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Diario Vivir

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Clase 10.

El Benei Noa y el Shabat.

Introducción: El Shabat semanal.

Las Escrituras demuestran que el séptimo día de la semana fue separado


desde el principio por el Eterno del resto de los días de la semana. Además
fue bendecido de forma especial. Y se afirma que en ese día, el Eterno
descansó de toda Su obra.

Génesis 2: 1-3 documenta lo siguiente: “Así quedaron terminados los


cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. Al llegar el séptimo día, Dios
descansó porque había terminado la obra que había emprendido. Dios
bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día descansó de
toda su obra creadora”.

Varias cosas nos informa el texto:

1. La semana está compuesta de siete días, pues se dice, “al llegar el


séptimo día”, lo cual demanda que habían pasado seis.

2. Seis días completos fueron dedicados al trabajo creativo de Dios.

3. El séptimo día no tuvo trabajo creativo.

4. El séptimo día fue bendecido y santificado (separado) del resto de


los días de la semana.

5. Dios descansó el séptimo día de toda su obra creadora, es decir, dejó de


crear, de intervenir directamente en la creación.

Debido al hecho de que el hombre fue creado al final de los seis días, su
primer día de vida, propiamente hablando, fue un Shabat. En otras
palabras, comenzó su vida recibiendo el Shabat.

Dios coloca al hombre en el Gan Edén (Paraíso) y da la instrucción de


guardarlo y labrarlo.
Así está documentado: Génesis 2:15 “Dios el SEÑOR tomó al hombre y lo
puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara”.

Desde que ya sabemos que el séptimo día fue separado y santificado por
el Eterno y no hubo actos creativos en él, se sigue que la formación del
Gan Edén no tuvo lugar en Shabat.

Es entendible que luego del descanso, la historia del Gan Edén tuvo lugar,
consecuentemente, Dios plantó (no creó) el Gan Edén el primer día de la
semana y en ese día le entrega al hombre las instrucciones propias para su
atención, cuidado y mantenimiento.

Por tanto y sabiendo que al comienzo de la vida aprendemos por


imitación a nuestros padres, es completamente lógico asumir que la
primera pareja humana, imitando a Su Creador, laboraba seis días y
descansaba el séptimo día que vino a ser su Shabat.

Debido a que no existía aun el pueblo de Israel ni habían sido dada la


Torah en el Sinaí, la conducta de la primera pareja humana sirve de
modelo para toda la humanidad.

Por tanto, es deber de todo Benei Noaj, laborar seis días y descansar uno,
siguiendo el ejemplo del propio Dios y el ejemplo de Adán el primer
hombre.

Siendo el séptimo día propiedad del Eterno, pues lo santificó para sí, el
mandamiento de “no robar”, significa también no apropiarnos del
tiempo que pertenece al Eterno y eso incluye Su sagrado Shabat, para que
en él todo Benei Noaj pueda descansar imitando a Su Creador, y recibir los
beneficios que resultan del mismo.

Es deber por tanto, de todo Benei Noaj, laborar seis días y descansar el
séptimo día en honor a Su Creador, imitando Su ejemplo y obtener el
respiro necesario para recuperar fuerzas y mantener una vida saludable.

Debido al hecho de que toda la creación tiene como meta el hombre, el


Shabat, por disposición divina, fue apartado para el hombre, es decir,
teniéndolo en cuenta y para su bien.
Consecuentemente, el hombre es el “señor” del Shabat, lo que significa
que si por alguna razón, la vida del hombre corre peligro en Shabat, ella
toma prioridad sobre el Shabat.

Concluimos entonces que todo Benei Noaj debe guardar el Shabat en


honor del Creador y para imitar Su ejemplo y recibir los beneficios
espirituales, mentales, familiares y físicos que se derivan del descanso
apropiado de sus labores.

Pregunta: ¿No fue dado el Shabat como señal de Pacto a los hijos de Israel
desde Sinaí?

En realidad, el Shabat fue conocido por nuestro pueblo judío ANTES de


Sinaí.

Evidencia: El maná.

