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Dr. David Serio


© 2017 Dr. David Serio
Todos los derechos reservados.

ISBN: 1977783236
ISBN 13: 9781977783233
Biblioteca del Congreso Número de Control: XXXXX (Si corresponde)
LCCN Nombre de la Imprenta: Ciudad y Estado (si corresponde)
Tabla de contenidos

1 La Premisa mayor Dr. Arno Burnier


2 El sentido de la vida para la quiropráctica Dr. Bill Decken
3 La unión de inteligencia y materia Dr. Gilles A. LaMarche
4 La tríada de la vida Dr. Mark Romano
5 La perfección de la tríada Dr. Stamatis Tsamoutalidis
6 El principio del tiempo Dr. Joe Donofrio y Dr. Mark Romano
7 La cantidad de inteligencia en la materia Dr. Autumn Hicks Gore
8 La función de la inteligencia Dr. Christopher Kent
9 La cantidad de fuerza creada por Dr. Judy Nutz Campanale
la inteligencia
10 La función de la fuerza Dr. Shane Walker
11 El carácter de las fuerzas universales Dr. Edwin Cordero
12 Interferencias en la transmisión Dr. Caroline Lagerlof
de las fuerzas universales
13 La función de la materia Dr. Pam Jarboe
14 La vida universal Dr. Sophie Anderson
15 Sin fuerza no hay movimiento Daniel Facchini, quiropráctico
16 La inteligencia en la materia orgánica e inorgánica
Dr. Joseph B. Strauss
17 Causa y efecto Dr. Lona Cook
18 La evidencia de la vida Dr. Jaime Pinillos
19 Materia orgánica Dr. Eric Russell
20 La inteligencia innata Dr. Steve Tullius
21 La misión de la inteligencia innata Dr. Karel Deprez
22 La cantidad de inteligencia innata Dr. Kim R. Stetzel y Greg A. Stetzel
23 La función de la inteligencia innata Dr. Simon Senzon
24 Los límites de la adaptación Dr. Peter Kevorkian
25 El carácter de las fuerzas innatas Dr. Sharon Gorman
26 Comparación entre fuerzas universales e innatas
Dr. Richard Grostic
27 La normalidad de la inteligencia innata Dr. Andreas Söoderström
28 Los conductores de las fuerzas innatas Dr. Andy Roberts
29 Interferencias con la transmisión Dr. Dan Sullivan
de las fuerzas innatas
30 Las causas de la falta de armonía Dr. Kari Swain
31 Las subluxaciones Dr. Rob Sinnott
32 El principio de la coordinación Dr. Liam Schubel
33 La ley de la demanda y la oferta Dr. Lacey Book y Shawn Dill
Contribuciones

Prólogo Dr. Thom Gelardi


Introducción Dr. David Serio
Mi viaje Dr. David Serio
Ha llegado nuestra hora Dr. David Serio
La preparación de la práctica Dr. David Serio
¿Porque la filosofía quiropráctica es fundamental?
Hans Salas Redlich, Quiropractico
Entonación Dr. David Serio
Hazlo simple, estúpido Dr. David Serio
Reconocimiento y atracción Dr. Richelle and Daniel Knowles
Agregar valor a través de la educación y la comunicación
Dr. David Serio
Nuestro arte Dr. Damaris-Leigh Lanjopolous
La fórmula del éxito Sebastián Carera, Quiropráctico
La congruencia, el camino hacia tu éxito. Alejandro Turelli. Quiropractico
¿Cuán profunda es tu visión? Pablo Andres Herrera Loyola
Un breve comentario de un profesor de quiropráctica
Dr. Brian Dooley
La certeza de la verdad Dr. Chris Zaino
Dar, hacer, amar, servir Dr. David Serio
Gestión de la práctica por objetivos Dr. David Serio
El corazón del servidor Dr. Christopher Wolff
Ama lo que haces y haz lo que amas Dr. David Serio
Niveles de conciencia Jane Burnier, Coach de Vida
y asistente de quiropráctico
Haz explotar tu práctica Dr. Steve Judson
Características de la vida Dr. Joe Donofrio
La grandeza de la quiropráctica Dr. Arno Burnier
Crea una dinastía quiropráctica Dr. David Serio
Conciencia del tiempo presente Dr. David Serio
El éxito en la práctica Dr. Thomas Waller
Tu GPS interior Dr. David Serio
Las relaciones y la conexión Dr. David Serio
Futurismo y florecimiento Dr. David Serio
Transformación Dr. Daniel R. Constable
Sal de tu zona de confort Dr. David Serio
Oficio Dr. David Serio
Elecciones Dr. David Serio
Los cuatro niveles de la influencia Dr. David Serio
Las últimas palabras escritas de BJ Palmer
Bonus: Estrategia de marketing Dr. Andreas Soderstrom
de los océanos azules
Prólogo
Thomas A. Gelardi, DC

El mundo está más convulsionado que nunca. Se considera el mayor avance en el


cuidado de la salud desde que William Harvey descubrió el sistema circulatorio.
Algunos dicen que el Premio Nobel no es suficiente para reconocer la magnitud de este
redescubrimiento. Se rumorea que las Naciones Unidas están considerando otorgar un
premio de mil millones de dólares porque el actual premio de 1 millón será una miseria
en comparación con los trillones de dólares que el mundo ahorrará anualmente gracias a
estos programas de desarrollo de nuevas vacunas, anticoagulantes, calmantes del dolor,
antibióticos, antidepresivos, antiinflamatorios y demás productos farmacéuticos.
También aliviará enormemente el sufrimiento causado por el dolor, reduciendo las
internaciones hospitalarias y las visitas a los consultorios. La vida se volverá más
vibrante, creativa y mejor vivida.

Como rara vez ocurre, este gran descubrimiento científico no proviene de equipos de
científicos trabajando en laboratorios universitarios. Al igual que el descubrimiento de
Einstein de la teoría de la relatividad especial y la general y el concepto de la
equivalencia de la energía y la masa expresada a través de su famosa ecuación E=mc2,
este redescubrimiento también se produjo fuera del laboratorio, a través del intelecto y
la imaginación de las personas.

Este último redescubrimiento, enunciado por Mateo, se produjo alrededor de dos mil
años atrás y fue registrado en la versión de la Biblia King James, bajo Mateo 7:14. Se
sabe que el descubrimiento original tuvo lugar mucho antes, pero los estudiosos no se
ponen de acuerdo respecto de la era en que tuvo lugar. Nuevamente, al igual que
Einstein y otros físicos teóricos, Mateo utilizó metáforas tangibles para explicar sus
ideas intangibles.

La afirmación de Mateo nunca tuvo tantas y tan importantes aplicaciones prácticas


en el área de la salud como la tiene hoy en día, en un mundo en el que se producen una
gran cantidad de toxinas y los estilos de vida están cada vez más alejados de la
naturaleza. Esta afirmación, que puede cambiar el mundo, está enunciada de manera
sencilla pero muy poderosa: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a
la vida, y pocos son los que la hallan”. Yo supongo que él pensaba que muchas
personas podrían hallarla si decidieran hacerlo.

La frase de Mateo está tan vigente ahora como lo estaba dos mil años atrás y
continuará estándolo mientras el universo continúe funcionando de acuerdo con la ley
universal. No tenemos otra opción que obedecer a la ley universal. Todas las personas y
las cosas obedecen a la ley universal. Nuestra única elección está en decidir hacia dónde
queremos ir en la vida y cómo se expresará en ella la ley universal. La siguiente estrofa
del poema metafórico de Ella Wheeler Wilcox, “Tis the set of the Sail”, expresa
claramente esta idea:

Un barco navega hacia el Este


Y otro hacia el Oeste
Impulsados por los mismos vientos
Es la posición de las velas
Y no los vendavales
Los que determinan hacia donde van

El libro del Dr. Serio es especialmente útil para aquellos que buscan una óptima
salud física, emocional y espiritual. Los antiguos sabían que aquellos que tenían salud,
poseían todo, incluyendo bienestar social y financiero. Este libro también está escrito
para los que son meramente curiosos. En lo personal, he descubierto mucho de valor
tratando de satisfacer mi curiosidad.

Aquellos que consciente o inconscientemente utilizan la ley universal con fines


constructivos, enriquecen cada aspecto de su vida y de las que los rodean. Aquellos que
consciente o inconscientemente utilizan la ley universal con fines destructivos infligen
daño y sufrimiento, tanto a sí mismos como a los que los rodean. “Cuando tratamos de
levantar una sola cosa, nos percatamos que está unida a todo lo demás en el universo”,
escribió John Muir, el fundador de Sierra Club.

Por último, sólo queda agregar que éste es un libro de filosofía, que explica los
principios subyacentes en el área de interés principal de la quiropráctica. Como filosofía
tiene en cuenta la información, incluyendo tanto los conceptos actuales provenientes de
las ciencias físicas, como los intangibles como la vida, la salud, los valores y la
sabiduría, generalmente considerados por la filosofía. Les recomiendo que estudien
esos principios y luego los consideren con respecto a la expresión de todas las formas de
vida y en particular de la salud en el área fisiológica. Pregunten todo; enfáticamente les
recomiendo estudiar este libro con otros.
Introducción
Dr. David Serio
 
 
Durante años, me pregunté: ¿Qué tienen en común las corporaciones, los
movimientos culturales, las personas y las profesiones exitosas y perdurables? Lo que
descubrí fue que tienen un agudo sentido de misión, sustentado en un plexo filosófico
claro que los guía en el logro de esa misión. Ese plexo filosófico y la misión constituyen
el núcleo central que guía sus decisiones y al que sirven sus acciones.
 
Podemos ver la filosofía como nuestro mapa y la misión como nuestro GPS. Si
intentamos navegar desde Nueva York a España sin mapas ni sistemas de navegación,
tendremos pocas posibilidades – si acaso alguna - de llegar a destino. Y si lo logramos,
indudablemente el viaje será mucho más largo y habrá insumido más recursos de lo
necesario. Cuando encaramos una travesía, es mucho más inteligente, eficiente y
preciso utilizar mapas y sistemas de navegación.
 
Steve Jobs, el fundador de Apple, tenía una filosofía clara y bien definida de su
misión y visión de las computadoras como nexo para mejorar la comunicación entre
los hombres y el mundo en que vivimos. Cuando Apple se apartó de ese núcleo de
pensamiento, la compañía comenzó a estancarse. Sólo cuando Steve Jobs y su filosofía
central volvieron a la compañía, ésta se convirtió en una de las más ricas del mundo.
Este es un ejemplo real y claro de cómo la filosofía que sustenta la misión influencia el
resultado de esa misión y su impacto en el mundo.
 
D. D. Palmer descubrió la quiropráctica y escribió sus pensamientos, ideas y
conceptos filosóficos en 1910 en el libro “The Chiropractor’s Adjustor”. Lo que es
importante comprender es que Palmer nos mostró la misión central y fundamental de la
quiropráctica, que es la localización, análisis y corrección de las subluxaciones
vertebrales enfocado en que su naturaleza es no-terapéutica. La misión principal debe
permanecer intacta, de lo contrario tendremos algo que no es quiropráctica. Lo que
debe evolucionar constantemente es la filosofía, ciencia y arte de esta misión; de lo
contrario tendremos una profesión que devendrá dogmática en su naturaleza.
 
B. J. Palmer fue quien desarrolló la quiropráctica, y en los volúmenes 2, 3, 4, 5 y 7
de su obra “Green Books”, estableció los principios sobre los cuales debe basarse la
quiropráctica.
 
Tiempo después, en 1927, R. W. Stephenson, escribió el “Chiropractic Textbook”,
donde describe muchos de los principios y conceptos en un formato sencillo y apto para
la enseñanza. Los treinta y tres principios nos proporcionan un sistema de navegación
lógico y deductivo para comprender qué hay detrás de esta maravillosa profesión a la
que llamamos quiropráctica.
 
