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Los Huaorani, waorani, sabela, aushiri, auca y wao, constituyen un pueblo catalogado como
“amerindio”, que habita en la zona noroccidental de la Amazonía, específicamente al
oriente del Ecuador. Según los registros históricos que se poseen en relación a esta
comunidad ancestral el primer contacto con ella data del año 1940.
A continuación se exponen algunos elementos identificativos de esta cultura.
La población total de este pueblo es de 2416 personas, donde la mayor parte de sus
integrantes habla la lengua “huao terero”, la cual ha sido calificada como una lengua
aislada. Este pueblo ancestral se subdivide en varios grupos, ellos son:
Toñanpary.
Quenahueno.
Tihueno.
Quihuaro.
Damointaro.
Zapino.
Tingüino.
Wamono.
Quehueriuno.
Guarzacocha.
Quemperi.
Mima.
Caruhue.
Tagaeri.
Los Huaorani está localizados entre los ríos Curaray y Napo, aproximadamente a 80 km al
sur de la localidad de Dureno. El área abarcada por este pueblo en la Amazonía ecuatoriana
es de 30 mil km², la cual ha sido defendida por este pueblo por siglos, tanto de enemigos
indígenas como de los colonizadores europeos. En la actualidad el territorio Huaorani se
encuentra bajo amenaza producto de la explotación del petróleo y la práctica ilegal de
registros de tierras.
Historia:
Una vez que los misioneros religiosos establecieron contacto con algunos miembros de la
cultura Huaorani en la década de los 50 del Siglo XX, también se desarrollaron nuevos
sistemas de gobierno dentro de la comunidad, además del establecimiento de escuelas
cristianas para enseñar la Biblia. Es a partir del años 2012 que se calcula que la cultura
Huaorani posee un territorio de 6800 km², lo cual representa un tercio de lo que era su
territorio original.
Los waorani son famosos por sus habilidades de caza, así como por las herramientas
de caza que utilizan, ejemplo lanzas largas y las cerbatanas.
Se conoce poco sobre el pasado de la etnia waorani, excepto que durante siglos han
constituido enclaves nómadas y autárquicos, donde se rechazaba de manera feroz el
contacto, el comercio y el intercambio con sus vecinos poderosos (colonos,
indígenas y mestizos blancos).
Las relaciones de los waorani con los forasteros se han caracterizado por la
hostilidad y el miedo, donde hay poco espacio para la comunicación y el
intercambio.
En la cultura Huaorani existe una cosmovisión tradicional animista, donde no hay una
diferenciación entre los mundos físico y espiritual. En este sentido, los espíritus están
presentes en todo el mundo. Así mismo, los Huaorani llegaron a creer que el mundo estaba
conformado por un bosque, donde la selva tropical del Oriente ecuatoriano representa la
base esencial de su supervivencia física y cultural.
Los Huaorani consideran al bosque como su hogar, mientras que el mundo exterior se
visualiza como inseguro, por lo que el bosque ofrece una protección contra cualquier ataque
y la esclavitud de la cultura occidental. Por lo tanto, para esta comunidad los ríos y los
árboles son vida. En lo que se refiere a todas las especificidades vinculadas al bosque, este
se encuentra entretejido con cada vida de los miembros de la comunidad Huaorani, así
como sus concepciones sobre el mundo. Por otra parte, los Huaorani han demostrado tener
un conocimiento notable y detallado respecto a su geografía y ecología.
Hay que agregar que en la cultura Huaorani se poseen creencias de que toda la vida existe
en los dos ámbitos el espiritual y el físico, por lo que no existe una separación entre estos
estados del ser. Al igual que otros pueblos ancestrales los Huaorani las direcciones Norte,
Sur, Este y Oeste son sagradas. También llegan a creer que cuando la persona fallece esta
camina por un sendero hacia la otra vida, específicamente desde el oeste hacia el este,
donde está presente una gran serpiente anaconda que se encuentra al acecho.
Por otra parte, también tienen creencias donde consideran que aquellos que no han tenido
una buena vida no podrán escapar de la serpiente y así no podrán viajar hacia el Este, sino
que viajarán hacia el Oeste y regresarán a la Tierra para transformarse en animales, como
las termitas. Estas creencias subyacen en una combinación de prácticas donde se reconoce
la importancia de los animales y el respeto que merecen.
Por ejemplo, para contrarrestar la ofensa que puede generar la caza, un chamán llega a
demostrar respeto por medio de la preparación de un ritual, donde cazar con dardos
envenenados no se considera matar sino recuperar, esencialmente, la flora o la cosecha de
los árboles.
Fiestas o celebraciones:
En el caso de las fiestas estas representan la ocasión donde se bebe y baila con felicidad.
Este tipo de celebraciones se llevan a cabo cada vez que hay abundancia de producción de
alimentos, para que todos los miembros de la comunidad participen.
De igual modo, en estas fiestas se tiene por costumbre llevar regalos, ejemplo yuca, hojas
de palma joven, plumas de aves, adornos con dibujos, collares, lanzas, brazaletes, etc. Las
mujeres y hombres waorani en el transcurso de estas fiestas tendrán que permanecer
separados y realizan cantos. La duración de este tipo de celebraciones es aproximadamente
2 días, justo hasta que se termine la bebida.
