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Ideario
Pentathlónico

I.- Trat a de darle a la Pat ria más de lo que t u vida merece.

II.- No pret endas ser el menos malo de los peores: esfuérzat e por ser el mejor de los buenos.

III.- Recuerda que las deficiencias ajenas no aument an t u valer, ni disculpan t u ignorancia.

IV.- Vales, no por lo que t ienes sino por lo que haces.

V.- Tu riqueza no est riba en est ar rodeado de mendigos; ni t u sabiduría en reinar sobre ignorant es;
ni t u virt ud en la exist encia de los perversos; ni t u fuerza por los débiles que conoces. Tu valer
será aut ént íco cuando prescindas de lo que hay de negat ivo para est ablecer t us
aut orreferencias.

VI.- Admit e que hay nobleza en t i cuando los t riunfos legít imos de t u prójimo t e causen alegría.

VII.- Act úa como si t odo de t i dependiera: pelea como si sólo t uvieras que vencer; t rabaja como si
fueras el único responsable: piensa y rinde como si fueras el mejor. Y t odo est o, no lo t omes
como exceso heróico, sino como element al deber.

VIII.- No son las bellas frases las que logran salvar a la Pat ria; sino los grandes ideales y las
grandes y permanent es obras que const ruyen. Prefiere ser buen obrero a elegant e versificador.
IX.- Si has logrado algo bueno, alégrat e, pero no olvides que hay quien lo puede hacer mejor.

X.- No esperes que nadie ejecut e el t rabajo que t e corresponde: est o es propio para los inválidos
del cuerpo y de la ment e o para el ruin especulador.

Xl.- Si has adquirido rango por lo que hicist e, para conservado con honor, piensa que nada has
hecho aun.

XII.- El caráct er no lo forjes eludiendo los obst áculos sino venciéndolos.

XIII.- Si no puedes resolver una sit uación con dignidad y eficacia, pide ayuda a los que saben y
pueden más que t ú, pero no la compliques con t u orgullo o inept it ud.

XIV.-No pret endas encont rar el mejor amigo, t rat a de serlo para t odos.

XV.- Que t us manos sean fuert es y duras por el t rabajo, más no por los aplausos que t ribut es a los
poderosos.

XVI.-Prefiere la compañía de los cerdos y el aire de las alcant arillas, que la compañía de los
déspot as explot adores y su at mósfera de perfumes.

XVII.-Sí mandas: no humilles. Si obedeces: no defraudes. Si mandas: piensa. Si obedeces: piensa


t ambién.

XVIII.-Si t u obligación como animal es veget ar; como hombre es pensar, t rabajar, amar... Que no
sea sólo t u corpulencia lo que t e sat isfaga, pues hay muchas best ias superiores a t i.

XIX.- Si deseas hacer ost ent ación de algo, que sea de t u limpieza y de t u buen humor.

XX.- Respet a las sinceras opiniones ajenas aunque difieran de las t uyas; pero t u propia convición
no la desprecies ni la escondas.

XXI.- Evit a que t us buenas obras repugnen; hazlas sin jact ancia.

XXII.- Aun cuando nadie t e vea, pórt at e como hombre, no esperando recibir el reconocimient o de
ninguno para conducirle con dignidad.

XXIII.- Mejora t us conocimient os con el ent usiast a esfuerzo perseverant e y aplícalos en


beneficio de quienes los han menest er.

XXIV.- Trat a de ser fuert e en lo favorable o en lo adverso, mas t u fuerza oriént ala en favor de la
just icia.
XXV.- No sólo t e afanes en encont rar a los que necesit as, procura descubrir a los que de t i
puedan ser favorecidos.

XXVI.- Considérat e muy lejos del ideal que se persigue si la miseria o el hombre de t u prójimo no
t e hieren.

XXVII.-Si t e ent usiasma morir como héroe, considera que la Pat ria, más que muert es necesit a
vidas vict oriosas.

