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Capítulo 1

Cuatro estaciones pasaron desde aquel trágico día en que Anaciel y Noré tuvieron
que separarse, sin embargo el joven Diablo continuó visitando en secreto a su

amada, manteniendo así inamovibles sus sentimientos por ella.

Anaciel seguía siendo celosamente custodiada por un guardián, ya que aún era una
firme candidata a suceder a un arcángel.

Cientos de veces Noré se preguntó cuándo sería el momento indicado para volver

a aparecer ante ella, y a veces en ocasiones en que la desesperación por tocarla lo

invadía, se arrepentía de haber borrado sus recuerdos. Ya que en todo ese tiempo

nunca vio una mínima señal de que ellos volviesen.


Hasta una noche qué, una vez más, él la vistió en su forma de ave...

- Oh!, tú de nuevo...- comentó Anaciel mientras lo tomaba entre sus manos -

Siempre estás aquí, sería extraño ya no verte... eres como una compañía para mí...-

lo acarició - me siento un poco extraña hablando con un ave - sonrió ella.

Se sentó en las raíces de un árbol a admirar las luces lejanas del pueblo, y entre

suspiros continuó - Me gusta venir aquí, pero también me hace sentir sola...
A veces siento que estoy buscando algo que perdí en este lugar... pero ni siquiera

sé que es... sólo es una sensación... -


Noré estaba sorprendido, era la primera vez en todo ese tiempo que la oía pensar

en voz alta.

- Tal vez debería darte un nombre, mmm... No... Nor... Noré!, es un lindo nombre
aunque un poco extraño jeje - rio ella - A veces viene a mi cabeza, seguro debo

haberlo leído en algún lado... bueno debo irme, pero seguro te veré de nuevo

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mañana - terminó mientras lo dejaba sujeto a una rama -
Adiós pequeño - se despidió con una sonrisa y finalmente volvió al paraíso.

Noré sintió que su corazón se detenía, necesitaba quedarse un momento quieto

para ordenar sus pensamientos, ¿Era posible que Anaciel pudiese recordarlo?.

Sentía como si estuviese a punto de tomar su mano pero por apenas unos

centímetros no lo lograba.
¿Qué debía hacer ahora?, ¿Cómo podía presentarse nuevamente ante ella?, ¿Qué
había cambiado en la situación?, ¿Podrían estar juntos?, todas esas preguntas

giraban en su mente y lo llenaban de dudas.


La ansiedad trataba de arrastrarlo a la desesperación, pero él se esforzaba por no

dejarse llevar.

Necesitaba pensar claramente como acercarse a ella, distanciarla de la custodia y,

llegado el caso en que no lo recordase, enamorarla de nuevo. Escucharla decir su


nombre lo había llenado de nostalgia y deseos, de esperanzas de tenerla de nuevo.

Pero lo que nunca imaginó es que alguien seguía sus pasos en las sombras...

La noche siguiente Noré se demoraría un poco en llegar a su encuentro ya que

había mandado a hacer un somnífero especial para así deshacerse del guardián.
Mientras tanto en la tierra de los humanos, la joven ángel recorría el bosque

disfrutando de las alegres melodías que provenían del pueblo, cuando de repente

se encontró con una hermosa y solitaria rosa blanca que descansaba en las raíces
de un árbol.

- Que bella es....- comentó Anaciel quien la tomó entre sus manos, y en un mínimo
descuido se hirió con una de sus espinas - Auch!... tiene demasiadas espinas para
ser sólo una rosa...- se lamentó.

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Inexplicablemente ante sus ojos aquella flor cambió de color y se volvió

completamente roja - Pero... ¿Qué sucede?...- se preguntó

- Jaja, ahora eres mía preciosa - irrumpió una voz desconocida, y de la oscuridad

emergió un Diablo de cabello blanco eh imponente figura

- No puede ser... un Diablo... - susurró asustada.

- Anaciel cuidado!!! - reaccionó el guardián, pero el Diablo con un sólo


movimiento inmovilizó su cuerpo

- No intervengas... es inútil, ella acaba de hacer un pacto de sangre conmigo -

sonrió él.

Anaciel estaba aterrorizada, apenas podía moverse, el Diablo se acercó a ella y con

un chasquido de sus dedos hizo que aquella rosa se convirtiese en cadenas y


grilletes que rodearon el cuello y manos de la joven ángel.

Tomó la cadena del cuello y mirándola a los ojos le dijo - Ahora eres mía -
desapareciendo así ambos en el medio de la oscuridad.

Apenas se fue, el guardián recuperó la movilidad - No puede ser...- se dijo a sí

mismo y corrió a llamar a otro ángel.


Al poco tiempo llegó Noré como un ave y al ver a aquellos dos ángeles
discutiendo se sorprendió, ya que uno de ellos era Zarasel, el guardián a quien en

aquella ocasión le había entregado a su amada. Pero de la sorpresa pasó a la

desesperación cuando escuchó a uno de ellos decir - Un Diablo se la llevó, la


engañó con una rosa blanca -, y ahí fue cuando decidió hacerse visible

- ¿Dónde está Anaciel? - preguntó sin rodeos

- ¡Eres tú de nuevo! - dijo indignado Zarasel - Tú deberías decírnoslo, ya que otro

Diablo la raptó - continuó

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- ¿Quién? -

- No lo conozco, pero dijo que había hecho un pacto de sangre con ella mediante

una rosa, tenía el cabello blanco... - respondió el ángel más joven

- Cabello blanco... y una rosa dices?... entonces fue Hazar...- dijo impactado Noré

- ¿Hazar?, ¿Quién es? -

- Hazar, segundo príncipe del infierno. Otra bestia insaciable y portador del
pecado de la Lujuria...Tu hermano mayor, ¿verdad? - dijo Zarasel.

- Sí - afirmó Noré.

- ¡¡Esto es inaceptable!!, raptar de esa forma a un ángel es una clara provocación a


una guerra!! - exclamó el guardián

- Vamos por ella señor Zarasel, salvemos a la señorita Anaciel - agregó el ángel
- Es inútil, si hizo un pacto de sangre no podrán sacarla de allí, su alma no pasará
por las puertas del infierno - respondió Noré

- Pero... ¿Cómo es posible que haya arrastrado un alma viva al averno?, él no

debería tener poder sobre los vivos...- preguntó el ángel

- No tiene poder sobre los vivos, pero mediante el pacto de sangre hace que esa

alma sea su esclava y puede hacer lo que quiera con ella -


- Que desagradable, sabía que a ese Diablo le gustaba llevarse a las mujeres

hermosas pero desconocía la forma en que lo hacía... De todos modos no podemos

quedarnos de brazos cruzados, iremos por ella - exclamó Zarasel


- Yo la traeré de vuelta - continuó Noré

- ¿Crees que confiaríamos en un Diablo?, debes estar bromeando -

- Soy el único que puede ir y venir entre los reinos del infierno, aunque llamen a la
guerra si no rompen el pacto de sangre no podrán sacarla de allí -

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- ¿Acaso te enfrentarás a tu propio hermano por un ángel? -

- Yo enfrentaría a cualquiera por ella - dijo con determinación Noré.

El guardián y el Diablo se miraron de forma desafiante por un momento mientras


los rodeaba un silencio incómodo.
- Señor Zarasel...- interrumpió en voz baja el ángel

- Tienes tres días para traerla aquí de vuelta, pasado ese lapso la guerra será

inevitable - sentenció el guardián

- De acuerdo, yo me encargo - dijo por último Noré y desapareció. Zarasel se


marchó para informar de lo sucedido a sus superiores y su decisión
- Es una locura... confiar el futuro de un arcángel en las manos de un Diablo...- se

decía a sí mismo.

Mientras tanto en el Infierno, Hazar admiraba a una Anaciel desvanecida que

permanecía prisionera en una de sus jaulas de cristal.


El Diablo que estaba sentado a su lado le acariciaba el rostro para hacerla

reaccionar - Despierta preciosa...- le susurró al oído y con eso ella despertó.

Asustada preguntó - ¿Dónde estoy?... ¿Quién eres?...-

- Mi nombre es Hazar, segundo príncipe del infierno, bienvenida a mi morada

preciosa Anaciel - le dijo besando su mano.


Al verse notó que su vestido era diferente - ¿Qué me has hecho? -

- Nada, aún... jaja. Es sólo que así te ves mucho mejor - con una de sus manos le

tomó el rostro y se acercó lentamente a ella - No tengas miedo, no te haré daño...


sé apreciar la belleza de una mujer - continuó acercándose hasta besar
delicadamente su cuello, Anaciel se sonrojó, estaba asustada pero no podía oponer

resistencia ya que su cuerpo parecía no moverse - Así que era cierto... puedo sentir

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el olor de mi hermano en ti...-
- ¿Qué quieres decir?...- preguntó sin entender

- ¿Qué?, ¿Acaso no recuerdas a mi hermano? -

- ¿Hermano?... otro Diablo?...-

- Ahh ya veo... así que él hizo eso contigo... bueno, mejor para mí si no lo
recuerdas, así podré ser el único en tu mente - sonrió

Anaciel tenía deseos de llorar, se sentía desprotegida ante aquel ser que había

encadenado su alma
- No te angusties preciosa, siempre que me obedezcas no tendré que usar la
magia del pacto para controlarte. Si lo deseas también puedo ser un príncipe para

ti... o un animal salvaje... lo que tú prefieras - le dijo mientras acariciaba su pelo.


- Me das miedo... no confío en ti... ¿Qué quieres de mi?...- preguntó ella

- Honestamente en un principio era para fastidiar a alguien, pero cuando te vi

sembraste una duda en mi, y necesito saber la verdad, por eso te traje hasta aquí -

- ¿A qué te refieres?...-

En ese momento tocaron la puerta - Señor Hazar ha llegado el Espectro que


mando a llamar - dijo un sirviente desde fuera
- Perfecto, hazlo pasar -

Entró a la habitación una figura de aspecto cadavérico y ropas negras - Con


permiso Señor -
- Adelante Arza, aquí está ella -

- Oh! en verdad lo hizo, no puedo creer que se haya atrevido a traer un ángel
hasta el Infierno -

- Ya me conoces, los límites no existen para mí. ¿Puedes hacerlo? -

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- ¿Leer su alma?, claro, aquí traje el espejo de la vida -

- Entonces hagámoslo -

- ¿Qué es eso?, ¿Qué piensan hacerme? - preguntó asustada Anaciel

- No te preocupes, esto no te dolerá...- le dijo el Espectro.

Mientras tanto, en el tercer infierno, Noré había regresado a su propio palacio en


busca de una espada que le había sido otorgada por su padre como guardián del
infierno de la ira, al igual que a cada uno de sus hermanos. Cuando estaba a punto

de marcharse con el arma, fue interceptado por Vittorio, cuarto príncipe y portador

de La Pereza
- Vittorio, ¿Qué haces aquí? - preguntó sorprendido Noré

- Vine a ver qué es lo que está pasando, últimamente tú y Hazar han estado
actuando extraño, pero hoy todo está revolucionado por aquí, dime que sucede -

Noré a regañadientes respondió - Recuerdas que te hable de Anaciel?...-

- Si -

- Hazar la arrastró hasta aquí con un pacto de sangre, tengo que sacarla de este
lugar lo antes posible o los ángeles llamarán a la guerra -

- Ese idiota... en verdad lo hizo...-

- ¿De qué hablas?, ¿Sabes que planea Hazar? -

- Sé de algo que me dijo hace un tiempo Rustem, él habla más seguido con
Hazar...-

- ¿Qué sabes? -

- Hace un tiempo que Hazar te sigue a escondidas al mundo humano, dijo que
tenía curiosidad por Anaciel -

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- Desgraciado... ni siquiera lo noté -

- Pero de repente le surgió la loca idea de que esa ángel es la reencarnación de

una mujer a la que él amo en el pasado...-


- ¿Qué... dices?... tiene que ser una broma - dijo impactado Noré.

- No es una broma, está totalmente convencido de ello. Incluso dijo que la única

forma de saber quién era ella en su vida pasada era que un Espectro leyese su alma
a través del espejo de la vida, y para eso debía traerla hasta aquí. Rustem trató de

convencerlo de que traer un ángel al infierno era una locura, pero veo que no tuvo

éxito -

- Ah perdido la cabeza...-

- Pero... y si resulta que tiene razón?...-

- Eh? Que dices? -

- ¿Y si es verdad que ella es esa persona del pasado?, ¿Qué harás? -

Noré hizo un breve silencio y respondió - No me importa quien haya sido ella en
su vida pasada, en esta vida es Anaciel, mi Anaciel. No dejaré que él haga lo que

quiera con ella...-

Y al mismo tiempo, en el palacio de Hazar...

- Mire señor, el reflejo que ve en el espejo es ella en su vida anterior - dijo el


Espectro mientras sostenía aquel espejo frente a Anaciel.

- Lo sabía... lo supe desde el primer momento en que te vi... esos ojos son
inolvidables para mi... eres tú... mi hermosa Anna...- le dijo Hazar a una perpleja
Anaciel que miraba en su reflejo la imagen de una joven similar a ella...

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Capítulo 2

- ¿Quién... es ella?... ¿Quién es Anna?...¡¿Qué está pasando?! - preguntó asustada


Anaciel.

Hazar la tomó de los hombros por detrás y le dijo -Tranquila, entiendo que puede

ser confuso, pero ella eres tú en tu vida anterior - sonrió


- ¿Señor que hará ahora?, ¿Desea seguir con el plan? - preguntó el Espectro.

- Claro Arza, ve y has los preparativos. Quiero que se haga lo más pronto posible -

respondió satisfecho.

- Entendido señor - dijo por último y se retiró.

Anaciel había quedado helada, sentada dentro de la jaula, no podía terminar de


comprender la situación. El Diablo tomó asiento a su lado y acariciando su rostro

suspiró - Veo que sigues asustada, puedo explicártelo si lo deseas preciosa -


Ella sólo lo observó en silencio sin poder decir una palabra.

- Me miras igual que Anna la primera vez que nos encontramos... esos hermosos

ojos verdes, brillantes, llenos de incertidumbre y temor...-


- ¿Quién es Anna?...-

- Esto fue hace mucho tiempo... cuando solía ir al mundo humano para divertirme.
Las mujeres humanas son hermosas, atrevidas y algunas lujuriosas, pero no hay
nada más atractivo para un Diablo que un ser inocente y puro... Anna era una

humilde muchacha de un pueblo que visitaba, era joven, de cuerpo pequeño pero

esbelto y de una inocencia que me volvía loco... era perfecta.

Habíamos cruzado palabra sólo un par de veces, era tan pura que no me atrevía ni

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a tocarla, hasta que un día lo hice. La cortejé, insistí una y otra vez hasta que
finalmente la hice mía. Creí que tenía la situación bajo control, pero luego me di

cuenta que quien me había hecho suyo era ella...

Esa dependencia hacia Anna me asustó, no quería aceptar que yo, un poderoso

príncipe del infierno, hubiese caído prisionero del amor de una niña... quería dejar

de verla, pero de sólo saber que me esperaba cada noche era suficiente para correr
hacia ella. Así que intenté que se alejara de mí asustándola, una noche le revelé
que era un Diablo, pero al verme lo único que dijo es que mis verdaderos ojos eran

mucho más hermosos...

¿Cómo podría no quererla?, decía amarme tal cual era, no tenía escapatoria.

Entonces tomé el único camino que me quedaba, simplemente desaparecí, la

abandoné sin decirle nada.


Traté de olvidarla con otras mujeres, en otros lugares, pero fue imposible, seguía

tan viva en mí como el primer día. Cuando decidí volver por ella descubrí la
fragilidad de los humanos... pues había fallecido producto de una enfermedad.

Si nunca la hubiese dejado tal vez podría haberla salvado. Sentí que el corazón se

me partió, pero decidí esperarla en su siguiente vida.

La busque entre los humanos, incluso en el mismo infierno, y ahora que te veo

todo tiene sentido, un ser tan inocente sólo podía reencarnar en un ángel - sonrió
Hazar

- Pero... yo no soy ella...-

- Claro que lo eres, es increíble como un alma, aunque pase de cuerpo en cuerpo,
conserva la misma esencia...
En cuanto te vi supe quien eras, los mismos gestos, personalidad, todo -

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- Yo... no sé quién eres... -

- Eso no es importante para mí, yo a ti sí te conozco y es suficiente. Supongo que

debo agradecerle a cierta persona, de no ser por él nunca te hubiese encontrado

jeje - rio con ironía

- ¿Y qué harás conmigo ahora?, ¿Acaso me tendrás aquí encerrada por siempre? -

- No, tengo mejores planes para ti... te convertiré en un demonio -

- ¿Qué...?

- Lo que oíste preciosa, con mi sangre Arza hará una poción y te volverás un
demonio, así ya no tendré que preocuparme de que los ángeles vengan por ti.
Serás mía para siempre -

- Estás loco...-

- Jajaja!, Claro que estoy loco!, hace años que estoy loco por ti...

¿Imaginas lo que sentí cuando volví a buscarte y sólo encontré una lápida?..- le dijo
mientras se acercaba más a ella mirándola con sus ojos brillantes.

Anaciel intentó evadirlo pero él con un sólo movimiento de su mano la obligó a

recostarse en aquella jaula.


Hazar se abalanzó a medias sobre ella y le susurró - ¿Sabes cuál fue tú único
pecado?, robar el corazón de un Diablo... cuando amamos somos esclavos de

nuestros sentimientos, al punto tal que haremos cualquier cosa por tener lo que
queremos, incluso perseguirlas en cien vidas -
Sin poder moverse, estaba limitada solo a escucharlo en silencio. En un momento

Hazar tomó su rostro con ambas manos y la besó intensamente, ella quedó
impactada por tal acción.

- No sabes cómo extrañaba la sensación de tus labios dulces...- le dijo apenas

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separados por unos centímetros, luego bajó lentamente por su cuello - y tu piel tan
suave, es como la recordaba... despierta viejos y salvajes deseos en mi... pero aún

no, ya tendremos tiempo para eso preciosa - sonrió.

Anaciel respiró aliviada - Déjame ir, estás en un error... no soy ella -

El Diablo se puso de pie - Jaja no estoy equivocado, soy consciente de lo que digo
y hago... No quisiera tener que dejarte encerrada, pero como aún te resistes, no
quiero que cometas una locura en mi ausencia - le dijo y cerró la jaula - Ya te perdí

una vez, no dejaré que pase de nuevo...- terminó y se retiró de la habitación


cerrando una enorme puerta atrás de él.
La joven ángel seguía asustada, pero se decía a si misma que no tenía tiempo para

llorar, necesitaba encontrar la manera de salir de allí.


Al los minutos que Hazar se fue, ella recuperó nuevamente el control sobre su

cuerpo. Intentó todo lo que estaba a su alcance, pero aquella jaula era un cubo

perfecto de cristal que no podía romper.


El tiempo siguió corriendo y Anaciel pasó de la determinación por escapar a la
aceptación con tristeza de su destino, ya que no veía forma de salir, poco a poco

iba perdiendo la fe.

Hasta que en un momento comenzó a oír fuertes ruidos que venían de afuera, no

podía distinguir que era, pero parecían ser gruñidos y pisadas que cada vez se

sentían más y más cerca. En un momento la puerta se abrió con violencia y

entraron dos enormes perros del infierno que asustaron terriblemente a Anaciel,

nunca antes había visto criaturas así de feroces. Lentamente se fueron acercando a
la jaula, ella no podía dejar de mirarlos con lágrimas en sus ojos por el miedo,
hasta que en un momento distinguió la figura de un hombre que se acercaba

deprisa. Parecía gritar su nombre, pero no podía escucharlo bien, y al verlo en

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detenimiento pudo notar que, al igual que Hazar, tenía cuernos en su cabeza, se
trataba de Noré.

Para ella era un completo desconocido, su única certeza es que era un

Diablo y por alguna razón se lo veía desesperado. Con la empuñadura de su


espada, Noré golpeó repetidas veces el cristal hasta que logró romperlo - Anaciel,

vamos! - exclamó él.

- ¿Quién eres...? - preguntó ella desconfiada.

- Eso no importa ahora, he venido a sacarte de aquí. Ven conmigo por favor -
insistió.
La ángel, sin más opción, decidió tomar su mano y juntos salieron corriendo por

los pasillos del lugar escoltados por aquellos feroces perros. En su camino se

interponían los demonios sirvientes de Hazar - ¡Belzet al frente!, ¡Zero detrás de

nosotros! - ordenó el Diablo. Noré controlaba a los perros como si fuesen soldados

de ataque y así abrirse paso hacia la salida.


En un momento fueron rodeados por un grupo de temibles demonios que
buscaban hacerse nuevamente con Anaciel - Señor Noré devuelva el ángel, le

pertenece al Señor Hazar - dijo un sirviente principal.

- Nunca, ella vendrá conmigo - respondió lleno de determinación.

- Lo siento, pero no podemos dejar que se la lleve -

- Entonces enfréntenme, si se atreven -

Las criaturas avanzaban hacia él - Belzet, Zero, protejan a Anaciel! - terminó por
decir el Diablo y se enfrentó a los demonios con su espada en la mano derecha y la

otra totalmente desarmada.

La fuerza y destreza que desplegaba eran impactantes, Noré era un guerrero

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formidable, al igual que sus hermanos, un soldado del infierno. En medio de la
adrenalina un pensamiento atravesó su cabeza, Anaciel no conocía ese lado salvaje

y violento de él, temió que al presenciar eso ella le tuviese miedo. Pero

rápidamente se dijo a si mismo que ya no era importante si le temía, mientras

pudiese sacarla sana y salva de allí.

El enfrentamiento duró apenas unos minutos, Noré había resultado victorioso y


rápidamente escapó del palacio de Hazar. Al salir del mismo se dirigió a las
enormes puertas que estaban por fuera del lugar, una llevaba al primer reino, el del

orgullo, mientras que la otra al suyo, el infierno de la ira.

Su intención era ir hacia el reino del orgullo, pero aquella puerta estaba sellada con
una poderosa magia. Así que sin más opción, y viendo que otros demonios venían

por ellos, decidió volver a su reino ya en la compañía de Anaciel.


Atravesaron la puerta y él velozmente la cerró con su magia para que más nadie

pudiese cruzar.
Podía escucharse como las criaturas intentaban atravesar sin éxito, agitado, Noré

resoplaba de alivio ante la mirada de una Anaciel aún confundida por la situación.

Con todo lo sucedido él ni siquiera había tenido la oportunidad de hablarle de


manera apropiada, se acercó a ella con esa intención, pero al verla se dejó llevar
por la emoción y la abrazó con todas sus fuerzas - No sabes cuánto deseaba volver

a abrazarte... moría por tocarte una vez más... mi ángel...- dijo con ternura.

Anaciel se sonrojó, y en un susurro preguntó - Quién...eres?...-.

Mientras tanto en algún lugar del quinto infierno, Hazar se encontraba en el


templo del Espectro, entregando su sangre para conjurar la poción -

¿Con esto será suficiente? - preguntó el Diablo, dejando caer la sangre que

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brotaba de la palma de su mano.
- Sí señor, se lo aseguro - respondió Arza.

En ese momento se hizo presente el quinto príncipe y guardián de la

Codicia, Salomón - Así que aquí estabas - dijo mientras veía a Hazar cerrar su
herida.

- Que sorpresa Salomón, ¿qué te trae por estos rincones? -

- Este es mi territorio, es normal que me interese si veo movimientos extraños, y

más si se trata de ti Hazar...-

- Sí!, ¿y ahora que tramas Hazar? Jeje - Rio una voz desde la oscuridad, era Kalir,
sexto príncipe y portador de la Gula.

- ¿Tú también Kalir? - se sorprendió Hazar.

