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Olga María Díaz

antología poética y musical


de la Obra de
Ermelinda Díaz

Ediciones Universitarias de Valparaíso


Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
Dirección de Extensión y Comunicaciones
Proyecto Nº C-11-8 (2011)
Continuación de los Proyectos
2008/C-08-2 - Diciembre de 2008
2009/C-09-01- Diciembre 2009
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz
OLGA MARÍA DÍAZ
Nº Registro Propiedad Intelectual:
178.413 (11.03.09) Volumen I
184.047 (15.09.09) Volumen II

Diagramación carátula: Héctor Manuel Caruz

Fotografías e ilustraciones,
editadas con la amable autorización de:
Marco Antonio Readi Cerda
Raúl Oberreuter Morales
Guido Olivares Salinas
Andrés Fuenzalida Konig
Michèle Ratel

© Olga María Díaz, 2013


antología poética y musical
de la Obra de
Ermelinda Díaz

Inscripción Nº 178.413
ISBN: 978-956-17-0557-9

Derechos Reservados
Tirada: 500 ejemplares

Ediciones Universitarias de Valparaíso


Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Calle Doce de Febrero 187 - Valparaíso - Chile
Fono (32) 227 3087 - Fax (32) 227 3429
E-mail: euvsa@ucv.cl
www.euv.cl

Diseño Gráfico: Guido Olivares S.


Asistente de Diseño: Mauricio Guerra P.
Asistente de Diagramación: Alejandra Larraín R.
Corrección de Pruebas: Claudio Abarca L.

Imprenta Salesianos S.A.

HECHO EN CHILE
Por su colaboración y constante apoyo a este proyecto,
un agradecimiento permanente a:

Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación


(Dptos. de Extensión y Medios Educativos)
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Corporación Nacional de Desarrollo Indígena

Biblioteca Municipal de Olmué

Colegio de Profesores

Corporación Coeducación y Paz para el mundo

Liceo Andrés Bello, Quilpué

Institut Français, Chile


Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

ALGUIEN me pregunta: ¿Cómo se lee la poesía?

Ya no un poema en particular, sino la poesía en general.

Podría contestar: la poesía se lee en rojo o negro;

se lee con el alma, con el pensamiento;

se lee en voz alta y en silencio.

Se lee en satén, en lienzo; en una imagen.

La poesía se lee solo.

Pero todo esto no sería sino palabras,

como versos, que jamás nadie podría entender.

Salvo quien lee poesía.

¿Cómo se lee la poesía?


(Mi mundo rojo. Rogelio Sánchez)

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Presencia

Ahí estabas
En mis sueños, en mi risa
en las ansias de mi canto
y en mis noches solitarias;
cuando el eco de mi voz
ahogaba el viento
y entre gotas de rocío
derramaba los amargos
sinsabores de mi llanto…

Ahí estabas
Consolando mi dolor
y mi quebranto
cuando solo en el desierto
caminaba
negra noche me cubría
con su manto
y buscaba como el ciego
la alborada…

Ahí estabas
Cuando al tacto caminaba
en las tinieblas
por caminos polvorientos
del olvido
y en el filo del abismo
mi existencia
parecía vascular en el vacío:
con tu rostro de impalpable
transparencia
alumbraste un sendero
en mi destino…
¡AHÍ ESTABA POESÍA TU PRESENCIA
DESDE ENTONCES POESÍA VOY CONTIGO!

Ermelinda Díaz (Obras Completas, I, p. 27)

9
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

11
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

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Índice

- ¿Cómo se lee la poesía? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pág. 7

- Breve reseña biográfica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

- Prólogo de Ana Leyton. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

- Palabras de introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

- “Ermelinda Díaz” (Mario Alfaro) . . . . . . . . . . . . 29

- “Antología poética y musical”. . . . . . . . . . . . 45


- Cantando en el viento. . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
- Alborada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
- La niña y la luna. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
- Canto redondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
- Canto repartido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
- El canto de un poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
- Nostalgia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
- Una canción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
- Un amanecer y un puerto . . . . . . . . . . . . . . . 62
- Letanía a mi patria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
- Espiga de Esperanza, II. . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
- Espiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
- Ofrenda de Amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
- Con los pastores cantando. . . . . . . . . . . . . . . 72

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Olga María Díaz

- Un clarín en el espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
- Oda a mi bandera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
- Un recuerdo permanente. . . . . . . . . . . . . . . . 78
- El poema de mi canto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
- La flauta andina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
- Viracuche. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
- El mensajero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
- Evocación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
- Violeta, flor de los ríos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
- Oda a mi corazón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
- Mi blanca nave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
- El olvido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
- Dolor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
- Calla violín. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
- La mano simple. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
- Noel, Noel, Noel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118

- La poesía de Ermelinda Díaz. . . . . . . . . . . . . . . . 121

- Selección Bilingüe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139

- Apéndice. Para vivir la poesía. . . . . . . . . . . . . . . 171

- Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

- Temas musicales (CD). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193

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Breve reseña biográfica

De la generación de Violeta Parra y Gabriela Mistral, Ermelinda


Díaz nació en el norte grande de Chile, en el cantón sali­trero de
Aguas Blancas, cerca de Antofa­gasta, un 14 de agosto de 1913.
Es hija de Guillermo Díaz Astudillo y de Clara Luz Díaz, am-
bos chilenos, y además primos. Su único hermano, Juan Rafael
Díaz, es el ma­yor. Ermelinda, esposa de Luis Alberto Es­pejo,
tiene dos hijos y dos nietos. Ermelinda volvió a la Casa del Padre
el 29 de marzo de 2009, transformándose así esta Antología en
un Homenaje póstumo a la autora y a su Obra.

Muy joven, Ermelinda debe acom­pañar a su esposo a Europa,


recorre España, el norte de África y se asienta en Francia por
30 años (1960-1990). Sus escritos muestran, sin embargo, que
esta misma se­paración y añoranza en la distancia de su tierra
natal se va a transformar en una de las principales fuentes de
inspiración, ya que nacen así los más fervorosos versos de amor
a su patria. Llegó a su entrañable Chile después de una larga
ausencia, vivió de 1990 a 1993 en Osorno, antes de tomar resi-
dencia definitiva en Quilpué (cerca de Viña del Mar). Se integró
al quehacer literario perteneciendo a varias asociaciones como
lo son la SECH, El Ateneo de Santiago (de manera esporádica),

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Olga María Díaz

el taller Plumas Serenenses (1992) y ALIRE (Agrupación Literaria


Regional V Región de Valparaíso, de la cual recibió un recono-
cimiento de honor por la obra poética realizada entre 1996 y
1998). Nuestra autora nacional tiene un sello natural, un pa-
saporte de identidad que se llama “poesía”: es su verdadero
“yo”, y caracteriza también sus relaciones con los demás. En su
poesía pone por escrito algo de su testimonio de la experiencia
vivida, se descubre con ella, construye con ella, sencillamente
no puede “imaginarse” sin ella, y literalmente, ha sido ella su
verdadero devenir humano. Y esto queda claramente expresa-
do en los numerosos textos que siempre le dedica a la poesía
misma... Según la autora, y de la misma manera, la poesía es
sin ningún lugar a dudas, para la comunidad en general, una
fuente de enriquecimiento permanente en la construcción de
la identidad.

Ermelinda escribe desde su adolescencia, pero no le daba nin-


guna clase de importancia a este hecho singular, porque para
ella, era algo tan natural como... ¡sonreír! Fueron de hecho las
personas que la rodeaban las que empezaron a llamarla “la
poetisa”. Sin embargo, es la historia de Chile de los años 70
la que en realidad la condujo a escribir de modo más intenso,
apareciendo aquí el rol socialmente solidario del poeta. A peti-
ción del editor don Efraín Szmulewicz, empezó a publicar sus
versos en Chile en 1988 y ha seguido con el sello Rumbos hasta
el día de hoy, lo que representa más de mil páginas impresas en
catorce libros, editados también en dos gruesos volúmenes de
Obras Com­pletas, estando el tercero en preparación.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Numerosos son sus vates, pero el mayor es Pablo Neruda, a


quien le dedicó más de un poema, pero también recuerda con
cariño a muchos nombres como los de Gabriela, Cruchaga,
Arteche, Lorca, Lara, Pablo de Rokha, Sédar Senghor... Final-
mente, cuando se le pregunta cuáles son los temas importantes
de nuestros tiempos, no vacila en responder que tenemos que
esforzarnos en buscar la Paz, aunque parezca un objetivo apa-
rentemente inalcanzable. Pues, comentó la autora, “será una
realidad, cuando abriendo luz en las tinieblas, la hermandad
florezca sobre la tierra. Y es, por supuesto, tarea nuestra siempre
pendiente, la de buscar una justa y verdadera educación para
la Paz”.

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Olga María Díaz

Ermelinda del Carmen Díaz

20
Prólogo de Ana Leyton*1

ERMELINDA DÍAZ,
Poeta chilena con verso musical

Para conocer y valorar la poesía de Ermelinda Díaz, poeta naci-


da en el norte de Chile en el cantón salitrero de Aguas Blancas,
cerca de Antofagasta, un 14 de agosto de 1913, hay que situarse
en el contexto sencillo de su verso musical y transparente que
recuerda infancia, patria, pueblo, identidad, sentimiento. Su lí-
rica con gran capacidad de amor y demanda de paz, acusa en
cada sonido la rima femenina que recuerda en algún sentido a
sus contemporáneas: Violeta Parra y Gabriela Mistral, dato que
se encuentra en su obra antológica.

El trabajo de “Antología Poética y Musical”, propuesta realizada


con amor y dedicación por su hija Olga María Díaz, académica

* Ana Leyton (Illapel), profesora de Castellano, poeta y narradora. Publicacio-


nes: Cuatro Autores del Choapa, Relatos Militantes, Epidaguerrotipogramas,
Quebradas. Aparece en Antologías: Poesía Contemporánea de Los Andes
(binacional Chile-Argentina), Neruda en el Corazón (Copiapó), Voces Fe-
meninas del Choapa (Bilingüe, trad. Francés), Escritores del Norte de la I a
la IV Regiones UCN año 2004 (Antofagasta), entre otras.

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Olga María Díaz

de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación,


denota el detalle inteligente y emotivo por un trabajo poético,
que devela a la gran persona que nos habla desde el poema, que
canta con lenguaje sencillo y que recuerda el verso sin preten-
siones de nuestro canto popular. Olga Díaz hace una propuesta
fundamentada en razones absolutamente serias y concretas, ya
que existe un material multimedia, resultado de sus proyectos
de extensión (Umce, 2008 - 2013).

No hay rebuscamientos, tampoco neologismos que tiendan a


provocar efectos distintos al emotivo y testimonial. También
llama la atención el coloquio fraternal y solidario con algunos
poetas y cantores de su generación. En verdadero y sentido ho-
menaje, los nombra, toma sus versos de referencia e interactúa
con su poesía; no se trata de dedicatorias referenciales, sino
de interacciones de pensamiento y sentimientos, por nombrar
algunos: Pablo Neruda, Violeta Parra, Nicanor Parra, incluso
Roberto Bravo; cita versos de Huidobro, Pedro Prado, San Juan
de la Cruz… como suelen hacerlo los poetas entre ellos, y esto
hace pensar que el trabajo se puede enriquecer, integrando esta
intertextualidad literaria y testimonial de Ermelinda para apo-
yar el desarrollo perceptivo del tejido social artístico literario,
que deberíamos fomentar en función de la búsqueda de nuestra
identidad chilena, de nuestro código chilensis.

Con su pluma sincera y serena, nos cuenta, conversa, piensa y


siente, traspasándonos su inmensidad humana. Los imaginarios
poéticos de Ermelinda son primordiales, fundamentales; lo pri-
mero porque nos transporta a todo lo que es raíz de canto, vida
circundante, pero a la vez también encontramos en su verso el

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

canto profundo dirigido a temas de transcendencia espiritual,


a problemáticas interiores del ser humano, y todo sin rebusca-
miento retórico. Es poesía sin pretensiones, poesía de vocación
lírica, poesía vital, así como el respirar. Da la impresión de que
la poeta vive en función de nombrar el mundo con su verso, el
mundo visible e invisible, que se ve y se siente.

Es una mujer nacida en el norte de Chile y no abunda el recono-


cimiento hacia la poesía del norte, menos hacia una poesía de
género. Es el verso masculino el que se impone generalmente,
como en todo, el código femenino es parametrado en función
del masculino; es por eso que me atrevo a hacer esta defensa,
desde el norte de Chile y desde mi código de mujer, me levanto
para decir: “se necesitan Ermelindas que vengan a poblarnos
con su canto”.

23
Palabras de introducción

La extensa obra lírica de Ermelinda Díaz ha sido a menudo


comparada a un Canto, “Un Canto de esperanza, amor y paz
por una patria herida”, dice el profesor Mario Alfaro. Y es cierto
que, desde un principio, percibimos una simbiosis entre dos
artes: la poesía y la música, y es así como surgió el título de este
proyecto: Antología poética y musical.

La autora comenzó queriendo recuperar, restituir y restaurar un


cantar que ya se iba perdiendo. Descubrimos entonces a la tro-
vadora chilena con temas musicales como “Canta Arauco” o
“Sola y sangrando”, para los cuales escribió la letra, conservan-
do esencialmente pura sus melodías tradicionales. Es el primer
rendimiento memorial significativo, cuyo afán antropológico,
sin dudas, ya es el de cultivar los valiosos acentos de una cultu-
ra ancestral. Nace luego una expresión poética que se observa
ella misma, es decir, desde el interior y no superficialmente, en
circunstancias que vale la pena señalar: Ermelinda, muy joven,
debe viajar al Viejo Continente; sintiéndose trasplantada lejos
de su tierra natal, toma hondamente conciencia, en la distancia,
de que cada cultura es un todo, coherente y original, y que por
lo tanto cada persona tiene derecho a ser diferente y singular,

25
Olga María Díaz

en el respeto total y absoluto de su propia cultura. Empieza aquí


otro tipo de simbiosis, esta vez entre lengua y cultura. Ejemplos
son, al respecto, poemas como “Letanía a mi patria”, “Oda a mi
bandera” o “Nostalgia”.

Estos textos, como muchos otros, rescatan y exaltan la riqueza


de la identidad colectiva chilena, pero sería un error pensar que
a ello se limite su contenido. Más allá de mostrar que cada cual
tiene la responsabilidad de cultivar cierto apego a sus raíces y a
sus orígenes, enseñan también que esta es la verdadera base a
partir de la cual nos podemos abrir a los demás. Estamos pues,
frente a una literatura, que culturalmente, es una escuela de la
identidad y de la diferencia. Para conocerse uno mismo y cono-
cer a los demás, la escritora confía en el rol primordial que jue-
ga la lengua. El amor de las palabras que desde siempre fueron
sus amigas, va hilvanando en su universo poético, un legítimo
reconoci­miento del Otro, que pone en evidencia su noble an-
helo, no de llegar a ser una “pacifica­dora” deseosa de evitar los
conflictos, sino de ser una incansable trabajadora por la paz. En
ese sentido, la concordia es fundada sobre los más auténticos
valores de dignidad, solida­ridad y respeto del Otro. Resuenan
pues, clamorosos, los versos que fluyen de su pluma luchadora
en pos de una cultura de paz y unidad, animada por la justicia,
el amor y la libertad (como aparece en “Alborada”, “Ofrenda
de amor” y más particularmente en la “Cantata de la Paz y la
Esperanza”). Inclaudicable, además, en sus principios, siempre
asumió con gran responsabilidad y solidaridad, su rol de escri-
tora con la mayor expresión de repudio a todo lo que atenta a
la dignidad humana. Esta última dimensión sociológica, junto

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

con varios otros acercamientos (antropológicos, semiolingüísti-


cos, semióticos) que, de hecho, también requieren estos textos,
permiten afirmar que la Obra de Ermelinda Díaz no se reduce a
una simple técnica y que su esencia estructural la predestina a
un vasto campo de actividades artísticas y culturales.

