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Modulo #1 - Marco Conceptual de La Evaluación Educativa
Modulo #1 - Marco Conceptual de La Evaluación Educativa
tutoria@icce.com.ar
Módulo 1
Marco conceptual de la evaluación educativa
Objetivo general
Unidad 1
Características, definiciones y alcances de la Evaluación del
aprendizaje.
Objetivos:
Unidad 2
La evaluación como proceso y las modalidades de evaluación.
Objetivos:
Unidad 3
Funciones, finalidades, objetivos y reflexiones sobre la
evaluación.
Objetivos:
Explicar ámbitos y razones de la evaluación.
Delimitar la finalidad de la evaluación y distinguir entre finalidad del
diagnóstico, del pronóstico y de la selección.
Determinar el objetivo de los diferentes tipos de evaluación.
Definir el concepto de operatividad.
Analizar el concepto de competencias.
Comparar indicadores representativos, sencillos y concretos, dinámicos e
interrelacionados.
Explicar las características de la planificación y los momentos de la
evaluación.
Proponer el análisis de las evidencias del aprendizaje recolectadas en las
evaluaciones como base de la toma de decisiones sobre estrategias de
enseñanza.
Promover una reflexión acerca de cómo afectan a los alumnos y alumnas
diferentes formas de retroalimentación escrita y verbal.
Comenzar a practicar con los estudiantes formas de retroalimentación
acordes con los otros elementos de la formación ya desarrollados e
implementados.
Explicar el concepto de metacognición.
Analizar modelos de interacción entre evaluación y retroalimentación.
Iniciemos el camino…
INTRODUCCIÓN
Contenidos:
Evaluación: su concepto.
Ámbito educativo y evaluación.
Criterios de validez de la evaluación.
Etapas históricas en el desarrollo de la evaluación.
Medición versus evaluación.
Acto de evaluar y agentes de evaluación.
Significados más frecuentes de la evaluación.
Definición global de evaluación educativa y su validez.
Características de la evaluación.
Evaluación, clave del aprendizaje.
Significados frecuentes de la evaluación.
No linealidad del aprendizaje y nuevas teorías cognoscitivas.
Aprendizaje, talento y motivación.
Principios para la evaluación del aprendizaje.
Alcances de la evaluación.
Hacia una definición comprensiva de la evaluación del aprendizaje.
Funciones de la evaluación.
Finalidad de la evaluación.
Objetivos de la evaluación.
Ámbitos de evaluación.
Evaluación y comprensión.
Comparación de la evaluación de criterios preestablecidos y la normativa.
En su turno, para Pedro Lafourcade "es una etapa del proceso educativo
donde se ponderan los resultados previstos en los objetivos que se hubieran
especificado con antelación".
En iguales parámetros cabe situar la definición de De Ketele (1980), para
quien "evaluar significa examinar el grado de adecuación entre un conjunto de
informaciones y un conjunto de criterios adecuados al objetivo fijado, con el fin de
tomar una decisión".
La quinta etapa del desarrollo de la evaluación incluyó la evolución
experimentada desde 1973 hasta la actualidad. Se dio inicio a partir de los años
setenta en Estados Unidos y se caracterizó por la proliferación de modelos
evaluativos y por la profesionalización de la actividad evaluadora.
Autores como Scriven, Stufflebeam y Stake, entre otros, crearon nuevos
modelos de evaluación. Todos ellos reconocieron la necesidad de evaluar las
metas, examinar las inversiones y analizar el perfeccionamiento y la prestación de
los servicios, así como determinar los resultados que se deseen obtener del
programa. También plantearon la necesidad de enjuiciar el mérito o el valor del
objeto de la evaluación.
La evaluación educacional, según Daniel Stufflebeam "es el proceso de
delinear, obtener y proveer información para juzgar alternativas de decisión".
Michael Scriven realizó una de las contribuciones más valiosas en esta
etapa y fue suya la insistencia acerca de que la evaluación educacional implicaba
juicios de valor. Distinguió entre evaluación formativa y sumativa (véase en el
módulo correspondiente) y sobre lo que menos se conocía, la distinción entre
evaluación intrínseca y extrínseca (igualmente, en el módulo correspondiente).
H. Características de la evaluación:
En el proceso de construcción de una definición de evaluación que resulte
más comprensiva es posible enumerar una serie de características que siempre
están presenten en un proceso de evaluación y que sin duda amplían el horizonte
de su aplicación.
En primer lugar se puede afirmar que toda evaluación es un proceso que
genera información y en este sentido siempre implica un esfuerzo sistemático de
aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta información no es casual
o accesoria sino que se produce a través de la evaluación y genera conocimiento
de carácter retroalimentador, es decir significa o representa un incremento
progresivo de conocimiento sobre el objeto evaluado. Desde esta perspectiva la
evaluación permite poner de manifiesto aspectos o procesos que de otra manera
permanecen ocultos, posibilita una aproximación en forma más precisa a la
naturaleza de ciertos procesos, las formas de organización de los mismos, los
efectos, las consecuencias, los elementos intervinientes, etc...
En síntesis es posible afirmar que en todo proceso de evaluación
reconocemos la presencia de ciertos componentes:
1. Búsqueda de indicios: Ya sea a través de la observación o de ciertas formas
de medición se obtiene información, dicha información constituyen los indicios
visibles de aquellos procesos o elementos más complejos que son objeto de
nuestra evaluación. En este sentido siempre hay que tener presente que toda
acción de evaluación finalmente se lleva a cabo sobre un conjunto de indicios que
se seleccionan de modo no caprichoso sino sistemático y planificado, pero no por
ello dejan de ser indicios. Por ejemplo la indagación sobre la adquisición de
determinadas competencias por parte de un grupo de alumnos requiere de la
búsqueda de indicios, de pistas que nos permitan estimar la presencia o ausencia
de dichas competencias.
2. Forma de registro y análisis: A través de un conjunto variado de instrumentos
se registran estos indicios, este conjunto de información que permitirá llevar a
cabo la tarea de evaluación. En este sentido resulta positivo recurrir a la mayor
variedad posible de instrumentos y técnicas de análisis con carácter
complementario ya que en todos los casos se cuentan con ventajas y desventajas
en el proceso de registro ya análisis de la información.
