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P r o f e s o r a Tit u l a r . D e p a r t a n
d e M ic r o b io l o g ía . U n iv e r s i
Ja v e r ia n a , B o g o t á .
mfgut¡er@javer¡ana.edu.c
G e r m á n C u b il l o s A lón
Q u ím ic o , U n iv e r s id a d Na c ió n -
M a g is t e r en I n g e n ie r ía A,vibien
E d it o r R e v is t a I n n o v a c ió n y C íe »
gercubillos@hotmail.com
• í
E
el objetivo que tiene la revista de realizar entrevistas a Científicos colombia
nos para que el público, y en especial las nuevas generaciones conozcan un
poco la historia de personas que han desarrollado su vida alrededor de la
investigación en nuestro país, quiere hacer un reconocimiento al personaje
a quien la ACAC le otorgó el premio a VIDA Y OBRA DE UN CIENTÍFICO.
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Lo mismo sucedió cuando terminé la carrera. La bioquí
mica no existía en el currículo de Química, solo estaba
como electiva, no era una asignatura obligatoria. Para ese
momento, el profesor Arturo Gil había regresado a la Uni
versidad Nacional, de hacer su maestría en Estados Unidos,
y había una misión norteamericana de la Universidad de
Nebraska en la facultad de veterinaria. Ellos fueron los que
introdujeron la bioquímica en la Universidad. Tomé esta
electiva y me gustó mucho, me sentí muy motivado por la
bioquímica, así que resolví hacer la tesis en bioquímica. De
nuevo, esta fue una decisión muy compleja porque yo era
monitor de fisicoquímica y se veía como feo hacer la tesis
en bioquímica. Fue una tesis accidentada, como solían ser
en aquella época estos procesos, con falta de reactivos y
pocos equipos. Si hubiera sabido esto antes, no me hubiera
metido, pero finalmente la hice, me gradué y, ahí sí, me fui
a un kibutz a vivir la vida socialista. Estuve tres años, pero
finalmente resolví seguir estudiando; y allí sí tenía claro que
quería estudiar bioquímica. Hice un doctorado en bioquími
ca en la Universidad Hebrea en Jerusalén, luego un breve
posdoctorado en la Universidad de Nueva York.
Un día me casé, al día siguiente me gradué y el tercer día
me fui al doctorado. Cuando estaba haciendo el doctorado
nació mi hijo, y ya cuando lo estaba terminando empezó la
idea de regresar. Pasé parte del corto posdoctorado pen
• En la Universidad sando en qué iba a hacer cuando regresara. En ese momento, salió un artículo en la revista Nature que
Nacional de
se llamaba “Los juegos que juegan los parásitos” o algo por el estilo, de un profesor Blumm. Era un
Colombia 1968.
artículo muy interesante, pues mostraba como los parásitos en su evolución habían desarrollado meca
nismos de evasión al sistema inmune y mecanismos de supervivencia a un hospedero para establecer
una relación de parásito. Fue muy interesante, así que me fui a visitarlo, le dije que quería regresar a
Colombia y él me dijo que este era el lugar preciso para estudiar estos parásitos. Hablamos del Tripa-
nosoma cruzi, que era por el que él se inclinaba y además era el parásito que más se estudiaba en Lati
noamérica. Era ampliamente estudiado en Argentina, Brasil, acá en Colombia también había algo, pero
mucho menos. Con esa idea me vine, escribí algunas cartas y la única universidad que me respondió
positivamente fue la Universidad de Valle que, en esa época, sin duda era la que tenía el grupo más
fuerte de bioquímica del país; estaban Alvaro Alegría, Carlos Corredor, Luis Alejandro Barrera, era un
grupo muy fuerte de bioquímicos. Pero, por razones familiares y personales, yo no quería ir a Cali. Todo
esto sucedía en el año 1978.
• Grado de
Químico - Facultad
de Ciencias,
Universidad
Nacional de
Colombia 1969.
Cuando llegué a Colombia, tuve la suerte de vincularme simultáneamente a la Universidad Nacional
(UN) y al Instituto Nacional de Salud (INS). Desde entonces trabajé en cooperación entre estas dos insti-
tuciones. Algunas veces mi dedicación y mi tiempo eran mayores en una y otras veces en la otra. Cuando
salió la ley que no permitía tener dos empleos públicos, la Universidad me propuso que me fuera de
dedicación exclusiva y que me comisionaba para seguirtrabajando en el INS. Toda la vida he trabajado
y estudiado en el sector público.
