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RESUMEN
El presente artículo trata sobre una de las formas de expresar el mal en los Andes, una de las estéticas peculiares del mal. Vamos a
analizar las canciones rituales de la sierra de Lima (Perú) que aparecen en el contexto de los rituales ganaderos andinos.
Palabras clave
Ritual, Andes, religión.
ABSTRACT
This article considers one peculiar aesthetic form through which evil is expressed in the Andes. I will analyze ritual songs of the
Lima highlands (Peru) which emerge in the context of Andean cattle branding rituals.
Key words
Ritual, Andes, religion.
* Doctor en Antropología. Instituto Nacional de Cultura (Perú): Dirección de Registro y Estudio de la Cultura en el Perú
Contemporáneo. Dirección electrónica: rivera.jj@pucp.edu.pe
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Las pautas ideales pueden no concordar, y de hecho ocurre así casi siempre, con las
pautas… que el investigador crea mediante sus observaciones de la conducta real…
esta falta de concordancia no refleja más que la imposibilidad de que la pauta ideal
marche con la realidad de los cambios culturales… Puede ser también que la pauta
ideal nunca haya concordado en otros casos con el modo de la pauta real, sino que
represente un desideratum, un valor que se ha violado más veces que se ha cumplido.
En ambos casos, las pautas ideales ejercen cierto efecto normativo, desanimando que
la gente se desvíe mucho de ellas.
Ralph Linton
The Cultural Background of Personality
El temor, el pánico. Este, exceso de aquel, es Hablaremos, pues, de eso, de lo que coacciona,
casi imposible de afrontar, suele ser como de lo que asusta y contraviene las esperanzas;
una enorme piedra rodando cuesta abajo, de lo que más se respeta.
irrefrenable e impredecible. Aquel nos cohíbe,
nos impide actuar, nos quita, incluso, el oscuro En los Andes, parece existir un estilo parti-
impulso para vivir. El temor merma el deseo; cular, una peculiar forma de expresar el mal.
pero también lo educa. Estas formas de expresión parecen configurar
una estética del mal, un “ infierno” hecho de
¿No estamos, acaso, cerca de una de las carac- ciertas tonalidades, de ciertas combinaciones
terísticas fundamentales que Émile Durkheim recurrentes (Cereceda 2006). En las canciones
encontraba en todo “ hecho social”? ¿No está rituales de la sierra de Lima (Perú) que vamos
el temor en el corazón mismo de aquel “ poder
a analizar, uno de los más extendidos en los
coercitivo” que tanto obsesionaba a este padre
actuales territorios de Perú, Bolivia, Chile y
de la sociología? Puede uno recordar en qué
Argentina, veremos el primer punto y daremos
términos se esfuerza por definir ese enigma
algunas pistas sobre el segundo.
que constituye lo social:
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Las celebraciones de la herranza se encuentran, el fin de acceder a una visión “andina”4 del
estadísticamente, concentradas alrededor de proceso de migración a las ciudades y de la
los meses más temibles para los habitantes de integración a la llamada “ sociedad nacional”.
los Andes: entre los meses de junio y agosto. Esta visión se constituye de puntos de vista
Además del tiempo del ritual, también el –no exentos de contradicción y con una
espacio en que mora el ganado a identificar capacidad crítica para nada despreciable–,
–y, a veces, también aquel en que se lleva a parecen hablarnos de los miedos asociados
cabo la misma herranza– está marcado por el a las dificultades y peligros de los procesos
temor. En efecto, las “ alturas” (la puna) donde vinculados a la modernización.
habita el ganado son también la morada del
“auquillo”1, llamado espíritu tutelar del pueblo, Después de unos estudios más específicos y
y de toda una gama de seres agresivos que circunscritos a una región andina (Rivera Andía
ya hemos señalado2. 2005 y 2008b), intentaré aquí una síntesis más
general. Trato, así, de recorrer un camino que,
El ritual en concreto en el que hemos parti- desde el trabajo de campo, trata de alcanzar
cipado desde 1999 involucra, además, unos conclusiones con una extensión comparable
animales que no son los “ tradicionales”, pues a las esbozadas recientemente por estudios
se trataba de ganado de origen europeo (que, valiosos como los de Gareis (2008); Fernández
en la región, había sustituido al camélido hace y Pedrosa (2008) y Dasso (2004)5.
solo unas décadas). Hay que recordar que,
aparte de su importancia en las economías Una nota preliminar más. Es de notar que
campesinas, este ganado –el vacuno más ninguna de estas compilaciones ha tocado aún
que el ovino– tiene una posición privilegiada el tema del temor en relación con la violencia
en la mitología y en el ritual de los Andes política que vivieron las poblaciones andinas
contemporáneos3. (Comisión de la Verdad y Reconciliación
2004). Como se sabe, el fuego cruzado entre
A partir, pues, de las canciones rituales que he las fuerzas militares y las de Sendero Luminoso
encontrado en mi trabajo de campo (Rivera cobró su mayor número de víctimas entre los
Andía 2003b) y en un archivo etnográfico aun habitantes del campo con lenguas indígenas
inédito (Rivera Andía 2001) –recogidas entre como idioma materno. Parece haber, pues,
1960 y 2003– mostraré uno de los papeles de un divorcio –más que extraño por su per-
este animal de origen foráneo: servir como una sistencia– entre los estudios antropológicos
suerte de “ recipiente emocional” de ciertos de las “ tradiciones del miedo” y los estudios
temores colectivos. Retomaré, pues, un análisis de la “violencia política”. Creemos que esta
del mundo emocional de estas canciones con ausencia de puntos de contacto y de una
lectura de lo sucedido en el Perú desde la
etnografía andina es una tarea pendiente
(y urgente: por los hechos que continúan
1 Los nombres dados a estos espíritus –como la fuerza y por la memoria viva que aún existe). Este
de su presencia en las prácticas y discursos de los cam- modesto artículo no aborda tampoco esa
pesinos– varían según las regiones: wamani (Lucanas.
Departamento de Ayacucho), apu o apusuyo (Huamanga.
