centralización supone al principio de separación de poderes
y al sistema de checks and balances, en cuanto reduce los márgenes de Jibertad y autogobiemo de
las regiones o comunidades. EHo explica fa amplitud y fuerza de los movimientos hacia la
descentralización que han tenido lugar orhi et orl>is en los últimos 30 años. El problema es que muy
pocas de esas descentralizaciones han sido reales y eficaces. Es lo acontecido en Chile, en donde la
fuerza centrípeta de las instituciones contramayoritarias y de los enclaves autoritarios han
reforzado el centralismo existente, pese a tibios avances de los últimos meses. Creemos que
Pimentel tiene toda la razón. y debe tener todo el espacio que se necesite, en lo relativo a la urgente
necesidad de que Chile efectivamente se regíonalice y descentralice, territorial y funcíonalmente.

La verdadera descentralización ha de producir W1a ampliación de los márgenes de libertad


general, reforzar la vigencia de los derechos fundamentales, democratizaT la estruclura de gobierno.
aumentar la gobemabilídad de todo el sistema, en los planos nacional, regional y municipal, y antes
que nada, manifestarse como descentralización fiscal en materia de ingresos y facultades parn
determinar la inversión y el gasto. Papel fundamenta! debe jugar en esto el principio de
subsidiariedad, consagrado en 1a constitución pero objeto de interpretación y aplicación restrictiva,
no obstante tos numerosos antecedentes que demuestran que debe interpretarse en forma extensiva.
La descentralización debe combinarse con un cambio parcial de la forma de gobierno, que debe
dejar de ser solo representativa para convertirse en semi-directa. Deben reforzarse tas facultades de
la Contraloria General de la República, y definitivamente establecerse Jos tribunales de lo
contencioso~administrativo,

En el Chile postneoliberal se requieren estructuras y conceptos que tomen en cuenta los fenómenos
supranacionales, la globalización y la colaboración público-privada. Por sobre todo, debe ponerse
ténnino a ese acuerdo tácito entre derecha e izquienia para ignorar en los hech.os la demanada por
real descentralización, amparándose en el mezquino dicho popular conforme al "Santiago es
Chile". Mientras no lo hagan esrarán infringiendo la Constitució~ ésta o la nueva, que seguirá
diciendo en sus primeros artículos que, principio de subsidiariedad de por medio, "La
administración del Estado será funcional y territorialmente descentraliz.ada, o desconcentrada en su
caso, de eonfonnidad a la ley. Los órganos del Estado promoveratl el fortalecimiento de la
regionalización del país y el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y
comunas del territorio nacional." Este importante principio de polítíca gubernamental y
administrativa debe entenderse referido no sólo a los territorios de regiones, provincias o
municipios, sino especialmente a la gente que nace, habita y hace su vida en esos territorios. En
realidad, la más poderosa arma que tiene el centralismo es la debilidad del espíritu descentralizador
de la población de las regiones,, todo !o cual hace evidente la importancia de crear las condiciones
para el desarrollo de una democracia deliberativa.

La teoría de la a~ión comunicativa y deliberativa liderada por J. Habermas y seguida hoy por una
numerosa falange trasversal de filósofos nos proporciona Wla poderosa fuente y marco para los
esfuerzos por defender y desal'rolfar la teoría y Ia praxis de la democracia. Esa potencialidad se
amplifica si se le suma la idea de sociedad en red preconi1.ada por M. Castelis. Todo ello hace
posible hoy la sociedad deliberativa porque hace posible que exista un ciudadano en óptima
situación de comunicación y de conocimiento. Los mismos elementos impiden }a proliferación de
las ideas, accíum;s e instituciones encaminadas a privar a lo maso r,opular de armas cognítiv.,is <¡v.c
ie permitan cuestionar y eventualmente modificar W1 sistema que ya exige reparaciones mayores.
Enfrentar este problema requiere y pennite tenninar ron el espíritu de casta que se ha instalado en
el imaginario de nuestra clase política y que se ampara adicionalmente en el centralismo político,

Finalizando y resumiendo estas reflexiones, coincidimos con Pimentel en que las tres principales
corrientes ídéológlcas que influyen en la Constitución chilena de 1980 son ia doctrina católica ~no
la cristiana. ya existen diferencias entre católicos y protestantes el manejo de las relaciones de la
iglesia con los militares y la guerra--, el neolibéraiismo y el autoritarismo, aunque está por
demostrar que este último sea el sistema más característico de nuestro sistema republicano. Ahora
bien: que el catolicismo vaya de la mano con los neoconservadores y con el neoilberalismo no tiene
nada de nuevo ni sorprendente --y dado que nos referimos a la iglesia misma, no importan a este
respecto los doctrinas personalístas y comunitarios o las teologías de la Jiberadón. El desafio es
encontrar explicación para la confluencia entre neoiiberalismo y neoconservadores. Encontramos
razón a Pimentel a este respecto cuando expresa que esa explicación no s-e encuentra en el nivel de
principios e ideológico sino en los intereses políticos concretos que pasan a ser centrales para unos
y otros luego del sangriento y genocida derrocamlento de AUende. Esta situación puede graficarse
mirando a los usos y abusos del principio de subsídiariedad. Usado como comodín del juego
politico autoritario puede servir de ejemplo del entrelazamiento entre ideologia y pragmatismo. Su
interpretación extensJva permitía imponer una pluralismo limitado, aspiración cara a los
neoconservadores, pero también era útil en la redefinición llmítativa de las relaciones entre
trabajadores y sindicatos, y entre sindicatos e instituciones políticas, algo muy importante para los
sectores del empresariado neoliberal. Al tiempo que reducía el campo de acción de políticos y
sindicatos, ampliaba el ámbito empresarial privatizando el ajercício de1 derecho a la salud, la
libertad de trabajo y de empresa, la libertad de enseñanza y la asistencia y previsión sociaL El
principio de subsidiarledad sirve además como justificación del fin de las políticas de desarrollo
económico, materia que se entrega casi enteramente al sector privado teniendo como guía y
COlisejero al mercado. Los neoliberales facilitan a su vez la confluencia entre las dos corrientes
asumiendo oomo propios y nacionales los valores patrios fundamentales y tradicionales, en
particular la base de derecho natural de las libertades y derechos, y el Bien Común oomo finalidad
esencial del Estado, lo cillll, atendida la ética del postmodemismo en cuanto ..deber ser indoloro'',
queda en el terreno de una "razón pura" obscena, Tennina dicíendo que la inicial "unión por
conveniencia" se convirtió en "'sociedad conyugal",

Estoy convencido que Pimentel, teniendo en cuenta la filosofía con que trabaja, estaría de acuerdo
en 1a veraddad de estas afirmaciones.. Va más allá, tal vez, cuando reconoce que nada impide que
puedan hacerse mejoras profundas al sistema democrático. Como lo dice, no pretende tener una
respuesta perfecta para los problemas po1iticos del país. pero si una razonable y de sentido común,
respuestas que expone en breve en la parte de Conclusiones Generales. El objetivo de su esfuerzo es
hacer la defensa de- Ia Constitución de l 9&0 original, desde un punto de vista democrático de
derecha para el cual el metalenguaje no está en la constitución escrita y el Estado de Derecho, sino
en la constitución real, histórica y de facto enmarcada en el Estado Natural de Derecho, a los cuales
estarían subordinados incluso los líderes de las minorías hegemónicas o poderes de facto, que deben
actuar guiados por las virtudes teologales.. En este terreno y momento en que misticismo, poesía y
utopía parecen combinarse~ se concluye que la voluntad del hombre ha resultado estéril para
detenninar su destino trascendente: aquí entregamos a los hermeneutas bíblicos la definición de
la razón jurídica y la justicia, y topamos con una conclusión de la que uno, seguramente, va a
discrepar, pero que es irrebatible e inmovible dado que es una cuestión de Fe. Parecería que liega
entonces el momento de releer a Averroes.. Spinoza y Compte $Obre las fases del desarrollo
epistemológico y de acción instrumental de la humanidad en las: conocidas tres fases teológica,
metafisica y posítiva. En alguna parte ha quedado enredada la «trascendencia" innata y natural del
ser humano, que ha sido negada por esa combinación tan típica de la globalización : horno homini
lupus más hedonismo postmodemísta neoliberal. "Hoy no interesa progresar, sino tener éxito, No
espero encontrar al hombre perfecto. Me contentaría con encontrar a un hombre de principios, Pero
es diflcíi tener principios en estos tiempos en que la nada pretende ser algo y lo vacío pretende estar
lleno". Esta reflexión sobre el nexo entre bien público y privado nó la debemos a M. Weber,
Habermas, Bobbío o Rawls: fue escrita hace 25 siglos, por un discípulo de Confudo. No por creer
en Dios hay que dejar de creer en el hombre. Este, creación divina o no, es instrumento fundamental
para eonsrruir y deconstruir et mundo terráqueo y humano, teniendo presente lo cual ha de
concluirse que no es necesario partir siempre de cero (O). Entonces es claro que lo poco que se ha
avanzado hacia la bondad y el bien es, quíérase o no, obra del hombre, En este ciclo histórico en
que nos encontramos hay que recuperar el hombre para los espacios públicos, y estos para el
hombre.

SeguTo de la corrección de sus críticas pero, al parecer, no de sus soluciones para los problemas
de la sociedad y el Estado chilenos nos advierte: "El poder del Estado se va vaciando
paulatinamente de contenido .... , ,y no parece lejano el día en que nos encontremos ante la evidencia
que los jerarcas fonnales devengan en meros testaferros de los poderes reales ... En la futura mesa de
negodaciones de gobernabilidad, posiblemente al Estado le toque ocupar un lugar secundario", a
menos que, agrega, e1 Presidente de la República cumpla su rol de Protector de la Constitución y
que la vla de salida sea resultado de1 renacer de la religión. Si las cosas suceden de ese rnodo, junto
con la teología y la religión volverán al foro ciudadano, se da a entender, la política y los grandes
relatos y utopías y renacerá la capacidad de progresar y de hacer historia, no solo la de crecer
ordenadamente.

Digámoslo de una vez: el libro de Manuel Pimente1, inteligente~ valeroso y profundo conocedor
de K. Schmitt y Jaime Guzmán. ha encendido la luz en el umbral de la derecha de un modo que no
gustara a muchos de la der~ha ni de la izquierda.

Madrid, mayo 20 l5.

Jorge Tapia Valdés


EL PROCESO DE CONFLUENCIA DE

IDEAS NEOLIBERALES, AUTORITARIAS

Y CRISTIANAS EN LA CONSTITUCIÓN

CHILENA.

Alumno: Manuel Pimentel Mena

Director: Franc isco Javier Caballero Harriet

eman to zobal zazt.1

Universidad Euskal Herriko


del País Vasco Unibertsitatea
2

ABREVIA TURAS

art. Artículo

CEPAL Comisión Económica de las Naciones Unidas para

América Latina y el Caribe

CA Corte de Apelaciones

Cfr. Confrontar

CGR Contrataría General de la República

CPRCH Constitución Política de la República de Chile

es Corte Suprema

DFL Decreto con Fuerza de Ley

DL Decreto Ley

DS Decreto Supremo

DSN Doctrina de la Seguridad Nacional

LIC Ley interpretativa de la Constitución

LOC Ley Orgánica Constitucional

LQC Ley de Quórum Calificado

OPE Orden Publico Económico

PDC Partido Demócrata Cristiano

TC Tribunal Constitucional

UP Unidad Popular

SS. Siguientes

2
3

Í N DIC E

Pág.

INTRODUCCIÓ 7

PART E 1

CRISTIANISMO

Capítulo l. La Doctrina Cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 28

l. Las encíclicas sociales ................................................................... . . 41


2. La influencia de la doctrina cristiana .......... .......... .. .. ........ ... ........... ............ . 48
3. Personalismo y Humanismo Integral .. .. ......... ... ............... ... .. .......... ...... . 55
4. El Opus Dei .. . ............................................................................ . 64

Capítulo Il. El Pensamiento Constitucional Católico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . 72

5. El movimiento gremialista ................ ... ......... ... .............. .... ........... .. . . 78


6. La influencia de Guzmán .............................. ........................ ........... . 88
7. La Iglesia y el Estado ............................. . .. ................ ... . ......... . . ........ . 91

Capítulo III. La Aplicación a la Constitución de 1980 ................................................... 100

8. La Dignjdad ................................................. ... ......... .................... . 112


9. El Bien Con1ún .............. .. . ........... . . ............................... . ........... .. ... . 120
LO. El Principio de subsidiariedad .. .. .... .. . .. ........... . ........... ........................ . 128

Capítulo IV. Los Derechos Fundamentales . ........ .. . .................................. ...... 134

11. La Actualidad de los Derechos Fundamentales ........ .. ...... ........ ... . . .......... . . 138
12. La Constitución Normativa .................. ... .......... ... ........... .. ....... .......... . 145
l 3. El Sistema de la Constitución........ .. ................................... .......... ....... . 15 1

3
4

Capítulo V. Conclusiones Parciales... .... .. .... . ... ........................ . .. ... ............. . ... 162

PARTE 11

NEO LIBERALISMO

Capítulo VI. Introducción histórica . . . ... . . . .. . ... .. . ... . . . ....... ...... .. ... . . . ... . . . ... ... . . . ... 175

14. La decisión política 181


15. Los motivos .............. ... ... .. . .. .. .............. .. ...... .. .... .. . ......................... . 186

Capítulo VII. Las Doctrinas Económicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193

16. La propuesta de la Ig lesia .. ........ ........ . .. . .... .. ....... ...... ............. ....... ...... . 195
17. El Ordoliberalismo ...... . .................. ............. . .... .. .. .. ......... ...... ... .......... 199
18. El Neoliberalismo norteamericano........ .... . ...... ............. .. ......................... 212
a. La Universidad de Chicago ........................ ......... . .... ............. ..... . 214
b. La influencia dual de Hayek .. . .......... .. .. .... ....... .... ... .... . .. ..... .. .... . 2 17
c. El carisma de Friedman .... ......... ............................ ..... .... .. .. ... .. . 222
d. Efectos .. .... ... .. ...... . ... .... .... .. .. .................. .. . .. . ... ..... .. ............ . 226
e. La misión Klein-Saks ...... ........ ...... .... ....... ......... . ..... .. ....... ..... . . . 229

Capítulo Vlll Aspectos doctrinales aplicados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . ...... .... 234

19. lnstalación del modelo . .... ........ .... ........ ...... .. ........... . .. . .. ...... .. . .. .... ... .. . 234
a. La Sociedad de Consumo . ............ .... ... ... .. . ... ......... ... .. .... . ...... .. . 238
b. El Mercado ............... ... ........................................... ............. . 243
c. El pragmatismo de Büchi .... . .. .. . ......... .... .... .... ..... .. . ..... ........... ... . 250
d. En democracia .... ... ............................................................. .. . 255
20. El Orden Publico Económico ... .. .. ............. .. ..... ... ..... .... . ...... ......... ........ . 258
a. Las reglas del juego . ............ .. ................. . ...... ...... .. ... .. ........ .... . 26 1
b. C ríticas al concepto de O rden Público .. .. .................. .................... . 271
c. La Constitución fiscal. . .............. ... ....... ..... . ....... .... ... ............... . 273
d. La normativa . ..... ........... ..... ............... .. ... .... .. ........................ . 275
2 1. Los Derechos de contenido social .. .. .... .. ... ..... .... ....... .... ... ..... . . ..... .. .. . .... . 276
a. Los seguros .. .. ............. . ........................ ............ ...... .... .... .. . .. . . 281
b. La salud ....................................... .. ... ....... ...... ... .... ..... ... ..... . 282
c. La educación ..................... .................... . ..... .. .................. . . .... . 285
d. La concentración económica ¿efecto indeseado? .. . ....... . .................. .
287

Capítulo IX. La naturaleza del futuro: ¿Medieval? 290

Capitulo X. Conclusiones Parciales . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307

4
5

PARTE 111

AUTORITARISMO

Capítulo X I. Análisis conceptual........................................................................ 317

Capítulo Xll. Análisis Doctrinal.. ................................................................... 327

22. Influencias conservadoras ............................... . ..... .............................. . 327


23. La influencia de Scnmitt ............................. . ... .... ... ............................ . 337
24. Neoconservadores .............................. . ... . .. ....................................... . 344
25. Doctrina de la Seguridad Nacional. ............... ... ... .... . .............................. . 356

Capítulo X III. Contenido Autoritario............................................................... 373

26. ¿Qué democracia? ..................................................................................................... . 373


27. Democracia protegida ...... .. .......................................... .. ... .. .. ....... ..... . 376
28. Enc laves autoritarios ........................................... ... ... ... .. ... ........ . ....... . 382
29. Rigidez del sistema y sus extensiones ............................... ........................ . 387
30. El Tribunal Constitucional y sus facultades ampliadas .................... ....... ...... . 391
31. La validez ............................ . .. ... .... ... ................................... . ... ..... . 395

Capítulo XIV. Descifrando conceptos.................... .. . .. . .. ................................... 405

32. Expresiones de autoritarismo .... . ..... . ..... ... ...................................... .. .. . . . 405


33. Autoritarismo vertical. .............................. .. ........................................ . 407
a. Estructura pri1naria ........................ .. .. .................................... . . 414
b. Críticas al sistema presidencial ............... .. . .................................. . 426
34. Autoritarismo horizontal. ................................... ................................. . 432

Capitulo XV. C onclusiones Parciales........................... .. .. . ..... ........................... 439

35. Nuestro autoritarismo................ ..................... .................. .... .............. . 439


36. Ausencia de alternativas viables ........................... .. .. . .. ...... ... ................ . 440
37. Posibilidades de Corrección .......... .. .............. ....................................... . 444
a. Respecto del autoritarismo vertical ............................................. . 445
b. Respecto del autoritarismo horizontal ............................. ..... ......... . 445
38. Deliberación ¿Posible?.............................................................................................. 447

5
6

CONCLUSIONES GENERALES... ..... ... ....... ... ..... ..................................... 455

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS... .. ...... ......... . .. . .. ........................ ...... ... ..... .. 476

REV ISTAS..... ...... ...... ... ............................................ ..... ......................... .... 498

REFERENCIAS ECTRÓNICAS.... .... ... .... . .. . . .. .. . .. . .. . ... .. . .. . . .. ... .. . .. . .. . . . . .. ... . . . ..... .. .. 500

RECOPILACIONES DE NORMAS............................ .... .................... .. ................... 502

6
7

«Lo que distingue el significado de un acto sólo se


revela cuando la acción en si ha concluido y se ha
convertido en una historia susceptible de ser narrada».

HANNAH ARENDT, Hombres en Tiempos de Oscuridad.

INTRODUCCION

Toda institución o realidad sometida a investigación constituye un universo plagado de


luces y sombras; de factores evidentes y de otros que permanecen ocultos. Cuando las
pesquisas se extienden a acontecimientos humanos dolorosos, resulta imperioso respetar la
naturaleza de esta aflicción.

P ero, junto con ello, nada sacaríamos con legitimar únicamente las visiones parciales
surgidas de la actividad publicista oficial para explican la naturaleza de nuestra
institucionalidad política. A estas alturas resulta bien claro que estas poco han aportado al
indispensable esclarecimiento y aceptación de esta realidad conflictiva que nos habita y nos
disipa.

Cuarenta años han pasado desde que se quebró la democracia en nuestro país; y si bien no
parece un tiempo demasiado extenso desde el punto de vista histórico, resulta suficiente
para empezar a revisar muchas de estas realidades que forman parte de nuestras
circunstancias de vida. El que nos disgusten alguno de sus aspectos. muchas veces sin saber
exactamente porque, no puede impedimos analizar los antecedentes y motivaciones que
originaron este estado de cosas, como tampoco el intentar una proyección de sus efectos en
el mediano y largo plazo.

7
8

Ingresaremos a este escenano a través de la Constitución de 1980; a partir de ella


trataremos de reconstruir las ideas que, reinantes en aquella época, influenciaron el
establecimiento de una nueva institucionalidad instalada por el Gobierno Militar y sus
colaboradores civiles. Debemos dejar establecido que la noción de Constitución que
utilizaremos en esta investigación es más amplia que el simple texto dictado por DS Nº
1.150 del Ministerio del Interior de 2 1 de octubre de 1980, dado que se extiende a la real
ordenación de nuestro sistema republicano.

Será motivo de nuestra atención el conjunto de visiones que giraban en aquella época y que,
por razones metodológicas, centraremos en tres aspectos de nuestro sistema. Un aspecto
económico, virtualmente hegemonizado por la doctrina importada desde Estados Unidos,
denominada neo/ibera/ismo; uno político, que desarrollaremos desde una perspectiva más
holística, denominado autoritarismo; y finalmente un sistema de creencias que hasta ahora
ha pasado bastante desapercibida por la literatura nacional: la cristiana, no obstante su
centralidad en nuestro sistema constitucional.

Escogimos una metodología cualitativa y analítico descriptiva, con base tanto histórica
como empírica porque el terna que deseamos abordar requiere de lecturas y análisis de
diversos (inclusive opuestos) discursos que explican los diferentes aspectos de la cuestión,
siguiendo una cronología histórica con ojos atentos respecto de su correlación con la
realidad. En su gran mayoría estos relatos describen los hechos involucrados de una manera
desperdigada y episódica; normalmente desde una perspectiva parcial, lo que repercute en
sus conclusiones. Nuestra intención será (en cuanto sea posible) purgar estos textos de estos
condicionamientos para convertirlos en datos susceptibles de esclarecer una realidad
compleja y multiforme. En otras palabras, este material será objeto de una reelaboración
que implicará una visión más equilibrada de los temas y -esperamos- con una mayor
coherencia interna. Esta última tarea resulta particularmente ardua dado que la realidad
pocas veces admite simplificaciones. Los métodos de análisis serán en algunos casos
lógicos, en otros comparativos y en menor medida dia lecticos.

Existe una cierta paradoja en la Constitución chilena: que a pesar de cobijar doctrinas,
contrapuestas; ellas han sabido conjugarse y potenciarse, logrando resultados que causan
perplejidad en la ciudadanía y la academia; especialmente porque ha funcionado

8
9

adecuadamente como marco regulatorio de nuestra civilidad democrática. Trataremos en


este trabajo de identificar estas razones y analizar su lógica. Nos preguntaremos porque
algunas de sus partes funcionan correctamente y otras constituyen causa de descontento
popular. Si se nos permite también esbozaremos a lgunas posibilidades de salida.

El hábitat de nuestro estudio estará compuesto por materiales ideológicos, que en aquella
época (mediados del siglo XX), habían arribado al escenario político de nuestra república o
venían desarrollándose en los sótanos de su vida cívica. No todos obedecían a una misma
fuente, ni tenían e l mismo reconocimiento popular; tampoco el mismo nivel de prestigio
democrático, por decirlo diplomáticamente. Es de estos materiales variopintos que se nutre
la institucionalidad que e l día de hoy nos gobierna de una manera muy particular. Lo
expresa mejor LEGAZ y LACAMBRA cuando afirma «El sistema de valores fraguado y
postulado en las vigencias ideológicas de una sociedad es como la atmosfera y el oxígeno
en que alienta y del que se alimenta la libertad personal»'. La atmosfera que parecía
predominante en al espíritu del legislador nos parece fue el pensamiento cristiano o más
precisamente [aunque no exclusivamente) católico, dada la formación de los comisionados
y sus particulares inclinaciones religiosas.

A estas alturas no se duda que la tarea auto impuesta por algunos civiles que colaboraron
directamente con el gobierno militar desde e l momento mismo del golpe y aún antes, fue la
de construir una nueva instituciona/idad diferente a la democracia de corte liberal como la
que había articulado la vida política hasta el año 1973. Esta debía montarse sobre la base de
un encofrado autoritario, que posibilitara la convergencia en un mismo texto de una serie de
influencias que, en un escenario pluralista, nunca hubieran podido formar simultáneamente
parte de un cuerpo normativo básico como es una Constitución.

La idea de construir una institucionalidad de signo conservador era una cuestión que venía
tejiéndose hacía ya largo tiempo, especialmente en el pensamiento de publicistas afines a la
Iglesia y acogida, con pocas reservas, por las clases acomodadas de nuestro país. Las
final idades implícitas de estas concepciones (guarecidas en el sistema] se han ido
explicitando en su ulterior desarrollo, especialmente a través de los fallos del Tribunal

1
LEGAZ Y LACAMBRA, Luis, Desarrollo Social y Derecho, Separata facticia del Estudio en Homenaje al
profesor López Rodó, Madrid 1972, pág. 292.

9
10

Constitucional, una vez concluido el régimen de facto; aunque no siempre en la forma en


que pudo preverse inicialmente2•

Podríamos afinnar asimismo que, a comienzos de los años setenta del siglo veinte, no
existían las condiciones políticas para desarrollar una Constitución como ésta, dado que las
ideologías de fondo que la sustentaban no tenían una base democrática3• Afirman algunos
que el modelo histórico que tenía en mente el principal gestor del texto político -Jaime
Guzmán- era el régimen franquista 4, aunque veremos que las fuentes efectivas exceden con
mucho esta apreciación inicial.

Pero esta primera aproximación no tiene la pretensión de representar la voz de quienes ven
en ella una reliquia de nuestro pasado autocrático, sino la de alertamos de los efectos de un
desmantelamiento precipitado del sistema. Sobre prejuicios no se pude construir futuro.

Resulta insuficiente, entonces, limitar nuestro análisis al examen exegético del texto
político. El imperativo es adentramos en el debate mediato e inmediato que permitió la
elección de estas ideas. No se trata de un ejercicio vano, sino de uno que posibilite
desarrollar una hermenéutica más profunda para comprender las conexiones implícitas y
explicitas del sistema.

Es imperativo aislar cuestiones principales de aquellas que no lo son, para identificar sus
partes operativas. Preferiremos desde esta perspectiva aquellas secciones del texto que
tengan una relevancia mayor desde el pwito de vista del régimen político, dejando de lado
aquellas referidas a cuestiones orgánicas que, presentes en casi todas las constituciones,
resultan mutatis mutandis similares.

Pondremos acento en aquello que nuestro texto fundamental innova respecto de su propia
tradición republicana, no demasiado fecunda en propuestas originales. Nos interesa, sobre
todo, resaltar aquellas ideas que, albergadas en nuestra Constitución, no corresponden a una

2
Muchos supusieron que los únicos defensores de sus aspectos sustanciales serían los seguidores del régimen
militar, pero prontamente se vería que los nuevos gobernantes harían suyo un sistema que peTPetuaba un
modelo partidocrático, una élite con pretensiones de permanencia, de la cual ellos formaban ahora parte.
3
La originalidad de la experiencia chilena consistió en que un gobierno autoritario preparó las reglas jurídicas
de su retirada. Esta manera de proceder parece no tener referentes en otros lugares.
4
CRISTI, Renato, El Pensamiento Político de Jaime Guzmán, autoridad y libertad, LOM Ediciones, Santiago
de Chile, 2000, pág.9.

lO
ll

contribución indígena de nuestro sistema; en este último caso, trataremos de especificar su


fuente originaria, respetando su propia lógica interna.

En aquella época occidente se hallaba inmerso en una lucha ideológica mayor, donde
concepciones ontológicamente opuestas se disputaban la hegemonía global. Había dos
frentes de lucha: uno específicamente político entre libre pensamiento y colectivismo
totalitario y otro di stinto, aunque no menos central entre concepciones seculares y
confesionales. Ambos operando simultáneamente en un mismo escenario. Estas contiendas
primordiales implicaban diversas operaciones que ponían a nuestro país en medio de una
trama internacional que, al igual que en otras latitudes, tuvo un fuerte impacto en la vida
ciudadana. En muchos aspectos su carácter fue trágico5 .

Este era el telón de fondo sobre el cual debía contrastarse la realidad de aquella época.
Nadie parecía neutral en esta lucha, mucho menos el Gobierno Militar y sus colaboradores
civiles; originariamente sustentadores de concepciones conservadoras e integristas y a poco
andar, apadrinando también algunas teorías non sanctas recibidas desde el norte.

La democracia norteamericana constituyó un referente significativo para latinoamericanos


y europeos especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, aunque con distintas
intensidades; también por una aparente evolución de este capitalismo hacia fórmu las más
conciliadoras con la libre iniciativa, los derechos fundamentales de las personas y la
voluntad de las mayorías6 . Esta potencia, no obstante, incubaba en su seno, corrientes

s "En 1970 los militares chilenos ya no tenían los escrúpulos civilistas de Carlos lbáñez; habían sido
adiestrados por el Pentágono en Panamá y otros centros de instrucción <<militar», donde habían aprendido
como aplicar sin escrúpulo, los golpes de la guerra anti-subversiva («guerra sucia») contra los movimiento
revolucionarios (civiles) de América Latina. La superestructura! «guerra fría» tuvo, como subsuelo, una
repulsiva «guerra sucia»". SALAZAR, Gabriel y Pinto Julio, Historia Contemporánea de Chile V. Juventud y
Nilie=, LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2002, pág. 2 19.
6
"Jacques Maritain, vivió esa experiencia en Estados Unidos durante y después de concluida la Segunda
Guerra Mundial, y llegó a darse cuenta de lo muy abstractas e inadecuadas que resultaban sus concepciones
más tempranas. Maritain descubrió que los procesos de la democracia en el o rden político modifican de hecho
los procesos del capitalismo en el orden económico, al ejercerse la voluntad de la mayoría a favor de las
reformas". NOVAK MichaeL La Ética Católica y el Espíritu del Capitalismo, Centro de Estudios Públicos,
Santiago ele Chile, 1995, pág. 5 1; «Cuanto más viví en este país, más claro se me hizo que [ ... ] la presión
vital, pragmática, absolutamente asistemática que el pueblo estadounidense y el alma estadounidense ejercían
sobre las estructuras de nuestra civilización moderna e industrial ( ... ] ha inaug urado sin darse cuenta. ,majase
verdaderamente 1111evc1 de la civilización moderna». Maritain Jacques, Rejlectio11s on America (Nueva York:
Charles Scribner·s Sons, 1958), 2 1-23. Citado por NOVAK, Michael, nota al pie, ibídem, pág. 59.

11
12

determinantes para su proyecto de hegemonía global: las neoliberaies, las neoconservadoras


y la Doctrina de la Seguridad Nacional.

Hemos adelantado que nuestro trabajo consistirá en sumergirnos en el análisis de las


ideologías contenidas en Ja Constitución de 1980 dado que, como sus mismos redactores
han afirmado, estamos ante una carta de fuerte contenido doctrinai7. Esta nonnativa recoge
no solo las creencias castrenses del gobierno miHtar, teñidas de contenído antldemocrálico;
sino también la de sus colaboradores civiles, mayoritariamente emisarios de posturas
conservadoras en lo valórico8•

La inclusión de la doctrina conservadora católíca, la entendemos conformando la base del


nuevo sístema, con un carácter sustancial. Esta relevancia la pone en tensión con las
concepciones clásicas del constitucionalismo liberal determinadas por su carácter negativo,
es decir, como limitación al poder estatal y sin un contenido axioJógico particular.

Destacaremos la importancia del pensamiento económíco, liberal in extremis cuya


representación es virtualmente monopoHzada por los Chicago Boys..,_ Este pensamiento
particularmente gravitante en la nueva institucionalidad, se construye operativamente fuera
del texto político, a través de una legislación de excepción. Este entramado es recogído en
forma marginal por la Constitución de l 980. Orden público económico es Ja denominación
que recibe en Ja dogmática constitucional.

A estas ídeas debemos agregar una con mayores ramificaciones que grosso modo hemos
denominado autoritarismo y cuya función fue apuntalar}' blindar el contenido de las otras
dos [y del sistema en general]. La particularidad central de esta doctrina es -en principio-
su carácter instrumental o de medio. Debemos hacer presente que esta arista admite una

1
Misma obseivsción hace nuestra jurisprudencia; véase fallos del Tribunal Constitucional sobre la Píldora del
dia después; y CP las causas rol N" 46--1981 y rol N,, 325-2001.
s "El señor OVALLE declara tener verdadero temor y aprCPsión en el debate de temas como el que se aborda
en esta Q(:as..iótL [aborto], porque está plenamente consciente de que, de los ocho miembros de la Comisión. es
el Unico que no es católico observante•• (sesíón 87, de 14 de novtembre de 1974), EVANS DE LA CUADRA.
Enrique, Los Derech<>S Constitucionales. tomo I, tercera edición Act1.1alizada por Eugenio Evans Espifiera,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2004, pág. 149. [El énfasis es nuestrol
9
Procedente de un ámbito no católico y más cercano a la cultura protestante [La Universidad de ChicagoJ Los
Estudios de NOVAK le t'bn un sentido renovado a esta visión, Vid. NOVAK Michael, Ltbertad con Justicia,
El pensamiento social caJólica y las instiluciones liberales, Emecé Editores, Trad. Alejandro Tiscornia,
Buenos Aires, 1992, págs. 43 y passim.

12
13

serie de actores con diversas metodologías de asentamiento, pero con un mismo fin: Limitar
la soberanía de las mayorías. Adyacente a este desarrollo más holístico encontramos la
ideología neoconservadora, que se ha visto implicada en la evolución del sistema político
principalmente a través de] pensamiento de Hayek.

Esta división obedece a razones metodológicas pues permite abarcar aspectos esenciales
que articulan nuestra sociedad. Se trata de ámbitos distintos, informados por principios
axiales específicos. Estos ámbitos poseen ritmos de cambio propios. Legitiman tipos de
conductas diferentes y hasta opuestas 10• El económico, que ha permeado la estructura
republicana y las racionalidades individuales y colectivas [su signo es liberal]; El cultural
centrado en la religión católica, por su innegable significación en nuestro sistema de valores
ciudadanos; la Iglesia es c11lt11ra (misma afirmación que hacía Kierkegaard respecto del
cristianismo moderno)11. Y finalmente un aspecto político que hemos centrado en el
carácter autoritario de nuestro sistema de vida. El autoritarismo contamina nuestra
institucionalidad y nuestras costumbres cotidianas; en muchos aspectos de una manera más
extendida que en la dictadura. Lo es, de todas maneras, de un modo más profundo y
soterrado de lo que suele admitir la doctrina publicista. Estos dos últimos de signo
conservador.

Este conjunto de ideas constituye la fuente cardinal de la lógica y estructura del sistema.
Aun cuando convengamos en la particularidad de nuestra institucionalidad, no podemos
eludir el hecho ineluctable de que estamos inmersos en un fenómeno de mayor entidad, la
globalización, mundialización o capitalismo tardío. Este acontecimiento será destacado a la
hora de evaluar nuestras pretendidas particularidades. En estas premisas ideológicas se
12
encuentran las «claves de la naturaleza de la actual globalización» • Nuestra historia se

10
BELL, Daniel, las contradicciones culturales del Capitalismo, Alianza Editorial, versión española de
Néstor A. Míguez, octava reimpresión, Madrid, 2006. pág. 23.
11
ARANGUEREN, José Luis, Catolicismo y Protestantismo como Formas de Vida. Alianza Editorial.
Madrid. 1980 pág. 11 O; " Históricamente pues, la cultura se ha fundido con la relig ión", BELL, Daniel, las
contradicciones culturales del capitafismo, Alianza Editorial, versión espafiola de Néstor A. Míguez, octava
reimpresión, Madrid. 2006, pág. 25.
12
Citando a Georges DUBY; CABALLERO expresa: " la ideología no es un reflejo de lo vivido (en este caso
del capitalismo burgués), sino un proyecto de acción sobre él ( ... ] es a partir del momento en que el discurso
se hace oír (que) se cristalizan nuevas actitudes(ahora la radicalización y universalización de la acción
racional de propósito) que modifican la manera que poseen los hombres de percibir la sociedad a la que

13
14

dispone así como parte de un relato mayor.

Entendemos el texto político adicionado por importantes normas de rango constitucional


que operan como satélites de naturaleza pétrea que aumentan el espacio normativo real del
texto base y que, por ello, serán considerados también como espacio constitucional. Esta
amplitud obedece al concepto de Constitución que utilizaremos.

Aplicaremos aquí una división explicativa que diferencia periodos distintos de nuestra
historia constitucional reciente. Es posible distinguir un periodo inicial que va desde e l
pronunciamiento militar y hasta la dictación de la Constitución del 80 donde emergieron las
denominadas Actas Constitucionales; a partir de all í, un segundo periodo regido por las
normas transitorias, que dura hasta el año 1989 [en base al texto original de 1980]; un
tercer periodo con el texto modificado [ 1989 en adelante] que fue el que realmente entró en
vigencia en democracia y finalmente un último periodo a partir del año 2005 que se
considera por muchos una democratización decorosa del texto constitucional.

Lo más criticable del relato oficial es que ha invisibilizado las reales falencias del sistema,
cuales son, a grandes rasgos, tanto la centralización condensada del poder; cuanto la
ausencia de control de las facul tades exorbitantes del ejecutivo [en oposición a las
medradas del Congreso y las regiones] y la instalación de una casta partidocrática que ha
secuestrado el debate político en provecho propio.

No pude ser casual que la Constitución de 1925 dejara en el tintero dos materias vitales
para completar un sistema equilibrado y funcional: me refiero concretamente a la
13
implementación de las Asambleas Provinciales y a la creación los tribunales contencioso-
administrativos14; y que estas mismas falencias superlativas se hayan perpetuado casi en
idénticas dimensiones en el nuevo sistema 15• Suponer inadve1tencia [o desidia], resulta a
estas alturas, insostenible.

pertenecen (hoy como sociedad para el consumo)", CABALLERO Harriet, Francisco J., Algunas Claves para
Otra Mundiali=ación, . Editorial Txalaparta, República Dominicana, 201 O, pág. 28.
13
Capitulo IX, artículo 93 y ss. De la Constitución Política de la República de Chile (CPRCH].
14
Capítulo VII, articulo 87 CPRCH.
15
Vid. art. 3° y art. 38 inciso 2° C PRCH.

14
15

Proponer modelos distintos, como el parlamentario -por ejemplo-, parece una quijotada,
salvo para las mentes ágiles de la nomenclatura partidocrática. Si existe una forma de
convencer a los ciudadanos de nuestro país que es mejor que al jefe de gobierno lo elijan
los parlamentarios y no ellos mismos, la desconocemos. Es ésta una cuestión demasiado
incrustada en nuestra idiosincrasia como para intentar siquiera perturbarla 16•

El quid del asunto está en el tipo de Estado que resulta más acorde con la vida en el tercer
milenio, uno en que los ciudadanos puedan plantear sus puntos de vista directa y
cercanamente. La descentralización pol ítica del Estado es una necesidad apremiante, valgan
como botones de muestra las situaciones de los pueblos Mapuche y Rapa Nui que, por vías
de hecho, están planteando sus reivindicaciones sobre un Estado que parece girar en tomo a
su vitalidad propia y la de su entorno inmediato [los 641,4 kilómetros cuadrados de la
Región Metropolitana]. El principio de subsidiariedad emerge aquí como un concepto
clave.

Si la ciudadanía considera desatendidas sus demandas, no podemos suponer que se trata de


una situación artificial o un cálculo interesado. El Estado carece de cortapisas claras; los
tribunales contencioso administrativos no han sido creados ni se crearán. Esto le otorga al
ejecutivo una situación incontrastable, casi sin parangón con otros regímenes democráticos.
Las escasas atribuciones de control estatal con que cuenta la Contraloría General de la
República [en su gran mayoría ejercidas más allá de las fronteras constitucionales y legales
y por ello con débil legitimidad], dejan como efecto colateral, un margen escaso para la
protección de los derechos individuales [que se ejercen precisamente respecto del Estado].

Debemos fijar de antemano que la legitimidad de este texto nos parece asentada 17, sin
perjuicio de reconocer que este punto de vista ha sido, con buenas razones, controvertido 18;

16
Vid. V ALENZUELA, Arturo, «Orígenes y características del sistema de partidos en Chile: Proposición
para un gobierno parlamentario», Estudios Públicos. 64 (primavera 1996); LINZ, Juan J.: « Democracia:
presidencialismo o parlamentarismo: ¿Hace alguna diferencia?». en GODOY. ÓSCAR (Ed.): Hacia una
democracia moderna. La opción parlamentaria. Universidad Católica de Chile, Santiago [1990]; Cfr.
HUNEEUS, Carlos, «El Congreso en el presidencialismo. El caso de Chile», Revista SAAP (ISSN 1666-7883)
Vol. 2, No2, septiembre [2005], 345-391.
17
La doctrina se divide, aunque mayoritariamente niegan legitimidad al origen del texto y reconocen una
legitimación posterior. Cfr. BLUMENWITZ. Dieter, «Poder constituyente originario y Poder constituyente
derivado. Consideraciones sobre la Unificación alemana y d úc.:sarrollo constitucional chileno, desde el punto
de vista de la ieoría del Estado», Política. Nº 29 Santiago de Chile. mayo 1992. pág. 218 y BLUMENWITZ

15
16

en apoyo de nuestra postura rescatamos el dato histórico de que ninguna de nuestras


19
constituciones ha tenido un origen libre de cuestionamientos. •

Parte de la doctrina ha sacado a la luz la importante influencia técnica que ejerció el


pensamiento de Carl Schmitt en el gobierno de facto y por extensión en la Comísión
Constituyente [luego CENC]; y aun cuando no ha sido explicitado, sabemos que Guzmán
(según CEA EGAÑA)20 tuvo acceso al texto más importante del jurista alemán: su Teoría
de la Constitución. Un aspecto central de este pensamiento lo constituye e) concepto de
«Constituciones Positivas;¡. A través de él se plantea el construir textos políticos «más
dinámicos}> ampliando los «espacios de decisión» 21 •

Tambíen para SCHMITT22 existe un concepto <<absoluto» de Constitución~ que resulta


relevante para entender la racionalidad de nuestras instituciones"' particulannente la doctrina
del Tribunal Constitucional. Este enfoque particular implica que todo Estado tiene una
unidad política y una ordenación socíat Ambos facetas en conjunto pueden llamarse
Constitución23 • La palabra aquí designa una situación presente del ser; el Estado en su

Dietet y Gaete, Sergio, la constitucionalidad de 1980, Su legitimidad, Editorial Andrés Bello, Santiago de
Chile, 1981, que lajustífican ad initium pues la consideran solo una restauración et orden quebrantado.
1
* Afirman Nogueira y Cumplido que: «Este plebiscito respondió a los lineamientos de los regimenes
autoritarios. Se realizó sin registrós electorales, ya que el decreto ley Nº 130 publícado en el diario oficial de
19 de noviembre de l 913 habia declarado la caducidad de todos los Registros Electorales, ordenando a la
Dirección del Registro Electoral inutilizarlos en la fonna que ella determinara,,, NOGUEJRA ALCALÁ,
Humberto y CUMPLlOO, Francisco, Instiruciones Políticas y Teoría Constitucicnaí, Editorial Universidad de
Talca, Talca, 2001, Tomo U, pág. 239.
1
" ",., la mayoria de las constituciones particulares que hoy rigen y cuya relevancia nos preocupa demostrar no
han sido producto de un procedimiento democrático legítimcl', NlNO, Carlos Santiago, Fundamenros de
Derecho Ccnstimcional, 3# reimpresión, Edltorial Astrea, Buenos Aires, 2005, pág. 34 (cursiva en el original).
20 Vid. CRISTI, Renato y Ruiz~Tagle, Pablo, La República en Chile, LOM Editores, Santiago de Chile. 2006,
Capitulo 6, pág. 175, nota al pie Nº 65.
11
KÁGI, Wemer, ÚJ Constü11dón como ordenamlento jurídico fundamental del Estado: Jnvesttgaciones
sobre las tendencias desarrolladas en el moderno derecho, trad. Sergio Ma. Dfaz Ricci, Juan José Reyven,
Dykínson, Madrid, 2005, pág. 164.
22
Distingue Schmitt cuatro tipos constitucionales en su Teoría de la Constitución: Un concepto Absoluto [«la
concreta manera de ser resultante de cualquier unidad política existente/regulación legal fundamental, es
decir, un síst<ma de normas supremas y Ultimas» T.C. pág. 30-33]~ un concepto Relativo de Constitución
[«ley constitucional en particular. .. pluralidad de leyes constitucionales distinlas, formalmente iguales-11 T.C.,
pág. 37]; Un concepto Positivo de Constitución [«acto del poder constituyente;)]; y finalmente un concepto
Ideal de CMstihfd6n [(<sistema-de garantías de la libertad burguesa>>, pág. 59), SCHMITT, Cari, Teoría de la
Constitución, Alianza Editorial, Presentación y traducción de Francisco Ayala, cuarta reimpresión en
«Alianza Universidad Textos», Madrid, 2003.
23
" ... el Estado no tiene una Constitución, sino que es la Constitución'", CRISTI, R. y Ruiz-Tagle. P., La
Rep11blica en Chiie, óp.• cit. pág. l64. [cursivas en el original].
16
----------·-~·-··-··--

17

concreta existencia política. El Estado es Constitución. Su constitución es su alma, su vida


concreta y su existencia individuaft.

{<La Constitución en sentido positivo surge mediante un acto del poder constituyente [ ... ] Tal
constitución es una decisión consciente de la unidad política, a través del titular del poder
constituyente, adopta por si misma y se da a sí misma[ ... ] La Constitución vale por virtud de la
volwnad política existencial de aquel que la da)► 25 •

La Constitución no puede ser sino una consecuencia de las relaciones reales de poder; una
especie de traje a la medida para la sociedad a la cual está destinada 26; a pesar de los
ínflujos foráneos que las constituciones poseen. «toda Constitución debe ser explicada
según los principios del derecho indígena»21 de manera tal que represente una poder real y
existente y un entramado institucional que opere efectivamente.

En muchos aspectos así se operó en nuestro proceso constituyente, Por un iado se legitimó
toda una institucionalidad que ya estaba. funcionando de facto (mediante su inclusión en el
texto político) y por otro 1adot en su labor constructiva la CENC consultó a representantes
de las diferentes dependencias públicas para entender su funcionamiento y a partir de allí
explicitar la letra del texto 28• Todo esto nos puede dar una idea concreta de cuáles fueron
los parámetros lógicos y jurídico-políticos que se ruvieron presentes en el origen de la
Constitución y su posterior desarrollo 29• Nada impide que, en distintos contextos de
discurso se empleen diferentes conceptos de Constitución30•

14
NOGUEIRA ALCALÁ, H. y Cumplido, F., Instituciones Politicas y Teoría Constitucíonal, óp., cit.,. Tomo
n, pág. 24; 'Vid. SCHMITT, Carl. Teoria de la C®stilución, óp. ctt., sección primera, págs. 29-62.
JJ Ibídem.(cursivas en el original). «La constitución como decisión: Es necesario hablar de la constitución
como de una unidad, y conservar entre tanto un sentido absoluto de Constitución f... ] La distinción entre
constitución y Ley constitucional es solo posible, sín embargo, porque la esencia de 1a Constitución no está
contenida en una ley o en una norma. En el fondo de toda norrnación reSlde una decisión política del titular
del poder constituyente, es decír, del Pueblo en la Democracia y del Monarca en la Monarquía auténtica»
Ibídem, pág. 47,
:MCfr, SCHMlIT, CarL, Teoria de Ja Constirución, óp., cit., pág. 35.
27
JELLINEK, Georg, Teoría General del Estada, Fondo de Cultura Económica, segunda reimpresíón. Trad.
Femando de los Ríos, México D.F., 2004, pág. 748. "Los hechos históricos que sirven de base a cada
Constitución particular no podrían modificarse ní siquiera mediante la aceptacíón consiente del derec-lio
extranjero'7. füidem. ·
2ª ARANCIBIA, Patricia. Conversando con Rübt:rto Ke!Jy f, Recuerdos de una vida, Editorial Biblioteca
Americana, Santiago de Chile, 2005, pág, 261; Cfr. CRISTI, Renato, «La noción del poder constituyente en
Carl Schmin y la génesis de la Constitución chilena de 1980, Revista Chilena de Derecho, Vol. 20, N"' 2-3
¡t993] pág. 244.
•9 [De!lOlTlina «con..-epro ideal~ I a ·'un sistema de garantías de la libertad burguesa [.•. l :son garantias
constitucionales de la liberta burguesa: reconocimiento de los derechos fundamentales, división de poderes y,

17
18

Es importmte destacar que en aquella época [Gobierno Mílítar], dadas las áridas
circunstancias de hecho a que estaba sometido el país; tampoco era posible ir muy lejos de
la realidad concreta; esta indicaba que los detentadores del poder eran las Fuerzas Annadas
y a partir de 1980 el Presidente de la República, a la vez Comandante en Jefe del Ejército.

El tema de la legitimidad, es complejo y no puede ser resuelto fácHmeme. Nuestro texto


constitucional ha sido objeto de cuestionamiento por un doble motivo. en primer lugar por
haber surgido en un contexto autoritario de gobierno cuyo ideario proyecta; y además
porque no partidpó en su elaboración la ciudadanía. Pero esta simp)e afinnación está lejos
de resolver la contienda. Se dice por estos críticos que, para justificar esta ilegitimidad,
Jaime Guzmán habría echado mano a la concepción de una dictadura soberana31 , expuesta
por Carl Schmitt, dado que la misma daba decisiva importancia ai real detentador del poder.
elemento primordial a la hora de tomar Ja decisión política de confeccionar una
Constitución,

El plebiscito fue también una excusa para franquear por la puerta trasera una parte
importante de la normativa que se deseaba atomíllar32 • Y esto, tan senciHo de percibir, no
ha sido atendido suficientemente, Es cierto que hubo una votación y que se obtuvo la
mayoría necesaria, pero es también cierto que una parte importante de la Constitución
completa o «bloque constitucional», por utílizar una expresión de Bidart, no fue sometida
al veredicto popular sino facturada entre cuatro paredes y promulgada en forma sibilina
antes de que se abriera fa democracia, Esto ha impedido cambios relevantes y ha
perpetuado el beneficio de pocos".

al menos, una participación del pueblo en el poder legislativo mediante una representación popular',
SCHMIIT, Carl, Te.aria de la Constitución, óp. cit., págs. S9~60,
lilNINO, CadQS S., Fundamentos de Derecho Constitucional, 3* reimpresión, Editorial Astrea. Buenos Aires,
2005, pág. 16,
H Vid. SIL VA BASCUÑÁN, Alejandro, Trat.ado de Derecho Constitucional. tomo ltl, La Constitución de
1980, Antecedentes y génesis, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1997, págs. 240~241-Vid. CRISTI,
Renato, El Pcnsami~mlo PcfiJico de Jaime Guzmán, Cap. 3. págs. 77-100,
32
"El autoritarismo a la larga se fortaleció, ya no como fuerza bruta, sino oomo orden amarrado, orden
transitorio finalmente aceptado por todos, por los dos lados del poder establecido: por fa razón y la fuerza",
JOCELYN HOLT, Alfredo, El Chile PetpfeJc, Del avanzar sin transar al transar sin ¡xwar, Planeta/ ArieJ,
cuarta edición, Santiago de Chile, 2001, pág, 202.
:n El caso del royalty minero es particularmente paradigmático.

18
19

Hemos reelaborado la idea de enclave autoritario en el sentido de otorgarle una mayor


extensión al concepto. La Constitución (o los aspectos normativos) son solo una parte de
este enclave: el formal; las otras dos, dicen relación con su cariz funcional: la fuerza
inveterada del hipercentralismo subyacente34 radicado en la costumbre y en consecuencia,
no formulado normativamente; y finalmente, el comportamiento sociológico de las elites
[partidocráticas y tecno-económico/burocráticas], afanadas en preservar sus esferas de
poder a ultranza; ellas propician un sistema sin reformas sustanciales [también actores
35
metropolitanos] . El segundo componente precede a l establecimiento de la «nueva
institucionalidad», en tanto que el tercero se consolidó después de llegada la democracia.

La estructura básica del mecanismo procedimental de rigidización-autoritaria, la


encontramos en tres instituciones claves, no todas engarzadas en el texto básico mismo, a
saber: La rigidización del texto ampliado de la Constitución [Bloque constitucional] por
medio del entramado de las leyes de rango constitucional, que perseguía proteger
férreamente un sistema valórico, un «orden» distinto a aquel contenido en la Constitución
de 1925; el establecimiento de un Tribunal Constitucional, cuya composición ha permitido
perpetuar el espíritu del texto original,36 por la vía de la interpretación virtualmente libre
del texto político37 y finalmente la Ley de Partidos Políticos que ha posibilitado el secuestro
virtual del sistema democrático por la vía de dificultar la rotación funcionaria; entrabar la

34
" • . • la Iglesia chilena ha sufrido un proceso de «episcopalización» en los úJtimos años [ ...] todo tiende a
concentrarse en los obispos, especialmente la posibilidad de expresión pública", CASTILLO VELASCO,
femando, Iglesia Liberadora y Política, ECO (Educación y Comunicaciones), Santiago de Chile, 1986, pág.
49.
35
"La elites oligárquicas «des-descentralizaron» al país, reduciendo los gobiernos regionales e [ntendentes a
un listado de desconocidos que rápidamente deberían aprender que «el ministro manda en todo lo que tendría
que mandar el Presidente del Gobierno Regional» [ .. .] La «ley de hierro de la oligarquía» ha sido eficazmente
ayudada en este ámbito por la existencia de poderosas variables, como el centralismo practicado por la
empresa privada, cuyas principales oficinas y ejecutivos residen en Santiago y no en las regiones en que se
encuentras sus explotaciones [para desempeñar su rol de poderes facticos completando el cuadro de la política
nacional", T APLA, Jorge. «Descentralización. Regionalización y Neosubsidiariedad» en Reforma
Constitucional, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005, pág. 169.
36 En estricto rigor ya con Sieyes se visualizaba la idea de controlar la supremacía de la constitución, idea que

se materializa en varios modelos entre los cuales está el Tribunal Constitucional, nacido de las cenizas de los
totalitarismos europeos.
37
Recordemos que recientemente se han reforzado sus atribuciones otorgándoles facultades para el control a
posteriori de la constitucionalidad de la ley, antes reservada para la Corte Suprema mediante el recurso de
foaplicabilidad. Se ha ido todavía más allá en su funcionamiento práctico como vemos más adelante.

19
20

diversidad y la existencia misma de partidos menos representativos de una sociedad cada


día más plural38.

Debemos sumar también en esta cosecha el tipo de Estado que hemos perpetuado: unitario
y superlativamente centralizado. En este centralismo extremo se sitúa nuestra principal
debi lidad para intentar una adecuada proyección hacia una sociedad desarrollada, que
permita el progreso armónico del Estado, con derechos y beneficios similares para los
ciudadanos. Quizás lo más delicado de la estructura institucional lo encontremos en este
Estado sin controles reales, con una rigidización desmedida que, articulada con fines
distintos (protegerlo de ideas totalitarias), ha devenido en un laberinto infranqueable que
impide hacer mejoras necesarias sino vitales. Los embates de la naturaleza, especialmente
los episodios telúricos, suelen recordamos de manera consistente esta fa lencia. A este
aspecto le hemos denominado Autoritarismo Horizontal en nuestro trabajo.

Dicho directamente, las incrustaciones en e l texto constitucional son solo parte del enclave
autoritario y mientras no se ponga énfas is en visualizar y consiguientemente corregir los
desequilibrios evidentes del sistema, estos seguirán enredando el camino democrático. Pero
aún en este escenario debemos reconocer el hecho evidente que el texto avanza con mucho
en su parte dogmática respecto de lo que existía previamente en nuestro sistema; ello quizás
se explique por e l denodado esfuerzo de la Comisión de Estudios que ocupó la mayoría de
su tiempo en trabajar en este tema.

Creemos y más adelante desarrollaremos, que el verdadero freno a cualquier modificación


es una amalgama de cuestiones jurídicas y sociológicas que han marcado claramente el
sentido del sistema y han reve lado su verdadera naturaleza. Existen también otros temas
relevantes desde e l punto de vista valórico o económico, también atados [protegidos) con
este sistema; haremos mención de ellos, pero sin adentrarnos en un análisis minucioso por
no responder a los objetivos de este trabajo.

Es posible afirmar a priori que la columna vertebral que permitió estructurar la nueva
institucionalidad tiene su centro en la Doctrina Cristiana, desde donde emergen sus

38
Esta idea no es mala per se sino que ha devenido en aberrante merced de la desviación que han hecho de
ella los partidos políticos actuales en su aplicación práctica.

20
21

postulados más emblemáticos; aunque no en un sentido teologal sino a través del tipo de
instituciones que ha ido construyendo, o como dirá MARITAIN con mayor salero «el
cristianismo como energía histórica accionando en el nwndo»39 . Es indispensable resaltar
el contenido específico de su propuesta ética40; núcleo central del «debate» con posturas
seculares; en la época de la dictación del texto, preferentemente de carácter marxista, dado
que las demás, si bien omnipresentes, tenían poco interés en subirse al escenario del debate
axiológico.

El sistema económico, no obstante la aparente lógica tecnocrática que lo impulsa hacia el


logro de metas, no ha podido quedar exento de responsabilidades en la crisis que afecta a
nuestra sociedad, particularmente por la dinámica de competencia y rivalidad que se sitúa
en el núcleo central de una sociedad individualista y anómica. Los frutos de tales
dinámicas, ya las comenzamos a sentir en sus expresiones sociales. Su mayor pecado de
juventud es el haber sido impuesto por medios represivos, que le dieron un cariz odioso que
no ha podido ser purgado hasta ahora. La destrucción del espacio ético de convivencia,
consecuencia de su funcionamiento, no ha contribuido a mejorar su imagen.

La sociedad actual requiere - por tanto- construcción ética, por ser portadora de sentido en
un «panorama de confusión y esterilidad» sostiene CAMPS; y agrega " Defender que
pertenecemos a la misma humanidad implica decir que no cualquiera forma de trato a las
personas vale igual y que no todos los costes del crecimiento y de la modernización son
igualmente aceptables ( ... ] necesitamos criterios esperanzadores y no solo sectoriales,
41
tribales, sino universalizables. Esto es, precisamente, la ética" • Quizás si la agudeza da
Maurras dé el tono exacto a la cuestión cuando expresa, no sin cierto cinismo, «Catholique
mais athée. Le catholicisme c 'est l 'ordre». 42

39 MARJT AIN. Jacques. Crisrianismo y Democracia. Colección Orfeo, Biblioteca Nueva, segunda edición.
Trad. Alfredo Weiss y Hector F. Miri, Buenos Aires. 1955, pág. 48. «hay en el mensaje evangélico,
implicaciones políticas y sociales que a toda costa deben desplegarse en la historia», ibídem. pág. 54.
40
Vid. FRI EDRfCH. Carl J., La Democracia como Forma Política y Como forma de Vida, Editorial Tecnos
S.A. trad. C. Zabal Schmidt-Volz, Madrid 1961 , pág. 68.
41
CAMPS, Victoria, El Malestar de la Vida Pública, Grijalbo Mondadori S.A., Barcelona, pág. 69.
2
~ Citado por ROMMEN, Heinrich A., El Esrado en el Pensamiento Católico, un tra1ado defilosojia política,
trad. Enrique Tierno Galván, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1956, pág. 17.

2l
22

«Se empieza a saber


que solo sirven las lámparas
que congregan a las sombras».

JORGE TEILLlER, Crónica de/forastero.

PARTE 1

CRISTIANISMO

Un breve repaso de nuestra historia reciente se hace necesario para centrar el tema en su
adecuado contexto. Aunque no son pocas las lecturas de este excepcional periodo, casi
todas recorren los mismos caminos. Nos parece que ha llegado la hora de sacar
conclusiones renovadas de un periodo confuso y doloroso; se requieren sobre todo
claridades; determinar hechos y actores, dejando de lado intereses partidarios o de otro
origen mezquino. Ello quizás nos permita establecer, con claridad meridiana, las reales
circunstancias que motivaron el quiebre de la democracia como asimismo las lógicas y
doctrinas que influyeron en la dictación de la Constitución de 1980.

No se trata -creemos- de un ejercicio ocioso y superabundante, sino de un valioso


elemento de interpretación y comprensión de una realidad que decantó en la forma
particular que ya conocemos y que fue fij ada a través de varios elementos: Psicológicos,
sociológicos, culturales y nonnativos.

Esta perspectiva se hace necesaria entonces porque -como afirma Carlos Santiago NlNO
con acierto- «Necesitamos una Constitución individualizada por ciertos hechos históricos

22
23

que conducen a un determinado texto, puesto que de lo Contrario entremos en el terreno


resbaladizo de las opiniones que son incorregibles intersubjetivamente»43•

En la historia de Chile han existido 11 textos constitucionales ( 1811, 1812, 1814, 1818,
1822, 1823, leyes federales de 1826, 1828, 1833, 1925 y 1980). Su elemento común ha sido
la creación de una estado unitario, salvo e l ensayo federal de 1826, con diversos grados de
presidencialismo. Estas constituciones se pueden dividir según el periodo histórico en la
cual fueron redactadas y por su elaboración y estructura interna.

La Historia de Chi le es bastante prolífica en fenómenos políticos con algunos caracteres de


similitud que reflotan impensadamente cada cierto tiempo. Nuestra historia constitucional
desde luego es muy afín con este concepto primario. El fenómeno del pronunciamiento
4
militar4 de 1973 obedece a una cierta sumatoria de circunstancias que se venían
arrastrando desde épocas anteriores y que empiezan a agitarse en el gobierno de la
45 46
Democracia Cristiana . La excesiva ideologización de este periodo abrió las compuertas
a una dinámica que culminó en la cáída del gobierno del socialista Salvador Allende, el
cual, no huelga decirlo, fue superado por las circunstancias históricas que le tocó vivir.
Muchos piensan que las convicciones democráticas del presidente Allende fueron una traba
importante en las agendas particulares de unos y otros.

Ya en el gobierno más tecnocrático de Alessandri, que llegaba a la Moneda en 1958 con un


discurso suprapartidario; se ve la imposibilidad de eludir la dinámica política que fijaba la
época. Dicho discurso no pudo mantenerse en el tiempo atendidas las circunstancias
desastrosas provocadas por el terremoto de 1960; el descontrol de la economía abierta y la
circunstancia política de la Revolución Cubana cuya influencia desestabilizadora comienza
a manifestase a partir de 1959. Todo ello provocó que no pudiera satisfacerse la promesa de
cambio prometida por el presidente derechista, facilitando el avance hacia el centro y luego

43
NINO, Carlos S., Fundamentos de Derecho Constitucional. óp. cit., pág. 21.
44
Denominación (eufemismo) que se utilizó en un principio para denominar este evento; es una expresión de
origen español.
45
" Le he cargado la responsabilidad a la DC porque pienso que fue esta corriente que, desde el gobierno,
desenfrenó el proceso político Chile no", JOCEL YN I-lOL T , Alfredo, El Chile Perplejo, óp. cit., pág. 1O1.
46
También a la intervención de las potencias extranjeras en nuestra política interna.

23
24

hacia la izquierda del espectro político; ello a contramano de la personalidad del mismo
7
presidente que "hoy podría ser calificada de neoliberal y tecnócrata',4 •

De alguna fonna era previsible que fuera el primer lustro de los setentas el punto de
inflexión en nuestra historia institucional reciente. Aún las mentes más lucidas y
moderadas 48 guardaban una cuota importante de reserva respecto de lo que significaba el
triunfo de Allende y la Unidad Popular. Forzoso es reconocer que muchos otros tenías
esperanza sinceras y profundas en el éxito del proyecto revolucionario de esta coalición.
Otros en cambio, especialmente dentro de la Casa Blanca, vieron en esta elección, el inicio
9
de un germen revolucionario que se debía extinguir, cualesquiera fuera el medio 4 •

"La CIA dividió la operación Allende en dos partes, que denominó Vía Uno y Via Dos. La Via Uno
era la guerra política, la presión económica, la propaganda y el juego diplomático[ ... ] La Vía Dos
5
era directamente un golpe militar" º.

No es desconocido el exceso de ideología que permeaba la arena política chilena e


internacional en la segunda mitad del siglo XX:51 , sumatoria de una serie de circunstancias
internas y externas que reunidas tuvieron un trágico resultado; desde luego que la escasa
representación del gobierno de la Unidad Popular fue un importante antecedente, dado que
52
se intentó cambiar revolucionariamente un país sin contar con la mayoría necesaria , en el
caso de que concedamos que una revolución sea posible en democracia.

41
CEA EGAÑA, Derecho Constitucional Chileno, óp. cit., tomo I, pág. 35.
48
"El mero triunfo de Allende, no es para desesperar, pero tampoco para sentirse dichoso. Apoyarlo es un
riesgo para la democracia libertaria pero un riesgo que puede correrse ante la expectativa de otros peores ... ".
MILLAS, Jorge: En Cartas Salidas del Silencio [Selección y notas de Pedro Pablo Zagers; Thomas Harris y
Daniela Schütte], LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2003, pág. 102.
49
"El objetivo era aterrorizar al electorado; «mostrar que una victoria de Allende corría el riesgo de destruir la
democracia chilena-en palabras de [Richard] Helms [Director de la CIA/1966-1973]", WEINER, Tim,
Legados de Cenizas, La historia de la CIA, Editorial Sudamericana S.A (Debate), trad. Francisco J. Ramos,
Buenos Aires, 2009, pág. 323.
50
Ibídem, pág. 325.
51
Que lleva a los norteamericanos a motejada de bizantina, correctamente creo yo.
52
La extrema radicalización de los conflictos en la UP se produjo por: "la habilidad táctica [... ]del PN, el que
no solo orientó su base social en una perspectiva desestabilizante y deslegitimadora del marco institucional de
los conflictos[ ... ]; 2) el considerable peso[ ... ] que las fuerzas rupturistas alcanzaron en la izquierda, (en el
llamado <<polo revolucionario»), las que al igual que las de la derecha, impulsaban una política que contribuía
a deslegitimar el marco institucional de los conflictos[ ... ]; y 3) la inexistencia -en el marco de un sistema de
partidos de «pluralismo polarizado»- de un centro pragmático capaz de dar, a través de un acuerdo moderado
con el gobierno, una contribución significativa a la despolarización del cuadro político". CORVALÁN
MARQUES, Luis, Los Partido Políticos y el Golpe del ! l de Septiembre, Editorial Universidad Bolivariana,
Segunda Edición, Santiago de Chile, 2004, pág. 15.; Cfr. VALENZUELA, Arturo, El quiebre de la
democracia en Chile, Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2003, pág. 176.

24
25

Por un lado se obligaba a la mayoría de los ciudadanos, ajenos o derechamente contrarios a


53
la ideología marxista ; a adoptar y seguir las directrices del gobierno de la Unidad Popular,
no particularmente interesado en respetar la legalidad vigente. En esto tuvo marcada
importancia la denominada doctrina de los Resquicios Legales implementada por un
ingenioso jurista que felizmente la historia ha quitado de sus pági nas estelares. Si hemos de
ser justos, esta idea tergiversada del Estado de derecho, considerado como un simple
legalismo/fonnalidad, fue impulsada en su origen por la Democracia Cristiana. Tal es el
sentido de su autodenominada «Revolución en Libertad» 5~.

Por otro lado, hemos afirmado previamente, se encontraba la presión política internacional
particularmente la estadounidense, que deseaba imponer su agenda hegemónica en el
continente latinoamericano, donde Chile había sido un actor relevante. El giro de la
economía de la Unidad Popular hacia formulas expropiatorias y contrarias al libre mercado
le atrajo, además, la hostilidad de los conglomerados económicos globales.

" En cuan to Allende ganó las elecciones, e incluso antes de que jurara el cargo, las empresas
5
estadounidenses le declararon la guerra a su administración',; •

Otro antecedente importante fue el hecho de juzgar erróneamente la real disposición de las
Fuerzas Armadas; cuestión que les lleva a integrarlas al poder56. Este fue un error no menor

53
Recordemos que la Unidad popular llegó a la presidencia por un magro margen de votos, menos de
cuarenta mil, que globalmente constituía un 36,2% del e lectorado.
54
" Así, por ejemplo, Eduardo Freí sostenía "Chile no puede quedarse atrás; si no salvamos a Chile haciendo
una revolución en libertad, llegará una mañana que reinará el odio, el temor y la irracionalidad", Osear
Pinochet de la Barra, El pensamiento de Eduardo Frei (Santiago de Chile, 1983), p. 172. Jaime Castillo
Yelasco, Jacques Chonchol y Jaime Silva Solar, Cfr. "Informe sobre el concepto de revolución en libertad",
aprobado en el Congreso Nacional del Partido Democratacristiano en agosto de 1966 "La revolución en
libertad es el paso de la sociedad capitalista a la sociedad comunitaria ( ...) este proceso se efectúa por el
pueblo, conducido por el partido y ejecutado por e l gobierno", Cfr. (El Mercurio, 28 de agosto de 1966).
Francisco Javier González Errázuriz, El partido Democratacristiano: la lucha por definirse (Santiago, 1989),
hasta ahora el análisis más penetrante. Femando Suau Baquedano, La democracia en el PDC chileno: de la
ambigüedad a la crisis institucional ( 1917-1979) (Santiago de Chile, 1989). BRA YO LIRA, Bemardino,
«Ejercito y Estado de Derecho en Chile», Estudios Públicos, 61 (verano de 1996).
55
KLErN, Naomi, la Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre, Editorial Paidós SA ICF.,
trad. Isabel Fuentes García, Albino Santos, Remedios Diéguez y Ana Caerols, Buenos Aires, 2008, op. cit.,
Eág.97.
6
'·En Chile. esto ha sucedido tan solo en dos ocasiones, ambas durante el siglo XX: una en 1924 y la otra en
1973. En las dos, a petición de los propios políticos de partido.., BRA YO LIRA. Bemardino, ibídem, pág.
234.

25
26

57
del gobierno de Salvador Allende , como también lo fue el dejarse llevar más allá de lo
razonable por la influencia de Fidel Castro y su Revolución. Concordante con ello CEA
EGAÑA afirma, "Es peligroso a la vez que incentivante de la intervención militar, nombrar
en posiciones políticas decisivas a los uniformados"58 • Lo es porque les proporciona a estos
la sensación cierta de que pueden tomar el mando de la nación en iguales o mejores
condiciones que los gobernantes civiles. Una última razón para convencer definitivamente a
las Fuerzas Armadas de intervenir fue una desafortunada decisión del gobierno, "En
respuesta a las presiones de las que era objeto por parte de la CIA [el presidente Allende],
creó un ejército paralelo denominado Grupo de Amigos del Presidente [GAP], y Fidel
Castro respaldó la iniciativa. El ejército chileno no podía consentirlo"59 •

En Chile podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que la verdadera revolución60 se


produjo a partir del violento golpe de Estado de 1973 que permitió el ingreso por la puerta
ancha de una serie de ideologías que antes solo se habían deslizado subrepticiamente en
nuestro escenario republicano; ellas se instalan como base para la formulación de una
nueva institucionalidad. Dos de ellas al menos, han sido objeto de intenso debate; pero hay
una tercera que ha merecido menos atención y que en esta parte de nuestro trabajo tenemos
la intención de redimir; nos referimos a la Doctrina Cristiana, que era el referente
ideológico de muchos de los comisionados y de la gente que asesoraba al Gobierno Militar.
Tampoco podemos dejar de considerar la influencia ejercida por lo que podríamos
denominar, el/actor internacional, donde efectivamente se estaba librando una lucha por la
62
hegemonía del planeta61 cuya batalla decisiva empezó a gestarse en este lejano país . La

57
Analistas Soviéticos rescataban este aspecto: "Se advierte que los intentos del gobierno de involucrar a los
militares en política pueden despertar sus apetitos de poder y proporcionarles experiencia en la administración
del Estado". ULIÁNOVA Oiga, «La Unidad Popular y el Golpe Militar en Chile: Percepciones y Análisis
Soviéticos}>, Revista de Estudios Públicos, 79 (invierno 2000), pág. 98.
58
CEA EGAÑA, José Luis, Derecho Constitucional Chileno, tomo I, óp. cit., pág. 41.
59
WEINER, Tim, Legado de Cenizas, La Historia de la CIA, óp. cit., pág. 331.
60
"El objetivo primero de toda revolución es crear e institucionalizar un orden político nuevo en sustitución
del anterior" JAUREGUI, Gurutz, La Democracia en la Encrucijada, óp., cit., pág. 82 [la cursiva es nuestra].
61
[El PS] "sostuvo que el enfrentamiento político nacional formaba «parte del cuadro general de la lucha
revolucionaria en América Latina y en mundo entero ... }> La revolución chilena era así concebida como un
eslabón dentro de un proceso internacional". CORVALÁN MARQUEZ, Luis, Los Partidos políticos y el
Golpe del J1 de septiembre, óp. cit. pág. 57.
62
"En el contexto internacional de la época -el mundo bipolar de la guerra fría-, este proceso político,
esencialmente chileno y protagonizado por actores chilenos, adquirió a la vez dimensiones de un
enfrentamiento indirecto, pero profundamente significativo, de la guerra fría". ULIÁNOVA, Oiga (2000)
ibídem, pág. 84.

26
27

situación mundial se había polarizado irremediablemente y a guisa de los relatos de


Homero, se hace combatir a sus mejores guerreros63 a fin de evitar un derramamiento
mayor de sangre. El enfrentamiento se produciría en un escenario mínimo, cuasi
referencial, que permitiría establecer si era posible esta revolución en un escenario
64
democrático liberal .

Esta opción, a primera vista inocua, resulta una cuestión crucial desde el punto de vista de
la filosofía política para entender el proceso que iniciaba Chile a mediados de los setentas.
Resulta atingente aquí la observación de Schmitt cuando introduce sus aportes al
pensamiento contrarrevolucionario subrayando la importancia de redimir la tradición en el
pensamiento político, cuestión sentada por BONALD en los siguientes términos:

" La tradición es ante sus oídos la única posibilidad de alcanzar e l contenido que la creencia
metafísica del hombre puede aceptar, porque la intel igencia del individuo es demasiado ílaca y
mísera para conocer por sí sola la verdad" 65 .

Es entonces un aspecto trascendente de la postura de las autoridades militares, congruente


con el tradicionalismo teológico, que reconoce sus antecedentes en pensamientos de
filósofos católicos del estado 66. En otro texto emblemático se puede leer:

«Frente a esa lucha entre una espléndida tradición cristiana en la cual aún palpita la vida, una acción
revolucionaria inspirada por la manía de novedades a la que se refería León XIII en las palabras
iniciales de la Encícl ica "Rernm Novarum ", es natural que el verdadero contra-revolucionario sea el
defensor nato del tesoro de las buenas tradiciones, porque ellas son los valores del pasado cristiano
67
todavía existentes y que se trata exactamente de salvar» •

Como puede apreciarse, existen decisivas razones para abordar este aspecto de nuestros
orígenes constitucionales. No hacerlo en este trabaj o implicaría cercenar una parte relevante
de la integridad del cuerpo doctrinario que en la actualidad nos rige y que suele ser motivo
recurrente de nuestras quejas.

63
HOMERO. La !fiada. canto 111.
6
Al menos como afirma JOCEL YN HOLT, [para los bloques mundiales] "Chile sería w1 test case que
~
comprobaría si ello era posible o no", El Chile Perplejo, óp. cit., pág. 93.
65
SCHMITT, Carl, Teología Política, cuatro ensayos sobre la soberanía, Editorial Struhart & Cia, Trad.
Francisco Javier Conde, Buenos Aires, 1998, pág. 76.
66
Ibídem, pág. 75.
67
CORREA DE OLIVEIRA, Plinio, Revulm.:iún y Conlra- Revo/11ción, Editorial Apóstol Santiago, segunda
edición chilena, Santiago de Chile, 1992, pág. 98.

27
28

Capítulo I

LA DOCTRINA CRISTIANA

Se ha afirmado, creo yo con corrección, que las circunstancias históricas que propiciaron el
golpe militar mancomunaron fuerzas de distinto origen. No puede extrañar, entonces, que
estas diferencias afloraran a la hora de tomar decisiones claves, tanto en lo referido al
camino que se debía seguir, cuanto al contenido y duración de la excepcionalidad. La nave
estaba «entregada merced de los vientos»68 dado que pilotos castrenses poco sabían de las
acciones que se debían ejecutar, al menos en estos primeros momentos del golpe militar.

Está suficientemente demostrada la inconsistencia programática de esta primaria fase del


régimen militar, especialmente reflejada en las proclamas y medidas que tomaron las
autoridades golpistas en las semanas siguientes al 11 de septiembre; son numerosos los
documentos que apoyan esta tesis ahora bastante indiscutida69.

Pero ello no significaba de manera alguna que todos los actores pecaran de estas mismas
indecisiones y dudas. Se sabe también que desde un punto de vista político, las fuerzas
civiles ya habían delineado una idea bastante precisa de lo que debía hacerse70• Jaime
Guzmán es el principal adalid de esta postura y por supuesto el hombre encargado de llevar
adelante las pretensiones de los grupos civiles más influyentes del naciente régimen. Es
también representante de una fuerza muy relevante aunque poco visibilizada, emparentada
con las elites más cercanas a la Iglesia más conservadora.

68
DE AQUINO, Tomas, De Regimine Principum [el Gobierno Monárquico), testo latino y traducción
castellana por D. León Carbonero y Sol, Sevilla, Imprenta y Librería de O.A. izquierdo, 1861, libro I cap. l.
69
Cfr. V ERG ARA, Pilar, Auge y Caída del Neoliberalismo en Chile, Flacso, Santiago de Chile, 1985, pág.
64; CRISTI, R. El Pensamiento Político de Jaime Guzmán, óp., cit., cap. 3 y passim.; En análogo sentido
BOENINGER, Edgardo, Democracia en Chile: lecciones para la gobernabilidad, Editorial Andrés Bello,
Santiago de Chile, 1997, págs. 256-257.
70
Esta cuestión será desarrollada latamente a propósito del Autoritarismo.

28
29

Esto se puede visualizar ya en el Acta [secreta] Nª l de la Honorable Junta de Gobierno


de fecha 13 de septiembre de 1973 en la cual se señalaba que el profesor universitario
Jaime Guzmán estaria encargado de estudiar la promulgación de una nueva Constitución
Política del Estado7 1.

Guzmán representó, en un primer momento, la postura política y jurídica de la derecha más


apegada a la iglesia, que propugnaba ideológicamente un cierto rechazo a la secularización
excesiva de la sociedad chilena. Esta venía en un proceso de pérdida de influencia
especialmente a partir de los años veinte [sino antes] y se manifestaban además, claramente
contraria a las posturas de la izquierda marxista, radicalmente aconfesionales.

Este sector arrastraba hacía tiempo, una clara antipatía por el estilo de política que se estaba
practicando en nuestro país; criticaba su pluralismo ideologizado y radicalizado que
amparaba cualquier modalidad de lucha, en un escenario bastante excedido. No solamente
en lo político, sino que en todos los espacios de la vida pública, especialmente en el
universitario 72• Ya veremos que será éste el principal escenario ocupado por Guzmán para
iniciar la ofensiva conservadora destinada a controlar estos «excesos» del gobierno
marxista y plantear la idea de una nueva institucionalidad, que será posible, años después,
en el gobierno no democrático de las Fuerzas Armadas.

La propuesta de lucha extra instituciona/73 levantada por el partido socialista por un lado y
las diversas acciones propiciadas especialmente desde la Casa Blanca, particularmente a
partir de la administración Nixon, venían a ser la culminación de una serie de decisiones
extremas74 que finalmente desembocarian en las desgraciadas circunstancias del 11 de

71
"el 13 de septiembre de 1973, en las Actas Secretas de la primera sesión de la junta de gobierno se consigna
lo siguiente: «Se encuentra en estudio la promulgación de una nueva Constitución Política del Estado,
trabajo que está dirigido por el Profesor Universitario Dn, Jaime Guzmán,/', CRISTI y Ruiz-Tagle, La
República en Chile, óp. cit., pág. 192.
72
"Desde el primero de agosto gozo de esta benéfica condición [de jubilado], gracias a la cual comienzo a
recuperarme de la asfixia que ya me producía la Universidad de Chile, en donde la perversidad demagógica
sigue explotando al candor de los muchachos y la bonhomía de muchos catedráticos", MILLAS, Jorge, «Carta
a Luis Oyarzun de 9 de septiembre de 1970»: En Cartas Salidas del Silencio [Selección y notas de Pedro
Pablo Zegers; Thomas Harris y Daniela Schütte], LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2003, pág. 102.
73
La Comisión Agraria del PS exponía en un documento de la época: «el problema central que enfrenta el
proletariado; esto -agregaba- históricamente, se ha visto, es imposible sin una revolución violenta»,
CORVALÁN MÁRQUEZ, Luis, Los partidos políticos y el Golpe del 11 de Septiembre, editorial
Universidad Bolivariana, segunda edición, Santiago de Chile, 2004 pág. !OO.
74
No solo provenientes de éste partido, sino de casi todos los actores del juego político partidista.

29
30

septiembre de 1973, en una fonna tan agreste que dif!cilmente pudo ser prevista por alguien
que razonara en términos de política tradicíonal15 . Veremos que Ja mayor responsabilidad
en esta actuación institucional dei Ejército corrió por parte de la temida Doctrina de Ja
Seguridad nacional impulsada desde Washington.

"Un dispositivo clave de la estrategia contrainsurgente fue la capacitación de oficiales de las


fuerzas Armadas de la Región en la Escuela de las Américas [.,.] En casí cuatro décadas instruyó a
más de 60.000 militares y policías, entre ellos a varios oficiales que luego fueron parte de distintas
dictaduras, cuando no los propios dictadores, y/o responsables de violaciones de derechos humanos
en gobiernos civlles"16 ,

Decíamos que los principales sectores nacionales que apoyaron eJ golpe de Estado (no los
únicos) estaban constituidos por la derecha, cereana a la Iglesia Católica y la Democracia
Cristiana (al menos en sus cúpulas más visibles); debemos incluir también a los
economistas provenientes de la Universidad de Chicago, La actuación más importante de)
abogado gremialista en este periodo fue precisamente respaldar estas facciones en el seno
del gobierno militar77. Además de eHo, velar porque las posturas doctrinales sustentadas por
estas tuvieran una real concreción en el entramado institucional del Régimen Militar,
particularmente en el texto Constitucional, que es lo que ahora nos ocupa.

Debemos poner de relieve que la Constitución de 1925 cayó en una suerte de pérdida de
eficacia, merced de la excesiva ideologización del debate político que resultaba cada vez
más radicalizado más concretamente a partir del gobierno de Eduardo Frei y su Revolución
en Libertad. Debemos mencionar aquí la decisiva influencia de los Estados Unidos en
eventos que dieron un giro a 1a secuela natural de Ja política nacional, favoreciendo las
candidaturas falangistas en los años sesentas 1 amparadas y financiadas por esta. potencia78 ,

"Parte del atractivo del programa de la Unidad Popular se halJaba en la promesa de realizar cambios
drásticos,, pero sin violencia. Paradójicamente, en este programa nada se dijo de las reformas

15
«Intentar transitar el camino político instítuctonal sin tropiezos hasta alcanzar el objetivo final, era solo una
ilusión, tma frágil ilusió1rn, ALTAMIRANO, Carlos, Dialectfca de una derrota, Siglo XXI Editores S.A.,
MW-:ico D.F., 1977, pág. 67.
¡g ANSALDI, WaJdo y Giordano, Verónica, América !A.tina, La Construcción del O,.den, tomo ll, De las
socíedades de masas a las sociedades en procesos de reestructuración, A riel, Buenos Aires 1912, pág.489.
77
"Guzmán guia los pasos iniciales de la Junta Militar, juega un p~J decisivo en la fonnación y
consolidación del nuevo régimen político y Sé convierte en su Kronjurist [,,.] esta estrecha colaboración[,.,]
se extenderá hasta 198-1, año en que se promulga la nueva Constitudón", CRISTI, Renato, El Pensamiento
Político de Jaime Guzmán, óp. cit., pág. 34.
:i Vid. KORNBLUH, Peter, lfJs EEUU y el derrocamiento de Allende, Ediciones B Chile. S.A, 2003.

30
31

constitucionales, lo que es curioso y hasta absurdo en un país legalista y en el cual , sobre todo la
Carta Fundamental, sirve de dique a la tabla rasa de los derechos adquiridos. Obviamente, este
si lencio no era olvido ni ignorancia, sino que táctica o estrategia, como en esos años se decía, pues
pronto se constató la existencia de los resquicios legales. Acudiendo a estos se buscaba interpretar
la legislación capitalista para aplicarla según una mentalidad socialista. Era cuestión de manipular o
instrumentalizar el Derecho burgués, prescindiendo de los valores que le infundieron sentido
legítimo, para restringirse a su neutra envoltura formal. Amparado en precedentes exegéticos y
exprimiendo al máximo las potestades del presidencialismo seria, en definitiva, factible avanzar así
sobre el filo de la legalidad" 79

La idea que nos parece pertinente destacar aquí es que en la medida que nos vamos
a lejando del respeto debido al texto constitucional empiezan a emerger nuestras crisis
institucionales. Partiendo de un orden impuesto no pocas veces manu militari solemos ir
relajando sistemáticamente nuestras costumbres cívicas para caer inevitablemente en
situaciones de anarquía. Esta asonada termina, generalmente, por medios radicales,
cruelmente. De allí un nuevo ciclo.

Dadas estas expresiones, queda claro que sostenemos la inevitabilidad del quiebre
institucional del 11 de septiembre de l 973 80 y discrepamos con aquellos que piensan que
pudo resolverse por vías constitucionales81 • Ello no era posible por muchas razones,
bástenos una pocas que a modo de síntesis: Nadie propuso detener la dinámica de los
hechos; nadie parecía apreciar las bondades de la democracia; las cúpulas políticas estaban
ideologizadas cuando no contaminadas con los intereses y capitales extranjeros que jalaban
hacia los extremos; en fin, muchos parecían festejar este estado de cosas. Pero estos
revolucionarios, como afirmaba Maquiavelo «tenían la debilidad de Savonarola; eran
capaces de conducir hacia un precipicio, pero eran incapaces de concretar sus ilusiones:
82
"pro fe tas desarmados"» •

79
CEA EGAÑA, José Luis, Derecho Constitucional Chileno, óp. cit. tomo 1, pág. 39.
so "Hacia 1973, el gobierno, actor de la última escena del drama, estaba técnicamente caído. Por eso es que,
entre otras, las gestiones de conversaciones del Cardenal Raúl Silva H. y las entrevistas de Allende-Aylwin,
no llegaron ni podían llegar a ningún resultado". CARRASCO, Sergio, «La Crisis político constitucional del
11 de septiembre de 1973, Antecedentes y consecuencias», en Revisra de Derecho de la Pontifica
Universidad Católica de Va/paraíso. XXV (2004). pág. 123.
81
"No era inevitable el desplome del orden democrático. Los colapsos democráticos no son el resultado fatal
de factores que empujan a los actores y a las instituciones hacia el precipicio, sin poder hacerse nada para
impedirlo", HUNEEUS, Carlos, Chile 1111 país dividido: la actualidad del pasado, Catalonia, Santiago, 2003,
rág. 38.
2
MOULIAN, Tomás, «Tensiones y Crisis política: Análisis de la década de los sesenta» en MOULIAN,
Flisfich, Ángel y Aldunate, Alfonso, Estudios sobre sistema de partidos en Chile, Flacso, Santiago de Chile,
1985, pág. 109.

31
32

Sabemos quién se alzó con el triunfo ide-ológico, seguramente porque puso más fichas en
este juego; aunque sería infundado hablar de una suerte de cooptación de las Fuerzas
Armadas por esta potenda83 • Lo más claro es que e! mismo gobierno de la UP dio algunos
(malos) pasos para hacer justificahle, para parte importante de la ciudadanía, el golpe
militar. A ello debemos agregar, una mayoría opositora que nunca dejó de serlo y que
posibilitó la viabilidad política del golpe de estado84. La Corte Suprema también aportó con
su granito de arena en esta debacle institucional al insistir que su rol era «aplícar sin más las
leyes sean buenas o malas»85 . Esto, que en periodos de nonnalidad es aplaudible, es
repudiable en momentos que el sistema político está en juego.

Las cortinas de una época se cierran trágicamente el 11 de septiembre de 1973, como


consecuencia de una polarización buscada afanosamente sin atender a sus consecuencias
lógicas. Los programas presidenciales de Frei y Allende proponían cambios ambíciosos y
radicales que precisaban <da formación de un gran bloque democratizadon;Só lejos de eHo.
estos proyectos se orientaron más por una racionalidad competitiva [radical] que por una
racionalidad cooperativa.

Todas estas circunstancias,. de una u otra fonna, condicionaron muchas de las decisiones
que se tomarían de allí en adelante. Nadie podía esperar que pudieran proyectarse futuras
normas de convivencia sin atender a este terrible escenario, La historia no podría dejar de

t~ "Se calcula que desde 1970 a t 973 el gobierno norteamericano habría invertido ocho millones de dólares en
acciones encubiertas de apoyo a La oposición a ta UP", JOCEL YN HOLT, Alfredo, óp,, ch., pág. 126; En el
mismo sentido KORNBLUH, Peter, ÚJS EEUU y el derrocamiento de Allende, Ediciones B Chile. S.A, 2003,
especialmente documentos págs. 133~224.
84
"El apoyo general de la opinión a la intervención militar, reoonociendo la ruptura del consenso ya
producida mucho antes, fue un factor decisivo para precipitar hl crisis... CARRASCO. Sergio, «La Crisis
Político..Constitucional del 11 de Septiembre de 1973. Antecedentes y Consecuencias>l, Revista de Derecho,
XXV, Universidad Católica de Valparaíso [20041 pág. 124.
85
BRAVO LIRA cita los siguientes anteoedentes: «Corte Suprema, Sentencia, 25 de mayo de 1%2,
considerando 17, en Revista de Derecho y Jurispn.rdencia, 59 (Santiago de Chile. 1962). La misma doctrina
es reiterada en los discurSoS inaugurales del afio judicial posteriores. Gonzalo Vicente Molina. "La Memoria
anual del Presidente de la Córte Suprema 1919-1976", tesis, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, 1976
(inédita). Últimamente, Enriqué Cm:-rea Labra, Dtscurso de inauguración del u.tio judiéia.l 1992: "La ley la
dicta el poder político -Poder Ejeeutivo y Poder Legislativo- y ellos dicen lo que es just(l, sin que le sea
permitido al juez discutir o dudar de la justicia que la ley encierra", en El Mercurio, 3 de marzo de 1992.
Bemarrlino Bravo Lira, "luda:. minister aequitatis. La integración del derecho, antes y después de la
codificación". en AHDE. 61, 1991, Enrique Navarro Beltrán, "La Judicatura analizada por los Presidentes de
la Corte Suprema. Veinticinco afios de promesas incumptidas"; en Estudios Públicos, 54 {Santiago de Chile.
1994)», pág. 248.
Sil MOVLIAN. Tomás, «Tensiones y Crisis politica: Análisis de la dtkada de los sesenta,, óp. cit. pág. 67.

32
33

aprender de sus errores, no a tan alto precio. La dureza de la dictadura militar otorgó
todavía mayores causas de dolor.

Las Fuerzas Armadas llegan al poder bajo la consigna de ser garantes de la


institucionalidad87 y los valores patrios y religiosos88, cuestión que correspondía en gran
89
medida a la realidad del momento . Obedecía también a un rol que le había endosado la
clase política a lo largo de su extensa historia republicana90. Otro aspecto que resaltó en
esta primera etapa fue el marcado tinte legalista que secundaba sus actuaciones. Esta
meticulosidad llamaba la atención; desde los primeros bandos se trasuntaba un rebuscado
estilo j urídico, contrapuesto con las circunstancias urgentes que rodearon la caída del
gobierno constitucional. La mano normativa, ciertamente civil, se vio desde el primer
momento y las ideas tras ellas, claras.

Si bien consideró el gobierno de facto preservar la Constitución de 1925, lo cierto es que a


poco andar se impone la tesis de Jaime Guzmán, para quien se estaba frente a un proceso
fundador ( de una nueva institucionalidad), y ello requería una nueva norma fundamental.
De hecho es el mismo Guzmán quien extiende el certificado de defunción al viejo texto
político. ElJo acontece en una publicación de diario "El Mercurio" de fecha 5 de octubre de
1975 [pág. 27] en la cual se discurría acerca de la «Necesidad y trascendencia de las Actas
Constitucionales» en que se da un enfoque definitivo al tema.

" Nadie que lea el texto de la Constitución de 1925 (incluso con las reformas expresas que se le han
hecho hasta la fecha), y que lo confronte con la realidad político-institucional imperante, puede
adquirir un varadero convencimiento de que aquella está vigente, por mucho que se diga que ello es

87
"Los miliares fueron llamados y cumplieron una obligación legal, porque el poder legislativo y judicial, el
congreso y la corte Suprema habían denunciado públicamente que la presidencia y su régimen quebrantaban
la constitución, los acuerdos votados ene parlamento y las sentencias [ ... ] cuando se producen en el país
condiciones que no se han producido nunca, como en Chile, tan claras y abundantes en la historia del mundo,
el derecho a la rebelión se convierte en deber. Es un derecho jurídico proclamado por todos los tratadistas e
historiadores como el padre Mariana en España", Frei Montalva, Eduardo, declaraciones al diario Español
ABC, publicadas el 10 de octubre de 1973, citado por BRAVO LlRA, Bemardino ( 1996), óp. cit., pág. 252;
Cfr. GRJSÁEV, Pavel y Chibiriáev, Stanilslav, Chile legisla el Fascismo, Editorial Progreso, traducido del
ruso N. Scherbakova, Moscú, 1980.
88
Véase los primeros bandos y decretos leyes del régimen militar.
89
" La no intervención estaba condicionada al desempeño de los dirigentes civiles, pero no a un principi_o
definido de lealtad a la autoridad civil. Los oficiales chilenos se veían a sí mismos como los guardianes de la
Constitución" , VALENZUELA, Arturo, El quiebre de la Democracia en Chile, óp., cit., págs. 56-57.
90
"A esta transfonnación del régimen de gobierno corresponde otra del papel de las Fuerzas Annadas que, en
defecto del presidente, se convierten en puntales del Estado de derecho ... ", BRA YO LIRA, Bemardino
( l 996), Ibídem, pág. 241.

33
34

sin perjuicio de las otras refonnas que 13 Junta de Gobierno le haya introducido en e) ejercicio de su
Potestad Constituyente. La Constitución de 1925 está muerta en la realidad práctica y, lo que es aún
más importante, en la mente del pueblo chileno. Se gana, pues. en realismo si se le substituye por un
conjunto renovado de Actas Constitucionales, en vez de dejarla vivir para exhibir únicamente los
"colgajos" a que los hechos históricos la han reducido {Guzmán, 1975:27)."91

En un sentido similar se pronuncia CEA EGAÑA, para quien la Constitución de 1980 fue
concebida. estudiada, redactada y aprobada con el preciso propósito de reemplazar a 1a
Constitución de 1925. "Tras un breve lapso inicial de confusión o incertidumbre, no hay
duda que el Gobierno de la época tuvo siempre presente la idea de implantar una Nueva
Constitución. probablemente a raíz de reputar fracasada a la precedente, Nunca se avanzó,
por ende, en la hipótesis de una modificación. por sustancial que fuera. de la Carta
Fundamental de 1925'~92•

Parte importante de la doctrina extiende la vida de la Constitución de 1925 hasta el mes de


marzo de 1981 93 cuando se inicia la vigencia del nuevo texto; para otros, su vigencia habria
concluido antes del l l de septiembre de 197394, En estrí<:to rigor discrepamos de ambos
planteamientos; del primero porque efectivamente el hecho mismo que se conculcara y se
tratara de violar la Constitución especialmente mediante el execrable mecanismo de los
resquicios legales95 , implicaba que se estaba frente a un Constitución que aunque
agonizante, plenamente vigente; esta vida accidentada de la Constitución de l925 comenzó
a manifestarse tempranamente. Solo regiría plenamente a partir del año 1932) esto es, <:así
una década después de su promu!gación, en el segundo gobierno de Arturo Alessandri
Palma.

91
Citado por CRISTI, Renato ( 1993) óp. cit, pág. 238.
91 CEA EGAJ\JA, José Luis, El Sistema Constitucional de Chile. Síntesis Critica, Facultad de Ciendas
Jurídicas y Sociales, Universidad Austral, Valdivia, 1999, pág. 22.
93
La Constitución Política de 18 de septiembre de 1925, rigió ha.<rta el 11 de mar.ro de {981, esto es, por algo
más de 55 años, al ser reemplazada por la constitución Política de la República de Chi1e de 11 de septiembre
de 1980", CARRASCO D .• Sergio, Génesis y Vige,,,;UJ de los textw Constitucio11<1les Chilenos, óp. cit.,

~ ª~i1 fi
4
6
de septiembre, Chile ya no tenía ni institucionalidad verdadera ni democracia auténtica y vivía una
virtual anarqu!a política, económica y social", ROJAS, Gonzalo, Achurra. Marcela y Dussaillant, Patricio
(eds.), Derecho Pólitico, A.puntes de Clases del profesor Jalme Guzmán Errá:turiz, Ediciones Universidad
Católica de Chile. Santiago 1996, pág. 120.
95
Cfr. NOVOA MONREAL, Eduardo, Los resquicios Legales. Un ejercicio de Lógica Jurídica, ediciones
BAi, Santiago, 1992.

34
35

La prolongación de su vigencia más allá del 11 de septiembre de 1973 no parece ajustarse a


la realidad; un gobierno de facto es opuesto a un gobierno constitucional «La fuerza
nonnativa ya no arranca de una manifestación de poder constituyente, sino de la decisión
del gobernante»96. Como afirma Renato CRISTI, siguiendo este mismo razonamiento, "en
el mismo instante en que la junta militar asumía el poder constituyente, es decir a partir del
11 de septiembre de 1973, la Constitución de 1925 dejaba de existir. Su inviolabilidad y
supremacía habían sido de hecho sobrepasadas"97 .

En ello concordamos con nuestro viejo profesor de Derecho Constitucional Enrique Pascal
García-Huidobro que en sus clases narraba con cierta perplejidad que él nunca pensó que
un país pudiera funcionar sin una Constitución como ocurría en aquella época (primeros
años de la década de los ochenta) en Chile; aunque debemos reconocer que en los hechos se
produjo un fenómeno de desconstitucionalización o cuasi desconsagración del texto, lo cual
significó que éste pasó a tener el valor de simple ley que, para fines funcionales, se decía
vigente, como una espuria señal de un respeto a la legalidad que realmente no existía 98.

Al parecer las ideas de Carl Schmitt y su decisionismo, procedentes de vía peninsular,


tuvieron protagonismo es este lapso de nuestra historia constitucional. La Junta de
Gobierno estaba segura de ejercer el poder constituyente99 y seguramente creía tener la
representatividad de la ciudadanía [la soberanía]. Esta vieja cuestión, de quien tiene el
poder o derecho de hacer una Constitución es algo que se remonta a la historia misma del
constitucionalismo y desde el abate Sieyes que se viene diferenciando el poder
constituyente y el constituido. Nuestra doctrina ha utilizado desde aquella época [ingreso

96
VERDUGO M., Mario y García Barzelatto, Ana M., Manual de Derecho Político, Instituciones Políticas,
tomo 1, Editorial Jurídica de Chile, tercera edición, Santiago, 2.000, pág. 289; asimismo del mismo autor,
«¿Se encuentra vigente la Constitución?». en Emilio Pfeffer Urquiaga, Manual de Derecho Cons tituc ional,
Ediar Conosur, Santiago de Chile, 1999, págs. 131 -137.
97
CRlSTI, Renato ( 1993), óp. cit., pág. 238.
98
"El señor Silva Bascuñán señala que para él es evidente que en Chile, en ese momento, no tiene
constitución escrita. Se ha producido, agregó, un fenómeno de «desconstitucionalización» de las normas
constitucionales, las cuales han pasado a tener vigencia en el mismo que las leyes ordinarias", (Actas
Oficiales de la Comisión Constituyente, Sesión 14:4). Cfr. CRISTI, Renato ( 1993), óp., cit., pág. 242.
99
Los textos que dan cuerpo a las primeras modificaciones a la constitución son bastante elocuentes.

35
- - - - - - - - - - - - - - - - --

36

del influjo de Schmitt en nuestra doctrina] Ja nomenclatura «poder constituyente originario


~' conslttuyente
y puuer . J . •
uenvatlvo» //J-0
.

En rigor la noción de poder constituyente derivativo no aparece en la obra constitucional de


Schmitt, pues este utilizaba una terminología distinta 101 ; es más bien Sánchez Agesta quien
traspasa esta nomenclatura a nuestro proceso constituyente a través de Jaime Guzmán. La
teoría constitucional de Schmitt tiene gran impacto en la España de Franco y ello se debe
según Cristi, al hecho que el año J936 era un terreno propicio para que se manifestara esta
noción en toda su efectividad. -~La junta de gobierno que se constituye el 24 de julio de ese
mismo año invoca el Poder constituyente mediante ei decreto de 29 de septiembre, Este
decreto señala textualmente que "se nombra jefe de gobierno del Estado español aJ
excelentísimo señor general de división Francisco Franco Bahamonde, quien asumirá todos
los poderes del nuevo Estado [ ... ] de esta manera, concluye Sánchez Agesta [Curso de
Derecho Constitudonal Comparado, Madrid, Universidad de Madrid, 1974, pág. 470] se
atribuyen ai Jefe de Estado español una potestad constituyente para la definición de un
nuevo orden oonstitucionar• 102• No hay que ser demasiado perspicaz para entender que
estas concepciones fueron recogidas por la doctrina nacional para argumentar en similares
términos.

Si aceptamos este punto de vista, que se ha vuelto popular en Ja ciencia política: Quien
tiene el poder toma las decisiones [dictadura soberana103]; la decisión de hacer un nuevo
texto político aparee justificada; sin embargo es el mismo gobíemo militar quien se hace
cargo de la necesidad de una refrendación de la ciudadanía, Esta -se produce ulteriormente
con el acto del l l de septiembre de 1980, pero como vemos esta es solo una parte de la
cuestión.

100
"el uso de las expresiones (<Poder constituyente originario» y ({poder constituyente derivativo;, contribuyó
a enturbiar el sentido del proceso constitucíonal de Chile desde 1973 en adelante[ ... } sirvió para ocultar la
efectiva destrucción de la Coostitución del 25 por parte de la Junta Militar" CRISTI, Renato, ibídem, pág,
235. Discrepamos con este planteamiento principalmente con un argumento de sentido común: No se puede
:r;c~~~ ~i;::d=~tre «Constitución, ley (:Onstitucional y Poder constituyente>>, esté ultimo ,1se ejercita
mediante el acto de la dedsión polftica fundamental», Vid. SCHMITT. Carl, Teoría de la Comfitucián, óp.,
cit.., & 10, passim.
iw.CRIST{, Renato (1993), óp. cit., pág. 235.
\Ol SCHM!Ti, Car!, La Dictadura: desde los c;;mienzos del pensamiento moderno de la scberania hasta la
lucha de clases proletaria, Alianza Editorial, Primera reimpresión, 2003, Madrid, cap. 4, págs. 183--193;
SCHMlTT, Carl, Teoria de la Constitución, óp, cit., pág, 19.

36
37

Pero: ¿ Cuál era el contenido concreto de estas ideas que hemos denominado de origen
confesional, y en qué medida fueron recogidas en nuestro sistema político-legal?; ¿cuáles
eran las fuentes doctrinarias cercanas que recalaron finalmente en el ideario del régimen
militar y terminaron por asumir un rol protagónico en el texto constitucional?.

Un punto inicial lo encontramos en la Doctrina Cristiana, de la cual parecen emerger todas


las demás cuestiones y materias que fueron conformando el aparato de ideas que articularon
y le dieron sentido de unidad al texto constitucional. Hay aquí una concepción que se
presentaba como alternativa válida frente a las disyuntivas y falencias de una sociedad
enfrentada, que había aniquilado la vieja institucionalidad republicana. Como afirmaba
Máximo Pacheco casi tres décadas antes: " Monseñor Ketteler 104 es, tal vez, el único que
intuyó la idea de una reestructuración total del orden social y económico, fundada en las
ideas cristianas" 1º5• Hacía estas afirmaciones en el año 1947 y resultarían premonitorias. El
mismo Pacheco afirmaba luego que «único camino posible a seguir es el de realizar
prácticamente la doctrina social cristiana, sin complicidades con el régimen económico y
social existente [ ... ] Frente a la falsa mística del comunismo materialista, hay que levantar
la mística del cristianismo, enseñando y haciendo realidad sus ideales de redención
humana, moral y material» 106. Se pensaba pues, que una de las fa lencias del sistema
político previo al pronunciamiento militar era precisamente el no contar con un soporte
doctrinal que diera consistencia al sistema; esta debía arribar de la mano de una ignota
propuesta: el pensamiento cristiano.

104
" La aportación de Ketteler a la historia de las doctrinas políticas representa así el punto de vista del
Catolicismo en el mundo de la acción política dominada por las consecuencias de la Revolución. Su mayor
esfuerzo está ligado a las cuestiones sociales, dando vida y perspectiva a lo que se ha venido llamando
«catolicismo social»", BENEYTO, Juan, Historia de las Doctrinas Políticas, segunda edición revisada, 1950,
Aguilar S.A., Ediciones Madrid, pág. 420.
105
PACHECO, Máximo, Política Economía y Cristianismo, Editorial del Pacifico S.A. Santiago de Chile,
1947, pág. 48.
106
Ibídem, págs.2 18-219. «Creo que asistimos a la liquidación de cuatro siglos de humanismo antropocéntrico
[... ) El problema está en ver si por esta misma liquidación no hay algo nuevo que comienza y si por nuestra
parte no debemos trabajar en algo así como el esbozo de una nueva civilización de espíritu cristiano, análogo
a la civilización medioeval, pero que traerá consigo un conjunto de estructuras típicas radicalmente nuevas»,
CASTILLO VELASCO, Jaime, Lasfi1entes de la Democracia Cristiana, Editorial del Pacifico S.A. Santiago
de Chile, tercera edición 1972, págs. 37-38.[las cursivas son nuestras].Vid. MARTTAIN, Jacques, Para una
Filosofia de la Persona Humana, Club de Lectores, trad. Abelardo González, Rodolfo Martínez Espinoza,
Rafael Pividal (h) y Antonio Vallejo, Buenos Aires, 1984, pág. 235

37
38

Dada esta premisa. creemos pertinente hacemos una pregunta que muchas veces por obvia
se olvida y que resulta necesario punto de partida para comenzar el desarrollo de este tema;
y no es otra que tratar de dilucidar porqué concierne a la acción de la Iglesia abordar las
cuestiones del gobierno civil; interés que entendemos de antigua data. Ello bastante a
contramano de nuestra experiencia cotidiana donde suponemos e1 ideal secularizador ya
bastante afianzado.

La mejor explicación -creemos- se encuentra en el hecho de que la [glesia tradicionalmente


entiende que toda creación, deriva de Dios107 aun cuando pueda ser fruto del pecado; y por
ello ta sociedad terrena debe tender hacia el modelo divino 168; cuestión -de más está
decirlo- nunca abjurada por la Iglesia. ROMMEN Jo dice mejor cuando expresa "Así el
mundo, la naturaleza y el imperio de lo secular constituyen la subestructura de la vida de la
gracia, la Iglesia católica. le mediadora de la gracia, no puede ser indiferente a la estructura
y forma del mundo"109-.

Por su parte Luis SÁNCHEZ AGESTA, siguiendo esta línea argumental expresa que este
pensamiento corresponde "a una tradición desenvuelta en los pensadores cristianos, de los
que son hitos fundamentales San Agustín, Santo Tomás de Aq,rino y la Escuela teológica
espafiola del siglo XVI''nº. Aquí estaría )a base sobre la cual se apoya el sistema
doctrinario de la Iglesia, a lo que debemos sumar evidentemente las Encíclicas Sociales y
en medida importante, el Concilio Vaticano II.

Una explicación como la de Francisco SUÁREZ proveniente de la escolástica tardía nos


proporciona un sistema conceptual bastante preciso. El entiende que las sociedades
7
!0 "Para el cristianismo, la fuerza creadora y organizadora de la vida éS Dios, El fue antes de todo y por El.
todas las cosas subsisten; es el bien supremo y el fin último de la ex.istcncia~. PACHECO, Máximo. óp. cit..
~g.23.
°" Vid. Const Lumen Gentium N" 36, p, 4"; Gaudium et Spes Cap. IV, N~ 40, p. 3
109
4

ROMMEN, Heinrich A., El Estado en el Pensamiento Cat6/ico, un tratado de filosofia políti.ca, trad.
Enrique Tierno Galván, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 19$6, pág. l l,
11
" SÁNCHEZ AGESTA, Luis, op. cit. págs. 39-40. "San Agustín fue propiamente el primero que se plantea
el problema en toda su imegridad: la realización peregrina de 1a dudad de Dios supone la Constitución de un
orden temporal que en cierta manera es informado por el cristianismo. Santo Tomas partió para sus tesis
esenciales de la gran arquitectura teológica con que comprendió el universo [ ... J orden universal que tenia su
centro en Dios y la verdad revelsda, La gran escuela teológica espaftola del siglo XVI acepto como principio
base la doctrina sentada por Vitoria de que el Evangelio y la razón eran dos vías paralelas para el
conocimiento de una filosofía politica, pero por ello mismo euid6 siempre de mostrar ese paralelismo de la
verdad revelada y la verdad racionat Así se construyó un patrimonio tradicional de verdades que han llegado
hasta nosotros -como legado del pensamiento cristiano". Ibídem.
38
39

domesticas "se ordenan algo así como por naturaleza a una sociedad perfecta"; 111 en él se
afirma y se elabora la existencia de la sociedad política el «copus politicum mysticum» 112•
En esta formulación los individuos son capaces de percibirse a sí mismos como
universalidad, concurriendo a su respecto cierta comunidad de valores que transrniten de
13
manera organizada a la sociedad política' ; aquí Suárez avanza en la teoría política
escolástica asignando al pueblo un status jurídico original. Se concibe a la sociedad civil
como un cuerpo organizado con relaciones de interdependencia entre sus miembros.

Esta idea de organizar la sociedad a través de una serie de valores tradicionales de la


sociedad cristiana, nos parece de una centralidad innegable dentro de la postura de nuestro
legislador constitucional y por ello ha de ser pesquisado acabadamente en este trabajo, dado
que vendría a constituirse en piedra angular del desarrollo de estas ideas al interior de la
CENC.

Para responder las cuestiones que hemos planteado, se hace necesano hacer un breve,
acotado, pero necesario recorrido por la historia eclesiástica de fines del siglo XIX y siglo
XX, para escoltar desde su origen este pensamiento y las razones que le llevaron a recalar
en nuestro sistema político básico. Este nos parece el origen común de las principales
vertientes cristianas 114 que sirvieron de fuente doctrinal al constituyente y que terminaron
por unificarse en el texto político de 1980. Nos limitaremos, por supuesto a aquellas
tendencias que tuvieron acogida en nuestro país y en el texto de la Constitución.

115
Concretamente, a fines del siglo XIX, el Papa León X111 había detectado una importante
declinación de la influencia de la Iglesia en el mundo secular. La preponderancia que había
tenido ésta en la época medioeval, no había podido reeditarse posteriormente y la fe al igual

111
De Leg. 1, c.6, n. 22 [citado por ROMMEN, Heinrich A., la Teoría del Estado y de la comunidad
internacional en Francisco Suáre:. Madrid, C.S.I.C. (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), 1951,
pág. 185)].
112
Ibídem [De Leg., IJI, c.1 1, n. 7], pág. 174.
113
'·Estos principios son, pues, principios cristianos, en el doble sentido de que están vinculados a una
tradición histórica y de que están en una conexión inmediata que los fecunda y confinna con las verdades
dogmáticas del Cristianismo. Representan, como lo ha llamado Juan XXlll, la concepción cristiana del orden
social. SANCHEZ AGESTA, Luis, los Principios Cristianos del Orden Político, óp. cit., pág. 20.
11
~ Aparecieron varias posturas que pretendieron centralidad en el pensamiento cristiano, la más importante es
el Personalismo; pero también otros los movimientos como Le Sillón, etc. Vid. al Respecto:
11
s Vincenzo G ioacchinoRaffaele Luigui Pecci; [Carpineto Romano, Estados Pontificios, 181 O - Roma, 1903J
Papa romano desde 1878 hasta 1903.

39
40

que la Iglesia misma, languidecían lastimosamente en medio de un mundo convulslOnado y


hostil; una sociedad alienada, víctima de la Revolución Industrial; de la modernización
secularizada y racionalista. El proselitismo sociaiista~materialista había tomado posiciones
de ventaja especialmente de las capas más desposeídas: de 1a sociedad urbana donde la
Iglesia había reclutado tradicionalmente su feligresía,

Atendido este escenario, el Papa León XIII decide impulsar una postura que habría de tener
enonnes consecuencias no solo al interior de ta Iglesia sino también en todo el mundo
social; cuestión cara a los intereses del catolicismo en general y del pontificado en
particular, Este impulso parte con la Encíclica Aeterni Patris del 4 de agosto de 1879, en
que presenta el sistema de Tomás de Aquino ..como la quintaesencia de todo lo bueno que
los otros doctores escolásticos han dicho"l 16•

El Papa exhortaba a todos los creyentes a volver a las fuentes directas:, la lectura de Santo
Tomas; era consciente que estas ideas estaban fuertemente arraigadas en el seno de ta
iglesia,. aun cuando a esas alturas había perdído cierta vigencia. Constituía una astuta
maniobra el ampararse en e] prestigio intelectual y la obra del Doctor Angélico en la ardua
tarea del reencantamiento popular y de reintegración institucional. Más adelante en el
Encíclica /nmortale Dei el Papa sugiere sutilmente la importancia de la alianza entre los
estados y la iglesia, y esa alianza implicaba tácitamente la renovación de los lazos
comunicantes entre la doctrina cristiana y el derecho' 17 • Esta es una estrategia que muchos
consideran vigente hasta el día de hoy en la «rglesia Conservadora».

Su promoción del pensamiento tomista suponía una idea que era particularmente apropiada
para )a Iglesia como útil en la batalla contra el libera1ismo 118 y socialísmo. León XIU

116
AUBERT, Roger, La Iglesia en el Mundo Moderno, Volumen 5 (De Nueva Historia de ta Iglesia),
Ediciones Cristiandad, Trad. T. Muñoz Schiaffmo, segunda edición, Madrid. 1984, pág. 175.
m URBrNA M., Emilio, «:Los principios orientadores de la Doctrina Social de la Iglesia y su influencia
dentro del proceso de in1.erprt::tación jurídica», Revista de la Facultad de Derecho Nº 58, Universidad
Católica Andrés Bello, Caracas (2003] pág. l 16: "El sedimentQ moral de casi 17 siglos galvanizaba
in.franqueablemente la dogmatica jurídica del Estado Liberal de Derecho junto al enunciado del pctesratem
adversum me ullam, nisi tibi datum esset desuperf«No tendrías cr:mtra mi ningún poder, si no se te hubiera
111
r.
dado de arriba». San /4,an. Cap. 19, Ver. l l Ibídem, pág. l t5.
León X111. " ... aun queriendo reaccionar en nombre dé la tradición eseolásti<:a contra una eoncepclón
individualista de la sociedad y de la propiedad, tenía sumo interés en no ofrecer apoyo alguno al aspecto
totalitario que solía presentar el socialismo doctrinario de su tiempo", AUBERT, Roger, La lglesffl en el
Mundo Moderno, óp, cit., pág. 153.

40
41

renovaba con esto el afán de Pío IX por fortalecer la autoridad de Ja Santa Sede, desde ya
vigorizada por la declaración de la infalibilidad papal, asistida por los avances en las
comunicaciones y el declive de la autoridad política local de los obispos en toda la Europa
continental 11 9.

No podría sufrir zozobras entonces la Iglesia con la centralidad y fortaleza de este linajudo
y contundente discurso; esta idea toma su punto de partida más significativo con la
posterior publicación de la encíclica Rerum Nova,·un/ 20, que si bien no tuvo un impacto
inmediato, representó un sólido programa de acción para el mundo laico y por supuesto una
revolución valórica sin precedentes. La encíclica representaba un verdadero programa de
gobierno y acción que empezaron a tomar en cuenta paulatinamente los distintos estados,
especialmente en Europa y particularmente en Alemania. La doctrina social de la iglesia
había hechos su estreno en sociedad y había llegado para quedarse.

l. Las Encíclicas Sociales

Rerum novarum 121 fue la culminación de casi medio siglo de reflexión de la Iglesia en tomo
a los logros y miserias de la Revolución Industrial. En este sentido, fue bastante más que la
réplica oficial del catolicismo al desafio planteado por Marx, Engels y el pensamiento
socialista; y debe considerársela en el contexto más amplio de una respuesta global a la
122
Ilustración, a la Revolución Francesa y al Liberalismo 123 • Es un punto de partida que se
va complementado posteriormente con otras encíclicas, especialmente con Quadragesimo
A nno 124 y mater
AJ AJ •
et JV1ag1stra.

Las «cosas nuevas» que pretende abordar el Papa en este segundo documento son delicadas
y las empieza a exponer en los siguientes términos:

119
PELLS, George, «Rerum Novarum, 100 años después», en Revista de Estudios Públicos Nº 50 (otoño
1993) pág. 182.
120
De fecha 15 de mayo de 1891.
121
"Su titulo, Ren1111 novarum ("Sobre la nueva situación"), indica el amplio espectro de este texto marcatorio
de una época". PELLS ( 1993), óp., cit., pág. 183.
122
PELLS, G. ( 1993), óp. cit., pág. 178.
123
U RB INA M . E., (2003), óp. cit.. pág. 11 6.
124
De fecha 1S de Mayo de 193 1.

41
42

"Una vez despertado el afán de novedades, que hace tanto 1iempo agita los pueblos.
necesariamente había de suceder que el desea de hacer mudanzas en el orden político se extendiese
al económico, que Jiene con aquel tanto parentesco. Efeclivamente [. .. ] el haberse acumulado las
riquezas en unos pocos y empobrecido la multitud y en los obreros la más clara sensación que de
su propio valer y poder han alcanzado. y la unión más estrecha con que unos a otros se han
Juntado: y,finalmente la corrupción de las costumbres, ha hecho estallar la guerra''w.

Estamos frente a una fuerte critica respecto de una sociedad que había extraviado su rumbo;
mismo que Ja ígiesia desde Roma pretendía reencauzar de manera decidida.

La sociedad de fines del siglo XIX estaba profundamente dividida, se había habituado a un
modeJo de subsistencia duro y anómico penetrado por conflictos entre capital y trabajo, La
denominada {<cuestión obrera»~ atrajo la atención del Papa León XIII forzándole a
intervenir en virtud de su «:deber apost61ico» 126• Su intención era restablecer 1a paz en este
mundo convulsionado1 por Jo que condena inequívocamente la lucha de clasesm. Pero
también era conscíente que la paz se edifica sobre fandamentos de la justicia: La encíclica
pretende proclamar las condiciones elementales de justicia en el escenario social y
económico que existía entonces.

Si bien condena la codicia y la usura rapa/18, también defiende e) derecho individual a la


propiedad privada eon tanta o mayor elocuencia que la que exhibe al oponerse al socialismo
y la propiedad estatal de todos los medios de producción. Este es un punto relevante, según
veremos. Subraya la importancia de la familia y reitera con firmeza que los problemas de
la socíedad no pueden resolverse sin la ayuda de la Iglesia 129.

125
Rerum Novarum ( 1] en Las Enclclicas Socia/es, Editorial Universidad Católica de Chile, Santiago de
Chile, 1961,pág.3.
i26 Rcrum Novarum [!] , op., cit.
, pag.
, 4.
117
"Pero esta condenación no es negar el heclto sociológico, ni mucho menos oposición de la Iglesia a las
acciones emprendidas para la promoción del proletariado [. "] la condenación de la Iglesia únicamente se
refiere a dos cosas a) a la teoria marxista de la lucha de clases. b) a ciertos métodos marxistas de la lucha de
clases.", VERDUGO M. Mario y GARCIA B. Ana María, Manual de Derecho Politico, Tomo H, Editorial
!~rídica de Chile. Santiago de Chile, se&,1nda edición. 1999, pág... 262.
,_, Este es un tema central que marca. una. d[ferencio dentro de las muchas coincidencias con el
neoliberalísmo.
21
' Esta es una vieja idea agustma de la salvación por medio de la gracia, ''Agustín descubrió en San Pablo la
afirmación de que sol-O la gracia de Cristo puede salvar al hombre, Esta doetrina, sobre la que volverá más
tarde continuamente, será uno de los pilar-es de su pensamiento y détenninará su alejamiento definitivo del
maniqueísmo y su conversión al cristianismo''. TEJEOOR CAMPOMANES, Cesar, lfistcrffl de la Filosofia,
en su marco cultural. Ediciones SM. Madrid, 1991, pág. f 09.

42
43

Aunque las desigualdades sean inevitables, no hay justificación natural o ética para la
130
hostilidad entre las clases sociales • El Papa León XIII quería difundir esperanza entre la
gente y poner freno al mismo tiempo, a los prejuicios y la codicia, pues " la situación de los
obreros es la urgencia del momento y nada puede ser del mayor interés, para todos, que el
131
deber de resolverla de manera justa y razonable" • Sitúa la cuestión de las prioridades, de
una manera distinta a la existente en la época.

132
A través de Rerum Novarum la Iglesia expresa su punto de vista en estas delicadas
situaciones humanas, individuales- comunitarias, nacionales e internacionales, formulando
una verdadera doctrina; un cotpus, que le pennite analizar las realidades sociales,
pronunciarse sobre ellas y dar orientaciones para la justa solución de los problemas que
puedan presentarse en la sociedad. Rerum Novarum le otorga a la Iglesia «carta de
ciudadanía» respecto a las realidades cambiantes de la vida pública, y esto se ratificará
posteriormente con otras cartas pastorales. Para resolver el conflicto que se había creado
entre capital y trabajo, Ren1m Novarum defendía los derechos fundamentales de los
obreros. De ahí que la clave del texto sea la dignidad del trabajador y, por esto mismo, la
dignidad del trabajo 133. Al mismo tiempo, el trabajo tiene una dimensión social, por su
íntima relación con la familia y e l bien común, porque se puede afirmar con verdad que el
trabajo de los obreros es el que produce la riqueza de los Estados..

En cuanto a la propiedad privada, el Papa es consciente que no es un valor absoluto, por


lo cual no deja de proclamar los principios que necesariamente lo complementan, como el
del destino universal de los bienes de la tierra134.Este concepto será recogido por los
publicistas quienes agregaran aspectos originales que enriquecen la discusión en torno a
estos tópicos.

El Papa le atribuye especial importancia a la intervención del Estado en este ámbito, en

13
º PELLS, G. ( 1993), óp. cit., pág. 186.
131
Ibídem.
132
" En ella se mantiene León XIII fiel a los puntos principales de la «Escuela de Lieja», heredera del
pensamiento social de Ketteler y de los miembros de la Unión de Friburgo. Terminaba así una importante
etapa en la historia del catolicismo social". AUBERT, R., La Iglesia en el Mundo Moderno, óp., cit., pág. 153.
133
Rerum Novarum lNº 17 p. 2•J óp. cit., pág. 20.
13
~ Rerum Novarum [Nº 18] óp. cit., pág., 2 1

43
44

efecto estima que, «en general no tiene el Estado o autoridad pública poder para prohibir
que existan. Porque el derecho de formar tales sociedades privadas es derecho naturales
de l hombre, y la sociedad civil ha sido instituida para defender, no para aniquilar, el
derecho natural; y si prohibiera a los ciudadanos hacer entre si estas asociaciones, se
135
contradiría a si propia ... » •

El Papa enuncia también el derecho «el salario justo», que no puede dejarse al libre
acuerdo entre las partes, ya que, según eso, pagado e l salario convenido, parece como si el
136
patrono hubiera cumpl ido ya con su deber y "queda libre y nada mas tiene que hacer" .

Como puede verse, estas nociones no pueden ser más divergentes con el status que tenían
137
las sociedades de la época, muchas de ellas enmarcadas en una lógica confrontacional y
egoísta que perjudicaba a las capas más pobres de la sociedad. No parecía posible y de
hecho no lo fue, que pudiera pensarse el mundo sin la obligada lectura de esta nueva
doctrina.

Para un lector contemporáneo la Encíclica de León XIU pudiera parecer un documento de


escaso valor y más bien reaccionario, pero lo cierto es que causó en su momento una
138
impresión explosiva . El siglo XX en general fue testigo de la enorme influencia de estos
textos en la vida social y política de los estados.

Una segunda encíclica importante en esta materia, según hemos adelantado, fue la
Quadragesimo Anno, que conmemoraba los cuarenta años de Rerum Novari1111, pero en un
contexto particularmente difícil 139, después de la Primera Guerra Mundial, un periodo
donde se hacía necesaria una nueva intervención de la iglesia en los temas centrales de la
sociedad.

135
Rerum Novarum [Nº 35 p. 2•] óp. cit., pág. 38.
136
Rerum Novarum [Nº 32], óp. cit., pág. 33.
137
"Aquí e l Papa se opone a la concepción librecambista de la competencia como única medida del precio del
trabajo y de cualquier otro precio, así como a la tesis marxista de la depreciación necesaria del Salario".
BAGET-BOZZO, Gianni, «Pensamiento Social Cristiano», en Diccionario de Política, 808810, Norberto;
Matteucci, Nicola y Pasquino Gianfranco, redactores de la edición en español, José Aricó, Martí Soler y
Jorge Tula, Siglo XXI Editores, decimocuarta edición en español, 2005, México D.F. pág. 1173.
138
BAGET-8OZZO, G. ibídem.
139
" Es preciso ubicar la Quadragesimo anno en el marco del gran esfuerzo concordatario de Pio XI, quien
intenta concentrar todas las fuerzas católicas en la jerarquía para que así pueda asumir ésta una representación
integral", ibídem, pág. 11 75.

44
45

En el cuadragésimo aniversario de la Rerum Novarum se perciben evidentes diferencias de


orden temático, entre la encíclica del Papa León X III y ésta de Pio XI; el escenario era
también distinto. La primera trata la cuestión obrera del naciente capitalismo industrial, en
cambio esta otra se extiende a todo el orden social. Contempla la evolución del socialismo
y las nuevas estructuras sociales después de la l º. Guerra. Se necesitaba en el nuevo
contexto, una nueva visión orgánica y ética del orden económico-social.

Quadragesimo Anno establece la naturaleza de la autoridad de la Iglesia en materia social


y económica y al mismo tiempo pone en claro la relación que existe entre la economía y
el orden moral. Su preocupación es la restauración del orden social quebrantado por la
Gran Guerra. Aquí se van perfilando ya algunas cuestiones que s uscitaban controversias
dentro de la fe ligresía y más de alguna división, según veremos.

Condena el Papa en similares términos al socialismo y al individualismo como


impedimentos para la restauración del respeto a la vida humana y a las costumbres
cristianas. Aun cuando ya Rerum Novarum mencionaba e l principio de subsidiaridad sin
darle este nombre; Quadragesimo Anno lo expone con toda claridad y justifica porqué los
superiores deben respetar la iniciativa de los inferiores y sólo interven ir para ayudarlos
140
cuando sea necesario ; esto no minimiza su sentido de solidaridad. Es este un aspecto
sobresaliente de este texto pontificio y su influencia, no está de más decirlo, ha sido
enorme.

Expone también las exigencias y condiciones del salario justo, y propone como medio
para atacar e l problema social, la cristianización de la vida económica y ejercicio de la
caridad. Así se oponía a los paradigmas del liberalismo y los echaba a tierra, superaba,
prejuicios se adelantaba a los tiempos y contribuye a una nueva filosofía social. Ello sin
perjuicio de levantarse a este respecto - también- algunas interpretaciones que varían
sustancialmente el sentido y alcance de estas ideas.

140
" ... habría que destacar que estas palabras no fueron adecuadamente comprendidas desde su misma
enunciación", SANCHEZ AGESTA, Luis, los Principios Cristianos del Orden Pulí1ico, Instituto de Estudios
Políticos, Madrid 1962, pág. 81.

45
46

Pero como hemos afirmado un tema princípal de este documento~ en lo que a nosotros
respecta, es precisamente el «Principio de Subsidiariedad». que representa una visión total
del problema, con un importante sentido esclarecedor. Es Utl principio fundamental de la
FiJosofia Política cristiana 141 según Sánchez Agesta y se expresa por el Papa Pío en los
siguientes términos:

«Nam etsi verum est; iclque historia /uculenter ostendit, ob mulatas rerum condiliones multa nunc
non nisi a magnis consociatlónibus posse praestari, quae supenore aetate a parvis etiam
praebebantur, fuum lamen inmo11unque manet in philosophia socialt gravissimum illud principium
quod neque moveri neque mutari potes/; sicut qrwe a singularibus hominibus propio mane el
propia industria possunt, perfici, nefas est eisdem eripere et wmmunilati demandare, ita quae a
minoribus et inferioribus communuatibus effid praestcwique possunt, ea ad maforem et altiorem
socu,tatem avocare iniuria est si.mulque grave dammum ac recti ordinis perturbatio: cum sociales
quaevis opera vi naturaque sua subsidium aj/erre membris corporis, socia/is deheat, numquam
vero eadem destruere et absorbere.»

«Minoris igitur momenti negotia et curas, quibus aloquin max1me distiniretur, inferioribus
coetibus expedienda permita! st1prema rei publicae auctoritas oponet; quo fiet, uf liberius,jonius
et efficacius ea omnia exsequatur, quae ad ipsam solam spectanl, utpote quae sola tpsa praes1are
possit: dirigendo, vigilando, urgendo, coercendo. prout CaSttS fert et necessilas posmlat, Quare
sihi animo persuastim habeant, qui rerum potiuntur: quo pe,fectlus, servato hoc ''suh~idia,,:-fi"
(}Í[l;cii princ;J12io, hieratchicus inter diversas <:onsociationes ordo viguerit, eo praestantiQrem /ore
socialem et auctoritatem et efficientiam, eoque feliciorem latioremque rei publicae statum,,. i 42

m "Nos hallamos, pues, ante un auténtico prlttdpio de fi{osofin social, principio que se define como
''inamovible"' e "'inmutable", y cuya violación representa una injustida; esto es, que en la mente del Pontífice
es prácticamente un principio jurídico de derecho natural", SÁNCHEZ AGESTA, Luis, !bidem, óp, cit, pág.
89,
142
«Pues aun siendo verdad, y la Historia lo demuestra claramente, que por el cambio operado en las
condiciones sociales, muchas cosas que en otros tiempos podían realizar inl'.::luso las as-0ciaciones pequeflas,
hoy son posibles sólo a las grandes corporaciones, sigue, no obstante, en pie y firme en la filowfia social
aquél gravísimo principio inamovible e inmutable: como no se puede quitar a los indivíduos y dado a 'a
comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfüer::c e industria, así tampoco es justo,
constituyendo un grave perjuicio y perturbación del recte arden, quitar a las comunidades menores e
inferiores lo que effas pueden hacer y proporcionar y di;rselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que
toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo
oocial, pero no destruirlos y absorberlos,[ ... ]"Conv1ene, por tanto, que la suprema autoridad del Estado
permita resolver a las asoci{Wiones ¡pf,;1riores aq11ellos as11«tos y c11idados de menor importancia. en los cuales
por lo demás perdería mucho tiempo, con lo cual lograrla realizar más libre, más finne y más efica1mente
todo aquello que es de su exclusiva competencia, en cuanto sólo él lo puede realizar dirigiendo, vigilando,
11rgiendo y caslfgando, según el case requiera y la necesidad exija. Por tanto, tengan muy presente los
gobernantes que, mientras más vigorosamente reine, servido este principio de funci6n "subsidiaria", el orden
jerárquico emre las diversas. asociaciones, tanto más firme será no, sólo la autoridad, sino también la eficiencia
social y tanto más feliz y próspero el estado de la nación.». SANCHEZ AGESTA, Lui5, L;;,s Principi,:,s
Crlslianos del Orden Politico, óp, cit. págs. 86.88 {cursivas del texto original],

46
47

Un punto crucial planteado por Quadragesimo Anno decía relación con el tema de la
jerarquía, elemento activo en el plano social. Se planteaba aquí una unidad de la acción
social con la evangelización, " La unidad es la palabra de orden en una lucha que ya no
está situada en el plano inmediato del orden social, sino que se ha convertido en la «buena
y pacifica batalJa de Cristo>>, a la que deben unir «todos los hombres de buena voluntad .. .
bajo la guía de los pastores de la iglesia» (nº 61)" 143 • Esta postura, como veníamos
anunciado, distanció a algunos sectores afines a la Iglesia Católica y las posturas de estos
144
tuvieron fuerte impacto en diversos puntos del orbe . Especial mención merece el
pensamiento de Jacques Maritain quien inspira a una parte de la fel igresía Católica que
decide irrumpir derechamente en la vida política, con consecuencias relevantes en la
posterior historia política del país.

Por su parte la encíclica Mater et Magistra, ha reafirmado el Principio de Subsidiariedad


reproduciendo literalmente los términos con que fue enunciada por el papa Pío XI y
además ha precisado y matizado a lgunas de sus consecuencias más importantes y
especialmente aquellas con una connotación institucional más específica. Ello lo podemos
ver reflejado con mayor contundencia en la relación de los seres humanos con el Estado; la
enumeración de los modos con que este Estado interviene para «subsidiar» la vida
económica y finalmente "aplica directamente este principio a comprender la relación entre
145
el poder público y la iniciativa particular en el ámbito económico".

Al respecto sintetiza ROMMEN la importancia de estos textos cardinales, «Las famosas


encíclicas de León XIII y de Pío XI, particularmente la Rerum Novarum, del primero y
Quadragessimo Anno del último, descansan en esta concepción de la Iglesia como ayuda y
146
enseñanza del hombre en su vida social y política» • Son, por tanto, un guía para
feligreses y profanos, que inmersos en graves conflictos coyunturales no vislumbran

143
BAGET-BOZZO, Gianni, óp. cit., pág. 1175.
144
" La Guerra de España dividió a los católicos, ya que un grupo de intelectuales franceses, con Bernanos y
Maritain a la cabeza, toma una línea de desvinculación del nexo orgánico entre la iglesia y el estado(... ]
Maritain propone la distinción entre lo que un católico cumple en cuanto católico y lo que cumple por
católico. La primera acción pertenece al orden de la doctrina y el culto; la segunda al orden de la acción
histórica. Para este segundo tipo de acción se reivindica la autonomía". Ibídem.
14 5
SANCHEZ AGESTA , Luis, los Principios Cristianos del Orden Polírico, óp. cit., págs. 90-9 1.
146
ROMM EN, H., El Estado en el Pensamienro Católico, óp. cit., pág. 12.

47
48

soluciones concretas.

Hemos hecho esta detalJada relación atendido que~ tanto por la inteligencia y aplicación de
estos textos cuanto por las circunstancias en que estos fueron acogidos, marcaran
profundamente el debate político en el siglo XX. como también las pautas de la actuación
estatal; eon efectos concretos. especialmente a partir de los años cincuenta en adelante en
nuestro país.

2. La Influencia de la Doctrina Cristiana

La recepción de la doctrina socia) de 1a Iglesia fue bastante tibia en un comienzo. y la clase


acomodada. la oligarquía nacional, única que contaba con protagonismo en este escenario
político~ se interesaba más por las formas que por el fondo de la doctrina pontificia.

El patriciado entendía ••que en materia de salarios. la única actitud correcta del Estado era el
"laissezfaire" 147 • Pero otros políticos emergentes con una visíón distinta se habían abocado
a Ja creación de círculos de obreros, movidos por experiencias conocidas de Alemania y
f'nmcia. Al Arzobispo Casanova. le tocó anunciar en Chile la encíclica Rerum Novarum,
destacando su sentido anti socialista como el buen trato que debía darse a los obreros. Su
sucesor, Juan Ignacio González Eyzaguirre, se pronuncia en 1910 sobre el deber de pagar
un salario justo, que bastase a la subsístencia del obrero y de su familia 148 .

Es cierto que ya en 1901 los Conservadores se preocuparon por temas de salario, reposo en
días festivos, higiene en los talleres de trabajo y habitaciones obreras y que. hasta l 920 no
se apartaron formalmente de estas conclusiones, pero como sefia!ara crudamente Feliú
Cruz:

" ... lo que arroja la realidad es otra cosa'', "Las declaraciones son tímidas. y los pronunciamientos
igualmeme. Este partido [. .. J legisló sobre tierras sin dividirlas; hablo de pagar salarios humanos
sin gravar el capital a favor del trabajo [. ..] Los mandatos de la iglesia fueron interpretados de
una manera Bizantina par el Partido Conservador, y en esto de fa hermenéutica de las Endclieas,

141
GÓNGORA, Mario, Emwyo histórico sobre la noci.ün de Estado en Chile e:n lóS siglos XIX y XX, óp. cit.,
piig. 42,
14
i lbidem.

48
49

se llegó en sus traducciones oficiales a adulteraciones manifiestas[. ..} Hicieron cuanto Jite posible
por postergar el reconocimiento de la Encíclica Renun Novarum .,,.,9_

El mismo Papa León XIII había dictado en el año 1888 la Encíclica Dhtturnum !llud que se
pronunciaba en contra del "comunismo, el socialismo y el nihilismo {por ser} males
terribles y casi la muerte de la sociedad civil". 150 Respecto de esta situación indicaba
FELrú CRUZ: "se usaba la Encíclica de 1888, para atacar las aspiraciones obreras, y se
silenciaba la Rerum Novarum de 1891, que hablaba de Democracia Cristiana y de
Socialismo Cristiano " 151.

Una importante cuestión doctrinaria suscitaba disenso en la feligresía política: lo que decía
relación con el estado cotporativo, uno de los pi lares centrales del pensamiento escolástico,
renovado por las encíclicas sociales. En este punto Quadragesimo Anno, si bien reafirmaba
y especificaba las posturas de la doctrina social de la iglesia, mantenía en este punto su
doctrina original.

Lo cierto es que estas doctrinas no fueron bien recibidas por la oligarquía dominante en
Chile, que entendía su religiosidad como una oportunidad para el lucimiento personal, no
de servicio al prójimo. La juventud, por su parte, no disponía de escenarios concretos donde
desarrollar sus inquietudes. La juventud católica solo halló un rol específico cuando logra
152
articular un discurso universitario que ligaba la acción política, la social y la religiosa .

Resulto vital en esta tarea la labor de sacerdotes católicos que guiaron estas inquietudes
juveniles, el más importante quizás fue Fernando Vives Solar, s.j. ( 1871-1935) quien junto
a Guillermo Viviani y Osear Larson fueron maestros de la generación juvenil católica de
1931.

La labor de Vives Solar fue muy resistida por la elite local, por ello debió permanecer
largos periodos fuera del país en sucesivos destierros. Estos no le disuadieron de continuar

149
FELIÚ CRUZ. Guillermo. Durante la República. Pe,files de la evolución polí1ica. social y constitucional.
en la Constitución Política de 1925 y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de Chile, 1951 , págs. 321-322.
150
URZÚA VALENZUELA, Germán, Historia Política de Chile y s11 Evolución Electoral, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1992, pág. 337.
15 1
Ibídem.
152
SALAZAR. Gabriel y Pimo Julio, lli.wuria Contemporánea de Chile V. LOM Ediciones, Santiago de
Chile, 2002, pág. 139.

49
50

su labor evangelizadora centrada en las enseñanzas de las encíclicas Rerum Novarum y


Quadragesimo Anno: labor que solo culminaría con su muerte, manteniéndose fiel a la
promesa dada en su ordenación sacerdotal t53 • La acción pastoral del padre Vives se centró
,en los obreros, pero sus mejores frutos los obtuvo entre sus jóvenes alumnos de Historia del
Colegio San Ignacio: estos inícíarían una fuerte labor educativa en otros sectores
sociales 154•

Para Vives existe una marcada diferencia entre un catolicismo social que "incluye la
justicia» de otro que la desprecia. Representa a estos fütimos en los conservadores
recalcitrantes que suponen suficiente 1a caridad para cumplir sus compromisos sociales; de
1a misma forma separa aguas del socialismo para el cual solo basta 1a justicia.

La cuestíón parece ser como indica SALAZ.AR. "'si es posible amar al prójimo sin el don
de la gracia santificante" 155 que, en última instancia. ni dependería del hombre sino de
Dios tsé. La cuestión no es irrelevante, dado que no se trata solo de enfrentar rn1a virtud
teologal {la caridad) con una cardina1 (la justicia), sino también de diferencias teóricas -con
implícancías políticas- especialmente entre el PDC y los partidos de Izquierda que hicieron
57
imposibhit hasta 1973, rn1a alianza entre arnbost • Encontramos nítidamente en esta
cuestión un punto de inflexión que permite marcar diferencias entre la doctrina de la Iglesia
y otras doctrinas comlmítarias.

Decíamos que la postura oficial de la oligarquía dominante era tomar las encíclicas en su
aspecto formal, sin aplicar realmente su contenido más profundo y valioso, lo que suscitaba
descontento; y que había grupos especialmente en la juventud conservadora que trataban de
ir más allá, incluso criticando parte del contendido doctrinal de la iglesia.

iH " ... prometo ... dedicarme [. .. ] al servicio de los pobres en todos los mirtisterics propios de nuestro
lmtit11to, empleando en elfos todos mis aptitudes y fi1er::as así corporales conm espirituales, por desear
parecenne e imitar a Cristo nuestro señor, cuyo trato y Cónversacíón ordinaria fue por los desheredados de
la fortuna", "Voto del padre Vives, en R. Sagredo (Comp.): Escritos del Padre Vives Solar {Santiago, 1993,
DIBA\1), ibídem, p.485,
1
~ SALAZAR y Pinto, ibídem, pág. 140.
m Ello en concordancia de la d-Octrina agustiniana de la redención a través de la gracia.
::W SALAZAR y Pinro, ibídem, pág. t 41.
15
' ibídem.
50
51

No todos los dírigentes católicos -según dijimos- aceptaban el estado corporativo como
ideal de organización social, política y económica I ss, Se veía por estas dirigencías un cierto
olor a fascismo, olvidando la clara herencia tradicional y pontificía de esta concepción.
Fueron los jesuitas Alberto Hurtado y Jorge Femández Pradei y algunos laicos como
Eduardo Freí Montalva, Rafael A. Gumucio'"• Radomíro Tomíc y otros fundadores de la
Falange Nacional, quienes empiezan a criticar esta concepción de una sociedad estratificada
jerárquicamente.

La justicia social se conseguíria, según es~ solo en l.llla sociedad pluralista. relativamente
abierta y bajo régimen democrático 160. El padre Alberto Hurtado Cruohaga 1'1, empieza a
construir, en los he-ehos, una célebre labor de acción cívica; eJ nuevo curso dado a su
actividad lo acercó al mundo obrero y sindical: desde el año 1944 hasta la fecha de su
fallecimíento en el año 1952 promovió obras sociales así como un plan de organizaciones
sindicales católkas, cuyas líneas directrices las expreso en Sindicalismo [Editorial de
Pacifico, Santiago, 1950] 162• Su muerte prematura no impidió que sus obras rindieran frutos
importantes hasta el día de hoy.

Los jóvenes católicos sublimaron sus energías en organizacíones religiosas, tales como
Círculos de Estudios, Asociación de Estudiantes Católicos (ANEC), y la Acción
Católica: 63, que centraba sus actividades en el problema social.

15
' AUBERT, R., Ln Iglesia en el J,fundo Moderno, óp, dt., pág. 365.
9
15- Para R. A. Gumucio, "el Partido Conservador era el «únicw, partido católico que había en Chile. Por tanto
la doctrina que inducía a los católicos a recluirse en la acción social y aparta1'Se de la política debilitaba al
partido y a la posición general de los católicos en Chile". En síntesis postulaba que en e! régimen corporaüva
había partidos políticos~ que la iglesia era eficaz solo si se inspiraba en princípfos cristianos; que estos se
justificaba por tener enemigos anticristianos; que e! partido conservador era cristiano y militaba "en el campo
de la polltica cristiana" y que era deber de todo cristiano ocupar un logar en sus filas, SALAZAR y Pinto, J.,
Historia Contemporánea de Chile, V, óp. cit .. pilg, 123.
160
AUBERT, R. Ibídem., pág. 3ó5, En es.ta postura se ,.,e la <;tara Influencia de Maritaín para quien "Una
democracia auténtica no puede imponer a sus ciudadanos o exigir de ellos: como condición de su pertenencia a
!a ciudad un credo filosófico o religioso", MARJTAIN, Jacques, El Hombre y el Estado, Encuentro Ediciones,
trad. Juan Miguel Palacios, Madrid, 1983, pág. l 30.
161
(Viña del Mar, 1901 - Santiago, 1952) Abogado y Sacerdote Jesuita. Canonizado el 23 de octúbre de 2005
por Benedicto XVI; ereador del «Hogar de Cristo.> y «Hogar Obrero)). Cfr. THA YER ARTEAGA, William,
El Padre Hurta® y su Lucha por la Libertad Sindical, Editorial Andrés Bello, Santiago, 2000.
12
~ SARANYANA, Josep (Dir.) y ALEJOS GRAL', Carmen* José, (Coord.} Teología en América Liltina,
vol;1men /JI, El siglo de las teologías latinoamericanistm,: (1899-200!), Editorial Iberoamericana~ Vervuert.
Madrid, 2002. pág. 226.
163
"fundada en 1928 por el Pap.i Pio XI como ~luarte contra el socialismo y el comunismo, se desparramó
por Chile en 1931[, .. ] representaba un poderoso im,trumento pata difundir la.-. ideas soclal-cristianas en la

51
52

Desde el punto de vista político surge, desde el centro de la derecha más joven un
movimiento centrado en estas ídeas164 y liderado por un novel abogado bastante carismático
y con fuertes lazos con la iglesia: Eduardo Frei Montalva, quien logra conformar un
importante conglomerado que parte con la AN'EC 165, de am surge la Falange Nacional y
posteriormente el Partido Dem6crata Cristiano.

La Falange Nacionlll que había nacido al alero de la juventud del Partido Conservador,
lentamente se va alejando de este por diversas razones, prindpalmente ideológicas. El tema
principal parecía ser la opción de la derecha tradicional por la defensa del capital en lugar
de optar por 1a doctrina socia) de la Iglesia~ se dice también por un afán hegemónico de las
cúpulas directivas que no permitían el ascenso de las capas más jóvenes de la juventud
conservadora.

Hay quienes no dudan en expresar que la verdadera razón de esta actitud la constituían los
celos por la creciente importancia que empezaba a tener el movimiento dentro de la
estructura del partido. Lo cierto es que ya en 1937 la juventud se convirtió en una entidad
diferenciada del Partido Conservador 166•

Dístínta era fa postura de los patriarcas del Partido Conservador y )os católicos afines a
ellos; estos querian separar •·fa acción católica y la política" 167• habida consideración tos
términos de extrema ldeologización en que l.a cuestión se planteaba en esa época 163• Existía
una desconfianza hacia la democracia pluraHsta; una enemistad con las ideologías

superficie de la vida chilena'', ORA YSON, George, El Partido Demócrata Cristiano Chileno, Editorial
Francisco de Aguirre, Trad. Adolfo Murguía Zuriarraín, Suenos Aires Santiago de Chile, 1%8, pág. 103.
164
''La juventud conservadora de los aiios 30 se encontró en la necesidad (urgente) de consumar una doble
rebelión: de un lado contra los patriarcas del parttdo [ ... ) y de otro contra los pontífices de la 1glesia, porque
aspiraban a una carrera política que tenia como requisito previo el retomo pródigo y la lealtad a la clase
política nacional f... J les permitía pasar del corpomtivismo social (campo de la acción católica) al
corporativismo de estado (terreno de la acción pol!tica)", SALAZAR Gabriel y Pinto J., Historia
Contemporánea de Chile, V, pág. 121.
165
Asociación Nacional de estudiantes Católicos.
166 •·cuatro he1:hos sef\alan esta mareha; La elecciM de Leighton como ministro de trabajo, ta elección de
Manuel Garretón Walker para el Congreso, el aplastante triunfo de su convención anual y la transformación
de la organización en falange Nacional". GRA YSON, George, El Partido Demócrata Cristiano Chileno, op.
cit., págs. 139-140.
167
lbidem, pág. 123.
61
' La Iglesia Católica no renunciaba a influir en la sociedad civil, pero la forma no era la de participar en la
lw:ha política como un partido más o como Wia opción polltica más; el programa de la iglesia era mm:hó más
abarcador y ambicioso,
52
53

totalitarias y una postura corporativa en lo económico, con fuerte influencia del falangismo
español, especialmente en las ideas de José Antonio Primo de Rivera.

La misma Democracia Cristiana en sus orígenes falangistas propugnaba estas ideas a la


usanza de l falangismo español, aun cuando posteriormente las abandona. Como afinna
GREYSON con agudeza "Sería dejar demasiado lugar a la coincidencia el afinnar que la
Falange española no ejerció njnguna influencia para la denominación de la organización
chilena" 169

De todas maneras, en este camino hacia La Moneda, la Democracia Cristiana recibió el


fuerte apoyo de la mayoría de la [glesia; esta llega a concederles permiso para "quedar libre
de toda vinculación oficial con la Iglesia [contribuyendo] no poco al notable éxito
conseguido por los democratacristianos en la elección presidencia l de 1964 y en las
elecciones parlamentarias del año siguiente" 170.

Sin embargo el enfoque particular de la Democracia Cristiana estaba centrado en dos


puntos fundamentales; en que los cambios propiciados por este conglomerado se realizarían
por medios revolucionarios y que esta revolución se lograría solo en un marco democrático.
Al respecto un novel Eduardo Frei planteaba:

«El sentido de toda acción profunda conduce en esta hora a la revolución: Quien se inspire en e l
pensamiento cristiano y quiera verdaderamente rea lizarlo, debe ser y es un revolucionario, porque la
revolución es el desacuerdo substancial con todo un sistema dominante y la voluntad de erigir otro
diverso» 171 •

En esto se muestra deudor del pensamiento de MOUNIER quién expresa en similares


términos en Esprit Nº 66 [marzo de 1938, pág. 804) « ... Con más fuerza que nuca
afirmamos que esta revolución espiritual debe ir acompañada de una transformación radical
de todas las estructuras de civilización, comenzando por las instituciones legales
· · 172
pnmanas» .

169
GRA YSON, George, ibídem, pág. 146. "El emblema, una fl echa roja cruzada por dos barras, representa el
único rastro de la filtración de la Falange en el militarismo". Ibídem, pág. 147.
110
AUBERT, R., La Iglesia en el Mundo Moderno, óp. cit., pág. 349.
17 1
FREI, Eduardo, la Política y el Espíritu, Editorial del Pacifico S.A. Santiago de Chile, 1946, pág. 111.
172
Citado por Candidc MO IX, El Pensamiento de Emmanuel Mounier, Trad. A na Ra món de Izquierdo,
Editorial Estela S.A. Barcelona, 1964, pág. 89.

53
54

En este mismo texto FREI expresa el contenido de su proposición y naturalmente la fünna


en que este proyecto puede hacerse posible en la sociedad democrática que pretende
modificar y los temores que suscitaba el que así no fuera:

"La construcción del nuevo orden que hemos venido diseñando importa la tarea más dificil que
puede imponerse un grupo de hombres y la misión de transmitirla no pude ser el resultado de un
partido o de un esfuerzo hmitado [... ] El signo de los tiempos está en incorporarse a esa empresa.
sentirla y trabajar dentro de ella para que esta nueva edad, en sus expresiones, sea cristiana, porque
de otra manera será anticristiana"rn.

Es preciso destacar que realmente constituiría un error "ver e) desarrollo del PDC como una
acción promovida activamente por la ig)esía"/ 741a posíción de esta fue más bien la de
acercarse a quienes tuvieran más afinidades con 1a postura de la iglesia especialmente
después de la encíclicas papales y del aggiornamento producido en el pontificado de Juan
XXIII y en el Concilio Vaticano II. La doctrina Demócrata Cristiana estaba especialmente
influenciada por filósofos católicos como E. Mouníer y especialmente J. Maritain 175 • El
camino independiente planteado por este último~ es relevante para comprender aquel
emprendido por la falange; y su diferencia con las posturas más tradicionales de la iglesia.

El Concilio Vaticano U fue un impulso poderoso, que partiendo desde la misma Iglesia~ se
proponía buscar y construír una nueva identidad, en una época en que ésta se encontraba en
crisis. Arrancando de esta premisa "Se puede decir -afirma CASTILLO- que, a partir de la
situación de crisis. se han configurado tres tipos fundamentales de respuestas de Ja Iglesia,
dentro de un marco institucional unitario: La Iglesia Conservadora, La Iglesia Modernizada
y la Iglesia Liberadora".

in FRE1, Eduardo, ibídem, pág. 169-175, (<Cuantas veces la filosofia católica del siglo XIX hace juicio de la
actualidad, reconoce que lo que tiene delante de si es w.a magna alternativa sin posible mediacióo. "No
medium", dice Newman, "berween catholicity and atheism". Todos funnulan un dilema magno, cuya
rigurosidad más suena a dictadura que a coloquio eternoi,., SCHMITT, Car!, Teofogía PoUtica, óp. cit., pág.
15.
114 COt.J.,lER, Simón y Salér, William S,, Historia de Chile, 1808-1994, Cambridge University Press,
traducción de Milena Grass, primera reimpresión, Madrid, 1999, pág. 26).
Ps "Para Marlrain, el hombre como persona es una realidad con una subsistencia espiritual que constituye un
universo aparte y es un todo independiente en el gran todo del universo y cara a cara del gran Trnfo
trascendente que es Dios. El quicio esencíal de este concepto es la distinción entre individuo y persona. Así
como la persMIB tiene esta trascendencia al bien común temporal. el individuo, como ente materialmente
singularizado dentro de la especie, es una parte del cuerpo social y esta ordenado al bien oom(m", SANCHEZ
AGESTA. Luis, Los principios Cristianos del Orden Político, óp. ett., pág. 222,

54
55

La primera plantea un verdadero monopolio sobre la salvación (la gracia), se relaciona con
los grupos privilegiados y poderosos y no asimila la separación de la Iglesia y el Estado y
por e llo busca reconstruir la unidad de ambas instancias; ello porque en cierto modo se
relaciona con el conjunto de la sociedad a través de su relación con el Estado. Agrega que
esta establece "una nueva relación, más allá de los estados nacionales, con el poder
176
imperialista de los EE.VU." . La iglesia Modernizada reconoce que la salvación y su
obrar pueden ocurrir fuera de la iglesia visible, esto es en el mundo histórico; no se requiere
desde esta postura de una necesaria unidad con el Estado y su defensa de los derechos
humanos será em inentemente Ética. Finalmente la Liberadora acentúa y radicaliza algunos
aspectos se define como «Iglesia de los Pobres» y la secular relación con el Estado se
rompe. De estas posibilidades solo las dos primeras tienen actualmente un protagonismo en
nuestro sistema republicano.

3. Personalismo y Humanismo Integral

Uno de los aspectos más relevantes del PDC fue indudablemente su impronta doctrinaria.
Su dirigencia se fonnó en las organizaciones católicas; ello sin perjuicio reconocer que su
177
postura fue desde un principio aconfesional • Esta característica ideológica sería la
responsable de muchas de sus victorias y también de sus errores y desgracias. Junto con el
Gobierno de Salvador Allende, el gobierno de Frei es considerado como parte de los
denominados gobiernos ideológicos según la nomenclatura de Bernardino Bravo Lira. El
nombre del PDC refleja los dos elementos esenciales de su filosofia: e l Social Cristianismo
y la democracia. El impacto de las encíclicas y la influencia de pensadores católicos tales
como Sturzo, Mounier y Maritain, son importantes para el acento realizado por el PDC
sobre los valores humanos y su concepto «comunitario» de la economía 178•

Un testigo privilegiado de la época nos relata con claridad el contexto en el cual estas
influencias fueron recibidas y el alcance de las mismas, que me permito reproducir en sus
aspectos más relevantes:

176
CASTILLO, Femando, iglesia liberadora y Política, óp., cit. págs. 31-36.
177
Vid. BRA YO LIRA, Bemardino, Régimen de Gobierno y partidos Políticos en Chile, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de C hile, 1978, pág. 77.
178
GRA YSON, G., El Partido Demócrata Cristiano Chileno, óp. cit., pág. 419.

55
56

" ... nadie podrá discutir que la Democracia Cristiana ha tenido un espléndido modelo práctico en la
Democracia Cristiana italiana a la cual dieron fonna dos hombres extraordinarios: Don Sturzo y De
Gasperi. ¡Cosas curiosa! Sus escritos mismos no han tenido en Chile gran difusión [ ... ] En cambio,
la orientación ideológica francesa ha tenido y tiene gran influencia. Es el caso de Maritain,
tratándose de la postura ideológica de la Democracia Cristiana y del escritor que nos ocupa,
Emmanuel Mounier [... ) su pensamiento, expuesto en la revista «Esprit», ha influido en los grupos
dirigentes. Nos atrevemos casi a decir que su influjo ha sobrepasado al que ha tenido Maritain" 179 .