Cuando regresé había un grupo trabajando en Tripanosoma cruzi, del cual ya había leído mucho,
pero era un grupo que tenía un acercamiento muy tradicional, y yo estaba en una línea en desarrollo
explosivo en ese momento que era la biología molecular y la ingeniería genética. Estábamos ya en el
año 8o y Frederick Sanger estaba recibiendo el premio Nobel de Química.
En el INS ingresé al grupo de microbiología, donde mi primera publica
ción fue con Salmonella, pero había en ese mismo grupo una especie
de subgrupo dirigido por Carlos Espinal, que tenía una relación muy
fuerte con los institutos nacionales de salud y con la agencia interame
ricana de desarrollo en un programa sobre malaria. Hablamos y yo me
comprometí a desarrollar unos temas en malaria, temas más bioquími-
eos y moleculares, lo cual él apoyó. Para esa época se retiró del INS el
fundador del grupo de bioquímica y, como no había muchos bioquími
cos en los alrededores, me propusieron liderar el grupo, lo cual acepté.
Esa fue una lucha interesante de transformación del grupo donde se
reunían personas muy ilustres conocedoras del tema, pero de otra ge
neración. Para ellos la bioquímica era la química clínica del laboratorio,
Hasta el punto que allí se hacían parciales de orina, glicemias y esas
cosas. Yo estuve casi dos años tratando de convencer a las directivas
que ese grupo, con esa calidad de gente y esa infraestructura, no podía
desperdiciarse haciendo glicemias. Finalmente, el grupo se transformó,
prestando muy poco servicio de ese tipo y dedicado solo a la investiga
ción. Si algún servicio se prestaba era el de apoyar a otros grupos en el
desarrollo de sus proyectos de investigación con las técnicas de bioquí-
•nica y biología molecular que empezábamos a estandarizar.
Yo no sé si eso dice quién soy, pero sí les da un contexto de qué
sucedía a mi alrededor.
• En Jerusalén
33
tribuya con la solución es ganancia; además, es un parásito que cam
bia de formas, tiene sistemas de diferenciación sofisticados, cambia
de hospedero, cambia de órgano dentro de los hospederos, tiene un
proceso de desarrollo celular muy complejo y sobre el cual realmente
se sabía poco. Todo eso me llevó a apasionarme con él. Es que yo soy
bastante obsesivo.
• Plasmodium
Falciparum.
11 — En éxitos, ¿cuál cree que ha sido su gran aporte a la ciencia?
Se queda pensando, el ruido de la calle se mantenía, el vendedor callejero continuaba promo-
cionando su verde producto y el Doctor Wasserman se veía cómodo conversando.
Puesto que los tres estábamos pensando lo mismo, la decisión fue unánime. Él nos
condujo a uno de esos lugares que todos quisiéramos tener. ¡Una buhardilla con
tamaño de apartamento, ahí, en un costado del Park Way! Un hermoso lugar, soli
tario, silencioso, algo desordenado, lleno de libros, buena música, muy acogedor,
un par de escritorios y muchas cajas llenas de “tesoros” , esos tesoros pendientes
que se han acumulado en el transcurso de toda una vida y están listos para ser dis
frutados cuando la vida ceda espacio. En ese plácido recinto encontramos también
una cocina, donde el Doctor Wasserman desplegaba, según nos dijo, su gusto por
las artes culinarias antes de su paso por la rectoría de la UN. Es claro en afirmar
que no cocina comida tradicional sino platos europeos, de la Europa central, de la
cocina vieja clásica judía aprendida de su madre. Pensamos que a esta entrevista
te hizo falta una degustación.
M.W.L —Pues han venido por varias razones, pero sobre todo porque veían una línea coherente de in
vestigación, continua, donde había posibilidades de formación, donde tenían pasantías en otros lados,
y veían un grupo con entusiasmo y compromiso grande con la investigación.
• Premio Alejandro
Angel Escobar
1984.
Entrega: Presidente
Belisario Betancur.
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de centrífugas y las cámaras hechas por nosotros. SÍ se pueden hacer con cosas sencillas, pero con el
tiempo se van generando exigencias. Ahora hay campos donde esto es impensable. Hoy en día en el la
boratorio hacemos espectrometría de masas. No tenemos espectrómetro de masas, pero lo hacemos en
otro lugar. Hacemos cosas muy sofisticadas que se van adquiriendo a medida que se van necesitando.
