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PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN QUÉ ES Y QUÉ NO ES UNA


ORGANIZACIÓN SOLIDARIA

ANA MILENA POSSE ANZOLA


Código: 139783

Docente: Dr. FRANCISCO CORTES GARCIA

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


Facultad en Ciencias Económicas y Administrativas
Maestría en Economía Solidaria para el Desarrollo Territorial
Ibagué – Tolima
2019
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PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN QUÉ ES Y QUÉ NO ES UNA


ORGANIZACIÓN SOLIDARIA

INTRODUCCIÓN

En medio de la incertidumbre y desesperanza, en un contexto de “capitalismo


dominante”, de exclusión, donde se desconoce la existencia de la mayoría del
conglomerado social, surgen estas apuestas, procesos, que nos permiten volver a
soñar, a creer que “otro mundo es posible”, a través de modelos integrales de
desarrollo con razonabilidad solidaria, donde el principio, actor y fin de la economía es
el ser humano, consolidándose por excelencia como protagonista de la acción
económica, social, política, cultural y ambiental.

Consecuente con lo anterior, las organizaciones de economía solidaria han sido


motores dinamizadores de desarrollo, como una opción diferente de hacer economía,
fundamentadas en su esencia, donde la base de su accionar son sus principios,
valores, fines, entre otros, encaminadas al fortalecimiento de la calidad de vida de sus
asociados, su núcleo familiar y la comunidad en general, donde a través de la
prestación de servicios y beneficios, son un claro ejemplo de empresas sociales
posibles y nuevas alternativas a las existentes en el ámbito de mercados competitivos e
individualistas, donde a contrario sensu, el lucro o el afán de ganancia económica ha
venido siendo el paradigma organizacional a defender y mantener en nuestra sociedad.

Entender a las organizaciones solidarias, representadas por múltiples


manifestaciones empresariales, es reconocer que existe otra forma de interactuar en
los mercados y de mantener las condiciones necesarios para que los seres humanos
accedan a servicios, que en muchos casos o en otros sistemas son esquivos o
prácticamente imposibles. El acceso a oportunidades de crédito, ahorro, vivienda,
educación, distribución equitativa de los beneficios, entre otros, son posibilidades
reales y legítimas existentes en las formas de economía solidaria. Sin importar la
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magnitud o la amplitud de la forma empresarial, las organizaciones del sector solidario


o sector social según el país o región de acción, se han venido constituyendo en
alternativas para la solución de problemas sociales y financieros de los individuos,
promotoras de bienestar, constructoras de ciudadanía y generadoras de prosperidad
colectiva, máxime en un sistema económico como el colombiano, donde confluyen
otras variables que le dan una caracterización especial, aquí el poder económico va
siempre unido al poder político y, por tanto, las clases dirigentes enraizadas con
agentes externos influyen totalmente en la dirección que se le dé al sistema económico,
generando enormes desigualdades e inequidades sociales, que todos conocemos, pero
que la mayoría del conglomerado social parece ignorar.

Corolario de lo señalado, sólo si hacemos de la práctica y la acción solidaria un


modo de vida, una cultura de la cooperación, conseguiremos verdaderamente una
sociedad más equitativa, sostenible, incluyente y próspera, principalmente en una
sociedad como la colombiana, marcada por una amplia tendencia al individualismo, que
privilegia y exalta desde el lenguaje, la comunicación, la educación y el comportamiento
cotidiano, las realizaciones y logros individuales y relega a la categoría de excepcional
los muchos casos de actuaciones colectivas meritorias, urge especialmente promover
la cultura de la solidaridad de los valores y principios cooperativos como pilares
fundamentales para contribuir a la construcción de una nación, sociedad y unas
comunidades que den valor social, económico, cultural y ambiental a conceptos
poderosos y transformadores como la solidaridad social, la cooperación económica y la
ayuda mutua.

Por esto, enseñar y difundir la economía solidaria es una tarea fundamental,


pues al contrario del sector financiero, de la economía tradicional o de mercado, la
solidaria implica en su ejercicio profundos cambios en las relaciones sociales,
políticas y culturales, y primordialmente, demanda transformaciones en la práctica
de los principios y valores, de cara a la permanencia en el sector, de este modelo
económico, social, cultural, político y ambiental con razonabilidad solidaria que sin
lugar a dudas es el que debe imperar en una sociedad con “justicia y equidad” con
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el propósito de beneficiar a todos sus administrados.


PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN QUÉ ES Y QUÉ NO ES UNA
ORGANIZACIÓN SOLIDARIA

Para efectos de identificar y analizar las principales características que definen qué
es y qué no es una organización solidaria, es necesario comprender que la economía
solidaria1 es un sistema socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el
conjunto  de  fuerzas  sociales organizadas  en  formas  asociativas, identificadas por
prácticas autogestionarias, solidarias, democráticas y humanistas, sin ánimo de lucro 2,
para el desarrollo integral del ser humano como  sujeto, actor y fin  de la  economía.
En síntesis, la economía solidaria es otra manifestación que integra o hace parte de un
tercer sector con racionalidad y rasgos distintivos diferentes a las encontradas en el
mercado capitalista y en el Estado.

Colofón de lo anterior, varios autores colombianos han señalado la importancia de


precisar el concepto de economía solidaria, así como las organizaciones que la
conforman y las características que las distinguen de las demás; Salgado (2008),
considera que la definición que permite diferenciar las organizaciones solidarias de las
que no lo son, es la consignada en la ley 454 de 1998, en donde se dice que son “el
conjunto de empresas o entidades que cumplen unos requisitos legales, tienen una
forma de ser, como son un capital cuya propiedad es asociativa y no individual o
capitalista ni estatal, y tienen una forma de gobierno autogestionaria, en donde cada
persona tiene un voto, y todos pueden ejercer los mismos derechos y
responsabilidades” (p.20). Así mismo, hace dos distinciones de las características de la
economía solidaria, como propiedad asociativa, “está en manos de comunidades de
personas que generan productos o servicios para satisfacer las necesidades de sus
asociados y sus familias”, - “nace por iniciativa de los sectores de población
necesitada”, (p. 23) - “se trata de movimientos sociales, en busca de una
1
Ley 454 de Agosto de 1998, artículo 2.

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No obstante, para poder asegurar su continuidad o sostenibilidad, no deben arrojar pérdida.
5

autorrespuesta”; y, tiene objetivos y medios diferente a la economía estatal y privada


(p. 23).

Como fenómeno social, define la economía solidaria como “un movimiento socio-
económico, de orígenes populares, que busca unificar diversas formas asociativas de
producción, distribución y consumo, a fin de promover empleo, ingreso y sustento de
tales sectores poblacionales, y como una respuesta a la ineficiencia del Estado y del
Capitalismo; como fenómeno empresarial, una empresa solidaria es una entidad sin
ánimo de lucro individual, en la cual los aportantes del capital son los mismos
trabajadores, organizados solidariamente para producir bienes y servicios, en busca de
satisfacer sus propias necesidades y las de sus familias, y colaborar con el desarrollo
de la comunidad” (p. 24).

Para Pérez (1995), citado por Lopera (sf), el término “economía solidaria” incursionó
en el lenguaje “sin beneficio de un inventario en profundidad, en los campos teórico,
jurídico, doctrinario, político y cultural, que hubiera abierto la posibilidad de otorgarle al
concepto y al término de economía solidaria, una perspectiva más coherente, que
impidiera su utilización diletante”. No obstante, la define como un conjunto de
organizaciones que fundamentan su racionalidad económica y sus lógicas
operacionales en la autogestión y la participación democrática de las comunidades
productivas y sociales; de otra parte y basado en la “ ley de conservación y
transformación de la energía social” del economista Albert O. Hirschiman, Lopera (sf)
afirma que Pérez, plantea la economía solidaria como un mecanismo de desarrollo
alternativo, que con base en su experiencia histórica y su discurso teórico puede
asumir la responsabilidad de construir nuevas propuestas para el quehacer económico
y social dentro de los parámetros de la autogestión democrática, apostando a una
generación y distribución de riqueza con base en criterios de desarrollo a escala
humana, exentos de intencionalidades excluyentes.

Aunado a lo señalado, Guerra (2004) propone un tercer sector el de la economía


solidaria formado por dos tipos de empresas: Un grupo conformado por dos
organizaciones que pretender obtener ingresos económicos para satisfacer
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necesidades de sus integrantes, mediante “[…] formas alternativas de hacer


economía como las cooperativas, las micro y pequeñas empresas, las cuales
producen, distribuyen y acumulan[…] con valores diferentes a los seguidos por el
sector capitalista – privado y estatal – público. Un segundo grupo de organizaciones
basadas en las relaciones de donación que promueven el desarrollo de la sociedad
civil […] como las fundaciones o las ONG.”

