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Trabajo Integrador Final de Grado

PROYECTO DE TRABAJO FINAL:

“RESTAURACION DE LAS AREAS VERDES Y

LOS JARDINES DEL HOSPITAL DE AGUDOS

Dr. ENRIQUE TORNÚ”

Carrera: Licenciatura en Paisajismo

Alumno: Facundo Wenceslao Lascano

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Tutor: Arq Silvia Rossi

8 agosto del 2021

Resumen

Índice

1. Prólogo.

La Parte de Justifcación y los Objetivos de esta tesis deben aparecer

como item importante en el índice

2. Capítulo I: Presentación del tema. Modo de abordaje y planteamiento

metodológico. ABAJO PONELES LOS SUBTÍTULOS que aparecen en

el texto

3. Capítulo II: Marco conceptual, antecedentes y definiciones.

4. Capítulo III: Desarrollo del proyecto

-Falta una parte de recursos económicos

5. Conclusiones y Recomendaciones.

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Bibliografía

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Resumen

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1. Prólogo.

El ser humano, desde los comienzos de su existencia, utiliza

diversas formas de contacto con la naturaleza para optimizar su

supervivencia. Para optimizar así su permanencia en un ambiente

saludable que pueda ofrecerle una variedad de actividades restauradoras

busca empreder renovación de recursos y capacidades funcionales en su

medio de trabajo o ambiente laboral.

. Debe ser asequible y accesible, y alentar el bienestar físico, mental

y social para mejorar la calidad de vida de las personas. Se refuerzan con

esto, los principios que afirman que el contacto de las personas con los

ambientes naturales reviste, por sus efectos beneficiosos, una

importancia fundamental para la salud humana (Cáceres Guido P, Varela

BG, Bach HG, et al, 2018).

Dicho esto, podemos señalar que para poder lograr el cometido final

de este trabajo se ha de investigar los criterios y principios para realizar la

restauración de las áreas verdes y los jardines del Hospital Agudo Dr.

Enrique Tornú, aplicando criterios higienistas para el paisajismo, que

permita devolver ese efecto sanador a los pacientes, trabajadores y

visitantes del centro de salud.

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2. Capítulo I: Presentación del Tema. Modo de Abordaje y

Planteamiento Metodológico.

Presentación del Problema

La idea de construir una Buenos Aires higiénica, como modelo

urbano de finales del siglo XIX, fue complejizando las representaciones

sociales en las formas y maneras de ver la Ciudad. Esa organización

espacial como un producto social, modelado y condicionado por las

relaciones socio-económicas y políticas contextuales, tuvo su incidencia

en el tratamiento de los espacios verdes de las instituciones hospitalarias,

como parte del plan de higiene pública, llevado a cabo para el bienestar

de la sociedad (Campari, 2009).

En este contexto se ha podido desarrollar algunos servicios básicos

para el bienestar de la población, resultó contrariamente, muy limitada su

actuación para instalar cambios sustanciales en el funcionamiento

hospitalario para adecuarlo a las necesidades sociales y al crecimiento

demográfico de la Ciudad, tanto sea en materia de mantenimiento,

reformulación, ampliación y construcción de nuevos establecimientos

siguiendo los lineamientos higiénicos que se requerían para la

conformación del espacio hospitalario (Campari, 2009).

Con el higienismo se incorporó la idea de “verde” como instrumento

sanador de un modelo de ciudad sana, bajo una noción organicista de la

trama urbana, en la cual se consideraba a la ciudad como un “organismo

vivo” que respiraba a través de la vegetación, promoviendo la calidad de

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vida y bienestar de sus habitantes. Esta concepción primó en la

planificación de los espacios públicos como el arbolado de aceras en

calles y avenidas, jardines, plazas y parques, y en la incorporación de

tareas especializadas en jardinería y producción en el “criadero de

plantas” para la provisión de diversas especies vegetales en sitios

existentes y proyectados de la Ciudad. Estas intervenciones paisajísticas

se vieron potenciadas en las gestiones consecutivas de la Dirección de

Parques y Paseos de la Municipalidad. (Campari, 2009).

Se configuró un paisaje hospitalario que respondió a una norma de

organización sanitaria, en la cual cada hospital estaría compuesto por un

sistema de pabellones aislados y, a la vez, vinculados entre sí por áreas

verdes perimetrales como piezas, articuladas y constituyentes, de un

concepto de conjunto hospitalario, rodeados externamente por un muro

divisorio como límite entre lo sano y lo insano de la Ciudad. En este

sentido, plasmado en la generalidad, el hospital fue concebido bajo

criterios higienistas en los cuales se evidenció la acción benefactora de la

luz natural, los ambientes ventilados y la altura de los edificios, que se

vieron favorecidos por la distribución aislada de los pabellones y del uso

adecuado de la vegetación como manto circundante de saneamiento

exterior.

En ellos podíamos encontrar; “los jardines llenos de árboles que

aíslan y separan los distintos pabellones, contribuyen a dar al hospital, un

aspecto alegre que contrasta con la idea que en general se tiene de estos

establecimientos, y al mismo tiempo proporcionan a los convalecientes

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sitios agradables donde pueden reposar durante el día, respirando un aire

más puro y vivificante que el de las salas” (Campari, 2009).

En este contexto se fueron articulando esos espacios verdes a

modo de jardines en los hospitales, sujetos a la idea de materializar la

separación entre los pabellones, pero a la vez comunicando a todo un

conjunto sanitario. En esta noción de espacio verde hospitalario se hizo

hincapié en las especies arbóreas dispuestas como masas envolventes y

coberturas de césped, como elementos compositivos fundamentales para

el tratamiento exterior.

Estos espacios ajardinados se incorporaron como módulos

repetitivos, incluidos en un dispositivo mayor como lo era la institución

hospitalaria, modelando un diseño espacial que determinó, no solo el

beneficio que estos espacios verdes reunían para el ambiente urbano,

cada más acelerado e industrial, sino que además, normalizó el modelo

de hospital con jardines como recursos de aislamiento, decoración y

terapéutica hospitalarias; que, en su devenir histórico hasta el presente,

reflejó nuevas representaciones en el marco de las propuestas sanitarias

que se instalaron en la complejidad de la sociedad actual (Campari,

2009).

Si bien es cierto la naturaleza es buena para cualquier persona, ya

que el contacto con ésta, es como si uno mismo reviviera, los pulmones

se limpian, la percepción visual la variedad de colores mezclados, causa

una sensación de paz, tranquilidad y seguridad que invita a permanecer.

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Se destaca el impacto positivo de la exposición a espacios verdes

sobre el comportamiento y el desarrollo cognitivo de los escolares,

también hay experiencia de acercar a niños con diversas patologías a

ambientes naturales. Un ejemplo fue la “terapia hortícola”, que se empleó

en adolescentes con problemas de desarrollo, en niños con parálisis

cerebral o con trastornos excepcionales de la conducta, en pacientes

obesos y en diversas patologías psiquiátricas.

En la Facultad de Agronomía de la UBA existe una gran cantidad de

huertas de estudiantes o de docentes para la enseñanza, la investigación

y la extensión, pero un caso particular es la dirigida por el Hospital Infanto

Juvenil Dr. Tobar García. Allí, todas las semanas el Programa de

Emprendimiento social en compost y huerta (Pecohue) trabaja para la

integración sociolaboral de adolescentes y jóvenes en situación de

vulnerabilidad mediante la producción y comercialización de productos

organopónicos y agroecológicos.

Los usuarios o emprendedores de esta huerta, derivados no sólo del

hospital sino también de distintos centros de salud, programas o escuelas,

se juntan cuatro veces por semana con los voluntarios y terapeutas para

trabajar la tierra: “Los usuarios pueden tener patologías psiquiátricas o

provenir de situaciones de vulnerabilidad, desde hogares o asentamientos

y con poca escolarización”, contó Alejandra Babbitt, coordinadora del

Pecohue en la Facultad de Agronomía.

Existe un marco legal (las leyes Nº 448 -de CABA- y 26.675 -Nacional) que
propone este tipo de estrategias comunitarias de capacitación, producción y
comercialización. Esto permitió a los terapeutas capacitarse y recibir el apoyo de

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diferentes programas relacionados con el impulso a la producción de alimentos
en huertas.
“El Programa de huertas escolares y comunitarias (PEHUEC),

proyecto de extensión de la FAUBA, nos acompañó con las primeras

formaciones. Luego, el Prohuerta comenzó a brindarnos cursos y nos

facilitó las semillas y un contacto muy fluido a través de un promotor que

acompaña los días de trabajo, Vacarezza”, informó Babbitt al sitio de

divulgación científica Sobre la Tierra. En el mismo sentido, agregó: “Por

ejemplo, la técnica organopónica que introdujo el Prohuerta aumenta

considerablemente la producción por metro cuadrado, disminuye el

crecimiento de malezas y retiene la humedad. Al estar en altura delimita el

espacio de trabajo para lograr más visibilidad, evita pisotones y es

fundamental para complementar con el lombricompuesto”.

Además, Babbitt participó junto al médico psiquiatra Hugo Di Bello

del curso de Desarrollo Emprendedor que brinda la FAUBA, vinculado con

la incubadora IncUBAgro: “Nos fortaleció a través de herramientas que no

conocíamos”. También trabajan con la Facultad de Arquitectura, Diseño y

Urbanismo de la UBA (FADU), que les ayudó a construir un invernáculo

que se usa como salón de usos múltiples. El Pecohue comenzó a

gestionarse dentro del zoológico de Buenos Aires hace 14 años y se convirtió en

una experiencia exitosa. Por eso decidieron replicar la experiencia. Desde el

2009 el programa funciona en la FAUBA, en el espacio de la Cátedra de

Horticultura.

Los niños visitantes, incluso los hospitalizados, suelen preferir los

ambientes al aire libre y podrían participar en los huertos escolares y

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comunitarios, y este espacio no parece estar solo determinado por

cualidades estéticas, sino por su potencial para poder realizar actividades

que se consideren divertidas o placenteras, motivo por el cual la

presencia de jardines en centros de atención de salud está

experimentando un renacimiento, asimismo, incorporar la naturaleza al

cuidado de la salud mejora la recuperación, acorta la estadía hospitalaria

y disminuye el requerimiento de medicación si los pacientes poseen

habitaciones con ventanas hacia espacios verdes (Cáceres Guido P,

Varela BG, Bach HG, et al, 2018).

Por lo antes expuesto, el propósito principal de este estudio es la

recuperación de las áreas verdes y jardines, tomando como ejemplo al

Hospital de Agudos Dr. Enrique Tornú, esto formara parte de un

relevamiento, de un plan que incluirá la divulgación del conocimiento,

comprensión y concientización sobre espacios verdes y salud, y la

cuantificación de esos efectos concretos en este Hospital, profundizará y

fomentará la interacción de los pacientes, los familiares y los

profesionales con los espacios verdes naturales.

ANÁLISIS SOCIAL E HISTÓRICO

Uno de los estudios fundamentales para la realización de un

planteamiento integral de manejo de áreas verdes patrimoniales, es la

revisión histórica de estos espacios. Una interpretación realizada desde la

perspectiva de la arquitectura paisajista, nos permitirá el entendimiento de

cómo estas áreas fueron concebidas; cuáles fueron las ideas iníciales de

esta locación y cómo ha sido su desarrollo en el tiempo (Coss,2010).