Ermelinda es una mujer de la luz, mujer de esperanza y alegría,


mujer sencilla y humana. Por eso habla la lengua de todos los
pueblos. Cree en la trascendencia, y ante ella, humildemente se
conmueve; pero entonces es cuando se torna visionaria, porque
cuanto más humildes, más se elevan sus versos hacia lo que los
ojos no ven. Con razón declaró Nathalie Sarraute que “la poe-
sía, en una obra, ¡es lo que permite ver lo invisible!”. Pero si hay
revelaciones en este bello y luminoso universo, es porque todo
proviene de una profunda fe. Una fe que se hace cultura, una
fe que se hace arte, bajo la fuerza concluyente de un espíritu,
a veces sobrio, a veces delicado, pero siempre nuevo, y que
insospecha­damente sella uno de los núcleos más impresionan-
tes de su lira poética: la búsqueda espiritual de la trascendencia
del ser. Libros como Manos en plegaria o Espiga de Esperanza
tienen una dirección clara: aspiran a Dios. Y es con voz veraz,
libre y justa que la poetisa nos abre camino para pensar y bus-
car, interpretar y comprender, en el presente, lo que a la vez es
transitorio y eterno. Nos referimos a la eternidad verdadera, no
a la “inmortalidad” que, como substituto, procura en algunos
casos, la notoriedad o la celebri­dad literaria. Liberada de esta
clase de vanidades, nuestra jardinera de la poesía puede conce-
bir el devenir humano desde una perspectiva tan humanizadora
como divina.

27
Olga María Díaz

Estas son algunas de las razones por las cuales muchos lectores,
y entre ellos nosotros, reconocemos que si necesitamos resca-
tar la voz y la mirada esperanzadora de Ermelinda, es porque
deseamos seguir explorando el mundo con sinceridad y trans-
parencia, como ella lo hace, de manera serenamente creadora.
Sabemos dónde nace su fuente, y cómo avanza, a cielo abierto,
sin jamás desorientarse: todo lo realiza en el amor, la obra ente-
ra es un Canto de Amor. Y este hito culminante nos atrae y nos
conquista, por la simplicidad con la cual la lira invisible logra
introducirnos en la inmensidad del Verbo de Dios.

Olga María Díaz

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Ermelinda Díaz: Un canto de esperanza,
amor y paz por una patria herida
por Mario Alfaro*2

En esta presentación se pre­tende realizar una aproximación a la


obra literaria de una mujer chilena atrapada por una expresión
poética: Ermelinda Díaz. Nacida en la pampa nortina, muy jo-
ven viajó por el mun­do. Sus experiencias en tierras ex­tranjeras
imprimieron en su espíritu el don de la creatividad poética, im­
pregnada de musicalidad. Poemas como ‘El poeta en el silen-
cio’, ‘Los caminos’, ‘Volver para soñar’, ‘La voz del silencio’,
‘Acércate a mis pesares’, ‘El soneto de mi esperan­za’, entre
otros, han sido bellamente musicalizados.

Una variedad de temas inun­dan su cosmovisión poética. Su


pala­bra es la expresión más poderosa para comunicarnos, para
llegar al mundo interior de una mujer que ama a su pueblo y
lo añora desde la lejanía. Es así como a través de sus versos, el
lector se apropia de cuanto la ha rodeado o sucedido, aprecia

* Profesor emérito de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educa-


ción. Texto de una ponencia presentada en el Tercer Congreso Foro His-
panolatinoamericano de Coeducación y Cultura de Paz, Umce, Santiago,
2006.

29
Olga María Díaz

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

su potencial creativo, se convence y seduce, en la recreación


de la patria amada, pero también profundamente herida. Jun-
to a sus versos, el lector admira la pampa que la vio nacer, la
gaviota que emigra –como ella también lo hizo–, el paso del
tiempo, el amor esperanzado, el sueño de paz, las amapolas
silvestres y, por supuesto, a otros poetas: los poetas en el exilio,
al poeta combatido, a los poetas en la sombra, a los poetas de
la vanguardia y, a ella, la poetisa de la esperanza, del amor, de
la paz.

Sus versos no son solo palabras, sino destilada soledad ansiosa


de acogida, argu­mentos inmateriales, confesiones que halagan
a una patria herida, acompañada solo por la luna solitaria que
le permite eternizar lo efímero. Su poesía es un llamado a la
comprensión más honda de mujeres y hombres: clama y excla-
ma por lo esencial de la vida humana. Nos acerca a su mundo
interior, para apropiarnos de cuanto la ha rodeado o le ha su-
cedido, para gozar de su potencial creativo, para convencernos
con la palabra poética, para seducirnos, para recrear la reali-
dad… para amar.

Y como se expresa en el Prólogo al segundo volumen de sus


obras completas, “la obra de doña Ermelinda Díaz aborda te-
máticas diversas, propias de su condición terrena y de su rica
espiritualidad: nos ha cantado acerca del Amor, en todas su
dimensiones y formas; el hombre y su entorno; el tiempo, las
estaciones, los animales, la tierra; la paz y la solidaridad; acerca
del tiempo ido y de la ausencia de los seres queridos; y, en fin,
acerca de Dios, la muerte, la Fe y la trascendencia humana”.

31
Olga María Díaz

Dicen que son los poetas


los que gritan en el viento
y a veces son como piedras
que te golpean el pecho.

Como la mano que aprieta


con su martillo de acero
golpeando sobre una puerta
donde reposa el silencio

Como si al golpear quisiera


alertar al universo
y despertar a la tierra
de aquel sueño inmenso...

Y va gritando sin tregua


para llamar al silencio
a la luz de las estrellas
por los caminos desiertos.

La gran diferencia entre la comunicación humana y la de otros


seres vivos está en el tipo de lenguaje: El lenguaje humano es
una facultad maravillosa que permite informar, exponer, per-
suadir, describir, criticar, para crear y recrear. Es el medio más
eficaz y fiel para expresar los pensamientos, sentimientos o
emociones y, en general, todas las expe­riencias vividas; facilita
la convivencia con los demás seres, hace posible la representa-
ción del entorno, haciendo al ser humano más consciente de sí
mismo y del mundo.

Por su parte, la lectura de las obras literarias nos conduce, según


comentarios de Marcel Proust, a generar espacios para el creci-
miento personal. Es el caso que hoy nos convoca: la expresión
poética de Ermelinda Díaz, una mujer que ha vivido sin escati-

32
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

mar esfuerzo. Su palabra poética es la expresión más poderosa


para comunicar sus sentimientos, para llegar al mundo interior
de las personas, para apropiarse de cuanto la ha rodeado o su-
cedido, para expresar su potencial creativo, para convencer, se-
ducir, para recrear la realidad... para querer:

Trozos de Patria es mi canto


Como las piedras del río,

fragmentos que van rodando


de las rocas desprendidos.

Trozos de Patria en desvelo


Que no se pueden callar,
Que van y vienen rugiendo
Como las olas del mar.

¡Ay, trozos de Patria rota,


Ay dolor del pueblo herido,
Como dispersa las hojas
El viento por los caminos!

Fragmentos de Chile amado


Del minero, del pampino,
Del que sigue aprisionado,
del que canta en el exilio.

Trozos de Patria que el viento


botó de las cordilleras,
y transportó los fragmentos
Más allá de las fronteras.

…………………………

¡Fragmentos de cuerpos vivos,


trozos de Patria sangrando,
En tu sangre sumergido
Mi corazón va cantando!

(Fragmentos vivos)

33
Olga María Díaz

A través de las palabras, Ermelinda Díaz sabe denominar a las


personas y a las cosas que “quiere”; y como sabe “darles nom-
bre”, también sabe qué les ocurre y cómo se relacionan. Nada
existe para ella, si no la nombra con la palabra adecuada. Cuan-
do escribe, por ejemplo, “pampa innata”, “corazón de niño que
creces entre amapolas y espigas”, “morirá mi corazón como
un suspiro” o “¡qué despierte del silencio la alborada”..., esta-
blece una comunicación con esas palabras: les da nueva vida.
La naturaleza propia de su expresión lírica puede hacer de sus
poemas un verdadero hechizo. ¡Cómo no hacerle propicias las
palabras de la gran Gabriela Mistral quien, refiriéndose a San
Francisco, escribiese “además del largo amor que es el más rico
don de cuanto podemos recibir, se fue dada la gracia de saber
nombrar donosamente”!

Ahí estabas
En mis sueños, en mi risa
en las ansias de mi canto
y en mis noches solitarias;
cuando el eco de mi voz
ahogaba el viento

y entre gotas de rocío


derramaba los amargos
sinsabores de mi llanto…

Ahí estabas
Consolando mi dolor
y mi quebranto
cuando solo en el desierto
caminaba
negra noche me cubría
con su manto
y buscaba como el ciego
la alborada…

34
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Ahí estabas
Cuando el tacto caminaba
en las tinieblas
por caminos polvorientos
del olvido
y en el filo del abismo
mi existencia
parecía vascular en el vacío:
con tu rostro de impalpable
transparencia
alumbraste un sendero
en mi destino…

¡ahí estaba poesía tu presencia desde entonces poesía voy contigo!

(Presencia)

La expresión poética de doña Ermelinda recrea las palabras; a


través de ellas ana­liza e interpreta sus vivencias de viajera in-
cansable, en la tierra y en el espíritu. Desde la pampa salitrera,
donde nació, emigró al viejo mundo: recorrió España, el norte
de África y se asentó en Francia por treinta años. Desde allí, su
palabra literaria se hizo recreadora de su patria lejana; con una
intuición única y distinta, configura una palabra poética tam-
bién única y distinta, plasmada de las reminiscencias telúricas
de una patria lejana:

‘Pampa innata, donde mi corazón se amaga,


tierra de fuego, desierta y maldecida, [...]
Yo conozco losa dolores de la pampa,
Yo conozco del pampino su amargura...’

Canta araucana tus quejas


En el fondo de tu ruca
Y al compás de la trutruca
La música ‘desmadejas’

35
Olga María Díaz

Yo sé que el pensar refleja


Al entonar tu canción
Porque llora el corazón
Al mirar entristecida
¡esa raza dolorida
que en el olvidó quedó!...

(Canta Arauco II)

Allá en las minas del cobre


Hay un minero muy viejo,
Que hace llorar a los hombres
Cuando nos habla del pueblo.
Su piel color castaña,
Profundos sus ojos negros,
Como un patriarca la barba
Le llega hasta el pecho.
Le llamamos ‘el Profeta’
Por su profunda palabra
Que vibra cuando nos cuenta
La historia de nuestra Patria.

A través de la lectura de sus poemas, el lector intuye, recrea y


reacciona ante los sentimientos e intuiciones que han conmo-
vido a la poetisa. Sus versos invitan al diálogo: ella como crea-
dora propone y el lector se siente impelido a responder con sus
reacciones tácitas o expresas.

Su poesía es una liberación para sus instintos, representa una


energía latente de las necesi­dades que la afligen, del relaja-
miento y la distensión tan necesarios en su vida, es una forma
de autoconfirmación y afirmación de su personalidad en el re-
cuerdo de la patria lejana:

36
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Resurgió de las cenizas de un pasado


El recuerdo de jamás había muerto,
Solamente había estado aletargado
En el recinto solitario de mi pecho.
Del silencio entre las sombras renacía:
Fue un coloquio indispensable entre los dos;
Y era sólo aquel recuerdo de mi vida
Que le daba a mi existencia su calor.

(Recital del recuerdo)

Con el vaivén de las olas,


con el murmullo del viento
soliloquia el alma mía...
y al vuelo de las gaviotas
se despiertan los recuerdos
de mis nostalgias dormidas.

(Recital de primavera)

Se puede apreciar que doña Ermelinda entiende la literatura


como una responsabi­lidad, un compromiso con los problemas
sociales de su época. Sus obras no son un medio para alcanzar
la gloria, la inmortalidad. Para ella, el arte sobrepasa los límites
del cuerpo y del tiempo; sus versos están impregnados de un
sentido histórico que es tanto un sentido de lo eterno como de
lo temporal juntos, es lo que hace que su obra sea más agu-
damente cons­ciente de su lugar en el tiempo y de su propia
contemporaneidad.

Ya se fue la primavera
de los rosales la flor;
¡adorable era la senda
que floreció entre los dos!
Y con el paso del tiempo
la rosa se marchitó...

37
Olga María Díaz

pero se siente en el viento


el aroma de la flor.

(Rosa de otoño)

Algo pasaba en mi alma


no comprendía aquel misterio:
con tan solo pronunciar estas palabras,
sentía mi corazón de amor tan pleno...
Porque yo amé con el alma
cuando el Amor me llamó...
...y me trajo la fragancia
de la flor de una ilusión.

(Las quemadas, II)

Se podrá expresar muchas otras opiniones en torno a la literatu-


ra de doña Erme­linda. No obstante, su obra es un camino para
el conocimiento humano y los fenómenos culturales que ha vi-
venciado. La ventaja de manejarse bellamente con la palabra la
hace a ésta más fácil y masiva, abarcando al ser humano en su
totalidad, o al menos, éste parece ser su deseo. Nada de lo que
le es propio deja de servir de motivo de creación y reflexión;
nada que sea interesante escapa a la sensibilidad de su espíritu
de artista; el ser humano y su cosmos, en unión casi perfecta y
completa, se deslizan en medio de sus palabras, algunas veces
familiares o extrañas, otras documentales o proféticas.

Dos manos vacías


me salieron al camino,
fingí que no las veía
haciéndome el distraído:
parecían congeladas
estaban muertas de frío,
pero no pedían nada

38
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

¡no eran manos de mendigo!


Y solamente temblaban
como un pajarillo herido
con dolor y acongojadas
como las penas de un niño
tristemente resignadas
relegadas al olvido...

(Manos vacías)

Este poema, como muchos otros, está impregnado de una ma-


teria irrenunciable­mente humana: la existencia, la vida en acto
y en plenitud, en todas sus dimensiones: per­sonales e interper-
sonales, biológicas, sociales, religiosas.... Para acercarse a su
expresión, no es necesario tener una edad determinada, porque
en esencia su poesía no tiene edad.

Eras el cielo, la tierra,


eras el aire y el mar,
todo lo que el mundo encierra
en su belleza universal.
Eras la noche estrellada
eran tus ojos la luz,
y en la luz de tu mirada
el universo eras tú...!

(Recital de la primavera)

Como toda expresión poética, la suya es fruto de un soliloquio


(solus loqui: hablar solo) en que la palabra es, al mismo tiempo,
expresión, creación... palabra poética. A través de la palabra
poética –y debido a sus infinitas posibilidades de combinación,
así como la multitud de recursos expresivos– se puede llegar a
la comunicación total, que es, precisa­mente, la comunicación

39
Olga María Díaz

poética. Esa comunicación, esa magia perduran en las profundi­


dades del ser humano: en unos permanecen ocultas; en otros
seres privilegiados, como doña Ermelinda, afloran mediante las
palabras.

... Si solo fuera el silencio


de no escuchar el sonido...
pero no, ¡Aún te queda el tormento
De sentir en tus latidos
que allí el sentimiento
de un corazón mal herido
con su dolor padeciendo!
... Hay silencios en la vida
que son malvados puñales,
se te clavan en las carnes
como espinas de rosales...