Departamento de Ayacucho), achachila (Departamento
de Puno), awki (Departamento de Cuzco), y auquillo 4 En realidad, resulta poco relevante para nosotros
(Departamento de Lima). usar esta etiqueta en vez de otras (como “indígena”,
2 Para una etnografía de esta herranza en particular, cf. “campesina” o “popular”), siempre y cuando quede
Rivera Andía (2003), también parcialmente accesible claro que nos referimos a una visión local, sin cánones
en: http://www.google.com/books?id=MDJC4zNxQG fijos y fuertemente emparentada con la tradición oral
wC&dq=fiesta+ganado+rivera+andia&printsec=front de los Andes.
cover&source=in 5 Cabe mencionar, aunque ninguno trata de las pobla-
3 Se trata de una posición quizá algo sorprendente si ciones indígenas, el conjunto de estudios compilado por
consideramos que la ganadería en los Andes alcanzó Rosas (2005) acerca de los miedos (sobre todo aquellos
un alto nivel de desarrollo mucho antes del contacto asociados a la política) en la época colonial y en los
con estos animales. inicios de república en el Perú.
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aura de miedos de aquella violencia cuyo son varias. Y se concentran en dos regiones
estigma ha dejado huellas particularmente específicas del animal. Unas se ubican en
intensas en los Andes, pero quiere mostrar, o cerca de la cabeza (las orejas, los ojos, el
con un caso menos dramático y complejo, la cuello), y otras en torno al sexo del animal
posibilidad de hacerlo. (el rabo, el ano, el pene).
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estas penas. Así, se acentúa la soledad del que embargo, algunos versos aseguran que los
increpa su desamor a la pastora. A veces, este amantes sólo estarán juntos mientras así lo
recurso de la soledad cobra tanta fuerza que los deseen. Proponen el amor pasajero desde el
afectos parecen dirigirse hacia la naturaleza, en inicio. Estas canciones suelen referirse a las
vez de a la persona amada. Aunque también muchachas como a un astro.
se retratan mozos inconstantes, los reclamos
más usuales se dirigen contra las muchachas, Tal recurrencia obsesiva del tema del amor
a las que se puede desear reemplazar (“Ahora desafortunado sugiere una particular amplitud
quisiera de otra vaquera… de tus manitas en sus posibilidades de expresión. Un buen
ya no, ya no”). Las consecuencias del amor ejemplo es justamente la analogía entre los
inconstante son, pues, las separaciones. Su amoríos comentados más arriba y la relación
causa, el desamor, es comparada con una del ganado con sus dueños. Muchas veces, es
sustancia tóxica de origen animal: el veneno difícil discernir si las canciones se dirigen al
de una araña.Y la pareja que no ama como se ganado o a un amante. En muchas canciones,
debería es, pues, tácitamente comparada con los ganaderos piden fidelidad a su rebaño de
este bicho. El orgullo no es poco común entre la misma forma en que pueden solicitárselo
las canciones que tratan del desamor. los amantes. El ganado no debe perder las
“señales” y los “ collares”7 que lo identifican
Algunas canciones ponen el acento en las con su dueño. Su ausencia, se compara con
aflicciones causadas por la ausencia de la el rechazo o la traición del amado. La misma
pareja amada. Los siguientes versos hablan comparación surge si el ganado se extravía
del fin de una larga separación, usualmente y no vuelve a las estancias. Es como si las
con uno de los amantes en las alturas. En canciones yuxtapusieran la amargura de
ese territorio que se antoja “ desconocido” al ambas pérdidas: la del amor equívoco y la
cantante, la única contrapartida sentimental del rebaño extraviado8.
es, otra vez, un elemento de la naturaleza:
las nubes. Curiosamente, la intensidad con que se
puede rastrear un animal perdido es expli-
La deslealtad es a menudo comparada con cada en términos urbanos. Se dice que se ha
la circulación del dinero. El amor parece ser caminado “ dos mil cuadras” en busca de la
afectado a veces por una codicia comparable “vaquita”. Lo que se recorre no son, pues,
a aquella que normalmente produce el dinero. colinas o campos, sino calles de una ciudad.
De hecho, en la juventud, los amores están Esta analogía entre los mundos de la ciudad
llenos de sentimientos poco placenteros, y “ las alturas” se puede apreciar en otros
de emociones apasionadas y dolorosas, de detalles. Una canción compara el placer
frustración. El fracaso suele ser atribuido a de unirse a una pastora con otro deleite: la
la traición, la lujuria o la ambición de los “cerveza maltina”. Se llama así a la cerveza
amantes. Las canciones se convierten, pues, hecha con un procedimiento exclusivamente
en lamentos. Son como una crónica de los industrial que sólo puede adquirirse en las
excesos de la juventud y sus placeres mar- ciudades. Esta canción alude, pues, a un placer
cados por el caos. exótico cuyo prestigio se deriva de la novedad
y de su origen citadino. Así, el placer que la
Aunque las relaciones amorosas están im- “vaquerita” proporciona es comparado con
pregnadas de rechazos y separaciones, el algo embriagante y novedoso, cuya obtención
dolor que ocasionan no aniquila siempre
el deseo de volver al lado de la pastora. A
pesar de la falta de señales de amor, del 7 Sólo las vacas lucen “ aretes”. Los toros, en cambio, son
alejamiento y el desprecio mostrados por ornados por medio de collares llamados wallchapas.
8 También hay canciones de herranza que tratan el paso
la amada, el enamorado puede insistir en
del amor juvenil desafortunado hacia el amor filial. Un
llamarla. Así, el mozo “entrega su corazón” retroceso o un deseo de no madurar aún, se expresan
a quien le provoca llanto y sufrimiento. Sin en estas canciones.