En virtud de lo referido, la economía solidaria se compone de un amplio grupo de


organizaciones que siendo de iniciativa privada, desarrollan fines de beneficio colectivo
o social y no tienen como fundamento el enriquecimiento o la posesión y crecimiento
del capital económico. Dichas organizaciones tienen como principios comunes la libre
adhesión, la democracia, la ausencia de ganancia individual, el desarrollo de la persona
natural y la independencia total frente al Estado.

En Colombia puede hablarse de dos grandes sistemas que funcionan dentro del
sector conformado por las organizaciones solidarias, primero, el de las
organizaciones de economía solidaria, en el cual se relacionan las organizaciones
definidas por la Ley 454 de 1998; segundo, las organizaciones solidarias de
desarrollo un sistema conformado por las Fundaciones, Corporaciones y
Asociaciones, las Juntas de Acción Comunal y los grupos de voluntariado, en el que el
marco legal está totalmente disperso. (Cárdenas Espinosa, 2010).

En este orden de acepciones y a la luz del marco jurídico consagrado en la Ley


454 de 1998, Artículo 6, parágrafo No.2, tienen el carácter de las Organizaciones
de Economía Solidaria:

 Las Precooperativas
 Las Cooperativas
 Las Instituciones Auxiliares de la Economía Solidaria
 Los Organismos de Segundo y Tercer Grado
 Los Fondos de Empleados
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 Las Asociaciones Mutualistas


 Las Empresas de Servicios en las Formas de Administraciones Públicas
Cooperativas
 Las Empresas Comunitarias
 Las Empresas Solidarias de Salud
 Las Cooperativas de Trabajo
 y todas aquellas formas asociativas solidarias que cumplan con las
características propias del sector.

No obstante, como bien lo mencionó Cárdenas Espinosa (2010), encontramos las


Organizaciones Solidarias de Desarrollo que hacen parte y funcionan dentro del
sector, vigiladas por las gobernaciones, habida cuenta que emplean recursos privados
o gubernamentales para prestar servicios a la sociedad, entendidas estas como:

 Asociaciones.
 Corporaciones.
 Fundaciones.
 Grupos de Voluntariado.
 Juntas de Acción Comunal.

Sumado a lo anterior, podemos afirmar que sí trabajamos en equipo para ayudar a


otras personas o grupos a superar sus necesidades o nos adherimos a la causa de un
gremio o grupo, nuestro flujo solidario es altruista (de nosotros para otros). Esta
manera de desarrollar la solidaridad es característica de las Organizaciones
Solidarias de Desarrollo.3

En tanto que, cuando nos unimos para crear un beneficio mutuo, superar una
necesidad común, generar ingresos en colectivo y mejorar nuestras condiciones de
vida, decimos que tenemos un flujo solidario mutual (de nosotros para nosotros). Esta

3
(https://www.orgsolidarias.gov.co/Atencion-al-ciudadano/Mecanismos-de-participaci
%C3%B3n/preguntas-frecuentes/Qu%C3%A9-diferencias-hay-entre-Organizaciones-de-Econom
%C3%ADa-Solidaria-y-Organizaciones-Solidarias-de-Desarrollo%3F)
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manera de desarrollar la solidaridad es característica de las Organizaciones de


Economía Solidaria.

Para abordar tanto los principios, fines y características de las organizaciones de


economía solidaria, es necesario analizarlas a la luz de la Ley 454 de 1998, de ahí
que en el Artículo 4º.- encontramos que las organizaciones de la economía solidaria
se rigen por los siguientes Principios:

1. El ser humano, su trabajo y mecanismos de cooperación, tienen primacía sobre los


medios de producción.
2. Espíritu de solidaridad, cooperación, participación y ayuda mutua.
3. Administración democrática, participativa, autogestionaria y emprendedora.
4. Adhesión voluntaria, responsable y abierta.
5. Propiedad asociativo y solidaria sobre los medios de producción.
6. Participación económica de los asociados, en justicia y equidad.
7. Formación e información para sus miembros, de manera permanente, oportuna y
progresiva.
8. Autonomía, autodeterminación y autogobierno.
9. Servicio a la comunidad.
10. Integración con otras organizaciones del mismo sector.
11. Promoción de la cultura ecológica.