40
A modo de conclusión

Sin duda que para nuestra poetisa, vivir no ha sido deambular


por el mundo de un forma mecánica, sino que ha supuesto todo
un reto, un arte: el arte de expresar el mundo a través de la
palabra creadora. A lo largo de su obra, que no ha sido breve,
se reflexiona acerca de la importancia de la vida, de sus viven-
cias acumuladas, de su disfrute y no de la realización de las
mismas con miras a la acumulación o hedonismo sin sentido.
Por el contrario, ha sido una asunción de un modo de vivir que
conlleva una serie de ilimitadas vivencias que doña Ermelinda
ha transformado en posibilidades creativas y de expre­sión poé-
tica.

En su universo lírico, palabras como amor, esperanza, paz ad-


quieren un verdadero sello humano, un documento de identi-
dad consigo misma, un testimonio de la experiencia viva. En
todo momento están presentes, sólo que es preciso descubrir-
los, ya que acercarse a un texto poético –como los que hoy
comentamos– sin espíritu constructivo y sin ansia de buscar el
verdadero significado de las palabras, es algo vacuo que posee
la intención de rellenar un espacio temporal sin un determina-
do aprovechamiento estético ni valórico. Doña Ermelinda ex-

41
Olga María Díaz

presa sus sentimientos sin un afán propagandista, sino con el


convenci­miento que sus versos reflejan sus vivencias y anhelos
de construir una mejor sociedad y sobre todo bosqueja la posi-
bilidad de enfrentar el devenir humano desde una perspectiva
más humanizadora.

Su expresión poética es el descubrimiento y el bautizo del mun-


do que le ha rodeado en sus años de vida, pero lo bautiza con
la palabra verdadera. Llama libertad a lo que es libertad y no a
su opuesto, como solemos encontrarlo en otros escritos; justicia
a lo que es justo y no a la legalidad amañada; dignidad a lo
que es digno de la investidura humana. Pone luz en la palabra
esperanza, pone vida en la palabra amor; y por fin, y ojalá para
siempre, pone calor palpable, humanidad, en la palabra patria.
Es así como su verso siempre será joven, claro, sano, limpio.

42
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

“Una fragancia de flores


Se mezclará en su recuerdo
Que en las Letras de su Nombre
Continuará floreciendo” (E.D.)

43
Olga María Díaz

44
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

antología poética y musical


de la Obra de
Ermelinda Díaz

45
Olga María Díaz

Cantando en el viento

Todo se pierde en la nada


todo se olvida en el tiempo,
sólo tú mi patria amada
estructura de mi pueblo
gacela sacrificada
en las cumbres de tu reino,
tú mi reina milenaria,
bajo el manto de tu cielo
con tus montañas nevadas,
con tus volcanes de fuego,
en las noches estrelladas
¡sigues cantando en el viento!

Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

46
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Cantando en el viento

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

47
Olga María Díaz

Alborada

Era de plata mi sueño


brillante como una estrella
con un collar de luceros
paseaba la luna llena.

Era de plata mi sueño


como noche constelada
y en los ámbitos del cielo
la alborada se anunciaba.
——

Soñaba que las estrellas


en el cielo se abrazaban:
¡Había fiesta en la tierra
todos los hombres se amaban!

¡En los ámbitos del cielo


se anunciaba la alborada!

48
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

ALBORADA

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

49
Olga María Díaz

La niña y la luna
(canción de cuna)

La niña no tiene sueño La luna se va ocultando


prefiere mirar la luna, entre las nubes lejanas
la luna que desde el cielo y la niña va juntando
le sonríe con dulzura. poco a poco sus pestañas.
——
Sus bellos ojitos negros
desde la tierra miraban La niña quedó dormida
aquella rueda plateada y con la luna soñaba,
que como plata brillaba. soñaba que la tenía
¡que con la luna jugaba!
La niña quiere la luna,
quiere la rueda plateada
la quiere para ella sola
en su camita colgada.

Foto 2: Marco Antonio Readi Cerda.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

LA NIÑA Y LA LUNA

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

Canto redondo

Quiero que sea mi canto Siempre en el aire sonando


como las ruedas del tren suspendido en el vacío
y que se vaya rodando una campana tocando
sobre las líneas del riel. mi canto en cada sonido.

Quiero que vaya rodando Quiero que sea redondo


quiero que no se detenga al estilo de un tambor
para que siga sonando que se escuche redoblando
como charango en la fiesta. al compás de una canción.

Quiero que sea redondo Quiero que vaya bailando


que se parezca a un reloj redondo como una cueca
que me despierte cantando para que siga cantando
cuando suene mi canción. que siga dando la vuelta…!

Foto: Raúl Oberreuter Morales.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Canto redondo

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

Canto repartido

Abiertas van, Trabajando


mis manos sin cesar
esparciendo y construyendo
los racimos y las uvas una viña que se llame pueblo.
en el viento.

Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

Canto repartido

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

55
Olga María Díaz

El CANTO DE UN POETA

Dicen que ha muerto un poeta


en tierra cordillerana,
dicen que nunca está muerta
la voz que a un pueblo le canta.
——
Dicen que va con el río
el corazón del poeta,
y en sus aguas confundido
cantando va por la tierra.
——
Allá, en las cumbres del cielo
cuando el sol viene alumbrando,
dicen que rompe el silencio
un poeta con su canto…
——
En las playas de Isla Negra
las olas vienen y van,
¡Y en una ronda de estrellas
canta la luna y el mar…!

Foto: Raúl Oberreuter Morales.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

El CANTO DE UN POETA

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

Nostalgia

La tarde languideciendo Yo sé donde vas corriendo


se va durmiendo en el río y donde vas cada día,
y el sol refulgiendo a los campos de mi pueblo,
como un brasero encendido a las montañas andinas,
besa la tierra y corriendo y en el mar amaneciendo
se va a otro mundo dormido. abrazar la tierra mía…

Te alejas por la montaña ¡Quién pudiera en tus fulgores


entre las nubes ardiendo, correr en ti la distancia,
te sigo con la mirada, y así en aquellas regiones
un suspiro y un recuerdo, que llevo dentro mi alma,
¡puerta de sol incendiaria ir y venir por los montes
del santuario de mi pecho! contigo cada mañana!

Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Nostalgia

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

Una canción

Como no hay noche sin alba


no hay corazón sin amor,
yo sé que vuelve un mañana
y en el cielo brilla el sol.

Se va la tarde muriendo
ya se va ocultando el sol,
y al rosario del recuerdo
vuelve la misma oración.

Mañana volverá el sol


a confortar la esperanza
que anida en mi corazón.

Se va elevando mi alma
al canto de una canción
que va al encuentro del alba.

Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

60
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Una canción

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

61
Olga María Díaz

Un amanecer y un puerto

Mi pecho fue un barquichuelo


que a viejas tierras partió,
buscando sólo un consuelo
y una limosna de amor.

Y al fin de tantos desvelos


el viejo puerto encontró,
puerto de cielo sereno
oculto en tu corazón.

Fuiste puerto de mi ruta solitaria


donde a solas con tu amor yo me encontré,
fuiste bálsamo hechicero de mi alma,
fuiste mágica ilusión que ayer soñé,
y en mis noches resurgiste cual mañana
de un hermoso y placentero amanecer.

Mi pecho fue un barquichuelo


sin luz, sin puerto y sin sol,
tan sólo mirando al cielo
sin piloto y sin timón.

Y al fin de tantos desvelos


el viejo puerto encontró,
puerto de cielo sereno
oculto en tu corazón.

Como el barco que sin rumbo navegaba


en tus brazos una brújula encontré,
la esperanza solamente me alumbraba
cuando al fondo de tus ojos me miré,
al mirarte comprendí que ya aclaraba
en mis noches un hermoso amanecer.

Y al fin de tantos desvelos


el viejo puerto encontró,
puerto de cielo sereno
oculto en tu corazón. Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Un amanecer y un puerto

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción: Raúl G. Cárdenas Soza


Música: Elías Joaquín Abecassis

63
Olga María Díaz

Letanía a mi patria

Verde valle, valle verde


verde color de esperanza
verdes pinos de los Andes
verdes prados de mi patria.

Ay verde, verde colina


colina de mi esperanza
verdes montañas andinas
verdes tilos de mi patria.

Y como mis sueños verdes


como copihues floridos
allí mis sueños se pierden
en esos verdes caminos.

Foto: Raúl Oberreuter Morales.

64
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Letanía a mi patria

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

65
Olga María Díaz

Espiga de esperanza, II

Se mecen como banderas


las espigas en el viento…
Allá, en las altas esferas
alguien las va bendiciendo.

En verdes campos de trigo


eres el pan de la gracia,
¡grano santo bendecido
y el alimento del alma!

Espiga de la Esperanza,
primavera de la vida,
¡La tierra entera te canta
bendita tú, verde espiga!
… … … … …. … …

Se vuelven pan en la tierra


las bendiciones del cielo,
¡y se satura de estrellas
todo entero el Universo!

Foto: Marco Antonio Readi Cerda.

66
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Espiga de esperanza, II

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

A Monseñor Raúl Silva Henríquez

Espiga
(Pan de Vida)

Espiga, espiga,

Del espíritu solemne


Pan de vida…

Pan sagrado de la gracia


Siempre viva,
Crucifijo de mi sangre
Y mis heridas.

De amapolas entre los campos


Esparcidas,
En el verde de sus ojos
La esperanza
De la vida,
Toma forma de mujer
La rubia espiga
Y esa gracia que hasta el cielo
Se levanta,
Con mi cuerpo entre los hombres
Repartida,
Repartida.

Pan del cuerpo, del espíritu


Y del alma,
Grano santo, verde espiga
Bendecida,
Bendecida.

Espiga, espiga,
Del espíritu solemne
Pan de vida… “Ego sum panis vitae”

68
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

ESPIGA

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

69
Olga María Díaz

Ofrenda de amor

Al altar de los altares


vengo a traerte una flor.
se la dedico a mi Madre,
es una ofrenda de amor…

Purísima del Carmelo,


¡O Santa Madre de Dios!
Envíanos desde el Cielo
tu amorosa bendición.

Madre de todos los hombres,


del Amor y la Piedad,
¡Te lo suplico en Su Nombre
que nos regales la Paz!

Foto: Guido Olivares S.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Ofrenda de amor

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

71
Olga María Díaz

Con los pastores cantando


(Canciones de Navidad, V)

Ya está el portal encendido, Los piececitos descalzos


un lucero lo ilumina, un pequeño pastorcillo
y el niño recién nacido lleva un presente en sus brazos
en los brazos de María. es un blanco corderito…

Una palomita blanca Buscando voy el lucero


trajo en su pico un olivo, que está en la cuna alumbrando
depositando la rama para tocarle el pandero
en la cunita del niño. con los pastores cantando.

Janick Lederlé, Francia.

72
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Con los pastores cantando

Texto: Ermelinda Díaz


Música: Nina Letelier

73
Olga María Díaz

Un clarín en el espacio

De transparencia vestida
como el sol en el ocaso,
derramando poesía
con el brillo de tu manto…

Eres la musa escondida


en la sombra de su sueño
¡eres la magia divina
eres la voz del silencio!

Y dejas polvo de estrellas


en las huellas de tus pasos
donde se inspira el poeta

con la lira de tu canto…


Eres la luz en el alma,
eres la risa y el llanto,
¡eres la noche y el alba,
y un clarín en el espacio!

Obras Completas, Volumen I, 75

74
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Un clarín en el espacio

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglos: Jano Fuentealba


Música: Sergio Fuentealba

75
Olga María Díaz

Oda a mi bandera

Cuando veo que tremola mi bandera


y me siento en mi dolor amilanado,
hasta el hueso yo siento que me llega
un temblor de miembros rotos levantado.

¿Cómo puedo yo, insensible e indiferente


ver flamear a mi bandera en el espacio,
cómo puedo no sentir arder mi frente
inflamada por el fuego de amor patrio?

Y al mirarla acariciada por el viento


en lo alto de un mástil enarbolada,
¿cómo puedo no sentir dentro de mi pecho
el lenguaje de mi patria bien amada?

Es por eso que te adoro y te venero


porque tú eres de mi ser el complemento,
¡La esperanza redentora de mi cielo
en la estrella solitaria de mi pecho!

Obras Completas, Volumen I, 256

76
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Oda a mi bandera

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier Arreglo coral: Mauricio Hernández

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Olga María Díaz

Un recuerdo permanente

Es una herencia a mi pueblo Como yo llevo por dentro


el eco de mis canciones a Chile en el corazón
porque otra cosa no puedo confundido con mi aliento
dejar en sus corazones. y el sentir de mi canción.

Quiero cantar en la mina Si me sorprende la muerte


en el campo y en la escuela como un paria, un exiliado,
en árida tierra pampina una canción solamente
y en cumbre de cordillera. puede llevarme a tu lado,

Quiero estar con mis hermanos ¡Tenme contigo presente


unida con mi canción No me olvides Chile amado!
como campana sonando
dentro de su corazón. Gesta y Canto, p.77

Quiero dejarle a mi pueblo


un recuerdo permanente
quiero fluir en su pecho
como el agua de la fuente,

Fotos: Andrés Fuenzalida Konig.

78
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Un recuerdo permanente

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción: Rodrigo Faune


Música: Nina Letelier

79
Olga María Díaz

El poema de mi canto
(Alegoría escolar)

Quiero hacer para mi patria


de mi cantar un poema:
para el mar una esmeralda
para el cielo una turquesa.

Como una estrella que brilla


como un lucero encendido,
poner en ti cada día
un diamante en tu vestido.

Y de la luna menguante
quisiera hacerme un charango
y allá en el cielo dejarte
El poema de mi canto.

Obras Completas, Volumen I, 253

Foto : Raúl Oberreuter

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

El poema de mi canto

Texto: Ermelinda Díaz Arreglo y Transcripción: Giuliano Incorvaia


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

La flauta andina

Arribita, ¡no sé adónde!


llora una flauta en el viento,
entre las nubes se esconde
para llorar su lamento.

La flauta, la flauta andina,


mi continente la toca
y en las fibras de mi alma
un canto profundo brota…

Un cóndor pasa volando


aleteando junto al sol,
la flauta sigue llorando
nadie escucha su clamor.

Profundo como un suspiro


en el espacio infinito,
por los caminos perdido
¡como el sollozo de un niño!

A la luz de las estrellas


por los caminos desiertos,
la flauta llora su pena
que se apacigua en el viento.

Obras Completas, volumen I, p.61


“Pequeño tocando la flauta en Cuzco” (Perú),
fotografía símbolo de la exposición “Family of Man”.

83
Olga María Díaz

La flauta andina

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

85
Olga María Díaz

Viracuche
(Canta Arauco, V)

VIRACUCHE, VIRACUCHE,
¡Ay, abuelo de mi padre,
cómo no voy a quererte
si eres parra de mi madre!
¡Si cuando la viña crece
el vino se vuelve sangre!

……………………………

A la luz de las estrellas


su llanto un niño cantaba
por un camino de ausencia
su soledad despiadada.

¿A dónde irá VIRACUCHE


solito por la montaña?

Ya está solo VIRACUCHE


ya está solo con su carga,
¡Ya va llegando la noche,
qué noche tan solitaria!

Encima de su cabeza
planean los gavilanes,
van espiando su tristeza
que arrastra con sus pesares…

Hondo gemido de flauta


sollozo que llora penas,
penas que son milenarias
tan viejas como las piedras
que ruedan por las montañas.

Obras Completas II, pp.35-36.

86
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

VIRACUCHE

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

El mensajero
(El pregonero del pueblo)

Mensajero de mis sueños


y de mis voces de adiós,
portador de mis recuerdos,
de mi lejano clamor

¿PASASTE POR EL SENDERO


POR DONDE EL PUEBLO PASÓ?

