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EL CHACARERO

No es raro escuchar que el Yaraví recuerde la soledad y la melancolía, es un canto


del alma herida que acompañado de la vibración quejumbrosa de las guitarras, se
siente mis hondo en la quietud de la noche andina. Luceros y voz varonil, estrechas
callejas desiertas. cuerdas tensas de guitarras y en el fondo del alma un amor
equívoco, desatan en el amante caudal de poesía popular que se precipita por
senderos imposibles.

El chacarero antiguo se identificaba con estos cantos, él es uno de las simulares


supervivencias de la Arequipa tradicional, conjuga en su estampa recia, observadora
y sosegada, la nostalgia del arequipeño que ha conocido trajines y desilusiones de la
vida estrepitosa de las grandes ciudades.

Para quien nació y pasó sus primeros años en Arequipa, resultará un remanso en la
memoria lo que de apacible apreció en la vida de las aldeas inmediatas a la urbe. El
chacarero asume su ritmo de vida de la propia tierra: atento a la abundancia del agua
de las acequias o ala frecuencia con que sus fértiles topos pueden recibir los
sembríos de hortalizas, cebollas, ajos, trigo, cebada. maíz y papa, o dar frutos en las
higueras, los perales, los limoneros y los papayos, preocupado por las bajas
temperaturas en las noches de mayo o julio; pendiente de las transacciones con los
comerciantes que te adelantan el dinero de sus cosechas. o ansioso por adquirir esos
robustos toros que vio pelear en los campos de Sabandía, cuando la Fiesta de
Santiago Apóstol.

LA CRUZ DEL MISTI

A pesar de la altura, el frío, la distancia para acercamos a su cono, la incómoda


ceniza volcánica que no deja caminar, las nieves temporales que dificultan su
ascensión, la inexistencia de servicios (para dormir, comer, protegerse de la nevada),
el Misti ha sido escenario de infinidad de actividades, que muchas veces batieron
todos los récord de altura.

Una actividad de histórica trascendencia fue la ROMERÍA, BENDICIÓN DE LA


RECIÉN INSTALADA CRUZ DE RIELES, MISA BENDICIÓN DE LA
DIÓCESIS DE TODO EL MUNDO, por el obispo Manuel Segundo Bailón, el día 21
de octubre de la ceremonia de gran trascendencia porque se hizo por el inicio del
siglo XX y para consagrar el linaje humano al corazón de Jesús por iniciativa del
Papa León XIII, con aprobación del Concilio Plenario de América Latina, fue todo
un acontecimiento para los católicos. Además de los numerosos peregrinos que
lograron ascender hasta la cruz, en la ciudad de Arequipa el mismo día y a la misma
hora se celebró otra misa en las Pampas de Miraflores luego de una procesión con las
imágenes de todos los templos y la asistencia de unas 20 mil personas. Es decir, casi
toda la población de Arequipa de esa época.

En la cruz de rieles se colocó una placa que hasta hoy día pende de su parte baja, que
dice: JESUCRISTO DIOS HOMBRE Y SALVADOR DEL MUNDO. DULCÍSIMO
SALVADOR JESUS, CONSERVA Y AUMENTA TU CARIDAD Y TU FE EN
LOS HABITANTES DE AREQUIPA. PUSO ESTA CRUZ Y CELEBRO LA
SANTA MISA EN ESTA CIMA EL ILMO. OBISPO MONSEÑOR BALLON,
1900 - 1901.

Las romerías religiosas que se organizaban hasta la cumbre del Misti, los días 12 de
octubre de todos los años, tuvieron su origen en la peregrinación que realizara el
obispo en 1900.

A pesar de que mezclaron el andinismo con la religión, esas romerías jugaron su rol
en la promoción del montañismo, aunque sólo fuera al Misti.

La cruz de rieles del Misti se construyó en la factoría y maestranza del ferrocarril de


Arequipa con la participación de siete operarios que tuvieron que trabajar durante 20
días a órdenes del maestro Nicolás Bedoya (1). Los rieles fueron cortados en piezas
de 100 libras de peso, para viabilizar su transporte hasta su destino final a 5,825
msmn. en el patio del convento de Santo Domingo y el traslado hasta la cima se hizo
el 12 de octubre de 1900, en unas 30 mulas, siendo guía Francisco Chávez y arrieros
(propietarios de las mulas) Evaristo Calizaya y Pedro Arenas.

