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DOSIER

La cosmovisión mexica concebía que la realidad divina estaba traslapada en el espacio

Los mexicas de las criaturas, se creía en una doble naturaleza del tiempo y del espacio. Por una
parte, existía el tiempo-espacio original y ajeno (“anecúmeno”), poblado por seres “so-
brenaturales”: los dioses, las fuerzas, los muertos; por la otra, estaba el tiempo-espacio

ante el cosmos causado, propio (“ecúmeno”), el mundo creado por los dioses y habitado por las criatu-
ras: los hombres, los animales, las plantas, los minerales, los meteoros, los astros.

ALFREDO LÓPEZ AUSTIN


Para Martha Rosario

FOTO: BNAH
En los relatos de la migración mexica se observa que había una división jerárquica de los dioses de los calpulli. Cada calpulli cargaba a su propio dios pa-
trono; pero el conjunto de los migrantes se había movilizado por órdenes, bajo la protección y con la promesa hecha por un calpultéotl general: el dios lla-
mado Huitzilopochtli, Tetzauhtéotl o Mexi. El portador del extremo derecho lleva el bulto sagrado con este dios. Tira de la Peregrinación, lám. II.

Q
uien contempla el cosmos
EL OTRO TIEMPO EL TIEMPO DEL HOMBRE
admira su propia proyec-
ción. Derecha e izquierda INTRASCENDENCIA TRASCENDENCIA
siguen el eje de su cuerpo; DIVINA DIVINA NACIMIENTO DEL SOL
el fuego alumbra a la medi- Ocio divino
a da de sus ojos; son sus temores los que 1º Vida feliz
moldean los hados y sus palpitaciones las de los dioses

que acompasan la música de las estrellas. 2º Aventura mítica


3º Muerte de los
Quien contempla el cosmos ve proyeccio- dioses (principio de su
nes de sus ancestros, de sus contemporá- transformación) 4º Resurrección de
los dioses (fin de su
neos, de su futura descendencia. Quien transformación con la
contempla el cosmos ve su propia, priva- incoación de los seres
del tiempo del hombre)
da, íntima proyección: su obra.
Existencia de los seres
del tiempo del hombre
LA COSMOVISIÓN
EN LA VIDA COTIDIANA Los mesoamericanos concebían que los dioses habían existido en otro tiempo, en otro espacio, en un
allá-entonces que era y sería por siempre su morada. Se intuyó –más allá de la posibilidad humana de
precisarlo– un tiempo no marcado por la voluntad de acción: el tiempo del ocio divino. Sin embargo,
Por milenios, los mesoamericanos observaron la inconmensurable diversidad del mundo; supieron de la existencia de fuerzas imperceptibles que provocaban
Para adentrarnos en el estudio de la cos- este tiempo fue la fuente inasible de actividad de dioses –ya múltiples– que abandonaron su reposo
los cambios; esperaron la llegada de lo previsible y se previnieron contra lo imprevisto; clasificaron las cosas y descubrieron la regularidad de su reproduc- movisión de un pueblo es necesario que para dar principio al tiempo-espacio de las aventuras. Empezaron los mitos. Los dioses viajaban al
ción. La fecha 2 acátl (a) indicaba el inicio de un nuevo siglo mexica. Teocalli de la Guerra Sagrada. Centro de México. MNA. FOTO: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES reflexionemos no sólo en el contenido de mundo y luego de transformarlo regresaban a su tiempo-espacio original y ajeno a los hombres.