3. Criterios: Un componente central en toda acción de evaluación es la presencia
de criterios, es decir de elementos a partir de los cuales se puede establecer la
comparación respecto del objeto de evaluación o algunas de sus características.
Este es uno de los elementos de más dificultosa construcción metodológica
y a la vez más objetable en los procesos de evaluación. Por una parte se corre el
riesgo que se planteaba inicialmente de reducir toda la evaluación a una acción de
carácter normativo en el cual sólo se intenta establecer el grado de satisfacción o
insatisfacción de determinadas normas. Por otra parte se puede caer en la
tentación de eludir la búsqueda o construcción de criterios con lo cual toda acción
de evaluación resulta estéril ya que sólo es posible hacer una descripción más o
menos completa del objeto de estudio pero no resulta factible realizar un análisis
comparativo.
La mayor discusión en materia de evaluación se platea alrededor de la
legitimidad de los criterios adoptados en una determinada acción evaluativa, es
decir quién define y cómo se definen estos criterios. Esto se incrementa teniendo
en cuenta lo que se planteaba inicialmente de la débil cultura evaluativa de
nuestra práctica pedagógica escolar.
4. Juicio de valor: Íntimamente vinculado con el anterior pero constituyendo el
componente distintivo de todo proceso de evaluación se encuentra la acción de
juzgar, de emitir o formular juicios de valor, este es el elemento que diferencia la
evaluación de una descripción detallada, o de una propuesta de investigación que
no necesariamente debe contar con un juicio de valor. Este es un elemento central
de toda acción evaluativa y el que articula y otorga sentido a los componentes
definidos anteriormente por lo que procura tanto la búsqueda de indicios, las
diferentes formas de registro y análisis y la construcción de criterios estarán
orientadas hacia la formulación de juicios de valor.
5. toma de decisiones: por último la toma de decisiones es un componente
inherente al proceso de evaluación y que lo diferencia de otro tipo de indagación
sistemática. Las acciones evaluativas cobran sentido en tanto soporte para la
toma de decisiones.
Este esun elemento que adquiere importancia central y no siempre es
tenido en cuenta por quienes llevan a cabo los procesos de evaluación y/o quienes
lo demandan. Volver la mirada sobre el componente de toma decisión significa
reconocer que toda acción de evaluación es una forma de intervención que trae
aparejada la toma de decisiones en algún sentido, aun cuando la decisión sea la
inacción y por lo tanto los procesos o fenómenos objetos de evaluación sufren
algún tipo de modificación como consecuenciade las acciones de evaluación. Por
ello se vuelve imprescindible tener presente con anterioridad cuáles son él/los
propósitos o finalidades que se persiguen con la evaluación propuesta.
Teniendo en cuenta lo antedicho resulta oportuna, en términos generales, la
definición propuesta por T. Tenbrink: Evaluación es el proceso de obtener
información y usarla para formar juicios que a su vez se utilizarán en la toma de
decisiones.
Los principios deben guardar estrecha relación con los objetivos generales
de la educación. En este contexto, un principio es la verdad general de aplicación
a muchos casos particulares, y su función es servir de base y dar unidad a las
ulteriores prácticas, procedimientos y materiales. En este contexto, la evaluación:
1 Es parte de una planificación efectiva.
2 Se centra en cómo aprenden los estudiantes.
3 Es central a la actividad en aula.
4 Es una destreza profesional docente clave.
5 Genera impacto emocional.
6 Incide en la motivación del aprendiz.
7 Promueve un compromiso con metas de aprendizaje y con criterios de
evaluación.
8 Ayuda a los aprendices a saber cómo mejorar.
9 Estimula la autoevaluación.
10 Reconoce todos los logros.
Se pueden definir en este contexto una serie de principios:
Principio 1 (Integridad):
La evaluación debe ser considera como parte integrante e ineludible del
proceso educativo. No puede concebirse la tarea educativa sin la evaluación de
las circunstancias: objetivos, contenidos, métodos, procedimientos, materiales,
actividades o experiencias y sus resultados para establecer el nivel de efectividad
de lo realizado. La evaluación del aprendizaje, por consiguiente no debe ser una
cosa separada y ajena, y tiene que estar ligada a todos los aspectos
determinantes del resultado educativo.
Principio 2 (Continuidad):
La evaluación debe ser un proceso continuo de la actividad educativa. Se
evalúa en forma constante para encausar y mejorar la labor del docente y del
educando. Se aplica durante el proceso de la actividad, para investigar su eficacia,
para adaptar la enseñanza a la capacidad de aprendizaje del propio curso, y para
medir el resultado del proceso.
Principio 3 (Efectividad):
La evaluación para el aprendizaje debe ser parte de una planificación
efectiva para enseñar y para aprender. La planificación de un docente debe
proporcionar oportunidades tanto al estudiante y a él mismo para obtener
información acerca del progreso hacia las metas del aprendizaje. La planificación
debe incluir estrategias para asegurar que los estudiantes comprenden las metas
del aprendizaje y los criterios que se usarán para evaluar sus trabajos. También se
debe planear de qué manera los alumnos y alumnas recibirán la retroalimentación,
cómo participarán en la autoevaluación de sus aprendizajes y cómo se les
ayudará a progresar aún más.
Principio 4 (Focalidad):
La evaluación para el aprendizaje debe tener el foco puesto en cómo
aprenden los alumnos y alumnas. Cuando el docente planifica la evaluación y
cuando él o ella y los estudiantes la interpretan como muestra del aprendizaje,
deben todos tener en mente el aprendizaje como proceso. De a poco los alumnos
y alumnas deben concientizarse cada vez más sobre cómo aprenden, a fin de que
su conocimiento sobre los “cómo aprender” sea igual que su conocimiento sobre
“qué” tienen que aprender.
Principio 5 (Individualidad):
La evaluación debe hacerse en relación a las diferencias individuales de los
alumnos. Al evaluar deben tomarse en cuenta las potencialidades y limitaciones
individuales de los alumnos para que la labor docente resulte eficaz. Es de
especial importancia determinar, en forma previa, los propósitos específicos de la
materia, disciplina, trabajos prácticos y cada uno de los instrumentos.