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es un privilegio de los que pasan una prueba filial atribuida al ganado es extendida a sus
tácita: la ciudad. De hecho, ninguna de las relaciones con los humanos. Muchas veces
canciones que he recopilado menciona la los cantantes se dirigen usando palabras que
bebida infaltable en la herranza: el “ ponche” recuerdan las que un hijo considerado em-
(hecho a base de maíz). Al contrario, lo que plearía para hablar a sus padres. Es notable
se nombra es lo más exótico, lo inusual y, por el tratamiento respetuoso que los animales
eso mismo, codiciado. Otras estrofas hacen reciben: se les llama “usted” (aunque no
referencia a la “cervecita blanca” e incluso a haya concordancia entre el pronombre y el
la “pepsi cola”. De hecho, una de las formas verbo, como en: “ Usted eres mi padre”). Se
de hacer honor a las reses es beber “ pepsi trata de un fenómeno bastante común en el
cola” en su nombre. Esta predilección por la castellano andino. Sin embargo, en este con-
novedad ha sido ya notada en otros estudios texto, uno puede preguntarse si no se trata de
(Ortiz Rescaniere 1999, 2001, Gutiérrez Estévez expresar la respetabilidad y el cariño familiar
2001). En el contexto de la herranza, este que provocan, simultáneamente, las reses.
rasgo es notorio en algunos nombres dados al Algo similar encontramos cuando las reses
ganado: de boxeadores, de presidentes de la son llamadas “ vaca madre” y “toro padre”.
república (“Fujimori”) o de jefes de imperios
casi míticos (“Clinton”, “Bush”)9.
¿A qué se debe que los rebaños sean vistos
como padres? ¿Qué significaciones tiene que
El miedo al parricidio
un animal sea llamado igual que los parientes
más entrañables? ¿A qué alude y qué resalta
Las alabanzas a los animales y los amoríos
esta metáfora? Lo más evidente, luego de
desafortunados no son los únicos temas
un breve repaso de las canciones, es que el
presentes en las canciones de herranza. En
ellas se usan también términos que aluden ganado está siendo considerado como un ser
claramente a una relación filial entre los nutricio (evidente en tanto que proveedor de
ganaderos y sus reses. Parece ser que estas alimentos apreciados en la dieta campesina,
metáforas implican una concepción huma- como la leche y el queso).
nizadora del ganado, que ya hemos señalado
en varios aspectos y técnicas del ritual (Rivera En concordancia con su carácter nutricio, el
Andía 2003a)10. ganado es concebido como una fuente de
riqueza (a veces, explícitamente se le compara
Al mismo tiempo, se supone que las reses con las minas). Ciertas canciones enumeran
“aman” a sus crías y que los becerros re- las distintas transformaciones que el ganadero
quieren de sus progenitores. Separarlos es realiza con el fin de beneficiarse del ganado,
considerado un acto cruel, aunque necesario. dejando en claro que es la riqueza del ganado
En cierto modo, esta inclinación hacia el amor lo que propicia su fin en los mataderos de
las ciudades.
9 Los apelativos que sus dueños otorgan al ganado dicen Este carácter nutricio concuerda con una
algo acerca de cómo se lo concibe. Si los nombres de figura recurrente: una vaca puede ser bautizada
los toros casi siempre remiten al poder, en el caso de las
por su dueño con el nombre de su madre.
vacas sus apelativos suelen aludir a criterios estéticos,
como el color que tienen: Aceituna (para las oscuras, casi Ahora bien, la madre es una figura no solo
negras), Gringa (para las blancas), o Colorada (para las nutricia sino también inmaculada. A ella se
que tienen un tono rojizo o anaranjado). Otro criterio debe el amor máximo. Y es ella la proveedo-
importante es la fecha de su nacimiento: así, una vaca
ra usual de seguridad afectiva. En el Perú,
que nace cerca de Navidad se llamará Pascuala, y si nace
alrededor de carnavales, Reina. como en muchos otros países, la madre es el
10 Una cierta humanización del ganado vacuno tam- pariente más entrañable, uno que casi linda
bién parece presente en las prácticas cotidianas de los con lo sagrado. Todas estas características son
ganaderos del norte de España. Esto es notable en lo
adheridas al ganado con el uso del título de
que respecta a la convivencia entre hombres y bestias.
Pero también en lo que respecta a la muerte del ganado “vaca madre”. La res nutre y brinda riqueza,
(Cátedra 1989: 140-150). debe ser tratada con respeto y cariño; provee
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que impera en la economía de mercado. Por expresa este verso: “Tengo mi vaquita para
un lado, los ganaderos pagan anualmente mi esperanza y recuerdo”.
un impuesto a la comunidad campesina en
cuyos pastos viven sus rebaños. Por otro lado, Los rebaños son percibidos como entidades
el ganado también puede ser donado con financieras, como si cumplieran funciones
el fin de establecer o reforzar relaciones de similares: guardar excedentes y proporcionar
alianza (Flannery 1989). El ganado también dinero en el momento en que se lo necesita. El
puede financiar obras de infraestructura en ganado no solo provee de alimentos, fertiliza
la comunidad campesina. Pero no son sólo y ayuda a trabajar los campos de cultivo, sino
beneficios económicos los que se obtienen a que, al mismo tiempo constituye una fuente
través de la ganadería. Esta, además, “refuerza usual de dinero. Hay dos métodos frecuentes
la autoridad de los organismos comunales”: para obtenerlo. El más usual es la venta de
en efecto, la comunidad campesina controla queso. Este comercio es considerado, en los
el acceso a los pastos.Y este control le otorga cantos, un motivo de agradecimiento del ga-
unos “poderosos instrumentos económicos de nadero hacia las reses. La otra, menos común
presión” (Casaverde et al. 1982 [1968]: 202). pero de mayor envergadura, es la venta de la
Al menos hasta inicios de los años setenta misma res a los mataderos. A diferencia de
los ganaderos conformaban el grupo mayo- la anterior, esta venta es considerada por las
ritario y de mayor injerencia en el gobierno canciones como un motivo de reclamo de la
de las comunidades campesinas de la región res al ganadero. Evidentemente, la demanda de
en que hicimos trabajo de campo. De hecho, queso y carne depende de las ciudades como
la cantidad de energía que se invierte en los Huaral o Lima, la capital de Perú. Las canciones
ritos ganaderos hace suponer una importancia de herranza muestran así una paradoja algo
económica apreciable en el objeto del rito. El penosa. Por un lado, los criadores cantan a
dispendio de la herranza permite intuir que sus reses como si del más entrañable de sus
este valor simbólico atribuido al ganado se parientes se tratase. Por otro, esos mismos
corresponde, en los casos estudiados, con su cantos insinúan que tal valor depende tam-
valor económico. bién de su consideración como mercancía, es
decir, como un objeto negociable, como una
El carácter protector del ganado adquiere, cosa vendible y comprable11.