Sumado a lo anterior, el ARTÍCULO 5º.- ibídem,  consagra los Fines de la


economía solidaria. La Economía Solidaria tiene como fines principales:

1. Promover el desarrollo integral del ser humano.


2. Generar prácticas que consoliden una comente (sic) vivencias de pensamiento
solidario, crítico, creativo y emprendedor como medio para alcanzar el desarrollo y la
paz de los pueblos.
3. Contribuir al ejercicio y perfeccionamiento de la democracia participativa.
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4. Participar en el diseño y ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo


económico y social.
5. Garantizar a sus miembros la participación y acceso a la formación, el trabajo, la
propiedad, la información, la gestión y distribución equitativa de beneficios sin
discriminación alguna.

Aunado a lo referido, en el ARTÍCULO 6º.- de la referida normatividad, consagra las


Características de las organizaciones de economía solidaria, observando en su
funcionamiento las siguientes:

1. Estar organizada como empresa que contemple en su objeto social, el ejercicio de


una actividad socioeconómica, tendiente a satisfacer necesidades de sus asociados y
el desarrollo de obras de servicio comunitario.
2. Tener establecido un vínculo asociativo, fundado en los principios y fines
contemplados en la presente Ley.
3. Tener incluido en sus estatutos o reglas básicas de funcionamiento la ausencia de
ánimo de lucro, movida por la solidaridad, el servicio social o comunitario.
4. Garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de sus miembros sin
consideración a sus aportes.
5. Establecer en sus estatutos un monto mínimo de aportes sociales no reducibles,
debidamente pagados durante su existencia.
6. Integrarse social y económicamente, sin perjuicio de sus vínculos con otras
entidades sin ánimo de lucro que tengan por fin promover el desarrollo integral del ser
humano.

En el mismo contexto, las organizaciones de la economía solidaria deben cumplir


con principios económicos, tales como:

1. Establecer la irrepartibilidad de las reservas sociales y, en caso de liquidación, la del


remanente patrimonial.
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2. Destinar sus excedentes a la prestación de servicios de carácter social, al


crecimiento de sus reservas y fondos, y a reintegrar a sus asociados parte de los
mismos en proporción al uso de los servicios o a la participación en el trabajo de la
empresa, sin perjuicio de amortizar los aportes y conservarlos en su valor real.

Corolario de lo mencionado, las organizaciones de economía solidaria,


fundamentan sus actividades en los valores cooperativos, que permiten a los
asociados cumplir con los postulados de este tipo de empresas. Estos valores han
acompañado la labor de las organizaciones solidarias desde sus inicios y fueron
ratificados como elementos fundamentales en el andamiaje de éstas en la
Declaración sobre identidad cooperativa adoptada por la II Asamblea General de la
Alianza Cooperativa Internacional en 1995, a manera de síntesis se pueden
mencionar así: Valores Humanísticos (Autoayuda, Democracia, Igualdad, Equidad,
Solidaridad), Valores Éticos ( Honestidad, Transparencia, Responsabilidad Social y
Vocación Social).

De conformidad con el articulado citado, se puede colegir que las organizaciones


solidarias se desarrollan desde los enfoques: humanístico, social, económico, político,
territorial, ambiental, cultural, ambiental, organizacional, entre otros:

ENFOQUE HUMANÍSTICO

Fortalecer, incrementar y potencializar al ser, para llevarlo a un estado de bienestar


en medio de un contexto común. La persona es el fin y no un medio para llevarlo a sus
libertades, es uno de los propósitos a fin de que una vez libre, contribuya
solidariamente al desarrollo general de la sociedad.

ENFOQUE SOCIAL

Su prioridad es el bienestar, es el desarrollo integral de la sociedad, no se centra en


la acumulación de riqueza, se centra en la potencializarían del ser y su bienestar
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integral, es incluyente, reconoce las habilidades, capacidades de las personas y luego


las potencializa, las proyecta y las desarrolla, desde sus experiencias, conocimientos y
destrezas, consolidándose en el medio para alcanzar el desarrollo social que buscan
los territorios.

ENFOQUE ECONÓMICO

El capital es un recurso, es un medio. El factor económico se visualiza como un


elemento indispensable, que se obtiene con la participación activa de los asociados en
la acción de asociatividad. Constituyendo un modelo económico con racionalidad y
razonabilidad solidaria en lo concerniente a su uso, acumulación y relación entre el
factor económico, el ser humano y su trabajo sobre los medios de producción.

