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Intervención del analista en el penal, en un caso de homicidio por sentimiento de culpa.

Tania Aramburo Guerrero

A partir de un acto tipificado jurídicamente como homicidio, el trabajo consistirá en ubicar


dos momentos importantes de la intervención del analista en el caso. En el primer
momento, se interviene como funcionaria del Juzgado de Vigilancia que debe cumplir el
puesto de perito y, en un segundo momento, la intervención del analista corresponde a la
demanda del sujeto, provocando un cambio en su posición subjetiva.
Jackson, de 19 años de edad, no encontraba trabajo y resolvió robar un taxi para trabajar como
taxista. Un día tomó la decisión de realizar aquello que pensaba durante mucho tiempo, compró
dos cuchillos y soga se dirigió a media mañana a una esquina de una calle muy transitada. En esa
esquina esperó una hora y finalmente tomó un taxi, se colocó en el asiento detrás del chofer y se
dirigió a una zona aislada y solitaria. En un momento determinado, apuñaló al taxista quien
intentaba defenderse; lo apuñaló unas tres veces, el chofer dejó de resistir. Jackson lo amarró en
el suelo y se fue con el auto. Luego de unos minutos regresó al lugar y se percató que el taxista
había fallecido. Jackson abandonó el taxi y huyó del lugar. Fue a su casa y no contó a nadie
acerca de lo sucedido, sólo escuchaba noticias. Al día siguiente, los medios de prensa
sensacionalista publicaron la foto del taxista fallecido y dieron a conocer su nombre y su estado
civil; la prensa informaba también que el taxista dejó a un niño en orfandad. Jackson decidió ir a
entregarse a la policía declarándose culpable del robo afirmando que su intención no era matarlo.
Fue detenido y se le inició proceso.
Jackson era uno de los internos de menor edad en la cárcel de San Sebastián, Cochabamba. Al
poco tiempo de ser recluido fue abusado por otro interno. El gobernador de la cárcel solicitó la
intervención de la psicóloga del Juzgado de vigilancia, intervención que fue absolutamente
rechazada por el interno. Y la profesional no insistió en intervenir ese momento, respetando la
decisión del interno.
Después de tres años de detención, el juez del caso solicitó a mi persona, como psicóloga del
Juzgado de Vigilancia, realizar un informe psicológico. Para realizar ese trabajo se establecieron
entrevistas con el acusado. Durante la primera entrevista Jackson presentó resistencia a hablar, la
analista sostuvo que no se le obligaría a decir cosas que él no quería decir. Se le preguntó acerca
de qué era lo que no quería hablar. El interno afirmó que no quería contar nada del hecho por el
que estaba siendo procesado, ya que lo había dicho todo en el momento de la declaración. La
analista afirmó que precisamente sobre ese tema era lo que no tenía que hablar, ya que ella no
estaba investigando lo sucedido, sino que tenía realizar un informe sobre su persona. Ahí se cortó
la primera entrevista.
En la siguiente entrevista Jackson preguntó ¿“Entonces usted no me va a preguntar sobre lo que
sucedió?’”. Ante la repuesta negativa, Jackson, empezó a contar su vida en la cárcel durante esos
tres años. Su hermano le compró una celda en el penal y eso lo tranquilizó; no tuvo dificultades
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con sus compañeros, tampoco tuvo peleas ni ingresó al calabozo por mal comportamiento o por
consumir bebidas ni drogas.
En las entrevistas siguientes, Jackson describió su infancia: era el hijo menor de seis hermanos, sus
padres trabajaban, pero estaban pendientes de sus hijos y eran estrictos con su educación.
Jackson manifestaba que tuvo una infancia feliz, que sus papas y hermanos lo querían mucho
porque era el menor de la casa.
Su hermano de 17 años tenía permiso para ir a la casa de sus amigos solo si llevaba a Jackson con
él. Cuando tenía ocho años acompañó al hermano a la casa de su amigo, éste mandó al hermano a
realizar una diligencia, momento en que aprovechó para abusar sexualmente a Jackson dejándolo
sangrando y muy lastimado. Cuando el hermano volvió, su amigo había abandonado la casa. Vio a
Jackson y le preguntó qué le había sucedido. Cuando se enteró, sólo lo limpió y le dijo que él lo
curaría y atendería, y que se le iba a pasar, pero tenía que callarse, que no podía contar nada de lo
sucedido, de lo contrario el padre lo mataría.