pues, una expresión menos sentimental. Esto
se hace evidente cuando se equipara el toro Aparentemente, estas canciones rituales
con un banquero: “Mi torito me protege hablan de una experiencia específica y de las
porque es el huancario”. La característica de emociones asociadas a ella: la experiencia de
los rebaños que se enfatizan en las últimas matar lo que uno ama. Ya he señalado que las
metáforas encontradas –la de los padres y la canciones aparecen en el momento del ritual
de los bancos– es en cierto modo la misma: la en que se humaniza a las bestias. Es en este
de un proveedor. ¿Qué clase de proveedor es el momento que las canciones alaban al ganado
ganado que se nombra así en estas canciones? y les hacen repudiar a los criadores que los
Por un lado, entrañable como una madre; por venden. Considerando al mismo tiempo el
el otro, útil como un banco. contenido de las canciones y su contexto ritual,
se comprende mejor un sentido de los cantos
Además, esta concepción del ganado como que podría considerarse como más “profun-
depósito de riqueza podría explicar una suerte do”: ¿Cómo es posible matar aquello que se
de “amplitud temporal” en las emociones ama? ¿Cómo se puede matar aquello que uno
hacia el ganado. En efecto, podría decirse que quiere tanto como a uno mismo? Sin ensayar
una vaca, un toro son, además, una especie
de síntesis del presente. Por un lado, evocan
11 Una contradicción similar en torno a la venta del
el futuro y sus ilusiones de riqueza. Y por el
ganado vacuno parece encontrarse entre los vaqueiros de
otro, rememoran el pasado donde quedan Asturias, donde la muerte es encubierta hasta convertirla
los trabajos asociados a su crianza. Así lo en una aparente sustitución (Cátedra 1989: 148).
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nuevo “ bien”, que hoy congregan a campe- sobre aquel que canta, que oye o que recuerda
sinos y a sus parientes de las ciudades, son las canciones. Quizá así se podría compren-
pues un espacio idóneo para constituir una der mejor uno de los resortes emotivos más
alegoría del proceso de modernización que importantes del ritual. Si el viaje a la ciudad
ha afectado de los Andes. emprendido por los animales está marcado
por un sentimiento trágico, es porque implica
¿De qué manera se valora esta sustitución del la ingratitud y la crueldad del criador. Este
ganado en el ritual? Las canciones que hablan verso ilustra los sentimientos que se atribuyen
de los comerciantes –llamados “ganaderos” al ganado con respecto a los comerciantes:
o “gananderos”– los retratan transitando por “De esta banda a la otra banda, mi torito va
los caminos e inquiriendo por las mejores mugiendo. En sus ecos va diciendo: “ ¡No me
reses. Las canciones se mofan: los comer- vendas patroncito!””.
ciantes andan sucios. Su labor hace que estén
embarrados, empolvados. Esta visión podría El toro muge. Su voz animal retumba entre
resultar un poco extraña; sobre todo si se las paredes de los cerros, oyéndose por todo
piensa que la visita de estos comerciantes es, el valle. En este proceso, su voz se vuelve
para los criadores, una buena oportunidad de humana: los ecos de sus mugidos se tornan
obtener dinero. Ya se ha sugerido, en parte,
palabras inteligibles, súplica: “ ¡No me vendas!”.
a qué se debe esto. El amor hacia el ganado,
A veces, el toro no sólo muge, sino que brama:
construido con tanto esfuerzo durante la
un término que también se usa para denotar
herranza, interfiere con este fin evidente de
ira entre los hombres. Ahora bien, el lema de
la crianza: la obtención de dinero. Ahora se
las reses es también un juego de palabras:
intentará una explicación más.
“Ganadero de bancarrota”, también reem-
Muchas canciones acuden a una prosopopeya plazable por “ Camalero de vaca rota”. La
recurrente. En ellas, prestan su voz a unas primera parte es otra burla al comerciante: está
reses que lamentan su suerte, pues han sido arruinado, en realidad no tiene el prestigio
vendidas a los mataderos de la ciudad, se asociado al dinero que posee.
quejan ante sus dueños y les imploran que
no las entreguen. Este uso de la prosopope- La segunda forma de la consigna es un poco
ya es congruente con la humanización que más difícil de entrever, pues se ha transformado
se realiza en el momento del ritual en que de forma que suene igual que la primera. El
aparecen. Se podría decir que esta etapa de camalero es aquel que trabaja en el matadero o
la herranza quiere que el ganado sea con- camal. ¿Qué significado puede tener “de vaca
siderado humano. En esta prosopopeya se rota”? ¿Es una forma de decir“vaca muerta”,
realiza una suerte de comunión ritual entre una forma que grafica el tipo de muerte que
el ganado y los criadores. Sin embargo, el yo produce el camal? Es como si la canción estu-
no se disuelve en el personaje del ganado. viese aludiendo de modo gráfico a la muerte
Lo que parece suceder es, más bien, que el y despedazamiento que sufre el animal en
sujeto individual experimenta en sí mismo las el matadero. Los dos versos finales parecen
peripecias atribuidas al ganado. Peripecias que ser completamente paradójicos. Primero, se
son humanas. De este modo, la violencia y la ensalza a los comerciantes a través de los
traición se sienten como si fueran ejercidas cuales se obtiene dinero. E, inmediatamente
después, se desdeña a los que trabajan en los
mataderos. ¿Se trata de una transferencia de
Agricultura de la República del Perú 2006). El consumo
la responsabilidad por la muerte de la res?
de leche, aunque ha variado menos, sigue la misma
tendencia que la carne (Ministerio de Agricultura 2006). Una estrategia de este tipo implicaría una
Esto se entiende sobre todo si se considera que, en este incomodidad, y una falta que la cause. Podría
mismo período, la población de Lima alcanzó casi los pensarse que, situando la culpa en el “cama-
siete millones de habitantes (INEI 2005). Sin embargo,
lero”, se aleja esta del criador. Así, se mengua
el número de reses en el Perú se ha mantenido estable
en los últimos treinta años (alrededor de 4 millones de la incomodidad que produce la muerte de la
cabezas). res que se dice amar tanto.