He leído los treinta y tres principios cientos de veces y mi misión es que tanto mi
vida como mis prácticas sean un testamento vivo de esos principios en acción. Después
de un estudio y aplicación cuidadosos, creo que su uso es válido en cualquier situación
para lograr claridad, éxito, lógica y comprensión tanto en la vida como en la práctica.
En esta obra, he pedido a treinta y tres diferentes quiroprácticos que me
respondieran las siguientes cuatro preguntas relacionadas con cada uno de
los principios:
 
1.      ¿Cómo explica usted este principio al público en general?
2.      ¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y
la práctica de la quiropráctica?
3.      ¿Puede darme algunos ejemplos de este principio en acción?
4.     ¿Cómo se relaciona este principio con la vida?
 
Entrelazados entre cada principio, el lector encontrará algunos consejos prácticos,
reflexiones y citas que contribuyen a que este libro sea lo más práctico posible, sin caer
en el dogmatismo del pensamiento único. Muchas gracias por compartir este viaje
conmigo.

Aclaraciones
 
Las contribuciones constituyen la exclusiva opinión e interpretación de sus autores.
Estos no necesariamente están de acuerdo entre sí ni comparten todas las sugerencias
y reflexiones contenidas en este libro. Simplemente, cada uno de ellos contribuyó con
su parte. Yo espero que 33 estimule un análisis académico profundo que contribuya a
la evolución de nuestra profesión y al avance de nuestras propias vidas y prácticas. No
creo que ninguno sea dueño de la verdad, pero trabajando todos juntos hacia una
visión común podemos elevar y mejorar la quiropráctica, produciendo un mayor
impacto en la humanidad.

Las contribuciones del Dr. David Serio están escritas en cursiva y se encuentran entre
los principios.
Un pequeño conjunto de espíritus determinados, encendidos por una fe
inquebrantable en su misión, pueden alterar el curso de la historia.
—Mahatma Gandhi

Las personas sobresalientes tienen una cosa en común: un absoluto sentido de


misión.
—Zig Ziglar

Mi viaje
Dr. David Serio

Siento que es importante compartir con el lector una breve versión de mi vida, de
manera que pueda comprender los motivos que me llevaron a escribir este libro, las
circunstancias y el contexto dentro del cual ha sido escrito.

Crecí en Fairfield, Nueva Jersey, y fui jugador de fútbol durante toda mi secundaria.
La mayoría de mis amigos y compañeros de equipo acudían a quiroprácticos. Estaban
encantados con ellos, pero nunca me pudieron explicar realmente qué era la
quiropráctica. Simplemente decían que era maravillosa para el dolor. Como yo no
tenía ningún dolor en ese momento, en mi joven mente no cabía la idea de ir a un
quiropráctico.

Fui a la Universidad y estudié marketing. Luego de mi graduación, me mudé a la


ciudad de Nueva York y trabajé durante algunos años en el departamento de ventas de
AT&T. Un fin de semana, mis amigos y yo decidimos ir a esquiar, lo que hice sin parar
todo el fin de semana. El lunes no podía caminar y tenía terribles dolores. Lo pensé
bien y decidí ir a un quiropráctico. Muchos de mis compañeros de trabajo veían al
quiropráctico de la compañía quien, según ellos, hacía milagros con los dolores de
espalda.

Les describiré cómo fue mi primera visita. Llegué a una elegante y espaciosa oficina
donde me entregaron toneladas de formularios para llenar. Luego me pidieron la
credencial de mi seguro y me enviaron a hacerme masajes y todo tipo de exámenes por
parte de personas que no eran quiroprácticos. Cuando finalmente llegó el
quiropráctico me dijo que, si no lo veía tres veces por semana durante dos meses,
seguramente no volvería a caminar. Comenzó a ajustarme y me dijo que mi dolor
desaparecería en doce visitas. Yo era escéptico y todo eso me parecía más un negocio
que un servicio para ayudar a la gente.

Lo que pasó a continuación quedó tan grabado en mi mente, que lo recuerdo como
si fuera hoy. Salí de la oficina y comencé a caminar. Estaba cerca del edificio Flatiron
de la ciudad de Nueva York. Era un maravilloso día de sol, había gente por doquier y
el cielo era de un azul cristalino. Sentí una conexión con el universo que nunca antes
había sentido. Algo muy profundo había cambiado dentro de mí, aunque el dolor físico
continuaba en mi cuerpo. En ese momento supe que había encontrado mi objetivo.

A pesar de que mi primera experiencia con la quiropráctica fue confusa, llena de


miedos y escepticismo, el ajuste que recibí ese día me cambió para siempre. Estaré
eternamente agradecido a ese quiropráctico. A los quince días mis amigos me
presentaron otros dos quiroprácticos. Tuve que cambiar de profesional porque a los
siete días de mi primera visita, el primero fue arrestado por fraude a la aseguradora.
Durante mis primeros veinte años nunca había ido a un quiropráctico y en el término
de quince días conocí a tres. Me hice amigo de uno de ellos, quien me dijo que yo debía
dedicarme a la quiropráctica. Inmediatamente dije ¡Sí! Dejé mi trabajo e ingresé en el
Life College, cuyo director era Sid Williams.

Mi primer quiropráctico cambió mi vida con un ajuste, pero claramente él no tenía


en claro la ética del servicio ni los principios de la quiropráctica. Como resultado de
ello, los miembros de su práctica nunca conocieron el alcance total de la quiropráctica
y él terminó su trayectoria de manera muy oscura. No me gustaría que ese escenario se
repitiera con otros quiroprácticos o con las personas a las que prestan servicio.
Tenemos una lindísima profesión y el mundo necesita nuestra visión, nuestros
principios y nuestros ajustes de la columna y de la mente ahora más que nunca.

El Dr. Sid Williams y el Dr. Fred Barge fueron mis primeros mentores oficiales, y mi
agradecimiento hacia ellos será eterno, porque encendieron la llama de mi objetivo.
Mientras estaba en Life College, me comprometí con la fraternidad Delta Sigma Chi,
quienes me introdujeron aún más profundamente en la filosofía de la quiropráctica.
Pero algo dentro de mí me decía que nuestra filosofía tenía otro ángulo, una
profundidad que yo desconocía. Cuando ya llevaba un año estudiando, tuve
oportunidad de escuchar a Arno Burnier y a Reggie Gold hablar juntos ante 150
estudiantes y quiroprácticos. Las palabras que tan elocuentemente pronunciaban, el
tono, la lógica y la profundidad de su mensaje me extasiaron y transformaron. Estaba
en casa.

Como el Life College comenzó a tener serios problemas de acreditación, decidí


pasar al Sherman College of Straight Chiropractic (tal era su nombre en ese momento).
Su fundador y presidente era Thom Gelardi. Fue allí donde Thom Gelardi, Reggie Gold
y Arno Burnier se convirtieron en mis nuevos mentores. Poco después, tuve la inmensa
fortuna de recibir la supervisión de Joe Strauss, Joe Donofrio (el padrino de la
quiropráctica) y Donny Epstein.

Una vez graduado, decidí que quería experimentar el poder de este principio
universal en acción. ¿Qué mejor que probarme a mí mismo y a la quiropráctica que
mudarme a un país extranjero donde se hablara un idioma para mi desconocido y en el
cual la quiropráctica no fuera una profesión establecida? Argentina me eligió, y junto
con otro quiropráctico llegamos a la Argentina justamente en el momento en que ese
país estaba transitando una de sus mayores depresiones. ¡Poco sabía yo de los desafíos
de la vida! Sin embargo, los años más exigentes y gratificantes de mi viaje estaban por
comenzar…y continúan hasta hoy…
La cosa más bella que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo
el arte y la ciencia verdaderos."
Albert Einstein

La quiropráctica se centra en 33 principios de vida. Ellos constituyen la base de


nuestra filosofía como quiroprácticos y también los utilizamos para tomar nuestras
decisiones de la vida diaria.

Son leyes universales y derivan de una premisa mayor.

El siguiente es el principio número uno de quiropráctica, “La Premisa Mayor”,


enunciado por Arno Burnier, Doctor en quiropráctica.
Principio 1
Dr. Arno Burnier, DC
La premisa mayor
 
Toda materia contiene una Inteligencia Universal que continuamente le confiere
sus propiedades y acciones y, por consiguiente, mantiene su existencia.

¿Cómo explicar este principio para que todos puedan entenderlo?

  Esta definición de inteligencia universal es la base de la quiropráctica, su premisa


mayor, de la cual se deduce todo lo demás. A partir de este principio general podemos
deducir todos los detalles específicos hasta el nivel de las células y moléculas.

Al principio esta era simplemente una definición que tuve que memorizar para mis
clases y exámenes de la materia Filosofía de la Quiropráctica dictada por Reginald
Gold, DC, mientras cursaba el Sherman College of Chiropractic en 1973.

Tantas veces repetida, comencé a sumergirme en ella. La memorice. Aprobé mi


examen. Sin embargo, aún no había echado raíces en la profundidad de mi ser.

Entonces, al tiempo, repentinamente tomé conciencia. Toda materia está impregnada


de la inteligencia universal. La inteligencia universal es omnipresente. Está en cada
partícula de materia, desde los objetos más grandes hasta la partícula microscópica más
pequeña, hasta en un fotón.
 
Vivimos dentro de una sopa de inteligencia. Estamos inmersos, impregnados,
infiltrados y sumergidos en un vasto océano de inteligencia.
 
No hay lugar donde buscarla porque no existe un lugar donde no esté.
 
Está presente tanto en una iglesia como en un baño público o en la naturaleza. Todo
el universo está lleno de inteligencia universal, también denominada Dios, Campo
Unificado, Matriz, Orden Explícito y Campo de Toda Potencialidad.

Se dice que la inteligencia universal es un círculo cuyo centro está en todas partes y
cuya circunferencia no está en ningún lado. Es una excelente manera de referirse a lo
indescriptible.

Lo universal es la causa de todas las causas. Es su fuente. Es omnipresente,


omnisciente y omnipotente. A partir del gran campo de “el todo” o “la nada” surgen
todas las posibilidades. La nada podría ser la mejor palabra para imaginarse el gran
vacío del cual emergen todo y nada, ya que, en la mayoría de las mentes, El Todo no
confiere la infinitud de las posibilidades infinitas.

El término inteligencia universal puede ser más preciso que la palabra Dios; aunque
una rosa siempre será una rosa, no importa el nombre que le demos.
Criado desde niño en la fe católica, no podía llegar a comprender el concepto de un
Dios omnipresente, omnisciente y omnipotente que estaba en todas partes,
controlándolo todo y llevando un registro de cada una de nuestras acciones, cada
instante de nuestras vidas. Por lo tanto, a medida que fui creciendo, dejé de lado esa
premisa, desestimé la mayor parte de la doctrina católica y abracé la vida y el mensaje
de Cristo; abracé el amor.

Ya adulto, cuando tropecé con la filosofía de la quiropráctica y la premisa mayor de


la inteligencia universal, sentí que podía relacionar y conceptualizar de una manera más
precisa lo que es inconcebible. Era mucho mejor que creer ciegamente en una especie
de ser celestial con apariencia humana llamado Dios. Y dado que las numerosas
interpretaciones de la palabra Dios llevaron a innumerables guerras y sufrimientos
inimaginables, inteligencia universal parece ser un término más seguro. Nadie puede
personificar, humanizar o poner en un pedestal a la palabra inteligencia.
 
¿Puede alguien decir que su inteligencia universal es mejor, más grande o diferente
que la inteligencia universal de otra persona? ¿Puede alguien pelear por la inteligencia
universal que se debe seguir? ¿Pueden los fanáticos religiosos masacrar a comunidades
indígenas enteras porque su inteligencia universal no es tan universal como la de ellos?
Al fin y al cabo, universal es universal.

Basándome en mi experiencia, debo decir que el hecho de compartir la premisa


mayor de la quiropráctica o enseñar acerca de la inteligencia universal, ha servido para
profundizar la fe de las personas religiosas y espirituales. Les ayudó a hacer más
aceptable la percepción y el entendimiento de Dios. Al conectarse con la inteligencia
universal, profundizaron el sentido de la conexión con la divinidad que emana del
término Dios. Pudieron comprender que todos los pensamientos, acciones y emociones
están realmente conectados entre sí y son conocidos por la inteligencia universal a
través del invisible, intangible, incomprensible, inimaginable e inconmensurable campo
de la inteligencia.