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Este trabajo tratara de realizar una revisión histórica de las áreas

verdes del Hospital de Agudos Dr. Enrique Tornú:

1. Para comprender cuáles fueron los criterios de concepción de

dichos espacios concebidos en el planteamiento original de su

creador: el Ingeniero Carlos Thays, quien diseño los jardines con

árboles que florecen todo el año y que es el mismo paisaje desde

1904 hasta la actualidad;

2. Bajo qué lineamientos ajustó los criterios, teniendo como propósito

conocer y aplicar criterios higienista, con la finalidad de realizar a

partir de esta investigación un planteamiento integral de

recuperación de los exteriores de estas áreas hospitalarias.

En la actualidad estos espacios carecen de acciones paisajísticas,

esto lleva a la valoración actual como entorno favorable a la salud,

calidad de vida y al hábitat cotidiano en entornos de hospitalización.

Justificación

El Hospital de Agudos Enrique Tornú se inagura el 8 de Octubre de

1904 como Sanatorio Dr Enrique Tornú, fue el primero en la ciudad de

Buenos Aires para internación de pacientes con tuberculosis (TB), debe

su disposición en cuanto a que: el tratamiento de la TB, se basaba en la

heleoterapia, esta consistía en que los tomaban sol en las amplias

galerías de cura las cuales estaban organizadas de este a oeste para

aprovecharlo lo más posible la salida del sol hasta su puesta.

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Ese diseño del hábitat hospitalario se reflejó en los proyectos de

diversos hospitales públicos, bajo la influencia del pensamiento higienista

de fin del siglo XIX, ideario que intervino en la reorganización y

transformación territorial.

Vale la pena destacar en este momento las etapas fundamentales

de la evolución de la idea higienista en Argentina de forma siguiente ya

que el proceso de institucionalización de la higiene pública también tiene

que ver con el higienismo de las insittuciones hospitalarias. Puede ser

dividido en tres etapas fundamentales (Paiva, 1997: 22).

a) Una primera que corre aproximadamente entre 1850 y 1880, b)

una segunda que va entre 1880 y 1890, y c) una tercera que se extiende

desde 1890, en adelante. I. (1850-1880). Esta etapa esconde acciones en

varios sentidos: difusión de ideas, búsqueda de un lugar para su disciplina

dentro del aparato universitario, e intentos reformistas al interior de las

instituciones públicas.

En cuanto a la difusión y la divulgación, los primeros artículos sobre

higiene pública aparecen primero en la Revista Farmacéutica (1854) y

algo más tarde, en la Revista Médico Quirúrgica, medio de prensa de los

médicos que comienza a publicarse a partir de 1864 y que durante un

tiempo perteneció a la Asociación Médico Bonaerense (formada en 1854)

primer asociación médica del periodo post Caseros y en la cual se

agruparon los principales higienistas de esta etapa como Rawson, Wilde,

Mallo, Mattos, Lanosa y otros tantos (Paiva, et. AL.: 22)..

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Tanto en la Revista Farmacéutica, como la Revista Médico

Quirúrgica, encontramos artículos relativos a la higiene. En la primera,

más trabajos ligados a la química en relación con la higiene (en tanto es

una publicación de químicos y farmacéuticos) y en la segunda, temáticas

típicas de los médicos como la vacunación o las enfermedades

epidémicas, pero también muchos otros relacionados con la higiene

urbana: ubicación de hospitales, cementerios, saladeros, industrias,

plazas, higiene de la habitación y todo el conjunto de temas y problemas

que referencié a lo largo de estas páginas.

El segundo lugar en donde los higienistas buscarán introducirse para

“divulgar” contenidos, difundirlos y gestar nuevas camadas de

profesionales empapados de las nuevas 24 ideas sobre higiene pública,

será la Universidad. Y en este sentido, la creación de la Cátedra de

“Higiene Pública” como materia independiente de la carrera de medicina,

con Rawson como titular de la materia en 1873, constituye un hito dentro

de los logros de este “movimiento”(Paiva, 1997: 23).

El tercer lugar de acción de los higienistas en esta etapa, será al

interior de los organismos del estado. En este sentido, en el año 1871,

logran la sanción de una “ley” que fortalece el rol del Consejo de Higiene

Pública (una vieja demanda de Puiggari, respecto a la instauración legal

del Consejo que había nacido por simple decreto y no por ley), a la vez

que logran la sanción de importantes reglamentos sobre higiene pública,

dentro de la Municipalidad. (Muchas de las reglamentaciones sobre

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mataderos, mercados, cementerios, higiene de la habitación que citamos

con anterioridad, son de esta época).

2. (1880-1890). Durante esta década se producen importantes logros

para la higiene pública y los higienistas, dado que se crean nuevos

organismos “específicos” de higiene y atención a la salud. Durante la

década anterior, los esfuerzos de estos médicos se hacía sentir a través

de la sanción de reglamentos sobre higiene pública que eran aplicados

por los organismos institucionales ya existentes: la Sección Municipal de

Higiene o el Consejo de Higiene Pública. | Durante esta década, en

cambio, se crean nuevos organismos “especializados” de higiene pública.

A nivel nacional se organiza el Departamento Nacional de Higiene (1880)

y a nivel municipal: la Asistencia Pública (1883) y la Oficina Química

Municipal (1883). La organización de estas instituciones responde, por

primera vez, a los criterios de “profesionalismo” y “dirección científica”,

sustentados por estos profesionales (Paiva, 1997: 23). .

En primer lugar, se conforman organismos específicos de higiene y

salud. En segundo lugar, las nuevas instituciones se estructuran sobre la

base de los últimos adelantos de la ciencia. Pero además, y por primera

vez, los organismos institucionales comienzan a ser dirigidos

específicamente por “profesionales” especializados (La Oficina química

estará a cargo de Arata y la Asistencia a cargo de Ramos Mejía). Por

primera vez se empiezan a dejar atrás los criterios de “beneficencia y

caridad” (en lo relativo a la atención a la salud) para pasar al manejo

profesional de las instituciones públicas. Sin embargo, durante los años

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'80, la organización y la estabilidad de las instituciones de higiene pública

será todavía muy precaria (Paiva, et. AL.: 24).

La década del ´90 se caracteriza por la consolidación total de la

higiene pública y el profesionalismo. A nivel nacional, en 1891 se

reorganiza el Departamento Nacional de Higiene creado con atribuciones

muy difusas en 1880, y a nivel municipal, en 1892, se crea la

Administración Sanitaria y la Asistencia Pública, bajo la dirección de un

médico higienista.

Este período se caracteriza como dijimos por la profesionalización

total de las acciones del estado. A nivel municipal, viejas funciones antes

desempeñadas por vecinos de las Comisiones Parroquiales de Higiene

Pública pasan a ser ejercidas directamente por empleados de la

Inspección General, formada en 1892 o por la Administración Sanitaria y

Asistencia Pública.

Afirma Paiva et AL (1997: 24) que las Comisiones de Higiene

tuvieron fuerte preeminencia durante el período 1870 -1880, perdiendo

poderes y atribuciones hacia la década de 1890, en que pasan a

denominarse Comisiones Auxiliares de Higiene Pública, pasando a

depender de la Administración Sanitaria.

Por lo demás, en esta etapa la Municipalidad sanciona el

Reglamento General de Oficinas Municipales (1892) por el cual se

coordinan las acciones y funciones de todas las oficinas administrativas

que se habían ido creando durante los `80y los '90.

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En la actualidad, el espacio verde Tornú, aparece invisibilizado o

ausente, por el envejecimiento de sus funciones y la carencia de acciones

que lo lleven a cumplir con su función antes asignada.

Se busca recuperar las áreas verdes y los jardines del hospital para

mantener ese contacto directo con un paisaje lleno de naturaleza que

potencie terapeuticamente las profilaxis de los pacientes para conseguir

esa calidad de vida y experimentar un efecto físico, mental y social, es

decir mejorar la calidad de vida de las pesonas que se benefician de la

atención medica proporcionada en el hospital.

Objetivos

General

Investigar los criterios y principios para realizar la restauración de

las áreas verdes y los jardines del Hospital Agudo Dr. Enrique Tornú,

aplicando criterios higienistas para el paisajismo” en ese sentido

proponer la posible extensión de este proyecto y su metodología

específica, para iniciar restauraciones en los casos particulares de los

distintos hospitales anteriormente nombrados.

Objetivos específicos

 Generar un plan de restauración y recuperación del entorno

paisajistico del Hospital Tornú.

 Proponer un plan de mantenimiento de sostenibilidad en el

tiempo para mantener la restauración del paisaje y para la recuperación

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terapéutica de las personas que trabajen y que observen esta

modificación en el entorno a las estaciones.

 Establecer los principios y criterios sobre el impacto que tienen

los espacios verdes sobre la comunidad hospitalaria para favorecer la

hospitalización y recuperación de pacientes.

 Contribuir a la reducción de la isla de calor en la ciudad; frente

al Cambio Global Climático

Modo de Abordaje y Planteamiento Metodológico

Se aplicará la metodología de estudio de casos, según Arias (2010).

en principio se entiende por caso, cualquier objeto que se considera como

una totalidad para ser estudiado intensamente. Un caso puede ser una

familia, una institución, una empresa, o unos pocos individuos. Dado que

un caso representa una unidad relativamente pequeña, este diseño

indaga de manera exhaustiva, buscando la máxima profundidad.

Mientras que para Silva (2010), el estudio de casos se aboca a

estudiar intensivamente a un sujeto o una situación únicos. Es el estudio

detallado de una unidad de observación, teniendo en cuenta

características y comportamiento de dicha unidad.

Este tipo de investigación busca comprender en profundidad lo

estudiado, y sirve para planificar posteriormente investigaciones extensas,

con los datos obtenidos no se puede hacer generalizaciones, puesto que

los resultados sólo son inherentes al sujeto o caso sometido a estudio.

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En función de lo antes expuesto, esta investigación queda enmarcada

dentro de este tipo, ya que se busca dar respuesta a la recuperación de

los jardines y áreas verdes del Hospital Tornú, y sus resultados no podrán

ser usados para generalizar en otro espacio hospitalarios ya que su

situación es única e inherente a este espacio. En cuyo caso se deberá

iniciar una investigación y restauración particular en cada espacio

hospitalario

En lo referente al nivel, es una investigación descriptiva (Aria 2010) la

define como aquella que consiste en la caracterización de un hecho,

fenómeno, individuo o grupo, con el fin de establecer su estructura o

comportamiento.

También Silva (2010), indica que, mediante este tipo de investigación,

que usa el método de análisis; se logra caracterizar un objeto de estudio o

una situación concreta: señala sus características y propiedades,

interpreta lo que es y describe la situación de las cosas en el presente.

Esta se preocupa primordialmente de conjuntos homogéneos de

fenómenos, utilizando criterios sistemáticos para destacar los elementos

esenciales de su naturaleza. Caracteriza un fenómeno o una situación

concreta indicando sus rasgos diferenciadores, trabaja sobre realidades

de hechos y su propósito fundamental es la de presentar una

interpretación correcta de los hechos.