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Hay, además, otra posibilidad. El “ganadero” reses parece igual a renegar de los padres o
podría estar designando aquí, no al comer- abandonar a quien se ha prometido amor.
ciante (como sucede en otras canciones), Es como si la herranza llevara a sus últimas
sino al criador. En este caso, resultaría más consecuencias, al mismo tiempo, los aspectos
comprensible que se elogie al que cría y se del ganado que responden a su carácter de
denigre al que compra. Esta hipótesis depende, mercancía y los que dependen de su idea-
claro, del grado de consenso o precisión que lización humanizada. En consecuencia, la
existe, en el valle, acerca del significado del coherencia interna del mundo metafórico de
término “ganadero”. Pero no he podido hacer las canciones se quiebra, desplomándose su
un examen al respecto. Con todo, el siguiente arquitectura de significados.
ejemplo aclara el sentido de estas canciones:
“En la punta de aquel cerro, hay una vaquita De hecho, este tráfico de lo que ha sido tan
bramando. Con su bramido, nos dice: “¡Que alabado y ensalzado, parece resultar emba-
vivan los crianderos!” Más abajito, a la media razoso. Parece ser evaluado como un acto de
falda, hay un torito barroso. En su respuesta, violencia. Todo aquel discurso de lo entrañable,
dice: “¡En bancarrota los camaleros!””. descrito en los apartados anteriores, es, final-
mente, desdicho. La incomodidad a la que se
El ganado alaba a sus criadores, y desea la hace referencia aquí es como un defecto en la
ruina económica de los comerciantes. La arquitectura del paisaje sentimental construi-
recurrencia de este tema insinúa la percep- do por las canciones de la herranza. Puede
ción de un problema. ¿Cuál podría ser la sintetizarse del siguiente modo. El ganado es
falta? ¿O, en todo caso, qué podría causar el objeto de un profundo afecto. Se le ama
esta incomodidad? Parte de la repuesta no en consecuencia. Pero, al mismo tiempo, es
está tan lejos de lo que expresan las últimas el protagonista de un negocio indispensable.
canciones que se han revisado. En ellas se Por tanto, se le mata. Una especie de aritmé-
encuentra una acusación. El objeto de esta tica sentimental se impone. Si comerciar el
denuncia es el comercio de unos animales ganado es como rechazar un amor entrañable,
que, aparentemente, suscitaban emociones es entendible que las canciones hagan una
comparables a los amores de juventud o a pregunta recurrente: ¿Cómo es posible matar
los sentimientos filiales. aquello que supuestamente se ama?
Sin excesivo dramatismo, o más bien con Se comprende mejor, ahora, las implicancias
uno fingido15, el ganado de las prosopopeyas del desplazamiento semántico –aparente-
parece preguntarse: “¿Cómo puede, pues, mente lúdico– que convertía la res de padre
negociarse a quienes son entrañables? ¿Cómo en banquero o incluso en banco. Como tal,
puede abandonarse por dinero aquello que se se enfatizaba que el ganado es una fuente
ama?”. Las canciones examinadas cuestionan de dinero. La comparación de la res con el
el comercio de los rebaños en un momento
dinero (llamado “plata” en el castellano de
(la herranza) en el que no se deja de alabar-
Perú), debe notarse, es distinta de la analogía
les y agradecerles. Las canciones y el ritual
con las “minas” (que es usada sobre todo en
ganaderos adjudican a los rebaños unos
las canciones que aluden a los camélidos).
afectos propios de las relaciones humanas
A diferencia de esta riqueza en “bruto”, el
más intensas. En este contexto, vender las
dinero, por sus características específicas
(portabilidad, divisibilidad, convertibilidad,
15 De hecho, los siguientes versos muestran con des- generalidad, anonimato y legalidad), facilita
parpajo este vínculo entre el amor y el negocio: los
el predominio de los intercambios mercan-
dueños festejan en nombre y honor de sus animales; y,
al mismo tiempo, confiesan que podrían venderlos por tiles. Y así, con este dinero, el criador puede
muy poco dinero (tal es el significado de la expresión construir su casa en los suburbios, pagar por
“por cuatro reales”): “¡Tomaremos, chaccharemos en la educación formal de sus hijos, o emprender
el nombre de las vaquitas! ¡Cuando falta cuatro reales
venderemos toro pinto!”.
un negocio propio en la ciudad.
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Como se dijo antes, las canciones surgen en hurgar en las reacciones individuales al paisaje
las secuencias del ritual en que las reses son emocional que se ha querido perfilar aquí.
tratadas como si de seres humanos se tratase. Pero no es en esta dirección a donde quiero
En este contexto, no es difícil entender qué apuntar con las preguntas anteriores.
motiva el sentimentalismo, individual y co-
lectivo, de los cantos. Es la conjunción, en un Una crítica de la migración
solo momento, de un amor que se muestra
con tanta elocuencia, y de una violencia que La comparación entre la ciudad y el campo
no puede disimularse por más tiempo. Este también está presente en las canciones
tiempo paradójico es el marco en el que los ganaderas. De hecho, en la herranza, las
participantes en el ritual entonan las canciones. reses y los mozos descienden de la pampa.