En tres días se logró la proeza de llevarla desarmada hasta la cumbre y en el cuarto y


siguiente día, fue armada por ocho ayudantes bajo la dirección del mecánico Mariano
Málaga. Hay que conocer el Misti para comprender la magnitud del esfuerzo
realizado en el transporte, colocación y: armado de la cruz. Se tuvo que escarbar 2
metros de profundidad y colocar 4 rieles dispuestos radialmente, como base para la
cruz, sobresaliendo los 8 metros que hasta ahora se aprecian.

La cruz fue colocada en el punto más alto de la cumbre del Misti y mirando hacia la
ciudad. A pesar de su rusticidad, por ser confeccionada de rieles, es una obra de arte.
En la intersección de los brazos de la cruz con su eje hay una plancha de fierro con
dos corazones en alto relieve, alrededor de los cuales hay una especie de aro
metálico del que nacen cuatro grupos de rayos, de cinco rayos cada uno.

Tanto los brazos, como la parte superior del eje de la cruz tienen puntas en forma de
flor de lis. En la parte superior de la cruz hubo hasta 1986 una placa de hierro con las
clásicas iniciales INRI (2).

Después de una fatigosa ascensión de varias horas, al mirar la enorme cruz los
creyentes caen de rodillas ante ella, y los que no lo somos, la miramos con respeto.
¡Quién negará que su colocación fue uno de los mayores acontecimientos del Misti!
(1) Otra fuente (El Pueblo del 19 de agosto de 1948) atribuye la obra a Víctor
Aguilar Cazorla, maestro fundidor.

(2) Después de haber permanecido 13 años el INRI del Misti en nuestra fue llevado
por una expedición de la de Andinismo de Arequipa y colocado en su lugar.

PELEA DE TOROS

En la particularidad de un pueblo como Arequipa tenía que haber un sentimiento


único y especial, reflejado hoy en las peleas de toros, que son e t reflejo de un pueblo
que en vano no es llamado el «León del Sur».

Las peleas de toros, son de antaño y nacen en el sentimiento más profundo de loncco
arequipeño, del chacarero, cuando no tenían más medio de dominar la tierra que sus
manos y la fuerza de sus nobles animales, sus toros, que formaban sus yuntas, con las
cuales se podía poner en nuestra madre tierra la semilla, que da origen a la vida.

En lucha continua con la tierra por desafían.

Empezó entre los vecinos que habitaban en determinadas campiñas, que poco a poco
se fue extendiéndose, de la calle al pueblo, al distrito y hoy a toda Arequipa.

Los desafíos más emocionantes, eran los que se hacían de banda a banda, es decir de
la banda derecha del río contra la banda izquierda. Se cotejaban los toros
buscándoles el rival adecuado, por edad, peso y cacho, y aceptada la pelea, se
desarrollaba como un duelo de caballeros, que sólo discute el honor.

El triunfador acepta humilde el triunfo y el perdedor se retira orgulloso de haber


dado lo mejor de sí. Pero esta tradición no solo sirvió para diversión de los dueños,
sino también para la construcción de colegios, iglesias y diversas instituciones que se
levantaron únicamente con la organización de estos eventos a lo largo de la historia
de Arequipa.

Se tienen monumentos que demuestran esta afirmación y uno de ellos es la hermosa


iglesia de Characato, que después de haberse caído con los terremotos de 1958 y
1960, se ha restaurado básicamente con las ganancias de las peleas de toros.

Es pues en resumen, un sentimiento en el que participa no solo el chacarero, sino su


familia, sus amigos, su pueblo, quienes le brindan el aliento, el calor humano para
que se concrete un orgullo que pocos Lo tienen, el ser campeón de Arequipa, en
única tradición de la cual debemos sentirnos lo más orgullosos.
EL CARNAVAL DE AREQUIPA

Hace unos 40 años el carnaval duraba tres días. La fecha central era el primer día, el
Domingo de Carnaval. (Acababa justo en el miércoles de ceniza» Estos tres días eran
no laborables así que todos masivamente celebraban el carnaval). Las familias
enteras salían como en caravana, con serpentinas, y mixturas de polvos de colores
cantando por la calle, acompañados de guitarras e iban a visitar las casas de las
familias amigas.