Esta investigación es descriptiva por que se busca caracterizar el

estado en el que se consiguen las área verdes o jardines del Hospital

Tornú, para tratar de recuperarlos y para ella se busca realizar una

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revisión bibliográfica para diagnosticar y comprobar las condiciones de

higienismo de las construcción en ese momento y que hasta la actualidad

no ha variado.

En función de esta explicación, el diseño de esta investigación es

documental, ya que se basa en un proceso basado en la búsqueda,

recuperación, análisis, crítica e interpretación de documentos

secundarios, es decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores

en fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como

en toda investigación, el propósito de este diseño es el aporte de nuevos

conocimientos (Ärias, 2010).

Para Silva, (2010), la investigación documental se orienta hacia el

análisis de diferentes hechos o fenómenos a través de estudios rigurosos,

apoyándose en técnicas muy precisas y fuentes de carácter documental:

es decir, en documentos de cualquier especie.

A partir de una revisión bibliográfica la investigación plantea un

análisis empírico sobre las prácticas y representaciones sociales del

espacio verde intrahospitalario, mediante un diseño de estudio de caso,

con observación, empleando técnicas cuantitativas (encuestas) en la

obtención de los datos y su análisis estadístico y temático. El trabajo de

campo, se llevará a cabo en el Hospital “Dr. Enrique Tornú” (ex Sanatorio

Tornú). Se seleccionó esta institución por cumplir con una serie de

especificaciones, como la de poseer tipología arquitectónica de

pabellones, pertenecer al movimiento higienista, estar ubicada en la

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ciudad de Buenos Aires, y continuar prestando servicios a la comunidad

en la actualidad.

Las observaciones iniciales realizadas permitieron una primera

caracterización del espacio verde del hospital-caso, a fin de reconocer las

prácticas de los actores involucrados en ese escenario y los elementos

relacionados con las actividades llevadas a cabo al aire libre. Asimismo,

dieron cuenta de los aspectos fisonómicos de cada espacio

intrahospitalario, y las vinculaciones o articulaciones entre áreas

edificadas y las dispuestas al aire libre. Si bien la tipología pabellonaria

estuvo presente en los inicios compositivos del hospital-caso, las áreas

verdes Tornú (Figura 1 (Apéndice 1) y Figura 2 (Apéndice2)) presenta

similitudes con otros hospitales en cuanto a la amplitud de sus terrenos y

una mayor disposición de espacio al aire libre; observándose como rasgo

distintivo, el predominio de sectores con césped y ejemplares arbóreos de

primera magnitud, distribuidos en forma aislada, en grupo o alineados al

borde de los caminos, generando envolventes muy peculiares y

contrastes en la luminosidad y temperatura, quedando el conjunto de los

pabellones en algunos sectores mimetizado y aplacado detrás del verde.

La observación facilitó el contexto para la elaboración del cuestionario

de la encuesta y la guía de preguntas para las entrevistas, abiertas y

cerradas, a fin de contar con un registro de las prácticas –usos y

actividades– y representaciones sociales de la comunidad hospitalaria

que permitiera interpretar el significado otorgado por sus integrantes al

espacio verde de la institución.

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Los encuestados se seleccionaron en base a su relación con la

institución (personal médico y no médico, auxiliares de la salud, pacientes

y visitas) y la recolección de datos se realizó en el contexto natural y

abierto del hospital-caso. En esa línea se determinó un esquema temático

conformado por siete ítems.

Capítulo II: Marco Conceptual, Antecedentes y Definiciones

Marco Conceptual

El Higienismo en Argentina.

En Argentina, el higienismo coincidió con un movimiento cultural,

que en literatura y política ha sido conocido como “la generación del

ochenta” período comprendido, entre los años 1880 y 1920; y en la cual

se produjo la transformación de los hospitales. (Campari, Giacoia y

Salerno Nadia, 2010)

En otros rasgos fundamentales cabe mencionar enotros diversos

cotnextos dónde ha evolucioado en higienismo en Argentina;como por

ejemplo el caso de la fierbe amarilla y la tuberculosis.

HIGIENISMO Y FIBRE AMARILLA

En la ciudad de Buenos Aires, desde enero a junio de 1871, se

desarrolló una epidemia de fiebre amarilla, considerada para dicho

contexto, una de las catástrofes más importantes que impactó

intensamente en la población local.

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Afirma Tortorello (2017: 6) que esa etapa de la higiene Bonaerense

significó la reconstrucción y resignificación del papel estatal en las

decisiones no solo sanitarias, sino en otros aspectos, como en la

organización del espacio, el surgimiento de nuevos actores sociales,

medidas económicas, políticas y sociales que pusieron en evidenciaque la

enfermedad trascendió las fronteras biomédicas para convertirse en un

flagelo estructural que perturbó todos los órdenes de las sociedad .

Los primeros signos de epidemia también llamada “fiebre de mal

carácter” o “vomito negro”, aparecieron a mediados de la década de 1850.

La fiebre amarilla tenía un carácter endémico en Río de Janeiro y otros

puertos brasileños.

Los buques que viajaban desde Brasil hacia Montevideo y Buenos

Aires llevaron consigo la enfermedad hacia el sur del Atlántico. Esto

explica que en 1857 una tercera parte de la población de Montevideo se

haya contagiado del virus, muriendo alrededor de 900 personas. Al año

siguiente la epidemia se trasladó a Buenos Aires aunque con menor

intensidad (Tortorello et. Al. 2017: 7) .

Esta circunstancia demandó mayor control y seguridad a las

autoridades locales. También, se consideran una serie de causas para la

aparición de la enfermedad, a saber, la procedencia de Asunción del

Paraguay, su itinerario por la vía fluvial paranaense, la negligencia grave

de la Junta de Sanidad del Puerto de Bs. As, el afincamiento en el barrio

de San Telmo, la pérdida de tiempo y recursos en la innecesaria

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persecución de los inmigrantes y finalmente la propagación a través de

los barrios parroquiales de Bs. As (Galeano, 2009).

La peste había provenido de Asunción y se propagó luego a la

ciudad de Corrientes y finalmente a través de la vía fluvial paranaense

penetró en la ciudad Bs. As, radicándose sobre todo en la zona sur.

Dentro de las autoridades burocráticas que forman parte del

compendio institucional, la “policía sanitaria” constituía una de las

funciones administrativas básicas del gobierno comunal, desde los

tiempos del cabildo. “Los Bandos de buen gobierno” habían intentado

regular acciones que afectaban la limpieza de las calles, la ubicación de la

basura, la matanza de animales, el uso del agua y la relación de la ciudad

con el río .

Estos saberes sanitarios no estaban claramente institucionalizados,

tal como lo estarían a finales del siglo XIX con el Higienismo. Aunque,

cabe resaltar que sí existieron discursos, proyectos y reglamentaciones

que apuntaron a transformar hábitos y espacios sospechados de inducir

ciertas enfermedades (Galeano, 2009).

Desde la segunda mitad del siglo XVIII, el pensamiento médico

comenzó a desplazar su centro de atención desde el clima hacia el medio

urbano. Este giro se verifica en el uso de la noción de foco, ya sea tanto

en las disposiciones municipales como en las reglamentaciones policiales,

lo que legitimaba la intervención, era la supuesta presencia de focos

infecciosos (Tortolerro, 2017: 8).

25
Además se requerían obras para mejoras sanitarias, por ejemplo,

en la provisión de agua corriente y cloacas. Era de puro conocimiento que

el aire malsano y sus miasmas putrefactos solo podrían combatirse

interviniendo sobre la totalidad del mapa urbano.

Por lo tanto, fue fundamental la planificación de un plan sanitario de

características global. En Buenos Aires, esta operación holística se

cristalizó en un intento de resemantización de la vieja cuadricula colonial,

impulso que se nutrió de las modernas ideas de aireación, buena

orientación y amplitud de los espacios (Tortolerro, 2017: 8). .

De todos modos, las distintas medidas que se proyectaron para

higienizar la ciudad no fueron igualmente aceptadas, ni contaron con los

mismos apoyos. La incorporación de la cuestión sanitaria como parte de

la administración urbana de

Buenos Aires se remonta a la época de las reformas borbónicas y

desde 1821 con el proceso de reformas administrativas rivadavianas se

gestaron medidas sanitarias y una nueva política de regulación urbana

basada en el principio de situar todo aquello que sea “de sana utilidad” en

el centro de la ciudad y enviar todo elemento considerado “peligroso” a las

márgenes (Tortolerro, 2017: 12).

A pesar de ello, las decisiones del gobierno eran sumamente

resistidas por intereses particulares, por más que estuvieran

científicamente fundadas. Los proyectos urbanos del Higienismo

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estuvieron alineados con un saber epidemiológico que fue variando

mucho a lo largo del siglo XIX .

Afirma Galeano (2009) que La teoría de los miasmas en la que se

basaron las políticas de alejamiento de mataderos, cementerios,

hospitales e industrias, perdió fuerza a partir de la generalización de los

principios pasteurianos a fines del siglo XIX.

Los controles sanitarios referidos a la vivienda popular, llamada de

«conventillo», «tugurio» o «cortiço», así como la emergencia de su

correlato (el visitador), ponen en evidencia que es posible hablar de

complementariedad entre las diferentes estrategias sanitarias adoptadas

por los higienistas clásicos y por el «nuevo Higienismo» heredero de la

llamada «Revolución Pasteuriana» (Galeano, 2009) .

Según Galeano et. Al. (2009) Se estima que para la época, la

ciudad se encontraba dividida espacialmente en 14 barrios parroquiales, a

saber: Catedral del Norte, San Miguel, San Nicolás, La piedad, El

Socorro, Pilar, Catedral Sur, Monserrat, San Telmo Concepción, San

Cristóbal, Barracas , La Boca y Balvanera. Se consideró que la

enfermedad se instaló primero desde el sector del Bajo, barrio poblado de

conventillos de inmigrantes y se difundió hasta la zona norte.

El total de fallecimientos fue 13.614, sin embargo, no era la primera

vez que se presentaban casos de la fiebre amarilla, pues en 1852 ya

había habido enfermos y también en el verano de 1870.

27
Al momento de desarrollarse la enfermedad en la ciudad había

focos infecciosos, ubicados en distintos lugares, con temperaturas

excesivamente elevadas durante los meses de verano, hacinamiento de

los inmigrantes en los inquilinatos de todos los barrios especialmente en

la zona sur ( recordar que el estado argentino fomentó una política de

inmigración europea en el marco de la necesidad de mano de obra para

trabajar en los campos de cultivos y así satisfacer las demandas de

materias primas del mercado mundial) (Tortorello, 2017: 16).

Otro factor de contaminación y de trasmisión fue la actividad

industrial llevada a cabo por los saladeros ubicados en las márgenes del

riachuelo, que vertían sus desechos al mismo y era un caldo de cultivo

para la incubación del mosquito trasmisor de la enfermedad.

El lecho del riachuelo era un foco infeccioso pues estaba

constituido por gran cantidad de materias en estado de putrefacción, es

decir, era un basural líquido pues atentaba contra la salud de los

porteños. Se sabe que debido a la precariedad de las instalaciones

carentes de maquinarias para facilitar la faena, con rudimentarios

procedimientos de matanza, se contribuía al deterioro sanitario (Tortorello,

2017: 17).