- ¿Y qué esperabas?, todos hablan de que regresaste de afuera con un ángel en


tus brazos, quiero saber más al respecto. Tú y Noré nunca dejan de entretenernos,

¿verdad? Jaja - rio con sarcasmo.


- ¿Un ángel?, así que finalmente lo hiciste... la trajiste hasta aquí - continuó

Salomón.
- Así es, ¿Lo dudabas? - sonrió Hazar.

- De ti ya nada me sorprende, pero si estás en este lugar es porque tramas algo


más. ¿Comprobaste que se trata de ella? -
- Sí, es ella, es Anna -

- ¿Y qué piensas hacer ahora? -

- La convertiré en un demonio, es la única forma en que los ángeles no podrán


quitármela -

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- ¿Convertirla en un demonio?... ¿sabes que ella puede morir verdad?... si fuese
humana sería posible, sus cuerpos son más maleables, pero en un ángel su

naturaleza divina buscará rechazar la maldición y moriría en el proceso... -

- Sí, sé que es una posibilidad -

- ¿Y qué harás si eso sucede?, eres consciente de que Noré te matará si algo le
ocurre a ese ángel, ¿Es lo que estás buscando? -

- Jaja, no me interesa pelear con mi hermanito, si logró convertirla en un demonio


será mía y si muere de todos modos su alma ya me pertenece, haga lo que haga

Noré está batalla ya la he ganado -

- Bueno, de todos modos es como si estuviese haciéndole un favor al tratar de

convertirla, de quedarse como un ángel no sobrevivirá en este lugar por la

atmósfera del infierno, a menos que la tengas encerrada en una de tus jaulas - dijo
Kalir.

- Así es -

- Sí llegase a morir, ¿me dejarías comer su corazón?. Los corazones de las mujeres
hermosas son deliciosos, pero nunca he probado el de un ángel jaja - preguntó

con cinismo Kalir.

- Jaja, te aprecio Kalir pero estas demente, jamás te dejaría ponerle un sólo dedo
encima, viva o muerta ella es mía - respondió intimidante

Hazar.

- ¿Por qué haces esto Hazar?, ¿Por qué vas tan lejos? - interrogó Salomón. Hazar

hizo un breve silencio y reflexionó - Por qué estoy desesperado Salomón... ahora
que la he vuelto a encontrar siento que si no la tengo me muero... ustedes no lo
entienden porque no saben lo que se siente, ni siquiera yo termino de entenderlo...

Sólo sé que el cuerpo me lo pide, los recuerdos me abruman... con sólo verla se

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despierta toda clase de emociones en mi... y si Noré quiere quitármela tendrá que
matarme, si es que puede... - declaró Hazar con una mirada llena de fuego...

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Capítulo 3

- ¿Quién eres?...- preguntó nuevamente Anaciel.

- Yo... soy Noré - respondió él.

- Noré?... ¿Eres un Diablo también?...-

- Sí...-

Ella lo miró en silencio por un segundo - ¿Por qué tú- - intentó preguntar pero
repentinamente se sintió mal.

- Anaciel!, ¿Qué ocurre?, ¿Te sientes mal? - se preocupó Noré.

- Estoy... mareada. ... y muy cansada...- terminó de decir ella y se desvaneció.

Él la tomó en sus brazos - Está respirando...- dijo aliviado, subió a Belzet cargando
con ella y se marcharon a su palacio.

A llegar al mismo fueron recibidos por un sirviente principal - Señor Noré

- dijo el demonio.

- Garono ven conmigo - ordenó el joven Diablo mientras cargaba a Anaciel.

La llevó hasta su cuarto y la recostó en su enorme cama mientras ella aún seguía
sin reaccionar - ¿Qué le ocurre Garono?, ¿Por qué se siente mal? - preguntó Noré.
- A simple vista señor puedo decir que es por la atmósfera del infierno, puede

resultar tóxica y consumir su energía por ser un ángel, lo mismo pasaría con usted
en el paraíso - respondió él sirviente.

- Entiendo. ¿No hay nada que pueda evitarlo? -

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- Veré que puedo hacer, tenerla en un lugar cerrado sin respirar directamente el
aire de fuera la hará sentirse mejor, pero aún así... -

- Lo sé, ahora entiendo por qué Hazar la tenía en esa jaula. Sabía sobre esto... -
comentó Noré mientras acariciaba el rostro de ella - Garono, manda a llamar a
Vittorio, necesito hablar con él -

- Entendido señor, enviaré por él - dijo el sirviente y se marchó de la habitación

cerrando la puerta.
- Te prometo que te sacaré de aquí... sea como sea... no te dejaré morir en este

lugar...- susurró el joven Diablo mientras se acercaba más a Anaciel, que aún

permanecía dormida, y con ternura robó un suave beso de sus labios, para luego

quedarse a su lado esperando a que despierte mientras tomaba su delicada mano.

Al tiempo Anaciel despertó sobresaltada, y lo primero que vio fue a aquel Diablo

que le sonreía amablemente - ¿Cómo te sientes? - preguntó él.


- Bi... bien - respondió confundía aún - ¿Qué me ocurrió? -

- Te desmayaste por respirar el aire del infierno, pero aquí dentro estarás bien -

- ¿Dónde estamos? -

- Este es mi palacio -

La joven ángel miró a su alrededor y notó que, aunque estaba en una cómoda
cama, toda las aberturas de la habitación estaban cerradas -
¿Soy... tu prisionera también?...- preguntó mientras intentaba cubrirse con la

sábana.
- No, no, tranquila... yo sólo quiero ayudarte -

-¿Ayudarme?... nosotros nos conocemos?...-

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- Si, somos... amigos - respondió dudoso Noré, no quería asustarla con
sentimientos de amor, ya que sabía que Hazar seguramente le había hecho pasar

un mal momento por lo mismo, y continuó - Le di mi palabra a Zarasel de que te

sacaría de aquí, después de todo soy un príncipe del infierno y todo lo que afecte a

mantener cierto equilibrio entre nuestros mundos también me incumbe -

- ¿Conoces a Zarasel? - se sorprendió ella, si conocía a semejante guardián Anaciel


comenzó a pensar que él le estaba diciendo la verdad.
- Así es, primero debo romper el pacto de sangre que mi hermano te obligó a

hacer, de esa forma lograré que tu alma pase por las puertas principales del
infierno -

- ¿Eres el hermano de Hazar?... ahora entiendo... por eso es que él dijo que sentía

el olor de su hermano en mi... ¿Eras tú no es así?, así que en verdad somos

amigos... pero... ¿Por qué no puedo recordarte?...- preguntó mientras se acercaba


más a él para tratar de reconocer su rostro.

- Te lo explicaré luego... ahora necesito que me digas que te hizo él, ¿Te dijo que
planea? -

- Todo fue muy confuso... dice que soy Anna... y que me convertirá en un

demonio, así los ángeles no podrán venir por mi...-

- ¡¿CONVERTIRTE EN UN DEMONIO?!, ¡ese infeliz ha perdido la cabeza! - dijo

molesto Noré.
- Todo esto me da miedo... sólo quiero salir de aquí... me siento muy indefensa a

su lado...- comentó con lágrimas en sus ojos Anaciel.

- No llores por favor... no tolero verte triste...- la consoló él mientras secaba


delicadamente sus lágrimas con su mano, ella se sorprendió con ese gesto - Te
sacaré de aquí y podrás volver a bailar en el bosque... como a ti te gusta...-

- Eh?... como lo sabes?...-

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Noré sólo sonrió y continuó - Debes sentirte incómoda con esa ropa, te traje este
vestido, es de los que te gustan usar -

Anaciel miró a su lado y sobre la cama había tendido un hermoso vestido,

efectivamente era de los que ella amaba llevar puesto. Volvió su mirada a él y

preguntó - ¿Cómo es que sabes tanto de mi... y yo apenas conozco tu nombre?...-

- Ya te lo dije, somos amigos...- sonrió nuevamente él y se puso de pie - Bueno, te


dejaré descansar, todo esto debe ser demasiado para ti. Iré a resolver unos asuntos
pero volveré por ti... No es mi intención que te quedes encerrada en esta

habitación. Puedes recorrer todo el lugar si quieres - dijo mientras se acercaba a la

puerta.

- Noré...? -

- ¿Si? -

- Gracias...-

- No me agradezcas... es lo mínimo que puedo hacer, todo esto es mi culpa... No


he hecho más que meterte en problemas desde que te conocí...- terminó de decir

con misterio y se marchó cerrando la puerta.


Anaciel quedó pensando sobre sus últimas palabras sin entender a que se refería.

Todo era muy confuso, ¿Cómo podía ser que el mismo día se topase con dos

Diablos tan distintos entre sí?, uno posesivo y lujurioso, el otro amable y

encantador.
No sabía qué hacer, Noré era un misterio para ella, aunque no podía recordar nada

de él, quería confiar en sus palabras. El hecho de que supiese sobre ella en el
bosque y los vestidos que usaba le daban el indicio de que al menos no mentía

cuando decía conocerla.

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Se quedó recostada en aquella cómoda cama un tiempo más, luego se colocó el

vestido que le dio y se propuso salir a explorar aquel lugar, pero al abrir la puerta

se topó con que fuera de esta estaban apostados los perros de Noré.

Eran enormes, Anaciel no pudo evitar impresionarse, ni siquiera se atrevía a cruzar

entre medio de ellos. En ese momento apareció el joven Diablo - Ah!, disculpa,
olvide decirte que dejaría a Belzet y Zero cuidándote,

¿Quieres salir?. Ven, no tengas miedo - .

Ella pasó temerosa al lado de ambos hasta llegar a él - ¿Te asustan? - le preguntó.

- Sí... se ven feroces -

- Dame tu mano, déjame mostrarte algo -

Noré tomó su mano y la colocó lentamente sobre la cabeza de Belzet, para


sorpresa de Anaciel el perro se mostró completamente dócil - Belzet y Zero son
mis sirvientes, ellos te cuidarán siempre que yo no esté cerca -

- Increíble, son muy suaves... se ven tan agresivos -

- ¿Lo ves?, no siempre lo que parece malo en verdad lo es - le dijo mientras la


miraba a los ojos sonriendo.

Anaciel sólo pudo observarlo en silencio.

- Ven conmigo, te mostraré el resto del lugar - continuó él, y la guió tomando su
mano.

Era un palacio en verdad enorme, rodeado de lujo en un estilo gótico y servido por
pequeñas y extrañas criaturas, demonios que seguían fielmente las órdenes del

Diablo.

22
Mientras caminaban por uno de los pasillos ella preguntó - Dices que eres un
príncipe del infierno, ¿Entonces eres un guardián? -

- Así es, soy el guardián del infierno de la Ira -

- ¿Y qué significa ser un guardián? -

- Yo me encargo de custodiar las almas que han muerto bajo el pecado de la ira,

una vez que han cumplido sus sentencias se ve la posibilidad de liberarlas para así
reencarnar -

- Es increíble, no lo sabía en detalle -

- Sí, se podría decir que somos los que hacemos el trabajo sucio después de la
muerte... en realidad nunca fue de mi interés ser un guardián, pero mi padre nos

obligó a competir entre nosotros para así asignarnos un infierno a cada uno de la

hermanos -

- ¿Tienes más hermanos? -

- Sí, somos siete en total -

- ¡¿Siete?! - se sorprendió ella.

- No te preocupes, trataré de que no te causen problemas - sonrió él - Llegamos,


quería mostrarte este lugar...- dijo él y abrió una enorme puerta que daba paso a
un bello salón.

- Qué hermoso es... nunca imaginé que pudiese existir un lugar así en el Infierno...-
exclamó asombrada Anaciel.
- Cualquier lugar es hermoso si tú estás...- dijo en voz baja Noré, pero ella pudo

oírlo y quedó mirándolo.


El joven Diablo chasqueó los dedos y una hermosa melodía comenzó a sonar -

¿Música?...- preguntó ella.

23
Él extendió su mano y dijo - Bailamos...? -.

Anaciel estaba impactada, no podía evitar preguntarse ¿Quién era este Diablo tan

galante?, ¿Qué había detrás de tanta amabilidad?... Sin saber por qué, tomó su

mano y él la acercó más hasta rodear su cintura - Pero... yo no sé bailar...- se


excusó ella.

- Sólo déjate llevar...- la convenció él.

Apenas dieron el primer paso juntos fue como si se conocieran de toda una vida,

bailaban con tal fluidez que parecía que nunca se hubieran separado.
Anaciel se sentía feliz, no pudo evitar esbozar una sonrisa, y él simplemente no
podía dejar de mirarla con ternura.

Cuando la música acabó, ambos quedaron en el medio del salón, mirándose


fijamente, se podía sentir cierta tensión entre ellos.
Hasta que ella rompió el silencio con una pregunta - ¿Quién eres en verdad?...-.

Noré sonrió - Alguien que haría lo que sea por ti. .... Mientras me mires así...- y besó
su mano.

La joven ángel se ruborizó por completo, sintió que su corazón se aceleró


terriblemente, y en eso alguien tocó la puerta, era Garono - Señor Noré,

¿Podría venir un momento?, lo necesitamos - dijo el sirviente.

- Discúlpame Anaciel, regreso en un momento. Siéntete libre de estar donde

quieras, Belzet y Zero estarán cerca -


- Gracias...- dijo ella aún apenada y Noré se retiró.

Estaba aturdida por sus emociones, ¿Qué es lo que le sucedía?, ¿Era posible que se
sintiera atraída por ese Diablo?.

Decidió quedarse en ese salón tratando de tranquilizar su corazón.

24
Pasó un tiempo allí sentada y en un momento notó que el techo era bastante alto
así que, para matar el tiempo, decidió intentar volar, ya que si pasaba mucho

tiempo sin hacerlo sus alas se volvían perezosas y olvidaba como hacerlo

correctamente.

Lo intentó varias veces, pero sumado a la debilidad de su cuerpo por el ambiente

ni siquiera podía elevarse unos centímetros del suelo.


En ese instante llegó Vittorio, luego de recibir el llamado de Noré.

Iba por el pasillo cuando, por entre medio de una puerta apenas abierta, vio a
Anaciel. Estaba de espaldas a él, decidió intentarlo una vez más y desplegó sus

hermosas alas. Vittorio quedó impactado, nunca antes había visto a un ángel de
cerca. Logró volar hasta el techo pero inesperadamente una de sus alas falló
comenzando así a caer, rápidamente Vittorio entró al salón y la atrapó entre sus

brazos evitando que se lastimase.


Cruzaron miradas por un momento, definitivamente ella no se parecía a nada que

hubiese visto antes ya que Vittorio, por propia voluntad, nunca había salido del

infierno. Le parecía extraña pero hermosa - Gracias... - dijo ella aún asustada por la
caída.
- Estas... bien?...- preguntó él que no podía dejar de mirarla y la bajó

delicadamente.

- Sí, debo haber fallado por el cansancio -

- No deberías intentar volar si no tienes fuerzas, te harás daño...-

- Tienes razón, lo siento...-

- No es para que te disculpes...-

25
- Es que siento que hace mucho no muevo mis alas, y si no lo hago pierdo la
costumbre -

- Entiendo... - dijo Vittorio manteniendo cierta distancia, pero por dentro pensaba

en lo hermosa que era.

En ese momento apareció Noré - Vittorio?, ya estás aquí - se sorprendió.

- Acabo de llegar...-

- Ya veo, Anaciel él es uno de mis hermanos, Vittorio, el cuarto príncipe - lo


presentó.
- Así que es tu hermano... gracias por lo de antes Vittorio - agradeció nuevamente

ella.

- No fue nada...-

- ¿De qué hablan?, ¿Qué ocurrió? - preguntó Noré.

- Estaba intentando volar pero mi ala falló y caí, Vittorio evitó que me lastimara
atrapándome -

- ¿Tú Vittorio?, eso es raro en ti - agregó Noré.

- No es para tanto...No podía dejar que se lastimara, sé lo que es ella para ti...-
- ¿Qué quieres decir? - preguntó ella.

- No es nada Anaciel, no le hagas caso - irrumpió Noré - Discúlpanos, pero debo


hablar a solas con mi hermano -
- Está bien - dijo ella, y ellos se retiraron a hablar al balcón.

- ¿Qué fue eso de recién?... No me digas que no le has dicho quien eres -
interrogó Vittorio.

- No. Ella no me recuerda... y para no asustarla como Hazar le dije que éramos

amigos -

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- Ya veo... -

- Me siento miserable, porque una parte de mi está feliz de tenerla aquí pese a las

circunstancias -

- Sí, todo es una locura... entonces?, ¿de qué querías hablar?...-

- Seré directo, necesito pedirte dos favores -

- ¿Dos favores?... interesante...-

- Para sacarla de aquí primero debo deshacer el pacto de sangre con

Hazar, el único que podría hacerlo es Loxur, pero cuando intenté pasar al primer
infierno la puerta estaba sellada, seguramente el maldito de Hazar lo hizo. Así que

necesito que le pidas a Rustem que nos traiga la joya de transporte, esa que está

en la entrada principal y transporta las almas a los infiernos. Con ella podremos ir

directamente al reino del orgullo sin la necesidad de pasar por la puerta.

Como Rustem es el único capaz de volar, puede alcanzarla a la altura que está -
- ¿Y por qué no se lo pides tú?...-

- Ya sabes que Rustem es bastante volátil y si yo se lo pido sólo jugará conmigo,


en cambio contigo es más serio, te escuchará -

- Comprendo... ¿y el segundo favor?...-

- Ese sería en caso de que no hallemos a Loxur a tiempo, tendré que recurrir a la
segunda opción...-

- ¿Te refieres a...-

- Sí, mataré a Hazar. Sé que por propia voluntad no la liberará así que no me
dejará más opción que matarlo para romper el pacto...-
- ¿Estás seguro de hacer eso?... sabes las consecuencias...-

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- Sí, por eso el segundo favor sería que si algo me pasa tú seas quien la saque de
aquí luego de liberarla -

- Entiendo...-

- Lamentablemente todo está en contra de ella, Zarazel me dio un plazo de tres


días para sacarla de aquí, pero de la forma que este lugar le afecta, no resistirá... y

para peor Hazar quiere convertirla en un demonio a riesgo de que pueda morir -
- ¿Convertirla en un demonio?... definitivamente esta loco -

- Al paso que va ni siquiera podré sacar su alma de aquí, ese desgraciado la


tendrá para siempre... ¿Qué dices?, ¿Me ayudarás? -
Vittorio hizo un breve silencio, miró hacia dentro del palacio y vio a

Anaciel acariciando a los perros de Noré - Dime... ¿De verdad vale la pena ir tan
lejos por ella?...- preguntó.
Noré volteó a verla y respondió - No tienes idea... haría cualquier cosa por ella. Tal

vez si algún día te decides a salir al mundo exterior te enamores de alguien así

como lo hice yo -
- No gracias... Prefiero seguir así y no exponerme a hacer tantas estupideces como

ustedes - dijo con sarcasmo Vittorio.


- Jaja, tienes razón... pero es algo que no se puede controlar. ¿Me ayudarás? -

- Está bien... Iré a hablar con Rustem...-

- Sabía que podía contar contigo, te estaré siempre en deuda -

- Dejémoslo ahí... volveré apenas tenga novedades -

- Entiendo, gracias -

Vittorio hizo un gesto de saludo en silencio y se marchó.

28
Mientras tanto, en el segundo infierno, Hazar acababa de regresar a su palacio,
topándose con el rastro de sangre y destrucción que había dejado Noré a su paso.

Cuando fue a la habitación donde tenía a Anaciel, se encontró con la jaula

destruida y unas pocas plumas que habían quedado en ella.

- Así que se la llevó el infeliz... -

- Disculpe señor Hazar, no pudimos detenerlo...- dijo el sirviente.

- No te preocupes, conozco a Noré, sé de lo que es capaz - respondió mientras


tomaba una de las plumas y la admiraba - Actuó más rápido de lo que esperaba...
pero sólo necesito pensar como el salvaje de mi hermano para adivinar que hará...

y creo que ya sé que es lo que planea... pronto la recuperaré...-.

Luego de todo lo sucedido Noré fue hasta su habitación, allí estaba Anaciel, se
había quedado dormida nuevamente debido a la falta de energía.

Se sentó a su lado en la cama y notó que ella lloraba entre sueños, era la primera
vez que la veía así.

Delicadamente con su mano secó sus lágrimas y ante ello Anaciel despertó -

Disculpa no quería despertarte - se disculpó él.

- No te preocupes. ...estoy bien - respondió ella mientras se sentaba a su lado en

la cama.

- Es que te vi llorando y pensé que tenías un mal sueño -

- No era eso... de verdad estoy bien. .. pero tú sí te ves preocupado, ¿Qué ocurre? -

- Debo sacarte de aquí lo antes posible. ... Vittorio me ayudará, pero igual siento
que el tiempo se agota...-.

Anaciel sólo lo miraba en silencio - Pero no temas, encontraré la manera, te lo

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prometo - continuó él.
Ella tocó su mano y dijo - No tengo miedo, yo confío en ti. ..... Noré -

- Eh?...- se sorprendió el joven Diablo e inesperadamente Anaciel le dio un tierno


besó en la mejilla.
Noré quedó impactado por aquella acción, pero no sólo por eso, también por la

forma en que dijo su nombre con tanta confianza - No puede ser...


Anaciel. .... tú... - trató de preguntar él.

Ella sólo lo miró con una dulce sonrisa - Siempre fuiste tú verdad?. .... Eso tan
importante que no podía recordar. ...................................................................... eras tú...- dijo

y una lágrima rodó por su mejilla.

Aquellos gestos de amor y frases sueltas al azar habían hecho un sendero de

migajas en la mente de Anaciel, logrando armar parcialmente un rompecabezas en


su cabeza mientras dormía, y llegando a recuperar parte de sus recuerdos tan

preciados...

Capítulo 4

- ¿Qué es lo que recuerdas?...- preguntó nervioso Noré.

30
- Sólo algunas cosas... por ejemplo, cuando nos enamoramos y el momento de
nuestra despedida... todo lo que vivimos aún está borroso para mí - respondió

mientras acariciaba el rostro de él.

- Entiendo...-

- Pero puedo recordar este pequeño detalle... - dijo y tomó de los hombros a

Noré, obligándolo a recostar su cabeza en el pecho de ella - sé que te gustaba


estar así...- continuó, mientras deslizaba su mano en el cabello de él.
El joven Diablo se sorprendió, estaba conmovido, oír el latir sereno del corazón de

Anaciel era un remedio que calmaba su ansiedad.

- Dime... ¿Por qué te olvidé Noré? - preguntó ella.

- Perdóname... yo fui quien lo hizo. El día de nuestra despedida estabas sufriendo


tanto que sólo quise liberarte de esa carga...-
- Ya veo... no te preocupes, no debes disculparte. Sé que lo hiciste porque me

amas... pero por favor prométeme una cosa -

-¿Qué?...-

- Que pase lo que pase no me harás olvidarte de nuevo, porque yo no me

arrepiento de haberte conocido... y nunca lo haré - afirmó con dulzura.


- Anaciel...-

- Prométemelo Noré...-

- Lo prometo - dijo y, aun recostado sobre su pecho, se abrazó con fuerza a ella.

- ¿Tú siempre estuviste allí verdad?... junto a mí en el bosque -

- Sí...-

- Lo sabía... yo no iba a ese lugar sólo por la música, lo hacía porque algo en mi

corazón me decía "alguien te espera allí "... todo este tiempo te estuve buscando

31
sin saberlo... la incertidumbre me mataba -
Noré la miró a los ojos y preguntó -¿De verdad?... pero yo borré todos nuestros

recuerdos de tu mente... cómo es posible? -

Anaciel tomó su rostro con ambas manos y le dio un suave beso en los labios -

Puedes borrar un nombre, pero no desaparecer un sentimiento...- respondió con

una sonrisa.
Él la abrazó nuevamente - Anaciel... tengo miedo de lo que sea capaz de hacer...
porque ya no deseo dejarte ir nunca más... pero no quiero ser como Hazar... anhelo

ser alguien que pueda amarte como lo mereces...-


- No te preocupes por sentir que no quieres dejarme ir... porque soy yo quien no

quiere soltar tu mano...- respondió mientras correspondía aquel abrazo.