En ellas, el ganado pregunta a sus dueños por Los que emigraron a la ciudad, en cambio,
qué los venden, por qué matan algo que han “suben” desde la ciudad. ¿Cuáles son las
acercado tanto a su humanidad. Esta sospecha diferencias entre los riesgos que representan
perturbadora de estar matando algo que es estos dos espacios? Quijada (1957: 62-65)
como uno, o que es parte de uno, quizá pueda ha registrado unos cantos ganaderos sobre
explicar el llanto fácil siempre me sorprende la “huallata”. La pampa, el hábitat de esta
en las herranzas. ave silvestre, es contrastada con lugares
como Lima y Cuzco. Ambos espacios pare-
¿Puede narrarse, sin inquietud, que se vende cen ser considerados, en ciertos contextos,
como una mercancía lo que se ama? ¿Se trata escenarios inquietantes, de penuria. Aun
de un sentimiento similar a la culpa? Si fuera cuando son muy diferentes, ambos espacios
así, resultaría tentador buscar cómo se trata están marcados por la alteridad, aunque en
esta culpa. Podría decirse que el amor a las distintos grados. Por un lado, en la pampa,
reses, desplegado en el ritual y en las cancio- el peligro es la “animalidad excesiva”, la
nes, tiene, en este contexto, una significación excesiva lejanía de la condición humana. Esta
adicional. Pareciera que, en la actualidad, este condición tiene varias denominaciones en
amor disimulara un malestar, enmascarara una el castellano local: chúcaro, bravo, matrero
cobardía. Se trata de un amor que obscurece (Rivera Andía 2008a). Por otro lado, en las
la violencia del tratamiento del ganado como ciudades, el peligro se traslada del aspecto
mercancía. Los ganaderos que cantan estos metafísico a uno menos abstracto o menos
versos explicitan e “inventan” el sufrimiento radical. El riesgo no es una transformación
de las reses que aman. Al mismo tiempo, no hacia otra modalidad del ser, sino más bien
se sienten obligados a evitar su muerte, no una suerte de transformación externa marcada
dejan de comerciar con ellas. Cantar estos por los hábitos y apetencias urbanos.
versos constituye, en cierto modo, una práctica
masoquista: dolerse de lo que es inevitable, Al mismo tiempo, existen ambivalencias
poner el dedo en una llaga. relacionadas con ambos espacios. Si nos con-
centramos en el papel del ganado –desde el
Pero parece haber algo más en esta crítica punto de vista del criador–, pareciera que las
tácita de los cantos rituales. En efecto, uno reses estuviesen sometidas siempre a destinos
puede cuestionarse si realmente es el ganado paradójicos. Véase primero el espacio de la
algo tan conmovedor para los habitantes pampa. Por un lado, las “alturas” constituyen
del valle de Chancay. ¿Les asalta realmente su hábitat idóneo. Por otro, son el espacio de
la duda de vender sus reses cuando llega el la alteridad y todo en él parece amenazante.
momento? ¿Sienten verdaderamente algún Esta paradoja es uno de los móviles del ritual
remordimiento o incomodidad cuando obtie- ganadero. En segundo lugar, véase ahora la
nen la suma acordada y despiden uno de sus contradicción tácita en el caso de la ciudad.
animales? ¿En suma, de qué se habla cuando Por un lado, es el comercio con ella lo que
se habla de vacas y toros? Por supuesto, sería motiva la crianza y proliferación del ganado
difícil y ajeno al propósito de este apartado (debido a la demanda de leche y queso). Pero,
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por otro, ella es también la razón de su fin si consideráramos que cuando hablan de la
en los mataderos de la ciudad. comercialización del ganado, en realidad,
tratan del drama de los emigrantes.
En suma, a la inversa de la pampa, el riesgo
de la ciudad es más grande para el ganado Si se persiste en esta analogía, oiríamos las
(que allí muere) que para los hombres (que canciones lamentándose de una experiencia
sólo cambian de hábitos). ¿Es por eso que, también inevitable y muy actual, pero que
en las canciones, el dominio del riesgo es atañe a los hombres en vez del ganado. La
acaparado por la ciudad? ¿Es esa la razón tragedia casi burlesca de la venta del ganado
por la que las canciones necesitan de la pro- a los mataderos se transformaría en el duro
sopopeya solo en el caso de los sufrimientos drama de la emigración de los jóvenes a las
provocados por la ciudad, pero no por la vida metrópolis. Como el negocio de la ganadería,
en las alturas? De la vida en la pampa, no se la migración puede ser también, y lo es en la
lamentan las reses, sino los pastores. ¿Cuál mayoría de las veces, una experiencia buscada,
es la lógica detrás de la elección de distintas aparentemente bajo la ideología del progre-
estrategias retóricas? so (Degregori 1986)16. Ahora bien, ¿En qué
términos se podría expresar una experiencia
Es como si se estuviese frente a una distribu- que, como la emigración, es vista, a la vez,
ción del dolor. Los hombres se quejan por las como una empresa ansiada y cruel? Es aquí
“alturas”. Los animales, en cambio, protestan donde se debería considerar la transferen-
a causa de la ciudad, cuya imagen debe haber cia de este drama de las personas hacia los
cobrado fuerza recientemente. ¿Por qué las animales. Serán las reses las que sufren, no
canciones hablan de las “alturas” con respecto los hombres.
a los hombres, pero no a los animales?
Esta es la hipótesis en síntesis. Implica dos
O quizá debería preguntarse de manera inversa: ocultamientos, el segundo más importante que
¿Por qué tal silencio? Pues el silencio sobre el primero. En primer lugar, el amor exaltado
la ciudad, en los lamentos de los hombres, que se asegura sentir por el ganado, solapa
puede ser igual de curioso. En efecto, también su utilización comercial y su muerte a cambio
podría preguntarse por qué se mencionan de dinero. En segundo lugar, se denuncia este
los peligros de la ciudad con respecto a los abuso hacia los animales. De este modo, es
animales, y se silencian en relación con los posible “tocar” una experiencia demasiado
hombres. ¿Se trata de una elección arbitraria, íntima y conflictiva como para expresarse
o de una estrategia con fines particulares? ¿Se directamente. Es decir, el drama adjudicado
está silenciando aquello que es precisamente a los animales permitiría la expresión velada
más contradictorio, más doloroso? ¿Es una de otra experiencia análoga: la emigración a
táctica que transfiere a otro ego el lamento la ciudad.