Por esa causa, principalmente los barrios del sur fueron castigados

por la peste. Dentro del plan de medidas estatales para enfrentar la

enfermedad, el Higienismo se fue consolidando en la segunda mitad del

28
siglo XIX, ampliando su campo de intervenciones en el espacio público y

en la vida familiar.

La enfermedad se expresa como fenómeno social y cultural;

guarda relación con la organización, la forma de vida y configuración del

espacio urbano, por lo que se apuntó a la necesidad de alejar

establecimientos que infectaban el ambiente, tales como los cementerios,

hospitales y mataderos (Galeano, 2009).

También se propuso regular la localización de plazas, parques y

espacios verdes de la ciudad, el ancho de las calles y la altura del frente

de los edificios.

La epidemia de la fiebre amarilla, se inscribe en el marco histórico

del proyecto urbanístico-reformista de la presidencia de Sarmiento,

llamado “la ciudad nueva”. Se trató de un cambio en la fisonomía de la

ciudad y de la sociedad misma (Tortorello, et. Al. : 16).

Con respecto a la esfera familiar, la mirada de los higienistas se

dirigió de manera novedosa y predominante hacia los conventillos y casas

de inquilinato.

En los digestos municipales de la década de 1870 se observan

innumerables casas habitadas por más de una familia, por lo que la

imagen social condiciona y categoriza a estos lugares como principales

focos de la enfermedad asociando a la misma con la vivienda popular.

29
Con respecto a la vigilancia en la ciudad, las calles eran vigiladas

por serenos, los de infantería actuaban en las zonas más pobladas y los

de la caballería en los lugares más apartados.

Según Tortorello, et. Al. La ciudad estaba desprovista de un

sistema de evacuación de inmundicias y la distribución del agua era

absolutamente insuficiente para las necesidades de su población, que

aumentaba de manera sorprendente.

Los edificios estaban construidos de tal manera que sus terrazas

hacían posible el aprovisionamiento de agua de lluvia por medio de

cisternas situadas en los patios. Las casas particulares tenían pozos

cavados en la primera napa.

Los retretes eran formados por pozos más o menos profundos que

alcanzaban la napa de agua subterránea. Las aguas caseras corrían en

los fondos o en los sumideros (especies de zanjones).

El servicio de recolección de inmundicias y residuos servía para

nivelar las calles y terrenos bajos de la ciudad (rellenado sanitario).

La falta de higiene de la ciudad, la carencia de cloacas, la

provisión insuficiente de aguay en malas condiciones, la obra de los

saladeros, el relleno de las calles de la ciudad con residuos, la

construcción deficiente de los retretes, cuyos líquidos contaminaban por

sus infiltraciones el agua que luego era utilizada para el

consumo(Tortorello, et. Al. : 17) .

30
Las Carencias de conciencia y políticas ambientales, planificación y

ordenamiento territorial, es decir, usos del suelo forman parte e la

indigesta situación de antihigienismo (Galeano, 2009). También, las

condiciones de hacinamientos en los conventillos podían ser lugares de

propagación de la enfermedad.

El impacto ecológico de la enfermedad genera estrategias

adaptativas en la población que van desde la formación de nuevos grupos

y actores sociales, aparición de instituciones y organizaciones

comunitarias, desplazamientos migratorios hasta la aparición de mitos,

creencias y prejuicios que a modo de estructura de sostén actúan como

legitimantes de las nuevas configuraciones sociales y espaciales

(Galeano et. Al.).

Anterior a la formación y consolidación del Consejo de Higiene

Pública y su incidencia en los focos de infección pudiendo estar

autorizados para el ingreso en las casas de los enfermos, fue la policía la

encargada de realizar las denominadas “visitas domiciliarias”.

Los vigilantes debían garantizar también el cumplimiento de las

disposiciones en materia de salubridad, retirando de las calles los objetos

perjudiciales que agraven la salud de la población en riesgo, así también

rellenando pantanos y evitando el estancamiento de aguas (Tortorello, et.

Al. : 18) .

De todas la actividades, la más traumatizante era la inspección de

las casa de inquilinato, que en su mayoría estaban asentadas en el sur de

31
la ciudad, visitas que en su mayoría involucraba desalojos por

hacinamiento, fumigación de habitaciones y quema de ropa de cama de

los infectados.

Este accionar podría estar señalando una transformación del

imaginario de la policía, desde la mirada de los sectores populares, es

decir, de ser los protectores de la sociedad pasan a convertirse en un

sector que reprime y limita los derechos o las libertades ciudadanas

poniendo especial atención en la defensa de los intereses de las clases

pudientes (Tortorello, et. Al. : 18).

HIGIENISMO Y TUBERCULOSIS

En Argentina, el Higienismo como corriente ideológica marcó su

impronta en la constitución de la Nación. Como instrumento de limpieza

física y moral del territorio (Murillo, 2003) se avanzó en dirección a una

defensa social, utilizando una metáfora organicista de la sociedad como

cuerpo que buscaba defenderse de diversos peligros (tanto físicos como

morales) y bajo la idea que aquella limpieza purificaría la Nación.

Bajo este discurso se organizó una Nación cuyo centro urbano

ubicado en Buenos Aires creció rápidamente y de forma heterogénea, el

higienismo entonces “formó parte de un de un discurso sobre el progreso

y civilización, que intentaba implementar una política de construcción del

Estado y la nacionalidad “desde arriba” (Talak, 2005: 4).

Una serie de epidemias se asomaban a principios de siglo como

las mayores causas de muerte en las ciudades (peste bubónica, sífilis,

32
tuberculosis), la tuberculosis se constituyó en la primera causa de

mortalidad de las personas de 20 a 30 años en los centros urbanos de

1920 a 1930.

Más allá de la importancia que haya cobrado por este hecho, es

interesante observar la cantidad de dispositivos y prácticas concretas que

se generaron alrededor de la lucha antituberculosa desde el Estado, con

los médicos higienistas como actores políticos concretos que impulsaron

campañas casi militaristas en su retórica y cuya acción se centró en la

familia obrera y su vida cotidiana.

Las propuestas de los higienistas rondaron entre medidas

preventivas y disciplinadoras que se ocuparon tanto de lo técnico como de

lo moral, mostrando una continuidad entre medicina y política, que

relacionó la salud física y moral a las características permanentes de la

Nación (Talak, 2005).

La tuberculosis era vista como el reflejo de la decadencia social y

como un ataque directo a la especie humana, asociada las ideas de

degeneración de la raza “Si es una ley de la Naturaleza, la selección

natural de las especies, no puede el hombre excusarse de contribuir con

su intervención inteligente al perfeccionamiento de su propia especie (…)

la avariosis y la tuberculosis por ejemplo… causan graves desmedros a

las estirpes” (Boletín del Museo Social, 1929: 214).

De esta forma vemos surgir una enfermedad cuya realidad iba más

allá del bacilo que la provoca: “(la tuberculosis) era una oportunidad para

33
canalizar ansiedades sociales de todo tipo, descubrir aspectos de las

identidades individuales y colectivas, sancionar valores culturales y

estructurar la interacción entre enfermos y proveedores de atención a la

salud” (Armus, 2007: 17).

Esta caracterización de los tuberculosos implicaba un proceso por

el cual los individuos se constituyeron en objeto del saber y de la práctica

médica, tanto en términos individuales como poblacionales. De modo que

a través de la caracterización de los tuberculosos se fue construyendo

una línea de demarcación que diferenciaba lo normal y lo anormal,

entendido como lo desviado. Lo desviado deberá ser corregido a fin de

lograr su moralización (Murillo, 2003).

Entre los dispositivos de prevención en tuberculosis en los cuales

se insertaron profesionalmente las visitadores de higiene y asistentes

sociales se encuentran: Dispensarios antituberculosos, Escuelas

Preventivas, Colonias de Vacaciones y Semi-colonias, Servicios Sociales

en Hospitales, etc.

Si bien cada dispositivo presentó su particularidad existen una serie

de características que los hicieron semejantes y que visibilizan una

estrategia amplia relacionada con la tuberculosis: la impronta preventiva,

la noción de raza y degeneración, la idea de la recuperación, la vigilancia,

la disciplina y la acción pedagógica, entre otros aspectos, fueron los

puntos centrales sobre los que funcionaron estos dispositivos (Talak,

2005).

34
La noción de prevención se asoció al concepto de profilaxis, se

dirigía el esfuerzo a evitar la propagación de las enfermedades

infecciosas, es decir “impedir el paso de la enfermedad del enfermo al

sano” (Germinal Rodriguez, 1944: 135), para esto la profilaxis se dirigía a

cortar los eslabones y remover las condiciones que facilitaran el contagio

en tres sentidos: destruir el germen patógeno, aislar a los enfermos y

fortalecer a los sanos para inmunizarlos.

La importancia de aislar a los enfermos tuvo al menos tres

objetivos, brindarles tratamiento, evitar el contagio e identificarlos. Este

último es aquel que nos interpela en este trabajo. Identificar a los

tuberculosos, clasificarlos y conocer sus prácticas cotidianas, aquellas

que hicieron de su cuerpo un terreno propicio para el desarrollo de le

enfermedad (falta de higiene, alcohol, mala vida, etc.), y así luego poder

intervenir sobre estos aspectos. La vigilancia se argumentaba en la

peligrosidad que representaba el enfermo de tuberculosis, este peligro

remite al “delito natural” contra la especie (Talak, 2005),

Un sujeto que se convierte en propagación de la anormalidad y la

degeneración “si además de enfermo el sujeto se vuelve contagiante, ha

de considerarse un ser agresivo, de nocividad activa y por lo tanto

criminal frente al organismo social” (Cartilla Profiláctica, 1939: 12

http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005919.pdf).

La retórica preventiva se relacionó con la noción de recuperación,

concepto moderno que implica la reinserción en la sociedad, la posibilidad

35
de transformar a un sujeto, de normalizarlo. Esta impronta preventiva

cobró fuerza en los dispositivos dirigidos hacia la infancia (Talak, 2005).

HIGIENISMO Y CONOCIMIENTO INTERNACIONAL

El discurso de la higiene fue reflejado especialmente a través de los

tratados europeos sobre la higiene pública y privada desde las ciencias

médicas, que discurrieron acerca de las medidas y reglamentos

higiénicos; obligatorios que el Estado, como institución esencial y única,

podía cumplir eficazmente por la salud de sus gobernados. (Campari,

Giacoia y Salerno Nadia, 2010)

También llamada higiene municipal, incidió en el ordenamiento

territorial abordando temáticas vinculadas a la salubridad de las

poblaciones en relación a su urbanización, la naturaleza del terreno, la

acción de las diversas condiciones de la atmósfera, de los climas y

estaciones, de las aguas, la limpieza del suelo; como así también, la

rectificación de calles, formación de plazas y paseos cuya asociación con

36
el “…verde como pulmón, estaba enlazada a la imagen que subrayaba

sus cualidades civilizatorias”. (Campari, Giacoia y Salerno Nadia, 2010)

Asimismo, este concepto de ordenamiento espacial, estuvo regido

por los tratados sobre higiene pública y privada, por manuales vinculados

al higienismo y a las políticas públicas implementadas en los

establecimientos sanitarios europeos, que se adecuaron y ampliaron a las

necesidades y manejos del quehacer nacional, determinaron reglas de

uso legitimadas desde el poder político para dar forma a las diversas

obras hospitalarias.

