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Derbez García, Edmundo

Entrevista a la doctora María Ana Garza Barrientos

Ciencia UANL, vol. IV, núm. 4, octubre-diciembre, 2001, pp. 410-414
Universidad Autónoma de Nuevo León
Monterrey, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=40240404

Ciencia UANL
ISSN (Versión impresa): 1405-9177
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México

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
 Canal abierto
Foto: Pablo Cuéllar
Sobre las aguas de Cocoteros, en
Tuxpan, Veracruz o al otro extre-
mo, las del Golfo de California, la
hija de un revolucionario carran-
cista que vivió en el paisaje del de-
sierto de Los Ramones, N. L. Ro-
deada de las montañas rocosas de
Monterrey trabajó en una exhaus-
tiva labor de investigación y ense-
ñanza de una de las ramas de la
botánica con menos especialistas en
el país: la Ficología. En esta área
elaboró, durante más de 30 años,
no sólo una colección de siete mil
especies de algas, sino que sembró y
vio producir generaciones de
biológos al servicio de la sociedad.
De esta manera cumplía el ideal de
su maestro, el Dr. Eduardo Aguirre
Pequeño.
410
Entrevista a la
doctora María Ana Garza Barrientos
Desde que estudió la primaria siem-
pre mostró vocación por la lectura,
¿qué tipo de obras le llamaban la
atención?
Bueno, cuentos y fábulas que nos
daban en el colegio para niñas La Luz.
¿Y la vocación por la biología?
Yo siempre tuve la inquietud por la
biología, y en ese terreno quise am-
pliar mis conocimientos. Más que todo
educarme en instituciones que tuvie-
ran verdaderos maestros. Me tocó la
suerte de ir a a la ciudad de México y
hacer la Normal Superior en el cam-
po de la biología.
El hecho de haber completado mi
formación en la ciudad de México en
la Escuela Normal Superior, donde ob-
tuve la Maestría en Enseñanza de las
Ciencias Biológicas, me llenaba de
aliento y esperanza, siempre dirigida
a la enseñanza, todo encaminado a
la enseñanza. De esta forma ejercí la
educación primaria y secundaria, fui
maestra de la Escuela Secundaria
número 1.
¿Cómo ingresó a la carrera de biolo-
gía?
En ese tiempo, en septiembre de
1952 , el Dr. Eduardo Aguirre Peque-
ño abrió la Facultad de Ciencias Bio-
lógicas de la UANL y para mi ingreso
era esencial tener el bachillerato, por-
CIENCIA UANL / VOL. IV, No. 4, OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
por Edmundo Derbez García*
que el título de normalista no era equi-
parable y era necesario completar ma-
terias de secundaria para que estu-
vieran satisfechas las necesidades
educativas.
Fue usted de los alumnos pioneros
en la carrera, ¿qué sentimiento ha-
bía respecto a estar abriendo camino
en esta disciplina?
Es fascinante, al mismo tiempo da
muchas satisfacciones. En esa prime-
ra generación entramos muchos, pero
al final quedamos seis o siete.
¿Qué nos puede decir del Dr. Eduar-
do Aguirre Pequeño?
Era una persona muy ilustre, un in-
vestigador muy inquieto, muy fino. Yo
al menos solamente tengo recuerdos
muy bonitos, era un hombre muy
bueno y muy noble, siempre pensan-
do en el bienestar de las personas.
¿Cómo se manifestaba este carácter
del Doctor Aguirre?
En su deseo de que se contara con
personas que fuesen a la sociedad a
desempeñarse como maestros en el
campo de las ciencias biológicas. Al-
gunos compañeros se iban a trabajar
* Coordinador editorial y reportero del periódico
Vida Universitaria.