Algunos entienden al personalismo cuyo principal exponente es Mounier como una especie
de espiritualismo 180. Este pensador habría publicado su Manifiesto en el año 1936 como un
intento de renovación social y una férrea oposición a la solución marxista. Mounier
propone una filosofía centrada en la persona, es decir del espíritu en la forma personal que
le es connatural y necesaria. Mounier insiste en aquellos aspectos de la persona que
permiten la afi rmación de su valor absoluto.

Antes que todo, la persona es libertad y trascendencia. Luego debe resaltarse su empeño en
el mundo. Los valores son medios para realizar una vida personal más amplia. Esta forma
superior de vida hacia la cual debe dirigir libremente su empeño de superación, la concibe
Mounier en el espíritu del cristianismo. La revolución personalista y comunitaria tiene por
finalidad realizar en la historia del hombre el reino de Dios 181 • MOUNIER nos propone
" una revolución espiritual y material a la vez porque es la única conforme a un humanismo
integral. La revolución es para él una reconstrucción total de la civilización" 182• Lo será
donde la persona ocupe un rol preponderante, dentro de sus propias posibilidades
existenciales «yo no soy únicamente lo que hago; el mundo no es solamente lo que
quiero» 183 .

La pretensión del filósofo francés es tan ambiciosa como clara: ir más allá del fascismo, del
comunismo y del «mundo burgués decadente». Este ir más allá implica, como es lógico, el
primado de la persona humana. Hace Mounier una necesaria precisión; el personalismo no
es (para él) más que una denominación de conjunto significativa, una cómoda designación
colectiva para doctrinas distintas; que pueden ponerse de acuerdo en las condiciones
179
LIRA URQUIETA, Pedro, Crónicas de Roma, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1969, pág. 111.
180
ABBAGNAN0, Nicola, Historia de la Filosofla, Volumen 3, Trad. Juan Estelrich y J. Pérez Ballestar,
Hora S.A., Barcelona, 4 • Edición, 1994, & 685, págs. 324-325.
181
ibídem.
182
M0IX, Candide, El pensamiento de E111man11ef Mounier, óp. cit., pág. 97.
183
Ibídem, pág. 164.

56
57

elementales, físicas y metafísicas, de una nueva civilización. En palabras textuales del autor
«Basta para definir una posición personalista pensar que toda persona tiene una
significación tal que no puede ser sustituida en e l puesto que ocupa dentro del universo de
184
las personas» • La doctrina de Mounier, además de personal ista introduce elementos
realistas, pues admite, desde ya, la existencia de varios personalismos. Este real ismo lo
previene de futuros sectarismos y rigideces teóricas, pues admite expresamente v1s10nes
185
distintas de los fines superiores de toda civilización.

Mounier no quiere la imposición de una ideología común; para él lo indicado es un acuerdo


mínimo sobre "verdades de base". Debemos entender por estas últimas a las certezas
extraídas en el propio devenir de la existencia humana, que hacen posible la misma
convivencia en sociedad sin caer en el caos o la anarquía.

«Nada bay que pueda repugnarte más que la predilección, hoy en día tan común, por un aparato de
pensamiento y de acción que funcione como un distribuidor automático de soluciones y de
consignas, barrera para la investigación, seguro contra la inquietud, la prueba y el riesgo» 186.

Mounier busca además, con la construcción de una doctrinajlexible sobre el personalismo,


una civilización dedicada a la persona. Es así que su finalidad inmediata es el definir el
conjunto de premisas que pueden dar fundamento a tal tipo de civilización. El Estado no es
una comunidad espiritual, o una persona colectiva en el sentido propio de la palabra y desde
luego que no se sitúa por encima de la patria, la nación o las personas : "Lo espiritual
domina lo político y lo económico. El espíritu debe conservar la iniciativa y el dominio de
187
sus fines, que van al hombre y solo al hombre; no al bienestar" •

En ese sentido el Estado, viene a ser un instrumento al servicio de las sociedades, y, a


través de ellas, al servicio de las personas, teniendo el carácter de artificial y subordinado,
pero al fin necesario. Debido a la naturaleza dual del ser humano, en cuanto tiende tanto al

184
MOUNI ER, Emmanuel, El Personalismo, Eudeba (64 cuadernos de Eudeba), Trad. Aída Aisenson y
Beatriz Dorriots, 7ª edición, Buenos Aires, 1970, pág. 30.
185
'·De este modo, aunque hablemos, por comodidad, del personalismo, preferimos decir que hay
personalismos, y respetar sus modalidades diversas. Un personalismo cristiano y un personalismo agnóstico,
por ejemplo, difieren hasta en sus estructuras íntimas. Nada ganarían con buscar caminos intermedios. Sin
embargo se recortan sobre ciertas esferas de pensamiento, sobre ciertas afim1aciones fundamentales y sobre
ciertas conductas practicas . .. •·. MOUNIER, Emmanuel, Ibídem.
186
MOUN I ER. ibídem. pág. 6.
187
MOIX, Candide, El pensamiento de E111111an11el Mounier, óp. cit., pág. 87.

57
58

bien corno al mal, ias personas y las sociedades sucumbirían a la anarquía sin la presencia
del Estado.

No puede realizar su espíritu quien abandona los problemas temporales de la came. No


puede amarse a Dios si no se ama al prójimo, y éste es prójimo en tanto es hermano. Para el
hermano se busca lo mejor. Jo que se quiere para uno mismo.

"E1 tiempo espiritual no es un florecimiento feliz y espontáneo. No palpita ni en la categoría de la


felicidad ni en la del progreso. Está hecho de saltos víolentos, de crisis y de noches que son
interrumpidas por escasos momentos de plenitud y de paz. (.. ). En el limite, el místico dirá: a la
plenitud del todo por la prueba de la nada" ( ! 944).

.<\sí quedan fundadas las condiciones de la opción poHtka. Hay una inspiración cristiana.
pero no una línea cristiana porque de la fe no se puede deducir Wl. sentido predetenninado
de la hístoria. Ei creyente debe «sufrir la medida comúm>, buscar, inventar, actuar con los
demás. Mounier no se cansara de decir "No merecemos nuestra revolución si la conversión
no comienza en nosotros mismos, ante todo" 18R,

En síntesis, e1 eje de toda su reflexión es la persona y será esta persona, lo que el orden
nuevo debe garantizar. El liberalismo y el colectivismo marxista están en los antípodas de
esta exigencia: el primero, al considerar a la persona solo como objeto económico y
propiciar su explotación; el segundo, porque diluye a la persona en una colectividad sin
rostro. Frente a estos, Mounier postula un orden que garantíce a la persona la obtención de
su auténtica vocación singu1ar 189• El orde-n debe asegurar también el intercambio entre 1as
personas y la convivencia en comunidad, El personalismo es comunitario, pero lo es solo en
el sentido ya indicado: ..La comunldad no nace de la extinción de las personas, síno de su
realización como talesi. 190•

En el plano económico el personalismo asume también consecuencias necesarias. El capital


no puede sojuzgar al trabajo, que es fruto de la persona; como tampoco el trabajo puede

'.t$ ((Esprit», n" 27, diciembre de 1934, p. 279, citada por MOlX, Candide, El pensamiento de Emmanuel
Mounier, óp. cit., pág. 109.
189
''Cantra el liberalismo debe afim1arse la necesidad de la organización" Dentro de esta organización deben
proclamarse sir) dísímulos los derechos sagrados de las personas'', MOIX, Caodide. óp. <:it., pág. 168.
[cursívas en el original J.
¡q,¡ MOIX, Candide. ibíd¡m¡, pág, 147.

58
59

ampararse en una dictadura estatista, porque borraría igualmente la huella de las personas.
N1. captta
· ,.1smo 191 , pues, ru· marxismo 19'-.

«Mientras para el personalismo solo puede haber comunidad si las personas son libres y
responsables, para e l Marxis mo solo cuenta la colectividad y la persona queda aplastada. Para él,
solo las masas son creadoras El optimismo marxista es «un optimismo del hombre colectivo que
encubre un pesimi smo radical respecto a la persona» 193 •

A partir de este doble rechazo, Mounier propone principios de economía que entroncan con
la doctrina social de la Iglesia: primacía del trabajo, consumo responsable y ético, tendencia
a la autogestión, fórmulas de copropiedad de las empresas, etc. El Estado es necesario para
hacer eso, pero sólo es un instrumento material, no una entidad de rango espiritual ni
trascendente.

Entendemos que lo que persigue Mounier en definitiva es hacer una reelaboración del
mundo concreto a objeto de darle una perspectiva que rompa la dicotomía fundamental
entre el capitalismo y el totalitarismo marxista. No muy lejanos el uno del otro según la
opinión del francés. No es posible admitir simplemente corno base del desarrollo de una
sociedad la economía 19-\ en su carácter de infraestructura, según el análisis rnarxiano, sino
que además (en esta fóm1Ula de base) se debe agregar el componente espiritual y valórico,
pues para Mounier «también lo espiritual es una infraestructura». Es decir estamos aquí
frente a un elemento de base que pennite resolver todo lo demás. Este elemento no puede
ser dejado de lado "la estructura económica más racional, si se establece con menosprecio
195
de las exigencias fundamentales de la persona, lleva en sí su ruina" . Lo que le inquiete

191
"El régimen capitalista mezcló estrechamente con aquel su desorden, acentuando el desmembramiento de
los sectores de la producción y sofocando, a lo largo de toda su escala, los valores de la propiedad personal
que él pretende defender", MOUNLER, Emmanuel, De la propiedad capitalista a la propiedad humana,
Carlos Lohlé S.A., Trad. Ramón Alcalde, Buenos Aires. 1984, pág. 79; "El capitalismo ha sometido la vida
espiritual al consumo, el consumo a la producción, y la producción a l interés, cuando la jerarquía natural es
exactamente la inversa", MOIX, Candide, ibídem, pág. 69.
192
"«Soy antimarxista sin ambigüedad posible», decía Mounier en una carta a Jacques Chevalier ( ... )
"Nuestra filosofia, que debe una parte de su salud a las aguas marxistas, no ha recibido, sin embargo, su
bautismo. /\un abarcando muchas perspectivas concretas del marxismo, sus fundamentos son otros, de ahí que
todo resulte modificado", MOIX. Candide, Ibídem, pág. 238.
193
[Manifieste, pág. 60) Citado por MOIX, Candide, ibídem, pág. 235.
194
"La primacía de lo económico es un desorden histórico del que es preciso salir", MO IX, Candide, pág.
230.
,,,s Mounier, el Personalismo, óp. cit., pág. 16.

59
60

realmente es el desorden, por eUo como afirma MOIX (<i\lounier consagrará toda su vida a
luchar contra el Jesorden» 19ó.

Sí pudiéramos síntetizar su aporte en unas pocas frases,, serian estas: •·La salvaguarda de la
persona humana -~uyo centro es para el cristiano~ la Persona del Cristo encarnado- era,
para Mounier. un criterio simple, susceptible de w1ir a cristianos y no creyentes en la lucha
191
contra el individualismo y el colectivismo" .

El personalismo constituye un esfuerw por rescatar .al ser humano y su individualidad en


un mundo donde el co)ectivísmo se estaba tomando en un pensamiento peligrosamente
hegemónico; su influencia se hizo sentir en la Falange espaiíola; esta conoció el
pensamiento mouníerano antes que comenzara la guerra. Este pensamiento es reforzado por
Maritain, que en su magisterio es motejado como "'el filósofo católico que ha cumplido a
maravilla la función de ganar adeptos católicos a la causa antifascista, precisamente en
nombre del personalismo cristiano", por un joven Legaz y Lacambra en Jerarquía en
1938 198 ,

Para Marítain la funcíón del Estado más importante síno la única, es la realización del Bien
Común. Y sobre todo reafirma la supremacía de lo espiritual, y dedica su obra a definir
lineamiento políticos inspirados en los valores cristianos:

"el bien oomún de la vida civil es un fin último, pero un fin último en sentido relativo y en un cierto
orden dado [... } -el fin último absoluto- de la persona humana es Dios en cuanto que hace
participar al hombre en su vida intima y en su felicidad eterna. La ordenación directa de la persona
humana a Dios trasciende todo bien común creadó, a ta vez el bien común de la sociedad política y
el bien común intrínseco del Universo. Ha ahí la roca de la dignidad de la persona humana y
también de las inquebrantables exigencias del mensaje cristiano":99 •

Expresa claramente que el crisriano es un ser indivisible, por lo que deberá actuar conforme
a estos principios tanto en el plano espiritual como en el mundano. Maritain, en

196
MOIX, Candide, El pensamiento de Emm{11tue/ M(>J.mier, óp., cit. pág. 60.; JBAÑEZ S,M,, Gonzalo,
J>ersona y Derecho en el Pensamiento de Berdiaeff, Mounier, Marítain. Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile, 1984, pág. 102.
197
lbidem, pág. 308, [la cursiva es nuestra].
1
"' GALLEGO. José. ¿Fascismo o Estadc Cat6lico?. ideología, religión y censura con España de Franco,
1937~!94!, Ediciones Encuentro, '.\1adrid, 1997, pág. 85.
199
MARITAIN, Jacques, El Hombre y el Estado, óp. cit., pág. 169.

60
61

consecuencia, se sitúa equidistante del liberalismo al que critica su exacerbación del


egoísmo individual y por su falta de preocupación del hombre en su dimensión social.

Por otro lado se opone también al marxismc>200 y al efecto hace una clara distinción entre el
cuerpo politícozn 1[la sociedad más perfecta hasta el presente] y el Estado, y expresa
claramente que este último es únicamente un instrumento al servicio de los hombres y no al
revés, como entiende el marxismo.

Esta concepción del Estado toma distancias de concepciones absolutistas o sustancialistas


que lo entienden como un «sujeto de derecho, es decír, una persona moral y. por lo tanto,
un todo. En consecuencia, está, o impuesto sobre el cuerpo político, o destinado a
absorberlo por entero. y goza de un poder supremo en virtud de su propio derecho natural e
inalienable y en interés propio y finah>202, lo cual lleva a justificar los regímenes totalitarios
o autoritarios2D1•

Ei Estado no se identifica con una persona providen.,1.al, con wt conjunto de personas., con
una ideología, una raza o una clase. Et estado no es más que un órgano habHitado para
hacer uso del poder y compuesto de expertos en el bienestar público, es solo un instrumento
al servicio dei hombre104 • Maritain postula una democracia comunitaria2°5• que en ningún
caso implica una mera aplicación de Constituciones o Parlamentos, él va más aUá de estas
100 '' ... por una notable secuencia dialéctica, el absolutismo (cristiano, al menos, en apariencia) que sucedió al
mundo medieval. fue suplantado por un liberalismo anticristiano; y habiendo sido este a su vez eliminado por
el mero ~ho de su éxito, el e.ampo ha quedado libre para un nuevo absolutismo, esta vez materialista (de un
materialismo declarado o de un materialismo disfrazado), más enemigo que nun~ del cristianismo".
MARITAIN, Jacques, Humanismo lnlegral, Editorial Carlos Lohlé SACI, trad, Alfredo Mendi:zábal, Buenos
Aires. 1%6, pág. 123.
201
"Es una realidad humana concreta y enteramente humana que tiende a un bien concreto y enteramente
humano: el bien común", MARITAN, Jacques, El Hombre y el Estado, Editorial Encuentro-Fundación
humanismo y Democracia, Madrid, 1983, pág. 24.
:wMARITAIN, Jacques, El Hombre y el Estado, óp. cit., pág. 27.
101
NOGUEJRA ALCALA, H. y Cumplido, F., lns1i111cioncs Polfticas y Teoría constitucional, óp., cit. pág.
89.Ck MARlTAlN, Jacques, El Hombre y el Estado, Editorial Encuentro., óp. cit., pág. 27~32.
zo.i Ibídem.
205
•·La concepción del régimen de civilización del orden temporal que nos parece fundado en razón tiene tres
caracteres típicos: ante todo es romunitario. en el sentido de que, para él, el fin propio y especificador de la
ciudad y de la civili:zación es un bien común diferente de la simple suma de los bienes individuales, y superior
a los intereses del individuo en cuanto éste es porte del todo social. Este bien común es, esencialmente. la
recta vía terrenal de la multitud reunida, de un todo constituido por persona humanas: que es por ello, a la v~L
material y moral [ ... j es personalista, entendiendo por tal que es espedal al bien común temporal el respetar y
servir los fines supratemporales de la persona humana [ ... ] una concepción «peregrinatoria» de la
ciudad ... hace que para los hombres no haya equilibrio estático, sino tan solo un equilibrio de tensión y de
movimíenro". MARJT AIN, Jacques. Humanismo lmegral. óp. cit., págs. 105-107.

61
62

instituciones tradicionales. La Democracia de Maritain se debe fundar en el respeto a cada


hombre en su calidad de persona, y esto no es otra cosa en su opinión,. que el fundamento
mismo de la fe católica, En el plano ético-político, nuestro autor defiende la tolerancia y el
pluralismo y postula que en la sociedad debe existir <<una unidad mínima» compartida por
cristianos y no cristianos, completamente diferente a la visión de totalidad de la ig)esía
rnedievai2-06 .

Lo relevante de esta influencia en particular es que tiene una incidencia directa en nuestro
texto político; en efec:to, este teoría que considera al Estado como instrumento del cuerpo
político, subordinado a este y que recibe su autoridad superior únicamente en la medida de
las exigencias del bien común y no de un derecho en provecho propio se denomina teoría
instrumentalista del Estado en oposición a ias ya mencionadas sustancialistas o absolutistas.
Ta1 es la perspectiva que ha recogido expresamente nuestra constitución en su artículo F'
inciso 4° al expresar: ''El estado está al servicio de la persona humana ,;ior.

(< [El Estado} Es una parte del cuerpo político y, en cuanto tal, es inferior al cuerpo político en
cuanto todo, está subordinado a él y al servicio del bien común. El bien común de la sociedad
política es ei fin supremo del Estado y tiene preferencia sobre el fin inmediato del Estado, que es
mantener el orden público;>11IB.

'C"na idea central en la concepción de Maritaín que tuvo ínfluencia decisiva en el derrotero
espiritual del pensamiento cercano a la iglesia, tiene que ver con el Te/os que propone el
Cristianismo en su versión humanista integral. Este se aleja conceptualmente -he aJlí la
nota distintiva- de la propuesta liberal, pero en un sentido muy específico, que entendemos
acogido en nuestro texto poHtico; lo expresa en los siguientes ténnlnos: «e) fin propio de la
sociedad civil no consiste solamente en garantizar el respeto a las Hbertades individuales y
a los derechós de cada uno, y asegurar el bien material: debe asimismo procurar el bien
verdaderamente humano de la sociedad, que es de orden morab>Zf19, Este es un aporte
decisivo del planteamiento humanista integral, que seriará para perfilar adecuadamente este
universo con ribetes diferentes de aquel que habitábamos antes de la Constitución del 80.

ISRAEL, Ricardo y Morales, Maria Eugenia, Ciencia Política, Editorial Universitaria, 1995, pág. 14$,
'.!06
107
NOGUEIRA ALCALÁ, H. y Cumplido, F., lnstít1.1cíones Políticas y Teoría constitucional, óp., ciL. págs.
89-90.
~o& MARITAIN, Jacques, El Hombre y el Estado, óp. cit., pág. 37,
09
~ MARITArN, Para ,ma Fifosofia de la Persona Humana, óp. cit., pág. 195.

62
63

Finalmente MARITAIN plantea una exigencia hacia el futuro, de un mundo que él ve


enmarcado dentro de esta concepción que se estima necesaria para el rescate de una vida
plena, dentro del orden temporal y respetando escrupulosamente la diversidad propia de la
democracia. Lo expresa en los siguientes términos: «Lo que se exige a la inteligencia
cristiana es que permanezca fiel a sí misma, tanto en el orden práctico, social y político,
como en el orden especulativo; y que trate de instaurar una política cristiana y una filosofía
cristianm>2 10• Ello tiene su explicación en que " La democracia integral necesita de la
existencia simultánea de la democracia política, social y económica, ya que la práctica ha
211
revelado que si no hay una interdependencia entre e llas, la democracia es una utopía" .

Finalmente como una forma de resumir la central importancia de Jacques Maritain en el


devenir político sudamericano de mediados del siglo XX diremos con Tristán de Athaide:

«La renovación tomista en América así como la solución cristiana de los problemas sociales del
uevo Mundo, deben a Maritain más que a ningún otro pensador moderno el mejora aliento de su
actual expansión. Esto es suficiente para mostrar la amplitud de su irradiación intelectual»212 .

Afirma finalmente el sabio francés, respecto de la forma en que la influencia de la verdad


cristiana penetrara en el mundo secular: «Así la dignidad y la autoridad superior de la
Iglesia se afirman, no en virtud de una coacción ejercida sobre el poder civil, sino de las
luces espirituales que aporta a las almas de los ciudadanos, que han de juzgar en conciencia
2 13
sobre todo asunto referente al bien común político» .

Todos estos pensamientos, contra lo que pueda creerse, forman parte de la substancia
doctrinaria que sirvió de argamasa para construir en núcleo central de la Constitución de
1980 en nuestro país; pero conjuntamente con esta, debemos transitar hacia la otra vertiente
del mismo pensamiento cristiano, que será a la vez rescatada por el constituyente para
organizar autoritariamente la defensa del contenido primario que se deseaba preservar. Una
vertiente muy influyente (aunque con poca visibilidad) de la institucionalidad católica en

21
º MARITAIN, Jacques, Ibídem,pág. 236.
211
PAC HECO, Máximo, Política, Economía y Cristianismo, Editorial de l Pacifico S.A. Santiago de Chile,
1947, pág. 85.
m Artículo aparecido en el homenaje a Jacques Maritain en la .. REVUE THOMISTE", T. 48, n. 1-2, 1948.
pág. 12-17. Trad. Por J.G.O, en Homenaje a Jacques Maritain, Política y Espíritu Nº 328/Diciembre 1971 ,
año XXV II, pág. 40.
113
MARITAIN, Jacques, la Iglesia y el Es1ado, Encuentro Ediciones, óp. cit. pág. 183.

63
64

aquella época era el Opus Dei, congregación que tenía sus orígenes en España. Su fundador
Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, proponía una intervención mayor de los
integrantes de la Iglesia en los asuntos del Estado. Sus representantes nacionales fueron
particularmente refractarios al gobierno de la Unidad Popular y trabajaron intensamente por
lograr su derrocamiento; como asimismo para dar un sustento político-ideológico a la labor
gubernativa y económica del régimen militar y las elites empresariales.

4. El Opus Dei

Claro está que la Iglesia Católica nunca ha sido un colectivo homogéneo y unificado de
ideas sobre la salvación del alma; un cumulo de corrientes de muy diverso tono tienen
cabida dentro de su seno; desde las doctrinas más integristas hasta la teología de la
liberación. Estas cuestiones el día de hoy parecen menores; pero en los años sesenta y
setenta del siglo XX, esto era importante. La teología de la liberación era visualizada como
un peligro real y concreto a la integridad de la iglesia. Esta opción era la resultante de una
tendencia general de la Iglesia Católica que había optado por los desposeídos; aquellos más
carenciados dentro de la sociedad. Las clases dominantes, atendida esta circunstancia, se
sintíeron huérfanas de liderazgo religioso.

Esta opción mayoritaria a la que habría de oponerse la doctrina de la «obra», había sido
desarrollada doctrinalmente por el Concilio Vaticano 11 (1962) y por la Conferencia
episcopal de Medellín (1968). Apenas llega a Chile el Opus Dei, busca cooptar a la elite
dirigente y tomar contacto con las personas más influyentes del país. 214 El movimiento
fundado y liderado por Escrivá de Balaguer, era el más popular en aquella época dentro de
la feligresía más conservadora, tanto en España como en Chile; Este éxito repentino, se
explica, como se dijo, porque acuden en auxilio espiritual de una feligresía desencantada
que no encontraba apoyo a sus particulares formas de vida dentro de la estructura de la
Iglesia Católica. El Opus Dei -en cambio- traía una propuesta distinta de la propiciada por
la generalidad de la Iglesia; en efecto, proponía una vida basada en la santificación del

214
BUSTAMANTE O. Fabián, «La formación de una nueva mentalidad religiosa de la elite empresarial
durante la dictadura militar, 1974-1990. El catolicismo empresaria el Opus Dei», Revista Cultura y religión,
pág. l07.

64
65

trabajo ordinario y mantenían también una postura de justificación de la riqueza. Esto ejes
posibilitaran una suerte de síntesis entre los valores tradicionales católicos de la elite
215
nacional con las exigencias de la modernización económica capitalista neoliberal •

" En la época de la fundación del Opus Dei, muchos católicos buscaban modos de hacer más
cristiana la sociedad. Desde Roma, el Papa promovía la Acción Católica. En España, muchos
catól icos trabajaban para desarrollar, dentro de la Acción Católica o como entidades separadas,
g rupos que promovieran una acción social y cívica inspirada en principios cristianos [ . .. ] El
mensaje que Escrivá recibió se centraba no en cambiar las estructuras sociales, sino en animar a los
216
católicos a hacer un esfuerzo serio por alcanzar la santidad en sus actividades diarias" •

217
El Opus Dei postula entonces una de las versiones más integristas o fundamentalistas
dentro de la iglesia Catól ica; ello significa que se opone firmemente a los cambios dentro
de ella; especialmente aquellos propuestos por el Concilio Vaticano II. Ven en esta postura
conciliar, la apertura hacia una secularización del catolicismo. Su afán se concentrará
entonces en recatolizar a una sociedad fuertemente amenazada por doctrinas profanas.

Es conocida la vinculación del Opus Dei con el Franquismo. El Generalísimo aprovecha de


sus talentos espirituales y técnicos para dar viabilidad a su proyecto gubernativo, "el Opus
Dei representó una nueva estrategia integrista católica que políticamente coincidía con la
tradición conservadora de los sectores ultraderechistas españoles que salieron victoriosos de
la «cruzada» contra el comunismo y que luego, apoyarían al franquismo"218•

La doctrina del Opus Dei no tenía en aquella época una repercusión masiva en la feligresía
nacional, seguramente por su visión tan particular del culto; y porque tampoco estaba entre
sus prioridades el llegar con su mensaje a las clases más carenciadas de la sociedad (como
si lo hacen otras corrientes más poderosas dentro de la Iglesia). Pero el hecho de haberse
constituido en favorita de la clase acomodada, particularmente del empresariado; y las
conocidas características jerárquicas de su doctrina, que pueden influenciar de manera
importante a su feligresía; le otorgan un cariz re levante a su propuesta ideática. En efecto,

215
Ibídem.
216
COVERDALE, John F. «La Fundación del Opus Dei», pág. 38, disponible en la red en:
http://multimedia.opusdei.org/pdf/es/la_ fundacion_del_opus_dei_coverdalc.pdf
21 7
"el pensamiento fundamentalista propone [ ... ) la vuelta a un mistificado orden «divino», un sentido
univoco de la tradición de fundamento racional o carismático, una forma estático-restauradora de
pensamiento. una polarización en la identidad-seguridad, una ética de la ley y la autoridad de orden antiguo".
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp., cit., pág., 493.
218
BUSTAMANTE O. Fabián, Ibídem.

65
66

no es desconocida la existencia de una gran concentración de poder en manos de unas


pocas familias y es precisamente este poder económico el que. en muchos casos, marca la
agenda en todos los demás aspectos ( éticos, políticos y culturales) de nuestra civilidad, De
modo tangencial (característico de su estilo) el Opus Dei ha sabido influir en el sistema de
convivencia de las sociedades que penetra. De esa forma se produjo su influencia en la
Espafia ftanqulsra. aunque con un impacto menor que en Chile. Una c1ase política
jerarquizada y obediente ha permitido hacer una mejor labor en esta parte del mundo,
donde la educación se ha convertido en la forma más relevante de expansión de sus ideas e
influencia,

" ... el arma del Opus Dei será también esta vez la fuerza que haya podido reunir en su infiltración de
las Fuerzas Armadas, e1 aumento de su control directo o indirecto sobre el capital monopolístico y
la influencia de sus caudillos en la superestructura estatal y en el seno de la Jglesia" 2n.

La ideología del Opus Dei, no es enteramente homogénea, en ella es posible destacan al


menos los siguientes rasgos relevante, como afirma CAMPERO, «¡} la defensa de la
propiedad privada como un derecho natural e inviolable; 2) libertad de empresa; 3) la
desconfianza del sistema de partidos políticos220 que, a juicio de los empresarios. juega un
rol negativo para el desarrollo económico de ias empresas y; 4) la idea de los enemigos de
la democracia fueron los comunistas, lo que, para el caso chileno, debe ser protegido en
cierto grado por la tutela militar"221 •

Quizás si lo más relevante, para nuestro trabajo, sea la forma en que se ha producido esta
conjunción de pensamientos+ facílitados por el entramado ideológico del Opus Dei, que
según veremos, pude impJicar otra cuestiones de naturaleza todavía más relevante. desde el
punto de vista religioso:

"Ei ascetismo interior. la autorregulación metódica y la santificación del trabajo «bien hecho» se
adaptaron a la exigencias del nuevo sistema y, en efecto, favorecieron para incentivar el espíritu

11 ,¡ SOTO. Fnmoisco, Fascismo y Opus Dei ;;m Chile, Editorial Avance. S.A., Barcelona, 1976, pág. 114.
:,:i; "la famosa libertad democratíca es mero líbertinaje, es decir, libertad para los delincuentes, de esa que no
necesitan los hombres honrados y sensatos[ ... ¡ Dios quiera que el Parlamento jamás regrese a Chile. Y que la
democracia descanse en paz por los siglos de l<>S siglos." cita a Juan Carlos Ossandón en SOTO, Francis,;;o,
Fasci!;mO y Opus Dei en Chile, Avance S.A., Barcelona 1976, pág. 27.
:m CAMPERO, Guillermo, «Los Empresario Chilenos en el Régimen Militar y el post plebiscit<m, en Paul
Draque: Iván Jaksic {eds.) El dificil camino de la democracia en Chile, 1981-1990, Flacso, Santiago, 1997,
pág. 249-250, cítado por BUSTAMANTE, F'ahián, óp. cit., pág.• 116· 117.

66
67

empresarial capitalista que requería el proyecto de los «Chicago Boys». incluso, el mensaje era aún
más potente: el empresario chi leno podía llevar una vida santa trabajando racionalmente. De ahí que
el nuevo empresario católico exitoso no solo estaba trabajando para sí mismo, su famil ia y sociedad
para la consolidación del capitalismo neoliberal sino que además estaba glorificando a 0ios" 222 •

Haciendo un análisis más detenido de los postulados del Opus Dei, podemos establecer, sin
mayor esfuerzo, un acercamiento a postulados emblemáticos de las doctrinas protestantes.
Si analizamos los textos que se ocupan de esta materia, como «La Ética Protestante y El
Espíritu del Capitalismo» de Weber; es posible arribar a conclusiones muy preocupantes.
En efecto, según este autor, lo que marcaba la diferencia entre las doctrinas católicas y las
protestantes (favoreciendo a las segundas en el desarrollo económico) era precisamente su
distinta consideración respecto del tema del trabajo y la acumulación de bienes.

" ... la idea es nueva: es producto de la Reforma. Ni en la Edad Media ni en la Antigüedad (en el
helenismo de la última época) se dieron los supuestos para esta estimación del trabajo cotidiano en
el mundo que implica esta idea de profesión (... ] En todo caso lo absolutamente nuevo era
considerar que el más noble contenido de la propia conducta moral consistía justamente en sentir
como un deber el cumplimiento de la tares profesional en el mundo. Tal era la consecuencia
inevitable del sentido, por así decirlo, sagrado del trabajo, y lo que engendró el concepto ético-
religioso de profesión: concepto que traduce el dogma común a todas las confesiones protestantes,
opuesto [... ] a la católica ( ... ] el cumplimiento en el mundo de los propios deberes es el único
medio de agradar a Dios, que eso y sólo eso es lo que Dios quiere, y que, por lo tanto, toda
profesión lícita posee ante Dios absolutamente el mismo valor [... ] esta valoración ética de la vida
profesional constituye una de las más enjundiosas aportaciones de la reforma y, por lo tanto, de
modo especial, de Lutero"123 .

D e esta forma se produce un traspaso de la doctrina católica del Opus D ei hacia terrenos
propios de la doctrina protestante, dando viabilidad así (sin apostasía explicitada) a la
hipótesis de santificación por el trabajo. Desde el punto de vista doctrinario no es cuestión
menor este desliz de la «obra»; en efecto, cuando se analiza el luteranismo con detención,
se descubren estos rasgos demasiado fami liares con aquellos del Opus Dei. Por esta misma
vía y en términos similares la concepción puritana del trabajo también era distinta del resto
de la sociedad Inglesa del siglo XVII " ... para el puritano [ ... ] el trabajo mundano llega a

222
BUSTAMANTE O. Fabián, «La formación de una nueva mentalidad religiosa de la elite empresarial
durante la dictadura militar, 1974-1990. El catolicismo empresaria el Opus Dei». óp., cit., pág. 11 7.
223
WEBER, Max, lu Ericu Proresranre y el füpírifu del Capitalismo, Editorial Reus S.A., Trad. Luis Legaz
Lacambra, Madrid, 2009, págs. 103-107.

67
68

convertirse en una especie de sacramento"22°4; también debe destacarse, en este orden de


ideas, su marcado individualismo,

" ...Aquellos que buscan a Dios en el aislamiento de sus semejantes, a menos que vaya triplemente
armados para afrontar los peligros de la empresa, está más expuesto a tropezar con el demonio que
con Dios [... ] La propia suficiencia moral del puritanismo fortalecía su voluntad, pero corroía su
sentido de la solidaridad humana [.. .] desde el principio el calvinismo comprendía dos elementos,
que había fusionado Calvino mismo, pero que guardaba la simiente de futuras discordias. Había
otorgado desde el primer instante un entusiasta imprimatur a la vida de los negocios, que había
despertado las sospechas de los intereses moralistas, y había puesto sobre ella la mano de hierro de
una disciplina inquisitorial" 225 •

El tema de la disciplina, es otro aspecto que puede servir para identificar esta similitud.
Otro aspecto relevante lo constituye la separación que establecen entre los intereses
económicos y los éticos, " la separación de los intereses económicos de los éticos, que daba
226
tono a todo el movimiento, establecía un contraste violento con la tradición religiosa" .

Finalmente una recomendación de la vida diaria, "Déjate absorber totalmente en los


negocios diligentes de tu legal vocación cuando no te ejercites en el servicio más inmediato
de Dios227•

En relación con esta cuestión tan aguda como relevante, me permito la siguiente digresión:
a) El calvinismo tampoco había estado exento de cuestionamiento, tanto en el siglo XVII 228
como en el XX; especialmente en lo relativo a su postura afín al lucro y al enriquecimiento
personal que, estricto sensu, iba en contra del espíritu original del cristianismo, " ... el
Capitalismo moderno -escribe Mr. Keynes- es absolutamente irreligioso, está desprovisto
de unión interna, escaso es e l espíritu público que anima, y es a menudo, aunque no
siempre, un mero conglomerado de gentes que ya poseen y otras que ambicionan poseer".
¿Es posible identificar un cierto matiz herético en esta similitud?

m TA WNEY R.H., la Religión en el Origen del Capitalismo, Editorial Dédalo, trad. Jaime Menéndez,
Buenos Aires, 1959, pág., 209.
225
Ibídem, pág. 243-247
226
Ibídem, pág. 252
227
Ibídem, pág. 257.
m " El Cristiano[ ... ] está obligado por su fe a la aceptación de ciertas normas éticas, y estas normas son tan
obligatorias en la esfera de las transacciones económicas como en cualquier otro aspecto de las actividades
humanas [.. . l No está pennitido emprender ni mantener ningún monopolio opresor o comercio que tienda a
enriqueceros a costa de pérdidas para la comunidad o para otras gentes", T AWNEY, R.H., la Religión en el
Origen del Capitalismo, óp. cit., pág. 233.

68
69

b) En tiempo más reciente otros autores han intentado ejercicio similar pero desde una
perspectiva diferente y original; en efecto Michael Novak, por ejemplo, basándose en el
229
trabajo de Hugh Trevor-Roper , afüma que el denominador común entre los empresarios
de los siglos XVI y XVU, no era su carácter calvinista sino el que fueran inmigrantes. Esto
le pennite situar los orígenes del capitalismo (hacia 1500) en las ciudades católicas de
Amberes, Lieja, Lisboa, Augsburgo, Milán y Lucca230. La contrarreforma condujo a la
intolerancia respecto al valor religioso del comercio, favoreciendo el mercantilismo estatal
frente al privado. Esto afecto particulannente a los países pertenecientes a una clientela
23 1
hispánica • En virtud de ello, este autor concluye "el espíritu del capitalismo no es ajeno
al catolicismo ni es incompatible con él" 232 . En todo caso NOV AK se muestra acorde con
Weber en que " El capitalismo no es solo un sistema económico, y su realidad no puede ser
explicada únicamente en función de técnicas económicas objetivas"233 .

"En sentido estricto, y en este aspecto Novak se aproxima a la ética protestante del trabajo , la
capacidad cocreadora humana no sólo es un derecho individual, sino funda mentalmente un debe r
moral -una vocación, en el lenguaje de Weber- al que todo cristiano está llamado a responder
por medio del trabajo. Creatividad y laboriosidad son, en este sentido, dos virtudes inseparables. El
ser humano, en tanto que imago Dei, ha nacido para crear e innovar por medio del trabajo. A través
de sus acciones libres y responsables ejercidas a través del trabajo, el ser humano contribuye
vocacionalmente a la creación en el ámbito económico. El trabajo, de este modo, es visto por el
teólogo como una actividad social imbuida de un sentido transcendente que promueve el bien
particular y, por extensión, el progreso social, mediante la producción de bienes, servicios y
234
beneficios"

Así, de modos distintos, se fuerza una conjunción religiosa entre la Iglesia Católica y el
capitalismo. Este es un elemento relevante, dado que son las elites económicas las que
marcan la pauta del quehacer político-social y económico del país en la actualidad. Si a ello

229
TREVOR-ROPER, Hugh, Religion, the Reforma/ion and Social Change, en The European Witch-craze on
the Sixteenth Centuries, and Other Essays, Harper & Row, New York, 1969 (trad. cast. en Ed. Vergara), pág.
1-45., citado por NOV AK, Michael, La Ética Católica y el Espírifll del Capitalismo Centro de Estudios
Públicos, Santiago de Chile, 1995, pág. 8.
230
•·a mayor abundamiento, como bien lo ha señalado Hugh Trevor-Roper, varios de los primeros centros
capitalistas aparecieron en ciudades católicas como Lieja, Lille y Turín. Y muchas de las primeras familias
capitalistas de Europa (pues el capitalismo fue, ante todo, asunto de familia) eran católicas, judías,
librepensadoras y-en todo caso- no calvinjstas'', NOVAK, Michael, ibídem.
231
MARDONES, óp. cit., pág. 94.
m MAR DONES, óp. cit., pág. 95.
233
NOV AK, Michael, óp. cit., pág. 9.
234
AGUILÓ, Antoni, «Globalización neoliberal y teología neoconservadora: la teología neoliberal de Michael
Novak», Dikaiosyne Nº 24, pág. 18.

69
70

sumamos el carácter marcadamente tradicional y basado en las enseñanzas tomistas de estas


influyentes corrientes, que se realiza a través de sus representantes en la tierra; mismos que
lienen el mérito de hacerse indíspensables135 en su relación con la divinidad.

La hierocracia o gobierno de la clase sacerdotal~ según Weber, donde quiera que se


encuentre, ha procurado detentar el monopolio administrativo de los valores religiosos.
También ha pretendido restringir el otorgamiento de dichos valores, dándole la forma de
<<gracia sacramental» o «corporativa», la cual únicamente podía ser administrada por los
sacerdotes y no estaba al alcance de los profanos; esto le parece obvio a partir del interés de
los sacerdotes en el poder2·:u>. Siguiendo esta lógica podríamos admitir la reproducción en
este particular nicho ideológico, de un escenario acorde con la construcción global de un
nuevo feudalismo, que amenaza en convertirse en una lógica global en el largo plazo.

"Es claro, sin embargo, que la realizacíón del proyecto opusdeísta supone complementos
importantes en especial en el orden politico. Ante todo. es claro que su teocratismo de Estado no
137
puede darse por satisfecho con un liberalismo económico puro" •

Pero no podemos dejar de puntualiza que, como afinna José Comb1in. esta ideología es
muy afín con la civilización de la cultura capitalista que es aquella que está establecida en
le elite empresarial de nuestro país.

'11a doctrina deJ Opus Dei] coincide perfectamente con ia civilizadón, con la cultura capitalista que
tenemos hoy en la que todo estimula aJ individuo, Nunca se busca .algo comunitario porque esto
limita. Todo tiene que ser dedícado al progreso personal, al trabajo profesional. al servicio de la
empresa y no se mira hacía los demás, Ese es el espíritu del capitalí:smo y actualmente toda la
cultura está dentro de eso, de modo que ni siquiera se entiende lo que significa comunidad o
solidaridad[.,.) La solidaridad del Opus Dei está muy bien hecha para un ejecutivo de empresa[ ... ]
He leido Camino, y tengo la impresión que no es un libro cristiano'~:;$.

m "El Opus Dei, de claro origen pequeño~burgués provinciano, ha ido, sin embargo. más allá. En primer
lugar ha desarrollado y perfeccionado ia doctrina según la cual el poder del mundo debe estar sujeto al poder
de quienes encarnan y administran lo divino [ ... 1 La ideología dominante en el seno de la gran burguesía
chilena habla afirmado, desde s:iempre, y comQ uno de sus momentos más relevantes, el carácter divino no
solo de la lglesia, sino también de su «personal terrestre»", SOTO, Francisco, Fascismo y Opus Dei en Chile,
Ó~- cit, págs. 45-55.
:: Vid. WEBER. Max, Sccialogio de la Religión, Ediciones Akat S.A., trad. Enrique Ga"ilán, Madrid, 2012,
,,.
pág, 360ss,
~ · SOTO, Francisco, Fascismo y Opus Dei en Chile. óp. cit.. pág. i 13,
mMÚNCKEBERG, Maria Olivia, El Imperio del Opus Dei en Chile. Ediciones B Chile S.A., Santiago, 2003
págs. 254-255.

70
71

Uno de los aspectos peculiares de la doctrina que propone el Opus Dei, dice relación con la
obediencia que deben tener los fieles respecto de su guía espiritual; no cabe la menor duda
que en esta corriente quienes llevan la voz de mando son los religiosos. Este es muy
delicado para la existencia y ecuanimidad de un sistema democrático, particularmente
porque nuestro país estuvo muy cerca de elegir a un numerario como su presidente.

No alcanzamos a dimensionar cual podría haber sido la influencia de la Obra en tal


escenario. José Comblin al respecto afmna: " ... que son los sacerdotes los que mandan, es
evidente en el Opus Dei. Ellos son los directores espirituales. Y todo laico tiene que
referirse a su director espiritual. Entonces no puede dar ni un paso que no sea aprobado por
él. Por lo demás, eso dice Escrivá muy claramente en Camino"239. Hay quienes han llegado
a ver en el rol cumplido por el Opus Dei un afán justificador de los excesos cometidos por
la dictadura en contra de sus adversarios políticos, hipótesis que parece un tanto discutible.

" La sujeción de los caudillos a sus directores espirituales alcanza en las enseñanzas de Escrivá
grados grotescos, pero perfectamente comprensibles, si pensamos que para él se trata de preparar
una guerra santa y permanente ( «el enemigo no duerme»), en la cual más de algún guerrero puede
240
desviarse o cometer errores" .

De cualquier forma, según lo expresa María Olivia Monckeberg, uno de los miembros de la
obra, el constitucionalista Raúl Bertelsen Repetto, profesor de Derecho Constitucional de
la Universidad Católica de Valparaíso y con un doctorado en la Universidad de Navarra
( l 97 l ), formó parte de la CENC. Este jurista en la actualidad forma parte del Tribunal
241
Constitucional llegando a ser su presidente (2011 ).

239
MONCKEBERG. María Olivia, El Imperio del Opus Dei en Chile, Ediciones B Chile S.A., Santiago,
2003, pág.. 254.
'ªº Ibídem, pág. 85.
241
Ibídem, pág., 214.

71
72

Capítulo JI

EL PENSAMIENTO CONSTITUCIONAL CATOLICO

La postura demócrata cristiana se encontraba bastante alejada de la derecha tradicional


también fuertemente católica242• Los pensadores conservadores, agrupados alrededor de la
Universidad Católica.. presentaban una línea critica frente a las tendencias afines a Maritain.
Debemos mencionar entre aquellos a Sergio Femández Larraín ( 1909-1983)~ presidente del
partido conservador, parlamentario y diplomático. "Hispanista acérrimo~ durante la Guerra
Civil española mostró su apoyo al bando sublevado y a fa publica oposición a las denuncias
de Maritain por el carácter totalitario del nuevo régimen [ ... ] Unió a esto una crítica
constante al comunismo como modelo económico y sociopolítico" 243 ,

Esta reminiscencia hispana, también tendría una cierta trascendencia en nuestro país donde
tas aguas: entre unos y otros estaba, quizás por las mismas razones que allá. también
bastante separadas, aunque realmente por cuestiones más de posturas fácticas y
sensibilidades político-contingente que doctrinarias de fondo. Entendemos sí que la
principal diferencia entre una y otras decía relación con el tema de los «medios», cuestión
que seria relevante para definir Jas estrategias y los tiempos en las definiciones políticas
futuras.

Esta corriente, que ya hemos motejado de derecha, se VlO enriquecida por antiguos
maritanistas que habían cambiado su pensamiento. Entre eHos destacaba con luces propias

142 "El crwimiento de la Doctrina Social de la Iglesia hasta el aplastante triunfo de la Democracia Cristiana en
1964, da cuenta de las profundas que llegaron a ser las diferencias entre los sectores católicos conservadores y
derechistas y los cristianos de compromiso social, como lo prueban entre otros, la obra política y ensayística
de Eduardo Frei Montalva. Por su parte, sus dificultades para aliarse con un movimiento socialísla y marxista
también fueron una piedra de toque que profundizó los disensos". SALAZAR, Gabriel~ Pinto, Julio y Lira,
Robinson, Historia Confcmporimea de Chile, Volumen iI, Actores, Identidad y Movimiento, LOM,
Ediciones, Santiago de Chile, 1999, pág. 44.
243
SARANYANA, J. y Alejos Grau, C., Teología en América Latina, óp, cit., pág. 226.

72
73

Jaime Eyzaguirre Gutiérrez ( 1908-1968) quien había recibido en su juventud la fuerte


influencia de su tutor Monseñor Miguel León Prado.

Eyzaguirre era un abogado católico joven y persuasivo; asume la dirección de la revista


Estudios en el año 1934 de la que fue redactor jefe y director durante un cuarto de siglo y
que había ayudado a fundar en el año 1932. Pertenecía a la liga Social de Chile, donde al
igual que Alberto Hurtado, fue discípulo de Femando Vives244• Este era un grupo de
católicos que pretendía despertar conciencia social, también tomando como base la doctrina
social de la Iglesia.

Eyzaguirre con colaboradores de distintas profesiones e intereses intentará refundar una


postura conservadora y católica en el plano social y cultural; contrario a lo que pudiera
pensarse, no sentía apego por el mundo político respecto del cual era bastante escéptico;
ello le trajo desconfianza en la derecha. Propiciaba un cambio más profundo que Z1na
simple reforma a la Constitución, esto bien podría provenir de la intervención de un líder
carismático. Se apoyaba en las ideas de Quadragesimo Anno que propiciaba la idea de un
orden profesional de clara orientación corporativa, que le daba al modelo político un
evidente apoyo de la Iglesia. A ello debía sumarse la emergencia en Portugal y Austria de
regímenes políticos corporativos.

Luego España con Franco y aún antes con Primo de Rivera, pasa a ser el paradigma de esta
corriente conservadora245• He aquí una manifestación de esta diferencia relevante con los
postulados sustentados por la Democracia Cristiana chilena. Ya hemos dicho que tanto el
falangismo criollo como sus inspiradores ideológicos, especialmente Maritain, pensaban
lograr los cambios, hacer Sll revolución, dentro de un marco de diversidad democrático, no
autoritario.

244
Femando Vives Solar nació en Santiago el 24 de marzo de 1871, entrando a la Compañía de Jesús en
1896. Fue ordenado sacerdote Uulio de 1908) en Tonosa del Ebro (España), donde estudió Filosofia y
Teología. En 1909 volvió a Chile y fue enviado al Colegio San Ignacio (Santiago) como profesor de historia
~ director de la Congregación Mariana.
4
- s RUIZ SCHNEIDER, Carlos, «Del corporativismo al Neoliberalismo, el conservadurismo católico en
Chile» en COLOM, Francisco y Rivero Ángel [Eds.), El altar y el trono, ensayos sobre el catolicismo político
iberoamericano, Anthropos Editorial, Bogotá, 2006, pág. 115."Los ideólogos fascistas chileno y
latinoamericanos reciben su inspiración del fascismo español, Junto con José Antonio Primo de Rivera, ellos
asumen el conjunto de la tradición medieval española" , SOTO, Francisco, Fascismo y Opus Dei en Chile, óp.
cit., pág. 54.

73
74

En esta misma linea debemos sumar al sacerdote y filósofo Osvaldo Lira (l 904-1996)
ordenado en 1928 y profesor de Gnoseología y Metafisíca en la Pontificia Universidad
Católica de Chile, cuyo aporte debe siluarse, a diferencia de Eyzaguirre en el campo
conceptual y político. Osvaido LIRA es autor de un libro denominado Nostalgia., de
Vásquez de Mella, donde inscribe claramente su pensamiento político en el paradigma
tradicionalista español. Una de los aportes más relevantes de este trabajo "es la distinción
conceptual entre soberanía social y soberanía po/iticd',146• En dicho texto punrualiza la
existencia de una confusión que se suele establecerse entre la soberanía política y la
soberanía social lo que provoca que se cierre el "callejón en que se encuentra atascada hoy
día la política, toda esperanza de salida"247y agrega más adelante en el texto: "mientras no
se estabiezca y se marque la diferencia que hay entre la «.soberanía social» de una parte y
la «soberanía política)> de otra, no :se restablecerá jamás el orden',248 ; las invasiones de una
en otra producen -según Lira- todas las manifestaciones de absolutismo y socialismo.

Lira entonces comparte la visión de Eyzaguírre aunque con un énfasis distinto; de rechazo
hacia la democracia liberal; el socia1ismo y el totalitarismo fascista y propugnando a su vez
una concepción tradicional de la sociedad y la poHtica249. Para estos pensadores, los valores
esenciales de la identidad latinoamericana provienen de la cultura española. Por ello
entienden que ta. independencia significó un desgarramiento cultural profundo250 y dañino,
una especie de "parto prernaruro" según la expresión de Osvaldo Lira251 , A los regímenes
autoritarios de Oliveira Sa1azar y Franco en la península ibérica, Lira los considera
"democracias orgánicas.. y el legado político más importante de ta cultura hispánica252. En
síntesis para Lira "las naciones hispanoamericanas constituyeron desde un principio~ y
siguen constituyendo todavía un todo perfectamente homogéneo de cultura entre sí y con
España"2s3

246
Ibídem
i,n LIRA, Osvaldo, Nostálgfa de Vásquez (M Mella, Edit-0rial Andrés Bello, Santiago de Chllc, 1979, pág. 40,
:,is Ibídem, pág. 181.
u;¡ Ibídem. ~g. l 13.
2
LARRAJN, Jorge.identidad ChileM, LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2001, pág. 63.
s¡¡
:;.si«Los elementos dirigentes [,,.J han desmnbocadt> en UtJ xenofllismo absurdo {... ] sobreva!oraciOO
sistemática por parte de 1os hispanoamericanos de lóS valores extranjeros respecto de todos nuestrQs valores
raciales, habiéndose llegado en ese sentido a extremos increfbles)) LlRA, Osvaldo, Hispanidad y Mestizaje,
Editorial Covadonga, Santiago de Chíle, 1985, pág. 84-85.
m LARRAfN, ibídem.
153 LlRA. Osvaldo, Hispanidad y Mestizaje, óp. eiL, pág. i 3.

74
75

Osvaldo Lira, Jaime Eyzaguirre y Julio Philippi lzquierdo254, son las influencias
conservadoras que nutren la formación política de un núbil Jaime Guzmán. Les conoce en
primer lugar por contactos familiares y por sus estudios en los Sagrados Corazones de
Santiago y luego en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile.
Rápidamente se convierte tanto en portavoz y legatario de esta tradición corporativista
cuanto en responsable de su progreso posterior. Esta evolución lo aproxima también a otra
comente conservadora chilena, representada por los escritores e historiadores Alberto
Edwards, Francisco Antonio Encina y Mario Góngora, quienes enfatizan el tema
nacionalista2 55•

En todo caso es evidente, por lo que venimos diciendo, que las posturas de la derecha
tradicional apegada a la iglesia y las posnrras políticas y doctrinarias de la Democracia
Cristiana, que en aquella época tenía la unción de la generalidad de la clerecía, eran
disímiles [especialmente en cuanto a los medios y a la acción política, según veremos] y se
tornaría, en el futuro, irreconciliables. Estas desavenencias se acentuarían al llegar la
Democracia Cristiana al gobierno, particularmente cuando deciden impulsar el fuerte
proceso de reforma agraria [iniciado en el gobierno anterior de Alessandri], que perjudica
gravemente a la oligarquía tradicional terrateniente.

Como decíamos, para la derecha tradicional y católica, la Iglesia chilena de la época, tenía
planteamientos ambiguos frente al creciente socialismo que se había instalado en nuestro
país y en toda Latinoamérica. Esta se encontraba mayoritariamente más cercana a posturas
de la Democracia Cristiana liderada por Eduardo Freí y su movimiento particularmente
ideologizado.

La postura de Guzmán en materia política se fue forjando paulatinamente desde sus


primeros años estudiantiles, donde -según dijimos- recibió la tutela de importantes
pensadores conservadores que marcan prematuramente sus opciones doctrinales y que
verán su pleno desarrollo en la arena política, especialmente en su vida estudiantil como

254
(Santiago, 26 de diciembre de 1912 - Santiago, 30 de marzo de 1997) Abogado, diplomático, escritor,
investigador, académico y político chileno, ministro de Estado de cuatro carteras durante e l gobierno del
presidente Jorge Alessandri. Su acercamiento con la doctrina social de la iglesia se debió también al sacerdote
Jesuita Femando Vives Solar.
255
CRJSTJ, Renato, El Pensamiento Político de Jaime Guzmán, autoridad y libertad, Óp. cit., pág. 8.
75
16

alumno de la escuela de Derecho de la Universidad Católica. Muchas de sus opiniones se


van forjando en la medida que debe confrontar sus convicciones con la realidad; una
realidad compleja y combativa que exigía también posicionamientos radicales si lo que se
deseaba era la trascendencia.

Guzmán adquiere su formación fundamentalmente por vfa oral y por contactos con
maestros. nos dice MONCADA; y agrega que se puede diferenciar en eila e1 aspecto
teórico del práctico. En el primero la mayor influencia será de padre Osvaido Lira y su
pensamiento escolástico, tanto en lo filosófico-político como en lo espiritual 2.'.>6, En el
aspecto práctico debemos señalar la enorme influencia que ejerció sobre él el ex presidente
Jorge Alessandri Rodríguez, Su figura representó para Guzmán un importante referente del
modo en que debía actuarse en política como asimismo, la manera de entender la función
púb1ica257•

"Mi primera noticia sobre su persona fue {.,"Ofi motivo de las elecciones parlamentarias de 1957. Pese
a que yo solo tenía diez años de edad, seguía las infonnaciones políticas con avidez. Fue tan grande
la impresión que me produjo asistir a los seis años de edad al desfile a favor de la candidatura de
don Arturo Matte en l 952, que la política y fas elecciones ejercieron desde muy temprano sobre mí
un atractivo enonne [ ... J La elección presidencial del año siguiente, en 1958, despertó en mi un
entusiasmo ilimítado por la figura de Alessandri. Su triunfo me produjo una de las mayores alegrías
que he sentido como culminación dé una campaña cuyos principales hitos se grabaron en mi mente
con una fuerza imborrable" 2511•

Los valores tradicionales que representaba Alessandri. constituían un modelo a seguir; que
marcaría toda la carrera política de Guzmán y en no pocas ocasiones, acudiría a su consejo
para obtener iluminación cuando esta se requería con mayor urgencia. Esta sería una de las
grandes vet.as de su pensamiento posterior, como también su sólida formación en la
doctrina católica~ principalmente a través de las encíclicas sociales, que siempre tuvo en
cuant.a a la hora de establecer prioridades y caminos en un escenario particularmente dificíl
para este tipo de pensamiento como era el Chile de los sesentas y setentas. Eso no quería

::sr. MONCADA. Belén, Jaime Guzmán, Una democracia ¡;:ontrarrevolucionaría, El político de 1964 a 1980,
óp .. cit pág. 28."De dicha admiración por el padre Lira nació también en Guzmán 1a admiración por España y
su historia, tan penneada de sentido religioso. El entusiasmo por Primo de Rivera y más tarde por 1a figura de
Franco fueron herencia del padre Lira, así como su ()¡lciOO joven por las ideas corporativtstas entendidas como
el reflejo del ideal cristiano en política''. Ibidem,
:m MONCADA, Belén, ibídem, pág. 29.
::~t GUZMAN, Jaime, Escritas Personales, Editorial Zig-Zag. Santiago de Chile, 1992, págs. 23-24.

76
77

decir de manera alguna que se sintiera obligado a seguir los lineamientos y posturas
oficiales de la Iglesia chilena a la que veía particularmente sensible a las doctrinas políticas
sustentadas por la izquierda. Ello implicaba para Guzmán, un preocupante alejamiento de la
Iglesia respecto de la genuina doctrina cristiana.

Como cristiano devoto le inquietaba la postura de la jerarquía eclesial, la que entendía


indulgente con la izquierdización, no solo de la sociedad secular sino también de la propia
feligresía católica, lo que se traducía en obsecuencia con las autoridades políticas de
gobierno. Este comportamiento de la Iglesia fue analizada críticamente por Guzmán quien
llega a afirmar (a propósito de un documento de la Comisión Pastoral del episcopado
publicado en el año 1972 denominado Evangelio Política y socialismo) que se estaba ante
un documento que adolecía de vacilaciones que inducían al equívoco. La califica, en cuanto
cosmovisión que anhela una «apertura» futura del marxismo hacia Dios [abandonado el
ateísmo que le caracterizaba], como una ingenuidad.

El plantear siquiera esa hipótesis - piensa Guzmán- da pie para especular si realmente estos
redactores están enterados de cuan esencial es el ateísmo para las doctrinas marxistas.
Considera la actitud del Cardenal Silva Henríquez en particular como «obsequiosa», que
busca «congraciarse con el nuevo régimen» [ ... .] agrega, «nos cuesta aceptar en un hombre
inteligente e ilustrado una ingenuidad tan pasmosa como suicida259». Esta crítica ha llegado
a ser injusta a la luz de la lectura actual, sin embargo era explicable en el ambiente en que
fue fonnulada260.

259
COLOM, F. y Rivera Á., El altar y el trono, ensayos sobre el catolicismo político iberoamericano, op. cit.,
pág. 118. Habría que señalar que tal actitud la mantuvo la iglesia durante el régimen militar y la actitud de
Guzmán también podría ser encuadrada en estas categorías que él critica a Sil.va.
260
Esta es una cuestión antigua en el pensamiento católico, como afirma correctamente Rommen "El
gobernante puede ser lm cristiano o no, puede ser en su vida privada un disoluto o no serlo. Pero mientras
cumpla su función política, el cristiano debe obediencia incluso a los gobernantes paganos. ("Non eripit
mortalia qui regna dat coelestia ") San Justino pudo explicar al Emperador romano, como respuesta a los
disparatados ataques de Celso, que e l mejor hombre cristiano sería e l que fuera mejor ciudadano y súbito".
ROMMEN, H., El Estado en el Pensamiento Católico. un tratado defilosofia política, óp. cit., pág. 19.

77
78

5. El movimiento gremialista

La derecha había sufrido importantes reveses electorales hacia mediados del siglo veinte y
recién empieza a levantar cabeza con la creación del Partido Nacíonal en 1a. segunda mitad
de los afios 60; paralelamente con estos tímidos movimientos aparece en la Universídad
Católica de Santiago un pequeño grupo de jóvenes provenientes del Partido Conservador,
entre ias cua1es destaca su líder, el estudiante de Derecho Jaime Guzmán Errázuriz que
venían desarrollando una particular (para esa época) postura política, Este grupo buscaba
"inspiración en el corporativismo católico, ideario que se veía reforzado por un contexto
potftico de profunda crisis de 1a instituciona[idad liberal+i. 261 Los gremialistss eran severos
detractores de los partidos políticos y como una manera de plantear una alternativa a su
hegemonía,. proponían un rescate de la autonomía de los «gremios»,

La postura tomada por Guzmán en esos afíos, gracias a la influencia de Osvaldo Lira, fue
indudablemente escolástica y corporativa, atendida la filiación del sacerdote santiaguino,
claramente afín al fmnquismo. Esta influencia se verla ya en sus primeros escritos, Cuando
contaba con 15 años ya daba cuenta de su adhesión a los postulados del franquismo. con e1
estilo "'militante, rotundo e hiperbólico» de su maestro162 .

"Estoy archifranquista, porque he palpado que el generalísimo es el Salvador de España [.") lo


bien que se trabaja y el progreso económico que se advierte. Y que conste que en España hoy htl)'
libertad absoluta, entendida y orientada al bien común y no ha satisfacer el absurdo principio de la
Revolución fi·ancesa liberté, que tiende al libertinaje. «No hay libertad sino dentro de un orden» ha
dicho Franco. "263

El pensamíento de José Antonio Primo de Rivera también tuvo protagonismo en 1a


juventud de Guzmán. y suponemos que mucho de él, le acompañó hasta el fin de sus días.
La figura del madrileño resultaba. muy seductora para este joven CatóHco que veía como la
sociedad se sumergía en la indiferencia y la idolatría secular, Muchas de las ideas de
Primero de Rivera fueron fuertemente defendidas por Guzmán, especialmente durante su

261
CORREA SUTIL, Sofia. Con las Riendas del Poder.< La derecha chilena en el siglo XX, Editorial
Sudamcrícana. pag. 268. " ... entre Jos estudiantes de esa institución estaba formándose en esos años la elite
civil que le imprimió la orientación a la díctadma pinochetista". Ibídem.
l(,J CRISTI y Ru.iz~ Tag,le., La Re.publica en Chile, óp. cit., pág. 24.
m Ibídem.

78
79

vida universitaria y principalmente en la formación del movimiento gremialista heredero de


su legado político. B ien sabemos que el español era tenaz defensor de esta forma asociativa.

Un aspecto que resaltaba en el ideario del peninsular era su lejanía respecto de ideas
capitalistas como marxistas. Un aspecto relevante de estas, decía relación su interpretación
de la historia y sus concepciones políticas. Hubiésemos querido que su postura respecto al
tema de la descentralización política y administrativa fuese acogida con mayor interés por
quienes se sentían sus seguidores264, lamentablemente estas ideas meritorias se vieron
enturbiadas por sus equívocos primeros pasos en el fascismo (más fom1al que real), que le
estigmatizaron hasta el momento de su -también- trág ica muerte.

No fue un escenario fácil el que debió transitar Guzmán en una agitada y ideologizada vida
universitaria; la Universidad se había convertido en el centro de la generación política y
muchos de sus movimientos más radicales emergieron en aquella época en sus aulas. Se
crean en aquella época cuatro grandes grupos que tuvieron visibilidad política y que
ulteriormente saldrían del ámbito académico para convertirse en movimiento
independientes. En las Universidades de Chi le y Católica surge: el Movimiento de Acción
Popular Unitario (MAPU) en 1969 y dos años después la Organización de la Izquierda
Cristina (IC); ambos al alero del partido Demócrata Cristiano. El tercero es el Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MrR), originario de la Universidad de Concepción y
finalmente el Movimiento Gremial cuyo líder natural era Guzmán.

"A fines de 1965, cuando yo terminaba el tercer año de la carrera de derecho, arrebatamos a la
Democracia Cristiana en control del Centro de Alumnos de nuestra facultad, que ese partido había
detentado como baluarte por varios años consecutivos. Lo hicimos no en nombre de otra corriente o
partidos políticos, sino de postulados gremiales enarbolados por una lista que triunfó contra todo
pronóstico. A principios de 1966 dimos forma al Movimiento Gremial como un ente orgánico

264
«Si bien era partidario a ultranza del principio de unidad territorial, no lo era del uniforrnismo centralista al
que nos había llevado, primero, el absolutismo borbónico del siglo XVIII y. después, el liberalismo
afrancesado del siglo XIX [ ... ]Si bien en PRIMO DE RIVERA esta descentralización es administrativa.
también puede llegar a ser ésta política y legislativa», SÁNCHEZ MARÍN, Ángel Luis, «José Antonio Primo
de Rivera: Una aproximación a su Pensamiento Político» en Revista Telemática de Filosofia del Derecho, nº
6, 2002/2003, pp. 103-118. Cfr. VAZQUEZ DE MELLA, Juan, "Discurso de Archanda" (1919), en Obras
completas, Política Tradicionalista, vol. XV, Casa Subirana, Barcelona, 1932, págs.356 y ss; BOFARULL,
Manuel de, Las Antiguas Cortes, el Moderno Parlamento. el Régimen Representativo, Alcalá de Henares,
1945, págs.115 y ss. Ibídem.

79
80

dentro de la misma Escuela y nuestro Centro de Alumnos pasó a ser la expresión más significati va
de sus principios"265 .

Es la Universidad Católica, en consecuencia, el lugar desde donde extiende su influencia el


movimiento gremial que habría de tener marcada importancia tanto en su trabajo opositor al
gobierno de la Unidad Popular cuanto en su colaboración posterior con las autoridades del
Gobierno Militar.

Se trata de un movimiento sin precedentes en la historia nacional, particularmente por


defender postulados tradicionales que en aquella época se encontraban desprovistos de toda
visibilidad política; además conjugaban de una manera particular, ideas que ya existían en
el patrimonio del pensamiento conservador desde principios del siglo XX; lo novedoso
estaba claramente en su aplicación, sumado al carisma de Guzmán. Al respecto expresa
Belén Moneada:

•·su «reciclaje» conceptual le otorgaban un carácter extremadamente novedoso y único [ ... ]


decidieron crear el Movimiento Gremial como rechazo a la politización de la Universidad [... ]
entendían que la universidad, como el resto de organismos sociales intermedios, debía estar libre de
intereses partidistas para poder realizar su fin particular [... ] Estas sociedades intennedias debían de
ser libres e independientes del poder político, y ajenas así al juego político-partidista, para alcanzar
los fines que le eran propios ...".

Se podría decir que el movimiento gremial liderado por Guzmán descubrió la importancia
de la acción política en los años sesentas, al tiempo que durante el gobierno de la Unidad
Popular comprendió que la lucha por el imaginario social y la demostración de fuerza era
vital la movilización266.

Guzmán en términos generales evaluaba mal la posición y consistencia de la derecha en


aquella época, no veía un liderazgo claro emanado de sus filas y lo que es peor visualizaba
la nula penetración social de este conglomerado; cuestión que se tornaba más dramática si
se contrastaba con la activa inclusión de la izquierda militante en las capas populares, con
importantes instalaciones en organizaciones gremiales, poblacionales y juveniles. Estos
eran espacios absolutamente vedados para la derecha en aquella época. Dadas estas

265
GUZMAN, Jaime, Escritos Personales, óp. cit., págs. 38-39.
166
VALDIVIA, Verónica, Álvarez, Rolando y Pinto, Julio, Su Revolución contra Nuestra revolución,
Izquierdas y Derechas en el Chile de Pinochet (1973-1981) , LOM Ediciones, Santiago <.le Chile , 2006, pág .
62.

80
81

circunstancias era prioritario y urgente para Guzmán "construir los cuadros adecuados para
la luchas ideológica de este nuevo periodo, Chile necesitaba nuevas fonnas de organización
cívica, con auténtica penetración y sentido sindical y juvenil ... Chile necesita que se le dé
cauce al sector sano del país, que en esa virtud buscó a don Jorge Alessandri ... " 267.

La existencia misma de la derecha sería inviable ulterionnente sin una fuerte y


comprometida presencia de ella entre jóvenes, pobladores y sindicatos. Esta labor
constructiva se convertirá en una de las tareas políticas prioritarias del movimiento gremial
y que posibilitaría la consolidación de una derecha renovada y propositiva.

Las premisas básicas en esta primera época serían: la férrea defensa de la propiedad
privada, una política nacionalista, un régimen de competencia, la movilización de la
empresa privada y la defensa de los cuerpos intermedios. Una llamativa mixtura
nacionalista, neoliberal y corporativa268.

Esta última intluencia269 es finalmente abandonado por Guzmán en fonna solemne y


definitiva en una columna del Mercurio titulada "50 años de un Hermoso Discurso
Equivocado" y publicada el 29 de octubre de 1983, en la que Guzmán conmemora e
impugna también el discurso fundacional de la Falange Española pronunciado por José
Antonio Primo de Rivera el 29 de octubre de 1933 en el Teatro de la Comedia de
Madrid270•

Expresa sentidamente GUZMÁN "José Antonio era una figura para muchos cautivante. La
reciedumbre y elegancia de su estilo se combinaban en él con singular claridad y
brillo . .. frente a una derecha tradicional sin ideas y limitada a lugares comunes en defensa
del orden establecido, los falangistas se planteaban como una opción revolucionaria capaz
de evitar la alternativa opuesta del totalitarismo socialista marxista" Respecto del
reemplazo y supresión de los partidos políticos por los gremios que le parecen a Guzmán en
este texto el mayor error de Primo de Rivera, subyace:

267
Ibídem, pág. 63.
268
Ibídem, pág. 64.
269
Sin pe1juicio de reconocer que la primera parte del texto político recibe esta innegable influencia.
270
COLOM, F. y Rivero Á., El altar y el h·ono, ensayos sobre el catolicismo político iberoamericano, óp. cit.,
pág., 125. Este acto constituye un hito importante en la formación de la Unión demócrata independiente como
partido político.

81
82

"La pretensión de prescindir de ios partidos políticos es solo oo disfraz del intento de suprimir todo
pluralismo ideológico .. ,el totalitarismo que de allí nace - en lugar del sello marxista. Lleva el
nacionalismo fascista. Pero igualmente totalitario ... ", 111

Es posible que muchos de sus contrincantes dudaran de la sinceridad de sus palabras, pero
el tiempo~ que suele ser implacable y veraz juez, indica que -al menos sus discípulos~ han
seguido fielmente el camino de la democracia phrralista. camino que él personalmente no
pudo seguir, producto de «un error político», como fue calificado, por sus abyectos sicarios,
el magnicidio del jurista. Entonces, Guzmán defiende prima facie una "versión corporativa
y orgánica del capitalismo fundada en )a doctrina tradicional de la iglesia ~afirma Cristi-;
pero en su interpretación, esta doctrina no está detenninada por principios morales
comunitarios sino que postula la primacía de los derechos individuales fundados en la
prioridad ontológica y de finalidad de los individuos. Se da as{ una incongruencia entre su
defensa de un capitalismo corporativo y la fundamentación moral de corte individualista
que sustenta esa forma capitalista. Esta inoongruencía se disipa en sus escritos de
madurez'.2 72 _

La presencia de Guzmán en la vida política empezó a consolidarse -como dijimos- durante


el gobierno de Eduardo Frei; en aquella época prestaba colaboración en la Revista Fidl1cia
desde donde comienza su arremetida en contra de las posturas más emblemáticas de la
propuesta falangista. En muchos sentidos los escritos de Guzmán de aquella época hacían
sinónimos los conceptos de Revolución y gobierno Demócrata Cristiano. Es importante
mencionar que este medio escrito pertenecía al grupo <.:Sociedad Chilena de Defensa de la
Tradición,. la Familia y la Propiedad» que se inspiraba en las directrices del brasilefio Plinio
Correa de Olíveira, pensador ultraconservador que sentía gran admiración por la
suntuosidad y 1a verticalidad jerárquica del Anclen Régime de las monarquías europeas. Su
pensamiento habría de tener importante repercusión en la labor de Guzmán que tomaría
especialmente su concepto de Contra~Revoluci6n como uno de los elementos importantes
de su entramado ideológko:nl_

211
lbídem. 126,
271 CRlSTl, Renato, El Pensamiento Político de Jaime Guzmán, autoridad y libertad, óp. cit., pág. 14.
m "Estoy convencido de que en los orígenes de su pensamiento estuvieron las clases de religión dcl R. P.
Florencio Infante[., .1 Después.. el escolasticísmo y la fil-osoña política del R. P. Osvaldo Lira, SS. CC. L... ] la
visión histórica y rellgiosa. de Jaime Eyzaguirre [, .. ] la te<nia de la contrarrevolución de Plinio Corta de
O\iveira y, por cierto, los textos clásicos de la doctrina socíal de la iglesia. Ese es el punto de partida y desde

82
83

Quizás la que suscitó mayor oposición por parte de Guzmán, en relación con el gobierno
Demócrata Cristiano haya sido precisamente el tema de la Reforma Agraria. Esta empezó a
implementarse mediante la modificación del artículo I O de la Constitución de 1925. El
argumento del gremialista se basaba en que se transformaba un derecho natural de todas las
personas como era el derecho de propiedad en una concesión graciosa por parte del Estado
[podríamos decir un gi ro desde una lectura Lockeana a tma Hobbesiana]. Sostenía entonces
GUZMÁN que era "la violación de un derecho básico de derecho natural y un camino
abierto para la implantación concreta a espaldas de un pueblo cristiano, de tm régimen
socialista y totalitario"; dado que para él-como dijimos- el derecho de propiedad era "un
principio de derecho natural, necesario para la conformación de una sociedad cristiana, que
274
permite a los que forman parte de ella, su realización como seres hurnano" •

Esta afirmación guardaba estrecha concordancia con las conclusiones a que había llegado el
Concilio Vaticano II especialmente la Constitución Gaudium et Spes que afirmaba: «La
propiedad privada, o un cierto dominio sobre los bienes externos, asegura a cada uno una
zona indispensable de autonomía personal y familiar, y debe ser considerada como una
75
prolongación de la libertad humana>/ • Ya desde aquella época es posible rastrear sus
argumentos en la doctrina cristiana, de la cual mmca dejó de nutrirse para enfrentar sus
contiendas políticas.

Debemos dejar sentado aquí que la principal virtud de Guzmán no radicaba en el plano
teórico, donde se mostraba renuente a explicitar sus fuentes primarias, sino que en su
276
realismo pragmático ; pero ello, siendo cierto, como afinna Cristi, no es impedimento
para traer a la luz los fundamentos intelectuales que oculta su pragmatismo. Pero tampoco
justifica -creemos- extrapolar argumentos y criticarlos fuera de su contexto a fin de
desacreditar a quien por sus actos ha sido más que por sus palabras.

allí comienza, también, su evoluc ión", FONTAfNE, Arturo, «El miedo y otros escritos: El pensamiento de
Jaime Guzmán», Estudios Públicos, 42 (otoño 1991) p. 252.
274
GUZMAN, Jaime, «El Derecho de Propiedad y el proyecto de reforma constitucional», Fiducia, año II Nº
14 (diciembre enero 1964-1 965) pág . 9.
275
Ga11di11m et Spes, Parte 11, Cap.fil La Vida Económico-social Nº 71.
76
~ fONTAfNE, Arturo ( 1991 ) pág. 25 1; Cfr. MONCADA, Belén, Jaime Gu=mán, Un a d em ocracia
co11trarrevo/11cionaria, El político de 1964 a 1980, óp. cit., pág . 23.

83
84

En este sentido resulta vital, afinna CRISTI, "la lectura que hace Guzmán de Mater et
Afagistra, una versión radícalizada de 1a teoría tomista de Jos entes relacionales. Este
lnstrumento doctrinario le pennite fundamentar una interpretación también radical de la
«prioridad ontológica y de finalidad» de los individuos que postula Juan XXIII en la
versión espaflola de Mater et lvfagisrra, y que no aparece con la misma claridad en su
versión oficial en latín",277

El argumento [que es una teoría acerca del rol del Estado] es el siguiente, y que se
encuentra trazado en un artículo publicado en ta revista Portada en el año 1969 bajo el titulo
«El miedo. Síntoma de la rea1idad politico-Sócial chilena»: "La dignidad del individuo, y de
sus derechos como tal, se derivan de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios
(p.256). Su individualidad se funda en la prioridad ontológica de la persona con respecto a
la sociedad[.. ,] el hombre goza de una prioridad ontológica y de finalidad respecto de la
sociedad De ello deriva que el Estado es un instrumento que debe estar al servicio del
hombre y no al revés. Ya que, mientras el hombre-ser substancial- tiene un destino eterno,
el Estado -ser relacional~ agota su existencia perecedera dentro del tiempo ,,;ns_

Respecto de este argumento CRISTI afirma que si bien la encklica postuJa la prioridad
ontoiógíca y de finalidad de los índividuos no se encuentra en ella una explicación en los
ténninos que establece Guzmán; y agrega más adelante

·• .. .ignora el comunitarismo de la doctrina tradicional de la iglesia que afirma ciertamente al


individuo, pero al individuo entendido como ser social r.,,] cuando el principio de subsidiariedad
no es entendido como un principio comunitario, queda puesto al servicio del liberalismo que
Guzmán busca expresamente superar''2M.

Sin perjuicio de lo afinnado por Cristi, el texto en cuestión [Nº 109 de Mater et magistral
es medianamente claro en este punto, a saber: "Porque el derecho de propiedad privada,
aún en lo tocante a bienes de producción, tiene un valor permanente, ya que es un derecho
contenido en la misma naturaleza, la cual nos enseña la prioridad del hombre individual
sobre la sociedad civil, y, por consiguiente, la necesaria subordinación teol6giea de la

m CRISTI, Renato, El Pensamiento Politico de Jaime Guzmán, autoridad y libertad, óp. cit, p:ig, 14.
m Ibídem, pág. 69.
;mi Ibídem, pág. 76.

84
85

280
sociedad civil al hombre " , expresa el texto en su versión castellana. El sentido del texto
en latín original tampoco es demasiado discordante con el ya citado texto:

"Siquidem ius privati dominii, etiam quod ad res attinet gignendis bonis tributas, per omne tempus
vale!, zapote quod in ipsa contineatur rerum natura, qua docemur singulares homines priores esse
civili societate, atque adeo civilem societatem ad hominem tamquam ad terminum dirigi
oportere " 28 1.

Esta interpretación de Guzmán no es de manera alguna aislada, ni siquiera en medios más


cercanos a la Iglesia, que no visualizan ni comparten la crítica que hace Cristi respecto a la
interpretación [de los textos pontificios] que hace el gremialista respecto del derecho de
propiedad. VTVTANI en este sentido expresa que «El Derecho de propiedad privada de los
bienes, aún de los instrumentos de producción, tiene valor permanente precisamente porque
es derecho natural fundado sobre la prioridad ontológica y de finalidad de los individuos
sobre la sociedad»282.

El tema central sin embargo nos parece otro, la distancia que quiere poner Guzmán entre las
teorías de corte socialista [entre las que se encuentran las comunitarias defendidas por
Cristi] y aquellas que -entiende él- propugna la Doctrina Social de la Iglesia, que apuntan
en un sentido muy diverso, sobre todo en el ámbito de lo espiritual; ámbito especialmente
importante para el constituyente.

En atención a este propósito, quizás debió argumentar con los números 34, 51,53 y sobre
todo 219 del mismo texto, más claros y contundentes para zanjar este punto en particular,
que dicho sea de paso, se plantea en los mismos términos en Locke283• Es pertinente
indicar, además, que esta visión acerca de la encíclica no es de manera alguna original en
Guzmán; SÁNCHEZ AGEST A afirma que "el hombre tiene un fin propio, que puede ser

28
ºEn la red justiciaypaz.dominicos.org/kit_ upload/PDF/jyp/Documentos%20eclesiales/mater_ et_magistra.pdf
otra traducción más cercana a la versión de Guzmán es la siguiente: «El derecbo de propiedad privada de los
bienes, aun de los productivos, tiene valor permanente, precisamente porque es derecho natural fundado sobre
la prioridad onrológica y de finalidad. de los seres humanos particuJares respecto de la sociedad», nos dice la
traducción de Ediciones Paulinas.
2 81
Encíclica Mater et magistra, versión oficial en latín, texto electrónico disponible en la red en:
http://www. vatican. va/holy_ father/john_ xxiii/encyclicals/documents/hfj-xxiii_ ene_ 1505 1961 _ mater_ lt.html
282
VIVlANI CONTRERAS, Guillenno, Estructura Cristiana de la Sociedad, Editorial Difusión, Santiago de
Chile 1962, pág. 115. [La cursiva es nuestra].
83
~ Más adelante desarrollaremos con más atención esta vertiente de pensamiento inmersa en el iusnaturalismo
racionalista.

85
86

condicionado, pero no subordinado a los fines sociales"284 y hace además una referenda
directa al contendido sustancíal de ta encíclíca en comento, que se relaciona con el punto
que venimos cuestionando:

'"Juan XXiU cierra su encíclica ,,Mater et Magistra >> definiendo como principio fundamental de la
concepción cristiana la afim1ación de que ~<cada uno de los seres humanos es y debe ser el
fundamento, el fin y el sujeto de todas las instituciones en las que se expresa y actúa la vida socíal:
cada uno de los seres humanos visto en lo que es y en lo que debe ser según su naturaleza
intrínsecamente social y en el p1an providencial de su elevación al orden sobrenaturah>, principio
fundamental que defiende t<la dignidad sagrada de la persona>}".:m$

Por su parte Maritain, que en otras cuestiones mostraba una doctrina discordante con
aquella que venimos desmenuzando; en este punto en particular, es análoga a la propuesta
de Guzmán, al razonar en los siguientes térmínos:

"La persona tiene una Dignidad Absoluta porque está en relación directa con lo absoluto. único
medio en que puede hallar su plena realización. su patria espíritual es todo el universo de los bienes
que tiene valor absoluto, y que reflejan, en cierto modo, un absoluto superior al mundo hacia el cual
ti.enden'.1E6_

La Constitución Gaudium et Spes en su parte Primera+ destina todo un capitulo a «:La


Dignidad de fa: Persona Humana», donde entiende al hombre, acorde con su doctrina
tradicional. como Imagen de Dios: «Enseña la Sagrada Escritura que el hombre fue creado
"a imagen de Dios'\ capaz de conocer y amar a su creador, constituido por E1 cómo sefior
sobre las criaturas (Cfr, Gén, l, 26; Sab. 2,23) para que las gobernase e hiciere uso de ellas,
dando gloria a Dios (Cfr. &:l. 17, 3-10)» [Nº 12]; luego agrega conceptos que en este punto
resultan muy reveladores:

«La dignidad del hombre requiere que obre según una libre y consciente elección, movido e
inducído persona!meme, desde dentro, no bajo un impulso ciego o una mera coacción externa [ ... ]
La libertad del hombre. que ha quedado herida por el pecado, no pude hacer plenamente activa esta
ordenación a Dios sino con la ayuda de la gracia divina» [Nº 17].

284
SANCHEZ AGEST A, Luis, Los Principios CristiaMs del Orden Político, óp, cit., pág. 18,
<t5 Ibidem,. págs. 256•257. En e1 mismo texto y citando a T. Geppert y su teoría de los centros polares ex~
"El hombre tiene una precedencm ontológica; es uri ser sustancial, es persona, y por elio todas las
comunidades realizan una efectiva mediaci6n en relación con el hombre como ser humano". Ibídem, págs.
225~226.
tM MARITAlN, Jacques, Los Derechos del Hombre, Editorial la Pléyade, Buenos Aires, 1972, pág. 11.

86
87

No puede extrañar entonces la defensa que hace de estos principios también en sus trabajos
académicos, donde obviamente remarca las ideas centrales del cristianismo. En su trabajo
más sistemático, su memoria para optar al grado de Licenciado, redactada conjuntamente
287
con Jovino Novoa titulada: Teoría sobre la Universidad; desarrolla su concepción de los
antes relacionales. Para él, "la universidad no es un ser substancial, sino accidental, y más
específicamente todavía, relacional. El ser de la universidad no es substancia; solo lo son,
los seres humanos que la integran (p. 79). "288. Prima entonces también aquí esta primacía
del ser humano por sobre todas las demás creaturas en la tierra, dada esta prioridad
ontológica y de final idad.

Con el afán de apartarse de cualquier forma de colectivismo, tanto socialista como estatista,
para otorgarle soberanía al individuo frente a la sociedad y el estado, Guzmán levanta esta
teoría de los entes relacionales, pero según Cristi esto conceptualmente deriva en que el
individuo tiene prioridad sobre la familia, ignorando el comunitarismo de la doctrina
tradicional de la iglesia, que entiende al individuo como sociai2 89.

En definitiva nos parece que la crítica de este autor, siendo ajustada en términos fonnales,
no va al fondo del asunto y creo también desvirtúa la cuestión más que esclarecerla, argucia
bastante recurrente en los críticos del gremialista. Esta teoría, por lo demás, para efectos
concretos de su influencia en el sistema constitucional, que motiva nuestra pesquisa,
290
encuentra cabida en la «Declaración de Principios del Gobierno de Chile» e
implícitamente en la normativa constitucional.

Desde aquella época hasta el día de hoy esta concepción de primacía del individuos es la
que ha regido en nuestro sistema político sin que se hayan hecho significativos intentos por
reemplazarla por una distinta; ello es más revelador todavía si se considera que ha

287
Abogado y Senador de la UDI. quien llegaría a ser presidente del senado.
288
CRISTI, Renato, El Pensamiento Politico de Jaime Guzmán, autoridad y libertad, óp. cit., pág. 7 1.
289
CRISTI, Ibídem, pág. 76.
290
"'Tanto desde el punto de vista del ser como del punto de vista del fin, el hombre es superior al Estado.
Desde el Angulo del ser, porque mientras el hombre es un ser sustancial, la sociedad o el Estado son sólo
seres accidentales de relación [. ..] Y también tiene prioridad el hombre desde el prisma del fin, porque
mientras fas sociedades o Esrados se agotan en el Tiempo y en fa hisToria. el hombre los Trasciende. ya que
viven en la historia pero no se agotan en ella". DPGCH, 1974, pág. 14.

87
88

gobernado el país una coalición de signo opuesto a la tienda de Guzmán y con las
posibilidades democráticas de realizar los cambios necesarios.

6. La influencia de Guzmán

Son tres las principales ideas o pilares doctrinarios que constituían el ideario de Guzmán,
quien, como hemos referido, se encargó de dejarlos instaladoo en el nuevo texto
constitucional y por supuesto se ocupó [previamente]. de establecerlos en la "Nueva
Institucionalidad", que forjó el gobierno militar antes de la entrada en vigencia del texto
político. El texto viene a reafirmar lo ya establecido por vías de hecho.

El primero de estos pilares o ejes~ era el politico, La parte de la iglesia tradicional, que
representaba Guzmán, no se sentía identificado por el legado de Maritain [especialmente en
lo referido a los «medios»] ní con sus discípulos demócratas cristianos iiderados por Frei y
su «Revolución en Libertad>>291 . Desconfiaban de la democracia pluralista, ideologizada en
extremo, agonal y secular~ que había monopolizado la contienda política a partir de fines de
los años cincuenta en nuestro país.

Esta corriente de pensamíento, tradicional, tenía por modelo la estructura eclesial


ciertamente monárquica y fuertemente jerarquizada, sabemos que el tomismo creía el mejor
gobierno la rnonarquía292 y su ideal no podía tener sino ese norte. No podría sorprender
entonces que se avalara la existencia de un poder fuertemente centralizado con amplias
atribuciones y casi sin responsabilidad política, con una serie de garantías que aseguraban
su hegemonía sobre los partidos y la clase política y en general sobre la sociedad.

El segundo pilar era la consideración de los derechos fundamentales, aquellos que se


entendían como tales por la iglesia cató1ica, si bien en muchos casos coincidentes con los

;m "'Prometieron [dice Jocelyn Holt] ser una alternativa al marxismo, humanizar y cristianizar el «mensaje)> y
la acción politic.a, volvemos «socialistas comunitarios» [ ... ] Dijeron que iban a góbernar a io menos treinta
años e iban a hacer desaparecer a la derecha [ ..• } transformar a un viejo pais en una «Patria Joven,,. Por
último, dijeron que iban a solucionar todos y cada uno de los problemas que aquejaban la vida cotidiana de la
ciudadanía[".] Nunca nadie antes había prometido tanto''. JOCEL YN HOLT, Alfredo, El Chile Perplejo, óp,
cit., págs, 102-103.
zn DE AQUINO, Tomás, El gobierno Mondrquico, De Regimine Principum, testo latino y traducción
castellana por D. León Carbonero y Sol, Sevilla, [mprenta y librería de D.A. izquierdo, 1861, pág. 15.

88
89

propuestos por el iusnaturalismo racionalista, que según veremos, resultaba para muchos
derivadas de aquellos.

Finamente encontramos el tercer pilar que es el económico, que decía relación con una
concepción corporativa del programa institucional, donde tendrían importante participación
las sociedades intermedias y uno de las bases quizás la más importante del pensamiento de
la doctrina social de la Iglesia: el principio de subsidiariedad. La idea central no era
solamente anti-socialista, sino también anti-liberal, según lo expresado por la iglesia y su
doctrina, llegando a considerarlo un pecado; un tema no menor era el de la usura.

Pero como sabemos, este pilar no tuvo finalmente acogida en el texto fundamental salvo a
nivel de postulados generales y con una interpretación distinta del corporativismo inicial, el
cual es finalmente desechado por la autoridad gobernante y también por el propio Guzmán,
quien dirige su preferencias, en este tema, hacia la doctrina del libre mercado propugnada
por sus apadrinados de la Escuela de Chicago y que terminaría por imponerse como
293
programa económico • Seguramente estimó que esta corriente doctrinaria no se alejaba
significativamente de los postulados cristianos en economía; cuestión que se veria
refrendada por los escritos de Michael Novak.. En el año 1983. Guzmán lee con entusiasmo
el libro El Espíritu del Capitalismo Democrático de Novak La particularidad de esta
lectura, que se produce veinte años después de sus trabajos en la materia, es que a través de
él «ve confirmado, en lo fundamental, lo que había sostenido en sus artículos de los años
60»294.

El grupo humano que operó en tomo al nacimiento de la Constitución tenía un claro tinte
ideológico afin a la Iglesia Católica pero no solamente en su vertiente más tradicional y de
derechas [que nominalmente parecía preponderante], o referido únicamente a los profesores
encargados de la redacción y estudio del texto político, sino también los propios miembros
de la Fuerzas Armadas y los personeros civiles que asesoraron al gobierno militar.

No puede extrañar entonces que la influencia de estos se reflejara en el texto constitucional,


especialmente en sus aspectos más controversiales y especialmente los denominados temas

9
' -' Apelativo despectivo que según Hayek dan lo:; :;ucialbt.:ll; a e:;ta corriente, para él simplemente liberal.
294
CRISTI y Ruiz-Tagle, La República en Chile, óp. cit., pág. 179 [nota a1 pie Nº 68].
89
90

valóricos que en muchos aspectos hicieron primar sus posturas en desmedro de las
posiciones más duras de la derecha tradicional, como por ejemplo en lo referido al tema del
gremialismo:

"[La] fuerte influencia gremialista se moderará a partir de la sesión 6 oon la incorporación de


Enrique Evans y Alejando Silva Bascuñán a la Comisión Constituyente. El efecto de la presencia de
estos nuevos miembros militantes del partido Democracia Cristiana, se hace visible en el curso de
la Sesión 9. [.,.](Actas Oficiales de la Comisíón Constituyente, Sesión 9:6)"-79·1.

Es cierto que la mayoria de los ciudadanos, más antes que ahora, se reconocían seguidores
de esta concepción doctrinaria. pero no es menos cierto que estamos frente a una república
que hace ya bastante tiempo separó aguas con el Estado, Esto no es tm dato menor dado que
la temática valórica y religiosa es víta1 para entender el funcionamiento de un estado;
especialmente en la medida que dé cabida a todas las posibilidades de sus habitantes, no
exclusivamente católlcos.

Este tema es y será motivo de debate; debemos aclarar que, contrariamente a lo que pudiera
pensarse, la cuestión ha tomado cursos bastante más razonables y civíHzados de Io que
muchos estimamos prima facie y ello ciertamente es un mérito deJ sistema que no puede
negarse. En todo caso queda planteada la problemática de cómo resolver la anomia que
produce esta excesiva secularización. Hasta las voces más moderadas parecen inquirir un
modelo valóríco que sirva de guía, luego de abandonarse la primacía de 1a Iglesia tn la vida
de la sociedad moderna.

Pero a fin de cuentas hic el mmc. la importancia del constituyente fue la de conseguir que
estas ideas fueran plasmadas en ei trazado arquitectónico de una nueva institucionalidad,
que en definitiva, ya a trelnta años de su instalación, ha operado con efectividad y recato.
Esta inspiración es posible de ser aislada en la Declaración de Principios del Gobierno de
Chile~ documento en que Guzmán establece los fines de ia Nueva Institucionalidad que no
son otros que favorecer una convivencia en que imperen la libertad. la seguridad, d
progreso y ta justícia. Este es planteado como el auténtico fin del Estado y de toda la
sociedad y a él han de ordenarse los objetivos de 1a nación toda,

m CRISTl, Renato (1993), pág. 244.

90
91

Deseaba "crear un orden jurídico que favorezca el fin que se propone, esto es, el bien
común. Según la tradición e idiosincrasia chilena, el mejor sistema político para garantizar
lo anterior es la democracia [ ... ]tras lo vivido en Chile se hace necesario a ojos de Guzmán,
defender la democrac ia contra aquello que atenta contra el alma nacional y el mismo
régimen democrático, incluido el derecho a discrepar [... ] Por eso el pluralismo ideológico
296
ha de ser limitado" • De allí que surja el concepto de los primeros años del sistema
constitucional de una «Democracia Protegida».

7. La Jglesia y el Estado

La superlativa riqueza cualitativa y cuantitativa de la Doctrina Católica, le otorgan aridez a


la pretensión de circtmscribir sus límites; no lo intentaremos siquiera. Nada impide, sin
embargo, atender sus aspectos más sobresalientes, especialmente aquellos que tengan
correlato con el texto constitucional. Punto importante es determinar las razones que llevan
al constituyente a involucrarse en temas y doctrinas de orden religioso, dejando de lado la
297
advertencia bíblica de «dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios» , esa
cuestión tiene al menos tres aristas que trataremos de esclarecer en esta parte del trabajo; en
primer lugar porque en este mundo no es posible hacer una distinción tan tajante entre las
298
cuestiones de Dios y las humanas dado que se ha llan «perplexas y permixtas» como
indicaba Agustín; salvo en una sociedad completamente secularizada [o clerical], que no es
el caso de la nuestra. CAMPS lo explica en términos más laicos pero con igual
contundencia299.

Afirma al respecto SÁNCHEZ AGESTA, " La Iglesia cristiana es una y lo que se debe a
Dios está discernido del Estado. Y con ello queda abierta la posibilidad de que un orden
político y un orden religioso entren en colisión"3º . En segundo lugar porque, y en ello
0

296
MONCADA, Belén, Jaime Gu:mán, Una democracia contrarrevolucionaria, El político de 1964 a /980,
ó~. cit. pág. 141-147.
2 7
Mateo. 22. 22 «Pues lo del Cesar devolvédselo al Cesar. y lo de Dios a Dios».
298
"Perplexae quippe sunt istae duae civitates in hoc seculo, invicemque permixtae, donec ultimo iudicio
dirimantur ", DE HIPONA, Agustín, De Civitate Dei, 1.35: PL. 41,46. En: Obras Completas de San Agustín,
XVII [Nº 2], texto bilingüe latín-español, B.A.C. Madrid, 1978 (3• Edición).
299 Cfr. CAMPS, Victoria, El malestar en la Política, óp., cit. especialmente capítulo 5, Religión, política y

Ética, pág. 59 ss.; CAMPS, Victoria, la Utopla del Deber y los limites de la Acción en Esperanza Cristiana y
Utopías, cuadernos f y S, Madrid, zoo 1, págs. 9-20.
300
SANCHEZ AGESTA, Luis. lecciones de Derecho Político, óp. cit. pág. 231.

91
92

parece haber consenso, el estado actual de cosas es una consecuencia o si se prefiere, es una
reacción frente a un escenario secular que no supo entender y aún menos solucionar las
encrucijadas que planteaba una lucha agonal abierta y extremadamente radicalizada; la
dirección clara que tenían las cosas eran de tinte totalitario, superlativamente contrapuestas
a nuestra naturaleza desconfiada y animista y porque, finalmente, habíamos perdido nuestro
sentido nacional que mal que nos pese tiene grandes y claras relaciones con nuestros
orígenes hispanos y la religión católica. Esta búsqueda de sentido de la vida es clave a nivel
individual y colectivo; el recuperarlo hace que muchas de las cuestiones hallen su cauce
natural.

Nos parece que debiera ser este el tema central de un importante debate, todavía en ciernes
en nuestro país; ciertamente es admisible que las posturas puedan ser rigurosas y válidas en
uno u otro sentido, pero respecto del que venimos analizando [de la doctrina católica], el
punto nos parece particularmente bien explicado por DONOSO CORTÉS en los siguientes
términos:

"El hombre es soberanamente libre, y como libre pude aceptar las soluciones puramente católicas o
las soluciones puramente racionalistas, puede afirmarlo todo o negarlo todo, puede ganarse o pude
perderse, lo que el hombre no puede hacer, es mudar con su voluntad la naturaleza de las cosas que
es de suyo inmutable. Lo que el hombre no puede hacer es encontrar reposo y descanso en el
eclecticismo liberal, o en el eclecticismo socialista" .3º1

Aún para quienes no compartimos su punto de vista nos parece una exposición clara y
rotunda. Para ser justos no podemos negar la fuerte vinculación del estado chileno con la
Iglesia Católica o que ésta influencia se ha hecho sentir en anteriores textos
constitucionales también, pero lo que aquí importa es resaltar el contenido actual del texto y
hacer las observaciones que el mismo requiere.

Entendemos desde esta perspectiva el sentido cristiano del mundo como uno que se
preocupa de la trascendencia del hombre y con especial respeto de su dignidad; una
concepción que claramente pone al hombre por sobre el Estado, tratando de instalar y
proteger sus derechos humanos trascendentales. Quizás si quien lo explique con una

301
DONOSO CORTES, Juan, Ensay o Sobre el Carolicis1110, El liberalismo y el Socialismo (considerados en
s us principios f11ndamentales), Barcelona, 1851 , pág. 247.

92
93

precisión casi matemática sea Mounier quien indica con genial concisión que «También lo
. . ¡ es una m
esp1rrtua . •r.raestructura»102 .
1

Creemos que ha pasado desapercibido en nuestra doctrina política y constitucional la


enorme influencia del pensamiento cristiano especialmente el expuesto y desarrollado por
la vertiente francesa de la Democracia Cristiana cuyos principales exponentes espirituales
son, según se dijo, E. Mounier y J. Maritain; las huellas de tal legado son ciertamente
visibles y notorias, pero poco reparadas dentro de nuestro texto político. La perspectiva
norteamericana [protestante] ha tenido más relevancia en las concepciones económicas
recogida por el sistema.

Ya hemos mencionado esta omisión de los comisionados constitucionales, tanto en su labor


propiamente constituyente como en su producción publicista. La causa podría ser, si
queremos suponer alguna, evitar atraer demasiada atención hacia esta doctrina. Sería una
especie de mimetismo para pasar desapercibida; una manera usual de hacer fundaciones en
nuestro país. Ello no constituye, de manera alguna, un obstáculo insalvable para rastrearla,
sin recurrir a medios demasiado sofisticados.

Ya en los albores de la república se cultivó una estrecha relación espiritual del Estado con
303
la Iglesia y sobre todo con el Ejército . Es difícil saber si ese sentimiento fue utilizado con
fines políticos por los gobernantes de facto (o para influir en éstos], pero quedan pocas
dudas que sirvió para conseguir el beneplácito de la jerarquía y feligresía católica durante
los aciagos días del régimen militar. Esta resulta una razón decisiva para que estas
concepciones ancestrales primaran a la hora de fijar las directrices de la naciente
304
institucionalidad . En la civilidad que colaboró con e l régimen militar, nos parece que la
cuestión era más profunda; obedecía a una cierta concepción ontológica que claramente se

301
MOUNIER, Emmanuel, El personalismo, Eudeba (64 cuadernos de Eudeba), Trad. Aída Aisenson y
Beatriz Dorriots, 7ª edición 1970, pág. 15.
303
La Virgen del Cannen se constituye en patrona del ejército desde el abrazo de Maipú, hito que marca el fin
de la Guerra de Independencia y aún en nuestros días la formación de los cadetes se vincula a ceremonias
religiosas importantes.
304
"En Chile el trabajo de las «doctrinas pontificias» tradicionales se consolida principalmente durante la
dictadura militar de Pinochet. Esta forma de pensar el derecho constitucional se muta, una vez destruida la
Constitución de 1925, en originalismo jurídico. El originalismo jurídico chileno circunscribe el análisis del
sistema constitucional chi leno a la opinión (no siempre clara y distinta) de los miembros de la comisión
constituyente designada por la dictadura milita(·. CRISTI, Rena10, Ruiz-Taglc, Pablo, La República en Chile,
teoría y práctica del constit11cionalis1110 republicano, óp. cit., pág. 139

93
94

presentaba como una alternativa válida de orden frente a un escenario complejo, enfrentado
y hostil.

Los representantes, no pocos, de la doctrina católica en el entorno del constituyente, se


preocuparon de fijar sus particulares puntos de vista [no siempre concordantes], que
incluyeron en el texto constitucional, llegando a proponer a ese fin un título preliminar3° 5•
Tales afanes fueron truncados por el Consejo de Estado quien vetó esta iniciativa por
parecerle demasiado ideológica y no acorde con un texto constitucional [«razonable»,
quizás se debió agregar].

Si hemos de ser justos no toda la iglesia compartía estos postulados ni estaba dispuesta a
hacer la vista gorda respecto de los «excesos» del régimen militar. Todavía más, dentro de
la misma Iglesia existía, hacía ya un tiempo, una suerte de sisma representado por la
teología de la liberación, con importantes nexos en las iglesias latinoamericanas. Se estaba
en un tiempo de inquietud y disenso.

Pocos parecían entender que la cercanía del clero católico con los gobiernos de tumo
obedecía y obedece a cuestiones propias de su doctrina y no a una premeditada actitud
servil para congraciare con el régimen. Parte de su doctrina les incita a obedecer al poder
establecido, cualesquiera que este sea y no necesariamente si es democrático306 ; y de la
misma forma defiende a quienes son víctimas de los excesos políticos, vengan de donde
venga; en ello también parecen tener las cosas más claras que muchos demócratas oficiales.

Como venimos diciendo, un aspecto central en esta materia es precisamente el enorme


desarrollo que ha tenido la doctrina cristiana a lo largo de la historia, que para muchos
significó un trabajo tan preeminente que se llega a estimar que «todos los conceptos

305
"Si bien la Comisión de Estudio lo había establecido en su anteproyecto, el Consejo de Estado lo
transformó en el Capítulo I de su Proyecto, criterio que la Junta de Gobierno ratificó", CEA EGAÑA, José
Luis, Derecho Constitucional Chileno, óp. cit. pág. 84.
306
"Los Pontífices no han vacilado en advertir a los políticos católicos el error que implica identificar como
«cristiana» una forma determinada de gobierno. Así lo hizo León XIII con quienes repudiaban la republica
[ ... ] así lo hizo Pio X con quienes, por el contrario, en el movimiento del Sillón, estimaban que la democracia
o la forma de gobierno democrática se identificaba con la doctrina de la Iglesia, recordándoles que ida Iglesia
ha dejado siempre a las naciones la preocupación de darse el gobierno que juzguen más ventajoso para sus
intereses», SÁNCHEZ AGESTA, Luis, Los Principios Cristianos del Orden Político, óp. cit., pág. 156. En el
mismo Sentido ROMMEN, H., El Estado en el Pensamiento Católico, óp. cit., pág. 96.

94
95

sobresalientes de la moderna teoría del Estado son conceptos teológicos secularizadosJ.} 307,
Estas lecturas vienes desde diversa fuentes; una de ellas la expone incluso Primo de Rivera
cuando índica "Todo proceso histórico es, en el fondo, un proceso religíoso. Sin descubrir
el substratum religioso no se entiende nada. La presente situación del mundo es, ni más ni
menos, la última consecuencia de la Refonna"' 3º8.

Esta idea como sabemos proviene de Donoso Cortés309 y es desarrollada también por
SCHMITT en su Teología Política, «Todos los conceptos sobresalientes de la moderna
teoría del Estado son conceptos teológicos secularizados, Lo cual es cierto no sólo por
razón de su desenvolvimiento histórico, en cuanto vinieron de la Teología a la teoría del
Estado. convirtiéndose, por ejemplo. el Dios omnipotente en el legislador todopoderoso,
sino también por razón de su estructura sistemática (, .. ) El estado excepcional tiene en la
jurisprudencia análoga significación que el mitagro en teología. Sólo teniendo conciencia
de esa analogía se llega a conocer el desenvolvimiento de las ideas fiiosóflco-políticas en
los últimos siglos>/w. En el mismo sentído Francisco Puy expresa, en su trabajo sobre La
Doctrina Social Católica en la Filosofía Jurídica de Jose Corts, un razonamiento que de
alguna forma extiende la )ógíca subyacente en este planteamiento sobre efectos índeseados
en la Ciencia jurídica en General:

<<Car! Sc:hmitt ha denunciado certeramente esta trayectoria de la profanación de la ciencia juridica:


Al comienzo, díce, los juristas impusieron silencio a los teólogos, y al final esos mismo juristas
recibieron el aviso tajante de dedicarse a una técnica jurídica pura, totalmente profana, que ha
degradado o por lo menos minimiza.do inverosímilmente su misíón. Allí donde las raíces teológicas
se <:ortan, la deshumanizadón es in-evitable»3 n,

Un ejemplo importante y que ha tefiido fuertemente el campo político en general y el


derecho público y político en particular se refiera a la influencia del Iusnaturalismo. mismo

301
SCHMIIT, Carl, Teología Po/itica, Cuatro ensayos sobre la soberanía, Ed. Strubart y Cia. Trad,
Francisco Javier Conde, Buenos Aires, 1998, págs. 57; «Hay una profunda verdad en la tesis de que todos los.
problemas políticos son en el fondo problemas teológicos y que hay un paralelismo entre ia Idea de Dios y el
Estado», ROMMEN, Los Priru::ipios Crisrianvs del Orden Polirico. óp. cit. pág, 102.
308 En su "Cuaderno de notas de un estudiante europeo" ( 1(}36), texto recopilado por PRIMERO DE RIVERA
Y URQUIJO, Miguel, Papé/es J)Oswmos dé José Antonio, F.ditorial Plaza y Janes, Barcelona, 1996, pág. 169.
309
DONOSO CORTES, Juan, Ensayo Sobre el Catolicismo, El Liberalismo y el Socialismo {considerados en
sus principWsfundamentales), óp. cit., pág. 247.
;,o SCHMITT, Carl, Twlogla Polilica, óp., cit., pág. 57.
m PlJY, Fr{lw;isco, La düctrina social CatOftca en la Filosofm Jm·idica de José Corr:s, en estudios en honor
al protbsor José Corts Grau, Universidad de Valencia, 1977, pág. 295.
95
96

que de cuando en cuando emergen y en otras ocasiones decae, pero nunca deja de tener
312
realmente vigencia • Este resulta un claro ejemplo de lo que venimos afirmando.

En efecto, con el «iusnaturalismo racionalista» el derecho natural se independiza de la


revelación, lo cual no implica -necesariamente- desconocer la existencia de la divinidad.
Dios sigue siendo el autor, pero ahora es la razón la que proporciona su conocimiento. Es
esta la que permite afirmar que ha sido Dios el que ha creado al mundo y al ser humano con
unos derechos, y la que puede «deducir» estos derechos de la naturaleza humana.313

Locke afirma, por poner un ejemplo relevante, en su Segundo Tratado Sobre el Gobierno
Civil que «De este modo, la ley de naturaleza permanece como una norma eterna
[obligatoria] para todos los hombres, tanto para los legisladores como para los demás. Las
normas que dictan los primeros a fin de [regular] las acciones de los otros hombres deben
conformarse, al igual que sus propias acciones y las de éstos, a la ley de naturaleza, es decir
a la voluntad de Dios, de la que [tal ley] es expresión»314 • Y esa ley le otorga al hombre
derechos innatos (naturales): "el hombre nace con un título que le habilita para una libertad
perfecta así como para el disfrute ilimitado de todos los derechos y privilegios de la ley
natural".

«&. 87. Man being born, as has been proved, with a tille to perfect freedom, andan uncontrouled
enjoyment of ali the rights and privileges of the law of nature, equally with any other man, or
number of men in the world, hath by nature a power, no/ only to preserve his property, that is, his
lije, liberty and estate, against the injuries and attempts of other men; but to judge of, and punish
the breaches ofthat law in others, as he is persuaded the ojfence deserves, even with death itself, in

312 "Hay un eterno retomo del Derecho Natural, como se le ha llamado, pero también hay un retomo incesante

de su negación: el positivismo juridico, hay filósofos deístas pero también, al mismo tiempo, los hay ateos. En
tomo a cada problema se produce una especie de movimiento pendular entre unas y otras soluciones sin que
ninguna se imponga definitivamente", GARCÍA SAN MIGUEL Luis y Álvarez Gálvez lñigo, Los
Fundamentos del Derecho: penúltimos apuntes, pág. 21.
30 GARCÍA SAN MIGUEL Luis y Álvarez Gálvez Iñigo, Los Fundamentos del Derecho: pemíltímos

a,-;untes, pág. 332.


3 4 LOCKE, John, [Segundo Tratado Sobre el Gobierno Civil] Ensayo sobre el Gobierno Civil. Universidad
Nacional de Quilmes Editorial, Trad. Claudio Amor y Pablo Stafforini, Buenos Aires, 2005, pag.159. «Thus
the law ofnature stands asan eternal rule to ali men, legislators as well as others. The rules that they make
for other men's actions, must, as well as their own and other men's actions, be conformable to the law of
nature, i.e. to the will of God, of which that is a declaration, and the fundamental iaw of nature being the
preserva/ion oJmankind, no human sanction can be good, or va/id against ih>.(Two Treatises ofGovemment,
Book II, XL & 135, MDCCCXXI, p. 305; printed for Whitmore and Fenn, Charing Cross; and C. Brown,
Duke Street, Lincoln's-inn-Fields, London, 1821].

96
97

crimcs where the heinousness of the fact, in his opmwn, requires lt» [Two Treatises o/
Government, Book ll, Vl & 87, MDCCCXXI, p. 259/{J.

Corno se puede aprecíar de estos textos clásicos de la filosofia política1 las relaciones de
esta propuesta [iusraciona!ista] con el iusnaturalismo mediOéval, es muy clara, no solo en
la estructura lógica de la formulación Jockeana, sino también en el sentido espiritual
subyacente en esta fonnulación, que pasó a tener una centralidad innegable en el
nacimiento del constitucionalismo. Locke es sin lugar a dudas el pensador político que tuvo
más influencia en los Padres Fundadores y en el nacimiento del constitucíonalismo
norteamericano; y a través de este en todos los demás.

No ha sido siempre cómoda y amigable la relación entre la Iglesia y la democracia,


fundamentalmente porque se trata de una institución de corte tradicional que está basada en
una estructura fuertemente jerárquica, cuasi imperial y que tiene sóiidos fundamentos
doctrinarios que se remontan a los orígenes de la vida cristiana. consolidándose en el
Medioevo con el pensamiento de Santo Tomas. Sabemos que aunque Santo Tomas
propiciaba la bondad de los gobiernos mixtos. ninguno le parecía del todo malo si era
ejercido con rei:ipeto a la ley divina y su resultado humano encamado -en la ley natural; no
es menos cíerto que el gobierno ideal para él era la monarquía y no la democracia. La
Iglesia mísma es tríbutaria de esta concepción tan asentada.

En cuanto a las diferencias ideológicas, et iusnaturalismo medieval, debido a la influencia


aristotélica, sostiene la naturaleza sociable del hombre -sostiene Dorado Porras- mientras
que el iusnaturalismo moderno utiliza como punto de partida. de forma general, la
constatación de su naturaleza egoísta. Se entiende así a la sociedad como un agregado de
índíviduos y se instala un modelo que privilegia lo prívado sobre lo público y se configura
una concepción negativa del estado. "Así en el íusnaturalismo moderno se desarrolla la

m «&. 87, El hombre nace, como se ha demostrado, con 1.m título a la libenad perfecta, y un goce ilimitado de
todos los derechos y privilegios de la ley de la naturaleza. lo mismo qoe cualquier hombre, o número de
hombres en el mundo. tiene por naturaleza un poder, no sólo para preservar su propiedad, es decir, su vida, la
libertad y los bieoes. contra las lesiones y los intentos de otros hombres., sino también a juzgar y sancionar las
violaciones de esa ley, en otros, si está convencido que la ofensa lo merece, incluso con 1a muerte misma, en
los delitos donde la atrocidad del hecho, en su opinión, asi lo requiero»,

97
98

teoría de los derechos naturales netamente individuales, mientras que el íusnaturalismo


clásfoo y medieval los derechos se vinculan a )a comunidad", 316

Esta primera apreciación nos puede dar una visión bastante esclarecedora de muchas de las
actuaciones que tuvo la iglesia durante el régimen militar que gobernó Chile entre los aflos
1973 y 1990 y el de otros ejemplos más a lo largo del orbe311• Así las cosas, es
perfectamente entendible que por un lado haya sido la más férrea defensora de los derechos
humanos y por otro haya cooperado con el régimen imperante directa o indirectamente a
través de su feligresí~ especialmente de la derecha gremialísta cuya cabeza era1 por cíerto 1
Jaime Guzmán318•

En síntesis podemos afirmar que la interrupción de la democracia en el año 1973, tuvo


influencia en todos los ámbitos de la vida nacíonal; en lo político, económico cultural y por
cierto académico. En lo que respecta al Derecho Constitucional, que en muchos sentidos
fue pilar e indicador de muchas de las actuaciones políticas de nuestros ciudadanos y
representantes3 t 9, también trajo importantes consecuencias prácticas.

De entre las más notorias corrientes que se disputaban la hegemonia publicista nacional,
indudablemente la triunfante es aquella que tiene sus referentes en la Universídad Católica
de Chile y en sus profesores; manifiestamente impregnados) como ya lo hemos establecido,
de una doctrina muy particular y precisa. que hemos tratado de pormenorizar en las páginas
precedentes. Esta doctrina predomínate en nuestro Wliverso académico constitucional, es
criticada ácidamenre por CRISTI y RUIZ-TAGLE en los siguientes términos:

[En contra del constitucionalismo laico] "se conso!ída una de las construcciones dogmáticas
constitucionales más Influyentes del siglo XX, que podemos denominar genéricamente con e!
nombre de «p0ntificia», porque junto con responder a la influencia de las encíclicas papales, se

316
DORADO PORRAS, Javier, lusnaturalismo y positivismo jurídico, Una revisión de los argumentos en
defensa del iusposiHvismo, Dykinsou, Madrid 2004, pag.52.
m Quizás si ei caso más emblemR!ico sea el caso de la España franquista,
m femando Castillo ínterp1°cia esto de manera diversa, que la «Iglesia Conservadora» '"Se relaciona con el
conjunto de la sociedad a través de su relación con el Estado[ ... ] Su temor es entrar en conflicto con el
Estado. Prefiere. entonces, realizar tímidas gestiones ,,:privadas» Ien materia de derechos humanos] con las
autoridades, tratando de corregir estos "excesos", CASTILLO VELASCO. Fernando, Iglesia Liberadora y
Politu:a, óp., cit., págs. 33-35.
m "Una bien entendida historia constituci<>nal chílena no puede olvidar que el trabajo intelectual
caracterlstico del constitucionalismo chileno consistió en pensar y controlar la politíca desde el punto de vista
del Derecho constitucional''. CRIST1, Rcnato y Ruiz~Tag1e, Pablo, W República en Chile, óp. cit., pág. 132.

98
99

asienta en la institución universitaria que lleva ese nombre. Este grupo de doctrinas, sirve como
justificación para abrogar los derechos civiles y políticos durante el gobierno militar que dura entre
1973 y 1990; enfatiza el derecho a la vida entre todos los derechos; devalúa la importancia de los
derechos civiles y políticos; y reconoce, en forma precaria y parcial, ciertos derechos económicos
sociales, en los cuales enfatiza, particularmente, la garantía de su aspecto de libertad como no-
interfcrencia"32º.

Esta crítica nos parece injusta e inexacta. No puede endilgarse a un grnpo de académicos
entrados en años una responsabilidad que no les compete de manera alguna. Nada hicieron
ellos para impulsar la interrupción de la democracia, salvo el tratar de reconstruir (a
posteriori] una institucionalidad quebrada321; cuestión que no se puede afirmar respecto de
sus - ahora cuantiosos- censores. Por otro lado, el hecho que se dé preeminencia al «derecho
a la vida)) (entre otros valores universales) no puede ser malo en sí mismo como sugieren
estos autores. Descargar su munición en ese aspecto nos parece una contradictio in adjecto.

Al contrario, al fortalecer este derecho los constitucionalistas del 80 demostraron absoluta


coherencia entre sus profundas convicciones éticas (indiscutibles en aquella época) y el
texto que deseaban fijar para regular la vida de una ciudadanía mayoritariamente cristiana,
como ellos mismos. No existía ninguna voz autorizada que osara oponerse a estos
planteamientos. Hacerlo el día de hoy resulta extemporáneo y fáci l.

En cuanto a la abrogación de los derechos civi les y políticos durante el gobierno militar [y
aún después], no pueda afirmarse ecuánimemente que tal restricción normativa no
respondiera al abuso que se había permitido la clase política; que en su práctica nos había
dejado virtualmente al borde de la guerra civil [bien que mal la historia debe dejarnos
enseñanzas]; en cuanto al tipo de economía optada por las nuevas autoridades, no parece
razonable tampoco que los vencidos sean los que impongan sus términos en materias
vitales como estas; el deplorable manejo económico de los denominados «gobiernos
ideológicos», fue principal responsable de nuestro atraso y pobreza pasada.

Finalmente una dictadura no requiere ni necesita justificación, por eso es una dictadura.
Salvo que estos autores quieran creer en brujas y unicornios, según la ingeniosa, aun
cuando no muy deferente, expresión de Macintyre 322.

320
Ibídem, pág. 133.
21
J Es más fácil criticar que construir y en muchos as pectos [en esa época cspcci11lmente], mejor visto.
m Vid infra pág. 139.

99
100

Capítulo Ill
LA APLICACIÓN A LA CONSTITUCION

El primer texto oficial que toca derechamente el tema de la estructura básica de la


Constitudón, es el memorándum MFNC?3 2J; dicho documento expresa que la estructura de
la Constitución descansará en la concepción humanista cristiana del hombre con derechos
fundamentales anteriores al ordenamiento jurídico. Defiende también una concepción
orgánica de la democrada (Nº4J y establece que la <<Constitución distinguirá entre la
soberanía propiamente tal; o poder político y el peder sociab/,324 [Nº5] Concepción
defendida por Osvaldo Lira en sus Nostalgias de Vásquez de Mella.

Otro texto clave para entender nuestro texto político básico es la "Declaración de
Principios el Gobierno de Chile" del II de marzo de l 974 [DPGCH]; según SOTO
KLOSS, "verdadero fundamento doctrinario de toda la ordenación constitucional que ha
seguido',... 325 En este texto se expresan una serie de ideas y conceptos muy relevantes para
estructurar este nuevo orden concebido desde las entrañas del sistema de facto. a saber:

"En consideración a la tradición patria y al pensamiento de la inmensa mayoría de nuestro pueblo,


et gobierno de Chile respeta fa éoneepciOn cristiana sobre el hombre y la sociedad [.,.] entendemos
al hombre como un ser dotado de espiritualidad. De ahí emana con verdadero fundamento 1a
dignidad de la persona humana [ ... ] El hombre 1iene derechas naturales anteriores y superiores al
Estado. Son derechos que arrancan de la naturale--_¿a misma del ser humano, por lo que tíene su
origen en el propio creador {... J Tanto desde el punto de vista del set como desde el punto de vista
del fin, el hombre es superior al Estado. Desde el ángulo del ser, porque mientras ei hombre es un
ser sustancial, la sociedad o e! Estado son solo seres accidentales de relación [ ... ] Y también tiene
prioridad el hombre desde el prisma del fin, porque mientras las sociedades o Estados se agotan en

J:cl Memorándum "Melas u objetivos Fundamentales para la Nueva Constiluci/J'n Política de la Repliblica".
1 4
~ SOTO KLOSS, Eduardo, Ordenamiento Constituciontrl, óp. cit., pág. 18.
315
Ibídem, pag. 3.
100
101

el tiempo y en la historia, el hombre los trasciende, ya que vive en la historia, pero no se agota en
el la" 326 .

Como puede apreciarse, los párrafos transcritos vienen a ser una síntesis de todo el
pensamiento acumulado por los antecesores de Guzmán en su afán por situar el
pensamiento tradicional de la Iglesia católica nuevamente en la primera fila de las doctrinas
que debían regir a una sociedad «Cristiana» como la chilena. Todos estos principios
finalmente se convierten en normas de rango consti tucional por medio de la dictación de las
denominadas Actas constitucionales.

A la CENC le tocó la labor, ya anticipada por el gobierno mil itar, de ir paulatinamente


creando una normativa que reemplazara el contenido más sustantivo de la Constitución de
1925. Este proceso fue objeto de críticas, no solo desde la disidencia política; estas
apuntaban fundamentalmente al hecho cierto de tratarse de una situación de parche que
pretendía burdamente suplir la ausencia de un texto básico que tuviera vigencia efectiva. La
idea tras esta estrategia era llegar a un texto constitucional definitivo mediante la
327
promulgación sucesiva de actas constitucionales ; esta era una formula demasiado bizarra
para el entendimiento político nacional: la construcción escalonada de un texto político.

Esto trajo impensadas consecuencias. La más importante sin duda, la de persuadir al


gobierno de facto sobre la necesidad de respa ldarse con un texto político que tuviera o
pareciera tener, aprobación ciudadana. Enrique Ortúzar, presidente de la CENC expresaba
la idea primigenia tras la dictación de las actas constitucionales de la siguiente forma: "[las
actas constitucionales] serán cuerpos jurídicos orgánicos destinados a ir proyectando en el
marco constitucional la realidad política, social y económica del país en la medida que se
vaya conformando. El conjunto de actas que se promulguen constituirá, entonces, un
ordenamiento jurídico orgánico y completo, que en el hecho será una institucionalidad
328
provisoria que sustituirá por completo la Constitución de 1925 • Esta idea es finalmente
abortada a sugerencias de don Jorge Alessandri, quien en e l Informe del Consejo de Estado
sefiala «la neces idad de poner término a las Actas Constitucionales, para redactar en su

326
Ordenamiento Constitucional, págs. 35-36.
327 CARRASCO D., Sergio, Alessandri, Su pensamiento constitucional. Reseiia de su vida pública, Editorial
Jurídica de Chile, Santi ago ele Chile, 1987, pág., 119.
328 El Mercurio. 15 de septiembre de 1975, págs. 17-18, Citado por CARRASCO, Sergio, ibídem, pág. 11 9.

10 1
102

reemplazo un texto constitucional completo>>31~', postura que es aooglda por e) Presidente de


la República quien pide a la CENC que envíe sus -proposiciones relativas al futuro texto
oonstitucíonaflO.

Sin perjuicio de ser esta una historia en cierta forma fallida y que las disposiciones de las
actas tuvieron más vida virtual que real, conviene traer a colación algunas de las
disposiciones de las dos con mayor contenido doctrinal [tas números 2 y 3] dado que sus
disposiciones, aun cuando con modificaciones significativas, posteriormente pasan a
íntegran el cuerpo del nuevo texto político.

El Acta Constitucional Nº 2 de denominó «Bases esenciales de la institucionalidad chilena,)


y es de focha 11 de septiembre de 1976, El aspecto doctrinal de este instrumento se
concentra por una parte~ en su Considerando Nº 4 letra a) que expresa: "La concepción
humanista cristiana del hombre y de la sociedad que considera a aquel como un ser dotado
de una dignidad c::spfritual y de una vocación trascedente, de las cuales se derivan para la
persona derechos naturales anteffores y superiores al Estado, que imponen a éste el deber
de estar a su servicio y de promover el bien comUn'\ "Dentro de esta concepción. la familia
es el nUcleo fundamental de la sociedad y es deber del Estado protegerla y propender a su
fortalecimiento, como asimismo, es deber suyo reconocer a ios grupos intennedlos entre el
hombre y el Estado, conforme al principio de subsidiariedadtt,

Pocas dudas podrían haber respecto de la opción doctrinal tenida en mente por el
constituyente para estructurar la normativa que habría de regir la nueva institudonalidad;,
esta no era otra que <da concepción humanista cristiana del hombre y de la sociedad».
SegUn hemos visto, ello implicaba una serie de definiciones respecto del hombre y su
entorno ético~ humano si pudiéramos utilizar el lenguaje del personalismo. A contrario
sensu, era posible también afinnar ya en aqueUa época, que se trataba de una opción

329
"Reclamo para ml el honor de haber obtenido que se pusiera término a las Actas Constitucionales, así
como que se llegase a redactar una nueva Carta Politica", Jorge Alessandri en el Mercutio, lO de noviembre
de 1983. p3gs. A-1 y C-2.
m lbidem, pag. 120.

102
103

radicalmente opuesta de aquella que había defendido el gobierno precedente. En esto existe
poco debate331 •

También aprovecha el acta constitucional para poner en el tapete un principio que habría de
tener significación fundamental dentro del sistema constitucional de 1980, nos referimos al
principio de subsidiariedad, que según hemos afirmado también, viene a constituirse en el
aspecto más significativo y original de nuestra Caita fundamental y pilar del nuevo orden
332
que se deseaba imponer autoritariamente •

El texto mismo del Acta Nº 2 en su parte más relevante expresa:

«Artículo 2°. El Estado debe promover el bien común, creando las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional. alcanzar su mayor
realización espiritual y material posible, con pleno respeto a la seguridad, libertad y dignidad del
ser humano y a su derecho a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional".

"El estado propenderá a la integración armónica de todos los sectores de la nación. En


consecuencia, se rechaza toda concepción ele la sociedad inspirada en e/fomenro de antagonismos
sociales".

"la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El estado la protegerá y propenderá a su


fortalecimiento".

·'El estado reconoce a los grupos intermedios de la comunidad».

El texto también refleja lo que venimos apuntado; ser una clara concreción de los temas
básico de la doctrina cristiana a saber: a) El Bien Común, es concebido de acuerdo al
pensamiento cristiano, donde tiene capital cabida la idea de la "realización espiritual",
concepto completamente novedoso dentro de nuestro sistema político; b) En cuanto a la
lucha de clases, categoría explicativa marxista de la dinámica social, se contraponía la idea
de «integración armónica», propuesta alternativa [y al final exitosa] de la doctrina social de
la Iglesia; y c) La redacción escalonada de los círculos de influencia de las comunidades

331
··Para Silva Bascuñán. si bien todos los integrantes compartían una misma filosofía de inspiración
cristiana, fueron él y Guzmán quienes más nítidamente la representaban, independientemente de sus
diferencia políticas, fundamentalmente acerca de la permanencia del régimen militar", MONCADA, Belén,
Jaime Gu=mán, Una democracia contrarrevolucionaria, El político de 1964 a 1980, óp. cit., pág. 192.
332
"Con el principio de subsidiariedad, el gremialista parece haber encontrado el modo de acomodar al Estado
en el lugar que le corresponde en el desarrollo de la nación, a la vez que desarma, desde el punto de vista
filosófico, la legitimidad de la doctrina colectivista, por no fundarse en la naturaleza del hombre··, Ibídem.
pág. 85.

103
104

sociales, expresión del prmc1p10 de subsidiariedad que implica respetar la esfera de


influencia de unas respecto de las otras.

El Acta Constitucional Nº 3 de mayor contenido dogmático-constitucional, se denominó


«De los derechos y deberes Constitucionales», y es de fecha 11 de septiembre de 1976 [DL
1552, 13/ 09/ l 976]. Su "Considerando" Nº 1 es del siguiente tenor: "que siendo los
derechos del hombre anteriores al Estado y s u vida en sociedad la razón de ser de todo
ordenamiento jurídico, la protección y garantía de los derechos básicos del ser humano
constituyeron necesariamente el fundamento esencial de toda organización estatal".

El Considerando 4° por su pa11e expresa: "Que entre estas últimas [garantías acordes con la
doctrina constitucional contemporánea] cabe destacar el derecho a la vida y a la integridad
de las personas, la protección legal de la vida del que está por nacer, la igualdad de
derechos entre el hombre y la mujer, la legalidad del proceso y e l derecho a defensa y otras
que requieren jerarquía constitucional y reafi nnan e l valor del hombre como célula
fundamental de nuestra sociedad".

Como veremos más adelante esta enunciación de ser los derechos del hombre «anteriores al
estado» implica una toma de posición respecto de los derechos que enuncia e l
iusnaturalismo racionalista, que participa del nacimiento del constitucionalis mo mismo. Es
también un poderoso instrumento interpretativo que tendrá de aquí en adelante
preponderante protagonismo en la labor jurisdiccional de nuestros tribunales333. Es pos ible
visualizar ya en estos documentos, los perfiles del nuevo sistema; esto es, el respeto del
derecho a la vida (discutido por parte de la doctrina) y sobre todo por incorporar una de las
normas emblemáticas del nuevo sistema, que por sí sola man ifiesta el contenido valórico
del sistema, me refiero, claro está a la «protección de la vida del que está por nacer» que
ha sido, aún hasta el día de hoy, tema central del debate valórico en nuestro sistema
jurídico-constitucional.

En su texto nonnativo propiamente tal se pueden ya visualizar en esta acta algunos


conceptos que se repetirán en el texto constitucional del 80 a saber:

333
" ••• los hombres son titulares de derechos por ser tales. sin que sea menester que se aseguren
constitucionalmente para que gocen de la protección constitucional" (Tribunal Constitucional, Rol Nº 226-
1995, considerando 25º).
104
105

«Art. Jº Los hombres nacen libres e iguales en dignidad. Esta acta constitucional asegura a todas
las personas:

J.- El derecho a la vida y a la integridad de la persona, sin pe1:¡uicio de la procedencia de las penas
eslablecidas por las leyes. la ley protege la vida del que está por nacer ... ".».

Esta normativa se integrará en el Nº 1 del artículo 19 del texto definitivo de la Constitución


de 1980, donde se problematizan estos tópicos, enriqueciéndolos sustantivamente.

El texto definitivo de la Constitución de 1980 toma estos importantes temas doctrinales en


su Capítulo I. Este cuerpo normativo es -como expresa CEA EGAÑA- «una positivación
de determinados principios cardinales del derecho natural. De esto se sigue que la
constitución no es solo el texto escrito que esa declaración formal contiene, sino que, antes
3'4
y especialmente, el sustrato de los valores perdurables en que aquella se apoya» ., . Esta
definición primara es muy relevante y pudiera damos una importante luz a la hora de
definir lo que entiende nuestro Tribunal Constitucional por Constitución.

El artículo 1° de la CPRCH indica que los hombres nacen libres e iguales en dignidad y
derechos y agrega que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Esta disposición
inicial es ya un punto de partida respecto de las opciones ideológicas que tomó el régimen
militar, donde campeaban sin contrapeso los colaboradores más conservadores y con mayor
335
cercanía con las posn1ras eclesiásticas tradic ionales •

Por supuesto que también apunta a una cuestión que en la época fue relevante: la postura
antitotalitaria del gobierno de facto, que entendía encontrarse en una g uerra sin cuartel
contra el marxismo internacional y en contra de cualquier postura afín con él. Estas ideas

334
CEA EGAÑA, José Luis, Derecho Co11stit11ciona/ Chileno, tomo 1, pág. 163. [El énfasis es nuestro].
335
"En el discurso pronunciado en el frontón Betis de Sevilla el día 22 de diciembre de 1935, manifestó
PRIMO DE RIVERA: «Queremos ver una España entera, armoniosa, fuete, profunda y libre [ ... ]el individuo
como ponador de un alma, como titular de un patrimonio; la familia como célula social: el municipio como
unidad de vida, restaurado otra vez en su riqueza comunal y en su tradición; los Sindicatos, como unidad de la
existencia profesional (... ] cuando tengamos todo eso ... si podemos decir que somos libres» (Textos de
Doctrina Política, recopilación de Agustín del Río Cisneros, ~dita la Dele~ación Nacional de la Sección
Femenina del Movimiento, Madrid, 1974, pág. 797), citado por Angel Luis SANCHEZ Marín, «José Antonio
Primo de Rivera: Una aproximación a su Pensamiento Político» eo Revisra Telemática de Filosofia del
Derecho, nº 6, 2002/2003, pp. 103-1 18.

105
106

también se reflejan en otras partes del cuerpo constitucional, como en el artículo 8º del
texto original y en las atribuciones del Tribunal Constitucional.

Otro de los aspectos relevantes desde el punto de vista doctrinal lo constituye el Capítulo
Primero de nuestra Constitución denomínado ''Bases de la instilucionalidad''; se trata de
una novedad respecto de textos anteriores pues en él se incluyen unas declaraciones
generales que se conectan, según GUZMÁN BRITO, ''directamente con la tradición
6.
racional-iusnaturalista de los derechos innatos "33 lo que nos proporciona ya una linea de
estudio relevante y desde luego permite un análisis amplio y aún divergente en esta
amplísima aérea de estudio. De cualquier fonna siempre podrán quedar cuestiones sin
resolver. Lo analizaremos detenidamente en el Capítulo V de esta parte del texto.

Creemos posible rastrear, desde un punto de vista histórico, las razones implicadas en la
redaeción fonnal de la parte inicial del texto básico~ como también propiciar un análisis
profundo al contenido mismo de) cuerpo doctrinario, que entendemos nítidamente volcado
en estas escasas disposiciones.

La primera parte de) artículo l O es particularmente fecunda en posibilidades doctrinarias;


mucho más de lo que a primera vista pudiera advertirse. Dice la Constitución en su texto
original «Los lwmbres nacen libres e iguales en dignidad y derechos»; disposición
estrechamente relacionada con el inciso segundo del artículo 5° que a su vez expresa: «el
e}ercicio de la soberan{a reconoce como limitación el respeto a los derechos esencia/es
que emanan de la naturaleza humana». lo que nos lleva a hacemos cargo de Jas cuestiones
que evocan estas disposiciones. Desde luego que los temas claves aquí son los de libertad e
igualdad [innatas], en relación con la dignidad y derechos; también reviste importancia
aun cuando desde una perspectiva distinta-el tema de la soberanía.

El texto tuvo varias formulaciones que fueron decantándose sucesivamente; la primera la


hizo el comísfonado Sergio Diez; enseguida intervino el comisionado Ortúz.ar; pero la
opinión que más pesó en este punto fue la de Jaime Guzmán, quien expresó concretamente
en el debate que la soberanía "tiene un solo limite fundamental, que es el derecho natural,

m GUZMÁN BRITO, Alejandro, El derechu Privado Cúnstitucfonal de Chile, Ediciones Unlversitárias de


Valparaíso de la Universidad Católica <le Valparaiso, Valparníso, 200!. pág. 160.

106
107

337
concuerda en no decirlo como ta/ , porque es una expresión vaga, para muchos
doctrinaria y tal vez innecesariamente conflictiva, pero si se podría hablar del respecto a
los derechos fundamenta/es que arrancan de la naturaleza humana " 138 ; esta opinión
motivó que se redactara el texto en los siguientes términos: «La soberanía no reconoce otra
limitación que el respeto a los derechos que arrancan de la naturaleza humana»339.
Finalmente por sugerencias de Jaime Guzmán el texto queda «la soberanía reconoce como
limitación el respeto a los derechos que emanan de la naturaleza humana» 340.

El Consejo de Estado modificó la redacción quedando el texto de la siguiente forma «El


ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales
que emanan de la naturaleza humana», que fue e l texto finalmente aprobado 34 1.

Los hombres «nacen» dice e l texto en comento lo cual es indicativo que para nuestra
Constitución, éste es el punto de partida de protección y aún concesión de los derechos de
los ciudadanos. Ello implicaba una ampliación de lo dispuesto en e l art. 74 del Código
Civil, que fija como inicio de la protección j urídica de las personas, el momento de la
separación completa de la madre342 , cuestión que ha de tener efectos de gran relevancia
jurídica en todo el derecho en general.

Esta disposición debe relacionarse también con aquellas del capítulo III que indica que la
Constitución protege la vida del que está por nacer; en consecuencia, aun cuando no
estamos en estricto sentido con una persona desde el punto de vista jurídico, el texto
constitucional le otorga derechos y protecciones que han de tener vital importancia para una
serie de cuestione colaterales que hacen a la esencia de la propuesta del constituyente.
Desde luego que el desarrollo posterior de esta norma ha sido precisamente de los más

337
"El fundamento filosófico de los derechos del hombre es el derecho natural. ¡ Lástima que no podamos
encontrar otra palabra", MARITAIN, Jacques, El Hombre y el Estado, Editorial Guillermo Kraft limitada,
Trad. Manuel Guerrea, segunda edición Buenos Aires 1952, pág. 98.
338
Actas oficiales de la comisión constituyente, sesión 49 de 27 de junio de 1974 p. 17 s. C itado por Guzmán,
ibídem. pág. 161.
339
Actas oficiales de la comisión constituyente, sesión 49 de 27 de junio de 1974 p. 17 s. Citado por Guzmán,
ibídem. pág. 16 l.
340
Ibídem.
341
Es interesante el análisis de Guzmán Brito al respecto: " Parece que I sentido del adjetivo esenciales ... fue
precisamente el introducir una discriminación [ ... ] para precisarlos [ ... ] sin embargo ~o fue feliz el adjetivo
escogido··, dejando el problema de delimitación, abieno. [la cursiva es nuestra] GUZMAN BRITO, ibídem.
342
«La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre».

l07
108

debatidos y que ha requerido especiaJes pronunciamientos por parte del Tribunal


Constitucional en el tema denominado de la píldora del dia después.

Esta disposición siendo de alguna fonna tradicional en nuestro sistema (recordemos que la
libertad de vientres fue decretada en Chile en los albores de nuestra nacionalidad y que fue
el segundo país en el mundo en tornar esta iniciativa), sin embargo se aparte de otra muy
importante, que sirve de base para todas las normas que rigen la materia, que agrega
generalmente el vocablo "[los hombres nacen} y contimían", con lo que esta cuestión tiene
un espectro más amplio de protección.

En efecto, de ésta forma aparece regulada en la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano y por fa Declaración Americana de Derechos Humanos, En todo caso es muy
claro que la postura tomada por la Constitución es la de otorgar a los ciudadanos un
estándar universal de reconocimiento de derechos. cuestión que no ha sido motivo de
controversias. salvo las ya apuntada--..

En cuanto a la segunda parte de la frase con que comienza nuestro texto constitucional que
expresa: Los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos [art. 1<> CPRCH}, nos
parece pertinente hacer una digresión mayor, dado que estas concepciones [libertad e
Igualdad en dignídad y derechos] se remonta al origen mismo de la doctrina constitucíonal.
Se dice por muchos que estarnos en este caso frente a una tradición que reconoce su origen
en el iusnaturalismo racionalista que reconoce a los seres humanos. al Hombre/ 43 una serie
de derechos que estos poseen por el solo hecho de ser tales.

La práctica moderna de las Constituciones escritas comienza, pues, cuando1 al separarse de


Inglaterra sus colonias de Norteamérica, declarándose Estados Independientes, formularon
por escrito sus constitueiones344•

Son ciertamente Locke y su Tratise of Civil Goverment y Montesquieu en De/' esprit des
Lois, los epígonos de estos principios y sus figuras más visibles. sin embargo el origen de

><3 " ... el hombre; y es bueno reparar en que a ese titular lo mencionamos en singular; no deioimos; derechos
de «los hombres>}, sino de «el hombre». Y lo dedmos en masculino porque lo hacemos equivalente al ser
humano, hombr~ o mujer". BlDART CAMPOS, Oerman, Teoría General de los Derechos Humanos.
Universidad Nacional Autónoma de México, México O.F, 1989, pág. 13.
144 SCHMITT, Carl, Teoría de la Constitución, óp. cit. pág. 6L

108
109

estas ideas tan importantes en el desarrollo del derecho político es posible de ser pesquisado
claramente desde Grocio, según expresan varios autores. Otros remontan su génesis a la
escolástica tardía de los neotomistas españoles, Suarez y Vitoria; los menos, pero no por
ello descartados a priori, a los origenes mismos del cristianismo.

No estamos realmente frente a una cuestión pacifica, dado que todas estas posturas tienen
detractores y defensores; bástenos de ejemplo la postura de BIDART CAMPOS, qmen
entiende el origen de estas ideas en la tradición eclesial en los siguientes ténninos:

"Si el cristianismo y el iusnaturalismo -sobre todo el de signo también cristiano, fundamentalmente


la escolástica tomista y la escuela neo escolástica española encabezada por Suarez- fueron los
aportes más decisivos para la concepción ulterior de la dignidad humana [fuente de todas las demás]
y de los derechos personales, es cosa que puede averiguarse por cada quien si busca en el panorama
histórico de la filosofia moral, jurídica, y política. Personalmente creemos que si, sin menospreciar
por eso al iusnaturalismo racionalista". 345

Del mismo modo TERMES resalta la importancia de la doctrina cristiana especialmente

poniendo énfasis en la escolástica tardía y en los trabajos de Vitoria y Suarez a quienes

considera los reales inspiradores y artífices de las ideas que posteriormente desarrollaría el

iusnaturalismo racionalista. Al respecto expresa:

" ... Grocio y Pufendorf, que pueden ser considerados como los padres del iusnaturalismo
racionalista, a partir de un concepto de naturaleza distinto del sustentado por los doctores católicos,
secularizaron el pensamiento escolástico; aunque algunos piensan que el germen del cambio estaba
ya en la postura sostenida frente a Domingo de Soto, por Francisco Suarez, quien al insistir sobre el
concepto de naturaleza pura hizo posible que Grocio, que pensaba como él- y había roto con el
calvinismo, proclamando la libertad de la voluntad de cada individuo- dijera que aunque se
admitiera que Dios no existe, lo que no se puede aceptar sin delito -quod sin summo scelere dari
nequil-, el derecho natural, derivado de la misma naturaleza racional del hombre, sería el mismo e
igualmente obligatorias, las normas en él inspiradas"[Hugo Grotius. De iure belli et pacis libri tres,
in quibus ius naturae et gentium, ítem iuris publici praecipua explicantur (1625). Sijthoff, Lugduni
346
Betavorum, 1919, pág. 7.].

La concepción que el siglo XVIII tuvo sobre los derechos del hombre presuponía -nos dice
Maritain- sin duda alguna, «la dilatada historia de la idea del derecho natural desarrolladas
en la época antigua y medieval; pero tenía su inmediato origen en la sistematización

345 BIDART CAMPOS, Gennán J., Teoría General de los Derechos Humanos, óp. cit., págs. 89-90.
H<> TERMES CARRERÓ, Rafael, Antropología del Capitalismo, un debate abierto, Ediciones Rialp, S.A., 3º

edición, Madrid, 2004, pág. 128.

l09
11 O

artificial y el refundido racionalismo a que había quedado sometida dicha idea desde Hugo
Grocio, y más en general desde el advenimiento de la razón geométrica»347 .

En contrario de esta postura doctrinaria encontramos la opinión de FRIEDRICH348 y


GUZMÁN BRITO349 , quienes entienden que estos ingenios habían surgido con el
iusnaturalismo racionalista y no antes. En todo caso hay que aclarar que estos autores
hablan de la existencia de Derechos Fundamentales en un sentido más técnico, lo que
implica entenderlos revestidos de una cierta garantía de obligatoriedad, que transforma
simples aspiraciones generales [metafísicas si se quiere] en derechos subjetivos exigibles,
especialmente al Estado, en muchos casos, directamente, amparados en la letra del texto
constitucional350,•

Nos hemos detenido en este punto y hemos tratado de remarcar su importancia, atendido
que es un aspecto relevante para articular nuestras futuras explicaciones acerca de los nexos
que es posible encontrar en la doctrina escolástica tardía del derecho natural, con el
tratamiento que daremos al tema del liberalismo económico o Neoliberalismo en el capítulo
final de este trabajo y en el cual trataremos de justificar la idea de la existencia de
significativos vasos comunicantes entre esta y aquella.

Un aspecto importante de nuestro análisis, en esta línea de razonamientos, dice relación con
la concepción económica sostenida por la escuela Neoescolástica Española, la que aparece
proclive al libre mercado; ello vendría a poner en tela de juicio la supuesta incompatibilidad
entre las posturas originarias postuladas por la iglesia católica [y defendidas por Guzmán en
sus inicios, particulannente en relación con las ideas de Primo de Rivera, critico importante

347
MARITIAN, Jacques, El Hombre y el Estado [1952J, óp. cit. pág. 100.
348
"Ocasionalmente, se ha afirmado en años recientes, aunque creo yo, incorrectamente, que la doctrina de
Grocio apenas si se diferencia de los neoescolásticos españoles del siglo XVI. Lo que realmente consiguió,
fue separar la ley natural de sus bases teológica y cristiana, tal como se comprendía en la Edad Media".
FRIEDRICH. Car! J., Filosofía del Derecho, Fondo de Cultura Económica, (Colee, Breviarios; 179), Trad.
Margarita Álvarez Franco, Octava reimpresión, México, 2004, pág. 101.
349
"La noción de unos derechos subjetivos innatos, como la de derecho subjetivo mismo, fue extraña al
derecho romano y al medieval y al Iusnaturalismo clásico; asimismo pues, fue un invento del derecho
moderno", GUZMAN BRITO, Alejandro, El Derecho Privado Constiwcional de Chile, óp., cit., pág. 138.
350
"Cuando ellos están en el texto constitucional, asumen una función especial, distinta de otros derechos
«meramente constitucionales», en cuanto a partir de los derechos fundamentales en sentido material se puede
llegar a construir una teoría de limites implícitos al poder constituyente derivado", ALDUNATE, Eduardo,
Derechos Fundamentales, óp. cit., pág. 49.

110
11 1

del liberalismo] y aquellas sostenidas por e l mismo Guzmán al interior del Gobierno
Militar.

Es posible situar aquí una importante base para rastrear la armonía entre los sistemas
económico y político defendidos por Guzmán, visión que claramente se opone a las
interpretaciones que en este punto se han hecho en época reciente por alguno de sus críticos
más pertinaces, especialmente Cristi. De cualquier forma este punto será analizado en su
aspecto económico con mayor detención más adelante.

El optar por la primera de las posturas no sitúa en un campo muy interesante, puesto que
ataca una de las cuestiones que a priori se dicen de nuestro texto constitucional, el que
existan doctrinas contrapuestas este discurso, "Es, por lo tanto, inorgánico, escindido, con
aspectos de "sincretismo ideológico". 35 1• Creemos que ello no se ajusta a la realidad y
creemos además que el encontrar evidencias que amparan esta postura puede ayudar a una
comprensión mayor del texto constitucional de 1980.

En efecto, para los críticos de l sistema, la mayor incongruencia que plantea el conjunto
doctrinal de nuestra Constitución, dice relación con la aparente incompatibilidad entre el
liberalismo económico y el autoritarismo político. Ello no es de manera alguna cierto en el
mundo de los hechos como tampoco parece serlo en el orden teorético, por dos órdenes de
argumentaciones a saber: porque entendemos que existe coherencia en el sistema si se le
analiza desde la óptica de la doctrina cristiana en particular el neotomismo español y la
escolástica tardía [fuentes importantes de la doctrina católica tradicional] que consideraba
absolutamente lícito el libre mercado; desde aquella remota época, propugnaban su
imposición (en consonancia con sus doctrinas generales); por otro lado y desde la
perspectiva más reciente del liberalismo económico (o neoliberalismo a secas o
neoliberalismo capitalista), la cuestión se desarrolla en términos si milares.

Veremos que Hayek es bastante explícito en afirmar que no existe ninguna contradicción
lógica o doctrinaria entre ambos aspectos (liberalismo económico y autoritarismo político);
entendemos -con un mínimo de sentido común- que ello no pudo menos que ser visualizado
por Guzmán en su momento. El escenario teórico-económico de los postulados de la

35 1
VERGARA, Pilar, Auge y Caída del Neo/ibera/is1110 en Chile, óp. cit., pág. 55.

11 1
112

Universidad de Chícago, al que tuvo acceso, habrían de llevarle a modificar [en estricto
rigor ajustar] sus posturas iniciales mas cercanas a las encíclicas sociales.

Es posible hablar de libertad en ambos casos, aunque en ténnlnos bastante diversos. Por un
lado una libertad restringida y casi formal en lo político [con participación ciudadana casi
simbólica] y una libertad económica amplia, que de alguna forma contrarresta las carencias
de la primera; misma que no tiene por qué ser emparentada {necesariamente] con el
consumismo y la levedad; considerados relativamente perniciosos, pero tolerados.

8. La Dignidad

El tema de la dignidad es absolutamente relevante, tanto, que se plantea como punto inicial
para el desam:,Uo de todo el sistema de derechos subjetivos. Afinna LEGAZ y
LACAMBRA "hay un derech<> absolutamente fundamental para el lwmbre, base y
condición de todos los demás: el derecho a ser reconocido siempre como persona
353
humana ... ''352, De ahí fluye su dignidad nos dirá BIDART CAMP0S • En el pensamiento
cristiano la persona humana es una imagen de Dios [!mago Der54]. "La dignidad del
hombre como un ser racional y un ser libre recibe su verdadero sentido a través de esta
definición"355 .

En el siglo XVI[ aparece en clara continuidad con el humanismo del siglo XVI en este tema
de la dígnidad humana. la posición del lusnaturalismo racionalista. Estos construyen, en
gran medida. su sistema jurídioo a partir de la idea de dignidad hu.manaj lo que pone de
relieve la vocación de este concepto para constituirse en el núcleo fundante del sistema de
ética pública política. Por medio de éste se articula un poder político a1 servicio del hombre

m LEOAZ y LACAMBRA, Luis, 1,La noclón jurldica de la pctS<»la humana y los derechos del hombre»,
Revista de Estudios. Políticos, XXXV, [1951], pág. 44.
m BIDART CAMPOS, Teoría General de los Derechos Humam:;s, óp., cit., pág. 87.
3-M Gén. l :26•27 .; "La idea de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios lleva no Sólarnente
al concepto de la igualdad del hombre con Dios o aún a la libertad respecto de Dios sino también lleva a la
convicción humanístiea central de que todo hombre lleva en sí mismo a toda la humanidad", FROMM, Erich,
El Humanismo Judío, elaleph.CQm, 1999, pág. 20,
m ROMMEN, H,, El Estado en el Pensamiento Catolico, un tratada defi!osofiap()lftica, óp. cit. pág. 99,

112
113

y de las dimensiones de su condición, y a su través, como ética pública jurídica, el sistema


356
de derecho positivo de una determinada sociedad "

Pufendorf ( 1632-1694) es el primer iusnaturalista que pretende construir (en la línea que
57
inicio Grocio al afirmar que el derecho natural ex.istiria aunque Dios no existiese)3 ;

" . .. una noción del derecho natural basado en la razón. Separa los entia physica de los entia
moralia, que completaban el ser, elementos morales que ayudaban al perfeccionamiento de
la condición humana es decir, al desarrollo de su dignidad. Estos elementos de la condición
humana, que constituyen su dignidad son a la vez fundamento y objeto de la moral, en mi
concepto de la ética pública, sobre todo en e l reconocimiento de la capacidad de la voluntad
para ser libre"358

Es estricto rigor, Tomas no hablaba propiamente de derecho [subjetivo], esta expresión no


está presente en la Summa, no se estaba stricto sensu frente a una facultad que habilitara su
ulterior exigibilidad; en cambio, ya en el siglo XVI podemos vislumbrar claramente con
Suárez (y luego con Hugo Grocio) un sentido más ajustado y técnico del término «derecho»
entendido en términos rnodemos. 359Podríamos decir sin temor a equivocamos que todo el
desarrollo de los derechos fundarnentaJes, especialmente en este periodo que marca sus
orígenes más claramente identificables dentro de la evolución histórica del concepto, la
dignidad humana es el referente que marca los obj etivos de la ética pública y a su vez, en la
dinámica de esta, el contenido de la condición humana a desarrollar" 360.

356
P ECES BARBA, Gregorio, la dignidad de la persona desde la jilosojia del Derecho, Volumen 26 de
Cuaderno "Bartolomé de las Casas". segunda edición, Dykinson, Madrid, 2004, pág. 41
357
Este no es un punto pacifico en absoluto, en efecto, se afim1a que debe "evitar la falacia consistente en
pretender extraer consideraciones axiológicas de la simple observación de la naturaleza. Ya en e l siglo XVIII
denunciaba Hume el error consistente en pasar del campo del «es» al del «debe»" GARCÍA HUIDOBRO,
Joaquín, Razón Práctica y Derecho Natural: (el iusnaturalismo de Tomas de Aquino), Edeval, 1993, págs. 15-
16 y citando a H. Poincaré [Dernieres pensées. Flamarión, París, 1913, 225) "si las premisas de un silogismo
están ambas en indicativo, la conclusión estará igualmente en el indicativo. Para que la conclusión pueda ser
puesta en el imperativo, seria necesario que una de las premisas, al menos estuviera en imperativo Cfr.
KELSEN «Justicia y Derecho natural», en AA.VV.. C ritica del derecho Natural, Taurus, Madrid, 1966,
103.''Del hecho de que los peces g randes se comen a los pequeños, no es posible deducir que su conducta es
buena o mala. Ningún razonamiento lógico pennite pasar de lo que "es" a lo que " debe ser", de la realidad
natural al valor moral y jurídico".
8
JS lbidem.
3 9
s GARCiA HU IDOBRO, Joaquín, ibídem, pág. 228. Dice Suarez que "según el( ... ) más estricto significado
de " derecho", con toda propiedad suele llamarse derecho al poder moral que cada uno tiene sobre lo suyo o
sobre lo que se le debe" (F. Suarez, Tratado de las Leyes y de Dios legislador, Instituto de Estudios Políticos,
Madrid, 1967, 1, 11, 5, 1). García, pág. 228.
360
Ibídem.

113
114

Con estos rasgos afinna PUFENDORF que la palabra "hombre $Upone en el lenguaje
ordinario una idea de grandeza, de dignidad ... '', La ética pública se justifica porque el
hombre es digno y tiene como objetivo desarrol1ar su dígnidad361 • Estas son ciertamente
ideas muy relevantes en esa época y su proyección hacia la actualidad~ innegable.
Parafraseando a Grocío podríamos decir que aun cuando los iusnatmalistas racionalistas no
hubíeran fijado socialmente el concepto y lo hubieran catapultado universalmente, de todas
maneras. esta era una cuestión que debía hacerse. El hombre moderno es inentendible sin
estos presupuestos.

En todo caso según HÜBNER, la plena concepción de estas prerrogativas fundamentales


del hombre, aunque no plenamente desarrolladas, emergen a la vida política algunas
décadas después de publicado el Leviatán, de la llamada Escuela Clásica o Racionalista del
Derecho Natural. Esta constituye una variante que se aparta del iusnaturalismo católico
tradícíonal cuyas características principa1es son la prescindencia de una fundamentación
teológica directa de sus planteamientos, que se basan en la sola razón en la tesis de un
estado de naturaleza diferente al postulado por Hobbes, que sería anterior (dialéctica y
racionalmente) a la sociedad.

Nace Ja sociedad por un pacto o contrato social que configura una sociedad libertaria, que
salvaguarda los derechos naturales e innatos del hombre, como los de igualdad, libertad y
propiedad362 . Sus más connotados representantes son, como hemos comentado, Hugo
Grocío~ Samuel Pufendorf, Jean~Jacques Burlamaqui y especialmente John Locke.

El texto original de la CPRCH posterionnente es cambiado utilizando la expresión "Las


personas nacen libres .. .'\ cuestión bastante lnjustíficada y que obedece según GUZMÁN
BRITO a estar movidos por modernas ideologías sexuales y sexistas 363 , que por lo demás
tíene su refutación en el artículo l º de la Declaración Americana de Derechos Humanos
que utiliza la expresión «Hombres»; sin embargo quizás eHo pueda interpretarse como una
extensión del vocablo para considerar también a las personas jurídicas y de otro tipo. pero

y¡¡ Ibídem, p:ig, 42.


l61 HÜBNER GALLO, Jorge [ván, l.os Derechos Humanos, Historia. Fimdamentos, Efectividad, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1994, pág. 38.
;<1;) GUZMÁN BRITO, Alejandro, EJ Derecho Constitucional Civil, pág. 191.