Nosotros empezamos cuando Sanger, en 1980, ganaba su segundo premio Nobel por haber secuen-
ciado el DNA del fago fiXi74, y nosotros, cuatro años más tarde, ya estábamos haciendo secuenciación
en el laboratorio. Eso significa que vamos creciendo. Ahora hay grupos muy sólidos en química de es
tructuras, en elucidación de estructuras químicas complejas, con equipos muy sofisticados, pero esto
también lo adquirieron a medida que lo necesitaban. Creo que el reclamo de que “no hay con qué” no
es muy cierto en muchos casos. A mí no me gustan quienes dicen “en mis tiempos vivíamos en carpas
y ustedes se quejan por...”. Tampoco es así, la gente puede no tener acceso a un laboratorio, pero la
historia en Colombia demuestra que la persistencia, la insistencia y el compromiso con una tarea final
mente llevan a tenerlo y los que lo logran son los que tienen persistencia y no aquellos que por alguna
suerte maravillosa los recibieron.
—Yo creo que sí, claro, y creo que se hace; y se hace ciencia signiñ'cativa. Ahora se estila mu
cho medir los impactos. Hay discusión en cuanto qué tan buenos y legítimos son esos medidores en
ciertas circunstancias, pero incluso con esos medidores hay ciencia colombiana con impacto.
L... ...... J —Todavía somos una comunidad pequeña, incipiente, poco madura pero muchísimo más
grande de lo que éramos hace veinte años, de eso sí no hay ninguna duda. El número de grupos ha
• Coperación crecido y eso es bueno. Hay muchos que critican el número de grupos y yo entiendo esa crítica; pero,
Internacional por otro lado, incluso viéndolo desde el punto de vista evolutivo, uno necesita inicialmente una gran
Japón 1990. variedad para que luego haya selección natural. Viéndolo así, ya es importante.
Pero es más que eso, hay estímulo a jóvenes, hay más jóvenes metidos
y eso promete. Nuestros impactos ya se ven en Latinoamérica, ya en las
gráficas aparecemos cuantitativamente, pequeños pero aparecemos
permanentemente. Ya en las gráficas de mediciones de impacto,
Colombia aparece. Y no es ficticio. Hay investigaciones en donde
Colombia realmente aparece. Hay algunos grupos que sobresalen por
cantidad e importancia de sus publicaciones. Hay una comunidad
con presencia continua y permanente en revistas internacionales. Lo
internacional no es solo que nos vean por fuera, es que se publica
donde uno quiere que lo lean. Hay trabajos importantísimos que se
publican para que se lean en Colombia, porque es allí donde se debe
leer y eso está muy bien. Hay otros momentos donde la información
es más general y eso también está bien a nivel internacional. Hay
críticas de que se publica más en revistas de menor impacto que en las
de mayor impacto y hay también explicaciones del por qué es eso. El
costo de un artículo colombiano es muy, muy, muy inferior al costo de
un artículo equivalente extranjero, eso indica que sí se está trabajando
con recursos relativamente menores.
CH S — En ese sentido, alguien en algún evento preguntaba cómo
hacemos para que, además de publicaren inglés, la gente también publique
en español, sabiendo que lo necesitamos.
M.W.L -Yo creo que publicar en una revista en particular, no es por el gusto personal de hacerlo en
esa revista, sino a partir de quién quiere uno que lo lea. Con el surgimiento de Publindex, en Colcien-
cias, y el ranking de las revistas colombianas, criticado por mucha gente —y yo entiendo las críticas—, ya
se está manifestando que existen revistas que son leídas y están indexadas, de tal forma que por fuera
también se puede acceder a las revistas nuestras y que de alguna forma ya se está publicando bastante
más hacia el interioren castellano. En el área mía, que es ciencias biomédicas y ciencias biológicas, hay
varias revistas en castellano de muy buen nivel y que tienen buena aceptación y mucha gente publica
en ellas.
Hay mitos de que en Colombia no se hacen estudios sociales, y es un mito, pues en Colombia sí se
hacen, hay muchos grupos de investigación social y se hace más investigación social que en ciencias
naturales. Y estos estudios se publican fundamentalmente en castellano. Eso es natural, pues usual
mente tratan sobre problemas que nos interesan más acá, aunque les podrían interesar a todo el mun
do. Es posible que haya que trabajar un poco más en ese campo. Pero no estamos en una situación en
que la gente no publica.