a institutos como Pesca, Acuacultura,
Petróleos, no sé qué tanto distarán de
los programas para los que fuimos
formados, pero Irene Mir y yo segui-
mos en la enseñanza, Irene pasó al
ITESM y yo continué en la Facultad.
¿Cómo ingresó a la Facultad de la que
por espacio de 24 años fue maestra
decana y actualmente emérita?
Hice mi carrera de Ciencias Biológi-
cas y relativamente pronto fui invita-
da, como le dijera, para apoyar al Dr.
Janot Stern, doctorado en Alemania y
todo un señorón. Me llama el maes-
tro y me dice: señorita Garza, voy a
hacerle una propuesta, yo quisiera
que usted se quedara con mi clase.
Foto: Pablo Cuéllar
CIENCIA UANL / VOL. IV, No. 4, OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
EDMUNDO DERBEZ GARCÍA
Hay maestro, le dije, yo no le llego a
usted ni a la zuela del zapato, mire,
por qué no, usted me corrige, y yo le
doy la clase con mucho gusto. Maes-
tra, usted es más maestra que yo,
usted puede, yo soy investigador, yo
soy científico. Me tocó muy buena
suerte, fue así como se abrió la plaza
para mí.
¿Llegó a impartir nueve cursos dife-
rentes?
Yo impartí, muy al principio, botáni-
ca general, histología vegetal, anato-
mía vegetal.
Siempre, la juventud que yo he
manejado ha sido muy noble, con
muchas aspiraciones de triunfar, se
dedicaban en cuerpo y alma a las
actividades que se les encomendaban.
¿Por qué se interesó por una de las
ramas de la botánica como es la
Ficología?
En primer lugar, me gustaba porque
mi tesis se trató, no precisamente de
algas, sino de una planta acuática:
Lenma minor, una planta pequeña
que está en la superficie de agua dul-
ce. La persona que me dirigió la tesis
era un químico-bacteriólogo y parasi-
tólogo, egresado del Politécnico Na-
cional, Arturo Elizondo García, él me
dijo: fíjese que yo soy químico, yo le
contesté: sí está bien, con su orienta-
ción tengo. Tuve que hacer experien-
Foto: Pablo Cuéllar
cias químicas para poder sacar el con-
tenido de la Lemna minor. Entonces
yo ya traía la inquietud de estudiar
estas plantas acuáticas.
En segundo, mi interés fue siem-
pre pensar que nuestras costas eran
muy amplias y que, si las algas habi-
taban en el mar, y luego las mismas
aguas las arrojaban hacia la superfi-
cie, la comunidad que correspondía
a esa región podía contar con un re-
curso natural que le allegara algún be-
neficio económico. Me di cuenta que
había muchas industrias extranjeras
enclavadas en esos lugares, aprove-
chando no nada más esos recursos,
sino otros más. Dije: bueno, ¿y noso-
tros por qué no?
¿Fue cuando recibió el apoyo de la
maestra Laura Huerta?
Mi inquietud fue siempre ver que
nuestra escuela brillara, que fuera
conocida como una escuela de gran
altura, es por esto que logré relacio-
narme con una persona muy queri-
da, maestra del Politécnico Nacional,
la QBP Laura Huerta Múzquiz.
Trabajamos muchos años sobre
las algas, la maestra Huerta y yo nos
poníamos de acuerdo, ella en México
y yo aquí. Yo me iba los fines de se-
mana, el viernes por la tarde, el sába-
do trabajábamos y el domingo me
dejaba en el tren; llegaba a Monte-
rrey a las ocho y media o nueve de la
mañana a dar clases. Esa fue la ma-
411
Foto: Pablo Cuéllar
nera como me formé.
Nos llevábamos muy bien, de tal
manera que íbamos al campo, lleva-
ba ella sus alumnos, yo llevaba los
míos, no podíamos cargar con mu-
chos porque no había dinero.
Al principio fuimos a diferentes
partes con la maestra, ya después fui
sola, afrontando todas las responsa-
bilidades que había, con mis alum-
nos. Mis alumnos siempre dispues-
tos, siempre, siempre motivados y con
el deseo de que tuviésemos otras
orientaciones y aprender, aprender.
Por eso le digo que mi tiempo de
magisterio fue muy bonito, por la cor-
dialidad que existía entre mis alum-
nos de la clase de botánica.
Foto: Pablo Cuéllar
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ENTREVISTA A LA DOCTORA MARÍA ANA GARZA BARRIENTOS
¿Esta disciplina de biología de campo
a dónde los llevó?
A grandes rasgos bordeamos el Golfo
de México y la Península de Yucatán,
hicimos expediciones al Atlántico, al
Caribe y al Pacífico. En el Pacífico no
todo es tan rico en vegetación, noso-
tros encontrábamos que la mayor par-
te de los ejemplares estaban en el Cari-
be, pero sí hicimos buenas colectas,
tanto en el Pacífico como en el Golfo.
¿En que tipo de barcos viajaban?
De todo tipo, desde lanchas hasta
buques de la Armada Nacional, en sus
viajes de rutina éramos admitidos, la
Marina fue siempre muy gentil.
¿Cuáles eran las plantas más apre-
ciadas?
La Gracillariaceae y en el Golfo de
California Ulva Lactuca.
¿En este proceso se llegó al caso de
descubrir una especie nueva?
No llegamos a eso.
¿Cuál era el interés en los estudios
sobre las algas?
Primero se estudiaron las algas por
su denominación, estructura anatómi-
ca y morfológica, después ya entra-
mos a la aplicación, por medio de pro-
CIENCIA UANL / VOL. IV, No. 4, OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
cedimientos químicos.
¿Entonces pasaron del estudio de as-
pectos fundamentales a la aplicación?
Así es, no sólo se estudiaron las al-
gas dedicándonos a identificarlas,
conocer su hábitat, reproducción, su
estructura anatómica y morfológica,
sino que después hicimos experimen-
tos químicos para conocer el conteni-
do de carragenano y agar. Estas sus-
tancias se utilizan mucho en perfu-
mería, elaboración de alimentos, ela-
boración de medicamentos, de tal for-
ma que los habitantes de esos luga-
res tuviesen un recurso para que ma-
ñana lo disfrutaran. Esa era la idea.
¿Cuáles eran las condiciones para
hacer investigación en la Universidad?
Para los viajes hacíamos solicitudes
y si la Universidad podía nos daba
recursos, o si nos daba poquito noso-
tros poníamos el otro resto.
También resulta curioso que siendo
de una región árida le haya interesa-
do el mar.
A ese respecto hay una historia. En
un congreso un señor me dijo: bue-
no, a mí lo que me inquieta es pensar
por qué usted habla de algas mari-
nas, si vive en un lugar rodeado de
puros cerros, ¿qué relación tiene eso?
y yo le dije: bueno, yo pienso que el

