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MONICIONES PARA EL DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO.

CICLO C

MONICIÓN DE ENTRADA
Seguimos reuniéndonos cada fin de semana junto a la mesa Señor para agradecer todo lo
que pone en nuestras manos cada día y seguir invocando su misericordia. Se hace
necesario tener paciencia y perseverar. La fe es un don que nos posibilita ir
descubriendo su presencia y su acción en el corazón de cada uno de nosotros.
Celebremos con gozo y esperanza, cantemos y oremos porque el Señor sigue siendo
compasivo con todos.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (Hab 1,2-3;2,2-4)


El profeta nos dice que el que sabe esperar en el Señor encontrará y podrá disfrutar de
su misericordia y nos recuerda que la soberbia, frente al Señor, no da más que frutos de
perdición.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 94): “Escucharemos tu voz ,Señor”

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (2Tim 1,6-8.13-14)


“Aviva el fuego de la gracia de Dios” le dice Pablo a su presbítero Timoteo. Es así como
podemos superar miedos y dificultades a la hora de vivir y anunciar la buena noticia. El
Espíritu Santo viene en nuestra ayuda para saber guardar este tesoro.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Lc 17,5-10)


La fe no es aval para hacer grandes obras que consigan el aplauso de los hombres. No se
trata de salvar el mundo, sino de ser testigos en el mundo, haciendo lo que hay que
hacer cada día y, así, anunciar la misericordia de Dios para todos. El mundo lo salva el
Señor por su infinita misericordia.

ORACIÓN DE LOS FIELES.

SE RESPONDE: “Señor, auméntanos la fe”

1. Oremos por toda la Iglesia, para que sepa guardar y anunciar el don de la fe con
cuidado y alegría. Roguemos al Señor.

2. Oremos por el Papa Francisco y por todos los que tenemos la misión de ayudar a
los hermanos a encontrar la presencia del Señor en sus vidas, para que lo sepamos
hacer con dedicación y verdad. Roguemos al Señor.

3. Oremos por Aday, que ha recibido el orden del presbiterado, para que sepa
siempre ser fiel a su compromiso y lo haga con dedicación y confianza en el
Señor. Roguemos al Señor.

4. Oremos por todos los trabajadores, que el trabajo les dignifique y ganen su pan
con dignidad. También oramos por los que no lo tienen, para que puedan
encontrarlo pronto y se integren a la sociedad con plenitud. Roguemos al Señor.

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