El libro de Shemot 16:1-5 documenta lo siguiente: “Toda la comunidad


israelita partió de Elim y llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el
Sinaí. Esto ocurrió a los quince días del mes segundo, contados a partir de
su salida de Egipto. Allí, en el desierto, toda la comunidad murmuró contra
Moisés y Aarón: —¡Cómo quisiéramos que el SEÑOR nos hubiera quitado
la vida en Egipto! —Les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en
torno a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes han
traído nuestra comunidad a este desierto para matarnos de hambre a
todos! Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Voy a hacer que les llueva pan
del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su ración diaria.
Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis instrucciones. El día
sexto recogerán una doble porción, y todo esto lo dejarán preparado.»

Fecha: 15 días del mes segundo.

Lugar: Desierto de Sin, entre Elim y Sinaí.

Evento: Maná descendiendo del cielo.

Instrucciones: Recoger diariamente su porción. El sexto día, doble


porción, dejando la extra para el séptimo día.
Conclusión: La instrucción del Shabat fue conocida por los hijos de Israel
ANTES de Sinaí.

Pregunta: ¿Cuándo los hijos de Israel recibieron oficialmente estas


instrucciones con respecto al Shabat?

Posiblemente en Mara, cuando tuvo lugar el milagro de las aguas, como


está escrito en la Toráh: “Allí les dio estatutos y ordenanzas”. (15:25) que
es confirmado luego por Moshé cuando dice: “Esto es lo que ha dicho el
Eterno: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado al
Eterno… Mirad que el Eterno os dio el día de Shabat y por eso el sexto día
os da pan para dos días… (Shemot 16:23,29).

Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre el mandamiento del Shabat dado a


Israel en Mara y el mandamiento del Shabat dado a partir de Sinaí?

Respuesta: A partir de Sinaí, el Shabat es dado como señal de pacto entre


el Eterno por un lado y los hijos de Israel por el otro.

Así está escrito en la Toráh (Shemot 31:12-17) “El Señor le ordenó a


Moisés: «Diles lo siguiente a los israelitas: "Ustedes deberán observar mis
shabatom (sábados). En todas las generaciones venideras, el Shabat
(sábado) será una señal entre ustedes y yo, para que sepan que yo, el
Señor, los he consagrado para que me sirvan. El Shabat (sábado) será para
ustedes un día sagrado. Obsérvenlo. » Quien no lo observe será condenado
a muerte. Quien haga algún trabajo en sábado será eliminado de su
pueblo. Durante seis días se podrá trabajar, pero el día séptimo, el Shabat
(sábado), será de reposo consagrado al Señor. Quien haga algún trabajo
en sábado será condenado a muerte. Los israelitas deberán observar el
Shabat (sábado). En todas las generaciones futuras será para ellos un
pacto perpetuo, una señal eterna entre ellos y yo. En efecto, en seis días
hizo el Señor los cielos y la tierra, y el séptimo día descansó”.

Cosas comunes y no comunes.

El texto demuestra que el Shabat es el séptimo día de la semana, no el


quinto, no el primero, sino el séptimo.
El texto demuestra también que el Shabat conmemora el honor y
bondades divinas, porque en seis días “hizo el Eterno los cielos y la tierra y
el séptimo día descansó”. Por tanto, el Shabat es un memorial en honor
del Eterno, Su creación y sus bondades.

Pero el texto añade un elemento que no se había conocido antes: “Señal


de pacto” A partir de este momento, el Shabat asume un rol único y
exclusivo: servir de señal de pacto entre el Eterno y la Casa de Israel. “Una
señal eterna entre ellos y Yo”.

Debido a este elemento único, solamente un judío puede santificar Shabat


como “señal de pacto”.

Un Benei Noaj puede descansar en Shabat en honor al Creador y Su


creación, imitando al Eterno quien descansó de “todas sus labores”, pero
no como “señal de pacto”, porque esto es solamente dado al pueblo
hebreo.

En el evento que un Benei Noaj haga su conversión al Judaísmo, entonces


y solamente entonces está sujeto a la “señal de pacto” pero mientras no
sea prosélito, su manera de santificar el Shabat no puede nunca ser
tomada como “señal de pacto”, porque estaría usurpando una marca que
no le pertenece.