- No sé como lo logras, pero siempre dices cosas que logran aliviar mi tormentoso

corazón...- dijo él y terminó por desarmarse en los brazos de Anaciel.


En sólo un instante había logrado hacer desaparecer la angustia y desesperación

de todo un año sin poder si quiera hablarle.


Definitivamente era la única capaz de serenar las emociones de aquel príncipe del

infierno.

Así pasaron el tiempo disfrutando de su mutua compañía, como lo hacían apenas

llevado tiempo de conocerse, hasta que Anaciel nuevamente comenzó a sentir

sueño y Noré la dejó descansar en su cama, retirándose a ocuparse de otros


asuntos.

Al rato, regresó a la habitación, pero jamás esperó ver lo que encontraría allí

dentro. Al abrir la puerta vio a un niño arrodillado al lado de la cama y observando

muy de cerca a la joven ángel que aún dormía, se trataba de Rustem, el séptimo
príncipe y guardián del infierno de la Envidia.

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- Pero qué?! - dijo entre dientes Noré, rápidamente lo tomó de sus ropas y lo
arrastró fuera de la habitación hasta el salón principal.

- Rustem! Qué demonios crees que haces?!, por empezar, ¡¿Qué rayos haces

aquí?! - preguntó indignado el joven Diablo.

- Suéltame Noré! Como te atreves a arrastrarme así idiota! - exclamó Rustem.

- Ya empezaron a pelear...- dijo Vittorio mientras entraba al salón.

- Vittorio, ¿tú lo trajiste aquí? -

- ¿Y qué esperabas que hiciese?... necesitabas su ayuda y dijo que lo pensaría


después de conocerla...-
- Noré, ¿Qué ocurre? - preguntó Anaciel quien se había despertado por los gritos

de ambos -¿Quién es él? -.


A regañadientes Noré los presentó - Anaciel, él es Rustem, otro de mis hermanos y
séptimo príncipe -

- Qué lindo!, tienes un hermano pequeño - dijo emocionada.

- Hola Anaciel, es un gusto conocerte - saludo sonriente.

- Igualmente Rustem -

- ¡Qué hermosa eres!. Yo también quisiera un ángel así para mí -

- No es un juguete Rustem, no puedes tenerla por capricho...- murmuró Vittorio.

- Pero es tan bonita y sus alas se ven tan suaves! - exclamó mientras se abrazaba a
su cintura.

- No la toques con tanta confianza enano atrevido! - dijo celoso Noré

- Noré déjalo es sólo un niño...- lo apañó Anaciel y Rustem volteó a verlo con un
gesto burlón en su rostro.

- Voy a matarte enano....- afirmó ofuscado el joven Diablo.

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- Cálmate Noré, pareces otro niño...- dijo Vittorio poniendo su mano en el hombro
de este.

En ese momento Noré recordó que una de las cosas que más le gustaba a Anaciel

en el mundo humano era estar con los niños, así que contra

Rustem llevaba las de perder.

El pequeño príncipe tenía una actitud irritante y traviesa, logrando sacar de quicio
a su hermano mayor. Le divertía molestarlo, ya que Noré siempre reaccionaba
pero, además de eso, a Rustem le encantaban las mujeres hermosas y las cosas

bonitas.

- Mejor vayamos al grano de una vez antes de que los convierta en piedra a

ambos... Rustem, ya la conociste, ¿ahora qué harás?...- preguntó Vittorio. El niño lo

pensó por un momento - Esta bien, traeré la joya... pero sólo si ella me da un beso
- respondió descaradamente.

- Qué dices?! - exclamó Noré.

- ¿Cuál es el problema?, es sólo un beso en la mejilla -

- Eres un enano descarado -

- Y tú un Diablo estúpido y egoísta, tienes algo tan bonito y la quieres toda para ti

so- - en medio de la discusión Anaciel sorprendió a Rustem dándole un tierno besó

en la mejilla, Noré y Vittorio también se sorprendieron.

El pequeño Diablo se ruborizó - De verdad... lo hiciste...- dijo mientras se tocaba la


mejilla.

- Sí, dijiste que si lo hacía nos ayudarías - sonrió ella.

- Pero...¿ y si estaba mintiendo?-

- ¿Por qué mentirías? -

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- ¿De verdad... eres así de inocente? - dijo confundido.

- Bueno ya obtuviste lo que querías, ¿Vas a traernos la joya sí o no? - preguntó ya

fastidiado Noré.

- Ella me tomó por sorpresa, exijo que me dé otro así puedo disfrutarlo - dijo
Rustem con desparpajo.

- No lo hará!, ya agotaste mi paciencia enano -

- No me digas que estas celoso de un niño, Diablo estúpido, me das pena

Y así Noré y Rustem continuaron peleando mientras Anaciel se colocó al lado de


Vittorio para verlos de lejos, aquella situación la hacía reír.

- En verdad son divertidos - comentó ella

- Tal vez, pero Rustem tiene razón...-

-¿En qué? -

- En que eres demasiado inocente, esa inocencia es peligrosa, te hace

vulnerable...-

- Tal vez... pero me gusta pensar que si le brindas tu confianza a los demás, ellos
se vuelven incapaces de traicionarte - sonrió ella.

Vittorio la miró algo indiferente y dijo - Tienes una forma curiosa de pensar...-
- ¿Tú crees?, es gracias a Noré que cambie mi manera de ver las cosas.

Antes vivía temerosa de ustedes, del mundo que era ajeno al mío, por las
enseñanzas que había recibido... pero cuando me permití conocerlo me di cuenta
que sólo debo juzgar luego de ver con mis propios ojos. Sé que no todos los

Diablos son como él, también los hay como Hazar, pero ¿Por qué no darme la

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oportunidad de confiar un poco más?.. es una forma de aprender y conocer -
- ¿Así?... y según tú qué tipo de Diablo soy?...- preguntó Vittorio.

- Mmm... eres reservado y tranquilo, alguien que no expone sus emociones, pero
por la forma en que me ayudaste en aquella ocasión diría que eres amable -

- Dices que soy amable porque te ayudé?... ¿Cómo sabes que fue amabilidad y no

por interés?...- intentó ponerla a prueba, pero Anaciel lo anuló completamente con
su respuesta

- No lo sé, de eso se trata confiar... - sonrió.

Vittorio se sorprendió por la sencillez y honestidad de su respuesta, esbozó una


casi imperceptible sonrisa y dijo - Tienes una filosofía de vida interesante... -

- Gracias -

Por otro lado, la discusión entre Noré y Rustem parecía no tener fin, el pequeño

reveló sus particulares alas negras y voló hasta donde estaba Anaciel para ir a su
encuentro - Rustem!, ¡Tienes alas!, no lo sabía - dijo sorprendida ella.

- Sí, soy el único de los siete que puede volar, como ves tenemos algo en común

hermosa Anaciel - dijo galante.

En eso se acercó Noré ya agotado por la situación - Definitivamente no puedo con

este mocoso -
- Cálmate Noré... con esa actitud sólo empeoras las cosas...- lo aconsejó Vittorio.
- Así es Diablo idiota!, tienes una forma muy egocéntrica de pedir un favor

- continuó provocando.

- Escucha Rustem - intervino Anaciel - aún no termino de entender cómo

funcionan las cosas aquí pero, por lo que me dijo Noré, el único que puede traer la

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joya eres tú. La necesitamos para ir con tu hermano Loxur y que me libere del
pacto con Hazar... me agrada estar con ustedes, pero me temo que no podré

resistir mucho tiempo más... si nos ayudas te estaría inmensamente agradecida, por

favor...- le pidió mirándolo a los ojos.

Rustem lo pensó un segundo - Esta bien, no puedo negarme al pedido de una


dama tan hermosa como tú - dijo y besó delicadamente su mano.
Aunque era mucho más joven, Rustem se esforzaba por actuar como un caballero

frente a una mujer, ya que según sus propias palabras le atraían las cosas bonitas y
le gustaba que ellas le prestasen atención.

- Te lo agradezco -

- Sí algún día te cansas del bruto de mi hermano espérame Anaciel, cuando crezca
seré el príncipe que necesitas. La diferencia de edad no será un problema para mí -

dijo con total desparpajo.


La joven ángel sólo rio divertida por su loca propuesta - Qué ocurrente eres

Rustem jeje -

- Maldito enano precoz, ya me hartaste. Belzet comételo! - ordenó Noré y el perro


comenzó a perseguir al pequeño Diablo por todo el salón.
La discusión duró un poco más pero parecía que Anaciel había logrado convencer

a Rustem de cooperar con ellos.

Para que los ánimos se calmasen, Vittorio se retiró al balcón a hablar con el

pequeño, mientras que Anaciel quedó en el salón con Noré -


Perdóname Anaciel, no quería que vieses ese lado tan vergonzoso mío... por eso no

deseaba hablar con Rustem en persona, siempre termina irritándome con su

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actitud - dijo tocándose la cabeza mientras permanecía sentado en un sillón.

Ella estaba de pie frente a él - No te preocupes por eso, yo me divertí, me gusta

conocer aspectos que no sabía de ti - sonrió - me interesa saberlo todo -


- Créeme, no querrás conocer todo de mi...- dijo algo misterioso.

- Eh?, ¿Por qué no?. Yo no soy alguien interesante, supongo que ya lo sabes todo

de mi... era una simple ángel a la que un día le dijeron que había sido seleccionada
por el oráculo para suceder a un arcángel. Nunca había cuestionado nada que se

hubiese preestablecido para mi hasta que te conocí... sabes que hubiese entregado

mis alas sin dudar pero...-

- Lo sé, tu familia...-

- Así es, nunca tuve interés en ocupar un lugar de autoridad, si hubiese tenido una
mínima señal de que ellos estarían bien no me habría marchado de tu lado...-

- Sí... lo comprendo...-

- Estoy preocupada por ellos ahora, mis superiores deben estar muy molestos con
todo esto...-

- No te preocupes, te sacaré de aquí y verás que ellos estarán bien - le dijo


mientras tomaba sus manos y la miraba a los ojos.
Una pregunta sobrevolaba implícitamente en el aire, aunque ninguno de los dos se

atrevía a hacerla, ¿Qué pasaría con ellos cuando todo acabase?,

¿Podrían estar juntos o volverían a separarse?. Era un interrogante que no podían


responder pero que al estar presente en sus corazones los impulsaba a disfrutar de

cada momento juntos.

- Hay algo que quiero preguntarte... tú y yo hemos...-

- ¿Si hemos hecho el amor? - se adelantó Noré - Sí, muchas veces... pero si quieres

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podemos recordarlo ahora mismo...- sugirió mientras la tomaba de la cintura.
- Noré...- susurró apenada Anaciel.

- Jaja, estoy jugando, adoro ver cuando te avergüenzas...- bromeó con su atrevido
sentido del humor.

Mientras en el balcón Vittorio y Rustem mantenían otra conversación

- Así que en verdad es posible -

- ¿ A qué te refieres? -

- A que una criatura como ella pueda amar a un Diablo como nosotros - dijo
Vittorio mientras veía de lejos como Anaciel se abrazaba a Noré.

- Claro que es posible, lo estás viendo con tus propios ojos... ¿Qué es lo que te

incomoda? - preguntó Rustem.

Vittorio permaneció en silencio y él continuó - Noré quizás no lo haya notado pero


yo sí, ¿Te gustó no es así? -

- No digas tonterías...-

- No tienes por qué ocultármelo, sabes que no le diré nada a él -

- ¿Cómo podría gustarme?, apenas y la conozco...-

- Eso no tiene nada que ver, los Diablos somos débiles a las criaturas como ella. A
mí me gusta porque es bonita, en este lugar no se encuentran cosas así -

- Tal vez es cierto, me gusta... pero nunca podría igualar los sentimientos de Noré.

Ser capaz de ir tan lejos por un mujer, no soy esa clase de ser, pero entiendo que
necesita desesperadamente sacarla de aquí si no morirá... Prefiero no tenerla cerca

para no generar sentimientos en mi... no quiero sentir nada al verla -

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- ¿Por qué le temes a tener emociones? -

- Porque somos tan salvajes que ni siquiera podemos dominarlas... -

- Bueno, mejor así, no necesitamos otro Diablo estúpido enamorado del mismo
ángel - dijo con total liviandad - pero cuando tenga la edad suficiente para salir de

aquí iré a la tierra de los humanos y conseguiré una para mí jaja - terminó por decir

lleno de confianza.
- Eres un desastre Rustem...- dijo ya agotado Vittorio - Aunque me parece extraña,

es agradable... debo admitir que ha despertado mi curiosidad por el mundo


exterior...-

- Eso sí que es llamativo en ti. Bueno, iré a buscar esa maldita joya así terminamos

con esto de una vez -


- Me sorprende que accedieras tan fácil...-

- Oye! No soy un desalmado, tampoco es que quiera verla morir aquí. Ella me dio

un beso así que cumpliré mi parte del trato. Además si no la sacamos de aquí
tendremos una guerra ¿no es así?, y eso sí sería un fastidio -
- Tienes razón...-

- Volveré en cuanto tenga la joya - dijo por último el pequeño Diablo y se marchó.
Vittorio quedó sólo en aquel balcón reflexionando sobre lo que sentía y pensaba.

Si debía ser honesto consigo mismo tenía que admitir que Anaciel había

despertado algo más que curiosidad en él, ¿Cómo un ser que venía de un mundo

completamente opuesto podía resultarle agradable?, era una pregunta que no salía

de su cabeza.

Pero al verla junto a Noré la única palabra que podía pensar para definirlos era
"Equilibrio", dos seres nacidos en contextos completamente diferentes que no se

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oponían entre sí, si no que se complementaban.
Definitivamente era un vínculo muy fuerte en el cual no se atrevía a intervenir y

prefería no seguir indagando sobre sus emociones para no cruzar ese límite que le

permitía estar cerca y distante a la vez.

Y al mismo tiempo, en el paraíso, se tomaba una decisión que cambiaría


drásticamente el futuro de la joven ángel

- Guardián Zarasel - dijo un arcángel de aspecto misterioso.

- Sí señor, a sus órdenes - respondió el guardián.

- Luego de escuchar tu informe sobre el paradero de Anaciel, y el acuerdo al que


llegaste con ese Diablo, el Consejo ha llegado a una decisión final,
no llamaremos a la guerra por ella -

- ¿Cómo dice?...- se sorprendió él.

- Lo que oyes, una criatura que resulta tal tentación para seres despreciables
como los diablos no hace más que causarnos problemas y alterar el balance entre

nuestros mundos, no sacrificaré soldados por su bienestar -


- Pero señor, ella es una víctima en todo esto! -

- Silencio Zarasel, que seas su hermano no te da derecho a opinar sobre este


asunto, estas aquí para acatar órdenes -

El guardián quedó en silencio y el arcángel continuó - Tú y yo sabemos que lo más


probable es que muera ahí abajo, pero llegado el caso en que ese Diablo logre
sacarla, tienes la orden directa de matarla. Una vez que su existencia como ángel

desaparezca, automáticamente el oráculo designará a un nuevo sucesor y ese si

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nos encargaremos de que no se escape de nuestra manos, no cometeremos el
error de darle tanta libertad como a esa jovencita -

- Matarla?... -

- Ya escuchaste, si te preocupa tu bienestar y el del resto de tu familia

harás lo que se te ordena como el guardián que eres. Si no serán acusados de

traición -
- Entiendo...-

- Sí crees que no puedes hacerlo dímelo y se lo pediré a alguien más -

- No... yo lo haré, es mi hermana... me aseguraré de que no sufra...-

- Perfecto, entonces así será. Te lo advierto Zarasel, no intentes engañarnos,


recuerda que puedo sentir su presencia divina donde sea que esté. En estos

momentos sigue con vida en el Infierno, pero sabré inmediatamente cuando muera

- He comprendido cuáles son mis órdenes señor -

- Ya puedes retirarte - dijo por último el arcángel y el guardián se marchó. Zarasel

se encontraba en una terrible contradicción, aquella espada con la cual había


jurado proteger a su hermana Anaciel, ahora se convertiría en la guillotina que
dictaminaría su sentencia de muerte...

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Capítulo 5

- ¡¿Zarasel es tu hermano?! - dijo sorprendido Noré.

- Sí, así es. Disculpa, pensé que te lo había dicho antes...- respondió Anaciel.
- No, no lo sabía. Tampoco lo hubiese imaginado. Son muy diferentes...-

- Sí... sé que Zarasel puede ser rudo, pero es un buen hermano. Tener que ser un

guardián no ha sido fácil para él...-


- ¿A qué te refieres? -

- Él es mi hermano mayor, el único que tengo, siempre fuimos muy unidos, lo

compartíamos todo. De muy joven demostró ser un habilidoso guerrero y cuando


los arcángeles lo descubrieron lo llevaron a un palacio para prepararlo y que sea

un guardián divino, así que repentinamente nos separaron... Cada tanto el venía a

visitarnos, yo lo extrañaba mucho, pero decía que no podía oponerse a las


decisiones de los arcángeles, su voluntad es absoluta.

Cuando nos encontrábamos en público ni siquiera podía tratarlo como a un igual,


debía dirigirme a él como mi superior, eso me llevó tiempo entenderlo, ya no

podía ser afectuosa con él.


Cuando el oráculo me designó como sucesora yo era muy pequeña y mi hermano
abogó para que creciese con mis padres el mayor tiempo

posible y no tuviese que ser separada de ellos como le ocurrió a él, diciendo que se
haría cargo de mi seguridad. Ahí fue cuando entendí que su amor por mi seguía
intacto, hasta que llegó el momento en que no pudo aplazarlo más y fui llevada al

palacio.

43
Me sentía muy sola ahí dentro, que tuviésemos que tratarnos con tanta distancia
pese a que nuestras miradas decían otra cosa era muy triste. De seguro está muy

preocupado por mí en estos momentos...- dijo ella y entristeció su mirada.

- No te preocupes, aunque creo que él me detesta, le prometí que te sacaría de

aquí... no estoy seguro de que confíe en mi palabra, pero así será -

- Entiendo...-

- No estés triste... te mostraré algo que quizás te guste - dijo Noré mientras se
ponía de pie y caminaba en dirección a un hermoso piano blanco que estaba en la

esquina del salón.

Tomó asiento y con sus propias manos interpretó una simple pero hermosa

melodía, Anaciel sonrió impresionada - ¿Te gustó? - preguntó él.

- Sí, fue muy hermosa -

- La hice para ti -

- ¿Para mí? , ¿Sabes hacer música? - preguntó ella mientas se acercaba más.
- Aún no del todo, es algo complejo, pero aprenderé a hacer cualquier cosa que te

haga feliz - dijo con una sonrisa.


- Noré... siempre eres tan gentil...- agradeció ella mientras lo abrazaba por detrás y

le daba un tierno beso en la mejilla.

En medio de esa atmósfera romántica, ninguno de los dos podía imaginar que

estaban siendo espiados desde afuera por un diminuto sirviente de Hazar.


Aquel Diablo, desde la intimidad de su habitación en el segundo reino, podía ver a

través de una bola de cristal todo lo que los ojos de ese demonio alcanzaban.
Y allí estaba ella, verla amar a Noré de esa forma lo hería profundamente, podía

sentir como el fuego de los celos ardía en su pecho.

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Mientras bebía una copa de sangre, Hazar comenzaba a perderse en sus recuerdos.
Profundas memorias que había intentado con desesperación olvidar, de aquellos

días en que conoció a Anna...

Muchos años atrás, Hazar recorría las calles de diferentes pueblos en busca de

compañía femenina y del placer que esta traía. Bajo una cabellera rubia e
hipnóticos ojos color miel seducía a cuanta dama cruzara en su camino,

haciéndose llamar Alan.

Sus favoritas eran las mujeres casadas o comprometidas, ya que eran atrevidas y

desenvueltas en la intimidad.
Así, pasaba los días de su juventud divirtiéndose en el mundo humano, sin

aferrarse a nada, sólo siguiendo sus más básicos instintos lujuriosos.


Otra de las cosas que disfrutaba era del café preparado por los humanos, su aroma

agradable y sabor eran una tentación para él, así que le gustaba recorrer los bares
y cafés de los diferentes pueblos que visitaba, y en uno de ellos la conoció...

Una joven dulce y muy hermosa, de sonrisa contagiosa y brillantes ojos verdes,

llamada Anna.

La muchacha trabajaba como mesera de un pequeño café durante la tarde hasta la

noche.

Desde que la vio por primera vez Hazar no pudo quitarle los ojos de encima,
apenas estaba entrando en la madurez, era de baja estatura pero de cuerpo
esbelto, cabello corto castaño y de apariencia humilde. No era para nada llamativa,

pero su belleza natural resultaba innegable.


Aunque la joven lo atendía de manera amable, Hazar apenas podía responderle, se
sentía intimidado por su presencia inocente.

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Hasta el día en que ella accidentalmente tocó su mano mientras retiraba la taza de
su mesa - Disculpe joven -

- No, se preocupe señorita no es nada -

- Viene muy seguido aquí, veo que disfruta de la lectura - comentó ella al ver un
libro sobre la mesa.

- Sí, este tipo de literatura es agradable en compañía de un buen café -

- Es verdad, mi nombre es Anna, ¿Cuál es el suyo? -

- Soy Hazar - respondió él y se sorprendió a sí mismo. No sabía el por qué, pero


acababa de decirle su nombre real, ya no podía retractarse.

- ¿Hazar?, es un nombre hermoso. ¿Es extranjero? -

- Mis padres lo son -

- Oh, ya entiendo. Bueno, debo seguir trabajando pero seguro nos seguiremos

viendo ¿verdad?. Fue un gusto joven Hazar - sonrió ella y estiró su mano en señal
de querer estrechar la de él.

Hazar sonrió, tomó delicadamente su mano y la besó, no pudo evitar seguir su

impulso - Es un placer señorita Anna - terminó por decir mientras la miraba con
ojos seductores.
Ella se sonrojó por aquel gesto y lentamente se fue a continuar con su labor.

Aquel Diablo estaba encantado, su mano le pareció tan pequeña y delicada, su


reacción tímida lo cautivó, quería saberlo todo sobre ella.

Así que, además de asistir al café, comenzó a espiarla para saber sobre su vida.

Durante el día asistía a un modesto hospital vestida como enfermera, en algunas

ocasiones a la biblioteca del pueblo y por la tarde hasta la noche trabajaba en el


café para luego regresar a su casa, pero siempre sola.

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Parecía la situación ideal, una hermosa joven solitaria era una víctima perfecta para
seducir.

Al principio, Hazar pensó que sería algo sencillo, pero luego se dio cuenta de que

no sabía ni como iniciar. Anna no era como las otras mujeres que él conocía,

damas aburridas de la rutina de sus parejas y deseosas de tener un amante, no, ella

era autosuficiente, muy activa y no parecía demostrar interés en tener pareja.

Así que comenzó a planear sus encuentros para que pareciesen casuales, y una
tarde en la biblioteca local ...

Anna estaba tratando de alcanzar un libro de un estante superior, pero al ser de

baja estatura le resultaba imposible, fue entonces cuando de sorpresa Hazar

apareció detrás de ella y se lo entregó - ¿Esté es el que deseabas? - preguntó él.

- Sí, muchas gra... , joven Hazar! - se sorprendió ella - Es la primera vez que lo veo
aquí -.

