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Informe PAI
Lo primero en lo que nos debemos fijar es en las escalas de validez ya que son las que nos
informan de si las respuestas del sujeto están distorsionadas, en cuanto a la primera escala, la de
inconsistencia (INC), al encontrarse la puntuación de la paciente en 53, podemos afirmar que ha
contestado de forma consistente y ha prestado la atención adecuada al contenido de los ítems, ya
que las puntuaciones menores o iguales a 63 en esta escala lo indican.
Prestando atención a la escala de impresión negativa (IMN) al ser su puntuación por debajo de
72, en su caso 51, esto sugiere que hay una baja distorsión negativa en las escalas clínicas y
posiblemente el evaluado no haya mostrado una impresión más negativa que la que sugiere su
situación clínica.
Por último, referido a la cuarta y última escala de validez: la impresión positiva (IMP), al
encontrarse su puntuación por debajo de 43, en su caso en 32, esto indica que hay una alta
sinceridad por parte de la paciente.
Tras observarse las escalas de validez, hay que prestar atención a los índices complementarios de
validez, en primer lugar esta el indicador de inconsistencia al final del cuestionario, que en este
caso al encontrarse por debajo de 69 (en 43) indica que ha contestado de forma similar a la
primera y segunda parte del cuestionario.
El índice de simulación tampoco es alarmante ya que obtiene una puntuación bastante baja, y de
igual forma la función discriminante de Rogers, el índice de defensividad y la función
discriminante de Cashel, que al ser menos a 54 (50) indican una alta sinceridad en la paciente.
La segunda escala clínica es la de ansiedad, que mide el grado de tensión y emoción negativa
experimentado por el evaluado. El contenido de los ítems de esta escala abarca diferentes formas
de expresar la ansiedad.
La puntuación de esta paciente es de 72, lo que indica niveles significativos de ansiedad y
tensión, en cuanto a las subescalas de ansiedad cognitiva, ansiedad emocional y ansiedad
fisiológica, aunque la puntuación ronda 70 en las tres, podríamos decir que la cognitiva al tener
una puntuación 71 sería la más evidente, relacionada con la preocupación constante y rumiante,
la hipervigilancia hacia posibles riesgos y peligros cotidianos.
La cuarta escala clínica está relacionada con la depresión, la paciente en esta escala tiene una
puntuación de 56, por lo que se sitúa en el rango de puntuaciones que reflejan que una persona
tiene pocas quejas de infelicidad o malestar. Tales individuos son normalmente percibidos como
estables, con confianza en sí mismos, activos y relajados. Lo corroboran las tres subescalas de
depresión que no reflejan puntuaciones altas ni significativas.
La quinta es la escala de manía muestra que la paciente con una puntuación de 63, es una
persona que se muestra activa, sociable, ambiciosa y con autoconfianza, sin embargo, hacia la
parte superior de este rango, también puede ser en cierto grado impaciente, hostil y fácilmente
irritable. Las subescalas relacionadas, es decir, el nivel de actividad, con una puntuación de 70
refleja que se puede tratar de una persona que aumenta su nivel de actividad motora, no solo
participa en varias actividades sino que realiza demasiadas siendo ineficaz al gestionar sus
compromisos y obligaciones autoimpuestas, en cuanto a la grandiosidad (pt de 62) tiene una
elevación moderada que muestra optimismo y una baja percepción de las limitaciones propias,
podría tratarse de una persona con autoconfianza y que se centra en tener éxito o reconocimiento
y referido a la irritabilidad tiene una puntuación de 50 por lo que se encuentra en la zona dentro
de la media.
La séptima escala trata la esquizofrenia, la paciente obtiene una pt de 65 que sugiere elevaciones
moderadas indicando que la persona se presenta retraída, distante y poco convencional. Lo que
no encaja mucho con la escala de la manía que la mostraba como una persona sociable y con
autoconfianza?
Las subescalas de experiencias psicóticas e indiferencia social se encuentran en la media,
excepto la de alteraciones del pensamiento con una puntuación de 69 que sugieren problemas en
la concentración y en la toma de decisiones.
