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La naturaleza ha querido resguardar este momento tan trascendente de ocurrencias inoportunas que interfieran tan significantes
vivencias. Es por ello que durante la etapa de la gestación suelen presentarse pocas patologías.
Las toxemias
Enfermedades propias del embarazo, pueden comenzar a manifestarse a partir de la semana 20. Más frecuentemente en las primerizas, tienen tres
síntomas característicos que pueden o no presentarse en conjunto: hipertensión, edemas y eliminación de proteínas en la orina. Si estas patologías
siguen su curso sin diagnóstico y tratamiento oportuno, pueden agravarse hacia el final del embarazo, transformándose en ECLAMPSIA, situación
sumamente afligente.
Felizmente esto ya casi no ocurre. El control periódico prenatal permite detectarlas antes de que sean peligrosas. Aprovechamos entonces esta
oportunidad para recordar a las mamás que deben visitar a su obstetra frecuentemente desde el comienzo el embarazo, y no confiarse "porque
total en los otros no me pasó nada".
Dientes
También la dentadura necesita un buen control a esta altura de los acontecimientos. Concurre al odontólogo. Muchas caries se agrandan hacia la
mitad del embarazo, y es conveniente tratarlas para evitar focos de infección.
Infecciones vaginales
Debido a las hormonas circulantes se producen cambios en las condiciones de temperatura, humedad y acidez vaginal que facilitan ciertos tipos de
infecciones superficiales. La más frecuente de ellas es la causada por un hongo, el Candida albicans. Si tienes flujo, picazón o ardor consulta a tu
médico. No te automediques, ya que ciertas drogas medicinales incluidas en forma de óvulos vaginales pueden absorberse a través de la mucosa
vaginal y resultar perjudiciales para el bebé.
Enfermedades infecciosas
Debes alejar de ti todo aquello que pueda representar un peligro para el bebé. Sus órganos están en pleno proceso de maduración durante esta
etapa. Ciertas enfermedades infecciosas como la rubéola, la hepatitis b, el sida, la toxoplasmosis, la listeriosis, la sífilis, y la virosis graves en
general, pueden en algunas ocasiones perjudicar a tu bebé. Evita el contacto con todo tipo de enfermos. Si eres docente o circulas en ambientes
en donde hay muchos niños, está alerta. Si se comprueba un caso infeccioso no te asustes y llama a tu médico.
Medicamentos
No tomes ningún medicamento sin consultar antes. En especial, durante los cuatro primeros meses debes evitar toda medicación que no sea
específicamente indicada para el embarazo. Insistimos: NUNCA TE AUTOMEDIQUES. ¡Hasta la aspirina en exceso está contraindicada!
Radiaciones
Mantente alejada de las radiaciones peligrosas. No concurras a los consultorios radiológicos. Si otro hijo tuyo debe someterse a un estudio de este
tipo, pide a tu marido o a un amigo o familiar que lo acompañe. No obstante, si es imprescindible y se toman los debidos recaudos, ciertos tipos de
estudios radiológicos pueden ser efectuados a una embarazada. Se impone una consulta especializada en cada caso.