Principio 6 (Cientificidad):
La evaluación debe evaluarse, es decir, existe una metaevaluación.
Hay necesidad de conocer las bondades y limitaciones de los instrumentos de
evaluación de acuerdo con sus objetivos, naturaleza, características, principios y
circunstancias. Si la evaluación cumple con las normas técnicas de cada
instrumento. En el momento de aplicación del instrumento evaluativo conviene
determinar si las condiciones son adecuadas, y si las circunstancias materiales y
humanas son favorables.
Principio 7 (Centralidad):
La evaluación para el aprendizaje debe ser mirada como central en la
práctica de aula.
Muchas de las actividades comunes y corrientes que ocurren en la sala de clase
pueden ser descritas como evaluación. Eso es, las actividades y las preguntas
impulsan a los alumnos y alumnas a demostrar su conocimiento, comprensión y
habilidades. Luego lo que los estudiantes dicen y hacen es observado e
interpretado, y se forma juicios acerca del cómo mejorar y profundizar el
aprendizaje. Estos procesos de evaluación son una parte esencial de la práctica
diaria de la sala de clase e implican a docentes y estudiantes en la reflexión, el
diálogo y las decisiones que conlleva la evaluación.
Principio 8 (Competencia):
La evaluación debe ser considerada como una de las competencias claves
de los docentes. Los docentes necesitan saber cómo: planificar la evaluación,
observar el aprendizaje, analizar e interpretar la evidencia del aprendizaje,
retroalimentar a los alumnos y alumnas, y apoyarlos en la autoevaluación. Por
ende, la evaluación vista de esta manera debe ser parte integral de la formación
inicial de los docentes y de su perfeccionamiento durante el transcurso de su
carrera profesional.
Principio 9 (Impacto):
La evaluación debe ser cuidadosa y expresarse en forma positiva, ya que por
definición la evaluación genera impacto emocional en los alumnos y
alumnas. Los docentes deben ser conscientes del impacto que generan sus
comentarios escritos y verbales, además de las notas, en sus alumnos y alumnas,
en la confianza que tienen acerca de sus capacidades y el entusiasmo por
aprender. Por todo lo anterior, los comentarios enfocados en el trabajo y no en la
persona que lo elaboró son más constructivos.
Principio 10 (Diferencialidad)
La evaluación debe hacer uso de diferentes medios.
Las pruebas se aplican como medio para recoger evidencias relacionadas con el
desenvolvimiento de los alumnos, como resultado de sus experiencias educativas,
pero de ninguna manera constituyen la totalidad de la tarea educativa. Los
procedimientos llamados subjetivos como el de observación y sus registros son de
gran importancia, eficacia y utilidad cuando se pretende evaluar con fines
formativos más que informativos. En segundo lugar, se plantea que la evaluación
debe aplicarse a los diferentes aspectos del proceso educativo.
No sólo se evalúa el aprendizaje, sino también los factores que lo condicionan, el
estado físico y emocional, la inteligencia, los problemas, la capacidad, el interés,
las limitaciones y las circunstancias del alumno. Además del rendimiento
académico, se evalúan también los distintos aspectos de la personalidad; y por
último, se plantea que la evaluación debe efectuarse por diferentes personas. La
evaluación no debe ser obligación exclusiva del docente, ya que deben participar
también las autoridades de la institución y los propios educandos, permitiéndoles
la oportunidad de colaborar en forma activa en la construcción de su aprendizaje.
Principio 11 (Compromiso)
La evaluación debe promover un compromiso hacia las metas de aprendizaje
y un entendimiento compartido de los criterios según los cuales se
evaluarán.
Para dar lugar a un aprendizaje efectivo, los estudiantes necesitan comprender en
qué consisten las metas del aprendizaje y querer lograrlas. Esta comprensión y
compromiso de parte de los alumnos y alumnas hacia su propio aprendizaje surge
sólo cuando ellos han tenido alguna participación en la determinación de las metas
y la definición de los criterios que se usarán para evaluar su progreso hacia éstas.
La comunicación clara de los criterios de evaluación implica formularlos en
términos que los alumnos y alumnas puedan entender, facilitar ejemplos que los
ilustran, y realizar actividades de coevaluación y autoevaluación a fin de que los
mismos estudiantes se apropien de ellos.
Principio 12 (Motivación)
La evaluación debe tener en cuenta la importancia de la motivación del
estudiante.
Una evaluación que enfatiza el progreso y los logros (más que las faltas, fallas o
fracasos) promueve la motivación. En cambio, la comparación entre estudiantes, y
sobre todo entre alumnos y alumnas menos y más exitosos, rara vez ayuda a la
motivación de aquellos menos aventajados. De hecho, puede llevarlos a retraerse
aún más, porque a través de la retroalimentación les han hecho sentir que en
definitiva no son buenos. Existen estrategias de evaluación que preservan e
incentivan la motivación por aprender: por ejemplo, que los profesores y
profesoras provean retroalimentación positiva y constructiva, señalando cómo
progresar; que abran espacios para que los alumnos y alumnas se hagan cargo de
su propio aprendizaje; y, finalmente, que permitan que los estudiantes elijan entre
distintas formas de demostrar lo que saben.
Principio 13 (Mejoramiento continuo):
Los alumnos y alumnas deben recibir orientaciones constructivas sobre
cómo mejorar su aprendizaje. Los estudiantes necesitan información y
orientación para poder planificar los siguientes pasos en su aprendizaje. Los
docentes debieran identificar las fortalezas del aprendizaje de cada estudiante y
sugerir cómo desarrollarlas aún más; ser claros y constructivos respecto a
eventuales debilidades y las formas en que podrían enfrentarse; proveer
oportunidades para que los alumnos y alumnas mejoren su trabajo.
Principio 14 (Autoevaluación y autonomía):
La evaluación para el aprendizaje debe desarrollar la capacidad de los
alumnos y alumnas para autoevaluarse de modo que puedan ser cada vez
más reflexivos, autónomos y hábiles para gestionar su aprendizaje.Los
alumnos y alumnas que cumplen con estas características identifican habilidades
nuevas que requieren desarrollar y luego las puedan aplicar en conjunto con
nuevos conocimientosy mejores comprensiones. También son autorreflexivos e
identifican los próximos pasos para progresar. Una parte importante del trabajo del
profesor y profesora es incentivar a los estudiantes a que se autoevalúen, con el
fin de que a través del tiempo también sean responsables de su propio
aprendizaje.