De esto se desprende que ciertas cosas que son prohibidas a un judío en


Shabat, no lo son técnicamente para el Benei Noaj.

Por ejemplo: Al judío no le está permitido hacer “obra alguna” en Shabat


(Shemot 20:10) sin violar la señal de pacto.

Pero al Benei Noaj, aunque debe evitar hacer labores en Shabat, si las
circunstancias lo requirieren, puede hacer ciertas obras en Shabat, sin
violar el mandamiento, pues para él, el Shabat es memorial de la
creación, no señal de pacto.

Por lo tanto, un Benei Noaj que haga cierta labor en Shabat no viola el
Shabat ni tampoco incurre en pena de muerte.

Pero el judío que así lo haga, muere, como está escrito: “cualquiera que
hiciere trabajo alguno en él (Shabat), aquella persona será cortada de en
medio de su pueblo” (Shemot 31,14) y “cualquiera que trabaje en día de
shabat, ciertamente morirá” (Shemot 31,15).

Dentro y fuera de la comunidad judía.

Ahora bien, si un Benei Noaj se muda y pone su residencia dentro de una


familia judía, entonces está obligado a guardar las restricciones propias
del Shabat a la que se somete la familia, pero mientras viva fuera de ella,
no está sujeto.

Esto se deriva de Shemot 20:10 donde se prohíbe laborar en Shabat


incluso al “… extranjero que está dentro de tus puertas”.

¿Quién es el “extranjero dentro de tus puertas?

No es el Benei Noaj que vive fuera, físicamente, de comunidad judía, sino


un Benei Noaj que:

a) Viene a trabajar en un hogar judío o dentro de la comunidad judía.

b) No es un jornalero o empleado, pero se muda dentro de la comunidad y


pone su negocio propio dentro de un centro comercial o barrio judío.

En este caso, ni siquiera el judío puede pedirle al Benei Noaj que vive
dentro de sus puertas, que haga ciertas labores en Shabat que para él
están prohibidas.

Pero de no convivir dentro de la comunidad judía, tales restricciones no


aplican por “señal de pacto”, es decir, tales compromisos y demandas no
les son exigidas al Benei Noaj.

¿Puede el Benei Noaj, consciente de que tales demandas no le son


exigidas, hacerlo voluntariamente?

No, porque estaría asumiendo una posición a la cual solamente puede


llegar por medio de una conversión oficial al Judaísmo. Mientras no haga
su conversión oficial como judío, ni debe ni se le permite.

Los que cruzan esta línea divisoria en vez de bendición lo que traen es
complicación para ellos mismos y para la redención.
Lo mismo sucede cuando un judío, que está obligado por “señal de pacto”
a guardar y santificar el Shabat con todos los preceptos relacionados a
esta ordenanza, los ignora y actúa como un Benei Noaj.

Ha cruzado la línea divisoria y en vez de bendición lo que trae es


complicación e incluso, daño espiritual a su alma y a la comunidad judía en
general.

Por eso está escrito en el profeta: “Los hijos de los extranjeros que se han
adherido al Eterno para servirle y que aman el nombre del Eterno para ser
Sus siervos; y a todos los que guardan el Shabat (sábado) no profanándolo
y que abrazan Mi pacto" (Isaías 56:6).

Pregunta: ¿Quiénes son los “hijos de extranjeros? ¿Quién es un “hijo de


extranjero”?

La expresión, “hijos de los extranjeros …” significa uno que no siendo


parte de la familia de Israel toma sobre su conciencia la decisión de unirse
al pueblo judío por medio de una conversión formal al Judaísmo
imponiendo sobre su alma, voluntariamente, el yugo del Reino de los
Cielos.

Hay que subrayar que esta conversión no es al Dios de Israel, sino al


pueblo de Israel, porque la conversión de los ídolos a Dios ya la tuvo; pero
se trata de una aceptación voluntaria de la comunidad judía y del
Judaísmo como expresión de fe de la misma, para vivir no como un
temeroso de Dios, sino como judío dentro de la comunidad judía.