- Yo también a ti, tal vez simplemente no nos habíamos cruzado - sonrió

- Sí, debe ser -

-¿Qué lees? -

- Medicina, pronto tendré un examen, estoy estudiando para ser enfermera -

- Enfermera, que interesante... yo ya me iba al café, solo vine a cambiar los libros,

¿te diriges hacia allá?-


- Oh sí, ya casi es la hora, debo ir a trabajar -

- ¿Te importa si te acompaño? -

Ella se sorprendió - No, no me molesta...-

- Bien, ¿Vamos? - sonrió seductor y se marcharon juntos.

El plan del Diablo era involucrarse lentamente en la vida diaria de la joven, Hazar

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no era de tomarse tanto trabajo para conseguir lo que quería, pero mientras más la
conocía, más se sentía incapaz de obligarla a nada.

Aunque habían empezado a tratarse diariamente, aún no se atrevía a cortejarla

abiertamente pues ella no demostraba ningún tipo de interés en él. La situación lo

presionaba, ya que no era el único detrás de ella, al ser tan hermosa muchos

hombres que concurrían al café se mostraban interesados en la joven.


Algunos eran más insistentes que otros, pero todos terminaban siendo rechazados.

Aquella situación comenzó a despertar lentamente un sentimiento desconocido

para Hazar, los celos. Aunque confiaba en que ninguno estaba a su altura y que

terminarían fracasando a la hora de conquistarla, el sólo hecho de que se

atraviesen a mirarla lo molestaba.

Pero todo cambió una noche de invierno, el frío recorría las calles del pueblo cuya
oscuridad se hacía más profunda conforme avanzaba la estación, Anna se retiró un

poco más tarde de lo habitual del local para regresar a su hogar.


Siempre se había sentido muy segura pese a volver sola de noche, pero a esa hora

ya nadie transitaba por el lugar, así que apresuró su paso y al pasar por un callejón

fue sorprendida por uno de los hombres que la pretendía - Anna!, te estaba
esperando - exclamó el joven.
- Que hace aquí?! - se asustó ella y lentamente retrocedía.

- He venido por ti hermosa -

- Ya le dije que no estoy interesada en usted, déjeme en paz - intentó correr pero

aquel hombre la atrapó del brazo con fuerza.


- Vamos hermosa, ya no te hagas la difícil - dijo mientras intentaba arrastrarla.
Ella por el miedo sólo cerró sus ojos un instante y sintió como el muchacho

abruptamente la soltó, cayendo así al suelo. Y al mirar

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nuevamente descubrió que otro hombre tomaba por el cuello al joven, se trataba
de Hazar, quien había sido testigo de todo, pues la seguía cada

noche a escondidas de camino a su casa.

- Joven... Hazar...- murmuró ella.

Mientras lo aprisionaba contra la pared, aquel hombre, rápidamente, sacó una


navaja de su bolsillo y le hizo un pequeño corte en rostro.

Con su otra mano, el Diablo tomó su muñeca y la quebró usando apenas un

mínimo de su fuerza. Se moría de ganas de aplastar su garganta pero se contuvo

- Escúchame bien basura, si te acercas de nuevo a ella te juro que te arrancaré los
brazos...- lo amenazó en un susurro, mirándolo con sus impactantes ojos

demoníacos que brillaban en la oscuridad - Ahora vete, no se te ocurra volver por

aquí - terminó por decir y lo arrojó al suelo con violencia, obligándolo a huir
despavorido.

Mientras lo veía irse, Hazar sintió como la sangre bajaba por su rostro, podía haber
cerrado inmediatamente la herida pero si ella lo veía llamaría su atención, así que
lo dejó como estaba.

Lentamente se acercó y la ayudó a ponerse de pie - ¿Estás bien Anna? - preguntó


gentil.

Asustada y con lágrimas en sus ojos se abrazó tímidamente a él - Joven Hazar...


muchas gracias...-
Estaba sorprendido, era la primera vez que veía su fragilidad, siempre tan alegre y

llena de energía, aquella faceta le era totalmente desconocida.

Al tenerla tan cerca pudo notar lo pequeña que era a su lado, deseaba abrazarla
con todas sus fuerzas pero se limitó a acariciar su cabeza.

Ella levantó la vista y notó su herida - ¿Está bien?... lo lastimó -

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- No te preocupes por esto, no es nada... déjame acompañarte a tu casa, por si ese
loco regresa -

- Sí por favor...- respondió la joven y se fueron juntos en el medio de la noche.

Al llegar a su casa, Anna lo invitó a pasar - Por favor déjeme curarle esa herida, es

lo menos que puedo hacer...- le pidió ella y este aceptó.

Tal como sospechaba, la muchacha vivía sola en aquella pequeña pero acogedora

casa. Hizo que Hazar tomará asiento en la sala de estar y se dispuso a curarlo.

Era tan delicada y gentil, el Diablo no podía dejar de mirarla, estaba rendido ante
sus manos - ¿Por qué estaba ahí joven Hazar? - preguntó ella mientras terminaba

de ponerle una venda.

- Por favor, sólo dime Hazar, me gusta salir a caminar por las noches. Me
sorprendió verte tan tarde, iba a preguntarte si querías que te acompañase para

estar más segura y vi todo lo que sucedió -

- Ya veo... muchas gracias de nuevo -

- ¿Ya te había sucedido algo así antes? -

- Algunos hombres suelen ser muy insistentes... pero nunca de esa forma, en
verdad me asustó mucho -
- Entiendo -

- Sé que ya es muy tarde, pero puedo ofrecerte algo de beber -

- Me caería bien un café -

- Es buena idea, hace frío. Enseguida te traigo uno - sonrió.

Café de por medio, Hazar quería saber aún más sobre ella, así que amablemente

preguntó - ¿Vives sola aquí? -

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- ¿Lo notaste?... Sí, ya hace unos años vivo sola. Mis padres murieron de una
enfermedad en la sangre. Fue muy triste, en apenas unos meses se fueron...a pesar

de ser muy joven el dueño del café aceptó dejarme trabajar para él, así logro

mantenerme a mí misma, pero decidí que quiero ser enfermera para ayudar a los

enfermos cuando lo necesiten, es mi vocación...- dijo con orgullo.

- Ya veo... -

- Por eso déjame agradecerte nuevamente lo de hoy... si ese hombre me hubiese

llevado no sé qué sería de mi... nadie me buscaría, ya que no tengo familia...-


- Yo lo haría -

- Eh? -

- Yo te buscaría, después de todo te has vuelto parte de mi vida - sonrió él.

Compartieron una larga y agradable charla, el Diablo disfrutaba mucho de su

compañía, pero había llegado el momento de retirarse.


Ya en la puerta, amablemente se despidieron, repentinamente Hazar decidió que

ya no quería darle más vueltas al asunto y, a riesgo de que lo rechazara, declaró

sus intenciones con ella.

- Anna...- dijo misterioso mientras tomaba la mano de la joven - me gustas... estoy


interesado en ti desde hace tiempo. Si me lo permites, quisiera cortejarte -

- Hazar...- se sorprendió ella - pero... yo no estoy interesada en tener una pareja...-


- Por favor Anna... dame la oportunidad de enamorarte - le pidió mirándola con

sus ojos seductores.

Ella no pudo evitar sonrojarse - Esta bien...- respondió tímida.

Él besó su mano y le susurró - Te prometo que no te arrepentirás...- y se marchó

con una sonrisa en su rostro.

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La joven en cierta medida también se sentía atraída por Hazar, pero hasta ese
momento realmente no buscaba tener una pareja, había una

poderosa razón que aún no se atrevía a decirle a nadie.

La noche siguiente Hazar la espero a la salida de su trabajo - Anna -

- Hazar!, ¿Qué haces aquí? - se sorprendió ella.

- Te dije que te cortejaría, ¿recuerdas?, ¿Tienes un momento para mí? -

- Sí...-

- Hay un lugar al que me gustaría llevarte - sonrió y en pleno anochecer la llevó

hasta una antigua taberna, muy alegre y llena de música.


- Se ve divertido! - dijo emocionada.

- Sí, aunque eres joven, estás tan ocupada que nunca te diviertes, ¿Me equivoco? -

- Tienes razón...-

- Vamos a bailar -

- ¡¿Qué?!, pero yo no sé hacerlo... -

- Eso no importa, sólo debes divertirte - terminó por decir y le tendió la mano en
señal de invitación.

Ella tímidamente la tomó y Hazar la guió bailando. Anna sólo podía sonreír, era la

primera vez que se divertía en compañía de alguien más. Pasaron una velada
increíble juntos, y de regreso a la casa de la joven se detuvieron en un rosedal.

Tomaron asiento en un banca entre medio de las flores rojas y ella suspiró - Me
encanta este lugar, amo las rosas pero

las blancas son mis favoritas - dijo mientras acariciaba los pétalos de una rosa roja

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a su lado.
- Blancas?... mira esto...- dijo y simulando hacer un truco de magia sacó de la

manga de su sacó una rosa blanca que había hecho el mismo.

- No puede ser... ¿cómo hiciste eso? - preguntó asombrada.

- Es un pequeño truco que aprendí de un viejo mago en otro pueblo - sonrió.

- Es preciosa...-

- No tanto como tú, nada se compara con tu belleza...-

- Eres misterioso... - dijo avergonzada.

- Y tu diferente... No voy a mentirte, he conocido muchas mujeres, pero ninguna


como tú... tan especial...-

- ¿Especial?...-

- Sí, tan dulce y hermosa... me traes loco... - continuó sin dejar de mirar esos
enormes ojos verdes que lo hipnotizaban.
- Puedo preguntar... desde cuando me ves así?...-

- Desde la primera vez que te vi... supe enseguida que quería que fueses mía...-
respondió él sin reservas. Hazar era un experto en el engaño pero en aquella
ocasión, sin saber por qué, le estaba abriendo su corazón a una simple niña.

Anna estaba conmovida, era la primera vez que un hombre se le confesaba con

tanto sentimiento, la hacía estremecer.


Ya de regreso en su casa, se disponían a despedirse desde la entrada.

Hazar no pretendía conseguir nada de ella esa noche, sólo disfrutar estar a su lado.
- Muchas gracias por lo de esta noche, en verdad me divertí - sonrió la joven.
- De nada, es sólo una noche de las muchas que vendrán si me aceptas...- sonrió

seductor él.

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- Lo pensaré...- susurró ella tímida.

- Nos vemos preciosa - dijo por último Hazar y cuando estaba dando media vuelta

para irse ella lo llamó - Espera! -


- Que ocurr- iba a preguntar pero Anna lo sorprendió abalanzándose sobre él y
haciendo puntas de pie le dio un tierno beso en la mejilla. Sorprendido por aquella

acción, no pudo evitar conmoverse. Ella sólo sonrió y entró a su casa.

Hazar se sentía estúpido, ¿Cómo podía ser que un Diablo como él, que

venía de disfrutar noches enteras de lujuria, se estremeciera por un simple beso en


la mejilla?. La respuesta era simple, era por ella, todo lo que

viniese de Anna lo enloquecía.

Ella también sentía que se estaba enamorando.

Así, tuvieron varias salidas más hasta que un día, sin explicación, la joven empezó a
evitarlo.

Hazar no podía entender el por qué, se preguntaba una y otra vez qué había hecho

mal, ¿Será que lo había descubierto?, ¿Había descuidado su disfraz?. No, estaba

muy atento a no bajar la guardia respecto a ello.


Se sentía morir cada vez que intentaba acercarse y ella salía corriendo sin decirle

nada.

No quería obligarla a nada, hasta que un día no pudo evitarlo, necesitaba una

respuesta.

Una noche de intensa lluvia la espero en la entrada de su casa - Anna...- la nombró.


Ella se sorprendió pero intentó pasar a su lado y entrar sin responder, Hazar la

tomó del brazo y la obligó a mirarlo - Dime que sucede Anna -


- Déjame Hazar... -

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- No puedo... mírame por favor, dame una respuesta...-

- Tengo miedo... me da miedo estar enamorada de ti... de ser ingenua y dejarme

engañar por alguien con tanta experiencia como tú ...- dijo entre sollozos - todo el
tiempo pienso en ti... no me siento yo misma, me da miedo... sólo déjame Hazar...-
El Diablo quedó impactado por aquellas palabras que guardaban algo de lógica,

una niña inocente que apenas cumpliría dieciocho años contra un joven adulto que
había vivido tanto como él.
Hazar la rodeó con sus fuertes brazos y la besó apasionadamente, Anna

simplemente no pudo resistirse, y así bajo aquella intensa lluvia tuvieron su primer

beso - No puedo dejarte... aún no te has dado cuenta que ya eres mía Anna?...- le

dijo con una sonrisa seductora.


A partir de ahí su relación sólo fue un espiral de intensa pasión que tuvo su punto
más importante cuando, finalmente, la convenció de hacer el amor...

Una de las últimas noches de invierno se encontraban solos en la habitación Anna.

Él estaba sentado sobre la cama y ella de pie frente a él - Hazar... yo no sé... como
hacerlo... es la primera vez que...- dijo nerviosa y apenada.

El Diablo tomó sus manos y las besó con ternura - Déjamelo todo a mi... te
prometo que lo disfrutarás... - respondió mirándola fijamente a los ojos.
Para Hazar también era una ocasión diferente, nunca antes lo había hecho con una

mujer así de inocente, ni siquiera él entendía el por qué, pero quería que fuese

especial para ella.

Con sólo un beso dieron rienda suelta a su pasión mientras un sentimiento gentil,

sin saberlo, abrazaba el corazón del Diablo. Sin duda alguna esa velada había sido
diferente.

Se amaron toda la noche, Hazar no era de quedarse a dormir, pero hasta él mismo

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se sorprendió cuando descubrió que ya estaba amaneciendo.
Extrañamente se había quedado dormido junto a esa hermosa joven que aún

soñaba recostada sobre su pecho.

Era un misterio, se sentía hechizado por ella, la miraba dormir y simplemente no

deseaba despertarla, quería seguir disfrutando del calor de su suave piel.

Finalmente había conseguido lo que tanto deseaba desde un principio,

poseerla, pero ya no le era suficiente, lo quería todo de ella. Sus besos, sus abrazos,
las largas y profundas conversaciones y su cuerpo...

Ya no podía detenerse.

Una de esas tantas noches, compartieron una taza de café sobre la alfombra frente

a la chimenea, cada uno estaba concentrado en su propia lectura hasta que en un


momento Hazar la abrazó por detrás buscando
besar su cuello - ¿Me dejas ser tu distracción?... - le susurró

- ¿Siempre eres tan impetuoso? - preguntó ella sonriendo.

- Puedo ser un caballero o un animal salvaje, lo que tú quieras preciosa - Ella lo

miró en silencio por un segundo - Quiero que seas quien tú desees ser de verdad
....-

- ¿Qué quieres decir? -

- No puedo explicarlo, pero cuando te miro a los ojos siento que escondes algo...-

El Diablo sintió que un frío recorría su espalda, ¿Lo había descubierto?, se


preguntó, pero ella continuó - Eres misterioso, y eso me atrae mucho,

pero ansío el día en que puedas mostrarme todo de ti - terminó, dándole un suave
beso.

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Hazar quedó pensando en aquella sensación fría, ¿Acaso sentía miedo de que ella
lo descubriera?, ¿Por qué?, la respuesta era obvia : miedo a perderla.

De regreso en el infierno se topó con Kalir y Salomón que ya venían observando su


particular comportamiento - Vaya! Hasta que por fin te vemos Hazar - dijo con
burla Kalir.

- ¿Desean algo? - preguntó Hazar.

- Sólo saber un poco de ti, has estado bastante ocupado últimamente ¿No es así?
-

- No es asunto suyo - respondió y les dio la espalda.

- Quien lo diría, el poderoso príncipe de la lujuria ahora esclavo de una mujer


humana jajaja -

Hazar se sorprendió y rápidamente respondió - ¿Qué es lo que saben?-

- ¿De verdad creíste que no nos enteraríamos?, ya vimos que estás enamorado de

una joven humana- agregó Salomón.


- No digan estupideces, no estoy enamorado, sólo me la paso bien con ella -

- No te avergüences Hazar, no es tan malo tener una debilidad - comentó con


burla Kalir.

- Cállate, no sabes nada, sólo le saco provecho como al resto de las mujeres - dijo

visiblemente molesto.
- Lo que tu digas jajaja - terminó de decir Kalir y se retiró.

Salomón permanecía impasible, como siempre, frente a él - ¿Tienes algo más que

decir? - preguntó Hazar con ironía.

Seriamente Salomón respondió - Puedes decir lo que quieras, pero tu


comportamiento te delata -

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- Ya te dije que no es amor -

- ¿Ah no?, entonces sólo te diré esto... el día que encuentres una criatura a la cual

no quieras mentirle preocúpate, porque significa que te importa de verdad...-


Terminó Salomón, quien era un experto en decir verdades incómodas, y se marchó,
dejando pensando a Hazar.

Ahora el Diablo se encontraba en una contradicción, con aquellas palabras sus


hermanos habían herido profundamente su orgullo de demonio. No quería aceptar
que realmente había caído preso del amor de una mera humana.

Empezó a cuestionarse si seguirla viendo o no, pero de sólo saber que ella lo

esperaba cada noche salía corriendo a su encuentro, no lo podía dominar, el

cuerpo se lo pedía.
Al sentirse incapaz de decirle que ya no la quería, pensó en asustarla mostrándole
su verdadera forma.

Una noche estaban a punto de hacer el amor nuevamente, pero él gentilmente la

detuvo - Espera Anna... -


- ¿Qué ocurre Hazar? - preguntó ella de pie frente a él.

- Hay algo que ya no quiero ocultarte más...- dijo sentado en la cama y


lentamente desvaneció su apariencia humana. La joven vio con asombró como su

cabello se volvía blanco, su ojos de un color anaranjado brillante y unos cuernos


aparecieron en su cabeza.
- Soy... un Diablo...- confesó.

Ella estaba impactada pero, para sorpresa de Hazar, seguidamente esbozó un


sonrisa. Se acercó a él y acarició su rostro - Sabía que ocultabas algo... aunque
debo admitir que no imaginé algo así - sonrió.

- Anna yo...-

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- Déjame verte... tus ojos reales son mucho más hermosos, ahora siento que me
miras de verdad...-

- ¿No te doy miedo? -

- ¿Me harás daño? -

- Soy incapaz...-

- Entonces por mi está bien -

Frustrado, Hazar comentó - Maldición Anna... por qué tienes que ser así?... no

quiero esto... ¿Por qué me haces amarte de esta forma?...-


- ¿Acaso te hago tanto daño?....-

- No... todo lo contrario... me haces tanto bien que tengo miedo de no

poder vivir sin ti...- respondió mientras la tomaba de la cintura y recostaba su


cabeza en el pecho de ella.

Anna correspondió acariciando su cabello - Yo ya soy tuya... ¿Tú serás mío

Hazar?...-
- Tengo miedo de responder...-

- Entonces no digas nada... pero no dejes de mirarme con esos ojos que tienes
ahora... me encantan... no ocultes nada de ti cuando estés conmigo...- terminó por

decir y lo besó intensamente.

Aquella joven dulce escondía una fiera apasionada en la intimidad, era su mujer
ideal. Cada vez estaba más perdido por ella.

A la mañana siguiente Anna lo despertó con un tierno beso y una taza de café en

la mano - Buenos días Hazar...-


- Anna...¿ya amaneció? - preguntó él.

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- Así es, desconozco la naturaleza de un Diablo mitad vampiro, pero si no puedes
estar expuesto al sol puedes quedarte aquí todo lo que quieras - sonrió mientras le

entregaba la taza.

- No te preocupes por eso, no soy un ser tan débil - respondió.

- Debo irme, tengo clases de enfermería... Hazar...-

- Dime -

- Respecto a lo que dijiste ayer... si por que yo sea humana nuestra relación está

prohibida...-

- Anna...-

- Quiero que sepas que el día que sientas que ya no quieres verme por favor

dímelo de frente... de lo contrario siempre te esperaré...- dijo mientras acariciaba su


rostro.

- Anna yo...-

- No tienes que responderme... sólo quería que lo supieras - sonrió y se despidió


con un beso.

Hazar quedó sólo en aquella habitación, reflexionando sobre qué hacer, había
fallado en su intento de asustarla, cayendo nuevamente ante sus encantos.

No tenía escapatoria, al final fue ella quien terminó seduciéndolo.

Continuó visitándola pero su corazón se había dividido en dos, por una lado su
amor por aquella joven y por el otro su orgullo herido.

Era consciente de que lo había domado por completo y no quería aceptar tal
situación así que, una noche, luego de nuevamente estar juntos, Anna despertó y
notó que él ya no estaba.

Una extraña sensación invadió el pecho de la joven, la sensación de que nunca más

60
lo volvería a ver...

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Capítulo 6

Así es, finalmente el orgullo le había ganado a su amor, tomando la única salida

que encontró a aquella situación, simplemente desapareció.


No quería enfrentarla pues sabía que cedería una vez más ante ella, los días
pasaron pero él no regresó.

Tal como prometió, Anna lo esperó, y mientras su corazón se rompía Hazar


buscaba anestesiar el suyo en otros lugares con otras mujeres, tratando de ser

quien era antes de conocerla.

Y para peor, en medio de esa soledad, la joven recibió la noticia que tanto temía, la
confirmación de su enfermedad.

Siempre supo que había una gran posibilidad de que padeciera el mal que mató a

sus padres, esa era la razón principal por la cual no quería tener pareja en un
principio, para que nadie sufriese por ella, pero aquella efímera felicidad junto a

Hazar la hizo olvidar por un tiempo que podía tenerla.

Los meses pasaron y una terrible ansiedad nació en Hazar, finalmente entendió

que nada podía suplir a Anna. Todo se lo recordaba, pero no encontraba el mismo
placer de estar con ella en ningún otro cuerpo. Era inútil luchar contra sus

sentimientos.

Indeciso por volver a su lado, se detenía en regresar ante la duda de si ella lo

odiaba por lo que hizo, hasta que decidió que no importaba si Anna estaba
enojada o no, se dijo a si mismo que pondría todos sus esfuerzos en reconquistarla

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para volver a disfrutar de su compañía.
El primer lugar que visitó fue su casa, pero al mirar de cerca notó que la misma

estaba vacía y abandonada, la desesperación se apoderó de él, ¿Se había mudado?,

¿Había abandonado el pueblo? . Necesitaba más información y se dirigió al único

lugar donde podría obtenerla, el café.

Al llegar no la vio por ningún lado, y en su lugar había otra joven. Fue directo a
hablar con el dueño, quien siempre estaba sentado en la barra sirviendo bebidas -
Disculpe señor, ¿Sabe en donde puedo encontrar a Anna?- preguntó Hazar.

El hombre levantó la vista y dijo - Te conozco... eres el muchacho rubio que solía
venir aquí... ¿Eres Hazar? -

- Sí, soy yo. ¿Anna le habló de mi? -

- Sí, me contó sobre ti y su relación... -

- ¿Dónde está ella?, ¿Se mudó? -

El hombre quedó en silencio por un momento - Ven conmigo, te llevaré hasta


donde está - respondió y dejó a cargo a otro empleado.
Comenzaron a caminar bajo la puesta del sol hasta una pequeña colina un poco

alejada del pueblo.

Hazar comenzó a notar que no había nada alrededor hasta que apreció con horror

tres lápidas, y aquel hombre señalando la del centro dijo - Allí está Anna...-
El Diablo sintió como nuevamente un frío corría su espalda - Tiene que ser una
maldita broma... Ella no puede estar mu- -

- Muerta - terminó la frase el hombre - Sí, Anna murió hace más de un mes... -
- No puede ser... ¿Qué le ocurrió? -

- Le diagnosticaron la misma enfermedad a la sangre que a sus padres...-

63
- Pero... si apenas unos meses han pasado desde la última vez que la vi -

- Es una enfermedad muy cruel, aún no tiene cura, es una sentencia de muerte...-

- Anna...- murmuró desconcertado.

