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Para ti.
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SINOPSIS
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CAPÍTULO 1
Adicción
E
staba buscando la forma de conseguir a una chica de esas
fogosas con la que perdiera el control mientras tenemos relaciones
sexuales, quizás en uno de esos bares donde siempre hay
mujeres de mala vida buscando dinero, placer, y se acuestan con cualquier
hombre sólo para conseguirlo. No criticaba a mujeres así, ya que yo también me
podía prostituir acostándome con cualquier vieja que me diera dinero a cambio de
yo darle el mejor sexo del mundo, tal vez pueda hacerlo para cubrir mis gastos.
Sería buena inversión... “sexo por dinero” y me disfrutaría los dos a la vez…
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un buen hombre… cuando hablo no me interrumpe y espera con calma hasta que
yo termine para él dar su opinión y siempre… siempre tiene respuesta para todo.
-Es que hoy es sábado y quiero tener sexo con alguna chica que encuentre
en un bar y hacerle todo para complacerla -dije casi excitado.
Aunque si… era cierto lo que me decía Will, necesito un descanso. Soy un
adicto al sexo, no sabía eso, él me lo hizo saber, en realidad es una adicción
bastante silenciosa, no sabes que la tienes hasta que te das cuenta que es mucho
sexo y te cansas pero lo deseas siempre cada vez más y más, a su vez venían
problemas como: los cambios de humor y el desespero. Will me estaba ayudando
a calmarme y tener autocontrol. Es por eso que vengo a sus sesiones.
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¿Acaso es fácil para cualquier adicto controlarse? Para nadie. Las personas
que pasan por situaciones como estas de seguro estarán de acuerdo con mi
opinión. Lo volvemos un hábito, como si fuera parte natural de nuestra vida, era
prácticamente como respirar: no podemos parar de hacerlo. Aunque he visto
casos donde sí funciona luego de una rehabilitación, pero el proceso es más
tedioso que mantenerse adicto toda vida.
-Sólo dos… recuerdo esa noche, –dije. Contarle mis encuentros sexuales a
Will no me resultaba intimidante o penoso, al contrario, me demostraba
entusiasmo para que siguiera contando todo lo que había sucedido con las
mujeres que estaban sobre mi pene- la vi cerca de un callejón antes de llegar a mi
casa, ella llevaba minifalda beige y una blusa marrón, tenía el cabello suelto quizá
era color castaño oscuro o negro no lo distinguí bien por la oscuridad pero su piel
era blanca.
Me acerqué y pregunté:
Pregunté su nombre.
-Me llamo Sofía y ya te puedes ir -lo dijo con odiosidad y eso me calentó
más.
-Dime, Sofía, ¿qué hace una chica tan hermosa como tú a esta hora de la
noche sola por aquí?, es peligroso y te pueden hacer algo.
-No estoy sola, tú estás aquí -se mordió el labio inferior mientras me miraba
con timidez y en ese instante me acerqué rápidamente pegándola contra la pared
mientras la besaba con fuerza. Respondió a ese beso con más pasión. Me
desabrochó el pantalón mientras yo subía su falda y bajaba su panti, la apretaba
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más a mí, tomó mi pene en sus manos y gimió, saqué un preservativo del bolsillo
de mi pantalón –nunca me puede faltar un paquete de aluminio- y rápidamente lo
saqué del empaque y lo coloqué en mi pene erecto. La alcé y cruzó sus piernas
alrededor de mi cadera y me introduje en ella. Me movía de arriba a abajo
mientras ella gemía, cuanto más fuerte gritaba de placer era cuando más fuerte la
penetraba. Y finalmente acabé, me subí de nuevo el pantalón mientras ella me
besaba.
-¿Y qué tal fueron los encuentros? –preguntó Will, que pregunta tan
ridícula, era más que obvio.
-¿Y la otra chica? –preguntó un poco pensativo. Tal vez tuvo una
experiencia parecida pero no quería preguntarle tal cosa.
-¿Usted sabía que el alcohol hace que las personas hagan cosas sin
voluntad propia? -pregunté sentándome en a su lado.
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-¿Esa respuesta es por voluntad propia o sin ella? –pregunté con picardía.
-Con mi propia voluntad. Podrías parecer mi hijo pero eres sexy y sería
agradable hacerlo con alguien joven… tal vez recordaría viejos tiempos -dijo
sonriendo y me calentó tanto que podría votar fuego de mis poros.
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-¿Y crees que está bien tener relaciones sexuales con varias personas y sin
control? –preguntó Will mirándome fijamente a los ojos.
-Max, ¿por qué no buscas a una chica con la cual puedas pasar tiempos de
compañía sana, salir, divertirse, reír, bailar y hacer cosas que no sea sólo sexo?
-Bahh, puras tonterías dices -me acerqué a la ventana que daba con el
centro de la ciudad de París, tenía buena vista, era un edificio alto y tenía vista a la
Torre Eiffel-. ¿Te das cuenta de las cosas que dices?, allá afuera en el mundo real
hay chicas que buscan un buen sexo y ya, no tengo tiempo para pensar ese tipo
de cosas, el sólo pensarlo me repugna Will -dije sentándome otra vez.
-Apuesto que su vida fue arruinada por completo desde ese entonces. –
Negué con la cabeza compadeciéndome.
Sonó el reloj de mesa indicando que se había terminado la sesión del día.
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-Se ha acabado el tiempo de la sesión, podemos seguir hablando para la
próxima y ver qué nueva historia traes en tu vida Max. Cuídate y recuerda el...
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CAPÍTULO 2
El encuentro
F
ui directamente al ascensor, pero se me revuelve el estómago de
sólo pensar en subirme en él, así que preferí dirigirme a las
escaleras y bajar. No me gusta los ascensores, durante mi infancia
a los siete años me quedé dos horas encerrado en uno, tenía una falla y mi madre
me abrazaba para que supiera que estaba a salvo si ella me abrazaba, sus
abrazos eran cálidos y me gustaba como me apretaba fuerte.
-Está bien mamá -dije con pánico, pero yo aún seguía teniendo miedo de
no salir nunca y que muriéramos asfixiado, con hambre y sed.
Luego haber pasado las dos horas más traumáticas de la historia finalmente
se arregló la falla del ascensor y pudimos salir de ese horrendo lugar. Hasta
entonces llevo ese trauma a cuesta y por eso bajo por las escaleras, cansan pero
pensándolo bien… son mejores, te ayudan a hacer ejercicio y la verdad cansan
menos cuando vas de bajada que de subida.
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cuando lo veía, la relación padre-hijo es tan mala como el agua y el aceite y siento
mucho rencor hacia él por lo que le hizo a mi madre y a mí.
Al salir del edificio luego de haberme visto con Will me dirigía a tres cuadras
caminando para tomar el autobús de regreso a casa. Ya estaba el cielo a oscuras
pero la cuidad estaba completamente iluminada con colores distintos de cada
tiendas de ropa, artesanía, comida rápida, farmacia. Me gusta la cuidad más de
noche que de día; las personas paseando por el lugar, extranjeros en cualquier
lado asombrados por la vista a la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y toda la
maravilla de mi bella ciudad.
Seguí caminando y vi una hermosa mujer de piel blanca, con tacones rojos
altos y un vestido negro ajustado a su cuerpo que marcada bien su excitante
figura, me miró, le guiñé el ojo y río, agarró un mechón de su cabellera dorada
dando vueltas alrededor de su dedo y pasó su lengua por su carnosos labios
pintados de rojo pasión, me dirigí hacia ella y mientras caminaba ella metió su
mano en el bolso de mano que tenía, -que por cierto, no lo había visto porque
estaba concentrado en su figura sensual- sacó una tarjeta. Cuando llegué hasta
ella, me la entregó, la tomé confundido y cuando miré en ella tenía la dirección,
correo electrónico, fax y número de teléfono, se veía que era una mujer adinerada
y de clase social alta.
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-Quizás hoy...
-¿Qué haces aquí? -dijo ella con temor-. Pensé que tenías trabajo hasta
tarde.
-Lo dejé para mañana porque quería hacer lo mismo que te está haciendo
éste hombre -dijo él, yo ya estaba preparado para enfrentarlo, pero el hombre era
demasiado idiota, como un nerd, sólo se puso a llorar como un niño cuando le
roban su paleta de helado. Me coloqué mi ropa, los dejé solos mientras ella lo
consolaba, me fui tranquilamente y no la he visto desde entonces.
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Sé que esta vez no correré con la misma suerte si me atrapan de nuevo. A
simple vista se puede notar que ésta dama tiene dinero y ¡Bingo! Ahí estaba la
solución a mis problemas económicos reflexioné riendo dentro de mí.
Siempre he tenido esa suerte con las mujeres para tenerlas conmigo, debo
tener algo que a ellas les gusta. Soy alto, cabello negro liso que cae sobre mi
frente siempre alborotado sin peinar, piel bronceada igual que mi madre y de ojos
café como mi padre, cuerpo atlético porque hago mi deporte favorito: el sexo. Es el
mejor deporte en el mundo y eso me mantiene en forma, tengo veinte años de
edad y llevo la experiencia en la cama de un hombre de ochenta.
Crucé la calle con cuidado, antes de que otro maniático al volante me lleve
sin previo aviso.
-Ahora sí. Directo a casa -suspiré- y sin tener sexo -pensé afligido- al
menos cuando llegue a casa tecleo en mi celular para llamar a Grace, Annie o
Jane. O tal vez hoy tendré que masturbarme. Que decepción.
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-¡Alto, espera, por favor deténgase! -gritaba la chica mientras la miraba por
la ventana, se veía sexy cuando sus senos se movían de arriba a abajo mientras
corría... es todo un espectáculo, eso me puso el pene a mil. Mis hormonas
comenzaron a alegrarse por ello…
Pisó el freno y todos nos tambaleamos ante movimiento brusco, una chica
se apoyó de mi nalga para no caer y yo me giré en su dirección con rostro
amenazante, ella abrió la boca como si le faltara el aliento:
-Per… perdón –se ruborizó. Le di media sonrisa de esas que hacen que las
chicas se desmayen y casi lo hizo. Se abrió la puerta, la chica de afuera corrió aún
más rápido y entró de un salto empujándome para entrar.
-¿Qué? estabas atravesado. -Dijo con odiosidad sin mirarme a la cara. Sus
respiros eran rápidos por la corrida que mantuvo. Estaba cansada lo podía notar.
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esperando que la persona hablara para saber quién fue él que detuvo el autobús y
permitirle subir.
Alzó su rostro hacia mí y la miré a los ojos. Y por más que hice el intento
para ser intimidara parecía ser yo quien lo hacía. – ¡Puedes continuar! -grité al
chofer, su rostro fue de asombro y vergüenza. Fijé mi mirada al frente
observándola con mi visión periférica, el autobús cerró las puertas y siguió el
rumbo.
Pasó una hora para llegar hasta mi destino, durante el trayecto no aparté mi
mirada de ella en el instante que pensé que hacerme el misterioso no servía de
nada, y si se habrá dado cuenta de ello me importaba poco lo que pensara de mí.
Estas cosas de ver a una mujer perfecta pasan una vez en la vida y no debería
desaprovechar mi oportunidad, y no lo hacía. Me estaba dando el gran lujo de la
vida.
Miré hacia el autobús mientras se cerraban las puertas. Y ella aun miraba.
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CAPÍTULO 3
Un momento de pasión
¿Pero qué les importa a ellos?, tienen vida sólo para criticar a la gente, sin
ver que sus propios hijos son de malas amistades y vicios; su hija es una
alcohólica y prostituta que veo de vez en cuando en los bares cuando busco sexo;
no me dejo ver por ella para que no se sienta apenada por su trabajo. Y su hijo un
drogadicto gracias a sus colegas que son traficantes. Pero en fin, cada quien vive
su vida a su manera, yo no soy nadie para criticar a los demás… y menos en mi
posición. ¡Vaya posición!
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Me quité los zapatos, la ropa y me quedé en bóxer, tiré la ropa al suelo que
estaba encima de mi cama para poder dormir bien. Luego de acostarme y estar
cómodo, quería sexo, así que decidí tomar el celular para marcar a alguna de las
chicas prepago –eso no significaba que no era lo suficientemente hombre como
para no conseguir a alguien por mi propia cuenta y gratis, porque pude haber
tenido fácilmente a la chica que toco mi trasero o a cualquier otra. Pero me distraje
con la chica sin modales-, pero me detuve, miré la hora y eran las 10:30 pm, ya
estaba cansado como para salir así que decidí masturbarme.
Cuando era niño y contaba con al menos once años de edad había
conocido una chica de quince años. Mi físico siempre atraía la atención de muchas
mujeres, no sólo de mi edad sino también las mayores. Un día aquella chica cinco
años mayor que yo me invitó a su casa y yo decidí ir, ¿Qué malo podría pasar?
Todo de seguro… y así fue. No había nadie en su casa y me invitó a su habitación
porque supuestamente quería mostrarme su colección de monedas (era cierto,
pero no era sus verdaderas intenciones). Mientras yo las observaba ella cerró la
puerta de su cuarto con llave. No sé cómo pasó, ni en que instante, pero sus
labios tocaron los míos y metía la lengua por mi boca, para ese entonces no sabía
lo que estaba haciendo, si llegué a conocer la pornografía, la masturbación y
había visto como los demás lo hacían, pero era la primera vez que besaba a
alguien. Se sintió todo tan confuso y lleno de intriga continué su juego a pesar de
no saber absolutamente nada sobre aquello.
Ella si sabía muy bien lo que estábamos haciendo. Y me dejé llevar por
esas ganas de conocer más acerca de todo eso del sexo. Llevó mis manos hasta
sus senos y dejo que los masajeara y lo hice, dijo que me quitara la camisa y el
short y lo hice, dijo que chupara sus senos y aunque lo veía extraño lo hice y me
gustó más de lo que esperaba, dijo que introdujera mi dedo anular dentro de su
vagina, que luego de meterlo completo lo sacara y luego lo volviera a meter a un
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ritmo rápido y lo hice. Hice todo lo que me dijo que le hiciera, y me hizo todo lo que
ella quería hacerme también.
Seguía sonado la puerta, miré la hora en mi celular y eran las 7:27 am, oh
¿qué diablos? Agarré el paño y lo coloqué alrededor de la cintura, salí hacia la
puerta.
-Le partiré la cara a quien sea que esté tocando... -abrí la puerta.
-¡Buenos días hijo! -era mi madre, ¿será que no tiene oficio en su casa o un
marido? qué se yo. Llevaba pantalón ajustado negro y camisón color turquesa de
esos a la moda hoy en día. Tiene un nuevo corte de cabello, es horrible pero ella
dice que está a la moda; corto a un lado y largo del otro lado. Aunque lo lleva muy
bien para su edad. Sigue con la idea de quererse ver joven y eso es lo
espantoso-. Dios mío. Hijo estas hecho un desastre, anda a lavarte la cara y
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péinate, te traje comida -al menos algo bueno trajo, me empujó a un lado para
pasar y observó a todos lados.
-No mamá. -Dije en tono seco. Siempre hace esa misma pregunta cada vez
que llega y yo siempre doy la misma respuesta.
-Hijo quiero hacerte una pregunta. Es sobre algo que me está preocupando.
-Dime.
-Hijo debes formar una familia con una buena mujer para tener hijos y así
yo tener nietos -dijo emocionada.
-¿Estás loca mamá?, no puedo cuidar de un niño, a veces dudo que pueda
cuidar de mí mismo. Además…-dije modelando como mujer- soy gay. -Me lanzó
una taza pero la logré esquivar.
Nietos para ella, es decir, yo tener hijos. Descarto esa idea, por Dios, solo
quiero disfrutar del sexo, no tener hijos, de sólo pensarlo me dan nauseas.
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Siempre le he huido a las relaciones, quien menos ha conocido un noviazgo soy
yo, eso no me interesa en absoluto a cambio de eso prefiero encuentros casuales
de sexo desenfrenado y caliente, eso es lo mío, de eso si conozco suficiente, tanto
que un día voy a profesionalizarme en eso de: clases para chicos que quieren
divertirse a lo grande sin complicaciones de obsequios, cumple mes, mensajes,
llamadas, cartas, sentimientos y pare de contar además de embarazos no
deseados obviamente. Me he cuidado bien usando preservativos para evitar ese
dolor de cabeza de dejar embarazada a cualquier chica, no quiero ser como mi
padre; hacerlo y luego abandonarlo. Por esa simple razón no quiero hijos ni hoy, ni
mañana, ni nunca, de eso si estoy seguro.
-Sabes que soy un caso perdido y si vas a criticar el cómo vivo lo mejor es
que te vayas.
-Por ahí madre, haciendo cosas mías. –Dije. Había olvidado por completo
visitar a mi abuela, porque estaba en la sesión con Will.
-Y... -hizo una pausa breve-. ¿Cuándo vas a ver a tu padre? –preguntó. Mi
cara cambió por completo, ya estaba enojado por haber recordado a ese
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hombre. -Me ha dicho que no lo has visitado en meses –dijo. Sí, era cierto, desde
diciembre del año pasado no le veía, siempre es lo mismo, ¿por qué él no me
visita a mí? (tampoco quiero que lo haga) siempre he tenido que hacerlo yo. -Él
quiere ayudarte hijo, quiere darte trabajo y dinero.
-Yo no necesito nada de ese señor. -Mi padre Jacob vive en una de las
mansiones más prestigiadas de París. Tiene mucho dinero y por eso se cree el
dueño del mundo queriendo comprar todo a su paso-. No quiero sus limosnas,
¿acaso se te olvida lo que nos hizo? ¿Lo que te hizo? ¿No lo recuerdas? -de
nuevo el odio pasó a través de mis venas y di un golpe a la mesa.
-No lo olvido. Pero a veces hay que dejar las cosas pasar y sacar el odio del
corazón. Las personas que viven toda su vida así, con el corazón podrido de tanto
odio no avanzan y yo necesito avanzar en mi vida y dejar todo rencor atrás. -Me
fui a mi cuarto tomé una franela blanca (la primera que encontré), mi billetera, y un
preservativo, me coloqué mis zapatos negros rápidamente y salí de nuevo hacia la
cocina.
-¿A dónde vas? -preguntó desesperada, yo abrí la puerta listo para salir -No
he terminado de hablar.
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esas cosas que lo padres hacían con sus hijos, quería un poco de cariño, que
fuéramos de paseo y comiéramos helado, que me enseñara todas esas cosas que
tuve que aprender solo porque no tenía tiempo para mí. La palabra “papá” le
queda muy grande y las personas no olvidan esas cosas por mucho que se
esfuercen, ahora ya estoy grande y ya no lo extraño para nada.
No sabía a dónde iba, la hora marcaba las 9:39 am, mi estómago gruñó del
hambre, al menos hubiera esperado para comer lo que llevó mi madre, pero no
quería devolverme y escuchar otra vez sus sermones inútiles. Ya estaba en la
parada del autobús y eso me recordó a la chica de la noche anterior; sin modales.
Al menos “gracias” no cuesta dinero aún y podía darlas.
Tomé la primera ruta hacia el museo, en media hora estuve ahí. Bajé del
autobús y ya estaba cerca de las tiendas y los restaurantes, me dirigí al
Reddingsap, un restaurante de comida rápida.
-No vez por donde caminas hijo de... -detuve mis palabras cuando miré a la
persona que me había empujado, era una chica, era ella, la misma chica sin
modales. Se veía más hermosa que ayer, llevaba pantalón rojo, franela blanca con
el logo de la Torre Eiffel por todos lados, y en su cabeza un gorro tejido a mano
rojo con una flor a un lado blanca, zapatillas negras, a esta chica si le gusta las
combinaciones de ropa-. Ah claro, la chica sin modales, ¿será muy seguido eso de
trapazarme? avísame para colocarme una armadura anti-tropiezos de chica mal
educada -dije sonriendo.
-Estabas a...
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misma estatura, cabello castaño, ojos claros y piel bronceada, era hermosa pero
no más que ella.
-¿Qué? ¿Lo dejaras ir así? ¿No le dejaras el número tan siquiera? Es muy
sexy -dijo Marry. La chica volteó hacia mi dirección y me observó de pies a
cabeza, como si fuera un escáner, tal vez vio hasta el color de mi ropa interior y de
nuevo fijó la mirada en Marry poniendo los ojos en blanco -¿Y lo viste ayer? No
me dijiste...
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que no interesan caminando sin cesar. Mis hombros cayeron en derrota y me
resigné. El destino -aunque no crea mucho en él- me estaba dando una segunda
oportunidad para tenerla de seguro en mi cama y la había desaprovechado como
el más idiota de los idiotas.
La mesera se dirigía hacia mi lugar, era una chica rubia con el cabello
amarrado en una cola de caballo, llevaba un uniforme verde oscuro y blanco, era
un vestido. A pesar del vestuario sé que debajo de aquello se esconde un cuerpo
caliente, ella era mi nuevo objetivo. Miré detalladamente sus senos a través del
descote. Al llegar a mi mesa, se miró a sí misma justo al lugar donde tenía clavada
mi mirada: sus senos.
Levantó su vista.
-A ti. -Solté sin pensarlo. Ya excitado. El calor estaba corriendo por todo mi
cuerpo, qué bueno que estaba sentado, así nadie notaría mi gran erección. Le di
una media sonrisa de lado (siempre funcionaba).
-Es lamentable. -Dije colocando cara triste-. En ese caso, quiero pan,
queso, un batido de fresa y tu número telefónico. -Me miró sorprendida pero a la
vez con entusiasmo.
-Con gusto, en cinco minutos su pedido estará listo. -Ya casi se iba.
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llamaría, la invitaría a una fiesta y me la iba a follar en cualquier hotel, ¿qué haría
para sorprenderla? El alquiler de auto deportivo. Al final de la noche el dolor de
barriga afuera de su casa sería el plan perfecto para entrar y luego follarla esta
quedar exhausto.
Terminé mi desayuno.
-Te llamaré luego. -Dije dándole una sonrisa. Dejé el dinero de la cuenta en
la mesa, al sacar mi billetera y meter la servilleta con el número telefónico, vi la
tarjeta con el número de la dama de la noche anterior.
-Ya voy saliendo para allá –colgué y guardé mi celular junto con la tarjeta.
-Hacia el hospital del centro por favor. -Indiqué al conductor. Mi abuela tiene
ochenta y dos años, la edad ya la tenía acabada, está en silla de ruedas, cada
malestar causa mucho impacto en su cuerpo. Ahora pasan muchos malestares
constantemente y eso genera en ella una oleada de tsunamis que se la están
llevando poco a poco.
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abuela. Así que dejé esos pensamientos a un lado. Buscó rápidamente el nombre
en una lista a un lado de su escritorio.
-Max –dije-. Bien, tal vez podemos planear una noche y salir juntos –hablé
sin rodeos- pero en estos momentos quiero saber de mi abuela. Es importante.
¿Se encuentra aquí?
-¡Me debes una salida! –gritó como si no sintiera vergüenza de que las
personas que pasaban escucharan.
Como rayo llegué hasta las escaleras, tres pisos arriba, subí los escalones
de dos en dos hasta llegar. El pasillo era largo, al final vi a mi madre y mis dos
tíos.
-Oh. Hola. Listo. ¿Dónde está? -fue un saludo breve, no me llevo muy bien
con mi familia, así que los evito, estaba desesperado por saber dónde estaba mi
abuela.
-Está ahí. Adentro –señaló a la puerta de madera, caminé hacia ella y antes
que diera vuelta a la manilla, la puerta se abrió, me asomé por la apertura
descubierta y le estaban colocando una inyección en el brazo. Un señor de poco
cabello, alto y blanco, obstaculizó mi visión. Tenía bata blanca.
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-¿Qué tiene mi madre? -preguntó mi tío John; flaco, blanco, cabello blanco
con bigote, él es el segundo hijo de mi abuela.
El doctor dijo: -Si, uno por un... -Corrí hacia la puerta y entré de primero,
estaba desesperado por ver a mi abuela, cerré la puerta y vi a mi abuela; acostada
en una cama.
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-No has cambiado en nada, sigues siendo el mismo sin vergüenza y picarón
de cuando adolescente.
-Si lo has hecho, ahora estas grande y todo un hombre y guapo. ¿Cuándo
será el día que alguna chica te robe el corazón?
-Espero que el día que la encuentres yo esté viva para ver esa sonrisa que
ansío ver en tu rostro. -Tosió, le di un vaso con agua- ¿Aún sigues saliendo con
todas esas mujeres? -me pellizcó y traté de esquivar su mano.
-He cambiado todas, ahora salgo con mujeres nuevas. -Reí y mi abuela
también lo hizo. Amaba a mi abuela, durante mi adolescencia era mi cómplice
cuando salía a fiestas o con chicas, mi madre nunca sospechó de nosotros. Mi
abuela sabe algunas cosas de mí, como que me gustan mucho diferentes mujeres
a la vez y que nunca quiero una relación formal en mi vida, me conoce mejor que
mi madre, sabe cuándo estoy bien o no, lo único que no sabes es sobre mi
adicción al sexo.
-Qué bueno que estás bien mamá. -Se acercó hasta ella y la abrazó. Yo ya
estaba de pie.
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-Me tengo que ir, mañana te visitaré a tu casa. –Aseguré despidiéndome.
-Claro abuela. -Le di media sonrisa, mi madre nos observó confundida, ella
no sabía que mi abuela se refería a usar preservativo antes de tirarme a cualquier
chica.
Salí del cuarto, me despedí de mi tío John y Paul, tenía una familia
pequeña, mi abuela solo tuvo tres hijos, la menor era mi madre, mi abuelo
Stephan nunca lo veo, abandonó a mi abuela hace algún tiempo, nunca se habla
de mi abuelo en la familia así que es tema ya olvidado.
Pasé por donde la mujer que quería salir conmigo y no se encontraba allí,
tampoco iba a esperarla para hablar con ella, me fui y supe que jamás la volvería
a ver.
Mi pene erecto significaba que pedía a gritos una vagina a la cual follar,
tomé mi celular, esta vez nada impediría que llamara a la mujer con billetes. Miré
la pantalla y tenía siete llamadas perdidas de Hellen. Esta mujer si es asfixiante,
luego de follarla, llama muchas veces para que se lo haga de nuevo, la conocí en
una fiesta cerca del Rio Sena, luego de follarla en uno de los botes de vuelta a
casa, he estado con ella varias veces, una vez tomó mi celular y se llamó a sí
misma para que así pudiera tener mi número, ha llamado, aunque esta vez quizás
pueda estar con ella. Reenvié la llamada, luego del primer zumbido contestó.
-Oh, uh, es que, mi casa está sola y necesito compañía. -Dijo en voz
seductora.
-Estaré ahí en diez minutos. -Sabía a qué se refería cuando dijo que
necesitaba compañía, esa era su forma de decir: ven y follemos hasta morir.
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para dármelo. Ella vivía a poca distancia del hospital donde me encontraba, su
casa era aislada de las demás, cerca de bosque, esa era una de las ventajas.
Estaríamos en medio de la nada solos ella y yo. -Por aquí, por favor.
-Gracias por el recibimiento. -Me tomó por la camisa, haciendo que pasara
a la fuerza a su casa, cerrando la puerta de golpe.
-No digas nada, quiero que me lo hagas, te deseo en mi cama. -Esas eran
las palabras mágicas. La tomé contra la pared, le di vuelta, su trasero rozando con
mi pene ya erecto. Gimió. Pasé mi mano alrededor de su pecho. Besé su espalda,
se dio vuelta quedando cara a cara contra mí, me apretaba contra su cuerpo, quitó
mi camisa con desesperación, nos besamos como si fuera nuestro último alimento
del día, bajó poco a poco pasando su lengua por mi cuello bajando por mi pecho y
abdomen. Se detuvo frente a mi erección, tomó mi pantalón bajando la cremallera,
bajó mi bóxer y mi pene saltó libremente, lo tomó en sus manos, levantó la mirada
y me miró mordiéndose el labio inferior. Dios, esta mujer me estaba matando,
pasó una fracción de segundo cuando introdujo mi erección completa en su boca
hasta su garganta, su lengua se movía suavemente, era la mejor de las
sensaciones en mi vida, era una experta en ese trabajo, tomé su cabello para
mover su cabeza y follarla por la boca, metí todo mi pene hasta su garganta, hizo
un gesto de ahogo pero siguió su objetivo, mientras lo hacía me miraba excitada,
la tomé de su cabello y la levanté de nuevo para estar frente a frente.
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-Siempre tan impaciente. Quiero follarte toda.
-Está bien -dije. La cama era grande, con sábanas rojas de seda. Estamos
frente a la cama, quité toda su ropa interior, y yo hice lo mismo con la ropa que me
quedaba, la empujé de golpe a la cama, tomé el preservativo de mi billetera y lo
coloqué sobre mi pene, levanté la mirada y sus piernas estaban abiertas, dejaban
observar hasta el alma que había dentro de ella, lancé mi cuerpo sobre el suyo, su
piel quemaba.
Chupé sus senos con fuerza –como le gustaba- y gemía de placer, tomé su
trasero y metí mí un dedo en su trasera haciendo que se excitara mucho más, sé
lo que le gustaba y era lo que más le hacía. Metí todas mis ganas de sexo entre
sus piernas, mi pene casi me habló agradeciéndomelo, la cama se sacudía de
atrás hacia adelante al ritmo del movimiento de nuestros cuerpos, apretaba su
senos y ella gemía. Gritaba.
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-Buen sexo Hellen.
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CAPÍTULO 4
Suceso inesperado
M
e desperté preparado para cualquier cosa. Miré a mí alrededor y
me encontraba en el cuarto donde había follado a Hellen, era el
cuarto de sus padres, observé por la ventana y el cielo era
oscuro. -¡Mierda! -susurré para mí-. Me quedé dormido. -Tomé mi bóxer, pantalón,
mis zapatos y me los coloqué. Salí del cuarto al pasillo, caminé hasta la cocina,
Hellen estaba comiendo pollo y soda. Me miró y sacó una sonrisa.
-¿Tu qué crees?, ¿cómo mierda dejaste que me quedara dormido? -tomé
mi celular y el reloj marcaba las 8:00 pm-. Oh, ¿en serio? ¿Las 8? -la miré con ira.
Claro que la iba a llamar, pero será el día de la mierda, es decir, nunca la
llamaré, aunque ese día existiese tampoco la llamaría de todas maneras.
Inicié la marcha, lo tomé como una nueva meta. -Maldita Hellen –murmuré.
Mi piel hervía de la rabia, igual ya no habría arrepentimientos, y tenía que caminar,
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al menos quería volver a ser niño para que mi madre me llevase en sus brazos, no
podía pensar en eso ahora. Las personas caminaban por la ciudad, muchos carros
deportivos; como me encantaría tener uno de eso, al menos así evitaría esta
caminata. Podría tomar un taxi pero no tenía el dinero suficiente en casa para
pagarlo y no trabaja sino hasta el martes, que remedio me quedaba, miré la hora,
esta vez eran las 9:30 pm.
Mis piernas dolían ante el camino ya recorrido, sentía que jamás en la que
vida caminaría, que perdería mis piernas. Lo cierto es que llegué a la avenida de
mi casa, miré mi reloj -maldición, son las 11:14 pm -al menos corrí con la suerte de
no encontrar ningún secuestrador o algún vagabundo por ahí, tomé la iniciativa y
caminé un poco más para llegar a mi casa…
Me levanté rápidamente.
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-No te importa, ¿por qué habría de contar lo que me pasa o no a un extraño
como tú?
-No somos extraños, nuestros cuerpos se han conocido muy bien con cada
impacto al tropezar.
La seguí.
-Está bien, comprendo que no quieras decirme por qué lloras, pero tienes
que comprender que no te dejaré ir sola a ningún lugar así y menos a esta
hora -dije-. Ven, dime donde está tu casa y te llevaré de vuelta.
-Ah, bueno, en ese caso… me presento, mucho gusto, soy la persona que
quiere evitar que aparezcas en la página de sucesos del periódico de mañana.
36
-Bien niña malcriada, no insistiré más, buenas noches. -Me dirigí de nuevo
hasta el otro lado para ir a casa.
Esa chica sí que tiene agallas para ir por ahí a esta hora sola por la calle, al
menos yo era hombre y podía correr rápido o defenderme dependiendo el caso si
encontraba a algún vagabundo, pero ella es tan tierna y frágil, que hasta..
*****
-Llegamos -dije.
-No, nada de eso. Soy mucho peor que eso –respondí. Se mantuvo en
silencio-. Bien. Entremos a mi cueva, solo espero que mi esposa no se enoje por
traerte aquí. –Solté serio.
37
-No me causa gracia. -Cruzó los brazos sobre su pecho.
-Por aquí. -La dirigí hasta mi cuarto, otra parte que ninguna mujer (aparte
de mi madre y mi abuela) había explorado-. Disculpa el desorden.
-En la cama hay espacio para los dos, no quiero que duermas en el suelo,
yo soy la intrusa aquí, yo debería dormir en el suelo.
38
¿Qué mierda?
Retrocedí.
Ahora voy a dormir con ella y espero controlar mi erección. Espero que ella
no lo note. ¿A quién engaño? Obvio que no podré controlar mis hormonas estando
cerca de ella. Al menos tenía que intentarlo.
39
Ella estaba sentada en la cama, miraba todo mi cuarto y lo estudiaba. Me
miró, y de nuevo su timidez y sus mejillas coloradas me hizo sentir extraño, quería
que parara ya.
-Sí, ¿cuál es tu nombre? No creo que te hagas llamar: chico que intenta
salvarme de que salga en la página de sucesos del periódico de mañana. –Soltó
una carcajada. Ella era hermosa y más cuando sonríe, es la melodía más
inspiradora que he escuchado, podía grabarla y escucharla durante toda la noche.
-Si. –Respondí.
Hubo silencio.
-Si. Al menos es mejor que cualquier cosa que pueda hacer contigo.
Se ruborizó.
40
-Dormiré ¿sí?
-Sí, yo también tengo cosas que hacer mañana. –Dije, mañana visitaré a
mi abuela.
-No, esa es la única que tengo, pero puedes tenerla. –Dije mientras me
acostaba colocando las manos sobre mi cabeza.
Me miró también.
Sentí esas ganas inmensas de besarla, deseaba sus labios juntos a los
míos, nunca había deseado tanto algo como deseaba besarla, mi fuerza de
voluntad era muy competitiva y no podía ganarle nunca, ni una sola vez, no lo
soporté más.
Y pasó.
41
Me acerqué rápido a sus labios, robé un beso de sus labios, era como una
necesidad besarlos. Existen necesidades esenciales para los seres humanos y
acabo de descubrir una nueva en mi vida: besarla.
Me alejé avergonzado ante lo que acababa de suceder. ¿Por qué? Aquí era
el momento donde le quitaba la ropa y tendríamos sexo hasta el amanecer.
-Esto no puede ser -dije mirándola, cada parte de mi cuerpo quería tomarla,
quería tenerla. Pero algo me detenía, era como una fuerza sobrenatural que
impedía hacerle lo que mi cuerpo pedía, no quería tenerla de ese modo, la
sensación era la más extraña que podía haber experimentado.
Pero la volví a besar, ella se dejaba llevar por mí y estaba seguro que era
yo quien decidía cuando parar o cuando no. Las sensaciones a las que me estaba
42
enfrentando causaban estragos mientras nuestros labios se consumían ante la
pasión y el querer desear más que un beso y no diría que simple porque me
podría conformar con esto por un buen tiempo. Creo que he cedido ante algo que
estoy afrontando y es completamente nuevo para mí. Y el querer descubrirlo me
va a matar, tengo un leve presentimiento.
La miré a los ojos tras separarme de nuevo de ella. Como odiaba ese
momento de lejanía. No dijo nada, su rostro era inexpresivo, quería saber en ese
instante lo que pensaba, lo que sea que pasara por su mente y las cosas que
pensaba sobre mí quería saberlas, pero no dijo nada, en lugar de eso dio media
vuelta dándome la espalda, ¿Qué mierda soy? lo habré arruinado todo, la hice
sentir incomoda o no le habrá gustado el beso –claro que si le gustó, su piel
erizada, su mirada y la forma como respondía a mis besos me lo afirmaba. Pero
efectivamente algo sucedía, no era yo, algo estaba mal con ella-. No quería que
esta noche terminara de ese modo así que me acerqué hasta ella y la abracé por
la espalda, su cuerpo se tensó ante mi abrazo, coloqué mi brazo alrededor de su
cintura.
Me abrazó.
43
olvidé de todo, el mundo no estaba, estábamos solos ella y yo. Cada segundo era
magnifico y lo apreciaba, no sabía por qué me estaba sintiendo de esa manera.
-Tú no sabes el lío que has tenido en tus labios –dijo contra mi pecho.
No respondió.
-El silencio dice muchas cosas pero quiero oírlo de tus labios, esos que me
han probado.
-Tuve una discusión con mi madre, nada importante, pero está haciendo
cosas que creen que son correctas y no son así.
-¿Ejemplo?
44
Oh maldición.
-Mmmm… paseaba.
-¿Tienes novia?
-Para confirmarlo.
-Me gusta así. Aunque nuestros cuerpos quieren estar mucho más cerca de
lo que estamos, de eso estoy seguro.
45
-Ésta es una de las mejores noches. –Confesé-. Buenas noches para ti
también –dije. Cerré mis ojos y me olvidé de todo mí alrededor.
46
CAPÍTULO 5
Buscando respuestas
D
esperté bien por primera vez, quizás porque ella durmió junto a
mí, he pasado la mejor noche en toda mi vida, y se lo he dicho,
hay una especie de tranquilidad en mi vida como si ella me diera
eso a cambio de mi compañía.
Espera...
“Buen día. Ha sido un placer conocerte Max, gracias por la estadía y por
haberme salvado de aparecer en la página de sucesos del día de hoy. Lo del beso
y todo lo demás lo puedes olvidar porque fue un error. Me voy antes de que te
levantes ya que no me gustan las despedidas y sería muy incómodo hablar sobre
lo de anoche. Gracias por todo”
47
Volteé la hoja para ver si había algo más escrito, pero no había nada más,
ni siquiera dejó su número o tan siquiera el nombre, -Que estúpido Max, ¿por qué
no preguntaste su nombre ayer? –me regañé a mí mismo, claro, ¿Cómo iba a
saber que ella se iría de esa manera? y sin avisar, siempre pasaba al revés: yo
siempre me iba antes de todo. Pero ahora las cosas habían cambiado, es ella la
que se había ido.
-Necesito hablar con Will pronto. –Dije hablando con la boca llena de
comida.
Decidí visitar a mi abuela, le había prometido que iría hoy, me fui a duchar,
mientras estaba en el baño, recordé cuando follé a esa morena turista, ella había
venido de Italia para conocer Paris, la vi en el restaurante donde trabajo, la
reconocí por su acento:
48
-Vaya. –Dijo con una gran sonrisa-. ¿No se supone que tienes que ayudar a
vender y no ofrecerle a los clientes ir a otro restaurante? –Susurró levantando una
ceja.
-Éste, tratas de sorprenderme pero soy muy lista, ¿todo lo que quieres es
llevarme a la cama o me equivoco? –estaba fuera del juego, ahora yo era su
presa, tenía que reaccionar rápido si no estaría completamente perdido.
-Yo...
-Te puedo ofrecer el mejor sexo del mundo, sólo tienes que pedirlo –dije
guiñando un ojo.
49
-No, modesto.
-Vamos a mi residencia.
-Bien.
-Sí, si, como sea, me voy. –Caminé hasta la mujer morena y nos fuimos.
50
calor corporal hizo que disminuyera el frio, los movimientos eran bruscos y eso le
gustaba, gritaba y gemía de placer.
Salí de mi casa.
51
Continúe mi camino.
-Oh.
-Habla en voz baja –susurré. Miré a los lados pero no había nadie cerca.
Seguí caminando para ir hacia donde me dirigía y me siguió. -¿Qué quiere ahora?
-pregunté con ira.
-Dijo que hasta que él lo decidiera. –Maldición, por este tipo de trabajo tenía
dolores de cabeza.
52
-¡¿Qué?! –Grité y personas voltearon hacia nuestra dirección-. ¿Qué?
-susurré en voz baja.
-Me advirtió que teníamos que ser muy cuidadosos, es mucha y no quiere
errores.
-Hola Max, ¿qué tal?, si llamas es porque tiene que ser algo muy
importante.
-Sí, buehh, eh. –Tenía razón, nunca lo llamaba, sólo lo hacía para cosas
importantes, la última vez fue porque estaba exhausto y emocionalmente
deprimido por todos mis problemas de adicción.
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-¿Te parece esta tarde las 3:00 pm? –el autobús llegó, subí y arrancó hasta
Montparnasse, es el lugar donde vive mi madre y mi abuela.
