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Carlos Marx Carrasco

Ministro del Trabajo

Coordinación editorial:
Silvia Vera Viteri

Edición:
Silvia Vera Viteri
Esteban Poblete Oña

Transcripción:
Esteban Poblete Oña

Revisión:
Agustín Burbano de Lara Vásconez

Diseño y diagramación:
Richard Jibaja Nogales

© De los derechos de autor:


Galo Mora Witt

© De los derechos exclusivos de publicación:


Ministerio del Trabajo, julio 2015

Derecho de autor No:


ISBN: 978-9942-07-918-3
Impresión: El Telégrafo EP

   
Presentación  

uando el compañero presidente Rafael Correa Delgado proclamó, el día de su posesión el 15 de enero de 2007,

C que nuestra Revolución es Bolivariana y Alfarista, y que ese día se iniciaba también el proceso de ajuste de cuentas
con la Historia, sabíamos que el compromiso iría de la mano de una palabra sencilla, pero a veces olvidada,
GRATITUD.

Gratitud con quienes iniciaron caminos de liberación, con quienes forjaron la identidad nacional, con los millones de seres
humanos que, desde el anonimato, a través del esfuerzo de sus manos, su mente y su corazón, le dieron el sentido a otra
bella palabra, en ocasiones usurpada, pero siempre viva y gigante, PATRIA.

Entre los hombres y mujeres que forjaron nuestro ser se encuentran los que dedicaron lo mejor de su vida a la lucha porque
los trabajadores y trabajadoras tengan un futuro digno. Al hacerle un guiño a la memoria vienen hasta nosotros las imágenes
de compañeros y compañeras que sembraron solidaridad, y, entre ellos, los que a través de la consagración a la lucha
política, entendida como el mayor sacrificio de vivir por y para los demás, decidieron consagrar su tiempo, su talento y su
voluntad para hacer realidad sueños y utopías.

Nuestro gobierno, por convicción y conciencia militante, privilegia al ser humano sobre el capital; cree firmemente en los
hombres y mujeres como el principio y el fin de la historia, de la razón de ser y hacer de la sociedad y de las organizaciones
sociales y estatales. Todas las políticas públicas parten del balance costo-beneficio social y no meramente de la rentabilidad
financiera. En materia de los derechos de los trabajadores, mientras en el pasado, las conquistas avanzaban por cuentagotas
y requerían de cruentas y masivas protestas callejeras, el gobierno de la Revolución Ciudadana, después del enorme retroceso
de los derechos laborales –propiciado por la flexibilización neoliberal- está dando saltos cualitativos y auténticamente
revolucionarios que posiciona a Ecuador como uno de los países vanguardistas en el ámbito laboral. Recordar, por ejemplo,
la eliminación de la tercerización laboral, el desarrollo del concepto de salario digno, el significativo aumento de los salarios
reales en la distribución primaria del ingreso, el tratamiento que se confiere a las trabajadoras domésticas (garantizándoles
seguridad social y la obligatoriedad del salario mínimo vital correspondiente a los demás trabajadores) y la inclusión de las
personas con discapacidad.

El Ministerio del Trabajo decidió emprender una campaña de conciencia grata, de memoria patriótica, y dedicarla a esos
compatriotas que, en el Siglo XX, iluminaron el camino de la emancipación definitiva, y que, en condiciones precarias,
supieron enfrentar incomprensiones, egoísmos, persecuciones, prisiones, escarnios. No se trataba de estoicismo, sino de
combate, y estuvieron en las primeras filas para izar la bandera de la Tierra Sagrada.

Empezamos con la publicación LAS MEMORIAS DEL PORVENIR, que ve la luz en el transcurso de los ocho años de la
Revolución Ciudadana, y por ello, en este mes de septiembre de 2015, es un orgullo, decir en altavoz los nombres de
MANUEL MEDINA CASTRO, JUAN ISAAC LOVATO, JORGE PÉREZ CONCHA, ÁNGEL FELICÍSIMO
ROJAS, PEDRO JORGE VERA, CÉSAR ENDARA Y EL PADRE JOSÉ GÓMEZ IZQUIERDO. Cada uno de ellos,
desde su apasionado romance con su pueblo, consagraron su vida a la defensa de los derechos de los humildes y olvidados.

Los siete intelectuales y luchadores mantuvieron entrevistas en la década del 90 con el compañero Galo Mora Witt, quien
hoy nos entrega esta obra que será, sin duda, una especie de Guía de la Dignidad y la Esperanza.
La colección entregará, junto con esta obra, el tributo a las mujeres ecuatorianas, a las compatriotas revolucionarias, aquellas
que fueron madres, hermanas, hijas, abuelas, y, sin perder jamás la ternura, fueron compañeras, combatientes, militantes
de la vida.

Hoy, más que nunca, alzamos la voz y el grito para recordar, no a los antepasados, sino a los sembradores de ayer cuyo
ejemplo hizo posible que hoy enfrentemos el futuro con la certeza y el orgullo de pertenecer a un país soberano, altivo y
libre.

Con los trabajadores y obreras de la Patria siempre

Carlos Marx Carrasco


Ministro del Trabajo de la Revolución Ciudadana
Quito, septiembre, 2015

 
 
   
Nota  introductoria  

 
 
Somos  nuestra  memoria  

En un bello poema dedicado a Cambridge, Jorge Luis Borges escribía: Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas
inconstantes, ese montón de espejos rotos. Reconstruir espejos sería una labor casi imposible, como sería la de desenterrar el
pensamiento; pero, si somos nuestra memoria, si se trata de invocar una extraña dualidad entre melancolía y destino, la única forma
que conozco para exhumar el tiempo es volver sobre las palabras, sobre su simbología, su sensibilidad y herencia, su necia misión
de sobrevivir a la agonía.

Para hacer a los idos visibles un momento, como decía el poeta Luis Cernuda, me he asignado la tarea de destacar episodios de nuestra
memoria desde miradas íntimas sumergidas en conversaciones lejanas. Hace 20 años, en afán de hurgar los rincones del pasado,
realicé entrevistas a algunos importantes pensadores del país cuyos testimonios nos muestran aristas sobre hechos como: la
Revolución Alfarista; el 15 de noviembre de 1922: Las cruces sobre el agua; la Revolución Juliana; el Código del Trabajo de 1938; la
Gloriosa, Revolución del 28 de mayo de 1944. Es decir, un conjunto de sucesos y acontecimientos trascendentes e incidentes en la
historia de los trabajadores ecuatorianos.

Hay una enorme distancia entre nostalgia y arcaísmo, entre saudade y olvido, y la obra presente es una reflexión viva en la que la
columna vertebral es el recuerdo, y, por supuesto, el cuerpo está formado por conceptos como soberanía, altivez y consecuencia.
No son códigos sesenteros, como el conservadurismo anacrónico suele calificar, son crónicas y memorias para el porvenir.

Mi agradecimiento a María Teresa Pérez Pesántez, Mercedes Medina Capelo, José Molina, Melania y Alfredo Mora Witt, Eugenia
Viteri, Bolívar Endara, Manuel Torres Núñez, y, de manera entrañable, a Juan Hadatty Saltos, facilitador y cómplice de esta breve
ilustración histórica.

Gracias al Ministerio del Trabajo y su ministro, Carlos Marx Carrasco, concientemente involucrados en el quehacer de la
memoria del pueblo, y, como tal, en la valoración de seres humanos que labraron esperanzas.

Galo Mora Witt


Quito, septiembre, 2015

 
Contenido  
 
Juan  Isaac  Lovato  Vargas    
EL  HIJO  DEL  SASTRE  
 
César  Endara  
EL  MATUSALÉN  COMUNISTA  
 
Jorge  Pérez  Concha    
HISTORIADOR  DE  LA  REVOLUCIÓN  RADICAL  
 
Ángel  Felicísimo  Rojas  
UN  RELÁMPAGO  ENTRE  LAS  TINIEBLAS  
 
Pedro  Jorge  Vera  
UN  LÁTIGO  DE  FUEGO    
 
Manuel  Medina  Castro  
LA  INTELIGENCIA  DEL  TRÓPICO    
 
José  Gómez  Izquierdo  
EL  PADRE  PEPE  
 
 
   
JUAN  ISAAC  LOVATO  
EL  HIJO  DEL  SASTRE  
 
ice el periodista colombiano Oscar Domínguez Giraldo que hay un eslabón perdido entre

D literatura, periodismo, política y sastrería, y menciona algunos hijos de sastres: Henry Miller1,
que dedica su obra Primavera Negra a su padre, el alfayate2 Heinrich; Groucho Marx3, Gay
Talese4, Giovanni Vattimo5 o el poeta nadaísta caleño Jotamario Arbeláez. Fue este último
quien dedicó a su padre un bello poema llamado Paño de lágrimas:

Desde mi nacimiento no tuvo paz tu pie sobre los pedales


Y la música de tu máquina de coser arrulló mi infancia
Y te debo no sólo el ánima que ambula con sus tejidos corporales
Sino el ropero que me has hecho
Soy un hombre de paño gracias a tus desvelos
De ti heredo la talla y el modo de amarrarme los pantalones
Tú me diste las primeras puntadas de mi amor por la poesía
Brindo por ti con un dedal de vino
Un solo metro inacabable es tu bondad
Tus reglas siempre rectas fueron dóciles
Con tu tiza también se escriben
páginas en la humilde historia
Traspasando una aguja entrarás al Reino
más veloz que ningún camello
No perdemos el hilo de tu cariño
Nos unimos alrededor de tus tijeras
Groucho Marx, por su parte, invocaba, con su humorismo genial, a su padre, un sastre de Estrasburgo
nacido Samuel Marrix devenido en Sam Marx, al que consideraba el peor sastre de la historia, al punto
que todos sus clientes eran fácilmente reconocibles: una de las perneras del pantalón era más corta que la
otra.

El sastre Juan Lovato Betancourt era enérgico, nervioso, dedicado. Su hijo mayor, el único varón, Juan
Isaac, creció entre el rumor de la máquina, las agujas, tubinos de hilo, cinta métrica, tizas y tantos
artilugios allí guardados, en desorden, al punto que el habla popular dice cajón de sastre para nombrar
la mescolanza de enseres y la diversidad de herramientas que allí se amontonan.

Juan Isaac Lovato, niño sencillo y talentoso desde la escuela de El Cebollar, aprendió a zurcir la miseria,
pespuntear los alfileres del destino, hacer puntadas y patrones y enhebrar la vida desde un taller. Allí
aprendió el significado cruel de la pobreza, pero también el sentido maravilloso de la solidaridad.

Nacido en Quito, el 21 de septiembre de 1904, Juan Isaac Lovato Vargas fue, durante muchos años,
referente obligado de la jurisprudencia, la filiación socialista, la dirección de comités de solidaridad, la
universidad ecuatoriana, el periodismo militante, el debate parlamentario, la cancillería y la
consecuencia con el movimiento obrero ecuatoriano.

Alumno brillante del Colegio Nacional Mejía, cuando ejercía el rectorado el doctor Manuel María
Sánchez, político y poeta, autor de la letra de Patria, Tierra Sagrada, Lovato Vargas se distinguió por
su temperamento y capacidad en asignaturas como Geografía y encabezó la primera huelga del Colegio
Mejía.

Tras los sucesos de la Revolución Juliana de 19256 inició sus estudios de Derecho, culminados con su
grado de abogado en 1933, con la tesis doctoral El Divorcio Perfecto. Una larga entrevista con Hugo
Muñoz García, publicada en la obra Pequeñas Grandes Biografías y publicada en 1992, ilustra la vida
del doctor Lovato, y de aquella charla se pueden extraer detalles importantes, en este fragmento que
comprende su declaración socialista:

-¿Usted ha sido siempre socialista?


-Sí. Me afilié al Partido hacia el año 1930, después de haber escrito el ensayo sobre los partidos políticos en el
Ecuador. El estudio del tema me llevó al convencimiento de que el socialismo es la doctrina más justa, la que
en realidad podía salvar definitivamente al hombre, darle prosperidad, bienestar y hacerle feliz. Por otro lado,
la clase social a la que me pertenezco, pobre, oprimida, que necesita liberarse de esta situación difícil en la que
se encuentra, me impulsaba como una obligación natural a adoptar esa postura
-¿Desde entonces ha estado colaborando activamente?
-Sí. Hace 25 años fui secretario general del V Congreso del Partido y entonces me nombraron secretario general
del Partido, cargo que he ostentado varias veces
-Según hemos leído en la prensa, hoy el socialismo está dividido. ¿Qué le parece a usted la escisión?
-Sumamente perjudicial para la idea, para la política nacional, para la democracia ecuatoriana. Mi anhelo
fervoroso es el de que se unifique, se consolide nuevamente a fin de que pueda seguir pesando en la vida del
país, máxime en los tiempos actuales, en que se está dando mucha importancia a la doctrina socialista
-¿Pertenece acaso a alguno de esos grupos?
-Yo no estoy con ninguno de ellos precisamente por el fraccionamiento al que se ha llegado. Creo en el Partido
Socialista que existía antes de la división.
-Díganos, doctor, el hecho de ser político ¿le ha ayudado en algo?
-Creo que sí. Me ha vinculado con la clase trabajadora, de la que conservo gratísimos recuerdos, así como me ha
permitido ser diputado a la Asamblea y Congreso Nacional y Secretario de la Junta Patriótica de Defensa
Nacional en 1941
-¿Volvería a intervenir en política?
-Creo que sí. Me parece una necesidad el que todo hombre culto forme parte en esa importante actividad para
la que hay que prepararse
-Y resignarse a sufrir las consecuencias apostillamos nosotros
-(…) ¿Y cuál ha sido su labor dentro de las organizaciones de trabajadores?
-Durante los años de 1938 a 1945 fui el síndico de casi todos los sindicatos organizados en Quito. Desempeñé
el cargo de vicepresidente de la Confederación de Trabajares del Ecuador, Presidí el Tercer Congreso de la
Federación de Trabajadores de Pichincha y apenas expedido el Código del Trabajo, presenté, en compañía de
Pablo Palacio, el segundo pliego de peticiones que hubo en Quito, así como también defendí el conflicto colectivo
dentro de la fábrica La Internacional en 1938. En la actualidad soy síndico de las organizaciones que agrupan
a los petroleros y a los textiles.
La situación limítrofe y la invasión del ejército peruano en 1941, así como los acontecimientos que
desencadenaron la Revolución del 28 de Mayo de 1944, denominada la Gloriosa son el epicentro de la
vida política del país, y, naturalmente, de Juan Isaac Lovato. Pocos años atrás la izquierda ecuatoriana
se había expresado de manera unitaria a favor de la República Española9, y Lovato fue un miembro
más de la Brigada Anti-fascista organizada por el internacionalista francés Raymond Meriguet10.

Los sucesos de 1941 derivaron en postración y desesperanza, al haber perdido territorio ancestral por
la fuerza de las armas y el contubernio de países hegemónicos. La guerra de 1941 fue un acto colusorio
que derivó en cercenamiento territorial y devino pérdida de autoestima nacional.

A lo interno del país se vivían momentos de angustia. El gobierno de Carlos Alberto Arroyo del Río11,
representante del capital financiero, fue acusado por vastos sectores de la población de no haber
defendido la frontera con el vigor que requería nuestra soberanía. Arroyo respondió creando el Cuerpo
de Carabineros que fue encargado de reprimir las manifestaciones de la oposición. El 29 de enero de
1942 se firmó el Protocolo de Río de Janeiro12 en el marco de la Tercera Conferencia de Cancilleres.
Fue manifiesta la solidaridad con Estados Unidos por ser víctima de la agresión japonesa, pero se
desestimaron los argumentos ecuatorianos y el país perdió una tercera parte de su territorio.

La frustración y rebeldía populares, expresadas en lo político en pactos supra-partidistas, y la


insurgencia del pueblo desembocaron en los acontecimientos del 28 de mayo de 1944, con el
derrocamiento de Arroyo. Fruto de esta epopeya popular fueron: la Asamblea de 1945, que consagró
a los más importantes dirigentes del marxismo ecuatoriano, entre ellos Manuel Agustín Aguirre13,
Pedro Saad14, Juan Isaac Lovato, entre otros; la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por obra
de Benjamín Carrión15 y Alfredo Vera16, la fundación el 4 de julio del mismo 44 de la Confederación
de Trabajadores del Ecuador, bajo la presidencia y vicepresidencia de Saad y Lovato. Como lo expresó
el historiador Elías Muñoz Vicuña:

Dentro del Movimiento Obrero (sindicatos, sus partidos, su prensa, sus organizaciones culturales), se destacaron
numerosos cuadros. Sería largo enumerarlos pero no podemos pasar por alto a Pedro Saad y sus compañeros que
organizaron la CTE: Juan Isaac Lovato, Miguel Ángel Guzmán, Primitivo Barreto, Jorge Maldonado,
Cornejo, Víctor Hugo Briones, Sergio Barba Romero, Víctor Manuel Zúñiga, Francisco Mora Guerrero,
Manuel Agustín Aguirre, Nela Martínez, Dolores Cacuango, Modesto Rivera, Ambrosio Lazo, Jesús Gualavisi,
Marco T. Oramas, Luis F. Chávez (hijo), Alfonso Quijano Cobos, Jorge Reynolds, segundo Ramos, etc.

Este proceso tuvo que vencer muchos obstáculos, como la disolución por la fuerza del Congreso Obrero reunido
en Quito el 19 de marzo de 1943, que se iniciara bajo la dirección de Luis Humberto Heredia. Hubo
numerosas detenciones, destierros y confinios.

El movimiento indicado tuvo un carácter nacional y antifascista. Vicente Lombardo Toledano, presidente de la
CTAL, en el Informe sobre su visita al Ecuador en 1942, dice:
‘En el Ecuador mi peregrinación fue un viaje a través del río inagotable e ininterrumpido del pueblo. Júbilo
desbordante, pasión ilimitada, entusiasmo creciente, gritos del pueblo, explicaciones valientes y fervorosas de sus
directores, interés profundo, querellas dichas a voz en cuello, confesiones gritadas; y, a pesar del desconsuelo
nacional, fe enorme en América, confianza plena en México, gratitud para nuestra Patria, amor
inconmensurable para México’.

El golpe artero y la traición de Velasco Ibarra18 al movimiento que lo llevó al poder terminó con el
sueño democrático, y los principales cabecillas de la Gloriosa fueron otra vez confinados, desterrados o
apresados.

En 1948 se iniciaría uno de los pocos períodos de institucionalización democrática en el país. Tras la
convocatoria electoral se presentaron tres fórmulas: Galo Plaza Lasso19 y Abel Gilbert, por el
Movimiento Cívico Democrático, al final triunfadora en los comicios; Manuel Elicio Flor y Manuel
Sotomayor y Luna, por el Partido Conservador, y Alberto Enríquez Gallo y Carlos Cueva Tamariz,
por la alianza entre el Partido Liberal y el Partido Socialista. Juan Isaac Lovato había cultivado una
profunda amistad con Galo Plaza desde los años de infancia, la que se ahondó con el transcurrir del
tiempo, pese a ello, Lovato, socialista de corazón y conciencia, apoyó la fórmula Enríquez Gallo-Cueva
Tamariz, y, en entrevista concedida al periodista Rodrigo Villacís Molina, justificó su conducta:
-¿Cómo concilió sus ideas políticas con su amistad con Galo Plaza?

- Gracias al mutuo respeto. Inclusive Galo cuando estuvo de candidato a la Presidencia de la República, yo
hice campaña por el general Enríquez, candidato de mi Partido. Lo cual mi amigo entendió perfectamente,
como me lo dijo expresamente.20

En comunión con sus ideales socialistas, Juan Isaac Lovato fue uno de los tratadistas del derecho más
importantes en el siglo XX, reconocido por la categoría de obras como los 10 tomos del Programa
Analítico del Derecho Procesal Ecuatoriano; El Juicio Oral; Reflexiones sobre la libertad de expresión del
pensamiento; Los Medios de prueba, entre otras obras jurídicas, de ahí que el gran poeta Jorge Carrera
Andrade21, al hacer un balance de la cultura ecuatoriana exprese:

En el estudio de los problemas jurídicos han cumplido una alta y significativa labor Jorge Pérez Concha, Luis
G. Bossano, Ángel Modesto Paredes, Juan I. Lovato, Manuel A. Aguirre, Pérez Guerrero . La investigación de
la conciencia nacional es un signo de los nuevos tiempos.

La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de su Archivo


Histórico, registra la presencia de Juan Isaac Lovato en una serie de congresos de Derecho, como la
Conferencia Interamericana de Derecho Procesal, desarrollada en San Juan de Puerto Rico, en la que
comparte panel con Gilberto Concepción de Gracia, heredero de la lucha independentista
puertorriqueña de Pedro Albizu Campos24; también se registra la presencia de Lovato en las Terceras
Jornadas de Derecho Procesal Civil, Sao Paulo, junto con Aniceto Alcalá Zamora, quien fuera el primer
presidente de la Segunda República Española.
Como en la de todo dirigente y activista político, la vida de Juan Isaac Lovato no estuvo exenta de
contradicciones. Profesor universitario por más de tres décadas, decano de la Facultad de
Jurisprudencia, Lovato no fue un conciliador, pero, como Ángel F. Rojas25, defendía una militancia
socialista ajena a cualquier expresión de intolerancia o de radicalismo exacerbado, por ello enfrentó
diatribas, pero lo hizo con altivez. Había sido director del periódico La Tierra, del Partido Socialista,
y, tras esa Junta Militar represiva fue convocado por el gobierno interino de Clemente Yerovi
Indaburu26 para ejercer el cargo de Procurador General de la Nación.

Y aquí cabe una reflexión. El gobierno de Yerovi Indaburu era, en realidad, resultado de un acuerdo
nacional, pacto de las célebres y tristes Juntas de Notables, pero representaba al gran capital, y los
antecedentes de Yerovi referentes a haber formado parte de los gobiernos de Plaza, Velasco Ibarra,
Ponce, y a la propia Junta Militar como embajador, lo desacreditaban ante la izquierda política, pero
la actuación de Lovato en la Procuraduría distó de la calificación de funcionario subalterno de la banca,
y es grato recordar su actuación en torno a la demanda que hiciera ante el Estado el escritor Pedro
Jorge Vera27, quien fuera perseguido y desterrado, además de sufrir la clausura de la revista Mañana,
de la que era fundador y director.

Actuó como Procurador entre abril de 1966 y junio de 1967, y enfrentó temas controversiales con
honestidad y coraje, como lo testimonia la propia historia institucional de la Procuraduría:

En esa circunstancia de restablecimiento de la paz interna y vindicación de derechos conculcados se


enmarcó también la demanda de indemnización que presentó al Gobierno Interino, en abril de 1966,
el afamado escritor, editor y publicista Pedro Jorge Vera, quien fuera perseguido y desterrado por el
gobierno militar, que adicionalmente clausuró la popular revista de izquierdas Mañana, que él
dirigía, y cuya imprenta fue destruida y saqueada por los esbirros de la dictadura. Es más, Vera fue
apresado en el aeropuerto de Quito cuando regresaba de un viaje internacional y desterrado de
inmediato, tras quitársele todas sus pertenencias personales. Consultado el Procurador General, éste
opinó en el sentido de que, de acuerdo a la Constitución puesta en vigencia, el pago de indemnizaciones
era una potestad que la legislatura podía ejercer siempre que precediera sentencia definitiva. Agregó
que, en la circunstancia existente, esa potestad podía ser ejercida por el presidente Interino de la
República para el pago de las indemnizaciones solicitadas.

Lovato, tras su salida de la Procuraduría, fue electo rector de la Universidad Central del Ecuador, en
período también convulsionado por acontecimientos mundiales, como el asesinato del comandante
Ernesto Che Guevara29 en Bolivia, la entrada de las fuerzas del Pacto de Varsovia30 a Praga, la toma del
poder en el Perú por parte del general Juan Velasco Alvarado, la concesión del gobierno de Otto
Arosemena Gómez de un millón y medio de hectáreas en el Golfo de Guayaquil al consorcio
norteamericano ADA para la explotación de gas y petróleo, las prédicas universales de Jean Paul Sartre31
y el Mayo 6832, que sin duda ejercieron influencia en la juventud y la academia del país.

La universidad había sido ultrajada en célebres palabras de Alfredo Pérez Guerrero, y debía resucitar y
enfrentar los agravios con optimización académica y voluntad política para volver a ser un referente
determinante en la vida nacional. El doctor Lovato fue intérprete de esa demanda y, a nivel
internacional, la Universidad Nacional Autónoma de México reconoció la valentía al elevar su voz de
protesta por los acontecimientos acaecidos en ciudad de México. Dice el registro correspondiente:
El 10 de octubre, Juan Lovato, rector de la Universidad Central del Ecuador, protestó ‘por la violación al
recinto de nuestra universidad, por la represión sangrienta y muerte de estudiantes’, nota que dirigió también
al secretario general de la UDUAL y al director del Instituto Politécnico Nacional.

Al interior de la Universidad Central, por la lucha entre fracciones de la izquierda, y en los ámbitos
académicos, culturales y políticos, la situación en el país seguía agitada.

René Báez, connotado economista ecuatoriano en su memorial sobre Agustín Cueva dice:

Conocí a Agustín Cueva una noche del 68, en una asamblea de docentes de la Universidad Central
convocada para debatir sobre los rumbos de la Institución en un momento signado por una gran
polarización política e ideológica dentro y fuera del campus universitario. A la sazón se desempeñaba como
rector de la Central, Juan Isaac Lovato, connotado tratadista de Derecho Civil, cuyo prestigio, sin embargo,
se había visto menguado por su reciente pasado colaboracionista con la Junta Militar de Gobierno (1963-
1966), identificada por su convicto, confeso y práctico anticomunismo. Casi huelga señalar que la presencia
de Lovato venía exacerbando la confrontación entre los partidarios de una Universidad anclada en un
funcionalismo servil al status quo y los militantes por una Universidad desalienada, crítica y comprometida
con la transformación y la liberación de la sociedad ecuatoriana.

La elección del más radical de los marxistas ecuatorianos, Manuel Agustín Aguirre, como nuevo rector
de la Universidad Central determinó una especie de autoexilio de Lovato. Se refugió nuevamente en
el estudio del Derecho y, en 1970, fue nombrado por el presidente Velasco Ibarra como nuestro primer
embajador en la Unión Soviética. Con ironía recordaba el hecho y decía que si el propio Velasco lo
trató de desterrar varias veces, ahora lo hacía de manera formal enviándolo a Siberia.

Recuerdo a Juan Isaac Lovato, como presidente del Instituto Cultural Ecuatoriano Soviético. Su figura
parsimoniosa se pasea por la sede, ubicada tras el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, calle Juan
Salinas. También está allí la sede del Consejo Mundial de la Paz, a cuyo directorio mundial pertenece.

Muchos años después lo entrevisto en su domicilio. Tiene 90 años cumplidos y su memoria nos lleva
por tiempos vencidos, anécdotas, avatares, esperanzas. La historia del socialismo ecuatoriano y
latinoamericano pasa por él, por su dedicada labor para proteger los derechos de los trabajadores.
Debemos recordar que fue el representante ecuatoriano ante la comisión que preparó la Convención
Americana de los Derechos Humanos, más conocida como Pacto de San José, declaración que en su
preámbulo parece tener la pluma de Lovato:

Reiterando que, con arreglo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sólo puede realizarse el ideal
del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona
gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos.

Porque ese era el pensamiento de Juan Isaac Lovato, el mismo que en su obra Nociones acerca de las
normas fundamentales del Derecho Laboral, y a manera de prólogo y a la vez sentencia envía un mensaje,
escrito en 1962, que debe ser carne y conciencia de los trabajadores y obreras:
El propietario de la tierra conoce el Código Civil, el dueño de la mina conoce la ley de minería, el comerciante,
el banquero conocen las leyes mercantiles, el patrono conoce el Código del Trabajo; el trabajador también debe
conocerlo.
Este valioso grupo de trabajadores de los talleres gráficos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana se ha venido
preocupando, interesando porque se haga conocer al trabajador, de modo sencillo, el derecho al trabajo.

Recogiendo este anhelo y con el propósito de contribuir a la cultura del trabajador ecuatoriano, hemos
formulado este ensayo de estudio y divulgación de las normas fundamentales que regulan lo relativo al trabajo
en nuestro país, normas que fueron elevadas a la categoría de disposiciones constitucionales, a partir de la
Constitución Política de la república de 1945.

Lo damos a publicidad después de un año de útil espera, a pedido de los trabajadores de los talleres gráficos de
la Casa de la Cultura Ecuatoriana y gracias al esfuerzo y a la buena voluntad del meritísimo presidente de la
entidad, Sr. Doctor D. Benjamín Carrión, y, por todo esto, lo dedicamos a estos trabajadores.

Deseamos que este trabajo contribuya a formar la conciencia de clase del trabajador ecuatoriano, que le ha de
llevar a la conquista de su liberación económica, que le permita disfrutar siempre, en todas partes, de trabajo,
pan, justicia y libertad.

Y, en el colofón, con enorme pasión consignaba:

(…) estas garantías, o sea el derecho del trabajo, no son suficientes para liberar al trabajador, para darle
independencia económica, para permitirle una vida digna de vivirse, para que pueda vivir como la dignidad
humana exige.

Para esto tiene que hacer la revolución social, que acabe con la explotación del hombre por el hombre; que
acabe con el individualismo, con el actual injusto sistema económico, político y social.

El trabajador ecuatoriano debe saber que esta es su meta; que puede y debe alcanzar esta meta; que tiene que
luchar diaria, denodadamente para alcanzarla; que, felizmente, la hora actual del mundo, de la sociedad y de
la historia le es propicia; pero que tiene que actuar valientemente, con fe y decisión.

Solo así se redimirá, será libre y feliz. Alcanzará su bienestar y prosperidad y hará el bienestar y la prosperidad
de la Patria.

Solo así será hombre y vivirá como hombre. Agosto de 1961.

Observo fotografías de Juan Isaac jovencito, junto con su querido amigo Galo Plaza Lasso. Ahí está,
altivo, sencillo, sin aspavientos ni poses. Al mirar la instantánea también comprendo lo doloroso que
debe haber sido no acompañar la ruta política de su entrañable amigo porque las diferencias ideológicas
eran insalvables, aunque la amistad se mantenía incólume. Una prueba fehaciente de la certidumbre,
el compromiso y la convicción.
El hijo del sastre, parlamentario, periodista, dirigente socialista, rector universitario, jurisconsulto,
embajador, hombre inmensamente bueno, murió en Quito, su tierra, el 14 de enero de 2001, cuando
estaba por cumplir noventa y siete años. Un siglo de luces y sombras, pero de consagración a los ideales
del socialismo, a la defensa de los intereses de los trabajadores y a la soberanía de la Patria.

 
   
Galo  Mora  Witt: Estábamos diciendo que dentro de la izquierda, desgraciadamente, hemos sido
prácticamente caníbales...
Juan  Isaac  Lovato: Lo que no han hecho los de la derecha, lo han hecho los de la izquierda...
GMW: Tendencias
JIL: Tendencias
GMW: Socialismo, de tal clase... De Larrea Alba ¿no?
JIL: Sí, claro, y después, inclusive, hablar de socialismo democrático
GMW: Y del socialismo revolucionario
JIL: Yo creo que no cabe, no cabe: el socialismo es socialismo y se acabó. Desde luego en el extranjero
también hemos visto que hay estas divisiones. Esa es una gran falla de la que se alegra mucho la derecha,
eso es lo grave
GMW: Hay una obra del teatro del gran alemán Bertolt Brecht36, que relata que están tres personas:
un socialista, un comunista y un anarquista. A estas personas las tienen prisioneras los nazis, pero entre
las tres se matan para saber cuál de ellas es responsable para señalarla como culpable, en vez de juntarse
para salvarse...
JIL: Claro, una verdadera calamidad
GMW: Entonces, doctor... ¿A qué socialistas de la primera etapa recuerda?
JIL: Bueno ahí estaban: Manuel Agustín Aguirre, entre los lojanos. Había bastantes
GMW: Benjamín mismo ¿no?
JIL: Benjamín Carrión, uno de los primeros y sustentador de todo esto... Entre los trabajadores
habíamos unos cuantos, no preciso en este momento los nombres, pero eran muy capaces… y era muy
importante la forma como trabajábamos en ese entonces. Fíjese, no teníamos ningún recurso, la
situación se solventaba con sucrecitos de aquí, sucrecitos de allá. En mi tiempo empezamos a sacar el
periódico La Tierra que al principio se llamaba Acción. Siempre hay gente que ayuda, entre esa había
un tipo que nos colaboraba con la publicación de ciertas cosas, tenía una maquinita chiquita, una
prensa, y él nos hacía la edición solito. Después le compramos en 5 mil sucres, pero la seguía manejando
él mismo... Experiencias muy duras, pero muy hermosas. No me he de olvidar en La Tierra, lo del 30
de marzo de 1946
GMW: El golpe de Velasco
JIL: Sí. Luis Maldonado Tamayo, un muy buen socialista, estaba de director de La Tierra; pero por el
golpe de Estado que se vino desapareció porque lo estaban persiguiendo. Entonces me tocó hacerme
cargo a mí de la dirección; una vez, estábamos preparando la edición que iba a salir al día siguiente,
con mucho material de protesta y todo lo demás, ya eran como las 12 de la noche. Sabíamos que los
estudiantes universitarios estaban también cercados en la universidad; entonces vienen algunos de ellos
y me dicen: Doctor Lovato, ya nos dejaron libres, ya se fueron ¿qué hacemos? ¿Nos vamos cada uno a las
casas? Y yo: No. Quédense allí, todavía ha de haber necesidad de algo.
Se quedaron, nosotros con la puerta bien cerrada. A la una de la mañana habrá sido, más o menos,
forzaron la puerta, que era muy fuerte, entraron unos hombres, pesquisas se notaba, y destruyeron lo
que estaba preparándose para la edición... Algunos de los nuestros me decían: Vea, doctor Lovato, sálgase
por aquí. Y yo: ¿Cómo? Si acabo de ser diputado de la Asamblea Nacional, he sido secretario general del
Partido. No, les dije, yo espero aquí a ver lo que pasa. Entonces, estos con cara de pesquisas me dijeron:
Vamos. Y yo: No. Primero que salgan mis compañeros; yo, al último. Y así fue. Había un patojito con su
muleta que salía despacio, y uno de estos le grita: ¡Hey! ¡Adelante, siga su camino! Me quedé feliz porque
siguió su camino, porque como quién dice fue: ¡Váyase a la casa!
De pronto, el carro en que salían se pasaba nomás, cuando parece que lo alcanzan a ver y le dicen:
¡Hey, patojo! Ven acá. Y cogen, y lo meten al carro
GMW: Pero ¿y a usted no lo encerraron? ¿no lo tocaron?
JIL: Sí, me llevaron al penal (Risas). Pero cómo son las cosas...
GMW: Doctor, antes tenemos esa etapa en el ministerio, con el general Enríquez.38
JIL: ¡Ah!, bueno, el general Enríquez, en 1938
GMW: Con el Código del Trabajo, y todo eso
JIL: Claro
GMW: Antes el general Enríquez derroca a Federico Páez39 ¿no? Porque tengo entendido que la de
Páez fue una dictadura feroz
JIL: Sí, claro. El general Enríquez decidió reorganizar el Municipio de Quito, por esto alguna gente le
decía que era un sargento ignorante y tonto. Alguna vez que -ya muerto… o creo que mientras vivía-
les dije: Eso no es cierto. Me contestaron: ¿Usted diciendo eso? Les respondí: En primer lugar, él reconoce
su ignorancia, y segundo, se rodeó de los mejores hombres
GMW: Entonces, era muy inteligente
JIL: Ese era un rasgo de inteligencia. Por ejemplo, llevó a socialistas como Alfredo Pérez Guerrero,
Jorge Jaramillo, y otros, para que revisen el Código del Trabajo; ellos lo hicieron y de ahí… el padre
de... ¡Carambas, hombre…! Del que trabaja en el canal 4... ¡Diego Oquendo! Eso…Juan Luis
Oquendo con Miguel Ángel Zambrano40 trabajaron y organizaron todo...
GMW: Y gran poeta
JIL: Claro. Ellos organizaron el trabajo y le mostraron a Enríquez. Bueno, también creó la Ley de
Cooperativas, fue una cosa magnífica. Él reorganizó el Concejo Municipal de Quito, en forma
funcional
GMW: Que hasta antes era una membrecía, no más. ¿O no?
JIL: Bueno, se era diputado por elección
GMW: No. Me refiero al Concejo
JIL: Sí, miembros del Concejo. Siempre el Concejo Municipal de Quito ha tenido gente distinguida,
preocupada por Quito. Bueno estaban, representando a la ciudadanía, Galo Plaza Lasso y Carlos
Andrade Marín41. Le voy a decir en orden: representando a los abogados, Juan Lovato; a los médicos,
Miguel Andrade; a los ingenieros, Alonso Cevallos; a los empleadores, el gerente de la fábrica La
Internacional, don José María Andrade; a los trabajadores, un chofer… no recuerdo el nombre; a los
banqueros, Rafael Almeida Borja; a la prensa, Carlos Mantilla Ortega; a los comerciantes, también. El
presupuesto ordinario del Municipio de Quito en 1938, era de cuatro millones y medio de sucres. No
podíamos hacer nada, no teníamos dinero suficiente para hacer cosas, obras. Entonces resolvimos ir
donde el general Enríquez, y le dijimos: General, le venimos a pedir dinero. Si no, nos vamos. Enríquez
era un hombre muy campechano, nos recibe así: A ver ¿qué quieren? Explicamos: Venimos por esta
razón, nos da vergüenza andar en las calles y que la gente nos vea, porque no podemos hacer nada. Y no
podemos hacer nada porque no tenemos dinero, de tal manera que venimos a pedirle a usted, para este objeto.
Preguntó Enríquez: ¿Cuánto quieren? Un millón de sucres, contestamos. Si el presupuesto era cuatro
millones, lo que pedíamos era una suma fabulosa. Pero ¿de dónde les doy, pues? Imposible. Vean, hay el
Parque de Mayo, eso parcelen y sacan harto dinero. Alegamos: General, no. Ese es el único espacio verde
grande que tiene Quito
GMW: ¿Cuál era ese?
JIL: El Ejido, pues. Ahí hay un sector donde juegan pelota. O sea es el único estadio que hay en Quito,
general.... ¿Cómo podemos hacer eso? Y él sigue: Bueno, vean, el perímetro del Parque de Mayo es 2.530
metros. Todo eso, urbanicen ustedes. Y nosotros: Vea, general, olvídese de todo esto. No le toque al Parque
de Mayo, lo que necesitamos es dinero. Dice: Bueno, les voy a dar un millón de sucres. A los tres o cuatro
días, nos llaman: Ya han dejado 500 mil sucres. Respondimos: No, señor. Un millón era, y se acabó
GMW: (Risas)
JIL: Fuimos otra vez allá. Entonces: Hay este asunto, general. Señala: Yo he dado un millón. Rápido le
referimos: Pero sólo nos han llegado 500 mil. Él continúa: Es que he dado, 500 mil a Quito, y 500 mil, a
Guayaquil. ¡Si no, me botan! ¿Cómo les voy a dar solo a ustedes? No pudimos hacer otra cosa, sino aceptar
la situación. Me acuerdo, ahí conversando para que nos de el millón de sucres, le digo: Vea, general, a
mí me pasó un chasco, una cosa gravísima. Pasaba por ahí, cerca del municipio, y me dicen: Vea, señor
¿dónde queda la olla municipal? -Porque en Guayaquil había la olla municipal donde daban comida
gratuita, o comida barata a la gente del pueblo- Aquí no tenemos olla municipal ¡Solo tenemos, la Mama
Cuchara! (Risas) Así tratábamos con él estas cosas... Entonces, compramos a la dueña de La Carolina,
era una señora María Barba, de las riquísimas de Quito
GMW: ¿De los Álvarez Barba?
JIL: No, de otros Barba. Madre de doña María Augusta de Escudero, dueña de la hacienda La Granja,
donde se hizo la urbanización La Granja. La dueña de La Carolina, que tiene 180 hectáreas, quería
hacer una urbanización pero ante unas exigencias municipales, dijo: No. A este paso, el municipio se me
lleva toda la hacienda, más vale les vendo, y así compramos la hacienda La Carolina en dos millones de
sucres, que era la mitad del presupuesto municipal ¡Y cómo nos ha servido! Entonces, yo me valgo
también de esto siempre: cuando se siembra, se cosecha. Buscando espacio verde para Quito, vengo a
ver ese espacio verde que compramos en esa ocasión
GMW: Le queda al frente
JIL: Claro. En el año 1945 estuve otra vez de concejal, y en La Magdalena se presentó la posibilidad
de comprar la hacienda Mena; 300 hectáreas compró el municipio, 100 hectáreas para urbanización y
las demás...
GMW: De ladera
JIL: Un poquito. Pero era para hacer fincas vacacionales y vender, todo eso se urbanizó. Creo que
compramos en cinco millones de sucres e hicimos un parque de 70 hectáreas y el resto de lo que
vendimos sirvió para capitalizar al Municipio de Quito, porque hace unos 20 años valía mucho el
terreno aquí. Edelberto Bonilla me conversaba que alguna vez Antonio Salgado, que fue mi vicerrector
en la universidad, le preguntó: Edelberto, tú casa ¿dónde está? A lo que le dice: No tengo nada todavía
aquí, ni terreno. Y Salgado: No, no, tienes que comprarte terreno. En esa época vendían al lado de El
Caracol unos terrenos municipales urbanizados a 3.500 sucres el metro cuadrado, a cuatro años plazo.
Le dice: Yo me compré. He podido hacer mi casa así
GMW: Y luego de esta Junta Municipal ¿usted va al ministerio?
JIL: Bueno, esa fue la primera cuestión
GMW: Porque para la historia, el gobierno de Enríquez ha quedado como uno de los gobiernos más
progresistas
JIL: Claro. Y le pusimos una placa en la entrada del Palacio de Gobierno. Allí está, por la ayuda que
dio al Municipio de Quito, yo le agregué: porque fue el propulsor del Derecho Social en el Ecuador.
Así fue, pues. Y, entonces, tiene constancia el Municipio de Quito, desde luego. A ver, estaba el
gobierno del doctor Velasco, y era vicepresidente, Carlos Julio Arosemena Monroy42
GMW: Pero eso es posterior
JIL: Sí, posterior
GMW: Entonces, -yo me he saltado-, en alguna parte leí cómo se habían eliminado los huasipungos
de la hacienda Zuleta
JIL: ¡Ah! Bueno, claro
GMW: ¿Esto es con Plaza?
JIL: No. Plaza ya no era Presidente, sin embargo hizo la Ley de Reforma Agraria de acuerdo con la cual
debía acabarse con esas modalidades de trabajo. Y verá lo que pasó. La dueña de la hacienda La Granja,
María Augusta de Escudero, mujer rica y asesorada por los jesuitas, tenía una hacienda en Tambillo, otra
en Machachi. Ella estaba en todo eso de la doctrina de la Iglesia Católica; así que vino un día la señora a
mi despacho, y me dice: Doctor, yo quiero hacer una fundación para dar vivienda barata a los habitantes de
Quito, y quiero que usted me haga los estatutos de la fundación. Se va llamar ‘Mariana de Jesús’. Me llamó
la atención porque una mujer rica, y que me viniera a ver a mí para pedirme esto. Yo la acogí con buena
voluntad, porque era una labor social
GMW: Pero con sorpresa
JIL: Con sorpresa, pues ¿no? Hicimos eso. Pasa el tiempo y no nos volvimos a ver sino cuando por la
Ley de Reforma Agraria se eliminaron los huasipungos; entonces viene otra vez -y última vez que viene
la señora- a pedir mis servicios: Quiero que me ayude a arreglar esta situación de mis huasipungueros. Esto
es como hace más de 30 años... Bueno, a algunos les tocaba tres mil, cuatro mil, cinco mil sucres, que
era un capital enorme. Le digo: Vea señora, si es que ellos reciben esta suma de dinero, probablemente no
sepan administrarla
GMW: Se puede acabar en seguida
JIL: Claro, se van a una cantina y desaparece todo el dinero. ¿Por qué no hacemos la entrega, más vale,
en terrenos? Ellos, los huasipungueros de la señora, también querían eso, así que convenimos en darles
terrenos; a algunos les correspondían nueve hectáreas en una hacienda donde llegaba carro y tenía por
ahí la acequia correspondiente. Contentos quedaron los campesinos, y la señora también tranquila y
contenta. Al cabo de un año de esto, a las seis de la mañana -yo vivía todavía en la Guayaquil-, me
golpean la puerta ¿Quién es? Y oigo: Yo... ¿El doctor Lovato está aquí? Sí, soy yo… Salgo y me encuentro
con un campesino con poncho, bufanda, botas de caucho, en ese calor, y me dice: Doctorcito, usted que
nos hizo de dar los huasipungos, ahora le traigo lo que produce mi huasipunguito. Me había traído un saco
de habas tiernas, me dice: Ahora, yo siembro, yo cosecho, yo cuido, y vengo a vender en Guayaquil. Lo cual
me pareció un acierto, sin el intermediario. Siguió: Ahora estoy bien. El campesino era magnifico,
interesante, correctísimo. Entonces, el Galo Plaza, me dice: Ve, Juan Isaac, yo he visto que has hecho esta
cuestión de los huasipungos. A mí, a veces, me siguen ciertos agricultores, quiero hacer lo mismo en Zuleta.
Hagamos esto. Y había como 100 indígenas en el sector que refería el Galo, así que el Lucho Miño que
era ingeniero, discípulo nuestro, se encargó de la parte de ingeniería y yo de la parte jurídica, y les
hicimos igual, les entregamos una extensión inmensa de terreno a los trabajadores del Galo Plaza
GMW: Me contaron que usted no tuvo participación en el gobierno de Galo Plaza, porque estaba en
la dirección del Partido Socialista, y él había dicho una vez: Bueno, si los conservadores me siguen
molestando mucho, yo lo llamo de ministro al Juanito. (Risas)
JIL: Y recuerde una cosa, él era un tipo inteligente y pidió la colaboración del Partido Socialista,
nos ofreció el Ministerio de Educación y el Ministerio del Tesoro
GMW: O sea, Finanzas actual
JIL: Pero denme una terna, nos dijo, no me den un solo nombre. Para ministro del Tesoro, denme alguien de
Guayaquil, porque si no tengo dificultades y tenía razón
GMW: El manejo económico
JIL: Le hicimos la terna. Era para educación: Juan Isaac Lovato, Carlos Cueva Tamariz, y el que fue
ministro de Salud de Borja43
GMW: Plutarco
JIL: Plutarco Naranjo... Y en el del Tesoro: Colón Serrano, en primer lugar. Y dicen los socialistas:
Bueno, usted doctor Lovato presida la comisión para ir a indicarle esto al señor Galo Plaza. Entonces me
fui allá, así de natural, él era afectuoso y recibió a la comisión admirablemente bien, en su oficina en
el Palacio Presidencial, y dice: ¿Ya me traen las ternas? Nosotros: Ya, ya están. Dice él: A ver ¿cuáles son?
Entonces, yo que sabía el valor de Carlos Cueva Tamariz, que valía mucho más que yo en esta materia,
le mencioné primero su nombre: A ver, para ministro de Educación, Carlos Cueva Tamariz. Aceptado,
respondió. Los que estaban conmigo reclaman: señor Presidente, estaba primero el doctor Lovato, hubiera
sido interesante que le nombre a él. Pero si le nombro, van a decir que es una cuestión de amistad, explicó.
Así que estuvimos de acuerdo. Colón Serrano. Aceptado. Y finalmente dijo: Es que estás pugnas entre
alfaristas y placistas están mal, pasó entre los padres, pero entre los hijos ya no puede caber, y estaba feliz de
que a un hijo del general Serrano, que fue preso
GMW: Manuel Serrano44
JIL: Sí… le nombra su ministro del Tesoro, y fueron unos ministros de lujo que reforzaron al
GMW: Y además, que crearon, con Plaza por supuesto, una estabilidad democrática ¿no?
JIL: Claro, claro, y que en sus ministerios lo hicieron de maravilla. Él decía: Yo quiero un gobierno de cuatro
años, quiero que el Presidente le entregue al nuevo elegido
GMW: Constitucional
JIL: Y eso, lo hizo con Velasco Ibarra
GMW: Con Ponce45 también
JIL: Y Plaza lo hizo. Así, se quedó tranquilamente a pesar de que no estaba de acuerdo con las formas
de Velasco; Plaza tenía demostración de inteligencia, conocía la parte que se necesitaba para hacer un
buen gobierno, es lo que pasó. Bueno, estábamos hablando de lo del ministerio. Viene el doctor
Velasco Ibarra, y de Vicepresidente de la República, Carlos Julio Arosemena Monroy; al poco, golpe
de Estado: Arosemena preso en el penal. Ya después que pasó todo y lo ponen de Presidente como le
correspondía al doctor Arosemena, yo estaba un día trabajando en mi despacho y me dicen: Doctor
Lovato, el doctor Carlos Julio Arosemena quiere hablarle. Y Carlos Julio Arosemena: Doctor Lovato, quiero
que me haga el favor de aceptar el Ministerio de Previsión Social y Trabajo. Digo: No, no, no. Pero, doctor
Lovato, están pasando los aviones, hágame el favor de venir, yo quiero que sea y conviene que sea usted,
hágame el favor de venir, insistió él. Entonces me fui. Llego allá, y sentí, en efecto, me pareció una
obligación cívica. Se armó un muy buen gabinete
Pero recuerdo que después de unos cinco o seis meses, creo que fue, el coronel Naranjo estuvo de jefe
de Zona en Cuenca, y él se levantó y dijo: No. (Además, era la cuestión con Cuba), y habló este coronel:
Hay que separarle al doctor Lovato... porque es filo comunista. Esto era una mañana que yo oí esta noticia,
y decidí irme al Palacio de Gobierno. Y le comenté: Presidente, hay esto… Le dije que esto le iba a traer
dificultades, que incluso ya se estaban presentando: No quiero que las tenga, le voy a traer mi renuncia.
Se quedó preocupado. Ya después se informó de todo. Nos convocó e indicó lo que había pasado, y
mi actitud. Entonces, todos resolvieron presentar sus renuncias en un acto de inteligencia y de saber
político. Los partidos fundamentales en ese entonces eran el Conservador, el Liberal y el Socialista.
Pues bien, pudo haberme aceptado la renuncia solamente a mí, pero no lo hizo así, aceptó la renuncia
del ministro de Gobierno, que era el doctor Cornejo, liberal; la del ministro del Tesoro, que era el
cuencano Capullito de Amancay, pues
GMW: Arízaga Vega
JIL: Arízaga claro, y a mí
GMW: Uno por cada sector
JIL: Fue un acto de inteligencia. Yo me acuerdo cuando hicimos una marcha desde el Palacio
Legislativo hasta el Palacio de Gobierno, y el Señor Presidente dijo: El pueblo es así, unas veces, ensalza
el ego, y otras veces, a los mismos nos pone debajo. Era un hombre magnífico Carlos Julio Arosemena, era
un hombre inteligente, cultísimo, y como no podía ser de otra manera, de una gran lealtad para
nosotros, y nosotros para con él. No había ninguna segunda intención, yo siempre tengo ese mejor
recuerdo
GMW: Sin embargo, ahí hay un dato que es complicado, porque según el diario de la CIA46 de Philip
Agee47, Manuel Naranjo Toro, que era socialista, estaba al servicio de la Embajada Norteamericana
JIL: Así decían, así decían. Sí, parece que lo mantuvo...
GMW: Claro, él tampoco sabía, porque el diario de Agee salió mucho después. Hagamos una
retrospectiva un poquito anterior a esto, incluso a lo de Plaza, y vamos al fin del gobierno de Arroyo y
la Gloriosa, y la Constituyente
JIL: Respecto a la época del doctor Arroyo, yo estaba de secretario general del Partido Socialista y en
consecuencia en pugna con el liberalismo, y en consecuencia, en pugna con el doctor Carlos Arroyo
del Río. Con él de Presidente de la República viene la invasión peruana que conmovió a todo el país,
y me acuerdo que estaba trabajando en mi despacho, y me dicen: Juanito, hay una gran manifestación
popular, que va a llegar al Palacio de Gobierno, usted como secretario general, haga oír la del partido.
Vámonos. Me fui, y en efecto, ya llegaba la manifestación desde el sur, ya estaba cerca de la universidad,
cuando llegué hasta debajo de los balcones del Palacio de Gobierno, y llegaron también los otros y se
plantaron ahí, y yo empecé diciendo: Nosotros somos enemigos de la guerra, y hubo un sacudón. En esos
instantes, hablar que uno es enemigo de la guerra... Vi eso, y reaccioné inmediatamente: Una guerra
injusta como la que el Perú está haciendo contra nosotros. Pero hay otra guerra justa, que es la de defensa,
con esa sí estamos. Se cambió el ánimo, y seguí: Entonces, ahora, frente a estas circunstancias nacionales,
lo que tenemos que hacer es unirnos, y todos estar cobijados alrededor del emblema nacional. No quise decir,
alrededor del Presidente de la República, ni nada por esta pugna
GMW: Claro
JIL: Esto le había aguardado a Arroyo del Río por lo que después, con el doctor Humberto Albornoz48,
convinieron en conformar una...
GMW: Un frente cívico
JIL: No. Convinieron en formar la Junta Patriótica de Defensa Nacional, la primera se había formado
en 1910
GMW: Con Alfaro49
JIL: Claro, así mismo los tres partidos. Tenía que estar un liberal a la cabeza, don Julio Moreno ,
50

director del Partido Liberal y presidente del Congreso Nacional, y también pues presidente de esta
junta. Por los conservadores, Jacinto Jijón y Caamaño51, tesorero, y, por el socialismo, Juan Isaac
Lovato, secretario, y había además, pues, otros trabajadores, militares, industriales, etcétera. Una junta
de más de 20 personas, eso fue. Y había que trabajar en esto, fue esta situación con el doctor Arroyo
del Río, nosotros vimos empeño pero estuvimos solos, solos absolutamente
Entonces digo esto, porque era bien difícil en ese tiempo, o más bien los socialistas decíamos, estos
traidores a la Patria ¿y por qué razón?, y aquí lo digo: El país, la nación, la Patria, que son como un gran
árbol cuyas raíces lo unen a la tierra, que son lo que hemos vivido ayer, hace un año, 100, 1.000 años atrás.
Que son nuestra historia, nuestros antepasados y lo que ellos hicieron, tanto material, como espiritual y
culturalmente. Este país, esta nación, esta Patria, cuyo territorio ha tenido graves vicisitudes producidas,
entre otros factores, por la bien calificada por Delio Ortiz, ‘Diplomacia de Gansters’. Sí, seguramente, ante
todo diplomacia…, de engañifa y enredo, de tinterillaje y viveza practicada en América por todos los países
hermanos pero en la que somos especialistas los súper hermanos, los bolivarianos. Sobre todo cuando se cree
en una relación circunstancial de fuerte a débil, de eso vivimos y a un siglo miserable de fraternidad
americana, bolivariana, gran colombiana, palabras grandes, fanfarria clarinante. En los días recordatorios
de batallas, promesas y juramento de amistad eterna, con copa de champagne en las manos. Los días de la
raza, tratamiento de hermanos, la hermana del norte, la hermana del sur, la del oriente y la del occidente;
en nuestro caso, nosotros los ecuatorianos tenemos una hermana, tan frenéticamente amorosa, que ya con el
apoyo de otras hermanas está llegando a ser la hermana en todos los puntos cardinales, y por debajo la
transacción vergonzante -lo que pasó con Colombia-, de unos a expensas de otros, el respeto y el adulo al más
fuerte, con perjuicio del débil, sobre todo, la usurpación lenta, taimada, odiosa, que aprovecha todos los
momentos de dolor o de crisis de una hermana, para lanzarle zarpazos felinos a su territorio y luego, en
1943, estamos solos, totalmente solos... que son las Cartas al Ecuador de Benjamín Carrión
GMW: Claro
JIL: ... Porque hemos descuidado ser ricos y fuertes, el espíritu continental es un bello, grande y
engañoso mito, etcétera. Es que estuvimos solos absolutamente solos, no podíamos hacer nada más,
sino sujetarnos a eso, porque teníamos la amenaza de bombardearnos Guayaquil y eso no lo podíamos
tolerar, hemos de izar bandera blanca. Y ¿qué pasaba con los que fueron invadidos? Corrían y salían
asustados de allí, pues
GMW: El Oro y Loja, también pudieron haber sido de ellos
JIL: En la Junta Patriótica Nacional, se estableció que no teníamos armamento, no teníamos un
avión... Se fue el señor Jacinto Jijón Caamaño a los Estados Unidos y regresó: He encontrado un avión
particular, voy a ver si es que es posible hacerlo bombardero
GMW: (Risas)
JIL: En esas condiciones estábamos nosotros, esa era la terrible, angustiosa situación; entonces, ya no
era asunto de traición de Arroyo del Río y esto estableciendo los puntos
GMW: Claro, no había nada qué hacer
JIL: Generalmente, para los cargos en los que he estado, me han solicitado, me han pedido. Vino el
gobierno del señor. Clemente Yerovi
GMW: ¡Ah! posterior
JIL: Se lo hizo Presidente de la República
GMW: Presidente interino ¿no?
JIL: Asimismo, estuve trabajando y una llamada de la Presidencia de la República: el señor Presidente
dice que haga el favor de venir un momentito. Bueno, fui y entonces iba pensando ¿para qué será? Yo era
amigo de Yerovi, pero no muy relacionado, saludábamos, habíamos estado juntos pocas veces
GMW: Él era más ligado a los bancos de Guayaquil ¿no?
JIL: Claro, no podía ser de otra manera. Llego allá, como éramos amigos, le digo: señor Presidente, deseo
que usted pueda hacer un buen gobierno, que tenga éxito, para tranquilidad suya y beneficio del país. Y me
contesta: Muy bien. Para eso mismo quiero que usted me ayude y quiero que sea el Procurador General del
Estado. ¿Qué podía hacer? Acepté ese cargo porque me parecía necesario, conveniente, útil. Y, en
efecto...
GMW: Pero hace una junta nefasta ¿no?
JIL: Trabajamos ahí. Jorge Carrera Andrade que era ministro de Relaciones Exteriores, a veces me
decía: Bueno, la tranquilidad con la que usted plantea las cosas, me da mucho gusto. Jorge Carrera
Andrade, un tipo magnífico, valioso
GMW: Doctor, disculpe la interrupción... A propósito de Carrera Andrade ¿usted alguna vez fue
bohemio?
JIL: No
GMW: Porque Carrera, sí lo era
JIL: Bueno, Carrera hizo su vida, como él la quiso hacer. Cuando llegó de Europa, Plutarco Naranjo nos
invitó a su casa a Jorge Carrera Andrade, Augusto Arias53, Miguel Ángel Zambrano, otro poeta que se
fue de embajador a Paraguay, me parece, y a mí. Y era de verles, Jorge Carrera Andrade y Augusto Arias,
que tenía una memoria formidable, le decía: ¿Te acuerdas, Jorge, el último verso del soneto...? Ni sé cuál.
Pero él si sabía, y recitaba. Pasamos la noche hasta el amanecer, tomando unas copitas. Después nos
lamentábamos: ¿Por qué no grabamos, esto? ¡Qué hermoso hubiera sido! Se acordaban las cosas que habían
pasado, por ejemplo, este dato, verá: Augusto Arias había tenido unas amigas por cerca del Normal Juan
Montalvo, y siempre se iba a visitarles, y alguna vez les ha dicho: Les voy a traer a un gran amigo, a un
gran poeta. Bueno, tráigale no más, Augustito. Y le lleva al Jorge Carrera Andrade. Llega y ve por allí un
individuo que estaba con botas, y se le ocurrió que ese hombre quería pelear con él y se acordó de las
reglas del boxeo: el que primero pega, pega dos veces (Risas)
GMW: ¿Y lo golpeó?
JIL: Jorge Carrera era altísimo, claro le golpeó. ¡Fue un escándalo tremendo! Entonces, antes de que
sucedan mayores cosas, el Augusto lo cogió al Jorge y se fueron. Esas chicas quedaron hecho una
calamidad... (Risas). Vuelve a los ocho días el Augusto, y le dicen, así conversando: Pero Augustito, cómo
ha de hacer eso, usted dijo que iba a traer un gran poeta y lo que trajo fue un gran boxeador (Risas)
Pasarse conversando con Jorge Carrera Andrade, era una maravilla. Un día dice: Vamos a hacer una
visita, al Quito antiguo, al Quito de los tiempos de él. Y nos fuimos por cerca de La Tola, a una
cantinita, entramos, nos pedimos unas cervezas y nos tomamos; no nos han de haber conocido. Había,
por ejemplo, esto: se reunían los días sábado, supongamos por ahí en la calle Loja a conversar -eso sí
conversar- no era solo beber. Conversar, embromarse, hacer poesía, y demás. Pasaban hermosamente.
Una tarde, se habían ya terminado los cigarrillos y entonces el Terrible Martínez dice: Cerebro y acción,
cerebro y acción. ¡A buscar cigarrillos, sin miedo! Iba a una de las tiendas de la Loja, donde venden
aguardiente, pan, cervezas, cigarrillos: Buenas tardes, distinguida señora. ¿Qué se le ofrece? ¿Tiene full
blanco? Sí, sí, señor ¿Tiene full negro? Sí. Ah!, qué bien que está. A ver, deme full negro. Deme full blanco.
Bueno, distinguida señora, muchas gracias, hasta luego ¿Y la plata de los cigarrillos? ¿De cuáles, distinguida
señora? Del full negro, pues. Pero si le cambie con el blanco, pues. ¿Y del blanco, donde está…? Y acaso estoy
llevando el blanco (Risas). Entonces, la señora le decía: ¡Bueno, señor, dejo a su conciencia! Y así, de forma
tranquila hasta que haya dinero para ir a depositarle a la señora, se llevaba los cigarrillos. Ya le digo,
estuve dos veces con Jorge Carrera, pero esa que estuvimos donde Plutarco Naranjo fue una verdadera
maravilla. Repito, decíamos ¿Cómo no se grabó eso? Hubiera sido una cosa formidable, tener todo eso
GMW: Y una cuestión que a mí me dolió es que no terminó debidamente Jorge Carrera Andrade. Él
debió tener otro fin, mayores comodidades económicas, después de todo lo que había sido
JIL: Y lo mismo con Hugo Moncayo55; yo le traté a Hugo Moncayo cuando era estudiante
universitario, era liberal y salíamos en manifestaciones siendo estudiantes de la universidad. Después
hicimos un viaje con los estudiantes universitarios, con los que terminaron en el curso en el año 52
GMW: Ahí tengo una serie de anotaciones. Usted intervino en todo lado; incluso, estuvo cuando
falleció Eva Perón56
JIL: Sí, pues
GMW: Eso está todavía largo de conversar
JIL: Bueno, nos fuimos, fue un curso magnífico ese, y llegamos a Bolivia. En La Paz no había sino
cuatro ecuatorianos: tres de la embajada, y uno que era cuencano que había ido como director de un
circo. Ahí conocimos una cosa formidable el valor político, literario de Hugo Moncayo. Y murió
trabajando en el archivo de la Biblioteca Municipal, ¡no puede ser! Él debió tener una pensión que le
permitiera desarrollar su producción intelectual, son las cosas que me han dolido profundamente.
Lo mismo que Jorge. Y lo mismo que Romero y Cordero57, León no tanto. Pero el gran poeta nuestro,
el que fue premiado aquí, pues, el que tiene la Romería de las Carabelas, me angustiaba de verle de juez.
No me parecía que debiera estar de juez un gran poeta, encima después una vida tan mal remunerada.
A él se le debía decir, haber tú te vienes acá, vas a tener esta renta, pongamos en ese entonces, de 200
mil sucres. Y todo lo que escribas después de un año, dos años, te lo publicaremos. Así hubiera sido.
Me angustiaba, eso ha sido para mí una angustia, y Remigio es un gran tipo, bondadoso en extremo,
de él tengo esto, por ejemplo
GMW: (Lee) Para Juan Isaac Lovato, afectos y consideraciones de Remigio Romero y Cordero, Quito, 21 de
marzo de 1957, en la obra Horacio, Odas y Epodos
JIL: Traducción
GMW: Traducción
JIL: Formidable ¿no? Estas cuestiones así, que me han dolido tremendamente, que exponentes de la
cultura terminen así
GMW: Por razones de tiempo es imposible hablar tanto, pues ¿no? Tenemos que tener otro día más
JIL: Yo estoy abusando de eso
GMW: No, al contrario, yo estoy quitándole su sábado
JIL: No, no
GMW: Tenía anotado algo que me parecía importante respecto a este último tema, a lo que usted se
refería con tanta emotividad. Dice que Galo Plaza muy hábilmente y muy justamente nombró
diplomáticos a gente como Jorge Carrera Andrade, Gonzalo Escudero58, Jorge Icaza59, Jorge
Fernández60, Adalberto Ortiz61, Luis Maldonado, Demetrio Aguilera62, Leopoldo Benítez63, Alfonso
Rumazo64, Jorge Salvador Lara65, es decir, que sí hubo un reconocimiento a la intelectualidad
JIL: Claro, es que él se educó... La vida de los Plaza era una vida austera. Al general Plaza no le gustaban
las diversiones ni cosa parecida
GMW: ¿No era la vida de la gran burguesía que parecía?
JIL: No, absolutamente. Ellos, a veces, se ranclaban escalando. Ahora, claro cuando se trataba de estar
en algún...
GMW: Acto social
JIL: Tomaban pero suave. Esta era la cuestión, él tenía un gran concepto de la cultura, es que se había
educado allá, en Estados Unidos. También estudió en mi colegio, procuramos ser un gran curso, y lo
fuimos, una cosa interesante
GMW: Volviendo a Juan Isaac Lovato mismo ¿cómo sucede la nominación a la diputación a la
Asamblea Constituyente después del 28 de mayo, es decir, la del 45?
JIL: En ese entonces, yo estaba en muy buena situación política y, en consecuencia, podía ejercer
influencias. Empezaron a nombrarse diputados funcionales, y yo podía haber optado por eso, pero me
dije: Veamos, aquí más vale ir a la elección popular. Y yo fui diputado por elección popular. Estuvimos
José María Plaza, Gustavo Buendía, no me acuerdo qué otro estudiante, y yo. Y así ganamos la elección,
estábamos en una situación política magnifica
GMW: Y se habla de, quizás, uno de los últimos congresos formado por grandes personalidades del
país. Porque luego viene ese proceso que, entiendo yo, fue degradado por el CFP (Concentración de
Fuerzas Populares) y el velasquismo, donde ya se llegaba por mayoría nada más
JIL: La Asamblea del año 1945, con razón tiene merecido el respeto. Hay una cosa más, el doctor
Velasco se apresuró a convocar a la Asamblea, le dijimos: Pero si no hay un proyecto de Constitución ¿no?
Y, a veces, teníamos que teorizar sobre lo que tenía que ser el Estado, las funciones, tener preparado
algo. Pero fue una de las magníficas Constituciones y le pusimos novedad porque ahí construimos un
capítulo para el trabajo, otro para la cultura, otro para las finanzas, fue la primera vez que se desarrolló
así
GMW: O sea, una modernización de la Constitución
JIL: Una modernización en ese aspecto. Lo decía Pedro Saad66: allí se agotaron las letras del alfabeto,
para poner cuáles eran las garantías constitucionales del Ecuador, porque hay desde la A hasta la Z. Y
después, la economía y la educación
GMW: Es decir, lo que podríamos considerar como dos grandes logros sucedidos a partir del 28 de
mayo del 44, serían esa Asamblea Constituyente del 45, y la creación de la Casa de la Cultura
Ecuatoriana
JIL: Y después aprobamos la Ley de Elecciones. Antes de la Ley de Elecciones, en efecto, las elecciones
se decidían en el Palacio de Gobierno
GMW: A dedo
JIL: Iban allá, firmaban los registros y votaban por lo que ya se había establecido. Lo mismo buscaban
los conservadores, que venga gente capaz, bien preparada, por el tiempo de Plaza pudieron hacer cosas
muy interesantes; pero, lo mejor fue que hicimos la Ley de Elecciones, con esa modalidad
GMW: Creo que me contó que también intervino Manuel Medina Castro67
JIL: Claro, sí. Hicimos la nueva Ley de Elecciones, con reformas y todo lo demás. Por eso, se mantiene
lo fundamental
GMW: Los principios democráticos
JIL: Y la forma de elegir ya con este nuevo sistema nuestro. Además, se aprobó una Ley de Régimen
Municipal. Ahí fue la primera vez que la Comisión Legislativa aprueba el Presupuesto del Estado, y
me parece que estaba Mogollón de presidente de la comisión respectiva, un gran tipo, socialista
GMW: ¿Y cómo se logró el dominio, prácticamente, en el Congreso?
JIL: Bueno, respecto de esto se aplica Néstor Mogollón, y aprobamos el presupuesto correspondiente,
se lo lleva al doctor Velasco Ibarra, había gastos extraordinarios en ese entonces de unos cinco o seis
millones de sucres, entonces después de leer, dice: ¿Pero cómo? Si ya tengo ofrecido mucho más... Es que
él era así... Ahora ¿cuál era la pregunta suya?
GMW: Es que había una representación socialista y comunista de primer orden, creo que es la primera
y última vez
JIL: ¡Ah, bueno! es que nos habían visto trabajar. El socialismo y el comunismo dirigían la clase obrera
del país. También habían visto que estábamos en la pelea, que nos habían perseguido y cogido presos,
y tercero, o tal vez primero, éramos gente respetable por nuestro modo de ser, capacidad, prestigio
intelectual, prestigio profesional, corrección
GMW: Honestidad
JIL: Incluso, en nuestra vida privada. Todo eso nos sirvió y luego, pues, estábamos en la época del fin
de la Segunda Guerra Mundial, con ideas nuevas. Era también la nueva idea que nosotros
manteníamos, y eso nos sirvió de base. De tal manera, que fueron los principios, y los hombres con
estos principios y con este modo de ser, que atrajeron las simpatías populares
GMW: Perfecto, en una revista de fotografías publicada por la Universidad de Guayaquil, con archivos
del licenciado Elías Muños Vicuña68, consta la primera foto de la constitución de la Confederación de
Trabajadores del Ecuador, en la que aparece Víctor Hugo Briones69
JIL: Socialista
GMW: Pero en la parte central, en las dos sillas principales están Juan Isaac Lovato y Pedro Saad
JIL: Es que había esta cuestión, él dominaba a la clase trabajadora en razón de servicio ¿no? Y yo tenía
asimismo, una consideración aquí en Quito, seguramente porque era el asesor jurídico de todas las
organizaciones. Después el doctor Arroyo le trajo a Pepe Chiriboga Villagómez, para ver por aquí por
allá... Bueno, y vimos que era necesario conformar la CTE, para lo cual convocamos a elecciones en
una gran asamblea de trabajadores en Quito; en Guayaquil era más fácil atraer un mayor número de
organizaciones. Candidatos a la presidencia de la CTE: Pedro Saad y Juan Isaac Lovato. Ganó Pedro
Saad. A mí me pareció muy bien también, un tipo valioso, magnífico. Vicepresidente, yo, por tal razón
salgo en la foto. Y llegamos a un entendimiento, que no rivalicemos, que no nos demos a la pelea, y
mantuvimos la unidad para cosas que nos sirvieron mucho y para que la clase trabajador pudiera
afianzarse. No pelearse. Había estos afanes. Y lo mismo hicimos en la universidad, llegamos al
decanato. ¿Cómo vamos a pelear, pues?
GMW: ¿En qué año llegó al decanato, doctor?
JIL: No recuerdo con precisión cuándo fue
GMW: ¿Y al rectorado?
JIL: Al rectorado en el año 1967. Pero yo fui dos períodos decano, entre los 50 y los 60. Así que
mantuvimos la unidad y eso nos ha servido. Era fundamental. Volviendo a que somos unos caníbales,
pues allí procurábamos no serlo. Además, a Pedro Saad, como diputado lo consideraban, los
conservadores lo respetaban, era un hombre que sabía mucho, sabía expresarse, y que tenía, pues, apoyo
de los trabajadores
GMW: Dicen que es antológica, una interpelación que le hizo Saad a Camilo Ponce
JIL: Yo también intervine ahí
GMW: ¿En la misma?
JIL: Después, sí. El Partido Socialista le llamó, con ese era de tirar a matar, por esa razón fue y duró
largo. Yo, secretario general tenía que hablar al último, dejar que hablaran mis compañeros, fueron
cuatro socialistas los que estuvieron allí. Y yo, ya vi: había una gran mayoría conservadora; entonces
decidí no proponer voto de censura, y me dije: No propongo eso sino simplemente que se expongan
los hechos, y eso resultó importante porque mientras yo hablaba ya estaban recogiendo las firmas, y
un voto de confianza para Camilo Ponce Enríquez
GMW: O sea que estaba perdida la pelea ahí
JIL: Claro. Después vinieron, entre ellos Benjamín Carrión, y dijo que fue un acierto que se procediera
de esa manera, y quedamos bien ¿no? Lo que queremos es solamente exponer estos hechos, que son
censurables70
GMW: Ha sido un verdadero placer doctor Lovato
JIL: Gracias a usted