114
115

concuerdo con Guzmán con que ello habría podido hacerse igualmente con el texto
original.

SILVA BASCUÑÁN afirma con corrección que desde el año 1857, época en que rige
nuestro Código Civil es claro que la afimrnción debe entenderse hecha hacia ambos sexos,
pues según dispone el artículo 25 «Las palabras hombre, persona, niño, adulto y otra
semejantes que en un sentido general se aplican a individuos de la especie humana, se
entenderán comprender ambos sexos en las disposiciones de las leyes, a menos que por la
naturaleza de la disposición se limiten manifiestamente a uno solo». 36.¡Además expresa que
todas las normas del artículo 19 se aplican plenamente a las persona naturales, "a las
personas jurídicas, entre tanto, solo le son aplicables aquellas vinculadas, según su
naturaleza, a los objetivos comprendidos en su respectivo estatuto jurídico y a los medios o
instrumentos consagrados al servicio de sus finalidades específicas"365 .

La influencia de la iglesia que siempre ha sido importante en el aspecto político en nuestro


país, se hace sentir a lo largo del texto y este es ya un significativo punto de partida. La
366
dignidad de la persona y la defensa de la familia son importantes posturas de la iglesia
católica que han condicionado las decisiones políticas durante la vigencia de la
Constitución; actuación que ha impedido el avance en temas sensibles para otras corrientes
doctrinarias distintas, como el tema del aborto y el reconocimiento de alternativas
familiares no tradicionales. Emparentado con este tema están las garantías constitucionales
contenidas en el Nº 3 del artículo 19 de la constitución, que habla sobre el derecho a la
vida y la protección del que está por nacer. Según algunos, este tema fonna parte del
denominado "bloque de constitucionalidad de los derechos fundamentales"367 y
consecuente con este pensamiento se expresa que el artículo 5° inciso 2° de la CPRCH,
constituye un límite a la soberanía; además estos derechos por regla general tienen una

J6-I SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Tratado de Derecho Cons1i111cional, tomo XI, De los Derechos y
Deberes Constitucionales, Editorial Jurídica de Chile, Segunda Edición, 2006, Santiago de Chile, pág. 29.
[«Las palabras hombre. persona. nii10. adulto y otras semejantes que en su sentido general se aplican a
individuos de la especie humana, sin distinción de sexo, se entenderán comprender ambos sexos en las
disposiciones de las leyes, a menos que por la naturaleza de la disposición o el contexto se limiten
manifiestamente a uno solo», Código Civil, articulo 25].
365
Ibídem, pág. 32.
366
Esta es una cuestión antigua ya referida por Aristóteles en su Política, Libro 1, capítulo 1; Vid. Constitución
Ua11di11111 er Spes, Parte 11, cap. 1 Matrimonio y familia Nº 47.
367
NOGUElRA ALCALÁ, Humberto, El Derecho a la Vida, Librotecnia, Santiago de Chile, 2007, pág. 9.

115
116

"fuerte nonnología en la Constitución o en los tratados internacionales de derechos


humanos pero en otras ocasiones son derechos implícitos como los ha reconocido la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional o son atributos o facultades contenidos en
normas de ius cogens o de derecho consuetudinario intemacional"368 .

Una de las curiosidades del Derecho a la Vida, con toda la centralidad que él implica, es
que en la CENC Jaime Guzmán manifestó sus dudas respecto a la conveniencia de
incorporar en el texto constitucional este derecho; dicha opinión fue refutada por Silva
Bascuñán y por Evans de la Cuadra, quienes finalmente logran un cambio de opinión en
Guzmán369• Respecto de este punto NOGUEIRA ALCALÁ es muy claro en el sentido de
afirmar que el ordenamiento jurídico no puede limitarse a reducir la vida a la mera
subsistencia biológica, sino que debe propender a un "vivir en condiciones de dignidad
humana, la vida biológica es el sustrato de la vida digna, de modo que la vida humana debe
ser vivida bajo el presupuesto de dignidad personal"370. Y agrega con contundencia "la vida
humana es un valor objetivo y un fin en sí misma. La vida del ser humano está dotada de
dignidad humana, lo que le hace portador de derechos objetivamente tales, con
independencia de la estimativa subjetiva de los demás, los cuales son irrenunciables,
inalienables e imperceptibles"371 •

Un tema relacionado directamente con aquel, se encuentra en la protección que da el texto


constitucional de la «vida del que está por nacer». Este tema se incluye a proposición del
profesor Evans en el sentido de incorporar en el inciso 2º del número 1° del art. 19 el
mismo precepto con que comienza el artículo 75 del código Civil: "La ley protege la vida
del que está por nacer" (sesión 87, pág. 14)3 72• Silva Bascuñán en este punto expresa: "es
un avance del constítuyente establecer no sólo el precepto de protección del derecho a la
vida, sino también la protección de la vida del que está por nacer, porque eso será un buen

368
Ibídem. pág. I O.
369
"el señor Guzmán desea dejar constancia que después de oír a los señores Silva Bascuñán y Evans, las
dudas que tenía sobre este particular se han disipado, motivo por el cual anuncia que votara favorablemente la
idea de contemplar este derecho en el texto constitucional", Cfr. SIL VA BASCUÑAN, Alejandro, Tratado de
Derecho Constitucional tomo XI, óp. cit. pág. 50-51.
370
Ibídem, pág. 13.
371
Ibídem.
372
SILVA BASCUÑAN, Alejandro, Tratado de Derecho Constihlciona/ tomo XI, óp. cit., pág. 69.

116
117

argumento para que el legislador no abra la posibilidad a la «legalización excesiva» del


aborto" 373 .

Esta actitud amplia si se quiere, fue tomada con la oposición de Guzmán quien «deplora el
desenlace del debate» dado que para él, se requería una posición clara y definida en esta
materia «para él, si se consagra el derecho a la vida, sebe seguirse en forma muy necesaria
con la prohibición del aborto y la eutanasia» 374• Es posible que esta discusión haya sido
permeada por el ambiente mundano en que habitaba la ciudadanía en los setentas, en la
liberación de la mujer y la popularidad de los métodos anticonceptivos, ambiente que
ciertamente influía en todos; salvo en Guzmán, que en este caso puntual no más papista que
375
el papa . Es curioso como una norma puede sufri r una involución impensada merced de
una rigidización de las posturas eclesiales 376•

Esta visión naturalmente mueve a centrar la vista en el tema de inicio de la existencia


humana, cuestión de enorme trascendencia social y política, que pone a los diferentes
actores en posiciones muy distintas y enfrentadas. La vida humana existe desde que se
produce la concepción, cuestión que es motivo de debate en el cual no entraremos, por
exceder los lím ites de este trabajo; la ley por su parte y los tratados internacionales
aseguran el derecho a la vida "por regla general, desde la concepción". 377

El mismo Guzmán se percató en esos momento de la centralidad que implicaba la


definición respecto del inicio de la vida humana378, dado que, una vez que se estableciera

373
Ibídem.
374
SIL VA BASCUÑAN, ibídem, pág. 70.
375
Silva Bascuñán expresa en este punto una importante modificación de s u criterio "Es importante anotar
que el debate realizado en 1974 en la Comisión Ortúzar ( ...] no disponía de esclarecimiento que vendría a
contenerse en la profunda encíclica de S.S. Juan Pablo 11, Evangelium Vitae, de 25 de marzo de 1995,
documento luminosos sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana[. . .) En su Nº 60 el documento
pontificio expresa [ ... )desde el momento en que el ovulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es
la del padre ni de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo". Ibidem, pág. 7 1.
376
Desde el 1 1 de marzo de 1981 y hasta el año l 989 (ya vigente el texto constitucional), el Código Sanitario
establecía en su artículo 119 que r<solo con fines terapéuticos se podrá interrumpir un embarazo» lo que
constituía una legitimación del abo110 terapéutico. Esta disposición fue derogada por la ley Nº 18.626
publicada en el diario Oficial del 15 de septiembre de 1989 cuando el régimen militar daba sus últimos
suspiros.
377
"'Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho está protegido por ley y, '"en general
a partir del momento de la concepción". Convención Americana de Derechos Humanos, articulo 4°, párrafo
1º.
n i•·El problema, a juicio del sci1or Guzmán, c:;t(1 en un solo factor: el dctcm1inar cuándo empieza el ser a
existir. Pero estima que éste es un problema que no es religioso. Es un problema natural", Sesión 89, 14 de

11 7
118

comenzaba con 1a concepción, quedaría de hecho vedado el camino hacia figuras abortivas
de cualquiera especie. No puede pretenderse que esta argumentación minoritaria expuesta
por Guzmán dentro de la CENC no fuera oída o entendida por los demás comisionados que
votaron en contrario; sin embargo los fallos del Tribunal Constitucional. creen legitimo
argumentar en contrario.

El texto del inciso 2º del articulo primero expresa claramente «La familia es el núcleo
fundamental de la sociedad», lo que sitúa una importante cuestión en el tema de debate.
Según lo que afirma SOTO KLOSS. esta disposición [su inclusión en el texto político]
obedece a una circunstancia histórica bastante específica; esto es, el impulso del
neoconsütucionalismo que emerge luego de los cruentos acontecimientos de la Segunda
Guerra Mundiai, oon un marcado acento iusnaturalista, "dada la barbarie que mostrara el
régimen socialista nacionalista alemán (1933/45), incluirá una expresa referencia a ta
familia. siendo la primera de ella la contenida en la Constitución italiana (1947) seguida
9
poco tiempo después, por la de la República Federal Alemana (1949)"" •

No es esta !a única disposición que menciona a la Familia en la concepción iusnaturalista;


desde luego que el mismo artículo primero en su inciso final expresa «es deber del estado
[. ..] dar protección a la familia {. .. ] y propender al fortalecimiento de esta». El ahora
derogado artícolo 8° se establecía que era ilícito y contrario al ordenamiento instítucionai
de la República «todo acto de personas o grupos detemtinados destinados a propagar
doctrinas que atenten contra la família». El capitulo Ill [De los Derechos y Deberes
Constitucionales], expresa que la Constitución asegura a todas las personas Ne- 4 «El
respeto y protección a la vida privada y pública y a la honra de la persona y de su
familim;, Hay otras disposiciones que tocan a la familía en forma indirecta como el artículo
19 Nº JO, inciso 3º o 19 Nr.i 11 inciso 4°.

Esta concepción emerge en la Nueva Institucionalidad ya en sus textos básicos; Los ya


mencionados Memorándum «Metas u objetivos fandamemales para la Nueva Constitución
política de la Republica» (26 de noviembre de 1973) como en la «Declaración de

noviembre de 1974, EVANS DE LA CUADRA, Enrique, Los Derechos Cons1í111<:ionales, Editorial Jurídica
de Chite, Tercera Edición actualizada. Santiago de Chile, 2004, tomo l, pág. l $8.
m SOTO KLOSS, Eduardo, <\La Familia en ta Constitución Políticim, Revista Chilena de Derecho, vol. 21 Nº
z. pp.217-225 [t994J.
118
119

Principios del Gobierno de Chile» [capítulo III, párrafo 9]. Estas alusiones tendrán una
concreción más específica en el Acta Constitucional Nº 2 [considerando 4° inciso 2° letra
a)] «Dentro de esta concepción, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y es
deber del Estado protegerla y propender a su fortalecimiento».

En el trabajo de la CENC este tema se tocó en la sesión 191. En lo medular resalta la


opinión de Jaime Guzmán quien indica: "La defensa de la integridad de la familia es un
deber básico para todos los miembros de la comunidad nacional". El comisionado señor
Ortúzar, recogiendo la idea expuesta por Silva Bascuñán, que al respecto afama "la familia
es la célula fundamental de la sociedad y el Estado la protegerá y propenderá al
fortalecimiento de su unidad", redacta la disposición atingente en los siguientes términos:
«La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. El estado la protegerá y propenderá a
su fortalecimiento», que es finalmente aprobado.

Al analizar esta normativa como asimismo la discusión que la originó, SOTO KLOSS
concluye que "es forzoso deducir del cúmulo de antecedentes de la Constitución y de su
formulación referente a la familia, es que toda la estructura institucional se inspira y
descansa en la concepción humanista-cristina del hombre y de la sociedac/"380. Coherente
con una concepción como lo que venimos exponiendo la conclusión quinta del trabajo
resulta particulannente polémica al afirmar "la familia es una comunidad de padres e hijos
fundamentada en el matrimonio; es decir, comunidad de padre y madre/hombre y muj er, e
hijos basada en el matrimonio"381 •

Resulta polémica porque da una solución a priori a cuestiones que requieren una discusión
consensuada y que se ha tomado de particular actualidad. Ya veremos que el Tribunal
Constitucional ha tomado en serio estos temas "valóricos"382 alzando a una jerarquía
constitucional algunos que no tenían tal status en el texto original; de forma tal, que no solo
se han convertido en una cortapisa para cualquier intento de caminar en sentido contrario,
sino que se fuerza a una reforma constitucional en el caso de que se pretenda ampliar el
concepto de fami lia más allá de la matrimonial [cuestión ya legitimada por numerosa

380
SOTO KLOSS, Eduardo, Ibídem.
381
Ibídem.
382
Véase la solución en los denominados casos píldora I y JI.

119
120

nonnativa famfüar], En cuanto a temas más polémicos v. gr. El caso de matrimonios entre
personas del mfamo sexo, el camino es todavía más arduo.

9, El Bien Común

Uno de los conceptos claves de la Constitución de l 980 es su concepción acerca del Bien
Común, Sabemos que se trata de un tema de antigua data que había sido desarrollado en la
antigüedad ya por Aristóteles y posteriormente con mayor rigor por Santo Tomas de
Aquino en la Edad Media. aunque en ambos casos bajo la denomlnacíón de «bien de la
multitud». Esta doctrina es sustentada por filósofos cristianos antiguos y modemos383 ; y es
tambíén afinnada oficialmente por la doctrina de Ja Iglesia en cuestiones políticas3&4.

El Bien Común es el fin de la sociedad política y también el primer analogado entre los
bienes comunes naturales, es decir, como e1 principal entre los bienes de las demás
sociedades385• Aristóteles al eomenzar su <<Política>> abre una explicación ya clásica que es
retomada más adelante por ei pensamiento Católico:

"Es claro, por tanto, que todas las asociaciones tienden a un bien de cierta especie, y que ei
más importante de todos los bienes debe ser el objeto de la más importante de las
asociaciones, de aquella que encierra todas las demás, y a 1a cual se llama precisamente
estado y asociación po]ítica"386•

La concepción de Santo Tomas se plantea a propósito de las leyes donde expone su clásica
definición de ser «una ordenación de la razón al bien común, promulgada por quien tiene
el cuidado de la comunidad» 387• Aquí el bien común es el fin de la ley; estas deben ser
comwles o genera1es. Para Santo Tomás. Dios que es el principio de todas las cosas, es
también su fin último. El fin es el bien, y ~todas las cosas conforme a sus diversos grados

;u "Dentro de estos últimos cabe destacar a Jacques Maritain, Jean Ladriére y Johannes Messoer",
NOGU6lRA, H. y Cumplido, F. Instituciones Polftícas y Teoría Constitucion(ll. Tomo l, pág. 165.
m "Entre ellas cabe destacar las encíclicas Mater et Magistra ( 1.5 de mayo de 1961 ), Pacem in Terris ( 11 de
abril de 1963). Populorum Progressio (26 de mayo de 1967) y la Exhortación apostólíca del Papa Pablo VI ai
Cardenal Mauricio Roy (14 de mayo de 1971)", Ibídem, pág, 166,
m WIDOW, Juan Antonio, El Hombre Animal Politice, El orden sDCial: principios e ideologías. Academia
Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago, Santiago de Chile, 1984, pág. 9I.
JM ARISTÓTELES, Politíca, I, 1, Mestas Ediciones, Trad. Patricio Azcarate, Madrid, 2004 .
.m DE AQUINO, Tomás, Suma Teológica 1~11, q. 90, a,4 in e, fBAC, Madrid, 1993, pág. 708].

120
121

de bondad, están ordenadas unas a otras (así es como todo se ordena hacia el hombre, como
fin intermedio), pero todas están finalmente ordenadas a Dios"388.

Maritain, por su parte, siguiendo la doctrina de Aristóteles y Santo Tomás entiende el Bien
Común como "la conveniente vida humana de la multitud, de personas, su comunidad en el
buen vivir. Es pues, común al todo y a las partes, sobre las cuales se difunde y que con el
389
deben beneficiarse" .Es decir, según esta concepción la persona no es solo miembro sino
también parte de la sociedad como w1 todo más grande. MARITAfN aclara este punto "La
sociedad de que es miembro el ser humano no es una sociedad de puras personas, sino w1a
390
sociedad de personas que son también individuos" ; y en consecuencia, prosigue este
autor:

" ... el bien común de la ciudad temporal estará, por un lado, esencialmente subordinado a los bienes
intemporales, a los bienes supratemporales de la persona humana considerada como persona, como
dotada de una subsistencia espiritual y llamada a un destino superior al tiempo [ ... ] y de otro lado
391
[ ... ]como parte, está subordinado al bien del todo, pues éste, como tal, es superior a aquel" •

Concordante con lo ya expuesto, ha sido precisamente la iglesia Católica y el Papa León


XTII quienes empezaron a utilizar de una manera habitual el término «bien común», en
clara consonancia con la tradición aristotélico-tomista.

En sus primeras encíclicas como la Diuturnum 1//ud de I 88 1, razona el Papa sobre la


392
necesidad y conveniencia del poder "como exigencia del bien común" . En la encíclica
lnmortale Dei de 1885, une la idea aristotélica de la «perfecta suficiencia de la vida», como
fin providencial de la sociabilidad humana, con la idea tomista del «bien comúm> como
causa final del impulso del poder. En Au milieu des solicitudes, dirá que «es la razón de ser

388
TEJ EDOR CAMPOMANES, Cesar, Historia de la Filosofia, en su marco c11/t11ral, óp. cit., pág. 147. (<El
bien particular se ordena al bien común como a su fin [ ... ] Y el sumo bien, que es Dios es el bien común
(bon11m com1111111e), puesto que de él depende el bien de todos; y el bien que hace buena a una cosa es de un
bien particular de la misma y de los que le están subordinados. Luego todas las cosas están ordenadas, como a
su fin , a un solo bien, que es Dios» (Contra Gentiles, JII, 17) Ibídem, pág. 148.
389
MARITACN, Jacques, La Persona y el Bien común, Editorial Club de Lectores, Buenos Aires, 1968, pág.
57.
390
MARITA[N, Jacques, Para unafllosofia de la persona humana, Club de Lectores, traductores Abelardo
González, Rodolfo Martínez, Rafael Prividal y Antonio Vallejo, Buenos Aires 1984, págs. 172-1 73.
391
Ibídem, pág. 174. «Con esto comprendemos que el fin propio de la sociedad civil no consiste solamente en
garantizar el respeto a las libertades individuales y a los derechos de cada uno, y asegurar el bien material:
debe asimismo procurar el bien verdaderamente hun1ano de la sociedad, que es de orden moral». Ibídem, pág.
195.
392
SANC H EZ AG ESTA, Luis, Los Principios Cristianos del Orden Político, óp. cit., pág. 180.

121
122

de la autoridad social», «la primera y última ley de la sociedad humana» 393 . En Rerum
Novarum funda en el bien común el derecho y deber de intervención del Estado en el orden
económieo, cifrándolo en la justicia, la virtud, la suficiencia y prosperidad de bienes
materiales. Finalmente en la Carta Permoti Nos, que dirige a los prelados belgas hace una
descripción ponnenorizada de su contenido394•

Pio XI en Divini 11/ius Magistri, luego de definir el bien común, hace una expresa
limitación de la labor del estado, que aunque debe garantizar y promover «no es, en modo
alguno función del poder político absorber a la familia y al individuo o subrogarse en su
lugarn se caracteriza al bien común como una conjunción de tranquilidad y seguridad en el
orden de los derechos individuales y familiares promovida «por la concorde colaboración
de todos los ciudadanos»395 •

A propósito de la situación del Reich Alemán por un lado y por otro al condenar los errores
del comunismo ateo "acentúa el valor de lo personal, como equilibrio de las facultades
individuales y sociales del hombre, subraya el valor humano de los bienes comprendidos en
el bien común, frente a las deviaciones del totalitarismo. Hasta los valores que solo pueden
396
ser realizados por la sociedad dice el pontífice- tiene como fin último el hombre" •

En Divini Redemptoris se agrega un nuevo elemento que es una condición más del bien
común: la justicia, '"no se puede entender suficientemente a la constitución equilibrada del
organismo social y al bien de toda la sociedad si no se da a cada parte y a cada miembro, es
decir, a todos los hombres dotados de dignidad de persona, todos los medios que necesitan
para cumplir su función social particular[ ... ] la dignidad de la persona como módulo de la
397
justicia se define como contenido central del bien común" •

Pio XII confirma esta doctrina en Sumí Pontificatus, indicando que el poder político ha sido
establecido por Dios «para facilitar a la persona humana, en esta vida presente, la

393
Ibídem, pág., 181.
394
"que la religión sea honrada ... que la nación se halle a salvo de sediciones y goce de tranquilidad, por la
conciliación, al modo cristiano, de la autoridad pública con la libertad de los individuos [ ... ] y que en la
sociedad humana, no obstante la diferencia de clases, haya una cierta igualdad, mediante la amistosa
colaboración". Ibídem.
395
Ibídem. pág. 182.
396
Ibídem, pág. 183.
397
Ibídem, pág. 184.

122
123

consecución de la perfección fisica, intelectual y moral y para ayudar a los ciudadanos a


conseguir el fin sobrenatural que constituye su destino supremo» finalmente en el mensaje
de navidad de 1942, el Papa ratifica que el bien común exige del Estado la realización de
«aquellas condiciones externas que son necesarias al conj unto de los ciudadanos para el
desarro llo de sus cualidades y de sus oficios, de su vida material, in telectual y
re ligiosa ... »[ ... ] para el «desarrollo de los valores personales del hombre como imagen de
Dios»398 .

Aquí encontramos, según Sánchez Agesta, dos órdenes de ideas la primera que se relaciona
con el desarrollo de los valores personales del hombre como imagen de Dios y el segundo
referido a los medios por los que dicho fin ha de realizarse. Aquí está la función del estado,
que es quien debe proporcionar los medios o modo en que este debe proponérselos,
estableciendo las condiciones externas para posibilitar que la actividad individual del
hombre pueda entrar en j uego.

Luego Pío Xll subraya que "el cuidado de este bien común «no lleva consigo un poder tan
extenso sobre los mi embros de la comunidad, que en virtud de él sea permitido a la
autoridad pública disminuir el desenvolvimiento de la acción individual [ ... ] o quitar su
eficacia al derecho natural de uso de los bienes materiales». Todas estas determinaciones
apuntan claramente a configurar esta acción del poder del Estado de acuerdo con el
399
principio de subsidiariedad ... " .

Juan XXIII, en tanto, actualiza estos conceptos a la hora de delimitar la acción del poder del
Estado en el ámbito económico. En Mater et Magistra expone un nuevo concepto del bien
común, que a pesar de que no modifica ninguna idea central del concepto que venían
elaborando sus predecesores, según Sánchez Agesta " le da una elegante y sintética
simplicidad',4oo al definirá como «el conjunto de las condiciones sociales que permiten y
favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su persona (summam complectitur
earum vitae sociales consitionum. quibus homines suam ipsorum pe,fectionem possint
plenius atque expeditius consequi)».

398
Ibídem, pág. 185.
m Ibídem, pág. 187.
00
• Ibídem.

l23
124

"La idea del bien comtin centrada en la perfección del hombre, pero realizada mediante las
condiciones sociales que permiten y favorecen ese bien común, queda netamente fijada en este
breve concepto que precisa al mismo tiempo el sentido mediador del bien común y el fin que esos
medio orientán".4ó1

En nuestro sistema, como decíamos, la concepción del Bien Común y su incorporación en


el texto politico es un hito importante de la Nueva Institucíonalidad, inspirada en la
Doctrina Cristiana. La CENC conceptualíza en sentido similar a la Constitución Apostólica
Gaudíum et Spes del Concilio Vaticano Il; efe<:tívamente, dicha normativa expresa «que se
trata del conjunto de condiciones sociales, que permiten a todos y cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayo realización material y espíritual posible. He
aquí el carácter bifronte del bien común. es decir, su dimensión dualista) que lo distingue
por igual del individualismo y del colectivismo, pues existe el bien común en cuanto se
refiere a cada miembro de la sociedad y, a la vez, el bien común de la sociedad nacional o
civil en su globalidad o conjlffito~ sin que la consecución del primero se oponga a la del
segundo, ni la de éste a la del primeron402,

La participación preeminente de Guzmán en este tema es puntualizada por CEA EGAÑA,


quien se refiere a ella en los siguientes términ~ "'Consta en las actas oficiaies de la
Comisión de Estudio 1a opinión del Sr. Jaime Guzmán. quien definió y trazó los alcances
de) bien común. Útil es, por ende, recordar su pensamiento en cuanto antecedente que
contribuye a establecer el significado de ese concepto, como finalidad o meta del Estado y
la sociedad Civil en la Carta fundamental" 4º3•

'*El estado [,,.] no tiene sino Wla finalidad que es la de promover el bien común [ ... ] existe
consenso en 1a Comisión en el concepto de bien común, cuyas definiciones pueden ser muchas,
pero cuyo sentido fundamental es el de 1a creación de un conjunto de condiciones que 1e permitan a
todos y a cada WlO de los miembros que componen la comunidad nacional acercarse, en la medida
de lo posible, a su pleno desarrollo personal [este concepto] desvirtúa la concepción que ve en el
bien común una simple suma de bienes individuales o e1 bien de un todo colectivo, en el cual la
persona humana queda disuelta o absorbida enteramente como parte del todo, sin c¡ue tenga ningUJ'l
ser independiente de ese todo [... J para lograr configurar ese orden, ese modo ad~uado de relación,
es necesario respetar los derechos naturales, inalienables y fW1damentales de la persona humana,

401 Matcr ltl ,t1agistra, BAC, 11, 65, lbidem, pág. 188.
"°2 CEA EGAÑA, J()Se Luis, Derecho Constitucíonal ChileM, tomo í, pág. 183.
03
~ ibidem, pág. I8L

124
125

porque no se puede concebir que un orden los vulnere [... ] el estado tiene el deber de procurar el
bien de todos, lo cual excluye la concepción de un Estado al servicio de un sector determinado',.¡().!.

"El problema de las [limitaciones de las] posibilidades existentes cree que ha estado de tal manera
olvidado en las críticas que se hacen al derecho, que le parece oportuno destacarlo e incorporarlo al
texto constitucional, para que quede muy en claro, desde el comienzo, que este concepto no pierde
validez por la circunstancia de que en un momento dado las posibilidades existentes no penniten su
plenitud ya que nunca la van a permitir por la condición imperfecta de la naturaleza humana',-1os_

En la CENC la noción de bien común se discute fundamentalmente en las sesiones 40 y 45.


En ellas Guzmán trata primordialmente de alejarse de concepciones del bien común
distintas de las que se deseaba implantar, me refiero por cierto a las concepciones liberales
y socialistas, dándole un aspecto distintivo que es precisamente un mayor énfasis en la
espiritualidad de la persona. Esto último ya se ha dicho con holgura, uno de los aspectos
sustanciales de la doctrina cristiana.

Como afirma A LO UNATE, Guzmán expresaba su conformidad con la idea de fijar la


misión del Estado, cuya finalidad era promover el bien común y además era partidario de
integrar una definición que explicitara que su sentido fundamental era la creación de un
conjunto de condiciones que le permitan a todos y a cada uno de los miembros que
compone la comunidad nacional, acercarse en la máxima medida posible a su pleno
406
desarrollo personai . En definitiva, la proposición de Guzmán para los incisos II y UI del
artículo l O es la siguiente:

" La misión del Estado es promover el bien común, atendido como el conjunto de condiciones
sociales que permita a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional, lograr su
plena realización espiritual y material, dentro de las posibilidades existentes. Para alcanzar lo
anterior, el Estado asegura el respeto y protección eficaz a los derechos inalienables que arrancan de
la naturaleza humana; reconoce la existencia y ampara la formación y el desarrollo de las
sociedades intermedias legítimas entre el hombre y el Estado, garantizándoles una adecuada
autonomía; y favorece la participación individual y social en los diversos campos de la vida del
país"-1º7 •

04
-1 ACTAS OFIC IALES DE LA COM ISION DE ESTUDIO, sesión 40° (14 de mayo de 1974), pp. 19-20
(énfasis agregado) CEA EGAÑA, José Luis, pág. 182.
405
ACTAS OFICIALES, sesión 45º ( 13 dejunio de 1974) pág. 8 .
.io6 /\LDUNATE, Eduardo, D erechos F1111da111enta/es, óp. cit. pág. 3 12 .
.io7 ACTAS OFIC IALES, SESIÓN 45º , pág. 20.

125
126

Esta concepción inicial con algunas modtficaciones, que dirán relación con incotporar las
ideas de libertad y dignidad, es redactada por el mismo Guzmán, La versión finalmente
aprobada, con los votos en contra de Evans de la Cuadra y Ovalle fue la siguiente:

"La acción del Estado debe promover el bien común, creando las condiciones socia1es que permitan
a todos y á cada uno de los integrantes de la comunidad nacional alcanzar su mayor realización
personal posible, espiritual y material, con pleno respeto a la libertad y dignidad del ser humano"..ws

En el Consejo de Estado {sesión 5&), se discutió acerca de la conveniencia de mantener el


precepto. Tanto Juvenal Hernández como don Jorge Alessandri son de la opinión de
suprimirlo, atendido que, como dijo este último se está tratando de convertir en
obligaciones del Estado «una serie de cosas que no se van a poder cumplir», por ello se
acuerda suprimir el precepto. con los votos en contra de los señores Ortúzar y Colorna409•

Por último. la Junta de Gobierno, al hacer revisíón del anteproyecto presentado por el
Consejo de Estado, hízo retornar el texto excluido por este y que decía relación con el bien
común, aunque da una redacción un tanto diferente al que había propuesto la Comisión
Ortúzar.

El texto final queda redactado entonces de la siguiente fonna: Art. 1ª inciso 4° CPRCH:

«El estado está al servicie, de la pers0na humana y su finalidad es promover el bien común, para lo
cual debe comribuir a crear las condiciones sociales que permitan a todos y cada uno de los
integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible con pleno
respeto a los derechos y garantías que esta constitución establece».

El derrotero que procede a la gestación de esta norma, según SILVA BASCUÑAN, "Pone
de manifiesto que en lo sustancial se inspiró y procuró ajustarse a las definíciones que se
leen en los documentos emanados del magisterio eclesiástico'.4 10•

<>ls ACTAS OflCIALES, sesión 47º, pp.2


•M SILVA BASCUÑÁN, Alejandro, Trmado de Derecho Constituciom;;/, tomo IV, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, 1997, pág. 67,
410
"Pacem in Tenis, reiterando a Mater et Magistra reeuerda que ésta estableció que «el bien común abarca
todo un conjunto de condiciones sociales que permiten a los ciudadanos el des.arrollo expedito y pleno de su
propia perfección>) (N*58). La constitución apostólica Gaudium et Spes explica que se refiere al conjunto de
tales condiciones con las cua1es ,dos hombres las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor
plenitud y facilidad su propia perfección>) (N" 74). Ibídem, pág. 68.

126
127

Hemos querido, al exponer este punto en la presente forma, resaltar una cuestión que nos
parece central respecto de la figura de Guzmán (que entendemos incomprendida aún en
aspectos tan claramente sensibles como este). En una entrevista traída a colación por
MONCADA, revela su real postura y explica la naturaleza de su influencia en este aciago
periodo de nuestra historia. El Jurista expresaba en aquella época, «Nunca me he sentido en
una carrera política. Mi vocación es el apostolado cristiano»411 . Si hemos de juzgar la
sinceridad de estas palabras a la luz de sus opiniones vertidas y ratificadas tanto en el texto
de la Constitución cuanto en su vida pública, constataremos que ella se ajusta plenamente
41 2
con la realidad .

E l constituyente optó por rigidizar principios tradicionales. Una suerte de integrismo que
les lleva a dejar al margen del juego político cualquier discusión tendiente a modificarlos o
4 13
sustituirlos ; ello se hace posible atendida la particular estructura de nuestro cuerpo
constitucional. Temas complejos como el denominado Píldora del día Después, han sido
414
absorbidos por esta estructura •

En el mismo orden de ideas el texto constitucional expresa en el inciso tercero que «el
estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común».
La fuente de esta disposición la encontramos en la Doctrina Social de la Iglesia
especialmente en Rerum Novarum y en Quadragesimo Anno, lo que confirma la influencia
41 5
eclesiástica en la confección del texto •

En este primer capítulo también existen otros tres aspectos que por su importancia serán
tratados en forma separada, pues casi tangencialmente hacen referencia a doctrinas de gran
relevancia para esa época y que obedecían también a una concepción ideológica que no

rn El Mercurio, noviembre 1989. Citado por Que Pasa. Anuario 1996, Santiago, 1997, p.43; vid.
MONCADA, Belén, óp. cit., pág. 30.
412
"Se puede ser cristiano y preparar su salvación militando no importa en qué régimen político, a condición,
empero, de no ofender la ley natural y la ley de Dios", MARIT AIN, Jacques, Cristianismo y Democracia, óp.
cit., pág. 47.
413 Cfr. SCHMITT. Car!. legalidad y legitimidad. quien expresa: ''suele suceder que un partido, o una

coalición de partidos, aproveche el momento de la promulgación de una constitución (para lo cual basta con
mayoría simple) para vincular a uJteriores mayorías simples a detenninadas disposiciones de tipo jurídico
materia]" (introducción), pág. 13; SCHMITT, Carl, Teoría de la Constilllción, óp. cit., pág., 40.
414
Y no ha podido ser de otra forma dado que estamos en ese caso en particular frente a un método abortivo,
que pretende ser impuesto por secretaría y contra el texto expreso de la constitución.
41 5
No se debe despreciar la influencia de la iglesia en toda esta cuestión, recordemos que ella estaba también
en similares controversia y cuitas a propósito de la doctrina de la teología de la liberación.

l27
128

puede ser dejada en el tintero, me refiero por supuesto a la doctrina de la seguridad


nadonal; al principio de Subsidiariedad y al denominado «orden púbico económico».

En resumen, respecto de esta cuestión es útil resaltar que de muchas posibilidades que
pudiera tener un texto constitucional para establecer sus fines últimos, el elegido por el
nuestro, es la concepción del Bien Común y no cualquiera sino aquella desarrollada por el
pensamiento católico a través de las encíclicas sociales. Los términos uti lizados por la
normativa pontificia es absolutamente concordante con los términos utilizados por la
CENC y no podríamos suponerse que sea coincidencia que se empleen estos términos
específicos y no otros. No es esta una cuestión menor y lo era menos al momento de la
dictación del texto político donde las definiciones respecto de los fines del Estado no eran
en absoluto pacificas como lo son hoy.

Es ciertamente este un concepto clave no solo para Guzmán, quien insistirá en forma
rotunda acerca de la necesidad de explicitar este concepto en la Constitución como norma
específica y no como una definición programática, sino que también para el resto de los
comisionados a fin de evitar que Chile volviera a sum irse en el caos de una ideología
socialista que el papel de las instituciones pudiera confundirse o vaciarse (como según ellos
ocurrió en el Gobierno de la Unidad Popular) por falta de una base doctrinal. Es bastante
obvio para Guzmán y los comisionados que al "establecer claramente qué se entiende por
bien común, el Estado queda definido Ideológicamente, evitando así su posible mal
interpretación, lo que a juicio de Guzmán, era posible con la neutral definición liberal de
Estado',4 16•

10. El Principio de Subsidiariedad

Hemos dicho arriba que otro de los aportes importantes sino vitales de la Doctrina Cristiana
en el pensamiento político occidental ha sido el «Principio de Subsidiariedad» plenamente
incorporado en nuestro sistema, y objeto de creciente interés cada día; ya adelantábamos
con Sánchez Agesta417 que se trata de un verdadero principio de Filosofía Política, que ha

m MONCADA, Belén, Jaime Guzmán. Una democracia collfrarrevolucionaria. El político de 1964 a 1980,
óp. cit., pág. 194.
41 7
Vid supra nota Nº233.
128
129

servido de instrumento eficaz para articular una concepción distinta de funcionamiento del
Estado y de relación de este con los particulares. Este principio había sido puesto en escena
ya a partir de la Encíclica Rerum Novarum [subsidiariedad en sentido positivo} aunque con
una denominación algo distinta; su configuración actual la adquiere en Quadragesimo Anno
[subsidiariedad en sentido negativo/'18 . Según este principio, enseñaba GUZMÁN:

«Ninguna sociedad mayor puede asumir legítimamente e l campo de atribuc iones o de acción de
una sociedad menor, porque las sociedades mayores nacen pare realizar lo que las inferiores no
pueden lograr por sí mismas, y no para absorber a estas últimas. Por tanto e l Estado no puede
invadir e l campo propio d e las autonomías de las sociedades intennedias, ni menos e l de lo que las
419
personas individuales están e n condiciones de llevar a cabo adecuadamente» •

Una definición más actual que considera aspectos relevantes de su utilidad concreta en el
mundo moderno, especialmente a ni vel europeo la entrega Jorge TAPIA para quien, "Se
trata de un principio rector de carácter organizacional y de naturaleza política y jurídica que
se aplica a la distribución de competencias entre e l Estado y los grupos intermedios y que
resuelve en la afirmación esencial de que el Estado no debe intervenir en las actividades
que son de la competencia de los grupos intermedios, a menos que por inexistencia o
deficiencia de la acción de tales grupos y en subsidio de la misma, el Estado deba intervenir
por convenir al interés general y al Bien Común"
42
º.

Ya hemos esbozado concretamente los orígenes de este principio en la Encíclica Rerum


Novarum de León Xllf421 , también dijimos que tal principio fue mal entendido por la
comunidad creyente. En España misma, hasta 1948 se traducía la expresión Subsidiarii
422
Officii por función «superlativa» . Fue Pio X I qujen le dio su contorno más exacto y
acabado..23.Se estaba, según Sánchez Agesta frente a un auténtico principio de filosofía
social, caracterizado como "inamovible e "inmutable"; su vulneración implicaba por tanto,

418
Vid TAPIA, Jorge (2008), pág. 17 1.
419
ROJAS, Gonzalo, Achurra, Marcela y Dussaillant, Patricio (eds.), Derecho Político. Apuntes de Clases del
profesor Jaime Guzmán Errtbtriz. Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1996. pág.
61.
420
TAPIA, Jorge, «Descentralización, Regionalización y Neosubsidiariedad» en Reforma Constitucional,
Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005, pág. 17 l.
42 1
"Aunque se pueden encontrar aproximaciones al principio de subsidiariedad ya en Aristóteles y en Santo
Tomás, su origen moderno arranca de Althusius". Tapia, Jorge, ibídem, pág. 17 1.
• ii SANCH EZ AGESTA. Luis, Los Princ:ipio:;· Cristianos del Orden Po/frico, óp. cit., pág. 8 1.
423
Vid. fnfra.

129
130

una injustícia424• En Mater et Magistra, se reiteran estos conceptos pero se agrega un


énfasis mayor en la actividad de los seres humanos con el Estado, especialmente en lo que
ctice relación con la actividad económica. "'La encíclica «kfater et ,\fagistra>> aplica
directamente este principio a comprender la relación entre e] poder público y la iniciativa
particular en el ámbito económico1;425 • No es esta la única perspectiva en que admite este
concepto, pero es aquí donde quizás tiene su mayor relevancia práctica.

Existen diversas posturas que explican el significado concreto de este principlo. Las
resumiremos a objeto de tener en el tapete las diversas perspectivas que este tema encíerra.
Existe una primera postura que podríamos denominar principio limitativo que se sitúa en
las antípodas del principio positivo [imposición del orden por el poder político]; en éste la
subsidiariedad define desde abajo. Limita la actividad coordínadora del poder, Representan
esta corriente Fellennaier, Welty y Geppert.

Una segunda postura subraya el significado positivo de este principio; para esta postura no
estamos frente a un límite de la acción del Estado. sino frente a una especificaciOn o
cualificación de la naturaleza de esta intervención estatal. El estado interviene aquí en
"subsidium "; ello implica que promueve, controla, coordina y en determinadas
circunstancias fácticas [y bajo la exigencia del bien común o la justicia distributiva}, suple.
Representan esa postura Calvez y Perrin.

Una tercera interpretación, que intermedia entre las dos anteriores afirma que este principio
no solo no contradice la acción positiva del estado en orden a la realización del bien común.
sino que ambas, bien común y función subsidiaria son expresi.ones diversas de la misma
idea. La subsid1ariedad de la comunidad política significa la posíbilidad de apropiación de
tos valores por las personas mismas. no que la comunidad los efectué y los participe. sino
que sea ayuda para el desenvolvimiento individual y social"426 •

Finalmente nos encontramos con la concepción de J. Messner, para quien se está ante un
principio general de división de competencias, fundado en fa misma naturaleza de la cosa.

424
SÁNCHEZ AGESTA, Luis, Los Principios Cristianos del Orden Poiitico. óp. cit., pág, 89.
425
lb'd . 91 .
1 em, pag.
1
" " Ibídem, pág. 99.

130
131

No es un principio formal como el de igualdad, atendido que se está ante comunidades


concretas y esta además condicionada por la situación de hecho427 .

En este aspecto ROMMEN hace una apreciación importante basado en la encíclica


Quadragessimo anno que señala del modo más expreso «Por propia naturaleza, e l auténtico
fin de toda activi dad social sería ayudar a los miembros individuales del cuerpo social, pero
nunca destruirlos o absorberlos». Apunta al respecto Rommen en nota al margen que «El
texto latino dice aquí: propria marte et propria industria possunt perfici». El texto - agrega-
se relaciona con el principio general aplicable a toda su actividad social, y no, como puede
interpretarse desde la versión inglesa, solo en el campo de la economía [ ... ] Este principio
generalmente se opone a la centralización burocrática, y propone autonomía y
autogobierno en el orden social, de modo que los principios equilibren la autoridad
centralizada"; por ello "es erróneo apartar del individuo y encomendar a la comunidad, lo
que las empresas o industrias privadas puedan hacer". De ello se deprende según este autor,
« [Que] el hombre tiene un derecho natural al autogobierno, en sus organizaciones y
actividades efectivas para perseguir el fin objetivo en el ordo»4 28• En cuanto a las
circunstancias que posibilitaría la intervención del Estado de una forma que sea coherente
con este principio lo expresa este autor en los siguientes términos:

«Un reajuste del sistema económico por decisión política, es necesario si todos los participantes no
son capaces por sí mismos de arreglar los errores, tanto si no pueden hacerlo, o bien porque su
abulia sea consecuencia de carecer de una valoración auténtica de la falta de justicia»429 .

Este principio no ha sido expuesto en términos explícitos y concretos, pero es susceptible


de ser deducido de diversas disposiciones en nuestro texto constitucional; desde luego en el
artículo 1° mismo y en su presentación en degradé de las jerarquías que son importantes en
nuestro sistema político donde e l hombre y su dignidad está en primer lugar. En este orden
de ideas TAPIA resalta la creciente importancia de este principio a nivel comprado,
especialmente en la articulación de la Unión Europea, se constituye de hecho en uno de los
tres pilares del nuevo sistema político de la Europa integrada, lo que de alguna forma le ha

427
Vid. SÁNCH EZ AGESTA, Luis, ibídem, pág. 91-101.
418
ROMMEN, H., El Estado en el Pensamiento Católico, Un tratado de Filosofla Política, óp. cit., pág.,
348.
m Ibídem, pág. 350.

13 1
132

servido de certificado de honorabilídad para refutar los posibles parentescos de la misma


con un pasado fascista. Citando a J. Delors expresa:

«La subsidíariedad así actualizada es liberada de sus pesos históricos, ideológicos o confesionales, y
aparece corno una invitación a repensar las relaciones dentro de un contexto de más grande
autonomía y a desplegar e modo pennanente un equilibrio entre la libertad de las personas y las
diferentes entidades existente (autoridades locales y regionales en el marco del Estado Nacional;
Estados en el marco de la sociedad internacional y en particular de conjuntos regionales) y 1a
autoridad necesaria y tutelar del Estado naturalmente a cargo de la seguridad, de la cohesión social
y de la regulación global de la economía:./JO.

Este mismo autor expresa que se debe distinguir entre un sentido horizontal y otro vertical
de la subsidiariedad. El primero se refiere a la definición de relaciones y división de
competencias entre el Estado ( sociedad política) y la sociedad dvil, y es el que
principalmente fue acogido por la Constitución Chilena de I 980 en su artículo 1º inciso
tercero. En cambio en un sentido vertical nos remite a ias relaciones existentes al interior
del aparato estatal o publico entre sus distintos órganos, que determinan un nexo jerárquk-o
y la división de facultades entre ellos, como en la relación existente entre gobierno central y
municipio autónomo 431 • La autonomía de los grupos intermedios es uno de los valores
fundamentales de nuestra institucionalidadi. que implica otorgar a estos los medíos para que
logren el cumplimiento de las finalidades que le son propias. Para logare esto el
constituyente hace suyo el principio de subsidiariedad. Ello explica también el porqué. "en
diversos preceptos de la Constitución [Arts. I', 19 Nº l5ºy 19°, 23,57, 101, l02, l09 y
11 O} se advierte una preocupación especial por delimitar el ámbito de lo político frente a lo
social y económico"432•

A este prineipio se le ha reconocido en fecha reciente y cada vez con mayor difusión su

capacidad para intermediar en )a sociedad globalizada. En efecto, dada su estructura, pude


producir wia mayor participación local y evidentemente ello tenderá a una menor ínjerencia
global en las cuestiones de cada comunidad, En efecto,

"La subsidiaríedad respeta la idea de que ia soberanía reside en 1as personas. En otras palabras. la
autoridad legitima fluye en sentido ascendente desde eJ pueblo, mediante 1a expresión de la

•> 0 TAPIA, Jorge. Descentralizaci{m, Regionalización y Neosubsidiariedad, óp. cit., pág. 180.
431
Ibídem. pág. 179.
4
i: CEA EGA1'1A, José Luis, Tratodc de ta Conslituci.im de 1989, Editorial Jurldica de Chile, Santiago de
Chile, 1988, pág. 40.

132
133

voluntad democrática [ ... ] el principio de subsidiariedad reconoce el inherente derecho democrático


a la autodeterminación de las personas, las comunidades y los países, siempre y cuando su ejercicio
no vulnere derechos similares de los demás [ . ..] El principio de subsidiariedad es esencial en las
433
sociedades sostenibles" . En la misma forma CEA EGAÑA," La subsidiariedad es, por último, el
criterio rector en las más recientes e importantes modernizaciones internacionales, por ejemplo, La
Unión europea, disipando así preconcepciones ideológicas que intentaban descalificarlo,
434
identificándolo solo con una antropología cristiana" .

El Parlamento Europeo a la hora de precisar su sentido a afinnado, "Por principio de subsidiariedad


se entiende el proyecto de que únicamente se confien a las instituciones comunitarias las
competencias que sean necesarias para llevar a cabo funciones que no puedan realizarse de manera
más satisfactoria por los Estados miembros considerados separadamente (véase el Preámbulo del
proyecto de Tratado constitutivo de la Unión Europea y el arto 12)"435 .

En esta misma dirección y dando todavía un sentido más amplio a este principio, el «Foro
Internacional sobre Globalización» ha puntualizado que se deben reconfigurar las
instituciones de modo de revertir la tendencia a que todo se ajuste a un modelo global,

" el princ ipio rector de este cambio es la idea de subsidiariedad, es decir, favorecer lo local siempre
que exista la posibilidad. En la práctica, la subsidiada significa que todas las decisiones se deben
tomar en el nivel más bajo de la autoridad gobernante que tenga competencias para abordarlas [ ... ]
Hay que fomentar que el poder pase a niveles inferiores, no superiores. Se debe acercar cada vez
más la capacidad de decisión a las personas más afectadas por las que se tomen. Siempre que la
producción económica, la mano de obra y los mercados puedan ser locales, deben serlo, y las
normas han de ayudar a conseguirlo existiendo comercio internacional, regional y subregional, por
436
supuesto, pero debería servir como último recurso, y no ser el objetivo primordial del sistema" •

No es gratuito reiterar la importancia de este principio que es -precisamente- uno de los


más atacados por la novel ornada de detractores de l sistema; al parecer porque difícilmente
entienden cuál es su naturaleza y mucho menos su elevada trascendencia como elemento
edificador de una democracia estable y justa.

433
CA VANAGH, John, Alternativas a la G/obalización Económica, Un mundo mejor es posible, Gedisa,
Barcelona, 2003, 2003, pág. 82.
434
CEA EGAÑA, José Luis, Derecho Constitucional Chileno, tomo II, Ediciones Universidad Católica de
Chile, segunda edición actualizada, Santiago de Chile, 2012, pág. 61.
435 Vid .. HERRERO y RODRlGUEZ del MJÑON , Miguel, «Tratado de la Unión Europea y Constitución
es¡añola: El principio de subsidiariedad}>, disponible en la red en: racmyp.es/docs/anales/A 70/A 70-1 7.pdf
43
Jbídem. pág. 137.

133
134

Capítulo IV
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES437

Es interesante hacer una pequeña digresión en este punto dada su importancia teórica y
posterior aplicación práctica tanto en la dogmática jurídica cuanto en la interpretación
jurisprudencial del texto político. Piensan no pocos publicistas que el Iusnaturalismo
racionalista no hace sino secularizar ideas que ya venían forjándose en el tiempo y que
tienen su culminación más concreta en la doctrina cristiana, especialmente de la escolástica
tardía. Esta influencia puede incluso rastrarse al pensamiento griego 4 38 .

Resulta trascedente para otros, la clara influencia del Estoicismo romano439 [ recogido a su
vez por la escolástica] y su doctrina del derecho natural, especialmente de Cicerón, que es
resaltada en los trabajos de ROSS440 y FRIEDRICH, quienes parten de estos supuestos para
desarrollar sus visiones en este punto. Este último abre su postura argumentando:

437
"La identificación entre derechos fundamentales con derechos consagrados positivamente en la
constitución corresponde precisamente a la Ley Fundamental de Bonn: los Grundrechte (literalmente
derechos fundamentales) son, precisamente, los derechos garantizados por dicha Ley Fundamental. .. Esto
facilita las cosas a la doctrina alemana ya que, para el tratamiento del tema sólo recurre, en general, a dos
categorías: derechos humanos (Menschenrechte) y derechos fundamentales (Gnmdrechte). A partir del texto
de la constitución de 1978 (Título I, "De los Derechos y Deberes Fundamentales"), la doctrina española ha
acogido este mismo sentido para la expresión "derechos fundamentales", ALDUNATE, Eduardo, Derechos
Fundamentales, óp. cit. pág. 4 7.
438
'"La recepción de la filosofía política de Aristóteles se realizó de forma cristiana y con refinamiento crítico,
juntamente con la jurisprudencia romana, también cristianizada por el Derecho canónico", ROMMEN, H., El
Estado en el Pensamiento Católico, óp. cit., pág. 32.
439 "La importancia de los estoico descansa en el hecho de que muchos de sus conceptos fundamentales

pueden ser fácilmente penetrados por las ideas cristianas", ROMMEN, H., ibídem, pág. 36.
440
" ... el estoicismo tuvo especial importancia para el desarrollo del derecho natural. Esta tendencia llegó a

adquirir gran difusión en el pensamiento antiguo, no solo en el mundo antiguo, sino también en el moderno. A
través de su espíritu de humildad y universalidad fue un instrumento para la diseminación del cristianismo
[... } llegó a ser también la filosofia de vida de los romanos cultos. Cicerón hizo popular el estoicismo en una
forma jurídica menos elaborada, omitiendo aquello que era místico y panteísta en él. En manos de cicerón la
doctrina de la ley natural se transformó en una introducción filosófica al derecho y fue aceptada comúnmente

134
135

" Ocasionalmente, se ha afimrndo en años recientes, aunque, creo yo, incorrectamente, que la
doctrina de Grocio apenas si se difere ncia de los neoescolásticos españoles del s ig lo XVI. Lo que
realmente consiguió, fue separar la ley natural de sus base teológica y c ris tiana, tal como se
compre ndía en la Edad Media" 441 •

No compartimos estas apreciaciones por cuanto no parece coherente ni lógico suponer que
Grocio haya creado ex nihilo estas doctrinas, las evidencias parecen apuntar en un sentido
distinto: "Étienne Gilson ha enumerado todas las aportaciones del suarismo enseñado en La
Fleche. Spinoza lo estudió a través de sus maestros flamencos. Grotius y demás teóricos del
derecho natural e internacional laicizados lo utilizaron con entusiasmo, aunque a veces sin
nombrarlo'..442.

" Hay, pues, algunas razones históricas para poner en duda la separación radical de la filosofia y de
la religión en los s iglos posteriores a la Edad Media; en todo caso es muy justo preguntarse s i la
metafísica clásica no se ha nutrido de substancia de la revelación cristiana mucho más
profundamente de lo que se dice ( ... ] si es posible concebir que los sistemas de Descartes, de
Malebranche o de Leibniz hubie ran podido constituirse tales cuales son s i la influencia de la
religión cristiana no hubiera obrado en ellos, es infinitamente probable que la noción de filosofía
cristiana tiene un sentido, porque la influencia del C ris tia nismo sobre la filosofía es una realidad"~43 •

Se trata, entonces, de una evolución que se remonta quizás a la historia misma de la


civilización. Tampoco se puede borrar de una plumada, por muy sofisticados que sean los
argumentos, la fructífera labor de la doctrina cristiana, preponderante hasta ese momento y
consciente elaboradora de estos principios entendidos en concordancia con el ideal
cristiano.

Es más, como afirma TROPLONG, "El estado del derecho romano fue más perfecto en la
época cristiana que en la más brillante de las edades ante1iores; cuanto se ha dicho en
contrario no es más que una paradoja o un error',444; es posible rastrear en el derecho

por los grandes juristas del periodo clásico", ROSS, Alf, Sobre el Derecho y la Justicia, EUDEBA (Editorial
Universitaria de Buenos Aires), Trad. Por Genaro Carió, Buenos Aires, 1963, págs. 233 y 235.
rn También afirma: " La diferencia entre estos conceptos grocianos y el neotomismo, de un Suárez fue
claramente comprendida por sus mismos contemporáneos, los cuales reconocieron, desde luego, las
consecue ncias que tcní:i para la filosofía jurídica". FRIEDRICH. Carl J. Fi/osofia del Derecho. óp. cit.. págs.
101-103.
442
GUY, Alain, Historia de la Fifosofia Espai',ola, volumen 3 de Autores, Textos y Temas, Anthropos
Editorial, trad. Ana Sánchez, Barcelona. 1985, pág. 11 5.
443
GILSON, Étienne, El Espíritu de la Filosofía Medieval, Ediciones Rialp [Biblioteca del Cincuentenario
Series], 2• edición, trad. Ricardo Anaya, Madrid, pág. 25 .
...... ··Así pues, la verdad evangélica había echado raíz en la capital del mundo; ella estaba al lado de Séneca,
levantando su frente serena sobre las calumnias precursoras de las persecuciones, de estos suplicios de

135
---------------·--·--·--·--·--·--

136

romano clásico y tardío las claras influencias del cristianismo que permea el mismo
derecho romano. dándole un cariz distinto que ciertamente no puede ser separado o aislado
de una análisis posterior que se haga de su posible injerencia en la época medioevaJ y sus
pensadores escolásticos. EJ mismo jurista francés hace una reflexión en este punto al final
de su libro:

"La fi1osofia cristiana. tan clara, tan sencilla, tan brillante es menos conocida de los literatos y de
los hombres en general que la de muchos ilusos de la antigüedad, Ella es sin embargo, la base de
nuestra existencia social; ella nutre la raíz de nuestro derecho, y vivimos más aún por ella que por
las ideas que se libraron de la ruina del mundo griego y del mundo romano'.44 5,

Quizás sea más deferente afirmar que Grocio trasvasijó estas ideas a un escenano
secularizado con eJ fin de que pudieran admitir una mayor difusión aún a escenarios no
católicos (protestantes y anglosajones más precisamente) y desde allí adquirir una
funcionalidad que tendría su coronación en la doctrina del constitucionalismo moderno.

En otras palabras se trataba de una cuestión que debía hacerse, como todo lo relacionado
con la secularización en otros campos, pero eHo no pude pasar por ignorar sus auténticos
orígenes. El estoicismo ciertamente es recogido por la doctrina cristiana ya por Agustín,
quíen recibe su mayor inspiración en el Hortensia de Cicerón446, pero la elaboración más
detallada la encontramos en aquellas fuentes cuya importancia trata de soslayarse, Por ello
parece más preciso el comentario de ROSS, quien afirma derechamente la integración de
estos pensamientos "No fue dificil para los padres de la iglesia y para los filósofos
escolásticos interpolar la,; específicas ideas cristianas en la tradición clásica del derecho
natural',447 ,

Pero volviendo a nuestra línea de análisis, entendemos que son Vitoria y especialmente
Suárez quienes ejercen su influencia sobre los padres del iusnaturalísmo racionalista como

refinada atrocídad. que eran medios de dar a conocer el cristianismo, y atraer a él el interés y la símpatía",
TROPLONG, M. De la Influencia del Cristianismo en el Derecho Civil de los Romanes, Trad. José Luís
Retortillo, Ramón Rodrignez de Rivera Editor, Madrid, 1851, pág. 5 y 51.
4
H Ibídem, pág. 238~239.
~# Eu uno de sus primeros libros: De la Vida Feliz, Agustín describe el nacimiento de su vocación filosófica:
«A los 19 ai\os leí en la escuela de retórica un libro de Cicerón llamado Hortensia, y se llenó mi alma de tal
deseo de la filosofia que pensé dedi<:anne inmediatamente a e-lla» Citado por TEJEDOR CAMPOMANES,
Cesar, Historia de la Filosojia, ensu marco cutwraf, óp. ele, pág. 107.
447
ROSS, Alf, Sabre el Derecho y la Justicia, óp. cit., pág. 236.

136
137

Grocio, Pufendorf y Wolft448; es este último quien finalmente construye un sistema integral
con pretensiones de universalidad. Esta línea de investigación es particularmente
interesante y tiene muy relevantes y contundentes defensores, que pueden llevar a dar un
giro a lo que se entiende tradicionalmente por derechos fundamentales449.

Como una forma de ir cerrando esta conceptualización, creemos pertinente sentar alguna
definición que resulte operativa a la elaboración que explicaremos hecha en nuestro texto
constitucional. ALDUNATE entiende que estamos frente a un concepto que une aspectos
morales y aspectos jurídicos, ya que, si bien predica estos atributos como adscritos de
manera directa a todo individuo humano (y por tanto no dependientes de su reconocim iento
positivo en cada caso), persigue precisamente su concreción en los ordenamientos jurídicos
positivos450.

Nos parece relevante puntualizar este aspecto, pues resulta un punto de inflexión para
entender la tendencia de dar cabida constitucional a estos derechos; y, a través de este
mecanismo, hacerles exigibles. Exigibles por sí mismos, directamente del texto político.
Por esta razón ALDUNATE afirma que "La expresión «derechos fundamentales» apunta a
un concepto jurídico. En un sentido general, y que es el más difundido, se usa para aludir a
aquellos derechos de la persona que han recibido consagración positiva, en particular a
451
nivel constitucional".

Afirma desde otra postura que también se a lude con esta denominación a aquellos derechos
de que es titular el hombre con anterioridad e independientemente de las normas positivas
que lo consagran, por el solo hecho de ser hombre y finalme nte en una postura cuyo
principal representante es FERRAJOLI se les caracteriza como ··aquellos derechos

448
" Aun siendo luterano, su primera educación, en Breslau, le puso en contacto con la escolástica católica,
sobre todo española, que habría de tener sobre él una influencia considerable", BELA VAL, Yvon (Dir.), «La
Filosofia alemana de Leibniz a Hegel», Historia de la Filosofia, (volumen 7°), Siglo XXI de España Editores,
7• edición, 2002, págs. L0S-1 06.
449
"la concepción de unos derechos fundamentales que aseguran el libre desenvolvimiento de los ciudadanos
como personas singulares y solidarias y que a la vez permiten la decisiva participación de los mimos en el
funcionamiento y control del sistema político se ha convertido hoy en un dogma universal [ ... ) La
Constitución es el primero de los instrumentos técnicos específicos al servicio de los valores éticos
sustantivos". GARCLA DE ENTERRIA, Eduardo, La Constitución como Norma y el Tribunal Consiil11cional,
editorial Civitas S.A. Tercera Edición 1984, págs. 46-47.
J so ALDUNATE, Eduardo, Derechos Fundamentales, óp. cit., pág. 46.
4 51
Ibídem, pág., 47.

137
138

subjetivos que corresponden universalmente a «todos» los seres humanos en cuanto


dotados del status de personas, de ciudadanos, de personas con capacidad de obrar. ,,452

En la medida que estos derechos sean insertados en los textos constitucionales pasan a
recibir la denominación de derechos constitucionales453 y adquieren un carácter más
específico y restringido. Adquieren también el carácter de derechos subjetivos públicos454 •

Este aspecto es rescatado en forma precisa por 808B10 quien expresa que «mientras la
afirmación de los derecho naturales era una teoría filosófica. esta afirmación tenía valor
universal pro no tenía eficacia práctica alguna; cuando estos derechos fueron acogidos en
las constituciones modernas, su protección se convirtió eficaz, pero solo en los límites en
los que venía reconocida por parte de aquel determinado estado»455 . Este es un aspecto
particularmente relevante desde el punto de vista técnico.

11. La Actualidad de los Derechos Fundamentales

456
Los derechos fundamentales han asumido en la actualidad -dice ANSUÁTEGUI ROIG-
gran parte de las funciones que históricamente han venido llevando a cabo postulados
básicos del derecho Natural.457 Un punto trascendente es determinar la relevancia de los
mismos en un sentido abstracto y universal o darle un contenido más concreto y actual; y

452
!bídem, pág. 48. [cursivas en el original].
453
"En Chile, esta noción de derechos constitucionales resulta congruente con el nombre del capítulo III de la
Constitución, "De los Derechos y Deberes Constitucionales". ALDUNATE, Eduardo, ibídem, pág. 50.
454
"El derecho subjetivo del individuo en el ámbito del derecho público consiste exclusivamente en la
facultad de poner en movimiento nonnas en beneficio del interés individual. Puesto que se agota en la
relación del individuo con el estado, no contienen ningún momento que haga presente una relación inmediata
con otra personalidades cometidas (al Estado)", JELLINEK, Georg, (1964), pág. 50. Citado por
ALDUNATE, Eduardo, ibídem, pág. 53. En el mismo sentido "El derecho subjetivo implica la posibilidad de
reclamar a favor de uno la protección de los bienes jurídicos y de poner en acción los medios necesarios para
ello", RADBRUCH, Gustav, Introducción a la Filoso/la del Derecho (Colee. Breviarios: 42), Trad.
Wenceslao Roces, Fondo de Cultura Económica, México D.F., novena reimpresión 2005, pág. 85.
455
BOB81O, Norberto, El Tiempo de los Derechos, Trad. Rafael de Asís Roig, Editorial Sistema, Madrid,
1991, pág. 39.
456
Estos temas reconocen raíces griegas y latinas; Los romanos construyeron el sistema de "los "tria iura
praecepta" que atribuido a Ulpiano establecía los principios de derecho «vivir honestamente, no dañar al
prójimo y dar a cada uno lo suyo» (Digesto 1-1-10). Estos valores permanecieron en la base de las culturas
posteriores de forma que puede afirmarse que aún siguen prevaleciendo, aunque hoy en día no se muestren al
exterior con estos nombres", OTERO PARGA, Milagros, Valores Constitucionales: Introducción a la
filosofia del derecho: axiologíajurídica, Universidad Santiago de Compostela, 1999, pág. 39.
457
ANSUATEGUI ROIG, francisco, Poder, Ordenamiento Jurídico, Derechos, Dykinson, Madrid, 2000,
pág. 5.

138
139

todavía más si es necesario y aún indispensable darle cabida en el texto positivo para que
pueda obtener algún grado de validez y relevancia. En el mismo sentido GARCIA DE
ENT ERRIA expresa que " la idea de un Derecho fundamental o más alto (h igher /aw) era
claramente tributaria de la concepción del Derecho natural como superior al Derecho
positivo e inderogable por éste".¡58

La cuestión ciertamente no es pacífica y admite varias lecturas las cuales trataremos de


esbozar someramente. En primer lugar están aquellos que niegan cualquier validez a estos
normativamente, es el caso de utilitarismo de Bentham quien siguiendo la filosofía
empírica de Locke deseaba eliminar de raíz todas las concepciones de ideas innatas o
verdades a priori, pues según él la conciencia moral no es revelación de verdades eternas,
sino "simplemente un catálogo de opiniones tradicionales y prejuicios dificiles de borrar
porque han sido inculcados en el espíritu del hombre desde su más temprana infancia"459•
En términos no menos radicales se presenta MACINTYRE quien expone su postura en los
siguientes términos:

«No existe ninguna expresión en ninguna leng ua antigua o medieval que pueda traducir
correctamente nuestra expresión derechos hasta cerca del final de la Edad Media: el concepto no
encuentra expresión en el hebreo, el griego, el latín o el árabe, clásicos o medievales, antes del 1400
aproximadamente, como tampoco en ingles antiguo, ni en el japonés hasta mediados del siglo X IX
por lo menos. Naturalmente de esto no se sigue que no haya derechos humanos o naturales; sólo que
hubo una época en que nadie sabía que los hubiera. Y como poco, ello plantea a lgunas preguntas.
Pero no necesitamos entretenemos en responder a ellas, porque la verdad es sencilla : no existen
tales derechos y creer en ellos es como creer en brujas y unicomios»460 .

Hay otros que dan al tema una salida que podríamos denominar mixta, vale decir, reconocer
la existencia de esos principios fundamentales en su dos fases; desde luego como normas a
ap licar en la medida que se encuentren en la Constitución y en el caso de no estarlo darles
un cierto carácter interpretativo del texto mismo, con lo que recobrarían vigencia y
actualidad a través de su aplicación en casos concretos que requieran de esta lectura

üS GARCIA DE ENTERRIA. Eduardo. La Consrirución como Norma y el Tribunal Constirucional, editorial


Civitas S.A. Tercera Edición, Madrid, 1984, pág. S 1.
459
ROSS, Alf, Sobre el Derecho y la Justicia, óp. cit., pág. 282. «En lugar de elevar en forma dogmática los
sentimientos morales al nivel de la validez absoluta, una teoría progresista de la moral debe llegar hasta el
principio racional que se encuentra det rás del sentimiento moral y d irigirlo, dice Bentham». Ibídem.
460
MACINTYRE. Alasdair, Ti-as la virtud, Editorial Crítica, traducción de Amelía Valcárcel. Barcelona,
1987, pág. 95. [El énfasis es nuestro).

139
140

secundaria461 ; hay también otros que admiten plena vigencia de los mismos aun cuando no
estén especialmente positivados por entender que son anteriores y superiores al Estado y su
vigencia no pasa exclusivamente por su reconocimiento expreso por el Estado. Este último
el caso de nuestro sistema constituciona1462•

Por su parte BOBBIO sostiene que los derechos naturales son simplemente «derechos
históricos» que surgen en los albores de la Edad Moderna, aparejados a la concepción
463
individualista de la sociedad . Ello implica -según este autor- que en primer lugar se
encuentra el individuo, individuo singular, que tiene valor por sí mismo y después está el
·
Esta do, y no viceversa464
.

En todo caso y como quiera que se plantee, forzoso es reconocer como dice OTERO
PARGA, que "Derecho, Moral y Política forman una cadena. Cadena que muchas veces
presenta un engranaje débil. Y por ello es preciso proceder al fortalecimiento de la misma
a través de la utilización de los valores jurídicos ".465 El trafico jurídico y la mentalidad de
sus operadores, requiere este tipo de garantías de certeza tan caras a esta noble actividad.

Esta cuestión es muy relevante para la consideración sistemática del moderno Estado de
Derecho. En este escenario el "pensamiento de los derechos fundamentales contiene el
principio básico de distribución en que se apoya el Estado de Derecho liberal-burgués
llevado a la práctica de un modo consecuente. Significa que la esfera de libertad del
individuo es ilimitada en principio, mientras que las facultades del Estado son limitadas en
principio".466

461
"Algunos autores como Prieto Sanchís, afirman en relación con este tema, que los valores constitucionales
no ofrecen por si solo cobertura suficiente para fundamentar una decisión judicial, aunque no por ello se
pueda defender que carezcan de validez normativa, ya que ese alcance se manifiesta especialmente en la
interpretación, sobretodo en la constitucional". OTERO PARGA, Milagros, Valores Constitucionales:
Introducción a lafilosofia del derecho: axiologíajurídica, óp. cit., pág. 24.
62
~ Veremos más adelante los problemas metodológicos teóricos y prácticos que ello implica.
m BOBBIO, Norberto, El tiempo de los derechos, Editorial Sistema, trad. Rafael de Asís, Madrid, 1991, pág.
14.
464
Ibídem, pág. 107.
46
s Ibídem. pág. 28.
J6ó SCHMITT, Carl, Teoría de la Constitución, óp. cit., pág. 165 [cursivas en el original]."Los Derechos
Fundamentales en sentido propio son, esencialmente, derechos del hombre individual libre, y, por cierto,
derechos que él tiene frente al Estado"; ibídem, pág. 170.

140
141

La ponnenorización de este escenario es de suyo relevante si el constituyente quiere


circunscribir la labor del Estado de modo tal que, teniendo éste grandes atribuciones (como
de hecho los tiene el gobernante en nuestro texto político), tenga límites muy claros y
precisos que no pueda trasgredir, cuando alguna necesidad puntual lo exija. Recordemos
que el mismo Guzmán-167 entiende que la forma de controlar el poder del Estado es
precisamente por medio de los recursos que garantizan estos derechos, aun cuando nosotros
en lo particular entendemos que ello es claramente insuficiente.

Ya discutimos en su momento las posibles fuentes de esta presencia tanto en su origen


histórico cuanto en la influencia que el constituyente pudo recibir especialmente de la
intelectualidad de derecha cercana a la Iglesia. A modo de ejemplo podemos traer al tapete
a Osvaldo Lira, quien era particularmente escéptico respecto de la efectividad de los textos
constitucionales liberales para garantizar un bienestar ciudadano. Expresa el clérigo:

"Este es el moti.vo por el cual las constituciones liberales, aun cuando sus autores, al redactarlas, se
empreñaran con mayor o menor sinceridad en asegurar e l bienestar y el ennoblecimiento individual
y colectivo de la persona humana, así como el reconocimiento mutuo de los derechos y deberes que
le son privativos, no han conseguido nunca sino dar apariencias efímeras del orden, sin que hayan
468
logrado establecer un modo de vida colectivo duradero, solido, definitivo" •

Hay en esta postura entonces, una clara determinación de que estas ideas no se queden en el
papel, como había ocurrido antes en nuestro país con los textos constitucionales que a
usanza de las demás constituciones regionales veía en estas cuestiones meros principios
programáticos sin un valor normativo-jurídico real y aplicable de inmediato. Esa postura
cambió radicalmente en la Constitución de 1980 y el día de hoy es bastante incuestionable
que dichos principios tienen un claro carácter normativo y que deben ser obligatorios469
tanto para el Estado cuanto para los particulares en sus relaciones interpersonales.

467
Vid supra.
468
LIRA, Osvaldo, Nostalgia de Vásquez de Mella, Editorial Andrés Bello, segunda edición, Santiago 1979,
pág. 26.
469
En este mismo orden de ideas OARCiA de ENTERRLA expresa: "Pero hay más: del texto del artículo 9, 1
[art. 6 de la CPRCH] no se deduce solo el carácter vinculante general de la Constitución, sino (algo más) el
carácter de esta vinculación como «vinculación más fuerte», en la tradicional expresión del
constitucionalismo norteamericano (higher, superior obligation) hoy retomada por los alemanes (srarkerre
Bindung, gesteigerte Verpjlicllmgskraft des Grnndgesetzes) [ . .. ] da una primacía manifiesta a la vinculación
constitucional en el ordenamiento". La Consriwción como Norma y el Tribunal Constilucional, óp. cit., pág.
64.

141
142

De cualquier fonna. en cuanto a su aplicación práctica por los tribunales de justicía y


especialmente por el Tribunal Constitucional, esta postura ha sido ratificada en varias
oportunidades; particularmente en el marco de los denominados «temas va/Oricos>) que no
casualmente ha sido resueltos en favor de las posturas del constituyente del 80 (y en
algunos casos más aUá de lo establecido por este)~ dado el carácter de creador
constitucional que se ha autoatribuído este tribunal (con la anuencia de la ínstitucionalidad
vigente). aún después de haberse tenninado el «Régimen de facto».

Debemos hacer presente que esta perspectiva se encuentra también presente en otras
democracias más desarrolladas que la nuestra y casi en similares términos, Al respecto
HABERMAS ha puntualizado, de una forma que puede perfectamente aplicarse a nuestro
caso, lo siguiente:

"Así se institucíonalízan discursos jurídicos que no solo operan bajo las limitaciones externas del
procedimiento jurídico, sino también bajo las limitaciones internas de la producción argumentativa
de buenas razones (, .. ] Las reglas de argumentación respectivas no se oponen la construcción y
evaluación de buenas razones a1 libre arbitrio de los participantes, Estas reglas so1o pueden ser
cambiadas a su vez en forma argumentatíva r...
J Muchos de estos principios son --como podemos
constatar en el caso del derecho constitucional de naturaleza moral y jurídica. En los estados
constitucionales modernos, los principios morales, del derecho natural se han transformado en
derecho positivo. De ahí que las vías de fundamentación institucionalizadas mediante
procedimientos jurídicos, estén abiertas a los discursos morales- considerando esta situación desde
un punto de vista argumentativo lógico.11-0,.

El destacado filosofo germano expresa más adelante, "'Con esta tendencia está conectada;
paradójicamente, la tendencia opuesta que-en nombre de un derecho moralizado- apela a un
derecho "correcto"- por ejemplo en nombre de la desobediencia civil, o en nombre del
aborto. del divorcio, de la protección ambiental, etc .... Los principios morales de
procedencia iusnaturalista son, hoy n dia. partes integrantes del derecho positivo, De ahí
que la interpretación constituciona1 este cada día más marcada por la filosofía del derecho.
A este respecto W. NAUCKE habla irónicamente de una ''admhtístración por los juristas
del derecho natliral ". 471

.ro HABERMAS, Jürgen. «Derecho y Mora! (Dos lecciones)» en El Derecho. La Politica y la Ética, David
Sobrovilla. compilador, primera edición en espai\ol, Siglo XXI Editores, S.A. de C.V. México, pág. t 1 y 25.
[las cursivas: son nuestras¡.
471
lbldem pág. 28.

142
143

La certera expresión de Naucke nos sitúa de lleno en el tema central de las consecuencias
que implica una línea de pensamiento como la que venimos analizando. Estructuralmente
se ha podido comprobar el funcionamiento efectivo de estos en nuestro sistema. Estos
principios y doctrinas son totalmente operativos en el espacio público de nuestra sociedad;
y lo han sido todavía más de lo que pudo concebirse en un principio.

Llama la atención aun cuando no sorprende, que los celadores de la Constitución actúen
como los "cuidados del sacristán", dado que han logrado recrear una y otra vez la misma
lectura que se dio a los temas «valóricos» en un momento histórico determinado, fijándolos
como una matriz de la que solo es posible hacer copias. Esto ha transmutado el cometido
del Tribunal Constitucional, en un verdadero ejercicio iconoclasta; con una rigidez que
resulta ajena a una institucionalidad democrática.

Por su parte la clase política no parece particulannente interesada en mover las tranquilas
aguas de sus opulentas existencias con quejas de mayor calado que un melodramático
empujón de pasillos o un circunstancial [y anegado] apoyo sindical. En lo demás, vivir
muchos días para añadir años de vida472.

Al sistema político - entendemos- se le extirpó un componente vital y de significado: su


motor político, eminentemente agonal. Esta decisión ha tenido efectos dispares, con pros y
contras. La ventaja, situar a los actores políticos nominativos [en muchos casos vitalicios]
del actual sistema, en un escenario relevado de rencillas; la desventaja que resulta cada día
más significativa y peligrosa: un creciente caudal subterráneo de descontento que no logra
canalizarse por las vías legales y políticas convencionales. Es muy claro que nuestro
sistema en la actualidad es una suerte de mecanismo de reacción más que de acción. Se
trata por decirlo de alguna forma, de una administración más que de una conducción
política, una sin las facultades necesarias para una resolución adecuada.

No ha cambiado nada en este escenario y ello quiere decir o que todo está muy bien, lo que
es perfectamente atendible o bien, que estamos en una situación peligrosa de estancamiento
porque la política se nutre precisamente de la energía de la participación social, quizás

472
Prov. 9, 11.

143
144

también deJ conflicto socia1473 • Como afirma CAMPS «Mientras la política se límite a
sortear las dificultades del presente y hacer frente a las crisis a corto plazo, la tarea de
pensar el futuro queda aplazada con el peligro de que sea el futuro el que decida por su
cuenta y riesgo a falta de una reflexión capaz de dirigirlo y antícipársete•-4 74•

Claramente quienes se oponen a este estado de cosas quisieran cambiarlas para sus propios
intereses y no para el interés general y eso es captado inmediatamente por la comunidad
que no les apoya de manera alguna; lo que indica que debieran abrirse otros canales de
heterogeneidad que claramente no pueden provenir de la hegemonía centralista dei estado
unitario. Parafraseando a Huidobro podríamos decir que ya tenemos edad para andar solos
por estos mundos475• A este país le lloran los regíonaHsmos, que sean reales y no de papel.

Es muy claro que la inclusión de este pensamiento en el texto constitucional, LTae como
consecuencia una especie de reacción en cadena atendido el hecho incuestionable de ser la
Constitución una norma que tiene primacía en el ordenamiento jurídico concebido por el
Estado de Derecho. En nuestro sistema, corresponde a la labor de los jueces hacer carne
estos principios y en definitiva determinar en forma clara la dirección de Ja convivencia
social de la comunidad,

"Es así como debe fortalecerse la independencia de los Tribunales de Justicia, elevándose a rango
constitucional su facultad de imperio respecto de sus resoluciones. estahlecielldose disposiciones
47
destinadas a asegurar que su ejercicio no sea trabado por la autoridad administrativa· 1>_

Podemos estar o no de acuerdo con este principio y estas consecuencias, pero lo cierto es
que así ha operado hasta ahora; por supuesto que en este punto el tema más delicado será la

m Quizás si Carl Schmitt sea el representante más radical en esta vertiente de opinión oon su concepto central
de "Amigo-Enemigo" Vid. El concepto de lo Político págs.; Con una intensidad distinta lo expresa Mouffe;
"el enfrentamiento agonal, lejos de representar un peligro para la democracia, es. en realidad su condición
misma de existeneia ... ". MOUFFE, Chantal, El Retorno de lo Potltico, Paidós, trad. M.A. Galmarini
Barcelona, 1999. pág. 16.
41" CAMPS, V,ctorio. El Ala/,n;/ar de la Vida Pública, Grijalbo Mondad<>ñ S.A., Barcelona, 1996, pag:.23.
4
H HUIOOBRO, Vicente, Non Serviam, Manifiesto.
476
GUZMAN, Jaime, «As~tos ftmdamentales. del Anteproyecto de Constitución Política;;. Revista
1,;niversitaria Nº 2, Publicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, [l l/l0í79]., pág, 99;Cfr,
SCMMJIT, Car]: ,,..Merced de estas pnmas de carácter extraordinario suele suceder que un partido, o una
coalición de partidos, aproveche el momento de promulgación de una constitución ( ... ]para vincular a
ulteriores mayorias símples a detenninadas disposiciones de tipo juridlco material", legalidad y Legitimidad,
Editorial Stmhart & Cia, Tr.td., José Díaz Garcia., Buenos Aires (prologo).

144
145

forma cómo influyen estos principios orientadores de la acción dentro del proceso de
interpretación de normas jurídicas, proceso en el cual se real iza e l derecbo. 477

12. La Constitución normativa

El desarrollo del constitucionalismo a lo largo de los siglos XIX y XX, con la


incorporación de contenidos materiales en las constituciones, como valores, principios y
sobre todo derechos, ha propiciado también una tendencia a arrinconar a la ley en favor de
una Constitución interpretada por los jueces. Esta transformación fue visualizada por Car!
Schmitt: el paso del Estado parlamentario representativo al Estado Jurisdiccional 478.

Sin embargo la idea de la Constitución como fuente del sistema jurídico y con aplicación
directa en el mismo, es una idea que también sirve para perfeccionar el sistema democrático
y una forma concreta de salvaguardar la dignidad humana y sus derechos innatos•m. Lo
expresa bella y contundentemente KAEGI cuando afirma, «La constitución jurídica
transforma el poder desnudo en legítimo poder jurídico. El gran lema de la lucha por el
Estado constitucional ha sido la exigencia de que el (arbitrario) government by men debe
480
disolverse en un Uuridico) government by /aws» •

Esta idea de aplicación directa de la Constitución no tuvo gran acogida en el siglo XIX y la
parte dogmática de la Constitución o no existía o de existir se expresaba apenas en
principios muy generales "cuya positivización técnica requería el intermedio de Leyes
481
ordinarias, sin las cuales carecía de toda operatividad" . La recepción en Europa del
sistema de justicia constitucional solo va a tener lugar después de la guerra de 1919,
fundamentalmente en el sistema austriaco, obra personal de Kelsen.

477
DIEZ-PICAZO, Luis y Guillón, Antonio, Sisrema de Derecho Civil, Editorial Tecnos, Madrid, Tomo 1,
1998, pág. 159.
478
PECES BARBA, Gregorio, Derechos sociales y positivismo jurídico: (Escritos de Fifosofia Jurídica y
Política. Oykinson. Madrid, 2004. pág. 83.
479
Vid. S ILVA BASUÑAN, Alejandro, Tratado de Derecho Constilllcional. 101110 IV, La Constitución de
1980, Bases de la institucionalidad, Nacionalidad y C iudadanía Justicia Electoral, Editorial Jurídica de Chile
1997, págs. 131 ss.; DIEZ URZUA, Sergio, Personas y Valores, su protección constitucional, Editorial
Jurídica de Chile, 1999, págs. 323 y ss.
°
48
Citado por GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo en la Constitución como Norma y el Tribunal
Cons1i111cional, óp., cit., pág. 49.
481
Ibídem, pág. 56.

145
146

A diferencia del «control difuso» 482 de la judicial review norteamericana que faculta a
todos los jueces por igual para inaplicar las leyes cuando las juzgue contrarias a la
Constitución, el sistema creado por Kelsen configura un «control concentrado» que se ha
entregado a un único tribunal: El Tribunal Constitucional, único habilitado para declarar la
inconstitucionalidad de una ley. No seria propiamente judicial esta función; en términos de
Kelsen se trataría de una especie de «legislación negativa»; el Tribunal Constitucional no
enjuicia sino que se ocupa solo "del problema puramente abstracto de compatibilidad
lógica',483 • Se trataba como afirma VOLPE de "evitar la consagración de un «gobierno de
los jueces» con un sistema tan sutilmente construido',484.

Afirma GARCIA DE ENTERRIA respecto del sistema español, en una explicación que es
aplicable en similares términos al nuestro485 :

"Nuestra Constitución es explicita en reconocer a la Constitución un valor normativo y vinculante


directo que, sin mengua del monopolio de la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes
atribuido al tribunal constitucional [... ] afecta todos los poderes públicos y a todos los ciudadanos
[... ] y que por tanto, necesariamente, es aplicable en mayor o menor medida pero efectivamente,
por todos los jueces y tribunales" 486 •

En nuestro país CEA EGAÑA ha señalado con claridad meridiana que este principio nuevo
en Chile, que emana del artículo 6 de la Constitución, "es el de vinculación directa de todos
los gobernantes y gobernados a lo ordenado en los preceptos constitucionales". El efecto
inmediato de esta normativa según este autor es que "convierte en obligatorios sus valores,
principios y normas, tanto para las autoridades públicas como para todos los ciudadanos, y
lo hace directamente, es decir sin que sea necesario que medie entre la constitución y tales
personas otra norma jurídica que desarrolle y haga imperativo obedecer a sus
disposiciones". Pero el punto central que nos interesa resaltar aquí es que:

482 "Se denomina sistema de control difuso aquél en que cualquier tribunal puede declarar la inaplicabilidad
de un precepto legal o de inferior jerarquía, que sea contrario a la Constitución, en el caso particular del cual
conoce", RIOS, Lautaro, «El Control Difuso de la Constitucionalidad de la Ley en la República de Chile» en
Gaceta Jurídica, año 2002/Junio/ N" 264, pág. 37, pág. 20 <( [énfasis en el original].
483 GARCIA DE ENTERRIA, óp. cit., pág. 57. En esto Schmitt apoya a Kelsen, con quien, por una vez está

de acuerdo en este punto. Ibídem. pág. 160.


484
Ibídem, pág. 58.
485
''Nuestro sometimiento al principio de jerarquía nonnativa, del cual deriva la supremacía de la
Constitución, es mucho más severo que el que rige en España", RIOS, Lautaro, El Control Difuso de la
Constitucionalidad de la Ley en la República de Chile en Gaceta Jurídica, año 2002/Junio/Nº 264, pág. 37.
486
GARCIA DE ENTERRIA, Ibídem, pág. 61.

146
147

«La constitución por si e inmediatamente posee fuerza normativa, en atención a lo cual vincula a
toda persona, institución o grupo [ ... ] Tal bloque abarca no solo la Constitución en su integridad,
con el texto directamente, y no se olvide, cuanto fluye o se desprende de los valores jimdamentales
del ordenamiento jurídico articulado en los textos refe rido». 487

Respecto de esta atribución, bastante audaz [más aún en le época de su dictación], habida
consideración la actitud extremadamente conservadora de nuestros jueces y publicistas en
su mayoría proclives al control estatal central [y mayoritariamente contrarios a la dispersión
propia de este control difuso], expresaba CEA EGAÑA su esperanza en que:

« ...todos los jueces asuman con imaginación y coraje estos cometidos, obrando con cabal distinción
entre la declaración de inaplicabilidad que incumbe solo a la Corte Suprema, de un lado, y la
prescindencia en sus fallos de preceptos legales inconstitucionales invocados por las partes, facultad
que siempre ha tenido y que los Arts. 6°, 7° y 19 Nº 26º ahora confirman».

Creemos que tal esperanza ha resultado vana. Ha pesado más el ánimo tradicional y el
logocentrismo, que la aplicación concreta de la mencionada normativa por lo demás clara.
Al contrario, la doctrina ha transitado en la dirección de justificar esta apuesta inmovilista
con mejores o peores argumentos, que en nada han aportado al avance de nuestro Estado de
Derecho. Quizás fue pedir demasiado488 . Esta idea se relaciona directamente con la otra; la
de facultar a todos los ciudadanos para solicitar la tutela de estos derechos tanto ante los
489
tribunales ordinarios cuanto del Tribunal Constitucional .

En España HERRERO y RODRJGUEZ de MIÑON hace una afirmación sugerente: "Pero


sí es preciso subrayar que, como tal norma y no mera declaración política, debe entenderse
que tiene una «enérgica pretensión de validez». Una validez doctrinalmente discutida pero
garantizada merced a su naturaleza de justificable ante las Cortes de Justicia de las
Comunidades al formar parte del Tratado constitutivo de la CEE modificado (art, L,
Tratado de la Unión Europea) 49º". Esto nos lleva a pensar lo fructífero que puede ser este
principio para defender los derechos de las personas si es bien entendido y aplicado.

487
CEA EGAÑA. José Luis. Derecho Constiwcional Chil.eno. Tomo 1, págs. 244-245 [el énfasis es nuestro].
488
En todo caso y pasa ser justo, como afirma RJOS: "Lenta, pero seguramente, se ha ido fortaleciendo en
numerosos jueces, la convicción de que sí la carta fundamental prima sobre las leyes ordinarias y si, al asumir
sus cargos, juran fidelidad a aquella, no pueden -al ejercer su jurisdicción- traicionar este juramento y desoír
el llamado de su conciencia que les ordena hacer prevalecer la Constitución'', ibídem, pág. 40.
489
Ibídem, pág. 73.
9
• o HE RRERO y RODRIGUEZ del MIÑON, Miguel, «Tratado de la Unión Europea y Constitución espaJ'lola:

El principio de subsidiariedad», óp. cit., pág. 360.

147
148

Este es un tema sensible y de suyo importantes pues reveia directamente los efectos de
nuestro sistema y su aplicabilidad concreta. Ya es posible sacar algunas conclusiones en
este punto y desde luego que )a mayoría de las críticas son más bien negativas y tal vez
justificadamente.

Nos parece que las Críticas de CRJSTI y RUIZ-TAGLE, expresadas en su texto «La
República en Chile.>, tienen la virtud de sistematizar las principales posturas teoréticas del
sistema constitucional chíleno. A este lo entienden impulsado por dos vertientes muy
concretas. Una de ellas correspondería a una concepción de carácter intuitivo, total o
jerarquizada; encamada por los más egregios y emblemáticos representantes del
consíitucionalismo tradicional de nuestro país [Silva Bascuñán, Evans de la Cuadra y Cea
Egafia] que defienden la existencia de los derechos fundamentales en base a una especie de
pensamiento intuitivo que se justifica a si mismo; sin bases reales de sustentación. Esta
intuición provendría de lo que esto autores denominan: unas doctrinas de origen pontificio,
Los otros serían ellos mismo y quienes piensan como ellos (con posturas más progresistas o
científicas).

Lo cierto es que Cristi y Ruíz-Tagle aciertan en parte de su crítica y hierran en la otra. Es


efectivo que la tradición dogmática de nuestro país ha sido extraordinariamente tímida a la
hora de revelar las fuentes doctrinales que se tomaron en cuanta para sostener el texto
político [mayoritariamente partícipes directos o indirectos en su construcción]; las obras
principales de estos insignes profesores de la Universidad Católica de Chile (o más bien lo
que en ellas falta) es muy clarificadora al respecto.

Debemos hacer hincapié también en apoyo de esta tesis, que el mismo Guzmán fue bastante
reacio a mostrar los orígenes de su pensamiento y fijar las fuentes concretas de donde había
extraído su contenido491 • Esto no tendría mayor importancia si ni fuera porque el Tribunal
492
Constitucional; y en ello se muestra acorde la nueva savia de la doctrina naciona1 , no

491
Y dada la preeminencia de Guzmán en resolver bajo su influencia los problemas importantes, es posible
que llevara a los mismos comisionados a cifrar ideas erradas y confusas de lo que realmente se estaba.
haciendo a final de cuentas,
91
~ ALDUNATE, Eduardo, «La deseonstitudonalización de la Comrtituclórm, Revista de Derecho, XXII,
Universidad Católica de Vatparaiso (2001}; Véase también ALCALDE RODRIGUEZ, Gnrique, «Relación
entre valores y principios generales del derecho en la interpretaclón constitucional de los Derechos
Fundamentales en Chile;;, en Revista Chilena de Derecho, vol. 35 N" 3 [2008], pp. 469 ss.

148
149

insistieran en recurrir a las fuentes de la CENC; y a través de ella reactualizar


impenitentemente las mismas herméticas fuentes para resolver situaciones de la hora actual.

Estamos frente a una particularidad de nuestro Tribunal Constitucional, aunque de manera


alguna extraña al funcionamiento de nuestro sistema jurídico (y de otros paises también.
porque no decirlo), Este nos parece. más bien, un error relevante de la Comisión misma y
no de quienes deben operar soluciones concretas tomando en consideración esta falencia.

Así las cosas nos parece atingente responder los cargos que hacen Cristi y Ruíz-Tagle. Lo
haremos precisamente respecto a esta visión acotada que muestran para hacer su objeción.
Creemos haber demostrado en este trabajo que la doctrina y las bases que fundamentaron e1
trabajo de la CENC, es con mucho muy distinta de una simple «intuición>) derivada de la
doctrina papal, Estamos, al contrario, frente a una sólida y consistente doctrina que admite
sus raíces directas en las encíclicas desde León XIII en adelante, que revitaliza el
pensamiento escolástico especialmente de Tomás de Aquino~ Vitoria, SUárez y porque no
decirlo claramente también como fruto de )as doctrinas de publicistas afines al pensamiento
católico corno E. Mounier. Jacques Maritain. Heinrich Rommen y el mismo Sánchez
Agesta.

La doctrina nacional de la época y en gran parte en la actualidad sigue cimentada en los


prestigios de estos juristas491. que hicieron un importante esfüerzo intelectual que en
aqueHa época nadie más estaba capacitado para hacer; lo mismo podría afirmarse sin
equivoco, aún el día de hoy.

A ello debemos sumar que al menos dos de sus integrantes más emblemáticos [Evans de la
Cuadra y Silva Bascuñán] eran Demócratas Cristianos y aunque para muchos esto
signifique nada. desde el punto de vista ideológico o doctrinario, ciertamente para estos

49
.1Integraron la Comisión en distintas épocas ocho profesores de Derecho Constitucional: Silva Bascuii.án;
Evans de la Cuadrn, Guzmán Ertázuríz y: Diez Urzúa (Universidad Católica de Chile, Santiago): Lorca
(Universidad de Valparaiso), Ovallc y Lt1z Bulnes (Lnivcrsidad de Chile. Santiago) )' Bcrtelsen Repetto
(Universidad Católka de Valparaíso). Participaron dando su opinión experta: Jorge Guzmán D., Raúl Celis
e,, Guillen-no Schiessler Q. Luz Bules A,, Francisco Cumpfido C, Guillermo Bruna C. Gustavo Cuevas F.,
Enrique Pascal G.H., Sergio Galáz U .• Sebastián Soler, Femando Albónico, Eduardo Hamilton, Jorge lván
Hübner G., José Luis Cea Egantt. Armando Roa R.• José Berna!es. Eduardo Soto Kloss, Miguel Scltweitzer
W, Gonzalo Figueroa Y., Samuel Lira O., Carlos Ruiz B. y Víctor García G. Vid, CARRASCO, Sergi<>,
Génesis y Vigencia de los textos constitucionales chilenos, óp. cit., pág. 225.

149
150

autores, la definición ideológica no era una cuestión banal. Con ello queremos afirmar que
el pensamiento de la Iglesia. sus encíclicas sociales y Ja importante influencia de Mounier.
Maritain, Sánchez Agesta y los demás no pudo ser [y de hecho no lo fue], dejada de lado.

Ese es el panorama completo y no parece correcto reducir la cuestión a una simple argucia
de aprendices de magos, como pretenden Cristi y Ruiz-Tag1e. Así las cosas, podemos
concluir que aquí lo que realmente se produjo fue un encuentro de corrientes de ideas que
confluyeron en un texto común [como trataremos de exponer en la totalidad de nuestro
trabajo]; Tenemos una clara mezcla entre las visiones de la Iglesia tradicional, cercana a la
derecha política; las ideas demócratas cristianas, receptora de Maritain y las concepciones.
liberales alemanas/norteamericanas en lo económico, lo que da una ama1gama muy
particular de « Liberalismo económico sobre bases cristianas>>494 .

Esa es la amalgama que esta subyacente en nuestro sistema; y resulta un despropósito


querer ignorarlo usando para ello una serie de argumentaciones excéntricas a la cuestión.
Allí se sitúa la falencia de esta critica; en no enfocarse en el defecto real del sistema. Se nos
antoja que quizás pudo ser esa la príncipal razón que tuvo el constituyente para no
expiicitar las fuentes de su pensamiento: producir desorientación, dísimular el frente de
ataque ante enemigos presentes y futuros; y como se ve, ha cumplido su cometido.

En todo caso creemos pertinente y necesario rescatar esta importante cuestión para situarla
en el centro del debate jurídíco/poHtíco. El sistema debe operar con coherencia y no deben
los publicistas esterilizar y controlar una importante veta de construcción dogmática por
razones parasitarias de viejo cuño495• Es mucho más rica esta dispersión interpretativa. anti
centralista, pues posibílíta mayores cauces para conseguir los objetivos materiales y
espirituales tanto del hombre como de la sociedad en la cual vive enmarcado. Este sistema.,
mal que les pese a muchos, se concibe por el constituyente habitado por ciertos valores,
ajenos al control hegemónico del Estado,

Como dijimos los tribunales no han tenido un único derrotero en esta materia a saber:

494
· Ello sin desconocer que algunas de estas propuestas tomaron su propio camino, en términos distintos de
aquellos propíciados por los constitucionalistas. cuestionados.
m Estatistas, sobre tod.o.

150
151

"El artículo 6 de la Constitución comprende dos conceptos fundamentales. En sus incisos 1° y 2°


consagra principios vitales en los cuales descansa la nueva inslitucionalidad como lo son e l de
«supremacía constitucional» sobre todas las otras normas jurídicas que integran nuestro
ordenamiento positivo y el de la «vinculación directa de los preceptos constitucionales» a las
autoridades públicas y a todos los ciudadanos, siendo, por ende, tales preceptos obligatorios, tanto
para los gobernantes como para los gobemados',-196 _

En este mismo sentido y a mayor abundamiento -de modo que no exista duda respecto de
las diversas situaciones que puedan presentarse desde el punto de vista factico-, también ha
fallado el Tribunal Constitucional [26 de enero de 1987, rol Nº 42]:

" El legislador no puede atribuir al silencio o a la inacción de un órgano del Estado un efecto
197
Jurídico que se contraponga con lo presupuestado por la Constitución Política"" .

Desde el punto de vista de estas sentencias es bastante claro que existe una nueva
institucionalidad que obedece a los parámetros que venimos enunciando, que dan un giro
bastante dramático al quehacer de nuestra actividad forense; pero que en los hechos ha
tenido gran dificultad para imponerse por las razones que ya hemos expuesto anteriormente
y que dicen relación con un cierto inmovilismo tradicional de la judicatura.

13. El sistema de la Constitución

Una cuestión en la que están bastante acordes los publicistas es en la originalidad del
sistema impuesto en el texto político respecto de sus predecesores. En efecto, se entiende
que la Constitución de 1980, " ... introdujo, en primer lugar una nueva concepción
dogmática ideológica en la reformulación de los derechos fundamentales. Esto significó
abrogar las ideas más arraigadas que existían en Chile antes de 1973"°'98.

Es evidente para unos y otros, el vuelco del sistema nacional hacia modelos más liberales
que aquellos vigentes en el texto anterior, donde se asignaba mayor relevancia al principio
y al derecho de igualdad constitucional como también una primacía del derecho de

496
Considerando I O de la sentencia pronunciada por el Tribunal Constitucional el 27 de octubre de 1983 (rol
Nº 19), reproducida en Fallos pronunciados por el Excmo. Tribunal Constitucional (Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 1986) p. 100. Ibídem.
97
'' Reproducida en LXXX IV Revista de Derecho y Jurisprud..:ncia 2° P.S. VI p.3. lbídcm, pág. 246.
m C RISTI, Renato y Ruiz-Tagle, Pablo, La república en Chile, óp. cit. pág. 204.

151
152

sufragio; y sobre todo en el sentido especifico que el nuevo texto fe otorgaba al derecho de
propieda~ materia de suyo importante respecto de las propuestas liberales.

Sin embargo1 como también hemos sostenido, )a ídea de libertad económica o de


liberalismo económico solo se toca tangencialmente en ei nuevo texto. La consideración
doctrinaria más importante y que fueron prioridad para el constituyente fue wm muy
distinta. La hístoria fidedigna del establecimiento de la nonna resulta muy clara en este
punto, Al respecto el comisionado Sergio Diez, explfoa:

"En los debates de la Comisión Constituyente quedó absolutamente en claro que estábamos
hablando de un humanismo cristiano, y si no incluimos en él las definíciones expresas de respeto aI
derecho natural, se debió a que no quisimos que la Constitución tomara partido en una controversia
de carácter filosófico o metafísico, además de político. Los constituyentes estábamos formados por
el concepto de una sociedad cristiana. y en el debate de innumerables instituciones se dejó
constancia que el sentido que tienen algunas como el matrimonio, la propiedad, la libertad, eíc, es
499
precisamente el sentido que el ctistíanismo les atribuye" ,

Es Jaime Guzmán, como habíamos adelantado~ quíen definitivamente impone ésta línea de
pensamiento en e1 seno del constituyente y será quien --en defmitiva- cargará con la
responsabilidad histórica de haber tomado esta ruta 500, Muchos sitúan aquí su prinélpal
injerencia en el desarrollo de un sistema que ha resultado beneficioso para una sociedad
antes dividida o el desatino de haber propiciado concepciones integristas que han
significado un retraso de nuestra evolución constitucional. No parecen haber medias tintas
en este aspecto.

Un conocido memorándum denomínado "Metas u objetivos Fundamentales para la Nueva


Constitucíón Política de la República", establece en su número le: «La estructura
constitucional descansará en la concepción humanista cristiana del hombre y de la
sociedad~ que es la que responde al íntimo sentir de nuestro pueblo, y según la cual Ja

499 DIEZ URZUA, Sergio, Personas y valores; ;,u protección. óp. cit., pág.. 23.
500
"Pero nunca me ha atraído participar en ta Vlda pública para dedicarme preferentemente a las causas gratas,
que tienen siempre muchos candidatos a protagónistas, sino a las que son Ingratas pero necesarias., ya que
siempre he constatado la escasez de personas dispuestas a asumirlas", dtado por GUZMAN, Rosario, Mf
Hermano Jaime, Editorial Ver, 2ª edición, Santiago, 1991, pág. 188.

152
153

dignidad del ser humano, su libertad y derechos fundamentales, son anteriores al


501
ordenamiento jurídico, el que debe prestarles segura y eficaz protección».

El principal instrumento que da un contenido doctrinal al nuevo sistema es sin duda la


Declaración de Principios del Gobierno de Chile que data del año 1974 y que es redactado
por el depa11amento de Asuntos Públicos de la Presidencia y el grupo de asesores políticos
del gobierno; si bien su versión final es encargada a Jaime Guzmán. El objetivo de este
instrumento, que plantea las directrices básicas de la Nueva lnstitucionalidad es - nos dirá
MONCADA- dotar a Chile de un nuevo esquema doctrinal para la creación de una Nueva
institucionalidad.

"Guzmán irá forjando todo un esquema ideológico que dará sustento a la política del régimen, y
cobertura doctrinal a su objetivo de «restaurar la chilenidad, la justicia y la institucionalidad
quebrantadas [ decreto ley Nº 1]" º
5 2

Otro instrumento muy importante, que enfatiza la posición preeminente de Guzmán en las
grandes directrices que debía tomar la CENC se puede vislumbrar muy nítidamente en el
Oficio del 1O de noviembre de 1977 enviado por el general Pinochet a Enrique Ortúzar,
presidente de la Comisión Constituyente503 . En este documento que muchos entienden
clave para develar el espíritu de l nuevo texto, se establecen las normas a las que deben
ceñirse los Comjsionados. Los Caracteres más importantes se sintetizan «bajo los términos
de autoritaria, protegida integradora, tecnificada y de auténtica participación social" 5º4Esta
instrucción un tanto desatendida por la Historiografia constitucional, que incluye todos los
conceptos básicos de la llamada nueva institucionalidad, tuvo -al decir de Cavallo, Salazar
y Sepúlveda- una «importanciafimdacional» para la Carta del 80505.

50 1
Ordenamiento Constit11cio11al, recopilación, notas y concordancia, SOTO KLOSS, Eduardo, Editorial
Jurídica de Chile, 1980, pág. 12.
502
MONCADA, Belén, Jaime Gu=mán, Una democracia contrarrevolucionaria, El político de 1964 a 1980,
ff,···Para
cit., pág. 42. .. . .. . . .
la redacc1on de este Anteproyecto [de la Constituc1on], Pmochet entrego el I O de noviembre de 1977
a la Comisión Ortúzar un Oficio con el fin de orientar el trabajo de la Comisión. En él recogía todas las ideas
que Guzmán expresara en el «Plan de Chacarillas», y que Pinochet leyera a la juventud cuatro meses antes.
Este oficio También lo redactó Guzmán ... ", MOCADA, Belén, ibídem, págs. 181-182.
504
CRISTI Renato ( 1993) pág. 245. En este punto observa Cristi " La notable coincidencia conceptual que
revelan la Declaración de Principios y este Oficio no es fortuita. El general Pinochet comisiona a Mónica
Madariaga para la preparación de este Oficio, quien a su vez comisiona su redacción a Jaime Guzmán (cf.
Cavallo, Salazar & Sepúlveda, 1988:20, 129& 239). Ibídem.
505
CA VALLO, Ascanio, Salazar Manuel y Sepúlveda, Osear, la l listoria Oculta del Régimen Militar, 1988,
Santiago, pág.239.

153
[54

Existe una relación estrecha entra los capítulos I y Ill de la Constitución de 1980 dado que
en el inicio del texto poHtico se incorporan elementos esenciales que resaltan la
consideración especifica que nuestra Constitución da a la naturaleza humana, cuestión
relevante para el desarrollo de los derechos emanados de esta. Al respecto CEA EGAÑA
explica, ~queda claro el ligamen sustancial del Capitulo l con el Capítulo lll, pudiendo
añadirse que son muchísimas las coordinaciones, adiciona1es, susceptibles de ser citadas en
demostración de ello, Y realizar tal coordínación no es un mero ejercicio académico~ sino el
modo correcto de entender la constitución, en su idea del sistema, para aplicarla con la
cualidad de una Carta Fundamental viva porque es vivida'.s 06• Y agrega que el artículo l 0
viene a ser el compendio del thelos constitucional cuestión que el mismo T,C, ha
reconocido en sus fallos, al indicar que dicha disposición, «Es de un profundo y rico
contenido doctrinario; refleja la filosofia que inspira nuestra Constitución y orienta al
intérprete en su misión de declarar y explicar el verdadero sentido y alcance del resto de 1a
preceptiva constitucional»5117 •

La particularidad del artículo 19° es que es el más extenso y complejo de la Constitución y


parte haciendo un enunciado abarcador «La Constitución asegura a todas las personas1> y
enseguida en sus numerales enumera los derechos, libertades. igualdades e inviolabilidades
aseguradas por el texto. No estamos, en todo caso, ante un numerus clausus, cuestión que
es señalada expresamente por la CENC en los siguientes ténnlnos:

'"'Hemos contemplado una norma que asegure el respeto de todo derecho inherente a la persona
humana, awique no esté expresamente considerado en su texto [ ... J El fundamento de este precepto
reside en que hay derechos que emanan de la naturaleza humana que no están comprendidos
expresamente en ta enumeración que hace la Constitución y que no por ello dejan de ser tales y de
merecer la protección del ordenamiento jurídico fundamental. Basta recordar que el derecho a la
vida que ahora se consagra corno garantfa constitucional, no estaba comprendido en la Carta de
1925 y que el derecho a contraer matrimonio no lo ha estado jamás. No obstante, nadie podría
sostener que estos derechos no han tenido amparo de nuestro ordenamiento jurídico"501'.

506
CEA EGAÑA, José Luis, El Sístema Comtitucional de Chile, Síntesis Critica, Facultad de Ciencias
Juridicas y Sociales, Universidad Austral, Valdivia, 1999, pág. 97.
07
' Considerando o/' de la Sentencia pronunciada el 27 de octubre de 1983, publicada en LXXX, Revisra de
Derecho yJurispnrdencia 2° P.S.6".p.79. lbídem,
™Vid.informe. con prQposfdomJ,1 e Ideas Precisas (16 de agosto de 1978), elaborado por la Comisión de
Estudio de un Anteproyecto de Nueva Constitución, reproducido en Vlll Revista Chilena de Derecho N" I-6
(1981) p. 239. Jbidem.

154
155

Además de 1o anteriormente indicado se sostiene que en virtud del inciso 2° del artículo 5°
de la Constitución todos los derechos. deberes y garantías fundamentales que se encuentran
en los tratados intemacíonales ratificados por Chile y vigentes en nuestro país) se deben
incorporar al listado del Nº l 9 de la Constitucíón. Tendrían la misma jerarquía
constitucional que aquellos originarios del texto de 1980. por consiguiente:

'"Forman parte de ese catálogo, tal como si el Poder Constituyente los hubiera incorporado expresa,
directa y específicamente a él, todos los derechos y deberes esenciales de la persona humana y los
recursos contemplados en las convenciones internacionales solemnes ratificadas por Chile y
vigentes en nuestra patria''W9,

Los derechos desarrollados en )a parte dogmática de la Constitución. revelan claramente la


inclinación ideológica del constiruyente, ya que al otorgan énfasis en unos y desnaturalizar
a otros va dando un sentido claro del escenario axiológico que se estaba instalando. Se debe
partir indudablemente por aquellos derechos que emergen precisamente a través del texto
político como el derecho al respeto y protección de la intimidad y aJ honor de la persona y
su familia; asimísmo con el derecho al respeto y protección de la vida pública. Ello
evidentemente como una clara y explicable reacción al modo exacerbado y soez en que
fluía la vida política previa al golpe rnHitar.

Del mismo modo reconoce el texto constitucional la inviolabilidad de las comunicaciones


privadas; la libre inicíativa en materia económica, norma vital del nuevo sistema y que
encapsula al Estado empresario en un rol subsidiario; la libertad para adquirir el dominio de
toda clase de bienes [salvo las excepciones señaladas por esta]; el derecho a la certeza o
seguridad jurídíca~ el derecho a no ser discriminado por el estado en materia económica
[materia menos entendida que otras por la jurisprudencia], en fin la libertad de afiliarse y
desafilíarse de cualquier asociación [referido princípa1mente a los colegios profesionales,
sindicatos y gremios en general] altamente politizados en la época previa

Otros derechos son explícita.dos por el texto [existían pero no en fonna precisa y clara]
como el derecho a Ja vida y la íntegridad física y psíquica de Jas personas; La igual
protección de la ley en el ejercicio de los derechos; el derecho a la seguridad individual; la
libertad de informar; la liberta de opinar; el derecho de información; el derecho de

'M CEA EúAÑA, Jose Luis, El Sistema Constitucional de Chile, Síntesis Critica, óp. dt,, pág. 115.
155
156

asociarse; derecho a un debido y justo proceso. Este énfasis en el derecho a la vida. es uno
de los puntos que ha recibido mayor crítica por parte de los publicistas detractores del texto
político; mísmo que constituye quizás su mayor virtud en lo relativo a la protección dei ser
humano, protagonista y articulador de 1a nueva institucionalidad.

Existen. siguiendo el orden expuesto por CEA EGAÑA, los derechos sílenciados; esto es se
omiten ciertos atributos subjetivos de derechos que terúan un sentido social preeminente a
saber: El caso del derecho al trabajo, transformándose en el nuevo texto como libertad de
trabajo; del derecho de huelga, el cual el dla de hoy no cuenta con la calidad de derecho;
del derecho a que se remuevan los obstáculos que impidan la igualdad entre los chilenos
[contenido en el ro N" 7 de la Constitución de 1925], etc. En defensa de la coherencia del
sistema habría que argumentar que estos no eran realmente derechos que pudiera un texto
escrito por un grupo de profesores asegurar. Las pruebas al respecto son demasiado
abrumadoras como para detenemos en un análisis mayor.

Finalmente se entiende que existen derechos perfeccionados en el texto político como el


Principio de Igualdad, el Orden público Económico, las garantías tributarias; esencia
limitación y privación del dominio e Jndemnización por error judicial [esta ultima una
notma más virtual qu-e real, dado que en Chile no existen errores judiciales:], Los titulares
de estos derechos subjetivos públicos o derechos humanos son las personas5 10 y en ella
quedan consiguientemente absorbidos los individuos de ambos sexos, de cualquiera
nacionalidad, raza o condición, sin distinción de edad. oficio o profesión; además, para un
humanista "no cabe duda [ ... ] que la criatura que se halla en el vientre materno, desde el
momento mismo de su concepción, es también persona y titular de los derechos
propugnados en el artfou1o l9° del Código Politico''511 .

La Constitución en su Nº 1 del artículo 19 asegura a todas las personas "El derecho a la


vida y a la integridad fJSca y ps{quica'· en tanto que el inciso 2" detennina que el legislador

,11.1 Vocablo sugerido por Pedro JesUS Rodríguez. miembro de la Subcorrllsión de Reforma sobre el Derecho de
Propiedad, atendido que la expresión habitante ex.dula a las personas jurídicas y los tmtes morales, CEA
EGAÑA, ibídem, pág. 109.
m Ibídem, pág. ll O.

156
157

debe proteger "la vida de la persona que está por nacer".5 12De cualquier fonna no
debemos olvidar que las nonnas del Código Civil de larga tradición están lógica y
normativamente subordinadas al texto político y que tienen por objetivo regular derechos
civiles y no los derechos esenciales y fundamentales de las personas.

Un argumento que debiera pesar en este punto y que parece zanja razonablemente la
cuestión es que "el nacimiento no agrega nada sustantivo o cualitativo al ser humano, solo
cambia el lugar del desarrollo vital desde el seno materno a la sociedad, cambiando solo el
ámbito en que vive, cómo se alimentará y cómo respirará"513• Este es un tema candente y
para nada simplemente teórico dado que ha motivado sendos pronunciamientos del
Tribunal Constitucional; los casos más emblemáticos y que rescataremos para plantear la
cuestión, los encontramos en lo que ha venido en denominarse, entre otros, los Casos
Píldora I y II (roles Nºs 591/06; 740/07)5 14 . La importancia de estos fallos es que expone
muy claramente la naturaleza de nuestro sistema, tanto en la redacción de la sentencia
misma y su construcción argumental como en la discusión que ha girado alrededor de ella;
debemos sumar también la forma particular de actuar que tenemos como sociedad en
diversos terrenos de nuestra acción político-ética.

Me permito hacer una breve síntesis de la cuestión para poder arribar al punto que nos
interesa más. Como veníamos diciendo, lo que revelan las actas de la CENC y resalta la
observación/confesión de Silva Bascuñán, es que la Constitución Política no es resolutiva
en este punto, como tampoco lo fue la discusión en tomo al tema del aborto, especialmente
el terapéutico. Lo dice correctamente Vivanco cuando sostiene que "la CENC no adopto
acuerdos en esta materia, ni siquiera por mayorías relativas, sino que dejó simples
constancias de las opiniones divergentes que tuvieron sobre estos aspectos [los
comisionados] [ ... ] no hubo mayoría para prohibir el aborto en la Constitución, no obstante
dos comisionados lo solicitaron directamente (Guzmán y Silva Bascuñán) [. .. ] Ningún

511
NOGUEIRA ALCALÁ, H. afirma que "si el nasciturus no fuera un ser humano, una persona, no estaría
protegido su derecho a nacer en este artículo de la carta fundamental ", El Derecho a la Vida, op. cit., pág, 21.
513
NOGUEIRA ALCALA, H., El Derecho a la Vida, óp. cit., pág. 24.
514
El Tribunal Constitucional ha tenido un rol activo a propósito de la píldora del día después, creemos en
forma correcta. Cfr. Sentencias de la E. Corte Suprema, roles Nº 559-04, caso Molco, de 13 de diciembre de
2006; rol Nº 3.125-04, caso Chena 13 de marzo de 2007; sentencia rol Nº 3.452-06 de fecha 10 de mayo de
2007.

157
158

comisionado objetó ni contradijo las varias intervenciones que pusieron en la concepción el


comienzo de la vida humana"515 ,

La cuestión se plantea aquí muy claramente; en primer Jugar Ja Comisión no estaba de


acuerdo en prohibir al aborto y de hecho no to hizo (salvo las oposiciones mencionadas) y
en segundo Jugar, en cuanto al tema del inicio de la vida~ tuvieron el buen sentido de no
fijarlo expresamente en la concepción (aunque tampoco negaron tal posibfüdad); e hicieron
bíen porque obviamente se trataba de un campo fuera de sus competencias, fuera del
ámbito jurídico5 16 ,

Es muy claro que no se trata esta de una cuestión que puedan zanjar normativa.mente
abogados o jueces (aunque muchos así lo quisieran). Por ello concordamos en este punto
específico con el voto de minoria del Ministro Vodanovic511 , aunque no con su argumento
de fondo, esto es, que no se debe aceptar {que la vida parte con la concepción] por «ser un
fandamento de orden moral sin consenso científico». El consenso científico que exige el
señor ministro (que implicarla un grado alto de aceptación técnica respecto del momento en
que surge la vida) sería, como toda materia científica, tnmsítorio y susceptible de falsación
(si deseamos íntroducir un argumento popperea.no). pero en nada cambiarla las cosas
realmente y de ninguna forma resolvería definitivamente el problema, Además como afinna
HABERMAS, '""El concepto de razón técnica es quizás él mismo ideología, No solo su
aplicación sino que ya 1a técnica misma es domínio sobre la naturaleza y sobre los
hombres: un dominio metódico. científico, calculado y calculante" 518•

El consenso que se requiere es politico y sin eufemismos: se trata de consensuar el hecho


concreto y terrible de terminar una vida que se encuentra en gestación antes de que se
produzca el nacimiento, La palabra correcta es ponerse de acuerdo en permitir que se

m VIVANCO, Ángela, «La Píldoru del día Después» en Revista Chilena de Derecho, vol., 35 N'' 3 (2008}
Fp. s4,.
16
"Abogados y periodistas estarían resolviendo si la vida humana comienza con la fecundación o con la
implantación, o sobre cuál es el impacto del dialogo epigenético en la configuracíón de un individuo
cromosómkamente distinto", FER.\1ANDOIS, Arturo, «La pildora del dia después: aspectos nonnativos>},
Revista de Esiudios PúblinJs, 95 (2004], pág. 94.
m Vid. Nota 69 en Vivanco [2008}, pág.• 570, en que relacíona la opiníón del ministro éOll el Tribunal
Con.tjjtucional español.
sis HABERMAS, Jürgen, Ciencia y Técnica como Ideología, Editorial Tecnos, Madrid, 2002, pág. 5:5,
159

legisle en el tema del aborto (más concretamente despenalizar esta figura); todo lo demás es
un ejercicio bizantino, tan propio de nuestra institucionalidad política.

Pero el punto es; y aquí el tema que nos interesa resaltar, que e l Tribunal Constitucional se
ha pennitido tomar esta cuestión bajo su competencia (amparados en una nonna de dudosa
calidad política y jurídica) y enmendando la plana del Constituyente ha procedido afijar el
inicio de la vida humana al momento de la concepción, declarado inconstitucional cualquier
acción del Estado encaminada en ese sentido. Estas son las conclusiones a las que llegan
519 520
Vivanco y Fermandois entre otros, al comentar estos fallos. Esto implicaría que un
proyecto de ley que pretendiera modificar el estatuto jurídico del embrión debería tener la
forma de una ley Interpretativa de la Constitución y en consecuencia cumplir los requisitos
que ésta exige (quórums del artículo 63 de la CPRCH y el control preventivo a cargo del
Tribunal Constituciona1)'21 .

Por si quedara alguna duda de lo que pueda entenderse en este punto nos permitimos
reproducir el considerando QUADRAGESíMOTERCERO del último fallo que en su parte
pertinente expresa: «Que, de esta forma, queda claro que, para el Constituyente- y a
diferencia de lo que pueda desprenderse del examen de las normas legales determinadas-, el
embrión o el nasciturus es persona desde el momento de la concepción».

Sin perjuicio que el argumento del tribunal es espurio dado que - como se estableció- no es
efectivo que el Constituyente [en estricto rigor la CENC] tuviera estas ideas; además,
aplicando una mínima cuota de sentido común, no se trata de una cuestión que puedan
resolver un grupo de profesores católicos de Derecho Constitucional sentados en una
sala 522• Lo que otorga mayor relevancia al fallo, es la consecuencia indisimulada que se
pretende sacar de esta afirmación cuando se indica:

«[al Tribunal Constitucional] se ha encomendado la interpretación definitiva e inapelable de la


Constitución, interpretación que debe desarrollarse en forma integral, esto es, considerando tanto la
letra como los valores, principios y espíritu de la carta fundamental, a fin de asegurar la vigencia

5 19
VIVANCO (2008], pág. 573.
52
°FERMANDOIS, Arturo [2004], pág. 113.
521
Ibídem, pág. 103.
522
Entendemos que se incurrió en un error político y jurídico por el gobierno al posicionar la cuestión usando
la vía administrativa, ciertamente la más débil a la hora de intentar un abordaje exitoso de sus planteamientos
valóricos. La vía legal era mucho más recomendable.

159
160

efectíva de la supremacía constitucional, que es la que garantiza, en definitiva, la eficacia del estado
constitucional de Derecho y el respeto de los derechos fundamentales de las personas»
[considerando vigésímo, citando la sentencia rol 591 del 11 de enero de 2007].

¿Qué facultades puede permitirse este tribunal en lo referido al «espíritu» de la Carta


Fundamental? El espíritu que ronda esta sentencia no es ciertamente el del Constituyente
como se ha demostrado, sino el de uno de los Comisionados: Jaime Guzmán523 y a este le
acompaña aquel de la Encíclica de S.S. Juan Pablo II, Evangelium Vitae, de 25 de marzo de
1995 [quince años después de promulgada la Constitución]. De ser así, y con un mínimo
sentido de honestidad, éstas opiniones debieran glosar el texto político a modo de explicitar
la real motivación del Tribunal; si hemos de usar como prueba (plena) la confesión de Silva
~' 524 ; d'1cho espm
B ascunan ., 525 -en e 1 caso sub ¡·Ite- en e1 Ob'1spo
"tu tuvo su encarnacwn

Alejandro Goic, Presidente de la Conferencia Episcopal, en su «calidad de Amici Curiae


del Tribunal» [fojas 36 del fallo].

En otras palabras lo que ha hecho el T.C., es: a) otorgar un carácter constitucional al tema
del aborto, obligado al establecimiento de una mayoría superior a la que se exige por símple
ley para solucionar el problema y b) [Más importante en el asunto que nos convoca] Ha ido
más allá que el propio constituyente; ha sído más reaccionario que el espíritu que dicen
representar. Ello solo sería adecuado si los espíritus que se intentaran recrear fueran los
contenidos en las opiniones de Guzmán [minoría] o de Juan Pablo II [no Comisionado].
Debemos eso si reconocer, noblesse oblige~ que ni SS. , ni Jaime Guzmán, atendidas sus
innegables estaturas morales, hubieran permitido a otros o a sí mismos, vulnerar los
acuerdos constitucionales básicos del Estado de Derecho para imponer arbitrariamente sus
personales puntos de vista. Lo que reflejan estas sentencias del Tribunal Constitucional y su
discusión subsiguiente, es el hecho indesmentible que la doctrina emanada de la Iglesia
Católica, tiene en nuestro país un poder decisorio y resolutivo mayor que aquel que emana

523 En este punto Guzmán hace dos precisiones relevantes: a) Deja constancia que no se pliega a ninguna de
las interpretaciones que se han dado, porque no se encuentra en el predicamento de la mayoría de la comisión,
y lamenta Unicamente haber quedado en minoría en un punto tan importante, pero no dese insistir en ello y b)
Que "en ningún caso pretende entrar en una discusión doctrinaria que no está en su ánimo prolongar, para no
dilatar el trabajo de la comisión. Añade que el testimonio de su opinión acerca de eta materia no compromete
a nadie y refleja sólo su personal punto de vista sobre el tema debatido". EVANS DE LA CUADRA, pág.
184.
524
Vid supra nota 434.
525
«[ocupando el lugar de los apóstoles] quien a ellos escucha, a Cristo escucha, y quien los deprecia,
desprecia a Cristo, y al que lo envió (Cfr. Le IO; 16)», lumen Gentium, Cap. 3 Nº 20 p. final.

160
161

directamente del Texto Constitucional. La pregunta válida a aquí es: ¿Tiene el T.C. una
concepción clásica de Constitución como norma fundamental o sustenta una concepción
distinta?.

Sin perjuicio de ello debemos conceder que en la hora actual las cuestiones doctrinales no
se mueven por los mismos cauces que en aquella época. Aun cuando los embates de
desintegración del sentido de unidad quizás son ahora más fuertes como consecuencia de la
globalización, donde se suele hablar de mestizaje y de identidades globales.

La propuesta de la Iglesia en muchos aspectos bastante cuestionada, aun cuando en tono


muy menor en nuestro país, dentro de sus desgracias tiene una gracia principal, y es dar
526
cabida a los regionalismos y desde esta perspectiva es profundamente descentralizarte.
Este excesivo centralismo que ya percibimos de raigambre francesa y racionalista ha sido y
seguramente seguirá siendo una importante traba para instalar a nuestro país en mejores
posiciones de competitividad respecto de los países desarrollados.

Además y sobre todo ha dado al sistema esa consistencia que se echaba de menos en sus
predecesoras que parecían inmersas en una asepsia que les privaba de elementos resolutivos
a la hora de resolver las grandes encrucijadas institucionales. Supongo que mucho de
verdad hay en las palabras de Maritain cuando expresa que "Una comunidad de hombres
527
libres no puede vivir si su base espiritual es únicamente el derecho" •

Aun para quienes no compartimos estas ideas básicas, reconocemos que se ha logrado
transitar con cordura por estos áridos campos post-autoritarios, y lo más probable es que
podamos construir una identidad fuerte, centrada en la unidad y no en la confrontación, que
solo cosecha retraso y postergación, especialmente para los más carenciados.

526
Cfr. ROMMEN, H .. El Esiado en el Pensamiento Católico. un tratado de filosofia política, óp. cit., pág.
348.
527
MARITAIN, Jaques, Cristianismo y Democracia, óp. cit., pág. 66.

161
162

Capítulo V

CONCLUSIONES PARCIALES

La presencia de la Doctrina Cristiana en la <<Nueva institucionalidad» instalada por el


Régimen Mfütar, ha ido adquiriendo visibilidad en nuestros días por dos vías principales.
La primera: las obras académicas de los miembros de la CENC, profesores de Derecho
Constitucional en su gran mayoria. Desafortunadamente ellas no reflejan la profundidad
que uno pudiera esperar, habida consideración la erudición y protagonismo originario de
estos autores: La otra está constituida por sus críticos acérrimos [con un rango académico
más amplio] con poderosas razones para atacar la obra del gobierno autoritario [quizás con
mayor motivo en otros campos que en este]. Esta tensión maníquea ha dado frutos
importantes, pero ha privado al debate de matices, que en esta materia resultan
fundamentales.

Entendemos que una forma gráfica de abordar las conclusiones a que hemos llegado en este
trabajo, es presentándolas contrastadas con aquellas que hacen la regla general de la labor
publicista de nuestro país. Un estudio que cumple con holgura esta calificación es e) de
dofia Pilar Vergara, adecuado entonces para cumplir esta tarea. Expresa ia aurora:

"De acuerdo a 1as bases filosóficas y doctrinarias det proyecto fltndacional, sistematizadas en la
De<=laracíón de Ptíncipíos de marzo de 1974, la ruptura oon el orden anterior y la neeesidad de
<:0nstruir una nueva sociedad se fundamentan en <da concepción crístíana del hombre y de )a
sociedad,;,. Con ei fin de servir de soporte de una tearia autoritaria de la política [... ] se hace una
lectura de carácter tradicionalista e integrista de las nociones clásicas el pensamiento social
católico, en particular~ las de persona humana, derechos naturales y bien común, rescatándose así,
concepciones y criterí-os que la evolución moderna de la doctrina social de la Iglesia habla dejado
de lado'"' 2ª; expresa también que:

518
VERGARA. Pilar. Auge y Calda del Neoliberalismo en Chile, óp, cít,, -pág. 37 [las cursivas son nuestras].

162
163

«Su origen se remonta a las versiones más integristas del pensamiento social católico, en particular
a los tradicionalistas españoles y franceses del siglo XIX, cuyos principales exponentes fueron
52
Vásquez de Mella y Donoso Cortez, en España, y De Maistre y de Bonald, en Francia» 9;

Afirma con determinación esta autora, que los temas fundamentales de esta doctrina v. gr.
la persona humana, los derechos naturales, los organismos intermedios y el poder social;
son aquellos de la doctrina social de la iglesia moderna e inclusive del pensamiento
democratacristiano; pero "todas esas nociones son tematizadas desde una perspectiva muy
diferente de las interpretaciones de contenido democrático que había desarrollado la ética
social católica al menos en sus versiones post conciliares"530 ; en consecuencia [estas]
postulan una concepción autoritaria del poder y una definición de la sociedad con claras
connotaciones corporativistas.

Estas posturas, más políticas que teológicas (o doctrinarias), están mayoritariamente


centradas en el comunitarismo propugnado, entre otros, por la Democracia Cristiana y
tangencialmente apoyadas en la doctrina católica posterior al Concilio Vaticano II. Lo más
cercano a una discrepancia genuinamente doctrinaria con las posturas tradicionales de la
Iglesia, quizás se encuentre en los trabajos de Mounier y Maritain que hemos revisado en
sus aristas más significativas; especialmente en el aspecto referido a los medios que estos
autores entendían básicos para alcanzar su objetivo final, cual era (al igual que para los
otros), el instalar una institucionalidad de inspiración cristiana.

No pareció en aquella época, como tampoco lo parece hoy, que se estuviera frente a una
solución valiosa o digna de ser considerada. Las ideologías extremas se avienen mal con las
soluciones prácticas; eso ya lo sabemos de sobra. Hemos insinuado también que existe una
relación importante entre las doctrinas tanto políticas como económicas (que hacen el eje
de nuestra institucionalidad) y resulta inconsistente -dada esta premisa- levantar una crítica
parcial sobre uno de sus aspectos relevantes sin hacerse cargo del otro, mucho menos si las
posibles alternativas no se avizoran ni se justifican.

Un punto de disenso que habían mantenido por décadas las corrientes doctrinarias
preeminentes del Régimen Militar, dice relación con la forma en que debía intervenir la

529
Ibídem, pág. 59
530
ibídem

163
164

Iglesia en el mundo social y político. La postura de la Democracia Cristiana, amparada en


las enseñanzas de Mounier y Maritain [que podríamos denominar vertiente francesa] era la
de separar las aguas ( «Dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios»); en
cambio las posturas sustentadas por las corrientes más conservadoras, que podríamos situar
en visiones cercanas a Lira, Eyzaguirre o el mismo Guzmán [que podríamos denominar
hispanas], justificaban una intervención más directa; una deliberada penetración de un
mundo en el otro, autoritariamente si se me pem1ite el término.

Sin perjuicio de ello, nos parece meridianamente claro, que si bien diferían en la estrategia
a seguir [los medios]: a través de cauces democrático-revolucionarios los unos [revolución
en libertad] y por medios autoritarios los otros [contrarrevolución]; lo cierto es que, a fin de
cuentas, ambos tenían un ideal común [mismo fin]: La instauración de un nuevo orden
basado en el cristianismo que redimiera a la sociedad que estaba amenazada de destrucción
por el ateísmo marxista.

El exceso de pluralismo difícilmente pudo ser una idea intransable en estas corrientes
doctrinarias católicas. Fue esta meta común [ya que la discusión acerca de los medios la
zanjó la historia), a fin de cuantas, la que se impuso en la CENC, principalmente por la
influencia de Guzmán que en muchos momentos claves531 hizo sentir su ascendiente para
restringir los espacios de debate. Disenso moderado, en todo caso, atendidas las
convicciones religiosas de casi todos los integrantes del órgano consultor.

Lo curioso es que esta enemistad entre corrientes hispanas y francesas, que tenía algunas
raíces en la península ibérica (v. gr. la excomunión espiritual del territorio hispano de
Maritain, seguida de observaciones infamantes por parte de la Nomenclatura franquista); en
nuestro territorio admiten una suerte de reconciliación ya que ambas adquieren importante
protagonismo en nuestro texto político. No debemos olvidar que parte de los comisionados
eran precisamente demócratas cristianos, como lo fueron también, muchos importantes

531
Por ejemplo en la redacción de la DPGCH y en e l Oficio, enviado a la CENC (cuya redacción le encarga
Mónica Madariaga, Ministro de Justicia).

164
165

532
colaboradores iniciales del régimen militar [ aun cuando hoy intentan negarlo) y esa
influencia se dejó sentir en el texto.

En todo caso debemos reiterar que la fglesia nunca ha tenido una única solución para las
diferentes hipótesis históricas que plantea la vida diaria; así SANCHEZ AGESTA afirma:

«... ni aún la misma iglesia ha defendió una posición única a través de todos los tiempos. A
circunstancia diversa es preciso que se modulen diversas soluciones. Pero por sobre esta relatividad
histórica hay una serie de puntos que por estar ligados incluso a problemas de dogma, no caben ser
discutidos para la iglesia ni para los católicos y que por consiguiente marcan un punto firme en que
cabe orientar este problema»533 .

Creemos haber demostrado en forma más o menos clara que ésta [la penetración de la
doctrina católica en el poder secular] es una cuestión antigua, que se remonta al menos al
papado de León XIII y su deseo de revitalizar la influencia de la Iglesia; y que, las
supuestas posturas '·integristas " no son sino las postura clásicas de la iglesia católica [que
tampoco exclusivamente derechistas según hemos establecido], retomadas por los
Comisionados, católicos en su mayoría; e integrados en el texto constitucional por quienes
protagonizaron a fortiori ese momento histórico. Tanto los personeros civiles como lo
m ilitares, eran conscientes de estar incrustando estos valores en el texto político básico y, a
través de él, en la convivencia social.

Como quiera que se plantee el tema de la incorporación-imposición, la verdad es que la


misma no ha sido motivo de gran debate en e l escenario político o social de la post-
dictadura y parece que no existe viento de cola para que lo sea en el corto o mediano plazo,
antes más, ha sido un modo de entender una nacionalidad más concreta y adecuada a
nuestra cultura histórica, cuestión que no podríamos decir de las ideologías pre-dictadura.
Creemos que aplica a esta realidad la observación de LEGAZ y LACAMBRA cuando
afirma: «La unificación de este heterogéneo conjunto [de ideas] se realiza en la acción

532
"Cuando comprobaron que no tendrían el acceso al poder que pretendían, les ordenaron a todos sus
camaradas que se desligaran del régimen militar", ARANCIBIA, Patricia, Conversando con Roberto Ke/ly V.,
óp. cit., pág. 200.
533
SANCHEZ AGESTA, luis. lecciones de Derecho Político, cuarta edición, Granada, pág. 232; "Estos
principios no ha sido expuestos y articulados como un sistema cerrado de verdades, sino al contrario,
aparecen enunciados en el estudio y consideración de cuestiones concretas en diversos documentos y en
distintas ocasiones( ... ] no son además un «numerus clausus»", Ibídem, págs. 43-44.

165
166

individual de las personas, la cual se constituye en nivel ontológico al fonnarse y


configurarse como conductajurídicro> 534•

La interrogante central a dilucidar es si resulta aceptable dajar la conducción política del


país o su espacio público, sumergido en un hábitat exento de reglas claras, donde cualquier
forma de debate o postura vaJórica~ sea admisible. Esta no es cuestión que pueda resolverse
de una vez y para siempre, pero un criterio ra1.onable para inclinarse por la negativa se
encuentra en el peligro potencial que implica per se, propiciar una convivencia anárquica
en un mundo cada día más globalizado y donde resulta problemático consensuar valores
mínimos de convivencia en un escenario crecientemente anómico.

Debemos plantear además que tampoco resulta suficiente que dicha ordenación se produzca
exciusivamente por medio de nonnas jurídicas. Estas no tienen esa función específica. El
plano del comportamiento social efectivo, el de las costumbres sociales, obedece a
numerosas influencias; una de las principales es Ja religión y la ética emanada de aquella535 .

No es necesario ser un seguidor de esta reHgíón para entender que la búsqueda de sentido
que exige la vida moderna puede ser encontrada en los modelos que emergen desde la
enseñanza de la Iglesia, no solamente por su riqueza y prestígiot sino porque se traduce en
un lenguaje claro y comprensible para e) grueso de la población ajeno a sutilezas536 .

¿Es justificable entonces que un texto constitucional como el nuestro se dé la licencia de


instalar y aun irradiar una serie de ideas y doctrinas que recogen gran parte de su contenido
en al campo de la ética?; a nosotros nos parece una opción perfectamente válida, No solo
porque de alguna forma resuelve cuestiones de la esencia del comportamiento social sino
también por guiar de forma clara, las decisiones que corresponde tomar al Estado en
beneficio de los ciudadanos. Recordemos que de acuerdo a la definición de Bien Común
que adopta nuestra carta fundamental la vida del hombre no se reduce exclusivamente a las

534
LEGAZ y LACAMBRA, Desarrollo Social y Derecho, 6p. cit., pág. 292.
"Ello de manera alguna es un despropósito si consideramos que "el ser humano es t<estructuralmente
$J.S
morah). A eso le llama Aranguren la ((moral como estructura» [J .L Aranguren, Ética, Alianza Universidad,
ca¡itulo 7] Citado por CAMPS, V., El Maleslál' de la Vida Pfiblica, óp. cit., pág. 33.
53
<<No hay, pues. en modo alguno, vida confonne a la razón sin conocimiento clam», SPJNOZA, Baruch.,
Ética, Tratado Tet:tiógicc, Político, Editorial Porrúa, 6• edición., México D.F., 1998, 4• parte, apéndice cap. V,
pág. 155.

166
167

condiciones materiaies de su subsistencia, sino también a aquellas que pueden completar su


bienestar, en ámbitos: espirituales, éticos o como quiera llamarle.

EJ contar con una respuesta a estas cuestiones resulta útil y necesario. Tomar partido por
una concepción de entre varias de las que presenta el mundo moderno, tampoco resulta
realmente un despropósito, sin perjuicio de que fas demás tengan cabida en la medida que
logren los respectivos consensos y realicen sus iuchas por los medios que el sistema
jurídico del estado les permita, Es muy claro como dice BAGET BOZZO que «una moral
no se improvisa. Y en una sociedad que elige ~'US combinaciones -individualmente, la
dimensión social de la moral es un problema abierto»531• Dicho de otra fonna. esta solución
no es ni puede ser definitiva, pues la sociedad misma, como el hombre, va mutando sus
concepciones, aun cuando convengamos, no en forma esencial 5l 3,

El tratar de petrificar esta idea en el texto fundamental parecía,. a primera vista+ excesivo,
pero conforme pasa el tiempo esta opción ha ido adquiriendo más sentido de lo que uno
pudo admitir. Mucho del contenido del texto ha ido envejeciendo dignamente,. dando
respuestas adecuadas a nuestras ínterrogantes ciudadanas. Quízás si esto se deba, como
Afirma CAMPS oon correcci6n~ a que si bien «la derecha siempre ha sido doctrinaria en
cuanto a ideas morales, la izquierda no sabe que contenidos morales debe proponer ní
predican?39. En otras palabras no tiene un proyecto alternativo que ofrecer en un mundo
que requiere de certezas más que incertidumbres, y a final de cuentas las mismas pueden
provenir de fuentes que entendíamos superadas en su capacidad de ser referentes de la vida
humana.

Finalmente debemos decir que el trabajo de fijar esta doctrina, darle un sentido y alcance~
aún cuando pueda ser arduo, es siempre útil en un estado de derecho que pretenda
proyectarse hacia et futuro. La claridad y transparencía, evita que en momentos claves,
quienes deban tomar decisiones, escapen al marco jurídico ya establecido~ para imponer sus

m 8AGET BOZZO, (iianni. "Un Ti.::mpo de incenidumbres». El País, 11~1~95. Cit. por CAMPS, óp. ciL,
¡,;¡g, 29.
n "Estoy persuadido que las verdades morales del pasado soo siempre verdaderas y que por lo tanto sería
ocioso inventar nuevos principlos morales. [ ... ]De lo q~1e el mUPdo tiene urgente necesidad no es de un nuevo
sistema moral, sino más bien de los medios que hagan eficaz los sistemas existentes", LEPP, Ignace, La
Nueva Mara/, Ediciones Carlos Lohié, Trad. Delfín Leocadio Garasa, Buenos Aires, 1964. págs, 19-20,
m CAMPS, Victoria, Ef Mafe~'/ar de la Vida Pública, óp. cit., pág. 30.

167
168

propias convicciones personales; ello en desmedro de la certeza jurídica de las grandes


decisiones del Estado. Un ejemplo emblemático es el abordado a propósito del denominado
tema de la píldora del día después y la cuestionada línea argumental del Tribunal
Constitucional,

Debemos dejar en claro que no existe falta de coherencia o de rigor por parte del Tribunal
Constitucional. Si examinamos en su conjunto la totalidad de las doctrinas analizadas y
además utiiizamos ta vieja regla de interpretación jurídica que indica que se debe buscar en
derecho una interpretacíón que de sentido a los hechos en lugar de una que sea exógena a
esta realidad; concluiremos que el TribunaJ Constitucional está actuando rigorosa.mente
dentro del estadio conceptual que generó la Constitución del 80.

Según hemos puntualizado previamente, la doctrina de Schmitt entiende por Constitución


algo distinto de norma constitucional; aquella corresponde al Status actual, al orden
constituido. Siguiendo este razonamiento, debemos necesariamente concluír que el orden
constituido por el régimen militar y sus colaboradores civiles fue uno inspirado en el
cristianismo, donde tampoco estaban excluidas las ideas de una autoridad fuerte y una
economía fundada en el principio de subsidiariedad.

El texto constitucional o la norma constitucional según la terminología de Schmitt. es solo


una fonna (no la única) de expresar la naturaleza de este orden. Ya hemos afinnado que
consíderamos al autoritarismo como un mecanismo formal para obtener la rigiclizacíón de
detenninadas materias que se deseaba preservar en sus rasgos esenciales: la nueva
institucionalidad, instaurada en el rég¡men miliar y posteriormente reforzada por el texto
mismo.

Siguiendo el razonamiento de Schmítt cuando afirma que quien decide acerca de la


excepción es quien tiene la legitimidad o poder constituyente originario, debemos convenir
que la naturaleza de los sistemas se ve más claramente en sus contornos, en sus costuras, en
los lugares donde normativamente no existe una regla que solucione el conflicto.

De esta fonna los casos sobre la píldora del día después nos demuestran,. fuera de toda
duda. que el Tribunal Constítucional entiende como Constitución lo mismo que Schmitt;

168
169

vale decir el orden constituido [concepto absoluto}, en el caso sub lite: el orden inspirado
en la doctrina cristiana. A partir de esa premisa no es dificil deducir por qué para este
organismo la Constitución Política [en estricto rigor los comisionados de la CENC]
entiende que la vida humana comienza con la concepción. Lo que se está diciendo en
realidad es que para el orden cristiano constituido [del cual la carta escrita es expresión], la
vida humana comienza con la concepción.

Podemos hacer esta afirmación pues ya sabemos que la norma constitucional, nada afirma
en este punto (acerca del comienzo de la vida), como tampoco lo hizo con buen criterio la
CENC, sino precisamente la postura de la CENC fue la opuesta: dejar abierto el tema, para
que fuera resuelto por vía legislativa. Si tenemos alguna duda de lo que el orden constituido
desea en este punto, es cosa de recurrir (como hace sin pudor alguno Silva Bascuñán), a las
palabras del Papa Juan Pablo II, que en su encíclica Evangelium vitae afirma la concepción
como punto de partida de la vida humana. No habría, según esta línea de razonamiento, una
interpretación abusiva [o con vicio de ultra petita] de la Constitución por parte del T.C.,
sino simplemente la corrección de un articulado constitucional que en cierta forma se
alejaba de la doctrina matriz de nuestra institucionalidad. Pero esta no es la única
perspectiva que puede aceptarse en este tema. Según hemos dicho también, la gran critica
que se hace a esta forma de proveer ha venido del constitucionalismo tradicional, que
partiendo de diferentes supuestos teóricos, entiende como Constitución precisamente el
texto escrito, con su consiguiente carácter nonnativo fundamental. La concepción negativa
de la que hemos hablado ya, considera una aberración que el Tribunal Constitucional
pretenda erigirse como Poder Constituyente originario y que se dé -además- la libertad
[auto concedida] de normar en espacios que la Constitución-Norma fundamental no ha
regulado o lo ha hecho, como en el caso sub lite, de una manera diametralmente opuesta. Si
seguimos esta línea de razonamiento, forzosamente debemos llegar a la conclusión de que
es inadmisible que los tribunales de justicia, especialmente el Constitucional [órgano que
no ha sido elegido por el soberano que es el pueblo] transite más allá del marco
Constitucional, amparado en supuestas convicciones personales de sus miembros
individuales, mismas que difícilmente pueden enmarcarse en una correcta praxis
interpretativa.

169
170

Parte de 1a doctrina entiende inadecuado el curso que ha tomado la labor interpretativa del
T.C.~ pues ~da circunstancia de basarse exclusivamente en ta1es categorias [valores y
principios] para determinar el sentído y alcance de los preceptos constitucionales encierra, a
nuestro juicio, riesgos o peligros evidentes, En concreto, y especialmente vinculado al tema
de estas notas, semejante proceder puede importar dejar librado al intérprete un margen de
subjetividad excesivamente amplio que, a la postre, signifique consagrar como •~válida"
540
únicamente aquella interpretación que se adecua a su propia y persona~ opín16n» •

Siguiendo esta línea de pensamiento no es dificil anticipar hasta donde se pueda llegar,
especialmente si entendemos ineludible la aplicación directa del texto constin.iciona1 por los
tribunales de justicia.

La doctrina cristiana, si concedemos que es esta la matriz sobre la cua) se forjó la


institucionaJidad nacional~ no pude entenderse naciendo ex nihilo de la inspiración devota
de los magistrados, por muy linajudos y píos que estos sean. Sobre la lnterrogante de cuáJ
debiera ser la opción interpretativa correcta; es dificil afirmado palmariamente, pero si
podemos seflalar que la interpretación del T.C., parece congruente con los supuestos
epistemológicos que se tenían in mente al dictar el texto político; y en consecuencia no
habría error interpretativo en la doctrina sustentada por este organismo, atendidas estas
coordenadas.

En estricto rigor la mayoría de íos ciudadanos [letrados o not resisten identificarse con una
doctrina que opere en dirección opuesta a la vieja tradición del liberalismo democrático
que, partiendo de supuestos teóricos muy distintos de los ya reseñados,. tampoco se ha
salvado de criticas tan agrias como acertadas; pero se trata de doctrinas que siempre deben
ser tomadas en cuenta para evitar los excesos propios de quienes pretender mantener a
rajatabla sus propios postulados teóricos, dejando de lado la tradición demoerática que es
pluraJista. Por estas razones coincidimos con CEA EGAÑA cuando plantea que debe
desestimarse una Constitución solo racional normativa, es decir aquella que se construye
con base en la obsesión por el vuelo ideológico, la imitación libresca, el afan refonnista
autojustificado y el cambio que se propugna aun antes de experimentar, en la realidad de la

w, ALCALDE RODRIGUEZ, Enrique. «Relación entre valores y principios generales de derecho en la


interpretación Constitucional de los Derechos Fundamentales en Chile)}, Revista Chilena de Derecho. vol. 35
Nº 3, pp, 480. 481 [200&].

170
17 l

conveniencia, si las instituciones y los procedimiento existentes son rescatable y


541
perfeccionables por otras vías legitimas .

No creemos - por otro lado- que los postulados que sustentaron, hasta ahora, la permanencia
de un exacerbado centralismo se justifiquen de manera alguna. Podríamos decir, en
contrario, que estamos frente a un estorbo al desarrollo regional y foco de descontento para
las aspiraciones de la provincia, que observa con desazón los privilegios de que gozan las
masas centrales solo por constituir un porcentaje de la población, decisivo en elecciones
presidenciales; en circunstancias que su aporte productivo es muy menor que aquel de las
provincias, notoriamente marginadas de la repartición de utilidades.

Ello va creando un manto de descontento que difícilmente puede disiparse con ideología
estetizante. Mucho menos si las posibles salidas pasan por ésta cada vez más aparente que
real, sistemática de participación política. En esta gala, los espectadores tienen sus palcos
asegurados por varias décadas y son ellos mismos los que cubren las ausencias en caso de
muerte natural o política. Estas son las debilidades del texto político (aun cuando podría
argumentarse sin error que ellas más bien serían de sus intérpretes y/o ejecutores), pero nos
parece - también- que sus fortalezas son mayores y más importantes.

Una adecuada sistematización de lo que espera la iglesia respecto de su influencia en el


mundo profano obedece a la estrecha relación que entiende existente entre la civitas terrena
y la civitas Dei, por utilizar w1a terminología agustiniana, rescatada por la Constitución
Gaudium et Spes. Para ésta, la comunidad política y la Iglesia, si bien tienen campos
independientes y autónomos, «las dos, aun con diverso título, están al servicio de la
vocación personal y social de los mismos hombres [. . .} El hombre, en efecto, no se limita
al solo horizonte personal, sino que, presente en la historia humana, conserva
' ·,
integramente su vocac,on eterna»542.

Lo que se persigue con esta conexión entre estas dos Civitas a final de cuentas es:

54 1
CEA EGAÑA, José Luis, El Sis1ema Cons1i111cional de Chile, óp., cit., pág. 81.
Hz Constitución Ga11di11111 et Spes, parte 11, cap. 4, De la Comw1idad Política, 76, pág. 205, Concilio Vaticano
11, documentos completos, novena edición, San Pablo, Bogotá, 2000.

171
172

«Instaurar ante todo en los hombres -y no con palabras- el convenéimíento profundo de que hay
valores e ideales de orden religioso y moral, que valen más que todas las riquezas materiales juntas;
que hay un confort del alma que sobrepasa todos los conforts del cuerpo[ ... ] la única que podría de
hecho rehacer la civílización contemporánea y sacarla de su crisis, la palabra nueva que podrá
orientar y guiar y que todos esperan- puede ser facilitado por la concepción integral, humana en el
más rico sentido de la palabra, del Catofrcismo espiritualmente vivido {... J de un Catolicismo que se
empeñe, en vanguardia, en todos ios problemas de la sociedad actual, que descienda cálido, a
s-t3
torrentes, rico en impulsos, heroico, sobre rodns las almas, luz del alma» .

Se ha hecho hincapié en este trabajo en la influencia de la Doctrina Católica en ei ambiente


de instalación de la nueva institucionalidad. Se han definido también los contornos de este
corpus de ideas; sin embargo debemos resaltar más un aspecto que nos parece relevante, En
efecto~ tan importantes como c1 contenido de esta doctrina, es el grupo humano que se
544
encargó del trazado teórico del nuevo modelo. Concordamos con CRISTl y CORREA545
cuando afirman que en estas cuestiones. quienes fijaron la agenda a seguir, fueron los
colaboradores civiles del Régimen Militar. especialmente Jaime Guzmán y algunos de sus
díscfpulos inmediatos [aunque estos autores suponen una influencia demasiado extensa5 «,
que te ayudaron en esta tarea. Especialmente hemos singularizado esta influencia en los
integrantes de la CENC, mayoritariamente católicos observantes.

Pero este fue solo el inicio de una obra que fue concebida para consolidarse en el tiempo,
Este último aspecto -et tiempo inclemente~ es el que finalmente concretó su ínmanencia,
principalmente porque traía entre sus ropajes un elemento final, destinado a completarla.
Para ello, se creó también tma cas~ que podríamos singularizar en la Unión Demócrata
Independiente~ cuya labor ha sido prioritariamente salvaguardar la obra de su líder
martirizado. Es a partir de este momento -11firma JÁ!JREGUI- cuando "desde el punto de

543
SClACCA; Míchele, Dios y la Religión en la Filosofm Actual, trad. A. Palacios López Luis Miracle,
Barcelona 1952, págs. 266, 297.
544
..Guzmán _guía los pasos iníciales de ia Junta Mfütar, juega un papel decisivo en la formación y
consolidación del nuevo régimen político y se convierte en su KrtJttf11rist, aunque sería más justo decir que en
materias constitucionales la corona la porta el mitmo", CRISTI, Renato. El Pensantiento Político de Jaime
Guzmdn, óp. cit, pllg, 34.
m "En la decisión del mismo Pinochet de apoyar en esta pugna al equípo de economistas neoliberales habria
j1.1,pdo un papel determinante Jaime Guzmán, cuya influencia en el diseiio político-institucional era
inconmensurable", COR.REA, Sofía, Con las Riendas del Poder, La Derecha Chilena en el Siglo XX, óp. cit.•
!'!•·
46
273.
"En ese sentido (fijación de la agenda política], las fuerzas militares fueron instrumento dócil de la!t
fuerzas civiles", CRISTl, Renato, y Ruiz~Tagle, Pablo. La república en Chile, óp. cit, pág. 196.

172
173

vista estructural social y económico, comienza a ponerse en marcha realmente la


J: •, 1 .
trans1onnac1on revo uc1onana
. ,,547
.

CORREA, hace un agudo análisis de las características de estos cruzados componentes de


548
la nueva derecha que responden al «discipl inamiento católico» (profesionales de la
Universidad Católica de Santiago, con estudios secundarios en el Colegio San Ignacio o en
549
los Sagrados Corazones), mismos que confonnan la capa más dura de la UDI y los
elegibles para cargos públicos. Ellos se han preocupado de que e l sistema se mantenga en
sus contornos esenciales. Esta labor, al parecer, ha llegado a una meseta dado que nadie ha
hecho realmente propuestas que contrasten adecuadamente con aquellas de la estructura
socio-económica y política que no rige. Puede ser que ello obedezca también a otras causas,
como la ausencia de debate político, la abulia propia de la vida moderna o el creciente [y
ahora posible] consumismo, pero lo cierto es que el resultado nos parece muy claro.

Es necesaria esta referencia a los sujetos concretos porque a través de ellos fue posible q ue
esta propuesta teórica pudiera hacerse carne. Para la mayoría de nosotros, las doctrinas de
la fe católica son solo referencias atendibles pero en ningún caso fórmulas prevalentes
sobre otras. Fueron ellos y no otros, los que creyeron en la bondad de este modelo y
también quienes posibilitaron su viabilidad política. Según la Constitución dogmatica
lumen Gentium, los laicos están obligados a respetar los lineamiento eclesiales y en cierta
forma deben encargase también de hacer carne los mismos en la sociedad al ser testigos y al
mismo tiempo instrumentos vivos de la misión de la Iglesia550. Esto porque "No se trata de
551
una verdad a contemplar, sino una acción por realizar" .

En consecuencia, entendemos que no solamente en nuestro país y sus particularidades, s ino


también a nivel global, se ha arribado a un tiempo en que las grandes luchas ideológicas

m JAUREGUl, Gurntz, La Democracia en la Encrucijada, óp. cit. pág. 82 [cursivas en el original].


m CORREA, Sofia, Con las Riendas del Poder, La Derecha Chilena en el Siglo XX, óp. cit. pág. 282.
;~<1 Unión Demócrata /11dependie11te. S u orígenes se encuentran en el movimiento Gremial [ 1966] liderado por
Jaime Guzmán y convertido en Partido Político en 1989.
550
«Así, pues incumbe a todos los laicos colaborar en la hermosa empresa de que el divino designio de
salvación alcance más y más a todos los hombres de todos los tiempos y de toda la tierra. Ábraseles, pues
camino por doquier para que, a la medida de sus fuerzas y de las necesidades de los tiempos, participen
también ellos, celosamente. en la obras salvadora de la Iglesia». lumen Genti11111, Cap. 4, Los Laicos Nº 33
passim.
551
MORENO, Femando, Iglesia, Política y Sociedad, óp. cit. pág. 126.

173
l74

han terminado de decantar. El afán de ir modificando los proyectos políticos y económicos


acorde las variables circunstanciales del ambiente político; la costumbre de ir planteando
modificaciones estructurales del modelo de convivencia como solución alquímica de los
males sociales se ha diluido en el tiempo. El desarrollo que llevan las sociedades
occidentales, han llegado a un punto de inflexión, preferentemente impulsados por la vida
práctica y por e llo, construidas a partir de la lógica del ensayo y e1Tor.

Esta arremetida la entendemos emergiendo, principalmente, a partir del Conci lio Vaticano
II, que en su momento definimos en su esfuerzo por constituirse en una doctrina realmente
operativa en el mundo secular. Esta aspiración se ha concretado en nuestro modelo. Lo
exponemos de esta forma pues entendemos que muchas cosas solo tienen significado «si
suponemos que existe una secreta intención de la naturaleza en este curso sin sentido de los
asuntos humanos»552.

Lo que resta, dado este escenario, como afirma STRAUSS, es dedicarse más a "conducir la
deliberación autentica mediante el enriquecimiento de la conciencia de la ciudadanía con
respecto a la variedad, e l peso y la validez de los factores y principios que hay tras las
decisiones fundamentales"553 . Proyectar un giro radical requeriría (conjeturamos) instalar
un nuevo y seguramente brutal status revolucionario, donde tengan que forjarse
originariamente otras directrices, cualesquiera que estas sean.

