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La conducta suicida en la Biblia

Autor: Prof. Dr. Sergio A. Pérez Barrero


Fundador de la Sección de Suicidiologia de la AMP

Los suicidios se remontan a lo más antiguo de la humanidad. Se citan diversos


episodios individuales y colectivos de esta conducta, como el de Sesostris, uno
de los grandes reyes de África, quien terminó su vida por suicidio, o el de la
población de Numancia, que prefirió morir antes de caer en manos de los
romanos. Murieron por suicidio personajes famosos, como Cleopatra, quien se
hizo picar por un áspid para no ser víctima de Cesar, Lucrecia, apuñalándose al
ser violada por Torquino; Aníbal, sorbiendo el veneno de su anillo para no ser
prisionero de los romanos; Temístocles quien prefirió envenenarse antes de
agredir a su patria; Demóstenes que eligió el Templo de Neptuno para
envenenarse antes de caer en poder de Alejandro El Grande; Sócrates que
bebió la cicuta para poner fin a su vida.
En la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, se
hace referencia a varios suicidios.El primer suicidio bíblico es Abimelec (Jueces
9, 54). Según se describe "Abimelec llegó hasta la torre para atacarlos... Pero
una mujer le arrojó una piedra de molino y le partió el cráneo. Él llamó
enseguida al muchacho que llevaba sus armas y le dijo: desenvaina tu espada
y mátame, para que digan de mí: lo ha matado una mujer. Su escudero lo
atravesó y murió". Es Abimelec el primer caso de suicidio asistido, aunque no
cumpla con todos los requerimientos necesarios para considerarlo como tal,
pues aunque Abimelec realiza la petición, el muchacho no le facilita los medios
para que lo lleve a cabo, sino que cumple sus deseos, en lo que se semeja a la
eutanasia activa. El método utilizado para realizar el acto suicida es el arma
blanca.
El segundo caso de suicidio registrado en la Biblia es el de Sansón (Jueces 16,
30), quien hace una petición a Yahvé para que le devolviera la fuerza y
vengarse de los filisteos por la pérdida de sus dos ojos. Y se describe ese
momento de la siguiente manera: "Muera yo con los filisteos. Apretó con todas
sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y la gente allí reunida. Los
que arrastró en su propia muerte fueron más que los que había matado en su
vida". Este episodio describe de mano maestra el denominado suicidio
ampliado, pues se arrastra a morir a otros que no lo desean. En este caso el
método utilizado para cometer suicidio es el aplastamiento.
Los otros dos suicidios descritos en la Biblia son los de Saúl y su escudero
(Samuel 1, 31,4-5). Saúl le dijo a su escudero:"Saca tu espada y traspásame,
no sea que lleguen esos infieles a burlarse de mí. Pero el escudero no se
atrevió a hacerlo... Entonces Saúl se arrojó sobre su espada. Viendo que su
jefe había muerto, el escudero se lanzó también sobre su espada y murió junto
a él. En esta ocasión estamos ante lo que veinte siglos después Phillips
denominó "Efecto Werther" refiriéndose a la novela de Goethe, en la que el
personaje del mismo nombre se suicida mediante un pistoletazo,
desencadenando una epidemia de suicidios en jóvenes que, utilizando el
mismo método que el personaje novelesco, pusieron fin a sus respectivas
vidas. Este efecto imitativo de la conducta suicida pudiera llamarse "Efecto
Saúl" por preceder el personaje bíblico al de la mencionada novela. Vuelve a
repetirse la utilización del arma blanca como método suicida.
Un quinto suicidio descrito en los textos bíblicos es el de Ajitofel (Samuel 2, 17
23) consejero cuyas palabras eran tenidas como divinas, tanto por David como
por Absalón. Sin embargo, se cita que "Cuando vio Ajitofel que no había
seguido su consejo, ensillo su burro y partió a su ciudad. Una vez en su casa,
puso todo en orden y luego se ahorcó". Es interesante esta descripción del
suceso pues refleja los sentimientos de inutilidad de Ajitofel así como un factor
de riesgo suicida demostrado hasta la saciedad, que es "poner las cosas en
orden". El método elegido, el ahorcamiento, es el tercer tipo descrito hasta
aquí.
El sexto suicidio que aparece en las Sagradas Escrituras es Zimri (Reyes 1,
16,18). Este cruel rey "cuando vio que la ciudad iba a ser tomada, entró en la
fortificación, prendió fuego al palacio real y murió". Aquí se anuncia el cuarto
método para cometer suicidio: el fuego, el cual está muy arraigado en Cuba,
principalmente al este del país, así como en Sri Lanka, con una elevada
letalidad en quienes lo utilizan para cometer suicidio. En este sentido, es muy
rara la repetición del intento suicida mediante este método, aún en sujetos que
han quedado con deformaciones monstruosas.
Eleazar, quien llevaba por sobrenombre Abarán, es el séptimo suicida bíblico
(Macabeos 1,6, 46). Al igual que Sansón, muere por aplastamiento, pero se
diferencia en la génesis del acto, que fue un acto de venganza en el fornido y
