Está en la página 1de 4

HORA SANTA PRIMER VIERNES DE NOVIEMBRE

“INTENCIÓN DE ORACION DEL PAPA FRANCISCO”

Exposición del Santísimo.


Canto.
Oración introductoria
Jesús mío, vengo hoy ante Ti para pedirte ayuda. Tengo el profundo deseo de
acercar mi corazón al tuyo. Debo confesarte que me encuentro algo cansado de
todo el ajetreo diario, la rutina me desgasta. Tú que dijiste: «Vengan a mí todos los
que están fatigados y agobiados, y yo les daré alivio», aquí me tienes. Quiero en
esta Hora Santa descansar en Ti. Amen.

“Dios quiere aliviarnos de toda nuestra carga. Sólo nos pide una cosa: que le
permitamos hacerlo. Que no nos avergoncemos de entregarle todo, incluso lo que
nos humilla, lo que nos parece despreciable, incluso repulsivo.
Una sola fruta podrida puede contaminar toda una caja de fruta sana: un solo
germen podrido que no nos hemos atrevido a presentar al Señor es suficiente para
llenarnos de tristeza y amargura.”

Salmo 116

"Amo al Señor porque escucha el clamor de mi plegaria;


2.Inclinó hacia mí su oído el día en que lo llamé.
3.Me envolvían los lazos de la muerte, estaba preso en las redes fatales, me
ahogaban la angustia y el pesar,
4.pero invoqué el nombre del Señor: "¡Ay, Señor, ¡salva mi vida!"
5.El Señor es muy bueno y justo, nuestro Dios es compasivo;
6. El Señor cuida de los pequeños, estaba débil y me salvó.
7.Alma mía, vuelve a tu descanso, que el Señor cuida de ti.
8.Ha librado mi alma de la muerte, de lágrimas mis ojos y mis pies de dar un paso
en falso.
9.Caminaré en presencia del Señor en la tierra de los vivos.
10.Tenía fe, aun cuando me decía: "Realmente yo soy un desdichado".
11.Pensaba en medio de mi confusión: "¡Todo hombre decepciona!"
12. ¿Cómo le devolveré al Señor todo el bien que me ha hecho?
13.Alzaré la copa por una salvación e invocaré el nombre del Señor,
14.cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo.
15.Tiene un precio a los ojos del Señor la muerte de sus fieles:
16."¡Mira, Señor, que soy tu servidor, tu servidor y el hijo de tu esclava: tú has roto
mis cadenas!"
17.Te ofreceré el sacrificio de acción de gracias e invocaré el nombre del Señor.
18.Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo,
19.en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén."

Gloria al Padre….

Canto
Santo Evangelio Según San Mateo (11, 28- 30)

En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:


«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.


Comentario del Papa sobre la intención de este mes
[…] Jesús sabe cuánto puede pesar la vida. Sabe que muchas cosas cansan al
corazón: desilusiones y heridas del pasado, pesos que hay que cargar e injusticias
que hay que soportar en el presente, incertidumbres y preocupaciones por el
futuro.

Ante todo, esto, la primera palabra de Jesús es una invitación a moverse y


reaccionar: “venid”. El error, cuando las cosas van mal, es permanecer donde se
está, tumbado ahí. Parece evidente, pero ¡qué difícil es reaccionar y abrirse! No es
fácil. En los momentos oscuros surge de manera natural estar con uno mismo,
pensar en cuan injusta es la vida, en cuan ingratos son los demás y qué malo es el
mundo y demás. Algunas veces hemos padecido esta fea experiencia. Pero así,
cerrados dentro de nosotros, vemos todo negro. Entonces incluso llega a
familiarizarse con la tristeza, que se hace de casa: esa tristeza que nos postra es
una cosa fea esta tristeza. Jesús en cambio quiere sacarnos fuera de estas
“arenas movedizas” y por eso dice a cada uno: “¡ven!” —“¿Quién?”— “tú, tú, tú…”.
La vía de salida está en la relación, en tender la mano y en levantar la mirada
hacia quien nos ama de verdad.

Efectivamente salir solo no basta, es necesario saber dónde ir. Porque muchas
metas son ilusorias: prometen descanso y distraen solo un poco, aseguran paz y
dan diversión, dejando luego en la soledad de antes, son “fuegos artificiales”. Por
eso Jesús indica dónde ir: “venid a mí”. Muchas veces, ante un peso de la vida o
una situación que nos duele, intentamos hablar con alguien que nos escuche, con
un amigo, con un experto… Es un gran bien hacer esto, ¡pero no olvidemos a
Jesús! No nos olvidemos de abrirnos a Él y contarle la vida, encomendarle
personas y situaciones. Quizás hay “zonas” de nuestra vida que nunca le hemos
abierto a Él y que han permanecido oscuras, porque no han visto nunca la luz del
Señor. Cada uno de nosotros tiene la propia historia. Y si alguien tiene esta zona
oscura, buscad a Jesús, id a un sacerdote, id… Pero id a Jesús, y contadle esto a
Jesús. Hoy Él dice a cada uno: “¡Ánimo, no te rindas ante los pesos de la vida, no
te cierres ante los miedos y los pecados, sino ven a mí!”. Él nos espera, nos
espera siempre, no para resolvernos mágicamente los problemas, sino para
hacernos fuertes en nuestros problemas. Jesús no nos quita los pesos de la vida,
sino la angustia del corazón; no nos quita la cruz, sino que la lleva con nosotros. Y
con Él cada peso se hace ligero (cf. v. 30) porque Él es el descanso que
buscamos. Cuando en la vida entra Jesús, llega la paz, la que permanece en las
pruebas, en los sufrimientos. Vayamos a Jesús, démosle nuestro tiempo,
encontrémosle cada día en la oración, en un diálogo confiado y personal;
familiaricemos con su Palabra, redescubramos sin miedo su perdón, saciémonos
con su Pan de vida: nos sentiremos amados y consolados por Él.