Principio 15 (Enriquecimiento):
La evaluación para el aprendizaje debe ser usada para enriquecer las
oportunidades de aprender de todos los estudiantes en todas las áreas del
quehacer educativo. La evaluación debe potenciar los mayores logros de todos
los alumnos y alumnas al desarrollar al máximo sus capacidades,
independientemente del punto de partida; y reconocer el esfuerzo que estos logros
significaron. En un mundo ideal, al tener una claridad sobre lo que constituye un
desempeño excelente y descripciones sobre los niveles de logro para alcanzarlo, y
recibir retroalimentan con ideas concretas sobre qué hacer para avanzar, todos los
alumnos y alumnas se benefician.
Principio 16 (Finalidad):
La evaluación debe hacerse con relación a los objetivos educacionales.
Antes de la elaboración y aplicación de los instrumentos evaluativos, hay
necesidad de un análisis de los objetivos, capacidades e indicadores para
determinar los contenidos de las pruebas en relación a ellos. Para que la
evaluación sea funcional debe ir en relación a determinados propósitos. En
conclusión, no se debe perder la vista de los fines, los objetivos generales y el
perfil del alumno.
O. Alcances de la evaluación:
El docente aprende para conocer y aplicar las estrategias metodológicas y
así coloborar con el aprendizaje de sus alumnos. Se necesita aprender de y con la
evaluación, la que actúa al servicio del conocimiento y del aprendizaje.
La evaluación constituye una reflexión crítica acerca de la totalidad de las
etapas y factores que intervienen en el proceso didáctico con el fin de determinar
sus resultados (los que pueden establecerse, los que están en proceso de hacerlo
y aquellos que ya se han completado).
Sobre la base de esta definición, se hace necesario tener en cuenta los
siguientes aspectos:
- Se trata de una reflexión crítica, a través de la cual se estudian las causas
determinantes y los factores que intervienen en el resultado de los procesos
de enseñanza y de aprendizaje, en conjunto con el conocimiento que se
obtiene acerca de ellos.
- Se comprende como un proceso que no se halla únicamente centrado en el
aprendizaje.
Con respecto al último aspecto mencionado, si bien es cierto que el
aprendizaje constituye la síntesis final de todos los factores didácticos y, así,
refleja, indirectamente, una mayor o menor eficacia de todos ellos, no sería posible
diferenciarlo en forma sustancial de un tratamiento más científico de la evaluación.
Por lo tanto, es necesario determinar la contribución real de cada uno de los
factores aludidos, así como su incidencia sobre el alumno y sobre el aprendizaje.
Además de los factores enunciados, los cuales influyen en una manera
directa en el aprendizaje, es necesario considerar la incidencia de otra serie de
elementos que, aunque no lo hacen en forma tan directa, de hecho sí intervienen
en el resultado final. Entre ellos es posible destacar los siguientes:
- La necesidad que tiene el alumno de contar con un lugar que le permita
desarrollar su tarea de estudio en forma productiva.
- La idea de que el alumno se verá beneficiado, al desempeñarse en un
contexto familiar distendido y libre de estímulos negativos que llegarían a
perturbar su rendimiento.
- La existencia de un clima social favorable para el desarrollo sociocultural
del alumno, por ejemplo las actividades y los medios culturales que
estimulan el aprendizaje.
- La distribución equilibrada del tiempo entre las tareas de estudio, la
diversión, y las tareas del hogar o la dedicación familiar.
P. Una definición comprensiva de evaluación del aprendizaje:
En el proceso de construcción de una definición de evaluación que resulte
más comprensiva luego de analizar su conexión con el aprendizaje, es posible
enumerar una serie de características que siempre están presenten en un proceso
de evaluación y que sin duda amplían el horizonte de su aplicación.
En primer lugar se puede afirmar que toda evaluación es un proceso que
genera información y en este sentido siempre implica un esfuerzo sistemático de
aproximación sucesiva al objeto de evaluación. Pero esta información no es casual
o accesoria sino que la información que se produce a través de la evaluación
genera conocimiento de carácter de retroalimentación, es decir significa o
representa un incremento progresivo de conocimiento sobre el objetoevaluado.
Desde esta perspectiva la evaluación permite poner de manifiesto aspectos o
procesos que de otra manera permanecen ocultos, posibilita una aproximación en
forma más precisa a la naturaleza de ciertos procesos, las formas de organización
de los mismos, los efectos, las consecuencias, los elementos intervinientes, etc...
R. Evaluación/promoción:
La decisión de promoción es la que, con más frecuencia, debe enfrentar el
docente desde las promociones formales (curso a curso) hasta las promociones
diarias (de una tarea a otra, cuando se considera que se ha alcanzado un nivel de
conocimientos suficiente).
Por lo tanto, la evaluación puede resultar un elemento estimulante para la
educación en la medida en que pueda desembocar en decisiones de promoción
positivas, y para ello es preciso que el sistema educativo sea público y coherente,
ofreciendo la información precisa para ofrecen la dificultades que puedan surgir.
Para ello, es necesaria una definición clara de los objetivos previos y una
recuperación inmediata en caso de fracaso.
En caso de que el fracaso sea reiterado, se hace imprescindible la
utilización de procesos diagnósticos y terapéuticos. Por tanto, lo deseable es la
promoción tanto desde el punto de vista del aprendizaje como desde el punto de
vista del desarrollo armónico de la persona.
13. Cuando los autores afirman que los factores de éxito son “sólo en
apariencia de simple implementación”, ¿A qué se refieren?
20. Si pudiese conversar directamente con los autores, ¿qué preguntas les
harían?
¿Cuáles son los principios que a su juicio, requieren de mayor grado de
precisión?
¿Cuáles son los principios que según su experiencia profesional serán los
más fáciles/difíciles poner en práctica? ¿Por qué? ¿Qué obstáculos tendrían
que ser superados para lograr su implementación?