¿Cómo se aplica este principio número uno a la práctica y ajuste de las


subluxaciones vertebrales?
Desde un punto de vista práctico, dado que la inteligencia universal es omnipresente,
impregna y se infiltra en cada átomo, molécula, célula, tejido, órgano y sistema de
nuestro cuerpo y de nuestro ser.
 
En la filosofía de la quiropráctica, esa parte de inteligencia universal que habita en un
ser humano y fluye a través de él se denomina inteligencia innata. Esto nos permite
hacer una distinción entre fuente - que es la inteligencia universal - y semifuente - que es
la inteligencia innata. Porque, por supuesto, la inteligencia innata no es la causa o fuente
de todo lo que existe y existirá en el universo. Ese privilegio lo dejamos a la inteligencia
universal, que es la única fuente y causa de todo dentro de un ser viviente.

Así como una gota de agua de mar es parte del océano, la inteligencia innata es parte
de la inteligencia universal. Posee intrínsecamente todas las características, propiedades
y cualidades de la inteligencia universal. La inteligencia innata también es
omnipresente, omnipotente y omnisciente en los seres humanos. También posee la
capacidad de correlacionarse de manera infinita. Esto explica el sinfín de procesos
bioquímicos y actividades fisiológicas que se producen cada segundo de nuestras vidas,
sin que tengamos conciencia de ello. Si tuviéramos que orquestar y controlar ese
universo interno nos desintegraríamos de inmediato. Si tuviéramos que manejar los
fuegos artificiales y los inimaginables cálculos que se producen dentro del microcosmos
de nuestro ser, nos desesperaríamos por mantenernos vivos mientras dormimos. El
hecho de descubrir y conocer la inteligencia innata da poder a las personas y les permite
recuperar las facultades de su propio ser. Les da conocimiento, fe y confianza en el
poder de su propio cuerpo y de su ser.
 
En realidad, todos nosotros fuimos creados a partir de un punto microscópico, el
óvulo. De esta minúscula célula puede desplegarse un ser humano. Esto demuestra
claramente que dentro de esa célula original reside el poder, el conocimiento y la
capacidad de crear un ser humano completo. El embrión posee el conocimiento de la
embriología, dermatología, miología, neurología, cardiología, sindesmología,
nefrología, endocrinología, inmunología y osteología, para enumerar sólo algunas de las
tantas “ogías” que abarcan las ciencias de la vida.

Todos los principios de la física, química, biología, mecánica, arquitectura y otras


ciencias y cuerpos del conocimiento descubiertos ya existían en los seres humanos antes
de que sus descubridores hubieran nacido.

Esta comprensión nos lleva a la vez a la humildad y a la reflexión. Podemos confiar


en lo que nos creó. La inteligencia universal no nos abandona el día de nuestro
nacimiento. Continúa viva desde nuestra concepción hasta nuestra muerte, en el trabajo,
las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, los trescientos sesenta y cinco
días del año, sin fallar ni un segundo.

La química, biología, inmunología y confianza nos alejan del temor. La confianza es


una verdadera reacción química que se produce en cada una de las células del cuerpo. El
espectro de curación que se produce cuando una persona confía plenamente es
imposible de imaginar, aún con la imaginación más prodigiosa. Lo único que se necesita
es romper las barreras de las expectativas negativas.

La inteligencia innata utiliza el sistema nervioso como una vía de comunicación


entre el cerebro y el cuerpo. El sistema nervioso central es el principal canal de
información, de fuerza de vida y chi del cuerpo. Es donde reside la red de comunicación
interior del cuerpo. Por lo tanto, la liberación de subluxaciones vertebrales de la médula
espinal es beneficiosa para la fisiología humana, independientemente de la edad, estado
físico o sintomatología. Siempre estaremos mejor si nuestro canal de comunicación está
libre de interferencias.

El siguiente es un claro ejemplo del Principio número uno en acción:

Christopher Reeve, el actor de Superman, quedó en estado vegetativo como


consecuencia de la interferencia causada por la fractura de una vértebra en la región
cervical superior. Su estómago, riñones, pulmones, músculos y sistema inmunológico
dejaron de funcionar a causa de la compresión de la médula espinal en la parte superior
del cuello. Su vida se apagó por una marcada interferencia entre el cerebro y el cuerpo.

La quiropráctica reconoce el enorme valor de la libre comunicación entre el cerebro


y el cuerpo. Le da una gran importancia a los chequeos regulares y ajustes, si son
necesarios, para mantener el “jardín de nuestro cuerpo” con el nivel de agua adecuado,
que constituye la fuerza de vida.

B. J. Palmer, DC, el creador de la quiropráctica afirmaba: “La quiropráctica agrega


vida a los años y años a la vida” y “El único propósito de los ajustes es unificar el
hombre espiritual con el hombre físico”. Esto lo dice todo.

¿Cómo se relaciona esta Premisa Mayor con la vida?


La comprensión de la omnipresencia de la inteligencia universal nos permite aceptar
lo que ha pasado y lo que está pasando sin necesidad de juzgar. Nos llama a aceptar la
realidad como es. Aceptar las cosas tal cual son elimina el estrés innecesario en la vida.
Como es bien sabido, cada vez que discutimos con la realidad, perdemos.

Una manera muy útil para poner en práctica la inteligencia universal es grabarla,
escuchando su transmisión silenciando nuestra educada mente. La mejor manera de
lograrlo es a través de la meditación, la contemplación, o en el silencio de la naturaleza.
En esas circunstancias es cuando el receptor humano puede sintonizarla.

La conciencia humana está evolucionando. Puede demandar tiempo abandonar las


antiguas ideas y paradigmas. Es posible que deban transcurrir varios años para que
pueda arraigarse la filosofía de la quiropráctica enunciada por D. D. y B. J. Palmer, que
continúa tan vigente, visionaria y vanguardista como lo era cuando se la escribió a
principios del siglo XIX.
Para adoptar una idea nueva, debes destruir la vieja, liberarte de las opiniones
viejas, observar y concebir nuevos pensamientos. Aprender es cambiar de opinion.
—B. J. Palmer

Si quieres pequeños cambios en tu vida, trabaja sobre tu actitud. Pero si quieres


cambios importantes, trabaja sobre tu paradigma.
—Stephen Covey

Ha llegado nuestra hora

La insensatez está llevando a las personas a adaptarse a costumbres culturales que


provocan enfermedades, las apartan del potencial humano y les producen
desequilibrios. La insensatez piensa que la atención médica devolverá a nuestras
naciones la salud y la vida. La insensatez piensa que todo lo que no puede explicarse
por el modelo de vida mecanicista no es científico ni válido.

Nunca ha habido un mejor momento que el actual para que la quiropráctica abrace
y se enorgullezca de su esencia y sus raíces vitalistas. La vida y los sistemas globales
están en un punto crucial. Hay una gran división. Muchas personas están despertando,
pero muchas otras continúan dormidas.

El mundo ansía una nueva filosofía de vida en todos los niveles. Yo creo que
nuestros principios se pueden aplicar tanto a
los sistemas vitales como la salud, la economía, la educación, la política y la sociedad,
como a nuestras propias familias para crear un planeta más armonioso, vital y
sustentable.

Ha llegado el momento de adoptar esta filosofía y convertirla en dominante. El


mundo necesita cambiar lo que es “normal”. Nos hemos apartado tanto del principio
universal que por primera vez en la historia de la raza humana, las personas viven
menos años y con una menor calidad de vida que la generación que los precedió.

Nunca ha habido un mejor momento para ser quiropráctico. Tenemos la


oportunidad de ayudar al planeta a despertar mediante una transición consciente,
ajustando columnas y mentes.

Una nueva verdad científica no triunfa convenciendo a sus oponentes ni


haciéndoles ver la luz, sino porque ellos eventualmente morirán y nacerá una
nueva generación que ya está familiarizada con ella.

—Max Planck
Principio 2
Bill Decken, DC, LCP
El sentido de la vida para la quiropráctica
 
Para la quiropráctica, el sentido de la vida es la expresión de la inteligencia innata
a través de la materia
 
Si le preguntan a una persona que no es filósofo “¿Acerca de qué debaten los
filósofos?”, seguramente la respuesta será: “Acerca del sentido de la vida”. Si le hacen
la misma pregunta a un filósofo, es muy probable que la respuesta no sea esa. Dentro de
la comunidad de filósofos, parecería que hay un desinterés acerca de esa pregunta, y
aparentemente esto sucede por la falta de claridad que hay en ella.
 
En su libro “Chiropractic Text Book”, Stephenson define el término quiropráctica
como la filosofía, el arte y la ciencia de lo natural, un sistema para ajustar los segmentos
de la columna vertebral, utilizando únicamente las manos, para la corrección de la causa
de alguna enfermedad. No es mi intención analizar esta definición en este momento, ya
que no está relacionada con mi tema. Sin embargo, quiero señalar que, ya que la
quiropráctica afirma ser una filosofía y que la percepción generalizada es que la
filosofía busca el sentido, entonces, quizás es relevante que el “sentido de la vida” haya
sido explicado por los fundadores de la quiropráctica.

Es interesante destacar que los principios de la quiropráctica esencialmente son un


análisis del sentido de la vida, que comienza con el principio número uno y se extiende
hasta el treinta y tres. En ningún momento de su discurrir los principios debaten acerca
de la salud. Sin embargo, lo que Stephenson describió como una ciencia deductiva de la
vida comienza con el enunciado general acerca de la totalidad de la materia y concluye
con una enunciación muy específica acerca de la interferencia que las subluxaciones
producen en la forma en que la vida se expresa en los vertebrados.
 
Cuando era pequeño y jugaba al baseball, era habitual escuchar al entrenador gritar
“demuestren algo de vida”. Él quería que demostráramos que estábamos vivos, no que
éramos un grupo de troncos. La palabra vida, en este caso, significaba movimiento,
actividad, mostrar que estábamos “en el juego”
 
Ya mayor, cuando no me sentía bien o estaba enfermo, mi madre solía decir que
“parecía un muerto en vida”. Si lo analizamos, veremos que es cierto. Cuando estamos
decaídos, o no nos sentimos demasiado bien, ¿No nos vemos diferentes? ¿No parece
que nuestros niveles de energía están bajos? ¿No hay un cambio visible en nuestro
semblante? Mi madre no era una gran científica, pero parece haber acertado
exactamente en el concepto científico de las vibraciones de energía. Ella se percataba
que yo estaba vibrando en un nivel diferente, e, indudablemente, la muerte y la vida
tienen diferentes vibraciones, diferentes expresiones.
 
¿Qué hace vibrar la materia? La ciencia nos dice que toda la materia tiene
vibraciones. El cuerpo humano está formado por materia, como lo está la mesa de la
cocina. Ambos están constituidos por átomos y los átomos vibran en algún nivel. Existe
una inteligencia universal expresada en la estructura molecular del material del que está
hecha la mesa y hay también inteligencia educada expresada en el diseño y función de
la mesa. La inteligencia innata se expresa en el ser humano que se sienta a la mesa. Tres
tipos de inteligencia se expresan en la materia, sin embargo, nosotros solo tenemos “el
control” de una de ellas, la inteligencia educada. La expresión de las tres formas de
inteligencia puede verse a través de la eficiencia, la organización y la resolución con la
que funciona la materia.
 
El principio anterior (1), comenzaba con el supuesto de que la materia está
organizada por la inteligencia universal y que esa organización se manifiesta en
propiedades y acciones. Todo esto tendrá un mayor sentido más adelante cuando nos
aboquemos a la expresión de la inteligencia en la materia viva, es decir las personas
cuyas columnas son chequeadas en nuestras prácticas.
 