Para Jackson lo más traumático fue la reacción del hermano, que no lo apoyó, no hizo nada
contra el abusador y le ordenó que callara: eso no se contaba., que el hablar era peligroso porque
pondría en riesgo su vida, pues el padre terminaría matándolo. Jackson afirmaba haber
realizado un pacto con el hermano. A cambio de su silencio, el hermano se comprometía a no
llevarlo más a la casa de su amigo o no dejarlo nunca más solo con una persona que podría hacerle
daño. Jackson se reprochaba a sí mismo por no haber hablado, pero tenía mucho miedo a que su
padre matara a su hermano. La analista intervino señalando a que, a pesar de su edad, hizo algo
importante ya que pudo poner un límite al hermano y al abuso. Hizo una elección: guardar silencio
a cambio de no ser nuevamente expuesto al abuso por el amigo del hermano.
Jackson asintió que, por primera vez, se daba cuenta de que evitó situaciones en las que pudo ser
abusado. Esa intervención le permitió expresar el enojo que lo acompaño por mucho tiempo,
enojo dirigido al violador, pero sobre todo al hermano quien lo dejó solo y además le exigió que
se callara. La analista intervino preguntando a Jackson acerca de qué pensaba hacer o podía hacer
al respecto aparte de enojarse, y el entrevistado se sorprendió con su propia respuesta:
“Matarlo”. La analista cortó la entrevista.
En la siguiente entrevista, Jackson le pide autorización a la analista para hablar sobre el delito
cometido. La analista se lo permite. En esa sesión Jahsson afirma que todo lo que contó respeto al
abuso al que fue sometido y la reacción del hermano le hizo pensar en su delito “Yo necesitaba
trabajar, recién terminé el cuartel y no sabía en que trabajar. En el cuartel aprendí a manejar
auto, así que quería trabajar como taxista, y no sabía cómo. Así que dije la única manera de
hacerlo era robando un auto. Así que me decidí un día. Compré sogas, tomé dos cuchillos y me fui
a una esquina a ver que auto podía tomar, pero sabe Licenciada, me he dado cuenta que estuve
más de una hora. No quería subir a cualquier taxi, si era un chofer mayor no subía; sabe, elegí al
taxista más joven, no a cualquiera, ahora me doy cuenta que elegí al chofer que asaltaría´.”
Ante la pregunta “¿Qué eligió?”. Él dijo que “elegí alguien joven como mi hermano, pero yo no
quería matarlo”. Se interviene “¿No quería matarlo? Contó que “El taxista puso mucha
resistencia y por eso lo apuñalé. Yo pensé que lo había herido, no que lo había matado; cuando
verifiqué eso me sentí muy mal y por eso me escapé y cuando me enteré que era papá de un niñito
me sentí muy mal, por eso me entregué”. ¿A quién quería matar? “No sé si a mi hermano o a su
amigo, creo que a mi hermano porque por su descuido me abusaron. También me abusaron
cuando ingresé al cuartel; Igual no podía hablar; y cuando ingresé aquí, también me abusaron, y
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también tenía que callarme”. La analista interviene “Ah, por esa razón no aceptó que lo atendiera
hace tres años cuando usted fue abusado. Él enunció:” Yo no sabía que hacia el psicólogo y tenía
miedo que fuera peor, en ese momento no quería hablar, además me daba mucha vergüenza. Mi
hermano me compró la celda en el penal y después de eso le pedí que no volviera a visitarme. Y
desde ese día me siento más más tranquilo.”
Como psicóloga de vigilancia realicé el informe de Jackson. Como analista se permitía que Jackson
tomara una posición subjetiva respeto al hecho. Se le entregó el informe para que él supiera lo
que se decía en él y para el informe no fuera objeto de manipulación por las autoridades
judiciales. Jackson manifestó su acuerdo respecto al informe, pero observó algo, reclamando a la
analista haber omitido su estado actual. Dijo que se debía colocar en el informe que se
encontraba muy deprimido y con intento de suicidio. La analista le preguntó porque tendría que
escribir eso si no era cierto, ya que en ninguna de las sesiones él habló de la depresión ni de
pensamientos o intentos de suicidio que en ese momento atravesaba. En el informe se describía la
reacción de Jackson luego del delito, de los momentos depresivos después de enterarse que la
persona a la que mató era un padre pero que eso se le pasó. Pero después de tres años, momento
en que se llevaba a cabo las entrevistas, Jackson no tenía depresión. Jackson, afirmó sonriendo
que él sabía que no podía engañar a la analista. La abogada había instruido a su cliente a
presentarse ante la psicóloga como una persona desvalida, sin energía, que constantemente
presentaba intentos de suicidio, como una persona que se encontraba en riesgo, el informe debía
demostrar todo eso para que, de esa manera, el juez dejara en libertad a su cliente. La analista, se
desmarcó de la manipulación de la abogada. La analista subrayó con énfasis, que una cosa era lo
que le instruyó su abogada y otra la que él deseaba. Ante esa intervención, Jackson manifestó
sentirse más aliviado porque en el fondo él merecía un castigo, porque por su culpa una persona
murió dejando a un niño huérfano de padre.