21. ¿Cuáles son las razones de las autoras que fundamentan el juicio que “la
práctica pedagógica en nuestras escuelas ha estado caracterizada por una
débil cultura de la evaluación”? ¿Hasta qué punto esta crítica podría hacerse
extensiva a su liceo? ¿Qué tipo de acciones podrían ser realizadas en su
aula y en su liceo para mejorar la situación?
22. ¿A qué se refiere la afirmación de que “la evaluación permite poner de
manifiesto aspectos o procesos que de otra manera permanecen ocultos”?
¿Hasta qué punto tienen esta característica las evaluaciones que realizan
comúnmente con sus alumnos y alumnas?
Unidad 2
La evaluación como proceso y las modalidades de evaluación:
Contenidos:
La evaluación como proceso.
Modalidades de la evaluación según la extensión.
Modalidades de la evaluación según los agentes evaluadores.
Heteroevaluación, autoevaluación y co evaluación.
Modalidades de evaluación según el momento de aplicación.
Modalidades de evaluación según el criterio de comparación.
Modalidades de evaluación según la finalidad y función.
Características de la evaluación diagnóstica.
Evaluación diagnóstica modificadora y preventiva.
Evaluación diagnóstica de reestructuración.
Modelos de evaluación diagnóstica.
Evaluación formativa o de proceso.
Reflexiones sobre la terminología asociada a la evaluación formativa.
Evaluación sumativa o de producto.
Perspectivas cualitativas, cuantitativas y paradigmas.
Características técnicas de la evaluación.
Analizar los conceptos de confiabilidad y validez.
Puntaje y calificación.
La evaluación continua.
condiciones fundamentales.
Importancia de la autoevaluación:
La autoevaluación es una técnica de gran importancia en la evaluación
formativa, ya que el alumno la realiza respecto de sus propias actividades, sus
actitudes y su rendimiento.
Se considera la autoevaluación como la formulación de un juicio de valores
que, sobre la base de una información válida sobre su propio aprendizaje, tanto en
el proceso como en el producto, le sirve al alumno para tomar decisiones a fin de
optimizar sus aprendizajes futuros.
La autoevaluación es igualmente un proceso de gran importancia en la
evaluación diagnóstica. Puede resultar significativo saber cuál es la percepción del
sujeto respecto al trabajo que realiza, tanto a nivel individual como grupal.
Para aplicar la autoevaluación es preciso ayudar al mismo a que concrete y
desarrolle, íntegramente, todos los aspectos que conforman el objeto de la
autoevaluación. Entre ellos, se incluye el proceso que siguió en el desarrollo del
trabajo, las dificultades halladas, el material utilizado y el tiempo dedicado.
La autoevaluación puede ayudar al docente en el diagnóstico, porque busca
estimular la participación activa del alumno en las tareas de la evaluación, y
además lo compromete con sus resultados al poder identificar lo que saben o no
saben y las razones de cada una de esas causas para superar los problemas.
Además, la autoevaluación sirve al docente para conocer mejor a sus
alumnos, sobre todo en un período de diagnóstico inicial, de planificación de
nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje y para adecuarlas a las
características y necesidades de sus alumnos.
Las ventajas de la autoevaluación consisten en la toma de conciencia de los
propósitos y objetivos que se persiguen en el aprendizaje, y por otra parte, se
estimula la responsabilidad de los alumnos en la realización de las tareas, se
comparan los resultados logrados en un determinado momento con otros
conseguidos anteriormente, se elaboran gráficos que muestren su progresión y se
utilizan los resultados de la evaluación como medio de superar dificultades y
aprender a aprender.
a) Modelo didáctico:
Construcción teórico formal que, basada en supuestos científicos e
ideológicos, pretende interpretar la realidad escolar y dirigirla hacia
determinados fines educativos.
Representación simbólica conceptual de la realidad educativa, tendrá por
objetivo funcionar como esquema mediador entre la realidad educativa y el
pensamiento.
Sirve como estructura en torno a la cual se organiza el conocimiento.
b) Modelo educativo:
Implica la política educativa, la filosofía de la educación y la concepción
teórica sobre educación.
Pretende unidad de los códigos culturales y se concreta en la comunidad
(participantes del hecho educativo).
c) Modelo pedagógico:
Implica el contenido de la enseñanza, el desarrollo del niño y las
características de la práctica docente. Pretende lograr aprendizajes y se
concreta en el aula.
Instrumento de la investigación de carácter teórico creado para reproducir
idealmente el proceso enseñanza - aprendizaje.
Paradigma que sirve para entender, orientar y dirigir la educación.
Sobre la base de lo expuesto se pueden diferenciar diferentes tipos de
modelos de evaluación diagnóstica:
Discriminación:
La discriminación es el poder que tiene una prueba u otro instrumento de
evaluación para diferenciar a los alumnos en función del rasgo que se mide. Una
prueba de rendimiento discriminará si indica los diferentes niveles de logro.
Si una prueba separa en forma consistente a los educandos en diversos
niveles de rendimiento, se puede asegurar, que posee un excelente índice de
discriminación.
El índice de discriminación indica hasta qué punto cada pregunta
discrimina o clasifica a los alumnos en niveles de rendimiento. Las preguntas de
mayor índice de discriminación son las que responden bien sólo aquellos que
obtuvieron el mayor puntaje (PM).
Total:
ACTIVIDADES:
Integral.
Criterial.
Crítica.
Orientadora.
Acumulativa.
Funcional.
Educativa.
Continua.
10. Ejemplifique decisiones que Ud. Puede adoptar como docente antes del
inicio de los proceso de enseñanza y aprendizaje. Enumere los tipos de
evaluación de acuerdo a quien evalúa.
CONDUCTUAL SITUACIONAL
COGNITIVO CODUCTUAL
ESTILOS COGNITIVOS
ENFOQUE PIAGETIANO
20. Complete una red conceptual final con los principales conceptos vertidos
en este módulo.
Unidad 3
Funciones, finalidades, objetivos y reflexiones sobre la
evaluación
Contenidos:
Funciones de la evaluación.
Términos de la evaluación.
Ámbitos de la evaluación.
Contenidos, vías y medios en la evaluación.
La evaluación y el PEI.
Síntesis sobre la evaluación.
Razones de la evaluación.
Finalidad de la evaluación educativa.