Es todavía prematuro sacar conclusiones definitivas; pero ya han pasado más de treinta
años desde su promulgación, tiempo más que suficiente para evaluar el impacto que ella ha
tenido de nuestra vida ciudadana. Ésta, aún con fallas estructurales importantes, ha
demostrado eficiencia frente a circunstancias muy extremas y por ello debe serle
reconocida su solidez. Además se ha revelado eficiente para dar un sentido a nuestra vida
colectiva, por un camino impensado antes del 73, pero claro y adecuado para una nación
que luego de sanar heridas recientes, se encamina hacia los nuevos desafíos del siglo XXI.

552 ARENDT, Hannah, Hombres en Tiempos de Oscuridad, Editorial Gedisa S.A., trad. Claudia Ferrari y
Agustín Serrano de Haro, Barcelona, 2008, pág. 99.
553
TARCOV, Nathan y PANGLE, Thomas L.. (Epilogo) «Leo Strauss y la Historia de la Filosofia Política•
en Historia de la Filosofia Política, Strauss y Cropsey (Comp.),Fondo de Cultura Económica, trad. L. García,
D. Sánchez y J. Utrilla, cuarta reimpresión, México D.F., 2004, pág. 878.

174
175

«Era necesario perder la memoria»

ALEJANDRO JODOROWSKY, Poesía sin fin.

PARTE 11

NEO LIBERALISMO

Capítulo VI

INTRO DUCCION IDSTORICA

El golpe militar puso fin a la «Vía Chilena al Socialismo»; proyecto político marcado por la
fuerte intervención del Estado en materia económica. Este proyecto suponía una alternativa
más radical de las que venían desarrollándose en materia económica en un continente,
identificado desde los años cincuenta, con las políticas desarrollistas generadas desde la
Comisión Económica de las Naciones Un idas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y
amparadas luego por la denominada «Alianza para el Progreso» impulsada por el
Presidente Ke1medy. El estado de la economía en septiembre de 1973 era lamentable
debido a que unos y otros habían tomado la decisión de utilizarla en provecho de sus
proyectos ideológicos particulares; la ideología pesaba más en aquella época que el sentido
554
común de salvaguardar un escenario que podía afectar a todos • Los mecanismos para
sanear esta caótica situación no eran muchos. En este escenario emerge una alternativa que
luego se tomaría global: el Neoliberalismo. Estas ideas se correspondían "a una fase del
desarrollo del capitalismo que replanteaba la autonomía de los mercados y de la economía

554
"Este conocimiento [científico marxista] permite definir los objetivos del socialismo, y concebirlo como
un nuevo modo de producción determinado que sucederá al modo de producción capitalista, concebir sus
determinaciones propias, la forma precisa de sus relaciones de producción. Permite también definir los medios
de acción propios para «hacer la revolución», medios que se basan en la naturaleza de la necesidad del
desarrollo histórico, en el papel detenninante en última instancia de le economía en este desarrollo, en el
papel decisivo de la lucha de clases en las transformaciones económico-sociales y en el papel de la conciencia
de la organización política", ALTHUSSER, Louis, La Filosojia como Arma de la Revolución, Ediciones
Pasado y Presente, trad. Osear del Barco y enrique Román, Córdoba (Ar.) 1970, págs. 22-23.

175
176

respecto de la sociedad en un marco de predomínio dei capital financiero a nivel


globalizado y de grandes cambio tecnológicos""'.

No podemos hacer responsable únicamente al gobierno de la Unídad Popular del de-Sastre


que sufrió nuestra economía en aquellos años. Esta responsabfüdad debe ser compartida de
manera relevante también por el gobierno de Freí Montalva. Fue la Democracia Cristína556
quien embarcó al país en un feroz proceso de reformas que (según ellos) el país requería
557
urgentemente • Esta iniciativa era empujada desde la Casa Blanca para imponer los
términos de la ((A1.íanza para el Progreso»558 y para alcanzar este objetivo, no trepidan en
intervenir las eleccíones nacionales (l %4) con el fin de favorecer a aquellos más
dispuestos a seguir sus directrices. El resto corrió por parte de las trasnacionales y las
agencias de seguridad norteamericanas.

Este impulso estatizarte y sobre todo proteccionista. que ponía férreas barreras a la
inversión extranjera. no era solo un fenómeno nacional, síno que tenia amplía acogida en
los niveles internacionales, especialmente en 1as instituciones burocráticas americanas; la
más influyente, la mencionada CEPAL, dirigida por Raúl Prebisch Linares. Este
economista argentino tenía una particular visión del desarrollo de la economía y las teorías
económicas en el continente sudamericano. Entendía que para ingresar en una senda de
desarrollo sostenido -minimízando la vulnerabílídad externa- era necesario que se

555
m GARRETON, Manuel Antonio,Neolilreraíismo Corregido y Progresismo Limitado, Los Gobiernos de
la Concertació,; en Chile. [990-20!0, Editorial Ar(;i$•Clacso,PrQspal, Santiago de Chile, 2012, pág,'l, 17.
156
"Por muy admirable qi.u,, fuera el énfasis de loo democratacristianQs en la democracia, su fracaso en captar
la naruraleza propia de la economía libre habría de impedir el desarrollo económico en la Europa Latina y en
Latinoamérica, y al final socavaría la demoi;racia en sí", NOVAK, Michael, La Éttru Cmólica Y el Espíritu
del Capltali:mw, Centro de Estudios Públicos, Santiago de Chile, 1995, pág. 31.
551
Lá expresión ((Revolución en Libertad» no solo era un slogarr electoral, sino que reflejaba realmente la
profunda convicción de que en Chile era posible provocar un cambio acelerado de las condiciones politices,
económicas y sociales vigentes sin recurrir a las conocidas técnicas de las revoluciones violentas y totalitarias.
[.,.). Esta convicción eliminaba la coerción como instrumento de gobierno para $0ffieter a los opositores y
hacia inaceptable. por principio, la concentración del poder económico. político y -cultural en las manos de
cualquiera élJ¡e. Tal idea [ ... J, hacia que el desafio fuera ex:tremadamente dificil porque, de alcanzar el poder,
al amparo de la libertad podían produdrac muy fácilmente conflictos entre el grupo gobernante y los $eCtól"é$
afectados por los cambios, así como entre estos y los que impacientemente exigieran su reivindicación
inmediata. que podían frustrar los propósitos del gobierno, MOLINA, Sergío, El proceso de cambie en Chile,
La experiencia 1965-1910, Edítorial Universitaria S.A., Santiagó, 1972, pág. 5.
sas "La llegad.a al poder de John Kennedy, en 1961, signíficó un vuelco en la polltica de los Estados Unidos
con respecto a América LatltJá. Dit:ha vnriación ero t,in deoonhle como inevünble [ ... J !a Alianza para el
Progreso no puede ser entendida solo ;;:omo una respuesta a las nuevas circunstancias que en esos años
encaraba América Latina. MOLINA, Scrgi-0, ibídem, pág. 35.

176
177

permitiese un cierto proteccionismo en el comercio exterior y estrategias de sustitución de


importaciones559•

" ... el capitalismo periférico es parte de este sistema mundial, proviene su propia especificidad( ... )
de allí que ese afán nuestro de engullir teorías desde los centros es otra de las manifestaciones de
nuestro capitalismo imitativo y de nuestro afán por desarrollarnos a imagen y semejanza de
aquellos ... así se toman esas teorías sin reflexionar en las grandes diferencias de estructura social
entre los centros y los países periféricos( ... ) se propagan las técnicas, los modos de consumo y otras
formas culturales, las instituciones, las ideas y las ideologías ... " 560. De forma tal que esa dinámica
solamente impulsa al desarrollo periférico si y sólo si responde al interés de los grupos dominantes
del centro561 •

562
En los años cincuenta los desarrollistas , como los keynesianos y los socialdemócratas de
los países desarrollados, podían enorgullecerse de una serie de importantes logros. El lugar
donde se produjo un progreso más avanzado del desarrollismo, fue precisamente el Cono
Sur (Chile, Argentina, Uruguay y parte de Brasil). El epicentro de este fenómeno se
ubicaba precisamente en la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina
con sede en Santiago. Allí Prebisch formó economistas en la teoría desarrollista y los envió
a asesorar a los gobiernos del todo el continente. Esta resultó una época oscura para el
Departamento de Economía de la Universidad de Chicago. Mediante las políticas practicas
e inteligentes que se implementaron en forma agresiva, la brecha entre el primer y tercer
mundo tendía a desaparecer. A pesar de e llo ex istían también unos cuantos interesados en

559
GARCÍA BOSSIO, Horacio, «Génesis del Estado desarrollista latinoamericano: el pensamiento y la praxis
política de Helio Jaguaribe(Brasil) y de Rogelio Frigerio(Argentina)», documento de trabajo Nº 23, abril de
2008, disponible en la red en: uca.edu.ar/uca/common/grupo83/ files/23-_Garc-a_Bossio.pdf
560
PREBISCH Raúl, Capitalismo periférico. Crisis y trasformación, FCE, México, 1981, páginas 30 y
siguientes.
561
Aquí se puede visualizar la influencia de la teoría denominada Sistema 1',!Jundo (World-systems approach)
o Economía Mundo que consiste en un desarrollo de la crítica post-marxista. Para Wallerstein (uno de sus
principales representantes) constituirá una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la
«periferia» al «centro» del imperio. Femand Braudel (representante de la «Corriente de los Annales»
francesa) fue el primero q ue utilizó la expresión «Economía Mundo».
562
" Los econom istas desarrollistas afirmaban que sus países escaparían por fin de la pobreza si llevaban a
cabo una estrategia de industrialización orientada al interior en lugar de recurrir a la exportación de recursos
naturales, cuyos precios cada vez eran más bajos [... ] Defendían reglamentar o incluso nacionalizar la
explotación del petróleo, minerales y otras industrial claves, de modo que w1a buen parte de los beneficios
obtenidos sirviera para financiar un proceso de desarrollo financiado por el gobierno". KLEIN , Naomi, La
Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre, Editorial Paidós SAICF., trad. Isabel Fuentes
García, Albino Santos, Remedios Diéguez y Ana Caero ls, Buenos Aires, 2008, págs. 86.

177
178

favorecer las ideas de la Escuela de Chicago, poeos pero extraordinariamente poderosos. La


revolución keynesiana le estaba saliendo muy cara al sector privado del primer mundo563•

Prebisch postuló exitosamente sus teorías económicas en el escenario Latinoamericano564 y


a través de eJlas plantó firmemente las semillas proteccionistas de confonnídad con los
planes de desarroHo generales, "Se elevaron las barreras arancelarias y las cuotas de
ímportación; se promulgaron leyes de inversión represivas para mantener alejados a los
extranjeros, y se indujo a las compafiías nacíonales, tanto estatales como privadas. a vender
en el mercado nacfonal con poca o ninguna competencia"565 . Este proyecto~ según
adelantamos, fue apoyado desde Estados Unidos por el Presidente Kennedy a través de la
«Alianza para el Progreso»566•

El crecimiento económico, social y cultural le hubiese permitido a Latinoamérica entrar en


una economía activa y desarrollada. Pero esta dinámica histórica cambiaría dramátícamente
de rumbo con el trágico asesinato del presidente Kennedy; luego de su muerte, su sucesor
Lyndon Johnson, dio prioridad a la lucha contra el comunismo y el rol de militares como
custodios del orden intemo latinoamericano, truncando el proyecto íntegracionista y de
apoyo a Latinoamérica y sustituyéndolo por las directrices que imponía Ia Doctrina de la
Seguridad Nacional

Pero el fracaso más importante de la Alianza fu.e político. porque si bien en lo formal
Estados Unidos apoyaba a tas democracias continentales; al momento del estallido de los
golpes de estado, su posicíón se tornó ambigua para finalmente desembocar en un apoyo
directo a las dfotaduras militares. Esta estrategia implicaba una doble agenda: por un lado
Estados Unidos promovió la intemaciona1ización de las Fuer?..as militares interventoras~ y

SólKLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre, óp. cit., págs, 86-87,
564
"Convertido en una especte de dogma para América Latina. el pensamiento cepaliano propiciaba un
desarrollo económico promovido por el Estado, el cual intervenia abiertamente en la economía impulsando el
desarrollo industrial a través de una política de sustítución de importaciones bajo proteeción -arancelaria'',
Ibídem, pág. 63; Vid. IBÁÑEZ OJEDA, Pedro y LÜDERS, Rolf, Hacia una moder,¡a economía de merrodo:
die= ai'ios de po!i!ica econó-míca. 1971-1983. Valparaiso: Escuela de Neg-0cios de Valparaíso, Fundación
Adolfo Ibáflez, 1984, pág. l l.
' 4' CRAIG, Pau! y LaFoilete. Karen, La Revolución Capitalista en Latln<wmérica, Oxford Universíty Press,
trad. Adriana Arrieta Munguía, México D.F., 1999, pág. 112,
566
Esta Alianza implicaba que Jos países latinoamericanos debían desarrollarse a partir de su propio !!$fuerzo,
<¡ue sin embargo serian apoyados por Estados Unidos, a través de inversiones y técnicas para la aplicación de
dichos objetivos. Fueron aproximadamente 20 mil millones de dólares. durante una década,

178
179

por el otro (en lo bilateral), se dedicó a concretar el denominado recuso de intervención


(principio cardinal de la DSN). Estados Unidos encontró en América Latina un clima
sociopolítico propicio para jus tificar su acción militar tras la amenazante influencia cubana
que diseminaba exitosamente su ideología anticapitalista. A ello se sumó una suerte de
desgaste de las posturas desarrollistas que pusieron a los estados en crisis estructurales;
mismas que se vieron acrecentadas por las asonadas golpistas que comenzaron a englobar
al Cono Sur.

Esta situación dio margen para que se ensayasen, por los países de la región, otras
pos ibilidades más drásticas que aquellas propuestas por la CEPAL; en el caso nuestro, se
abrió la compuerta para una radicalización del proyecto socialista, mediante la llegada de la
Unidad Popular al Poder.

" La orientación definitoria de la política económica queda resumida en el ya bien conocido pasaje
del Programa Básico de la UP, donde se dice que, «Las fuerzas populares unidas buscan como
objetivo central de su política reemplazar la actual estructura económica, terminando con el poder
del capital monopolista nacional y extranjero y del latifundio, para iniciar la construcción de
socialismo» [... ] «no se trata solamente de realizar las refomrns estructurales necesarias para
modificar las condiciones de funcionamiento de la economía y la sociedad sino de transformar
cuantitativamente su naturaleza. No se trata de resolver la situación al interior de los límites del
sistema, sino de sustituir el sistema"567 •

Las radicales propuestas anticapitalistas de la UP generaron repulsa en las elites financieras


trasnacionales con intereses importantes en la región y estos no se quedarían impávidos a
observar los acontecimientos, habiendo tanto en juego. Ya habían vencido a la UP mediante
un potente apoyo a la candidatura de Eduardo Frei Montalva, proporcionándole ingentes
recursos (no serían los únicos agentes extranjeros que apoyarían de esta forma al PDC).
Pero esta no era su única preocupación; también les inquietaba a estas elites el (excesivo)
desarrollo del tercer mundo casi en la misma medida que les alarmaba la posibilidad de que
el continente cayera en manos del comunismo. Como una fonna de intervenir más
eficazmente en la región se imponen el objetivo de s ituar al Cono sur en la lógica binaria de
la gue1Ta fria. Su olfato les indicaba que el nacionalismo del tercer mundo podría
convertirse en un primer paso para que la región abrazara la causa marxista y urgía ponerle
fin prontamente a este intento.

567
RAMOS, Sergio, Chile: ¿una economía de transición?. CESO-PLA, Santiago, 1972, pág. 169.

179
180

La tarea de erradícar el desarrollismo de Latinoamérica no resultaria tarea sencHla pues se


requería una intervención mayor (personal), para obtener resultados satisfactorios. En tomo
a este delicado tema discutieron en 1953 en Santiago de Chile, Albion Patterson director de
la administración para la Cooperación Internacional en Chile (futura USAID) y Theodorc
W, Schultz, presidente del Departamento de &onomia de la Universidad de Chicago; ellos
concluyen que lo más conveniente era ínfluir en la educación; la fonnación de los hombres
les parecía nefasta, particularmente en las universidades. La fórmula que ingeniaron fue que
Hel gobierno estadounidense pagarla para enviar a estudiantes chilenos a aprender economía
en la que prácticamente todo el mundo reconocía que era el lugar más rabiosamente anti
<<rosa>; del mundo: La universidad de Chicago. Schultz y sus colegas en ta universidad
también recibirían dinero para viajar a Santiago, investigar la economías chilena y formar
estudiantes y profesores en los fundamentos de la Escuela de Chicago"568 ,

Fue Nixon -afinna KLEIN~ quien les darla a los Chicago Boys y a sus profesores algo con
lo que siempre habían soñado: una oportunidad de demostrar que su utopía capitalista era
más que la teoría de un taller académico de un sótano, una oportunidad para rehacer un país
desde cero569 . La democracia había sido poco hospitalaria con los Chicago Boys en Chi1e,
la dictadura se demostraría mucho más acogedora.

Cuando se elige a Allende, Nlxon lanza su famosa orden a Richard Helrns., Director de la
ClA de que «hiciera chillar a la economía». A ellos se sumaron las empresas trasnacíonales
estadounidenses: la [TT (Jnternational Telephone and Telegraph Company) que poseía el
70% de la compañía telef6nica de Chile; Purina, Bank ofAmerica y P/izer Chemical entre
otras. La idea era provocar un colapso económioo570• Luego de tres años del gobierno de la
UP, y atendidas las circunstancias internas y externas que conspiraron en contra de la
economía del país; se logró et objetivo deseado por Ios bandos en pugna: la economía
quedó hecha un desastre,

KLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre, óp,, Cit., págs. 91-92 .
1'4$

.¼*"Además de haber sido América Latina w10 de los grandes escenarios de experimentación de la doctrina
neoliberal, fue testigo de la primer experiencia neolíberal en el mundo hecha en fonna sistemática. Ello
sucedió en Chile durante la díctadura de Pinochet .. .'\ :; 6q GARRETON, Manuel Antonio, NeQiiberalísmo
Corref!iM y Progresismo limitado, Los Gobiernos de la Concerlacilm en Chile, 1990-2{}!0, Editorial Arcis-
Clacso-Prospal, Santiago de Chile, 2012, págs, 71,
m KLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock, Bf auge del capitalismo del desastre, óp. cít,, págs. 96-97.
181

Pedro IBÁÑEZ hace un recuento detallado de las consecuencias de esta aventura:

'·Al momento de producirse el pronunciam iento militar, el país se encontraba con una economía
estancada (el PGB decreció durante 1973 en un 5,6 por ciento), con desatada inflación, un Estado
Hipertrofiado y desfinanciado (el fisco gastaba el 44,9 por c iento del PGB durante 1973 y el déficit
era equivalente a l 24, 7 por ciento de ese Producto), y con un comercio internacional muy reducido.
Las fijaciones de precios y otros controles sobre bienes y servicios hacían florecer racionamientos,
mercado negro, acaparamientos y colas. Se había producido en la practica el colapso económico
total" 571 .

Atendido este estado de cosas resultaba evidente que las nuevas autoridades no podían
dejar pasar demasiado tiempo para tomar importantes decisiones en este campo; y que las
mismas debían ser adecuadas y completas.

14. La Decisión política

Ha sido motivo de especulación si las autoridades militares venían ex profeso con la idea de
imponer, por sugerencia de los Estados Unidos, una agenda política tendiente a la apertura
de fronteras económicas, acorde con las ideas neoliberales de la Universidad de Chicago.
Estimamos que ello no ocurrió de esa manera; las propuestas liberales fueron insta ladas
(materialmente) después del golpe militar. De cualquier forma el imperativo del gobiemo
militar era hacerse cargo de la situación de precariedad económ ica en la que estaba sumida
la economía del país en septiembre de 1973.

¿Qué hacer en este escenario?, debió ser la pregunta dirigida hacia las nuevas autoridades
económicas; y las soluciones requeridas (al igual que en el ámbito político) debían ser
rápidas, eficientes y radicales. Estos remedios, atendido el delicado estado del paciente en
aquella hora, no podían centrarse únicamente en el plano macroeconómico; debía abordarse
el problema de una perspectiva más global; debían tenerse en cuenta las (denominadas por
572 573
Barre ), estructuras de encuadramiento; especialmente las «Estructuras Mentales» ;

dado que todo desarrollo supone preocupación por estas conexiones.

571
IBAÑEZ O., Pedro et al, Hacia Una Moderna economía de Mercado, óp. cit., pág. 16.
572
BARRE, Raymond, El Desarrollo Económico, 4' Edic ión, Fondo de C ultura Económica, México. D.F.,
1968, pág. 49.
573
"Entiendo por estructuras mentales o «herramientas mentales» (en el sentido que ha utilizado el término
Lucien Febvre), el conjunto de conceptos, creencias, ideologías y representaciones que se producen en una
sociedad dada", lbidem, pág. 55.

18 1
--- - - - - - - - - - - ----------

182

En el campo económico se forzarla una revolucionaria transfonnación en una sociedad


reacia a cambios bruscos~ estábamos dotados de una suerte de mentalidad isleña que nos
impedía ver con una perspectiva más amplia ]os fenómenos que ocurrían más allá de
nuestras fronteras. Contábamos con una institucionaHdad dañ.ada que funcionaba bajo una
lógica político-económica patriarcal Estábamos muy lejos de lo que se requería para lograr
el desarroUo económico deseado. El análisis que se hacia de 1a economía chilena desde el
extranjero era 1 también, bastante negativo y las propuestas que se presentaban para reparar
este descalabro, implicaban intervenciones de gran envergadura. La economía era un sector
que requeria atención urgente y experta. Esta vendria desde Chicago,

"El neolibera1ismo chileno supone dos condiciones para su implantación, Por un lado la abolicíón
de la democracia; la eliminación de actores socia.les y políticos y espacios y mecanismo de
deliberación y ~ciones que lo contradijeran, es decir, un detérminado modelo político. El golpe
Militar de 1973 (que derrocó al gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular con su proyecto
de «vía chilena al socialismo;>) y sus secuelas de represión e instalación de una de 1as dictaduras
más cruentas e la historia latinoamericana, proveyeron esta condición. Por otro 1a conformación de
un núcleo hegemónico en fa conducdón del aparato del Estado que le diera al poder mífü:ar un
proyecto del que carecía [ ... ] esta segunda condición fue provista por la alianza entre el liderazgo
personalizado de Pinochet [, ,.] y el grupo de economistas denominado los Chicago Boys., adictos. a
la Escuela de Milton Friedman ... ". 574

Ya desde la década de los cincuentas una serie de peones habían sido moviJizados en este
juego de instalar posibilidades distintas del desarrol1ismo qne imperaba en aquella época de
Latinoamérica575 , en primer lugar mediante la denominada Misión K/ein- Saks (patrocinada
por El Mercurio}. pionera en la materia y luego en los años cíncuenta, mediante el citado
programa de intercambio propuesto por la Universidad de Chicago y acogido por una
alicaída Escuela de Economía y Administración de la Universidad Católica de Chíle st6•

574
GARRETON, Manuel Antonio, Neoliheralismo Corregido y Progresismo Limitado, los Gobiernos de {a
ConcertacWn en Chile, !99{}-2010, Editorial Ards-C\acso-Prospal. Santiago de Chile, 2012, págs, 72-73,
F.> "Harry Trumao[ ... ] en el mensaje al Congreso con el que en 1949 inauguró su segundo rnanato, anunció
un programa [ ... ] (para) ayudar a las personas de áreas económicamente subdesarrolladas a elevar su nivel de
vida[ .. ,] Kennedy (creó) la Agency j()r lmernational Developm.mt (AJ.O.) cuya finalidad seria "'la ayuda
ex:terior de los Estados Unidos ha tenido siempre el dohk propósito de apoyar J05 intereses de la poli.tlca
exterior americana, expandiendo la democracia y el libre mercado y al mismo tiempo, mejorar la vida de !os
ciudadanos de loo países en desarrollo", ARANCIBlA C., Patria y Balart P. Francísco, Sergio de Castro, El
arquire-cto del modelo económico chileno, Libertad y Desarrollo, Santiago de Chile 2007, pág. 57.
576
Amold C. Harberger llegó a Chile el 1° de Julio de 1955-,junto a otros tres profesores de la U. De Chkago.
encabezados por Theodore W, Schultz. '"Venlan a estudiar la factibilidad de iniciar Un programa de
cooperación entre ambas universídades para mejorar el nivel de los estudios y de la investigación en
economía en nuestra Escuela de Economía y Administración. Parecia tm milagro pues nuestra escuela era de

182
183

Dicha casa de estudios sería el centro de este proceso que deseaba imponer las bases de un
nuevo modelo económico.

Estas ideas tendría la posibilidad de entrar en acción en una fom1a distinta de la imaginada
en un comienzo, al producirse el golpe de estado en el año 1973. Se sabe ya que la batuta
en materia económica dentro del gobierno militar la llevó la Armada, y no parece ahora un
despropósito pensar que el interés de esta última en la materia fue estimulado por una
agrupación carlista que se había fundado en Valparaíso, llamada la Cofradía Náutica del
Pacifico Sur577, creada en el año 1967 por Agustín Edwards Eastman, (dueño del diario El
Mercurio) y Roberto Kell/ 78 •

En el año 1970 el empresario periodístico se autoexilia en EEUU. En dicho lugar Edwards


se encarga de realizar una importante labor conspirativa en contra del gobierno de Salvador
Allende579. Su salida fuerza la reestructuración de la mencionada institución porteña. En su
lugar como líder de la Cofradía queda el Almirante José Toribio Merino Castro, oficial de
larga tradición familiar en la Marina y un reconocido antimarxista; se dice también,
miembro del Opus Dei.

Varios de los colaboradores del gobierno militar tenían hondas raíces en la Armada como
Hemán Cubillos580 quién sería canciller de Pinochet y especialmente Roberto Kelly quien
se encarga junto con Merino de construir los nexos entre la Armada y su postura golpista y
el resto de las fuerzas armadas581 . El marino retirado ocupará una posición relevante en la
nueva estructura de poder y en la construcción de la institucionalidad económica. Es
precisamente Kelly y luego Guzmán quienes promueven la acción de los Economistas de la
Escuela de Chicago en la construcción del nuevo sistema económico. Estos economistas

bajísima calidad en lo que a Economía se refería", DE CASTRO, Sergio, (prologo), la Escuela de Chicago,
Francisco Rosende (Editor), Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2007, pág. 13.
577
Vid, ARANCIBIA C. Patricia y Balart P. Francisco. Sergio de Castro, óp. cit., pág. 155.
578
De un encuentro entre Kelly y Merino habrá surgido la ideas de planear un programa alternativo al
gobierno de Allende " Botar a Allende no cuesta nada [... ] no tenemos ningún proyecto alternativo que
podríamos utilizar para salvar al país", ibídem, pág. 154. Cfr. ARANCIBIA C. Patricia, Conversando con
Roberto Kelly V. , recuerdos de una vida, Editorial Biblioteca Americana, págs. 117 y 118.
579
Se le considera parte importante de la Operación Sinsonte (Mockingbird) de acuerdo al Comité Church.
580
A esas alturas presidente de la Editorial Lord Cochrane pero en el hecho estaba a cargo de todas las
empresas del Grupo Edwards.
581
Cfr. ARANC IBlA, Patricia, Conversando con Robeno Kelly V., recuerdos de 1111a 1·ida, Editorial
Biblioteca Americana, págs. 142 a 154.

183
184

inician su intervención en materia económica con un texto que en sus inicios tenía la
pretensión de ser una propuesta de la candidatura presidencial de Alessandri: «El
Ladrillo» 582 • El Ladrillo tiene como origen lejano. la propuesta en materia económica del
programa de gobierno de don Jorge Alessandri Rodriguez de 1970583• El mismo es luego
retomado y perfeccionado por profesionales ligados al Grupo Edwards, y en el cual
participaron una serie de especialistas en la materia 584, la mayoría de ellos formados en la
Universidad de Chicago585 • Su principal cabecilla era Sergio de Castro 586 , uno de los
primeros becarios de la Universidad de Chicago y quien llega post-titulado a hacerse cargo
de la Escuela de Economía de la UC. De Castro durante el Gobierno Militar, abrió la
economía al comercio exterior y desreguló la banc~ entre otras labores importantes. desde
su puesto de Ministro de Hacienda,

Algunos criticos como Pilar VERGARA. afirman que las políticas económicas del
gobierno militar -en un principio~ carecían de una estrategia única5s.7• lo que era ajustado a
la realidad. No fue fácil instalar la ídea de liberalizar la economía. dado que al interior del
propio gobierno militar existía resistencias importantes, especialmente en el Ejercito.
estatista en sus concepciones económicas; pero no son correctas estas críticas cuando

su Disponible en la red en: cepchile,cildms/lan¡L 1/cat_794_pag_ l .html


ru Harberger recuerda en estos términos el suceso: "Alessandri reunió a un grupo de economístas para
preparar su programa, y yo los ayudé en sus trabajos. La mayoría de ellos vinieron de Chicago, aunque
posiblemente la tereéra parte provenía de otras imiversidades, Eso sí. todos eran amigos del mercado libre y
de la buena economia. El programa que elaboraron para Alessandri fue tachado rle demasiado radical y
demasiado liberal por los políticos de su entomo, lo que provocó que Atessandri no lo aceptara·•.
HARSERGER. Hamold S., «La Influencia de Friedman y de la Escuela de Chkago en la Economla de Chíie»
en Mi/ton Frietlman 1111 Economista liberal, AZNAR, José M. Et alii, Faes, Madrid, 2008, pág. 37.
584
"A poco andar quedó en evidencia que estos planteamientos chocaban a quienes tanto en el campo politico
como empresarial asesoraban y ap0yaban a Alessandri [ ... l deseaban la mantención del sistema
socioeconómico imperante, aunque inc<>tporándole algunos cambios menores [ ... ] Lo peor de todo, era que el
propio A1essandri era contrario a nuestras ideas y eso nos parecía trágico porque el programa era para él",
ARANCISIA C., Patria y Balart P. Francisco, Sergio de Castre, El arquitecto del modelo ec<>n6mico chileno,
Í'!¡• ciL, pág. 1)4.1)7.
s 5 "Los economistas nombrados füeron: Álvaro Bardón, Andrés Sanfuentes, José Luis Zabala y Juan Villarzú
(todos demócrata cristianos en ese entonces con estudios de postgrado en la U. de Chicago}; Pablo Barahona
y Sergio Undurraga (en esa época ambos del Partido Nacional, el primero con estúdios de posgrado en la U.
de Chicago y el ,;egundo egresado de la U. Católica) y Sergio de Castro. Eru.ilio Sanfuentes, 'Manuel Cruzat y
Juan Braun (independientes) y, salvo el primero. estrechamente vinculados a grupos empresariales. Los dos
primeros e5tudiaron en la (;~iversidad de Chicago y el Ultimo en la Universidad de Harvard; Cruzat estudio en
ambas universidades'\ IBANEZ O., Pedro. Hacia Una moderna Economfa de Merct1do, óp., cit., pág. 20.
su. ''Sergio de Castro ínici:o el pnx::eso de privatización en Chile. Era el líder lnte!C1;tual de los "Muchachos de
Chfoago", la figura centr~l del equipo de economistas de Pinochet", CRAlG, Paul y LaFotlete. Karen, La
Revclución Capitalista en Latinoamérica. óp. cit., pág. 37.
m VERGARA. Pilar, Aug-t; y Calda del Neoliberalismo en Chile, Ftacso, Santiago de Chile, 1985, pág. 33.

184
185

afirman que <-<solo estaban ciaras ciertas orientaciones generales del proyecto general de
largo p)azon588; ello porque el equipo económico contaba con un claro programa contenido
en «El Ladrillon, lo que implicaba que no se trataba solo de ideas generales sino ideas muy
concretas y determinadas. Al res~to afirma Hernán BÜCHI, principal artífice de la última
etapa del modelo económico del gobierno militar: "lo que se ha conocido como el milagro
económico chileno no fue un milagro. Fue un programa',589.

Con todo1 resultaba muy claro, ya en los inicios de los setent~ que Latinoamérica
enfrentaba una grave crisis en la phmeación. Las esperanzas inmoderadas puestas en esta
vía se habían desmoronado; no existía simetría entre el crecimiento de la población y las
soluciones que proponían los diversos proyectos económicos. EHo implicó que los
estándares de vida se estancaran. Sí sumamos a ello~ la superlativa ideologízación de )a
sociedad de la época (no solo en nuestro país}. resulta claro que se estaba ante un barril de
pólvora que cualquier desquiciado podría encender.

El estado de ruina en que quedó la economía y el contexto mismo de una dictadura


partku)annente represiva.. facilitó la instalación de un proyecto fundacional sin mayores
inconvenientes; ya se había concretado la demolición del antiguo sistema. En breve plazo
se logró estabiHzar la economía, equilibrar la balanza de pagos y solucionar el
desabastecimiento; ello fue posible (también) gracias a créditos externos especialmente de
Brasil 590 , antiguo aliado de Chile; y sobre todo se procedió a cambiar radicalmente el tema
de la fijación de precios y de protección tarifaria de la economía. La relevante influencia de

mlbídem.
m- BUCHf, Hernán, L., Transformación Económica de Chile, el modelo del progreso, El Mercurio Agul!ar.
segunda edición, mayo 2008, pág. 49. "En 1%8 un grupo de ellos (Chícago Boys) ftmdo el CESEC y desde
alli contribuyó a la elaboración del programa de gobierno de J. Aiessandri en !970. Posteriormente, durante el
gobierno de S. Allende, a petición de algunos oficiales de la Marina y de dirigentes empresariales del. sector
privado prepararon un documento de cerca de 300 páginas: oon el programa económico para el gobierno
alternativo de sustitución"; Cfr. VER.GARA, Pitar, ibidem, pág., 56.
590
El almirante Merino relata en sus memorias que el día l3 de septiembre había e-tt00ntrado en las bóvedas
del Banco Central "'un millón dfJscientos mil dólares, la mayor parte en billetes ,;h1oos ( ... ] llegó .-11 Banco el
embajador del Brasil, Antonio de Cámár:á Canto, buen amigo mío [,.,J inmediatamente le dije: Embajador,
necesitamos con extrema urgerida un préstamo de U$ 200.000.000 para iniciar nuestra gestión de gobierno
[ ... ] en media hora tuvimos respuesta [ ... ] Estos fueron los primeros recursos con que oontó el gobierno de la
Junta, Al mismo tiempo. Brasil envió un buque petrolero para el urgente abastecimiento de combustible para
el pais", MERINO CASTRO, José Toribio, Bitácora de un almirante (memorias), Editorial Andrés B~Uo,
Santiago de Chile, 1998, pág. 2S3. (cursiva en el original;.

185
186

Brasil, importante referente de los regímenes autoritarios en la región; se verá con mayor
detalle al analizar el autoritarismo.

Un aspecto importante como venimos diciendo, fue la fonna en que se implementó este
nuevo modelo económico. que Kleín sistematiza en la denominación «Shock>~ y que se
refiere a la forma forzada y en muchos aspectos brutal en que el sistema neoliberal se
impuso en esta parte del mundo~ como antes en índonesía y Honduras; posteriormente en
casi todos los países occidentales (con diferentes matices en cada caso}; "Sin ninguna
corrección desde su implantación en 1975 con el .:<tratamiento de shock)}, !a versión
dogmática del modelo funcionó hasta 1982 como un tipo de «neoliberaJísmo puro}) ,.s9 i _

15. Los motivos

En Chile a pesar de que los milítares levantaron la explicación ideológica de estar en una
guerra (de conformidad a los postulados de la DSN), to cierto es que la resistencia duró
medio día; no obstante ello, se empezó a ínstaJar una espiral de violencia sistemática cuyo
objetivo era lograr "que los chilenos vivieran completamente aterrorizad~ como había
pasado con la población de Indonesia'..s92 afirma KLElN. Esta instancia fue aprovec:hada
por Jos Chicago Boys para imponer sus polfücas. El Ladrillo seria la biblia de las
transformaciones neoliberales de la primer época del gobierno dictatorial; las medidas que
se proponen en este documento "se parece asombrosamente a las que hace Milton Friedman
en Capitalismo y Libertad: privatización. desreguladón y recorte de gasto social; la
santísima trinidad del libre mercado [ ... ] En los años siguientes Jas políticas descrit.as en
<<El Ladrillo» se impondrían en docenas de otros países bajo la coartada de wta amplia
gama de crisis. Pero Chile fue ta génesis de la contrarrevolución, una génesis de terror''593,
tennina señalando.

Pecaríamos de parcialidad si endosáramos al temor represivo toda la rcsponsabfüdad en la


aceptación del nuevo modelo. Ello sería desconocer un largo historial republicano. Estos
cambios fueron at'eptados voluntariamente por muchos; comportamiento que se mantuvo

m GARRETON, Manuel Antonio, Necliberttlismo CQrregWo y Progresismo Limitado, Los Gobiernos de la


ConcerttrciOn en Chile, !990-2010, Editorial Arcls-Clacso.Prospal, Santiago de Chile. 2012, págs. 72,
~ KLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock, El auge del capiJalisma del desastre, óp, cit,. pags. l l l-112
1

:mlbidem.

186
187

luego en democracia. No podemos dejar en el tintero la función de regulación u orientación


social que tiene el Derecho594. Concluida la dictadura institucional, muchas restricciones e
imposiciones normativas también se han aceptado mansamente, aun cuando muchos
pudieran estar en desacuerdo con ellas; porque efectivamente atropellaban abiertamente las
libertades individuales o profundas convicciones personales.

Es posible refutar la afirmación de que formaba parte del proceso de instalación del modelo
neoliberal, el turbio expediente de utilizar la violencia y el terror. Al respecto Alain
ROUQUIÉ, para nada sospechoso de serafin a las ideas de la dictadura, señala:

"La hipótesis-conspiración, según la cual el ejército ch ileno habría sido condicionado por Estados
Unidos para la defensa del liberalismo económico y el capitalismo multinacional, no resulta
convincente. En realidad, Estados Unidos no exigía tanto en 1973, pero los generales facciosos
decidieron aplicar una política inversa a las de sus adversarios en materia económica, para justificar
su poder y responder a las expectativas de sus aliados civiles. Así como golpearon fuerte en el
terreno de la represión política, aplicaron una política de shock en materia económica" 595 .

Lo que sí es indiscutible es que dichos cambios se facilitaron por este escenario represivo.
Los econom istas del régimen aprovecharon la s ituación política de dictadura y el desgaste
del sistema anterior. Si bien parece correcto estimar que las fuentes doctrinarias y técnicas
del sistema económico implementado por el Gobierno Militar, no emanaron exclusivamente
de la Escuela de Chicago; debemos reconocer que la radical propuesta norteamericana
sirvió para dar un rumbo definitivo a la nueva economía, es decir, marcó un norte claro y
rotundamente contrapuesto con lo que se venía haciendo hasta ese entonces en Chile en
materia económica. Nos parece correcta la evaluación que hace GARRETON en cuanto a
que e l. neoliberalismo, "Aquí cumplió con la doble tarea de revancha y desarticulación de la
sociedad precedente y de cons truir la base del proyecto fundacional del régimen en sus
aspectos económicos, sociales, culturales y también políticos"596 .

59
~ " Esta función deriva directamente del carácter persuasivo de las normas jurídicas, las cuales tratan de
influir, condicionar y persuadir a los miembros de un g rupo social para que orienten sus comportamientos en
el sentido propuesto por los esquemas o modelo normativos de un sistema jurídico", ARNA UD, André- Jean
y Fariñas Dulce, María José, Sistemas Jurídicos: Elementos para 1111 análisis sociológico, Universidad Carlos
111 de Madrid, Boletín Oficial del Estado, Madrid, 1996, pág. 135.
595
ROUQU IÉ, Alain, El Estado Militar en América latina, Emecé editores, trad. Daniel Zadunaisky, Buenos
Aires, 1984, pág. 293.
596 596
GARRETON, Manuel Antonio, Neoliberalismo Corregido y Progresismo limiwdo, Lus Guúiemos de
la Concertación en Chile. 1990-2010, óp., cit.. pág. 17.

187
!88

El liberalismo económico tuvo un incipiente ingreso en Chile en Jos años cincuenta y se


produce [sin perjuicio de lo que se dirá respecto de la Misión Kleín-Saks597J merced de un
convenio celebrado entre el Departamento de Economía de la Universidad Católica de
Chile y la Facultad de economía de la Universidad de Chicago. Suele citarse por fuentes
conservadoras como inicio de esta idea a un hecho anecdótico; habría sido rnonsefior
Alfredo Silva Santiago'" quien le habria propuesto a Julio Charuí a la sazón decano de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica (y con ídeas más afines a la
Democracia Cristiana que con el liberalismo económico) que hiciera los contactos con el
país del norte. Según una confidencia que es relatada por Hermógenes PÉREZ DE ARCE,
el dialogo habría discwrido en la siguiente forma.

"Mire, Julio, yo lo único que se de Economía es que el país más rico del mundo se llama Estados
Unidos y resulta que aquí, donde somos pobres. los únicos que hablan de estos temas son gente que
no sabe nada de Estados Unidos y predican todo lo contrario de lo que allí se hace. Yo quiero que
usted se vincule con ese país y que aprendamos en Chile lo que ellos enseñan',:;w_

Este convenio entre otras cosas implicaba que los alumnos más destacados de la carrera de
economía de la Universidad Católica y algunos de 1a Universidad de Chile viajaran a los
Estados Unidos a realizar sus maestrías y doctorados en economía. En estricto rigor se le
ofreció primero a ta Universidad de Chite600 ~ro el mismo fue rechazado por esta y en
cambio aceptado por fa Universidad Católica de Chile, que pasaba por un mal momento
académico y languidecía en esta importante área de formación 601 •

En Chkago imparten enseñanza una serie de influyentes economistas (muchos de eHos


Premios Nobel) como Milton Friedman, Amold Harberger y Theodore Schultz, entre otros.
También ejerce cardinal influencia en este centro de estudios, otro importante pensador:

m Vid,, infra pág. 229.


m Sucesor de monseiior Casanueva en la Vicccandllería de dicha casa de estudios.
9
"' ARANCIBIA, Patricia y Balart. Francisco, Sergio de Castro, El arquitecto del modelo económico chile.no,
Libertad y Des.arrollo, Santiago de Ch:ile, 2007, pág. 57.
®"Dado que la Escuela de Economía de la Universidad de Chile era la mejor del pais ffheodore W. Schultz,
Decano del departamento de Economfo de la Universidad de Chicagó), ofreció esa oportunidad a su director,
Luis Escobar Cerda, quien dilató su respuesta. El asegura que no aceptó el convenio porque le pareció
Inconveniente quedar atado, con caráeter de exclusividad, a un solo centro de enseñanza norteamericano,
máxime tratándose de Chicago., que en su opinión (<Constituye una verdadera escuela de pensamiento muy
determinadm,", ARANCJBIA, Patricia y Balart, Francisco, Sergio de Castró, El arquitecto del modelo
económico chileno, Libertad y Desarrollo, Santiago de Chile, 2007, ~ . S7~58.
601
Vid. ARANCIBIA. Patricia y Salart, Francisco, Serglo de Castro, El arquilecto del modelo ecolWmico
chileno. Libertad y Desarrollo, Santiago dé Chile, 2007, págs, 48 a 55.

188
189

Friedrich A. von Hayek, cuyo trabajo ejercerá una influencia doble en nuestro sistema (en
lo económ ico y lo político).

Una vez graduados e instalados en la docencia universitaria de la Escuela de Economía de


la Universidad Católica, estos economistas pasan a ocupar, luego de algunas vicisitudes,
importantes, cargos dentro del equipo económico del Régimen Militar a partir de 1973.
Muchos entienden, a mi parecer correctamente, que la propuesta neoliberal norteamericana
excede en varias de sus áreas más emblemáticas, el ser una propuesta exclusivamente
económica. Según estas versiones se escondía toda una estrategia impulsada por las grandes
602
multinacionales que por naturaleza ansiaban ingresar a nuevos mercados sin trabas . Es
posible identificar profundas raíces de tipo ideológico/doctrinales respecto de sus
pretensiones y metas603 . Las propuestas de Friedman y Hayek fueron, sin duda alguna, la
de mayor peso dentro de las autoridades y agentes encargados de fijar la institucionalidad
económica en el Régimen Militar (aunque no solo en esta materia); no faltan quienes han
denominado a la Constitución del 80, La Constin1ción de la libertad, como un homenaje al
famoso libro del maestro austriaco («Conslitution of the Liberty»). Pero el peso específico
en la determinación del modelo económico parece tener más acento en la ideas de
Friedman, "La política económica del régimen militar, si bien fue cercana a la inspiración
filosófica de Hayek, fue más un laboratorio bajo la influencia de Mi lton Friedman y la
Escuela de Chicago"6º-1_

Los neoliberales chilenos, no siempre se mostraron acordes con la ortodoxia del mode lo de
Chicago; especialmente en lo referido a la moral social. En ellos "prima una interpretación
conservadora de los valores católicos, y en el terreno de los principios constin1cionales y
políticos, donde se defiende la primacía del bien común y una sociedad doctrinariamente
6 5
definida que proscribe ciertas ideas políticas" º.

602
KLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. óp. cit.. pág. 89.
603
Pero en realidad los «Chicago Boys» no se detuvieron sólo en un conjunto de propuestas económicas sino
que '"articularon un discurso comprehensivo del todo social: el discurso neoliberal'', CORREA, Sofía ( 1990),
Algunos amecedemes históricos del proyecto neo/ibera! en Chile (1955-1958), Opciones 6 pags. l 06- 146.
604
GARRETON, Manuel Antonio, Neoliberalismo Corregido y Progresismo Limitado, los Gobiernos de la
Concertación en Chile, /990-2010. óp. cit., pág. 71.
605
RUIZ SCHNEIDER, Carlos, «Del corporativismo al Neoliberalismo, el conservadurismo católico en
Chile» en COLOM, Francisco y RI VERO Ángel [Eds.], El altar y el trono, ensayos sobre el catolicismo

L89
190

Tampoco se puede desconocer que la relación histórica entre capitalismo y democracia ha


sido compleja: FRIEDMAN es defensor de la idea de que la libertad politica solo puede
alcanzarse dentro de un marco de relaciones capitalistas; y reconoce además que el
capitalismo, en sí mismo, no es una garantía de libertad, desnudamente considerado, '~es
claramente posible tener arreglos económicos que sean fundamentalmente capitalistas y
arreglos políticos que no sean Hbres•.606 , El argumento central del liberalismo político es
que la separación de los ámbitos crea las condiciones esenciales para la libertad política
debido a que el Estado no puede imponer su voluntad mediante sanciones económicas, tales
como las de denegar trabajo a los disidentes políticos. "La propiedad privada puede ser
también una institución inherentemente de explotación, pero también es, en potencia, una
institución protectora"6º7,

Debemos puntualizar que, contrariamente a lo que pudiera pensarse. no fue univoca la


percepción de haberse emprendido el camino correcto al abrir los mercados y dejar que se
desplegara la teoría neoHheral; ello por diversas razones. La más importante está en las
enraizadas convicciones castrenses. más liadas a sectores tradicionales y a la misma Iglesia
Católica; estos no veían con buenos ojos las doctrinas libera1es y les resultaba sospechosa
una propuesta que no había sído ensayada antes en alguna economía nacional.

Para tomar la decisión del camino a seguir, existían en estricto rigor, tres corrientes que
mantenían fuerte influencia en el gobierno militar, En primer lugar las corrientes ligadas a
los militares y con tinte nacionalista denominados «duros,> que eran bastante conservadores
en lo económico (y proteccionistas también) y deseaban perpetuar el régimen militar sin
punto de tenníno; por otro lado estaban los gremíaJistas, con ideas corporativas, la mayoría
de ellos abogados, liderados por Jaime Guzmán y finalmente los neoliberales o Chicago
Boys que eran economistas formados en los Estados Unidos quienes ansiaban imponer sus
postulados y doctrinas en la nueva etapa que se abría con la dictadt1ra militar.

político iberoamericano. óp,. cit., pag. 123; Vid CRISil, Remuo, EJ Pensamiento Politico de Jaime Guzmán.
~· cit, pág. 167 "·
6
FRlEDMAN, Miltoo, Capitalism andfreedom, Th.:: University of(,"hicago Press, Chicago, 1982 (1962)
í!/1"' 10.
1 HELBRONER RQbert L. Naturaleza y lógica del capiN1lismo, Siglo XXI Editores S.A. de C.V. México,
1989, pág, I IO.

190
191

Como afinnan CRAIG y LAFOLLETE "Chile empezó sus reforma integrales una década
antes (que México) y fue mucho más allá, estableciéndose como modelo mundial. No solo
los reformadores chilenos crearon sistema de un Banco Central independiente, sino que
6 8
audazmente privatizaron el Seguro Social y el Sistema de salud nacional" º.

Un análisis completo del sistema tiene que llevamos necesariamente a constatar que la
propuesta neoliberal no tiene un carácter excluyente en el nuevo sistema económico, sino
que representa la propuesta impulsora (la que marca la pauta); las demás concepciones,
aunque menores en influencia, han servido de paliativo, logrando un resultado más
moderado e integrado a una propuesta más consolidada socialmente: la Doctrina Social
Cristiana.

Esta última aporta los conceptos cardinales de subsidiariedad, bien común y derecho de
propiedad, considerado desde una perspectiva personalista. Por lo demás los resultados
económicos de principio de los ochenta son muy claros en indicar que era inviable sustentar
un sistema neoliberal sin arreglos prácticos y sensatos. Estos le darían un carácter bastante
hibrido a nuestro sistema económico.

"Sin ninguna corrección desde su implantación en 1975 con el «tratamiento de shock», la versión
más dogmática del modelo funcionó hasta 1982 como un tipo de «neoliberalismo puro)) [ ... ] el
segundo momento de refonnas estructurales (Ffrench-Davis 2003) fue el periodo de ajustes iniciado
tras la crisis de 1982. Se caracterizó por las sucesivas devaluaciones; la reintroducción de cierta
protección arancelaria, subsidio o reintegración de impuestos a exportadores; la regulación del
sistema financiero; la estabilización de la deuda privada; la renegociación de los vencimiento de los
609
créditos externos y la provisión de ayudas financieras masivas al sector privado" •

Al no estarse frente a autómatas, no era posible inferir a priori los efectos que esta nueva
forma de entender el sistema económico provocaría en la ciudadanía. Las circunstancias de
la época aportaban todavía más elementos de desconfianza y desasosiego a estas medidas
tomadas autoritariamente por el Gobierno Militar. En este contexto creemos posible aislar
dos fenómenos al menos; uno interno, que tiene que ver con (por darle una denominación
clásica) el alma de la sociedad en la cual se aplica un sistema político o económico y
además unas formas externas que son la consecuencia necesaria de esta existencia interna o

608
CRAIG, Paul y LaFollete, Karen, La Revolución Capitalista en Latinoamérica, óp. cit. pág. 28-29.
609
GARRETON, Manuel A., Neoliberalismo Corregido y Progresismo Limitado, óp. cit., pág. 72.

191
192

espiritual. Quizás si este espíritu del pueblo6w, sea menos asequible a la pesquisa que las
dinámicas socio-económicas exógenas, por su naturaleza insondable, pero el que no sea
fácilmente apreciable no quiere decir que no exísta. Este último aspee-to nos interesa
particularmente.

Es aquí precisamente donde se produjeron, a mi entender, los cambios más radicales en la


estructura socio-económica611 y no podía ser de otra fonna, si concediéramos que todo
cambio parte precisamente por los símbolos y las creencias. El escenario de una dictadura
feroz como la nuestra, condicionó la aceptacíón de una realidad que de otra manera no
habría podido implementarse. Aquí se hizo un trabajo que claramente perseguía un cambio
en la mentaJidades, un cambio de paradigma; un nuevo modelo epistemológico. Pero dadas
las circunstancias resultaba dificil (y la historia ha indicado que imposfüle), que este
cambio se pudiera imponer unilateralmente, heterónomamente. sin colaboración de la
ciudadanía. Esta tiene que creer, al menos, que es posible el cambio y luego colaborar con
la tarea de su construcción; sí nadie están de acuerdo o cree, nínguna conslrucción es
¡rosible.

Este aspecto es muy relevante~ puesto que marca una nueva fonna de entender al mundo,
que no solo se produjo al ínterior de nuestras fronteras, sino que además se proyectó en el
resto de la región y luego a nivel global. Se han hecho muchísimos estudios respecto de
esta cuestión~ que podríamos graficar como sociedad de consumo o gloOOUzación
económica~ solo podrlamos agregar que se trató de un punto de inflexión) uno que marcó el
inicio de una nueva época.

;,rn Esta denominación puede admitir una caracterización más empírica. p<>r supuesto; como la denominación
1,articulaciones necesarias:.) o ,dnlerrelaciones dinllmicas», pero hemos preferido por claridad la ya aludida.
1
f>I "Rompió la resignad.i decadencia que había hecho presa del espíritu del pais, despertando afanes de
renovación y alejándonos del aislamiento. el conformismo y la inercia que nos mantenía estancados",
lBA¡;;¡EZ O. Pedro, Hacia. una moderna Economía de Mercado, Universidad Federico Santa Maria, óp, cit .•
pág. 6,

192
193

Capítulo VII

LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS

Como afirma HABERMAS, "la pretensión que acompaña a un orden político de ser
61 2
reconocido como correcto y justo no está desprovista de buenos argumentos" ; estos por
el contrario son muy necesarios sino indispensables para construir la convivencia social en
todo su amplio sentido; y las diferentes corrientes, en este caso las económicas, tienen
mucha importancia para asimilar la naturaleza de estos pensamientos y luego accionar en
consecuencia, en la dirección que indican estas lecturas. Es lo que Habermas denomina «El
discurso>>, que a diferencia de la acción comunicativa que se produce en la v ida cotidiana;
el Discurso "es esa fonna de comunicación alejada de los contextos de la experiencia y la
acción cuya estructura nos asegura: que la condición de validez de la afirmaciones,
recomendaciones o advertencias constituye el objeto exclusivo de la discusión; que los
participantes, temas y aportaciones no conocen otro limite que el que se refiere a la meta de
la comprobación de la va lidez en cuestión; que no se ejerce fuerza alguna salvo la de un
argumento mejor; y que se excluyen todo los motivos excepto el de la búsqueda
cooperativa de la verdad',6 13• El accionar correcto de las sociedades, según nos indica la
historia, obedece precisamente a muchas directrices doctrinarias y son escasos los ejemplos
donde ha sido exclusivamente la improvisación o el acaso, las que ban logrado resultados
concretos y duraderos.

612
HAB ERMAS Jürgcn, la reconstrucción del materialismo histórico, Taurus, trad. J.N. Muñiz y R.G.
Cotarelo, Madrid, 1981 , pág. 243.
613
HABERMAS, Jürgen, legitima/ion Crisis, Beacon Press, Boston, 1975, pág. 107-108. citado por
RITZER, George, Teoría Sociológica Moderna, trad. María Teresa Casado Rodríguez, McGraw-
Hill/lnteramericana de España S.A.U., quinta edición, 2002, pág. 184.

193
194

John M. Keynes advierte, según nos recuerda Wolfgang MERKEL614, que «Las ideas de los
economistas y de los filósofos políticos, ya estén en lo cierto o sean erróneas~ son más
poderosas de lo que es comúnmente admitido>~. Este será el punto de partida para entrar en
el análisis de las doctrinas que tuvieron injerencia en nuestro sistema y al final de cuentas
recalaron en la estructura del texto fundamental. Podrá discutirse que el trasvasije del
mundo de las idea al mundo a la praxis. no ha sido del todo fluida, pero estamos frente a un
ejercicio necesario que no puede ser invalidado por argumentos provenientes de lo
cotidiano.

Y a hemos dicho en otra parte que la unión de todas las influencias debatidas en materia
económica plasmado en el texto constitucional ha venido en denominarse «Orden Publico
Económico», como también hemos afirmado que gran parte de su implementación y
estructuración se hizo antes de su concreción normativa, precisamente desde el momento
mismo en que se toma el poder; y aun antes si consideramos el programa que venía
manejando la tecnocracia económica proveniente de la Escuela de Chicago.

Sin <tajar de lado esta apreciaciones, es relevante traer a colación las principales influencias
que se tomaron en cuenta para instalar esta nueva propuesta económica; hibrida desde
luego, pero posible de ser aislada en su partes como una forma pedagógica de abordar )a
cuestión.

En primer Jugar debemos dejar en claro que las propuestas económicas de la Jg1esia venían
tejiéndose desde fines del síglo X1X en Europa; y en nuestro territorio, empezaba a tener
trascendencia recién a principios del Siglo XX con la llegada de Rerum Novarum. Este
texto pontificio sentaría los pilares fundamentales que posteriormente desarrollaría
Quadragesimo Anno, de contenido más esp~íficamente económico. Estas propuestas no
pueden ser dejadas de lado al revisar el vaciado económico de nuestro sistema. Son estas,
en muchas formas. las barreras de contención de un sistema susceptible, como sabemos de
sobra, de rebalses y excesos muchos de ellos incontrolables si se dejan pasar
inadvertidamente. La especulación con exclusivo afán de lucro la más peligrosa de todas.

614
MERKEL, Wolfgang, Entre la modernidad y el pos1mmerialismo. la socialdemocracia europea ajlnales
del siglo XK Alianza, 8arcel;:;na, 1994.

194
195

Pero claramente este análisis admite mayores aportes; difícilmente podemos conceder que
las únicas doctrinas atendidas hayan sido las nacidas del Neoliberalismo Norteamericano.
Es posible identificar prima facie un desarrollo del neoliberal ismo a partir de las ideas
económicas de la Iglesia y luego del neoliberalismo alemán que tiene una s ue1te de veta
madre con relación a la doctrina de Chicago. Las estudiaremos con la finalidad de abrir las
posibilidades hermenéuticas de comprensión del sistema y especialmente para dar una
estrucntra conceptual a varios problemas que no son resueltos por la teoría neoliberal
norteamericana, particularmente a partir del año 1982. La misma Constitución del 80 con
s u complejidad constructiva, solo otorga un rol secundario a la temática económica (verbi
gratia al neoliberalismo norteamericano) y ello no puede ser desatendido a la hora de
apreciar el texto en comparación con la realidad subsecuente.

16. La propuesta de la lglesia

H emos afirmado en capítulos anteriores, que a la Iglesia, a partir del papado de León XIII,
se interesó en revitalizar su participación en la sociedad terrena, mediante un programa
ag resivo e innovador que intenta levantar una alternativa a las dos posn1ras que
hegemonizaban el quehacer doctrinario de aquella época, fines del siglo XIX: Liberalismo
y Socialismo.

Al abordar este punto resulta impensable dejar en el tintero el hecho de que cualquier
propuesta de la Iglesia- también las económicas- debe entenderse en el contexto de la fe;
donde se integra en su tarea más emblemática, la salvación de las almas. Por ello, para esta
doctrina, "La actividad económica, sig uiendo sus métodos y leyes propias, debe ejercerse
de forma que, respetando el orden moral, obedezca el destino de D ios sobre el hombre" 615.

La propuesta de la lglesia empieza a perfilarse dentro del escenario del mundo moderno a
partir de la encíclica Rerum Novarum, en ella se cimientan las bases del ulterior desarrollo
de la doctrina católica en la materia. Se plantea, grosso modo, una vía media entre el

615
"/taque navitas oeconomica sec11nd11111 methodos et leges proprias, inlra fines ordinis mora/is. exercenda
es tita 111 Dei de homine consilium adimpleatur". «Constitución Pastoral sobre la Ig lesia en el mundo actual»,
Concilio Vaticano 11, C ons1i1uciones. Decretos. Declaraciones, documemos pontificios complementarios,
Bi blioteca de Autores Cristianos, Madrid, MCMLXV, pág. 309.

195
196

capitalismo liberal y el socialismo materialista, dado que ambas alternativas son


visualizadas desde el papado como igualmente nocivas.

Si bien es esta la primera piedra que cimienta la propuesta económica de la Iglesia, su


expresión más concreta la encontramos luego, en la de la encíclica Quadragessimo Anno,
con un contenido más específicamente económico y donde se perfila con rasgos mucho más
concretos y adecuados el principio de subsidiariedad, piedra angular de su propuesta. Este
principio tiene la virtud de ser una solución operativa a las aparentes incompatibilidades
entre un control estatal hegemónico y una participación ciudadana, cada día más organizada
y potente. El estado solo habría de participar en la medida en que la sociedad civil no se
encontrase en posición de realizar tal labor.

En una forma más sistemática, el Concilio Vaticano II especifica estas doctrinas y las
expresa de una forma muy concreta, en un leguaje que pasados los años se ha tornado cada
vez más cotidiano en el lenguaje económico de los países occidentales en general; y a partir
de los setentas en los países en vías de desarrollo en particular. Afirma el texto conciliar:

"[El desarrollo económico bajo el control humano] El desarrollo debe pcnnanecer bajo el control
del hombre. No debe quedar en manos de unos pocos o de grupos económicamente poderosos en
exceso, ni siquiera en manos de una sola comunidad política, ni de ciertas naciones más poderosas.
Es preciso, por el contrario, que en todo nivel, el mayor número posible de hombres, y el conjunto
de las naciones en el plano intencional, puedan tomar parte activa en la orientación del desarrollo.
Asimismo este supone la cooperación orgánica y concentrada de las iniciativas espontaneas de los
individuos, de sus asociaciones libres y de la acción de las autoridades públicas.

No se puede dejar el desarrollo ni al libre juego de las fuerzas económicas ni a la sola decisión de la
autoridad pública. A este propósito hay que acusar de falsas tanto las doctrinas que se oponen a las
refonnas indispensables en nombre de una falsa concepción de la libertad como las que sacrifican
los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organización colectiva de la
producción"616 •

Esta propuesta, como se verá en la sección siguiente, nace desde el seno de la doctrina
alemana y tiene su concretización más célebre en el denominado «Milagro Económico
Alemán», a pocos años de terminar la Segunda Guerra Mundial, bajo la batuta de Ludwig
Erhard. Hay dos observaciones que en este punto vale la pena consignar, por la importancia
que han de tener en las definiciones estrategias de las economías del siglo XXI; la primera

616
«Constitución sobre la Iglesia en el Mundo actual», Concilio Vaticano II, óp. cit., págs. 309-310.

196
197

es que la doctrina católica no solo se nutre de sus propias raíces doctrinarias; sino que
además acoge fa influencia de distintos pensamientos e influencias teóricas cuyo origen se
reconoce en principios espirituales distintos617, especialmente por pensadores judíos, Son
ya muchos ios aportes que ha recibido la Iglesia desde aquel sector como para no tomarlos
en consideración618,

La segunda observación relevante es que ta propuesta económica católica, no ha detenido


su marcha desde aquella época hasta el día de hoy; y en muchos sentidos nuevamente se ha
puesto a la vanguardia de las propuestas que infonnan al mudo global. Una muestra
innegable de lo que venimos indicando la encontramos en la encíclica Centesimus Annus de
Juan Pablo II, que se hace cargo de los desafios que proponen los nuevos tiempos en
materia económica.

Al respecto ha expresado Jesús HlfERTA, profesor de la Universidad Complutense de


Madrid,

.. Quizás uno de los aspectos mas significativos de las ultimas formulaciones de la doctrina social de
la Iglesia Católica a favor de la economía de mercado radíca en la gran influencia que en la sismas
han tenido las concepciones de la Escuela Austriaca de economía, y en particular las de Hayek y
Kirzner, el primero un católico agnóstico no practicante, y el segundo un judío practicante
profundamente religioso[ ... ) Sin duda alguna, la enciclica Centesimus annus pone de manifiesto
como la concepcióo de la ciencia económica por parte de su redactor se ha modernizado
enormemente dando un importante salto cualitativo desde el puntó de vista científico, que ha dejado
caduca en gran medida la antigua doctrina social de la Iglesia Católica, y que supera incluso a
importantes sectores de la propia ciencia económica que hasta ahora han seguido anclados en e1
mecanicismo del paradigma nooclásico-keynesiano, y que 110 han sldo capaces de dar entrada en sus
«mode!OS)} al carácter eminentemente creativo y dinatnico de la función empresarial'.6 19 .

Es Novak quien revela estas importantes influencias en el sumo pontífice; la de Hayek a


través de una extensa conversación con el Papa Juan Pablo Il poco antes de morir y el

617
"La lglesia, pot disponer de una estructura social visible, sefial de su unidad en Cristo, puede enriquec:erse,
y de hecho se enriquece, también con la evolución de la vida sodal, no porque la falte en la constitución que
Cristo le dio elemento alguno, sino para conocer con mayor profundidad esa misma constitución, para
expresarla en forma más perfecta y para adaptarla con mayor acierto a nuestros tiempos", ibídem, pág. 274.
i;:e Pareciera ser que la fonnas de la religión judía, simllares en origen a la cristiana. difieren de esta por la
mayor universalidad de la iglesia romana, en contraposición a la ex.trema centralización sobre si misma del
judaísmo. Esto le da posibilidades mayores de expresión a la universalidad católica y quizás ello motivo el
interés de pensadores no católicos y su apoyo,
61
Y HUERTA DE SOTO, Jesús, Estudlo preliminar en KlRZ.NER, Israel, Creatividad, Cuplla/lsmo y JaMicla
Distrlh11tiva, folío S A., Barcelona 1989, pág. 34.

197
198

paralelismo de la concepción de la acción humana creativa desarrollada por el papa en su


tesis doctoral titulada «Persona y Acción», en relación con la función empresarial propuesta
por Kirzner620.

El principal concepto, que vale la pena reiterar aquí, es el de la subsidiaridad, que ha de


convertirse en la principal y revolucionaria propuesta instalada por la Iglesia a lo largo de
su magisterio. Recordemos que la formulación más concreta se establece en la Encíclica
Quadragésimo Anno62 1.

Esta propuesta ha tenido en la Unión Europea su mayor reconocimiento. Al respecto aftnna


Jorge TAPIA citando a J. Delors, «La subsidiariedad así actualizada es liberada de sus
pesos históricos, ideológicos o confesionales, y aparece como una invitación a repensar las
relaciones dentro de un contexto de más grande autonomía y a desplegar e modo
permanente un equilibrio entre la libertad de las personas y las diferentes entidades
existente (autoridades locales y regionales en el marco del Estado Nacional; Estados en el
marco de la sociedad internacional y en particular de conjuntos regionales) y la autoridad
necesaria y tutelar del Estado naturalmente a cargo de la seguridad, de la cohesión social y
de la regulación global de la economía»622.

A estas alturas resulta innegable la influencia que este pensamiento ha tenido en la


configuración del sistema económico de nuestro país y plasmado en las disposiciones
constitucionales. Sin embargo esta afirmación que hacemos aquí ha sido recogida con gran
indiferencia por la doctrina publicista nacional. Ello nos parece poco justificable.

620
Ibídem, pag.33.
621
Vid supra. pág . 41 ss.
622
TAPIA, Jorge, «Descentralización, Regionalización y Neosubsidiariedad» en Reforma Co11s1i111cional,
Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005, pág. 180.

198
199

17. El Ordoliberalismo

Es en Alemania donde se produce por vez pnmera el encuentro entre las doctrinas
económicas cristianas y una visión renovada del capitalismo de libre mercado que había
perdido vigencia en los primero años del siglo XX. Esta corriente de pensamiento podemos
englobarla bajo la denominación de Ordoliberalismo; proceso que tendría su momento
estelar luego de concluida la Segunda Guerra Mundial. Sabemos que el pionero de esta
nueva forma de concebir el proceso económico fue un sacerdote católico de formación
jurídica, que realizó su misión en la segunda mitad del siglo XlX; nos referimos a Wilhelm
623
Emmanuel VON KETTELER [ 18 L 1-1877] que comienza su labor difusora ya como
624
prelado en sus conocidos sermones sobre la «cuestión social» durante el Adviento de
1848; estos posibilitan la apertura de un debate trascendental en el siglo XlX y que redunda
en la formación de la doctrina social; labor que continúa con igual ímpetu, ya promovido a
625
Obispo de Maguncia. Fue tan importante esta influencia en el Papa León XIII , que el
obispo de Roma termina instalando estas ideas en Rerum Novarum.

Una de las grandes inquietudes de Ketteler se relacionaba con la pedida de unidad que
estaba experimentando en aquella época la sociedad occidental; añoraba la constitución
orgánica tan propia de la época medioeval y esta añoranza le hacía aborrecer con encono
627
las ideas liberales626 en las cuales veía el paradigma de la dispersión extrema . También
temía, quizás con la misma intensidad el creciente avance del socialismo.

623
"Mientras estudiaba teología en Munich. recibió la iníluencia de las obras de los célebres predecesores del
renacimiento católico liberal moderno, Johann Mohler e lgnatius von Dollinger, gran amigo y aliado de Lord
Acton", NOVAK, Michael, óp. cit., pág. 96.
624
"En septiembre de ese año [1848], en Fráncfort, Von Ketteler hizo un llamado ardiente a favor de la
refonna social. Dos semanas más tarde, el Congreso Católico de Maguncia, instó a la Iglesia a que volcara
todas sus energías en la cuestión obrera[... ] pronunció una serie de seis homilías clásicas sobre la posición de
la Iglesia católica frene a la cuestión social", NOVAK, Michael, Liberad con Justicia, El pensamiento social
católico y las instituciones liberales, EMECE Editores, trad. Alejandro Tiscomia, Buenos Aires, 1992, pág.
96.
625
" ... éste al hablar de él con G. Descurtins, sociólogo suizo católico. lo llamo «mi gran predeceson>".
ibídem.
626
"Los liberales si aspiran a ser plenamente coherentes, deben proscribir las cooperativas y no estimularlas.
Ellas constituyen un abierto desafío a la pureza de la economía moderna y tiene un sabor definido
oscuramente medieval, aún ultramontano; ¡lo que solo prueba que la naturaleza es más poderosa que las
necesidades teóricas!", ibídem, pág. 98.
627
.. Von Keneler deploraba la ruptura de los vínculos «orgánicos» de la sociedad medieval por parte del

nuevo «atomismo», protegido por el liberalismo", ibídem, pág., 97.

199
200

Según expresa "IOVAK, Von Ketteler ayudo a confirmar al catolicismo alemán y más tarde
al Papado, en oposición al liberalismo.

["Aún después de ]a Segunda Guerra Mundial, los teóricos responsables del «milagro económico»,
como el ministro de Hacienda y, más tarde Canciller Ludwig Erhard a la cabeza, eran inflexibles a1
dlStinguir entre su propio concepto de la {(economía social de mercadm> y la í(economfa liberal de
mercado». Los democratacrlstianós no eran sociallstas, pero tampoco eran liberales. El tennino
mismo les resultaba desagradable"J 618 •

Sus ideas en muchos sentidos. tienen la fina1ídad de reconducir hacia esta anhelada unidad
que se entendia como una extensión de la voluntad divina; un orden que debía ser
reconfigurado y sobre todo atendido para poder hacer realidad el fin último del hombre. La
idea de Von Ketteler consistía en poder instalar alternativas a la lógica polar liberalismo-
sociaEsmo; ninguna de ellas le parecía adecuada para solucionar los problemas sociales;
aboca a la tarea de encontrar '\tna «tercera via», una dorada línea media entre el socialismo
y el liberalismo entre un exceso de reglamentación y la falta de ella[ ... ] Dio muy poca
importancia a la forma en que los lideres liberales pragmáticos iban a adaptar esas doctrinas
a los hechos y circunstancias. Cuando lo hicieron, los acusó de non sequiturs"629 .

Otro importante arquitecto del pensamiento social católico, según la expresión de Novak
fue Heinrich PESCH, sacerdote Jesuita. Estudioso de la escolástica, se negaba a separar la
economía como cíencía, de la economía como política y como arte, Sostenía "que sin
trabajo honrado, tratos honestos, actitudes de cooperación y otras virtudes entre los
ciudadanos, nínguna econonúa podía funcionar bien. Incluso más, si no producía una
sociedad a grandes rasgos moral y justa a juicio de sus miembros, ningún sistema
económico podría alcanzar sus fines'.6 30•

Cuando se publica la Encíclica Rerum Novarum, Pesch tenía menos de cuarenta afios y
atend]da la cercanía con Von Ketteler (incluso vivió en la casa de éste a su fallecimiento);
resulto esta lectura una inspiración porque vivificaba todo aquel tomismo que había sido
parte dé sus preocupaciones y ahora también de !a Iglesia. lo ponía en la senda correcta de

vi em, pag.
"' lº'd
29
=
' :,;,,
i. NOV AK, Michael, Liberad con Justicia, El pensamiento social católico y las instilucii:mes liberales, óp.,
cit, pág, 103.
630
"Pero esto no quiere decir que el economista debe teologizar o moralizar en el ttatamíento de su tema ni, lo
que es peor. tatardederivar un sistema ~onómioo de las sagradas escrituras", lbfdem. pág. 107-108.

200
201

la búsqueda de una «vía media». Su trabajo tiene el inigualable merito de haber servido
como puente entre las dos encíclicas más relevantes de la cristiandad: La Rerum Novarum
de León XIII y la Quadragesimo Anno de Pio XI cuya redacción sería en cargada a uno de
sus alumnos631 . Además, como apunta Novak su "monumental obra en cinco tomos
Lehrbuch der Nationalokonomie ( l 905-1926) ayuda a los anglosajones a comprender, al
menos en parte, los antecedentes propios de la «economía social de mercado», que
estableció Ludwig Erhard después de la Segunda Guerra Mundial"632 .

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, empieza a consolidarse claramente el concepto de


economía libre del mundo occidental; se piensa que su fundamentación científica se debe a
la corriente neoliberal de la política económica. Los partidarios de esta corriente en
Alemania, y particularmente " los pertenecientes a la «Escuela de Friburgo», hablaban de un
«ORDO-liberalismo» o de una «tercera vía» (Wilhelm Roepke), para subrayar los aspectos
nuevos de su concepción situada a medio camino entre el socialismo y el capitalismo"633 .

La cuestión central era precisamente la relación entre estas dos posturas tan claras y que a
la vez aparecían en principio tener canales distintos de recorrido. Por un lado los defensores
del Neoliberalismo como Roepke intentaron hacer el ejercicio intelectual de conciliar los
rasgos fundamentales del neoliberalismo y de la doctrina social católica. Pero de otro lado
existían competentes autores catól icos como Oswald von Nell-Breuning y Josep Hoeffner
634
que no compartían esta postura .

"En los años setentas se recrudeció el debate en Alemania y sigue manteniéndose vivo en la jóvenes
democracias de Europa y de América Latina, particularmente en España, Chile, Brasil, Venezuela,
es decir en todos los lugares en los que los demócrata cristianos se hallan directamente implicados

631
"La redacción de Quadragesimo Anno tiene historia propia. Pio XI pidió al Padre General de los Jesuitas
que solicitara que uno de los jesuitas almenes, que estaba participando ea reuniones regulares sobre la
cuestión social con el nombre de «Grupo Winterhaven», redactase un borrador en absoluto secreto y sin
consultar con otros. El General Jesuita nombro a 0swald von Nell-Breuning, S.J., para la tarea. El padre von
Nell-Breuning, alumno de Heinrich Pesch, tenía entonces cuarenta años [... ] escribió también un comentario
de la encíclica, línea por línea, poco después de su publicación", Novak; Michael, liberad con Justicia, El
pensamiento social católico y las instituciones liberales, óp. cit. pág. 161 .
632
N0VAK, Michael, libertad con Justicia, óp., cit. pág. 96.
633
''Sus fundadores, entre otros, Walter Eucken, Franz Boehm, Alfred Müller- Armack y Alexander Rüstow,
no compartían una mismas opiniones en todo [... ] tenían en común el deseo de marcar bien las fronteras de su
teoría respecto del liberalismo económico de los siglos XVIII y XIX conocido como paleoliberalismo",
HAGEMEYER. Bemhard, Neoliberalismo y Social-cristianismo, Unión Editorial S.A. Madrid, 1986. pág. 21
634
Ibídem, pág., 22, Para estos no había diferencias sustanciales entre neoliberalismo y liberalismo económico
clásico. ambos rechazables.
201
202

en la lucha del sistema politico y tienen que enfrentarse con sus adversarios socialistas y liberal~
conservadores"lil1 ,

Lo relevante en este orden de ideas para nuestro trabajo es precisamente que la Escuela de
Fribur:go desarrolló, especialmente gracias al esfuerzo de Eucken "un «orden económico
liberal con responsabilidad social>;, cuyas ideas fundamentales se prolongan en el concepto
de Economia Social de Mercado y han sido trasplantados al campo político por los
demócrata cristianos alemanes"636• Esta influencia llega a nuestro país con la llegada de
Frei at Poder, de la mano de la Fundación Konrad Adenauer. Atendidas estas expresiones
es fácil deducír que no solo los DC alemanes se encargaron de esta labor de difusión; en
nuestro suelo este fenómeno se reprodujo en similares circunstancias, aunque de una forma
mucho más solapada, La influencia de la doctrina DC chilena también se hizo sentir en
materia económlCa. contrariamente a lo que han planteado Jos detractores del mode1o637•

Atendidas las aciagas circunstancias de post-guerra, se hacía necesaria según estos


pensadores, una restructuracíón no solo económica sino también política y soClaJ en
Alemania. Se necesítaba urgentemente un concepto de «orden>;. Se buscaba. por utilizar
una expresión de Milller-Armack, padre intelectual de la economia social de mercado un
<(equilibrio lrenista» 63 s. es decir un equilibrio de paz. "El concepto de «Economía Socia1 de
Mercado» se sigue interpretando hoy dia como fórmula de integración sociar.639•

La Escuela de Friburgo, que füe Ja pionera en incorporar las bases económicas en la


Constitución, tiene su punto de vista más concreto en la revista Ordo~ en 1948, fundada por
Franz Bhom y Walter Eucken. La palabra «ordm> tiene su origen en el concepto de «Orden
Naturah>, y supone la inspiración filosófica de un orden natural que sirvió de fundamento
para la «Economía SociaJ de Mercado» que se popularizaría en la Alemania de post~
guerra640 • En primer, iugar planteaba lá idea de reconstrucción, esto es refundar la
sociedad, construyendo sólidos cimientos que debían opera a largo plazo, la rigidez de la

i.)s lbidern, pág. 23.


636
Ibidem, pág. 29.
637
"La ,~Escuela de Fribu,:g:;:m extrae su idearío de la filosofia antigua, de la escolástica medieval, de la idea
de orden de Tomas de Aquino Uamándoio «orrlo» como fórmula de <{cohesión racional de lo mllltiple para
fonnar un todo»", Ibídem .
.,:;g (in:nista, gr, eireenee, paz). pág. 28.
6 19
· Jbidem.
641.i FERMANDOlS, Arturo, Derecho Constitucional EconOmico, óp. cit, pág. 35.

202
203

constitución debía colaborar en esta tarea; en segundo lugar, el privilegio privado en la


decisión económica que permitiría al sistema una corriente más precisa de infonnación (a
diferencia de la imprecisa de carácter estatal) y reducir un poder estatal cuyos excesos eran
de sobra conocidos; en tercero, la Protección de la libertad económica, respecto de un
posible abuso de los grandes grupos. Aquí la fuente de la legislación anti monopólica y
finalmente la Constitución económica, que constituía un vuelco respecto de concepciones
anteriores ya que se entendió que la eficacia de la economía dependía de su relación con el
sistema político legal. Todo ello constituía "Un marco de principios e ideales, y la política
gubernamental es la implementación de dichos princípios y el lograr dichos ideales"641 .

La Constitución Alemana recoge parte importante de estos postulados y considera cuatro


elementos como pilares fundamentales de su orden económico: a) La regulación de la
competencia; b) La autonomía de las organizaciones Sociales; e) La independencia del
Banco Central; d) La toma de compromiso del gobierno, por vía legal, de satisfacer
determinados objetivos económicos642 • Ello significa que los socialcrístianos supieron, con
mayor agudez.a, sacar conclusiones más felices respecto de la experiencia de los siglos
pasados y lo que es más relevante, instalaron en las encíclicas sociales principios que
pudieran ser respetados en las discusiones sobre el orden teórico y en la política del orden
(Ordnungspolitik). Desarrollaron principios claves como el de solidaridad, bien común y
especialmente de subsidiariedad para ser considerados como estructuras básicas de todo
643
orden económico y social y exigieron que fueran respetados .

Desde un punto de vista económico y como una forma de centrar el debate en sus posturas
más concretas, HAGEMEYER estima que la diferencia entre las posturas neoliberales y
socialcristianas que eran las posturas que mantenían el liderazgo doctrinal sobre las
cuestiones en debate en este época, podría circunscribirse a uno muy relevante y que decía
relación con posturas encontradas entre ambas posturas, me refiero indudablemente a la
«competencia»,

641
GERBER, David J., «Constitutionalizing the Economy: German Neoliberlism, Competition Law, and the
New Europe», en LCII The American Journal ofComparative Law, pág. 25 ss., Citada por FERMANDOIS,
Derecho Constitucional Económico, óp. cit., pág. 35.
642
DONGES, Juerguen B. «Sistema Económico y Constitución Alemana» en Constitución y Economía,
Sánchez Agesta, Luis (coord.) Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1977, pág. 135.
643
Ibídem

203
204

"Mientras que los neo\iberales postulan un orden para la competencia y consideran este «orden de
competencia» como la encarnación del orden de la economía misma, los socialcristianos reclaman
un orden de competencia tal que se inserte y se subordine a un bien común que abarca a la sociedad
en su conjunto. Es decir, solo admite la competencia cuando es económicamente razonable, cuando
644
parece oportuna y adecuada a su fin" •

El piso histórico que definitivamente le otorga sustento concreto a las propuestas del
naciente neoliberalismo germano será el escenario de la reconstrucción de Alemania de
post-guerra, a fines de la década de los cuarenta del siglo XX.

"En el invierno de 1948 el gobierno militar americano nombró como director de asuntos
económicos de su zona, al economista Ludwig Erhard, antinazi y discipulo de Hayek [ ... ] el
flamante herr director tomo su primer decisión dirigida a terminar con el mercado negro. Erhard lo
anuncio por radio: se dejaban de lado todos los controles de precio. Al día siguiente lo llamo el
general americano Lucius Clay y le preguntó: «que ha hecho? Usted cambio los controles de
precios establecidos por los aliados». Erhard le contestó: «herr general, no los he cambiado, los he
abolido». Y Clay predijo: «mis asesores dicen que es un gran errorn, y el alemán le contestó: «Herr
general, mis asesores me dicen lo mismo" 645 •

Esta anécdota revela claramente el escenario en el cual se planteaban las renovadas


propuestas liberales; absolutamente innovadoras respecto de la propuesta virtualmente
hegemónica de la época, donde lideraba sin contrapesos un acentuado Keynesianismo646.

El canciller Adenauer647 lidera este proceso en su perspectiva política y en la económica, el


principal artífice será Ludwig Erhard648, El ascenso al poder de la Democracia Cristiana
con Erhard, consolida definitivamente la influencia de los neoliberales en el escenario
económico. El Canciller Erhard además de la influencia de Hayek [y de Von Mises, que
proporcionó las armas para creer en el mercado como regulador de la economía y los

644
HAGEMEYER, Bernhard, Neo/iberalismo y Social-cristianismo, óp. cit., pág. 59.
645
SOLER, J. Sebastián, La lucha por la libertad y el renacimiento de los valores cristiano, Dunken, Buenos
Aires, 2005, pág. 132.
646
"La economía era una maquina sofisticada, que debía ser ajustada por los tecnócratas y si en algún
momento la economía no funcionaba bien la culpa era del gobierno, que no había hecho lo suficiente",
ibídem, pág. 133.
647
Nace en Colonia el 5 de enero de 1876 y muere en Rh0ndorf en el municipio de Bad Honnef el 19 de abril
de 1967. Primer Canciller de la Nueva Alemania, es considerado uno de los «Padres de Europa».
648
Nace en Fürt, Baviera 4 de febrero de 1897; muere en Bonn el 5 de mayo de 1977, Ministro de Economía
en el gobierno de Konrad Adenauer, Canciller entre 1963-1966 cuando éste último decide retirarse. Padre del
Milagro económico alemán. "Ludwig Erhard, un economista, era el ministro alemán de economía. El
domingo 20 de junio de 1948, introdujo una nueva moneda, el marco alemán, y abolió casi todos los controles
sobre precios y salarios. Actuó un domingo, le gustaba decir, porque las oficinas de ocupación francesas,
americanas e inglesas estaban cerradas", FRIEDMAN, Milton, Libertad de Elegir, tomo l, Trad. Carlos
Rocha Pujoj. Folio. Barcelona, pág. 86.

204
205

salarios]; fue apoyado técnicamente por Walter Eucke~ economista del <<círculo de
Friburgo». quien postulaba, según hemos señalado, un «orden económico liberal con
responsabiHdad sociab>. Esta segunda corriente proporciona el otro elemento de
importancia que será tomado en cuenta para instalar la economía alemana de post~guerra.
Sin perjuicio de lo dicho, parece ser que el economista que ejercicio mayor influencia tanto
649
en Adenauer (de quien era asesor) como en el mismo Erhard, fue Wílhelm ROEPKE
importante puntal de la construcción doctrinaria de 1a Economía Social de lvfercado650.
ERHARD reveló (tiempo después) que durante la Segunda Guerra Mundial fue capaz de
obtener ilega1mente libros de Roepke, expresando que las leía, «devorando como el desierto
el agua que da vida>>&si.

En una crítica de Keynes, incluido en la última edición de 1963 de su texto revisado de la


Economía de una Sociedad Libre, advierte acerca de lo pelígrosa.;; que resultan la mayoría
de estas ideas. Keynes y sus seguídores veían e1 sistema económico como parte de un
universo matemático-mecánico; y la actívídad económica como el producto de agregados
cuantificables. tales como el consumo y la inversíón en lugar del resultado de acciones de
los índívíduos. Keynes elimina al ser humano de «la acción humana» y reduce el sistema
económico a una máquina. El hombre convertido en una mera unidad social, se limita a
reaccionar a las condiciones cambiantes de a.:uerdo a Jos instintos económicos, Para
Roepke -en cambio- la vida económica depende de la actitud psicoiógica de tnnumerables
personas. Los agentes económicos tomar decisiones libres. No son engranajes de una
gigantesca máquina económica naciona1652 .

Para ROEPKE constituía una ingenuidad creer que un Estado pnede ser totalitario en el
ámbíto económico sín serlo simultáneamente en el politico y espiritual,

649 Wilhelm Roepke a pesar de ser uno de tos ideólogos de la Economía social de meroado [Colaboró en el
desarrollo del concepto del Ordoliberalismo a los economistas de la Escuela de Friburgol, también mantenía
fuertes relaciones con la Escuela Austriaca de Economía; fundó la Sociedad Mont Pelerin, llegando a ser su
iresidente ( ! 961-1962).
0
' Para evitar sisnificados cootradict-0rioo, Roepke prefiere utilizar cl ténnino «ci:onomia de mercado» en
lugar de «capitalismo». Al socialismo ~que rechazaba- prefería calificarlo más apropiadamente como
«economía de oficina».
fj$\ [<,devoured líke thc desert the Iife-giving water»] Shawn Ri1t:nour, «Biography o/ Wilhelm R6pke (1899~
1966): Humane Econamish>, disponible en la red en: http://mises.org/about/J24I (enero 201 l).
652
lbidem
205
206

" ... para encontrar el verdadero polo opuesto de la sociedad colectivista, hemos de dirigir nuestras
mirad.as mas aHá. por encima de la mera actividad económica [... ] (lo encontramos en) una vida que
les proporcione independencia espiritual y material en el mayor grado posible, permitiéndoles ser
así verdaderamente libres, sintiendo 1a libertad C(..'Onómica como algo natural. Es este un estado
social en el que la tónica no la dan Ios proletarios -con y sin alpargatas- no los vasallos de un nuevo
feudalismo industrial y los beneficiarios del Estado(",] Sea el que quiera el juico que merezca este
estado social, nadie podrá negar que solo él representa el polo opuesto al colectivismo, que no podrá
encontrar en una sociedad integrada por grandes ciudades, por las industrias mastodónticas, ]os
bloques de viviendas, las asocU:l.dones, los carteles y los monopolios de toda indole..653 •

Consultado acerca del milagro económico alemán, Roepke señaió que el éxito económico
experimentado por la República Federal de Alemanía no fue un mliagro en absoluto; fue el
resultado de la adopción correcta de instituciones sociales y jurídicas de fomento de la
economía de mercado. Mirando en retrospectiva las polítk-as económicas de Alemania
Occidental de la década de 1950, lamentó que las reformas de libre mercado no hayan
llegado suficientemente lejos654• Más que cualquier otro austríaco de su tiempo, exploró los
fundamentos éticos de un orden social basado en el mercado.

"El mercado Hbre y la competencia de prestaciones no nacen, sin embargo, como afirmaba la
filosofía del laissez-faíre del liberalismo histórico, por generación espontanea, como fruto del
comportamiento absolutamente pasivo del Estado; no son, en modo alguno, un sorprendente
resultado positivo de una política económlea negativa, Por el contrario. son productos artificiales
extraordinariamente frágiles, muy condício11ados. que presuponen no solamente la existencia de una
elevada ética económica, sino también de un Estado que vele continuamente por el mantenimiento
de la libertad de mercado y la competencía. por medio de la legislación, la administración. la
jurisprudencia, la politica financiera y su tutela moral y espiritual, así como creando el necesario
marco jurídico e institucional, dictando las reglas a que ha de ajustarse la lucha económica y
vigilando su cumplimiento con insobornable e imparcial firmeza'.65 5,

La idea subyacente tras este planteamiento fue propiciar un entendimiento más amplio de la
libertad. Convocan al efecto a una reuníón internacional de historiadores, filósofos,
economistas y periodistas que compartian su preocupacíón por la constante erosión de la
libertad, La <.tdescentralización del proceso político», es incompatible con la democracia de
masas, Bajo la democracia, los polítícos son propensos a dejarse llevar por la masa privada
de votantes interesados, por lo qu-e el sistema económico degenera a la postre en un sistema

(iH Wilhelm Rfipke y su obra ,,La Crisis so<:ial de nuestro tiempo». Resumen y extractos por Andrés Huneeus
Pérez, Universidad Federico Santa Maria, Valparaiso, 1985, pág. 24.
6
-4 lbidem
m lbidem, pág. 21 (las <:ursívas son nuestras),
206
207

de prebendas en que los vencedores -la masa que puede reunir el 51 por ciento de los votos-
impone sus términos. Este sistema sólo sirve para provocar y legitimar el poder
centralizado656. El único gobierno legítimo es un gobierno en que los gobernantes que son
ampliamente reconocidos como competentes y benefactores sociales. Si el sistema político
está descentralizado, los que son los más capaces y están reconocidos como poseedores de
la más alta integridad serán lo que podrán destacarse.

Roepke a continuación revela la base común para la consecución de la reforma de la


economía de mercado, dentro de la tradición del Ordoliberalismo y encíclicas sociales. Es
657
la «descentralización» o subsidiariedad, y los temas concomitantes: El hombre en su
existencia concreta como persona y núcleo central, el motor fundamental de todos los
procesos económicos, la iniciativa privada, la fami lia, las sociedades espontaneas y el
bienestar material, y el carácter indispensable de la propiedad privada como fundamento de
658
la libertad y un buen orden de la sociedad . Es necesario dejar en claro que para Roepke el
liberalismo tenía un sustrato profundo, un patrimonio que alcanza hasta el origen de nuestra
cultura occidental;

"No fueron los filósofos de la ilustración los que pusieron el fundamento, sino los jonios, los
estoicos, Cicerón y todos aquellos otros pensadores del a Antigüedad que han convertido la
dignidad del hombre (basada en el buen sentido común humano y en lo absoluto del alma
individual), la existencia de un imperio de las ideas más allá del arbitrio de los hombres, y la
intangibilidad de los ordenamientos naturales (que están antes del Estado y por sobre él) en las
estrellas que guían el pensamiento occidental. Lo que estas «animae Nauraliter Christianae»
comenzaron, lo completó luego el cristianismo y nos lo trasmitió como el derecho natural cristiano
[ ... ] Sin duda se trata del legado conjunto de la Antigüedad y del cristianismo. Ambos son los
verdaderos antepasados del liberal ismo, porque son los antepasados de una filosofia social que
regula la relación rica en tensiones entre individuo y Estado, según los postulados de una razón
implantada en cada hombre y de acuerdo a la dignidad que le corresponde como fin y no como
medio, oponiendo así al poder del Estado los derechos de la libertad de cada uno. En este sentido
podemos osar construir, a partir de los escritos de Cicerón, del Corpus Iuris y de las «Sumas» de

656
Ibídem.
657
[«decentrism. or subsidiarity»] "El señor Guzmán[... ] destacó la importancia de consagrar el principio de
la descentralización del Poder o del de la «subsidiariedad», entendiendo que la función del Estado es, en
primera instancia, la integrar y coordinar las diversas actividades del país, y sólo en subsidio, y en segunda
instancia, la de asumir en forma directa una tarea específica, cuando por su importancia no pude ser entregada
a la órbita de los cuerpos intermedios, o cuando por lenidad de éstos, no cumplan el objetivo que la sociedad
reclama de ellos", EVANS DE LA CUADRA, Enrique, los Derechos Constitucionales, Tomo 111, Editorial
Jurídica de Chile, Tercera edición actualizada, Santiago de Chile, 1998, pág. 137
658
ibídem

207
208

Tomas de Aquino, un compendio del liberalismo digno de ponderación aún hoy; y siempre nos sale
al encuentro, a través de todos los desvíos esta venerable herencia que proviene de la doctrina socfal
de derecho natural de la Ig)csia'-659 •

Las propuestas del liberalismo gennano [Ordo/iberalismo] implicaban una reformulación


de las nociones clásicas: del liberalismo económico y político del siglo XIX, eo las cuales eJ
Estado se asimila a la economia. Es desde esta perspectiva de liberalismo con injerencia
estatal que asegura y protege a los mercados, que se redefine el concepto de «economía
social de mercado»; conexo a este concepto se articula un nuevo concepto de Estado, como
garante de la libertad de mercado que es el {(Estado social de derecho}>. Ambos conceptos,
economía social de mercado y Estado social de derecho. son aportes de esta corriente
doctrinaria que nace en la reconstrucción de Alemania,. y que luego se instala en el resto del
mundo000•

En consecuencia -afirma NOVAK- "sobre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial,


combinado los ideales de la socialdemocracia con los del libre mercado en la «economía
social de mercado>>, Alemania velozmente se convirtió en una de las naciones mas libres y
prosperas del mundo»66 1 , El proceso de cruzamiento de doctrinas que en el papel aparecen
irreconciliables y que se concilian en el suelo alemán; resultan un modelo adecuado mutatis
mutandis para entender nuestro propio proceso.

Algunos autores han detectado un cierto grado de similítud en las circunstancias vl\~das en
Chile en la época de 1973, con el proceso vivido en Alemania después de la Segunda
Guerra Mundial,

" .. ,entre c1 1973 chileno y el 194.5 alemán habría, independientemente de la cuestión de la


legitimidad, ta siguiente simetría: ambos siguen a una catástrofe y a una derrota política en sentido
amplio. El nuevo gobierno no intenta continuar con el mismo régimen sino iniciar otro partiendo.
por dedrio~ de cero. En ambos casos, la legitimízación se intenta a través del ordenamiento de la
economía, la creac-ión de riqueza y bienestar {... ] Estos gobierno no intentaban construir el Estado

*59 Wilhelm Rfipke y su obra «Mes11ra y Equilibrio», Resumen y extracto por Andrés Huneeus Pérez.
Universidad Federico Santa María, auspiciado por la Fundación Hanns--Seidel, Valparaiso, 1987, pág. 6
MO DA VALOS, Pablo, «Neo\iberalismo Político y Estado social de Derecho», disponible en la red en:
wv,rw.puce.edu.ec/documentos/NeoliberalísmoyEstadosocialdederecho.pdf
661
NOVAK, Michael, libertad con Justicia,, óp. clt,, pág. 105.

208
209

haciendo tabla rasa de la institucionalidad heredada. Al contrario: la maldicen a voces, pero la


662
aceptan en silencio; se oponían a ella mientras se ajustaba a sus beneficios" •

No fueron estas las únicas semejanzas habidas entre ambos procesos históricos; debemos
agregar también en este orden de cosas, las circunstancias que rodearon esta configuración
primaria. Especialmente debemos tomar en cuenta, la forma en que dieron solución a los
problemas técnicos y políticos que implicaba la implementación de esta opción. Por
ejemplo en Alemania, al igual que en Chile, la política neoliberal,

"fue resistida por casi todos los partidos, desde la democracia cristiana hasta los socialistas, y luego
aceptada sucesivamente por todos. Aceptada tácitamente en razón de un «estrangulamiento táctico»
[ ... ] Hacia fines de los ochenta, la oposición a Pinochet enfrentaba el siguiente dilema: o bien
rechazaba la legalidad impuesta por la dictadura, aduciendo su ilegitimidad, o bien aceptaba la
constitución y plebiscitaba la continuación del régimen, como autorizaba esa misma constitución
[... ] Mostraron en esto, se dirá una capacidad de adaptación superior a la fortaleza de su
convicciones"663 •

Ésta (la aceptación de la institucionalidad por razones de conveniencia) resultó ser la razón
principal por la cual se produjo el virtual divorcio entre las posturas más extremas de la
izquierda y aquellas más moderadas. Estas últimas terminaron por imponerse en el
escenano político nacional. Seguramente pesó en este resultado el hecho de que las
definiciones de la facción moderada tuvieron mejores resultados que la fracasada estrategia
de la extrema izquierda, al menos ese parece ser el veredicto de la historia.

Volviendo a nuestro desarrollo: aunque se presenta muy bien resguardada de la pesquisa, la


real influencia de la República Federal Alemana a partir de los años cincuenta fue muy
profunda en Chile. Bástenos para confirmar esta afirmación, el cotejar los recursos
económicos suministrados por dicha potencia al gobierno de Frei Montalva. Especialmente
si los comparamos con las «escandalosas» cifras que habrían entregado una década después
los Estados Unidos para propiciar la caída de Salvador Allende. Estamos, nos parece, frente
a un dato duro que admite una consideración mayor.

"En octubre de 1968 entra en vigor el Convenio Básico de Cooperación Técnica y Económica,
reemplazado a mediados de los noventa [... ] La cooperación estatal se interrumpe en octubre de

662
GARCIA DE LA HUERTA, Marcos, <ifoucault y el neoliberalismo: wia lectura crítica» en Michel
Foucault: neolibera/ismo y biopolítica, Vanessa Lemm (edit.), Ediciones Universidad Diego Portales, 2010,
Santiago de Chile, pág. 187.
663
Ibídem, pág. 188-189.
209
2IO

1973, por una deeisión casi unánime del Parlamento alemán {... J Se estima que en este período el
monto de la cooperación alemana, considerando todos los actores e instrumentos, superó los 440
millones de dólares"'r.-M.

Una de las fónnulas de intervención que la mísma fundación Konrad Adenauer {principal
fuente de esta relación) admite como necesarias en la región. consiste en propender la
democratización de las localidades auxiliadas; y la manera de hacerlo: propender a que se
recojan en las legislaciones locales las formulas políticas exitosas de este país europeo. Al
respecto en un documento de la Fundación Adenauer se puede leer:

"No es una casualidad que la inauguración de nuestra oficina en Santiago en 1964 coincidiera oon
Jos años en que Eduardo Freí Montalva fuera presidente de Chile. En los comienzos de su trabajo en
Chile, la Fundación Konrad Adenauer apoyó la política de reformas del gobierno del presidente Freí
Montalva. Después del golpe de Estado en septiembre de 1973 y hasta el retorno a la democracia en
1989, la KAS contribuyó con múltiples actividades a mantener y desarrollar las estructuras
democráticas'wi15

Una vez establecida fehacientemente la entrega de ingentes recursos económicos y de una


cooperación técnica tan potente (acorde con la cercanía política bilateral); habría que
establecer en qué medida esto implicó una importante transferencia de material ideológico
hacia la DC chilena (gobernante en aquella época), Y sobre todo, establecer oon claridad,
cuáles eran estos principios susceptibles de ser propagadosj la respuesta nuevamente la
obtenemos de la Fundación Konrad Adenauer:

"El trabajo de la fundación tiene un sólido fundamento espiritual y político. Su esencia es la imagen
cristiana del hombre. El ser humano en su singularidad está dotado de una dignidad inalienable, Es
creado como persona y como tal posee razón y libertad, además de su dignidad. A su vez, la libertad
condiciona su responsabilidad. Libertad, solidaridad y justicia son los valores fundamentales más
elementales en e-1 orden individual y social. Se complementan con el principio de subsidiariedad,
que reclama responsabilidad individual (... ] el trabajo iniciado por fa Fundación el 1° de julio de
1962 se basa en esa estructura( ... } No fue casual que se inspirara fuertemente en los principios de
la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Sus motivaciones no eran de orden misionario. Les
interesaba poner en práctica la idea solidaria de una ayuda para fa autoayuda a partir de un concepto
de valores. Otro hecho que influyó, sin duda, fue que esta generación, representante de la nueva
Alemania democrática, había nacido durante ta época del terrorismo deJ Estado nazi [,,,] ahora

664
«La cooperación alemana», Documento de trabajo preparado en el marco del Programa de Mejoramiento
de la Gestión 1998. AGCI, disponible en: agci.cl/attachments/artide/642/ta_cooperacion_alemana.pdf
465
JUNG. Wínfried, Presentación. «La Fundación Konrad Adenauer y la Promoción de la Democracia.
Experiencias de 50 años de cooperación con Chile;;, KAS, pág. I0, disponible en: kas,de/wfYdoctkas_31806-
1522•l•l0.pdf? 12083122341 l
210
211

deseaba aportar con su trabajo, su presencia y su conducta una prueba de credibilidad de la nueva
666
Alemania" .

Otro aspecto relevante lo constituyen las becas para que jóvenes académicos demócrata
cristianos fueran a estudiar a Alemania, "El programa de becas incluyó entre 1965 y 20 l O
un total de 307 becarios y demostró ser todo un éxito que se mantiene hasta la fecha. El
programa permitió a la fundación construir en América Latina una eficaz red de
especialistas, amigos y contactos"667. Nos parece que la existencia misma de esta red de
contactos y de becas para académicos demócrata cristianos, tiene una importante similitud
con aquella que se tejió desde la Universidad de Chicago hacia Chile; aunque debemos
indi.c ar que también las diferencias son marcadas.

Un par de preguntas nos parecen, en este punto, de toda pertinencia: ¿Es lícito conceder que
esta influencia tan potente de la democracia alemana haya perdido toda su fuerza luego del
golpe militar? ¿Es posible que estas cuestiones que eran tan caras para el gobierno germano
se hayan diluido de la noche a la mañana? Lo cierto es que, a juzgar por los frio hechos,
ello no fue así de manera alguna. No fue casual, entonces, que los comisionados DC que
estaban en la CENC, tomaran estos principios y vertieran en el texto político; aunque antes
ni ahora se ha dicho nada al respecto; en aquella época no era políticamente coITecto hacer
referencia a estas influencias668 (¿lo es ahora?). De cualquier forma, la estructuración del
sistema acogiendo íntegramente estos importantes tópicos, son indicio innegable de la
existencia de esta influencia.

Ya hemos escuchado las numerosas requisitorias que se hacen al modelo chileno,


enfatizadas en su estricto apego hacia el modelo norteamericano, sin reconocer que nuestro
texto constitucional, también establece claramente la prioridad ontológica del hombre; la
idea de bien común y el principio de la subsidiariedad. Estas críticas están visualizando
solo una parte del sistema, dejando de lado esta otra que resulta necesario sino

666
T HESrNG, Josef, «La Fundación Konrad Adenauer en América Latina: historia de una larga
cooperación», Dossier, pág., 69, disponible en: fundacionpreciado.org.mxlbiencomun/bc207/J_ Thesing.pdf,
el destacado es nuestro.
667
Ibídem, pág., 75.
668
" La inseguridad con la que el gobierno alemán acompañó el trabajo internacional de las fundaciones se
reflejó también en relación con el manejo de los fondos. Se debía guardar silencio sobre el origen de los
recursos públicos con los que las fundaciones financiaban sus proyectos", ibídem, pág., 71.

2 11
212

indispensable considerar para entender la lógica global del modelo. De allí la necesidad de
reconstruir estos afluentes.

En fecha reciente [ 1992) ha aparecido un interesante trabajo de Michel Albert en el cual


este autor contrapone un modelo (que denomina) renano 669 con el modelo norteamericano
(que analizaremos enseguida). En este trabajo se cuestiona la lógica del rnercadocentrismo
porque se la estima profundamente desigualitaria y antisocial. Albert demuestra en su libro
Capitalismo contra capitalismo, "la superioridad del modelo de «capitalismo renano» sobre
670
el «modelo norteamericano» . El argumento central de este planteamiento es que el
modelo norteamericano no da respuestas a quienes se encuentran al margen de los
beneficios del mercado y por ello se hace necesario que el Estado maneje una política
social para acudir en su auxilio. Analizaremos en las páginas siguientes al segundo
representante de de este dilema.

18. El Neoliberalismo norteamericano671 •

El liberalismo económico norteamericano más conocido como neoliberalismo, admite


similares orígenes que el alemán pero su contenido responde a un enfoque distinto, más
técnico; monetarista si se prefiere. Además el Ordoliberalismo, según la expresión de
672
Foucault, es «Constructor de estado» , no limitador de este como el americano.

La propuesta económica norteamericana se instala por el régimen militar conj untamente


con el proyecto político, valiéndose del mismo modus operandi.673 . Ella resultaba una cura

669
Dice relación con la fonna de producción y distribución de los recursos sociales propia de los estados de
Europa continental, principalmente Alemania y Francia.
670
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, 2ª edición, Universidad de Deusto, Bilbao,
2001, pág. 326.
671
"Eo ¿Qué es el neoliberalismo?, Perry Anderson (1996), comenta que el neoliberalismo surgió después de
la Segunda Guerra Mundial como una "reacción teórica y política vehemente" contra el Estado de Bienestar,
motorizada originalmente por Friedrich Hayek y luego por la Sociedad de Mont Pelerin, fundada en 1947 y en
la que intervinieron, entre otros, Milton Friedman y Karl Popper", EZCURRA, Ana María, «Globalización,
neoliberalismo y sociedad civil. algunos desafíos para los movimientos sociales y populares
latinoamericanos», pág. 5 l.
672
Vid., «Foucault y el neoliberalismo: una lectura crítica», en Michel Foucault: neoliberalismo y biopolítica,
Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile 201 O, págs. 185 ss.
673
"La marca rr Made in Chicago» dice relación con la importancia que les daban los profesores al dinero
como medio de cambio. portador de valor. etc .. su relación más bien sobre los precios que sobre las
cantidades, o sea lo que los extraños a la UCH llamaban «monetarismo» de Chicago [ ... ) (friedman) No solo
fue profesor de teoría de precios, sino que también de teoría monetaria y porque no, de filosofía y

212
213

674
en muchos sentidos «experimenta1» • En efecto, aun cuando se dice poco, es un hecho de
la causa que no era posible identificar, al menos en un inicio, dictadura con neoliberalismo;
de hecho las dos primeras dictaduras institucionales latinoamericanas Brasil ( 1964) y
Argentina ( 1966), utilizaron un modelo desarrollista en lo económico, dado que se
consideraba éste como e l mejor para la región, "el modelo económico de ambas dictaduras
enfatizó la industrialización y el crecimiento del mercado interno, para lo cual apeló a
barreras arancelarias y no arancelarias, y un rígido control estatal del comercio exterior,
particularmente en el caso de Brasil"675 • De esta suerte, no solo se estaba experimentando
una nueva forme de entender la economía, sino además actuaban a contramano de lo que
eran las creencias arraigadas sobre esta materia en el continente, aún en los proyectos
autoritarios.

Digamos que tampoco en Chile el mode lo neoliberal era la única propuesta económica del
Gobierno Militar; sin embargo este logra instalarse en desmedro de las otras alternativas,
principalmente por una decisión del ejecutivo. Duraría en una forma más ortodoxa solo
hasta comienzos de los años 80, luego como sabemos este modelo es atemperado por las
circunstancias históricas y el manejo más pragmático de Hernán Bi.ichi ( 1985). Especial
importancia tuvo en una primera época el monetarismo de Friedman676•

metodología de las c iencias. Este últi mo fue ciertamente uno de los sellos que más nos marcó y nos une a los
otros egresados de Chicago, tanto del Departamento como de la Escuela de Negocios''673, HACHETTE,
Dominique, « La Génesis de la "Escuela de Chicago: Fines de los Cincuenta y de los sesenta» en l a Escuela
de Chicago, Una Mirada histórica a 50 a,ios del Convenio Chicago/ Universidad Católica, Francisco Rosende
R (Editor), Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2007, pág., 45.
674
Una gradual o fensiva de los teóricos neoliberales se articula alrededor del conocido concepto del
«mínima/ state)) de Nozick en el que, en forma directa o indirecta, se alinean propuestas como las de
Dahrendorf, C rozier, Bell, Friedman, Hayek, Buchanan y otros, para quienes las reformase económicas
deberían estar respaldadas, como así ocurre en los hechos, por las reformas j urídico-institucionales que
liberen el intercambio de bienes de la intervención política. Herben Giersch, vocero de la ciencia económica
alemana define en este sentido la libertad del empresariado, como libertad negativa: libertad de todas las
reglas y regulaciones que limitan la actividad empresarial, MARI, Enrique, «Las teorías y su influencia
f olítica y socio-jurídica en los problemas de la democracia». Doxa 20 [ 1997) págs. 413-414.
75
ANSALD I, Waldo y Giordano, Verónica, América Latina: la Constrncción del Orden , óp. cit., pág. 440.
676
" La influencia de Friedman en el desarrollo de la teoría monetaria moderna es incuestionable. Esta alcanza
su punto más alto con las investigaciones que realizó junto a Anna Schwartz con el propósito de estudiar el
papel de la política monetaria en los principales ciclos que registró la economía norteamericana por alrededor
de un siglo, a partir de 1860", LÜ DERS, Rolf y Rosende Francisco,« La Teoría Monetaria de Chicago» en la
Escuela de Chicago, Una Mirada histórica a 50 a11os del Convenio Chicago/ Universidad Católica, op. cit.
pág. 144.

2 13
214

La propuesta neoliberal aún en los Estados Unidos mismo, había tenido escasa difusión, y
era de alguna fonna marginal. En aquella época, después de la Segunda Guerra Mundial,
campeaba sin contrapesos e1 New Deal Roosveleano, que suponía una fuerte intervención
estatal en la economía. En el cono sur, por su parte, el liderazgo de las ideas económicas lo
llevaban las doctrinas desarrollistas, emanadas de la CEPAL y lideradas por Raúl Prcbisch,
según vimos. Pese a este escenario se estaba elaborando en 1os claustros universitarios,
especialmente en Chicago, una propuesta altemativa que esperaba su oportunidad de ser
exitosa. La fuerte presencia del aJa conservadora norteamericana posibilitó que pudiera
tener una influencia creciente, que se consolidaría definitivamente en los aiios ochenta con
la llegada de Reagan al poder. Gran importancia debe concederse al hecho de la trágica
muerte del presidente Kennedy que significó nn cambio de postura en la Casa Blanca
respecto de la Alianza para el Progreso. Su sucesor Lyndon Johnson. propició un enfoque
mucho más radical y centrado en la idea de la Seguridad Nacional, "Johnson fue menos
escrupuloso [que Kennedy] Estados Unidos dio «prioridad a la estabilidad política y a la
defensa de sus intereses. en perjuicio de la naturaleza de los regímenes políticos». Los
militares eran {da garantía más sólida,> para frenar lo que se llamaba ~,expansión castro-
comunista y, después de todo, quizás encaraban la necesídad previa de purgar Jas
sociedades (Dabéne, 2000: l 37)"677 •

a. La Universidad de Chieago

Las directrices globales del liberalismo económico se centraban casi exclusivamente en Ja


Universidad de Chicago. En dicha institución universitaria enseñaban dos figuras señeras
de este nuevo pensamiento económico. me refiero a Friedrich August von Hayek y Milton
Friedman. El primero mantiene lllla postura más filosófica y por etio se entiende menos
preponderante en el proyecto neoliberal recogido en Chile; en cambio Friedman propicia 1a
posíbilidad de aplicación concreta a estas teorías. Uno podría caracterizarse como el
ideólogo y el otro el implementador. Tambíén enseñaba alH Leo Strauss; cuyo pensamiento
tendría una repercusión distinta (centrada en el aspecto político) y que veremos a propósito
del Neoconservadurismo.

071
A~SALDI, Waldo y Giordano Verónica, América LaJina. la Construcción del Orden, óp. cit., pág. 489.

214
215

Et pensamiento neoliberol o Jiberalismo económico -según hemos señalado- era poco


conocido en América Latina. En nuestro continente la atención y laureles los detentaban los
economistas de la CEPAL y la lógica de la Alianza para el Progresa. Ya hemos indicado
que en un principio se trató de lU1a propuesta exitosa; pero luego se produce "un
agotamiento del modelo de sustitución de ímportacíones, se trata del fin de un ciclo
económico de crecimiento continuo que había durado más de treinta afios, habiéndose
desgastado las fuerzas productivas correspondientes a esta fase hístóricamente determinada
del capitalismo dependiente, tanto por las contradicciones objetivas del sistema como por la
intensidad de la lucha de clases•,.". La falta de difusión de las ideas neoliberales era tan
notoria que. Los fimdamerttos de la libertad {I'he Constitution o/ liberty], una de las
principales obras de Hayek de 1959, fue recién traducida al español en 1975. Solo en 1981
fue publicado el primer texto traducido y completo de La Sociedad Abierta y sus Enemigos
de Karl Popper (de 1945). Podríamos decir sin temor a equivocarnos que sólo a fines de la
década de los setenta e) liberalismo económico comienza a ser difundido sistemáticamente
en Latinoamérica desde centros especializados y medios de comunicación.

Esto podríamos extenderlo también a 1os países angloparlantes donde el descubrimiento del
pensamiento político de Hayek, sólo se populariza en los años ochenta. A ello debemos
sumar la escasa atención que esta corriente recibía de los principales teóricos del
pensamiento democrático como Norberto Bobbio. Giovanni Sartori o Robert A. Dahl. las
circunstancias económicas y polfticas de la época de post guerra eran poco propicias para
la difusión de ideas como estas.

Muchos de quienes se han ocupado de la estructura básica de la doctrina neoliberal. estiman


que la matriz de esta corriente se encuentra en la lectura hecha por Hayek y Friedman de la
economía política clásica, principalmente de Adam Smith. A partir de allí fundamentan su
visión de la libertad. como supuesto de la economía de mercado679. El énfasis más
importante lo ponen estos autores en la maxlmización de la Hbertad. Creemos que también
debe tomarse atención a su referente europeo, que gira en tomo a estas mismas ideas, pero

672
PIERRE-CHARLES, Gérard, «Fascismo y crisis del capíta!ismm►, en El Control Político en el Corro Sur,
S~o XXI Editores, Ciudad de México, 1978, pág. 20.
67 POZAS, Ricardo, Lí)s nudos del tiempo: La modernidad desbordada, UNAM, 2006, pág. 112.

215
216

indudablemente con un sentido muy distinto del norteamericano. No puede asumirse una
desconexión total entre ambas corrientes y suponer una creación ex nihilo de estas últimas.

El origen primario de esta propuesta teorética se encuentra en el viejo continente: en la


Escuela Austriaca de Economía o Escuela de Viena 680• Desde allí provenía Ludwig Von
Mises (y Hayek). Este economista austrohúngaro~ considerado decano de la Escuela
Austriaca de Economía, era un decidido defensor del liberalismo económico e hizo de su
lucha contra el socialismo el motivo principal de su producción publicista. La propuesta de
Von Mises decía relación con el hecho central de no dejar al Estado el manejo de le
economía; Jos particulares debían tener protagonismo relevante en esta cuestión.
Consideraba también que la ciencia económica no podía ser refutada ni comprobada a
través de los datos observables. Se le consídera uno de los mentores espirituales deJ
liberalismo libertario; su obra «la Acción Humana» de 1949, ejerció gran influencia en
intelectuales de raigambre austriaca como Hayek, Hans Sennho)z, George Reisman, etc.

La afirmación de Von Mises vertida en su texto <dJn Análisis Económico y Sociológü:o»


( l 922). que la economía comunista no podía ser eficiente al carecer de un mecanismo de
precios que hiciera posible una distribución <le recursos adecuada, influiría fuertemente en
la labor científica de la corriente neoliberal, Uno de los aspectos más relevantes de esta
corriente económica, radíca en el énfasís que hacen estos autores respecto del libre
mercado~ a diferencia del liberalismo clásíco cuya prioridad era la propiedad privada631 •

El reconocimiento y protección de la propiedad privada como sostén de la economía.


cuestión que hoy día nos parece adecuada y correcta682 ; no lo era en Ja década de tos
setentas donde se propiciaba, desde trincheras diferentes, atacarla en sus cimientos; y
además reemplazarla por otra colectiva. La justificación de estas posturas se encontraba en

630
La Escuela Austriaca de economfa o Escuela de Viena se ha caracterizado por su fuerte critica hacia
programas de investigación como el marxismo, el socialismo. el nazismo, el fascismo, el monetarismo, y et
keynesianismo. Uno de sus fundadores fue Eugen von Bohm-Bawerk al igual que Von Mises.
,;a¡Al respeclQ afirma VON MISES "In rea/ity, the central nofion t classicol libeMlism is prívate property.
and not a certai11 misunderstood c4ncep1 of free compeJilion' 11 • (En realidad, la noción central del
liberalismo clásico es de propiedad privada, y no un determinado concepto mal entendido de la libre
competenda]. VON MISES, Ludwig, A critique of interwmtionism, Rcvised English rranslation of the 1976
German new edition translated by Hans f. Sennholz {lrvington-on-Hudson, N.Y.: Foundation for Economic
Education, l9Qó). pág. 18.
&a: Ya en Aristóteles vemos la importancia de este derecho comó factor de progreso de la sociedad Vid,
F'q/iticll, Libro 1, capitulo m. «De la Adquisición de los bienetm, págs. 23 ss.

216
217

procurar soluciones integrales de igualdad; soluciones alquímicas preconizada desde las


burocracias especializadas de oriente y occidente.

Para los neoliberales, el origen del orden en la sociedad no radica en la tradición, ni en la


planificación racional. Estos autores comparten con los neoconservadores, cercanos
parientes ideol ógicos (con raíces menos evidentes pero siempre importantes en nuestro
país), la tesis sobre el carácter orgánico de la sociedad; que dicha organicidad proviene de
la interrelación espontánea e involuntaria de varios individuos, cada uno de los cuales actúa
de acuerdo a su propio interés. La mejor expresión de esta coordinación es el
funcionamiento autorregulador del mercado.

Entonces queda claro que los principales representantes de la corriente neoliberal, aunque
ciertamente no los únicos, son Von Mises, Hayek y Friedman, que son también destacados
en nuestro medio por su central importancia dentro del proceso de fom1ación de la
institucionalidad económica de nuestro país.

b. La influencia dual de Hayek

La importancia ideología del pensamiento de Hayek podemos situarlo en dos frentes muy
relevantes para el nuevo sistema: a) En primer lugar un frente económico donde se plantea
la tarea (exitosa) de desacreditar el constructivismo que había imperado en la región
durante casi toda la mitad del siglo XX y hasta principios de los setentas y b) Hacer una
revisión al modelo político, particularmente al tipo de democracia liberal, abierta, que se
había mostrado débil ante el embate marxista. Argumenta en forma sensata y pragmática;
en términos inusualmente claros, para ser un economista especializado. Supone difícil que
la mente humana pueda racionalizar todos los elementos que componen el fenómeno
económico. Este fenómeno solo puede ser abordado en forma indirecta. Se trata de
comprender el sistema en lugar de intervenirlo.

El sistema económico se mueve en forma espontánea, como un mecanismo de selección,


generalmente al margen de la compresión de las autoridades estatales y sus analistas. En
cuanto al modelo político, no es partidario de una democracia sin restricciones y de la
participación mayoritaria de la ciudadanía. Su postura es claramente contra-mayoritaria y

217
218

las razones que da para justificar esta postura son sugestivas y convincentes. Este segundo
683
aspecto será revisado con mayor profundidad a propósito del neoconservadurismo .

Una especie de selección natural de los órdenes espontáneos es -entiende Hayek- la única
forma viable de justicia social; única que no trae aparejado un despotismo propio de la
intervención planificada. Hay aquí una conjunción de ideas conservadora con las
neoliberales: en ese carácter intangible de la tradición de los órdenes espontáneos en
relación con la deliberación democrática que se expresa como política y como políticas de
684
Estado .

Desde el prn1to de vista doctrinal HA YEK aporta la materia prima filosófico-política para
explicar la dirección que se debe tomar en economía. Es quien proporciona los argumentos
justificativos de una decisión que se entendía, en su primera hora arriesgada y sin un
sustento concreto. Esta influencia es, desde este punto de vista, vital para que este proyecto
tuviera credibilidad y pudiera llevarse a cabo con un mínimo de coherencia teorética. En el
análisis de este autor, el empresario trabaja en un contexto de libre competencia, donde las
inversiones y precios son adecuados al beneficio esperado. El mercado proporciona al
empresario información sobre la oferta y la demanda y las coordina adecuadamente. Los
productores, independientes entre sí, reciben indicadores de los consumidores sobre los
bienes que deben producir y los precios que deben cobrar. Aspiran a vender bienes y prestar
servicios de la mejor manera posible, vendiéndolos al mejor precio. Es la smithiana mano
invisible del mercado.

La economía planteada en estos términos, es un orden espontaneo, es un sistema que se


regula por sí mismo y que está en constante evolución; constituye una especie de galaxia o
685
«catalaxia» que no requiere de la intervención del Estado para funcionar correctamente .

La economía de mercado, según este pensamiento, debe quedar entregada a sus propios

683
Para Hayek la democracia era esencialmente un medio 683 , un expediente utilitario para salvaguardar la paz
interna y la libertad individual. Como tal, no es en modo alguno infalible o cierta. Vid. HA YEK Friedrich.
Los fundamentos de la Libertad, Unión Editorial. S.A. octava edición, Madrid, 2008, Capítulo VII, Nº 3,
Eágs. 145 ss.
M RUIZ SCHNEIDER, Carlos, «Del corporativismo al Neoliberalismo, el conservadurismo católico en
Chile>) en COLOM, Francisco y RIVERO Ángel [Eds.], El altar y el trono, ensayos sobre el catolicismo
político iberoamericano, óp. cit., pág.! 21.
685
Vid. HA YEK, Derecho Legislación y Libertad, Unión Editorial, Madrid, 2006, cap. X págs. 309 ss.;
HA YEK, La Fatal A"ogancia, óp. cit., pág. 53.

218
218

las razones que da para justificar esta postura son sugestivas y convincentes, Este segundo
aspecto será revisado con mayor profundidad a propósito del neoconservadurismo683 ,

Una especie de selección natural de los órdenes espontáneos es -entiende Hayek- la única
forma viable de justicia social; única que no trae aparejado un despoti')-mo propio de la
intervención planificada. Hay aquí una conjunción de ideas conservadora con [as
neoliberales: en ese carácter intangible de la tradición de los órdenes espontáneos en
relación con 1a deliberación democráti<:a que se expresa como política y como políticas de
Estado684 .

Desde e] punto de vista doctrinal HA YEK aporta 1a materia prima filosófico-política para
explicar la dirección que se debe tomar en economía. Es quien proporeiona los argumentos
justificativos de una decisión que se entendía, en su primera hora arriesgada y sin un
sustento concreto. Esta influencia es, desde este punto de vista, vital para que este proyecto
tuviera credibilidad y pudiera llevarse a cabo con un mínimo de coherencia teorética. En el
análisis de este autor. el empresario trabaja en un contexto de libre competencia, donde las
inversiones y precios son adecuados a1 beneficio esperado. El mercado proporciona al
empresario información sobre la oferta y la demanda y las coordina adecuadamente, Los
productores. independientes entre si, reciben indicadores de los consumidores sobre los
bienes que deben producir y los precios que deben cobrar, Aspiran a vender bienes y prestar
servicios de la mejor manera posible, vendiéndo1os al mejor precio. Es la smithiana mano
invisible del mercado.

La economía planteada en estos ténninos, es un orden espontaneo, es un sistema que se


regula por sí mismo y que está en constante evolución; constituye una especie de galaxia o
«catalaxiID> que no requiere de la intervención del Estado para funcionar correctamente685•
La economía de mercado+ según este pensamiento, debe quedar entregada a sus propios

683
Para Hayek la democracia era esencialmente un medio 683 , un expediente utilitario para salvaguardar la paz
interna y la libertad individual Como tal, no es en modo alguno infalible o cierta. Vid, HA YEK Frícdrich,
los fimdamenl!JS de la libertad, Unlón Editorial. S.A. octava edición, Madrid, 2008, Capitulo VH, N<:i 3,
fi¡¡s· 145 "·
" RUIZ SCHNEIDER. Carlos, «Del corporativismo al Neoliberalismo, el conservadurismo católico en
Chile» en COLOM, Francisco y RlVERO Ángel [P..ds.J, El altar y el trono, ensayos sobre el catolicismo
politice iberoamericnna, óp. cit., pág.12 l.
w Vid. HAYEK, Derecho legislación y Libertad, Unión Editorial, Madrid, 2006, cap. X págs, 309 ss,;
HA YEK. La Fatal Arrcgmrcia. óp. cit., pág. 53.
218
220

La obra de Hayek, está moldeada por un enfoque kantiano. Su pensamiento es kantiano


porque niega Ja capacidad del hombre de conocer las cosas tal como son o el mundo tal
como es689• Afinna que el orden que encontramos en el mundo, le es dado por la estructura
organizativa de nuestra mente y las experiencias sensítivas están inmersas en los conceptos
de orden instalados en el raciocinio humano. Adjudica una dosis muy grande de poder
creativo a la mente, la cual, no es ni un receptáculo para ta absorción pasiva de sensaciones
fugitivas, ni un espejo en el que se reflejan )as necesidades del mundo690•

El ideario neoliberal no sólo atacó cualquier regulación del rnercado por parte del Estado,
sino que además argumentó que Ja desigualdad es un valor positivo para dínamizar el
crecimiento y la acumulación privada, por lo que se consideró imprescindible quebrar el
poder del sindicalismo y, en general, del movimiento obrero (con sus presiones igualítarias
sobre los salarios y el gasto social del Estado}. A partir de la posguerra Jas «democracias
occidentales» estructuraron sus políticas precisamente en torno aJ Estado de Bienestar
dando ocasión a un poderoso consenso, opuesto a estas ideas,

Afirma HA YEK en un trabajo presentado en el encuentro de Tokio de la Sociedad Mont


Pelerin de 1966,

"El concepto central del liberalismo es que bajo la vigencia de reglas universaies de conducta justa,
que protejan un dominio privado de los individuos que pueda ser reconocido, se formará por si
mismo un orden espontáneo de las actividades humanas de mu~ho mayor complejidad del que
jamás podría producirse mediante un ordenamiento deliberado. En consecuencia, las actividades
coercitivas del gobierno deberían limitarse a mantener el cumplimiento de dichas reglas,
cualesquiera sean los demás servicios que et gobierno pueda prestar al mismo tiempo al administrar
aqueHos recursos partlcu1ares que Je han sido puestos a su disposición para esos propósitos"',¡91 •

Respecto de las teorías de Hayek, GREY levanta una feroz crítica que sintetiza en los
siguientes términos: ''El modelo de Hayek es, en buenas cuentas, una suerte de anarquía

68
~ GREY, John N. "F. A Hayek y el Renacimiento del Liberalismo Clásico", Traducido de Litera/Un? of
Liberty, voL V. N* 4, invierno de 1982. Derechos cedidos por lnstitute for Humane Studies, California,
EfUJU, pág. 5,
um Grey, Ibídem, pág. S.
Mi HA YEK. Friedrich A.. Los Principios de un orden social liberal, Estudíos Públicos, pág. l82: "Propongo
que denominemos a este orden espontáneo del mercado una catalaxia, guardando analogla con el término
~cataláctica", que se ha propuesto a menudo como un sustituto del término "e«mómico" (tanto "catalaxia"
como "cataláctica" derivan del antiguo verbo griego lwtalla1tein que, significativamente. da el sentido no sólo
de "traficar'' y "cambiar" sino también de "admitir en la comunidad" y "convertir de enemigo en
amigo")Jbídem, pag, 184. (resaltado en et original).

220
221

legal benigna, una «catalaxia legal», en la que están ausentes la coacción organizada,
necesidad tan antigua como ingrata. Semejante anarquía puede ser imaginada en una teoría
ideal, pero en la historia no hay ejemplos de ella"692 . Es bastante obvio que el pensamiento
de Hayek es mucho más complejo que la critica que levanta Grey y por cierto que admite
también muchas más lecturas.

Podría decirse que el gran aporte de Hayek es haber instalado la idea desarrollada antes por
su Maestro Ludwig Von Mises de la imposibi lidad teórica del funcionamiento del sistema
socialista. Esa imposibilidad no es sino una derivación de la idea general de imposibilidad
lógica del racionalismo constructivista cartesiano, que atribuye mayor entidad de la que
tiene, al poder de la razón humana. Ha depurado al racionalismo de sus excesos y a través
de su sistema «racionalismo crítico evolucionista)> ha introducido una dosis de realismo a
la ciencia social. Este abordaje permite un considerable arsenal lógico que hace posible el
análisis científico de las morales erróneas. De esta premisa se deduce el carácter
teóricamente imposible de la moral socialista693.

La influencia de Hayek se explica también por la importante red publicista que se instala en
tomo a él. Partiendo de un pequeño embrión en la Universidad de Chicago, los neoliberales
y sus patrocinadores, crearon una enorme trama internacional de fundaciones, institutos,
centros de investigación, publicaciones, etc., para perfeccionar y promover sus ideas y
doctrinas. Montaron un cuadro ideológico eficiente, pues hicieron suya (al parecer) la
afirmación del pensador marxista Antonio Gramsci, cuando desarrollando el concepto de
hegemonía cultural, afirma: Si Ud. Puede ocupar la cabeza de la gente, sus corazones y sus
694
manos le seguirán •

c. El carisma de Friedman

El otro pensador que ejerce influencia sustancial en la formación de los Economistas


chilenos, como asimismo en la propuesta económica que se implementaría durante el
gobierno militar, fue Milton FRJEDMAN, el más célebre de los profesores de Chicago.
692
GREY, John, «Hayek: El orden espontaneo en las sociedades post comunistas en transición», Estudios
Públicos. 50 (otoño 1993). pág. 149.
693
HA YEK, Friedrich, la Fatal Arrogancia, óp. cit., pág. 129.
694
GEORGE Susan, Breve historia del Neoliberalismo, veinte mios de economía de elite. Conferencia sobre
"Soberanía Económica en un Mundo Globalizado". Bangkok, marzo 24-26, 1999.

221
222

"Gran gurú del movimiento a favor del capitalismo de libre mercado, fue el responsable de
crear la hoja de ruta de la economía global, contemporánea e hipomóvil en la que hoy
vlvimos•'695 • El futuro premio nobel, era bastante conocido entre et público general como
severo crítico de las intervenciones del gobierno en la economía, y como exponente de las
virtudes de una economía de Hbre mercado, puntos de vista que había expresado en
Capilalismo y Libertad de 1962, y en las columnas que escribió para la revista Newsweek
de 1966 a 1984. Sabemos también que tenia un perfil mucho más publicista que sus
predecesores y su labor de divulgación tuvo gran éxito mediático. Una de las obras que
tuvo mayor impacto comunicacional fue «Free to Choose», un documental televisivo que
se exhibió con éxito no solo en Estados Unidos sino que también en el resto del orbe,
Igualmente se debe considerar la publicación de un libro con e) mismo título, compartiendo
autoría con su mujer Rose.

Un aspecto princípaJ de la influencia técnica de Friedman, que tiene reJevancia para los
fines de este trabajo, es su calidad de profesor de los denominados Ch/cago Boys, quienes
recibieron de primera mano su influencia. A ello se debe sumar la importancia estrdtégica
que tuvo su prestigio~ para apoyar a sus discípulos al interior del Gobierno militar y con
Pinochet en particular; ello fue decisivo para que éste se jugara por mantener el modelo en
una época en que existieron resultados adversos. Esto último lo realiza en su visita a Chile~
aprovechando la ínvítación que le hace la Escuela de Negocios de Valparaíso696 para dictar
unas charlas, donde además se entrevistó con Pinochet. cuestión que le significó variadas
criticas697 . HARBERGER que lo acompañaba, indica que nada de 1o conversado por este
Pinochet era muy diferente de lo que ellos mismos le hubieran podido decir, "Nadie sabe
exactamente qué influencia pudo tener aquella visita, pero lo cierto es que, sólo unos dos

~ 5 KLEIN, Naomi, la Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre. op, cit.• pág. 25.
ó<"/6 La visíta fue patrocinada por la Fundación del Banco Hipotecario de Chile {BHC), del falleddo empresario
Javier Vial, pero contribuyeron a eUa empresas de los grupos Cruza!, Matte y Yarur.
1
® "A su vuelta a California, Milton Friedman escribió una carta a los periódicos en la que dijo que acabtlba
de volver de China, claramenre un Estado más represivo que Chile, donde había dado los mismos consejos
que en Chile y preguntaba si debía esperar las mismas protestas que después de que volviera de Chile. y si no,
por qué no (1993, p. 403)" SCHWARTZ, Pedro, «Milt.on Friedman y la Líbertacfo en AZNAR, José M. et
alil, óp. cit., pág. 66.

222
223

meses después, los militares salieron de los ministerios y los subsecretarios ocuparon sus
698
puestos. Se constituyó así un gobierno de carácter claramente tecnocrático" •

Entre los aportes teóricos más importantes de Friedman para el modelo se encuentra su
concepto de «i ngreso pennanente» y también por haberle dado un nuevo impul so a la
«teoría cuantitativa de la moneda», poniendo en primer plano el tema del monetarismo que
699
sería tomado -en general- por los gobiernos conservadores • Friedman, en los inicios de
su carrera ciertamente tenía un perfil más técnico que hacia el final de la misma; su
acercamiento a la sociedad Mont Pelerin empieza a infundirle un cariz mucho más político,
que contagia también su labor publicista, que se ve vigorosamente encaminada a difundir
los principios libertarios: " La libertad económica es un requisito esencial de la libertad
ºº" expresaba en uno de sus textos más influyentes. La lógica es la siguiente; lo
política 7
importante es que " las personas cooperen entre sí sin la coacción de un centro decisorio" y
si esto se logra incluso en un contexto donde no hay democracia, esta circunstancias en sí
misma, resulta poco relevante.

Encontramos también en su propuesta teórica uno de los pilares del pensamiento neoliberal
y que ya hemos mencionado a propósito de sus predecesores; y es precisamente la
importancia central que este le atribuye a la iniciativa individual, que no puede ser
reemplazada por la acción del Estado en materia económica: "Government can never
701
duplica/e the variety and diversity of individual action " [El gobierno nunca puede
duplicar la variedad y diversidad de la acción individual], expresa en una escrito temprano,
primera obra importante en su labor publicista. Pero obviamente para FRIEDMAN, " la
actividad económica no es, en absoluto, la única área de la vida humana en la que surge una
estructura compleja y elaborada como resultado inesperado de la cooperación de un gran

698
HA RBERGER, Amold S., en «La influencia de Friedman y de la Escuela de Chicago en la Economía de
Chile», óp. cit., pág. 41.
699
Thatcher y Reagan.
°
70
701
FRI EDMAN, Milton, Liber1ad de elegir, óp. cit., pág. 17.
FRIEDMAN, Milton, Capitalism and freedom, T he University of Chicago Press, Chicago, 1982 ( 1962)
pág. 12.

223
224

número de individuos que persiguen; cada uno, su propio interés"7º2, Su propuesta es


claramente más amplia que una simple concepción o teoría e.conómica.

Ya hemos dicho que su propuesta teórica es más técnica (menos fiJosófica) que la de Hayek
y se refiere principalmente al manejo económico y al control del tipo de cambio103~ cuestión
que se hizo imperiosa en los primeros momentos de la estabilización económica de nuestro
país, una vez producido et golpe militar. Las propuestas de Friedman se vierten en un texto
emblemático, El Ladrillo~ que recoge muchas de las ídeas de Capitalismo y libertad.

"The problem is to establish institutional arrangemen1s that will enable government to exercise
responsibility for money, yet at the same time limít the power thereby given to government and
prevent this power from being used in ways !hat wi/1 íend to weaken rather than strengthen a free
socicty is power from being used in ways that will tend to weaken rather than strengthen a free
society" 104 [El problema es establecer arreglos institucionales que permitan al gobierno ejer<:er su
responsabilidad en relación con el dinero y al mismo tiempo, limitar e! poder otorgado a él, a fin de
evitar que éste se utilice de formas que tiendan a debilitar en lugar de fortalecer a una sociedad
libre].

La esfera del Estado ha de ser limitada. Su función principal debiera ser la de proteger la
libertad contra los enemigos externos e internos de la sociedad libre, preservar la ley y eJ
orden, hacer cumplir íos contratos privados:, fomentar los mercados competitivos: todas
estas cuestiones, caras para el liberalismo económico, A pesar de estas tajantes opiniones
FRlEDMAN afinna que "La historia sugiere que el capitalismo es sólo una condición

rN FEDIAKOVA. Evguenia Comervadores e innovadores: la derecha en la segunda mitad del siglo ,t.\:" en
Promesas de Cambío: lzquierdu y Derecha en el Chite Contemporáneo. DAVILA Míreya y FUENTES.
Claudio, Editorial Universitaria (fla;;,;o Chii.e). Santiago de Chile, :'.:002, pág. 76.
m "The necd far the ilispersal ofpower roises an especial/y difficuir problem in the fleld ofmoney. There is
widespread agreemenJ that go\!e!'nment must have some responsibility jor monetary matters, There M alsó
widespread recognition lhaf control over money can be a potent too! fer controlling and shaping the
economy. Jts poumcy is dramattzed in Lenin's fartWus d.ctum thaJ the most ~ctíve wtp to destroy a society is
to destroy its nu:mey" [La necesidad de dispersar el poder plantea un problema especialmente dificil en el
ámbito del dinero. Hay un acuerdo generalizado de que el gobiemQ debe tener cierta re5ponsabilidad en las
cuestiones monetarias, También existe un reoonooimiento generalizado de que el contn)l sobre el dinero
puede ser una herramienta potente para el control y la configuración de la economía. Su potencia es
dramatizada en famosa frase de Lenin de que la manera más efectiva de destruir una sociedad es destruir su
dínero}. FRIBDMAN, Milton, Capilalism and Freedom. óp., cit., pág. 40.
164 HEconomic trrrangemenls play a dual rolé in thc promo1wn of e, free society. On the omt Jumd, freedom in
eoonomic arrangements is itself a component offteedom broadly understood, soneconomi~ freedom is an end
in itself in the second place. economic freedom is also an indispensable means toward the m:hieveme/11 of
politit:al freedom" [Los arreglos económicos juegan un doble papel en la promoción de una sociedad libre.
PQr un lado la libertad en lo5 arreglos económicos es en si un componente de la libertad en un sentido amplio,
por lo que la libertad económica es un fin en si misma. En segundo lugar, ta libertad económica es también un
medio indispensable para et logro de la libertad politicaJ. FRIEDMAN, Milton, Capitalism andfreedom. óp.
eít,, pág. l5.

224
225

necesaria para la libertad política. Pero no es una condición sufic iente. En una misma
sociedad puede haber organizaciones económicas que son fundamentalmente capitalistas y
7 5
organizaciones políticas que no son libres" º . Razona Friedman que en la medida que sea
mayor el área cubierta por el mercado, más reducida será aquella en las que se requieren
decisiones expresamente políticas (Reduce la tensión del tejido social 706], y, por tanto, en
las que es necesario alcanzar un acuerdo. Y en sentido contrario mientras menor sea el área
de las cuestiones en las que se necesita un acuerdo, mayor será la posibil idad de alcanzar un
acuerdo, y la sociedad, al mismo tiempo, conservará su libertad707•

El problema no es desconocer -afirma - lo que se debe hacer; eso es muy fácil. El gobierno
tiene que incrementar la cantidad de dinero a un ritmo menor. "El problema radica en tener
la fuerza política para tomar las medidas necesarias. Una vez que la enfermedad de la
inflación se encuentra en un estado avanzado, su eliminación tarda mucho tiempo y tiene
consecuencias secundarias desagradables"7º8• Esta cuestión ya lo sabíamos de sobre en
nuestro país donde la inflación era el principal y más insidioso enemigo de la econom ía y
del bienestar social, especialmente de los más pobres. A esas alturas cualquier solución, por
radical que fuera, que prometiera una cura para esta enfermedad, sería acogida con
simpatía. El proponer tipos de cambio flotantes (o flexibles) no quiere decir según
709
Friedman que se esté a favor de tipos de cambio inestables . La inestabilidad de los tipos
de cambio es un síntoma de inestabilidad en la estructura económica básica.

FRlEDMAN pensaba que los aranceles no solo perjudican a los países que deben
cancelarlo; sino y más importante, perjudica a los mismos países que los instalan; al efecto
expresa: "Saldríamos beneficiados si abandonáramos nuestros aranceles, aun cuando los
otros países no hicieran lo mismo. Claro que nos beneficiaríamos más si ellos también
redujeran sus aranceles, pero el que no lo hagan no es requisito para que nosotros nos
71 0
beneficiemos. Nuestros intereses respectivos no están en conflicto, sino que coinciden" .

705
Ibídem.
706
<<reduces rite strain on rhe socialfabric», Ibídem, pág. 28
70 7
Ibídem.
708
FRI EDMAN, Milton y Friedman Rose, libertad de Elegir, Trad. Carlos Rocha Pujoj, Folio, Barcelona,
T omo 11, pág. 372.
709
«Be ing in favor of tloating exchange rates does not mean being in favor of unstable exchange rates».
Capiwlism and Freedom, pág. 62.
71
º FRIEDMAN, Milton, Do/lars and Déficits, Cap. 4
225
226

Esta era una. cuestión particularmente sensible para nuestro paradigma económico. dado
que la protección arancelaria, atendidas las directrices de la CEPAL, se había instalado en
forma importante en nuestro sistema y especialmente en el imaginario social, inclusive de
los miembros de las Fuerzas Armadas, Un cambió aquí sería el principio de una revolución.

Pero claramente en este escenario teórico, no es posible entender que todo se pueda
resolver automáticamente por las reglas del mercado~ al resto de la sociedad o a quienes
detenten el poder, les corresponderá la responsabilidad de establecer un marco lega~ de tal
manera que el individuo que persigue su propio interés sea ------citando de nuevo a Adarn
SMITH- ºllevado por una mano invisible a favorecer un objetivo que no era parte de su
propósito. Pero el hecho de que él no pensara en ese objetivo no es siempre algo malo para
la sociedad. Muchas veces, al perseguir su propio interés. fomenta el de la sociedad más
eficazmente que cuando realmente se lo propone. Nunca he visto que los que pretenden
comerciar por el bien público obtengan un buen resultado" 71 t. Chile sería sí et primer
escenario donde estas ideas se harían efectivas en su integridad, como una surte de
laboratorio de ensayo, sin que la ciudadanía tuviera reates opciones de oponerSe al proceso.

d. Efectos

Estas ideas, bastante radicales para la lógica de nuestra economía dirigista, fueron
instaladas en la nueva institucionalidad en forma bastante traumática~ el {<Shock» fue el
método utilizado por el equipo de Cauas 712, Al respecto KLEIN señala la importancia que
tuvo la exístencia misma del régimen dictatorial para implementar este modelo, que se
venía rumiando por algunos centros de poder norteamericanos, quienes no dudaron en
aconsejar la imposición del mismo, cuando se dio la oportunidad histórica, Previamente
habían propiciado la caída del régimen constitucional, "la idea de aprovechar las crísis y los
desastres narurales había sido en realidad el modus operandi clásico de los seguidores de
Mi1ton Friedman desde el principio[ ... ]A1gunas de las vío1aciones a los derechos humanos
más despreciables de este siglo [.. , 1 fueron de hecho un intento deliberado de aterrorizar al

711 FR!EDMAN, Milton, Capitalism ánd Frecdom, óp. <:it., pág. 112

m Jorge Cauas Lama, militante de la DC. Ministro de Hacienda en 1974 que se encargó de implementar el
Programa de Recuperación EcfJ/Wmica.

226
227

pueblo, y se articularon activamente para preparar el terreno e íntroducir las «refonnas»


radicales que habrían de traer el ansiado libre mercado"
7
º.
"Durante estos siete años, se aplicó en Chile una política económica ortodoxa, <:aracterizada por la
apertura al oomereio internacional unilateral. la reducción drástica del gasto público, la fijación de
un tipo de cambio nominal. la liberalización financiera y especialmente el control estricto de las
relaciones laborales. Coincidente con ello fue et aumento de la represión selectiva y la influencia de
la policía secreta del régimen la DINA (a partir de 1974) encargada no solo de combatir a los
opositores reales o imaginarios del régimen, sino sobre todo generar temor en la población y así
evitar cualquier tipo de contestación social a las medidas económicas. Un paquete de reformas tan
radicales no podía llevarse a: cabo sin un marco represivo acorde a la profundidad y rapidez de los
cambios impuestos desde el poder centrar•:1-i.

Es:ta primera y radical dirección que tomó la economía en los comienzos del régimen
Militar~ marcó profundamente el devenir de la sociedad chilena, que en muchos sentidos
debió modificar drásticamente sus conductas tradicionales par.a hacer operativo el nuevo
modelo. Este se distanciaba grandemente con lo que entendían aún los especialistas~ en lo
que debía ser el manejo de la economía. Nunca fue unánime ni pacifica la declsión de optar
por el libre mercado; mucho menos en los términos tan radicales que proponía la doctrina
de ta Universidad de Chicago y las agencias trasnacionales asociadas con la ideología que
esta entidad proponía,

Ya en aquella época connotadas economistas tenían una visión muy distinta respecto de la
intervención del Estado en la Economía, La historia les daria la oportunidad de hacer
presente sus convicciones en esta materia; afinnan Foxley, Aninat715 y Arellano:

"El Estado no es un ente neutro desde el punto «de vista» distributivo. Extrae y reoriente recursos
influido al menos p.arcialmente por la fuerzas., económicas y políticas, que respaldan y dan sustento
a su acción. El efecto de la acción ptlblica puede ser el de acentuar tendencias espontaneas
provenientes del libre juego de} mercado. o alternativamente el corregir distorsiones o aún cambiar
7
radicalmente el contendido distributivo del proceso de crecimiento económico" u,.

En los años ochenta. Guzmán tiene la oportunidad de precisar sus opinión en esta materia.
poniendo acentos distantes del neolíberalismo radical al que muchos 1o suponían converso,
113
KLEfN, Naomí, La Doctrina del Shoá, El auge del capitalismo del desastre, óp., cit., pág. 31.
11
GAftATE. Manuel, La Revolución Capitalista de Chile (/973-2003), Ediciones Universidad Alberto
.i.
Hurtado, Santiago de Chile, segunda edición 2012, pág. 191.
715 Futuros ministros de Hacienda-los dos primeros- en los gobiernos de la Concertación.
w, FOXLEY, Alejandro, Aninat Eduardo y Arellano José Pablo, Las Desigualdades Económicas y la Acción
del E:stado, óp. cit .. pág. 9.
227
228

en un comentario en el diario La Segunda del 15 de mayo de 1981, "la concreción de la


economía social de mercado en Chile, dista de ser formula rígida de un pensador o escuela.
Es más bien una adaptación pragmática y flexible de ciertos principios de nuestra realidad.
Lo que ha impulsado al presidente Pinochet, junto a su equipo económico ... constituye une
versión chilena y original. no dominada por sujeción dogmática alguna. Baste señalar 1o
reatizado en cuanto a redistribución del ingreso, para corroborar sus diferencias con los
mentores que se le endosa"717.

Una cuestión que debemos remarcar aquí es el hecho palmario de que estamos frente a un
escenario mucho menos libre que hace no poeos años~ 1a libertad prometida como gran
regalo de la doctrina neoHberal no fue taJ, y quizá~ como afirma Foucault, nunca debió
tenerse dicha esperanza dado que la lógica del sistema apuntaba claramente en un sentido
opuesto~

"El liberalismo no se limita a ofrecer !a simple garantía de libertades (libertad de mercado, de


propiedad privada. de expresión eu:étera) [ ... ] organiza las condiciones bajo tas cuales los
individuos pueden y deben ejercer estas libertades[ ... ] no es un recurso natural, sino un producto
creado artificialmente y un instrumento de pricticas gubernamentales[".] el efecto positivo de la
acción gubernamental. El gobierno líberaf no expande los espacios de libertad, no se limita a
respetar esta o aquella libertad: "consume líbertad" [ ... ] En eJ propio proceso de producción de
libertad. el liberalismo también pone en peligro la libertad que construye. Es precisamente el «libre
juego de fuerzas» al interior de las fonnas de gobierno liberales lo que amenaza a estas libertades y
demanda nuevas intervenciones para «protegen) o estabilizar lo social [por ejemplo] La libertad de
comercio solo puede ser establedda si se toma un oonjunto de medidas preventivas destinadas a
evitar tas contra tendencias de mon0p0lización y concentración que podrían resultar en una
limitación de la libertad"m.

Pero especial atención debe prestarse, en este orden de cosas a la relación entre libertad y
seguridad, tma de las más afectadas por esta dinámica del modelo neoliberal. siguiendo en
ello de nuevo• Foucault debemos indicar que el liberalismo no solo produce libertades que

717
"Guzmán incorpora en sus pensamiento elementos esenciales de la postura hayekiana y acepta la idea del
mercado como asignador de los recursos productivos, aunque mantiene ciertas reservas frente a esa idea. De
hecho, le reconoce al Estado una función como órgano redistribUtivo e incentivador del crecimient,:;
económico, lo que significa una apartamiento de la ortodo-:,tia neolíberal". CRlSTI, Ibídem, pág, 166-169.
m "La libertad de comercio es n~esaria[ .. , J pero ¿cómo podr.á ejereérsela corn;retamente si no se controla,
no se limita. no se organiza toda una serie de cosas. de medidas, de prevención etcétera. que eviten los efectos
de la hegemonía de un país sobre los otros, una hegemonía cuyo efecto sería justamente limitar y restringir la
libertad de comercio?, LEMKE. Th-Omas. ((Los riesgos de la seguridad: Liberalismo hióf)!°llítica y miedo en
Michel Foucault: 1Veolibe1·alismo y biopolitica, ediciones Universidad Diego Portales, Santiago de Chile,
tercera edición, 2012 págs., 253-254,

228
229

permanentemente son puestas en peligro (por sus propias condiciones de producción)


haciendo necesarios mecanismos de seguridad. No se trata, en este caso, de consecuencias
no deseadas o efectos colaterales; sino muy por el contrario son condiciones esenciales y
efectos positivos de la libertad liberal.

"El liberalismo nutre al peligro, lo somete a un cálculo económico, sopesando sus ventajas y sus
costos"719.

Sin perjuicio de la importancia de lo expuesto, nos parece que e l rasgo más relevante tiene
que ver con los efectos personales de los ciudadanos del Estado, sometidos a esta nueva
estructura ontológica, epistemológica y antropológica, "El sujeto propietario inmerso en el
sistema de la economía de mercado nos es restituido así como sujeto general, pero cada vez
más pobre de determinaciones cualitativas [ ... ] La autonomía de lo económico coincide,
pues, con la que algunos consideran como desaparición del hombre en e l campo del saber
occidental" 72º.

e. La misión Klein-Saks

En Chile las primeras propuestas concretas de liberalismo económico tienen su pasado


mediato en la presidencia de Carlos lbáñez del Campo; atendido que en aquella época
( 1954-1955), el país se vio enfrentado a una severa crisis económica y para revolverla, el
gobierno decide hacer un serio esfuerzo de estabilización. Para e llo, deciden, mediante la
decisiva colaboración del diario El Mercurio721 , recurrir a instancias más técnicas tras
abandonar las políticas nacionalistas y populistas inspiradas en el modelo peronista
argentino. Al efecto contactan en Washington a los economistas Julius Klein y Julien Saks,
para elaborar un plan económico general. Dicha propuesta se habria de constituir en " La
primera propuesta política económica ortodoxa de corto plazo y de liberalización paulatina
722
de la economía chilena" . El hecho de recurrir a la denominada Misión KLETN-SAKS,

719
Ibídem, pág. 255.
720
BA RCELLONA, Pietro, El Individualismo Propietario, óp. cit., págs. 11 8-11 9.
721
•·La causa principal del fracaso económico, a juicio del Mercurio, se encontraba en el intento del Frente
Popular de mejorar artificialmente las condiciones de vida de la población sin un aumento paralelo y
equivalente de la producción, lo cual repercutió en una inflación creciente", GARA TE Manuel, La Revolución
Capitalista de Chile, óp. cit., págs. 100-1 O1.
722
CORREA S. Sot1a, Con las Riendas del Poder, La derecha chilena en el siglo X.X:, Editorial Sudamericana,
Santiago de Chile, 2004. pág., 20 1.

229
230

una firma de asesoría económica extranjera que había estado operando en Perú a fines de la
década de los cuarenta, fue justificada por el gobierno de Ibáñez en los siguientes términos:

"[para enfrentar la crisis] era necesario allegar un concurso técnico. de idoneidad indiscutida, y que
por su carácter extranjero diera también garantias de objetividad e imparcialidad en sus enunciados
y conc!usiones"123 •

Luego de tres años de trabajo iniciados en septiembre de 1955, fa misión termina sus
labores a medidos de 1958 y sus conclusiones abarcan seis aéreas importantes a saber: a)
En Política fiscal propone Ja reducción de gastos en defensa, relaciones exteriores y
transferencias corrientes (subsidios a empresas del sector público y del sector privado).
Además se aumentarían los impuestos sobre los bienes suntuarios; b) En el área de la
Administración pública propone la reorganización de Jos servicio públicos que tenían
déficit importantes, la fusión de institu.ciones que duplicaban funciones y la disminución de
número de empleados del gobierno central, con un aumento del número y las
remuneraciones de los empleados calificados; e) En politica crediticia, el Banco Central
debía imponer un límite (cuotas) al ritmo de expansión nominal del crédito bancario, lo que
se esperaba llevarla a una reducción de los márgenes de utilidad y de inventarios en exceso
del sector privado. También debían reducirse los redescuentos del Banco Central y alzar la
tasa de redescuento; en cambio la tasa de interés del crédito bancario no se alteraría; d) En
PóUtica de remuneraciones se proponía eliminar los reajustes automáticos de
remuneraciones y Juego los reajustes generales por 1ey; también 1a instalación de topes
legales máximos a los reajustes de los sueldos y salarios, tanto para el sector público como
para el privad, lo que jugaría un papel caJve en el descenso de la tasa de inflación; e) En
cuanto a precios y subsidios, se recomendó eliminar Jos controles administrativos sobre los
precios. suprimir los subsidios y aumentar las tarifas cobradas por los servicios de utilidad
pública. Los precios se regularían mediante la competencia de mercaderías importadas y a

m Meruaje Presidencial de 1956, pág. 16. La agudeza de Ffrench~Davis, le lleva a ver el asunto en diferentes
términos que los oficiales: "La razón verdadera por la cual se recurnó a la Misión Klein-Saks fue algo muy
diferente de la que se dio oficialmente, Es indudable que la misión no era neutral desde el punto de vista
político, como qve venía de prestar asesoña técnica a una dictadura derechista en Perú. Su filosofía, por tanto,
era más congruente oon la de la derecha pofüi-ca chilena, mientras que en la gran mayoria de los té.cnioos
chilenos pertenecía al centro o a la izquierda del espe<:tro político. Por otra parte, la Misión que era de origen
estadounidense, mantenía excelentes relaciones con el Fondo Monetario lntemacional (FMI) y el gobierno de
Estados Unidos". FFRENCH-DAVIS, Ricardo, Políticas Económicas de Chlle. !952-1979, Ediciones Nueva
Universidad, Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1973, págs. 25 y 26.

230
231

la aprobación y aplicación de una ley antimonopolios; y f) Finalmente en cuanto a la


Política cambiaria, se eliminaría el gran número de subsidios y cuotas que caracterizaban
el comercio exterior de Chile y se le reemplazaría por una tasa de cambio única y
libremente fluctuante tanto para la importación como para la exportación de bienes; en
4
forma provisional, el acceso a este mercado sería controlado72 •

Las proposiciones de la Misión Klein-Saks las podemos clasificar en tres categorías. En


primer lugar una serie de proposiciones técnicas, neutrales desde el punto de vista político;
una segunda categoría de corto plazo como controles sobre las remuneraciones y aumento
de la tributación con fuerte implicancia política y una tercera de largo plazo. Estas últimas
son relevantes porque propiciaban una reducción de la injerencia gubernamental en la
economía, en palabras de FFRENCH OAVIS, se: "propiciaba un mercado cambiario libre,
con un tipo de cambio único fijado por la oferta y la demanda in control alguno; tasas de
interés libres; ausencia de controles directos de precios, entrada libre de la inversión
extranjera, y otras medidas de la misma índole"725.

