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4- ESTUDIOS el”.
TEÓRICOS Veamos de aclarar con unos ejemplos la
Por Eugenio Znosko- noción del tiempo en relación con el tablero.
Borowsky Supongamos que tenemos un caballo en
g4 y que el adversario nos ofrece su cambio
IV.- El Tiempo jugando Cf6. Como no hay -parece-inconve-
niente, cambiamos. Pero nuestro caballo ha-
Tócanos hoy hablar bía jugado cuatro veces, y el del contrario sólo
del segundo elemento del una. Este cambio supone para nosotros un
juego de Ajedrez, o sea el verdadero derroche: cuatro tiempos contra
tiempo. Su estudio es difícil uno. Infaliblemente, nuestra posición se habrá
por tratarse de un agente totalmente inasequi- debilitado, ya que en los cambios interviene,
ble a nuestros sentidos y de cuyo paso tan sólo además del valor absoluto de las piezas y de la
nos damos cuenta por la sucesión de hechos posición que ocupan, el tiempo empleado en
que deja en pos de sí. Es lógico, siendo así, que llevarlas allí, si dicho tiempo fue utilizado de
su análisis exija gran concentración mental y manera razonable.
amplia abstracción. Si jugamos Ag5 y a continuación Af4, la
Frente al tablero, nos damos inmediata- pérdida de un tiempo es tan evidente que no
mente cuenta de si poseemos un peón o una puede pasar desapercibida Pero no siempre
pieza más o menos que nuestro adversario, ocurre así: hay pérdidas de tiempo que por lo
como salta a la vista quién domina en el cen- sutiles no se advierten, a pesar de que restrin-
tro. gen nuestras posibilidades tanto o más que
Pero el tiempo pasa y se desvanece sin de- una pieza bloqueada. Importa, pues, antes de
jar tras de sí partícula alguna. ¿Cómo estable- jugar, analizar atentamente cuál es el cuadro
cer un análisis sobre lo que no existe? más apropiarlo para cada pieza, y descubrir el
Parece a primera vista que podríamos des- camino más corto para ocuparlo. Si emplea-
entendernos de ese factor y tener tan sólo en mos varios tiempos para colocar una pieza
cuenta la posición tal cual es en el momento donde podía ir directamente, quedará demos-
de analizarla, sin preocuparnos por el cómo y trado que nuestras jugadas fueron incorrec-
por qué. Sin embargo, dicha posición ha sido tas.
condicionada por el pasado, que del mismo Es tal la importancia del factor tiempo,
modo condiciona el porvenir. Y siendo así, que en muchos casos es ventajoso retrasar el
¿cómo evitar ciertos errores si no nos damos desarrollo de una pieza si hay posibilidad de
exacta cuenta de la importancia del tiempo? llevarla a la casilla escogida en menos tiem-
En el Ajedrez, como en todo, importa mucho po del que en aquel momento fuera necesario.
la profunda observación del clásico: “El tiem- Pero se nos puede objetar: ¿cómo aquilatar
po no respeta nada de lo hecho sin contar con nuestra holgura o escasez de tiempo? Pues
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125 Artículos Instructivos de Ajedrez - Prof. José Luis Matamoros
por análogos procedimientos a los empleados
para el análisis de los demás elementos. Así
como con tamos las piezas para saber de qué
lado está la ventaja material y examinamos el
tablero para ver a quién pertenecen las casillas
fuertes y las del centro, asimismo debemos
contar las jugadas que nos sería preciso efec-
tuar antes de llegar a la posición deseada. Si,
desentendiéndonos de las piezas ya desapa-
recidas, calculamos el camino más corto que
cada pieza tendría que recorrer para llegar a
su situación actual, estableceremos el balance
del tiempo de la posición, y este análisis pue-
de ser hecho en cualquier momento de la par- Se puede observar que los blancos, con-
tida, aunque, cuanto más avanza ésta, menos trariando los principios fundamentales de las
importancia tiene este examen exterior, debi- aperturas han dado tres golpes con la misma
do a que las ganancias de tiempo, así como las pieza: el alfil rey, pero han debilitado los peo-
de otros elementos, pueden ser ilusorias, por nes negros de aquel flanco, y esta compensa-
lo cual en ningún caso debemos contentarnos ción a sus pérdidas de tiempo puede resultar-
con un análisis somero o automático. les favorables.
Así, por ejemplo, supongamos que gana- Jugando así, hemos caído en una espe-
mos tiempo colocando un peón en g5. Si lo cie “giuco piano”, con el alfil blanca en b3, en
hemos debilitado, esta jugada puede hacemos lugar de c4, y dos jugadas de peón negro en
perder la partida. más. ¿Cuál sería el balance de las jugadas en
De lo que precede se desprende que de- este momento?
bemos valorar nuestras pérdidas y ganancias En primer lugar, por su sólida protección,
con perfecta ecuanimidad, teniendo en cuen- parece que ahora el alfil es más fuerte: pero
ta, además, que el elemento espacio es muy si nos lanzamos a tanteos atrevidos, pronto
importante, y que todos los valores son fluc- notaremos nuestro error, nos arrepentiremos
tuantes e inestables por alterarlos profunda- de haberlo hecho. Supongamos, por ejemplo,
mente cada uno de los vaivenes que se produ- que, según el sistema de defensa de los dos ca-
cen en el transcurso de la partida. ballos continúa con
Supóngannos, por ejemplo, que un Ruy 6.Cg5 d5
López empieza como sigue: 7.exd5 Ca5
1.e4 e5 Tambiéon se puede jugar 7...Cd4. Con-
2.Cf3 Cc6 fiados en su protección, no retiramos el alfil,
3.Ab5 a6 proseguimos el ataque con:
4.Aa4 b5 8.d6 Cxb3
5.Ab3 Cf6 9.dxc7 Dd5
10.axb3 Dxg2
11.Df3 Dxf3
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125 Artículos Instructivos de Ajedrez - Prof. José Luis Matamoros
12.Cxf3 Ab7
13.Re2 Ad6