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Antecedentes Historicos y Juridicos de Las Asosciaciones de Los Trabajadores
Antecedentes Historicos y Juridicos de Las Asosciaciones de Los Trabajadores
TRABAJADORES.
EDAD ANTIGUA.
En Roma a pesar del trabajo de los esclavos, no fueron desconocidas las agrupaciones de
trabajadores libres: los artesanos se organizaron en grupos que funcionaban como
verdaderas corporaciones denominadas “Collegia”; aunque tales entidades revestían más
bien un carácter de sociedades de socorros mutuos, con cierto carácter religioso.
EDAD MEDIA.
En esta época se conocieron las asociaciones de trabajadores organizados como los actuales
sindicatos. No obstante, existieron importantes asociaciones que desarrollaban algunos
fines de carácter laboral, asociaciones que se les llamaron “corporaciones” de origen tan
antiguo, que algunos autores sostienen que las llamadas “Gildas” y “Rusas” tuvieron
principio en las corporaciones romanas llamadas “Tenuiorum” que perseguían asegurar
funerales dignos a sus asociados. Existieron también en la Edad Media asociaciones de
“Compañeros”, y tuvieron más afinidades con los sindicatos de la época actual, pues fueron
formadas exclusivamente por operarios lo que denota en ellos un principio de conciencia de
clase explotada. Las corporaciones son el resultado de la estructura económica de la Edad
Media y corresponde al desarrollo de las ciudades. Estas agrupaciones se desarrollaron
rápidamente, pues para el siglo XIII ya existían en todos los Estados de Europa, aunque con
distintas denominaciones. Así: en Bélgica eran conocidos como “cuerpos”, en Francia
“Maestrías”, en Italia “Artes”, en Alemania “Hernández”, en España “gremios” y en
Inglaterra “TradeGildes”. Estas organizaciones alcanzaron su mayor apogeo en los siglos
XV y XVI, habiendo adquirido fuerza política y ejercida considerable influencia en el
progreso y la cultura de las ciudades. Aunque las corporaciones estaban formadas por
individuos del mismo oficio, profesión o especialidad, internamente establecía un orden
jerárquico compuesto de tres grupos de personas: maestros, compañeros llamados también
oficiales, y aprendices. Los fines de las corporaciones eran económicos, políticos y
sociales; en el cumplimiento del primero de sus fines, la organización limitaba la
producción y controlaba la venta de sus artículos, limitando la producción a lo
estrictamente necesario para el consumo y tratando de eliminar la superproducción,
mediante el control de la venta de los artículos uniformes, se daba prestigio a los productos
y se mantenían los precios, llegando a establecerse un verdadero monopolio de las
corporaciones sobre determinados productos. Si bien en un principio las corporaciones
fueron relativamente beneficiosas para los “operarios y aprendices”, su organización en
categorías, los obstáculos y las contribuciones para llegar a ser maestros produjeron las
causas que hicieron comprender a sus miembros la diversidad de sus intereses. En efecto,
los maestros con el advenimiento de la máquina, el desarrollo del comercio, la ampliación
de los mercados, la apertura de nuevas vías de comunicación, el descubrimiento de
América y el establecimiento de la gran industria trataron sobre todo de imprimir a las
corporaciones una dirección encaminada a satisfacer sus intereses de lucro, olvidando las
reglamentaciones del trabajo. Los resultados de esta actitud fueron bajos salarios, malas
condiciones de trabajo y mala calidad de los productos. Plantead la discordia entre las
categorías de las corporaciones, sus días estaban contados. Impulsados por la necesidad de
defender sus intereses, los operarios formaron asociaciones de compañeros que con
frecuencia entraron en conflicto con las corporaciones. Los economistas de la escuela
liberal contribuyeron, finalmente a hacer más acentuado el repudio a las corporaciones,
culpándolas de ser obstáculo a la libertad de producir. Las doctrinas económicas en boga
propugnaban por la abolición del sistema corporativo porque limitaba y oprimía a la
industria, y sostuvieron las ventajas de un régimen de libertad de trabajo, ya que la libre
concurrencia atraería a la producción mejores elementos, despertaría aptitudes y tendría
como consecuencia la multiplicación de las empresas que satisfacer la demanda. Las ideas
anteriores habían preparado el ambiente en contra del régimen corporativo y en1776,