Al llegar jugaban con agua, se bañaban, se pintaban, bailaban y junto con la familia,
amiga iban a visitar otra casa hasta que al final ya terminaban en una casa donde se
almorzaba y bailaba hasta muy tarde. Mamá mucho recuerda los bailes de carnaval
que se organizaban en algunos sitios, ya sea con disfraces o sólo con antifaces. En
estos bailes se usaba unos chisguetes de éter, que lanzaban aguas perfumadas muy
agradables.

Se usaban sobre todo para el día Central, el domingo, en que también había el Gran
Corso de Carnaval. Allí salían en carros alegóricos, la reina del carnaval; y reinas de
colegios o clubes, y había grupos que bailaban y tocaban por las principales calles de
la ciudad, salían también las autoridades, a acompañar las festividades. etc.

También se jugaba con huevos. Días antes del carnaval, la gente agujereaba las
cáscaras de huevo para sacar el contenido y guardar el cascarón. Llenaban el
cascarón con anilina y el día de Carnaval los arrojaban a la gente. Algo muy típico en
Arequipa son las “matacholas” que todavía se utilizan en la actualidad. Eran usadas
por los muchachos y muchachas. Se preparaban con una media de nylon a la cual se
le colocaba polvos de color formando como una pelotita.

Eran como una especie de honda. A todas las paisanitas que pasaban por la calle las
empolvaban por completo con esta peculiar arma.

En este tiempo se almorzaba generalmente caldos: Chupe de camarones, puchero,


chaqué, etc. Para estas fiestas también se comían los «Confites», que era una especie
de dulces de colores son redondos, de azúcar y de sabores: Anís, Coco, Nuez, de
acuerdo al relleno que llevaba por dentro frecuentemente también para carnaval
jugaban con eso lanzándose los dulces como perdigones. Por eso en la Letra del
Carnaval de Arequipa dicen «Ya viene risueño Ño Carnavalon, echando confites,
polvo y cascarón”.

Como en los valles hay mucha fruta, para Carnaval se jugaba con las sandías y los
melones con los que le embadurnaban la cara.
VIRGEN DE CHAPI

Entre los linderos de Arequipa con el departamento de Moquegua se erige el


Santuario de Chapi en una quebrada de más de 2 mil metros de altura sobre el nivel
del mar y a 60 kilómetros de distancia de nuestra ciudad.

En la actualidad. miles de peregrinos visitan el Santuario durante todo el año para


demostrar su devoción por la "Mamita".

La Iglesia de Chapi, no fue ajena al último sismo que remeció a toda la región sur del
país. La totalidad de los muros peligran, siendo evidente los estragos ocurridos en la
fachada del Santuario y en el Altar Mayor, donde incluso los adornos que se
ubicaban en el techo se precipitaron y rompieron cuantiosos artículos religiosos. No
fue afectada felizmente la imagen de la Virgen de Chapi ni su réplica.

Un reciente informe realizado en la zona, daba cuenta de los daños registrados,


preocupando no sólo ala comunidad eclesiastica de Arequipa sino a la población en
general, porque superaba largamente a lo que se especulaba.

Fervor religioso no se mitiga. Esta construcción data de 1960 en base a sillar y cal y
se encuentra bajo el cuidado y servicio religioso de la congregación de los Padres del
Instituto del Verbo Encarnado, desde 1992 cuando el otrora Arzobispo de Arequipa,
Monseñor Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, dispuso esta entrega. Pese a lo
devastador del sismo en este lugar, los cuatro sacerdotes siguen realizando los actos
religiosos pertinentes como misas, bautizos, matrimonios, bendiciones, etc. Ante la
normal afluencia de los peregrinos quienes concurren diariamente al Santuario, claro
que estos oficios se efectúan en otros ambientes y con las medidas de precaución
respectivas.

El 8 de setiembre y el 8 de diciembre día de la Natividad de la virgen y inmaculada


Concepción y es la Festividad de la Virgen de Chapi el 1ro de mayo el Santuario de
Chapi es muy concurrido siendo el punto de concentración para peregrinos de todo el
mundo.

La devoción del pueblo católico por la santísima Virgen de Chapi esta, siempre
vigente y se trasluce a través de diversas manifestaciones y al parecer la protección
de la Virgen también, como lo manifestó el propio Arzobispo de Arequipa Mons.
Luis Sánchez Moreno Lira quien sostuvo que los daños ocurridos en nuestra ciudad
no fueron mayores por el amparo proporcionado por nuestra ciudad. No fueron
mayores por amparo proporcionado por nuestros fieles.

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