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dicho sistema de pensamiento, sino en su miembros de una colectividad tienen un estaban emparentados con otros pueblos participado en la construcción de una muy LA RECIPROCIDAD doble naturaleza del tiempo y del espacio.
origen y utilización. Cuando pensamos en segmento absolutamente concordante que gozaban de mejor situación en el con- particular concepción del cosmos. Sin em- Por una parte existía el tiempo-espacio ori-
su origen, por lo regular damos un valor con los demás? No, y aquí estaríamos ante texto político que los recibía. Pertenecían, bargo, como todos los demás pueblos Si nos fuese necesario señalar la caracterís- ginal y ajeno, al que podemos denominar
excesivo a la especulación de los sabios y una tercera paradoja: el conjunto no es sólo por tanto, a una remota tradición que se mesoamericanos, no fueron meros here- tica más notable de la cosmovisión mexi- “anecúmeno”, poblado por los seres que
los iluminados, sin tomar en cuenta que los un complejo dialécticamente articulado, había originado milenios atrás con los pri- deros. Al pertenecer a la tradición milena- ca –y la de sus contemporáneos, la de sus suelen denominarse “sobrenaturales”: los
méritos corresponden a una inmensa mul- sino que es precisamente su conformación meros pueblos agricultores de este territo- ria, enriquecieron con su propia historia antepasados e incluso la de sus descendien- dioses, las fuerzas, los muertos… Por la
titud de autores anónimos que, día con día, la que permite el diálogo social total, de la rio; su pensamiento era resultado de una aquella visión del mundo y llevaron su pen- tes– tal vez debiéramos mencionar que otra, el tiempo-espacio causado, propio, el
a lo largo de los siglos, van transforman- mayor armonía a la mayor discrepancia. larga transformación de sociedades que, samiento para enfrentarlo o entrelazarlo concebía que la realidad divina estaba tras- “ecúmeno”, o sea el mundo creado por los
do, sin saberlo, la forma de percibir y con- La cosmovisión no es sólo una construc- de un estadio de aldeas incipientes, se ha- hasta donde alcanzaron a llegar sus guerre- lapada en el espacio de las criaturas. Expli- dioses y habitado por las criaturas: los hom-
cebir el mundo. ción de todos: es la palestra. bían desarrollado hasta constituir estados ros y sus comerciantes. quemos: los mesoamericanos creían en una bres, los animales, las plantas, los minera-
En efecto, todos construimos la cos- poderosos. Si bien cada pueblo poseía sus les, los meteoros, los astros. Sin embargo,
movisión. Lo hacemos constantemente, LA COSMOVISIÓN DE UN dioses patronos y sus cultos particulares, el ecúmeno no sólo estaba poblado por las
en los más diversos ámbitos de nuestras PUEBLO MESOAMERICANO el panteón, la mitología, el ritual y las creen- criaturas, pues también lo ocupaban los in-
acciones y reflexiones. Nuestra colabora- cias sobre el funcionamiento del mundo visibles seres sobrenaturales, y eran ellos
ción es en buena parte racional; pero, pa- Es frecuente escuchar que cuando los concordaban en sus elementos nucleares. los encargados de dinamizar, animar, trans-
radójicamente, no somos conscientes de mexicas se establecieron en el siglo XIV de Por esta razón debemos entender al pue- formar, deteriorar y destruir todo lo crea-
ella. Al externar nuestras ideas, al recibir nuestra era en la cuenca lacustre, su nivel blo mexica, desde mucho antes de la fun- do. En esta forma, los mesoamericanos ex-
las de nuestros semejantes, participamos de desarrollo era el de recolectores-caza- dación de su capital, Mexico-Tenochtitlan, plicaban su propio ser y su entorno
en un proceso milenario de selección, abs- dores, ajenos a la cultura mesoamericana. como un componente más del orden cul- movidos por entidades imperceptibles, a
tracción y sistematización del pensamien- La idea de su primitivismo inicial forma tural al que habían pertenecido los prime- muchas de las cuales antropomorfizaron.
to. En cada uno de nuestros diálogos ele- parte de un patrón de leyendas de origen, ros cultivadores de maíz: los pueblos del ¿Cómo? Atribuyéndoles características
gimos vías lógicas de comunicación y repetido por otros muchos pueblos de la Preclásico que perfeccionaron las técnicas propias de los seres humanos, o sea deifi-
formulamos, también lógicamente, nues- época; pero no corresponde a la realidad agrícolas; los olmecas; los creadores del ca- cándolas. Los dioses eran concebidos
tros juicios, opiniones, propuestas y argu- histórica. Los mexicas eran un pueblo po- lendario, de la astronomía y de la escritu- como seres benéficos o maléficos, afables
mentos. Los diálogos, inmensamente mul- bre que buscaba un territorio propicio en ra; los zapotecos, teotihuacanos y mayas o crueles, indulgentes o vengativos, gene-
tiplicados en la colectividad, contrastados, el cual establecerse; pero eran mesoameri- del Clásico; los aguerridos toltecas y, en re- rosos o avaros; pero, sobre todo, eran tan
depurados por la lógica, se van incrustan- canos, esto es, cultural y lingüísticamente sumen, muchos otros pueblos que habían semejantes al hombre que podían escu-
do en el gran sistema que llamamos cos- charlo, compadecerse de sus ruegos, cam-
movisión, y el producto va cargado de la biar de voluntad si se condolían con sus
historia que nos transforma cada día. Esto plegarias y ofrendas, y conceder lo pedido
produce una paradoja más: la cosmovisión, a los piadosos. En otras palabras, entre los
formada en la tradición de siglos y siglos, hombres y los seres invisibles podían esta-
nunca está completa, nunca está termina- blecerse nexos de carácter social, incluso
da, porque la historia la modifica constan- establecerse pactos e intercambios de ser-
temente. El antiquísimo saber ha de vivir vicios mediante el diálogo constante entre
al día. ¿Por qué? Simplemente porque usa- el aquí-ahora y el allá-entonces.
mos la cosmovisión: de ella derivan las for- A la creencia en esta estrecha relación
mas de percepción, las guías de acción, las se debe que el mesoamericano explicara su
normas de conducta, las estructuras de origen como el cumplimiento de una vo-
pensamiento, todo en el juego de la sabi- luntad divina que buscaba un intercambio
duría de la tradición, de la adaptación al de prestaciones: los dioses habían creado
presente y de los proyectos de la vida fu- al hombre y lo habían colocado en un ni-
tura. ¿Quién la posee? Ningún sabio, cho propicio para su existencia, distin-
en ninguna época de la humanidad, guiéndolo de las bestias e imponiéndolo a
ha sido capaz de abarcar el conoci- ellas; pero también lo habían facultado,
miento de su tiempo. Cada creador- con la inteligencia, la palabra y las capaci-
usuario posee un valioso segmento, dades reproductivas y de trabajo para que
y todos los segmentos se articulan cumpliera con sus funciones: debería re-
para formar el gran conjunto de conocer a los dioses, adorarlos con sus ple-
ideas. ¿Significa esto que todos los garias, producir lo suficiente para ofren-

Coyolxauhqui, diosa de la Luna, quiso


matar a Coatlicue, su madre, porque se ente- Chicomecóatl fue una de las muchas deidades
ró que estaba embarazada; en el momento de del maíz de los mexicas. Se creía que la diosa
intentarlo nació su hermano Huitzilopochtli, habitaba en el Tlalocan y que venía a la tierra
quien la derrotó y decapitó. Coyolxauhqui. cuando las mazorcas estaban maduras.
Centro de México. MNA. FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES Centro de México. MNA. FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES

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gencia. Con esta fundamentación religio- Los relatos de la migración mexica nos La jerarquía no es contradictoria. Entre
sa, los calpulli se constituían políticamen- hablan de una división jerárquica de los cal- las características de los dioses mesoameri-
te alrededor de una jefatura de linaje, pulteteo o dioses de los calpulli. En efecto, canos se encuentran las posibilidades de fu-
dirigida por el teáchcauh (hermano mayor) cada calpulli cargaba a su propio dios pa- sión y fisión. Así, el dios supremo se dividía
y por un consejo de ancianos. Cada fami- trono; pero el conjunto de los migrantes en dos personas, el Padre y la Madre de los
lia contribuía al sostenimiento del gobier- se había movilizado por órdenes, bajo la dioses. Sus hijos representaban sus desdo-
no y del culto internos. La herencia cultu- protección y con la promesa hecha por un blamientos, y cada hijo seguía dividiéndose
ral se conservaba gracias a la tendencia calpultéotl general. Era éste el dios llamado hasta constituir la multitud de divinidades
endogámica del calpulli. Huitzilopochtli, Tetzauhtéotl o Mexi. que formaban el panteón. De igual mane-
ra, varios dioses podían unirse hasta formar
uno de mayor poder, de un modo tal que la
individualidad de los dioses era relativa. Po-
demos considerar, entonces, que la agrupa-
ción de numerosos calpulli podía basarse en
la creencia de que los diversos calpulteteo se
fundían en un calpultéotl general.
La jerarquía de los dioses patronos po-
see varios niveles. Sobre los protectores de
los calpulli estaban los de las ciudades y es-
tados; pero más alto se encontraban los de
las etnias, entre ellos Otómitl, el dios de los
otomíes; Mixtécatl, el de los mixtecos, y
Cuextécatl, el de los huastecos. En este or-
den ascendente, se llegaba a la concepción
de un patrono supremo: toda la humani-
dad tenía un dios generador, el que había
tomado una parte de su propio cuerpo y la
había derramado sobre la materia muerta
para formar la masa de la primera pareja.
Cada patrono de calpulli centraba los in-
tereses y forma de vida íntima de sus hijos.
Templo, tierras, oficio, gobierno, salud, re-
producción, lluvia, fertilidad, lengua, cultu-
ra, historia y destino giraban en torno a un
Algunos mitos se refieren a la existencia de los hombres en un lugar donde aguardan la oportunidad de salir a la superficie de la tierra. Este sitio es subterrá-
neo, cavernoso, y se lo representa como una montaña que alberga en su seno siete grupos humanos a punto de ser paridos. Su nombre es Chicomóztoc (Lu-
dios que extendía la red de los nexos comu-
gar de las Siete Cuevas), y se considera el origen de todos los hombres. Chicomóztoc en el Códice Azcatitlan, lám. V. REPROGRAFÍA: BORIS DE SWAN / RAÍCES nales. Sin embargo, la vida y la organización
de los calpulli se hacían aun más complejas
cuando estas unidades se convertían en las
darles, y reproducirse para garantizar que tido de un sitio llamado Aztlan con el pro- tre las diversas familias que lo componían. piezas de un estado. Los calpullalli adquirían
el reconocimiento y el intercambio se per- pósito de encontrar la tierra prometida. De esta manera, la posesión inalienable de entonces la categoría de demarcaciones o
petuarían hasta el fin del mundo. Venían divididos en varios calpulli. Estos los predios daba origen a una fuerte cohe- barrios, y cada calpulli debía recibir, alojar y
Era una concepción eminentemente grupos comprendían un crecido número sión de carácter económico entre los mantener a otro gobernante, el tecuhtli, nom-
agrícola. El agricultor se sentía auxiliado de familias supuestamente emparentadas miembros del grupo. No era el único fac- brado desde el centro del poder por el tla-
por dioses, fuerzas y muertos en sus culti- por la ascendencia común de un antepa- tor de unión, pues solía existir entre ellos toani (rey). Las facultades del tecuhtli eran di-
vos. Las mieses se producían gracias a la sado con características divinas. Como po- una liga originada en la comunidad de ofi- ferentes de las del teáchcauh. Éste, como jefe
permanente y estrecha colaboración entre drá suponerse, el tipo de organización no cio. Todo se remitía a un origen ancestral: natural del calpulli, tenía a su cargo la vigi-
las criaturas y los sobrenaturales, y por ello era exclusivo de los mexicas, pues las fuen- el antepasado divino, llamado calpultéotl lancia interna, la distribución equitativa de
la cosecha debía dividirse para entregar las tes documentales nos hablan de una tra- (dios del calpulli), los había creado con su las tierras, el reparto justo de las obligacio-
primicias a los seres invisibles. Se corres- dición generalizada entre los pueblos propia sustancia, les había dado una pro- nes tributarias, etc. El tecuhtli, en cambio, era
pondía así con justicia a su intervención mesoamericanos. Según las noticias que fesión, les había prometido una tierra en juez de causas mayores, capitán de la unidad
productiva. llegan a nuestros días, las poblaciones que este mundo y los había guiado milagrosa- Para agradecer a los dioses militar que formaban los hombres del cal-
ocupaban pueblos y ciudades se dividían mente hasta encontrarla. Ya establecidos, los dones recibidos, los mexi- pulli y recaudador de tributos, con la doble
LAS SOCIEDADES HUMANAS en conglomerados que se repartían las tie- el dios seguía protegiéndolos y les otorga- cas vestían ritualmente con la representación del rey ante el calpulli y del
piel de un desollado a un calpulli en el palacio. Como podrá suponer-
rras necesarias para su sustento. Cada cal- ba lluvias, fertilidad a sus semillas, salud y
representante de Xipe Tótec,
La historia de los mexicas nos habla de su pulli poseía un espacio denominado calpu- poder reproductivo; aunque también vigi- se, el calpulli convertido en demarcación es-
dios de la renovación de la
larga migración, que abarcó de principios llalli (tierras del calpulli), mismo que se laba el cumplimiento de sus obligaciones vegetación. Tlatelolco. MNA. tatal, debía contribuir ritual y económica-
del siglo XII a mediados del XIV. Habían par- parcelaba para distribuir en usufructo en- y castigaba sus transgresiones y su negli- FOTO: BORIS DE SWAN / RAÍCES mente al culto público del estado.