- Ella me habló sobre ti, no dijo mucho, sólo que estaba muy enamorada. Era
evidente su felicidad, pero entristeció mucho cuando te fuiste. ............. Y casi

supo de su enfermedad al mismo tiempo...-

Lentamente se acercó a la lápida que llevaba su nombre - Mi preciosa...- susurró


Hazar.
- ¿Puedo preguntar por qué desapareciste? - indagó el hombre.

- No quería aceptar que la amaba tanto...-

- Dime. .. valió la pena alejarse?...-

- No...-

Seriamente el señor se acercó y tocó su hombro - El orgullo es un sentimiento

ambiguo, que puede hacernos perder algo que no sabíamos que amábamos...- dijo
por último y se marchó en silencio dejando sólo a Hazar.

El Diablo sintió que su corazón se deshacía, una sola lágrima rodó por su mejilla y
con ella escapó su orgullo para siempre.

Con un sólo movimiento de su mano hizo aparecer muchas rosas blancas alrededor

de la tumba de su amada - Perdóname Anna. .......................... estoy seguro de que me

esperaste tal como lo prometiste. .................................................. pero como un idiota me

alejé.

No puedo volver el tiempo atrás, pero te aseguro que buscaré tu alma en cada
rincón que exista. ............... hasta asegurarme que seas mía en tu siguiente vida... -

juró Hazar y así lo hizo.

64
Recorrió cada parte del infierno para encontrarla pero sin éxito, hasta que decidió
buscar consejo en el ser más antiguo del Inframundo, un Espectro llamado Arza,

que vivía en el reino de la Codicia - Arza, ¿hay alguna forma de resucitarla? -

preguntó Hazar.

- Eso es imposible señor, si hace mucho tiempo que murió su alma ya debe estar

en camino hacia la reencarnación. Si tratamos de revivirla lo más probable es que


un alma errante ocupe su cuerpo y ya no sería ella - respondió el espectro.

- ¿Entonces estás diciendo que ya no la busque? -

- Exacto señor, independientemente de dónde esté su alma ya debe estar por


comenzar otra vida -

- ¿Y cómo rayos haré para saber en dónde está? -

- No sé preocupe, si usted en verdad fue importante en la vida de esa joven, ella


directa o indirectamente regresará a usted -

- ¿ A qué te refieres con indirectamente? -

- No importan las vidas, el alma es la misma, inexplicablemente para ellas siempre


buscan volver a aquello que las hizo felices, en este caso usted.

Pero su encuentro puede estar sujeto a los más mínimos acontecimientos

cotidianos... Deberá estar atento a todas las señales que el destino le dé, si ignora

alguna de ellas puede que ya no la encuentre jamás...- terminó por afirmar el


Espectro.

Así, pasaron más de veinte años sin tener ni una mínima señal de que

Anna regresase, Hazar terminó por desilusionarse, buscando rellenar ese vacío en
su corazón nuevamente jugando con otras mujeres. Pero lo que jamás imaginó es

que Arza estaba en lo cierto, su encuentro con Anaciel estaba destinado a ser, sólo

65
que él lo ignoró, siendo así Noré quien la encontró en su lugar.
Aquella noche Loxur le encomendó a Hazar que fuese a buscar un alma errante

que se encontraba aferrada a una vieja casa en el bosque, casualmente estaba

cercano al pueblo donde conoció a Anna y para no revivir dolorosos recuerdos

decidió ignorar su deber e irse sin decir nada a otro lugar en busca de

entretenimiento y distracción.
Al enterarse, Loxur envió a Noré a hacer dicho trabajo y este fue sin excusas. Luego
de terminar el encargo eligió quedarse un tiempo más en el lugar para despejarse

y ese fue el momento en que , a escondidas, vio a Anaciel por primera vez.
Dejando en él tal impresión que ya no querría dejar de verla jamás.

Cuando ya había sucedido todo entre Anaciel y Noré, recién en ese entonces Hazar
notó el particular comportamiento de su hermano, sus salidas diarias al mundo
humano, llamando su curiosidad - Rustem, ¿Tú sabes a donde se dirige Noré? -

preguntó.
- ¿No te has enterado?, el idiota se enamoró de un ángel en el mundo humano -

respondió el pequeño Diablo.

- ¡¿Un ángel dices?! - se sorprendió.

- Sí, la visita cada noche tomando la forma de un ave para estar cerca de ella si
llamar su atención -

- Jaja, eso tengo que verlo - dijo con burla y salió tras de él.

Hazar ocultó su presencia para que Noré no lo notase y poder seguirlo a la

distancia. Al llegar al bosque tomó la forma de un zorro blanco para mezclarse con
el entorno. El lugar le resultaba conocido, era el bosque cercano al antiguo pueblo
de Anna.

Se escondió entre los árboles esperando la llegada de aquella ángel que enamoró

66
a su hermano, pero en cuanto vio a Anaciel, Hazar sintió que su corazón se detenía
- No... puede ser... - se dijo a si mismo impactado.

Aquella hermosa ángel era la viva imagen de su amada Anna.

La observó durante varias noches a la distancia y le resultaba innegable, sus gestos,


su comportamiento, su personalidad gentil, tenía que ser ella.

- Al fin... te encontré mi amor...- murmuró para sí mientras en su cabeza


comenzaba a gestar el plan que terminaría llevando a cabo.

Verla nuevamente había despertado con más fuerza que nunca los sentimientos de

su atormentado y culposo corazón.

La desesperación por tenerla otra vez sólo iba en aumento y ya no se detendría por

nada del mundo, ni siquiera por pasar encima de su propio hermano.

Y ahora ahí estaba, sumergido en recuerdos que lo alentaban a actuar sin medir

consecuencias, a dar el siguiente pasó que terminaría con todo...


- Espérame Anna... pronto volverás a mi...

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Capítulo 7

Aquel momento íntimo entre Noré y Anaciel se vio interrumpido por Rustem,

quien entró volando por el balcón - Anacieeeel!!!- exclamó en tono jocoso con los
brazos abiertos.
- Rustem! - dijo ella y el pequeño Diablo la abrazó con fuerza.

- Apenas llegas y ya andas de atrevido mocoso...- murmuró molesto Noré


intentando separarlo, tomándolo por detrás de su saco.

- Déjalo Noré, no está haciendo nada malo - le pidió ella.

- Pero Anaciel...- se sintió anulado él.

- Ya oíste a la dama, déjanos en paz, ¿Qué no ves que ya tenemos un vínculo

especial? - dijo con burla el pequeño.


- Ahhhh!!!??? - se molestaba aún más el Diablo.

- ¿Y qué ocurrió Rustem? - preguntó Anaciel.

- Mira, traje la joya para ti preciosa - dijo enseñando una hermosa gema azul.
- ¡Eres genial Rustem!, muchas gracias - agradeció ella.

- Lo sé, lo sé. ¿No crees que me merezco otro beso por cumplir mi promesa? -
- Por supuesto que no - respondió veloz Noré.

- Tú no te metas, esto es entre ella y yo -

- Te voy a...-

- Noré...- dijo Anaciel en un tono amable pero reprendiéndolo.

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El joven Diablo se sentía derrotado por su hermano menor, debía controlarse o
haría que ella se terminara molestando con él.

- De verdad muchas gracias Rustem - continuó Anaciel mientras se arrodillaba

para estar a su altura - No tenías la obligación de ayudarnos y aún así lo hiciste,

eres muy amable - terminó, acariciando gentilmente su cabeza.

El pequeño Diablo estaba sorprendido, no podía dejar de mirarla a los ojos, le


parecía tan bonita que se ruborizó y seriamente respondió - No... fue nada...- .

- Ah, ya regresaste Rustem...- comentó Vittorio quien se había retirado para


cambiarse de ropa y traer consigo su elegante espada, llamando así atención de
Anaciel - Que hermosa es esa espada Vittorio! - dijo mientras se ponía de pie y se

acercaba a él.
Noré aprovechó ese momento de distracción de ella para advertir a Rustem

- Escúchame bien enano, si Anaciel se molesta conmigo por tu culpa te juro que te

haré comida para mis perros -


El pequeño sonrió burlón - Tus amenazas no me llegan Noré, ya verás que cuando
crezca ella me preferirá a mi - respondió provocándolo.

- No sabes las ganas que tengo de...- murmuró el Diablo apretando su puño.

- Ustedes dos... ya dejen de jugar. .. pónganse serios...- dijo Vittorio -

Rustem. .... ¿tienes la joya? -

- Aquí está - y se la entregó.

- ¿Sabes utilizarla verdad? - preguntó Noré.

- Sí. ...conozco el hechizo que la activa -

- ¿Tú no Noré? - indagó Anaciel.

- Sí, pero no la conozco del todo. Vittorio es más estudioso de la magia, tiene

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mayor conocimiento de hechizos que yo -
- Increíble Vittorio - lo halagó ella.

- No es para tanto... Loxur es el mayor conocedor de magia de aquí. .. Por su

autoridad tiene acceso a los grimorios más antiguos... por eso debemos verlo -

- Entiendo -

En ese momento entró Garono con una máscara en sus manos - Señor Noré, aquí
está lo que me pidió, una máscara especial para la señorita -

- Gracias Garono - la recibió él.

- ¿Qué es eso? - preguntó ella.

- Escucha Anaciel, no voy a mentirte, las cosas se pueden complicar cuando


vayamos al primer reino. No sabemos que planea hacer Hazar, y no puedo no
llevarte conmigo por que debes estar presente ante Loxur para deshacer el pacto.

Nuevamente estarás expuesta a la atmósfera del infierno, así que mandé a hacer

esta máscara que cubrirá tu respiración, así estarás más protegida. Debes hacer
todo lo que te digamos para no exponerte a más peligros, te protegeré con mi

vida, lo prometo - le dijo mirándola seriamente a los ojos.

- Noré...- suspiró ella.

- Yo también iré! - interrumpió Rustem.

- No gracias - respondió cortante Noré.

- No te estoy pidiendo permiso Diablo estúpido, iré por ella. No puedo confiarte la

seguridad de mi posible futura esposa -


- ¡¿Qué estás diciendo mocoso?! -

- Lo que escuchaste, no será la única, pero si la más especial -

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- ¿Planeas enamorarte de muchas mujeres Rustem? Jeje - preguntó risueña
Anaciel.

- ¿Enamorarme? , ¿Quien habló de amor?, mi amor será sólo para ti hermosa


Anaciel. Aunque si me dices que sí ahora te prometo que serás la única, y ya ves
que cumplo mis promesas -

- ¡Ya es suficiente enano!, ¡Te voy a matar! - reprochó celoso Noré.

- Como desearía convertirlos a ambos en piedra a veces... Cuando están juntos se

vuelven insoportables...- resopló Vittorio.

La joven ángel sólo sonrió, pensaba en lo agradable que eran aquellos diablos que
estaban dispuesto a ayudarla - Muchas gracias... - irrumpió ella en la discusión.

Los tres diablos se sorprendieron - se los agradezco a los tres de verdad...

- No nos des las gracias hermosa, todos tenemos nuestros motivos para hacerlo,
incluso Vittorio - dijo audaz Rustem.

- ¿Así? ¿Cuál? - preguntó mirando a Vittorio como esperando una respuesta.

- ... Mantener el equilibrio de nuestros mundos, evitar un conflicto mayor...

- respondió con astucia el Diablo, evadiendo el aprieto en que lo había

puesto el pequeño - además le di mi palabra a Noré de que lo ayudaría...-

- Sabía que tu también eras muy amable Vittorio - sonrió ella.

Él hizo un pequeño silencio al verla - ¿Están listos para irnos?... - preguntó.

- Sí, ponte la máscara por favor Anaciel. ¡Belzet, Zero, vengan! - dijo Noré
llamando a las bestias.

- ¿Vendrán con nosotros?...-

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- Sí, creo que serán de ayuda -

- Bien... recuerda que la joya sólo nos dejará en la entrada al reino... debemos

subir por el Sendero de la Rosa para llegar al palacio...-


- Entiendo - terminó Noré mientras tomaba la mano nerviosa de ella.

Vittorio invocó la magia de la joya y automáticamente aparecieron en el reino del

Orgullo.

- Ya puedes abrir los ojos Anaciel - dijo amable Noré.

Anaciel lentamente los abrió y quedó impactada con el panorama. Estaban parados
en un camino que se dividía en dos, uno en descenso, este claramente llevaba a la

población demoníaca del lugar, desde aquella altura se notaba. En tanto el


segundo era en ascenso y no se podía divisar su destino, el inicio del mismo estaba

marcado por enredaderas de rosas rojas como la misma sangre.

Ella estaba nerviosa, no podía distinguir claramente que sentía, si era ansiedad o
miedo. Noré lo notó y trato de llevar calma a su corazón - No tengas miedo

Anaciel, confía en mí...- le dijo con una profunda mirada.


- Siempre...- respondió conmovida, apretando fuerte su mano.

- Bueno... allí está, el Sendero de la Rosa, debemos subir por él...- comentó
Vittorio.
- Sí, Anaciel sube al lomo de Zero. Eso evitará que te esfuerces de más - dijo Noré.

- Está bien - respondió ella y la tomó por la cintura para ayudarla a subir al

enorme perro.
- Ahora sí, vamos - terminó él y partieron.

A medida que avanzaban, a los costados del camino se apreciaban inmensas

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enredaderas de rosas rojas, cientos de ellas, parecían eternas y vibrantes - Que
hermoso... - comentó Anaciel - ¿Por qué hay tantas rosas en este lugar? -.

- Las rosas son un símbolo de orgullo y vanidad - respondió Rustem, quien iba

volando a su lado - pero en este lugar representan una prueba -

- ¿Una prueba dices? -

- Así es, las almas y demonios que vagan por aquí deben resistir la tentación de

tomarlas, de lo contrario serán maldecidos. "Nadie tiene derecho a tocar a la

orgullosa Rosa", profesa su maldición -

- Es increíble, este lugar está lleno de misterios... -

- Sí, así que por favor ten cuidado de no herirte con ellas - le pidió Noré mientras

desenfundaba su espada para estar preparado.


- ¿Sus espadas son especiales? - preguntó ella.

- Son un regalo de nuestro padre... un símbolo de autoridad como príncipes -

respondió Vittorio.

- ¿Tú también tienes una Rustem? -

- Sí pero no la traje conmigo, aún no soy muy bueno con ella, prefiero
defenderme con mis poderes -
- Entiendo, la espada de Vittorio me recuerda a la que lleva mi hermano, es muy

delicada - comentó Anaciel.


- ¿Tú hermano?... ¿Quién es tu hermano? - preguntó Vittorio intrigado.

- Zarasel - sonrió ella.

- Zarasel?... ¿el Guardián Zarasel? -

- Así es -

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Rustem y Vittorio quedaron en silencio por un momento, impactados por tal
revelación - Lo siento, sé que mi hermano es un poco hostil pero es

bueno - se disculpó ella al ver sus expresiones.

- No te disculpes, sólo nos sorprendió un poco - dijo Rustem.

Vittorio murmuró con Noré que iba a su lado - ¿Tú sabías de esto? - le preguntó.

- ¿Qué me dices?, me acabo enterar hace poco también - respondió Noré.

- De todos los ángeles que hay tenías que enamorarte de una sucesora y ahora no

sólo eso, sino que también es hermana de un guardián?... a ti sí que te gustan los
problemas, verdad?... - dijo irónico Vittorio.
- ... iré adelante por si acaso - terminó Noré y se adelantó, caminando así delante

de Zero.

- ¿Puedo hacerte una pregunta Rustem? - dijo Anaciel.

- Claro, la que quieras -

- ¿Por qué eres el único que puede volar?, ¿Acaso no heredan todos la misma
magia de su padre? -

- Así es, pero somos todos hijos de distintas madres -

- ¡¿De verdad?! -

- Sí, es cierto que de nuestro padre heredamos la misma magia, pero nuestros

dones particulares provienen de nuestras madres. Mi madre desciende de las


Arpías, por ello poseo estas alas que ves -

- Arpías?... Increíble, ¿Y tu Vittorio? - preguntó ya curiosa.

- Mi madre desciende de Medusa...-

- Entonces ese parche que llevas...-

74
- Sí... mi ojo izquierdo esta maldito con el poder de mi ancestro, a eso se debe
este parche... puedo convertir en piedra a todo lo que veo con él -

- Ahora entiendo porque decías de convertirlos en piedra a ellos dos - rio Anaciel.

- Hazar es hijo de una Vampiresa, por eso manipula a través de la sangre, la

madre de Kalir desciende de Charibdis y la de Salomón de la Hydra. En cuanto a

Loxur y Noré, bueno ya debes saber lo de Noré -


- ¿Saber qué? - preguntó ella.

Rustem y Vittorio hicieron un breve silencio, y con una mirada cómplice entre

ambos, el pequeño astutamente desvió la conversación - No es importante, de

todos modos no puede compararse conmigo, cuando crezca seré imponente jaja -

- Estoy segura que sí -

- ¿Cómo te sientes?, ¿Estás mareada? -

- Me siento bien, creo que la máscara funciona -

Continuaron hablando ellos, mientras Vittorio se acercó a Noré - Veo que no le has
dicho todo de ti...-

- Eh? - dijo él, quien no había escuchado la conversación.

- ¿Por qué le ocultas eso?...-

- Acaso se lo dijeron?! - se sorprendió.

- No, pero pude notar que no lo sabe...-

- No hay necesidad de que lo sepa -

- Me parece absurdo, eventualmente lo descubrirá...-

- No si puedo evitarlo -

- ¿Tanto te acompleja?...-

75
Noré volteó hacía atrás para ver a Anaciel un instante y continuó - ... ¿De verdad
crees que una criatura tan hermosa como ella pueda aceptar algo así? -

- Creo que la subestimas... no parece ser alguien así...-

- Tal vez... Pero no puedo evitar dudar...- dijo por último con un dejo de tristeza en
su rostro.

Mientras tanto en el segundo infierno, Salomón se encontraba en el palacio de

Hazar, observando a Noré y los demás a través de la bola de cristal.

Permanecía impasible, como siempre, hasta que llegó Kalir - Veo que decidiste
venir - dijo Salomón.

- Claro, no rechazaría la invitación a semejante espectáculo ja, ja, ja - rió irónico.

- Toda esta situación es tan absurda, sin embargo ahí está Noré, con ese corazón
débil que tiene, desesperado por esa criatura al igual que el idiota de Hazar -

- Eso es lo que lo vuelve interesante, no crees?... ¿Quién piensas que ganará? -


- Hazar ya no obedece límites, pero si Noré continúa con esa falta de ambición

perderá, siempre evita darlo todo... de esa forma no merece ganar -

- Estoy de acuerdo, pero conociendo a Hazar creo que no podrá evitarlo ja, ja.

Noré tendrá que demostrar de que es capaz... Nos vamos? - terminó Kalir con una
sonrisa delirante.

Anaciel y los demás continuaban avanzando, estaban a punto de llegar al Palacio


de Loxur. Se encontraban a apenas unos metros de alcanzarlo - Ya estamos cerca,

mira Anaciel! - le dijo Rustem.

-...- ella no respondió.

- ¿Anaciel?... estás bien?...- preguntó de nuevo el pequeño.

76
Noré y Vittorio voltearon a verla - ... Noré...- dijo temblorosa, sin moverse.

- Anaciel, ¿Qué ocurre? - se acercó el Diablo.

- Me siento extraña...- susurró extendiendo su mano para tomar la de él y


repentinamente aparecieron sobre ella los grilletes y cadenas que la ataban al

pacto, obligándola a desaparecer violentamente frente a Noré antes de que

pudiera siquiera tocarlo, los tres príncipes quedaron impactados.

Al mismo tiempo las enormes puertas del palacio de Loxur se abrieron, pero quien
apareció tras ellas fue Hazar, cargando a Anaciel en sus brazos

- ¡Hazar! - dijo con rabia Noré, trató de acercarse, pero cuando intento moverse
sintió que algo sujetaba con fuerza su tobillo, eran unas manos monstruosas que

salían de debajo de la tierra, lo mismo le sucedía a

Vittorio.

- ¿Sorprendido de verme?, Loxur no se encuentra aquí - comentó sarcástico Hazar.


- Desgraciado, por eso haces lo que se te da la gana verdad?! -

- Veo que traes compañía - sonrió - De ti no me sorprende Vittorio, siempre


estuviste del lado de Noré, pero tú Rustem... apártate no quiero perjudicarte -

- Sólo libérala Hazar, esto ha ido demasiado lejos... ocasionarás una guerra

- dijo el pequeño.

- No puedo... ya no puedo dejarla....- respondió, mientras Anaciel lo observaba con

ojos llenos miedo y sin poder moverse.


Inmediatamente una horda de demonios salió desde el interior del palacio para
arremeter directamente contra los tres diablos.

- ¡Anaciel! - exclamó desesperado Noré, mientras Hazar cerraba las puertas,

77
llevándose a la joven ángel consigo.

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- ¡Suéltame Hazar! ¡Esto es una locura! - le pidió mientras él se adentraba más,
cargando con ella.

- Nunca... nunca más te dejaré ir... te quedarás conmigo por lo que me resta de

vida... - le dijo mirándola con ojos desesperados pero con un dejo de tristeza en

ellos.

Fuera del palacio, los tres príncipes, junto con Belzet y Zero, se enfrentaban cuerpo

a cuerpo con los demonios que estaban totalmente fuera de sí - ¡¿Qué rayos está

pasando?! Se supone que son los sirvientes de Loxur, si él no está aquí ¿Por qué

nos atacan? - preguntó agitado

Rustem.

- Lo son, pero mira esas marcas de garras en sus cuellos... Hazar los está
manipulando con su magia de sangre - respondió Vittorio mientras clavaba su

espada en el pecho de uno.


- Maldición!!! no puedo perder tiempo aquí, tengo que entrar ya! - exclamó Noré.
Vittorio se colocó espalda contra espalda con él y le sugirió - Noré, usaré la magia

de mi ojo, pero al ser muchos el efecto sólo dura un corto tiempo. Tú aprovecha

para entrar, nosotros nos quedaremos a destruirlos

- Entendido -

El Diablo levantó su parche y con la maldición de su ojo izquierdo convirtió a la


mayoría de los demonios en piedra mientras sus hermanos lo protegían por detrás.
- Ahora Noré!, Ve!. Luego te alcanzaremos - dijo Vittorio ya colocándose el parche

de nuevo.

- Sí!, Zero ven conmigo, Belzet quédate con ellos - le ordenó a los perros y corrió

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en dirección al palacio abriendo la puerta con gran violencia.
Ya dentro, se detuvo un segundo a ver lo enorme que era, sabía que cada segundo

contaba así que por eso llevo a uno de sus perros con él para ayudarlo a buscarla -

Zero, busca el rastro de Anaciel - le ordenó.

Nuevamente más demonios comenzaron a aparecer pero Noré los enfrentó con

determinación a medida que avanzaba siguiendo el camino que Zero iba


marcando.
Hasta que en un momento apareció ante él Salomón, quien había sido testigo de

todo desde el inicio - Salomón! - se sorprendió Noré - ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo
entraste? -

- ¿Quién crees que nos invitó a pasar? - respondió irónico.