XXVIII -Lucha siempre por la igualdad; pero no por aquella sumergido en el cieno y con afrent as,
sino a la alt ura de las mejores expresiones humanos: La just icia, el honor, el t rabajo, la cult ura y las
formas de superación moral y est ét ica.

XXIX.- Si t u valer es aut ént ico, no lo será más si lo pregonas.

XXX.- El est ímulo de t us obras no lo busques en las recompensas de oropel, sino en la adquisición
int ima de un mejor rango moral o int elect ivo.

XXXI.- Nunca t e avergüence haber creído en la dignidad de alguien desprovist o de ella, pues el
perverso y el irredent o absolut os sólo exist en en pat ología.

XXXII.- Que t u vida que no pase como yerba parásit a que nunca da frut os y vive de los demás.

XXXIII.- Evit a hacer el ridículo considerándot e indispensable, pero no t e menosprecies


considerándot e inút il.

XXXIV.-Reunir por afinidades negat ivas a los descont ent adizos, a los murmuradores, a los
canallas, a los cobardes, es fácil y no t e envanezcas con poder lograrlo, ya que cualquiera lo
puede; empero, que t e colme la sat isfacción de conservar la unión, la armonía y la paz por
afinidades posit ivas, aun de aquéllos que llenen caract eríst icas muy diferent es. Est o es singular y
t iene mérit o.

XXXV.- Sé alegre sin bajeza, cort és sin amaneramient o ni servilismo; cult o sin pedant ería; valient e
sin t emeridad; sencillo sin est ult icia y fuert e sin fanfarronería.

XXXVI.-Ten fe en t us propósit os y persevera en ellos con la confianza de hacerlos realidad,


cualquier buen éxit o súmalo al est ímulo de t us esfuerzos, Cualquier fracaso anót alo en el
cat álogo se t us experiencias; mas nunca abandones t u t area ni la empobrezcas con t u
desalient o.
XXXVII.-Si t us ancest ros t e legaron t radición de gloria y honra, deber t uyo es corresponder en
demasía a que ni una ni ot ra se acabe y se manche; empero si t e legaron miseria y ruina, deber
t uyo es realizar lo que ellos no pudieron, más la part e que a t i t e corresponde.

XXXVIII.-Trat a de ajust ar t us buenas int enciones con la realidad de t u vida; sigue el ejemplo de
los que act úan bien ant es de deleit art e con las arengas de los t eorizant es.

XXXIX.- Prodígat e con generosidad hacia las cosas dignas que mot iven saludable alegría, pero sé
avaro cofre cerrado a las murmuraciones y los prejuicios.

XL.- Nada de lo que exist e es despreciable; el macrocosmos t iene como principio las ínfimas
part ículas de energía. En t odo hay coordinación, poder y belleza. La bact eria más pequeña
resume abismos de mist erio que dejan suspenso el pensamient o vinculado con la t écnica y
desencadenando la fant asía. Para admirar el mant o celest e es impropio hundirse en las
profundidades de un pozo y mejorse procuran las alt uras, así para descubrir el valer de un
semejant e no sólo has de calificarle por lo que de penumbras t iene, pues él es más que la
bact eria y t ambién lo alumbra el sol y la t ierra lo aliment a.

XLI.- Vislumbra mejor la finalidad de t u exist encia, de la misma manero que el art ist a t rat a de
plasmar las sinfonías que surgen de los bosques o las que del desiert o se levant an o emergen de
las gargant as abismales bat idas por los t orrent es; los voces de las t empest ades; el allegro de la
brisa; el cont rapunt o de los oleajes; las arias de las aguas serenas; los himnos pet rificados de los
peñascales que se lanzan hacia el cielo; y cuando como él, est o logres percibir comprenderás que
t u vida no carece de sent ido.

XLII.- Trat a que t us pensamient os sean como el aire de las mont añas; amplios, puros y benévolos
para t odos.

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