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EL ORIGEN DEL HOMBRE Y lenguaje puede suponerse antitética a la de respondiendo siempre sobre las causas de Los dioses eran concebidos como seres benéficos o maléficos, afa-
las lenguas, y lo mismo sucede al contras- lo regular y de lo contingente. Ésta es la bles o crueles, indulgentes o vengativos, generosos o avaros; pero,
EL DE LOS GRUPOS HUMANOS
sobre todo, eran tan semejantes al hombre que podían escucharlo,
tar la generalidad del trabajo con la parti- condición humana, la que construye tradi- compadecerse de sus ruegos, trocar sus designios si se condolían
Cuando las cosmovisiones plantean que cularidad de los oficios. Estos problemas ciones con la experiencia acumulada. con plegarias y ofrendas, y conceder lo pedido por los piadosos.
las criaturas han existido sin mutación des- van unidos al de la unidad y la diversidad Por milenios, los mesoamericanos ob- Tezcatlipoca, uno de los dioses principales de los mexicas. Cen-
de el principio del mundo, es necesario re- del género humano, supuestamente inmu- servaron la inconmensurable diversidad tro de México. Museo Nacional del Virreinato.
table desde su aparición en el mundo. del mundo; supieron de la existencia de
FOTO: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES
solver graves contradicciones, entre ellas
la antítesis de la unidad y la diversidad de La solución de la paradoja se halló en la fuerzas imperceptibles que provocaban los
lo creado. La permanencia de las caracte- mitología. Un famoso mito explica el ori- cambios; esperaron la llegada de lo previ- cias, odios, envidias, venganzas, robos, es-
rísticas inmodificables de cada clase o es- gen de la especie recurriendo a la acción sible y se previnieron contra lo imprevis- tupros, guerras, mutilaciones… En pocas
pecie permite que las generaciones presen- de un dios creador: Quetzalcóatl viajó al to; clasificaron las cosas y descubrieron la palabras, los dioses creadores fueron con-
tes sustituyan a las que fueron iguales a Lugar de la Muerte, recogió allí materia regularidad de su reproducción; proyecta- cebidos como actores de magnas epopeyas
ellas. Pero, ¿qué sucede cuando estas ca- ósea, la llevó a Tamoanchan y vertió sobre ron hacia todo el entorno sus hábitos so- que culminaron en los actos de creación.
racterísticas esenciales aparecen fragmen- ella la sangre que extrajo de su propio pene. ciales para influir con el gesto y la palabra, Hay dos mitos que exponen en térmi-
tadas, diversificadas, sin que pueda ne- La mezcla dio origen a la primera pareja y atribuyeron su condición –su temporali- nos muy amplios el sentido de los proce-
garse que sus variantes sean también humana. Junto a este mito aparecen otros dad, su finitud– a lo existente. sos formativos. Uno de ellos cuenta que
esenciales? Veamos el caso de los seres hu- que se refieren a la existencia de los hom- La concepción de las fuerzas impercep- los dioses vivían con sus padres, Tonaca-
manos. Se ha dicho que obtuvieron como bres en un lugar donde aguardan la opor- tibles culminó en la creencia en un tras- tecuhtli y Tonacacíhuatl, en Tamoanchan
atributos específicos el lenguaje y la capa- tunidad de salir a la superficie de la tierra. mundo, fuente de todo dinamismo. Fue un o Xúchitl Icacan; pero su apacible existen-
cidad de trabajo. Sin embargo, ¿qué pasa Este sitio es subterráneo, cavernoso, y se trasmundo de infinitas piezas heterogé- cia concluyó debido a que se atrevieron a
con las lenguas y los oficios? Según los mi- le representa como una montaña que al- neas, con la diversidad suficiente para ex- epopeyas que culminan cortar flores y ramas de los árboles de aquel
tos, unas y otros están distribuidos entre berga en su seno siete grupos humanos a plicar la del mundo visible, colmado de vergel. Furiosos el Padre y la Madre por la
los distintos grupos humanos desde que punto de ser paridos. Su nombre es Chi- criaturas. Éstas, arrastradas por cursos rei- en actos de creación conducta de sus hijos, los echaron de Ta-
éstos fueron creados. La esencialidad del comóztoc (Lugar de las Siete Cuevas), y se terados, previsibles, hicieron que los culti- moanchan, arrojándolos a la superficie de
considera el origen de todos los hombres, vadores de maíz descubrieran, imaginaran la tierra y al Lugar de la Muerte. Pese a su
aunque cada nacimiento tenga que redu- o reiteraran el conocimiento de leyes uni- parecido con la tradición bíblica, la anti-
cirse al número canónico de siete conjun- versales, ciclos ciertos, retornos indefecti- güedad americana de este mito está docu-
tos. Cada grupo saldrá dirigido por su dios bles creadores de las secuencias del día y la mentada en la iconografía. El segundo re-
patrono, quien le otorgará las especificida- noche, de las lluvias y las secas, de la vida lato nos sitúa en Teotihuacan antes del
des esenciales. De esta manera se aplica la y la muerte, de ortos y ocasos. Pero el nacimiento del mundo. Los dioses busca-
misma ley que rige a los dioses: un creador mesoamericano también tuvo que tomar ron entre ellos al que pudiera convertirse
se segmenta en varios creadores; una crea- en cuenta la ruptura de las regularidades,
ción se segmenta en varias creaciones. El la aparición del accidente. Y el accidente
ser humano, como tal, recibe sus atributos –la violación de la ley– implicaba la exis- allá del destino acotado del mundo, los dio-
genéricos; el grupo, como tal, recibe sus tencia de los transgresores, entes sobrena- ses habían existido en otro tiempo, en otro
atributos específicos. Siendo dos los naci- turales provistos de una voluntad semejan- espacio, en un allá-entonces que era y se-
mientos, tanto los primeros como los se- te a la humana. ría por siempre su morada.
gundos atributos son esenciales. Los seres antropomorfizados por la atri-
bución de voluntad son sin duda terribles ALLÁ-ENTONCES
LO IMPERCEPTIBLE por su capacidad de disponer a capricho del
destino de los hombres. Sin embargo, la Se intuyó –más allá de la posibilidad hu-
Vivimos atentos a la sucesión de pro- personificación magnificada los incluyó en mana de precisarlo– un tiempo no marca-
cesos que transforman nuestra interio- la condición social, en las prácticas huma- do por la voluntad de acción: el tiempo del
ridad y nuestro entorno. Responde- nas, y fueron así los invisibles que escuchan, ocio divino. Sin embargo, este tiempo fue

REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES


mos a la perpetua mudanza con la que se ablandan con halagos y dones, que la fuente inasible de actividad de dioses
percepción y el acto, cuestionando y recompensan los esfuerzos de los píos, –ya múltiples– que abandonaron su repo-
que acogen bajo su protección a los desva- so para dar principio al tiempo-espacio de
lidos. Heterogéneos los dioses, cada uno de las aventuras. Empezaron los mitos.
Cada patrono de calpulli centraba los intereses ellos haría valer la particularidad de su ser ¿Qué son los mitos? Las referencias al
y forma de vida íntima de sus hijos. Templo, tie- y dominio, de sus apetencias –necesidades, juego de las fuerzas creadoras que interac-
rras, oficio, gobierno, salud, reproducción, llu-
en última instancia–, y exigiría una vía cul- tuaron en el allá-entonces para generar lo
via, fertilidad, lengua, cultura, historia y destino
giraban en torno a un dios que extendía la red tual determinada y un tipo de ofrendas que mundano. Los procesos fueron descritos
de los nexos comunales. Entre los muchos satisficieran sus deseos. en términos humanos. La interacción de
dioses que los mexicas tenían estaba Na- Fuerzas, leyes, ciclos, dioses grandes y Después de establecidos, el antepasado divino, llamado calpultéotl (dios del calpulli), seguía protegien-
los dioses fue comparada con la vasta com-
ppatecuhtli, patrono de los fabricantes de pe- do a los mexicas y les otorgaba lluvias, fertilidad a sus semillas, salud y poder reproductivo; aunque
pequeños, poblaron este mundo; pero el plejidad de las relaciones sociales, y por ello
tates y ayudante de Tláloc para propiciar la también vigilaba el cumplimiento de sus obligaciones y castigaba sus transgresiones y su negligencia.
mundo se había concebido con el princi- la imaginación de los mitopoetas produjo Un sacerdote representa a Huitzilopochtli, dios patrono de los mexicas, en la fiesta de panquetzaliztli.
lluvia. Centro de México. MNA.
FOTO: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES pio y el fin inherentes al ser humano. Más relatos de amoríos, lealtades, incontinen- Códice Borbónico, p. 34.