Los waorani utilizan el achiote, también conocido como “kaka”, como una especie de tinte
facial y cosmético. Además de su función para adornar los cuerpos, el achiote se emplea
para adornar los instrumentos de caza, ejemplo las lanzas y cerbatanas, cuyo propósito es
tener una buena cacería.
En la actualidad con la llegada de turistas a estas comunidades, las mujeres waorani pintan
el rostro de los visitantes con esta semilla como un símbolo de bienvenida. Para los waorani
el color rojo es un símbolo de la buena suerte y que mantiene alejados a los malos espíritus.
Es por ello que se pintan los pies a los recién nacidos, además tiene propiedades como
insecticida y evita los hongos.
Pueblo guerrero:
El carácter guerrero del pueblo waorani se pone de manifiesto en algunos instrumentos que
son utilizados tanto para la caza como para defenderse de sus enemigos, el más notorio es
la cerbatana. Esta representa un tubo largo elaborado a partir de la planta de chonta que
tiene un conjunto de accesorios, dígase dardos y algodón, los cuales se colocan en un
recipiente de mate. En estos dardos se guarda veneno con el cual matan a sus presas y
enemigos.
Prácticas matrimoniales:
En la cultura Huaorani un muchacho puede casarse con una prima cruzada, hija de una
hermana de su padre o hermano de su madre. Los hombres waorani pueden llegar a tener
varias esposas, a las cuales deberá atender adecuadamente.
Vestimenta:
Los waorani conservan su aislamiento y por lo tanto viven desnudos prácticamente, las
mujeres utilizan una prenda en la cintura, que es confeccionada de la corteza de un árbol,
semejante a un cuero denominado “llanchama”. En el caso del hombre waorani este utiliza
un cordón con el cual se amarra el órgano sexual y con esto facilita su movimiento en los
recorridos que realiza por la selva. Esta vestimenta tradicional de los Huaorani ha ido
cambiando con el paso de los años, a partir de la influencia de misioneros religiosos que
han influenciado para que la población indígena Huaorani utilice ropa.
Viviendas:
Las casas donde habitan los waorani poseen el armazón de madera y el techo cubierto con
hojas de palmera. En estas casas llegan a vivir entre 10 y 15 personas integrantes de una
misma familia. Dentro de este tipo de viviendas no existen habitaciones o divisiones, pero
si existen espacios asignados a cada miembro familiar. Este tipo de casas tienen un largo
periodo de duración, ya que los humos de las fogatas de las cocinas impermeabilizan las
hojas del techo y ello incrementa su vida útil. Por otra parte, también se evita que los
insectos se coman las hojas y que otros animales también se establezcan ahí.
Economía:
Organización sociopolítica:
Los Huaorani tienen como unidad básica tradicional o grupo doméstico al “nanicabo”.
Este se encuentra conformado por familias ampliadas o múltiples, compuestas a la vez por
un número de seis a diez familias que habitan bajo un mismo techo o “maloca”. Estos
grupos domésticos se caracterizan por ser autosuficientes, autónomos y están organizados
alrededor de un anciano o anciana de cuyo nombre se deriva la denominación del grupo
doméstico.
En lo que se refiere a la unidad territorial de los Huaorani, esta se califica como
“huaomoni”, que es la unión de varios “nanicabos”. Respecto a los huaomoni estos tienen
un carácter endógamo, donde en su interior se concertarán los matrimonios entre primos
cruzados y las respectivas relaciones de alianza. Así mismo, existe una combinación de
formas tradicionales con nuevos criterios de asentamiento seminuclear.
Una gran parte de las comunidades waorani están compuestas por dos o tres huaomoni, que
poseen a la vez un origen diverso. Por otra parte, una minoría vive en malocas agrupadas o
grupos domésticos aislados. El máximo organismo dentro de la comunidad indígena
Huaorani es el Consejo Byle Huaorani, que representa a la vez la Asamblea de toda la
nacionalidad. En el ámbito externo existe la Organización de la Nacionalidad Waorani de la
Amazonía Ecuatoriana, fundada en los años 90.
Alimentación:
Tanto la pesca como el cultivo de yuca resultan ser muy importantes para completar la dieta
de los waorani. Los hombres de esta comunidad cazan monos, tucanes, guantas, guatusas y
demás animales. En el caso de los niños estos llegan a colaborar en actividades como la
pesca y las mujeres preparan la comida y bebidas a base de plátano y yuca.
Otro ejemplo a mencionar sería la “chucula”, una bebida preparada con plátano, donde se
cocina y se machaca en la olla hasta que se forme un líquido. Una de las comidas típicas de
los waorani es el Chontaduro, un vegetal cosechado en el mes de febrero todos los años, y
que es cocinado en ollas grandes para hacer una bebida tradicional, además que es utilizado
para la elaboración de lanzas.
Los Tagaeri:
Los tagaeri, también conocidos como auca o patas coloradas, constituyen un grupo humano
indígena aislado de manera voluntaria. Este grupo indígena no contactado pertenece a la
etnia Huaorani ha permanecido sin contacto con la civilización occidental. Este clan vive en
el Parque Nacional Yasuní, y han adoptado un estilo de vida nómada con una fuerte
resistencia a la comunicación con otros pueblos.