El dolor en el parto es un complejo síndrome somático-emotivo, el cual
confiere una estabilidad emocional determinada, en el que la matización de dicho dolor depende, en cierta medida, de las diversas características socioculturales de la paciente. Pueden aumentar la sensación de dolor.
Factores físicos (edad, paridad, condiciones del cérvix, relación
tamaño fetal y el canal de parto, fatiga, insomnio, etc.) Factores psicológicos (miedo, ansiedad, ignorancia)
El conocimiento de la etiología y la distribución dolorosa es
fundamental para la aplicación de las diversas técnicas anestésicas durante el trabajo de parto. Fundamentalmente, el dolor se produce por la dilatación y contracción de las estructuras anatómicas implicadas en el parto, y su intensidad y características dependen de la fase de parto en que nos encontremos:
1.- Durante el período de dilatación, el dolor se debe a la dilatación del
cuello uterino, a la distensión del segmento inferior y la contracción del cuerpo uterino. Generada por los nervios raquídeos torácicos T10, T11, T12 y L1
2.- En el periodo de expulsión, por la distensión de las porciones bajas
del canal de parto: Vagina, vulva, periné. La sensibilidad es transmitida por S2, S3, S4.
3.- En el período de alumbramiento, los estímulos dolorosos se
producen por la dilatación del cuello uterino y la contracción del cuerpo uterino. La información es transmitida por T11 y T12.
CARACTERISTICAS DE LA ANESTESIA OBSTETRICA
La anestesia obstétrica presenta unas características que la diferencian
del resto de los procedimientos anestésicos, ya que es el único proceso en el que concurren dos pacientes al mismo tiempo: la m adre y el feto, y sobre los que los efectos de la misma han de ser contrapuestos: máximo efecto a nivel materno y mínimo efecto a nivel fetal. Por tanto, se trata de una anestesia doble donde el feto se considerará siempre un paciente de riesgo elevado.
Actualmente se aconseja que las embarazadas pasen por consultas de
anestesiología a lo largo del tercer trimestre para evaluar el método anestésico idóneo en cada caso, y es de carácter obligatorio cuando éstas presentan alguna patología asociada.
ANALGESIA SISTÈMICA
El empleo de técnicas de sedoanalgesia por vía sistémica en obstetricia
se presenta, en la actualidad, como una alternativa necesaria cuando la práctica del bloqueo epidural no es factible o está contraindicado.
La elección de la técnica de sedación vendrá condicionada por el
estadio del parto en que nos encontramos, por las características propias de cada parturienta y por la existencia de patología asociada, ya que es posible proporcionar desde una ansiolisis para los pródromos hasta una anestesia general para el período expulsivo.
Durante el trabajo de parto, la vía parenteral es la más comúnmente
empleada, tanto intramuscular como intravenosa, mientras que para el parto puede emplearse, además, la vía inhalatoria cuando se emplean agentes volátiles o gases anestésicos.
Desde el punto de vista anestésico, toda parturienta se considera una
paciente con estómago lleno, y deberán tomarse todas las medidas necesarias para prevención del vómito antes de aplicar técnicas de sedación o anestesia general. El riesgo de una aspiración broncopulmonar conlleva una elevada morbimortalidad.
TRANQUILIZANTES, ANSIOLITICOSY SEDANTES
Dentro de este grupo se encuentran los fármacos más empleados en
obstetricia: los benzodiacepinas y los neurolépticos. Se administran preferentemente durante el período de dilatación, y suelen asociarse a mórficos como la petidina o el fentanilo para conseguir u n estado de sedación moderada o sedoanalgesia.
sedoanalgesia.
Las benzodiacepinas actúan a nivel de los receptores a-gabaérgicos y
producen ansiolisis, sedación y amnesia a dosis bajas; además, son excelentes anticonvulsivantes. A dosis elevadas conducen a la depresión del sistema nervioso central (SNC), tanto en la madre como en el feto, ya que atraviesan la barrera placentaria. Se emplea en la fase inicial de dilatación.
Dentro de estos tenemos:
Diazepan a dosis de 0.1 mg/kg por vìa IM
Midazolan vida media es menor, a dosis de 0.05 a 0.1 mg/kg IV Flumacenil en caso de depresión del SNC
Dentro de los neurolépticos más empleados se encuentra el grupo de
las butirofenonas (haloperidol y dehidrobenzoperidol) que reducen la ansiedad y la angustia, además de su buena reljaciòn y distensión psicomotriz y son potentes antieméticos)
Para mejorar su potencia el haloperidol se combina con mórficos como
petidina para conseguir una sedoanalgesia optima durante el periodo de dilatación. La combinación de dehidrobenzoperidol asociado a mórficos como fentanilo IV, empleada en los años 80 y que se conoce como técnica de neuroleptoanalgesia para conseguir el confort y analgesia de la Px. Entre los efectos adversos destacan síndromes extrapiramidales, hipotesiòn ortostática, sequedad de la boca, visión borrosa y síndrome neuroléptico maligno. Actualmente este fármaco está contraindicado.