Objetivos de la evaluación educativa.
Aportes de Delors y Coll.
Sistema integrado de evaluación.
Evaluación y mediación.
Modelo transformativo o de Bush y Folger.
Modelos circular narrativo y transformador.
Evaluación y metacognición.
Rol e interacción de la retroalimentación en la evaluación.
Cuestionario para llevar a cabo la retroalimentación.
Pautas de análisis para el cuestionario de retroalimentación.
La evaluación y el PEI:
Interesa saber cuáles son los usos y fines de la evaluación; certificar o
calificar el aprendizaje logrado por los alumnos, acreditar y promover a los
alumnos, ejercer control a conocer y valorar el proceso de adquisición del
aprendizaje de los alumnos.
En el marco de la gestión institucional, la evaluación se transforma en una
práctica intrínseca al desarrollo e implementación del PEI. Por lo tanto, si el PEI
expresa los principios y objetivos institucionales, la valoración de las prácticas se
realizará en función de ellos. Seguidamente las decisiones deberían tender a
elaborar e instrumentar estrategias que permitan acercarse a los objetivos
institucionales.
Es importante señalar que un proyecto institucional involucra a todos los
actores de un establecimiento escolar, aunque a partir del reconocimiento de los
diferentes grados de implicación en el proyecto que los actores puedan tener.
También solicita una planificación de la participación de los actores; requiere de
tiempos (a veces prolongados) para su formulación y exige la previsión de
diferentes estrategias para atender las características propias de los
establecimientos que integran un nivel, una modalidad, etc.
Clasificación de objetivos:
De entre la clasificación existente de los objetivos (Guilford, Gagné,
Boulding, Bloom, Coll, Derlors, Sullivan y otros), las más conocidas son las de
Benjamin Bloom y, especialmente, las de Robert Gagné, Jacques Delors y César
Coll.
1. En el área cognoscitiva. Este dominio abarca los procesos mentales que se
conocen como “memoria” e “inteligencia”. Abarcan conocimientos, habilidades
intelectuales y aptitudes.
En esta área pueden redactarse objetivos de intensidad, complejidad y
abstracción diversa, por ejemplo: 1. Conocer, 2. Comprender, 3. Aplicar, 4.
Analizar, 5. Sintetizar y 6. Evaluar.
El conocimiento es el nivel más bajo de los productos del aprendizaje en
el dominio cognoscitivo. Se define como la capacidad de evocar o recordar el
material informativo.
La comprensión que influye en la habilidad para captar el significado de un
material y la capacidad de hacer uso de ella, la interpretación del material y su
explicación, el cálculo de cualquier tendencia o la predicción de consecuencias o
efectos.
La aplicación es la habilidad para hacer uso del material aprendido en
situaciones nuevas y concretas tales como reglas, métodos, conceptos, principios,
leyes y teorías. Requiere un nivel elevado de conocimiento y comprensión y del
uso de abstracciones para revolver problemas.
El análisis es la habilidad de separar el material en sus dos partes
constitutivas, de tal manera que su organización estructural puede ser entendida.
Significa identificar las partes, analizar su interrelación y reconocer los principios
organizativos.
La síntesis es la capacidad de unir las partes para formar un todo nuevo, y
puede implicar la producción de una comunicación única, tema o discurso, un plan
de operaciones, investigaciones o un formulario de relaciones abstractas, así
como comportamientos creativos y proposiciones de nuevos patrones o
estructuras.
A la evaluación le atañe la capacidad de juzgar el valor de un material para
un propósito dado. Los juicios deben fundamentarse en criterios definidos y
estándares identificables que puedan ser internos o externos. Los productos del
aprendizaje en esta área son los más elevados de la jerarquía cognoscitiva.
2. En el área afectiva. Este dominio incluye intereses, actitudes, valores, normas,
apreciaciones, comportamientos, modos de adaptación y creencias.
Las categorías que van de lo simple a lo complejo y de lo concreto a lo
abstracto incluyen: 1. Recibir, 2. Responder, 3. Valorar, 4. Organizar, 5.
Caracterizar
3. En el área psicomotriz. Este dominio hace referencia a la coordinación neuro-
muscular.
Es el campo de las destrezas física y habilidades manuales que nunca son
sólo motrices ya que llevan una carga psíquica y figuran las siguientes: 1.
Frecuencia (promedio o cantidad de veces que se ejecuta una habilidad o
destreza), 2. Energía (cantidad de fuerza o potencia que se requiere para ejecutar
una habilidad o destreza) y 3. Duración (tiempo en el cual el alumno ejecuta la
habilidad o destreza).
En el área psicomotriz se definen también hábitos y habilidades.
Los hábitos son conductas que no requieren reflexión ni intencionalidad,
por cuanto la respuesta, a base de repetirla en situaciones idénticas, surge de
forma fácil y espontánea.
Las habilidades, físicas o mentales, son formas de conductas adquiridas,
al contrario de las aptitudes, que son innatas y hacen más fácil, precisa y efectiva
la acción.
Para Jacques Delors los objetivos se deben clasificar en las siguientes
categorías:
Aprender a conocer: Que incluye capacidades para aprender durante toda
la vida, como manejo de estrategias cognitivas para procesar la información
y resolver problemas, estrategias metacognitivas para el conocimiento y el
manejo de mecanismos internos.
Aprender a hacer: Encierra formas de actuar, usar y aplicar correcta y
eficazmente de manera práctica los conocimientos adquiridos.
Aprender a vivir juntos: Consiste en la capacidad de liderazgo,
integración, participación en grupos cooperativos y aceptación de la
diversidad.
Aprender a ser: Comprende la autonomía y la capacidad de juicio,
fortaleciendo la responsabilidad personal en la realización del destino
colectivo; encierra talentos como la memoria, el raciocinio, la imaginación,
las aptitudes físicas, el sentido estético, la facilidad para comunicar a los
demás y el carisma natural.
Para que los docentes puedan tomar decisiones tendientes a mejorar los
procesos de enseñanza y aprendizaje es necesario que reflexionen sobre su
propia práctica: sólo a partir de esta reflexión en el marco del PEI podrán ajustar
las acciones necesarias para acercarse a los objetivos que la institución persigue.
