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Madrid, 4 de junio de 2019

CARTA ABIERTA AL
DICTADOR MITÓMANO

Ahora que tengo cierto tiempo libre y me encuentro con


mayores libertades de las que tenía en la prisión
venezolana, contestaré las barbaridades que Maduro
dijo en una entrevista que luego prefirió ocultar. El nivel
de falsedad es tan alto que debo ir frase por frase.

Dices que me botaste llegando a tu gobierno, cuando


hiciste justo lo contrario. Me llamaste para volver a dirigir
la Contrainteligencia Militar al quinto día de tu gobierno.
Asumiste la presidencia el 19 de abril, y el 24, según
gaceta oficial, ya habías firmado mi designación. No solo
eso, sino que inmediatamente después de mi salida de
la DGCIM, en enero de 2014, me nombraste Cónsul
General de Aruba, que fue mi último cargo en el ejecutivo
antes de ser electo Diputado de la legítima Asamblea
Nacional en el 2015.

¿Mala conducta?

Para un presidente como tú si tuve una mala conducta.


Cumplí mi misión en la DGCIM hasta el 14 de enero de
2014. Salí por no prestarme para realizar las locuras que
salían de tu vacía cabeza, por oponerme a cometer los
delitos que sugerías y por no haber permitido nunca la
entrada de cubanos a la DGCIM.

¿Recuerdas, por ejemplo, lo que sugerías hacer con el


empresario Domingo Goncalves? Me dijiste que lo
metiera preso sin orden judicial y luego inventara
cualquier conspiración para mantenerlo detenido, sólo
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porque habías oido un rumor de que él había financiado
a la oposición. Con ese nivel de arbitrariedad comenzó
tu gobierno y, en ese sentido, si tuve la peor conducta
que se puede tener a los ojos de un tirano: no ser un
adulador, un temeroso o un complaciente; ser
consciente de los deberes y derechos ciudadanos;
entender las responsabilidades de los cargos ocupados
y, sobre todo, respetar la ley.

¿Presidente obrero?

Tú tienes de obrero lo que tu gobierno tiene de legítimo.


Jamás en tu vida fuiste obrero, no fuiste más que un
mediocre sindicalista, un adulador de superiores,
dedicado a vivir de crearle problemas a la gente. Yo si
puedo decir que apenas fui nombrado director de la DIM,
en el 2004, buscaste acercarte a mi por mi cercanía con
Chávez, y lo hiciste pidiendole a un informante que
trabajaba para mi que me llamara por teléfono para
presentarte. Esa es tu manera de actuar y dista mucho
de un digno obrero. Sin embargo, la mejor forma de
describirte sería con palabras del propio presidente
Chávez, quien en privado definía a los sindicalistas,
como tú, como seres sin escrúpulos. Y bien acertó
contigo, porque no eres más que eso, un ser sin
escrúpulos.

¿Cristiano?, ¿apegado a valores espirituales o


espiritistas?

¿Cómo te atreves a llamarte cristiano cuando eres


seguidor de cuanta creencia se te cruza por enfrente?
Eres un devoto santero, seguidor de Sai Baba y quien
sabe de que otra religión. Supongo que de alguna
manera debes canalizar en tu interior las atrocidades que
has cometido contra el Pueblo de Venezuela. Aunque
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sea pública tu creencia de que los pájaros son
reencarnaciones humanas y pueden hablar, la gente
debería saber que tu padrino de santeria es Carlos
Osorio (ahora se entenderá porqué tal corrupto e inepto,
que le robó la comida a venezolanos, paseaba de
ministerio en ministerio). También debería saber que tus
sacrificios religiosos en Cuba los pagaba tu ministro de
finanzas, que en al menos una oportunidad envió un
maletín de $500.000 en efectivo a La Habana en un
avión de PDVSA.

Pudiera seguir desmintiendo palabra por palabra a


cualquier sin sentido que se te ocurra decir, pero ya eres
mundialmente famoso por tus mentiras y no hace falta.
Lo que si no voy a dejar pasar es cualquier absurdo que
a ti, o a cualquiera de tu cúpula criminal, se le ocurra
inventar sobre mi. A cada uno le espera su apropiada
contestación y su buena dosis de verdad.

Hugo Armando Carvajal Barrios


Mayor General del Ejército de Venezuela
Diputado de la Asamblea Nacional

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