Entonces, para la quiropráctica el sentido de la vida es la expresión de la inteligencia
a través de la materia. Los jóvenes jugadores de pelota le dan sentido al juego
ejecutando las acciones de un jugador. La mesa de la cocina asume el sentido para el
cual fue creada, un lugar alrededor del cual nosotros podamos sentarnos
confortablemente para comer o tener una reunión familiar. El David de Miguel Ángel
adopta su sentido de las propiedades del mármol con el que fue hecho. De la misma
manera los niños pueden expresar las acciones y propiedades de una excelente salud un
día y al día siguiente parecer muertos en vida. En ambos casos, los niños están
expresando la resolución de sus funciones fisiológicas. En ambos casos, su cuerpo está
trabajando de manera eficiente y organizada para adaptarse a la situación del momento.
Estos son ejemplos de los diferentes tipos de materia que expresan diferentes tipos de
inteligencia. Todos ellos tienen un indicador de vida.
 
Cuando los quiroprácticos establecen un programa de educación continuo para los
miembros de su práctica, básicamente se enfocan en la expresión de la inteligencia
innata y educada que se encuentra en la materia del cuerpo de la persona. Además, este
principio 2, será crucial para comprender la simplicidad y la lógica de algunos de los
principios siguientes, que también se utilizan frecuentemente para dar información
acerca de la quiropráctica.
 
Por ejemplo, los músculos (materia) de una persona atlética se palpan de una manera
totalmente distinta que los de aquellos que no hacen ningún ejercicio físico. En ambos
casos, la inteligencia educada se expresa porque fue esa inteligencia la que eligió el
estilo de vida de esa persona. Una comparación similar podría hacerse entre el trabajo
de escritorio y el trabajo manual o entre diferentes regímenes nutricionales.
 
Independientemente del tipo de persona que estemos palpando, podremos palpar el
funcionamiento de los músculos que mueven las vértebras. También podremos medir
los patrones de temperatura a lo largo de la columna vertebral, así como la actividad
eléctrica de los músculos paraespinales. Todas ellas son expresiones de la inteligencia
innata del cuerpo.
 
A medida que una persona avanza en el cuidado quiropráctico regular, la corrección
de las subluxaciones permitirá la mejor expresión de la inteligencia innata del cuerpo.
Esto podrá evidenciarse mediante las diferencias en la materia del cuerpo a medida que
éste comience a dar evidencias de una expresión de vida más eficiente, organizada y
resuelta. Notaremos cambios en la palpación, termografía y miografía, entre otros.
 
Hay una diferencia entre una corriente que se mueve rápidamente en el bosque con
un aura de vibraciones y otra que está serpenteando y agonizando. Ambas expresan
vida, pero a diferentes niveles. Cuando hay una subluxación, la corriente nerviosa no se
mueve, al igual que una corriente que está agonizando. Cuando el sistema nervioso está
libre de interferencias el flujo nervioso se mueve rápidamente, pleno de energía, poder y
vida.
 
¿Ven ustedes propiedades y acciones en el mundo que los rodea? ¿Los miembros de
su práctica ven, oyen, huelen, notan o sienten algo relacionado con su cuerpo? Es la
inteligencia que se está expresando. Tiene un sentido, traten de entenderlo
Sé un indicador de calidad. Algunas personas no están acostumbradas a un
ambiente en el cual se espera la excelencia.
—Steve Jobs

Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que
descubres por qué.
—Mark Twain

La preparación de la práctica

La práctica de la quiropráctica no es una actividad mecánica, sino el reflejo de sus


principios en acción. La práctica es un ente en sí mismo. Yo suelo compararla con la
vida humana. Los nueve meses anteriores a abrir la práctica pueden compararse con
un bebé que crece dentro del útero materno. Nos preparamos para el nacimiento de
nuestra práctica.

Arno Burnier siempre me aconsejó ver primero el ajuste con los ojos de mi mente.
La visualización es esencial para crear tu práctica soñada. Pero para ello, debes
responder algunas preguntas esenciales desde el lugar de la autoconciencia.

Como trasladar este concepto a la acción

¿Cuál es tú por qué? ¿Cuál es la razón por la que eres un quiropráctico? ¿Qué hace
que te levantes cada día y comiences a actuar?

¿Has definido tu propósito? ¿Tu misión? ¿Tu visión? ¿Has identificado cuáles son
para ti los cinco valores más importantes de la vida y como quiropráctico? ¿Tienes
objetivos claros respecto de tu salud, práctica, familia, finanzas y carrera profesional?

Antes de pensar en embarcarte en algo tan serio como abrir una práctica de
quiropráctica, yo te sugiero poner en orden tus asuntos personales y tener clara y
detalladamente definido todo lo dicho anteriormente.

Dos de mis valores más importantes como quiropráctico son

1. Liberar de subluxaciones a la mayor cantidad de personas humanamente


posible para que puedan, a todo nivel, expresar la vida de la manera más plena
posible.

2. Ayudar a las personas a vivir una conexión más profunda con el


principio universal y su inteligencia innata, compartiendo con ellas la filosofía
de la quiropráctica y sus treinta y tres principios.

Cada aspecto y cada detalle del espacio físico de los sistemas que he desarrollado
están totalmente integrados y alineados con los 33 principios y los más altos valores de
mi vida y de la quiropráctica. Durante treinta años he visualizado, sentido y
experimentado todo lo que sucede en mi práctica desde el primer llamado telefónico de
y hacia mis usuarios. Me he formulado al menos doscientas preguntas relacionadas
con mi práctica antes de ver a una persona.
¿Qué técnicas utilizaré? ¿Usaré algún instrumental? Los chequeos, ¿los haré con
las personas totalmente vestidas o directamente sobre la piel? Si les doy unas batas,
¿Cuáles elegir para que sean mejores? ¿Qué clase de camillas compraré? ¿Qué tipo de
música escucharé? ¿Las paredes serán de color? ¿Cómo deberán ser los ambientes
para lograr la máxima eficiencia? ¿Cómo deberá ser mi asistente? ¿Tendré un área
para niños? ¿Qué apariencia tendrá? ¿Qué información entregaré a las personas para
que lleven a su hogar? ¿Cómo será mi programa educativo? ¿Cómo comenzarán su
cuidado quiropráctico las personas que se acerquen a mi práctica? ¿Qué tipo de
personas quiero atraer? Dado que mi deseo es brindar servicio a la mayor cantidad de
personas posibles, ¿Qué precio será congruente con este pensamiento? La lista
continúa hasta resolver cada uno de los detalles desde los más pequeños hasta los más
grandes.

Lo que es importante comprender es que la práctica “soñada” no necesariamente


tiene que ser lo que se puso de manifiesto el primer día. Se puede tomar una parte de la
práctica y mejorarla lentamente, dependiendo de la situación financiera. Lo importante
es saber exactamente lo que quieres, lo que está plenamente alineado con tu corazón y
los pasos que debes dar para llegar a destino.

Una vez que se han sentado las bases, ya se puede esperar que “nazca” la práctica.
Es aquí donde debe florecer plenamente la “tríada de la práctica”. Inteligencia - se
debe ajustar de una manera inteligente y eficiente utilizando un sistema que tenga un
propósito para cada detalle. Fuerza – si queremos que la práctica crezca debemos
poner fuerza o energía en ella, comprendiendo el principio universal de que los
resultados que obtengamos dependen de la energía que pongamos en ellos. Muy
simple, cuanta mayor energía pongamos en la práctica, tanto interna como
externamente, más rápida y ampliamente crecerá. Materia – la práctica deberá estar
físicamente limpia, mostrar profesionalismo y estilo acorde a tu pericia, con lo que tu
habilidad profesional tendrá el impacto más profundo en sus efectos. La tríada de tu
práctica la hará progresar hacia el crecimiento o no, ¡Todo depende de TI!

Una vida que no se cuestiona no merece ser vivida.


—Sócrates
Principio 3
Gilles A. LaMarche, DC
La unión de inteligencia y materia

La vida es necesariamente la unión de inteligencia y materia.

Un principio se define como una verdad fundamental o una proposición que sirve como
base de un sistema de creencias o comportamientos o para una cadena de razonamiento.
Los treinta y tres principios de la quiropráctica son exactamente eso, una serie de
verdades fundamentales.

El principio 3 es la unión de la inteligencia y la materia – la vida es necesariamente


la unión de inteligencia y materia. Para muchas personas, esto puede parecer abstracto,
pero una vez que logramos entenderlo, comenzamos a darnos cuenta cuán simple y a la
vez cuán profundos son no sólo este principio sino los treinta y tres. ¿Qué significa
realmente “unión de inteligencia y materia? ¿Alguna vez se han detenido a pensar cómo
funciona todo en el universo? ¿Cómo trabajan la mente y el cuerpo? ¿Cómo es posible
que dos células se unan y en cuarenta semanas hayan creado cuarenta mil millones de
células, diez dedos de los pies, diez dedos de las manos, unos hermosos ojos, una
sonrisa, capacidad para comer, un sistema nervioso capaz de controlar todas las
funciones, incluyendo la respiración, digestión, eliminación y reproducción sexual más
adelante en la vida, y mucho más? Algunos de ustedes seguramente ya se lo habrán
preguntado, otros quizás todavía no lo han hecho. Les propongo analizarlo juntos ahora.
Si releemos el principio 1, veremos que “hay una inteligencia universal en toda la
materia…” ¿Qué significa esto para ustedes? Para mí, significa que hay una fuerza que
gobierna todo lo que sucede en nuestro maravilloso universo y es esta misma fuerza la
que nos gobierna. Imaginemos que esta inteligencia, este programa de software, está
operado por la computadora más gigantesca del mundo, por la más grande de las
mentes. Todo lo que sucede a nuestro alrededor – el sol que brilla, las nubes que se
forman, los ríos que corren, los pájaros que cantan, el pasto y las flores que crecen –
todo está gobernado por esta inteligencia que llamamos inteligencia universal. Ahora
imaginemos que esta misma inteligencia está en nosotros y entonces la llamamos
inteligencia innata. La inteligencia innata está presente en cada persona viva, de lo
contrario estaría muerta. Cada función del organismo – el corazón latiendo, los
pulmones respirando, el estómago haciendo la digestión, los riñones filtrando, el hígado
liberando al cuerpo de toxinas, la capacidad de pensar, el deseo de sonreír, los ojos
capturando imágenes que son interpretadas por el cerebro, los oídos oyendo, la boca
sonriendo – son la demostración de que esta inteligencia existe dentro de nosotros.
Muchas personas no toman conciencia de ello y van por la vida sin percatarse de este
magnífico poder. Es la inteligencia innata la que da vida y la que diferencia lo vivo de lo
muerto. La inteligencia innata es el aliado silencioso, invisible y desconocido, tanto
como lo es la vida misma. La inteligencia innata conoce el funcionamiento sano y
confiable de todas las cosas y opera sin que seamos conscientes de ella. Cuando la
inteligencia innata se une a nuestro cuerpo (materia), estamos vivos, y cuando la
inteligencia innata deja nuestro cuerpo, no lo estamos. Es por eso que decimos que la
vida es necesariamente la unión de inteligencia y materia.

El objetivo de la quiropráctica es aumentar al máximo la perfección interior,


permitiendo que la inteligencia innata pueda expresarse plenamente a lo largo de nuestra
vida. Reconocemos que la mente y el cuerpo, al igual que todos los demás sistemas
orgánicos del universo, se mantienen y curan por sí mismos y que esos sistemas trabajan
mejor cuando están libres de interferencias. El sistema nervioso es el responsable de
orquestar el diálogo interno y externo del cuerpo necesario para que la vida se exprese
plenamente. También reconocemos que hay tres tipos de interferencias que entorpecen
el adecuado funcionamiento del sistema nervioso: traumatismos físicos, toxinas
ambientales y estrés emocional. La incapacidad del cuerpo para adaptarse a dichas
causas de estrés produce las subluxaciones que invariablemente crean una declinación
en espiral de la expresión de la salud. Esto disminuye la expresión de la inteligencia
innata dentro de nuestro cuerpo, comúnmente explicada como desconexión de la
inteligencia innata con la materia. Por ello, nuestro propósito es corregir dichas
interferencias mediante un ajuste quiropráctico que permitirá expresar el potencial
innato del cuerpo y vivir una vida extraordinaria. Sí, la función del quiropráctico es
detectar, analizar y corregir las subluxaciones y guiar a las personas para reducir las
interferencias que conducen a las subluxaciones y disminuyen la calidad de vida.
Cuanto más tiempo estemos subluxados, nuestra calidad de vida será inferior, aunque no
lo sepamos o no lo sintamos. El dolor es la manera que tiene el cuerpo de expresar que
algo está mal; sin embargo, muchas veces, el dolor es lo último que aparece. Muchas
personas han sufrido disfunciones durante años antes de la aparición del dolor o
deterioro de los órganos o tejidos. Seguramente todos conocemos a alguna persona a la
que, después de haberse hecho los controles médicos de rigor, el profesional le ha dicho
que estaba sana y gozaba de buena salud. Sin embargo, poco tiempo después, esa
persona tiene un serio problema de salud o muere de un infarto o de otra enfermedad
grave. Yo me hago las siguientes preguntas: “¿Estaba sana esa persona, o simplemente
parecía estarlo?” “¿Es posible que esa persona tuviera una subluxación importante que
estuviera cortando el flujo de inteligencia innata hacia el cuerpo y, a lo largo del tiempo,
los sistemas fallaran?” Yo me aventuraría a decir que la respuesta a ambas preguntas es
“Sí”. Hubo una desunión entre inteligencia y materia, en lugar de haber una Unión de
inteligencia y materia, entonces la vida, finalizó.