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El primer compromiso del investigador es inicialmente con él mismo. Él tiene que reflexionar muy
bien y ver qué es lo que quiere y tratar de enfocarse hacia lo que quiere. Lo segundo, que sea un pro
blema importante. A veces nos metemos en pseudoproblemas y eso debemos tratar de evitarlo. Que
sea un problema de verdad, real. No que su solución vaya a resolver la situación del país, porque eso
son pocos los que lo hacen, pero sí que sea un problema real. Yo creo que en Colombia no hay todavía
muchos investigadores profesionales y que aún no estamos en una condición que nos permita inves
tigadores puros, investigadores que no formen. Puros en el sentido de que no formen. Me encanta un
matemático que sea puro, pero me parece que tiene que estar vinculado con la formación. En Colombia,
desvincular la investigación de la formación no me parece una opción adecuada. Hay institutos donde
el investigador no tiene nada que ver con formación, aunque eso tampoco es tan cierto, pues en to
dos esos grandes institutos como el Max Planck o los grandes institutos americanos de investigación,
tienen estudiantes por cantidades. Pero, digamos que uno se puede imaginar un instituto aislado en
una burbuja, donde los investigadores están solitos, dedicados a investigar. No obstante, en Colombia
eso no es válido imaginarlo. En Colombia, el investigador tiene que estar vinculado con un proceso de
formación. Incluso, si se está vinculado a institutos nacionales que tienen estudiantes a quienes no los
gradúan los institutos —los gradúan las universidades—, pero que hacen su trabajo allá. Los centros de
investigación como el CIF, CIDEIN, CIB, el INVEMAR, aunque son centros de investigación, están vincu
lados a procesos formativos.
Es decir, los tres compromisos que yo creo debe tener un investigador en Colombia son: ser auténtico
con él mismo, que el problema sea de verdad y que esté muy vinculado con la formación.
« Simposio de la
Red Caldas 1994.
....—Yo creo que eso no solo es un problema colombiano, es un problema mundial. Otros, que
tienen más recursos, lo resuelven con estrategias como chuparse todos los buenos estudiantes de cien
cias de los otros lugares. Por ejemplo, la emigración científica a los Estados Unidos es grandísima, por
la cantidad de oportunidades de estudio y trabajo que ofrecen. Es que en gran medida, las vocaciones
propias no son suficientes y tienen que buscar otras. Así que el problema no es solo nuestro. Pero es un
problema que se origina en la educación desde muy temprano. Nosotros tenemos nuestra catastrófica
formación matemática y no es solo que las matemáticas son importantes, que sí lo son, sino que acá
sellan a los niños desde chiquitos: “—Este es malo para matemáticas, así que olvídese de ciencias,
usted dediqúese a la historia” y eso es un problema gravísimo que tenemos y que finalmente se deriva
de malos maestros.
i n
• Cruz de Boyacá
al Instituto
Nacional de Salud
1997 -
Entregan:
Presidente Ernesto
Samper,
Ministra Cecilia
Forero de Saad.
M.F.G. — ¿Cuál cree Usted que debe ser el papel del científico colombiano
ante la necesidad de incentivar la cultura científica?
M.W.L — Si, ese componente es difícil de exigírselo al científico, no se puede exigir que lo haga todo.
Cada uno tiene sus fortalezas y sus defectos. Hay científicos que no escriben para afuera y es muy di
fícil que por cada proyecto escriba un documento para el público en general. Colciencias alguna vez lo
planteó pero era imposible, pues no se le puede pedir a todo el mundo que tenga esa disposición. Hay
algunos que pueden hacerlo y otros no.