de una situación que, de lo contrario, sería
difícil de expresar? Si así fuera, las canciones El retrato de la res sacrificada y del emigrante
de herranza reflejarían una especie de me- campesino serían, pues, análogos. La tragedia
moria incómoda. ficticia de la res (ser enviado a la muerte por
quien la ama), es como un espejo de otra
La topografía emocional que se ha descrito experiencia. Una que es real: una mudanza
hasta aquí adquiere, de pronto, un perfil in- que requiere el abandono de lo que es entra-
esperado. Como si un ligero movimiento de ñable. De lo que se habla “en realidad” sería,
perspectiva hubiese hecho aparecer, de repente, pues, del viaje a la ciudad y de los cambios
un nuevo elemento hasta entonces oculto. Este culturales repentinos que implica. A este
elemento sería la experiencia de los hombres
en la ciudad, su emigración desde el campo, 16
En cambio, el desplazamiento a la pampa está mar-
su mudanza a la urbe. Las canciones de la cado, en la imaginación colectiva, por un proceso de
herranza adquirían una dimensión distinta domesticación o de maduración.
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ese amor será, otra vez, la incomodidad. Pues se andado… he recorrido”)18. Esta canción valora
compadece la suerte del ganado precisamente directamente la capital del Perú, el centro de
porque se lo ama. esa experiencia ambivalente: “Lima, Lima
he andado, ¡Toda Lima he recorrido!, Mejor
Lo mismo podría decirse del emigrante. La que Lima mi vaquita… mejor que Lima mi
decisión que muestra al emprender su periplo torito. Aunque pobre voy a Lima”. Otra vez
es admirable, pero las consecuencias finales de se enfatiza el deambular permanente, la falta
su viaje también lo vuelven digno de piedad. de una ubicación fija19. Gracias a sus reses,
Quizá porque en este caso podría tratarse el que ha permanecido en el campo puede
de un pariente o de uno mismo –y ya no de ir a la ciudad si le place. Aunque “pobre”, va
a la ciudad. Aunque campesino, accede a los
un animal– es que se recurre a la narración
privilegios de la urbe y sus placeres. Pero la
indirecta.
reivindicación quizá no es tan contundente
como pareciera, pues la condición campesina
La mecánica de la emoción que trato de explicar
parece ensalzarse solo porque permite ampliar
podría resumirse en los siguientes términos. la experiencia del campo a la de la ciudad.
Cuanto menos confortable sea admitir que
se quiere dejar lo que se ama, más se apela Comentarios
a la exaltación del amor. Pero cuanto más se
lo exalta, más digno de compasión se vuelve La experiencia colectiva de la emigración
el sujeto del abandono. ¿Puede suponerse campesina a la ciudad, desde la segunda
un dilema igual de irresoluble en el caso del mitad del siglo XX, está vinculada a la llamada
mundo emocional en torno a los emigrantes? “modernización” de la sociedad rural en el
Quizá no hay otra opción salvo suponerlo. Perú. La visión idealizada que se encontraría
Hasta ahora, la escasa bibliografía existente en estas canciones sería la de un proceso de
sobre el tema no parece haber encontrado desarraigo: uno deja su hogar y su villa, olvida
una expresión menos tácita acerca de esta sus fiestas y narraciones, cambia de comidas,
experiencia crucial en las sociedades andinas costumbres y lengua. Dejarlo todo atrás, en
contemporáneas. el pueblo de la sierra. Se abandona parte de
lo que representaba lo más propio, y se co-
Hay otro sentimiento recurrente en las can- mienza de nuevo en la ciudad. La relación del
ciones ganaderas. La res se indigna, arenga emigrante con su pueblo natal es equiparada
a los criadores y vitupera a los comerciantes. con aquella entre el ganadero y su rebaño.
¿Se está exaltando así la vida campesina y se En ambos casos, se abandona aquello que
están despreciando los supuestos beneficios es entrañable. Otras metáforas de los cantos
ganaderos comparan esta experiencia con
de la vida en la ciudad? Los comerciantes
la inconstancia sentimental de los amantes
venidos de la urbe, en los cantos, vienen
sucios, los cubre el polvo del camino, están
en bancarrota. Algunos versos comparan la 18 En el “manuscrito de Huarochirí”, el mito de Hua-
riqueza que se puede obtener mediante la tyacuri incluye la misma característica en el retrato de
ganadería y aquella que se busca mediante ese joven pobre: vaga sin norte por los cerros. Bajo
esas circunstancias, las reses son “mejores” que esa
la emigración. Afirman que es mejor ser un ciudad.
ganadero que trabajar como obrero asala- 19 El verso final representa una curiosa inversión. Se trata
riado en un campamento minero: “Cerro en de una consecuencia del énfasis de las cualidades de la
cerro he andado. Mina en mina he recorrido. ganadería frente a las del viaje. El ganadero permanece
en el pueblo, no puede vivir en la ciudad. En este sentido,
Mejor mina es mi vaquita. Mejor mina es mi es “pobre”, no posee la misma cantidad de dinero que
torito”. Recuérdese que la res es comparada sus parientes o amigos que se han mudado a Lima. Sin
con una veta de minerales preciosos). Y que embargo, a pesar de su “pobreza” es capaz de acceder a
la ciudad, si así lo quiere: “ Mi torito me protege, porque
el viaje es concebido como una experiencia ellos son el huancario …flor de Lima, flor de Lima, aunque
constante, sin un asentamiento fijo (“… he pobre voy a Lima”.