Estos escritos trazaron las pautas instrumentales ligadas al par

dialéctico salud-enfermedad, que determinaron modos racionalizados de

proceder y de construir el hábitar, que rescató la idea organicista, en la

cual las partes quedaban integradas en un todo, dando forma a la obra

como totalidad orgánica con un funcionamiento utilitario y compositivo de

conjunto. (Campari, 2013).

En el ámbito nacional, los paradigmas higienistas se instrumentaron a

partir de la institucionalización de Buenos Aires como capital de la

República, circunstancia que dio lugar a reglamentar una estructura

municipal. Cuidar la ciudad implicaba primordialmente, conservar la salud

de sus pobladores y prevenirlos de las enfermedades infectocontagiosas.

Esta preocupación, sostenida en el grado de insalubridad e infección

que exhibía Buenos Aires, determinó la aplicación de reglas profilácticas

que organizaran el adecuado desenvolvimiento en el ámbito urbano.

37
En este contexto, Buenos Aires comenzaría a jugar un papel

importante en las definiciones del espacio urbano, tanto público como

privado, que requirieron el planteo de alternativas higiénicas de

planificación, que elevasen la calidad de vida de sus habitantes y

brindasen mejores respuestas a los problemas de hacinamiento y

enfermedades contagiosas que repercutían a nivel mundial. (Campari G.

2013).

La tradición del pensamiento politécnico de la École Polytechnique de

París, influenció el quehacer arquitectónico desde su significación por los

temas y programas que se abordaron en la gestión pública. Vinculado a la

ingeniería social, se estandarizaron criterios de especialización,

definiendo una ciudad industrialmente organizada y ordenada, con

capacidad económica, que pudiera dar respuesta a la aplicación de

nuevas tecnologías y el consecuente incremento de la productividad y del

empleo proletario.

En esta adopción de nuevas formas y funciones, lo hospitalario reflejó

un orden que contempló, desde el pensamiento higienista, los modos de

producción de estos establecimientos al servicio de la salud. (Campari G.

2013).

Con el higienismo se incorporó la idea de “verde” como instrumento

sanador en un modelo de ciudad sana, bajo una noción organicista de la

trama urbana, en la cual se consideraba a la ciudad como un “organismo

38
vivo” que respiraba a través de la vegetación, promoviendo la calidad de

vida y bienestar de sus habitantes.

Esta concepción primó en la planificación de los espacios públicos

como en el arbolado de aceras de calles y avenidas, jardines, plazas y

parques, y en la incorporación de tareas especializadas en jardinería y

producción en el “criadero de plantas” para proveer diversas especies

vegetales a sitios existentes y proyectados de la ciudad.

Estas intervenciones paisajísticas se vieron potenciadas en las

gestiones consecutivas de la Dirección de Parques y Paseos de la

Municipalidad de la Capital, del arquitecto Charles Thays (1891-1914), y

del ingeniero agrónomo Benito Carrasco (1914-1918), quienes trazaron

los ejes rectores para la gestión de los trabajos realizados en el espacio

público, mediante un adecuado tratamiento de las áreas verdes, que no

solo contemplaron su importancia estética, sino también la higiene, solaz

y expansión de la población.

Este concepto de paisaje urbano se basaba en la jerarquía y

relevancia de las áreas verdes, las que resultaban primordiales para

mostrar el progreso y la “civilización” de una ciudad. Paisajísticamente,

Buenos Aires mostraba otra morfología que, se tradujo en tres instancias

muy marcadas en el proceso urbano de finales del siglo XIX y principios

del XX, en las cuales esta ciudad verde describió su funcionalidad como

pulmón, ámbito de civilización y recreación. (Campari G. 2013).

39
Este paisaje de la Buenos Aires higiénica con sus dinámicas urbanas

y su nueva organización espacial fue modelando lo hospitalario;

complejizando y diversificando la vida en sociedad y de las formas

paisajísticas de ver ciudad.

Este paisaje, “como el dominio de lo visible lo que la vista abarca. En

una ciudad en la cual la higiene prevalecía como práctica pública para

evitar la propagación de las enfermedades trasmisibles, se estableció un

borde entre lo sano y lo enfermo.

Este borde materializaría la decisión de aislar todo aquello que

comprometiera la sanidad pública, lo cual conllevó a la división de la

ciudad en un “adentro” y un “afuera”: por un lado, el área urbana (central)

de características fundacionales, residenciales, comerciales y de paseo y,

por el otro, los suburbios (la periferia), donde se instalaron las industrias,

mataderos, basurales, cementerios, cárceles y hospitales; actividades y

servicios que fueron expulsados por “sucios” y “peligrosos” hacia los

márgenes, modelando un particular paisaje urbano como expresión del

ordenamiento geográfico.

A partir del acto de aislar, se apartaba lo contaminado de lo higiénico,

sustrayendo lo infecto de lo puro y separando de la cotidianeidad los

cuerpos y elementos dudosos que se encontraban en el medio (Campari

G. 2013).

En esta organización espacial quedó delineada la idea de paisaje

hospitalario, con sus pares dialécticos entre lo sano/enfermo,

40
centro/periferia, limpio/sucio, interno/externo higiénico/infecto, como

contradicciones geográficas; y en esa misma imagen quedaban aislados

los “anormales”, locos, presos y enfermos infectocontagiosos; como

también aquellas mujeres que ejercían la prostitución y requerían un

estricto control, se llevaban a cabo los tratamientos de las enfermedades

venéreas contraídas.

Este aislar, implicaba contar con sitios especiales que sirviesen como

instrumentos de contención y terapéuticos para el cumplimiento de las

políticas higiénicas. Estos lugares o establecimientos públicos, como lo

eran los hospitales, debían emplazarse lo más lejos posible del centro

urbano de la ciudad, y garantizar la especialización en el cuidado de los

enfermos, y el resguardo estricto por aquellas enfermedades infecciosas

que pudiesen presentar signos de propagación y consecuentemente

peligros de contagio a la población. En este marco, la institución

hospitalaria debía asegurar un correcto funcionamiento acorde a las

circunstancias que se habían planteado (Campari G. 2013).

Ese alejamiento no solo tuvo una correspondencia entre el centro y la

periferia, sino que se vio instrumentado en la propia funcionalidad interna

del hospital. Funcionalidad contenida espacialmente a partir de polígonos

cercados que articularon lo construido y lo verde en su interior, plasmando

la diferencia con la trama reticular de Buenos Aires y los espacios verdes

abiertos que urbanizaban el suelo.

41
A su vez, en el mismo interior del hospital se encontrarían alejados

entre sí los convalecientes de los enfermos comunes, los infectados de su

entorno familiar y del resto de los hospitalizados, los vacunados de los no

inmunes, como así también, el personal que prestaba un servicio público,

responsable de custodiar la efectividad de las prácticas higiénicas

mediante el encierro (Campari G. 2013).

El ideario hospitalario de fines de siglo XIX estableció una serie de

pautas y formas que dieron origen a la morfología del hospital

pabellonario y a la aparición en su interior de áreas destinadas a

espacios verdes. En ese esquema fundacional, las instituciones de

salud se emplazaron lejos del centro urbano sobre terrenos secos,

cercados y protegidos de los vientos fríos y húmedos, a fin de

proveerlas de calidad higiénica en cuanto al saneamiento y renovación

del aire (Campari, 2019).

Esta tipología, conformada por una serie de pabellones articulados

por patios y senderos como parte del conjunto, se destacó por presentar

en sus áreas abiertas el espacio verde intrahospitalario, a partir de

distribuir especies arbóreas como masas envolventes y permeables a

modo de “pequeños bosques”, diversos tipos de canteros y sitios con

césped y arbustos alineados, elementos compositivos que materializaron

divisiones internas delimitando la circulación y los entornos inmediatos a

los pabellones (Campari, 2019).

El hospital de pabellones, emergente en un contexto signado por el

binomio higiene-ornato, dejó una impronta particular en el modo de

42
producir hospitalización, caracterizada en lo edificio por sus salas –el

“adentro” del dolor y la enfermedad– y por el verde –el “afuera”– un lugar

para estar al aire libre, apto para descansar y liberarse, aunque sea

temporariamente de las tensiones, condicionamientos y obligaciones. Un

paisaje que, tras más de un siglo desde su génesis y a pesar de ciertas

mutaciones, permanece presente en la actualidad (Campari, 2019).

Antecedentes

Los antecedentes son trabajos realizados relacionados con la

investigación que se consultan o revisan para comparar resultados,

aprovechar datos aportados por la misma, replicar metodologías, entre

otras cosas. Luego de una revisión documental se encontró que:

- La Dra Gabriela Campari en su trabajo Ambientes favorables para

la salud, Un legado intergeneracional en el paisaje urbano trabajo de

investigación donde se analiza el espacio verde intrahospitalario y la

relevancia que su comunidad le asigna como entorno favorable a la salud,

la calidad de vida y el habitar cotidiano en el marco de la dinámica de las

instituciones hospitalarias y de una gran urbe como Buenos Aires. El

abordaje de la temática permite entrever, a través de los documentos

internacionales explorados, la necesidad de ampliar los procesos

participativos y de incorporar a las políticas públicas estas valoraciones

sociales a fin de promover la significación de las ciudades como entornos

fundamentales para la salud de sus habitantes.

43
En la investigación se plantea un análisis empírico sobre las prácticas

y representaciones sociales del espacio verde intrahospitalario, mediante

un diseño de estudio de casos múltiples, con observación participante en

cinco hospitales públicos de Buenos Aires, empleando técnicas

cuantitativas (encuestas) en la obtención de los datos y su análisis

estadístico y temático. El trabajo de campo, como instancia reflexiva de

conocimiento (Guber, 2004) se llevó a cabo en los hospitales General de

Agudos “Dr. Teodoro Álvarez”, “Dr. Ignacio Pirovano”, “Dr. José María

Ramos Mejía” (ex San Roque), “Dr. Enrique Tornú” (ex Sanatorio Tornú) y

el de Infecciosas “Dr. Francisco Javier Muñiz”.

Se efectuaron 250 encuestas personales –50 por hospital-caso–, en

base a un conjunto de preguntas abiertas y cerradas, a fin de contar con

un registro de las prácticas. En esa línea se determinó un esquema

temático conformado por ocho ítems, siete principales y uno para

observaciones en el que se registraron las expresiones espontáneas de

los encuestados. En conclusión, la doctora indica que si bien la creación

de nuevos ambientes favorables a fin de fortalecer los ámbitos, espacios

y/o entornos para la salud importa un propósito loable, consideramos

necesario destacar que las conformaciones de pabellones gestadas en el

siglo XIX exhiben actualmente una impronta paisajística ambiental muy

marcada, que las convierte en un inestimable recurso para el disfrute y

estado de bienestar.