jin
Sin embargo, es importante que, si bien no todos los niños van a ser científicos, gran parte de
la población tenga una cultura científica. Si un científico escribe feo y confiesa que no ha leído una
biografía de algún personaje, es un tipo inculto; pero un ciudadano se considera muy culto incluso
si no sabe cómo funciona el universo ni qué es la materia, ni la vida, como si eso no fuera cultura y
estuviera excluido de la cultura. Esa es otra de las cosas que puede lograr una buena educación. Que
aunque la gente no se dedique a la ciencia y no tenga una profesión científica, sí tenga una cultu
ra, una mínima ilustración científica. Eso también ayudaría muchísimo a mejorar otras cosas, como
construir una forma más racional de tomar decisiones y de enfrentar la vida. A propósito, el domingo
salió un artículo mío en El Tiempo, donde con frecuencia me publican escritos, sobre la importancia
de la estadística. Su título es: “ Estadística, en vos confiamos”. Es una defensa de la estadística y
terminaba diciendo que la estadística había tenido un gran impacto en la moral, porque al trasladar
ciertos eventos del nivel individual al nivel social, se genera un cambio en la percepción de lo que es
normal. En un momento, lo normal tenía una connotación de moral, hoy en día tiene una connotación
de distribución, frecuencia. Lo normal es lo más frecuente, no es lo moral como era hace apenas unos
años. Lo que quiero decir con eso es que una ilustración científica, o entender bien la estadística,
incluso tiene implicaciones de tolerancia de poblaciones minoritarias o de ciertas poblaciones que
no por ser menos frecuentes son inmorales. Incluso en ese campo la cultura científica puede tener un
impacto muy grande en la sociedad.
• Sesión Solemne
Academia
Colombiana de
Ciencias Exactas,
Físicas y Naturales
1998.
En la foto:
Santiago Díaz,
Hernando Groot,
Luis Duque
Goméz, Luis
Eduardo Mora
Osejo.
Hay varias asociaciones de facultades. La primera de ellas, creo que fue la de medicina, ASCOFA-
ME; está la de los ingenieros que es ACOFI ; la de ciencias que es ACOFACIEN; en ciencias humanas
debe haber algunas que no conozco. Son otro gremio, son los gremios de las facultades y se ocupan
de sus problemas. Por ejemplo, trabajan en la construcción de los exámenes ECAES. Pero, aunque
debería ser una de sus funciones, yo no veo, en su actividad, estímulo hacia ellas. Los ingenieros
deberían tratar de estimular las vocaciones ingenieriles, pero no conozco iniciativas muy fuertes.
Tampoco se le ven iniciativas muy fuertes en ACOFACIEN. Yo estuve cuando era decano, pero no vi
iniciativas en ese sentido.
■%
G.C.A. I — ¿La Academia de Ciencias hace divulgación?
M.W.L — Yo estimo mucho a la Academia, fui presidente por cuatro años, sé que ha participado y que
participa en proyectos de educación no universitaria. Hace parte de un proyecto francés de pequeños
investigadores, que es un proyecto de colegios, y la academia está vinculada con la red de academias
de América y ha sacado algunos módulos y producido algo para la enseñanza de ciencias para el cole
gio. Pero no tiene una actividad de divulgación de la ciencia como tal. Tiene su revista, que es científica
para científicos. Tiene reuniones y conferencias para científicos. Tuvo un par de iniciativas, como un
círculo de filosofía y de historia de la ciencia, pero es para científicos especializados en filosofía y en
historia de la ciencia. Tampoco es para un público lego. Creo que las academias no son un ámbito am
plio de difusión de las ciencias.
• Medalla
al Mérito en
Investigación
Universidad
Nacional 2001.
Entrega Rector
Victor Manuel
Moncayo.
M.F.G. — ¿Qué opina Usted del papel del Instituto Nacional de Salud? El IN5,
que antes trabajaba en investigación, ahora está más dedicado a la vigilancia
epidemiológica, pero debería tener una fortaleza en investigación. ¿Usted
cómo lo ve?
M.W.L —Yo creo que los Institutos nacionales sufrieron una transformación negativa que, a mi pare
cer, fue la siguiente. Ellos fueron refundados por Carlos Lleras Restrepo en el 78. Entre estos están el
Instituto Nacional de Salud, el Instituto de Cancerología, Ingeominas, el ICA, el Instituto de Bienestar
Familiar, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Todos ellos eran corrientes que confluían. En el caso
del INS, se unieron el instituto que producía la vacuna contra la viruela con el que producía la vacuna
contra la fiebre amarilla, con el laboratorio Samper Martínez, con el instituto de proyectos especiales de
una división del Ministerio de Salud. Algo parecido sucedió con los otros y generaron grandes institutos
que tenían características muy particulares. Tenían y tienen una infraestructura de las más importantes
del país, tienen un personal fijo y pagado por el estado, cosa que no es usual ahora, y eran en su inicio,
y aún formalmente lo son, adscritos a los ministerios pero descentralizados y con un alto nivel de au
tonomía, que fue lo que se perdió. La concepción era que fueran de investigación y prestaran algunos
servicios muy especializados. Por su alto nivel de autonomía servían como asesores verdaderos del
ministerio y, a veces, como críticos del ministerio al cual estaban adscritos. Esa era su esencia y eso
era muy sensato. Yo creo que el INS lo fue, y cuando yo estuve de director insistí mucho en que fuera de
investigación, autónomo sobre los temas que le interesaban al país en salud. Yo creo que por lo menos
con los ministros con los que yo tuve relación, un tiempo corto con el Ministro Augusto Galán y la mayo
ría del tiempo con la ministra Forero de Saade, eso se entendió y se respetó muy bien.