Según Mc Kerman "La idea del docente como investigador es de
importancia crucial para el desarrollo futuro de la profesión y del currículo en
general. Estoy firmemente convencido de que si esta idea se tomara más en serio,
el currículo mejoraría espectacularmente. Esta investigación incumbe al
profesional en ejercicio y hay signos de que es una idea cuya hora ha llegado. Una
escuela que es sólo distribuidora de conocimiento no sirve para liberar a los
profesores y a los alumnos, sino para sumirlos en la esclavitud, pues los priva de
sus derechos intelectuales".
4.- Decisión sobre cuáles de las medidas perfiladas en el plan general deben ser
puestas en marcha en primer lugar, y cómo se verificarán los procesos de puesta
en marcha y sus efectos: se utilizarán técnicas de recolección de información.
La Antropología social que surge desde la psiquiatría y la investigación
participativa, con un estilo de investigación fundamentalmente distintos desde la
tendencia dominante e investigación educativa.
.
Desde la Antropología social se toma la evaluación iluminativa, cuyos fines
son el estudio del proyecto innovador, cómo funciona, cómo influyen las variadas
situaciones escolares en la que se aplica, qué ventajas y desventajas encuentra
en él, las personas directamente interesadas y cómo afecta las actividades
individuales desde los estudiantes y las experiencias académicas.
Evaluación y mediación:
La evaluación puede cumplir el papel de mediación desde diferentes
perspectivas. En la práctica puede ser asumida como un instrumento de poder por
parte del maestro lo que genera en el estudiante temor, prevención, angustia,
inseguridad.
También puede ser tomada como cumplimiento de requisitos establecidos,
ya sea por la norma o por decisiones institucionales que de ninguna manera
favorece al docente, al estudiante y mucho menos a la institución.
Estas formas, en nada cumplen con los objetivos ni con el sentido de una
verdadera evaluación. En contraposición con estas concepciones, surge la
evaluación como mediación pedagógica, entendida como aquel proceso de
interacción de uno a otro, donde lo más importante es hacer que el estudiante
tome conciencia del proceso de aprender, en una dinámica donde no se
establecen diferencias entre enseñar, aprender y evaluar, hasta el punto de
avanzar en la capacidad de pensar y de decidir con autonomía. Para tal fin el
maestro debe ser mediador entre el conocimiento y el estudiante.
El contacto entre evaluador y objeto o sujeto a evaluar no es un acto
mecánico, aséptico y directo, sino que se realiza a través de un proceso
complicado de mediación.
Esto explica lo que afirma Sacristán (1994) cuando expresa: “La evaluación
es un proceso de interacción que implica una mediación”. Según este autor el
esquema mediador tiene fuertes proyecciones de la personalidad de los
profesores y se traduce en las relaciones que establece con sus estudiantes; es
un producto de una biografía personal, de una formación, de una capacidad de
apertura o sensibilidad hacia el medio ambiente.
Gracias a la intervención del esquema mediador puede aplicarse que
jueces o evaluadores diferentes, se comporten de forma distinta, o emitan juicios
diferentes ante una misma situación u objeto evaluado. Cada docente dispone de
un esquema mediador que es personal, aunque existan esquemas generales
propios de un grupo o tipo de docentes.
Según este autor, deben mejorarse los procedimientos de evaluación,
actuando sobre el proceso intermedio de mediación, mejorándolo o sustituyéndolo,
lo que implica una transformación real en el funcionamiento de la mentalidad de
los profesores y no meramente la adquisición de un esquema o modelo aprendido
pero no incorporado a ese funcionamiento. Ejemplo. Hay docentes que califican
con un sobresaliente la tarea ejecutada por el estudiante, por el hecho de que la
hubiese concluido, aunque se aprecian de forma evidente errores diversos en el
ejercicio. Solamente la conclusión de la tarea, independientemente del modo de
realización y de la calidad del producto final, es un criterio de procedimiento que
utiliza el docente a la hora de evaluar.
Sacristán (1994) también sostiene que la capacidad de incidencia del
esquema mediador de los docentes en la evaluación es alterable y educable y que
la evaluación como mediación está condicionada y nutrida por las teorías
implícitas de los profesores. Esto indica que un profesor está en capacidad de
mejorar sus prácticas evaluativas; en el intercambio con los otros, en las nuevas
lecturas que realiza, aparece algo nuevo, la duda, la ruptura de certezas, la
posibilidad de confrontación con otros puntos de vista y por ende la posibilidad de
transformación.
En líneas generales se puede considerar la evaluación como mediación
pedagógica entendida como aquélla que permite determinar el grado de ayuda
que requiere el estudiante, para que a partir de allí se generen espacios y
estrategias de intervención frente a las dificultades, en función de la cualificación
de los procesos, la transformación de los esquemas y por ende el éxito escolar. El
profesional mediador encuentra así un constante desafío en saber identificar y
definir las causas de los problemas que entorpecen los procesos educativos; la
evaluación no es un proceso lineal; exige retrocesos y modificaciones profundas.
Para ello debe recurrir a su experiencia, a los equipos interdisciplinarios, a los
compañeros, a la misma familia.
Esta mediación pedagógica exige interacción entre las partes: directivos,
docentes, estudiantes y padres de familia, la cual debe darse en un ambiente de
apertura de tal manera que genere motivación, seguridad, confianza y equilibrio.
La evaluación como mediación pedagógica, debe ser un proceso formativo
que permita avanzar hacia la capacidad de pensar y de decidir con autonomía
sobre el mundo propio y el circundante, de allí que la evaluación debe llevar al
estudiante a trascender la nota, a superar el número, es decir que sea capaz de
construir y aplicar un sistema efectivo de autorregulación de su aprendizaje. Es
decir, como firma Flórez Ochoa (2003) se hace referencia no sólo al conocimiento
sino también al aprendizaje como proceso cognitivo bajo dos aspectos principales:
Como el conocimiento declarativo que obtiene el sujeto aprendiz de
sus procesos cognitivos sobre los que sabe, lo que entiende menos
o entiende mejor, lo que le es claro y confuso…
Como regulación procedimental de los procesos cognitivos, es decir,
cuáles procedimientos y estrategias adopta conscientemente el
aprendiz para facilitar su proceso de aprendizaje…
El modelo pedagógico social cognitivo que es el que sigue la condición
normal y que es sustentado por Flórez Ochoa, exige una evaluación como
mediación pedagógica, dinámica, no estática, pues lo que se evalúa es el
potencial de aprendizaje que se vuelve real, gracias a la enseñanza, a la
interacción del estudiante con otro.