Aunque tal conversión no es exigida ni requerida para un Benei Noaj,


tampoco es prohibida, siempre que se haga en plena conciencia de causa
y por motivos puros y aceptables según la ley judía.

Extranjero

En sentido general, un extranjero es alguien de “afuera”, que no


pertenece a una comunidad, familia o nación específica.
Consecuentemente no goza de los privilegios y derechos generales que
tienen los demás.
Puede ser invitado a morar en una comunidad judía, pero no
necesariamente pertenece a ella. En el sentido bíblico, un “extranjero” es
un no judío, uno que no forma parte del pueblo judío.

Por otro lado, un “ger” (extranjero) puede ser indicativo de un converso, y


por tanto, hay que prestar mucho cuidado al contexto para distinguir
cuándo habla de un “extranjero” como “extraño” y cuando habla de un
“converso”.

Por tanto, el “hijo de un extranjero” es el que hace su conversión formal al


Judaísmo y es visto como prosélito y se espera y demanda que guarden los
mandamientos y preceptos como cualquier otro judío.

Avraham fue el primer converso, propiamente dicho. Él no era judío, pero


vino a ser el padre de la nación judía. Si Avraham no hubiera hecho su
conversión formal, con el brit miláh demandado por el Eterno, hubiera
mantenido su anterior status e Yitzjak habría sido, un “hijo de extranjero”.

En 1 Reyes (Melajim Alef) 8:41 se habla del “extranjero que no es de tu


pueblo Israel”.

¿Quién es este extranjero?

El término hebreo usado, (Natsá) en sentido pashat significa alguien


expulsado de la comunidad, uno que por alguna razón perdió su status
como miembro de la comunidad.

Una oveja perdida de la Casa de Israel que se descarría detrás de los ídolos
mudos, se convierte a otra religión diferente a la del pueblo de Israel o
simplemente sigue a un falso mesías transformándose en una vid silvestre.

En sentido remez, significa alguien que nunca ha sido parte del pueblo
judío, un Benei Noaj.

Extranjero en los escritos de Isaías.

La frase de Isaías 56:6 “el extranjero” y en 56:6 “hijos de extranjeros”,


puede significar a nivel pashat (sentido estrictamente gramatical) a una
oveja perdida de la casa de Israel cuyos hijos regresan a la fe de sus
ancestros.
Dos razones tenemos para suponerlo:

Primero: el término hebreo usado no es “ger”, sino “nakar” lo cual puede


significar a alguien que en su corazón se ha apartado de la fe de Israel y se
ha vuelto un extraño para la comunidad judía.

Segundo: El contexto, porque afirma el profeta: “Dice el Eterno: el que


reúne a los dispersos de Israel (Is.56:8). ¿Cómo puede reunir a los
dispersos de Israel si no es parte de Israel?

En todo caso, un Benei Noaj observante se adhiere de corazón a los Siete


Mandamientos Universales y sus derivaciones, incluyendo la observancia
del Shabat como memorial de la Creación y aprovechando el día para
descansar, renovar fuerzas y honrar a Su Creador.

El “hijo del Benei Noaj” es el que ha hecho su conversión formal al


Judaísmo y se adhiere de corazón a los 613 mandamientos de la Torah,
según aplican, incluyendo por supuesto el Shabat, no solamente como
memorial de la Creación, sino como “señal de Pacto” establecida entre el
Eterno y los hijos de Israel.

Lo que aplica al Shabat, aplica también al resto de las fiestas bíblicas como
veremos.

Por tanto, un Benei Noaj observante de los Siete Preceptos y que guarda
el Shabat como memorial de la creación y por honor al Creador, no viola
ninguna legislación divina ni usurpa el lugar de las ramas naturales, ni roba
nada que sea exclusividad de Israel, toda vez que antes de la existencia de
Israel ya lo tenía y lo hace no como señal de pacto, lo cual es la herencia
de Israel, sino como ya ha sido dicho: Memorial de la Creación y honor de
su Creador.