aspecto genético anda en todos lados,
¿quién no me va a decir a mí que al-
guno de mis antepasados fue alguna
persona que anduvo volando fuera de
su tierra?, se rieron todos, ¿qué otra
explicación podía darle?
¿Cómo se organizó el Herbario Fico-
lógico de la Facultad de Ciencias Bio-
lógicas?
Cuando se maneja la ciencia hay ne-
cesidad de que los estudiantes ten-
gan ejemplares para relacionarlos,
conocerlos, en fin. Mi línea de inves-
tigación me llevó a presentarme en
Foto: Pablo Cuéllar
CIENCIA UANL / VOL. IV, No. 4, OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
EDMUNDO DERBEZ GARCÍA
muchos congresos dentro y fuera del
país, y con esto conocí muchos in-
vestigadores con los cuales intercam-
biamos literatura y ejemplares. Tenía-
mos intercambios con científicos de
Brasil, Argentina, Perú, Venezuela y
Estados Unidos.
El Herbario Nacional de los Esta-
dos Unidos hizo entrega de ejempla-
res ficológicos colectados por Miss
Harrison, en 1888, S. C. Bartlett en
1903 y Paul W. Bowmonn en 1927,
de Quebec, Canadá.
Además, nos orientó muchísimo
el doctor Eduardo Caballero y Caba-
llero, catedrático del Politécnico Na-
cional, que venía a darnos cursos du-
rante las vacaciones y por último es-
tuvo un tiempo ya como maestro. Era
un científico que tenía un horizonte
muy amplio de todas las cosas rela-
cionadas con la ciencia. Muchos de
aquí le debemos a él que nos haya
orientado, nos haya llevado de la
mano se puede decir.
Actualmente, la colección cuenta
con siete mil ejemplares destacando
muestras de Italia, Grecia, Turquía,
Líbano, Francia, Holanda, Canadá y
otros países.
¿Ahora que recibe el Doctorado Ho-
noris causa cómo se siente?
Muy feliz, y espero que mi esfuerzo y
dedicación hayan servido a esta co-
munidad universitaria, que mucho se
lo merece.
Foto: Pablo Cuéllar
Curriculum
Nació en Monterrey, en la calle
Treviño, cruz con Carvajal y de la
Cueva.
1952. Ingresa a la carrera de biolo-
gía, primera generación.
1956. Realiza su tesis profesional.
1958. Obtiene su título profesional
de biólogo, siendo el segundo en
graduarse.
1973. Participa en los cruceros cien-
tíficos del R/v Thomas Washington,
organizado por sus colegas estado-
unidenses.
1975. Nombrada asesora por el De-
partamento de Biología Marina de
la Secretaría de Marina Nacional.
1983. Publicación en la revista At-
lántica de la Universidad de Río
Grande, Brasil, de los “Estudios Cro-
matográficos de los Pigmentos
Fotosintéticos de Algas Clorofitas
Marinas del Golfo de México”.
1983. Publicación en la revista de
Biología Tropical, de Costa Rica de
las “Notas fisico-químicas sobre la
planta Agarofita gracilaria debilis de
Yucatán, México”.
1984. Nombramiento de Maestra
Emérita por el Consejo Universita-
rio.
1985. Recibe su nombre la Bibliote-
ca de la Unidad B de la Facultad
de Ciencias Biológicas.
1991. Publicación del Index
Herbarium (sección Ficología), don-
de se destaca la magnitud de su
obra.
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 LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
INVITA A LA

C Á T E D R A

EL COLEGIO NACIONAL

CONFERENCIA MAGISTRAL
Moléculas biológicas, proteínas
y la paradoja de Levinthal
por el doctor
LEOPOLDO GARCÍA COLÍN
Miércoles 24 de octubre, 6:00 pm
Auditorio de la Biblioteca Universitaria “Raúl Rangel Frías”

Mayores informes en la Secretaría de Extensión y Cultura

Teléfonos: 8329 4112 y 8329 4126

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