Freud en su texto acerca de los que delinquen 1 por sentimiento de culpa afirma que “En ciertos
niños puede observarse, sin más, que se vuelven «díscolos> para castigo y, cumplido éste, quedan
calmos y satisfechos. Una ulterior indagación analítica a menudo nos pone en la pista de que les
ordena buscar el castigo”. Jackson conscientemente sostenía que solo quería robar un auto, pero
su deseo era matar y puede verse claramente el alivio que logra al saber que recibiría una
sentencia.
Este caso nos permite ver cómo un psicoanalista puede intervenir en la institución; por un lado,
respondiendo a la solicitud institucional o al discurso del amo, realizando un informe, sin acudir a
los protocolos, escalas, cuestionarios o formularios utilizados en la práctica forense utilizadas en
las instituciones de Cochabamba, sino permitiendo que el sujeto pueda hablar y, a través, de la
escucha analítica, permitir que el sujeto tome una posición subjetiva respecto al hecho y sus
acciones. El informe fue entregado y las entrevistas con Jackson se suspendieron unos meses.
En el trabajo en las cárceles establecí un horario de atención a los internos que deseaban ser
escuchados o atravesaban algún conflicto. Estas intervenciones sólo se proporcionaban a solicitud
de los internos y no tenían el carácter de intervención judicial. Jackson solicitó entrevistas. En la
primera, me solicitaba atención porque tenía una pregunta que lo preocupaba demasiado y quería
ayuda. La pregunta era acerca de su sexualidad; quería saber si era homosexual o no. En realidad,
demandaba una respuesta, es decir exigía al Otro que le contestara acerca de su posición sexual.
Demanda que fue respondida por la analista con una oferta de escucha, le ofrecía un tiempo para
escucharlo, para que él pudiera hablar de eso.

1
] Freud, Sigmund. “Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico” (1916) Pág. 338
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Jackson planteaba que se acostaba con hombres porque, de alguna manera ellos, los hombres, lo
elegían. En primera instancia, él atribuía su aceptación a relaciones homosexuales a los
acontecimientos en los que fue abusado. De esa manera se cuestionaba convertirse en objeto de
goce de los Otros, debido a que muchos ingresaban a su celda para tener sexo con él, pero luego
se justificaban alegando0 que todo sucedió bajo el efecto del alcohol. Muchas veces ingresaban a
su celda autoridades carcelarias que le pedían que se callara y no comentara al respecto. Jackson,
aceptaba participar en los concursos de reina bufa, de hombre vestidos de mujeres. Él
generalmente ganaba en esos concursos; sabía que, por un momento, podía jugar a ser mujer.
Jackson físicamente era diferente a los otros internos, era un joven alto, moreno que se distinguía
por su porte de los otros internos del penal. Desde niño había sido considerado como el chico
bonito de la familia.
Al principio se divertía, no se cuestionaba ni le angustiaba, afirmando que los otros lo elegían por
algo. También se sometía a tener sexo con varios porque tenía ventajas: tenía más trabajo como
peluquero, lo libraban de los trabajos pesados y era popular dentro del penal. Se aísla el
significante someterse y ser elegido. Estos significantes daban cuenta del lugar que Jackson
ocupaba como objeto de goce del Otro. No se toca el tema de la homosexualidad, sino de su
posición de ser sometido y ser elegido logrando de esa manera ser aceptado por el otro.
Al cabo de un tiempo, Jackson empezó a poner límites a sus compañeros, ya no aceptaba el
ingreso de los internos a su celda. Dejó de participar en los concursos de reina bufa. Empezó a
jugar futbol, actividad que siempre había deseado y se dedicó a su trabajo como peluquero. Se
permitía hacer cosas elegidas por él.
La cárcel de San Sebastián de Cochabamba, cárcel en la que se encontraba Jackson tenia
características partículas: existían familias viviendo en el interior del penal, las visitas eran diarias
y las mujeres, esposas, hijas o hermanas de los internos podían permanece en el penal,
acompañando y ayudando a los internos en el horario de trabajo. En este contexto es que Jackson
puede conocer a la hermana de un compañero de trabajo en la peluquería del penal. Se sentía
atraído por la muchacha y se sentía muy bien porque era la primera vez que él elegía, que él
seducía. Pudo manifestar su deseo de formar una pareja, una familia, hijos. Tiempo después
Jackson se casó dentro del penal y tuvo dos hijos. Logró salir con libertad condicional y trabaja
como guardia de seguridad privada.
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