54
ver a la chica sin modales, luego el trabajo de esta noche para Thomas y ahora
esto. No me gustaba cuando él venía a visitar a mi madre, siempre que viene no
me aparezco aquí, no me interesa verle, mi madre no me ha avisado para no
toparme con él y eso me enojó intensamente.
-¿Cómo estás Max? –Remedé con ira- Me va súper bien. –Agregué. Viejo
idiota. Es malo sentir odio hacia los padres pero éste era mi caso, odio a mi padre,
odiaba que su maldito trasero estuviera en esta casa y sobre todo, odiaba verle la
cara.
-Te dije que te visitaría –le di media sonrisa- pero aún no te levantas de esa
cama.
-Es mejor estar acostada aquí en mi cama que estar en esa silla de ruedas,
si estuvieras sentado en una silla durante todo el día tal vez me pudieras
comprender. –Tenía razón, tenía que ponerme en sus zapatos para entender todo.
-Bueno sí.
-Ahí está tu…. –Detuvo sus palabras- Jacob –soltó para no decir la palabra
“padre”.
55
-Sí. –Dije en tono serio- ¿Por qué mi madre no me advirtió que él estaría
aquí?
Su rostro cambió, fue más serio de lo normal y evitó mi mirada –Yo... he,
bien Maxi, hoy estoy mejor.
56
-Mi abuela dice que te manda muchos besos –dije-. Y que estás muy guapo
y sexy –Añadí.
-Tú siempre de amargado. –Dije riendo. Nos criamos juntos, nos llevamos
bien el uno con el otro, luego que él culminara estudios en la universidad en la
carrera de economía empresarial consiguió trabajo en España y ahora vive allá.
-Hola Owen –fue lo primero que dijo- Estoy bien, estos días estuve un poco
enferma… Estoy bien, tranquilo, ya estoy en la casa. –No podía escuchar lo que
decía Owen. Mi abuela reía a carcajadas- ¿cuándo vienes?, está bien… bueno
cuídate entonces… Yo también te amo.
Me pasó el teléfono.
-Voy, espera un momento. –Dije-. Cuéntame ¿Qué tal las mujeres sexys de
España tío?
Tosió
-¿Eso es todo? ¿Qué hay del sexo? ¿Son más salvajes que las francesas?
57
Salí del cuarto y fui hasta la cocina, mi madre y mi padre entablaban una
conversación muy divertida, los dos reían a carcajadas.
Di mi celular a mi madre.
-Hijo, ¿cómo estás? Sí, sí, he estado un poco ocupada durante el día y no
he visto mi celular. –Caminó hasta su cuarto, me quedé con mi padre.
-Bien, no me quejo.
-En serio, no quiero que influyas en eso, no quiero trabajar para ti, espero
respetes mi decisión.
-Está bien. –El silencio tuvo su protagonismo otra vez. Me dirigí hasta la
ventana que daba con el vecindario, vi a los guardaespaldas de mi padre, aún
seguían atentos ante cada movimiento extraño.
58
-¿Y no te molestan, yendo a todos lados persiguiéndote?
-No, en realidad ellos son muy amigables, una vez que los conoces te caen
muy bien. ¿Cuándo iras a mi casa?
-Podemos ir hoy.
-¿Quizás mañana?
-Tampoco puedo, tengo trabajo. –Dije, hasta hoy tenía libre, mañana tengo
que ir al trabajo.
-Entonces cuando puedas vas –dijo, ¿qué parte de “no lo quiero ver”, no
entendía?
-Ya hablé con mi hijo, manda saludos a todos, pronto va a venir, quizá el
otro fin de semana. –Dijo mi madre, llegó en el momento perfecto, me sentía
incómodo estando ahí con mi padre. La miré y tenía los ojos rojos, como si
hubiese llorado, trataba de ocultarlo pero sus ojos la delataban.
-Eh, si estaba llorando, me dio mucha nostalgia cuando hablé con mi hijo,
sólo eso. –Dijo evadiendo mi mirada- Lo importante aquí es que va a venir, eso es
lo importante ¿no? –claro que eso sería genial. Pasaremos muchos tiempos
juntos.
Me entregó mi celular y los dejé solos para que siguieran hablando sobre lo
que sea que hablaban.
59
Pasé todo el resto del día con mi abuela, la había notado un poco triste,
todos me confundían, mi madre llorando, mi padre aquí en la casa tan temprano,
eso no era algo común, nunca tiene tiempo para nosotros a decir verdad, son
pocas las veces que viene, Owen que al principio dijo que estaba ocupado luego
viene el próximo fin de semana, todo era confuso.
-¿Tan pronto?
-Oh. –Sonreía.
-¿Qué pasa?
-Nada, pero ese algo extraño que sentiste, ¿te pareció bueno o malo?
60
-Bueno, definitivamente eso fue bueno –dije recordando el beso de anoche,
mi mirada se quedó fija, y una sonrisa se me dibujó en el rostro. Caí en sí y me
puse serio.
-¿Sí? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué sentiste? digo… sé que no te gusta
hablar sobre él, pero ¿podrías contarme?
Asintió.
-Era un gusto, un gusto que daba paso al cariño y luego al amor. –Dijo casi
emocionada.
-Claro que sí, he visto muchas personas sufriendo por esa cosa –así le
decía, “cosa”-. No quiero ser uno más de la lista. Hasta dudo que exista.
Salí de su cuarto.
61
Llegué hasta la cocina.
-Me voy mamá –dije. Ellos aún conversaban, lo hacían en voz baja.
-¿Tan pronto?
-Yo también me tengo que ir. –Dijo mi padre- ¿Te puedo llevar?
-Yo también tengo que ir por ese lugar. –No sabía si estaba mintiendo o si
estaba diciendo la verdad, me quedé pensativo durante un momento. Al final
acepté en ir con él.
62
CAPÍTULO 6
Thomas
D
urante el camino no hablamos absolutamente nada. Las otras dos
camionetas con los guardaespaldas nos seguían de cerca,
parecía como el presidente.
-Hacia el centro –solté sin pensarlo. Me miró por el retrovisor, tenía lentes.
Se los quitó y miró a mi padre con confusión.
Mi padre sonrió.
63
Llegamos pronto al restaurante, le di la dirección y me trajo hasta el lugar
donde está Will, miré la hora en mi celular y marcaba las 3:10 pm, ya debe haber
llegado.
-Siempre que necesites algo, puedes llamarme –dijo mi padre antes de irse.
Entré al restaurante, miré a los lados para encontrar a Will. Ahí estaba,
sentado esperándome.
-Vaya, vaya, Señor Brown. Esa entrada fue buena –vestía saco marrón y
pantalón jean.
-¿Entrada?
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-Sí, llegaste en esa camioneta y fue muy bueno ver a todos observarte
como si fueras una celebridad.
-Es tu padre y quiere pasar tiempo contigo –comentó alzando sus hombros.
-Está bien, pero primero quiero algo de comer. –Tenía mucha hambre,
llamamos al mesero y pedimos nuestro almuerzo.
-No pasó nada más que unos besos -rebatí exasperado y casi al borde del
colapso-. Se había ido antes de yo despertar y dejó ésta nota. -Metí la mano en el
bolsillo delantero, saqué la hoja y se la cedí.
Cada línea y cada palabra al igual que cada letra y signo de puntuación
estaban grabada en mi mente. Me la sé de memoria de tanto que la he leído
tratando de buscar algo que me volviera a llevar hasta ella pero no tenía señal o
pista alguna.
65
-¿Y la sensación se ha ido?
-No del todo, cada vez que pienso en ese beso y ese contacto que hubo
entre los dos, retorna. –La confusión invadía mi ser-. Mi abuela comenta que es
gusto y luego da paso al amor.
-No me digas que tú piensas igual. –Mi tono fue casi cansado- ¿Hasta
cuándo eso del amor?, mierda, ya me indigna todo eso.
-Calma Max, deja tu desesperación para luego. Tal vez sin otra cosa fue
algo momentáneo.
Will tenía mucha razón, estaba armando toda una película cuando ni
siquiera tenía los personajes completos. Sólo fue un día y ya, pero no podía dejar
de pensarla, la forma en que me hizo sentir era lo que me inquietaba.
66
Llegamos a un parque, muchas personas trotaban y hacían ejercicio.
-No es tan fácil como parece, tengo una guerra contra mí mismo y la verdad
ya me ha dado golpes fuertes y no creo soportarlo –cerraba los ojos y colocaba
mis manos a los lados de mi cabeza.
-Pero sabes que es caso perdido, cuando llegue a casa o cuando te vayas
lo haré igual, me masturbaré o follaré a cualquier chica como siempre lo
hago –dije con desesperanza.
-Buen punto, se requiere mucho esfuerzo, ese que no tengo. Es más fuerte
que yo.
67
Por mucho tiempo he intentado detenerlo pero no ha sido fácil, había
empezado a aceptarlo… aceptar que nunca saldría de esta adicción. Suelo ser
pesimista, no tengo una estimulación grande para sacar esta Hipersexualidad de
mi cuerpo… me gusta mucho el sexo, ¿a quién no?, pero era cuantioso, cuando
hablaba de mucho realmente no lo decía de manera literal, esto es una maldición.
-Mi familia, esa es mi razón de ser. Mi hijo, mi esposa, ellos son mi motivo.
Suspiré.
68
-Bueno, ya me tengo que ir –dijo Will, me entregó la nota de la chica-.
Tengo un paciente a las 6:00 pm me puedes llamar si pasa algo –dijo mientras
caminaba alejándose. Yo asentí con la cabeza.
El trabajo para Thomas era a las 10:00 pm así que todavía quedaba tiempo.
Avancé a través del parque, me senté en uno de los bancos vacíos, los
otros bancos estaban ocupados por parejas; unas tomándose de la mano, otras se
besaban. Yo exclusivamente me limitaba a observar, se veían felices. Un chico y
una chica se veían a lo lejos; él la hacía reír con mofas ridículas que hacía en su
rostro, ella reía a carcajadas, tomó su rostro y dio un beso largo, sonreí sin razón
alguna.
-¿Será que el amor no es tan malo como pienso? -pregunté en voz baja,
nadie estaba cerca de mí, si me escucharan hablando solo pensarían que estoy
loco.
69
-Calma, no te he hecho nada, quiero que vengas hoy –dijo, ¿Qué? ¿Quién
podría ser? estaba confundido, alejé el móvil de mi oreja y vi en la pantalla el
nombre. Hellen.
No. No hoy.
Corrí hasta la regadera, abrí la llave y me metí, me mojé con todo y ropa, el
agua estaba fría, no le coloqué calentador, de alguna forma se tenía que ir. Me
lancé al suelo, sentándome en posición fetal, quería que parara ya, mi mente
jugaba conmigo; imaginaba muchas mujeres desnudas y recordaba algunos de los
acontecimientos sucedidos anteriormente. Cubría mi cara con mis manos cerrando
mis ojos.
Estaba acorralado.
No me percaté del tiempo que había pasado ahí sentado, lo que sí supe fue
el momento en el que se había ido todas esas ganas de tener sexo. El agua caía
sobre mí, levanté mi rostro y eché mi cabello hacia atrás quitando el agua de mi
rostro.
Pronto sonó la puerta. Salí del baño, y el agua caía de mi ropa mojada,
pasé a través del pasillo, charcos de agua dejaba al pasar, luego lo limpiaría.
Abrí la puerta.
-Me estaba bañando –dije serio. Caminó hacia adentro, cerré la puerta, fue
a la cocina, abrió la nevera, estaba buscando algo, pero no había nada que él
pudiera comer, decidió tomar un pan del mesón y comenzó a comer.
70
-Creo que no has entendido la dinámica –dijo con la boca llena de pan-.
Llegas, te quitas la ropa y te duchas, es decir… sin la ropa, ¿ahora si
comprendes? –explicó. Reía de nuevo.
-Tienes que verte eso, estás un poco… cucuck... cucuck –dijo y se dio
golpecitos en la cabeza, esa era su forma de decir: trastornado, demente o
loco-. Bueno, a ponerse serio, falta una hora, tenemos que estar allá antes. A
Thomas le gusta que seamos puntuales.
-Voy. –Susurré, no podía creer que había pasado tanto tiempo en el baño,
me dirigí hasta el baño y me duché, esta vez sin ropa, estuve listo antes de la
hora.
*****
-Vamos Max, no es tu boda, y si lo fuese, las novias son las que más se
tardan –gritó Jossep desde la cocina, salí del cuarto con la franela negra en la
mano.
-Serán algunos trabajos para él y listo, además estamos los dos metidos en
esto.
-Sí, pero veo que tienes mucho contacto con esos tipos, sabes que no son
de fiar –dije preocupado por Jossep.
71
-Necesito el dinero, tengo que mantener a mi madre y mi hermana, ellas me
necesitan, después que mi padre murió me he tenido que hacer cargo, tú sabes la
historia y como dije, sólo algunos trabajos más y listo.
-Si necesitas dinero puedes trabajar en el restaurante donde estoy yo, ahí
puedo conseguirte...
-No, no nací para ese tipo de trabajo, además la paga es poca, si yo tuviera
un papá con mucho dinero no trabajara.
-Está bien, está bien, baja la guardia –comentó levantando las manos- No
hablaré sobre tu padre.
-Súbanse.
72
drogadas, bebiendo y bailando, muchos de ellos tenían armas, al pasar, las
miradas estaban clavadas sobre Jossep y yo. Miré a Jossep y observaba a las
bailarinas desnudas encima de la mesa de la barra, los gritos eran más altos que
la música, los espectadores brindaban entre sí y les gritaban vulgaridades a las
mujeres de la barra.
-Miren quien ha llegado –dijo con una sonrisa de oreja a oreja- mis
repartidores favoritos. –Jossep estaba a mi lado, un empujón nos llevó hacia
adelante, había sido el hombre con barba, cuando volteé dos hombres armados
nos observaban desde la puerta, uno de ellos se marchó cerrándola.
-¿Por qué tan callados? Hacía algún tiempo que no los veía.
-Así son estos trabajos Brown. -El tono de su voz fue fuerte al decir mi
apellido, pero ¿por qué y cómo sabe mi apellido? –Sabes cuándo comienza pero
nunca cuando termina.
Maldito idiota.
73
-¿Cuál es la misión? –preguntó Jossep.
*****
Nos dirigimos hasta el lugar con el carro que había dicho, estaba aparcado
afuera del bar. Teníamos una hora de trayecto, aún faltaba para llegar. Durante el
camino evitamos los policías, decidimos tomar rutas largas, si no fuera por ellos ya
habríamos llegado, pero era mejor llegar tarde que ser atrapados con estos
maletines.
-En nada. –Mentí, la verdad no me sentía cómodo haciendo ese trabajo, era
como estar de parte de la mafia, sencillamente quería salir de esta mierda.
Me miró confuso y prosiguió -He estado con ella y me gusta estar a su lado.
74
-¿Te la follaste?
-Pero la quiero tener para siempre –agregó con una sonrisa en su rostro.
-Detente...
-No hablo del auto, hablo de que tú te detengas, ¿ésta mujer te atrapó?
–pregunté.
-Me atrapó, me trajo, me llevó, y ahora quiero todo con ella –tomó pausa y
no podía creer las palabras que salían de él-. Creo que hasta le pediría que se
case conmigo.
-No hace ninguna diferencia, es lo mismo que estar loco -solté serio y él
reía.
-No quiero saberlo nunca tampoco –aseguré mirando al frente- ¿Será una
epidemia? ¿Es contagioso? –Pregunté-. Aléjate de mí –añadí.
-Oh no, hermano, ¿te encuentras bien? –Bajé el vidrio del carro-. ¡Auxilio,
alienígenas han raptado a mi amigo! –grité hacia afuera.
75
Él sólo sonreía.
76
CAPÍTULO 7
El sobre
H
abíamos llegado a Air Star, un lugar abandonado a las afuera de
la ciudad, aparcamos el carro cerca de un matorral para evitar ser
visto por policías, tomamos los maletines y caminamos por el
asfaltado, pasamos a través de un matorral y ahí estaba el lugar, muchos carros
se encontraban afuera, eso significaba que dentro habría mucha gente, nuestros
pasos nos hacían avanzar hasta lo que sería la entrada o yo lo llamaría: el lugar
de nuestra muerte.
-Será rápido, como la vez anterior –dijo, pero lo cierto era que esta vez
estábamos solos, en cambio la otra vez estamos acompañados por uno de los que
trabajan para Thomas.
Un hombre alzó su brazo y con su dedo señaló a una puerta gris al extremo
izquierdo. Jossep asintió con la cabeza y caminamos hasta allá. Di vuelta a la
manilla y entramos. Ésta oficina era un poco más pequeña que la de Thomas,
hasta eran parecidas, excepto por la pared llena de armas y el vitral con navajas,
en lugar de eso tenía cabezas de animales disecados. Un hombre con tatuajes en
sus brazos cargó su arma preparado para disparar.
77
Un señor negro, robusto y calvo y se acercó hasta nosotros.
-Aquí está todo el dinero –dijo Ralf. Jossep tomó el maletín, Ralf de su
escritorio sacó un sobre amarillo-. Entréguenle esto a Thomas, es de suma
importancia que llegue a sus manos –tomé el sobre en mis manos, mis fuerzas se
fueron y casi caigo al suelo al ver el nombre que contenía el sobre.
-Hasta luego.
-No puede ser –dijo cuando vio el nombre- Jacob Brown –soltó-. Es tu
padre.
*****
Esta vez dejé que Jossep condujera, no estaba bien, sentía escalofrío, me
hundí en el asiento, mi mirada estaba fija en el frente, quería saber el contenido
del sobre, ¿por qué Thomas querría un sobre con el nombre mi padre? ¿Para
78
qué? Al tocar el sobre deduje que lo que contenía eran papales, busqué un orificio
para abrirlo pero estaba sellado, si lo abro Thomas se enteraría, así que lo dejé
sobre mis piernas.
-Tal vez –solté pensativo, pero no dejaba de dar vueltas en mi cabeza que
el nombre se trataba de mi padre, es un gran millonario, está en la mira de todos,
posiblemente hasta de Thomas.
*****
Llegamos a Inter Zone sin problemas, no nos topamos con policía alguno,
entramos para entregar las cosas a Thomas, otro de sus mafiosos hizo toques en
la puerta del mismo modo que lo hizo el hombre anterior, estaba dispuesto a
entregar todo, pero en lugar de eso, doblé el sobre y lo metí en la parte trasera de
mi pantalón, de esa manera él no lo vería.
Creí que nos descubriría, Jossep me miró. -Sólo eso –solté. Los ojos de
Jossep se hicieron más amplios, haciéndome seña de: ¿Qué mierda estás
haciendo?, pronto disimuló y dio media sonrisa a Thomas.
-Bien, Tom los llevará hasta el mismo lugar donde los recogió –indicó
Thomas despidiéndose.
*****
79
-¡¿Te has vuelto loco?! ¡¿Qué diablos te pasa?! –Gritó con furia-. Si
Thomas se entera, nos matará. –No había pensado bien las cosas con detención,
lo hice por impulso.
-No, te has vuelto loco, definitivamente estás loco. –Levantó las manos
desesperado-. Luego andas diciendo que estar enamorado es estar loco, pues tú
sin estar enamorado estás desequilibrado.
-Espero, que el contenido, pueda valer más que nuestras vidas cuando
Thomas se entere.
*****
–Mañana lo hago. –Dije. Mis parpados caían del sueño, así que me fui
hasta el cuarto, quité mis zapatos, lancé al suelo la ropa que se encontraba en la
cama y me sumergí en ella, saqué mi billetera y mi celular colocándolos sobre la
mesa de noche, miré en la pantalla la hora: 2:30 am. Me masturbé durante media
hora.
80
CAPÍTULO 8
Eiffel Coffie
L
a alarma sonó y no me quería levantar, tenía mucho sueño, quería
seguir durmiendo. La alarma en mi celular sonaba sin parar, coloqué
mi almohada sobre mi cabeza tapándome los oídos pero tenía que
despertar a toda cuesta.
81
-Hola Maxi. –Saludó Kate, una de las trabajadoras igual que yo. Freddick,
Kate y yo teníamos el mismo puesto: meseros. He tenido un pasado de pasión con
Kate, aún sigue loca por mí, y se me insinúa todas las veces que puede.
-No lo sé, quiero una chica distinta, una que me ponga el mundo de cabeza.
82
Nos dispusimos a trabajar, los clientes comenzaron a llegar al cabo de un
rato, hubo mucho movimiento, se hizo un buen trabajo, tomé muchas órdenes y
me dieron buenas propinas.
El día transcurrió con mucho ajetreo, de allá para acá y así hasta llegar la
tarde.
-No me has prestado atención durante día. –Dijo Kate cuando tomaba agua,
era mi momento de descanso. Nos encontrábamos en la cocina.
-No empieces otra vez Kate, no estoy de mucho humor –dije casi
abandonado la cocina para seguir trabajando.
-No esperes que pueda suceder algo más que sólo sexo entre los dos,
porque no va a suceder, sólo es sexo y ya. ¿Entiendes o te lo escribo? –pregunté
enfadado, ésta mujer me desespera y me asfixia. Algunas chicas me buscan para
relaciones formales pero no tengo tiempo para eso.
Al terminar la tarde llegaron las chicas universitarias que siempre van sin
falta los martes, estaba hasta el tope de entregas a las demás mesas, yendo de
allá para acá. Cuando entro de nuevo a la cocina Freddick se acerca.
Maldición.
-Bien, tomas estos pedidos –le di la lista con los números de mesas.
Caminé con cansancio hasta la mesa donde las cinco universitarias yacían
sentadas.
Todas eran hermosas. Ya me sabía sus nombres: Judi, Nathaly, Lena, Beth
y una japonesa llamada Ying.
83
-Al fin a llegado nuestro hombre –dijo Lena.
-Nos haces esperar… -dijo Judi lentamente mirándome con descaro- pero
la espera vale la pena –se mordió el labio.
-Ya tu turno pasó –dijo Lena a Beth-. La que falta es nuestra querida
Ying –la golpeó con el codo, Ying no levantaba la mirada pero sus mejillas
coloradas me indicaron una cosa: no les había contado a sus amigas que ya la
había hecho mía. Supongo que es por el hecho de haberme entregado su
virginidad.
-Déjenla en paz –dije riendo-. Tal vez espera el indicado y no soy yo.
-Muy bien. Me tengo que ir, como verán tengo demasiado trabajo.
-Cinco bebidas dietética y pan integral con queso y jamón integral. Listo.
84
Reí. Caminé como siempre y a medio camino me giré en su dirección y
todas estaban babeando viendo mi trasero. Negué con la cabeza riendo y continué
mi trabajo.
*****
-Pero... -dijo alzando las manos- necesito empleados para ayudar a atender
a los invitados durante la noche. -Casi todos fruncieron el ceño-. Pagaré el triple la
noche -los rostros cambiaron, les gustó la propuesta-. Así que levanten las manos
quienes van a estar aquí.
Se terminó la reunión.
-Mi hija me ha pedido que quiere verte aquí -dijo riendo. No puede ser,
ahora me acorrala la hija de mi jefe.
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-No se lo tome a mal pero entre su hija y yo no puede haber nada, es
hermosa pero no soy su tipo ¿comprende?
-Bien –contesté.
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CAPÍTULO 9
La fiesta
L
os días pasaron. El trabajo fue siempre el mismo, había hecho
muchas propinas durante los días y eso me ayudaba en todos mis
gastos. Era viernes por la mañana. Los días anteriores me masturbé
muchas veces, y estuve con tres de las cinco universitarias aparte de otra chica
que me hizo sexo oral en los baños de los clientes de Eiffel Coffie, descargué todo
lo que había aguantado días anteriores. Siempre pasaba lo mismo; dejaba de
hacerlo un día y al siguiente lo hacía el doble de las veces, estoy acostumbrado.
Jossep estaba aquí en mi casa desde temprano, estaba sudado pues venía
del entrenamiento de boxeo.
-Como sea. Hombre ¿estás listo para la fiesta? –preguntó con sarcasmo.
-Cállate, no es gracioso.
Desde que sabe que estaré en la fiesta para trabajar y no para divertirme no
ha dejado de burlarse de mí.
87
-Mi novia ha sido invitada y ella me invitado a mí –explicó- te la presentaré
en la fiesta. El día de la entrega de la mercancía de Thomas te lo dije, que poca
memoria tienes.
*****
Di una sonrisa, me disponía a colocar las copas con vino en las bandejas.
-No me has dado ningún regalo, ven –dijo tomándome por un brazo, dejé la
bandeja en la mesa y me llevó hasta la cocina, miré a los lados percatándome que
no fuéramos observados. Nadie nos veía. Pasamos a un cuarto donde se guardan
todos los materiales de limpieza, el cuarto estaba algo sucio y maloliente, no le
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importó, entramos y cerró la puerta-. Solos al fin –dijo mordiéndose el labio
inferior.
-Ya. Ahora déjame trabajar –susurré. Abrí la puerta para salir, mi cara fue
de estupefacción cuando vi al Sr. Roberth justo frente a mí. Estábamos agitados
por el caliente momento.
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-Papi, me había caído una mancha en uno de mis tacones -explicó Brittany
con cara triste, de hecho sí tenía una mancha, al parecer era licor- pero Max me
ha ayudado a quitarla con un líquido de limpieza de este cuarto. –Señaló el cuarto.
-Gracias por ayudar a mi hija –dijo el Sr. Roberth con cara de incredulidad.
90
-Max, que bueno es verte aquí. –Dijo Jossep mientras se acercaba con
ellas, como si no supiera que iba a estar en la fiesta-. Quiero presentarte a Marry.
Mi novia.
-Marry Hart -respondió. Había visto esta chica antes, el día del tropiezo,
cuando me miraba detenidamente, ella estaba con la chica hermosa ese día.
-¿Y tú eres? –Pregunté a la chica-. Soy Max, Max Brown. –Extendí mano
hasta ella.
Estaba hipnotizado.
-Déjame pensar –me miró por un momento y pude sentir como se deleitaba
mirándome aunque no más de lo que yo lo hacía-. Mmmm. No, la verdad jamás en
mi vida te he visto. –Añadió.
Pero, ¿por qué decía eso? ¿De verdad eso fue lo único que se me ocurrió
decirle? “¿Nos conocemos de algún lugar?” luego que la he pensado durante días.
Me estaba odiando a mí mismo, me limité a sólo observarla, la palabra hermosa
era poco para describir su belleza, el azul rey era su color, le sentaba bien.
-Gracias.
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-¿Ustedes se conocen? –preguntó Jossep.
-Si –solté.
-Que ella te lo explique –dije y me fui a repartir las copas con licor.
Durante toda la noche el trabajo estuvo algo agitado, me fui hasta la cocina
y tomé asiento cerca de donde se encontraba la comida, colocando los codos
apoyados sobre la mesa tapándome la cara pensé muchas cosas que ahora
estaba rondando por mi cabeza: no entendía la forma que me hizo sentir Suzanne,
creí que esa sensación acabaría pero ahora sabía que no era así, verla después
de todos estos días me hizo sentir como un niño que tiene días sin ver a su madre,
la extrañaba, no entiendo por qué, ¿se puede extrañar algo que nunca has tenido?
No lo sé, pero esa era la forma en la que me estaba sintiendo.
Salí de la cocina al lugar de la fiesta, la música era alta, las persona yacían,
sentados, otras parados y otras bailando, otras conversaban entre sí.
-Bien –contesté.
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Se acercó más de lo permitido y rozó mis labios.
Me acerqué a Kate.
Nos acercamos a la pista, hice todo lo posible para estar cerca de Suzanne
y el chico desconocido. Bailamos, ella me miraba algunas veces y yo lo hacía
igual.
La música terminó.
-Si –me dio media sonrisa y junté mi cuerpo con el suyo, coloqué los brazos
alrededor de su cintura, ella los colocó por encima de mi cuello, la música
comenzó a sonar y dio paso a que nos moviéramos a su ritmo, era lenta,
93
estábamos Suzanne y yo en centro de la pista de la baile, era como si nadie más
estuviera a nuestro alrededor, sólo estábamos bailando ella y yo.
Alguien dijo: “Las personas tal vez no se conozcan, pero los corazones sí, y
es por eso que la gente no comprende el hecho de extrañar a alguien”.
Soltó mi mano y salió del restaurante, estaba huyendo como la primera vez,
la diferencia era que esta vez la estaba viendo marchar, había perdido mi
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oportunidad de hablar con ella. El destino ha sido muy generoso conmigo y no
creo que pueda haber cuarta oportunidad para mí.
-¿Prefieres estar aquí y arrepentirte toda la vida por haberla dejado ir así?
Estoy seguro que no quieres que se vaya, vi como la mirabas, no se puede dejar
escapar a las personas que te quitan el aliento y te descontrolan los sentidos.
Jossep tenía razón, había pasado todos estos días pensándola, intentado
averiguar y entender todas esas cosas que sentí al principio y que ahora siento
con gran intensidad al verla y… ¿la estaba dejando ir?
La alcancé.
De sus ojos caían muchas lágrimas, me acerqué hasta ella y tomé su cara
quitando las lágrimas que bajaban por sus mejillas. –No llores. ¿Te pasa
algo? –pregunté preocupado.
-Sí y no. –Sonreí- Si: Porque demuestras a las personas que eres débil y
No: Porque llorar te libera de muchas cosas que están encerradas aquí –dije
colocando una mano en mi pecho- en el corazón.
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-¿Sabes algo? –dio un suspiro y me acerqué a ella mirando el agua correr
por la corriente-, ¿alguna vez has sentido que no le importas a nadie?
-Sí. –Admití. Solía sentirme así muchas veces pero no prestaba atención a
ese tipo de sentimientos.
-Tal vez, pero te aseguro que si te lanzas de éste puente o de cualquier otro
yo saltaría a salvarte o en el peor de los casos moriría contigo. –Sonrió. Sus
lágrimas se habían ido.
-Tal vez –dije. No podía decirle la clase de persona que era, correría o
realmente se lanzaría al rio.
-Por haberme ido ese día de tu casa sin despedirme y por decir que no te
conocía delante de Marry y Jossep.
-Se te olvidó disculparte por dejarme solo en la pista de baile y por querer
huir de nuevo. –Sonreí.
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-No te preocupes no le presté mucha atención a eso –mentí, durante todos
los días la había pensado, sus besos, su piel, todo de ella y quizá hasta me estaba
volviendo loco.
Ella decidió caminar hasta el otro extremo del puente, no sabía hacia donde
se dirigía pero yo la seguí, caminamos los dos juntos.
-Olvidemos el tema del beso, sólo pasó esa noche y ya. –Dije para no
incomodarla más, pero a ciencia cierta sabía que era imposible de olvidar esa
noche, al menos de mi mente no se iba a ir tan fácilmente.
Reí -¿Crees que habría ido así? –señalé mi ropa-, estaba trabajando, ahí
es donde trabajo de martes a viernes, mi jefe decidió hacer una fiesta para su hija
y pues no hubo trabajo en el día, nos propuso trabajar durante la noche, nos
pagará triple la noche.
-Has abandonado tu lugar de trabajo –alzó los hombros-. Creo que estarás
despedido.
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-Creo que si, al menos fue por una buena causa. –Sonreí- Tu compañía.
-Siéntete culpable desde ahora, porque he salido por ti y estoy aquí por ti.
Por un momento todo estuvo en silencio, su mirada era fija hacia el suelo,
se veía triste, quería saber todas las cosas que pasaba, su problemas y sus
tristezas, quería ayudarla, pero en lugar de eso ella no decía nada, sólo evadía el
tema pero comprendía su situación, al menos así me sentía yo, no contaba a
nadie las cosas que pasaban y me gustaba estar encerrado dentro de mí mismo,
encerrado, sin libertad, y preso de mis propios problemas, no quería mostrar mis
heridas a ninguna persona y creo que esa era la forma que ella ahora se siente.
-Mmmm… bueno, no sé, los paseos a caballo, el mar, los lugares solitarios,
la montaña, me gusta el viento cuando sopla, el color verde, el helado, las tartas
de fresas, el maní. –Tomó un suspiro, buscando en su mente quizá las demás
cosas que le gustaban- Leer, escribir y bailar –sonrió- bailar y bailar.
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-Toda una profesional entonces –solté riendo.
-Es fácil, sólo piensa por un momento en las cosas que más haces y
encontraras que es lo que más te gusta hacer.
-Una vez que me conoces, te das cuenta que soy peor que eso.
“Si te fuiste tuvo que haber sido por algo importante, Don gruñon (Sr.
Roberth) a preguntado por ti, lo que se me ha ocurrido es decirle que tu madre
estaba enferma y te fuiste de volada para allá.”
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“Espero se encuentren bien, Marry me ha dicho que si le haces algo te
pateara el trasero pero no le hagas caso, puedes follarla hasta morir.”
-No, Jossep me ha dicho que pasará esta noche con Marry –mentí-. Harán
esas cosas de novios... tú me entiendes. –Se quedó pensativa un momento-. Te
tengo una propuesta –dije- vamos a mi casa y te vas mañana cuando el sol
alumbre el día.
Baciló por un momento antes de contestar-. Sólo por esta vez, no quiero
que mi madre me vea llegar sin Marry porque estaré hecha trizas en menos de lo
que puedes respirar.
“Ya eso está más que hecho. Suerte con ella” –Era Jossep respondiendo.
*****
100
Llegamos a mi casa, estuvimos dentro y ella se sentó cerca del banco
donde se encuentra el mesón, se quitó los tacones altos y dio un suspiro de alivio,
se estaba masajeando los dedos de los pies.
-¿Lo conoces? –fue la cosa más idiota que pregunté. Toda París lo
conocía.
-Sí, ¿por qué tienes un sobre con su nombre escrito? –Suzanne estaba
intrigada y se tomó su tiempo para mirarme. No sabía qué responder, no podía
decir que lo tomé de un mafioso para el cual trabajo. Así que se lo dije, no
acostumbraba a este tipo de cosas.
101
CAPÍTULO 10
A su lado
M
ás que de sorpresa o asombro en su rostro se dibujó una sonrisa
y soltó una carcajada, constantemente las personas no
reaccionaban así, después que he dicho que él es mi padre,
luego me busca por interés. No quiero que las personas me busquen por el dinero
de mi padre así que simplemente me callaba. La miré serio y ella paró de reír,
como si dudara ante mi expresión.
-No puedo creer que esté parada frente al hijo del hombre más rico de
Francia y casi toda Europa y Asia. –Tomó pausa, trataba de digerir semejante
noticia- pero... –miró a todos lados- ¿por qué vives aquí?
-Para, ya, ¿si? –ese fue un tono de molestia, casi gritado- no quiero otra
persona diciendo lo mismo una y otra vez, no quiero nada de él, no quiero su
dinero ni nada que tenga que ver con él.
-Pero eso podría cambiar, si pasaran tiempos juntos o no sé, cualquier cosa
que los haga unir como padre e hijo.
102
-No puedo –susurré- es como si, algo dentro de mí lo quisiera pero de sólo
pensarlo no sabría si pudiera perdonarlo de verdad.
¿Qué rayos acababa de decir? ¿Cómo puedo ser tan sincero con esta
chica que sólo acababa de conocer?, estaba contando cosas privadas de mi vida y
eso era insólito.
-Si. Todos cometemos errores, ninguna persona puede ser tan perfecta
como para no tener fallas. –Tomó mi mano.
103
-Prométeme una cosa –susurré.
-¿Qué cosa?
Rió.
No puedo describir las cosas que estoy sintiendo ahora que Suzanne está
junto a mí, pero mi emoción era notable. Pasó un momento cuando su peso se
dejó caer sobre mí. Se había dormido. Yo prontamente también me quedé
dormido:
La abracé por la espalda y ella cruzó los brazos sobres los míos soltando
un relajante suspiro lleno de paz y tranquilidad plena. Cualquier persona estaría
aterrada ante la idea de estar en una montaña solitaria cuando comenzaba a
oscurecer: las bestias, por ejemplo, son cosas de las que se deben temer. Pero
no, yo no estaba asustado, ni un poco, eso me preocupaba mas el hecho de no
sentirme intranquilo y también que no he experimentado de nuevo la etapa en
donde las hormonas comienzan a hacer fiestas dentro de mí y me hacen volver
loco.
¿Qué?
-¿Cómo?
104
Se safó de mi agarre y me miró a los ojos regalándome una sonrisa real.
-Esto. Gracias por traerme aquí. Me siento igual que tu. Tranquila, en calma
y con una paz que llena mi ser. También estoy contenta de que estés a mi lado.
No te imaginas lo que ha pasado en mi vida antes de que llegaras, contigo he
aprendido muchas cosas –llevamos poco tiempo conociéndonos y estamos
sintiendo sensaciones confusas-. Se que son confusas –respondió como si
hubiese escuchado mis pensamientos.
-No. Aquí puedo saber como te sientes y las cosas que piensas.
-¿Aquí?
-Si, aquí. ¿No te das cuenta que es un sueño? –menos mal que sólo aquí
puede saber lo que pienso, porque de no ser así sabría que soy adiccto y que
tengo un largo historial de las chicas con las que me he acostado.
Era de suponerse, era demasiado perfecto en mi vida como para ser real.
Lo más alto ha lo que he podido llegar al piso del consultorio de Will. Estar aquí
me dio a entender que mientras más alto llegues mas bella es la vista. Pero siendo
un sueño o no, estando con Suzanne no me importaría llegar tan alto como el cielo
o tan bajo en el infierno, lo que realmente importaba era su compañía.
-Aquí puedes hacerlo y en la vida real también puedes hacerlo pero es más
complicado –comentó.
105
-Estás en lo correcto.
-Por supuesto. Estoy aquí y estoy en la vida real. Pero ten cuidado la
Suzanne real, es un poco complicada. Y a veces lo que queremos no es lo que
realmente nos a hacer feliz. Hasta luego –dijo y se esfumó y con ella se fue el
sueño tambien.
106
A continuación busqué un cuaderno y un lapicero cerca de la mesa del
cuarto y empecé a escribir en la oscuridad aunque con un poco de esfuerzo podía
ver las palabras que garabateaba, quería escribir las cosas que me gustan, para
entregárselo cuando despierte, yo se las cosas que le gustan pero ella aún no
sabe lo que me gusta a mí.
Comencé a escribir:
Quería preparar algo de comer para Suzanne antes de que despierte, abrí
la nevera y tomé huevos y tocino colocándolos sobre la mesa, encendí la cocina
esperé hasta que calentara el sartén, freí los huevos y el tocino, tomé los panes y
los coloqué en el tostador. También preparé café.
Estuvo listo media hora después el desayuno, todo estaba servido sobre el
mesón, Suzanne no se había despertado y fui hasta el cuarto para saber si estaba
dormida aun, cuando miré hacia el cuarto ella ya se había levantado, tenía el
cuaderno en el que había escrito temprano. Suzanne sonreía. Giró su rostro y me
miró, aún estaba en su rostro su hermosa sonrisa.
107
Me fui hasta la cocina, coloqué todo sobre el mesón, dos platos con
tostadas, tocino y huevos. Junto a eso había dos tazas de café. Me percaté de que
todo estuviera perfecto, ella se sentaría en un extremo y yo del otro así podría ver
su rostro de frente.
-Gracias. –Susurró.
Yo reía. -No, me gusta el café simple. –Me levanté y busqué el frasco con
azúcar y una cucharilla, los coloqué sobre la mesa. Suzanne sirvió dos
cucharadas y lo probó, en su rostro había una sonrisa en señal de que había
quedado de la forma en que le gustaba.
*****
108
-Creo que debería irme ya.
-Bueno si, vamos. Así buscas a Jossep debe estar en su casa aun.
109
no la deseara pero sentía que esta vez todo era diferente, distinto a todo a lo cual
estoy acostumbrado; sexo, preservativos, alcohol. Con Suzanne no necesitaba
eso, todas esas cosas pasaban a un segundo plano, lo que realmente necesitaba
es estar aunque sea un segundo a su lado y era mejor que cualquier cosa.
-Max...
-Max...
-Me diste un gran susto, creí que te habías ido como la primera vez. Que no
te volvería a ver…
-No sirve de nada las disculpas, ya todo lo he visto. –Solté una risa.
110
-Si. Pero no te imaginas lo que puedo llegar a hacer con todo lo que has
visto –dije-. ¿Te ha gustado? –pregunté en tono pervertido.
Se sonrojó y colocó los ojos en blanco. Tal vez esa era una señal
aprobatoria –Ve a cambiarte, ya es tarde. –Tomé un segundo para obsérvala, me
encantaba sus mejillas coloradas, sonreí y ella intentaba contener su sonrisa, me
fui hasta mi cuarto y me coloqué ropa; pantalón, zapatos negros y una franela azul
rey. Tomé mi celular y mi billetera, vi la hora y el reloj marcaba las 8:56 am.
-Hola, Max. –Dijo alegre con una sonrisa de oreja a oreja- Hola Suzanne.