 
Citas
 
1.   Henry Miller (New York, EEUU, 26 de diciembre de 1891 - Los Ángeles, EEUU, 7 de junio de 1980),
escritor. Una de las figuras más representativas de la literatura norteamericana del silgo XX
2.   Sastre
3.   Julius Henry Marx, artísticamente: Groucho Marx (New York, EE UU, 2 de octubre de 1890 – Los
Ángeles, EE UU, 19 de agosto de 1977), escritor, actor y humorista. Integrante de los Hermanos Marx,
junto con sus hermanos Chico, Harpo, Gummo y Zeppo
4.   Gay Talese (Ocean City, EEUU, 7 de febrero de 1932), escritor y periodista. Impulsor del Nuevo
Periodismo
5.   Giovanni Vattimo (Turín, Italia, 4 de enero de 1936), filósofo y político. Incursionó en el estudio del
llamado postmodernismo
6.   Revolución Juliana, 9 de julio de 1925, al mando del mayor Idelfonso Mendoza. Es la primera vez, y
como resalta Fernando Tinajero, en que se habla de un nuevo régimen en beneficio de las condiciones
de vida de la clase proletaria en el país, y curiosamente proviene de un mayor del Ejército, un militar
apelando al contexto social. El 9 de julio de 1925 un golpe de Estado protagonizado por la Liga Militar
derroca al presidente Gonzalo S. Córdova y lo sustituye por una Junta de Gobierno de siete miembros.
Se inicia la Revolución Juliana por desgaste del Estado liberal, y como reacción a la plutocracia,
hegemonía de la banca privada sobre el Estado
7.   Muñoz García, Hugo, Juan Isaac Lovato, en Pequeñas Grandes Biografías, Quito, Ecuador, Banco
Central del Ecuador, 1992, p.117-139
8.   Gloriosa, llamada así la Revolución del 28 de Mayo de 1944, levantamiento popular contra Carlos Arroyo
del Río que puso a Velasco Ibarra en la Presidencia de la República, quien luego la traicionó
9.   Segunda República Española, régimen democrático de tendencia socialista, proclamado en España el
14 de abril de 1931 en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII. Fue depuesta el 1 de abril de 1939,
dándose paso a la dictadura del general Francisco Franco
10.   Raymond Meriguet (París, Francia, 9 de diciembre de 1910 - Quito, Ecuador, 1988), político, activista
antifascista francés radicado en Ecuador. Autor de la obra Anti-nazismo en Ecuador 1941-1944
11.   Carlos Alberto Arroyo del Río (Guayaquil, Ecuador, 27 de noviembre de 1893 - Guayaquil, Ecuador,
31 de octubre de 1969), Presidente de la República del Ecuador, derrocado por la Revolución del 28 de
Mayo de 1944, conocida como la Gloriosa
12.   Protocolo Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro, tratado firmado el 29 de enero de 1942 al finalizar
la Tercera Conferencia de Cancilleres de América, mientras el Ecuador sufría una invasión peruana
perpetrada el 23 de julio de 1941, durante la presidencia de Carlos Arroyo del Río. El instrumento
jurídico se implementó para terminar el conflicto limítrofe entre Ecuador y Perú, y cercenó al Ecuador
278.000 km de su territorio
13.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
14.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 – Guayaquil - Ecuador, 26 de
febrero de 1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta. Secretario general del Partido Comunista
del Ecuador desde 1952 hasta 1980
15.   Benjamín Carrión Mora (Loja, Ecuador, 20 de abril de 1897 – Quito, Ecuador, 8 de marzo de 1979),
escritor, político, diplomático y promotor cultural. Fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
16.   Alfredo Vera Vera (Guayaquil, Ecuador, 28 de junio de 1910 - Guayaquil, Ecuador, 18 de julio de
1999), abogado, escritor y político. Cofundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
17.   Muñoz Vicuña, Elías, Acto de su incorporación como Individuo de Número de la Academia Nacional de
Historia, Guayaquil, Ecuador, 1989. Disponible en:
http://anarquismoenecuador.blogspot.com/2012/10/el-movimiento-obrero-ecuatoriano-el.html
18.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de estas se autoproclamó
dictador. Completó su mandato constitucional en una sola vez. Lideró la escena política ecuatoriana
durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo al espectro de su influencia
política
19.   Galo Lincoln Plaza Lasso de la Vega (New York, EE UU, 17 de febrero de 1906 - Quito, Ecuador, 22
de enero de 1987), político y diplomático, presidente del Ecuador de 1948 a 1952. Secretario general
de la Organización de Estados Americanos (OEA) de 1968 a 1975
20.   Molina Villacís, Rodrigo, Juan Isaac Lovato, el anciano de la tribu. Disponible en:
http://issuu.com/isaaclovato/docs/entrevista_corregida
21.   Jorge Carrera Andrade (Quito, Ecuador, 18 de septiembre de 1903 - Quito, Ecuador, 7 de noviembre
de 1978), poeta y diplomático
22.   Alfredo Pérez Guerrero (Ibarra, Ecuador, 7 de mayo de 1901 - Quito, Ecuador, 19 de noviembre de
1966), jurista y lingüista
23.   Carrera Andrade, Jorge, Reflexiones, indagaciones y retratos, Quito, Ecuador, Centro Cultural Benjamín
Carrión, 2012, p.195
24.   Pedro Albizu Campos (Ponce, Puerto Rico, 12 de septiembre de 1893 - San Juan, Puerto Rico, 21 de
abril de 1965), político. Su vida fue una permanente lucha por la independencia de Puerto Rico,
respecto de EEUU
25.   Ángel Felicísimo Rojas (Loja, Ecuador, 20 de diciembre de 1909 – Guayaquil, Ecuador, 20 de julio del
2003), abogado y escritor
26.   Clemente Yerovi Indaburu (Guayaquil, Ecuador, 10 de agosto de 1904 - Guayaquil, Ecuador, 19 de
julio de 1982), político. Presidente interino del Ecuador del 30 de marzo de 1966 al 16 de noviembre
de 1968, luego de la Junta Militar de Gobierno
27.   Pedro Jorge Vera (Guayaquil, Ecuador, 16 de junio de 1914 - Quito, Ecuador, 5 de marzo de 1999),
escritor, periodista, catedrático universitario y político. Se lo considera un maestro de la narrativa
ecuatoriana y uno de los más importantes hombres de letras del Ecuador en el siglo XX
28.   Procuraduría General del Estado, Juan Isaac Lovato. Disponible en:
www.pge.gob.ec/index.php/documents/.../328-juan-isaac-lovato
29.   Ernesto Guevara, Che, (Rosario, Argentina, 14 de junio de 1928 - La Higuera, Bolivia, 9 de octubre de
1967), médico, guerrillero, político, escritor. Uno de los ideólogos y gestores de la Revolución Cubana.
Apresado y asesinado en Bolivia
30.   Tratado suscrito por URSS y países del Este el 14 de mayo de 1955, con el propósito de defensa y
unidad frente a la política internacional
31.   Jean-Paul Charles Aymard Sartre, conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre (Paris, Francia, 21 de
junio de 1905 - Paris, Francia, 15 de abril de 1980), filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista
político y crítico literario, exponente del existencialismo y del marxismo humanista
32.   Movimiento sucedido en Paris, Francia, debido a las prácticas represivas de la universidad contra los
estudiantes. Más tarde asumió un carácter anti status quo general
33.   Ver al respecto Gaceta UNAM, Universidad Autónoma de México, año 68, no. 10, disponible online
en http://www.dgcs.unam.mx/gacetaweb/suplementos/68-10.pdf
34.   Báez, René Báez, Memorial de Agustín Cueva, 2001. Disponible en:
http://www.naya.org.ar/congresos/contenido/49CAI/Baez.htm
35.   Lovato, Juan Isaac, Nociones acerca de las normas fundamentales del derecho Laboral, Quito, Ecuador,
Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1962, p.7-8
36.   Eugen Bertolt Friedrich Brecht (Augsburgo, Alemania, 10 de febrero de 1898 - Berlín Este, Alemania,
14 de agosto de 1956), uno de los más influyentes dramaturgos del siglo XX, creador del teatro épico
también llamado teatro dialéctico
37.   Medio de prensa escrito ecuatoriano de izquierda, ya desaparecido
38.   Alberto Enríquez Gallo (Latacunga, Ecuador, 24 de julio de 1894 - Quito, Ecuador, 13 de julio de
1962), militar y político. Presidente de la República durante 9 meses, 23 de octubre de 1937 - 10 de
agosto de 1938. Auspició la expedición del Código de Trabajo en 1938
39.   Federico Páez Chiriboga (Quito, Ecuador, 1876 - Quito, Ecuador 1974). Presidente de la República
de 1935 a 1937
40.   Miguel Ángel Zambrano, (Riobamba, Ecuador, 18 de mayo de 1897 - Quito, Ecuador, el 15 de junio
de 1969), poeta, periodista, catedrático y jurista
41.   Carlos Andrade Marín (Quito, Ecuador - Quito, Ecuador, 1968), médico. Concejal y presidente del
Cabildo. Alcalde de Quito
42.   Carlos Julio Arosemena Monroy (Guayaquil, Ecuador, 24 de agosto de 1919 - Guayaquil, Ecuador, 5
de marzo de 2004), político, jurista, diputado. Vicepresidente de la República, 1 septiembre 1060 - 7
de noviembre 1961. Presidente de la República, 7 noviembre 1961 - 11 julio 1963
43.   Plutarco Naranjo (Ambato, Ecuador, 18 de junio de 1921 - Quito, Ecuador, abril 27 de 2012), médico,
político y diplomático
44.   Manuel Serrano (Machala, Ecuador, 1844 - Quito, Ecuador, 28 de enero de 1912), militar y caudillo
liberal. Asesinado junto con Eloy Alfaro en la Hoguera Bárbara
45.   Camilo Ponce Enríquez (Quito, Ecuador, 31 de enero de 1912 – Quito, Ecuador, 13 de septiembre de
1976), jurista y político conservador. Presidente de la República desde 1956 a 1960. Fundador del
Partido Social Cristiano
46.   Agencia Central de Inteligencia de los EEUU
47.   Philip Burnett Franklin Agee (Tacoma, Florida, EE UU, 19 de julio 1935 - La Habana, Cuba, 7 de
enero de 2008), agente de Agencia Central de Inteligencia (CIA), conocido por su libro, Inside the
Company: CIA Diary 2, 1975, en el que relata sus experiencias en la CIA
48.   Humberto Albornoz Sánchez (Ambato, Ecuador, 21 de febrero de 1894 - Quito, Ecuador, agosto de
1959), abogado, Presidente de la República del 10 de enero al 10 marzo de 1926
49.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero
de 1912), militar, Presidente de la República de 1897 a 1901, y de 1906 a 1911, general de División
del Ejército del Ecuador desde 1895 y líder de la Revolución Liberal (1895-1924). Por su rol central en
las batallas de la revolución y por haber combatido al conservadurismo por casi 30 años, es conocido
como el Viejo Luchador
50.   Julio Enrique Moreno (Quito, Ecuador, octubre de 1879 - Quito, Ecuador, abril de 1952), periodista
y político. Ministro, presidente del Congreso. Participó en la Revolución Juliana. Presidente del Ecuador
(E) en 1926 y en 1940
51.   Jacinto Jijón y Caamaño (Quito, Ecuador, 11 de diciembre de 1890 - Quito, Ecuador, 17 de agosto
de 1950), historiador, arqueólogo y político
52.   El libro Cartas al Ecuador, de Benjamín Carrión, fue publicado en el año 1943
53.   Augusto Arias (Quito, Ecuador, 15 de marzo de 1903 - Quito, Ecuador, 23 de agosto de 1974), poeta
y periodista
54.   Luis Eduardo Martínez Cevallos, también conocido como El Terrible Martínez (Quito, Ecuador, 10
de noviembre de 1900 - Quito, Ecuador, 1960), personaje popular de Quito. Poseedor de gran sentido
del humor, fueron célebres sus imitaciones, entre otras personas, del arzobispo de la Torre, de Velasco
Ibarra, de Pachito Chiriboga (otra figura de la historia íntima de Quito), de la Torera y hasta de Hitler.
Considerado por muchos como el último chulla quiteño
55.   Hugo Moncayo (Quito, Ecuador, 10 de junio de 1904 - Quito, Ecuador, 1 de mayo de 1977), escritor
56.   María Eva Duarte de Perón (Junín de los Toldos, Buenos Aires, Argentina, 7 de mayo de 1919 - Buenos
Aires, Argentina, 26 de julio de 1952), conocida como Eva Perón o Evita, política, Primera Dama de
la Nación, esposa del presidente Juan Domingo Perón
57.   Remigio Romero y Cordero (Cuenca, Ecuador, 13 de junio de 1895 - Quito, Ecuador, 7 de agosto
1967), poeta
58.   Gonzalo Escudero (Quito, Ecuador, 28 de septiembre de 1903 - Bruselas, Bélgica, 10 de diciembre de
1971), poeta y diplomático
59.   Jorge Icaza Coronel (Quito, Ecuador, 10 de junio de 1906 - Quito - Ecuador, 26 de mayo 1978),
escritor
60.   Jorge Fernández (Quito, Ecuador, enero de 1912 - Quito, Ecuador, octubre de 1973), periodista,
escritor y diplomático
61.   Adalberto Ortiz Quiñonez (Esmeraldas, 9 de febrero de 1914 - Guayaquil, Ecuador, 1 de febrero de
2003), escritor, diplomático
62.   Demetrio Aguilera Malta (Guayaquil, Ecuador, 24 de mayo de 1909 - México D.F., México, 6 de
enero de 1982), escritor y diplomático. Miembro del Grupo de Guayaquil
63.   Leopoldo Benítez Vinueza (Guayaquil, Ecuador, 17 de octubre 1905 - Guayaquil, Ecuador, 1 de enero
de 1966), catedrático y diplomático. Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
1973
64.   Alfonso Rumazo González (Latacunga, Ecuador, 12 de marzo de 1903 - Caracas, Venezuela, 2001),
escritor, historiador, ensayista y crítico literario
65.   Jorge Salvador Lara (Quito, Ecuador, 4 de septiembre de 1926 - Quito, Ecuador, 8 de febrero de 2012),
historiador, político y diplomático
66.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 – Guayaquil - Ecuador, 26 de
febrero de 1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta. Secretario general del Partido Comunista
del Ecuador desde 1952 hasta 1980
67.   Manuel Medina Castro (Guayaquil, Ecuador, 10 de agosto de 1915 - Guayaquil, Ecuador, 16 de junio
de 1996), político y ensayista
68.   Elías Muñoz Vicuña, (Yahuachi, Ecuador, 10 de mayo de 1922 - Guayaquil, Ecuador, 10 de febrero
de 1997), investigador histórico, político
69.   Víctor Hugo Briones Urquiza (Balzar, Ecuador, 12 de junio de 1910 - Durán, Ecuador, 27 de
septiembre de 1945), dirigente sindical
70.   Se refiere a la insurgencia popular del 2 y el 3 de junio de 1959, fuertemente reprimida por el gobierno
bajo el Imperio de la Ley Militar

 
   
César Endara
Quito, Ecuador, 1905
Quito, Ecuador, 12 de abril 2010

Tipógrafo y librero. Fundador y militante activo del Partido Comunista del Ecuador, y miembro del Comité Central. Miembro del Consejo
Nacional de Economía, 1944-1956. Representante para el Ecuador de la agencia de prensa soviética Novosti. Junto con Ricardo Paredes
impulsor y gestor de la organización de sindicatos indígenas en la zona de Cayambe, Ecuador

 
 
CÉSAR  ENDARA  
EL  MATUSALÉN  COMUNISTA  

 
rende uno de los 30 cigarrillos que fuma por día, tiene 90 años, el humo del café y del

PP tabaco se mezclan y el humito azul lo desdibuja. Se llama César Endara, le dicen de


apodo el Judío. Esta es otra versión del camino hacia El Dorado, le digo porque vive en el
barrio de Quito llamado así, y es necesario trepar una larga cuesta para arribar a su
domicilio. Ríe de buena gana, con esas carcajadas que manifiestan sosiego y buena fe,
aunque su mirada escrutadora parece que trae un vendaval de preguntas, y yo he venido por respuestas.

Los muebles, forrados con terciopelo rojo han envejecido: son de mi edad, subraya; un cuadro con la imagen
de Vladimir Ilich Lenin1 arengando a los soviets2, en aquel tiempo en que los afiches representaban en
la política, como lo fueron años después al anunciar películas, la mayor comunicación. Una galería de
fotografías junto con Fidel Castro, Gilberto Viera, Jorge del Prado, y, entre ellas, una de muy joven,
posando junto con el poeta Jorge Carrera Andrade3, íntimo amigo de juventud y aventuras, de quien
relata historias inéditas.

Su esposa insiste en servir galletas con queso, y la charla se deriva hacia la historia, al fin, es una leyenda
viva del pensamiento y la acción revolucionaria en el Ecuador, pero antes es necesario hablar del tabaco,
de lo que significa su compañía.

Creo que he fumado más que Santiago Carrillo4, dice, y estoy francamente apesadumbrado por estas
campañas contra los fumadores. Imagínese, ahora resulta que somos más culpables que los colonizadores, que
Truman y su bomba atómica, que las dictaduras y sus cofrades. El tabaco es la víctima, como si hiciera
daño, afirma riendo.

Lo extraño es que ni siquiera tose, no le falta el aire, no hay rastros de enfisema pulmonar:
Aprendí a fumar para espantar el frío, por lo menos eso me decían los compañeros. No creo que sirva como antídoto
para el resfrío o la calentura, pero le puedo asegurar que para la meditación no hay nada mejor que el silencio, la
memoria y el tabaco.

Sus lentes son gruesos, con montura de carey, y en el rostro hay certidumbre pesarosa. Hace pocos
años se derrumbó la Unión Soviética, que había sido su cobijo y su sombra, su bálsamo y su fe. Le
propongo hacer una retrospectiva que necesariamente debe tocar los momentos más sensibles. Le
entrego una medalla que conseguí en Krasnodar5 algunos años atrás, tiene la bandera roja y la silueta
de Lenin.

Gracias. Nunca coleccioné ni sellos, ni estampillas, solo esperanzas. El oro de Moscú jamás llegó por estos
lares, bromea, ya ve, medio desvencijados estos muebles, aunque aprecio mucho ese samovar6 que me
obsequiaron en Leningrado hace tantos años; además debo hacer arreglar la puerta, antes lo hacía yo mismo,
pero ahora no tengo el pulso tan firme como hace 30 o 40 años.

Sus manos de viejo tipógrafo no tiemblan, toman con firmeza la taza de café, se ilumina su cara cuando
observa un tapiz con la hoz y el martillo, el sol quiteño gambetea y se filtra por un filo de la cortina,
me observa y yo encuentro en su rostro cierta similitud con mi padre. Las fotografías antiguas me
confirmarán esa semejanza que parecería hacer honor a la sentencia que en algún lugar de la Tierra
todos tenemos un doble, en este caso sería un sosías comunista, mitad Matusalén, mitad pendenciero.

César Endara nació en Quito en 1905. La Revolución Alfarista7 había estremecido los cimientos de la
nación, y era ungido Presidente, Lizardo García8, bajo los designios del general Leónidas Plaza
Gutiérrez. A lo interno del gobierno, la disputa entre liberales y la fracción radical se iba
profundizando. Es el clima en que transcurre la infancia de Endara. A los siete años de edad, y en la
entrevista recordaba ese episodio con angustia, es testigo de la masacre de Eloy Alfaro y sus tenientes.

Recuerdo los gritos, la zozobra, la rabia y la resignación, me comenta como si los dolorosos hechos
hubieran acaecido ayer. Fue como una peste de tristeza, y lo peor es que había que seguir viviendo, decían
en el barrio antiguo.

Lo mismo me tocó a mí, debía estudiar para exámenes e imagínese que todavía recuerdo que una tarea era
hacer una síntesis de las elecciones en los Estados Unidos. No era como hoy, no había bi-partidismo, porque el
ganador fue Woodrow Wilson, que era demócrata, y los perdedores fueron el republicano Taft y el progresista
Theodore Roosevelt. ¿Cómo sería de reaccionario Taft que a Teddy Roosevelt lo catalogaban de progresista? me
dice con ironía. Nada de lo que sucede en la historia es gratis, nada surge sin sentido, y por ello creo que la
revolución y hasta la muerte de Alfaro, la Revolución Mexicana, la Revolución de Octubre de 1917, influyeron
tanto en mi manera de conceptuar el mundo.

El olvido, tan cercano a la ingratitud ha ocultado figuras fundamentales en nuestra historia. Cuánto le
deben los trabajadores ecuatorianos al pueblo mexicano, desde la quimérica figura de Mauro Ramos
Iduarte9, lugarteniente de Alfaro, caído en batalla pocos días antes del triunfo de la Revolución Liberal
de 1895 en el combate de Los Amarillos, en Manabí, y que diera origen a la asamblea pública que
desconoció a Luis Cordero10 y proclamó a Alfaro11 como Jefe Supremo, hasta Vicente Lombardo
Toledano12, quien acompañara a Pedro Saad en la constitución de la Confederación de Trabajadores
del Ecuador, y, por supuesto, a Rafael Ramos Pedrueza, a quien la historia oficial ignoró, lo convirtió
en fantasma, afortunadamente como en la parábola marxista, un fantasma que recorrió nuestros
caminos y llegó a convertirse en el ideólogo fundamental para la fundación del socialismo y comunismo
ecuatorianos.

Casi un siglo después que Ramos Pedrueza se alejara del país, el intelectual argentino Daniel Kersffeld
nos pintó un fresco sobre él:

En las tertulias organizadas por el diplomático se daban cita distintas personalidades del ambiente político,
artístico e intelectual ecuatoriano, interesados en profundizar sus conocimientos sobre la realidad del proceso
revolucionario mexicano, y en conocer de primera mano las experiencias de vida de quien había visitado a la
Unión Soviética. Mientras tanto, en reuniones paralelas, el funcionario mexicano trabajaba con varios jóvenes
interesados como él por formar la primera célula marxista en Ecuador, según el mandato recibido por parte de
la Comintern y del Partido Comunista de México.

El 22 de septiembre de 1925 el predicamento de Ramos Pedrueza vería el éxito al fundarse la Sección


Comunista de Propaganda y Acción ‘Lenin’, concebida como ‘Sección Comunista de la República del Ecuador’.
Según el Acta Fundacional de la novel entidad, su propósito inicial no fue otro que el de ‘Constituir en la
República del Ecuador la Sección del Partido Comunista’: de ahí que el interés prioritario estuvo puesto en la
afiliación a la Internacional Comunista, así como también en el estrechamiento de los vínculos políticos con la
sección mexicana, de la que naturalmente se sentía tributaria.

César Endara, al calor de la juventud y su intrínseco quijotismo se inscribió en la fracción del mexicano
Ramos Pedrueza, lo cual define su sentido y su compromiso militante. A los 17 años recibiría el
bautismo de furia y rebeldía, el 15 de noviembre de 1922 se produjo la masacre de trabajadores,
panaderos y artesanos que exigían mejores condiciones de vida y salarios de dignidad. Esta epopeya
trágica sería conocida como Las cruces sobre el agua por la novela que, sobre la naturaleza de la masacre
y la agonía, por la lucha y el compromiso, escribiese Joaquín Gallegos Lara.

Endara la aborda desde un análisis político que le permite develar las fuerzas en conflicto y observar en
la resistencia los gérmenes de la acción revolucionaria, y continúa con un recorrido histórico hasta el
año 26 en que las consecuencias son vistas desde una perspectiva de la potencialidad de la organización
popular:

En este contexto, el 15 de noviembre de 1922 fue una clara muestra de la capacidad de lucha de las masas
populares y, en particular, de los trabajadores, en aras de las transformaciones ambicionadas. La crisis agotaba al
país en ese período: la crisis del cacao que repercutió en el nivel de vida de todo el pueblo ecuatoriano. La oligarquía
guayaquileña, por medio de los bancos, ejercían un control sobre la situación.

En 1926 se da en Cayambe un movimiento de campesinos y pobladores en la lucha por la tierra: se toman la


hacienda Guachalá con el intento de recuperar -más que expropiar- la tierra de manos de los terratenientes.
Pero esta valerosa actitud de la población de Cayambe y de los campesinos pertenecientes a la hacienda de
Bonifaz, fue reducida al fracaso a través de la expulsión y la represión de los trabajadores por el Ejército. Sin
embargo este hecho favoreció a la formación de un panorama apto, propicio, para la creación de una nueva
orientación de orden político, de una organización que aglutinara a todas estas fuerzas y que conformara una
fuerza política nueva. Y la única forma de hacer esto era organizando un partido político y este partido político
fue el Partido Socialista.

Endara relata las diversas tendencias que confluían en el escenario adecuado para la creación de un
partido revolucionario, y narra con asombro el hecho que, en medio de obreros e intelectuales,
destacara la figura del coronel Juan Manuel Laso, terrateniente de la sierra, quien también fuera
evocado por el poeta y dirigente socialista Jorge Carrera Andrade:

Aunque poseedor de haciendas, casas y otros bienes, alimentaba ideas avanzadas de redención social, de
auténtica democracia y no hacía buenas migas con la oligarquía dominante.13

Esta retrospectiva histórica que suena y se siente casi como una confesión, me trae a la memoria la
expresividad en su figura, me parece observarlo, con su locuacidad, cierta rigidez y apasionamiento
propios de un luchador infatigable, incorruptible, pero también con ciertas dosis de intolerancia ante
quienes tipificaba como enemigos de clase. No había en Endara tintas medias, ni terceras vías, ni
eclecticismo, ni nada que pueda considerarse concesión ideológica.

Dominaba el idioma ruso pues su formación fue realizada en una escuela política en Moscú, por este
antecedente le pregunto si en ocasiones también pensaba en ruso, me responde con una mezcla de ironía
y nostalgia: habría querido pensar como Lenin, que pensaba en ruso para los trabajadores de toda la Tierra.

Tozudo y obstinado, o mejor, cabezón, no transige en sus principios, y recupero frases de mis diálogos
con él, no todas registrados en las viejas cintas magnetofónicas pues son las que surgían en el
apasionamiento político no mediado por la formalidad.
No aspira a una social democracia, porque esa suele maquillar y acicalar la miseria, y así solo retrasa la
transformación. Tampoco siente empatía alguna con el populismo, porque considera que hace a la
gente conformista o ajena. Enfatiza: lo extraño es que los ciudadanos jamás se responsabilizan por lo
que hace un gobierno por el que votaron. Insistiendo en sus convicciones, me mira y con afirmación
decidida me dice que jamás estará a favor del terrorismo, porque lo que lo hace crecer es el miedo de
los demás; no cree en la diplomacia porque solo posterga los problemas, pero lo hace en medio de
trajes de etiqueta.

César busca explicar desde la condición humana cómo en toda agrupación, las deportivas y las sociales y
hasta las políticas, existen tendencias que expresan ingenuamente, por predilección, por afinidad, o por
otras razones, los intereses que son los factores que dan sustento a la política, siempre estarán de por
medio.

La entrevista con Domingo Paredes detalla la naturaleza de ciertas contradicciones:

Puedo asegurar que había una realmente escasa representación de la clase obrera. La clase obrera todavía no
jugaba un papel muy importante, pero estuvimos presentes un número aunque reducido de obreros, especialmente
gráficos (entonces yo era obrero tipográfico y concurrí al congreso como su representante). Entre nosotros, los
tipógrafos, existían tendencias anarquistas, pero también existían elementos del pensamiento revolucionario de
carácter Marxista-Leninista. ¡Era tan escasa la literatura de que nosotros disponíamos! De todas maneras había
confusión en la exposición de las ideas y en los conceptos mismos de lo que debía ser un Partido de la clase
obrera.14

Recuerda Endara a los representantes provinciales que fueron acreditados como tales: César Carrera
Andrade, Pablo Charpentier, Emilio Uzcátegui, Juan Genaro Jaramillo, Ricardo Paredes, Hugo
Moncayo, Adolfo H. Símonds, Gregorio Cordero León, Jorge Carrera Andrade; por Loja, Ángel
Modesto Paredes, Luis Anda Rumazo, Segundó Dávila Castro, Evangelista Príftes, Luis F. Chávez,
Leonardo J. Muñoz.

Al observar la colección fotográfica de Elías Muñoz Vicuña15, uno de los más importantes historiadores
políticos, y analizar la fotografía del Plenum del Comité Central del Partido Comunista del Ecuador,
realizado entre el 26 y el 28 de julio de 1947, podemos colegir, a través de la instantánea, ciertas
particularidades que vale la pena examinar. Los cuadros que adornan la reunión del Plenum son una
obra del período indigenista de Diógenes Paredes16, una imagen de Luis Emilio Recabarren17, dirigente
chileno, quien desde su trabajo inicial de tipógrafo recorrió Chile y Argentina, para finalmente
convertirse en fundador de los partidos comunistas de ambos países; pero lo que más llama la atención
es la presencia central, única, de José Stalin18, en retrato que pobló paredes, estantes, pancartas durante
muchos años. Es un Stalin relativamente joven, pero absolutamente dominante en el escenario. Cabe
preguntarse si esa dirigencia, en la que indudablemente existen voces críticas y profundas, como las de
Pedro Saad19, Enrique Gil Gilbert20, Nela Martínez21, Rafael Echeverría22, Ricardo Paredes23, por
nombrar unos pocos ¿no pusieron en duda la naturaleza totalitaria que el mundo conoció pocos años
después?

Diez años antes de la fotografía del Comité Central, el mundo conoció, a través de otra voz, que
representó al Comité para la Defensa de Trotsky24, las palabras de Trotsky sobre la nueva inquisición
que, a su manera de ver, se cernía sobre la URSS y que, consideraba, había ya terminado con la
experiencia revolucionaria. Los juicios a Zinóviev y Kámenev, las autoconfesiones de Pyatakov y
Radek, exacerbaron los sentimientos antiestalinistas. Decía León Trotsky entonces:

Toda la atmósfera política de la Unión Soviética está impregnada del espíritu de la inquisición. ¿Han leído
ustedes el librito de André Gide titulado Regreso de la URSS? Gide es un amigo de la Unión Soviéticas, pero
no un lacayo de la burocracia. Además, este artista tiene ojos. Un pequeño episodio que aparece en el libro de
Gide es de inestimable ayuda para comprender los juicios de Moscú. Al final de su viaje, Gide quiso enviarle
un telegrama a Stalin, pero al no haber recibido una educación inquisitorial, se dirigía a Stalin con la simple
y democrática palabra ‘tu’. ¡Se negaron a aceptar el telegrama! Los representantes de la autoridad le explicaron
a Gide: <<Cuando uno le escribe a Stalin, tiene que decir ‘Líder de los trabajadores’ o ‘comandante del pueblo’,
y no la simple y democrática palabra ‘tu’. Gide intentó argumentar: ¿Es que Stalin no está por encima de este
tipo de adulación? No sirvió de nada. Siguieron negándose a aceptar su telegrama sin la adulación bizantina.
Al final Gide declaró: Me someto en esta aburrida batalla, pero declino toda responsabilidad.25
Gide26, que decía haber abrazado la causa comunista sin jamás haber leído a Marx, sino gracias a una
correcta interpretación de los evangelios, fue el primer gran escritor en cuestionar las prácticas de Stalin.
Quizá por la beligerancia inmediata a través de los conflictos de la Guerra Civil Española27, o de la
Segunda Guerra Mundial y el triunfo soviético sobre el nazismo, teniendo a la cabeza a Stalin,
impidieron la objetividad y el recurso crítico que ese Comité Central demandaba, y que no estallaría
sino 16 años después de la fotografía, con motivo de la división chino-soviética, y, en nuestro país, por
la injerencia de la Central de Inteligencia Americana en la cúpula del Partido Comunista.

En la intelectualidad del PCE no existió, de ninguna manera, esa capacidad autocrítica. Claro que a la
luz de los acontecimientos se vuelve fácil y cómodo atribuir e imputar agravios, olvidos y negligencias.
Se podría argumentar que ser autocrítico habría significado, como en otros países, y recuerdo el caso
de Jorge Semprún28 en España, ser sometido al vocabulario del vademécum partidario a través del cual
el desalienado que alteraba el curso de los acontecimientos no podía salir más en la fotografía, es decir,
era marginado y denostado y pasaba a ser agente, revisionista, oportunista o socialdemócrata, el caso
es que en la cúpula del Partido Comunista del Ecuador el retrato de Stalin siguió presidiendo reuniones
de plenos, células y activos hasta bien entrada la década de los 70. Incluso en entrevista concedida a
Fernando Cazón Vera, el historiador marxista Elías Muñoz Vicuña, por otro lado hombre intachable
y luchador infatigable, se mantuvo incólume en su defensa:

El problema del stalinismo (…) es una calumnia antisoviética. Lo que sucedió en la URSS, es que el pueblo de
ese país luchó heroicamente contra la agresión nazi, venció al nazismo y tuvo que reconstruir, eso sí reconstruir,
un país devastado por la agresión hitleriana. En ese proceso Stalin y el partido Comunista ganaron un enorme
prestigio y lo que hubo fue, dentro de ese conjunto, gentes que desarrollaron ‘el culto a la personalidad de Stalin’,
que era ajena al marxismo y que, por supuesto, no era la característica de la Unión Soviética. El mismo Stalin
había educado al Partido Comunista Soviético para que se oponga a ese culto. 29

Han pasado varias horas desde que iniciamos la charla, y, cuando le inquiero sobre el poeta Jorge
Carrera Andrade, Endara se quita los anteojos, camina hacia el rincón de los recuerdos, y dice: Carrera
Andrade era una persona encantadora, especialmente en la noche.
En las mañanas tenía mal humor, la resaca o chuchaqui lo trituraban, y además debía beber más que los
demás porque medía casi dos metros de estatura, para ese tiempo casi un fenómeno. Recuerdo cuando llegamos
a La Haya, debíamos seguir el camino a Moscú, pero apareció por ahí una dama, y tras acelerados pasos de
seducción, en medio de la bruma, desapareció el gigante. Era socialista de verdad, poeta extraordinario,
recuerdo con pasión aquellos versos que le dedicara a Lenin, y que alguien hizo desaparecer de sus Obras
Completas de Poesía:

Trabajadores que rizáis los cabellos rubios de la madera;


camaradas humildes;
herreros, labradores, campesinos, soldados, hermanos del taller,
Una perla de llanto hay en todos los ojos,
porque se ha ido el padre para nunca volver.

Lenin, Lenin ha muerto.


El ánfora de barro, ya vacío,
se ha roto dando un gran resplandor

(...)
Lenin, Lenin ha muerto.
Ha muerto el que cambiaba el diamante en guijarro,
la flecha en golondrina, por obra del amor.

Ha muerto el que bendijo el arado y la fragua;


el que a todos los seres tendió su mano amiga;
el que dijo a los pobres: de todos es el agua,
de todos es la Tierra, de todos es la espiga

Sus hermosas palabras, a modo de final:

Pese a que la vida nos ha golpeado mucho, jamás abjuramos de nuestros ideales y convicciones, y hablo en
plural, Camarada, porque fuimos y seremos muchos, más allá de quienes por oportunismo, prebendas, falta de
ética o simplemente por dinero, se fueron con su sucia música a otro lado. Nosotros fuimos Ricardo Paredes,
Pedro Saad, Enrique Gil Gilbert, Tomás Regatto, Floresmilo Romero, Gustavo Becerra, Elías Muñoz,
Oswaldo Albornoz, y aquellas hermosas mujeres que no adornaron, sino que profundizaron la lucha del Partido
Comunista, de la búsqueda incansable por una vida mejor para los trabajadores de la Patria y el universo
entero. Esas camaradas, mujeres de altísimo valor, le dieron al Partido otra razón de existir, eran madres,
hermanas, esposas, amantes. No eran reinas, eran compañeras.

Cualquier día me iré, y dicen que en el cielo no hay mucho sitio para nosotros, pero creo que los encontraré, y
formaré con ellos un sindicato en las estrellas.

Estaba por cumplir 105 años, trajinados y vividos con el impulso de sus convicciones políticas, con la
esperanza intacta y puesta una vez más en el camino, ese camino que dolió tanto y lo entristeció tanto,
cuando la Unión Soviética desapareció.

Decía Klaus Meschkat, en sus Reflexiones para los socialistas del Siglo XXI, que cuando mencionó a
Endara la necesidad de realizar una profunda crítica al estalinismo y las huellas de perversidad que este
causó no solo en las convicciones, sino en el corazón de los revolucionarios, encontró respuestas que
glorificaban al PCUS, casi sin reconocer que ya había desaparecido:

Entre algunos protagonistas de esta época, la fidelidad con la Unión Soviética perduró más allá de su derrumbe
y hundimiento. Hace dos años tuve la oportunidad, en Quito, de hablar con César Endara, cofundador del
Partido Socialista, luego Partido Comunista de Ecuador. Endara tenía 103 años de edad cuando hablamos de
su estadía en Moscú en 1929. Me contó que no estudió, como se lo habían ofrecido, en la Escuela Lenin del
Komintern, sino en la Universidad de los Pueblos del Este, porque en la Escuela Lenin se enseñaba a los
latinoamericanos en castellano y el joven Endara prefirió estudiar con los estudiantes del Este y aprender ruso,
el idioma de la Revolución de Octubre, el idioma de Lenin. Con orgullo me mostró su biblioteca, toda una
habitación llena de libros y revistas en ruso, no quería separarse de ninguno. César Endara quería discutir
conmigo por qué la Unión Soviética se había hundido, pero yo tenía que correr al aeropuerto y dejamos el tema
para una siguiente visita, que ya no se pudo dar. César Endara falleció a los 105 años.30
Era, en verdad, un Matusalén marxista, o, como decía Pedro Jorge Vera31, el patriarca del comunismo
ecuatoriano32, y así, en 105 años de vida, fue testigo de apariciones fulgurantes, muertes repentinas,
descalabros sociales, dictaduras anticomunistas, derrotas innombrables. Como el dirigente portugués
Álvaro Cunhal, habría dicho, tras la caída de la URSS: estoy demasiado afligido, jamás habrá palabras
para describir el tamaño de mi tristeza.

Pero Endara se dio modos, sobrevivió, física e intelectualmente a la caída, y siguió enfrascado en
debates y consejos. No sé por qué razón siempre vienen a preguntarme por el pasado, si hay tanto futuro,
afirmó cuando cumplió el primer centenario de vida.

Y, como ayer, no podemos formar un partido solamente con intelectuales, solamente con la clase
media, deben estar a la vanguardia, en la primera línea, los trabajadores. Esto no es un lugar común,
no. Son los trabajadores los que sienten el dolor y la miseria, la exclusión, y son, además, los que tienen
la fuerza para izar la bandera de la resurrección y de la emancipación. No lo olviden nunca.

 
Galo  Mora  Witt: Bien Cesítar, empecemos… ¿Recuerdos?
César  Endara:  Te contaba del Diógenes Paredes, era muy jodido
GMW: Otro que decían que era fregadísimo, era Manuel Agustín Aguirre33
CE: Pero él era muy serio. Fui muy conocido con Manuel Agustín Aguirre, precisamente por el 44,
cuando el problema de la insurrección. Yo discutía mucho porque los socialistas se oponían a Velasco
Ibarra34 y nosotros estábamos ya por ese entonces, por una serie de influencias internas, entre esas, por
ejemplo, el Pedro Jorge Vera, porque él fue el padrino de esto diciendo junto con otros que se había
cambiado toda la mentalidad de Velasco Ibarra al punto que reconocía en la izquierda una fuerza
política y con quiénes debía hacerse. Por eso es que en Argentina decían por Velasco que al loro le han
salido las plumas rojas. O ¿cómo es? ¿Qué es rojo por encima y quitado la cáscara es blanco? El rábano, eso
mismo. El rabanillo, le decían en Uruguay, que es rojo por afuera y blanco por dentro
GMW: ¡Blanco! Entonces, viene la invasión peruana en el 41. Ahí se dicen muchas cosas, como que
haya tenido culpa Arroyo
CE: Bueno yo creo que entrar a discutir eso es bastante complejo, tan complejo porque se han escrito
un montón de libros
GMW: Claro
CE: Sobre qué es lo que sucedió. En el ambiente popular se daba por hecho que realmente Arroyo del
Río35 no prestó una atención especial ni quiso armar al pueblo, dizque para defender la nacionalidad y
marcar los límites del Ecuador, realmente lo que tenía era temor que esas armas se vuelvan en su contra.
El clamor de carácter popular, no sé si haya sido del todo cierto, decía que él debió haber armado al
pueblo para ir a combatir. Había una serie de murmuraciones respecto que estaba desarmado, que
realmente no tenía los elementos necesarios de armamento como para contener la invasión de los
peruanos. Todo esto lo llevo al desprestigio. Además, claro, estaba su política antiobrera.
En una exposición que hice en ese entonces cuando ya se había conformado la Alianza Democrática36
(ADE), dije que lo que se quería era llevar todas las fuerzas con Velasco. Y como quienes estuvieron en
el exilio junto con Velasco Ibarra escribían cartas o venían personalmente e influenciaban al seno del
partido diciendo que Velasco Ibarra había cambiado y que como izquierda había que confiar en él. Así
pues, surgía una fuerza bastante considerable y también creímos que había que sostener la candidatura
de Velasco Ibarra, en contra de la candidatura oficial que era de...
GMW: De Pancho Arízaga37
CE: No, la oficial de Albornoz38 que estaba de ministro de Gobierno. Hasta suscribimos un documento
en la Alianza Democrática, lanzando la candidatura de Velasco Ibarra. Lo demás ya se ha escrito, todos
los acontecimientos son más o menos conocidos
GMW:  Eso ya tenemos más o menos claro
CE: Hasta el golpe que se dio el 28 de mayo
GMW: Ya vamos a cumplir este 28 de mayo, 50 años de la Gloriosa39. ¿Qué participación tuvo el
Partido Comunista? Porque ya empieza, además, a sonar el nombre de Pedro Saad en el Ecuador
CE: Bueno, Pedro Saad era un hombre como diríamos… muy capaz. Su capacidad intelectual y sus
formas de exposición, eran muy buenas
GMW: Muy brillantes ¿no?
CE: Sí. Por eso él tuvo una gran escalada dentro del movimiento en Guayaquil, aunque todavía no era
secretario general del partido
GMW: ¿Todavía seguía siendo Ricardo Paredes el secretario general?
CE: Sí, pero ellos fueron realmente los que organizaron el movimiento a favor de Velasco Ibarra en
Guayaquil
GMW: Ya
CE: En una ocasión vino… creo que Medina
GMW: ¿Manuel Medina40?
CE: Sí. Entonces Manuel Medina, que también estuvo en Chile, vino y nos dijo que todo marchaba.
Pero no nos dio una idea concreta de que estaba armándose una sonada de tipo militar en Guayaquil.
Sin embargo, una noche nos dijo: Estén ustedes atentos, nosotros telefonearemos diciendo que se ha
producido. No me acuerdo el término que había que usar, el hecho es que aquí se supo del golpe en
Guayaquil y de toda la lucha que significó. Se realizaron unas asambleas bastante buenas y hubo,
también buenas, manifestaciones de la Alianza Democrática que arrastraba prácticamente a la mayoría
del pueblo, de la provincia de Pichincha y de Quito. Además se hicieron manifestaciones,
numerosísimas y multitudinarias, en apoyo a Velasco Ibarra. Esa era la Revolución del 28 de Mayo,
episodio sobre el que se ha escrito apenas, apenas. Producido el golpe en Guayaquil, nosotros nos
reunimos con el Comité Central de la Alianza Democrática, en la carrera Venezuela, en la casa de
Modesto Larrea41, Sucre y Venezuela exactamente, ahí estuve yo. Ahí estábamos. El que dirigía esto en
ese momento, era Salem
GMW: ¿Julio Teodoro Salem42?
CE: Julio Teodoro Salem. Nos reunimos después de una manifestación multitudinaria... Pero le voy a
conversar lo que sucedió ahí. Nos conformamos en asamblea aunque no sabíamos mucho, ya habíamos
destacado una serie de comisiones para que vayan a hablar, después que triunfó la revolución, con la
policía y con las diferentes guarniciones de Quito. A los delegados, que eran militares que estaban en
la Alianza Democrática, los enviamos nosotros que en ese momento vivíamos una situación bastante
dudosa respecto de la posición que tenía el ejército frente al movimiento revolucionario de Guayaquil.
La inquietud se dio porque hubo el anuncio de que el jefe de zona, que era un señor Borja, quería
hablar con la Alianza Democrática y no teníamos idea cuál era el punto de vista. Afuera había una
multitud de gente que decía que estaba con nosotros, nos apoyaba. Entonces, la cuestión era ¿pasa o
no pasa el jefe de zona a la sesión que teníamos en casa de Modesto Larrea? Pedimos que lo dejen pasar,
y efectivamente entró a la casa con otras personas y continuamos de inmediato en sesión.
Ellos, a nombre del Ejército, manifestaron que estaban de acuerdo con la Alianza Democrática, es
decir, ya estaban de acuerdo y se inclinaban hacia el movimiento revolucionario de Guayaquil. Arroyo
del Río inclusive creo que ya había salido de la Casa Presidencial por lo que considerábamos estar en
un vacío de poder, si Arroyo del Río no estaba ya en el Palacio de Gobierno. Entonces hubo una
propuesta, que creo que la hice yo, en el sentido de establecer quién debía asumir la Presidencia de la
República interinamente, que era este… el jefe que era de allá
GMW: Arízaga
CE: ¿Cómo es?
GMW: Francisco Arízaga. Pancho, que le decían
CE: Sí. Pancho Arízaga Luque. Los militares se comprometieron a ponerle un telegrama para que venga
a asumir la presidencia interina. Pancho Arízaga no aceptó. No quiso venir. Posteriormente me
conversó que incluso Pedro Saad le había aconsejado que no acepte porque la figura destacada, de
todas maneras, era Velasco Ibarra, que ya había pasado la frontera y venía hacia el Ecuador, creo que
ya estaba en Cayambe. Pero por este vacío de poder, no sé, las maniobras que hacían los conservadores
y los liberales ante la negativa de Arízaga Luque para entregarle el poder a Velasco Ibarra. Nosotros, la
izquierda, no conocíamos esto.
A las dos de la madrugada se resolvió ir a tomar posesión del Palacio de Gobierno que estaba en manos
de la Nela Martínez. Lee -yo acabo de leer- que el Palacio de Gobierno se lo habían tomado entre ellas,
la Nela Martínez y la Lucha Gómez43, y otras mujeres más. Pero bueno, llegamos y una multitud quería
entrar, una multitud que había estado junto con nosotros en la carrera Venezuela. Yo estaba al último,
era el último que iba a entrar y estaba con un Ordoñez, y le digo: Mira, no es posible dejar entrar a la
gente al Palacio de Gobierno porque puede haber una serie de cosas
GMW: Desmanes
CE: Claro, cosas que podían verdaderamente dañar la figura de la Alianza Democrática y,
efectivamente, nos cruzamos en la puerta del Palacio de Gobierno, en la entrada por la Plaza de la
Independencia e impedimos el paso de la multitud. Al final, yo me quede afuera y me fui a mi casa a
dormir. A poco rato, sería al medio día, vino Gustavo Becerra44, que era el secretario general del partido
GMW: Él era esmeraldeño ¿no?
CE: Sí. Me dice: Mira, César, tengo un auto ahí a discreción, y nos vamos a recibirle a Velasco Ibarra, ya
viene... Efectivamente, nos embarcamos y fuimos a recibirle en Calderón. Nuestro carro entró tercero.
No sabíamos qué era lo que sucedía en el interior. En eso ya llegó Velasco Ibarra y fue directo al Palacio
de Gobierno. Llovía. La plaza estaba completamente atestada de gente. Salem hizo el discurso y le
entregó el poder a Velasco Ibarra... Ahí nos desayunamos que él tomaba el poder directamente, ahí ya
entendimos
GMW: Porque Pancho Arízaga no quiso
CE: Sí. Pero a mi criterio, yo lo expuse así, Velasco Ibarra debía ser elegido Presidente de la República
siendo primero candidato ¿no?
GMW: Pero no por encargo del poder
CE: Pero ante la negativa de Pancho Arízaga, entonces hubo un vacío de poder y ese vacío fue llenado
en el momento que le entregan el poder a Velasco
GMW: Salem...
CE: Salem, en el momento que le entregaba el poder a Velasco Ibarra en plena Plaza de la Independencia.
Esa es la historia real de lo que sucedió respecto a la presidencia. Velasco Ibarra reunió a los jefes de la
Alianza Democrática, a los secretarios. Nosotros teníamos, en ese entonces, un criterio partidario muy
disciplinado y creíamos que en la conformación del gobierno debían estar los representantes de todas las
fuerzas políticas que componían la Alianza Democrática, y que se tenían que nombrar a los representantes
de los partidos y no a las personas. En esa reunión con los secretarios y los directores de la Alianza
Democrática, Velasco Ibarra agradeció al movimiento revolucionario y planteó… digamos se apropió de
todo el movimiento revolucionario y se convirtió en la figura preponderante. Decía que por él se había
hecho el movimiento
GMW: O sea, lo personalizó
CE: Lo personalizó. Y entonces Becerra le había planteado que el gobierno debía ser compuesto por
los representantes de los partidos de Alianza. Velasco rechazó esa propuesta diciendo que él como
Presidente de la República -porque ya estaba de Presidente-, tenía que nombrar su gabinete y no los
partidos
GMW: O sea que de entrada se rompió todo
CE: Sí. De ahí salió Becerra y fue a exponernos toda la posición de Velasco al Comité Central. Dijo:
Yo temía que pudiera mandarme preso. Porque Becerra le había condicionado diciendo que si bien él
estaba de Presidente, si no aceptaba que los partidos formen parte del gabinete (lo que pedía el Partido
Comunista del que Becerra era representante en ese momento), había que llevarse a los hechos todo el
programa de la Alianza Democrática.
Entonces me nombraron a mí para que vaya a Guayaquil a exponer este punto de vista al Comité
Provincial de Guayaquil. Fui en el ferrocarril porque no había otra manera, no había avión ni nada de
eso. Expuse. Pero me dijeron no, que Velasco Ibarra debía manifestar su posición. Al otro día llegó
Velasco a Guayaquil, yo no asistí a la manifestación, les dije: No, yo no estoy de acuerdo con los puntos,
yo sigo sosteniendo lo que hemos resuelto en el Comité Central, Velasco Ibarra ya no está cumpliendo con el
programa ni con los fines que tenía la Alianza Democrática, en lo que respecta a la conformación del
gobierno. No hicieron caso y salieron a la marcha.
Ahí terminó nuestra injerencia en la conformación del gobierno con Velasco Ibarra, ya después la
historia nos muestra lo que sucedió. Por fin, le voy a decir una cosa bastante curiosa sobre la forma
como se creó la Constituyente del año 45. Velasco convocó la Asamblea Constituyente, llamó a
elecciones primero, entonces en la Alianza Democrática se propuso que los representantes a la
diputación sean los partidos que habían tomado parte en el movimiento revolucionario del 28 de
mayo. Se nominaron los candidatos, no tengo yo las tablas para revisar quiénes tenían que participar.
Y designaron a César Endara para la candidatura a la diputación de la provincia de Pichincha, en
representación del Partido Comunista, cosa que fue aceptada tanto por Camilo Ponce Enríquez45 como
por Plaza46
GMW: Todos
CE: José María Plaza47, los Zambrano. Yo expuse esta situación en el partido pero no aceptaron porque
dijeron que era el partido el que tenía que nombrar el candidato y no Alianza Democrática. Entonces
se convocó a una asamblea en la Casa del Obrero y se puso a consideración la cuestión de designar el
representante, la candidatura para la Asamblea Constituyente. Se eligieron dos candidatos, Nela
Martínez y yo. Nela Martínez ganó la votación, y fue determinada para la diputación por la provincia
de Pichincha.
Se reunió la Alianza Democrática e hice mi exposición, muy disciplinadamente porque si bien la
Alianza Democrática me había escogido, yo estaba obligado por mi concepción de partido y por mi
actitud disciplinaria, y no podía ser candidato. La candidatura era de Nela Martínez. Se opuso la
mayoría, casi el total de la Alianza Democrática. Incluso Camilo Ponce dijo: Yo no acepto esa posición
del partido, o es usted o nosotros no aceptamos esta cuestión de que Nela Martínez esté en la candidatura.
Había un conflicto en el interior de la Alianza
GMW: Y, consecuentemente, dentro del partido también...
CE: ¿Qué es lo que hacemos? ¿O Nela Martínez o Endara? Los de ADE insistieron: nosotros no
aceptamos la candidatura de Nela Martínez. Alguien sugirió, creo que fue el mismo Ponce Enríquez,
vamos a llamar a una asamblea de todos los comités de la Alianza Democrática de la provincia de
Pichincha, para definir el candidato
GMW: Desde afuera del partido
CE: Claro. Dijeron que las bases de ADE debían decidir. Entonces se convocó a todos los secretarios
de los comités de la provincia y se dio la reunión aquí mismo, en la casa de la calle Venezuela. Se
presentaron dos candidaturas: Nela Martínez y Gustavo Buendía (en representación del Partido de la
Alianza Revolucionaria), y ganó Buendía. Quedó descartada Nela Martínez
GMW: Y consecuentemente el partido se quedó sin diputado
CE: Se quedó sin diputado porque la Alianza no aceptó a Nela, quería mi candidatura pero yo no
podía aceptar, no podía romper la unidad partidaria. Yo planteé la candidatura de Nela Martínez en
el seno de la reunión de ADE, pero no aceptaron. Llamaron a las bases, y pusieron a Gustavo Buendía
que salió ganando
GMW: Y salió perdiendo el Partido Comunista
CE: Salió perdiendo porque Gustavo Buendía es el que ganó en esa elección y la Nela se quedó. La
Nela llegó a ser suplente del Ricardo Paredes. Ella dice que fue diputada porque fue suplente. Paredes
pidió permiso creo que de unos 15 días, y ella lo reemplazó
GMW: ¿Así fue…?
CE: Claro. Velasco ya estaba ahí, ya entró, ya todo eso
GMW: En fin. Muy interesante
CE: Ya se dio cuenta del problema. Y nadie ha dicho esto
GMW: Claro, no lo he sabido. Aparte de esta, que sigamos conversando un poco, vamos a tener que
hacer otra reunión porque hay muchas cosas que se nos quedan. Por ejemplo, esto de la Alianza
Revolucionaria, los militares mismo… todas esas cosas.
CE: Un poco descoyuntados andamos, cronológicamente
GMW: No importa tanto. Tenemos tantas cosas a propósito de las mujeres y de la participación de
ellas en la vida cívica, en la vida partidaria, hemos hablado de Nela Martínez, pero también hay otras
mujeres que participaron
CE: Sí. Pero yo creo que las mujeres destacadas eran la Nela Martínez y la Lucha Gómez, que ya murió.
Claro que había otras mujeres que participaron, especialmente había las indígenas de Cayambe
GMW: La Dolores
CE: Sí, la Dolores Cacuango48
GMW: La Tránsito49
CE: La Tránsito… Con algunos elementos de la clase obrera y mujeres que estaban de acuerdo. Ellas
eran un grupo, un grupo de mujeres
GMW: Pero sí hubo una participación
CE: Claro que hubo una participación, no muy notable pero hubo. También las mujeres por sus
concepciones religiosas tenían recelo de estar metidas. Pero hubo un movimiento que trabajó
GMW: ¿Cuál es su recuerdo -a propósito de una fotografía que vi del Comité Central de dos años
después del 47-, de Enrique Gil Gilbert?
CE: Bueno él jugó un papel como intelectual, en primer lugar, y como miembro de la dirección del
partido. Era muy adepto a Pedro Saad aunque tenían fisuras entre los dos porque se creía que había
influencias extrañas, que en lugar de Pedro Saad se quedaría Enrique Gil, como secretario general, y
eso no era la verdad. Enrique Gil era un tipo muy correcto
GMW: Muy honesto
CE: Honesto, de eso no hay nada que decir. Seguía la línea del Pedro Saad en todo, pero se puede decir
que movía influencias en el seno del partido para quedarse de secretario general. Dudo que haya sido
así
GMW: Sobre Enrique hay quienes dicen que se perdió un gran escritor y se ganó un mal político
CE: Bueno como escritor tiene su novela que sacó el segundo premio en un concurso que hicieron en
Estados Unidos, durante el período de la Segunda Guerra Mundial. Como político fue diputado de la
Asamblea Constituyente. Jugó un papel importante, dado su prestigio intelectual. Además de eso era
un tipo muy disciplinado
GMW: A Joaquín Gallegos50 ¿lo conoció?
CE: Era un poco extraño, cada cosa en su punto. Era muy ortodoxo respecto del desarrollo del partido. Todos
los intelectuales tenían sus posiciones, tanto Gil y Joaquín Gallegos tenían una posición... Y era un poco
gritón, yo le decía: Pero mira, nosotros tenemos condiciones especiales... También tenemos que ser un poco
más amplios. No. Él era rígido en ese sentido, y en otros también… tanto es así que se puso en disputa,
por ejemplo, con Pablo Palacio51 que como escritor le hacía críticas a su novela52. Después se casó con
la Nela Martínez, hubo una serie de problemas pero, en definitiva, siempre conservó una línea muy
ortodoxa, nosotros debemos estudiar un poco más detenidamente esa actitud.
Sabíamos muy bien que en el Ecuador todavía un movimiento de clase obrera como tal, era muy débil;
teníamos que ubicarnos en ese terreno. Yo por ejemplo tenía otras concepciones, que diferían en
muchos aspectos en lo que respecta a la composición orgánica del partido. Yo planteaba la tesis de que
el Partido Comunista no podía ser un grupo reducido de revolucionarios sino un grupo que tienda a
tener la mayor amplitud de criterios para atraer a sectores de clase media, inclusive gente vinculada a
capitales nacionales, para así poder propiciar un desarrollo económico del país dado que el Estado tenía
todavía sistemas feudales sobrevivientes dentro de su economía. Por ejemplo desde el punto de vista
agrario... con escaso desarrollo industrial... Eso se observa ya después en el año 70 ¿no?
GMW: Claro
CE: Ya era una cuestión de tomar posiciones sobre la realidad política. Porque me decían: ¿Para qué
elecciones? Porque teníamos que saber qué grado de influencia estábamos ejerciendo sobre la masa en
los procesos electorales, incluso para el caso de un proceso de carácter revolucionario armado o lo que
sea, debíamos tener una base de sustentación que hiciera posible el mantenimiento del proceso
revolucionario. Pero esto no tenía eco, era un grupo sectario
GMW: Joaquín era de esos
CE: Joaquín ya desde ese entonces tenía ese criterio sectario
GMW: Yo conozco
CE: ¡Eh! La literatura es el reflejo, en Las Cruces sobre el Agua no habla verdaderamente sino de los
estratos sociales bajos de la sociedad sin relación con las clases altas. No se trata de decir que hubiera
una conciencia de clase, no, pero había una insurgencia por sus condiciones de vida miserables. Claro,
usted también debió haber leído
GMW: Seguro
CE: Y usted no encuentra una…, como diríamos, una concepción de clase. Porque los que hacen el
movimiento en la novela, y es lo lógico, fueron artesanos, se movieron las clases bajas
GMW: Los más humildes
CE: Claro, no había una composición orgánica de una clase obrera conciente
GMW: Claro, no podía haber sino había un desarrollo industrial
CE: Eso es lo que teníamos que estudiar nosotros ¿no? Y ver bien si teníamos las condiciones. No se
trataba de cómo íbamos a establecer el comunismo sino de ver la capacidad de desarrollar la capa social
que sustenta al partido, que es el proletariado
GMW: A propósito Cesítar de lo que usted nombra, se acaba de cumplir el centenario de Mariátegui53.
Entonces veamos ¿qué grado de influencia tuvo o no tuvo y por qué? Veamos eso
CE: Si, bueno, de Mariátegui había leído los Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana54,
que tiene ciertas ideas sobre las condiciones objetivas, desde el punto de vista del atraso, desde el punto
de vista económico y desde las situaciones sociales. Además, de acuerdo con lo que para él significaba
un partido, creía que se debía romper toda esa estructura feudal cristiana del Perú. Yo no recuerdo,
tendría que volver a leer Siete ensayos
GMW: Él discutía mucho, intentaba, de lo que yo entiendo, que existiera un pensamiento muy
latinoamericano en torno al marxismo
CE: Sí. Hay tanta literatura sobre el problema. La cuestión de clase y del desarrollo económico en
América Latina era muy dispar; una cosa era en la Argentina, otra cosa fue en Brasil que no ha sido un
país atrasado y últimamente ha llegado a tener buen desarrollo industrial. Chile era superior; Colombia
que estaba en condiciones muy parecidas al Ecuador y al Perú. Respecto a Colombia nosotros teníamos
mucho más desarrollados ciertos aspectos industriales, por ejemplo exportábamos telas a Colombia
Ya hemos de hablar sobre los puntos de vista que teníamos respecto a la Segunda Guerra Mundial,
sobre cómo debía desenvolverse la economía. Aquí se organizó una Asociación de Economistas, en la
que estaba Eduardo Lasso55 y muchos otros, tanto de derecha como de izquierda. Yo también fui parte
de eso y ponía mis puntos de vista sobre lo que debía hacerse respecto del proceso de desarrollo
económico del país. En un país atrasado es muy difícil, a pesar de que había algunos teóricos que decían
que podíamos pasar del feudalismo al socialismo. Yo no creía que podíamos hacerlo por el desnivel de
desarrollo económico en América Latina, de cada uno de los países de la región. Venezuela, un país
petrolero, rico. Nosotros éramos un país pobre, miserable, pero Chile, por ejemplo, un país ya
industrializado. Argentina, después fue también una potencia, en fin
GMW: Muy heterogénea
CE: Sí, no podíamos tener un nivel igual. Se hablaba de lo que pasó en Perú, con...
GMW: Haya de la Torre56
CE: Claro, aspectos de los teóricos del comunismo ortodoxo, y sobre eso también hay literatura. Tengo
montañas de literatura que señalan que podíamos saltar de un sistema económico atrasado a un proceso
de desarrollo socialista; cosa que querían hacer inclusive en la ex Unión Soviética. Y ciertas regiones,
por ejemplo, como Cuba. ¿Pero en qué condiciones se ha producido eso? Todo el continente debía
levantar un sistema de producción aunque fuera capitalista, pero capitalismo nacional que permita
acumular para la economía, es decir, desarrollar recursos económicos provenientes de la producción
de capitales nacionales, y no bajo la súper vigilancia de las trasnacionales
GMW: Sin duda alguna... Tenemos una serie de nombres, no importa que esto no sea cronológico.
Para usted imágenes como Simón Bolívar57 ¿qué significan?
CE: Simón Bolívar... Había unos artículos de Marx58 en los cuales Simón Bolívar queda reducido, pero
claro Marx estuvo influenciado por uno de los generales de Simón Bolívar, usted habrá leído
GMW: Los materiales para América Latina
CE: Respecto de los criterios que tenía Marx sobre Simón Bolívar, puede ser que en cierto momento…
usted habrá leído el libro de Oswaldo Albornoz59, plantea cosas justas. Simón Bolívar luchó por la
Independencia de América Latina en lugares con condiciones sumamente atrasadas, luchó con el
espíritu independentista para quitarnos de encima el dominio económico que nos imponía España al
ser nosotros subsidiarios de la Corona española. Los ingleses crearon capacidad para el comercio libre
que permitió la introducción de capitales ingleses hace un siglo, dos siglos ya
GMW: Claro, así es. Le sigo diciendo nombres ¿Cuál es su opinión sobre la generación, las dos
generaciones de los Plaza, que han gobernado el Ecuador, Plaza Gutiérrez60 y Plaza Lasso?
CE: Bueno, Plaza Gutiérrez tiene responsabilidad en el asunto de Alfaro. No sé si usted ha leído el
libro de Vargas Vila61, La Muerte del Cóndor... Ahí está, es un reflejo. Pero tenemos que ver lo que era
el Ecuador. En cierto sentido, Plaza tuvo algunos efectos positivos porque hizo una serie reformas que
quedaron pendientes del gobierno de Eloy Alfaro, en la primera administración de Plaza
GMW: De 1906 a 1910
CE: Por ejemplo, hizo reformas en el Registro Civil. Ahora, del hijo (se refiere a Galo Plaza Lasso)
pues, tenía ciertas actitudes, era un terrateniente progresista, pero por la forma de tratar a sus siervos
era una especie de feudalismo
GMW: Paternal
CE: Paternal. Él también fue muy pegado a las concepciones del capital extranjero y quería favorecer
a los intereses de los Estados Unidos más que al punto de vista nacional, en ese sentido el Bombita62
fue mucho más progresista que los otros Presidentes
GMW: Por lo tanto, no habría el problema de que fuera militar
CE: No, no había problema. Pero ahí está, tenemos a Enríquez63, tenemos al Bombita, militares que
dieron verdadero impulso desde las condiciones reales del país, para crear posibilidades de desarrollo
económico. Enríquez hizo algo para frenar la explotación del capital extranjero. Hay una cosa que
olvidan inclusive los que estuvieron metidos ahí... No sé si usted recuerda, como veo que usted ha
leído bastante y sabe... El problema fue durante el golpe contra Velasco y tenía que ver con quién
manejaría las divisas de la exportación petrolera. La Texaco y la Gulf querían administrar los dólares
de las ventas del petróleo pero el Bombita dijo que ese manejo le correspondía al gobierno
GMW: Gobierno Nacionalista Revolucionario
CE: Sí, decía que las empresas podían explotar el petróleo pero los dólares los administraba el Estado
ecuatoriano. Eso fue un choque porque antes Velasco Ibarra había estado en la cuerda floja, no sabía
a quién entregar los dólares producto de las exportaciones petroleras
GMW: Veamos, entre los militares Enríquez Gallo y Rodríguez Lara está la Junta Militar del 63
CE: ¿De?
GMW: De Castro Jijón64 y Gándara65
CE: Ese sí fue un golpe completamente reaccionario
GMW: Con brotes fascistoides
CE: Claro
GMW: Y en contra de Arosemena66
CE: Porque tuvo la osadía de irse, en contra de Velasco Ibarra, a Moscú
GMW: Cuando era Vicepresidente
CE: Sí
GMW: Estuvo con Nikita67 ¿no?
CE: Sí y cuando regresó se produjo ya la división entre Velasco Ibarra y el Vicepresidente
GMW: Además, en ese libro de Philip Agee68, Adentro de la CIA, está la denuncia de lo que hicieron
contra Carlos Julio desde dentro del gobierno mismo. Hay cosas que son sorprendentes, como que,
según dicen, el secretario general del Partido Socialista era agente de la CIA
CE: Agente de la CIA que quería fundar un partido cercano a la dictadura de Castro Jijón, persona
que pretendió dividir el movimiento obrero, así convenció a algunos dirigentes para crear una
confederación distinta a la Confederación de Trabajadores del Ecuador
GMW: Para romperla
CE: Quería crear una confederación de trabajadores de carácter anticomunista que era el cuco con que
se alimentaban todos ellos ¿no?
GMW: Claro, toda esa temporada
CE: Entonces ¿qué es lo que sucedió? Quien se opuso verdaderamente a esto fue Lovato, Juan Isaac
Lovato69, él se opuso y les aconsejó a los dirigentes obreros de la fábrica La Internacional y a los otros
que no accedan a la política divisionista
GMW: Por lo tanto, en una evaluación podríamos decir que Juan Isaac Lovato ha sido un hombre
digno
CE: Sí. Era muy amigo de Plaza Lasso. Fue ministro, rector de la Universidad Central del Ecuador.
Tenía sus equilibrios razonables quizás, por ejemplo, defendió el plebiscito llamado por Durán
Ballén70. Ahí pesaron temas políticos
GMW: No la razón constitucional
CE: No ¿no le parece a usted? El fondo político es lo que buscaba el gobierno de Sixto, desvirtuar las
elecciones del 1 de mayo, ese era el objetivo
GMW: Pero yo creo, Cesítar, que las desvirtuó desde el inicio al convocar a elecciones y romper el
enorme simbolismo de dicha fecha
CE: Bueno, eso... No, no. Yo no creo que sea eso, es que no podía ser de otra manera,
constitucionalmente, no podía ser. Había que reformar la Constitución
GMW: Pero ¿no podía convocar para el 8 de mayo, en vez del 1?
CE: No, no. Tenía que reformar
GMW: ¡Ah! Quizá estamos hilando muy fino. Saltándonos un poco ¿qué hay de esa experiencia
europea con Jorge Carrera Andrade?
CE: Nosotros llegamos al consulado en Marsella, habíamos viajado en barco, buscando a Carrera
Andrade, a quien ya le habían buscado en toda Europa. Nos recibieron y estuvimos conversa y conversa
con funcionarios con los que éramos medio conocidos, hasta que preguntamos pues ¿Qué es de Jorge
Carrera Andrade? ¡Ah!, Jorge el poeta, se fue a Barcelona. Le habían dado el pasaje para que se vaya a
Barcelona y nosotros nos fuimos enseguida tras él, a Barcelona. Había estado viviendo en una calle que
se llama Pelai. El cónsul nos dio la dirección de la casa; fuimos y preguntamos por Jorge Carrera
Andrade a un tipo que había sido profesor de inglés del Colegio Mejía: Bueno, usted ha de saber ¿dónde
es lo que está Jorge Carrera? Ahí, -señala una puerta debajo de una grada-. Pero no está. Y empieza a
despotricar contra el pobre Jorge. Regresamos luego a la tarde y efectivamente Jorge estaba ya en la
pieza, y nos recibió. Su situación era bastante grave
GMW: ¿Ahí vivía?
CE: Sí, cama y velador era lo que tenía. Traducía un libro de un compañero, del francés creo o del
ruso. Estuvimos conversando, y le referí lo que había pasado antes con quien nos recibió, se molestó
mucho. Estaba fregado, su situación era bastante angustiosa desde el punto de vista económico. Al
volver, ni bien llegamos al Ecuador, lo primero que hice es irme donde el César Carrera Andrade
GMW: Donde el hermano
CE: Y le refiero lo que había visto, le digo: Jorge está en una situación económica bastante grave, vive
verdaderamente en un cuartucho en condiciones muy precarias. Ustedes tienen que hacer algo para ver cómo
le ayudan, porque de otra manera la cosa para Jorge es bastante grave. César se preocupó y creo que hizo
gestiones y le dieron un puesto en un consulado al Jorge. Ahí comenzó su carrera como diplomático,
dada su gran capacidad también
GMW: Pudo mejorar su situación
CE: Sí, hasta que llegó a ser canciller
GMW: Y uno de los grandes poetas de América
CE: Sí pues, yo tengo... los rusos le habían traducido un libro
GMW: ¡Qué agradable ha estado Cesítar, esta conversación! Se nos ha ido la tarde y todavía me faltan
algunos temas importantes. Sin tratar lo último, algo que estaba viendo en esta revista publicada por
Elías Muñoz
CE: El Elías Muñoz ¡Ah! ¿Y qué dice el Elías?
GMW: Es una de esas revistas que publica en Guayaquil sobre el tema de los trabajadores, le da
importancia a Vicente Lombardo
CE: Claro, Vicente Lombardo Toledano, era una figura internacional creo que no era afiliado al
Partido Comunista pero era de izquierda, creó un movimiento continental del movimiento obrero
GMW: Hemos prácticamente terminado lo del 28 de mayo. Pero faltan los años posteriores, y algo muy
importante que es la ruptura del Partido Comunista
CE: ¡Ah! Eso ya es al final, pues
GMW: Eso es el 63
CE: Del 83
GMW: No, no
CE: ¡Ah! Con los pequineses
GMW: Con Rafael Echeverría porque hay una foto en esa publicación del año 47 del Comité Central
en que ya es secretario Pedro Saad, que está usted
CE: En el 52, en el V Congreso, que se reunió en Ambato
GMW: La foto esa en la que está usted en el Comité Central
CE: Yo no estuve ahí en el Comité Central
GMW: No. Esta es otra foto, del 47 me parece
CE: Posterior, debe ser
GMW: Usted está justo al lado de Rafael Echeverría
CE: ¡Ah! Esa es una reunión... pero no del Comité
GMW: ¡Ah!
CE: Es que Elías Muñoz hizo un libro sobre fotografías del movimiento
GMW: ¡Exacto! Es sobre eso. Revisaba y justamente estaba usted
CE: Yo, hasta el año 52 fui miembro. Ya había una serie de discrepancias políticas. Entonces vino el
Echeverría que quería ser secretario general del partido porque Ricardo Paredes ya estaba envejeciendo
y tenía problemas orgánicos… Yo ya no estaba en el Comité Central. Después vino el VI Congreso al
que no asistí pero si lo hice al VII, al VIII y al IX, a todos esos. Al VI no fui porque tenía otro punto
de vista sobre la forma cómo tenía que ser el partido, cosa que ya le dije yo anteriormente
GMW: Por supuesto
CE: Para crear una fuerza política
GMW: Verdadera
CE: No ser un grupo reducido de ultra revolucionarios que reuníamos de tres mil a cuatro mil votos.
¿Qué influencia política pueden tres mil votos?
GMW: Eran unas candidaturas de salón no más
CE: Se vivía un encierro, por eso yo me oponía. Ya en ese entonces hubo esa cuestión... No participé
pero seguí en el partido. Me reintegré y me nombraron suplente del Comité Central
GMW: Debe tener, Cesítar, documentos
CE: Tengo ahí, pero todo desordenado
GMW: ¿Fotografías?
CE: Fotografías no muchas. Nunca creí que podían tener importancia. En mi vida en realidad, dentro
del terreno político no me he preocupado de eso... Tantas cosas que se han perdido, fotografías, escritos
GMW: Pero bueno, algo debe quedar ahí ¿no?
CE: Algo, por ejemplo, periódicos. Yo fui director de un periódico: El Comunista, en el año 32,
publicaba mil ejemplares y se vendían instantáneamente, precisamente durante la lucha contra Neptalí
Bonifaz71. Hacíamos la composición en La Magdalena72, y traíamos las formas para la impresión a una
imprenta que había frente a la Policía. No me acuerdo el nombre. Ahí hacíamos ese periódico
GMW: ¿Y cuándo empezó usted, Cesítar, con su librería?
CE: Yo empecé con mi librería en 1937 o 38. Cuando regresé yo era el cuco comunista porque venía
a reintegrarme como trabajador, pero no me aceptaban en ninguna parte
GMW: Ahí en las publicaciones de la Casa de la Cultura que veo que son del 44, 45, cuando la
fundación de la Casa de la Cultura73, ahí dice: Librería de César Endara, Venezuela N. 52, frente al
Círculo Militar
CE: Yo me llevaba mucho con Manuel Benjamín74. Tenía ya la distribución… porque comencé como
vendedor de libros, traía libros de España de la editorial... ¿cómo se llamaba? Ya ni me acuerdo...
Recuerdo los episodios con Jorge Reyes75
GMW: De eso hay que conversar mucho, Reyes el del Arrabal del Cielo, gran poeta
CE: Él llegó a ser mi socio. Tengo libros míos desde el año 26, textos comunistas. Le voy a mostrar
uno: La contradicción fundamental ¿no le parece? La división de clases y los intereses contrapuestos, los
intereses de clase (la contradicción insoluble). Y eso está agudizándose en el mundo, inclusive en los
países capitalistas desarrollados hay conflictos entre la clase obrera. Para mi criterio lo que ha habido
es una derrota de la clase obrera internacional por el fracaso de la Unión Soviética; sin embargo,
sobrevive China que, como diríamos, ha reestructurado la economía sobre la base de su propia realidad.
Porque Marx jamás planteó que los países coloniales podían dar el paso al socialismo, es necesario
primero desarrollar las fuerzas económicas y de producción. Incluso en los países altamente
desarrollados es importante primero el proceso de las fuerzas productivas y luego de la conciencia de
clase, que de hecho se ha desbaratado. ¿Qué hizo el proletariado soviético para defender su revolución?
Porque ahí también se creó una deformación de las concepciones del marxismo
GMW: Tal vez desde la muerte de Lenin
CE: Porque Lenin, ya dejó ciertas tesis fundamentales del desarrollo cuando habló del capitalismo de
Estado, pero a través del papel preponderante de la clase obrera
GMW: Mil gracias Cesítar
CE: A usted camarada