Por ejemplo, ¿Por qué una persona vive las primeras cuatro o cinco décadas de su
vida aparentemente sana y, repentinamente fallece de un infarto masivo? ¿Por qué un
virus o una bacteria provocan un resfriado en un niño y una seria enfermedad en su
hermano? ¿No es lógico suponer que si una persona nace completamente normal con
todos los sistemas funcionando de manera óptima, esa persona sea sana y viva una larga
vida y muera sana? ¿No es lógico reconocer que la muerte es simplemente una parte del
gran plan maestro de la vida? Si la ciencia actual nos dice que el cuerpo humano ha sido
creado para durar 120 o 150 años, ¿Por qué las cosas no suceden así?

D. D. Palmer, el descubridor de la quiropráctica decía lo siguiente: “Desearía saber


por qué una persona está enferma y su amigo, que come en la misma mesa y trabaja en
el mismo negocio no lo está. ¿Por qué? ¿Qué diferencia hay entre esas dos personas
que causó la enfermedad de una y no de ambas? ¿Por qué?”

Cuando hay una desconexión entre la inteligencia innata y el cuerpo (materia), no


puede haber salud, es así de simple. El hecho de conocer esta información tan
importante, ¿Cambiaría tu forma de ver la salud? ¿Cambiaría la forma elegida para
mantener tu salud? ¿Tomarás mejores decisiones a partir de hoy tanto para ti como para
fu familia?
Sabiendo que la vida es necesariamente la unión de inteligencia y materia y que las
subluxaciones conducen a la desunión de la inteligencia y la materia, que lleva a
disminuir la calidad de vida y a una muerte prematura, ¿No te parece que sería
suficiente recibir un control regular de la columna por parte del quiropráctico y un
ajuste, cuando sea necesario? Sinceramente, me gustaría que la respuesta fuera un fuerte
¡Si! de tu parte.

¿POR QUÉ LA FILOSOFÍA QUIROPRÁCTICA ES FUNDAMENTAL EN LA


FORMACIÓN DE NUESTRA PROFESIÓN?
Hans Salas Redlich, Quiropractico

“La filosofía responde a la necesidad de hacernos una concepción unitaria y total


del mundo y de la vida”
Miguel de Unamuno.

Lo primero que debemos plantearnos es, ¿cómo es posible que debamos preguntarnos
sobre la importancia de la filosofía quiropráctica? Lamentablemente, en algunos países
existe una falencia en la formación profesional, debido principalmente a la ausencia o
desinterés de incorporar uno de nuestros pilares, como lo es la filosofía, en el plan
curricular. Cuando yo estudiaba quiropráctica, a raíz de esta carencia inicié una
búsqueda a fin de tener una mejor comprensión de lo que conlleva ser quiropráctico, por
lo que tuve que investigar, leer y escuchar a otros doctores, así fue como me adentré en
un mundo del cual me siento orgulloso y honrado de ser parte.

Durante esta búsqueda, llegué a las charlas que podemos encontrar en Youtube de los
doctores Reggie Gold, Jim Segafosse, Clarence Gonstead, entre otros, hasta que escuché
una conferencia del Dr. Arno Burnier, quien hablaba de lo que significa ser un doctor
quiropráctico. Él explica los principios de la filosofía y ciencia de la vida, en conjunto
con la filosofía quiropráctica.

La filosofía quiropráctica es uno de nuestros tres pilares como profesión (además de la


ciencia y el arte) y nos entrega una comprensión de todos los hechos que suceden en la
vida, de una manera tan simple y con tanto sentido que cuando se comprenden estos
principios, uno se puede dar cuenta que están presente en cada momento. Y cuando en
tu oficina hablas con un entendimiento de esto, la realidad es que todas las personas
logran comprender lo simple y hermoso que es, incluso en algunas prácticas las
personas bajo cuidado quiropráctico regular comprenden mejor nuestra profesión que
algunos colegas.

Él Dr. Joseph Strauss, comenta en uno de sus libros (Practice building for straight
chiropractors, 1993), que los quiroprácticos más exitosos del mundo están
entusiasmados a lo largo de toda su carrera, al igual que el primer día que iniciaron sus
prácticas. Esto se debe principalmente a que, una vez que existe una comprensión de
los principios quiroprácticos y asimilas que nuestra labor está en la detección, análisis y
corrección de subluxaciones vertebrales, para que el potencial innato que posee cada
persona se pueda expresar a su óptimo potencial y sin interferencias, todo esto resulta en
algo tan grande e importante que no hay modo de que pierdas el interés en realizar esta
labor. Por lo tanto, tú no puedes estar entusiasta con la quiropráctica si no posees el
conocimiento y comprensión de su filosofía.

Nuestra profesión fue fundada y desarrolla desde sus inicios a través de una filosofía
vitalista; la cual respeta los procesos y origen natural de las cosas, y que R.W.
Stephenson (1927) logró concretar y describir en los 33 principios quiroprácticos. Los
fundamentos se basan en una inteligencia universal, la que se encuentra en todos los
elementos a nuestro alrededor, que fluye a través de los seres vivos, y que conocemos
como inteligencia innata, la que pasa por todo nuestro sistema nervioso y se encarga de
controlar, coordinar y regular todo el funcionamiento del organismo.

No debemos olvidar que a través de nuestra historia tuvimos a muchos quiroprácticos


que en el inicio se sacrificaron por proteger los principios de nuestra profesión y gracias
a eso hoy podemos decir que somos quiroprácticos. Tenemos un trabajo enorme que
hacer por nuestra comunidad, y no en pos de beneficios personales, porque una de las
cosas que todos necesitamos hoy, y en el futuro, es quiropráctica; el mundo que
queremos ver necesita de ella para evolucionar.

Este libro “33” de mi mentor, el Dr. David Serio, lleva a un terreno más cómodo para
que cualquier persona comprenda los principios de nuestra filosofía. Pero, además de
leer este espectacular libro, hay un par de opciones que podemos considerar para
aumentar la compresión de uno de los pilares de nuestra profesión.

1. Aprender inglés; sí o sí, es fundamental en nuestra profesión. En internet existe


mucha información disponible, conferencias y libros que nos permiten acceder a
contenidos que permitirán ampliar la comprensión de nuestra profesión y a su vez, nos
abre puertas para relacionarnos con otros quiroprácticos y conocer nuevas realidades.

2. Escuchar la experiencia de otros quiroprácticos, y de cualquier persona en general, así


se puede aprender, por ello lo importante es que siempre estés dispuesto a escuchar.
Siempre se puede mejorar o perfeccionar algo, lo vital es mantenernos en un ciclo de
aprender, crecer y evolucionar.

3. No juzgar ni criticar. Principalmente durante el desarrollo inicial de nuestra práctica


vamos a transmitir un mensaje, una idea (la gran idea) que a muchas personas les
parecerá perfecta para sus vidas, pero a pesar de eso muchas de ellas abandonaran su
cuidado quiropráctico. Debemos comprender que esto es parte del proceso, y aquí es
donde debemos ser congruentes en nuestro quehacer y para ello debemos tener una
convicción de lo que hacemos.

4. Define tu misión, visión y propósito como quiropráctico. ¿Hasta donde estás


dispuesto a llegar?, ¿A quiénes quieres servir? ¿Cuáles serán los pasos que vas a seguir?
Si bien es un camino, donde pueden existir cambios o mejoras, lo importante es saber
hacia qué dirección te diriges.

5. Obtener la guía de un mentor; esto inevitablemente es clave y eventualmente te verás


en la necesidad, además te permitirá acceder a conocimientos, experiencia y contactos
de manera inmediata, así como de un entrenamiento que te permitirá aprender y
desarrollarte mucho más profundo y a su vez ayudar a muchas más personas.
La mente que se abre ante una nueva idea jamás volverá a su tamaño original.
—Albert Einstein.
La vida es la expresión del tono. En esta frase se centra el principio básico de la
quiropráctica.
—D. D. Palmer

Si deseas encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía,


frecuencia y vibración.
—Nikola Tesla

Entonación

De acuerdo con el líder en ventas Jordan Belfort, también conocido como el Lobo de
Wall Street, la entonación y la energía constituyen el ochenta y cinco por ciento o más
de lo que inspira a las personas a comprarte algo. La ciencia de las ventas sabe que, en
una transacción de venta, tus palabras tienen sentido pero mucho menos de lo que
imaginamos. Si lo que deseas es atraer a tu práctica a miles de personas para que
elijan quiropráctica, entonces tu entonación deberá ser inspiradora, deberá comunicar
confianza y claridad y llevar un mensaje de amor.

Algunas personas son naturalmente maestras en entonación y otras trabajan mucho ese
aspecto de su ser. Jordan Belfort y los maestros de la PNL coinciden en que todos
pueden aprender técnicas para mejorar la entonación. Tesla y D. D. Palmer afirmaron
claramente que la entonación es una de las claves y secretos de la vida. Una persona
puede ser el mejor analista y quiropráctico, y tener la mejor práctica y los mejores
sistemas, pero si su entonación no es óptima, le demandará mucho tiempo construir la
práctica de sus sueños. Haz todo lo que sea necesario para convertirte en un maestro
en entonación y verás cómo se modifican tanto el sentido de tu vida como el de tu
práctica.

Una de las cosas más desafiantes de mudarme a un país del que no hablaba ni una
palabra de su idioma, fue que me tuve que convertir en un maestro en entonación para
poder comunicarme. Esto implicó no solamente mejorar mi entonación, sino entender
la entonación al escuchar. Lo que aprendí y experimenté personalmente en esa
situación fue que las palabras de las personas no coinciden con el tono de su voz o su
entonación, por lo tanto, la verdad de lo que le decían se podía sentir, pero no oír en
sus palabras. Si te conviertes en un maestro en captar la entonación, serás capaz de
captar la verdadera energía y la verdad que está detrás de las palabras. Esto brinda un
poder de comunicación mucho mayor de lo imaginable.

Este conocimiento te permitirá acceder a los corazones y mentes de las personas a


un nivel mucho más profundo que la comunicación oral. A medida que puedas dominar
el conocimiento del tono de voz o de la entonación, te convertirás en una persona
mucho más poderosa en todos los aspectos de tu vida y de tu práctica. Tu poder de
atracción será igual al del imán más poderoso del planeta y tu práctica se liberará de
estrés. Los quiroprácticos que han tenido un impacto importante en su profesión dentro
de su comunidad o de su práctica, es porque han demostrado haber aprendido a
dominar el tono de voz.

Cambia tu tono, cambia tu vida


—David Serio, DC
Principio 4
Mark Romano, DC
La tríada de la vida

La vida es una tríada porque tiene tres factores necesariamente unidos:


inteligencia, fuerza y materia.