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han mostrado ya desde otros puntos de comerciante es lapidado y muerto con armas
partida. Las canciones de herranza, pues, blancas en Ayacucho. Aquí también se asocia
ayudarían a comprender uno de los rasgos el sacaojos citadino a los degolladores rurales
más característicos de estos pueblos (refu- y también se exploran las correspondencias
tando de paso algunas de las perspectivas políticas.
más persistentes acerca de la “ resistencia”
de la cultura andina). Como puede verse en estos dos trabajos, los
diversos estudiosos acuden a la historia, la
¿Qué sucede en otras regiones del área andina etnografía, la sociología política y el psicoa-
y fuera de ella? No queremos terminar este nálisis. Lo que nos gustaría resaltar es cómo,
artículo sin resaltar la necesidad de algo que al mismo tiempo, estos análisis se pierden
nos parece más que útil si queremos pensar de un aspecto –una comparación fuera del
en los Andes. Tanto como la etnografía Perú– que quizá los hubiese a responder
detallada, son necesarios los trabajos com- sus preguntas. Ahora bien, estas compara-
parativos, particularmente con las áreas más ciones podrían haber ido al menos en dos
descuidadas por los andinistas: la Amazonia direcciones. Por un lado, como lo ilustra
y la Península Ibérica. Pondremos un ejem- un libro reciente de Gerardo Fernández
plo a propósito de un reciente estudio sobre Juárez (2008), los degolladores andinos no
el miedo que producen los extirpadores de sólo tienen claras variantes en otros países
sustancias corporales en los Andes. sudamericanos (como Bolivia) sino también
en España.
En el Perú, esta versión urbana de esta creencia
popular llamó la atención de los sociólogos y Por otro, los rumores de los “sacaojos” en
antropólogos peruanos a fines de los ochenta. Lima son claras variantes de viejas leyendas
Se decía entonces, sobre todo en los barrios europeas, tal como lo recuerda otro trabajo
más humildes de Lima, que, por ejemplo, reciente de Dias Márques (2008) con respecto
autos negros de lujo trasportaban médicos que a España, Portugal y Francia. Tenemos aquí,
secuestraban niños de los barrios más pobres pues, un buen ejemplo de cómo una búsqueda
para luego extraerles los ojos y abandonarlos comparativa podría haber aclarado muchas
con dólares en sus bolsillos. de las interrogantes surgidas en estudios
concentrados en explicaciones buscadas en
Estos rumores sobre “sacaojos” –que en mi ambientes geográficos más delimitados y
infancia pululaban en los barrios más hu- coyunturas políticas nacionales.
mildes de Lima– fueron relacionados por
antropólogos y sociólogos con una creencia Me he detenido en el ejemplo del miedo a la
que había sido registrada previamente por la extracción de órganos –cuyos protagonistas
etnografía andina en el Perú: los degolladores son llamados pishtakuq en el Perú– sólo para
rurales llamados “pishtaco” y “ñakaq”. Así, mostrar en detalle cuán variados pueden ser
un libro –compilado por J. Ansión (1989)– en- los pretextos para considerar, a la luz de las
cuentra en los sacaojos una variante de estos tradiciones populares europeas, lo que se
degolladores. Varios artículos refrendan esta llama el “pensamiento”, la “cosmovisión” o
asociación y muestran una clara tendencia a la “ religiosidad” andinos21.
explicar este “rumor del sacaojos” con la co-
yuntura política actual que vive el Perú en esos
21 Pero esto nos lleva a una cuestión más de fondo. ¿Las
años. Poco después, otro libro (Portocarrero,
numerosas resonancias culturales hispanas del mundo
Valentín e Irigoyen 1991) insiste en mostrar indígena andino, señaladas en detalle por Fernández
las consecuencias del miedo en los días en Juárez, podrían haber sido obviadas hasta ahora en los
que el rumor se extendió entre los barrios y estudios etnológicos sin la persistencia de ciertos sesgos
persistentes en la disciplina? ¿Cuáles son estos sesgos y
regiones más humildes del Perú. Las madres
por qué se mantienen? ¿Podrían haber sido subestimadas
de Lima impiden que sus hijos vayan al co- sin un extraño desconocimiento de las expresiones cul-
legio por temor a que les saquen los ojos; un turales del mundo “popular” o “ rural” en España?
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Hay, pues, dos puentes que construir, o que COMISIÓN DE LAVERDAD y RECONCILIACIÓN
transitar más a menudo. Uno es el que une (2004) Hatun Willakuy: versión abreviada del Informe
los estudios etnográficos sobre las culturas Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación: Perú.
amerindias del área andina y los estudios Lima: Comisión de la Verdad y Reconciliación.
sobre los hechos cruciales de la historia con-
COSAMALÓN AGUILAR, J. (1999) Indios detrás
temporánea de los países ubicados en este
de la muralla. Matrimonios indígenas y convivencia
territorio. ¿Podemos entender los miedos a inter-racial en Santa Ana (Lima, 1795-1820). Lima:
seres que aparecen en las crónicas del siglo Pontificia Universidad Católica del Perú.
XVI sin hurgar en los temores desatados por
las violencias vividas en Latinoamérica? El otro DASSO, M. C., M. CALIFANO y E. FERNÁNDEZ
puente es el que debe hacernos entender de (coords.) (2004) Las nociones del mal y el temor en
una buena vez que el indigenismo sólo es un las cosmovisiones aborígenes de América. Trabajos
obstáculo para la comprensión cabal de esas presentados al Simposio “La percepción del mal y
culturas que dice interesarle si no nos permite la estructura del temor en las sociedades etno-
analizar en detalle las mutuas correspondencias gráficas”celebrado en el 51º Congreso Internacional
de Americanistas. Número monográfico de la serie
entre los Andes y la península ibérica.
“Archivos”. 2 Vols. Buenos Aires (Argentina):
Centro Argentino de Antropología Filosófica y
Agradecimientos Cultural (CIAFIC).
Este artículo fue escrito gracias a la ayuda de DEGREGORI, C. I. (1986) Del mito de inkarrí al
una beca de investigación dada por la UNESCO mito del progreso. En: Socialismo y Participación
y el gobierno de Japón y por la fundación Nº 36, Centro de Estudios para el Desarrollo y la
P. & A. Sommer de Francia. Agradecemos por Participación - CEDEP, Lima, diciembre de 1986.
sus comentarios a Ramiro Matos y a Catherine
Allen, en Washington DC, donde hacía un Dias MÁrques, J. J. (2008) Leyendas vivas en
posdoctorado en el Smithsonian Institution Portugal. El robo de órganos en las tiendas de los chinos,
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