Era un lugar agradable, la casa estaba pintada de azul claro junto algunos
colores en contraste de azul oscuro y azul rey. -¿Qué tal te fue anoche? –preguntó
en voz baja, caminamos hasta la cocina. -¿Quieres agua? ¿Soda?
¿Café? –Ofreció.
111
-Me fue muy bien. –Sonreí- no, gracias –moví mi cabeza en señal de
negación.
-No.
-Buen día –dijo Marry, tenía una bata amarrada a su cintura, el cabello
alborotado amarrado en una cola.
-Tú y yo tenemos algo de qué hablar –me dijo Marry y me dio una mirada
fulminadora.
Yo sonreí. –Si es de lo que creo que es... –di una sonrisa- no te preocupes,
la he cuidado bastante bien. –Miré a Suzanne a su lado y ella me observaba
también.
-Tranquila que no intentaré hacer nada que Suzanne no quiera. –Le guiñé
un ojo a Suzanne. Pude ver a Marry quien lanzó una mirada exterminadora hacia
mi dirección. Esta mujer me va a complicar la existencia.
-Hemos pensado pasear por el Sena al medio día, ¿se anotan? –preguntó
Jossep, esa propuesta era buena pero tenía otra sesión con Will hoy.
112
-No puedo. –Solté afligido, esperaba pasar más tiempo con Suzanne pero
hoy era imposible, necesitaba hablar con Will sobre muchas cosas que estoy
sintiendo.
-Es cierto. –Contesté con una gran sonrisa, no me sentía mal por no haber
estado con Suzanne la noche anterior ni la primera noche, me sentí muy bien con
tan sólo dormir a su lado.
-Pero la he pasado bien junto a ella. –Levantó una ceja y frunció el ceño.
-¿Te estás volviendo loco? ¿Si no follaste con ella cómo pudiste pasarla
bien? –preguntó con ironía.
-No necesitas estar en una cama con una chica para pasarla bien, a veces
su sola compañía es más que suficiente. –Fijé mi mirada al vacío y sonreía como
tonto. ¿No he dicho eso o sí?, diablos, ¿qué está pasando conmigo? Jossep me
sacó de mi trance pasando su mano frente a mi rostro de arriba abajo.
113
que estaba sintiendo y que aún no lograba comprender. Nos tomó por sorpresa
Marry.
-No conoces a mi madre, es una maniática y no creo que sea bueno llegar
contigo a mi casa, pensara que tú y yo...
-Si –contestó.
-Pero... –dije casi desesperado por estar más tiempo con ella.
-¿Qué todo?
-No lo sé.
114
-Quiero verte de nuevo. –Intenté decirle que estuve desesperado todo los
días anteriores por no saber de ella y las cosas que estaba sintiendo pero decidí
conservarlas dentro de mí.
-No lo sé.
-Ya estoy aquí. –Nos sorprendió Marry, no la había visto venir-. Vamos.
-¡Suzanne! –Grité y ella al igual que Marry volteó hacia mi dirección- nos
vemos pronto. –Dije antes que de que se marchase, me regaló una sonrisa y yo
sonreí igual, luego siguieron su camino.
115
CAPÍTULO 11
Sentimientos encontrados
-No –respondí pasando las manos por mi cabello colándolo hacia atrás. El
rostro de Suzanne estaba en mi mente ahora, su mirada estaba ahí junto a su
sonrisa. Decidí sacar esos absurdos pensamientos de mi cabeza-. A mí no me
gusta nadie –añadí, ¿o sí?, ahora Jossep me estaba confundiendo, la verdad
estaba confundido desde el primer momento que la había visto.
-Acéptalo, sólo tienes que decir… Si, Suzanne me gusta –Hizo gesto como
un idiota.
-Bien, pero en algún punto lo tendrás que admitir. –Río- Anoche la pasé
genial junto a Marry. –Mencionó.
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sarcasmo hacía su entrada en las palabras de Jossep-. ¿Crees que si ellos
estuvieran aquí yo pudiera estar con Marry?, conozco a sus padres pero no tengo
suficiente confianza para decirles... –Hizo una pausa y habló serio- Sr. y Sra. Hart
quiero dormir esta noche con su hija. –Reímos a carcajadas.
-Mierda. –Dije- ¿habrá alguna persona que no tenga que ver con mi padre?
-Yo –contestó. Jossep tenía razón, muchas personas que conozco estaban
metidas hasta el fondo con mi padre, menos Jossep y hasta donde sabía Roberth
tampoco pero sólo porque yo se lo he pedido, Will tampoco tenía que ver con él.
-¿Cuándo lo decidirás?
-Vamos.
-Voy a tomar una ducha, dame diez minutos. –Se fue por el pasillo y entró
en una de las puertas.
Miré a todos lados, era una casa bonita, me levanté y caminé alrededor de
una mesa, en ella había retratos; uno de un hombre, una mujer y Marry, supuse
que serían sus padres, se veían elegantes, en otro retrato estaba un hombre
vestido de la guardia, un hermano o un tío quizás. Escuché la puerta abrirse, me
117
giré en la dirección a la puerta, había llegado Marry, su humor era alegre hasta
que me vio, su mirada era como de un toro feroz.
Me miró con ira. ¿Daño? ¿Eso era? ¿Pensaba que le iba a hacer daño?
Aquí estaba la raíz del problema, Marry estaba cuidando de Suzanne, alguien le
hizo daño antes de que yo llegara a su vida. No me odiaba a mí en específico, ella
era su mejor amiga y odiaría a todos los chicos que intentaran acercársele. –Yo...
no quiero hacerle daño, esa no es mi intención.
-Todos dicen eso al principio, pero luego lo hacen y no creo que tú seas la
excepción. –Dijo rodando los ojos.
-Que bueno.
-¿Qué bueno qué? –preguntó Jossep recién bañado, tenía ropa puesta,
franela roja y jeans.
118
-Ya está todo hecho. –Añadió Marry.
-Bien, nosotros nos vamos, ¿te parece bien si nos encontramos al medio
día en el centro?, cerca del restaurante Watle Go –sugirió Jossep mirándola.
*****
El lugar donde Jossep y yo nos dirigíamos era cerca del centro, pasamos
por una calle solitaria, y en una de las paredes llenas de grafitti estaba una puerta
camuflada, era del mismo color de la pared, nunca hubieran pensado que estaría
esa puerta ahí, Jossep tocó la puerta y una ventanilla en el centro de ella abrió y vi
un ojo de una persona observándonos, luego de un segundo la puerta se abrió.
119
-A caminar por ahí, tengo cosas que hacer.
El edificio de Will resaltaba entre todos los demás, sólo tenía que caminar
unas cuantas cuadras y llegar.
*****
-Hola Max, te estaba esperando, creí que te había pasado algo, como
siempre eres puntual. –Miré el reloj de pared, las 12:30, el lugar se veía igual que
la semana pasada, pero esta vez habían muchos papeles amontonados en su
escritorio.
-Creo que has buscado alguna forma de entretenerte. –Reí mirando los
papeles.
-Tengo que acomodar todos los historiales de los pacientes por orden
alfabético, así se me hará más fácil buscar. –Explicó- ¿No te importa que
tomemos la sesión así?
-Lo apreciaría. –Apilé las hojas por orden alfabético, mientras colocaba las
hojas observé a algunos.
-Annabel paciente con bulimia. –Leí en voz alta- Alice paciente con
bipolaridad –dije tomando otra hoja.
-Todos estos pacientes han pasado por cosas graves, unos peores que
otros.
-A la mayoría, otros simplemente dejaron de venir, para nadie debe ser fácil
tener que lidiar con un problema, algunas personas son más fuertes que otras
para soportarlo.
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Nos tomó mucho tiempo acomodar todos los papales, Will apilaba unos y
yo otros. Habían muchos casos de: Bulimia, drogas, bipolaridad, violación,
maltrató, insomnio, ira, miedo, alucinaciones, mutilación, anorexia, baja
autoestima, ansiedad, fobias, depresión, y hasta una mujer que alegaba estar
enferma de amor por haberse enamorando de su padre.
-Ella sólo tenía una atracción por su padre porque él la trataba de una
manera tierna, nadie la trataba de esa forma, sólo confundió el cariño y amor de
padre con un sentimiento fuera de lo racional. –Explicó- Y no llames a mis
pacientes locos, si ese es el caso entonces aquí si tengo a alguien demente –río
levantando un historial.
-Pienso que hay más pacientes con ese tipo de adicción de lo que los
estudios estadísticos muestran, pero existe en las personas un pensamiento
erróneo sobre ello y suelen creer que es algo natural y no hay nada fuera de lo
normal con ellos. A veces se puede confundir y pensar que es normal querer sexo
todo el tiempo, “¿a quien no le gusta el sexo?” dicen todos.
-Pero sólo cuando sentiste que todo el sexo era demasiado excesivo, ese
es el gran problema, piensan que están bien hasta que las cosas se tornan
realmente mal.
121
-Estás progresando. Por cierto, ¿has decidido si vamos para el centro de
rehabilitación que te dije semanas atrás?
-Bien, ya hemos terminado –dijo, asentí con la cabeza, todos los historiales
estaban apilados por orden alfabético sobre la mesa, Will tomó algunos
colocándolos en un estante vacío cerca de la puerta.
-¿Qué historia nueva traes esta vez? –preguntó, iba y venía con los
historiales, dejó el mío sobre la mesa.
-Es la verdad. Que patético sería descargar tu deseo carnal en alguien que
no sabe como satisfacer de verdad. Pero, es mucho mas lamentable que hoy en
122
día nosotros los hombres hemos llegado al punto donde sólo buscamos una
vagina para eyacular dejando a un lado la parte más interesante del sexo:
gemidos, caricias, excitación, placer. Nos volvimos mecánicos; entro y salgo hasta
terminar.
Me era bastante agradable hablar con Will durante cada semana. El hecho
de que escuchara una y otra vez mis encuentros con distintas mujeres y las
ocurrencias que hacía en cuanto a mi vida sin siquiera juzgarme me hacía sentir
bien, es como si le importara realmente lo que me sucediera, no todas las
personas que asisten a un psicólogo se sentían igual que yo.
Ellos te escuchan, y suponen que les interesa tu vida y todos los problemas
que llevas a cuestas, te hablan como si fueran los mejores amigos y rien contigo
como si nada. Todo eso sucede porque existe algo en medio de todo llamado:
Dinero. Si no le pagas podría asegurar que las cosas serían distintas. No se le
puede sentir ningún tipo de afecto a alguien que para que te escuchen y
conversen tienes que pagarle.
Recuerdo que las dos primeras sesiones con Will tuve que pagarlas, luego
él dijo que no lo hiciera más, ya que él estaría dispuesto a ayudarme sin ningún
tipo de interés. Al principio lo tomé extraño, pero al pasar del tiempo dijo que yo le
recordaba mucho a su hijo y no le parecía agradable cobrarme por su ayuda.
123
Todos mis gestos cambiaron y me sentí un poco rígido, suspiré un poco
tras recordar de nuevo todo aquello y tomé asiento frente a Will. Él me estudiaba
con detención y frunció en ceño tras darse cuenta de cómo mi actitud había
cambiado de manera rotunda.
-Sí, lo supe en una fiesta. –Dije. Comencé a contar todo lo sucedido el día
de la fiesta, hasta las cosas que había pasado con Brittany y Kate, pero no se
interesó mucho en ese tema, su rostro reflejaba más interés en Suzanne que en
cualquier persona. También le hablé sobre la noche en el puente y algunas cosas
que conversamos, luego cuando conté que se quedó conmigo en mi casa me
miraba con paciencia, tomaba anotaciones en su libreta, me estudiaba. Continúe
todo el relato hasta la parte que se había ido a su casa con Marry. Finalmente
hablé de la conversación que tuve con Marry sobre que alguien le había hecho
daño.
-Lo que más me impresiona de todo son tus expresiones faciales. –Lo miré
confundido-. Son cambiantes, sonríes al pronunciar su nombre y sobre todo tu
forma de hablar sobre ella, es algo extraño, quisiera conocerla alguna vez –
añadió.
-No tengo la más mínima idea, pero nunca me había pasado con otra chica
–afirmé.
124
-Es alguna clase de sentimiento.
-Sí. –Admití.
-Esto lo tenía que grabar. –Rió- ¿Crees decirlo otra vez? –bromeó sacando
una grabadora de su escritorio.
-Esto es algo serio Will. Quiero entender algunas cosas, los sentimientos
son algo aterrador.
125
Pulsé la tecla de llamar, se escuchaban los zumbidos, me sentía nervioso,
mis manos sudaban. –Vamos Max, sólo será una salida –dije para mí.
Colgué.
Colgué.
Maldición.
-Tenías que esperar que ella respondiera, sí o no. –Dijo conteniendo la risa.
-No soy bueno en esto, es decir, he salido con muchas chicas pero sólo
para llevarlas a un hotel y ya. –Me encogí de hombros.
126
-No, Bueno sí… quiero decir, sólo... Bahh –No encontré las palabras
claras-. Estando a su lado me siento mejor, no necesito pensar en sexo y eso me
gusta.
-Definitivamente tengo que conocer a esta chica –comentó con una sonrisa
de oreja a oreja- Me está ayudando en mi trabajo.
-Se me olvido preguntar qué dices... –Sonreí con vergüenza-. ¿Sí o no?
-Sí. –Pude escuchar su risa, esa que me alegraba. Asentí hacia Will con
una sonrisa.
****
La sesión con Will había terminado, me fui directo a mi casa, quería dormir
para que el día pasara rápido, así podía ver a Suzanne. Luego de una ducha
encendí la televisión, no pasaban nada interesante en realidad. Acostado en mi
cama cambiaba los canales y en un canal de información vi a mi padre, presté
atención a lo que la periodista decía:
-... El multimillonario Brown por si fuera poco, compra acciones de una gran
empresa en Rusia, quiere mantener su gran fortuna y hasta aumentar su capital.
127
Cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
128
CAPÍTULO 12
La salida
T
emprano en la mañana me alisté lo más rápido que pude, el día
estaba soleado y me coloqué una franela blanca y jean, me
perfumé -cosa que nunca hacía-, y estuve listo una hora antes de
irme, tomé mi billetera y pensé en llevar preservativo pero decidí no llevar ninguno,
sólo quería un día diferente con Suzanne ¿A qué llamaba diferente?
-Max. –Dijo una voz desde mi espalda, me di vuelta y ahí estaba Suzanne,
cabello suelto listo, sus labios estaba pintados de rojo, camisa verde oscuro y
pantalón negro. Era hermosa sin lugar a dudas, sus curvas me mataban.
-Gracias. –Sonrió.
129
-Perfecto. –Sonreí.
130
manera drástica. Quise decir que tampoco me atrevería a dejarla pero me lo
reservé.
-Es decir que siempre subes la Torre Eiffel por las escaleras.
-No te creo.
131
-A sido, la mejor subida que he tenido –dije sonriendo-, tu compañía es lo
mejor que he tenido.
Sonrió mirándome a los ojos, volteó su cara. -Las subidas suelen ser
fuertes y algunas veces cansan pero cuando llegas al final te das cuenta que ha
valido la pena. –Señaló hacia el exterior. Miré el paisaje, me levanté y me acerqué
hasta las barandas que limitaban el precipicio del lugar donde estábamos, era la
parte más alta de la Torre, la vista era maravillosa, toda Paris se veía pequeña
desde este lugar, Suzanne se colocó a mi lado, miré como observaba
detalladamente cada lugar.
-Yo... –Tartamudeé-. Sólo estoy feliz. –Realmente estaba feliz, no sólo por
el hecho de estar viendo toda la ciudad desde aquí arriba, era por estar con
Suzanne, se ha hecho parte de mi vida la felicidad cuando estoy a su lado, ahora
que he aceptado que me gusta una avalancha de sentimientos dentro de mí están
llegando sin mi consentimiento y hasta puedo decir que me estoy volviendo loco,
loco por ella.
132
-Esto no es tu asunto. –Me empujó pero no perdí el equilibrio. Apreté mi
mano y mi puño fue directo a su nariz, pronto empezó a caer sangre de ella, se
tambaleó un poco. Recuperando el equilibrio me dio un golpe en mi boca, pasé la
mano por mi boca y tenía sangre en ella, me lancé hasta él y caímos al suelo, lo
tomé por el cuello y clavé mi puño en su mandíbula, un pequeño sonido de dolor
salió de su boca. Llegaron dos guardias separándonos.
-Está bien, ya nos vamos. –Dije y bajé por las escaleras, él tomó el
ascensor, Suzanne me siguió.
-Gracias.
-Creo que tienes que decirme quien era ese tipo. –Aún estaba enojado, la
ira no se iba de mí todavía.
133
-No, eso se ha ido. Es sobre él de quien te comenté la vez que me quedé
en tu casa. No hablemos de él, no dejemos que arruine nuestra salida.
-Ahora cosas que no te gustan –dijo y la miré confundido-. Dime las cosas
que no te gustan. –Explicó.
-Si –soltó una pequeña risa-. Continuemos: el pescado, el coco, las nueces,
las cucarachas, los insectos, las mentiras, los engaños, los secretos, la distancia.
134
-¿Qué?
-Sí, está muy bueno. Tenías razón al decir que es el mejor de todo Paris.
-Adivina –soltó con ironia-. Hizo como lo suelen hacer muchos padres
irresponsables. Se marchó.
Esta vez no se me hizo incómoda la pregunta, quería contar todo. –Él vive
en una gran mansión, lo he visto algunas veces en televisión, es agradable. –Reí.
135
-Yo no lo odio –respondí serio- bueno si, un poco, pero es que cuando
tienes un padre que nunca se ocupa por ti, lo vas a entender.
-Yo daría todo lo que poseo a cambio de haber conocido a mi padre. –Dijo,
no medí mis palabras al decirlas.
-Jueves.
-Jueves. –Dijo.
-Jueves. –Dije.
*****
136
Llegue quitándome la ropa para irme a duchar, metafóricamente me sentía
en una nube, estaba contento, alegre de algún modo, nada me arruinaría el día,
terminé mi ducha, me coloqué ropa y salí hasta la cocina.
-Estoy comiendo una manzana, Max que poco observador eres. –Soltó
dándole otro mordisco.
-Debería llamar a la policía para que te arresten por entrar a una casa sin
permiso.
-No creo que lo hagas –río- no te preguntaré sobre tu día, creo que ha sido
bastante interesante –dijo señalando mi pequeña herida en la boca.
-El gran Max vuelve a hacer de las suyas. –Dijo haciendo voz de periodista.
137
-¿Sabes dónde practica su baile?
-Eh. ¿Qué mierda iba a saber yo que ella te interesaría de la forma que lo
hace? Yo te veía tan ocupado en meterte en las camas de chicas que quieren
sexo que me dije que Suzanne no estaba en tu lista, es todo aquello que no
querías tener.
-Eres el mejor amigo del mundo, ¿lo sabías? –fui hasta él para abrazarlo
pero se alejó.
-Ningún amigo, quiero el veinte por ciento de tu salario –apuntó con cara de
pocos amigos.
Se fue.
138
CAPÍTULO 12
¿Novio?
E
l sonido de mi celular me despertó, era una llamada, lo tomé de la
mesa de noche alcanzándolo con mi mano, levanté mi cabeza y vi
quien era. Mi madre.
Contesté.
-¿Mañana?
-Yo voy. -Colgué. Caí de nuevo en mi cama como piedra. Ninguno de mis
musculos quería tomar la iniciativa para hacer el más mínimo esfuerzo para
levantar. Miré la hora, 8:00 am. Mierda. Me levanté lo más rápido que pude y tomé
una ducha, terminando me metí en mi pantalón negro y en mi franela negra con el
estampado de la Estatua de la Libertad, preparé mi desayuno y comí.
*****
Nos fuimos hasta la academia. Marry, Jossep y yo. Era un lugar más allá
del centro, la academia era inmensa, por la entrada principal habían retratos
grandes de bailarinas que quien sabe de donde serían, nunca las he escuchado,
es mas, ni siquiera se algo sobre el ballet, supe que eran reconocidas por la breve
139
reseña al costado de las fotografías diciendo que ganaron reconocidos premios
importantes -que por cierto, tampoco conocía-. Pasamos a lo que parecía una sala
de teatro, habían butacas alrededor del lugar, casi todo estaba oscuro, excepto la
tarima, muchas chicas se encontraban practicando su baile, todas haciendo
movimientos expresivos con su cuerpo, la música era algo lenta y rápida en
algunas ocasiones, todas se quedaron inmóvil alzando las manos, una chica
caminaba de espalda haciendo movimientos ondulados con sus brazos, dando
tres giros quedó con la mirada al frente levantando su cabeza de forma elegante,
la chica era Suzanne, no nos había visto puesto que nos encontrábamos en la
parte final del lugar y estando a oscuras era imposible vernos, me acerqué hasta
las asientos principales, Marry y Jossep estaban ya sentados en la parte final.
Suzanne se movía al ritmo de la música, las luces se encendían y apagaban en
tonos azul, verde y rojo, era un solo, las demás bailarinas no se movían, su forma
de bailar era algo impresionante, sus expresiones, los movimientos precisos,
aunque no sabía nada sobre lo que bailaba estaba seguro que ninguna otra chica
podría hacer eso que hace Suzanne tan bien, tan perfecto, tan mágico, tan todo lo
que se me pasaba por la mente. Ella era la protagonista ahora.
140
-Chicas esto ha sido por todo hoy, lo han hecho muy bien, les dejo la tarde
libre, se lo han ganado. –Dijo su profesora o algo así. Suzanne bajó por las
escaleras de unos de los laterales de la tarima, caminó hasta donde yo estaba.
-¿Qué haces aquí? –preguntó sonriente, estaba algo sudada por el baile.
-No pude esperar hasta el jueves, son muchos días sin verte. –Dije
guiñando un ojo.
-¿No sabe quién es? –dijo Suzanne en tono desafiante. Hice seña hacia
ella en señal de negación, estaba a punto de decir que era hijo del dueño del
lugar, algo en mí lo suponía. Me miró-. Mi novio, ya nos vamos. –Soltó Suzanne
acercándose más a mí.
-Igual no puedes estar aquí. Así que lo mejor es que se vayan. –Dijo.
-Creo que sí, juraría que deseas que te vuelva a besar –respondí
sonriendo. Rodó los ojos colocándolos en blanco.
141
¿Ella mi novia? ¿Yo su novio? No, no soy del tipo de relaciones. Entonces
¿Por qué me agradó la idea de ser SU novio? Si, suyo, de ella, de nadie mas,
porque no quiero tener a nadie mas como novia.
-Lo has hecho muy bien, amiga –dijo Marry acercándose mientras la
abrazaba.
-La parte que más me gustó –habló Jossep-, fue el gran beso final. –Soltó
una risa.
*****
Nos fuimos todos a casa de Marry, pasamos el resto del día ahí, al medio
día Suzanne se fue su casa con Marry, Jossep y yo nos fuimos a nuestras casas.
“¿Cuál?” –preguntó.
“No es tan fácil tener tus labios cerca sin evitar besarlos, me he contenido
durante días pero no puedo soportarlo más.”
“No esquives mis mensajes preguntado otra cosa. Ahorita voy a dormir.”
“No estoy esquivando tus mensajes, sólo estoy preguntando, espero que
mañana tengas un excelente día.”
142
“Hasta luego.”
Suzanne decía que yo era alguien complicado pero ahora veo que ella es la
complicada.
143
CAPÍTULO 13
La llegada de Owen
F
ui a buscar a mi hermano al aeropuerto temprano, lo esperé en la
parte de afuera y él llegó, tenía el cabello largo, se lo dejo crecer,
cabello castaño, un poco más alto que yo, vestía traje formal, con él
venían rodando dos maletas grandes, una a cada lado de su mano.
-Si claro –dijo con incredulidad-. No tienes que decirme esas cosas porque
de igual modo no traje nada para ti.
144
Lo solté y arregló su ropa, sonando su garganta como si lo que acababa de
suceder nunca pasó. Reí ante su expresión.
Toció fuerte. Creo que mi hermano y yo pensamos del mismo modo, tal vez
jamás quisiera tener un hijo por la misma situación que la mía. Tal vez sea estéril.
¿Quién sabe?
-¿Qué? ¿Por qué? –Se mantuvo en silencio y fijó su mirada por la ventana-.
¿Eres estéril? –pregunté como si nada, no se hacían ese tipo de preguntas a las
demás personas, eso les debe doler como un grano en el trasero. Muchas veces
la vida es muy confusa, a las personas que desearían tener montones de hijos los
hacía estériles, y los que no le daban la mayor fertilidad que puede haber en cada
persona.
Silencio incómodo.
145
-Eh. Temo que seguirá insistiendo conmigo –dije tratando de suavisar el
ambiente tenso-. Después de todo no veo tan malo que nuestra madre me siga
insistiendo sin tener algún logro conmigo.
Rió.
-Lo sé –dije.
*****
-Me tengo que ir al trabajo, puedo venir cuando salga –dije despidiéndome.
*****
Durante el resto del día no dije nada, trabajé en silencio todo el tiempo,
Roberth me preguntó sobre el estado de salud de mi madre, y Freddick me hizo
señas desde su espalda, capté su señal y dije que se encontraba mejor, que había
sido un pequeño mareo. Me había quedado pensativo por mi abuela, ella decía
que estaba bien, todos decían lo mismo pero en cambio yo sabía que algo estaba
pasando, algo me estaban ocultando, mi abuela era siempre alegre, juguetona y
ahora no, su mirada se mantenía fija en una sola dirección en modo pensativa, no
hablaba. Toda mi cabeza daba vueltas.
146
-Un poco. –Respondí.
No tengo mucha confianza con Freddick, así que más de eso no podía
contarle y él lo comprendía.
Me disponía a trabajar con mucha más rapidez que antes ya que los
pedidos eran el doble de la cantidad.
-Kate por favor –supliqué-. No de nuevo con lo mismo. Lo nuestro fue sexo
y ya, no me…
-¿Qué dices?
147
-Está bien –exalé en derrota.
Y se desapareció enseguida.
Mierda. Ahora no solo tenía el doble del trabajo, sino el tiple. Al parecer hoy
el mundo conspiraba en mi contra, parecía que media ciudad quiso venir al
restaurante y tuve que correr de un lugar a otro para tomar cada uno de los
pedidos. Aunque la mayoría de los clientes eran femeninas no les importaba la
tardanzas en tomar sus pedidos y llevarlos a cada mesa, parecía que se les
borrara el hambre a penas me veía y estuve un tanto relajado con eso. En cambio
el humor en el pequeño porcetaje de clientela masculina incrementaba de manera
drástica.
*****
Hubo silencio.
148
-No está pasando nada, todo está perfectamente bien. –Respondió mi
madre, sabía que mentía.
Cuando era niño y tenía ocho años, había llegado de la escuela recuerdo,
era un día lluvioso de esos que no te provocan levantarte de la cama, de igual
modo mi madre me obligó a ir porque era importante no faltar a clases por
pequeñas cosas como un día de lluvia. Cuando pregunté por mi perro Tomy, quien
para ese entonces era mi mejor amigo, mi madre no me respondió en seguida
como en los otros días cuando le preguntaba, en lugar de eso me abrazó fuerte,
eso es lo que hacen las personas: dar un abrazo antes de decir lo peor, como si
pudieran curar la herida antes de abrirla.
Miré a mi abuela, tomé asiento en uno de los muebles cerca de donde ella
se encontraba, la miré serio.
149
-Todo va bien.
-No, te aseguro que esta vez es diferente. Se llama Suzanne, desde que la
conocí algo en ella me atrajo, ahora siento quererla demasiado.
-No puedo creer que después de tanto tiempo al fin has sentado
cabeza –dijo alborotando mi cabello.
-Se lo diré.
*****
150
CAPÍTULO 14
Han pasado varios días y no me dirige una sola palabra, únicamente las de:
“Hola, Hasta luego”. Está distante, todos lo estaban en realidad, hasta mi abuela
Isabella; era poco el tiempo que estaba fuera de la cama, no quería que la
molestaran, no sabía lo que estaba pasando y eso me hacía sentir impotente y
casi desesperado.
-Si –sonreí.
151
-¿Te digo un secreto? –dijo en voz baja pero no tan bajo como para que
Suzanne no pudiera escuchara-. Mi hermana no ha dejado de hablar ti ni un sólo
día.
Llegamos al parque, había muchas personas, los niños corrían de allá para
acá, había payasos, mimos, malabaristas, magos. Caminamos cerca de los
trenes, caballitos danzantes y sillas voladoras.
-Sussie. –Respondió.
152
-Suzanne –dije pero me ignoró yendo hacia otro lado, miré a Sussie y la
chica se me acercó al oído.
La miré confundido.
-No.
Por más que trataba de recordarla no encontré rastros de ella, tal vez era
por tantos encuentros parecidos. La miré a los ojos durante un rato y nada, se
ruborizó pero no le di importancia.
–Oye, oye –la tomé de la mano, me coloqué frente a ella y volvió su cara a
un lado. -¿Estás celosa? –pregunté con una sonrisa.
Suzanne estaba celosa, lo que significaba que ella sentía algo por mí.
-No deberías estar celosa. Suzanne eres algo confusa, primero me dices
que no te bese y luego esto.
153
-Ya te he dicho que no estoy celosa, puedes irte con tu princesa… príncipe
encantador –dijo con sarcasmo.
Reí. –No soy príncipe de nadie, si quisiera serlo, sería de ti, yo sería tu
príncipe y así tú serías mi hermosa princesa –dije y me arrodillé delante de ella.
-¿Qué rayos haces? –susurró viendo a todos lados. Las personas que
estaban en el castillo nos observaron. Incluso formaron un gran círculo alrededor
de nosotros.
-¡Dile que sí! –Gritó una voz de mujer, no supe quién era. Todos estaban
mirando en nuestra dirección. Decían cosas como: quiero a alguien así, ojalá
encuentre un hombre como él, ya quisiera ser su princesa, que hermosa pareja,
que ofortunada mujer, si ella le dice que no yo le digo que si. Reí para mis
adentros al escuchar esos comentarios.
¿Cómo pude sobrevivir sin ella? ¿Estaba vivo incluso antes de conocerla?
Y peor aun… ¿Todas las cosas que estaba haciendo junto a ella vienen de
obsequio cuando se quiere a alguien? Quién lo imaginaría: subir la Torre Eiffel,
dormir juntos sin tener sexo, y arrodillarme. No era ni la mitad lo que fui.
154
-Si quiero ser tu princesa. –Respondió tomando mi mano, me levanté
quedando frente a ella.
-Eres una niña muy traviesa –dije sonriendo-. Pero me agradas –añadí.
155
Suzanne, comimos algodón de azúcar y un payaso pintó la cara de Sussie; en un
cachete una estrella y en el otro una luna.
Ya era tarde y nos fuimos, las acompañé hasta su casa, la luna brillaba en
su más hermoso esplendor, Sussie corrió hasta su casa con el peluche.
Miré a Suzanne.
156
-No quiero que te hagas mucha idea de nosotros, yo... no quiero tener una
relación en estos momentos. Los besos y todo lo que ha pasado no pueden ser y
no deben continuar. Por favor no me busques más.
-... Suzanne... –no sabía que decir-. Tú me gustas –solté ignorando todo lo
que había dicho anteriormente.
Tomé su mano, me sentía triste, torpemente idiota, esto era algún tipo de
sentimiento nuevo que comenzaba a experimentar, me inundaba la tristeza, había
pasado mucho tiempo desde que no me sentía de esta manera. Todo hubiese sido
más fácil si en lugar de querarla la hubiera follado y luego de eso me hubiese ido
como siempre lo hago. Es demasiado tarde para eso, el amor me atrapó y no sólo
eso, ya la encontré y no quiero perderme y mucho menos perderla.
-Me voy –la miré, pasé mi mano por su mejilla y cerró los ojos. Me acerqué
a sus labios, su cuerpo se tensó y me miró. Sus labios estaban frente a los míos,
pocos centímetros nos separaban. Besé su mejilla y di una sonrisa y ella sonrió
tímida. Suzanne mentía, ella siente algo por mí, lo sé, lo siento, pero hay algo en
ella que la detiene, algo que no la deja continuar y necesito saber qué es.
*****
Era domingo, tenía que saber lo que le había pasado a Suzanne, ¿por qué
actuaba de una manera especial y luego simplemente me rechazaba?, se negaba
157
a quererme. Conociéndome de la manera que lo hago se que no voy a dejar de
insistir.
Voy a armar pieza por pieza hasta descubrir todo lo que le sucedía.
Vaciló por un momento y al final aceptó en dejarme entrar. Marry usaba una
franela y short corto, sentándose en el mueble de la sala pasó su mano por su
cabello liso y suelto colocándolo a un lado de su hombro.
-No. Realmente es ella la que me está haciendo algo a mí. Quiero saber
algo… quisiera entender su forma de ser, está un poco a la defensiva, es decir,
hay algo que no la deja ser libre, libre para querer a alguien –dije.
-Eso se llama instinto, es una táctica de las mujeres que no vas a entender
mi niño.
158
-Ahórrate el apodo –contesté serio-. No hablo de eso. Tú dijiste que no
dejarías que yo también le hiciera daño, eso quiere decir que alguien la hirió.
-Bueno... sí –respondió.
-No creo que Suzanne quiera que sepas –dijo pensativa-. Pero te lo voy a
decir, puedo notar que te preocupas por ella y ahora veo que realmente te gusta.
Eso pasó hace un mes y medio aproximadamente, ella salía con un chico llamado
Derek –comenzó a hablar-, ellos se hicieron novios un año atrás, a mí en lo
personal nunca me cayó bien, pienso que mi amiga merecía algo mejor que ese
idiota, lo cierto es que luego de las salidas y los detalles, un día Suzanne quiso
darle una sorpresa comprando entradas para el juego de béisbol de su equipo
favorito. Llegando a su casa la puerta no tenía seguro y entró, después de todo ya
tenían suficiente confianza y ella podía entrar y salir cuando quisiera. En el
momento cuando llega a su cuarto la sorpresa se la llevó ella al ver a Derek
teniendo sexo con otra chica, Suzanne se quedó observándolos y ellos notaron su
presencia, lo peor de toda la historia fue cuando miró la chica, era nuestra mejor
amiga. Desde entonces ella ahora no quiere saber de hombres.
-No, pero hasta un ciego se daría cuenta de eso –dijo con una pequeña
sonrisa-. Sólo dale tiempo, ella necesita recuperarse de todo.
-Pero me estoy volviendo loco. –Me levanté pasando las manos por mi
cabello alborotado.
159
-Tranquilo, si de verdad la quieres sabrás esperar. –Marry tenía razón, no
podía presionarla.
Asentí.
*****
-Bien -respondió con los labios apretados en una línea recta, como si decir
"bien" le doliera.
160
-¿La chica de la otra vez?
-No puedo creer que te atreviste a subir la Torre Eiffel por las escaleras, tu
madre y yo habíamos luchado durante años para que subieras pero nunca lo
hiciste ahora llega una chica y lo haces, tienes que quererla mucho. –Sonrió
mirándome.
-No, es decir, le he dicho que me gusta pero no del modo correcto. –Me
encogí de hombros.
-Es más complicado que eso... Ella no cree en los hombres por algo que le
sucedió en el pasado.
161
-¿En serio? –Parecía sorprendida, como si fuera el pecado más grande en
el mundo que a una persona no le gustara el chocolate-. Esta chica es un tanto
extraña. –Frunció el ceño.
-Eso fue lo que me gustó de ella, su rara forma de ser diferente –dije como
idiota enamorado.
-Hola hermano. Tu padre es demasiado genial. –Dijo Owen con una gran
sonrisa.
162
Todos ahora me observaban y me sentía pequeño, me mantuve en silencio.
Miré a mi padre –Si, quédate. -Dije, no lo hice por mí, no deseo comer en
una misma mesa con él, lo estaba haciendo por ellos, no me quiero sentirme
culpable si luego Owen y mi madre me miran de mala manera.
-Esto –mi madre extendió las manos señalando a todos-. Es como debería
ser, todos juntos en familia.
163
-No me hagas hablar. –Respondí. Por dentro estaba enterado de que era
cierto, estar juntos en familia se sentía hermoso.
-Si no te sientes a gusto podemos comer los dos en el cuarto –me sugirió
mi abuela.
-No, Max tiene razón. –Añadió mi padre quien sólo nos observaba y ahora
su cara era de vergüenza, no me miraba a los ojos-. Me voy, creo que tengo
mucho trabajo. –Se levantó de la silla. Todos se levantaron excepto mi abuela y
yo. Se despidió de cada uno con un abrazo y un apretón de mano asintiendo y
agradeciendo por la cena. Me miró desde la puerta de salida y salió.
Me sentí muy mal, realmente había sido muy duro con él, sé que se lo
merece por todo lo que ha hecho pero no me sentía bien del todo.
-Ve con él –dijo mi abuela al notar que no me sentí bien al decirle todas
esas palabras.
-Yo... quiero decir... –Tartamudeé-. Creo que fui muy cruel contigo.
164
-Disculpa por lo que acaba de pasar –dije apenado.
Nunca antes había escuchado esas palabras, menos de él, no supe qué
responder, todos merecemos una segunda oportunidad incluso los padre que se
comportan mal la merecen.
-Yo... –No encontraba las palabras, quise decir que le daría otra
oportunidad pero soy tan orgulloso que no se si puedo hacerlo.
-Si quieres el fin de semana vamos a mi casa, jugamos golf, video juegos o
vemos películas, hacemos lo que quieras y pasamos unos tiempos juntos, los dos,
padre e hijo. –Habló con entusiasmo.
-Lo pensaré. –Contesté, me agradaba la idea, tal vez sea el momento para
mejorar nuestra relación.
-Me puedes llamar, estaré disponible las veinticuatro horas cada día. –Dijo
y asentí en su dirección.
165
CAPÍTULO 15
Cita
J
ossep estaba en mi casa desde muy temprano, tenía ropa deportiva,
short y franela roja, él iba a entrenar hoy.
-Voy a hablar con Will de algo muy importante. –Solté sin pensar y luego
me di cuenta del gran error que había cometido.
-Bien, yo voy a salir esta tarde con Marry, invita a Suzanne y salimos los
cuatro juntos. –Dijo colocando una mano en mi hombro.
-No va a aceptar.
-No, bueno si, es que ella no cree mucho en los hombres y pues –me
encogí de hombros-. No creo que pueda haber algo entre nosotros.
-Max, tú lo que tienes es que tener el objetivo claro, y luego vas con todo
hasta ella. Te gusta, no la dejes escapar.
-Es que a veces siento que ella siente algo por mí pero luego algo cambia
en ella, como si se bloqueara. –Dije. Ya casi estábamos en la avenida.
166
-Está confundida, alguien jugó con ella, tienes que comprenderla. Quítale la
confusión al estilo Max.
-Sí, llévala a la cama y ten sexo desenfrenado con ella, a todas las mujeres
les gusta eso. –Rió.
Lo miré serio. –No voy a hacer lo mismo que hago con todas. Suzanne es
diferente, no es una más.
*****
Al llegar entré con cuidado para que nadie me viera. Estaba adentro en la
puerta donde están las butacas y la tarima, vi a todas las chicas con su traje negro
ajustado al cuerpo de pie frente a la profesora.
-Tengo una mala noticia. –Dijo la profesora. Suzanne estaba de pie junto a
todas las demás-. No habrá baile de invierno.
167
-He pasado muchos e-mails al Sr. Brown y no los contesta, sin su
aprobación no habrá presentación –comentó la profesora.
-Claro que lo recuerdo, pero creo que usted no recuerda que no tiene que
estar aquí. –Me lanzó una mirada de enojo.
-No creo que tengas una solución, a menos que hables directamente con él.
–dijo una de las chicas al lado de Suzanne, guiñé un ojo en su dirección.
168
-En un mes, pero el permiso tiene que ser entregado antes del martes
próximo –contestó Suzanne.
-Bueno, el lunes vendré con el Sr. Brown para que les apruebe el
baile –aseguré mirando a todas-. Pero tengo una condición.
-Obvio que si. ¿Acaso no son novios? Pero en dado caso si ella no acepta
salir contigo yo estoy disponible. –Habló una de las chicas; rubia. Pasó la lengua
por sus labios, todas rieron. Suzanne la miró y colocó los ojos en blanco-. Si te
descuidas Suzanne te lo puedo quitar. –Dijo enrollando en su dedo un mechón de
su cabello.
169
-Ese beso fue ¿por qué? –pregunté mientras nos sentamos cerca de una
fuente que se situaba en el centro de la plaza. No respondió al momento, se tomó
un tiempo para hacerlo, quizá ni siquiera sabía porque lo había hecho.
La seguí.
-Entonces eso quiere decir que sientes algo por mí –dije sonriente,
Suzanne estaba celosa por la chica coqueta, lo que significa que me quiere de
verdad.
