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Disruptores endocrinos

Productos químicos

Como hemos mencionado al principio, son muchas las sustancias químicas que empleamos en
productos domésticos y que tienen propiedades que emulan nuestras hormonas. Al emular
nuestras hormonas se puede llegar a producir un tipo de contaminación que provoca
disfunciones biológicas. A esta sustancias se le conocen como disruptores endocrinos o
disruptores hormonales. Se trata de sustancias químicas con procedencia artificial y que tienen
gran diversidad. Actúan acumulándose en el organismo humano y van alterando el
funcionamiento de todo el sistema endocrino u hormonal.

Si continuamente estamos incorporando esta especie de productos químicos en nuestro


organismo, podemos llegar a padecer problemas de salud como cáncer, obesidad, diabetes o
trastornos reproductivos. A nivel europeo no hay ninguna regulación de legislación vigente que
impidan uso de sustancias disruptoras de las hormonas en los diferentes productos químicos
domésticos. Sin embargo, hay algunas ciudades como lo es Alemania en las que se incentivan a
las personas a conocer los peligros que puede suponer para la salud. Estas sustancias químicas
se pueden llegar a emplear a diario en los hogares y no se es consciente de ello.

Estudios sobre disruptores endocrinos

Existen numerosos estudios que intentaron sacar conclusiones sobre los disruptores
endocrinos y sus efectos en la salud. Y es que estos disruptores endocrinos se emplean
comúnmente en detergente, plásticos, plaguicidas, cosméticas, alimentos, etc. Esto hace que la
característica principal de dichas sustancias químicas es que no causen un efecto directo. Al ser
productos que se consumen a diario o que se emplean de forma frecuente no pueda llegar a
afectar a la salud de las personas y al entorno de forma inmediata. Sin embargo, son capaces de
simular el comportamiento de las hormonas animales.

Esto puede llegar a provocar diversos problemas a la salud a largo plazo. Las hormonas que
tenemos en nuestro organismo son un conjunto de sustancias vitales que producen las
glándulas del sistema endocrino. Estas hormonas se producen desde el hipotálamo, la pineal y
las glándulas reproductoras. Esto hace que las hormonas se puedan comportar más o menos
como unas » llaves» que hacen que las condiciones biológicas que vivimos normalmente
puedan activar ciertos receptores que son necesarios para una determinada respuesta
biológica.

A diferencia de las hormonas naturales los disruptores endocrinos son sustancias químicas
totalmente artificiales pero que tiene una composición muy similar al de las hormonas
animales. Esto hace que, una vez se incorporen dentro de nuestro organismo, puedan también
llegar a activar estos procesos biológicos como si fueran hormonas naturales. El problema de
que activen estos procesos biológicos de forma artificial es que lo pueden hacer en condiciones
en las que no sean necesarias para el organismo. Por lo tanto, puede llegar a provocar
alteraciones que afectan a la salud de las personas.

Peligrosidad de los disruptores endocrinos


La Sociedad Mundial de Endocronología advierte del peligro para la salud que tienen los
plaguicidas tales como la atracina, plásticos que se utilizan en numerosos envases,
complementos que se usan en productos cósmeticos, productos utilizados como retardantes y
productos electrónicos que pueden llegar a tener estos disruptores endocrinos.

Dentro de la exposición del ser humano ante estos disruptores hormonales encontramos
que las mujeres son las más expuestas. En parte esto sucede porque aún son más la cantidad de
mujeres las que están expuestas a las tareas domésticas que tienen que ver con la higiene del
hogar. Esto hace que se llegue a utilizar gran cantidad de productos que contienen sustancias
químicas con disruptores endocrinos. Otro factor de riesgo de las mujeres es la frecuencia con
la que consumen productos cosméticos que no están exentos de estas sustancias tóxicas. A
largo plazo, la utilización excesiva y la exposición ante estas sustancias químicas pueden llegar
a provocar grandes problemas en la salud.

A todo esto sumamos que el sistema hormonal de la mujer es más sensible complejo. En la
actualidad podemos sumar más de 800 sustancias químicas que se suelen utilizar en productos
domésticos o de higiene personal que tienen graves sospechas sobre la posible interferencia en
las hormonas biológicas. También se tienen dudas sobre la posible relación con la causa de
enfermedades y otros problemas de la salud como se ha señalado anteriormente.

Evidencia científica

La evidencia científica nos señala que los disruptores hormonales ya fueron advertidos desde
el año 1991. Desde entonces, todos los estudios que se realizan al respecto no hacen más que
acumular evidencias de la posible afección de estas sustancias al ser humano. Un ejemplo que
podemos relacionar con esto es la presencia de plomo en la gasolina para los coches. Desde que
se eliminó el plomo en la gasolina a partir de los años 90, se pudo ver cómo se dejó de acumular
en la sangre humana dado que el plomo disminuyó en el aire. El plomo se introducía en nuestros
pulmones a través de la respiración ya que se acumulaban en el aire.

A pesar de los datos que proporciona la evidencia científica respecto a este caso, no se puede
llegar a prohibir esta sustancias ya que están brutalmente influenciadas por las poderosas
industrias químicas actuales. Por ello, de la única solución que tenemos para poder disminuir
los riesgos que provocan los disruptores endocrinos es la noción de nuevos patrones de
comportamiento. Por ejemplo, podemos reducir el uso de productos de higiene, cosmética,
exceso de embalajes etc. No debemos olvidar que también ayudamos a la disminución de
productos que no se convierten en residuos y acaban contaminando el medioambiente.

Espero que con esta información puedan saber más sobre los disruptores endocrinos.

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