ANTIHISTAMÌNICOS
La difenilhidramina, la trimepracina y la hidroxicina son
antihistamínicos que se utilizan frecuentemente como premedicación en anestesia por tener una importante acción sedante y antiemética. No está exenta de producir alteraciones hemodinámicas como bradicardia o hipotensión.
OPIÀCEOS
Estos fármacos componen el grupo de analgésicos más importante de
que disponemos. Su empleo en obstetricia ha sido sumamente difundido, tanto por vía parenteral como espinal (peridural o intradural), y en la actualidad se considera una de las alternativas para la analgesia del parto.
A pesar de tener diversas apariencias, todos tienen una estructura
común. Se presentan en forma levógira (L) o dextrógira(D); de ellas, la forma L se considera la idónea para el alivio del dolor.
Los opiáceos son alcaloides derivados del opio y se clasifican en función
Su mecanismo de acción tiene lugar a nivel de los receptores opioides, que se encuentran a nivel de diversos tejidos, pero fundamentalmente a nivel del SNC y el sistema nervioso periférico.
Estos receptores suelen activarse mediante sustancias endógenas
conocidas como endorfinas. La unión de los opioides a los receptores produce una supresión de las respuestas evocadas y de descarga espontánea de las neuronas por inhibición de la adenüciclasa. Además, interfieren con el transporte transmembrana de los iones de calcio y actúan a nivel presináptico interfiriendo en la liberación de neurotransmisores (acetilcolina, dopamina, noradrenalina y sustancia P).
El metabolismo es hepático, la gran variabilidad de su liposolubilidad
es la causante de la diferencia de vidas medias, Tener en cuenta que estos producen sueño y depresión del SNC.
Su asociación a fármacos depresores del SNC potencia el efecto de
depresión central. Cuando se administran a pacientes tratados con inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) pueden provocar hipotensión y arritmias graves, por lo que se contraindica su empleo.
La naloxona, u n antagonista, revierte la acción de los opiáceos
agonistas. Su dosis recomendada es de 0,01mg/kg.
La meperidina o petidina (Dolantina®) ha sido el opiáceo más utilizado
en obstetricia durante el período de dilatación. Es un opiáceo sintético de gran poder analgésico y ligero poder sedante. La dosis recomendada por vía intramuscular es de 0,5-1 m g/kg, y tiene una duración aproximada de 4 horas, con un pico de concentración máxima que aparece a las 2 horas de su administración. El riesgo de depresión neonatal es elevado.
El fentanilo (Fentanest®) es un opiáceo de acción rápida y corta
duración. Cuando se administra por vía parenteral, su efecto máximo aparece a los pocos minutos (3-5 minutos por vía intravenosa y 7-8 minutos por vía intramuscular). Es el mórfico más utilizado en intervención de cesárea para controlar la analgesia tras la extracción fetal. Se asocia a anestésicos locales en los bloqueos neuroaxiales para prolongar efecto analgésico de éstos.
El remifentanilo es un nuevo agonista de los receptores U que se
caracteriza por que es metabolizado por las esterasas inespecíficas sanguíneas y tisulares, sin que presente fenómenos de acumulación, lo que hace que sus efectos sean más predecibles que el resto de los opiáceos, ya que su rápido y completo metabolismo, tanto materno como fetal, impide que se presenten remorfinizaciones. Debe administrarse por vía intravenosa y en perfusión continua a dosis de 0,1 a 0,5 ^ig/kg/min. Hasta la fecha existen pocos trabajos en obstetricia, pero parece un fármaco con enormes posibilidades en este campo.
HIPNÒTICOS
En la actualidad se emplean únicamente en el período expulsivo del
parto o en intervenciones de cesárea como inductores de técnicas de anestesia general.
El propofol es un hipnótico no barbitúrico de última generación, con un
efecto de acción similar al del tiopental, pero con menor efecto de náuseas y vómitos; además, su acción es más corta, por lo que se administra en forma de bolo a 2,5 m g/kg y se suele continuar en perfusión continua en bomba a dosis que oscilan entre 3 y 6 m g/kg/h. Produce una marcada bradicardia que se compensa con la premedicación de atropina. También produce depresión del SNC fetal por paso transplacentario. Al igual que el tiopental sódico, su utilización se limita al período expulsivo o en intervención de cesárea como inductor anestésico.
La ketamina es una arilciclohexilamina que produce el llamado “estado
de anestesia disociativa”. Es un potente analgésico, hipnótico y alucinógeno. Su mecanismo de acción analgésico parece estar relacionado con los receptores NMDA. Mantiene el reflejo laríngeo, aunque produce abundante sialorrea, que se trata con la premedicación de atropina. Produce elevación de la presión arterial, lo que aconseja su empleo en fases iniciales de shock; sin embargo, debe evitarse su empleo en la eclampsia. No produce depresión del SNC del recién nacido. Se aconseja la asociación con benzodiacepinas para disminuir sus efectos in deseables. Se administra por vía intravenosa a dosis de 1 m g/kg o por vía intramuscular a dosis de 10 mg/kg.