 
Citas
1.   Uliánov, Vladimir Ilich, Lenin (Simbirsk, Rusia, 22 de abril de 1879 - Gorki, URSS, 21 de enero de
1924), político, revolucionario, teórico político y comunista ruso, líder bolchevique de la Revolución de
Octubre. Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Líder de la URSS
2.   Forma de organización en consejos o asambleas de la clase obrera rusa, implementados a partir de la
Revolución de Octubre
3.   Jorge Carrera Andrade (Quito, Ecuador, 18 de septiembre de 1903 - Quito, Ecuador, 7 de noviembre
de 1978), poeta y diplomático
4.   Santiago Carrillo (Guijón, España, 18 de enero de 1915 - Madrid, España, 18 de septiembre de 2012),
periodista y político. Secretario general del Partido Comunista Español
5.   Ciudad sureña de Rusia, ubicada junto al río Kubán
6.   Tetera tradicional rusa que posee un tubo interior para calentar los líquidos
7.   También conocida como Revolución Liberal, fue el proceso político de finales del siglo XIX y principios
del siglo XX que modernizó el Estado ecuatoriano, implantó el laicismo y combatió al conservadurismo.
Su máximo exponente fue José Eloy Alfaro Delgado
8.   Lizardo García Sorroza (Guayaquil, Ecuador, 26 de abril de 1844 - Guayaquil, Ecuador, 29 de mayo
de 1937), Presidente de la República entre 1 de septiembre de 1905 y 15 de enero de 1906
9.   Mauro Ramos Iduarte (México, fecha de nacimiento desconocida - Manabí, Ecuador, 1 de mayo de
1895), militar mexicano que peleó en la Revolución Liberal como lugarteniente de Eloy Alfaro en la
provincia de Manabí. Dirigente de la Junta Revolucionaria de Chone
10.   Luis Cordero Crespo (Déleg, Cañar, 6 de abril de 1833 - Cuenca, Azuay, 30 de enero de 1912),
político. Presidente del Ecuador entre el 1 de julio de 1892 y el 16 de abril de 1895. Representante del
llamado Progresismo, su mandato concluyó tras el episodio de la venta de la bandera
11.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero
de 1912), Presidente de la República por dos ocasiones, en los períodos comprendidos entre 1897 y
1901, y, 1906 y 1911. General de División del Ejército desde 1895 y líder de la Revolución Liberal
ecuatoriana (1895 - 1924). Por su rol central en la gesta revolucionaria y por haber combatido al
conservadurismo durante casi 30 años, es conocido como el Viejo Luchador
12.   Vicente Lombardo Toledano (Tezintlan, México, 16 de julio de 1894 - Ciudad de México, México,
16 de noviembre de 1968), abogado, académico, sindicalista y político
13.   Carrera Andrade, Jorge, El volcán y el colibrí, autobiografía, Quito, Ecuador, Corporación Editora
Nacional, 1989, p.51
14.   Juventud Comunista del Ecuador, Los Comunistas en la historia nacional del Ecuador, Editorial
Barricada, Quito, Ecuador, 2012. Disponible online en: http://goo.gl/HgSH60
15.   Elías Muñoz Vicuña (Yaguachi, Ecuador, 10 de mayo de 1922 - Guayaquil, Ecuador, 10 de febrero de
1997), investigador histórico, político
16.   Diógenes Paredes (Quito, Ecuador 1910 - Quito, Ecuador 1968), pintor de la generación innovadora
de artistas del Realismo Social, a la que pertenecieron Eduardo Kingman, Bolívar Mena Franco, César
Andrade Faini, Alba Calderón de Gil, entre otros. Trabajó el aborigenismo
17.   Luis Emilio Recabarren (Valaparaíso, Chile, 6 de julio de 1876 - Santiago de Chile, Chile, 19 de
diciembre de 1924), tipógrafo, obrero y político. Considerado por muchos como el padre del
movimiento obrero revolucionario de Chile. Fue diputado nacional, presidente del Partido Obreso
Socialista y de la Federación Obrera de Chile
18.   Stalin, Jossif Vissariónovich Dzhugashvili (Gori, Georgia, 21 de diciembre 1879 - Moscú, URSS,
1953), político bolchevique. Secretario general del Partido en 1922. A la muerte Lenin en 1924, se
convierte en su sucesor venciendo a León Trotsky tras dudosos manejos políticos. Gobernó a la URSS
con estilo férreo, autoritario y radical
19.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 – Guayaquil - Ecuador, 26 de
febrero de 1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta. Secretario general del Partido Comunista
del Ecuador desde 1952 hasta 1980
20.   Enrique Gil Gilbert (Guayaquil, Ecuador, 8 de julio de 1912 - Guayaquil, Ecuador, 21 de febrero de
1973), político y escritor. Miembro del Grupo de Guayaquil
21.   Nela Martínez Espinosa (Cañar, Ecuador, 24 de noviembre de 1912 - La Habana, Cuba, 30 de julio
de 2004), política, escritora, activista
22.   Rafael Echeverría Flores (Quito, Ecuador), abogado y político. Militante del Partido Comunista
Ecuatoriano, posteriormente fundó el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador y el Partido
de los Trabajadores del Ecuador
23.   Ricardo Paredes Romero (Riobamba, Ecuador, 1898 - Quito, Ecuador, 1979), médico, escritor,
político. Fundador del Partido Comunista del Ecuador (PCE) en 1931 y candidato a la Presidencia de
la República del Ecuador en 1933
24.   León Trotsky, Lev Davidovich Bronstein (Yanovka, Ucrania, 1877 - Coyoacán, México, 1940),
político, dirigente, escritor. Uno de los artífices de la Revolución Rusa
25.   Trotsky, León, Un llamamiento a los esforzados, oprimidos y exhaustos pueblos de Europa, Madrid, España,
Taurus, 2012, p.141-142
26.   André Gide (Paris, Francia, 22 de noviembre de 1869 - Paris, Francia, 19 de febrero de 1951), escritor.
Premio Nobel de Literatura, 1947
27.   Guerra Civil Española, conflicto social, político, militar y económico, desencadenado en España tras el
fracaso parcial del golpe de Estado de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el
gobierno de la Segunda República Española. Finalizada el 1 de abril de1939 con la declaratoria de
victoria por parte de Francisco Franco, quien estableció una dictadura que duraría hasta su muerte, en
1975
28.   Jorge Semprún (Madrid, España, 10 de diciembre de 1923 - París, Francia, 7 de junio de 2011),
escritor, guionista y político
29.   Muñoz Vicuña, Elías, El Ecuador, un país clásico, Guayaquil, Ecuador, Universidad de Guayaquil,
1988, p.350
30.   Klaus Meschkat, Reflexiones para los socialistas del Siglo 21, en Revista Envío, N. 352, julio 2011.
Disponible en: http://goo.gl/7nDgTE
31.   Pedro Jorge Vera (Guayaquil, Ecuador, 16 de junio de 1914 - Quito, Ecuador, 5 de marzo de 1999),
escritor, periodista, catedrático universitario y político. Se lo considera un maestro de la narrativa
ecuatoriana y uno de los más importantes hombres de letras del Ecuador en el siglo XX
32.   Vera, Pedro Jorge, Gracias a la Vida, Editorial Voluntad, Quito, Ecuador, 1993
33.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
34.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de estas se autoproclamó
dictador. Completó su mandato constitucional en una sola vez. Lideró la escena política ecuatoriana
durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo al espectro de su influencia
política
35.   Carlos Alberto Arroyo del Río (Guayaquil, Ecuador, 27 de noviembre de 1893 - Guayaquil, Ecuador,
31 de octubre de 1969), Presidente de la República del Ecuador, derrocado por la Revolución del 28 de
Mayo de 1944, conocida como la Gloriosa
36.   Alianza Democrática del Ecuador (ADE), organización política a la que confluyeron partidos políticos,
organizaciones y personas de distinta vertiente para derrocar al régimen autoritario de Carlos Arroyo
del Río, depuesto de sus funciones por la revolución conocida como la Gloriosa, el 28 de mayo de 1944
37.   Francisco Arízaga Luque (Barranco, Lima, Perú, 6 de enero de 1900 - Guayaquil, Ecuador, 22 de
octubre de 1964), abogado y político. Presidente de la Asamblea Constituyente de 1945
38.   Miguel Ángel Albornoz (Ambato, Ecuador, 1872 - Quito, Ecuador, 2 de agosto de 1964), político
liberal
39.   Insurrección popular que irrumpió en diferentes ciudades del Ecuador y sacó del poder al gobierno de
Arroyo del Río el 28 de mayo de 1944, a partir de la confluencia de organizaciones, personas y partidos
políticos de muy diferentes orientaciones que encarna de manera particular un momento de importante
movilización social. En este marco de acontecimientos se demanda el retorno de Velasco Ibarra, el gran
ausente, quien asume el poder por segunda ocasión
40.   Manuel Medina Castro, (Guayaquil, Ecuador, 10 de agosto de 1915 - Guayaquil, Ecuador, 16 de junio
de 1996), ensayista y político
41.   Modesto Larrea Jijón (Otavalo, Ecuador, 7 de octubre de 1890 - Quito, Ecuador, 25 de septiembre de
1957) político y diplomático
42.   Julio Teodoro Salem Gallegos (Guayaquil, Ecuador, 26 de septiembre de 1900 - Guayaquil, Ecuador,
3 de septiembre de 1968), Presidente de Ecuador del 29 de mayo al 31 de mayo de 1944
43.   María Luisa Gómez de la Torre (Quito, Ecuador, 28 de mayo de 1887- Quito, Ecuador, 1976),
activista política en movimientos políticos populares, indígenas y campesinos
44.   Gustavo Becerra Ortiz (Esmeraldas, Ecuador, 1 de mayo de 1900 - Esmeraldas, Ecuador, 12 de abril
de 1976), dirigente y militante comunista
45.   Camilo Ponce Enríquez (Quito, Ecuador, 31 de enero de 1912 – Quito, Ecuador, 13 de septiembre de
1976), jurista y político conservador. Presidente de la República desde 1956 a 1960. Fundador del
Partido Social Cristiano
46.   Galo Lincoln Plaza Lasso (New York, EE UU, 17 de febrero de 1906 - Quito, Ecuador, 22 de enero
de 1987), político y diplomático, Presidente del Ecuador, 1 de septiembre de 1948 al 31 de agosto de
1952. Secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de 1968 a 1975
47.   José María Plaza Lasso (Quito, Ecuador, 1910 - Quito, Ecuador, marzo, 2002), político y hacendado,
hermano de Galo Plaza
48.   Dolores Cacuango Quilo, conocida como Mamá Dolores, (Pesillo, Cayambe, Ecuador, 26 de octubre
de 1881 - Yanahuayco, Ecuador, 23 de abril de 1971), activista, pionera en la lucha por los derechos
de los indígenas y campesinos. Uno de los referentes del feminismo ecuatoriano de principios del siglo
XX
49.   Rosa Elena Tránsito Amaguaña Alba (Pesillo, Cayambe, Ecuador, 10 de septiembre de 1909 - Quito,
Ecuador, 13 de mayo de 2009), activista, indigenista, referente del feminismo en Ecuador
50.   Joaquín Gallegos Lara (Guayaquil, Ecuador, 9 de abril de 1909 - Guayaquil, Ecuador, 16 de noviembre,
1947), escritor, ensayista. Autor, entre otras obras de Las cruces sobre el agua, novela que refiere los
hechos acaecidos el 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil
51.   Pablo Arturo Palacio Suárez (Loja, Ecuador, 25 de enero de 1906 - Guayaquil, Ecuador, 7 de enero de
1947), escritor y abogado. Impulsor de la vanguardia narrativa en Ecuador e Hispanoamérica, su estilo
difería del de los escritores costumbristas de su época
52.   Se refiere a la novela Las Cruces sobre el agua
53.   José Carlos Mariátegui (Moquegua, Perú, 14 de junio de 1894 - Lima, Perú, 16 de abril de 1930),
escritor, ensayista, periodista, político y teórico marxista
54.   Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, obra de José Carlos Mariátegui
55.   Luis Eduardo Lasso (lugar y fecha de nacimiento desconocidos - lugar y fecha de fallecimiento
desconocidos), economista y político. Fundador de la Escuela de Economía de la Universidad Central
del Ecuador, primera de esta especialidad en el país
56.   Víctor Raúl Haya de la Torre (Trujillo, Perú, 22 de febrero de 1895 - Lima Perú, 2 de agosto de 1979),
pensador y político. Fundador y líder histórico de la Alianza Popular Revolucionaria Americana
(APRA)
57.   Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, conocido como Simón
Bolívar (Caracas, Capitanía General de Venezuela, 24 de julio de 1783 - Santa Marta, Gran Colombia,
17 de diciembre de 1830), militar y político, fundador de la Gran Colombia y una de las figuras más
destacadas de la emancipación americana frente al Imperio español. Contribuyó de manera decisiva
con la Independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, por lo cual se lo
conoce como Libertador
58.   Carlos Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido, 14 de marzo de
1883), filósofo, sociólogo, economista e intelectual alemán de origen judío. Con una vasta e influyente
obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía,
y también en el periodismo y en la política, proponiendo la unión de la teoría y la práctica
59.   Oswaldo Albornoz Peralta (Cuenca, Ecuador, 8 de mayo de 1920 - Cuenca, Ecuador, 27 de noviembre
del 2000), historiador
60.   Leónidas Plaza Gutiérrez de Caviedes (Manabí, Ecuador, 18 de abril de 1865 - Quito, Ecuador, 17
de noviembre de 1932), político liberal, Presidente del Ecuador en dos períodos, 1901 - 1905, y
1912 - 1916
61.   José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla (Confederación Granadina, Colombia,
23 de julio de 1860 - Barcelona, España, 25 de mayo de 1933), escritor
62.   Guillermo Rodríguez Lara (Pujilí, Ecuador, 1924), militar y gobernante ecuatoriano. Nombrado Jefe
de la Junta Militar en el golpe de Estado del 15 de febrero de 1972 hasta el 11 de enero de 1976
63.   Alberto Enríquez Gallo (Latacunga, provincia de Cotopaxi, Ecuador, 24 de julio de 1894 - Quito,
Ecuador, 13 de julio de 1962), militar y político. Presidente de la República durante 9 meses, 23 de
octubre de 1937 - 10 de agosto de 1938. Auspició la expedición del Código de Trabajo en 1938
64.   Ramón Castro Jijón (Esmeraldas, Ecuador, 15 de noviembre de 1915 - Quito, Ecuador, 1 de
noviembre de 1984), militar, miembro de la Junta Militar de Gobierno, julio de 1963 a marzo de
1966
65.   Marcos Gándara Enríquez (Latacunga, Ecuador, 6 de noviembre de 1919), militar, miembro de la
Junta Militar de Gobierno, julio de 1963 a marzo de 1966
66.   Carlos Julio Arosemena Monroy (Guayaquil, Ecuador, 24 de agosto de 1919 - Guayaquil, Ecuador,
5 de marzo de 2004), político, jurista, diputado. Vicepresidente de la República, 1 septiembre 1060
- 7 de noviembre 1961. Presidente de la República, 7 noviembre 1961 - 11 julio 1963
67.   Nikita Kruschev o Khrushchev (Kalínovka, 3 de abril de 1894 – Moscú, URSS, 11 de septiembre de
1971), dirigente político. Primer secretario del Partido Comunista 1953-1964, Presidente del
Consejo de Ministros 1958-1964 de la URSS
68.   Philip Burnett Franklin Agee (Tacoma, Florida, EE UU, 19 de julio 1935 - La Habana, Cuba, 7 de
enero de 2008), agente de Agencia Central de Inteligencia (CIA), conocido por su libro, Inside the
Company: CIA Diary 2, 1975, en el que relata sus experiencias en la CIA
69.   Juan Isaac Lovato Vargas (Quito, Ecuador, 21 de septiembre de 1904 - Quito, Ecuador, 14 de enero
de 2001), abogado, catedrático, político y diplomático
70.   Sixto Alfonso Durán Ballén Cordovez (Boston, Massachusetts, EE UU, 14 de julio de 1921),
arquitecto. Presidente del Ecuador del 10 de agosto de 1992 al 9 de agosto de 1996
71.   Neptalí Bonifaz (Quito, Ecuador, 29 de diciembre de 1870 - Quito, Ecuador, 23 de agosto de 1953),
político descalificado como Presidente de la República por el Congreso por la supuesta dudosa
nacionalidad ecuatoriana, lo cual desató la llamada Guerra de los cuatro días en 1932
72.   Barrio quiteño del sur de la ciudad
73.   Casa de la Cultura Ecuatoriana, creada en agosto de 1944
74.   Benjamín Carrión Mora (Loja, Ecuador, 20 de abril de 1897– Quito, Ecuador, 8 de marzo de 1979)
escritor, político, diplomático y promotor cultural. Fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
75.  Jorge Reyes, (Quito, Ecuador, 1905 - Quito, Ecuador, 1977), poeta

JORGE  PÉREZ  CONCHA  


HISTORIADOR  DE  LA  REVOLUCIÓN  RADICAL

Jorge Pérez Concha


Guayaquil, Ecuador, 5 de junio 1908
Guayaquil, Ecuador, 1 de abril 1995
Literato, historiador y diplomático. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia y ganador del Premio Eugenio Espejo a la
Promoción Cultural (1989). Embajador del Ecuador en Cuba (1979). Fundador de la revista literaria Voluntad, junto con Alfredo Pareja
Díez Canseco. Entre sus obras destacan: Vargas Torres, Fragmentos de la Vida del Héroe (1936); Eloy Alfaro, su Vida y sus Obras (1942);
Miguel de Santiago (ensayo biográfico 1943); José de La Mar (crítica histórica); Política Internacional Contemporánea

n medio del sofocante calor de Guayaquil llegué al domicilio de Jorge Pérez Concha. Los

E cuadros, los adornos, vajilla, tapices, todo tiene algo que ver con la historia, y, en medio del
torbellino de esta historia viva, con la Revolución Liberal1.

Husmeo y talajeo en la enorme biblioteca. Un anaquel está repleto con libros de historiadores:
Toqueville, Hobsbawm, Bloch, Herodoto, Lucien Febvre, Plutarco, Tácito, y hasta Pierre de
Coubertin, más conocido por haber sido el iniciador de las olimpiadas modernas que por su condición
de investigador. Al frente, un estante dedicado exclusivamente a Eloy Alfaro2, con autores que van
desde José Peralta y Emeterio Santovenia, hasta los opositores y desmitificadores, el caso de Wilfredo
Loor. También hay fotografías familiares, y una me llama la atención. Está Jorge, niño, con otros
chicos. La foto está amarilla y la humedad ha carcomido su color original, es más roja que sepia. Son
mis hermanos, dice. Cuando le menciono que la más longeva de las anarquistas españolas y que fuera
emblemática en la Guerra Civil se llama Concha Pérez, y que aún vive en Barcelona, sonríe y responde:
sí, justamente al revés, pero creo que esa era guapa.

El padre de Jorge, el abogado Federico Pérez Aspiazu, fue uno de los firmantes del Acta del
Pronunciamiento del 5 de junio de 1895, y presidente de la Sociedad de Artesanos Amantes del
Progreso, entidad que sería refugio de liberales guayaquileños, como lo manifiesta Ángel Emilio
Hidalgo:
(…) el 11 de diciembre de 1878, un grupo de artesanos nuevamente movilizados por el dinámico Andrés
Miranda, fundó finalmente la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso, bajo la égida de algunos personajes
de la burguesía local, con la finalidad de proporcionarse mutuamente instrucción necesaria para todos los
estados de la vida, con cuyo fin establecerá esta Sociedad una caja de ahorros, escuelas de enseñanzas que
propendan a la ilustración de cada uno de sus socios, como también protegerse mutuamente en los casos difíciles
de la vida.3

Pérez Aspiazu compartía tertulias, y seguramente conspiraciones, con Nicolás Augusto González,
Federico Reinel, dueño del periódico El Grito del Pueblo, Modesto Chávez Franco, entre otros. Su
madre, Teresa Concha Torres, hermana de héroes y mártires de la más profunda transformación
realizada en el Ecuador.

Más que por casualidad, por cábala o sortilegio del destino, Jorge Pérez Concha nació en Guayaquil,
el 5 de junio de 1908, cuando se cumplían 13 años del triunfo del general Alfaro.
La infancia la vivió en su ciudad natal, y recordó con viva emoción las figuras de sus maestros de
escuela. Cuando tenía apenas 11 años murió su padre dejando una estela de abandono y tristeza. Viajó
a Quito para asistir a la posesión del presidente José Luis Tamayo4, casado con su tía Esther Concha
Torres, y, de regreso a Guayaquil, se dedicó a sus estudios secundarios en el Colegio Vicente
Rocafuerte. Precisamente en el Vicente funda la revista Voluntad, junto con Alfredo Pareja Díez
Canseco5 y Demetrio Aguilera Malta6. Con este último y Pedro Antonio Saad7 representaron al colegio
en un encuentro con estudiantes del Colegio Mejía, de Quito.

Recordaba Pérez Concha, en la charla que mantuvimos en Guayaquil, su paso vertiginoso por la poesía,
primera vocación literaria que abordó. Guayaquil había sido entonces irradiado por la figura mítica de
Medardo Ángel Silva8, ese enorme poeta de la melancolía. También la tribuna pública del diario El
Telégrafo, en el que Manuel Eduardo Castillo, Aurelio Falconí Villagómez y Miguel Ángel Granado,
redactores de El Telégrafo Literario, abrieron la puerta a los jóvenes que esbozaban, cometían o ilustraban
poesía. Pérez Concha publicó, junto con Demetrio Aguilera Malta, el poemario Primavera Interior, con 18
poemas de Pérez y 21 relatos de Aguilera. Su sobrino, Rodolfo Pérez Pimentel dice:
El 27 fundó con Alfredo Pareja Díez Canseco la revista Voluntad en colaboración con Leopoldo Benítez
Vinueza, pero solo aparecieron seis números. Pareja opinó ‘Jorge es un verdadero poeta: sencillo, galante y
sobretodo de una delicadeza de alma poco común. En sus versos bebemos la tristeza, nos embriagamos de
melancolía’ 9

Y el gran poeta Hugo Mayo, mordaz con la poesía tropical que para él era solamente romance y
alcanfor, fue benevolente con los jóvenes, al decir:

Pérez Concha y Aguilera Malta han desertado de la poesía tuberculosa y pintarrajeada, alistándose en las filas
de las nuevas corrientes estéticas 10

Sin embargo, fue la Historia la que atrajo la verdadera atención y más tarde pasión de Pérez Concha.
Abandonó la poesía y se dedicó de lleno a la investigación histórica, empezando, como era natural en
su entorno, con las figuras míticas que habían poblado su adolescencia: Eloy Alfaro, Luis Vargas
Torres11 y Carlos Concha Torres12.

Su afición por la lectura de temas de historia, advertida ya en la escuela primaria y acentuada después conforme
avanzaban sus estudios, fue en realidad anuncio de su vocación historicista. No de otra manera se explica su
amplia bibliografía compuesta de innumerables artículos aparecidos en diversas revistas del Ecuador y otros
países; sus tres grandes biografías sobre Alfaro, Vargas Torres y Carlos Concha Torres; su monumental Ensayo
histórico-crítico sobre las relaciones del Ecuador con los Estados vecinos y la serie magnífica de otros libros suyos
como Política Internacional Contemporánea; Frente Externo (…). Todos los libros, ensayos, monografías y
artículos de Jorge Pérez Concha ostentan la claridad y pulcritud de su estilo literario, señal de que asimiló como
el que más las enseñanzas de su castizo maestro don Gustavo Lemos Ramírez13

Pérez Concha me dice que la historia no es ni será jamás neutral. Puede ser objetiva, en la medida en
que sea espejo y reflejo de acontecimientos, pero la pluma de quien la cuenta es necesariamente
humana, y esa pluma tiene una carga ideológica y conlleva una voluntad fruto de la formación de cada
historiador.
El testigo, en Derecho, solo es una figura procesal. La conciencia vale por mil testigos, decía Marco
Aurelio14, y esa conciencia hace que el testigo puede estar a un paso del perjuro. El historiador
responsable debe velar por la verdad, no la verdad filosófica inescrutable, sino aquella palpable,
cotidiana, cruda y que emerge de las acciones de la vida, no de los supuestos ni las conjeturas. Por ello
es que como historiador Pérez Concha dice admirar a Roberto Andrade15, el gran proscrito, que estuvo
dentro de la historia, no fuera de ella; a Arnold Toynbee16, quien precisaba la naturaleza de las
sociedades como unidades y la minoría creadora dentro de ellas; a Emil Ludwig17, que decía que la
biografía debe ser un retrato capaz de expresar el carácter del sujeto, porque el cerebro de un solo
hombre, sabio o poeta, puede hacer lo que ningún conquistador ha hecho: derrumbar una época y
empezar otra.

Admiraba Pérez Concha a Stefan Zweig18, conocido como el cazador de almas, quien escrutaba a
profundidad a los protagonistas, pero decía: jamás intentaría trasponerlos en juicios valorativos ni colorear
los elementos nacionales de un artista con tintas de simpatía o aversión19 aunque afirmaba que el azar no
existe a la hora de la elección de los personajes dignos de ser estudiados, porque ahí actúan la voluntad
y la ideología.

Benjamín Carrión20 afirmaba que la biografía es el soneto de la historia, y a las biografías dedicó Pérez
Concha su mayor esfuerzo, para dotar de corazón a la historia, para darle el carácter humano que
demanda, más allá de las batallas y las épicas.

Luis Vargas Torres, nacido en Esmeraldas en 1855, es, probablemente junto con Nicolás Infante, la
figura más romántica y heroica del proceso liberal. Hijo de Luis Vargas y Delfina Torres, puso a
disposición de la transformación revolucionaria su vida, su valentía y sus pertenencias, como lo expresa
el propio general Alfaro:

(…) me ofreció sus servicios personales y algunos miles de pesos que había traído para comprar armamento y
abrir operaciones sobre Esmeraldas; desde la óptica conservadora, Juan León Mera escribe: ‘Parece que dicho
caudillo (Alfaro) no tenía dinero suficiente, pues, aguardaba el que debían enviarle desde Quito sus partidarios
para activar la empresa. Pero Don Luis Vargas Torres le llevó algún socorro y, al fin, comprados, con esto, unos
200 rifles y algunos miles de cartuchos metálicos…21

El martirologio de Luis Vargas Torres es fuente de tarea apasionada de Pérez Concha. Trabaja sobre la
figura mítica y sobre el ser humano, capaz de producir manifiestos de enorme trascendencia, como el
que publicó en Lima, durante su exilio:

¿Cómo desconocer, pues, el derecho que les asiste a los buenos ciudadanos para atacar un régimen opresor y
oprobioso y en todo contrario a las aspiraciones del pueblo? No creemos que exista persona alguna dotada de
buen sentido que desconozca este derecho, que solo a los esbirros les es dado combatirlo. Que los enemigos del
pueblo obtengan en triunfo una o muchas veces; que después de la victoria se ceben en sus víctimas, llenándolas
de groseras injurias, calumniándolas o mandándolas a la eternidad, no quiere decir que debemos someternos
al tirano, ni mucho menos que quede destruido ese derecho, como lo han pretendido algunos paniaguados,
secuaces del terror.
Y Pérez Concha asume la defensa y subraya:

Tal la ideología del héroe. Su elevado criterio, su amplitud de concepciones, su radicalismo a toda prueba,
abrieron los bordes de su tumba y las puertas de su inmortalidad.22

Luis Vargas Torres murió fusilado por resolución de un Consejo de Guerra. Al conocer el suceso,
Alfaro dijo:

Luis se ha inmortalizado. Estoy orgulloso de ello, aun cuando mi alma se encuentra traspasada de dolor, por
la pérdida del amigo. Las palabras de él ante el Consejo de Guerra de sus verdugos son un documento inmortal.
El muchacho ha hecho gala de dignidad y de valor.23

El asesinato de Vargas Torres por los conservadores conmovió al país y al continente, y, muchos años
después, aquella ignominia era rechazada por los hombres y mujeres libres. Y el valor de Vargas Torres
exaltado, al recordar sus últimas palabras, poco antes de ser asesinado:

Las horas vuelan y yo me acerco al umbral de la Eternidad. Y es preciso concluir este opúsculo. Sé que todos
mis compañeros de infortunio están tristes y desesperados con la terrible noticia de mi próxima muerte. Yo los
recuerdo y el dolor despedaza mi corazón. Que no desmayen en el sagrado propósito de salvar la Patria y en la
Eternidad los recordaré con gusto, ¡Quiera Dios que el calor de mi sangre que se derramará en el patíbulo,
enardezca el corazón de los buenos ciudadanos y salven a nuestro pueblo!

Jorge Pérez Concha decidió vivir un tiempo en la capital y subsistir con su trabajo de profesor en el
Colegio 24 de Mayo, y con labores comerciales. Más tarde fue nombrado embajador en Noruega, en
el gobierno de Carlos Julio Arosemena Tola24. Tras permanecer un año en Oslo regresó a Guayaquil
para impartir clases de historia en la universidad, apenas interrumpida para asumir la subsecretaría de
Economía del ministro Lisímaco Guzmán, en el tercer período velasquista.

Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas en 1962, afrontó con estoicismo y valentía la
irrupción violenta de pesquisas y militares que, como consecuencia del gobierno militar que derrocó a
Arosemena Monroy, se tomaron la institución en una velada grotesca. De la misma manera los esbirros
de la Junta Cuadrúpeda25 así calificada por el propio Arosemena Monroy, lo destituyeron de su cátedra,
junto con más de cien notables profesores, todos bajo la acusación de comunistas y nefastos para la
educación católica.

Vilipendiado y perseguido debió ponerse a buen recaudo, hasta que, a vísperas de la caída de la Junta,
asumió la dirección del diario La Razón, propiedad de Raúl Clemente Huerta26. Tras el bochorno
histórico reasumió cátedra y presidencia de la Casa de la Cultura y fue miembro de la Junta Consultiva
de Relaciones Exteriores.

Su biografía sobre el general Eloy Alfaro27, trabajada desde los años 30 y que obtuviera el premio por
el centenario del Viejo Luchador, es, más que una semblanza, un panegírico, como lo dice Salvador
Lara:
Aparece en sus ampliamente documentadas páginas, escritas por un autor transparente, más que estatua en
pedestal señero, el hombre de carne y hueso que fue Don Eloy, con todo lo positivo y lo negativo que hay en toda
vidas humana, cuanto más en la de un transformador revolucionario como fue él. Se compone la obra de tres
partes: ‘el guerrillero’, ‘el mandatario’ y ‘el mártir’: quien comienza a leerlas se ve obligado a seguir sus páginas
hasta el fin: son la historia de un Hombre y un Pueblo, así con mayúsculas, drama que la pasión de la
controversia convirtió en tragedia.28

Un episodio crucial en la vida de Pérez Concha es el nombramiento de primer embajador en la


República de Cuba tras la ruptura de relaciones ordenada por el departamento de Estado en 1963.
Designado por el presidente Jaime Roldós, asumió la misión en 1979, y las relaciones fueron fructíferas
y fraternales, hasta que en febrero de 1981 un terrible acontecimiento sacudiría a los dos países.

Un grupo de individuos asaltaron la misión diplomática con el propósito de obtener un salvoconducto


para huir de la isla, y secuestraron al embajador Pérez Concha y al ministro consejero Francisco Proaño
Arandi, El asunto se dilató hasta que tropas cubanas de asalto tomaron la embajada. Pérez Concha y
los funcionarios ecuatorianos habían sido liberados días atrás, pero la valentía y el coraje demostrados
en esos aciagos días confirmaron la nobleza y el pundonor del embajador.

Quien fuera canciller, Alfonso Barrera Valverde29, consideraba que ese asalto fue una acción
premeditada para menoscabar las relaciones entre los dos países y así también herir políticamente al
presidente Jaime Roldós.

En mayo del mismo año murió, en circunstancias nunca esclarecidas, el presidente Roldós, y un
destacado escritor y miembro del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, Galo Galarza, quien
actuó en La Habana, tras los sucesos, escribió un memorial:

Han decidido mi traslado a la embajada del Ecuador en Cuba porque nuestra misión diplomática fue asaltada
por un grupo de individuos que querían huir de la isla. Entraron a la fuerza a la sede diplomática y secuestraron,
a punta de metralla, al embajador (el respetado historiador Jorge Pérez Concha, biógrafo del general Eloy
Alfaro); al ministro-consejero, Francisco Proaño Arandi; y, a otros funcionarios ecuatorianos y cubanos. Han
decidido que yo venga a Cuba para ocuparme de las labores que cumplía uno de los secuestrados. En el Ecuador
gobierna Osvaldo Hurtado, después del obscuro accidente de avión en que murió el presidente Jaime Roldós
Aguilera, quien reestableció precisamente las relaciones con Cuba y reabrió nuestra embajada en esta isla
caribeña, la más grande de las Antillas, la que tiene forma de caimán. Cuando llegué a La Habana ya habían
liberado a los diplomáticos secuestrados, viajó para ello una misión negociadora desde Quito (entre los
negociadores estuvo el actual embajador del Ecuador en Washington). El gobierno cubano dio un plazo a los
secuestradores para que desalojen la sede diplomática cumpliendo las disposiciones de la ley internacional y
cuando venció el plazo y estos no habían salido los sacó a punta de bomba lacrimógena y los encerró en una
prisión. Los negociadores ecuatorianos dijeron que ellos nunca habían autorizado el desalojo y el gobierno de
Hurtado retiró, en protesta, al embajador Pérez Concha y dejó la misión a nivel de Encargado de Negocio.30

Resultan a la luz de la historia evidentes las conspiraciones con el objeto que las relaciones entre
Ecuador y Cuba fueran suspendidas o rotas, pero, bajo ninguna circunstancia, Pérez Concha se alistó
en la banda oportunista y antirevolucionaria que al interior del país, y obviamente en la comunidad
anticastrista de Miami y varios países latinoamericanos operaba para conseguir tal propósito.

Acuartelado y sano en su Guayaquil, Pérez Concha escribió la última parte de la trilogía histórica sobre
la Revolución Liberal, el tomo dedicado a Carlos Concha Torres, quien desde muy joven se integró a
las huestes alfaristas, pese, o quizá con el afán justiciero por la muerte de sus hermanos, Luis Vargas
Torres y Clemente Concha, caído en combate cuando salvó la vida de Alfaro frente a las tropas de
Veintimilla.

Fue Carlos Concha la última expresión del alfarismo activo, escribió Pío Jaramillo Alvarado, en referencia a
la indómita voluntad de Carlos Concha de reverdecer la lucha de Alfaro después de la atroz Hoguera Bárbara.

Después de la notable figura de Eloy Alfaro, que llevó al liberalismo al poder, solo el nombre del coronel Carlos
Concha ha brillado con luz propia en el confuso escenario republicano de los últimos cien años. Del primero se
ha dicho mucho, por haberse constituido en el icono del cambio histórico que el Ecuador buscaba empujando
una revolución que lo llevó al sacrificio y a un magnicidio atroz que la conciencia nacional repudia y reprocha
hasta ahora. Al segundo le correspondió la grandeza inmarcesible de haber sido el más leal y consecuente
lugarteniente, discípulo, camarada y amigo del Viejo Luchador.31

En 1989, el gobierno de Rodrigo Borja le otorgó el Premio Nacional Eugenio Espejo, junto con Jorge
Enrique Adoum, Aracely Gilbert y Misael Acosta Solis, en reconocimiento a su extraordinario aporte
a la historia y la defensa de la soberanía de la Patria.

El 1 de abril de 2002 Jorge Pérez Concha dejó de existir en Guayaquil, y, siete años más tarde, en mi
condición de ministro de Cultura, al presentar la colección de biografías sobre Alfaro, Vargas Torres y
Concha, escribí:

Conocí personalmente a Jorge Pérez Concha en 1994. Tras una larga tertulia, apenas interrumpida por la
banda sonora de la ría milenaria, descubrí al embajador de la dignidad, al poeta arrepentido, al historiador
alfarista, al intelectual de verdad, sin vanidades ni oropeles, siempre consagrado a la indagación de nuestra
memoria, sin falsos pasadismos ni melancolías.

Quizá ahora la melancolía nos corresponda a quienes lo conocimos y admiramos. Para los trabajadores
del Ecuador, para los hombres y mujeres honestos, ciudadanos del porvenir patriótico, la figura cimera
de Jorge Pérez Concha no debe ser jamás olvidada.
Galo  Mora  Witt: ¿Cuáles son los primeros recuerdos de su niñez?
Jorge   Pérez  Concha: Bueno, yo nací en un ambiente revolucionario. Usted sabe que la familia Concha
vivió una entrega total a la Revolución Liberal ecuatoriana; de manera que, desde muy muchacho oí
hablar de historia en mi casa. Después de los crímenes del 91232, como usted sabe, mi tío Carlos
Concha tocó la bandera de la reivindicación y esto continuó sin sucesión hasta 1916, en que terminó
el segundo período del general Leónidas Plaza33 y se inició la administración del doctor Alfredo
Baquerizo Moreno34, con lo cual terminó la Revolución de Esmeraldas. De manera que puede decirse
que mi vocación por la historia surgió del ambiente en que vivía
GMW: Los recuerdos familiares tienen entonces, necesariamente, que ver con la lucha liberal
JPC: Completamente
GMW: ¿A cuáles de sus tíos logró conocer?
JPC: A Carlos Concha Torres, que después de la revolución vivió en casa de mis padres por más de año
y medio hasta que regresó a Esmeraldas, donde falleció poco después. Un recuerdo imborrable es el
arribo del coronel Carlos Concha Torres a su salida del panóptico. Como usted sabe Carlos Concha
cayó prisionero, en Guayaquil. Fue una cosa verdaderamente apoteósica, esto impresionó,
profundamente mi vida, cuando apenas tenía ocho años
GMW: ¿En qué año es el regreso?
JPC: El 916
GMW: ¿Usted nació en 1908?
JPC: Yo nací el 908
GMW: Para generaciones como la mía es muy distante hablar del Guayaquil de principios de siglo pero
gracias a Roura Oxandaberro35, uno puede, de alguna manera, imaginarse cómo era la ciudad, cómo
era el puerto. ¿Se puede decir que Guayaquil era un polo de desarrollo liberal? En las fuerzas morales
¿cómo se manifestaba? Es decir, frente a lo conventual o franciscano que se decía de Quito ¿cómo era
Guayaquil?
JPC: Bueno, Guayaquil por su condición de puerto siempre estaba en contacto con las corrientes venidas
del exterior, a diferencia de Quito por capital de la República y ciudad del interior del país. Eso explica
que los principios liberales, y no sólo los principios liberales, sino los antecedentes históricos
convirtieran a Guayaquil en un centro de profunda inquietud intelectual y política. No se olvide que
la Revolución de 1845 contra el floreanismo tuvo su origen en Guayaquil y que antes de eso, el 9 de
octubre fue el principio de la campaña libertadora de la Real Audiencia de Quito.
De manera que el movimiento del 5 de junio fue una consecuencia natural de la evolución ideológica
que se había producido en Guayaquil; pero debo advertirle que hasta entonces Guayaquil no llegaba a
100 mil habitantes. Inclusive se hizo un censo, que no pudo ser perfecto, para el centenario de la
ciudad en 1920, y los resultados señalaron apenas 96 mil habitantes. Entonces, es por 1935 que vino
la explosión demográfica en Guayaquil, y ahora rebasa los más de dos millones de habitantes
GMW: Usted nombraba hace un momento al doctor Alfredo Baquerizo Moreno, que con José Antonio
Campos36, José Rafael Bustamante37 y, quizá, Luis A. Martínez38 son quienes ilustran la nueva literatura
ecuatoriana hacia 1900. ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas literarias?
JPC: Bueno, debo decirle con toda franqueza que mis primeras lecturas fueron Leyendas del Tiempo
Heroico39, de Manuel J. Calle40, porque en las escuelas nos enseñaban el estilo patriótico de la época,
contar las hazañas de la Independencia y todo eso. De manera que podría decirse que mis primeras
lecturas fueron Leyendas del Tiempo Heroico, de Manuel J. Calle
GMW: ¿Y de la literatura universal?
JPC: Bueno, sería tan difícil recordarlo... Pero sí podría decirle que desde muchacho leía muchos versos,
y en ese sentido pues el movimiento modernista de Rubén Darío41 seguido por Amado Nervo42, José
Asunción Silva43, y otros. Fueron los que más me atrajeron
GMW: Prosiguiendo un poco, cronológicamente, cuando usted tiene 14 años sucede aquella masacre de
192244, del 15 de noviembre ¿no?
JPC: Sí, exactamente. Siendo Presidente de la República ¡nada menos que un tío mío !El doctor José
Luis Tamayo, casado con una hermana de mi madre
GMW: ¡Ah!, tío suyo... ¿Qué recuerdo tiene de aquello? Fue una conmoción en Guayaquil
JPC: Desde luego. Y sumamente dolorosos los acontecimientos que se precipitaron, en primer lugar por
la debilidad de las autoridades civiles, que no lograron encausar el movimiento que debió ser. Llegó
un momento en que el Presidente de la República, se vio obligado a delegar sus facultades
extraordinarias al jefe de la zona
GMW: ¿De la zona militar?
45
JPC: Enrique Barriga . Y los militares resuelven los problemas de otra manera. De modo que ese es uno
de los acontecimientos más ingratos de mi vida
GMW: Es decir, Tamayo, no tuvo una responsabilidad directa
JPC: Él estaba en Quito. Y ante las vastas proporciones que tomó el movimiento las autoridades fueron
feroces… Sin embargo, debo decirle que por parte del pueblo no hubo desmanes. Pudo haber habido,
como pasó después el 28 de mayo, saqueos... La ciudad estuvo en manos del pueblo que irrumpió en
algunos almacenes en los que se vendían armas. Pero en general lo que sí hubo fue abuso de la fuerza
GMW: Después de eso, a un historiador como usted es lógico preguntarle sobre todos estos
acontecimientos. Tenemos algo que transforma definitivamente al Estado ecuatoriano, la Revolución
Juliana46, y la modernidad que se inicia
JPC: Exactamente
GMW: ¿Cómo recuerda y conceptúa usted la Revolución Juliana?
47
JPC: Bueno yo tengo un elevado concepto de lo que fue el doctor Gonzalo S. Córdova , creo que
cuando fue ministro en la primera administración de Plaza reafirmó los principios liberales en el
Ecuador. Por una sencilla razón: de adelantado, tuvo que mantenerse con el arma al brazo para
contener la reacción conservadora. El país estaba agitado y Plaza tuvo el acierto de designar como
ministro de Gobierno a un jurista eminente como el doctor Gonzalo Córdova, quien fue el autor de
toda la legislación liberal de la época, en ella: el Registro Civil, Ley del Divorcio, y etc., hasta entonces
todo esto había estado en manos de la Iglesia. El doctor Gonzalo Córdova merece un reconocimiento
nacional.
Más tarde llegó a la Presidencia de la República aunque estaba sumamente enfermo; había estado
durante mucho tiempo fuera del país como ministro del Ecuador en Venezuela por lo que aquí no se
supo sobre su verdadera condición de salud y lo lanzan a la candidatura. Cuando vino nos enteramos
que debido a su afección cardíaca no podía vivir en Quito, por tanto, fue un Presidente de la República
que permanecía mucho tiempo en Guayaquil, y encargaba el poder al doctor Alberto Guerrero
Martínez48, en Quito. Fue una época de grandes problemas; por ejemplo, el derrumbe producido por
el río Chanchay trajo como consecuencia la afectación de muchos kilómetros de la línea férreas lo que
incidió directamente en la desconexión entre Guayaquil y Quito.
Ante estas circunstancias los mayores accionistas del ferrocarril, que eran norteamericanos, dijeron que
ya no querían invertir ni un centavo más en el ferrocarril, que ya habían gastado mucho por los
derrumbes... Había que solucionar el asunto porque la situación era que Guayaquil y Quito estaban
prácticamente aisladas; entonces el encargado del poder, el doctor Alberto Guerrero Martínez, toma la
decisión de nacionalizar el ferrocarril comprándoles a los americanos el 51% de las acciones con lo cual
pasó a ser propiamente ecuatoriano. Esa negociación fue muy discutida, se dijo que se pagó demás, el
eterno cuento del pago en exceso, que esto y aquello. Total que cuando reasumió sus funciones el
doctor Córdova ya la negociación estaba terminada, y aun cuando la desautorizó el hecho ya estaba
consumado.
Inmediatamente cambió el gabinete, pidió y aceptó la renuncia de todos los ministros que habían
intervenido en el asunto de la compra del ferrocarril. De manera que a Córdova le tocó asumir
problemas tan graves como este; por otra parte, a consecuencia de su edad y de su permanentemente
delicado estado de salud, su autoridad se había venido muy a menos. Más pasaba enfermo que bueno.
Esto provocó un movimiento entre la oficialidad joven, formada en academias militares, contra los
jefes que en su mayoría provenían de acciones revolucionarias; así que había una diferencia notable
entre la capacidad técnica de la oficialidad y la de los jefes, muchos de los cuales habían ganado sus
grados en revoluciones y revueltas, hecho que generaba el descontento de la oficialidad, que se ubicaba
en contra... Así se dio el golpe del 9 de julio, unos dicen que bajo la influencia de una misión militar
italiana fascista. Pero la verdad todavía Mussolini49 no desarrollaba todo su funesto poderío.
Entonces se produjo la caída. Un gesto noble de los oficiales a ser destacado fue que no asumieron el
poder por no considerarse preparados para eso. En consecuencia, se reconcibió la constitución de un
gobierno plural, que resultó un fracaso, con tres miembros de la sierra y tres miembros de la costa,
además del ministro. Ahí surgieron otros problemas, la creación del Banco Central porque hasta
entonces el predominio de la costa sobre la sierra era manifiesto en relación a los bancos más poderosos
ubicados en la costa
GMW: Por el Banco Comercial y Agrícola
JPC: Y el Banco del Ecuador, eran los bancos de emisión autorizados por la ley. Como el gobierno vivía
en crisis permanente, acudía frecuentemente al Banco Comercial y Agrícola, cuyo gerente era don
Francisco Urbina50, para solicitar préstamos. Pero había un tope para la emisión de moneda por el cual
solo se lo podía hacer con el debido respaldo en oro, así que llegó el momento en que Urbina dijo ya
no puedo prestar más. Por las circunstancias de esos momentos, lo autorizaron a hacerlo con una ley
para el efecto; pero la inmediata creación del Banco Central significó un golpe muy rudo para los
banqueros costeños porque pasó a convertirse en banca de emisión, lo cual implicó, entre otras
medidas, una fiscalización de toda la banca que comprobó una emisión de billetes por sobre lo
legalmente permitido.
La costa empezó a defender los intereses de sus bancos lo cual ocasionó la primera crisis de la Junta
Plural de Gobierno, que fue sustituida con una segunda que duró apenas dos meses. Luego vino pues
la elección del doctor Isidro Ayora51. Pasado el tiempo y juzgados serenamente los hechos debemos
comprender a Ayora como un gobernante progresista, porque propicia que por primera vez se
empiecen a mirar los problemas sociales que no habían sido tomados en cuenta, ahí nació la Caja de
Pensiones, las ideas sobre el Código de Trabajo y una serie de leyes...
GMW: Conquistas sociales
JPC: De carácter social, que hay que reconocer. Se creó el Ministerio de Previsión Social que no existía
GMW: Es decir, una primera mirada hacia la problemática social
JPC: Exactamente, eso hay que reconocer
GMW: Haciendo un pequeño alto en la cronología ¿cómo recuerda usted a Carlos Concha en el año
que vivió en su casa?
JPC: Bueno, yo era muy muchacho
GMW: Muy niño
JPC: Claro, eso fue en el año 16, yo tenía ocho años y él estuvo como año y medio en mi casa. Lo
recuerdo con cariño, era hombre de inteligencia muy clara. Y como se había cultivado, -­‐‑había vivido
14 años en Europa-­‐‑ ,tenía una cultura general muy amplia. Era un lector incansable. Hablaba inglés,
francés y, de acuerdo con la cultura de la época, bastante latín y griego. Tenía un temperamento muy
nervioso, tomaba café incesantemente. Bueno, estaba aparentemente retirado de la política y el
gobierno del doctor Baquerizo, con tal de alejarlo del país, le ofreció la legación de la embajada en
Venezuela, pero Concha no aceptó. Ya no tuvo más participación. Además, durante los años de
revolución había adquirido una enfermedad del estómago que lo debilitó y lo condujo a la muerte
52
GMW: Estábamos en 1930 con Ayora. Encontré en algunos escritos del doctor Isaac Barrera algo
referente a su participación y a su integración, jovencito aún, a núcleos literarios. Usted ya se involucró
y tengo entendido que con Demetrio Aguilera publicaron un libro
JPC: Bueno, todo muchacho que tiene inquietudes literarias comienza por hacer versos. Y con Demetrio
Aguilera, compañeros en el Colegio Vicente Rocafuerte, tuvimos una amistad muy estrecha; nuestra
producción no era tan grande así que tuvimos que hacer un libro a medias que se llamó Primavera
Interior53, la parte poética es mía y la parte en prosa es de Demetrio. Pero eso fue... soy capaz de no
recordarlo (Risas). Después en el año 27 con Alfredo Pareja Díez Canseco y con Demetrio Aguilera
Malta fundamos la revista Voluntad, que duró seis meses, corta vida como la de todas las revistas de la
época que no tenían financiamiento. Pero fue un esfuerzo muy valioso. Había entonces otra revista
aquí que se llamaba Sabia, con mucho valor intelectual. Las dos entrábamos en competencia. La vida
ha hecho que tanto Pareja como Aguilera y como yo, hayamos aparecido después ganando en el Premio
Nacional Espejo. Rara coincidencia
GMW: Bueno, no tan rara dado el talento de los tres. Pero algo importante, entonces usted estuvo de
alguna manera cercano, muy cercano, a todos quienes hicieron el núcleo de la literatura del 30
54
JPC: Casi todos fueron mis amigos íntimos, con excepción de Gallegos Lara , a quien por su enfermedad
veía menos. Pero con Alfredo Pareja, con Enrique Gil Gilbert55, con Demetrio Aguilera Malta, tenía una
amistad verdaderamente fraternal. También me sucedió con Cuadra56, pero dados los antecedentes...
GMW: Él era mayor ¿no?
JPC: Sí. Él nos antecedía
GMW: Y ¿tenían ustedes como núcleo literario intelectual de Guayaquil, cerca los otros núcleos
literarios, de Loja, Cuenca, Quito?
JPC: Bueno, yo no seguí ya en el campo literario
GMW: Pero, bueno ¿con el grupo intelectual como tal?
JPC: Sí. Seguía en contacto. Hay que tomar en cuenta, que al Grupo de Guayaquil, se allegaron después
Rojas, de Loja; Adalberto Ortiz57, de Esmeraldas; Pedro Jorge Vera58, de Guayaquil, etc.
GMW: Se robusteció aquel núcleo ¿no?
JPC: Eso ya está demostrando que había vinculación
GMW: ¿Qué recuerdos tiene de profesores que hayan influido en usted?
59
JPC: ¡Ah! Gratos recuerdos. Podría señalar a tres sabios profesores: Francisco Campos Rivadeneira ,
entomólogo, cuyo nombre está consagrado universalmente. Pedro José Huerta, hombre de gran
cultura intelectual, extraordinario. Y Gustavo Lemos60, profesor, autor de obras sobre idioma
castellano. Además, tuvimos como rector al doctor José Vicente Trujillo61, que fue sin duda un
orientador de mis estudios
GMW: Del doctor Trujillo y del doctor Arroyo se decía que eran de los grandes oradores que ha tenido
el país
JPC: Sí. Y grandes adversarios también
GMW: Sus primeros estudios históricos ¿cuándo los realiza? Porque usted a partir de aquel Primavera
Interior, se dedica mucho más al estudio histórico
JPC: Sabe que como muchachos teníamos sentimientos patrioteros, podríamos decir. Y esto me llevó a
estudiar los problemas limítrofes del país, y ahí se origina lo que he sido
GMW: También hay una gran consagración suya para exaltar la memoria de Alfaro y de Concha
JPC: Y Vargas Torres... ¡Cómo no! Vargas Torres fue medio hermano de mi madre, pues
GMW: Y ese episodio trágico para la memoria nacional, me refiero a lo sucedido en la noche de Cuenca,
que usted ha relatado en sinnúmero de veces. Yo no me acerco en estas preguntas a una formalización
de la historia, que usted ya tiene lograda en sus obras respectivas, sino más bien al sentimiento con que
recoge aquellas obras porque más allá incluso de lo familiar entiendo que hay una enorme influencia
emotiva de Vargas Torres en su personalidad
JPC: De Vargas Torres. Mi abuela había recogido muchos documentos, todos llegaron a mis manos y
me sirvieron de base para escribir. Luego, esos documentos los doné al Museo del Banco Central del
Ecuador
GMW: Si pudiéramos, en pocas frases, decir algo sobre Alfaro, Concha y Vargas Torres ¿qué se le
ocurriría decir ahora en 1994? Estamos a un año de cumplir 100 años de la gesta alfarista
JPC: Fueron hombres que respondieron a su época
GMW: A su momento histórico
JPC: Sin lugar a dudas. Alfaro fue el hombre que llevo el liberalismo al poder; no siendo como muchos
dicen erróneamente, el fundador del Partido Liberal porque antes de Alfaro hubo otros liberales como
Pedro Moncayo62, Antonio Borrero63, Pedro Carbo64
GMW: ¿Encuentra usted un sentimiento de regreso del liberalismo humanista o cree que se lo ha
perdido?
JPC: Bueno, después la evolución histórica ha hecho que surjan otras tendencias más acordes con los
caracteres de la época. Entonces ya el liberalismo, que antes fue un partido de avanzada pero con
sentido individualista, fue quedando como un partido de centro
GMW: Para los años 30, de los que estábamos hablando, se produce en el Ecuador la ruptura de los dos
únicos partidos existentes liberal y conservador, y la aparición del Partido Socialista. Tengo entendido
que muchos de sus amigos por pertenecer al círculo intelectual fueron a parar a filas del socialismo ¿no?
JPC: Efectivamente, como consecuencia de la evolución de las ideas
GMW: Usted ¿alguna vez se afilió?
65
JPC: Siempre estuve afiliado al Partido Liberal . Después me desafilié porque creí que el liberalismo
había ya cumplido con su misión histórica. Pero no me he afiliado a ningún otro partido
GMW: ¿En qué año se desafilió?
JPC: En el año 60, más o menos
66
GMW: El año 60 coincide, más o menos, con la candidatura del doctor Parra
JPC: Exactamente, ahí actuamos. Pero yo estuve en calidad de lo que llamamos liberales auténticos, que
fue una fusión del C.F.P.67 con el socialismo y un sector del liberalismo que, repito, nos dimos en
llamar auténticos. Desgraciadamente esa fusión o coalición de partidos que pudo tener gran
importancia porque constituyó una verdadera fuerza, fue traicionada en el momento de la elección
GMW: Era Parra-Carrión ¿no?
JPC: Parra-Carrión: Revolución68
GMW: Nos hemos saltado como 25 años
69 70
JPC: Sí. A última hora, a espaldas nuestras, Guevara pactó con Velasco de modo que la gran fuerza
del C.F.P., a la hora de la hora, votó por Velasco. Eso explica por qué obtuvo 600 mil votos
GMW: ¿Alguna vez fue usted velasquista?
JPC: Nunca
GMW: ¿Por una intuición?
JPC: No. A pesar de que fui subsecretario de Estado en uno de los gobiernos de Velasco, su personalidad
era tan compleja y tan contradictoria, pero fue un verdadero caudillo civil que arrastraba masas. Yo
nunca me dejé influenciar por eso a pesar de reconocer que fue una de las capacidades políticas más
grandes que ha tenido el país, sobre todo un hombre de una cultura general verdaderamente
extraordinaria. No había hecho otra cosa que estudiar; de manera que usted le trataba un tema que
aparentemente le era ajeno y él lo abordaba con solvencia. Unas cosas con más profundidad que otras,
pero era un diletante de la cultura, sabía de todo
GMW: Nos hemos saltado una etapa histórica que creemos que es de enorme incertidumbre para el país,
los años 40 hasta el 28 de mayo. Se dice que hubo fraude electoral contra Velasco por parte de Arroyo,
de las fuerzas de Arroyo, aunque Andrés F. Córdova71, ha tratado de desmentir eso ¿no?
JPC: Bueno, el triunfo de Arroyo fue muy discutido. Pero hay que tomar en cuenta una circunstancia,
las elecciones fueron convocadas para el año 39, después de la muerte del presidente Mosquera
Narváez72; un período antes el doctor Velasco Ibarra había ordenado a sus partidarios que no se
inscribieran en el registro electoral, de tal modo que, por este motivo, en la elección en la que tercia
Arroyo del Río, la gran masa velasquista quedó fuera
GMW: No votó
JPC: No. En el pueblo había conciencia velasquista pero estuvo incapacitado para votar
GMW: Es decir, Velasco lanzó un boomerang
JPC: La gran mayoría del pueblo ecuatoriano era velasquista, pero Arroyo hábilmente se rigió por lo
que ya estaba establecido respecto a la inscripción
73
GMW: En seguida viene la invasión peruana en el año 41
JPC: La agresión peruana
GMW: Según dice Alfredo Pareja mucho tuvo que ver la red nazi-fascista de América Latina al haber
cercado un poco al Ecuador. Los garantes, el propio gobierno ecuatoriano, tuvieron cierta culpa, e,
indudablemente, también el militarismo peruano. ¿Cómo evaluaría usted, aquella derrota moral y
territorial?
JPC: El país venía siendo víctima, diría que desde el año 25, de continuos cambios de gobierno. Sacando
el promedio no hubo un gobernante que durase un año; esto trajo desorientación, especialmente en
las fuerzas armadas, que debieron soportar la campaña de los Cuatro Días74, en la que participó todo
el ejército, que agotó los parques militares que posteriormente no fueron reemplazados. El Perú venía
estudiando de muy cerca esta situación y encontró el momento adecuado para ejecutar la agresión; a
ello se agrega -­‐‑y es muy importante tomarlo en cuenta-­‐‑, que por la misma época la agresión del Japón
a los Estados Unidos ocupo la atención mundial opacando lo que pasaba en nuestro propio continente.
Para entonces habían ofrecido sus buenos oficios como mediadores, Estados Unidos, Argentina y
Brasil, después se sumó Chile. Pero cuando se convocó la Tercera Conferencia Interamericana
Extraordinaria, en Río de Janeiro, ni siquiera se puso el tema de la agresión de Perú al Ecuador en la
agenda... ¡Un escándalo! Teniendo esta situación dentro del continente
GMW: No se la puso ni en el temario
JPC: El Perú jugó un papel muy importante a su beneficio en todo esto. No todos los países
latinoamericanos quisieron hacer causa común con los mediadores de nuestro conflicto, Estados
Unidos. Argentina y Chile, se negaron terminantemente por sus grandes vinculaciones, de toda índole,
con los países del eje
GMW: Italia y Alemania
JPC: Y Japón, al que el Perú plegó, sumando así tres países que no hacen causa común con Estados
Unido, y juega con el tema de plegar a Estados Unidos a cambio de la suscripción del Protocolo de
Río de Janeiro75; que como usted sabe nunca fue negociado entre representantes del Ecuador y
representantes del Perú sino que la imposición peruana vino a través de los Estados mediadores. Llegó
un momento en que el célebre canciller brasileño Aranha76, le dijo bien claro a Tobar Donoso77
(nuestro canciller): Si ustedes no firman, la mediación se retira y los peruanos ingresarán hasta Guayaquil.
Y esta es la verdad sobre el doctor Tobar Donoso
GMW: Por lo tanto Tobar Donoso sería un sacrificado
JPC: Sí. Una víctima de los acontecimientos. Y si no se hubiera suscrito el Protocolo de Río de Janeiro
se hubiera tenido que suscribir otro documento peor ya no en Río de Janeiro sino en Quito o en
Guayaquil. Esto no quiere decir que estoy defendiendo el Protocolo de Río de Janeiro, sino la verdad
histórica. He conversado mucho con el coronel Rodríguez, que era el jefe de Operaciones. Me dice
que durante la campaña de los Cuatro Días, cuando la descalificación de Bonifaz78, se agotaron las
municiones de artillería de manera que nosotros no teníamos sino fusileros contra el Perú que en
cambio tenía aviación, marina y tanques
GMW: Era David contra Goliat
JPC: Pero -hay que ser justos-, los soldados de los batallones Cayambe, Montecristi, impidieron el pase
del Perú por el río Zarumilla, los contuvieron. Cuando se firmó un cese de fuego quienes habían
peleado se retiraron, y entonces los peruanos violaron el cese al fuego. Técnicamente, me decía un jefe
militar, es muy difícil atravesar un río cuando del otro lado le están disparando porque los que están
navegando no pueden defenderse
GMW: Esa fue la fórmula ecuatoriana para que no atraviesen
JPC: No dejarlos pasar
79
GMW: El doctor Borja planteó la mediación papal. Se dijo que el doctor Velasco había reconocido los
resultados de la agresión, tácita o formalmente, al poner un cónsul en Iquitos en los años 60. Se habla
ahora de la herida abierta... ¿Cuál es su consideración actual al respecto?
JPC: Bueno, no puede decirse que el doctor Velasco Ibarra fue el causante porque ya antes el gobierno
de José María Plácido Caamaño80, había colocado un cónsul en Iquitos con lo cual había reconocido la
peruanidad de ese territorio
GMW: Y a esta altura del camino, en el año 94, cuando hay tensión ¿cuál sería un pensamiento
orientador, en este caso el suyo, de qué hacer frente al problema territorial?
JPC: Yo creo que la fórmula planteada por el presidente Borja Cevallos es la que debemos mantener.
Porque el hecho de que nosotros digamos que el protocolo es nulo, y que el Perú diga que el protocolo
es válido, significa que no vamos a llegar a ninguna parte. Y en eso sí tiene responsabilidad el doctor
Velasco Ibarra porque no estudió bien el problema, sino que como hombre emotivo que era, dijo en
algún discurso: El protocolo es nulo, y todos lo siguieron. Después se arrepintió
GMW: ¿Mucha demagogia?
JPC: Exactamente. Al proclamar la nulidad del protocolo, sin un estudio previo a la circunstancia, se
nos creó un problema sin salida. Un embajador peruano amigo mío me preguntaba qué fue lo que
pasó: Mientras tú digas que el protocolo es nulo, a nosotros no nos queda otra cosa que decir que el protocolo
es válido. Y de allí no salimos a ninguna parte. En ese sentido, digo yo que la tesis proclamada por
Borja Cevallos es una tesis que puede orientar, que el Papa sea el árbitro. Y digo esto no porque yo sea
católico -porque no lo soy-, sino porque se trata de dos pueblos mayoritariamente católicos; un lazo
arbitral del Papa sería a ser aceptado por las partes
GMW: Ha topado usted un punto muy interesante, porque en el fondo y por sobre todo, con tesis
determinantes, es necesario resaltar la personalidad de los entrevistados. Usted ha mencionado el no
ser católico... ¿cree en Dios?
JPC: Soy libre pensador
GMW: Y, desde esa libertad de pensamiento ¿dónde ubicar a Dios?
JPC: Su problema es tan complejo que es mejor el no tocarlo
GMW: ¿Ahí lo dejamos?
JPC: Ahí lo dejamos
GMW: No hay problema. Estábamos entonces en lo estrictamente protocolario ¿no? Usted tuvo esa gran
relación con la intelectualidad al ser parte de ella. Se habla mucho de que la intelectualidad es
profundamente bohemia. ¿Participó usted de esa vida?
JPC: A medias
GMW: ¿A medias? ¿Hasta dónde más o menos ?
JPC: Bueno, mientras fui soltero me gustó mucho la vida bohemia
GMW: ¿Con quién la compartía? ¿Entre otros?
JPC: Entre otros, con Alfredo Pareja... Con grandes amigos que no eran intelectuales
GMW: Por supuesto... (Risas). Que no eran y no llegaron a ser ¿no? Se dice en referencia a la Revolución
del 28 de Mayo, que el centro específico de todo fue Guayaquil
JPC: ¿De qué?
81
GMW: El centro de la batalla del 28 de mayo, de la Gloriosa , fue Guayaquil
JPC: ¡Ciento por ciento!
GMW: Y ¿por qué razón entonces, o por qué razones, se habría dado cierta derechización en Guayaquil?
JPC: Bueno, Velasco fue un caudillo que impresionó, impactó de manera extraordinaria en la opinión
pública de Guayaquil. Y él se manifestaba gran amigo de Guayaquil, gran admirador de Guayaquil, lo
cual le arrastró simpatía. Por otra parte -­‐‑y esto hay que tomar en cuenta-­‐‑, el presidente Arroyo se había
vuelto sumamente antipático para el pueblo de Guayaquil, por su arrogancia. De manera que más que
velasquistas, los guayaquileños eran antiarroyistas. Por eso después de la Revolución de Mayo muchos
de estos velasquistas se alejaron de Velasco
GMW: Las fuerzas de izquierda son determinantes en la Gloriosa
JPC: Sí, claro. Definitivamente
GMW: Incluso, en la Constituyente del 45 ¿no?
JPC: Sí, claro. Pero desgraciadamente en la práctica la Revolución de Mayo se convirtió, en un
cuartelazo más .Porque exceptuando la libertad del sufragio poco o nada es lo que ha quedado
GMW: Tal vez también la Casa de la Cultura ¿no?
JPC: Bueno... También... Pero digo en el orden político. La Casa de la Cultura, que fue creación de
Benjamín Carrión, fue entonces organizada en el territorio ecuatoriano
GMW: ¿Por qué entonces para los años 90 se siente una derechización en Guayaquil? Cuando, antes fue
el pueblo más revolucionario del país... ¿Por qué será?
JPC: Porque no han surgido... Es difícil contestar la pregunta... Habría que hacer un análisis
GMW: Pero al principio incluso los líderes como Pedro Saad dejaron tal vez el campo a Guevara Moreno,
al propio Velasco
JPC: Exactamente. Yo fui compañero de colegio de Pedro Saad, de Carlos Guevara Moreno
GMW: ¿Así?
JPC: Sí. Por eso los conocí íntimamente... Había una gran diferencia entre los dos. Pedro Saad era un
hombre inmaculado, muy conciente, muy responsable, identificado con sus principios, muy sincero
en ello. Guevara Moreno con el populismo llegó a constituir una fuerza extraordinaria; pero esa falta
de escrúpulos -­‐‑como la que hemos dicho que habiendo apoyado a Parra después se volteó-­‐‑, evidencia
que no había una consistencia moral en sus principios
82
GMW: ¿Y sería cierto que peleó en la Guerra Civil Española ?
83
JPC: Así decían. Y que tenía una herida... Pero una vez en El Tingo los compañeros, los amigos lo
cogieron a la fuerza y lo desnudaron y no le encontraron ninguna herida... (Risas). Según dicen
GMW: ¿Cómo ve el futuro del país?
JPC: Muy complejo... Últimamente he oído en una conferencia muy importante que nos vamos
quedando atrás en relación con los demás países hispanoamericanos. Y esto es mientras en México, en
Colombia, en Costa Rica, los candidatos a la Presidencia de la República discuten los problemas
nacionales con ánimo de resolverlos, en nuestro país los políticos se dedican a ofenderse mutuamente.
No hay una elevación de los principios
GMW: No hay una discusión ideológica
JPC: Son cosas personalistas, partidistas. Y esto nos está haciendo mucho daño
GMW: ¿No se puede augurar nada, hacia el mañana?
JPC: Claro. El candidato trata de desprestigiar al contendor... Y en eso mucha responsabilidad tienen
los partidos políticos porque no se han dedicado a difundir sus ideologías. Entonces el hombre de la
calle vota por el candidato de su simpatía o por el que más dinero tiene para comprar conciencias pero
no en razón de principios políticos. Y esto es muy grave
GMW: ¿Hay acaso tal vez en el Ecuador debido a tanta derrota, un sentido subalterno, de ser segundones? Yo
me acuerdo que se decía que nuestro himno nacional era el segundo más lindo del mundo después de la
Marsellesa84. Entonces siempre postergándonos a nosotros mismos, en la música, en la literatura, en todo,
como que somos una especie de segundos, siempre llegando atrasados al tren de la historia. ¿Cree usted que
haya un complejo nacional al respecto?
JPC: Tal vez
GMW: Me pregunto muchas veces aquello
JPC: Nosotros hemos sido país patriotero, siempre creyendo que se estaba por encima de muchas cosas
GMW: Y ¿quizás eso no se compadece con la realidad?
JPC: Es un país pequeño
GMW: Pero hay países pequeños como el Uruguay que a pesar de toda esa monstruosa dictadura de
tantos años ha logrado instalar paradigmas como Juan Carlos Onetti85 o Mario Benedetti86, a nivel
continental y universal... Y el Ecuador no ha sido capaz de aquello
87
JPC: Pero, antes de eso debemos recordar que el Uruguay es la Patria de Rodó así como el Ecuador es
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la Patria de Montalvo
GMW: Pero ¿acaso los uruguayos fueron herederos de Rodó y los ecuatorianos no herederos de
Montalvo?
JPC: Exactamente. Y el caso del Uruguay verdaderamente admirable porque ubicado entre dos grandes
potencias, Argentina y Brasil, ha logrado mantener su personalidad, su identidad
GMW: Decía un crítico argentino que el Ecuador no está ideologizado sino mediologizado, ya que por
estar entre Perú y Colombia como que no tiene importancia para los demás, para el mundo
JPC: Que el Ecuador exista es un milagro porque en más de una ocasión se lo han querido repartir entre
Colombia y Perú .Recuerde el caso de 1860 en que Ramón Castilla89, por un lado, y Tomás Cipriano
Mosquera90, por el otro, tenían trazada la desaparición del Ecuador, contando con la complicidad de
Guillermo Franco91 en Guayaquil. Eso estaba prácticamente decidido, y en ese sentido sí tenemos que
reconocer que García Moreno salvó la unidad nacional... Hay cosas que no se pueden negar
GMW: Aunque sea conservador
JPC: Claro
GMW: Tenemos algunas preguntas más. ¿Cuál es su opinión sobre lo sucedido con el marxismo como
tesis, a nivel universal, después de todo esto que ha pasado en la última década?
JPC: Bueno, son temas que habría que estudiarlos...
GMW: Pero ¿me podría dar una opinión?
JPC: La lucha que se había producido entre Este y Oeste pudo llevar a la humanidad a su desaparición, por
las armas atómicas, etc., y eso que a la larga los países del Este se vieron supeditados a los países del Oeste
porque, indudablemente, a pesar de los compendios suscritos el poderío de los Estados Unidos era mayor
que el de la Unión Soviética. Y esto produjo la crisis, en mi concepto. Ahora hay otro problema, Norte y
Sur, los países ricos y los países pobres
GMW: Volviendo hacia atrás. Yo hacía algunas preguntas a algunos dirigentes ecuatorianos de la
izquierda y les decía que quizá uno de los grandes problemas de su falta de conexión con el pueblo,
por lo cual el populismo y la derecha pueden llegar fácilmente al poder, era el haber confundido las
premisas, los orígenes y las raíces. Porque en las universidades del Ecuador, por ejemplo, las ciencias
sociales se han dedicado más al estudio, por decir, de un Jorge Plejánov92 que de un José Peralta93,
desconociendo las raíces nuestras. Usted ha sido también un gran maestro. En ese sentido ¿cuál sería
una orientación básica, hacia la búsqueda de la identidad ecuatoriana?
JPC: Sentirnos cada vez ecuatorianos. Sentir el alma nacional muy adentro. No pasa lo mismo, en el
momento actual cuando el sentido de ecuatorianidad se va perdiendo poco a poco. Leía un editorial
muy interesante que dice: estamos presididos por un señor que nació en Boston; con una esposa
colombiana que viaja con pasaporte norteamericano, con una hija que el 10 de agosto dice que se siente
avergonzada de ser ecuatoriana94. Y por ahí va analizando. En lugar de estimular a nuestros deportistas
se contratan deportistas extranjeros pagándoles tres veces más de lo que ganan los nacionales. Y así
sucesivamente vamos perdiendo el sentido de la nacionalidad en muchos aspectos. Estas son cosas
dignas de tomarse en cuanta pues parece que no tienen importancia
GMW: Pero tienen una gran importancia
JPC: En el deporte, que ahora tiene tanta influencia... Son los deportistas extranjeros, argentinos... Los
nuestros pasan a un segundo orden y se les paga una miseria en relación con los otros
GMW: Yo soy músico también aparte de mi estudio histórico y literario, y me ha tocado comprobar en
carne propia lo que significa el pago para un artista extranjero y para un ecuatoriano, como que hay
una subjetiva, y también una objetiva, clasificación
JPC: Un complejo
GMW: En los empresarios. Entonces el extranjero gana tanto y en dólares, y el nacional en sucres y
menos. Aunque sea mejor. Yo le he apuesto, hasta buscando la figura de Güiraldes95, que el Ecuador
es una especie de Don Segundo Sombra96, porque queda segundo y es la sombra de alguien,
permanentemente. Por eso le decía que no se puede hablar de una normatividad hacia la conciencia
nacional. Pero ¿qué elementos posibles buscar, en la juventud, y en la formación de la juventud,
fundamentalmente?
JPC: Ahora surge otro problema. El Ecuador desde 1906, cuando se dictó la Segunda Constitución
Liberal, es un país laico y laicismo significa neutralidad ante el problema religioso no contra
determinada religión. Entonces se deja la educación religiosa del niño a cargo de los padres de familia.
Ahora querer poner el estudio de la religión en los colegios y escuelas del Estado me parece un gravísimo
error. Porque en esta época, más que nunca, se necesita la libertad de culto, que cada cual tenga su
creencia
GMW: Su fuero íntimo
JPC: Su fuero íntimo al respecto. Pero tenemos un Presidente que se persigna antes de empezar la
primera sesión de gabinete, que pide se comience por rezar el Padre Nuestro, que rechazó a algún
ministro que no sabía rezar el Padre Nuestro… (Risas)
GMW: Ridículo ya
97
JPC: Durán Ballén ha hecho cosas ridículas... Como usted sabe, el gerente del Canal 10 de televisión...
Cuando Durán Ballén invitó a un almuerzo a los dirigentes de la prensa porque estaba traumado con
la crítica, a la hora de la hora, al servirse la comida, el gerente gritó: Cola, por favor, porque debido a la
austeridad no había vino (Risas). Es decir cosas ridículas porque la situación del país no se va a
componer ahorrándose unas cuantas botellas de vino
GMW: ¡Increíble!
JPC: En cambio se sube el sueldo y ahí no pasa nada. El país está muy pobre, así que yo les perdono; pero
vamos a tomar cola, en lugar de vino… (Risas). Eso es sencillamente, ridículo
GMW: Hay un episodio, que llevó a Jorge Pérez Concha a la primera plana de los diarios de América
Latina, fue aquel relacionado con el asalto a nuestra embajada en Cuba, mientras usted era jefe de
nuestra misión en ese país. Vimos y sentimos muchas cosas, y valga la pena expresar el profundo orgullo
que entonces sentimos como ecuatorianos por una representación tan profundamente digna en su
persona. Creo que contar aquello es caer un poco sobre lo mismo porque usted lo ha referido algunas
veces, pero como han pasado algunos años. ¿Cómo mira usted estos acontecimientos?
JPC: Bueno. El gobierno de Cuba mantenía una política migratoria que en mi concepto le hacía mucho
daño, prohibir al cubano que salga de Cuba cuando mucha gente estaba desesperada por salir de la isla
y buscaban como hacerlo. Nuestra decisión de reanudar relaciones diplomáticas con Cuba fue tomada
por su gobierno como su triunfo diplomático, más aún cuando estaban a punto de romperlas con
Venezuela y Perú. Eso hizo que, junto con la veneración que en Cuba hay por el presidente Alfaro, mi
llegada a la isla fuese mirada con verdadera simpatía. Desde entonces, tuve especiales deferencias del
gobierno cubano, lo cual llamaba la atención a los otros jefes de misión
GMW: Particular
JPC: Particular. Llegamos a hacer amistad personal, muy estrecha, con el hermano mayor de Fidel
Castro98
GMW: ¿Con Ramón Castro?
JPC: Ramón Castro. Un día me dijo: Tú no te vas de Cuba, por la sencilla razón, de que habiendo
conversado contigo mi hermano Fidel, le ha llamado la atención el profundo conocimiento que tienes de la
cultura cubana... Y era porque entre mis nombramientos y mis viajes -me enviaron cuatro veces-, me
dediqué a estudiar historia y geografía cubanas; y cuando hablé con Fidel Castro por primera vez, me
dijo: Y ¿por qué sabe usted tanto de Cuba? Porque estoy obligado a hacerlo. Soy profesor de Historia de
América, de la universidad que hay aquí... (Risas). Entonces, Ramón Castro dice: El día que dejes de ser
embajador en Cuba, tú te quedas de profesor de la Universidad de la Habana
Los acontecimientos se dieron y nunca recibí la propuesta, pero eso hizo que los malquerientes de
Castro vieran en mí la persona idónea para convertir en víctima a cambio de que les permitieran salir
de Cuba. Y así fue, fuimos secuestrados el rato menos pensado
GMW: Por lo tanto, hubo una planificación respecto de qué embajada intervenir
JPC: Si, sí, sí
GMW: Y, respecto de qué embajador, fundamentalmente
JPC: El secuestro debió planificarse para dos días antes. Pero ¿qué sucede? Alfredo Pareja estaba por esos
días en La Habana y ya regresaba al Ecuador. El día que debían tomarse la embajada yo me alistaba
para ir a dejar a Alfredo Pareja al aeropuerto, por eso la irrupción no se produjo el 11 sino el 13 de
febrero. El problema era agudo porque ellos exigían que el gobierno de Cuba les diera el salvo conducto
para venir al Ecuador. A todo esto yo no los podía conciliar como asilados sino como refugiados, de
acuerdo con el Derecho Internacional. Usted sabe ¡el asilo se pide, no se impone! En estas condiciones
el gobierno de Cuba resolvió no ceder pues existía un antecedente muy grave, ocho días atrás había
sucedido algo similar en la embajada del Vaticano y como en Cuba hay pena de muerte, recuperaron
la embajada y fusilaron al promotor. De manera que en el caso mío...
GMW: Era muy difícil, muy comprometido
JPC: Para no alargarle el cuento, el asunto se prolongaba y se prolongaba. Hubo una circunstancia
especial, una de las mujeres de los asaltantes sufría de cólicos agudos y llegó un momento en que se
moría y no había, ni manera, ni remedio, ni solución. El marido, que era un salvaje, dice: Si te sigues
quejando te boto a media calle... Total que empieza a asustarse y se da la negociación entre nosotros y
los asaltantes, al final de la cual convinimos que nosotros saldríamos y ellos quedarían en la embajada
bajo la protección del gobierno del Ecuador. Pero ¿qué sucede? Como en nuestro país no hay mucho
cuidado en discutir los convenios internacionales, sucedió que una vez que estuvimos afuera el
gobierno de Cuba sacó un convenio firmado, ratificado por el Ecuador, según el cual al producirse
casos como estos Cuba podía aplicar su legislación interna, es decir, que podía entrar en la embajada
sin la necesidad de la autorización ecuatoriana...
GMW: Pero ¿no era una violación del territorio ecuatoriano?
JPC: En principio, sí. Así lo vimos. Pedimos que se detuviera la situación por 48 horas hasta tomar
contacto con la cancillería de Quito, porque ellos nos presentaron el documento y nosotros no
sabíamos si el Ecuador lo había ratificado. Tomamos contacto con la cancillería de Quito en momentos
en que se volvió a producir una agresión peruana al país y nuestra cancillería tenía toda su atención
puesta en ese conflicto
GMW: Se concentró
JPC: De manera que se venció el plazo y no teníamos respuesta de Quito; entonces entraron a la
embajada, lanzaron una bomba y los asaltantes tuvieron que salir. El asunto para mí era muy delicado
porque decirles que de Quito no nos contestaban era comprometer a nuestra cancillería. Así que
guardamos silencio y eso dio lugar a una serie de elucubraciones. A mí me llamaron al Congreso -como
usted sabe-. Ahí uno de los líderes conservadores me hizo esta pregunta: ¿Cuántos embajadores había
acreditados en La Habana? Le dije: Aproximadamente, 42. Entonces ¿cómo se explica que habiendo 42 lo
escogieran a usted, para…? Bueno, lo interrumpí: Debe ir a preguntarles... (Risas)
GMW: ¿A ellos?
JPC: Claro. Continuó: ¡Ah!, nosotros sí sabemos las especiales deferencias... que el gobierno de Cuba tenía
para la embajada del Ecuador. Bueno, le dije: Señor, la misión diplomática es buscar el acercamiento entre
el país que se representa y el país ante el cual está acreditado. Si yo no he entendido mal mi misión ha sido
un éxito (Risas)
Después de eso vinieron tantas cosas. Salidos ya de la embajada ¡había que aplicarles la pena de muerte
a estos, a tan pocos días del hecho! Yo dije que la pena de muerte en el Ecuador estaba eliminada desde
1902, y que esto iba a causar una muy mala impresión en el país... Pero ¿cómo hacemos? Déjame estudiar
la cosa... Total se resolvió que como un homenaje al embajador del Ecuador no se aplicaría la pena de
muerte. Sino la siguiente: 30 años de prisión ,a los cabecillas
GMW: Usted alguna vez narró que algunos de ellos eran salvajes
JPC: Todos tenían antecedentes penales. El uno, que se llamaba Olivio Derriago Fernández, me dijo:
Yo me fui de Cuba y permanecí fuera año y medio. Cuando regresé, encontré que mi mujer estaba
embarazada. La maté... Otro de ellos dijo: ¡Claro! Usted es un hombre de honor. No podía ser de otra
forma. (Risas). Y, ahí hubo gestos muy generosos, muy bonitos... En la embajada hay una empleada
administrativa
GMW: Que es contratada, más bien
JPC: Y esta señora cubana llamada Mercedes Vásquez Peña, llevaba tres días encerrada, yo le dije a esta
gente: Dejen salir a esta señora, entonces este salvaje me grita: No. Además, todos pueden irse menos usted
que es el pez gordo
GMW: No era el problema con nadie más
99
JPC: No, pues. Lo que les interesaba era tenerme. Y entonces Paco Proaño tuvo un gesto muy noble:
Yo no lo dejo solo. De aquí salimos juntos
GMW: Pancho Proaño ¿el escritor?
JPC: Consejero de la embajada. Ese gesto fue muy noble de su parte
GMW: Muy noble. Él, ahora está en Quito ¿no?
JPC: Sí, está en la cancillería, en Quito
GMW: Ya que hemos nombrado a Proaño Arandi ¿ha tenido usted algún acercamiento a la literatura
joven del país?
JPC: Muy poco, yo me he dedicado...
GMW: Más bien a escribir
JPC: A escribir más bien historia. Soy asesor del Instituto de Historia Analítica en Guayaquil
100 101
GMW: Decía Federico Engels , que había aprendido más historia en las novelas de Balzac que en los
tratados de historia. Afirma que los tratados a veces son muy formales porque entregan más citas y
fechas y no observan al ser humano que va produciendo la historia. Por eso, a mí -sin desligar cualquier
asunto de su inmenso estudio histórico-, lo que me ha interesado en este caso particular es destacar al
ser humano que está detrás del gran historiador. Eso, fundamentalmente. Por eso quisiera hacerle
algunas preguntas más simples. ¿Ha tenido, usted algún lema, en su vida?
JPC: El ser justo
GMW: ¿Podría citarme el nombre de un personaje favorito de la historia?
102
JPC: Bolívar
GMW: Hay una serie de historiadores que han tratado de quitarle a Bolívar su rol preponderante. Yo
soy, por la formación y la herencia de mi padre, de un bolivarianismo enfermizo, porque amo
profundamente a Bolívar. ¿Qué es lo que me podría decir, desde lo humano, de Bolívar? El que
nosotros quisiéramos recuperar para las nuevas generaciones
JPC: Un hombre de condiciones indiscutiblemente superiores. Cuando estuvo vencido le preguntaron
qué pensaba hacer. La respuesta fue: triunfar
GMW: Tal vez eso se podría aplicar como norma para la vida, incluso
JPC: Claro
103
GMW: Y ¿al Mariscal Sucre ? ¿Cómo lo considera?
JPC: El Abel americano. Su muerte es una cuestión que todavía no está lo suficientemente aclarada.
Sucre debió ser el Presidente del Ecuador, su amor a Quito fue inmenso. Recordará usted que hubo
una polémica entre el gobierno de Venezuela y el del Ecuador porque el primero exigía que los restos
de Sucre fueran llevados a Caracas, donde hay un mausoleo con la tumba abierta, que lo está esperando...
Hasta que se descubrió una carta de Sucre al coronel Vicente Aguirre104 en la que expresa su deseo de
que sus restos reposen en Quito. Ya con eso Venezuela suprimió el reclamo
GMW: Hay una pregunta que es muy común, aquella -estamos en su hermosa biblioteca- si usted, en
un incendio, en un naufragio, como suelen decir, pudiera salvar uno solo de sus libros ¿cuál salvaría?
JPC: Ensayo Histórico Crítico de las Relaciones Diplomáticas
GMW: Y ¿de un autor universal?
JPC: Montalvo
GMW: Se hace ahora una serie de cuestionamientos y preguntas sobre si el futuro comprende al Ecuador
dentro de una apertura de fronteras en el tercer milenio, gracias a que los factores de comunicación
universal son tan rápidos que va haciendo las veces de Bolívar respecto de no querer fronteras, es decir,
que las va borrando de por sí. En este sentido ¿cuál podría ser la actitud del Ecuador, de los
ecuatorianos, hacia el tercer milenio?
JPC: La pregunta es tan compleja que requiere meditarla antes de contestarla
GMW: Doctor, muchas gracias
JPC: Muchas gracias también