Dejar al Benei Noaj que renuncia de corazón a sus ídolos y sus dioses y sus
fiestas paganas con sus propios días dedicados a los demonios
abandonado en el desierto de sus días feriados marcados por el culto al
sol, la luna y el resto de las esferas celestiales, no solamente es inhumano,
es inmoral y anti Toráh y no revela ortodoxia, sino chovinismo.
Un Benei Noaj que santifica el Shabat como lo hizo su padre Adam, no
usurpa ni profana nada al judío, sino más bien comparte con el judío una
porción que es común a ambos, toda vez que ambos procedemos de un
mismo Padre y un mismo Creador.

Como judíos no debemos privar al benei noaj de tan hermosa bendición.


El Eterno no lo hace, tampoco debemos nosotros.

Sin embargo, si un Benei Noaj quiere santificar Shabat como lo hace el


judío, tanto por la Toráh Escrita como por la Oral y las costumbres
ancestrales de nuestro pueblo, entonces debe considerar HACER su
conversión formal al Judaísmo.

¿Por qué? Porque no le está permitido santificar Shabat como señal de


pacto como ya ha sido explicado y de hacerlo así, estaría adueñándose y
usurpando algo que fue dado exclusivamente al pueblo judío.

Cuando un Benei Noaj cruza esa línea, lo hace posiblemente por alguna de
estas razones:

Primero: Ignorancia. No tiene idea de lo que significa el Shabat ni vivir


como judío, con todas las imposiciones y obligaciones propias del judío.
La solución es mostrarle con paciencia y amor, el consejo del Eterno para
corregir su conducta. Hay una buena motivación, pero una mala
información.

Segundo: Porque posiblemente lleva en sus venas sangre judía y no lo


sabe y la sangre llama. La solución, en este proceso, sería una conversión
formal al Judaísmo ya sea para definir su caso o para despeje de cualquier
duda o por retorno de identidad.

Tercero: Por un serio problema de baja auto estima. Se cree inferior al


judío por no haber nacido de madre judía y entonces proyecta su
inadecuación tomándose el cumpleaños de otro para sí mismo. La
solución sería un tratamiento especial para recibir sanidad de su alma que
le ayude a entender que delante de los ojos del Eterno, todos somos
iguales y no hay acepción de personas y que el llamamiento de Israel es
por razón del servicio al Eterno, no por superioridad racial, biológica o
espiritual, pues ya ha sido dicho que el Dios de Israel, “no hace acepción
de personas”. (Devarim 10:17).

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Habiendo sido demostrado que el Benei Noaj observante santifica el


Shabat como memorial de la creación y por honor del Creador, no como
señal de pacto que es prerrogativa exclusiva del judío, corresponde ahora,
lógicamente, establecer las leyes del Shabat que debe regir a una
comunidad Benei Noaj.

Entre esas leyes, mencionamos las siguientes:

Mandamientos Positivos

1. Deleitarse en el Shabat.

Debemos recordar lo que ya fue dicho, que el hombre no fue hecho para
el Shabat, sino el Shabat para el hombre, por tanto, el Shabat debe ser un
día diferente al resto de los días de la semana.

Los demás días de la semana en sentido general, están cargados de


trabajos, compromisos, tensiones, apuros, pero cuando llega el Shabat,
cesamos, como el Eterno, de toda labor.

Así también los Benei Noaj deben ajustar su agenda para que cuando
llegue el Shabat, se desconecte de todo lo que es mundano y secular y
entre en una dimensión superior del tiempo, representado por un día
especial de la semana que el Eterno santificó y separó del resto y en el
cual él mismo descansó y obtuvo respiro.

La idea general es que el Benei Noaj haga del Shabat semanal como
memorial de la creación, una experiencia lo más imitadora del Eterno,
quien nos dio el ejemplo, descansando en el séptimo día. Deleitarse en el
Shabat es pues un buen comienzo.

¿Cómo puede el Benei Noaj deleitarse en el Shabat?

Eliminando todo lo que crea tensión durante la semana. Teléfonos,


computadoras, televisores, reuniones, trabajos, horarios extremos de
responsabilidades, etc. Debemos recordar que el Shabat debe ser para
gozo y alegría, no para aflicción de espíritu y esclavitud.