170
-Me voy –dijo alejándose. Me estaba evitando, pero ¿por qué? - ¡Nos
vemos el sábado! –Gritó antes de subir en el autobús. Pero si ni siquiera le he
dicho el lugar, le escribiré en la noche, ¿adónde la llevaré a cenar?, no tengo ni la
más remota idea, mierda, soy un desastre, tengo que hablar con Will, el resolverá
todos mis problemas lo sé.
*****
-Ni pensarlo. No puedo hacer eso y menos en esta cita. –Respondí a Will.
171
su silla junto al escritorio, tenía camisa manga larga marrón, pantalón gris y
zapatos negros.
-Tienes que hacerlo, no puedes quedarte con eso que sientes dentro,
debes sacarlo, liberarlo.
-No es necesario que pienses en las cosas que vas a decir, a veces las
palabras salen por sí solas. –Contestó. Me quedé pensativo durante una rato,
miraba fijamente al escritorio donde estaba mi historial, tal vez Will tenía razón,
debería decirle todo lo que siento a Suzanne, la noche del parque lo intenté pero
me rechazó, sus palabras dicen una cosa pero sus hechos dicen otra, eso me da a
entender que siente algo pero no quiere demostrarlo de alguna manera. Decidí
hacerlo, decirle toda esta noche, si no era ahora sería nunca.
*****
-No es igual, no has estado con mujeres desde... –Tomó pausa revisando
las hojas de mi historial- uh, desde que conociste a Suzanne.
-Sí, pero me refiero a que las ganas no se han ido, aun me masturbo a
diario, no tengo descanso y los días que no lo hago las ganas se intensifican al día
siguiente y es igual, todos los días es lo mismo, pero trato de no pensar eso
-comenté.
-No puedes hacer como si no existiera porque sí existe, y sí está ahí, las
cosas por mucho que las dejemos de pensar no quiere decir que no
estén o que vayan a desaparecer de la nada. –Aseguró serio.
172
-De acuerdo, por hoy no hablaremos de eso –dijo señalándome con su
dedo índice haciendo énfasis en la frase "por hoy no hablaremos de eso".
*****
-Quita esa cara, nunca has sentido miedo de las mujeres, no entiendo.
-Suzanne no es como las otras mujeres –dije cruzando los brazos sobre mi
pecho.
-Pero es una mujer al fin –respondió Will, tenía un buen punto-. ¿Cuál es la
diferencia?
-Es cierto, pero de algún modo tienes que decirle. –Will tenía otro
punto-. Ahora entra a ese restaurante, espérala y demuestra al mundo que los
hombres no le tenemos miedo a nada. –Alzó las manos en mi dirección y las
choqué.
173
Claro que los hombres tienen miedo, es una vil mentira decir que nosotros
nunca tememos de algo, o de alguien. La diferencia es que nos lo reservamos
para que no opaque nuestra hombría, cosa es totalmente ridícula, tener miedos no
hace a ninguna persona menos, al contrario, las hace más, más fuerte, más
luchadora, más valiente, más capaz, más todo.
Entré al restaurante.
-No te disculpo. –Dijo enojada, quería ganar puntos que me ayudaran pero
ahora estoy perdiendo en lugar de ganar.
-Para nada. Fue el tráfico –dije guiñando un ojo-. Bien, ¿qué pedimos?
174
-No sé, lo que tú quieras –su tono molesto había bajado un poco.
¿Por qué es tan difícil? El amor nos vuelve idiotas, como si perdiéramos
control de nosotros mismos, como si de la nada aquello que hemos aprendido a lo
largo de los años: experiencias vividas. Se esfumara. Desapareciera. Nunca he
experimentado el amor o tan siquiera algo similar a eso por una chica ¿Y si estoy
equivocado sobre mis propios pensamientos? ¿Qué pasa si no es amor lo que
estoy sintiendo y resulta que la adicción sobrepasó el límite en mi sistema y me
estoy muriendo? ¿O tal vez ambas?
Me importaba una mierda lo que esa chica estaba sintiendo por mí. La
rechacé rotundamente. Ahora que lo pienso ¿Y si el destino quería que yo sintiera
también algo por alguien, moviendo cielo y tierra para que poco a poco yo me
fuera enamorando de Suzanne para luego hacerme añicos por tanto daño que le
he causado a otras chicas?
Es una teoría que pude ser real, tan real como esta sensación de querer
desmayarme, tan real como estas ganas de vomitar de lo nervioso que me
encontraba, tan real como la hermosa mujer que está frente a mi, tan real como
175
que quiero besarla justo ahora, tan real como que no puedo dejar de mirarla, tan
real como que la amo. Si. La amo.
Suzanne me miraba.
-Oh, ¿a mí?, no, nada me pasa. –Mi oportunidad para decirle todo se había
arruinado, le hubiese dicho que sí me pasaba algo y era que me gustaba y estaba
completamente enamorado de ella, soy un imbécil.
-No hay nada que decir –dije de forma tímida mirando al suelo- no, no hay
nada que decir. –Maldita sea, ahí se había ido otra oportunidad junto con mi
valentía.
-Hoy estás muy hermosa. –Dije evitando de nuevo el tema, me odio y odio
mi falta de valentía. En su rostro había una inmensa sonrisa.
-Gracias por la cena. –Saqué mi billetera y dejé cinco billetes para cancelar
la cuenta. Nos levantamos y Suzanne me abrazó, me tensé un poco por su
impulso y coloqué mis brazos alrededor de ella. Pasaron varios minutos y
seguimos abrazados.
Se separó de mí.
176
-Uh, lo siento. Me dejé llevar, fue un impulso –dijo apenada.
-Tranquila, todas las cosas buenas que suceden de forma inesperada son
hermosas y más si vienen de ti. –Se sonrojó.
-Si –contesté. Nos íbamos y me lamentaba por todas las oportunidades que
había perdido.
-Está lloviendo –dijo con decepción. -Ahora hay que esperar hasta que
escampe. –La miré y una sonrisa se me dibujó en el rostro.
-Oh no.
-No.
177
-Bien, vamos. Dame tu billetera y tu celular para guardarlo aquí en mi
cartera, tiene impermeable dentro y no se mojará nada. –Tomé su mano para salir
y la soltó. –A la cuenta de tres ¿sí?
-Bien. –Nos acercamos a la puerta, un paso atrás antes de que el agua nos
mojara-. Uno –comencé a contar.
-¡Tres! –gritamos al mismo tiempo. Corrí hasta afuera y la lluvia cayó sobre
mí, el agua estaba helada, el frio recorrió todo mi cuerpo y temblaba, volteé y
estaba Suzanne en el mismo lugar, se reía a carcajadas, ella no se movió, no
corrió conmigo y no se mojó.
-Eso es trampa. –Cada parte mí temblaba, sobre todo mi boca se movía por
el frio.
-¡Ah! –gritó.
178
-Eres un idiota. –Colocó los ojos en blanco y cruzó los brazos sobre su
pecho dándome la espalda.
Pasó sólo un segundo cuando nuestros labios se unieron, era el beso que
quería, el beso que me hacía sentir como si nada en esta vida fuera mejor que
eso. El tiempo se detuvo, la lluvia caía sobre nuestros rostros, su ropa mojada y la
mía estaban juntas al final, su cuerpo junto al mío era la perfección hecha realidad.
Cruzó los brazos por encima de mi cuello y yo aún la tomaba por la cintura, era el
momento y el lugar perfecto, y quizá sólo lo era porque estaba besando a la mujer
que me trae el mundo de cabeza, la mujer mi corazón quiere amar.
Alejó mis labios de los suyos. –Oye –dijo-. Me besaste. Te dije que no lo
hicieras. –Intentó zafarse de mi agarre pero mis brazos alrededor de su cintura no
la dejaban irse.
-Tú me lo dijiste pero tus labios gritaban que los besara y créeme que no es
fácil resistirse a eso. –Dije riendo. Y continué- ¿Hasta cuándo seguirás fingiendo y
callando lo sientes por mí? –susurré contra sus labios.
179
-¿Qué? –preguntó con tristeza.
-Se llama Amor –respondí. Me miró directo a los ojos-. Ese que siento al
estar contigo. Suzanne, no veo a nadie más (al menos con amor), sólo te miro a ti,
mi corazón es tuyo, mi alma te pertenece y sólo soy alguien estando junto a ti (me
has cambiado por completo), me despierto cada mañana pensando en ti (aparte
del sexo), eres todo lo que pienso (aparte del sexo), eres todo lo que quiero
(aparte del sexo) y sé que sientes los mismo por mí, lo percibo cuando estoy cerca
de ti, lo siento cuando mis labios están cerca de los tuyo y en la forma como me
besas. –Mis palabras fueron las más sinceras, la amaba y ya no era necesario
callarlo, no podía guardar ese sentimiento dentro de mí por mucho tiempo.
Continué: -Sé que soy un loco (de psiquiatra), que soy irresponsable (no
logro cambiar el hecho de ser adiccto) y suelo comportarme como idiota, que nada
en mi jodida vida está bien (absolutamente nada), pero cuando estoy contigo mi
mundo cambia, todo es distinto, las cosas malas se tornan buenas (tomando en
cuenta que ya no he estado con otras chicas en todo este tiempo quiere decir que
se tornan excelentes) y no tengo miedo a nada (excepto el miedo de confersarte
todo esto), porque cuando estoy a tu lado tengo la fuerza necesaria para enfrentar
todos mis temores, pero todo eso lo hago si estoy contigo, sólo tienes que decir:
SI. A todas mis locuras. Estoy loco pero loco por ti Suzanne, loco de amor, porque
te amo con locura. –Amaba a esta mujer eso era lo único que sabía, lo que
pensara el mundo me importaba una mierda.
180
-¿Quién me lo garantiza? ¿Tú? Max las personas lastiman a otras quieran o
no. Siempre sucede. Nadie escapa del sufrimiento.
-Tienes razón.
-¿En serio?
-No puedes citar mi frase favorita de: El Principito –dijo y parecía triste. Yo
en cambio no sabía nada sobre El Principito, recuerdo haber visto esa frase en un
lado pero nada sobre el autor.
-Suzanne…
-Max…
-…
181
claridad las cosas ¿Cómo mierda se me ocurrió enamorarme? ¿Por qué? Si mi
vida era tan… VACÍA. Si. Esa era la palabra precisa para definir lo que era toda mi
vida ahora que he conocido a Suzanne.
Se dio vuelta. Caminó dos pasos lejos de mí. Se detuvo. Volteó su rostro y
me miró con aquellos ojos que parecían clavarse como una daga en mi pecho,
eran tan poderosos, tan llenos de magia, tan asombrosos… no me cansaba de
mirarlos.
Solté una risa de alegría. Hay sonrisas tristes, y esta era de alegría.
Se encogió de hombros.
-Puede que lo que te vaya a decir suene como una locura –dijo-. Pero ¿No
estás sintiendo como si algo se quebrara cada vez que nuestra distancia se
alarga?
Me encogí de hombros.
Caminó dos pasos más hacia atrás pero esta vez sin dejar de mirarme.
-Yo mucho menos –sonreí-. No puedo escapar de sentir esto por ti. No
puedo escapar de haberme enamorado de ti. No puedo.
182
-Lo que estás sintiendo tal vez no sea amor.
-Suzanne –suspiré-. Si hay alguien en este mundo que piense en ese tal
vez soy yo. Nunca me he enamorado, -di un paso hacia ella- no sé que significa
eso tan siquiera, -otro paso- pero las sensaciones que experimento al estar cerca
de ti… -otro paso largo y estuve frente a ella de nuevo- pueden definir con claridad
lo que es realmente estar enamorado.
-Lo prometo.
183
La lluvia aún seguía, las calles estaban llenas de charcos de agua por
doquier, Suzanne se quitó los tacones y caminaba descalza, estábamos
caminando por las vías de transito ya desiertas, era tarde. La tomé de la cintura y
la volví a besar.
-No es necesario que me los pidas porque son tuyos y los puedes tomar
cuando quieras, de ahora en adelante todo lo que soy y todo lo que observes en
mí, es tuyo. –Respondí. Esa respuesta fue morbosa con toda intención.
-Fui tan tonta al no aceptar todo esto que siento por ti, lo estaba evitando
por una mala experiencia en mi pasado pero es inevitable enamorarse de ti. –Reí
y me miraba con ternura, tanta felicidad en mi vida es extraña pero es felicidad al
fin.
-Quédate conmigo hoy –dije, quería dormir a su lado, me miró y levantó las
cejas en señal de sorpresa, ¿piensa que quiero solamente follarla?, oh no, no
pienso sobre eso al menos no aún, sólo quiero dormir abrazado junto a ella, como
las noches anteriores.
-No puedo, tengo que regresar a casa, mi madre no creo que esté muy
contenta por estar tan tarde en la calle. –Dijo caminando hacia la parada de taxis,
aun llovía y estábamos empapados.
****
El taxi nos cobró dinero extra por estar mojados. Llegamos a la casa de
Suzanne y le dije al señor del taxi que me diera unos minutos para despedirme y
luego me llevaría a mi casa.
184
-Es mi madre, tengo que entrar –movió todo su cabello a un lado de su
hombro derecho. Me limité a mirarla, su belleza era impresionante. Pasé mi mano
por sus mejillas y sonrió de la misma manera que yo lo hice.
-No creo que el amor pueda hacer tal cosa como destruir a una persona,
podrá hacer daño el desamor pero no como para morirte –respondí.
185
-Quizá puedas ser herido pero no creo que tanto como para destruirte por
completo. ¿A usted lo destruyó? –pregunté curiosamente.
-Sí. Tenía una esposa que era adicta a las drogas, -comenzó a contar- la
llevé a un centro de rehabilitación, pero todos los esfuerzos fueron en vano. Se
drogaba con esa cosa en la casa frente a nuestro hijo de ocho años. Un día luego
de llegar del trabajo encontré a mi hijo en un rincón llorando, me acerqué hasta él
preguntándole lo que le pasaba pero sólo lloraba, grité llamando a mi esposa pero
no la escuchaba, miré a mi hijo y estaba señalando hacia el sótano, la puerta
estaba abierta. Cuando bajé hasta el sótano caí de rodillas llorando. Mi esposa
yacía guindada en una cuerda amarrada en su cuello. Se ahorcó. Dejó una carta
sobre la cama diciendo que no podía más, que no quería ser una carga para mí... -
Tomó una pausa llorando-, también dijo que cuidara de nuestro hijo, que nos
amaba a ambos, sólo eso.
>Tuve que llevar a mi hijo a psicólogos, los mejores de la ciudad para que
se le borrara la imagen de su mamá muerta pero, esas son cosas que son
imposibles de quitar de la mente. Un día yo estaba mirando la televisión y escuché
una sonido fuerte en la parte de afuera, cuando salí encontré a mi hijo en el suelo,
con sangre a su alrededor. Se había lanzado desde el segundo piso de la casa.
No dejó carta pero puedo imaginar que no resistió al igual que su
madre –lloró-. El amor puede destruirte muchacho. –Aseguró.
-Lo siento mucho señor –dije serio, no sabía que más decir, debe ser difícil
lidiar con todo eso.
-El amor es bueno, no estoy diciendo que no lo sea, pero te estoy diciendo
que así como es bueno también puede ser malo.
186
otra perspectiva se dará cuenta que lo que hizo su esposa cuenta como sacrificio,
eso sólo lo hace el amor, el amor de verdad. Buenas noches –dije cerrando la
puerta.
El señor bajó del auto y llegó hasta mi lugar, se quitó la gorra, su cabello
era blanco, ojos claros y rojos de tanto llorar. Me abrazó y me mantuve inmóvil,
lloraba en mi hombro, di palmadas en su espalda y luego se alejó de mí.
-Pasé mucho tiempo buscando una respuesta, algo que me hiciera pensar
el porqué ellos me dejaron, ahora ya sé la respuesta, es sacrificio, gracias –dijo
con lágrimas en los ojos-, gracias por ayudarme a entender eso. Eres un buen
muchacho, espero que a ti te vaya muy bien en el amor. –Agregó dando una
media sonrisa. Asentí hacia él y extendí mi mano despidiéndome.
-Te escribo para decirte que hoy ha sido el mejor día de mi vida, estoy en
mi cuarto y mi madre me ha preguntado porqué sonrío como tonta, y le respondí
que estoy enamorada y me ha dicho que deje de soñar y dije que esto no es un
sueño, es real. Estoy enamorada de ti Max. –Leí el mensaje unas veinte veces
antes de contestar, sonreí como idiota.
187
CAPÍTULO 16
Veinte regalos
L
evantarme no fue un problema, estaba de buen humor y sonriente,
miré la hora en mi celular, las 7:00 am, tenía dos mensajes de texto,
uno era Will:
Dios, ese hombre se suicidó por mi culpa, yo… he… sólo... ¡mierda! dije
para mí, coloqué las manos sobre mi cabeza agarrando mi cabello consternado
ante la noticia. Apagué la televisión pensando sobre eso, me dirigí hasta la cocina
y tomé un vaso con agua tratando de digerir todo eso, corrí hasta mi cuarto y
marqué en mi celular el número de Will y llamé, al segundo zumbido escuché su
voz al otro lado de la línea. -¿Cómo está el señor enamorado? –preguntó.
188
-Espera, ¿a quién mataste? –preguntó preocupado.
-Si Will, fui yo –mis manos sudaban y estaba casi temblando. Si había sido
yo, tal vez no tomé su arma y halé el gatillo haciendo que la bala saliera directo a
su cuerpo, pero si dije que cosas que hicieron que él tomara esa decisión, asi que
de algún modo es mi culpa.
-Yo no le disparé –al cuerpo, pero si maté su alma con mis palabras-. Ayer
cuando venía a casa él me trajo y me contó una historia de su familia que se había
suicidado, se encontraba triste y le dije que de eso se trata el amor verdadero, del
sacrificio y pues, yo hice que él lo hiciera de algún modo.
Pensé entonces que por el modo como Will decía eso quizá pasó por algo
similar, lo mas probable, él dice muchas cosas a las personas. Estoy seguro que
nunca podré ayudar a alguien en problemas, ni tan siquiera consolarlo, al final
termino acabando con sus vidas.
189
sus palabras hubiesen sido: “Tienes que morir”. Toma un lápiz, una hoja y escribe:
"Tú hiciste un acto de amor por mí, se llama sacrificio. Ahora lo hago yo, gracias.
Me fui de este mundo para reunirme con mi familia ". Llora hasta el cansansio,
busca debajo de su asiento aquella pistola que lo va a liberar del dolor. Aprieta el
volante con fuerza haciendo arrugar la hoja. Tal vez observó a los lados buscando
algo para ser salvado, una persona quizá. Y se consiguió con que estaba solo,
creyendo que su vida no tenía ninguna dirección exacta. Su familia se había ido,
no tenía a nadie más, sólo a sí mismo. Eso lo llevó al colapso y se disparó.
-Gracias. –Colgué.
Leí y reí contestando: “Puedes usar la ropa más cómoda, es sólo mi padre
y ya, no es necesario tanto para él, en todo caso, lo que te coloques te hará ver
hermosa”.
*****
190
Salí de casa media hora después, llegué a la casa de Suzanne y tomamos
un taxi para ir a la mansión Chambord, Suzanne finalmente usó jean y camisa
blanca, cabello ondulado y un maquillaje que hacía resaltar sus ojos, besé su
mejilla sorprendiéndola, nos encontrábamos en los asientos traseros, me miró y
sonrío nerviosa. -¿Crees que le parezca agradable? –preguntó.
-No –dije serio. Me miró seria y su rostro cayó con decepción. Reí y la
abracé-. Sólo bromeaba. Nunca le he presentado a alguien, no sé cómo
reaccionará pero si lo hace de mala manera le partiré la cara. –Rió de forma
tímida.
-Disculpen, pero hasta aquí podemos llegar, no creo que podamos pasar el
portón de la mansión –dijo el hombre mirándonos por el retrovisor, ya estábamos
frente a la entrada, un portón de rejas en forma de espiral impedía el paso, una
cámara a un lado se movía en dirección al carro y un parlante en la pared grande
nos pidió la identificación.
Vacilé por un momento en hablar pero lo dije. –Max Brown –repliqué serio.
191
desde el otro lado del portón. -Hasta aquí está permitido el paso del carro –dijo
con voz gruesa el agente.
-Está bien –dije. Pagué el taxi y se fue hasta la salida. Mirando a los
agentes dije-. Abre el portón para pasar.
-¿Tienen la carta con la cita para poder verlo? –preguntó el agente, ¿había
que hacer una cita?
–Lo llamaré –dije sacando mi celular-. Creo que mi padre no estará muy
contento por lo que están haciendo.
-Si –contesté.
He follado con ella, recuerdo incluso que quiso que la penetrara sin
preservativo, porque supuestamente ella se cuidaría. Cosa que no hice, no dejaría
que una mujer con la avaricia de lograr tener un nieto del hombre más millonario
de Francia tuviera una vida de Reina. Asi que follamos con preservativos.
192
Pasamos aún tomados de la mano. Ella me observó desde todos los
angulos, luego a ella con un poco de rabia en su mirada, seguido de nuestras
manos entrelazadas.
-Muy buenos días, el Sr. Brown los atenderá en seguida. Pueden ponerse
cómodos en la sala –la chica nos guió-. ¿Se les apetece un café, o algún
bocadillo?
–No, gracias –dijo Suzanne quien parecía estar molesta con su presencia.
-Muéstrame –dije.
-Esta canción se llama Lost Without You – Ernesto Cortazar –dijo. Nunca la
había escuchado. Colocó sus dedos sobre las teclas del piano y comenzó a tocar,
los sonidos se hacían notables con cada tecla, sus movimientos en los dedos eran
193
impresionantes, pasando de una tecla a otra mientras tocaba, era una canción
lenta pero tocaba hermoso. Son esta clase de cosas que me hacían dar cuenta
que había escogido a la mujer adecuada para enamorarme, su pasión por el baile,
aquella concentración mientras toca esa melodía. Toca como los angeles, se que
jamás he escuchado alguno pero imagino lo hermoso que deben ser, asi era
Suzanne, como mi angel.
Hoy estoy mucho más enamorado de lo que estuve ayer, conocerla día a
día hace que todos mis sentimientos hacia ella sigan creciendo. Miré su rostro
sereno, era la mujer más bella que he conocido jamás, y era mía. La amaba, ella
me amaba, no podía pedirle nada más a la vida de miseria que llevaba porque a
cambio me ha entregado el mayor regalo que es: Conocerla.
-Grandioso, lo que quiere decir que soy tu suegro –dijo mi padre riendo-,
soy Jacob Brown.
194
Luego mi padre nos dirigió hasta la biblioteca, quizá buscaría algo ahí, en
ella tenía una pared llena de libros, clasificadas por orden; desde las novelas
clásicas y modernas, hasta libros de historia antigua, ¿también lee?, estaba tan
impresionado como cualquier persona que está conociendo a alguien por primera
vez. Suzanne tomó un libro y mi padre se acercó hasta ella.
-Es una de mis novelas favoritas, tras una guerra en Grecia, un niño es
separado de su padre, el niño crece en la pobreza con el gran sueño de encontrar
a su papá.
-Pero la reflexión que deja al final del escrito es bastante cierta –dijo mi
padre.
-Me gusta que te agrade –comenté sonriendo y ella me miró asintiendo con
una sonrisa.
Una señora de cabello blanco, con traje blanco y negro llegó y nos miró
sonriendo. -Muchachos ella es la Sra. Samantha, mi chef profesional. –Dijo mi
padre presentándola, asintió hacia nosotros.
-Igual –respondí.
195
-Bueno, voy a preparar el desayuno. –Comentó yéndose.
-¿No es una exageración? –pregunté al ver todo tan grande, tan amplio
para una sola persona.
Se econgió de hombros
Mi atención fue puesta en la puerta al lado del baño, estaba un poco abierta
y había regalos envueltos, la Sra. Samantha la cerró de golpe y me asusté un
poco, sonrío, asentí y entré al baño cerrando la puerta.
196
Salí del baño y cerré la puerta, miré la puerta donde había visto los regalos
y la intriga invadía mi ser, observé a todos lados y no había nadie, la Sra.
Samantha se había ido, giré la manilla y supe que no tenía llave, asi que entré.
Cumpleaños número 9.
Sólo eso decía, tomé en mis manos otra caja la cual era un poco más
grande: Cumpleaños número 15.
-Lo siento, no fue mi intensión... yo... –Intenté decir algo pero estaba
apenado. Ella tomó un regalo en su mano, tenía forma de libro envuelto o algo
parecido.
Leí en voz alta: Cumpleaños número 20, para Max Brown. Con amor, tu
padre.
En ese momento lo supe, todos los regalos eran para mí, eran veinte en
total, no podía creer lo que estaba viendo, él no se había olvidado de mis
cumpleaños, me compró regalos todos los años, pero no entiendo por qué no me
los entregó.
197
que nunca te obsequiará, el Sr. Brown tiene esa cruz a cuesta y se condena a
diario sobre eso. –Contestó.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, en cada hoja había una foto con una
dedicatoria. Pasé a la última foto de mi cumpleaños y decía:
“Feliz 20 cumpleaños Max, hoy como todos los años quise entregarte un
regalo, lo he tomado de mi biblioteca, es uno de mis libros favoritos, quizá no sea
bueno para ti pero me gustaría que lo leyeras y algún día pudiéramos debatir
sobre él, sería grandioso ¿no te parece?, bueno sólo te quería decir eso, y algo
más... te quiero hijo.
Mis lágrimas cayeron como lluvia y la Sra. Samantha colocó una mano
sobre mi hombro acariciándome. La miré y le dije: -No quiero que mi padre se
entere que he entrado aquí y mucho menos que he llorado, por favor –rogué.
198
De regreso en el comedor mi padre y Suzanne reían a carcajadas, parecían
entretenidos los dos. Me miraron. -Creí que te había secuestrado el baño. –Dijo mi
padre riendo. Suzanne también sonrió y yo también lo hice para disimular.
-Oh no, dime Jacob, cuando las personas dicen Sr. Brown me hacen ver
más viejo y no quiero eso. –Dijo mi padre riendo.
Dios mio. Mi padre se ve tan feliz, como si nada estuviera pasando. Aunque
no era una risa finjida entendía que dentro de él había un corazón lleno de dolor, y
yo que lo creí una persona vacía, sin una pizca de amor dentro.
La Sra. Samantha llegó con nuestro desayuno; pan, tocino, huevo y café.
Todos comenzamos a comer. Mi padre tomó el periódico que le había traído otra
chica, leyó en voz alta –Hombre taxista se suicida y deja una nota escrita... –leyó
todo el artículo de la prensa.
-Eso es algo extraño –dijo Suzanne-. ¿Qué dices tú sobre eso? –dirigió su
pregunta hacia mi dirección.
-Yo... eh... –No supe que decir, ahora me sentía doblemente mal, me
levanté de la silla y salí por la puerta de entrada. Caminé por el césped con
cuidado, un camino me dirigía a una pequeña cabaña; tenía un techo y todo
estaba rodeado de enredaderas y flores, a un lado estaba un lago pequeño. Me
199
senté en uno de los bancos mirando el agua, reflexioné sobre todo lo que pasó
anoche con el taxista y ahora con los veinte regalos de mi padre.
Pronto sentí que alguien se sentó a mi lado, observé que era Suzanne y mi
mirada se fijó de nuevo en el agua. Esperaba que me dijera o preguntara algo,
pero sólo se quedó ahí conmigo, la miré y ella miraba hacia el frente.
-Sí lo es y más si estamos los dos aquí, juntos. Pequeñas cosas se tornan
grandes cuando lo hacemos juntos. –Dijo mirándome con una gran sonrisa. Su
hermosa sonrisa y ojos tiernos casi me hacían babear.
200
Caminamos por el césped, mi padre tenía una gran casa, paseamos los
alrededores de ella; un campo de golf cubría toda el lugar. Nos sentamos justo en
una pequeña colina, desde el punto donde estábamos se podía ver un hermoso
paisaje, la mansión estaba justo atrás de nosotros, nuestra vista era puesta a las
montañas que se veían a lo lejos, un lugar muy cálido y tranquilo. El sol estaba en
su punto máximo, estábamos bajo un árbol que nos daba la sombra suficiente
para evitar los rayos solares. El cielo azul, las aves revoloteaban en él, el sonido
de los pájaros y la tranquilidad de la naturaleza me calmó un poco los
pensamientos sobre mi padre y la culpabilidad por el taxista.
-¿Qué cosa?
-Lo de tu padre, debe sentirse espantoso estar toda la vida creyendo que
nunca se acordó de ti y luego vez que no ha sido así. –Dijo.
201
Cruzó los brazos sobre su pecho y puso los ojos en blanco, reí a
carcajadas. -¿Te gusta hacer eso conmigo? ¿Te gusta verme enojar? –preguntó
seria.
-No estoy enojada. –Dijo mientras me miraba furiosa. Di un paso hacia ella
y dio un paso hacia atrás, fruncí los ojos y me miró desafiante, trató de contener
su risa, me impulsé hacia adelante para llegar hasta su lugar y corrió para que no
la alcanzara, solté una carcajada persiguiéndola. Corrió hacia un árbol poniendo
una barrera entre nosotros, me movía a la derecha y ella lo hacía en dirección
contraria para no ser atrapada, reíamos a carcajadas, algo la distrajo, al parecer el
sonido de un ave, fue mi oportunidad para atraparla, trató de correr cuando ya me
tenía cerca pero la tomé de la cintura apretada contra mí, nuestras miradas se
cruzaron, ahora que la tenía cerca de mí, sabía que cualquier cosa que estuviera
pasando afuera en el mundo no era tan grande como las sensaciones que
Suzanne me hacía sentir dentro.
-¿Sabes hasta qué punto llega mi amor ti? –pregunté mirándola a los ojos.
202
-No lo sé –respondió.
-Observa hacia allá –dije señalando hacia los lejos de las montañas-. Mi
amor llega hasta lo último que ves.
-No dije que era hasta las montañas, dije que llega hasta lo último que
ves... si llegas hasta aquellas montañas te darás cuenta que hay algo mas allá, y
más allá hay más allá, no tiene un final, así es mi amor.
-Los he estado buscando por todos lados –dijo parado cerca de nosotros,
Suzanne lo miró apenada mientras yo fruncí el ceño en su dirección-. Oh, perdón,
no fue mi intención interrumpir.
-No hay problema –dije dándole una sonrisa fingida. Maldición, que
inoportuno es mi padre-. Creo que tenemos que irnos. –Añadí.
*****
203
Todo su escuadrón estaba con nosotros, dos camionetas negras nos
seguían desde atrás. Nos acomodamos en los asientos; mi padre en el copiloto y
nosotros dos en la parte trasera mientras un guardaespaldas manejaba, era el
mismo de la última vez.
¡Oh Dios!
Estaba muerta.
204
CAPÍTULO 17
J
usto antes de que se fuera mi padre encontré a mi abuela, la
encontré sola en suelo, quería saber dónde estaba mi madre y Owen
pero la preocupación por saber cómo estaba mi abuela no me dejaba
pensar ni razonar bien, la llevamos al hospital lo más rápido que pudimos. Ahora
nos encontramos frente a su habitación asignada en el hospital, caminaba de lado
a lado en la espera, la desesperación hacía paso en mí, arrasando todo a su paso.
Suzanne estaba esperando sentada al igual que mi padre, yo en cambio estaba de
pie pero en movimiento constante desesperado, Calvin permanecía inmóvil en un
rincón, sólo giraba la cabeza para observar cualquier amenaza.
-La Sra. Isabella se encuentra estable ahora –dijo, la tensión se había ido
de mí con un rayo y di un suspiro de tranquilidad-. Sólo ha sido un desmayo, eso
es por la debilidad en su cuerpo que se hace cada vez más frecuente, debemos
mantenerla internada, el cáncer está avanzado y no podemos mantenerla fuera de
los aparatos del hospital. –Añadió el doctor. ¿Cuál cáncer?, oh no, mi abuela tiene
cáncer. La noticia fue como un bomba que caía sobre mí, en un momento creí que
estaba todo bien y al siguiente descubro que todo está peor, mucho peor. Miré a
Suzanne y estaba seria como Calvin, luego mi padre evitaba mi mirada, me veía
un momento y luego giraba su cabeza en otra dirección. Se le notaba el
nerviosismo.
205
cáncer, lo que quiere decir que mi madre también estaba al tanto y no me dijeron
nada.
Caminé entre ellos y vi un banco vacío justo abajo de un árbol grande que
daba sombra a casi todo el lugar. Sentado en el banco miraba fijamente a una
ardilla que se colaba de rama en rama. Mi yo interno no aceptaba lo que estaba
sucediendo, una avalancha sentimientos eran arrastrados hacia un hoyo profundo
y sin salida, entonces miré a lo lejos un anciano sin cabello en silla de ruedas
quien reía a carcajadas junto a una enfermera, pensé que quizá él también estaba
sufriendo de cáncer, como mi abuela, lo que significa que él iba a morir, al igual
que mi abuela Isabella. Las lágrimas casi impedían mi visión, cerré los ojos con
fuerza y muchas lágrimas empezaron a salir, no podía ser cierto eso ¿Desde
cuándo? ¿Por cuánto tiempo lo mantuvieron en secreto? Estaba furioso y
emocionalmente triste.
-Lo siento mucho –dijo una voz de mujer desde mi espalda, era Suzanne-.
¿Puedo sentarme a tu lado o prefieres estar solo? –preguntó. Me encongí de
hombros como si no me importara, quería estar solo y pensar, pero su compañía
me hacía bien. Se sentó a mi lado y no dijo nada durante un momento, así que
decidí hablar yo.
206
mueren. –Añadí. Mis lágrimas bajaban con fluidez-. Yo no quiero que se vaya, no
quiero que me deje ¿Por qué la vida es tan injusta? Las personas que queremos
deberían permanecer con nosotros toda la vida. Aunque es natural que las
personas mueran sería conveniente que en lugar de que se vayan de este mundo
uno a uno... deberíamos morir todos a la vez, así evitaríamos el dolor del otro.
*****
Miré un cuadro pequeño cerca del televisor, hacía tiempo que no lo veía,
era una foto de mi abuela y yo abrazados riendo, fue la pasada navidad, donde
hicimos una gran cena en su casa, todos nos divertimos, aunque siempre somos
cuatro; Owen, mi madre, mi abuela y yo. Pero fue un inolvidable momento, pensé
mucho sobre el tiempo que pasábamos horas hablando sobre cualquier cosa,
historias que ella contaba, algunas eran inventadas. Fue entonces cuando supe
que quizá no volvería a pasar otra navidad junto a mi abuela y que ya no
compartiríamos como lo solíamos hacer. Mis parpados cayeron y mi cuerpo se
acoplaba a la cama para estar cómodo.
207
Sentí la cama moverse lentamente, luego un brazo pasó por la abertura de
mi cintura y me abrazó apretándome por la espalda, abrí los ojos lentamente y vi a
Suzanne, me acomodé sobre su brazo.
208
CAPÍTULO 18
L
a noche que dormí junto a Suzanne desperté y no estaba allí. Era
medio día, recuerdo que la busqué por todo los lugares de la casa y
no la encontré, mi celular estaba en la mesa de noche y decidí
marcarle, sin embargo, vi que tenía un mensaje de ella: He tenido que salir
temprano para ir a casa y cambiarme, hoy el Sr. Brown firmará el permiso en la
academia. He arreglado algunas cosas en tu cuarto; tu ropa en el suelo y he
limpiado un poco. En la cocina te he dejado el desayuno preparado. Cuídate. Te
amo. –Cuando leí ese mensaje miré hacia mi cuarto y estaba todo arreglado.
Desayuné o almorcé lo que Suzanne había preparado y luego volví a dormir.
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recapacité sobre ello llegando a la conclusión de que yo hubiese hecho lo mismo.
El dolor fue un poco atrasado pero al final llegó de igual forma. Puedes evitar el
dolor pero no puedes escapar de él.
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despejarme un poco de los problemas (que técnicamente no funcionan en
absoluto).
Todo el teatro estaba lleno de gente, el ruido de las personas hablando era
fuerte.
“Detrás de la tarima”. –Leí y fui hasta allá dejando a Marry y Jossep. Subí
las escaleras y llegué a donde estaba Suzanne. Tenía el cabello amarrado en una
cola de caballo y maquillada de un color gris extravagante con escarcha dorada,
vestía un traje negro con dorado ajustado al cuerpo, resaltando su figura sexy. Ella
estaba pálida. Me miró. La abracé y estaba helada. Me alejé un poco tomando sus
hombros.
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Miraba al suelo y respondió: -Me voy a equivocar o me quedaré congelada
en el escenario y la gente se burlara de mí y... –la abracé de nuevo.
-Bien hasta luego –dijo llevándose a Suzanne hacia un cuarto. Giré para ir
de nuevo a mi lugar y tropecé de frente con una chica, estaba con traje de
bailarina, era la misma rubia por la que Suzanne estaba celosa cuando le pedí que
saliera conmigo.
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-Pero a mí si me interesa –dije quitando su mano de mí-, ella es mi novia y
no quiero que se moleste o terminemos mal por culpa de un tercero. Así que lo
mejor es que no te acerques a mí sin que ella esté presente. –Finalicé y la ignoré
por completo yéndome por el pasillo.
Cualquiera diría que estuve exagerando pero todas mordieron sus labios al
verme.
-Era de esperar que todo no iba a ser tan perfecto –comentó desilucionada.
Medio sonreí.
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Caminé hacia los puestos del público y escuché gritar: “¡todo va a estar
bien si no te vemos de nuevo!”. Luego hubo carcajadas divertidas.
Llegó al frente.
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Todos nos levantamos aplaudiendo y muchos gritos y silbidos se
escuchaban; Marry gritaba eufórica y Jossep aplaudía sonriente. Todas las chicas
se colocaron en frente del escenario haciendo reverencia hacia nosotros. Suzanne
me miró y sonreí levantando mis puños con el dedo pulgar arriba en señal de
admiración.
Ellas, con ese baile, abrieron la presentación del Baile de invierno. Seguido
de ellas llegaron otro grupo de bailarinas quienes hacían sus movimientos y saltos
continuos. Otros grupos hicieron lo mismo. Vi muchos grupos haciendo el típico
baile una y otra vez, casi me estaba durmiendo, esto era realmente aburrido, la
emoción la viví en un principio cuando vi a Suzanne bailando, lo demás me
importaba una mierda.
Cuando finalmente todo terminó pasaron todos los grupos a la tarima. Una
señora bastante elegante se paró en frente de todos con un micrófono y un sobre
en su mano.
-Buenas noches –dijo-. Espero que les haya gustado ver a estar hermosas
participantes de distintos países. Es increíble como cada una estas chicas posee
esa gran pasión por el ballet, logrando hacer de este baile algo mágico, lleno de
color, alegría… -y montones de cosas que dijo que al final no escuché. Todos mis
sentidos estuvieron conectados en Suzanne, verla allí me hizo sentir el hombre
mas afortunado del planeta. Independientemente de si ganase o no, para mí
siempre sería la mejor bailarina de todos los tiempos-. En mis manos tengo el país
ganador de este año.
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-¡Rayos! ¡Diga de una vez por todas! –grité. Varios rieron, incluso la señora
que se tomaba su tiempo creando en nosotros una desesperación.
Recuerdo una vez cuando Will dijo que para ser alguien adiccto me lo
tomaba muy a la ligera. Estaba en lo cierto. Creo que si nunca hubiese conocido a
Will viviría una vida común; sexo, sexo y más sexo. Tengo que admitir que
algunas veces las ganas de eyacular son insoportables y difíciles de controlar,
sobretodo cuando estoy en público, en cambio en casa puedo apasiguarla con
masturbación. Los más ridículo de todo es cuando un día te levantas y vez que
tienes tu vida completamente arruinada y no sabes si es mejor volver a dormir o
tratar de arreglar un poco el desastre en el que te has convertido.
Muchas veces creo que es algo mental, eso de que soy adicto, tal vez sea
una mentira, tal vez muchas otras personas desean tener relaciones sexuales
tanto como yo y pueden vivir una vida normal. Si, todo es mental. Pero de ser así
entonces es bastante grave ¿Quién puede ganarle a la mente? ¿Quién puede
controlar sus pensamientos? Somos personas que podemos controlar la mayoría
de las cosas en todo el planeta, tenemos el dominio entre todas las demás
especies, gobernamos la mayor parte de la vida e inexplicablemente estamos
sometidos ante el gran poder que la mente ejerce sobre cada uno de nosotros.
Que ironía.
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-¿Acaso soy el único que quiere ir hasta donde está esa señora, quitarle el
sobre, patearle el trasero y decir de una vez por todas el grupo ganador? –dijo
Jossep ansioso.