CITAS

1.   También conocida como Revolución Alfarista, fue el proceso político de finales del siglo XIX y principios
del siglo XX que modernizó el Estado ecuatoriano, implantó el laicismo y combatió al conservadurismo.
Su máximo exponente fue José Eloy Alfaro Delgado
2.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero de
1912), Presidente de la República por dos ocasiones, en los períodos comprendidos entre 1897 y 1901,
y, 1906 y 1911. General de división del Ejército desde 1895 y líder de la Revolución Liberal ecuatoriana
(1895 - 1924). Por su rol central en la gesta revolucionaria y por haber combatido al conservadurismo
durante casi 30 años, es conocido como el Viejo Luchador
3.   La Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso, diario El Telégrafo, 30 de marzo de 2014. Disponible en:
http://www.telegrafo.com.ec/noticias/guayaquil/item/la-sociedad-de-artesanos-amantes-del-
progreso.html
4.   José Luis Tamayo Terán (Chanduy, Ecuador, 29 de julio de 1858 - Santa Elena, Ecuador, 7 de julio de
1947), abogado y político, ocupó la Presidencia de la República entre el 1 de septiembre de 1920 y el
31 de agosto de 1924
5.   Alfredo Pareja Díez Canseco (Guayaquil, Ecuador, 1908 - Quito, Ecuador, 1993), novelista, ensayista,
periodista, historiador y diplomático
6.   Demetrio Aguilera Malta (Guayaquil, Ecuador 1909 - México, D. F., 1981), escritor, cineasta, pintor y
diplomático. Su obra literaria se basa en la realidad social y muestra lo valioso de la cultura ecuatoriana.
Miembro del Grupo de Guayaquil
7.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 - Guayaquil, Ecuador 26 de
febrero de 1982), abogado, político, sindicalista. Secretario general del Partido Comunista, 1952-1980
8.   Medardo Ángel Silva (Guayaquil, Ecuador, 8 de junio de 1898 – Guayaquil, Ecuador, 10 de junio de
1919), poeta perteneciente a la llamada Generación Decapitada
9.   Pérez Pimentel, Rodolfo, Jorge Pérez Concha en Diccionario Biográfico Ecuador. Disponible en
http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo4/p2.htm
10.   Entrevista a Jorge Pérez Concha, diario Hoy, 1ero de enero de 1995. Disponible en:
http://goo.gl/tXO0ny
11.   Luis Vargas Torres (Esmeraldas, Ecuador, 1855 – Cuenca, Ecuador, 20 de marzo de 1887),
revolucionario liberal. Uno de los principales lugartenientes de Eloy Alfaro. Murió fusilado en Cuenca,
en 1887
12.   Carlos Concha Torres (Hacienda San José, Esmeraldas, Ecuador, 11 de agosto de 1864 – Esmeraldas,
Ecuador, 12 de abril de 1919), odontólogo y revolucionario liberal. Su trayectoria política, militar y de
insurgencia, recorre, salvo cortas brechas, una constante actividad revolucionaria desde 1895 hasta 1916
13.   Salvador Lara, Jorge, Semblanza del Dr. Jorge Pérez Concha, al cumplirse cien años de su natalicio,
Biografías, Quito, Ecuador, Ministerio de Cultura del Ecuador, 2008, p.10
14.   Marco Aurelio (Roma, 121 a.c - Viena, 180 a.c), filósofo. Emperador de Roma entre 161 a.c. y 180 a.c.
Conocido como El Sabio
15.   Roberto Andrade (Carchi, Ecuador, 26 de octubre de 1850 - Guayaquil, Ecuador, 27 de octubre de
1938), escritor, político, integrante de la Revolución Liberal
16.   Arnold Toynbee (Londres, Inglaterra, 14 de abril de 1880 - Londres, Inglaterra, 22 de octubre de 1975),
historiador. Autor de Estudio de la Historia, obra por la cual es considerado entre los más importantes
filósofos de la historia
17.   Emil Ludwig (Breslavia, Polonia, 25 de enero de 1881 - Ascona, Suiza, 17 de septiembre de 1948),
escritor y biógrafo
18.   Stefan Zweig (Viena, Austria, 28 de noviembre de 1881 - Petrópolis, Brasil, 22 de febrero de 1942),
escritor, ensayista y biógrafo
19.   Zweig, Stefan, Tres maestros, Buenos Aires, Argentina, Editorial Juventud Argentina, 1948, p.15
20.   Benjamín Carrión Mora (Loja, Ecuador, 20 de abril de 1897 – Quito, Ecuador, 8 de marzo de 1979),
escritor, político, diplomático y promotor cultural. Fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
21.   Pérez Concha, Jorge, Luis Vargas Torres, Quito, Ecuador; Ministerio de Cultura del Ecuador, 2008, p.24
22.   Ibídem. P.74
23.   Ibídem. P.164
24.   Carlos Julio Arosemena Tola (Guayaquil, Ecuador, 12 de abril de 1888 - Guayaquil, Ecuador, 20 de
febrero de 1952), banquero. Fue presidente del Ecuador entre el 16 de septiembre de 1947 y el 31 de
agosto de 1948
25.   Junta Militar de 1963-1966, integrada por Ramón Castro Jijón, Marcos Gándara Enríquez, Luis
Cabrera Sevilla y Guillermo Freile Posso, e instaurada luego de derrocar al presidente Carlos Julio
Arosemena. De tendencia derechista, se caracterizó por su condición represiva por lo cual persiguió
duramente a la izquierda
26.   Raúl Clemente Huerta (Guayaquil, Ecuador, 25 de febrero de 1915 - Guayaquil, Ecuador, 4 de abril de
1991), político. Legislador y candidato a la Presidencia de la República, por el Frente Democrático
Nacional y por el partido Liberal
27.   Jorge Pérez Concha, Eloy Alfaro: su vida y su obra, Editorial La Palabra, Ministerio de Cultura del
Ecuador, Quito, Ecuador, 1942
28.   Salvador Lara, Jorge. Ibídem. P.21
29.   Alfonso Barrera Valverde (Ambato, Ecuador, 1929 - Quito, Ecuador, 6 de septiembre de 2013),
abogado, escritor y diplomático
30.   Kipus, Revista Andina de Letras, N° 28, II semestre, ISSN: 1390-0102
http://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/2883/1/05-HO-Galarza.pdf, Quito Ecuador, 2010
31.   Pérez Concha, Jorge, Ibídem. P.10
32.   Referencia a los asesinatos del 28 de enero de 1912 en la Hoguera Bárbara sucedida en El Ejido de Quito,
que finalizaron con la incineración de los restos destrozados de Eloy Alfaro, Ulpiano Páez y otros
lugartenientes alfaristas, después de arrastrar sus cadáveres por las calles de la ciudad
33.   Leónidas Plaza Gutiérrez (Bahía de Caráquez, Ecuador 18 de abril de 1865 - Guayaquil, Ecuador 17 de
noviembre de 1932), Presidente de Ecuador en dos períodos distintos: 1901 - 1905, y 1912 - 1916. Se
lo vincula directamente con el asesinato de Alfaro y sus lugartenientes en el panóptico de Quito, puesto
que fue quien encarceló al Expresidente y Jefe Supremo al regresar al Ecuador desde su exilio en Panamá,
el 4 de enero de 1912
34.   Alfredo Baquerizo Moreno (Guayaquil, Ecuador, 28 de septiembre de 1859 - Nueva York, EE UU, 20
de marzo de 1951), Presidente Constitucional de la República del Ecuador, 1916 - 1920
35.   José María Roura Oxandaberro (Barcelona, España, 1884 – Guayaquil, Ecuador, 16 de enero de 1947),
dibujante y pintor radicado en Ecuador desde 1910. Especialista en motivos arquitectónicos tanto del
campo como de la ciudad
36.   José Antonio Campos, Jack The Ripper (Guayaquil, Ecuador, 1868 – Guayaquil, Ecuador, 1939),
narrador, profesor y periodista. Autor de escenas costumbristas publicadas en la prensa ecuatoriana de
su tiempo. Se lo considera uno de los fundadores de la narrativa de ficción ecuatoriana
37.   José Rafael Bustamante (Quito, Ecuador 19 de agosto de 1881 – Quito, Ecuador, 14 de abril de 1961),
escritor, político y diplomático. Autor de la novela Para Matar el Gusano
38.   Luis Alfredo Martínez Holguín (Ambato, Ecuador, 23 de junio de 1869 - Ambato, Ecuador, 26 de
noviembre de 1909), escritor, pintor y político. Autor de la novela A la Costa
39.   Leyendas del Tiempo Heroico, Episodios de la Guerra de la Independencia, 1905
40.   Manuel de Jesús Calle Pesantes (Cuenca, Ecuador, 24 de diciembre de 1866 - Guayaquil, Ecuador, 6 de
octubre de 1918), sociólogo, político, periodista, escritor e historiador
41.   Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa,
Nicaragua, 18 de enero de 1867 - León, Nicaragua, 6 de febrero de 1916), poeta, periodista y
diplomático representante del modernismo literario en lengua española
42.   Amado Nervo, seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz (Tepic, en ese entonces en Jalisco
hoy en Nayarit, México, 27 de agosto de 1870 - Montevideo, Uruguay, 24 de mayo de 1919), poeta y
prosista perteneciente al movimiento modernista
43.   José Asunción Silva (Bogotá, Colombia, 27 de noviembre de 1865 - Bogotá, Colombia, 24 de mayo de
1896) poeta modernista
44.   15 de noviembre de 1922, masacre de obreros en la ciudad de Guayaquil, ordenada por el entonces
presidente José Luis Tamayo
45.   General Enrique Barriga, jefe de zona de Guayaquil
46.   Revolución Juliana, 9 de julio de 1925, al mando del mayor Idelfonso Mendoza. Es la primera vez, y
como resalta Fernando Tinajero, en que se habla de un nuevo régimen en beneficio de las condiciones
de vida de la clase proletaria en el país, y curiosamente proviene de un mayor del Ejército, un militar
apelando al contexto social
47.   Gonzalo Segundo Córdova y Rivera, (Cuenca, Ecuador 15 de julio de 1863 – Valparaíso, Chile, 13 de
abril de 1928), político y diplomático. Triunfó en las elecciones presidenciales de 1924, y fue Presidente
del Ecuador entre 1924 y 1925
48.   Alberto Guerrero Martínez (Guayaquil, Ecuador, 28 de junio de 1884 – Guayaquil, Ecuador, 21 de
mayo de 1941), político y jurisconsulto que asumió encargos del poder por parte de Córdova
49.   Benito Amilcare Andrea Mussolini (Dovia di Predappio, Forlí, Italia, 29 de julio de 1883 - Giulino di
Mezzegra, Italia, 28 de abril de 1945), periodista, militar, político y dictador. Primer Ministro del Reino
de Italia con poderes dictatoriales desde 1922 hasta 1943, cuando fue depuesto y encarcelado
brevemente. Escapó gracias a la ayuda de la Alemania nazi, y asumió el cargo de Presidente de la
República Social Italiana desde septiembre de1943 también con poderes dictatoriales, hasta su
derrocamiento en 1945 y posterior muerte por ejecución pública. Su acción política fue conocida como
fascismo
50.   Francisco Urbina Jado (Guayaquil, Ecuador, 14 de septiembre de 1859 - Valparaíso, Chile, 20 de enero
de 1926), presidente del Banco Comercial y Agrícola, símbolo de la etapa conocida como la plutocracia
que jugó un rol principal en la vida económica nacional, desde el año 1894 hasta 1925
51.   Isidro Ramón Ayora Cueva (Loja, Ecuador, 2 de septiembre de 1879 – Los Ángeles, EE UU, 22 de
marzo de 1978), médico, Presidente del Ecuador de 1926 a 1930
52.   Isaac J. Barrera Quiroz (Otavalo, Ecuador 4 de febrero de 1884 – Quito, Ecuador, 29 de junio de 1970),
escritor
53.   Primavera Interior, 1921
54.   Joaquín José Enrique de las Mercedes Gallegos Lara (Guayaquil, Ecuador, 9 de abril de 1911 –
Guayaquil, Ecuador, 16 de noviembre de 1947), suscitador, novelista y ensayista. Miembro del Grupo
de Guayaquil
55.   Enrique Gil Gilbert (Guayaquil Ecuador, 8 julio 1912- Guayaquil, Ecuador, 21 de febrero 1973) escritor
y político, miembro del Grupo de Guayaquil
56.   José de la Cuadra y Vargas (Guayaquil, Ecuador, 1903 - Guayaquil, Ecuador, 1941) escritor. Miembro
del Grupo de Guayaquil
57.   Adalberto Ortiz Quiñonez (Esmeraldas, Ecuador, 9 de febrero de 1914 - Guayaquil, Ecuador, 1 de
febrero de 2003), novelista, poeta y diplomático
58.   Pedro Jorge Vera (Guayaquil, Ecuador, 16 de junio de 1914 - Quito, Ecuador, 5 de marzo de 1999),
escritor, periodista, catedrático universitario y político
59.   Francisco Campos Rivadeneira (Guayaquil, Ecuador, 11 de enero de 1879 – Guayaquil, Ecuador, 5 de
mayo de 1962), entomólogo
60.   Gustavo Adolfo Lemos Ramírez (Guaranda, Ecuador, 17 de febrero de 1877 – Guayaquil, Ecuador, 14
de marzo de 1936), gramático
61.   José Vicente Trujillo (Esmeraldas, Ecuador, 15 de septiembre de 1889 – Guayaquil, Ecuador, 27 de
mayo de 1970), político y catedrático
62.   Pedro Moncayo y Esparza (Ibarra, Ecuador, 29 de junio de 1807 - Valparaíso, Chile, febrero de 1888),
periodista y político. Dirigió el semanario liberal El Quiteño Libre
63.   Antonio María Vicente Narciso Borrero y Cortázar (Azogues, Ecuador, 29 de octubre de 1827 - Quito,
Ecuador, 9 de octubre de 1911), Presidente del Ecuador desde el 9 de diciembre de 1875 hasta el 18 de
diciembre de 1876
64.   Pedro José Carbo y Noboa (Guayaquil, Ecuador, 19 de marzo de 1813 – Guayaquil, Ecuador, 24 de
diciembre de 1894), político, diplomático y escritor. Jefe supremo del Guayas de septiembre a octubre
de 1883
65.   La tradición liberal en el Ecuador podría remontarse, como organización política, a la década del 30 del
siglo XIX con los grupos que se formaban alrededor del semanario El Quiteño Libre, encabezados por
Francisco Hall y Pedro Moncayo. Y también con la fundación del Partido Nacional en el año 1833,
luego llamado Ministerial para finalmente pasar a ser el Partido Liberal. Por otra parte, ya el tercer
Presidente de la República, general José María Urbina, representaría la tendencia desde los albores de la
República. Con el desarrollo socio histórico se constituirán varias fracciones del liberalismo, como por
ejemplo, católicos liberales y liberales radicales, alfaristas y placistas, así como distintos líderes en los
distintos territorios, no siempre de acuerdo unos con otros. Concha y Vargas Torres, en Esmeraldas;
Carbo, en el Guayas; Alfaro, en Manabí; Plaza, en Quito, etc. Para la actualidad la tendencia y la
agrupación han desparecido, o, en su defecto, han mutado o se han integrado al neoliberalismo
66.   Antonio Parra Velasco (Guayaquil, Ecuador, 17 de diciembre de 1900 – Guayaquil, Ecuador, 28 de
octubre de 1994), político, diplomático e internacionalista
67.   Concentración de Fuerzas Populares, partido político ecuatoriano fundado en 1949 por Carlos Guevara
Moreno. Entre sus líderes más destacados se encuentran Guevara Moreno y Assad Bucaram
68.   Lema de la campaña presidencial
69.   Carlos Guevara Moreno (Riobamba, Ecuador, 19 de julio de 1911 – Quito, Ecuador, 20 de agosto de
1974), médico y político. Ocupó, entre otros cargos, el de secretario de la Administración, tras la Gloriosa
(28 de mayo de 1944) cuando la Presidencia de la República fue encargada a Velasco Ibarra
70.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de estas se autoproclamó
dictador. Completó su mandato constitucional en una sola ocasión. Lideró la escena política ecuatoriana
durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo al espectro de su influencia
política
71.   Andrés Fernández de Córdova Nieto (Cañar, Ecuador, 1939 - Quito, Ecuador, 3 de octubre de 1983),
conocido como Andrés F. Córdova, fue jurista y Presidente de la República del Ecuador entre 1939-
1940
72.   Aurelio Mosquera Narváez (Quito, Ecuador, 2 de agosto de 1883 - Quito, Ecuador, 17 de noviembre
de 1939), político, dirigió el Partido Liberal Radical Ecuatoriano. Electo Presidente de la República en
1938 y, con apoyo del Ejército, disolvió la Asamblea Nacional y restableció la Constitución de 1906
73.   5 de julio de 1941
74.   27 de agosto de 1932. Consecuencia de las elecciones presidenciales del año 31 en las que triunfa el
conservador Neptalí Bonifaz Ascázubi, el Congreso Nacional lo declara no apto para ejercer las funciones
para las que había sido electo, aduciendo un supuesto origen peruano. Esta razón desata el
enfrentamiento de cuatro regimientos de Quito, leales a Bonifaz y a sus simpatizantes, contra el Ejército
desde el 27 de agosto de 1932
75.   Firmado el 29 de enero de 1942
76.   Osvaldo Euclides de Sousa Aranha (Alegrete, Río Grande del Sur, Brasil, 15 de febrero de 1894 - Río
de Janeiro, Brasil, 27 de enero de 1960), político y diplomático
77.   Julio Tobar Donoso (Quito, Ecuador, 25 de enero de 1984 - Quito. Ecuador, 10 de marzo 1981),
abogado y diplomático. Canciller de Carlos Arroyo del Río, firmante del Protocolo de Río de Janeiro
por el cual Perú cercenó territorio al Ecuador
78.   Neptalí Bonifaz Ascázubi (Quito, Ecuador, 29 de diciembre de 1870 – Quito, Ecuador, 23 de agosto
de 1953), político descalificado como Presidente de la República por el Congreso por la supuesta
dudosa nacionalidad ecuatoriana, lo cual desató la llamada Guerra de los cuatro días en 1932
79.   Rodrigo Borja Cevallos (Quito, Ecuador, 19 de junio de 1935), político y jurista, Presidente del Ecuador
del 10 de agosto de 1988 al 9 de agosto de 1992. Fundador y líder del partido de tendencia
socialdemocráta, Izquierda Democrática
80.   José María Plácido Caamaño y Gómez Cornejo (Guayaquil, Ecuador, 5 de octubre de 1837 - Sevilla,
España, 31 de diciembre de 1900), Presidente de la República del Ecuador del 15 de octubre de 1883
al 10 de febrero de 1884
81.   Llamada así la Revolución del 28 de Mayo de 1944, levantamiento popular contra Carlos Arroyo del Río
que puso a Velasco Ibarra en la Presidencia de la República, quien luego la traicionó
82.   Guerra Civil Española, conflicto social, político, militar y económico, desencadenado en España tras el
fracaso parcial del golpe de Estado de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el
gobierno de la Segunda República Española. Finalizada el 1 de abril de1939 con la declaratoria de
victoria por parte de Francisco Franco, quien estableció una dictadura que duraría hasta su muerte, en
1975
83.   El Tingo, popular balneario de la parroquia de Alangasí, provincia de Pichincha
84.   Himno Nacional de Francia
85.   Juan Carlos Onetti Borges (Montevideo, Uruguay, 1 de julio de 1909 - Madrid, España, 30 de mayo de
1994), escritor
86.   Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia (Paso de los Toros, Uruguay, 14 de
septiembre de 1920 - Montevideo, Uruguay, 17 de mayo de 2009), más conocido como Mario
Benedetti, escritor y poeta
87.   José Enrique Camilo Rodó Piñeyro (Montevideo, Uruguay, 15 de julio de 1871 - Palermo, Italia, 1 de
mayo de 1917), escritor y político
88.   Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 – París, Francia, 17 de enero de
1889), escritor, ensayista y novelista, de pensamiento liberal fuertemente marcado por el anticlericalismo
y la oposición a Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla. Luego de la publicación de la revista
El Cosmopolita, por medio de la cual criticaba a la dictadura de García Moreno, viajó a Colombia donde
escribió gran parte del resto de su obra. Uno de sus libros más conocidos es Las Catilinarias, publicado
en 1880. Entre sus ensayos destacan Siete tratados (1882) y Geometría Moral (póstumo, 1902). También
escribió una secuela de Don Quijote de la Mancha, llamada Capítulos que se le olvidaron a Cervantes.
Murió a causa de una pleuresía en París. Su cuerpo fue embalsamado y se expone en un mausoleo
construido en su ciudad natal en Ecuador
89.   Ramón Castilla y Marquesado (Tarapacá, Virreinato del Perú, 31 de agosto de 1797 - Tiliviche,
Tarapacá, Perú, 30 de mayo de 1867), militar y político peruano que llegó a ser Presidente del Perú en
dos ocasiones: de 1845 a 1851 (como Presidente Constitucional) y de 1855 a 1862 (inicialmente como
Presidente Provisorio y luego Constitucional)
90.   Tomás Cipriano Ignacio María de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar, conocido como Tomás
Cipriano de Mosquera (Popayán, Virreinato de Nueva Granada, 26 de septiembre de 1798 - Coconuco,
Cauca, Estados Unidos de Colombia, 7 de octubre de 1878), militar, diplomático y estadista
colombiano. Desempeñó el cargo de Presidente de la República de Nueva Granada entre 1845 y 1849;
Presidente de la Confederación Granadina entre 1861 y 1863; y de los Estados Unidos de Colombia
entre 1861 y 1864 y de 1866 a 1867
91.   Guillermo Franco Herrera (Guayaquil, Ecuador, 8 de febrero de 1811 - Puerto Callao, Perú, marzo de
1873 ), militar y político ecuatoriano
92.   Gueorgui Valentínovich Plejánov (Tambov, Rusia, 11 de diciembre de 1856 - Terijoki, Finlandia, 30
de mayo de 1918), revolucionario, teórico y propagandista del marxismo
93.   José Peralta (1855, recinto Chaupi-Yunga, de la parroquia Gualleturo, actual provincia del Cañar,
perteneciente entonces a la provincia del Azuay, Ecuador – Quito, Ecuador, 27 de diciembre de 1937),
escritor e ideólogo liberal
94.   Referencia a la familia del Expresidente ecuatoriano Sixto Durán Ballén
95.   Ricardo Güiraldes (Buenos Aires, Argentina, 13 de febrero de 1886 - París, Francia, 8 de octubre de
1927), novelista y poeta
96.   Don Segundo Sombra, 1929, novela de Ricardo Güiraldes
97.   Sixto Alfonso Durán Ballén Cordovez (Boston, Estados Unidos, 14 de julio de 1921), arquitecto.
Presidente del Ecuador entre el 10 de agosto de 1992 y el 9 de agosto de 1996
98.   Fidel Alejandro Castro Ruz, más conocido como Fidel Castro (Birán, Holguín, Cuba, 13 de agosto de
1926), político, militar, revolucionario y estadista. Líder de la Revolución Cubana, mandatario de su país
como Primer Ministro (1959-1976) y Presidente (1976-2008). También, comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias (1956-2008), mantuvo el poder como primer secretario del Partido
Comunista desde 1965 hasta 2011, cuando terminó definitivamente su mandato y transfirió los poderes
de la nación a su hermano Raúl Castro. Es diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular (desde
1976). Profesionalmente es abogado, doctor en Derecho Civil y licenciado en Derecho Diplomático
99.   Francisco Proaño Arandi (Cuenca, Ecuador, 20 de enero de 1944), escritor y diplomático
100.   Friedrich Engels (Barmen, Elberfeld, actualmente Renania, Alemania, entonces parte de Prusia,
28 de noviembre de 1820 - Londres, Inglaterra, 5 de agosto de 1895) filósofo y revolucionario. Coideario
de Carlos Marx
101.   Honoré de Balzac (Tours, Francia, 20 de mayo de 1799 - París, Francia, 18 de agosto de 1850),
escritor representante de la llamada novela realista del siglo XIX
102.   Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, conocido como
Simón Bolívar (Caracas, Capitanía General de Venezuela, 24 de julio de 1783 - Santa Marta, Gran
Colombia, 17 de diciembre de 1830), estadista, estratega, militar y político de la época pre republicana;
fundador de la Gran Colombia y una de las figuras más destacadas de la emancipación americana frente
al imperio español. Contribuyó de manera decisiva con la independencia de las actuales Bolivia,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, por lo cual es conocido como el Libertador
103.   Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá (Cumaná, C. G. de Venezuela, imperio español; actual
estado Sucre, Venezuela; 3 de febrero de 1795 – Montañas de Berruecos, La Unión; Colombia, 4 de
junio de1830) político, diplomático, estadista y militar venezolano, prócer de la Independencia
americana. Presidente de Bolivia, gobernador del Perú, general en jefe del Ejército de la Gran Colombia,
comandante del Ejército del Sur y Gran Mariscal de Ayacucho. Es considerado como uno de los militares
más completos entre los próceres de la Independencia sudamericana
104.   Vicente Aguirre, comandante general de armas de la provincia de Quito
ÁNGEL  FELICÍSIMO  ROJAS  
UN RELÁMPAGO ENTRE LAS TINIEBLAS.

Ángel Felicísimo Rojas


Loja, Ecuador, 20 de diciembre 1909
Guayaquil, Ecuador, 19 de julio 2003

Abogado. Escritor. Secretario general del Partido Socialista. Miembro de la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE), que lideró la insurrección
del 28 de mayo de 1944, conocida como la Gloriosa, y derrocó al presidente Carlos Arroyo del Río. Entre sus obras literarias, destacan: Banca
(novela, 1940); Un idilio bobo (cuentos, 1946); La novela ecuatoriana (ensayo, 1948); El Éxodo de Yangana (novela, 1949)

uayaquil, mayo de 1995. Ángel F. Rojas tiene 85 años y medio. Su memoria y lucidez nos

G permiten rememorar episodios trascendentales del Ecuador. La entrevista transcurre en su


despacho de abogado, oficina austera y sobria, y, gracias a los lazos de hermandad de tantos años
entre el doctor Rojas y Alfredo1 y José Miguel Mora Reyes2, mi padre y mi tío, accedo a
confesiones entrañables.

Confío en el valor de la microhistoria, la que, gracias a testimonios individuales, entrevistas y recuerdos, hilvana
el corpus y el conjunto de experiencias que convierten a determinado ser humano en registrador de huellas y
símbolo de una generación. La microhistoria, en la interpretación del italiano Carlo Ginzburg3, plantea el
desarrollo de acontecimientos no a partir de las gestas, sino de los individuos dentro de esas gestas, y, en
ocasiones, fuera de ellas, como testigos invisibles; por su parte el mexicano Luis González y González decía
que el tiempo microhistórico, aunque fuese restringido a una sola persona podía ser elemento esclarecedor de
una era.

No en vano Federico Engels4, en carta a Marx5, decía yo aprendí más sobre lo que es la sociedad burguesa,
el capitalismo, etc., leyendo las novelas de Balzac que con el conjunto de los historiadores, economistas e
investigadores de estadísticas profesionales de su época. También desde la Antropología podemos observar
un camino paralelo, especialmente a partir de Clifford Geertz6, y con él la tarea de seguir el destino
particular de un ser humano y así aclarar la vida de su comunidad y de su tiempo.
Para esta publicación, además de las revelaciones de palabra viva del doctor Rojas, me apoyo en fragmentos
de dos ensayos que escribí sobre su obra y su vida. El ángel que venció al Cometa Haley, Fundación Cultural
Mora Reyes, 1995, y El hipnotizador de alma transparente, Ilustre Municipio de Guayaquil, 2005.

Ángel Felicísmo Rojas nació el 20 de diciembre de 1909, en El Plateado, a pocos kilómetros del cerro
Villonaco, en la provincia de Loja. Su infancia la vivió junto con su madre, Filomena Rojas, maestra
rural, quien le enseñó a leer y escribir, actividades que se convertirían en la mayor pasión a lo largo de
su vida. No ha sido posible conocer la identidad de su padre.

En la novela Banca narró las experiencias de la infancia, la escolaridad y la amistad, y, desde el primer
capítulo observamos la naturaleza irreverente que acompañó a Rojas a lo largo de su vida:
-Pero te has vuelto un animalón
-Has crecido como una bestia
-¡Te has pegado una ‘desvirgada’ brutal! ¡Pegarse una desvirgada! Eso es crecer rápido, dejar atrás a los
compañeros de igual estatura o llegar a los de talla mayor. En esta vez, como en todo octubre, los que se han
desarrollado rápidamente son muchos. Por ejemplo, este Juan, que se ha quedado como sorprendido, con su
estatura ventajosa. Da la idea de que ha sido víctima de un truco. Anda a medias desconcertado, con semejante
corpachón.7

Me viene a la memoria la última carta que Ángel F. Rojas me escribiera, fechada en Guayaquil, el 21
de febrero de 2003, después que una misiva mía le inquiriera sobre la visita de John Dos Passos8 a
Guayaquil. Rojas dice: Ya los días que me quedan no me permitirán escribir ni siquiera un ‘churay’ de los
tres que proyectaba componer sobre la época Mora Reyes-Mora Witt, pero, por lo menos, le puedo informar
algo referente a la presencia del gran escritor John Dos Passos en Guayaquil, hacia el año 1942,
aproximadamente.

Tras un registro minucioso, sorprendente sin duda por la edad de Ángel Felicísimo, la carta se cierra
con un mensaje:

Tiene usted un derrotero para averiguar la historia de ese gran viaje frustrado, que tuvo como punto de partida
la gestión personal de Dos Passos ante el gobierno del Ecuador. Con un afectuoso saludo para usted y los suyos,
quedo como siempre obsecuente servidor y amigo… Ángel F. Rojas.

La travesía frustrada se refería a la propuesta que Dos Passos, a nombre del Comité Abraham Lincoln
hizo al gobierno ecuatoriano. Se requería el visto bueno para que cinco mil familias de la República
Española obtuviesen el salvoconducto para residir en nuestro país. Lamentablemente el gobierno
interino de Andrés F. Córdova y el constitucional de Arroyo del Río expresaron su negativa. Memoria
y nostalgia de por medio, volvemos a la infancia del escritor. Fue matriculado por su madre en la
escuela laica Miguel Riofrío (llamada así en homenaje al político, poeta y novelista que escribiera La
Emancipada, una de las primeras novelas escritas en el Ecuador).

Recuerda Rojas las broncas entre fiscales y fiscomisionales:

Yo formaba filas en la escuela laica en el entonces Instituto Miguel Riofrío, que todavía se conserva. Teníamos
luchas a pedrada limpia con los alumnos de la Escuela de los Hermanos Cristianos; ellos nos decían ‘masones’
y les devolvíamos el cumplido con una palabra suyo significado nosotros ignorábamos, ‘sapristas’, porque era
una expresión que los Hermanos Cristianos franceses utilizaban mucho, y era algo así como nuestro ¡carajo!
nuestro pendejo.9

Saprista es una interlocución del francés antiguo, usada, por ejemplo, en los comics de Las aventuras
de Tintin y Milou, del autor belga Georges Remi, Hergé. Se refiere a una interjección de enfado con
evidente intención despectiva.
Para cumplir con los rituales católicos, el entonces niño Ángel F. Rojas fue inscrito en la Escuela de los
Hermanos Cristianos. Debía cumplir con el sacramento de la primera comunión, la primera y la última
relataba con ironía, y me contaba, con ese humor tan lojano y tan creativo:

No me fue bien en esa escuela, fue un año duro, porque tenía como tutor a un hermano cristiano demasiado
riguroso, al punto que me castigaba por cualquier cosa haciéndome hincar y así escarmentarme por preguntas
que eran inocentes, pero que él consideraba atrevidas. Alguna ocasión nos tomó un examen y la pregunta que
me hizo fue:
-Niño Rojas… ¿cuáles son los enemigos del hombre?
Yo respondí, con candidez y certeza:
-Mundo, demonio y carne
Me felicitó y dijo:
-Muy bien niño
Pero yo hice una pregunta adicional que me llevó a cumplir, afligido y absorto, una nueva sanción:
-Hermanito, está bien mundo, demonio y carne, pero quisiera saber si es carne de res o de puerco

En la obra El Ecuador Austral, de Luis F. Mora, editada en 1930, consta una fotografía, mejor collage,
en el que figuran quienes, a criterio del autor, han mantenido el prestigio del semanario juvenil, y el
pie de página nombra a los jóvenes Manuel A. Mora, Eduardo Mora Moreno, Clotario y Servio
Maldonado Paz y Felicísimo Rojas. Parece ser que aún no existía el Ángel.

La generación de Rojas reconoce en Adolfo Valarezo, Agustín Cueva, Pío Jaramillo Alvarado, Ramón
Burneo Samaniego, Isidro Ayora, Matilde Hidalgo, Clodoveo Jaramillo, Benjamín Carrión, Manuel
José Aguirre Sánchez y Pedro Víctor Falconí, Enrique Witt, a quienes iluminaron su camino.

Y la suya fue una generación brillante que colocó a Loja en el escenario nacional. Entre 1900 y 1910
nacen Segundo Cueva Celi (1901), José Miguel Mora Reyes (1902), Benjamín Cevallos Arízaga
(1903), Manuel Agustín Aguirre10 (1903), Alfredo Mora Reyes (1904), Manuel Ignacio Monteros
(1904), Miguel Ángel Aguirre (1905), Jorge Castillo Carrión (1906), Pablo Palacio (1906), Miguel
Ángel Suárez (1906), Eduardo Mora Moreno (1906), entre otros.

La necesidad de estudios más desarrollados determinó la migración de una generación entera, de Loja
a Quito, y, uno que otro, a Guayaquil. Un homenaje a Pablo Palacio los congrega de vuelta en la tierra
natal, y la fotografía, fechada en 1934 y tomada en algún villorrio rugoso del sur, nos muestra, casi en
su totalidad, a la generación literaria lojana del 30. De frac o levita, chaleco o gabán, aquellos hombres
posan para el porvenir. Ahí están, con corbata de lazo Manuel Agustín Aguirre, Pablo Palacio y Ángel
Felicísimo Rojas, los demás con traje, sombrero, y los más jóvenes con impecables camisas blancas.
Llama la atención un sombrero de copa que, colocado junto con Manuel Agustín Aguirre, se asienta
sobre un madero, pero produce un efecto fantasmal, y sería quizá el duende de la literatura que
entonces los buscaba a unos y otros, aunque varios se dedicaron con tanta pasión a la política, que las
letras fueron, en ocasiones, de cambio, por las deudas acumuladas en campañas y jornadas extenuantes.

Loja 1934, entre otros, constan: Servio Tulio Vélez, Manuel Agustín Aguirre, Eduardo Mora Moreno,
Agustín Paladines, José Miguel y Alfredo Mora Reyes, Pedro Víctor Falconí, Ángel Felicísimo Rojas,
Mario Jaramillo Hidalgo, Manuel Ignacio Peña, Julio Silva, Julio Enrique Pareja, Eduardo Ludeña,
Leonidas Moncayo, Emilio Moreno, Rafael Villalba, N. Ortega, Francisco Peña, Lauro Ludeña,
Eduardo Guzmán, Francisco Celi, Jorge Dávila, Alfonso Peña y Aurelio Sotomayor

En diversas entrevistas, Rojitas, como se lo conocía íntima y familiarmente, reclamaba ser poseedor de un
temperamento montaraz, en el sentido de criado en el monte. A veces me parecía que era más una pose de
distinción que una realidad, porque el lenguaje de Rojas, no solamente en la literatura, sino en el coloquio
cotidiano reflejaba otra personalidad, profundamente cultivada, sin fiebre agreste.

Incluso, con un sentido del humor que él mismo reclamaba como provinciano, nos contaba la anécdota
acontecida cuando ya era profesor de la Universidad de Guayaquil. Mientras ofrecía su clase magistral,
los alumnos de un aula cercana, que habían tenido vacación por la ausencia del profesor de turno,
producían un griterío que hacía imposible que el mensaje pausado de Rojas llegue a sus alumnos. Debí
salir y dirigirme al portero, pues era quien más cerca se encontraba, y entonces le solicité de manera comedida,
haga llegar a los estudiantes mi observación:

Señor guardia, comprendo la algarabía que se ha producido en el aula contigua, pues ante la deserción temporal
del catedrático, los educandos, en libre albedrío, han dado rienda a su espíritu imberbe, llenando los oídos con
su vocinglerío estridente. Lo comprendo, pero debo continuar con mi plática, y el ensordecedor ruido no permite
que mis palabras lleguen hasta mis discípulos, razón por la cual le solicito encarecidamente que les demande
un poco de silencio para así continuar con la clase y cumplir con mi deber de pedagogo.

El portero lo escuchó con atención, se dirigió hacia donde los estudiantes estallaban con sus gritos y
su bulla, y les dijo, de manera frontal: Dice el doctor Rojas que ya se callen, chuchas de su madre.

Chazo es, en la provincia de Loja, una particularidad, una señal de identidad. Salvo el caso de Saraguro
y San Lucas, no existen en Loja comunidades indígenas, pero sí ese mestizo con características propias,
aunque Azuay reivindique también la presencia del chazo azuayo. Chazo lojano es el campesino que
reclama un habla popular distinta.

Para decir moler dice chancar, para nombrar a un negro dice cuscungo, para quien tiene problemas
estomacales usa el vocablo cursiento, para el aficionado a las mujeres indígenas usa el término chinero,
a quien es ridículo le dice churringo, al flaco le apoda fifiriche, al manco, muco, a la serpiente, macanche,
al fragmento de una cosa le dice pite. Alejandro Carrión decía que el chazo es un campesino, vaquero
en cierto sentido similar al cowboy americano. Formado en las antiguas grandes haciendas ganaderas.11

Después de su paso por la capital, vino el enamoramiento a primera vista con la ría, con la humedad,
con la costa, con Guayaquil. Por bellos que sean los Andes, la altura y la ciudad colonial, para Rojas
estaba primero ese estero antiguo, las historias de piratas, La fragua de Vulcano, la elección de la
Señorita Ecuador, y, por supuesto, el derecho al trabajo, y en esa esfera, fue José de la Cuadra12 quien
le abrió las puertas, a la literatura del puerto y al estudio jurídico. De allí para adelante, como si fuese
un poema de Abel Romeo Castillo, todo sería romance.
Pero el amor se nutre también de su antagonía, y, tras su nombramiento como profesor del Colegio
Vicente Rocafuerte, y su decidida militancia en el Partido Socialista, debió afrontar el dolor por la
muerte de su esposa. La actividad política lo llevó a izar la bandera socialista, pero debió pagar con la
prisión la osadía.

En los acontecimientos del 28 de mayo de 1944, Rojas fue combatiente. Tras el derrocamiento de Arroyo
del Río, el nuevo gobierno, liderado por Velasco Ibarra, lo nombró contralor general del Estado, cargo en
el que se mantuvo hasta la traición al socialismo por parte de Velasco. Se hizo célebre entonces su lapidaria
frase sobre la corrupción: Donde quiera que se aplaste el dedo, brota el pus.

La obra fundamental de Rojas vería la luz en 1948, El Éxodo de Yangana:

Tránsito de soledad promiscua, por la orfandad acompañada de los fugitivos, el Éxodo de Yangana, es el gran
coral del abandono, hervidero vengador, abjuración de la muchedumbre y sus mitimaes decantados y culposos.
Novela de movimiento y erranza donde la trasmigración es defensa y riesgo, es plural imaginación del peligro
y confesión comunal de la justicia hecha vendaval, conciencia y escondite. Refugio en la Tierra Prometida de
un pueblo nuevo al que jamás se llega, pero que, como en la peregrinación de Moisés, es la esperanza del
proscrito. Novela en la que Rojas elimina conceptos revolucionarios formales para escarbar en la acción violenta
como oratorio, aún en el destierro, porque ese condenado global es parte del desarraigo como expresión estética
y moral. Ética y Estética son la misma cosa, ha dicho Claudio Magris. 13
El mayor ensayo que Rojas escribió fue La Novela Ecuatoriana, con períodos analizados entre 1830-
1895, 1895-1925 y 1925-1945. Cuando le pregunté por qué razón no acometía un cuarto período
que llegue hasta la novela contemporánea, pues su libro terminaba con la novela de Humberto
Salvador14, La novela interrumpida de 1944, me respondió, con su acostumbrado sarcasmo: Lo intenté,
porque me persuadieron para hacerlo. En un encuentro de Literatura procedí a leer lo que había escrito
hasta entonces, que era una suerte de introducción, pero estaba tan aburrida esa lectura que quien se durmió
fui yo.

Ojalá el país pueda producir más crítica literaria, decía, porque es necesaria, de lo contrario existen autores
que creen, seguramente por ignorancia, que han escrito una obra superior a el Quijote, el problema con el que
uno suele enfrentarse es que a nadie le agrada que le digan que su obra tiene límites, vicios o errores conceptuales.
Se confunde crítica con invectiva, análisis con sátira, sugerencia con dicterio.

Yo, pese a todo, y con las situaciones extremas que he vivido, me han llegado a retirar el saludo por dar mi
apreciación, creo que es inmoral callarse o resignarse. En los lanzamientos de libros y en las noches de bohemia
se suele hacer más cóctel que literatura, y creo que aquello está bien para la fanfarria, no para la responsabilidad
del escritor.

Es la misma responsabilidad y ética con la que uno tiene que asumir compromisos políticos. Estuve muchas
veces en desacuerdo con ciertas decisiones partidarias y expuse mis argumentos, desdichadamente en el Partido
Socialista tampoco se dieron las condiciones para que la transparencia a la hora de abordar los asuntos políticos,
y, especialmente la franqueza para hacer ostensibles las discrepancias, no fueron valoradas. Siempre he sido
socialista, más allá del carnet, de la afiliación o la militancia. Siempre mantuve mi apasionada defensa de los
derechos de los trabajadores, de las conquistas laborales, pero el tiempo y la vida me alejaron de la vivencia
cotidiana dentro del partido.

Rojas fue muy preciso, tanto en las expresiones puntuales como en las simbólicas, sobre su definición
ideológica. Y algunos conceptos, aunque ha transcurrido mucho tiempo, siguen vigentes.

Afirmaba, por ejemplo:

El capitalismo en el Ecuador es una rama atrofiada del capitalismo moderno; constituye, usando términos de
la biología, una especie inferior, de evolución truncada. Se ha quedado en un nivel muy bajo: el feudalismo.
El capitalismo degenerado del Ecuador no ha organizado nada. Siendo nuestro país una tierra fecunda en
posibilidades de riqueza, el capitalismo nacional no las ha aprovechado (minas petrolíferas, en poder de
compañías extranjeras; minas de oro, ídem). Si en el campo de la economía no han hecho nada, el
subcapitalismo ecuatoriano en el poder -los gobiernos de la República-, en el campo financiero ha sido
igualmente estéril. No ha promovido el aumento de la riqueza en el país. No ha oído la llamada del mundo.15

Al final de nuestra charla me decía: Creo, con Poincaré, que la vida es, como el pensamiento: un relámpago
entre dos noches, pero este relámpago es todo.

Quizá el mayor mensaje que ha legado Ángel F. Rojas a los trabajadores ecuatorianos, junto con su
producción literaria, sea una vida transparente. La ética como norma conductual, y esta sentencia que,
hoy, más que nunca, debe acompañar los procesos revolucionarios:

Trabajé por unir a los mineros. Por allá andan fuerzas aisladas ya. Me han escrito algunos obreros inquietos.
Deben sindicalizarse, llegar a ser una fuerza única.16
Galo  Mora  Witt: Estamos ya, doctor... ¿Cuál es el primer recuerdo que le viene a la mente?
Ángel  Felicísimo  Rojas:  ¿En lo literario?
GMW: No. En lo humano, en lo general
AFR: Quizás el recuerdo que más me impresionó, en mis primeros años, fue conocer el alumbrado
eléctrico. Porque yo hasta los seis años había vivido en el campo, y entonces conocí la cuidad de
Loja. En el camino, desde la altura de un lugar que se llama Shushuhuayco17 se dominaba
panorámicamente la ciudad. Llegamos a las siete de la noche, más o menos, y verla iluminada con
focos, yo que estaba acostumbrado solamente a la linterna, o al mechero, o a las velas, fue impresión...
para mí, verdaderamente enorme
GMW: ¿Eso, como primer recuerdo importante?
AFR: Otro recuerdo importante fue cuando me enfrenté, por primera vez también, con un muerto
que viajaba a mula, era el sistema acostumbrado en los alrededores, en las inmediaciones de Loja.
Cuando una persona fallecía, como era difícil transportarla ya que no había sino unos pésimos
caminos de herradura, entonces la vestían elegantemente, a la usanza del chazo, y la montaban a
caballo. La rigidez cadavérica por un lado, y el apuntalamiento en la parte posterior del borrén18 de
la silla, por otro, hacían que pareciera un viajero hierático y… muy elegante.
En esa época nosotros, los chicos, debíamos saludar a los mayores con quienes nos encontráramos;
así, en una madrugada que estaba yéndome a la escuela me acuerdo, llevaban a un señor al que saludé
y no me contestó. Buenos días, señor. ¡Nada!... Si es un muerto. Está muerto; lo vamos a enterrar, me
dijeron quienes lo llevaban. Esa impresión es para mí inolvidable, a mis seis años, más o menos
GMW: Y esos primeros seis años de vida ¿cree que lo marcaron para el futuro?
AFR: Tengo entendido que sí. Mi vida en el campo marcó, indudablemente, mi manera de ser, y
me hizo arisco, un poco montaraz. Yo tengo que forzar siempre un poco mi temperamento, para ser
comunicativo y locuaz. Me enseñó a ser solitario, una buena parte de mi enseñanza primaria la hice
en la ciudad de Loja, pero solo, absolutamente solo. Eso, indudablemente, influenció mi manera de
ser
GMW: ¿En qué año llega a Loja?
AFR: A la ciudad de Loja, a vivir en Loja -mientras que mi madre que era maestra de escuela vivía a
unos siete kilómetros de la ciudad-, debe haber sido cuando tenía ya unos siete años
GMW: Siete años. ¿Y ahí transcurre toda la primaria?
AFR: Sí. Yo ya sabía leer y escribir, había aprendido sin saber cómo ni cuándo con los alumnos que
tenía mi mamá, alumnos y alumnas porque la escuela era mixta, de esos mestizos tan interesantes
que tiene Loja. Y estuve un año, de los seis a los siete años, en la Escuela de los Hermanos Cristianos.
Por entonces mi señora mamá19 quiso que hiciera la primera comunión, así que me preparé a fondo
en el conocimiento de la doctrina cristiana, de la cual recuerdo todo el texto, literalmente (Risas). Sí,
literalmente. Cosa que me divierte a menudo pues una hija mía es curuchupa (Risas), nada menos
que alto personaje del Opus Dei20. Yo le recito párrafos enteros del texto de la doctrina cristiana
(Risas). La someto a preguntas... (Más risas) Y yo sé más. Por ejemplo, Bienaventuranzas, Los Pecados
Capitales: contra esos siete pecados capitales, hay siete virtudes... (Recita y continúan riendo todos)
GMW: ¿De la niñez, o de cuando viene aquello de Rojitas?
AFR: Creo que fue una reducción de mi apellido que me aplicaron cuando era inspector del Colegio
Bernardo Valdivieso, muy joven todavía; empecé siendo el inspector de alumnos que habían sido
casi compañeros míos. Entonces, seguramente para restarme autoridad o seriedad me llamaron
Rojitas. En ningún momento me molestó. Si me molestó, cuando... -no recuerdo quién-, ah sí, Vera,
Alfredo Vera, me decía Rojitas, yo le decía: Verita, no. No me digas Rojitas
GMW: Pero el apelativo Rojitas ha pasado a ser casi legendario. Cuando se cita a los grandes escritores
ecuatorianos ¿no?
AFR: Sí. Así es
GMW: ¿A partir de qué razones o influjos, surge la idea socialista en Ángel F. Rojas?
AFR: Muy sencillo. Del hecho de haber sido un estudiante pobre, de haberme dado a la idea por
medio de las lecturas, de la existencia de situaciones mucho más desgarradoras en los países ricos,
una distancia mayor entre ricos y pobres, cosa que en esa época en Loja no había. Por cuestiones de
orden emocional me incliné hacia el socialismo, luego lo profesé no sólo por razones de tipo
emocional sino por razones de tipo intelectual. Convicción de tipo político y doctrinario.
Empecé a frecuentar libros que teorizaban sobre socialismo: trataba de resolver el problema de esta
brecha que hay entre ricos y pobres. Y me hice un marxista condicionado, un mal marxista, porque
en ningún momento pensé que el marxismo era una cosmovisión. Pero estuve convencido desde un
inicio que el marxismo poseía principios indudables; pero no todo lo que sostenía era la Biblia, y no
cabía remplazar el dogmatismo cristiano por el dogmatismo marxista. Soy un marxista a medias; y
sigo siendo un marxista a medias, porque acepto algunos de los principios del marxismo que me
parecen sólidos e imbatibles; y otros, derivaciones de ese marxismo, no comprendo
GMW: Francisco Barda, por ejemplo, uno de sus personajes, evidencia, y él mismo lo expresa, una
marcada influencia de Mariátegui21. ¿Mariátegui también influyó en Ángel F. Rojas?
AFR: Sí, claro. Cuando era adolescente entró a Loja -yo vivía todavía ahí- la revista Amauta22 y con
ella el movimiento que lideraba Mariátegui. Leímos el libro que publicó en el año 1928: Los Siete
Ensayos23, que, indudablemente, influyó mucho en nuestra conformación ideológica. Además, nos
demostró que el camino que seguíamos era el camino acertado, aun cuando él desde un principio ya
marcó su rumbo hacia el comunismo. La influencia, una influencia que tuvo para mi mucha
importancia, fue de la generación que me precedía con una pequeña distancia: la de los estudiantes
que estaban en sexto curso cuando yo estaba en primero. Esos estudiantes fueron una de las
promociones más brillantes que ha habido en Loja, que la conformaban Manuel Agustín Aguirre,
Pablo Palacio24, los hermanos Mora: eran condiscípulos.
Hacían poesía, hacían cuento, e intervenían en los recién fundados Juegos Florales25. Así que eso me
inclinó hacia la literatura. Yo veía con admiración lo que podían hacer estos jóvenes, mucho más
maduros que yo, pero la diferencia de edad que mediaba era pequeña. Ya hacían una revista. Eso me
produjo una profunda impresión y seguramente contribuyó, junto con la lectura -eso sí he sido un
lector contumaz desde los primeros años- a decidirme por la vocación literaria, aún cuando en el
colegio también tenía una tentación muy fuerte por las Ciencias Naturales, con Clodoveo Carrión26,
y sobre todo por las ciencias matemáticas, con un gran profesor que era don Enrique Witt...
GMW: Ah, mi abuelo...
AFR: Don Enrique Witt, sí, un gran profesor de matemáticas. Nos demostraba, con una increíble
claridad, la relación que hay entre la Geometría Analítica y la Geometría, y la relación que hay entre
el Álgebra y la Geometría. Teníamos dudas entre las dos áreas -algunos se quedaron en las ciencias,
como Isauro Rodríguez que se hizo ingeniero-.
Quien también me despertó la vocación literaria, fue el doctor José Miguel Carrión, figura
impresionante, quien en unos Juegos Florales, en los que premiaron a Pablo Palacio o a Manuel
Agustín (Aguirre) o a José Miguel Mora Reyes, en lugar de pronunciar un discurso en prosa como
era la costumbre, hizo unos versos muy sonoros, muy adecuados, los leyó y quedaron grabados en
mi memoria. Todavía me acuerdo, hacía referencia a lo que fueron los Juegos Florales en la época de
la Provenza, en la Edad Media y en la Edad Moderna. Entonces, haciendo comparaciones dijo:
Vengan los bardos, y así como en suelo provenzal, una hermosa flor natural se disputarán aquí... ¡Una
belleza! A mí me impresionó, profundamente
GMW: En esa época ¿cuáles eran sus lecturas?
AFR: Todo lo que caía en mis manos. Todo: Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno27, Las Mil y Una
Noches28, El Quijote de La Mancha29, los cuentos de Edgar Allan Poe30... De repente, los libros de
Vargas Vila31
GMW: ¿No estaban prohibidos, algo así?
AFR: Sí
GMW: Por eso mismo, entonces... (Risas)
AFR: Inclusive fuimos, cuando estábamos en primer año, con algún otro compañero a la Biblioteca
Municipal, que la dirigía entonces un escritor notable tío abuelo de Manuel José Aguirre: don Miguel
Sánchez. Le fuimos a pedir un libro que se llamaba Ibis32, de Vargas Vila: ¿Y usted quiere leer el Ibis?
Entonces deme un ‘libro moral’ para leer, pues… dije (Risas)
GMW: Lo que se podía, entonces
AFR: Pero El Quijote, fue una influencia muy grande
GMW: Y ¿se lo podía leer, en ese tiempo, en su totalidad? ¿Había ediciones?
AFR: Incluso fui propietario... Uno de los primeros libros que compré fue una edición total en
miniatura de El Quijote hecha por una editorial que ha desaparecido ya, Calleja33, se vendían en 20
centavos. El libro con ilustraciones de Gustavo Doré34, era una maravilla. Había de todos los
tamaños, yo me compré uno que costaba, me parece que cinco sucres
GMW: Que era un precio fuerte, me parece...
AFR: También es interesante que mi afición por los libros se proyectó en una forma muy positiva,
desde que estaba en sexto grado de la escuela... Porque después del último año en la Escuela de los
Hermanos Cristianos, a la cual no quise volver porque me fue muy mal, terminé mis estudios en el
Instituto Miguel Riofrío, de donde pasé al colegio. Pero durante el último año de escuela en el
instituto y en los dos primeros de colegio, ya trabajé como tipógrafo
GMW: ¿Tan muchachito?
AFR: Y me ganaba dos sucres con 50 centavos por semana; así que por mes me ganaba 10 sucres.
Trabajando en la noche principalmente, en un periódico conservador llamado Heraldo.
GMW: Trabajando por las noche. Entonces, una suerte de pequeño escribiente florentino, Edmundo
De Amicis35.
AFR: Era ya diestro para levantar... Porque en ese tiempo la escritura se hacía muy lentamente, tipo
por tipo. Mi maestro fue un señor llamado María Sánchez, el jefe de los talleres. Y allí trabajaba
también, y con mucha pericia, alguien que acaba de morir y que llegó a tener sus funciones
burocráticas interesantes ya que fue, creo que casi hasta el final, jefe de rentas del Ministerio de
Finanzas, Luis Aníbal Sánchez36.
GMW: Entonces ¿a partir de esa historia del linotipo empieza quizá su profundo estudio gramatical,
que lo hace conocedor de tanta ortografía?
AFR: Había que corregir
GMW: Y ¿las primeras publicaciones?
AFR: Esas comenzaron en un periódico que fundó Clotario Maldonado en Loja, llamado Heraldo
del Sur. Allí comencé a escribir. Luego, juntos hicimos una revistita que llegó a tener dos números,
llamaba Renacimiento. Para entonces Alfredo Mora Reyes y Manuel Agustín Aguirre, ya se habían
ido a vivir en Quito. Ya en la universidad logré escribir unos bocetos que se llamaron
Cronoprovincianos; ya alardeaba de tener cierto apego a narrar
GMW: En ese caso, Banca ¿es en su globalidad autobiográfica?
AFR: En parte, sí. En algunos episodios que empiezan narrados en primera persona, hay allí unos
cuantos personajes que convivieron conmigo, porque estuvieron en el colegio, sino en el mismo
curso, en cursos inferiores, o superiores
GMW: A propósito de lo que usted dice sobre la provincia como tal, esa condición, ese carácter de
provinciano ¿también lo marcaría para el resto de...?
AFR: Desde luego. Desde luego. El campo y el hecho de ser provinciano es una de las improntas
que ni he tratado ni he querido borrar. Me condiciona. Me considero un mestizo y un chazo
auténtico, y estoy gustoso de serlo. Creo que no he hecho ningún esfuerzo por disimularlo ni por
modificarlo. Así soy, pues
GMW: ¿Cuándo y por qué, su salida de Loja?
AFR: Por razones de tipo económico y emocional. En el año de 1930 fui durante tres meses huésped
–en cierto modo huésped- de los hermanos Mora Reyes, en Quito. En el año 1930 tenía 20 años y
fui a conocer Quito. Estuve ahí, en una habitación muy cómoda que tenían los hermanos Mora
Reyes en la Loma Grande, cerca de la Mama Cuchara37. Allí me alojaba y compartíamos los gastos
de manutención, que eran increíblemente baratos... Costaba un sucre diario: desayuno-almuerzo; y
después encontramos un lugar donde se comía todavía mejor y de mayor categoría por 45 sucres,
mensuales. O sea, ¡1,50! (Risas) Parece mentira. Parece mentira
Esa casa era visitada asiduamente por Pablo Palacio que era íntimo de los Mora y por escritores
quiteños ligados al socialismo como los hermanos Carrera Andrade. Las noches las dedicábamos a la
política y la literatura, con lecturas de poemas y paréntesis puestos por el canto y la guitarra de
Manuel Agustín Aguirre. Leíamos entonces a Mariátegui y autores europeos a través de las
traducciones que hacían los colaboradores de la revista Amauta. Conocí entonces a escritores
católicos como Bernanos, los trabajos sobre la memoria de Bergson y la hondura moral de Conrad.
Bien. Pero, como para irse a Quito desde Guayaquil había necesidad de hacer dos días... Porque el
primer día se llegaba a Riobamba, y el segundo ya a Quito.
Entonces, después de un tedioso viaje, cuyo primer tramo era Loja - Santa Rosa (El Oro), y luego
Santa Rosa en barco a Guayaquil, hice un alto, tanto a la ida como a la vuelta, en Guayaquil, y me
encantó. ¡Fue amor a primera vista! De manera que decidí que tan pronto como me graduase de
abogado vendría a ejercer la profesión aquí. Coyuntura que me facilitó el hecho de tener amigos
escritores con quienes me carteaba; y cuando el doctor Rigoberto Ortiz, renombrado rector del
Colegio Rocafuerte, me propuso ser profesor de Literatura, acepté. Yo en Loja había venido dictando
una cátedra que me gustaba, Física. Porque de esas aficiones –siguen frustradas y como le dije vacilé
algún tiempo entre las ciencias y la literatura-. Y entonces, vine a ejercer la profesión aquí. Y Pepe
de la Cuadra, me dio un sitio en su oficina profesional. De modo que pude defenderme.
GMW: ¿Ya como abogado?
AFR: Y también tenía la cátedra de Literatura
GMW: Creo que, si mal no recuerdo, puede ser uno de los pocos casos junto al de Ernesto Sábato38
en América Latina, de ser un profundo conocedor de las Ciencias Sociales, escritor y al mismo
tiempo, un físico
AFR: Sí. Me gustaba. Me gustaba. Pero la profesión de abogado no se presta mucho para cultivar
ese aspecto. Y además tenía un compañero que nos dejaba tachuela en el amor por la Física y las
Ciencias Exactas, Isauro Rodríguez, quien tenía una portentosa facilidad para las ciencias, para las
Ciencias Matemáticas. ¡Portentosa! Yo me achicaba con él. Pero en cambio lo ponía a escribir, a
narrar, y en eso era malo (Risas)
GMW: Y esos años 30 en los que usted permanece un tiempito en Quito y luego ya durante su amor
a primera vista por Guayaquil ¿se van descubriendo también las amistades que más tarde
conformarían esos sólidos bloques literarios en el país?
AFR: Desde luego que sí. Porque nos carteábamos con Joaquín Gallegos Lara39 y con los Kingman40,
que en esa época vivían en Guayaquil. Y también con Pepe de la Cuadra, que inclusive quiso
incorporarme a un librito llamado 12 Siluetas41 pero le dije que no creía tener obra suficientemente
madura para merecer esa incursión. Creo que Gil42 era muy perezoso para escribir; pero, de repente,
cuando estaba emocionado... escribía más (Risas). Fue con quién más llegué a compenetrarme. Su casa
era una especie de gran salón donde íbamos a parar todos, quien nos recibía era Mamá Aleja, la madre
de Enrique43 Allí vivió, algunos años Alfredo Palacio44. La casa de Mamá Aleja, era un caserón ubicado
en pleno centro, en una zona invadida ahora por la Bahía
GMW: ¿Cerca del Malecón?
AFR: Una cuadra más allá... Enrique estaba recién casado con una linda mujer, a la cual todos
admirábamos en silencio
GMW: ¿Alguna influencia -aparte de los citados ya como el caso de José Miguel Carrión- de aquellos
que han sido considerados una especie de suscitadores como Pío Jaramillo45 o Benjamín Carrión46?
AFR: De Benjamín menos porque estaba en ese tiempo en Europa, es decir no lo gozamos de
jovencitos. Una gran influencia fue el doctor Adolfo Valarezo47; en parte también los Mora Reyes y
Manuel Agustín (Aguirre). Pero la influencia del doctor Valarezo fue muy grande; Benjamín Carrión
dice que conoció dos genios en su largo trato con gente valiosa: Unamuno, en España, y en el
Ecuador, Adolfo Valarezo, de quien no hay una sola palabra escrita, pero fue un suscitador
extraordinario y un hombre de un brío excepcional... En Banca hago una evocación aunque no lo
nombro trato de dar una idea de lo que fue, para su gente, para su época, como rector del Colegio
Valdivieso. La influencia de Carlos Espinosa48 también fue importante, él no podía vivir sin hacer
revistas (Risas). Hizo una revista que marcó una época Loja, Hontanar49.
GMW: Y con Pablo Palacio ¿hubo alguna cercanía?
AFR: Sí. Cuando iba a Loja -evidentemente también cuando estaba en Quito durante esos tres meses
que yo pasé allí, me aproximé bastante a Palacio que era íntimo de los Mora Reyes. Manuel Agustín
en ese tiempo pasaba largas temporadas largas en una hacienda de Loja, de manera que mi temporada
del año 30 en Quito no coincidió con Manuel Agustín, pero cuando yo estaba en Loja, sí. Teníamos
largas conversaciones, yo siempre le profesé admiración, porque realmente era extraordinaria figura
también; en lo personal era un hombre alegre, dueño de la carcajada más estentórea que se conocía
en Loja (Risas). Cantaba, tocaba la guitarra. En las farras tenía luz propia….
GMW: A propósito, se ha hablado mucho de la vida bohemia. ¿Qué significado tendría, para usted,
esta terminología?
AFR: Muy poco. La vida bohemia, significaba que los sábados y los domingos, se hacían farritas,
bailongo, en alguna parte donde había chicas guapas. Pero, considerar que hubo un modus vivendi
irresponsable...
GMW: Es decir, no al estilo de la decadencia francesa
AFR: No. No llegó a facturar... En ningún momento, nos sentíamos incomprendidos. Trabajábamos
y el fin de semana enamorábamos. La forma más práctica de enamorar era el Día de los Santos; bailar
allí y tomarse unos tragos, galantear a las chicas, tener una enamorada. ¡Ah!, cuando uno solamente
podía verlas en el balcón. Época de un control tremendo sobre las chicas, uno podía irlas a ver cuando
iban al colegio, cuando salían del colegio, y de lejos. No había esa facilidad que hay actualmente
GMW: ¿Tendría una razón eso de ciudades, pequeñas aldeas conventuales, franciscanas?
AFR: Absolutamente
GMW: Entonces, su decisión de quedarse en Guayaquil ¿cuándo se produce?
AFR: En 1935. El 34 y 35. Vine el 34, para hablar con propiedad
GMW: ¿Usted es de 1909?
AFR: 1909, sí
GMW: Es decir, para el 35, ya graduado de abogado
AFR: Ya
GMW: Y ¿se da por las circunstancias manifestadas, incluyendo lo de José de la Cuadra, y su
estudio...?
AFR: Sí
GMW: Y su participación directa y frontal en la política, ¿desde cuándo se da?
AFR: Desde mis 16 años yo ya estaba afiliado al Partido Socialista50
GMW: Desde su fundación misma... Luego se produce la ruptura del año 31 que genera una
vertiente comunista del antiguo Partido Socialista ¿no? Y ¿quiénes se mantienen en la idea del Partido
Socialista, en la que usted se incluye?
AFR: Sí. Desde luego. Cuando vine a vivir aquí esa cuestión era mucho más radical. Y vivíamos a la
greña entre comunistas y socialistas porque había la idea de captar trabajadores. Aquí había una
promoción muy brillante de comunistas, gente de una extraordinaria y fuerte capacidad intelectual,
Pedro Saad51, Jorge Mejía Cedeño52, Alfredo Vera, Alejandro Estay, Rafael Julio Serrano, eran figuras
de mucho peso. Intelectuales como Joaquín Gallegos Lara. No tomábamos muy enserio el
comunismo de Enrique Gil Gilbert: niño bien, creíamos que era snobismo; pero, más adelante,
cuando vimos que se sacrificó por su partido, que fue perseguido y que jamás renunció, que proclamó
que era comunista..., escritor y comunista, nos dimos cuenta de que era...
GMW: Que era verdad...
AFR: Sí, señor
GMW: Y ¿el grupo de socialistas acá en Guayaquil?
AFR: Aquí había un grupo también valioso. Pero había la desventaja de que todos los que
conformábamos la directiva, los primeros años, éramos importados: Carlos Palacio Sáenz53, cuencano;
Ignacio Cuesta Garcés, ambateño; yo, que ponto ascendí a secretario general, lojano. Guayaquileños eran
pocos pero valiosos, como: Víctor Hugo Briones, el doctor Raúl Chávez González y Rodrigo Chávez
González54, eran también miembros del Partido Socialista..., peleadores. Humberto Mata Martínez55,
Luis Eliseo Gómez González
GMW: ¿En qué año es usted nombrado secretario general del partido?
AFR: Fui secretario general del Partido Socialista en 1939, en el 40, y en 1944... Durante la
Revolución del 28 de Mayo56, yo era secretario general del Partido Socialista
GMW: Alguien decía que quizá es una de las épocas más álgidas y de mayor incertidumbre en la vida
nacional. Tras el -según dicen- comprobado fraude a Velasco Ibarra57 por parte de las fuerzas de
Arroyo58 ¿no? Luego su ascenso a la presidencia, y luego la invasión. Este proceso culmina en la
Gloriosa, en la que hay una actuación preponderante de Ángel Felicísimo Rojas en la vida nacional
que al mismo tiempo sigue compartiendo con el quehacer literario
AFR: En el año 1941 arreció una campaña dirigida en Quito por Manuel Agustín Aguirre, entonces
concejal del Partido Socialista, quien se batía con enorme valentía, abierta y directamente con el
ministro de Gobierno, Aurelio Aguilar Vásquez59. Hombre recio, inteligente, capaz: Manuel Agustín
ubicaba unos manifiestos tremendos, especialmente uno que recuerdo hizo época ubicado en El
Día60: Exhibamos nuestro pasado a la luz del Sol... Aguilar se contenía y se contenía y no lo apresaba...
Había también un hombre siniestro que le hizo mucho daño a la provincia, Manuel Calgua Paredes,
jefe de investigaciones, quien contaba con el apoyo incondicional de Arroyo.
Yo no puedo quejarme de él porque cada que arreciaba la campaña me hacía juzgar como propalador
de noticias falsas y me hacía aplicar siete días de cárcel y 30 sucres de multa... Era un juego diestro
porque no me daba categoría política sino de contraventor, de un chismoso (Risas). Ya sabía que me
juzgaban. Él inclusive iba a verme y conversábamos un poco, se reía un poco. Una vez se disgustó
en serio y yo traté de ser más altivo porque también estaba muy disgustado, entonces invoqué una
frase de Maquiavelo61: Maquiavelo dice tal cosa... Y como había una persona de apellido Maquiavelo,
una familia Maquiavelo, dijo: ¡Manden a capturar a este Maquiavelo!... Y yo le digo: Maquiavelo... Es
difícil que usted lo reduzca a prisión, porque Maquiavelo, murió hace cuatro siglos, y está enterrado en
Italia... (Risas). Dijo: Usted es un hombre sarcástico e irrespetuoso, así que: ¡llévenselo! Ahí se acabó la
buena amistad que teníamos
Este episodio lo conté en una sesión del congreso, y Manuel Agustín lo contó en uno de los
manifiestos, señalando que fue en presencia de unas personas que se rieron y formaron la chacota
por lo cual Calgua Paredes se enfureció tanto. Entonces me mandó al panóptico62, ahí me
permitieron leer y llevar mi máquina de escribir por lo que en los cuatro meses que permanecí en ese
lugar acabé de escribir Curipamba63
GMW: Que se publicó mucho tiempo después
AFR: Mucho tiempo, 40 años después... Interesante, constan ahí cuatro o seis amigos míos, entre
otros, Carlos Palacio Sáenz, Francisco Mora Guerrero64. El capitán Chiriboga Ordóñez se había
noticiado que yo estaba escribiendo así que dispuso que cada dos días les lea un capítulo de la novela.
De modo que debía pasar escribiendo. Yo acepté. Eso sí, tuve que adelantar el último capítulo porque
llegó la amnistía para los presos políticos, pedida por el gordo Julio Teodoro Salem65 en el congreso.
Entonces como estaban interesados en el desenlace de la novela, aunque faltaban dos capítulos tuve
que adelantarlo y así se fueron satisfechos. Así se escribió Curipamba
GMW: Y esa amnistía ¿es fruto de la derrota y de la búsqueda de una armonía social?
AFR: Bueno, en realidad al dejarnos en libertad comenzamos a trabajar contra Riofrío, a quien
considerábamos un traidor. Yo me casé el mismo día que salí del panóptico, con Alba Celeste Rivas, a
quien le había pedido que viniera a Guayaquil porque yo creí que la cosa iba para largo. En esa época
me acuerdo yo era síndico, asesor jurídico, de la Asociación de Empleados de Guayaquil. El presidente
de la asociación había dirigido una carta, un telegrama o carta, al presidente Arroyo para que me
pusieran en libertad, implorando mi libertad. Entonces, él había contestado un telegrama que -
lastimosamente- no conservo: El doctor Rojas se permite decir que mi gobierno va a caer. Pues, el doctor
Rojas debe esperar, que el nuevo gobierno lo ponga en libertad
GMW: Casi personal
AFR: Es que fue personal el pedido que hizo César Paladines, el presidente de los empleados de
Guayaquil
GMW: ¿Arroyo era tan personalista y autocrático como dicen?
AFR: Sí. No sé si usted llegó a tratar a Manuel Agustín Córdova. Él se acordaba de muchas anécdotas
y de muchos episodios de la vida de Arroyo, que era hasta el tope subido los humos
GMW: Dicen que intelectualmente era un hombre capaz ¿no?
AFR: Sí, muy inteligente, muy valioso era. Pero ególatra, manejó el país a su antojo. Y por esa
egolatría justamente se cayó
GMW: Y ahí viene ¿el proceso del 28 de mayo, o sea, la preparación?
AFR: Claro. Yo me casé en marzo de 1943, del 42 perdón, saliendo del panóptico y al cabo de un
año justo, enviudé
GMW: Y ¿qué sucedió con su esposa, una enfermedad...?
AFR: Murió al dar a luz. Y murió también el niño que había nacido. Al año justo de haberme casado.
Entonces me dediqué con furor a la cuestión revolucionaría; en el año 44, o sea al año siguiente de
haber enviudado se produjo la Revolución del 28 de Mayo, estaba también la Alianza Democrática
Ecuatoriana que dirigía, con gran éxito y con gran visión, Francisco Arízaga Luque66. Él era el
presidente
GMW: ¿Él era liberal?
AFR: Liberal. Liberal disidente. El otro vocal era Enrique Gil Gilbert, y yo me haría secretario de
Alianza (ADE). Como ve, así se hizo la Revolución del 28 de Mayo
GMW: ¿Y su trabajo específico en ADE? Porque la secretaría sería el hecho formal ¿no? Pero hay
toda una serie de...
AFR: Prácticamente, propiciamos la insurrección. De modo que el 28 de mayo estábamos
precisamente en el cuartel de Guayaquil. La gente que estaba con nosotros, el doctor Arízaga Luque,
Armando Espinel, Enrique Gil y yo, permanecimos en uno de los cuarteles. Prácticamente dirigiendo
la resistiva para el equipo militar. Luego el 29 de mayo, había ya terminado toda resistencia pues se
había tomado el cuartel de carabineros que era la fortaleza de Arroyo, quien ya estaba refugiado en
la embajada colombiana
GMW: Y, de ahí viene toda esta peripecia de Velasco ¿no?
AFR: Lo cogieron a Velasco. Un poco antes de que estallara la revolución me tocó estar en una
reunión del CEN y me acuerdo que con gran empeño queríamos saber qué era lo que quería la
comisión, dirigida por Manuel Agustín Aguirre, que fue a ver a Velasco en territorio colombiano.
Yo estaba esperando a ver qué pasaba. Me acuerdo que, con toda solemnidad, quienes esperábamos
el informe preguntamos: En pocas palabras, díganos ¿qué impresión se formó usted del gran
ausente67? Manuel Agustín que nunca creyó en Velasco, dijo: Está más loco y pícaro que nunca (Risas)
GMW: ¿Esa fue su respuesta?
AFR: Esa fue, para los que no teníamos una idea tan peyorativa, fue un balde de agua fría
GMW: Bueno. Pero luego viene ya su diputación ¿no?
AFR: Sí. Pero Velasco en el año 46, el 30 de marzo del año 46 se proclamó dictador
GMW: Hoy son 48
AFR: Lo apresó a Manuel Agustín y lo mandó al destierro
GMW: Ya con Guevara Moreno68 de ministro ¿usted estuvo en la Asamblea Constituyente?
AFR: No. A mí me metieron a la fuerza de contralor. En julio me zamparon, contra mi voluntad. Pero
yo era muy disciplinado, afiliado muy decidido del Partido Socialista. Ahora, sigo siendo socialista
pero ya no estoy afiliado al partido
GMW: ¿Desafiliado?
AFR: No me he reafiliado porque como se hizo pedazos. Ya no quise seguir subordinado al partido
que manejaba y manipulaba Gonzalo Oleas69
GMW: Y ¿alguna vez sintió el problema entre la política y la literatura? Porque una de sus grandes
obras La Novela Ecuatoriana, es del 48 ¿no?
AFR: Sí
GMW: Es decir, está muy cercana a todos estos episodios, de igual manera el Éxodo70 que es del 49
AFR: No. El Éxodo es del año 41
GMW: Ah ¿Ya estaba escrito el Éxodo incluso antes de la cárcel y de Curipamba?
AFR: Mucho antes. El Éxodo de Yangana, se publicó en Argentina
GMW: ¿No sintió, internamente, alguna contradicción política tan viva? En este caso ¿actuando
como dirigente socialista y como contralor, y la literatura como acto de ficción?
AFR: No. Creía que no eran incompatibles mientras no me deje absorber por una de ellas
totalmente. Porque a mi afición a la literatura no le ocurrió lo que le ocurrió a la de Enrique Gil
Gilbert, por ejemplo. A mí el partido no me imponía tareas que me significasen tener que desligarme
de mi profesión de abogado, que es la que me permitía comer, ni de la literatura de la que he sido
aficionado tanto como lector cuanto como escritor
GMW: El Éxodo de Yangana es del 41 pero se publica en el 49
AFR: Sí
GMW: ¿Por qué ocho años más tarde? Algo muy importante es que ahora los escritores ecuatorianos
ven con mucha desazón el tema editorial... Los escritores ecuatorianos del 30, y los inmediatamente
posteriores como Pedro Jorge Vera y Ángel Felicísimo Rojas, logran la continentalización de su
literatura a partir de una publicación a través de una editorial extranjera. ¿Cómo se produjo ese
proceso? ¿Cómo logró aquello?
AFR: Bueno en el año 41 hubo un concurso de novela de una empresa editora norteamericana. Allí
terciaron algunos. Yo tenía una novela pero he sido enemigo de concursos
GMW: ¿Por qué?
AFR: No he perdido en ese sentido mi condición de chazo. He sido enemigo de participar en
concursos. De aquí mandó Enrique Gil su libro Nuestro Pan71. Creo que Alfredo Pareja72 tenía
también una novela, no recuerdo cuál. Pero yo me quedé con mi novelita y cuando se publicó El
Mundo es Ancho y Ajeno73 de Ciro Alegría74, me preocupó que pudiera parecer que ciertos pasajes
míos se hubieran inspirado en esa novela.
Eso hizo que me apresurara para que algunos amigos la leyeran, entre otros, un hombre dedicado al
país, un gringo muy amable: Albert Barnes Franklin, quien escribió un libro muy valioso: Ecuador:
Retrato de un Pueblo75. Te lo voy a mostrar... Y, entonces él fue una de las personas a quienes entregué
el original de mi novela por si alguna vez fuese necesario que testifique respecto a que no hubo plagio
GMW: La escribió incluso sin que la obra de Ciro Alegría se publique
AFR: Sin ni siquiera conocerla... Creo que hay una segunda edición de este libro... (Se refiere al
libro de Barnes Franklin, que había entregado al entrevistador.) Creo que no me menciona porque
todavía no merecía ese homenaje
GMW: La dedicatoria sí consta. A propósito de su nombre -que usted lleva tan orgullosamente-, es
el segundo nombre de mi papá: Alfredo Felicísimo, no conozco más Felicísimos en Loja...
AFR: Ah, ¡su papá! No sabía
GMW: Alfredo Felicísimo Mora Reyes
AFR: Primera noticia que tengo (Risas)
GMW: A propósito ¿se ha sentido Felicísimo?
AFR: Sí
GMW: ¿En la vida?
AFR: Sí, porque no le he pedido mucho. No he sido ambicioso. No tengo ambiciones. Estoy
satisfecho con lo que tengo. La vida me ha golpeado duro pero he creído siempre que es un sentido
de vivir, se tiene que pagar por vivir. No he tenido buena visión para los negocios; pude haberme
hecho hombre rico, no lo logré. Como perseguido llegué a tener unas situaciones... Feliz he peleado.
Soy una persona que ha alcanzado la felicidad. Aunque no tenga camisa... hay esa bella historia, que
Anatole France76 la hizo una bonita novela, La Camisa, en que el hombre feliz no tenía camisa.
Bueno yo soy más o menos feliz, sí tengo camisa. No le he pedido a la vida lo que no me puede
buenamente dar. Y porque carezco -lo que puede parecer hasta patológico-, no me gusta la
figuración, ni he ambicionado más de lo que tengo ni de lo que soy
GMW: ¿Por qué hay un silencio de algunos años en torno a la literatura formal, como edición, más allá
de lo del periodismo? ¿Se debe a algo en específico el no haber publicado muchos años, o sea, durante
un lapso muy grande?
AFR: Bueno. Sí, tengo un montón de cosas inéditas... Como ya tengo 84 años, a lo más unos dos o
tres años más he de poder vivir. Entonces deseo escoger algo para publicar. Tengo en realidad casi
listos dos libros de cuentos. El uno se llama El busto de Doña Leonor, y el otro, El Trompo de Gabriel.
Es posible que alcance a terminar una novela, por cierto medio autobiográfica continuando el
personaje de Andrés Peña como persona que está viviendo en Guayaquil y que en una reunión con
amigos se hacen confidencias mutuas; así más o menos se va formando la novela. Ojalá tenga todavía
tiempo
GMW: ¿Tiene algún título previo, esa novela?
AFR: No... Y tenía también un cuento un poco largo que aún no he acabado, ese sí tiene título: El
Club de los Machorros
GMW: ¿Cuál es el significado de machorro?
AFR: Que no ha tenido hijos. Que no pudo tener hijos
GMW: ¿Cómo ve el futuro?
AFR: El futuro es difícil de ver porque carecemos de hitos orientadores. Cuando éramos jóvenes
teníamos quienes vivíamos al sur, la Cruz del Sur que nos indicaba donde estaba el sur; y quienes
vivían al norte tenían la Estrella Polar que les indica donde estaba el norte. Actualmente no existen
los hitos que permiten orientarse en un mundo en el cual ha desaparecido toda referencia segura,
entonces es muy difícil. De modo que tal vez lo único que uno pueda hacer -sobre todo los que
tenemos ya una edad que estadísticamente supera lo previsto-, es seguir el impulso adquirido. Eso
en todo caso es lo que he hecho.
Alguna vez he dicho que siento un poco obsoleto lo poco que estoy publicando y que voy a publicar,
y no quiero convertirme en un viejo verde de la literatura. Quiero seguir el impulso adquirido y
posiblemente los cuentos tengan como subtítulo Cuentos Obsoletos o Cuentos de Juventud, porque
leyéndolos veo que Corín Tellado77, tiene mucha influencia en ellos (Risas)
GMW: Se ha hablado mucho también en los estudios que hacíamos nosotros en la Universidad
Católica en Quito, de una falta de amor y de humor en la literatura ecuatoriana. Una pacatería de
la sociedad ha influido en los escritores también, un no querer ser confundidos con Corín Tellado,
entonces de no meterse con el amor y más bien meterse con la violencia, con la guerrilla
AFR: Sí. El trípode se forma, a mi juicio, en la narrativa actual con sexo, violencia y cita en inglés o
en francés de autores a los que tienen respeto. Si no se hace eso uno está fuera de todo
GMW: Y el futuro para el país ¿cómo lo ve?
AFR: El futuro para el país, en el largo plazo, porque los países no pueden ser juzgados por la
cronología de otros: las personas, o los cristianos, tiene que unificarse junto con toda América del
Sur preservando las naturales diferencias. Y tiene que impulsarse el desarrollo que empiezan los
militares, que son gente inteligente aun cuando se burlen de eso, que consiste en convertir su papel
en acción cívica disciplinada. La acción cívica de las Fuerzas Armadas tiene que intensificarse como
creo que tendrá que intensificarse aquello de tomar en serio la conscripción agraria, porque no vamos
a convertirnos en país industrial sino quien sabe en cuánto tiempo. Pero si la agricultura no se súper
tecnifica, los sudamericanos nos vamos a morir de hambre porque si se trabaja con capital ajeno no
hay agricultor que pueda sobrevivir. Solo podrán sobrevivir quienes puedan hacer labor altamente
tecnificada con capital propio
GMW: Hablando del futuro del país, algo que nos parecía muy importante respecto de lo que va a
ser esta obra a partir de estos reportajes: el fin de las utopías. ¿Cree que sea factible?
AFR: Las utopías nunca pueden tener fin porque el hombre siempre tiene que buscar una meta que
está mucho más lejos del alcance de su generación. Generalmente las utopías son verdades que llegan
a realizarse, no importa cuándo. Es posible que se acelere, por la forma acelerada con que la
humanidad vive, el plazo en que la utopía llegue a convertirse en realidad. Le voy a decir la idea que
yo comparto: las utopías son verdades que se adelantan a su tiempo; si el hombre llega a una meta
siempre buscará una meta adicional, que esté más adelantada
GMW: Para finalizar, unas simples preguntitas. ¿Usted tiene -un poco tomándonos ciertas ideas del
Cuestionario Proust78, de aquel cuestionario ideado por Proust- algún lema importante en su vida,
algo que lo ha conducido, y que usted lo reconozca como tal?
AFR: Creo en el hombre ecuatoriano no obstante sus limitaciones, creo en que el mestizo ecuatoriano
tiene una extraordinaria capacidad de supervivencia
GMW: ¿Algún personaje especial de nuestra historia, para usted?
AFR: Tal vez, José Joaquín de Olmedo79, como político
GMW: Y ¿Bolívar80 y Alfaro81?
AFR: Ah, bueno. Yo pensé que se refería solamente a personajes ecuatorianos. Pero Bolívar, es,
indudablemente universal
GMW: Bien doctor, ha sido un enorme placer

CITAS
1.   Alfredo Mora Reyes (Loja, Ecuador, 6 de agosto 1904 - Quito, Ecuador, 14 de mayo de 1990),
abogado, político, escritor. Rector de la universidad y alcalde de Loja. Ministro de la Corte Suprema
de Justicia
2.   José Miguel Mora Reyes (Loja, Ecuador, 27 de agosto de 1902 - Loja, Ecuador, 20 de febrero de 1988),
abogado, catedrático. Obtuvo el primer premio en poesía en los Juegos Florales de Loja en 1922
3.   Carlo Ginzburg (Turín, Italia, 15 de abril de 1939), historiador. Representante de la microhistoria
italiana sustentada en la relación entre lo micro y lo macro para el análisis histórico
4.   Friedrich Engels (Barmen, actual Renania, Alemania, 28 de noviembre de 1820 - Londres, Inglaterra,
5 de agosto de 1895), filósofo y revolucionario, compañero de Carlos Marx
5.   Carlos Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido, 14 de marzo de
1883), filósofo, sociólogo, economista e intelectual alemán de origen judío. Con una vasta e influyente
obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía,
y también en el periodismo y en la política, proponiendo la unión de la teoría y la práctica
6.   Clifford Geertz (San Francisco, EEUU, 23 de agosto de 1926 - Pensilvania, EEUU, 30 de octubre de
2006), antropólogo. Definió a la cultura desde la antropología interpretativa, es decir, enfatizando en
el contexto que significa a los acontecimientos sociales
7.   Rojas, Ángel F., Obras completas, Loja, Ecuador, UTPL, 2004, p.74
8.   John Dos Passos (Chicago, EEUU, 14 de enero de 1896 - Maryland, EEUU, 28 de septiembre de
1970), periodista y escritor. Miembro de la llamada Generación Perdida
9.   Calderón Chico, Carlos, 100 años del natalicio de Ángel F. Rojas. Ángel F. Rojas se cuenta a sí mismo,
Loja, Ecuador, Revista Mediodía, Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja, 2010, p.9
10.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
11.   Carrión, Alejandro, El último rincón del mundo. Ensayos Históricos, Loja, Ecuador, Edición El
Comercio, 1992, p.387
12.   José de la Cuadra y Vargas (Guayaquil, Ecuador, 1903 - Guayaquil, Ecuador, 1941) escritor. Miembro
del Grupo de Guayaquil
13.   Mora Witt, Galo, Ángel F. Rojas, Obras Selectas, Guayaquil, Ecuador, Ilustre Municipio de Guayaquil,
2005 p.18
14.   Humberto Salvador (Guayaquil, Ecuador, 1909 - Guayaquil, Ecuador, 1982), novelista, dramaturgo,
ensayista y catedrático universitario. Narrador vanguardista de la década del 30, sobre todo por sus
cuentos y, en especial, por su obra maestra En la ciudad he perdido una novela
15.   Rojas, Ángel F. Obras Completas. Tomo III. Ensayos, Loja, Ecuador, UTPL, 2004, p.585-586
16.   Rojas, Ángel F., Banca, Loja Ecuador, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2007, p.364
17.   Población de la provincia de Loja, Ecuador
18.   Almohadilla forrada de cuero, ubicada en el arzón de las sillas de montar
19.   Filomena Rojas Solís
20.   La Prelatura de la Santa Cruz y Opus dei es una institución perteneciente a la Iglesia Católica, fundada
el 2 de octubre de 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer, sacerdote español canonizado en 2002 por
Juan Pablo II. Fue erigida como Prelatura personal el 28 de noviembre de 1982 mediante la
Constitución Apostólica Ut sit otorgada por el Papa Juan Pablo II. El término latino Opus dei significa
Obra de Dios
21.   José Carlos Mariátegui, (La Chira, Moquegua, Perú, 14 de junio de 1894 - Lima, Perú, 16 de abril de
1930), escritor, periodista, ideólogo y pensador político marxista
22.   Amauta, revista literaria peruana dirigida por José Carlos Mariátegui. Fundada en septiembre de 1926,
se erigió como un medio de avance y renovación de la generación vanguardista (respecto al arielismo,
ya en decadencia en la década de los 20). Su tiraje osciló entre 3 y 4 mil ejemplares. Tuvo un alcance
nacional e internacional y en sus páginas publicaron intelectuales y escritores como Marinetti, Borges,
Unamuno, Breton y Alberto Hidalgo. Fue la difusora de muchas nuevas corrientes de pensamiento
europeo como el psicoanálisis, el cubismo, la nueva narrativa rusa y de forma paradigmática, el
indigenismo
23.   7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, obras de José Carlos Mariátegui, 1928
24.   Pablo Arturo Palacio Suárez (Loja, Ecuador, 25 de enero de 1906 - Guayaquil, Ecuador, 7 de enero de
1947), escritor y abogado. Uno de los fundadores de la vanguardia en Ecuador e Hispanoamérica, un
adelantado en lo que respecta a estructuras y contenidos narrativos, con una obra muy diferente a la de
los escritores del costumbrismo de su época
25.   Eventos introducidos por Benjamín Carrión en Loja, dedicados a difundir y promocionar la poesía
26.   Clodoveo Carrión Mora (Loja, Ecuador, 1883 – Loja, Ecuador, 1957), paleontólogo y naturalista
27.   Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno, título de tres cuentos muy populares escritos por Julio César Croce (los
dos primeros) y Adriano Banchieri (el último), publicados por primera vez en una edición única en
1620. Estos relatos retoman cuentos antiguos, en particular la disputa de Salomón y Marcolfo, que data
de la Edad Media
28.   Las mil y una noches, en árabe, ‫ ﻭوﻟﻴﯿﻠﺔ ﻟﻴﯿﻠﺔ ﺃأﻟﻒ‬Alf layla wa-layla, es una célebre recopilación medieval en
lengua árabe de cuentos tradicionales del Oriente Medio. El núcleo de estas historias está formado por
un antiguo libro persa llamado Hazâr afsâna›) mil leyendas .(‹El compilador y traductor de estas
historias folklóricas al árabe es, supuestamente, el cuentista Abu Abd-Allah Muhammad el-Gahshigar,
que vivió en el siglo IX
29.   Don Quijote de la Mancha, novela escrita por el español Miguel de Cervantes y Saavedra. Su primera
parte fue publicada con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, a comienzos de 1605.
Es una de las obras más destacadas de la literatura española y la literatura universal, y una de las más
traducidas. En 1615 apareció la segunda parte con el título de El ingenioso caballero don Quijote de la
Mancha
30.   Edgar Allan Poe (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 – Baltimore, Estados Unidos, 7 de
octubre de 1849), escritor, poeta, crítico y periodista reconocido como uno de los maestros universales
del relato corto, del cual fue uno de los primeros exponentes en su país. Considerado renovador de la
novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror; es también considerado pionero del
relato detectivesco. Contribuyó asimismo con varias obras del género emergente de la ciencia ficción
31.   José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla (Piedras, Tolima, Confederación Granadina,
Colombia, 23 de julio de 1860 - Barcelona, España septiembre de 1933), escritor conocido como José
María Vargas Vila
32.   Op. Cit, Vargas Vila, 1911
33.   Saturnino Calleja Fernández (Burgos, España, 1853 - Madrid, España, 1915), editor, pedagogo y
escritor español, fundador de la Editorial Calleja, autor de libros de educación primaria y de lecturas
infantiles
34.   Paul Gustave Doré (Estrasburgo, Francia, 6 de enero de 1832 – París, Francia, 23 de enero de 1883)
artista francés, pintor, grabador, escultor e ilustrador.
35.   Edmundo De Amicis (Oneglia, Italia, 21 de octubre de 1846 - Bordighera, Italia, 11 de marzo de
1908), escritor italiano, novelista y autor de libros de viajes
36.   Luis Aníbal Sánchez (Malacatos, Loja, Ecuador, 17 de octubre de 1901 - Loja, Ecuador, 13 de octubre
de 1993), periodista y ensayista
37.   Barrio tradicional del Centro Histórico quiteño
38.   Ernesto Sábato (Rojas, Argentina, 24 de junio de 1911 - Santos Lugares, Argentina, 30 de abril de
2011), escritor, ensayista, físico y pintor. Su obra narrativa más destacada consta de tres novelas: El
túnel, Abaddón el exterminador y Sobre héroes y tumbas
39.   Joaquín José Enrique de las Mercedes Gallegos Lara (Guayaquil, Ecuador, 9 de abril de 1911 –
Guayaquil, Ecuador, 16 de noviembre de 1947), escritor, ensayista y político
40.   Referencia a los hermanos Eduardo Kingman (pintor) y Nicolás Kingman (escritor), figuras públicas
del arte, el periodismo y la literatura del Ecuador
41.   12 Siluetas, 1934
42.   Enrique Gil Gilbert (Guayaquil, Ecuador 8 de julio de 1912 - Guayaquil, Ecuador, 21 de febrero de
1973), político y escritor. Miembro del Grupo de Guayaquil
43.   Mercedes Alejandrina Gilbert Pontón
44.   Alfredo Palacio Moreno (Loja, Ecuador, 9 de agosto de 1912 - Guayaquil, Ecuador, 20 de abril de
1998), escultor
45.   Pío Jaramillo Alvarado (Loja, Ecuador, 17 de mayo de 1884 - Loja, Ecuador, 24 de julio de 1968),
jurista, investigador y escritor
46.   Benjamín Carrión Mora (Loja, Ecuador, 20 de abril de 1897 – Quito, Ecuador, 8 de marzo de 1979)
escritor, político, diplomático y promotor cultural. Fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
47.   Adolfo Valarezo (Loja, Ecuador, 1874 - Loja, Ecuador, enero de 1934), científico, pedagogo,
autodidacta, conocido como el Gran Maestro de la Juventud. Rector de la Junta Universitaria y del
Colegio Bernardo Valdivieso
48.   Carlos Manuel Espinosa, relatista, teórico de movimientos de arte nuevo. Fundador de la revista
Hontanar
49.   Hontanar, prestigiosa revista dirigida por Carlos Manuel Espinosa, entre el 31 y el 32, se publicaron
diez números
50.   Fundado en 1926
51.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 – Guayaquil, Ecuador, 26 de
febrero de 1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta nacional constituyente ecuatoriano.
Secretario general del Partido Comunista del Ecuador desde 1952 hasta 1980
52.   Jorge Mejía Cedeño, dirigente de la Fracción Universitaria de Izquierda (FUDEI) en los años 20
53.   Carlos Palacios Sáenz (Paute, Azuay, 21 de mayo de 1901 - 11 de mayo de 1989), abogado y político
54.   Rodrigo Chávez González (Guayaquil, Ecuador, 26 de enero de 1908 – Guayaquil, Ecuador. 24 de
mayo de 1981), folklorista
55.   Humberto Mata Martínez (Guayaquil, Ecuador, 1907 - Quito, Ecuador 1966), pedagogo
56.   Conocida como la Gloriosa, del 28 de mayo de 1944
57.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), abogado. Presidente de la República por elección popular, en cinco ocasiones, en dos de estas se
autoproclamó dictador, completó su mandato constitucional en una sola ocasión. Lideró la escena
política ecuatoriana durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría a su área de
influencia política ,velasquismo
58.   Carlos Alberto Arroyo del Río (Guayaquil, Ecuador, 27 de noviembre de 1893 - Guayaquil, Ecuador,
31 de octubre de 1969), Presidente del Ecuador, derrocado por la Revolución del 28 de Mayo de 1944
59.   Aurelio Aguilar Vásquez (Cuenca, Ecuador, 16 mayo de 1900 – Cuenca, Ecuador, 4 de marzo de
1960), político
60.   Medio de comunicación escrito, contestatario y de tendencia izquierdista
61.   Nicolás Maquiavelo, en italiano ‘Niccolo di Bernardo dei Machiavelli’ (Florencia, 3 de mayo de 1469
- Florencia, 21 de junio de 1527), diplomático, funcionario público, filósofo, político y escritor italiano.
En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado El Príncipe
62.   Antigua cárcel de Quito, después llamada Penal García Moreno
63.   Curipamba, 1983. Novela de Ángel Felicísimo Rojas
64.   Francisco Mora Guerrero (Guayaquil, Ecuador, 11 de diciembre de 1912), dirigente político
65.   Julio Teodoro Salem Gallegos (Guayaquil, Ecuador, 26 de septiembre 1900 – Guayaquil, Ecuador, 3
de septiembre 1968), Presidente del Ecuador del 29 de mayo al 31 de mayo de 1944
66.   Francisco Arízaga Luque (Barranco, Lima, Perú, 6 de enero de 1900 - Guayaquil el 22 de octubre de
1964), abogado y político. Presidente de la Asamblea Constituyente de 1945
67.   Referencia a José María Velasco Ibarra
68.   Carlos Guevara Moreno (Riobamba, Ecuador, 19 de julio de 1911 – Quito, Ecuador, 20 de agosto de
1974), médico y político. Secretario de la administración durante la presidencia de Velasco Ibarra
69.   Gonzalo Oleas Zambrano, político
70.   Referencia a la novela del autor El Éxodo de Yangana
71.   Nuestro Pan, 1942
72.   Alfredo Pareja Díez Canseco (Guayaquil, Ecuador, 12 de octubre de 1908 - Quito-Ecuador, 3 de mayo
de 1993), novelista, historiador, ensayista y periodista. Junto con José de la Cuadra, Demetrio Aguilera
Malta, Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert, formó parte del Grupo de Guayaquil, en la década
de los años 30 del siglo XX
73.   El Mundo es Ancho y Ajeno, 1941, novela del escritor peruano Ciro Alegría
74.   Ciro Alegría (La Libertad, Perú, 4 de noviembre de 1909 - Chiclayo, Perú, 17 de febrero de 1967),
escritor, político y periodista. Uno de los máximos representantes de la narrativa indigenista
75.   Ecuador: Retrato de un Pueblo, 1945, de Albert Barnes Franklin
76.   Anatole François Thibault (París, Francia, 16 de abril de 1844, París - 12 de octubre de 1924, Saint-
Cyr-sur-Loire), conocido con el sobrenombre de Anatole France, escritor, padre del también escritor
Noël France
77.   María del Socorro Tellado López, conocida como Corín Tellado, (El Franco, Asturias, España, 25 de
abril de 1927 - Gijón, España, 11 de abril de 2009), escritora de novelas románticas, se dice que ha
sido la española más leída después de Miguel de Cervantes
78.   Marcel Proust (Auteuil, París, Francia, 10 de julio de 1871 - París, Francia, 18 de noviembre de 1922),
novelista, ensayista y crítico cuya obra maestra, En busca del tiempo perdido constituye una de las cimas
de la literatura del siglo XX. Tuvo gran influencia en la literatura, la filosofía y la teoría del arte
79.   José Joaquín de Olmedo y Maruri (Guayaquil, Ecuador, 20 de marzo de 1780 – Guayaquil, Ecuador,
19 de febrero de 1847), poeta, abogado y político
80.   Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, conocido como Simón
Bolívar (Caracas, Capitanía General de Venezuela, 24 de julio de 1783 - Santa Marta, Gran Colombia,
17 de diciembre de 1830), militar, estadista y político. Fundador de la Gran Colombia, figura destacada
de la emancipación americana frente al Imperio español. Llamado el Libertador por su contribución
decisiva con las independencias Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela
81.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero
de 1912), militar. Presidente de la República del Ecuador en dos ocasiones en los períodos que
comprendidos entre 1897 y 1901, 1906 y 1911. General de división del Ejército del Ecuador desde
1895 y líder de la Revolución Liberal ecuatoriana (1895 - 1924). Por su rol central en las batallas de la
revolución y por haber combatido al conservadurismo por casi 30 años, es conocido como el Viejo
Luchador
Pedro Jorge Vera.
Guayaquil, Ecuador, 16 de junio 1914
Quito, Ecuador, 5 de marzo de 1999

Escritor y periodista. Profesor universitario. Militante de izquierda. Creador multifacético, cultivó poesía, teatro, ensayo, cuento y novela. A lo
largo de su trayectoria, fundó y mantuvo varios medios impresos. Exiliado en Chile y Cuba durante la Junta Militar, 1963 y 1966. Galardonado
con el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo (1991), con la Orden Nacional Félix Varela (Cuba, 1995), entre otros. De su obra,
destacan: Los Animales Puros, La semilla estéril, Tiempo de Muñecos, El pueblo soy yo, Las familias y los años, Por la plata baila el perro, El
destino, Luto Eterno, Los mandamientos de la Ley de Dios, Jesús ha vuelto, Cuentos Duros y Gracias a la Vida (Memorias)
 

PEDRO  JORGE  VERA  


UN  LÁTIGO  DE  FUEGO  
 

e repente, a las 05 y 55 minutos de la mañana, madrugada valdría decir, una

DD llamada que no se la habría esperado ni el jinete insomne:

Te habla Pedro Jorge Vera, hermano. El doctor José Ramón Medina me llamó desde
Caracas para comunicarme que la Biblioteca Nacional Ayacucho ha decidido dedicar un tomo a mi obra
literaria y que se requiere, de manera urgente, alguien que se encargue de recopilar información, y trabajar
en la selección de textos así como escribir el prólogo correspondiente. Hablé con Eugenia y, de entre los
nombres que hemos barajado, pensamos que tú podrías ser la persona elegida para tal encargo, porque eres
político y artista, además de tener el bagaje suficiente para explorar la vida sencilla de este servidor. Si te
apetece realizar este trabajo tendrías que confirmarme, así que te volveré a llamar a las 06 y 15.

Huelga decir que no tuve tiempo de pensarlo, porque una nueva llamada determinaba ya las fechas y
horarios para empezar las jornadas de entrevistas que servirían como base para un trabajo integral sobre
la vida y obra del mono Vera, personaje quijotesco, campechano, apasionado, peleador, pero, al final,
quizá después de su maestro Joaquín Gallegos Lara1, el mayor militante del socialismo entre los
escritores ecuatorianos.

Tiempo atrás habíamos conversado sobre literatura, música, política y pasiones, y coincidimos en
ciertas predilecciones, George Simenon2, por ejemplo, el escritor belga que le dio a la novela policiaca
una condición humana diferente. A diferencia de la llamada novela negra su investigador no es
alcohólico ni misógino ni brutal, y los acusados o sospechosos, nunca dejan su condición humana, y,
por lo tanto, hay criminales que en la paz del hogar son abuelos y padres cariñosos y tiernos. Nadie es
culpable de todo ni del todo, pero tampoco nadie es pura y virginalmente inocente.
Mira, yo que he explorado un poquito la novela policíaca, reconozco en Simenon la manera como configura
al personaje. No es de hierro, suele llorar, esconde pasados y misterios, además decía que era un semental,
que le llovían las mujeres. Yo no creo que a nadie le lluevan mujeres, hay que salir con paraguas a buscarlas.

Sobre la música sabes que mi oído tiene bien dividido el espectro. De un lado la música del período clásico,
y, del otro, el tango, el de poesía enorme o de arrabal amargo. Desde Celedonio Flores3 hasta Homero Manzi4,
el tango tiene la virtud de que con cuatro tragos ya eres parte de la canción, y del problema, y no por los
adulterios o traiciones, sino por la tristeza y el ensimismamiento.

Le digo entonces que mi autor favorito es Homero Manzi, el autor de Sur y de Malena, y que, además,
como político, fue el iniciador de FORJA, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina,
movimiento nacionalista de izquierda, cuyo manifiesto denunciaba los atropellos de la oligarquía y el
imperio contra el pueblo, y que por ello era necesario que la Unión Cívica Radical sea, de verdad,
cívica y radicalice su lucha contra la podredumbre enquistada en sus filas.

Poco antes de morir, Manzi escribió, como si fuese el último tango: Por eso yo, ante ese drama de ser
hombre del mundo, de ser hombre de América, de ser hombre argentino, me he impuesto la tarea de amar
todo lo que nace del pueblo, todo lo que llega al pueblo, todo lo que escucha el pueblo.

Me está gustando la entrevista, me dice, después de hablar de la novela policiaca y el tango, y haber
hurgado en sus antecedentes familiares. Ya vendrá el momento de la política y las pasiones, aunque,
en realidad, son prácticamente lo mismo.

Pedro Jorge Vera Vera nació el 16 de junio de 1914 en Guayaquil. Le insinúo que, aunque uno no
crea en astrología, horóscopos, vaticinios o augurios, él nació en la mitad del incendio, porque pocos
días después de su nacimiento estalló la I Guerra Mundial, como consecuencia del magnicidio
cometido contra el archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, por operación de la organización
secreta La Mano Negra y su líder Gavrilo Princeps. Quizá sea así, dice. En uno de los malos poemas que
yo escribí (cuando comencé a escribir), exactamente decía que ‘yo nací cuando un nuevo libro abierto
enseñaba a morir en la tierra, en el mar y en el cielo’.

Con Pedro Jorge Vera trabajamos, en función de ese prólogo, y aunque ninguno lo admitía, también
con la certeza que me convertiría en una especie de testamentario de su obra para cuando él ya no
estuviese sobre la Tierra, en el caso de que yo siguiese siendo terrenal. Y así ha sucedido. La Biblioteca
Ayacucho publicó la obra Los Animales Puros y otros textos el año 2011, y asumí la selección de textos
y el prólogo; recientemente, gracias a la tenacidad y talento de mi hermano Miguel, se publicó la obra
Pedro Jorge Vera-Galo Mora Witt, Conversaciones, en la que pasamos revista, en 250 páginas, a la vida,
pesares, bohemia y lucha de Pedro Jorge. Y ahora, una revisión a la trascendencia política de quien en
vida era, como diría la canción: un látigo de fuego, un pájaro de sol.

Látigo porque al investigar y analizar a los políticos ecuatorianos entre 1935 y 1995, prácticamente no
quedó títere con cabeza, por la causticidad y sarcasmo con los que emprendía la aventura de pensar,
observar, ripostar y sentenciar. Y pájaro porque emprendió tantos vuelos por culpa del exilio, la
pobreza, la insaciable búsqueda de la verdad. La pena es que alzó el último vuelo cuando más lo
necesitábamos.

En su casa de la calle Páez, en Quito, se amontonan cuadros y fotografías, botellas de vodka, pipas,
ceniceros. De un lado Alfaro5, de otro Fidel6. De derecha… no hay nadie. Sí, a pesar de ciertos
parentescos de los que te vas a enterar, me dice, como si uno no supiera que la política tiene ese don
mágico de develar intereses que a veces se ocultan con vínculos y lazos no siempre muy queridos, pero
irremediables, porque vienen del ancestro. En países como los nuestros, donde la injusticia se ha paseado
oronda y pavorosa, cuando nos proponemos hacer una indagación genealógica solemos encontrarnos
con especímenes indeseables, a la par que muertos inmensamente amados. En la heráldica no, porque
ese es un rincón burgués, mitad mentira y mitad desprecio.
Yo me involucré en política por el eco de Alfaro. Nací dos años después de esa muerte espantosa, pero en la
infancia recuerdo tanto los gritos que representaban la añoranza por el Viejo Luchador, y, aún niño, los
sucesos del 15 de noviembre de 1922, cuando los soldados, naturalmente por órdenes de la jerarquía política,
convirtieron en dolor y sangre, orfandad y miseria, lo que era un reclamo justo, una demanda noble de los
trabajadores, panaderos y artesanos de mi ciudad.

Esa masacre, más los fantasmas alfaristas, decidieron el rumbo de mi vida. Desde entonces, no hay un solo
día en que no tenga el pensamiento y el corazón puestos en la naturaleza de la dominación económica, en
la lucha de clases, en la injusta distribución de la riqueza patrimonial de una Nación, en la naturaleza
pérfida del gamonal, en el racismo y la crueldad de terrateniente, en el proceder abominable del
rompehuelgas, y, como contraparte, en la insumisión de los trabajadores, en la altivez del rebelde, en la
bandera y luz del insurgente.

Siento en Pedro Jorge Vera un alma que aprendió a morderse los rencores, pero no hay amargura en
su rostro. Por el contrario, una sonrisa permanente, una carcajada sana, y, en especial, esa sabiduría
que dan los años para entender que la lucha política, cuando es auténtica, debe evaluar y sopesar
confrontaciones y desafíos. Lo encuentro sereno, no conformista.

Me ha pasado de todo, desde la traición de amigos entrañables, que es un dolor que te llaga, hasta ver los
ojos del desprecio de una oligarquía desalmada, pero también el vaivén en las relaciones humanas que hace
posible que la reconciliación con camaradas y compañeros, sea la oportunidad para el festejo, criticas de por
medio, pero con el corazón en la mano. No hay prácticamente nadie con quien no me haya peleado, pero
jamás fueron motivos de índole personal, aunque guardo en la memoria los nombres de dos o tres infelices
que me hirieron hasta el desangre.

También la hermosura de la amistad y la solidaridad. Yo pasé épocas graves, penurias, sinsabores, pero
siempre existió una mano, callosa o aristocrática, que se extendió e hizo menos pesada la soledad y la
abatimiento. El exilio, por ejemplo, es uno de los estremecimientos más dolorosos, la opacidad, la lengua, la
comida, la sangre, todo es diferente, hasta el amor, y sin embargo, debes seguir viviendo, luchando, comiendo,
besando, soñando.

Pedro Jorge Vera fue exiliado y confinado como réplica a su actividad política y a su palabra
confrontativa de la que hizo gala toda su vida. Fue Chile en donde encontró manos, voces y corazones
generosos. Duele comer pan extranjero, y no hay xenofobia, sino tristeza, al comprobar que había
perdido el clamor y la algarabía, el sudor y el arroz con cocolón de Guayaquil, y despertarse en el catre
ajeno, recibir la luz austral, agradecer la bienvenida al forastero, y, con cargo de conciencia, tomar un
vino de odre viejo.

Me habla de un poema de Neruda7, del cual Edmundo Ribadeneira8, quien también fuera exiliado en
Chile, tomó el nombre para un libro memorial sobre la naturaleza del expatriado. Regreso con el texto
en la mano, lo compartimos mientras nos acuna el Mano a Mano de Celedonio Flores en la voz de
Roberto Goyeneche.

El destierro es redondo:
un círculo, un anillo:
le dan vuelta tus pies, cruzas la tierra,
no es tu tierra,
te despierta la luz, y no es tu luz,
la noche llega: faltan tus estrellas,
hallas hermanos: pero no es tu sangre.

Eres como un fantasma avergonzado


de no amar más a los que tanto te aman,
y aún es tan extraño que te falten
las hostiles espinas de tu patria,
el ronco desamparo de tu pueblo,
los asuntos amargos que te esperan
y que te ladrarán desde la puerta.

Benjamín Carrión9 decía que nos habían cambiado el rostro de la patria. Entre el gobierno oligárquico
y la invasión peruana, no solo habíamos perdido la tercera parte del territorio, lo peor es que se estaba
perdiendo la vergüenza. Benjamín, invocando a Joaquín Costa10, proclamó la urgente necesidad de
volver a tener Patria. Pedro Jorge y Manuel Medina Castro, que era un conspirador sin sueldo,
emprendieron la tarea de que ese grito y esa sentencia bajen a tierra y se hagan carne en el pueblo
desamparado. El bálsamo tuvo nombre y apellido: José María Velasco Ibarra11. Se convirtieron en
adalides del reencuentro de las fuerzas progresistas con Velasco, redactaron cartas, informes, ir y venir
de opciones, renuncias, posibilidades electorales. De ahí nace la relación entre la Alianza Democrática
Ecuatoriana y Velasco Ibarra.

Arroyo del Río12 cae el 28 de mayo de 1944, y la revolución triunfante encumbra a la izquierda política
al poder. Para la Asamblea Constituyente de 1945, Pedro Jorge Vera es elegido secretario de la misma,
acompañando a los próceres de la revuelta, Francisco Arízaga Luque13, liberal, que ejerció la
presidencia, y Manuel Agustín Aguirre14, socialista, elegido vicepresidente. La esperanza tenía ahora
bandera y horizonte. Los propósitos de la izquierda ecuatoriana, unificada en la Asamblea, tomaron
cuerpo y resultado de esa alianza es la Constitución de 1945, que fue considerada la más avanzada en
conquistas sociales en toda la América Latina. Sin embargo, la revolución fue traicionada, golpeada en
lo profundo de su ser, perseguida hasta la ignominia, desarticulada, rota. Pedro Jorge decía:

Fue la primera –y única- alta función que me ha tocado desempeñar. Lo hice con pasión y responsabilidad. El
recuerdo más vivo que tengo de ese organismo es la altísima calidad intelectual y moral de casi todos sus
integrantes. En cuanto al 28 de mayo, fui animador, actor, y después de la traición, una víctima frustrada.15

La vida, como la ría, continúa, caudalosa, llevando en su torrente, recuerdos, combates, amores. Pedro
Jorge en 1946 emprende entonces su mayor compromiso literario y publica Los Animales Puros, que
es el libro con el que, a mi entender, decide el propósito de su vida: ser un literato de la revolución y
no un revolucionario de la literatura.

Traigo a la memoria aquel prólogo escrito para la Colección Ayacucho de Caracas, hace ya 20 años y que, a
pesar del tiempo transcurrido, puede ayudarnos a observar con prolijidad la naturaleza de Los Animales Puros,
que había sido en su tiempo acusada de ser demasiado intelectualizante, porque, de acuerdo con algunos
críticos, Vera pintaba una revolución que, en la realidad se hace en las calles, las comunas y los sindicatos,
escondida en su máquina de escribir y su cabeza.

Benjamín Carrión, con el prestigio de su quehacer, de su sabiduría consejera y su andar socialista, sale
en defensa de Vera:
Con el trasfondo de anhelar, y el vacilar, y el soñar de una generación de hombres en los dinteles de la nueva
concepción del mundo, Vera trata de hacer una novela ambientada en el bullir confuso de intenciones de su
ciudad nativa, cálida de clima y cálida de acción. Novela con gentes que andan por allí. Con gentes de verdad.
Complicadas de literatura y de política. Seguras de su responsabilidad patética de componer el mundo.
Convencidas del poder milagroso del diálogo entre amigos, para la obra de enderezar los destinos del hombre y
de la vida (...) Además del poder introspectivo y de la clara médula intelectual, la novela de Vera -novela de
poeta- tiene trance, tiene inspiración poética. (...) Insistentemente se ha dicho, por quienes han conocido el
ambiente y la hora de la novela de Vera, que es un libro de clave. Que los personajes son retratos, acaso
demasiado apoyado el lápiz caricatural, de gentes que realmente han existido o existen. ¿Reparo con significado
de menos valor para la obra? Infantilidad o tontería. La historia de las letras humanas ofrece ejemplos excelsos
de este procedimiento. La Divina Comedia sería una obra de clave. El Quijote. Y, en lo moderno, allí está la
obra de un artista sumo, Oscar Wilde (...) Cultura intelectual, complicación de personajes -que son mirados
hacia adentro- capacidad de tipificación, poesía y ternura. ¿Qué más?16

Hoy que el tiempo ya pasó, hoy que ya pasó la vida, podríamos decir, cantando con Zitarrosa17, que Los
Animales Puros es una novela que, a pesar de ser escrita hace más de medio siglo, todavía tiene esas claves
de interpretación que bien pueden valer para entender otros y nuevos procesos revolucionarios, su
algarabía, su frustración, su modelo, su ejemplo y su pasión.

La derrota política de la Gloriosa va aparejada por otro dolor, este sí, irreversible. Su maestro, tutor y
guía, Joaquín Gallegos Lara, quien lo había llevado desde su gigante estatura de centauro, recuérdese que
Joaquín jamás pudo caminar y era llevado en hombros a las manifestaciones políticas, murió el 16 de
noviembre de 1947. Atrás quedaban los recuerdos de la adolescencia, las puyas y catapultas para que Vera
se integre de manera formal a los círculos de letras y al Partido Comunista. Un lago de memorias y
aprendizajes se perdía ante aquella muerte, que se llevaba al mayor suscitador de la escena intelectual
guayaquileña. Con el corazón roto, Pedro Jorge asistió al sepelio de Joaco, como lo llamaban sus íntimos
amigos, y la oración en la ceremonia fue conmovedora:

(…) Pero no hay llanto, pero no hay sonido


para tu verde corazón dormido
para tu frente pura de arquitecto.
Para tu soledad irremediable
y para tu cadáver incansable,
este adiós silencioso, adiós perfecto.18

Hoy, que asistimos jubilosos a lo que parecería ser la derrota de la política imperial hacia Cuba, con la
esperanza del fin del bloqueo económico que ha desangrado al pueblo cubano, regresamos a ver esa historia
de guerrillas, barbudos, esperanzas, quijotes, victorias.

Fue la Revolución Cubana la que partió en dos la historia de América Latina. Dividió familias, países,
posiciones. Diatribas y apologías brillaban en cada orilla, y en la mitad, Cuba, con Fidel, el Che, Camilo,
Raúl, Haydee, Vilma, Celia, Almeida, Guillén, Lam, Mariano, Carpentier, Carlos Puebla, Silvio Rodríguez,
Pablo Milanés. Del otro, la huida, la gusanería, los sicarios, Batista, el complot, la conspiración, Bahía de
Cochinos, el bloqueo monstruoso, las amenazas, los misiles, el abandono. Esas palabras y nombres propios
también estallaron en el Ecuador, y Pedro Jorge Vera, que había hasta entonces mantenido una relación de
hermano a hermano con el escritor Alejandro Carrión Aguirre19, rompió para siempre esa fraternidad, porque
Carrión tomó la otra vereda, y desde ella, se convirtió en el portaestandarte de las acusaciones y la infamia
contra el pueblo cubano.

La Revista La Calle, célebre por su ironía y crisol de la verdad, se rompió en dos mitades, Alejandro Carrión
se quedó con la parte derecha y Pedro Jorge Vera prefirió olvidarla e iniciar una nueva, llamada Mañana, con
aliento y sabor a futuro. Miro las fotografías de aquel tiempo y entiendo el dolor que debió significar esa
ruptura. En cada imagen se los ve, juntos, con la risa y la ironía militando en su piel, con la inteligencia y el
sarcasmo, pero el rayo rojo partió para siempre esas dos mitades que un día fueron un solo cuerpo y una sola
razón.

Cuba fue desde entonces el sentido y el destino de la izquierda del continente. Pero estaba sola,
arrinconada. Expulsada de la OEA, bloqueada, bombardeada, pero resistió, con la mayor dignidad
y valentía que ha conocido la historia contemporánea.

No pasaba igual en otros lados, y, ante la presión norteamericana, Ecuador rompió relaciones con la
isla. Después, la Junta Militar20 y la persecución a todo lo que sea o parezca zurdo o nacional o solidario.
Pedro Jorge Vera al destierro, y fueron Chile y Cuba los países que lo acogieron. El último, con abrazo
de hermano, con sombrero guajiro, con son y guaracha.
Me decía que al inicio sintió esa desolación del destierro, pero que poco a poco se transformó, y se
convirtió en segunda Patria. Porque esta vez era diferente. Estaba Cuba, su humedad, su calor, la
revolución, Fidel, Che. Pero también, después de la muerte de su primera esposa, el amor volvió a
golpear el corazón, y su compañera, Eugenia Viteri, subida con él en el Pico Turquino, en las zafras,
la Casa de las Américas, la Unión de Escritores, el ron, la cadencia del porvenir, convirtió ese destierro
en una nueva ilusión, en un nuevo romance con la vida, en un Nuevo Itinerario, como había titulado
a su primer libro de poesía. Y entonces volvió a cometer poesía:

Cuba en medio del mar, estremecida


por la marcha precisa de tu gente.
Cuba niña, mi Cuba continente,
isla en el corazón amanecida.

Indios oscuros por mi voz aclaman


tu luz, tu manantial, tu claro cielo
y la sangre fecunda de tu suelo
la miran, la bendicen y la llaman.

Cuba en el son y Cuba en el sonido


del fusil que te canta, redimido
en manos de la hueste guerrillera.

Una selva de brazos va creciendo


para romper la sombra defendiendo
la hazaña de Fidel y su bandera.21

De vuelta a la Patria, Vera continuó su incansable lucha. Junto con Benjamín Carrión, Milton Álava
Ormaza, y los dirigentes de los partidos de izquierda, como Pedro Saad22, René Maugé, Fernando
Maldonado, Jaime Galarza Zavala, Carlos Rodríguez Paredes y Aníbal Muñoz, este último hijo del
legendario Leonardo Muñoz, lograron la unidad anhelada tantas décadas entre los partidos Comunista
y Socialista. De esa unión nació el Frente Amplio de Izquierda, FADI, que, aunque lejos de obtener
una victoria electoral, recompuso los cimientos y, lo que es más importante, hizo el milagro de invocar
el embrujo que nos haría pensar y soñar con la liberación nacional.

Novelas, cuentos, poemas, artículos, seudónimos, disputas, reconocimientos. En 1991 le fue


concedido el Premio Nacional Eugenio Espejo, la más alta distinción en la cultura nacional. Junto con
él, Hernán Crespo Toral, Oswaldo Guayasamín23 y Agustín Cueva. A nombre de los galardonados,
Pedro Jorge pronunció un discurso que recuerdo con emoción:

Soy solamente un trabajador de la literatura que incursionó en este campo porque no supo contribuir de otra
manera al ineludible mandato de Arthur Rimbaud, ¡Cambiad la vida!, para hacerla más noble, más decente,
más hermosa, liberada de la ignominiosa carga de la injusticia y opresión que la deforma y que se expresa en el
hecho de que las flores magnas de la civilización contemporánea son la guerra, la prostitución y la mendicidad.24
Los últimos años de vida no aquietaron el temperamento, aunque las fuerzas habían minado a ese Pedro
callejero y andariego que se fue para siempre el 5 de marzo de 1999.

En ocasiones, cuando las letras me sorprenden con las primeras luces de la mañana pienso que está por sonar
el teléfono y que su voz estridente me llama para decirme, como siempre lo hizo, que la razón de su vida
siempre fue aquel lema de José Martí: con los pobres de la Tierra quiero yo mi suerte echar, y que es necesario
que nos volvamos a encontrar, ya no para una entrevista, ni para fundar una revista, ni para presidir con
Guayasamín y Jorge Enrique Adoum25 cualquier Comité de Solidaridad, sino para cantar a viva voz:

Arriba los pobres del mundo


de pie los esclavos sin pan
y gritemos todos unidos
¡Viva la internacional!
 