44
De esta investigación se considerará la metodología aplicada y parte

de la teoría definida y utilizada para complementar la investigación

desarrollado

- Otro antecedente a considerar es el de Cedrés de Bello, S, titulado

Humanización y calidad de los ambientes hospitalarios: En este artículo

se discuten los efectos del ambiente físico, sobre la salud y satisfacción

de los usuarios de los ambientes hospitalarios, así como también la

percepción del ambiente y sus efectos tranquilizadores y terapéuticos en

los pacientes. Se señalan algunos criterios de diseño, como son

seguridad y privacidad, que contribuyen a humanizar el ambiente físico,

promover la salvaguarda y elevar la dignidad de cada persona como

usuario de un establecimiento de salud. Se presenta la calidad de la

edificación como una respuesta a los requerimientos de los usuarios.

De este trabajo se consideran las definiciones dadas por el autor

para complementar los diferentes basamentos considerados para

fundamentar esta investigación.

En su trabajo, Gabriela Camparini (2013), titulado Planificación

territorial y ordenamiento jurídico: la construcción de la institución

hospitalaria en la Buenos Aires higiénica donde se propone analizar el

marco jurídico base que sustentó y reguló el espacio urbano y la higiene

pública, y la incidencia de la institución hospitalaria, a partir de textos

legales, memorias municipales y fuentes bibliográficas que sustentan los

aportes conceptuales para el análisis geográfico; y exponer reflexiones

45
sobre circunstancias que impactaron en un sector de la salud pública y

transparentaron la controversia de intereses sobre el valor patrimonial del

hospital pabellonal y su espacio verde, a fin de promover el debate para

elaborar nuevas lecturas de la ciudad y repensar el planeamiento urbano

a la luz del siglo XXI.

Definiciones

 Humanización: Humanización, sintetiza todas las acciones, medidas

y comportamientos que se deben producir para garantizar la salvaguarda

y la dignidad de cada ser humano como usuario de un establecimiento de

salud. Esto significa que el usuario está en el centro de cada decisión de

diseño, no solo como un productor de requerimientos funcionales, sino

como una expresión de los valores humanos que deben ser considerados

En el diseño de los ambientes hospitalarios, además, de alcanzar los

requerimientos espaciales y funcionales, es importante considerar

algunos criterios básicos que colaboran con la humanización de esos

ambientes, como son la seguridad y la privacidad. (Cedrés de Bello, S.

2000).

 Higienismo: Se entiende por higienismo una corriente de

pensamiento cuyas raíces pueden rastrearse desde fines del siglo XVIII,

de la mano de pensadores ambientalista e historiadores ilustrados como

Jean Baptiste Lamarck, Jules Michelet, Edgard Quinet y Felicité Robert de

Lamennais, quienes manifestaron un acentuado interés por las

condiciones ambientales. Esta corriente responsabilizaba las condiciones

46
ambientales como detonantes de cuadros epidemiológicos y

enfermedades degenerativas, afectando principalmente a grupos de alto

riesgo como mendigos, prostitutas y alcohólicos. Dichas ideas

reconfiguraron el espectro médico, valórico y judicial de la segunda mitad

del siglo XIX.

Según esta doctrina, la causa de las enfermedades se encuentra

en la polución ambiental emanada de las aguas fermentadas, las que

generan un desequilibrio en los fluidos corporales. Es por ello que se

señala la necesidad de higienizar el ambiente y disciplinar las costumbres,

como los hábitos de la población en las ciudades: “En cuanto a la

disentería de Valparaíso, digno es de notarse que hace apenas veinte

años se dio a conocer al público : observación que nos es personal, y que

la expresamos intentando continuar, por una parte, lo que antes dijimos

respecto a la influencia de la población y de las costumbres, y por otra la

doctrina patológica que señala como causa primordial de la disentería

epidémica, los miasmas deletéreos, emanados de las inmundicias o

fermentación de los despojos animales, marinos y vegetales (Duran,

2012).

 La Seguridad: El ambiente físico debe tratar de salvaguardar la

sensibilidad personal y dignidad humana de los pacientes y sus familiares,

tratar de aminorar sus ansiedades y preocupaciones, especialmente en

aquellos casos donde los pacientes y sus familiares estén atravesando

momentos difíciles, como por ejemplo: esperando los resultados de una

cirugía, una emergencia, terapia intensiva, o un diagnóstico crucial. Esto

47
se puede considerar al momento de seleccionar los acabados, tomando

en cuenta que no hay necesidad de crear todos los ambientes asépticos

dando prioridad al mantenimiento, las superficies reflexivas no son

deseables. (Cedrés de Bello, S. 2000)

 La Privacidad: Es una consideración primordial en el diseño de los

ambientes conductivos a la práctica de la Medicina. Esta sensación es

crucial para los pacientes que reciben cierto tipo de tratamiento, como es

el caso de los pacientes de cáncer (9), los cuales manifiestan

frecuentemente sentimientos de depresión, ansiedad, temor de ser

discriminado, rechazo, etc. El ambiente físico como el tamaño de los

espacios deben proveer adecuados niveles de privacidad. En las esperas

de las áreas críticas, son necesarios espacios personalizados donde las

familias puedan esperar juntas con un mínimo de contacto con los otros

pacientes, pero también es conveniente tener espacios que insinúen

cierta sociabilidad y estimulen el contacto personal ya que algunos

pacientes y familias (Cedrés de Bello, S. 2000).

 Calidad de la edificación: Comúnmente la idea de la calidad es

asociada con palabras como bueno, excelente, brillante, costoso, pero

estos calificativos no garantizan la calidad. Un edificio hospitalario muy

costoso no necesariamente significa que es de buena calidad, puede

tener muchas características indeseables tales como el funcionamiento

inadecuado de las relaciones de proximidad entre departamentos,

espacios muy pequeños, insuficiente aislamiento del sonido entre los

consultorios, etc. (Cedrés de Bello, S. 2000).

48
 Requerimientos de los usuarios: Conocer los requerimientos de los

usuarios es la base para establecer los requerimientos de calidad. La

calidad se puede alcanzar, en primer lugar, llegando a un acuerdo sobre

los requerimientos y necesidades de los usuarios, para luego ser

traducidos y plasmados en el diseño. Para establecer estos requisitos, el

usuario debe estar claro en que es lo que desea, y cuáles son sus

expectativas funcionales, técnicos y psicosociales. Los requerimientos

funcionales se refieren a las dimensiones de los espacios, la ubicación de

las funciones, las relaciones interdepartamentales, así como el mobiliario,

equipamiento e instalaciones. Los requisitos técnicos se refieren a partes

del edificio, estructuras, materiales, temperatura interna, acústica,

iluminación, así como instalaciones técnicas. Los requerimientos

psicosociales se relacionan con la imagen ambiental, cooperación e

interacción, privacidad y recuperación de la salud. (Cedrés de Bello, S.

2000)

 Percepción del ambiente: Las características del ambiente físico

pueden influenciar directamente en el comportamiento y el bienestar del

usuario. Las diferencias psicológicas individuales son modificadoras

importantes de la percepción y evaluación ambiental. Estas se basan

principalmente en experiencias individuales adquiridas del medio cultural.

(Cedrés de Bello, S. 2000).

 Ambiente físico y satisfacción en el trabajo: Algunas de las

características del ambiente que deben ser consideradas al momento del

diseño, para adaptarlo a las necesidades del usuario, son: ruido,

49
iluminación, temperatura, calidad del aire, color, equipamiento y

mobiliario, privacidad, símbolo de estatus. Las necesidades no

satisfechas causan tensión, inconformidad e insatisfacción. Por otro lado,

la tendencia de los trabajadores a sobrevalorar o ignorar la importancia

del ambiente físico con relación a su satisfacción en el trabajo, puede

reflejar sus hábitos y sus valores más que la verdadera contribución del

ambiente (Cedrés de Bello, S. 2000).

 Efectos nocivos y riesgos causados por el ambiente físico: Los

efectos nocivos directos causados al personal, se manifiestan

principalmente mediante cambios psicológicos, fatiga o accidentes. El

ambiente físico debe insinuar ciertos patrones de comportamiento y

prevenir otros, de manera de delimitar las posibilidades de acción.

Condiciones ambientales tales como temperaturas extremas, aire

contaminado, ruidos molestos o mala iluminación, que estén fuera de los

límites aceptables psicológicamente, pueden hacer el trabajo intolerable.

Ciertos aspectos peligrosos en el ambiente físico pueden ser detectados

solo cuando causan serios accidentes, como el caerse en un piso

resbaladizo, o en un escalón imperceptible. Peligros como químicos

tóxicos, radiaciones ionizantes o riesgos microbiológicos incluyen efectos

de larga duración que hasta pueden ser imposibles de ser percibido

(Cedrés de Bello, S. 2000).

 Restaurar: Reparar, renovar, o volver a poner una cosa en aquel

estado o estimación que antes tenía Carrasco. B., L. (2019).

50
 Rehabilitar: Destinar nuevamente una cosa a un fin o uso que tenía.

Habilitar de nuevo o restituir una persona o cosa a su antiguo estado

Carrasco. B., L. (2019).

 Recuperar: Volver a tomar o adquirir lo que antes se tenía. Poner en

condiciones de que sirva nuevamente Carrasco. B., L. (2019).

 Restituir: Restablecer o poner una cosa en el estado que antes tenía

Carrasco. B, L. (2019).

 Consumo neto de agua igual a cero: Recolección de

cantidades suficientes de agua para satisfacer las necesidades de una

población dada, respetando la hidrología natural del lugar y las

necesidades de agua del ecosistema que dicha población habita y las de

sus vecinos. La totalidad del agua que utilizan los ocupantes deberá

provenir de la captación de lluvia o de sistemas cerrados de agua que

tomen en cuenta los impactos, corriente abajo, en el ecosistema.

Asimismo, el agua deberá ser debidamente purificada sin utilizar

sustancias químicas. Agenda global para hospitales verdes (SF).

 Eficiencia energética: Se dice que algo es más eficiente

desde el punto de vista energético si presta mayor cantidad de servicios

con el mismo consumo de energía o bien los mismos servicios con menor

consumo energético. Por ejemplo, se considera que una lámpara

fluorescente compacta es más eficiente que una lámpara incandescente.

Cave destacar que ya no existen a la venta lámparas incandecentes y las

fluorescentes cuando hay que reemplazarlas se lo hace solo con LED, en

51
sus distintos tipos debido a que la primera produce con menos energía la

misma cantidad de luz que la segunda. Agenda global para hospitales

verdes (SF).

 Energía limpia: Concepto que abarca la eficiencia energética

y a las distintas opciones de suministro de energía limpia, tales como la

cogeneración, que es altamente eficiente, y fuentes renovables de

energía. Agenda global para hospitales verdes (SF).

 Energía renovable: La Agencia Internacional de Energías

Renovables define el término energía renovable como toda forma de

energía producida de manera sustentable a partir de fuentes naturales.

Estas formas de energía incluyen, entre otras: bioenergía; energía

geotérmica; energía hidráulica; energía marina, que abarca, entre otras,

energía térmica marina, energía mareomotriz y energía de las olas;

energía solar y energía eólica. Agenda global para hospitales verdes (SF).