Este principio es una idea fácil de ver, pero difícil de explicar. Podemos utilizar la
lógica cuando observamos la organización de la materia. Si, por ejemplo, observamos el
cuerpo humano, es imposible no percibir la perfección de su organización y
funcionamiento. La lógica nos dice que no puede haber organización sin inteligencia. El
cuerpo humano y sus innumerables funciones fisiológicas demuestran una increíble
organización y capacidad de adaptación. La inteligencia que controla esas funciones
reside dentro del cuerpo (eso se conoce en quiropráctica como inteligencia innata) y se
expresa a través de la fuerza.

La fuerza creada por la inteligencia innata está diseñada para la adaptación de la


materia a la supervivencia, existencia y progreso. Para que se produzca la coordinación
y adaptación la materia depende de esta fuerza. Cuán maravilloso es que dos de los tres
componentes de este principio sean metafísicos e imposibles de medir. Trabajar con el
cuerpo humano es aleccionador para cualquier profesión porque el cuerpo es un
organismo sinérgico. Es simplemente mayor que la suma de sus partes. Entender esto es
vital para nuestra habilidad de maximizar nuestra experiencia de vida y servir a los
demás, en este caso a través de la quiropráctica. Dentro del cuerpo tenemos dos
inteligencias, la innata y la educada. Hacemos todo lo posible para medirlas, pero es
imposible hacerlo. La inteligencia innata es congénita. El cuerpo tiene todo el
conocimiento necesario para coordinar sus funciones y continúa con la misma habilidad
hasta que muere. La inteligencia educada se adquiere a lo largo de la vida. Comienza
desde cero y la vamos aprendiendo a partir del nacimiento. Muchos científicos
consideran que esta inteligencia se desarrolla con la edad, llega a un punto máximo y
comienza a descender en los últimos años de vida. La inteligencia educada suele
evaluarse en la escuela a través de exámenes, en la pizarra y con otras técnicas. Y tal
como hemos visto en repetidas ocasiones, personas que han tenido un pobre desempeño
en sus estudios han alcanzado grandes logros en su actividad profesional en la carrera de
su elección.

Las dificultades para la medición de la inteligencia nos llevan a observar la


inteligencia innata dentro de la materia en la que reside. Esto nos lleva a relacionar el
cuarto principio con la esencia de la quiropráctica. Tal como dijimos anteriormente, la
inteligencia innata siempre está al ciento por ciento y permanentemente conoce cada
una de las necesidades de la materia en la que reside. La inteligencia innata crea la
fuerza necesaria para adaptar y coordinar la función de la materia. La fuerza creada por
la inteligencia innata puede tener interferencias, causando la falta de coordinación en la
materia y colocándola en un estado de malestar, o sea no está bien. Una de las formas de
interferencia de la inteligencia innata es, como se denomina en la quiropráctica, la
subluxación vertebral. La subluxación vertebral es la condición de una vértebra que ha
perdido la yuxtaposición adecuada con la superior o la inferior o con ambas, en una
medida inferior a una luxación, afectando los nervios e interfiriendo con la transmisión
de los impulsos cerebrales. Este, que quizás sea uno de los mayores descubrimientos de
la historia de la humanidad, simplemente indica que alguna de las vértebras de la
columna está desalineada y produce algún tipo de interferencia nerviosa que interfiere
con la fuerza creada por la inteligencia innata (en este punto, un impulso nervioso) que
hace que el funcionamiento del cuerpo sea inferior al ciento por ciento. Esto es ¡muy
poderoso! Dicho de manera sencilla, mientras haya subluxaciones vertebrales, el
cuerpo nunca alcanzará su máximo potencial. ¡Qué importante es la finalidad de los
quiroprácticos y que significativo es el impacto que pueden producir en la raza humana!

Las subluxaciones vertebrales se producen cuando fuerzas invasivas externas superan


las fuerzas de la resistencia internas. Esto puede suceder en cualquier momento. Las
subluxaciones vertebrales no son sintomáticas desde el punto de vista clínico porque la
mayoría de las funciones del cuerpo tienen lugar sin que los seres humanos tengan
conciencia de ello. Por lo tanto, la única manera de saber si hay una subluxación
vertebral en la columna vertebral es recurrir al quiropráctico para que revise la columna.
Las subluxaciones vertebrales destruyen vidas. La corrección de las subluxaciones
vertebrales de manera regular permite que los impulsos nerviosos puedan fluir
libremente y que los cuerpos de las personas se expresen plenamente, mejorando la
calidad de vida en todas sus formas.

Ejemplos de este principio hay por doquier, tanto en la materia viva como en la que
no lo es. Una roca demuestra un diseño inteligente en sus características y cualidades.
La roca fue creada por una inteligencia (la inteligencia universal). Dicha inteligencia
utiliza la fuerza para expresarse a sí misma a través de la materia de la roca. Organiza la
roca, le otorga cualidades predecibles, mantiene su existencia. La organización puede
observarse en el color y en las cualidades físicas de la roca tales como punto de fusión,
de ebullición y uniones moleculares.

Obviamente, podemos encontrar ejemplos de este principio en toda la materia viva.


La observación nos brinda mucha información. Al observar a una persona a la que
podemos llamar sana, veremos una coordinación entre las funciones que se adaptan a
los ambientes internos y externos. Vemos la presencia de la inteligencia en la materia
porque esta última está perfectamente organizada en los humanos y no puede haber
organización si no hay inteligencia. También podemos ver este principio, o su ausencia,
en una persona a la que podemos llamar enferma, o que carece de salud. La materia no
se adapta plenamente y hay demostraciones fisiológicas de ello. A veces esto puede ser
engañoso por varios motivos. Primero, algunos síntomas que parecen no ser
adaptativos, en realidad lo son y mucho. Por ejemplo, el vómito. Una persona puede
vomitar porque su cuerpo no se está adaptando plenamente o porque si lo está haciendo
perfectamente y se está liberando de algo venenoso o peligroso para las funciones de su
cuerpo. Algunas veces puede ser imposible diferenciar una posibilidad de la otra. Otra
posibilidad es que el cuerpo no se está adaptando y funcionando plenamente a causa de
subluxaciones vertebrales o por otros motivos, pero la falta de adaptación no se puede
observar. Este es otro motivo por el cual debemos ser humildes al trabajar con el cuerpo
humano.

Este principio se relaciona con la vida de muchas maneras. Define la vida tanto en
sus componentes físicos como metafísicos. Este principio enfatiza la absoluta necesidad
de la humildad cuando se trabaja con el cuerpo humano. Este principio muestra
verdaderamente qué adelantados estaban en el tiempo nuestros antepasados en su
compromiso con la excelencia, la quiropráctica y la humanidad. Como hemos dicho
anteriormente, la inteligencia es abstracta. La fuerza creada por la inteligencia es
abstracta. Ninguna de las dos se puede medir, pero ambas pueden apreciarse observando
la materia. La vida, la esencia de todos los seres vivos y los que no lo son, expresan
organización, no caos. La organización no puede vivir sin inteligencia. Para la
quiropráctica, el sentido de la vida es la expresión de la inteligencia a través de la
materia mediante la fuerza. La observación con lógica es una herramienta muy
poderosa. Aún queda mucho por crecer y entender en la quiropráctica. Nuestros
antecesores nos mostraron un camino poderoso. No necesitamos ver o saber todo. Solo
necesitamos ver el siguiente paso y con cada paso, mis amigos, ¡mejoraremos nuestra
visión y nuestro conocimiento!
La simplicidad es la mayor sofisticación.
—Leonardo da Vinci

La simplicidad y el reposo son cualidades que miden el verdadero valor de una


obra de arte.
—Frank Lloyd Wright

Hazlo simple

Hazlo simple. En algún punto, todas las enseñanzas espirituales nos hablan del poder
de la simplicidad. Cuando estés diseñando tu práctica, te invito a que te hagas la
siguiente pregunta. Este procedimiento, detalle o sistema, ¿Es tan simple como
debería ser?

Si la respuesta es sí, entonces déjalo. Si no, simplifícalo. Las personas aman las
cosas simples. En el mundo en que vivimos, no necesitamos más complejidad. La gente
pide sencillez, amor, conexión, contacto, sabiduría e inspiración – todas cosas que
podemos crear fácilmente en nuestras prácticas en tanto mantengamos la simplicidad.

Si piensas en las cosas más poderosas que podemos hacer por nuestra vida y por
nuestra salud, verás que todas son muy simples. Un ajuste quiropráctico es algo muy
sencillo de dar y recibir, sin embargo, transforma nuestro ser en un instante. Caminar
es algo sencillo, y tiene un profundo impacto en nuestra salud. Comer algo simple es
mucho mejor que hacer dietas complejas. La meditación es muy simple y puede hacerse
en cualquier lugar, a toda hora y produce un efecto psicológico muy profundo. Una
sonrisa es algo muy sencillo da dar y recibir y modifica profundamente la fisiología del
que la da y del que la recibe. Y la lista continúa…

La ley universal es sencilla, como también lo es su aplicación, sin embargo, el


impacto es infinito.

Aquí es donde reside el verdadero poder de la quiropráctica. Es una filosofía


sencilla con una aplicación sencilla, pero produce profundos efectos en cada uno de los
aspectos de la experiencia humana. Lo que realmente necesitamos es que nuestro
corazón, nuestra cabeza y nuestras manos hagan lo que sabemos y entreguen a las
personas el regalo de la quiropráctica. A medida que el mundo se vuelve cada vez más
complejo, la simplicidad se está convirtiendo en el nuevo modelo de vida consciente.

Para mí, el aspecto más extraordinario


de las artes marciales reside en su simplicidad. El camino más sencillo es también
el correcto y las artes marciales no son una excepción. Cuanto más nos acerquemos
al verdadero camino de las artes marciales, mejor se expresarán.
—Bruce Lee
Principio 5
Stamatis Tsamoutalidis
La perfección de la tríada

Para que la vida se exprese al ciento por ciento, debe haber ciento por ciento de
inteligencia y ciento por ciento de materia.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

Existen pocos principios quiroprácticos que se puedan comprender por sí solos (como el
principio sexto y el décimo séptimo). En mi opinión, el quinto principio se entiende
mucho mejor cuando accedemos a los treinta y dos principios restantes. En este
principio, existen palabras que no han sido adecuadamente definidas (por ejemplo ¿Qué
es fuerza? ¿Qué es función?). Por ello, para poder entenderlo en su totalidad, es
necesario hacer referencia a los demás principios.

Con cuánto detalle se podrá explicar este principio al público en general dependerá
de cuánto quieran aprender y cuál será su capacidad para hacerlo. Pero antes que el
quiropráctico pueda explicar este principio a los demás, es importante que primero lo
entienda él.

Vamos a desglosarlo

La vida es algo absoluto. Cuando hablamos de vida universal (orgánica o


inorgánica), siempre es al ciento por ciento. El significado de vida para la quiropráctica
es la expresión de la inteligencia (universal) a través de la materia (segundo principio).
Si la materia no expresa inteligencia, estaría muerta; ni siquiera existiría.

La tríada de la vida requiere inteligencia, fuerza y materia (cuarto principio). Los tres
factores de la tríada son inseparables. Para que haya vida al ciento por ciento se debe
mantener la perfección de la tríada; sus elementos no se pueden separar.

La inteligencia es infinita y siempre es ciento por ciento perfecta. En los seres vivos
(cuerpo humano), se llama inteligencia innata (principio vigésimo). Siempre está al
ciento por ciento (principio vigésimo segundo) y su misión es organizar activamente las
sustancias del cuerpo (principio vigésimo primero). La función de la inteligencia es
crear fuerza (principio octavo) y adaptar las fuerzas universales y la materia para que el
cuerpo las utilice de manera tal que todas las partes tengan una acción coordinada para
beneficio mutuo (principio vigésimo tercero).

La fuerza creada por la inteligencia siempre está al ciento por ciento (principio
noveno). La inteligencia perfecta no puede crear fuerza que sea menos que perfecta. La
tarea de la fuerza es unir inteligencia y materia (principio séptimo). La fuerza transfiere
inteligencia a la materia de manera perfecta.