Turgot discípulo de los fisiócratas y ministro de Luis XVI, decreto la abolición de dicho
régimen; aunque por presiones políticas el edicto fue revocado y las corporaciones
restablecidas. El 4 de agosto de 1789 los Estados Generales aprobaron un proyecto de
reforma de las corporaciones de oficios y dos años después se votó por su abolición y el
17de marzo de 1791 la Ley Chapelier proclamó el principio de la libertad de trabajo, por
considerarse este como el primero, el más sagrado e imprescindible de los derechos del
hombre; que dando desde entonces firmemente establecido el sistema de la economía
liberal, el reconocimiento absoluto a cada individuo de poderse consagrar a cualquier
oficio. La igualdad jurídica consagrada por la Declaración de los Derechos del Hombre
pregonada por la revolución francesa, ciertamente abolió las clases privilegiadas y asentó
como base dogmática el principio de la igualdad entre los hombres; pero esta supuesta
igualdad en los aspectos jurídicos y políticos resultaba inoperante en el campo de las
relaciones entre patronos y trabajadores, ya que la igualdad no llegaba hasta el campo
económico, en donde como consecuencia del maquinismo, surgió una nueva clase, no
basada en vínculos de poder político o de sangre, sino en poder económico desconocido
hasta entonces por tratarse de un fenómeno económicamente nuevo: el capitalismo.
El Estado Liberal careció de la flexibilidad necesaria para hacer frente a los nuevos
problemas sociales y sobrevino entonces la unión de la clase obrera. En la época anterior a
la revolución francesa, la producción tuvo lugar en los pequeños talleres, y estos se
encontraban encuadrados dentro de los gremios, organismos profesionales de protección,
reglamentación y defensa de todos los que pertenecían a los mismos. Tanto el aprendiz
como el maestro encontraban en ella el sistema que velaba por sus intereses y les otorgaba
protección, pero en 1791 se dictó en Francia la famosa Ley Chapelier que abolió los
gremios. En efecto, esta ley en nombre de la libertad y de la igualdad natural de los
hombres, prohibió a los ciudadanos de la misma clase o profesión el reunirse o asociarse
para defender sus intereses comunes, declarando contrario a la igualdad natural de los
hombres todo convenio encaminado a no prestar el trabajo o los servicios más que a un
precio determinado. El Estado Liberal no podía subsistir por dejar abandonados los sectores
sociales más débiles, que sin tutela se vieron oprimidos y explotados por los más fuertes.
La explotación opresión ocasionó la unión de los más débiles, la unión de la clase
trabajadora, para tratar de defenderse incluso por sus propios medios utilizando la fuerza.
Irónicamente, el régimen liberal que expresó el principio de que todos los hombres son
iguales, permitió la inhumana explotación y opresión de los débiles, permitiendo que los
hombres mujeres y niños tuvieran jornadas de trabajo de 12 a 14 horas diarias, trabajando
hasta la extenuación, dejando salud y vida por un salario que no bastaba para satisfacer las
necesidades mínimas y que, sin ruborizarse, pomposamente la ley los declaraba hombres y
mujeres libres.
EPOCA MODERNA. La clase trabajadora no podía resignarse a ser privada de toda
medida que tendiera a evitarla explotación de que era objeto y tomó medidas de defensa.
Adquirida ya su conciencia de clase, se dispuso a la lucha. Aislado sería vencido en ella y
comprendió que debía unirse porque la unión hace la fuerza, surgiendo la idea de la
asociación con conciencia de clase para obtener por medio de estas organizaciones
permanentes mejores condiciones de trabajo. La legislación imperante prohibía estos
medios de defensa. La asociación de trabajadores pretendía alterar la doctrina individualista
liberal, y señalar el retorno del extinguido régimen corporativo nada causaba más temor que
esto. Los sindicatos son propiamente un producto de la edad media, su aparición es
relativamente reciente, y coincide con la revolución industrial que trajo la implantación de
la máquina en la producción. Fue así como l manufactura se transformó en industria. La
revolución industrial se caracteriza por el empleo en la producción de grandes capitales,
grandes fábricas, máquinas y un gran número de obreros; fue una consecuencia de la
demanda cada vez mayor de artículos y del comercio internacional, y es uno de los factores
que haciendo crecer la población obrera, determinó el nacimiento de los sindicatos.
ANTECEDENTES EN ECUADOR