Dichas proposiciones se aplicarían mal y parcialmente porque podían afectar los intereses
de los asalariados quienes entendían ser los únicos llamados a realizar el grueso del
sactificio en la implementación de las medidas. Los empresarios también estimaban que
estas medidas afectarían sus posiciones privilegiadas. Estas disidencias fueron razón
importante para que en definitiva no se implementaran en e l posterior gobierno de
726 727
Alessandri a pesar del perfil empresarial del gobemante .

El único sector que defendió la Misión Klein-Saks fue El Mercurio. Ya en esa época
indicaba que esta intervención habría permitido dar "termino al periodo constitucional sin

724
FFRENCH-DAVIS, Ricardo, Políticas Económicas de Chile, 1952-1979, óp. cit. págs. 26-28.
ns Ibídem.
726
' ·Su platafom1a electoral, apoyada por los dos partidos derechistas que propugnaron el programa de
estabilización de 1956-1958, contemplaba una menor participación gubernamental en los asuntos económicos,
la supresión de los controles cambiarios, crediticios y de precios, y la estabilización del nivel de precios, con
todo lo cual se esperaba lograr un crecimiento espontáneo de la economía", Ffrench-Davis, óp. cit. pág. 41.
727
"Llama la atención que en sus informes al Departamento de Estado la Embajada de los Estados Unidos
también criticara a Klcin & Saks por no haber planteado un plan global"'. Correa S., Sofia, Con las riendas del
Poder, óp. cit., pág. 204.

23 1
232

las alternaciones del orden público e institucional que se veían venir en et año 1955, por el
desorden económico abrumador y la especulación sin precedentes que él generaba••ns.

Dicho de otra forma, en aquella época era muy dificil que la ínstírucionalídad política
pusiera oídos atentos a Jos graves problemas económicos que presentaba el país, por muy
especializados que fueran los promotores de tales arreglos; la perspectiva politica sería la
única escuchada por los actores en juego, aún ante la evidencia de que tales problemas
repercutirían, a mediano o largo piazot en la estabilidad de) sistema republicano729.

Por razones similares~ pero en circunstancias política muy distinta&t la revolución en


libertad propiciada por la Democracia Cristiana durante el gobierno de Eduardo Frei
Montalva. también fracasó en su intento de mrjorar las condiciones económicas del país,

"El programa de la •<Revoiución en Libertad:.> estaba dirigido a promover a la cJase trabajadora y a


transformar la estnictura social del pais, dentro de los margenes del sistema político vigente. De
este modo ~I único camino era el de la persuasión y de una gran capacidad e comunicación con los
tr5abajadores organizados. Los resultados fueron totalmente contrapuestos: en 1965•[966 hubo
cuatro veces más paros que en 1959~1960, pese al fuerte aumento de las remuneraciones nominales,
y al importante Incremento real que éstas experimentaron durante los tres primeros años del
periodo"711J,

En otras palabras, ni el empresariado que tuvo el poder durante el gobierno de Jorge


Alessandri, ni los asalariados durante e1 gobierno de Eduardo Frei Montalva, estuvieron
dispuestos a aceptar modificaciones en sus prívilegios económicos. Ninguno de ellos
visualizaba que una mejoría global de la economía a fin de cuentas redundaría en una
mejoría para todos. Esta lógica llegó a su paroxismo durante el gobierno de la Unidad
Popular, donde todas estas contradicciones y miopías rindieron sus trágicos frutos,

"Las demandas que reaiizaban sobre el Estado los principales grupos de presión eran tales que
terminaron acelerando la inflación. Por una parte los sectores medios hacían vaier fuertemente sus
demandas por mayores remuneraciones reales (reajustes de salarios y control de precios) y
beneficios pUblicos (previsión, vivienda, salud y educación). Por otra el sector empresarial

,,,· lbfdem, pág, 205.


129
" ••• bajo la influencia de los Estados Unidos en un contexto de Guerra Fría, la derecha en su conjunto
comenzó a definirse decididamente critica a la intctVención estatal en los procesos económicos. Tano los
Partidos Cibera! y Conservador, como las asociaciones empresariales y El Mercurio, propusieron un drástico
cambio de políticas: había que abandonar la intervención estatal en materias económicas y laborales, de modo
de consolídar una eeonomía liberal", ibídem, pág., 206-207,
73
°FRENCH-DAVJS_ Ricardo, Politicas Ec<>nómicas de Chile, 1952wJ979, óp. cit., pág. 62.
232
233

presionaba con no menos fuerza por mejorar sus utilidades efectivas (reajustes de precios y control
de remuneraciones, resistencia a aumentos en la tributación y por incrementar el volumen de
créditos - normalmente subsidiados- canalizados al área privada por el Estado"73 1•

La política había incautado el campo de juego económico y las correcciones sustanciales y


urgentes que nuestro sistema requería no serían admitidas en esta plataforma. Se
demandaban decisiones radicales; la mayoría inviables en un marco democrático. Esa
parecía ser la lamentable conclusión a la luz de estos hechos. Esta es una cuestión que se ha
ventilado muy poco, pero que aflora como una de las principales causales de las caídas de
las economías regionales y ciertamente de la nuestra, que se vio agudizada por la extrema
discordia que proponía el programa ideológico de la Unidad Popular.

Un antecedente que puede motivar la atención lo constituye el hecho de que el gran


protagonista de toda esta secuela en diferentes contextos y con diferentes modelos de
intervención haya sido el diario El Mercurio, que aparece con un rol protagónico en todo el
desenvolvimiento de la problemática político-económica que afectaba al país en este
agitado periodo de nuestra historia reciente.

73 1
FOXLEY. Alejandro, Aninat, Eduardo y Arellano José Pablo. las Desigualdades Económicas y la Acción
del Estado, Fondo de Cultura Económica, 1980, México D.F, 1980, pág. 2 1.

233
234

Capítulo VIII

ASPECTOS DOCTRINALES APLICADOS

19. Instalación del modelo.

Esa aciaga constrncción tuvo sus mayores hitos en la maniobra de reajuste denominada
Shock, que instaló manu militari una cierta cantidad de exigencias que tenían por objeto
hacer revivir al paciente (la economía nacional) o liquidarlo definitivamente. La pregunta
que cabe aquí es si para la instauración de un modelo tan radicalmente distinto de aquel
propio de nuestra nacionalidad, era necesario un despliegue tan brutal de recursos
represores. Muchos piensan que no era posible que se hiciera de otro modo, pero ello es
muy distinto de justificar los atropellos, especialmente en la forma de violación sistemática
de los derechos humanos, que se realizaron en aquel periodo en nuestro país. Se ha llegado
a especular que tales recursos pudieron haberse utilizado ex profeso, sabiendo el daño que
causarían en la sociedad en la cual se aplicaban732 . En todo caso, podría decirse que el
cruento golpe militar era útil para instalar tanto cuestiones políticas como económicas,
cualesquiera que estas fueran.

Hemos sostenido que el modelo económico chileno no se construye desde una lógica
normativa; tampoco a partir del texto constitucional (que es posterior), sino que se limita a
recoger una realidad asentada por vías de hecho, mediante el uso de la fuerza e impuesta a
una ciudadanía que poco o nada podía hacer para repeler tal maniobra. Ello amparado por
influencias internacionales que deseaban ver realizado el experimento de una sociedad de
mercado impuesta forzosamente. Una forma de verificar que las teorías económicas de la
Universidad de Chicago eran correctas y viables.

m Vid. KLEIN, Naomi, La Doctrina del Shock, El auge del capitalismo del desastre, Capítulos 2 y 3 y
passim.

234
235

La Constitución de 1980 se limitó, e-e post a apuntalar los pilares básicos del sistema, como
una fonna práctica de asegurar su permanencia. Esto no quiere decir que se descartasen
completamente los mecanismos jurídicos, de hecho se instalaron muy relevantes
disposiciones legales que sentaron las bases del sistema; pero también resulta evidente que
la lectura que se hace de unas y otras, no siempre destaca esta prelación.

Ffrench-Davis pone énfasis en el carácter «globalista» del mode lo monetario aplicado en


Chile, destacando su incapacidad de dar cuenta de los problemas sectoriales, la
segmentación de los mercados y la dificultad en la trasmisión de información entre los
diferentes agentes económicos, lo cual subestima los procesos de ajuste y desestabilización
de la economía. Los pilares que es posible destacar de esta políticas ortodoxas, según este
mismo autor son las siguientes: a) Política antiinjlacionaria, que comprende dos periodos,
una política anti inflacionaria de monetarismo extremo en economía cerrada ( 1973-1976) y
monetarismo extremo en economía abierta ( 1979-1982); b) Reforma al sistema.financiero:
privatización de los bancos y liberalización de tasas de interés y encajes (reservas) y c) La
apertura comercial indiscriminada al exterior, en este punto, la idea era que " los recursos
deben asignarse según las ventajas comparativas y que el juego del libre mercado, libre de
toda interferencia estatal, logra aquel objetivo"733 . Como sabemos esta postura
gubernamental terminó a mediados de 1982 con la devaluación abrupta del tipo de cambio,
7 14
luego de pasar por algunos meses de costoso e ineficiente ajuste automático · .

Pero entrando al detalle de la cuestión legislativa, existieron disposiciones emblemáticas,


dado el espíritu legalista de nuestras autoridades, que contribuyeron a la instalación del
modelo económico; el primer lugar debemos mencionar la dictación del DL 600 Sobre
Inversiones Extranjeras que instaló la idea de apertura de fronteras para transitar por este
endeble cable -sin red de protección-, que es la lucha económica en una economía global.
Esta decisión no sería menor ni en términos económicos ni en términos sociológicos. El
chileno debió sobrevivir en los peores escenarios económicos sin muletas fiscales.

733
FFRENCH-DA V IS, Ricardo. «Una evaluación del modelo económico», Estudios Públicos, Nº 1 1, 1982,
f:ág., 18, citado por Garate. Manuel, La Revolución Capitalista ele Chile, óp. ci1., pág. 209 ss.
34
Ibídem, pág., 215.

235
236

Esta fue una de las primeras medidas para levantar la economía de su estancamiento y
dotarla de flujos de capital pues contenía el estatuto de inversiones extranjeras en el año
1974 y que formó " parte del repertorio de las grande refom1as estructurales que llevo a
cabo el régimen" 735 . Este fue un paso importante pues cambiaba radicalmente la politica en
la materia sostenida por las generaciones anteriores en materia económica que, basadas en
políticas de la CEPAL, postulaban que esta inversión hipotecaba en gran medida la
soberanía nacional ante la invasión de capitales extranjeros. Pero a veces el remedio resulta
peor que la enfermedad y a l final "una deuda externa sobredimensionada termina
comprometiendo la soberanía nacional en medida mucho mayor que la inversión
extranjera"736.

Otro texto relevante que resultaba vital para afianzar la idea de establecer una libre
competencia fue el Decreto Ley Nº 211 que fue promulgada en diciembre de 1973, que
establecía la creación de una Fiscalía Nacional Económica en la capital y además distribuía
comisiones antimonopolios en todo el país, órganos que tenían la característica de ser
completamente independientes del poder político. Además se derogaba una normativa
anterior del año 59 que resultaba muy pobre para los nuevos desafíos. Se trataba de centrar
el eje de la asignación de los recursos en el mercado en desmedro del Fisco que había sido,
hasta ese momento, el principal actor económico en la historia de Chile. En ello también
fue pionero el gobierno militar respecto del resto de Latinoamérica.

Una cuestión que había constituido una grave problema durante la Unidad Popular fue el
manejo del Banco Central y la emisión inorgánica del circulante; no se entendía bien la
bondad de controlar los flujos monetario y en no pocas opottunidades se emitían billetes
que se usaban para financiar el creciente déficit fiscal como asimismo las enormes pérdidas
de las empresas que, vía estatizaciones, habían ingresado en el área social. Otra cuestión
vital para implementar el modelo propuesto por El Ladrillo fue el ocuparse de llevar
adelante una reforma tributaria. Para lograr este objetivo se tomó la decisión de reemplazar
el impuesto a la compraventa por un impuesto al valor agregado (lVA) que fue desarrollado

735
Ibídem. pág. 80."Estas nonnas tempranas y visionarias desafiaron radicalmente prejuicios que el
socialismo había logrado arraigar en la conciencia pública con notable éxito", ibídem.
736
Ibídem. pág. 81.

236
237

por René García y Arsenio Molina y aprobado gracias al apoyo de.cidido de Jorge Cauas
ante la Junta de Gobierno737•

Se crea asimismo un «mercado de capitales» que viene a reemplazar e l sistema de crédito


asignado y s ubs idiado por uno en que el proceso de ahorro e inversión es realizado
básicamente por el mercado. Se autorizó, en consecuencia, la creación de intennediarios
financiaros privados para captar y pres tar recursos, se dejó libre la tasa de interés y se
eliminaron escalonadamente las nonnas sobre control cuantitativo del crédito y selectividad
del encaje y reservas bancarias, así como las que imponen limitaciones a la operación de los
bancos extranjeros"738.

Me permito en este punto destacar un cuerpo normativo que ha s ido menos analizado en
relación a su impacto en la estructura social y cultural del país, me refiero a la Ley 18.0 l O
para las Operaciones de Crédito de Dinero, que marca una verdadera revolución en la
manera de negociar en la sociedad chilena, donde el nominalismo monetario, la prohibición
del anatocisrno y la penalización de la usura eran regla centra l del s istema 739. Dice mucho
de la idiosincrasia de la época que hasta la dictación de dicha nonna, nuestro país se haya
comportado de hecho (desde el punto de vista financiero) como un país pre-capita lista.
Existían muchas regulaciones respecto de las operaciones de crédito de dinero y en muchos
sentidos la lógica que regía al sistema era de tipo medioeval. Respecto de este punto
LASKI hace una descripción que perfectamente se ajustaría casi en idénticas condiciones a
nuestro país hasta antes de la década de los setentas, cuestión que hacía de nuestra
economía una especie antig ualla que subsistía a duras penas en un escenario moderno.

" ... para la Edad Media la idea de adquirir riquezas estaba limitada por un conjunto de reglas
morales impuestas por la autoridad religiosa [... ] el productor medieval -sea en el orden de las
finanzas, el comercio o la manufactura alcanzaba su objeto a través de una serie de acciones que, a
cada paso, lo ligaba a ciertas reglas de conducta que presuponían para la adquisición de riquezas,
una justificación fundamental en principios éticos [... ] La actitud para con la usura, la aceptación de

737
Ibídem, pág. 2 11 .
738
RAMOS, Josep, Política Económica neo/ibera/ en países del Cono sur de América larina, 1974-/983,
Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1989, pág. 31.
739
Vid. LO PEZ SANTA MARIA, Jorge, Obligaciones y Contratos frente a la inflación, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago de Chile 1978, págs. 26 ss.; La inflación en las obligaciones contractuales, Revista Chilena d e
Derecho. Vol. 5, 1978. págs. 131 ss.

237
238

los gremios como un medio racional de controlar la producción, la noción de que la Iglesia era la
740
fuente natural del criterio ético ... " ,

Resaltamos la importancia de esta cuestión porque hasta ahora no ha sido seriamente


destacado por la labor publicista de nuestros estudiosos, quienes 110 han visto o visualizado
la importancia que esta situación tuvo en el escenario del cambio ideológico de nuestra
estructura económica. Es en estas pequeñas cosas donde se debe tomar atención+ dado que
las grandes tienen visibilidad por si solas.

Es quiloás esta cuestión una que no revela este afán revulsivo de las lógicas temporarias que
van de una época a otra; de una lógica a otra y luego un retomo. No es dificil percibir que
lentamente la realidad económica vuelve a empaparse de algi.mas y tal vez muchas de estas
posturas económicas, que marcan una vuelta a la lógica medioevaL Ya dijimos al íniciar
este trabajo que cada uno de estos aspectos tiene sus propios tiempos y por supuesto que
también su propia textura axial.

a. Sociedad de Consumo

La Ley N' 18.010 publicada en el Diario Oficial de 27 de junio de 1981 que Establece
Normas Para Operaciones de Crédito y otras Obligaciones de dinero que Indica; instaló
derechamente y sin anestesia unas nuevas reglas del juego en materia monetaria en nuestro
país. Con la implementación de esta normativa se posibilita la instalación de un rápido
sistema de crédito para una gran masa popular que antes tenía negado su acceso al
consumo; la clase trabajadora entendía el acceso a estos bienes como un proceso largo de
741
ahorro y privaciones en aras de una recompensa futura • Ahora tenia la posibilidad de un
42
acceso inmediato a estos bienes ahorrándose un largo tiempo de espera7 • El que luego se

'.'4(! "había prohibiciones al comercio por razones religiosas, se prefijaban los precios y los tipos de interés, los

días festivos eran obligatorios. se regulaban los. salarios y las horas de la jornada laborable y se evitaba la
especulacióo dentro de cierto limites: ... ". LASKJ, Harold, E{ liberalismo europeo, Fondo de Cultura
Económica, versión española de Victoriano Miguelez, J edición 1961, México D,F. págs, 19~23.
141
"En la era moderna solida de la sociedad de productores, ta ¡;ratificación pawcía en efectó obtenerse sobre
todo de un-a promesa (le seguridad a largo plazo, y no del disfrute inmediato''. BAUMAN, Zygmunt, Vida de
Consumo, Pondo de cultura Económica, trad. Mirta Rosemberg y Jaime Arrambide, Buenos aires, 2007, pág.
49,
m "El autosacrificío y la autolnmolación, la autoinstrucción y la autodomesticación, la espera aparentemente
interminable de algún tipo de gratificación y la práctica de virtlldi:s que parecen sobrepasar toda capacidad dt:
resistencia[ ... ) ya no son necesarios", BAUMAN, Zygnmnt, Vida Liqutda, trad. Albino Santos Mosquera,
Edítorial Paidós, 2• reimpresión, Buenos Aires. 2007, pág. 18. "Idealrnente, cada momento seguirá el modelo

238
239

pagaran estos consumos con intereses usurarios, poca visibilidad tenia en ese momento
clave, Ello produjo una nueva forma de mirar el mundo, que abrió también una realidad
hasta ese momento desconocida743 • Nos hablamos transfonnado en una sociedad de
consumo.

",, "el dinero ve modificar su «estatus.>, simbólico: de código de transmisión (de una herencia. de un
cákulo de un consumo futuro) se convierte en un código de intercambio puro y de adquísición
inmediata. El dinero pierde su (<estatus» temporal para adquirir un estatus espacial; en 1a época de
los ahorradores se trataba de amasar para garantizar et futuro; hoy en día se gasta, se «gana» para
equipararse, para construir un medio ambiente espacial [ ... ] E1 dinero, ya no es más símbolo de
riqueza para el consumidor, sino un código de participación social, <Hin pemliso para C-Onsumim y
para llevar una vida socia] integrada {pagando sus seguros, cotizaciones y contribuciones), cuyos
criterios están constituidos por el «banco para todos;> y la posesión de una cuenta bancaria lo más
rápidamente posible"'"-!

El que todo y todos tuvieran un precio pasó a tener una realidad concreta y la idea de
sostener la economía en base a especulaciones más o menos sofisticadas adquirió una
cotidianeidad insospechada que tuvo inmensas repercusiones. Fue }a llave que abrió las
nuevas mentalidades. La austeridad propia del chileno de la primera mitad del siglo XX
mudó en consumismo desenfrenado en la última parte del mencionado siglo; y quizás en
gran parte del XXI.

"La vida en so<:iedad se mercantiliza y se individualiza; los «pasaportes» para las relaciones
sociales se convierten en monetarios y dependen del presupuesto personal más que la pertenencia a
tal o cual estructura de relación,.m.

Pero por supuesto que las consecuencias son todavía más profundas, pues como señala
BARCELLONA, en este caso estamos frente a un fenómeno completamente nuevo dentro
de Ja estructura social,

de uso de las tarjetas de crédito, un acto radicalmente despersonalizado: en ausencia de un intercambio cara a
cara. es más sencillo olvidar que el momento 6e placer exigirá eventualmente un pago, y hasta permite
ifnóralo por completo", BAUMAN, Zygmunt, Vida de Consumo, óp. cít, pág. 144,
13
"El más podero>o mecanismo que destruyó la ética protestante fue el pago en cuotas, o crédito inmediato.
Antes, era menester ahorrar paro poder éOm¡rrar. Pero Cótl las tarjetas de crédito se hizo posible lograr
gratificaciones inmediatas[ ... ] Cuando la ética protestante fue apartada de la S-Ociedad burguesa, solo quedó
el hedonismo, y el sistema capitalista perdió su ética trascendental''. BELL, Daniel, Las Contradicciones
Culturales del capitalismo. óp, cit., pág. 33.Vid MAROONES, José M', Capitalismo y Relr.gión, la religión
Jt.ºlitica Neoconservmlora, óp., cit., págs. 61-62.
~ DE BENOIST, Alain y Faye. Guillaume, Las Ideas de la Nueva Derecha, una respuesta al CqlonffllUmo
culwraf. Edkiones de Nuevo Arte Thor, Barcelona, 1986, pág,, 590.
Hs Ibídem, pág. 59L

239
240

"La construcción de la autonomía de lo económico corresponde a una autentica mutación


antropológica, y precisamente por esto nos parece necesario profunditar en los nexos, no solo
aparentes y ocasionales, que vinculan este gran cambio de la época a cambios importantes en la
forma del pensamiento y en las categorías del hacer humano"146 •

Sin perjuicio de estas mutaciones radkales de nuestro status económico y psicológico;


también se cernieron sobre nosotros nuevos elementos en forma de pesadas cargas que
intricaban más nuestro esfuerr,0 de supervivencia; la dinámica del mercado trajo a la
superficie una serie de prácticas y de personajes a los cuales solo se )es había pennitido una
vida clandestina. Sus efectos más deleznabas fueron {y siguen siendo), las figuras de la
usura encubierta y la ausencia de legislación relacionada con delitos económicos; modus
operandi de muchos curtidos miembros de la fauna empresarial y financiera de nuestro
país. No se establecen trabas ni cortapisas juridícas, salvo algunas muy reducidas.

Nos parece necesario (¿inevitable?) que estas regulaciones (ético-jurídicas) tengan en el


mediano plazo un mayor desarrollo, merced de la influencia global; influencia que suele
tomar decisiones que otros (componentes Jocaies) no pueden o no quieren tomar. Estas
normas claramente no apuntaban antes ni apuntan hoy aJ bien común de la ciudadanía. sino
al particular de los agiotistas.

Se dictaron varios cuerpos normativos que, con diversas intensidades, pusieron en marcha
esta nueva armazón económica alejada de tradiciones vernáculas. La ley antimonopolios,
por ejemplo. siendo técnícamente va1iosa no tuvo gran repercusión como las otras ya
reseñadas en el imaginario colectivo de nuestra sociedad., como tampoco aquellas referidas
a la privatización de )as aguas y de los derechos de propiedad minera, que siendo muy
importantes a la hora de las definiciones económicas) no tuvieron, según nuestro parecer, la
injerencia de aquellas otras en dicho ámbito. En el privado la aplicación soterrada de las
mencionadas leyes, implicó cambios radicales en el volumen de las fortunas personales.

Varias de las grandes decisiones -no está de más repetirlo- no se implementaron por medio
de leyes. Muchas veces fueron normas de menor jerarquía normativa (decretos o
reglamentos. de alcance particular en sus efectos jurídicos), los que lograron sacar adelante
las construcciones y reformas requeridas. Estas normas, a pesar de su frágil apariencia, te

146 BARCELLONA, P1etro, El l11dividuafismo Propietario, óp. cit., pág. 118.

240
241

otorgaban un inimaginable entorno de legitimidad a las decisiones del tiempo autoritario,


Pero es muy claro que su punto de apoyo no era su formalidad nonnativa sino e1 hecho de
haber sido dictadas por el gobierno de facto.

Desde luego que la instalación del modeio implicaba una serie de cuestiones básicas y
urgentes: Un manejo ordenado de las finanzas para )ograr reducir drásticamente la
inflación; lograr un equilibrio en la balanza de pagos; un control del tipo de cambio; que se
le otorgara autonomía del Banco Centrai747 y una apertura sln precedentes hasta ese
momento, hacia el exterior. por medio de la rebaja generalizada de arance1es a las
importaciones; lo que otorgaba al experimento. una repercusión más atlá de las fronteras,
Esta última era quizás la medida más radical. y la que habría de tener mayores
repercusJones sociales.

Fue un periodo traumático, donde se desconocía realmente lo que habría al final del
camino; y ciertamente un momento de perplejidad para los expertos economistas
(estatistas) nacionales. También una época de desasosiego para el grueso de Ja ciudadanía
sumida en un sistema político represivo y coartador de los derechos individuales.

Con la aplicación del «Shock» entraron en juego concepciones radfoales; en una suerte de
tesis experimental. Esta instalación forzosa a final de cuentas, dio muestras de viabilidad.
Se trataba de medidas que incluían. "una fuerte reducción del gasto fiscal, el aceleramiento
del proceso de privatización de empresas estatales, ajustes en el tipo de cambio y
continuación de la apertura al exterior a través de la mantención de una política arancelaria
a la baja. 1a más criticada incluso por Pinoche4 fue 1a liberación de las tasas de interés,
indispensables para que empezara a funcionar ei mercado de capitales:"14 s. Pero nl en esta ni
en otras materias complejas. puede tenerse la errada pretensión de hallarse frente a
soluciones definitivas. Muchos han llegado incluso a hablar de «fracaso del mercadm>;
estas voces estiman que se requiere del poder estatal para compensar las deficiendas

747
"[para tener una política monetaria y financiera extremadamente responsable se requería) necesariamente
una completa redefinición del rol del Banco Central que debfo orientarse a ~iercer una conducción monetaria.
También implicaba la necesidad de gen.erar un mercado de capitales ron cierto grado de desarrollo y
autooomla", BÜCHI, Hemán, la transformaciim económica de Chile, El modelt> del progreso, El Mercurio-
Afuilar. segunda edición, Santiago, 2008, pág. 86.
74
ARANCIBIA, Patria y Balart P, Francisco, Sergio de Castro, El arqflltecto del modelo econ6-mico chileno,
Libertad y Desarrollo, Santiago de Chile 2007, pag. 230.

241
242

exageradas de un sistema de mercado749• Por nuestra parte, sin llegar a compartir la


hipótesis del supuesto fracaso del mercado. creemos que la experiencia nacional, a partir
del manejo del ministro Büchi a mediados de los aflos ochenta, es demostrativa que estos
resguardos estatales, son necesarios.

Se pensaba que las intenciones del equipo económíco del gobierno militar ""'revelaban
objetivos económicos que trascendían el con1rol de la inflación y el ajuste externo para
apuntar a una transfonnación proftmda de la organización económica precedente estos[ ... ]
se vieron reflejados con especial nitidez en el conjunto de refonnas estructurales impulsada
[, .. ] con el objeto de <<institucionalizar» un nuevo sistema econórnico"750• En consecuencia
era muy claro que lejos de estar tomando medidas de emergencia en un escenario caótico,
se había tomado ya la decisión de modificar completamente el modelo económico, ..La
implantación de la denominada <<economía social de mercadm~ revertía -en wta clara
dirección liberal- la orientación de la política económica de las cuatro décadas
precedentes"751 • Las circwtstancias de hecho solo habían facilitado este tránsito.

Los neoliberales latinoamericanos dirigen o han dirigido, como es e1 caso de Chile, los
Ministerios de Hacienda y Economía, las grandes empresas y los más importantes medios
de comunicación, y una parte pequefia de ellos se dedica a la enseñanza de la economía.
Ello deja amplio margen para que los principales publicistas que se ocupen del tema sean
pre.:.:isamente profesionales no especialistas en economía o política y la mayoría de eHos no
precisamente simpatiz.antes de esta doctrina. El manejo publicista de los autores de las
ciencias sociales ha sido particularmente hostil con los neoliberales; con muy buenas
razones muchos de ellos; pero no con toda la razón como pretenden otros.

m CRA[G, Paul y LaFoUete, Karen, la Revolución Capitali!ila en Latinoamirica, óp., cit .. pág. 4; "La gente
asociada al viejo orden no ha desaparecido del panorama político. Todavla están ahi, a menudo en posiciones
influyentes. Si las refonna en Latinoamérica no mantienen su impulso, la mdlnación sera que el viejo orden
vuelva a infestar el sistema con fonnw; de cornportami~to que tiendttrt a la b-Usqueda de rerttas, permitiendo
;\ue los privilegios reemplacen al mercado como el asignador de recursos". ibídem, pág, 5.
1
u [propiciabanj la apertura de la económica al exterior y el desarrollo de un mercado de capitales privado,
autorizado para pactar libremente las tasas de interés a instituciones financieras exentas de exigencias de
encaje y con mstrumentos financieros de gran liquidez {... ] y promovió la libre entrada de capitales
extranjeros al pais", VERGARA, Pilar, Auge y Caída del Neoliberalisnto en Chile, Flacso, Santiago de Chile,
1985, pág. 3 l.
151
Ibidem, pág, 32,

242
243

Al respecto afinna doña Pilar VERGARA, "A partir de las nociones de libertad e igualdad,
los neoliberales critican la democracia tradicional. En ella, la «pasión igualitaria» habría
sepultado la verdadera igualdad al convertirse en fuente de favoritismo y discrecionalidad.
Además habría alentado un intervencionismo que terminó por asfixiar la liberad de las
personas hasta convertir en «letra muerta» los derechos políticos que la constitución
consagraba[ ... ] la verdadera democracia es la económica y esta solo queda garantizada por
una economía capitalista de libre mercado [ ... ]de ahí que la democracia como ideal ético-
político desparezca para convertirse en un simple medio, en un procedimiento para
organizar una «sociedad libre», que es aquella en la cual se respeta la libertad económica y
752
la igualdad fonnal de los individuos en el mercado" . Muchas de estas cuestiones se han
tomado habituales en el quehacer de nuestra democracia y ciertamente parecen acoger un
fenómeno que en muchos sentidos traspasa la acotada realidad en que nos movernos
cotidianamente. El sistema ha tenido efectos divergentes; ha proporcionado mejores
condiciones de vida material para mayores cotas de ciudadanía, pero ha empobrecido
cultural y éticamente a la gran masa ciudadana, amparados en una racionalidad técnica
«inhumana» que nos obliga a actuar de fonnas muy opuestas de aquellas que nos señala
nuestro sentido ético.

Estamos, como afirma lucidamente BOURDIEU, ante un «capitalismo sm disfraz, ni

restricción, un capitalismo que ha sido racionalizado, ajustado al límite de su eficacia


económica gracias a la introducción de fonna modernas de dominación ("gestión") y de
técnica manipulativas tales como la investigación de mercado, el marketing y la publicidad
753
comercial» ; un escenario absolutamente invasivo que limita nuestra humanidad bajo los
parámetros que puede dejamos los intereses corporativos globales, que nos visualizan como
simple mercancía o como consumidores de dicha mercancías.

b. El Mercado

En términos generales se afirmaba que las posturas neoliberales proponían, en una hipótesis
de mercado verdaderamente libre, que no debía existir gobierno o Estado reglamentando la

752
VERGARA, Pilar, Auge y Caída del Neoliberafismo en Chile. óp. cit., pág. 97.
753
BOURDIEU, Paul: «Una utopías razonada; contra el fatalismo económico», en Neiv l efl Review. nº O,
Enero 2000, citado por VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Co11te111poráneo, óp. cit., pág., 379.

243
244

economía (ya sea en forma de impuestos, requisitos de salario mínimo~ etc.) o a 1as fuerzas
naturales de la oferta y la demanda; estas no requerían ni necesitaban intervención
54
estatal7 • Esto que era admisible en el campo teórico, no lo parecía tanto a la hora de la
aplicación eoncreta de los problemas cotidianos, donde habitualmente se deben realizar
algunos y a veces muchos ajustes en e) modelo para que aplique a la realidad, con un grado
razonable de beneficio.

La creencia implícita en una concepción como ésta, es que se puede alcanzar un Estado
global, unido por una economía común. Ello redundaría en beneficios también globales:
dado que los ricos en capital serian capaces de ofrecer préstamos a aquellos que carecen de
él (las naciones en desarrollo) a precios más bajos (por tanto, estímularían sus economías y
con ello al resto del mundo), También los consumidores globales se beneficiarán con costes
más bajos y con una mayor variedad de productos; ello también como resultado de no
aplicarse aranceJes o impuestos, etc.

Esta economía internacionalizada redundará en un mayor acceso a productos básicos y


tecnologías, provocando también un aumento de la velocidad de desarrollo. Es también
reclamada por los neoliberales la idea que esta economía unificada tendrá una cierto efecto
de homogeneización económi~ resultando en la difusión de la riqueza de la ciase alta.
Esto se conoció en nuestro país como ia «teoría del chorreo».

El debate central parece circunscribirse a tas diferentes concepciones acerca de la libertad


que provenían de la llustración, especialmente con Locke, que la concibe desde una
perspectiva negativa; vale decir, una no intervención en la esfera de los particulares y con
mínima iajerencia del Estado, que es entendido como un mal necesario. En contraposición
se ubica una visión positiva personificada en la Revolución Francesa, que concibe la
libertad como facultad de realizar los propios deseos. Esta segunda visión, que se atribuye a
Rousseau, privilegia la igualdad por sobre la libertad.

15
~ "fntervention is a limited order by a social authority forcing the owners aj the means of pnxluclion and
entrepreneurs to employ their means in a difieren/ manner than chey otherwise would" fLa intervención es
una orden restrictiva de una autoridád social, forzando a los dueños de los medios de producción y a los
empresanoo a emplear sus medios de una manera distinta de lo que ellos lo hubieran hechOJ VON MISES, A
critique of interventfonism, óp. cit pág. 20,

244
245

••., ,ni una versión del mundo como la de Rousseau, con el píe de apoyo en el sentimiento, alumbró
-en la vida real- un estado de justificación ética, ¡nuca estuvo v¡gente!, ni el elaborado modelo
lógico asentado en la razón kantiana[ ... ] Por el contrario, el Ensayo sobre el intelecto humano de
Locke, fundamento de la teoría utilita.rist.a sensorial en el que se sostiene que únicamente la
experiencia es el origen de toda conciencia humana, y su complemente socio~politico encamado por
los Dos ensayos sobre el gobierno civil del mismo autor no solo diseñan el Estado liberal sino que
posibilitan su materialización en el ámbito anglosajón asf romo su desarrollo en el continente
europeo"m.

Los proyectos igualitaristas no han nacido nunca a la vida republicana, expresa con claridad
CABALLERO HARRIET756; y los comunitarios han tomado rumbos degenerativos como
el caso de los socialismos reales, devenidos en totalitarismos, como en el caso de la extinta
Unión Soviética.

Como afinna FONTA!NE a propósito de esta cuestión «[a) partir de la obra pionera de su
maestro Ludwig von Mises [Hayek] mostró cómo ese carácter totalitario de la planificación
centralizada no se borra adosándole un sistema democrático de gobierno. Por el contrario,
su teoría permite entender por qué la concepción centralista e intervencionista de la
economía tiende a debilitar ta democracia y a poner en marcha fuerzas de corte autoritario.
La defini<;lón del sistema económíco tiene así fuertes imp1icancias políticas"757•

Entonces, el neoliberalismo desafió al capitalismo de reformas desde su inicio; podría


decirse que se trató de una «:contrarreforma temprana)>, Sin embargo, durante más de 20
años su propuesta innovadora tuvo escasa acogida. Las advertencias neolíberales parecían
poco creíbles ya que el capitalismo avanzado había entrado en una larga fase de auge sin
precedentes; una suerte su edad de oro. Sin embargo. en los setentas todo cambiaría
dramáticamente, La crisis económica (que por primera vez hermanó recesión con inflación)
produjo la erosión y después la disgregacíón de aquel consentimiento. En otros términos, se
produjo una crisis de consenso que permitió al ideario neoHberal lograr visíbiHdád.
Finalmente esta doctrinas lograron acogida gubernamental eon el advenimiento de las

755 CABALLERO Harriet, francisco J,, AlguMs claves para oíra MumfializaciQn, óp., cit., págs., 134--13:5.
"Dio Locke expres.ión a la teoría que vino a ocupar su lugar, y que casi se convirtió en religión en el siglo
XVlll, cuando describió que la propiedad es un derecho antenor a la existencia del Estado, y arguyó que «el
poder sup~mo no puede privar a1 hombre alguno de cualquier parte de su propiedad sin su consentimiento»",
TA WNEY, R., H., La Religión en el erigen del capitalismo, óp. cit., pág. 274.
116
ibídem, Segunda parte, págs. 109 ss. y passim
u, fONTAlNE, Arturo, «Friedrich A, Von Hayek», &tudios Públicos, SO (otoiio 1993), págs. 20-21,
245
246

administraciones Neoconservadoras de Thatcher (Gran Bretaña, 1979) y Reagan (EEUU,


158
1980), y en poco tiempo se difundió a buena parte de Europa Occidenta! •

Durante ese lapso inaugural, breve y altamente expansivo, aquel ídeario también comenzó a
propa]arse en América Latina. Este historia que podríamos denominar de carácter común
para el continente no es aplicable en los mismos ténninos para nuestro país en el cual,
como hemos adelantado ya. comenzó a pensarse en términos liberales en la clave de
Chicago antes de los aflos setentas.

Sabemos que el proyecto económico se fue forjando en primer ténnino como un apéndice
del programa de gobierno de Jorge Alessandri que fue abortado una vez que este pierde la
elección presidencial de 1970. Este es luego revalidado a solicitud del almirante Merino
(hombre fuerte en la institucíonaiidad económica del Gobierno Mi11tar) poco antes del
pronunciamiento. El documento que contenía !as bases de este proyecto recibió el nombre
de •'El Ladri1lo759" tanto por su carácter fundacional cuanto por la forma rustica que las
hojas roneo le otorgaban; su inspiración (ya lo hemos dicho), Capítallsmo y Libertad de
friedman.

En primer lugar creemos que se han dejado de lado consideraciones prácticas relevantes
cediéndose terreno ante elucubraciones simplemente doctrinarias. No debemos olvidar que
militares~ gremíalistas y neoliberales+ tenían una matriz psicológico-doctrinaria que les
llevaba a hacer causa común con sus líderes naturales; 1a importancia de esto radicaba en
que bastaba con que dos de ellos estuvieran de acuerdo para lograr la convergencia del

75
s "Mucho antes de que Mrugaret Thak:her (1979-1990) implementara la apertura económica en Gran
Bretaña o Ronald Reagan (1981~1989) encabezara la revolución conservadora en Estados Unidoa, Chl!e
impulso una serie de privatizacíone$ y profundas reformas estructurales a la economía''. BÜCHI, óp, cit., pág.
37.
7
'g Para algunos "puede decirse qu<: este fue el documento fundacional de ia transformación capitalista chilena
emprendida en 1973"',[Fontaine; 1992] ··1a carta de navegación que guio !a apertura de la economía fue un
documento elaborado por un grupo de jóvenes d entre 26 y 35 años que llamaron "el ladrillo ... E! docume11to,
que puso en el centro de la actividad económica la libertad de las personas, llego a manos de los militares y se
convirtió en el ideario eeónÓmico durante todo el régimen militar", Bilchí. op. cit. pág. 4 l. Al respecto véase
ARANCIBIA C. Patricia y Balart, Francisco, Sergio de Castr<t, El arquitecto del modelo económico chileno,
Libertad y Desarrollo, Santiago, 2007, pág. 154 ss.; ARANC[BIA C. Patricia, Conversando con Roberto
Kelly V. Recuerdos de una vida, Editorial Biblirueca Americana, Santiago 2005, pág. 138.

246
247

colectivo; me refiero por cierto a Guzmán y Pinochet. Al convencerse Guzmán760 de las


bondades del sistema y de la seriedad del equipo económico, solo restaba irradiar esa
confianza hacia el jefe de Estado para que las puertas del Diego Portales se abrieran a la
causa neoliberal.

La otra arista de este entramado la constituía la doctrina Cristiana a la que (según algunos)
traiciona Guzmán al adoptar una postura ajena a sus convicciones761 (que ya hemos
perfilado corporativas y cercana a la Iglesia Católica). Nos parece que esta afirmación
también pude ser debatida, tanto desde un punto de vista práctico como desde un punto de
vista teórico. Practico porque la Iglesia misma desde los albores del siglo XX manifiesta un
acercamiento al liberalismo (al cual había evaluado antes negativamente) y teórico porque -
como ahora sabemos- las fuentes primigenias del libre mercado no son de reciente data ni
reconducibles únicamente a Adam Smith y la doctrina protestante.

Sobre este punto nos parece importante destacar una reflexión de Foucault, quien subraya el
aporte de la economía clásica en la configuración de un modelo de libre mercado;
influencia que se prolonga hacia un escenario distinto de aquel en que fue concebido (y a
circunstancias históricas distintas, habría que agregar). Esta influencia es destacable
precisamente por su impacto decisivo para la permanencia (subsistencia) de la ideológica
política clásica,

"El gran aporte que Foucault reconoce a la economía clásica es la determinación de una esfera de
racionalidad distinta de la razón de Estado que implica al mismo tiempo su limitación, porque
introduce un principio de gobierno heterónomo respecto del Estado: Una gobemabilidad restringida.
La mano invisible de Adam Smith, es la expresión metafórica de esta idea de una lógica especifica
762
de la economía" .

Lo que importa destacar en este punto es que siendo ontológicamente opuestos estos
escenarios, se han podido establecer vasos comunicantes que le han otorgado consistencia y
viabilidad, en una suerte de relación sinérgica; particularmente en un país como el nuestro,

760
"[Guzmán] Fue muy importante para nosotros. Si bien al comienzo no era un librecambista, con el tiempo
se fue haciendo cada vez más partidario y se convirtió en una especie de escudo para el equipo económico,
~esa a ser ajeno a él" , ARANCIBLA C. Patricia, Conversando con Roberto Kelly, óp. cit., pág. 202.
61
"Jaime Guzmán traicionó su integrismo al abrazar al neoliberalismo y fundar un partido político",
JOCEL YN HOLT, Alfredo. El Chile Perplejo, óp. cit., pág. 238.
762
GARClA DE LA HU ERTA, Marcos, «Foucault y el neoliberalismo: Una lectura crítica», óp. cit., pág.
18 l.

247
248

que había destruido su institucionalidad económica gracias (entre otras causas que
veremos) a la ejecución estricta del programa económico del gobierno democrático de
Salvador Allende. Lo que si pudiera llamar la atención es que en los hechos esta aplicación
representaba la limitación efectiva del poder político del dictador, cuestión que a muchos
todavía sorprende.

Este escenario setente ro de excesivo protagonismo de lo político [con predominio de lo


agonal] y de desidia por lo económico y social, fue volteado bruscamente por el gobierno
miJirar. De esta form~ lo político perdió jerarquía y de alguna manera también sufrió
763
preterición . Lo económico y lo social adquirieron inusitado protagonismo. en lo que
parecía un gennen creciente de los nuevos tiempos. Serían estos los primeros embates de la
globalización. que verla incrementado su domino oonfonne pasaron los años.

"El soberano no es soberano económico, no pude prescindir de la lógica del mercado [ ... ] establece
un límite de la razón de estado: el soberano no puede conocer la totalidad del proceso económico y
no puede -o no debe-- imponer la razón de Estado s.obre 1a lógica económica [ ... ] el liberalismo
económico cóntiene una critica de la razón política en general, pues al cifrar el bien de la ciudad en
el ímpetu de los egoísmos desnaturaliza no solo el juicio del soberano, sino que mina el juicio
público mismo: la capacidad de discernir lo que es bueno o malo para todos" 761 •

Esta es ni más ni menos la clave para entender lo que el neolibera1ísmo significaba no solo
para nuestra pequeña economía,, sino lo que vendría a suceder a escala global una década
después. Al respecto las afirmacioues de BARCELLONA no parecen adecuadas y certeras,

" ... exísten el neoliberalismo, el monetarismo, el neoindividualismo, que tienden a reproponer una
mitología de la subjetividad abstracta para contraponerla a la dimensión social[... ] me parece que
la gran operación en curso, a nivel no solo nacional, sino mundial, es la de haber construido un
sistema de la economía que ha incorporado totalmente el saber, reduciendo la ciencia esencialmente
a ciencia aplicada y respondiendo a problemas que fundamentalmente tienen como input problemas
económicos [ ... ]Esta operaéión ha construido un círcuíto economia~saber-técnica que se ha
autonomizado absolutamente del control social y político, y que tiene a convertirse en un gran
sistema compacto[ ... ]La abstracción funcional de la teoría sistémica es el acto de fuerza con el que
se neutraliza eI conflicto y el desorden productivo, es el dispositívo técnico mediante el que se
controla la contingencia compatible con el sistema y se le niega la entrada a la contingencia fuerte, a

m '' ¿,Habrá gobemabilldad liberal autóm>ma o racionalidad de mercado autónoma? Si la hubiera, querría
decir que el llberatismo no solo restringe la razón de Estado, sino que la suplanta y desahucia", ibídem, pág.
185.
7
M GARCIA DE LA HUERTA, Man:os, ibídem, págs., l 83~ 184.

248
249

la irrupción de lo imprevisible. El precio pagado es altísimo: la reducción de las alternativas de vida


765
a puras opciones de consumo" .

Nos parece, la transcrita, una síntesis adecuada del funcionamiento del sistema y sus fines
no obstante existir cuantiosas opiniones que le dan al fenómeno diversas vertientes que
podrían citarse en este punto766 .

Pero volviendo a nuestro proceso interno, hemos sostenido en otra parte que la
institucionalidad económica (no solo ella) fue forjada por medio de decretos leyes; en otra
palabras se constituyó la institucionalidad en base a decretos de facto emanados del
régimen militar, sin respaldo legal de ninguna especie y con una legitimidad amparada en
doctrinas que siendo adecuadas [técnicamente correctas] no se avenian con nuestra historia
institucional y eran en muchos sentidos ajenas. A ello por cierto debe sumarse el escenario
represivo en que las mismas se forjaron que daba nulas alternativas de discusión y
consenso.

Poco a poco se fue avanzando en este proceso de saneamiento que tiene tres momentos
importantes; una primera etapa de avance metódico y ordenado ( como un raund de estudio
y análisis) a partir de la caída del gobierno de Salvador Allende; una segunda etapa de
767
Shock , impulsada por el ministro Cauas y que dio el envión definitivo para el despegue
del modelo y que, podríamos afirmar, también marca el ingreso de los Chicago Boys en el
manejo de la economía nacional( bajo sus premisas neoliberales); y un tercer momento y no
menos importante: un ajuste pragmático -después de la crisis del 82- bajo la conducción del
Ministro Büchi768.

Esta distinción, no es en absoluto pacífica y admite lecturas muy distintas de la que


proponemos en este texto, como aquella que hace CASTELL. El prestigioso sociólogo,
albaceteño, hace la siguiente afirmación:

765
BARCELLONA, Pictro, El Individualismo Propietario. óp .. cit. págs .. 142-143.
766
Vid. VELASCO, Demetrio, «La fascistización de la política institucional y el control oligárquico y
represivo en la cultura política y social», Iglesia Viva Nº 249. enero marzo-201 2. disponible en la red en
hnp://www.iglesiaviva.org/249/249- l l-DEMETRIO.pdf
76 7
" [el tratamiento de choque] consistió en reducir el gasto público en un 20%, despedir al 30% de los
empleados públicos y privatizar la mayor parte de las empresas estatales", BÜCHI, óp. cit., pág. 39.
m Luego vendrían importantes reformas realizadas durante las administraciones democráticas de Aylwin,
Frei Ruiz-Tagle, Lagos y Bachelet.

249
250

"En lo que respecta Chile, modelo por excelencia para los ideólogos del libre comerc10 (aconsejado
inicialmente en la década de 1970 por los denominados Chícago Boys y respaldado por el Fondo
Monetario JntemadonaI bajo la dictadura de Pinochet), es en efecto un caso de transición
satisfactoria a una nueva estrategia de crecimiento impulsado por la exportación. No obstante ron
frecuencia se malinterpreta porque, considerado desde la perspectiva de la década de 1990, el
desarrollo chileno mezcló de modo secuencial dos modelos de crecimiento muy diferentes~ el
primero bajo la dictadura del generar Pinochet (1974-1989), sufrió una crisis en 1980-1972 y
encontró seria dificultades a finales de esa década. El segundo modelo, bajo las condiciones de
democracia polítíca de los años noventa, puede representar la oportunidad de crecimiento
económico sostenido en la nueva economía gioba.l. Los dos modelos chilenos son de hecho
representativos de los caminos divergentes para el futuro de América Latina"w;,

Sln perjuicio del enorme y merecido prestigio del sociólogo español~ estimamos que en este
punto no está en lo correcto, En efecto. no existe tal distinción entre la economía de la
díctadura de Pinochet y una (teórica) posterior economía democrática; mucho menos se
puede instalar la premisa de una supuesta divergencia entre ambas. Es efectivo que la
política neoliberal sufrió una crisis en los primeros años de la década de los ochenta (1982-
1985); pero ella fue corregida por el ministro Büchi, con premisas no neoliberales; es decir
el cambio o gíro de la economía se produce en este momento (dictadura) y no democracia,
La democracia no trae un modelo distinto de aquel generado durante el Gobierno Milítar;
aunque si importantes correcciones en lo social. Los economistas encargados de esta
cuestión en democracia (CIEPLAN} solo se limitan. afirn;an algunos~ a administrar el
modelo de la dictadura, sin hacer aportes estructurales, como sucedió con los gobiernos de
1a Concertación770• Un nuevo modelo> tendría que haber significado, por parte baja. una
mayor participación del Estado en la toma de decisiones en materia económica; al menos
una mayor regulación que evitara los abusos del mercado. Nada de eso en realidad ha
sucedido. De todas maneras se trata de un punto que puede ser problematizado, dando un
contenido más exacto al aporte de la democracia al modelo económico.

c. El pragmatismo de Biiebi

Büchi ya había participado en instancias decisivas de la implementación del modelo


económico, especialmente en el sistema de atención de salud y formó parte dei equipo de

w, CASTELLS, Manuel, La Ertr de la Información, Economía sociedad y Cultura, Vol. 1 La Sacíedad Red,
Ali.an:ra Editorial, tercera reimpresión en castellano., Madrid, 1999, pág. 152.
"º Vid, GARRETON, Manuel A., Neoliberalismo Corregido y Progresismo Limitada. óp, cit., págs. 188 ss. y
passim.
250
251

reformadores del sistema de pensiones. En el año 198 I que Büchi se encarga de establecer
un sistema de seguro privado para competir con el sector de salud estatal111, Este Ingeniero
Civil en Minas de Ia Universidad de Chile había llamado tempranamente la atención de
Pinochet y tenía fama de ser inteligente y capaz. No resultó extraño que se le encomendara
comandar el Ministerio de Hacienda tras la caída de Sergio de Castro, en plena crisis
financiera de comienzos de los ochenta. Su formación técnica no era la de un economista y
no había estudiado el Chicago, sino el Columbia. Nueva York. Pero le tocó trabajar
estrechamente con los Chicago Boys y mantuvo con estos. relaciones cordíales77'.!.

A principios de los ochenta los países latinoamericanos habían sido afectados por la más
profunda y prolongada recesión económica de los últimos 50 años. Aunque fuerzas externas
fueron determinantes en el agravamiento de la crisis, otros factores no menos importantes
actuaron para agudizarla, como por ejernp1o la inconsistencia en el manejo de las políticas
económicas, especia1rnente en cuanto a fa adopción de medidas que favorecían (sin
previsión). altos niveles de endeudamiento externo; la desorbitada expansión del gasto
doméstico en varios casos, y las políticas de estabilización de precios basadas casí
exclusivamente en el manejo de )as tasas de cambio.

Una economía pequeña y abierta al mundo, no tenía capacidad para influir en las variables
internacionales; la única respuesta sensata frente a la recesión internacional -según de Castro-
era "tratar de adecuarse con rapidez y aJ menor costo posible, o sea tienes que ajustar 1a
economía. Es lo que hicimos, con et más decidió apoyo del General Pinochet, qulen
comprendía perfectamente la situación y estaba acostumbrado a enfrentar circunstancias
dificiles"773 • Pero en definitiva no se logró conjugar Ja crisis con el mismo equipo económico
y de Castro renuncia a Hacienda el 22 de abril ru, ese año.

''Desde fa salida de De Castro en abril de 1982 hasta febrero de I985, fecha en que asume Hemán
Büch.i, el modelo de desarrollo basado en el libre mercado estuvo en serio riesgo de sufrir una

711
CRAIG y LaFoUete, La Revolución Capitalistn en Latmóambica, óp. cít, p.iig. 33.
112
"Aunque mi formación en general escapaba del perfil ortodoxo del Chicago boy, nunca me sentí
rechazado, incomprendido o cosa que se le pareciere. Por el contrario. EncOrltré respeto, acogida, lealtad al
trabajo en equipo y una genuina voluntad de servicio y apertura", BÜCHI, Herrán, La transformación
económica de Chile, óp. cit. pág. 41.
m ARANCIBlA C., Sergio de Castro, El arquitecto del modelo económico chileno, óp. cit. pág, 355.

251
252

profunda involución. Fueron los momentos más diflciles para el gobierno militar, y como apunta
Barahona <.:un gran recreo)>, con costos dolorosos para todo el pais"774 •

Para los efectos de nuestro análisis, este periodo es muy relevante, específicamente por las
definiciones doctrinarias que trajo consigo; es aquí donde se produce un importante punto de
inflexión que marcará el rumbo de nuestro sistema económico: el paso de un libre mercado
ortodoxo~ a) estilo de Chicago, a uno donde el Estado habria de tener mayor protagonismo;
uno más pareCJdo a1 modeJo alemán, sí fuera necesario poner un ejemplo emblemático.

IBÁÑEZ lo explica de una forma muy clara, "no se ha entendido (en 1983), sin embargo la
compatibilidad ni menos la necesidad de que Junto a esa libertad económica existan normas que la
regulen y defiendan, y que, por Io demás, son propias de la función indeiegable del gobierno. También
lo son de la Economía social de mercado, según lo corroboraron sus adalides contemporáneos como
Ludwig Erhard, que destaco los valores intrínsecos del sistema. Pero en las mentes de muchos
éhilenos ha prevalecido una confusión que tiende a identíflcar al Estado con el estatismo, de modo que
Ja legitima acción contra éste ha debilitado las funciones intransferibles de aquel"m.

En su trabajo autobiográfico Hemán BÜCHI, respondiendo a la pregunta ¿Qué falló?, para


analizar las razones por las que se produjo la crisis de principíos de los ochenta. hace una
reflexión que apW1tó al nudo central del problema doctrinario que se presentaba:

"El principal error de diagnóstico. en cualquier caso, fue creer que iba a ser posible mantener al
Estado al margen del problema que se estaba incubando, Los agentes privados no fueron
efectivamente capaces de afrontar en su propio ámbito los ajustes que la situación imporda. Y no lo
fueron porque no estaban preparados para hacerlo ni existían leyes ni reglamentos que seftalaran de
qué modo proceder en esa eventualidad [, .. ]Es dudoso que la e-conomía hubiera podido ajustarse sola.
sin necesidad de devaluar a mediados del 82"174•

Sabemos que Büchí logró sacar a flote la Economia fundamentalmente porque tenía
confianza en el rumbo que se había tomado en materia económica y su idea era profundizar
las políticas estructurales, reforzando la orientación de la economía a la actividad
exportadora. Su intervención fue profunda y eficaz. Su idea central era crecer pero con
estabiHdad777 • Se había dejado atrás la ortodoxia de Chicago en favor de una mayor

m Ibídem, pág, 401.


775
IBÁl'lEZ OJEDA, Pedro y LÜDERS, Rolf, Hacia una moderna economía de mercodo.· diez años de
política económica, 1973,1983. Valparaíso: tsellela de Negocios de Valparaiso, fundación Adolfo lbáñez,
1984. pág. )0.
m BÜCHI, Hemán, La Trasformación ectmómica de Chile, óp. dt. págs. 256,s257,
m "El fisco en realidad. desempei'lo un papel central en el robustecimiento del sector exportador y en la
vigencia de un tipo de cambio atractivo. Instrumentos claves para recuperar los niveles de ahorro y para la

252
253

participación del Estado en la solución de los problemas económicos; este nuevo rumbo se
mantendría en la posteridad democrática.

Una curiosidad de la instalación del modelo lo constituye el siguiente hecho: la organización


de la «desplanificación» y liberalización de la economía chilena fue realizada a partir de una
778
oficina central de planificación (ODEPLAN ), la cual estuvo a cargo de una segunda
779
generación de economistas de Chicago • La desplanificación debió ser planificada y
centralizada para lograr los objetivos de política económica que se impuso el equipo
económico del Régimen Militar780. Este organismo liderado por Miguel Kast se encarga de
reclutar y perfeccionar a los profesionales afines con las ideas del régimen especialmente a
través de programas de capacitación (CIAPEP/BID-ODEPLAN) financiados por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) dirigidos por el Instituto de Economía de la Universidad
Católica.

" De esta manera, se formó una nueva generación de cuadros dirigentes para asumir las tareas de
gobierno del régimen militar, incluso en la perspectiva de que este se extendería dentro del modelo de
democracia protegida que se estaba gestando. Este punto es crucial para comprender el rol jugado por
la segunda generación de Chicago Boys, quien finalmente sirvió de puente entre el equipo económico
y el jurídico, encargado específicamente de la reforma institucional, y liderado por Jaime Guzmán
Errázuriz"781 .

782
El punto clave en este proceso fue precisamente la dictación de la Constitución de 1980 .

Hemos dicho ya que nuestro sistema debe entenderse como una amalgama de varios

recapitalización del sector privado fueron el manejo del gasto fiscal, los cambios tributarios, especialmente en
la empresa, y la reforma previsional", BÜCHI, Hemán, La transformación económica de Chile, El modelo del
f'ogreso, óp. cit., pág. 290.
78
Había sido creada en 1967 en la administración de Frei Montalva como entidad de coordinación de
r,olíticas económicas a nivel nacional y con dependencia directa del P. de la R.
79
La primera generación se considera el grupo liderado por De Castro; este segundo grupo cercano a la UDI,
seria liderado por Miguel Kast Rist.
780
"efectivamente, la competencia del poder sobre el poder del Estado introduce otro poderoso factor de
cambio: Una vez más este factor es primordial en el campo económico, aunque solo sea porque incluso las
estrategias liberales conocidas como de retomo al mercado, se apoyan en realidad en el poder del Estado",
BOYER, Robert, «L'anthropologie économique de Pierre Bourdieu». Acres de la recherche en sciences
sociales, Vol. 150, Nº 1, 2003, pág., 72, citado por GÁRA TE, Manuel; La Revolución Capitalista de Chile,
óp. cit., pág., 2 16.
78 1
GÁRATE, Manuel, ibídem, pág., 221 .
782
"Con la institucionalidad política amarrada a través de una nueva Constitución y con el orden neoliberal
bien asegurado, Jaime guzmán. quien también ha diseñado el itinerario político del régimen que debía
culminar en una entrega del gobierno a los civiles, toma distancia de Pinochet como única manera de
despersonalizar la institucionalidad recién creada, y organiza un partido político [la UDI) para insertarse en la

253
254

factores y que el proceso económico parte en una fonna bastante desregulada, como da
cuenta el propio Büchi. Se necesitaba urgentemente un marco que pudiera contener esta
multiforme y activa caldera que era la emergente economía de los ochenta, que buscaba
recuperarse de una profunda crisis; y a ello contribuyó perfectamente el texto político, "La
Constitución representó un esfuerzo serio por vertebrar, en un gran marco institucional, las
reformas que el régimen había hecho o se proponía introducir en la vida política del país,
en su estructura social y en la actividad económica"783 . En consecuencia, al estar ya
instaurada y funcionando la institucionalidad económica y reglamentada por decretos leyes,
la Constitución debía darse a la labor de asegurar su subsistencia y lo hizo de una forma
suficiente, pero no exenta de críticas. En efecto, la formación de los constituyentes era
jurídica y consecuentemente con poca o ninguna idea de cuestiones económicas, en lo que
ha sido una tradición de los abogados chilenos. Esta circunstancia le restaba competencias
para implementar la organicidad económica en el texto político. Muy avanzadas las labores
constituyentes, finamente deciden escuchar al equipo económico (de De Castro) y sus
puntuales observaciones, las que fueron recogidas casi en su totalidad por la comisión.

Es importante también traer a colación que el fenómeno tiene un segundo aspecto a veces
olvidado y dice relación con los protagonistas humanos de esta nueva recreación
tecnocrática que en los textos publicistas parecen confinados a la -para ellos fracasada-
década de los ochenta. Nada de eso corresponde a la realidad. El pensamiento liberal
económico o neoliberal sigue vigente aunque mixturado; y sus protagonistas, todavía
actores principales del entramado institucional económico. Las apreciaciones sobre el
contenido que se conserva y aquel que ha sido reemplazado por los nuevos actores
económicos, es un tema de discusión.

Las disposiciones económicas conforman una pequeña parte de la Constitución de 1980; y


se trata además se trata de disposiciones poco discutidas al interior de la CENC. Esto refleja
la gran brecha que existe entre las profesiones legales y económicas en Chile. La formación
económica poco se ha desarrollado en las escuelas de derecho en Chile, salvo las reglas

nueva democracia instrumental que estaba prevista, en el itinerario institucional que él mismo había
~lanificado", CORREA S., Sofia, Con las riendas del Poder, óp. cit., pág. 278.
83
BÜCHI, Hemán, ibídem, pág. 240.

254
255

básicas que regulan los derechos de propiedad y expropiación y algunas concepciones


básicas de macroeconomia.

No pocos miembros de la CENC consideraron incluso pasar por alto los temas económicos
a causa de sus lagunas técnicas en estas materias; sin embargo, la fijación de reglas
mínimas se hacía imprescindible, dado el pasado reciente, que advertía acerca de dejar el
terreno económico a merced de las mayorías políticas circunstanciales. La comisión
finalmente se aboca al conocimiento de estas materias en su sesión número 384, en junio de
1978, después de casi cinco años de trabajos. A esas alturas del desarrollo del texto "La
Comisión escuchó las breves propuestas del equipo económico del gobierno y en lo
fundamental adoptó la mayor parte de estas"784• La verdad es que en esta materia parecía
importante no fijar derechamente una economía social de mercado sino más bien "asegurar
las condiciones legales, políticas y sociales necesarias para que este tipo de economía se
desarrolle" 785•

d. En democracia

Ya en democracia, las nuevas autoridades dieron un fuerte impulso, pero dentro de lo


márgenes del modelo económico heredado, a una serie de iniciativas que resultarían
sustanciales para la supervivencia y éxito del modelo económico chileno. Muchos de los
aspectos claves del modelo del gobierno militar fueron conservados; pero llegada la
democracia existían dudas si lógica tecnocrática que había acompañado esta construcción
también se mantendría, "Todas las evidencias estaban indicando que el fenómeno
tecnocrático en Chile, que se vio marcadamente fortalecido durante el período autoritario,
parecía haber sobrevivido perfectamente el cambio de un régimen político autoritario a uno
democrático (cf. Silva, 1991 ). Ya durante el gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994)

784
BAUER, Carl J., Contra la Corriente: privati=ación, mercado de agua y el Estado en Chile, Lom
Ediciones, 2002, pág. 43.
785
Ibídem. "Lo importante para mí era que la idea matriz de la Constitución, la libertad del individuo en un
Estado que está al servicio de la persona y no al revés. se plasmara en la totalidad del texto", ARANCIBfA C.
Patricia y Balart, Francisco, óp., cit. pág. 332; ARANC IBIA C., Patricia, Cita con la Historia, Editorial
Biblioteca Americana, Santiago de Chile, 2006, pág. 364.

255
256

surgían efectivamente claras evidencias de que los tecnócratas también jugarian un rol
clave en la nueva democracia"786 .

"En el contexto latinoamericano, la imagen de la "afinidad electiva" que existiría entre la


tecnocracia civil y los regímenes autoritarios se haría notoria durante los sesenta y setenta cuando
una serie de regímenes ''burocrático-autoritarios'' se establecieron en el Cono Sur. En su seminal
trabajo sobre este nuevo tipo de régimen, O'Donnell (1973) identificarla a la tecnocracia civil como
uno de los principales aliados de los militares en la coalición golpista., y como figuras clave en la
implementación de las políticas ec◊nómícas de los regímenes autoritarios"
1117
,

Dentro de este orden de ideas, una nueva elite de tecnócratas se haría cargo del manejo de
la economía chilena, los economistas de CIEPLAN.

"En definitíva la conducción de la política económíca chilena fue traspasada desde la segunda
generación del grupo de Chicago a otro equipo de economistas pertenecientes, en su gran mayoría,
al centro de estudios CIEPLAN, y quienes justamente habían elaborado, en la oposicíón y desde
mediados de 1970~ una serie de estudios sistemáticos, donde se evaluaron y critiéaron lás políticas
económicas implementadas por la dictadura militar[ ... } al igual que los Chicago Boys, Foxley trató
de superar el pasado ideológico y populista. A diferencia de elfos, creía que Chile debía resolver su
«problema» de «gobernabilidadt> no mediante la representación de los politicos, sino mediante Ja
creación de una clase pragmática y responsable de líderes con un esp1ritu de cooperación"m.

Es. posíbJe afirmar que si bien las autoridades democráticas demostraron una lectura critica
del modelo, ''esto no se tradujo en la gestación de un modelo alternativo de desarrollo
189
económico, ni menos en una versión actualizada del estructuralismo de la CEPAL"" •

Según Garretó~ es posible conceder a cada uno de )os gobiernos concertacionistas, la


implementación de avances notorios en ciertas áreas de la economía; en el gobierno de
Patricio Aylwin, la reforma tributaria; en el de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, la política de
modernización del Estado; en el de Ricardo Lagos, la política de reforma de la salud; y en
el gobierno de Michelle Bachelet, a la política de protección social"º,

?U SILVA, Patricio, "l,os tecnócratas y la polítiéa en Chile: pasado y presente", Revma de Ciencia P<>litical
volumen 26 IN"' 2 / 2006 í 175 - 190.
m lbidem.
1
" GARATE, Manuel, lA Revolución capitalista de Chile (1973~2003), Ediciones Universidad Alberto
Hurtado, 2g edición, Santiago de Chile, 2012, pá~s .. 347 y 348.
w, lbídem. pág., 348.
no GARRETÓN, Manuel A., Nen/iberalismo corregido y progresismo limirado, óp. dt, pág., l9
256
257

La discusión que se ha planteado sobre esta intervención, es si efectivamente estamos ante


un nuevo modelo «concertacionista» o bien las autoridades democráticas solo se han
limitado a administrar el modelo impuesto por la dictadura. Creemos que ninguna de estas
respuestas es la adecuada para evaluar el estado actual de nuestro sistema económico; más
bien creemos con Garretón que estamos frente a un modelo dual.

En consonancia con este planteamiento, hemos afirmado previamente la congruencia de


esta corrección o mejoramiento, con modelos neoliberales europeos (como e l alemán). Este
país, según establecimos en su momento, ejerció gran influencia ideológica en nuestra
república, particularmente durante el gobierno DC de Eduardo Frei Montalva, dejando una
semilla sembrada, que hora ve sus frutos.

En efecto, se tiende a creer que los exclusivos protagonistas del diseño ideológico del
modelo económico chileno fueron los Chicago Boys; pero según hemos desarrollado, es
posible colegir que si bien el aporte de estos fue significativo; resultó de escasa entidad
normativa. Muchas de las disposiciones del área admiten ser clasificadas en un contexto
ideológico diverso de la directriz norteamericana y por cierto en un entramado más cercano
al sistema alemán.

"Más allá de una discusión teórica sobre lo que es una sociedad neol iberal definida estrictamente
como neoliberal, la persistencia de elementos neoliberales no permite definirla propiamente como
tal. A lo más podría hablarse de un sistema dual [ ... ] se trata más bien de una hibridez entre
elementos neoliberales y no neoliberales en lo socioeconóm ico [ ... ] esta hibridez caracteriza lo que
llamamos la sociedad post-pinochetista [ ... ] Estamos, entonces, frente a un orden socioeconómico
que no es el mismo que e l modelo implantado por la dictadura, pero que comparte algunos rasgos
791
fundamentales. Es lo que llamamos neoliberalismo corregido" •

Nos equivocaríamos en grande si solo consideráramos el aporte inicial del neoliberalismo


en el establecimiento del modelo económico de nuestro país; de la misma forma que sería
errado desentendemos de las variaciones que se produjeron en el mismo modelo durante la
dictadura por influencia de Büchi o las grandes reformas perpetuadas en democracia.

79 1
Ibídem, págs., 188-189.

257
258

20. El Orden Público Económico

Fue Jaime Guzmán el principal defensor de la instalación de esta instituciona1idad en el


texto fundamental; como recuerda Evans de la Cuadra ''Ya en una de las primeras sesiones.
la Nº 16 de 13 de noviembre de 1973 [ ... ] El seflor Guzmán, destacó la importancias de
consagrar el principio de descentralización del poder o del de la <<Subsidíariedad,, [ ... ]

"Recordó que el régimen pasado existía un marco de libertades que no fueron vulneradas en forma
tan grave, como ocurrió Cón el derecho de reunión y con la libertad de expresión. pero la asfixia
estatísta de las actividades generales del país, principalmente las de carácter económico, puso al
régimen de libertad en Chile en serio peligro, agregó el sefior Guzmán"192 •

Resultaba muy claro, a partir del año 1963~ que en nuestro país se había empezado a
deteriorar con mayor celeridad el derecho de propiedad. Ya en la Constitución de 1925 se
había consagrado constitucionalmente lafimción social de la propiedad que significaba un
duro golpe a la integridad de este derecho. Este proceso se ve acrecentado a partir de la ley
Nº 15,020 de 1963 que autorizaba la expropiación de predios rústicos <<abandonados>> o
«notoriamente mal explorados»; proyecto que surgió como consecuencia de la aceptación
de la ya mencionada «Alianza par al Progreso» propiciada por la administración Kennedy
que había decidió hacer una intervención mayor en la región. El golpe más duro lo recibió
el derecho de propiedad fue la dictación de la ley Nº 16.640 de 1967, que tuvo como
objetivo implementar la Reforma Agraria~ también presionada. desde Estado Unidos;
finalmente la agonía se concreta con la Ley Nº 17.450 de 197 l, en la cual el Gobierno de la
Unidad Popular, dispuso la nacionalización de las mineras norteamericanas que operaban
en nuestro país establecido además el domino del Estado sobre los yacimientos mineros793•

En consecuencia no era un tema secundario el decidir la centralidad del tema económico y


especialmente del derecho de propiedad que habría de constituirse en el elemento

191
EVANS DE LA CUADRA. Enrique, Los Derechos Comtilucionales, tomo lll, tercera edición actualizada
~or Eugenio Evans Esplñera, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 2003. pág. 1:37.
3
Vid, IBA'fiEZ O,, Pedro, Hacia Una Moderna Economía de Mercado, Unívers.idad Federico Santa María,
Valparaíso, 19&3, pág. 13.

258
259

ordenador del sistema económico794 . Este derecho tiene como función asegurar su papel de
795
sujeto participe en el sistema de comunicación de la economía, como afirma Luhmann .

Las razones precedentemente expuestas de alguna manera explican la pobreza franciscana


que se observa en el desarrollo de las ideas neoliberales o de libre mercado en el texto
constitucional mismo. Pero esto que pudo entenderse prima facie como una suerte de
abdicación en la iniciativa de profundizar estas ideas en el sistema, a final de cuentas ha
permitido al texto transitar hacia ideas más afines con la protección social. Una falla que se
ha aprovechado a favor de la mejoría del sistema.

Algunos de los aspectos más importantes que han sobrevivido a la instalación primaria del
modelo lo constituye el principio de subsidiariedad (que algunos autores la consideran una
versión moderna y democrática de los fuero rnedievales/96 ; mismo que ha recibido
inusitado desarrollo en las economías internacionales, especialmente europeas (UE) e
inclusive en las propuestas de grupos antiglobalización.

El principio de subsidiariedad tiene su institucionalización en la parte primera del texto


constitucional, que expone un escalonamiento significati vo de los diversos roles de los
componentes sociales hasta llegar al Estado y además en el Nº 19 del artículo 21 de la
CPRCH que habla de la libertad para emprender actividades económicas. Asimismo en la
protección del derecho de propiedad en sus diversas manifestaciones que se encuentra en el
número 24 de mismo artículo. Este principio no solo se refiera a materias económicas, sino
que es más amplio, pero obviamente tiene especial significación, según creen muchos, en
esta materia precisamente a partir de la Encíclica Quadragessimo Anno. Implica que debe
permitirse la actividad de los privados libremente y el estado ha de intervenir cuando estos
no puedan o no quieran cumplir esta labor clave.

m Ibídem.
795
Vid. infra pág. 269.
796
KOMONCHAK, Joseph, «Subsidiarity in the Church: The State of the Questions», Boston, The Jurist,
1988, pág., 342-343; McLLROY, David, «Subsidiarity and Sphere Sovereignty : Christian Retlections on the
Size. shape and Scope Govemment», Journaf of the Clwrch and State, Nº 448, Michigan, 2003, citado por
Gómez Peralta, Héctor, «Precisiones conceptuales sobre la democracia cristiana y el neo-liberalismo».
disponible en la red en: revistas.unam.mx/index.php/rep/article/view/33124

259
260

Para dejar bien claro este punto, es interesante esta cita textual del tomo II de Derecho,
legislación y /;bertad: "Mientras que el orden espontáneo global que la ley procura es
condición imprescindible para el éxito de la mayor parte de los comportamientos privados,
los servicios facilitados por el gobierno - aparte de garantizar el respeto a las normas de
recta conducta- deben tener, desde luego, mero carácter colateral o subsidiario en relación
con la provisión de las necesidades básicas normalmente atendidas por el sector privado".
Y lo más interesante es que a renglón seguido escribe una nota a pie de página, donde
afinna lo siguiente: "En este sentido, el principio de subsidiariedad suele ser ampliamente
utilizado por la doctrina social de la Iglesia Católica" 797•

Este planteamiento medianamente explicito han llevado a Gabriel ZANOTTI a realizar la


siguiente afirmación, "hemos demostrado la ausencia de contradicción entre el eje central
del pensamiento de tres autores liberales clásicos -Mises, Popper y Hayek- y la filosofía
cristiana fundamental"798•

Cuando se presentan casos de excepción, que requieren ser respaldados por el Estado este
no solo tiene la opción sino el deber de actuar. Así las cosas, se renuncia ex profeso a
cualquier protagonismo por parte del Estado en materia económica; es más si éste quiere
participar en el juego económico debe ser por medio de una ley de quórum calificado; esto
es debe tener la anuencia política [estamos en desacuerdo con la opinión de Aldunate en el
sentido que sería viable y fácil trasgredir esta exigencia].

Pese a ello nuestros tribunales parecen más bien modelados en un viejo afán estatista que
les lleva sistemáticamente a favorecer al Estado en cualquier controversia que pudiera
llegar a judicializarse. Esto constituye un grave daño al sistema y a los derechos y garantías
de los particulares, que uno tiende a justificar por el carácter subordinado de los jueces y el
heterónomo ascenso de sus carreras burocráticas. Desde un punto de vista político es
todavía más perjudicial dado que le otorga al sistema un carácter iconoclasta que no cumple
siquiera las funciones que se le han asignado normativamente.

797
HA YEK, Friedrich A. Derecho, legislación y libertad, óp. cit., pág.13.
798
ZANOTII , Gabriel J., "Hayek y la filosofia cristiana" , Estudios Públicos, 50 (otoño 1993), pág. 87.

260
261

a. Las reglas del juego

Una de las nociones más relevantes contenidas en la Constitución de l 80, es la del orden
Publico Económico, que implementa las denominadas «Reglas del juego económico»;
reglas diseñadas para amparar y viabilizar este particular aparato que conocemos como
economía neoliberal. En esta estructura se fijan los rudimentos básicos del funcionamiento
del sistema de libre mercado, sin los cuales este no podría operar. Es aquí donde se pude
vislumbrar con mayor claridad y especificidad el cambio ideológico de la configuración del
sistema.

A la construcción de este singular entramado debemos reconocerle al menos dos funciones


relevantes: e l haber proporcionado un contexto o escenario técnico adecuado a la nueva
concepción económica y además permitir la adecuación o sintonía de este sistema político-
económico con la realidad global. Este aparato forma parte de lo que doctrina lmente se
conoce como «Constitución Económica» y se entiende por tal, "el establecimiento jurídico
799
de una ordenación económica determinada".

Nuestro sistema constitucional manifiesta claramente este e fecto de la política neoliberal


que admite la intromisión de la realidad económica en la política800, de manera tal que el
sistema económico es reflejo de la ortodoxia de Chicago en lo que a este punto se refiere801 .
Ya hemos tenido la oportunidad de evaluar esta intromisión dándole el carácter de
inevitable, dadas las premisas del sistema y de constituirse (como efecto colateral) en un
atentado a la vida política republicana dado que «la economía determina la forma del estado
802
político» •

799
BALLERSTEDT, Kurt, «Wirtschaftsverfassungsrecht», en «Die Grundrechte, Handbuch der Theorie und
Praxis der Grundrechte», citado por De LOJENDIO D. Ignacio, «Derecho Constitucional Económico» en
Constinición y Economía. Sánchez Agesta, Luis (coord.) Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1977,
Eág. 83.
00
"Con la expansión de la autoridad pública en al ámbito privado-nos dice acertadamente Jürgen Habem1as-
es1á asociado el proceso de una sustituciórt del poder estatal por el poder social. ...en una dialéctica de
progresiva <<estatización» de la sociedad y simultanea «socialización» del Estado que destruye paulatinamente
la base de la bürgerliche Oefentlichkeit»: la separación entre Estado y sociedad»", HABERMAS, Jiirgen:
«Srrukwandel der Oeffentlic/1keit», ibídem, pág. 97.
801
"El constituyente abandonó la idea de redactar una ley fundamenta l puramente política: se planteó frente a
le necesidad de optar ( ... 1 por aquel que reconoce la primacía de la libertad personal económica ... ",
FERMANDOIS, Arturo, Derecho Consri111cio11al Económico, óp. cit., pág. 24.
802
CABALLERO HARRIET, Francisco J., Algunas Claves para Otra Mundialización. óp. cit., pág. 47.

26 1
262

De esta fonna parece adecuado afirmar que el desarrollo de la economía en ios niveles que
conocemos el día de hoy no se debió exclusivamente a una persona o una disposición
particular sobre la materia, sino a "Una concepción doctrinaria sobre la relación entre el
hombre y el Estado basada en la primacía ontológica y releológíca del primero sobre el
segundo. Esta concepción emana del derecho natural y como tal resulta armónica con la
naturaleza del hombre, lo que facilita su realización personal en el plano individual y
simultáneamente colabora en el desarrollo de los pueblos en el plano sociaí. Llamaremos a
esta concepción «s.ubsídiariedad:i.;,;BOJ.

Este tipo de conceptualizaciones tuvo su origen en la Constitución de Weimar804 y se


extendió con éxito a partir de la década de los cuarenta del siglo pasado. Esta noción
claramente priorizaba e1 contenido económico por sobre el jurídico; se debe rescatar que
postuló una interacción entre la Constitución }' la Economía, especialmente a través del
impuLw de la Escuela de Fríburgo, Es precisamente a esta concepción que se integra
nuestro sistema, con alguna tardanza a partir de la Constitucíón del 80.

FERMANDOIS afirma que nuestra Carta Fundamental no constitucionaliza un modelo


económico y tampoco políticas económicas determinadas como tampoco eleva a un rango
constitucional un ..sistema económico" salvo "sefia1ados preceptos específicos en materia
de disciplina fiscal o política monetaria[ ... ] ingresar a materias económicas fundamentales
para completar el cuadro valórico básico por el que primeramente opta, fundado en la
libertad del Hombre y en su primacía por sobre el Estado"'°',

Creemos que esta observación admite una doble lectum con resultados contrapuestos. En
primer lugar, Es cierto que no existe un pronunciamiento expreso del constiruyeote en
orden a establecer un modelo económico determinado~ confonnándose con fijar algunas
reglas; pero estas fijaciones que se hacen en el texto político, son de tal manera rotundas~
que impiden casi completamente, al igual que en el caso de Alemania.806, que pueda

ru:n Ibídem, pág. 24,


804
VIClANO. Javier, libre competencia e lntervencf6n Publica en la Economía, Tirant lo Blanch, Valenda,.
1995, nota N" S, pág. 105
5
W FERMANDOJS, Arturo, Derecho Constitucional Económico, óp. cit., pág. 40,
too ..si bien la Constitución no prevé un sistema económico determinado es evidente que el «catálogo de
derechos fundamentalesl> [,,, J y la clausura de la sociabilidad de la propiedad privada f... J sei1alan el marco
dentro del cual deberá moverse el legislador en materia económica''. DONGES, ibidem, pág. 134.

262
263

instalarse un modelo con características opuestas al de Economía social de Mercado. Las


razones allá al igual que acá son muy congruentes con la opción de rechazar modelos
totalitarios en lo económico.

Lo que dice Fermandois es correcto, dado que no ocurrió (como muchos manifiestan), que
en la Constitución tuvo un rol protagónico el sistema económico; sino que al contrario, los
miembros de la CENC tenía un marcado acento doctrinal (cristiano) y solo admitieron estas
concepciones económicas en la medida que pudieran ser armónicas con el modelo político
que se estaba estructurando. Así las cosas, la intervención de especialistas se permitió en
forma muy acotada y cuando el resto del articulado ya estaba bastante asentado.

Sin perjuicio de lo que acabamos de enunciar, forzoso es reconocer que la constitución real,
por utilizar una expresión Schmittiana, se había construido en base a elementos de facto
muy concretos ( y no solo en lo referido a las materias económicas). En esta última materia,
según hemos afinnado, la Constitución Económica, se instaló por medios represivos, con
un leve barniz de legalidad acorde con una dictadura militar burocrática. Esto se hizo a
través de normas legales y reglamentarias cuya protección se pretendió amarrar ex post a
través de la normativa Constitucional. Esta cubierta normativa no logra encubrir el hecho
de que se estaban anteponiendo interese particulares en desmedro de los derechos
ciudadanos807

Aquí es relevante destacar una tensión que sigue vigente aún en nuestros días: Una realidad
practica que obedece claramente a los lineamientos de Chicago versus el tenor literal del
texto político, que obedece a una concepción más cercana al Ordoliberalismo de la Escuela
de Friburgo, que trata de rescatar los derechos de las personas y de completar el rol social
del Estado. Es posible que, atendida nuestra mentalidad, sea necesario dictar una nueva
legislación que aclare y precise estos conceptos, dado que en la actualidad existe una

807
"Esta prestidigitación política hace gran número de suertes para embaucar a los crédulos; ostentando las
vestiduras de l patriotismo, la lealtad y la obediencia a la autoridad, la ley y el orden y el derecho divino ejerce
una influencia enonne. Si estas ficciones morales fallan, se recurre a las ficciones legales, y doctrinales tales
como la santidad de los contratos convierten los robos de la clase dominante en intereses creados que el
Estado tiene la obligación de proteger'', PARRINGTON, Y.L., El desarrollo de las ideas en los Estados
Unidos, citado por CABALLERO HARRI ET, Francisco J., Alg unas Clave para otra M11ndiali=aci611, óp. cit .,
pág. 48.

263
264

tensión que parece irreconciliab)e y que ha favorecido claramente 1a acción del capital en
desmedro de la ciudadanía.

La postura de nuestros tribunales de justicia se ha limitado a un análisis civilista del Orden


Público Económico. El insigne tratadista galo George RIPERT plantea el tema en los
siguientes términos ''junto a la organización política del Estado hay una organización
económica tan obligatoria como la otra, Existe en consecuencia, un Orden PúhHco
Econ6mico808H. Fennandois observa que ta concepción de Ripert respecto del Orden
Publico económico es originalmente dirigista, más por constatación de la realidad que por
convicción809• Esta postura fue modificada por el ilustre jurista en su última época
publicista, especialmente en su obra Aspectos jurídicos del Capitalismo Moderno de 1951.

Se esperaba que con la entrada en vigencia de la Constitución de 1980. esta concepción


dirigista del Orden Publico económico sufriera un dramático vuelco en ia doctrina y
jurisprudencia nacional, pero no fue así de modo alguno. Los juristas que se habían
ocupado del tema, invariablemente optaban por esta concepción dirigista tradicional como
es el caso de Novoa Monreal o Aimone Gibson 810• Más delicado resultó constatar que luego
de la dictacíón del texto básico, autores nacionales como Cea Egaña o Hurtado Contreras
siguieran manteniendo la concepcíón riperana "sin acoger ni asimilar la intensidad de la
nueva propuesta económica de la Carta"8i ¡.

Esto lleva a FERMANDOIS a afinnar que "el concepto de OPE como lo entendió Georges
Ripert en 1927, no puede en absoluto ser aplicado a la realidad jurídica chilena desde la
vigencia de la Constitución de 1980 [,"'] que ha elevado la libertad económica a rango
constitucional, no tolera bajo su vigencia la idea riperana de OPE. Aquella parte de doctrina

ooi RIPERT, Georges, l,e Régime Démocratique et le Droü Civile Modenw, LGDJ, Paris, 1948, Citadó por
Fermandois, pág, 5 L
!O'J ·'La idea de orden ptiblico es una idea politica. Durante mucho tiempo el estado no intervino en la vida
económica para reglur la producción, la circulación, o la distribución de la riqueza. En la actualidad ( 1927} es
muy diferente; <le alli proviene una serie de reglas imperativas que han venido a restringir la libertad
contractual. Se ha formado así un nuevo orden ptiblico"', RIPERT, óp., cit. pág. 426, citad-O por Fermandois,,
ibldem, pág. 53.
!W AJMO;,iE, Enrique, <,Concepto y Contetlido del Derecho Público E1eonómic-0»,. ponencia en las Terceras
Jornadas Chilenas de Der«:ho Público en Revista de Derecho y Ciencias Sociales, U de Concepción, 1964,

Vi~;E~r!'~~Dois, Arturo, Derecho Constitucional Económico, tomo II, Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago 2010, óp. cit., pág. 58.

264
265

nacional y jueces que así lo pretenden, proceden con una sena falta de rigurosidad
intelecruai"812 . Y contra /egem, habría que agregar. Hemos afirmado que el más tenaz y
esclarecido defensor de la concepción filosófica del orden Publico Económico fue
precisamente Jaime Guzmán, y es quien en forma más certera "rescató la base filosófica de
814
esta primacía"813 ; de que la sociedad existe para la perfección del hombre .

Esta influencia se advierte en los escritos más tempranos del constitucionalista en su labor
colaborativa con el régimen militar; quizás el más emblemático sea el texto "Metas u
objetivos fundamentales para la Nueva Constitución de la Republica " del 26 de abril de
1972 y hasta su labor en la CENC.

Hemos dicho también que la redacción del artículo 1° de la CPRCH es uno de los lugares
donde esta influencia se hace sentir especialmente en lo relativo al concepto de bien común,
que instala una concepción personalista. La visión de Guzmán, amparada en la Encíclica
Mater et Magistra, posrula la primacía de los derechos individuales fundados en la
prioridad ontológica y de finalidad de los individuos 81 5• Existe, según Guzmán una doble
superioridad sobre el Estado: Ontológica y teleológica.

Cea Egaña fue uno de los impulsores de la idea de dar a la Constitución no solamente el
carácter de instrumento político sino que además de dotarla de una " índole política social y
económica"; conceptualización que denominó «Constitución Plena». Argumenta que
debido a la neutralidad que respecto de estos puntos mostró la Constitución de 1925 se
posibilitó una " la interpretación y aplicación fraudulenta de la Constitución a través de
resquicios exegéticos, siendo esa una de las causas de la crisis que culminó en septiembre
de 1973" 816. Entiende este autor como OPE, "el conjunto de principios y normas jurídicas
que organiza la economía de un país y facultan a la autoridad para regularla en armonía con
los valores de la sociedad nacional formulados en la Constirución"81 7; ya hemos dicho que

812
FERMANDOIS, Derecho Constifllcional Económico. tomo 11, óp., cit., pág. 46.
813
Ibídem, pág. 86.
m LEON XIII, Sapientiae Cristianae, 1988.
s,s Vid supra págs. 84 ss.
816
CEA EGAÑA. José Luis, Tratado de la Constitución de /980, Editorial Jurídica de Chile 1988, Santiago
de Chile, pág. 156.
8 17
Ibídem, pág. 158.

265
266

esta concepción es de carácter dirigista y la verdad se aviene poco con el texto de 1a


Constitución y la doctrina económica subyacente a ella818 ,

El oonstitucionalista de la Universidad Católica estima -según dice- con Hayek, que ""una
sociedad libre y justa se sitúa necesariamente a distancia del colectivismo y del liberalismo,
al reconocer y aplicar como criterio axial la subsidiariedad. Ella conduce al bien común
mediante Ja capacidad creadora del hombre socialmente organi7_.arlo, teniendo et Estado que
protegerla y estimularla, pero también fiscalizarla para que sea respetada, castigando las
trasgresiones. Es decir, la iniciativa personal y de los grupos racionalmente ejercida según
la definlCión valorativa fija en la constitución es enteramente compatible con y conducente
al progreso general'.8 19, De alH que concluya i•por eso y con tales objetivos. corresponde a
la autoridad dirigir y regular el proceso económico nacional a la vez que redistribuir el
producto mediante la transformación de los tributos, cotizaciones y gravámenes en bienes y
servicios sociales',g20•

Es esta última. doctrina la predominante en el quehacer de nuestros tribunales de justicia,


cuestión que la mantiene alejada del texto expreso y principios contenidos en la
Constitución, dado que sustenta una concepción dirigista, que resulta afin con las
concepciones valóricas arraigadas en nuestra ídiosincrasíajudiciat

En cuanto a la referencia a Hayek que platea Cea Egaña. la estimamos descontextualízada


al menos en dos aspectos; por un lado en entender que la propuesta es referida al manejo de
toda la economía en general, en circm1stancias que éste propone favorecer la intervención
estatal solo en la medida que la misma involucre proteger la competencia. A la vez se
muestra contrario "a la planificación encaminada a sustituir la competencia"rn.

m "es el adecuado modo de relación de todos los diversos elementos de naturaleza económica presentes en la
sociedad, que permita a todos los agentes económicos en la mayor medida posible y en un marco subsidiario,
el dísfrute de sus garantias eonstitudQrutles de naturalezs ewnómica de forma tal de contribuir al bien común
y a la plena realización de la persona humana", FERMANDOIS, Arturo, Derecho Constitucional Económico,
rág. 12.
11
HA YEK, Friedrich A., The Constilution of Liberty, The Umversíty of Chieago Press, 1960, págs. 230~23 l,
Citado por Cea Egaña. lbidem, pág. 164.
sJo Ibídem, p,ág, 165.
Hl! HA YEK, Friedrlch A, Camino d~ Servidumbre, Alianza Editorial, tercera reimpresión, Madrid, 2005, pág.
73.

266
267

Al efecto me permito traer al tapete algunas ideas del maestro de Ctúcago para abundar en
la explicación. Hayek afirma que el principal instrnmento para realizar cambios deliberados
en la sociedad moderna es la legislación [pero a través de estos actos] jamás se estará en
condiciones de rediseñar completamente el sistema jurídico en su totalidad, o de rehacerlo
de una pieza según un proyecto coherente .... "; renglón seguido expresa su verdadera
concepción sobre este punto "En este proceso el jurista individual es necesariamente más
un instrumento inconsciente, un eslabón en una cadena de acontecimientos que él no ve en
.
su conJunto, que un propu 1sor consciente
. " 8-' 2. Esta afi1rmac1on
. , es muy otra cosa que 1o
asegurado por Cea Egaña.

Yo creo que la cita a Hayek que más aplica a la doctrina dominante en nuestro sistema es
aquella que indica que " Los juristas en su conjunto pueden asi anular a veces la intención
del legislador, no por desprecio al derecho, sino al contrario, porque sus técnicas les llevan
a dar preferencia a la que sigue siendo la parte predominante del derecho, y a introducir en
ella un elemento extraño, transformándolo de tal forma que pueda armonizarse con el
conjunto" 823 .

En consecuencia, dificilmente podemos asumir de Hayek un ánimo dirigista como parece


sugerir Cea Egaña, sino que en contrario, su principal adversario teórico y axiológico es
precisamente el dirigismo. Su opción es por la libertad, virtud que para él implica "confiar
en cierta medida nuestro destino a fuerzas que escapan a nuestro control, algo que parece
intolerable a esos constructivistas que creen que el hombre puede domeñar su destino,
82
como si la civilización y la razón misma fuera obra suya" .¡. Aquí se puede apreciar con
claridad esta tensión que hemos esbozado previamente, entre una concepción cristiana,
como es la expuesta por Cea Egaña, concordante con la de muchos miembros de la CENC
y las ideas neoliberales venidas de Chicago, que esbozan la otra cara de la medalla del
sistema económico que habitamos.

822
HA YEK. Friedrich A. Derecho Legislación y libertad. óp. cit. pág. 90.
823
Ibídem, pág., 91. "El actual intento de confiarse a un orden espontaneo corregido según principios de
justicia corresponde al intento de tener lo mejor de dos mundos que son recíprocamente incompatibles [ . . .) El
problema no consiste en si desea o no g uiarse por unos principios, sino en si efectivamente puede hacerlo, ya
que se verá arrastrado por los precedentes que él mismo ha establecido. A través de las medidas que adopta,
producirá opiniones y lijara patrones que le obligaran a seguir por el camino emprendido", (las cursivas son
nuestras), ibídem, pág. 347. Esta afim1ación resulta casi una premonición de las circunstancias actuales.
m HA YEK. Friedrich A. Derecho legislación y libertad, óp. cit., pág. 217.

267
268

Cea Egaña afinna que el OPE debe ser interpretado y aplicado con sujeción a los valores
que modelan ta institucíonaHdad política social y económica, según su propuesta de
Constitución Plena. Es decir que estos principios son válidos en estos tres planos dado que
el trazado institucíorud es uno soio825•

Existe un cierto consenso respecto de cuáles son los principios constitucionales


pertenecientes al Orden Pubhco Económico, Jos cuales ni son estáticos ni constituyen
numerus clausus, sino que admiten revisiones. Podemos contar entre ellos a los siguientes:
a) La primacía del hombre y el Principio de autonomías Sociales; b) El principio de
subsidiariedad económica; e) El principio de Interdicción de la arbitrariedad: Igualdad y no
discriminación económica arbitraria; d) El principio de la propiedad privada; e) El principio
de la revisión judicial (económica); l) El Principio de la Reserva Legal de la Regulación
económica y g} El principio de 1a política monetaria independiente y Disciplina del Gasto
Fisca182&.

A grandes rasgos diremos que La Libertad dice relación con el derecho a desarrollar
cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, el orden público o la
seguridad nacional, respetando las nonnas legales que la regulan [art. 19 Nº 21]. También
dice relación con la libertad para adquirir el dominio de toda clase de bienes, excepto
aquellos que la naturaleza ha hecho comunes a todos los hombres o que deben pertenecer a
la nación toda y la ley lo declara así [art. 19 Nº 23] y el derecho de propiedad en sus
diversas especies sobre toda clase de bienes corporales e incorporales [ 19 Nº 24].

El principio de Primacía del Hombre, lo hemos visto con detalle en otra parte, pero
podemos resumir !a cuestión indicando que para nuestro constituyente el Hombre tiene
Primacía Ontológica y de Finalidad por sobre la Sociedad y el Estado; esta doble calidad
que emana de 1a doctrina social Cristiana especialmente en lvfater et Magistra, Sirve a

tliCEA EGAÑA, fosé Luis, Tratado dela Cons.ritución de 1980, óp. cit., pág. 167.
su FERMANDOIS, Arturo, óp,, ciL. pag. 85. Cea Egaña por su parte hace una enuineracíón similar; Libertad,
Subsidiariedad, Igualdad de Derechos y oportunidades. Prohibición de discriminación arbitraria, Bien Común,
Racionalidad de la Polltica Económica, Planificación, Legislación presupuestarla, Legalidad del Gasto
público y di~recionalidad administrativa. Vid CEA EGA'ÑA, José Luis, ibídem, págs. 167~178.

268
269

Jaime Guzmán para delinear una de la cuestiones más importantes del texto político y que
deja sentir su influencia en todos los aspectos dei sistema8:27•

El principio de la propiedad privada, es un tema clave para descifrar la lógica del sistema
dado que si bien el <lía de hoy parece un dato casi axiológico~ en la época de la dictación del
texto político era un tema nada pacífico. La propiedad social o colectiva había logrado
sonados avances en su legithnación social; pero e11o cambiaría con el Golpe mifüar que
fijaría en este punto su mayor contundencia, El texto constitucional es muy claro y destina
el Nº 24 del artículo 19 una reglamentación acabada y completa.

Sin perjuicio de que sobre este punto puede hacerse una reflexión muy profunda y extensa,
lo que nos interesa para los fines de este trabajo es su carácter de punto base para la
consolidación de todo el sistema. CABALLERO HARRIET. apunta con certeza cuándo
citando a Niklas Luhmann expresa, "La garantía de la propiedad privada[ ... ] «tiene como
función asegurar su papel de sujeto participe en el sistema de comunicación de la
economía, puesto que sin esa garantía, el sistema de comunicación no puede ser
generalizado,>s::i:s_ Es decir~ en este punto se sitúa la piedra angular del sistema, que permite
la construcción de la totalidad del mismo; sin esta premisa no es posible que pueda existir
una modelo de libre mercado como el que se aplicó en nuestro país. Esto marca el punto de
inflexión y la toma de posíción respecto a la elección del modelo a seguir.

Ahondando en este punto Carlos Frade expresa,

«Lock.e sentó las premisas básieas del poder estatal moderno, según las cuales, para proteger a los
individuos propietarios y su derecho de apropiación ilímítada, que es su ítnica función, el Estado no
solo debe inmiscuirse en sus asuntos, sino que debe "intervenir" constantemente en los asuntos de
los individuos no propletari-os, si es preciso -a menudo lo es~ utilizando su fonnidable poder de
coerción. Esta oombinación entre liberalismo económico y Estado represor, policía! e incluso
dictatorial si hace falta. sigue plenamente vigente; lo que sí ha cambiado es la definición legal de
"'propiedad''. que hoy incluye los beneficios del capital. Bien se ve que cando organismo
internacionales como Ja OMC (Organización MWldial del Comercio) exigen a los Estados que
protejan las inversiones(,.,] no están sino siguiendo las premisas sen.tadns por Locke»SN.

e, Vid supra págs, 41 ss.


m CABALLERO HARRIET, Francísco J., Algunas claves para otra Mundialización, óp, cit., pág. 69.
llN FRADE, Carlos, ;.!.,a Sociedad Civil una Arena 1;:n Disputa», en VlDAL BENEYTO, liada Una So,::Wdad
Civil Global, citada por CABALLERO HARRIET, Francisco J., óp. cit.. pág. 69.

269
270

Ludwig VON M[SES nos da otra importante clave que explica la razón de ser de la lógica
del libre mercado cuando expresa en su emblemático texto La Acción Humana [Human
Actionl de 1949:

"La propiedad privada de los medios de producción es la institución fundamental de la economía de


mercado, Es la institución cuya presencia caracteriza a la economía de mercado como tal. Cuando
está ausente. no hay posibilidad de una economía de mercado [... ) Sin embargo hoy día hay
tendencia a abolir la institución de la propiedad privada por un cambio en ias leyes determinando el
ámbito de las acciones que puede realizar el propietario en relación con las cosas que son su
propiedad. Aunque mantíenen el término de propiedad privada. estas reformas buscan la sustitución
de ésta por la propiedad pública. Esta tendencia es una roa.rea caracterlstica de los planes de
díversas escuelas de socialismo cristiano y nacional socialismo[ ... ] Pero pocos de lós defensores de
estas escuelas han sido tan agudos como el filósofo nazi Othmar Spann. que declaró explícitamente
que la realización de sus planes generaría un estado de cosas en el que La institución de la propiedad
privada se preservaría soio en un «sentido formal, aunque de facto solo habría propiedad pública~>s:ló

Este texto nos proporciona, corno hemos afinnado, poderosas pistas de las razones del
¡xtrqué algunos importantes intelectuales europeos, declarados enemigos del régimen
nacionalsocialista del Tercer Reich, se vuelven férreos defensores del sistema de libre
mercado; como si la vida les fuera en ellos. En aquella época esta aprehensión no era una
cuestión meramente metafórica, La creación misma de la Sociedad Mont Pelerin resulta
una consecuencia de esta sítuación de post-guerra,

Otra importante innovación que merece destacarse en este punto es el establecimiento de W1


Banco Central independiente y autónomo, En ello e1 texto constitucional proporciona una
garantía de ]argo plazo contra la inflación ai prohibir al Banco Central financiar
continuamente e1 gasto gubernamental. La ley del Banco Central de octubre de 1989
establecía que este sería una institucíón autónoma cuya principal responsabilidad era
salvaguardar la estabilidad de la moneda y asegurar el flujo normal de los pagos interno y
externos831 • Ya hemos mencionado los desastrosos efectos de tener la costumbre de
financiar cualquier proyecto de gobierno medíante la emisión inorgánica de papel moneda
que quedaba a disposición del gobierno de turno. Es dificil que alguien pueda honestamente
es:tar en desacuerdo con está innovación del sistema

~;o Capitulo 24 de La acciim humana, disponíble en: mises.org/Community/blogs/euribe/defaulu1spx


m CRA[G y LaFollete, la Revolución Capitalista en Latinbamérka, óp. cit., pdg, 35.

270
271

b. Críticas al concepto de Orden Público

Respecto de este principio afirma ALDUNATE que no existe realmente un sustento claro y
preciso y articulado dogmáticamente que permita sustentar su real vigencia; aun cuando
estos principios se han extraído de la historia de las actas de la CENC, de donde se
desprende también que se eliminó el capítulo específico que decía relación con este punto;
ello ciertamente no ha impedido levantar toda una doctrina al respecto832 •

Es adecuado el comentario de Aldunate dentro del marco restringido en que expresa sus
argumentos, pero obviamente no considera que el modelo constih1cional del 80, según
hemos sostenido, no tiene por finalidad o función la creación de la institucionalidad, no es
el texto constitucional promulgado por el Decreto Supremo Nº 1.150 de 1980, el forjador
de este principio.

La Constitución Real -si utilizamos la terminología de Lasalle- estaba ya articulada por


medio de decretos leyes [ naturaleza que originariamente detenta el propio texto
constitucional y luego las LOC elaboradas por la Junta de gobierno y su equipo asesor] y la
idea inmanente de] texto promulgado, fue la de proteger y rigidizar el sistema, asentándolo
en su totalidad e impidiendo que pudiera modificarse sustancialmente, en sus aspectos más
relevantes por medio de mayorías parlamenta1ias circunstanciales. Entre estos principios a
proteger estaban claramente las reglas económicas [el juego político, el rol del Estado y el
derecho de propiedad]. El modo en que todas estas cuestiones se conjugan, se definen y se
concretizan es precisamente la fórmula que tiene su sustento en e l principio de
subsidiariedad. Habría sido muy difícil articular todas estas instituciones sin un nervio
común que sirviera de sostén al sistema.

En este punto debemos señalar que la evolución de los mercados internacionales ha


significado una limitación real del poder estatal en orden a fijar sus estrategias económicas
y financiera; lo que ha llevado a que éste tenga cada vez más preeminencia en el manejo de
la economía del Estado.

832
ALDUNATE, Eduardo, « La desconstitucionalización de la Constitución» íconferencia inaugural] en
Revista de Derecho Ediciones Universitarias de Valparaíso, XXII-2001 , págs. 26 ss.

271
272

En todo caso este es un punto importante de 1a nueva instituClonalidad y su éxito no radica


tanto~ como explica JOCEL YN HOLT en sus logros estrictamente económicos ..como en su
capacidad de cambiar la mentalidad económica del chileno""'. Encontramos acertada !a
observadón del historiador, pero creemos se queda corta dado que lo que cambio fue la
mentalidad holistica del chileno. cuestión más amplia que la sola cuestión económica.

Quízás más cercana a este concepto sea la opinión revisionista de Salazar quien desarrolla
el punto en los siguientes términos "A partir de l 973, la sociedad chilena ha enfrentado
cambios de una radícalídad dificil de igualar en otro periodo análogo de nuestra histori~ al
punto de llevar a muchos autores a calificar abiertamente como una «revolución». En parte
dichos cambios han obedecido a un contexto epocal, el fin del siglo XX. que parece
moverse a una vefocidad sín precedentes"834.

El más emblemático de los temas contenido en el texto constitucional dice relación con el
principio de subsidiariedad. Solo unas escasas nonnas se han necesitado para configurarlo;
mismas que por sí solas podrían sustentar una tesis completa. Las correcciones a) sistema,
pasan ·-se piensa- por eliminar este principio y avanzar por el peligroso camino de otorgar
todavía mayores poderes al Estado835 •

Esta misma circunstancia~ la parquedad nonnativa~ contenida explícitamente en el indso 111


del artículo lº y W 21 del artículo 19; pareciera demostrar -según algunos- una escasa
preeminencia de éste en el contenido del texto; a pesar de que siempre se le ha considerado
un principio cardinal dentro de la füosofia política de la carta fundamental.

El principio de subsidiariedad puede ser desarrollado como afüma Aldunate. como


principio de distribución de competencias al momento de la decisión política y la
configuración nonnativa de la distribución de competencias entre Jos distintos órganos [o
entre el estado y la sociedad} o como norma jurídica destinada a concretar repartos de
competencias,, al modo de los preceptos de la Unión Europea,

tJJ JOCEL YN HOLT, Alfredo, El Chile Perplejo, óp, cit., pág. 190.
iH SALAZAR Gabriel y Pinto, Julio, lli#oría Contemponinea <k Cltile, actores, identíd<1d y movimiento,
Lom Ediciones, tomo H, Santiago de Chile, 1999, pág. 57.
H, Es la opinión del ex presidente Ricardo Lagos. que pareee todavía anclado en la de~da de los setentas, y
todo to negativo y retardatario que ello impliea,

272
273

No existe en nuestro texto político ningún criterio material que ordene al estado abstenerse
de desarrollar actividades económicas que puedan ser desarrolladas por particulares; solo se
e:x_ige una ley que de dictarse haría posible dicha actividad aunque entrase en contravención
con dicho principio. Ello sería indicativo de que tal cual aparece en el texto constitucional
este principio carece de asidero normativo en la Constitución83 6, al menos en los textos
arriba referidos. Nos parece que los análisis jurídicos como éste no siempre pueden
homologarse con los políticos, ni tener las consecuencias que los juristas pretenden.

Aunque de origen antiguo y con un recorrido exitoso, el principio de subsidiariedad no ha


estado exento de controversias y acusaciones varias; por ejemplo el de tener una naturaleza
organicista por no decir derechamente fascista. A pesar de ello, aún sus detractores han
debido reconocer que ha posibilitado una importante evolución en la institucionalidad
estatal y aún supra nacional. Tal es la situación que ha llevado -no hace mucho- a su
inclusión en el Tratado de la Unión Europea (TUE), siendo uno de sus pilares básicos837.

c. La Constitución Fiscal

Hemos utilizado deliberadamente esta expresión que puntualiza nuestro desarrollo en este
apartado y que se enmarca en una mayor que ha venido en denominarse «Economía
Constitucional» que ha sido desarrollada con mayor ahínco en este punto por James
Buchanan. La propuesta de este autor dice relación con un punto de vista muy particular en
relación a las fuentes doctrinarias del manejo tributario. En efecto hasta antes de los
estudios de Buchanan, el tema tributario o Fiscal había sido bastante desatendido por los
economistas de todo signo. Y lo que es más relevante, existía una única visión para abordar
toda esta temática; el protagonismo del Estado, en el cual los súbditos carecía de poder
decisorio. La propuesta de Buchanan parte de una hipótesis radicalmente distinta; en ella el
rol central se le asigna al ciudadano, al contribuyente, quien tiene participación política en

836
ALDUN ATE, Eduardo. «La desconstitucionalización de la Constituc ión» [conferencia inaug ural] en
Revisra de Derecho Ediciones Universitarias de Yalparaíso, óp. cit. pág. 26.
837
Según el Artículo 5 de l Tratado de la Unión Europea [TU E], la función de éste princ ipio es la de regular el
ej ercicio de competencias compartidas entre los Estados Miembros y la C omunidad Europea. Ésta última,
solo va a intervenir cuando los objetivos de la acción pretendida no sean alcanzados de forma suficiente por
los Estados Miembros y sí lo sean a nivel comunitario.

273
274

la decisión del escenario tributario que debe habitar838 ; en la configuración de «Las reglas
del Juego», expresión que ha hecho fortuna en nuestra doctrina fiscal y en los demás
escenarios económicos.

"Quizás en este punto sea útil la analogía con las reglas del juego. Un juego se describe por sus
reglas, su constitución. Estas reglas establecen la estructura dentro de las que acontece la marcha
del juego, fijan las fronteras de que actividades son legitimas y tambíén describen las finalidades del
juego y determinan quien lo gana" 839 •

Se habla de Constitución Fiscal en la idea de fijar estar reglas, para evitar que se pongan al
arbitrio de mayorías circunstanciales e íntereses políticos menores, como suelen ser
aquellos que hacen debilitar a las economías grandes y pequeñas. En otras palabras poner al
margen de la contingencia política las reglas del juego tributarias.

En nuestro país no existían en las constituciones anteriores, reglas que pudieran


considerarse parte de alguno modelo de Constitución tributaria; tal situación cambió
drásticamente en la actual, donde se toma partido por fijar normas y establecer un
escenario. Ello traería consecuencias políticas para los gobiernos de tumo. No será ya
posible, sin asistir a un amplio debate de consenso, el cambiar las reglas de juego tributario,
que parece ser entendida por todos los actores políticos de uno y otro sector como la gran
panacea para la solución de los problemas económicos y de redistribución. De cualquier
forma el articular esta palanca es, hoy más que nunca, un peligroso mecanismo que en
manos inexpertas o excesivamente ideologizadas pude, en pocos años, llevar a la ruina a un
país próspero.

Una de las características de la reconstrucción económica particularmente en el periodo del


ministro Büchi, fue precisamente el eficiente manejo tributario, que posibilito muchos de

m "El objetivo de nuestro interés normativo último son los contribuyentes o ciudadanos, todos aquellos que
soportan las cargas de la imposición o que son sujetos pasivos potenciales de los poderes del Estado para
exigir impuestos", BRENNAN, Geoffrey y Buchanan, James M., El Poder Fiscal, Folio S.A, trad. Antonio
Menduiña y Juan Francisco Corona, Barcelona, 1997 (1980), pág. 23.
839
"En el modelo !imitador, o idealizado, para la elección constitucional, el individuo debe conocer el
entramado o la distribución de las posiciones en diferentes rondas del juego bajo todos los conjuntos de
reglas, a la vez que debe permanecer en la ignorancia de su propia posición en cualquiera de estos esquemas.
Este es, obviamente, el escenario de la elección dado a conocer por John Rawls en su desarrollo de los
principios que satisfacen los criterios de imparcialidad", Ibídem, pág. 25.

274
275

los avances en la materia; el Estado desde esta perspectiva manejo ingentes recursos que
sirvieron para consolidar el proceso constitutivo. Al respecto afirma BÜCHI:

"Lnstrumentos claves para recuperar los niveles de ahorro y para la recapitalización del sector
privado fueron el manejo del gasto fiscal, los cambios tributarios, especialmente en la empresa y la
lC'. • • ,,s-10
re,orma prev1s1ona1. . . . .

d. La Normativa

Este, como otros aspectos claves de las definiciones ideológicas del sistema, han sido
incorporados en el texto político mismo; en efecto, el artículo 19 Nº 20 de la CPRCH
establece que la Constitución asegura a todas las personas:

"la igual repartición de todo los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o forma
queftje la ley. y la igual repartición de las demás cargas públicas.

En ningún caso la ley podrá establecer tributos manifiestamente desproporcionados o injustos.

los tributos que se recauden, cualquiera que sea su naturaleza. ingresarán al patrimonio de la
Nación y no podrán estar afectos a un destino determinado.

Sin embargo la ley podrá autorizar que determinados tributos puedan estar afectados a fines
propios de la defensa nacional. Asimismo podrá autorizar que los que gravan actividades o bienes
que tengan una clara identificación regional o local puedan será aplicados. dentro de los marcos
que la misma ley seP,ale. por las autoridades regionales o comunales para el financiamiento de
obras de desarrollo".

En consecuencia nuestra normativa constitucional se apoya en cinco principios que


sustentan el sistema impositivo chileno: a) Que los tributos solo pueden ser establecidos,
modificados y condonados por ley; b) La igualdad tributaria (proyección del Nº 2 del art.
19); c) La proporcionalidad tributaria, referida a conformidad cuantitativa; d) La justicia
tributaria que se refiere a la proporcionalidad o razonabilidad referida a elementos
cualitativos y e) El principio de no afectación específica, con las excepciones ya citada del
841
inciso final del 19 Nº 20 precedentemente citado •

Esta reglamentación es demostrativa de que en e l sistema establecido en nuestro país, el


Estado tiene un rol relevante, aun cumpliendo un rol redistribuidor como aquel que la
840
BÜCHI, Hemán, La transformación económica de Chile, óp. cit., pág. 290.
341
Vid. FERNANDEZ, Miguel Ángel. «Principios Constitucionales de Proporcionalidad y justicia en materia
tributaria» en Revista Chilena de Derecho, vol. 27 Nº 2 (2000) págs. 357-371.

275
276

onodoxia del neoliberalismo económico en general y de Hayek en particuiar. estiman


perjudiciales para una sana subsistencia de la economía.

21. Los Derechos de Contenido Social

En otra parte hemos indicado que la propuesta de la Constitución del 80 fue reacia a
reglamenta los derechos de contenido social porque entendía que la satisfacción de los
mismos impíicaba el otorgar al Estado, único ente que podía cargar con la obligación de
concretizarlos842 ; un inmenso poder que atentaba en contra de los derecho individuales y en
definit1Va hacía estéril la idea de descentralización o subsidiaried~ elemento cJave se la
nueva instítucionalidad843•

Pocos dudaban que se estuviera aquí ante cuestiones centrales de la ínstituQfonalidad socio-
económica. Áreas claves como la asociación, 1a seguridad social, la salud y la educación,
tuvieron efectivamente un vuelco dramático en este nuevo entramado. Aun cuando se les da
menor importancia doctrinaria, es aquí precisamente donde los efectos del nuevo sistema
tuvieron su mayor repercusión, no solo económíca sino también intelectual.

CEA EGAÑA propone transitar hacia lo que denomina Democracia social, que se aviene
con el respeto de los derechos humanos tradicionale~ pero además pretende hacerlos
efectivos otorgándoles una base y contenido material Señala que "'El Estado Social de
Derecho es la fónnula jurídico-política coherente con la Democracia Social, desde que esta
impulsa al primero a remover los obstáculos constructivos del progreso humano, tomando
más reales las oportunidades para igual y libre desarrollo de todos los hombres y de todo el
hombre, palabras estas de Paulo Vr'844 •

m "Efectivamente, muchos todavía emíenden la realización de los derechos sociales como una tarea
exclusiva o, al menos, casi excluyente del Estado-Gobierno. Por lo mismo, o se pliegan sin reserva a la idea
de tales derechos. o bien critican por atribuirles significado ideológico oolectivisfa. La idea para unos u otros,
,;nnana de ideologías., tte organiza en pl:mificadones y temlina imponiéndose desde la burocracia estatal a la
comunidad'', CEA EGA~A, José Luis, El Sísierna Consriluciona! de Chile, Sifllesis critfca, op. cit, pág. 148.
84
' "En 1a actualidad se sostiene con frecuencia que las mencionadas tareas y otras. similares generalmente
consideradas como funciones propias del Estado, no podrían llevarse a cabo adecuadamente st las autoridades
administrativas no contaran con amplias facultades discrecionales y la coacción estuviese limitada por el
Estado de Derecho. Este temor hállase poco fundado", HAYEK, Friedrkh A. Los Fundamentos de la
Libertad, óp. cit. pág. 283,
M-1 CEA EGAÑA, José Luis. Tratado de la Consfi.mción de 1980, Editorial Jurídica de Chile, óp. cit., pág. 85.

276
277

No concordamos con la apreciación de Cea Egaña, por tres tipos de argumentaciones; en


primer lugar porque se trata de un paquete, una formula con varios requisitos que no
estamos en condiciones de cumplir y seguramente tampoco con la aspiración de hacerlo; en
segundo lugar, porque creemos que esta propuesta envuelve un viejo vicio de nuestra
institucionalidad político-jurídica: el tratar de instalar y recrear fórmulas que en otros
lugares han tenido un cierto grado de éxito esperando que estos mismos éxitos se repliquen
en similares términos en nuestro país. Y en tercer lugar porque la respuesta dada por
nuestra institucionalidad, aunque se ubique lejos de la ortodoxia arquetípica a que aspira el
célebre publicista, ha dado buenos resultados, cualquiera sea el nombre que queramos darle
845
al fenómeno .

Por su parte la influencia de los sindicatos era enorme hasta los años setentas en Chile;
influencia que se hacía notar en la vida económica social y cultural del país; el derecho a la
sindicalización era obl igatorio y los contratos individual es de trabajo tenían un carácter
muy distinto al actual.

Los derechos laborales era precisamente eso, facultades coactivas aseguradas desde el
Estado, que el trabajador gozaba sin que pudieran modificarse por el empleador; en una
dinámica que hacía difícil sino imposible cambiar las condiciones de trabajo a pactar entre
unos y otros. Proteger los derechos de los trabajadores parecía una cuestión primordial en
aquella época. No lo era tanto el progreso global del país. Con la llegada del Régimen
Militar las numerosas garantías de los trabajadores se debilitaron. El tema era ahora la
libertad de trabajo y no los derechos intangibles de los trabajadores.

Impo1taba más que los trabajadores tuvieran un puesto de trabajo y en lo posible sin trabas
sindicales que limitaran sus preferencias personales, que proporcionar blindaje a algunos en
perjuicio de los demás (especialmente a quienes no lo tenían). Con ello se concretizaba una
opción filosófica en favor del individuo y en contra del fortalecimiento de lo asociativo. Un
ejemplo claro de esto lo encontramos en la libertad para sindicarse. La sindicalización deja
de ser obligatoria, despojándola de esta forma de gran parte de su poder. Mismo que se
había prestado para abusos.

8 5
~ «Le mieux est l'ennemi du bien», dicen los franceses.

277
278

Una de tas definiciones más significativas fue el separar las distintas formas de
participación socia1 y política, Se prohibió constitucionalmente a los dirigentes sindicales
acceder a cargos políticos o bien ocupar simultáneamente cargos de elección popular. Estas
materias fueron profusamente tratada en la CENC por cuanto en el pasado había
posibilitado se desvirtuasen las labores sindicales. abonando el camino hacia la anarquía y
1a sedición.

Un derecho laboral que había adquírido inusitada relevancia y que en cierta fonna había
devenido en vicio era el derecho a la huelga. Este tema interesó particularmente a HAYEK,
quien impugna su carácter preswitarnente intangible, pues visualiza su instrumentalización
con afanes políticos. La experiencia chilena era fértil en ma!os ejemplos y excesos a los que
se podía llegar en esta materia.

"[El derecho de Huelga] siendo un derecho normal, difícilmente puede considerarse como un
derecho inalienable. Existen buenas razones para afirmar que, en ciertos casos, debería estipularse
dentro de las cláusulas del convenio la renuncia a tal derecho',3411.

Fue motivo de debate si el derecho de hue1ga debía estar reconocido a nivel constitucional.
La Constitución de 1925 en su artículo 10 1\0 14 inciso 2° reconocía "El derecho a
Huelga'' 841 . Esta disposición fue incorporada al texto constitucional de 1925 mediante la
ley Nº i 7, 348 conocido como el «Estatuto de Garantías democráticas» publicada el 9 de
enero de 1971.

El texto actual expresa al respecto lo siguíente: "No podrán declararse en huelga los
funcionarios del Estado ni de las Municipalidades. Tampoco podrán hacerlo las personas
que trabajen en corporaciones o empresas, cualquiera que sea su naturaleza, finalidad o
función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paraltzacíón cause grave daño a
la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la población o a la seguridad
nacional". La interpretacíón que se ha hecho de este texto por la doctrina y jurisprudencia.
luego de intenso debate. ha sido que en este caso estamos frente a un reconocimiento tácito

HA YEK, Friedrich. Los Fundamentos de la libertad, óp. dL, pág, 335.


s.;¡,
1147
[La constitución asegura a todas las personas) El derecho a sindkarse en d orden de sus a<:-tividades o en
la respectiva industria o faena.y el derecho de huelga. todo ello en confonnidad a la ley".
278
279

848
del derecho a huelga por el constituyente • Creemos que esta interpretación es
parcialmente incorrecta.

En efecto, siguiendo la línea argumental que venirnos sustentando, especialmente lo


argumentado por Hayek, debemos concluir que ante la inevitabilidad de la huelga y como
una fonna de resguardarse de posible abusos, se pusieron límites a las áreas en que su
ejercicio era admisible, considerando especialmente el perjuicio evidente que dejan este
tipo de prácticas en algunas áreas sensibles; y lo aficionado a ella que se habían vuelto los
asalariados de nuestro país.

Debemos consignar, eso sí, que lejos de existir un respeto hacia esta prohibición
constitucional, se ha arribado a la práctica iconoclasta de refugiarse en un giro lingüístico
particular: la denominación de «Paro» para realizar de igual forma la acción vedada. Con
ello creen salvar el inconveniente nonnativo de su prohibición. En estricto rigor solo es
posible conceder -luego de un análisis detenido de la norma- que existen áreas donde la
huelga es prohibida; lo que limita el margen de acción de este derecho a los límites fijados
por la Constitución. Extraer de esta última circunstancia la conclusión de que estamos
frente a un derecho elevado a rango constitucional, nos parece una contradictio in adjecto.

Relacionado con lo anterior se encuentra el tema de la libertad de asociación, claramente


establecido en nuestra Constitución. Para HA YEK, es "requisito esencial que se garantice
la verdadera libertad de asociación y se declare ilícita la coacción, tanto si se emplea a
favor como en contra de la organización y bien sea por los patronos o por los obreros[ ... ]
Sería necesario asimismo revocar también los preceptos legales que hacen obligatorios para
todos los obreros los contratos firmados con los representantes de la mayoría de los
trabajadores de una empresa o sector industrial, así como los que dan derecho a los grupos
organizados para concertar convenios que obligan a quienes no han otorgado
voluntariamente su consentimiento". Es este punto (como en otros) Hayek parece estar
glosando el espíritu de la Constitución del 80.

84
~ Vid. HUMERES M., Héctor y Humeres N., Héctor, Derecho del Trabajo y de fa Seguridad Social.

Editorial Jurídica de Chile, duodécima edición, Santiago, 1988, pág. 368.

279
280

Existen múltiples espacios de encuentro entre los temas laborales y los económicos: el tema
de la cuantía de los salariosi la aspiración cuasi ª'"iomáti\:a del pleno empleo y por cierto la
problemática de 1a inflación subsecuente. La pregunta aquí es la siguiente: ¿Cómo ajustar
(rebajar) las remuneraciones a sus valores reales, sin tener que recurrir a una reducción de
sueldos?; o dicho de otra forrn~ ¿Cómo evitar que las remuneraciones excesivas de los
trabajadores provocase un incremento del desempJeo, perjudicial al final de cuentas para e1
país?, La respuesta que se daba en aqueHa época se centraba especialmente en el manejo
estatal del valor del circulante. Así de manera indirecta (inyectando papel moneda sin
respaldo) se produciría una baja real de los sueldos.

Las trampas de este modo de pensar tan arraigado en nuestro país en aquella época y no
solo en él; ~ según Hayek, un legado de Lord Keynes, quien partiendo de una apreeiación
correcta: el que la causa normal de un amplio paro estriba en ei nivel excesivamente alto de
los salarios reales; se llegaba a una solución equivocada al comprender que una baja directa
de salarios implicaría una lucha penosa, prolongada e impopular. En consecuencia, según el
economista británico, "es preciso incrementar la cuantía de los meillos de pago ai objeto de
elevar el nivel de los precios hasta conseguir que los salarios reales no superen 1a
49
productividad de los obreros que buscan trabajo"g . Solución políticamente correcta pero
con un alto precio a pagar: la inflación, siempre inmanejable y dañina.

''Los efectos económiv'Os de la inflación son nocivos porque el sistema de precios relativos pierde
eficacia en cuanto a su capacidad de transmitir de un modo conciso y a un coste mínimo la
información que los agentes económic-0s procisan con el fin de poder decir qué y cómo producir,
invertir, consumir y trabajar"tso.

La creación de una Banco Central autónomo fue el remedio creado por los e<:onomistas -de
Chicago para esta enfermedad institucional. rodeada de curiosos mitos y excentricidades.

El tema de la seguridad social era también muy delicado y en el ámbito económico fue
adquiriendo una importancia enorme a lo largo del siglo XX. En nuestro país tuvo un
849
HA YEK. Los Fwtilamenws de la Libertad, óp., cit. pág. 347.
~n DONGES, Juergen B. «Mercado Libre y Progreso Económico, El legado de Ludwig Erha«i))
(introducción) en ERHARD, Ludwig, Bienestar para todos, Ediciones Folio S.A. trad.. Enrique T1emo
Galván, Barcekina. 1997, pág. 20. {<La inflación constituye un tributo subrepticio, Por consiguiente la gente
pude tenninar con no identificarse con su Estadó y considerar el fraude fiscal como medio legítimo de
autodefensa, cada uno .actuando a costa de !os demás. Ya Lenin decía (JUe la mejor forma de acabar con la
sociedad burguesa y democrática es destruyendo su moneda», ibídem, pág. 19,

280
281

protagonismo impensado. Pero siguiendo nuestra línea argumental, se hacía necesan o


hacerse cargo de este importante tema, porque el mismo se situaba en el centro ne urálgico
del sistema económico de l Estado y era además tema obligado de quienes sostenían
opciones libertarias. Esta importante cuestión, sostiene HA YEK,

"no solo significó seguridad obligatoria, sino afiliación obligatoria en una organización única
controlada por el Estado". Esta es ciertamente una visión inadecuada. No siempre el poder
monopólico en manos del Estado conduce a buenos resultados. Es un hecho comprobado que los
monopolios estatales se corrompen con el transcurso del tiempo. Es claro que en apariencia por este
mecanismo se llega a soluciones y caminos fáciles y rápidos; pero no siempre los mejores caminos.
Para el reformador impaciente a quien solo sosiega la inmediata supresión de todos los males
evitables, la creación de un solo organismo con poder total de acción dentro de los límites de lo
posible, aparece como el único sistema idóneo"851 •

Desde e l punto de vista político, se trata también de un tema particularmente sensible, pues
al ser los recursos estatales limitados la insatisfacción va in crescendo dado que los
recursos no alcanzan para todos, aún en los países más desarrollados. A ello debemos
agregar que muchos entienden como solución mágica para este y otros problemas, el
presionar a la autoridad para encaminar dichos programas a sus beneficios particulares;
pero la economía es ciertamente el lugar donde las especulaciones utópicas tienen peor
campo de acción. No se puede entregar a la ligereza de la decisión política, cuestiones con
efectos tan radicales en la economía y la vida de l Estado. Los políticos son especialmente
sensibles a transar, favoreciendo las demandas populares (electorales) en la medida que les
permitan mantener sus prebendas, que raramente son pocas.

a. Los Seguros

Se evaluó negativamente la primacía del Estado en cuestión de seguros de cesantía, vejez o


salud. Se implementaron en estas áreas sistemas de capitalización individual y además se
privatizaron, quita ndo al Estado el monopolio que ostentaba en esta materia. La mayor
perjudicada con este monopolio era la sociedad civil. Se privaba entonces al Estado de una
importante manija de control de la economía y la vida socia l y se les traspasaban mayores
ámbitos de libertad a los ciudadanos.

851
HA YEK, Friedrich, Los Fundamentos de la Libertad, óp. cit., pág. 355.

281
282

La reforma impulsada por el Régimen Militar se centró de manera importante en estas áreas
donde la ínfluencia doctrinaria, especialmente el pensamiento de Hayek se hizo sentir. Este
es contrario a la hegemonía estatal. tan fuertemente arraigada en el imaginario colectivo
nacional. Consideraba que estas áreas que -en principlO- se habrían construido para auxiliar
los más desprotegidos; habían devenido en mecanismo de redistribución de la riqueza; y
aún en países desarroUados, se había posibiHtado instalar visiones afines al socialismo,
como es el denominado «Estado Providencia», poco rechazado por encontrarse soiapado
bajo concepciones humanítarias*52• No era esta la funcíón de la seguridad social.

Lo deplorable de esta definición no serían ni la doctrina que lo sustentaba, ni tampoco la


existencia de un sístema como este amparado en Ja Constitución, sino su apiicación
concreta en la vida ciudadana del país; en efecto, aprovechando la contingencia propia de
una díctadura que deseaba amarrar ciertas cuestíones que creían relevantes; los actores y
beneficiaros del sistema lo tomaron (mediante argucias legales pétreas) en una pesada
amarra para la clase trabajadora; el sistema opera mayoritariamente en provecho de tos
operadores y en perjuicío evidente de los trabajadores, que ven. al final de sus periodos
laborales que sus pensiones se ven fuertemente mermadas por los supuestos «derechos de
administracíón» de los conglomerado económicos. Esta situación de hecho ha sido y
seguirá siendo fuente de conflicto del Estado con la clase trabajadora; en tanto este no
ponga regulaciones y límites al excesivo enriquecimiento de dichos operadores.

b. La Salud

En esta área sensible también para le economía del país; se consideró que debía buscarse
una opción de carácter privado, sin dejar de lado la participación que 1e cabía al Estado,
quien a fin de cuentas llevaba la carga más pesada~ nacen así las ISAPRES8n, entidades
privadas encargadas de proporcionar salud a los ciudadanos, Se consideró que otorgar
monopolio al Estado en esta materia era injustificado. Hayek afirmó que podría negarse por
esta vía a una suerte de control totalitario, como ocurría en el caso de la ex Unión Soviética,

m "Muchas de las nuevas actividades benefactoras del gobierno constituyen una amenaza para la libertad
porque realmente son un ejercicio de los poderes coactivos del mismo, y, aunque se presenten oomo meras
actividades de servicio, se apoyan en la exigencia de derechos exclusivos en determinados sectores",
HA YEK. friedrich, Los FundamenJos de fa Libertad, óp, cit. pág. 321,
ll;jJ Instituciones de Salud PrevisionaL

282
283

donde los datos del sistema de salud eran utilizados para controlar a los trabajadores. En
ésta escenario la iniciativa privada podía otorgar mayores luces y garantías que un control
centralizado. Este último teñido, en muchas ocasiones, con visiones ideológicas y técnicas
institucionalizadas de control, tan nocivas en esta como en otras áreas.

Con el ánimo de asegurar su propia supervivencia y primacía muchos de esto burócratas


optaban por la defensa obstinada del sistema en prejuicio de mejoras que urgentemente se
requerían.

" o es exagerado afinnar que el mayor peligro para la libertad proviene hoy en día, de aquellas
personas más indispensables y poderosas en el gobierno moderno, es decir, de los eficientes y
expertos administradores, preocupados exclusivamente por lo que consideran el bien público" 854 •

La idea era la implantación de un sistema de salud privado que hiciera posible también un
manejo más eficiente de la salud pública del país, pues al sacarle Estado una cantidad
importante de presión le da espacios también para realizar mejoras en favor de los más
carenciados. Pero la verdad es que se logró que se perdiera el principio de solidaridad en
salud y se consagró la noción de que las personas pueden y deben elegir el sistema donde se
atiendan. Se instaló aquí la idea neoliberal de la legitimidad del lucro en los procesos de
financiamiento y prestación de salud. Ello sería menos pernicioso si no se hubiera
convertido en la causa primordial para operar. Lo más grave es que el sistema ha sido
legitimado por las mismas fuerzas democráticas con el paso de los años855.

Luego de pasados los años se ha concluido con un sistema que discrimina entre pobres y
ricos; jóvenes y viejos; enfermos terminales y sanos; etc. Se estableció en concordancia con
estas definiciones una odiosa tabla de factores que institucionaliza estas diferencias y lo
peor de todo, las evalúa bajo criterios mercantiles856.

854
Ibídem. pág. 325.
855
El aprovechamiento por la clase política ha sido transversal. Eduardo Aninat, ministro de Hacienda DC en
la administración de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, fue Presidente de la Asociación de lsapres (2006-201 O).
856 El TC se pronuncio acerca de la inconstitucionalidad de la aplicación de la tabla de factores de ajuste por

riesgo (sexo, edad y condición de carga) que incrementa los precios de planes de salud para los afiliados. Se
habrían vulnerado los derechos de protección de la salud y del derecho de Iibenad de elegir (TC, 08 de
septiembre 2009 rol N° 1287).

283
284

En sistema de ISAPRES357 o salud privada ha propiciado, un enriquecimiento superlativo y


fuera de límites y pudores por parte de quienes se encargan de operar este tipo de
Instituciones; cada uno de los informes de sus estados financieros es un insulto a la
dígnídad de los trabajadores en general y una burla para un sistema que debiera aspírar a ser
justo e igualitario. No podemos encontrar en todo el sistema creado por la Constitución de
1980 un elemento más nocivo para la estabilidad del modelo y más atentatorio para la
convivencia ciudadana que este. Creemos que si se desea avanzar en este tema, deben
dejarse sin efecto las leyes de amarre y liberalizare, El sistema de libre mercado y
especialmente el princ1pio de subsidiariedad debe operar enérgicamente aquí atendido el
mal funcionamiento de) sistema en esta parte (por esta deformación); y lo que es más grave~
motivo de abuso sin justificación ni explicación razonable. Se debe poner un limite al lucro,

Lo más grave es que no contentos con los pingues beneficios obtenidos hasta fa focha. estos
instituciones. al menos las cinco más importantes han sido acusadas, al parecer con bastante
fundamento, de colusíón 8'Yt. En efecto el año 2005, la Fiscalía Nacional Económica
presentó requerimiento ante el Tribunal de Defelllla de la Libre Competencia (TLDC) en
contra de las cinco mayores Isapres por concertarse para renunciar a ofrecer planes de salud
con cobertura 100/80. concordando en la comercialización prioritaria de los planes con
cobertura 90/70 (marzo 2002 a marzo de 2003).

Se habria concertado para reducir la cobertura. Aún con un buen y adecuado sistema de
control, este resulta insuficiente -dada la estructura legislativa del sistema, La creación de
tipos penales con penas de cárc-el en caso de producirse atentados, alteraciones o abusos.
seria un buen comienzo para la mejora del sistema (ello sin perjuido de la aplicación de
multas ejemplares a las respectivas institucion~ con la posibilidad de cancelación de su

857 ·'Según el Articulo del OFL N" 69 42 de ISAPRES, estas <<,., tendrán por objeto exclusivo el
financi¡3mlento de las prestaciones y bcneficio5 de salud, así como lu ª"'tividades que s.tan afines. o
complementarias de ese fin, ias que en ningún caso podrán implicar la ejecución de dkhas prestaciones y
beneficios ni participar en la administración de prestadores». Se distingue dos tipos de ISAPRE: abierta (la
afiliación y planes de salud son de óferta pública) y cerrada {prestaciones a trabajadores de una determinada
empresa o institución).
m Véase al respecto el estudio ret.lizado por la Universidad Alberto Hurtado, AGOSTfNI Claudio, Saavedra
Eduardo y Willington, Manuel, ,,Colusión en el Mercado de las lsapres: M-ndelación y Evidencia Empírica))
disponíble en la red en: fen.uahurtado.cl/wp-content/uploods/2010/07/invl 90.pdf

284
285

licencia para operar, en caso de reiteración). Se trata de un tema que promete instalarse en
la centralidad del debate en las futuras elecciones.

c. La Educación.

Es esta un área donde más dificultades se han presentado a la hora de lograr el consenso
ciudadano. La idea básica fue descentralizar la educción; quizás si la razón más concreta
para hacerlo haya sido la iniciativa de la Unidad Popular denominada ENU (Escuela
Nacional Uni ficada), que pretendía uniformar la educación: Obviamente los más
contrariados con esta medida fueron entidades como la Iglesia, que habían participado en el
proceso educativo desde los inicios de nuestra historia; en muchas materia como esta
pionera y líder. Mal podía suponerse que admitieran, sin mayor oposición, la iniciativa de
implantar una concepción uniforme y atea de la educación859.

Un análisis histórico nos lleva a fijar tres momentos en la fijación de este derecho;
proporcionando una imagen correcta de su desarrollo: La edición oficial de la Constitución
de I925 del 4 de noviembre de 1970 [Decreto 535/ 197 1] expresaba este derecho en los
siguiente términos: Art. 1ONº 7°:
La Constitución asegura a todos los habitantes de la Republica] «La libertad de enseñanza.
La educación pública es una atención preferente del Estado.
La educación primaria es obligatoria.
Habrá una superintendencia de educación pública, a cuyo cargo estará la inspección de la
enseñanza nacional y su dirección bajo la autoridad de gobiernOJJ.

Este texto es modificado por la Ley Nº 17.398 de 1971 ya citada, agrega una extensa y
pormenorizada regulación de este derecho, con la [vana] pretensión de evitar que el
gobierno marxista de la Unidad Popular tuviera la tentación de vulnerarlo en sus aspectos
más significativos.

8 59
··Quizás si uno de los errores de Allende fue proponer la ENU (Educación Nacional Unificada), que
limitaba la acción de los establecimientos privados. Esta medida y la implementación de cursos obligatorios
de «concientización» en los primeros años de la Universidad- que fueron una forma de cesura a otras
contrarias-abonaron el terreno para el golpe militar, preparado por la ClA desde el momento que triunfó
Allende y que se consumó e l 11 de septiembre de 1973", VITALE. Luis, His roria de la Censura en Chile
disponible en la red en: http://www.archivochile.com/ldeas_ Autores/vitalel/91vc/09otros0008.pdf.

285
286

No redunda recordar que ninguna de estas promesas se cumplió. Aunque poco se diga de
los efectos de este incumplimiento, lo cierto es que tal medída tennínó por incluir en la fila
de sus detractores a ta iglesia Católica que hasta ese momento había tenido una actitud
ambigua en su apoyo aJ gobierno de Allende. Por un lado existían innegables relaciones
entre ta jerarquía oficial de la Iglesia {especialmente por el Cardenal de Santiago} y por
otro, una parte importante de la clerecía y especialmente de la feligresía vela con malos
ojos la intervención de un gobierno marxista en el sistema educacional {entre otras áreas
relevantes del quehacer nacional).

En síntesis~ resultaba insostenible mantener un estado de cosas como aquel propiciado por
el gobierno de la Unidad Popular, donde se vulneraban )os derecho más emblemáticos que
el Estado moderno asegura a todas las personas; menos en un país eminentemente legalista
y consciente de sus facultades como el nuestro. Los resultados de esta lógica de demolición
institucional, constitucional y legal ya la hemos analizado ampliamente, y ha de pennanecer
latente en eJ inconsciente de nuestra ciudadanía frente a cualquier deseo súbito de volver a
recorrer caminos como aquellos.

En esta particular materia, se sitúa una de las claves para entender la confluencia de las
ideas más conservadoras con las neoliberales; una estrategia que tiene una base muy
específica basada en Intereses mutuos, no en convergencias ideológicas según VAITIMO.

''Políticamente [... ] se constata una (no tan) paradójica alian7..a entre grupos neolíberales
{reaganianos. para entendemos) y los fundamenta.lismos: los dos, por motivos distintos, tienen
interés en alentar la ligazón social, como se aprecia en el caso de las subvenciones estatales a la
escuela privada, Los Hhcrales las apoyan porque ven en ellas una prolongación del principio de la
iniciativa privada (y que también la educación se convierte en un negocio ... ); los fundamentalistas
de distinto signo ven en ellas una oportunidad de cerrarse en sus ortodoxias, sin tener que
enfrentarse a una sociedad realmente abierta y dialógica"MO

Un segundo tema dice relación con que es precisamente aquí donde la izquierda ha
empujado sus ideales estatistas con mayor vigor en el imaginario colectivo, impulsado
hacía un sístema de educación estata1 gratuita y anatemízando al lucro861 , La verdad es que

ll60 VA'ITlMO, Gíanní, «Hermenéutica democrática y eman<Üpación>> en Filosofta, Polftí.ca y Religión, Más
allá del pensamiento débil, 'Ediciones Nobel S.A., Oviedo, 1996, pág. 53.
ui "Detrás de la petieión de terminar con el lucro en la educación hay una ideología de estatismo y una
intención política elara: la de acabar con [a enseñanza privada y subvencionada e imponer una estatal única,
286
287

existen pocas claridades respecto de soluciones viables: las soluciones ideológicas sobran,
como siempre; pero ya sabemos que en esta materia dicha soluciones se han manifestado
siempre estériles y peligrosas. Lo más grave y peligroso: la excesiva estratificación de la
población estudiantil. Para los privilegiados actores de la partidocracia reinante no es un
tema urgente; quizás s í una ventaja que les penn ita extender sus múltiples privilegios en su
descendencia862.

d. La concentración económica, ¿Un efecto indeseado?

Un aspecto relevante, y de alguna forma colateral (latente) derivado de la nueva concepción


económica que adoptó el país, dice relación con la concentración económica del capital
cuestión que ha redundado en un mayor centralismo. En efecto, habiéndose liberado de sus
amarras fiscales, la maquinaria productiva y financiera del país, quedó a merced del mejor
postor; y dado que estos pujadores eran -en aquel momento- muy pocos, el poder
económico quedó en definitiva en unas pocas manos. Suponemos que para algunos, ello no
ha sido, en sí mismo, un efecto abominado, pero para la gran mayoría, ello significaba que
-literalmente- el país pasaba al dominio privado de unas pocas fortunas personales y
efectivamente el poder real del país cambiaba drásticamente su eje de influencia. Podrimos
decir que se privatizaba. No parece este el lugar ni la ocasión de profundizar en este
863
aspecto; pero ello no puede eximirnos de intentar algunas referencias aclaratorias .

A partir de 1983, afirma RlESCO, " ... se produce un nuevo flujo de centralización y
acumulación de capital en manos privadas, el que es estimulado de manera decisiva por el estado
que, como se ha dicho, traspasa ahora a los grupos económicos no solo las empresas intervenidas a
raíz de la crisis, sino también las consideradas estratégicas [ ... ] El proceso de centralización y
concentración, así como el desarrollo capitalista del país en su conjunto, han estado condicionado
decisivamente,, entonces por el golpe militar que, luego del gobierno popular restauró el dominio de
los monopolios en un grado superior"86\

volver al Estado docente como solución de todo los males ... " , NOVOA, Jovino, Con la F11er.:a de la
libertad. la batalla por las ideas de centro-derecha en el Chile de hoy, Planeta, Santiago de Chile, 2013,
pág., 7 1-72.
62
g Véase el artículo de Renato Garin del día 7 de agosto de 2013 en diario electrónico El Mostrador
denominado «Colegios VIP: los privilegios, los privilegiados y los demás»; un valioso aporte al tema.
861
Véase, STUMPO, Giovanni (ed.), Empresas Trasnacionales, procesos de rees tructuración industrial y
políticas económicas en América latina, CEPAL, Alianza Editorial, Buenos Aires 1998, págs. 289 ss.
864
RJESCO, Manuel. Desarrollo del Capitalismo en Chile bajo Pinochet. Ediciones ICAL, Santiago de Chile
1989,pág.147.

287
288

No puede dejarse en el tintero, según el plan de este trabajo, la influencia del capital
externo y su afán expansivo. fenómeno al que Riesco denomina Imperialismo y que
nosotros denominamos Globalización; dado que este fenómeno no está referido solo a
nuestro país, como fenómeno interno (cuestión ya es posible de ser detectada y mensurada);
sino que además se deben considerar implicancias internacionales que completan el cuadro
explicativo del evento. Al efecto este autor expresa:

"El capitalismo en Chile se desenvuelve a partir de sus contradicciones internas, regido por las leyes
generales del modo de producción. pero condicionado por las particularidades de la época actual de
crisis general de capitalismo. Entre estas, la ubicación del país en el sistema mundial del
imperialismo, su situación de país dependiente y el dominio de los monopolios trasnacionales"865 •

Para nosotros lo relevante es que esta variación ha tenido como consecuencia el agudizar el
excesivo centralismo que ha padecido tradicionalmente nuestro país. La concentración del
capital trae aparejada tambíén la concentración del poder político, nunca claramente
divorciado de los intereses oligopólicos. La tarea de propjciar la descentralización política
se vuelve así, una tarea ardua; sobre todo porque desconocemos la forma en que están
operando estos poderes facticos para impedir la dispersión de su influencia. No se trata de
caras visiblest politizadas y por ello se dificulta el determinar cuáles de estas diversas
estructuras formales&m de nuestra democracia, están más permeadas por los efectos de esta
venalidad. La influencia monetaria resulta ~en muchos aspectos~ trasversal. Un ejemplo de
ello es. por cierto. la nueva Ley de Pesca867•

"la tecnoes:tructura deriva entonces. lentamente pero firmemente, hacia un «totalitarismo neutro»,
cuyo soporte es la red coercitiva del dinero, E1 democratísimo, el humanísmo de tos discursos
oficiales no se resienten apenas por ello: ta dictadura del dinero es muda, sin ética, «técnica»,
anóníma. Elpathos de los derechos humanos esta fuera de su alcance"%&.

Estamos muy lejos de tener la posibilidad de tomar el control de estas economías


interconectada poderosas y anónimas, Mucho más si nuestro ánimo político es dispersivo y

865
R!ESCO, Manuel. óp. cic, pág._ 277.
™ Partidos polltico, entidades estatales, gmpos de interés, entidades culturales o educacionales., etc.
867 La profundidad y tran:wersalidad del fenómeno puede apreciarse en un articulo de C!PER CHILE,
disponible en la red en; http ://ciperchile.cl/20 13/05/ 16/ley•de-pesca-juicio-por•oohecho-amenaza-con-quitar-
anonimatCrde-aportes-privados-de-campana/
Sw DE BENOIST, Alain y Fayc, Guillaume. Las Ideas de la Nueva Derec.:h«, una respm:sta al Colonialismo
cultural, óp. cit., pág., 597,

288
289

descalificatorio. Uno de los grandes desafíos de este milenio será precisamente saber
ajustar este enorme poderío económico con las ansias democráticas nacionales.

Se sabe, efecti vamente, que el Estado moderno ya no está legitimado por un proyecto político o un
consenso ideológico (lo que por otro parte hace inoperante la doctrina democrática de la
participación de los ciudadanos en el poder), sino por un paternal ismo social y económico (... ] El
«consumidor» de salario, de crédito, de pensión o de subsidios, incluso si protesta, si se manifiesta,
si reivindica uno o dos puntos más, espera todo de la benevolencia de la tecnoestructura
multiforrne"869.

Lo trágico es que muy pocos siquiera atisban que su actuación, en apariencia contestataria,
no hace sino justificar la preeminencia de un Estado, alejado de principios democráticos y
opuesto a la libertad y derechos de las personas. Enriqueciendo este aspecto VELASCO
expresa, "Los poderes que controlan los grande flujos económicos no solo no están
supeditados a ninguna comunidad política concreta, sino que son, de hecho, impunes de
flagrantes delitos en contra de los derechos humanos de todas las generaciones,
imposibilitando no solo los niveles de autonomía «alcanzables», sino también, nive les de
, 870
autonom1a «urgentes» .

La clase política, sin embargo, parece estar muy lejos de considerar este tipo de problemas
con seriedad y atención, dado que sus propuestas apuntan directamente a aumentar todavía
más la superlativa centralización política de nuestro país lo que implica además potenciar
también la económica. Bástenos para ello analizar las iniciativas que han presentado el
gobierno y sobre todo la oposición en relación a un tema clave como e l sistema
eleccionario que otorga todavía mayores potestades al centro en desmedro de las regiones.

869
Ibídem. pág., 603.
870
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp.. cit., pág., 380.

289
290

«Convengamos en que nuestra época es el final de los


tiempos modernos y el comienzo de una Nueva Edad
Media»

NICOLAS BERD IAEFF, Una Nueva Edad Media.

Capítulo IX

LA NATURALEZA DEL FUTURO (¿MEDIEVAL?)

Una tarea como la intentada en esta tesis quedaría trunca si no osáramos imaginar un
escenario distinto al de las meras citas aceptadas. Creemos apropiado y conveniente arrimar
lecturas preteridas por la doctrina oficial en pos de permitir una renovada lectura de nuestro
sistema y sus posibilidades~ arrojar luces sobre el futuro de esta sociedad capitalista de
consumo que habitamos.

Nos parece lícito afirmar la existencia de motivos no explicitados y sobre los cuales es
posible realizar una lectura detenida. La peor a lternativa es pasar de largo y desentendemos
de estos problemas, principalmente ideológicos, que apuntan al origen del sistema; en ellos
está la clave para descifrar la naturaleza de nuestro modelo, que muchos resienten, pero
pocos entienden.

En el ámbito de los efectos, también puede hacerse una diferente apreciación; lejos de la
obviedad y la obsecuencia. ¿Se intuían, al menos, las consecuencias, manifiestas o

290
291

871
latentes que traería esta nueva propuesta estructural (económica, social y política)
desarrollada por la dictadura?; la respuesta está muy lejos de ser obvia.

Creemos que existía poca conciencia de lo que en realidad significaba el nuevo sistema; no
había como saberlo en realidad, muchos menos tomando en consideración los antecedentes
de que se disponía en la época. Si tomamos como punto de partida - por ejemplo- las
definiciones doctrinales que en aquella época reconocían como piedra de toque el definir
posición frente a propuestas totalitarias; el margen de movimiento resultaba reducido.
Mucho más engorrosa se presentaba la posibilidad de prescindir de esta definición binaria.

A ello debemos sumar un hecho que si bien aparecía insinuado a nivel planetario, era poco
conocido fuera de los círculos intelectuales del primer mundo, me refiero al capitalismo
tardío, tercera revolución industrial o postmodemidad, según quiera llamársele. Este
fenómeno otorgaría todavía mayor complejidad al análisis, dado que situaba al hombre y su
entorno muy lejos de la mentalidad isleña que nos caracterizaba. Sumergiría al ciudadano
en una gran perplejidad.

Un elemento indicador de la situación política-económica de mediados de siglo XX era el


totalitarismo. El totalitarismo, siempre en estado latente en cualquiera de los movimientos
872 73
de la modernidad (y que ha recibido explicaciones adecuadas en Arendt y Friedrich)8 ,

contiene variadas aristas que pueden servir como puntal para avanzar en esta línea
argumental. De las muchas explicaciones que se han dado al fenómeno totalitario, nos
interesa rescatar aquella que lo entiende como la culminación del proceso racionalizador de
la ilustración874; ilustración que propugnaba la libertad absoluta del hombre875 (que les

87 1
Para Merton, las primeras se refieren " ... a las consecuencias objetivas para una unidad específica
(persona, subgrupo, sistema social o cultural) que contribuyen a su ajuste o adaptación y se esperan sí; las
segundas relativas a las consecuencias inesperadas y no reconocidas del mismo orden". MERTON, Robert
K., Teoría y Estructura Sociales, Fondo de Cultura Económica, México, 2002, pág. 138-139.
872
AREN DT, Hannah, Los orígenes del totalitarismo (versión española de Guillenno Solana), 3 vols. ( 1.
Antisemitismo, 2. Imperialismo, 3 . Totalitarismo), Alianza Universidad (Nº' 309,3 16 y 335), Madrid, 1981-
1982.
873
FRIEDRICH, Carl, J. / Brzezinski, Z.: Totalitarian Dictatorship and Autocracy, Harvard University
Press, Cambridge (Mass.).
87
~ " Estamos dispuestos a aceptar cualquier explicación de la presente crisis de nuestra civilización, excepto
una: que el actual estado del mundo pueda proceder de nuestro propio error y que el intento de alcanzar
algunos de nuestros más caros ideales haya, al pacer, producido resultados que difieren por completo de los
esperados[. .. ) es algo difícil imaginarse ahora a Alemania e Italia, o a Rusia, no como mundo diferentes, sino

291
292

76
permitía ser como dioses, siguiendo el precepto bíblico del Génesí/ ); y por cierto
permitía proporcionar evidencia ineluctable de que se había llegado a un pWllO clave de la
historia de la humanidad"',

Tornar al fenómeno totalitario como evidencia: de cierre de Ja lógica que había impulsado la
879
modemidads78; un desarrollo degenerativo de ésta, si se me permite la expresión ; pero
también como indicio de que algo nuevo partía desde allí. Así podemos constatar la
evidencia de un nuevo tiempo. Cualquiera sea la denominación que queramos darle, lo
relevante es preguntarse respecto de este nuevo tiempo lo siguiente, ¿es este un nuevo
escenario para e1 hombre? o solo debemos esperar -·en el futuro- una repetici6n880 o
reelaboración de lo ya avanzado (históricamente) y peor aún, aguardar su ínexorable
decadencia88 l. Lo que emerge a la luz pública son sus técnicas y tacticas. La lógica
totalitaria campea inmoderadamente tanto en el sistema financiero como en la sociedad de
consumo en general.

Si ha culminado -romo muchos estiman881~ el proyecto hegemónico de la Ilustración o se


ha extinguido su impulso vital; nada impide que podamos hacer el esfuerzo interpretativo

como productos de una evolución intelectual en 1a que hemos participado ... ". HA YEK, Friedrich, Camino de
Servidumbre, óp., cit. pág. 40.
&?s "El ensanchamíento y la extensión del reino humanísta, su democratización, han sido fatales para su
existencia". BERD!AEFF, Nicolás Una Nueva Edad Media, Editorial Apolo, óp. cit. pág. 30.
rn,Gn. 3,5.
im "El liberalismo, la democracia, el parlamentarismo, et constitucionalismo, el formalismo jurídico, las
filosofias racionalista,; y empírica, son otros tantos frutos del espíritu individualista, de la autoafirmación
humanista, que han pasado ya a la historia y pg;,iido su significación 00.ginal", BerdiaeffNicolás, ibídem,
rág 66.
ª "La tendencia totalitaria estuvo aletargada, a veces totalmente despierta, en todos los proyectos de la
modernidad", BAUMAN, Zygmunt., En Bu.sea de la Potitica, óp, cit., pág.. 99.
rn Jáuregui habla en el tiempo actual de un <1nuevo totalitarismo>}:" ... el de los regímenes g!obalitarlos,
sustentado en el dogma del globallsmo y el pensamíento úntco", JÁUREGUL Gurutz, Democracia
Planetnrla, óp. cit., pág. 50,
w '' ... de ahora en adelante el tiempo es tiempo de la continua repetición de lo ya acaecido; el espacio es el
espacio equilibrad-O por el sistema, que se reequi!lbra de continuo mediante su propia reestructuración
permanente''. BARCELLONA, Pietro, Postmodcrnidad y Comrmidád, El regreso de la vlncu!ación social,
Editorial Trotta, Tercera Edlci.ó11, trad. Héctor Claudio Silveír.a Gorski, José Antonio Estévez Araajo y Juan-
Ramón Capetla, 1999, pág. 28, {cursiva en et original}.
m ".,.come bien señala Huntington, las sociedades que sup.men que su historia ha terminado son
habitualmente sociedades cuya historía está a punto de dedinar", JUREGUI, Gurutz, La Dem<1Cracia
Plane;aría, óp, cít., pág. 139.
uz "La é~á del desencanto da paso a la época del «cinismo». Los «nuevos clnicos» celebran la muerte del
comunismo <:orno la culminación de la razón cxx:idcntat, la cual en su madurez, logra una completa
indiferencia respecto de todo valor, respecto de cualquier intento-que en adelante será «patético»- de oponerse

292
293

de buscar y aún representar la emergencia de opciones distintas; esa parece ser la cuestión.
En el escenario actual, caracterizado por el marcado déficit epistemológico de los proyectos
globales (luego del fracaso de los movimientos políticos revolucionarios883); han renacido
algunas posibilidades concretas. Han adquirido insospechado crecimiento las propuestas
confesionales. Estas se han situado en una posición de gran visibilidad que reclama
atención preferente; especialmente si reconocemos la evidencia de estar habitando, desde
hace ya bastante tiempo en una sociedad impregnada de hedonismo, nihilismo884 y
desesperanza.

Resulta curioso que un pensador nada sospechoso de creyente como Jürgen HABERMAS,
de cuenta de esta situación; el filósofo germano expresa esta inquietud en términos bastante
explícitos y con algún grado de contraposición (aparente) con sus posturas metodológicas:

" En todo caso vuelve a cobrar interés e l teorema de q ue una modernidad desgastada sólo podrá
ayudarla a salir del atolladero e n que se e ncuentra una orientación relig iosa hacia un punto d e
885
referencia trascendental" .