Por ejemplo: la mejor comida de la semana debe ser apartada para el


Shabat para que haya un deleite especial en Shabat. Lo que cuenta no es
tanto la cantidad, como la variedad que pueda ser presentada a la mesa.
Así que un Benei Noaj debe, según el presupuesto de cada uno, abundar
en manjares para el Shabat.

Si está en el mercado y allí se encuentra una hermosa porción de carne


apta para el consumo del Benei Noaj, debe adquirirla si está en sus
posibilidades y decir: “Esto es para el Shabat”.

Hacer del Shabat todo un acontecimiento personal y familiar. Si la familia,


por las razones de la modernidad nunca tiene tiempo de sentarse juntos a
la mesa, deberá por todos los medios hacerlo en Shabat.

2. Hacer la debida preparación.

El secreto de una fiesta viene por la preparación adecuada que se haga. Si


sabemos que el Shabat comienza a la caída del sol del sexto día de la
semana, no podemos iniciar los preparativos dos horas antes.

Los Benei Noaj deben hacer todo lo necesario para que cuando llegue el
Shabat se encuentre todo listo: La casa limpia, especialmente que no haya
telarañas en las esquinas de la casa o en las lámparas, la ropa arreglada, la
comida preparada con abundancia para no cocinar en Shabat, sino
solamente servir los alimentos, pues de lo contrario, la mujer,
normalmente la que cocina, no disfrutaría del Shabat si tuviera que
cocinar en Shabat.

Cada miembro de la familia debe esmerarse en su limpieza personal para


recibir el Shabat aseados, con la mejor ropa que tengamos, recordando
que al honrar al Shabat estamos honrando al Eterno quien santificó el
Shabat y reposó de todas sus labores en Shabat.

Así que todo debe prepararse con anticipación. Esto requiere del esposo
que esté pendiente para entregar a la esposa los recursos necesarios para
hacer la debida preparación.
Todos los miembros de la familia deben colaborar para hacer del Shabat
una experiencia especial. Especialmente evitar disgustos, peleas y
discusiones, que son típicas artimañas del Yetzer Hara para sabotear la
dulzura y belleza del Shabat.

3. Recepción del Shabat.

Una vez hecha la debida preparación, corresponde recibir el Shabat.

Nota: Para ello, Ver la liturgia…

Prohibiciones en Shabat.

Algunas prohibiciones aplican para el Benei Noaj en Shabat. Entre ellas, las
más importantes son las siguientes:

1. No trabajar en Shabat.

Excepto que las circunstancias más allá de su control lo requieran, el Benei


Noaj observante debe dedicar el shabat al descanso, en imitación del
Creador quien descansó de toda Sus labores en el día séptimo.

2. No cocinar en Shabat.

Excepto que las circunstancias más allá de su control lo requieran, el Benei


Noaj observante debe preparar toda la comida el día sexto de la semana y
calentarla solamente el día de Shabat para que no haya que hacer trabajo
de cocinar en Shabat.

3. No hacer negocios o salir de compras en Shabat.

Todo lo que sea comercio, debe postergarse para cualquier otro día de la
semana. Excepto que circunstancias más allá de su control lo impongan, es
preferible no hacer ningún tipo de negocios, ni siquiera hablar del tema en
Shabat para concentrar el pensamiento en los asuntos espirituales.

4. No discutir en Shabat.

Es importante evitar todo tipo de contienda en las horas previas al


comienzo del día de descanso semanal, como también durante todo el día
de descanso. Los que discuten y pelean en Shabat, no se le cuenta como
haber santificado el mandamiento.
5. No intervenir en la creación en Shabat.

No es lícito cortar o podar plantas, arrancar una fruta de un árbol ni


trabajar la tierra en shabat.

Que a partir de ahora puedan todos disfrutar de un lindo Shabat con


abundante Beraja y Parnasa.

Es fácil, es simple, es Mashiaj.

Preguntas:

1. ¿Qué nos informa la biblia sobre el texto de Génesis 2.1-3?

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2. ¿Cuándo fue entregado el shabat a los hijos de Israel?

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3. ¿Cómo debe el Benei Noa Guardar el Shabat?

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4. ¿Qué significa el término extranjero?

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5. Que aspectos de la calce llamaron más su atención.

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