La décima y undécima escalas son las de problemas con el alcohol y las drogas que en esta
paciente no son preocupantes ya que el consumo de alcohol es bajo o moderado con pocas o
nulas consecuencias adversas relacionadas con la bebida. Y con respecto a las drogas, la persona
afirmar consumir drogas de forma infrecuente, si es que las consume.
Los índices estimados de consumo de alcohol y drogas suponen una vía complementaria para la
detección de posibles abusos de sustancias que no hayan sido detectados mediante otras escalas
del PAI, normalmente llama la atención cuando la diferencia entre ALC-est y DRO-est es 10
puntos, en este caso no hay motivos para alarmarse.
Por otro lado dejando de lado las escalas clínicas, también es importante la interpretación de las
escalas relacionadas con el tratamiento.
En segundo lugar está la escala que tiene que ver con la ideación suicida, la puntuación de la
paciente es de 44 lo que se encuentra muy por debajo de las puntuaciones alarmantes, muestra
que tiene pocos pensamientos sobre la muerte o el suicidio.
También esta la escala relacionada con el estrés que ofrece una evaluación sobre los estresores
vitales que el evaluado experimenta en la actualidad o que ha experimentado recientemente. El
contenido de los ítems incluye problemas en las relaciones familiares, dificultades financieras,
problemas laborales y cambios importantes que han ocurrido recientemente o que van a ocurrir
en su vida. En muchos de los casos, los ítems no especifican la naturaleza precisa del estresor,
solo indican la presencia de muchos cambios o de circunstancias cotidianas inesperadas que
resultan indeseables o desagradables para el sujeto. En el caso de la paciente su puntuación es
muy significativa ya que es de 79 y se encuentra en el rango de puntuaciones entre 70-84 y
refleja que estas dificultades están teniendo un impacto significativo en la persona evaluada. Una
revisión de su situación actual laboral, familiar, financiera y de sus relaciones cercanas,
probablemente revelará circunstancias que son fuente de preocupación, rumiación e infelicidad.
Son personas en situación de riesgo de desarrollar trastornos reactivos adaptativos y se deben
examinar sus puntuaciones en las escalas clínicas para determinar la severidad y la naturaleza de
la sintomatología.
La siguiente escala es la de falta de apoyo social, que ofrece una evaluación del apoyo social
percibido, la disponibilidad y calidad de las relaciones sociales. La puntuación en esta escala es
de 46 lo que indica que dispone de vínculos estrechos, generalmente de apoyo, por parte de la
familia y los amigos.
La última escala es la de rechazo al tratamiento que evalúa las actitudes y cualidades asociadas al
interés por realizar cambios personales de naturaleza psicológica o emocional. Su puntuación en
esta escala es de 36 por lo que la persona reconoce grandes dificultades en su día a día y que
percibe una clara necesidad de ayuda para tratar estos problemas.
Las siguientes escalas evaluadas son dos: la dominancia y la afabilidad que tienen que ver con
las relaciones interpersonales. En la escala de dominancia la paciente obtiene una puntuación de
67 que reflejan a una persona autosuficiente, segura y con un carácter firme. Aunque no son
necesariamente personas hostiles, pueden ser descritas como seguras de sí mismas y un poco
controladoras. A menudo prefieren interactuar con otros en situaciones en las que puedan
mantener el control de la situación; no obstante se encuentran cómodas en situaciones sociales. Y
en la escala de afabilidad obtiene una puntuación de 62, en el rango de puntuaciones altas donde
están las personas que pueden describirse como cálidas, cordiales y empáticas. Valoran
especialmente las relaciones armoniosas y obtienen de ellas una gran satisfacción. Por ello,
pueden sentirse incómodas en confrontaciones o conflictos y tienden a evitarlos. Probablemente
perdonan fácilmente a los demás y no tienen dificultades para dar una segunda oportunidad.
Y por último esta el índice de dificultad del tratamiento, creado para valorar la probabilidad de
un tratamiento difícil. La paciente muestra en su puntuación de 64, un nivel normal de relación
con el tratamiento, por lo que no son de prever grandes dificultades ni facilidades especiales.