- Tú también te interpondrás?...-

- No, sólo soy un mero observador, he venido a advertirte que si no dejas de


subestimar a tu enemigo nunca ganarás esta pelea -

- ¿Qué quieres decir? -

- Sabes perfectamente a lo que me refiero -

- Ese no es tu asunto -

- Tómalo como un consejo. Sí no vas enserio perderás. Hazar irá por todo

- dijo por último Salomón, Noré apretó los dientes y continuó su camino. Al
príncipe de la Codicia le gustaba decir verdades incómodas, provocando así

,indirectamente, confusión en los corazones de los demás. Mientras tanto, en otra


parte del palacio, Hazar había llevado a Anaciel a la sala de rituales de Loxur,
colocándola sobre un altar lleno de rosas, pero estas eran blancas.

- Te traje rosas blancas, las que tanto te gustaban...- le dijo mirándola

80
profundamente, quitándole la máscara para acariciar su rostro.
- Sigues confundido...- respondió ella quien comenzaba a sentir pena por él al ver

la desesperación en sus ojos.

- Deja de decir eso... yo no estoy confundido, sé quién eres, te conozco y por eso
no puedo soportar ver como tratas a mi hermano... porque todo ese amor era para

mi... esa dulzura me pertenece... ningún otro hombre tiene derecho a tocarte...
fuiste mía una vez, ¿Por qué no quieres volver a serlo?...-
- Puede que en mi vida anterior haya sido Anna... pero en esta soy Anaciel, yo no

nací para ti, yo elijo a quien amar...-

- ... Si tan sólo te hubiese encontrado antes que Noré... estoy seguro que me
hubieses amado de nuevo...-

- No puedo responder a eso... pero puedo decir que hoy mi corazón le pertenece

al él... Noré me ama de verdad...-

- Yo también lo hago... ¿por qué no puedes creerme? -

- Porque tú quieres forzarme a que te quiera, y un corazón que piensa de esa


forma nunca puede sentir amor de verdad... -

Hazar se mordió los labios, y con un gesto de resignación dijo .......... Te mostraré
que estás en un error, Noré no es mejor que yo. ........................................ Sabes? Los

recuerdos de todas las vidas pasadas residen en el alma, sólo se necesita algo que
conecte directamente con ellos para despertarlos, en este caso mi sangre. Luego
de beber la poción que la contiene despertarás siendo Anna. dame la oportunidad

de enamorarte otra vez...-


- Puedes hacer lo que quieras conmigo, convertirme en un demonio, tenerme

encerrada para siempre, matarme. pero pelearé hasta la muerte para no olvidar a

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Noré. porque él nunca me ha dejado sola...-

- Ya lo veremos... - dijo y con un chasquido de sus dedos la obligó a dormir -

Perdóname... no quiero hacerte daño. pero no puedo controlar


estas emociones que despiertas en mí...-

En ese momento el corazón de Hazar era una tormenta de sentimientos, de verdad

no deseaba hacerle daño pero al mismo tiempo sentía que ya no podía volver
atrás, haría lo que sea por tenerla.

Levantó delicadamente la cabeza de Anaciel, abrió la pequeña botella e hizo que


ella bebiera la poción estando inconsciente.

- Regresa a mí, Anna...- murmuró Hazar y no pudo resistir la tentación de robar

con un beso la calidez de sus labios.

En ese preciso instante Noré pateó con violencia las puertas de la sala, logrando así
abrirlas, sólo para alcanzar a ver como Hazar terminaba de besarla.

Una gota de sangre se deslizaba por debajo de la boca de Anaciel -

Hazar... que has hecho...- dijo impactado Noré, mientras apreciaba con horror

como las puntas de las blancas alas de su amada comenzaban a teñirse de negro y
sus rozagantes mejillas a palidecer ante sus ojos...

82
Capítulo 8

- Acaso tú... lo hiciste?...- preguntó Noré aún visiblemente afectado. Hazar recostó

con delicadeza a Anaciel en el altar - Ya está hecho...- respondió con total seriedad.
El joven Diablo apretó los dientes lleno de furia y lanzó su espada, cual lanza,
directo a Hazar, pero este la devolvió a sus manos con un sólo golpe de la propia

- Ni siquiera intentes acercarte a ella... no permitiré que la toques de nuevo... ya


suficiente paciencia tuve para soportar que la tuvieras en tu palacio...- dijo mientras

se acercaba a Noré con su espada en mano.

- ¡Infeliz!, ¡¿No te das cuenta que la estás matando con esto?! -

En ese momento llegaron Vittorio y Rustem, quienes habían sido guiados por
Belzet.
- Sé que es una posibilidad, pero sólo así los ángeles no me la quitarán, aunque

muera en el proceso su alma quedará marcada por la maldición y pasará a ser un

habitante del infierno - aseguró Hazar.

Velozmente ambos cruzaron sus espadas apuntando al cuello del otro - Libérala
del pacto ahora - Lo amenazó Noré.

- No lo haré, ella me pertenece, no me arriesgaré a perderla otros veinte años.

Esta vez se quedará conmigo para siempre...-

- Estás demente -

- Ja, ja!, claro que lo estoy Noré. Tú sólo esperaste un año y mira tu desesperación.
Imagínate en mi lugar que la busqué por años... Tú y yo no somos muy diferentes,

puedo entender lo que sientes, ella tiene el poder de volverte loco, pero es mía, lo

83
fue en su vida anterior y lo será en esta -

- Vittorio - lo llamó Noré, quien había notado su presencia - Te encargo a

Anaciel...-
- Sí - respondió él.

- Cómo si fuera a dejar que- - intentó decir Hazar pero el joven Diablo lo empujó

con tal violencia que ambos acabaron atravesando la pared del palacio y
terminaron fuera de este.

Rápidamente Vittorio y Rustem se acercaron a Anaciel y quedaron impactados al

ver su estado - Sus alas... están cambiando... que haremos Vittorio?! - preguntó el

pequeño.

- Maldito Hazar...- dijo este, pero al ver sus alas notó que el cambio de color
comenzó a ir más lento - ella se está resistiendo a la maldición... aún tenemos algo
de tiempo. Toma la joya Rustem, eres el más veloz, busca a Loxur, tráelo aquí - le

pidió mientras le entregaba la gema.

- ¡¿Pero donde lo buscaré?! -

- Tranquilo, si no está aquí, lo más probable es que esté en el reino de nuestro

padre... Yo me quedaré a cuidar a Anaciel, si ella muere en este lugar Noré

terminará matándonos a todos... ¿Estás listo? -

- Sí -

- Presiona la joya contra tu pecho, visualiza el lugar en tu mente, te enviaré allá...-


- Listo - dijo por último Rustem y fue transportado con ayuda de su hermano.

Vittorio quedó a solas con Anaciel, trataba de pensar en frío que podía hacer,
aunque verla en ese estado también lo desesperaba. Observó que al otro lado del

84
altar había bibliotecas llenas de grimorios, se acercó a ellos dándole así la espalda
por un momento a ella - Maldición, tanto conocimiento y tan poco tiempo...- se

dijo así mismo mientras revisaba algunos, hasta que en un momento una voz lo

sorprendió

- Mmm... así que ella es Anaciel, sí que es bonita -

Al voltear se encontró con Kalir, quien observaba muy de cerca a la joven ángel.
- Te lo advierto Kalir... ni se te ocurra tocarla...- dijo Vittorio con una mirada

desafiante.

- Wow! Ja, ja, ja, tranquilo, soy un poco impulsivo pero no estúpido, Hazar me

mataría. Sólo sentí curiosidad por ella, en verdad tiene un aroma muy dulce... su

corazón debe ser delicioso...- comentó Kalir mientras se inclinaba para verla.
Vittorio sacó velozmente su espada y la apuntó directo a él - Aléjate de ella...- lo
amenazó.

- Ja, ja, ahora estoy intrigado por tu reacción Vittorio... Tú, que siempre eres

indiferente y reservado, pareces salirte de tu eje si me acerco a ella.


¿Qué pasa?, no me digas que también te gusta la angelita?!. Ja, ja! Ni si quiera yo

me atrevería a ponerle los ojos encima con esas bestias

peleándose por ella allí afuera -

- No te interesa -

- ¿Qué harás si la toco? -

- ¿Acaso quieres que te recuerde la paliza que te di el día de la competencia por


los reinos? -
- Ja, ja, gracias por recordármelo, he estado queriendo una revancha desde ese día

- dijo mientras se preparaba para atacar.

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- En verdad eres un idiota, ¿Te parece que tengo tiempo para eso ahora? - Kalir
esbozó una enorme sonrisa - Lo dices como si no me conocieras - terminó de

decir, dio un enorme salto buscando caer sobre Vittorio, pero este lo tomó del

saco antes de que tocase el suelo y lo arrojó con gran fuerza contra la pared,

haciendo que parte de esta cayera.

Rápidamente guardó su espada y tomó a Anaciel en sus brazos, buscando así


sacarla del palacio.

Recordó que necesitaba la máscara para protegerla, pero en la confusión esta se

había fracturado así que no tuvo otra opción que salir sin ella.

Mientras corría por los pasillos, en compañía de Belzet y Zero, pensaba en las

posibilidades de salvarla, pero ahora que Hazar la había maldecido ya no bastaba

con liberarla del pacto sino que también debían contrarrestar los efectos de la
poción. A sí que los opciones se limitaban a dos, esperar a que Loxur regresara

para solucionar todo o que Noré matase a Hazar


para anular el pacto y esperar que los ángeles pudieran sanarla.

- Resiste por favor Anaciel... - murmuró mientras se acercaba a la puerta principal.


Al llegar pudo presenciar la feroz pelea entre Noré y Hazar en medio del Sendero
de la Rosa, en verdad eran dos temibles guerreros sin comparación.

- Ese sí que es todo un espectáculo, ¿verdad Vittorio? - lo sorprendió nuevamente


Kalir por detrás - Pero tú tampoco te quedas atrás, creo que te has vuelto más
fuerte, es interesante - sonrió mientras avanzaba hasta quedar enfrentado con él.

- Y tú más estúpido... ¿Te parece que es momento para pelear?, ¿acaso no ves lo
que ocurre a tu alrededor? - le reclamó Vittorio.
- ¿Y qué esperas que haga?, es cuestión de tiempo para que Hazar saque lo peor

de Noré. Tú tampoco haces nada para evitarlo -

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- Yo estoy aquí para cumplir la voluntad de Noré...-

- Ohhh, entonces eres mucho peor que Hazar ja, ja! -

- Que dices infeliz?! -

- Tu hermano te confió a la mujer que ama arriesgando su vida y aún así te atreves

a mirarla con ojos de deseo... eres de lo peor - dijo buscando provocarlo.


Vittorio hizo un breve silencio y se abrazó con fuerza a Anaciel para luego dejarla
apoyada sobre un pilar al cuidado de Belzet y Zero, tal y como Noré se los había

ordenado principalmente.
- Voy a cerrar tu estúpida boca...- lo amenazó Vittorio mientras desenfundaba su
espada, inesperadamente había caído preso de las provocaciones de Kalir.

- Ja, ja, a ver si lo logras - dijo este mientras convertía sus manos en enormes y

monstruosas, iguales a las de su antepasado - te enojas porque sabes que tengo


razón - continuó, Vittorio arremetió velozmente con su espada pero Kalir se

defendía con sus grandes garras.


- Lo peor es que el idiota de Noré confía tanto en ti que ni siquiera se debe haber
dado cuenta de tus intenciones... dime, ¿Qué planeas?,

¿esperas que Noré muera para poder sacarla de aquí y quedarte con ella?

- siguió provocando.

Vittorio sólo respondía con golpes cada vez más fuertes - Wow, por tu

violencia veo que mis palabras te llegan... ¿no piensas usar tu ojo? ¿Acaso temes

matarme y caer bajo la maldición del viejo? - preguntó Kalir.


- No tengo intenciones de matarte imbécil. Sólo te golpearé hasta dejarte
inconsciente así dejas de molestar - respondió serio.

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Mientras tanto Noré y Hazar continuaban chocando espadas sin piedad, el Diablo
mayor parecía tener algo de ventaja, pero su hermano no retrocedía ni un

centímetro - ¿Piensas continuar con esto?, hagas lo que hagas yo ya gané - dijo

con burla Hazar.

- Claro que seguiré, si crees que la maldición de nuestro padre me detendrá estás

equivocado - respondió desafiante Noré.


- Por mi está bien, de todos modos he querido matarte desde que me di cuenta
que habías estado con ella en la intimidad... eso es imperdonable para mí -

- Estás demente, Anaciel no es de tu propiedad, puede elegir con quién estar, y


me eligió a mi -

Hazar apretó los dientes con enojo - ¡Ella es mía!, ¡era para mí, me esperaba a mí!.
Pero tú me la quitaste! - exclamó.
- No tengo idea de que estás hablando maldito loco -

Discutían mientras nuevamente cruzaban espadas - ¿Te gusta jugar a ser el héroe?,
pues entonces tendrás que sacar todo de ti, de lo contrario te arrancaré el corazón

- continuó Hazar.

- Veremos quién lo logra primero -

- Olvídalo, así como estás no eres rival para mi, tu falta de ambición me enferma
Noré... desde el día de la competencia por los reinos heriste mi orgullo de guerrero

al rendirte con tanta facilidad -


- Sabías que no me importaba esa estúpida competencia, no tenía interés en ser

un guardián -

- Pero a mí sí!, quería mostrar que era el mejor, estaba dispuesto a darlo todo!.

Pero tú, con todo el potencial que tienes, me terminaste dando esa pobre pelea...

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todos acabaron pensando que me dejaste ganar, y eso es inaceptable para mi, esta
vez no estaré satisfecho hasta lograr que saques esa bestia que llevas dentro, dame

el gusto de matarte demostrando que soy el mejor de los dos -

- Infeliz...-

Aquellos príncipes continuaban enfrentándose mientras Anaciel permanecía


inconsciente, la maldición seguía avanzando y al estar expuesta al aire del infierno

su cuerpo se debilitaba aún más, haciendo que esta se acelerara. Así, la mitad de

sus alas se habían tornado de un color negro intenso como la misma oscuridad en
la que se encontraba atrapada dentro de su mente.

- ¿Dónde estoy?... No puedo ver nada... todo está tan oscuro... ¿por qué me siento
tan triste?...- se decía así misma mientras caminaba en soledad en un lugar

desconocido.

- ¿Estás perdida? - le preguntó alguien por detrás, Anaciel volteó y vio que se
trataba de una joven muy similar a ella físicamente, pero de cabello castaño corto.

- Tú... eres Anna? - preguntó la joven ángel.

- Así es, soy yo - sonrió - Perdóname, por mi culpa Hazar te está haciendo sufrir...-
- ¿Entonces es cierto?... ¿Tú y yo somos la misma persona?...-

- Lo somos pero a la vez no lo somos - respondió Anna sonriendo.

- ¿Qué quieres decir? -

- Compartimos la misma alma, tal vez tengamos igual personalidad y forma de


ser, pero vivimos en tiempos y experiencias diferentes. Tú eres tú y yo soy yo -

- Pero eso significa que Hazar tenía razón?... yo poseo tus recuerdos...-

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- Tranquila, no estás obligada a recordar ni a ser yo... Tú tienes tu propia vida
Anaciel -

- ¿De verdad amabas a Hazar?...-

- Sí, mucho. Lo ame tanto que su abandono me dolió más que mi propia
enfermedad...- dijo Anna con un dejo de tristeza.

- Entonces está tristeza que siento ahora es- -

- Sí, son mis últimos recuerdos de cuando estaba viva, lo que sientes es mi tristeza,
la que me invadió cada día que esperé a que Hazar regresara a mi lado... Pero

nunca lo hizo...-

- Él te sigue amando, por eso quiere hacerte volver...-

- Lo sé, pero soy yo quien no quiere regresar -

- ¿Por qué?, ¿No deseas verlo? -

- Mentiría si dijese que no, pero nuestro tiempo ya pasó. Seguramente el recuerdo
del amor que tuvimos le duele mucho más a él por estar vivo que a mí, pero Hazar

debe aprender a convivir con el dolor así como lo hice yo en su ausencia... no se

puede remediar errores a costa de otras personas, no tenemos ese derecho...-


Anaciel estaba sorprendida por la madurez de sus palabras, podía reconocerse en
esa joven que tenía frente a ella.

- Tengo que disculparme contigo - dijo Anna.

- ¿Por qué? -

- Porque mi deseo por ver a Hazar impulsó a mis recuerdos a llevarte al mundo
humano...-
- ¿Entonces dices que mi gusto por la música y el hecho de que fuese a ese

bosque es por tus memorias? -

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- Así es, ese pueblo era mi antiguo hogar, sólo quería volver... Pero cuando
conociste a tu amado comprendí que esa ya no era mi vida, que tú eras una

persona aparte de mi y era tu turno de vivir...-

- Anna... no te disculpes, si no hubiese sido por ti tal vez nunca habría conocido a

Noré, te lo agradezco - sonrió Anaciel.

- Tú no tienes que pasar por lo mismo que yo, porque tienes a alguien allí afuera
que lo está dando todo por ti... debes volver a su lado -
- Noré...-

- Sí, ven, yo te mostraré la salida - le dijo tomándole la mano.

- Muchas gracias Anna -

- ¿Puedo pedirte un favor?... le darías un mensaje a Hazar por mí?...- le pidió por
último la joven.

Al mismo tiempo en el Paraíso también se vivían horas decisivas, pues el plazo que
Zarasel le dio a Noré estaba por cumplirse - Señor Zarasel, ¿ya casi es tiempo? -

preguntó un subordinado.
- Sí, el límite que le di a ese Diablo está por cumplirse. Debo ir a donde acordamos
- dijo mientras se colocaba unos brazaletes.

- ¿De verdad lo hará?...-

- ¿Acaso tengo opción?... mal que me pese soy un soldado, y debo seguir órdenes
- Pero la señorita Anaciel...-

- Así son las cosas - dijo por último y tomó su espada.

Zarasel estaba presionado por la situación, pero no quería demostrarlo ante nadie,
deseaba salvar a su hermana aunque no podía imaginar cómo. Muy en lo profundo

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esperaba que Noré no apareciese con ella, para no tener que cargar con la culpa
de manchar sus manos con su sangre, pero sabía que no podía no ir a su

encuentro, ya que sus superiores estarían

vigilándolo. Se sentía inútil, que había fallado en proteger a su pequeña hermana. Y

así, lleno de incertidumbre, partió al mundo humano.

Aunque Zarasel era un fiel guardián, el arcángel conocía de aquel amor por su
hermana, y no quería dejar la situación librada al azar, así que le pidió a un
segundo ángel que fuese a escondidas tras él, para supervisar la situación y,

llegado el caso en que Zarasel no pudiese cumplir con su deber, encargarse él de


matar a Anaciel.

Mientras tanto en el Infierno, la pelea entre Hazar y Noré se volvía cada vez más
violenta, tanto así que cada choque hacia retumbar la tierra.

Kalir tampoco desistía de enfrentarse a Vittorio, este último volteó un segundo


para ver a Anaciel y pudo apreciar que el estado de ella había empeorado,

continuaba sin reaccionar y sus alas se habían vuelto aún más negras - Maldición,

Anaciel! - se desesperó e intento ir a su lado, pero Kalir le impedía el paso.

- Oye, tú estás peleando conmigo, no te distraigas - le dijo sonriendo.

- Quítate idiota, aún no entiendes lo que pasa?! - le reclamó Vittorio.

En ese momento Salomón se acercó a Anaciel, hipnotizando a los perros para que
no lo atacasen - Tranquilo Vittorio, ella aún tiene pulso si es lo que te preocupa - le

dijo desde la distancia a su hermano, mientras se inclinaba para mirarla de cerca.

- No te atrevas a hacerle nada Salomón - le advirtió.

- No te preocupes por él, Salomón no intervendrá en nada - comentó Kalir.

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En ese instante Anaciel lentamente abrió sus ojos - Vaya, así que estás despertando
- dijo Salomón.

La joven ángel lo miró confundida, algo perdida.

- ¿Quién eres? - preguntó el Diablo.

- Soy ... Anaciel... - respondió ella débil.

- Interesante, estás resistiendo la maldición, pero creo que no sobrevivirás... -


- Dónde... está Noré ?...-

- ¿Noré?, allí está - dijo señalando hacia la pelea de ellos dos.

En ese preciso momento Noré y Hazar se encontraban frente a frente,

apuntándose con sus espadas - Dime, ¿Ya estás cansado Noré? - dijo burlón Hazar.
- Cállate imbécil, esto terminará sólo con uno de los dos muerto - respondió

desafiante el joven Diablo.

- No me digas, sabes que tal vez podrías haber acabado con esto mucho antes

verdad?. Pero tu cobardía no te lo permite -


- Que dices?! -

- ¿Qué es Noré?, ¿temes perder el control y hacerle daño también o que ella te
rechace al ver tu otra mitad? -
- Cállate! -

- Creo que es más lo segundo, siempre te acomplejó ser lo que eres. En el fondo
puedo entenderte, una criatura tan hermosa como ella jamás

podría aceptar la apariencia de tu otra mitad, si fuese tú también se la ocultaría -


- Hablas demasiado...-

- Te molesta porque sabes que digo la verdad, no tienes ninguna autoridad para

darme sermones cuando en el fondo eres igual de egoísta que yo... tienes tanto

93
miedo de que te rechace, deseas tanto tenerla, que no expusiste toda tu fuerza
para que ella no viese lo que eres...-

Noré respondió con un brutal golpe de su espada pero Hazar lo resistió -

¿Estás enojado?, ¿quieres matarme?, adelante. Yo tampoco le temo a la maldición


de nuestro padre, por que a diferencia de ti, si caigo preso de ella no estaré sólo,

Anna estará conmigo - continuó Hazar provocándolo.

- Te mataré...-

- Inténtalo, mira, ya despertó - dijo señalando con la mirada hacia donde estaba
Anaciel.

Noré, quien ni siquiera se había percatado de que ella estaba ahí, quedó

impresionado al ver su estado tan delicado, parecía que no podía ni moverse.


- Anaciel...-

- Esa joven ya no es Anaciel, es mi Anna. Con mi sangre traje de vuelta sus

memorias, así que ella ni siquiera sabe quién eres -


El joven Diablo estaba impactado, furioso, dolido - Le fallaste Noré, confiaste en
que Loxur llegaría a solucionarlo todo y por proteger tu propia felicidad evitaste

dar el máximo en esta pelea -


Noré dio un nuevo golpe con su espada y tomó distancia en silencio

- ¿Qué dices Noré? Quieres intentarlo?...- dijo Hazar con una sonrisa burlona en su
rostro.
- Esto se acaba aquí...- respondió Noré clavando su espada en el suelo y continuó

- no te perdonaré nunca esto... te arrancaré el corazón con mis propias manos -


acabó por decir y con las uñas de su mano derecha rasgó la marca de magia que

llevaba en su brazo izquierdo.

Una inmensa presión se empezó a sentir en el ambiente, llamando así la atención

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de todos los presentes Wow! Ja, ja, ja, el maldito de Hazar lo consiguió, allí viene la
bestia - dijo Kalir emocionado.

- Maldición... Noré, no...- se lamentó Vittorio.

- ¿Qué ocurre?... - preguntó Anaciel confundida.

- Mira con atención Anaciel, esa es la verdadera naturaleza del ser que amas. Una

bestia que destroza sin piedad... el heredero de Can Cerberos... ese es Noré -
respondió Salomón mientras ambos presenciaban como el joven Diablo cambiaba

abruptamente hasta tener la forma de un gigantesco y feroz perro semi humano,

poseía grandes fauces de afilados colmillos, brazos imponentes con enormes

garras en sus manos y triplicaba en tamaño a Hazar.

La joven ángel estaba impactada - ¿Te da miedo?...- preguntó Salomón.

Finalmente era el momento de la verdad, Anaciel estaba atrapada en medio de una

batalla cruel, pues había dos poderosos Diablos dispuestos a matarse entre sí por
ella, uno por tenerla, el otro por salvarla y parecía que nada podía evitar la

tragedia...