La evaluación no se desliga de la enseñanza; detecta el grado de ayuda
que requiere el estudiante, para resolver un problema por cuenta propia.
Flórez Ochoa (2003), sugiere la utilización de la autoevaluación en función
de promover en el estudiante confianza, control, autoestima y autonomía para
crear en él mayores niveles de responsabilidad en la toma de decisiones sobre su
propio proceso educativo, de manera que lo evalúe y haga propuestas para su
mejoramiento. Una persona que es capaz de autoevaluarse, asume la
responsabilidad de la calidad, y la eficiencia de su aprendizaje, la calidad de las
estrategias metacognitivas que usa en cada situación de aprendizaje.
En un modelo social cognitivo debe haber preocupación por la cognición,
pero también debe tener en cuenta el proceso que la facilita y permite lograrla. Es
la cognición la base para comprender, actuar y hacer, en interacción con los
demás, porque el conocimiento es una construcción fundamentalmente social, que
se lleva a cabo a través de un proceso en el que los modelos interpretativos
iniciales de quienes participan en el mismo, pueden evolucionar gracias a
actividades que favorezcan la explicitación de los propios puntos de vista y su
confrontación con la de los otros. En este sentido, la evaluación y muy
especialmente la autoevaluación y co-evaluación son los que movilizan todo el
proceso de construcción del conocimiento.
Desde esta perspectiva, el estudiante debe interpretar los nuevos datos que
le llegan, ponerlos en escena, confrontarlos con los de otros para analizar la
fuerza de sus propios argumentos y lograr apropiación de los mismos. Por su lado,
el docente debe evaluar las necesidades del estudiante, sus sistemas de
comunicación ya que éstos reflejan la evolución de las formas de pensamiento. En
estas condiciones, “enseñar, aprender y evaluar son en realidad procesos
inseparables” como lo dice NeusSanmartí y Jaume Jorba (1995).
El aprendizaje mediado pedagógicamente se logra cuando se adquieren
comportamientos apropiados y estructuras operatorias a través de las cuales se
modifica la estructura cognitiva de quien aprende.
En consonancia con lo afirmado anteriormente, Feurstein (1986), propone
un modelo de evaluación que refleja realmente el nivel de funcionamiento
cognitivo denominado Modelo de Evaluación del Potencial de Aprendizaje que
está estructurado en una serie de test que evalúa el funcionamiento cognitivo de
los niños especiales y su potencial real de aprendizaje “la capacidad que tienen
las personas para pensar y desarrollar conductas inteligentes”.
Con este modelo se pueden explicar los bajos rendimientos de los sujetos y
se pueden definir estrategias de modificación de la estructura cognitiva de los
niños, como también, el trabajo pedagógico y didáctico del mediador, como se
observa a continuación:
Evaluación y metacognición
Para trabajar estas tipologías, se sugiere que sea utilizada para considerar
las prácticas evaluativas en cuanto a la retroalimentación. La pregunta preferencial
del docente se relaciona con lo siguiente: ¿Cuáles son los tipos de
retroalimentación que más frecuentemente utilizan con los alumnos y alumnas?
De ahí se desprenden muchas otras interrogantes, tales como ¿es la
respuesta a esta pregunta inicial diferente en relación a mis distintos cursos de un
mismo nivel o cursos de diferentes niveles? ¿Es esta respuesta diferente cuando
se trata de corregir una prueba escrita en comparación con los comentarios
verbales y no verbales
“rutinarios” se presentan a los estudiantes? ¿Cuán consciente es el docente
acerca del hecho que los alumnos y alumnas interpretan lo que dice o hace como
retroalimentación negativa o positiva y es la intención que así sea? Y finalmente,
¿hasta qué punto conozco las consecuencias de mi retroalimentación en mis
alumnos y alumnas?
Una técnica para recolectar información sobre este tema es simplemente
analizar las marcas escritas en evaluaciones a la luz de la tipología presentada
arriba.
Esta tarea puede realizarse individualmente o en pequeños grupos de
docentes.
La literatura académica sobre este tema sugiere que existen diferentes
estilos para distintos sectores de aprendizaje, por lo que podría resultar
interesante entablar una discusión entre colegas de un mismo sector sobre las
prácticas típicas de retroalimentación a los alumnos y alumnas.
Una buena manera de abordar la retroalimentación verbal y no verbal es
organizar visitas en aula entre colegas, para que una persona externa a la
dinámica
“tome apuntes” durante una o dos horas de clases sobre lo que observa en este
plano. Se sugiere que en lo posible inmediatamente después de esta observación,
los dos colegas se reúnan para conversar lo visto. Luego los colegas deben
cambiar de rol; el que observó en primera instancia debe ser observado y
viceversa. Podría ser útil que el observador clasifique en términos aproximativos
las interacciones entre el observado y sus estudiantes en términos de la tipología
vista arriba y que esta clasificación sea la base de la conversación posterior. Si no
es así, siempre es importante que antes de realizar la observación, esté claro
entre los colegas exactamente qué es lo que será el foco de la observación y la
base de la conversación posterior.
Otra alternativa muy potente para observar la retroalimentación verbal y no
verbal es filmar una clase y luego verla en video con tranquilidad. Aunque a la
mayoría no le gusta escuchar su voz en audio y verse en video, no obstante unas
grabaciones pueden constituir el punto de partida de una rica conversación y el
principio de un camino para avanzar en la forma en que se retroalimenta a los
alumnos y alumnas
Estructura de un cuestionario para llevar a cabo la retroalimentación
ACTIVIDADES
8. Ejemplifique:
a) Cada fase del proceso de preparación de una evaluación.
b) Las decisiones que puede adoptar como docente antes del inicio de los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
9. Describa brevemente las razones de la evaluación.
12. Elabore una planilla de criterios para evaluar a sus alumnos en el nivel y
la modalidad de enseñanza en que se desempeña.
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