-Muy bien. Creo que ahora si sabremos el nombre del país ganador –dijo
abriendo el sobre con toda la paciencia que puede existir en una persona. Cuando
por fin sacó la hoja dentro del sobre tomó una respiración profunda: -¡Felicidades
Francia!
Estaba feliz por el triunfo de Suzanne, sabía que a partir de ahora ella junto
con las demás chicas tenía un futuro más que asegurado. Ellas desde la tarima se
abrazaban y gritaban. Recibieron de mano de unas personas que parecían ser
famosas -en algún lugar que no conocía- un reconocimiento por haber sido las
ganadoras.
Las personas se estaban dispersando, casi todos hacían cola para salir de
la academia.
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Otros eran amigos o familiares de las bailarinas, las abrazaban
emocionados. Suzanne llegó hasta mi lugar y saltó hacia mí colocando los brazos
alrededor de mi cuello, la tomé de la cintura y nos besamos durante varios
minutos, su felicidad era notable y yo estaba igual de feliz por su gran
presentación.
-Sabía que podías hacerlo. Aunque cuando te quedaste inmóvil pensé que
te ibas a desmayar –dije riendo.
-Hice lo que me dijiste –dijo Suzanne mirándome. Sabía entonces que sus
sentimientos hacia mí eran grandes, yo la calmaba, al igual que ella a mi,
definitivamente estamos hecho el uno para el otro en circunstancias diversas.
-Sí. Incluso trajo a Sussie pero se tuvo que ir rápidamente, tiene trabajo hoy
y pues... –Suzanne se encogió de hombros.
-Hey –dijo una chica acercándose a nosotros. Era una de las que estaba
enojada porque otra chica había perdido el equilibrio en aquella habitación-. ¿Te
diste cuenta que no nos volvimos a caer? –comentó.
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Todos la miraron y al ver que sus palabras eran para mí miraron en mi
dirección.
Todo esto sucedía desde antes, pero nunca con Suzanne a mi lado. Le dije
que tenía novia. No es mi culpa que con todo y eso ella venga a buscarme. Es una
chica con agallas.
-Oh, oh. Esta será una gran pelea –susurró Jossep en mi odio. Lo golpeé
con mi codo y aguntó el dolor.
-Yo se muy bien quien soy. La pregunta aquí es ¿Quién eres tú? –soltó
Suzanne.
Mierda.
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-Oh. La conocí en la parte de atrás de la tarima… -creo que esa respuesta
no iba a mejorar las cosas, por la cara de Suzanne la estaba emperando- a decir
verdad ni siquiera la conocí sólo nos vimos.
-Muy bien. Voy a ponerte las cosas muy en claro –dijo a la chica-. Max es
mi novio, es mío ¿comprendes? Y por tu bien será mejor que te alejes de nuevo
por donde viniste porque de no ser así estas uñas… -le mostró sus manos-
estarán llenas de la piel y la sangre de tu rostro.
-¿Asi que te llamas Max? –dijo la chica ignorando lo que Suzanne decía.
Maldición.
Abracé a Suzanne con más fuerza para detenerla de que saltara encima de
ella.
-Nop. Estamos enamorados, la amo con todo mi ser y pues… -besé los
labios de Suzanne y respondió a mi beso de una manera como nunca antes lo
había hecho, colocó las brazos alrededor mi cuello halándome hacia ella con
fuerza. Bajó sus brazos por mi espalda marcando territorio y me apretó el trasero
con ambas manos. Su cuerpo perfecto en mis manos era lo más celestial que
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podía existir, sus curvas en las caderas y hermoso culo me hacían babear. Ella
estaba completamente celosa, y se que con este beso me estaré ahorrando una
gran discusión. Lo tengo bajo control. No puedo permitir que esté enojada en el
mejor día de su vida y menos por mi culpa-. A Suzanne la amo más que
nada –dije al separar nuestros labios.
La cara de la chica estaba de película, con la boca abierta formando una “o”
y los ojos tan amplios como si le fueran a salir.
-Estuvo bien ese beso –dijo Jossep-. Marry tienes que besarme así. Por
Dios, fue genial.
La tomé y la sacudimos.
-No más discusiones –la arrastré hacia mí con fuerza y la besé con pasión-.
Si lo eres susurré en sus labios –la volví a besar.
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-¿Les parece si tomamos algo para celebrar? –sugirió Jossep y Marry
sonrió apoyándolo, Suzanne me miró esperando que yo dijera algo.
-De acuerdo.
*****
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-No –dije al borde del colapso. ¿Cómo se atreve? Le voy a enseñar lo que
realmente soy para se deje de andar pensando tonterías. Me acerqué a su oído-.
Si vuelves a decir algo como eso te voy a follar en el mismo lugar donde estemos
y te arrepentiras por haber dicho tal cosa.
Pude ver a Suzanne mas sonrojada que nunca. Eso me causó un poco de
excitación. Se mantuvo pensativa durante varios segundos.
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persona que nunca ha estado expuesta al sol. La enfermedad había avanzado de
forma impresionante: su corto cabello había desaparecido, a todas las personas
que sufren de cancer les pasa eso, supongo que es por el tratamiento. Mi abuela
vestía una bata azul del hospital.
Me miró emocionada.
Suzanne sonrió.
-Yo también soy muy afortunada –dijo. Y me enamoré aún más con sus
palabras. Nadie me había dicho eso jamás, que ella lo dijera me daba a entender
que yo significaba mucho para ella aunque realmente Suzanne significaba mucho
más para mí, era mi todo, la parte que me completaba, la pieza faltante en mi vida.
La había encontrado.
-Maxi vete, sal un momento, quiero hablar algo muy importante con
Suzanne. –Sugirió abuela.
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Salí de la habitación y todos me miraron confundidos, cada uno tenía cara
de espanto, al parecer mi madre se había quedado, en su rostro tenía ojeras
gigantes, vestía ropa cómoda, un mono y un suéter gris grade, en cambio mi
padre siempre de traje y mi hermano jean y camisa verde, John y Paul se habían
ido al cafetín.
Nunca supe y no quiero saber qué tipo de cáncer tiene. Da igual. El cáncer
en cualquier parte del cuerpo es el mismo para mí; consume y mata lentamente a
las personas. Lo que siempre he querido saber es sobre su mejoría, que me digan
que va estar bien, pero todos estamos a expectativa de lo que pasará mañana o el
día después de mañana. Todo era incierto.
Entré.
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hacia un establo y cada vez que necesitaban una mudanza o cargar algo pesado
usaban al caballo. Se convirtió en un caballo grande y siempre trabajaba para
ellos. Hasta que un día uno de los hijos de los cazadores jugaba cerca del establo
y vio al caballo triste, cansado y sucio, tal vez su buen corazón hizo que abriera la
puerta y el caballo salió corriendo y se fue. –Finalizó.
-Esa historia tiene que tener otro final y una buena reflexión –sugerí-.
Cambiemos el final. Añadimos que el cazador que mató a su madre, estaba cerca
del establo y un hombre malo llegó con una navaja y apuñaló al cazador porque le
tenía rabia o envidia –reí-, entonces el hombre malo abrió la puerta del establo
para liberarlo y el caballo sintió la libertad y se alegró, entonces miró al hombre
desangrándose y permaneció quieto durante un momento y corrió hacia la puerta,
la sorpresa se la llevó el hombre malo cuando el caballo lo golpeó con su cabeza
arrastrándolo hacia el suelo. El grito del hombre alertó a los otros cazadores y
llegaron rápidamente. Vieron lo ocurrido y culparon al caballo pues los dos
hombres habían muerto. Con un disparo mataron al caballo –concluí.
-La reflexión es... –tomé pausa- que la vida es una mierda –reí y mi abuela
también lo hizo.
-Cuando yo no esté contigo o con ustedes. Tienen que continuar con sus
vidas y ser muy felices.
-No digas eso. Tu vas a estar con nosotros siempre –apreté su mano con
fuerza.
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-Si tú te vas dejarás un gran vacío dentro de cada uno de nosotros. ¿Quién
me contará historias divertidas? ¿Quién me regañará por ser un mujeriego?
¿Quién….? –corté mis palabras porque la voz se me cortaba entre el llanto.
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demonios que me atormentan? Todas esas preguntas rondaban en mi cabeza y
sólo encontraré respuestas el día en el que yo también muera, o tal vez nunca
consiga respuesta.
*****
El funeral fue algo rápido, fueron familiares que jamás había visto, mi madre
me los presentó a cada uno, también estaba mi tío John y Paul junto a sus hijos,
Owen, mi padre, amigos cercanos y vecinos, Jossep, Marry, Suzanne y yo. Todos
vestidos de negro; yo tenía una chaqueta de cuero negra y Jossep también, Marry
un camisón con pantalón negro y Suzanne un vestido hasta la rodilla, la mayoría
lloraba. Cada uno se acercaba a la urna donde estaba abuela, no me atreví a
acércame, permanecí a distancia de ella. Me tomé de la mano con Suzanne y miré
de lejos todo lo que ocurría hasta que todo terminó.
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CAPÍTULO 19
Las fotos
Desde el funeral no salido de casa, ni siquiera he ido al trabajo, creo que fui
despedido. Pregúntame si me importa algo tan siquiera. Suzanne algunas veces
viene, son mas las veces que no está que las que está, tal vez no sabe que
decirme o no sabe que palabras de aliento darme. Y no creo que alguna sirva, me
gusta que me de mi espacio para mi depresión diaria.
-Pero lo primero que tienes que hacer es quitar ese olor repugnante que
tienes –dije frunciendo mi nariz. Jossep tomó una de mis camisas en el suelo
envolviéndola como pelota lanzándomela a la cara.
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tarde. –Dijo y se salió del cuarto corriendo, escuché la puerta sonar y luego no oí
nada más.
Se había ido.
-Yo no tengo edad para ir a un bar –escuché decir a alguien. Era una niña.
-¿Sussie? –pregunté.
-Entonces ¿Vamos?
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nada al respecto-, pero ya Jossep se animó y necesito salir de estas cuatro
paredes.
-Había decidido no ir pero ahora que veo a Suzanne no dejaré que vaya sin
mí, no quiero que ningún idiota se le acerque. –Dije. Tomé a Suzanne por el brazo
y la llevé hasta mi cuarto cerrando la puerta tras de mí.
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-Tú y yo tenemos un asunto que arreglar –solté excitado.
-Voy a hacerte mía –tomé su trasero en mis manos-. Estaras en mis brazos
y te entregaras entera ente mí.
-¡Los estamos esperando aquí! –dijo Marry. Y gruñí. Suzanne sonrió y con
mucho enojo fui en búsqueda de mi ropa mientras ella se deleitaba observándome
desnudo caminar por el cuarto colocándome la ropa.
*****
Entramos.
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vaso y Marry sugirió que hiciéramos un brindis; por todo el momento, por estar ahí
y porque la noche durase toda la vida. Jossep y Marry no perdieron el tiempo y se
fueron hasta el centro de la pista de baile, los perdí entre la gente. Miré a Suzanne
y me acerqué hasta ella.
-Esa dama como le dices es mi novia y será mejor que te largues de aquí si
no quieres quedar sin dentadura –dije con ira. El hombre se quedó en silencio y se
fue hacia donde quiera que se haya ido.
-Entiendo por lo que pasas, perder a alguien no ha de ser fácil para nadie.
Yo también actuaría de esa manera si me hubiese sucedido algo similar.
-Sí. –Admití.
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-Ni yo –dije-. ¿Bailamos? –pregunté extendiendo mi mano hacia ella y la
tomó, caminamos hasta el centro de la pista y bailamos música electrónica, nos
movíamos al ritmo de la música y besé sus labios todas las veces que pude
cuando un chico la miraba.
*****
-Sí, sólo estoy mareada –dijo. Era el licor, estaba borracha quizá.
-Déjalas –indicó Jossep-. Hoy es mi día, no van a estar los padres de Marry
en casa y quiero estar con ella, tú sólo tienes que llevarte a Suzanne a tu casa y
así estaremos felices los cuatros. –Lo miré curiosamente y reí.
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-No me quiero ir, sigamos bailando –dijo como niña malcriada. Caminamos
hacia la salida y la llevé hasta el carro del amigo de Jossep, lo llamé con mi celular
y le dije que quería irme a casa.
-Oh no, no, no dejaré que se quede contigo y menos borracha –dijo seria.
-Te amo Max –dijo con los ojos cerrados, mientas se estiraba y se
acomodaba de manera cómoda a la cama, se puso en posición fetal. Sonreí al
verla dormir y me maravillaba su manera de decir que me ama.
Apagué la luz del cuarto y fui a la cocina a tomar una vaso de agua,
sirviéndome agua vi una sombra que se desplazada por el pasillo. Fui a ver que
era y vi a Suzanne cerrar puerta del baño, se escuchó un sonido fuerte como si
estuviera vomitando, me acerqué hasta la puerta di toques leves. -Suzanne,
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¿estás bien? –pregunté y hubo silencio, escuché detenidamente y el sonido del
agua en el lavamanos que era audible.
-Estoy bien. Tranquilo –dijo desde el otro lado de la puerta. Esperé durante
unos minutos hasta que salió, su cabello estaba alborotado y mojado cerca de su
rostro, se había llenado el vestido de vomito. Dio un paso y se fue hacia un lado
sosteniéndose de la pared, la abracé por su cintura dirigiéndola hasta el cuarto.
Parados frente a la cama besó mis labios lentamente y colocó sus manos
alrededor de mi cuello, dejándome llevar por el deseo respondí a su beso
tomándola por la cintura. Sus manos bajaron hasta la superficie de mi camisa,
desabrocho cada uno de los botones, con mi ayuda logró quitármela, pasó sus
manos por mi pecho hasta la parte baja de mi abdomen, dio un suspiro y me
continuó besando, pasé mis manos por su espalda y encontré el cierre del vestido,
lo bajé rápidamente deshaciéndome de el. Mi pene estaba erecto y estaba a un
paso para salir con fuerza debajo de mi pantalón. Sus delineadas curvas me
estaban volviendo loco y desesperado por estar en ella, sólo tenía su ropa interior
de color negro y quería quitarla. -No deberíamos... –Besó mis labios para que no
dijera nada más.
-Hazme tuya, Max, por favor –dijo contra mis labios. Maldita sea, ¿cómo
podía resistirme a ella, a su sensualidad y hermoso cuerpo?
Gimió.
-No. –Dije levantándome y fui hasta el baño, lavé mi rostro con agua
dándome palmadas en mis mejillas, estiré mi cara y movía mi cabeza de lado a
lado pensando en otras cosas para calmar mi excitación. No quería estar con ella
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mientras está borracha, no sería caballeroso de mi parte, cada parte mí la
deseaba pero saqué esos pensamientos carnales de mi mente.
Pasaron unos minutos cuando salí y fui de nuevo al cuarto. Suzanne yacía
en posición fetal como un ángel dormida profundamente. Tomé una sábana y tapé
lo que aun quería seguir viendo: Su cuerpo. Quitándome los zapatos me acosté a
su lado y dormí.
Durante toda la noche me despertaba para ver como estaba, y al ver que
seguía dormida me tranquilizaba y volvía a cerrar los ojos, al cabo de un rato
volvía a mirarla y otra vez cerraba los ojos, así pasé la noche hasta que amaneció.
Le escribí a Jossep dejándole un recado a Marry para que le trajera ropa porque el
vestido estaba sucio.
Preparé desayuno para los dos, llené toda la mesa de comida; pan,
mermelada, huevos, mantequilla, tocino y jugo de naranja.
-Oh no, que cosa he hecho –dijo tapándose la cara con vergüenza.
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No podía seguir mintiéndole y dije que no había pasado nada, al principio
me miró con incredulidad pero luego su rostro fue de alivio.
-No tienes ropa porque te manchaste el vestido con vómito y tuve que
quitártelo. –Dije, me limité a decir eso nada más, guardé en mi memoria lo
demás; sus besos, cuando me quitó la camisa, el lanzarme sobre mi cama y sus
palabras cuando dijo que la hiciera mía.
-Si –respondí sonriente, no le dije que no había estado con Suzanne, pero
si la había pasado muy bien, yo cuidé de ella y descubrí por primera vez que esta
mujer era mía, sólo mía y necesitaba cuidarla mas no sobrepasarme con ella, fue
tierno estar así con ella y no me arrepentía de que no hubiese pasado nada,
porque de alguna manera si pasó y es que dormí a su lado y eso valía más que
todo el sexo que pudiéramos haber tenido.
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Jossep siguió comiendo y las chicas salieron del baño, Suzanne esta vez
tenía pantalón negro y camisa azul, maquillada y lista para irse. –Disculpa por
insultarte de esa manera. –Dijo Marry seria.
*****
-Es bueno verte de nuevo, no te veía antes de la muerte de... –tomó pausa.
-Creo que me graduaré con honores por el autocontrol que he tenido con
Suzanne, ayer volvió a pasar, estuve cerca de ella y contuve todas esas ganas de
sexo desenfrenado –comenté-, no creo que pueda soportarlo más, he tenido
muchas oportunidades para tener sexo con otras mujeres pero no quiero fallarle,
¿si le soy infiel a Suzanne podría justificarlo con mi adicción? O ¿Es necesario
mantenerme firme aunque las ganas me estén desesperando? –pregunté.
-La segunda está mejor, tienes que controlar tus ganas. –Dijo mientras
anotaba todas mis palabras.
-Lo intento, pero tener todas esas mujeres mirándome todo el tiempo como
si me arrancaran la ropa con esos ojos llenos de seducción –tapé mi rostro
negando con la cabeza. Estaba al borde del colapso.
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-No, no, no –inturrumpió-. Conozco el procedimiento. Pero me refiero a…
¿En quién piensas mientras te masturbas?
-En todas las mujeres que me puedo imaginar desnudas o teniendo sexo
conmigo.
-¿Suzanne?
-No te puedo negar que la deseo como nunca antes he deseado a una
mujer. Pero, no es ella lo que pienso cuando me masturbo. Creo que mi corazón
tiene el dominio sobre mi mente durante ese instante porque no la quiere
involucrar en esa vida devastadora que tengo –respondí- ¿Entonces le soy infiel al
menos mentalmente?
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traté de calmarme, sabía que este era otro cambio de humor que creaba mi
adicción.
-No me pasa nada –contesté serio-. Bueno, si pasa algo –dije sentado
frente al escritorio-, es la adicción Will, quiero deshacerme de ella. Quiero estar
bien.
-Todo tiene su proceso. Las cosas no son de una día para otro.
-Es que no puedo más. Es mucho para mí. Todo es un caos cuando estoy
cerca de Suzanne. Son los sentimientos, porque si no fuera por eso desde hace
tiempo la hubiese tenido en mi cama. Pero no, vengo yo a enamorarme como el
propio idiota cuando tengo algo que me impide estar con ella de todas las formas
posibles. Tengo miedo Will ¿Si luego de estar con ella me aburro y comienzo a
buscar otras mujeres? ¿Si no puedo serle fiel? ¿Si por esto del rechazo se busca
otro porque no le cumplo como hombre? ¿Si se cansa de mí y se va? ¿Está mal
esperar para mejorarme corriendo el riesgo de que se busque alguien que la
satisfaga?
-Son muchos pros y contras. Pero de una cosa estoy seguro… ella te ama y
te va a aceptar tal y como eres, tal vez deberías hablar con ella y decirle todo lo
que está pasando.
-Y ¿Qué tal si corre a tus brazos diciendo que te va a apoyar en todo lo que
estás pasando?
-No lo se… ella es… mi todo Will –dije con la cabeza gacha-. Si ella se va
por mi culpa me sentiré el peor de los hombres.
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-Mañana sabrás que si hay soluciones.
Salí del lugar dejando a Will hablando solo, decidí irme antes de la hora,
antes solía hacerlo, era porque no soportaba escucharlo decir más de lo mismo,
pero esta vez era diferente; no quería hablar con nadie. Malditos cambios de
humor, solía pasarme esto muchas veces, pero ahora ni siquiera sabía porque
estaba caminando por el centro, había gente por todos lados, con bolsas de
compras, una señora con un bebe en brazos y otros con bebidas en sus manos,
pase a través de unos señores parados obstaculizando el paso y me fui hasta la
parada, vi a Hellen acercarse de frente y di media vuelta para no toparme con ella.
-Hellen tengo novia y no quiero que te acerques a mí nunca más –dije serio.
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aprovechó y nos capturó mientras yo dormía. Marqué la opción y borré todas las
fotos sin dejar ninguna rondando.
-Sabía que harías eso y fui un poco más inteligente. En mi casa tengo
muchas copias guardadas –dijo sonriendo. Mierda, al parecer Hellen comenzó a
usar su diminuto cerebro.
-¿Qué es lo que quieres? –pregunté con ira, también tenía miedo de que
las fotos llegaran a las manos de Suzanne.
-Quiero que me hagas tuya, quiero que follemos –respondió y casi reí ante
su propuesta.
-¿Te has vuelto loca? –solté-. Yo no voy ni quiero estar contigo jamás.
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perdido, pero esas fotos son viejas y no tenía nada del cual temer. Sin embargo,
fácilmente ella podría decir que fueron hace pocos días, lo más probable es que
Suzanne le crea sobre eso.
-¿Te vas? –pregunté y mi presencia los tomó por sorpresa, había entrado a
la casa sin ser escuchado.
Mi madre casi lloraba; tenía los ojos rojos: -Prepararé café ¿de
acuerdo? –dijo yéndose a la cocina.
-Yo, llamaré apenas llegue –dijo Owen cuando se alejó de mí, con fuerza
presionó la superficie de las maletas y las cerró.
-Me hubiera gustado que este encuentro fuera distinto –me senté sobre la
cama.
Asentí.
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-¿Tienes a alguien en España? –pregunté queriendo saber de su vida
personal.
-Somos dos. Me alegro que a ambos nos esté yendo bien en el amor.
-No le digas a mi madre porque querrá saber todo con detalles y sabes
como se pone… -comentó.
-Prometido.
245
encontraba la mesa del televisor, me acerqué a la cama sentándome en la orilla
acariciándola.
-¿Tu nunca te vas a ir? ¿Verdad que tú no vas a morir abuela? –pregunté.
-Un niño en la escuela dice que todas las abuelas mueren, su abuela murió
y me dijo que la mía también va a morir, ¿eso no es cierto? ¿Verdad? –mi abuela
me abrazó fuerte contra su pecho riendo.
-Yo no voy a morir Maxi, yo voy a estar contigo para siempre –dijo. Al
siguiente día fui a la escuela diciéndole al niño que mi abuela nunca iba a morir.
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CAPÍTULO 20
Rehabilitación
A
l abrir mis ojos miré a los lados para saber dónde estaba, me había
quedado dormido en el cuarto de mi abuela, tenía una sábana
sobre mí, tal vez la había puesto mi madre. Desde la cocina
llegaba el olor de comida, mi madre estaba cocinando, cuando la vi me saludó con
un beso en mi mejilla, se había cambiado de ropa, tenía camisón azul y jean.
-¿Buenos días? –la miré confundido. Busqué en mi celular la hora, 7:00 am.
*****
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Seguí a Will por un pasillo hasta llegar a una puerta de madera con un
aviso, en ella que decía: Asuntos administrativos. Will me pidió que lo esperara
aquí mientras él entraba, tenía que hablar con un señor o algo así, no me explicó
bien.
Caminé por el pasillo inquieto hasta llegar a una puerta entreabierta, asomé
mi cabeza sin hacer ruido y vi a varias personas, sentados en un semicírculo en
torno a una mujer alta blanca de cabello castaño y ojos llamativos. Un señor
blanco, gordo, robusto y calvo se levantó de silla colocándose al lado de donde
estaba la mujer; tomó apuntes de todo lo que el señor decía.
-Mi nombre es Steve Sykes y estoy aquí porque soy alcohólico –dijo el
señor mirando al suelo con vergüenza.
-Es un apellido poco común –dijo y todos rieron. Era graciosa y divertida
esta mujer-, ¿tienes algo que nos puedas compartir?, una adicción o algo.
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-Oh, no, yo no...
-Esta bien... Yo... no, digo… si tengo una adicción –contesté mirándola, no
sabía que era lo que acababa de decir, mis palabras estaban algo
descoordinadas.
-¿Cuál es?
-Es bastante peculiar –sonreí de forma tímida-. Soy adicto al sexo –dije
mirando a todos en la sala. Había más de treinta personas y me observaron
confundidos al decir mi adicción. La mujer se sorprendió del mismo modo. Will me
había dicho que es muy común este tipo de adicción pero todas personas lo
mantienen bajo llave guardada.
-Bien, para los que miraron a Max con confusión les explicaré un poco.
Existe la adicción al sexo, es conocida también como Hipersexualidad, esta se va
generando por el aumento o la frecuencia extrema en la actividad sexual
causando la adicción, es caracterizada por la obsesión al sexo, masturbación
extrema y deseo sexual desenfrenado -explicó la mujer y todos quedaron
asombrados-. Así que ninguna de las chicas se le acerquen porque querrá tener
relaciones sexuales con todas –bromeó y varias personas rieron.
-Yo lo quisiera conocer –dijo de manera sensual una mujer rubia y sexy.
Reí y me guiñó un ojo.
-A veces no me siento tan afortunado porque eso hace que mis esfuerzos
para salir de esto sean en vano –respondí recordando que he sido chantajeado
para tener sexo con Hellen.
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hombres). Pero si te refieres a que le encanta el sexo, pues creo que si –añadió
mirándome con media sonrisa.
Todos rieron.
-Sí –dije-. Pero nunca me ha gustado ese témino, asi que me quedo mejor
con: adicto al sexo o hipersexual.
250
-Basta, basta, es hora de tomar un descanso, en media hora los quiero de
vuelta aquí –dijo finalizando el turno. Todos comenzaron a salir. La mujer
arreglaba algunos papeles en una mesa.
-Oh, sí, hizo nuestra reunión muy entretenida y acalorada –dijo riendo.
-Te dije que esperaras afuera –dijo Will volviéndose hacia mí.
Subimos unas escaleras y llegamos al segundo piso; todo era blanco, las
paredes, las puertas y el techo. Había gritos de todas las puertas. –Aquí es de
suma importancia tener las personas expertas y estudiadas en asuntos adictivos
porque en cada habitación hay personas con adicciones avanzadas donde sufren
de mucha ansiedad –dijo. Yo asentía mientras explicaba todo. Me llamó mucho la
atención esta parte del centro de rehabilitación, pensé en la posibilidad de que yo
251
pudiera estar en un cuarto gritando desesperado por tener sexo y sentí mi
estómago dar vueltas.
-No lo creo, los síntomas que tú presentas son de persona que sólo está
entre lo normal y lo extremo de la adicción como tal, estás en un punto medio y
podemos tratarla con normalidad sin llegar a este punto. Eso también va a
depender de ti –respondión señalando el lugar-. Si eso es lo que te preocupa –
asentí y me dirigió hasta el tercer piso.
Este era más agradable, el pasillo estaba pintado de azul cielo, las puertas
eran de madera. –Aquí se realizan actividades recreativas para que todas las
personas puedan despejar un poco la mente. –Caminé hasta una de las puertas y
giré la manilla abriéndola, una mujer morena y gorda con su uniforme se
encontraba de pie delante de viente personas; hombres y mujeres de diversas
edades.
-Oh no, sólo estoy de paso y estoy observando las instalaciones –respondí.
-Max, estamos hablando sobre las relaciones y que tenemos que hacer las
mujeres y los hombres para conseguir una novia o un novio –dijo-, quiero hacer
una dramatización para mostrarles como se hace y quiero que tú seas mi modelo.
252
Asentí.
Amanda me indicó al oido todo lo que tenía que hacer, luego de captar todo
me coloqué a un lado parado como si estuviera esperando un autobús. Amanda
llegó hasta mi lugar caminando de forma sexy y todos en la sala rieron.
-Ahora quiero ver como lo hace él –dijo Will, lo miré serio-, para que nos
enseñe a los hombres cómo tenemos que hacer.
-Cierto –respondió Amanda-, queremos ver que tal lo hace este sexy
hombre, pero tranquilo porque yo saldría contigo sin importar cómo me lo
propongas –dijo riendo. Todas las chicas rieron.
-Bien, colócate en esa esquina –indiqué y Amanda se fue hasta allá. Miré a
los lados intentado buscar algo que me ayudara y en uno de los estantes vi un
florero, tomando una rosa roja me acerqué con timidez a Amanda.
Arrodillándome frente a ella dije: -Oh hermosa mujer, quisiera tener el honor
de salir contigo.
Extendí mi mano con la rosa y dije: -Acepta esta rosa roja, roja como el
amor que algún día podamos tener, roja como el corazón y la sangre, como la
253
pasión y la dicha de nuestro amor que será verdadero como el presente, si me das
la oportunidad me encargaré de construir un mundo junto a ti, solos tú y yo. –
Guiñé un ojo mirándola fijamente (eso las hacía ceder) y sentí todas las miradas
de la habitación sobre mí. Amanda me miró sonrojada y moviendo su mano en su
cuello haciendo aire como si tuviera calor, tomó mi rosa y asintió. Me levanté, la
abracé y me apretó fuerte, hizo algún gesto haciendo reír a todas las chicas y nos
separamos.
-No hay beso, mis labios están apartados sólo para una mujer –respondí.
Hellen me había besado pero ese beso no contaba.
-Chicas, no nos hagamos ilusiones, Max tiene otra chica –dijo volviéndose
hacia las mujeres de la habitación. Todas se encogieron de hombros
decepcionadas y reí.
*****
254
¿cómo pude ser tan estúpido e idiota al dejarme tomar esas fotos? ¿Por qué me
habré quedado dormido? Estaba tan arrepentido. Se supone que las cosas malas
del pasado deben ser desechadas. Hellen pertenece a mi pasado pero ahora se
quiere colar en mi presente.
-Ese algo te tiene pensativo desde hace rato, quise preguntar pero preferí
que me lo dijeras tú mismo –dijo ¿Tanto me conoce?
-La última vez que follamos, fue en su casa, cuando yo me quedé dormido
en su cama, luego de tener sexo ella aprovechó en tomarnos fotos,
salimos los dos desnudos sobre la cama y las imágenes son muy
comprometedoras. –Comenté- Ahora ella me está chantajeando diciendo que le
mostrará las fotos a Suzanne. –Añadí serio.
*****
255
Llegamos al edificio, bajamos del taxi, Will pagó y nos quedamos en la
parte baja, personas que iban entrando lo saludaban. -¿Y cuál es tu decisión?
-preguntó.
-Tengo una mejor opción, habla con Suzanne sobre el tema y le explicas lo
que realmente pasó, es la mejor forma de hacer las cosas. Ella lo va a
entender –dijo.
-Dime –respondí.
256
Mis hombros cayeron y di un suspiro cansado por el día de hoy. Caminé
cinco minutos hasta llegar a la plaza, lo cual esperé alrededor de seis minutos más
hasta que llegó. Como siempre custodiado por dos camionetas más estacionó
cerca de la plaza, algunos que estaban cerca de mí se quedaron mirando. Llegué
hasta ellos y el guardaespaldas Calvin abrió la puerta trasera haciéndome pasar.
Un golpe leve sonó al sentarme, Calvin había cerrado la puerta. Mi padre también
se encontraba en la parte de atrás.
257
-¿Te has vuelto loco? –Pregunté-, yo no voy a ir a ningún lugar. No
entiendo porqué te preocupa tanto eso, ¿necesitas más dinero? ¿Una empresa
más, una empresa menos? No creo que afecte tu gran capital –dije serio.
-Claro que sí, deja de ser tan ambicioso. Además tengo trabajo y no puedo
faltar. –Mentí, al fin y al cabo no sabía si aun tenía mi trabajo.
-Es por una semana y en tú trabajo puedo hacer una donación bastante
irresistible y te dará el permiso...
-Hay cosas que ni con todo el dinero del mundo se pueden resolver –dijo
triste mirándome, ¿se refiera a nuestra relación padre-hijo?
*****
-De igual forma quiero que lo pienses y me avises antes de esta semana
por favor –dijo al bajarme del auto frente a mi casa. Lo miré serio y cerré la puerta
de golpe. Vi marcharse todos los autos y luego observé a todas las personas
murmurando sobre lo que acaba de pasar, me miraban y charlaban entre sí.
Malditos chismosos. Jossep quien estaba charlando con unos de sus compañeros
de boxeo en una esquina corrió hasta mi lugar, al estar frente a mí preguntó que
ocurría, pues le sorprendió mucho ver a mi padre aquí.
258
Definitivamente se le ha zafado un tornillo –agregué exasperado, intenté calmarme
tomando un vaso de agua.
Jossep sentado frente a la mesa de la cocina dijo: -Tienes que verle el lado
positivo –dijo riendo-. Tendrás la oportunidad de conocer Londres. –Añadió
colocando las manos detrás de su cuello.
-¿De verdad te vas a casar con Marry? –Pregunté sorprendido-, creí que
sólo era emoción del momento.
-No hombre, yo soy muy serio en esas cosas, estoy enamorado y quiero
hacerla mi esposa por el resto de mi vida –respondió-. Yo te avisaré el día que
vamos a comprarlo.
-También hay algo que quiero comentarte, es algo que me está dando
dolores de cabeza.
-¿Qué?
-Hellen –dije.
-Sí, quiere que me acueste con ella de nuevo, me está chantajeando con
hablar con Suzanne sobre eso, conoce de ella y tiene fotos de nosotros desnudos
en la cama.
259
-Eres un grandísimo idiota ¿Cómo dejaste que te capturara mientras
follaban? ¿Querías hacer una porno? –preguntó serio.
-Ahora si tendrás serios problemas con Suzanne y créeme que cuando digo
serio, eso suena realmente terrible –dijo y asentí decepcionado.
*****
-Esa es una idea genial y mutua porque también quiero besarte. –Reí.
-Esto es algo serio –rió-, deja tus payasadas, fui al doctor hoy y me dijo que
estoy enferma. –Se quedó en silencio.
-El Doctor dijo que tenía síntomas de lo que sería una enfermedad grave
llamada: extraño al hombre que está hablando al otro lado de la línea. Pero dice
que la única forma de curarme es verle y besarlo unas cien mil veces –dijo riendo.
-Te voy a matar Suzanne, casi muero de un infarto. Estoy temblando, pensé
que te pasaba algo realmente grave –dije molesto.
260
-Esto es grave –dijo riendo-. No estoy bromeando cuando digo que te
extraño a ti y a tus besos que son mi medicina.
-Debería estar enojado por hacerme pasar el gran susto de mi vida pero no
puedo porque el amor que siento por ti supera cualquier cosa –dije.
-¿Entonces tengo que esperar dos días para verte? ¿Y si muero? –dijo
riendo.
Toda la noche pensé detenidamente sobre qué haré cuando Suzanne sepa
la verdad sobre mí, sobre mi pasado y lo que soy en realidad. Sentí temor de eso,
no sabría si podía ser capaz de decirle todo, tal vez nunca la merecí, no debió
haber conocido a alguien que sólo le interesa el sexo y acostarse con todas las
mujeres a su paso. Amaba a Suzanne como a nadie he amado jamás pero ahora
iba a cometer el peor acto de cobardía que podría hacer una persona: serle infiel a
su pareja.
261
CAPÍTULO 21
Un grave error
A
l despertar llamé a Hellen y nos pusimos de acuerdo de en dónde
nos íbamos a encontrar, llegando a la conclusión que yo estaría en
su casa en una hora aproximadamente. Me vestí colándome Jean
y franela negra, metí un preservativo en mi bolsillo, estaba a punto de cometer el
peor error en mi vida.
-Yo... –tomé pausa y pasé la mano por mi cabello desesperado y dolido por
lo que estaba a punto de hacer-. Quiero que sepas algo Suzanne...
262
franela lanzándola en suelo, pasé mis manos por su espalda bajando hasta su
trasero apretándolo en mis manos. Hellen soltó un gemido y bajó por mi pecho y
abdomen hasta la parte de mi pene que se marcaba por debajo de mi pantalón,
acercó su boca hasta él y mordió suavemente mi pene erecto por encima del
pantalón, subió su mirada con una gran sonrisa y de nuevo estaba sobre mi boca
apretándome, tomó mi trasero en sus manos atrayéndome hacia ella con fuerza.
Pasamos hasta su cuarto y nos besamos con pasión frente a su cama, metió su
mano en mi pantalón agarrando mi pene y haciendo un movimiento de arriba hacia
abajo masturbándome.
Con fuerza la lancé sobre la cama y abrió las piernas esperando que
llegara hasta ella. Se mordió el labio interior y pasó su mano por su vagina
haciendo movimientos circulares en su clítoris.
-No voy a tener sexo contigo –dije serio- jamás me volvería a acostar
contigo, me das asco, me repugna la idea follarte y no voy a caer tan bajo de
nuevo. Adiós –dije y miró enojada, subí la cremallera del pantalón, di media vuelta
y fui hasta el pasillo por mi franela colocándomela por encima de mi cabeza.
263
Salí de la casa cerrando la puerta de golpe. Mientras iba caminando
escuché la puerta abrirse.
Ya me iba y me volví hacia ella diciendo: -Ah, las fotos, puedes hacer lo que
quieras con ellas, no me interesan en lo absoluto, imprime unas cuantas para que
tengas el recuerdo de lo que nunca va volver a pasar. –Hellen se enfureció pero
no presté atención de ello y me fui.
Todo había pasado tan rápido, pero pude parar. No quería saber nada de
Hellen, no quería saber tampoco de Suzanne después de lo que hice y estaba a
punto de hacer con Hellen.
*****
264
Toda la mañana fue bastante agitada, los clientes llegaron en gran
magnitud haciéndome trabajar sin descanso, fue bueno de algún modo
mantenerme ocupado, así evitaría estar pensando cosas que yo no debía pensar.
-Es estupendo que no en todo lo que haces seas tan… -dijo Beth.
-Lo entendemos –soltó Ying-. Freddick nos contó sobre lo que te pasó. Lo
siento mucho.
-Descuida. –Y me marché.
-¿Te pasa algo? Desde temprano estás así –dijo Freddick-. Distraído.
265
-Nuestro Max necesita pasar una noche extra con cada una de nosotras
para que despeje su mente –dijo Nathaly tan fuerte que casi todo el restaurante
escuchó. En especial Suzanne quien ahora tenía cara de pocos amigos.
-La última vez estuviste fenomenal y quiero volver a repetirlo –soltó Judi.
Mirar a Suzanne justo ahora no era buena idea. Maldición. Estoy perdido.
-He dejado claro que no soy suyo –dije y miré a Suzanne-. Además, eso
ocurrió hace un par de meses –aclaré.
-Su novia –aclaró con todo el orgullo posible marcando territorio ante las
universitarias.
Todas rieron.
Todas quedaron paralizadas ante algo que para ellas e incluso para mí era
imposible que sucediera. Todas sabían que lo mío era tener encuentros de una
sola noche o varias pero sin más, que yo le pertenecía al sinfín de mujeres que
querían tenerme entre sus piernas y no a una.
266
-Quiero hablar contigo Max, por favor -dijo Suzanne ignorándolas.
-Anda, tómate un tiempo y habla con ella, yo te cubro por hoy –dijo Freddick
y quería matarlo, nunca estaba tan de buenas como para ofrecerse a cubrir mi
trabajo. Lo miré serio-. Yo limpiaré éste desastre.
-Mereces algo mejor que yo –dije mirándola a los ojos-, yo no soy quien tú
crees.
267
-Ya veo lo que se siente –dijo pensativa, quizá recordaba las veces que ella
me decía esas palabras-. Si quieres que lo entienda deberías comenzar a
explicármelo. –Sugirió.
-¡Exacto! –dijo una voz de mujer, Suzanne y yo nos giramos y ahí estaba
Hellen esta vez tenía ropa puesta, jean, tacones rojos y camisa blanca de rayas
negras con el cabello suelto y ondulado, junto a ella estaba un hombre rubio, lo
reconocí al instante, era el mismo hombre con el que había peleado en la Torre
Eiffel, el tenía jean y camisa negra.
-Hellen tiene algo que mostrarte sobre tu novio Max –dijo Derek sonriente y
contuve mis ganas de golpearlo y quitar esa sonrisita idiota de su rostro. El rostro
de Suzanne era ahora de confusión.
-Te dije que te ibas a arrepentir por la humillación que me hiciste pasar ayer
y éste será mi mejor modo de venganza –dijo Hellen mirándome.
268
peor, tapó su boca con su mano libre, me miró serio y a la vez con decepción. Vio
las fotos de Hellen y yo desnudos en la cama.
-Eso es para que veas lo tu novio hace a tus espaldas –dijo Derek
acercándose a Suzanne colocando su mano en el hombro de ella. No pude
contener mi ira y clavé un golpe fuerte en su mandíbula haciéndolo caer al suelo.
