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l Espejo

La carta en la manga
Por: José Vicente Rangel | Lunes, 18/07/2016 10:06 AM | Versión
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1 Mientras 80% de venezolanos -según todas las encuestas- quiere
diálogo, y en el mundo hay un pronunciamiento unánime en el mismo
sentido, la oposición no lo quiere. Lo rehuye con argumentos
inconsistentes. Verdaderamente deplorables. Poniendo condiciones
inaceptables, descabelladas, reveladoras de la decisión adoptada por la
cúpula de la MUD de negarse, terminantemente, a dialogar.
2 ¿Por qué los dirigentes de la oposición actúan de esa manera? ¿Qué
los inspira? ¿Acaso creen que el diálogo es una trampa? ¿Que el
presidente Maduro, el chavismo, el papa Francisco, la Unasur, los
facilitadores, Rodríguez Zapatero, Fernández y Torrijos, la OEA y la
ONU, lo promueven para engañar a la opinión pública y asestar una
puñalada trapera a la oposición? No creo que políticos veteranos, con
muchas horas de vuelo, acostumbrados a manejar situaciones
complicadas, de verdad abriguen el temor de que cuando se propone
dialogar es porque los que auspician la iniciativa tienen el propósito de
montarles una celada. Esto me hace recordar lo que solía decir el
jerarca nazi: "cuando hablan de diálogo me provoca sacar la pistola".
3 No hay razón para temerle a la propuesta de diálogo sin condiciones,
con plena garantía de igualdad. La política en esencia es diálogo y
constituye una práctica constante en la historia. Sin ir muy lejos, hay
ejemplos que lo confirman. El diálogo en París entre los representantes
de EEUU y Vietnam, en medio de un cruento conflicto bélico, culminó
con la paz. Ambos bandos recelaban entre sí por razones obvias, pero
finalmente se impuso la paz a través de la política. Igual pasa con el
conflicto del Estado colombiano y las Farc. Todos recelaban del
diálogo, y la mesa que se instaló en La Habana siempre estuvo
rodeada de escepticismo, de recíprocas sospechas. Pero el éxito coronó
la iniciativa, y todo indica que se logrará el objetivo de la paz después
de 50 años de muerte y desolación. ¿Acaso los venezolanos no estamos
en capacidad de un logro similar cuando contamos incluso con la
ventaja de que aún no nos matamos?
4 ¿Qué conspira contra el diálogo? No es lo que suele aducir la MUD.
Es decir, el aprovechamiento de la circunstancia para obtener ventajas
miserables, como valerse del llamado para adelantar una maniobra
politiquera. Mas no es así. La oposición no acepta los llamados a
dialogar del presidente Maduro por otra razón: porque considera que
llegó el momento de acabar con el gobierno bolivariano sacando de
Miraflores al Jefe del Estado. Es el cálculo equivocado que condujo a
esta misma oposición -que no cambia su comportamiento-, hace 14
años, a lanzarse a la aventura del 11-A, del paro de la industria
petrolera y las guarimbas. En otras palabras, es la carta marcada en la
manga. ¿O es que acaso la oposición, a la luz de las versiones que
circulan, se dispone a cambiar de estrategia? Difícil, por no decir que
imposible. Pero no hay que perder la esperanza.
Conjura global
La acción desestabilizadora y golpista contra la democracia venezolana
la confirma la existencia de una operación montada para acabar con el
orden constitucional. Consiste en la concertación que hay entre la
derecha que trabaja internamente y la que opera fuera del país. Nunca
se había vista algo similar. En el exterior todos quieren meter mano en
Venezuela. Hay una conjura de sectores político-partidistas; ex
banqueros corruptos que huyeron y operan con absoluta impunidad
en EEUU; gobiernos europeos y también latinoamericanos;
corporaciones, empresas transnacionales y el poder mediático que,
noche y día, atacan por cualquier motivo -y aún sin motivo- al
Gobierno venezolano, a sus instituciones. Dirigentes políticos de otras
naciones, Parlamentos, gremios, no vacilan en descargar contra
Venezuela todo tipo de infamias, coreadas con frenesí al interior del
país. La oposición cipaya no descansa en el esfuerzo de mentir para
distorsionar la presentación de la realidad e inventar infamias contra
las instituciones, como en el caso del Consejo Nacional Electoral, la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, el Poder Ciudadano, el Tribunal
Supremo de Justicia. El propósito no es otro que derrocar el gobierno
legítimo y constitucional. De ese esfuerzo participa la hez de la política
mundial: Gobernantes corruptos como los del PP español; personajes
que son presidentes porque arribaron al cargo mediante un golpe de
Estado, como los de Paraguay y Brasil, y de otros que lo hicieron
apoyados en el poder de los medios y de las corporaciones para
ejecutar una política neoliberal que en pocos meses ha empobrecido al
pueblo, como es el caso del mandatario que hoy gobierna en
Argentina. Lo mismo sucede con el Presidente mexicano, salpicado de
sangre y corrupción. Tal es la caterva que agrede a Venezuela y que
opera, conjuntamente con la oposición cipaya, contra la soberanía e
independencia de la nación. No hay que llamarse a engaño: son las
hienas al acecho.

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