Mensajero de mi pueblo
con huerto y frutos al hombro,
vagando por los senderos
por los caminos profundos

¡CON LAS SEMILLAS QUE ANHELO


DE AQUELLOS FRUTOS FECUNDOS!

El fruto será sin fragancia


que cayó y no aprovecha,
si no acortas la distancia
para entregar la cosecha

¿NO SERÁ QUE EN TUS ESPALDAS


SE MUEREN LAS SIEMBRAS NUESTRAS?

En los surcos enterrada,


en un desierto de arena,
semilla desparramada
en un camino de ausencia

¿LA CANCIÓN DE LA ALBORADA


MORIRÁ SOBRE LA TIERRA?

¿De qué sirve mensajero


sin descanso caminar,
andar perdido en el viento
en la tierra o en el mar,

89
Olga María Díaz

SI LO IMPORTANTE ES EL HUERTO
SI LO IMPORTANTE ES SEMBRAR?
Mensajero de mi pueblo,
paladín de Libertad
monta la guardia en el tiempo
que es de rigor trabajar,

ENTRE “LAS UVAS Y EL VIENTO”


ES BELLO Y DULCE CANTAR!...

Grita y canta por la tierra


toca el tambor en el aire
rompe con él las tinieblas
y vuela con el mensaje,

PREGONA POR QUIEN NO PUEDA


COMUNICAR SUS PESARES…

Date prisa mensajero


tienes mucho que decir
que un “Pregonero del pueblo”
no sabe lo que es dormir,

¡QUÉ AQUEL CANTO Y AQUEL SUEÑO


NO NACIÓ PARA MORIR!

Canto y Gesta, p.26-27

Foto: Raúl Oberreuter.

90
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

El mensajero

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

91
Olga María Díaz

Evocación
A la memoria de Víctor Jara

Con esa inmensa alegría


que con amor nos cantabas,
¡Con esa voz tan querida
que nunca será olvidada!

Dejaste surcos y huellas


con los ecos de tu canto,
¡Ebrio de amor y vihuela
no conociste cansancio !

Como el que sale a la siembra


siempre fuiste caminando,
¡Tan llenos de tu presencia
hoy te estamos recordando!

Tus memorias guardaremos


en el canto de tu canto,
¡Por los caminos del tiempo
contigo iremos cantando!...

Obras Completas, I, p.80

92
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Evocación

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

93
Olga María Díaz

94
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

95
Olga María Díaz

Violeta, flor de los ríos


A la memoria de Violeta Parra

Mariposa soñadora Boca de río cantando


con tus antenas sonoras, por las praderas desiertas,
dejaste polen de amapolas hay perfume de violetas
en mi corazón que te llora. en el río de tu canto.

Paloma de carne morena El río pasa cantando


trovadora en mi silencio, junto al pie de mi ventana,
canto de nuestra tierra va canturreando tu canto,
Violeta de nuestro pueblo. Violeta, Violeta PARRA.

Violeta, flor de los ríos, La corriente del estero


de los profundos cantares, que va cantando en tu nombre,
me gusta cantar contigo le va cantando a mi pueblo
para olvidar soledades. y a los mineros del cobre.

Guitarra de mis cantares, Obras Completas, I,31


dulzura de luna llena,
consuelo de mis pesares
y alivio para mis penas.

96
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Violeta, flor de los ríos

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

98
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

99
Olga María Díaz

Oda a mi corazón

¡Oh, corazón, tus latidos,


las horas marcas del tiempo
de las horas que se han ido
en risa, en llanto, en silencio!

Aquellas horas perdidas


se fueron por los caminos,
y tú, corazón me seguías
paso a paso en mi destino.

Cada latir permanente


péndulo fiel de la vida,
¡de mi morada terrestre
guardián serás mientras viva!

De aquellas horas que pasan


en tu latir cada día,
a mí los años me cansan
de tantas horas vacías…

Y tú, cansado de latir


te quedarás dormido,
yo, cansada de vivir
¡me dormiré contigo!
.........
Como un reloj que de golpe
ha cesado de marchar,
¡nos pararemos entonces
por toda una eternidad!...

Obras Completas, Volumen I, p.81

100
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Oda a mi corazón

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

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Olga María Díaz

102
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Mi blanca nave

Tengo que hacerme un barquito


con cuatro velas al viento,
un barquito chiquitito
sin ancla, timón ni puerto.

Que se vaya por los mares


graciosa como una novia,
quiero así mi blanca nave
dirigida por las olas…

Que la besen las estrellas


que tenga el sol por timón,
que sea la luna llena
la blanca luz de un farol.

Y yo durmiendo en cubierta
como un infante en la cuna,
siempre soñando despierta
en olas de blanca espuma.

Obras Completas, Volumen I, p.249

103
Olga María Díaz

Mi blanca nave

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

104
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

El olvido

Ya se me ha secado el lirio
que un día me regalaste,
ya se murió aquel cariño
que un buen día me juraste.

¡Sin el lirio y sin tu amor


Malaya mi corazón!

Pobre lirio sin aroma


el viento se lo llevó
y tu amor en una tumba
el olvido lo enterró.

Volumen III

Cuadro original de Michèle Ratel.

105
Olga María Díaz

El olvido

Texto: Ermelinda Díaz Arreglo y transcripción: Giuliano Incorvaia


Música: Nina Letelier

106
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

107
Olga María Díaz

Dolor
(Canto al dolor,V)

Por los senderos del viento


el alma va sollozando
yo acompaño su lamento
por los caminos llorando.

¡Ay dolor de los dolores


ay dolor del dolor mío,
allá detrás de los montes
tengo yo mi amor perdido!

Y el alma va en agonía
gimiendo detrás del sol
¡Ay dolor del alma mía,
ay dolor del corazón!

Obras Completas, Volumen II, p.364

Foto: Raúl Oberreuter.

108
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

dolor

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

109
Olga María Díaz

110
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Calla violín

¿Dime violín por qué lloras


Con tan profundo dolor,
Y de estertores se ahoga
Tu canto con un temblor?

¿Sientes acaso el quebranto


cuando mi corazón solloza,
y le transmite su llanto
a tus notas quejumbrosas?

Si yo te tomo en mis brazos


es porque quiero olvidar
estos recuerdos amargos…

Y es un triste sollozar
el gemido de tu canto,
calla violín, ¡por piedad!

Obras Completas, Volumen I, p.57

(Violín de Paganini).

111
Olga María Díaz

Calla violín

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

112
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

113
Olga María Díaz

La mano simple

La mano simple y sencilla


como las piedras del río,
como en el campo la espiga
como en la rosa el rocío.

Como la flor del romero


como el aroma del nardo,
y perfumar el encuentro
como dos manos de hermanos.

Así quisiera tus manos


con su calor en las mías
como dos manos de hermanos
¡De la gracia bendecidas!

Si encuentro tus manos un día


en mis senda caminando
¡Mis manos te entregaría
como dos manos de hermanos!

Obras Completas, II,p.470

Escritura y manos de la autora.

114
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

La mano simple

Texto: Ermelinda Díaz Arreglo y Transcripción: Giuliano Incorvaia


Música: Nina Letelier

115
Olga María Díaz

116
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

117
Olga María Díaz

Noel, Noel, Noel*


(Cantata de Navidad ,II)

Noche oscura sin estrellas


un niño llora en su cuna
un clamor en noche buena
llanto, dolor y amargura.

¡Noel, Noel, ay qué pena


de saber y no poder
celebrar la noche buena
Noel, Noel, Noel…!

Con luces de mil colores


un pino adorna la plaza
poniendo en los corazones
la verde luz esperanza.

Noche buena milagrosa,


acuérdate del latino,
niños llorando en sus chozas,
niños con hambre y con frío.

Tú has nacido entre la paja


siendo Rey del Universo,
acuérdate de los pueblos
que van desnudos y hambrientos.

¡Noel, Noel, ay qué pena


de saber y no poder
celebrar la noche buena
Noel, Noel, Noel…!

Gesta y Canto, pp.116-117

* Ver versión en francés en página 182.

118
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Noel, Noel, Noel

Texto: Ermelinda Díaz Transcripción y arreglo coral: Mauricio Hernández


Música: Nina Letelier

119
Olga María Díaz

120
La poesía de Ermelinda Díaz y el
nacimiento de su canto1

En el mundo de las letras chilenas y latinoamericanas, el caso de


la poetisa que hoy presentamos es, sin lugar a dudas, singular.

De la generación de Violeta Parra y Gabriela Mistral, Ermelinda


Díaz nació en la región nortina de Antofagasta. Creció en la
Pampa salitrera, aunque se cuenta que con sólo algunos meses
de edad, en un canastito la llevaron por un corto tiempo a una
localidad cercana de Ovalle de donde son oriundos sus ante-
pasados; Clara Luz Díaz, su madre, y Juan Guillermo Díaz As-
tudillo, su padre, siendo primos se casaron y siguieron confor­
mando un árbol genealógico con profundas raíces chilenas.

Muy joven, Ermelinda del Carmen Díaz de Espejo debe acom-


pañar a su esposo a Europa, y sólo regresa a su país natal en
1990, después de más de cincuenta años de ausencia. Sin em-
bargo, esta misma separación y añoranza en la distancia de su
tierra, se va a transformar en una de sus principales fuentes de

1
En general, en este estudio, las abreviaciones corresponden a: Abrev. I/II p.
= Obras Completas, Volumen I y II, pág. / GC = Libro Gesta y Canto, pág.

121
Olga María Díaz

inspiración, ya que nacen así los más fervorosos versos de amor


a su patria.

¿Cómo puedo yo, insensible e indiferente


ver flamear a mi bandera en el espacio
cómo puedo no sentir arder mi frente
inflamada por el fuego de amor patrio?

Y al mirarla acariciada por el viento


en lo alto de un mástil enarbolada,
¿cómo puedo no sentir dentro mi pecho
el lenguaje de mi patria bien amada?

(“Oda a mi bandera”, I,256)

En realidad, esta “Oda a mi bandera” no logra entregar todo su


sentido y contenido, sin ser primero recontextualizada. El he-
cho es que tenemos aquí la instantánea del inolvidable momen-
to en que la poetisa ve con entrañable emoción a los marinos
chilenos bajar poco a poco la bandera tricolor: sucede que el
barco, alejándose de las costas del puerto de Valparaíso, ya no
navega en aguas limítrofes nacionales, y sólo se divisa frente
a ella el infinito horizonte del Océano Pacífico, ahora espacio
marítimo internacional. ¡Y así es toda la historia de Ermelinda
Díaz, inseparable de su poesía!

Pero para centrar esta breve presentación en el tema musical


que por ahora más nos interesa, nos plantearemos solamente
dos interrogantes:

• la primera: ¿cómo y cuándo surge el canto de Ermelinda


Díaz?

122
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

• la segunda: ¿cómo se une esta lírica a lo que llamaríamos


un “concierto de la naturaleza”? Intentaremos así llegar a un
acercamiento del proceso creador de la autora y del naci-
miento de su canto.

¿Cómo y cuándo surge el canto de Ermelinda Díaz?

Comencemos por una breve cronología.

1930-1950

En los inicios, aparece el canto ligado a la propia autora, en


unas circunstancias bien particulares, y que sin duda hay que
señalar.

Primero, con el propósito de restaurar y recuperar algunas me-


lodías del repertorio tradicional, y de las cuales ya no se re-
cordaba sino un fragmento o algún coro. Se conservan de este
modo una media docena de canciones, entre las cuales se en-
cuentran:

“Canta rauco, 2” (II, 29) “Sola y sangrando” (GC, 65) “Una es-
trella” (II, 488).

El texto de esta última, se adapta a una melodía tradicional de


la siguiente manera:

Una estrella alumbraba en el cielo


el camino de mi soledad,
como el ave que pierde su vuelo
agobiado por la inmensidad.

Ella sola me daba el consuelo


ella sola mi paso alumbró
ella sola velaba en mi sueño
en la noche de mi cruel dolor.

123
Olga María Díaz

Y esa estrella eres tú, cielo mío


la centella de mi corazón,
como el pájaro solo y perdido
que de nuevo su rumbo encontró.

(“Una estrella”, II,488)

En segundo lugar, viene otro tipo de canto muy distinto al pri-


mero, y es el conocido “canto por travesura”. Teniendo en men-
te el hecho de que estas líneas fueron escritas allá por la década
de los 50, las leemos únicamente para dar cuenta del carácter
jovial y precisamente travieso de la escritora. En esta canción
aún inédita e intitulada “Las Mujeres”, vemos cómo es tomado
deliberadamente el punto de vista de los hombres, para interro-
garnos mejor:

1) ¿Qué le pasa a las mujeres


que las veo tan revueltas
haciendo lo que no deben
y nadie les pide cuentas? (bis)

2) No quieren hacer cocina,


tampoco fregar los platos,
nos mandan a la cantina
y ellas tomándose un vaso. (bis)

3) Se fuman un cigarrito,
se beben una cerveza
se les ha subido el humo
del cigarro a la cabeza. (bis)

4) Se montan a bicicleta
y juegan a la pelota,
los tontos somos los hombres
que admitimos esas cosas. (bis)

124
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

5) Se pasean conduciendo
en coche o en una moto,
de las cosas que estoy viendo
yo voy a volverme loco (bis).

6) Se suben a la tribuna
pregonan la mujer libre,
no cabe duda ninguna
no quieren que las gobiernen (bis).

7) También en las elecciones


a votar tienen derecho2
yo me pregunto, señores,
si el diablo estará contento. (bis)

8) Nos llevan la delantera


se ponen los pantalones
pero los hombres sabemos
que las mujeres se asustan,
se asustan de los ratones.

Finalmente cabe observar que ciertas creaciones aparecen


desde sus inicios con la mención “Canción”, “Ronda”, “Bala-
da”, “Cueca”, “Canción de cuna”,“Oda”, “Letanía”, “Sonata”,
“Lamento”, “Recital”… Por ejemplo, “El río no vuelve atrás”
(GC,124, Canción), “La ronda de los corazones” y “La ronda de
San Juan” (I,301), “Balada a la pastora” (II,485), “Tus ojos ver-
des” (Balada, I,363), “La cueca de la victoria” (GC,93), “La niña
y la luna” y “Mi niña” (Canción de cuna, I,288-I,290), “Oda

2
Este texto precursor fue escrito en 1958, estando la poetisa en Tánger, ciu-
dad de Marruecos, todavía muy vinculada a Francia donde las mujeres ya
votaban en 1945.

125
Olga María Díaz

a la paz” (II,444), “Letanía a mi patria” (I,255), “Lamento lati-


no” (GC,83), “Sonata del silencio” (I,129), “Recital a la muerte”
(II,514-518).

1950-1970

En esta época, algunos músicos se dedicaron a componer en


base a estos textos, con presentación en público y grabación.
Lamentablemente no disponemos de estos archivos sonoros
realizados lejos de Chile… Una o dos canciones solamente se
conservan gracias a la memoria auditiva de la autora. Es el caso
de “Un amanecer y un puerto”, cuya composición original –que
felizmente ya pudo ser recuperada– es del compositor tangerino
Joaquín Abecassis.

Mi pecho fue un barquichuelo


que a viejas tierras partió
buscando sólo un consuelo
y una limosna de amor.
Y al fin de tantos desvelos
el viejo puerto encontró,
puerto de cielo sereno
oculto en tu corazón.

Fuiste puerto de mi ruta solitaria


donde a solas con tu amor yo me encontré,
fuiste bálsamo hechicero de mi alma,
fuiste mágica ilusión que ayer soñé,
y en mis noches resurgiste cual mañana
de un hermoso y placentero amanecer.
Mi pecho fue un barquichuelo
sin luz, sin puerto y sin sol,
tan sólo mirando al cielo
sin piloto y sin timón

126
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Y al fin tantos desvelos


el viejo puerto encontró,
puerto del cielo sereno
oculto en tu corazón

Como el barco que sin rumbo navegaba


en tus brazos una brújula encontré,
la esperanza solamente me alumbraba
cuando al fondo de tus ojos me miré,
al mirarte comprendí que ya aclaraba
en mis noches un hermoso amanecer.