melenudo ciego y por altruismo en Eleazar quien pretendía provocar la muerte
de un jefe montado en un elefante. Uno murió aplastado por una obra creada
por el hombre (Sansón) y el otro por una criatura de la naturaleza. La
descripción bíblico reza:"Y se sacrificó por salvar a su pueblo y ganarse una
fama eterna... Llegado el elefante se deslizó debajo de él y le dio un golpe
mortal en el vientre. El elefante, al caer, le aplastó y murió allí mismo". Se trata
sin lugar a dudas de un suicidio altruista.
El octavo suicida descrito en la Biblia es Tolomeo, llamado Macrón (Macabeos
2, 10, 13) al que llamaban continuamente traidor, recordando que había
abandonado la Isla de Chipre, que Filemator le había confiado, para pasarse al
partido de Antioco Epifanes. Al no poder desempeñar con decoro tan alto
cargo, desesperado se envenenó y acabó con su vida. Por primera vez
aparece la ingestión de sustancia como método suicida y es el primer método
"suave o blando" descrito, pues el resto de los mencionados pueden ser
considerados como "duros o violentos". La pobre autoestima consecutiva a la
calificación de traidor pudiera haber contribuido al desenlace fatal de Macrón.
El noveno suicidio es el de Razis (Macabeos 2, 14, 42-46) uno de los ancianos
de Jerusalén, varón muy patriota, de muy buena fama y llamado por su bondad
"padre de los judíos". Se cuenta que "Razis rodeado por todas partes, se hirió
en el vientre con su espada. Prefirió morir valerosamente antes de caer en
manos extrañas y sufrir ultrajes indignos de su noble origen. Pero a causa de
su precipitación no había acertado el golpe y al ver que las tropas ya entraban
por las puertas, reunió sus fuerzas para subir a lo alto del muro y se arrojó
varonilmente encima de los soldados. Ellos se retiraron y fue a caer en el
espacio vacío. No había muerto todavía, y encendido en valor, se levantó a
pesar de la sangre que perdía por todas partes, y de otras heridas y atravesó
corriendo la tropa. Se detuvo sobre una roca abrupta y allí, casi sin sangre, se
agarró los intestinos con ambas manos y los arrojó sobre la muchedumbre y
así invocando el nombre del Señor de la vida y el espíritu, para que se la
devolviera un día, dejó la vida.
Este personaje bíblico fue portador de una elevada suicidabilidad, pues utilizó
varios métodos: herida de arma blanca en el abdomen, precipitación y
evisceración. Pudiera ser considerado un suicidio altruista y es el último que
aparece en el Antiguo Testamento.
En Tobías 3, 10 son descritas las ideas suicidas de Sara, quien "se sintió tan
afligida que quiso ahorcarse. Sin embargo pensó: Soy hija única de mi padre.
Si se me ocurriera hacer tal cosa, ¡qué vergüenza para él! Por culpa mía su
vejez acabaría llena de tristeza". Este estado de Sara era la consecuencia de
su vulnerabilidad a los insultos de las que le decían: "Tu eres la que ahogas a
tus maridos. Ya has tenido siete pero ninguno has disfrutado".
En Sara se correlaciona la aflicción, con los deseos de morir, los sentimientos
de soledad, el pesimismo y la ideación suicida, todo ello ocasionado por
eventos vitales psicotraumáticos, como es la pérdida de seres queridos y la
burla en sus relaciones con otras personas.
En el Nuevo Testamento, aparece sólo un suicidio. En Mateo 27, 5 se puede
leer "Entonces él, lanzando las monedas en el Templo, fue y se ahorcó". En
versículos previos se describe la condición de Judas Iscariote, como "lleno de
remordimientos", o que sea la culpabilidad por haber traicionado a Jesús.
Sin embargo, en Hechos 1, 16-19, se hace referencia al discurso de
Pedro:"Hermanos, era necesario que se cumplieran las Escrituras referente a
Judas, al que se hizo el guía de los que prendieron a Jesús... Sabemos que se
compró un campo con el salario del pecado, luego se tiró de cabeza
reventándose y sus entrañas se desparramaron. Todos los habitantes de
Jerusalén supieron del asunto y llamaron ese lugar: Campo de la Sangre."
Como se hace evidente en Hechos, el método elegido por Judas para
consumar el suicidio es la precipitación y no el ahorcamiento, que ha sido el
que clásicamente se le ha atribuido.
Finalmente, es notorio que sólo se describen los hechos, pues el término
"suicidio" se considera originario de Inglaterra y se le atribuye a Browne en
1635, a Charleton en 1651 y a Phillips en 1662. Otros consideran que este
vocablo fue utilizado por vez primera en Francia por el abate Prevost en 1734
aunque algunos mencionan a su coterráneo, el abate Desfontaine en 1737.
No fue hasta 1817 que la Real Academia de la Lengua Española admitió dicha
palabra.
Bibliografía
1. Pérez Barrero SA; Pelaez S. La conducta suicida en las Sagradas
Escrituras. Revista Internacional de Tanatología y Suicidio Vol 2.N° 1
Marzo. 7-9. 2002
2. Sarro B. Los suicidios. Ed. Martinez Roca. España 1993
3. Reyes Zubiría A. Amor y Suicidio. Revista Internacional de Tanatología y
Suicidio Vol 1.N° 2 53-57. 2001

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