-Me gustaron los dos –contestó Hellen con una sonrisa-. Aunque… sin
ánimo de ofender –miró a Derek a su lado-, Max es mucho mejor en la cama.
269
-Ya basta –dije a Suzanne para que dejara de gritar.
-No los quiero ver más a ninguno de los dos –dije a Derek y Hellen-. Creo
que se ha acabado el espectaculo –comenté a las personas que estaban
observando la pelea.
-No creo que haga falta, me has pagado con todos esos golpes –dije
moviendo mis hombros de atrás hacia adelante-, no podré dormir bien esta noche.
-Tus golpes son buenos –dije acariciando mi ojo, sabía que se pondría
morado mañana-, peleas como campeona. –Soltó una risa contenida y reí
también.
Se sentó en uno de los bancos de la plaza y pasó sus manos por su cabello
intentado quitar la explosión que había en él. Me acerqué hasta ella toqué su
cuello con cuidado. –Aléjate, no me toques –dijo seria.
-¿Esas fotos que vi, eran de cuándo? –preguntó ignorando lo que había
dicho.
270
-¿Me crees? Pensé que no me creerías y tuve miedo de perderte, lo
siento –dije mirando al suelo.
-No hay nada que perdonarte, si tu y ella tuvieron algo... eso fue en el
pasado, no nos debemos amargar el presente por esa cosa –dijo frunciendo la
nariz como sintiera asco.
Besé sus labios sintiendo paz de nuevo, por un momento pensé que la
perdería, pero sólo por unos instantes sentí esa sensación tan horrible de perder a
la persona que amo y no quería que pasara de nuevo. No la quería perder jamás
en mi vida.
Fuimos hasta la casa de Marry. Suzanne quería irse sola, lo cual no acepté
y me fui con ella, no quería dejarla sola. Llegando encontramos a Marry regando
las plantas de enfrente con una manguera, al ver a Suzanne con el cuello lleno de
sangre -poca pero había sangre y a cualquiera le asustaría- llegó hasta nosotros
lanzando la manguera.
271
-¿Por qué no la defendiste? –preguntó Marry dirigiéndose hacia mí.
-Oh, ella sabe defenderse muy bien –dije señalando mi ojo golpeado, las
dos rieron y yo también reí. Me acerqué a un espejo grande que estaba en la
pared de la sala y me vi el ojo, estaba rojo. Marry me dio una bolsa con hielo para
bajar la hinchazón.
-Disculpa –dijo.
-No importa, es divertido tener un golpe de la mujer que amo –reí. Pasó su
mano suave por mi ojo y me besó.
*****
272
CAPÍTULO 22
Cuatro boletos
D
esayuné y fui al trabajo, todos se rieron de mí por tener el ojo
morado, el hielo de Marry no había funcionado del todo. Todos me
preguntaron qué me había pasado y mi respuesta fue la misma
para todos. -Ayer tuve una gran pelea con un idiota en la calle.
-Le dieron el día libre hoy, tiene asuntos importantes que hacer. –Susurró-
Al parecer está embarazada.
-¿Apostamos? –sugirió.
*****
273
-Bien, déjame alistarme y estaré allá.
*****
274
no hubo mucho que decir, mi día había transcurrido de una manera normal,
clientes hambrientos en busca de comida y ya, le comenté sobre la apuesta de
Freddick y yo de que Kate estaba embarazada, lo cual no le pareció bueno que
apostáramos sobre eso. Luego le pregunté sobre su día y dijo que había estado
conversando con su madre sobre mí y la miré pensativo; ella me iba a
presentarme con su madre, yo también quiero conocerla, dijo que sería después
del gran viaje que tiene, se va a ir a Suecia a resolver algunos asuntos con una
casa y un terreno cerca de donde vive su familia y se iba durante un mes completo
a partir del otro viernes, es decir, en dos semanas, por supuesto que no dejaría a
Sussie, le propuso a Suzanne ir con ella pero se negó porque tenía ensayos de
baile todos los días y no podía faltar. Ella quería ir, dijo que nunca había conocido
ese país y ahora que tenía la oportunidad otras ocupaciones no la dejaban
marchar, me sentí triste por ella. Recordé la propuesta de mi padre para ir a
Londres.
-No suena tan genial cuando lo que te pide es que vayas a realizar un
trabajo. Quiere que resuelva uno de sus muchos negocios, al parecer este es muy
importante –dije probando otro bocado de pizza.
-No se trata de eso, pienso que es amante al dinero, sólo quiere que ese
negocio no se le salga de las manos para no perder dinero. –Respondí.
275
-Creo que el ojo morado te está haciendo alucinar –dijo riendo-, además, mi
madre jamás me dejaría ir y pasa lo mismo que con el viaje a Suecia... tengo mis
clases de bailes y no puedo faltar. –Añadió.
Llegamos a su casa.
-Está dormida.
La miré fijamente.
-A mi igual.
-Mucho más a mi, creeme. Sin duda alguna eres lo más hermoso en mi
vida.
276
-Unas ochenta veces durante el camino –rió.
-Sin pensar que no has probado lo mejor que tengo –dije contra sus labios.
*****
277
-Voy a ir a Londres –dije y él sonrió- pero... quiero que Suzanne vaya
conmigo. –Se quedó mirándome serio durante un momento y todos los síntomas
decían que no aceptaría. Una sonrisa se dibujó en su rostro.
-Si, pero quiero ir con Jossep y Marry, son mis amigos –dije.
-Llamaré a Calvin para que te lleve –dijo antes de salir y asentí-. Ah, y
gracias por ayudarme.
278
Asentí.
279
CAPÍTULO 23
Estás cambiando…
A
l despertar me fui a casa de Marry. Me coloqué lo primero que
encontré; pantalón negro y franela roja. Cuando llegué vi a Jossep
vestido con jean y franela verde oscura con una gorra de los
Yankees, Marry; falda blanca y camisa roja y Suzanne tan hermosamente perfecta
en un jean ajustado y camisa azul celeste. Saludé a todos y me senté al lado
Suzanne besando sus hermosos labios rojos. Jossep y Marry se sentaron frente a
nosotros; Ella en las piernas de él.
-Bien, quise que nos reuniéramos aquí porque tengo algo muy importante
que decirles –dije mirándolos a todos-, ¿están preparados? –pregunté dándole un
poco de emoción a lo que iba a decir a continuación.
-Déjate de juegos y di lo que tengas que decir de una vez –dijo Jossep
desesperado.
-No lo envidiaras Marry –dije antes de que se fuera, me levanté del asiento
y los miré a todos-, no lo envidiaran ninguno... porque... ¡Nos vamos todos a
Londres!
280
-No, esto es tan cierto como que aun mojas la cama –dije riendo.
-Sí, todo está listo, los cuatro en Londres con todos los gastos
pagos. –Respondí. Marry corrió hacia mí y se lanzó con fuerza hasta mi cuello
gritando de alegría. Jossep y Suzanne rieron ante el comportamiento tan alocado
de Marry.
Me soltó.
Me miró seria y dijo: -Fue la adrenalina, todo está bien ¿sí?, olvidemos este
vergonzoso momento.
-Su madre no la dejará ir, si puede ir será escapada. –Dijo Marry- ¿Por
cuánto tiempo es el viaje?
-Mi madre sale de viaje ese mismo día a Suecia, lo que será imposible que
me escape –dijo Suzanne.
281
-Pero podemos esperar a que tu mamá se vaya de la casa y sales de
volada al aeropuerto. ¿Cuál es la hora de su vuelo? –pregunté.
-Al medio día. Podríamos hacer eso pero tiene que ser con mucho
cuidado –sugirió Suzanne.
-Bien, perfecto, sólo tenemos que saber la hora de nuestro vuelo –comentó
Jossep.
-Oh, dame un momento –dijo y hubo silencio, "que no sea al medio día",
repetí en mi mente esa frase muchas veces-. El vienes al medio día.
Colgué.
Sonrió.
-Listo, todo está planeado para irnos de viaje –dijo Jossep sonriente.
-Esto hay que celebrarlo –Marry buscó una botella de licor y tómanos
algunos tragos, miré con preocupación a Suzanne, no quería que se embriagara
de nuevo, es sexy cuando está de esa manera pero quería cuidarla. Ella miró su
vaso con licor por un momento y luego dirigió su mirada hacia mí sonrojándose.
282
Me acerqué hasta su lugar pasando mi mano por su cuello, noté que se había ido
la marca del rasguño.
Besé la base de sus labios y contra mis labios dijo: -¿Puede haber algo
más perfecto que nuestro amor?
-Si, tus labios junto a los míos –susurré-. Hoy comenzaré a curar tu
enfermedad. –Agregué.
-Los cien mil besos. Comenzaré ahora –besé muchas veces sus labios-,
uno, dos, tres, cuatro...
-Estoy loco pero por ti –reí-. Me hiciste perder la cuenta... tengo que
empezar de nuevo.
Tres horas más tarde de la celebración, me fui a casa con Jossep, Suzanne
se iba a quedar con Marry. Luego de bajar del autobús en el camino a casa
Jossep me preguntó sobre Hellen. Yo ya le había contado todo lo que pasó ese
día, las fotos, mi intento de acostarme con ella, mi golpe hacia Derek, la pelea de
Suzanne y ella, todo. -No ha vuelto a llamar –dije-, espero que más nunca en su
vida vuelva a marcar.
-No, aun todo sigue igual –respondí pensando sobre ello, no había notado
eso, antes no lo soportaba ni siquiera un poco.
-Claro que sí, hasta te enojabas cuando decía que era tu padre, ahora digo:
"tu padre, padre, padre" y no dices nada –dijo confundido-, era divertido hacerte
enojar. –Rió.
283
-Idiota –dije serio-. Es como... no se... como si ya tuviera que dejar ir todo
ese odio por él, no puedes pasar toda la vida odiando a tus padres, siempre hay
que perdonar –respondí y sentí por primera vez en mi vida que ya era hora de
perdonarle por todo, incluso lo que me hizo recapacitar un poco fueron mis regalos
que jamás me fueron entregados.
-Oh.
-No… quiero decir, es bueno que estés cambiando, cuando las personas lo
hacen para bien, es bueno, agradable y no tan preocupante como los que hacen
cambios repentinos comportándose de mala manera. –Explicó.
-Oh, fue bonito lo que dijiste sobre Suzanne pero te pasas de cursi Max,
deberías revisarte eso, no es normal –dijo riendo.
-Soy tu amigo, los amigos se dicen las verdades sin importar que tan
crueles sean –dijo.
*****
284
Tomé la decisión de ir el siguiente día a “Help Me Strong”, me levanté
temprano colocándome franela blanca, pantalón y zapatos negros. Llegar no fue
un problema pues ya me conocía el camino, parándome frente a la entrada dije
para mí mismo: tengo que intentarlo, al menos por esta vez tengo que ser fuerte
para lograr salir de la Hipersexualidad. Nunca he tenido fe en mí y menos cuando
se trata de resolver un problema, en la mayoría de los casos hago caso omiso de
ello y los evitos, pero ahora es distinto, yo Max Brown quiero intentarlo, sea lo que
sea, sin importar los resultados, lo iba a lograr por mí, por mi abuela quien me dijo
que tenía que luchar sin desmayar y por Suzanne; el amor de mi vida y mi mayor
fuente de inspiración, para ser digno de ella y así pueda merecerla en cuerpo y
alma. Esos eran mis motivos principales, si no lo logro pues al menos tuve la gran
dicha de intentarlo.
285
colocan detrás y observan todo a través del espejo. Chelsey se acercó hasta a un
lado de silla con una máquina, era algo muy extraño, como un cajón plateado,
pulsó un botón encendiéndola y como un ventilador empezó a sonar, era bajo pero
audible, indicándome que tomara asiento me senté y me dijo que me quitara la
franela lo cual con confusión hice sin problema, la dejé en el suelo y pasó un cable
sacado de la máquina con un adhesivo lo pegó sobre mi pecho, en el corazón,
otro en el cuello y otro en mi abdomen.
286
para saber tu grado de excitación y hasta qué punto tu presión cardiaca aumenta,
así sabremos qué tan avanzada está tu Hipersexualidad. –Explicó acercándose y
quitando los cables de mi cuerpo.
-Ahora podría tener sexo con cualquier mujer que se me atraviese por el
frente –respondí mirando a Chelsey con deseo, se sonrojó y parpadeé varias
veces para intentar calmar mi calentura, poco a poco la excitación estaba dejando
mi cuerpo y tomé respiración profunda para relajarme un poco. Maldita sea. No
tengo dominio de mi propio cuerpo y no creo salir de esta adicción.
-Yo también ayudo aquí, vengo todos los domingos, Chelsey y yo vamos a
seguir tu caso, ¿crees que te voy a dejar enfrentar esto solo?... aquí entre
nos... –Dijo susurrando en voz baja- Chelsey es muy amargada y necesito cuidarte
de ella.
La siguiente prueba del día de hoy era responder una serie de preguntas
que Chelsey hacía. Tenía que responder con la verdad absoluta, esto parecía a
una especie de juicio; la verdad y nada más que la verdad.
-Comencemos –dijo.
Asentí.
287
La primera pregunta fue realmente directa: ¿Con cuantas mujeres he
estado? Pensé mucho respecto a eso, hace dos años atrás mi cuenta quedó en
treinta mujeres distintas, a partir de ahí decidí no seguir contando, era una perdida
de tiempo hacerlo, así que simplemente empecé a contar las mejores con las
cuales he estado.
Cada palabra que decía, Chelsey las anotaba, ¿cualquier cosa que dijera
sería usado en mi contra?, apoyé mi cabeza sobre la mesa cansado, no podía
288
soportar mas preguntas personales, hablar sobre mi vida me parecía algo
realmente aburrido.
-Si no amara a mi novia del modo que lo hago ya te hubiera follado en esta
oficina, no sería tu fantasía si no tu realidad. Y tendría esa experiencia de haber
estado con la persona que se suponía tendría que curarme –reí-. Con el tiempo he
aprendido a desarrollar mi capacidad de observar a las personas y saber al menos
lo que piensan de mí.
Terminó la prueba.
En cuanto estuve afuera Will había desaparecido así que caminé por los
alrededores en su búsqueda, una chica de ojos café, piel blanca y cabello rubio
ondulado se acercó a mí sin una muestra de timidez.
Reí.
289
-¡No! –dijo consternada-. Deberías por el contrario desaparecer de este
planeta.
-Eres una amenaza para las mujeres que son fieles a sus parejas.
Negué con la cabeza riendo. La chica tienía un sentido del humor increíble.
-Por supuesto que sí –comenté un poco engreído-. Peor que ser un adicto
al sexo, es ser un adicto al sexo y no saber follar. Y supongo… con la práctica
consigues la excelencia.
-He llegado al orgasmo sin siquiera tocarme –dijo suspirando-. Pero a todas
estas ¿realmente se puede ser adicto al sexo?
-El amor. Estoy enamorado de una mujer maravillosa y por ella estoy
cambiando.
290
-¿Qué tal ha sido todo? –preguntó Will.
-Sí –dijo.
Asentí.
*****
-No creí que fuera tan rápido, pero... suerte en ese viaje –dijo.
-Sí, tampoco pensé que fuera tan rápido pero si voy a ir. Ayudaré a mi
padre en ese ridículo trabajo, incrementaré su capital ¿Puedes creerlo? –respondí.
-Eso es motivador –sonreí-, Jossep y Marry que son mis amigos también
iran.
291
CAPÍTULO 24
Londres
T
oda la semana estuvimos preparando todo para el viaje; maletas y
papeles. Mi padre arregló todo para que nos fuéramos sin
problema, habló con Roberth para que me diera el permiso y al
parecer no le dio nada de dinero, sólo se tomó una foto con él, supongo que lo
hubiera hecho de igual modo si supiera que soy el hijo del hombre más rico del
mundo. Me gustó la idea de la foto.
Con Suzanne tampoco hubo problema, con sólo una llamada dijo a la
academia que necesitaba a una chica toda la semana para un evento importante.
Problemas resueltos.
Asentí.
-Bien, aquí tienes esta tarjeta, puedes utilizarla para cualquier cosa –dijo
entregándome una tarjeta dorada, en ella tenía mi nombre grabado con el número
de cuenta, oh, mi propia tarjeta-. Puedes comprar lo que sea.
-Todos los carros que quieras –me miró sonriente-, pero ¿Para qué
necesitas un carro? Cuando llegues aquí puedes elegir cualquiera a tu antojo –dijo
y entonces recordé que estaba parado frente al magnate multimillonario.
-No te preocupes, sólo será para cosas importantes, sabes bien que no
gastaré tu dinero derrochándolo. –Respondí.
292
-Dinero que también es tuyo –aclaró. Pero que no me interesa en lo más
mínimo. Me limité dar media sonrisa-. Bueno, ¿tienes la carpeta? –preguntó.
Señalé al asiento frente a donde estaba Jossep-, no lo pierdas, ahí tienes todas
las indicaciones –confirmó. Ni siquiera me he tomado el tiempo de leerlo, luego lo
leeré, cuando llegue tal vez.
Mi padre junto con mi madre se fue. Ella también quiso despedirse de mí.
Todos en el aeropuerto me miraron al verme con Jacob Brown y me sentí
intimidado por un momento, todo el mundo actuó de manera normal luego de un
rato.
-No pienses eso, aún falta tiempo –dijo Marry, giró su cabeza hacia un reloj
digital grande- ¿11:47 am? Vamos, tenemos que preocuparnos. –Añadió
levantándose de su asiento, tenía puesto un suéter gris y jean. Cabello amarrado
en una trenza perfectamente hecha.
293
Escuché el parlante.
“Por favor abordar pasajeros del vuelo 11-24 con destino a Londres”.
Un hombre llamó mi atención cuando pasó entre las personas, con una
maleta grande, y bolso pequeño sobre su hombro. Tenía lentes oscuros y usaba
una gorra en la que escondía todo su cabello largo, se acercó hasta mi lugar y me
di cuenta que no era un hombre, era Suzanne, ella intentaba parecer un hombre,
con suéter verde y jean. -Ni una sola palabra de esto –dijo señalándome con su
dedo índice.
*****
294
ver a ninguna persona en el avión ¿Todos se tardaron? ¿Nos equivocamos de
avión? Oh por Dios.
-Buenas tardes –dijo en una voz dulce y alegre, su cabello rubio peinando
hacia atrás la hacían ver algo aterradora y malévola-. Este es nuestro vuelo con
dirección a Londres, es necesario que sepan las normas de seguridad. Es de
suma importancia evitar el uso del teléfono móvil y tener puesto el cinturón de
seguridad ante cualquier eventualidad. Gracias. Feliz viaje. –Explicó dando media
vuelta para irse.
-Un momento –dijo Marry. Ella se giró hacia nosotros de nuevo-. Y... las
demás personas… ¿Dónde están?
-Oh, el Sr. Brown ha comprado cada uno de los boletos, al parecer quiere la
mayor seguridad para ustedes –comentó.
-Es sobre el negocio que tengo que salvar para mi padre, la idea es que yo
lo lea y así podré saber todo lo necesario –respondí.
295
-Léelo. –Sugirió.
-¿Te has vuelto loco? Leer es lo mejor que hay y más si es tan importante
como esto –dijo tomando la carpeta en sus manos.
*****
Duramos alrededor de una hora sobre el aire, miré a Jossep y a Marry pero
los encontré besándose y no iba a interrumpir ese momento. Suzanne terminó de
leer todo y me entregó la carpeta. Se quedó pensativa y mi impaciencia me hacía
sentir desesperado. -¿Y? –dije en forma de pregunta.
-Habla sobre muchas cosas –dijo mirándome-, tienes que asistir a las
reuniones, son dos, necesitan tu firma porque tu padre es el mayor propietario de
ese lugar, al perecer el lugar quiere ser demolido por empresarios italianos para
construir un centro comercial, las reuniones se harán el hotel Magic Star.
296
No respondí nada luego de escuchar lo que Suzanne acababa de decir, me
hundí en mi asiento, fui noqueado de una forma brutal ante la manera de juzgar a
mi padre. Sentí culpa de ello, había juzgado a mi padre diciendo que sólo quería
incrementar su capital en este negocio, pero al contrario de eso él estaba
haciendo una obra de caridad como una ayuda a los más necesitados. No conocía
ese corazón humanitario de mi padre, en realidad no sabía nada de él, es triste
tener una idea errónea sobre una persona que realmente es buena... pero es más
triste pasar veinte años pensando que una persona es lo suficientemente mala
como para no poder merecer un perdón y darte cuenta que es todo lo contrario de
eso.
*****
Esta era una ciudad muy hermosa, igual a las fotos que veía por internet,
pero esto era real, estaba en Londres, por la ventana vi muchos sitios turísticos,
sitios que quería visitar luego de realizar el negocio, la cara de Suzanne, Marry y
Jossep eran de felicidad y asombro, me sentía muy feliz por ellos.
297
-Ustedes no pueden estar aquí... esto es para gente... –tomó pausa
viéndonos de pies a cabeza- con clase y dinero suficiente para pagar una
habitación, por lo que puedo notar ustedes no pueden pagar ni siquiera el cuarto
donde se guardan los objetos de limpieza –añadió con sarcasmo.
-Oh señor, disculpe por lo que acabo de decir, yo... sólo disculpe, aquí
están anotados sus datos –dijo mirando la pantalla-. Sus habitaciones son las
Suite presidencial en el piso dieciséis. Yo mismo los dirigiré hasta allá. –Dijo y nos
fuimos hasta el ascensor. En un momento se sentía bien ser yo; todos me
respetaban y tenía los mejores lujos. Pero al siguiente no me agradaba ser Max; la
persona que tiene pánico de los ascensores.
-¿Por qué?
-Te amo –dije riendo, me acerqué a sus labios y la besé durante unos
minutos.
298
recepcionista. Nos estaban esperando. Tardamos en subir alrededor de treinta
minutos.
-Bien, estas son las habitaciones. Dos, una para cada pareja, supongo que
son parejas –dijo y asentí-, bien, pueden tomar cualquiera.
Tomé una jarra de vidrio sirviéndome en el vaso y Suzanne salió del baño.
-Observa esto, la nevera tiene todo lo que tu amas –dije riendo. Se acercó y
abrió la nevera. Su rostro fue de asco y frunció el ceño mirándome.
299
-Tu traje para la primera reunión que es mañana a primera hora –dijo-. Si
hubieses leído el contenido en la carpeta te darías cuenta.
300
CAPÍTULO 25
Un centro comercial
L
uego de ducharme, me coloqué una camisa azul y jean junto con
mis zapatos negros. Suzanne salió del baño ya vestida luego de su
ducha, tenía una camisa beige, pantalón negro y tacones negros. Su
cabello recién secado y suelto. Me tomé unos minutos para admirar su belleza me
miró sonrojada y besé su mejilla. Salimos y toqué la puerta de la habitación de
Jossep. Salió con su cabello alborotado y sin camisa, se veía agitado. -Yo… -dije
riendo-, sigan en lo suyo, nos vemos luego. –El rió y cerró de nuevo la puerta
como si nada.
Tenía dos trajes; uno negro y otro azul marino. En los probadores me miré
frente al espejo grande con el traje azul y negué a mi propio reflejo pensando que
ese no era el color adecuado, es más, ninguno era el adecuado, prefería ir con mi
franela blanca o negra junto con mis jean. Me probé el negro y salí abriendo la
puerta del probador, Suzanne estaba sentada mirándome de frente y estaba
sonrojada y seria.
301
-Oh, este hombre es muy sexy –dijo una de las empleadas, era morena y
hermosa con el cabello negro ondulado, tenía un vestido negro ajustado hasta sus
muslos-. ¿Saldrías conmigo? –preguntó y señalé a Suzanne para hacerle
entender que tenía novia y no estaba buscando a nadie más, ella la miró
sonriendo y Suzanne tenía una sonrisa fingida, notaba su enojo y de cierto modo
me agradaban sus celos. Reí y se acercó hasta mi lugar, la tomé de la cintura y
pasó sus manos alrededor de mi cuello y besándome.
-Te vez muy sexy cuando estás celosa –susurré contra sus labios.
Suzanne la miró.
Como flecha veloz salí y pagué con la tarjeta de mi padre. Al final, llevé tres
trajes, trajes que sólo utilizaré para las reuniones y luego a la basura, aunque
también podría regalárselo a alguien que lo necesitara, la segunda opción me
pareció la más indicada.
302
El chofer aun parado frente al local asintió hacia nosotros y entramos,
agradecí que nos llevara hasta ese lugar. Mañana no tendré ningún problema para
presentarme formalmente en la reunión de negocio. Quería conocer más de
Londres y pedí que nos llevara a un lugar genial de la cuidad, que fuera nuestro
guía turístico y así lo hizo, fue mi plan con doble sentido, de esa forma podría
distraer a Suzanne de sus celos y su ira y además pasaría tiempo con ella a solas.
Nos llevó hasta un lugar llamado London Eye, un mirador con ciento treinta
y cinco metros de altura que desde arriba se podía ver gran parte de la cuidad. La
noche vestía a Londres, muchas luces y lugares magníficos se podrían ver en
todos lados, mientras estábamos caminando hacia la ruleta compramos batidos de
fresas y cada uno comenzó a tomar, pagamos la entrada y subimos. Fue como
subir un ascensor o algo parecido, mi barriga se retorcijaba mientras se movía
lentamente, Suzanne me miró preocupada pero yo disimulé con una risa y la
abracé por la cintura, llegamos a la parte de arriba y la rueda paró, un frio recorrió
mi cuerpo pero supe que todo estaba bien al ver a Suzanne junto a mí. Era parte
del paseo que se detuviera justo en la parte alta así apreciaríamos la vista.
-Esa vista es hermosa –dijo señalando hacia afuera a través del vidrio, toda
Londres estaba iluminada era una vista hermosa.
-Si –dije mirándola y me miró-, pero la vista que tengo justo ahora es la más
hermosa que he visto –susurré y sonrió besándome, la abracé por la cintura con
una mano mientras la otra la mantuve de un lado por el batido. Ella paso sus
manos alrededor de mi cuello con su batido rozando mi espalda. Pensé en Jossep
y Marry, sobre si debimos haberlos invitado pero luego saqué esa idea de mi
cabeza al saber que ellos estarían ocupados haciendo cosas de parejas.
Concentrándome entonces en nuestro beso no pensé en nada más, su lengua se
cruzaba con la mía lentamente. Nos movimos a un lado cuando la rueda se movió
de manera giratoria haciéndonos bajar.
Caminamos por una plaza un rato, cerca del lago, nuestras manos
entrelazadas eran perfectas, no había duda que Suzanne me había flechado y
capturado con su hermosura y perfección, parecía como si nunca nos fuéramos a
303
separar, que estábamos destinados el uno para el otro, como las películas, y que
tendríamos un feliz para siempre.
Mi plan había funcionado, Suzanne estaba alegre, cambió su enojo por una
gran sonrisa, amo su sonrisa y amo que sea por mi culpa. Si quiero sentirme
culpable de algo, espero que sea por dibujar una sonrisa en su rostro. Oh Dios
¿Cómo puedo amar tanto a esta mujer? Esto va más allá de la locura, no
necesitaré una rehabilitación lo que realmente necesitaré será un internado
psiquiátrico completo para tratar de no volverme loco de amor, aunque es
inevitable no amarla.
*****
-No. Ni siquiera sé qué debo decir o cómo tengo que hablar, arruinaré todo.
-Tienes que hacer como lo he visto en las películas, cuando ellos digan
algo, tú dices: objeción. Y tienes la palabra. –Aconsejó.
304
-Pero te estoy dando una opinión, deberías estar agradecido de eso –rió
mirando por el balcón-. Sobre Marry... sólo quisimos inaugurar la habitación, tú y
Suzanne deberían intentar lo mismo.
Tomó una ducha y salió en mono y camisa, no era para nada sensual pero
a mí me excitaba igual, pasé una sábana por encima de mí, así podría evitar dejar
ver mi pene erecto. La cama era lo suficientemente espaciosa para mantenerme a
distancia aunque por dentro quería tocarla, estábamos en peligro, bueno, ella
estaba en peligro de mí y todo lo que quería hacer con su cuerpo era hacerlo
mover rítmicamente con el mío mientras la penetraba, oh Dios, esta noche será un
poco larga.
*****
Despertar fue difícil pero tenía una reunión importante a la cual asistir,
tomando una ducha me coloqué uno de los trajes elegantes que había comprado
el día anterior. Salí con mucho silencio para no despertar a Suzanne. Al bajar vi al
recepcionista y le di indicaciones que quería un ramo de rosa rojas y lo llevara a
mi habitación, donde tuviera una dedicatoria diciendo: Rosas para alguien
especial.
305
El chofer desde temprano estaba frente al hotel, él sabía hacia donde tenía
que ir y fuimos directamente hasta allá, este quedaba a media hora de distancia,
un hotel grande y muy refinado. Pasando la puerta principal, caminé por el pasillo
notando que la reunión era en el auditorio del hotel, suspiré con alivio al ver que la
ubicación era en la planta baja, un señor alto, blanco y canoso se encontraba
parado frente a la puerta de entrada anotando los datos de las personas que
entraban.
Un señor pasó por cada uno de nuestros asientos entregando una hoja, era
un resumen de los puntos que se tratarían hoy, al parecer el protagonismo era de
los empresarios italianos, explicarían todo sobre la demolición del lugar. Eran
hermanos y se apellidaban Hoffman.
-Buenos días –dijo uno de ellos-, el motivo de esta reunión es para explicar
todo acerca de nuestro proyecto a realizar en las viejas instalaciones del
orfanatorio, por asuntos económicos este lugar lo han tenido abandonado. -Dijo,
¿por asuntos económicos? Mi padre tiene mucho dinero ¿Cómo podría ser por el
dinero? Este hombre estaba mintiendo-. Las instalaciones estan decayendo poco
a poco, entonces a raíz de esta gran problemática nos preguntamos: ¿Por qué no
306
demoler el lugar? Construiríamos un centro comercial que daría muchas
ganancias para el estado y para nosotros.
-¿A dónde llevarían los niños que están ahí? –pregunté. Todos me miraron.
La reunión fue culminada tres horas más tarde, la próxima reunión sería en
cuatro días y era el turno del Sr. Brown, es decir, era mi turno de hablar y expresar
mi motivo para negarme a que fuese demolido el lugar.
307
CAPÍTULO 26
Te contaré…
Nunca llegué a pensar sobre el futuro, sobre lo que quiería ser dentro de
diez años más, ¿acaso permitiría llevar de por vida una adicción a cuestas?
¿Tener sexo y morir siendo quién? ¿Qué diría mi madre sobre mí cuando no esté?
¿Me recordaran? No lo sé. Pero de algo estoy seguro… no quiero otra vida en la
que Suzanne no esté.
-¿Sabes que te amo? –pregunté mirándola a los ojos. Eso causaba en ella
que sus mejillas se tornaran rojas. Y eso me gustaba.
-Si.
308
-Me falta una parte por llenar –susurré y se estremeció. Ella sabía a lo que
me refería.
Suspiré.
-Mal. Creo que mi padre perderá ese orfanatorio, los empresarios italianos
tienen un proyecto que hasta yo aprobaría. –Respondí.
Uno de los encargados del hotel nos trajo el almuerzo, luego de comer
llegaron Jossep y Marry:
*****
309
hasta ella y entraron perdiéndolas de vista, al mirar a Jossep noté que miraba
fijamente a una tienda de joyas, él sonreía pensativo y me parecía extraño verlo
de esa manera, le di un pequeño empujón haciéndolo reaccionar.
Entramos y todo lo que había eran collares, cadenas, aretes, dijes y anillos,
cada una de las joyas tenían un brillo impresionante; perlas, oro y diamantes era lo
que más resaltaba. Jossep caminó hasta una vitrina y lo seguí. Estaba mirando los
anillos; algunos con formas extrañas y con una hermosa piedra en el centro
haciendo resaltar tal joya.
-No es para ti idiota... es para Marry –dijo sonriente-, quiero pedirle que sea
mi esposa.
-Nunca había estado tan seguro como lo estoy ahora, amo a Marry y no
puedo esperar más para pedirle que se case conmigo y sea mi esposa –
respondió.
310
pensado en casarme o formar una familia, pero ahora lo pensaba y eso era algo
confuso. Suzanne me estaba cambiando, y me agradaba.
Las chicas aún estaban en la tienda, estaban pagando unos vestidos, cada
una llevó dos bolsas en sus manos. Seguimos viendo los lugares, caminamos por
una plaza donde un hombre vendiendo flores les hizo un pequeño obsequio al
regalarles una rosa a cada una, Jossep y yo miramos al hombre de forma seria y
él sonrió al ver nuestras caras de celosos, yo al menos estaba ardiendo de la
rabia, sólo yo quería regalarle flores, nadie más.
El resto del día caminé junto a Suzanne tomado de la mano, de esa forma
nadie se le acercaría. Mis celos estaban superando cualquier límite, yo estaba
celoso hasta del aire que ella respiraba, solo quería que ella me mirara, nada más
a mí y me sentí un poco enfermo sobre eso.
*****
311
estaba esperando a Marry, creo que eso es lo que hacen todas las chicas; durar
todo el tiempo posible en el baño pero nosotros sabemos que la espera vale la
pena como acababa de suceder con Suzanne. Jossep se fue de nuevo a su
habitación, me volví hacia Suzanne mirándola de arriba abajo, apreciaba cada
parte de ella, su hermosura y sensualidad.
-Me has deslumbrado con tanta hermosura. –Dije mirándola a los ojos, noté
el cambio de color en sus mejillas, estaba sonrojada y sonreí, acercándome hasta
ella besé sus labios lentamente y la tomé por la cintura juntando mi cuerpo junto al
suyo, cruzó sus brazos en mi cuello y tanto su cuerpo como el mío pedían más. Di
un suspiro suave y la miré, sus ojos estaban brillantes, acaricié su mejilla con mi
mano derecha y luego besé su frente separándome de ella. –Busquemos a los
chicos –dije tomándola de la mano, no quise mirar su rostro porque sé que había
confusión y tal vez enojo, me empezaba a odiar, mis ganas de tenerla sobre la
cama me estaba ganando, creo que hasta hoy llega mi abstinencia, algo me lo
dice, deseo estar con ella, cada parte de mí la quiere tener.
El restaurante era bastante elegante, las mesas y sillas eran blancas, todo
el lugar estaba pintado entre colores negro y blanco. Las personas yacían
comiendo y conversando. También había una tarima donde una chica se
encontraba tocando el piano, junto a tres violinistas.
312
estaba erecto y un calor recorrió mi cuerpo, aquella chica era demasiado sexy,
usaba vestido negro.
Todos me miraron y sentí mucha culpa por lo que acababa de ocurrir ¿Me
habrán descubierto? Estaré perdido si Suzanne me descubre.
-Yo… he... hacia el baño, estoy mal del estómago –dije pasando mi mano
por mi barriga.
-Pero aquí hay un baño –dijo Marry señalando hacia las puertas en una
esquina con un letrero que decía baño claramente. La odié por un momento.
Suspiré.
313
En la mesa ya estaba todo servido, el mesero lo habrá traído mientras
estaba afuera, giré mi cabeza hacia donde estaba la chica y ella estaba sentada
aun mirándome, decidí ignorarla por completo olvidando ese momento acabado
de ocurrir.
-Brindo por los errores que cometemos, ya que nadie es perfecto. También
brindo por cada uno de nosotros y por un futuro lleno de mucha felicidad –dije.
-Oh, yo... –dijo Marry con una gran sonrisa en su rostro-, esta es una
decisión difícil de tomar, déjame pensarlo –el rostro de Jossep cambió de alegre a
decepción rápidamente, noté que varias personas en el restaurante los miraba.
-Ya lo pensé –dijo Marry con una gran sonrisa-, sí, sí quiero casarme
contigo. –Saltó hacia Jossep abrazándolo por el cuello y los dos se besaron.
314
personas que vi tras él, estaba la misma chica del beso mirándome, me giré de
nuevo mirando a Marry, la iba a abrazar pero sólo le sonreí desde lejos diciéndole
felicidades, Suzanne si abrazó a Jossep.
*****
Me senté en una de las sillas en el balcón, miré la cuidad, toda brillante, los
edificios y casa iluminadas.
315
Suzanne, todo hubiera sido diferente si tan sólo no hubiese ligado los sentimientos
en la relación, pensé sobre el primer día que la vi en el autobús y en como mi vida
cambió a partir de eso momento. ¿Cómo estaría ahora si jamás se hubiese
cruzado en mi camino? Creo que mi realidad sería muy distinta a lo que soy ahora,
en estos momentos estaría acostándome con cualquier mujer a mi paso, tal vez
estaría gastándome el dinero que obtendría follando a la mujer rica que me había
dejado su tarjeta, llamaría a la chica que había anotado su número en una
servilleta del restaurante, estaría en un bar con una prostituta o sólo estaría
masturbándome en mi casa viendo revistas o videos pornográficos. Comparando
eso con lo que me pasa ahora estaría sin complicaciones, aunque ciertamente no
me arrepentía de encontrar a Suzanne pienso que ella estaría mejor sin mí y todo
lo que llevo a cuesta.
La puerta se abrió.
-Ven, quiero mostrarte algo –dijo desde la puerta, la miré confundido y fui
con ella, nos dirigimos por el pasillo hacia unas escaleras, subimos y había una
puerta, Suzanne la abrió. -¡Vamos! Sube pronto. –Dijo mirándome.
-Voy. –Ya estaba casi arriba. Al subir noté que era la terraza del hotel,
estaba alto, muy alto de verdad, no había nada, todo estaba oscuro, lo que se
podría ver era lo diminuto que estaba la cuidad desde este punto.
316
-Yo siempre las observo, es hermoso, es el único lugar donde siento paz,
puedo pensar bien en todo con claridad aun cuando todo está oscuro, incluso
pienso que las personas que se van de este mundo se convierte en estrellas y
están allá en el espacio observándonos. –Dijo. Por un momento miré el cielo
pensando que si era verdad que las personas que se mueren se encuentran
convertidas en estrella, significaría que mi abuela Isabella estaba allá arriba
mirándome.
-Gracias. –Susurré.
-¿Por qué?
-Es un lugar especial para mí y quiero que también lo sea para ti, lo más
mágico de este lugar es que no importa en qué lugar estés, siempre lo puedes
encontrar mirando el cielo de noche. ¿Recuerdas, nuestras locuras?, esta es mi
locura y la comparto contigo… todo juntos, en cualquier lugar y donde sea que
estemos. –Dijo.
Nos acostamos boca arriba para así tener la perfecta vista de millones de
estrellas, giré mi cabeza para mirarla y ella estaba mirando el cielo, sus ojos
brillaban, estiré mi mano hasta tomar la suya, me miró y sonrió. –Busquemos
figuras en las estrellas. –Dijo mirando de nuevo hacia el cielo. -¡Mira!, Ese es un
ave. –Señaló con su mano hacia el lugar donde lo había visto.
-¿Dónde? –pregunté mirando a todos lados, no lograba ver el ave que ella
observaba-. No veo nada.
317
-Está justo ahí. –De nuevo miré pero no vi nada, sólo muchas estrellas y ya.
-Bueno, la verdad que no logro ver más que sólo estrellas –dije con
decepción-. Pero si puedo buscar la estrella más brillante que hay.
Miré su rostro.
-Está justo en frente de mí –dije mirándola a los ojos-. Eres como una
estrella, tienes esa luz que te hace brillar incluso cuando es de día. Tú eres mi
estrella más brillante. –Su mirada era fija en la mía y sonreí, ella no sabía cuán
importante era que ella estuviera a mi lado, ella era la estrella perfecta en este
cielo lleno de oscuridad. He encontrado mi respuesta: metafóricamente el brillo de
las estrellas es algo tan parecido a la llegada de una persona especial en tu vida,
quien poco a poco se convierte en esa parte mágica que complementa nuestro
andar, causando en cada ser humano una luz; aquella que nos guía y nos
fortalece en todo tiempo. No me equivocaba, ella era todo aquello y mucho más,
sí. Mucho más.
318
-Quiero escucharlo, quisiera saber lo que pasa –comentó-. Creo que te he
demostrado dentro de todo el tiempo que hemos estado juntos que puedes confiar
en mí. Que no debe haber secretos de ninguna de las partes.
-Lo sé.
-Lo siento.
-Nunca vuelvas a decir eso. Me gustas tanto y más que el primer día. Lo
que tengo no se trata de nosotros, al menos un poco, pero es más sobre mí que
de ti.
-Tengo un pasado…
Aunque corra.
Aunque huya.
319
Aunque ya no quiera saber más nada de mí.
Debía contarle.
»Luego conocí a una chica que me mostro muchas más de lo que sabía
acerca del sexo. Todo esto trajo complicaciones a mi vida, las cosas habían
estado cambiando; lo hacía más seguido: sexo y masturbación. Y en todos los
lugares posibles. Fue demasiado excesivo, las ganas siempre iban aumentando.