Canto

Diálogo con Cristo


¡Jesús, que eres manso y humilde de corazón, aligera mi carga porque estoy
cansado! Muéstrame el camino de la mansedumbre y de la humildad, que es en sí
la misma caridad. Enséñame a ser caritativo con los demás, porque en ellos
hallaré mi descanso a tu lado.

PETICIONES.

Amar a Dios y al prójimo se constituyen en el mandamiento primero y principal de


nuestra vida de cristianos. Acojamos este mandamiento y presentemos nuestras
peticiones al Señor, unámonos diciendo: Te rogamos óyenos

1. Para que toda la obra de evangelización que realiza la Iglesia tenga como
finalidad despertar la conversión y como fruto de ésta, la reconciliación con
Dios y con el prójimo. Roguemos al Señor.
2. Para quienes son los responsables de la conducción de las naciones y de
los pueblos, se esfuercen en acabar tanta guerra y violencia, que entorpece
las buenas relaciones entre los habitantes de la tierra. Roguemos al
Señor.

3. Para que las personas, que sufren de depresión o agotamiento extremo,


reciban apoyo de todos y reciban una luz que les abra a la vida. Roguemos
al Señor.

4. Para que las personas que viven solas y marginadas, los enfermos
mentales y los encarcelados, sepan que son objeto especial del amor de
Dios y nosotros les manifestemos con hechos el amor al prójimo que nos
pide hoy el evangelio. Roguemos al Señor.

5. Para que todos los aquí reunidos, aprendamos a vivir entre nosotros el
mandamiento del amor. Roguemos al Señor.

Dios padre nuestro, fuente de toda santidad, graba en nuestros corazones, el


mandamiento primero y principal de todos, y haz que en todas partes seamos
testigos de ese amor verdadero. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Canto

Oración

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario que estés presente para que no te
olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y necesito tu fuerza para no caer tan a
menudo.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida, y sin ti, no tengo fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz, y sin ti, estoy en tinieblas.
Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que escuche tu voz y te siga.
Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte mucho y estar siempre en tu
compañía.
Quédate conmigo, Señor, si deseas que te sea fiel.
Quédate conmigo, Señor, porque por pobre que sea mi alma, quiero que sea un
lugar de consuelo para Ti, un nido de amor.
Amén~
San Pío de Pietrelcina.

Bendición Final
Canto
Oración Oración
Quédate conmigo, Señor, porque es Quédate conmigo, Señor, porque es
necesario que estés presente para que no te necesario que estés presente para que no te
olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono. olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y
necesito tu fuerza para no caer tan a necesito tu fuerza para no caer tan a
menudo. menudo.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi
vida, y sin ti, no tengo fervor. vida, y sin ti, no tengo fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi
luz, y sin ti, estoy en tinieblas. Quédate luz, y sin ti, estoy en tinieblas. Quédate
conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que escuche Quédate conmigo, Señor, para que escuche
tu voz y te siga. tu voz y te siga.
Quédate conmigo, Señor, porque deseo Quédate conmigo, Señor, porque deseo
amarte mucho y estar siempre en tu amarte mucho y estar siempre en tu
compañía. compañía.
Quédate conmigo, Señor, si deseas que te Quédate conmigo, Señor, si deseas que te
sea fiel. sea fiel.
Quédate conmigo, Señor, porque por pobre Quédate conmigo, Señor, porque por pobre
que sea mi alma, quiero que sea un lugar de que sea mi alma, quiero que sea un lugar de
consuelo para Ti, un nido de amor. consuelo para Ti, un nido de amor.
Amén~ Amén~
San Pío de Pietrelcina. San Pío de Pietrelcina.

Oración Oración
Quédate conmigo, Señor, porque es Quédate conmigo, Señor, porque es
necesario que estés presente para que no te necesario que estés presente para que no te
olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono. olvide. Ya sabes lo fácil que te abandono.
Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y
necesito tu fuerza para no caer tan a necesito tu fuerza para no caer tan a
menudo. menudo.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi
vida, y sin ti, no tengo fervor. vida, y sin ti, no tengo fervor.
Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi
luz, y sin ti, estoy en tinieblas. Quédate luz, y sin ti, estoy en tinieblas. Quédate
conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad.
Quédate conmigo, Señor, para que escuche Quédate conmigo, Señor, para que escuche
tu voz y te siga. tu voz y te siga.
Quédate conmigo, Señor, porque deseo Quédate conmigo, Señor, porque deseo
amarte mucho y estar siempre en tu amarte mucho y estar siempre en tu
compañía. compañía.
Quédate conmigo, Señor, si deseas que te Quédate conmigo, Señor, si deseas que te
sea fiel. sea fiel.
Quédate conmigo, Señor, porque por pobre Quédate conmigo, Señor, porque por pobre
que sea mi alma, quiero que sea un lugar de que sea mi alma, quiero que sea un lugar de
consuelo para Ti, un nido de amor. consuelo para Ti, un nido de amor.
Amén~ Amén~
San Pío de Pietrelcina. San Pío de Pietrelcina.

También podría gustarte