Situándonos a prudente distancia del ateísmo metodológico de Habermas, creemos posible


sacar conclusiones todavía más radicales de la d irección que lleva la historia reciente de
nuestra sociedad. Creemos lícito destacar una proyección que revela la dirección que lleva
la nueva lógica de la sociedad g lobal. Aquella con mayor densidad explicativa (de los
fenómenos que venimos experimentando), implica una requisitoria hacia lo medieval 886.
Las estructuras teoréticas de aquella época evocan términos como Jerarquía, Orden y sobre
todo, religión. En el centro de este mundo s ubsiste - afirma DUBY-, "Una coherencia entre

al orden vigente de este «mundo al revés», BARCELLONA, Pietro, Postmodernidad y Comunidad, el


Regreso de la vinculación social, óp. cit., pág. 9.
883
" ... los movimiento políticos revolucionarios (fracasados) de nuestro sig lo [XX] ya no se sostienen[ ... ] no
porque hayan reconocido ser «objetivamente falsas», sino más bien porque han desaparecido las condiciones
sociales e ideológicas sobre las que se fundaban", VATIIMO. Gianni, «Hennenéutica, Democracia y
Emancipación» en Filosofia, Política y Religión, Más allá del Pensamiento Débil, op. cit., pág. 58.
3
&-1 " •• • corno señala Hannah Arendt, hoy no es la gratitud sentimental, ni tan siquiera la racional, sino el
nihilismo del resentimiento el que se ha consolidado como la disposición efectiva del hombre moderno•·,
CABALLERO Harriet, Francisco Javier, Algunas Claves para otra Al/undialización. óp. cit., pág. 277.
885
HABERMAS, Jürgen, Ratzinger Joseph, «¿Fundamentos prepoliticos del Estado Democrático de
Derecho?» en Entre Razón y Religión, dialéctica de la secularización, Fondo de Cultura Económica, trad.
Pablo Largo/ Isabel Blanco, México D.F., 2008, pág. 22.
886
'·Su hubiese de establecerse una analogía, debería entonces decirse que nos acercamos no a un
Renacimiento, sino a un obscuro comienzo de la Edad Media, y que vamos a vemos obligados a pasar por una
nueva barbarie civilizada, por una nueve disciplina, por un nuevo ascetismo religioso, antes de ver alborear un
nuevo e inimaginable Renacimiento", BERDIA EFF, Nicolás, Una Nueva Edad Media, óp. cit.. pág. 25.

293
294

el cielo y la tierra, las dos partes de un mundo homogéneo, edificado sobre un plan único y
que se encuentran por consiguiente relacionados; aunque se fundamente sobre niveles
desiguales, jerárquicamente superpuestosfl387,

La cosmovisión del Medioevo es distinta de la que emerge en el mundo moderno. En aquel


mundo la centralidad del «ord0>►868 supra humano es vital para desentrañar la lógica del
sistema. Como afirma Jorge MILLAS, "Fue la conciencia de lo Absoluto, la confianza en
una realidad sólida, arquítecturada, eterna -Dios-, que a cada cosa prestaba su sentido y su
rango. El mundo del hombre medieval es un mundo ordenado y significativo'.e:g.9_ En
consecuencia no es arbitrario. bajo estas premisas, que la jerarquía eclesiástica se presente
como un modelo, un arquetipo indubitado que guía la vida de la sociedad medieval. "La
iglesia en su amplio sentido, es la República Cristiana, dentro de la cuaJ cumple realizarse
aquel fin; en su sentido más restricto~ es la jerarquía capacitada sobrenaturalmente para
interpretarlo; entre ambos comprende la tomlidad de la vida y su autoridad es
inapelable'490. La centralidad de esta visión marca todo el quehacer social en la Edad
Media y claramente fija las prioridades y la estructura del eomportamiento en dicha época.

Pero lejos de este mundo pretérito y sus características profundas, la realidad cotidiana del
mundo episódico que vivimos, solo nos da referencias de una sociedad extraviada en su
propia opulencia, huérfana de un concreto sentido de existencia. Solo atiende sus
ínmoderados impulsos hedonistas, cada día más refinados (con la sola di~1ancia de tm

precio); en un mundo paradójicamente interconectado. ¿En qué pudiera parecerse este


mundo a aquel que evocamos?; simplemente nos parece que estamos justamente ad portas

de un fenómeno mayor891 , dado que una sociedad con una secularización galopante nos

7
$11 "Au centre, le postulat d'une cohérence entre le ciel et la terre, fes deux parrles d'un monde homogéne,
rJdifiées s11r un pican unique et qui se trouvent par conséquent en corrJlation,fondécs toutefais sur l'inégalite
de niveaux hiirarchiq11ement superposés". DUBY, Geotges, les Trois Ordres Ot< L 'imag{naire du
fémialtsme, Edition:. Ga!limard, P-ari:,, 1978, pág. 78. (trad. nuestra)
€lis "l 'ordre est un attribut de la cité pa¡faite". Ibídem.
889
MILLAS, Jorge, Ensayos sóbre la historia espiritual de occidente, Editorial Universitaria S.A. Santiago de
Chile 1960, pág, 209.
&% ibídem.
3?! "El mundo se está desplazando hacia un cambio ante el wal el Renacimiento parecerá wia minucia"
GIRARD, René- y Vattimo, Gíanni, ¿ Verdad o fe d,ibiP, Diálogos sobre cristianismo y relativfsmc., Paidós_.
trad. Rosa Rius Gatell, Madrid, 2011, pág., 61.

294
295

sitúa en un nivel paralelo de aquella que puso fin a la época antigua. En las sociedades
desarrolladas esta tendencia parece tomar mayor velocidad.

Pero esta secularización ¿tiene la capacidad de dar sentido a la vida individual o global?;
¿sobre qué valores nos trasportamos si le hemos dado la espalda a aquellos relatos que
explicaban nuestra trascendencia? Lo cierto es que la historia ha dado muestras que el
hombre tiene escasa capacidad propiciar su propio impulso autonómico. Esta simple
observación, nos puede servir de indicio para entender que la historia comprende ciclos que
se van repitiendo; existen ya evidencias de este retomo hacia modelos primarios,
particularmente bajo las nuevas estrategias del poder global. En este mismo orden de ideas
señala CABALLERO HARRIET " ... los síntomas que evidencian los derroteros por los que
transita la actual globalización, nos autorizan a establecer la hipótesis de que la ideología
que sustenta este proyecto socio-político-económico planetario de una cultura unitaria
supone la recreación de un nuevo imaginario feudal a imagen y semejanza del viejo orden
feudal medieval en el que el orden del mundo terrenal se presentaba determinado por el
orden supramundano que servía de imagen y que lo justificaba"892 .

Nuestro país parece ser un espacio arquetípico de lo que esta variante significa; las
estadísticas, parecen damos la razón, especialmente en materia de educación y distribución
de la riqueza. Quizás también en esta idea medieval de resaltar la fuerza simbólica de los
líderes políticos y sociales en su amplio margen, rasgo que la modernidad se esforzaba en
ocultar893 y que en la hora actual ostentan una fuerte emergencia y actualidad.

" Hay que entender claramente - nos dice LANDSBERG- que esta palabra, más que una época
determinada, designa una posible índole humana, que se manifestó en una época determinada y que,
en c ierto sentido, fue entonces predominante, ejemplar, creadora, aunque sin llegar nunca a
realizarse plenamente. Queda dicho con esto que la Edad Media no debe aparecérsenos como una
lejanía, sin relación inmediata con nosotros, sino como una forma realizable"89➔•

892
CA BALLERO Harriet. Francisco J.• Algunas Claves para otra Mundiali=ación, op. cit., pag. 28. El énfasis
es nuestro.
893
Vid UNDAHL, Hans, El Pueblo Soberano: El régimen simbólico del Poder Político en la Democracia,
Revista de Estudios Políticos (Nueva época) Núm. 94 Octubre- diciembre 1996. " Rescatar esta dimensión
simbólica se convierte en tarea indispensable de la filosofia política contemporánea ya que, si bien el régimen
simbólico del poder polítíco era evidente en la política medieval, la democracia moderna tiende a ocultarlo",
p.ág. 48.
94
LANDBERG, Pablo L., la Edad Media y Nosotros, pág. 9- 1O.

295
296

De una manera similar Nicolás BERDIAEFF, en los albores del siglo XX, y con la
experiencia cercana de la Revolución Rusa, expresa la índole de esta nueva época que
visualiza penetrando el núcleo central de la forma de vida de occidente,

"Llamo Edad Media a la época en que el ritmo histórico substituye a la de antes, siendo la
transición del racionalismo de los tiempos modernos a un irracionalismo, o más bien a un súper-
racionalismo de tipo medieval"895 • Y agrega "La vuelta a la Edad Media, es, pues, una vuelta a un
tipo religioso más elevado"896 •

Esta centralidad religiosa implica una unificación de las respuestas sociales, una
jerarquización de la sociedad897 una lógica que en forma cíclica reaparece en el quehacer
histórico de la humanidad. Existe aquí un modelo con claras implicancias materiales y
espirituales, uno que sirve de referencia para la conformación del sistema de vida que rige a
Europa por más de mil años y cuyos fragmentos nunca han desaparecido totalmente en la
época moderna. Este orden viene ciertamente del modelo que representa la Iglesia; el
modelo del cuerpo eclesiástico. Es el único orden. El que en la tierra ofrece el modelo de
toda organización social 898•

Esta idea de retomo a lo Medieval, no es nueva en el pensamiento científico; casos como


los ya mencionados de Berdiaeff, Landsberg o más recientemente de Roberto Vacca o el

895
BERDIAEFF, Nicolás, Una Nueva Edad Media, Editorial Apolo, op. cit., pág., 58.
sw, Ibídem. "El centro espiritual en un provenir inminente, será como en la edad Media, solamente la Iglesia".
gág. 82.
97
" ... el concepto de una identidad en la obediencia, a imagen de una falange; la estricta y disciplinada
sumisión de los subordinados a los superiores; la idea de filas apretadas; de la necesidad de que las órdenes se
ejecuten bajo la amenaza de sanciones. El cristianismo las hizo suyas con mayor facilidad porque los primeros
monjes benedictinos del siglo VI, estaban convencido de que todo estaba en desorden, que el mundo estaba en
decadencia; y que había que -para una mejor resistencia a la corrosión- adoptar las estructuras de gestión de
las legiones romanas". [«le concept d'un rassemblement dans l'obéissance, image d'une phalange que
discipline la stricte soumission des subordonnés aux supérieurs, l' idée de rangs qu' il faut serrer, d'ordres
qu'il faut exécuter sous la menace de sanctions nécessaires. la chrétiente lafit sienne, d'autant plus aisément
que les premiers moines benédictins, ceux du VI siécle. persuadés que tout allait á vau-/'eau, que le monde
achevait de pourrir. avaient, pour mieux résister á la corrosion. adopté les structures d'encadrament des
légions romaines»] DUBY, Georges, óp. cit., pág. 91.
898
"Cet ordre éminent se répand sur la terre par la transmission de consignes, d'ordres répercutes de grade
en grade, dans la discipline. Par l 'effet de cette expansión, l' un des degres de la pyramide humaine, le plus
élevé, peut etre légitimement, dans la partie du monde encoré imparfaite, désigné comme un ordre, l'ordre
par exce/ence: le corps des ecclesiastiques. C'est le seul. JI montre, dans le terrestre, le mo1éle de toute
organisation socia/e". DUBY, Georges, óp. cit., pág. 78.; Vid DUBY, Georges, Los Tres Ordenes o lo
Imaginario del Feudalismo, Taurus Humanidades, versión española Arturo R. Firpo, Madrid, 1992, pág. 98.

296
297

899
mismo Umberto Eco , dan señales de que algo está pasando. Para estos autores resulta
clara esta convergencia gradual. Aun para quienes puedan disentir radicalmente de esta
lectura, les resultaría engorroso descartar de plano la corrección de este aná lisis;
especialmente viniendo de quienes han dado suficientes muestras de agudeza en cuestiones
de difícil comprensión 900.

La importancia de plantear la cuestión en estos términos radica precisamente en descubrir


fonnas de interpretar este inquietante futuro que se cierne sobre nosotros; afirma Roberto
VACCA con señalada claridad conceptual: "faltan, no solo los medios económicos y la
voluntad, sino también los instrumentos y los esquemas mentales capaces de tratar el
9 1
sistema mundial" º • Los intelectuales parecen destinados a cumplir este encargo de la
sociedad, el plantearse escenarios futuros que hagan compresible el tránsito de la
colectividad.

Pero, para ir encaminando nuestras explicaciones sobre el particular la pregunta apropiada a


estas alturas es: ¿De qué se trata esta idea de vuelta a la Edad Media o Nueva Edad Media o
Neofeudalismo (si se quiere poner en terminológica más económica)?. En primer lugar,
supone la existencia de una dinámica cíclica; de un tipo de vivencias y mentalidades
instaladas en el afán histórico humano; una imaginario simbólico secuencial o dialéctico,
"La historia de occidente realiza claramente una serie de posibilidades esenciales humanas,
descendiendo del orden a la costumbre y de la costumbre a la anarquía, para pasar luego de
la anarquía otra vez al orden" º
9 2
. Esto lleva a pensar a algunos que "La cultura del porvenir,
si es que ha de existir, se sustentará en la imagen cristiana de Dios, lo mismo que la de la
3
Edad Media"9º .

899
"Es cierto que comparar un momento histórico concreto (boy) con un periodo de casi mil años, parece un
simple juego sin sentido, y carecería de sentido si así fuere. Pero lo que aquí estamos intentando hacer es
elaborar una «hipótesis de edad Media» [... ]el fin es disponer de una imagen histórica con arreglo a la cual
medir tendencias y situaciones de nuestro tiempo", ECO, Umberto, "La Edad Media Ha Comenzado Ya" en
La Nueva Edad Media, Alianza Editorial, primera reimpresión, Madrid, 2010, pág. 13.
900
"La revolución conservadora, la revolución de lo eterno, es el porvenir y casi la realidad en la hora
presente'·, LANDSBERG, ibídem, pág. 186.
901
VACCA, Roberto, la Próxima Edad Media, Editora Nacional, Madrid, 1973, pág. 193.
902
LANDSBERG, Pablo, la Edad Media y Nosotros, óp. cit., pág. 189.
903
"Lo que queremos decir es si se mantendrá la convicción de que existe un orden y un mundo. Esta
convicción me parece inseparable del cristianismo. Al Dios único corresponde el mundo único",
LANDSBERG, ibídem, pág. 172.

297
298

Ya es posible visualizar a través de evidencias externas que esta idea o si usted prefiere esta
lógica o esta recreación simbólica de lo medieval, está volviendo a tomar protagonismo
central en el imaginario colectivo anónimo 904 de la sociedad global. Berdiaeff pronosticaba
ya a comienzos del siglo XX, la caída de la Unión Soviética, basado precisamente en este
retorno o lo medieval, que le parecía a él había comenzado de manifestase en aquella
época. Además en una fonna paradojal, sostiene al respecto: '' ... lo notable es que ese fin
de un viejo mundo y ese nacimiento de un mundo nuevo aparecen, simultáneamente, a unos
como una «revolución» y a otros como una «reacción» [... ] Convengamos en que nuestra
época es el final de los tiempos modernos y el comienzo de una Nueva Edad Media"9º5.

Es bastante claro que el mundo y las colectividades humanas se mueven en un escenario


simbólico906 y muchas de las construcciones normativas ocurren en este imaginario
colectivo anónimo y las obras subsecuentes suelen ser, la mayoría de las veces, solo un
reflejo de aquello que primero ocurre en este insondable y sin embargo dinámico campo de
la existencia humana. Parafraseando a Müller-Annack, podríamos decir que se requiere del
análisis, de la comparación disciplinada, para hallar en el siglo XX el rio de sus motivos
907
vitales, que muchas veces ya solo fluye subterráneamente .

Las ideas centrales de la época medieval discurren sobre conceptos muy emblemáticos
como los de jerarquía y Orden. Herederas, estas medulares cuestiones, de las órdenes
908
monacales, según se desprende de las explicaciones de Von Martin, Duby y Millas . Estos
modelos habrían de constituir también la base estructural que modelaría las formas sociales
de un escenario futuro.

904
Expresión de CASTORIADIS en El Avance de la Insignificancia, óp. cit., pág. 125.
905
BERDIAEFF, Una Nueva Edad Media, Editorial Apolo, óp. cit., pág. 53.
906
"El saber supone la representación de relaciones y, por consiguiente, la integración de la experiencia en
unidades que exceden su contenido actual y concreto [ ... ] Por eso, todo saber es, en definitiva, simbólico y
consiste en representar mediante signos los sistemas de relaciones en que se hallan o puedan hallarse nuestras
experiencias actuales y posibles", MILLAS, Jorge, Filosofía del Derecho, Ediciones Universidad Diego
Portales, Santiago de Chile 2012, págs. 86 y 87.
907
MÜLLER-ARMACK, Alfred, El siglo sin Dios, Fondo de Cultura Económica, primera edición en español,
trad. Peter A. Benemann, 1968, pág. 11.
908
"La idea de lo Absoluto determina, también la inclinación jerarquizante del espíritu medieval, inclinación
que se revela tanto en sus instituciones políticas y sociales como en su imagen general del mundo; el hombre
sobre todo, posee un lugar definido en el sistema de la creación", MILLAS, Jorge, Ensayos sobre la historia
espiritual de occidente, óp. cit., pág. 210.

298
299

Et protagonismo de la religión909. implica c1aramente un ideal de concentración espiritual,


en contraposición a la dispersión disolvente representada por la modernidad ilustrada y
paradójicamente también de una acentuada descentralización económica. EJ racionalismo
propio de la modernidad -en contrario- ha significado una concentración en el manejo
económico, una pretensión injustificada de querer conocer y sobre todo controlar las
insondables articulaciones que implica una economía compleja como la moderna.

El hombre se ha decepcionado de las promesas incumplidas de ía modernidad y parece


más inclinado hacia la unidad. Esta unidad en la época medieval estaba representada por la
religión y específicamente en la religión católica; conceptualmente en el denominado el
«Cuerpo Místico de Cristo»910• Este protagonismo eclesial es apreciado desde veredas
opuestas por Alfted Müller- Annack y Pietro Barcellona. El primero afinna desde la óptica
de un creyente: " ... tma recristianizaclón de nuestra cu1tura es Ja única posibilidad realista
de hacer frente -en el último momento~ a su decadencia intema"911 ; en tanto que eJjurista
italiano, antiguo miembro del PCI [Partido Comunista ItaHano} fo expresa así:
"paradójicamente el actual agente de la nueva secularización y del «nuevo desplazamiento»
de la comunidad por el universo tecnológico es la iglesia católica: la institución que
trasforma la necesidad de comunidad y de sacralidad en una administración de la historia.
del poder y de los recursos para la sa1vación"912,

Quienes han portado con firmeza el estandarte de dar preeminencia a la religión católica
como fórmula para articular el imaginario de la cultura y de Ia convivencJa social, no solo
han sído pensadores católícos sino también varios neoconservadores norteamericanos no
católicos. Ello refleja que no es necesario ser seguidor de esta propuesta doctrinal, para
entender la naturaleza del aporte que puede dar su estructura de valores.

Carl Schmitt, cuya influencia hemos destacado en otra parte, en relación a fa Constitución
de 1980, publicó en 1920 un breve texto con una propuesta que fue poco atendida en
aquella época y en la actual práctícamente olvidada; a pesar de la cardinal influencia del

cm ·'En efecto, es de esperar que la nueva época oscura favorezca el resurgimiento de una religiosidad baja y
difusa, expresada en fom1as que hoy no soy capaz de prever", VACCA, Roberto. óp. cit.. pág. 175.
1>io MILLAS. Jorge, Ens.:;yos sobre la historia espirituo.l de accidente. óp. cil., pág. 209.
911
MÜLLER-ARMACK. Alfred, El siglo sin Dios, ibídem, pág. 213.
<m BARCELLONA, Pietrn, Postmcdemidady Comunidad, El regreso de la vfncuiación social, óp. cit., pág.
6L

299
300

jurista gennano en Ja moderna teoria política. En Cato!icl.tmo Romano y forma politica


plantea Schmitt la posibilidad de centrar el manajo del mundo terreno a través de la
institucionalidad de la iglesia católica, la cual cuenta con los atributos más que suficientes
-según él- para emprender esta tarea.

Su propuesta se aviene convenientemente con lo que queremos dilucidar: Una idea central
que justifique la dirección doctrinaria que hemos reconocido existente en nuestra sociedad.
En efecto, Schmitt percibe aJ mundo moderno dominado por la racionalidad instrumental
que obedece a deseos mercantiles de los productores; donde reina el consumo irracional y
donde los técnicos ocupan un rol neutral, Esta neutralidad le resultaba insuficiente; debían
buscarse soluciones viables. Presentía que ello derivaría en un vaciamiento valórico de la
sociedad y consecuentemente en una crisis de proporciones.

La Iglesia romana en este escenario podía cumplir la función de «comple:xio oppositorum»


(complejo de opuestos913), a fin de solucionar en su seno esta dispersión. Así, la concepción
que la Iglesia Católica ofrece a la humanidad, serla la opción correcta para contrarrestar un
mundo sin valores, sin jerarquías y tecnificado914 •

En cierra fonna Schmitt visualiza lU1a oposición irreductible entre lo político y lo


económico; ambas concepciones luchan por la supremacía de las ideas, cada una con sus
propias ventajas y desventajas. La concepción económica, por sobre todo, carece de alma,
carece de pasión y transforma en estéril la vida del hombrei;. 15, Sin embargo su lógica es
arrasadora y seductora y lentamente va logrando una hegemonía dificil de contrarrestar por
la lógica polftica; y advierte:

"El dominio del «Capitah ejercido entre bastidores no constituye una Forma, aunque bien puede
socavar una Forma política existente y dejarla en mera fachada. Si consigue esto y «despolitiza>}

913
''Reducción de la multiplicidad de intereses y partidos a una ooidad, que está pensada representativa y nó
económicamente", SCHMITT, Carl, Catolicismo y Forma Palitica, Tecnos, trad. Carios Ruiz Miguel,
Madrid, 2000, pág. 33.
114
MALLORQOIN, Carlos, «Un conservador atípico: Car! Schrnitt» e11 El Pensamiento Cons.ervódor en
México, Plaza y Valdés, Yléxico D,F, 2002, págs. 36<37. "El mundo medieval, disperso en soberanías
«plurales>> pero bajo los valores, la jerarquía y una visión social y política unificada dirigida desde el
Vaticano, y el lmperio Romano, no podrian presentar graves peligros po1ítko-soctales", ibídem.
915
"El futuro se decidíní entre !as fuerzas sociales que presenten cierto lean; alguna pasíón sui ,generis por la
.:readón de un nuevo mundo, y io unifique más allá de las divergencias, dioses y símbolos diversos",
MALLORQUÍN, Carlos, ibidcm, pág, 36.

300
301

totalmente el Estado, si consigue hacer realidad el pensamiento económico su objetivo utópico


estableciendo una situación totalmente impolítica de la sociedad humana, la iglesia se erigiría en la
única portadora del pensamiento político y de la Forma Política, tendría un colosal monopolio y su
jerarquía estaría más cerca incluso que en la Edad Media de llegar al dominio político mundial" 916 •

Esta lectura está el día de hoy más vigente que en ninguna época anterior; es evidente que
la lógica económica ha copado el escenario público; y en contrario, lo político se encuentra
en fase de disolución en este imaginario episódico de la sociedad de consumo917 • Los
peligros son evidentes, dado que lo agonal, consustancia a lo político; constituye una suerte
de sucedáneo de la natural belicosidad humana; sin este sucedáneo, la naturaleza tendrá la
tendencia a volver a su fase primigenia. La acelerada proletarización de la sociedad y esta
dicotomía entre vencedores y vencidos, está recreando un escenario con insospechadas
consecuencias918.

La cuestión principal es de carácter lógico; la respuesta que da el Catolicismo frente a la


propuesta teórica protestante (que parte de la base de la total corrupción de la naturaleza
humana), es muy distinta, pues "no se halla de ninguna forma contestada en el dogma
tridentino con un simple sí o no {... ] permite en la práctica algunos escalonamientos y
acomodaciones{ ... ] el concepto católico de la naturaleza es ajeno a una tal escisión entre el
mundo del trabajo humano, racionalista y tecnificado, y una naturaleza romántico-
intacta"919. Consideramos que esta flexibilidad habrá de ser decisiva para la solución de los
problemas futuros. Esta elección, podriamos decir, se explica por las mismas razones por
las que Agustín [pilar del protestantismo] abandonó el maniqueísmo: por su falta de
idoneidad explicativa. Es importante dado que si bien el protestantismo -siguiendo en ello a
Weber- sirvió para propiciar la opulencia de los países que la profesan (que se
desenvolvían en el simple escenario económico), lo cierto es que los nuevos retos de la
sociedad global tienen exigencias distintas y por ello requiere una lógica más universal.

916
SCHMITT, Car!. Catolicismo y Forma Política. Tecnos, trad. Carlos Ruiz Miguel. Madrid, 2000. pág. 31.
917
"Frente a las consecuencias del pensamiento económico, la Forma Política y la Forma Jurídica son
igualmente Accesorias y molestas", ibídem, pág. 34.
918
"Bakunin tuvo el increíble valor de ver en el Lumpenproletariat al portador de las cosas futuras y de apelar
a la canail/e", ibídem, pág. 47.
919
SCHMITT, Car!, op. cit. págs. 9-12. "Examinada desde la idea política del Catolicismo, la esencia de la
comp/exion opposototum católica, radica en una especifica superioridad formal sobre la material de la vida
humana como hasta ahora no ha conocido ningún imperio", ibídem, pág. 10.

301
302

Para Schrnitt. esta tarea de ser el eje de las nuevas articulaciones simbólicas y políticas del
nuevo siglo, puede cumplirla adecuadamente el catolicismo. Resulta evidente para este
autor que este pensamiento, "es politico en un sentido eminente, a diferencia de esta
objetividad absolutamente económica..,. El hombre a final de cuentas sigue siendo un zo<m#
politikon y aHí ha de encontrar ia mejor afinnación a sus perplejidades, también la
necesaria salida a sus ingentes problemas de subsistencia. OOTOLO Jo expresa en términos
más concretos y actuaJes, "Si, por un lado~ ei cristianismo descansa sobre móduJost estilos
de vida, nonnas interpretativas estandarizadas, por otro~ precisamente el encuentro y el
dialogo con la modernidad llevan al cristianismo a comprenderse como una experiencia
religiosa dínámica, una experiencia relígiosa que históricamente construye su proyecto de
vida"92º.

Gianni VAITIMO, figura principal del posmodemismo interpreta estas circunstancias de


un modo radicalmente distinto del que venimos exponiendo en este apartado, al entender
que esta secularización nos Hevará a transitar por nuevos caminos de una experiencia
cristiana sin la fe cristiana. .. La secularización no seria el abandono de lo sagrado sino la
aplicación completa de la tradición sagrada a determinados fenómenos humanos"921 •

Estaríamos frente a un pensamiento débil ((<,pensiero debo/e») cuya característica es la


pluralidad (en contraposición a Wl pensamiento fuerte metafisico-fundacionista ya
superado). Habría que adaptarse a estas nuevas circunstancias. dado que habiéndose
acabado los grandes relatos y la metafisica en general, solo cabria confrontar la existencia
con los datos de la realidad produciéndose una simbiosis donde los valores religiosos serian
infonnados y modificados por la vida ciudadana (las costumbres de la gente). Vattimo
insiste en destacar la naturaleza absolutista y violenta del pensamiento fuerte y sobre el
carácter tolerante y no violento del pensamiento débil; carácter que lo toma en una especie
de secularización de Ja ética cristiana de la caridad, No seria esto relativismo (según él)
porque no habría nada absoluto que pudiera oponérsele. La finalidad es un ideal de

n,;i VATTIMO. Gianni y Do tolo Cannelo, Dios la pa$lbilidQJ Buena, Un coloquio en el umbral en/re filosojia
y teolúgía, óp,, cit., pág. 39.
921 VA lTIMO, Giarmi y Girard, Rent, ¿ Verdad o fe débil?, Diálogos sobre cristianismo y relativismo,
Paidós.. trad. Rosa Rius Gatell, Madrid, 201 l, pág., 4L
302
303

reducción de la violencia en un proyecto político de emancipación hermenéuticamente


inspirado,

"El ideal de la igualdad, que durante largo tiempo ha predominado en los movimiento políticos
progresistas, se ve reemplazado por el ideal de la reducción de la violencia [ ... ] semejante visión de
la historia [ ... ] da pie además a la inclusión, en un proyecto político de emancipación
hermenéuticamente inspirado, de las distintas instancias del ecologismo contemporáneo [ ... ] La
insistencia en el valor igualdad no tiene mucho que oponer [a] la competencia, en todos los planos
de la vida social, como garantía de desarrollo"922•

En lo particular no compartimos esta visión tan benéfica de la naturaleza humana en busca


de composición; solo creemos (si acaso) posible este escenario, en una parte muy reducida
de las sociedades avanzadas; aunque no indemnes, ya que llevaría en sí misma el germen de
la deshumanización. El hombre es egoísta, brutal y competitivo. El mismo Yattimo lo
reconoce en su evocación a Marcuse: "Marcuse no se equivocaba y que lo que él decía no
podía realizarse únicamente porque la sociedad era y es represiva, autoritaria y
propietaria"923•

Dentro de esta visiones de futuro, no han fa ltado voces que atribuyen, incluso al marxismo
(al modo que se entendía a mediados del siglo XX), una importante capacidad explicativa y
movilizadora. Ello respecto de una sociedad muy distinta de aquella de mediados del siglo
pasado. Pocos se atreven a plantear con seriedad, la existencia de simi litudes entre uno y
otro escenario; especialmente si nos centramos en el contexto económico; en este último el
. 1·1smo detenta una marcada hegemoma
cap1ta , 92-t.

Parecen más atendibles, dentro de este argumento, aquellas explicaciones que avizoran la
emergencia de un fenómeno que ha venido en denominarse, no sin cierta paradoja,

922
VA TTTMO, G ianni, Filosofia Política. Religión, Más allá del "pensamiento débil·•. Ediciones Nobel,
Introducción y edición Lluis Álvarez, Oviedo, 1996, págs., 60 y 61.
923
V A TTLMO, Gianni y Girard, René, ¿ Verdad o fe débil?, Diálogos sobre cristianismo y relativismo, óp.,
cit., pág., 80.
924
"Si los ideales del comunismo están todavía muy lejanos [el comunismo es inconcebible si no se da a nivel
mundial), si los trabajadores liberados del yugo capitalista no pueden implementar todos los principios que
según Marx y Engels caracterizarían la construcción de la nueva sociedad, no se debe a que lo planteado por
los creadores del marxismo sea una utopía, e l sueño dorado del proletariado, sino a la existencia del sistema
imperialista mundial que, al no poder acabar físicamente con el socialismo, se esfuerza por poner el máximo
de trabas a su desarrollo, atacándolo desde el exterior y esforzándose por infiltrarse internamente a través de
todos los recursos a su alcance", HARNECKER. Marta, El Problema de la Transición al Socialismo,
Editorial Contrapunto, Buenos Aires, 1987, pág. 120.

303
304

«socialismo privado>); sería socialismo porque Ja organización de la producción es


socialista, ptaníficada como la soviética; pero privado, porque la propiedad de los medios
de producción sigue siendo privada. El beneficio de los ciudadanos privados, en cuanto
tales, es el objetivo general ( al menos el declarado) de las empresas. Los más entusiastas
sacan cuentas de que -por esta vía- seria innecesaria la nacionalización de la propiedad;
porque esta estaría ya separada de la gestión; tampoco haría falta una nueva organización
de la empresa, porque -al menos todas las grandes- se regirían por la planificación central.
"'Solo habría que llevar a cabo una simple nadonalizacíón de la gestión o un relevo de la
925
autoridad que planifica los sectores económicos." • Es una curiosa fonna de ver el asunto;
pero por mucho que nos resulte posibilidad remota; habida consider-dción las decisiones que
se han pennitido las sociedades democráticas actuales (y pretéritas también si hemos de ser
justos), es claramente una posibilidad viable y por ello hay que considerarla.

¿Representa nuestra institucionalidad una respuesta adecuada para los tiempos que se
avecinan?; la respuesta positiva nos atrevemos a afirmarla. En primer lugar porque se ajusta
a una sociedad complt;ja como la actual, que muchos pudiéramos resentir (con buenas
razones), pero muy pocos podríamos cambiar (para mejor). Y en segundo lugar porque
esconde una cara4,,'1:erística que no ha sido del todo explorada por la doctrina nacional; la de
ser una Constitución positiva que admite modificaciones en una escenario de dinámica
permanente. Muy pocos discuten o niegan la posibilidad de majoramientos al sistema; 1a
cuestión es consensuar cuando y como hacer estas mejoras. Acordar mecanismos de
mejoramiento del sistema sería tarea priorítarJa en la hora presente.

Por otro lado; y muy ligado con la lectura que Yenimos proponiendo, nos pare-ce pertinente,
destacar conexiones de nuestro sistema. con las grandes influencias globales. Una de estas
resulta especialmente promisoria; nos referimos a nuestras relaciones con China. El gigante
asiático es un importante referente de nuestra economía y se nos ocurre, fuertemente
imbricada con nuestro desarrollo futuro. Lo paradójico de esto es que estamos frente a una
economía compuesta de vertientes totalitario-medioevales como neolibernles; una mixtura

~ls Cfr. De Sebastián, Luis, Capitalismo y V.:mccrácia en el Siglo XXI, M,evas tendencia y m1evos destinos.
disponible en la red en: http:!Jwww.robertexto.com/arcliivo6/capitalis_y_democr.htm

304
305

hasta hace poco desdeñada por casi todos los teóricos relevantes. Paradójico por los
orígenes tan disimiles de estas econo mías, ahora hermanadas.

La Ch ina, naturalmente impregnada por ideales jerárquicos, muchos de ellos de naturaleza


medieval (seguramente como única forma razonable de ordenar la superlativa población de
su territorio), ha empezado a desenterrar influencias ancestrales y filosóficas a objeto de
adecuarla a estos nuevos tiempos, cuestión curiosa en un régimen que se manifiesta ateo.
La fina lidad: robustecer el carácter jerárquico el sistema. Se han escogido para ello las
enseñanzas de Confucio a objeto de facilitar una acomodación ideológica926; una suerte de
actualización sistémica, que le permitirá enfrentar con mayor eficiencia el competitivo
mundo del Siglo XXI. Sabemos que se han abierto posibilidades de capitalismo aún en un
esquema marxista; lo que implicará para ellos (se quiera o no) una nueva recreación del
imaginario colectivo.

"China y otros países en desarrollo buscarían unirse en la lucha contra el orden mundial injusto en
el cual las reglas del juego las determinan las naciones desarrolladas [... ] En el confucianismo
descansan los principios y las directrices de la política exterior china en cuanto esta filosofia sitúa la
927
annonía en el centro de la vida de los seres humanos y de l sistema político" .

Nobleza obliga redimir el otrora cuestionado análisis Schumpetero-hayekiano que


planteaba la posibil idad de coexistencia de un sistema de liberalismo económico dentro en
un modelo político autoritario, cuando no totalitario como en e l caso de la República
Popular China; y atendida la innegable influencia que ha empezado a manifestar el
poderoso país oriental, no parece que se trate solo de una coincidencia o una anécdota que
pueda dejarse en un lugar secundario.

Sabemos que ha sido el mismo capitalismo el que ha dado significativos pasos para
viabilizar enormes concentraciones de capital en poder de unas pocas manos (incluso
estatales), sin que ello signifique discutir las condiciones de existencia del liberalismo
económico. Pero hasta el gigante asiático parece entender que un modelo económico o

926
Vid. BELL, Daniel A. China 's New Confucianism. Politics and eve1yday lije in a changing sociery,
Princeton University Press, New Jersey, 2008, especialmente cap. 9 On Being Confucian: Why Confi,cians
Need11 ºt Be Old. Serious, and Conser varive.
127
' LEE C HENG, Yun Tso, «Obstáculos y Desafios al surgimiento del Poder Blando de China en América
Latina», en Chile y China. Cuarenta años de Política exterior, RIL Editores, Santiago de C hile, 20 11 , pág.
31

305
306

político eficiente y aún exitoso es insuficiente; se requiere de «algo más» para garantizar la
estabilidad del sistema. La religión o la fe en postulados ancestrales, parece ser de nuevo la
repuesta.

Dicho de una forma más rotunda, parece que (contrariamente a lo que especulan los
publicistas de Derecho Público) la sociedad global, lejos de acercarse a un escenario de
lsonomía propio de la utopía moderna, ilustrada y atea, ha tomado una dirección muy
928
diversa . Y parece también que ha llegado la hora de apreciar este espinoso asunto dentro
de su propia lógica, dentro de sus propios límites teoréticos. Que nuestro texto político haya
reconstituido de hecho estas tres aristas (política, económica y cultural/religiosa), no parece
una cuestión menor a estas alturas; y si bien siguen rondando las ideas de la ilustración (no
podía ser de otra forma por supuesto), la verdad es que las sendas a recorrer parecen
destinadas a nuevas formas de convivencia simbólica, que marca paulatinamente distancia
de estos postulados.

928
"Lo más probable es que la paz, la estabilidad y la legitimación estén muy escasos en el periodo
comprendido entre 1990 y 2025/2050. En parte esto se debe a la declinación de Estados Unidos como
potencia hegemónica del sistema mundial. pero en una parte aún mayor se debe a la crisis del sistema mundial
como sistema mundial", WALLERSTETN, lmmanuel, Después del liberalismo, Siglo XXI editores, cuarte
edición, 200 1 pág. 28.

306
307

Capítulo X

«... los años amputados duelen después>)

BASIL BUNTING, Brigg/latts l.

CONCLUSIONES PARCIALES

Con el Golpe militar se ponía termino a una aventura económica estatista de gran
envergadura, cuyo punto culmine coincidía con la cuasi nacionalización de todo el aparato
productivo nacional; la mentalidad económica, aun en el seno de las Fuerzas Armadas y en
particular del Ejército, era tremendamente estatista, tanto que resultaba verdaderamente
arduo, implantar nuevas ideas económicas en el tradicional escenario republicano nacional.

El optar por el neoliberalismo fue una apuesta arriesgada no exenta de peligros; mismos
que en el mediano plazo se harían evidentes. También fue un progreso que supuso
modificar radicalmente la estructura del país. Las autoridades democráticas, una vez
terminada la dictadura, no tocaron el modelo económico. Transcurridas varias décadas
desde aquel m1c10, es posible identificar importantes consecuencias derivadas de la
aplicación del modelo. Desde una perspectiva interna, se han producido variables
estructurales que han condicionado nuestra forma de vida y han posibilitado la emergencia
de una serie de influencias que podríamos denominar ideología virtual, instaladas ya en
nuestro escenario simbólico, tomando protagonismo en nuestras decisiones republicanas.

Como contrapartida se ha instalado también, desde una perspectiva externa, una nueva
dinámica social, apenas perceptible en el escenario publicista; pero plenamente vigente en
e l escenario simbólico colectivo de la convivencia cotidiana. Levantar con precisión estos
datos excede los objetivos que nos hemos propuesto, pero ello ciertamente no impide que

307
308

realicemos una lectura genérica del fenómeno que nos permita dar un contenido más
completo a nuestra propuesta.

En las conclusiones de su interesante trabajo VERGARA afirma "En la practica la libertad


económica deja de ser considerada la base de las libertades restantes y pasa a ser vista como
una de las múltiples expresiones de la libe11ad, sin que tampoco se le reconozca primacía
sobre las libertades políticas" 929• Este escenario que solo ha podido ser vislumbrado en sus
contornos básicos por contados observadores atentos, revela en definitiva el tipo de
dinámica social que nos ha estado embargado; revela el tipo de sociedad en que nos hemos
ido convirtiendo; en definitiva que rumbo puede eventualmente tomar nuestra convivencia
ciudadana.

La observación marxiana de que la economía es la que determina [aun cuando no


exclusivamente] las demás condicionantes sociales; la infraestructura con su rol
protagónico en la convivencia colectiva, parece tener un lugar aquí. La política va a la baja,
por utilizar una terminología del mundo mercantil actual, ha perdido fuerza en su cotización
bursátil, y ha sido reemplazada por sucedáneos o placebos consumistas, que pretenden
930
mantener su vigencia en un escenario más imaginario que reat .

Para agravar esta situación marginal (de la política), empleamos (alienados) un sistema de
participación electoral restringida. Fue diseñado ex profeso de este modo. El legislador
concibió este escenario schumpetereano en una forma poco replicada en la historia de las
ideas políticas; y aunque ello podría llevarnos a cuestionar el análisis que Schumpeter hace
de las posibilidades de participación democrática; sería todavía más de licado desatenderlo
por razones ideológicas o de conveniencia; razones que generalmente conducen a la
opacidad y la confusión; imperfección que nunca podrá ser erradicada por completo.
Concebirlo como una posibilidad ineluctable, nos parece una irresponsabilidad.

929
VERGARA, Pilar, Auge y Caída del Neoliberalismo en Chile, Flacso, Santiago de Chile, 1985, óp. cit.,
fág. 257.
30
"El discurso neoliberal se hace más «fuerte» a medida que avanza la desregulación, quitando poder a las
instituciones políticas que, en principio, podrían hacer frente a la proliferación del libre juego del capital y las
finanzas", BAUMAN, Zygmunt, En Busca de la Polí1ica, Fondo de Cultura Económica, trad., Mirta
Rosemberg, Buenos aires, Tercera reimpresión, 2007, pág. 37.

308
309

Pero volviendo a nuestro análisis central, el tipo de lógica que ha pennitido este escenario
globalizado implica idear nuevas fonnulas para imponer términos económicos y políticos;
con fuertes repercusiones en las dinámicas sociales. Para decirlo derechamente se está
recreando en esta evolución del capitalismo (según algunos), una nueva lógica global, más
emparentada con la lógica estructural del Medioevo que con aquella de la sociedad
moderna; es decir, constantes sociológicas de naturaleza más jerárquicas o escalonadas que
horizontales, con todo lo que ello significa.

Esta suerte de retomo a concepciones que la engreída modernidad ya entendía agotadas y


superadas, no parece del todo inconcebible si tomamos en cuenta el análisis de LASKI
quien opinaba con agudeza hace ya varios años: "The medieval worship of unity, in fact, is
inherited by the modern slale; and what changes in the four centuries of its modern history
is simply the place in which the controlling factor of unity is to be found"931 [El culto
medieval de la unidad, de hecho, es heredado por el Estado moderno, y lo que ha cambiado
en estos cuatro siglos de su historia moderna es simplemente el lugar en el que factor de
control de la unidad se encuentra]. Se trataría en resumidas cuentas de un nuevo cambio de
posiciones en esta lógica c ircular, nada por lo cual debamos sorprendemos demasiado.

Quizás si para dar con el tono exacto habría que precisar que se trata, como afinnaba
Landsberg932, no un tiempo concreto y pasado, sino «una posible índole humana que se
manifestó en una época detenninada y que, en cierto sentido, fue entonces predominante,
ejemplar, creadora, aunque sin llegar nunca .a realizarse plenamente». Es decir, no una
antigua lejanía, sino una fonna eventualmente realizable; no un retomo imposible e
indeseable ( «de otra Edad Media sólo podemos aprender aquello en que ella se supera a sí
misma»), sino un ejemplo a seguir para obtener, de la misma forma que aquella, la
proyección de nuestro propio tiempo sobre el futuro.

Sabemos que el feudalismo tenía una particular forma de entender el mundo, muy distinta
de su sucesora, la época moderna individualista, amparada en la idea de Estado de derecho
y donde lo institucional se imponía a lo personal. Las relaciones feudales son de vasallaje;

931
LASKI, Harold, Authority in rhe modern State, The Lawbook exchange Ltd. C lark New Jersey, 2003, p.23.
m LANSDSBERG, Paul Ludwig, La Edad Media y nosorros: ensayo filosójico-hisrórico sobre el sentido de
una época; trad. por J. Pérez Bances, Madrid, 1925.

309
310

los colaboradores del poder, son elegidos por su cercanía {sumisión) con el gobernante o
jerarca y no por sus virtudes personales. Resulta embarazoso constatar en nuestra sociedad
!a repetición de esta constante una y otra vez.

El mundo medieval estaba permeado por un mundo superior espirirual, divíno, que
interpretaba y guiaba a este otro humano que debia adecuarse al modelo celestial, según la
interpretación histórica agustiniana~ tan rica en matices y posibilidades y tan precozmente
concebida. Las enseñanzas de Confucio tienen sjmilar función en la cultura oriental. según
la lectura que hace Daniel A Bell. Ello no puede situarse en la anécdota o la casualidad.

Esta serie de eventos detennina el tipo de conciencia ciudadana, diversa de la moderna.


orgullosa poseedora de derechos inalienables. El hombre medioeval, está consciente de su
posición estamental; que no pude ascender a una posición preeminente sa1tándose los
estamentos intermedios; está consciente de su rol social secundario; de sus carestías,
espirituales y materiales para ascender en la escala social; ello les impide protagonizar en la
vida política. En este sentido, "Típicamente «medieval» es UJ1 pensamiento que no ejerce,
de suyo? una critica individual; más aún~ que no arranca siquiera de "'opiniones~;
Jndividuales. sino de los datos recibidos del acervo de verdad de la «comunidad>,"933 ;
comunidad que en nuestros días tiene su clara expresión a través de los medios de
comunícadón de masas, en las redes sociaJes y en el mundo virtual creado por la web.

Es cierto que el tipo de mentalidad que afirmamos estar reproduciéndose en nuestra


socíedad actual no pude endilgarse al sistema constitucional impuesto por la dictadura
militar, wta sugerencia como esa seria aberrante; pero nos parece sostenible afirmar que la
estructuración de este sistema fue la apropiada para que esta lógica se acogiera en nuestras
fronteras~ con todo los efectos que esta decisión implicaba desde el punto de vista
económico político y sociológico.

Es posible vislumbrar ia emergencia de manifestaciones medievales~ según CABALLERO


HARRIET~ por sus consecuencias: sus nuevas catedrales, sus nueva biblias objetos de
credo~ sus nuevos espacios de evangelización y nuevas cruzadas. Inclusive en las relaciones
producidas al interior de las instituciones, se pueden vislumbrar designaciones justificadas

m VON MART!N. Alfred, Sociología de la Culh1ra Medieval, óp. cit. pág. 122.
310
311

en la idea de sumisión. Se eligen vasallos que deben acatar sin cuestionar la voluntad del
jerarca. Los integrantes del poder ejecutivo y judicial son particularmente proclives a este
tipo de raciocinio en el nuevo milenio.

De esta forma es posible deducir el porqué, al cabo de unas cuantas décadas, la riqueza
nacional ha ido a parar a unas pocas familias, susceptibles de ser contadas con una sola
mano y que en la intelectualidad (llamada a construir la crítica por excelencia) no se haya
producido ningún cuestionamiento relevante ante tales eventos. De la misma fonna se ha
reaccionado ante un sistema político que se estima injusto y antidemocrático.

Esto podría explicarse bajo el contexto de imposibilidad de oposición real, dado que
efectivamente (el sujeto de a pie) carece del poder político; y - peor aún- asume la
irrelevancia de su acción ante la imposibilidad de un logro concreto. Estamos, de esta
forma, frente a un sentimiento de resignación (predestinación) ante el destino personal. Al
sujeto solo le resta asumir el lugar que le corresponde en la escala social. Solo los jóvenes
han podido manifestar su descontento. Deploran apasionadamente esta opresión invisible;
pero al ignorar la índole de estos lazos, su ostentosa acción resulta estéril e improductiva.

VON MARTIN expresa mejor este concepto cuando afirma -a propósito de la organización
estamental del Medioevo- que en ella el sujeto, ''Ni corno cristiano dispone de un camino
directo capaz de saltarse los mjembros intermedios de la gradación: no le cabe una relación
inmediata con Dios, que hiciera superflua la mediación sacerdotal. El orden del mundo
terrenal se le presenta determinado por el orden supramundano, y la imagen que de este se
forja sirve para justificar aquel"934• Este orden determina el comportamiento de los sujetos
integrantes de la sociedad de un modo muy particular.

El libre mercado parece funcionar mejor en una sociedad jerarquizada -cuasi estamental-
como la nuestra. Esta pudiera ser un explicación bastante atendible del porqué ese modelo
extranjero calzó perfectamente en la sociedad chilena; como también lo hizo en sociedades
con marcados rasgos semi feudales como la china o la japonesa.

'>HYON MARTIN, Alfred, Sociología de la Cultura Medieval, Instituto de Estudios Políticos, trad. De l
alemán y notas por Antonio Truyol Y Serra, segunda edición, Madrid I 970, pág. 65.

3 11
312

Entendemos que esta sería 1a razón por 1a cual la ama)gama que se dio de facto entre
autoritarismo y neolíberalismo se hizo muy potente. De hecho, la profundidad de la
refundación del capitalismo en Chile impulsada por los neoliberales desde 1975 sólo fue
posible gracias a la dictadura militar y quizás con mayor dureza, a las características
excepcionalmente represivas de este régimen. Es permanentemente olvidado por sus
defensores que la reedificación completa de la sociedad y de la economía chílena se dio con
un "inédito margen de maniobra político en relación ai orden previamente existente"935 .

Afinna VERGARA: "-Vo1viendo a la critica al neoliberalismo. éste se ha presentado como un


proyecto que liberarla a los hombres del Leviatán estatal. que ensancharía tos márgenes de libertad
de cada uno, y que ofrecería mayor bienestar. Sin embargo, no es asi. La critica latinoamericana al
neoliberalismo, y especialmente Hinkelammert, na mostrado la radical inconsistencia de esta teoria
respecto a la definición que hace de sí misma. El neoliberalismo ha convertido al mercado en el
nuevo Leviatán, ai Estado en el aval del mercado, y sobre todo nos ha sorne-tido a su nueva
servidumbre, a la mayor amenaza de nuestra autonomía, y de la reproducción de la vida humana y
social, en nombre de la libertad""J6.

No hemos debido esperar demasiado para que una de las escasas famiHas que detenta el
poder económico asumiera también el político e hiciera práctica desembozada de esta
particular lógica que sus predecesores habían tenido 1a pudicia de ocultar. aun cuando no
desterrar. Es posible hoy detectar con ciertos contornos de claridad un poder jerárquico
estructurado con tintes de vasaHaje937, dado que la institucionaHdad lo permite (¿y
estimula?). Ya nuestra sociedad ha dado numerosas pruebas de atribuir facultades
simbólicas preeminentes (cuasi monárquicas) a quien detenta el poder (o los poderes); ello
como consecuencia también de la debilidad de los conglomerados políticos, el día de hoy
devaluados en su estructura y legitimidad Se han convertido en máquinas destinadas a
montar campañas publicitarias que les sitúen en sus puestos parlamentarios, devenidos
estos últimos en oficios in numerus dausus.

n:, GONZÁLEZ, Raúl (1998), ''La economía chilena en tos últimos 25 afios". Aparece en Eetmomia y
fr.abqjo er; Chile, informe Anual N" 8, PET_
*36 VERGARA, Jorge, La canrribuciém de Hinkelammert a la critica latinoamericana al ntt<>lib.era!lsmo,.
Revista?olis, Volumen l N<>2,2001,pág:, 15.
*H "El vasallaje suponfa la admisión de una relación de dependencia política, pues el vasallo era
automáticamente enemigo de los enemigos de su sefior y amigo de sus amigos,. hasta el punto que no se
invalidaban los compromisos derivados del vínculo vasa!latico ni siquiera por \os lazos de parentesco: se
llegaba a ser enemigo del propio padre si el señor lo era", ROMERO, José Luís, f,a Edtu:l Media, Fondo de
Cultura Económi(;á (Breviarios), vigésima cuarta reimpres-i6n, México. D,F.• 2002. pág. 48,

312
----------------··--·----

313

EN SÍNTESIS podemos afirmar lo siguiente:

1.-Si se quería crear un nuevo sistema económico en nuestro país, la única fonna viable era
hacerlo del modo en que se hizo: autoritariamente por medio de métodos represivos.
Resultaba claro para muchos que no era posible hacer cambios radicales dentro de un
sistema democrático. La misión K)ein~Saks quizás haya sido la demostración más palmaria
de ello. Por otro lado se debía superar la visión arraigada que se tenia en esta materia.
Como afirman Foxley et álii: '' ... el origen de la intervención estatal puede trazarse hacia
atrás hasta el periodo colonial y vinculado al sistema español de administraciim"938• La
intervención estatal (no solo en lo económico) era parte de nuestro sistema de vida.

2.- Este recurso de recrear antiguos imaginarios [autoritarios.jerárquicos, portalianos] para


instaurar el ambiente propicio al cambio de modelo, ha contribuido para que el sistema
funcione, por décadas. con poca disidencia. Suponemos también porque implicaba
adecuarse a la lógica global que se ha instalado sin cortesía o decoro en la cotidJaneidad
nacional y mundial. Ello ha permitido un funcionamiento adecuado [no óptimo] del sistema
de cara a nuevos desafíos y ha propiciado el progreso del país en un marco de exigencias
continuas, propio de la sociedad gtobalizada del tercer milenio.

3.- Es razonable especular, aunque no probar docuroentadamente, que el constituyente pudo


tener en mente un mundo en transfonnaci.6n; vislumbrar la proximidad de una confluencia
de ideas económicas, culturales y políticas; distintas de la escisión propia de la modernidad
ilustrada. De cualquier forma, lo vislumbrara o no, Jo cierto es que dio e) paso en ta)

dirección y las consecuencias pueden ser pesquisadas.

Hay un par de cosas más que debemos agregar; la primera es: por mucha riqueza técnica y
visión de futuro que tenga, una Constitución no puede ser un reflejo exacto de la voluntad
ciudadana (si es que concedemos que algo así existe). Dificultamos además, que alguien {el
interprete) pudiera tener una exacta visión del contenido que subyace en el imaginario
colectivo para sacar de e11o consecuencias normativas, Nos parece dudoso también que esta
lectura la hayan podido recoger sus constructores primarios o todavía siquiera sus
intérpretes especializados; eso como primera cuestión.

'fJli FOXLEY, AleJandro et álii, los desigualdades Económicas y la Acción del Estado, óp. cit., pág. l l.

3!3
314

La segunda cuestión y no menos importante dice relación con el hecho sociológico de que
las sociedades y especialmente )a nuestra, particulannente legalista, muchas veces cumple
ordenada y voluntariamente las disposiciones que emanan del poder central. que se
entiende en muchos casos como legitimado por la Constitucíón y su proceso evoiutivo. Ello
sigrllfica que la Constitución tiene un enonne peso simbólico y si bien algunas de sus
disposiciones pudieran parecer en puridad injustas y retrogradas, no existe ni ha existido la
voluntad política de modificarlas; y 1o que es más preocupante, no existen los argumentos
políticos o filosóficos que puedan levantarse para una tarea de esta magnitud.

Forzoso es reconocer que no han estado ausentes antes ni después, elementos autoritarios
que le dan un tono particular a nuestro sistema, coronado por un presidencialismo
exacerbado, gatiJiado hacia la concentración; por un sistema político superlativamente
centralista y sin atisbos de cambiar en et mediano ni largo plazo, Esta última la gran
carencia de nuestro sistema; y según hemos probado ya, la mlis pelígrosa para la libertad,

4.- Aun cuando haya algunos o muchos que planteen que el sistema capitalista actual
requiere como conditio sine que non esta división radical entre política y economía, con
primacía de esta última sobre la primera939, la verdad es que esta cuestión dista de ser tan
simple. La ídea de un escenario superlativamente reglado (político-juridico) y uno carente
de reglas (económico) ha llevado a una consecuencia paradoja). En efecto. la lógica
supuestamente desregulada de 1a economía de mercado~ ha evidenciado no estar «por su
cuenta y riesgo» sino que, por el contrario~ se ha limítado a seguir cauces vernáculos de
conducta social, se ha dejado Hevar por este molde primordial. Esta realidad es muy otra
cosa que ausencia de reglas. E] molde de estructuras jerárquicas y estamentales de la época
premodema ha estado siempre latente, dtjando una profunda senda que ahora es transitada.
EHo sin dejar de lado la superlativa reglamentación lega) que el «libre mercado>> trajo a
nuestras vidas.

De esta fonna se ha ido produciendo -de hecho- una reunificaci6n de los sistemas, bajo la
egida de una suerte de lógica premodema o feudal, que al invadir los espacios políticos, los

939
Véase BARCtLLONA, Pietro, Individualismo Propietario, óp. cit. pág. 59 y pas¡¡im.

314
315

ha ido absorbiendo. Al parecer no existen lógicas extrahumanas (catalácticas); unas que se


ubiquen fuera de las costumbres inveteradas del hombre. Todo tiende a seguir una g uía.

5.- Una vuelta atrás parece una hipótesis cada día más lejana, no solo en nuestro remoto
país. E l camino y medios propios de la sociedad globalizada de consumo están muy lejos de
facilitar este retomo. Desde este punto de vista nos parece lícito recapitular en e l enfoque
que hemos dado a nuestro, trabajo. En efecto, no ha sido casual esta referencia comparativa
que hemos hecho entre el modelo capitalista alemán con e l norteamericano, dado que
estamos por reconocer que el capitalismo no es uno solo y tampoco es posible asignarle una
misma y única dirección.

Hemos insinuado allí un hecho que resulta de la mayor relevancia: que nuestro texto
constitucional, recoge solo marginalmente el modelo de Chicago. También hemos afirmado
que es posible reconocer la existencia de residuos suficientes ( que quizás expliquen la
actual dirección de nuestra economía) que delatan la incipiente existencia de otro modelo
(oculto) que puede ir surgiendo a la vida republicana; uno distinto del de Chicago pero
también capitalista; emparentado con lo que Michel Albert denomina mode lo ,-·enano en su
texto «Capital ismo contra Capitalismo»940 (que dicho autor, contrapone al norteamericano,
demostrativo de la existencia de modelos alternativos dentro del mismo capitalismo).

En este enfoque la economía social de mercado, no deja a su suerte la mecánica de los


mercados y asume que el liberalismo económico es imperfecto desde el punto de vista
social. El modelo norteamericano supone que la suma de los bienestares individuales dará
como resultado el bienestar social. El modelo renano asume que esta hipótesis no siempre
es correcta pues existen amplios sectores que no pueden acceder a los benéficos de l
mercado y por ello se hace necesario que el Estado maneje una política social para
beneficiarlos.

"El modelo renano refleja una economía social de mercado, que corrige los defectos del mercado
con la exigencia social que garantiza el Estado y desde unos valores morales y una cultura

9 0
~ Paidós, Barcelona, 1992.

315
316

económica compartidos. Con ello, no solo resulta superior moralmente, sino que, además, es más
.
e fi1c1ente que e1norteamencano
. ,.'141
.

Las correcciones hechas ya en democracia al modelo económico chileno, parecen ir en esa


dirección; y Ja nonnativa del texto constitucional parece consonante con dicha posibilidad,
Esta cuestión ha sido dei todo invisibílizada aún por sus propios autores Oos economistas y
poHticos que han operado en democracia), quienes han tendido a dejarse 11evar por el
clamor estudiantil llegando a proponer el desmantelamiento del sistema como única
solución para nuestros ¿graves? problemas sociales. Una lectura menos benigna nos llevaría
a creer que estos actores políticos son capaces de cualquier estrategia o transacción con tal
de recuperar el poder perdido; pero esto nos parece menos sostenible, aun tratándose de la
desprestigiada clase política chilena,

941 M. Albert, Capitalismo contra capitalismo. Paidós Barcelona, 1992, pág. 155, citado por VELASCO,
Demetrio, Pensamiento Polltíco Contemporáneo, Universidad Deusto, 2• edición. Bilbao, 2001, p0.g,, 325.

316
317

«Y mientras cree tocar enardecido


El oro aquél que matará la Muene.
Dios, que sabe de alquimia, lo convierte
En polvo, en nadie, en nada y en olvido».

JORGE LUlS BORGES, El otro, el mismo.

PARTE 111

AUTORITARISMO

Capítulo XI

ANALISIS CONCEPTUAL

Hemos manifestado nuestro interés en establecer la confluencia entre la doctrina neoliberal


ya desarrollada en la segunda parte de este trabajo con una cierta corriente ideológica que
adm ite varias agrupaciones y que hemos denominado grosso modo, autoritarismo. Esta ha
recibido aplicaciones concretas en el contenido de nuestra Constitución.

Revisaremos los colectivos que conforman la ideología autoritaria; estableceremos sus


diferencias y tomaremos nota de los énfasis que ponen ellos en sus dos aspectos
característicos; me refiero a las ideas movilizadoras que s ustentan y los medios que
propician para v ivificar estas ideas; desde aquellos grupos que acentúan el contenido
ideológico (las ideas por sobre la acción) hacia otras con mayor énfasis en los medios para
imponerlas. Todas ellas con la misma finalidad: limitar y en algunos casos eliminar la
deliberación democrática de las mayorías. Solo en pequeña medida se puede atribuir a una
tradición vernácula pues mayoritariamente se trata de doctrinas llegadas desde e l exterior, y
aplicadas en nuestro país (en iguaJ medida que en el resto de los países del cono sur) de una
forma bastante particular; podríamos decir que se trata de un fenómeno regional y en
algunos casos también g lobal.

317
318

La primera dictadura de las Fuerzas Armadas fue instaurada en Brasil entre 1964 y 1985. A
esta le siguió en i966 la autodenominada Revolución Argentina; luego te siguieron Bolivia
(1971-1978); Chile (l 973-1990), Uruguay (1973-1983) y otra vez Argentina (1976-1983) y
Bolivia {1980-1982)942•

Teniendo en consideración esta prevencíón, daremos mayor (aunque no exclusivo) énfasis


al fenómeno que se recogió al interior de nuestras fronteras, En esre orden de cosas
podemos mencionar: Las doctrinas conservadoras nacionales~ la influencia de CarI Schmitt;
1os Neoconservadores v finalmente la Doctrina de la Seguridad Nacional.

No existe una visión única de lo que este vocablo pueda significar~ dado que se trata de un
término que puede adaptarse a realidades distintas. A pesar de disponer de un modelo más o
menos concreto de su contenido y alcance, pocas veces este patrón ha tenido un correlato
con la realidad. Nos interesa sobre todo establecer si estos conceptos tuvieron o no
influencia en el escenario nacional de los setentas y en qué medida detenninaron el
proceder de aquellos actores, Finalmente fijar la manera en que fue volcada ésta doctrina en
la nueva institucionalidad; en la Constitución en sentido absoluto por utilizar una expresión
schmittiana943 . AJ respecto se ha sostenido que esta doctrina autoritaria o derechamente
fascista deseaba plasmar su impronta en la posterior institucionalidad democrática,
Precisando conceptos en torno a esta idea Leopo}do ZEA hace una observación que a
nosotros nos parece tr'd.scendental: "Tsería] Fascismo, por sus métodos, pero no por los fines
de la represión, ya que se trata de fuerzas al servicio de un sistema que 1os trasciende
nacionalmente [.,, J Los métodos represivos del Fascismo son ahora utilizados por et
sistema que proclamaba había vencido al fascismo en los campos de batalla de la segunda
gran guerra"944• Esta opinión nos da una luz respecto de lo que queremos establecer en esta
parte; que debe hacerse wm diferenciación clara entre el contenido de la doctrina y los
medios utilizados por esta; cuestiones que no pueden confundirse,

QC ANSALOI, Waldo, y Giordano, Verónica, América Latina, La Construcción del Orden, tomo ll, De las

sociedades de masas a las sociedndes en procesos de reestructuración, Ariel, Buenos Aires 2012, pág. 409.
941
"La concreta manera de ser resultante de cualquier unidad politka existente" SCHMITT, Car!, La T.coria
de la Constitución, Alianza Editorial, pág. 30.
944
ZEA, Leopo1do, "Oel militarismo liberador al militarismo opresor", ert El Control Políticc en el Conó Sur,
Siglo Veintiuno Editores, México 1978, págs, 38 y 39, el énfasis e..; nuestro.

318
319

Hemos sostenido que las creencias medulares que se deseaban proteger en la Constitución
del 80, la materia prima de la nueva institucionalidad, fue el orden cristiano occidental; o si
se prefiere, aspectos relevantes de la cultura cristiana tradicional. Los mecanismos de la
Constitución estaban encaminados a preservar estas creencias945. Entonces, si bien es
aceptable la afirmación referida a que los medios utilizados para tal fin era claramente
autoritarios (o fascistas), el contenido doctrinal de esta corriente extrema no fue plasmada,
de manera relevante, en el modelo de la nueva institucionalidad. En efecto, los diferentes
mecanismos de «artesanía constructiva constitucional» (desde la simple ideología hasta la
represión), se valen de instrumentos cuya naturaleza es autoritaria; pero el que se utilicen
estos instrumentos o mecanismos, no quiere decir que estos mismos tienen la virtud de
modificar (por osmosis) la naturaleza de lo que se está construyendo y mucho menos que le
reemplacen en su esencia (el encofrado es distinto del edificio).

Tampoco podemos, en este orden de cosas, dejar en el tintero la evidencia de existir en


nuestra estructura constituciona l engranajes destinados a salvaguardar una cierta matriz
neoconservadora, que emparentada con nuestra tradición vernácula, aporta elementos
nuevos, también contra-mayoritarios. El principal impulsor de esta posición: Friedrich
Hayek.

Uno de los mecanismos autoritarios, no e l único, que aún persiste íntegramente, es el


sistema electoral. Este sistema fue adecuado para los años de la transición; pero ya no lo es
más, dado que los desafios de la hora presente son otros y los énfasis son también distintos.
La globalización, la cultura plural, la hibridación, la revolución tecnológica; la vida
946
episódica de la posmodernidad, no son compatibles con una estructura tan rígida . Es
necesario y posible hacer, una suerte de renovación de recursos humanos, materiales e
institucionales por otros más adecuados a los desafios futuros; idealmente con mayores

945
'·[tos autoritarismos] del cono sur (están] encargados de mantener, como sus antepasados civilizadores, el
orden que se sostenía como propio de la civilización. La fuerza encargada de mantener el llamado orden
cristiano y occidental, unidos el viejo orden colonial y el orden propio del enfrentado neocolonialismo",
Ibídem, pág. 38.
946
'·La vida en una sociedad moderna liquida no pude detenerse. Hay que modernizarse -léase: desprenderse,
día sí, día también, de atributos que ya han rebasado su fecha de caducidad y desguazar (o despojarse de) las
identidades actualmente ensambladas (o de las que estamos revestidos)- o morir. ( ... ] La «destrucción
creativa» es el modo de proceder en la vida liquida... ", BAUMAN, Zygmunt, Vicia Liquida (Introducción),
Paidós, Trad. Albino Santos Mosquera, segunda reimpresión. Buenos Aires, 2007, pág. 11.

319
320

grados de legitimidad, eso nos parece meridiana.mente claro. Estas razones hacen pertinente
analizar este aspecto relevante del sistema.

En términos generales debemos reconocer. que carecemos de Una teoria general del
autoritarismo o de la monocracia, por utilizar una expresíón de Sartori (para él, concepto
opuesto a democracia) 947• Muchas de las problemáticas que implica el abordar este tema,
dicen relación con !a tenninologia a utilizar, Desde luego que autoritarismo puede aplicar
tanto a una forma de Estado corno una forma de gobierno y puede también referirse a una
construcción teórica como a un análisis practico de una realidad concreta.

Utilizaremos: aquí la expresión autoritarismo en forma genérica, como equivalente a


monocracia, dictadura. etc. 94& y en consecuencia lo que digamos respecto de unos tiene que
entenderse referido a los demás. Por otro lado debemos aclarar que si bien reconocemos la
importancia de analizar las particularidades de la forma de autoritarismo que operó en
nuestro país desde el 11 de septiembre de 1973 y hasta marzo de 1990, nos parece más
relevante todavia, el tipo de lógica e ideas que este tipo de movimiento trajo aparejado y
también> las huellas que puede haber dejado en nuestro sistema institucional. Podríamos
decir que este último aspecto corresponde a lo que podríamos denominar, a falta de mejor
expresión, autoritarísmo como doctrina, que será el objeto de nuestra pesquisa en esta parte
de) trabajo, Debemos hacer presente tambietl que se trató de un fenómeno regional que
afecto a Latinoamérica en general, y de alguna fonna haremos referencias acoradas a este
entorno. Para darle un contenido básico a esta doctrina debemos, siguiendo a Sartori,
establecer que, lato sensu, sus caracteres distintivos son los siguientes: a) Gobierno no
949
democrático; b) Gobierno no constitucional y e) Gobierno por la fuerzat o violento •

A esta altura de nuestro abordaje, parece casi ineludible hacer mención a la definición que
hace Juan LINZ del autoritarismo; constructo que se ha convertido en punto obligado para

7
"' Sartori opma que el termino autoritarismo füe acuñado por los propios ejecutores para quitarle un poco de
contenido a la palabra,. que debiera ser dictadura o quizá monocracia.
14
t "Tiranía, despotismo y absolutismo son términos anticuados( ... ] En conjunto est<)S términos solo dan la
idea general de un desagradable y opresívo excercifium del poder deI Estado [u,] Dictadura es en realidad el
término que ha venido a substituir el ,;le tiranía", SARTORJ, Giovanni, ,lsprx1os de ta Democracia, óp. cit.,
oig. 159.
W? SARTORl, Giovanni, Elementos de Teoría Po/ltica, Alianza Editorial, cw:irta edición, Trad. Maria Luz
Morán, Madrid, 2005, pág. 83.

320
321

iniciar estudios como este. El autor en comento define el autoritarismo en los siguientes
términos:

··po/itical system with limited, not responsable, polilical pluralism, 1vitho11t elabora/e and guiding
ideology, but with distinctive mentalities, 111ithou1 extensive nor intensive politica/ mobilization.
excepl at some points in their development, and in which a leader or occasionally a sma/1 group
excercises power within formal/y i/1-defined !imits but actual/y quite predictable one/50. •,
[«Sistema político con pluralismo político limitado, no responsable, sin una ideología elaborada y
directora, pero con mentalidades distintivas; sin una extensa o intensa movilización política,
excepto en algunos puntos de su evolución, y en el que un líder u ocasionalmente un pequeño grupo
reducido, ejerce el poder dentro de límites formalmente mal definidos, pero en realidad bastante
predecibles»951).

Juan J. Linz elabora su teoría de los regímenes a partir del caso de España. En 1964 publicó
un ya célebre artículo titulado "Una teoría del régimen autoritario: el caso de España"952,
cuya finalidad era delimitar el concepto de autoritarismo. La primera cuestión para él
consistía en explicitar que este régimen en particular, no estaba compuesto por fórm ulas de
transición sino por construcciones políticas con un carácter definido y particular. La
premisa principal sobre la cual arrancaba su análisis decía relación con el carácter no
democrático de este tipo de sistemas; pero interesaba darle a éste, características concretas
y positivas, con un contenido específico, permitiendo así una mejor comprensión del
fenómeno.

Las críticas a esta definición han venido de diferentes fuentes, inclusive del mismo autor en
comento, dado que su cobertura conceptual es bastante restringida; no considera casos que
poseen características distintas a las propuestas en ella. El aspecto que nos parece más
cuestionable a nosotros será el supuesto carácter definido y particular que al autoritarismo
le atribuye Linz.

En todo caso lo que merece resaltarse aquí es el carácter polémico del concepto, dado que a
priori se presenta como una suerte de alteración del té1mino latino «Auctoritas»953 , se

950
LI NZ, Juan José, Totalitarian and a111horitarian regimes, Lynne Rienner Publishers, 2000, Colorado USA,
pág, 159.
951
Trad. N uestra.
952
LINZ, Juan J., «Una teoría del Régimen Autoritario: el caso de España», en Stanley G. Payne (Comp.),
Política y Sociedad en Espa;ia del Siglo XX. Akal Editor, Madrid, 1978, págs. 205-263.
'ISJ Proviene de la raíz latina augere (hacer, crecer, aumelllar). Para los romanos, quien poseía autoridad era
capaz de ampliar y completar las tradiciones latinas un curso de acción o un pensamiento. " Hannah Arendt ha

321
322

produce una suerte de conversión de su significado original de poder legítimo por uno
negativo de poder compulsivo o abusivo (por parte de un sujeto o un grupo). Como afinna
Giovanni SARTORI. "En la palabra autoritarismo, el suftjo l<uno índica una autoridad
particularmente, por no decfr excesivamente, epérgica; una autoridad que aplasta la
libertad, «Autoritarismo» es, por tanto, un ténnino peyorativo; pero deriva de «autoridad» y
esta palabra tiende en cambio a tener una connotación favorable"954• Este régimen se ubica
a medio camino entre la democracia y e) totalitarismo; dicotomía que acaparaba las miradas
del ruedo político en aquella época. A partir del ejemplo espafiol Linz define a estos
regímenes como «hfbridos estables», que posibilitan 1a existencia de Hbertades cívicas.

De forma tal que 1a cuestión respecto de diferenciar un régimen de otro, especialmente el


totalitarismo del autoritarismo, era una cuestión central. El totalitarismo pretendía a final de
cuentas reemplazar el sistema general de valores de una sociedad a través de 1a fuerza y el
terror. Los principales autores que desarrollan de esta distinción son Hannah Arendt, Carl J.
Friedrich con Zniew Brzezinski, Franz Neumann y por cierto Juan J, Linz.

En términos generales todos estos autores coinciden que en el caso específico de los
totalitarismos, tas líneas divisorias entre el Estado y la sociedad son derribadas; ello no
ocurre en el caso de los autoritarismos. El tota1ítarismo propugna una politización extensiva
e intensiva de toda la sociedad. Los autoritarismos -en contrario- tratan de impedir esta
posibilidad y -además- desarrollan mecanismos tendientes a lograr la despolitización del
cuerpo social en su conjunto955 .

ARENDT analiza con profundidad en tema del totalitarismo y se detiene en sus rasgos
fundamenta1es956 en un texto pionero en la materia «The origins of totalitarianism» de

señalado pertinentemente [que] este significado oñginal se ha perdido por completo", SARTORl, Giovanni,
Aspectos de la Democracia, óp. ctt,, pág. 149.
"9s-t SARTORI Giovanni, Aspectos de la Democracia, óp. ciL, pág. 148.

Véase, BOBBIO, Norberto; Marteucci, Nicola y Pasqulno, Gianfranco, Diccionario de Polirica, trad.
;>.SS
Raúl Crisafio et ali, Siglo XXI Editores, decimotercera edición en español. Madrid. 2002, págs, 144 ss.

6
"3 Además de los ya indicados debemos mencíonar: a) que tiende a destruir grupos e lnstítuciooes; b)
pretende explicar con certeza absoluta y de manera total el cur:so de la historia; e) Construye un mudo fictici1'
y lógicamente coherente; d) Una lógica coactiva de Ia ideología que pic«le todo contacto con el mundo real;
e) el terror que sinie para traductr en realidades el mundo ficticio de la ideología; f) crear enemigos objetivos
(además de los reales} definidos poc la orientación politico-ideológica; g) el terror como instrumento

322
323

1951 ; entiende que se está frente a una forma de dominio radicalmente nueva cuya
finalidad fundamental es la transformación de la naturaleza humana. "La política total itaria
afirma transfon11ar a la especie humana en portadora activa e infalible de una ley, a la que
de otra manera los seres humanos solo estarían sometidos pasivamente y de mala gana [ ... ]
Puede imponerse sin e l consensus iuris, porque promete liberar a la realización de la ley de
toda acción y voluntad humana; y promete la justicia en la Tierra porque promete hacer de
la Humanidad misma la encarnación de la ley"957• Por su parte Carl J. Friedrich y Zbigniew
K. Brzezinski, perfilan el contenido de este fenómeno a través de seis rasgos fundamentales
en su ya célebre texto «Totalitarian dictatorship and autocracy» de 1956. En todo caso el
punto central es que el Estado totalitario entre otras muchas de sus finalidades, absorbe a la
sociedad civil y consecuencialmente, destruye las organizaciones intermedias autónomas y
homologa todas las esferas de la sociedad civil.

Sartori realiza una tipología que rescataremos para delinear el tipo de hipótesis posibles que
implica las definiciones de dictadura, término que utilizaremos en esta parte porque nos
parece más visibilizado en nuestra cultura política. Una vez establecido e l género, se hace
necesario hacerse cargo de la especie. Como se podrá comprender, se trata de modelos
teórico-explicativos y en caso alguno, cuestiones que no admiten modificaciones o
especificaciones. Distingue entonces este autor las dictaduras según su: a) intensidad, b)
finalidad; c) origen; y finalmente d) ideología.

En cuanto a su intensidad, vale decir en consideración a su grado de penetración coercitiva


y extensión, la mayor parte de los autores distingue entre totalitarias y autoritarias.
Neumann agrega una más: la dictadura cesarüta. Esta última caracterizada por apoyarse en
las masas. En la dictadura simple (o autoritaria) el poder "es ejercido por medio de una
intensificación de los instrumentos normales de coerción" [ejercito policía burocracia y
magistratura]; en la totalitaria, "al monopolio de los instrumentos coercitivos ordinarias y a
la fascinación de las masas se añade el control de la educación, de todos los canales de

permanente de gobierno y esencia misma del totalitarismo h) que la acción de la ideología y el terror se
manifiesten a través de un partido único, elitista y fanático; i) una policía secreta que se mueve a través de una
estructura de espionaje; j) Una evidente falta de estructura, debido a la subordinación a la voluntad del
dictador: k) una personalización del poder (aun cuando no explícitamente señalada por ella).
9S 7 ARENDT, Hannah, los orígenes del totalitarismo (3.Totalitarismo) Alianza Editorial, segunda
reimpresión, vers. Guillermo Solana. Madrid, 2003, pág. 685.

323
324

comunicación (prensa radio, televisión) además de la puesta en marcha de técnicas


coercitivas ad hoc con el fin de establecer un control (<total»"958 ,

En cuanto a su finalidad se distingue entre dictadura revoludonaria y dictaduras de orden


paternalista, reaccionarias o conservadoras~restauradoras. El objeto de estas últimas es
conservar el status quo existente en la sociedad., con sus valores e instituciones
tradicionales. Una sub categoria la constituirfan las denominadas dictaduras «pedagi>gicas»
cuyo objetivo sería el preparar la democraci~ partiendo desde una estructura política
autocrática. En cuanto a su origen, esto es "a la distinta extracción profesional del personal
959
de los regímenes dictatoriales'' , se distingue entre dictadura po!fticas (de una fracción de
ia clase política); militares y finalmente burocráticas o de aparato.

En cuanto a su origen ideológico, en fin, se pueden distinguir aquellas que no poseen un


fundamento ideológico (generalmente las simples y las conservadores) y aquellas que si lo
tienen. Estas últimas pueden a su vez ser de una intensidad ideológica mínima (fascistas) o
de una intensidad ideológica máxima (naciona1socialistas y marxistas}960 •

Carl Schmitt -por su parte- distingue entre dictaduras comisarías y soberanas. Esta
clasificación ha sido motivo de atención por parte de nuestra doctrina; a partir de eUa unos
y otros enfatizan la influencia del jurista gennano en la articulación. y justificación del
Régimen Militar. Afinna Carl SCHMITT respecto de este asunto~ ..Si 1a mera abolición de
la separación de Jos poderes se Hama dictadura1 1a cuestión hay que responderla.
afinnativamente [ ... ] Polititamente, puede calificarse de dictadura a todo ejercicio del
poder estatal que se realice de una manera inmediata, es decir, no mediatizado a través de
instancias intermedias independientes, entendiendo por el1a el centralismo, por oposición a
la descentralización•.961 •

~& -SARTORI, Gi.ovarmi, Elemenl<>s de Teoría Poiitlr.a., Qp. cit., pág. 93.
959
Ibídem, pág. 94.
900
íbidem.
%'. SCHMlTT, Cari, La Dictadura: desde los comienzos del pensamiento moderno de la soberanía hasta la
luclra de clases proletaria, Alianza Editorial, Primera reimpresión, Madrid. 2003, pág. 179. "para el concepto
de dictadura hay que teuer en cuenta la actualidad inmediata dé una situación a eliminar y ello en et sentido de
que dicha eliminación aparece como cometido jurídico, que fundamenta jurídicamente un poder pleno,
-determinad.o llnicamente por la situación de las cosas y por el fin de la eliminación", ibídem, pág. 181.

324
325

La dictadura, lo mismo que el acto de legítima defensa, "es siempre no solo acción, sino
también contra-acción. Presupone, por ello, que el adversario no se atiene a las normas
jurídicas que el dictador reconoce como fundamento jurídico que da la medida de su
acción" 962. La distinción entre una y otra estriba en que "La dictadura comisaria suspende
la Constitución in concreto, para proteger la misma constitución en su existencia concreta
[ ... ] La dictadura protege una determinada Constitución contra un ataque que amenaza
echar abajo esta Constitución"963 .

Por su parte la dictadura soberna consiste, "en la ordenación total existente la situación que
quiere e liminar mediante su acción. No suspende una Constitución existente valiéndose de
un derecho fundamentado en ella y, por tanto, constitucional, sino que aspira a crear una
situación que haga posible una Constitución, a la que considera como la Constitución
verdadera. En consecuencia no apela a una constitución existente, sino a una Constitución
964
que va a implantar" • En resumen, "El dictador Comisaria! es el comisario de acción
incondicionado de un pouvoir constitué; la dictadura soberana es la comisión de acción
incondicionada de un pouvoir constituant''965.

Como puede apreciarse, las posibilidades de esta definición y las vertientes que es posible
recorrer son muy amplias; como amplio es el contenido que esta cuestión admite,
dependiendo de quién realice la articulación. Aun así creemos posible ir sacando de cada
una de ellas las mejores posibilidades explicativas para ir construyendo la cuestión que ha
traído nuestro interés; esto es: de que forma una doctrina e instrumentos conceptuales como
estos, se encuentran presentes en nuestro sistema.

E l régimen Militar instalado a partir de 1973, tiene evidentes rasgos de autoritarismo, de


aquellos que hemos examinado previamente; sin embargo, resulta dificil enmarcarlo
exclusivamente en alguno de aquellos tipos que la doctrina ha configurado para explicar
este fenómeno. Tiene por cierto cercanía con los denominados regímenes autoritarios
conservadores o con aquellos denominados en vías de modernización o «Nuevos
962
Ibídem.
963
SC HMITT, Carl, la Dictadura: desde los comien=os del pensamiento moderno de fa soberanía hasta la
fucha de clases proletaria, óp. cit., pág. 182.
964
Ibídem. Ello implicaría ''renunc iar propiamente a toda fundamentación jurídica, toda vez que la
Constitución a implantar no existe todavía'·. SC HM ITT, Carl. Ibídem, pág. 183.
96
s SCHMITT, Carl, ibíde m, pág. 193.

325
326

autoritarismos» pero reitero, estamos frente a un fenómeno sui generis que requiere un
análisis particular. Otro tanto se dirá respecto de la distinción respecto de las dictaduras
comisarias y soberanas que encuentran un lugar un poco más nítido en nuestra construcción
doctrinaria.

Es inherente a los regímenes autoritarios conservadores - se dice - una alta concertación del
poder en la persona del dictador o caudillo. Este líder ha llegado a su posición preeminente
por medio de la fuerza. Tal sería el caso de Pinochet en Chile o de Franco en España. Esta
circunstancia les habría constituido en una suerte de embolo de la política estadual en cada
uno de esto países. Una denominación que ha hecho fortuna es aquella de autoritarismo
institucional. Veremos más adelante, al menos en el caso de Chile, que esta afinnación es
susceptible de ser debatida.

Debemos recordar que los diferentes intentos de conceptualización son precisamente


modelos explicativos generales, que algunas veces y con suerte pueden ser aplicados en la
generalidad de los casos y en otros casos, no se da esta coincidencia. De esta fonna debe
entenderse la dinámica del trabajo que puede, en algunos casos, presentar excepciones que
confinnan la regla.

326
327

Capítulo XII

ANALIS IS DOCTRINAL

22. Influencias conservadoras

Hemos referido el carácter tradicional que trajo aparejado el pronunciamiento militar; este
aspecto que muchos entienden de menor entidad en el proceso de instalación ideológica de
la dictadura; nos parece que debe tenerse en cuenta, habida consideración que su existencia
facilitó el ingreso de varias ideologías antidemocráticas que entre sus alforjas acarreaban
una profusión de recursos ilícitos que desencadenaron terribles acciones, nunca ante vistas
en la historia patria. Dijimos que el marco teórico de este pensamiento es posible de ser
reconducido hacia ideas contrarrevolucionarias, colindantes con posturas de la derecha
política; y cultivadas de antiguo por la oligarquía de nuestro país. Este tipo de pensamiento,
había tenido su origen más remoto en pensadores europeos contrarios a la Revolución
Francesa que estaban en contra de la Ilustración racionalista966 y por ello mismo poco
atendidos en un principio. Nos referimos, entre otros, al español Donoso Cortés; a l
saboyano De Maistre y al francés De Bonald. A estos pensadores URDANOZ les denomina
tradicionalistas,

"Contra la autoridad absoluta de la razón y de la libertad individual, se reivindica la necesidad de la


tradición religiosa, personificada en la Iglesia católica, y la subordinación del orden social a un
principio trascedente [ ... ] el único camino de salvación de la humanidad desquiciada es la confianza
en el mensaje exterior de la revelación divina, trasmitido por la tradición histórica y aceptado por la
fe"967_

En nuestro continente cultivan esta línea de pensamiento (ya en el siglo veinte) Plinio
Correa de Oliveira en Brasil; en nuestro país, O sva ldo L ira, Jaime Eyzaguirre y los
historiadores Edwards y Góngora. Tampoco podemos dejar de considerar la influencia de

966
Véase Múgica, Tradición y Revolución, óp. cit.. págs. 30 ss.
967
URDANOZ, Teófilo, Historia de fa Fifosojia, Biblioteca de autores Cristianos, segunda Edición
(reimpresión) Madrid, 1991, pág. 571.

327
328

importante-S publicistas de derecho público que fueron estudiados a la hora de construir el


texto político; quizás si el principal exponente sea el jurista alemán Carl Schmitt Dicho
pensamiento es trasladado a nuestro país por su vertiente hispana, principalmente por Luis
Sánchez Agesta y en cierta forma también por la influencia del sistema Franquista, modelo
relevante para sus seguidores criollos. Estos rasgos los hemos reseñado previamente, siendo
identificables en la estmctura instirucional de la república y en el texto constitucional.

El nuestro ha sido siempre un Estado tradicionalmente apegado a la ley, lo que puede ser
positivo o negativo. según el punto de vista que se demande; y por eHo es lícito suponer
que este rasgo también debió ser importante en la regulación de la burocracia militar. Esta
tendene-ia se explicitaba en los principios de jerarquía, organízación y unidad, es decir una
ideología autoritaria-burocrática. ROUQUIÉ sostiene que esta í-deologfa proyectó sobre el
Estado y la sociedad los valores básicos del ejército profesional, es decir una gran
ínstitucíón burocrática por excelencia968 •

Existía hasta hace poco la convicción que el gobierno Militar era nevado por Pinochet de
una manera incontestable y personalista969; pero la idea del supuesto poder hegemónico del
autócrata ha ído perdiendo fuerza, Esta precisión se la debemos al meticuloso trabajo de
Robert BARROS, quien sostiene consistentemente que la Junta de Gobierno representaba
un efectivo y concreto contrapeso a la autoridad del Jefe de Estado, lo que da W1 sentido
muy distinto a las apreciaciones hechas hasta hoy respecto de este punto.

"La dictadura militar de Chile no fue personalista. La cohesión y longevidad el régimen no se basó
en la concentración del poder en una persona o partido, sino en Wla organización del poder
colegiada e institucionalizada a través de normas y procedimientos que protegieron y fortalecieron
la base plural original del régimen militar {, .. ] sentó 1as bases para afianzar la Constitución, aun
cuando esta impusiera restricciones a fa dictadura"'rm,

Quienes sustentan la postura del poder hegemónico y personalizado del dictador, afinnan
que la preeminencia de Pinochet se fue acrecentando como consecuencia de varios procesos
sucesivos; el primero de ellos, el plebiscito {denominado Consulta Nacional] de enero de

%11 ANSALDI, Wal-do y Giordano Verónica, Amériea Latina la Construcdón del Orden. op .• cit., pág. 1409.
961
Vid. Htn,;EEUS, Carlos, Los Chilenos y la Politica, cambi<J y cantimddad en el attloritarismtl, Fundación
Korirad Adenauer, Santiago de Chile, 1987 pág. 75 ss.
970
BARROS, Robert, La Junta Militar, Pinochei y la Constitución de 1980, Editorial Sudamericana, trad,
Mtlena Grass, Santiago, 2005. pág. 20; La mayoría de la doctrina, sin embargo, opína en forma contraria.

328
329

1978 en que se propicia una movilización electoral para legitimar el gobierno. Esto le
habría permitido fortalecer su posición política dentro de la comunidad civil como
asimismo al interior de la Fuerzas Armadas, donde empezaban a aparecer voces disidentes.

Un segundo momento de este proceso habría sido la destitución del General Gustavo Leigh,
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea y declarado opositor al aumento de poder de jefe de
Gobierno al interior de la Junta; un tercer momento lo habría constituido la convocatoria a
plebiscito para la aprobación de la Constitución de 1980. Aquí Pinochet habría impuesto su
propia cronología de permanencia en el cargo además de hacerse ratificar como Presidente
de la Republica [aun cuando se reconoce que por medio de esta se reduce el margen de
maniobra y los recursos personales que tenía a mano el ejecutivo para enfrentar las
crisis]971 .

Junto con esta personalización, afirman estos autores, habría operado además una dinámica
paralela de alta concentración del mismo. Las decisiones se tomaban por el líder de la
coalición militar-civil con la colaboración de una elite muy reducida que reflejaba una
pluralismo Limitado altamente selectivo en un proceso de deliberación no publico sino más
972
bien de tipo conspirativo, y reclamando para sí todo el crédito de conducción del país . Se
hace hincapié al hecho de que en Chile no se formó un partido político afin al gobierno
como es el caso de la Falange en España o el PRl en México sino que se buscó apoyo en las
altas instituciones castrenses, mismas que se internan en el entramado administrativo
nacional, con especial preeminencia del ejército. Pero como se quiera, parece indiscutible
que la dictadura chilena tuvo características propias, particulam1ente en el aspecto
normativo, que la diferenciaban del resto de los proyectos continentales.

Esta característica peculiar del sistema chileno, quizás pueda ser explicada por una razón
ajena a las ideas autoritarias y correspondan más al carácter republicano de nuestra
sociedad, de la cual el ejército, no podía estar completamente ajeno. Esta ideología, la
republ icana, emerge conjuntamente con e l proceso de independencia, en lo que representó

97 1
CAÑAS KIRBY, Enrique, Proceso Político en Chile: 1973-1990, Editorial Andrés Bello, Santiago de
Chile, 1997, pág. 59. Esta no es una cuestión menor y resultaría una de las facetas más características del
Régimen Militar Chileno: El acceder a una a uto-limitación de su poder, poniendo fecha de término a su
mandato.
972
Ibídem, pág. 60.

329
330

una variante política para mantener el orden en el naciente Estado, luego de romperse los
lazos políticos y espirituales con la capital monárquica. Esta alternativa fue respaldada en
forma entusiasta por las clases dirigentes dado que les pennitía mantener casi ínalterables
sus privilegios; amparados, esta vez, en la nueva ideología legitimadora973• La existencia de
un sistema censitario de eieccíones era suficiente garantía para el mantenimiento del
sistema (función que hoy cumple el sistema binominal), Es decir que lejos de perder el
poder que habían amasado durante la época colonial, Jo vieron incrementado y perpetuado
hasta muy avanzado el siglo XX. Este sistema así concebido, se vería reemplazado o en
estricto rigor modernizado. por el gobierno miHtar.

Bemardíno BRAVO LIRA dota a esta idea de un sentido histórico de larga data: ..no se
perdonó medio para realzar su figura. Según advirtió ya en 1913 Alberto Edwards, el
mode1o fue el presidente indiano de tiempos de la monarquía ilustrada: un Amat, un
Jáuregui o un Ambrosio OFHiggins, Allí se encontró el modelo de ese gran funcionario. en
fa estructura tradicional de paí~ en el régimen que durante tres siglos había proporcionado
a las colonias espafiolas de América el orden y progreso, que la mayoría de ellas no han
974
vuelto a encontrar'' .

El pensamiento autoritario desembarca -entonces- con e1 conquistador español; y se


consolida con las dinastías reinantes en la península~ especialmente los Borbones. Son estos
últimos los que imponen un estilo de gobernar centralizado y autoritario975 . Cuando se
produce la Independencia, esta tendencia no logra erradicarse por completo; como mucho

713
"En el fondo, la necesidad de encontrar nuevas formas de legitimación requerían dar ccn un nuevo orden
que justificara las aspiraciones de la élite en cuanto tal [ ... JYa henos reparado en que el republicanísmo es un
orden legitimame, y como tal necesariamente se postula en términos axfológícos y universales aun cuando en
la realidad béneficiara únicamente las aspiraciones del grupo dirigente", JOCELYN~HOLT, Alfredo, la
independencia de Chile, rradición, modernización y miro, Debolsillo, Santiago de Chile, 2009. p;igs. 255~2:56.
974
BRAVO URA, Bematrlino, El Estado de Derecho en la Historio de Chile, óp. cit., pág. 191.
,;,n "Las refonnas administrativas [de loo borbones] persiguíemn dos fines fundamentales: dívidir
territorialmente un imperio cada vez más dificil de gobemar, y centralizar su administr'dción [, .. 1
Hispanoamérica dejó de ser un dominio colonial con administración autónoma. lo que habla distinguido al
Estado Habsburgo y pasó a ser una mera extensión provincial de España {.. ,J El Estado, por tanto, se adjudicó
un papel que le permitía dictar los ténninos de la conducta política, constituyéndose en el único actor politioo
( ... J No debían existir contrapesos, a menos que atuvieran incorporados .al sistema. Gobernar no se distinguía
mayormente de Administrar", JOCELYN~HOLT, Alfredo, la independencia de Chile, óp. de., págs. 68 a 85
passim.

330
331

se suspende por un tiempo en el denominado periodo de la «anarquía» luego del cual


976
emerge en gloria y majestad, de la mano firme del ministro Portales .

Se ha destacado el poderoso impulso de don Diego Portales en la consolidación de nuestra


historia través de la denominada «república autoritaria y educadora», se trataba como
expresa Eyzaguirre de una "República apoyada en la fuerza moral de la Iglesia y en la
estabi lidad de los propietarios, pero que no consagraba ni la teocracia [ ... ] ni e l poder
económico de unos pocos [ .. .] Régimen político, en fin ni rígido ni estático, sino flexible y
adaptable a las nuevas circunstancias, porque no descansaría sobre premisas teóricas sino
sobre el examen de las necesidades nacionales que el tiempo y la mayor cultura se
encargarían de alterar"977.

Seguíamos impregnados de ideas autoritarias al iniciar el siglo XX, particularmente en la


presidencia de don Arturo Alessandri Palma. Durante su gobierno empieza a rumiarse un
fortalecimiento del presidencialismo y una búsqueda destinada a dotarle de facultades cuasi
omnímodas. Esta tendencia republicana, que podríamos denominar de base, se va a enlazar
con doctrinas importadas desde el exterior, a partir de los años cincuenta.

Especial relevancia debe otorgarse al modelo más eminente de aquella época, la dictadura
franquista. También habían resucitado antiguas escuelas de pensamiento autoritario
tradicional: Donoso Cortés, revitalizadas por Carl Schrnitt; Yásquez de Mella por Osvaldo
Lira o Luis Sánchez Agesta, tratadista este último que más influye en la casta de publicistas
conservadores de Derecho Constitucional y Político de nuestro país.

Hemos dicho en otra parte que e l sacerdote Osvaldo Lira Pérez realizaba su labor difusora
especialmente en sus alumnos más destacados; el más eminente: Jaime Guzmán. Sabemos
por Fontaine que Guzmán recurría regularmente a la obra de Lira en busca de inspiración,
978
especialmente su Nostalgia de Vásquez de Mella, que tendría en él, gran influencia . La
idea central que gira en tomo a esta tendencia es la de propiciar un gobierno fuerte que por
un lado tuviera la virtud de contener la sedición y por otra la potencia para oponerse a los

9 76
Vid BRAYO LIRA, Bernardíno, El Estado de Derecho en la Historia de Chile, Por la ra=ón o lafi,er=a ,
Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1996, págs. 190 ss.
977
EYZAGUIRRE, Jaime, Historia de Chile, Editorial Zig-Zag, 3" edición, 1977, pág. 539.
978
FONTAINE, Arturo, El Miedo y otros escritos, CEP Nº 42, 1991 , págs. 251 ss.

331
332

totalitarismos reinantes en el mundo; mismos que corrian con ventaja en su proyecto


hegemónico.

Quisiéramos detenemos por algunos instantes en la figura del sacerdote Osvaldo Lira
Pérez, atendida la influencia directa que tuvo en el novel Guzmán. misma que se extendería
a lo largo de su carrera pública. Lira, por ejemplo, juzga negatívamente el hecho de que
todas las sociedades en nuestro país dependan del Estado, tanto en su existencia cuanto en
su funcionamiento; para él "La historia de nuestra patria comienza mucho antes de nuesira
independencia nacional [ ... ] para ser más exactos desde finales del siglo XVII, en que
reinaban en Espafia y su Imperio Amerícano los dos últimos Habsburgot que fueron FeHpe
IV y Carlos U. Esta idea del control central por medio de un Estado poderoso es de antigua
data; desde luego anterior a la existencia del Estado de Chile. Estamos frente a una
característica del Estado moderno que posibilita la gran hegemonía que alcam.an estas
formas organizativas tanto el estado liberal como en uno de carácter marxista leninista979.

La identidad entre los hombre "'constituye una abstracción, un puro ente de razón incapaz
de cobrar consistencia fuera de Jos límítes de nuestra mente. De esta suerte la identidad
entre Jos hombres constituye lo que en la Edad Media recibíó la denominación de
Universales, los cuales, en su precisa condición de universales, solo puede existir dentro de
los límites de la mente humana, sin posibilidad alguna de existencia extramentar'980.

Esta perspectiva de LIRA tiene su corolario lógico en que se deben considerar esta
desigualdades de hecho a la hora de instalar cualquier identidad nacional, si es que ello es
posible. pero partkulannente "todo el que quíera edificar o conservar vigente una nación
sobre la base de la igualdad absoluta entre los hombres, solo lograra levantar un edificio
político apriorístico, y, por los mismo. sin ftmdamento alguno en la realidad rnisma de las
cosas"981 • El alma nacional no puede quedar reaJiza<la de manera súbita. afinna Lira, sino
que se va formando paulatina.mente, incesantemente. Esta es la razón principal por la cual
una nación se muestre esmeradamente cuidadosa con su tradición, La tradición es dinámica

97
"Gianfranoo Mag\io ha escrito que el Estado es una original «ficción» que permite a las clases politicas
'-'
actuar sin hacerse visibles como detentadores del poder", BARCELLONA, Pietro, Posmodernidad y
comunidad. óp. cit. pág, 59.
%4 lbldem, pág. 38,
981
Ibídem, pág, 39.

332
333

y se va perfeccionado con el progreso, ésta, en la medida que se desarrolla, va "progresando


esencialmente y enriqueciéndose incesantemente, para lo cual le es imprescindible
conservarse fiel a los valores que cada generación le haya entregado a la que haya de
sucederle en el decurso del tiempo, constituyéndose así, con las aportaciones de todas ellas
reunidas, lo que hemos denom inado ahora tradición [... ) muy poco puede valer ni puede
signi ficar el sufragio universal de una generación detenninada si se manifiesta en sentido
contrario al que adoptan las generaciones que la precedieron y que construyeron la nación.

LIRA diferencia las generaciones que ayudaron a construir un paso determinado; aun
cuando reconoce que hay otras que han intentado destruirlo "A este número pertenecen lo
que el mismo Yásquez de Mella denominaba las generaciones amotinadas, contra las
cuales, según el mismo se debía arremeter[ ... ) en nombre de ese sufragio universal de Los
siglos que es la tradición" 982. En esta misma línea podemos contar a Jaime Eyzaguirre
quien recupera la relación de nuestra historia con su pasado español, y las consecuencias
que son posibles de rastrear en nuestra historia reciente.

Pareciera que la cuestión, al final de cuentas, se reduce a concluir que siempre que se
intenta eliminar por vía de la ideología estatal o nacional una realidad que a todas luces
resulta existente [ verbi gratia nuestra relación con nuestra historia colonial), tarde o
temprano termina por emerger de un lugar de donde realmente nunca fue desplazada, sino
más bien invisibilizada. Y no podía ser de otra forma ya que el Estado chi leno no nace ex
nihilo en el año 181 O, por decir una fecha tentativa (de otras como 18 18 e inclusive 1824).
Estado que tenía una forma particular de ser, una Constitución en términos generales o
absolutos según la expresión schmittiana.

Ya hemos afirmado que el solo intentar instalar una Constitución nacida del afán libresco
de los próceres libertarios y sin una real concreción en la realidad, llevó a la recién
independizada nación, a una situación de anarquía que solo sería controlada una vez que se
instala el régimen fuertemente autoritario de Portales y que algunos leen no sin cierta razón
como una reinstalación de la lógica colonial. Lógica que hemos situado más precisamente
en la instalación borbónica, con su estructura centralizada propia de la modern idad

982
LIRA, Osvaldo, «Nación y Nacionalismo» en Pensamiento Nacionalista óp. cit. pág. 53.

333
334

ilustrada. Jaime EYZAGUIRRE explica esta incursión en los siguientes ténninos "La
fórmu}a de Luis Xrv: «EJ Estado soy ym,. constituye para sus descendientes, los Barbones
de Espafia. no tanto una doctrina que hay que plantear intelectualmente, como una norma
de gobierno que es preciso imponer en la práctica. La centralización se va realizando
paulatinamente en la vida política"9u. En un sentido similar e} historiador Alfredo
JOCEL YN-HOLT afinna "Hispanoamérica dejó de ser un dominio colonial con
administración autónoma, lo que había dístinguido al Estado Habsburgo. y pasó a ser una
984
mera extensión provincial de España. El proceso de centralización se había tenninado" .

En otras palabras el autoritarismo, aJ menos en una de sus versiones (la Horizontal), es de


muy larga data y parece formar parte de 1a idiosincrasia de ia nación.

La evidencia de que nuestro país contaba con una doctrina que se enmarcaba dentro de
márgenes de una suerte de autoritarismo es numerosa y bastante visibilizada.985 . Creemos
posible afirmar que nuestra historia está construida con materia prima autoritaria y las
épocas mas recientes no han hecho sino sacar a la luz un elemento que existente antes,
había pasado algo desapercíbido986•

A pesar de la evidencia en contrario, existen autores como CR1STI que afirman que la
doctrina autoritaria, habría sido levantada por Jaime Guzmán al interior de las Fuerzas
Annadas, en los albores de] Gobíemo Militar. Según su punto de vísta "Es claro que
Pinochet simplemente adoptó la propuesta [autoritaria] de Guzmán"; enseguida agrega

913
EYZAGUlRRE, Jaime. Ideario y Ruta de la emancipación chílena, Editorial Universitaria S.A., Santiago
de Chile, 1957, pag. 45.
™ JOCEL YN HOLT, Alfredo. Ll1 independencia de Chile, tradición, modemizaciOn y mito, De Bolsillo,
Santiagó de Chile, 2009, pag, 69.
\/tS Ouillenno Feli:ú Cruz... a propósito de W1 estudio en tomo a la Constitución de l 925 expresaba: "El
historiador se encuentra obligado a preguntarse si esta suma de poder que se ponía en manos del Jefe de
Etlitado [En la Constitución de 1933] ¿provenía del terror a1 desconcierto que el régimen federal había
producido al desintegrar ta autoridad det l;jecutivo de 1826 y que ta Constitución de 1828 débilmente habia
mantenido en la consagración de las Asambleas Provinciales? O bien, ¿era una manera de hacer del sistema
republicano una apariencia para no dejar desenvolverse el principio democrático igualitario? En todo caso, lo
que se percibe con nitide..-.. es una tendencia a reconstituir !a tradición de 1a autoridad del monarca español en
e! Presídente de la Republica, al cual se le quiso investir como símbolo de la nación, como entidad superior
del Estado, como árbitro de las diferencias políticas. como la entelequia qu,e encnma et p.x:ler impersonal,
intangible a la voluntad del ciudadano, y que solo se inspira en e1 gobiemo y en 1á administración por el bien
de la república.", FELJU CRUZ, úui11ermo., «Durante la RepUblica, Perfiles de la Evolución política, social y
constitudonab, en La Crmmrución de 1925 y la Factdtatl de Ciencias Jurídicas y Social-es, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1951, págs. 112-113.
9
% V.gr .• La administración de Diego Portales y los gobiernos de Manuel Montt y Carlos lbáñez del Campo.

334
335

4
'Esta propuesta se incubó originalmente a mediados de los sesentas en su colaboración con
el movimiento Fiducia y maduró a la sombra de los juristas franquistas inspirados en
Schmilt. Lá destrucción de la Constitución del 25 y la promulgación de una nueva; por
tanto, es algo que propuso originalmente y llevó a cabo Guzmán. No resulta justo. entonces,
referirse a este jurista como el Kronjurist de Pínochet. En Materias constitucionales, la
corona del régimen militar la portó Guzmán"987 • Esta afirmación nos parece debatible
porque peca de exceso por un lado1 de reduccionismo por otro y de parcialidad ideológica
en general. De exceso pues mal podría un solo hombre ser portador de ideas que venían de
antiguo y la traía la sociedad en general y en todo caso una antigua traición de tratadistas
conservadores desde el dublinés Edmund Burke988 en adelante919, observada desde el nuevo
-continente con atención. A ellas debemos sumar otras tantas de nuevo cuño -Schmitt,
Sánchez Agesta- que sumadas a ]as nativas configuraron Ja matriz autoritaria del sistema;
es reduccionista pues las aguas de que se nutrió el nuevo sistema están muy lejos de ser
únicamente aquellas que enuncia Cristi,

Muchas ideas, además de aquellas enumeradas por Cristi, tienen ese matriz autoritario; la
misma doctrina de la Igiesia no puede escaparse de esta adjetivación9 90 , Una doctrina que
ha pasado bastante desapercibida en el quehacer publicista nacional y que claramente -nos
parece- influenció a los constituyentes del 80; es una que venía aneja )as teorías económicas
norteamericanas de la universidad de Chicago; me refiero a la doctrina neoconservadora.
cuyos postulados parecen más afines con una concepción autoritaria que con una

%t CRTSTI, Renato y Ruiz Tagle Pablo. La RepUblica en Chile. pág, 176.


1es Estadista, eseritor, orador, teórico político y filósofo irlandés; padre de1 líberal conservadurismo de
Inglaterra. Partlcipó durante muchos años en el Cámara de los Comunes de Gran Bretaña como miembro del
partido \Vhig. Es recordado por su apoyo a la Revolución Americana y más tarde por su oposición a la
Revolución Francesa, Esta postura le lleva a afinuar sobre sí mismo que era un Oid Whigs en oposición a los
New Whigs, favorables a la revolución francesa.
939
Véase al respecto el interesante y competo traN!jo de Luis Fernando Múgíca: Tradición y Revolución.
Filnsofia y sociedad 1:n el pensamiento de Louis Botwld, que aunque referido a este último pensador. hace una
análisis competo del pensamiento tradicional; Ediciones Universitarias de Navarra S.A .• Pamplona 1988,
especialmente el capítulo l. «La Theorie de pouvoir en el marco del pensamiento contrarrevolucionario
Ewopeo: E. Burke, J. de Maistre y L. de Bonald,), págs. 17 ss.
<NO Véase al respecto de DALMAU, Josep, Agonía del autoritarismo Católico, Editorial Grijalbo S.A.,
Méx:ic-o D.F. 1911, especialmente capitulo fV «Frente ll la Reforma. Concemr.aci6n de la Autoridad». págs. 49
a 59,

335
336

democrática del Estado; aunque -claramente pueden navegar sin problemas en ambas aguas~
sin abandonar esta tendencia991 .

En lo que sí acierta Cristi es en explicitar la influencia del pensamiento schmittiano


propagado en nuestro suelo por juristas españoles discípulos de aqueL Hemos sostenido, en
apoyo de esta tesis. que la base técnica que hizo posible construir nuestro texto político,
debe muchos de sus elementos primordiales a la pluma de Schmitt, que había leído en
fonna particularmente crítica la debilidad del sistema democrático liberal; que era
precisamente el sistema que se pretendía reconstruir -eso sí- sobre bases más sólidas que
aquellas que había propiciado su debacle; y la lectura y soluciones del jurista alemán
resultaban adecuadas a este fin.

Consideración especial debe darse a la lnfluenda que tuvieron sobre nuestro territorio las
doctrinas y maniobras políticas derivadas de la Doctrina de la Seguridad Nacional (DSN)
que fue impulsada desde Estados Unidos a partir de la administración de Eisenhower
( l 953~ 16 l) y que no habían sido consíderadas hasta ahora. porque ingresan a nuestro
sísterna más abiertamente solo a partir del afio 1973. Antes de ello, su presencia había sido
muy incipiente, atendido el carácter profesional de nuestras Fuerzas Armadas y de la
doctrina Schneider9 92 que impedía intentos de esta naturaleza.

Para los actores del escenario político de los aiíos sesentas y setentas, era evidente que el
sistema democrático liberal era frágil; se le podia socavar aún por la rústica vía de hacer
falsas promesas993 • Es decir, se arriesgaba toda la institue-ionalidad democrática, confiando
en la buena conciencia de contrincantes políticos con declaradas convicciones totalitarias.

wi José M• Maniones nos advierte de los peligros de la religión política Nooconservadora. especialmente
porque tiende sl Autoritarismo "Los NC píden más claridad a la [gtesia frente al humanismo se;;ularizador.
Una distinción más neta entre lo sagrado y lo profano. la tras<;endencia y la inmanencia. Mayor Claridad en la
doctrina, sobre todo en las prohibiciones ante la cultura permisiva de nuestrQS días, contrapuesta a la ;;ultura
cristisno-occidentat Esla sensibilidad NC lien~ sin duda. razón en sus criticas, pero corre el peligro de
unílateralizarse y de servir a actitudes y propuestas rigidas desde el punto de vista doctrinal y moral y cortar
toda actitud dialoganle con la modernidad. Servirá para propiciar actitudes antimodemistas en la Iglesia
Católica y reintrodudr comporramiootos y rnen{alidades pre-modenu1s, El espíritu crítico y dialogante, el
discernimiento de la acción del Espíritu éfl el tiempo (moderno) se apaga y fenece", MARDONES, José M\
Capitalismo y Religión, la religi.Jn política n,;wconservadora, Editorial Sal Terrae, Santander, 1991, pág.
164.
W! Que postulaba el apego al orden constítudonal, el respeto de la voluntad ciudadana y la no intervención en
política contingente. Su impulsor: el general Rene Sclmeider Chereau (1913~1970), Comandante en Jefe del
Siército.
5
Como el respeto al Estatuto de Garantias:

336
337

Tras esta cándida predisposición se encuentra subyacente la creencia católica de la


redención del pecador por medio del arrepentimiento; no se habría cometido esta aberrante
ingenuidad política en un escenario con una matriz ideológica protestante, por ejemplo, que
parte de la premisa de la corruptibilidad humana y construye en base a ella su estructura
994
democrática .

Estas cuestiones teóricas tuvieron una trágica verificación ante la promesa del gobierno de
Allende de respetar el Estatuto de Garantías Constitucionales (propuesto por la OC);
mismo que una vez firmado es desechado sin mayor desasosiego tras la instalación del
995
mandatario en la Moneda, motejándole cínicamente de salida «táctica» ( como la llegada
de Hitler al poder, con parecidos porcentajes996). La doctrina de Schmitt aplicaba a las
circunstancias de hecho que se habían producido en el país; por ello resultaba un modelo
particularmente adecuado para reproducir soluciones efectivas; y habría resultado insensato
no aprovechar estas enseñanzas una vez concluida la experiencia de la UP.

23. La influencia de Schmitt

Para iniciar este análisis nos parece adecuado emplear una mirada imparcial acerca de la
importancia estratégica del pensamiento de Car! Schmitt y los alcances de su doctrina; y
con este fin, hemos optado por rescatar algunas reflexiones de John P. McCORMICK,
quien nos acerca al pensamiento del jurista prusiano en los siguientes términos:

« We examine Schmitt 's developing 1heo1y of diclalorship [ .. .}, I argue 1hat Schmitt seeks lo push
liberal conslitutionalism definilively aside as polilically inejfeclual and obstructionist in lhe face of
1he leflist appropriation ofdictatorship. To do so, he develops a rightwing Caesarism lo combat the
vitality of what he sees as the /eft-wing Caesarism of Bolshevism, a counternotion of dictatorship

994
"el Catolicismo no puede, por supuesto, mandar que se peque; pero sabe muy bien que para el común de
los cristianos es moralmente imposible liberarse de cometer pecado. «Pecar» y «arrepentirse», en vez del
mero «creern luterano, son los dos términos de la dialéctica católica [en cambio para el protestante] no hay
nunca verdadero arrepentimiento, sino una actitud insincera con la cual el hombre pretende engañarse a sí
mismo y a Dios para alcanzar la absolución; y después vuelta a empezar hasta que, con el arrepentimiento
final a la hora de In muerte, tem,inc la farsa y, como premio, se gane e l cielo"; ARANGUEREN. José Luis.
Catolicismo y Protestantismo, óp., cit., págs. 71-73.
995
Allende reconocería que él firmó este Estatuto sólo como una maniobra "táctica" (Regis Debray, The
Chilean Revolution: Conversations with Allende, 1971 ).
996
El 4 de septiembre de 1970, Allende obtuvo el 36,6 por ciento de los votos. Seguido del candidato de la
derecha, Jorge Alessandri, con un 34,9 por ciento, y del abanderado de la Democracia Cristiana (DC),
Radomiro Tomic, con un 27,8 por ciento. Como no hubo mayoría absoluta , el Congreso pleno tuvo que
decidir.

337
338

that is as substantive, all~encompassing, misleadingly "temporary'' yet just as constitutionally


ahrogating as that af the communfats. St:hmitt effectively argues that situ:e the liberal Jmagination
can do 110 more than conjlate dictatorship with Caesarism, this conjlation is exac1Jy what the
liberals deserve, and Schmitt will be the one to give it to them,/'97• {Examinando la teoria del
desarrollo de la dictadura de Schmitt (... ], sostengo que Schmítt procura dejar definitivamente de
lado al constitucionalismo liberal por ser políticamente ineficaz y obstruccionista frente a 1a
aprop-iación de la dictadura de izquierda_ Para ello, desarrolla un cesarismo de derecha paTil
combatír la vitalidad de lo que él ve como Cesarismo de izquierda del botchevísmo, una contra-
noción de diétadura que es tan sustancial) abarcadora y engaflosamente «temporal>>. pero sin
embargo tan constitucionalmente derogable como la de los comunistas, Schmitt con eficacia
argumenta que dado que la imaginación liberal no puede sino confundir dictadura con Cesarismo~
esta confusión es exactamente io que los liberales merecen, y Schmitt, será quien se las dé]m..

Se dice~ y en ello parece haber consenso. que la influencia de Schmítt se acogió con mayor
beneplácito durante el régimen franquista y que habrían sido Luis Legaz y Lacambra;
Francisco Javier Conde y Luis Sánchez Agest:a los principales jmpulsores de su influencia
en la península, aun cuando no los únicos (habría que agregar a Gómez Arboleya. Carfos
Ollero, Jesús Fueyo, Manuel Fraga~ José Caamaño y Áivaro d'Ors, entre otros}999 , Desde
este escenario este pensamiento habria sido f1importado» por la doctrina constitucionalista
nacional principalmente a través de Jaime Guzmán 1000, quien habría tenido acceso al
trabajo del jurista prusiano~ especialmente su Teoría de la Constitución; además de un
especial afecto por las doctrinas franquistas de la que se senda recipiendario, Necesario es
aclarar que muchos creían (y creen) negativa la influencia en Espaful del autor germano,
especialmente Elfas Díaz y José Antonio Estévez y de alguna forma también, García de
Enterria, quienes se manifiestan contrarios a la idea de que pueda resultar beneficioso para
la cultura democrática progresista la utilización del trabajo de Schmitt. rnot.

,;nMcCORMICK, John P. «From Constitutional Technique to Caesarist Ploy, Carl Schmitt on Dictatorship,
Liberalism an Emergency Powers» en Dictatorshíp in History am:l Theory, Bonapantsm, Caesarism, and
Tota!itarianism, edited by Peter Baebr and Me\vin Richter, Cambridge Urtiversity Press, New York, 2004,
~g. 202.
Trad. Nuestra.
g,x, ''La referencia a este conocimiento directo de Schmitt por parte de Conde, principalmente, y también
L ~ es fundamental. No en vano podemos afirmar ,que la s<teoria del Estado» de Conde y la «filosofía
juridica» de Legaz, constituyeron la mas sólida legitimación ideológica del régimen franquista; L9PEZ
GARCfA. José A, «La presencia de Carl Schmitt en España» en Revista de Estudios Polilicos {Nueva Epoca)
Núm 91, Enero-Marzo, 1996, pág. 141,
JOO<' Raúl Bertelsen Repetto, había estudiado el doctorado en la Universidad de Navarra en 197 l.
1001
Ello debido a su inequívoca carga autoritaria.

338
339

De cualquier forma, lo cierto es que el pensamiento de Schmitt sí tuvo influencia tanto en la


Alemania de post guerra como en España. En este último escenario, según LOPEZ
GARCIA, se admite generalmente una triple dirección de su influencia: "Son tres las
«aportaciones técnicas concretas» 1002 de la teoría jurídica Schmittiana en las que se han
centrado la doctrina española: 1. La crítica de Schmitt a la justicia constitucional; 2. Las
relaciones entre el Parlamento y Ejecutivo y 3. La teoría Schmittiana de las «garantías
institucionales»" 1º03. Así podríamos afirmar consistentemente que son varios los ámbitos en
que es posible identillcar la influencia de Schmitt en la construcción del modelo político
levantado por el Régimen Militar. Analizaremos aquellos que nos han parecido más
relevantes.

La primera utilidad que habría prestado el pensamiento de Sclunitt se relacionaría con


articular la justificación del gobierno de facto; el tema de la legitimidad del gobierno
autoritario. Conforme esta idea, se analiza el carácter de dictadura soberna que habría
cogido in corso el Gobierno Militar; afirmamos ello porque nos parece poco debatible
ahora que en un principio prefirieron justificar el golpe de estado apelando a la existencia
de una espuria dictadura comisaria; postura que fue luego desechada.

Una segunda utilidad, habría consistido en proporcionar la ingeniería política necesaria


para realizar una labor constructiva constitucional que pudiera sortear la naturaleza
transitoria que tienen todas las dictaduras. Hacer una estructura perdurable que pudiera
surcar con éxito las ulteriores aguas democráticas, no siempre exentas de turbulencias. En
este punto al igual que en España se he recogido la idea de de proteger las instituciones
limitando la discrecionalidad legislativa, de manera tal de impedir se transforme la
estructura fundamental de las instituciones más relevantes. La teoría Schmittiana de las
«garantías institucionales» se ha podido verifican en las constituciones alemana y española:
"La doctrina de Schmitt ha tendido efecto en la Ley Fundamental de Bonn ... y también en
ordenes jurídico-constitucionales como el español. La teoría de las garantías
institucionales ... ha tenido como fin afinnar rorundamente que el legislador tiene libertad
para regular derechos e instituciones consagradas en la Constitución, pero que esa

1002
SORIANO, José Eugenio, «Breve Reflexión sobre Car! Schmitt», Revista de las Cortes Generales, Núm.
6, 1985, pág. 275.
1003
LÓPEZ GARCÍA José. A .. óp. cit., pág. 160.

339
340

discrecionalidad legislativa tiene un límíte: mantener la estructura fundamental de la


institución correspondiente" 1004.

"'Mediante la regulación constitucional. puede garantizarse una especial protección a c-íertas


instituciones. La reguladón constitucional tiene entonces la finalídad de hacer imposible una
1005
supresión en vía legislativa ordinaria"

El otro aspecto en que también se concuerda, es en la critica que hace Schmitt a la justicia
eonstitucional. Es éste su aporte más original a nuestro sistema político; y podemos situarlo
en alguna medida en un texto emblemático denominado la Defensa de la Constitución 1() 06•
En breves páginas aquí desarrolla la tesis, en consonancia con Benjamín Constan~ de que
no se le puede encomendar a los tribunales de justicia (ninguno) la tarea de proteger la
Constitución. Tal labor corresponde exclusivamente al Jefe de Estado. Esta (original) idea
servirá de eje para blindar 1a estructura propiciada por Guzmán y el Gobierno Militar.
Creemos que también explica la debilidad de 1os tribunales de justicia dentro del sistema
original de la Constitución para realizar la tarea de control del poder político. La cuestión,
para SCHMITT, es muy distinta de aquella de aplicar o no normas que sean contrarias a la
Constitución, como es el caso de las funciones que desarrolla un Tribunal Constitucional
tradicional.

''. . .la función constitucional del protector de 1a Constitución radica precisamente éó suplir y hacer
superfluo este general y eventuaHsímo dereeho a la desobediencia y a la resistencia. Solo entonces
puede decirse que existe un protector de la Constitución, conforme al esplritu de las instituciones.
Por consiguiente, no podemos decir que sean defensores de la Constitución todas aquellas entídadcs
y personas que eventualmente mediante la no aplicación de leyes inconstitucionales o el
incumplimiento de mandatos de igual naturaleza, puedan contribuir a que la Constitudón se respete
y a que no queden vulnerados los derechos protegídos por la Constítución" 1007 •

Esta confusíón se explica en términos generales porque en su gran mayoría los juristas y
también los políticos profesionales ignoran las diferencias efectivas que existen entre

lllitt GALLEGO ANABITARTE, Alfredo, «Derecho tundamentales y garantías instituciomdes: análisi5


doctrinal y jurisprudencia!, Civitas, Madrid, J994, pág. I7. citada por López García, José A., óp. cit, pág.
164.
lüO; SCHMITI, Carl, Teorla de la Constitución, óp., cit. pág. 175; véase Ja distinción que hace el autor en la
Sección II de la obra§ 14, IV.
rno<, "La Constitución procura especialmente dar a la autoridad del Presidente del Reich posibilidades para
enlazarse de modo dírecto con esta voluntad política del conjmito del pueblo alemán y para proceder en
consecuencia como protector y guatdiafl de la unidad conStitucional y de la íntegridad de la nación",
SCHMITT. Cati. La Defensa de la Constitución, Editorial Tecnos S.A. Madríd, 1998, pág. 251.
iom lbidem, pág. 56,
340
341

Constitución y ley constitucional y porque además se deja en el tintero el hecho de que


estamos frente a una cuestión de carácter político y no jurídico 1° 08 • Si miramos con atención
esta característica del sistema y que atribuimos a la inspiración de Schrnitt, podríamos sacar
conclusiones muy distintas de lo que realmente se pretendió con la ampliación de las
facultades del Tribunal Constitucional. Por ejemplo podríamos, sin mayor esfuerzo lógico
concluir que dichas facultades eran innecesarias (salvo por su connotación si mbóli ca) para
el fin que -se dice- persigue este organismo. Lo más probable es que estemos ante una
maniobra distractora; desviar la atención ciudadanía hacia estas facu ltades y no detenerse
en el verdadero rol que en esta materia asume e l Presidente de la Republica como defensor
de la Constitución, en consonancia con sus facultades acrecentadas.

Otro texto emblemático es Teología Política que examina la naturaleza de la soberanía 1009 y
otorga un refuerzo a la idea de contrarrevolución 1010 que será uno de los aspectos
detenninantes para la sustentación del Régimen Militar y sus postulados políticos y
1011
doctrinarios; y que han recibido la denominación de portalianos • Es particulam1ente
interesante el análisis que hace Schrnitt del tema de la soberanía con una frase que se
encuentra ya integrada en el acervo de la riqueza de la doctrina política: «Soberano es el
que decide sobre el estado de ex,cepción» 1º12 • Desde esta perspectiva se abre toda la
temática de justificación de la existencia de una soberanía que no se encuentra en manos de
la ciudadanía.

1008
"Una constitución no se apoya en una nonna cuya justicia sea fundamento de su validez. Se apoya en una
decisión política surgida de un Ser político, acerca del modo y forma del propio Ser". SCHMITT, Carl,
Teoría de la Constitución, Alianza Editorial, trad. Francisco Ayala, Madrid, 2003, pág. 94.
1009
"Soberano es aquel que decide sobre el estado de excepción [ .. . ) Esta definición es la única que se ajusta
al concepto de soberanía como concepto limite [ ... ] La decisión sobre lo excepcional es la decisión por
antonomasia". SCHM ITT, Carl, Teología Política. cuatro ensayos sobre la soberanía, Editorial Struhart &
Cia., Trad. Francisco Javier Conde, Buenos Aires, 1, pág. 23.
1 10
º El ensayo IV se titula precisamente Contribución a la Filosofia Política de la Contrarrevolución, donde
destaca los aportes de "Los Filósofos católicos del Estado, De Maistre, Bonald y Donoso Conés, que en
Alemania se llaman románticos porque eran conservadores o reaccionarios e idealizaban la Edad Media..".
Ibídem, pág. 75 ss.
1011
Don Diego Portales y Palazuelos (Santiago, 16 de junio de 1793 - Valparaíso, 6 de j unio de 1837)
político, comerciante y ministro de Estado. Con firmeza y energía consolidó el orden social y político del país
que estaba sumido en la anarquía luego de la lucha por la Independencia. Establece una Constitución
autoritaria dada su poca fe en las aptitudes democráticas de los criollos. Muere trágicamente en un alzamiento
militar.
1012
SCHM LTT, Carl. Teología Política, óp. cit., pág. 23 [«Sovereign is he decides on rhe exceprion»}.

34 1
342

Un aspecto importante en esta obra constructiva del Gobierno Militar y sus colaboradores
civiles fue indudablemente el sistema económico que se deseaba fijar de forma importante
(el cual podrimos motejar más propiamente de revolucionario), que fue también motivo de
atención por parte de Schmitt; pero aquí se deben considerar algunas otras ideas de
importancia similar o mayor que la del jurista alemán, como las de Schumpeter y de
pensadores del liberalismo económico, espe,cialmente Hayek. Hemos destinado el capítulo
segundo para desarrollar esta cuestión de modo tal que nos remitimos a él para evitar
repeticiones.

Pero, volviendo a nuestro asunto, nos parece que el pensamiento de Schmitt servía de igual
forma para situar y entender la enfermedad política que aquejaba a nuestro país como
asimismo para delinear las posibles alternativas de reconstrucción del sistema. La primera
se refiere a la fragilidad que demostró el modelo liberal para enfrentar la creciente
irrupción hegemónica del marxismo-leninismo no solo en nuestro país sino en todo el
continente. Las razones de este éxito, según expusimos en el capítulo 1, se relacionaban con
su penetración social y su intenso trabajo de base. Este activismo estaba muy lejos de las
prácticas políticas de la derecha tradicional. Por ello la labor de penetración en terreno se
convierte en el principal frente de trabajo de Jaime Guzmán y su grupo gremialista. Estos
logran efectivamente penetrar en un feudo que parecía acaparado por la «vitalidad» de la
izquierda marxista. Los resguardos que toma el texto constitucional, habida consideración
esta realidad, son evidentes. Todo ello en consonancia con lo que entiende Me Cormick
como eje central del aporte de Schmitt.

Se construye la institucionalidad política teniendo in mente esta prevención Schmittiana,


que por decirlo claramente, correspondía exactamente al estado de cosas que acontecía en
nuestros países en la década de los setentas. Esta cuestión central no puede ser dejada en el
tintero y será la piedra angular que sostenga la explicación que intentamos levantar. Hay
quienes van todavía más lejos en su calificación del sistema y atienden que se ha construido
aquí un régimen de corte fascista impulsado por poderes facticos globales: "Cumpliendo la
voluntad de los monopolio extranjeros, ante todo norteamericanos y realizando sus
proyecto ambiciosos de «salvadores de la nación, la junta de Pinochet tramaba aplastar la

342
343

1013
democracia y establecer en el país un régimen militar-fascista autoritario" . Esta
advertencia extremadamente radical, el tiempo se ha encargado de desmentirla, como tantas
otras.

Quizás si al igual que Portales, citado por Bravo Lira 10 14, el constituyente haya tenido el
temor que la institucionalidad construida por él, pudiera ser desmantelada por alguna
mayoría parlamentaria ocasional (y pasional) que echarían por tierra todos los esfuerzos y
el sacrificios, inclusive de vidas humanas, que significó la labor constructiva del régimen
militar, que entre otras cosas excluía del juego político a los partidos totalitarios.

A pesar de que hemos enfatizado ya la importancia técnica del pensamiento de Schmitt para
hacer posible una salida política a la crisis institucional que se produjo en nuestro país a
principios de los setentas; muchos todavía estiman de mayor relevancia resaltar el pasado
1015
nacionalsocialista del jurista alemán, «el kronjurist de Hitler» ; como asimismo recalcar
la vinculación de sus discípulos hispanos con el régimen de Franco; en lugar de analizar la
medida y la forma en que se utilizó este valioso trabajo.

Sin que pueda acusárseme de impiedad, debo hacer presente que Schmitt nunca tuvo
relación con el proceso que estaba ocurriendo en Chile en aquella época; entre otras cosas
porque carecía de vasos comunicantes con nuestro país, salvo por una o dos obras de su
autoría y no muchas más de sus discípulos; y si tal recriminación pretende demostrarse por
e l arribo de tales textos, cabe precisar que estos, como cualesquiera otra obra humana,
pueden ser ocasión de buenos o malos propósitos, generalmente ajenos a sus autores.

Los constitucionalistas chilenos estaban parcializados y radicalizados al igual que el resto


del país; y quizás debiéramos mencionar que engrosaban mayoritariamente las filas de una
sola de las posturas que dividía la institucionalidad política en aquella época [fines de los
sesenta y comienzos de los setentas], muchos siguen en esta misma senda. No existía un

1013
GRISÁ EV, Pavel y Chibiriáev, Stanilslav. Chile legisla el Fascismo, Editorial Progreso, traducido del
ruso N. Scherbakova, Moscu, 1980, pág. 97.
101
• BRA YO LIRA, Bemardino, De Portales a Pinochet, óp. cit.. pág. 11 S.
i oi s CRISTI, Renato y Ruiz Tagle, Pablo, la República en Chile, óp. cit., pág. 16.

343
344

desarrollo significativo de nuestra doctrina constitucional que permitiera salidas adecuadas


0 6
al problema político planteado por la «vía chilena al socialismo»' ' .

Dadas estas necesidades apremiantes; el constituyente requería una batería conceptual que
le sirviera adecuadamente para construir la «Nueva institucionalidad» que era uno de sus
1017
anhelos más caros y evidentemente halló en el trabajo de Schmitt la luz que iluminó
correcta y adecuadamente los pasos severos que exigía una tarea de tal magnitud.

Este abordaje no de ninguna forma caprichoso sino que obedece al deseo de descifrar una
lógica y un lenguaje que subyace en nuestro texto básico y en su institucionalización. Se
trata como dice PERELMAN de que el encuentro de los espíritus "requiere un lenguaje
1 18
común que pueda ser comprendido por los oyentes, y que el mismo les sea familiar" º .

Como podíamos entenderlo y participarlo sino a través de simplificar sus postulados y


nudos.

En derecho las cosas se deshacen en la misma forma en que se hacen y desde luego que
comprender correcta y desapasionadamente la obra de Schmitt lejos de ser ocasión para la
injuria, debe serlo para la reflexión y la planificación. Se puede, entre otras cosas, hacer el
proceso inverso de aquel que se utilizó para construir el sistema. Si es que se desea aquello.

24. Neoconservadores

Es posible encontrar rastros en aqueUa época (con mayor fuerza décadas después), de una
corriente de ideas que aparece adyacente pero diferenciada de la neoliberaJ; y al igual que
aquella, con una fuerte injerencia en el proyecto global norteamericano. Su historia se
asemeja a una mezcla sofisticada de novelas de espionaje y tramas intelectuales. Se afirma
que su origen remoto estaría en el marxismo trotskista. Muchos intelectuales europeos y

1016
" Proyecto político de la Unidad popular para acceder al objetivo del socialismo dentro de los marcos de
sufragio, a través del uso de la institucionalidad vigente, de democracia, el pluralismo y la libertad",
GARRETON, Manuel A. y MOULIAN, Tomás, la Unidad Popular y el conflicto político en Chile,
Ediciones Chile América CESOC y LOM Ediciones, Santiago de Chile, 1993. pág. 184,
1017
Y de sus discípulos españoles, argentinos y mexicanos. Vid supra pág.,
1018
«O contato dos espíritos exige urna linguagem común que possa ser compreendida pelos ouvientes, que
lhes seja mesmo familiarn PERELMAN, ChaYm, Lógica Jurídica, Nova Retórica, Martins Fontcs, trad.
Vergínia K. Pupi, Silo Paulo, 2000, pág. 145.

344
345

norteamericanos, defraudados por el trato que la revolución marxista dio a su ideólogo,


cambiaron de bando.

A partir de allí se articula un grupo que se denominaría los New York lntellectuals, que
cumplirían misiones para la C.I.A. en el marco de la Guerra Fria CuJtural. El debate en el
seno del principal grupo trotskista americano, el Socia/is! Workers Party, llevó a enfrentar a
los trotskistas ortodoxos favorables a la Unión Soviética con los revisionistas, liderados por
Max Shachtman y James Burnham. Esta segunda facción sería la que daría pie a la futura
conformación neoconservadora.

Mucho se ha especulado acerca de la importancia estratégica de los intelectuales de


izquierda no marxista (luego de la escisión mencionada) para las estrategias ideológicas de
los Estados Unidos en la Guerra Fría Cultural. Esta labor comprendía la contratación de los
servicios de estos profesionales, para desarrollar una «ideología que rivalizase con el
.
comunismo» 1019
; pero lo cierto
. es que concretamente se tiorma una importante
. trama d esde
los claustros universitarios para oponerse a la in.fluencia marxista en el orbe. Un actor
principal en estas ramificaciones fue un desconocido profesor de Filosofia Política de la
Universidad de Chicago, que mantuvo un bajo perfil hasta su fa llecimiento. Su figura no
habría salido a la luz pública de no ser porque sus discípulos neoconservadores revelaron la
importancia de sus enseñanzas en la conformación ideológica del colectivo; me refiero a
Leo Strauss ( 1899-1973), un refugiado judío de origen alemán, que había recibido ayuda en
los inicios de su carrera, de Carl Schmitt, quien sería una de sus referentes intelectuales
junto con Martin Heidegger y Platón. La importancia de Strauss es que albergó entre sus
alumnos, especialmente de doctorado, a una serie de personajes que luego tomarían
importantes cargos en las esferas del poder, especialmente en las administraciones
conservadoras en los Estados Unidos. Este aspecto de la doctrina neoconservadora ha
recibido la denominación de neotradicionalismo.

" Strauss no fue denunciado como neoconservador hasta los años de la «revolución conservadora de
Ronald Reagan ( 1981- 1989), cuando algunos de sus discípulos coincidieron con los

1019
Vid. RUIZ, Francisco J., «El Origen de los Neoconservadores»; Norba Re vista de Historia, disponible en
la red en: dialnct.unirioja.cs/dcscarga/ar1iculo/3827828.pdf

345
346

(<neoconservadoreM, que entonces culminaban su largo viaje ideológico desde las füas del
.
trotsk 1smo en 1os anos
- tremta,
. hasta eI republ'1can1smo
' .. i-0:2¡¡ .

El profesor Strauss tenía la convicción que el moderno liberalismo tenía una peligrosa
tendencia hacia el relativismo moral extremo; que lo habría de empujar inevitablemente
hacía el nihilismo. Haciendo extenslón de estas ideas en las democracias liberales; la
consecuencia serla la re<:reacíón de una mezcla de valores sin propósitos y un hedonista
igualitarismo permisivo que tenninarla por deteriorar sino destruir la sociedad moderna y la
filosofía. La idea de libertad individual tan fuertemente alojada en la ciudadanía toda,
impulsaba a esta a cuestíonarlo todo~ tanto si se estaba frente a valores como a verdades
morales. De tal suerte que estos mísmos actores estaban regidos (únicamente) por sus
voluntades egoístas y ello representaba una amenaza efectiva sobre los valores que
mantenían cohesionada a la sociedad,

La forma de revertir este lamentable estado de cosas se hallaba. según este pensador. en la
fusión entre moral, potitica y religión. Mostró poco aprecio por la concepción moderna de
democracia; predicaba acerca de la inconveniencia de transparentar las verdades terribles
que al trafago de la vida forzaba a los gobernantes; y para ello dio un nuevo giro a Ja idea
platónica de la mentira noble como instrumento en manos de los líderes políticos.

.,Conocida es la posictón del profesor alemán con respecto a la religión, a la que ve como una
herramienta poJftica hecha expresamente para las masas y no para las mínorías superiores; es el
oplo necesario para el pueblo, al que cabe inventarle ]as nobles mentiras desde el poder pára
mantenerle inenne" 1º11 •

Aun cuando este movimiento puede remontarse hacia los primeros años del siglo XX.
según hemos afirmado previamente; su estreno en sociedad ocurriría en la década de los
ochenta de dicho siglo; época en la que el término «neoconservadurismo)), fue utilizado en
un sentido peyorativo: hacía referencia a un grupo de miembros del Partido Demócrata que
había pasado a las fi1as del Partido Republicano. Se hacía referencia, entonces, a ex
militantes de izquierdas. como Irving Kristol, Nonnan Podhoretz.. Daniel BeU, Peter
Berger, Samuel P. Huntington, Michael Novak, Nathan Glazer y Nlartín Lipset, entre los

·o:i◊ MOLAS, Joseph M.; Medrano, Gregorio Luri y Laastra Antonio, «leo Strauss y los neocons: Debate
filosófico o polémíca mediática», disponible en la red en: Jatorredelvirrey.es.lpdf/01/leo,strauss.pdf
in1t MALDONADO, J. «Política y Religión en la Derecha Cristiana de fos EE.UU,», disponible en la red en:
http:l!pendientedemigracion.ocm.es/centros/cont!descargas/documentol7465.pdf

346
347

más destacados; quiénes terminaron asumiendo posiciones políticas conservadoras y


relevantes cargos públicos.

Desde una perspectiva distinta, pero desde el mismo claustro universitario, nuestro
conocido Friedrich Hayek, realiza una importante labor de difusión en contra de la
ideología socialista, que fue acogida de manera entusiasta por las elites conservadoras en la
época del golpe militar: Ya dijimos que su influencia concreta en el modelo político de
nuestro país fue tan importante que muchos denominaron a la Constitución de 1980 como
la «Constitución de la Libertad». La visión negativa de Hayek respecto de la supremacía de
las mayorías, se hizo sentir en muchos aspectos del texto político; especialmente en su
sistema electoral, con una clara perspectiva contra-mayoritaria.

La fuerte influencia de Hayek en el origen del movimiento Neoconservador es reconocida


por el mismo Irving Kristol 1022, "la admiración, a decir de l. Kristol, se alarga a Aristóteles,
el respeto a Locke y la paternidad a A. Smüh, teniendo a los «Padres Fundadores» de la
Constitución americana como los genios políticos creadores del sistema. Más cercanos a
nuestro tiempo se recuerda a Leo Strauss, R. Kirk, F, Hayek como inspiradores parciales de
1 23
algunas de sus ideas" º • Hayek es según LECHNER, "el espíritus rector del pensamiento
neoconservador (al menos en su fundamentación filosófica) plantea la lucha entre dos
principios irreconciliables: el mercado y la organización: Hayek visualiza al igual que su
1 24
colega Ritter, una «enemistad mortal» que no conoce camino intermedio" º •

Dijimos que otra relevante contribución del maestro austriaco, esta vez a nivel global,
consintió en crear vasos comunicantes muy relevantes entre la teoría política que el
proponía, que podríamos calificar hoy en día de neoconservadora; con otra de las doctrinas
engendradas por la Universidad de Chicago: el neoliberalismo. Esta labor de conexión si
bien resulta evidente, no ha sido adecuadamente destacada y vale la pena traerla al tapete en
este parte del trabajo, dado que lo que tratamos de hacer es de qué fom1a se produjo la

1022
KRISTOL, lrving, Rejlections, XII, pág. 76.
1023
MARDONES, José María, «La kulturkampf del neoconservadurismo americano. La recreación del
consenso social en las economías capitalistas desarrolladas desde la relectura de la tradición liberal neo-
conservadora», disponible en la red en: uca.edu.sv/revistarealidad/archivo/4e7c9b326232alarecreacion.pdf
1024
LECHNER, Norbert, «El Proyecto neoconservador y la Democracia», Critica & Utopía Nº 6, disponible
en: http://politicaseinstitucioneseducativas.sociales.uba.ar/files/20 J l /03/ Lechner-Proyecto-neoconservador-y-
democracia.pdf

347
348

confluencia de esta dos postura en apariencia disimiles (y no solo en apariencia). Sin duda
se trató de una alianza estratégica, y a juzgar por el pensamiento de Hayc~ perfectamente
avenida con las circunstancias de una modelo cataláctico como aquel propuesto por et
maestro vienés,

"La noción de gobernabfüdad que se quiso instalar en América Latina durante los años 90 buscó la
subordinación de todas las relaciones sociales a las leyes del mercado, eliminado todo conflicto de
intereses material opuestos, es decir aboliendo la política. La justificación de esta idea proviene de
Friedrich Hayek, para quien la política de ha vuelto demasiado importante, costosa y nociva, y
absorbe demasiada energla mental y recursos materiales; por eso, en tanto facto de desestabiJi7,ación
es necesario suprimirla de la vida cotídíana de las personas" 1º25 ,

La propuesta de Hayek (y la de sus cofrades de Mont Pelerin) se pone en las antípodas de lo


que se entendía (oficialmente) debía ser Polifica, no solo en nuestro país síno en toda
Latinoamérica; dinámica que er..t enteramente afin con las nuevas ideas de la globaHzación
neolíberal. Esta última no desea la perpetuación de 1a lógica de enemistad inherente a la
Política; misma que había llegado a sus extremos más deleznables con los proyectos
totalitarios de mediados de siglo; haciendo blanco en minorías de los cuales muchos de
estos intelectuales eran acendrados exponentes.

Hayek, se convierte entonces en el gran referente en la instalaclón ideológica del sistema


político autoritario. Seiiala, como una forma de acercar posiciones hacia la democracia, que
han existido mayores libertades culturales y espirituales bajo regímenes autocráticos que
bajo algunas democracias; y que es perfectamente posible que en gobiernos homogéneos y
doctrinales; el sistema democrático pueda ser tan opresivo como la propía dictadura y ello
aun amparado por et sistema lega1i 021\ No puede extrañar entonces que para él puedan
plantearse, aún en democracia, hipótesis de restricción y aún de suspensión de la

"m HA YEK, Priedrich, «el Ideal demo;;;rático y !(la contención dd poden,. en R.evista de Est11dios Públicos
N"I, Santiago de Chile, 1980, pág., 77; Hayek, Frledrich, «Los principios del orden social liberal» en Revista
de Estudios Públicos, N" 6, Santiago de Chile, 1982, citado por CARDENAS, Rodrigo, «Los principios del
modelo neoconservador de gobemabihdad aplicado en América Latina durante los 90», disponible en la red
en: nuso,org/upload/artículos/3378_1,pdf
iou "Dando al Estado poderes ilimitados, la norma llUÍS, arbitraria p•iede legalizarse, y de esta manera una
democracia puede establecer el más completo despotismo imaginable", Camino de Servidumbre, Alianza
Editorial, tercera reimpresión. trad, José Vergara, Madrid, 2005, pág. 117.

348
349

libertad 1027. O quizás mejor explicado: esa facultad de destruir la libertad no solo se hace
posible en un escenario autoritario.

En «Camino de Servidumbre» ( 1944), repudia ácidamente las diferentes formas de


colectivismo, a firmando consistentemente los principios de individualismo, laissez faire y
del funcionamiento espontáneo de las fuerzas sociales. Defiende enérgicamente la tradición
individualista como fuerza creadora de la civilizac ión occidental 'º28

" El Estado tiene que limitarse a establecer reglas aplicables a tipos generales de situaciones y tiene
que conceder libertad a los individuos en todo lo que dependa de las circunstancias de tiempo y
lugar porque solo los individuos afectados en cada caso pueden conocer plenamente estas
circunstancias y adaptar sus acciones a el las" 1º29•

Una de las preocupaciones de los Neoconservadores es precisamente la posibilidad de que


el proyecto socialista pueda volver a plantearse como una alternativa viable de explicación
de la realidad. "El objetivo neoconservador es, según un título de Friedrich Hayek, La
contención del poder y el derrocamiento de la política. La voluntad de los hombre de
decidir sobre sus condicione materiales de vida y de asumir colectivamente la
responsabilidad por la vida de todos es combatida en tanto socialismo" º
1 30
. Sospecha de los
socialismos a los cuales sitúa en un plano de igualdad, aun cuando pudieran existir en ellos
matices más o menos relevantes 103 1; todos convergen hacia figuras totalitarias; no
solamente en un escenario dictatorial,

" Una verdadera «dictadura del proletariado», aunque fuese democrática en su forma, si acometiese
la dirección centralizada del sistema económico destruiría probablemente, la libertad personal más a
1 32
fondo que lo que haya hecho jamás ninguna a utocracia" º •

1021
"Cuando existe la amenaza de un enemigo externo, cuando estalla la rebelión o la violencia arbitraria, o
una catástrofe natural exige que se emprenda una acción rápida y se realice con todos los medios disponibles,
es preciso conceder a alguien unos poderes de organización coactiva que normalmente nadie posee",
HA YEK, Friedrich, Derecho Legislación y Libertad, Derecho, l egislación y libertad, una nueva formulación
de los principios liberales de la j ustic ia y de la economía política , Unión Editorial, trad. Juan Marcos de la
Fuente, Madrid, 2006, pág. 490.
1028
HA YEK, Friedricb, Camino de Servidumbre, óp. cit., pág. 50.
9
io? HA YEK, Friedrich, ibídem, pág. 109.
1030
LECHNER, Norbert, «El Proyecto neoconservador y la Democracia», Critica & Utopía Nº 6, óp. cit.,
pág. 11.
IOJ I Ibídem, Nº 3 pág. 62 SS.
1032
Ibídem, pág. 104.

349
350

Hayek ha intentado explicitar que el orden es posible sin necesidad de un diseño o un


comando central. Va incluso más allá, señalando que no es posible cumplir las expectativas
de un control o dirección conscientes de los procesos sociales y que los intentos de
mantener el control o de dirigir el desarrollo social sólo pueden conducir a la pérdida de la
libertad y, en último término, a la destrucción del proceso civilizatorio. "El gran objetivo de
la lucha por la libertad ha sido conseguir la implantación de la igualdad de todos los seres
humanos ante la ley", afirma HA YEK al inicio del capítulo VI [igualdad, Valor y Mérito]
pues la parece esta la única que conduce a la libertad y que cabe implantar sin destruir la
1033
propia libertad. Si bien el Estado ha de tratar a todos igualmente, no debe emplearse la
coacción en una sociedad libre con vistas a igualar más la condición de los gobernados. El
Estado debe utilizar la coacción para otros fines". 1º34•

Lo que es preciso reconocer, empero, es que todo esto no puede sino conducir a la
desigualdad en términos reales. La igualdad ante la ley, que es requisito de la libertad,
1035
conduce a desigualdades materiales . El argumento de HAYEK es que "aun cuando el
Estado ha de emplear la coerción por otros motivos, debe tratar a todo el mundo de igual
modo; el afán de igualar la condición de todos es inaceptable en una sociedad libre[ .. . ] En
el pasado, las fuerzas espontáneas del proceso de expansión, aunque estuvieran restringidas,
solían defenderse de alguna manera en contra de la coerción organizada del Estado 1°36.

Sin embargo, su temor estriba en que, ante el gran desarrollo de los medios de control
tecnológico de que hoy disponen los gobiernos, el equilibrio del poder pueda cambiar. "No
estamos lejos del punto en que las fuerzas deliberadamente organizadas de la sociedad
puedan arrasar a aquellas fuerzas espontáneas que han hecho posible el progreso" º
1 37

Hayek ve con sospecha, si no con franca alarma, las restricciones a la interacción humana

1033
HA YEK, Friedrich, Los Fundamentos de la Libertad, Unión Editorial, octava Edición, trad. José Vicente
Torrente, Madrid, 2008, pág., 12 1.
1034
Ibídem, pg. 123.
1035
Vid. HA YEK, Friedrich, Camino de Servidumbre, Alianza Editorial, Tercera reimpresión, 2005 pág .
11 3."El estado de derecho, en el sentido de la primacía de la ley formal, es la ausencia de privilegios legales
para unas personas designadas autoritariamente, lo que salvaguarda aquella igualdad ante la ley que es lo
opuesto al gobierno arbitrario. Ibídem.
1036
Ibídem, p. 38.
1037
Ibídem, p. 38.

350
351

en los límites que determinan las fronteras estatales, restricciones impuestas en nombre de
1038
la comunidad .

Es razonable conceder como ciertas, las ambigüedades, tensiones y confusiones que ven sus
críticos en algunos de sus conceptos más emblemáticos; sin embargo, el atractivo de su
sistema siguen siendo inobjetables. A pesar de (o incluso debido a) sus aspectos
problemáticos, e l sistema de ideas de Hayek es todavía un programa de investigación
poderoso y preciso -el más incitante que tenemos a nuestra disposición- para investigar
la filosofía social liberal clásica 1°39.

Hayek construye «Camino de Servidumbre» en un ambiente agredido por los horrores de


las experiencias totalitarias y decide, junto a otras figuras relevantes de su tiempo, hacer
algo al respecto. Ese «algo» era crear y promover la sociedad de discusión filosófica y
0 0
multidisciplinaria «Mont Pelerim/ ., , que en su largo recorrido y constitución cuenta entre
sus miembros fundadores a importantes intelectuales como a Karl Popper; Ludwig Erhard
y Wilhelm Roepke entre otros; a este grnpo se incorpora posteriormente Milton Friedman
( 1944), quien a partir de esta experiencia, toma la decisión de incursionar en la economía
política que no había recibido su atención hasta entonces. Siempre queda la sospecha si
puede atribuirse a esta sociedad e l haber impulsado (¿decidido?) el reemplazo de la lógica
política por la económica en el escenario global, atendidas las brutales [genocidas]
consecuencias que había producido la implementación de la lógica amigo-enernigo, propia
de la política (tesis sustentada con éxito por Schmitt). Decisión que en el corto plazo hace
que este cambio de giro afecte a la sociedad planetaria, transformada en aldea global y
devenida luego en sociedad de consumo. Importantes miembros de esta sociedad tenían
como Hayek, Popper o Friedman, importantes razones personales para justificar este
cambio de eje.

1038
Este es. en grandes, líneas, el argumento del capítulo 11 de The Constitution of liberty: "The C reative
Powers of a Free Civilization"(El Poder Creador de la C ivilización Libre]. Se puede decir que es el tema
g lobal de toda la obra; en cierto momento Hayek consideró incluso la posibilidad de emplear el título del
capitulo 11 corno título (y posterior subtítulo) del libro.
1039
Grey, ibídem.
1040
En 194 7, Hayek convocó a 36 intelectuales, la mayoría economistas, junto con historiadores y filósofos en
el Ho1e/ du Pare en la villa de Mont Pelerin, cerca de la ciudad de Montreux, Suiza.

35 1
352

Otras iniciativas que han impulsado también la tendencla hegemónica del libre mercado a
1041
nivei global. son el denominado «Consenso de Washin.gton» , que define el marco de las
políticas económicas aplicadas en gran parte del mundo y también en Latinoamérica desde
hace unos treinta afios~ como lo fueron antes Jos <(Acuerdos de Bretton Woods» (1944) y
sus organízacíones emanadas (Banco Mundial y F.MJ.); y una institución mucho más
invisibilizada y por eHo mismo tremendamente relevante como es la «Comisión Trilateral»
fundada por David Rockefeller en 1973 1°'2 . Esta última con un programa mucho más
agresívo que sus predecesoras y cuyo norte parece ser sustituir las soberanías de los estados
nacionales.

Un aspecto muy relevante para lo que estamos desarrollando es que los neoconservadores
adoptan al neoliberaHsmo como el eje económico de su programa. El neolíberalismo~
además de un modelo de capitalismo caracterizado por una nueva y más flexible estructura
social de acumulación que supone la transicíón del capitalismo regulado al capitalismo
globalizado. es también la ideología económica y política dominante en Ja configuración de
las relaciones económicas, políticas y sociales a escala global.

'"'Su diferencia con los neo/ibera/es está en que, aunque buena parte de los neoconservadores sean
también partidarios de las tesis del neoliberalismo, los neolíberales no comparten las
preocupaciones neoconservadoras por las cuestiones étícas y religiosas [... ] El Neoconservadurismo
no es enemigo del Estado de BienesUtr, lo que le diferencia del neoliberaHsmo y del viejo
Conservadurismo, que querrian desmantelarlo, pero piensa que el Estado de Bienestar Keynesiano,
que nació como un pacto de clase democrático[ ... ] no ha sabído moderar su intervencionismo y se
1043
ha sobrecargado de tal fonna que. en la práctica, se está haciendo ingobemable" ,

Para los neoconservadores los males que aquejan al sistema democrático son el efecto de un
exceso de democracia, dado que esto genera una sobrecarga al sistema político hasta
hacerlo ingobetnable, 4~La partkipacíón política directa debe reducirse todo lo posible, De

104
' Lista de diez recomendaciones en materia de política e<:onómica destinada a Influir globalmente. La
primera fonnulacíón del Consenso de Washington, se debe a John Williamson (1990) quien se fundamenta
en: una disciplina presupuestaria, cambios en las prioridades del gasto público (de áreas menos productivas a
sanidad, OOucación e infr;ir..-strncturns), en un{l refonn,.. fiscnl encamirrnda a busc:w hases imponibles: amplias y
tipos marginales moderados. en una liberalización financiera especialmente de los !ipos de interés. en la
búsqueda y rnanteliimiento de tipos de cambio rompctirivos, en la liberaliznción comercial, en la apertura a la
entrada de inversfolies extrnnjeras directas.. en privatizaciones, desre_gulaciones y en la gará1'.!tia de loo
derechos de propiedad,
li.l4l Esta organización cuenta con tres ramas: norteamericana; europea y japonesa, Cada Wla elabora la
estrategia más adecuada para su área de influencia. Su ideólogo principal es Zbigniew Brzerinski.
1041
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Politice Contemporáneo, óp. cit, pág. 299.

352
353

alú que la crítica más dura del Neoconservadurismo vaya dirigida contra quienes defienden
la «democracia participativa», que no solo se refiera a la política, sino a todos los ámbitos
de la vida: trabajo sanidad, vecindario, universidad" 1044. Este es un rasgo muy evidente de
la influencia neoconservadora en nuestro sistema; y es la principal causa de queja al sistema
de sufragio que existe por parte de la ciudadanía, al menos de aquella no afectada por la
indiferencia y la abulia.

" ... la democracia que postulan los Neoconservadurismos es incompatible con una pretensión
igualitaria que se refleje en la igualdad de resultados. Es una democracia que no solo permite una
significativa desigualdad de hecho entre los individuos, sino que la requiere para afirmarse", afirma
Demetrio VELASCO 1045 •

Michael Novak (mencionado por su influencia sobre en Jaime Guzmán), es el teólogo


neoconservador más prestigiado y reconocido del mundo liberal-capitalista. En el orbe
católico, la suya es una de las contribuciones más importantes en el uso explícito de la
religión judeocristiana como instrumento de legitimación teológico-moral de la
globalización capitalista neoliberal 1046. La teología neo liberal de Novak pone la religión al
servicio de los intereses de la globalizaciún hegemónica. Se trata de una teología
47
legitimadora de los grandes poderes fácticos económicos y políticos 1° .

Los neoconservadores insisten en la necesidad de un Estado fuerte, cuyo objetivo principal


es alcanzar el bien común; bien común que no consiste en una simple suma de intereses
privados, sino que encarna un interés superior de la nación en general. Al mismo tiempo, en
su actividad, el Estado tiene que dirigirse por el principio de la prioridad de los derechos
naturales del individuo sobre los derechos del Estado y la sociedad, y por tanto la base de
relaciones entre el gobierno central y la sociedad tiene que ser constituida por la noción del
Estado subsidiario que permite al gobierno ejercer un papel activo solamente en los
momentos críticos de la convivencia social.