Y al fin de tantos desvelos


el viejo puerto encontró,
puerto de cielo sereno
oculto en tu corazón.

1970-1990

Surge en esta época una increíble producción con una gran va-
riedad de melodías, que permanecen, en parte inéditas. Es una
obra que se proyecta dar a conocer. Cabe señalar que los treinta
temas musicales del presente libro corresponden a esta época.

Década de los 90

Con coros de niños o de adultos, como es el coro que dirige el


osornino Mario Estrada, se grabaron unos veinte temas en dos
CDs, el primero “Presencia”, en 1995, y luego “En vuelo” en
1997.

127
Olga María Díaz

Años 2000

Ciertos coros y solistas interpretaron diversos textos, en parti-


cular aquellos destinados al público juvenil e infantil. De corte
didáctico, los versos que componen el libro “La ronda de los
corazones” están muy visiblemente destinados al área educa-
cional. “El poema de mi canto” es un ejemplo de una sensibili-
dad creativa muy adaptada a la didáctica del aula escolar y de
la cual tendremos la oportunidad de hablar más adelante:

Quiero hacer para mi patria


de mi cantar un poema:
para el mar una esmeralda
para el cielo una turquesa.
Como una estrella que brilla,
como un lucero encendido,
poner en ti cada día
un diamante en tu vestido.
Y de la luna menguante
quisiera hacerme un charango
y allá en el cielo dejarte
el poema de mi canto.

(“El poema de mi canto”, I, 253)

Para cerrar esta primera parte, mencionaremos finalmente el co-


mentario de una Hermana, religiosa del Segundo Monasterio
de la Visitación de Santiago3 por estar directamente relacionado
con el tema musical, y que con su amable autorización, repro-
ducimos a continuación: “Cuando empecé a leer –en julio 2007
recién pasado– los poemas del libro ‘Espiga de Esperanza’, me

3
Se trata de “El Penitente”, II y III, pp.32-33.

128
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

vino el impulso de transformarlos en can­ción, acompañándome


de mi guitarra. Detrás de estas letras, sentí que se escondía el
estado de un alma, sus sentimientos, y convenía ponerlos en
realce. Esto se logra perfec­tamente con el canto, por el simple
motivo de que la expresión cantada es mucho más lenta que
la lectura o la expresión hablada. Grabé un par de temas, sentí
el deseo de volver a escucharlos y a cantarlos a menudo. Esto
ocurre porque hay virtud, valores humanos, y por sobre todo,
poesía: si el poema está vacío, no hay inspiración musical, la
poesía está en el nacimiento del canto”.

¿Cómo se denota en esta lírica una unión con el “concierto de


la naturaleza”?

Si la auténtica armonía de las cosas se confunde con el orden


natural del mundo que nos rodea, dicha armonía no es sino
producto de su propio movimiento. Este movimiento es el de
los astros, de las estaciones del año, y de tantos otros elementos
que, interactuando –rápida o lentamente–, generan, aunque de
modo imperceptible, toda una arquitectura musical.

De la misma manera, bien se podría decir que nace un canto


interno en la poesía de Ermelinda Díaz, es decir, a raíz de su
propio movimiento; y esto queda frecuentemente ilustrado, en
los numerosos versos que reflejan cierta cosmovisión, tal como
lo percibimos en “Oda a la creación” (I,151), “Atardecer cam-
pestre” (I,167) o “Espiga de Esperanza” (II,393), del cual citamos
un fragmento:

129
Olga María Díaz

Se mecen como banderas


las espigas en el viento…
Allá, en las altas esferas
alguien las va bendiciendo.

Se vuelven pan en la tierra


las bendiciones del cielo,
¡Y se satura de estrellas
todo entero el Universo!

Ahora bien, además de la melodía cósmica recién mencionada,


encontramos otra musicalidad, aquella que le es propia al hom-
bre, es decir, ese canto que cada ser humano lleva muy dentro
de sí mismo. Se produce entonces la máxima armonía cuando
no hay desacuerdo entre el alma y el espíritu. Semejante equi-
librio interior es de manera muy notable otra de las búsquedas
más incesantes de esta obra poética. Tal tendencia se evidencia
en versos tales como los que componen “Amor eterno” (II, 491),
“Noche en el alma” (I, 224), “Protesta mi corazón” (I, 113) o
“Estatua de piedra” (I, 102) que, con sus dos únicas estrofas,
logra reflejar todo un mundo interior:

Si quieres volverte piedra,


vuélvete piedra si quieres,
piedra, mas no del camino
que a golpe de pie me la llevan;
quiere llegar y no puede,
nunca llega a su destino,
en los caminos se pierde
o se cayó en un abismo;
sintiéndose sólo piedra,
saltando por el vacío,
¡no seas piedra inservible
que cayó rodando al río!

130
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Si quieres volverte piedra,


por no tener sufrimiento
si sientes que se desboca
la furia dentro de tu pecho,
vuélvete piedra de estatua
de pie como un monumento,
que el caminante te vea
como en la Isla de Pascua,
hablando al mundo y al viento
abre tu boca de piedra,
como un eterno recuerdo
¡Y serás piedra con alma ¡

En relación al tema musical, otra de las cosas que llama podero-


samente la atención es la referencia tan marcada a todo lo que
concierne el acto mismo de “cantar”: el hecho es que el verbo y
sus términos derivados –canto, canción, cantata…– forman una
larga lista inmediatamente visible al ojo que recorre el índice
de las mil páginas que por ahora suman las Obras Completas I y
II. Citemos, entre otros: “Canta Arauco” (II, 28) / “El canto brota
en mi pecho” (I, 186) / “Canto para un continente” (GC, 71) /
“Un canto a la libertad” (I,91) / “Canto de esperanza” (I, 390)
/ “Nació este canto” (II, 113) / “Canto simple” (I, 181) / “Canto
redondo” (I, 251) / “Su propio canto”, dedicado a Violeta Parra
(I,125) / “¡Pablo Neruda, canta!” (II, 188) / “Canto nuevo”, (GC,
99) / “El canto del ruiseñor” (I, 96) / “Cantaré” (II,349) / “Una
canción” (II, 375) / “Canción de cuna” (I, 288) / “Cuando la
fuente cantaba” (I, 321) / “Cantata de Navidad”, (II, 481).

En forma paralela, los vocablos que en el cuerpo de la obra ha-


cen alusión a la música y a los instrumentos musicales son muy
abundantes también. Indiquemos algunos:

131
Olga María Díaz

“Una música lejana” (I,39) / “Las notas de un piano” (I, 184) /


“Calla violín”, (I, 57) / “La flauta andina” (I, 61) / “El laúd dor-
mido” (I,168) / “Un clarín en el espacio” (I, 75) / “Los sonsones”
(I, 248) / “Oda a la guitarra” (I, 99) / “Mi corazón de guitarra” (I,
69) … y en esta última canción interpretada por Mario Estrada,
notemos cómo en cada estrofa encon­tramos por lo menos 2 o 3
referencias a la música y el canto:

Mi corazón de guitarra
que se desata en el viento
sonoro como campana
no puede estar en silencio.

Va afinando la palabra,
y enclavijando el recuerdo
sonando como cascada
en el río de mi pecho.

Rocío de canto fresco


cantando con mi guitarra
como lluvia en el desierto
sobre la tierra quemada.

Las notas de mi guitarra


entre mis dedos ardiendo
se suben a mi garganta
como las llamas de fuego.

No hay río para este incendio


Que llevo dentro mi alma
Un canto para mi pueblo
En mi corazón de guitarra.

Mi corazón mensajero
Trepando por mi guitarra
Volteando va los luceros
Con las canciones del alba.

132
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Como lo vemos, la música es indiscutiblemente la reina de esta


obra poética y la dirige de manera esencial, como dirige tam-
bién el orden instrumental de un concierto, el orden cósmico de
la naturaleza o el orden vital de cada ser humano.

El proceso creador de estos poéticos cantares

Ciertamente nos complace que sea la expresión musical la que


dé fundamento a esta iniciativa que relaciona la obra poética de
Ermelinda Díaz con su canto: la música parece efectivamente
ser una senda secreta por donde caminamos de verso en verso
y de poemario en poemario. Algo de esto nos comunica “La lira
invisible” (I, 88):

En el bosque solitario de mi alma


donde suelen soliloquiar mis sentimientos
una lira invisible me acompaña
¡Y poéticos se vuelven mis recuerdos!

Hay un canto misterioso y escondido,


ciertas voces lo acompañan a cantar
y un lejano melancólico sonido
como pasos que se alejan, que se van…

Y se interna en el follaje el pensamiento


que quisiera en el pasado caminar,
mas de pronto se detiene en un suspenso …

Ha olvidado que no debe de olvidar,


que el sonido es el eco del silencio,
¡de esos pasos que se alejan, que se van!

Pero si los movimientos del alma vehiculados por la palabra ha-


cen de cada poema un canto, aclaremos que no se trata ahora
de técnica musical, sino de esos cantares que tienen por origen

133
Olga María Díaz

el soplo más primordial, aquel que, de alguna manera, le res-


ponde al soplo creador: en la potencia poética, irrumpe enton-
ces la canción, con su musicalidad y su métrica, involucrándo-
nos a todos –compositores, intérpretes o simples lectores– en
el proceso creador. Esta música interna, al poner literalmente
en movimiento al poema, nos introduce en el mundo de las
tonalidades y las sonoridades. Emana entonces de la pluma la
música del agua, del viento, de los elementos, como de una
respiración, como de su mismo ser… La música dicta, el canto
da forma, para llevarnos, a golpe de emociones repetitivas, con
gozo, con nostalgia o con dolor, a recorrer nuestras memorias…
Surgen así de la voz de la autora “Acompañando al poeta” (I,
178) – “Poetas en la sombra (II, 202) – “Gracias corazón” (I
,366) – “Divina mensajera” (II, 439) – “Ofrenda de amor” (I,
305), versos que nos asombran por su sencillez y su madurez,
en la forma y en el contenido. Tales versos tienen la modestia
apariencia que siempre posee lo verdadero; y es un lenguaje
sumamente simple el que nos abre camino hacia una insospe-
chada profundidad:

Acompañando al poeta

Pasó Neruda durmiendo


en los hombros de su pueblo
que iba llorando en silencio
como la lluvia en el viento…

Iba regando la tierra con el dolor de su llanto


y en el cielo las estrellas recogieron su quebranto…
El pueblo con su tristeza agobiado caminaba,
acompañando al poeta a su última morada…

Y dejaron en contacto con la tierra


al poeta que cantó para su pueblo

134
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

el que dijo que su patria era una estrella


y la tierra de su pueblo era su cielo.

Parecía sollozar el universo


con el fúnebre cortejo de la muerte,
el poeta de mi tierra había muerto
¡pero el pueblo lo venera bien presente!

Van desapareciendo los límites, porque llevados por las alas de


una poesía que nos asocia a la plenitud de la vida, pero tam-
bién a la realidad de la muerte, tocamos ahora los límites de lo
universal. Leemos así, en este fragmento del quinto texto del
Recital a la Muerte, intitulado “El vuelo del alma” (II, 518):

Cuando el alma se satura matinal en el espacio


y en su vuelo hasta el cenit llegó en la altura,
nada puede detenerla en el ocaso …

¡Ni en la meta de la luz quedar a oscuras!


Vuelve el alma golondrina y mensajera,
ya del cuerpo en raudo vuelo separada,
ya cumplida su misión aquí en la tierra,
¡vuelve al nido donde tiene su morada!

Con una lucidez a toda prueba fueron escritos estos textos de


los cuales se desprenden los significados en un diálogo con el
lector. Éste los recibe, a la vez con sorpresa y con la plena con-
ciencia de ser depositario de un legado:

Patria, cuando yo muera,


Me escaparé del alma
para buscar tus cauces,
me volcaré en el agua
renaceré en tu nombre.
Te arrullaré en los ríos

135
Olga María Díaz

acompañaré tu canto
me quedaré contigo
para seguir cantando.

(Genealogía 3, fragmento, II,314)

Ciertamente son poemas que pertenecen a todos, porque logran


suprimir las distan­cias que separan las personas, conectando a
todos, hombres y mujeres, con una fuerza excep­cional, pero
que nunca deja de llevar la impronta de su sensibilidad femeni-
na: en las cuatros estrofas que componen “La mano simple”, (II,
470) se alude, por ejemplo, en estos térmi­nos, a las relaciones
humanas:

La mano simple y sencilla


como las piedras del río,
como en el campo la espiga,
como en la rosa el rocío.

Como la flor del romero


como el aroma del nardo
y perfumar el encuentro
como dos manos de hermanos.

Así quisiera tus manos


con su calor en las mías
como dos manos de hermanos
¡de la gracia bendecidas!...

Si encuentro tus manos un día


en mi senda caminando
¡mis manos te entregaría
como dos manos de hermanos!

136
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Subrayemos, sin embargo, que estas palabras se nos dan, no


como signos abstractos, sino como emblemas eficientes… Pues
leemos en el libro Unidad, (II, 383):

Es el árbol simbólico de un pueblo


y en sus frutos reconozco que es el mío
en sus cantos, en sus luchas, sus anhelos
¡En la sombra y en la luz vamos unidos!

El pasado y el futuro hoy se encuentran


en la misma encrucijada del camino,
una flecha luminosa nos orienta
a forjar en la unidad nuestro destino.

Porque los versos de Ermelinda Díaz son leales y valientes, tam-


bién sucede que su pluma se torne de pronto una espada. Y es
que aquí no hay marketing. Hay una poesía intensa, a veces
despojada, pero que no hace concesiones:

No hay noche para el poeta,


cuando su pecho es antorcha
no existen playas desiertas
y no hay caminos de sombra
cuando te alumbra la gesta.
(Fragmento de GC, 15)

Terminamos esta evocación, pensando en lo que cada lector,


a su modo, bien podrá comprobar: los escritos de la poetisa
Ermelinda Díaz no nos conducen a una teoría, sino que muy
sabiamente nos orientan hacia un mundo que, abriéndose a un
concierto de sonoridades, nos promete, por medio de su música
secreta, poder de plenitud.

Olga María Díaz

137
Selección bilingüe
(Español / Francés)1

1
Extracto del Proyecto de Extensión UMCE 2011 (6-11-8).
Olga María Díaz

INSPIRACIÓN

Inspiración que alumbraste


Como luz de la alborada
Mi canción de caminante
Con mi lira solitaria.

Llegaste como una ola


Sobre mi pecho golpeando
Y en tu música marina
Me fui contigo cantando.

Llegaste como paloma,


Llegaste de lejos volando,
Después surcando la sombra
Nos fuimos las dos cantando.

Llegaste a mí como el viento


En mi bandera flotando
Y entonces mi sentimiento
Subió hasta ti con mi canto.

Lámpara que vas alumbrando


El interior del alma mía
Para que salga cantando
Mi sentir que ayer dormía…

Inspiración que alumbraste


Como luz de la alborada
Mi canción de caminante
Con mi lira solitaria.

Obras Completas, I, 146

140
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

INSPIRATION

Inspiration, tu éclairas
Comme une lueur d’aurore,
De ma lyre solitaire
Ma chanson de pèlerin.

Tu es venue comme une vague


Déferler sur mon cœur
Avec ta musique marine
Je t’ai suivie en chantant.

Tu arrivas telle une colombe


Venue de loin en volant
Puis, sillonnant l’obscurité
Nous sommes parties en chantant.