¿conoces tu historia familiar?
Galo  Mora  Witt:  Pedro:
Pedro   Jorge   Vera: Algo, ¡algo sé de mis antepasados! Mi abuelo materno fue combatiente de Alfaro, y
ministro de la Corte. Era un abogado que murió muy joven, pero fue diputado de Alfaro... Y sé de mi
bisabuelo materno que fue el primer bibliotecario de Guayaquil. Entonces, por el lado materno tengo
algunos parientes ilustres como el doctor Arroyo del Río, ¡nada menos! Primo de mi madre; la madre
de Arroyo se llamaba Aurora del Río Vera... Hasta ahí llegan mis conocimientos. Y pariente también
de los Pérez Castro, los dueños de El Universo, por mi madre. Es decir, mi madre era más o menos de
clase media alta y con entronque con las oligarquías, o las que se llaman familias distinguidas
guayaquileñas... En cambio por el lado de mi padre, mi abuelo paterno fue un indígena, pero indígena
de la costa... De esos era mi abuelo paterno, manabita. Pedro José fue mi abuelo materno. El paterno
se llamaba Manuel María Vera. Entonces, este abuelo paterno vino al Guayas y se casó con una mulata.
De ahí que mi padre sea cuarterón. O sea: hijo de una mulata con un indio. En cambio, mi madre era
completamente blanca: todo lo blanco que puede ser un descendiente de español –que ya no eran muy
blancos-. Todos los españoles que vinieron ya no eran muy blancos... Pero blanca. Y mi abuela materna
se jactaba de ser descendiente directa del virrey Armendáriz26. Ella era de apellido Armendáriz.
Entonces, como nuestro mestizaje es lo más completo: indio, negro y blanco. ¡Un mestizaje completo!
¡Completo! No hay nada qué hacer
GMW: ¿Tienes influencia manabita?
PJV: ¡Manabita! Mi abuelo era manabita, que vino a vivir a Naranjal
GMW: Decías, que te llevaron a los dos años a conocer el mar. ¿Cuál podría ser el primer recuerdo, lo
primero que te acuerdes?
PJV: ¿De mi vida?
GMW: ¿De la niñez?
PJV: Mi enfermedad. Es que casi me muero por una nefritis congénita. Me acuerdo que Pepe Cuadra
-José de la Cuadra27- nos iba a visitar, él era ahijado de mi madre. Me acuerdo, Pepe Cuadra
visitándome en mi lecho de enfermo, yo tenía una hinchazón monstruosa, según sé... Pepe siempre
me hacía acuerdo de eso. Ése es mi primer recuerdo de las cosas que conservo, y luego el nacimiento
de mi hermana. Porque yo era el menor. Y después mi hermana pasó a ser la menor... Yo sentí que en
ese momento dejaba de ser el rey, sentí que venía, que nacía otro niño menor que yo que iba a ser el
preferido, el favorito. Esos son mis recuerdos de la vida en esa casa. En esa casa que era en la calle
Mascote28, que entonces era casi el límite de Guayaquil. Ahora es el centro, claro
GMW: Y ¿la casa, cómo era¿ ?La recuerdas? ¿Cuántos hermanos eran ustedes?
PJV: Cuatro. Tres hombres y una mujer
GMW: ¿Alfredo era el mayor?
PJV: Alfredo era el mayor
GMW: ¿Y la relación entre ustedes?
PJV: Ha sido siempre perfecta. Perfecta. Perfecta. Sí... Siempre habrá habido alguna bronquita (Risas).
GMW: Y ¿Guayaquil? ¿Cómo era?
PJV: ¡Imagínate!... Era una ciudadcita, que era la gran ciudad para el Ecuador. Ya comenzaba a tener
más habitantes que Quito; pero que era, pues, una aldeíta. Uno no se daba cuenta, porque no
conocíamos más. Teníamos una idea de las ciudades grandes, de las ciudades a las que uno nunca
llegaría a ver. Ni que soñar. Pero era una pequeña aldea, en definitiva... Ya viviendo en la Plaza del
Centenario, me acuerdo cuando hubo una conmoción en la ciudad, decían: ¡Se murió el poeta! ¡Se
murió el poeta! ¡Oye! Todo el mundo estaba conmovido. El que se había muerto era Medardo Ángel
Silva29
GMW: El 19
PJV: El 19. El año anterior a eso, también me acuerdo cuando mi hermano -yo todavía no iba a la
escuela, en ese tiempo no íbamos ni al jardín de infantes, mi hermana fue la primera en ir al jardín de
infantes- Alfredo había llegado muy temprano, le habían dado asueto porque se había firmado la paz.30
Eso es lo más antiguo que yo recuerdo de la nueva casa en que habíamos ido a vivir
GMW: Entonces ¿sí hubo un movimiento por la muerte de Medardo Ángel?
PJV: ¡Claro! ¡La ciudad lo sintió, pues, porque seguramente era el único poeta conocido! Yo creo que es
el más grande poeta, el hombre más dotado para la poesía que ha tenido el Ecuador
GMW: ¡Fabuloso! Porque a los 20 años, ¡haber hecho tanto! Pero, tal vez, también la conmoción se
debía a su edad, al suicidio
PJV: Y a la pequeñez de la ciudad ¿no? Yo me acuerdo de la conmoción. De eso me acuerdo, que hubo
una conmoción
31
GMW: Y Eloy Alfaro… era un poco el Mío Cid , ahí
PJV: El grito había quedado: ¡Viva Alfaro, carajo! Eso sí recuerdo haber oído. Los borrachos gritaban:
¡Viva Alfaro, carajo! ¡Era fantástico! Eso se conservó mucho por tiempo. Si por eso, cuando apareció
el grupo ¡Alfaro Vive, Carajo! yo había escrito unas coplas que se llaman: Coplas al Gran Viejo, que
terminaban: Estas ganas de gritar ¡Que viva Alfaro, carajo! Y entonces alguien dijo por allí en algún
periódico, que había que investigarme porque yo debía ser el mentalizador del grupo Alfaro Vive,
¡Carajo! Por cierto, yo conocí al líder, que me vino a visitar
32
GMW: Arturo Jarrín
PJV: Arturo Jarrín, que yo no sabía quién era porque él no se me identificó como miembro del grupo
AVC. Sino después de muerto, averiguando ya descubrí que fue el mismo Arturo Jarrín, que me vino
a visitar
33
GMW: Y ¿de Montalvo , algo en la niñez?
PJV: Muy poco. Muy poco, porque inclusive en la secundaria... ¿En la secundaria de ustedes ya se
enseña algo de Montalvo?
GMW: Sí
PJV: A nosotros, casi nada, prácticamente
GMW: Pero de esas enseñanzas así ...tan superficiales
PJV: Sí. Pero yo no recuerdo que nos hayan dicho nada de Montalvo en el colegio
GMW: Es decir, ahí viene a ser una historia oficial que niega la verdadera
34
PJV: La ignora. Ignora. Para nosotros existía Pisístrato . Para nosotros existía... ¿Qué te puedo decir?
Hasta un poquito de Cervantes35, en materia de literatura... Nada. En realidad, la enseñanza secundaria
era, prácticamente, pésima. ¡Pésima, pésima! Como te digo, de Montalvo yo no recuerdo. Quizá, habrá
sido mencionado. Pero, oficialmente: nada. De modo que uno lo va aprendiendo a conocer mucho
después
36
GMW: Y por el contrario ¿González Suárez ?
PJV: No, no, no. Nada
GMW: Porque mencionabas tú algo interesante, que era la religión que se les metía
PJV: Nosotros fuimos a la escuela laica, solamente. Mi padre era, pues, muy socialistón; inclusive mi tío,
el hermano de mi padre, fue comunista hasta su muerte. Se llamaba José Rigoberto Vera. Y mi padre
no llegó a tanto, pero fue quien dictó... –que es una cosa que yo tengo que ir a buscar a la biblioteca-,
dictó... Él era agente fiscal solamente pero dictó la lista fiscal de la matanza del 15 de noviembre, es
una cosa histórica porque fue la primera voz oficial. Digamos, él era un funcionario de lo judicial y
estaba dándole la razón a los obreros. Y justificando a los obreros porque asaltaron los almacenes, pero
sólo los almacenes de armas. Lo que buscaban era armas
GMW: O sea ¿no hubo un saqueo?
PJV: No, no, no. ¡Nada! ¡Nada, hermano! Sólo fueron y asaltaron los almacenes de armas. Eran mucho
mejores que los de ahora (Risas). Ellos discriminaron, sólo asaltaron a Gonzales Rubio y Casinelli37,
me acuerdo de los grandes... Los asaltaron para proveerse de armas con qué defenderse. Así era la
mentalidad de mi padre que era síndico de unas asociaciones artesanales de obreros, entonces nosotros
fuimos solamente a colegios laicos... Claro que en uno de esos nos hicieron hacer la primera comunión.
Mi madre era una católica tibia. Y mi padre, no era un ateo radical, él decía, entre serio y broma, Por
si acaso, hay que confesarse antes de morir (Risas). Por-si-acaso. Pero nosotros fuimos solamente a escuelas
laicas
GMW: ¿Lo que tu abuela les decía era La Historia Sagrada?
PJV: Nuestra abuela había tenido un tío cura, inclusive... Ella siempre nos metía la religión. Y yo era
muy beato, quizá el más beato de mis hermanos... Mi hermano Alfredo y yo éramos sus preferidos.
Como yo era más chico, estaba más con ella. Por eso me hice bastante beato, medio hipocritón y beato
(Risas). Me gustaba comulgar y toda esa pendejada (Risas). Empecé a perder la religión cuando entré
al colegio. Mi sorpresa fue que había otros dioses en el mundo, había el dios de los árabes, Mahoma,
y todo eso... Me dije ¿y cómo es esta vaina? Y cuando entré a Filosofía, era nuestro profesor el doctor
José Vicente Trujillo38
GMW: ¿El famoso orador?
PJV: ¡Oh! pues, una eminencia, realmente, ¡qué manera de hablar tan linda que tenía Trujillo!
GMW: Mi padre decía que no recuerda haber oído a alguien discursear así
PJV: Era una delicia escucharlo, tenía hasta voz... Quizás en el Congreso, en muchos Congresos, él y
Pedro Saad39 hayan sido los mejores oradores, seguramente. Y bueno, ¡aparte de Velasco Ibarra, pues!
Ése era una fuerza de la naturaleza (Risas). Aparte de Velasco Ibarra, seguramente Trujillo y Pedro Saad
hayan sido... Antes, quizá pudo haber habido otro. Pero si tu padre dice eso, es porque también los
oyó a estos. Trujillo era una delicia; tenía una voz de miel. Eso fue mi recuerdo de Trujillo... Después
–entre paréntesis, te digo-, después se le hizo una copla. No la hice yo, pero alguien le hizo una copla
con la música de La Chica del 17, una canción de moda. Decía: ¿En que se mete José Vicente Trujillo /?
¿De dónde saca fuerza para ser tan pillo? (Risas)
GMW: Citabas hace un momento lo del 15 de noviembre de 1922, en que tendrías ocho años y medio,
más o menos, y debe haber sido otra conmoción
PJV: Eso fue algo fabuloso, hermano, por dos razones: primero, nosotros vivíamos en la Plaza del
Centenario –todavía no se construía-… recuerdo que había ahí una casa verde, o sea estaba en
construcción la Plaza del Centenario. La matanza fue mucho más lejos, fue de la avenida Olmedo,
hacia el sur. O sea, a algunas cuadras de distancia. Por lo menos, unas 15 cuadras de distancia; por lo
menos
GMW: ¿Era lejos para entonces, para la ciudad?
PJV: Relativamente lejos. Pero los soldados se desplegaban a lo largo de toda la ciudad. Entonces,
diagonal a nosotros, quedaba lo que sería la Plaza del Centenario, estaban apostados con sus fusiles (los
soldados). No sé si ellos, o alguien nos aconsejó que evacuáramos nuestra casa, porque en caso de haber
disparos, dispararían directamente sobre ella; pues venían por ahí las manifestaciones obreras. Entonces
evacuamos la casa y nos pasamos a la casa de unos amigos que vivían al frente, que ya no estaba en la
mira de los soldados. Mi padre nos presidió agitando un pañuelo blanco en señal de paz, y nos
trasladamos todos al frente. Al día siguiente -yo ya sabía leer-, nos enteramos de la mortandad que
había sido eso
Nos enteramos de que había sido una barbarie. Tengo que conseguirme esa lista fiscal, tengo que ir a
meterme a las bibliotecas, a buscar los periódicos de la época. Eso debe haber salido en diciembre o
enero... diciembre del 22, o enero del 23
GMW: Hay que chequear El Telégrafo, tal vez
PJV: ¡Claro !El Telégrafo era el primer periódico en ese tiempo. Así que por esa razón el 15 de
noviembre… Claro, los que ya comenzaban a escribir, de la Cuadra, Pareja40. Todos quedaron
marcados por el 15 de noviembre
GMW: ¿Y Joaquín?
PJV: Joaquín, era... El más viejo era de la Cuadra... Después Pareja, después Joaquín. Más jóvenes aun:
Demetrio41 y Gil42. El más joven de todos porque Gil fue mi compañero. Era un poquito mayor que
yo, pero era el más joven de todos ellos. Todo el mundo quedó marcado por el 15 de noviembre.
Claro, y por la Revolución Rusa. No te olvides que la revolución fue el 17; la matanza, el 22, había
muchos anarquistas. Y los anarquistas intervinieron mucho en el 15 de noviembre, también hubo
socialistas –o que después se hicieron socialistas-, y comunistas, como fue el caso de Floresmilo
Romero43, ¿Tomás Regato44? Yo no sé si él terminó de socialista o de comunista. Era un sombrerero.
Un negro, muy amigo mío... El 15 de noviembre cambió la historia del país en cierto sentido. Tres
años después, se produce La juliana. Es decir, el 15 de noviembre fue un hecho trascendental. Yo digo
que 1895 fue la gran revolución cultural que hubo en el país, y se completa con el 15 de noviembre
GMW: ¿Aunque sea en la adversidad?
PJV: ¡Aunque sea! No fue con triunfo el 22, fue una derrota. Pero que tiene repercusión en la
constitución de los partidos de izquierda y en La Juliana45. ¡Que fue una esperanza fantástica!
GMW: ¿Recuerdas en la escuela algún compañero en especial?
PJV: Claro. Hay muchos que se han quedado... ¿En la escuela dices tú?
GMW: En la escuela, en la primera entrada
PJV: A algunos que los perdí para siempre; pero uno, que sobre todo lo recuerdo porque estaba un año
detrás de mí, y después fue uno de mis grandes enemigos y de mis grandes amigos. Una amistad de lo
más accidentada, se llama Manuel Medina Castro46. ¿Tienes idea de él?
GMW: El premio Casa de las Américas
PJV: El premio Casa de las Américas. Hoy día es uno de mis grandes amigos, aunque nos tratamos de
usted todavía. Porque, como peleamos muchas veces... Yo lo quiero muchísimo, y lo respeto
muchísimo. Pero como él fue comunista... Y yo fui expulsado de la Juventud Comunista... Él,
ortodoxo. Yo, heterodoxo. Entonces, ha sido una amistad sumamente accidentada. Pero, digamos, es
el de la escuela a quien yo recuerdo más. Él, exactamente, es un año menor que yo
GMW: Sobre José de la Cuadra. Yo notaba en el relato tuyo que tenía otra connotación, en esos años,
el ser padrino y ahijado. Porque actualmente el padrino casi no juega, es un festejo social y se acabó.
Pero había otra condición de la madrina. ¿Qué era?
PJV: Él era muy querendón con mi madre. Ya te digo, para ese regalo que desgraciadamente, se perdió.
Tanto viaje y avatares. Nadie lo conserva. Ya les pregunté a mis hermanos y ninguno lo conserva
GMW: Bueno, nos habíamos quedado con algunas cosas. Y estábamos con los antecedentes de La
Juliana. Hasta el 27, vive Peralta47. ¿Qué idea tienes sobre Peralta?
PJV: Magnífica. Uno de los hombres más grande del liberalismo fue él, siempre. Yo no conozco toda
su obra pero lo que conozco es suficiente. Dentro del Ecuador, fue el primer gran teórico del
antiimperialismo, con su libro La Esclavitud de América Latina; combatió el fanatismo religioso, con
El Monaquismo. Fue, en realidad, el gran intelectual. ¡Magnífico! Yo no conozco muchos detalles de
su vida; no se ha escrito una biografía, que yo sepa. He leído algunos de sus libros. Tengo la mejor
opinión de él. Es extraordinaria su figura
GMW: Hablando de tus posibles influencias literarias. ¿Cuáles son significativas?
PJV: Mis primeras lecturas literarias, aparte de las de la juventud: los novelistas rusos, de la revolución
-que me prestaba Guevara Moreno-48; después, unos libros que me empezó a dar Joaquín Gallegos; y
ya cuando tenía cierta madurez, te diría que deslumbrador para mí fue Dostoievski49, y dentro del
Ecuador, José de la Cuadra. De modo que, no es que yo escriba como Dostoievski, pero considero que
es el más grande novelista de todos los tiempos. Por esa penetración en el hombre. Él debe haber
influido (Dostoievski). De ahí que mi novela -inferior a todas las que se hayan escrito en el Ecuador-,
es la segunda de penetración psicológica, creo yo. Después de la de Pareja, Hombre sin Tiempo. Es decir,
mi novela Los Animales Puros, que no creo que es la mejor que he escrito. Es la menos mala que creo
que tengo. Pero tiene ese mérito, de haber seguido la ruta que ya inició Pareja
GMW: ¿De esa indagación?
PJV: Eso. Porque eso es lo más débil de la novela de los años 30, que es bastante superficial, las que se
habían publicado antes. Pablo Palacio50 también. Hay que contar a Pablo Palacio. Pero, aparte de que
Palacio fue muy breve, tomó un estilo diferente, un enfoque diferente, resultaba quizá demasiado
intelectual para nosotros, los principiantes de esa época. Entonces, dentro del Ecuador, como tratar de
escribir lo mejor posible, como estilo: ¡Cuadra! (José de la Cuadra). Como penetración psicológica,
sería Pareja, mi influencia. Y en un plano más amplio, Dostoievski
GMW: A propósito de Palacio ¿lo conociste?
PJV: Sí. Lo conocí personalmente. Pero no fue amigo, como los demás de su tiempo, porque yo vivía
en ese tiempo en Guayaquil. Aquí en Quito lo conocí un poco, y ya después llegó loco a Guayaquil.
A quien conocí y admiro es a Carmita Palacio. Una maravilla de mujer, físicamente, y una maravilla
de lealtad al amor de su vida... Esa historia la cuento en ese libro que acaba de salir, que no es muy
bueno
GMW: Este furioso mundo ¿No?
PJV: ¡Ése¡ !Mejor es el continente que el contenido! Pero ahí yo cuento la historia de Pablo Palacio y
de Carmita. Es la historia de amor que cuento. Ni te digo que lo compres porque vale ochenta mil
sucres (Risas). ¡Es una cosa salvaje¡ !Qué bestia!
GMW: A Guevara Moreno ¿cuándo lo conociste?
PJV: En el año 29, él era uno de los miembros de la fracción universitaria de izquierda expulsada, fueron
17 expulsados de la universidad, ahí estaba mi hermano Alfredo. Guevara Moreno, Coello Serrano51,
Leonidas Avilés52, Humberto Mata53, José Joaquín Sierra
GMW: Y ¿Guevara Moreno, ya desde ahí incursionaba en política? Y así, incluso, estuvo en la Guerra
Civil, según decía ¿no?
PJV: Estuvo. Estuvo. No hay duda, por lo demás. De eso estamos seguros por una foto que se publicó
en El Universo en la que está él, ahí con unos combatientes republicanos. Acá llegó una vez un español
que había estado con él en la defensa de Madrid, y nos regaló una mochila con la media luna de los
moros, la tuvimos en una librería que nos pusimos con Jorge Icaza54 y Genaro Carnero55. Ahí teníamos
la mochila
GMW: Genaro Carnero Checa
PJV: Genaro Carnero Checa
GMW: ¿Estuvo exiliado acá?…
PJV: Claro, estuvo mucho tiempo exiliado. No conozco la cronología exacta. Más o menos por la época
de Sánchez Cerro56… Tú sabes que la historia del Perú ha sido tan accidentada, ha tenido tantas
dictaduras, tantas vainas. Pero yo creo que fue por la época de Sánchez Cerro. Entonces, Carnero
Checa vivió en Quito como dos años. Uno de los mejores amigos de mi vida. Sino que después, pues,
ya se fue... Nos encontramos muchas veces, en congresos y en vainas de esas. Pero, un amigo entrañable
para mí .Un hombre encantadorsísimo
GMW: Volviendo un poco a la época. Una época conflictiva pero también de despertares luminosos. Yo
me imagino las noticias que ustedes tenían de Lenin57 y la Revolución Rusa
PJV: Esas solamente a través de los intelectuales comunistas, de los comunistas en general o de los
socialistas -que en ese tiempo más o menos se confundían o daba lo mismo-. Entonces, así nos fuimos
enterando y fuimos leyendo biografías de Lenin y tal... La prensa casi no tomaba en cuenta a Lenin.
Casi no. La gran prensa no decía nada
GMW: Entonces ¿había una censura ya desde allí?
PJV: ¡Tácita! Sin prohibición. Porque aquí en el Ecuador pocas veces se ha suprimido la libertad de
prensa, de una forma absoluta. Indirectamente ha habido ataques. Pero aquí no se ha vivido lo que en
Centro América. No. Eso sí es cierto
GMW: ¿Y de los latinoamericanos: Mella58, Mariátegui , Ponce ?
59 60

61
PJV: ¡Ah, no! Mella, sí. Mariátegui, claro, si aquí llegaba la revista Amauta , así que ahí nos fuimos
enterando de Mariátegui. De Mella nos enteramos un poco después de que lo mataran en México.
Hicimos un periódico mural, cuando yo estaba en el colegio
62
GMW: ¿Tú estabas en el Vicente …?
PJV: En el Vicente... Y entonces formamos un grupo marxista. Y pensamos: publicamos o no publicamos
un periódico -como no teníamos plata-, hicimos un periódico mural que se llamaba Mella. Y el lema
era: Hasta después de muertos somos útiles, una frase de Mella. Eso siempre se lo contaba a los cubanos.
Acaba de publicarse un libro, que hay que buscarlo, de Patricio Ycaza63, Apreciaciones entre Cuba y
Ecuador. Debe ser interesante. Ycaza es un buen trabajador
GMW: Y, dime una cosa, hablando sobre el colegio ¿la figura del patrono del colegio: Vicente
Rocafuerte64? Es decir ¿cómo era entendido, desde el colegio, y desde fuera?
PJV: Yo creo que con gran respeto. Porque, para la burguesía, Rocafuerte... Yo lo considero un
civilizador contradictorio y un romántico contradictorio. Rocafuerte lucha por la independencia de
Cuba en una sociedad secreta que hubo. Ahí conoce a Morales65, en su hacienda de Naranjito. Después,
pacta con Flores66... Hermano, la política... No podía llegar a la presidencia sin pactar con Flores. No
se puede ser purísimo en la política. Yo creo que hizo bien. Ahora, encontró un país (era,
verdaderamente, la América bárbara de esos tiempos). Yo no lo aplaudo, pero sí me lo explico, un
poco... ¡Pero cómo era el Ecuador en ese tiempo! ¡Cómo era toda América! Bueno, al fin y al cabo era
un terrateniente
GMW: Y un intelectual
PJV: Y un intelectual también
67
GMW: Formado junto con Bolívar
PJV: Y un romántico de la libertad. Pero -¡carajo!- ¿qué libertad? A Rocafuerte hay que estudiarlo y
tratar de comprenderlo. Pero hizo cosas por la educación. Entonces, él era el Despotismo Ilustrado68,
hasta cierto punto, eso era
GMW: Un poco a semejanza de Sarmiento (Domingo Faustino).Vendría a ser un análogo a Sarmiento
de Argentina. Aquello de Civilización o Barbarie
PJV: Pero Sarmiento era más admirador de los yanquis ¿no? de lo que fue Rocafuerte
GMW: Y de Inglaterra absolutamente. Trataba de copiar todo
PJV: Totalmente. En ese sentido él era más mediatizado. A Rocafuerte lo consideramos grande, pero
con una mentalidad moderna creo que nadie lo ha estudiado. Se han escrito algunos libros... Y yo sé
por alguna gente que conoció a Velasco Ibarra, que su verdadero ídolo, más que García Moreno69, era
Rocafuerte. Claro, a Alfaro lo detestaba, lo odiaba. Pero no era García Moreno su ídolo. ¿Quién me
acaba de decir eso? No sé si fue el Omoto Araujo u otra persona que también lo conoció
GMW: ¿Y el Santo del Patíbulo?
PJV: Yo creo que fue un gran traidor. Lo que pasa es que García Moreno, ya se da cuenta de que el
país tiene que pasar al capitalismo. No tiene una idea clara: él habla de modernidad. Pero en el fondo,
lo que está cumpliendo es ese papel. Pero como al mismo tiempo era un mandón como Velasco, y un
hombre cruel, entonces quiere vender el país. ¡Francia! Lo mismo que Velasco, para ellos su ideal o el
país de sus amores no era Estados Unidos. Velasco fue en el fondo anti-norteamericano. Pero García
Moreno ¿quién le va a perdonar sus traiciones a todos? Traicionó a Méjico, Las cartas a Trinité70 son
definitivas. Y la invasión al Ecuador con los peruanos. Eso no lo puede justificar nadie. Ni modo de
llamarlo creador de la nacionalidad, como lo llamó Pedro Saad. Eso es una cosa absurda. No se puede
desconocer a un hombre de talento, pero -¡carajo!- un fanático de tanta crueldad... Yo estoy de acuerdo
con la biografía de Benjamín (Carrión)71. Aunque es contra Camilo Ponce72 también... (Risas). Ahí lo
mete a Camilo Ponce, convenga o no convenga... (Risas)
73
GMW: Decías hace un momento que Gabriela (Mistral) escribe una cosa muy linda –para el 27, me
parece-, sobre Sandino74. Decía: Deben los latinoamericanos ir a estar junto con él, que es uno de los
hombres más puros que tenemos... Algo así, no lo recuerdo exactamente. De Sandino ¿qué podíamos
conocer los ecuatorianos en ese tiempo?
PJV: ¡Era tan fantástico! Tengo que contarte una anécdota fabulosa, que la acabo de escribir. Llegó aquí en el
año ¿en qué año comenzó Sandino? En el año30
GMW: En el 27
PJV: Porque en el año 30, 31, llegó un ciudadano que se llamaba Atahualpa de Moctezuma, enviado de
Sandino... Era un pseudónimo. Llegó de enviado de Sandino y andaba recorriendo América, buscando
apoyo. Nosotros éramos unos muchachos de 20 años, menos de 20 tenía yo. Y lo fuimos a ver y a
joderlo: comunistas ortodoxos, y a acorralarlo. Él no era un gran intelectual, era un luchador. Es decir,
que nosotros en nuestra estupidez y nuestra ignorancia nos pusimos a acorralarlo, a joderlo, con
nuestras consignas. Para que veas tú cómo era la estupidez, la cuadratura. Que Sandino es un burgués
¿por qué no plantea la revolución comunista?¡ Esas estupideces ridículas que hicimos en vez de haberle
dado todo el apoyo¡ !El poco que se le podía dar! Bueno, con eso ya te puedes imaginar. Así que la
grandeza de Sandino la venimos a comprender mucho después
75
GMW: Y ¿cuáles son las primeras impresiones de la Guerra Civil?
PJV: ¡Ah no! Eso fue un pacto en toda América Latina. Publicamos una antología aquí los poetas...
Totalmente desconocidos. Como te digo, nosotros hicimos un periódico con Alfredo Pareja
GMW: ¿Quién más escribía allí?
PJV:   Pareja y yo, principalmente. Seguramente, debe haber colaborado Joaquín Gallegos.
Seguramente... En una novela yo cuento cómo la vivimos aquí. Y algo también de España, inspirado
en Guevara (Guevara Moreno). Inspirado en las cosas que hizo allá, y cómo desertó
GMW: ¿En qué novela tú tienes eso?
PJV: En una novela que se llama Tiempo de Muñecos... Guevara desertó. Desertó porque... porque a
veces la gente deserta, pues. Y ya vio que, seguramente se intuía, la República iba a perder ¿no? Y se
vino acá. Aquí se sentía esa emoción y explotó también. Nosotros lo llamábamos el héroe. Era nuestro
héroe, el único que teníamos
GMW: Combatiente. Dos años antes de la Guerra Civil, ya aparece la figura tan universal de Velasco,
en el 34 que fue su primera presidencia
76
PJV: El 34. O sea, es en el 33 cuando él bota a Martínez Mera . Ahí es cuando se convierte en figura
nacional, desde el congreso. Se convierte en figura nacional con su botada a Martínez Mera
GMW: Y ¿aparece ya con todas esas características con las que lo conoceríamos después?
PJV: El gran orador. Yo creo que como demagogo de barricada, no ha habido otro en América Latina
GMW: ¿Ni Perón? ¿Ni Haya de la Torre?
77 78

79
PJV: ¡No! Alessandri , quizás. El primer Alessandri del año 20. Es el único que dijo: Querida chusma,
y le tiró su capa a las multitudes. Ésos son antecedentes de Velasco. Pero Velasco lo supera,
intelectualmente, aunque era confuso, pero había leído muchísimo
GMW: ¿Alguna vez, fuiste partidario de él?
80
PJV: Claro, en la Gloriosa ... ¿Quién no fue?
GMW: ¿Cuándo dijo lo del corazón a la izquierda…?
PJV: Claro. Es que yo a Velasco lo conocí en Chile. Entonces, estábamos –no estábamos desterrados-,
yo estaba de vagabundo, de aventurero. Otros estudiaban regularmente, como Rodrigo Cabezas. ¿Lo
conoces a Rodrigo Cabezas? Él era un estudiante regular. Estaba José Joaquín Silva, que había sido
desterrado por Páez. Los ecuatorianos éramos como ocho, en Santiago. Entonces, fuimos a visitar a
Velasco... cuando ya se produce la invasión, la invasión peruana ¡Eso fue para nosotros un golpe...! El
protocolo… (de Río de Janeiro .81(Si nosotros sabíamos que el Ecuador era así, un triángulo, y nos
quitaban la mitad. ¡Era una vergüenza! Los peruanos arrasaron. Era una vergüenza. Entonces pusimos
los ojos en Velasco. Sabíamos que Velasco era antiarroyista. Nuestro antiarroyismo era bestial. Bueno,
fuimos a visitar a Velasco. ¡Era un tipo impresionante! Algunas de las cosas que me dijo: ¿Qué es de ese
joven Pedro Saad? Tan inteligente
GMW De ahí, de por medio está el asunto que citabas. ¿Qué actividad tuvieron ustedes en los años
inmediatamente anteriores a la Gloriosa? Es decir ¿después del desmembramiento?
PJV: A mí me cogió el desmembramiento en Chile. Yo me fui en enero del 40 para allá y regresé en
octubre del 42
GMW: ¡O sea que estuviste más de dos años y medio!
PJV: Casi tres años. Cerca de tres años, sí. Yo he perdido cosas invalorables, como una carta de Velasco
¡Ah! Porque yo traje una carta de Velasco para Arízaga Luque, que ya era jefe de la oposición en
Guayaquil, ya había formado la Alianza Democrática. Entonces ahí comienza... con esa carta comienza,
el segundo velasquismo. En esa carta –muy respetuosa-, él no decía: quiero ser Presidente. No. Decía que
apoyaba la acción de Arízaga. Así que al traer esa carta…, yo creo que le debí escribir a Velasco: He
cumplido su encargo, debí haber escrito. Y Velasco me mandó una carta, muy significativa, de muy
agradecido.
Ahí hay un hecho fabuloso, conforme avanzaba la cosa –las elecciones iban a ser en el 44, creo-, y
entonces: ¿quién debe ser el candidato? ¡Carajo! El velasquismo larvado aquí era fantástico, se había
agrandado con la carta que Velasco le mandó a Arroyo; que los ecuatorianos allá publicamos en un
folletito, con nuestras firmas, ya tampoco conservo esa pendejada. Bueno. El asunto es que ya el
nombre de Velasco era algo terrible. Ya soterradamente
GMW: Es decir que desde ahí ya se convierte en el gran ausente
PJV: En el gran ausente. Enrique Barrezueta le puso ese apodo, el gran ausente
GMW: Enrique Barrezueta ¿en El Telégrafo?
PJV: No. Enrique Barrezueta era nuestro jefe de ventas en la librería Vera y Compañía. Lo que te quería
contar es que en la sesión de Alianza Democrática, de la que yo era secretario, Pancho Arízaga creo que
fue el que planteó que el candidato tiene que ser Velasco
GMW: ¿El mismo Pancho? La historia más bien dice que debió haber sido él mismo el candidato
PJV: Claro, todo el mundo. Los intelectuales, los dirigentes seguramente, pensaban en Pancho Arízaga.
Que no tenía mucho de izquierdista. Era más bien un liberal civilizado, nada más. Y un hombre
encantador y un patriota, es lo que era. Pero entonces se plantea que el candidato debe ser Velasco, el
candidato oficial. Y estaba presente el doctor Alfonso B. Larrea, que era el delegado de Vanguardia
Revolucionaria, hermano del general Larrea Alba, Luis Larrea Alba. A este Velasco, no sólo lo había
desterrado sino que le había quitado la nacionalidad... Ya el colmo de lo que se puede hacer. Entonces,
Alfonso Larrea dijo: Ustedes saben qué es lo que él le hizo a mi hermano. Pero yo estoy de acuerdo en que
el candidato tiene que ser Velasco. Una grandeza fabulosa. El candidato oficial era Velasco. Pero a los
pocos meses, ya comenzó la conspiración. En el mismo 44; habrá sido enero, o febrero... los militares.
Ahí sucedió, simultáneamente
GMW: Y ¿tuvieron allá conocimiento de las Cartas al Ecuador, de Benjamín (Carrión)?
82
PJV: No. Porque eso ya salió cuando yo había regresado
83
GMW: Porque eso es después de la invasión , o a propósito de la invasión
PJV: Porque eso lo vendimos nosotros en la librería, muchisísisimo
GMW: Y el 28 de mayo tuvo protagonistas de diversa tendencia. Conocí que Ángel F. Rojas fue
combatiente
PJV: Bueno, él estuvo metido en todo, eso sí. Rojitas estuvo. Combatir, en el sentido de fusil al brazo,
no me consta
GMW: Eso, él dice
PJV: Creo que eso ninguno de los vivientes. Ni Pedro Saad, ni Enrique Gil... Aquí en Quito, no hubo
combate
GMW: Pero hubo escaramuzas, me parece
PJV: Pero si aquí no hubo casi resistencia. Yo no sé los detalles...
GMW: O sea ¿la resistencia de los carabineros estaba en Guayaquil?
PJV: En Guayaquil, claro
GMW: Además, como lo reiterábamos en las conversaciones anteriores, la fuerza insurgente que dirigía
el proceso, estaba en Guayaquil. La amistad con Alejandro Carrión84 -que son capítulos aparte ya-,
podríamos empezar a conversarla. Pero, antes de él con Benjamín (Carrión) ¿cuándo conoces a
Benjamín?
PJV: A Benjamín lo conocí cuando yo vivía aquí, en el año 38. Cuando vivimos con Guevara y
compañía. Bueno. Benjamín como ser humano, maravilloso. Como cultura, para nosotros era
deslumbrante. Como generosidad... Por eso a Benjamín se lo ha acusado de haber sido un crítico muy
malo, por su bondad
GMW: Mediante Benjamín, conoces a Alejandro ¿o no?
85
PJV: No. A Alejandro lo conocí por los Kingman. Lo conocí en Guayaquil, ligeramente. Y, después,
cuando vine a estar un tiempo en Quito, ya lo conocí verdaderamente. Lo conocí bebiendo, porque
bebíamos con una frecuencia... Y después ya cuando vivimos juntos prácticamente aquí en La Alameda,
en la casa de los Cadena Ampudia, los dueños de los cines
GMW: Cuando yo tuve acceso a él, ya no era el mismo. Pero dicen que era un tipo de una chispa
PJV: ¡Carajo !Era un hombre con sentido del humor, simpático. Con él fuimos hermanos¿ no? En todo
sentido, hasta el año .60 Yo lo llevé a trabajar a la Asamblea Constituyente, como prosecretario. Fue
una amistad de 20 años, por lo menos
GMW: Tú dices que, prácticamente, vivían juntos
PJV: No en el mismo cuarto, pero sí en el mismo edificio. Aquí en La Alameda
GMW: ¿Esto es a partir de los 40¿ ?Después de tu regreso de Chile?
PJV: En el año 38, antes. A mi regreso de Chile ya no viví en Quito sino hasta después de la Gloriosa
GMW: Ya mediante la secretaría
PJV: Exacto
GMW: Pero, después te vuelves a encontrar... Digamos, allá lo llevas tú
PJV: Claro. Yo lo había visto en Loja, porque yo fui a Loja enviado por Alianza Democrática. Y él
estaba, como el Ecuador entero, de antiarroyista
GMW: Si te toca hacer un balance ¿qué significó Velasco Ibarra?
PJV: Él liquidó a la izquierda, cumplió ese papel
GMW: Ese populismo arrasó
PJV: Ese papel lo cumplió porque en definitiva él era un hombre tan inteligente que comprendía ciertas
cosas del socialismo, le entusiasmaban esas cosas; por eso era tan contradictorio ¿no? Pero en el fondo,
su esqueleto era ultra reaccionario, es lo que él era. Y le ganó a la izquierda tomando algunas de sus
tesis, inclusive, en algunas de sus campañas las tomaba; a él no le importaba, y sus seguidores nunca
comprendieron que sus devaneos izquierdistas eran para salvar el sistema e impedir que aquí creciera
más el tumulto de la izquierda
GMW: Y dar cierta una imagen plural
PJV: De lo que era la izquierda en el año 44, en el año de la Gloriosa, a lo que es ahora ¡Carajo! Él se
encargó, y los dirigentes de la izquierda también
GMW: Pero no solo Velasco ha tenido la culpa de la debacle de la izquierda. Me ha preocupado siempre
la falta de criticidad en la izquierda. Sobre el estalinismo, por ejemplo, casi ni una palabra
PJV: Hay un famoso chiste de Mentor Mera, que estaban en la librería de Rojas. No sé si conociste la
librería de Rojas, allá en la calle Venezuela
GMW: Sí
PJV: Entonces, llegó la noticia de qué que no iban a publicar más el periódico de la Internacional
Comunista -que tenía un nombre larguísimo, no me acuerdo-. Y toda la gente estaba amargada...
Bueno: ¿Y ahora qué hacemos, entonces ?Mentor Mera les dijo: Ahora sí, ¡a pensar, cojudos! (Risas)
GMW: Decía León Felipe86: Donde no hay libertad, no hay poeta que exista. Donde no hay aire, no hay
pájaros que vuelen. La libertad entendida casi en abstracto. ¿Qué ha significado para ti ?
87
PJV: Una frase de Engels , que no me olvido nunca: Hay que pasar del reino de la necesidad, al reino de
la libertad. Mientras uno está esclavizado por la necesidad, no hay libertad. Que es la situación del 90
y tantos por ciento de los habitantes del planeta, la necesidad no les permite tener libertad, pues. ¡Para
nada! ¡Nada!
GMW: Y si tuvieras que definir mediante un símbolo, la ecuatorianidad ¿cuál símbolo usarías?
PJV: Eso también es dificilísimo, por razones geográficas. Que es: el Amazonas, que nos quitaron; el
Guayas; el Chimborazo; el Pichincha... Tú dices ¿si lo pudiera definir físicamente? Entonces, es uno
de los pocos países que en tan pequeño territorio comprende tantas cosas, geográficamente...
Seguramente, en Estados Unidos hay o en Rusia, porque son países tan inmensos... Pero Rusia no
tiene nada tropical. Estados Unidos tiene algo en Florida, pero subtropical ¿no?
GMW: Y, además la parte menos desarrollada
PJV: Además es la parte menos desarrollada... En ese sentido, somos un país excepcional en esta
pequeñez
GMW: Claro, tenemos sierra, costa, oriente, y las islas
PJV: ¡Todo! De paso las Islas Galápagos. Tenemos ríos, montañas, bosque, páramos. Lo único que
no producimos es buenas uvas, pero creo que por falta de técnica (Risas).
GMW: ¿Cuál es a tu juicio la obra maestra de la naturaleza?
PJV: Es que si contesto una cosa me van a decir que soy... Yo creo que la mujer. Quizás sí. Pero sería
un poco abusivo… porque la naturaleza en su conjunto es algo extraordinario
GMW: Podría cambiársele a la mujer por el ser humano, también
PJV: Bueno, en cierto sentido, es el remate. Y claro, los hombres me gustan pero no físicamente... ¡Me
encantan !(Risas)
GMW: ¿Cuál es la virtud humana que más te impresiona ?
PJV: Yo diría que la sinceridad
GMW: Y ¿el defecto imperdonable?
PJV: La deslealtad
GMW: Al final de la vida ¿cuál es el destino menos deseado por ti?
PJV: ¿El destino humano ?
GMW: Creo que personal más bien
PJV: Creo que el renacimiento del fascismo
GMW: ¿Cuál es o ha sido, el sentido de la vida ?
PJV: Amarla y gozarla
GMW: ¿Has tenido un lema?
PJV: Ser leal contigo mismo y con la humanidad
GMW: ¿Cuál es el momento más hermoso de su existencia ?
PJV: Haber conocido Cuba
GMW: Y ¿el más terrible?
PJV: La dictadura de Velasco, del 46
GMW: ¿Cuál es su ocupación preferida?
PJV: Son muchas: leer, escribir, amar, beber, oír música
GMW: Y ¿la distracción preferida?
PJV: Yo diría que la música
GMW: ¿El ideal de la felicidad?
PJV: Saber que uno ha cumplido en todos los campos. Sí. Y que no ha fracasado en esos campos
GMW: ¿Cómo podrías definir la desgracia ?
PJV: Hay muchas. Hay demasiadas desgracias. Porque ya las desgracias no son individuales, son
colectivas. Yo creo que uno vive en este mundo, tan absurdo. No tenemos un minuto de felicidad
absoluta. Estamos en desgracia. Por eso decía Joaquín Gallegos: Ser feliz, es ser canalla, en este mundo
GMW: De lo cotidiano ¿qué es lo que más le molesta?
PJV: Leer el diario y enterarme de cómo anda el mundo
GMW: Y ¿cuál es su reacción frente a ello?
PJV: Desgraciadamente, una sensación de impotencia
GMW: ¿Cree usted en la amistad ?
PJV: Totalmente. La quiero, la amo y la respeto
GMW: ¿Podrías decir una cita o un pensamiento que te agrade recordar con frecuencia ?
PJV: Sí .Son muchos. Hay muchos, pero yo diría quizás y lo he citado muchas veces: Cambiar la vida,
que dijo Rimbaud88
GMW: ¿Cuál es el delito más grave que puede cometer un hombre ?
PJV: Traicionar a sus amigos y a su pueblo
GMW: Y ¿la humanidad?
PJV: ¿Qué cosa?
GMW: Y ¿cuál es el delito que puede cometer la humanidad?
PJV: Creo que empeñarse en perder su condición humana, que es lo que la hace clara frente al reino
zoológico
GMW: ¿Qué es lo que más respeto le inspira?
PJV: La humanidad
GMW: ¿Cuál es su mayor esperanza?
PJV: El socialismo
GMW: ¿Cuál ves que es el futuro de la humanidad ?
PJV: Muy duro. Porque la avidez, la ignorancia, hace muy difícil que se supere. No se puede ser muy
pesimista, ni tampoco muy optimista. Todavía faltarán muchas décadas, por lo menos, para que
salga de este pantano en el que se encuentra
GMW: ¿Cuál ha sido la personalidad histórica que más te ha interesado?
PJV: Lenin
GMW: En los últimos años ¿cuál es el suceso que más te ha impresionado?
PJV: La Revolución Cubana
GMW: ¿Cuál es el descubrimiento científico que más te ha impresionado ?
PJV: Pues, desgraciadamente, la desintegración del átomo. Hasta ahora ha servido, más para el mal
que para el bien
GMW: ¿Cuál es la hazaña que más te ha impresionado ?
PJV: La Revolución Cubana, otra vez
GMW: ¿Tu color preferido?
PJV: El verde
GMW: ¿Podrías darnos una definición del amor ?
PJV: Tratar de llegar a la identificación con un ser. Una identificación que comprenda todo, que comprenda
lo físico, lo ideológico, lo sentimental y lo moral
GMW: De los misterios que el hombre enfrenta en la vida ¿cuál te subyuga?
PJV: La vida en su conjunto
GMW: Y ¿cuál te infunde temor, de esos misterios?
PJV: La enfermedad. Más que la muerte
GMW: ¿Ante qué circunstancias de la vida te has sentido conmovido?
PJV: Ante la pobreza brutal, a la que no he llegado pero he conocido
GMW: ¿Qué es lo que más te entusiasma ?
PJV: Yo creo que la música
GMW: ¿Por qué eres un artista ?
PJV: ¡Ah! Yo no lo sé. Siempre he dicho que por la inspiración y la obligación y la jodedera de Joaquín
Gallegos. Pero quizás desde antes tenía cierta predisposición, desde muchacho. Desde muy niño,
sobre todo, a través de la música. De la música popular, porque ya en la adolescencia y la juventud,
conocí la otra música
GMW: ¿Cuál sería una frustración ?
PJV: El fracaso de la revolución de 1944. De la Gloriosa
GMW: ¿Cuál es tu ideal de mujer o de hombre ?
PJV: Bueno, más que la belleza física, la belleza moral
GMW: ¿Qué es para usted la muerte ?
PJV: La vuelta al gran todo. El remate de una vida digna. Por eso no me asusta, pero tampoco tengo
ningún apuro en encontrarla (Risas)
GMW: ¿Podrías escribir el epitafio que te gustaría llevar en la tumba ?
PJV: Fue un hombre que cumplió
   
Citas
1.   Joaquín Gallegos Lara (Guayaquil, Ecuador, 9 de abril de 1911 - Guayaquil, Ecuador, 16 de noviembre
de 1947-Ecuador), escritor, político y ensayista
2.   George Simenon (Lieja, Bélgica, 13 de febrero de 1903 - Lausana, Suiza, 4 de septiembre de 1989),
periodista y escritor. Su producción literaria fue prolífera. Incursionó en la novela negra, de intriga y
policíaca. Es famoso su personaje: Inspector Maigret
3.   Celedonio Flores (Buenos Aires, Argentina, 3 de agosto de 1896 - Buenos Aires, Argentina, 28 de julio
de 1947), poeta, letrista, periodista, boxeador. Autor de famosos tangos como El bulín de la calle
Ayacucho, Mano a Mano, Mariposa, entre otros
4.   Homero Manzi (Añatuya, Argentina, 1 de noviembre de 1907 - Buenos Aires, Argentina, 3 de mayo
de 1951), poeta, guionista y director cinematográfico. Autor de famosos tangos como Malena, Barrio
de Tango, Sur, entre otros
5.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero
de 1912), militar, Presidente de la República de 1897 a 1901, y de 1906 a 1911. General de división
del Ejército del Ecuador desde 1895 y líder de la Revolución Liberal (1895-1924). Por su rol central en
las batallas de la revolución y por haber combatido al conservadurismo por casi 30 años, es conocido
como el Viejo Luchador
6.   Fidel Alejandro Castro Ruz (Holguín, Cuba, 13 de agosto de 1926), abogado, militar, revolucionario,
estadista y político. Líder de la Revolución Cubana de 1959. Primer Ministro y Presidente de Cuba.
Una de las figuras políticas más destacadas del siglo XX
7.   Pablo Neruda, seudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, Chile, 12 de julio de 1904
– Santiago de Chile, Chile, 23 de septiembre de 1973), poeta, político y diplomático. Premio Nobel
de Literatura, 1971
8.   Edmundo Ribadeneira (Ibarra, Ecuador, 1920 - Ecuador, 14 de febrero de 2004), escritor, ensayista,
crítico literario y catedrático
9.   Benjamín Carrión Mora (Loja, Ecuador, 20 de abril de 1897 – Quito, Ecuador, 8 de marzo de 1979)
escritor, político, diplomático y promotor cultural. Fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
10.   Joaquín Costa (Monzón, España, 14 de septiembre de 1846 - Graus, España, 8 de febrero de 1911),
economista, abogado, historiador y político. Representante del movimiento intelectual regeneracionismo
de 1898, por tanto vinculado al klausismo
11.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de estas se autoproclamó
dictador. Completó su mandato constitucional en una sola vez. Lideró la escena política ecuatoriana
durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo al espectro de su influencia
política
12.   Carlos Alberto Arroyo del Río (Guayaquil, Ecuador, 27 de noviembre de 1893 - Guayaquil, Ecuador,
31 de octubre de 1969), Presidente del Ecuador, derrocado por la Revolución del 28 de Mayo de 1944
13.   Francisco Arízaga Luque (Barranco, Lima, Perú, 6 de enero de 1900 - Guayaquil, Ecuador, 22 de
octubre de 1964), abogado y político. Presidente de la Asamblea Constituyente de 1945
14.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
15.   Entrevista a Pedro Jorge Vera. Suplemento Cultura para todos, diario El Universo, 11 diciembre de 1992,
p.4
16.   Carrión, Benjamín, Novela intelectualizada: Pedro Jorge Vera en El Nuevo relato ecuatoriano, Quito,
Ecuador, Editorial CCE, 1951, p.255-259
17.   Alfredo Zitarrosa (Montevideo, Uruguay, 10 de Marzo de 1936 - Montevideo, Uruguay, 17 de enero
de 1989), cantautor, poeta, escritor, periodista y político
18.   Vera, Pedro Jorge, Soneto sin llanto por Joaquín Gallegos Lara en Obra Poética, Guayaquil, Ecuador, El
Ángel Editor, marzo 2014, p.106
19.   Alejandro Carrión (Loja, Ecuador, 11 de marzo de 1915 - Quito, Ecuador, 4 de enero de 1992), escritor
y periodista. Como periodista escribió bajo el seudónimo Juan sin Cielo
20.   Junta Militar de 1963-1966, integrada por Ramón Castro Jijón, Marcos Gándara Enríquez, Luis
Cabrera Sevilla y Guillermo Freile Posso, e instaurada luego de derrocar al presidente Carlos Julio
Arosemena. De tendencia derechista, se caracterizó por su condición represiva por lo cual persiguió
duramente a la izquierda
21.   Vera, Pedro Jorge. Ibídem. P.132
22.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 mayo 1909 – Guayaquil-Ecuador, 26 febrero
1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta nacional constituyente. Secretario general del Partido
Comunista del Ecuador desde 1952 hasta 1980
23.   Oswaldo Guayasamín (Quito, Ecuador, 6 de julio de 1919 – Baltimore, EE UU, 10 de marzo 1999),
pintor y escultor.
24.   Vera, Pedro Jorge Vera, Gracias a la vida, Quito, Ecuador, Editorial Voluntad, 1993, p.235
25.   Jorge Enrique Adoum (Ambato, Ecuador, 29 de junio de 1924 – Quito, Ecuador, 3 de julio 2009),
poeta, político y ensayista
26.   José de Armendáriz y Perurena, I Marqués de Castelfuerte (Ribaforada, Navarra, 1670 - Madrid, 1740),
militar y funcionario colonial español, en el siglo 18, Virrey del Perú
27.   José de la Cuadra y Vargas (Guayaquil, Ecuador, 1903 - Guayaquil, Ecuador, 1941) escritor. Miembro
del Grupo de Guayaquil. Ahijado de la madre de Vera
28.   Calle José Mascote, Guayaquil, Ecuador
29.   Medardo Ángel Silva (Guayaquil, Ecuador, 8 de junio de 1898 – Guayaquil, Ecuador, 10 de junio de
1919), poeta perteneciente a la llamada Generación Decapitada
30.   El escritor debe referirse al fin de la Primera Guerra Mundial, el 11 de noviembre de 1918
31.   Anónimo cantar de gesta que narra hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar. Su aparición se ubica entre los
siglos XII y XIII
32.   Ricardo Arturo Jarrín Jarrín (Quito, Ecuador, sin fecha - Quito, Ecuador, 25 de octubre de 1986),
fundador, ideólogo y dirigente del grupo Alfaro Vive, ¡Carajo! (AVC) que desarrolló una lucha armada
en Ecuador entre 1983 y 1991. Apresado en 1984, durante el gobierno de León Febres Cordero, logra
escapar pero es recapturado en Panamá en 1986 y trasladado al Ecuador donde sufre torturas y es
asesinado el 25 de octubre de ese año
33.   Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 - Paris, Francia, 17 de enero de
1889), escritor liberal fuertemente marcado por el anticlericalismo, enemigo político de los Presidentes
de la República, García Moreno e Ignacio de Veintemilla. Entre sus obras destacan, Las Catilinarias
(1880), Siete Tratados (1882), Geometría Moral (póstumo, 1902). Su cuerpo embalsamado y se expone
en un mausoleo construido en su ciudad natal, en Ecuador
34.   Pisístrato (Brauron, Ática, Grecia, 600 - Atenas, Grecia, 528- a. C.), filósofo. Jefe del Partido de la
Montaña, que representaba los intereses populares frente a los intereses de los propietarios representados
por la Llanura. Gobernó Atenas entre 561 y 559 a.C.; y entre 546 y 528 a.C
35.   Miguel de Cervantes y Saavedra, (Alcalá de Henares, España, 29 de septiembre de 1547 - Madrid,
España, 22 de abril de 1616), militar, novelista, poeta y dramaturgo. Autor de una da las obras más
célebres de la legua española, El Quijote de la Mancha
36.   Federico González Suárez (Quito, Ecuador, 13 de abril de 1844 - Quito, Ecuador, 1 de diciembre de
1917), eclesiástico, historiador y arqueólogo, cargo que ocupó en la Iglesia
37.   Son los nombres de dos de los almacenes que los obreros involucrados en los sucesos del 15 de
noviembre de 1922, asaltaron antes de ser víctimas del cerco que les tendía el Ejército. En el almacén
Cassinelli Hermanos, en el que entraron a buscar armas, hubo 25 muertos
38.   José Vicente Trujillo (Esmeraldas-Ecuador, 15 de septiembre de 1889 - Guayaquil, Ecuador, 27 de
mayo de 1970), jurisconsulto, estadista, político y educador
39.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 mayo 1909 – Guayaquil-Ecuador, 26 febrero
1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta nacional constituyente. Secretario general del Partido
Comunista del Ecuador desde 1952 hasta 1980
40.   Alfredo Pareja Díez Canseco (Guayaquil, Ecuador, 12 de octubre de 1908 - Quito-Ecuador, 3 de mayo
de 1993), novelista, historiador, ensayista y periodista. Junto con José de la Cuadra, Demetrio Aguilera
Malta, Joaquín Gallegos Lara y Enrique Gil Gilbert, formó parte del Grupo de Guayaquil, en la década
de los años 30 del siglo XX
41.   Demetrio Aguilera Malta (Guayaquil, Ecuador, 24 de mayo de 1909 - México D.F., México, 6 de
enero de 1982), escritor y diplomático. Miembro del Grupo de Guayaquil
42.   Enrique Gil Gilbert (Guayaquil, Ecuador, 8 de julio de 1912 - Guayaquil-Ecuador, 21 de febrero de
1973), político y escritor. Miembro del Grupo de Guayaquil
43.   Floresmilo Romero Paredes (Otavalo-Ecuador, 4 de marzo de 1899 – Guayaquil, Ecuador, 1982 ¿?)
transportista en el tiempo de la masacre del 15 de noviembre de 1922
44.   Tomás Regato, sombrerero figura como uno de los fundadores del Partido Comunista del Ecuador, en
el año 1930
45.   Revolución Juliana, 9 de julio de 1925, al mando del mayor Idelfonso Mendoza. Es la primera vez, y
como resalta Fernando Tinajero, en que se habla de un nuevo régimen en beneficio de las condiciones
de vida de la clase proletaria en el país, y curiosamente proviene de un mayor del Ejército, un militar
apelando al contexto social
46.   Manuel Medina Castro (Guayaquil, 10 de agosto de 1915 – Guayaquil, 16 de junio de 1996), político
y ensayista
47.   José Peralta (Cuenca, Ecuador, 11 de mayo de 1859 - Quito, Ecuador, 27 de diciembre de 1937),
político, diplomático, teórico, ideólogo de la Revolución Liberal
48.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979) Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de estas se autoproclamó
dictador. Completó su mandato constitucional en una sola vez. Lideró la escena política ecuatoriana
durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo al espectro de su influencia
política
49.   Carlos Guevara Moreno (Riobamba, Ecuador, 19 de julio de 1911 - Quito, Ecuador, 20 de agosto de
1974), político. Fundador del partido Concentración de Fuerzas Populares (CFP)
50.   Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (Moscú, Rusia, 11 de noviembre de 1821 - San Petersburgo, Rusia, 9
de febrero de 1881), escritor. Uno de los más célebres narradores de la Rusia zarista, cuya literatura
explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del
siglo XIX
51.   Pablo Arturo Palacio Suárez (Loja, Ecuador, 25 de enero de 1906 - Guayaquil, Ecuador, 7 de enero de
1947), escritor y abogado. Fundador de la vanguardia en Ecuador, un adelantado en lo que respecta a
estructuras y contenidos narrativos con una obra muy diferente al costumbrismo de la época
52.   Muy posiblemente se refiere al político guayaquileño Rafael Coello Serrano (Guayaquil, Ecuador,
agosto de 1910 – Guayaquil Ecuador, 16 de mayo de 1992)
53.   Leonidas Rigoberto Avilés Robinson (Guayaquil, Ecuador, 1910 – Guayaquil, Ecuador, 1969),
periodista y diplomático. Director del diario La Nación, columnista de El Universo de Guayaquil y El
Comercio de Quito
54.   Humberto Mata Martínez (Guayaquil, Ecuador, 21 de abril de 1907 – Quito, Ecuador, 1966),
pedagogo
55.   Jorge Icaza (Quito, Ecuador, 10 de junio de 1906- Quito, Ecuador, 26 de mayo de 1978), escritor.
Autor de la novela Huasipungo, alto representante de la narrativa indigenista
56.   Genaro Carnero Checa (Piura, Perú, 1910 – Lima, Perú, 1980), periodista, escritor y poeta
57.   Luis Miguel Sánchez Cerro (Piura, Perú, 12 de agosto de 1889 – Lima, Perú, 30 de 1933), militar.
Presidente del Perú en dos ocasiones, 1930 - 1931 y 1931-1933
58.   Uliánov, Vladimir Ilich (Simbirsk, Rusia, 22 de abril de 1879 - Gorki, URSS, 21 de enero de 1924),
político, revolucionario, teórico político y comunista ruso, líder bolchevique de la Revolución de
Octubre. Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Líder de la URSS
59.   Julio Antonio Mella (La Habana, Cuba, 25 de marzo de 1903 - Ciudad de México, México, 10 de
enero de 1929), destacado revolucionario, cofundador del Partido Comunista de Cuba
60.   José Carlos Mariátegui La Chira (Moquegua, Perú, 14 de junio de 1894 - Lima, Perú, 16 de abril de
1930), escritor, ensayista, periodista, político y teórico marxista
61.   Aníbal Ponce (Buenos Aires, Argentina, 6 de junio de 1898, Ciudad de México, México, 18 de mayo
de 1938), político, ensayista, psicólogo y profesor
62.   Amauta, revista literaria peruana fundada y dirigida por José Carlos Mariátegui. Fundada en septiembre
de 1926, se constituyó en revista de avance y renovación de la generación vanguardista. Su tiraje osciló
entre 3 y 4 mil ejemplares
63.   Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, Guayaquil, fundado bajo el nombre de Colegio San Vicente de
Guayaquil el 26 de diciembre de 1841, posteriormente, el 10 de diciembre de 1900 es renombrado
como Vicente Rocafuerte
64.   Patricio Ycaza Torres (Murió en Quito, Ecuador, 20 de septiembre de 1997), abogado, escritor,
político, dirigente sindical e historiador
65.   Vicente Rocafuerte y Rodríguez de Bejarano (Guayaquil, -en lo que hoy corresponde a Ecuador-, 1 de
mayo de 1783 - Lima, Perú, 16 de mayo 1847), político. Presidente del Ecuador entre 1835 y 1839
66.   Juan de Dios Morales (Antioquia, Nueva Granada, - en lo que hoy corresponde a Colombia-, 13 de
abril de 1767 – Quito, -en lo que hoy corresponde a Ecuador-, 2 de agosto de 1810), patriota y mártir.
Fue apresado por conspirar contra la Corona, asesinado junto con otros patriotas
67.   Juan José Flores Aramburu (Puerto Cabello, en lo que hoy corresponde a Venezuela, 19 de 1799 - Isla
Puná, Ecuador, 1 de octubre de 1864), militar, político. Primer Presidente del Ecuador, entre 1830 y
1834, y entre 1839 y 1845
68.   Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, conocido como Simón
Bolívar (Caracas, Venezuela, 24 de julio de 1783- Santa Marta, Colombia, 17 de diciembre de 1830),
estadista, estratega, militar y político de la época pre republicana; fundador de la Gran Colombia y una
de las figuras más destacadas de la emancipación americana frente al imperio español. Contribuyó de
manera decisiva con la Independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela,
por lo que es conocido como el Libertador
69.   Forma de gobierno correspondiente a las monarquías absolutas, surgida en el siglo XVIII. Se basó en el
poder y en la capacidad de la razón humana
70.   Gabriel García Moreno (Guayaquil, -en lo que hoy corresponde a Ecuador-, 24 de diciembre de 1821
- Quito, Ecuador, 6 de agosto de 1875), abogado y político. Presidente del Ecuador entre 1861 y 1865,
y entre 1869 y 1875. Una de las figuras más controvertidas de la historia política nacional
71.   Cartas a Trinité: En 1859 García Moreno desarrolló un proyecto de protectorado que envió, por medio de
tres cartas a Emilie Trinité, encargado de negocios de Francia con sede en Guayaquil, en las que solicitaba
una asociación con el Imperio dirigido por Napoleón III, similar a la que tenían Canadá con el Reino Unido
en esa época. El mandatario ecuatoriano había presenciado la restauración política impuesta en Francia tras
la revolución de 1848, con el consiguiente apogeo económico y de prestigio que ganó la nación europea, y por
ello se convenció de que su Patria podría seguir igual camino. Ecuador se encontraba entonces en pleno
conflicto con el Perú y desgarrado por la guerra civil entre el propio García Moreno, mandatario en Quito,
y Guillermo Franco Herrera, gobernante en Guayaquil y Azuay. Pero las cartas nunca llegaron a París, pues
Trinité murió en el puerto ecuatoriano antes de reenviarlas a su gobierno
72.   Se refiere al libro El Santo del Patíbulo (México, Fondo de Cultura Económica), de la autoría de
Benjamín Carrión, biografía crítica sobre Gabriel García Moreno
73.   Camilo Ponce Enríquez (Quito, Ecuador, 31 de enero de 1912 – Quito, Ecuador, 13 de septiembre de
1976), jurista y político conservador. Presidente de la República desde 1956 a 1960. Fundador del
Partido Social Cristiano
74.   Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga (Vicuña, Chile, 7 de abril de 1889 – New
York, EE UU, 10 de enero de 1957), poeta, maestra y diplomática. Premio Nobel de Literatura en
1945
75.   Augusto Nicolás Calderón Sandino, conocido como Augusto César Sandino (Niquinohomo,
Nicaragua, 18 de mayo de 1895 - Managua, Nicaragua, 21 de febrero de 1934), político y
revolucionario
76.   Guerra Civil Española, conflicto social, político, militar y económico, desencadenado en España tras el
fracaso parcial del golpe de Estado de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el
gobierno de la Segunda República Española. Finalizada el 1 de abril de1939 con la declaratoria de
victoria por parte de Francisco Franco, quien estableció una dictadura que duraría hasta su muerte, en
1975
77.   Juan de Dios Martínez Mera (Guayaquil, Ecuador, 8 de marzo de 1875 - Guayaquil, Ecuador, 27 de
octubre de 1955), político. Presidente de la República del Ecuador de 1932 a 1933
78.   Juan Domingo Perón (Lobos, Buenos Aires, Argentina, 8 de octubre de1895 – Olivos, Argentina, 1 de
julio de 1974), militar, político. Vicepresidente; y, Presidente de la Nación Argentina por tres ocasiones.
Perón ha tenido enorme influencia en la historia política de su país
79.   Víctor Raúl Haya de la Torre (Trujillo, Perú, 22 de febrero de 1895 - Lima Perú, 2 de agosto de 1979),
pensador y político. Fundador y líder histórico de la Alianza Popular Revolucionaria Americana
(APRA)
80.   Arturo Fortunato Alessandri Palma (Hacienda de Longaví, Linares, Chile, 20 de diciembre de 1868 -
Santiago de Chile, Chile, 24 de agosto de 1950), abogado y político. Presidente de la República entre
1920 y 1925, y entre 1932 y 1938. Uno de los políticos más influyentes de su país durante el siglo XX
81.   Insurrección popular que irrumpió en diferentes ciudades del Ecuador y sacó del poder al gobierno
liberal de Arroyo del Río el 28 de mayo de 1944, a partir de la confluencia de organizaciones, personas
y partidos políticos de muy diferentes orientaciones que encarna de manera particular un momento de
importante movilización social. En este marco de acontecimientos se demanda el retorno de Velasco
Ibarra, el gran ausente, quien asume el poder por segunda ocasión
82.   Protocolo Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro, tratado firmado el 29 de enero de 1942 al finalizar
la Tercera Conferencia de Cancilleres de América, mientras el Ecuador sufría una invasión peruana
perpetrada el 23 de julio de 1941, durante la presidencia de Carlos Arroyo del Río. El instrumento
jurídico se implementó para terminar el conflicto limítrofe entre Ecuador y Perú, y cercenó al Ecuador
278.000 km de su territorio
83.   El libro Cartas al Ecuador, de Benjamín Carrión, fue publicado en el año 1943
84.   La guerra peruano-ecuatoriana, conocida también como Guerra del 41, fue una de las tres disputas
armadas libradas entre Ecuador y Perú. Sucedida entre el 5 de julio de 1941 y el 29 de enero de 1942,
finalizó con la firma del Protocolo de Río de Janeiro
85.   Alejandro Carrión (Loja, Ecuador, 11 de marzo de 1915 - Quito, Ecuador, 4 de enero de 1992), escritor
y periodista. Como periodista escribió bajo el seudónimo Juan sin Cielo
86.   Hermanos Kingman: Eduardo Kingman (Loja, Ecuador, 23 de febrero de 1913 - Quito, Ecuador, 27
de noviembre de 1997), pintor, escultor. Nicolás Kingman, Loja, Ecuador, 18 de noviembre de 1918),
escritor, periodista y político
87.   Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe (Tábara, Espana, 11 de abril de 1884 -
Ciudad de México, México, 18 de septiembre de 1968), poeta
88.   Friedrich Engels (Barmen, actual Renania, Alemania, 28 de noviembre de 1820 - Londres, Inglaterra,
5 de agosto de 1895), filósofo y revolucionario, compañero de Carlos Marx
89.   Jean Nicolas Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 20 de octubre de 1854 - Marsella, Francia 10 de
noviembre de 1891), una de las mayores voces de la poesía francesa, en cuya actividad se inició a muy
corta edad
Manuel Medina Castro
Guayaquil, Ecuador, 10 de agosto 1915
Guayaquil, Ecuador, 16 de junio 1996

Abogado, ensayista. Encarcelado y luego exiliado en Chile durante el gobierno de Carlos Arroyo del Río, 1940-1944, y también durante la
Junta Militar, 1963-1966. Participó activamente en la Gloriosa Entre sus obras destacan: Estados Unidos y la independencia de América
Latina (1946); Estados Unidos. América Latina. Siglo XIX (1967); La Doctrina y la Ley de Seguridad Nacional (1979). Fue Consejero
Provincial del Guayas, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guayaquil. Ganador del Premio Ensayo Casa de las
Américas (Cuba, 1968)

MANUEL  MEDINA  CASTRO  


LA  INTELIGENCIA  DEL  TRÓPICO  
 
anuel Medina Castro es uno de los hombres más inteligentes que he conocido en mi vida. Se

M podría advertir en esta especie de sentencia personal una suerte de pedantería, porque la
inteligencia tiene una variedad enorme de sistemas para ser medida, como el Test de Raven
o las escalas de Wechsler, que comprenden instrumentos que evalúan el coeficiente
intelectual, y que determinaron que el ser humano más brillante que ha dado la humanidad
se llamó William James Sidis1, a quien se le adjudica 300 de IQ, el valor con el que se mide la capacidad
intelectual.

Sidis, nacido en Nueva York el 1 de abril de 1898, escribió cuatro libros de anatomía y de astrología
antes de cumplir siete años, y llegó a dominar 40 idiomas, a los 11 años fue admitido en Harvard, y
supera con casi 100 puntos a celebridades de talento infinito como Goethe, Newton, Einstein, o
Hawkings. Si se toma en cuenta que el valor promedio está entre 90 y 110 IQ, ya podríamos
imaginarnos lo que habría sido una conversación con Sidis, y sus 300 IQ, aunque evidentemente suene
presuntuoso.

Sidis fue arrestado el Primero de Mayo de 1914 por participar en una marcha en Boston, y en el juicio, había
sido acusado por amotinamiento y agresión, se declaró objetor de conciencia de la I Guerra Mundial. No
conocí cuánto de IQ podría medir la inteligencia de Manuel Medina Castro, no sé si alguna vez conoció la
historia de Sidis, pero puedo asegurar que su inteligencia iba más allá de la apreciación subjetiva de la
normalidad, y de la comprensión objetiva de los conocimientos.
Manuel Medina Castro nació en Guayaquil el 10 de agosto de 1915, hijo de Manuel Medina Álvarez,
de Píllaro, y María Aurelia Castro, de Boliche.

Sabe usted que en Píllaro, Tungurahua, nacieron el gran Rumiñahui y José María Urbina, el Presidente
ecuatoriano que en 1851, 12 años antes que Abraham Lincoln lo hiciera en los Estados Unidos, expidió el
decreto de abolición de la esclavitud. En Boliche nació Pedro J. Montero, me dice ufano, el gran Tigre de
Bulu Bulu, a quien le habían puesto el apodo por la correntada del río del mismo nombre al pasar por
Yaguachi.

Me contó que su padre era muy humilde y muy trabajador. Cruzó Los Andes, con lo que significaba
aventurarse en el páramo gélido, aventar las chuquirahuas2, silbar con el quinde3 del Chimborazo,
agarrar frailejones, aguantar menos de cero grados, y así trasmontar y llegar a la costa, para convertirse
en artesano, siempre solidario, al punto que estuvo entre los miles de hombres y mujeres del plantón
del 15 de noviembre de 1922 .

Desde los años del Colegio Vicente Rocafuerte, Manuel Medina se involucró en política y en el
periódico Mella, en homenaje al líder cubano que había sido asesinado por la dictadura de Machado,
en México. Admirábamos a Mella4, pero también a su compañera, esa preciosa actriz italiana llamada
Tina Modotti5, dice Manuel, y su mirada se traslada hacia algún lugar del tiempo, cuando fundaba
el GRUMARXAD, Grupo Marxista Adelante. En ese grupo figuraban, con Medina, Pedro Jorge
Vera, Leonardo Espinel Mendoza, Othon Castillo, Alejandro Coello Serrano, Andrés Arrata, entre
otros. Recuerdo, mientras Manuel regresa de su viaje a la adolescencia, la carta de Tina Modotti a
Edward Weston6, tras el asesinato de Mella:

(…) eres uno de los pocos que pueden entender la tragedia de mi corazón, y sentirla conmigo. Y, sin embargo,
hoy no puedo permitirme ni siquiera el lujo del dolor, porque sé que no hay tiempo para las lágrimas; se espera
el máximo de nosotros, y no debemos fallar, ni detenernos a mitad de camino. Detenerse ahora es imposible.
Nuestra conciencia y la memoria de las víctimas no nos lo permiten.7

Para un ser humano comprometido con el destino de su Patria, cuando ha prestado juramento para
servir las causas más nobles, no es posible detenerse. Decía que por el mismo tiempo de la influencia
de Mella, llegó hasta su generación la figura hierática y al mismo tiempo campesina de Augusto
César Sandino8, el guerrillero que fue capaz de impulsar a su pueblo y vencer a los nuevos filibusteros
que querían apoderarse del territorio nicaragüense. Ese pequeño ejército, loco de sacrificio, dijo de
ellos Gabriela Mistral9. Y tenía razón, argumenta Medina. Solo a los locos se les puede meter en la
cabeza enfrentarse con invasores tan poderosos, pero esa locura es la esperanza, la soberanía y la
catapulta a la inmortalidad, y no es que Sandino haya deseado aquello, pero ya ve usted, muchos
años después de su asesinato, los jóvenes que derrocaron la atroz dictadura de Somoza10 tomaron su
nombre, izaron la bandera de Sandino, y lograron derrotar a uno de los más voraces agentes
imperiales.

Me fui formando en la lucha, naturalmente con el apoyo de los libros, inseparables y compañeros, y
lamento que se haya extraviado un breve ensayo que escribí sobre la Guerra Civil Española11, que
fue el suceso que más conmocionó a nuestras generaciones, porque en el Ecuador esa guerra también
tenía sus consecuencias, y tanto republicanos como nacionalistas tenían encuentros, manifestaciones,
y, naturalmente, enfrentamientos.

Entre los nuestros recuerdo a Hugo Alemán, Manuel Agustín Aguirre, Pablo Palacio, Raúl Andrade,
Abel Romeo Castillo, Enrique Gil Gilbert, Joaquín Gallegos Lara, y, del bando nacionalista, se
escuchaban las voces altisonantes de Ricardo Gutiérrez Fernández, Jorge Luna Yépez, Alfonso María
Mora, Jaime Nebot y Borrás, Víctor Manuel Rendón y Jaime Puig Arosemena, al menos de algunos
que recuerdo. Pero la confrontación se extendió a los diarios, a las conversaciones callejeras, a las
bodas y humoradas familiares.

La Guerra Civil Española, pese al dolor y la tragedia, fue para todos un parte aguas, una ruptura.
Después de España nada volvió a ser igual, porque también comprendí que los pobres y los honrados
son los únicos que sienten a la Patria. Para los otros es solamente el color de un pasaporte a través
del cual se puede hacer negocios.

Una de las obras de Medina Castro que me han causado mayor impresión es Para la historia nacional
de la codicia. Desde su dedicatoria:

A la memoria de mi padre, soldado de la Revolución Liberal, cuyos despachos conservo como mi mayor blasón,
miembro del comité directivo de la huelga obrera abatida por la masacre del 15 de noviembre de 1922, en
pleno régimen liberal.

Y es que el estudio profundo de las condiciones de vida de los indígenas, el problema de la usurpación
y tenencia de la tierra, el sojuzgamiento como heredad, son expuestos por Medina sobre la base de una
profusa investigación. Es importante analizar esta obra porque a través de ella también podemos
conocer la naturaleza psicológica del dominante, su lustre feudal que lleva con orgullo hacia supuestas
ciudades condales, etiquetas rutilantes de la aristocracia, rancias capas y abolengos, y, del otro lado, la
tragedia, la miseria, la explotación, y hasta la duda de la cristiandad de los menesterosos.

En pleno gobierno liberal de Alfaro12 , 1896, Abelardo Moncayo13 propone un artículo de


protección a la raza indígena. Los diputados consideran que no es necesario, con una ley basta,
pero Roberto Andrade14 replica: Por lo mismo que es un hecho nuevo, esta disposición debe constar
en la Carta Fundamental. Derecha e izquierda se expresan, aún sin esa denominación, en contra
y a favor de esa ley. Víctor Manuel Peñaherrera, de un lado, y José Peralta15 , del otro, lideran los
postulados. La intervención de Peralta es antológica:

Ahí está el paria ecuatoriano, vedlo, padres de la patria, trabajando para el amo cruel, para el cura
desalmado, para el cacique temerario… sin escatimar gotas de sudor ni gotas de llanto, con las que va
regando el surco abierto en heredades que eran y ya no son suyas.

Peñaherrera reconoce la calamitosa situación pero no considera que haya lugar para el indio en la
Constitución. A petición de Julio Andrade16, se designa una Comisión Especial para que presente el
proyecto especial de protección a la raza indígena. La convención debía pronunciarse, además, por
peticiones que habían surgido de los propios indígenas, por la usurpación de tierras en todos los
rincones de la Patria. Al final, pese a Peralta, Moncayo y los Andrade, nada. Y Medina consigna:

De esto resulta, concluye el informante, que la convención no es competente, pues se trata de un derecho
contencioso que debe ventilarse ante los Tribunales competentes. En definitiva, la Convención negó todos los
petitorios de los indígenas… De los mismos indígenas que habían dado su sangre por la Revolución Liberal.17
El sistema tributario de la Iglesia: diezmos, primicias, censos, derechos parroquiales; la propiedad de
la tierra y la propiedad inmobiliaria y las características de su usurpación a lo largo del ejercicio gamonal
en la República; el concordato y un esquema de la defensa de la soberanía sobre la base del pensamiento
de José Peralta y Pedro Saad18, cierran un ambicioso espacio de investigación y de pensamiento, no sin
antes proponer una lectura sobre Alfaro y su batalla. De este análisis extraigo un fragmento crucial para
la comprensión histórica:

El problema de la libertad de América Latina es el problema de su progreso, de su desarrollo, de su


industrialización. Alfaro lo intuyó. Y lo intuyó como problema común, de obligada consideración colectiva. En
la plenitud de su orgullosa independencia, la severa voz del Gran Viejo concitó a los pueblos a la unidad para
el progreso común.

Medina es mordaz y agudo en su estudio sobre el imperialismo, y la invocación a uno de los escritores
más importantes de los Estados Unidos, no hace más que ratificar esa sagacidad:

Cuando en 1900, después de la guerra hispano-norteamericana, Mark Twain pidió al Presidente McKinley
sustituir en la bandera norteamericana las listas blancas por las listas negras y las estrellas por una calavera,
expresaba con su natural agudeza la protesta de un amplio sector ciudadano contra el imperialismo rampante
de la Casa Blanca.19

Procede Medina al juicio sobre las aventuras imperiales en nuestro territorio, consagrando, una vez
más, la personalidad política, la condición humana y el espíritu revolucionario de Eloy Alfaro y José
Peralta.

Si uno pudiese someter a Medina Castro a la valoración sobre la idiosincrasia humana que hiciera el
filósofo y psicólogo francés René La Senne, se encontraría con el tipo colérico, es decir, de inteligencia
brillante, polemista, comunicativo, sin término medio, vanidoso de su valía, a veces desaprensivo, y así
lo observo, mientras afirma o niega determinados conceptos, golpea la mesa, cruza los dedos, se cabrea,
habla de la oligarquía configurándola como la crápula, y una personalidad de tal naturaleza no podía
estar ajena a la práctica política.

Por boquisuelto y valiente fue víctima de acosos, persecuciones, cárcel. El rector de la Universidad de
Guayaquil lo había invitado a un encuentro con el presidente Arroyo del Río20, Medina, que había
trabajado por la candidatura de Velasco Ibarra21, y por tener certeza que este había sido perjudicado
con un fraude electoral, no asistió, y envió una misiva en la que decía al rector que él no podía prestarse
para actos de besamanos. Esto motivó la clausura de una conferencia de Medina, el alboroto y los
desmanes, y, finalmente, la prisión, con el famoso 4/30 de entonces, que significa cuatro días de cárcel
y 30 sucres de multa.

También por orden del gobierno de Arroyo del Río fue trasladado a Quito, en compañía del Chivo
Alejandro Hidrovo. Esta vez el motivo fue un libelo contra el Presidente. El acoso continuo y las
amenazas lo hicieron tomar una decisión que sería, a la postre, crucial en su vida. Decidió seguir el
camino del exilio. El destino: Santiago de Chile.
Se incorporó a la redacción del periódico El Siglo, pero la persecución no tenía fronteras, y el embajador
de Arroyo, Homero Viteri Lafronte fue parte de la pesquisa internacional que lo acorralaba. Me cuenta
Medina que en Santiago pudo hacer amistades que valieron una vida, con dirigentes sociales y políticos,
y por el clima intelectual que vivía, se integró a mesas, debates, tertulias y festejos, desde la Fiesta de la
Tirana en el norte hasta las cuecas santiaguinas, y, por supuesto, las bromas, los poemas, y la lucha
social, característica de los hermanos de Chile.

Fui testigo de los conflictos a lo interno de las organizaciones de izquierda. Se habrá dado cuenta usted, sé que es
militante, que los izquierdistas nos peleamos por una coma en un manifiesto, por el décimo cuarto lugar en la
concejalía, por quienes marchan adelante el Primero de Mayo, mientras la derecha solo se pelea cuando el botín
no alcanza para todos. Le decía que fui testigo de la división entre Marmaduke Grove22 y Salvador Allende23. En
los comunistas había más paz interna, con un secretario general de la categoría de Ricardo Fonseca24, que es uno
de los dirigentes más lúcidos y bondadosos que he conocido, el que facilitó la huida de Neruda.

Reviso los expedientes nerudianos, encuentro el hermoso poema que dedicara a Fonseca, y este
fragmento:

El secretario general de mi partido había sido hasta entonces Ricardo Fonseca. Era un hombre muy firme y
sonriente, sureño como yo, de los climas fríos de Carahue. Fonseca había cuidado de mi vida ilegal, mis
escondites, mis incursiones clandestinas, la edición de mis folletos, pero, sobre todo, había cuidado celosamente
el secreto de mis domicilios. El único que verdaderamente sabía, durante un año y medio de mis escondites,
dónde iba a comer y dormir cada noche, era mi joven y resplandeciente jefe y secretario general, Ricardo
Fonseca.25

Junto con Ricardo Latcham, escritor y político chileno, y Pedro Jorge Vera, transcurrían los días de
destierro, con el corazón puesto en la Mitad del Mundo. Cuenta Pedro Jorge Vera:

Y en 1941 los ecuatorianos residentes en Santiago quedamos anonadados al leer las noticias sobre la invasión
peruana. Además del sentimiento de solidaridad con la Patria atacada, nos avergonzaba la defección del
gobierno de Arroyo, que fue incapaz de organizar la resistencia (…). Frente a la debacle, todos pusimos los ojos
en Velasco Ibarra (…). Mientras nos lamentábamos de la deprimente situación del país, él saltó como una
tromba para acusar a Arroyo (…) [y] concluyó informándonos que le escribiría una carta en la que lo
presentaría como el responsable del desastre (…). Por iniciativa de Manuel Medina resolvimos publicarlo en
un folleto, a fin de hacerlo conocer en Ecuador (…). A los furibundos ataques del ex Presidente agregamos
algunos de la cosecha de Medina: ‘El Ecuador tiene que romper las cadenas que lo oprimen, tiene que acabar
con la quinta columna de la traición, que luego de haber desmedrado la soberanía nacional y la integridad
territorial, han convertido al país en un inmenso campo de concentración’. Cuando fui llevándole unos
ejemplares, Velasco irrumpió en la salita en que lo esperaba, con estas exclamaciones: ¡El mundo está loco, señor!
¡Solo en Rusia hay sensatez!26

Fueron Medina Castro y Vera quienes sirvieron de eslabones entre Velasco Ibarra y las fuerzas
progresistas del Ecuador. Medina y Velasco redactaron el programa de gobierno y, tras la Gloriosa,
Revolución del 28 de Mayo de 1944, y la consecuente caída de Arroyo del Río, Velasco regresó al país.
Medina y Vera, combatientes, impulsaron la gesta y la Asamblea de 1945 los encontró en el umbral
del poder. La izquierda ecuatoriana se tomó calles y congreso, y los más importantes representantes
asistieron a la asamblea. Tiempo después, Velasco traicionó o se aprovechó de la voluntad idealista, y,
en 1946, los gestores fueron nuevamente perseguidos.