Nunca presté atención a eso, me daba igual. Lo hacía en el baño, en mi cuarto, en
el cuarto de mi madre, en la cocina. Todo eso pasaba cuando no había nadie en
casa o en la de ella. Los días que iba a casa de compañeros o amigos siempre
pedía el baño prestado y lo hacía allí, las veces fueron muchas. Estaba ciego, creí
que era normal pero no lo era y luego no podía parar. Cuando comencé a salir con
distintas mujeres el deseo aumentó, estuve con muchas chicas, les arruiné la vida
a más de una, sólo las tenía para lograr satisfacer mi deseo sexual –di un suspiro
y me mantuve en silencio unos instantes.
Sentía vergüenza.
-¿Luego qué? –preguntó en voz baja, como si soltar las palabras fuera
bastante difícil.
-Han pasado nueve años desde entonces. No puedo lograr detenerlo, mis
ganas de sexo son más fuertes que yo, llegué al punto donde no tengo control de
mí mismo, es como si fuera una marioneta; alguien está manejando mi vida pero
no soy yo. Sé que estoy dentro de mí, encerrado, encarcelado y sin libertad, preso
320
dentro mí mismo, es desesperante sentirse de esa manera –cerré los ojos
intentando contener las lágrimas-. Un día conocí a un psicólogo llamado Will,
desde entonces me ha ayudado en mi problema, me ha ayudado en muchos
aspectos, me ha enseñado el “autocontrol”; aunque son pocas las veces que lo
logro tener.
Esperé que dijera algo pero se mantuvo en silencio-. Quiero salir de todo
esto, quiero estar bien, sólo que no es fácil, todas las luchas han sido en vano,
pero ahora lo estoy intentando, estoy dando todo de mí para salir del hueco
profundo en el que estoy y sé que esta vez será diferente porque tengo un motivo
grande por cual quiero mantenerme fuerte y ese motivo eres tú. –Con lágrimas en
321
sus ojos se levantó y me dio la espalda, yéndose hacia la puerta. Ahora si la
perdería, no soy lo que ella esperaba, no soy merecedor de ella y ahora se había
ido. Bajé mi cabeza. Al menos fue bueno mientras duró. Levanté mi cuerpo del
colchón y caminé por la terraza, fijé mi mirada a lo lejos donde la ciudad se perdía
en medio de la oscuridad. Ella se había ido y sólo estaba yo, la oscuridad y
millones de estrellas.
Observé a alguien subir. Era Suzanne, en sus manos tenía una sábana, se
acercó hasta donde yo me encontraba.
-Toma –estiró su mano con la sábana-, para que te arropes, está haciendo
mucho frio.
-Oh, gracias. –Dije confundido, ella tenía los ojos rojos de tanto llorar y peor
me sentí al saber que era por mi culpa.
-¿Qué?
322
-¿Listo? ¿Ahora te iras? –pregunté con tristeza.
Asentí.
-Hasta contra el mundo, seremos tú y yo, los dos contra el mundo –dijo y la
abracé con fuerza. Entonces comprendí que el amor hacía eso, nunca abandona a
la otra persona independientemente de lo que pase y así estaba sucediendo con
nosotros. Agradecí este abrazo, el amor que ella tenía por mí y el haberla
conocido, nada me hacía más feliz que estar a su lado.
-Tengo miedo –dije esta vez pensando en todas las veces que podría
perder el control de la adicción y podría fallarle.
Cuando dijo eso sentí como volvía a la vida, que ella me amaba sin
importar nada y que yo la amaba de la misma manera.
323
-¿No te gustan las cosquillas? –pregunté riendo, coloqué mis manos en su
abdomen haciéndole cosquillas.
-¡No! –Soltó una carcajada-. ¡Para Max! –Reía, su risa era contagiosa, yo
reía cuando de su boca salía el perfecto sonido de su risa-. Por favor. –Corrió
hasta el colchón viejo y nos tumbamos sobre él. Yo estaba sobre ella. Paré de
hacerla reír y la besé, fue un beso dulce y corto.
-No es eso... –la besé rápidamente antes que pudiera decir algo más.
-No te dejaré.
-¿Lo prometes?
324
CAPÍTULO 27
Smile Real
M
iré a los lados parpadeando varias veces, eran las 7:34 am, me
pregunté dónde estaría Suzanne. Recordé lo que había pasado
en la noche anterior, no podía creer haberle contado toda mi
vida y que decidiera continuar conmigo a pesar de todo. Dormí junto a ella, noté
algo de preocupación cuando estaba a mi lado, yo le dije dejara a un lado toda
nuestra conversación y que me abrazara sin importar lo que yo sintiera, al menos
su abrazo me hacía sentir bien. De ese modo dormí, pero ahora no la estoy viendo
a mi lado, fui hasta el baño, tomé una ducha y salí con el paño alrededor de mi
cintura, busqué ropa en la maleta y Suzanne entró quedándose inmóvil al verme,
la miré, miré mi cuerpo y al levantar mi vista ella se dio vuelta tapándose la cara.
Reí. –Evitemos todo esto ¿sí?, el que yo te haya dicho todo ayer no quiere
decir que ya no me trataras de la misma forma, lo que tengo tampoco es
contagioso.
Fui hasta el baño y me coloqué una camisa junto con mi pantalón y los
zapatos negros, al salir busqué la carpeta con la información del negocio de mi
padre, busqué una hoja, un bolígrafo para tomar notas y escribir de forma
organizada todo lo que habían dicho los empresarios italianos; objetivos de la
demolición del orfanatorio, hacia donde llevarían a los niños y cuál es el beneficio
de construir el nuevo centro comercial. No entendí porqué dijeron que las
instalaciones estaban decayendo, mi padre es multimillonario ¿Habrá descuidado
el lugar? ¿Olvidó enviar dinero para el buen funcionamiento del orfanatorio?
325
Entonces entendí que para dar una opinión exacta sobre el problema debía
investigar e inspeccionar desde adentro como lo hizo Chelsey conmigo en el
centro de rehabilitación.
Accedí, también hablé con Jossep y Marry, ellos también querían ir,
después de todo esa era la razón principal de nuestro viaje.
*****
-¿Por qué? –preguntó Marry confundida, ella tenía una vestido naranja
hasta la rodilla, tacones blancos y cabello liso.
-No tienen una orden para ver las instalaciones –dijo seria-, además, hoy no
es día de visitas.
-No creo que haga falta una orden –dijo Jossep, él vestía camisa gris y
pantalón junto con sus zapatos negros.
326
-Oh... pero… ¿usted quién es? –dijo nerviosa.
-Necesito ver el lugar ¿Usted sabía que quieren demolerlo? –mi pregunta
no causó ninguna sorpresa en ella, lo que significaba que estaba enterada de
todo.
-¿Por qué? ¿No habrá algo que podamos hacer? –pregunté caminando
hasta un patio donde había un césped recién podado y niños jugaban en el centro
con una chica.
Caminé junto a Suzanne hasta el lugar donde estaban los niños jugando.
Jossep y Marry nos siguieron mirando a todos lados. Eran treinta niños
aproximadamente, todos tenían Síndrome de Down, blancos con el cabello rubio y
liso, una chica estaba sentada sobre el césped con las piernas cruzadas, algunos
de los niños se encontraban sentados en un semicírculo frente a ella, otros
simplemente corrían por el lugar gritando y riendo.
327
-¿Cuál es tu nombre? –pregunté mirándolo. Él sólo sonreía, pasó su mano
por mi cara de forma suave, desde mi frente hasta mi boca.
-Le caes muy bien –dijo la chica levantándose-, no es así con todo el
mundo.
Sonreí.
-No, algunos están tomando una siesta... otros están jugando adentro.
-Yo vengo a ver el lugar, quiero hacer una investigación precisa, como sabe
unos empresarios quieren demoler el lugar.
-Es triste, estos niños no tienen a donde ir –dijo y el niño en mis brazos se
comenzó a mover inquietamente, lo coloqué en el suelo y corrió con los
demás-. Yo sólo soy voluntaria del orfanatorio, tengo poco tiempo pero los quiero
como si fueran mis hijos.
-Tal vez, pero mire el lugar –dijo señalando hacia las paredes sucias y
agrietadas-, eso no es lo peor, hay mucha filtración en todas partes, el lugar se
está cayendo poco a poco y la única forma de reparar todo es con una buena
inversión de dinero con el cual no contamos, ni el Estado, ni el mayor dueño
quieren aportar algo para mejorar las instalaciones.
-¿Nadie? –oh no ¿Mi padre no aporta nada al lugar y aun así quiere que lo
salve?
Mierda.
-Nadie –confirmó.
328
-¿Cómo va todo? ¿Estás preparado para la siguiente reunión? –preguntó.
-Pues algo está mal, tienes a alguien haciendo mal su trabajo o...
-¿Qué?
-Investigaré sobre eso, te enviaré los depósitos que he realizado por correo,
todo lo tengo en orden. Mañana te los haré llegar. –Dijo colgando.
Los chicos jugaban con los niños; corriendo, gritando y bailando. Reí al ver
lo gracioso que se veían. Suzanne dijo algo a la chica y se fueron las dos hacia
adentro. Las perdí de vista y vi a Marry acercarse hasta mi lugar dejando a Jossep
luchando contra todos los niños.
-Te lo voy a decir rápido antes que Suzanne llegue –asentí-. Ella no quiere
que nadie sepa que hoy es su cumpleaños número veintiuno. –Susurró.
Mierda.
-Sí, el caso es que ella no quiere que nadie se entere... ni tú. Pero yo insisto
que este día no tiene que pasar como un día normal para ella.
Marry tenía toda la razón, si hoy era su cumpleaños debía hacer algo ¿Una
fiesta? ¿Películas en el cine? ¿Un paseo? Rápidamente pensé en una cena
preparada por mí.
329
-Déjalo todo en mis manos, prepararé algo especial para ella pero no los
incluye a ustedes –dije.
Mientras Suzanne llegaba jugué con los niños un rato, vi en cada uno de
ellos tanta inocencia que me hizo sentir un tanto mal, ninguno sabía el gran
problema que se avecina, ni siquiera pensaban sobre ello, sólo corrían, saltaban y
reían sin parar. Supe en ese momento que cada ser humano debería vivir así,
sonriendo ante los problemas y estando feliz aunque nuestro mundo se esté
viniendo abajo.
-Oh, ¿ya?, ¿dónde?, está bien, perfecto, yo estoy cerca, nos reunimos en
ese lugar –simulé colgar.
-Oh, tengo una reunión con los empresarios italianos justo ahora –mentí.
-Yo también –indicó Suzanne. Marry permanecía en silencio, hice seña con
mi cabeza para que me ayudara.
-No, mejor quédate junto a Marry, yo voy a ir con Jossep –besé los labios
de Suzanne y ella me regaló un pequeña sonrisa torcida.
330
Al bajar esperé que los perdiéramos de vista. Me volví hacia Jossep.
-Si.
-No le digas que soy yo –dije rápidamente-, necesito que la lleves fuera del
hotel, ya tengo todo listo, sólo necesito tiempo para preparar todo, ¿me ayudas
con eso? –pregunté.
-Llévala lejos, al parque, la plaza, de compras o lo que sea que hagan las
mujeres de divertido –dije.
Colgué.
331
impresionantes difíciles de olvidar y un sinfín de recuerdos tanto alegres como de
esos nostálgicos.
Muchas veces las personas creen que sólo en la vejez mueren las
personas. Están equivocados. Incluso en la juventud se puede morir sin la
necesidad de llegar a una edad específica. Pasamos todo la vida creyendo que
con el pasar el tiempo vamos avanzando, cuando realmente estamos
retrocediendo; en lugar de sumar días los estamos restando. Alguien dijo que:
“tenemos que vivir como si fuéramos a morir el día de mañana”. Pero no es así,
hay que ser más extremo que la espera del mañana, vivamos como si fuéramos a
morir en unos instantes. Aprovechar las pequeñas cosas es lo que hará de la vida
la mejor que hayas vivido. Recordando que no tenemos otra vida más que esta.
-No. -¿o sí? Me dije a mí mismo pensativo, pero quité esos pensamientos
rápidamente-, quiero comprarle algo pero no un anillo de compromiso, al menos
no aún. –Dije acercándome a las vitrinas, vi pulseras brillantes e imaginé a
Suzanne en ella, se le vería hermosa, girando mi cabeza vi un collar de plata con
piedras brillantes, tenía un símbolo en forma de escudo en el que tenía grabado
una frase: Us Against The World.
Para el resto del mundo esa frase significaba: guerra, muerte, batalla,
lucha, esfuerzo, victoria, proceso, energía, coraje, poder, valentía. Para el mundo
era una simple frase que se inventan las personas enamoradas cuando es un
amor prohibido y difícil de enfrentar ante la sociedad. Para el mundo esa frase no
era nada. Pero para mí no sólo se trataba de una frase inventada, era mi
332
momento, mi vida, mi sacrificio, mi sueño, mi verdad, mi presente y porvenir, mi
todo. No se trata de lo que digas, se trata del modo en que lo digas, lo que
signifique y el porqué se dijo. Y sé que ella no lo dijo porque simplemente recordó
que lo había leído en algún lugar, ella lo dijo en el momento adecuado y eso
marca una gran deferencia.
*****
-Ni sueñes que subiré dieciséis pisos por las escaleras, podremos ser los
mejores amigos pero lo siento mucho –dijo Jossep sosteniendo todas las bolsas y
entrado al ascensor.
Levantó las bolsas como si ese fuera el mayor apoyo que puede darme en
este momento y rio con crueldad.
-No –respondió-, estoy muy cómodo aquí en esta cama, prefiero observar
todo desde aquí.
-Idiota –dije lanzando un paño de cocina sin dar en blanco, cayó al suelo
antes de llegar hasta él.
333
Ya todo estaba listo, miré mi camisa y estaba manchada de pasta de
tomate, fui a tomar una ducha rápido. Al salir del baño me coloqué pantalón negro
y estuve indeciso entre una camisa azul marino y otra roja.
-¿Cuál color prefieres? –pregunté a Jossep levantando las camisas con mis
manos.
334
CAPÍTULO 28
Feliz cumpleaños
-Max ¿Por qué tienes todo a oscuras? –Tosió- ¿Te acabaste la colonia? -rio
frunciendo el ceño.
-Te tengo una sorpresa –dije-, pero tienes que cerrar los ojos
¿De acuerdo? –asintió con una gran sonrisa. Cerró los ojos y la guie hasta el
balcón, estando frente a la mesa susurré en su oído:
-Puedes abrirlo.
335
Su mirada recorría toda la mesa, luego me miró con una gran sonrisa.
-Marry –dijo y asentí, estaba seria, enojada tal vez ¿Lo habré arruinado?
-Yo sólo quise darte una sorpresa –dije-, yo fui el de la idea ¿No te gustó?
Me miró seria durante unos instantes y luego sonrió besando mis labios
suavemente. -Esto está perfecto, amo cuando te tomas el tiempo para hacer estas
cosas, los detalles. Gracias.
-Sólo quiero ser el mejor novio para ti –dije acercándome hasta sus labios.
-¿Recuerdas cuando dijiste que seríamos “los dos contra el mundo”? Pues
lo vi y pensé en ti y en nosotros –dije y lo tomó en sus manos viéndolo, sonrió
mirándome mientras caía una lágrima de su rostro, la detuve con mi dedo.
La miré a los ojos fijamente y aun con lágrimas en sus ojos me mostro una
sonrisa, pero no era cualquier sonrisa, esta era de felicidad. Hay sonrisas que
pueden reflejar también la tristeza.
336
-Al fin y al cabo lo supiste. Definitivamente Marry no sabe guardar
secretos –rio.
-Es una buena amiga. Ella no quería que tu día transcurriera sin pena y sin
gloria.
-Es hermoso –dijo, se acercó de nuevo hasta mi lugar besando mis labios
de una forma dulce.
-La comida se va enfriar –aseguré riendo y me soltó con una gran sonrisa
en su rostro.
Moví la silla para que tomara asiento, yo me senté de frente para tener una
mejor visión de ella, saboreó la cena y luego asintió en señal de aprobación. Serví
las copas con champagne y sonrió.
Reí recordando el café que había preparado cuando por primera vez hice
un desayuno para ella.
-No estaba simple, es decir, si lo estaba pero era porque no conocía tus
gustos –dije riendo.
337
Entre bocado y bocado terminamos nuestra cena, nos miramos
mutuamente.
-Yo sólo quiero que seas Max, el mismo chico que conocí en el autobús y
del cual estoy profundamente enamorada.
-Esto –dije.
Ignoró mis palabras al igual que yo las había olvidado por completo para
seguir besándola. Acariciaba su cuello mientras las sensaciones de placer y deseo
entraban en la escena.
-Bésame como si nunca más en tu vida me volverás a ver Max. Hazlo, por
favor.
338
Pensar en su ausencia hizo que comenzara a doler, doler de verdad. Si ella
me faltara en algún momento creo que no sería el mismo. Pasé mis manos por su
espalda y ella se arqueaba dando grandes suspiros. No hacía falta que fuera la
última vez junto a ella para besarla de esta manera. Cuando lo hago siempre es
con aquella pasión y entrega total de todo mí ser. Aunque realmente en cada
momento faltaba algo, y ahora ella, tanto como yo ansiaban que pasara.
Besé con fuerza sus labios, yo ya estaba decidido y este era mí momento,
nuestro momento. Pasé mi mano por sus piernas subiendo el vestido hasta sus
cadenas, me tomó por la espalda apretándome contra ella, mi mano recorrió sus
muslos hasta llegar a tocar su panti, desde sus caderas fui bajando su panti poco
a poco.
339
-Hey Max acércate –dijo Jossep. Di media sonrisa fingida, maldita sea. Miré
a Suzanne con mi sonrisa simulada y sonrió al saber que no estaba contento de
que ellos llegaran justo en tan importante momento. Llegué hasta ellos y abracé a
Suzanne por el hombro.
-Pero la torta...
-Luego comemos torta, mañana... otro día, no sé –dije caminando con ellos
hasta la puerta, ya no sabía que decir para que se largaran rápido.
-¿Buenas noches? –dijo Marry un poco molesta, Jossep detrás de ella reía,
él sabía lo que iba a pasar luego de que se fueran, les di una gran sonrisa
cerrando la puerta de golpe.
-Te quiero sobre la cama, desnuda. Hace minutos atrás pensaba que ese
vestido te quedaba realmente hermoso, pero ahora no. Te queda horrible,
quítatelo ahora, te verías más hermosa sin él puesto –dije deseando admirar su
cuerpo en medio de la oscuridad, en medio de la noche oscura donde mi corazón
latía a mil por segundo y donde mis manos picaban por tocar cada centímetro de
su piel. La deseaba más que mí respirar.
340
Comencé a quitar los botones de mi camisa.
Besó mis labios con pasión y en cuanto tuve mis manos en su espalda me
las quitó.
-¿Qué mierda…?
Era mucho para mí. La tomé por el cuello y la besé con fuerza. Tanta que
pude haberle hecho daño. Junté mi cuerpo con el suyo apretándola contra la
mesa, mi mano llegó hasta sus piernas subiendo hasta llegar a su sensual trasero,
la apreté con fuerza y soltó un gemido de placer. Dios mío, deseo a Suzanne más
que a nada en la vida.
Caminamos hasta la cama y estando frente a ella pasé mis manos por su
espalda para quitar su brasier dejando a mi visión sus senos perfectos. Besó mi
cuello, luego mi pecho seguido de mi abdomen. Arrodillada frente a mí quitó el
botón del pantalón y bajó la cremallera con lentitud. Mi erección estaba
desesperada por salir. Quitó el pantalón por completo dejándome en ropa interior.
341
De nuevo estaba en mi boca y una vez más mis manos tuvieron la satisfacción de
poder acariciar su piel suave.
Recuerdo que hace unos instantes atrás sabía lo que iba a venir, o al
menos eso creía yo. Independientemente de toda mi experiencia acumulada a lo
largo de los años mientras andaba vagando por el mundo de cama en cama, de
chica en chica, estaba enfrentándome a algo completamente nuevo para mí, quizá
el acto sexual es igual con cualquier persona, de cierto modo todos tenemos
aparatos reproductores que cumplen una misma función en cada uno de nosotros,
no hay nada distinto (aparte del volumen y tamaño del mismo). Yo no estaba
haciendo algo a lo que estaba acostumbrado, había algo distinto dentro de todo
esto y estaba a punto de averiguarlo.
Para un Hipersexual el sexo era mucho más que un simple toque de piel
entre dos personas que desesperadamente buscan la unión de sus partes
genitales, era más que un roce de labios junto al enfrentamiento de lenguas que
entre quejidos y contiendas encuentran la manera de convivir una con la otra en
ese masoquismo interminable, era mucho más que gemidos de placer causados
por las caricias que hacen erizar la piel y el contacto en esa parte especial que lo
hacemos llamar “punto débil”. Para mí el acto sexual era la vida misma en su
máxima expresión demostrando una vez más lo único que podía ser perfecto
dentro de una vida hecha mierda.
342
En el momento donde hubo la unión perfecta de dos personas que se
amaban totalmente pude percibir eso a lo que la gente le llama: “hacer el amor”.
343
Nos movíamos rítmicamente sobre la cama. Llegué a mi punto máximo de
excitación hasta eyacular en el preservativo. Y ella también se vino. Un momento
perfecto sin lugar a dudas.
-¡Dios mío! Este ha sido el mejor cumpleaños que he tenido en toda mi vida
–comentó y besé sus labios suavemente.
-Te amo.
344
CAPÍTULO 29
Un accidente
E
l recepcionista trajo una caja. Era el correo de mi padre; todos los
depósitos e inversiones en gran valor monetario. Comparé los
documentos del orfanatorio y no concordaban, sólo el diez por
ciento había sido invertido en Smile Real, el dinero restante faltaba, esto era un
robo y alguien tenía que pagar por eso.
345
-Mi pa... es decir, el Sr. Brown hará las investigaciones y dará con él o los
culpables –dije mirando a los empresarios italianos, se miraron mutuamente con
nerviosismo-. Ahora bien, lo importante es saber que hemos sido víctimas de un
robo, no podemos cerrar o demoler el lugar por el abandono de las instalaciones
cuando durante cada mes como lo pueden ver en los documentos se ha estado
invirtiendo una gran cantidad dinero, pero por el mal manejo se ha ido
estropeando.
*****
*****
346
-Al diablo las maletas –dije girándome con fuerza quedando sobre ella-,
quiero estar contigo ¿Tú no? –pregunté.
*****
347
Todo en casa estaba ordenado; cocina, baño y cuarto, pensé sobre que mi madre
había venido y ordenó mi desastre. Sería menos complicado si pudiera arreglar
cada desastre en mi vida con la misma facilidad que podría arreglar mi casa o un
simple cuarto.
Esa noche dormí junto a Suzanne, eso me hacía sentir bien, no había
pensado mucho sobre el sexo, de algún modo ella me mantenía estable, pero no
siempre era de esa manera, en la madrugada mientras ella dormía me levanté
excitado, fui directo al baño a masturbarme para que no pudiera ser observado,
relajé un poco mis ganas, luego al regresar la vi; yacía dormida como un bebe, tal
vez podía despertarla y estar con ella pero no sería justo, preferí entonces tratar
de dormir y olvídarme un poco del sexo.
Envolví una toalla alrededor de mi cintura, fui hasta la puerta y abrí, la luz
del sol hizo que me encandilara un poco y puse mi mano sobre mis ojos
parpadeando un par de veces, Jossep me hizo a un lado pasando a toda
velocidad hasta mi cuarto.
Lo seguí.
Encendió la televisión.
-Oh Suzanne perdón por interrumpir su siesta o lo que sea que estaban
haciendo –dijo mirándonos.
-... Este suceso ha causado mucho revuelo en todo Paris y el resto del
mundo, las autoridades están investigando sobre quienes pueden ser los
presuntos culpables –dijo un periodista-. El Sr. Brown fue trasladado al Hospital
348
del Centro con graves heridas, el choque fue en horas de la mañana, el auto en
donde viajaba fue volcado por un camión que se dio a la fuga sin ser reconocido,
aparentemente esto ha sido de manera intencional. Un ataque terrorista lo llaman
las autoridades del Estado. –Se apagó el televisor, miré a Jossep y tenía el control
remoto en su mano. Lo había apagado.
Los miré a los dos y aún estaba en shock, no sabía que decir, sólo que
tenía que ir rápidamente al hospital, tomé mi ropa metiéndome en ella, Suzanne
me miró con confusión.
Tomamos un taxi para llegar rápido al hospital, la prensa estaba por todos
lados, los camarógrafos se aglomeraban en la puerta de entrada, esperaban con
paciencia que pasara algo interesante para así tener la primicia, pasamos
esquivándolos, en la entraba Calvin y otro guardaespaldas de mi padre me
reconoció y pasamos rápidamente.
Asentí en su dirección.
349
-¿Dónde está? –preguntó Jossep, mi madre señaló hacia una puerta blanca
de madera donde a cada lado había un guardaespaldas. Caminé hacia la puerta,
los dos me miraron por un momento pero no dijeron nada, giré la manilla y entré.
Tomando una silla la acerqué hasta la cama sentándome cerca de él, tomé
su mano y estaba frio, tan frio como yo lo había sido con él durante veinte años,
suspiré pensando que debí perdonarlo, todos merecemos ser perdonados, fui tan
injusto con él y conmigo mismo alimentado mi resentimiento, orgullo, rencor, furia,
enojo y decepción, nunca me sirvió de nada porque ahora estoy aquí mirándolo y
arrepintiéndome por todas las cosas que dije sobre él, no debería ser así...
perdonar o arrepentirse de todo cuando estamos perdiendo a la otra persona.
350
tanto dinero estaba pobre, tu perdón es la riqueza más grande que puedo
tener –susurró y más lágrimas bajaban por mis mejillas, sentí la necesidad de
abrazarlo-. No llores por favor.
-Eh, yo... no estoy llorando –dije pasando la mano por mi cara para quitar
las lágrimas. Saqué mi mano de su agarre y me levanté de la silla haciéndome
hacia atrás.
-Sí. Es decir… eres mi padre, todos los hijos quieren a sus padres, poco o
mucho igual es querer –respondí-. ¿Cómo fue el choque? –pregunté cambiando
de tema intencionalmente. Se miró a sí mismo apretando su boca en una línea
recta.
Suspiró.
-Yo sólo quería salir solo. Todos necesitamos despejarnos del trabajo y las
ocupaciones... así que decidí tomar un auto y me fui, sin guardaespaldas sólo era
yo. Lo único que recuerdo fue cuando desde la otra vía una camioneta golpeó el
carro con fuerza haciéndome volcar, luego de eso desperté aquí y ya, eso fue
todo. No fue de alta gravedad porque tenía el cinturón de seguridad y eso de algún
modo me ayudó. Los medios de comunicación crean algo grande de cosas
mínimas. Lo que tengo no es de gravedad.
351
-No lo creo –Vaciló-. Aunque tal vez sea de ese modo, como veras, tengo
muchos guardaespaldas y seguridad en todos lados, no los tengo por capricho o
por un simple juego, tengo muchos enemigos, todos buscando lo mismo...
-Con algunos golpes pero se pondrá mejor -dije-. Espero que para la
próxima hagas bien tu trabajo –advertí con ira.
Asintió abatido.
Intentar pasar entre las personas fue imposible, cada cámara y micrófono
estaban frente a mí, la luz del flash me encandilaban, jamás me gustaría ser una
celebridad, los mandaría todos a la mierda sin importar nada, pero ellos no
estaban aquí por mí, la noticia y el protagonismo era de mi padre.
-¿Cuál es el estado de salud del Sr. Brown? ¿Va a morir? ¿Quién es usted?
¿Está muy grave? ¿Díganos como se encuentra?... –Todas las preguntas eran
lanzadas como ráfagas en nuestra dirección, miré a Jossep y sonreía antes las
cámaras.
-Si voy a tener un momento de fama necesito salir con una gran
sonrisa –comentó.
-¿Nos puede decir cómo está el Sr. Brown? –preguntó una chica blanca de
ojos claros acercando su micrófono cerca de mi boca, entonces todos hicieron lo
mismo, cada micrófono eran de canales de televisión distintos, al igual que
352
grabadoras y teléfonos móvil. Las cámaras apuntaron hacia nosotros. Se
mantuvieron en silencio esperando mi respuesta. Miré a Jossep y se encogió de
hombros.
-Eh, mi pa... el Sr. Brown se encuentra bien, tiene heridas y fracturas pero
se va a recuperar.
-¿Usted es el hijo del Sr. Brown? ¿Dónde vive? ¿Por qué lo mantuvieron
escondido? ¿Hay algún tipo de conflicto entre ustedes? ¿Estás casado? ¿Hijos?
¿Dónde estuviste todo este tiempo?... –fueron tantas preguntas a la vez, me sentí
desesperado, todos querían que respondieran rápido sus preguntas.
Amontonados y casi sobre mí. Vi a Calvin acercarse a nosotros junto con otro
hombre, ellos abrieron espacio entre las personas.
Rió.
353
-Perdón –dijo Jossep-, si fuera un zombi... la última persona que me
comería sería a ti –frunció la cara-. Asco –le lancé una mirada fulminante
empujándolo.
Rió.
-No fue buena idea que dijeras eso delante las cámaras, te aseguro que
mañana estarás en primera plana y hoy mismo saldrás en todos los noticieros de
todo el país y el mundo –comentó Calvin.
¿Mafioso?
*****
-Espero que todo esté bien, me fui a la academia, luego pasaré por la casa
de Marry, nos vemos en la noche. Te amo. –Me hizo sentir aliviado porque por
primera y única vez la necesitaba lejos en estos momentos para que no viera lo
que a continuación iba a ver, en la mesa de noche halé la gaveta buscando entre
varios papeles.
354
-Esto –dije alzando el sobre amarillo con el nombre de mi padre. Fuimos
hasta la cocina, quité los platos y vasos que estaba sobre la mesa dejándola libre,
en mis manos tenía el sobre, rompí la parte de arriba y deslicé mi mano sacando
todos lo que estaba dentro, eran muchos papeles, se regaron por toda la mesa;
nombre de las empresas del cual es dueño mi padre, en algunas era accionista,
también todos los diferentes tipos de cuentas bancarias donde muestra el gran
capital depositado, notas de periódicos donde sale mi padre con otras figuras
públicas y/o políticas de otros países. Entonces miré fijamente a unas fotografías;
mi padre junto a mi madre, abrazados, tomados de la mano y besándose, eran
varias fotos recientes ¿Están saliendo?, había una foto mía, mi abuela, mi
hermano, cada una en la parte trasera tenían los nombres completos de cada uno,
vi otra fotografía de mi padre y yo juntos, conversando.
-No puedo hacer eso, los dos nos meteríamos en graves problemas,
Thomas nos tiene en sus manos, si hacemos cualquier movimiento para llevarlo a
la cárcel, él nos hunde a nosotros también. Estamos perdidos –respondí
mirándole.
355
-¿Y entonces?
*****
356
CAPÍTULO 30
Un error más
A
l siguiente día fui con Suzanne hasta el consultorio de Will, quería
que se conocieran y esta vez era más fácil de presentarlos; no
tendría que mentir sobre quién era y lo que hacía.
-Es mía, no quiero que le digas que es hermosa, sólo yo quiero decirle
eso –dije riendo.
-Puedes decirle todo Will, ella sabe todo sobre mí. Ya se lo confesé –dije.
-¡Vaya! De todo lo que me has contado sobre ella, eso es lo que más me
sorprende –dijo-. Él es un poco alocado, créeme que no encontrarás a alguien
como él –añadió volviéndose hacia Suzanne.
-Sí, lo sé, siempre hace cosas locas –dijo Suzanne riendo, se acercó hasta
el odio de Will y le susurró algo, él rió y yo sólo los miré serio.
Miré a Suzanne sonriente: -Yo tampoco voy a amar a alguien más, porque
a la única persona que quiero en mi vida es a tí –dije. Me regaló media sonrisa y
besó mis labios.
-Esto es muy incómodo ¿Saben? Quiero que sepan que yo estoy aquí con
ustedes, así que dejen eso para luego –comentó Will riendo. Nos separamos y
reímos ante su comentario-. Yo te vi ayer en las noticias Max y juro que mi quijada
cayó al suelo cuando dijiste lo de tu padre –dijo paseándose por el consultorio
hasta sentarse en la silla del escritorio. Nosotros nos sentamos frente a él en unas
sillas de madera nueva.
357
-Decidí que no debería mantenerlo oculto, era hora que todo el mundo
supiera quien era yo. Además, he perdonado a mi padre, verlo postrado sobre la
cama de esa forma me hizo reflexionar un poco, es mi padre, todos alguna vez
merecemos otra oportunidad sin importar que tan grave sea el error que
cometamos –dije.
-No te voy a decir que ya he olvidado todo porque te estaría mintiendo. Diré
que le estoy dando la oportunidad para llevarnos bien y poco a poco ir
recuperando todo el tiempo perdido –comenté.
Asentí.
358
-Y la tengo –dije-, pero no es tan fácil como parece.
-Nadie ha dicho que sea fácil. Esto toma su tiempo y no cualquiera lo logra
pero cuando se tiene las ganas suficientes para pelear contra algo se puede
lograr. Si puedes hacerlo, yo confío en ti –dijo Will.
-Yo también confío en ti, yo voy a estar contigo para ayudarte en lo que
pueda, no estás solo, yo estoy aquí también –agregó Suzanne besando mi mejilla.
*****
Había pasado un mes desde aquella conversación con Will. Comencé las
prácticas en el centro de rehabilitación, más que todo trataba del autocontrol y
hacer actividades que me ayudaran de despejar mi mente para no pensar tanto en
el sexo. Al principio fue bastante difícil, necesitaba masturbarme o estar con
alguien. Suzanne me ayudaba desde mi casa, siempre estaba conmigo, incluso
me acompañaba al trabajo todos los días, fue difícil alimentar mi adicción estando
ella a mi lado, la desesperación a diario era tormentosa, algunas veces mientras
tomaba una ducha me lograba masturbar rápidamente sin que Suzanne se diera
cuenta, estuvimos juntos pocas veces, sé que ella deseaba estar conmigo la
mayoría de los días porque me lo decía, pero se mantenía firme en su palabra de
ayudarme a salir de mi adicción. Las noches y días que estuvimos juntos se
sintieron como que no había nada más que yo quisiera en la vida, fueron
momentos inolvidables que nunca podré borrar de mi memoria.
-Te amo –dije besándola contra la puerta del baño, los dos estábamos
desnudos, su cuerpo junto al mío podría ocasionar un calentamiento global,
podríamos causar un daño a la humanidad, Suzanne suspiraba cuando
lentamente pasé mi lengua por su oído y cuello, mis manos recorrían cada
centímetro de su cuerpo; desde la base de la nuca hasta sus muslos.
-Vamos rápido Max, quiero que entres en mí, hazlo ya –suspiró con sus
ojos cerrados.
359
Tomé su mano y entramos al baño, abrí la llave de la regadera y nos
besamos hasta estar bajo la lluvia de agua, Suzanne dio un grito ahogado
abrazándome fuertemente.
-Eso ha sido extremo –escuché decir y el sonido una pequeña risa salió de
su boca.
*****
360
Su compañía fue lo mejor que pude tener, cada día me estaba enamorando
más de ella, no sabía hasta qué punto llegaba el amor, ni cuál es el límite, pero mi
amor por Suzanne no dejaba de crecer día tras día y de cierto modo eso me
estuvo ayudando a diario. Luego su madre llegó de Suecia y tuvo que retornar a
su casa para que su madre no sospechara que se había ido. Nos seguíamos
viendo aunque no tantas veces como antes.
361
Estando yo en casa de mi padre, conversé con él preguntándole cómo se
sentía a lo que respondió que iba en mejoría. Estábamos en su cuarto; amplio con
grandes ventanas, pintado de azul con blanco, cuadros grandes en las paredes de
paisajes naturales y adornos en blanco y negro.
-Es agradable la idea pero no quiero hacer nada, una reunión familiar
pequeña tal vez, pero nada más –aseguré.
-No, gracias.
-No creo que un carro pueda caber en el cuarto de los regalos –solté sin
mediar palabras. Me miró fijamente sin decir nada, estaba perturbado y tenía
mucha vergüenza.
-No importa, el día que vine con Suzanne entré curiosamente a esa
habitación –dije.
362
-¡Samantha! –gritó y ella llegó enseguida-. Por favor trae el regalo número
veinte. –Ella se fue rápidamente.
-No lo sé.
-Creo que todos esos montones de recuerdos lo que hacen es torturarte día
a día.
-Tienes razón.
-De seguro que sí. Tratar de conservar cosas viejas es tan parecido a
lanzar el ancla al mar, por más que intentes navegar ese ancla que se parece a
los recuerdos no te soltaran y no podrás avanzar hacia ningún lugar.
Leí la sinopsis:
363
-Este libro se ve muy interesante –dije mirando la portada; un hombre y un
niño tomados de las manos en el campo, sus cuerpos eran sombras, y la foto
reflejaba un atardecer.
*****
-Claro que sí, ten confianza en tí mismo, le agradarás –dijo sentado frente a
su escritorio.
-Estoy nervioso, nunca he llegado a este punto, es la primera vez que pasa,
jamás conocí a las madres de ninguna mujer con las que estuve –dije caminando
alrededor del consultorio.
-¿Estás seguro?
-Si Will, nunca he estado tan seguro de algo como lo estoy ahora, esta
mujer a cambiado mi vida, todo lo que me hace sentir va más allá que cualquier
cosa. Te contaré algo... cuando estuve por primera vez con ella supe que era la
indicada, no sólo por cómo se movía en la cama… era más que eso, mi cuerpo
temblaba como mi primera vez –dije.
364
-Si lo fue, con todas las demás mujeres sólo tuve sexo, eso fue todo. En
cambio, con Suzanne hice el amor, no fue sólo sexo –aseguré.
-Sí.
-Ella es muy traviesa así que tendrás que tener mucho cuidado cuando
salgas con ella –asentí.
365
Miré su cuello y veía el collar como siempre en su lugar. Desde que se lo
obsequié no se la ha quitado.
-… y yo –dije acercándome.
La abracé por la cintura, estábamos tan cerca que nuestras bocas estaban
a centímetros de distancia.
Reí.
-Quiero saberlo.
-Todo a su tiempo.
-Está bien –dijo-. Espera aquí, voy a buscar algo a mi cuarto. -Se fue
también perdiéndose entre el pasillo.
De las escaleras vi a una mujer bajar; tacones altos y usaba vestido negro
ajustado a su cuerpo, su cabello negro tapaba un poco su cara. Cuando llegó
366
hasta mi lugar echó su cabello hacia atrás y todo mi cuerpo comenzó a temblar,
tenía escalofrío, sudoración y nerviosismo al ver su rostro.
Mierda.
Asentí sin dejar de mirarla, ella era su madre, me acosté con ella y con su
madre, no sabía cómo sentirme respecto a eso.
-Voy por ella. –Dijo Suzanne yéndose por la puerta cruzando el pasillo.
367
-Maldición ¿Te estás escuchando? Tú eres su mamá... –dije cerrando los
ojos- yo... yo tuve sexo contigo y hasta recuerdo haberte dicho que hiciéramos un
trio, con tu hija, es decir, Suzanne, tú y yo. Mierda, tuvimos relaciones sexuales en
un hotel. –Añadí colocando las manos detrás de mí cuello.
Acostarse con la madre y con la hija para muchos hombres pudo haber sido
la mejor experiencia en su vida, la mejor anécdota para contar a todos los amigos
y conocidos. En cambio, para mí no era así, era otro error sumado a mi lista
interminable de cosas malas hechas a largo de mi vida.
-Suzanne, yo…
368
-¡Tú cállate también! –Dijo Suzanne estérica, negaba con la cabeza y
lágrimas salían de sus ojos- ¿Cómo me pudieron hacerme esto? ¿Cómo fuiste
capaz de acostarte con alguien que podría ser tu hijo? –preguntó mirándola.
-Hija...
-Me has decepcionado… y tú... –dijo mirándome con odio, con lágrimas en
sus ojos, cerró sus parpados reflejando dolor en su rostro-, no quiero volverte a
ver nunca más, a partir de este momento las cosas acabaron entre nosotros,
lárgate, vete de mi vida para siempre.
-Suzanne todo esto tiene una explicación, las cosas no pasaron de la forma
que piensas –dije.
*****
-¿Por qué ese almuerzo terminó tan pronto? –preguntó al abrir la puerta, al
subir mi cabeza miró mis lágrimas y con preocupación preguntó: -¿Qué ha
pasado? ¿Estás bien? –negué con la cabeza entrando y sentándome en su sillón
grande. Buscó una silla colocándose frente a mí.