Tu es arrivée comme le vent


En flottant avec mon drapeau,
Et c’est alors que mon sentiment
S’éleva jusqu’à toi dans mon chant.

Lampe qui viens éclairer


Le fort intérieur de mon âme
Pour que surgisse en chantant
Ce sentiment qui hier dormait…

Inspiration, tu éclairas
Comme une lueur d’aurore
De ma lyre solitaire
Ma chanson de pèlerin.

(I,46)

141
Olga María Díaz

FRAGMENTOS VIVOS

Trozos de Patria es mi canto


como las piedras del río,
fragmentos que van rodando
de las rocas desprendidos.

Trozos de Patria en desvelo


que no se pueden callar,
que van y vienen rugiendo
como las olas del mar.

¡Ay, trozos de Patria rota,


Ay dolor del pueblo herido,
como dispersa las hojas
el viento por los caminos!

Fragmentos de Chile amado


del minero, del pampino,
del que sigue aprisionado,
del que canta en el exilio.

Trozos de Patria que el viento


botó de las cordilleras,
y transportó los fragmentos
más allá de las fronteras.
…………………………

Fragmentos de cuerpos vivos,


trozos de Patria sangrando,
en tu sangre sumergido
mi corazón va cantando!

Gesta y Canto, p.72


(Francia, 22.02.1978)

142
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

FRAGMENTS VIVANTS

Ô mon chant, patrie fragmentée


Comme les pierres de la rivière,
Fragments qui s’en vont en roulant
Quand ils sont détachés des rochers.

Fragments de patrie tourmentée


Qui, sans pouvoir se taire,
Rugissent, vont et viennent,
Comme les vagues de la mer.

Ô fragments de patrie déchirée


Ô douleur de mon peuple blessé,
Telles les feuilles dispersées
Par le vent sur les chemins.

Mon Chili bien aimé, fragmenté,


Mineur ou homme de la pampa
C’est celui qui demeure en prison
Ou celui qui chante en exil.

Parcelles de patrie que le vent


Chassa des Cordillères,
Et en transporta les fragments
Bien au-delà des frontières.

Fragments de corps vivants


Morceaux de patrie exsangue
C’est submergé dans ton sang
Que mon cœur continue à chanter.

Gesta y Canto, p. 72
(Écrit en France, 22.02.1978)

143
Olga María Díaz

MI SUELO

No son mías estas estrellas


Que brillan bajo este cielo,
No es tampoco mi bandera
Que veo flotando al viento,
No son mías las praderas,
Los valles, montes y cerros,
¡Nada es mío en esta tierra
Donde me trajo el destierro!

Tampoco es mía la luna


Que está alumbrando allá arriba,
Reflejada en la laguna
Como lámpara pulida,
¡Y pienso con amargura
Tan sólo en ti, tierra mía,
Tú que me diste la vida,
El cielo, el sol y la luna!

Allí no soy extranjera,


El cielo estrellado es mío,
Allí tengo una bandera
El suelo donde he nacido,
¡La noche de luna llena
Se va mirando en el río,
Tengo colina y pradera,
Yo soy tuya y tú eres mío!...

Obras Completas, I,111

144
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

MA TERRE

Ce ne sont pas mes étoiles


Qui sous ce ciel scintillent,
Pas plus que mon drapeau
Que je vois flotter au vent,
Je n’ai ici ni prairies,
Ni vallées, ni monts ni coteaux,
Rien n’est à moi sur ce sol
Où m’a menée l’exil !

Elle n’est pas à moi non plus


La lune qui luit là haut,
Reflétée dans la lagune
Telle une lampe polie,
Et amèrement je pense
A toi seule, ma patrie,
Toi qui me donnas la vie,
Le ciel, le soleil et la lune !

Là-bas, je ne suis pas étrangère,


Le ciel étoilé m’appartient,
Là-bas, j’ai une bannière,
Sur cette terre où je suis née
Le soir de pleine lune
Se mire dans la rivière
J’ai des collines et des prairies
Je suis à toi et tu m’appartiens !...

(I,111-112)

145
Olga María Díaz

LAS RAÍCES

En el cielo majestuoso el arco iris


Placentero te dará la bienvenida;
Volverán a renacer nuestras raíces
Y en el árbol de la raza nuestra vida,
Como pájaros cantando en el follaje
Cantarán en el país miles de niños.

En las cumbres, en las rocas sus dominios;


Como el cóndor, como el águila salvaje;
Mientras existan las montañas y los ríos
Mientras existan las entrañas maternales,
¡Como pájaros cantando en el follaje
Cantarán en el país miles de niños!

Gesta y Canto, p. 92

146
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

NOS RACINES

Dans le ciel majestueux l’arc-en-ciel


Gracieusement te souhaitera la bienvenue ;
De nouveau nos racines renaîtront
Et dans l’arbre de la lignée notre vie,
Comme les oiseaux qui chantent dans le feuillage
Des milliers d’enfants chanteront dans le pays !

Les cimes et les rochers sont leurs domaines ;


Comme le condor, comme l’aigle sauvage,
Tant que les montagnes et les rivières existeront
Tant qu’existeront les entrailles maternelles,
Comme les oiseaux qui chantent dans le feuillage
Des milliers d’enfants chanteront dans le pays !

Gesta y Canto, p. 92

147
Olga María Díaz

ODA A LA GUITARRA

Oh, guitarra, compañera de mi vida,


Compañera de alegría y de dolor,
Tú que sabes de mi pecho la agonía
Y los sollozos de mi pobre corazón.

Oh, guitarra, compañera de mi pena,


Con mis dedos mi caricia llega a ti,
El sonido de tus cuerdas mi alma llena,
Me olvido junto a ti de mi sufrir.

Cuando lleno de nostalgia entre mis brazos


Te acaricio como un cuerpo de mujer,
Es entonces cuando surgen los chispazos
Que en mi pecho no se pueden contener.

Tú que sientes de mi pecho los latidos


Cuando juntos nos ponemos a cantar,
Tú que sientes como yo este dolor mío,
Con mi canto no te quiero hacer llorar.

Obras Completas, I, 99

148
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

ODE À LA GUITARE

Ô, guitare, compagne de ma vie,


Dans la joie et la douleur, mon amie,
Tu connais de mon âme l’agonie
Et les sanglots de mon pauvre cœur aussi !

Ô, guitare, compagne de ma peine,


Ce sont mes doigts qui te caressent,
Du son de tes cordes mon âme est pleine
Et j’oublie avec toi ma détresse.

Quand bien nostalgique je t’étreins


Comme le corps d’une femme entre mes bras
C’est alors que jaillissent de mon sein
Les étincelles que contenir il ne peut pas.

Toi qui sens les battements de mon cœur


Lorsqu’ensemble nous chantons
Toi qui éprouves autant que moi cette douleur
Que mon chant te fasse pleurer je ne voudrais.

(I, 99)

149
Olga María Díaz

ARAUCO EN FRESIA

Con zapatitos de plata


Con sutil inteligencia,
En el lomo de sus ancas
Lleva el huemul a la Fresia.

Entre tambores y flautas


De una tribu como reina,
Reina de Arauco descalza
Que al lomo de la gacela
Paseaba por la montaña
O en nevadas cordilleras.

Raza altiva, raza indiana,


Mujer de bronce morena,
¡Fresia mía, bien amada,
Ojos negros, piel de almendra,
Símbolo de nuestra raza,
De nuestra tierra chilena!

Obras Completas, I,140

150
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

FRESIA, REINE D’ARAUCO

Qui, en regardant les étoiles,


Arauco, terre de Frésia,
De ta sublime poésie
Ne voudrait pas faire un poème ?
Au sanctuaire détruit,
À la terre millénaire,
Au condor qui dans son vol
Vers ses cimes andines
Plante son empire dans la pierre
Ou bien le construit dans le roc ?

Avec des souliers d’argent


Avec subtile intelligence,
Frésia* est portée en croupe
Sur le dos du Cerf des Andes,
Au son des tambours et des flûtes
Comme la reine d’une tribu ;
Nu-pieds, sur le dos de la gazelle
Se promenait Arauco en montagne,
Ou à travers les blanches Cordillères

Fière et brave, race indienne,


Femme brune d’airain,
Ma Frésia bien aimée,
Yeux noirs, peau d’amande,
Symbole de notre lignée,
De notre terre chilienne !

(I,140)

* Le Cerf des Andes, fait allusion à l’emblème chilien


où il apparaît aux côtés du condor.

151
Olga María Díaz

PABLO NERUDA ES ASÍ

Escribiendo sus poemas


Pablo Neruda es así,
Como la llama que quema
Como un abismo sin fin,
Remontándose en la esfera
Resonando en el confín.

Como el viento que castiga


Como la brisa que besa,
Como el verdor de una espiga
Como el sabor de una fresa,
Es así Pablo Neruda
Cuando escribe sus poemas.

Una canción que arrulla


Como el murmullo de un río,
Una cascada de espuma
Una lluvia de rocío,
Un lucero entre la bruma
Como el sol en el estío.

Cual león enfurecido


Dando zarpazos a sus rejas,
Una escultura desnuda
Sobre el altar de un poeta,
Un cóndor en las alturas
¡Heraldo de tierras Chilenas!

Texto leído en el acto de homenaje al poeta,


Universidad de Lyon II, Francia, marzo de 1972.

Obras Completas, I, 160

152
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

PABLO NERUDA EST AINSI

Lorsqu’il écrit ses poèmes


Pablo Neruda est ainsi,
Telle la flamme qui brûle,
Tel l’abîme sans fin,
S’élevant dans la sphère
Retentissant à l’infini.

Comme le vent qui châtie


Comme le baiser de la brise,
Comme la verdure d’un épi,
Comme la saveur d’une fraise ;
Il est ainsi Pablo Neruda
Ecrivant sa poésie.

Une chanson qui nous berce


Comme le murmure d’une rivière,
Une cascade d’écume,
Une pluie de rosée,
Une étoile dans la brume,
Un soleil brûlant d’été.

Comme un lion en furie


Qui griffe les barreaux,
Une sculpture nue
Sur l’autel d’un poète,
Un condor dans les hauteurs,
Héraut des terres chiliennes !

Texte lu dans l’acte en hommage au poète


Université de Lyon II, France, mars 1972.

(I,160)

153
Olga María Díaz

LA PALABRA
(Homenaje a los periodistas
caídos en el cumplimiento de su deber)

¡Oh, palabra enarbolada


en los mástiles del viento,
nave de luz, alborada,
espada y timón del pueblo,
oh centella combatida
por la tormenta y el trueno !

¡Oh, misteriosa palabra


martillo del argumento,
que me golpeas el alma
como una mano de hierro,
y me hieres la garganta
como una llama de fuego !

Y de mi boca callada
como una tumba de piedra,
salió tu voz como espada
que sostiene una contienda
¡yo te llevo levantada
es mi deber defenderla!

Gesta y Canto, p.57

154
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

LA PAROLE
(Hommage aux journalistes
Morts en accomplissant leur devoir)

Oh, parole arborée


Aux mâts du vent,
Nef de lumière, aurore,
Du peuple, glaive et timon !
Oh, éclair combattu
Par la tempête et la foudre !

Oh, mystérieuse parole,


Marteau de l’argument,
Tu frappes mon âme
Comme une main de fer,
Tu brûles ma gorge
Comme une langue en feu!

Et de ma bouche muette
Comme une tombe de pierre
Partit ta voix telle l’épée
Qui se livre à la bataille,
Moi, je te porte haut levée,
Te défendre est mon devoir.

(GC, p. 57)

155
Olga María Díaz

CUAL LA FLOR

Como las flores silvestres


Que crecen en los caminos
Cual CLAVELINA celeste
O bien TULIPÁN amarillo,
Y ser como un ramillete
Entre las manos de un niño…
Como un COPIHUE sangrante
Como un blanco CRISANTEMO
Como los CACTUS salvajes
Que crecen en el desierto,
¡Quisiera desintegrarme
Como una flor en el viento!
Una flor entre las piedras
Que nadie sabe su nombre
CHAHUAL de las Cordilleras
La más vieja de las flores,
Nacer allá en las praderas
Donde cantan los pastores…
VIOLETA o JAZMÍN florido
Crecer como verde YEDRA
O bien nacer como un LIRIO
Simplemente de la tierra.
Como una AMAPOLA roja
Que va creciendo en el trigo
O bien morir cual la ROSA
En un lánguido suspiro,
Para nacer con la aurora
Saturada de rocío…
Como la flor del CEREZO
Primavera florecida,
¡Y en la tierra de mi pueblo
Morir y nacer cada día!

Obras Completas, I, 271

156
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

TELLE LA FLEUR

Comme les fleurs sauvages


Qui poussent sur les sentiers,
Tel le petit ŒILLET bleu
Ou bien la jaune TULIPE,
Être un bouquet de fleurs
Entre les mains d’un enfant !
Comme un COPIHUE en sang
Comme un CHRYSANTHEME blanc
Comme les CACTUS sauvages
Qui poussent dans le désert,
J’aimerais me désintégrer
Comme une fleur dans le vent…
Une fleur entre les pierres
Dont nul ne connaît le nom,
CHAHUAL des Cordillères
La plus ancestrales des fleurs,
Naître là-bas dans les prairies
Où chantent les bergers !
VIOLETTE ou JASMIN fleuri
Croître vert comme le LIERRE
Ou bien naître comme un LIS,
De la terre simplement…
Comme un COQUELICOT écarlate
Poussant parmi les blés,
Ou bien mourir comme la ROSE
Dans un langoureux soupir,
Comme elle, naître avec l’aurore
Saturée de rosée…
Comme la fleur du CERISIER
Au printemps fleuri,
C’est sur la terre de mon peuple
Que je veux mourir et naître chaque jour.

(I, 271)

157
Olga María Díaz

ESTATUA DE PIEDRA

Si quieres volverte piedra


vuélvete piedra si quieres,
piedra, mas no del camino
que a golpe de pie me la llevan;
quiere llegar y no puede,
nunca llega a su destino,
en los caminos se pierde
o se cayó en un abismo;
sintiéndose sólo piedra,
saltando por el vacío,
¡no seas piedra inservible
que cayó rodando al río!

Si quieres volverte piedra,


por no tener sufrimiento,
si sientes que se desboca
la furia dentro de tu pecho,
vuélvete piedra de estatua
de pie como un monumento,
que el caminante te vea
como en la Isla de Pascua,
hablando al mundo y al viento
abre tu boca de piedra,
como un eterno recuerdo
¡y serás piedra con alma!

Obras Completas, I, 101

158
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

STATUE DE PIERRE

Si c’est une pierre que tu veux devenir


Deviens une pierre si tu le veux,
Mais non pas une pierre du chemin
Que l’on pousse à coups de pied :
Elle voudrait mais ne peut rien
Elle n’achève jamais son destin
Elle se perd dans les sentiers
Ou bien tombe dans un abîme,
Ne se sentant n’être qu’une pierre
Basculant dans le vide,
Ne sois pas cette pierre inutile
Qui roule et tombe dans la rivière !

Si c’est une pierre que tu veux devenir


Pour ne plus éprouver de souffrances,
Si tu sens qu’irrésistible la fureur
De ton cœur t’emporte,
Deviens statue de pierre
Debout tel un monument,
Que les passants te voient
Comme à l’Ile de Pâques
Parlant au monde et au vent,
Ouvre ta bouche de pierre
Et comme un éternel souvenir
De la pierre, tu seras l’âme!

(I, 101)

159
Olga María Díaz

CON ESTAS MANOS


(A la viuda del minero*)

…Porque te vi llorando
…Porque te vi llorosa,

Mis rústicas manos


Mis manos callosas
Como corteza de un árbol
Ásperas y duras como la roca,

Con estas manos mineras


Si se volvieran palomas,

Secar tu llanto quisiera


Con estas manos rasposas;
¡Si fueran alas de seda
De sutiles mariposas…!