"la estrategia neoconservadora consistirá en descargar al Estado de todas aquellas competencias


que sean excesivas en el ámbito económ ico-social y cultural, lo que supone despolitizar las
necesidades sociales, evitando que el apetito privado se convierta en interés público. El Estado no

1044
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp. cit., pág. 305.
1045
Ibídem, pág. 307.
1046
Ibídem.
104 7
fbidem.

353
354

debe hacerse cargo de los <~vicios privadcs►), como se considera toda exigencia que se juzgue
desmedida. Hay que devolver a la sociedad civil (ai mercado y a las asociaciones privadas) ia
responsabilidad de responder a dichas demandas y expectativas o exigencias (títulos, vivienda,
política ambiental atención médica, etc.). El mercado es un mecanismo capaz de dispensar las
responsabilidades y, así. de descargar del orden político una «cantidad cada vez mayor de
problemas de politica moral» que hacen la sociedad ingobemable" 1043 •

En este ideario tas «organizacíones intennediarias» (la familia, la iglesia. la comunidad


local, un gremio profesional) llevan toda la iniciativa y la responsabilidad por el desarrollo
de la sociedad. dejando a un lado a los partidos politicos, sindicatos politizados y otros
elementos de la sociedad civil <<antigua,;, Esta es 1a manera en que el neoconservadurismo
••combina liberalismo econOmico y el estatismo político, otorgando al Estado e1 poder de
árbitro en !as esferas política, moral y cultural, y la fuéllltad de determinar la naturaleza y el
contenido del bien común111049•

" ... a partir de su análisis de las relaciones entre el individuo, la comunidad y el estad◊, los
neoconservadores atribuían a la democracia un sentído diferente a las tradiciones liberal y social-
demócrata. Según el neoconservadurismo, las libertades económica y social son más importantes
que la libertad politica, ya que afectan de una manera más directa a la vida personal y familiar de
los lndivíduos. La falta de las libertades socioeconómicas convierte a la democracia política solo en
una fachada ideológica que no tiene contenido real alguno, y solo ta plena realización de las
libertades baslcas naturales puede garantizar la existencía de una sociedad verdaderamente libre. La
participación social es más inmedíata y cercana a las necesidades reales de la gente1 por lo tanto, "la
democracia social" se consideraba superior a la democracia política" 1030 •

Los neoconservadores se han convertido en una fueri:a muy relevante particularmente en la


sociedad norteamericana, amparados en la calidad intelectual de sus componentes. Se
afirma que «uno de cada cuatro de los setenta intelectuales americanos más prestigiosos
actualmente son neoconservadores" 1051 • Esto es importante no por cuestiones estadísticas
sino porque, como ya lo había señalado A. Tocqueville, en 1a tradición americana los
teóricos políticos han sido los grandes configurad.ores de las «ideas generales» que alientan
y gobiernan a la sociedad"". Finalmente podemos decir con MARDONES que la religión

hlts VELASCO, Deme-trio, Pensamiemo Político Contemporáneo, óp. cit., pág, 304-305,
tN'I FEDIAKOVA, Evgucnia. C,:mserv.adores e mnovadores.- la derecha en la segunda mirad del siglo ..:t'.x, óp.
cit.• pág. 36.
iMO FEDlAKOVA, Evguenía, fü¡dem.
MARDONES. José M3, José M•, Capitalismo y Religión, La religión política Neoccmsen'adora, Editorial
l!J5J
Sal Terrae. Santander 1991, p.'ig. 41.
!Ml Ibídem.

354
355

política NC se ejercita a través de una ética, últimamente religiosa, para la legitimación del
capitalismo democrático. Este ideario tiende a:

" a) reforzar un cierto autoritarismo doctrinal y moral y a negarse al dialogo con otras propuestas;

b) convertir a la religión cristiana en la guardiana de las vi11udes públicas del sistema.


Positivamente, como generadora de aquella ética puritana adecuada a la estabilidad y legitimación
del sistema. Negativamente, oponiéndose y desautorizando otros comportamientos ético-públicos;

c) hacer de la religión cristiana el «palio sagrado» del orden político social del capitalismo
democrático" 1º53 .

Para los Neoconservadores es importante resaltar el papel que tuvo la religión en la


configuración del sistema liberal democrático; particularmente la religión cristiana
(puritana), que desconfiaba de la naturaleza humana y de las instituciones creadas por ella;
de allí que se explique su afán en la:

" recuperación de la religión como condición de posibilidad de una adecuada cultura política. Pero
cuando se produce el fenómeno en que la " la modernidad fue sustituyen al puritanismo y la virtud
republicana por el hedonismo y el consumismo, y los individuos dispusieron de la «tarjea de
crédito», como gráficamente dice D. Bell, la permisividad y el libertinismo, la anomía social y el
relativismo moral minaron la posibilidad de un sistema económico político y cultural coherente. De
ahí la urgencia de recupera la religión y la moral, que generen las virtudes que hagan posible la
1 54
democracia, disciplinando y legitimando el sistema tecnoeconómico y político capitalista" º •

Aunque se dice poco las hipótesis neoconservadoras también se vieron favorecidas en este
escenario autoritario; y en muchos aspectos su duración ha sido más prolongada que la de
los neoliberales (ortodoxos), al menos en nuestro sistema. Creemos que esta estructura de
pensamiento merece un mayor grado de atención por parte de los publicistas, pues afecta
directamente la convivencia de las personas; mucho más si carece de visibilidad a los ojos
de la ciudadanía

,o~J MAR DONES, José M", Capitalismo y Religión, La religión polílica Neoconservadora, óp. cit., pág. 232.
1054
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp. cit., pág. 308.

355
356

«Porque todos somos el mar precipitá~


1000s tomos el desOOZildo horiZ1J11le»

fV\UL ZURITA, Desmembrados.

25. Doctrina de la Seguridad Nacional

Con la Conferencia de Yalta 1055 se habría un nuevo capítulo de la historia contemporánea; a


partir de aUí se produce un nuevo orden mundial caracterizado por la presencia dos bloques
bien marcados y opuestos; uno occidental capitalista y el otro oriental comunísta. Se
instalaba a partir de ese momento una frontera vírtuaJ que se denominaría <{Cortina de
Hierro» [Telón de Acero]. Se daba aiÍ comienzo a la «Guerra Fria,>. en la cual cada uno de
los grandes bloques lucharía por la hegemonía del planeta. La guerra había cambiado sus
armas y sus métodos. La guerra regular mudaba de estrategia hacia una intervención más
centrada en lo ideológico y los medios indirectos (guerra no convenciona1). La lógica
geopolítica había variado su eje. Se pri01iza el alineamiento 1056 (adhesión a los proyectos
imperialistas) en lugar de la ocupación territorial.

El ténnino de la Segunda Guerra Mundial marca entonces el comienzo de un nuevo tipo de


estrategia bélica. En este escenario emerge+ más concretamente a partir de la administración
de Eisenhowerl 051, una fatídica doctrina que extendería sus nefastas consecuencias en todo
el mundo y particularmente en nuestro continente, la Doctrina de la Seguridad Nacional
(DSN).

Estados Unidos fijaba dos frentes para revolver el escenario de post guerra; uno europeo
con el plan Marshall ioss, que culmina con la creación de la OTAN1059 ( forzando la creación

l<:1$> Celebrada entre el 4 al 11 de febrero de 1945, entre Franklin D, Roosevelt. José Stalín y Winston
ChurchilL
WSó Con la conferencia de Bandmtg (Indonesia 1955) se crea et Movimiento de Países No Alineados, La
finalidad del MPNA era conservar su posición neutral frente a las superpotencias.
wn "La Améri.:a Lstina de la década de 1950 no escapó a la cruzada anticomunista [ ... J en efecto, esos años
fueron los de la definición del poderosos y terrorlfico concepto Seguridad Nacional introducido por Dwight
O, ElSenhower, político y militar presídente de Esto.dos Unidos entre 1953 y 1961", ANSALDI, Wakfo y
úiordano, Veróni<:a,Amérfca !Atina, !.a Construcción del Orden, óp,, cit., pág. 243,
tMa Plan estadounidense de reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerta Mundial, destinado a
contener el avance del comunismQ, Desarrollado por el Departamento de Estado, recibe su nombre del
secretario de dicha cartera. George Marshall,
vm Organización del Tratado Atl3ntico Nórt~ firmadó en Washington el 4 de abril de 1949,

356
357

del Pacto de Varsovia en 1955 como contrapartida en el bloque oriental). De esta manera
cada uno de los bloques fija sus posiciones. Se trataba de un escenario más bien móvil con
momentos de mayor y menor intensidad. El otro frente se instaló en Sudamérica. Aquí se
planteó desde el principio una doble estrategia, dado que se entendía estar ante economías
atrasadas que difícilmente podrían llegar al desarrollo por sus propios medios. Se bosqueja
desde los Estados Unidos la idea de ayudarlas a conseguir su objetivo. John F. Kennedy
impulsa la política de Defensa Hemisférica cuyo objetivo era la lucha contra la insurrección
comunista. Se implementan en las academias militares asignaturas de guerra antisubversiva.

Un grupo de intelectuales de dicha administración concluyó que las naciones en vías de


desarrollo eran más vulnerables a la subversión durante la etapa de «despegue económico».
Se empiezan a implementar una serie de ayudas, bajo la tutela ideológica de Walt Whitman
Rostow1060, quien concibe el subdesarrollo como un problema de estadios históricos por los
cuales atraviesan necesariamente todos los países del mundo y define el desarrollo como el
simple efecto de unos procesos naturales o de una políticas convencionales tendientes a
elevar los niveles de ahorro, inversión, productividad y producto por habitante; sin cambios
profundos y sin necesidad de alterar las relaciones de dominación y dependencia. A partir
de este momento se dan las condiciones para la firma de La Alianza Para el Progreso. Este
escenario cambia dramáticamente luego de la muerte del presidente Kennedy.

Aunque en el papel se trataba de buenas intenciones; siempre se criticó a la Alianza este


doble discurso levantado por Estados Unidos; en efecto, los norteamericanos nunca
descartaron ni dejaron de implementar su política antisubversiva en Latinoamérica; misma
que termina por imponerse luego del trágico fallecimiento del presidente demócrata. Una
vez muerto Kennedy, la nueva administración no tuvo pudores para fijar explícitamente su
preferencia por los gobiernos militares que vía golpe de estado empezaron a instalarse en el
continente.

Como una forma de puntualizar esta nueva disposición el secretario Adjunto de Estado para
Asuntos latinoamericanos, Thomas Mann, fue del criterio de que Estados Unidos ya no se

1060
MAECHLING, Charles, «Contrainsurgencia: la primera prueba de fuego», en Klare, Michael T.
Kombluh, Meter (Coord.), Contrainsurgencia, proinsurgencia y antilerrorismo e11 los 80. El arte de la guerra
de baja i11tensidad, Grijalbo, México, 1988, pág. 34.

357
358

opondría a los golpes militares ni a Jas dictaduras derechístas, Se volvía al pragmatismo de


los años 1945-1960 que caracterizó la política exterior norteamericana en su relación con
Latinoamérica1061• Cuando se produjo el golpe de estado en Brasil con el consiguiente
derrocamiento del presidente Joao Goulart~ Estados Unidos reconoció inmediatamente el
nuevo régimen. Ello dio pie para una escalada de Golpes de Estado inspirados en la DSN,
los cuales durarían hasta 1983 10&2•

Bra.<iil por su envergadura y su importancia geopolítica. síempre fue visto eomo el principal
aliado de los Estados Unidos en la región y efectivamente su influencia a partir de ese
momento resultó decisiva para contaminar a1 resto del continente especialmente a Chile,
con una serie de concepciones doctrinales. que consiguieron radicalizar e1 proceso
dictatorial iniciado en nuestro país.

En Brasil, ia implantación de la DSN fue un proceso lento, sistemático y progresivo que


encontró en la Constitución Política de 1967 eJ mecanismo más apropiado para imponerse.
pues, basándose en ella, se impidió cualquier posibilidad de apertura democrática. La
oposición fue desmantelada, fueron creadas instituciones represivas y estructuras acordes
con este propósito; además se estimuló la despolitización y en nacionalismo. Los grupos
económicos recibieron tota1 apoyo y se intentó perfeccionar el funcionamiento de una
burocracia político~militar sin precedentesww. A diferencia del modelo chileno) la dictadura
brasileña fue desarromsta.

Brasil, en vist.a de estas cfrcunstancias, fue el principal impulsor de las poHtícas


norteamericanas en materia de Seguridad Nacional y e1 primero en fonnar una Escuela de
Seguridad Nacional con una gran gestión en el continente y desde donde se nutrieron
doctrinariamente los demás países del Cono Sur (y también el nuestro).

"La intervención norteamericana en Brasil obedeció a intereses económicos del imperialismo, como
también a cuestiones geopolíticas de orden estratégico. Brasil estaba lejos de la posibilidad de una
revolución socialista[ ... ] la dictadura institucional de las Fuerzas Armadas se tomó, dentro de
América latina, «en el vehículo de propagación de las dlrecüvas estratégicas de1 Pentágono ( .... 1 la

¡o,;¡ ARRIAGADA, Genaro, y Garretón Manuel A, «América Latma a la hora de las doctrin4s de la seguridad
nacional», en María Angélica Pére,: (ed.), las Fuerzas Armadas en la so,;iedad l'ivil (Alemania, USA, URSS y
América latina), CiSEC, Santiago, 1978, pag, 198.
1062
Vid. ROUQUIE., Alain, El estado Militar en América /.atina, Emecé Editores, págs. 158 ss.
LOfiJ COMBLIN, Joseph, El Poder de los Mi/llares en Amirica Laiina, Sígueme, Salamanca, 1978, pág., 130.

358
359

sentencia <<Hacia donde se incline Brasil se inclinará América Latina», que el presidente Richard
Nixon anunciará en 1971, daba cuenta cabal del principio estratégico de socavar y contribuir a
derrocar el gobierno populista de GouJart [ ... ] Actuando conforme la llamada «doctrina Nixon» ~
según Ja cual Brasil actuaría en el continente como una potencia regional subsidiaria., en
consonancia con los intereses de los Estados Unidos~, la dictadura brasílefut tuvo activa
participación en los golpes de estado en Bolivia (1971} y Chile (1973)."wM

A partir del afio 1973 esta doctrina empezó~ en ténninos más explícitos, a difundirse en
Chile. Antes de esa fecha había tenido solo una existencia incipiente y virtual a través de
iniciativas anticomunistas como fa Ley de Defensa Permanente de la Democracia en el
gobierno de González Videla; la Ley de Seguridad Interior del Estado de 1958; o bien en
algunas concepciones geopolíticas de algunos militares como es el caso del teniente coronel
Humberto Medina Parker con sus obras, La Geograjla y la Política; La filosojla
geopoiltíca~ Sangre y Suelo de Chile, etc.; pero debemos reiterar que esta doctrina solo
ingreso a nuestro país en propiedad luego del golpe militar de 1973.

Las condiciones de las nuevas autoridades; militares mayoritariamente capacitados en los


Estados Unidos en su Programa Internacional de Educación Militar resultó determinante
para su aceptación en las esferas castrenses. Esta formación tuvo como finalidad "el
adiestramiento de personal latinoamericano escogido para lograr mayores capacidades en el
mantenimiento de la seguridad interna y una mayor contribución militar al desarrollo
nacionai"1065• Con la formación antisubversiva obtenida en las Escuela de las Américas por
los altos mandos de la Fuerzas Annadas, ahora en el poder, se erige un puente de plata para
el ingreso de la DSN en casi todos los aspectos de nuestra vida pública.

La DSN disponía de variadas estrategias para penetrar en las capas más profundas de la
corteza social; tácticas que íhan desde la propaganda~ los golpes de estado+ las ayudas a los
insurgentes. Asimismo se incluían en este menú, tácticas de contrainsurgencia y fónnulas
de tortura y violación a los derechos humanos~ La guerra anrisubversiva se transformó en
«Guerra Sucia». Los principales adalides de estas tácticas, a partir de la dictadura
institucional brasileña, fueron los respectivos Estados.

1
1)6.j ANSALDI, Wa\do y Gíordano, Verónica, América Lail'na, La ConstruccWfl del Orden. óp. cit., págs. 491-

492,
106~ARRIAGAOA, Geoaro y Garretóa Manuel A., «América Latina a la hora de las doctrinas de la seguridad
nacional», óp. cit., pág. 179.
359
360

Según Johan Galtung en este escenario extremo (guerrillas=tcrrorismo) estamos ante una
correlación de fuerza asimétricas; es el arma del más débil contra las del más fuerte, ya que
en una lucha abierta no podría ganarle nunca. Frente a este desafío el Estado tiene dos
alternativas: a) puede enfrentarlos con instrumentos legales y fuerzas del orden, dentro del
derecho o bien b) con grupos secretos, paramilitares o para-policiales, que actúan con
métodos ilegales y cuya existencia el Estado desmiente en público, no asumiendo ninguna
responsabilidad por sus acciones,

"En el primer caso, el estado actúa como estado de derecho. Las dictaduras militares
latinoamericanas no fueron estados de derecho, sino actuaron en muchos casos según lo descrito en
Segundo lugar. Por lo tanto se puede hablar en estos casos de terrorismo de estado" 1º66 •
1067
La DSN ingresa con la premisa, de proteger a la nación de una grave amenaza externa;
se trataba de una "fuerza enfrentada a cualquier actitud o idea que pudiesen alterar el orden
cristiano y occidental. Defensores de la civilización occidental contra cualquier intento de
transformarla en beneficio de cualquier otro grupo social o nacional" 1º68 .

De cualquier forma se trataba de una iniciativa impulsada por las burguesías occidentales,
que estaban modelando el mundo a su imagen y semejanza y para ellos todo el poder
político del cono sur " ... debía estar al servicio de las metas que había sido propuesta
heterónomamente. Al servicio de la fuerza de los intereses de los que parecía depender la
incorporación a la civilización y progreso de Latinoamérica" 1º69 • De esta dinámica regional
(y también global) no podía escapar nuestro país, atendidas las circunstancias que se vivían
en aquella época, de modo tal que "Pinochet, o cualquier otro encargado de la represión en
esta nuestra América encarcelada, asesina y destierra sólo para guardar el orden que
conviene mejor a los intereses trasnacionales de los cuales es simple servidor" 1º70•

1066
SPITTA, Amold, «Raíces Ideológicas de la "guerra sucia" en América Latina (en especial Argentina)»,
Rev. Filosofia Universitaria de Costa Rica, XXXI (76), 157-172, 1993, pág. 158.
1067
Los defensores de la doctrina también argumentan que no es correcto llamarla "doctrina" ya que nunca fue
redactada oficialmente, y por lo tanto sostienen que sólo se la entiende como una doctrina desde una postura
adversa a la política internacional de EE.UU. Así mismo según la escuela de las Américas su objetivo
fundacional era enfatizar en la democracia y los derechos humanos, y los graduados que violaron los DO. HH.
no lo habrian aprendido allí.
1068
ZEA. Leopoldo. "Militarismo liberador y Militarismo Opresor", óp., cit., pág. 38.
1
0<," lbídem, pág. 36-38.
1070
ZEA, Leopoldo, ibídem, óp. cit., pág. 38-39.

360
361

Son numerosos los textos que perfilan de forma adecuada el punto que queremos resaltar,
especialmente la naturaleza del origen de esta doctrina que obedecía a las circunstancias
históricas que vivía el continente, cuestión desde luego enmarcada, según venimos diciendo
en una dinámica mundial con caracteres bien definidos, pero en lo referido a nuestro país
resultaba muy incomprensible, para muchos, la forma en que ella fue llevada adelante pues,

"Hasta 1973, la Doctrina de la Seguridad Nacional, aunque conocida, jamás fue enseñada,
divulgada ni aceptada en Chile en cuanto tal doctrina. Los líderes políticos del país y sus altos
mandos militares no aceptaron sumarse a los principios y metas de la politica exterior
norteamericana a que la doctrina responde, en la medida en que ellos significaban un cambio radical
de las relaciones civil-militares en el interior del país. Hasta entonces, prevaleció la concepción
liberal del profesionalismo militar, que descansa sobre el principio de la obediencia al poder civil y
en la prescindencia de los militares de toda acción partidista, aunque el sistema reconocía derecho a
sufragio al personal de oficiales de las fuerzas annadas" 1º71 •

De esta forma Jorge TAPIA afirma que la DSN, a la época del golpe militar, tenía una
existencia muy incipiente, atendido el carácter primordialmente profesional de nuestras
Fuerzas Armadas. Muchos suponen que el cambio de dirección posiblemente haya tenido
como punto de partida, el asesinato del general René Schneider en el año 1970. Se puede
afirmar en forma consistente en la actualidad, que las nuevas autoridades del gobierno
militar, por las razones que hemos indicado (preservación de los valores ético-culturales
católico occidentales e imposición de una nueva institucionalidad económica, los más
importantes), decidieron integrar la DSN, a la naturaleza y forma en que se llevaron
adelante los cambios radicales del sistema político y económico de nuestro país; es decir
que esta doctrina formó parte, rápidamente, de la estructura doctrinal del sistema del
gobierno militar. MAIRA expresa al respecto "La doctrina de seguridad nacional afirma
cierto criterios que son indispensables para la configuración del modelo político
autoritario" 1072 .

La Escuela Brasileña de Seguridad Nacional fue, como hemos dicho antes, la decana en
nuestra región y en muchos sentidos marca la pauta de los procedimientos que debían

1011
TAPIA, Jorge, El Terrorismo de Estado. la doctrina de la seguridad nacional en el Cono Sur, Editorial
Nueva Imagen S.A., México D.F. 1980, pág. 123.
1072
MAIRA, Luis, "El Estado de Seguridad Nacional" en El Control Político en el Cono Sur, óp. cit., pág. 68.

361
362

seguirse en el continente para obtener una inserción exitosa del modelo autoritario Hm. La
DSN se convierte en el elemento técnico que engarza el conjunto de proyectos de indo!e
político económico y social que requiere un estado autoritario; "Esta idea es compartida,
en fonna absoluta, por el resto de los líderes militares de América del Sur, se liga
precisamente, con el tipo de retórica nacionalista que desarrollan los gobernantes militares
[de aquella época] en el cono sur de América Latína" 1º74

La «Declaración de Principios del Gobierno de Chile», presentada en marzo de 1974 es


considerada, desde un punto de vista formal, el documento oficial más extenso y mejor
estructurado de los emitidos por ia Junta de Gobierno, con una clara base en )a ideológica la
doctrina brasileña de la seguridad nacional, hasta el punto de usar (a veces) su misma
tennino1ogfa "[ ... ]Insistiendo en esta tendencia a imitar la experiencia polítit.,'O•militar
brasileña, en septiembre de 1976 se creó la Academia de Seguridad Nacional, con el fin de
difundir a nivel empresarial y de otros sectores, el actual concepto sobre la matcria. ►- 1075 • La
influencia más directa, según expresa CumpUdo, se hace por el propio gobernante de facto,

"El general Pinochet en un oficio de !O de noviembre de 1977, enviado a la Comisión de Estudios


de la Nueva Constitución les ordena: « a) Creación de un poder de seguridad, que contemple el
papel de las Fuerzas Annádas en su deber de contribuir a garantizar fa supremacfa del Estado, los
principios básicos de la institucionalidad y los grandes y permanente objetivos de la Nación. En
cumplimiento de esta detcnninación, 1a Constitución de 1980, en su artículo 90 establece que las
fuerzas Annadas y Carabineros garantizan el orden institucional de Ja Repúh1ica" 1º76 •

Otro importante afluente histórico de la DSN y que es habitualmente citada por los
especialistas~ lo encontramos en Francia; particularmente en la época de la guem de

\(m Fue pionera en materia de golpes de estado institucionales (lleva al poder a la fuerzas armadas como
institución), que ocurrió el 30 de mar.co de 1964, "se imciaba una dialéctica compleja entre los objetivos
anriliberales y fascístizantes determinados por las necesidades objetiva,; de la lucha contrarrevolucionaria del
gran capital y sus aliados políticos y las aspiraciones y necesidades de mantener un apoyo socia! y ciertos
elemento de orden liberal [ ... ]este golpe establecí.a por primera vez en el subcontlnente la hegemonía abierta
del gran capital internacional y nacióflal, promoviendo s.in contemplaciones un proceso de concentración
económica, monopolización y centralización de capitales ... ", BAMBIRRA, Vanía y Dos Santos Theotonio,
"Dictadura Militar y Fascismo en Brasil"', er, El Cmttrol Político m el Cono sur. Siglo XXI editores S.A,
Méxíco D.F., 1978, pág. 157.
4
t:n Ibídem.
¡,m 'TAPIA, Jorge, FI Terrorismo de Estado, La doctrina de fa seguridad hacional e.n el Cono Sur, óp. cit.,
r.'f·CUMPLIDO,
07
123.
Ftancfaco, {<Los enclaves autoritarios en la Constitución chilena
de 1980 y sus efectos en el
régimen polítioon, en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Konrad Adenauer Stiftung,
Ciedta., Buenos Aires, 2000, págs., 324-325.

362
363

Argelia, donde las Fuerzas Armadas de este país deciden tomar medidas más radicales en
relación al tema de la seguridad. La descolonización del mundo afroasiático, en cuyo
ámbito se inscriben las luchas de liberación de las colonias francesas; se generan estrategias
de lucha anticomunista que fueron acogidas posteriormente en la DSN. Ello ocurrió
principalmente a partir de las guerras de Indochina ( 1945-1954) y la ya mencionada con
Argelia (1954-1962)1º77•

En los años 50 fue creado, dentro del cuerpo militar, el grupo denominado Cité Catholique,
con el propósito de fomentar el desarrollo de estas «políticas». A las reuniones de la Cité
concurrían habitualmente hombres como el Mariscal Juin, los Generales Weygand y
Chassin, y el conocido neofascista, Dr. Lefevre. "La Cité Catholique proclamaba que la
Revolución de l 789 era la raíz de todos los males presentes. A partir de allí, postulaba que
era indispensable luchar contra todas las ideas surgidas de la Revolución y contra «sus
hijos», como lo eran los liberales, los radicales, los socialistas y los comunistas" 1º78. Esta es
una posición concordante con las doctrinas integristas católicas que vimos en la parte
Primera de este trabajo.

Genaro ARRIAGADA destaca la vertiente francesa de generación de la DSN, dado que el


país galo debió enfrentar la guerra de guerrillas, tanto en Indochina como en Argelia; ello
explica la preponderancia de esta nación en la materia; allí se ubica "la teoría más
formalizada. Fue también la primera en el tiempo y la que mayor influencia ha ejercido
sobre los ejércitos regulares del mundo occidental. Sus principios se irradiaron desde
Europa hasta Norteamérica y desde ahí a no pocas fuerzas armadas hispanoamericanas" 1º79•

Esta doctrina fue importada al sub continente por militares que recibieron su entrenamiento
antisubversivo en Estados Unidos; especialmente en la tristemente célebre « Escuela de las
Américas», según hemos afirmado previamente, que mantenía como hipótesis de trabajo
para su adoctrinamiento ideológico, la existencia de una guerra entre bloques perfectamente
delineados, liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Especialmente en

1077
ARRIAGADA, Genaro, «Seguridad Nacional y Política», págs. 45-47.
1078
Ibídem. pág. 141 .
1079
ARRIAGADA, Genaro; Herrera, Mons. José Manuel Santos, Francisco Orrego Vicuña, Evarista López
W .. Claudia Orrego Vicuña, Seguridad Nacional y Bien Común, Ed. Talleres Gráficos Corporación Ltda.
Santiago de Chile, 1976.

363
364

Latinoamérica esta «guerra sucia», estuvo alejada de cualquier límite ético, llegándose a
aberraciones que Ja historia se ha encargado de puntualizar con más detalle. No entraremos
aquí en el análisis de esta delicada cuestión por no corresponder a) ohjetívo del presente
trabajo, aunque no hemos podido dejar de consignarlo 1°80•

Solo tres años después de creada en Estados Unidos la National War College (1946), para
tratar los aspectos relativos a la Seguridad Nacional; Brasil, crea la Escuela Superior de
Guerra, la primera de este tipo en Latinoamérica. En 1947 se dicta el Acta de Seguridad
Nacional en el país de! norte. Según el presidente Truman a dicha entidad le corresponderla
un rol ínstítudonaJ de asesoría en política exterior, para lo cual se crearon asimismo el
Consejo de Seguridad Nacional y la Agencia Central de Inteligencia.

Alrededor de 1955 la política exterior y de defensa nacional de los Estados Unidos


experimentó un ímportante giro. En efecto, se produjo una suerte de mixtura entre ambas
vertientes~ dando nacimiento a la denominada «Política de Seguridad Nacional», La política
exterior de Ios Estados Unidos fue de alguna fonna «militarizada;,>, en la medida en que la
política interna de defensa nacional se convirtió en política intemacionaI de Estados
Unídos 1oz 1•

La configuración final de esta lógica, fue ratificada finalmente por el presidente Lyndon
Johnson en 1965, después del derrocamiento del Gobierno de Santo Domingo y del auge de
la guerra de Vietnam ro&2_ El objetivo era la lucha ideológica (y en algunos sentidos militar)
contra el comunismo internacional; también Ia preparación frente a una virtuai agresión
externa. La concepción de la Guerra Fria Implicaba tomar medidas políticas, económicas,
tecnológicast sociales, psicológicas, paramilitares y militares, enmarcados en la lógica de
guerra total.

Esta noción así planteada primigenia.mente, cayó en el descredito. especialmente en los


Estados Unidos, particularmente por la intervención del secretario de Estado de Ja
administración Nixon, Henry Kissinger, quien entendió que la única forma de lograr una

ioao Véase informe Rettig, disponible en la red en: www.ddhh.gov.d/ddhh_rettig.html


1
~' TAPIA. Jorge, El Terrorismo de Estado, La doctrina de la seguridad nacional en el Cono Sur, pag, 45.
1
;JCTAP1A, Jorge, ibídem, pág. SL

364
365

paz permanente era por medios políticos y no por la aniquilación total del hipotético
enemigo.

En este mismo orden de ideas, Carl SCHMITT, a propósito del uso que se ha hecho de
Clausewitz por los políticos y las consecuencias de sus planteamientos, hace w1a
observación aguda y central "También Clausewitz entiende la llamada «batalla de
destrucción» como una competición de fuerzas, entre dos ejércitos organizados, lo cual es
toda otra cosa que la destrucción de una parte de la humanidad por otra en nombre de la
1083
humanidad" •

La lucha contra el comunismo no podía reducirse a medidas de tipo nacional sino que
además se requerían participaciones colectivas, entendidas éstas, segím el Departamento de
Estado de los Estados Unidos, como el mantenimiento por la acción común, de la seguridad
de todos los miembros de una asociación de naciones. Esto implicaba acuerdos
internacionales, planes y preparación comunes para hacer frente al comunismo
internacional monitoreado desde el Kremlin. Así en Conferencia Interamericana para el
Mantenimiento de la Seguridad y la Paz Continental (1947 Rio de Janeiro) se crea el
Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), con el que se pretende impulsar
este principio de mancomunidad.

Además de las vertientes norteamericanas y francesa 1084, que se desplegaron en todo el


continente y en nuestro país con cruentos resultados; se han planteado concepciones menos
beligerantes, como aquellas (según algunos) incluidas en nuestro texto constitucional, a
pesar de existir en nuestro territorio otras opiniones distintas. Desde esta perspectiva se
entiende a la seguridad nacional como la "situación lograda por alguna nación que le
permite precaverse de peligros tanto naturales como de enemigos externos o internos que
atentan contra la integridad del territorio, el nonnal desarrollo de la actividad ciudadana o
el derrocamiento de la autoridad legítima" º
1 85

1083
SCHMITT, Car!, "Clausewitz como pensador político o el honor de Prusia", Estudios, pág. 25
1084
Las técnicas de contrainsurgencia aplicadas con la Doctrina de seguridad nacional tienen dos vertientes.
La primera de origen estadounidense llamada Doctrina de Seguridad Hemisférica, impartida en la Escuela de
las Américas y la segunda de origen francés, llamada Doctrina de la Contrainsurgencia, creada a partir de la
lección aprendida por e l general D'Allegret tras las derrotas en las guerras de independencia de Indochina y
Argelia.
1085
SANTOS, José Manue l, La seguridad nacional, Condición del bien común, óp. cit., pág. 155.

365
La postura central de la DSN implicaba proteger las fronteras del enemigo exterior, para
preservar las tradiciones históricas de la nacionalidad. Su dinámica era eminentemente
práctica, en abierto contraste con las doctrinas ideologizadas que copaban el escenario
polltico de la década de los setentas, plagado de utopías y mega proyectos, Pero ya vimos
de qué fonna esto se convirtió en tma inmensa pesadilla, especialmente en nuestro país, que
pasó a ser, según Alain ROUQUIÉ. una suerte de "'casa correccional para delincuentes
politícos" 1º86

Richard Nixon y su Secretario de Estado, Henry Kissinger, han sido sindicados como los
grandes responsables de la caída del gobierno de Salvador Allende en nuestro pais; el
tiempo se ha encargado de situar las cosas en su lugar y poner de relieve la participación de
los distíntos actores de la época, incuso algunos sectores religíosos; pocos con auténticas
vocaciones democráticas. Tampoco se debe desdeñar Ja influencia del bloque soviético en
la región. cuestión que ha ido adquiriendo mayor visibilidad luego de la caída de la Cortina
de Hierro [Telón de acero] y la descJasi:ficación de los documentos de la KGB.

En todo caso, es necesario destacar. que los aportes ideo1óglcos. logísticos y económicos
provenientes desde el extranjero; y destinados a influir en la vida política interna del país,
se venían arrastrando desde el gobierno de Eduardo Frei Montalva, adquiriendo mayor
volumen durante el gobierno de Salvador AHende 1º87 .

Todo este escenario es bastante explicativo de las razones por las cuales se produjeron las
confrontaciones internas en casi todos los Estados del Cono sur; como lo son también de las
razones por las cuales se tomaron unas decisiones y no otras, como consecuencia de los
prob1emas internos. En este orden de cosas, muchos políticos, ..como es el caso de Carlos
Lacenia en el Brasil, Eduardo Frei en Chile y Víctor Paz Estenssoro en Bolivia, apoyaron
en un principio los ~<golpes militares» en sus respectivos países con la creencia de que su
fotervención seria temporal y que posteriormente llamarían a elecciones y así se restauraría

iou ROUQUfÉ, Alain. El Es1ado Milliar en América latina, óp. cit., pág. 291.
rns: 7 Ver KORRY, Edward M,, "Los Estados Unidos en Chile y Chile en los Estados Unidos. Una
retrospectiva polirica y Eoonómica ( 1963--197.5)" en, Revista Estudios Públicos, Centro de Estudios Públicos,
N" 72, 1998, págs. 17 y ss.; fERMAN001S H. Joaqu!n,, ''¿Peón o actor? Chile en la Guerra Fría (1962·
1<r73)" en revista de Estudios Púhlícos. Centro de Estudios Públicos, NI' 72, 1998, pág. 149 ss. FONIAINE
T., Arturo "Estados Unídos y la Unión Soviética en Chíle,, en Revista Estudios públicos, Centro de Estudios
Püblícos N" 72 1998, págs. S y ss.

366
367

la democracia y por lo tanto, podrían ellos subir al Gobierno tranquilamente. Al no haberse


dado este retomo, tuvieron que adoptar una posición contraria a los Gobiernos militares
1 88
centrando su crítica en el autoritarismo y exaltando las virtudes de la democracia" º •

La novedad de este periodo - al menos en nuestro país- está en que la reglamentación de


estos conflictos es mediada forzosamente por la intervención militar en el aparato
burocrático del Estado. Gran parte de la fundamentación político-jurídica de esta
intervención se sustenta, desde e l punto de vista ideológico y nonnativo, en leyes de
Seguridad Nacional; Actas Institucionales o a través de Actas Constitucionales (caso
chileno) 1089 .

"En síntesis, podemos afirmar que la doctrina norteamericana de la seguridad nacional, e n su


aplicación en América Latina, consiste en incrementar e l papel político de las fuerzas armadas a fin
de asegurar el control de la subversión o de la agitación social en cada país del continente y
garantizar la estabilidad política interna. Ello ha supuesto preparar a dichas fue rzas armadas no solo
para la práctica de un tipo de g uerra limitada en contra de la insurgencia, s ino para partic ipar en la
1090
dirección de los procesos sociales y económicos del país" •

Un aspecto importante en relación con estas doctrinas se refiere -según BARROS- al hecho
de que estas sirven para justificar influyentes enfoques conceptuales que otorgan a las
Fuerzas Annadas un carácter unitario, un todo "sin reconocer la estmctura generalmente
plural de muchas Fuerzas Armadas nacionales [ .. . ) descartan potenciales fuentes de
diferencias internas ... " 1091 . Estas diferencias -existentes y relevantes- derivadas de su
organización colegiada, crearon la necesidad inmediata de establecer normas y
procedimientos al interior de la Junta Militar de Gobierno; dichos mecanismos fueron
implementados en los años 1974 y 1975. La central importancia de esta implementación es
que "sentó las bases para instaurar la constitución y sustentar luego limites institucionales,
aun cuando estos bloquearan las preferencias originales de la Junta" 1º92•

1088
NTNA, Andrés, «La doctrina de seguridad nacional y la integración latinoamericana», Nueva Sociedad Nº
27 noviembre. Diciembre 1979, págs. 35-50.
1089
NINA, Andrés, ibídem.
1090
TAPlA, Jorge, El Terrorismo de Estado, La doctrina de la seguridad nacional en el Cono Sur óp. cit. pág.
65.
1091
BARROS, Robert, La Junta Militar, Pinochet y la Constitución de 1980, óp., cit., pág. 55.
1092
Ibídem, pág. 86. "en 1974 con la promulgación del D.L. Nº 527, el almirante Merino y el general Leigh
salvaguardaban la separación entre la justa legislativa y el ejecutivo al mismo tiempo que negaban al
Presidente militar cualquier tipo de autoridad forma l para nombrar y llamar a retiro a los comandantes de los
otros servicios( ... ] El general Pinochet no pudo manejar a la Junta a voluntad", ibídem, pág. 99.

367
368

En esta última época han visto la luz pública una serie de interesantes publicaciones que
han servido para conocer y entender una parte de la historia reciente de nuestro país que
había permanecido en la penumbra. Este materia l publicados por el CEP de autoría de doña
Oiga ULIANOVA y otros autores 1093, muchos de ellos actores presenciales de los hechos
en un escenario distinto de nuestro territorio patrio, tienen la virtud de damos un enfoque
renovado, desde la otra vereda, por decirlo de alguna forma, de l problema ideológico de
aquella época. Los citados autores puntualizan esta intervención en los siguientes términos,
" La ayuda más significativa fue proporcionada al PC chileno a principios de los años 70,
cuando este partido llegó a ocupar la cuarta y sexta posición entre los beneficia1ios de la
19
ayuda partidista soviética" º... Como pueda apreciarse nadie era totalmente inocente en esta
opereta, y las manos ocultas están apareciendo a la luz. Y parecía ilógico además que una
única y sesgada visión pudiera seguir siendo material interpretativo por quienes han querido
mostrar solo un aspecto del problema, dejando de lado aquello que existente, les resultaba
inconveniente.

Pero volviendo a nuestro tema central es necesario indicar que estamos frente a una
doctrina particular, con sus propios postulados teóricos; que han sido motivo, no sin razón,
de acidas criticas por quienes sustentan solidas convicciones democráticas y especialmente
por quienes no las tienen tanto (ubicados como sus enemigos). En síntesis podría afirmarse
que estamos frente a una especie de teoría leninista del Estado, mezclada de una forma
iconoclasta con la teoría fascista de la sociedad y con algunas incrustaciones del concepto
1095
líberal-socialista de movilización general para la guerra .

El papel represivo que adquirieron las Fuerzas Armadas en aquella época, tuvieron su
justificación en la necesidad imperiosa de hacerlas aptas para la defensa de la soberanía
nacional y la integridad (moral y territorial) de cada país en particular. Este alegato resulta
espurio a la luz de la perspectiva actual, pero no lo era tanto en época que fue concebido,
atendidas las delicadas circunstancias que vivía la humanidad.

1093
ULfANOVA Oiga y otros, "Algunos aspectos de la ayuda financiera del PC de la URSS al comunismo
chileno durante la guerra fría" en revista Estudios Públicos, Centro de Estudios Públicos, Nº 72, 1998, págs.
113 SS.
1094
U LIANOV A, Oiga, óp., cit., pág. 145.
1095
T APIA, Jorge, El Terrorismo de Estado, la doctrina de la seguridad nacional en el Cono Sur, Editorial
Nueva Imagen S.A., México D.F. 1980, pág. 25.

368
369

En aquella época existía la sensación, en cierta fonna fundada, de que la estabi lidad social
de los países latinoamericanos estaba amenazada por la acción subversiva propugnada por
el marxismo internacional. Esta doctrina había levantado, en diversos lugares de nuestro
continente, estados sociales cercanos a la guerra civil. Era para muchos evidente que se
perseguía con estas maniobras subversivas la abrogación de todas las garantías
constitucionales que habían sido los más preciados y significativos frutos de los estados
liberales de derecho. La dictadura militar y la lucha antisubversiva resultaba -para estos- la
única alternativa eficiente. Los demócratas tradicionales observaban con angustia lo que
parecía un avance inexorable hacia el totalitarismo.

"En la práctica, sin embargo, la razón es siempre una y la misma: impedir que la izquierda política
tome o conserve el poder político, cualquiera sea la vía que use, y restaurar las condiciones
decimonónicas de las relaciones de producción para posibilitar la aplicación de un modelo
capitalista de desarrollo" 1096•

Se estimó en aquella época que tratándose de un problema continental y no solamente de un


estado en particular, las soluciones debían propiciarse de una manera conjunta. La sede
para iniciar esta arremetida antitotalitaria la proporcionaría - quien si no-, los Estados
Unidos, por medio de reclutamiento y adoctrinamiento de militares de la región, por la vía
de v irtuales programas de perfeccionamiento institucional.

"En el caso Latinoamericano, el cuartel general para el adoctrinamiento político y militar fue y está
localizado en el U.S. Southem Command (S0UTHC0M) de Quar,y Heíghts, Zona del Canal de
Panamá"1097 • Esta institución recibiría la denominación de Escuela de la Américas. 1098•

Algunos autores como es el caso de VIERA GALLO, tienen una visión diferente, dotando a
esta doctrina de una visión mucho más abarcadora que aquella que pudiera colegirse de su
perspectiva de seguridad:

1096
TAPIA, Jorge, op. cit. pág. 27; Vid. L. Horowitz y Ellen K. T rimberger,"State Power and Military
Nationalism in Latin America" en Comparativa Politics . The City University of New York. Vol . 8. No. 2.
enero de 1976, pág. 223, Ibídem.
1097
TAPIA, Jorge, El Terrorismo de Estado, La doctrina de la seguridad nacional en el Cono Sur, óp. cit.,
pág. 74.
1098
"El número total de chilenos g raduados sólo en la Zona del Canal de Panamá se eleva a 2.152 para el
periodo 1950-1975. Hasta 1976. no menos de 6.883 militares chilenos recibieron entrenamiento en las
diferentes escuelas norteamericanas ubicadas en la Zona del Canal o en territorio propiamente
norteamericano", Ibídem. pag. 78.

369
370

•·Lo que interesa es la religión como "poder sico-social" sobre las masas. Los grupos integristas,
partiendo de un pesimismo histórico y de un humanismo negativo conciben la función de la Iglesia
como exclusivamente '"espiritual" o bien como integrada a la jerarquía de poderes de la sociedad,
predican Jas virtudes individuales como único freno a las insuperables injusticias de este mundo (el
misterio de iniquidad) y confian en el poder militar para combatir la subversión entendida como
Anticristo" 1o<J?.

Estamos aquí frente a una particular forma de ver el asunto, que ha sido recogida en los
mismos términos por muchos publicistas del tema.

"La Iglesia no discute el derecho del Estado moderno de elaborar una política de seguridad
nacionat Tal política no está en oposición con la enseñanza de la Iglesia cuando la seguridad lleva,
de facto, la verdadera paz como consecuencia positiva de colaboración entre 1os hombres, cuando la
seguridad define sus objetivos a través del ejercicio de participación nacional; cuando1 en fin, la
seguridad viene a corresponder plenamente, a los imperativos del orden político y del orden
moral"' 1' 00 •

Cualquiera que sea la perspectiva que tengamos de esta materi~ lo cierto es que ella se
encuentra claramente reflejada en nuestro texto constitucional. Ya en el artículo 1°, en cuyo
inciso final se puede leer que es deber del Estado resguardar la seguridad naéional; el Nº 2
del articulo 48, letras b), e) y d), que hace acusables en juicio político al Presidente de la
República, ministros de Estado. generales y a1mirantcs por haber comprometido la
seguridad de la nación; en el capítulo XI, señala por su parte la organización y atribuciones
de un organismo denominado Consejo de Seguridad nacional; en el artículo 40, se establece
que los estados de excepeión de asamblea y emergencia serán declarados por el Presidente
de la República con el acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional; el articulo 93 in fine
expresa que en caos calificados el Presidente de la Republk:a podrá llamar a retiro a los
Comandantes en jefe, con acuerdo del mencionado Consejo.

La doctrina constitucionalista nacional suele distinguir un frente externo y uno interno. El


primero se refiere a un área que puede verse afectada por la guerra y por 1a agresión militar;
e inclusive por la agresión económica de una entidad que ponga en riesgo el nonnal
desarrollo de la vida colectiva; en el frente interno en cambio se encuentra comprometida

:e,x¡ VIERA GALLO, José Antooio. La iglesia frente a la doctrina de la seguridad nacional en América
Latina Nueva sociedad nro.36, mayo-junio 1978, págs. 24-34.
l100 Ibídem.

370
371

en los casos de tensión extrema o de pugna entre gobernantes y gobernados, traducidos en


situaciones de insurrección o rebelión o de alzamiento revolucionario 110 1.

Afinna correctamente EYANS DE LA CUADRA que no existen antecedentes concretos en


la historia del texto constitucional de l 80 que pen11ita dar una definición completa de
Seguridad nacional, pero lo cierto es que si bien pueden limitarse derechos constitucionales
"aún la soberanía, fuente de todo concepto de seguridad, admite como limitación el respeto
1102
a los derechos esenciales (art. 5° inciso 2º)" • Hemán MONTEALEGRE se refiere a este
concepto en los siguientes términos: "La seguridad de un Estado es su capacidad para
afirmar su identidad fundamental en el tiempo y en el espacio. Para lograr esto, el Estado
debe proteger jurídicamente la identidad básica de cada uno de sus elementos constitutivos.
Desde ese punto de vista, un Estado es seguro cuando cada uno de sus elementos
integrantes lo es. Pera el territorio, su seguridad consiste en su integridad; para el gobierno,
en una estabilidad; para los habitantes, en la intangibilidad de sus derechos humanos
fundamentales. Un Estado es, pues, seguro cuando es capaz de dar protección jurídica a la
integridad de su territorio, a la estabilidad de sus gobierno y a la intangibilidad de los
derechos humanos de sus habitantes, respectivamente, amenazadas por la guerra, la
insurrección y la violación" 1103•

Finalmente debemos consignar que no estamos para nada frente a una doctrina purgada
completamente de nuestra institucionalidad, toda vez que todavía se conserva vigente
(aunque en estado latente) el Consejo de Seguridad Nacional cuyo funcionamiento efectivo
habría que examinarlo ante circunstancias menos felices para nuestra institucionalidad
democrática; escenario del todo posible atendido el retomo de los populismos asambleístas
.
y antmepu bl.1canos en la reg1on
. , 1104.

Según expresa CEA EGAÑA, dentro de los valores fundamentales que se encuentran
presentes en nuestra carta fundamental se puede distinguir con claridad la Seguridad

11 0 1
EVA NS DE LA CUADRA, Enrique, los Derechos Constit11cionales, Editorial Jurídica de Chile, tercera
edición, 2004, Santiago de Chile, tomo l. pág. 300.
11 2
º Ibídem.
1103
MONTEALEGRE, Hernán, la Seguridad del Estado y los derechos Humanos, edición Academia de
Humanismo Cristiano, Santiago de Chile, 1979, pág. 7.
110
• Los debates de la C.E.N.C. sobre el Consejo de Seguridad Nacional se encuentran en las sesiones 344-

349-357-379-392-395 y 395.

371
372

Nacional, "Cuya preservación tampoco recae soJo sobre las Fuerzas Armadas, de Orden y
de Seguridad, sino que, además, en las autoridades. instituciones, grupos e indíviduos, sin
distinción ni exdusíón,,., 1105 , Las disposiciones que se refieren expresamente a la materia se
.
encuentran d1spersas . . 11106.
a 1o 1argo d e1 texto const1tuc1ona

Estamos frente a Deberes del Estado entre los cua)es se encuentra "el resguardar la
seguridad nacional" según el inciso 5° del art. 1º. Según SILVA BASCUÑÁN "es una de
las condicíones sociaJes más constantemente tomadas en cuenta en la extensión de la
Carta" 1!07• Al respecto expresa el informe de la comisión Ortúzar, "La seguridad nacional
en los Estados Modernos tiene especial trascendencia, ya que ella, en su más amplios
sentidos. no solo comprende la defensa de la integridad territorial y de la soberanía
nacional, sino que también el desarrollo del país, pues una Nación vigorosamente
desarrollada esta en las mejores condiciones para precaver o superar con éxito las
situaciones: de emergencia que puedan afectarla:" 1108•

; los CEA EGA~A, José Luis, Tratado de la Cónstiluci6n de 1980, op. cit, pág. 41.
lhl6Vid, Art. 1" inciso 5'\ Art, 19 N" 11 inciso2"; N" 16 inciso 6"'; N"' 21 inciso!'\ N" 24 inciso !O'\ Art. 22
inciso 2"'; Art. 32N" 22"; Art, 48 N,:, 2" letras a), b) y d)~ art. 90 inciso 2" y Art. 96.
IHH SILVA 8ASCUNAN, Tratado de Derecho C<mstltucional, Editorial Jurídica de Chile, Tomo IV, pag. 74.
: ios Ibídem.

372
373

Capítulo XIII

CONTENIDO AUTORITARIO

26. ¿Qué Democracia?

El artículo 4° de la CPRCH que expresa: «Chile es una república democrática» es una


importante fuente de desarrollo doctrinario que se puede abordar con diversos enfoques.
Resulta ineludible introducimos en este tema para encontrar las claves para enfrentar el
laberinto que nos presenta la Constitución del 80. Nadie puede discutir a estas alturas de
nuestra historia republicana reciente, que estamos en lo formal y en los hechos ante un
régimen democrático [aunque con restricciones].

Pero el tema exige algunas precisiones dado que cuestiones que aparecen como evidentes
suelen no serlo tanto, tras un detenido examen. Como punto de partida resulta pertinente
traer a colación los modelos de democracia más emblemáticos que conocemos. Un modelo
109
que podríamos denominar democrático o igualitario' , influenciado por las ideas de
Rousseau e insinuado en la Revolución Francesa y el otro modelo liberal o republicano,
guiado por las ideas de Locke (y en menor medida de Montesquieu), cuya expresión estaría
en la Revolución Norteamericana.

En la forma republicana de gobierno, expl ica ARENDT, " tales decisiones [las políticas] son
adoptadas y la vida es conducida dentro del esquema y de acuerdo a las regulaciones de una
constitución, la cual, no es expresión de una voluntad nacional no está sometida a la
voluntad de una mayoría en mayor medida que en un edificio es la expresión de la voluntad
de su arquitecto, o está sometido a la voluntad de sus habitantes". '' 'ºEsta aguda
observación de ser atendida en su cabalidad limaría la gran parte de las quejas que nuestros

1109
Vid. CABALLERO H., Francisco J., Algunas claves p a ra otra 111undiali=aciú11, óp., cit. págs., 137 y 148.
1110
ARENDT, Acerca de la Revolución, óp. c it., págs. 167-168.

373
374

1111
constitucionalístas y políticos instalan de cuando en cuando . El modelo tiberal es, desde
luego, de carácter aristocrático.

Ambos modelos diseñados en el escenario de la modernidad, resultaron con dispares


suertes. Como afinna CABALLERO HARRIET, el modelo francés no tuvo el mismo éxito
que el modelo norteamericano, )as ideas de Rousseau fueron vencidas en la modemidad 1112•
Pero ¿Qué ha significado esto? El modelo igualitario parte de la idea que los derechos valen
por sí solos~ como una derivación de los principios del hombre y del ciudadano. En cambio
el modelo norteamericano supone que la única forma de controlar el poder y asegurar la
libertad es mediante el equilibrio de poderes, la contención de un poder por otro poder.
Estamos en este caso ante una concepción negativa del poder, como límitación del mismo.

El concepto de democracia que acogen los estad~ admite variaciones; como también su
carácter republicano, SARTORI nos previene acerca de la multiplicidad de significados que
puede adoptar este vocablo; para é] la democracia hoy en día es una abreviación que
significa liberal-democracia; mientras que el discurso sobre la democracia de los antiguos
era relativamente simple et de los modernos es bastante más complejo. Distingue tres
aspectos: "En primer lugar, la democracia es un principio de legitimídad. En segundo lugar,
la democracia es sistema político llamado a resolver problemas de ejercicio (no
Wl

únícamente de titularidad) de) poder. En tercer lugar~ la democracia es lU1ídeal'' 1113

Acorde con lo que venimos desarrollando, la dinámica de la construcción democrática nos


lleva a la conclusíón que mayoritariamente en los estados modernos ha primado más el
carácter republicano que su naturaleza democrática 1114; segun la visión de Arendt, es más
importante la protección de 1as minorías que el deseo de atender, en todo caso, a la voluntad
popular.

La pretensión de transformar todo el sistema político para dejarlo librado a las mayorías
circunstanciales ( como pretenden muchos), es una hipótesis peligrosa que puede dar pie a

ll!l ESó quizás refleja que, aunque luchamos y defendamos el modelo republicano democrático, en el fondo
no lo entendemos.
11
i: CABALLERO H .. Francisco J,., Algunas clá-ves para otra mundializacién, 6p. cit., pág. 133 ss.
iin SARTORJ, Giovarmi, Elementos de Teoría Política. Ali.ffl7,a Editorial, versión de M" Luz Moran, Madrid,
2005, pág. 29.
1114
Esta observación es posible de encontrar en Portales., según nos recuerda Bravo Lira.
374
375

intentos populistas de diverso calado; mismos que tanto daño han causado en el resto de la
r e 0o'o'n1
1 115• Como puntualiza Joce lyn Holt, nuestra historia parece marcada por esta

oscilación entre e l aumento de facultades del Gobernante versus la diminución de la


participación ciudadana; y en el otro extremo, una excesiva participación ciudadana que
daña los cauces institucionales, causando graves quiebres que suelen solucionarse mediante
1116
e l uso de la fuerza (restauradora o fundacional), caso de la presente Constitución .

Un ajustado equilibrio parece lo apropiado, sin desarmar por completo un sistema que
(hasta ahora) ha dado suficientes garantías de estabilidad; pero esta estabilidad no puede
constituirse en excusa insuperable para mantener suspendida indefinidamente su
adecuación democrática. Las bondades de su diseño no se ajustan completamente al
desarrollo actual de nuestra democracia; en muchos sentidos exitosa y lo que corresponde
es hacer la corrección.

Lo cierto es que las realidades de los años setentas y ochentas del siglo XX no son las del
siglo XXI, esta es una obviedad desatendida; y las soluciones no pueden ser las mismas. Se
hace necesario flexibilizar algunos criterios e instituciones. Sabemos bien que nuestra
jurisprudencia no está preparada para plantear enfoques renovados; por la estructura mental
de nuestros jueces y por un sistema que está pensado para perpetuar el espíritu j erárquico
que le dio nacimiento. El Poder Jurisdiccional del Estado, dentro de su lógica tradicional,
excomulga ad perpetuam a quienes osan desafiarlo.

En consecuencia existen, aunque magramente, cauces que viabilizan la democratización de


las instituciones republicanas y la participación pública de la ciudadanía; el abocarse a
planear vías de hecho, como conatos de sedición o revueltas ciudadanas; la historia las
condena inútiles, salvo para asegurar la supremacía de los poderosos que utilizan estas
situaciones para consolidar y mejorar sus posiciones. Siempre devienen en pretexto
inestimable para disminuir, eventualmente por la fuerza, las conquistas democráticas.

111 5
" Pienso, pues, que siempre hay que colocar en alguna parte a un poder social superior a todos los demás,
pero creo la libertad en peligro cuando ese poder no encuentra ante si ningún obstáculo que pueda contener su
marcha y darle tiempo a moderarse a sí mismo" [Tiranía de la mayoría], TOCQU EV ILLE, Alexis de, la
Democracia en América, Ediciones Guadarrama, trad. Marcelo Arroita-Jauregui, Madrid, 1969, págs., 158-
159.
1116
JOCELYN HOLT, Alfredo, El peso de la Noche, óp. cit., pág. 175.

375
376

27. Democracia Protegida

Un terna relevante es el modelo de democracia que la Constitución establece y los


márgenes de libertad que permite a partir de esta definición; lo es también el entramado
ideológico que la sustenta y la hace posible.

Parece meridianamente claro que no todas las visiones de lo que es 1a democracia son
coincidentes; según FRIEDRICH hasta los gobiernos totalitarios afinnan que su orden
político es democrático; «especíaJmente;.> democrático y aún en los países Jíberales de
occidente, "se usa la palabra «Democracia» como tópico para justificar cualquier tipo de
po1ítica" 11 ¡ 7, Existen tantas democracias como visiones hay respecto de ella; sin embargo,
asentada esta dificultad inicia], ello no pude impedir que delineemos algunas cuestiones
básicas.

Una primera definición consistirá en detenninar si estamos frente a una democracia con
mayor protagonismo de la iniciativa individual o si por el contrario e1 motor económico--
político del país es articulado desde el Estado. No existe Estado que se encuentre al margen
de rasgos o caracteres de ambas tendencias, pero se comprende que estamos frente a
cuestiones de preeminencia y no de pureza.

Una segunda cuestión dice relación con Ja calidad y cantidad de la participación política de
los ciudadanos en la articu1ación de Ja dinámica del Estado. Es decir si permite mayores o
menores grados de partícipaci6n ciudadana; o si se prefiere, donde la representación es
mayor que la participación o viceversa. Finalmente si existen mecanismos instirudonales
que impiden o facilitan esta participación ciudadana en las cuestiones y decisiones de la
cosa pública.

Al respecto pueden afirmarse dos posiciones más acentuadas dentro del espectro de
posibilidades de Jas democracias modernas. Una primera que podríamos decir se basa en el
modelo de la Constitución norteamericana o dicho mejor en el constitucionalismo
norteamericano y otra que tiene como referente a la Revolución Francesa.

1111 fRlEDRICH, Carl J., la Democracia como Forma Politica y Como forma de Vida, Editorial Tecnos S.A.
trnd, C. Zabal SchmidtNtilz, Madrid 1961, pág. 13,

376
377

Esta distinción supone traer al tapete dos posiciones contrapuestas en el pensamiento


filosófico democrático: las de John Locke (y Montesquieu), por un lado y J,J, Rousseau
por el otro. La primera postura era sustentada por los Padres fimdadores (Fo1mdíng
Fathers) de fa nación norteamericana (calvinistas) quienes desconfiando de fa naturaleza
humana, defendían una postura negativa en su definición de libertad, Esta posición buscaba
controlar el poder deJ Estado como también las ambiciones de los hombres. Era función de
las constituciones el posibilitar este control y a quienes lo ejercían. De am que se instale
como tema central aquel de los.frenos y contrapesos, Para estos próceres, ia única forma de
contener al poder era por medio del mismo poder. Son los fundamentos clásicos del
constitucionalismo moderno.

Por otro lado se encuentra la que podriamos denominar propuesta iguaiitaría o democrática
ínspirada en las ideas de Rousseau,. que establecía le existencia de derechos propiamente
tales o positivos. que se entendían anteriores a cualquier Constitución. El texto más
emblemático en esta Hnea es la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Aquí se entrega al derecho la tarea de controlar el poder a través de la potencia de las
garantías individuales.

El problema, como lo ve Arendt es precisamente que con la Declaración de Derechos del


Hombre y del Ciudadano se creó la idea errada de que es posible que simples derechos
puedan contener el poder estatal. La propuesta francesa ha chocado con la historia, como
todas aquellas que han seguido su ejemplo, La norteamericana, en cambio, se ha mantenido
vigente porque ha partido de premisas pragmáticas y adecuadas a la realidad del Estado.
Como afinna CABALLERO HARRIET estamos aquí frente a una postura vencedora y una
postura vencida 11 li\ La concepción roussoneana (kantiana) igualitaria y democrática fue
vencida por la Jockeana. Esta realídad se extendió durante todo ef siglo XX y
aparentemente también lo hará en el siglo XXL

1113
"Rousseau y Kant han perdido la batalla y, como señala Hannah Arendt hoy no es la gratitud sentimental
ni tan siquiera la racional sino el nihilismo del resentimiento el que se ha consoHdado como la dlsposición
ef~tiva del hombre moderno (, .. ] Por tanto ni el modelo de Rousseau, como propuesta de Estado
democrático, de fundamentación ética, ni el de Kant como disei'lo del Estado de Derecho, cuyo fin es «el
es:tabledmiento universal y duradero de la paz» han estado jamás vigentes'', CABALLERO Han¡ét, Francisco
J.• Algunas Cl(lves paro otro 1'-fundiali::ación. óp. cit., págs.139-141.
377
378

Esta es una cuestión de gran relevancia para el análisis que estamos desarrollando, pues
entendemos que nuestro sistema ha entendido el problema del aseguramiento de los
Derechos Fundamentales como un mero tema de «garantías», protegidas a través de
recursos' 119; dejando de lado el aspecto de la contención del poder y su equilibrio. Ello ha
llevado a que el análisis de la relación de los ciudadanos con el Estado (vale decir el asunto
central del poder), se haya desarrollado en una forma inapropiada; como inidóneas han sido
las conclusiones y las propuestas de corrección. Existiría una inconsistencia estructural del
modelo adoptado con las (insuficientes) restricciones, apropiadas para su correcto
funcionamiento

Ese nos parece el inconveniente más relevante que tiene el trabajo dogmático de nuestros
constitucionalistas; el haber ignorado la importante cuestión del control del poder; en favor
de una virtual supremacía de la voluntad popular expresada exclusivamente a través de
recursos débiles que raramente son acogidos por los tribunales ordinarios de justicia; se
aplica (¿conscientemente?) una solución adecuada para otro sistema (distinto). En
consecuencia esta posibilidad ciudadana -en los hechos- nos pasa de ser un espej ismo,
sobre todo en un país, con una estructura marcadamente autoritaria que tampoco cuenta con
tribunales contencioso administrativos.

Debemos insistir en el hecho de que los Derechos Fundamentales se encuentran débilmente


resguardados por nuestros tribunales ordinarios de justicia por razones diversas que escapan
al objetivo de este trabajo (en un 90 % de los casos, se fa lla en favor del Estado). Las cifras
favorab les del Consejo de Defensa del Estado son elocuentes y están a disposición de quien
quiera consultarlas. Resulta curioso que no haya sido motivo de mayor atención por la
doctrina. Es más, algunos connotados autores tienen una visión opuesta a la que venimos
1120
expresando .

1119
"Consideramos que el recurso de protección llego a ser la innovación más importante introducida al
Derecho en Chile en los últimos cien años. Esta acción o recurso pennitió la defensa de los derechos
humanos, incluso con carácter preventivo [ ... ] un vacío grande quedaba así en gran parte salvado" CEA
Egaña. José Luis, Derecho Cons1i111cionaf Chileno. 101110 11, segunda edición actualizada, Santiago de Chile,
2012 pag ina 666 e inclusive el mismo Guzmán en: «Aspectos fundamentales del anteproyecto de
Constitución Política». N º 2 Revista Universitaria, Pontificia Universidad Católica de Chile, 11/ 10/79, pág.
99.
1120
Ibídem

378
379

Si no visualizamos la importancia de la contención del poder, mal podremos hacer un


análisis adecuado de la libertad y de la democracia; dado que el sufragar cada cuatro o seis
años, al final se convierte en un ejercicio iconoclasta que poco o nada tiene que ver con una
auténtica democracia. La corrección de esta democracia nuestra, pasa por la existencia de
mecanismos adecuados de contención del poder. Esto claramente resulta de poco interés
para quienes lo ejercen. Estos seguramente preferirían, en cambio, ampliar sus facultades
antes que cercenarlas. Las pruebas huelgan en este caso; y su constatación resulta indiciaria
de nuestra predisposición autoritaria.

Lo curioso y desconcertante es que quienes se presentan como alternativa teórica y práctica


al sistema imperante, proponen una estructura aún más estatal que la actual, con todo lo que
ello implica en perjuicio de la libertad de los ciudadanos. La ocurrencia de votaciones
populares cada cierto número de años, con el único afán de permitir se deposite un sufragio
en un proceso eleccionario para elegir a un candidato que ha designado la clase política de
entre sus miembros, para un puesto público (y respecto del cual no hemos tenido la
posibilidad de opinar) no parece suficiente para explicar o justificar una democracia.

Para adentramos en el contenido autoritario de nuestro sistema debemos esbozar un par de


aspectos que serán desarrolladas en esta parte del trabajo: En primer lugar, considerar que
estamos frente a una democracia con restricciones, que ha recibido, con más justi ficación
antes que ahora, la denominación de protegida; y la otra, considerar la persistencia de una
historia dolorosa que de muchas formas modeló el sistema y sus resguardos.

A la luz del desarrollo que ha experimentado nuestra democracia, resulta justificado y hasta
cómodo enjuiciar negativamente estos contenidos originales; pero la realidad de los
setentas y ochentas (del siglo pasado) era muy distinta de la actual. Luego de la caída de la
Constitución de 1925 e instaurada una institucionalidad amparada en un nuevo texto
político, parecía insensato siquiera plantear que ésta novel democracia pudiera sostenerse
sola, sin tomar algunos resguardos.

La correcta marcha del sistema y su extensa duración nos revela que se tomaron las
decisiones adecuadas; renegar e.x post de su contenido, ahora que estamos en un lugar
mejor, resulta una contradictio in adyecto, además de una muestra de ingratitud. El sistema

379
3&0

estableció una participación limitada de la ciudadanía en las cuestiones públicas y además


quitó gran parte del protagonismo a los poderes estatales, que en teoría y principios, debían
ser equilibrados. Todo ello en favor de una concenrración de poder en la persona del
Presidente de la República, quien representa la voluntad de la ciudadanía y ciertamente ello
se ha mantenido mutatis mutandis hasta ahora.

Las limitantes se refieren por un Jado a1 grado y al modo de participación de la ciudadania:


la participación ciudadana se reduce a un ejercicio cuasí fonnal e lnstrumental con escasa
posibilidad de participación directa de la comunidad en las decisiones de gobierno; y por
otro, se le ha condicionado a transitar dentro de márgenes instítucionales fijados
previamente, En otras palabras. solo se puede participar a través dei sistema que existe;
estos es, un sistema electoral bipartídista restringido (sistema binominal) y además
limitando el ingreso al juego político de cierto partidos. cuya naturaleza y fines eran
opuestos a la democracia. Estas últimas disposfofones, contenidas en el artículo 8° del texto
original, fueron Juego removidas y las consecuencias de ello ciertamente no han sido
fehces; sobre todo si consideramos el negativo aporte a la democracia que han manifestado
estos partidos reinsertados al juego político. En democracia se trata de un costo que hay que
asumir,

En la época que se dictó el texto constitucional estábamos inmersos en la Guerra Fria y


participando en el desenlace de su bataHa final. El protagonismo de Chile en ese escenario
ha sido motivo de controversia. y mucha de la evidencia parece confinnar esta versión de
los hechos. Las fichas se jugarian en esta parte del mundo y quien saliera triunfante podría
determinar al ganador final. La caída de Salvador Allende de alguna forma significaría el
principio del fin de la hegemonía política de la Unión Soviética y la desaparición de la
ideología que ella traías consígo.

La desclasificación de documentos de las dos grande potencias que formaban los bloque en
disputa. parecen concordante con esta postura. especialmente el informe de la Comísión
Church sobre <<Aooión encubierta en Chile 1963-1973~> 1121 por parte de los Estados Unidos
y la desclasificación de documentos de la KGB, por otra.

11 1
~ Véase al respecto en la red: www.derechos.org/nizkor!chile/doc/encublerta.html

380
381

En términos más o menos sencillos podemos afinnar que ambas potencias se esforzaron por
manipular los resultados finales, pero una parte de nuestra idiosincrasia decidió la cuestión;
la vieja costumbre de preferir la tradición por sobre la revolución; «el manto de la noche»
por expresarlo en ténninos portalianos 1122• La vocación jerárquica de nuestra sociedad se
imponía a las desmedidas ansias de transfonnación; el orden por sobre la igualdad
anárquica.

Esta particular manera de actuar de los chilenos frente a circunstancias extremas y la


naturaleza de las decisiones que fueron tomadas en esa hora clave, resultarían un dato de
gran utilidad para empezar a sentar las bases de la estructura doctrinal que se deseaba
instalar; especialmente en lo referido al sistema económico que en gran parte vendría a
desplazar al político: el neoliberalismo se encontraba tras bambalinas, pero dentro de un
marco político regulado y rígido.

Esta vocación jerárquica -entonces- fue propicia para la implantación de un innovador


modelo económico que en análogas condiciones, no fue replicando en otros países del área,
ni siquiera por los vecinos más cercanos. La Argentina, por ejemplo, en situación similar a
la nuestra tuvo una respuesta muy diversa, por razones atendibles dada su idiosincrasia 11 23 .

La postura del constituyente frente a esta cuestión, su preferencia por el orden, no pudo ser
más explícita y visible; y no podía ser de otra fonna ya que estos mismos actores sabían de
sobra los excesos a los que se podía llegar de concederse nuevamente demasiadas Iicencias
ciudadanas. No es extraño entonces que el proyecto original del constituyente del 80
1124
incluyera entra su nonnativa principal los artículos 8° y 9° , tan extensa e intensamente
repudiados por los publicistas nacionales de Derecho Público. El tiempo daria la razón a la
pertinencia de estas nonnas; quizás si la misma muerte del senador Guzmán, sea un frio

1
m Muchos como Salazar prefieren verlo en términos más simplistas, al indicar que se habría producido una
vez más el aplastamiento de la efervescencia social por la vía de sacar los militares a la calle. Similar opinión
tiene incluso un protagonista clave de este periodo como Carlos Altamirano.
1123
Se trata. ciertamente de una sociedad más horízontal que la nuestra.
1124
•·Todo acto de persona o grupo destinado a propagar doctrinas que atenten contra la familia, propugn en la
violencia o una concepción de la sociedad, del Estado o del orden jurídico, de carácter totalitario o fundado en
la lucha de clases, es ilícito y contrario al ordenamiento institucional de la República. Las Organizaciones y
los movimientos o partidos políticos que por sus fines o por la actividad de sus adherentes tiendan a estos
objetivos, son inconstitucionales ... " . art. 8°. "El terrorismo en cualquiera de sus formas, es por su esencia
contrario a los derechos humanos [ ... J Estos de litos serán considerados s iempre comunes y no políticos para
todos los efectos legales", art. 9° CPRCI 1, texto original.

38 1
382

dato que avala esta tesis. Un acto deleznable de un terrorismo demasiado desatendido y
tolerado por unos y otros.

Aunque parezca anacrónico, no podemos dejar de mencionar que -en perspectiva-, estas
nonnas. que nos parecieron aberrantes en algún momento pretérito, a la luz de los años ya
no lo parecen tanto. El terrorismo ha tomado un protagonismo que antes no tenía; y muchas
de las cuestiones más delícadas que ha enfrentado nuestra democracia se deben al inusitado
desdén con que la clase política ha decidído enfrentar estos temas. En todo caso no
debemos dejar en el tapete que )as facultades conferidas al TC en esta rnateria 112 5, no
obstante ta modificación de los artículos referidos, mantienen la vigencia del resguardo en
lo sustancial su contenido.

Creo posible sostener la utilidad de estas normas tan debatidas y execradas. La


deslegitimaci6n del sistema no se debe a la estructura normativa del texto Constitucional,
que suele pagar los platos rotos de los pecados institucionales; sino más bien a la falta de
una real vocación democrática y de servicio público de los protagonistas políticos. En una
menor medida, también se puede apuntar la responsabilidad del empresariado y sus ansías
desmedidas de lucro más allá de lo razonable. Resulta peligroso para la estabilidad del
sistema el protagonismo de políticos opulentos y empresarios codiciosos.

A1 centrar el debate (suerte de nudo gordlano), en el origen legítimo o ilegítimo de la


Constitución, se inmovHizan y desarticulan todas tas posibles mejoras del sistema. EUo nos
refresca la certera sentencia de Feliú Cruz cuando ironiza que la política «es el deporte de la
oligarquía>>. No todo puede ser comodidad, holgura económica y pereza intelectual. Y eso
que no hemos considerado ta mala fe, que en este escenario nunca puede descartarse.

28. Enclaves 1126 autoritarios

La idea de que existen elementos en nuestro sistema político post dictatorial, que perpetuán
el espíritu autoritario~ se debe al trabajo pionero de Manuel Antonio GARRETÓN. El

im Art. 93 NQ IOCPRCH
ll 26 "es Util volver a la etimología de la palabra enclave. Sus migenes se remonran al latín, inclawmt o
encerrado !en+CLAVIS (llave)]. Mientras que las instituciones informales abundan etJ muchos sistemas
políticos, un enclave es un tipo formal o ínforrna1 para el cual hay fuertes óbst8.culos prácticos o políticos para
su transformación. SlAVELIS, op, cit., pág. 6.

382
383

sociólogo santiaguino definió los enclaves autoritarios como ciertos elementos «del
régimen anterior» que persisten «en el régimen democrático» 1127. Debemos mencionar que
estos constructos abarcaban una amplio abanico de posibilidades de diversa naturaleza;
unos eran artefactos institucionales (nomas constitucionales y otras de menor rango); otros
de carácter socioculturales (valores autoritarios, etc.) o basados en los actores (las Fuerzas
Annadas o actores de veto); en fin, de carácter ético-simbólicos (problemas de derechos
humanos no resueltos). Estos enclaves tenían la particularidad de obstaculizar la
consolidación de la democracia 1128•

Pero cuando abordamos este delicado asunto pretendiendo dispensar de su instauración a la


civilidad en general y a la clase política en particular; nos encontramos con la odiosa
evidencia que varios de estos enclaves surgieron a la vida después de tenninado la
dictadura mil itar, en plena democracia. Esto pone bajo pesquisa a mucho más que la
ingeniería constitucional de la dictadura. Pareciera ser que la naturaleza autoritaria que los
parió venía de antes y desde luego, se ha mantenido después, del tiempo acotado que va
desde 1973 a 1989.

Se hace necesario hacer una distinción entonces entre lo que ha venido en denom inarse
enclaves heredados del régimen autoritario y aquellos surgido durante la transición,
1129
respecto de estos últimos existe un interesante trabajo de S[AVELIS que ha de servir de
base para nuestras explicaciones.

Los primeros estarían constituidos principalmente por: a) Las atribuciones potestativas


contenidas en las disposiciones transitorias de la Constitución; principalmente las
1130
disposiciones decimocuarta (presidencia del general Pinochet) ; decimoquinta letra A
(estados de emergencia y catástrofe; designación de alcaldes); vigesimocuarta
(disposiciones interventoras de derechos); y b) Las disposiciones constitucionales

1127
GARRETON, Manuel Antonio, lncomplete Democracy. Chapel Hill: University ofNorth Carolina Press,
2003, págs. 47-48.
1
,is GARRETON, Manuel Antonio, ibídem.
1129
SIA VELIS, Peter M. « Enclaves de la Transición y Democracia Chilena», Revista de Ciencia Política,
volumen 29/ Nº l /2009/ 3-21.
1130
"Durante el periodo indicado en la disposición anterior, continuará como Presidente de la República el
actual Presidente. General de Ejército don Augusto Pinochet Ugarte, quien durará en el cargo hasta el ténnino
de dicho período" .

383
- - - - - - - - - - - - - - ·-

384

relacionadas con el concepto de democracia tutelada. Esto comprendería desde la facultad


presidencial de designar a 1os senadores designados {artículo 45); 1a inamovilidad relativa
de los Comandantes en Jefe de Jas Fuerzas Annadas; y 1a existencia del Consejo de
Seguridad Nacional.

Francisco CUMPLIDO quien fuera Ministro de Justicia en la presidencia de Patricio


Aylwin, afirma respecto de este punto:

•;aJ asumir el Presidente Ricardo Lagos, :subsistían los siguientes enclaves autoritarios: la e.xistencia
de tos senadores designados y vitalicios, lo que írnplícaba que no existía una cabal representación
política; el sistema electoral binominal que no es ni mayoritario ni proporeíonal, sino arbitrario; El
poder de seguridad en Fuerzas Annadas garantes de la institucíonalidad y limilante de las facultades
del gobierno civil; La integración y atribuciones del Tribunal Constitucional en que participan
poderes burocráticos y puede llevar al «gobierno de los jueces»~ el protedimiento de reforma a lá
Constitución, que no obstante las anteriores modificaciones de la Carta se ha constituido en un
obstáculo para que los gobiernos democráticos introduzcan modificaciones a la Constitución, a
menos que los proyectos cuenten con un alto consenso. especialmente en el Senado" 1 m

Ya hemos afirmado que no puede circunscribirse el nacimiento de los enclaves autoritarios


única y exclusivamente al periodo de vigencia de la Dictadura Militar; sino que ellos
abarcan un periodo mucho más amplío, En efecto. en un periodo posterior, es posfüle
ubicar fenómenos que se encuadran directamente con este concepto específico; son
denominados por esta misma razón. enclaves autoritarios de transición.

Para realizar una análisis ordenado de estos fenómenos y siguiendo la caracterización de


Cumplido empezaremos nuestro análisis con el primer grupo de estos enclaves; los que se
señalan como emergentes en el periodo autoritario.

Partiremos entonces dando una breve resefla respecto de la institución de los Senadores
Designados o vitalicios. Estos funcionarios estaban desarrollados en el artículo 45 de la
CPRCH y su inclusión en el texto respondía a la idea de que pudieran colaborar en la labor
legislativa funcionarios institucionales no e)egldos por vía de sufragio porque podían ser un
valioso aporte a la doctrina pública, por la especialidad de sus experticias, Otros en cambios
los veían como unos advenedizos, designados por el poder dictatorial para manipular y
someter a las mayorías ciudadanas que habían elegido a sus representantes por sufragio

i1.>: CLlMPLIDO, FranciS<:o, lAforma de gobierno en Chile. afio 2006.

384
385

popular. La verdad es que ambas posiciones guardaban algo de verdad en sus argumentos;
pero lo cierto es que terminaron siendo eliminados por cuanto pesó más su forma de
instalación no democrática que las virtudes de sus competencias.

En cuanto al sistema binominal: Este ha sido motivo del más encendido debate, porque
parece un punto central de la política, el detenninar quién saca mayor ventaja del sistema
electoral. Pero ello está muy lejos de ser una cuestión que merezca tanta atención. Los unos
(la centro izquierda) suponen que la mayoría de los votantes están de lado suyo y un
cambio en el sistema les perpetuará en el poder, cuestión que creen merecer de sobra; y los
otros (centro derecha) al contario tienen la idea que, de otorgarse tanta libertad a las
personas y sus votos; lo más probable es que terminen por arruinar un sistema que ha
costado tanto construir y preservar. Ambas posturas pueden tener algo de razón pero lo
cierto es que la dura realidad nos ilustra mejor sobre la falta de fundamento para estas
aprehensiones; la primera ha caído ya por su propio peso; porque no han sido ellos sino los
otros los que han obtenido la presidencia por mayoría absoluta (201 O). Y la otra
aprehensión sin dudas caerá de la misma forma. La caída del sistema binominal no
significará como unos y otros suponen (o afinnan suponer) una debacle del sistema; aunque
probablemente si un importante recambio de la clase dirigente.

En cuanto a las Fuerzas Armadas corno garantes de la institucionalidad: Esta parece una
cuestión más central. Las Fuerzas Armadas, este escrito o no en el texto constitucional, se
han sentido y en la actualidad parecen sentir de la misma forma, que son garantes de la
institucionalidad 1132 • Este es un punto que deben considerar los planeadores demasiado
audaces del futuro de Chile. El que haya un límite tácito a las explosiones sociales o
requerimientos desmesurados, resulta alentador para muchos; aun cuando, de llegar a
desafiarse este umbral, seguramente las consecuencia serán dolorosas (para todos). Como el
dios Shiva que destruye para construir.

En lo referido a la Integración y atribuciones del Tribunal Constitucional: Como afirma


Carlos Santiago Nino, nadie parece querer discutir una cuestión que es bastante discutible;

1132
·'En la Constitución de Chile [de 1925] no existe nada sobre la salvaguarda y defensa por las fuerzas
armadas de la integridad f1sica y moral del Estado", GRISÁEV, Pavel y Chibiriácv, Stanilslav, Chile legisla
el Fascismo, óp. cit., pág. 99.

385
386

que haya un tribunal que revise la constitucionalidad de las leyes; y de pasada controle
férreamente Ja labor jurisdiccional. Esta es una labor que se ha tomado superlativa y en un
órganos que parece querer dictar la secuencia de la vida nacional especialmente en los
relativo a ios valores culturales y democráticos. Es claramente una facultad excedida que
curiosamente fue incrementada en los gobiernos democráticos, de una forma que no
alcanz.amos a entender del todo.

En cuanto al Procedimiento de Reforma de la Constitución; en este punto la interrogante es


la siguiente; De que forma una Constitución puede serlo en países como el nuestro. sino es
poniendo dificultades a su modificación. Esa es una cuestión que merece menos reparos
que otras; sobre todo si consideramos que ios niveles de exigibilidad y de rigidez que tienen
otros países democráticos es igual o mayor que el nuestro.

Si nos detenemos brevemente en el segundo grupo que ha sido denominado enclaves


autoritarios de la transición; podemos hacer respecto de ellos las siguientes observaciones
en relación con sus aspectos más significativos: En cuanto at denominado cuoteo. este
·•surgió como un instrumento informal acertado para manejar la construcción y
mantenimiento de la coalición durante la transición democrática, este enclave de transición
se ha convertido en wi impedimento para el establecimiento de patrones más
representativos de reclutamiento político en Chile~ con importantes consecuencias en la
capacidad de los ciudadanos de hacer responsables a sus autoridades"; En segundo lugar
aparece el Control de la elite en la selección de candidatos y la política electoral, El
sistema de elección, en el contexto de dos fuertes coalkiones. limita fuertemente la
capacidad de derribar a un incumbente; en tercer lugar debemos mencionar la Dominación
de los partidos en la política, a nível de elites, los partidos •-y en particular las elites
partidarias-- siguen siendo los actores políticos más importantes en Chile [ ... ]son centrales
en determinar qué puestos se reparten, dónde ios candidatos parlamentarios compiten> y
cómo los cargos del gobierno son distribuidos; en cuarto lugar se menciona la Formulación
de políticas elitistas y extrainstitucionales~ esta política de la acomodación de elites ha
creado una percepción entre ta ciudadanía de que las preferencias del ciudadano importan
poco, y que las políticas son un negocio más que un juego de representación". Y finalmente
se visualiza la Intocabilidad del modelo económico, han mantenido el estado de actividades

386
387

económicas en la medida de lo posible, excluyendo la discusión o la puesta en práctica de


cualquier clase de estrategia de desarrollo" 1133 •

Respeto de los mencionados enclaves debemos señalar que muchos de ellos, especialmente
los nacidos luego del periodo autoritario; todavía tienen plena actualidad, a pesar de que las
razones que autorizaron su implementación ya no están vigente en el escenario político,
social o económico actual. Debemos además mencionar un par de curiosidades que dan el
tono respecto de los aportes que la democracia ha hecho al modelo. Por un lado se han
establecido lo que podríamos llamar enclaves autoritarios democráticos; vale decir,
surgidos cuando la democracia estaba vigente en toda su extensión y con las Fuerzas
Armadas alejadas de cualquier toma de decisión política. El principal: el excesivo
inmovilismo del bloque constitucional, particularmente sus extensiones, que no ha sido
modificadas en ninguna de sus partes medulares por el Congreso. A ello debemos agregar,
el aumento de facu ltades del Tribunal Constitucional y finalmente la ampliación de Facto
de las facultades autoatribuidas por la Contraloría General de la República y toleradas por
el sistema. Ello sin perjuicio de reconocer que esta última institución ha cumplido un doble
rol; por un lado de aumento del autoritarismo y control sobre las entidades públicas
descentralizadas, como es el caso de las municipalidades y por otro, ha colaborado con el
control del excesivo poder del aparato estatal. Una paradoja más de nuestra democracia.

29. La rigidez del sistema y sus extensiones

Para hacer un análisis más concreto de esta cuestión me pennito hacer una previa revisión
normativa, que sirva de punto de partida para entender la cuestión que planteamos. El
artículo 6° de la CPRCH establece: " Los órganos del estado deben someter su acción a la
Constitución y a las normas dictadas conforme a ella" y agrega "Los preceptos de esta
constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda
persona, institución o grupo". El artículo 6°, en consecuencia, establece la obligatoriedad
que tiene respecto de gobernantes y gobernados la normativa constitucional y establece la
sanción establecida cuando se produce la infracción de estas normas: la nulidad. Se trata de

1 133
S IA VELIS, Peter M. « Enclaves de la Transición y Democracia Chilena», Revista de Ciencia Política,
volumen 29/ Nº 1/2009/ 3-2 I .

387
388

una nulidad de derecho público, resguardo de la intangibilidad, especialmente de las


normas cardinales del texto, Particularmente se persigue impedir su violación ya sea por
tentativas jurídicas o de hecho. de Ja soberanía constitucional.

La disposición contenida en el artículo 6° no representa en realidad tma novedad en nuestra


tradición jurídica; lo nuevo es que pennite. entre otras cosas, la aplicación directa de la
Constitución como norma efectiva en un detennínado litigiom4• Puede ser invocada
directamente nos dirá el constituyente y también a detenninados órganos, como la Corte
Suprema (art. 80), la Contraloría General de la Republica (art. 88) y el TribUJ1al
Constitucional (art. 82)""· Generalmente sera el mismo texto el que indique la supremacía
de la Constitución, Esta característica del nuevo texto constituye lo que en Ja doctrina
comparada ha venido en denominarse al carácter normativo de la Constilución 106 •

Pero la cuestión dista de ser simple dado que lejos de to que pudo preverse. esta ampliación
de los efectos de la Constitución y las figuras normativas de carácter constitucional que ha
creado el texto poHtico (LOC; UC y LQC) han servido para potenciar aún más el carácter
rigido de algunas institucíones y valores, El atributo autoritario no solamente ha afectado.
entonces, el texto político mismo~ sino que -especialmente- sus normas de extensión. Estas
últimas, reconocidas (a mi entender erradamente) con similar eficacia normativa y rigidez
que las contenídas en ei texto político mismo,

1134 Esta materia fue incluida mediante una reforma de la constitm:ión del afio 1925 en los. años setentas;
" ... Lo primero que hay que establecer con absoluta explicitud es. que toda la Constitución tiene valor
nonnativo inmediato y directo, como impone deducir el artículo 9.l l... ] esta sujeción o vinculación es una
consecuencia de su carácter normativo. por una parte; por otra, la Constitución, pre<:isa este texto, es parte del
ordenamiento jurídico, y justamente -hemos de afladir nosotros- su p.arte primordial y fundamentante, Ja que
expresa los "valores superiores del ordenamiento jurídico" enwicíado en el artículo l º de la propia
Constituctón y desarrollado en su articutado. Pina1meme, la vinculación normativa de la Constitución afecta a
todos los ciudadanos y a todos los poderes públicos. y no soio al poder legislatívo como mandatos o
instrucciones que a éste sólo cumpliese desam,llaMesis tradicional del carácter «ptogramático1~ de la
Constitución, y entre todos los poderes públicos, a todos los jueces y trib\inale!l- y no solo al (ribunal
C011$titucional", GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, fo Constitución como norma y el tribunal
Constitucional, Clvitas, te:rt:era edición, Madrid, 1985, págs, 63 ss., Vid. CÉA Egai'la. Derecho Constihtcíonal
Chileno, tomo 1, óp, cit., pág. 244
11
1> SILVA BASCIJ(\;ÁN. Alejandro. Tratado de Derecho constitucional Chileno, La constitución de 1980,
Ba.ws de la !nstitucionalidad, Naci.<>rrálüiad y ciudadania jusrida electoral, Edítorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile segunda edición, tomo lV, 1997, pág. 137.
m1> Vid GARCÍA DE ENTERRÍA, óp, cit., Parte f, apartados III y IV, págs. 63 a 103.

388
389

La creación e incorporación de esta tipología constitucional (y en alguna medida también e l


carácter normativo mismo) tiene una clara influencia ideológica. Es posible concluir, luego
de un estudio de fuentes, que estas se instauraron con el propósito de impedir una setie de
vicios pretéritos, entre los cuales podemos mencionar la tristemente célebre teoría de los
· · IegaIes 1137, operada por Novoa Monrea111 38, que pos1·b·1·
resq111c1os 1 1to. 1a d esart1cu . ' de
. lac1on
facto de una serie de disposiciones legales, que de haberse respetado, quizás había hecho
inviables muchos de los atropellos del año 1973. La reflexión acerca de lo beneficioso o
perjudicial que puede resultar una mente jurídica bien entrenada puede constituir en este
caso un ejemplo paradigmático.

La rigidez que genera este mecanismo se irradia a varias zonas, expandiendo la ya amplia
égida de la Constitución del 80; esto constituye, a mi modo de ver, el verdadero centro
autoritario del sistema y no aquellos mecanismos cosméticos que han desactivado los
políticos durante estos años de democracia 1139.

No compartimos la idea de estar ante una nueva Constitución [a partir de 2005] porque se
han modificado solo cuestiones que no dicen relación con su núcleo central. Estamos ante
una democracia instrumental y restringida, surgida de la premisa, no del todo falsa, de
maliciar que, de haberse otorgado a los actores de la nueva democracia demasiadas
licencias para su modificación, posiblemente se las habrían ingeniado para reconstruir el
caótico escenario político de los sesentas y setentas. Nuestra historia patria es fecunda en
1140
ejemplos que lo conftnnan •

Pero volviendo a esta idea inicial, se estructura por el legislador chileno una especie de red
de contención para limitar la improvisación política; se les da a los actores políticos, un

1137
"Consistía ésta en el uso de normas jurídicas que fonnan parte de nuestro extenso Derecho descodificado
con una finalidad diversa a aquélla con que se habían dictado. En lugar de respetar su función original, la
estrategia consiste en emplearlas para crear una extensa propiedad social en manos del Estado'º,
VILLALONGA, Cristián, Revolución y ley. La teoría crítica del Derecho en Eduardo Novoa Monreal, Globo
Editores. Santiago de Chile, 2008. pág. 239.
1138
Uno de los más importantes juristas nacionales; fue asesor jurídico del Presidente Allende, y uno de los
más relevantes gestores y redactor del texto constitucional de la Nacionalización del Cobre. Presidente del
Instituto de Ciencias Penales de Chile, entre 1959 y 1971. Fallece en el año 2006 alejado de la vida pública.
1139
Véase ZUÑIGA U., Francisco, '·Leyes Orgánicas Constitucionales. Un presente Problemático", en
Congreso Nacional, libro Homenaje al profesor Alejandro Silva Bascuñán, óp., cit., págs. 395 ss.
°
114
Cfr. CA RRASCO D. Sergio, Génesis y Vigencia de los Textos Constitucionales Chilenos, Editorial
Jurídica de Chile, 3" edición actualizada, Santiago de Chile, 2003.

389
390

margen de acción acotado que, por un lado, pemtite et funcionamiento efectivo del sistema
pero que también impide se traspasen algunas fronteras que puedan estropearlo" 41 , Esta
idea de jaula de contencíón [como una evocación a la jaula de hierro Webereana] nos
parece que adquiere toda su importancia y bondad al resguardar los aspectos claves como el
principio de «subsidiariedad» y el denominado «Orden publico económico». En otros
aspectos su bondad es niucho menor e incluso. cuestionable,

Estas normas de naturaleza constitucional que hemos denominado previamente: extensiones


constitucionales, resultan ser -como fenómeno sociológico~ más obligatorias que el texto
constitucional mismo, atendida la naturaleza de nuestra cultura ciudadana. No es un hecho
desconocido que los ciudadanos asumen perfectamente la impemtividad de la ley y tienen
la tendencia natural a obedecerla mientras no se derogue; en cambio subsiste en el
inconsciente colectivo la idea que el Código Político no pasa de ser una especie de
declaración de principios más o menos elaborado o en el mejor de los casos una idea
programática de lo que se desea -de manera ideal- para el país. De esta fonna podemos
llegar a una simple conclusión lógica, el autoritarismo se articula mejor a través de estas
normas de extensión; e11o sin perjuicio de lo ya razonado sobre este punto.

Es útil detenemos en esta característica de nuestra identidad social: nuestra inclinación a


obedecer, muchas veces sin cuestionar, las normativas que se nos imponen desde el poder
central. Es como si en el fondo respondiéramos más a una lógica organizacional de carácter
medioeval que a una modemall 42• Eso nos ha dado ventajas comparativas en el escenario
jerárquico de la globalización; esto es, una fácil adaptación aJ sistema neoliberal y al
espíritu de libre mercado ( con las consecuencias sociales respectivas) y lograr progresos
desde aquel modelo, que han permitido mejorías materiales apreciables; modelo que bien
podríamos calificar de revolucíonario. Pero no todo ha sido positivo; como efecto colateral
se han creado condicíones que atentan la existencia de un espacio político decente de

1141
Con singular lucidez Gabriel SALAZAR afinna que se trata de un sistema mecánico, que ¡xme barreras a
la improvisación. Historia ComemporJnea da Chile, actores. identidad y movimiento, Loro Edíciones, tomo
11, Santiago de Chile, !999, pág. 57.
lHJ De allí la torpeza de nuestra capacidad de rebelión.

390
391

. , y de bate i 143. Las nonnas se constituyen,


represen tac1on . d e esta 1.onna,
.(:'_ .
en un sistema de
reproducción de conductas sociales, útiles a quienes detentan el poder 1144.

Por supuesto que nada de esto sería posible sin la cooperación de los actores políticos
propiamente tales, que han obtenido su ce11ificación a través del acceso a cargos públicos,
mismos que han devenido en la mayoría de los casos, en vitalicios' 145. Esta simple cuestión
es muy importante puesto que cualesquiera que haya sido la austeridad o convicción con
que llegaron a sus puestos; al estar inmersos por años, en ambientes de comodidad y
opulencia, se han visto mellados hasta los temperamentos más hostiles y libertarios.

No podemos suponer que esto haya sido previsto de esta fonna, pero no parece un
despropósito pensarlo así. Recordemos que Guzmán era un político fundamentalmente
pragmático' 146 asesorado en estas lides por un viejo lobo de mar como era don Jorge
Alessandri, hijo de otro gran protagonista que, con similares amias, dominó la política
durante gran parte de la primera mitad el siglo XX.

30. El TC y sus facultades ampliadas

Aunque de manera alguna el TC fue pensado para constituirse en eje de la prolongación


autoritaria dentro del sistema, lo cierto es que la actividad de este organismo ha constituido
un pilar de la visión conservadora, que actualiza y en no pocos casos profundiza los
fundamentos doctrinales del gobierno militar.

Contrariamente a lo que pudiera pensarse, lejos de haberse operado una reducción de sus
atribuciones, ellas han sido virtualmente ampliadas por el bipartidismo partidocrático. Ello
resulta desconcertante habida consideración que varios de sus integrantes fueron

11 3
~ Tal vez, como dice Bauman, porque nada realmente de interés ocurre en él.
11
~Al respecto Foucault: "Entre las prácticas sociales en las que el análisis histórico permite localizar la
emergencia de nuevas formas de subjetividad, las practicas jurídicas o más precisamente las practicas
judiciales. están entre las más importantes" FOUCAULT. Michel, la verdad y las.for111asj11rídicas, Editorial
Gcdisa S.A. 2005, pág. 15.
11
H El promedio de pennanencia de los diputados es de un promedio que va desde los tres a cinco periodos, al
igual que los senadores. Fuente Congreso Nacional (www.congreso.cl).
11 6
~ "Jaime Guzmán no era un intelectual: era un político. Sin embargo, su inteligencia superior y su
sensibilidad profundamente humana le exigían fundar su acción en valores y conceptos de raigambre
intelectual'" Así los afinna Arturo FONTALNE Talavera, quien lo conocía bastante en «El miedo y otros
escritos», Revista CEP Nº 42, 1991 , págs. 251 ss.

391
392

colaboradores directos del régimen mílítar 1141 y mantienen posiciones andadas en posturas
del pasado especialmente en materias sociales y culturales. Ello se ha visto acrecentado por
la forma en que han desarrollado su labor jurisdiccional.

Esto que pudiera aparecer como un inconveniente del régimen democrático, ha resultado
paradojalmente un apoyo de1 mismo, dado que los jueces han sido consecuentes con sus
posturas y con lo que entienden sus funciones ministeriales; a pesar de tener escaso grado
de legitimidad a los ojos de una ciudadanía que no participa en su confonnadón.

El funcionamiento mismo del TC ha sido objeto de críticas bastante sensatas, especialmente


en Jo relativo a un funcionamiento extralimitado. No es función del TC el ampiiar su campo
de acción a materias no previstas por el constituyente; sin embargo, ya en su propia Ley
Orgánica, se atribuye un principio de inexcusabílidad [art. 3°] que le sirve de paraguas para
asumir -de /aéto- la calidad de constituyente derivado, excediendo principios básicos que
impiden a los. órganos púbJicos atribuirse facultades de otros órganos del Estado.

Quizás debiera limitarse este organismo, como afirma ALDUNATE. a estable<:er si se está
ante un área regulada constitucionalmente o no, siguiendo con ello a la doctrina
alemana 1148• Este último (el Tribunal Constitucfonal alemán) tampoco ha estado exento de
críticas, tan relevantes como la que hacemos aqui; al respecto Klaus STERN ha señalado:

"El Tribunal Constitucional no puede conducirse oomo super-legilador, y el Parlamento tíene que
valorar debidamente sus tareas legítimas como órgano estatal supremo que es elegido directamente
por el pueblo en la regulación general de !os intereses de la comunidad; en ambos encontramos el
Derecho constitucional como regla suprema. Este es el fundamento del Estado constitucional. Ni el
Estado jurisdiccional constitucional ni el Estado de los jueces es el ideal del Estado constitucional.
Los efectos beneficiosos de la jurisdicción constitucional, que prevalecen en conjunto para nuestro
Estado, no pueden ocultar la aparición de peligros, que residen precisamaite en ~sta
jurisdícción" 114tJ

Pero también existen otras importantes cuestiones en relación con el particular criterio del
TC. Lln primer aspecto dice relación con que no se ha respetado en su justa medida el

1147
Raúl Bertelsen füe uno de fos redactores de la Constitución del 80, Juan Colombo acudió a varias
sesiones, el presidente actual fue funcionario del Régimen Militar.
4
H S ALDUNATE, Eduardo, «La desconstitucionalización de la Constitución», en Revist<I de Derecho, N"
XXV~2004, Edkiones Universidad Católíca de Va!paraíso, pag.29,
11 9
' STERN, Klaus, Jurisdicción Constituckmal y Legislador, Dykinson, trad, Alberto Oehling de los Reyes,
Madrid. 2009, págs. 68-69.

392
393

artículo 81 de la Constitución que obliga a fallar a este tribunal conforme a derecho; lo que
en esta caso particular y especial significa que el TC en sus fallos no puede "vincular su
decisión a una cadena argumentativa que repose sobre el texto constitucional. El fallo
conforme a derecho no admite, en sede constitucional, recursos a la analogía, ni a la
equidad, precisamente porque la jurisdicción del TC es de carácter constitucional y, como
tal, es un sistema de construcción escrita de texto único, está definida en cuanto a su
extensión, por el propio texto fundamenta1" 1150• Al hacerlo, cuestión que ha ocurrido en no
pocas oportunidades, se viola el texto de la Constitución y el principio de jerarquía
normativa. Se perjudica aún más este criterio cuando se utilizan ex profeso como fuentes de
integración, las actas de la CENC, a manera de afianzar sus argumentos; a veces
prescindiendo de consideraciones sobre teoría constitucional. La consecuencia de ello es
115 1
que se ha reproducido sistemáticamente el espíritu autocrático que le dio nacimiento • Si
a ello sumamos que en su práctica el recurso de protección en lugar de proteger los
derechos constitucionales ha servido para limitarlos, vulnerando normas básicas de un
debido proceso; abdicando sus labores de control del Estado.

Esta actividad iconoclasta del TC ha llevado a a lgunos autores a entender que se ha


producido virtualmente una suerte de "desconstitucionalización de la constitución,
entendida [esta] como la pérdida del carácter político y fundamental de la constitución, y su
pervivencia más bien con el carácter de ley constitucional". 11 52 Aunque reconocemos la
existencia de un exceso interpretativo en el funcionam iento del TC, estimamos que las
consecuencias que se atribuyen al mismo son, cuando menos, exageradas. La efectividad de
las normas no tiene como campo de funcionamiento los márgenes de los textos doctrinales.

Debemos reconocer que este proceder no es ajeno al funcionamiento del sistema


jurisdiccional, especialmente a partir de los años setentas. Ello parece tener su origen, entre
otras causas relevantes, en la aplicación de una Constitución devaluada durante la Unidad
Popular y sometida luego de esta, al capricho del poder militar. Esta lógica interpretativa

1150
Ibídem, pág. 2 1.
11 5 1
El C.E.N.C. no era una asamblea constituyente o una comisión constituyente sino "simplemente un
órgano asesor encargado de proponer un anteproyecto de constitución de acuerdo a ciertos lineamentos dados
por el gobierno de entonces" ALDUNAT E, Eduardo, « La desconstitucionalización de la Constitución», óp.
cit., pág . 24.
11 52
ALDUN ATE, Eduardo, ibídem, pág. 28.

393
394

subsiste en muchos aspectos en la aplicación práctica de la ley. Los tribunales siguen


operando de la misma manera; la Unica diferencia relevante es que ha cambiado el régimen
autoritario. Pero ello no es visualizado ni atendido por quienes -ahora- se ven favorecidos
por este estado de cosas anormal.

Para hacer justicía debemos indicar que no estamos frente a una cuestión nueva; sino de
una inserta firmemente en nuestra nacionaHdad, no por su discutible corrección, sino por su
capacidad de mantenerse vigente. BRAVO LIRA atribuye este estado de cosas a la
adopción del constitucionalismo en la época de la independencia que resultó - a finaJ de
cuentas• muy perjudicial para la judicatura chilena; a esta "Se le califico de poder judicial
y, como ta1, se le sornetíó a una regulación restrictiva, de orden legal, similar a la que se
impuso a los poderes políticos, el presidente y el parlamento. Se abrió así eJ camino para
cercenarle su competencia en lo relativo a la protección de los gobernados frente a los
gobernantes y, en último término, para relegarle a un papel secundario dentro del
Estado" 1153, Esta una evidencia más de la naturaleza múltiple del fenómeno autoritario y de
su inveterado origen.

Es muy -díficiJ que en un entramado jerárquico y autoritario puedan los jueces íntenta.r por
si solos cambiar un sistema tan fuertemente determínado, menos con la creación de una
academia Judicial cuya finalidad parece ser el perpetuar este tipo de mentalidad en los
inexpertos funcionarios que salen de ellas a la arena forense. Estrechamente relacionado
con este punto encontramos et tema de 1a elección de los magistrados y su duración; la que
en la mayoría de los casos repercute en un adecuado mecanismo de adecuación de estos con
la realidad de las aspiraciones ciudadanas. STERN plantea la posibilidad de que estos
puedan ser elegidos directamente por el Jefe de Estado, lo que darla una mayor legitimidad
a su conformación 1154 . Ello es también aplicable a nuestro país, que ha acogido estas
doctrinas de una forma bastante similar y en el que se ha detectado un similar fenómeno
que aquellos apreciados en el Tribunal Constitucional Alemán, especialmente el hecho

\h.l- BRAVO URA, Bemandino. El Estada de Derecho en la Hisioria de Chíie, óp., cit., pág. 33.
115
"' STERN, Klaus, Jurisdicción constitucional y Legislador, óp. cit, pág. 69,

394
395

central de que "El tribunal Constitucional se atribuye con su monopolio interpretativo, en


cierto sentido, una función de tipo legislativo" 1J 55.

Nuevamente nos encontramos con la evidencia fáctica de que el bipartidisrno partidocrático


va, en esta materia corno en otras, en dirección contraria de una democratización del
sistema o de una ampliación de las garantías básicas y fundamentales. Las instituciones
creadas en democracia que sirvan para mantener el espíritu jerárquico y vertical, como es el
caso, entre otros, de la mencionada academia, merecen el calificativo de enclaves
autoritarios democráticos, porque contrariamente a lo que se diga; estos deben ser juzgados
por sus efectos (la perpetuación del afán jerárquico y autoritario) y no por su origen.

Carlos Santiago NINO, nos expone una duda que merece ser replicada en esta parte, porque
pone en tela de juicio la supuesta necesidad lógica que existe de que los jueces puedan
controlar la constitucionalidad de las leyes, "Esta «necesidad lógica» del control judicial de
constitucionalidad no ha sido frecuentemente tratada por los constitucionalistas, quienes en
lugar de ello, han dedicado sus energías a justificar la legitimidad de esa institución. Si la
lógica de Marshall fuera tan sólida, el esfuerzo de explicar su legitimidad sería una pérdida
11 56
de tiempo, dado que la necesidad lógica no necesita una justificación normativa" .

31. La validez

A partir del 11 de septiembre de 1973 y hasta el año 1989 nuestro sistema político careció
de un texto político fundamental que tuviera vigencia real 1157• Podría afirmarse que el texto
aprobado en el plebiscito del año 1980, constituía un derecho o si prefiere un cuerpo
jurídico 11 58, sujeto a condición suspensiva 11 59 . CRISTI citado por Silva Bascuñán y
haciendo uso de categorías Schmittianas expresa: "la legitimidad de la constitución chilena
del 80, por lo menos hasta 1988, no está fundada en el poder constituyente del pueblo, sino
en el poder monocrático de la Junta Militar. Una Constitución es legítima, según Schrnitt,
«cuando la fuerza y autoridad del poder constituyente en cuya decisión descansa es

1155
Ibídem, pág. 77.
1156
NfNO, Carlos S. La constitución de la democracia deliberativa, Gedisa, trad. Roberto P. Saba, primera
reimpresión, Barcelona, 2003, pág. 262.
1157
Eventualmente podría aceptarse su vigencia virtual.
i isa Estamos hablando aquí de Constitución en sentido normativo clásico.
1159
Vid. lnfra.

395
396

reconocida.»" 1160. Claro está que en este caso específico estamos partiendo de la base de
aceptar como categoría va'l'd
1 a 1a extstencta
' , uc
0
~ una d'tctu«ura soberana'"' ,

Al respecto me permito hacer los siguientes comentarios: en primer Jugar, nos parece
bastante incuestionable que todas las gestiones que implicaron la elaboración de la
Conslituci6n del 80 sean estas: Sesiones de la Comisión de Estudios; reviSlón por parte del
Cunsejo de Estado y la redacción final del texto sujeto a plebiscito, por la misma Junta de
1162
Gobierno, se hicieron en virtud del poder constituyente originario del Gobierno Militar.
Nadie estaba en posición de disputarle ese puesto en aquella épocai 163•

En segundo lugar, cíertamente un plebiscito Je daría, como ha ocurrido en todo ios casos en
que se utiliza este procedimiento por 1os gobiernos autoritatíost una certificadón de
legitimidad, que en este caso se cumplió perfectamente. 1164Dicho en romance paladino,
¿Por qué es lícito afirmar que el procedimiento plebiscitario fue adecuado en el año 1989 y
no lo fue en 1980?; cuando las condiciones eran mutafi_,;; mutandís, exactamente las mismas:
una Constitución de factura autoritaria, elaborada por el gobierno de facto y aprobada por
un electorado que carecía de registro electoral y apartado de un sistema democrático.

Se dice que en este segundo intento (1989) participó la ciudadanía opositora al régimen
militar por medio de sus representantes, situación que dio posibilidad de contradicción a sus
disposiciones y un marco democrático a 1a discusión 116 5. pero la pregunta clave aquí es:
¿Podría considerarse como representante de la oposición al régimen militar, unos dirigentes
políticos que provenían de un partido como la Democracia Cristiana (entre otros) que
propició ferozmente la caída del gobierno de Salvador Allende y colaboró activamente con
fas nuevas autoridades'?, En aquella época nadie tenía un protagonismo político que no
fuera dispensado por el Gobierno Militar.

,l@ Cfr. SILVA BASCUÑÁN Alejandro, Trata&J de Derecho Constitucional, tomo U, Editorial Jurídica de
Chil~ 1997, pag.242.
11
SCHMITT, Carl, La Dic1adura, óp., dt,cap, 4 págs. 173 s-s.
4\
l lñl Terminología de Sáru:hez. A gesta dado que Car! Schmitt no utilizaba esta expresión.
llt'lmt,J Cfr. SILVA BASCt'ÑÁN, Afej.indro "rechazamos entonces vigorosamente que en tal texto ID.L N"'
128] la Junta se atribuyera el poder constituyente, como lo hizo,.:'. Ibídem, pág. 240.
1164
A veces ello no ocurre, como sabernos le sucedió a Hugo Chávez en 2007.
11
M Muchos piensan que se trató de un a~uerdo opaco y audaz sin esperar a estar de acuerdo para no producir
estancamiento. Cfr. Jocelyn Holt, Alfredo, El Chile Perplfjo, óp. cit, págs. 217-2118.

396
397

Si consentimos que estos «lideres» carecían de una auténtica representación democrática,


debemos conceder en consecuencia que su presencia no tuvo la virtud de legitimar estos
acuerdos pactados a espaldas de la ciudadanía. La situación así planteada equiparaba las
situaciones de hecho y jurídicas en ambos escenarios. Así entonces, tampoco existían
razones lógicas y coherentes para hacer esta distinción arbitraria en uno y otro caso.

Entonces, si fue válido el plebiscito de 1989 (versión oficial de la cuestión), necesariamente


debió serlo también el de 1980 y con el mismo alcance legitimador dado que un texto y su
reforma son consecuencia lógica una de la otra 1166• No parece razonable considerar dos
situaciones iguales de una manera tan distinta. Por lo demás si estamos stricto sensu frente
a una reforma, es necesario desde el punto de vista lógico que exista «algo» que deba ser
reformado, no se reforma la nada.

Esto no lleva a la conclusión que la Constitución estaba legitimada ya en el año 1980; la


circunstancia particular que sí nos interesaría resaltar en este punto, es precisamente que la
misma no se activó sino hasta la llegada efectiva de la democracia. Su entrada en vigencia
estuvo en suspenso durante todo este tiempo.

Podemos afinnar, en otro orden de cosas, que los textos que se forjaron en este interregno
[leyes orgánicas constitucionales et al] recurrieron al poder legislativo del Gobierno Militar
para su realización y se debe agregar, que no fueron legitimadas posteriormente por ningún
referéndum o plebiscito. Su legitimación no pudo afirmarse en un texto que no entraba en
vigencia todavía (suponiendo que admitamos esto como posible). En consecuencia, sin
negar el valor jurídico que tienen estos textos como decretos leyes, creemos que no es
posible sostener su rango constitucional, la naturaleza de estos textos accesorios (a
diferencia del texto principal), no mejoró.

Debemos dejar en claro que el texto aprobado en el año 1980 por medio de un plebiscito,
constituía solo una parte de la institucionalidad creada por el Gobierno Militar, que solo
comenzaría a beneficiar a quienes sucedieran al gobierno de facto en el ejercicio del poder;
en un sistema de democracia protegida que este texto establecía.
11 66
Sin pretender echar pelos en la sopa, debernos decir también que ninguno de los supuestos líderes de la
oposición ocupaba dicha representación por algún mecanismo democrático conocido o de elección popular.
Tampoco participaron, muchos de ellos en la lucha contra el gobierno militar.

397
398

Para redondear el tema de la entrada en vigencia del texto constitucional, nos serviremos de
elementos de derecho civil, por su estructura más refinada. Discrepamos por cierto de
quienes afirman que efectívamente haya empezado a regir parcialmente la carta política
[ias disposiciones transitorias principalmente}~ porque el núcleo central de toda
Constitución está asentado en la organización del poder público (que el texto sea el reflejo
de quien manda en e1 Estado y que el principio de división de poderes sea el que esta
estatuye) y que se asegurase pór la autoridad el respeto de las garantías individuales
contenidas en ella; ninguna de estas cuestiones resultaba operativa a partir de 1980 en
ade1ante 1167• Darle fa naturaleza de decretos leyes a estos actos de la autoridad parece
suficientemente ajustado a derecho.

Así las cosas nos encontramos que la Constitución representaba un cuerpo juridico sujeto a
condición suspensiva; esto es, w,.a modalidad consistente "en un acontecimíento futuro de
realización incierta, que suspende el nacimiento de un derecho" 1168 . Digo condición
suspensiva porque mientras no se llegara al año 1989 la ConstítuClón real no entraría en
vigencia, manteníéndose en eJ intertanto el poder soberanamente en manos del Gobierno
Milítar; estábamos en consecuencia frente a una oblígación en verde "En tanto la condición
este pendiente, puede decirse que no existe 1a obligación suspendida por eUa; se tiene
úníc:amente, la esperanza de que wi día nazca# 1169• Y digo además que la condición estaba
pendiente y no cumplida pues dependía de un hecho futuro e incierto que supeditaba la
entrada en vigencia del texto aprobado. Esta condición era que en el plebiscito de 1989
ganara ta opción «NO»' 110, dado que en caso contrario seguiría gobernando el presidente de

1167
El cumplimiento de algún tipo de formalidad no era suficiente y tampoco e,,dstlan la'! bases para
flantearlo en esos términos,
168
PLANIOL, Marce! y Ripert George, 1'ratado Elemental de Derecho Civil, IV, Las Obligaciones, l"
edición, trad. José M. Cajica Jr. Aguilera. 1983, pág. 257. "c'est un événement futur, d'une réalisation
incertaine, qui suspend la naissance d'un droit", PLANIOL, Marcel. Trafté É!émenurire de D1'oit Civil,
suiatriéme Édition, Tome Deuxiéme, Librairie Générale de Droit & de Jurisprudence, Patis, 1907, pág. 129
1
o» "Esto decian los antiguos: "lv"ihil adhuc debemr. sed s¡n?s est déhih1m irf" ibídem págs. 257-258." El
efecto de la condición es el de suspender la obligación hasta tanto que la condición se haya cumplido, o se
reputa
cooio habléndose cumplido. Hasta ese momento nada es débldo; no hay más que esperanza de que habrá una
deuda: Pendeme ccndüüme nondum debetur. sed spes est debitum iri" POTHIER, Robert Joseph, Tratado de
las Obligaciones, Tribunal Superior de Justicia de! Distrito Federal, 2003, México D.F. pág, 128,
1170
En este caso, la condición realizada es retroactiva'' .. se reputará que la obligación ha nacido desde la
fecha del contrato y no desde la realización de la condición". Ibídem.

398
399

facto Y no sería ya posible exigir de éste, el apego al texto promulgado 1171 ; suponer lo
contrario nos parecía tanto ayer como hoy, una hipótesis absurda.

De esta forma debemos concluir que se legisló estricto sensu por medio de decretos leyes y
desde la perspectiva de la doctrina recogida por el Gobierno Militar, para cumplir esta tarea
de construcción escalonada, se estaba haciendo uso del poder constituyente originario 1172•
SÁNCHEZ AGEST A afinnaba que "Titular del poder constituyente, dada su especifica
naturaleza histórica, no es quien quiere o quien se cree legitimado para serlo, sino más
simplemente, quien puede, esto es, quién está en condiciones de producir una decisión
eficaz sobre la naturaleza del orden" 11 73 • Todo ello derivación de la doctrina decisionista
divulgada por Carl Schmitt y que reconoce sus fuentes primigen ias en los pensamientos de
Hobbes, Hegel y Donoso Cortés. Volveremos sobre este punto más adelante.

Desde esta perspectiva y dado que la CENC era solo un órgano consultivo y no asamblea
constituyente, la naturaleza primigenia del texto constitucional fue la de un decreto ley
según venimos diciendo; que a través de los plebiscitos adquirió legitimidad, elevando su
entidad a texto fundamental aunque conservando su estructura ideológica originaria. Dicho
de otra forma, a pesar de haber mejorado su naturaleza jurídica (o política si usted prefiere),
no había logrado mutar su naturaleza conservadora.

El texto desde un punto de vista formal y material [a través de los plebiscitos] se constituía
en una Carta Fundamental, dado que por un lado daba real cuenta de la fuente efectiva del
poder, que en nuestra República y en aquella época estaba radicado en las Fuerzas
Armadas' 174 y además el texto cumplía el requisito formal de exigir para su modificación

1171
Dadas estas explicaciones podemos afirmar también que se estaba en estricto rigor frente a una condición
simplemente potestativa "cuando consiste en un hecho voluntario del acreedor o del deudor" . ALESSANDRI,
Arturo, Teoría de las Obligaciones, Imp. Cisneros, Santiago de Chile, 1930, pág. 154.
1172
Guzmán insistió en la Comisión y en otros escenarios que se estaba haciendo uno del poder constituyente
derivativo, lo que solo parecía una maniobra distractora, dado que no era posible sostener esta postura
seriamente.
1173
SÁNCHEZ AGESTA, Luis, Lecciones de Derecho político , 4ªedición, Universidad de Granada, Granda,
1951 , pág. 342.
11 74
Este es un punto central dado que los antiguos dirigentes políticos no tenían poder alguno para cualquier
tentativa constitucional que pudieran proponerse; debían recoger lo que les era ofrecido por quienes si la
tenían y no dudaron en hacerlo.

399
400

quórums más altos que aquellos exigidos para una ley ordinaria 1175 • Quizás no huelgue
decir que en varios aspectos, la nuestra resultaba una Constitución común y corriente; con
la particularidad de establecer un marcado reconocimiento de las garantías de las personas.
En ese aspecto, como en otros, se mostró técnicamente superior a su predecesora.

Pero como hemos indicado, el texto no entraría en vigencia sino varios años después 1176 • Es
por cierto esta una apreciación netamente procedimental y pragmática 1177 dado que en su
esencia la Constitución no era expresión de la voluntad soberana del pueblo sino de las
directrices del gobierno autoritario; cuestión que aunque escandalice, no era una realidad
extraña a nuestra historia constitu.ciona1 1178 . Ello sin perjuicio que para muchos y hasta en
la actualidad, ese fue un asunto menor, salvado por el plebiscito del año 1989.

En otras palabras, por medio de este procedimiento, no se estaba construyendo nada; la


institucionalidad material o Constitución en sentido absoluto 1179 si se prefiere, existía
previamente [enmarcada en un modelo que transitaba a horcajadas desde una Constitución
Feudal a una monárquica, utilizando la terminología de Lassalle 118º], especialmente en
materia económica; por ello no debe resultar extraño que el articulado no recoja
adecuadamente estos principios 1181 ; los legisladores parecían estar bien conscientes del
objetivo perseguido con el texto político: ser un procedimiento de contención, de
protección de la institucionalidad, edificada por el gobierno Militar a través de decretos

1175
"Merced a estas primas de carácter extraordinario suele suceder que un partido, o una coalición de
partidos, aproveche el momento de la promulgación de una constitución (para lo cual basta con una mayoría
simple) para vincular a ulteriores mayorías simples a determinadas disposiciones de tipo jurídico material"
SCHMITT, Car!, Legalidad y Legitimidad, Editorial, Struhart & Cia., trad. José Díaz García, Buenos Aires,
2002, pág. 13.
1176
Cfr. Cristi que habla de la constitución del 73, dada la institucionalidad novedosa que imponía el régimen
de facto. Nos parece más riguroso entender que simplemente no existía una constitución vigente. Estábamos
claramente ante una hipótesis de «Destrucción de la Constitución» según la distinción que hace Schmitt en
Teoría de la Constitución, óp., cit., pág., 1 IS.
1177
Perfectamente legítima según expresa parte importante de la doctrina.
1178
Véase respecto de este punto CARRASCO D. Sergio, Génesis y Vigencia de los Textos Constitucionales
Chilenos, Editorial Jurídica de Chile, 3" edición actualizada, Santiago de Chile, 2003.
1179
Schmitt, Car!. Teoría de la Constitución, óp., cit., pág. 30.
1180
LAS SALLE, Ferdinand, ¿Qué es una constitución?. Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1946, pág. 73.
Para esto los textos de papel debían coincidir con la realidad de la distribución del poder y en consecuencia
podía hablarse de una Constitución aun antes del texto escrito; una de las posibilidades era la Feudal.
1181
De subsidiariedad y Orden Publico Económico, Insertos en la sociedad, según la propia comisión
constituyente.

400
401

leyes' 182. Era un Firewall, motivado, en último término, por el temor a la democracia y sus
excesos; miedo que quizás estaba bastante justificado. El constitucionalismo mismo se
. de esta c1rcunstanc1a
reconoce JOhi . . 11s3.

Se trataba en consecuencia de un mecanismo procedimental, no sustantivo; y su finalidad


era poner un candado o malla protectora a las instituciones y normas creadas por el
Gobierno Militar. Se adocenaba esta mezcla con algunas posibilidades de participación
electoral, verbi gratia, elección presidencial y de parlamentarios, en un sistema
previamente reglado y que favorecía con nombres propios a los mismos (en ambos bandos)
, prop1c1
que ha b1a ..a do 1a cat'da de 1gob"1erno democratico
, . I 184.

La mayoría visible de los políticos profesionales de entonces adquirieron un rol en esta


puesta en escena, con tanta aplicación 1185 que se han mantenido con envidiable persistencia
[salvo muerte o prisión] cumpliendo esos mismos papeles hasta el día de hoy. Resultaba
clave, bajo esta premisa, que ingresaran estos actores en el sistema oficial, para que -a fi n
de cuentas- todos tuvieran algo que perder si se movía la institucionalidad que se deseaba
abrochar. El tiempo nos indica que fue una estrategia eficaz en muchos sentidos.

El auténtico enclave autoritario es esta mezcla de elementos políticos, jurídicos y


sociológicos que impulsa a estos actores a aferrarse ferozmente a sus roles protagónicos
con tal vehemencia que impiden la modificación de un sistema hecho a la medida de una
elite burocrática que ha propiciado la desaparición de la política como juego público;
cortado las sendas que conducían hacia ella. Allí está la verdadera esencia del artefacto
constitucional, el haber visualizado que estas ambiciones desbordadas serían los reales
protagonistas del sistema; en definitiva hacer operativa la frase del Federalista de que «La

1182
Quizás no debiera descuidarse la observación de Jellinek quien afirma que " la evolución de las
constituciones nos ofrece la gran lección aún no apreciadas suficientemente en su gran trascendencia de que
las normas jurídicas son incapaces de determinar efectivamente la distríbución del poder político. Las fuerzas
políticas reales, se mueven según sus propias leyes, que actúan con independencia de cualesquiera formas
jurídicas" JELLINEK, Georg, Ve,fassungsanderung und Ve,fassumvande/ung. 1906, pág. 72, citado por
Konrad Hesse, Escritos de Derecho constitucional, trad. Pedro Cruz VillaJón, Madrid, Centro de Estudios
constitucionales, 1992, pág. 58.
1183
Esta idea por lo demás es recurrente en Guzmán, el controlar la voluntad popular por medio del sistema
constitucional.
1184
El principal partido favorecido con el bipartidismo han sido la Democracia Cristiana y la UD!.
1185
Cfr. Las cifras de aquellos que han rechazado las reformas de fondo y sus respectivas inclinaciones
partidarias.

401
------------·- ·-

402

ambición debe ponerse en juego para contrarrestar a la ambición»l1 86, la amalgama que
sostiene férreamente 'el matiz autoritario del sistema.

Siendo este el estado de situación que padecemos~ y habiendo detectado el punto central del
síslema, el nudo gordiano que plantea la Constitución del 80, podemos tener posibilidades
de avanzar en las dos cuestiones que resultan vitales de ser atendidas si pretendemos un
fónnula equilibrada y adecuada entre la autoridad política y la ciudadanía; me refiero a
disolver la centralización superlativa del poder del Estado y fiscalizar las facultades
exorbitantes del ejecutivo.

1187
Existe el peligro inminente de que, levantados los resguardos institucionales , la elite
partidocrática, en razón de un (hipotético) contagío populista; opte por e1 desmantelamiento
de la Constitución. Ello impHcarla un grave retroceso. Hasta ahora hemos defendido el
cerrecto desempeño de la Constitución en la vida republicana y el merito de haber logrado
reconocimiento. por la mayoría de los ciudadanos, como eje central de la vida democrática.
Lograr esta aceptación ha sido un camino largo y tedioso. que no puedes ser desandado sin
graves consecuencias. La agudeza mental de estos actores les ha Uevado (seguramente) a
calcular que un cambio de Constitución tes ayudará a mantenerse por más tiempo todavía
en sus roles protagónicoS; dado que un escenario tal, enfrentaría a expertos políticos con
amateurs, poco visibilizados por la ciudadanía y sin vínculos concretos con el poder real
(tal como ocurrió al inicio de la democracia).

La idea que nos interesa resaltar es, atendidas estas explicaciones. muy distinta de esta
alternativa propiciada por la e Jase política: se deben intentar (creemos) pequeflas pero
importantes correcciones e implementaciones al sistema que permitirán iograr este objetivo
de ampliar los espacios democráticos y desarticular el poderoso enclave autoritario que
venimos resefiando.

El control del poder ejecutivo se puede obtener con mecamsmo muy específicos: La
creación de los tribunales contenciosos administrativos {que aparecen enunciados en Ja

na 6 HAM[L TON, Alexander; MADISON, James y JA Y, John., El Federali,ta, Fondo de Cultura Económica,
trad. Gustavo R. Velasco, Segunda edición en espaflol, 2001, Mexico D.F., pág. 220.
1187
La primer cuestión es., obviamente. flexibilizar al menos temporalmente la estructura en estas cuestiones
que requieren mejoras o más bien actualizacione& urgentes.

402
403

Constiruc ión y en consecuencia solo sería cuestión de cumplir con el mandato


constitucional para hacerlos operativos]; permitir que la iniciativa exclusiva para dictar
leyes sea compartida por el Presidente de la República y la cámara baja en algunas materias
y circunscribir el derecho a veto.

Por otro lado es vital incrementar una regionalización profunda, también contemplada en el
texto constitucional, con desplazamiento del poder político a las regiones o autonomías
según sea la extensión que se quiera dar a estos poderes. Un punto importante es actualizar
las facultades la Contraloría General de la República que en su actuación cotidiana, se
desplaza más allá de la normativa que la regula. Con ello se produciría una corrección
necesaria que daría cuenta del ejercicio real del poder, como expresa Lassalle 1188•

Así como antes hemos afirmado que la legitimidad (o poder constituyente originario), al
momento de dictarse la Constitución de 1980, estaba radicado en el Gobierno Militar, el día
de hoy nos parece absolutamente incuestionable que el mismo se encuentra radicado en la
ciudadanía (o la nación como dice el texto político).

Reitero que el desactivar temporalmente el sistema debiera tener por finalidad actualizar y
modernizar las instituciones constitucionales dado que la rigidez excesiva atenta contra el
buen gobierno. Más relevante resulta ello en un mundo global, cambiante y líquido, con
nuevos y móviles desafios que el Estado requiere enfrentar con eficacia (y urgencia). Ello
teniendo en cuanta que la lógica de las movilizaciones sociales actuales distan mucho de
aquellas del siglo XX, aunque muchos puedan dejarse llevar por su apariencia externa, que
las presenta con similitudes 11 89•

" Los movimientos ecologistas, feministas, pacifistas, regionalistas y vecinales están muy lejos de
haber logrado el bosquejo de un programa de transformación social con el mismo grado de
coherencia y amplitud que caracterizaba a los movimientos sociopolíticos anteriores" 1190 •

1188
LASSALLE, Ferdinand, ¿Qué es una constitución?, Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1946, pág. 9 1.
1189
" La tradición ilustrada y el cientificismo tecnológ ico son impotentes ante el tema de la violencia,
especialmente en las nuevas formas que asume esta", BARCELLONA, Pietro, Posmodernidad y comunidad,
óp. cit., pág. 79.
1190
OFFE. Claus, «The utopía of the zero option», trad. John T orpey en Praxis Internacional, 7, I 987, citado
por BAUMAN, Zygmunt, En Busca de la Política, óp. cit. pág. 117.

403
404

En cuanto al sistema binominal, no parece un despropósito mantenerlo, eso sí, con la


expresa condición de poner un límite a las reelecciones sucesivas. Ello, me jugaría por
apostarlo, quitará a los parlamentarios en ejercicio toda vocación demasiado enconada por
seguir protegiendo la rigidez del sistema que claramente les favorece. Quizás si el mejor
argumento para su mantención sea uno de carácter negativo. No existe ningún mecanismo
que por sí mismo logre trasformar los deseos ciudadanos en un mandato efectivo;
cualquiera de los ya existentes es limitado e imperfecto para sostener en un cien por ciento
la voluntad general. El que la ciudadanía aspire a lograr este objetivo mediante un simple
cambio del sistema electoral parece una puerilidad peligrosa frente a las desmesuradas
expectativas que se tienen sobre este punto.

Por lo demás, las iniciativas de cambio al sistema electoral que se han propuesto por unos y
otros, no pasa por mutar su naturaleza, especialmente en lo referido a la conformación del
Senado; sino más bien en tergiversar la participación de las regiones en el proceso de toma
de decisiones del Estado. Que otra cosa puede significar el aumento de número de
parlamentarios y la reducción de los distritos a la mitad. Se vuelve nuevamente a consolidar
(con fórmulas sibilinas) la hegemonía de una minoría parlamentaria capitalina (que no a sus
representados) en desmedro de la perfección del Estado y en el mejoramiento de las
injusticias estructurales que permite el inmovilismo, de suyo fuertemente centralizado en lo
político y además en lo económico. Todo esto, por supuesto, en perjuicio evidente de la
descentralización de las regiones, que la Constitución propicia.

404
405

« ¡Gran Dios: si estamos condenados a brotar como sueños


y no como hombres,
Concédenos ser sueños que sacudan al mundo .. .. »

EZRA POUN D, Rebelión.

Capítulo XIV

DESCIFRANDO CONCEPTOS

32. Expresiones de autoritarismo

Después de haber revisado las diferentes posibilidades que esta lógica ha tenido a lo largo
de nuestra historia, y constatada la existencia de afluentes externos que la han enriquecido,
me permito proponer una composición más g lobal y que aporta un marco conceptual que
resultará útil para el desarrollo de estas explicaciones. Apreciamos entonces el influjo
autoritario en dos grandes direcciones: Un autoritarismo vertical, que tiene que ver con la
concentración de poderes en el gobierno en general y en el Presidente de la República en
particular y colateralmente también, en la falta de controles a su gestión político-
administrativa; y por otro lado levantaremos la noción de autoritarismo horizontal, que se
1191
relaciona con la centralización político-administrativa tan arraigada en nuestro sistema,
vinculada estrechamente a la ausencia de aplicación del principio de subsidiariedad en e l
ámbito del desarrollo político regional, no obstante encontrarse amparado este principio en
el articulado de nuestro texto político.

1191
Schmitt citando a Bakunin expresa: "Todas las instituciones tiránicas descansan en el centralismo y la
autoridad, se hallen sancionadas o no, como pasa en la democracia moderna, por e l sufragio universal",
SCHMITT, Carl, Los fundamentos his tórico espirituales del parlamentarismo en su s ituación ac111a/, El
Parlamentarismo, Editoria l Tecnos, 2008, trad. Pedro Madrigal Devesa, Madrid, 2008, pág. 136.

405
406

El nuevo sistema instituido por la Constitución del 80, establece una nueva hegemonía que
ubica en igualdad de condkiones (simbólicas y materiales) a las elites oligárquicas (tecno~
económicas) con los detentadores del poder político~ ambos. controladores de las variantes
republicanas. Eso explicaría el escaso interés mantfestado durante años por la denominada
1192
centr{)~derecba (identificada con Jas mencionadas elites) en hacerse del poder ; desde esa
posición habían logrado mantener su influencia sin gran esfuerzo ni desgaste [y con una
actividad profesional acorde con sus pretensiones sociales], Al ingresar al gobierno tal
comodidad se ha visto gravemente perturbada; aun cuando lo ha sido más todavía, la de
quienes quedaron al margen del poder.

En todo caso 1a tranquilidad económica de unos cuantos cientos: de poiíticos no puede


condicionar la existencia de un país que se ha esforzado en obtener una mejor fonna de
vida; y el debate debe situarse en el tema central que no es otro que democratizar moderada
y sistemáticamente a todo el país y darle el grado de participación a una ciudadanía que a
estas alturas ya se lo ha ganado, El debate no podemos estacionarlo en si la Constitución es
autoritaria o no 119\ dado que hasta ahora y a pesar de nuestros escrúpulos (que suelen ser
muchos en esta materia). ha operado correctamente -le mieux est /lennemi du bien-/ el terna
nos parece muy otro, vale decir, el prodigar esfuerzos en aras de darle flexibilidad al texto
para que logre adaptarse a los tiempos, Esta es una cuestión ya planteada por Guzmán 1194 y
que se deduce con un mínimo de sentido común por cualquier ciudadano de a pie. Sin
embargo nada se ha hecho sobre una materia que parece perpetuarse oculta a la pesquisa.

1192
Qui7..ás e.u una aplicación <kmasiado literal de las palabras de Guzmán de hacer una oposición
constructiva.
1
,,,, Corno afirma Lasalle "L-Os problemas constimcionales no son, primariamente, problemas de derecho, sino
de poder; la verdadera Constitución de un país solo reside en los factores reales y efectivos de poder que en
ese país rigen; y las constituciones escritas no tiene valor no son duraderas más que cuando dan expreslOn fiel
a los factores de poder imperantes en la realidad social...''[destacado en el original] LASSALLE, Ferdinand.
¿Qué es una Constitución?, título del original alemán "UBER VERFASSUNGWESEN", trad. W. Roces,
Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1946, pág. 91.
1
M En el texto de sus clases se puede leer "La mutación es neutra,. porque solo depende de que sea más
adecuado en orden al bien ,;:omún de la sociedad. La rnutaci:ón no es de suyo mala o buena. sino que depende
de la variación que tenga p.3ra peor o para mejor, depende hacia donde se oriente. Si bien tos fenómenos son
neutros la ®sconstitucionalización es siempre retkjo de una falla, pero puede ser el remedio para esa falta.
luego no es siempre mala, porque se debe pr«-isar y arreglar el problema [ ... ] La constitución debe ser
flexible para que se vaya ordenando a las situacfones nuevas, debe adaptarse a las circunstancias; esto puede
generar un cambio coostituci-onal", ROJAS, Gonzalo; Achurra,. Marcela y Dussaillant, Patricio, Derecho
Polftico, Apunles de la clases del profesor Jaime Guzmán Emi::urlz, Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile, 1996. pág., l 58.

406
407

33. El autoritarismo vertical

Es bien sabida la historia de nuestro presidencialismo, que data de la Constitución de 1933,


bajo la egida portaliana y cuya finalidad era afianzar un régimen autoritario, dadas las
condiciones de ingobernabilidad que caracterizó dicho periodo, por ello mismo
denominado «anarquía» ( 1823-1830) que concluye con la batalla de Lircay.

Al fuerte presidencialismo instaurado por el régimen portaliano se le ha reconocido, por


moros y cristianos, el mérito de haber consolidado el ser nacionaJ y haber dado prosperidad
y progreso a una nación que sin él, quizás no habría alcanzado el protagonismo que
efectivamente tuvo en el siglo XIX. Sin embargo tampoco podemos dejar en el tintero el
comportamiento cíclico de nuestra institucionalidad que nos ha impulsado - no pocas veces-
hacia el excesivo protagonismo de las clases políticas en desmedro del buen gobierno;
situación anómala que solo ha podido corregirse por medio de la recomposición de la
figura presidencial. En muchas formas la Constitución de 1925 nació con la idea de
robustecer del poder presidencial instalándolo como ej e de la política nacional; también,
como dudarlo, la de 1980 11 95 •

En este un punto se puede reconocer la convergencia de ideas, bajo un mismo paraguas


normativo e institucional. Suponemos que las razones que tenía e l Gobierno Militar para
aumentar el poder del j efe de Estado, obedece a razones di ferentes que aquellas del Consejo
de Estado encabezado por Jorge Alessandri; como aquellas otras del propio Jaime Guzmán.

Don Jorge, digno hijo de su padre, siempre abogó por incrementar e l poder presidencial y
durante su mandato hizo ingentes esfuerzos por lograrlo, de ello da cuenta numerosa
documentación I 196 que obra al respecto y que nos limitamos a enunciar.

Guzmán, según sabemos, prefería un gobierno monárquico, cuestión bastante común entre
las clases acomodadas cercanas a la iglesia; la influencia es ciertamente eclesiástica, tanto
de la doctrina tradicional de la iglesia como de su entorno juvenil según hemos podido
analizar ya. Para él, afirma MONCADA, " La forma monárquica aventaja a la democrática

1195
Vid. Memorándum
11 96
Véase al respecto el interesante texto de CARRASCO D., Sergio, Alcssandri. Su pensam iento
constitucional, Reseiia de s11 vida pública. especialmente las páginas 45-234.

407
408

por su eficiencia en la toma de decisiones y por la coherencia y unidad que le confiere el


1197
gobien10 y estas ventajas te sobrevienen por su característica substantiva", La influencia
tomista es muy clara; para el aquinate "", .. el universo entero no tiene más que un solo Dios
criador y gobernador de todo [... Jcuando el arte imita a la naturaleza es tanto más perfecto
cuanto más perfecta sea la imitación, necesario es [re]eonocer. que el gobierno de uno solo
es el mejor para la sociedad humana",u 9s La democracia como bien sabemos es una
ínstítución que ha ingresado en la historia nuevamente en época reciente; la lglesía tiene un
recorrido mucho más extenso y en todo ese tiempo ha debido relacionarse con la ciudadanía
terrena.

Debemos sin embargo agregar en honor a la claridad que si bien para Santo Tomás el
Monárquico es e1 mejor de todos los gobiernos cuando es un gobierno justo, así también su
contrario es el peor de todos:i iw

Sabemos -entrando en otro componente importante del sistema- que el principio de ta


separación de poderes 1200 es de antigua data; puede incluso rastrearse hasta Aristóteles o
Polibio; pero es John Locke quíen le da sus caracteres más precísos cuando divide en dos
los poderes del estado: ejecutivo, legislativo y agrega un tercero (junto con eJ judicial): el
federativo ejercido también por el ejecutivo, 1201 • Es sin embargo Ylontesquieu quien perfila
el concepto en su elaboración más conocida con claridad conceptual y acierto histórico 1202•
Ambos autores ejercerán una poderosa influencia en el Constitucionalismo Norteamericano

11 1
" MONCADA, Belén. Jaime Guzmán, Una demacracia conrrarrevo(ucWnaria, óp,, cit., pág, 29, "No en
vano, la unidad de un cuerpo colegiado es simplemente ac.cidental. relacional, mientras que l<l de una persona
natural es substancial. Y esla et, y será siempre, de suyo, más perfecta que aquella (p, 1:02)''. ibídem,
1198
La cita completa es {<Quare si ea quae sum secundum artem, imitantur ea quae sunt secundum naturam, et
tanto magls opus artis est melius quanto magis asscquitur similitudinern ejus quod est in natura, necesse est
quod in humana multitudine optimum sid quod per unum regatur», Santo TOMAS DE AQUP.40, El gobierno
Monárquico. De Regjmine Principum, testo latino y traducción ,castellana por D. León Carbonero y Sol,
Sevilla, Imprenta y librería de O.A. izquierdo, l 86l, pág. 15.
n~ «Sicut autem regimen regis eSl optimum, ita regimen tyranni est pessimum», ''As( como el gobierno
ml>ná:rquico es el mejor, ai;;i hnrtbién el Gobierno tinirtico es el peor", lbidem, pág.. 16,
1100
Carl Schmitt, emplea la denominación "distinción de poderes'' [Teoría de la Constitución, Alianza
Editorial, Madrid, 2003. Sección U, § 15 págs. 186 ss,J; Kelsen habla de dístribución de poderes [Teoría
General del Estado y del Derecho, México 1950, pág. 286] y Carré de Malberg opina que debe denominarse
más correctamente "separa<:ión de funcíones" [Teoría General del Estado. México, 1948, pág, 74 ss.},
!2tH Locke, John, Ensayo Sabre el Gobierno Civil, Capitulo XH, Editorial PorTUa, México, 2008, págs. 81 ss,
{Concerning Civil Goverment, Second Essay}.
2íll MONTESQUlEU, El Espíritu de las leyes, Capitulo VI del llbro XL

408
409

y en los Padres fundadores 1203• El principal aporte de Montesquieu, luego del ya citado de

la separación de poderes y concomitante con aquel, es desarrollar la idea de contención del


1204
poder por e l poder.

"El descubrimiento [de Montesquieu], contenido en una frase, apunta hacia el principio olvidado
que sustenta toda la estructura de la separación de poderes: solo «el poder contrarresta el poder»,
frase que debemos complementar del siguiente modo: s in destruirlo, sin sustituir el poder por la
1105
impotencia" •

El Constitucionalismo Norteamericano completa esta teoría, con un claro sentido práctico,


añadiendo elementos que probablemente se encontraban implícitos en el planteamiento de
Montesquieu. Estos no visualizan esta división de poderes en forma estática sino que por el
contrario ve una dinámica que correlaciona estas fuerzas y las contrapone. Nace la teoría de
los «Cheks and balances»; se dice por algunos por influencia del mecanicismo de
Newton 1206.

'·Madison, Hamilton y Jay en El Federalista demostraron que ese era un supuesto irrealizable en la
práctica [frenar los abusos del poder] sin la intervención o injerencia, con fines de control, de cada
Poder en los asuntos de los otros, según lo dispuesto en la Cons titución al organizarlos y
1207
regularlos" .

Se trata, en síntesis, de la contención del poder por medio del poder, constituido en dogma
del constitucionalismo de corte liberal y pieza clave de toda constmcción constitucional
desde las revoluciones norteamericana y francesa hasta nuestros días 1208. Pero no ha sido

1203
" La constante invocación de Montesquieu en todos los debates constitucionales se debió precisamente a
que este autor[... ] había afinnado que poder y libertad se implicaban mutuamente, que, conceptualmente, la
libertad política no reside en la voluntad sino en el poder y que, por consiguiente, la esfera política debe
constituirse de tal modo que poder y libertad se combinen". ARENDT, Hannah, Sobre la Revolución, Alianza
Editorial, Madrid 1988, pág. 152.
1204
No olvidemos que en análisis de este autor parte como una observación al sistema Ingles. Los
constitucionalistas anglosajones, ven el origen de este principio en la Carta Magna y luego en las Guerras
civiles del siglo XVII. incluso hay quienes entienden que las cláusulas de las constituciones americanas son
simples copias de los XXXIX artículos de la Carta Magna. Vid. SHATIUCK, Charles: «The Meaning of the
Term "Liberty" in the federal and State Constitutions», Harvard Lmv Review, 1981, Ibídem, pág. 145.
1205
ARENDT, Hannah, ibidem. pág. 153: La frase completa (XI, 4) es: «Pour qu'on ne puisse abuser du
pouvoir, il faut que, par la disposition des choses, le pouvoir arréte le pouvoir», Ibídem.
1206
Arendt no está de acuerdo con esta interpretación en Sobre la Revolución, óp. cit., págs. 152 y 153.
120
; CEA EGAÑA, José Luis, Teoría del Gobierno, Derecho Chileno y comparado, Ediciones Universidad
Católica de Chile, Santiago de Chile, 2000, pág. 59.
1208
"Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni detenninada la separación de
los poderes, carece de Constitución" dice el anículo 16 de la declaración de derechos del hombre y del
ciudadano.

409
410

pacifica su existencia dado que con mayor o menor certeza Je han atacado desde diversos
bandos 1209 .

Dadas estas premisas, resulta inconcebible un sistema desbaJanceado en que se den


enonnes facultades a uno de los poderes del estado en perjuicio de Jos otros, sin establecer
mecanismos de equilibrio y control; eUo atenta contra la Jibertad.1210• Esta cuestión cardinal
no es atendida por quienes detentan ei poder; a ello debemos sumar que pocas veces
prevalece el interés de la ciudadanía por sobre aquellos de la clase política que suele
solazarse de sus facuJtades 1211 •

Es inadecuado mantener inalterado un legislativo carente de iniciativa de ley en materias


esenciales; y además carente de facultades fiscalizadoras relevantes. Los ministros del
Gobierno se dan un festín cuando ocasionalmente deben dar explicaciones al Congreso 1212•
Ello~ dejando para mejor momento el reclamo de 1a inconveniencia de mantener invariah)e
la restricción absoluta de ínicíativa popular en materia legislativa. sin intermediación de
mandatarios profesionales. Se trata de una materia delicada y hasta peligrosa. Los
mandatarios profesionales son en la democracia moderna insustituibles.

A la doctrina nacional parece interesarle poco o nada la existencia de esta superlativa


acumu1aci6n de poder que, por lo demás, no entienden como una expresión de
autoritarismo; a 1o más se enfrascan en una bizantina discusión acerca del cambio del
sistema de gobierno de presídencial a semi-presidencial o parlamentario, etc.

Para nosotros, en cambio, el problema se sitúa en la falta de equilibrio del modelo político
que no puede ser contrarrestado, en algunos casos por falencia y en la mayoría por ausencia
de elementos institucionales; seria más fructífero centrar el debate en este tema y no en e)
de transitar hacia un modelo gubernativo que desconocemos y que, aplicado en otras
épocas, dio malos resu1tados. EJ1o por una razón simple: es mucho más fácil encontrar en

im Carl Schmitt, por ejemplo indita que se trata ·•solo de un esquema teórico cuya construcción aclara el
P:rincipio de organización", SCHMITT, Carl, Teoría de la Constitución, óp. <:it, pág. 189.
210
"Al autoritarismo, por tanto, se le ha permitido perpetuarse y, por ende, sigue estando demasiado presente
en nuestros días.., JOCELYN HOLT, Alfredo, Et Peso de la Noche, óp. ciL, pág, 57,
1211
Los perjudicados no estos sino la ciudadania.
im Particulannente molestan resultan actuaciones como las del ministro Velasco que decía que habían
ganado 45 elecciones [sic] como explicaéión a los cargos que se le imputaban,

410
411

política una mente esclarecida que sesenta y una (de mayoría absoluta). En todo caso, es un
hecho de la causa que las facultades presidenciales han ido in crescendo a lo largo de
nuestra historia constitucional, llegando a límites impensables,

"Así llegó a acumularse en el Presidente una suma de atribuciones y med ios de acción nunca vista
en nuestra historia: ni e l rey ni e l gobernador antes de la independencia, ni siquiera el presidente
portaliano, pudieron disponer de una aparato estatal y paraestatal de semejantes proporciones.
Directa o indirectamente, toda la vida j urídica tendía a caer baj o la dependencia del Presidente. Este
fenómeno ha pasado inadvertido a nuestros mejores constitucionalistas, sin duda porque habituados
a glosar textos positivos a la luz de esquemas doctrinales, se limitan, en general, a considerar [solo]
1213
las atribuciones presidenciales" •

La figura presidencial ha ido ganando prestigio conforme transcurren los años y, de todos
los funcionarios políticos, suelen ser los mejor evaluados por la ciudadanía. Esa es una
cuestión difícil de revertir en el mediano o largo plazo lo que torna prácticamente inviable
cualquier tentativa modificatoria. El problema no está en la forma de gobierno presidencial.
BRAYO LIRA nos recuerda que la estabilidad política de Chile ha descansado en la figura
del presidente, institución que recorre todas las etapas del Estado de Oerecho 1214• En
consecuencia, "la figura del presidente tiene en Chile una fuerza institucional y simbólica
indiscutible. Desconocerlo sería echarse tierra en los ojos. Por eso todo intento de
1215
estabilizar en Chile el gobierno de partido, tiene que partir de ese dato" •

Si deseamos encontrar falencias sistémicas, tendremos más éxito si las buscamos en la


forma en que se ha configurado el equi librio de los poderes del Estado, cuestión que parece
consustancial a la democracia tal como la entendemos en e l estado liberal. No es esta una
cuestión exenta de controversias; Schmitt por ejemplo hace una crítica bastante sustantiva
en este punto 1216, pero se trata de una fórmula que no ha encontrado reemplazos efectivos,
eso debe decirse.

1213
BRA YO LIRA, Bernardino, De Portales a Pinochet, Gobierno y régimen de gobierno en Chile, Editorial
Jurídica de Chile, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1985, pág. 113.
121
~ ' ·A comienzos del siglo XVII se instituye la Real Audiencia y el gobernador se convierte en presidente".
BRA YO LIRA, Bemardino, El Estado de Derecho en la Historia de Chile, Ediciones Universidad Católica de
Chile, 1996, Santiago de Chile, pág. 30.
1215
Ibídem, pág. 31.
1216
'' ••• el sistema de una «separación de podres» no tratamos de una organización histórica completa que se
hubiera practicado en cualquier sitio con todo detalle, sino solo de un esquema teórico cuya construcción
aclara el principio de organi;i;ación [ ....] la Constitución de un pueblo con existencia política no puede
consistir tan solo en principios del Estado de Derecho, pues éstos más bien forman un elemento moderador de

411
412

En nuestro país la falta del equilibrio de poderes, puede ser constatada con consistentes
argumentos políticos y técnicos; muchas de las falencias y excesos gubernativos se han
posibilitado por el hecho de no existir un contrapeso al enorme poder del Estado, y no digo
solamente del ejecutivo; los demás poderes de una u otra manera han instalado sus
facultades de una manera muy autoritaóa, impidiendo a ciudadanos y subalternos hac~r
adecuada defensa de sus derechos. Acorde con nuestra idiosincrasia esta particular manera
de entender el poder, se articula de manera solapada lejos de la pesquisa ciudadana, misma
que se ve imposibilitada de detectar su real funcionamiento. No debemos olvidar que, en
último ténnino, de lo que se trata es de evitar la tiranía, como sostenía Montesquieu ( o la
manera autoritaria de ejercer el poder, por expresarlo en términos actuales).

Si nos detenemos en la técnica legislativa utilizada para estructurar la parte dogmatica de la


Constitución, vale decir, de los derechos y garantías constitucionales, podemos concordar
que ella no fue la más adecuada. El constituyente optó por el modelo francés; esto es,
entender que es suficiente ampararlos a través de recursos procesales, sin que sea
indispensable, previamente, velar por el efectivo equilibrio de poderes.

Aquí situamos uno de los grandes problemas de nuestro sistema político. Ha existido una
despreocupación casi negligente por el tema del control del poder; nadie parece atender que
se trata de algo delicado y relevante que ha sido fuente de injusticias y excesos
sistemáticos; eso es al menos lo que aprecia el público 1217• Quizás ello se deba a que los
políticos de distinto signo, albergan la esperanza de la pronta recuperación del poder
(cuando lo han perdido), mismo que desean ejercen en las mismas condiciones autoritarias
que sus predecesores.

Siendo esto cierto, el caso es que para lograr instalar este equilibrio se requiere voluntad
política. Esta voluntad política parece no existir, y muestra de ello es que nadie ha hecho

la constitución, añadido a los principios políticos" SCHMITT, Car!, Teoría de la Constitución, op., cit., págs.
189 y 200.
1217
"la verdadera actividad (parlamentaria) tiene lugar no en los debates públicos del pleno, sino en el seno de
las comisiones, tomándose decisiones fundamentales en sesiones secretas de los jefes de fracción o incluso en
reuniones extraparlamentarias, de manera que se produce un desplazamiento y una supresión de toda
responsabilidad y, de este modo, todo el sistema parlamentario es, en definitiva, una mala fachada del
dominio de los partidos y de los intereses económicos", SCHMITT, Car!, Los fundamentos Histórico
Espirituales del parlamentarismo ... , óp. cit., pág. 42.

412
413

cuestión en este punto. Nadie parece querer devaluar el botín que significa estar a la cabeza
de un gobierno con semejantes facultades. Los unos por haber usufructuado por largos años
del sistema de una forma impune, sin q ue nadie se preocupara de reprimir excesos e
ilicitudes; y por otra, de quienes toman el gobierno de vuelta, y descubren las inmensas
posibilidades de un sistema tan unilateralmente favorable para quien detenta el mando. Lo
delicado del asunto es que más de alguno, con oj os avizores, verá la posibilidad cierta de
transformación que generan estas facultades 1218• Bastaría con obtener el poder para luego
219
intentar cambiarlo todo de nuevo 1 •

El asunto entonces es tratar de influir la mente y decisiones de aquellos sujetos que poseen
facultades suficientes para lograr este cambio (y que se resisten a realizarlos) o en caso
contrario reemplazarlos por quienes tengan interés en mejorar efectivamente el sistema, con
correctivos ciertos y democráticos. Existen formas ingeniosas y no muy alambicadas de
solucionar esta cuestión. Una fórmula de renovar las castas políticas es poniendo límites a
las reelecciones sucesivas de los miembros del Congreso (cuyos quórums son necesarios
para modificar y/o desarrollar el sistema en sus aspectos programáticos). Resulta evidente
que un parlamentario que dejará su sillón prontamente no estará en la misma disposición
anímica (conservadora) que aquel que sabe que lo mantendrá sin fecha de término. Pero
este resulta un punto de alta sensibilidad para la clase política, amparada en una supuesta
(quizás real en algunos casos) mayor capacidad técnica.

Pero aún esto puede ser controvertido, recordemos las palabras de LASKI que en este punto
son muy esclarecedoras, "Un parlamento no es una selección de expertos distinguidos; si lo
fuera no podría hacer ni siquiera lo que hoy hace [ ... ] Una asamblea legislativa no es ni una
selección de especialistas ni un cuerpo de estadistas. No es más que un conjunto de
hombres corrientes que van ahora por este camino, mañana por aquel, en virtud del impulso

1218
[resultaba] bastante viable el intento [... ) de transformar por las vías institucionales establecidas este
régimen en un Estado totalitario", BRAVO URA, Bemardino, De Portales a Pinochet, óp. cit., pág. 113.
1219
"Así, un presidente puede intentar priorizar transformaciones profundas sin el apoyo necesario, como
sucedió en Chile bajo la presidencia de Salvador Allende. Este fue elegido por menos del treinta por ciento de
los votos y, sin embargo, se embarcó en profundas reforma sociales y económicas", NíNO, Carlos Santiago,
La Constitución de la Democracia Deliberativa, Gedisa, trad. Roberto P. Saba, Barcelona, 2003 pág. 242.

413
414

de la opinión pública. Además sus líderes lo organizan para aceptar la política que estos
, P2()
creen meJOr' ~ .

La otra solución, es hacer algunas modificaciones a las leyes satélites-constitucionales que


estructuran grandemente el sistema; evitando con ello reformas constitucionales relevantes,
poco factibles de consensuar. No podemos ser tan pesimistas de suponer que no haya en el
Congreso quienes (en número suficiente) deseen hacer estas refonnas mínimas y
necesarias,

Uno de los pecados originales de mayor calado que trae en su articulado el texto político
reside precisamente en cortar los cauces que conducen a la participación ciudadana 1221 , a la
vida política como la concibe Arendt por ejemplo, un espacio público de participación. Lo
que tenemos en cambio es una especie de placebo político de escasa dt--nsidad; que solo
parece satisfacer a un centenar de personas. Dicho sea de paso, estos representantes del
pueblo, lo son en la mísma medida de sus propias consideraciones dado que, como afirma
certeramente JELLINEK. "La representación es un concepto jurídico y no político. En
virtud de un estatuto legal la voluntad de una minoría se considera como voluntad del
conjunto, Pero en la realidad política únicamente prevalece la voluntad mayoritaria de los
parlamentarios que votaron una resolución, ROUSSEAU tenía mucha razón: no se puede
querer por otra persona y -añadimos-no se puede comer o beber por ella., 1222• Ello aunque
muchos tienen la aspiración de hacerlo literalmente {a nombre de todos).

a. Estructura primaria

Debemos seña1ar que podemos rastrear la existencia de mecanismos autoritarios en nuestro


suelo a momento aún anteriores a la vida republicana, Muchos inclusive los sítúan en el
arribo del centralismo Borbón en 1a época coionial 1223 • Esto quiere decir que podemos

u:rn LASKl, Harold, La crisis de ia demccracia, Ediciones Siglo XX, trad. Amando Bazán, Buenos Aires
1950, págs. 67--ú8.
1111
"la democracia no significa ní pude significar que el pueblo gobierna efuctivamente, en ninguno de los
sentidos e-videntes de las expresiones «pueblo» y «gobernar». La democracia significa tan solo que el pueblo
tiene la oportunidad de aceptar o rechazar los hombres que han de gobernarle" SCHUMPETER, Joseph,
Capitalismo Sm..'ialismo y Democracia, Aguilar, tercera edición, México D.F. 1963, pág. 362.
1 12
~ JELLINEK, Georg, Reforma y Mutación de la Constihu:ión, Leyer E'.dítorial, B<>gotá 2006, pág. 93.
UJ "Los poderes del gobernador y Capitán General son muy ampllos, tamo por su contenido, que alcanza lo
político y militar, como por su ámbito[ ... ] territorial. que abarca todo el reino", BRAVO LIRA, Bemardino,

414
415

detectar una serie de mecanismos de este tipo en los diferentes textos políticos de nuestra
institucionalidad.