La función de la materia es expresar la fuerza (principio décimo tercero). Dado que


toda la vida tiene movimiento, hay vida universal en toda la materia (principio décimo
cuarto). La materia siempre es perfecta en el movimiento.
Nuestra filosofía nos enseña que en el cuerpo humano el ciento por ciento de
inteligencia innata crea ciento por ciento de fuerza. La fuerza es conducida a través del
sistema nervioso (principio vigésimo octavo), que es materia. Si hay una interrupción de
la tríada, ésta se produce en la materia. La materia puede expresarse a menos del ciento
por ciento en dos situaciones. Ambas implican limitaciones de la materia (principio
vigésimo cuarto).

1. Específicamente, en el tejido nervioso, la materia puede no estar en


condiciones de transmitir impulsos cerebrales a alguna parte del cuerpo
como consecuencia de una subluxación vertebral.

2. Aunque esa parte del cuerpo pueda recibir los impulsos cerebrales, es posible
que esté dañada como consecuencia de traumatismos, defectos genéticos o
quizás su ausencia, por lo tanto, no puede hacer nada con los impulsos que
recibe.

Parecería que lo dicho anteriormente, estuviera en contradicción con este Principio,


sin embargo, hay dos maneras de explicarlo.

1. Puede ser que el cuerpo esté enfermo o no exprese la inteligencia innata al


ciento por ciento, sin embargo, continúa expresando la vida universal.
Recuerde el lector que este principio está relacionado con la vida universal.

2. Si se extirpa un órgano o una parte del cuerpo humano y no hay


subluxaciones vertebrales, el cuerpo puede continuar expresando la tríada al
ciento por ciento, aunque todas las partes del organismo son necesarias para
adaptarse a la vida de la mejor manera posible. Cualquier limitación en la
estructura de la materia refleja una organización imperfecta de la misma.
Entonces, podemos concluir que cualquier imperfección en la expresión de
la inteligencia se debe a una limitación de la materia.

Resumiendo, la vida se expresa al ciento por ciento (ya sea universal o innata).
Utilizamos los sentidos para determinar que la materia existe. Ya sea en forma
inorgánica (una roca) u orgánica (el cuerpo humano), la materia existe al ciento por
ciento. Toda la materia tiene movimiento, tanto a niveles atómicos o subatómicos. La
fuerza da movimiento a la materia. La fuerza está presente al ciento por ciento porque es
creada por una inteligencia que está al ciento por ciento. La vida se produce cuando la
inteligencia, fuerza y materia están al ciento por ciento.

¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y la práctica


de la quiropráctica?

La filosofía de la quiropráctica reconoce la perfección de la inteligencia y la fuerza.


Los quiroprácticos tratan de crear una conexión continua entre los tres componentes de
la tríada. El objetivo de la quiropráctica es corregir subluxaciones vertebrales para que
la fuerza creada por la inteligencia innata pueda expresarse mejor.

Como quiroprácticos, trabajamos con la materia física del cuerpo. Las fuerzas
universales pueden dañarlo (principio vigésimo sexto). Las fuerzas invasivas externas
(estrés físico, químico y emocional) pueden superar la resistencia de las fuerzas internas
y provocar subluxaciones vertebrales. El resultado de ello es que dentro del cuerpo
(materia), específicamente el tejido nervioso, no esté en condiciones de transmitir
adecuadamente los impulsos cerebrales.

Nuestro objetivo es detectar, analizar y corregir las subluxaciones vertebrales. Al


restablecer la alineación y el funcionamiento normal de la columna vertebral,
eliminamos las interferencias producidas por las subluxaciones vertebrales a la
transmisión de la fuerza en la materia del cuerpo (específicamente el tejido nervioso).
De esta manera, la fuerza creada por la inteligencia innata del cuerpo puede cumplir
correctamente la función para la cual ha sido creada, dando como resultado la
restauración del funcionamiento normal del cuerpo.

Tenemos la esperanza de que entonces, la materia pueda tener mejores oportunidades


para hacer lo que debe, dentro de sus limitaciones y las del tiempo. Todo lo que ocurra
después será un efecto contingente.

También reconocemos que hay innumerables factores que pueden causar daño al
cuerpo y hacer que no funcione normalmente. A veces, el daño producido por el
malfuncionamiento puede ser permanente. La mala alimentación, la exposición a
toxinas, la falta de movimiento o ejercicio, la extirpación de partes del cuerpo, son
algunos ejemplos. Dichos factores están fuera del alcance de la quiropráctica y son
abordados por especialistas.

¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

En una situación ideal, imaginemos una persona totalmente sana y libre de


subluxaciones. Todos sus órganos son saludables y funcionan normalmente – materia al
ciento por ciento. Los impulsos cerebrales generados por la inteligencia innata circulan
libres de interferencias – ciento por ciento fuerza. La inteligencia innata puede
expresarse perfectamente en el cuerpo – ciento por ciento inteligencia innata. Este es el
ejemplo perfecto de la vida al ciento por ciento como consecuencia de tener la
inteligencia al ciento por ciento, la fuerza al ciento por ciento y la materia al ciento por
ciento.

Ahora observemos un cuerpo que tiene un órgano enfermo, por ejemplo, un riñón.
Supongamos que la persona recibe cuidado quiropráctico regular y está libre de
subluxaciones. La inteligencia innata del cuerpo está al ciento por ciento y la fuerza
también lo está, porque la persona no tiene subluxaciones. La materia que existe no
funciona al ciento por ciento (como tampoco está al ciento por ciento su vida innata) ya
que ese órgano no está ciento por ciento saludable ni funcionando como debería. Sin
embargo, el riñón enfermo aún expresa su vida universal porque existe, no importa el
porcentaje de vida innata que pueda producir.

Por último, en el mismo escenario de una persona que tiene un riñón enfermo,
supongamos que la persona no recibe cuidado quiropráctico y está subluxada. La
persona aún tendrá todas las limitaciones de la materia mencionadas en el párrafo
anterior. Sin embargo, esa persona tiene un cuerpo al que le falta el suministro adecuado
de impulsos cerebrales como consecuencia de una subluxación vertebral. La inteligencia
innata del cuerpo está al ciento por ciento, la fuerza creada por esa inteligencia también
lo está, pero la transmisión de esa inteligencia sobre la materia (tejido nervioso) tiene
una interferencia y como resultado de ello, el cuerpo está en un estado de falta de
coordinación.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Quienes comprendemos la importancia del cuidado quiropráctico nos aseguraremos


de que nuestras familias y las personas que nos rodean estén tan libres de subluxaciones
como sea posible. Esto nos ayudará a tener la esperanza de que el ciento por ciento de
inteligencia y de fuerza podrán expresarse lo máximo posible en nuestros cuerpos
(materia).

También reconocemos que hay elementos externos a la quiropráctica que pueden


contribuir a que la materia que está en nuestro cuerpo funcione lo mejor que pueda,
como por ejemplo ejercicio y una alimentación y descanso adecuados. También
sabemos que debemos evitar, dentro de lo posible, todo aquello que puede ser
perjudicial para nuestro cuerpo. Si estamos interesados en ello, podemos consultar a los
expertos en esas áreas. Nuestro objetivo dentro de la práctica se limita a mantener la
vida al ciento por ciento corrigiendo las subluxaciones vertebrales.
Así como expresamos nuestra gratitud, no debemos olvidar que el más alto aprecio
no es pronunciar palabras sino vivir de acuerdo con ellas.
—John F. Kennedy

El agradecimiento es la mejor forma de orar, porque reconoce la presencia del


bien donde tu hagas brillar la luz de tus sentimientos de agradecimiento
—Alan Cohen

Reconocimiento y Atracción
Richelle Knowles, DC, and Daniel Knowles, DC

Muchas personas piensan, erróneamente, que el crecimiento de su práctica se debe


únicamente al efecto de sus procedimientos, de su equipo, su ubicación, el color de las
paredes, los cuadros y su técnica. La realidad es que, si bien todo ello es importante, no
es lo más importante. Lo más importante de tu práctica eres tú.

Una vez que las personas internalicen ese concepto, se darán cuenta que lo más
importante es brindar servicio a los demás y hacerlo al más alto nivel. Asimismo,
también mejorarán todos los demás aspectos de su oficina quiropráctica, porque
comprenderán que el verdadero efecto que están buscando es mejorar la vida de la
gente. Hasta que no adviertan eso, su práctica no crecerá como debiera.

La razón de cualquier empresa comercial es servir a sus clientes y priorizar sus


necesidades. Cuando lo hayas comprendido, verás que has mejorado todo acerca de ti,
pero no para ti, sino para mejorar la calidad de servicio que tu práctica brinda.

Asimismo, te percatarás de que el hecho de enojarte con los miembros de tu equipo,


con tus procedimientos o con la situación no tiene sentido alguno, porque el éxito de tu
práctica depende de ti, de que crees un campo magnético a su alrededor para atraer a
todo el mundo. Construir una práctica basándose en la atracción y el agradecimiento es
lo primero en los negocios.

Durante décadas, el sello distintivo de cada aspecto de una práctica ha sido tener
diferentes programas de agradecimiento para sus miembros, a fin de demostrarles
cuánto se los aprecia.

Muéstrales que valoras el hecho de que inviertan el dinero que tanto les cuesta ganar
y su valioso tiempo en llegar hasta tu práctica y recibir cuidado quiropráctico. Ellos
merecen lo mejor, tu presencia, tu gratitud y tu apreciación y deberás buscar
constantemente nuevas maneras de demostrarlo. Un servicio de excelencia es vital no
solo para que la práctica sobreviva sino para que florezca.

Es muy común que los quiroprácticos piensen que las personas discontinúan el
cuidado por motivos financieros o de tiempo. Esas son cosas que la gente suele decir y
que son superficialmente válidas. La realidad es que eso se produce aumenta cuando
disminuye la valoración y el agradecimiento que las personas obtienen como
consecuencia de asistir a la práctica. Es ese el motivo por el cual se modifican las
prioridades. La verdadera razón por la que las personas discontinúan el cuidado
quiropráctico es porque no se sienten suficientemente apreciadas o porque los
quiroprácticos dan por sentado que asistirán a la práctica. Cuanto más comprometido,
presente y agradecido sea el quiropráctico con sus clientes, menos personas
abandonarán la práctica.

Tu mejor herramienta de marketing es tu corazón. Agranda tu corazón, tu amor y la


apreciación por aquellos a los que sirves por encima de todos los demás esfuerzos.
Entonces aflorará todo lo que tienes en tu corazón y en tu mente, logrando el resultado
que estás buscando, más personas más seguido sobre más camillas.

Que te digan que te aprecian es una de las cosas más simples y edificantes que
puedes escuchar.
—Autor desconocido
Principio 6
Joe Donofrio, DC, y Mark Romano, DC
El principio del tiempo

No hay proceso que no requiera tiempo.

En nuestro país, lo importante del tiempo parece ser su carencia. En los Estados Unidos
de América tratamos de tener la mayor cantidad de actividades cada día, los siete días
de la semana. A la mayoría de nosotros simplemente nos falta tiempo para finalizar
todas las actividades que nos hemos impuesto. Parecería que estamos demasiado
ocupados tratando de hacer cosas y nos olvidamos de vivir, disfrutar e invertir en
nuestra vida; y las consecuencias pueden ser muy negativas y desalentadoras.
Aparentemente, nuestra cultura está tan enfocada en terminar las cosas lo antes posible
que este Principio es un recordatorio vital de la importancia del proceso dentro de los
parámetros del tiempo. Nuestra vida está determinada por hábitos. Los hábitos son las
actividades diarias y semanales que hacemos a lo largo del tiempo. Los hábitos dan
forma a nuestra vida a través de años de repetición. Para modificar la calidad de vida
debemos cambiar nuestros hábitos y mantenerlos a lo largo del tiempo. Es de vital
importancia que el público en general sepa esto para poder recibir todos los beneficios
que la quiropráctica tiene para ofrecernos. Quizás las subluxaciones vertebrales ocurran
diariamente en los seres humanos. Eso se debe a las limitaciones de la materia donde las
fuerzas universales externas debilitan a las fuerzas internas de la inteligencia innata y
las vértebras (materia) se desalinean ocluyendo el foramen, afectando los nervios e
interfiriendo en la transmisión de los impulsos nerviosos. Si no se remueven, las
subluxaciones vertebrales producen lesiones diariamente, un proceso que, a lo largo del
tiempo, hace que el cuerpo se dañe y enferme, alejándose cada vez más de su potencial
pleno. Cuando las personas se acercan a nuestra práctica inician el poderoso proceso de
convertir a la quiropráctica en un hábito semanal. A través de ese hábito, a lo largo de
los años (tiempo) sus cuerpos viven con menos subluxaciones vertebrales y
experimentan la completa expresión de la vida (inteligencia innata). La importancia de
este hábito no debe exagerarse. Nosotros no podemos predecir de qué manera el cuerpo
funcionará mejor, pero la lógica nos dice que el cuerpo será más fuerte en todos sentidos
gracias al hábito (proceso) semanal de la quiropráctica a través del tiempo. Esto
convierte a la quiropráctica en una gran inversión sin, literalmente, ningún efecto
negativo.

