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MONICIONES PARA EL DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO.CICLO C.

MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos, hermanos, al encuentro semanal con el Señor y con los hermanos en la
Eucaristía. Este encuentro no deja de ser una oportunidad más que el Señor nos concede
de ir descubriendo su misericordia y cercanía. Celebremos con gozo y agradecimiento
sabiendo que Él es clemente y fiel y nos dará todo aquello que necesitemos para seguir
viviendo en su presencia.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA (2Re 5,14-17)


La salvación de Dios es para todos, se nos vuelve a decir y en esta ocasión desde Naamán
el sirio que buscando la sanación de su enfermedad, obedece la palabra del profeta, del
hombre de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 97): “El Señor revela a las naciones su justicia”

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA (2Tim 2,8-13)


La perseverancia en el seguimiento de Jesús es lo que en esta ocasión Pablo le pide a
Timoteo, después de haber escuchado lo que le decía la semana pasada de “no tener
miedo de dar la cara por el Señor”.

MONICIÓN AL EVANGELIO (Lc 17,11-19)


El hecho de que no hayan recibido a Jesús en Samaria no hace que a los que se le
acercan pidiendo la sanación se la niegue. La salvación es un don por parte de Dios lejos
de cualquier rencilla o interés personal. El agradecimiento es un reconocimiento de la
gratuidad misericordiosa de Dios.

ORACIÓN DE LOS FIELES


1.- Oremos por toda la Iglesia y por el Papa Francisco, para que sepamos ser fieles al
Señor en cualquier circunstancia y no dejemos que el miedo nos impida actuar en
beneficio de los más necesitados. Roguemos al Señor.

2.- Oremos por las personas que viven en soledad y de forma especial por los ancianos y
los enfermos, para que encuentren alivio a su situación desde la caridad cristiana allí
donde estén. Roguemos al Señor.

3.- Oremos también por los que no tienen trabajo y por las familias que pasan
estrecheces para salir adelante, para que puedan superar dificultades y siempre reine
entre ellos la armonía y el amor. Roguemos al Señor.

4.- Oremos por los jóvenes, para que no se sientan solos ante las dificultades que la vida
les plantea y puedan abrirse camino en la sociedad con dignidad y esperanza. Roguemos
al Señor.

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