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Capítulo 9

Hazar había logrado su objetivo, hacer que Noré revelará el poder que heredó de
Can Cerberos, ahora parecía que ya nada podía evitar que la sangre corriera entre

ellos dos - Bien Noré, al fin me das el gusto, ya no tendré que contenerme - dijo

Hazar con un gesto de satisfacción en su rostro.


Cuando el príncipe de la Ira tomaba aquella apariencia perdía parte de su

razonamiento, pero en esa ocasión mantenía un objetivo firme, matar a Hazar.

Su mirada penetrante cortaba la respiración, y con un rugido, que lo enmudeció

todo, comenzó a atacar sin piedad.

Poseía una fuerza brutal, cada golpe que Hazar esquivaba partía la tierra,
obligando a Vittorio y a Kalir a hacerse a un lado para evitar recibir los impactos.

- Wow, sí! Ja, ja, es increíble - dijo emocionado Kalir.

- ¿De qué demonios te ríes?, ¿Acaso esto te parece divertido? - le reclamó Vittorio.

- ¿Tú qué crees?, he esperado por años para ver a Noré mostrar su verdadero

poder. ¡Mira ese potencial!, no puedo creer que el idiota reniegue de él. Es

impresionante su capacidad destructiva, ya quisiera yo tener esa fuerza -


- No te emociones tanto, si sigue así por más tiempo terminaremos todos

muertos...-
- Ahora veremos si Hazar realmente puede hacerle frente -

- No podrá, Hazar no tiene idea de lo que acaba de provocar...-

- ¿Cómo lo sabes?, ni siquiera el día de la competencia Noré quiso mostrar este


poder -

- Porque puedo sentir la presencia de su magia fuera de control, si se lo

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propusiera Noré definitivamente podría algún día alcanzar a Loxur ...-
- ¡¿De verdad?! -

- Sí, pero él no ambiciona ese tipo de cosas, sólo quiere una vida tranquila...
puedo entender lo que siente, tener un poder que no puedes controlar es
complejo -

- Claro, ustedes dos tienen eso en común, tú con tu parche y él con su marca de

magia, sin algo externo que los frene su poderes escapan de su control - reflexionó
Kalir.

- Exacto, el día de la competencia me dijo que no liberaría su otra mitad

porque los instintos de esta aún lo dominan. Al igual que Can Cerberos, si se siente

amenazado, no se detendrá hasta matar a su enemigo, y no deseaba eso. Pero


ahora es distinto, esto ya no tiene vuelta a atrás...-

El enfrentamiento continuaba entre los Diablos, Hazar comenzaba a sentirse


presionado por Noré. Pudo comprender que había subestimado la fuerza de su

hermano, pero aún así no cedería, su orgullo de guerreo permanecía intacto y haría

lo que sea para ganar. Era hábil para esquivar los zarpazos de aquella bestia, pero
en un momento Noré lo sorprendió con una ataque usando ambas manos, Hazar
apenas y pudo bloquearlo pero salió despedido un par de metros - Maldito

animal... en verdad eres fuerte, pero igual seguiré... esto será hasta que uno de los
dos caiga

Noré... - dijo mientras volvía a tomar postura para atacar.

Anaciel, conmovida, sólo podía observar aquella feroz pelea a la distancia, y

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Salomón nuevamente insistió - ¿Te asusta? -

- ¿Cómo podría tenerle miedo?... no importa la forma que tenga, sigue siendo

Noré, yo sé quién es él...- respondió muy segura.

La joven ángel no podía evitar sentir tristeza al presenciar aquella pelea, para ella
Noré era como un animal herido, lleno de furia y dolor que sólo buscaba defender

lo que amaba - Noré está sufriendo...-


- ¿Qué dices? -

- Puedo sentirlo... siento su dolor...-

- Ahh, entiendo. Estás muy unida a él. Es verdad, Noré sufre mucho esa
transformación, porque sabe que no puede dominarla del todo y pierde parte de

su conciencia -
- Por favor deténganlos...- le pidió.

- Créeme que aunque quisiéramos no tendríamos el poder para hacerlo, ninguno


de los dos retrocederá, son cómo criaturas salvajes, reducidas a lo más básico de

sus instintos... no se detendrán hasta que uno de ellos muera -

- No... -

- Deberías estar feliz, ambos pelean por que te aman. Ese es el problema de los
Diablos, somos seres pasionales, capaces de cualquier cosa por obtener lo que

queremos... -
- ¿Cómo podría estar feliz con esto?... no quiero que nadie muera...-

- ¿Eres consciente de que si Noré no mata a Hazar la que morirá serás tú, verdad?
-
- Lo sé... - respondió mirándolo a los ojos.

- Oh ya veo, eres determinada... Es una lástima que aunque Noré gane igual

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perderá, debido a la maldición de nuestro padre...- deslizó Salomón.
- ¿De qué hablas? ¿Cuál maldición? -

- Así que no te contó sobre eso... para evitar los conflictos graves entre nosotros,
nuestro padre nos ató a los siete con una maldición... si uno de nosotros es
asesinado, el ejecutor será automáticamente arrastrado a lo más profundo del

infierno, condenado a la reclusión eterna...-

- Reclusión... eterna?...- dijo impactada.

- Así es, si logra matar a Hazar, Noré será encerrado para siempre, hasta el día de
su muerte... -
- No... no puede ser... tengo que detenerlos - dijo ella mientras intentaba

recomponerse.
- ¿En ese estado?, ni siquiera puedes levantarte -

- No importa... no me quedaré a ver sin hacer nada...- continuó ya sacándose los

zapatos lentamente, miró a Salomón por un momento y preguntó - ¿Puedes


ayudarme?...-

- ¿Ayudarte?, yo no iré allá, no intervendré. Pero puedo darte un pequeño impulso

de energía con un hechizo, aunque en tu estado actual sólo será momentáneo, no


dura mucho en seres que están muriendo... Pero irás sola, ¿aún así lo quieres? -

- Sí - respondió segura y Salomón le entregó un hechizo tocándola con su dedo


índice.

Inmediatamente Anaciel sintió como la adrenalina le devolvía la fuerza a su cuerpo

y bajó corriendo las escaleras, pasando por entremedio de

Vittorio y Kalir que estaban parados en la mitad de ellas.

Vittorio se sorprendió e instintivamente la tomó de la mano

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- ¡Anaciel no puedes ir! ¡es peligroso! -

- Déjame ir Vittorio por favor, ¡Noré me necesita ! -

El príncipe de la Pereza tuvo que tomar la decisión más difícil a la que se

había enfrentado hasta ese momento en su vida, tener que soltar su mano fue

terriblemente doloroso, pero sabía que era lo que ella más deseaba y no podía
oponerse a ello, Anaciel amaba profundamente a su hermano y haría lo que sea
por él.

Vittorio siempre lo supo, nunca dudó que ella lo aceptaría sin importar que forma
tuviese, porque esa era la esencia de Anaciel, un ser que entregaba su corazón y
que amaba sin temor.

La vio partir, corriendo en el medio del desastre, llena de determinación mientras


su corazón se llenaba de incertidumbre, dividido entre cumplir el deseo de su

hermano y el de dejarla tomar sus propias decisiones.

- ¡Vaya! La angelita tiene carácter ja, ja, ja me agrada - dijo burlón Kalir. Vittorio
volteó a ver a Salomón, quien observaba impasible la situación -

¡¿Qué has hecho Salomón?! ¡La enviaste directo a su muerte! - le reclamó, ya que

había notado su magia en ella.

- ¿Dices que yo la envíe?, ella fue quien decidió ir, fíjate bien en lo que dices - le

respondió sin inmutarse.


Vittorio apretó los dientes y regresó la mirada hacia Anaciel que continuaba

avanzando.

- Rayos Vittorio, mírate, de verdad te importa - comentó Kalir al ver sus gestos.
Él no respondió, sólo permaneció en silencio, finalmente había aceptado sus
emociones, pero se sentía incapaz de traicionar a su hermano.

Sabía que la única que podía hacer algo para detener aquel desastre era ella,

100
aunque sería a costo de su propia vida.
Sentía admiración por aquella hermosa pero frágil criatura que avanzaba sin temor

para salvar a quien amaba.

Anaciel corría con desesperación al encuentro de Noré, intentó volar pero sus alas

ya no respondían, así que puso todas sus energías en sus piernas para que estas no

se detuvieran.

En ese preciso momento la bestia había despojado a Hazar de su espada, con las

garras de su mano izquierda aprisionó el brazo derecho de su hermano contra el


suelo, inmovilizándolo, y cuando estaba a punto de atravesar el pecho de este con
sus afiladas garras, pudo sentir como alguien se abrazaba con fuerza a su brazo -

Basta Noré... dejen de pelear...

- le pidió Anaciel con lágrimas en los ojos - detente por favor... si lo matas estarás

condenado... no quiero eso para ti.. así que... sólo detente... por favor...-

La bestia la miró impactado, y con una voz monstruosa intentó decir - A... na... ciel...
- Sí... soy yo Noré... - le dijo con una tímida sonrisa y lentamente se desvaneció

frente a él.
Ante ello Noré inmediatamente regresó a su forma normal, mientras sentía como
un frío recorría su espalda. Arrodillado en el suelo, se abrazó a ella que apenas y

estaba consciente - ¡Anaciel!, mírame por favor... ¿en verdad eres tú?...- le dijo

conmovido.

- Sí... te lo dije... no te olvidaré otra vez... - respondió ella mientras le acariciaba el

rostro.
Hazar, aún herido por la pelea, se reincorporó, impresionado por la actitud de la
joven ángel - Anna... por qué?... por qué lo eliges a él?... se supone que eres mía...

101
lo prometiste! - exclamó desesperado.
- No soy Anna, Hazar... - le respondió apenas desviando la mirada hacia él

- Anna no quiere regresar... - continuó.

- ¿Qué dices?...-

- Me dio un mensaje... para ti... me dijo que... ella siempre será tuya, aunque tú no
quisiste ser de ella... -
Hazar quedó sin palabras, en el fondo sabía que podía estar diciendo la verdad, ya

que eso era algo que sólo él y Anna habían hablado la noche
que le reveló su identidad, y en la que no pudo responder si quería ser de ella.

- Anaciel... ¿por qué me detuviste?...- preguntó Noré.

- Estoy muriendo Noré... no tiene sentido.. que los dos perdamos la vida aquí... no
quiero que pierdas tu libertad por mi... -

- Pero todo esto es mi culpa...-

- No te culpes por favor... diste todo de ti por mi... te lo agradezco...-

- ¡No es verdad! - gritó afligido - Perdóname, fui egoísta... tenía tanto miedo de

que me rechazaras al ver lo que soy... estaba tan feliz de que me aceptaras, de que

me recordarás... que no quería arriesgarme a perderte... si tan sólo me hubiese


transformado desde un principio tu no estarías as-

- se reprochaba así mismo Noré pero fue interrumpido por Anaciel quien lo
silencio dándole un tierno beso en los labios mientras una lágrima rodaba por la

mejilla del Diablo.

- Te amo Noré... nunca lo olvides... - dijo ella por último y recostó su cabeza en el
pecho de él para luego terminar de perder la conciencia.

- No... - interrumpió Hazar - No Anna, tu eres mía!, dame otra oportunidad...

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regresa! - exclamó e intentó tocarla pero en ese preciso momento apareció de la
nada un inmenso Minotauro que hizo estremecer la tierra con su llegada - ¡¿QUE

DEMONIOS CREEN QUE ESTÁN

HACIENDO?! - dijo con una voz imponente.

Hazar quedó paralizado mientras que Noré sólo se aferraba con todas su fuerzas a

Anaciel, y con un sólo golpe a la tierra aquella bestia hizo que ambos Diablos

tomaran distancia al salir despedidos por la fuerza descomunal del impacto.

Y antes de que ambos pudiesen reaccionar, con un chasquido de sus dedos los

encerró en una jaula a cada uno.

- Oh... creo que ahora todos estamos en problemas... - dijo resignado Kalir que
aún observaba de lejos.

- ¿Y recién ahora te das cuenta?.... - respondió irónico Vittorio y se fue corriendo al

encuentro de Anaciel y Noré.


- ¡¿QUE RAYOS ES ESTE DESASTRE?!, CÓMO SE ATREVEN A HACER ESTO EN MI
REINO?! -

- ¡Déjame salir Loxur! - exclamó Hazar.

- ¡SILENCIO! NO ESTÁS EN POSICIÓN DE HABLAR - respondió el

Minotauro.

- ¡Espera Loxur! - dijo Rustem quien apareció a su lado - ¡mira! Esa es Anaciel -

dijo señalando a la jaula de Noré.

La criatura miró hacia donde ella se encontraba y regresó a su forma original, Loxur
era un imponente Diablo de largo cabello rojo y de enormes cuernos.
Deshizo la jaula de Noré y se acercó a él - ¿Que es todo esto Noré? - preguntó

visiblemente enojado.

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El joven Diablo sólo intentaba hacer reaccionar a Anaciel que se había vuelto más
pálida y sus alas completamente negras.

- Te hice una pregunta Noré... ¿Cómo se les ocurre pelearse por una criatura tan

frágil como ella? ¿Acaso no tienen orgullo como Diablos que son? - insistió.

- Liberame Loxur, ¡ese ángel me pertenece! - gritó Hazar.

- Cállate, no me interesa escucharte - dijo el Diablo mayor y con un chasquido de

sus dedos lo dejó inconsciente.

- Precisamente por eso - respondió Noré - porque soy un Diablo orgulloso

defenderé a muerte lo que siento por ella - aseguró desafiante. Loxur sólo lo miró

serio en silencio y Noré continuó - ¿Puedes ayudarla?... aceptaré cualquier castigo

que me des pero sálvala por favor - le pidió mientras se abrazaba a ella como un
animal salvaje buscando protegerla con desesperación.

- Dame una sola razón por la que debería arreglar sus desastres -

- Sólo por que le evitarías conflictos a nuestro padre... ella es hermana de un


guardián divino y sucesora de un arcángel, debo regresarla hoy mismo de lo

contrario tendremos una guerra -

- Maldita sea, debería matarlos a ti y a Hazar, ¡¿cómo pueden traer tantos


problemas?! y además faltarme el respeto de esta forma peleando sin mi permiso

en mis tierras... Pero por desgracia también estoy unido a ustedes por la maldición

así que eso los salva de morir en mis manos - aseguró mientras se hincaba frente a

él - déjame verla - le pidió.

En ese momento se acercó Vittorio, y detrás de él lo siguieron Kalir y Salomón.


- ¿Puedes ayudarla Loxur? - preguntó Rustem preocupado.

El Diablo mayor pasó su mano por encima de Anaciel y dijo - Ella está muriendo... -

104
- No puede ser...- dijo afligido Noré.

- Puedo deshacer el pacto, pero ya es tarde para la maldición, a devorado por

completo su divinidad pero su cuerpo rechaza ser un demonio, su


vida está a punto de extinguirse...- respondió con seriedad.

- ¡Debe haber algo que se pueda hacer!, ¡haré lo que sea ! - se desesperó el joven

Diablo.
- Hay algo... Pero nunca antes lo había hecho, así que no es seguro que funcione -

le advirtió.
- ¡¿Qué es?! -

- Necesito uno de tus cuernos - dijo directamente.

- ¿Qué? - se sorprendió Vittorio, pero no sólo él, también el resto de los príncipes.
- En los cuernos reside nuestra magia, así como las alas de los ángeles, los cuernos
de los diablos son elementos de enorme poder mágico. No podemos crear vida,

pero si existe la posibilidad de ceder parte de la nuestra, yo no voy a entregar parte

de la mía pero te ofrezco la posibilidad de entregar parte de la tuya, ¿lo harías? -

preguntó Loxur. Noré sin siquiera meditarlo respondió - Sí -


- ¿Estás seguro?... te lo advierto, es sólo una posibilidad, no hay garantía de que

funcione. Aún así igual perderás la mitad de tu vida y de tus poderes -

- Estoy seguro, le daría todo si fuese necesario, porque ella ya lo hizo por mi...-

- Bien, entonces entrégamelo ahora, yo no voy a mutilarte, debes hacerlo tú


mismo -

Noré recostó suavemente a Anaciel en el suelo - Dame tu espada Vittorio

- le pidió.

Su hermano estaba impactado, pero al ver su mirada llena de determinación no

105
dudo en dársela - Toma - le dijo.
El joven Diablo, sin permitirse dudar, inclinó su cabeza y con un movimiento

certero cortó al ras su cuerno izquierdo, entregándoselo así a Loxur.

Los Diablos quedaron impactados al ver semejante acto de su parte, finalmente

habían logrado entender el tamaño del amor de su hermano por ese ángel.

- Bien, comencemos entonces - dijo Loxur, primero deshizo el pacto y luego


colocó el cuerno sobre el pecho de Anaciel. Mientras recitaba el hechizo, Noré
observaba impaciente tomando la mano de su amada, una delgada línea de sangre

comenzó a bajar por su rostro, el dolor por la herida era intenso, pero nada se
podía comparar con el hecho de perderla. Al terminar el hechizo, aquel cuerno

desapareció, entrando en el cuerpo de Anaciel - Está hecho, ya no hay nada más

que pueda hacer - dijo Loxur.

- Gracias Loxur, te lo agradezco - agradeció Noré.

- Hay algo que debes saber, si sobrevive será una humana -

- ¿Qué?...-

- Te lo dije, la maldición consumió toda su divinidad, solo el tiempo dirá si su


cuerpo acepta la magia del cuerno, las siguientes horas serán decisivas.
Desconozco si los ángeles podrán hacer algo para remediarlo y volverla a como era

antes, así que no pierdas tiempo y llévala de regreso -


- Sí - respondió Noré y tomó a Anaciel en sus brazos.

Se paró frente a Vittorio - Gracias Vittorio, fuiste de mucha ayuda...- agradeció.

- No me la agradezcas, no pude protegerla como era debido... Al final ella y

Rustem fueron quienes hicieron todo -


Noré volteó a ver al pequeño - Gracias Rustem, también te debo una - dijo.

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Este se sorprendió ante ello - Sólo sácala de aquí Noré...- respondió y le entregó la
joya.

- Visualiza la entrada al infierno en tu mente Noré, te enviaré allá, El resto

depende de ti - dijo Vittorio y con un hechizo transportó a su hermano a la salida.

Aquellos Diablos quedaron en silencio por un momento, aturdidos por todo lo

sucedido, hasta que Rustem interrumpió con una pregunta - ¿Qué pasará ahora
Loxur? ¿Qué harás con Hazar? -

- No puedo ignorar lo que hizo, puso en peligro el balance de nuestros mundos

provocando casi una guerra... lo castigaré con un encierro de cien años en su reino,
así tendrá tiempo para reflexionar - respondió él.

- ¿Y qué hay de Noré? ¿también lo castigarás? - preguntó Kalir.

- Creo que Noré ya tuvo suficiente sacrificando la mitad de su vida por una
oportunidad incierta que podría resultar en vano, ya que no es seguro que ella
resista... no lo creen?, ¿ustedes hubiesen hecho algo así? -

Los príncipes no respondieron y él continuó - Se ha ganado mi respeto, se requiere

de mucha madurez y valor para tomar una decisión así... a


ustedes también debería castigarlos, después de todo formaron parte de este

desastre, ¿Por qué están todos aquí? -

- Vinimos buscando tu ayuda, no teníamos intención de destruir el lugar -

respondió Vittorio.
- ¿Y ustedes? - preguntó el Diablo mayor mirando a Kalir y Salomón.

- Nosotros sólo llegamos aquí para observar- dijo Kalir - ¿Y tu dónde estabas
Loxur? -

- Sí, ¿qué hacías en el reino de nuestro padre? - continuó Rustem.

107
- ¿Qué? ¿Acaso no puedo ausentarme un día de mi propio palacio?, ninguno de
ustedes está en el suyo. ¿Nadie recuerda que estoy por casarme con mi prometida?

- ¡¿Casarte?!, ¿con la Lamia? - se sorprendió Kalir.

- ¡No te refieras a ella por su raza mocoso irrespetuoso!, llámala por su nombre, es
Petra - dijo molesto Loxur - Ahora regresen todos a sus reinos ahora mismo, antes

de que me arrepienta y los haga pagar - terminó por decir y todos los príncipes se
retiraron.

Vittorio miró su espada que había quedado manchada con la sangre de su

hermano y no podía evitar pensar en su valeroso sacrificio y en el

bienestar de Anaciel.

Mientras tanto, en la tierra de los humanos, Zarasel esperaba nervioso la llegada de

Noré. Su mente aún era un caos, miles de suposiciones pasaban por ella, pero

ninguna lo preparó para enfrentar lo que finalmente vería en cuanto el Diablo


apareció.

Noré emergió desde la oscuridad del bosque, con la sangre aún brotando de su
herida, y cargando a una Anaciel en un estado lamentable, pálida y con sus alas
totalmente negras - No puede ser...- murmuró angustiado el guardián - ¡¿Pero qué

rayos ocurrió?! - preguntó.

- Lo siento... no pude protegerla... Hazar la maldijo, tratando de convertirla en un


demonio, por eso está en este estado. Mi hermano Loxur dijo que la maldición

consumió su divinidad y buscando evitar que muriese le di la mitad de mi vida


usando uno de mis cuernos... Pero aún así no sé si se salvará...- se disculpó Noré.
Zarasel estaba impactado por la entrega de aquel Diablo - ¿Dices que sacrificaste

108
la mitad de tus poderes por salvarla?...- preguntó.
- Ella me salvó de una brutal condena... le debo mi vida...- respondió.

El ángel se acercó a ella y tocó su rostro - es verdad... ya no siento su esencia de

ángel - dijo aún impresionado.

- Loxur dice que si sobrevive quedará como una humana, debido a que la

maldición devoró su divinidad, pero si la llevas ahora mismo quizás tus superiores
puedan restaurarlos -
- Eso no será posible - murmuró afligido Zarasel.

- ¿Qué? ¿Por qué no? -

- Los arcángeles no la quieren de regreso, han desistido de recuperarla... tengo la

orden de matarla para que un nuevo sucesor aparezca...-


Noré retrocedió abrazando con fuerza a la joven ángel - No te atreverías...

- dijo con mirada desafiante.

- Tienes razón, soy incapaz de hacerle daño a mi hermana...-

- Entonces... ¿Qué sucederá con ella?...- preguntó angustiado el Diablo.

- Llévatela Noré -

- ¿Qué? -

- Odio admitirlo, pero al único que puedo confiarle la vida de Anaciel es a ti. Ni
siquiera yo puedo salvarla... -
Noré estaba impactado, jamás espero que aquel poderoso guardián le dijese algo

así, confiándole el bienestar de su hermana - Pero... cómo?... - dijo aún incrédulo.


- Ahora que su divinidad a desaparecido seguramente el arcángel pensará que ella

murió, tomaré una de sus plumas y lo convenceré de que murió cuando trataron

109
de convertirla en un demonio, esa es mi única opción -
- ¿Y qué pasará con su familia? - preguntó Noré sabiendo que era algo muy

preciado para ella.

- Mientras mis superiores crean que ella está muerta nosotros estaremos bien, yo

me encargaré de eso - respondió mientras nuevamente se acercaba para acariciar

la cabeza de su hermana - Anaciel... mi pequeña...


¿en qué momento te escapaste de mis manos?... Perdóname, te descuidé... fallé al
proteger tu puro corazón y acabaste de esta forma...- y le dio un beso en su frente

para luego tomar una de sus ahora negras plumas - por favor... sobrevive... sé
feliz... - le susurró. Luego miró fijamente al Diablo y continuó - Te entregó lo más

preciado que tengo en mi vida... cuídala

Diablo... - le pidió.