Tras el desencanto, Medina volvió a las letras. Tengo en mi biblioteca, gracias a su generosidad, el libro
El Guayas, Rio Navegable, El Contrato Grace, en el que la defensa de la soberanía es apasionada. Medina
Castro era consejero, junto con dirigentes comunistas como Alfonso Quijano Cobos y el debate contó
con la participación de Alejandro Ponce Luque, presidente del consejo, y el senador Pedro Saad.

Los años de paz, sosiego, clases universitarias, estudios, se verían interrumpidas por el ascenso al poder
de la dictadura militar de 1963. Su biblioteca fue arrasada, su familia perseguida, su pensamiento
silenciado. Debió, una vez más, salir al exilio, y esta ocasión luego de Chile, fue el territorio libre de
América uno de sus destinos. En La Habana, mientras asesoraba a instituciones culturales, inició su
trabajo más trascendente: Estados Unidos y América Latina, siglo XIX, que obtuviera el Premio Casa de
las Américas en 1968, junto con Antonio Cisneros (poesía, Perú); Virgilio Piñeyra (Dos viejos pánicos,
teatro) Pablo Armando Fernández (Los niños se despiden, novela, Cuba). El jurado estuvo presidido por
Andre Gorz, vienés, fundador de la ecología política, y que fuera discípulo de Jean Paul Sartre27.

Al leer el prólogo me encuentro con la dedicatoria: A Galo Mora, emotivamente, Manuel Medina Castro,
y regresan a mi mente aquellas charlas con el maestro: sabio, duro, necio.

Escribe Ángel F. Rojas:

Uno de los pocos marxistas químicamente puros que encontramos en el país es MANUEL MEDINA CASTRO
(…) Impresiona su aspecto físico. Los hombres, con la edad, nos ajamonamos o nos apergaminamos. Medina
se ha detenido en medio de estas dos tendencias. Y se le ve discurrir ágil en el paso y ágil en la exposición oral,
que la hace con su voz de barítono, a menos que tenga algo secreto que expresar, en cuyo caso se desenvuelve
como un consumado actor de tramas de misterio. En las frecuentes épocas de persecuciones que ha debido padecer
el Ecuador, creo que Manuel Medina ha sido capturado, más que nada, en atención a su aspecto de conspirador.
Su talante es engañoso, y por ello nuestros ‘pesquisidores’ le habrán echado mano más de una vez, sin tener
instrucciones expresas para ello (…) Con este autor, ya de ilustre valía por su seriedad de investigador, por sus
dotes de polemista y por la firmeza de sus aseveraciones, ha ocurrido lo que acontece siempre: subestimado en
su Patria por sus coterráneos, que veían en él una especie de fanático que combatía al imperialismo yanqui de
una manera obsesiva, en casi todos sus escritos, ha recibido en cambio en el extranjero la más entusiasta acogida
(…) Por ahora Manuel Medina oficia de profesor universitario y al propio tiempo, desempeña una de las
Notarías en la ciudad de Guayaquil. Este último cargo, no hay duda, le viene muy bien. Le permite y le obliga
a dar fe pública. Y cuando escribe sus libros, sabemos ya que los respalda su autoridad notarial: otorga un
testimonio.28

Rojas hace una magistral exposición, con el trazo del perfil del conspirador brillante. Sí, beligerante,
obseso, ni maníaco ni depresivo, simplemente alucinado, no alienado, con el descubrimiento de
Marx29. En 1983, en el homenaje al gran revolucionario de Tréveris, al cumplirse el primer centenario
de su muerte, Medina hizo una radiografía, un balance y un diagnóstico del significado del
pensamiento de Marx en El Universo.

Le pregunté, a propósito de la inteligencia, cuáles eran los hombres más brillantes que había conocido.
Me contestó que podía ser muy injusto al contestar, porque tuvo el privilegio de conversar en muchas
ocasiones con Neruda30, que le parecía un Midas de la palabra, porque transformaba todo lo que
tocaba: solo él podía hacerle un poema a una cebolla; pero también Velasco Ibarra, que inconsecuente
y fatal, sin embargo, era dueño de una inteligencia tan singular, atravesada por cierta esquizofrenia
política, porque veía perseguidores en cada esquina; y los hombres y mujeres sencillos de mi pueblo,
los artesanos, los que venden limonada helada mientras cantan Guayaquileña bonita, y los miembros
del sindicato de basureros, tan limpios, como paradoja, pero si tengo que elegir a uno, le diría, sin
rubor, Pedro Antonio Saad Niyaim, ese descendiente de libaneses que logró que un marxismo
parroquial como el nuestro se convirtiese en lumbre parlamentaria.

El domingo 16 de junio de 1996, dos años después de la charla que mantuvimos, Manuel Medina
Castro murió en Guayaquil. Su apellido, que nos puede llevar a los cascos antiguos de las ciudades del
norte de África, donde se arraciman mezquitas, leyendas, mercados, abalorios, alcázares, será, por
siempre, símbolo de la lucha y de la inteligencia. Me regocijé cuando leí una carta que hiciera su hija,
después que el periodista Emilio Palacio ofendiera a Manuel, por supuesto sin que este estuviese en la
trinchera o la academia para defenderse. La carta, publicada en el diario El Universo, el viernes 9 de
noviembre de 2007, decía:

Los hijos del Dr. Manuel Medina Castro rechazamos el artículo de Emilio Palacio, publicado el pasado 14 de
septiembre. Nuestro padre en vida fue merecedor de un profundo respeto en el ámbito intelectual, cultural y
político, digno de múltiples homenajes en ámbitos nacionales y extranjeros, como pocos en este país. Un hombre
cuyos libros, traducidos a muchos idiomas, son usados en universidades del mundo, particularmente su obra
‘Estados Unidos y América Latina siglo XIX’, que mereció el Premio Ensayo de la Casa de Las Américas de La
Habana de 1968, que abunda en documentos, todos oficiales del Departamento de Estado, y que es de lectura
obligatoria en varias universidades del sur de Estados Unidos, América Latina y Europa.

Refiriéndose
precisamente a este libro, Palacio afirma: ‘Este encomiable esfuerzo histórico tuvo también grandes
limitaciones...’. Acusa a mi padre de ‘enfoque unilateral’ de ‘óptica estrecha’. Obviamente para criticar un
libro, primero hay que leerlo. (…).

Me permito citar, además, a Pedro Jorge Vera, diario Expreso, revista
Semana 30 de junio de 1996: ‘Ante su tumba recién abierta, lo importante es destacar que su desaparición es
una desgracia... para el Ecuador entero, que pierde a un hombre recto, de convicciones raigales, inconmovibles,
a un político honesto e insobornable, a un intelectual serio que ha dado contribuciones valiosísimas a la historia
de América...’

(…) Es necesario destacar por sobre todas las cosas, que él fue un hombre de izquierda,
consecuente toda su vida con sus principios; vivió siempre como lo que era: un militante revolucionario, un
ecuatoriano universal de todos los tiempos.

Como lo dijo Julio Antonio Mella: ‘Hasta después de muertos
somos útiles’, mi padre sigue irradiando su luz y su ejemplo de dignidad y honestidad, y aún se mantiene vivo,
esperemos que por mucho tiempo.
Mercedes Medina Capelo
ingeniera, Guayaquil

Manuel Medina Castro, como William James Sidis, personaje con quien se inicia esta breve historia,
será recordado por su enorme contribución a la descolonización del pensamiento, por su entrega a los
intereses de los trabajadores y humildes, por su devoción por la Patria, por su inteligencia, del trópico
para el mundo. Otros, en el estercolero de la historia, jamás podrán seguir sus pasos, leer sus libros y
recordarlo con esta viva pasión por la verdad, la justicia y la libertad del Ecuador y América Latina.
 

Galo  Mora  Witt:  Doctor Medina ¿cuántos años viviendo?


Manuel  Medina  Castro:  Este año cumplo 79
GMW: Es decir, es de 1900
MMC: 15
GMW: 1915. Sintomática o paradójica la fecha de su nacimiento: en la cúspide de la Primera Guerra
Mundial. ¿Los primeros recuerdos, doctor Medina?
MMC: Vienen forzosamente de mi hogar y, fundamentalmente, de mi padre que era un militante del
movimiento artesanal. Para la jornada del 15 de noviembre, yo tenía siete años. Mi padre era uno de
los dirigentes de esa huelga; entonces, quiérase o no, me dejó una profunda huella. Un padre que estaba
ausente, que estaba en el mitin, que llegaba muy tarde en la noche, casi en la madrugada o al día
siguiente, porque estaba haciendo guardia designado por el Comité Ejecutivo para vigilar la ciudad.
¡Imagínese usted eso! Después entenderé mejor. Encontré justificación porque los obreros pretendían
que no hubiera desorganización en su movimiento, un carácter desorbitado. Los organizadores
elaboraron cuadros de comisiones y piquetes alrededor de bancos, almacenes, sectores céntricos de la
ciudad. Mi padre formaba parte de uno de estos piquetes
Por lo demás, vivía en un barrio que no era precisamente central, una calle de salida de los barrios
populares de entonces que no eran tan vastos como los actuales. Vi pasar por mi casa grandes
manifestaciones de mujeres enarbolando el pabellón nacional, con sus propias banderas y lanzando sus
propias consignas. Todo eso me impresionó profundamente, fue definitivo en mi formación. Con el
movimiento aplastado por la matanza, vienen los procesos reflexivos con la dirigencia. Yo estaba
presente siempre en las conversaciones, discusiones a las que mi padre me llevaba pues por razones
hogareñas, estaba siempre a su lado. Entonces fui comprendiendo la exaltación de algunos oradores,
aunque las expresiones tenían todavía una forma vaga: la justicia social, temas que dicen todo y nada,
a la vez... Allí comienza mi orientación y mi vocación de militante. Voy creciendo y tratando de
entender el mundo; de mi padre oigo: esta sociedad nació de clases y esa la lucha se da en todos los
niveles de la sociedad, al interior de la sociedad de clases
GMW: ¿Algún tipo de marginación?
MMC: Sí. En aspectos sociales que ahora nos parecen inadmisibles pero que entonces se daban. Por
ejemplo, el matrimonio era una institución de los niveles superiores de la sociedad, no era muy
respetada ni fomentada en los niveles inferiores. Mi padre era un simple artesano, entonces yo mismo
no soy hijo de un matrimonio. Comenzando por allí
GMW: En ese tiempo había, además, cierta separación entre ilegítimo, natural
MMC: ¡Exacto! Yo era un hijo ilegítimo, un hijo natural... Mucho tiempo después la ley suprimió esta
separación odiosa, y ahora todos somos simplemente hijos, como lo normal
GMW: ¿Se encontraba o no entre los marginamientos, la situación económica?
MMC: Como diferenciación de clases, sí. Pero no era una marginación realmente económica, aunque
de hecho así resultaba. Era una diferenciación de clases, los prejuicios, la aceptación de determinados
principios, la imitación de determinadas prácticas de la clase alta, se daban en los niveles inferiores de
la sociedad
GMW: Este tránsito en que va asumiendo estos problemas es el de la escuela al colegio
MMC: De escuela a colegio, sí
GMW: ¿En qué colegio estudió?
MMC: Inicié mi secundaria en el Rocafuerte31. Pero, déjeme contarle mi primaria
GMW: Sí, sí. Por supuesto
MMC: Fue muy accidentada, pasé por una serie de escuelas, de la escuela religiosa a la laica. Mi padre
era agnóstico, un liberal militante del partido que había elaborado un pensamiento que llamaría radical
para una época en que dominaba la creencia en Dios, casi un fanatismo. Recuerdo que una asonada
conservadora, debe haber sido por los años veintitanto, decía que cabía un sistema pedagógico basado
en la violencia: la bofetada, el latigazo, el palazo
GMW: El famoso puntero
MMC: Claro, todas esas cosas. Yo me quejaba a mi padre: Papá, yo no puedo seguir en esta escuela. A
veces por estas prácticas, o por el exceso de la prédica religiosa que me avasallaba, me aplastaba. Yo no
tenía ninguna orientación en ese sentido. Mi madre era profundamente religiosa pero yo no me había
criado en sus rodillas; entonces no recibí esa influencia
GMW: Usted se crió con su papá ¿cierto?
MMC: Con mi padre. Él no creía en nada, ni en nadie, solo en la naturaleza, y yo recibí su manera de
pensar. La Revolución Liberal del 95 no había estabilizado sus reformas y no se había perdido la
influencia eclesiástica. Eso pesaba, hoy esas cosas no se perciben, no se sienten. En mi caso, en la
influencia religiosa sobre mis hijas por parte de la madre, no intervengo porque me parece que estoy
obligado a respetar eso. Me casé hasta por la Iglesia, y me veo obligado a respetar las creencias
GMW: Pero, tampoco hay el fanatismo de entonces
MMC: Exactamente. Había excesos represivos, carga religiosa. Le pedí a mi padre que me cambiara y
llegué a la escuela particular Juan Montalvo, ahí no había castigos ni obligaciones religiosas. Luego pasé
al colegio. Había examen de ingreso para la secundaria
GMW: ¡Ah! ¿Había examen de ingreso?
MMC: Sí, hasta la época en que fui a la universidad. El caso es que yo pasé con tranquilidad al Vicente.
Cuando andaba por tercer año, más o menos, cuarto tal vez, latía en mí un éxtasis… Me llegaban las
palabras de mi padre de forma directa, y me llevaron a razonar. Ahí comenzó un afán, una búsqueda,
un camino, desde donde yo podía contribuir a las ideas de liberación
Un día me encuentro con un lío: le habían pegado a Pedro Jorge Vera32 por un periódico mural que él
mantenía llamado Mella33. En esa época llegaban revistas cubanas como Bohemia, que me daba noticias
del otro mundo, para desarrollar en este mundo semi colonial. Me impresionó el episodio, yo sabía que
lo había leído en las revistas cubanas, estudié su perfil y me fijé el camino de este hombre como el que
yo debía seguir. Por coincidencia Mella era hijo de un sastre, y yo también ¡qué cosa! Así empecé a
vincularme al movimiento estudiantil que comenzaba a tomar un matiz partidista; todo eso a la postre,
resultó felizmente provechoso. Así se inició mi militancia política, como estudiante secundario
GMW: Estamos ya encumbrados a sus 14, 15 ¿no es cierto?
MMC: Ya, ya. Ya estamos por ahí
GMW: Habría que preguntarse ¿cuáles son sus primeras lecturas de importancia?
MMC: Tal vez Las Catilinarias34, de Montalvo35. Acuérdese que literariamente este medio no era bien
provisto. Poco antes de este momento, de mi hallazgo de este periódico mural36, había sido expulsada
de la universidad la fracción universitaria llamada FUDEI: Fracción Universitaria de Izquierda, que fue
posiblemente la iniciadora del movimiento marxista. Estuvo Julio Serrano, Alfredo Vera37, Guevara
Moreno38, Ricardo Estay, Jorge Mejía Cedeño. Gente de la que yo oía decir era muy talentosa, muy
brillante. Habían sido expulsados y se entendía que era una decisión desde arriba. Ya la figura de Arroyo
del Río pesaba mucho, tanto en la vida universitaria como en la política nacional, figura posiblemente
grata para los sectores dominantes pero resistida en los sectores medios y pobres de la sociedad.
Yo conocía, en la vecindad del taller de mi padre gente que había sido perjudicada personalmente por
Arroyo. Había una familia Pantaleón, de un campesino que tenía un pequeño comercio; y estaba
viniendo una noche por el río Guayas en una canoa cuando un buque de la Anglo, llamado El Guaro,
chocó la canoa y la hundió, pereció toda la familia. Eso impresionó mucho a la sociedad. Defensor de
la Anglo: ¡Ah! pues, Arroyo. Ya entonces abogado de transnacionales que comenzaban a penetrar al país
GMW: Tratemos el proceso político de Guayaquil dentro del acontecer nacional. Acabo de hacer el
Prólogo para las Obras Completas de Pedro Jorge Vera, de la Colección Ayacucho, de Caracas, y
buscando encontré por ahí una obrita de Ignacio Espinosa referente al 15 de noviembre, llamada
Bautizo de Sangre, hay una alusión a una frase de Arroyo que dice textualmente sobre la manifestación
del 14 de noviembre: La chusma se acostó riendo, mañana se acostará llorando. Revela una figura
autárquica y oligárquica que pesaba
MMC: Esa figura pesó en la decisión del 15 de noviembre. Después de muchos años, un día siendo yo
estudiante universitario, recibo un mensaje del doctor José Luis Tamayo39, Presidente el 22, durante
los hechos del 15 de noviembre. Recibo el recado a través de mi padre, que el domingo quería hablar
conmigo. Yo lo había visto en la calle, estaba muy envejecido y pobremente vestido. ¡No le exagero si
le digo que llevaba zapatos rotos! ¡Un Expresidente de la República! El estudio de Arroyo quedaba en
la esquina de Pichincha, y ahí también tenía su estudio Tamayo. Bueno, me presenté: Doctor Tamayo,
buenas tardes, soy Manuel Medina. Recibí un recado, quiere usted hablar conmigo. Él estaba sentado en
su escritorio con el Código Civil abierto, me responde: He querido conocerlo y lo he hecho llamar para
a decirle señor, que si tuviera que repetir la orden de que se tire a matar, como hice el 15 de noviembre, sepa
usted que la repetiría
A todo esto se puso muy rojo, cogió el Código y lo tiró al suelo. Me dio temor de que sufriera un
colapso, un infarto o algo así. Me pareció que por respeto a un hombre mayor… tomé el Código, lo
puse en su escritorio, di media vuelta y me retiré
GMW: Pero ¿era eso una amenaza?
MMC: Era una amenaza. En días anteriores yo había dado un curso en la Sociedad de Carpinteros, y
él supo que expuse una versión que le imputaba toda la responsabilidad fundamental de la matanza.
Por eso se sintió autorizado a llamar a mi padre. Se sintió obligado a llamarme para reprenderme,
simplemente. Yo reflexioné: qué iba a discutir con este hombre mayor… Se descompuso de tal manera
que me dio miedo de que se muriera ahí mismo. ¡Solo los dos: él y yo, en su despacho!
GMW: Volviendo a las lecturas en el colegio ¿ya leían, por ejemplo, a Espejo, Montalvo?
MMC: No. Ni a Espejo40, ni a Bolívar41. Yo ingresé a la Juventud Comunista ya mozuelo, de 15 años,
y ahí empiezo a leer folletos de Lenin42, no siempre comprensibles para mí pero en general me aclaran
la lucha de clases, la sociedad de clases, el régimen capitalista como la acumulación del capital.
Entonces, se realiza un homenaje a Bolívar un 17 de diciembre, aniversario de su muerte, para que
usted vea... El colegio organizó una velada nocturna que fue muy concurrida, y la JC no tenía ninguna
orientación política, absolutamente ninguna. Sentíamos la lucha de clases como gestos aislados,
anárquicos, quizá de rebelión contra el presente, contra toda la organización en la sociedad. Pero en
forma vaga, imprecisa. Y se hizo eso mismo como propuesta ¡contra Bolívar! Algunos compañeros
aparecieron disfrazados y atravesaron el salón de actos, por todo lo ancho, interrumpiendo la velada
Fíjese tanta desorientación ideológica. ¡Era mucho pedir que tuviéramos alguna! Entonces fui
expulsado del Rocafuerte. Hoy soy un bolivariano, crítico siempre pero admitiendo las debilidades
humanas y demás, y asumiendo a Bolívar como un gran anticolonialista
GMW: Y, quizá, el más grande
MMC: Sí, hemos tenido otros... Sandino no tiene el peso histórico de Bolívar. Aquí le entrego cuatro
obritas mías, ahí va a encontrar usted mi pensamiento, y como me refiero a Bolívar. Las iniciativas
bolivarianas fueron resistidas por Estados Unidos y Bolívar no lo ocultó
GMW: Incluso, cuando dice: Parecen destinados por la Providencia. Y lo dice de frente
MMC: Yo estuve desterrado por el arroyismo43, en los años 40, luego de estar un año en el penal fui a
parar a Chile. Me dijeron: ¿O usted sigue en el penal, o se va del país? Entonces, respondí: Me voy del
país, señor. No voy a seguir en el penal, hasta que caiga o termine este período. Se habían levantado voces
aisladas, sin eco, así que estábamos condenados a seguir, indefinidamente en el penal. Bueno, entonces
partí para Chile
GMW: ¿Inconclusa la carrera aún?
MMC: Totalmente. Creo que estaba en tercer año de Derecho. No me acuerdo. Allá estaba Pedro Vera
quien me ayudó a relacionarme. En Santiago me recibieron tres o cuatro compatriotas más, me parece
que la prensa había hecho eco. Velasco estaba también en Chile; para mí fue muy importante su
presencia física y moral. Comenzó el exilio
GMW: Estaba el gobierno de Aguirre Cerda44, entonces...
MMC: No, no. Había muerto Pedro Aguirre, y lo había sucedido. ¡Bah! Por ahí empecé a abrirme
un horizonte político, relaciones personales que me llevarían a encontrar un horizonte laboral,
bastante libre y abierto como para que yo pudiera hacer mi militancia política. Escribí en el diario
El Siglo; hice una campaña de denuncia contra Arroyo. Velasco demandaba mi presencia, casi
cotidiana: ¡Hay que salvar el país! ¡La juventud! ¡El pueblo ecuatoriano! (Risas). Tenía un modo de
hablar discursivo, estaba bien informado de cómo estaban las cosas; él veía en mí posiblemente un
dirigente estudiantil
GMW: Y un eslabón antiarroyista
MMC: Y un vínculo con la juventud universitaria, que él no tenía; por eso cultivó mucho la
relación. En el plano intelectual era siempre interesante oír a este profesor lleno de sabiduría, de
sapiencia, de lecturas de vida. Era un idealista incurable, poco realista en el enjuiciamiento de la
Historia, con poco sentido crítico, sin ningún sentido de la estratificación social; ni la más
remota noción de lo económico como fuerza dinámica fundamental de la sociedad
GMW: ¿Filosóficamente conservador?
MMC: Sí. En cuanto era un idealista que partía, y le gustaba citar, de los filósofos de la Edad Media
(Risas). Para mí era una alternativa, por conocerlo personalmente y conocer su pensamiento político.
Yo no había tratado nunca con líderes políticos de esa envergadura; de repente me hacía declaraciones
idílicas: ¡El problema de la Tierra, señor! ¡Ese señor Saad, tan inteligente! Habrá oído esta frase antes, toda
gente joven que llegaba del Ecuador me buscaba para que la lleve donde Velasco. Yo la llevaba, él feliz,
a todos les decía: ¡Ese señor Saad, tan inteligente!
GMW: Se hizo lugar común ya
MMC: Para que Saad lo reciba. Después, haciendo un planteamiento crítico de mi militancia, sin
lastimar a Saad, a quien sigo estimando, pienso que también se velasquizó un poco
GMW: ¿No era de él la frase: cada bala era un voto?
MMC: Sí, claro. Saad dijo: ¡Cada bala que se disparó el 28 de mayo, un voto para Velasco! Era una
idealización. Creo haber incurrido en la falta de capacidad crítica a nivel político. Me siento culpable
por mi inexperiencia. Primera vez que trataba con una figura de esa talla
GMW: Ya era Expresidente, pues
MMC: Y una figura en América, era el exiliado errante. Sus conferencias eran muy concurridas,
magistrales para lo que llamaríamos clase media culta y las clases altas. Era muy respetado como profesor
de Derecho Internacional. Pero mi ausencia de sentido crítico no fue total, iba despertando, a solas
reflexionaba: este hombre que hizo tal cosa, cometió tales otras ¿qué nos va a hacer en esta vez? Me ponía
un poco en guardia, pero ya era un poco tarde. ¿Por qué era tarde? Porque su figura estaba ya muy
crecida en nuestro pueblo
GMW: El Gran Ausente
MMC: Ya nadie podía pensar en otro camino para la izquierda que Velasco Ibarra. No había otra salida,
aunque me parece que fue impuesta. No era la opinión de los camaradas. Quizás ellos tenían sentido
crítico; sin embargo, su líder máximo tuvo ese discurso para Velasco. Y no lo digo con malicia contra
Pedro, no, lo digo con el mayor respeto para ese hombre. Pero la inconsistencia de todos, de los mismos
líderes de la Revolución de Mayo... Pedro Saad era miembro de Alianza Democrática45, también
Arízaga46, y debe haber sido destacado y brillante
GMW: Y también Rojitas47.
MMC: Rojitas también, por el Partido Socialista
GMW: Incluso tengo entendido que quien lo recibe en Cayambe, es Manuel Agustín Aguirre48
MMC: No sé, porque Manuel Agustín fue siempre muy reticente
GMW: Pero sin buscar una responsabilidad, sí se convirtió en una responsabilidad colectiva
MMC: Sí. Pero mire... Yo me doy cuenta que esa figura estaba siendo impuesta por la historia
GMW: ¿No había nada qué hacer?
MMC: ¡No había nada qué hacer!
GMW: Es decir ¿no era Pancho Arízaga ninguna alternativa?
MMC: No. No había alternativa. Yo mismo había contribuido a engrandecerlo, enaltecerlo en crónicas
para El Universo
GMW: Hay unos documentos de los orígenes del 28 de mayo, me imagino usted tuvo que ver en los
contactos para ese documento con la intelectualidad chilena, los políticos...
MMC: ¡Ah, no..., pues, viejo! Estuvo el propio Allende. Ha hecho muy bien en recordármelo y se lo
agradezco, pero se lo agradezco de corazón. Le voy a decir por qué, lo que es una conjetura suya debe
convertirlo en definitiva convicción. Yo era el único agente propagandístico de la causa del pueblo
ecuatoriano en Chile. Actuaba y obraba en ese sentido. Ese documento, de la primera a la última letra,
era mío
GMW: En la Patria de Montalvo y Rocafuerte...
MMC: A ese documento yo lo puse en circulación, yo mismo recogí las firmas, una a una, fui al Senado
y recogí firmas
GMW: Escritores, hay ahí...
MMC: ¡Todos, todos! Yo era amigo de Volodia49, Neruda, que eran mayores. Gente distante, alguna
vez en el momento de mayor confianza personal Volodia me dijo: ¿Por qué tú siempre estás triste? Es
posible. Porque la nostalgia de la Patria es una cosa profunda, se ve en el rostro
Pertenezco a una generación a la que los maestros, los padres, le enseñaron a tener patria: Primero es la
patria. Es algo que las generaciones actuales... ¡No sé, no lo quiero saber! ¡No quiero caer en una nueva
pesadumbre!
La Patria de Rocafuerte y de Montalvo. Que es una expresión muy bella. No se le debe escapar, aunque
soy el autor del texto tuve que llevárselo al señor, por una cuestión de cortesía, obviamente. Lo fui
apreciando, un hombre hípersensible, patológicamente sensible50
GMW: ¿Amistades fundamentales dentro de ese gran núcleo cultural e intelectual en Chile?
MMC: La gente de El Siglo, entre ellos el más admirado intelectualmente ha sido Volodia Teitelboim.
El de mayor estatura. Seguramente había otras figuras pero... ¡Yo estuve allá, y lo vi! ¡Lo aprecié!
Alternaba con todos, tomábamos lo que allá se llama, la once51. Volodia está en un plano muy humano.
¡Un poeta no puede apartarse de ese plano! ¡A un gran poeta como él, no se lo concibe fuera de ese
plano! Fue la figura cimera que yo conocí. Había otras personas, naturalmente, Fonseca, Contreras...
La muerte de Ricardo Fonseca fue un duro golpe, él era un pensador, un intelectual político. Volodia
era escritor, literato, poeta, que había encontrado la posición que políticamente se correspondía para
su posición literaria. En tanto que Contreras52 y otros, eran figuras políticas no intelectuales. Volodia
era figura intelectual
GMW: Pedro Vera ayudó también en este frente antiarroyista ¿no?
MMC: Yo he tenido con Pedro todas las alternativas que se dan entre seres humanos. Hemos vivido
juntos en Chile, hemos coincidido en cosas fundamentales. Pero también hemos tenido momentos de
apartamiento, porque Pedro tiene su manera de ver las cosas como intelectual. Bueno, Pedro Vera
tiene participación en distinta medida. Si estuvo presente en lo de las firmas, no me acuerdo. En todo
caso, estábamos tan cerca que él era copartícipe, estuvo en toda la parte medular y activa
GMW: Entonces, hay ya ciertos niveles de criticidad al pensamiento de Velasco
MMC: Comienzo a ser crítico en la medida en que lo voy conociendo, incluso sus defectos psicológicos:
líder político hipersensible. Simplemente, no se puede dialogar con él. Es lo que él piensa, o nada. No
hay diálogo
GMW: No hay matiz
MMC: ¡Exacto! Habida cuenta que él necesitaba aglutinar todos los matices que fuesen patrióticos y
antioligárquicos. Porque el problema se presentaba así, después del 41
GMW: Una de las épocas de mayor incertidumbre nacional, esos 40-44, hasta llegar a la Gloriosa, con
la invasión peruana. Nosotros carecemos, por ser generaciones posteriores, de información. Pero mi
padre me decía que realmente fueron años de angustia tremenda
MMC: Su padre, tuve la satisfacción de conocerlo pero ya muy anciano por lo que no tuvimos
oportunidad de dialogar. Lo que le ha dicho es efectivamente cierto. Incertidumbre, inestabilidad. No
sabíamos a dónde iba el país. Había la sensación de que algo se estaba cocinando, algo se estaba
preparando, no podíamos quedarnos conformes con la mutilación, con la actitud de Arroyo, de su
canciller. No sé cómo se llamaba este hombre
GMW: Julio Tobar Donoso53.
MMC: Tobar Donoso. Hubiese sido mejor que se pegue un tiro antes de firmar el tratado de Río.
Hubiese sido un ejemplo magnífico de civilidad. El país, efectivamente, no sabía a dónde iba. Pero
todo el mundo presentía, intuía, olfateaba en el horizonte político, que algo venía
GMW: Algo se gestaba
MMC: Arízaga se convirtió en polo de atracción, de muchos méritos para ese momento
GMW: ¿Él era un liberal progresista?
MMC: Un liberal progresista. Nunca faltó intriga, nunca falta intriga en ningún partido. Cuando vine
de Chile me encontré con compañeros que decían: Medina se ha hecho velasquista. Yo creía que alguien
de nosotros, de la izquierda en general, debía estar próximo a este hombre para saber todo. Ese fue mi
papel y no significaba que me hubiera hecho velasquista. Claro que la proximidad acentuaba las
relaciones personales, pero de ninguna manera supeditación de la persona y el político.
Tanto que después salí de su administración, todo el mundo lo sabe. Antes de ir al Ministerio de
Gobierno con Guevara Moreno, yo era diputado y fui forzado a abandonar la diputación de la
Asamblea Constituyente para asumir la dirección de una oficina de información, sobre la cual le había
hablado mucho a Velasco, en Santiago
GMW: ¿Sobre la necesidad de crearse?
MMC: Sí. Él tenía un poderoso impulso creador, pero absolutamente caótico. Quería hacerlo todo a
un tiempo, creía cuando daba un discurso: Carreteras, puentes y obras hidráulicas, que bastaba
enunciarlas para que estuviesen hechas. Se inventó un chiste. En Latacunga, o en alguna parte Velasco
daba un discurso: ¡Un puente, un puente! ¿Dónde va poner el puente si aquí no hay río? (Risas). Todo
era para él así
GMW: ¿En qué año regresa usted?
MMC: En abril del 44, antes de la revolución. Me habían dicho ¿vas a venir, o qué? Me hablaban como
si me estuviera resistiendo. Entonces vine. Velasco se había adelantado a Colombia, estaba en Medellín,
me parece. Guevara, se fue a Medellín
GMW: ¿No se notaba en Guevara un neo-fascismo?
MMC: Yo fui alumno de su padre en la escuela Juan Montalvo, era un buen profesor, de esos viejos,
antiguos, pero con buena metodología. Carlos siempre fue muy pedante pero brillante. Estar con él
era una permanente carcajada. Era muy ocurrido. Y absolutamente inescrupuloso, podría servir para
una antología sobre falta de escrúpulos
GMW: (Risas) ¡Qué frase!
MMC: Este hombre había pasado las de Caín, todas las inimaginables había pasado. Una noche en
Quito, yo estaba alojado en una pensión de la calle..., la que hay en ese pasaje...
GMW: ¿La Chile? ¿La del Comercio? ¿La Venezuela?
MMC: No, no, la que sale de la Guayaquil a la calle de atrás... Bueno, él sabía que yo estaba esa pensión,
y que como daba al pasaje, podía llamarme tocando el vidrio por afuera. Una madrugada, me toca el
vidrio. ¡No puede ser! Abro la ventana: Guevara, que buscaba dónde dormir. Se metió y ahí amaneció.
En el orden político era ¡tan inescrupuloso! (Risas)
GMW: Dicen que decía haber sido peleador republicano
MMC: Claro. Decía: ¡Mi carne mordida por la metralla fascista! Tomamos nota. Luego, mozos como
él, contemporáneos que alternaban con él en la chunga y la farra, decidieron verificar la carne mordida
de la metralla fascista. Organizaron una salida un domingo, a un balneario de Quito
GMW: El Tingo
MMC: Fueron con el propósito de descubrir la carne mordida de la metralla fascista. El momento de la
piscina el tipo estaba con la camiseta puesta ¡Ah!, no, no, te sacas la camiseta. Y lo rodearon, eran cuatro
o cinco amigos de su confianza, lo cogieron y le levantaron la camiseta, y… ¡carajo! no había tal mordida
de la metralla fascista (Risas)
GMW: Y ¿Guevara es el autor intelectual del 30 de marzo?54
MMC: No creo que sea el autor intelectual. Fue el operador. El autor intelectual fue Velasco
GMW: A propósito, ayer fueron 50 años de esto
MMC: Sí lo recordé, yo volví a caer preso con motivo del 30 de marzo. Le voy a explicar por qué
Guevara Moreno no es el inventor del 30 de marzo, Como yo había tenido largos diálogos con Velasco,
conocía su criterio sobre el Derecho Constitucional, lo había oído personalmente. Sabía que pensaba
en un régimen presidencialista autoritario, a eso aspiraba. Pues, vino la Constituyente...
GMW: Sobre sus valores sigo pensando que es la más alta cuota de intelecto y honestidad [la Asamblea
Constituyente de 1945] a la que ha llegado el Congreso
MMC: Sí, sí, cometí el error craso e imperdonable de abandonar la diputación. Un día estaba con mi
mujer en casa de unos amigos tomando unos tragos y demás, de pronto escuchamos espuelas. ¿Qué
será? Golpearon la puerta. ¡Intriga! Era un edecán, me dice: El Presidente tiene angustia de hablarle.
Tengo disposición de llevármelo. Le contesto: Bueno, usted comprenderá, este es un caso especial por el cual
debe haber pasado muchas veces. En estas circunstancias, no me puedo presentar. Le pido diga al Presidente
que no me ha encontrado, diga cualquier cosa. Esto me hizo entender su fijación. ¿Qué quería? Un
régimen constitucional, creado para él
GMW: Autocrático
MMC: Presidencialismo autocrático. En la discusión de los principios de la nueva Constitución ¿qué
tenía ese rato yo que aportar? ¡Virtualmente nada! Mi preocupación era formarme como dirigente, no
solamente como militante mecánico que cumple órdenes sino como un sujeto que conoce, interioriza
y profundiza en su ideología. Eso me interesaba a mí
GMW: ¿Lejos ya del Derecho Constitucional?
MMC: Lejos del Derecho Constitucional. A medida que ocurría el debate notaba que solo los mayores
tenían derecho a participar en la formación constitucional, Lovato55, Manuel Agustín...
GMW: Además, abogados
MMC: Además abogados. Yo recién iba a ser abogado. Nunca imaginé que iba a estar en el proceso de
una Constitución ¿no?
GMW: Es decir, ya en un tránsito de poder
MMC: En el tránsito del poder, conformando una Constitución para el país
GMW: Estaba Camilo Ponce56 mismo ¿no?
MMC: No. No estaba. Yo me sentía incómodo porque me parecía que no jugaba un papel en la
votación
GMW: Su presentación en la diputación ¿cómo se dio, para entrar en esto?
MMC: Mi padre era un campesino que vino de Píllaro sin oficio, aquí aprendió en un taller, siendo
dependiente en un tallercito modesto, con una maquinita de mano de las que había entonces que se
movían con el pie, y aprendió a ser un maestro sastre. Este señor hizo que yo fuera abogado.
Investigando conocí la obra histórica sobre América Latina y Bolívar. Aquí hay un capítulo sobre
Bolívar (se refiere a un libro de su autoría)
GMW: ¿Estos son materiales para el estudio de América Latina?
MMC: Deben ser. Recogiendo, capitalizando y desarrollando aquellas expresiones despectivas para
Bolívar, que carecían de fundamento histórico y de respaldo informativo, por las que no es imputable
a Marx una postura antibolivariana, no, simplemente Marx, tan lleno de información en otros aspectos,
no había descubierto quién era Bolívar. Los primeros manuales soviéticos recogían esa postura de Marx,
y la desarrollaban mal: Bolívar era ambicioso, despreciable, etc. Era lo que yo leía. Pasan unos años y
el pensamiento soviético cambia radicalmente, reconoce a otro Bolívar. Yo tuve un poco de duda:
¿Bolívar es eso? ¿Un burgués? ¿Recoge un pensamiento burgués? ¿Nada más allá del siglo XVIII? Pero todavía
mi desarrollo crítico, por mi incapacidad crítica, no comprendía que ese era el pensamiento
dominante… ¡Y no podía ir más lejos! ¿Qué otra cosa podía decir de este hombre? Que su actitud era
eminentemente positiva57, pero que nos liberó de la dominación española. Lo descubro luego y me
convierto en bolivariano crítico
GMW: Y con profundo respeto de su parte, y con emotividad, sensibilidad y cariño
MMC: Descubrí en la correspondencia de Bolívar, que he revisado completa, sus juicios críticos para
la política internacional de la época, y para la política norteamericana, tan frontales como los nuestros
en este momento. No se le puede pedir más. Ya era una actitud crítica hacia la política norteamericana.
Más allá de El Libertador está el germen contra el imperialismo
GMW: Bueno ¿cómo se dio su diputación?
MMC: Yo hice tercero, cuarto y quinto años de secundaria en un colegio de Babahoyo. Había sido
expulsado dos veces del Rocafuerte y me sentía obligado a indemnizar a mi padre quien sufría mucho,
me sentía culpable y aceleré los estudios para recuperar el tiempo perdido
GMW: Logrando el bachillerato
MMC: Que mi padre ambicionaba, como peldaño de sus sueños: mi hijo el doctor. Bueno, allá me
sentía de lo más divertido, y fui sacando conclusiones sobre mi temperamento y mi psicología
GMW: ¿Bohemio, tal vez?
MMC: Bohemio, sí. En Babahoyo encontré la libertad que no tenía con mi padre, que era un hombre
duro. Allá me sentí suelto, pues
GMW: ¿Estaba solo, en Babahoyo?
MMC: Estaba con mi madre, y con un hermano. Pero me sentía solo. Era un pueblo donde no había
intelectuales, no había quien escriba una carta, ni un sobre... ¡Madre mía! (Risas). Me espantaba de los
diputados que escogían en Babahoyo. Conocí a algunos y los traté. Y, no obstante mis cortos años para
una experiencia política de ese tipo, iba midiendo sus estaturas. Este pendejo, me decía, es diputado.
¡Qué diputado! Se llenaban de gente, viejos absolutamente ineptos, que no tenían ideas para nada
GMW: Ignorantes
MMC: De todo. ¡Madre mía! Pobre provincia, ¡carajo! Bueno ahí con mi espíritu abierto, con mi
vocación por la guitarra, las trasnochadas, las mujeres, los amigos, lo demás, empecé a conocer
rápidamente a todas las capas de la población. Los profesores empezaban a decir cosas de mí: este que
viene a crear problemas en el colegio. Me sentí vigilado en ese pequeño pueblo, me sentí marginado.
Hasta que, poco a poco, este bohemio y charlatán se fue metiendo en todas las esferas de la sociedad
GMW: ¿Era un buen amigo?
MMC: Buen amigo, buen bohemio, en todo caso... bueno. Así me conocieron. Algunos me decían:
Qué vaina este sujeto tan simpático. ¡Pero es comunista! ¿no? Ahora es el santo de la Leonora, en la hacienda
ni sé cuánto. ¡Caramba! ¡Caíamos a la hacienda, dábamos sereno y se abrían todas las puertas! ¡A matar
la gallina! ¡Una amanecida con gallina...! ¡Eso en el campo usted no tiene idea de lo que es eso! ¡Es el
campo costeño! Muchos años después a mi regreso del destierro, cuando empiezo a figurar en política,
yo ya era conocido en toda la provincia de Los Ríos. De ahí nació mi candidatura a la diputación. Se
convocó la Constituyente, me llegaron voces de la provincia, el Ruso (a mí me decían el Ruso). El Ruso
tiene que ser. ¿Quién más para eso? ¡El Ruso, carajo! Viene del destierro, ha ido a otros países, bla, bla, bla
GMW: ¿Ya estaba en 29 años?
MMC: Sí. Yo ayudaba al viejo58 en ciertas tareas, dijo un día: Quiero que redacte la Ley de Elecciones.
¿Usted conoce la Ley de Elecciones?, respondí: Sí, yo la he estudiado. Entonces redacté el artículo de los
provinciales para ser diputados. Así llegué a la diputación, no me costó ni un centavo. Además no lo
tenía. Mi hermano tuvo que financiarme el viaje a Babahoyo. Así fue esa diputación. Lamento no
haber cumplido con ese pueblo. Pero era terrible la insistencia del viejo este. ¡No me dejaba vivir!
GMW: Eso viene a ser como un antecedente de la secretaría de información ¿no?
MMC: Exacto. La señora del viejo, la señora Corina, mujer muy delicada, muy sensitiva... Hacía
música. Una mujer llena de condiciones humanas. ¿En qué estábamos?
GMW: Para la formación de la secretaría de información
MMC: ¡Ah! Parece que la señora recogió mucho de mis sugerencias. Sin la menor intención yo le había
dicho a él ¿quién sabía lo que usted hacía, o lo que usted iba a hacer? Respondía: ¡Ah!, yo no sé, señor. Por
la prensa. Era necesaria una oficina de información. Para eso es que me sacó de la Asamblea, y la tal
oficina de información duró 20 días
GMW: ¿Cómo?
MMC: Duro 20 días. ¿Con quién iba a hacer yo la oficina de información? Mucho tuvo que ver el
Primer Sobrino de la República, Acosta Velasco. Creo que se llama Jorge
GMW: Terrible
MMC: Lo traje de secretario a Alejandro Carrión, le puse un telegrama a Loja: Alejandro, ven. Lo había
conocido por la gente de La Tierra59, nos llevábamos bien
GMW: Es del 15, también él
MMC: Exacto. Bueno, llamé a Alejandro sin saber de su velasquismo. No me importaba. Lo que quería
era sacar adelante la oficina. Yo no podía ponerme a redactar, sino a organizar la tenencia de la
información. Puede imaginar que me ocurra a mí hacerme cargo de esa oficina en ese momento
relativamente importante. Tenía amigos de la bohemia quiteña, pura gente de izquierda. Alejandro
Carrión era del socialismo, y yo tenía que escoger a los periodistas
GMW: ¿Alejandro, aceptó?
MMC: Primero me contestó: No tengo con qué salir de Loja. ¡Carajo! ¡Empeña la camisa pero vente! Acá
veremos, acá con sueldo. Se vino. ¿Quién más? Me estoy tratando de acordar... Viteri...
GMW: Atanasio
MMC: ¡Satanasio! (Risas). Inventaban cosas los amigos. Había unas tiras cómicas argentinas, creo, en
las que aparecía un gallo: Satán; igualito... Así decían los amigos, que se inventaban mil cosas, y le
decían de Satanasio. Un día vino este miserable de Jorge
GMW: Jorge Acosta
MMC: Habíamos salido a almorzar y le hace poner candado a la oficina. Me dije: No le voy a reclamar,
ni le voy a pedir nada. El resto se lo puede suponer. En conclusión, desapareció eso, ya no fui ni
diputado ni jefe de la oficina de información, ya no fui nada. Todo esto a uno de los que había
participado activamente, tanto en el destierro como aquí, en el levantamiento de mayo. Fíjese que en
mi casa se prepararon las bombas incendiarias para el cuartel
GMW: Conversemos un poquito sobre esto
MMC: Tengo un hermano mayor -hemos sido varios hermanos, de tres madres distintas-, de la familia
más larga de mi padre que fue con la señora Juana Fabe, él era de la rama Medina Fabe, debe haberlo
oído nombrar como velasquista propiamente dicho, tuvo a su cargo la preparación de bombas
incendiarias que se trasladaron disimuladamente en canastas, en un automóvil que tenía Rafael
Mendoza Avilés60. Con esas bombas se incendió el cuartel
GMW: Que era la fortaleza de Arroyo aquí
MMC: La tarde del 27 pudimos escondernos, Pancho Arízaga, Armando Espinel y yo, en un cuarto
pequeño en casa de un cuñado de Armando, que era ministro de la Corte Superior de Justicia de
Guayaquil. Y me disponen: Tú te vas a Balao61, a traer a la gente de César Montúfar que está
comprometido con el movimiento, a un regimiento militar donde hay 50 hombres. Te vamos a dar la lancha
más grande que podamos conseguir, y traes a la gente que puedas. Los traes armados. Salí de la casa, me
embarqué en esa lancha. Balao, es un puerto. ¿Ha navegado usted?
GMW: No. En la costa, no
MMC: Entonces, llego a Balao, desembarco y lo primero que veo frente del desembarcadero es una
casa de caña y un oficial. Me digo ¿y si me pregunta algo? Tenía las cartas para Montúfar. Para esto
empieza a pasar gente conocida que me decía: Tú ¿qué haces aquí? ¿A qué has venido? ¡Carajo!, ya mismo
me descubren, me dije. Me aventuré con el oficial: Disculpe, señor, buenas noches ¿puede darme una
información sobre el doctor Montúfar? Se acusó el hombre: ¡Ah, mucho gusto! Son los hombres de
Guayaquil... Resultaba estar en el preparativo
GMW: ¿Cuántos hombres eran?
MMC: Él tenía 50 pero no se pudo trepar a nadie, era una lancha pequeñita. Además, no había
comprometido a nadie
GMW: ¿Podían tomarlo preso?
MMC: Claro, a los dos. César se vino conmigo. Llegamos a la madrugada. Después me presenté a la
zona para dar razón
GMW: Arroyo ya estaba asilado
MMC: Ya. Aquí me dijeron: Quédate, eres el representante de Alianza Democrática, así que el jefe de
guardia tiene que consultarte y no dar el paso, sin consultar antes. Ese rato me designaron jefe de la plaza,
sin nombramiento y sin nada. En la madrugada llamaron por teléfono a decir que estaban disparando
contra la casa de don Enrique Baquerizo Moreno62, que había sido gobernador de la provincia
GMW: ¿Hermano de Alfredo63?
MMC: Hermano, personaje muy discutido, Gobernador de la provincia en el régimen de Arroyo
GMW: Retomando ¿el periodismo se dio espontáneamente en Chile?
MMC: El Siglo, me abrió las puertas
GMW: Aunque ya había la experiencia ecuatoriana
MMC: En el arroyismo, esa era mi experiencia y me abrió un flanco no solamente en El Siglo sino
después en la Librería Nacimiento que me mandó a recorrer el país, imagínese, vendedor de la librería.
Eso fue muy importante para mí, una lección profunda de todo orden, histórico, antropológico,
político. Concepción era una ciudad muy importante, universitaria, al lado de Lota, la ciudad del
carbón. En el Concejo Municipal me recibieron muy bien. Un día noté que el paseo que me hacían
dar era siempre alrededor del parque central, al frente estaba la iglesia y alrededor había una villitas, yo
sabía que detrás de esa apariencia había una miseria desgarradora. Un día les pedí a los camaradas que
me lleven allá, me dijeron: allá no hay que ir. Finalmente tuvieron que llevarme. ¡Ay, compañero! No
he visto un cuadro de miseria más grande en ningún otro país. Y lo ocultaban ¡mire el nacionalismo!
GMW: Chauvinismo
MMC: Cercano al chauvinismo, lindando. Eso fue para mí una mala experiencia
GMW: Hay algo que me tocó las fibras, usted dijo: No quiero obtener otra pesadumbre, de saber si existe
o no civismo en las nuevas generaciones. Creo que no, el aporte que uno pueda hacer -tengo a mi favor
el hacer música-, es la comunicación real. Quisiera de usted orientaciones hacia la identidad nacional,
hacia su fortalecimiento. Vivo más de 20 años en Quito, pero guardo alguna relación con los lojanos
y me cuentan que un hijo le dice a su mamá -ella tiene un hotel en Loja-, Mamá, está muy sucio el hotel.
Así no van a venir muchos clientes. ¿Por qué no hace barrer un poco la entrada? La mamá le dice: ¿Con
quién? ¡Si toditos están en el Congreso! (Risas). Por ahí estamos.
La experiencia de su vida en torno al desarrollo político del país, como testigo y actor, nos ha ido
demostrando cuán democrática han sido la primera mitad del siglo, la ciudad de Guayaquil y la
provincia del Guayas. ¿A qué se puede -no a quién-, responsabilizar de este paulatino cambio por el
cual el populismo y la derecha se han ido tomando la ciudad hasta despersonalizarla, incluso en sus
niveles intelectuales?
MMC: Esta era una ciudad de crecimiento, no solo poblacional. El fenómeno del concertaje64,
originalmente del campo serrano, también tuvo lugar en la costa donde no prosperó y desapareció, al
inicio de la exportación de cacao. Los grandes hacendados costeños liberan a sus conciertos que dejan
de ser esclavos y pasan a ser jornaleros asalariados, viven de su salario, y como hay demanda de mano
de obra, incluso hay disputa por eso. Quien paga más es quien más produce con buena mano de obra.
Muy bien, el espíritu democrático liberal se mantiene desde la Independencia, ya habíamos dejado de
pertenecer a la Corona que controlaba nuestras exportaciones al punto de llevar el cacao primero al
Callao, lo cual lo encarecía. Bueno, en la Independencia la economía estimulaba un tipo de
pensamiento político soberano, que comenzó a crecer. El costeño que gana un buen salario y el artesano
que vende bien sus productos, tienen aires distintos. Se sienten un poco independientes, un poco
dueños de su situación. Dentro de todo eso nace este círculo de relaciones, nace un espíritu
democrático en la costa, en Guayaquil.
Después García Moreno65 mutiló la provincia pero ese espíritu se mantiene hasta la Revolución
Liberal66. Alfaro fue patrocinado por la oligarquía exportadora que más tarde es dueña de la banca,
fundiéndose las oligarquías exportadoras con las bancarias. Esa es la fuerza de la revolución, la fuerza
democrática de la Revolución Liberal, cuyo espíritu se va perdiendo con el arrastre de Alfaro y el triunfo
de Plaza67. Era otro tipo de hombre, para mí nunca fue una figura grata; Plaza tenía otros nexos, otros
vínculos. Era distinto, no había concebido su vida como una vida de lucha, en cambio Alfaro fue un
guerrillero permanente. Plaza no. Él fue un señorito que escogió la carrera militar porque en ese tiempo
significaba mucho
GMW: Prestigio
MMC: Sí. Luego su matrimonio, su radicación en la sierra, lo convierten en el favorito de las clases
altas de los serranos eminentemente agrícolas, grandes poseedores de tierras, grandes latifundistas. Con
ese respaldo surge su figura justo cuando la sierra, que se sentía postergada, necesitaba reivindicar su
personalidad regional. No olvidemos el problema regional, la geografía nos ha jugado, creo que una
mala pasada, ha establecido regiones que precisaron personalidades propias. El oriente ecuatoriano está
reclamando ahora, recién, su personalidad; las etnias reclaman su personalidad y su reconocimiento
como naciones independientes, inclusive, lo cual es una exageración. Bueno, pero por eso la sierra
encontró en Plaza a su líder. Lo adoptó
GMW: Por la señora Lasso, además...
MMC: Sí, él con su matrimonio se afincó en la voluntad social y política de la oligarquía serrana,
oligarquía latifundista. Con Plaza en el poder se produce el arrastre de Alfaro, hecho de enorme
trascendencia política, los asesinatos de Alfaro y su grupo: Coral68, Serrano69. Usted va a encontrar ahí
a Peralta, la figura más avanzada del liberalismo. ¿Sabía que había sido jesuita? Un hombre muy
ilustrado
GMW: Claro, por supuesto
MMC: Se hizo liberal justamente por su ilustración. Bueno, se plantea la abolición del concertaje como
decreto del congreso para la eliminación de las deudas, fundamento del concertaje, de los campesinos.
Así se expone para no proponer frontalmente la abolición del concertaje; pero finalmente llevaba a su
eliminación. Por otro lado, hay que pensar que este país dividido por la geografía, con una masa
poblacional mayoritariamente analfabeta, era como en las novelas o películas del viejo oeste. Se buscaba
al hombre, hasta ahora la gente dice: Este es el hombre. El caudillo, el líder, el bravo
GMW: El guía. De valentía, entereza, que asume todos los riesgos
MMC: Así se va modelando el país; primero, con sus políticas regionales, sus economías regionales;
dentro de lo cual Guayaquil va creciendo poblacionalmente. ¿Con qué va creciendo? Con las
migraciones campesinas, que no terminan hasta hoy, que han engrandecido y extendido su perímetro.
¿Qué son, políticamente, esas masas campesinas que abandonan el campo y vienen a la ciudad con la
perspectiva de encontrar alguna forma de trabajo? Hay un famoso telegrama, no me acuerdo de quién,
que cuando el candidato oficial gana, digamos con 30 mil votos, este telegrama al Presidente de la
República dice: Listos nuestros 30 mil votos. Avisen si necesitan más (Risas). Es histórico en este país
GMW: Incluso el caso de Huerta-Ponce en el 56, cuando el cura Armijos metió 4 mil votos, según se
dice de contrabando. Ese es el arranque de esta pregunta, el populismo como tal
MMC: ¿Cuál fue el respaldo de Bucaram? ¿Cuál fue el respaldo del otro Bucaram, el fundador, Assad70?
Y ¡óigame bien! El lenguaje de Bucaram, no fue propio; le voy a decir de dónde viene ese lenguaje: de
Guevara Moreno, había que oírlo, y Bucaram se expresa igual
GMW: ¿Y no dicen que el lenguaje de Guevara Moreno, a su vez, viene de Gaitán71? ¿Incluso el a la
carga?
MMC: Puede ser... creo que tengo el disco de Gaitán. Él vino acá y dio una conferencia en la
Universidad de Guayaquil, la gente se emocionó mucho con ese gran orador. En ese tiempo no era
posible diferenciar un orador de otro porque todos tenían más o menos el mismo nivel, pero este
hombre los superaba. Con Guevara y Bucaram la chusma reacciona porque por primera vez denuncian
en tono condenatorio a las trincas, como no lo había hecho ningún otro político antes. Ese es el éxito
de Guevara, de Bucaram, de Velasco Ibarra
GMW: El famoso Bogotazo72 de Gaitán, tal vez con un conflicto adicional por la extensión de la
rivalidad liberalismo-conservadurismo
MMC: Ésa es una extensión de decenios. Ahí ha corrido mucha sangre
GMW: Bueno, históricamente tenemos el ascenso de Baquerizo Moreno, la Revolución Juliana73,
Ayora74; los Cuatro Días75, Bonifaz; la primera caída de Velasco76; pero en el 44 encontramos una
izquierda crecida que desde Guayaquil inunda al país, hace 50 años. Pero hasta qué punto es real el
aporte, la dirección ideológica y política de ese proceso
MMC: Veamos la situación con frialdad, ¡con una bolsa de hielo en la cabeza! Hubo un fenómeno que
movilizó la emotividad, la conciencia nacional. Conservadores y comunistas nos sentimos mutilados.
No me puedo olvidar nunca que de muchacho entraba a mi clase y lo primero que veía era un inmenso
mapa, con los límites del Ecuador formando un triángulo que se iniciaba en el Amazonas, lindando
con el Brasil, y se cerraba en el Golfo de Guayaquil. Con esa imagen nos hicimos hombres, y como le
dije, en la escuela nos enseñaron primero la Patria
GMW: Lema del laicismo
MMC: Yo tenía 25 años y lloré con la noticia del protocolo. Había que ver a la gente en la calle, nadie
quería hablar del asunto, habíamos sido traicionados y entregados porque Arroyo no permitió que
marche a la frontera alguna fuerza del ejército, lo detuvo en Cuenca. Habría que poner
responsabilidades por el terreno que se pierde del Guayaquil rebelde tras esa figura fantasmal del
ausente, cuando se hace cargo otra vez del poder en el 44. La firma del tratado fue el 41 y la Revolución
del 28 de Mayo, el 44. Apenas tres años, la profunda conmoción no se había desvirtuado
GMW: Más bien, desencadenaría
MMC: Aprovechó lo que quedaba de esa emotividad popular. Y siguió el lenguaje de las trincas, de las
cuales era un servidor e intérprete. Yo tuve un incidente en el año 33
GMW: 34-3577
MMC: Bueno, 34-35. Viene Velasco Ibarra a hacer una presentación popular, yo ya tenía cierta
conciencia política, tenía dudas, inquietudes y sospechas sobre todo. Y cuando este hombre habla de
las trincas y demás, le grito: ¡Farsante! La masa se lanzó contra mí, tanto que un hombre me agredió.
Como usted sabe, Velasco una cadena de populistas hasta Febres Cordero78 y Nebot79. Ya dije que en
el 44 la izquierda sí capitalizó el desencanto y el despertar, pero no era un desencanto respecto de la
oligarquía sino respecto de la entrega; y no se identificaba la entrega con el dominio de las oligarquías.
El año 44, visto desde adentro y desde afuera, simplemente no ofrecía otra opción, estaba la figura del
gran ausente con sus declaraciones discursivas, vanas e imprecisas, pero que con impresionante retórica,
denuncia el fraude. No había otro camino. Teníamos la obligación de acercarnos a este hombre.
Arízaga tenía un valor provincial, no nacional. Velasco era figura dentro y fuera del país. Intelectual,
profesor, conferencista. ¿Quién podía discutir eso?
GMW: ¿No había una proyección nacional de Arízaga?
MMC: La candidatura de Arízaga Luque nunca hubiera podido sustituir a la de Velasco Ibarra, quien,
además, había congregado a la totalidad de los partidos. Yo conocí a Arízaga Luque, traté con él, era
demasiado limitado, de cultura muy superficial. No podía llegar a la altura del pensamiento de Velasco,
aunque este era difuso
GMW: ¿Caótico y todo?
MMC: Pero era un pensador. Él mismo declaró alguna vez: Soy hombre del siglo XVII
GMW: Claro, jesuita ¿no?
MMC: Jesuita
GMW: Pero sin hallar responsabilidades individuales o parciales ¿el proceso se engendra en los
exportadores cacaoteros y va determinando que Guayaquil hoy esté derechizado absolutamente?
MMC: Hay que sumar otros factores. Al comienzo fue esa la fuerza determinante, después hay otras
fuerzas, comienza el artesanado, empieza la industrialización. La sociedad se fue modelando,
adoptando nuevas formas, incorporando nuevos elementos: una nueva forma de pensar clasista. En el
15 de noviembre, hubo un movimiento clasista
GMW: En el 44 ¿un movimiento nacional?
MMC: Multiclasista, policlasista, pueblo partidario
GMW: ¿De la misma naturaleza, quizás, del que logró derrocar a la junta militar del 66?
MMC: Pero sin mayor cohesión, y sin mayor respaldo popular. Además, los militares se sintieron tan
acorralados que no les quedó otro remedio que entregar el poder. Pero no me parece que profundizó
la conciencia nacional sino en las clases superiores de la sociedad y de la prensa, que jugó un gran papel,
tenían a El Universo encima
GMW: Mi padre decía: Cuando vean ustedes que El Comercio80 se le pasa de lado al Presidente, es que ya
mismo se cae. Además en el 66 ocurrió otro fenómeno, a diferencia del 44, la Revolución Cubana
MMC: Sí, sí, sí
GMW: A partir de lo sucedido en la última década a nivel universal. En lo personal, Manuel Medina
Castro ¿cómo ve el futuro?
MMC: Dispersión de la izquierda. Y me parece fatal, si partimos de que nuestra fuerza de combate
debe ser la organización. Ha muerto Manuel Agustín81, hombre proclive al entendimiento, al diálogo
GMW: A pesar de su sectarismo
MMC: Yo lo recibí en La Habana, estuvo en mi casa. No estoy de acuerdo con muchas de sus cosas
pero no se puede dejar de respetar a esta figura. No tenemos otro Manuel Agustín, otra figura así tan
grande. Primero porque no hemos logrado serlo; segundo, porque cuando empezamos a sacar la cabeza,
la prensa burguesa nos sumerge otra vez en la mediocridad y en la ignorancia
GMW: Ese es el drama
MMC: Por eso es que Abdalá82 avanza sobre terreno abandonado. La izquierda ha abandonado sus
posiciones, su influencia en el movimiento laboral. Nuestra vitalidad está perdida
GMW: De acuerdo con eso volveríamos prácticamente a inicios del siglo: Tenemos que empezar a
buscar quién es el hombre
MMC: ¿Quién es el hombre? ¿Qué dice el taxista? Señor, nos ofrecen todo, y después lo que hacen es robar
GMW: Pero, habría una especie de contradicción. Dice hoy una encuesta de El Universo, que Xavier
Neira, representante del Partido Social Cristiano, va a sacar el 53% de los votos
MMC: Sí, así vi
GMW: Entonces, lo que pasa es que ese cabreo momentáneo no deja espacio para la reflexión
MMC: Y, además ¿con quién? ¡Hágame el favor! ¿Quién enfrenta a Febres Cordero?
GMW: Sólo los Bucaram
MMC: ¡Ah! Bueno, los Bucaram
GMW: Entonces, no hay nada
MMC: Nada. Según encuestas en provincias es muy grande Febres Cordero, y Abdalá Bucaram
también es muy grande, esas son las opciones. No veo posibilidad más o menos próxima de reencontrar
un camino. La lucha de clases sofocadas. Entonces ¿con quién cuenta usted? Los barrios suburbanos
son propiedad privada de Abdalá Bucaram
GMW: Apología de la bondad
MMC: Está bien dicho, apología de la bondad. Se apiada de viejitas, ama a todos, salen las hordas de las
covachas a abrazarlo, y este hombre, gustoso y feliz con el abrazo, reparte besos a todos
GMW: ¿Tendrá que ver aquello tan propagado por la prensa sobre el fin de las ideologías?
MMC: No, eso es absurdo
GMW: ¿O es, simplemente, como yo diría en un tema musical: el tumulto de los desesperados, nada
más? ¿Por qué se vota así?
MMC: Han perdido representatividad, han perdido perspectiva, han perdido capacidad orgánica y
organizativa. Esto ha ocurrido con todas las ideologías, porque al fin y al cabo hay que convenir en que
todas ofrecieron un mundo mejor y ninguna lo alcanzó. Eso tenemos que admitirlo nosotros, en
nuestro análisis. Ahora bien ¿qué es lo que pasó? Que ninguna ideología supo revisarse a tiempo,
cuando Lenin murió dijo por escrito, en el último tomo de sus obras completas, que sus libros debía
de ser revisados
GMW: Tal vez, nunca más se han vuelto a abrir
MMC: Se convirtió en dogma el: como dijo Lenin. Aquí también se decía: como dice Pedro
GMW: Muchas gracias, doctor Medina
MMC: Muchas gracias a usted

Citas

1.   William James Sidis (New York, EEUU, 1 de abril de 1898 - Boston, EEUU, 17 de julio de 1944),
considerado el hombre más inteligente de la historia. A los 7 años escribió cuatro libros de Anatomía.
A los 11 ingresó a Harvard y a los 16 se graduó de Medicina
2.   Especie botánica nativa de flores amarillas que crece en Los Andes
3.   Nombre que se le da en la sierra andina al colibrí
4.   Julio Antonio Mella (La Habana, Cuba, 25 de marzo de 1903 - Ciudad de México, México, 10 de
enero de 1929), periodista y revolucionario
5.   Tina Modotti (Údine, Italia, 17 de agosto de 1896 - México D.F., México, 5 de enero de 1942),
fotógrafa y activista política. Compañera de Julio Antonio Mella
6.   Edward Weston (Higland Park, EEUU, 24 de marzo de 1886 - Wildcat Hill, EEUU, 1 de enero de
1958), fotógrafo destacado por la utilización del primer plano
7.   Pino Cacucci, Tina Modotti, Barcelona, España, Circe bolsillo, 1992, p.108
8.   Augusto Nicolás Calderón Sandino, conocido como Augusto César Sandino (Niquinohomo,
Nicaragua, 18 de mayo de 1895 - Managua, Nicaragua, 21 de febrero de 1934), político y
revolucionario
9.   Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga (Vicuña, Chile, 7 de abril de 1889 – New
York, EE UU, 10 de enero de 1957), poeta, maestra y diplomática. Premio Nobel de Literatura en
1945
10.   Anastasio Somoza (León, Nicaragua, 5 de diciembre de 1925 - Asunción, Paraguay, 17 de julio de
1980), ingeniero, militar, político. Presidente de Nicaragua entre 1967 y 1972, 1974 y 1979
11.   Guerra Civil Española, conflicto social, político, militar y económico, desencadenado en España tras el
fracaso parcial del golpe de Estado de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el
gobierno de la Segunda República Española. Finalizada el 1 de abril de1939 con la declaratoria de
victoria por parte de Francisco Franco, quien estableció una dictadura que duraría hasta su muerte, en
1975
12.   José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, Ecuador, 25 de junio de 1842 - Quito, Ecuador, 28 de enero
de 1912), militar, Presidente de la República de 1897 a 1901, y de 1906 a 1911. General de división
del Ejército del Ecuador desde 1895 y líder de la Revolución Liberal (1895-1924). Por su rol central en
las batallas de la revolución ya entrado en años, y por haber combatido al conservadurismo por casi 30
años, es conocido como el Viejo Luchador
13.   Abelardo Moncayo (Pasto, Colombia, 6 de junio de 1847 - Quito, Ecuador, 29 de junio de 1917),
político, educador y escritor. Compañero y colaborador de Eloy Alfaro en la Revolución Liberal
14.   Roberto Andrade (cantón Bolívar, hoy provincia del Carchi, 26 de octubre de 1850 – Guayaquil,
Ecuador, 27 de octubre de 1938), escritor y político
15.   José Peralta (Cuenca, Ecuador, 11 de mayo de 1859 - Quito, Ecuador, 27 de diciembre de 1937),
político, diplomático, teórico, ideólogo de la Revolución Liberal
16.   Julio Andrade (cantón Bolívar, hoy provincia del Carchi, Ecuador, 21 de octubre de 1866 – Quito,
Ecuador, 5 de marzo de 1912), militar y político
17.   Manuel Medina Castro, Para la historia nacional de la codicia, Guayaquil, Ecuador, Casa de la Cultura
Ecuatoriana. Núcleo del Guayas, 1992, p.16-20
18.   Pedro Antonio Saad Niyaim (Guayaquil, Ecuador, 19 de mayo de 1909 – Guayaquil - Ecuador, 26 de
febrero de 1982), abogado, sindicalista, político, asambleísta. Secretario general del Partido Comunista
del Ecuador desde 1952 hasta 1980
19.   Manuel Medina Castro, Ibídem. P.157
20.   Carlos Alberto Arroyo del Río (Guayaquil, Ecuador, 27 de noviembre de 1893 - Guayaquil, Ecuador,
31 de octubre de 1969), político. Presidente del Ecuador, 1940-1944, derrocado por la Revolución del
28 de Mayo de 1944
21.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), abogado, escritor. Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de
ellas se autoproclamó dictador. Completó su mandato constitucional en una ocasión. Velasco lideró la
escena política ecuatoriana durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominó a su radio de
influencia política, velasquismo
22.   Marmaduke Grove (Copiapó, Chile, 6 de julio de 1878 - Santiago de Chile, Chile, 15 de mayo de
1954), militar y político
23.   Salvador Guillermo Allende Gossens (Valparaíso, Chile, 26 de junio de 1908 - Santiago de Chile,
Chile, 11 de septiembre de 1973), médico y político. Presidente de Chile, 1970-1973, muerto durante
el golpe de Estado militar liderado por Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973
24.   Ricardo Fonseca Aguayo (Puerto Saavedra, Chile, 17 de enero de 1906 - Santiago de Chile, Chile, 21
de julio de 1949), profesor y político
25.   Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Memorias. Barcelona, España, Seix Barral, 1974, p.248
26.   Pedro Jorge Vera, Gracias a la vida, Quito, Ecuador, Editorial Voluntad, 1993, p.71
27.   Jean-Paul Charles Aymard Sartre, conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre (Paris, Francia, 21 de
junio de 1905 - Paris, Francia, 15 de abril de 1980), filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista
político y crítico literario, exponente del existencialismo y del marxismo humanista
28.   Ángel F. Rojas, Prólogo a Estados Unidos y América Latina, siglo XIX, Premio Casa de las Américas,
Guayaquil, Ecuador, Universidad de Guayaquil, 1987, p.3-8
29.   Carlos Marx (Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido, 14 de marzo de
1883), filósofo, sociólogo, economista e intelectual alemán de origen judío. Con una vasta e influyente
obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía,
y también en el periodismo y en la política, proponiendo la unión de la teoría y la práctica
30.   Pablo Neruda, seudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, Chile, 12 de julio de 1904
– Santiago de Chile, Chile, 23 de septiembre de 1973), poeta, político y diplomático. Premio Nobel
de Literatura, 1971
31.   Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, Guayaquil, fundado bajo el nombre de Colegio San Vicente de
Guayaquil el 26 de diciembre de 1841, posteriormente, el 10 de diciembre de 1900 es renombrado
como Vicente Rocafuerte
32.   Pedro Jorge Vera (Guayaquil, Ecuador, 16 de junio de 1914 - Guayaquil, Ecuador, 5 de marzo de
1999), escritor, periodista y político
33.   Julio Antonio Mella (La Habana, Cuba, 25 de marzo de 1903 - Ciudad de México, México, 10 de
enero de 1929), periodista y revolucionario
34.   Las Catilinarias, conjunto de 12 ensayos del escritor ecuatoriano Juan Montalvo escritos entre 1880 y
1882. Los ensayos desarrollan una crítica mordaz contra el dictador Ignacio de Veintimilla, 1876-1883,
su contemporáneo
35.   Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, Ecuador, 13 de abril de 1832 - París, Francia, 17 de enero de
1889), ensayista y novelista, de pensamiento liberal y anticlerical, opuesto a Gabriel García Moreno e
Ignacio de Veintemilla. Entre sus obras destacan, Las Catilinarias, 1880. Siete tratados, 1882. Geometría
Moral, póstumo, 1902
36.   Se refiere al periódico mural de nombre Mella, llamado así en honor a Julio Antonio Mella
37.   Alfredo Vera Vera (Guayaquil, Ecuador, 28 de junio de 1910 - Guayaquil, Ecuador, 18 de julio de
1999), abogado, escritor y político. Cofundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
38.   Carlos Guevara Moreno (Riobamba, Ecuador, 19 de julio de 1911 – Quito, Ecuador, 20 de agosto de
1974), médico y político ecuatoriano
39.   José Luis Tamayo Terán (Chanduy, Ecuador, 29 de julio de 1858 - Santa Elena, Ecuador, 7 de julio
de 1947), abogado y político. Presidente del Ecuador, 1920-1924
40.   Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo (Real Audiencia de Quito, actual Ecuador, 21 de
febrero de 1747 - Real Audiencia de Quito, actual Ecuador, 27 de diciembre de 1795), médico,
abogado, político, investigador, científico, escritor, periodista, ideólogo. Prócer de la Independencia
41.   Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco, conocido como Simón
Bolívar (Caracas, Capitanía General de Venezuela, 24 de julio de 1783 - Santa Marta, Colombia, 17
de diciembre de 1830), militar, estadista y político. Mentalizador y creador de la Gran Colombia, figura
destacada de la emancipación americana frente al Imperio español. Llamado el Libertador por su
contribución decisiva con las independencias Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela
42.   Vladimir Ilich Uliánov, conocido como Lenin (Simbirsk, Rusia, 22 de abril de 1879 - Gorki, URSS,
21 de enero de 1924), político, revolucionario, teórico político ruso, principal líder bolchevique de la
Revolución de Octubre. Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Líder de la URSS. Sus
contribuciones al pensamiento marxista reciben el nombre de leninismo
43.   Nombre dado a la tendencia de apoyo al presidente Carlos Alberto Arroyo del Río
44.   Pedro Aguirre Cerda (Pocuro, Chile, 6 de febrero de 1879 - Santiago de Chile, Chile, 25 de noviembre
de 1941), político, educador y abogado. Presidente de Chile entre 1938 y 1941
45.   Alianza Democrática del Ecuador (ADE), organización política a la que confluyeron partidos políticos,
organizaciones y personas de distinta vertiente para derrocar al régimen autoritario del Expresidente
Carlos Arroyo del Río, depuesto de sus funciones por la revolución conocida como la Gloriosa, el 28 de
mayo de 1944
46.   Francisco Arízaga Luque (Barranco, Lima, Perú, 6 de enero de 1900 - Guayaquil, Ecuador, 22 de
octubre de 1964), abogado y político. Presidente de la Asamblea Constituyente de 1945
47.   Ángel Felicísimo Rojas (Loja, Ecuador, 31 de diciembre de 1909 - Guayaquil, Ecuador, 19 de julio de
2003), abogado, escritor y político
48.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
49.   Volodia Valentín Teitelboim Volosky (Chillán, Biobio, Chile, 17 de marzo de 1916 - Santiago de
Chile, Chile, 31 de enero de 2008), abogado, político y escritor chileno
50.   Referencias a José María Velasco Ibarra
51.   Té que se toma en Chile a las cinco de la tarde
52.   Carlos Contreras Labarca (Bulnes, Chile, 25 de febrero de 1899 - Santiago de Chile, Chile, 2 de agosto
de 1982), político. Secretario general del Partido Comunista
53.   Julio Tobar Donoso (Quito, Ecuador, 25 de enero de 1894 - Quito. Ecuador, 10 de marzo 1981),
abogado y diplomático. Canciller de Carlos Arroyo del Río, firmante del Protocolo de Río de Janeiro
por el cual Perú cercenó territorio al Ecuador
54.   30 de marzo de 1946, día en que Velasco Ibarra se autoproclamó dictador
55.   Juan Isaac Lovato Vargas (Quito, 21 de septiembre de 1904 - Quito, 14 de enero de 2001), abogado,
catedrático, político y diplomático ecuatoriano
56.   Camilo Ponce Enríquez (Quito, Ecuador, 31 de enero de 1912 – Quito, Ecuador, 13 de septiembre de
1976), jurista y político conservador. Presidente de la República desde 1956 a 1960. Fundador del
Partido Social Cristiano
57.   Se refiere a la corriente de pensamiento positivista
58.   Se refiere al presidente Velasco Ibarra
59.   Medio de prensa escrito, ya desaparecido
60.   Rafael Mendoza Avilés (Guayaquil, 25 de septiembre de 1899 - Guayaquil, 23 de abril de 1977),
médico y político. Diputado en la Asamblea Constituyente de 1945
61.   Cantón de la provincia del Guayas
62.   Enrique Baquerizo Moreno (Guayaquil, Ecuador, 26 de junio de 1861- Guayaquil, Ecuador, 23 de
noviembre de 1946), político
63.   Alfredo Baquerizo Moreno (Guayaquil, Ecuador, 28 de septiembre de 1859 - Nueva York, EE UU, 20
de marzo de 1951), político. Presidente del Ecuador, 1916-1920
64.   Contrato mediante el cual un indígena se obligaba a realizar trabajos agrícolas de manera vitalicia y
hereditaria, sin recibir salario o recibiéndolo en cantidad mínima, de manera que la reproducción
familiar generaba al indígena una deuda que se acumulaba
65.   Gabriel García Moreno (Guayaquil, Ecuador, 24 de diciembre de 1821 - Quito, Ecuador, 6 de agosto
de 1875), abogado y político. Presidente del Ecuador entre 1861-1865, y 1869-1875
66.   Revolución Liberal, acaecida en 1895 como una guerra civil liderada por Eloy Alfaro Delgado, quien
arremetió con sus huestes llamadas montoneras. Alfaro es nombrado Jefe Supremo de la República, en
1896 se establece la Asamblea Constituyente Liberal y en 1897 se expide una Constitución de corte
liberal. Esta revolución incorporó el laicismo y otorgó derechos civiles fundamentales. La construcción
del ferrocarril Quito-Guayaquil contribuyó al proceso del Estado-Nación. En 1912 Alfaro es asesinado
y con ello finaliza la Revolución Liberal
67.   Leónidas Plaza Gutiérrez (Bahía de Caráquez, Ecuador, 18 de abril de 1865 - Guayaquil, Ecuador, 17
de noviembre de 1932), militar. Presidente del Ecuador, 1901-1905 y 1912-1916. Se lo vincula
directamente con el asesinato de Alfaro y sus lugartenientes en el panóptico de Quito, puesto que fue
quien encarceló al Expresidente y Jefe Supremo al regresar al Ecuador desde su exilio en Panamá, el 4
de enero de 1912, e incitó y enardeció a verdaderas hordas dispuestas a todo
68.   Luciano Coral Morillo (Tulcán, Ecuador, 15 de abril de 1867 - Quito, 28 de enero de 1912), periodista,
militar y político. Personaje destacado de la Revolución Liberal, colaborador directo de Eloy Alfaro,
junto con quien muere asesinado en Quito
69.   Manuel Serrano Renda (Machala, Ecuador, 1844 - Quito, Ecuador, 28 de enero de 1912), militar y
político
70.   Assad Bucaram Elmhalin (Ambato, Ecuador -lugar de nacimiento cuestionado-, 24 de diciembre de
1916 - Guayaquil, Ecuador, 5 de noviembre de 1981), político. Líder del partido Concentración de
Fuerzas Populares (CFP)
71.   Jorge Eliécer Gaitán (Bogotá, Colombia, 23 de enero de 1903 - Bogotá, Colombia, 9 de abril de 1948),
abogado y político. Su asesinato produjo revueltas populares conocidas como El Bogotazo
72.   El Bogotazo, episodio de violentas revueltas, desórdenes y represión en Bogotá contra el presidente
colombiano Mariano Ospina Pérez por el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948
73.   El 9 de julio de 1925 un golpe de Estado protagonizado por la Liga Militar derroca al presidente
Gonzalo S. Córdova y lo sustituye por una Junta de Gobierno de siete miembros. Se inicia la Revolución
Juliana por desgaste del Estado liberal, y como reacción a la plutocracia, hegemonía de la banca privada
sobre el Estado
74.   1925
75.   1932
76.   1935
77.   Primera presidencia de José María Velasco Ibarra
78.   León Esteban Francisco Febres-Cordero Ribadeneyra (Guayaquil, Ecuador, 9 de marzo de 1931 -
Guayaquil, Ecuador, 15 de diciembre de 2008), político, legislador, alcalde de Guayaquil, dirigente del
Partido Social Cristiano. Presidente del Ecuador, 1984-1988
79.   Jaime Nebot Velasco (Guayaquil, Ecuador, 1921- Guayaquil, Ecuador, 2001), abogado y político,
cercano a Velasco Ibarra. Padre de Jaime Nebot Saadi
80.   Periódico quiteño, fundado en 1906 por César y Carlos Mantilla Jácome
81.   Manuel Agustín Aguirre Ríos, (Loja, Ecuador, 12 de julio de 1903 - Quito, Ecuador, 12 de septiembre
de 1992), dirigente político y catedrático. En varias ocasiones secretario general del Partido Socialista
del Ecuador, fundador y primer secretario general del Partido Socialista Revolucionario Ecuatoriano.
Primer decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador
82.   Abdalá Bucaram Ortiz (Guayaquil, Ecuador, 20 de febrero de 1952), abogado y político. Fundador
del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). Alcalde. Presidente del Ecuador, 1996-1997
 
José Gómez Izquierdo
Guayaquil, Ecuador, 15 de marzo 1925
Guayaquil, Ecuador, 10 de agosto 2006

Realizó estudios de Jurisprudencia en la Universidad de Guayaquil, y trabajó en la cancillería del Ecuador, pero decidió cambiar la diplomacia
y las leyes por el sacerdocio para dedicar su vida al servicio de los más pobres. Así, a los 28 años ingresa al seminario y se ordena en Roma en
1959, donde conoce al Papa Juan XXIII. Fue llamado el cura rojo y revolucionario. Compartió ideales de justicia social con monseñor Arnulfo
Romero (El Salvador), Helder Cámara (fundador de la Teología de la Liberación), y monseñor Leonidas Proaño. Fue párroco del populoso
barrio La Ferroviaria de Guayaquil durante varios años

JOSÉ  GÓMEZ  IZQUIERDO    


EL  PADRE  PEPE  

Durante la era colonial, en América Latina, en Asia y en África, el trono y el altar, el colonizador y el misionero
asumían un proyecto único, y juntos establecían el nuevo orden político y religioso. Imperaba el evangelio del
Poder, no el poder del Evangelio.
Leonardo Boff

ue el Papa Juan XXIII, llamado Ángelo Giuseppe Roncalli, quien, al convocar el Concilio

F Vaticano II, ofrendó al mundo una nueva visión de la Iglesia Católica, fundamentada en la
devoción cristiana a través de su doctrina social y en la opción por los pobres. Las encíclicas de
Juan XXIII: Mater et Magistra y Pace en Terris, así como la culminación del Concilio por parte
del Papa Paulo VI, llamado, Giovanni Battista Montini, fueron un suceso universal por las
consecuencias y la toma de posición de sacerdotes profundamente enraizados con sus pueblos, en
particular, y en lo que tiene que ver con América Latina, a través del surgimiento de la Teología de la
Liberación1.