369
-Lo he arruinado todo Will. –lloré-. Yo y mi maldita adicción hemos
arruinado todo –comencé-. Conocí a la mamá de Suzanne, se llama Amanda –dije
mirándolo directamente a los ojos-, me he acostado con Amanda. -El rostro de Will
pasó de atento a sorpresivo.
-Uh...
-Esta es una noticia muy fuerte, yo siendo ella reaccionaría de esa manera
y hasta peor, es lógico que no quiera verte más –dijo.
-Pero eso fue antes de conocerla y si hubiese sabido que era su mamá no
me hubiera acostado con ella. –Aseguré.
-¡Ya lo sé Will! –grité con ira. Estaba enojado pero no con él, lo estaba
conmigo mismo. Debía gritar fuerte y desahogarme un poco de todo esto. No
podía pasarme esto a mí. Sé que merezco muchas cosas malas pero no está-.
Maldita adicción, malditas ganas de tener sexo todo el tiempo, mil veces maldito
yo mismo –dicen que las maldiciones que lanzas se regresan como el boomerang,
pues esperaba que todo regresaran incluyendo las que no me pertenecían ¿Se
puede tener más infierno que un poco de cielo?
370
Llegué a mi casa y marqué varias veces el número de Suzanne pero no
contestó. Me hundí en mi cama llorando hasta quedar dormido y no supe nada
más del mundo exterior.
371
CAPÍTULO 31
El golpe final
D
esperté y marqué al número de Suzanne llamándola pero caía la
contestadora, lo tenía apagado. Comí algo rápido, tomé una
ducha para ir a casa de Suzanne, estuve listo en media hora;
franela blanca y pantalón negro. Al abrir la puerta para salir lo primero que veo es
a Jossep; franela azul cielo y jean.
-Thomas ha llamado, nos quiere hoy a las 11:00 am en Inter Zone –dijo.
Cerré la puerta.
-No se trata de si quieres ir, tenemos que ir sí o sí. Prometió que este sería
nuestro último trabajo, a partir de hoy ya no trabajaremos para él.
Asintió.
372
-Tenemos que acabar con Thomas –dije-, tiene que pagar por todo, hasta
por lo que le hizo a mi padre.
-Pero sólo fuimos obligados a trabajar él, no habrían muchos cargos contra
nosotros.
-En ese caso sí, luego de nuestro último trabajo se acabará todo con
Thomas.
-Pero antes tengo que hablar con alguien, tenemos que ir a casa de mi
padre –dije.
*****
373
Si tenía que remediar errores en mi vida debía hacerlo por completo.
Comenzando con Thomas, debía enfrentarlo de una vez por todas y hacer que se
acabe otro dolor de cabeza que podría causarle a Suzanne.
-El plan es: él nos va a dar una maleta con drogas para hacer una entrega,
con eso tendremos las pruebas suficientes para acabar con su mafia, la tomamos
y al salir ustedes actúan –indiqué.
-Porque queremos saber que nos tiene que decir –dijo Jossep.
*****
-Sí.
-Tú robaste algo que era mío ¿Creíste que no me iba a dar cuenta? –Dijo
golpeando fuertemente la mesa, se levantó paseándose por la habitación-. Tú me
vas a hacer rico a mí, apuesto que tu padre pagaría mucho dinero por su hijo
secuestrado ¿No es cierto?
¿Qué?
374
-Si –admití. Ahora me estaba dando cuenta del plan de Thomas, estaba
planeando todo y caímos en su trampa de una manera estúpida ¿En qué diablos
estaba pensando al venir aquí?
-¡Suéltalo! –grité y me miró con una gran sonrisa. Soltó su cuello y Jossep
tosió un par de veces recuperando el aliento.
375
que pudiera dar otro golpe más, los hombres me agarraron fuertemente y por más
resistencia que pudiera tener no podía con ellos.
Hubo un tiempo donde pensé en los tipos de muertes que tendría; uno de
ellos era que en medio de la autopista me lanzara sobre un carro que fuera a toda
velocidad y así morir en seguida por el impacto. O tal vez que una noche durmiera
profundamente y nunca más despertaría de ese sueño eterno. Pero nunca pensé
en morir de esta manera. Realmente todos creemos que moriremos de una forma
cuando el destino nos depara otra.
Abrí mis ojos creyendo que ya no estaría en la tierra si no en otro mundo (si
es que lo hay).
Miré a los lados y me encontraba en Inter Zone. Miré mi cuerpo para buscar
algo de sangre que me hiciera comprender que la bala había sido entrada en mi
cuerpo pero no encontré nada. Yo estaba bien, no me disparó. Pronto miré a
Jossep; sangre mojaba su camisa, su pecho estaba manchado, le había disparado
a él.
-El que mata aquí, soy yo. –Dijo Thomas guardando el arma detrás de su
pantalón.
376
lanzándome al suelo tomé su cabeza y la coloqué sobre mis piernas, parpadeaba
lentamente.
-Max –susurró Jossep. Lo miré, sabía que tenía que llevarlo a un hospital lo
más rápido posible, estaba perdiendo mucha sangre-. Dile a Marry que me
perdone por irme, que estaré en su corazón siempre. No quise irme así de su casa
cuando recibí la noticia de que estábamos esperando un bebe, yo solo quería
unas horas para procesar la información pero coméntale que estoy muy contento
de eso. Max voy a ser papá ¿Estás escuchando? –medio sonrió.
-De seguro que sí. A lo mejor será un boxeador si llega a ser un niño –dije.
-Tal vez se parezca a su madre si es una niña –dijo-. No la voy a ver creer –
lloró-, siempre fui un gran imbécil.
-Dile a Marry que aunque no lo pueda ver crecer, estaré muy feliz y
orgulloso de él o ella. También dile a Marry que sea fuerte siempre, que sea una
guerrera y no dejes que nadie le haga daño, que la amo, la amo y la amaré con
todo mi corazón…
-Tú vas a estar bien –comenté aun sabiendo que no sería cierto.
377
-No Max, puedo sentir como mi organismo se está deteniendo lentamente y
eso me indica que me queda poco tiempo para poder decirte muchas cosas… por
favor dile a Marry que cumplí mi promesa de amarla hasta el último día de mi vida.
-Por favor, cuida de nuestro hijo, cuídala a ella también. -Él sabía que
estaba mal, que su cuerpo no resistiría, su cara hacía una mueca de dolor,
apretaba mi camisa con fuerza, el dolor lo estaba matando.
-Ya lo sé tonto. Sé que soy el mejor amigo que pudiste tener. No vas a
encontrar a alguien mejor que yo –rió.
-Eres un idiota.
-Tal vez me hubiese quedado como lo hice a pesar que nunca me lo dijiste.
Sé que amas a Suzanne y ella te ama a ti, ya le pregunté y me dijo que eres lo
mejor que le ha pasado.
378
-Entonces has lo posible por conquistarla. No la pierdas. A veces la vida es
muy corta como para dejar pasar como si nada los mejores momentos.
Murió.
-Pronto vienes tú –dijo Thomas con una gran sonrisa. Yo estaba lleno de
ira, rencor, odio y desesperación, me levanté tan rápido como pude y corrí hasta
él, quería matarlo, dos hombres me tomaron antes que pudiera alcanzarlo,
luchaba para quitarlos, golpeé a uno con un puño en el pecho, al otro le di con el
codo en la cara, otro hombre se acercó, entre los tres me tenían agarrado, mi
objetivo era llegar hasta él-. ¡Hazla pasar! –gritó Thomas.
Era Suzanne.
Mi fuerza cayó, no entendía qué era lo que hacía ella aquí, Thomas era un
maldito desgraciado, ahora si estaba perdido, no quería que nadie más muriera
por mi culpa ¿Qué estaba sucediendo? ¿Hasta cuándo iba a perder a las
personas importantes en mi vida?
379
Ella se sacudía para zafarse de los hombres que la tenían agarrada, me
miró, pero peor fue su mirada fue de terror cuando vio a Jossep que yacía en
suelo muerto. Lágrimas cayeron de sus ojos. Ella tenía miedo, mucho miedo, lo
podía percibir.
–Ahora dime Max ¿Qué harás ahora? Estás perdido –susurró Thomas
sonriente, se acercó hasta mi lugar y dio un gran golpe en mi estómago, me
retorcí, el dolor fue fuerte, me había sacado el aire, trataba de soportar el dolor.
-Qué lindo es el amor. Pero a veces es tan cruel, a veces es tan triste y
otras veces muere –dijo Thomas señalando a Jossep en el suelo, no resistía verlo,
asi que preferí mirar a Suzanne; temblando y llorando. Me miró con tristeza.
Estaba arrepentido porque ella estaba aquí por mi culpa, soy una amenaza para
su vida, debí pensar sobre las consecuencias que le traería a su vida al estar
conmigo. Era demasiado tarde para pensar en eso, no había nada que pudiera
hacer.
380
-Ya no… ya no lo amo –interrumpió Suzanne mirándome con tristeza.
-Como sea, él no es quien dice ser, Max trabajó para mí todo este
tiempo; llevando mi mercancía –dijo Thomas mientras tomaba una maleta del
suelo colocándola sobre la mesa y abriéndola; bolsas transparentes con un polvo
blanco, era droga-, le pagaba mucho dinero por transportar todo esto a mis
clientes, es mi vendedor estrella, aunque yo simplemente los llamo repartidores,
¿Es cierto o no?
-¿No te sientes engañada al ver que todo ha sido una mentira y que Max no
es quien dice ser? –preguntó Thomas a Suzanne.
-Nada de lo que dije es mentira –dije mirándola-, cada palabra que salieron
de mi boca fueron sinceras, créeme por favor. Cuando dije te amo, que eras lo
mejor en mi vida y que mi amor sería infinito... era real, aún es real y nada va a
cambiar –añadí con lágrimas cayendo de mis ojos, ella giró su cabeza para evitar
verme; lloraba. Thomas reía, él sabía que la mejor forma de hacerme daño era
que Suzanne se decepcionara aún más de mí y lo estaba logrando. Mis intentos
para recuperarla estaban más allá de imposible.
-Me gusta verte sufrir Max, es tan complaciente como un orgasmo, esos
que tienes que cada vez que tienes sexo con muchas mujeres, ¿Suzanne también
fue una más en tu lista? –dijo con sarcasmo. Mierda, Thomas sabía todo de mí,
supongo que estuvo investigándome todo el tiempo.
-¡Cállate! –grité.
-Bueno, basta de habladurías, terminaré con esto de una vez –dijo Thomas
apuntando a Suzanne con la pistola.
381
-Entonces será como quieras –dijo volviéndose hacía mi apuntándome con
su arma. Miré a Suzanne tras él; lloraba sin parar. Si iba a morir lo último que
quisiera ver es el rostro de ella; su cabello, sus ojos, piel, manos y labios; donde
juntaba los míos formando un solo ser.
Disparos.
-Max quedas arrestado por complicidad con el mafioso Thomas –dijo uno
de los policías apuntándome con su arma, asentí serio y vi a Suzanne negando
con la cabeza decepcionada, siguió caminando hacia la camioneta negra donde
382
uno de los guardaespaldas de mi padre la esperaba, el policía esposó mis manos
hacia adelante y entré a la parte trasera de su auto.
La perdí de vista.
Si las personas comentan que al menos no tuve una vida tan trágica diré
que es lo mejor que pude hacer, para mí era la peor mi vida que me otorgaron.
Mucho drama y agonía para una sola persona.
A lo mejor estaba dentro de una pesadilla que parecía real. A lo mejor llevo
días dormido soñando de forma rápida que conocí el amor y luego lo perdí, que
tuve personas a mi lado y luego las perdí. Tal vez despierte y me encuentro en el
tiempo donde todo era sexo, dinero y alcohol.
Ojalá.
Maldición.
383
CAPÍTULO 32
A
l otro día aparecí de portada en todos los periódicos de la cuidad.
Todo el mundo hablaba sobre eso, tuve un momento de fama pero
no del modo bueno, al contrario, todo lo que decían eran
porquerías sobre mí. También, estuvo el secuestro de Suzanne y la muerte de mi
mejor amigo Jossep; ver su foto en el periódico me hizo sentir mal, lo último que
dijo era que cuidara de su hijo y de Marry pero era difícil hacer eso desde la
cárcel. Thomas fue capturado y llevado a la cárcel de máxima seguridad, teniendo
como pena pasar ciento treinta años en prisión junto con todos sus hombres; al
menos con los que quedaron vivos luego del enfrentamiento entre ellos y los
policías.
En los días de visita venía mi madre sin falta y me hacía llegar toda la
información de lo que sucedía. Todo aquí en esta celda es oscuro, he pasado una
semana tras estas rejas, solo, muriendo de frío, sin nada que me pudiera dar calor
más que mi ropa sucia y maloliente, con dolor de espalda porque en el piso donde
duermo era muy incómodo.
Ahora tenía veintiuno recién cumplidos, ese día lo pasé solo porque no era
día de visita. Algunas noches me desvelaba pensado en Suzanne, en su mirada
llena de tristeza y su forma de decir que ya no me amaba. No ha venido ni un sólo
día, estoy preguntándome si estará bien o qué hace en estos momentos. Luego
Jossep; la culpa me invadía. Si hubiese tomado la decisión de que los policías
entraran antes que nosotros la historia sería distinta y él estuviera vivo. Calvin me
ha contado que fue enterrado un día después mientras yo estaba aquí encerrado.
384
Me han culpado de intento de homicidio, narcotráfico y consumidor de
droga, cosa de lo cual no soy culpable, mi único delito es llevar los encargos de
Thomas, sólo eso. Mi padre pagó el mejor abogado de toda Francia para el juicio
de sentencia al cual no fui invitado, fue algo ilógico; yo tenía que estar presente,
ellos decidirían cuál sería mi futuro y no estaría ahí para opinar sobre ello.
No me parecía justo.
*****
Mañana es mi juicio.
-¡¿Quien?! –grité.
-Yo –dijo Suzanne, tenía vestido negro junto con sus tacones y su cabello
suelto.
Se encogió de hombros.
-Ya me vez, aquí en la cárcel, pagando por todo lo malo que hecho.
-Podría ser peor –aseguró. Quizá se refería a que estaba vivo en lugar de
muerto como terminó Jossep.
385
-Ya me voy –dijo dando un paso hacia atrás y luego se giró caminando
hasta la puerta de salida.
-Will, estoy muriendo aquí, nada está bien. Aquí duele –dije colocando mi
mano en el corazón.
-Tienes que ser fuerte y luchar contra todo lo que te está haciendo mal.
-No puedo.
*****
386
A veces sorprende como en un segundo estamos tocando el cielo y al
siguiente estás en viviendo en el mismo infierno.
-Recoge tu trasero, estás libre. Ganamos el juicio –dijo. El policía sacó unas
llaves de su bolsillo y abrió mi celda.
*****
*****
-Voy por ella –dijo cerrando la puerta. Me giré hacia el vecindario, recordé
la vez que había obtenido el número de Suzanne y le grité antes de irse. La puerta
se abrió y miré a Marry, tenía camisa blanca con círculos negros y un short negro.
387
-Jossep... –comenzó a llorar- él me dejó un mensaje para ti antes de... –me
quedé en silencio mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
-¿Qué dijo?
-Lo sé, confío en él así como también confío en ti, todos tenemos
momentos difíciles que nos hacen actuar de mala manera.
-Gracias, ojalá otra persona pensara de la misma forma –dije-. Espero que
estos momentos llenos de nostalgia se acaben pronto –añadí abrazándola.
-Vamos.
*****
-Yo también te amaré hasta el fin de mis días, aquí... -dijo con la mano en
su barriga- está creciendo lo más hermoso que me has podido dejar... nuestro hijo
388
o hija, no lo sé pero lo amaré del mismo modo que te amo a ti -la abracé por su
hombro y lloraba.
-Todo fuera tan distinto si estuvieras aquí, me hubieses dicho qué hacer o
cuál es el remedio para no sentirme de esta forma tan mierda que me siento. Sé
que dijiste que luchara y ganara las batallas pero ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo
continúas luchando cuando ya no tienes fuerzas para pelear? Ya no tengo nada,
mi mejor amigo está muerto, mi novia me ha dejado y no quiere verme jamás,
siento tanta tristeza y nostalgia y no sé qué hacer para cambiar eso ¿Tú podrías
ayudarme? –pregunté mirando la lápida con el nombre de mi abuela grabado
esperando que me respondiera pero sabía que era inútil-. Disculpa por no haber
venido, simplemente no lo hubiese soportado.
-Ella te entiende –dijo una voz de mujer, reconocí que era mi madre; camisa
blanca y jean ajustados con tacones negros.
Se sentó a mi lado.
389
-Oh, sí, desde luego, una pequeña parte de las personas que se van de
nuestra vida quedan dentro de nosotros y con eso podemos sentir que siempre
están a nuestro lado.
-¿Por qué las personas a las cuales le tenemos más afectos son las que
más rápido se van?
-Me enamoré mamá –dije-. Me enamoré de una chica que ahora me odia
por todo lo que hice.
390
CAPÍTULO 33
¿Cómo avanzar?
F
ue sólo una mentira más decir que estaría bien, habían pasado un
par de semanas y cada vez me sentía peor, sin ánimos, ni ganas
de continuar luchando para salir de mi adicción, me masturbaba
más veces de lo normal y no me importaba en absoluto. Abandoné el trabajo en
Eiffel Coffie y sólo asistía tres veces por semana a Help Me Strong; sin hablar, ni
sonreír, hacía mi labor y a casa de nuevo. Mi celular explotaba de llamadas de
Will, Freddick, Marry, Owen, mi padre y mi madre, pero no las contestaba, no
quería ninguna llamada, o sí, sólo la de Suzanne pero nunca llama, le he dejado
miles de mensajes y llamadas sin recibir respuesta alguna. Tomé la decisión de no
marcar más pero era imposible, así que fui al baño y lo lancé en el inodoro
copiándome de la travesura que había hecho la hermana de Jossep.
-Vete Will no quiero hablar con nadie –dije sentándome y tomando más de
la botella.
-Devuélvemela, por favor, necesito calmar todo este dolor que estoy
sintiendo a causa del desamor –dije.
391
-Ya estoy hecho cenizas a causa del dolor. Si me hubiesen avisado de lo
doloroso que sería enamorarse no lo hubiera hecho.
-Las cosas del amor son muy difíciles de resolver, lo sabrás tú a su tiempo,
sabrás que la llave de toda respuesta la tienes guardada dentro de ti y la puerta
abre desde adentro.
-Días quizá, semanas, meses, años tal vez. A veces el dolor es para
siempre.
-El tiempo no se mide, se miden los recuerdos y el impacto que causan las
personas en tu vida.
-¿Tanto te afectó?
392
-Sí, claro, como sea. –Agregué con ironía levantándome de la cama
caminando hacia la cocina, Will me siguió y abrí la puerta de salida-. No quiero ser
descortés pero realmente quiero que te vayas, no quiero ver a nadie –señalé hacia
afuera y caminó hasta la puerta.
-¡Espera! –grité y se volvió hacia mí-. Dame la botella –miró su mano con la
botella y me la entregó yéndose de nuevo.
*****
Pasaron dos días e hice lo mismo, comer, dormir, comer, ducharme y volver
a dormir. El licor se había acabado y fui en busca de más. He aprendido que el
licor no borra no los recuerdos, al contrario: los intensifica. Pero neutraliza el dolor,
la pérdida, la nostalgia, las ganas de morir. Para mí eso era suficiente y por eso
tomaba.
*****
-No te preocupes yo anotaré las horas como trabajadas –dijo-, sería bueno
que retomáramos las prácticas.
-Puedes opinar... –dije serio- pero no sobre mi vida –agregué con ira-.
Hasta luego, tengo trabajo.
393
Mi trabajo era limpiar cada habitación y luego los baños, ayudar a preparar
la comida con los cocineros en el comedor y finalmente irme a casa, todos los días
que me tocaba venir era el mismo procedimiento, conocía a la mayoría de los
empleados pero sólo me limitaba a sonreir de manera fingida mientras saludaban
y no decía nada más el resto del día.
Hay una frase que dice: “Puedes pedir ayuda y cambiar tu vida o continuar
y terminar por destruirla”. Está de más decir cuál era el rumbo al que estaba
llevando mi vida.
*****
394
haciendo el amor... pero me atrapó la cruda realidad al saber que ya no estaba
junto a mí.
Duele esperar a alguien que sabes que nunca va a llegar. Mis días eran
tristes y vacíos, hasta había perdido la noción del tiempo. La vida pasaba y yo ni
cuenta me daba. A diario los recuerdos de una historia incompleta pesaban en mi
memoria, quería olvidar todo lo que me hacía daño, quería tantas cosas ahora que
nada me era dado. Pretendía dejar de pensarla pero era inevitable hacerlo, la
distancia no hacen disminuir el dolor que siente el corazón cuando pierdes a
alguien importante en tu vida, y ese era mi caso, estaba tan roto que nada me
reparaba, lo único que podía devolverme a la vida era estar de nuevo con la
misma persona que se la había llevado.
Era ella.
He escuchado decir que los hombres jamás sufrimos por amor, que
tenemos corazones de piedra y no le damos paso a la tristeza. ¡Es totalmente
falso! ¡Claro que amamos y nos enamoramos de verdad! ¡Claro que sufrimos por
amor! Pero al contrario de las mujeres somos mucho más reservados en cuanto a
expresar la amargura y el dolor, y no precisamente por el tema de que nos va a
hacer menos hombres, es simplemente nuestra forma de ser. Y puedo asegurar
que llegamos a sufrir de amor más que las mujeres.
*****
Necesitaba hablar con Will. No hablaba con él desde ese día en mi casa, ni
siquiera me había disculpado por tratarlo de esa manera. Fui hasta su consultorio.
Toqué su puerta y salió sosteniendo una camisa morada en su mano, el vestía
camisa beige y jean.
-Will, yo... –cerró la puerta en mi cara antes que pudiera decir algo más,
sentí merecerlo puesto que lo había botado de mi casa. La puerta volvió a abrirse
y se paró frente a la puerta. –Will yo sólo quiero pedirte disculpa por mi
395
comportamiento, yo estaba mal, o bueno, aún estoy mal. Sé que no debí pagar mi
rabia contigo pero fue un momento donde tengo todos esos sentimientos dentro
mí que me están matando y yo... –una lágrima bajó por mi mejilla y la quité
rápidamente- lo siento.
-Tienes que despejar tu mente, salir con otras personas, conocer gente
nueva y ya verás que poco a poco vas dejándola atrás.
-No puedo Will, sólo la quiero a ella –aseguré-. Salir con alguien más no va
a cambiar mis sentimientos hacia Suzanne. Puedo hacerlo pero la chica nueva
con quien salga no se merece que yo la utilice para olvidar a otra.
-Nadie ha dicho que vas a tener una relación con alguien más, es sólo
conocer y olvidarte un poco de todo ese dolor que llevas a cuestas.
-Una cosa lleva a la otra. Conocer a alguien implica que uno de los dos
salga enamorado. De seguro ese no seré yo y la haré sufrir.
-Ella no va a volver –dijo sin que le quedara nada dentro. Will estaba
diciendo la verdad, ella jamás va a volver.
396
-Estoy engañando a mi corazón, porque si se entera de que ella no va a
volver jamás, se muere, entonces prefiero vivir con la esperanza de que un día
vuelva a encontrarla de nuevo –dije y rompí en llanto.
-Sí, dame la medicina para curar este dolor y estaré bien, o mejor, dame el
veneno necesario para morir y conmigo morirá este amor.
-Ya no sé, no sé cómo estaba antes de que todo esto pasara, no recuerdo
quien soy ¿Cómo avanzar así? –pregunté.
-Necesitas seguir, así como ella lo está haciendo. –Sus palabras fueron
como un puñal directo al corazón.
Hubo silencio.
-¡¿Qué?! –exclamé. ¿Cómo rayos…? -maldición. Más que ira era dolor.
Cuando creí que no podría haber más sufrimiento del que había, Will me dijo eso.
-Es necesario avanzar, Max debes dejarla ir, debes sacar eso de tu vida...
Me levanté y me dirigí hacia la puerta para salir, fui hacia las escaleras,
lágrimas salían a través de mis ojos, bajaban como fuente por mis mejillas. El
dolor iba aumentando cada vez más, caminé hacia la calle y no podía creer lo que
mis oídos habían escuchado “Necesitas seguir como lo está haciendo ella...” “la he
visto con otro chico”. Las palabras de Will hablaban en mi cabeza una y otra vez.
*****
397
Abrí mis ojos.
A la habitación entró una mujer blanca con cabello rojizo, tenía ropa blanca,
era una enfermera, en su mano tenía otra bolsa transparente.
-Te has desmayado, personas que estaban cerca del lugar llamaron al
cuerpo de médicos y te han traído hasta aquí. –Mis recuerdos eran borroso,
recuerdo las personas acercándose cuando yacía de rodillas en el suelo y luego
no recordé nada más-. Estabas deshidratado ¿A qué hora fue tu última comida?
-Dios ¿Cómo puede ser eso posible? Por esa razón te desmayaste. Tienes
que alimentarte bien. ¿Quién será esa chica que te quita hasta el hambre? –se
burló riendo. La imagen de Suzanne vino a mi mente de nuevo, todavía no podía
creer lo que Will había dicho, no lo podía asimilar.
-Eres muy guapo, debes tener muchas chicas detrás de ti. –Soltó.
-Oh. Lo siento mucho, suele pasar –dijo-. Ahora tengo que cambiarte el
suero –añadió mientras se acercaba a la cama donde estaba acostado.
398
-¿Existe algún tipo de medicina que pueda curar el desamor? –pregunté
pensando que de algún modo debería curar todo este dolor que me mataba a
diario.
-No hay medicina exacta para curar eso, aún no ha sido creada porque ese
tipo de situación se cura con el pasar del tiempo. –Respondió mirándome
fijamente como si yo fuera algún tipo de hombre que jamás ella había visto.
-Yo soy el que estuvo ciego al no ver el daño que le estaba causando al
gran amor de mi vida. –Las lágrimas continuaban saliendo- Me quiero morir.
¿Puedes colocarme un sedante fuerte que no me haga despertar
jamás? –pregunté.
-No puedo hacer eso, ni aunque pueda lo haría –respondió cambiando las
bolsas. Recordé la noche donde aquel hombre se había suicidado, él estaba en lo
cierto cuando dijo que el amor mataba a las personas, ahora que lo estoy viviendo
puedo sentir que sería menos doloroso dispararse a sí mismo en lugar de convivir
con la tristeza de haber perdido la persona que amas-. ¿La extrañas? –preguntó al
final.
-A ella.
399
-Como no tienes idea. –Respondí.
-Cometí muchos errores, le hice mucho daño, pero te puedo asegurar que
cada parte de mí la ama sin límites.
-Ella ya tiene otro. –El dolor aumentó cuando mi boca soltó esas palabras.
Se quedó en silencio y no dijo nada más-. Lo ve, hay cosas como esas que el
amor no puede resolver.
*****
Salí del hospital donde me encontraba y caminé por una plaza; la misma
donde Suzanne se había peleado con Hellen, miré hacia la parte central donde se
encontraba una fuente de unos caballos hechos de cementos, levantados en dos
patas y entonces la vi a lo lejos, era Suzanne, vestía una camisa verde, pantalón
negro y tacones, sentí que volvía a la vida luego de todo este tiempo sin verle, fue
en ese momento cuando un hombre alto y rubio vestido elegante la tomó por la
cintura y dio un beso en sus labios.
Se marchó.
400
salir corriendo lejos, gritar o llorar, de cualquier modo quería liberar este dolor que
me estaba matando.
-Yo... él es un amigo.
-Los amigos no se besan en la boca –dije y apreté mis labios en una línea
recta aguando mis ganas de llorar-. Suzanne yo aún te espero y te extraño pero
me duele mucho amarte tanto y que te hayas ido de esa manera.
-... Oh... –dijo ella mientras buscaba quizá las palabras adecuadas ante mi
manera de hablar.
Finalmente continué.
-Excepto... ver como la persona que amas está con otro chico –agregué y
mientras mis palabras salían con tristeza a través de mis labios, la miré fijamente a
los ojos y no dijo nada porque quizá sabía a rienda suelta que se trataba de ella.
Hubo silencio.
Sentí que una lágrima bajaba por mi mejilla, la detuve y luego del largo
silencio susurré. –Eso, sí que duele -cerré los ojos ante mi dolor, dio media vuelta
y se fue sin mirar atrás.
401
Busqué un banco y me senté a llorar. Un niño blanco de cabello liso que le
caía en la frente y vestido con uniforme verde de la escuela se sentó a mi lado.
-Soy muy inteligente. La gente adulta cuando llorar es porque les duele
algo.
-Es lo peor que le puede ocurrir a una persona, el peor de los monstruos y
de los males del mundo. Jamás te enamores. –Respondí. Cada persona tiene una
definición distinta de lo que es el amor, y lo dicen dependiendo de la
circunstancias en las que estén, hace algunos meses atrás mi respuesta hubiera
sido distinta a esta.
-Disculpe señor, él es muy travieso –dijo una mujer con vestido azul,
mediana edad-. Vamos a casa –regañó a el niño.
402
-Claro que somos amigos y no sólo eso, somos los mejores amigos a partir
de ahora –dije extendiendo la palma de mi mano hacia él y chocamos nuestras
manos.
-¿Viste nana? Ahora tengo un amigo de verdad que no me trata mal como
los niños de mi escuela –dijo emocionado.
-¿Ellos te tratan mal? –pregunté y asintió-. Entonces dile que aquí tienes un
amigo que te va a defender de todos lo que quieran sobrepasarse contigo. Es
más, habla con ellos y le dices que te traten con respeto para que no te digan
nada más. Hasta puede que ellos quieran ser tus nuevos amigos.
Asintió.
Sonreí.
*****
Esa noche luego de masturbarme dormí recordando todas las cosas que
habían ocurrido, la imagen de Suzanne y el chico besándose no se borraba de mi
cabeza por mucho que me esforzara.
Quería cambiar mi vida, las cosas que había hecho, quería volver al pasado
y cambiar muchas cosas que veo hoy, si los sucesos hubieran sido diferentes si
tan sólo pudiera cambiar algo lo haría, pero no el haberla conocido, no cambiaría
el momento de ella corriendo para alcanzar el autobús, el momento de la lluvia o
las estrellas, sólo las cosas malas y recuerdos dolorosos que invaden y golpean
mi corazón.
403
persona, literalmente, ella era mi vida y se había ido con otro chico, me parte el
alma con sólo recordarlo, he muerto mil veces y aún sigo aquí, extrañándola cada
maldito día, cada segundo. Ahora no sé si algún día seré feliz o estaré bien,
odiaba mi vida y más en estos momentos donde he perdido el sentido, no sabía
cómo calmar el dolor, no sabía nada, absolutamente nada.
404
CAPÍTULO 34
Un último intento
H
oy desperté motivado, luego de dos semanas postrado sobre mi
cama sin ánimos de hacer cualquier cosa, estaba decidido que no
quería dejarla ir de esa manera, tenía que recuperarla a toda
costa, así que me levanté de mi cama, tomé una ducha, coloqué en mí una camisa
azul marino, pantalón y zapatos negros, tomé mi billetera y salí de mi casa.
Mi única dirección ahora era la casa de Suzanne, fui sin importar lo que
pasara, simplemente no quería renunciar a ella sin antes explicarle lo que siento y
cómo pasaron las cosas sobre Amanda y Thomas.
¿El amor podrá ser más fuerte que el resentimiento y el orgullo? Dicen que
el amor lo puede todo, que si no tenemos amor entonces la vida no tiene sentido,
todo es basado en esa palabra… pero ¿Qué hay de cierto que cuando vienen las
circunstancias que te rompen por completo el amor se hace fuerte? Si lo único que
he visto en los seres humanos es que en lugar de hacerse fuerte lo que hacen es
debilitarse hasta morir.
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-Max –corrió hasta mí, abrazándome.
-Sí –respondí, recordé que Sussie y yo teníamos una salida pendiente, ella
quizá lo había olvidado luego de tanto tiempo.
-No hace falta, ya estoy aquí –dijo Suzanne desde la puerta, tenía un
vestido gris, tacones negros, cabello suelto y liso, perfectamente maquillada y sus
labios rojos. Verla de nuevo me ayudó a entender que después de todo este
tiempo mis sentimientos hacia ella permanecían intactos.
-Por favor, quiero explicarte todo y luego decides qué hacer con lo nuestro
-dije. Vaciló por un momento pero asintió aceptando sin problema.
Empezaba a oscurecer.
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-Pizza primavera –dijimos al mismo tiempo. Nos miramos y di media
sonrisa, ella trataba de ocultarla.
-Sobre nosotros.
-¿Qué le digo? ¿Qué estoy aquí en una pizzería comiendo con mi ex? No
creo que pueda, a él no le gustará eso. –Dijo en tono cortante.
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-Dile que estás con Marry o con otra persona. –Indiqué.
-Ven para decirte algo –comenté, ella estaba al otro extremo de la mesa,
me impulsé hacia adelante y ella se impulsó de la misma manera.
Se detuvo.
Respiré su aroma.
La besé.
Era como ese beso que te roba el aliento, que después de morir te
devuelve a la vida, ese en el que el mundo se detiene y no importa lo que hay
alrededor; ni las personas que nos están mirando, nada. Sólo es importante
nosotros y nadie más. Su lengua se cruzaba con la mía, mis manos la liberaron de
mi agarre pero ella no se separó de mí, al contrario, aún me besaba.
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Se alejó sólo un poco mirándome a los ojos. -Puedes mentirle sobre esto,
miéntele sobre este beso, miéntele diciendo que ya me olvidaste y que ya no
sientes nada por mí. –Susurré.
Todo vuelve al comienzo. Es como si nos viéramos por primera vez pero
sabiendo lo que sucedería con nosotros dos. Si tuviera una oportunidad para
enmendar mis errores sabría hacer lo correcto en lugar de lo incorrecto. Sabría
que la parte más difícil no fue encontrarla si no perderla. Y haría las cosas bien.
-No entiendo ¡¿Qué?! ¿Qué casi muero cuando fui secuestrada por ese
mafioso para el cual tú trabajabas? ¿Qué pensé que eras alguien distinto y resulta
ser que eres igual a todos los demás? Hasta puede que peor. ¿Qué te acostaste
con mi madre… eso sin contar todas las demás mujeres con la que estuviste?
¿Quieres que entienda eso? –dijo y apretó sus labios con fuerza. Pasó la mano
por su cabello y respiró profundo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas-.
¿Es que tú no lo entiendes? No quiero tener todo eso en mi vida, no conmigo. Lo
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peor de todo lo que hiciste fue haberte acostado con mi mama, ¡por Dios! Es mi
mamá, ¡mi mamá! –gritó y sollozos salían en sus palabras, sus dedos quitaba las
lágrimas en su rostro pero era un caso perdido porque muchas más bajaban.
-No, escúchame –dije y lágrimas bajaban por mis mejillas-. Nunca, nunca
encontré una salida, no tenía ayuda, trabajé con Thomas para ayudar a mi abuela
con las medicinas pero luego me chantajeaba con decirle a la policía y no tuve
más remedio que continuar en sus sucios trabajos. Lo que pasó con tu madre fue
antes de conocerte, mucho antes, no me juzgues por mi pasado, se supone que
todo eso había quedado atrás.
-No te creo Max y si llegase a ser cierto… ¿Cómo crees que puedo convivir
con eso? No puedo verte sin dejar de pensar que estuviste en una cama con mi
madre. Lo siento, pero acabó –respondió.
-No me abandones por favor, no me dejes así. Puedo hacer lo que sea si
me lo pides.
-¿Qué pasó con los dos contra el mundo? ¿Qué pasó con nosotros juntos
hasta el final? ¿Qué pasó con todas las promesas? –pregunté.
-Esa misma pregunta me la hago yo al ver que nunca te importó una mierda
eso –dijo-. Ya lo nuestro terminó -añadió. Sus palabras fueron como un puñal
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directo a mi corazón, ella sabía cómo matarme y lo estaba logrando-. Tengo novio
Max ¿No lo entiendes?
Hubo silencio.
-Porque se necesita mucho más que amor para que dos personas
permanezcan juntas. Se necesita confianza, apoyo, sinceridad, honestidad, y
montones de cosas que tú no tienes. Lo siento.
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-Adiós –dijo y continuó su camino.
-¡Espera! –grité y se detuvo. Se giró hacia mí-. Una última cosa antes de
irte.
-¿Qué? –preguntó.
Las lágrimas fluyeron de mis ojos, sabía que este era el final, sabía que ya
había terminado para siempre. Continuó su camino y no dijo nada. Se marchaba
¿De verdad la iba a dejar ir así? Ya no tenía fuerza para continuar. Me senté cerca
de las barandas del puente y sólo observé como la vida se me iba. Miré al cielo,
no lograba entender cómo podía existir tanto dolor en una sola persona.
Tenía que seguir mi rumbo a toda costa, aunque el dolor fluyera en mí,
tenía que cambiar mi vida, lo tenía que hacer para bien, para mí mismo.
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EPÍLOGO
-¿Y cómo vas con eso del amor? ¿Sigue doliendo? –preguntó
directamente, no hablaba con nadie respecto a eso pero tenía que entender que
no podía evadir todo el tiempo el tema.
-Voy bien, ya no duele –contesté y eso sonó tanto a una mentira camuflada.
Esta vez Will sonrió, su sonrisa era amplia. –Tienes mucha razón Max, el
mundo debería cambiar sobre eso.
-Sí. –Aseguré.
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-No lo eres, todavía recuerdo aquel día que llegaste hasta aquí, fue como
ver a un moribundo, te veías mal, lo podía ver, llegaste desesperado, angustiado y
triste buscando ayuda. Es bueno saber que estás mejor. –Comentó.
*****
Luego de unos meses después, todo estaba en calma, había dejado las
sesiones con Will, me ha había dicho que su trabajo estaba concluido, me sentía
mal y bien a la vez, de algún modo era bueno saber que me estaba recuperando
pero estaba tan adaptado a las sesiones que me era raro no verle más.
Fue la última vez que lo vi. Nos mantenemos comunicado por llamadas.
Ahora tiene su consultorio allá y me ha dicho que le está yendo muy bien. Eso me
alegra.
*****
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-Yo soy como ustedes, soy un adicto y no tengo vergüenza al decirlo, soy
una persona con Hipersexualidad, ya estoy en mi fase final de recuperación pero
aún me falta mucho camino por recorrer, un paso a la vez, así que no se
desanimen si al principio fallan en el intento, siempre se puede dar más, lo
importante es no rendirse, la vida puede ser dura pero tenemos que mantenernos
fuertes ante cada situación ¿De acuerdo?
-Igual te esperaré –me abrazó con fuerza y me apretó una nalga con su
mano y se separó en seguida.
-¿Qué rayos…?
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-Vamos a olvidar este momento y hagamos como si nada pasó –dije.
*****
-… todo el mundo toma las adicciones y sobre todo esta como un juego
cuando no se trata de eso, al menos las personas que la padecemos lo sabemos,
esto es algo serio, de gran gravedad y la gente hace caso omiso de ello. -Dejé un
mensaje a todas las personas que están pasando por cualquier adicción, era que
no se rindieran, que no importa lo que el mundo diga, él o ella merecen salir y ser
libres.
-De nada. –Comenté dando una media sonrisa. Caminé hasta la puerta de
salida del auditorio para irme a casa.
-¡Max! –gritó Chelsey antes de que cruzara la puerta. Me volví hacia ella y
bajó la mirada- ¿Quieres tomar un café? –preguntó mirándome a los ojos.
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-Yo… eh… –No sabía qué responder, sólo sería un café, me regañé a mí
mismo. Quizá es momento de seguir-. ¿Qué tal si cenamos esta noche a las
8:00 pm en Appetite Here?
Sonrió.
*****
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seguro que si estuviera aquí con nosotros fuera el hombre más feliz de la historia,
aunque dondequiera que esté debe ser muy feliz.
*****
Los recuerdos del ayer me torturaron durante mucho tiempo, pero dejé
todos esos sentimientos libres, después de todo ella ya estaba haciendo otra vida
y yo tenía que continuar la mía, al principio fue doloroso aceptar que no estaría
más junto a mí pero finalmente tuve que aprender a dejarla ir.
La frase “Los Dos Contra El Mundo” revoloteaba una y otra vez sobre mi
cabeza, luego encontré el sentido a todo… al fin y al cabo seguíamos siendo ella y
yo contra el mundo, pero ella estaba luchando en su mundo y yo en el mío, cada
uno desde su propia perspectiva, incluso cada persona tiene luchas contra el
mundo, otras simplemente están luchando contra sí mismo, cada día era una
lucha constante, lo importante es luchar, de eso se trataba todo.
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DEDICATORIA
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