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en Sol. Elegidos dos candidatos, el rico Te- a existir tanto sobre la superficie de la tie- EL MOVIMIENTO DEL MUNDO Las capas de los tres grandes segmen- gados que giran enlazándose como un corazones”. Estas últimas son las sustan-
cuciztécatl y el pobre Nanahuatzin, los dio- rra como en las profundidades. Su misión tos son traspasadas por el axis mundi, co- torzal, el malinalli. cias divinas de los individuos muertos que
ses les dijeron que habrían de arrojarse a es dar origen a las criaturas a partir de sí Con el primer movimiento del Sol sobre la lumna en que se produce el flujo de los El axis mundi es un elemento complejo: esperan, bajo la tierra, la oportunidad de
sendas hogueras. Lo hizo Nanahuatzin y mismos. Nanahuatzin, rey del mundo por bóveda celeste se inicia la marcha del mun- opuestos complementarios. Con fre- en su base se encuentra el frío Mictlan, Lu- surgir de nuevo a la superficie. El Tlalocan
lo secundó Tecuciztécatl. Sus cuerpos se nacer, muestra el camino: se inmola, pene- do. ¿Qué lo mueve? Todo lo existente –in- cuencia la columna está representada gar de la Muerte. Sobre éste, el Tlalocan está cubierto por una capa pétrea que
consumieron en las llamas; descendieron tra al Lugar de la Muerte, adquiere allá una cluidos los dioses– está formado por dos por el abrazo de la corriente fría del agua aparece como un gran recipiente que guar- es la cubierta del Monte Sagrado. Sobre
ambos al Lugar de la Muerte, y aparecie- nueva naturaleza y surge como la criatura sustancias opuestas y complementarias, que asciende del Lugar de la Muerte y la da los meteoros (lluvias, granizo, rayos), las el monte se yergue el Árbol Florido
ron posteriormente con enorme fulgor en máxima, el Sol. Los mitos nos muestran combinadas en cada ser en diferentes pro- corriente de fuego que desciende de los aguas que formarán los manantiales, las –algunas veces representado con dos tron-
el horizonte oriental. Nanahuatzin había que las criaturas son los dioses creadores porciones. Una sustancia es celeste, supe- cielos superiores. Son dos cuerpos alar- fuerzas de la germinación y las “semillas- cos que se retuercen uno sobre otro–, cu-
conquistado la primacía con su arrojo. Los convertidos en seres mundanos por medio rior, luminosa, masculina, seca, caliente; la yas ramas penetran en los cielos altos.
dioses reconocieron su valor y le pidieron del sacrificio; su transformación los ató al otra pertenece al inframundo, es inferior, El axis mundi se proyectó hacia los cua-
que iniciara el curso celeste, necesario para ciclo de la vida y de la muerte. Cada indivi- oscura, femenina, húmeda y fría. Entre am- tro rumbos, reproduciéndose en los extre-
la existencia del mundo; pero el Sol recién duo –astro, piedra, vegetal, animal, hom- bas se establece una perpetua lucha que mos como árboles o columnas que sepa-
nacido se negó a ello, diciendo que no cum- bre– es un dios encapsulado en materia pe- todo lo dinamiza. No poseen fuerzas igua- ran el inframundo de los cielos superiores.
pliría su misión hasta que todos los dioses, sada, dura, perceptible, deteriorable. les. Lo luminoso domina a lo oscuro y lo Sin embargo, sus cuerpos son huecos, y el
siguiendo su ejemplo, fuesen sacrificados. Cuando la materia se gasta, el individuo derrota; pero el desgaste del triunfo lo de- interior es el camino que recorren dioses y
El dios Xólotl huyó para escapar del sacri- desaparece de la superficie del mundo; pero bilita, y permite que lo oscuro se reponga fuerzas para trasladarse a los distintos pla-
ficio; pero su trágico destino se cumplió, y su esencia divina va al Lugar de la Muerte y lo venza. nos. Cada una de las cuatro proyecciones
tras la muerte se convirtió en ajolote. para esperar allá la oportunidad de brotar Los ciclos se repiten indefinidamente adquirió un carácter distintivo, mismo que
Estos relatos explican el proceso mito- de nuevo, una vez más encapsulado, para en todos los ámbitos mundanos, de tal ma- los mexicas simbolizaron con colores: fue
lógico: el Padre y la Madre determinan crear dar origen a otro individuo. Su esencia nera que hacen posible la existencia. Un rojo el árbol del oriente; blanco el del oc-
el mundo y expulsan a sus hijos de Tamoan- –sustancia divina– se conserva así a lo lar- perfecto equilibrio o una victoria absoluta cidente; negro el del norte, y azul el del sur.
chan. Los dioses hijos quedan condenados go de las generaciones. de una de las fuerzas darían como resulta- El centro, el axis mundi, recibió como pro-
do la destrucción de las criaturas y de su pio el color verde.
morada. Esta concepción constituye una Con esta construcción básica se expli-
diferencia fundamental de la tradición caron los ciclos. Pongamos como ejemplos
mesoamericana frente a otras visiones del el ciclo de vida-muerte y el ciclo del tiem-
cosmos en que la lucha de contrarios im- po. Cuando una criatura es destruida o fa-
plica una existencia imperfecta, preludio llece –sea el caso el de un ser humano– la
del triunfo definitivo de una de las fuerzas. interioridad divina se libera de la cubierta
La tradición mesoamericana, realista, fija pesada y viaja al Lugar de la Muerte. El ca-
su atención en la existencia terrenal y con- mino es penoso; los sufrimientos limpian
sidera al mundo un habitáculo apropiado a la entidad liberada de toda su historia in-
para la existencia de las criaturas. dividual, y cuando llega a la parte más pro-
funda de aquel sitio helado es ya una sus-
LA GEOMETRÍA CÓSMICA tancia sin vestigio de su anterior paso por
el mundo. Sube entonces como semilla al
La lucha de los opuestos, los ciclos de la exis- gran repositorio del Tlalocan, y allí aguar-
tencia, la separación y la intercomunicación da a que los dioses supremos la hagan as-
del ecúmeno y el anecúmeno requieren de cender por el tronco del Árbol Florido para
un gran aparato que regule el movimiento. desde él lanzarla y depositarla, de nuevo,
El mesoamericano imaginó este aparato en el vientre de una nueva madre.
como un gigantesco cuerpo geométrico. Por lo que toca al tiempo, los mesoame-
Tres grandes segmentos horizontales mar- ricanos lo concibieron desde épocas remo-
REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES

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can la capas del espacio subterráneo (Chic- tas como dioses que viajan al mundo, trans-
nauhmictlan), la superficie terrestre con sus forman todo a su paso y regresan a su
cielos próximos (Tlaltícpac) y los cielos su- espacio anecuménico. La sucesión de los
periores (Chicnauhtopan). Son nueve las ca- dioses está ordenada estrictamente. El or-
pas del espacio inferior, cuatro los cielos ba- den es el calendárico. Tomemos como
jos de las criaturas y nueve los cielos altos. ejemplo la formación de los días: cada uno
Recurriendo a los números sagrados, la fór- se integra, en el interior de uno de los cua-
mula sería 9 + 4 + 9 o, si se toma como base tro árboles cósmicos con la unión de dos
Con el sacrificio ritual se buscaba pagar a los dioses por la vida, por las lluvias, por la fecundidad de la superficie de la tierra, 9 + 13, correspon- Los dioses se agotaban al mover el mundo; era necesario que los fieles les entregaran el alimen- dioses procedentes de dos conjuntos dife-
las plantas, por la salud de los pueblos, por la sucesión benigna de los acontecimientos, por la conti- to indispensable para la reposición de sus fuerzas. El alimento de los dioses debía ser el más pre- rentes. Uno de los conjuntos tiene dioses-
diendo el primer número a lo femenino y el
nuidad del mundo. Además, se creía indispensable que los dioses mismos reprodujeran el episodio ciado: las primicias de las cosechas y la vida de los animales, pero también los corazones y la
segundo a lo masculino. Los cielos altos son tiempos con nombres de número, del 1 al
que los había inscrito en el ciclo de la vida y de la muerte. Los dioses debían morir al concluir su ciclo sangre de los hombres. En la fiesta de xócotl huetzi se danzaba alrededor de un poste y se arro-
para volver a nacer con las fuerzas renovadas en el Lugar de la Muerte. Templos del recinto sagrado exclusivos de los dioses; en los cielos bajos jaba a un gran fuego a quien iba a ser sacrificado; antes de que muriera quemado, se le extraía 13. El otro está formado por 20 dioses, a
de Tenochtitlan con sangre de los sacrificados en las escalinatas. Primeros Memoriales, f. 269r. están los caminos de los astros. el corazón, que era ofrendado a los dioses. Códice Borbónico, p. 28. los que los mexicas denominaban cocodri-