Si tus lágrimas cayeran


En mis palmas gota a gota,
Y mis dedos se volvieran
En diez pétalos de rosa:
¡Tu llanto se consumiera
Como el rocío en la rosa!

Obras Completas, I, p. 133


*El minero se dirige a su viuda

160
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

AVEC CES MAINS


À la veuve du mineur*

…Parce que je te vis en pleurs


…parce que je te vis pleureuse,

Avec mes mains rustiques


Avec mes mains calleuses
Comme de l’arbre l’écorce
Rudes et rugueuse
Comme la pierre rocheuse,

Avec ces mains de mineur


Si elles devenaient des colombes
Je voudrais sécher tes pleurs

Avec ces mains rugueuses ;


Si étaient les ailes soyeuses
De légers papillons…!

Si tes larmes pouvaient tomber


Goutte à goutte dans mes paumes
Et si mes doigts devenaient
Dix pétales de rose
Ton chagrin se consumerait
Comme la rosée dans la rose.

(I, 101)
* Dans ce texte, le mineur s’adresse à sa veuve.

161
Olga María Díaz

QUISIERA SER COMO EL AGUA

Quisiera ser como el agua


Que baja de las colinas,
Agua de la fuente clara,
Agua fresca y cristalina
Como una lluvia de plata
Cayendo sobre la espiga.

Agua para la simiente


Para regar la semilla,
Agua fresca y transparente
Como la brisa marina,
Refrescando al caminante
Como el agua de la vida.

Como río interminable


Circundando la tierra,
Correr, correr sin pararme,
Corriendo por las praderas,
Deslizándome en el valle
Y cantar entre las piedras.

Desbordarme en la montaña
Saltando de roca en roca,
Ser rocío en la mañana
Y descender gota a gota
Del arbolito a la rama
Y de la rama a la rosa…

Obras completas, I, 499

162
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

J’AIMERAIS ÊTRE COMME L’EAU

J’aimerais être comme l’eau


Qui descend des collines,
Eau claire de la fontaine
Eau fraîche et cristalline
Comme une pluie d’argent
Tombant sur les épis.

De l’eau pour ce qui germe,


Pour arroser la semence,
Eau fraîche et limpide
Comme la brise marine,
Rafraichissant le voyageur
Comme l’eau vive.

Fleuve interminable
Faisant le tour de la terre,
Couler, couler sans me lasser,
Couler dans les prairies
Glisser dans la vallée
Et chanter parmi les pierres.

Débordant dans la montagne


Sauter de rocher en rocher,
Etre la rosée du matin
Et descendre goutte à goutte
De l’arbrisseau à la branche
Et de la branche à la rose…

(I, 499)

163
Olga María Díaz

LOS SUEÑOS DEL ALMA MÍA

Tienen alas mis anhelos


Como raudas golondrinas
Brotan alas de mis sueños
Y vuelan por las colinas,
Pobladas de mis recuerdos
Entre regiones perdidas.

Mi espíritu en el espacio
Para volar se transforma,
Mis ojos siguen soñando
Mi cuerpo queda en la sombra,
Siguen mis sueños volando
Entre la noche y la aurora.

Son migratorios mis sueños


Se van a tierras lejanas,
Se elevan con mis desvelos
Se pierden por las montañas,
¿Hacia dónde van mis sueños
Por las noches estrelladas?

Fugaz cual la golondrina


Que del alero alza el vuelo,
De mis pupilas dormidas
Volando salen mis sueños,
Los sueños del alma mía
¡por los senderos del cielo!

Obras Completas, I, 34

164
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

LES RÊVES DE MON ÂME

Ailés sont mes désirs


Telles de promptes hirondelles,
Il leur pousse des ailes
Et ils survolent les collines
Peuplées de mes souvenirs
Dans des régions perdues.

Mon esprit dans l’espace


Pour voler se transforme,
Mes yeux rêvent encore,
Mon corps reste dans l’ombre,
Et mes rêves volent toujours
Entre la nuit et l’aurore.

Mes rêves sont migrateurs


Ils vont vers des terres lointaines,
Ils s’élèvent avec mes peines
Et se perdent au-delà des monts;
Où donc vont mes rêves
Par les nuits semées d’étoiles?

Fugaces comme des hirondelles


Du auvent ils prennent l’essor,
De mes pupilles endormies
S’échappent mes rêves en volant
Les rêves de mon âme,
Parcourent les sentiers du ciel!

(I, 34)

165
Olga María Díaz

ODA A LA PAZ

Entre la zarza y la espina Ya no eres embajadora


allí encontré una paloma mensajera de la Paz,
que en su pico me traía eres paloma que llora
la paz en forma de rosa. buscando donde anidar…

¿Dónde vas con esa rosa Volando con tus temores


paloma del blanco manto, entre la guerra y la Paz,
con la esperanza en la hoja buscando nido de amores
y sus pétalos sangrando? ¡con cantos de libertad!

¿Dónde está el ramo de olivo ¿Por qué no vienes cantando


que simboliza la Paz, la Primavera florida
sin la rama y sin el nido haciendo un nido de nardo
donde solías cantar? sin lágrimas, sin espina?

¿Por qué cambiaste de olivo Paloma del blanco manto


por una flor con espinas, ¿dónde vas con esa rosa,
mientras que buscas tu nido con sus pétalos sangrando
llorando por la colina? y la esperanza en la hoja?

Obras Completas, II, 444


(Francia, 04.04.1979)

166
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

ODE À LA PAIX

Entre le buisson ardent et l’épine Colombe, tu pleures


C’est là que j’ai trouvé une Sans savoir où nicher…
colombe
Qui dans son bec m’apportait Craintive tu voles
Sous forme de rose la Paix. Entre la guerre et la paix
Tu cherches un nid d’amour
Où vas-tu avec cette rose Tu chantes la liberté !
Colombe au blanc manteau,
Avec l’espérance sur sa feuille Pourquoi ne chantes-tu pas
Et le sang sur ses pétales? Le printemps fleuri,
Pour faire un nid de nards
Pourquoi as-tu changé l’olivier Sans larmes, sans épines ?
Contre une fleur d’épine,
Et en cherchant ton nid Colombe au blanc manteau
Tu pleures par les collines ? Où vas-tu avec cette rose,
Avec ses pétales en sang
Tu n’es plus embassadrice Et la feuille de l’espérance ?
Messagère de la Paix,

Obras Completas, II, 444


(Écrit en France, 04.04.1979)

167
Olga María Díaz

EL SONETO DE MI ESPERANZA

Déjenme la voz en alta esfera


déjenme gritar al firmamento;
que se escuche mi clamor en las estrellas
que se esparza al infinito con el viento.

Déjenme gritar el sentimiento


que en los muros de mi pecho se desangra,
que remonten en las nubes por el cielo
los anhelos infinitos de mi alma.

Que despierte del silencio la alborada,


que propague con mi voz el universo
y que vuelen en el viento mis palabras.

Cual palomas fugitivas de mi pecho,


cantarán en el espacio la esperanza
¡la esperanza sin frontera de mi sueño!

Obras Completas II, p. 464

168
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

SONNET DE MON ESPÉRANCE

Laissez ma voix s’élever haut dans le ciel


Laissez mon cri éclater au firmament ;
Qu’on l’entende tonitruer dans les étoiles
Qu’il se propage à l’infini avec le vent.

Laissez que ce sentiment clame,


Il saigne dans les murs de mon cœur,
Et que remontent des nues vers les cieux
Les aspirations illimitées de mon âme.

Que s’éveille l’aube silencieuse,


Que traverse ma voix tout l’univers,
Et que volent mes paroles dans le vent

Comme des colombes fugitives de mon sein,


Et dans l’espace elles chanteront l’espérance
L’espérance sans frontières dont j’ai rêvée.

(II, 464)

169
Olga María Díaz

NOËL, NOËL, NOËL


(version originale, page 115)

Noël, Noël, que c’est triste


De savoir mais ne pas pouvoir
Célébrer cette veillée
Noël, Noël…

Avec des lumières multicolores


Un sapin orne la place,
Faisant naître dans les cœurs
La lueur de la verte espérance.

Noël, Noël…
Nuit noire sans étoile
Un enfant pleure au berceau,
C’est un cri la nuit de Noël
Une plainte d’amertume et douleur.

Noël, Noël…
Soir de Noël miraculeux
Souviens-toi du latino ;
Ils pleurent dans leurs taudis
Ils ont froid, ils ont faim, ces petits.

Noël, Noël…
Tu es né entre la paille
Toi, le roi de l’Univers,
Souviens-toi des peuples
Loqueteux et affamés.

Noël, Noël, que c’est triste


De savoir mais ne pas pouvoir
Célébrer cette veillée
Noël, Noël…

(Gesta y Canto, p.116)

170
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Apéndice

171
Olga María Díaz

172
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Para vivir la poesía

Con especial agrado le dedicamos estas líneas a la “Antología


Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz” que, con su
conjunto de variados temas, se presenta en parte, como una
creación musical para la elaboración de material didáctico mul-
timedia. Sin lugar a dudas, es primero un profundo agradeci-
miento1 el que quisiéramos transmitir a todos aquellos que, de
lejos o de cerca, han colaborado en este vasto programa de
actividades artísticas y culturales, haciendo posible, por su ge-
nerosa colaboración, que se cumpla el objetivo principal: gra-
bar treinta temas musicales en base a una previa selección de
los textos de la autora nacional. La expresión musical es así la
que da fundamento a esta iniciativa que asocia los versos de la
poesía con el canto.

1
Es preciso señalar que esta experiencia fue compartida con un gran número
de participantes, pero más especialmente con la profesora doctora María
Antonieta Mendoza (presentación en Foros), la prof. Elizabeth Annequin
(relectura de la traducción francesa), y las profesoras Teresa Becerra (Caste-
llano, subsector Comunicación y Lenguaje), Brunilda Merea (Coordinadora
Área Artes Plásticas) y Mirta Rivera (de Música), porque sus aportes y con-
clusiones hacen parte de un Plan Piloto dentro del Proyecto, ya que se ex-
tendió la colaboración con el establecimiento escolar durante todo el año
2009. Que reciban nuestros agradecimientos por su valiosa participación,
dentro y fuera del aula.

173
Olga María Díaz

Considerada como un aporte a los valores que conmemora el


Bicentenario, la Obra poética de Ermelinda nos permite descu-
brir a la vez un “gran corazón que se ignora”, siendo sin duda
su sabiduría el ser “capaz de poner un rostro humano en el
corazón ajeno”. Sencilla, alegre, llena de infinito amor y solida-
ridad con su pueblo, y con todos los pueblos, siempre se podrá
encontrar lo mejor de ella misma, allí donde se funda toda su
Obra, en el valor auténtico de una mirada animada por el Amor.
Esto ilustra el poema inicial de la Antología ,“Cantando en el
viento”, ya que con su sensibilidad y simplicidad nos transmite
la fuerza que brota de su amor patrio.

Todo se pierde en la nada


todo se olvida en el tiempo,
sólo tú mi patria amada
estructura de mi pueblo
gacela sacrificada
en las cumbres de tu reino,

tú mi reina milenaria,
bajo el manto de tu cielo
con tus montañas nevadas,
con tus volcanes de fuego,
en las noches estrelladas
¡sigues cantando en el viento!

Este proyecto consiste entonces en descubrir a una trovadora


chilena cuyo legado poético nos convierte en depositarios acti-
vos, deseosos de valorar y preservar todo lo que constituye una
fuente de enriquecimiento permanente en la construcción de la
identidad nacional.

174
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Vocero, sin embargo, del quehacer humano, dicho acercamien-


to poético nos permite también escuchar la voz de los demás,
para pasar así de lo local a valo­res más universales, mediante
un compromiso que la profesora María Antonieta Mendoza co-
menta con las siguientes palabras: “La obra poética de Erme-
linda Díaz, ha sido fuente de inspiración para la realización de
una propuesta didáctica consistente en la musicalización de sus
poemas, con el fin de ofrecer a la educación un variado material
de apoyo para la docencia en los niveles básicos y medio del
sistema educacional chileno.(…) Se constituye de esta manera
en un valioso aporte de dinamismo y acción al servicio de los
procesos de enseñanza aprendizaje para el ejercicio y consoli-
dación del lenguaje, la expresión y la comunicación, como así
también de la cultura tradicional y la identidad nacional y lati-
noamericana” (Proyecto Umce 2008).

175
Olga María Díaz

Todo esto pasa así por una invitación al diálogo que viene a
ser una invitación a que la escuela “se abra como un libro”…
para llegar al sentido literario a la vez de manera significativa,
interactiva y compresiva: la imagen junto al canto, la danza, la
pintura transforman el texto impreso cerrado en un mensaje más
abierto, con mayor profundidad y mejor rendimiento memorial.
Vale decir: “Recordar y comprender es aprender”. Es preciso
mencionar que la Obra de Ermelinda Díaz aborda con fuerza
competencias fundamentales relacionadas con el aprender a
ser: ¿Qué hombre que­remos formar? ¿Cómo? ¿Para qué mundo? …
Sin lugar a dudas, se requiere, para responder a estas preguntas,
de un espíritu constructivo, aquel que al animar esta “gesta”
poética, felizmente nos cautiva, precisamente por ser también
un verdadero revelador de la injusticia, la miseria y la violencia…
En suma, valores y anti valores, son el núcleo de una lira que,
en actitud de donación y reparto, alerta al espíritu, sin dejar de
cantar a la vida.

Y porque la música es efectivamente la que pone literal­mente


en movimiento a los poemas, bien se podría decir que es la
métrica de una lírica singular la que transforma los textos en
canciones.

176
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Visionaria incansable, Ermelinda Díaz nos deja un inmenso le-


gado en las miles de páginas - unas impresas, otras aún manus-
critas-, que componen su arte poética. Y pudimos constatar que
la poesía entra con ella, en los anales de la literatura, por las
escuelas.

Tanto su lenguaje, reflejo de un pensamiento claro, como sus


construcciones que se anuncian sintéticamente asociando de
modo especial lo abstracto y lo concreto, facilitan el trabajo de
la memoria junto a la lectura comprensiva oral y textual. Pero
leer, recitar y hablar casi no son suficientes cuando la esperanza
y la alegría son demasiado fuertes, ¡¡hay que cantar!! Hay que

177
Olga María Díaz

expresar cantando esa necesidad interior, como si fuese una li-


beración.

Y renace así constantemente en los versos de esta lira versifi-


cada, la palabra musicalizada: la música, sin duda, fue en este
caso el principal pero no el único modo de llegar a otra sensibi-
lización de la relativa complejidad que denota la escritura poé-
tica, ya que también fue conveniente recurrir a un acercamiento
transdisciplinario más amplio en base a un movimiento artístico
que juntó el lenguaje no sólo con la música, sino también con
otras artes (la coreografía, la expresión corporal, las artes plásti-
cas, la escenografía, la danza..).