ENFOQUE POLÍTICO

Se priorizan necesidades, pero con la proyección de subsanarlas todas. Busca


puntos de encuentro desde el diálogo, a los acuerdos mínimos de asociatividad. La
democracia vista no desde las mayorías, sino desde la representación de la pluralidad.
Busca la autogestión la independencia del Estado en relación a sus decisiones. Sin
embargo, se deben constituir organizaciones que proyecten cambios dentro de la
política pública enfocados a la equidad entre lo social, económico, cultural y ambiental.

ENFOQUE TERRIRORIAL

Respetan la especificidad de los territorios, tanto en lo cultural como en lo


geográfico. Se proyectan como organizaciones incluyentes que transforman territorios
para el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes desde la perspectiva
propia. Redefiniendo conceptos de desarrollo, riqueza y prosperidad. Buscan proteger
el desarrollo del territorio conviviendo con su contexto geográfico y cultural, explorando
nuevas racionalidades de territorio desde sus prácticas socio económicas y culturales.
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ENFOQUE CULTURAL

Respetan y reconocen la idiosincrasia de los territorios, sus contextos, sus


desarrollos, siempre velando por el buen vivir de las personas. Reconocer su origen en
las prácticas solidarias, cooperativas y mutualistas, propendiendo por rescatarlas
nuevamente, dinamizarlas y fomentarlas desde y para los territorios con nuevas formas
de organización.

ENFOQUE AMBIENTAL

Buscan el equilibrio del uso de los suelos, su biodiversidad con responsabilidad,


protegiendo la estabilidad global de la tierra para la garantía de una tierra habitable en
el futuro. Generan desarrollo territorial equilibrado con el medio ambiente y su contexto
social.

ENFOQUE ORGANIZACIONAL

Se desenvuelven en las prácticas de autorregulación, autogobierno, autocontrol,


autogestión, democracia y asociatividad. Se fundamentan en la actividad participativa,
valorativa hacia el ser humano y sus capacidades, luego la autogestión, la
asociatividad, la solidaridad y cooperación son transversales en las estructuras
organizacionales.

CUALES SON SUS FINES

Las organizaciones solidarias buscan el desarrollo integral del ser humano, desde
su cosmovisión, con prácticas de solidaridad, respeto por el otro, cooperación y
transparencia. La participación del ser humano como fin de la relaciones y realidades
sociales, políticas, económicas y culturales, como actor protagónico que busca el
desarrollo continuo pero dinámico y cambiante garantizando la convivencia solidaria,
cooperativa y respetuosa con los otros y su entorno.
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CÚAL ES SU MEDIO

Los medios son el capital, los recursos materiales físicos, tangibles e intangibles, la
organización jurídica, entre otros. El ser Humano no es un medio es el fin.

De acuerdo con los aportes teóricos de los diferentes autores y articulado


expuestos, se evidencia que la economía solidaria abarca un sin número de formas
organizacionales, algunas más definidas e identificadas y otras por explorar que son
propias de sus territorios y contextos. Por ende, la economía solidaria, es otra forma de
ver la relación entre economía, hombre y su contexto, en donde fundamenta sus
acciones en prácticas de lealtad con la cultura, la humanidad, el territorio, en busca de
un equilibrio entre el ser, el tener y el vivir.
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CONCLUSIONES

Por las razones expuestas anteriormente, las organizaciones solidarias a través de


sus múltiples experiencias asociativas, constituidas con el propósito de satisfacer las
necesidades de sus miembros, han demostrado un peso relativamente importante en
nuestras economías, como quiera que; germinaron como consecuencia de la
inconformidad de una economía capitalista que solo se cimentan en la obtención de
dinero a través del ser humano y no por el ser humano. Es así como con su aporte a la
economía ha sido reconocida por el estado como un nuevo sector de la economía, que
basa su trabajo en el ser humano de forma colectiva y su esencia está fundamentada
en el bienestar social sin ninguna clase de lucro particular.

Mientras el capitalismo propone una empresa jerárquica y un proceso de toma de


decisiones vertical, donde el poder se concentra en el mayor capitalista o accionista, el
modelo solidario presenta escenarios reales de participación y de igualdad en la toma
de decisiones, se fundamenta en la democracia. Es claro entonces que las
organizaciones solidarias son escenarios micro sociales donde el modelo democrático
se fortalece, dado que sus prácticas administrativas forman a un sujeto con mayor
identidad democrática.