32 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA LOS MEXICAS ANTE EL COSMOS / 33


DOSIER DOSIER

lo, viento, casa, lagartija, serpiente, muer- caban las principales funciones vitales, in- Las entidades anímicas contingentes y de la muerte. Los dioses debían morir al
te, venado, conejo, agua, perro, mono, hier- telectuales y afectivas. El teyolía sólo deja- eran numerosas y muy diversas. Algunas concluir su ciclo para volver a nacer con las
ba torcida, caña, jaguar, águila, buitre, ba el cuerpo a la muerte del individuo. transitaban por el cuerpo; otras se estable- fuerzas renovadas en el Lugar de la
movimiento, cuchillo de pedernal, lluvia y Era, además, la entidad que viajaba al más cían en él de manera más o menos perma- Muerte. En el primer caso las víctimas
flor. La unión de dos dioses forma un nue- allá después del fallecimiento. nente, provocando estados anómalos pa- se convertían en materia nutricia; en el
vo dios: el día. Las combinaciones posibles Sigamos con las otras entidades for- sajeros o posesiones definitivas. segundo, eran vasos que los dioses ocu-
son 260, lo que marca las dimensiones del madoras que, a diferencia de la identita- Algunas de las entidades permanen- paban para recibir la muerte: los hom-
ciclo adivinatorio. Así, el día –el dios– ria, proporcionaban la particularidad in- tes otorgaban grandes poderes a la per- bres eran convertidos ritualmente en
1 Cocodrilo saldrá por el árbol rojo del dividual a cada hombre. Una de ellas, el sona. Numerosos gobernantes, místicos semejanzas divinas y cumplían como
oriente, y lo seguirán el 2 Viento por el ár- tonalli, se alojaba principalmente en la y sacerdotes se consideraban vasos mun- víctimas la función de remitir al dios
bol negro del norte, el 3 Casa por el árbol cabeza; la otra, el ihíyotl, en el hígado. El danos de algún dios. Entre los invasores poseedor al Lugar de la Muerte.
blanco del occidente, el 4 Lagartija por el tonalli vinculaba al individuo con las comunes destacaban los dioses-tiempo, Sin embargo, la terrible carga se dis-
árbol azul del sur, el 5 Serpiente nuevamen- fuerzas sobrenaturales externas, entre quienes influían en lo más profundo de torsionó cuando la historia transformó
te por el árbol rojo del este, y así sucesiva- ellas las del destino, mientras que del ihí- la naturaleza del individuo. Muchos ma- a los pobres cazadores lacustres que lle-
mente hasta llegar a la última de las com- yotl dependía su vigor físico y buena les –la artritis, por ejemplo– se conce- garon a la cuenca en el pueblo hegemó-
binaciones posibles, el día 13 Flor, que parte de sus pasiones y sentimientos. bían como el dañino alojamiento de pe- nico que llevó sus conquistas de mar a mar.
saldrá por el árbol del sur, y al que seguirá Ambas entidades no sólo podían salir queños dioses en diversas partes del Los mexicas usaron la fe en los dioses y el
el 1 Cocodrilo del siguiente ciclo. Del ta- total o parcialmente del cuerpo, sino cuerpo. La ebriedad era la intrusión de ritual del sacrificio como justificación para
lante que resulte de la combinación de los que, libres de la cubierta pesada, en oca- algún dios del pulque, y por este tenor Los mexicas usaron la fe en los dioses y el ritual del sacrificio como justificación para avasallar a sus avasallar a sus contemporáneos. No fueron
dos dioses formadores dependerá el des- siones permitían al individuo traspasar se explicaban la libido, la inspiración ar- contemporáneos. No fueron los únicos que, con el pretexto de cumplir una misión divina, llevaron el te- los únicos que, con el pretexto de cumplir
tino de las criaturas en ese día. los umbrales que comunicaban ecúme- tística, la locura y aun la irracionalidad rror a los pueblos más débiles. Pero no puede negarse que la exacerbación del sacrificio humano los una misión divina, llevaron el terror a los
marcó históricamente. Los mexicas dijeron ser el pueblo del Sol y los responsables de salvaguardar la
no con anecúmeno. homicida. pueblos más débiles. Otros los antecedie-
continuidad del mundo. Los sacrificios humanos alcanzaron en su tiempo enormes proporciones. Hui-
LA CONSTITUCIÓN tzilopochtli se hartó de sangre y de corazones al paso del hartazgo de la nobleza mexica. Conquistas
ron –los toltecas, los mayas de Chichén
DEL HOMBRE de los mexicas en la Piedra de Moctezuma I. Centro de México. MNA. FOTO: AUSTÍN UZÁRRAGA / RAÍCES Itzá–; otros los emularon en su tiempo
–los tarascos–; hoy siguen los mismos pa-
Los mexicas concebían al ser humano sos quienes, en nombre de un dios y con la
como un conglomerado de elementos cuya Ya que no sólo el ser humano sino to- de trabajo: la obra divina y la humana, re- excusa de perseguir al Mal, siembran la
interrelación no sólo explicaba sus funcio- das las criaturas llevaban en su interior las cíprocamente imprescindibles. muerte en el mundo. Pero no puede negar-
nes fisiológicas y mentales, sino los víncu- porciones de los dioses creadores de sus La concepción de la dinámica cósmica se que la exacerbación del sacrificio huma-
los del individuo con su entorno familiar clases, éste tenía la posibilidad de relacio- como la lucha constante entre las fuerzas no los marcó históricamente. Los mexicas