Algo parecido pasaba con los otros institutos, creo. El switch que hubo fue que los convirtieron en el
brazo técnico de los ministerios, que es algo completamente distinto, pues allí una de sus tareas era no
criticar al ministerio sino demostrar que lo que hacían los ministerios estaba muy bien hecho. Esto los
llevó a perder su autonomía y se puede argumentar con lógica que sean brazos del ministerio, pero se
convirtieron en instituciones al servicio del ministerio y dadoras de servicios y perdieron esa capacidad
crítica y de generar conocimiento en el área que tenían anteriormente y eso debería recuperarse. Esto
ha llevado a cosas malas. INGEOMINAS hasta cambió de nombre, empezaron a surgir problemas con las
licencias que había entregado y la forma como lo había hecho; de pronto una crisis con las vacunas de
fiebre amarilla y el INS ya no las producía; y lo que era una estrategia de seguridad nacional en algún
tiempo dejó de serlo, pues ya no era una urgencia; y cuando fue urgencia ya no estaba. Empezó a asumir
otras tareas y se volvió el ejecutor de una política de vacunación y perdió su objetividad en mostrar si
tenía éxito o no la política, si las vacunas que estaban comprando eran buenas o no. En fin, perdió su
capacidad crítica. Eso pasó con todos. Por ejemplo, el Instituto de Bienestar Familiar, que era fortísimo
en nutrición, perdió esa fortaleza totalmente, así que ahora no es una autoridad en nutrición.
• Congreso de la
República, debate
Ley Ciencia y
Tecnología, 2006.
43
EO S — En este momento, como exrector, como ciudadana y como
investigador, ¿cómo ve la UN en cuanto a cultura, ciencia y academia?
M.W.L —La UN es una pequeña sociedad supremamente compleja, lo cual es, a su vez, parte de su
fortaleza. Primero, porque yo creo que hay un espíritu crítico sobre los problemas del país, independien
te, de mucha producción en todos los campos y en muchas direcciones, y tiene un potencial inmenso.
Pero estas instituciones tienen una gran fragilidad. El progreso no va en línea recta sino que oscila. Mi
esperanza es que la pendiente sea positiva a largo término. Es importante para la universidad conservar
su aspiración de universidad de investigación y no solo por su nombre, sino porque es la forma como
puede hacer el mejor aporte al país. Es la forma como va a producir los mejores profesionales y los
mejores posgraduados. La investigación es la columna vertebral de la formación moderna. Segundo,
porque aborda problemas muy sustanciales, en el campo social y en el de las ciencias naturales y las
tecnologías. O sea que yo la veo como una institución de primera importancia para el país, con un po
tencial inmenso. Es una universidad que tiene tres mil profesores, más de mil con título doctoral, y los
otros al menos tienen maestría. Eso ya es una comunidad altamente significativa. Tiene estudiantes
que son seleccionados mediante un examen de admisión, pues, desafortunadamente no hay cupo para
todos los aspirantes, pero esto lleva a que sean muy buenos. Solo el 8% de los que se presentan entran
y se presentan solo los mejores de los cursos. O sea que es una doble selección. Todo esto la convierte
en un cuerpo muy fuerte para el país.
* En el laboratorio,
Universidad
Nacional de
Colombia 2008.