 Huella ambiental (huella ecológica): Cálculo de la presión

que ejerce el ser humano en los ecosistemas globales, cuyo resultado se

expresa en unidades de superficie. Cada unidad corresponde a la

cantidad de hectáreas de tierra biológicamente productiva requerida para

producir alimentos, madera e infraestructura para uso y consumo humano

y para absorber el CO2 generado a partir de la quema de combustibles

fósiles. Por lo tanto, la huella ecológica abarca el impacto total que el ser

humano tiene sobre el ambiente. La huella ecológica mundial es una

función de la cantidad de habitantes, el consumo promedio de recursos

52
per cápita y la cantidad de recursos requeridos. Agenda global para

hospitales verdes (SF)

 Uso no sostenible de recursos: Utilización de recursos “a

una velocidad mayor que la de creación o cuando comenzamos a agotar

existencias de alta calidad requerida por la tecnología empleada. Agenda

global para hospitales verdes(SF).

53
Capítulo III: Desarrollo del Proyecto

El conocimiento de los paisajes constituye la primera etapa

fundamental en cualquier proceso de formulación de opciones o de

implicación de agentes cuyas actividades influyen sobre el paisaje.

(Conserjeria del medio ambiente ,2018)

Por otra parte, el planeamiento general queda obligadamente

sometido a trámite de Evaluación Ambiental Estratégica y, por tanto, a su

estructura documental y procedimental. El paisaje como variable

transversal de carácter territorial, ambiental, cultural, estética y social

debe ser objeto de análisis en el conjunto de trabajos que retroalimentan

la comunicación y el diálogo entre el documento urbanístico y el

ambiental, desde su inicio y a lo largo de todo su proceso de tramitación.

Los espacios relacionales o públicos donde se desarrolla la actividad

social que generan los “llenos” y “vacíos” conforman precisamente el

“paisaje” de la ciudad, de cada ciudad, que las diferencia unas de otras

como consecuencia de sus múltiples transformaciones a lo largo de las

distintas épocas. Cuando visitamos las áreas verdes o jardines, lo primero

que percibimos de ellos es su realidad física y la actividad urbana que se

genera a través de las relaciones sociales que se producen entre sus

habitantes y visitantes.

Esta primera visión de las áreas intrahospitalarias, está

principalmente apoyada en la percepción paisajística y sensorial de sus

“vacíos” o espacios públicos como generadores de dichas actividades y

54
relaciones, así como sus “llenos” o arquitecturas que los conforman. Estos

espacios conforman los paisajes urbanos de nuestras ciudades

identificándolas y diferenciándolas precisamente por esas relaciones

paisajísticas de “llenos y vacíos” que se convierten en la base de sus

actividades urbanas (Conserjeria del medio ambiente ,2018).

Según esta metodología existen tres aspectos principales que

pueden ayudar a definir las unidades de paisaje.

• El carácter de cada área, o aquello que lo hace diferente a otro.

• Las relaciones entre carácter y dimensión histórica del paisaje.

• Relación entre el estudio y la caracterización del paisaje, con la

elaboración de juicios y toma de decisiones (Conserjeria del medio

ambiente ,2018).

Dichas unidades son funcionales como unidades de uso, están

definidas por un carácter específico y singular, su valor paisajístico y su

fragilidad permiten definir unos objetivos de calidad concretos, en cuya

definición es fundamental la participación social. Las propuestas del Plan

General deben orientarse hacia la consecución de dichos objetivos,

activando para ello la capacidad que ofrecen sus distintos instrumentos

(Conserjeria del medio ambiente ,2018).

La Caracterización del Paisaje

La caracterización del paisaje de cada área debería observar como

mínimo las variables siguientes:

55
- Calidad y fragilidad paisajística. Hace referencia a la singularidad, la

representatividad, la integridad, la rareza y la fragilidad.

-Secuencia evolutiva del paisaje y sus transformaciones. El

tratamiento de la dimensión histórica del paisaje tiene un gran potencial a

la hora de proporcionar información relevante para su futura gestión y

planificación. El análisis de la secuencia evolutiva del paisaje permite

observar los principales cambios del paisaje, sus dinámicas, así como el

estudio de los principales factores que han propiciado las

transformaciones:

- Factores ambientales que han condicionado los aprovechamientos y

su incidencia en la evolución histórica del paisaje.

- Eventos e hitos que han propiciado cambios en el paisaje,

desarrollo de la posible agricultura en caso de proyectos de

aprovechamiento en las áreas verdes, transformación de los cultivos de

secano a regadíos, generación de infraestructuras, etc.) (Conserjeria del

medio ambiente ,2018).

La valoración del paisaje

La valoración del paisaje debe tomar en consideración factores como:

Valores escénicos, estéticos y sensoriales

Se relacionan con la capacidad que tiene un paisaje para transmitir

un determinado sentimiento de belleza por valor intrínseco, en función de

los colores, la diversidad, la forma, las proporciones, la escala, la textura.

56
 Generar un plan de restauración y recuperación del entorno

paisajístico del Hospital Tornú.

El cumplimiento del calendario se llevará a cabo según sean las

necesidades y los requerimientos según lo planificado con los entes

gubernamental encargados de cumplir con cada labor indicada en el

cronograma.

57
58
OPERACIONES DE
MANTENIMIENTO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Riegos diario
semanal 2 o 3 días semanal

Abonado Un

aporte
Enmiendas En función de las

necesidades
Entrecavados y escardas

Escardas químicas En función de las

Poda necesidades
Recorte de setos y topiarias

Corte de césped quincenal semanal quincenal


Reposiciones y nuevas Según las
plantaciones
necesidades
Aireados uno
Escarificados

Renovación y resiembra Según las Según las

necesidades necesidades
Control fitosanitario

reconstrucción de zonas de En función de las necesidades


terriza

Mantenimiento de riego,
Revisión quincenal en función días necesidades
fuentes e hidrantes

Limpieza de canales y
Limpieza diaria
láminas de agua

Mantenimiento de

mobiliario y juegos Revisión diaria y en función de las necesidades

infantiles
 Proponer un plan de mantenimiento de sostenibilidad en el

tiempo para mantener la restauración del paisaje y para la recuperación

terapéutica de las personas que trabajen y que observen esta

modificación en el entorno y en las estaciones.

Se deben desarrollar proyectos de renovación y adecuación de los

espacios verdes del Hospital Tornú, estos se estarán planeando en

colaboración con organizaciones gubernamentales, académicas y no

gubernamentales, que podrán garantizar un impulso adecuado a la

distribución de los nuevos espacios verdes naturales.

La idea es fomentar un plan de mantenimiento que facilite la

interacción de los pacientes, los familiares y el personal con los jardines, y

que, tal vez, incluso, propicie el mantenimiento y cuidado de estos árboles

y plantas que se colocaran en el nuevo y/o renovado paisajismo. Junto

con los proyectos de renovación y adecuación de los espacios verdes de

este Hospital, serán necesarias futuras investigaciones que brinden mayor

información sobre la relación entre los espacios verdes y la salud,

especialmente, en los pacientes hospitalizados que padecen las

patologías crónicas u otras, y en aquellos que están involucrados en sus

cuidados y tratamientos

 Establecer los principios y criterios sobre el impacto que tienen

los espacios verdes sobre la comunidad hospitalaria para favorecer la

hospitalización y recuperación de pacientes.

Estos criterios del impacto, que causan los espacios verdes en las

personas que convergen en los espacios hospitalarios, los describen


Cáceres Guido P, Varela BG, Bach HG, et al, 2018 de forma muy

entendible, ya que los jardines bien diseñados, que incluyen el tipo y la

distribución de las plantas, la exposición al aire fresco, al ambiente

luminoso, los colores, la sombra, el sonido del agua y los descansos,

todos en conjunto, pueden tener un impacto positivo en la sensación de

bienestar de quienes transitan en el entorno hospitalario, sean pacientes,

cuidadores o personal del Hospital.

Además, es igualmente importante educar a los pacientes, a las

familias, cuidadores y al personal hospitalario, acerca de la importancia

del jardín y su uso adecuado. En cada caso, siempre teniendo en cuenta

las recomendaciones de bioseguridad que correspondan de acuerdo con

el elemento y con el tipo de paciente del que se trate. Por ejemplo, las

condiciones del agua de las fuentes para evitar el crecimiento de

mosquitos transmisores de enfermedades, entre otros cuidados.

El conocimiento detallado de las especies existentes en los

espacios verdes naturales de un hospital constituye un primer paso que,

en conjunto con un plan estratégico que se base en la interacción de las

personas con la naturaleza (en diversas modalidades), puede contribuir a

mejorar la sensación de bienestar y la salud de los pacientes, de los

acompañantes y del personal sanitario.

Además de los beneficios ya descritos aportados por los espacios

verdes, estos podrían ser utilizados en la terapia ocupacional hortícola a

través de la instalación de huertas demostrativas o con viveros que

provean plantas para la reposición en la misma Institución. Así, los


pacientes que estén en condiciones de llevar a cabo esta terapia tendrían

un contacto directo con la naturaleza y contribuirían con el cuidado de los

jardines (Cáceres Guido P, Varela BG, Bach HG, et al, 2018).

Ya que las diferentes especies vegetales se pueden apreciar y

disfrutar de diversas maneras, pero es en la época de floración cuando

muchas generan un paisaje que estimula positivamente los sentidos, es

fundamental procurar el mantenimiento de estas especies, lo que genera

un marco adecuado al entorno y al interior de la Institución.

El relevamiento que se llevaría a cabo de las especies vegetales de

este Hospital podría servir de primera fuente de conocimiento y

consecuente concientización en relación con la importancia de los

espacios verdes para los pacientes, los acompañantes y el personal

(Cáceres Guido P, Varela BG, Bach HG, et al, 2018).

Adicional a lo antes expuesto en las investigaciones que realizó la

Agenda Global para hospitales verdes y saludables, sugieren que existe

una relación directa entre el entorno construido y la respuesta terapéutica;

el diseño de un hospital puede influir de manera positiva en la salud del

paciente, así como también en el desempeño y la satisfacción de los

profesionales que lo atienden. Por ejemplo, la ventilación natural puede

constituir una estrategia efectiva para ahorrar energía, así como también

una medida eficaz para controlar las infecciones. El Carnegie Mellon

University Center for Building Performance and Diagnostics (Centro para

el Desempeño y Diagnóstico de Edifi cios de la Universidad de Carnegie

Mellon) identificó diecisiete estudios internacionales que documentan la


relación entre la calidad optimizada del aire en los espacios internos con

el impacto sanitario positivo sobre las enfermedades, entre ellas el asma,

la gripe, el síndrome del edificio enfermo, los problemas respiratorios,

cefaleas y migrañas; las mejoras alcanzaron un rango de entre el 13,5%

al 87%.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Una Conclusioón relevante que no debe escapar a la motivación

principal de la idea higienista en este trabajo es que la

conclusión general debe estar adaptada a la falta de elementos

básicos de seguridad y de mantenimiento edilicio.

El Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú fue inaugurado


el 8 de octubre de 1904 y fue el primero en la ciudad para la
internación de pacientes con Tuberculosis.