- Lo prometo - respondió seguro Noré.

- Ahora vete - dijo por último Zarasel y Noré comenzó a caminar en dirección al

pueblo cargando con su amada.


Su corazón era un torbellino de emociones, pero el pensamiento que prevalecía

por sobre todos era el de que ella pudiese vivir.

Mientras avanzaba sorpresivamente fue atacado por aquel segundo ángel que
había sido enviado, pero Zarasel lo repelió con una increíble velocidad,

defendiendo así a Anaciel y a Noré - Vete Noré, ahora, yo me encargo de esto -

insistió.
El joven Diablo asintió con la cabeza y se marchó corriendo.

- ¿Qué crees que haces Zarasel? El amo tenía razón al no confiar en ti. No sólo
ignoraste la orden que se te dio sino que además defiendes a un

Diablo, eres un traidor - dijo aquel ángel.

110
- ¿Y tú crees que yo confió en él?, podía imaginar que tramaba algo. Ella está
muriendo, haga lo que haga ya no podrá ser un ángel, no tiene sentido matarla,

déjala en paz -

- Sólo cumplo órdenes - respondió e intento ir tras ella de nuevo, pero Zarasel en

sólo un instante logró reducirlo con su imponente habilidad, arrebatándole su

arma y aprisionándolo contra el suelo con la propia -


¿Qué?, ¿Vas a matarme? - preguntó burlón el ángel.

- Si es necesario sí - respondió directamente el guardián.

- No te atreverías -

- ¿A no? ¿Quieres ponerme a prueba? - le dijo y refiló el cuello del ángel con su
espada dejándole una fina herida.

- ¡¿Qué haces?!, ¡Estás loco! -

- No me provoques, porque no tienes idea de lo que soy capaz de hacer por


Anaciel - le advirtió con una mirada fría.

El ángel entendió que Zarasel no estaba bromeando y preguntó temeroso

- ¿Qué harás conmigo?...-

- Tú serás la prueba viviente de que cumplí con mi deber, le dirás al amo

exactamente lo que te diré, de lo contrario haré de tu vida un infierno... - lo

amenazó.

Finalmente Noré llegó al pueblo, Anaciel seguía sin reaccionar pero aún tenía
pulso. En ese momento el único lugar seguro al que se le ocurrió ir era aquella

posada, así que usando su magia entró a escondidas en una de las habitaciones

que estaba vacía. Dejó a Anaciel en la cama y él se recostó a su lado, abrazándola

111
gentilmente - Resiste mi amor... por favor...- le susurró mientras acariciaba su
cabeza y en ese momento pudo sentir un débil reflejo de las manos de ella - Por

favor... resiste ...- continuó pidiendo él.

Sus pensamientos estaban cargados de incertidumbre al imaginar qué sería de

ellos después de todo lo que había pasado, y así, sumido en las dudas, sin darse

cuenta Noré se quedó dormido abrazado a ella en aquella silenciosa y larga noche
que parecía no tener fin.

De regreso en el Paraíso, Zarasel se presentó ante el arcángel en compañía del otro


enviado - Bien, veo que se encontraron - dijo burlón el superior - ¿cumplieron con
su deber? - preguntó.

- Ella está muerta, supongo que se habrá dado cuenta de que su esencia divina
desapareció - respondió Zarasel.

- Sí, lo noté. ¿Y qué ocurrió?, ¿acaso tú mismo lo hiciste Zarasel o necesitaste


ayuda? -

- Ninguna de las dos, el diablo la trajo ya sin vida... murió cuando trataron de

convertirla en un demonio, estás plumas son la prueba de ello - respondió este y le


entregó las plumas negras que había obtenido de Anaciel.
- Oh ciertamente le pertenecen a ella...- dijo mientras las tocaba - ¿Y dónde está

su cuerpo? -

- El diablo se la llevó señor, al ver que no haríamos nada por salvarla se volvió

como una fiera y nos atacó para luego desaparecer con su cuerpo, mire mi cuello,
él hizo esto - explicó el otro subordinado.
- Ya veo... malditos Diablos, que criaturas tan desagradables... bueno, de todos

modos es mejor que hayan regresado sin su cuerpo, así todos pensarán que murió

112
en el infierno y no nos reprocharán el no haberla sanado... regresen a sus labores,
ya pueden retirarse - dijo por último el arcángel y ambos ángeles salieron de la

sala.

Ya fuera de esta, Zarasel miró de reojo a su compañero y murmuró - Bien hecho,

recuerda mantener la boca cerrada o seré tu peor pesadilla...- lo amenazó y se

marchó en silencio por los pasillos del enorme palacio.

Las horas pasaron y cuando Noré despertó se sobresaltó, pues nunca creyó que

pudiese quedarse dormido en una situación así, la desesperación se apoderó de él

al notar que Anaciel no estaba a su lado pero la cama estaba cubierta de plumas
negras.

Preso del pánico, sin entender que sucedía, la buscó rápidamente con la mirada y,

en la penumbra de la habitación, distinguió la figura de una joven que estaba de


espaldas a él mirándose al espejo - Anaciel?... ¿Eres... tú?...- preguntó incrédulo.

La joven volteó y comprobó que efectivamente se trataba de Anaciel, las lágrimas


rodaban sin detenerse por sus mejillas, su cabello había cambiado de color

tornándose castaño y en su espalda se podían ver dos enormes marcas que hacían
notar la ausencia de sus alas. Ahí fue cuando Noré entendió el por qué de las

plumas en la cama, sus alas se habían desecho por completo.

- Noré...- murmuró afligida.

Al joven Diablo se le hizo un nudo en la garganta, se sentía feliz porque había


sobrevivido pero imaginó que lloraba por haber perdido sus alas y no sabía cómo

consolarla por ello.


- Anaciel...- dijo mientras se acercaba lentamente a ella.

- Noré... soy libre...- le dijo mirándolo a los ojos.

113
Él quedó impactado al oírla, comprendió que aquellas lágrimas no eran de tristeza
si no de emoción, ya que ahora que no era un ángel se sentía libre de su destino.

Se abrazó con fuerza a él y preguntó - Ahora sí... podemos estar juntos?...-

Noré correspondió aquel abrazo con todas sus fuerzas y no pudo evitar que una

lágrima escapase de él debido a la emoción de tenerla - Sí... siempre estaré a tu

lado - le respondió.
- Ya no tengo mis alas... aquellas que tanto te gustaban...-

- Lo sé... Pero igual siempre serás un ángel para mí...- aseguró él.

Ya más tranquilos, Noré le contó todo lo sucedido, le explicó el por qué de la falta

de su cuerno y el encuentro con Zarasel - ¿Y qué pasará ahora?... yo ya no tengo

un lugar en el Paraíso, tal vez si me convierto en un demonio puede -


- No - la interrumpió él - tu cuerpo ya ha sufrido muchos cambios, si intentas

convertirte de nuevo podrías morir, no me arriesgaré a perderte


...-

- Entonces tendré que quedarme aquí... aprender a vivir como una humana...-
Noré la miró a los ojos y tomando su mano le dijo - Cásate conmigo Anaciel -

- Eh? -

- Sé mi esposa, tengamos una vida aquí... Cómo deseábamos desde el momento


en que nos conocimos...-

- Pero... ahora soy humana y tú sigues siendo un Diablo -

- Eso no importa, aunque seas humana puedes ser mi esposa, esa es mi decisión...
ya no quiero perder más tiempo, lo quiero todo contigo... una vida a tu lado, una

familia... no concibo otra forma de felicidad... -

114
- Noré...- susurró sonrojada.

- ¿Me aceptarás?...-

Lágrimas de emoción escaparon nuevamente de ella, le dio un tierno beso y


seguida de una tímida sonrisa respondió - ¿Tienes alguna duda de mi respuesta?...-

A partir de ese momento trazaron un nuevo camino para ellos, al día siguiente

sellaron su matrimonio con un emisario del infierno, después de todo ser esposa

de un Diablo no era cualquier cosa, el firmar el acta con la sangre de ambos

implicaba un compromiso por el resto de las vidas de ambos, una promesa de


amor perpetuo y protección mutua.

Establecieron una vida en aquel pueblo que vio crecer su relación, en una hermosa
y acogedora casa que se volvió un hogar por completo cuando, al pasar los años,

Anaciel dio a luz a dos hermosos gemelos, un varón al que llamaron Bastian y una
niña llamada Siry.

El niño era un Diablo por completo, pero la pequeña sólo había nacido con un

cuerno, lo que la volvía semi diablo, aún así Noré escondía con su magia la
apariencia de él y de sus hijos para que llevasen una vida normal entre los
humanos, hasta que decidieran por ellos mismos en un futuro donde vivir, si en la

tierra humana o el infierno.


Aunque él había perdido la mitad de sus poderes igual seguía siendo un príncipe y

guardián, así que dividía su vida entre ambos mundos. Ausentándose por unos días
de su hogar para cumplir con sus obligaciones.

Y en una de esas ocasiones en las que él no se encontraba...

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Anaciel había salido en la noche a tomar aire fresco en el jardín cuando una voz la
sorprendió desde la oscuridad - A pasado mucho tiempo preciosa...

116
Capítulo 10 (FINAL)

Ella se asustó - ¡¿Quién está ahí?! - preguntó.

Y desde la penumbra se asomó un atractivo joven, tenía cuernos y hermosas alas


negras - ¿Acaso no me reconoces?...- preguntó.

- No puede ser... Rustem? ¿Eres tú? -

- Sí, soy yo Anaciel - respondió con una galante sonrisa.

- ¡Es increíble!, ¡cuánto has crecido! -

- Así es, al fin he cumplido la mayoría de edad y se me permitió salir del infierno -

- Claro... ya han pasado ocho años desde la última vez que los vi... -

- Lo primero que quise hacer es venir a verte -

- Que dulce eres, yo también te extrañaba - sonrió ella.

- ¿Y qué dices? ¿Ahora que soy adulto no te parezco un buen candidato? - dijo
con picardía el Diablo mientras le tomaba la mano.

- Jeje, ¿Qué dices Rustem? ¿No te parece que ya soy un poco mayor para ti? -
respondió ella bromeando.
- Te lo dije antes, la diferencia de edad no es ningún problema para mi, además

sigues siendo igual de hermosa - continuó y de repente sintió un terrible golpe en


su cabeza - ¡Pero qué demonio- - intentó decir y al voltear vio a Noré hecho una
fiera

117
- Maldito mocoso atrevido... como te atreves a insinuártele de esa forma a mi
esposa, definitivamente voy a matarte -

- Hoy estas más violento que de costumbre, ahhh ya entiendo. ¿Ahora que crecí sí

soy competencia para ti verdad?, temes que tu esposa ahora si se decida por mí no

es así? Jaja - lo provocó Rustem.

- Lo bueno de que creciste es que ahora no tengo que contenerme a la hora de


golpearte mocoso! -

- Noré cálmate, despertarás a los niños - le pidió ella.

- Mamá... qué pasa?... ¿Tío Rustem eres tú? - preguntó la niña asomándose al
jardín.

- ¡Siry!, ¡mi pequeña hermosa!, ven y dame un abrazo - le sonrió Rustem.

- ¡¿Cómo que tu pequeña?!, ¡es mi hija!. Qué manía tienes con mis mujeres?! -

reprochó Noré ahora celoso de su hija.

- ¿Cuál es tú problema? - dijo mientras se abrazaba a ella - le caigo bien a tus


hijos así que acostúmbrate, ¿No es así, mi hermosa Siry? ¿Acaso no soy tu tío

favorito? -

- En realidad mis tíos favoritos son Zarasel y Vittorio... ellos son más tranquilos...-

respondió la niña.

- ¿Eres consciente de que me estás rompiendo el corazón verdad Siry? - dijo


Rustem decepcionado.

- Ya lo ves, ella prefiere a los hombres más tranquilos y no escandalosos como tú -

comentó Noré con burla.


- ¡Wow! El tío Rustem vino a visitarnos, genial! - exclamó Bastian y se acercó a él.

Anaciel reía al ver aquella escena cuando otra voz la sorprendió por detrás

118
- Vaya... aún siguen peleando en cuanto se ven... no han cambiado en nada... -
- ¡Vittorio! - dijo ella al voltear a ver - ¡No puedo creerlo! - sonrió.

- Hola Anaciel... sí, ha pasado mucho tiempo -

- Creí que no te volvería a ver, de verdad me sorprendiste -

- Rustem insistió mucho en que quería venir y no pude negarme -

- Veo que cortaste tu cabello -

- ¿Aún recuerdas mi apariencia a pesar de los años? -

- Claro, fueron días muy especiales para mí -

- Tú también has cambiado... ¿Qué se siente ser humana?... ¿es malo? -

- Es diferente, ahora que tengo percepción del paso del tiempo con mayor rapidez

a veces me da miedo, siento que todo se acabará rápido... pero eso me hace
disfrutar con mayor intensidad cada momento - sonrió.

- En eso aún eres igual ... sigues teniendo una filosofía de vida interesante

- Gracias, ahora que me veo un poco mayor que ustedes podría decir que soy más

sabía je, je -
- Tal vez te veas mayor, pero Rustem tiene razón -

- ¿En qué? -

- En que sigues siendo igual de hermosa...- le dijo mirándola a los ojos y con una

tímida sonrisa.

Ella se sorprendió - Vittorio... ¡es la primera vez que te veo sonreír! - respondió
alegre.
Vittorio era perfectamente consciente de por qué no había ido a visitarla en todo

ese tiempo, por culpa.

119
A pesar de los años no había podido sacarse de la mente su recuerdo, y el verla

feliz junto a su hermano e hijos lo ayudo a tomar definitivamente una decisión,

debía arrancarse ese sentimiento para siempre. Pero no quería cerrar aquella

historia sin antes abrirle aunque sea un poco su corazón, y el poder decirle que la

consideraba hermosa era suficiente para él, no necesitaba nada más.


Noré quedó perplejo al observar aquella escena desde la distancia.

- ¡Tío Vittorio! - dijo Siry acercándose a él.

- Hola Siry... - respondió mientras tocaba su cabeza.

- Por fin viniste -

- Siry te quiere mucho Vittorio, siempre vuelve muy alegre cuando los visita en sus
reinos - comentó Anaciel.

- ¡Sí!, es que el tío Vittorio siempre hace magia muy bonita para mí - dijo la niña.

Mientras ellos disfrutaban de un tiempo en familia, en el infierno se llevaba a cabo


otra reunión...

Loxur había ido a visitar a Hazar que aún permanecía encerrado, sin poder salir de
su reino - Hola Hazar -

- ¿Qué haces aquí Loxur? - preguntó visiblemente enojado.

- Vaya, aún sigues molesto conmigo -

- ¿Tú qué crees?, ¿Acaso esperabas que te agradeciera por haberme encerrado? -
dijo irónico Hazar.

120
- ¿De verdad creíste que podías hacer lo que se te diera la gana y que no ibas a
recibir un castigo? -

- Claro que estaba preparado para un castigo, pero en compañía de alguien más...

no esperaba un encierro en soledad y menos teniendo que soportar que el idiota

de Noré saliese triunfante... No me sorprende que lo favorezcas, él siempre fue tu

preferido -
- Noré es obediente -

- Claro que lo es, tiene la esencia de un perro -

- Veo que aún no lo entiendes Hazar, que seamos Diablos no nos hace escapar de

la naturaleza de las causas y consecuencias -

- ¿Qué quieres decir? -

- El universo nos creo para formar parte del ciclo de la vida, somos quienes
interfieren después de ella, representando el juicio en la muerte, pero aún así

nuestros actos tienen consecuencias, no somos intocables... Noré entregó la mitad


de su vida por esa joven, ¿tú que estabas dispuesto a entregar? -
Hazar sólo lo miró en silencio y Loxur continuó - todos nuestros actos tienen

consecuencias y a veces recompensas, para la suerte de ambos sus mutuos

sacrificio tuvieron recompensa y terminaron juntos, aunque no siempre se tiene

esa fortuna ...-


Hazar siguió sin decir nada, cerrado en su pensamiento.

- Espero por tu bien que algún día lo puedas entender, de todos modos tienes un

largo tiempo para reflexionar, aún te quedan noventa y dos años de encierro por
delante - dijo Loxur determinante.
- ¿De verdad vas a dejarme encerrado todo ese tiempo? -

121
- Claro que sí, o al menos hasta que la vida de esa muchacha acabe de manera
natural y pacífica. Conociéndote, si te libero ahora volverás a ir a buscarla, y no

permitiré que te metas con la esposa de tu hermano. Una vez que se casan con

nosotros se vuelven intocables para el resto de los seres, sin importar quien sea... y

ahí sí que no seré benevolente - dijo por último y se marchó, dejando a Hazar

pensando en la situación - Tienes razón Loxur... me conoces bien - se dijo a sí


mismo - si no puedo hacerme con ella en esta vida entonces la buscaré en la
siguiente... y todas las veces que sea necesario... Perdóname Anna, pero nunca te

dejaré ir...- aseguró, en la soledad de su palacio.

De regreso en el hogar de Noré, Vittorio y Rustem se disponían a marcharse -

Adiós Anaciel, prometo que regresaré, así que no me extrañes

- sonrió Rustem.

- No te preocupes, no lo hará - respondió rápido Noré.

- Voy a reservarme mis insultos porque no quiero que Siry los escuche, pero tus
celos sólo demuestran el nivel de inseguridad que sientes al verme a su lado -

- ¡¿Qué dijiste?! -

- Ya es suficiente, dejen de pelear, despertarán a Siry...- intervino Vittorio que la

cargaba dormida en sus brazos - Toma Anaciel, ya es hora de irnos dijo mientras se
la entregaba.

- Gracias Vittorio, espero verte pronto, a ti también Rustem - sonrió Anaciel y se

marchó a llevar a la cama a la pequeña y a Bastian.


- Bueno, nos vemos Diablo estúpido - dijo con burla Rustem y desapareció.
- Yo también me iré Noré - dijo Vittorio.

122
- Espera Vittorio, hay algo que necesito saber.. hoy te vi... mientras hablabas con
Anaciel... -

- ¿Qué es lo que quieres saber? - sospechó.

- Vittorio... acaso tú...-

- ¿De verdad quieres preguntar eso?...-

- ¿Tengo que preocuparme por ti? -

- Para nada, sé cuál es mi lugar. Ella sólo es un recuerdo importante para mi... y te

pido disculpas por eso... -

- Hermano...-

- Pero créeme cuando te digo que de verdad estoy feliz por ustedes... tienen algo
perfecto...-

Noré inesperadamente lo abrazó, Vittorio se sorprendió ante tal gesto - Deseo que

seas feliz hermano... Ojalá algún día tú también encuentres a alguien como yo lo

hice...-
- Yo también lo espero...- dijo por último el Diablo y se marchó.

- ¿Qué ocurrió Noré? - preguntó Anaciel mientras se acercaba a él después de


haberlos visto.
- Nada importante... es sólo que a veces Vittorio parece tan fuerte que olvidamos

que en el fondo es igual de frágil que todos...-

- Es un buen chico... espero que pronto pueda hacerse de una familia, tiene

talento con los niños - sonrió ella.

- Es verdad... Ahhh! Al fin un poco de paz - dijo mientras abrazaba a Anaciel -


¿podemos quedarnos un tiempo más aquí solos?, estos días que estuve en el

infierno te extrañé -

123
- Ja, ja, sólo fueron unos días Noré -

- Para mi es eterno...-

Ambos quedaron sentados en el jardín, disfrutando de la tranquilidad de la noche

- Dime Noré, ¿no te incomoda permanecer con la apariencia de un humano?,

sabes que no necesitas hacerlo por mi... me gusta verte tal cual eres...-
- Está bien...- dijo él y volvió a su forma de Diablo.

- Me gustan tus ojos... la forma en que brillan en la oscuridad... - dijo ella mientras

tocaba su rostro.

- Anaciel... eres el amor de mi vida... gracias por darme esta felicidad... desearía

hacerla eterna...-

- A mí también me gustaría... ¿Pero sabes que viviré menos que ustedes verdad?...
-
- Lo sé... por eso es que te extraño tanto cuando no te tengo cerca... porque deseo

hacerte eterna en mi memoria atesorando cada momento junto a ti...-

El amor de Anaciel y Noré nació, vivió y murió en el mundo de los humanos... quién

sabe, quizás, los frutos de su relación aún caminan entre nosotros...

FIN

124
Mini capítulo especial

🌸Anaciel se entera de curiosidades sobre los Diablos 🌸

Mientras caminaban por el Sendero de la Rosa, Anaciel y los tres diablos


mantuvieron una particular conversación...

Intrigada por el hecho de que eran hijos de diferentes madres, Anaciel no pudo
evitar preguntar - Entonces si los siete son hijos de distintas madres, quiere decir

que tu padre tiene muchas amantes? - indagó ella.


- ¿Amantes?, no, nuestras madres son sus esposas oficiales - respondió Rustem.

- ¡¿Esposas?!¡, ¿Todas?! - exclamó sorprendida.

- Así es, nosotros los Diablos podemos tener muchas amantes pero sólo tenemos
permitido tener descendencia con nuestras esposas y por eso podemos tener

varias si es necesario, ¿Noré no te lo dijo? -


- No...-

- ¿De qué están hablando? - preguntó el joven Diablo quien había oído que lo
nombraban en la conversación.

- Le estaba comentando a Anaciel sobre el hecho de que podemos tener varias

esposas - dijo risueño el pequeño Diablo.


- ¿Es verdad Noré?...- lo miró Anaciel.

- Eh... bueno...- intentó responder nervioso Noré.

- No le preguntes a este Diablo mezquino, mejor pregúntale a Vittorio, él no

125
miente - insistió Rustem.
- ¿Es cierto Vittorio? -

- No, espera! Por qué le preguntas a él Anaciel

- Es verdad, pero tenerlas o no depende de nosotros...- respondió este


directamente.

- Así es!, desde pequeños se nos inculca que podemos ser esposo de varias
mujeres, estamos preparados para eso, como verás no soy el único que planea

estar con muchas damas jeje - rio el pequeño Diablo.


- ¿Tú también Noré?...-

- ¿Qué? -

- ¿Tú también quieres tener varias esposas?... - preguntó angustiada.

- No!, yo, espera Anaciel, lo estás malinterpretando - respondió preocupado

porque ella pensara mal de él y continuó - Rustem!, ¡¿Por qué le dices esas cosas?!
La haces sentir mal -
- Es tu culpa por no decirle las cosas tu mismo...- resopló Vittorio.

- Pero... eso a mí no me gusta...- dijo Anaciel.

- Eh?... - se preocupó aún más Noré al ver su reacción y se acercó a ella - No!, no

te asustes Anaciel, porque-

- Yo...- lo interrumpió ella - Yo no quiero compartirte... - le dijo tímida, mirándolo


a los ojos.

Noré se sonrojó por completo, jamás esperó que le dijese algo así y menos delante
de sus hermanos.
Rustem y Vittorio también se sorprendieron al oír tan dulce afirmación.

126
- Anaciel... - la nombró mientras se acercaba más - Te juro que- -

- AAAAAAAHHH! QUE ENVIDIA! - gritó Rustem - Maldito Diablo suertudo!, yo

también quiero que una belleza como Anaciel me diga algo así! - se acercó a ella

para tomarle la mano - Te prometo que si me dices que serás mi esposa, serás la

única para mí - le aseguró el pequeño Diablo.

- ¡¡¡Maldito enano precoz!!!, ¡¿Por qué siempre estás interrumpiendo?!, ¡te voy a
matar! - terminó por decir Noré mientras refilaba a Rustem con su espada.

Aquella escena de los dos peleando hizo reír a Anaciel, mientras Vittorio admiraba
en silencio la sonrisa de ese ser tan puro y honesto que tenía en frente...

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