En este orden de ideas, si bien es cierto, es indispensable que el Estado incluya al


sector solidario de manera relevante en sus proyectos y políticas públicas, es el sector
el que tiene un escenario lleno de retos que debe prospectar para que, a pesar de las
normativas y el mundo en constante movimiento, se pueda sostener, permanecer y
obtener crecimiento dentro y fuera del país, se debe pasar de ser muy solidarios en el
discurso y solitarios en la práctica, materializando todos y cada uno de los principios del
sector, en especial el de la educación, formación e información, en conexidad con la
integración, de ahí que la educación solidaria es la esencia de su accionar, y el
elemento fundamental para asegurar su perdurabilidad de las organizaciones
solidarias.
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Consecuente con lo anterior, el fomento y fortalecimiento de las organizaciones de


economía solidaria como alternativa de desarrollo integral de las personas y las
comunidades solo es posible mediante procesos que coadyuven a materializar ese quinto
principio denominado “el principio de principios”, como política de Estado y como estrategia
de las mismas organizaciones solidarias. La educación se constituye en una
herramienta poderosa para visibilizar, interiorizar y fomentar la solidaridad, avivar la
conformación de organizaciones sociales, y en general, para democratizar la toma de
decisiones en términos de equidad, ayuda mutua, cooperación, igualdad y solidaridad.

La educación, formación e información, como principio de principios del sector


solidario, se convierte en un pilar fundamental para el desarrollo y fortalecimiento de las
organizaciones de economía solidaria, consolidándose como uno de los instrumentos
más eficaces para reducir la pobreza, mejorar la salud, la igualdad de género, la paz y
la estabilidad social y económica, especialmente cuando se trata de la educación bajo
principios y valores de este modelo con razonabilidad solidaria.
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BIBLIOGRAFÍA

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 https://campusvirtual.ucc.edu.co/d2l/le/content/233848/viewContent/1850660/Vie
w.

Es necesario esgrimir que, con el desarrollo del presente estudio, se abren nuevas fuentes de
investigación que generarán conocimientos en el marco de las instituciones cooperativas, en lo regional.

Estos aspectos permitirán repensar en el establecimiento de nuevos elementos cognitivos que conduzca
a enriquecer los enfoques del cooperativismo hacia el nivel nacional, tratando de generar aportes a la
capacidad científica nacional en materia solidaria.

De acuerdo a los corolarios alcanzados, se puede ultimar que los directivos de las diferentes
instituciones cooperativas perciben la capacitación en cooperativismo como un simple requisito que la
ley les atribuye, sin tener en cuenta la relevancia que tienen estos procesos para los miembros, los
cuales se constituyen en herramienta fundamental en la construcción de verdaderas organizaciones
cooperativas.

A los asociados no se les ofrece la posibilidad de participar en actividades educativas en materia


cooperativa, como tampoco se les permite identificar la representación que ostenta el comité de
educación; esto evidencia, en lo referente a la aplicabilidad de los principios, el incumplimiento al quinto
principio: educación, entrenamiento e información.

Los principios cooperativos al igual que los valores, deben ser conocidos por todos los que participan en
la obra cooperativa, pero también deben ser ejercitados en su vida personal, familiar, laboral y social;
deben convertirse a su vez en formas normales de comportamiento. Solo cuando los cooperadores
adquieran la forma de ver, pensar y actuar cooperativamente, podrá afirmarse su fidelidad al
movimiento cooperativo y podrá éste ser factor de cambios profundos en la vida social, los cuales
contribuirán a hacer viable una sociedad basada en la solidaridad.

Por tanto, todo acto consiente que expresen los asociados en función de una firme aplicación de los
principios cooperativos, proporcionará como resultado que todas las empresas del sector cooperativo se
conviertan en entes altamente competitivos frente al desarrollo de la globalización económica, lo cual
será imposible que el sector cooperativo sencillamente desaparezca; de esta forma, las entidades
cooperativas se encaminarán a ser instituciones con elevados niveles de crecimiento y ciertas
recuperaciones en la calidad de vida para cada uno de los asociados, de sus familias y del entorno en
donde se encuentren ubicadas.

Finalmente, los órganos máximos de dirección de las entidades cooperativas, deben apropiar
mayormente a la comunidad cooperativa del conocimiento de los principios, por lo cual, es de afanosa
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necesidad la implementación del desarrollo de procesos de sensibilización a todos los asociados que
forman parte del sector, para que adquieran mayor sentido de pertenencia en la gestión y
administración de sus entidades. Solamente, tomando seriedad en la importancia que conlleva la
efectiva aplicación de los principios cooperativos, redundará el favor común en toda la comunidad
asociativa.

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