Con el tiempo, se fueron construyendo nuevos pabellones como así


también se remodelaron otros, elevándose la construcción una
planta más, ampliando de esta manera su estructura física.
En el año 1934, se construye el Centro de Investigaciones
Tisiológicas (CITI), donde hoy funciona el Instituto de
Investigaciones Médicas “Alfredo Lanari” y finalmente es en 1987,
por Ordenanza Nº 41.797 dónde se transforma el Hospital de
Neumotisiología “Enrique Tornú”, en “Hospital General de Agudos
Dr. Enrique Tornú”.
En base al estudio realizado, podemos decir que en el Hospital
Tornú  existen  una  serie  de dificultades a las que hay que
oponerse.
Lograr un ambiente higienista presenta diversos inconvenientes ya
sea relacionados al desprendimiento de mamposterías, paredes,
pisos y cielorrasos, problemas con humedad, matafuegos vencidos o
inexistencia de los mismos, falencias relacionadas con ventilación,
refrigeración y calefacción, falta de señalización de salidas de
emergencia, falta de mantenimiento de pintura, pérdida o falta de
agua, entre otras.
Considerando el desarrollo de este trabajo ha podido apreciar
en forma general que en el Hospital Tornú existe una serie de
falencias relacionadas con la infraestructura edilicia que son
importantes en su cantidad, en cambio en cuanto a la importancia de
la necesidad perentoria de resolver se destacan algunas pocas. Es
por ello, que podemos concluir que el Hospital Tornú requiere de
mejoras en su infraestructura higienista , para su pleno
funcionamiento.

Y en se sentido la labor de este trabajo es proponerlo y proyectarlo.

Y en ese sentido asegfuramos que Los beneficios ambientales que


resultan de los espacios verdes son diversos, otorgando intangibles
mejoras a las personas que comparte la locidad de los jardines y
áreas verdes del hospital, contempla considerando como una
recomendación ineludible para una mejor calidad de vida urbana,
Las innovaciones del paisaje urbano suple los espacios verdes de
carácter público por pavimentos urbanos, propiciando con ello islas
de calor dentro de la ciudad, donde el aumento de la temperatura es
inherente conforme a su proceso de desarrollo urbano,
incrementándose en promedio de 4 a 6 grados centígrados en el día
y por la noche hasta 10 grados centígrados , causando efectos
desfavorables para el medio ambiente, pero ante todo mostrándose
perturbada la sociedad, quien toma un papel estelar, pasando a ser la
primera afectada dada la sensación térmica y alta humedad
ambiental de la ciudad.

puesto que tiende a sentir mayor efecto del calor. Las consecuencias
son fundamentalmente tangibles en ciudades de climas cálidos y
húmedos, ya que el habitante urbano muestra un alejamiento por el
exterior, e interés por los espacios cerrados de confort térmico, que
le permite realizar sus actividades de la manera mas cómoda
posible, apartándose con ello del espacio público a consecuencia del
medio antropizado que lo rodea, percibiéndolo habitualmente como
la insuficiencia y abandono hacia el medio ambiente,
consecuentemente, dejándolo de vivir y de disfrutar, sintiéndose
usualmente impropios a los paisajes que brinda la naturaleza en
vinculo con el desarrollo de la ciudad.

Al hablar de espacios verdes públicos, se hace mención de


parques, jardines, corredores peatonales y viales, destinados a
beneficiar ecológicamente y perceptualmente el transitar del
habitante por la ciudad. “El espacio verde público es el espacio
físico más democrático y democratizador que posee la ciudad. Y el
Hospital es un espacio público que debe ser concebido para ser
adecuado a la mejoría de las enfermedades no sólo al tratamineto
perse.

Es el lugar de encuentro de las personas sin importar la edad,


el sector social o nivel económico, que permite la aproximación a
un entorno con naturaleza y equipamientos recreativos y de
contemplación.

La buena calidad de estos lugares permite ofrecer a la sociedad


un elemento de equidad e igualdad de alcance inmediato, que
muchas veces es más difícil de establecer desde otros órdenes de la
administración de lo público

Por ende, el estudio del espacio verde público toma un causal


encaminado hacia la conservación del espacio abierto, el cual es
mucho más que establecer contacto con la naturaleza. Puede ser
lugares donde uno adquiera una preparación, o un hobby, descubra
una nueva carrera, experimente el pasado o el futuro o unas formas
de vida diferente el hacer esto posible requiere nuevas maneras de
manejar el espacio abierto y también de diseñarlo.

Los espacios verdes con frondoso arbolado son un componente


imprescindible en el sistema de áreas libres y verdes, por su papel
incuestionable como protagonista en la conformación de la ciudad y
su mejora al desarrollo perceptual urbanístico.
Al equivalente que los espacios verdes en general, el arbolado es un
factor relevante del ecosistema. De tal manera que, el espacio
edificado por el habitante urbano se obliga como un espacio para
ser usado, servir y llenar con la presencia simbólica o real, para
interrelacionarse socialmente e interactuar con el entorno.

En este orden de ideas, Los espacios públicos instituyen los


elementos claves más importantes para el desarrollo afectivo de la
ciudad.

Donde, sin los espacios públicos la ciudad desaprovechara la


capacidad de crear una norma de acción explicativa y simbólica que
beneficie la implicación de los habitantes en el espacio urbano y
con el resto de la sociedad que lo ocupan.

Gran parte de los conflictos que hacen sensible a los espacios


urbanos emanan de la insuficiencia y/o baja calidad de estos
espacios públicos.

Así pues, en este sentido, los espacios públicos son un componente


de gran importancia trascendental para el desarrollo del proceso
equilibrado de interacción entre la sociedad y el medio ambiente,
donde de igual manera coadyuvan a la integración de los habitantes
entre sí.

Lo anterior estpa fundamentado en el hecho de que si la sociedad no


pueden instaurar una apropiada vinculación sensible con los
espacios públicos se desentenderán de ellos y terminará
protegiéndose en los espacios privados.
Se inutiliza así un espacio básico de sociabilidad indispensable en el
desarrollo progresivo de la sociedad y en su perfeccionamiento. Por
ende, la ciudad sin espacios públicos se transforma en una ciudad
vacía, que conforma de la misma manera habitantes vacíos.

Manifestando, así pues, que los espacios públicos no cumplen la


función esencial como elemento de ornamentación complementaria
y prescindible, por ende la carencia de espacios públicos o baja
calidad de los mismos es una referencia que se percibirá
necesariamente acompañada por la desvalorización de los lazos
sociales que se pueden situar en inseguridad hacia la conservación
de la vida urbana misma.

En consecuencia, establece, que el resultado más sugerente es


cuando a las personas se les solicita que digan cuáles son los
elementos particulares de una “ciudad ideal”, acuden en primer
instancia a señalar particularidades que, figuran características no
urbanas, como paradigma espacios verdes, lugares de encuentro y
acogedores, espacios limpios, que brinden seguridad, libres de
contaminación, de ayuda mutua y altruismo.

Para concluir hace un análisis el cual expresa que para representar


la ciudad perfecta la sociedad refieren características de un espacio
cuya compatibilidad es la no-ciudad. Por tanto, el interés por la
accesibilidad y la ocupación de los espacios públicos constituyen
componentes importantes de la calidad de vida urbana, puesto que
la ciudad es, ante todo, una correlación de contextos en la cual
acontece la compleja representación de la vida social y ambiental.
Concluyendo con el argumento relacionado con los espacios
públicos, se debe tomar a consideración las consecuencias de la
forma y calidad que tienen los espacios públicos en la vida humana.

RECOMENDACIONES

Para la conservación, mantenimiento y poryección del Hospital de agudos como un


hospital de jardones y pareas verdes excepcionales, es importante dar a conocer las
siguientes recomednaciones para la consecusión de un poryecto exitoso como el de este
trabajo:

1. Proteger y restaurar el hábitat natural; minimizar la huella conjunta de edifi


cios, estacionamientos, caminos y senderos.

2. Utilizar techos y pavimentos de alta refl ectancia, o sistemas de “techos verdes”


y pavimentos permeables a fi n de reducir el efecto de isla urbana de calor,
manejar el agua de lluvia y promover el hábitat.

3. Establecer diseños en consonancia con el contexto social y natural del lugar, de


manera de lograr una mejor integración del edifi cio dentro de la comunidad y
del entorno natural.

4. Emplazar las instalaciones según la orientación solar y prevalencia del viento.

5. Emplear sistemas pasivos siempre que sea posible para proporcionar mayor
resiliencia y redundancia: utilizar placas para piso de poco espesor para mejorar
la luz y la ventilación natural.

6. Priorizar el impacto que tendrá la extracción, el transporte, el uso y la


disposición de los materiales al evaluar su utilización en emplazamientos
sanitarios, y utilizar materiales renovables que contribuyan a la sanidad
humana y del ecosistema en todas las fases de su ciclo de vida.
7. Apoyar el uso de materiales locales y regionales (para reducir la energía
utilizada en su transporte) y utilizar materiales recuperados y reciclados (para
reducir la energía que, de otra manera, se emplearía en la producción de
materiales nuevos).

8. Evitar materiales como pinturas y revestimientos con contenido de plomo y


cadmio, así como el asbesto.

9. Crear entornos construidos civilizados que promuevan la


elección y el control del habitante, la calidad mejorada del
aire interno (a través de ventilación natural y sistemas
mecánicos), la iluminación y el entorno acústico para reducir
el estrés y favorecer la salud y la productividad.

10. Utilizar como referencia los lineamientos emitidos por


organizaciones nacionales o regionales para edifi cios verdes.
Impulsar lineamientos de políticas y fi nanciación pública
que promuevan los edifi cios verdes y saludables

 
Encuesta Aplicada

Esta encuesta esta conformada por 7 preguntas de tipo cerrada de

múltiples opciones tomando en cuenta la escala de actitudes de likert, en

donde deben seleccionar la opción que más le agrádela la persona.

Fecha: __________________

Nombre: ________________________________

Edad:_______años

Estatus: Personal médico: _____, No médico: _____, Auxiliares de

la salud_____, Pacientes: ______, Visitas: ______.

1. - Los jardines o áreas verdes del Hospital Tornú se pueden

contemplar en el estado actual:

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______

 Porque? ________________________________

2. - Si se encontraran en un buen estado cree se pudiera usar

como medio de distracción, desayunar, leer, esperar noticas, entre otras.

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______
 Totalmente en desacuerdo_______

3. - Las áreas verdes y jardines nos permiten tomar aire fresco

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______

4. - Al estar las áreas verdes en buen estado se podrían hacer

recorridos entre ellos para trasladarse de un lugar a otro.

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______

5. - En los jardines y áreas verdes se podría buscar tranquilidad y

relajarse.

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______
6. - estas áreas nos permitirían cambiar de ambiente por un

momento mientras se espera una noticia.

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______

7. - Esta de a acuerdo en que se podría hacer la recuperación de

estos jardines y áreas verdes.

 Totalmente de acuerdo: ______

 De acuerdo_____

 Neutral: _______

 En desacuerdo______

 Totalmente en desacuerdo_______
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www.saludsindanio.org, www.hospitalesporlasaludambiental.net
Apéndices

Apéndice 1. Figura 1. Galería del Tornú con vista al espacio verde


intrahospitalario. Fuente: Propia (2021).

Apéndice 2. Figura 2. Vista de Frente del Hospital Tornu Fuente:


Propia (2021).

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