178
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Así concebida desde un principio, esta experiencia nos permi-


tió romper con un esquema, aquel que dice que “no es fácil
trabajar con un poema, que se necesita a veces conocimientos
de la sintaxis, del léxico y de la gramática que los alumnos no
poseen”. También se dice que las pistas pedagógicas propues-
tas para los primeros niveles de enseñanza son muy escasas.
Y, dada esta situación, se reduce a menudo el ejercicio poéti-
co a la recitación de los versos, siendo esta dicción solamente
una parte del dispositivo pedagógico. Y si la poesía no tiene
todavía en nuestros colegios el sitio que le corresponde, tal vez
sea porque, como lo comenta el poeta Jean-Pierre Siméon, “no
estamos todavía reconciliados con el lenguaje poético. Cuando
lo estemos, las cosas avanzarán naturalmente en el aula” y ad-
vierte además: “lo más probable es que el poco entusiasmo de
los profesores esté de alguna manera relacionado con represen-
taciones asociadas a una supuesta dificultad del arte poético”.
(2005,65). ¿Cómo nos ayuda el género poético a devolverle a la
escuela sus propios principios y valores? ¿Hacia qué didáctica

179
Olga María Díaz

de la literatura nos ha conducido la poesía de Ermelinda? ¿Qué


estrategias pedagógicas en ella encontramos? ¿Y en particular,
qué aprendizaje de la lengua se puede visualizar también? Estas
son algunas de las interrogantes que nos fuimos planteando a
medida que construíamos el proyecto de difusión de la poesía
nacional en el verso de Ermelinda Díaz.

De manera sumamente resumida, se podría decir que ciertos


“códices”(o tipo de representaciones) propios de la forma lite-
raria nos invitan a asociar nuestras realidades a otros estados
de abstracción, cosa que bien sintetizó Antoine de Saint-Exu-
péry en las páginas del Principito: “On ne voit bien qu’avec
le coeur, l’essentiel est invisible pour les yeux”(Sólo se ve bien
con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos). Pero para
alcanzar tal efecto, es menester situarse en un plano de apren-
dizaje diferente. Como lo indican los documentos impresos y
digitales recopilados, se fue poco a poco abriendo paso a una
comunicación lingüística, pero encontramos también una serie
de transposiciones en las más variadas formas: corporales, con
bailes tradicionales, danzas modernas y coreografías; de arte
plástica, con pinturas al óleo, dibujos y exposiciones; musica-
les, con canciones, interpretaciones, y creaciones individuales
y grupales.

180
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Surgen así, en los diferentes niveles de la enseñanza básica y


media, las más diversas expresiones, como “ejercicios” conside-
rados ahora en un sentido más pleno, porque son aptos a incluir,
dentro y fuera de sus disciplinas, tanto el mundo que nos rodea
como el “yo-escriptor-lector” con su vasto territorio imaginario
interior, y por sobre todo con esta esencia absolutamente indis-
pensable llamada deseo y placer de leer, escribir y cantar.

Estamos, pues, en un ámbito de desarrollo que, si bien mueve


competencias, habilidades y estrategias, no excluye nunca el
disfrute de la obra poética. Esto es simplemente primordial, por-
que nos obliga a incorporar elementos intra y extra textuales,
que permitan apreciar la obra literaria como una obra de arte.
Entramos en una didáctica de la literatura que, a nivel interpre-
tativo, se trabaja de manera distinta, partiendo de la visión que
el alumno tiene, para ir recorriendo por otros caminos una edu-
cación donde idealmente pueda ejercitarse y reflejarse un espí-
ritu de valores como lo son, por ejemplo, la unidad y la paz.

181
Olga María Díaz

Era de plata mi sueño


brillante como una estrella
con un collar de luceros
paseaba la luna llena.

Era de plata mi sueño


como noche constelada
y en los ámbitos del cielo
la alborada se anunciaba.

Soñaba que las estrellas


en el cielo se abrazaban:
¡Había fiesta en la tierra
todos los hombres se amaban!
¡En los ámbitos del cielo
se anunciaba la alborada!

(Alborada, Obras Completas, II, 336)

La escritura poética, vivida como una experiencia más personal,


tiende primero hacia un aprendizaje idiomático a través de la
construcción de la propia lengua del alumno, que naturalmente
siente una alegría, un gozo, que desea expresar. A partir de un
aprendizaje organizado de modo poco memorístico, y sin em-
bargo de fácil memorización, las estrategias de verbalización
contextualizadas (en las clases de lenguaje de 5º Básico a modo
de seguimiento experimental, pero también en la educación
media) se relacionan principalmente con tres tipos de situa-
ciones: aquellas directamente ancladas en la vida de los niños,
aquellas de tipo más académico, aquellas que solicitan el imagi-
nario. Sin embargo, permanece un denominador común, siendo
lo más relevante el hecho de que ha de ser un encuentro vivo el

182
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

que debe caracterizar la presencia de la poesía en el aula. Debe


ser leída y explicada, pero también ilustrada, pintada, impresa,
trabajada en afiches, teatralizada, musicalizada, en fin, debe
circular constantemente de una u otra forma en la sala de clase.
Tal como lo propone el profesor Simeón, ¡qué bueno sería em-
pezar el día con la lectura de un poema! Porque es cierto que
“así nacería en el niño la pasión por la lengua, ya que la poesía
es, por así decirlo, la parte más candente o incandescente de la
expresión literata”. (2005:66)

Como lo mostraron los análisis de las guías pedagógicas que


fueron experimentadas en la Escuela Esperanza de Quilpué con
75 alumnos de la Educación Básica, en el plano de las compe-
tencias de comunicación, se destacan como grandes bloques:
la comunicación oral, la lectura y la escritura. Cabe señalar que
los trabajos de lectura y escritura, al ser compartidos, pronto se
convirtieron en “lugares” de mutua comprensión, por medio de
un aprendizaje que tiene su propia lógica. La sociabilización de

183
Olga María Díaz

la lectura/escritura siempre habrá de ser un momento privilegia-


do, ya que favorece la adquisición de nuevos saberes.

Los resultados obtenidos en base a todos estos componentes nos


invitan a tener presente ciertas líneas directrices más generales,
que por ahora sólo hemos reunido en torno a lo que considera-
mos como lo que podrían ser tres grandes ejes de investigación
en didáctica de la lectura/escritura en el aula escolar, y que es-
tán esencialmente vinculados con:

- Las características didácticas transmitidas por la estética de la


escritura poética, siendo la poesía desde siempre “la parte que
concentra en una extrema intensidad todas las valorizaciones
estéticas de la literatura”(Simeón, 2005: 68).

- Las características didácticas transmitadas por el “ethos”2 del


escritor: el poeta tiene atributos propios que manifiestamente
no solamente desvelan su temperamento, sus estados de ánimo,
su disposición psíquica, sino también su relación con la per-
cepción que posee del mundo que lo rodea. Esta imagen que el
poeta entrega de él mismo a través de su discurso y del énfasis
de sus ideales, sentimientos y pasiones (amor, cólera, piedad,
etc), se relaciona con la sensibilidad del lector, por un fenó-
meno tan revelador como formador. Siguiendo el pensamiento
de Roland Barthes, a menudo escritores y lectores se interrela-

2
De la misma raíz griega que la palabra ethikos (ἠθικός), que significa ‘teoría
de la vida’, y de la que derivó la palabra española ética, el ethos es también
uno de los tres modos de persuasión en la retórica (junto con el pathos y el
logos), según la filosofía de Aristóteles.

184
Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

cionan gracias al “logos” del mensaje por del espíritu racional


del emetor y su lógica en la construcción argumentativa, pero
obviamente también a través del arte (música, danza, artes vi-
suales, literatura), siendo este lugar donde mejor se manifiesta
la solidaridad comunicativa.

- Las características didácticas transmitidas por la ética de la en-


señanza del género poético: ciertamente, esta acción requiere
una difusión en profundidad y a largo plazo. Desde este punto
de vista, el proyecto pone en evidencia que se puede y debe
renovar las prácticas pedagógicas y el repertorio poético en el
aula escolar. Sabemos que es en la escuela donde –cada uno
de nosotros– vamos a construir nuestra relación con la poesía;
sabemos también que la poesía tiene un lugar legítimo en la
enseñanza. Por lo tanto, hay que educar con ella, desde la más
temprana infancia, ya que promover desde la enseñanza básica
la literatura poética deriva de una filosofía de la educación que
busca despertar las conciencias por ser esta la misión principal
de toda enseñanza. Por tal motivo, y expresando mi agradeci-
miento a cuantos colaboraron en este proyecto, siempre queda-
rá el anhelo de ver ocupar en todos los niveles de la enseñanza,
primaria, segundaria y superior, el sitio que, de hecho, le corres-
ponde a los innumerables poetas de nuestro continente3.

3
Las Obras Completas y material multimedia se encuentran disponibles en
la Biblioteca Nacional y Bibliotecas de la UMCE (Santiago), U. de Chile,
UPLA (Valparaíso), PUCV, Universidad de Concepción, UACH (Valdivia),
U. de la Frontera (Temuco), Universidad Arturo Prat (Iquique), Universidad
de Brasilia (UnB), Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia). Parte
del material multimedia adjunto en CD también está disponible en: http://
www.youtube.com/user/UMCECL

185
Olga María Díaz

Fotos del Proyecto piloto - Colegio Esperanza de Quilpué, 2009, sal-


vo F-3, Alumnos de 5º Ed. Básica del Colegio “Cristo del Parque” de
Codegua, VI Región: aquí, grabando en el estudio de la Universidad
Metropolitana de Ciencias de la Educación, Proyecto Umce, 2008.
F-1 y F-5: Coreografía fundada sobre la canción “Un recuerdo Perma-
nente”. F-2: Alumnos de 5º Ed. Básica presentando “Cantando en el
viento” en el Palacio Carrasco de la I. Municipalidad de Viña del Mar,
julio 2009, F-4 y F-10: Prof. Teresa Becerra, con sus alumnos en el
Día Internacional del Libro, F-6 y F-7: Expresión corporal fundada en
textos y canciones, F-8 y F-11: Bajo la dirección de la Prof. Brunilda
Merea, alumnos de 3º Medio, pintando un lienzo para la Semana de
la Cultura, nov. 09, F-7: En conjunto con la Prof. Mirta Rivera, la Prof.
Brunilda Merea, en ensayos musicales.

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Bibliografía

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Alfaro, Mario, 2006, Ermelinda Díaz: Un canto de esperanza, amor y


paz por una patria herida, Visiones Hispanolatinoamericanas,
Congreso FHILC PAZ, reproducido con la amable autorización
de: edición María Antonieta Mendoza, UMCE/UNESCO, pp.
419-428.

Díaz, Ermelinda, 2001, Obras Completas, Volumen I, “Presencia”, edi-


ciones Rumbos, Santiago de Chile, 450 pp. Comprende los si-
guientes libros: Presencia (1988), Se necesitan palomas (1989),
Águila cautiva (1992), Potranca loca (1993), La ronda de los co-
razones (1991), Ofrenda de amor (1997), Manos en plegaria
(1994).

Díaz, Ermelinda, 2001, Obras Completas, Volumen II, “Ni en la tierra


ni en el mar”, Ediciones Rumbos, Santiago de Chile, 535 pp.
Comprende los siguientes libros: Ni en la tierra ni en el mar
(1995), Un canto a la libertad (1990), ¡Pablo Neruda, Presente!
(1996), Tierra viva (1998), Unidad (1999), Espiga de Esperanza
(2000).

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Olga María Díaz

Díaz, Ermelinda, (Flor de Arauco), 2002, Gesta y Canto, Ediciones


Rumbos, Santiago de Chile, 148 pp.

Díaz, Ermelinda, 2005, Fragmentos vivos, Selección de poemas, Tercer


Congreso Foro Hispano­latinoamericano de Educación y Cultura
de Paz, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación,
Santiago.

Díaz, Adrián, noviembre de 2006, Ermelinda Díaz: la musicalidad de


una obra poética infantil, Seminario de Literatura, 11 pp. Uni-
versidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Santiago,
Facultad de Filosofía y Educación, Departamento de Educación
General Básica.

Revista SAFO, Santiago, años 1992 - 2009.

Simeón, Jean-Pierre, 2005, Passeur de poèmes, La Classe, Nº157, pp-


64-68, Revigny, France

Szmulewicz,Efraín, 1997, Diccionario de la Literatura Chilena, Edicio-


nes Rumbos, Santiago, pp. 253-254.

Discografía (de Ermelinda Díaz): Presencia, (CD, 1995, Coro Voces del
Verbo, Osorno) - En Vuelo, (CD, 1997, Coro Voces del Verbo,
Osorno) - Fragmentos vivos, (DVD, 2005, Quinto Congreso Foro
Hispanolatinoamericano de Educación y Cultura de Paz, Umce,
Santiago).

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Sitografía:

http://www.youtube.com/user/UMCECL

http://creal.upla.cl/humanidades/Revista_pacifico/doc_01.html

http://www.humanidades.uach.cl/sochel2009/congresos/XV_
Congreso.pdf

congreso-extraordinario-internacional-xxx-aniversario-sochel-1979-
2009&catid=34:noticias&Itemid=27

http://www.umce.cl/enlinea/noticias/20091101_proyecto_mul-
timedial.html

http://www.umce.cl/investigacion/libro_resumen_9nas_jorna-
das.pdf.

http://www.egac.cl/Programa_Primer_Encuentro_Nacional_
de_Gestores_y_Animadores_Culturales.pdf

http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0005480.pdf

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Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz

Antología Poética y Musical de la Obra de Ermelinda Díaz


Autora: Ermelinda Díaz - Música: Nina Letelier (salvo Nº 9, 15)
Registro de Propiedad Intelectual: Nº 184.047 (2009)
ISBN: 956-291-168-3; 956-291-221-3(2000) Santiago de Chile

INTÉRPRETES (1-30 en CD)

1. Cantando en el viento, 2. Alborada, 3. La niña y la luna


Coro Niños de la Escuela del Carmen “Cristo del Parque” (Codegua)
Dirección: Prof. María Soledad Pérez

4. Canto redondo, 5. Canto repartido, 10. Letanía a mi patria, 14. Con los pastores cantando,
20. Viracuche, 23. Violeta, Flor de los ríos, 24. Oda a mi corazón, 27. Canto al dolor
Coro de Niños “Voces Blancas Violeta Parra” (Región Valparaíso)
(10. Solista: Catalina Hernández), Pianista: Rodrigo Quinteros. Dirección: Prof. Mauricio Hernández

6. El canto de un poeta
Coro Parroquia S. C. de Jesús (Miraflores, Viña del Mar). Dirección: Jaime Sepúlveda

7. Nostalgia, 8. Una canción, 28. Calla violín


Intérprete: Marcia Maia Alé - Pianista: Ignacio Arriagada

9. Un amanecer y un puerto
Música: Elías Joaquín Abecassis. Coro de la Tercera Edad, Fundación Javier Arrieta (Valparaíso)
Dirección: Yanko Millán

11. Espiga de Esperanza, II, 13. Ofrenda de Amor


Taller Coro Cámara. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Dirección: Prof. Guillermo Vergara

12. Espiga
Organista e intérprete: Prof. Luis González

15. Un clarín en el espacio


Música: Sergio Fuentealba Rodríguez. Intérprete: Georgina Armand Soto - Orquestación: Jano Fuentealba

16. Oda a mi bandera, 21. El Mensajero


Intérprete: Soraya Carvajal Peña, Pianista: Giuliano Incorvaía

17. Un recuerdo permanente


Coro de la Escuela Esperanza de Quilpué (5º Básico A & B, Prof. Mirta Rivera)

18. El poema de mi canto, 22. Evocación, 26. El olvido, 29. La mano simple, 30. Noel, Noel
Intérprete: Priscila Cid Urra - Pianista: Giuliano Incorvaía

19. La flauta andina


Intérprete Flautista: Cristián Araneda

25. Mi blanca nave


Intérprete: Sebastián Castañeda - Pianista: Giuliano Incorvaía

Transcripción de partituras: Cristián Toledo (Nº 1, 2, 3, 4, 7, 14); Mauricio Hernández (Nº 5);
Franco Sanguinetti (Nº 6); Raúl Cárdenas (Nº 8, 11, 12, 13); Rodrigo Burgos (Nº 10)

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Este libro se terminó de imprimir
en el mes de agosto 2013

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