y social, sus relaciones con los dioses, sus narse con los seres mundanos. Así, se creía opuestas y complementarias implicaba la dijeron ser el pueblo del Sol y los respon-
posibilidades de actuar frente a la sobrena- que los procedimientos mágicos permitían fatiga que daba lugar a los ciclos. Los dio- sables de salvaguardar la continuidad del
turaleza tanto en el ecúmeno como en el el diálogo del hombre con el resto de las ses se agotaban al mover el mundo; era ne- mundo. Los sacrificios humanos alcanza-
anecúmeno, y las transformaciones que su- criaturas. Superados los obstáculos de su cesario que los fieles les entregaran el ali- ron en su tiempo enormes proporciones.
fría el hombre a lo largo de su existencia y cobertura pesada y perceptible, el mago se mento indispensable para la reposición de Huitzilopochtli se hartó de sangre y de co-
en el camino al más allá. Sintéticamente dirigía a las entidades divinas de su entor- sus fuerzas. El alimento de los dioses de- razones al paso del hartazgo de la nobleza
puede afirmarse que al cuerpo de materia no con la intención de convencerlas, disua- bía ser el más preciado: las primicias de las mexica. Como antes, como hoy –en Méxi-
pesada y perceptible se sumaban numero- dirlas o atemorizarlas. Por ello, hablaba a cosechas y la vida de los animales, pero co, en el mundo–, la religión sirvió a los po-
sas entidades anímicas, que pueden ser las enfermedades, a los medicamentos, también los corazones y la sangre de los derosos para dominar y oprimir a los débi-
consideradas tanto formadoras del ser hu- a las plantas, a los árboles, a los animales, a hombres. Sólo con estos bienes podía ga- les. Como antes, como hoy, los mexicas
mano como contingentes. los dioses mayores, en el más amplio ám- rantizarse la continuidad de un mundo des- tuvieron la soberbia de considerarse auxilia-
Las entidades formadoras pueden di- bito de personificación. tinado a la desaparición. res indispensables de dioses que por sí mis-
vidirse en dos clases: la identitaria y las La terrible carga de la ofrenda de vidas mos no podían cumplir sus designios.
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que proporcionaban al hombre sus carac- LA MISIÓN DEL HOMBRE, humanas había sido una remota herencia
terísticas individuales. La primera era el LA MISIÓN DE UN PUEBLO de los antiguos agricultores. Los mexicas
Alfredo López Austin. Investigador del Instituto de
teyolía, ubicado en el corazón. Era la enti- estaban inscritos en una tradición que los Investigaciones Antropológicas de la Universidad
dad anímica que el grupo humano había Entre toda la creación, el hombre era el constreñía a pagar el duro tributo. Los ri- Nacional Autónoma de México.
recibido del dios patrono, y por lo tanto, elegido para entablar los más estrechos vín- tuales de occisión ritual obedecían princi-
la base de los sentimientos, los derechos culos con la sobrenaturaleza. Su arquetipo palmente a dos razones: por una parte, lla-
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y las obligaciones propias de la pertenen- había sido una pareja de dioses ancianos, namente, servían para pagar a los dioses GONZÁLEZ TORRES, Yolotl (con la colaboración de Juan
cia grupal. Como se vio anteriormente, Oxomoco y Cipactónal, caracterizada por por la vida, por las lluvias, por la fecundi- Carlos Ruiz Guadalajara), Diccionario de mitología y re-
ligión de Mesoamérica, México, Ediciones Larousse,
esto tiene que ser apreciado en la relativi- Los mesoamericanos concibieron al tiempo desde épocas remotas como dioses que viajan al mundo, la distinción sexual, las facultades intelec- dad de las plantas, por la salud de los pue- 1991.
dad de la dimensión patronal, lo que va transforman todo a su paso y regresan a su espacio. La sucesión de los dioses está ordenada estricta- tuales, sus atributos laborales y sus cono- blos, por la sucesión benigna de los acon- GRAULICH, Michel, Ritos aztecas. Las fiestas de las veintenas,
mente. El orden es el calendárico. Cada día se integra, en el interior de uno de los cuatro árboles cósmi- México, INI, 1999.
de la calidad humana, adquirida por per- cimientos mágicos y adivinatorios. Con tecimientos, por la continuidad del mundo; LÓPEZ AUSTIN, Alfredo, Tamoanchan y Tlalocan, México,
cos, con la unión de dos dioses procedentes de dos conjuntos diferentes. Uno de los conjuntos tiene dio-
tenecer a la especie, a las calidades parti- este arquetipo, los mexicas reiteraban que pero, además, se creía indispensable que los FCE, 1994.
ses-tiempos con nombres de número, del 1 al 13. El otro está formado por 20 dioses con nombres de OLIVIER, Guilhem, Tezcatlipoca. Burlas y metamorfosis de un
cularidades de los niveles grupales más figuras. La unión de dos dioses forma un nuevo dios: el día. Las combinaciones posibles son 260, dimen- los dioses habían creado al hombre para dioses mismos reprodujeran el episodio dios azteca, México, FCE, 2004.
pequeños. En esta entidad anímica radi- sión del ciclo adivinatorio. Trecena XVIII del tonalpohualli, calendario ritual. Códice Borbónico, p. 18. establecer una correlación entre dos tipos que los había inscrito en el ciclo de la vida

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