M.W.L —Yo creo que los principales riesgos se derivan también de eso, del pluralismo. La ventaja del
pluralismo es que lleva a muchas ideas. Yo creo que hay también internamente tendencias que quieren
lograr el gobierno de la universidad utilizándola como un instrumento más directo para modificaciones
sociales y políticas. Yo creo que la Universidad tiene que incidir en los cambios sociales, pero no creo
que deba ser un instrumento de política. Incluso un instrumento partidista. Eso sería catastrófico, porque
precisamente su gran ventaja es que, para los académicos, su mayor aspiración es tumbar un paradigma,
todo el tiempo se busca esto y es muy importante porque todo el tiempo están en una actitud y en un
pensamiento crítico y porque hay muchos grupos que piensan distinto y se confrontan. Eso parecería una
parálisis, pero en realidad es un movimiento, más lento pero más seguro. No hay una ideología predomi
nante. En el momento en que haya esta ideología, se corre el riesgo de perder la gran ventaja del pluralis
mo y de tener muchas ideas distintas discutiéndose, ese puede ser el principal peligro.
El otro peligro, que es más externo pero también muy grave, es el desfinanciamiento. Una universidad
con este potencial y que empiece a ser poco competitiva para conseguir profesores jóvenes nuevos, y
que no tenga la forma de que los profesores desarrollen sus intereses, lleva a una situación de deterioro
y de falta de competitividad con el sector privado. Allí, el padre de familia o el joven tendrán que recurrir
a préstamos y financiará ese profesor de excelencia o esa educación especial que hasta ahora la viene
financiando el estado en la UN y en otras universidades públicas.
Si se pierde esa capacidad de financiamiento estatal, estamos en gran riesgo que nos pase lo que
pasó con la educación media y básica, que en un momento eran equivalentes la pública y la privada,
incluso era mejor la pública, pero ahora ya no. Cuando yo entré a la universidad, los chachos eran los
del Camilo Torres, los del Nicolás Esguerra. Hoy en día estos colegios no aparecen entre los primeros
quinientos colegios de Colombia. Eso es gravísimo. Eso se debe a que perdieron su capacidad de com
petir, por los buenos profesores que terminan en los privados. La otra razón es de una insuficiencia eco
nómica para dotar laboratorios. Ahora están tratando de recuperarlos, no sé a qué costos, pero estamos
en peligro de que el desfinanciamiento crónico de la universidad pública origine ese mismo problema.
En este momento, creo que todavía la UN es competitiva con respecto a las privadas para captar
profesores. Sobre todo cuando se calcula al término más largo por los aumentos de productividad. Pero
los sueldos de enganche ya no son competitivos. Y para quien llega del exterior con familia, el sueldo
de enganche es un argumento muy fuerte. Pero si sigue la situación así, puede deteriorarse su competi
tividad y en ese caso estaríamos en una situación tristísima, lo que yo he llamado un “apartheid educa
tivo”, que ya sucede en la educación media donde ningún muchacho, de estrato tres para adelante, va
a un colegio público. En colegios privados también hay de dos clases. Una es la de colegios al norte de
Bogotá y otra cosa son los de Soacha. Por eso no digo público y privado. Esto lleva a que haya poblacio
nes que nunca se encuentran, porque los jóvenes de estrato cuatro para arriba están en unos colegios
distintos. Hay división total. Si llegamos a esa misma situación en la educación pública superior, yo creo
que para la sociedad colombiana sería grave.
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y permiten que la universidad mantenga su alta calidad. Se ha trabajado por el sentido de pertenencia
de los egresados. Las personas que han estudiado por fuera reciben diariamente una cartica con una
tarjeta que le permite hacer su donación. Resulta que egresados de pregrado de Colombia que hacen un
posgrado en el extranjero, cuando deciden hacer una donación la hacen a la universidad extranjera. Se
ve mal que los egresados no hagan donaciones. Yo pienso que eso debe ser conquistado.
• Donacion del
Edificio de Ciencia
y Tecnología 2008.
M.F.G. — Es la segunda vez que dice que ahora hace algo que antes
hacía más. Cosas como las novelas las ha dejado; el teatro, lo ha
dejado. ¿Por qué?
M.W.L —Porque uno va cambiando en el tiempo. Ahora disfruto mucho sentándome con un libro muy
pesado de filosofía, ética o moral, que posiblemente antes no lo entendía y no lo disfrutaba tanto, pre
fería libros más fáciles de leer. Ahora las cosas complejas me producen gusto, el gusto por entender y yo
creo que en ese sentido he evolucionado un poco. Pero eso no quita que no disfrute otras actividades.