La Constitución pastoral Gaudium et Spes, obra del Concilio Vaticano II, determinó el reconocimiento de
la comunidad cristiana como solidaria con el género humano y su historia, y la Encíclica Populorum
Progressio definió el Desarrollo Integral del Hombre, y varios de sus conceptos son absolutamente claros en
cuanto a definir la prioridad de una Iglesia Católica para los seres humanos, para la satisfacción de sus
necesidades, para convertirse en su abrigo y su esperanza:

Verse libres de la miseria, dice el parágrafo 6, y argumenta la necesidad de vivir libres de toda opresión,
del derecho a la instrucción, y, en referencia las luchas anticoloniales, especialmente del continente
africano, sostiene la necesidad que esa independencia sea acompañada de un crecimiento digno, a fin
de asegurar el desarrollo humano. El parágrafo 7 establece una crítica profunda al sistema colonial, a
su poder y su gloria, logrado con la explotación de los pueblos colonizados. Pero es, por sobre todo, el
parágrafo 76, el que revoluciona el sistema de pensamiento eclesial, por la profundidad y justicia de su
enunciado:

Las diferencias económicas, sociales y culturales demasiado grandes entre los pueblos, provocan tensiones y
discordias, y ponen la paz en peligro. Como nos dijimos a los Padres Conciliares a la vuelta de nuestro viaje de
paz a la ONU, la condición de los pueblos en vía de desarrollo debe ser el objeto de nuestra consideración, o
mejor aún, nuestra caridad con los pobres que hay en el mundo -y estos son legiones infinitas- debe ser más
atenta, más activa, más generosa. Combatir la miseria y luchar contra la injusticia, es promover, a la par que
el mayor bienestar, el progreso humano y espiritual de todos, y por consiguiente el bien común de la humanidad.
La paz no se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas. La paz se
construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta
entre los hombres.2

Un llamamiento de esta naturaleza no es casual, ni sería repentina la respuesta de sacerdotes y


comunidades eclesiales de base que habían decidido esa opción preferencial por los pobres desde
diversos ángulos y tendencias. De un lado una línea violenta, si se puede considerar violenta a la
respuesta ante tanta injusticia, y esa vía la tomó Camilo Torres Restrepo3, nacido en Bogotá en febrero
de 1929, y muerto en combate en Patio Cemento, el 15 de febrero de 1966. Fue Camilo (su vida y su
obra lo prueban) más cristiano que muchos cristianos de golpe de pecho y 20 centavos de limosna.

Y también más revolucionario que muchos revolucionarios de evidente miopía. (…) Camilo Torres, a
los 27 años de edad y cuando cursaba el segundo año de sociología en la Universidad Católica de
Lovaina (Bélgica) afirmó en una entrevista a Rafael Maldonado Piedrahita: es indudable que uno de los
grandes bienes que el Socialismo le hizo a la Iglesia, fue el de enfrentarla a esas realidades sociales que antes
había tratado de ignorar.4
Por aquellos años, sacerdotes presbiterianos en el nordeste de Brasil, así como teólogos europeos y
laicos que trabajaban con comunidades cristianas buscaban respuestas terrenales a los problemas de la
miseria y la desesperanza, y, al influjo del despertar de la conciencia, la Conferencia del Episcopado
Latinoamericano de Medellín, en 1968, se convirtió en una especie de acta de nacimiento de la
Teología de la Liberación del continente:

El Episcopado Latinoamericano no puede quedar indiferente ante las tremendas injusticias sociales existentes
en América Latina, que mantiene a la mayoría de nuestros pueblos en una dolorosa pobreza cercana en
muchísimos casos a la inhumana miseria. Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus
pastores una liberación que no les llega de ninguna parte. (…) La paz es, ante todo, obra de la justicia. Supone
y exige la instauración de un orden justo en el que los hombres puedan realizarse como hombres, en donde su
dignidad sea respetada, sus legítimas aspiraciones satisfechas, su acceso a la verdad reconocido, su libertad
personal garantizada. Un orden en el que los hombres no sean objetos, sino agentes de su propia historia.5

En el mismo 1968 el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez6 enunció, durante el II Encuentro de


Sacerdotes y Laicos realizado en Chimbote, Perú, el texto Hacia una teología de la Liberación, que
exponía los puntos básicos de su teoría: la opción preferencial por los pobres; la salvación cristiana no
es independiente de la liberación económica, social y política; la espiritualidad requiere de un nuevo
hombre y una nueva mujer, concientes de su liberación y su solidaridad; la liberación forma parte de
la lucha contra la injusticia; la situación de América Latina y la extrema pobreza no se compadecen
con un designio histórico.

La posterior Conferencia de Puebla ahondó en la temática y especialmente en los factores


desencadenantes de la miseria, llegando a la conclusión que la misma no es un hecho casual, sino la
consecuencia de la inequidad y la injusticia en estructuras económicas, sociales y políticas. La crítica a
las diferencias sociales entre ricos y pobres llega a tipificarse como contradictoria con el ser mismo del
cristianismo.

Sacerdotes como Sergio Méndez Arceo7, en Cuernavaca, Helder Cámara8, en Brasil, profundizaban en
la línea que había hecho de la opción preferencial por los pobres no una declaración ni una exhibición
de fariseos, sino una línea de conducta, de vida entregada a los humildes y desposeídos. En ese contexto,
y en Chimborazo, una de las provincias más pobres y atrasadas del Ecuador, emerge la figura de
monseñor Leonidas Proaño, el Obispo de los Indios, cuya maravillosa acción le ha valido tanto el amor
de los humildes, como la diatriba de ciertas esferas del poder, del feudo antiguo que no soportaba ni
siquiera escuchar la palabra justicia a favor de los alzados e igualados, como les decían los falsos católicos
que explotaban a los indios.

Su aporte es invalorable para la resurrección del pueblo indígena del país, y es su lucha parroquial,
cantonal y provincial el gran aldabonazo para la transformación de comunidades enteras. Proaño era
el maestro de la Eclesiología, decía Luis Alberto Luna Tobar9, y sus enseñanzas pronto convocaron a
otros sacerdotes, ávidos, como él, de justicia. Uno de ellos, me recibe, con una mirada de infinita
ternura, una mirada como si hubiese existido una fiesta de la paz, una mirada que no necesita ni
siquiera de una voz que la acompañe. Una mirada que me ha hecho recordar el verso de Octavio Paz10:
hay que construir sobre este espacio inestable, la casa de la mirada.

Quien me mira así, con ojos tejedores, es guayaquileño, nacido el 14 de marzo de 1925, nieto de José
Gómez Prío, de Santander, España, y Ángela Rendón Briones; hijo de Alaís Izquierdo y Juan Gómez
Rendón, quien fuese rector del Colegio Vicente Rocafuerte11 en 1901 por expresa voluntad del general
Eloy Alfaro. Se llama José Gómez Izquierdo, pero aquí, en el barrio La Ferroviaria de Guayaquil todos
le dicen, con reverencia y amor, el Padre Pepe.

-¿Una horchata o un cafecito? A los que vienen de la sierra norte les gusta el café, y del sur, les apetece más la
horchata
-¿Usted de dónde es?
- De Loja, respondo, (pero al verme titubear, dice)
- Pero vive en Quito ¿verdad?
- Sí, desde hace muchos años

Sabe, aquí en la Ferroviaria hay gente de todo lado, también de Loja, dicen que llegaron a buscar nuevos
horizontes porque les tocó la mala época de la sequía que afectó la tierra. La Humanidad entera ha sido
golpeada por la sequía, en todas las épocas, y no solo es producto de la Naturaleza, también tiene que ver con
la codicia. La avaricia tiene mucho que ver con la migración. El avaro tiene esa enfermedad llamada
dinerofilia, y cree que guardando el fruto de su explotación tendrá asegurado el porvenir.
Padre, le interrumpo, recuerdo, sobre el tema, una canción popular peruana que dice: piensa que en el fondo
de la fosa llevaremos la misma vestidura.

Para canción está bien, dice el Padre Pepe, el problema no es la tumba ni la fosa, sino la angustia, el
dolor, la tristeza, las diferencias abismales. La muerte es democrática, pero la vida no.

Menciono al Padre Pepe a Monseñor Proaño, y esa mirada se enlaguna y brilla aún más. Mire,
justamente estoy terminando un artículo para El Universo en el que escribo los domingos, mejor,
publico los domingos. Es un recuerdo de Monseñor.

Años más tarde, gracias a la Fundación Pueblo Indio del Ecuador, encontré ese escrito del Padre
Pepe, en el que podemos advertir su infinita solidaridad y ternura:

Para caminar con paso seguro y firme hay que mirar siempre adelante. En la marcha histórica, tanto de los
individuos como de los pueblos, esa mirada debe apuntar lejanos horizontes. Sin utopías, unos y otros pierden
impulso y corren el peligro de quedarse en medio camino. Sin embargo, la mirada hacia atrás también es
necesaria. Importa mucho el recuerdo, no tanto de aquello que es motivo de congoja, como de lo que, levantando
nuestro ánimo, reafirma nuestra fe y alienta nuestra esperanza. (…) El Obispo de los indios fue a la vez, un
místico y un profeta. Acercarse a él era tomar contacto con un hombre animado por el espíritu. Fácilmente se
advertía su intimidad con Dios, más no era un místico que andaba por las nubes. Era hombre tierra-tierra.
Pero, esa intimidad le confería el poder ver más allá de las apariencias, tanto en las personas como en los
acontecimientos. (…) Al acercarse el sexto aniversario de su Pascua, damos a conocer algunas líneas del
testimonio de una de las personas que siguió paso a paso este acontecimiento:

Estos días fueron para nosotros un regalo inesperado de Dios, de una densidad, de una plenitud, que nos dejará
marcados para toda la vida. monseñor Proaño sufrió mucho y sus sufrimientos los ofrecía sobre todo por la
Iglesia que formamos, para que se purifique de sus culpas cometidas a lo largo de los siglos con el pueblo indio;
por la unidad de los que nos llamamos cristianos; por el futuro de nuestra patria, y, sobre todo, por los más
pequeños de sus hijos. Su vida y su cuerpo se fueron consumiendo poco a poco como quien da toda su esencia;
como el grano de trigo que cae en tierra para producir mucho fruto. Cada día que se acercaba más a la muerte
decía: Estoy más cerca de la vida.

¡San Leonidas de Amerindia: ruega por nosotros!

Al Padre Pepe no le agrada hablar de él mismo, y rehúye ciertas preguntas que le deben parecer ligeras.
Le comento que conocí en La Habana al obispo Pere Casaldáliga, catalán del Mato Grosso, pero que
el evento no era de Teología, sino un encuentro de poetas, y allí lo escuché recitar:

Yo, pecador y obispo, me confieso


de haber llegado a Roma con un bordón agreste;
de sorprender el Viento entre sus Columnatas
y de ensayar la quena a las barbas del órgano;
de haber llegado a Asis,
cercado de amapolas.
Yo pecador y obispo, me confieso
de soñar con la iglesia
vestida solamente de Evangelio y sandalias,
de creer en la Iglesia,
a pesar de la iglesia, algunas veces;
de creer en el reino, en todo caso, caminando en Iglesia.

Padre Pepe dice conocer a Casaldáliga y como él a otros hermanos y maestros, varios de ellos también
poetas, con Ernesto Cardenal12 a la cabeza, poeta de izquierda, y si quiere del otro lado, también fue
poeta monseñor Bernardino Echeverría. El Padre Pepe tuvo conflictos con las alas más conservadoras
de la Iglesia Católica, y, entre ellos, el citado obispo Echeverría. Una huelga en la Universidad Católica
de Guayaquil, entre septiembre y octubre de 1972, por el nombramiento presuntamente ilegal de un
nuevo rector, produjo no solo confrontaciones generacionales, sino contradicciones de interpretación
teológica. Bernardino Echeverría consideraba que había dos líneas perfectamente claras al interior de
la Iglesia, la que está de acuerdo al modo de pensar del Vaticano, y otra, definitivamente subversiva.

Al interior de la Iglesia ecuatoriana, como en todas las del continente, siempre existió, de manera
velada, o, como en el caso de los propulsores de la Teología de la Liberación, de manera directa, una
confrontación ideológica. De un lado los representantes más conservadores, con el cardenal Carlos
María de la Torre a la cabeza, quien abrió el expediente de canonización de García Moreno13, recibió
una condecoración del generalísimo Franco14, consideraba que el laicismo era obra del demonio, apoyó
a la fundación de ARNE, organización falangista, y, es célebre la anécdota narrada por Pérez Pimentel15
sobre su sordera:

En las Sesiones de las Junta Consultiva del Ministerio de Relaciones Exteriores hacía unos papelones que
llamaban a risa. En una de ellas se trató de la necesidad de celebrar una semana Amazónica a nivel nacional
y como oyó mal, saltó de su asiento y gritó indignado ‘Masónicas no’ causando la natural sorpresa en los
concurrentes. Antonio J. Quevedo, que se hallaba sentado a su lado, tuvo que gritarle al oído que la famosa
semana no iba a ser Masónica sino Amazónica y todo volvió a la normalidadd16

Del otro lado, no en la izquierda, diría yo, sino en el Evangelio Popular, monseñor Proaño, Luis
Alberto Luna Tobar, Pepe Gómez Izquierdo. Le digo a Gómez Izquierdo que conocí a su hermano
Luis, cuando era dirigente de UNADE, agrupación política que, apenas iniciada, ya fue víctima de la
persecución dictatorial.

Luis Gómez Izquierdo, una especie de Luis Napoleón Dillon17 de los años 70, pese a su holgada
posición económica, demostró una visión patriótica, defensa, de la soberanía no solo en el marco
territorial, sino precisamente en el de las decisiones económicas. Decía que solo a través de una
profunda reforma agraria, de la redistribución de la riqueza, la integración de los indígenas, de manera
conciente, a la vida nacional, la resolución justa de conflictos laborales, podía llegarse a resolver
conflictos que afligen por décadas a la sociedad ecuatoriana.
Lucho es muy valiente, me dice el Padre Pepe. Después de haber sido ministro uno ya sabe por dónde
van las cosas, quien las dirige, cómo se orientan. Nosotros fuimos, lo digo en pasado, de una clase
social determinada a la que no le faltaba nada. No creo que sea más meritorio que alguien así abra los
ojos, pero lo que sí creo es que es al menos muy humano. Luis Gómez Izquierdo fue el ministro más
joven de la administración de Camilo Ponce Enríquez18, primer gobierno socialcristiano entre 1956 y
1960, gabinete en el que alternaba con próceres de la derecha como Gonzalo Cordero Crespo19, Sixto
Durán Ballén20 o Carlos Tobar Zaldumbide21, pero su evolución política lo llevó a formar parte de los
movimientos más progresistas del país.

Los dos hermanos fueron víctimas de persecución política, y, el 12 de agosto de 1976, una de las
manifestaciones más violentas y torpes de la Junta Militar22 que entonces gobernaba el país, fue la orden
de prisión a arzobispos y obispos que se habían reunido en un encuentro pastoral en Santa Cruz,
Riobamba. Por disposición de Xavier Manrique, ministro de Gobierno (encargado), seguramente
influenciado por la Operación Cóndor, cayeron presos los arzobispos Roberto Sánchez, de Estados
Unidos; y Vicente Zaspe, de Argentina, y varios obispos, entre ellos el obispo Rojo de Cuernavaca Sergio
Méndez Arceo, Leonidas Proaño, el anfitrión y nuestro José Gómez Izquierdo. Junto con ellos Adolfo
Pérez Esquivel, quien cuatro años más tarde obtendría el Premio Nobel de la Paz. Dice, al respecto la
periodista Mariana Neira:

El guayaquileño José Gómez Izquierdo, quien estuvo entre los detenidos del 76, después de graduarse
de abogado, se hizo sacerdote y le pidió al arzobispo que le asignara a la parroquia San Pedro de su
ciudad natal, un suburbio ubicado junto al Estero Salado, donde ´hay mucha pobreza, desempleo,
madres que no tienen ni para comer, que lo poco que tienen se lo dan a sus hijos que se los ve cada día
más pálidos, ya por la irresponsabilidad de los cónyuges o porque ganan muy poco, según dijo a la
Revista Cosas, en abril de 1999:

Comenzó en 1968, primero, modificando las fiestas religiosas como la de San Pedro, considerada por él, poco
cristiana. Ahora es sencilla. Luego buscó la forma de conseguir techo propio para inmigrantes que habían
llegado a Guayaquil, centro este del país, empujados por la sequía. Lo consiguió en 20 años y fueron cerca de
700 familias. Actualmente la parroquia cuenta con: un centro de salud; una guardería modelo; el ‘Jardín de
los mayorcitos Efrén Pontón’ (asilo de ancianos); una escuela para niños adolescentes en situación de riesgo que
recibe contribuciones de la fundación ‘Su cambio por el cambio’; un comedor popular que se cerró por falta de
recursos económicos.23

Pero los cambios que realizó el Padre Pepe no se quedaron ahí. Un copón de oro fue reemplazado por
uno de arcilla; sin llegar a la iconoclastia, decidió que solamente una imagen de Jesucristo debía
proteger a la parroquia, y no había galería de santos. Se involucró en la defensa de los trabajadores de
la Cervecería Nacional en 1989, al punto que, tras despidos intempestivos, venganzas, liquidaciones,
los trabajadores, comandados por el Padre Pepe realizaron una huelga de hambre.

Recuerdo en la infancia, en el obligatorio catecismo y las misas cotidianas, el uso del latín, los trisagios,
es decir tres ceremonias consecutivas, las comuniones forzadas, el vestuario, que a quienes hacíamos las
veces de sacristanes nos tocaba ayudar a colocar a los sacerdotes. El ritual era francamente tiránico, y la
colocación de la casulla, la dalmática, el hábito, la cogulla, la estola, el cíngulo y finalmente el
escapulario, que hacían el conjunto de ornamentos sagrados, conferían al cura una especie de coraza y
lo revestían de una autoridad absoluta, no sujeta ni siquiera a la mirada, porque, además, debíamos
caminar con la vista hacia el suelo, cerrar los ojos cuando la comunión se ofrecía. Y los cirios, los
padrinos, el traje inmaculado, el juramento bautismal, y luego la confirmación, que significaba reiterar
de todo lo anterior, pero con una nueva ceremonia. Y no puedo olvidar las imágenes, muchas de ellas
amenazantes, terroríficas.

Hace poco conocí el osario de Évora, en Portugal. Alrededor de cinco mil cráneos acicalan paredes y
balaustres. El ornamento se compone de cúbitos, fémures y tibias que hacen las veces de listones, vigas
y largueros. Las calaveras conforman una sola familia, desiguales solo por el tamaño de los pómulos,
pero con los mismos tabiques y cornetes, occipitales rutilantes, sin ninguna diferencia que marque el
origen, aunque, de acuerdo con la información de los franciscanos que construyeron esa Capela dos
Ossos, los esqueletos pertenecieron a los pobres muertos, muertos pobres, que llegaron a desbordar los
cementerios, a consecuencia de la miseria y de la peste negra, y que, aún después de fallecidos, debían
servir para algo, y nada mejor se le ocurrió a la orden religiosa que adornar el templo de meditación
con las osamentas de quienes un día fueron feligreses o renegados, quien sabe.
Y cabe esta reflexión cuando observo al Padre José Gómez Izquierdo, con la sencillez de su vestimenta,
con la guayabera de la cotidianidad, su pantalón blanco de lino. Ni siquiera tiene el anillo para los
besamanos, sencillas sandalias, como las del poema de Casaldáliga. No existe en la parroquia un rastro
del boato y ciertas excentricidades que la Conferencia Episcopal suele lucir. Los lujos atemorizan a los
pobres, me dice, y ni siquiera se atreverían a ingresar a una capilla lujosa, porque la vida les ha enseñado
mucho. De las casas de lujo, aunque muchas veces son ellos quienes las construyeron, han sido echados,
marginados, perseguidos. Los pobres que antes eran albañiles de repente pasaban a ser sospechosos,
por eso es que aquí, para ser consecuentes con el Evangelio, con el Credo y con nuestra misma forma
de pensar, debemos ser muy cuidadosos, y no se trata de una vestimenta o una casita de caña guadúa,
se trata de ser una imagen cristiana, del carpintero, del sencillo hombre del pueblo. Jamás pedimos
caridad, porque la caridad, como la fe y la esperanza, no son atributos de los poderosos, sino virtudes.

Hay quienes vienen, a veces, a lavarse la conciencia, y nos dejan ropa usada, otros lo hacen solamente
si hay una cámara de televisión o reporteros, en versión contemporánea de los fariseos, por eso me
parece que las teletones que humillan y denigran, con el pretexto de ser solidarias para la Natividad del
Señor, solo aumentan la presión en una olla que puede reventar. Recuerde usted siempre a los fariseos,
que era una secta o un partido. Fingir o mostrarse con su falaz malicia en público lo hace aparecer
como generosos, cuando, en realidad, son la expresión del egoísmo. Por fortuna por acá no llegan.

Mientras Gómez Izquierdo habla pienso en una casi desconocida letra de Leonardo Favio, el cineasta
y cantautor argentino que decía:

Si mi guitarra canta como canta


y sabe como a duelo mi garganta
es porque soy latinoamericano
y veo a Cristo a diario crucificado
Porque para el Padre Pepe, Cristo, más allá de las imágenes, es el Cristo obrero, el Cristo pobre, el
Cristo honrado, el Cristo betunero, el Cristo hambriento, el Cristo encarcelado. No hay casi mayor
dolor que la postración de un preso, inocente o no, pero preso, degradado. Mire usted, yo antes de ser
sacerdote fui abogado y conozco mucho el lado espantoso de la justicia falsa, o sea, la injusticia. Y de
la farsa también.

Me habla de milagros que son nada más que sainetes, y recuerda que se opuso fervientemente a las
romerías que iban desde Guayaquil al Cajas24 para ver a Patricia Talbot25, una presunta vidente, a través
de la cual hablaba la Virgen María. Eso era risible, ciertamente, porque para parecerse más a la Virgen,
la niña hablaba con un acento sevillano, como si la madre de Jesús hubiese sido española. Lo que no
debe despreciarse es la bondad, candidez e inocencia del pueblo cristiano.

El Padre Gómez Izquierdo ha sido frontal en su vida y en la toma de posiciones. Alguna vez fue llamado
Judas por un alto representante jesuita, por cuanto el incursionó en temas vedados para el canon
católico. Realizó una encuesta, a partir de una lectura crítica de la película El Exorcista, sobre la
existencia o no del diablo, y en el prefacio a los resultados, escribía:

Pretendíamos descubrir el proceso de cambio ocurrido a nivel de la creencia en el demonio, particularmente


entre los católicos. Que la Iglesia Católica ha enseñado y enseña que el espíritu del mal existe es evidente.
También debemos de admitir que la enseñanza relativa al demonio no la hizo en la forma más conveniente y
tinosa, por decir lo menos (…). El Concilio Vaticano II (1962), o sea la última Asamblea Universal de la
Iglesia Católica, se muestra muy reservado en sus afirmaciones sobre el demonio, pero no deja de afirmar que
Cristo nos ha liberado de su esclavitud. Ya no se reza la plegaria a San Miguel Arcángel después de la misa,
contra ‘la malicia y acechanzas del diablo’, y en el bautismo, los numerosos exorcismos, han sido reducidos a
una sola oración. Por lo demás, el empleo de la palabra ‘Satanás’ en el rito, sirve para designar todo género de
males que azotan al hombre.26

El colofón del artículo fue suficiente para que fuese presa de persecución ideológica y estigmatización.
Tachado de hereje, debió seguir por la vida con el estigma de ser rojo, pero con la certidumbre de
caminar peligrosamente más cerca de la verdad y de su pueblo. Decía el Padre:

Es cierto que el cristiano no puede dudar de la sustancialidad y personalidad de los poderes del mal que reinan
en el mundo. Pero también es cierto que ante todo debe desenmascararlos, debe de descubrirlos en sus
manifestaciones comunes: la miseria y la guerra, el erotismo, la tortura, el ejercicio tiránico de la autoridad, la
competencia desenfrenada y el afán de lucro. No hacerlo, es precisamente hacerle el juego al diablo, convertirse
en su tonto útil 27

Por eso es importante atrapar en la memoria otra faceta del Padre Pepe, la de innovador, sobre asuntos
extremamente delicados. Escribió sobre la reforma litúrgica:

Cuando arreciaban sus ataques a la Iglesia, Juan Domingo Perón despotricaba contra los curas afirmando,
entre otras cosas, que celebraban su misa de espaldas al pueblo y en lenguaje extraño al mismo. Hoy no podría
repetir esa acusación. El sacerdote vuelve a ser el padre de familia vuelto hacia los suyos para repartirles el
alimento de Vida bajo las formas de la Palabra y el Pan. La reforma de la Misa –una de las Reformas y no
por cierto la más fácil- está en pleno desarrollo. La Iglesia ha comprendido que su perennidad se ha de
manifestar no encerrándose en un castillo, sino adaptándose a los tiempos, para manifestar en ellos toda su
plenitud. 28

Hace pocos años, una noticia conmovió a Santa María de las Lomas, San Pedro, Sol Naciente y toda
La Ferroviaria. El hombre más querido en las cooperativas, la ciudadela, y en cada lugar donde los
pobres se sentían amparados, había muerto. Sí, ha fallecido el Padre Pepe, jueves 10 de agosto de 2006,
a las dos de la tarde. Poco tiempo atrás había desafiado una vez más a la cúpula al sugerir al nuevo
arzobispo de Guayaquil Antonio Arregui, que debía seguir los pasos de monseñor Mosquera y así
acercarse al pueblo empobrecido y no permanecer encerrado en el Palacio Arzobispal.

Lo recuerdo ahora, en esta alborada de esperanza: Porque no hay nada más cristiano que enfrentar a los
mercaderes, los que en tiempos de Jesús cambiaban monedas griegas por tirias, y que ahora son los mismos
que son capaces de vender a la Patria por un puñado de dinero. Mi casa será llamada casa de oración para
todas las naciones, pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones dijo Jesucristo, mientras enfilaba
el látigo contra esos mercaderes, y esa sentencia no lo podemos olvidar.

En la memoria de la Patria está el Padre Pepe, enfilando su látigo contra los mercaderes. Dijo que la
Custodia de Riobamba debía ser vendida y con ese dinero pagar la deuda externa del Ecuador. Cuánto
lo extraña hoy el país, con su mirada, su ternura y su opción preferencia y definitiva por los condenados
de la Tierra.

Galo  Mora  Witt: Más allá de una tesis fundamental quisiera poder narrar la historia de José Gómez
Izquierdo a partir de situaciones y circunstancias anecdóticas. Creo que pueden ilustrar mucho de su
humanidad, porque al Padre Gómez Izquierdo no se lo conoce en su condición humana. Se puede
ilustrar un poco al personaje. Entonces le preguntaba al Padre ¿cuántos años tiene?
Padre  José  Gómez  Izquierdo: Pues 69 años, estoy asomándome a los 70
GMW: ¿Cuántos hermanos son ustedes?
PJGI: Nosotros éramos cinco pero el mayor murió por el 40, quedamos cuatro, dos mujeres y un
hombre más, mi hermano, de los conocidos por varias razones
GMW: ¿Cómo podría definir, aunque no sea conceptualmente, su infancia, su vida escolar? ¿Cómo
la recuerda hoy?
PJGI: Burguesa y peligrosa. Pero de un burgués… ¿cómo le diría? de una burguesía sencilla ,no éramos
nosotros de la gente de bien como se decía en ese tiempo. Pero me pasa por la mente un nombre, un
viejo maestro, nada menos que Víctor Emilio Estrada29 cuando era rector del Vicente. Él estudió en
España, se fue e estudiar Ingeniería, era gran matemático; pero el abuelo que trabajaba aquí, murió, y
debió volver. Entonces, una vez en Guayaquil ingresó a la Facultad de Ingeniería y empezó a estudiar
también abogacía, así eran los hombres de ese tiempo. Tanto así, que llegó al rectorado del Colegio
Vicente Rocafuerte mientras era gobernador, y fue rector y profesor. Era muy severo, muy exigente,
con él aprendí a leer bien. Nos tenía leyendo los periódicos
GMW: ¿Era un relator…?
PJGI: Lo quería mucho, era un hombre que tenía fama de astuto, nos hacía trampa muchas veces en
las lecciones. Todos los días me tomaba lección y muchas veces yo lo que hacía era repetirla porque
me la sabía de memoria. Entre mis recuerdos de infancia tengo a mi madre que era una mujer muy
dulce, muy bella y de un gran corazón; en ese tiempo pertenecía a lo que se llamaba la créme social
católica, que eran señoras distinguidas de Guayaquil que hacían acción social, acción de beneficencia.
Pero en esa línea, mi madre estaba con la clase obrera; no era curuchupa nos decía mi papá, sino
católica
GMW: ¿Era una actitud consecuente? ¿Podría decirme una verdad del padre y una verdad de la madre?
PJGI: Sí. La honestidad de mi padre, y de mi madre, por supuesto, la ternura. Murió mi padre antes de yo
ingresar a la secundaria, a poco mi hermano se casó y nos quedamos sólo mi madre y yo. Durante toda mi
carrera universitaria teníamos mucho afecto en la casa, y un poco de afecto también de nuestra familia
GMW: ¿Y qué edad tenía cuando murió su padre?
PJGI: Yo había terminado la primaria, claro. Estaba ingresando al primer año de secundaria
GMW: ¿En qué colegio entró?
PJGI: Hice la primaria en los Hermanos Cristianos y luego entré a la secundaria un año al Vicente,
pero no terminé ahí porque después de ese año me fletaron a Quito, al Colegio San Gabriel30, para mi
formación. Eso es, me mandaron a Quito para buscar una mejor formación; entonces hice toda mi
secundaria en Quito, en el San Gabriel. En las prácticas que teníamos ahí constaba el dar clases; cuando
teníamos que ir a dar clase al Mejía31 nos decían los cauchos del San Gabriel. En ese tiempo todavía no
tenía ningún valor, ni diferencia, si estudiaba en el San Gabriel o en el Colegio de los Hermanos. En
la escena política, en ese tiempo llegó Velasco Ibarra32
GMW: Cauchos. ¿Por qué? ¿Por lo estirados?
PJGI: No tanto. En realidad la terminología hacía alusión, o sea más bien quería decir maricones,
maricas. Por esa razón se producían verdaderas batallas campales, tal como las que existían entre el
Colegio Militar33 y el Juan Montalvo34. En la Plaza Belmonte ¿no? siempre, siempre estaban en bronca
Por esa época yo estaba metido en el equipo de básquet, me gustaba mucho. Los dos últimos años
estuve interno pero cerca de mi madre, porque estaba cerca de la Iglesia de la Compañía de Jesús
GMW: ¿Ella hizo de padre y madre al mismo tiempo?
PJGI: Así fue. A raíz de la muerte de mi padre ella tuvo que hacer de padre y madre, sin embargo de
no estar preparada para la vida de ese tiempo
GMW: ¿Y no se limitaron económicamente?
PJGI: No, no, porque teníamos dos o tres casas
GMW: ¿Y dadas esas condiciones, el niño José Gómez era ostentoso?
PJGI: No
GMW: ¿Siempre fue un apasionado por el básquet?
PJGI: Básquet, natación y algo más… pero no mucho más
GMW: ¿Llegó a ser campeón?
PJGI: Sí, mientras estuve aquí sí, en ping-pong. Pero también en el básquet, porque en el Colegio San
Gabriel era del equipo oficial
GMW: ¿A quién recuerda de los compañeros de su generación?
PJGI: De la escuela a algunos amigos que todavía viven. Pero con los que más hice amistad fue con los
compañeros del San Gabriel. Hace poco tuve una reunión, es decir una reunión entre los
supervivientes, fue muy linda, en Quito. Fue como si nos hubiéramos visto apenas el día anterior. Esa
etapa fue tan linda
GMW: ¿Alguna vez -para volver a la niñez-, se presentó algún tipo de iluminación cristiana?
PJGI: Yo tenía una sensibilidad hacia lo que podríamos llamar sobrenatural o religioso. Recuerdo
cuando hice mi primera comunión, fue con capellanes del Colegio de los Hermanos Cristianos, y la
misa de esa ceremonia fue muy linda, la misa fue dada por el monseñor Chiriboga, me gustó tanto que
repetía varias veces en mi cabeza, de memoria, toda la ceremonia. Cuando llegué a la casa me subí en
una silla y simulaba ser el padre Chiriboga, bueno, es que en la época de mi primera comunión él en
realidad todavía era padre. Esa experiencia la compartí con mi padre pero sobre todo mi madre.
Pero el ambiente en que me yo me crié no era un ambiente curuchupa, es decir no era cerrado, eso sí
era profundamente cristiano. Entonces se profundizó, se profundizó mucho mi formación cristiana
con la doctrina jesuita. Pero yo vivía una vida normal y corriente, en el deporte. Después de unos años,
cuando salí del internado a la vida social nos íbamos a bailar con un grupo de compañeros por la Plaza
Grande en Quito35
GMW: Y yo diría que en ese esforzado aprendizaje, en lo personal se ve mucho de razón y voluntad.
Porque podría darse el caso de querer alejar la vida religiosa y no proseguir, quizás por sentir
inconsistencias. ¿Qué pasó en ese tiempo? Porque Ángel Rojas36 me contó incluso una anécdota
referente a no tener ni idea de lo que le decían cuando le hablaban de religión a los siete años, me
contaba que un padre le preguntó sobre el beso de puerco; y él no sabía ni remotamente qué significaba.
Pero, por eso, fue castigado duramente. ¿No sintió acaso algo parecido?
PJGI: No, el ambiente, sobre todo entre compañeros de la promoción que me tocó a mí, era muy
abierto. Verne, Jorge Arroyo, jugábamos en el equipo, compartíamos el deporte, entonces. Éramos
también amigos con los del Mejía, eso sí les dábamos duro en el juego. Los monos tenemos eso, somos
así francos y, profundamente, religiosos. ¿Cómo le digo? Yo rozaba ya con lo religioso cuando las
enseñanzas de La Dolorosa me influyeron mucho, me emocionaba mucho con el cuadro de La
Dolorosa, no sé si por mi madre. Por eso me propuse ir madurando y madurando el aspecto religioso
GMW: ¿El que se dice que lloró, y que Velasco vio?
PJGI: ¡Exacto! Después, ya con el pasar de los años vamos madurando en la fe también ¿no? A la
Virgen, la encuentro más como una madre
GMW: Camilo Torres decía alguna vez que se había cansado de discutir con los comunistas, sobre si
Dios existe o no existe. Pero que lo verdaderamente importante era estar juntos y acabar con la miseria
PJGI: Bueno, cuando yo decidí entrar al Seminario, o sea cuando ya había terminado mi bachillerato,
me sentía el hombre más importante del mundo. Decidí entonces venirme a Guayaquil, y aquí en
Guayaquil entré a la universidad pero no dejaba de pensar en la vida religiosa, confieso que bajo gran
decepción de mis maestros: Que el monito se quiere hacer sacerdote, que gran decepción... Y la gran
decepción para ellos era que pudiera dejar la vida que llevaba, porque en los últimos años del colegio
como digo, iba a muchas fiestas; y, por otro lado me enamoré también
A mí me encantaba bailar; era muy enamorador, digamos… Pero sin dejar de estar enamorado de la
Virgencita. Lo que pasaba es que yo no veía ninguna incompatibilidad. Bueno, estábamos en que me
vine a Guayaquil, para lo cual me ayudó mucho Paco Miranda, Francisco Miranda Rivadeneira37, me
ayudó mucho justamente en el momento posterior a mi salida del San Gabriel. Él quería integrarme a
la cuestión de la literatura porque creía que yo podía ser escritor, pero también tenía interés en
incorporarme en la cuestión social.
Al regresar, es decir al venir de vuelta a Guayaquil, ingresé a la Universidad de Guayaquil donde existía
un pequeño núcleo de la Fe Católica Universitaria, se llamaba Juventud Universitaria Católica (JUC).
Entonces, por mi formación y principalmente por mí interés, yo ingresé ahí. Eran tiempos muy duros
en el sentido del fuerte enfrentamiento que existía entre las diversas ideologías; los socialistas y los
marxistas tenían prácticamente todas las organizaciones de la universidad ¿no? Y los profesores, pues,
eran sumamente despectivos con lo relacionado a la Iglesia, a la historia de la Iglesia ¿no?
GMW: ¿Eran recientes las secuelas de la transformación liberal?
PJGI: Claro, claro
GMW: ¿A quiénes recuerda más durante estos episodios? Porque lo escucho hablar mucho en plural
PJGI: Del grupo al que me refiero, quizá no conozca a Emiliano Galarza, Jorge Amador Icaza, éramos
universitarios un poquito burgueses. Con ellos conocí y también empecé con mis primeras armas,
herramientas de periodista, nosotros incluso hicimos el primer periódico universitario, se llamaba El
Universitario. También incursionamos en la radio. Ahí tuve un hermano, un gran hermano al que
mandaron de capellán a una aldea, sí de capellán, yo me esforcé en darle nociones de un modelo de
sacerdocio alegre, combativo. Fue muy linda la vida universitaria en Guayaquil, muy linda, porque
éramos militantes.
Aquí llegó uno de los grandes pedalistas, venía a dar conferencias magistrales sobre distintos temas, y
uno de ellos tenía que ver con el aborto terapéutico y como yo tenía formación cristiana junto con
otros compañeros de mi misma línea nos levantamos a cuestionar al maestro, y este maestro perdió los
estribos. Eso cayó muy mal, incluso a los mismos compañeros marxistas. Era una juventud universitaria
militante. Los profesores vieron, observaron nuestra posición. Y después éramos del grupo de
acompañamiento y comportamiento del profesor, aparte de la Filosofía. Teníamos una formación más
sólida
GMW: ¿Usted estudió Leyes?
PJGI: Leyes, claro. Esa fue mi carrera
GMW: Con 18 años nada más ¿cómo sintió su generación el problema la guerra del 41?
PJGI: Claro, por supuesto. Yo vivía en el Malecón ¿no? Y ahí se embarcaban y desde ahí partían los
barcos que iban a la frontera, llenos de patriotismo. Estaba ahí el padre Cayetano que había peleado
en la Guerra Civil Española38
GMW: Y volviendo al tema anterior. En varias ocasiones durante esta entrevista usted ha citado a los
marxistas
PJGI: Claro, yo era de esa generación. Incluso uno de mis profesores fue el doctor Guzmán, estudioso
del marxismo. Con él me sucedió algo simpático porque cuando me tocó hacer la tesis para el
doctorado, yo escogí el tema de la Doctrina Social Católica ¿no? Y me tocó él como uno de los
directores y ahí estuvimos largo tiempo tratando temas de las personas, los trabajadores, los salarios.
Simpático el episodio porque sucede entonces que el doctor Guzmán, justo el antagónico, me tocó de
director de tesis. Pero era un hombre muy respetado
GMW: ¿Era respetuoso con usted?
PJGI: Si ¿cómo no?
GMW: Se pertenecía usted, a propósito de los marxistas, a un núcleo social que, bueno, siempre tuvo
en las riendas del poder, pero que tuvo también personajes con deslices como Enrique Gil Gilbert39,
que era comunista. ¿Cuál era la opinión, si se puede decir, socializada por los medios burgueses sobre
decisiones como la suya al entregarse a una causa social? ¿No había quejas?
PJGI: Bueno yo poco a poco fui tomando distancia de mi entorno ¿era normal, no? En esos momentos
seguíamos la línea de tomar distancia, de separarnos, pero naturalmente, por decir algo, recuerdo a una
señora que me decía: Pepito haga algo por los trabajadores, para que sean buenos con nosotros. Esto lo
digo para mostrar cómo era esa mentalidad, porque era la mentalidad de la burguesía
GMW: La fe puede hacer que un hombre instruido, capaz, que haya estudiado la ciencia, la doctrina
católica, crea en la Biblia como generadora, suscitadora, y además crea que puede haber acuerdos no
cristianos. Entonces ¿cómo confiar en quien imparte la palabra de Dios?
PJGI: Ya, ese es otro tema
GMW: No importa que no sea cronológico
PJGI: Ya en otro aspecto más académico los testimonios de la vida de Cristo y también de su virtud
que acompaña a los Evangelios, le dan más fuerza
GMW: Sí, porque hay una redacción literaria
PJGI: Están compuestos de narraciones
GMW: Además, en un sentido literario, es muy bello leerlo
PJGI: Tiene una finalidad pedagógica, para fortalecer la fe cristiana. Pero para mí lo más importante,
decisivo, es observar, entender cómo un puñado de hombres analfabetos tienen un cambio tan radical,
viven un cambio profundo desde la profunda sabiduría que hay en las enseñanzas de un hombre como
Jesús ¿no?
Uno va poco a poco comprendiendo con la lectura, con la reflexión. Conozco a un teólogo protestante ,
Barth40, famoso teólogo protestante, que dice: Dios debe ser profundamente libre. Y cada vez que uno se
detiene a ver la vida de Cristo, cada vez se apasiona más. A veces yo le explico aquí a la gente, y le digo:
Ama y haz lo que te da la gana
GMW: Entonces, la libertad, como la Patria y el amor, no serían un abstracto sino más bien una
práctica
PJGI: El amor. El que ama no le hace daño a nadie. No hay nada más concreto que el amor
GMW: Alguna vez oí que usted refería los 40 días de Jesús en el desierto, dónde también estuvieron
las tentaciones, que pueden interpretarse como enamoramientos, intereses, y la Iglesia Católica no los
permite. Entonces, en su caso ¿qué pasó con ese bailarín -bailarín de verdad, no político-, bailarín
enamoradizo? Enamorado de su enamorada, obviamente
PJGI: Bueno, yo me encontré con una muchacha que tenía una formación avanzada, pero muy abierta.
Yo estaba terminando la universidad y me fui a estudiar Derecho Laboral en un instituto de España,
fui a Madrid a estudiar Derecho Laboral. Entonces los latinoamericanos podíamos tener becas en el
instituto al que llegué; éramos los amerindios y teníamos ese espacio universitario, íbamos cada uno a
la especialidad que queríamos. En ese lugar había un capellán, era quien celebraba misa en una capilla
a la que no iba casi nadie aunque había gran cantidad de estudiantes de todas partes que estaban
haciendo su especialización. Yo empecé a motivar, primero en el comedor y luego en todos los lugares,
a la gente para que vaya a la capilla. Entonces me di cuenta de la importancia de la motivación.
Después de eso, encontrarme con la muchacha me hizo plantearme cosas muy internamente ¿no? Y
con ella misma nos preguntábamos ¿qué sería mejor? E hicimos proyectos para casarnos, siguiendo
nuestros planes, luego los dos juntos iríamos a trabajar en el campo con los campesinos. En buena hora
llegó un cura, y conversar con él nos hizo reflexionar más profundamente las posibilidades de cada
uno. Como dije, esto cuando estaba estudiando mi especialización. Y sucedió que una vez, mientras
estaba solo durante uno de esos momentos de reflexión, entré a la capilla y en la celebración de la misa
sentí algo, no sé…oí algo maravilloso, como si alguien tocase un instrumento muy lindo.
Fue algo muy especial porque sentí un acercamiento grande, muy grande con Cristo, muy grande. A
mi regreso de España llegué algo más picado, se podría decir, por esa posible opción. Pero bueno, nos
encontramos con esta chica y nos enamorábamos más y hacíamos y hacíamos planes. Por el tiempo de
mi regreso, llegó de España alguien que fue canciller, de apellido Alvarado Garaicoa, ministro de
Velasco Ibarra
GMW: Padre del de Vistazo ¿no?
PJGI: Más bien hermano. No digo Oleas sino Garaicoa. Como había sido profesor mío en la
universidad, me invitó a que lo acompañara a la secretaría de la cancillería, él tenía vínculos con el jefe
de gabinete; ahí mi vida fue todavía un poco más frívola por las reuniones con el cuerpo diplomático,
y todo eso. Pero bueno, yo seguía en amores con esta chica
GMW: Perdón la interrupción Padre... no es por romper el diálogo. El otro día en una crónica de El
Comercio nombraron a esa persona -y no sé si es correcto ponerlo acá- ahí referían a la Hermana Elsie
Monge41
PJGI: Sí, es ella. Fe un desafío para mí, porque realmente si yo presentía mi vocación tenía que dejar
a un lado la posibilidad de una carrera diplomática, o de una carrera de derecho, y esta posibilidad de
renunciar a todo era motivo de mi reflexión. Tenía un amigo que me insistía en que yo tenía vocación
para la carrera diplomática. Sí es interesante; no digas que no, me decía. Bueno, finalmente con esta
chica decidimos de mutuo acuerdo que cada cual debía responder a su entrega. Fue cuando decidí mi
ingreso al Seminario ¿no? Entonces, hice un año en el Seminario donde compartí con otro amigo,
Manuel Martínez, que también había estudiado derecho y que se hizo cura. Así son las vocaciones
tardías.
Un año después pasó por Guayaquil el famoso obispo Manuel Larraín Errázuriz42, chileno. A él yo lo
había conocido en Acción Católica Universitaria, en el tiempo de la Democracia Cristiana en Chile,
durante un encuentro universitario. Bueno Manuel quería que me fuera para Chile, me dijo que ahí
había un Seminario para vocaciones maduras. Yo acepté. Ahí ya tuve una formación de verdadera
madurez con compañeros de mucha experiencia, uno de ellos después fue asesinado por la dictadura
de Pinochet.43 Pesó mucho en mí el ambiente de Chile, la manera en que vivían, sobre todo en el
Seminario Universitario. Es tan lamentable todo lo que pasó
GMW: El viaje a España está claro, pero sería bueno conocer porque a usted le toca vivir en España en
pleno oscurantismo franquista
PJGI: Así es, en la época franquista
GMW: Y cuando, supuestamente, la Iglesia era de escaparate
PJGI: Fui a hacer una especialización
GMW: Claro y esto fue antes de lo que pasó en Chile. ¿Ellos no tomaban a la Iglesia de parapeto, para
dizque justificarse después de haber...?
PJGI: Yo no me metí en eso durante ese entonces; los estudiantes latinoamericanos no nos metíamos
mucho en esta cuestión de la política
GMW: Pero ¿no se sentía en el ambiente, ese oscurantismo?
PJGI: A nosotros nos interesaba más el estudio, éramos estudiantes, éramos casi todos profesionales
recién graduados
GMW: ¿Y el viaje a Chile?
PJGI: Apenas de entrar al Seminario, repito, pasa Manuel Larraín por Ecuador, él era muy amigo de
Leonidas Proaño44; entonces, me dice: ¿Por qué no te vienes a este seminario de vocaciones maduras? Y,
bueno, así estuve allá en Chile tres años, sí, estuve tres años. Ya le voy a decir porque yo fui de Chile a
Roma, Pío XII45 murió en el 58, el 55 tuve que haber estado en Chile, del 55 al 58. Y de ahí, Larraín
me dijo: Quiero que vayas a Roma. Aceptó monseñor Mosquera46, que era el obispo de Guayaquil, y
partí. Se supone que todos los que van a Roma hacen carrera de obispos, así que si me pide que vaya a
Roma nada menos que el obispo, tenía que cumplir. Ahí estuve con un grupo de chilenos, los primeros
que volvían a Roma después de mucho tiempo. En Roma me ordené de sacerdote, en el 59, con Juan
XXIII47
GMW: ¿No será eso decidor en la profunda vocación social de Pepe Gómez, en esa coincidencia con
un hombre como Juan XXIII?
PJGI: Para mí, sobre todo, Manuel Larraín y después Leonidas Proaño
GMW: A Leonidas Proaño ¿cuándo lo conoció?
PJGI: A Leonidas Proaño cuando entré al Seminario, hizo mucha bulla que Pepe Gómez estuviera en
las Juventudes Católicas Universitarias, un recién graduado; por ese entonces conocí a Leonidas. Y
después cuando estudiaba en Chile, durante las vacaciones veníamos a verlo con dos o tres amigos
chilenos, muy entusiasmados todos por lo que nos decía en una forma tan decidida y radical ¿no?
Desde ahí empezó nuestra amistad que se fue consolidando poco a poco
GMW: Algo importante de esa fecha, del 58. ¿Usted estaba en Roma cuando murió Pío XII?
PJGI: Cuando llegué a Roma se estaban llevando a cabo las pompas fúnebres, y a los pocos días salió
el humo blanco para el reemplazo de este Papa, la solo proclamación de su nombre sonaba a
Apocalipsis, y de pronto dicen: Juan XXIII. Fue muy bueno. Y tuve la gran suerte de estar en ese
período y conocer sobre todo de su sencillez
GMW: ¿Y tal vez ese fecundo trabajo de la Iglesia latinoamericana coincidirá también con el Concilio
Ecuménico, con Juan XXIII?
PJGI: Claro, cuando termina el Concilio. Perdón, en el 62 cuando se inicia el Concilio, yo regreso y
ya estaba conectado a la familia, ya está más avanzada la Iglesia, estábamos conociendo nuevos amigos
de la universidad junto con Gustavo Gutiérrez, Álvarez Calderón, hombres de la Teología de la
Liberación con quienes me conocía desde antes, en la Juventud Católica Universitaria. Ya era un
equipo
GMW: ¿O sea, que la Juventud Católica Universitaria, no era restringida al Ecuador?
PJGI: No, no, sólo que tenía otros nombres en los diversos lugares donde existía. En México, el
Movimiento Internacional de Estudiantes Católicos, (MIEC), era de los intelectuales que cuestionaban a
los diversos movimientos universitarios. Algunos de ellos se hicieron sacerdotes y pasaron a formar
parte de este grupo que tuvo primero su centro en Cuernavaca, y después parte del Instituto
Latinoamericano de Pastorales, que preparamos nosotros en Medellín y que constituyó la aplicación
del Concilio en América Latina. Eso fue de lo más avanzado en América Latina porque se estableció el
nexo definitivo y fundamental entre fe y justicia, y ya había toda la renovación bíblica. En el Concilio
nos reconciliamos con la Biblia ¿no?
GMW: Es decir ¿que solo tiene 30 años este regreso a las fuentes bíblicas?
PJGI: 62-92, así es. Claro que el Concilio de Juan XXIII no apareció de la noche a la mañana. Se fue
dando la renovación bíblica con los obreros, la renovación litúrgica en Europa, su evolución. Y en
América Latina creo yo que fue fundamental el grupo del padre Alberto Hurtado48, a quien acaban de
beatificar. Camilo Torres perdió la esperanza o la calma, y entonces decidió irse a la guerrilla porque
se le cerraron las puertas, Camilo era gente muy elevada, de una formación muy sólida, en sociología
GMW: Profunda
PJGI: Alberto Hurtado acaba de ser beatificado. Camilo es palabra peligrosa en Colombia
GMW: Bueno, ya hay otro, un Manuel Pérez, que dicen es sacerdote y dirige el más importante, el
más agresivo movimiento guerrillero
PJGI: Ya a estas alturas se puede decir que fracasó el llamado Concilio. Y hay una cantidad enorme de
laicos, miles que han muerto
GMW: Se puede decir que fue un martirologio lo de Camilo ¿no? Pero repasando un poquito, lo del
sacerdote chileno49, de Juan XXIII, de Leonidas Proaño. ¿Cómo veía la situación de nuestro país
cuando regresó en el 62? Es decir ¿esta miseria galopante de hoy, era ya así, o se estaba gestando?
PJGI: Se estaba gestando, creo. Éramos totalmente ciegos, por decir algo, hacia el mundo entero.
Existían movimientos obreros, la CTE50, la CEDOC51, pero la conciencia, o sea tenían conciencia a
nivel continental. Medellín nos abrió los ojos sobre la injusticia
GMW: Monseñor Luna dice que él vivía en una nube, que fue un golpe muy fuerte cuando tuvo que
bajar, o que caer: porque yo era un auxiliar de los ricos, para conmiserarnos
PJGI: Él era el cura de Santa Teresita, a mí no me pasó eso, el seminario, la universidad y todo eso, el
estancamiento de los movimientos socialistas, el trabajo con los obreros, digamos fueron parte de la
formación social
52
GMW: Alejandro Moreano dice que la palabra completa hay que decirla, es: cura de alma
PJGI: Así se decía antes, muy sintomático ¿no? Por esa dicotomía propia de la antropología no
cristiana, sino de la antropología cristiana o semita pero retomada por la dicotomía platónica ¿no?
GMW: Padre, ha sido un verdadero placer
PJGI: Mutuo

Citas

1.   Movimiento teológico nacido a partir del Concilio Vaticano II y que supuso una articulación con los
movimientos sociales del siglo XX. Se define por: el retorno al Evangelio, toma de partido por los más
débiles, compromiso con la educación, compromiso con las personas más que con las instituciones
2.   Encíclica Populorum progressio ES 75. Disponible online en:
http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/iwm.htm
3.   Camilo Torres Restrepo (Bogotá, Colombia, 3 de febrero de 1929 - Patio Cemento, Santander,
Colombia, 15 de febrero de 1966), sacerdote católico, pionero de la Teología de la Liberación,
cofundador de la primera facultad de Sociología de Colombia y miembro del grupo guerrillero Ejército
de Liberación Nacional (ELN). Durante su vida, promovió el diálogo entre el marxismo y el catolicismo
4.   Torres, Camilo, Con las armas en la mano, Antologías 5, México, Editorial Diógenes, p.9-15
5.   Monseñor Leonidas Proaño y su misión profético evangelizadora en la Iglesia de América Latina, Quito,
Ecuador, Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio, 1992, p.158
6.   Gustavo Gutiérrez Merino (Lima, Perú, 8 de junio de 1928), filósofo y teólogo, ordenado sacerdote en
1959, dominico desde 1998. Iniciador de la Teología de la Liberación; fundador del Instituto
Bartolomé de las Casas de Lima. Critica duramente el marco político que ha perpetuado la pobreza en
América Latina
7.   Sergio Méndez Arceo (Tlalpán, México, 28 de octubre de 1907 - Morelos, México, 1992), sacerdote
católico, uno de los ideólogos de la Teología de la Liberación
8.   Helder Cámera (Fortaleza, Brasil, 7 de febrero de 1909 - Pernambuco, Brasil, 28 de agosto de 1999),
sacerdote católico. Llamado profeta de la no violencia, obispo de los pobres
9.   Luis Alberto Luna Tobar (Quito, Ecuador, 15 de diciembre de 1923), sacerdote, catedrático, arzobispo
de Quito, arzobispo de Cuenca, seguidor del Concilio Vaticano II, de gran conciencia social
10.   Octavio Paz (Ciudad de México, México, 31 de marzo de 1919 - Ciudad de México, México, 19 de
abril de 1998), escritor y diplomático. Premio Nobel de Literatura 1990
11.   Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, Guayaquil, fundado bajo el nombre de Colegio San Vicente de
Guayaquil el 26 de diciembre de 1841, posteriormente, el 10 de diciembre de 1900 es renombrado
como Vicente Rocafuerte
12.   Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 20 de enero de 1925), poeta, teólogo, sacerdote católico y
político
13.   Gabriel García Moreno (Guayaquil, Ecuador, 24 de diciembre de 1821 - Quito, Ecuador, 6 de agosto
de 1875), abogado y político. Presidente del Ecuador entre 1861-1865, y 1869-1875
14.   Guillermo Franco Herrera (Guayaquil, Ecuador, 8 de febrero de 1811 - Puerto Callao, Perú, marzo de
1873), militar y político
15.   Rodolfo Pérez Pimentel (Guayaquil, Ecuador, 2 de noviembre de 1939), historiador y biógrafo
16.   Pérez Pimentel, Rodolfo; Diccionario Biográfico Ecuador; Tomo IV; Editorial Universidad de
Guayaquil; 1968; p.477
17.   Luis Napoleón Dillon (Quito, Ecuador, 6 de agosto de 1875 – 31 de marzo de 1929), abogado,
ingeniero y empresario
18.   Camilo Ponce Enríquez (Quito, Ecuador, 31 de enero de 1912 – Quito, Ecuador, 13 de septiembre de
1976), jurista y político conservador. Presidente de la República desde 1956 a 1960. Fundador del
Partido Social Cristiano
19.   Gonzalo Cordero Crespo (Cuenca, Azuay, 1 de Marzo de 1910 - Quito, Ecuador, 16 de abril de 1996),
abogado y político
20.   Sixto Alfonso Durán Ballén Cordovez (Boston, Massachusetts, EE UU, 14 de julio de 1921),
arquitecto. Presidente del Ecuador del 10 de agosto de 1992 al 9 de agosto de 1996
21.   Carlos Tobar Zaldumbide (Quito, Ecuador, 1854 - Barcelona, España, 1920), escritor, diplomático y
político
22.   Junta Militar de 1963-1966, integrada por Ramón Castro Jijón, Marcos Gándara Enríquez, Luis
Cabrera Sevilla y Guillermo Freile Posso, e instaurada luego de derrocar al presidente Carlos Julio
Arosemena. De tendencia derechista, se caracterizó por su condición represiva por lo cual persiguió
duramente a la izquierda
23.   Neira, Mariana, La Iglesia Liberadora en Ecuador, en Portal Adital del 29/05/2010. Disponible en:
http://goo.gl/ZRKjyq. Acceso (02/01/2015)
24.   Parque Nacional ubicado en la provincia del Azuay, en Los Andes del sur del Ecuador
25.   Vidente cuencana que a fines de los años 80 dijo mantener contacto y diálogos con la Virgen María en
el Cajas
26.   Gómez Izquierdo, José, El demonio: ¿fantasía o realidad?, Guayaquil, Ecuador, Revista Vistazo, número
208, septiembre de 1974, p.77-79
27.   Gómez Izquierdo, José, Ibídem. P.79
28.   Gómez Izquierdo, José, Podéis ir en paz, Guayaquil, Ecuador, Revista Vistazo, número 122, julio 1967,
p.109
29.   Emilio Antonio Estrada Carmona (Guayaquil, Ecuador, 28 de mayo de 1855 – Guayaquil, Ecuador,
21 de diciembre de 1911), político. Presidente del Ecuador entre el 1 de septiembre de 1911 y el 21 de
diciembre de 1911, día de su muerte
30.   Colegio San Gabriel, Quito, en 1862 el presidente Gabriel García Moreno encargó a los jesuitas el
Colegio Nacional en Quito que más tarde sería renombrado como San Gabriel
31.   Colegio Nacional Mejía, Quito, fundado el 1 de junio de 1897, primera institución laica de la capital
y segunda del Ecuador obedeciendo a la política de la Revolución Liberal de Eloy Alfaro
32.   José María Velasco Ibarra (Quito, Ecuador, 19 de marzo de 1893 - Quito, Ecuador, 30 de marzo de
1979), abogado, Presidente del Ecuador por elección popular en cinco ocasiones, en dos de ellas se
autoproclamó dictador. Completó su mandato constitucional en una sola ocasión. Lideró la escena
política ecuatoriana durante gran parte del siglo XX. Posteriormente se denominaría velasquismo, a su
espectro de influencia política
33.   Colegio Militar, Quito, (Escuela Superior Militar Eloy Alfaro ESMIL)
34.   Colegio Juan Montalvo, Quito, normal de varones, uno de los cuatro grandes del laicismo, fundado
por Eloy Alfaro en 1901, cuando José Peralta ocupaba la cartera de Instrucción, equivalente a la actual
de Educación
35.   Tradicional plaza quiteña, también llamada de la Independencia. En ella se ubica el Palacio de Gobierno
36.   Ángel Felicísimo Rojas, (Loja, Ecuador, 20 de diciembre de 1909- Guayaquil, Ecuador, 20 de julio de
2003), escritor y político
37.   Padre Francisco Miranda Rivadeneyra, S. J
38.   Guerra Civil Española, conflicto social, político, militar y económico, desencadenado en España tras el
fracaso parcial del golpe de Estado de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el
gobierno de la Segunda República Española. Finalizada el 1 de abril de1939 con la declaratoria de
victoria por parte de Francisco Franco, quien estableció una dictadura que duraría hasta su muerte, en
1975
39.   Enrique Gil Gilbert (Guayaquil, Ecuador, 8 de julio de 1912 - Guayaquil, Ecuador, 21 de febrero de
1973), político y escritor. Miembro del Grupo de Guayaquil
40.   Karl Barth (Basilea, Suiza, 10 de mayo de 1886 - Basilea, Suiza, 10 de diciembre de 1968), influyente
teólogo considerado uno de los mayores pensadores cristianos del siglo XX. A partir de su experiencia
como pastor, rechazó la formación dentro de teología liberal predominante, propia del protestantismo
del siglo XIX. Barth tomó un nuevo rumbo teológico: teología dialéctica, por su atención a la naturaleza
paradójica de la verdad divina. Su pensamiento enfatiza la soberanía de Dios, principalmente a través
de su innovadora doctrina de la elección
41.   Elsie Monge (Quito, Ecuador, 18 de agosto de 1933), monja y misionera, vinculada a actividades de
los Derechos Humanos
42.   Monseñor Manuel Larraín Errázuriz (Santiago de Chile, Chile, 17 de diciembre de 1900 - Rengo,
Chile, 22 de junio de 1966), sacerdote. Obispo coadjutor de Talca, entre 1938 y 1939; y, obispo
diocesano entre 1939 y 1966
43.   Augusto Pinochet Ugarte (Valparaiso, Chile, 25 de noviembre de 1915 - Santiago de Chile, Chile, 10
de diciembre de 2006), militar que encabezó el derrocamiento del presidente socialista Salvador
Allende. Jefe de la dictadura militar chilena entre 1973-1990
44.   Leonidas Eduardo Proaño Villalba (San Antonio de Ibarra, Imbabura, Ecuador, 29 de enero de 1910
- Quito, Ecuador, 31 de agosto de 1988), sacerdote y teólogo, obispo de Riobamba (1954-1985),
candidato al Premio Nobel de la Paz, y considerado uno de los representantes más destacados en
Ecuador de la Teología de la Liberación. Defendió y vivió con los indios quienes lo llamaban, Taita
Leonidas
45.   Pío XII (en latín, Pius PP. XII), de nombre secular Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli (Roma,
Italia, 2 de marzo de 1876 - Castel Gandolfo, Italia, 9 de octubre de 1958), Papa número 260 de la
Iglesia Católica desde 1939 hasta su muerte en 1958. El Papa Benedicto XVI lo declaró venerable el 19
de diciembre de 2009
46.   Monseñor Jorge Mosquera
47.   Ángelo Giuseppe Rocalli, Papa Juan XXIII (latín: Ioannes PP. XXIII), (Sotto il Monte, Bérgamo,
Lombardía, Italia, 25 de noviembre de1881 - Ciudad del Vaticano, 3 de junio de 1963), Papa número
261 de la Iglesia Católica, entre 1958 y 1963
48.   Luis Alberto Miguel Hurtado Cruchaga, (Viña del Mar, Chile, 22 de enero de 1901 - Santiago, Chile,
18 de agosto de 1952), jesuita abogado y legislador, fundador del Hogar de Cristo y de la Federación
de Estudiantes de la UCA de Argentina
49.   Manuel Larraín Errázuriz (Santiago de Chile, Chile, 17 de diciembre de 1900 - Rengo, Chile, 22 de
junio de 1966), sacerdote católico. Figura muy influyente en el Concilio Vaticano II y en la
implementación de la reforma agraria sobre los latifundios del clero en Chile. Fundador del Consejo
Episcopal Latinoamericano
50.   Confederación de Trabajadores Ecuatorianos, fundada en 1944, de tendencia marxista, liderada por
Pedro Saad
51.   Confederación Ecuatoriana de Obreros católicos, fundada en 1938, con auspicio de la Iglesia Católica,
de tendencia conservadora y demócrata cristiana
52.   Alejandro Moreano (Quito, Ecuador, 1944), politólogo, novelista, ensayista y catedrático

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