"El presidente se convirtió en Jefe de Estado, pero de hecho su base de sustentación fue la
administración borbónica, el mando del ejército y los ministerios, oficinas e intendencias. Sostenido
por el núcleo duro de esta constitución dieciochesca llegó a cobrar en la práctica un sign ificado
suprainstitucional [ ... ] Esta monocracia, sostenida por la administración borbónica, es el elemento
más pennanente e inamovible de los Estados sucesores de las dos monarquías. Bajo diversas formas
persiste hasta hoy por encima de las constituciones escritas, los partidos, los parlamentos y las
organizaciones intermedias"1224 .

Nos parece de toda justicia hacer, como punto de partida, esta inclusión, toda vez que el
sistema que se ha construido en nuestro texto obedece a varias lógicas que se han
amalgamado en el entramado final de nuestra estructura gubernativa, mucho de lo cual
fluye de los albores de nuestra nacionalidad y aún antes; por ello representa -según
entendemos- su principal afluente. Pero existen también otras que iremos desarrollando en
esta parte del trabajo; que son relevantes por cuanto la doctrina nacional les atribuye el
carácter de principal y en algunos casos exclusiva fuente del autoritarismo.

Como una manera de sintetizar estas incrustaciones autoritarias dentro del texto
constitucional de 1980, podemos hacer la siguiente relación de contenido a saber: a) La
figura y atribuciones del Presidente de la República; b) Las relaciones y equilibrio entre el
ejecutivo y el Congreso; c) La forma de estado unitaria y centralizada; d) La ausencia del
control al poder ejecutivo y sus actos; e) La defensa de la Constitución; f) Las instituciones
conservadoras; g) El poder judicial; h) Los enclaves autoritarios.

a) Presidencialismo reforzado: Son numerosas y relevantes las manifestaciones del


autoritarismo en nuestro sistema constitucional, mismas que se hacen sentir particularmente
en la parte orgánica del texto político. Esta característica se hace también extensiva a otros
textos derivados de la Constitución y que refuerzan y aumentan la esfera de atribuciones
presidenciales. Este segundo punto es particularmente desatendido porque suele
visualizarse el rol presidencial solo desde la perspectiva de sus facultades políticas; dejando

Por la ra=ón o la fuerza. El Estado de Derecho en la Historia de Chile, Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile, 1996, pág. 175.
1224
BRA YO LIRA, Bemardino, Constir11ció11 y Reconsrirución, Historia del Estado en lberoamérica,
Abeledo Perrot, Santiago de Chile, 2010, pág. 43 .

415
416

de Lado las de carácter administrativo en que le cabe la designación (si lo desea) de una
imnensa cantidad de funcionarios públicos de su exclusiva confianza y aún de aquellos que
deben ingresar por medio de concurso a la administración pública. Ello explica los
caracteres refractarios que ha tenido la mayoría de los funcionarios de una administración
que se había fonnado y reproducido en un mismo signo político durante 20 años, con
respecto a las nuevas autoridades de signo distinto.

Este excesivo protagonismo de la figura del Presidente de la Republica en nuestra vida


política, no se origina como hemos afirmado antes, con el texto político de 1980, sino que
posee una antigua y linajuda data. Reconoce su nacimiento aún antes de nuestra vida
.
republ1cana 1??5
-- .

Y en efecto, luego de un breve periodo parlamentario [ 1891-1924] la figura del presidente


ha sido preponderante en nuestra institucionalidad. Una simple lectura de la Constitución
de 1925 1226 nos hace entender que las atribuciones y facultades que se le otorgan al
presidente «Jefe Supremo de la Nación» en el capítulo V (arts. 60 ss.), son de naturaleza tan
extensa como aquellas del nuevo texto.

Dijimos, a propósito de lo superlativo de estas facultades, que una de las características de


los gobiernos autoritarios o dictatoriales es precisamente la centralización a la vez que la
concentración y personalización del poder, atendidas las características que nos plantea
Sartori 1227, y el optar por un sistema presidencialista adquiere ese matiz de fonna
ineludible 1228; muchos más en un sistema como el nuestro en que el Presidente de la
Republica a la usanza del sistema monárquico colonial, representa al jefe de Estado y al
jefe de gobierno, como ha observado atinadamente Bravo Lira 1229. Es decir que nuestro

1225
Vid supra.
1226
Usaremos para todas estas comparaciones la versión de 1970 de la Editorial Jurídica de Chile, por
parecemos esta una recopilación de todos los cambios que ella admitió y una versión actualizada que
rer,resenta el devenir del periodo pre-dictatorial y su propuesta nonnativa.
12- 7 "la expresión de un poder centralizado que se resume, la mayoría de las veces, en el poder personal y
discrecional de una sola persona [ ... ] la personalización del poder es la característica detenninante de un
sistema dictatorial", SARTOR I, Giovanni, Elementos de Teoría Política, Alianza Editorial, vers. María Luz
Morán, Madrid, 2005, págs. 87-88.
1228
Friedrich, puntualiza esta tendencia del presidencialismo: "El peligro de la fonna presidencial
democrática es precisamente su tendencia a la dictadura", FRIEDRICH, Carl J., la Democracia como Forma
Política y como Forma de Vida, óp. cit., pág. 49.
1229
Vid. Supra.

416
417

presidencialismo ha sido históricamente (salvo los mencionados ensayos parlamentarios de


1891 a 1914) un sistema en que un solo hombre tiene el control más o menos hegemónico
del poder ejecutivo.

Estas facultades siendo tan extensas fueron ampliadas en la Constitución de l 980 en lo que
ha venido en denominarse «Presidencialismo reforzado», lo que implica instalar un sistema
con una primacía todavía mayor de aquella que heredamos de nuestro legado histórico ya
fuertemente centralizado en su figura.

Esta instalación del constituyente implica una opción expresa por el reforzamiento del
poder ejecutivo. Prueba de ello es que en nuestro país siempre había regulado en sus
constituciones al Congreso en primer lugar (a usanza de la Constitución norteamericana),
por ser el genuino representante del pueblo; pero esta primacía congresal cambia en el texto
del 80, dado que en dicho texto aparecen en primer lugar la institución del Presidencial
(arts. 24 ss.) y luego la del Congreso (arts. 60 ss.).

Solo nos limitaremos a enumerar las enormes facultades presidenciales, dado a que no
corresponde a los fines de este trabajo el adentramos en la pormenorización de las mismas,
de las cuales solo diremos que, dado su enorme campo de acción, atenta a un deseable
equilibrio de poderes.

b) Relaciones y atribuciones entre el Presidente de la República y el Congreso: Ya hemos


dicho que la primacía entregada por la Constitución al Presidente de la Republica tiene
como principal afectado al Congreso y sus facultades. Este carece de potestades reales para
controlar las decisiones gubernativas del ejecutivo, salvo en cuestiones muy acotadas como
en la emblemática ley de presupuestos. El principal gestor de la iniciativa legal en la
mayoría de las materias, es el Presidente de la República quien la ejerce mediante el
mensaje 1230.

No tiene iniciativa de ley el Congreso en las materias importantes del quehacer político y
administrativo. Además las materias de ley que establece el artículo 60 de la CPDRCH
tienen el carácter de numerus clausus en lo que técnicamente se denomina dom;nio máx;mo

1230 El mensaje es un proyecto de ley previamente elaborado que se somete a consideración del congreso.

417
418

/ega/ 1131. Esto quiere decir que en las materias no reguladas por la Constitución, tiene el
Presidente las facultades de dictar normativa reglamentaria, lo que implica a fin de cuentas
no necesitar el acuerdo del congreso para ejercerlas. Ello constituye una doble limitación.
Por un lado se restringe constitucionalmente el número de materias de ley en las cuales
puede intervenir el Congreso; y por otro, en caso de tratarse de materias no reguladas
expresamente se otorga al ejecutivo la facultad de legislar.

La iniciativa de ley que se materializa a través de los mensajes (que son textos tentativos
que los parlamentarios pueden enmendar) y que son materializados desde el ejecutivo, lo
que quita mucha de la dinámica creativa al debate parlamentario, transformando al
Congreso en un actor secundario en la trama legislativa.

Esta cuestión, ha sido en general poco debatida por la acción publicista nacional, quien ha
centrado su critica en aspectos extrajurídicos y de contenido político, como es el caso de la
legitimidad, en la forma que ya hemos tenido la oportunidad de exponer previamente.

c) los partidos políticos y el sistema binominal: El sistema binominal es ciertamente otro


de los ejes sobre los cuales se mueve la lógica de la Constitución del ochenta ya definida en
los términos latos que hemos reseñado previamente 1232• Esta institución posibilita que el
preponderancia de los partidos políticos en el sistema sea mayor que aquella que les
correspondería si se atendiera a su representatividad real; cuestión que se toma más
superlativa dada la existencia de dos bloques que deciden casi todo lo que ocurre en materia
política en este país. Dado este escenario, las pocas deserciones ideológicas o
1233
programáticas se producen por la ambición de quienes no pueden o no quieren aguardar

123 1
La técnica legislativa de la Constitución de 1925 optaba por e l camino opuesto; esto es por un dominio
mínimo legal.
1232
"En el caso chileno, el método de escrutinio o sistema electoral en sentido estricto, establecido por la ley
Nº 18.700, artículo 4°, señala que «las declaraciones de candidatura a senadores o diputados que presenten los
partidos políticos o los pactos eleccorales, podrán incluir hasta dos candidatos por circunscripción senatorial o
distrito según corresponda [...] El sistema tiene como objetivo político sobrerrepresentar la segunda fuerza
electoral en relación a la primera y eliminar del juego a la tercera o cuarta fuerza política, llevando a una
polarización política del país en dos bloques [... ] Las fuerzas políticas que no entran en los dos principales
pactos electorales, prácticamente se quedan sin representación parlamentaria", VERD UGO, Mario, Pfeffer,
Emilio y Nogueira Humberto, Derecho Constitucional, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1997,
páys. 179-1 80.
in Sujetos denominados «díscolos».

418
419

su tumo en la lista de espera. Es muy claro que los puestos más apetecidos son escasos y
reservados.

El sistema fue armado de una manera ingeniosa -lo hemos dicho ya- de forma tal que se
dificulta superlativamente su modificación. En primer lugar, el s istema electoral, se albergó
bajo la coraza de la Constitución del 80 y su legitimidad plebiscitaria; y adquirió su
inusitada intangibilidad mediante el expediente de transfonnar sus aspectos estratégicos y
operativos en ley Orgánica Constitucional que exige para su modificación un avanzado
quórum 1234_

A esta primera estrategia se suma el haber configurado un sistema binominal que a pretexto
de eliminar las posibilidad de partidos totalitarios, omnipresentes en la década de los
ochenta del siglo pasado ( el día de hoy casi sin representación real en la ciudadanía); logra
consolidar una mecanismo de perpetuación de aquellas coaliciones que lograron ticket de
entrada al sistema político en aquella época: Por un lado la coalición demócrata cristiana-
socialista y por otra las fuerzas afines al gobierno militar y/o sus postulados. La cuestión es
que ambos conglomerados o fuerzas políticas se han mantenido mutatis mutandis en
1235
similares ténninos hasta el día de hoy .

No solo esta razón - la estructuración institucional del sistema de partidos- explicaría la


subsistencia del sistema, sino que además un agudo conocimiento de Guzmán de la
naturaleza humana, dado que aún los más radicales de los opositores al gobierno militar,
estando dentro del establishment, tenderían a legitimarlo y perpen1arlo una vez instalados
en el poder. Así ha operado efectivamente el sistema en estos años de reconstitución
1236
democrática •

No es un despropósito traer a colación que en la mayoría de los casos en que se ha


propuesto una refonna al sistema binominal, ha derivado en un fracaso. Siempre se contará
con algún alma caritativa (proveniente de los mismos conglomerados políticos) que salve la

1234
Tres quintos de los diputados y senadores en ejercicio, art. 67 de la CPRCH.
1235
En las primeras votaciones la correlación ha sido más o menos del 49 al 51 por ciento y ello se ha
mantenido en las elecciones sucesivas.
1236
La movilidad de los personeros que se mantiene en el sistema político no se ha modificado, la mayoría de
ellos con tres y cuatro periodos consecutivos en sus cargos, creando máquinas para perpetuarse, no solo
respecto de sus contendientes sino dentro de las fuerzas de su propio conglomerado.

419
420

situación con un voto ¿disidente?, en caso de verse tentados por ta presión popular a
realizar refonnas al sistema. Ello se hace extensible incluso a los aspectos más odiosos del
binominal como son las reelecciones sucesivas.

Pocos ciudadanos: admiten que la oposición izquierda-derecha, que ya a finales del siglo
veinte resultaba más teórica que real. constituye el día de hoy solo una instalación virtual de
la c1ase dirigente sin correlato con la realidad {más transversal de to que aparenta). Por otro
lado y quizás más importante, se ha producido una emergencia de nuevos centros de poder,
"organi?..aciones de carácter corporativo [que] actúan como interlocutores privilegiados a la
hora de tomar decisiones que afectan al conjunto de la sociedad" 1237; es la Jínea arbolada
que no deja ver el bosque. Rste revela que la línea divisoria (doctrinal"material) no es
vertical (dere-chailzquíerda), sino horizontal: de la ciase política unida a las organizaciones
económicas corporativas y el resto de la ciudadanía. Se han amalgamado los componentes
políticos (formales) con los económicos,

Estas organizaciones dirigentes en su interacción constante y prolongada han logrado


adquirir algunas convergencias éticas y practicas; han consensuado perspectivas que
coinciden en apreciar a los individuos no como ciudadanos '"sino como piezas de una serie
de procesos continuos de producción y consumo" 1233• Los problemas de legitimidad;
siempre omnipresentes en nuestro sistema de vida, han sido -de hecho- acrecentados por los
mismos que otrora habían criticado este «defecto original» del texto político. Se ha formado
una clase.

Los partidos políticos, nervio central del sistema; han devenido en estructuras auto-.
justificadas y auto- valentes que se reproducen endógenamente al margen de las mayorías y
sensibilidades ciudadanas; en el mejor de los casos se han convertido en bolsas de trabajo
para los sujetos más cercanos al entorno de las elites partidocráticas. Parece exacta en este

m~ JÁUREGUI, úurutz, La Democracia en el Siglo XXI: Un nuevo mundo. unos nttevos valores, Instituto
Vasco de Administración Pública, Bilbao {Oñari] 2004. pág. 57. Y agrega ''la interrelación entre las
corporacíones tecnocraticas y la política ha dado lugar al establecimiento de una estrechísima alianza entre los
líderes políticos y los tecnócratas a fin de establecer estrategias que les beneficien mutuamente". Ibídem.
un lbidem, pág. 58.

420
42[

punto la aguda critica de Schmitt hacia estos vicios, que -según él- alejaban a] Parlamento
y a los partidos políticos de tos ciudadanos 1139•

La observación central recreada por Schmitt 1240 y de alguna forma también por C.J.
Friedrich 1241 y que venía de Montesquieu, se centra en el modelo que proporciona e)
liberalismo y la democracia que es posible esperar de él. Vemos reconstruida aquí. las
mismas cuestiones que inquietaban a tan ilustres cultores de1 pasamiento político. En
efecto, no estamos ni en nuestro sistema (y al parecer en ningún otro) ante una democracia
amplia; sino exclusivamente ante la que ofrece el liberalismo [económico, quizás debiera
agregarse hoy día]; este propone una dirección de las elites, donde Ja ciudadanía o el
pueblo tienen escasa participación salvo para elegir a sus representantes, Se produce una
suerte de oposición entre una democracia más horizontal y el modelo liberal 1242 • Qui?.ás si
el sistema norteamericano sea una expresión bastante agudiz.ada de esta opción.
MONTESQUJEU afirmaba:

"De un gran vicio adolecía la mayor parte de las repúblicas antiguas: el pueblo tenia derecho a
tomar resoluciones activas que exigen alguna ejecución. de las que es enteramente incapaz. El
pueblo no debe tomar parte en la gobernación de otra manera que eligiendo sus representantes, cosa
que está a su alcance y puede hacer muy blen" 1243 •

Del mismo modo Arendt corrobora, a propósito del sistema implantado en la Constitución
de los Estados Unidos. que en ella no se constituía propiamente una democracia sino una
república, dado que lo más importante en ella no era la participación del pueblo [de las que
se desconfiaba] sino que su principal característica, era la contención de1 poder político y
ello contlevaba lógicamente la protección de la minorías. cuestión más importante que la
deliberación mayoritaria; eso suena lógico si tomamos en cuenta el recorrido exitoso de
esta democracia y los peligros que envuelve todo populismo. Exísten en la región algunos
ejemplos que pueden traerse a colación.

!2$ Cfr. S.CHMITI, Carl, Los fimdamentos hisrórico~espirituales del JX»"lamentarismc en su situación actual,
º!'!·· cit., págs. 4 7 ss.
L4{.> .... La creencia en el parlamentarismo. en un gcvernment by discussion, pertenece al mundo conceptual del

liberalismo. No pertenece a la democracia'", SCHM1TT, Carl, Los Fundam@ft)S Histórico-espirituales del


parlamentarismo ... , óp. cit., pag. 22.
1241
Vid. La Democracia como f(Jrma Poiitica y romo forma de Vida, op. Cit., Cap. Novem\ págs. 135 ss.
1141
Vé41se, FRIEDRICH, Carl, J., La Democracia comQ forma Polítiea y Como forma de Vida. Editorial
T~nos S.A., Madrid 1961, Trad. C. Zabal Schmidt-Vóll., cspecialm,:::nte capítulos octavo y noveno.
iw MONTESQUIEV, El Espíritu de las Leyes, óp. Cit, Libro XI, Capitulo XV, pág. 148.
421
422

.. En cualquier caso en América se elaboraron [las constituciones] con la intención expresa y


constante de impedir, en la medida de lo humanamente posible, que los procedimientos de las
decisiones mayoritarias degenerasen en el «despotismo electivo» del gobierno de la mayoría( ... ]
Teóricamente, el error fatal que cometieron los hombres de la Revolución Francesa fue creer, de
modo casi automático y acritiéo, que el poder y el Derecho tenían su origen en la misma fuente[ ... ]
La insistencia con que la Revolur,;ión americana distinguió entre república y democracia, o gobierno
de la mayoria, depende de la separación radical entre Derecho y poder, cuyo rigen, legitimación y
esferas de aplicación eran claramente diferentes" 12~,

Cuando nuestro texto constitucional afirma: ''Chile es una república democrática" (art. 4º
CPRCH). debe tenerse la prevención de que con elJo no se enuncia una soberanía absoluta
del pueblo (o la nación) sin limitaciones, a pesar del extenso tenor del artículo 5' 1245; puesto
que tratándose de un texto de naturaleza liberal, 1a democracia o participación ciudadana
debe entenderse dentro de un contexto institucionaJ de limitaciones al p0der y a la
participación ciudadana. Existe una completa reglamentación de las posibiHdades que tiene
el ciudadano en su participación política; que en el caso del presente texto es realmente
muy acotada (podría decirse que solo limitada a sufragar cada cierto número de años). El
acento de nuestro texto se encuentra más bien en ser una república que en su aspecto
democrático propiamente tai 1246• Está en lo correcto Salazar cuando afirma que "La acción
politica es permitida solo al interior de los partidos, y la acción de estos solo dentro de las
nonnas que fijan la Constitución y la Ley". 1241

Lo cierto es que nuestra Constitución va mucho más allá en esta direccíón, que la propuesta
norteamericana, dado que virtualmente clausura al juego democrático e impide de manera
retevante la evolución del sistema. Muestra de esta lógica sistémica la podemos encontrar
en )os casos más cmbJemáticos que ha debido resotver el Tribunal Constitucional; supremo
árbitro del juego constitucional y garante de la supremacía constitucional. A final de
cuentas, este se había implantado en nuestro sistema, como una fonna de impedir e1 embate

11
+i ARENDT, Hannah, Sohre fa Revoluc:idn, págs. 168-170.
m$ ..La soberanía reside ,esencialmente en la nación. Su ejercicio se realíza por el pueblo a través del
plebiscito, y de elecciones periódicas y, también, a través de las autoridades que esta constitución establece".
1144
Arendl afirma a propósito de la constitución de los estados unidos que en ella se hace una clara distinción
entre democracia y república y las hace provenir de fuentes distintas, a diferencia del modelo francés. Acerca
de la Revolución.
7
lU SALAZAR. Gabriel y Pinto Julio, óp. cit., pag.!07. "La compulsividad del voto le asegura al sistema
estatal su reproducción "dem0-0rática" y su legitimidad formal, como qu;era que sea su 1-egitimidad real",
ibídem, pág. 109.

422
423

de doctrinas totalitarias, siguiendo el modelo alemán que razones y muchas tenía para
tomar este tipo de medidas.

La modificación (virtual amputación) que se hace de los artículos 8° y del 9° del texto
original, resultó una reacc ión estéril respecto de una cuestión que no era necesario resaltar
demasiado, dado que el sistema en si daba plenas garantías contra la propagación de
doctrinas totalitarias; como se ha encargado de poner de relieve la aplicación efectiva de la
Constitución y sobre todo, de la jurisprudencia que ha traído aparejada; no solo del TC.

En cuanto al sistema electoral binominal, que para muchos representa la piedra de tope
para lograr una efectiva evolución del sistema democrático; como demuestra
1248
BROFMAN , no contiene grandes o profundas diferencias con otro distinto que pudiera
proponerse; salvo la obviedad de tratarse de sistemas distintos. Los efectos en los
hipotéticos resultados electorales serían, en definitiva, bastante similares. Por ello el
exagerado empeño en combatir el sistema binominal [más formal que real], resulta un
ejercicio infructuoso si concluimos que el sistema electoral actual y el anterior (establecido
124
en la Constitución de 1925 9) en su aplicación comparativa nos llevarían a similares
resultados en cuanto a los niveles de representación que cada uno arroja. El nuestro no es
mejor o peor que otros sistema de mayoría [Inglaterra y Estados Unidos nada menos] como
para entender radicado allí e l problema de nuestra institucionalidad. Nos parece que,
atendida nuestra historia reciente, el sistema electoral actual es el adecuado (no perfecto)
para controlar los excesos que se había permitido nuestra enfiestada clase política. La
agonalidad extrema es siempre contumaz y los resultados que se obtienen, nefastos:
Paralización del progreso (económico, social, cultural) y destrucción de la paz social.

Una solución muy práctica y que en realidad impediría la perpetuación de los nombres
propios de la partidocracia reinante, sería -reiteramos- el consentir la limitación de las

1248
BROFMAN, Alan, «Veinte años del sistema binominal» en Revista de Derecho de la Universidad
Católica de Va/paraíso, XXII, año 2001, Ediciones Universitarias de Valparaíso, págs. 39 ss.
1249
El sistema de Víctor d'Hondt o de la cifra repartidora que "consiste en dar a cada lista que se presenta a la
elección el número de asientos que sea una resultante común de las listas presentadas, para lo cual es previo
calcular la cifra repartidora o común divisor de todas las listas. Este común divisor es el número mínimo de
votos que debe obtener una lista para hacer elegir un candidato", BERNASC I I INA, Mario, Nla1111al de
Derecho Co11srit11cio11al, Editorial Jurídica de Chile, Tomo 1, Santiago de Chile, 1958, pág. 393.

423
424

ree1eccíones sucesivas 1250~ no puede convertírse )a política en una actividad de subsístencia


para actores políticos que poco o nada hicieron por el progreso del país. Con la entrada de
nuevos personeros al sistema muchas de las quejas que se hacen legítimamente al modelo,
serian superadas. La realidad indíca que el poder parlamentario es mucho menor de lo que
sus aspiraciones y pretensiones insinúan 1251 .

Ya hemos destacado en otra parte que la ínfluencía shumpetereana está omnipresente en


esta cuestión tan relevante; para este autor. ·'La dernocracía es un método político, es decir
un cierto tipo de concierto ínstitucíonal para llegar a decisiones políticas -legislativas y
administrativas~, y por ello no puede constituir tm fin en sí misma. independiente de las
decisiones a que dé lugar en condiciones históricas dadas" 12; 2• En el mismo sentido se
manifiesta Squella 1:m.

Respecto de esta cuestión Renato CRISTl Je atribuye en términos bastante categóricos al


desaparecido senador UDI la idea de transitar hacia una democracia instrumental, siguíendo
la orientación de Schumpeter. ElJo con la finalidad de "conservar la trama constitucional
díseñada por Guzmán y cuya función es mantener incólume el sistema económico
neoliberal impuesto por la díctadura" 1254•

Este planteamiento resulta incompleto, porque no solamente ha sido el «sistema ideado por
Guzmán» el que ha permitido la subsistencia del <,sistema económico impuesto por la
dictadura» sino que la misma democracia ha reconocído sus ventajas, Los gobiernos
democráticos no lo han descartado sino más bien lo han corregido; motivados (creemos)
por el fundado temor de retroceder a la época anterior al régimen militar; las evidencia de
ello son numerosas. Es además estrecho porque con él, no solamente se intentaba cautelar

1~50 El rechazo del último µrQJe<:to de modificación a la Constitución y sistema binominal (ley Orgánica
Constttvcional de Votaciones Populares y Escrutinios) en relación a la nueva circunscripción de Arica y
Parinacota (marz-0 2013) fue transversaL
1251
l.as acidas criticas de Car! Scbmitt que trataremos de pormenorizar son elocuentes aún para las mentes
más escépticas y oontrarias al jurista alemán.
l:!.S:!. SHUMPETER, Jonph, Capitali:um::,, Sodalisrru.) y Democracia, óp., ci.t,, pá& 3 \:!.''método dcmocriidco
es aquel sisk:ma institucional, -para llegar a las decisiones políticas, en que tos. individuos adquieren el poder
de decidir por medio de una lucha de competencia por el voto del pueblo"', ibídem., pág. 343.
iiS~ "'Bobbio lo mismo que Kelse.n y Ross, consideran que !a democracia es, a fin de cuentas, un método para
ta adopción de !as decisiones colectivas -o de gobierno", SQUELLA, Agustín, ((libertad e igualdad: las
promesas cumplidas e incumplidas de las revoluciones del Siglo XVm, en Anuario de Filosojla Jurídica y
social, estudios en memoria de Aníbal Bascuñán, Santiago de Chile i 989, págs. 151 ss.
im CR{STl, Renato y Ruiz: Taglc, Pablo, La RepUblica en Cltfle, óp. cit., pág. l 77.

424
425

el modelo económico (con referencias escasas en la Constitución), sino que, además, se


buscó la subsistencia de todo un sistema valórico que también se deseaba aislar de la
contingencia política ( con mayor profusión normativa), especialmente valores humanistas y
cristianos que constituyen el centro valórico del texto político del 80.

Esas razones llevan a RUIZ TAGLE a realizar una serie de afirmaciones fulminantes como
aquella de que "el autoritarismo propio de la Constitución de 1980 no puede tener cabida en
una Constitución de corte republicano", luego remacha "nos hemos sentido tan incómodos
y desubicados ante la constitución vigente, como ese «perro en iglesia» que describe
Lampedusa [en el Gatopardo]. Por ello pienso que en nuestro país la democracia solo puede
consolidarse por una mutación constitucional que supere el proyecto pinochetista y logre
1255
asentar un liderazgo pro-democrático en el Congreso y en el Tribunal Constitucional" •

Algunas de estas afirmaciones nos parecen bastante alejadas de la realidad. La convivencia


ciudadana ha sido pacifica y próspera en estos más de treinta años; estas son solidas
razones para argumentar en contrario. Quizás nunca en nuestra historia patria se ha
navegado por aguas más tranquilas y esperanzadoras que las actuales. Esta cuestión parece
incomodar a estos autores (y también a otros). Sin perjuicio de lo anterior, en lo que RUIZ
T AGLE acierta es en destacar la necesidad de mejoras al sistema; cuestión que permitirían
una correcta adecuación a los desafíos del tercer milenio y también atina en el hecho de que
efectivamente, a pesar de las reformas, el texto político "acendradamente retiene sus rasgos
1256
autocráticos" .

Si nuestra democracia decidiera eliminar el sistema binomjnal, como parece ser el consenso
mayoritario hasta ahora; ello debiera hacerse de un modo adecuado y me parece que el
planteamiento expuesto por Dieter NOHLEN, concuerda en términos generales con una
visión moderada que nos interesa rescatar aquí, atendida la magnitud de esta definición. En
efecto, el distinguido jurista germano expresa que la mentada reforma política debe hacerse,

" ... con mucho cuidado ( ... ] seguir una detenninada lógica de elaboración [ ... ] considerando en el
debate primero las funciones adscritas a los sistemas electorales y posteriormente los e lementos

1255
RUfZ TAGLE, Pablo, la Republica en Chile, págs. 197-199. Este publicista integra comisión que
pretende la instalación de una asamblea constituyente para cambiar esta situación.
1256
Ibídem.

425
426

técnicos o los diseños completos para su materíalización [ ... ] tomar en cuenta las diferente
funciones de representación, concentración/efectividad y participación e intentar un detenninado
equilibrio entra las primeras tres, para lo cual existen los elementos técnicos para conseguir los
efectos políticos deseados[ ... ] mantener ios grados de efectividad y participación del sistema
binominal en el futuro sistema electoral chUeno[, .. ]tratar de aumentar en algo la función de
representación [... ] llevar a cabo un proceso de reforma incrementalista, culminado en un cambio
bien mesurado, predecible y medible en sus efectos[, .. ] respetar, además, el criterio de sencillez
[... } y también el criterio de legitimidad[, .. ] buscar consenso de las fuerzas vivas del país[ ... ]
proveer que el nuevo sistema electoral pueda contribuir a Ia consolidación y profundi2'.ación de la
democracía.'' 1157

Dicho en otras palabras lo que corresponde en una democracia bastante consolidada como
la Ulleb,'tra, es levantar una propuesta sensata e inteligente; esta afirmación no quíere decir
de manera alguna que lo adecuado sea poner una bomba al sistema, haciéndolo saltar por
los aires para instalar en su reemplazo un asamb)eísmo revolucionario que decida todo en la
calle o una democracia plebíscitaria y populista como ha ocurrido en varios países de la
región 1258. Esto que afirmamos no es fruto de nuestra imaginación sino una realidad que
imperceptiblemente se ha ido acenhl.ando~ como producto de nuestra desidia e indiferencia
política. que puede resultamos muy costosa, de cara al futuro.

b. Críticas al sistema presidendal

Una de las cuestiones que llama 1a atención en toda la producción publicista nacional es
que acepta sin cuestionar esta superlativa ausencia de control de la autoridad central; acepta
el poder cuasi hegemónico de que goza el poder ejecutivo en todas 1as áreas del quehacer
nacional. Este efecto hegemónico es, de hecho, ampliado exponencial.mente por las demás
autoridades administrativas y particularmente por el poder judicial.

Hemos afinnado que existen voces devenidas en numerosas de quienes plantean sustituir el
sistema de gobierno presidencial por uno parlamentario. Creemos que esta es una
posibilidad políticamente engorrosa y alejada de nuestras tradiciones. Debemos aclarar que
no visualizamos las supuestas bondades que un sistema tal pudiera añadir a nuestro modelo

izs 7 NOHLEN, Dieter, ,,La Refonna del sistema Binominal Desde una Perspectiva Comparada)>, Revista de
Ciencia Política, Volumen N" 26 N" 1, 2006, págs. 191-202.
1153
La clase política mayoritaria ha manifestado una clara opción en favor: "una dernocrada de instituciones,
representativa, detíberativa, más que en una demC>Cracia plebiscitaria y populista [que han sido] un fracaso en
América Latina". francisco Walker, presidente de la DC en lo Segunda, martes 19 de agosto de 201 L

426
427

1259
político • Sin perjuicio de ello resulta interesante hacer un breve resumen de las posturas
que se plantean al respecto. Algunos de estos argumentos tienen atractivo y un valioso
caudal explicativo que pudiera proporcionar alternativas para el mejoramiento del sistema.

Carlos Santiago NINO, plantea en términos generales que el presidencialismo, "genera una
fuerza centrípeta que conduce al bipartidismo, contraponiéndose a la fuerza centrífuga del
sistema electoral proporcional, que promueve el pluripartidismo [ .. . ] dado el rol de
intennediarios en la representación que tienen los partidos ello afecta gravemente el valor
epistémico del sistema bajo la concepción deliberativa de la democracia" 1260 . Propicia,
entonces, la creación de grandes bloques polarizados cuya confrontación es "generada por
el carácter de juego suma cero de la competencia política presidencialista" 1261 . Al
distanciarse las posturas hacen muy dificil el consenso.

Esta crítica siendo real, no pude olvidar el hecho de que los sistemas parlamentarios
también han tenido una tendencia a aumentar las facultades del ejecutivo y que, si
prevalece la fuerza centrífuga del sistema proporcional y se establece un pluripartidismo,
ello puede tener serias consecuencias para la estabilidad del sistema, porque permite que
lleguen a la presidencia sujetos con muy poco consenso de origen, aumentando -además- la
posibilidad de bloqueos parlamentarios o que los elegidos minoritariamente decidan
gobernar en beneficio solamente de aquellos que le eligieron, como ocurrió con Salvador
Allende en nuestro país. En términos similares explica la caída del régimen democrático
Arturo Valenzuela en su conocido estudio «El quiebre de la Democracia en Chile» de
l 9781262_

1259
Sin perjuicio de que creemos con Jellinek, que estamos en este punto frente a un elemento central del
sistema, que no puede modificarse sin implicar la facción de un nuevo texto constitucional, Vid. JELLINEK
Georg, Reforma y Mutación de la Constitución, óp., cit., págs. 11 ss.; "Los órganos competentes para acordar
una ley de reforma de la Constitución no se convierten en titular o sujeto del Poder constituyente. Tampoco
están comisionados para el ejercicio permanente de este Poder constituyente; por tanto, no son una especie de
Asamblea nacional constituyente con dictadura soberana, que siempre subiste en estado de latencia. Una
reforma de la Constitución que transforme un Estado basado en el principio monárquico en uno dominado por
el Poder constituyente del pueblo no es en ningún caso constitucional" SCHMITT, Car!, Teoría de la
Constitución, óp. cit., pág. 119.
1260
NINO, Carlos S., Fundamentos de Derecho Constitucional, óp. cit., págs. 603-604.
¡, 6 1 'b'd , 614.
- 1 1 em, pag.
1262
"Ciertas características del escenario institucional chileno, incluyendo las elecciones tipo <<smna cero».
con1ribuyeron al establecimiento de una tendencia centrifuga (usando en concepto de Giovanni Sartori) que
ejerció una presión enonne sobre la totalidad del sistema, y llevo a su fatal derrumbe", V ALENZUELA,

427
428

En un sistema tan fuertemente reglamentado y donde existe un único actor principal que
acapara toda las alternativas de manejo político del Estado, se propicia una sensación de
abulia donde es poco posible entender de qué lado de la escenario político uno se encuentra.
Creemos que le quita capacidad agonal al sistema y lo despolitiza en demasía (aun cuando
justo es reconocer que esta característica es transversal a todo el sistema político moderno,
cualquiera sea su conformación).

En cuanto a la supuesta mayor representación, creemos que la lectura que hace el mismo
1263 1264
Schmitt, Jellinek o Schumpeter respecto de la ficción de la representación, son
suficientemente explicativas de que este es un argumento falaz. Se trata de articulación
ideológica creada por la labor publicista moderna que permite a las élites mantenerse
impenitentemente en el poder haciendo creer a unos que gobiernan por ellos y los otros
aparentando que les creen. Lo más que podríamos decir es que lo entendemos, pero no lo
compartimos.

Estas supuestas ventajas materiales envueltas en las promesas electorales, casi siempre
resultan una trampa que se articula en un plazo distinto de lo que suponen sus destinatarios.
Al decidirse por ellas los gobernados, generalmente con gran celeridad, demuestran ser
"jueces malos e incluso corrompidos de tales cuestiones y a menudo demuestran ser malos
jueces de sus propios intereses a largo plazo, pues es tan solo la promesa a corto plazo lo
que toman en consideración políticamente y la racionalidad a corto plazo la única que
· )?65
prevalece efectivamente" - .

Juan Linz ha sido un tenaz defensor del modelo parlamentario como también crítico del
presidencialismo. Entre sus muchos argumentos hemos querido destacar uno que se
relaciona directamente con nuestro sistema y lo plantea en los siguientes términos: "Yo

Arturo, El Quiebre de la Democracia en Chile, Ediciones Universidad Diego Portales, trad. Josiane
Bonnefoy, segunda edición en español, Santiago de Chile, 2003, pág. 24.
1263
"Ninguna institución política se basa tanto en ficciones e ideales que no corresponden a la realidad como
la representación nacional", JELLTNEK, Georg, Reforma y 1'vf11tación de la Constitución. óp., cit., pág. 95
m,,i "Pero el pueblo como tal no tiene personalidad jurídica; decir que delega poderes a su parlamento o que
esté representado por él es decir algo completamente vacío de significación jurídica. ¿Qué es entonces un
parlamento? La respuesta no hay que buscarla muy lejos: es un órgano del Estado, exactamente igual que el
gobierno o un tribunal de justicia. Si un parlamento representa al pueblo en algún grado debe ser en otro
sentido, que todavía tenemos que descubrir", SCHVMPETER, Joseph A., Capitalismo Socialismo y
De!nocracia, Aguilar, pág. 318.
126
~ SHUMPETER, Joseph, óp. cit., págs. 333-334.

428
429

diría por tanto que ciertas características negativas de los partidos en algunos países de
Latinoamérica, tanto su carácter no estructurado como la indisciplina así como la rigidez
ideológica en casos como el de Chile, se han visto reforzados por el sistema presidencial.
Por otra parte, creo que el parlamentarismo podrá cambiar estas características, aunque
quizás no sin otros cambios institucionales. Nuevos y distintos incentivos para los partidos
y sus líderes naturalmente no producirían un cambio en la práctica política de la noche a la

mañana" 1266•

Hemos revisado ya las principales distorsiones que un sistema presidencial como el nuestro
representa para alcanzar una democracia adecuada a los tiempos que corren; pero existen
otros elementos, menos visibles, que amplían la imperfección del sistema y que deben ser
visualizados para lograr una mejor colaboración democrática. De todas fonn as nos parece
que pueden ser revisadas, atendidas y revertidas, las siguientes fallas: Ausencia de un
contencioso administrativo; debi lidad fáctica de los recursos administrativos establecidos
en la Constitución; la dinámica conservadora de la j udicatura y finalmente las escasas
facultades de la Contraloría General de la República frente al gobierno central. Vemos cada
una de ellas:

l .- Ausencia de Contencioso Administrativo: En el mismo sentido es posible visualizar la


creación de tribunales contencioso-administrativos. Estos nunca se han implementado en la
historia de Chile. Sin perjuicio de ello, ni en el anterior, ni en el actual texto político han
podido dejar de mencionarse, seguramente por pudor técnico. Al respecto CEA EGAÑA
expresa que "la falta de tribunales administrativos, ostensible hasta hoy, unida a la ausencia
o insuficiencia de acciones y recursos eficaces para proteger los derechos humanos, ha sido,
por más de un siglo, un defecto grave del ordenamiento jurídico chi leno" 1267. En este
mismo sentido se pronuncia Osvaldo OELKERS, "[El] Estado social de derecho [debe]
compensar las normas de acción y el elemento intervención de la Administración Pública,
con la debida fiscalización a través de recursos administrativos y jurisdiccionales que

1266
LfNZ, Juan J., «Democracia Presidencial o Parlamentaria ¿Qué diferencias implica?», en LINZ, Juan J. y
Valenzuela, Arturo (comps.), la crisis del presidencialismo ( 1. Perspectivas comparativas), Alianza Editorial,
versión española de Rocío de Tcrán Troyano, Madrid, 1997, pág. 127.
1267
CEA Egaña, José L., Derecho Co11sri111cio11al Chileno, tomo 11, óp. cit., pág. 664.

429
430

impidan actuaciones administrativas excesivas, o sea, impidiendo el exceso de poder que


. 1a nonna de acc1'ó n~t26a
penmte - .

2.- Escasa relevancia de los recursos judiciales: No sabemos a ciencia cierta si el


constituyente estaba consciente de este defecto del sistema, pero la explicación que se ha
dado (para justificarlo) parece sugerir que en realidad se trató de una errada lectura de las
posibilidades institucionales de 1a naciente democracia. Ya hemos dicho en varías
oportunidades que la única fonna de controlar el poder es por medio del mismo poder: es
una ingenuidad (o derechamente un engaño) el pretender hacerlo exclusivamente por medí o
de recursos jurisdiccionales 1269• Uno puede Hegar a maliciar que se proyectó ex profeso este
resultado estéril (acrecentando un poder exorbitante) y no un real contrapeso democrático.

Pero el problema resulta más de fondo. Un simple recurso no puede garantizar por si solo
los derechos fundamentales de la personas; máxime si consideramos que en el sistema
actual de derechos "La tecnícidad del fonnaiismo es en realidad ínenne ante 1a continua
defonnación de la legislación de excepción" 1~70• Y a final de cuenta podemos llegar a
conclusiones bastante trágicas; considerando la actual dinámica del poder y la economía:
"Niklas Luhmann lo ha escrito [ ... ] el derecho moderno responde esencialmente a una
estratégica oportunista y que es absolutamente contingente, convencional y mutable, y que
los propios derechos fundamentales son una mera reglamentación de fronteras entre esferas
de poder que constantemen re pueden ser traspasadas por los poderes (... ] El artificio de la
igualdad en droit, sí se toma por lo que es. carece de fuerza para poner válidamente en
cuestión la vocacíón totalitaria de lo político e incluso la vocación monopolista de la
empresa capitalista, y ello porque acaba ocultándose inevitablemente el lugar y, como suele
decirse, el nombre del que decideH 1271 • Es dificil. entonces, tener la certe?..a de obtener
frutos por este camino; urge entonces situar la cuestión en su verdadera dimensión: en el
equilibrio de los poderes. Luego esperar que, corno resultado de este equilibrio, puedan

1241
OELKERS, Osvaldo, ((Loe nuevos roles de ta administración pública contemporánea y su regulación por
el Derecho Admirtistrativo», Revista de Derecho UniVf!rsidad Católica de Vtilporaíso, Vlil, 1984, pág., l 92
9
'.'.;6 "A;.i, aun cuando el sistema constitucional agregue algo a la protección de los derechos morales en contra
del gobierno, está muy lejos de garantizar tales derechos, e incluso de establecer en qué consienten":
OWORKIN, Rona!d, Los Derechos en Serio. Editorial Ariel S.A., quinta reimpresión, trad. Marta úuastavino,
Barcelona, 2002, pág, 278.
i:rl(! BARCELLONA, Pietro, Pormodemidady comunidad, óp-. cit., pág . .50.
12,1 lbídem.

430
431

operar las mencionadas garantías. No hay forma de asegurar por otros medios que ello
opere efectivamente, trágico pero real.

3.- la dinámica conservadora de la Judicatura 1272 : Basta una simple lectura estadística
para llegar a convicciones muy claras respecto de la verdadera postura que tiene la
judicatura respecto del gobierno central y sus dependencias administrativas. No queremos
cargar demasiado las tintas en esta cuestión, especialmente considerando la estructura
jerárquica de nuestra estmctura judicial; pero tampoco podemos excluir este componente
del entramado autoritario. Al respecto solo me limitar a reproducir un comentario de una
investigación reciente que sitúa el tema en su correcto lugar:

"Desde una mirada histórica, buena parte de la auto comprensión que tiene el poder judicial chileno
[ ... ] -de si mismo y de sus facultades-, dice relación con la herencia estructural y « legalista»
recibida desde la colonia [ ... ] la carrera judicial es en extremo jerarquizada, lo que hace depender
de la voluntad de los superiores el destino profesional de los jueces, quienes quedan enteramente
sujetos a una buena o mala evaluación de su parte o a nos considerados por ellos para un ascenso
[ ... ]Tal situación, naturalmente tiene consecuencias en el grado de independencia con que cuentan
los inferiores para desafiar en sus fa llos las opiniones de sus superiores, lo que en definitiva
desalienta la innovación y la creatividad. La organización judicial se parece, así, en exceso a la
1273
militar." •

Fijada de esta forma la cuestión, podemos abrir caminos hacia un debate mayor sobre esta
realidad que afecta a un poder clave en cualquier democracia occidental; este solo ejercicio
es ya un avance significativo sobre un tema, en general, invisibilizado. Las estadísticas de
recursos de protección (aquel destinado a defender algunas garantías constitucionales del
artículo 19 de la CPRCH) resulta abrumadoramente favorable al Estado; una cifra aun
mayor 1274 es posible de detectar respecto de los recursos de amparo económico. Aquí hay
al menos tres explicaciones posibles. a) Que los abogados estatales son excesivamente
competentes; b) Que los abogados particulares que litigan contra el Estado son
incompetentes; o c) Que los jueces tienen una tendencia natural a favorecer al Estado que

1272
Véase al respecto el interesante artículo de ALDUNATE, Eduardo. «La Constitución Monárquica del
Poder Judicial», en Revista de Derecho de Universidad Católica de Va/paraíso, Ediciones Universitarias de
Val paraíso, XX 11-200 1, págs. 193-207.
1273
GARCIA, José F. y Mancusi-Ungaro, Mariana, «Diseño institucional de la Judicatura y gobierno judicial:
lecciones para Chile desde el Derecho Comparado» en Reforma al Poder j udicial, Gobiemo Judicial, Corte
Suprema y Gestión, Libertad y Desarrollo, Facultad de Derecho Pontilicia Universidad Católica de Chile y
Facultad de Derecho Universidad Adolfo lbáñez. Santiago de Chi le, 2007, pág. 80.
,m Cercana al cien por ciento, fuente www.cde.cl (Consejo de Defensa del Estado).
431
432

les nombra y asciende. Fínalmente, lo que debemos preguntamos es porqué se mantiene sin
modificaciones un sistema que funciona de esta fonna tan arcaica, En nada contribuye al
espíritu democrático de un país, un poder del Estado que funciona con esquemas de
constitución decimonóníca y jerárquica (y sin elementos que morigeren esta naturaleza);
porque en tales condiciones el que sistemáticamente opere en consecuencía de esta, resulta
wia posibilidad absolutamente predecible.

4.- la Contra/orla y el gobierno central: La Contraloría General de la República es un


órgano que en forma tangencial se ha encargado de suplir esta superlativa impunidad, La
Hmít:ante es que solo puede hacerlo en escasa medida por carecer de facultades expresas de
control de la actividad administrativa central (respecto de las municipales es más amplia);
por ello muchas de su.,; actuaciones se podrían situar, sin hacer un análisis demasiado
meticuloso, fuera de los márgenes de sus atribuciones minísteriales. No ha existido el
ánimo de actualizar estas facultades y seguramente no lo habrá en el corto plazo. Estamos
ante un sistema administrativo y político secuestrado por una casta hereditaria que finge
discordias para estimular el morbo de una masa ciudadana que parece conformarse con este
tipo de representaciones; mise en scene estimulada por los medios de comunicación de
masas. No resulta ocioso comentar que en su gran mayoría estos medios se encuentran
directa o indirectamente relacionados con la trama del poder y con sus actores individuales
o corporativos.

Finalmente podemos comentar que llama la atención que se haya conservado casi de la
misma forma que en el texto anterior, esta escasez de facultades, dado que fue precisamente
este organismo uno de los principales cuestionadores de los excesos de la Unidad Popular y
un garantía frente a Ja actuación viciosa de dicho gobierno~ que hízo práctica habitual de los
denominados decretos de insistencia 1275 , resquicio que perseguía <dncorporar» al área
social empresas cuya propfodad pertenecía a los privados1276•

1275 "En el caso de que el Contralor General de la Repctblic:i determinara que un decreto del ejecutivo es
ilegal o inconstitucional. dicha norma jurldica no tendrá vigencia. Sin embatgo. la ley estableció que en
aquelios casos en que existiera un conflicto de :interpretación de la ley entre la contraloria y el Poder
~jecutivo, predomínaria e! criterio de este Ultimo, siempre y cuando se enviara un nuevo de.;reto, pero ahora
firmado por el Presidente de ta R.epublica y todos sus ministros de Estado. A este decreto de excepción se le
llamó <(diu.reto de insistenda», ARRIAGADA, Genaro. De la Via Chilena a la via insurrecciona!, Editorial
del Pacifico S.A., Santiago de Chile 1974, pág. 256.
im Véase al respecto ARRIAGADA, Genaro. óp. cit., págs. 137 ss.

432
433

34. Autoritarismo horizontal

Un tema desatendido en todo análisis respecto del autoritarismo dice relación con nuestra
inclinación hacia la centralización política; propensión atávica que nos lleva a ejecutar
todas las decisiones relevantes del Estado, desde la capital. A esta tendencia la hemos
denominado autoritarismo horizontal o territorial. Este rasgo emparenta las democracias
con rasgos autoritarios, con los regímenes totalitarios. Las motivaciones en ambos casos
resultan también similares: sostener un control centralizado y uniforme, sobre la gran masa
ciudadana y lograr un ínfimo grado de disidencia frente a la autoridad. Esta pretensión
hegemónica, que estimamos insana, puede ser revertida con un grado alto de eficacia
mediante mecanismos auténticos de descentralización política.

Dij irnos que este excesivo centralismo no es nuevo en nuestro sistema político; tiene
antecedentes remotos, inclusive anteriores al nacimiento de la Republica; particularmente
en la monarquía ilustrada borbona de raigambre francesa. Esta afirmación no puede
entenderse como un malsano resquicio para culpar a la monarquía colonial de nuestros
males presentes, 111 mucho menos; en aquella época este tipo de administración se
justificaba plenamente; lo que sí nos parece reprochable es que pasados más de doscientos
años de vida republicana, el país no haya tenido la capacidad de ajustar el modelo hacia
propuestas más flexibles y eficientes.

Este superlativo centralismo conspira gravemente en contra de nuestros deseos de lograr


una estructuración democrática plena. En nuestro país, este estado de cosas, reviste
caracteres cuasi míticos; y si bien ha sido poco explorado por la e.lite constitucionalista
capitalina, (también logocentrista como e l Estado mismo), ello no nos dispensa de analizar
este espinudo asunto. KÁGI, a propósito del Estado alemán hace la siguiente observación,
relevante para nuestra propuesta: «a través de las tendencias autoritarias, que en un sistema
de Estado Federal también significan siempre centralización, se pone en cuestión el
carácter iusnormativo imperativo de la delimitación de las competencias en el Estado
1277
federal, la autonomía municipal y la descentralización» •

im KAGI, Wcmer, La Consrirución como ordenamiemojurídico... óp. cit., pág. 54.

433
434

Siguiendo a KAGI 127s, quíen denomina a este proceso desmontaje de la Constitución


podemos decir que los caracteres generales que implica una tendencia autoritaria sobre el
sistema constitucional democrático se manifiesta en los siguientes caracteres:

a) Las normas que regulan la relación cíudadano~Estado se afectan por la expansión de las
funciones estatales (tendencia al estado autoritario o totalitario). A partir de la falta de
límites al poder de revisión de la Constitución se debilita la fuerza normativa a los derechos
fundamentales. El legislador común y el poder Ejecutivo exceden estos límítes.

b) La concentración de poderes sustituye la división de poderes, Por via de la mutación


constitucional el peso se traslada cada vez más al poder ejecutivo. Mediante las prácticas de
las delegaciones y la concentración de poder a través del derecho de emergencia, se pone en
peligro el sentido objetivo del orden de competencias. La ley es desplazada por formas
autoritarias del acto de gobierno.

e) La forma democrática de estado también se ve afectadai es decir las competencias del


pueblo en el Estado. El procedimiento legislativo averiado reempla7..a al ordinario, la
urgencia conduce a un ·•estrangulamiento del referéndum". Incluso las modíficaciones de la
constitución se reaJizan despreciando el poder constituyente del pueblo.

d) En fin., el exceso de centralización implica una forma manifiesta de autoritarismo;


directamente proporcional a las superlativas facultades metropolitanas; e inversamente
proporcional a las precarias necesidades regionales.

Hemos expuesto este resumen de alternativas. con el fin de que ellas nos proporcionen un
marco adecuado para analizar nuestra estructura constitucfona) y también para identificar el
autoritarismo horizontal que habita en eila, Es necesario concordar entonces. que la
descentralización se está convirtiendo en una necesidad central para abordar los desafios
que nos prepara la modernidad globalizada; el excesivo centralismo quita posibilidades de
competitividad y empobrece ia comunidad nacionaL "Frente a este desafio, Ja
descentralización emerge ya no solamente como tUla condición para profundizar )a
democratización y [, .. ] como la forma de organización más adecuada para implementar un

im Ibídem. pág. 53 y 54.

434
435

nuevo paradigma que se basa en la complementariedad entre los sectores privado, social y
público . .. " 1279.

Dos aspectos esenciales en la lógica y estructura de la descentralización política son el


empoderamiento local y la autonomía.

a) El ernpoderamiento focal: la descentralización política trae como consecuencia en primer


lugar, el reconocer a comunidades territoriales subnacionales o regionales el derecho a
confonnar sus propias organizaciones públicas territoriales, a fin de poder proveerse de
bienes locales sobre la base de votaciones y aprobación de presupuestos por representantes
democráticamente electos. La distribución de atribuciones entre los representantes y el
ejecutivo local, la forma de elección de ambos y los mecanismos de participación
ciudadana, por un lado, y la obligación de rendir cuentas por parte de los elegidos, son
cruciales para empoderar verdaderamente a las comunidades locales o crear un centro
similar al original.

b) la autonomía: es el otro aspecto esencial de la descentralización política; en particular,


la financiera. Esta autonomía implica, por un lado, el reconocimiento del derecho de las
comunidades regionales a instalar y hacer exigible sus puntos de vistas y programas, y por
otro, el que incluso las más pobres de estas divisiones territoriales puedan realizar
autónomamente su respectiva provisión de bienes locales. De esta forma se puede
establecer que estamos frente a una cuestión que no solamente tiene interés teórico sino que
se trata de una cuestión fundamental para el afianzamiento de la democracia y el progreso
material de las regiones. El tiempo futuro, acorde con la desfragmentación de la
globalización, traerá nuevo retos regionalistas que será necesario atender y más temprano
que tarde, solucionar.

La estructura sistémica de nuestra Constitución parte con la afirmación de que «El estado
de Chile es Unitario» artículo 3° de la CPRCH; y se agrega: «los órganos del Estado
promoverán el for1alecimiento de la regionalización del país y el desarrollo equitativo y
solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio nacional». E l texto no

m 9 FINOT, lván, Descentralización en América la1ina Teoría y Práctica disponible en la red en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/7259/lcl 1521 e.pdf

435
436

parece complejo o ambiguo. Sin embargo no se ha respetado ni en la forma ní en el fondo


por )a centralizada clase política metropolitan~ simplemente parece no estar escrito en el
texto de la CPRCH. Las razones son varias, quizás si la. más importante: El espíritu
autoritario de nuestra burocracia gobernante.

Esta opción por el centralismo es de antigua data y viene acompañándonos fielmente desde
1280
los tiempos de ia colonia; luego de la refonna centralizadora de los borbones • Muchas
de las instituciones creadas por aquellos monarcas absolutistas. aún se conservan expresa o
tácitamente en nuestra institucionalidad lo que no deja de ser una curiosidad propia de
nuestra idiosincrasia conservadora.

No haremos un análisis extensivo de los efectos de esta superJativa centralización; pero nos
parece insostenible seguir tolerando, a estas alturas de Ja historia republicana, la existencia
de privilegios que atenten las garantías constitucionales de los ciudadanos (de igualdad ante
la ley, sobre todo) con )a excusa peregrina de un fin superior y difuso; que siempre tiende a
favorecer a Ja metrópolis («raison d'État»). Acertar con el justo equilibrio entre los fines y
los medios es a la par dificil e importante 123 i, afirmaba RUSSELL.

El mayor inconveniente de esta excesiva centralización del poder no es únicamente el


inmovilismo postergador que ella trae naturalmente adjuntado; sino los efectos económicos
sobre estos conglomerados periféricos. E~1os quedan excluidos del reparto de los frutos de
su propio trabajo. Solo reciben las menguadas sobras de la repartición central (entre otras
injusticias); estamos frente a una política sistemática de exclusión de las regiones, que bien
podría denominarse discriminación,

No existe ninguna contraposicíón entre el desarrolio de una sociedad y un proceso de


profundización y extensión de la democracia como indica GIDDENS '"E1 gobierno puede
actuar en asociación con instancias de la sociedad civil para fomentar la renovación y el
desarrollo de la comunidad.. 1282• Al contrario de Jo que ha sido la experiencia en nuestro
pais que opera con la lógica autoritaria; es posible obtener óptimos procedimientos de

iw:, Vid supra.


im RUSSELL, Bertrand, Autoridad e lndividuo, Fondo de Cultura Económica". Buenos Aires, 195-1. pág.
127,
:is:: GIDDENS, Anthony. La Tercera Jifa, Taums, 2000, pág. 35,

436
437

inserción en la nueva economía mediante mecanismos que aseguren las garantías


ciudadanas y expulsen los mecanismos solapados que se han utilizado indiscriminadamente
hasta ahora; amparados en una arcaica ideología de protección estatista, instalada por siglos
en nuestro país.

La hegemonía tan marcada de un poder y su efecto centralizador a fin de cuentas atenta


directamente los derechos y garantías individuales, no decimos nada nuevo con esto. Un
1283
sistema gubernativo con frenos y contrapesos entre los órganos estatales tiene por
finalidad proteger la libertad por medio de la limitación del poder 1284•

" La única manera en que el pueblo soberano pueda conservar el grado de poder que
necesita y que es capaz de ejercer, es no dando a sus gobernantes un poder ilimitado", nos
1285
puntualiza en forma clara y precisa SARTORI , y no existe forma de que podamos
entender que ello es incorrecto.

Un estado autoritariamente concebido y arbitrariamente ejecutado por las castas políticas,


requiere mejoras y desde luego la principal: hacer de la descentralización política una
cuestión primordial. La falta de ajuste y dinamismo que afecta nuestras decisiones
gubernativas, tiene que ver con el excesivo dominio ejercido por algunas autoridades
d1.stantes sobre extensas regiones
· P86
- .

Quienes administran esta novel democracia, debieran respetar las banderas y los
mecanismos que les han permitido llegar a la cima del poder sin merecimientos reales y por
sobre todo, ser respetuosos de esta democracia nuestra, sobre su naturaleza y profundo
sentido. En la democracia los medios importan tanto o más que los fines o las razones de
Estado.

1283
"ese país [Estados Unidos] debe mucho a los frenos constitucionales creados por los autores de la
constitución de Filadelfia y que la separación de poderes es más importante que lo que Dahl y otros escritores
contemporáneos parecen creer''. SARTORI. Giovanni. Aspectos de lo democracia. Limusa-Wiley. 1• ed..
México, 1965, pág. 113.
1284
CEA EGAÑA, José, Teoría del Gobiemo, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2000, Pág. 63. "Una
democracia privada de correctivos realistas internos. se convierte cada vez más en una democracia irreal"
SARTORI Giovanni, Aspectos de lo democracia, Limusa-Wiley, 1ª ed., México, 1965, pág. 59.
1185
SARTORI, Giovanni, Aspectos de la democracia, óp., cit., pág. 79.
1286
RUSSELL, Bertrand. Autoridad e Individuo, Fondo de Cultura Económica", Buenos Aires, 1951, pág.
133.
437
438

Arendt señala que la formula Norteamericana consistió en dejar parcelas de poder en los
estados miembros, los cuales en cierta fotma conservaban gran parte de su autonomía.
Nada de eso se asemeja a nuestro sistema, que parece todavía inmerso en las antípodas de
la formulación borbónica que parece flotar aún hoy en nuestra vida republicana. Más que
una relación acerca de la forma de gobierno sea presidencial o parlamentario - reitero- la
discusión debiera ser respeto de la forma de estado y de la descentralización efectiva; los
modelos español e italiano podrían darnos una buena pauta 1287.

Colateralmente este problema implica el condensar el tema ciudadano en tomo a la


problemática del poder y los partidos políticos, en una cultura citadina y metropolitana que
nada tiene que ver con la descentralización real que está produciendo la globalización. La
política de nuestro país gira en tomo a si misma y no ve hacia adelante, es una lógica que
en un grado alto de certeza ha podido denominarse autista; como varios de sus políticos
más visibilizados.

Los desafíos actuales se relacionan con la diversidad, la multiculturalidad, la emergencia de


desafíos tecnológicos y peligros medioambientales; como también la creación de espacios
políticos reales. Nada se hace, se piensa o se construye aquí sin la supervisión de las
sesudas castas metropo litanas; las dependencias territoriales periféricas no pasan de ser
lugares de recolección de riquezas sin importancia real; salvo para obtener de ellas el
diezmo a cambio indulgencias. En pocas palabras, una estructura híper centralizada y
jerárquica. La política, por supuesto, cortesana.

1287
Se ha instalado en nuestro país una interesante discusión impulsad por Linz y Valenzuela en tomo a la
fom1a de gobierno, pero a pasar de la interesante de las mismas y del peso de la autoridad de sus expositores
nos parece que la cuestión no va por ese lado. El presidencialismo parece ser una buena alternativa para
nuestro país. La desconcentración bien puede hacerse de otras fomrns.

438
439

«Ignoramos si las amarras


son invisibles o si desaparecieron»

JOH N BERRYMAN, Conversación.

Capítulo XV

CONCLUSIONES PARCIALES

35. Nuestro autoritarismo

Las reglas del juego democrático pluralista, la idea de que cada ciudadano debe progresar
acorde sus méritos personales y aún las reglas de la competencia; son distorsionados por
una sociedad en apariencia universalista, pero en realidad todavía inmersa en valores
tradicionales-particularistas; una suerte de apartheid casi invisible [o simbólico por utilizar
un ténnino más sociológico), pero no por ello menos dañino. Esta nos parece la herencia
más solapada de nuestro pasado autoritario; una que no hemos podido o querido resolver
adecuadamente.

El problema concreto no radica únicamente en que se beneficie injustamente a unos en


perjuicio de los demás; sino en que los demás perjudicados (que suelen ser la gran mayoría)
terminen finalmente desconfiando del sistema completo, merced de este comportamiento
larvado de las elites tecno-económico/burocráticas. No imputan estas falencias a la
debilidad humana, que importante vela tiene en este entierro, sino al sistema democrático
que con tanto sacrificio hemos podido construir todos. Esta característica, atribuirse las
elites para sí el mérito de los logros obtenidos, le otorga al sistema caracteres yo diría,
patéticos.

Si a ello sumamos los escándalos de corrupción o nepotismo que se han hecho comunes en
estos años en el aparato estatal; como los temas de conflicto de interés y planificación
hegemónica de los centros de poder metropol itano; configura un escenario complejo que
desplaza cada vez más a la ciudadanía del debate público y las aísla del sentir propio de una

439
440

sociedad que en otras materias se manifiesta unida y solidaria. Vemos en esto también
persiste la caracteristica autoritaria de intentar a1ejar a la ciudadanía de la participación
politica: ello por cierto no es sino la premonición de tiempos todavía más dificiles,

36. Ausencia de alternativas ,iables

Quienes hacen profesión de la crítica improductiv~ creen que todo el secreto de un buen
análisis consiste en comparar un cierto modelo teórico o práctico -que ellos estiman
exítoso- con aquel que intentan descalificar; un ejercicio simple, siempre efectista y
destructivo. pero nunca eficaz. Muchos creen que los análisis que hacen lo politólogos o ei
ejercicio libresco abarca la totalidad de un fenómeno cuando la mayoría de las veces solo se
limitan a destacar sus contornos más visibles. generalmente los menos importantes.

Para ser justos. también existen estudios seríos como los de Juan J. Linz. que plantean la
sustitución del sistema presidencial por uno parlamentario. La principal dificultad para
lograr este cambío radica, según LINZ. en que, "'La fuerza de la tradición presidencialista
en América Latina no se discute~ pero recurrir a la tradición haría imposible toda
innovacíón" 1283. Creemos atendible esta observación y en alguna media también ajustada a
la realidad, pero discrepamos de Jas consecuencias que se le atribuyen, en los términos que
más adelante indicaremos,

Esta cuestión también ha sido motivo de debate en otras latitudes. El del cambio de las
instituciones políticas, suele ser un tema que atrae la sagacidad de los actores políticos; ello
generalmente se ve reflejado en las promesas de campaña; que justificados en una lógica
agonal, se penniten feroces ataques a Jas instituciones tradidonales 1289; al respecto Strauss
ha afirmado con meridiana claridad:

120
LtNZ, Juan J., «Democracia Presidencial o Parlamentaria ¿Qué diferencias implica?», en LrNZ, Juan J. y
Valenzuela, Arturo (comps.), LJ crisis del pre.tiáencialismo {L Perspectivas comparativas), Alianza Editorial,
versión espa1'ola d1;e Rocío dt: Tcrún Troyano, Madrid. 1997. púg. 99.
ll&J "la competencia desleal en política no tiene conectivos eficaces y cuando la competencia se convierte en
cuestión tk deslumbrar en vez de cumplir, de promesas en vez de obras, el juego de la competencia política
toma el desprestigiado nombre de demagogía. Esto significa que el destino de la democracia se ha confiado
imprudentemente a un tipo de competencia que, por carecer de métodos eficaces de control se base
principalmente en surenchCre, ~en ofrecer más~, en lo que es atractivo, aunque no sea creíble f.,,] no hay
porqll&' culpara al destino en busca de la coartada que nos proteja, ya que somos nosotros los que hemos
abdicado de nuestra posibilidad de mantener los mitos dentro de los limites debidos. En este caso, no es que

440
44l

"This tradilion is menaced today by a spurious utopianism. No one wi/1 deny that the basic impulse
which generated that utopianism was generous. Neverthe/ess, it is bound to /ead to disaster because
it makes 11s underestimate the dcmgers to which the cause of decency and humanity is exposed and
a/ways wi/1 be exposed. The foremost duty o.f political philosophy today seems to be to counteract
this modern utopianism [. ..} But to describe the service which political philosophy " 1290. [Esta
tradición se ve amenazada hoy por un espurio utopismo. Nadie podría negar que el impulso básico
que generó la utopía fuese generoso. No obstante, obligadamente, ha de llevar al desastre, porque
nos hace subestimar los peligros a los que la causa de la decencia y la humanidad está expuesta y
siempre estará expuesta. El principal deber de la filosofia política actual parece ser la de
contrarrestar este utopismo moderno [... ] Pero para describir al servicio de la filosofía política].

Qué posibilidades de éxito podría tener el intento de trasladar la forma en que se gobierna
en el Reino Unidos a nuestro país, cuando bien sabemos que dicho gobierno no podría ser
explicado ni entendido sin su larga y rica historia institucional. Copiar el parlamentarismo a
la usanza inglesa, merced de su éxito institucional, sería francamente una insensatez. Sin
embargo no faltan ni faltarán quienes propongan fórmulas como estas para reemplazar un
sistema constitucional que ha operado bien durante largos años.

La particularidad de nuestro sistema es que ha sabido combinar elementos históricos verbi


gratia la preeminencia de un presidencialismo fuerte, con una renovada y potente parte
dogmática que aun hoy resulta pionera en muchos aspectos. Todo ello en un marco
económico novedoso y dinámico. Analizamos la fundamentación de estas instituciones;
pero también se da un paso hacia el futuro al considera por ejemplo derechos de tercera
generación como el de vivir en un medioambiente libe de contaminación. La desgracia, el
que muchas de las instituciones tradicionales no han sabido (o querido) absorber estas
renovaciones, amparados en viejas tradiciones autoritarias, que de hecho se imponen al
tenor expreso del texto político.

Es necesario respetar la genealogía de las construcciones, fruto de arduos procesos de


socialización que proporcionan estabilidad política a las naciones; pero también se deben
hacer correcciones al sistema. Como afirma JELLINEK, "la vida real produce siempre
hechos que no corresponden a la imagen racional que dibuja el legislador" 1291, pero ellos de

hayamos sido arrollados por los acontecimientos, sino que nosotros mismos somos incapaces de dirigirlos y
mantenerlos bajo control", SARTORI, Gíovanni, Aspectos de la democracia, óp. cit., págs. 80-81.
1290
STRAUSS, Leo,« WHAT CAN WE LEARN FROM POLITICAL THEORY? », in leo Strauss and the
Theologico-Polirical Problem, Cambridge University Press, USA, 2009, p. 572.(trad. nuestra).
1291
JELLfNEK, Georg, Reforma y Mutación de la Constifllción, óp., cit., pág. 12.

441
442

manera alguna implica dar cabida (sin mas) a estructuras teóricas foráneas que a nada
conducen y que han probado a lo largo de la historia su ineficacia y esterilidad aplica&! en
otras realidades. Las correcciones deben ser realist~ concretas y en cierta fonna
predecibles en cuanto a sus efectos benéficos (únh;a razón que justificaría modificaciones)
ya que "\ma democracia privada de correctivos realista internos, se convierte cada vez mas
en una democracia irreal'tl:?l)z.

Por su parte McCORMICK expone el asunto en los siguientes ténninos: "Hume y Burke y
sucesores contemporáneos como F.A. Hayek y Martín Krygier presentan efectivamente una
tesis poderosa cuando urgen acerca de la calidad esencialmente consuetudinaria o
tradicional de arreglos constitucionales viables [ ... ] Sostiene también que hay ejemplos
contemporáneos, como el de España posfranquista, que demuestran que un orden
democrático es tanto más seguro cuando la Constitución que lo contiene ha evolucionado a
partir de elementos del orden anterior, por defectuosos que ellos sean desde el punto de
vista de la ortodoxia democrática 1293 •

La sociedad utiliza estos mecanismos pues se ha probado como efectivo que al imponer
reglas de conducta a la población, sin mucho esfuerzo se logra modificar comportanúentos
sociales; ello contra lo que suponían. hasta no hace mucho, las ciencias sociales.
FOUCAULT observa que la manera más eficaz de imponer nuevas lógicas en la sociedad
es a través de las prácticas judiciales. Para SCHUMPETER, aún grupos en conflicto
endurecidos en sus puntos de vista "podían y querían al mismo tiempo aceptar la
ordenación, si esta ordenación les era impuesta'~1294• No tengo dudas que algo o mucho de
ello se verificó en los infaustos acontecimientos de septiembre de 1973. E1 que la población
no saliera a las calles a defender el gobierno constitucional, no puede atribuirse a falta de
coraje de la ciudadanía; hacerlo sería desconocer nuestra idiosincrasia. Una enonne fatiga
impedía prolongar un proyecto acabado; aunque nadie quería tomar la responsabilidad de

1292
SARTORf, Giovanni, Aspee-tos de ia Democracia, óp, cit., pág. 59,
12"3 MacCQRMTCK. Neil, t<Constitucionalism and Democracy», en Aktuelle Prcbleme der Demolmrlie, p. 25,
citado por NINO, Carlos S. Fundamentos de derecho consfitucUmal, óp, cit., pág. 45.
11
"' SHUMPETER, Joseph, op. cit.. pág. 3.28.

442
443

terminarlo. En fecha reciente, se ha sabido de una manera impensada, que hasta la Iglesia
Católica respaldó la caída de Allende 1295•

Lo cierto es que entendemos uno de los errores estructurales que efectivamente tiene la
Constitución del 80 el suponer que se puede controlar el poder exorbitante del ejecutivo por
medio de recursos procesales o constitucionales cuyo control corresponde a los tribunales
de justicia. Estos se encuentran en una situación inerme frente a un ejecutivo que tiene en
sus manos todas las cartas de su prosperidad funcionaria. Por lo demás, el Estado mismo no
ha cesado de generar una gruesa producción de normativa restrictivo-autoritaria, que le
otorga todavía más facultades a la administración, a vista y paciencia de todos y sin
objeción aparente de nadie.

1296 1297
De allí que tanto ARENDT como SARTORI piensen correctamente que la única
forma de controlar el poder es por medio del poder, según la fórmula norteamericana
(desarrollada por Madison en el Federalista], puesto que de otro modo el control sobre el
estado es solo virtual, o si me permiten la palabra, ideológico. Es decir una fonna de
simular estar amparando derechos, cuando en verdad se desarrolla una labor iconoclasta a
cargo de funcionarios cuya labor nada tiene que ver con las aspiraciones ciudadanas
[igualdad, justicia, derechos fundamentales, etc.). Es paradój ico que las protestas y
reclamos se centren en cuestiones relevantes pero no vitales para una vida auténticamente
democrática.

Se posibilita la proliferación de una elite que se instala en el palco de las cúpulas


partidarias, «colados» o free rider/ 298 que solo se preocupa de la prosperidad de sus
propios intereses particulares dejando de lado la defensa de los derechos de la ciudadanía;
ensamblando con ello, un germen de rebelión que más temprano que tarde verá la luz del
día en perjuicio de todos.

1295
.. En los archivos de Wikilieaks, que también publican el diario italiano La Repuhhlica. se señaln que trns
el golpe militar el número dos del Papa Pablo VI, Giovanni Benelli, respaldó en nombre del Pontífice la caída
de Allende", El Mercurio, 8 de abril de 20 13.
1296
ARENDT, Hannah, Acerca de la Revolución, óp. cit., pág. 153.
1297
"Ese país [Estados Unidos] debe mucho a los frenos constitucionales creador por los autores de la
constitución de Filadelfia y que la separación de poderes es más importante que lo que Dahl y otros escritores
contemporáneos parecen creer". SARTORI, Giovanni, Aspecto de la Democracia, óp. cit., pág. 113
1298
"quienes se benefician con el bien sin contribuir a su provisión", NíNO, Carlos S., óp. cit., pág. 608.

443
444

37. Posibilidades de corrección

a. Respecto del autoritarismo vertical.

Ya hemos destacado como la gran falla de la propuesta de Guzmán, el haber cifrado sus
esperanzas (para posibilitar el respeto de los derechos individuales y el <:ontrol del Estado)~
en unos recursos procesales, que puestos en movimiento, no han funcionado debidamente.
Puede ser este, un perfecto punto de partida para iniciar una propuesta correctiva. Desde
luego que creemos cierta y real la desconfianza que manifestaron Jos Padres fundadores de
la nacionalidad americana hacia el ser humano, a quien entendían inclinado hacia un
perpetuo e incesante afán de poder 1299, según el veredicto de Hobbes; y por eUo entendífilt
que la única forma de controlar el poder era por medio del poder, corno nos recuerda
Arendt. siguiendo la misma lógica~ propuesta ya por Montcsquieu.

Así las cosas. 1a respuesta no pasa por debilitar al ejecutivo. sino dotar a los -demás poderes
de facultades básicas para hacer valer sus puntos de vista. con un mínimo de posibilidades
de éxito; Al legislativo darle la posibilidad de que en materias relevantes tenga iniciativa
legal compartida (salvo aquella esenciales para proteger la Constitución). De esta fonna, el
Congreso podría realizar una más ftuctifem labor legislativa. Quizás también dotarlos de
mayores facultades de control político par, que los funcionarios públicos puedan ser
pesquisados y eventualmente sancionados cuando incurren en faltas graves al sistema.

El poder jurisdiccional debiera operar de una fonna distinta al excesivo autoritarismo


vertícal que estimula su actua1 institucionalidad~ misma que predispone al abuso respecto
de subordinados inennes; y posibilitar a-demás un acceso horizontal a su integración. Las
instituciones las cambian los hombres, que mientras más independientes y libres, más
democráticas las hacen. La eliminación de la Academia Judicial (centro de alienación
jerárquica) podria ser un buen inicio. Al menos se debiera abolir (su membrecía) como
requisito previo para acceder a la judicatura Doo,

1299
HOBBES. Thomas, Leviatán, parte I capitulo XI.
1300
El articulo 5 del Código Civil y 102 del C.0.1'. otorgan a la Corte Suprema facultades para dar cuenta de
las dudas y dificultades que les hayan ocurrido en la inteligencia y aplicación de las leyes y de los vacíos que
se noten en ellas. Quizás debiera dársele una mayor jerarquía nonnativa a esta facultad.

444
445

Sería también deseable se otorgaran a la CGR facultades expresas, de manera que se


pudiera instalar dentro del marco de la legalidad su accionar contralor respecto de las
entidades estatales; mismo que resulta a todas luces necesario, pero el día de hoy, ejercido
más allá de sus facultades.

La actuación de la administración debiera ser controlada por tribunales contencioso


administrativos [TCA], dotados de independencia respecto de los demás poderes que van a
ser los suj etos pasivos de su acción; cuestión que podría también contribuir a fortalecer y
democratizar los tribunales de justicia en general.

Son escasas las modificaciones que se requieren, pero posibilitarían una verdadera vuelta
de tuerca al sistema actual, pues permitiría que muchas más personas pudieran ingresar en
el escenario de decisiones de la sociedad política del Estado. Ello implicara también formar
a quienes deben hacerse cargo de estas tareas con auténtico espíritu democrático.

Quizás sea interesante también echar una mano a la composición del TC; ente que en
principio cuenta con gente capacitada para el ejercicio de su función, pero con un marcado
déficit de equilibrio en su posturas doctrinales; equilibrio que la sociedad requiere
urgentemente; Las competencias técnicas no son el único requisito que debiera exigirse a
los miembros de este tribunal; sino que, además, un cierto grado de legitimidad y
representación que el día de hoy no tiene. No debemos olvidar que estamos frente a un ente
con fuertes caracteres políticos antes que jurídicos. Este, un aspecto inexplicablemente
descuidado por la labor publicista nacional.

b. Respecto del Autoritarismo Horizontal

Hemos afirmado que una de los rasgos más negativos de nuestro sistema político-
administrativo, es su excesivo centralismo; este carácter, ni aún en dictadura pudo ser
eliminado o siquiera mitigado; seguramente porque se consideró poco funcional en aquella
época. No podemos sostener con cordura que sea adecuado preservar este estado de cosas,
si tenemos la genuina aspiración de transitar, con algún grado de ventajas, el siglo XXI. La
descentralización es de una urgencia innegable e ineludible. La gran ventaja de todo
proceso de descentralización genuina, "y no de dispersión de las decisiones-que

445
446

desconcentre en unidades políticas pequeños servicios y bienes públicos y la captación y


manejo de los fondos para proveerlos- es que facilita la participación directa de los
ciudadanos en decisiones cruciales" 1301 • Que mejor forma de afrontas los problemas
actuales de gobemabilidad

Se ha dado un primer paso en el sentido de propiciar la elección de los consejeros


regionales mediante votaciones directas, sin embargo la concreción de este proyecto es
bastante equivoca. No resulta tan relevante la forma en que son elegidos dichos
funcionarios sino las facultades políticas que se le otorguen en la ley. El proyecto del
gobierno es un retroceso en tal sentido, dado que centraliza en el Intendente, facultades
antes radicadas en los Consejeros Regionales. Las mentes maestras de la partidocracia
metropolitana (que es transversal) nuevamente creen haber logrado una «ventaja» merced
de la candidez provinciana.

Un instrumento clave para avanzar en las soluciones relativas a este espinoso asunto la
tenemos en la aplicación correcta y profunda del Principio de Subsidiariedad, que no
solamente puede y debe operar en la vida privada sino también en la vida pública donde se
manifiesta en el reparto de competencias regionales 1302 • Esta solución no solo se ha
propuesto para palear el centralismo Estatal, sino que -inclusive- del centralismo global.

Pero la dirección, al menos desde el punto de vista simbólico, es la correcta. El centralismo


capitalino, no puede tolerarse más; muchos menos cuando no representan el sentir de las
regiones y muchos menos de las capas ciudadanas más carenciadas. Tampoco han dado
muestras concretas de merecer tal magnitud de facultades. La reciente historia autoritaria es
absolutamente insuficiente para justificar este estado de cosas.

Si existe tanta desconfianza en las capacidades regionales, podrían plantearse ensayos en


zonas piloto, donde se otorgaran facultades de decisión política reales a las regiones para
atender asuntos de su competencia territorial. Podrían ser en principio tres (norte, centro y
sur, además de la metropolitana) estas divisiones administrativas para luego aplicar estas
experiencias en las zonas intermedias. Dada la evolución de nuestra sociedad, no tenemos

1301
NINO, Carlos S. Fundamentos de derecho constitucional, óp. cit., pág. 606.
no 2 Cfr., CEA Egaña, José L., Derecho Constitucional Chileno, tomo 11, óp. cit., pág. 61.

446
447

dudas que va a funcionar correctamente para todos, aun para las cúpulas metropolitanas. La
ingenuidad nuestra parece radicar en el hecho de que realmente no existe un interés genuino
de los cúpulas políticas de extender la democracia a todos los lugares geográficos del país,
ni de ceder un ápice de las cuantiosas garantías administrativas, simbólicas y económicas
que detentan pacíficamente (hasta ahora) en sus centralizados reductos capitalinos.

38. Deliberación: ¿posible?

La posibilidad de una sociedad deliberante, cuestión casi utópica en sociedades como la


nuestras durante el siglo XX, se va constituyendo en una posibilidad real en este último
tiempo. Y resulta -a estas alturas- una cuestión apremiante. Seguramente han influido en
este estado de cosas, los grandes mecanismos relacionales de la humanidad globalizada,
especialmente las redes sociales; pero lo cierto es que se está conformando un nuevo
escenario del cual resulta imposible sustraerse por completo.

Es cierto que la estructura autoritaria de nuestra sociedad, ha permitido, casi por inercia que
se mantengan los nombres personales de la casta política sin variación significativa y
también lo es, que las posibilidades jurídicas de que ello cambie son muy escasas e
inviables. Una tesis que hemos sostenido aquí es que este mecanismo se estructuró para
unos fines específicos, un sistema blindado para protegerse de enemigos naturales; en
aquella época los totalitarismos y la demagogia. Ambos han desaparecido como
protagonista visibles; pero existen poderosos indicios que subsisten en fonna larvada.

¿Se justifica el día de hoy mantener estos resguardos?; la respuestas no es univoca y por
cierto tampoco única. Por un lado no podemos desconocer la peligrosidad latente de los
modelos totalitarismos, por ser ideologías que nunca han dado muestras de abdicación. Ello
se ve agudizado por una sociedad con mecanismos cada día más invasivos de la
individualidad personal (totalitarismo económico si se me pennite la expresión); la
sociedad panóptica en que vivimos, devenida en sinóptica según la versión de Bauman 1303;
donde las bases de datos suelen saber más de nosotros que nosotros mismos (y de una

1303
"El sinóptico - un panóptico del tipo «hágalo usted mismo», que incita a muchos a observar a muchos- ha
demostrado ser un instrumento de control mucho más eficaz y económico", BAUMAN, Zygmunl, En busca
de la Política, óp. cit., pág . 133.

447
448

manera inamovible y perpetua), se encuentran en el peligro latente de caer en las manos


inadecuadas, Desde ese punto de vista no resulta inteligente remover todos los resguardos
que protegen la democracia. La idea contraria: purgar los rasgos totalitarios de las
instituciones económicas parece ser la tarea futura.

Pero esa realidad siendo efectiva. es muy otra cosa que permitir Ja consolidación y
perpetuación de una clase política autogenerada1 surgida a 1a Juz de una sociedad
atemorizada que poco o nada entendía de democracia; casta que se ha parapetado tras una
fortificación jurídica que «afirma públicamente» repugnar. Es lnaceptable porque --entre
otras cosas-, como afinnan Sc-hmitt y LassaHe, la materia prima de toda Constitución no es
jurídica sino política; por ello estas argucias no pueden justificarse en una estmctura
secundaria (superestructura) para mantener privilegios, Ello no solamente porque repugna a
un sistema de Hbertades y derechos democráticos. sino también porque propicia un grado
tal de inquina en la ciudadanía, que podría tener como costo final la suspensión de la
democracia, no solo como sistema político sino también como forma de vida.

Nos parece poco factible que esta partidocracia, esta clase política palaciega haga ( como
hizo el dictador) una amputación voluntaria de sus privilegios, La pregunta clave aquí es:
¿cómo podríamos lograr esta salida sin pasar por una virtual debacle política colindante con
el quiebre de la democracia'? E1 camino puede ser sencillo, como lo son las grandes
soluciones. Ya hemos afinnado que la vigorización presidencial. tuvo una razón ídeológica
y té.cnica: instalarle en su rol de protector de la Constitución. Es el presídente quien pude
hacer los arreglos necesarios para que 1a Constitución pueda modificarse y así impedir su
destrucción 1304 . Uno con escasa popuiaridad podría ser más proclive a los cambios 1305•

No es necesario hacer demasiados cambios estructurales, pero claramente se requiere uno


con más urgencia que ios demás: ímpedir las reelecciones por más de dos periodos. Cuando
desaparece de las mentes dirigentes la certeza de la perpetuación~ las prioridades sufren
increíble evoluciones. Las consideraciones politicas. dependiendo del escenario, suelen
sufrir sensibles variaciones.

:.w4 La pregunta es si el mandatario estará consciente de su roL


:.ws Qoe ultenormente pe,j;1dk¡tu? a quienes celebren e inciten esta "caída" del mandatario.

448
449

Carl J. FRIEDRICH, citando a David Henry Thoreau hacia la siguiente pregunta «¿Cómo
podemos cosechar ideas, si no hemos sembrado ningún carácter?» [ How can we have a
harvest of thoughts, who have not hada seedtime of caracter?]1306; esta es una cuestión en
este punto trascendental, porque la fonnación de los j óvenes no está encaminada, hoy en
día en nuestro país, a desarrollar en ellos hábitos democráticos; no existen (a diferencia de
lo que ocurría en la dictadura militar) las clases de educación cívica y la dirigencia política
1307
parece no querer instalarla siquiera en nuestros días . ¿Es posible que entiendan que una
masa ignorante nunca atentaría seriamente sus acomodadas posiciones institucionales?; es
muy posible; pero están cosechando vientos paras sembrar tempestades. La única forma de
componer una sociedad democrática y humanista es educando a los jóvenes en hábitos
civilizados, Los hechos recientes de nuestra historia política (y global) nos están dando
muestra de lo equivocado que resulta tener una masa ignorante y frustrada.

Se requiere entonces recrear el espacio deliberativo en sus aspectos subjetivos y objetivos;


especialmente el escenario político de discusión. Como afirma BAUMAN "Un territorio
despojado de espacio público brinda escasas oportunidades para debatir normas, confrontar
valores, debatir y negociar" 1308• El debate es la única fom1a de atenuar la violencia latente
derivada de las injusticias sociales, máxime en una sociedad organizada a partir de un
sistema socio-económico basado en la competencia y la optimización.

Ha conspirado contra este objetivo el que la clase dirigente y los frutos jurídicos emanados
de ella, se empecinen en la extinción de este espacio. Desde luego la eliminación de las
clases formativas de Educación cívica (que en plena dictadura existían) y por otro, la
tentativa de eliminar los ramos de Historia para sustituirlos por otros de carácter técnico, en
la nueva administración, son muestras evidentes de aquello. Todas estas medidas tienen por
finalidad privar a la masa popular de armas cognitivas que le permitan cuestionar y
eventualmente modificar un sistema que ya requiere ajustes mayores.

1306
FRIEDRlCH, Carl J., la Democracia como.forma Política y como forma de Vida, óp. cit. pág. 135.
1307
En fecha reciente se ha desechado un proyecto de ley que obligaba a instalar en la malla curricular el
ramo de educación cívica. Las explicaciones que se dieron fueron de diverso orden: todas insuficientes.
uos BAUMAN, Zygmunt, la Globalización, consecuencias humanas, Fondo de Cultura Económica, trad.
Daniel Zadunaisky, tercera reimpresión, Buenos Aires, 2008, pág. 37.

449
450

La educación e información adecuada son importantes armas para encender las Juces
líbertarias en la juventud (aunque no exclusivamente en ella). La deliberación requiera de
una masa informada y critica que pueda sostener posturas individuales y colectivas frente a
las diferentes propuestas de la vida común, La total ausencia de este espado hace que un
sistema tenga de democracia solo el nombre. La posibilidad de ejercer el derecho de
sufragio cada cierto número de ali.os, no otorga al sistema calificación suficiente para
adquirir licencia democrática.

Debemos reconocer que este sistema ha permitido a nuestra particu1ar fonna gubernativa
sobrevivir, pero ella ha crecido y en muchos sentidos también se ha modificado; el viejo
corsé ]e ha quedado pequeño y en este momento le asfixia. Las reformas no pasan
solamente por modificar el sistema binomínal (que bien se puede hacerJ; el problema
central es seguir atizando y amparando el espíritu de casta que se ha instalado en el
imaginario de nuestra clase política; mismo que les impulsa a creer a pie juntiUas que solo
son ellos los llamados a encontrar las esclarecidas soluciones a los problemas de la patria;
por tanto. no consideran relevante {habida esta consideración) la forma en que les eligen los
ignotos plebeyos.

El sistema puede operar adecuadamente, pero los nombres personales deben cambíar; ello
se hará impidiendo las reelecciones sucesivas y para que ello sea posible, la sociedad debe
querer este cambio. Se requiere una profunda deliberación para no caer en hipótesis de
rebelión, también posibles. Conociendo nuestra idiosincrasia parece tener esta segunda
alternativa mayores posibiHdades de ocurrencia que la primera, Pero e1 Presidente tiene la
palabra para que esto no suceda. Puede hacer que el sistema se modifique o morigere. No
requiere pedir autorización a nadie para ello. Un plebisdto acotado a esta materia sería
correcto, en caso de que el colectivo afectado deeida bloquear el intento presidencial.

La teoría alemana de la acción deliberativa liderada por Habennas y seguida también por
autores como Joshua Cohen 1309, fon Elster 1310 y Carlos Santiago Nino 1311 ~ nos proporciona
un hábitat teórico para intentar progresos en nuestra precaria idea de democracia. Nos

uo 9 COHEN. Joshua ADe!iberation and Democrattc Legítimacy» en A. Hamlin y B. Pettit (Eds.), The Good
Polily, Oxford, 1989.
rnn ELSTER, Jon (comp.) La democracia deliberativa, Gedisa, Barcelona, 1998.
m 1 NINO, Carlos S., La constituciim de la democracia deliberativa, úetlisa. Barcelona, 1996.
450
451

parece un punto sustancial y pertinente no controvertido o al menos poco controvertido, que


la democracia vertical, que proponía la Constitución del 80 cumplió un ciclo importante, el
resistir los embates de sus enemigos más enconados: el totalitarismo y la demagogia.

El paso siguiente que se espera de nuestro sistema es obviamente tender hacia una mayor
isonomía institucional con efectos reales sobre la ciudadanía. Pero la pregunta que surge de
inmediato y en forma casi natural es: ¿Cómo podría tener éxito una iniciativa como esta en
un país con poca evolución política; donde la discusión en tomo a cualquier tópico, sobre
todo el político, es escasa y generalmente unilateral?

No debemos olvidar que las constituciones no regulan únicamente los mecanismos


democráticos (agonales si se prefiere) sino que claramente superan esta esfera; regulando
en general la res pública o la democracia como forma de vida, por utilizar una expresión de
Friedrich. La forma de elegir a los representantes, es una parte importante en tal escenario,
aun cuando no la única. Los cambios en el sistema electoral no son en realidad cuestiones
de gran envergadura; la historia reciente es demostrativa de aquello. Su carácter accesorio,
supone que su modificación no debe afectar el sistema constitucional en general. Debe
entenderse como una vía de perfeccionamiento y no un paso hacia la destrucción. Esto
quiere decir que aun cuando no podemos situar el problema del sistema eleccionario en un
nivel de la esencia de la cuestión, es muy cierto que deben atenderse sus carencias; más que
por una situación concreta y cuantificable; por una cuestión simbólica.

Las adecuaciones al sistema eleccionario parecen ser una cuestión previa para entrar al
fondo del asunto. Las modificaciones que se requieren dicen relación con unos cuantos
ajustes de marca menor pero de gran significado y efectividad. El prohibir las elecciones
sucesivas por más de dos periodos en los cargos parlamentarios y de elección popular,
parece ser una adecuada propuesta. Ya lo ha sido la modificación que permite la inscripción
automática ( es decir sin tener que apersonarse al registro electoral) y el voto voluntario, con
lo que se sitúan en un nivel adecuado en la legislación internacional.

Pero volviendo a nuestro punto inicial, una de las principales críticas que se hace a la
Teoría de la Acción Deliberativa es que ella supone o requiere un conglomerado ciudadano
de alta densidad democrática, exigencia muy alejada de nuestras posibilidades inmediatas;

451
452

aJ contrario, )a tendencia actual de nuestra sociedad parece apuntar precisamente a la


dispersión individualista propiciada por el mercado, la técnica y la racionalidad jurídica 1312•
Hay quienes entiende~ y nosotros con ellos, que el sistema de liberalismo económico. libre
mercado o de mercado, tiene entre sus componentes centrales, eJ propender hacia e]
aislamiento consumista; a plantearse en las antípodas de tas posturas comunitarias, ¿Cómo
puede, entonces. esta socíedad tan ejemplannente mercantil acercarse hacia hipótesis
deliberativas sin dejar de ser lo que es? La respuesta, si tomamos únicamente en cuanta las
encuestas, la evolución publicista y las neuronas metropolitanas: Ello no es posible. Quizás
se deba a que, como sostiene CASTORIADIS, <<La historia, el comentario y la
interpretación sustituyen progresivamente aI pensamiento creador>>º 13 •

La postura que proponemos es claramente antagóníca a esta hípótesis logocentrista


levantada por los mistagogos del sistema partidocrático. Creemos posible construir un
escenario deliberativo y la forma de conseguirlo podría ser más simple de lo que a priori
conjeturamos, Podemos reconocer que -tejos de estoM ha proliferado un espacio relacional
de exigua entidad (donde Ja ausencia de caridad es una caracteristica principal); un estudio
estadístico nos podría revelar que, así como nos revelarnos inhábiles para interrelacionamos
con nuestros vecinos; somos perfectamente capaces de ingresar a furos virtuales con una
vasta población. El escenario virtual seria el lugar de encuentro; en el caso de nuestra
1314
sociedad+ si alguna forma de deliberación puede producirse, será en este plano , Si se

im. "El individuo se «liberá)► de esta manera de la dependencia de los v!nculos de la estratificación social y de
la organización política por castas y clases. pero entrega su libertad a la autonomía del sistema económico y a
!a transformación de las relaciones humanas en relaciones de intmambio entre cosas equivalente, C$ decir,
entrega su libertad a los automatismos de las llamadas leyes económicas y a la objetivación de todo valor en
la for:ma del valor de cambio", BARCELLONA, Pietro, El individualismo Propietario, Edit-Orial Trotta, trad.
Jesús Ernesto García Rodríguez, Madrid, 1996, pág. 21.
ou CASTORIADIS. Comelius, El Avance de la lnsignifl.can,:da. Eudeba. Trad. Alejandro Pignato. Buenos
Atres, primera reimpresión 1997, pitg, 27. En el mismo sentido, referido a la caída de la democracia griega:
" ... sus historiadores no son más que compíladores"'. COHEN, Robert, Atenas, una Democrada, desde $11
nacimienló a su muerte, Aymá S.A. Editora, trad. J. Fa1Tan Y Mayoral, Barcelona, 1961 pág. 206.
1314
"Un nuevo mundo está tomando forma en este fin de milenio, Se originó en la coincidencia histórica,
hacia finales de los ttilos sesenta y mediados d,e. los setenta, de t;es prooes,c,s independientes: La revolucíón de
la tecnología de la infurmaciOO; Ja crisis económica tanto del capitalismo como del estatismo y sus
reestructuraciones subsiguientes; y el florecimiento de movimiento sociales y culturales, como el
antiautoritarismo, la defensa de los derechos humanos., el femíoismo y el ecologismo, La -interacción de estos
procesos y las reacciones que desencadenaron crearon una nueva estructura social dominante, la so<iedad red;
una nueva economía, la economía informaeional global; y ona nueva cultura, la cultura de la virtualidad real.
La lógica inserta en está economía, esta sociedad y esta cultura subyace en la acción social y tas instituciones
de un mundo interdcpendiente. CASTELLS, Manuel, La era de ia información, Fin de milenio, Economía

452
453

pueden hacer (en este escenario) ingentes negocios que implican transacciones importantes
con alta dosis de seguridad, porque no hacerlo respecto de la posibilidad eleccionaria que
parece menos compleja (aunque no menos importante). Muchas de las cosas más
significativas del mundo actual trascurren en el escenario virtual de la red; la concreción de
esta opción nos parece solo cosa de tiempo.

" En efecto, tanto la creciente democratización de su uso, como la enom1e cantidad de infonnación
con la que podrá contar la ciudadanía, abren una puerta a la esperanza y la utopía de futuras
«comunidades virtuales» capacitadas para desarrollar sus potencialidades interactivas, así como
1315
para deliberar y tomar juntos decisiones orientadas al bien común" •

La opinión vertida en este escenario es igualitaria, en términos brutalmente concretos, nadie


puede hacer gala de blasones en el timbre de su voz virtual; y su opinión, a pesar de las
diferencias reales, vale tanto como la de otro. Esto es malo y bueno a la vez; bueno porque
representa un escenano democrático en términos bastantes específicos, igualitario,
isonómico si se prefiere; y en contrario también ello implica que las opiniones más
adelantadas no puedan ser apreciadas sino como una más de tantas opiniones.

Pero el punto es que el encuentro político, deliberativo y democrático parece perfectamente


posible. El que nuestras opiniones sean más radicales y agresivas, acorde con nuestro
temperamento, no hacen sino reafirmar la vieja premisa de Schmitt de centrar en el
concepto de enemigo el quid de la cuestión política. Quizás si MOUFFE 1316 nos dé un tono
1317
más acorde con los tiempos al hablar en este caso de adversario en lugar de enemigo ;

ello claramente parece que apunta en una dirección correcta; pero ya desde Aristóteles
entendemos que las sociedades requieres de este disenso, de esta controversia y
enfrentamiento para progresar. Lo otro es administración, burocracia racional, materia
prima de lo jurídico, opuesto a lo político. El que nuestra alma patria sea originariamente

sociedad y cultura, Siglo XXI Editores, Volumen lfl, edición corregida y aumentada, quinta edición en
esgañol, Madrid, 2006, págs. 405-406.
13 5
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp. cit., pág. 37 L
131 6
"Concebir la política como un proceso racional de negociación entre individuos es destruir toda la
dimensión del poder y del antagonismo (que propongo llamar «lo político»), y es confundir completamente su
naturaleza. También es negar el rol predominante de las pasiones como las fuerzas que mueven la conducta
humana", MOUFFE, Chanta(, El Retorno de lo Político, Comunidad, ciudadanía pluralismo, democracia
radical Paidós, trad. Marco Aurelio Galmarini, Barcellona 1999, pág. 190.
13 17
"El compromiso fundamental para la reflexión política consiste en examinar cómo es posible realizar ese
desplazamiento a fin de trasfonnar el enemigo en adversario". MOUFFE, Chanta], ibídem, pág. 13.

45 3
454

autoritaria y que hayamos caído en las redes del consumismo individualista, es apenas una
de las muchas alternativas que p-udíeron darse en nuestra vida cívica, nada de qué
avergonzarse.

De ro que si hay que preocuparse y tal vez avergonzarse es del estado en que se encuentran
nuestra relaciones interpersonales, que emulan hacia el paroxismo la lógica autoritaria;
donde íos abusos de todo orden son habituares en la administrae-ión púbiie-a, las empresas
privadas y hasta en nuestro sistema educatívo (incluso parvulario). AUí los fenómenos de
bullying y mohbing parecen connaturales a nuestra convivencia ciudadana. Somos
pequeños represores y nuestro verdadero cambio debe partir por purgar estos vicios; lo
demás, seguro, será más fácil.

El que hayamos llegado a esas alturas del siglo XXI en condiciones expectantes, en alza,
debemos agradecerlo a nuestra fonna de resistencia, a nuestro modelo de resistencia, a
nuestra res-publica vertida en la Constitución del 80, que no ha hecho sino retratamos
como somos, por mucho que e11o nos moleste. Quizás si la gran critica al texto político sea
una critica a nosotros mismos.

454
455

«Júzguese del peligro de poner en conmoción una vez a las masas enormes que
componen la monarquía francesa. ¿Quién podría contener el sacudimiento dado y prever
todos los efectos que puede producir? Aun cuando todas las ventajas del nuevo plan fuesen
indiscutibles, ¡qué hombre sensato se atrevería a intentar abolir las viejas costumbres, a
cambiar las viejas máximas y a dar al Estado una fom,a distinta de aquella a que, de modo
sucesivo, le ha conducido una duración de mil trescientos años?» 1318

J.J. ROUSSEAU, Juicio sobre la «polisinodía» del abale Saint-Pierre.

CONCLUSIONES GENERALES

Hemos hecho un recorrido por las principales corrientes ideológicas insertas en nuestra
Constitución política; ello a partir de tres tópicos cardinales: Un aspecto cultural o social,
que hemos centrado en la «Doctrina Cristiana» (quizás más específicamente católica); un
aspecto económico que hemos intitulado «Neoliberalismo» y finalmente un aspecto
político, que hemos abordado desde una perspectiva mayor (holística): el «Autoritarismo»;
por ser éste el semblante más característico del sistema republicano que habitamos. Estos
importantes aspectos nos aportaron una visión general del diseño de nuestro entramado
constitucional. Nos parece un abordaje enriquecedor porque da cuenta de lógicas diversas
con principios axiales propios y dinámicas autónomas. Ello siembra interrogantes y cosecha
perplejidades, motor de todo progreso. En el presente caso la dinámica que pretendimos
e lucidar fue precisamente el proceso de confluencia ocurrida entre ellas.

Quisimos hacer este análisis por varias razones; primero porque no existe en la actualidad
en nuestro escenario publicista un texto que abarque unificadamente estas materias y
menos aún, que lo haga de una manera intensa y relacional. Tan importante como aquello,
que se conciba esta tarea desde un ángulo crítico, permitiendo desafiar una visión que ha

1318
Citado por C HEV/\LLI ER, Jean-Jacques, los Grandes Textos políticos. Desde Maquiavelo a nuestros
días, Aguilar, trad. Antonio Rodríguez Huesear, Madrid, 1980, pág. 193.

455
456

pennanecido invariabie a través de estos años.~ ello (la falta de matices) ha inducido que se
arribe a equívocos que pueden resultar muy nocivos para nuestro desarrollo poiítico, de
suyo boicoteado por una serie de errores, no todos de mala fe, que han hundido a nuestro
país en una espiral de descontento. Como sostiene agudamente CASTORIADIS. "el
problema de la condición contemporánea de nuestra civilización moderna es que ha dejado
de ponerse a sí misma en tela de juicio, No formular ciertas preguntas conJleva más
peligros que dejar de responder a las que ya figuran en la agenda oficial; fonnular las
preguntas equivocadas suele contribuir a desviar la mirada de los problemas que realmente
importan"rn 9•

Otra razón relevante que nos motivó a emprender esta tarea es proveer al imaginario
colectivo de alternativas viabies frente a la inminencia de escenarios nuevos (aciagos). Los
efectos de Ja agudi7ación de los conflictos políticos y su eventual derivación hacia
contextos de violencia, de sobra los conocemos, aunque no todos los execramos. Ello nos
ha llevado a plantear algunas posibilidades de corrección del sistema; aunque sin la
pretensión de ser soluciones demasiado alambicadas o sesudas, que resten claridad a la
propuesta que intentamos insm.lar. Ello es enteramente excusable en un escenario donde
todos o casi todos creen tener una respuesta inmajorable para 1os problemas políticos de
nuestro país, Nosotros no tenemos tal pretensión, pero obviamente nos parecen (aquellas
que proponemos) opciones razonables y de sentido común. el menos común de Jos sentidos
según afirma un buen amigo,

Las conclusiones que es posible percibir del análisis global del presente trabajo pueden ser
múltiples. pero me he pennitido un puñado de ellas; las que nos han parecido más
ajustadas, para proponerlas como hipótesis de trabajo que bien pueden (y quizás deben) ser
refutadas.

l.~ La situación vivida a principios de los setentas, constituía un giro a nuestra tradicional
forma de convivencia. La tentativa de sumir al país en un proyecto de vida totalitario, aun
cuando sus impulsores hayan sido elegidos en elecciones populares (lo cual tampoco
resultaba una modalidad novedosa para este tipo de proyectos) causó gran desazón, no solo
en las clases dominantes de nuestro país (y en la mayoría de la clase media) sino en el

i):'í Citado por BAUMAN Zygmunt en La Globalización, cormecuendas huma.nas, óp. cit.• pág. 12.

456
457

continente todo; especialmente en la gran potencia del norte. Debía hacerse algo y ese algo
implicaba terminar con el gobierno de Salvador Allende. Cuando este objetivo fracasó en
su origen, al fallar la conspiración planeada 1320; se optó por el camino tortuoso de «hacer
chillar la economía» según la célebre expresión de Nixon. Desafortunadamente el proyecto
económico de la UP empleó un método análogo para implementar su revolución
socialista 132 1; ello posibilitó que mancomunadamente agenciaran la ruina económica del
país y un ambiente de confrontación cercano a la guerra civil. La única forma de modificar
esta dinámica, para muchos, fue el Golpe de Estado. Nadie podía suponer a esas alturas de
nuestra historia republicana que tomaría protagonismo escénico la mano mora de la
ideología del terror (la formación antisubversiva norteamericana o DSN) en las (hasta ese
momento) profesionales y no deliberantes fuerzas armadas chilenas; causando un cruel y
veloz cambio de mentalidades en ellas. El vecino se transformó en enemigo y fue
perseguido con eficiencia y brutalidad ejemplar.

2.- A las fuerzas económicas trasnacionales les interesaba impedir - además- una vuelta
atrás, una vez concluido el interregno dictatorial; con este objetivo in mente aprovechan el
estado de trauma de la población civil para introducir otra de sus emblemáticas ideologías
radicales: el neo/iberalismo, que podría asegurar, en este escenario, un decisivo cambio en
los valores ciudadanos y en la dinámica estructural de la república. Se debía convertir a esta
sociedad en cierta forma atrasada, estatista y políticamente activa, en una de libre mercado;
una sociedad de consumo con valores completamente opuestos a los anteriores y con escasa
participación ciudadana. Solo como alianza estratégica se toleró por las elites tradicionales
esta cohabitación con los neoliberales de Chicago. A la burguesía le interesaba preservar
los «valores patrios» (idealmente situándolos en un lugar donde no pudieran ser
perturbados por los gobiernos de turno). La lógica y la experiencia indicaban que dichos
valores sufrirían menos peligro de proscripción en una sociedad donde cada cual velara por
sus propios intereses; y donde el Estado no fijara las política y los valores ciudadanos (por
todos). La barrera de contención de tales valores resultó ser la Constitución de 1980; que ha
cumplido eficazmente su rol y ha sabido mantener, más allá de lo que pudo preverse a

mo El Senado debía elegir en el ballotage (en contra de la tradición republicana) a Jorge Alessandri: en
desmedro del candidato con mayoría (relativa) de votos: Salvador Allende. El candidato de la derecha luego
renunciaría para así provocar un nuevo proceso eleccionario.
132 1
Con sabor a vino tinto y empanadas.

457
458

priori. una armonía ciudadana generando un grado importante de prosperidad en nuestro

remoto país.

3.~ Esta, que partió como unión por conveniencia, se convirtió. transcurridas las décadas., en
una sociedad conyugal bien avenída y en cierta forma exitosa. Se logra expulsar del país (y
el contlnente) ai fantasma del estado totalitario, al menos en su versión más manifiesta y
organizada. Ya no existirá ei problema de su imposición por vías de hecho (o por medio de
resquicios legales); cerrándose el ingreso a esta alternativa hegemónica (y en algunos
escenarios, genocida) y sus pretensiones de cambiar la naturaleza humana,

Esta aparente victoria se ve eclipsada en su confrontación con la realidad; ella indica que la
versión más sibilina del totalitarismo, )a ha dislmulado con un manto de invisibilidad,
haciéndolo más peligroso todavía, Ha pennitido que ejerza su soberania por vías diferentes
a la fuerza y el terror que Je fueron características en el siglo pasado; ahora se vaie de
sofisticados métodos tecnológicos y de encubrimiento simbólico (ideológico) para cumplir
sus objetivos 1322; cuestión que ha requerido atención científica a partir de las propuestas
planteados por Foucaulti:m_ Este escenario agreste debe considerase asediado por
enjambres lobistas, fuertemente organizados que desean imponer coercitivamente sus
propios posnilados corporativos, Las fonnas de convivencia que estos proponen, nos
1324
parecen planteadas como opcíones de catálogo, estandarizadas, artificiales , preferibles a
las otras (por rawnes variadas y particuiares ). La forma de participación de las minorias se
reduce a integrar o adscribir estos modelos de convivencja 1325 y exigir aceptación

im Vid. Valenzuela, Miguel A,, «Car! Schmitt y el Liberalismo Totalitario Estadounidense» en ¿Hacia una
glohalización totalitaria?, fosé Luis Orozco {Coord,), UNAM, Ciudad de México, 2007, En este texto se
expresa que tangencial y paradójicamente Carl Schmltt se convierte en eje del proyecto hegemónico
estadounidense, junto a dos de sus protegidos, Leo Strauss y Hans Morgeuthau, luego de la Segunda Guerra
Mundial, pág,, 124 y passim,
1323
Los detentadores de esta metodología serán las «potencias vencedoras» de la Segunda Guerra Mundial
m 4 "El orden debe ser pensado como orden artificial, porque solo así puede ser orden dísponible, Y sin
embargo rlebe ter como objetivo acabar wn la idea de naturaleza humana, aquella antropología individualista
de la que parten los movimientos para romper el viejo orden de la estratificación social, las jerarquías y los
privilegios", ibídem, pág. 44 y passim.
1325
"El nomos de la tierra es hoy pura regla del juego, lírnite a la desmesura del deseo del individuo que se ha
liberado de cualquier vínculo natural y comunitario. Pero como toda regla de juego, carece de dignidad
ontológica, es tan solo pro~dímiento que selecciona las soluciones. según un cálculo de conveniencia y
oportuni{Wdes [- .. ) En ia época de la desmesura del deseo y de la máxima artificialidad del orden, el derecho
se convierte en pura técnica de control o quizás en la expresi6rt de una voluntad de pane, .. ".
BARCELLONA, Pietro, El individualismo Pro-pietür(o, óp. c1t,, pág. 27.

458
459

1326
(legitimación) por el resto . Una vez instaladas allí, una vez ejercida la opción, es casi
imposible destronarlas de sus derechos; las minorías organizadas nunca abdican de la
pretensión de imponer a las mayorías sus particulares fonnas de vida. El derecho ha
cooperado grandemente en este desarrollo. GARAGORRI lo expone con claridad cuando
afirma que "el hombre no es lo suficientemente racional como para gobernar las
«racionalizaciones» que ha promovido socialmente" 1327•

Sobre todo en este escenario aciago, resulta vital conservar un cierto número básico de
garantías de convivencia sana o si se prefiere, humanas. Nuestro texto es muy rico en
otorgar garantías ciudadanas, aunque no lo es tanto en lograr su aseguramiento. Pero aun
así, "sin el fonnalismo jurídico de la igualdad en droit, política, economía y sociedad
volverían a confundirse en una relación social única y cualquier conflicto acabaría
abarcando toda la gama y todo el campo de las relaciones humanas"1328• La dificultad no
puede llevamos a la inactividad conformista. Ello sobre todo por la proliferación,
crecimiento y fortalecimiento del crimen organizado, amparado y justificado por la
creciente invalidación moral derivada de la narco-dependencia.

El Derecho, siendo un elemento necesario, es insuficiente. El hombre en su inmoderado y


paulatino afán de libertad, ha causado la dispersión de la convivencia social y se ha
mostrado enemigo de las fonnas que tienden a su ordenamiento. Como afirma Vattimo, en
la nueva sociedad global post moderna se produce una aceptación de la multiplicidad
ideológica bajo la premisa de un pensamiento débil (no conflictivo ni autoritario).
Estaríamos, según este autor, ante una suerte de dispersión babélica virtualmente
beneficiosa.

"Lo que hay que hacer es renunciar a hacer política con mayúsculas, conforme a la tradición
ilustrada. Se trata de aplicarse en la construcción de pequeños consensos ente la multiplicidad de
grupos heterogéneos que buscan afirmarse confonne al paradigma de un «nuevo individualismo»,
hedonista hasta el narcisismo e indiferente ante los restos de las identidades fuertes. En esta época

1326
"La sociedad «política» actual está cada vez más fragmentada, dominada por lobbies de todo tipo, que
crean un bloqueo general del sistema. Cada uno de estos Lobbies es, en efecto, capaza de obstaculizar
eficazmente cualquier política contraria a sus intereses reales o imaginarios; ninguno de ellos tiene una
política general; e incluso, si la tuvieran, no tendrían la capacidad de imponerla", CASTORIADIS, Comelius,
El Avance de la Insignificancia, óp. cit., pág. 25.
tm GARAGORRI, Paulino, libertad y Desigualdad, Alianza Editorial, Madrid, l 978, pág. 68.
1328
BARCELLONA, Pietro, Posmodernidad y co1111111idad, óp. cit., pág. 48.

459
460

del «crepúsculo del deber», la única ética que se puede afürnar es la ({ética indolora», que permite
hacer soportable la convivencia de un mundo fragmentado y roto" 1329 •

Enfrentamos de esta forma -también- una nueva concepción de lo reHgioso; una suerte de
religión secularizada (fe débil) que debiera servir de pauta a la convivencia social; estas
mismas debieran generarse autónomamente por la misma ciudadanía. Vattimo parte de la
hipótesis de «kénosis» (muerte de Cristo) para explicar la consiguiente desestructuración
de todas las verdades ontológicas que han caracteri7.ado la historia y el pensamiento
humano. El cristianísmo tendría el rol de disolver todas tas estructuras ontológicas y de
verdad que el hombre ha impuesto violentamente a sus congéneres abriendo un camino de
comunidad de amor que se fundamenta en compartir principios negociables sobre la base
de un acuerdo intersubjetivo 1:no_

Siendo esta una perspectiva seductora y brillante, no la compartimos 1331 , Estarnos lejos de
refrendar el optimismo del filósofo turinés; estimarnos que este estado de cosas (pacifico)
no debiera persistir en el tiempo, Entendemos que esta hipótesis puede desmoronarse desde
dos frentes: a) Creemos que Ja sociedad global manifiesta una tendencia más bien hacia la
convergeneía de los sistemas. cuestión ya vísuaHzada por varios 1332 ; una aproximación
hacia le fe (por ejemplo) sería una alternativa viable; y en el caso de nuestro país
(occidental), a través de la fe cristiana, por las razones que hemos desarrollado ya; y
porque, al menos en nuestro sistema, lleva la ventaja de detentar una preeminencia
resguardada constitucional y legalmenté3B, El planteamiento se desfondaría además
porque lejos de una convivencia pacífica, la ausencía de una estructura de valores, dejaría el
32
' " VELASCO, Demetrío, PensamienM Polirico Contemporáneo, óp. cit, pág. 80.
:m GIRARO, René y Vattimo Gianni, 4 Verdmi o fe débil? Dialogo sobre cristianismo y relatfrismo. Paidós,
Madrid, 2011, pág. IS,
mi "Los posmodemos viven su cinismo,, su epicureísmo y su estoicismo, sin la reciedumbre moral que
convirtió a los d!tsico en maestros del arre de vaprender -a vivír con füosofim}. Los posmodemos no parecen
capaces de <squerer const:ruirse lentamente un afma»", VELASC'O, Oemetrio, Pensami.enio PofiJico
Contemporáneo. óp. cit., pág, 81.
im La tendencia hacia la secularización nos parece una hipótesis pasajera aún desde el punto de vista global;
las sociedades opulentas y sofisticadas pueden darse este lujo (y se lo dan); pero las sociedades modestas
están muy lejos de esta hipótesis y son la gran mayoría.
un Interpretando a San Agustín, HEIDEGGER comenta una cuestión que ha empezado de visibilizarse en
medio de este desconcierto; "Porque in multa dejl11ximus fnos hemos dispersado en muchas cosas]. nos hemos
fragmentado en lo diverso y caemos en la dispersión. TU fomentas el movimiento contrario, el movimiento
contra la dispersión, contra el desmoronamiento de la vida. Per conrinentiam qufppe rnlligimur e; redigimur
in unum [necessariumMDeum?] [Por la continencia como reunido y congregados en la tmidad (¿Dios uno y
necesario?)]lm_ A estas alturas, planteamientos como estos, que antes podrian parecemos excéntricos,, se
,ruelven dramáticamente válidos.
460
461

hombre sumergido en su núcleo básico, egoísta y violento. Muchas de estos mecanismo de


contención, verbigracia la religiones; la ideología del estado democrático, la tecnología, el
capitalismo avanzado, etc.; han logrado retardar este acontecimiento, para algunos
apocalíptico, " De ahí la necesidad de no acelerar la disolución del denominado katechon,
esto es, de las estructuras que frenan momentáneamente la violencia humana, incluidas las
estructuras políticas y eclesiales" 1334 . Por lo demás, "Una democracia razonable no puede
guiarse por los criterios de relativismo moral, del mero legalismo o de la «razón
instrumental, que acaban negando los criterios que [ ... ] constituyen la naturaleza de una
sociedad cabalmente democrática (ni el positivismo jurídico, ni el pragmatismo político,
deben guiar la actividad humana). Más allá del estoicismo resignado o del cinismo
satisfecho, debemos creer que los seres humanos podemos seguir siendo los sujetos
políticos que decidimos con autonomía como queremos construir nuestras sociedades" 1335•
La pregunta ineludible (y terrible) sería: ¿Cómo podría esta sociedad idealizada propuesta
por Vattimo enfrentarse con éxito a la ferocidad amoral de los fanatismos religiosos y a los
recursos inagotables de las organizaciones criminales?

Está en lo correcto BARCELLONA cuando afirma que el nuevo novum (al igual que lo fue
antes en Agustín con el nacimiento de Cristo) debe ser en términos distintos "no ya como
una compensación, como vuelta al paraíso perdido, a la unión mística con el cuerpos social,
sino corno problema de la creación histórico social del sentido" 1336•

4.- La huella de la operación traumática de instalación constitucional que ocurrió en los


años setentas del siglo pasado en nuestro país, aunque para la gran mayoría de los
ciudadanos ha quedado en el pasado; para muchos todavía sigue omnipresente. El terror y
la violencia dejaron huellas profundas. Estos males solo se podrá purgar con el tiempo, que
todo lo cura, como ha ocurrido por lo demás en todo país que ha sufrido este tipo de
atrocidades, ya sea en Europa después de la Segunda Guerra Mundial o en Japón luego de
Hiroshima.

1334
GIRARD, René y Vattimo Gianni, ¿ Verdad o /e débil? Dialogo sobre cris tianismo y relativismo, óp. cit.,
pá}. 2 1.
133
VELASCO, Demetrio, Pensamiento Politico contemporáneo, óp. cit., pág. 373.
u.16 BARCE LLONA, Pietro, El lndil"id11alismo Propietario, óp. c it., pág., 156.

461
462

A pesar de lo que hemos dicho previamente~ en la época de dictación de la Constitución


resultaba justificable una democracia con restricciones; que ia salvaban de una fauna
política variopinta de peligrosa conflictividad artificial y ajena a sutitezas y profundidades;
devenida (más ahora que antes) en reparto hedónfoo-mediático de lucimiento personal de
7
sus reducídos actores en su congraciamiento con el electorado 133 • No debieran desaparecer
estas tutelas en tanto permanezca latente este «mester de juglaría>>. Dicho esto, debemos
recalcar que nada impide que puedan hacerse mejoras profundas aJ sistema democrático,
porque obviamente estamos frente a una construcción humana y sobre todo. una
construcción política que prioriza (o debí era priorizar) al ser humano sobre cualquier otra
consideración.

5.- Lo cierto es que hoy. lo queramos o no, somos otros y pensamos diferente que en )os
años setentas del siglo XX y nuestro desafio está en el futuro y no en el pasado. Estamos
insertos en la vorágíne de ta globalización que nos impone nuevos desafios y nos exige
renovadas capacidades, El tiemp:) de adaptación es siempre insuficiente. Una vuelta al
pasado resulta una hipótesis casi utópica y son pocos los que desean transitar
(conscientemente) por esta vía. Ha quedado, a final de milenio. este escenario disipado
(nihilista)~ que priori1,a más los métodos que la sustancia demt)(..'I'ática {la «Philías» y la
«Dike» de los griegos); métodos destinados al control de la muchedumbre alienada. con
decreciente interés en construir sus propias aJternatívas de vida 1331'; carentes de interés en
construir una sociedad de sana convivenda que procure el bien común.

No podemos dejar en el tintero solo por ser evidente la circunstancia de que e1 capitaJismo
presenta graves deficiencias en su sustrato cultural; su ethos ha ido desdibujándose en el
desarrollo de la sociedad de consumo global. Ya lo había advertido Schumpeter, que sus

i:m '·En la asamblea del pueblo es el numero el que triunfa. Es menester halagar a la muchedumbre si se
qmere ser elegido. Ya se acabaron los grandes designios y vastos pensamientos. Exige de sus jefes que sean
sus servidores, y ellQS !e obedecen. Despilfarran por mandato suyo, recursos preciosos: sacan de los ricos más
de lo razonable, Y no para subvenir a las necesidades: de la flota, no para continuar embelleciendo la
Acrópolis; sino para pro~utar al pueblo -diversiones por poco precio; para retribuir empleos. más útiles para
los que los desempcrlan que para ta comunidad. A la voz de oradores de elocucnern fá<:il, Atenas dilapida de
este modo su patrimonio". COHEN, Robert,A1enas una Democracia, óp. cit., pág. 206,
ms "Puede parecer paradójico pero lo que el derecho realiza en su configuración modema parece casi un
evento milagroso en el desarrollo de las sociedades humanas: unir y separar a la vez, mantener como posible
la división y la atomizacifu; de la realidad concebida como sociedad de individuos independientes y, al mismo
tiempo, relazar su unificación, alcanzar esa unidad que pem1ite identificar la sociedad como código",
BARCELLONA. Pletro, El Individualismo Propietario. óp. cit., pág. 25.

462
463

principales virtudes habrían de convertirse en sus máximas debilidades. El exceso de


confort traería (y trajo) el hedonismo, el consumismo y el abandono del sustrato ético que
lo había animado a lo largo de su exitosa historia. Este sustrato es muy difícil que pueda
recomponerse, quizás las propuestas que ven en el catolicismo el modelo de recuperación
axiológica, no estén tan alejados de la realidad; sin embargo esta idea de la iglesia de la
espiritualidad intelectual prevaleciendo sobre la iglesia de la corporeidad material (lo
sagrado venciendo la profanación materialista de la vida) le parece a BARCELLONA al
menos discutible 1339 .

6.- Existen ya gérmenes del fenómeno que ha venido en denominarse Nueva Edad Media o
Neofeuda!ismo; particularmente en lo referido al tipo de relaciones jerárquicas y de
vasallaje que han ido reemplazando a las antiguas prácticas sociales y políticas de corte
moderno, donde las relaciones personales cedían a las de carácter institucional o de partido.
Ello sin perjuicio de los grandes cambios estructurales que han llevado a la primacía de los
oligopolios comerciales de naturaleza global, suerte de nuevos señores feudales. Sin tener
en cuenta esta realidad, como supuesto de hecho, es muy difícil entender la trama del poder
de principios de milenio. Especial atención debemos tener con esta ideología (que se está
desenvolviendo a nivel global) que recrea un nuevo imaginario feudal y que sirve de
1340
sustento al proyecto socio- político-económico plantario de una cultura unitaria. .

7.- Esas reflexiones debieran dar una vuelta de tuerca definitiva a la real apreciación que se
debe hacer a la Constitución chilena de 1980 que, pionera en amparar las matrices del
capitalismo neoliberal; ha sabido asimismo proteger y forta lecer un cumulo de derechos
contrapuestos a la lógica hegemónica del sistema económico; aunque fuerza es reconocer
que los intérpretes autorizados de tales preceptos no los han sabido aplicar con la
corrección debida, seguramente porque analizan la realidad actual con ojos y racionalidades
propias de mediados del siglo XX, escenario natural de sus formaciones doctrinarias y
profesionales. Muchos piensan, aún hoy, que únicamente «sus» valiosos aportes (primarios

1339
"Curiosamente lo sagrado se ha desquitado en el momento que parecía triunfar el laicismo de la
secularización, la crítica de los fundamentos, el relativismo moral y. por último, la razón cínica [...]
paradójicamente el actual agente de la nueva secularización y del «nuevo desplazamiento» de la comunidad
por el universo tecnológico es la Ig lesia católica: la institución que transforma la necesidad de comunidad y
de sacralidad en una administración ele la historia, del poder y de los recursos para la salvación",
BARCELLONA, Pietro, Posmodernidad y comunidad, óp. cit., pág. 6 1.

13
CABALLERO HARRIET, Francisco J., Algunas Clave para otra 1111111dialización, óp. cit.. pág. 28.

463
464

unos. secundarios otros) son relevantes y deben preservarse o requerirse a ultranza.


Vislumbro allí una postura incorrecta, dado que. tanto tas fuentes de origen como las
modificaciones al sistema (ambas) han servida para que este opere correctamente, Mantener
un inmovilismo integrista no es beneficioso nj útil para la convivencia ciudadana, ahora
más que antes, móvil y episódica

En efecto* sl bien resulta necesario ~preservar>> Jos aspectos valóri4.,-os cardinales que dan
<<Sentido1> a la convivencia nacional; el sa1tar hacia escenarios de disipación y relativismo
ético, es una alternativa destructora y antisocial. Creemos ~de la misma forma- intransable
mantener intacto el principio de subsúliariedad. Es un hecho ineluctable que las sociedades
más avanzadas lo han seflalado como un medio eficaz para enfrentar la globalización
negativa. Se deben asimísmo restringir [idealmente eliminar] los abusos excesivos que el
Ubre mercado mantiene en nuestra sociedad (que en otras con similar sistema no se
permiten) y finalmente se debe completar (hacer operativo) el sistema en lo referido a ta
descentralización real del poder político.

De aplicarse este principio en el tema de los Fondos de Pensiones (AFP) resultaría mucho
más inteligente subsidiar las cuentas que se encuentren con carencías y entregar así una
pensión digna a los trabajadores que jubilan (espaciados en el tiempo); que echarse al
hombro todo el terna administrativo y financiero que signífica el otorgamiento por el
Estado de tales recursos (y la enorme burocracia que el sistema requiere). De la misma
forma restringir las utilidades excesivas (abusivas) de las ]sapres estableciendo un techo
razonable a ta1es ganancías; el excedente p0dria ser reinvertido en algún fondo común o
destinarlo a la mejoría de las pensiones; todo ello con supervisión (o administración)
estatal

8.- El plantear la idea de una asamblea constituyente como hacen muchos intelectuales de
nuestro país (y muchos que no lo son). no pasa de ser un pensamiento deslizante.
superficial, sin detencíón. Un par de senciUas evoluciones de esta idea, en apariencia
correcta, nos pueden sacar del error conceptual que ella envuelve. En efecto, resulta una
premísa necesaria para el éxito de esta empresa, el otorgar al poder constituyente derivado,
derivativo o constituido la facultad de abrogar la Constitución y [a de elaborar una nueva.
¿Es admisible esta posibilidad sin más?; no soio desde el punto de vista practico sino

464
465

también del teórico es cuestionable esta hipótesis; s1 hemos de atender las autorizadas
opiniones de Schmitt 134 1 o Jellinek 1342 entre otros.

Pero supongamos que ese primer inconveniente técnico es salvado; que eventualmente se
dé la posibilidad de abolir la Constitución y que se logren reunir los quórums necesarios
para ello en el Congreso. La tarea a partir de a llí seria construir ex nihilo una nueva
Constitución, «de papel» evidentemente, porque estaríamos dejando de lado o más bien
dando la espalda a los reales factores de poder que constituyen la com unidad de vida que es
la Republica de Chile . Estaríamos reemplazando un concepto absoluto de Constitución por
uno relativo, según la categorización Schmittiana.

H emos de conceder que no ha ocurrido en la hora reciente de nuestra vida ciudadana,


ninguna revolución o quiebre institucional que explique esta radical medida; tampoco han
variado los códigos éticos, sociales, epistemológicos o morales que hicieron viable la
Constitución de 1980; ni siquiera podemos apelar -como justificación-, a un hipotético
enriquec imiento (perfeccionamiento) de nuestra v ida democrática; un decrecimiento quizás
sería estadísticamente demostrable.

Entonces debemos hacer una Constitución nueva, sin correlato con la realidad y lo que es
clave, esperando que toda la comunidad acate lo que han consensuado los constituyentes
derivativos como proyecto (en este sentido literalmente) de vida. Es decir montaremos un
modelo con la esperanza de que, por un lado, todos queramos seguirle; en segundo lugar,
que nos represente a todos y desde luego que sea mejor que el actual.

Es posible concebir que la comunidad tenga la paciencia y la decencia de tolerar este


cambio sin instalar oposición y sin caer en la anarquía o la revuelta (ciertamente es dificil
hacer pronósticos en este escenario); aun cuando también resulta lícito suponer lo contrario.
En este caso: ¿deberíamos aplicar estos preceptos (suerte de carta Gantt) de modo
obligatorio, forzosamente y seguramente de un modo brutal? Muchos creemos que no
habría realmente otro modo de hacerlo.

134 1
Vid SCHM ITT. Carl, Teoría de la Constitución, óp., cit., pág. 122.
1342
Vid JELLIN EK, Georg, Reforma y Mwación de la Cons titución, Leyer, Bogotá, Colombia, 2006, págs.
11 SS.

465
466

La experiencia reciente de nuestra legislación nos indica que cuando se desprestigia a una
normativa y se deja un vacío en la obligatoriedad del orden~ este daño no se logra reparar
siquíera parcialmente con una nueva legislación 1H 3• Habria que conceder también que
muchas personas simplemente no acatarán las nuevas reglas del juego.

Otra cuestión central seria detenninar qué tipo de Constitución de <.<papel» podríamos
construir~ desde luego que debiera ser algo distinta de la actual, verbigracia preferir un
estado social de derecho o estado de bienestar, donde las principales tareas: educación;
salud, etc., estuvieran en manos del Estado. Si no fuera posible concordar en un esquema
racional y correcto en un breve plazo, quizás debiéramos copiar algún texto emblemático y
cercano, por ejemplo. 1a Constitución espafiola; sin embargo en eHa el sistema autonómico
es muy relevante ¿deberíamos también cambiar hacía un sistema parlamentario y de
autonomías? Como puede apreciarse no solo se trata de querer cambiar algo sino que
además e1 concordar en la dirección que queremos darle a dicho cambio 1344• Ello dejando
deliberadamente en et tintero la importante cuestión de si estamos preparados institucional
y económicamente para ello.

Una vez superada esta estación, coTiespondería -como se dijo~ la tarea de aplicar eJ texto a
la convivencia ciudadana. ¿Cómo hacerlo? ¿Bastará la simple promulgación y publicación
en el Díario Oficial para que al día siguiente empiece a funcionar eJ Estado?; ¿Hay alguien
que crea eso?

Pero siguiendo la línea argumental que hemos venído sosteniendo y partiendo de la premisa
de estar todos comprometidos con hacer posible Ja forma de vida que la nueva Constitución
plantea ¿van a solucionarse todos nuestros problemas? ¿Sorprendentemente las palabras del
texto político cuales pases mágicos darán el tono a nuestra futura y perfecta felicidad?.
Todo ello, si Je damos una vuelta más a nuestro optimismo, nos sitúa en un escenario
literario del realismo mágico. ¿Somos todavía tan ingenuos para ello?

nn Véase al respecto la dist.'Usión referida a la Reforma Procesal Penal; espedalmente el mensaje del
Presidente para presentar el cuerpo legal. Muehos creemos que este premeditado des.prestigio condicionó de
manera decisiva su efectividad.
uu "Frente a la necesidad de una reforma de la Constitución, que parece necesaria y razonable, se evita
discutir lo esencial, que es el contenido de esas refomms, para reducirlo al reclamo de una Asamblea
Constituyente que, carente de la definidóo artterior. resulta a.~l una suerte de salto al vacío", Genaro
Arriagada. El Mercurio, 16 de abril de 2013.

466
467

La experiencia, desde Aristóteles nos indica que las normativas solo muy Lentamente logran
construir las costumbres en los ciudadanos. De ser posible y aún viable esta hipótesis
asambleísta, solo en treinta años más podríamos estar más o menos seguros de q ue se está
haciendo institucional y ciudadanamente lo que el texto desea. Nada garantiza que sea un
resultado exitoso. Lo que si se garantiza es que tiraremos por la borda treinta años de vida
republicana, para experimentar los sueños de una puñado de intelectuales enardecidos (y de
muchachos hormonados). Todo ello en el entendido que decl inemos definitivamente (o al
menos por este periodo) la tarea de salir del sub-desarrollo (idea que sería muy resistida por
los más carenciados); un pequeño inconveniente que pocos visualizan.

La experiencia comparada parece indicar que la dirección que han tomado en este tipo de
asuntos en el mundo global es precisamente la contraria. El Estado nacional poco puede
hacer en este o en muchos otros aspectos. Lo hemos repetido: en materia política sus
posibilidades son muy restringidas. Solo le queda al Estado el resto del escenario político
que no puedan o no les interese poseer a los poderes económicos g lobales "lo que resta de
la política queda en manos del Estado, pero a éste no se le permite entrometerse en la vida
económica: ante cualquier intento de hacerlo, los mercados mundiales responden con media
punitivas inmediatas y feroces" 1345 • El gobernarte de tumo se encuentra atado de manos y
en general solo pueden limitarse a mantener un «presupuesto equilibrado». El propiciar una
ca1Tera frenética en tomo a desprestigiar la Constitución con el ulterior propósito de
reemplazarla por otra que, mágicamente, logre la perfección del sistema político, no pasa de
ser una «fata morgana>>.

No podemos damos el lujo de difamar el sistema político, con la artificiosa idea de instalar
uno nuevo que emerja de las preclaras mentes de la clase política capitalina (o de asambleas
ciudadanas capitalinas). Una idea tal está destinada al fracaso, pues no son un conjunto de
frases vertidas en papel las que hacen una Constitución, eso creemos haberlo demostrado
sobradamente. Se trata de un conjunto de conductas ciudadanas que pueden (o no) tener un
correlato con la realidad descripta en e l texto básico. En nuestro caso, felizmente el texto

político obedece a tal realidad. Con las modificaciones necesarias pude extender su

134 5
BAUMAN, Zygmunt, La globali:ación, consecuencias humanas, óp. cit., pág. 90; "ningún Estado -dice
Passet en conclusión- puede resistir más allá de unos pocos días las presiones especulativas de los
«mercados».., ibídem.

467
468

operatividad muchos años más; todo ello con el reconocimiento de que se está ante un
sistema dinámico. En segundo lugar y tan importante como aquello, está la evidencia de
que las omnipresentes Fuerzas Armadas siguen siendo garantes de la institucionalidad,
hecho indesmentible; esté o no mencionado en el articulado del texto político.

9.- En esta reflexión por supuesto que hay una cuestión subyacente y que nos resulta cada
vez más evidente: que la voluntad del hombre ha resultado estéril para determinar su
destino trascedente. La ambiciosa modernidad y los principios ilustrados en muchas de sus
promesas han fracasado, seguramente porque resultaba al menos debatible esta exorbitante
capacidad el hombre. No debemos desdeñar al hecho histórico concreto, lo que se ha
denominado «el veredicto histórico de la hwnanidad» 1346, que permite corregir errores,
haciendo a la hwnanidad progresar. Es lo que denominaba Bonald en su Théorie du
Pouvoir: «la imposibilidad de que el hombre pueda constituir por su sola razón, a priori, la
sociedad» 1347•

Partir siempre de cero es una insensatez 1348 que no podemos permitirnos siquiera nosotros,
en este extremo del mundo; y la regresión que una situación así traería, implicaría un
purgatorio de otro treinta años más; tiempo del que no disponemos ni las actuales ni las
futuras generación de ciudadanos. Solo nos queda esperar que reine la cordura y que los
adelantados políticos de la hora presente puedan captar el profundo sentido de /o político y
visualizar escenarios que en otras épocas eran impensables. Destruir es mucho más fácil
que construir, pero no debemos permitir que arriesguen en sus apuestas bizarras nuestra
democracia, nuestra forma de vida.

Hemos querido hacer este recorrido diferenciado para destacar una cuestión cardinal: la
circunstancia de haberse producido un vaciamiento axial y un desaparecimiento de los
espacios públicos de debate en nuestra vida comunitaria. La lógica económica, impuesta

1346
«el correctivo que sirve de contrapeso al ilimitado desorden revolucionario», SCHMITT, Car!, Politica!
Romanticism [Politische Romantik], Cambridge, The MIT Press, 1986, págs. 91-92.
1347
MÚGICA, Luis Femando, Tradición y Revolución, Ediciones Universitarias de Navarra S.A. [Eunsa],
Pamplona, 1988, pág. 67; "La racionalidad, fortaleza y estabilidad de las leyes e instituciones sociales es el
medio por el que se produce el perfeccionamiento moral de los hombres. La sociedad religiosa ha acudido en
ayuda de la sociedad política, pues el perfeccionamiento moral de ésta, en lo concerniente a las leyes e
instituciones, lo exigía así", ibídem, pág. 373.
1348
'ºLa idea de hacer «tabla rasa» con todo lo que existe es una locura que conduce al crimen",
CASTORIADIS, Comelius, El avance de la Insignificancia, óp., cit., pág. 62.

468
469

compulsivamente y a la que -por diversas razones-, nos hemos adatado con sospechosa
fac ilidad; ha terminado por usurpar los espacios físicos y mentales que eran habitados por
las demás lógicas que ocupaban nuestro escenario público. No solo en e l ámbito físico sino
también en las menta lidades y racionalidades. El pem1itir esta artificialidad ha traído
aparejadas otras consecuencias que pueden resultar todavía peores que esta primera y
original iH9_ Una primera parece ser la ladina insta lación en la (indefensa) mente ciudadana
de este afán ( consumista) de cambiarlo todo, sin expresión de causa.

Dijimos que la lógica económica arrastraba consigo la idea central de competencia que
unida a otras afines, formaban una acopio de importante contundencia (eficiencia, metas,
estadísticas, premios, normas ISO, etc.); consecuencia lógica de esta opción es que se han
opacado y en alguna medida desdibujado, los componentes políticos y culturales del
sistema; algunos dirán, por innecesarios y en no pocos casos reemplazados por artefactos
legales 1350• Pero la naturaleza humana que es una, mal que nos pese, vuelve a recordamos
los orígenes de nuestra existencia y nos pide cuenta.

10.- No es únicamente una declaración de sanos principios el asumir que somos animales
políticos; esta definición implica más; implica reconocem os como animales creadores que
progresamos dentro de un sistema constructivo, mancomunado y conflictivo. Que
participamos (aun eligiendo el modelo explicativo radical de Schmitt) en un escenario que
contrapone amigos y enemigos. Pero lo cierto es que la lógica económica ha invadido la
política (y la cultural) sustituyéndola por el discurso de la competencia, donde no hay

1349
"la extrema «artificialidad» del sistema parece encontrar un nuevo punto de equilibrio en la originaria
instantia de la libertad del individuo, pero esta vez el precio es altísimo: la liberrad no recibe «forma» en el
sistema, así como no tienen «forma» los tradicionales «derechos fundamentales» del hombre; la libertad
coincide con la esfera de la contingencia, con la esfera de lo ónticamente indeterminado". BARCELLONA,
Pietro, El individualismo propie1ario, óp. cit. pág. 80; y aún la metamorfosis o desaparición del sujeto;
ibídem, capitulo 3 y passim.
mo "Una vez que la ley pierde su significado político o constitucional en el neoliberalismo, se convierte en
una parte del orden administrativo del Estado. El espacio privado, que según Hayek supuestamente está
protegido por la ley (las reglas de conducta justa) no es, en realidad, un espacio sin poder. Por lo contrario,
este espacio privado está completamente saturado por la nomrntividad de la policía, como lo demuestra la
lectura que Foucault hace del neoliberalismo alemán y norteamericano", YA TTER, Miguel, «Foucault y a
ley: la justificación de la política en el neoliberalismo» en Míchel Fo11ca11tr, neolíberalismu y biopolítica, ó p.
cit., pág. 209.

469
470

«amigos» (en estricto rigor tampoco enemigosrn 1); un escenario real y concreto de
indiferencia, es decir en un plano pre-político, un escenario más propio del estado de
naturaleza. Es el precio que hemos debido pagar, afinna BARCELLONA, por este
desarrollo: "la mercantilización generalizada de las relaciones entre los individuos, la
construcción de un inmenso aparato neutralizador de las diferencias y la disolución de todo
vínculo de solidaridad personal" 1352 . De fonna tal que uno puede perfectamente suponer
que la mayoría de estas diferencias que ha levantado el sistema posmodemo: diferencias de
género, de nacionalismos, de identidad sexual, etc.; se construyen de una forma artificial,
levantada con el ánimo de substituir aquellas verdaderas características que nos hacían
humanos y que hemos destruido, por el pecado de haber aceptado mansamente esta nueva
forma de convivencia (nuevo becerro de oro) descartando arbitrariamente las otras. Es un
campo propicio para propuestas radicales, aquellas afines al decisionismo político unilateral
de los nuevos mistagogos de la sociedad globalizada.

El que se haya desguazado el escenario político para reemplazarlo por otro donde todos
tienen el carácter de consumidores, obedece a varias causas no todas nuevas. En primer
lugar, además de la ya aludida, que consideramos principal (la globalización 1353 ) podemos
indicar que no existe el interés por recrear un escenario público concreto donde verter y
debatir la agonalidad propia de la naturaleza del hombre; quizás por las razones históricas
que hemos analizado ya o tal vez por la invasión anómica de la postmodernidad. Estos
escenarios dejaron de usarse y luego fueron clausurados por esta falta de interés: "Otra
razón para que los espacios públicos tiendan a desaparecer- afirma BAUMAN- es la
flagrante carencia de importancia de todo lo que ocurre en ellos" 1354. La política [y su
agonalidad] se privatizó o más bien se reubicó en el escenario privado; y el campo axial de
lo público (de la res-publica) fue copado por esta nueva mentalidad económica de la
conveniencia y el cálculo. En segundo lugar, la dinámica del mando y obediencia que es lo

1351
"La abstracción monetaria instituye la separación y la distancia entre los individuos, pero también el
vaciamiento de sus diferencias particulares", BARCELLONA, Pietro, Posmodernidad y comunidad, óp. cit.,
pág. 123.
rn 2 Ibídem.
rnJ "Observamos una reestratifación mundial, en cuyo transcurso se crea una nueva jerarquía sociocultural,
una escala mundial [... J La cima de la nueva jerarquía es extraterritorial; sus niveles inferiores se caracterizan
por grados diversos de restricciones espaciales; las más bajas son, en todo sentido práctico, glebae adscriptl".
BAUMAN, Zygmunt, La globalización, consecuencias humanas, óp. cit., págs. 94 y 138
im BAUMAN, Zygmunt, En busca de la política (Introducción), óp. cit., pág. 13.

470
471

propio del poder y elemento constitutivo de la política adquirió nuevos caracteres. Ya no se


1355
estaba frente a una conciencia ilustrada que velara por el bienestar de la comunidad
como en el mundo moderno; sino que las lógicas se transformaron en aquellas de la
conveniencia; en una relación más cercana al vasallaje (que no tolera la disidencia). Los
instaladores todopoderosos dueños del capital, la riqueza y la tecnología (entes
corporativos), se apoderan de dichos espacios financiando e instalando en cargos públicos a
quienes pudieran dar mayores garantías de obsecuencia. De esta forma los gobernantes no
serán elegidos por sus méritos políticos o por su lucha en el campo públ ico; sino por su
adhesión (sumisión) al señor feudal, al dueño del capital, al señor corporativista y en
algunos casos puntuales será este mismo individuo quien postule a la magistratura.

11.- Una cuota no despreciable de responsabilidad se le debe otorgar a la existencia de un


sistema eleccionario que ha introducido la agonalidad política, al interior de las alianzas;
sistema que en su dinámica enfrenta a quienes debieran ser aliados. Que mejor reflejo de la
naturaleza de nuestro sistema que esta agonalidad extraviada carente de amigos. Esta
falencia relevante del sistema se sanea de una manera exógena y de facto, mediante
componendas señoriales o extra políticas (corporativas) que de una forma disimulada y
patemalista (unilateral) reordena el naipe electoral cuando este amenaza desbordamiento o
bochorno 1356.

Las propuestas de reformas al sistema binominal que se plantean desde la oposición (Nueva
mayoría) y desde e l gobierno, pecan ambas de similares debilidades. La Nueva mayoría
propone una disminución de los distritos (virtualmente a la mitad) y el aumento de
parlamentarios (treinta diputados y diez senadores) y la creación de senadores nacionales.
Esta propuesta acrecienta dos defectos del sistema: por un lado reduce la participación de
las regiones (una parte de ciento cincuenta es notoriamente menor que una parte de ciento
veinte); configurando una atTemetida centralista que revela la naturaleza de esta reformas.
Por otro lado, sería una expoliación, por la "democracia mayoritaria", de fundamentales

1355
"El funcionario moderno, tanto público como privado, pretende siempre y disfruta casi siempre, frente al
dominado de una estimación social ((estamental» específicamente realzada. Su posición social se halla
garantizada por instrucciones que se refieren al rango ocupado y, en el caso de los funcionarios políticos, por
disposiciones penales especiales ... ". WEBER, Max, Economía y sociedad, Fondo de Cultura Económica,
decimoséptima reimpresión, trad. José Medina Echavarría, Juan Roura Parella et allí, Ciudad de México,
2008, pág ., 7 19
us6 Como la caída del ex candidato presidencial L. Gol borne.

471
472

premisas republicanas (que protegen a las minorías); que se acrecientan por la dispersión de
estas últimas (centro poderoso~ periferia débil). Los senadores nacionales rompen el
principio de participación igualitaria de las regiones. Al destruirse este contrapeso se
pierde, en gran medida; la razón de ser de un parlamento bicamerat Es claramente un grave
retroceso que apunta en sentido contrario a un sistema equilibrado y descentralizado.

Por su parte la propuesta del gobierno si bien no peca de centralismo, pues no propone el
aumento de par1amentarios [metropolitanos]; si lo hace al dísminuír los distritos, porque
obviamente las campañas parlamentarias serán mucho más costosas que antes, Es evídente
que ei recorrido~ la propaganda y el territorio a cubrir implican mayores gastos para los
candidatos. EHo le da preeminencia casi incontrastable a los partidos consolidados. Pocos
perciben que el problema no es la {mayor) representación sino las injusticias que permite
esta casta de «representantes» (atentando a! Bien Común). Estas propuestas operan más
como una apertura parcial de esta casta hacia ciertos «incumbentes», que no han tenido
antes un cupo asegurado en la institucionalidad política (aristocrática), que como una
solucíón democrática.

12.- Un elemento que suele pasar desapercibido (y que por eJlo mísmo queremos resaltar),
es la existencia de toda una institucionalidad jurídica (requisito sine qua non del sistema)
que permite la proliferación~ multiplicación y en definitiva ínvisibilización del poder tecnoM
e-conómico en )a forma de personalidades jurídicas múltiples. entre otras estrategias:, En
efecto. esta entidad tecno-económica puede estar representada por varias caras o varias
personalidades jurídicas que suelen ocultar una única presencia monopólica u oligopólica
dejándolo al margen de la prosecución estatal, inclusive penal; euestión que casi nunca.
presenta visibilidad ante la ciudadanía. Lo más preocupante y peligroso es que nadie se
interesa por sacar estas conexiones a la luz. No resulta un despropósito razonar que estamos
ante una sedación moral de los medios. que pennite que estos conglomerados nunca sean
blanco de la queja ciudadana: esta tiende a centrar sus puyas en la institución con mayor
legitimidad de nuestro sistema político: la presidencia de la Republica, provocando su
degradación, en lugar de hacerlo con quienes profitan del poder de una fonna abusiva e
incontrastable.

472
473

Así como se ha ido excluyendo del sistema a la lógica política, de la misma forma se ha
procedido con la cultural. En el caso que nos ocupa, la culturajudeo-cristiana. Es muy claro
que ésta ha ido perdiendo capacidad explicativa de cara a la comunidad1357 (no solo frente a
la feligresía), reemplazada por esta idea espuria de éxito económico (a cualquier costo) para
obtener mayor acceso a bienes y lujos (¿a la felicidad?). La religión del pueblo es el
consumo, los lugares de culto, los ma/1s. Pero ello atenta la naturaleza humana porque no
aporta los componentes básicos (mínimos) para su realización integral 1358.

13.- Al no existir creencias arraigadas en la sociedad, se han creado las condiciones para
franquear las más absurdas y aberrantes aspiraciones minoritarias que hoy, más que nunca
antes, aspiran sacar patente de legitimidad1359• La singular destreza de estos pescadores
resulta ser la clave en este rio revuelto. La mayoría consumista/estereotipada no visualiza
los avances de estas minorías que claramente tienen certezas en sus relatos y que ven en sus
particularidades el motivo de sus existencias. ¿Por qué no imponer estas particularidades a
una sociedad que ha perdido su norte? Ello nos llevará a legitimar y centralizar cuestiones
que - a lo largo de la historia- nos han sido siempre accesorias; y desde luego amarrar
normativamente la anormalidad. Estos vicios, indiciarios de un proceso de decadencia, no
son nuevos en la historia de la humanidad 1360, pero ello no quita un ápice a lo preocupante
de su existencia en nuestra sociedad, también decadente o en vías de serlo.

Creemos posible, aunque engorroso, recomponer el espacio público de debate. El escenario


político tiene que volver a su cauce natural; apartarse de la privatización a la que le han
condenado los capitales y los arreglos cupulares, parapetados en la opacidad y el silencio,
no en la deliberación ciudadana. Pese a ello, no es dificil profetizar que este escenario es

1357
En muchos casos por responsabilidad propia.
1358
" ... frente a las corrientes neoconservadoras y neoliberales que, no solo llaman explícitamente a una
situación de estoicismo resignado, sino que además, sacralizan el capitalismo de forma escandalosa. La
Doctrina Social de la Iglesia debe alzar su voz profética, sin complejos, recuperando su verdadera tradición;
no la tradición del lusnaturalismo lockeano. sino la de los Podres de la Iglesia que se atrevían a preguntar a
los ricos por la injusticia de sus riquezas; la tradición del evangelio cristiano que necesita ser adecuadamente
interpretado, pero no desalarse ni pervenirse", Velasco, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp.
cit., pág.. 38S.
1359
Y algunas hasta de aaturalidad.
1360
" ¡Que podía un estado donde todos los ciudadanos se sentían oradores y tenían por sagrado el derecho a la
habladuría, y cada individuo del cual tenía empeño en conservar su plena independencia y no obedecer?¡Que
podía un estado del cual habían desaparecido el respeto a los valores y la noción de toda jerarquía?", COHEN,
Robert, Atenas una democracia, óp. cit., pág. 2 12.

473
474

más remoto que aquel de la dispersión y la artificíalidad inhumana que se acrecienta a


nuestro derredor, Posiblemente porque requiere acción y no simple acomodación.

En este momento de crisis de legitimación de las instituciones democráticas. nos sefia!a


VELASCO, "no se trata de desechar sin más la fallida experiencia de democratización de la
sociedad y de renunciar a su moralización olvidándose de Rousseau. Se trata. por el
contrario, de proponer una radicahzación de aquellos principios democráticos que en teoría
conJtevan una moralización de los individuos y de la sociedad y que solo su adulteraCfón y
mercantilización han convertido en inoperante. Se trata de profundizar a la vez en la
participación y en el control democrátíco de la vida socíal~ también de ta economía de
mercado" 1361 • Es posible recomponer el sentido de lo humano pero se requieren pasos
importantes como recuperar los espacios políticos; concordar en relatos de vida (no de
pasiones orgánicas convertidas en emblema); rehumanizar nuestra forma de convívencia.
Muchos vislumbran una vía de salida en el resurgir de la religión, pero aun cuando to
consideremos posible, en las condiciones actuales y en el corto plazo resulta dudoso
(aunque factible en el largo). De cualquier forma los cambios ya se están produciendo; y
nuestra forma de vida va a terminar pereciendo, por nuestra propias debilidades. al no saber
a estas altura de Ia historia lo que somos, dejándonos llevar por quienes creen saberlo, tras
reconocerse en sus propios relatos interesados (y artificiales). Somos anímales políticos.
mal que nos pese y la agonalídad debe rebalsar hacia espacios públicos de debate, donde se
tomen decisionesl:362; en caso contrario, esta conflictividad seguirá tensionando nuestros
mundos privados, tornándose cada ve'.t más cotidiana; cogíendo como rehenes a nuestro
propio entorno familiar y comunitario.

"Sí el crecimiento económico guiado por el desarrollo técnico se convierte en el Uflico


medio para realizar los objetivos particulares, es inevitable que estos se conviertan en
irrelevantes respecto al gran instrumento que los hace realizables" 136\ afinna lucidamente

i:rni VELASCO, Demetrio, Pensamiento Político Contemporáneo, óp. cit., pág., 329,
1 •·Jefferson tuvo al menos el presentimiento de los peligros que podía suponer atribuir al pueblo una
1)6-
pa:rtícipación en el poder sin darle, al mismo tiempo, más espacio público que las urnas lectorales y más
oportunidades para hacer ori sus opiniones en la esfera pública que las representadas por el día de las
elecciones... Se dio cuenta de que el peligro mórtal para la republica consistía en que la constitución habia dado
todo el poder a los ciudadanos s.in darles UI oportunidad de ser republicanos y de actuar como ciudadanos",
ARENDT, Hannah, Acerca tle ta Revolución, óp. cit., pág. 261.
3
!¼ 8ARCELLONA, Pietro, La época del PosthumatW. óp. cit., pág., {t

474
475

BARCELLONA. Desaparecidas las posibilidades de reconstitución de las coordenadas de


humanidad, la población se pierde en el consumo, la levedad y la concupiscencia; estas
lacras se han apoderado del escenario de nuestras esperanzas. Pero nada impide que
podamos encontrar caminos nuevos o utilizar los viejos (religión) para recuperarlas.

La solución no pasa por un golpe a la mesa (verbigracia la institucionalidad existente) para


penetrar en nuevos campos de oscuridad autoritaria (la esperanza en una anarquía
permanente es una necedad) 136.¡. La educación cívica y la descentralización política nos
parecen supuestos necesarios. Pero la solución cardinal, la llave para estas u otras
soluciones es. en nuestro sistema, el Presidente de la República, Protector de la
Constitución, quien es el encargado de abrir las puertas de una razonable democratización.
Eso al menos en el mediano plazo.

En un escenario óptimo debieran ser los ciudadanos qmenes guíen las instituciones
democráticas, pues "En una democracia, o al menos en una democracia que en principio
respeta los derechos individuales- afirma DWORKIN-, cada ciudadano tiene un deber
moral general de obedecer todas las leyes, aun cuando podría gustarle que alguna de ellas
cambiara"1365• Las dificultades que acechan nuestro desarrollo integral, en un sistema global
inestable, son muchas y requieren de nuestro mejor esfuerzo y comunión. Ello supone un
mayor empeño por parte de estos apetecidos ciudadanos responsables y conscientes de su
rol histórico. De nada servirán las lamentaciones, si por nuestros errores este escenario
auspicioso se convierta en uno de regresión y conflicto.

El poder del Estado se va vaciando paulatinamente de contenido concreto (poder,


legitimación, influencia), eso parecen percibirlo poco las masas demandantes. No está
lejano el día en que nos situemos ante la evidencia ineluctable que los jerarcas fonnales
(político-administrativos) devengarán en meros testaferros de los poderes reales
(económicos, tecnológicos, feudales). En la futura mesa de negociación de gobernabilidad,
posiblemente al Estado le toque ocupar un lugar secundario.

136
~ Como aftnna BARCELLONA, "No puede haber una sociedad en la que no haya un nomos. Y ese nomos
es la constitución política de la sociedad", El /11divid11alis1110 propietario, óp. cit., pág. 153.
1365
DWORKIN, Ronald, Los Derechos en Serio, Editorial Ariel S.A., quinta reimpresión, trad. Marta
Guastavino, Barcelona, 2002, pág. 279.

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