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EL CAMINO DEL MIEDO Y LA MEDIOCRIDAD

El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro.


El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio,
el odio lleva al sufrimiento.
Maestro Yoda (Star Wars).

Por toda Venezuela se han visto intentos de cohesión, de unidad, de esfuerzos por
lograr reagrupar esa fuerza electoral y cívica que en otrora se convirtió en avalancha;
y que por la vía del sufragio logró la mayoría abasoluta y calificada de la Asamblea
Nacional. Hoy los golpes de pecho suenan como el redoble de los tambores de una
marcha incierta, el reconocimiento de los errores, fallas y equivocaciones no paran de
manifestarse en redes sociales y canales de televisión. Es un acto de valentía y de
gallardía que muchos actores políticos reconozcan sus errores, pero admitir sus
fallos por mantener y/o conseguir espacios de poder es lo más vil y asqueroso que
se le puede hacer a una población que a diario llora lagrimas de sangre anhelando
un cambio de gobierno. De hecho, resulta una desfachatez que "líderes políticos" que
con vehemencia llamaron a la abstención en las últimas elecciones, hace menos de 6
meses, sean hoy los mayores promotores del voto. Así mismo, resulta indignante para
todas aquellas personas que están en desacuerdo con la administración de Maduro,
que políticos que actualmente están ejerciendo funciones en la administración pública,
con muy malas gestiones por cierto, se presenten como candidatos a primarias o
internas en el seno de la oposición.

La unidad no puede convertirse en un chantaje para que los políticos de siempre


dinamiten los esfuerzos de quienes desean construir una alternativa alejada de
los sempiternos vicios partidistas. Esos aparentes actos de valentía demuestran
precisamente todo lo contrario, un miedo extremo de quedar a un lado, miedo de
perder el protagonismo, miedo de perder el poder, miedo de ser desplazados por
liderazgos emergentes. Los miedos y emociones de algunos personeros no pueden ser
piedra de tranca para lograr las demandas solicitadas desde el seno de la sociedad
civil, no se puede pensar ni actuar acertadamente desde el miedo. Como bien
expresa M. Nussbaum (2019), "Es fácil que el miedo vaya por delante del
pensamiento reflexivo. Y es esa estampida que nos empuja a actuar precipitadamente,
provocada por la inseguridad... Esa clase de miedo socava la fraternidad, envenena
la cooperación y nos lleva a hacer cosas de las que nos avergonzamos profundamente
más tarde". De lo último, estoy seguro, NO es el caso de muchos políticos
venezolanos.
Es un deber obligatorio e ineludible renovar liderazgos, confiar en nuevas
propuestas, nuevos rostros, nuevas ideas. La gente se siente agotada de verle la cara
año tras año a políticos que no han cubierto sus expectativas ni han cumplido sus
promesas electorales. Si se quiere entusiasmar, convocar y animar a la población a
volver a la ruta electoral es imperioso dejar de lado los eufemismos, las aspiraciones
personalistas, las fantasias inmediatistas, las actitudes a conveniencia y los miedos.
Mirar con recelo y amenza a los liderazgos emergentes es en definitiva un acto de
mediocridad.

Las proximas elecciones regionales traen de entrada un plomazo en el ala. La altísima


posibilidad de que la administración de Maduro legalice, por medio de leyes como la
del Parlamento Comunal y la Ley de Ciudades Comunales, a los "protectores del
pueblo" es una amenaza latente. Hay que prepararse para ganar todas las
elecciones venideras, pero también es necesario alistarse para defender la
descentralización, para defender todos los esfuerzos que se hicieron desde antes,
durante y después de la COPRE para evitar el centralismo del estado. Es imperioso
que todos los venezolanos que queremos un cambio entendamos cúal es el camino a
recorrer, debemos tener claro que seguramente los triunfos serán robados, que habrá
muchas más trabas que antes, pero tenemos y debemos internalizar que si logramos
hacer crecer una unidad real con ética, con criterio y sin miedos, podemos lograr y
ganarle un plesbicito a Maduro y su administración.

Es por ello, que para lograr el cambio que tanto anhelamos, los partidos y los
políticos de oficio deben alejarse del camino del miedo y la mediocridad. Urge
dejar las emociones a un lado. Como bien expresa M. Nussbaum (2019)"Las
emociones lo invaden todo y se convierten así, en si mismas, en un problema que
cierra el paso al trabajo constructivo, a la esperanza, a la posibilidad de que nos
escuchemos los unos a los otros, y a la cooperación" .

YAXIS ARISTIGUETA

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