Voy a cine, a todo tipo de cine, pero prefiero las películas buenas, no esas muy bobas de Hollywood.
Pero hay cine americano muy bueno, allí no hay problema. Con mi esposa vamos con frecuencia a cine,
ya vimos todas las nominadas a los Oscar.
a r
Ü9 — ¿Algún buen director que le guste de manera particular?
•e
M.W.L —Tengo una gran ventaja —que le enerva mucho a mi esposa pero que para mí es una venta
ja— y es que tengo para el cine una tremendamente mala memoria; así que puedo ver una película dos
veces, pues como no recuerdo quiénes son los actores, el director, la disfruto dos veces. Claro que, a
medida que la voy viendo, voy recordando lo que viene pero de todas maneras la puedo ver perfecta
mente dos veces. De pronto hay algunos actores que sí recuerdo. En la última racha de películas que
llegaron, a pesar de que tenía una crítica medio regular, yo quedé supremamente impresionado con
Lincoln. Me dio durísimo, porque tratan algunos de los problemas en los que estoy metido, como el
de moral política. Me pareció una película realmente extraordinaria, con un personaje extraordinario.
Daniel Day-Lewis es un actor increíble. En general vamos mucho a cine. Vamos a los teatros, aunque a
veces uno se enerva porque timbra un celular o porque prenden un celular y se queda uno con la luz
amarilla o blanca brillando al lado, pero tiene su encanto. A veces nos quedamos en la casa.
M.W.L V.
—Yo disfruto los viajes, inclusive los de trabajo. Tuve viajes espantosos; alguna vez me fui tres
días para la China, viajé dos días de ida, estuve dos allá y tres de regreso y con todo y eso lo disfruté.
La estadía allá la disfruté, el viaje no; ese sí me pareció muy pesado. Pero cuando mi hijo estaba más
pequeño, viajamos mucho por tierra aquí en Colombia, A mí me gusta manejar, puedo manejar sin
problemas mucho tiempo y me gusta mucho el viaje por tierra. En una época no lo hicimos porque era
un riesgo, luego lo recuperamos un poco y ahora volvimos a disminuir. Viajamos a los mismos lugares.
No viajo mucho por vacaciones, pero espero ahora hacerlo un poco más. Ahora me voy por dos meses
en viaje de placer combinado con esto que estoy haciendo. Voy para donde está mi hijo. Él es profesor
de una universidad americana, está en la Universidad de Purdue. Ya se doctoró, hizo posdoctorado y
ya está de profesor.
• XIX Convención
Científica
Nacional,
investigación e
innovación con
impacto social
2012.
47
m - Y en música, ¿cuál es su preferencia?
M.W.L -Soy muy cuadriculado, mi músico preferido es Bach, pero también oigo otros. Como músico
no soy tan bueno, mi hijo sí es muy buen pianista. Yo, cuando chiquito, estudie violín, pero no soy buen
músico, soy solo un buen oyente.
M.W.L f —Cuando estuve de rector, fueron seis años, casi no tomé vacaciones, las acumulé todas. Soto
descanso haciendo otra cosa, que usualmente es leyendo. Hace tres años compramos una casa peque
ña en Tenza, en el pueblo. No es finca, porque en la finca hay que trabajar. Está en el pueblo, y cuando
hay un problema de electricidad, llamo al electricista. Pero es una casa muy tranquila, con un pedazo de
jardín, con una vista muy bonita y un clima excelente. Lo que hacemos allá es caminary leer. El descan
so se inicia cuando llegamos. La carretera es tan mala que no es fácil llegar. Son 120 kilómetros, pero
toma como tres o tres horas y media. Eso tiene la ventaja de que cuando uno llega, está en otro mundo.
Hay un hotel muy lindo que era de la Corporación Colombiana de Turismo cuando tenía hoteles. Ahora
es de otros socios y es bueno. Pero la carretera es tan mala que no va mucha gente.
Allá hay buenos artesanos, hay canastos y cosas muy bonitas, el pueblo es muy hermoso, colonial,
blanco, tierra ni fría ni caliente. Mi hijo dice que son o°C, ni frío ni caliente. Es un clima perfecto, está
como a 1.600 metros de altura. Uno está en mangas de camisa; el clima, el pueblo, y la gente es muy
tranquila y muy querida. Caminamos, leemos y espero tener la capacidad física para seguir caminando
y seguir leyendo. Así descanso mejor.