El tener conciencia de este principio beneficia tanto al quiropráctico como al usuario


de la práctica. Es beneficioso para el quiropráctico porque mantiene la quiropráctica
dentro de un modelo no terapéutico no utilizado para la crisis. Si el usuario de la
práctica sabe que la quiropráctica es un proceso y que el profesional no hace un ajuste,
sino que es simplemente una parte del proceso, permite que el quiropráctico nunca sea
considerado como alguien a quien recurrir en casos de crisis y siempre pueda ser
específico y suave en su análisis y facilitación del ajuste.

El usuario de la práctica se beneficia porque sabe desde el principio que la


quiropráctica es un hábito y que la corrección de las subluxaciones vertebrales es un
proceso. Lleva tiempo familiarizarse con el cuerpo y descifrar los patrones de las
subluxaciones vertebrales. Al saberlo, la persona puede experimentar todo el beneficio
de la quiropráctica convirtiéndola en un hábito rutinario de su vida.
La calidad de vida es el resultado de cada elección que hacemos. Las elecciones se
convierten en hábitos y éstos conforman nuestra vida. Podemos observar este principio
en cada faceta de nuestra existencia, desde la fuerza y calidad de la salud hasta las
relaciones, pasando por la profesión. Esto es muy poderoso porque nos pone al frente
del control de nuestras decisiones y nos permite liberarnos de la mentalidad de ser
víctimas o carentes de ayuda. Cuando vemos que hay personas que viven en la
abundancia o que tienen salud o son exitosas en su trabajo es fácil darse cuenta de que
su estilo de vida no es el resultado de un momento en el tiempo o un hecho aislado, sino
que ha sido un proceso de hábitos, prioridades y del paso del tiempo que, en definitiva,
les brindó la vida que llevan. Este principio también es evidente en lo negativo.
Aquellos que viven en un estado de infelicidad, enfermedad, pobreza e insatisfacción,
tienen hábitos que los colocan exactamente en el lugar donde no quieren estar. Es
impactante saber que el hombre tiene la capacidad de ser consciente de sí mismo.
Podemos cambiar radicalmente nuestras vidas modificando nuestras prioridades,
pensamientos, decisiones y hábitos. El proceso a través del tiempo es un concepto
motivador para aspirar a la calidad de vida que nosotros, como seres humanos podemos
alcanzar. El potencial humano tiene posibilidades increíbles e ilimitadas. Somos
nosotros los que tenemos que limitarlo y saber cuáles deben ser esos límites. Esto es tan
apasionante y estimulante como lo es pensar cuán amplio será el alcance de la
quiropráctica para la humanidad.

A primera vista, parece que no tiene sentido analizar esta afirmación tan simplista, ya
que se presenta como una observación de los requerimientos obvios del tiempo. Sin
embargo, después de pensarlo mucho e, irónicamente, de haber transcurrido bastante
tiempo, llegué a la conclusión que todo esto se relaciona mucho más con el proceso que
con el tiempo. Hace mucho que percibo que muchos quiroprácticos pasan por alto la
necesidad del tiempo en el proceso de creación y corrección de las subluxaciones
vertebrales. Muchos de nosotros hablamos de la creación de una subluxación vertebral
como si ocurriera algo similar a apagar el interruptor de la luz. Subimos algo y algo “se
apaga”; estornudamos y “algo aparece”; o nos bajamos súbitamente de la acera y
tenemos un repentino espasmo o dolor en la espalda. Y podría continuar, pero ya se dan
cuenta de lo que quiero decir. Si bien es cierto que una pequeña cantidad de
subluxaciones vertebrales ocurren como consecuencia de traumatismos extremos como
caerse del techo o recibir el golpe de un automóvil, la gran mayoría es el resultado de
pequeños, casi imperceptibles traumatismos de los tejidos blandos que son los
responsables de mantener la movilidad vertebral y la postura a través del tiempo. Y a
medida que transcurre el tiempo, ese traumatismo causa pequeños defectos, quizás en
un ligamento y la inteligencia innata comienza el proceso de curación con menos tejidos
fibrosos funcionales; a esto le sigue otro y tal vez otro suceso similar, creando pequeñas
deficiencias en el tejido paraespinal que ahora está listo para un traumatismo final que
puede causar algún daño al tejido nervioso. Finalmente, después de meses y años, la
subluxación comienza a convertirse en una verdadera subluxación vertebral, en todo el
sentido de la palabra. Es un proceso que requiere tiempo, como lo afirma Stephenson
en el Principio 6. La subluxación vertebral ahora está en pleno apogeo, completa,
causando interferencias en los impulsos nerviosos y enfermedad. Ahora es cuando
aparece el quiropráctico “straight” quien, luego del examen, determina la presencia y el
tipo de subluxación vertebral. A continuación, comienza el siguiente proceso que
demanda tiempo: la corrección.
Como por lo general el quiropráctico no es el primer profesional consultado, en la
mayoría de los casos los tejidos blandos que rodean la subluxación ya han modificado
de manera crónica su posición y su función en un intento de adaptación de la
inteligencia innata y requieren lo que yo denomino un período de “readaptación” antes
de lograr la corrección. Nuevamente, este proceso requiere tiempo, quizás semanas,
meses o años. Pero la corrección se hará realidad si el organismo tiene alguna esperanza
de mejorar.

En mi opinión, la quiropraxia “straight” debería eliminar esas referencias demasiado


frecuentes relacionadas con “encender la luz” y “encender la vida” si queremos crear en
nuestros usuarios expectativas verdaderamente honestas y razonables respecto de
nuestro cuidado. La comprensión de este proceso del tiempo radica precisamente en la
necesidad de chequeos de columna que duren toda la vida en lugar de un cuidado
ocasional sintomático.
Solo en la prosperidad tienes algo que ofrecer a los demás.
—Esther Hicks

El compromiso de los usuarios de tu práctica siempre será igual o menor al nivel


de compromiso que tu tengas con ellos.
—David Serio, DC

Agregar valor a través de la educación y la comunicación

¿Es importante tener nuevos usuarios? ¡Por supuesto que sí! Queremos ayudar a la
mayor cantidad de gente posible, pero demasiado seguido, el noventa por ciento de
nuestro foco está puesto en buscar gente nueva en vez de mantener la que ya tenemos.

Yo veo la práctica como un proyecto que va de arriba hacia abajo y de adentro


hacia afuera; de la misma manera que la salud va de arriba hacia abajo y de adentro
hacia afuera. Por eso, cada sistema y detalle que utilizamos deben tener un objetivo de
arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera.

Al haber trabajado con muchos quiroprácticos, he notado que en general las


personas tienden a culpar a lo que los rodea si sus prácticas no son exitosas: la
economía, las vacaciones, la cultura de cada uno, la época del año no es la adecuada
para comenzar algo nuevo, la falta de tiempo para traer a sus hijos, en esta ciudad la
gente es muy cerrada y podría seguir con una interminable lista. Pensar de afuera
hacia adentro y de abajo hacia arriba te libera de toda responsabilidad, cuando en
realidad tu vida es ciento por ciento tu responsabilidad. Un éxito sustentable es un
proceso de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera.

Medidas prácticas

Jordan Belfort, el lobo de Wall Street, dice que la gente te juzgara al instante por tres
cosas:

1. ¿Estas inspirado?
2. ¿Eres extremadamente astuto e inteligente?
3. ¿Tienes algo que los motive?

Eres tan Bueno como lo fue tu última atención quiropráctica. Así que, número uno,
debes tener estas tres cualidades en cada una de tus atenciones: ¿Quieres mantener a
la gente? Entonces deberás inspirarlos con tu entusiasmo por darles cuidado
quiropráctico, educándolos y motivándolos en cada visita. Tu forma de comunicarte
debe ser poderosa, directa y clara.

Desarrolla un programa de educación continua. En nuestra practica nos acercamos


a las personas en la primera visita como si se fueran a quedar con nosotros de por
vida.
Primera Visita

Tenemos una charla de 45 minutos, donde les explicamos los conceptos clave de la
quiropráctica y de nuestra práctica.

En esta visita estamos preparados para impresionar. Compartimos nuestra pasión y


abrimos nuestros corazones y tenemos una charla lógica, clara y concisa y que además
tiene muchos ejemplos y explicaciones visuales. Compartimos información motivadora
en lugar de inculcar temor.

Programa educacional de veinticinco visitas.

Tenemos veinticinco piezas educacionales diseñadas profesionalmente para explicar


principios y conceptos claves que queremos que las personas entiendan sobre
quiropráctica. Las primeras veinticinco visitas las personas leen estos artículos antes
de recibir el cuidado quiropráctico. Les preguntamos que aprendieron de lo que
leyeron y les hacemos saber que su vida y su salud son su responsabilidad

Tres o cuatro eventos por año.

Somos anfitriones de tres o cuatro eventos al año diseñados para aumentar la


comprensión que las personas tienen acerca de uestros principios. Estos eventos son de
primera categoría. Tenemos música en vivo y comida increíble y siempre recaudamos
fondos para ayudar. Por ejemplo, el costo de la entrada puede ser una bolsa de pañales
que donaremos posteriormente a un orfanato.

Tesoros Diarios

Nuestra comunicación diaria debe ser rápida y concisa y debe hacerlos pensar.

Por ejemplo, “David, ¿Qué ejercicio crees que debería hacer?”

“María, tu eres una mujer; yo soy un hombre. Tú tienes treinta y cinco años, yo
tengo cincuenta. Tú vives en tu cuerpo, y yo vivo en el mío. Entonces tú y solamente tú
puedes responder a esa pregunta, María. ¿Qué es lo que te gusta hacer?”

“Me encanta el yoga”

“Ves, María, todas las respuestas están en tu interior.”

Las personas están cansadas de que les quiten su poder de decisión y les digan que
hacer. Estimúlalos con preguntas que los hagan pensar. Ellos te lo agradecerán y
crearas relaciones duraderas con ellos.

Boletines informativos mensuales.

Nosotros enviamos boletines informativos por correo electrónico y el contenido


dependerá de lo que esté pasando en la práctica ese mes. Por ejemplo, si todos están
preguntando sobre embarazo y quiropráctica, entonces el boletín tratará sobre esos
temas. Los últimos seis boletines se imprimen en diferentes colores y el último se
entrega a cada usuario en mano, para que se lo lleve y lo comparta con otras personas.

Sin sentido de afecto, no puede haber sentido de comunidad.


—Anthony J. D´Angelo
Principio 7
Autumn Hicks Gore, DC
La cantidad de inteligencia en la materia

La inteligencia contenida en una determinada cantidad de materia es del ciento


por ciento y siempre proporcional a sus requerimientos.

Tanto la naturaleza innata del mundo que nos rodea como la que está dentro de nosotros
dan su testimonio. Los principios naturales son perfectamente comprensibles a través de
la observación.

Este principio tan particular, que describe la perfección de la inteligencia, ha sido


evidente en mi vida y una luz en mi conciencia desde mi niñez. Crecí en una tranquila y
somnolienta aldea rural de Carolina del Norte, Estados Unidos de América, donde la
inocencia de mi niñez estuvo protegida de los tiempos modernos. Caminábamos a la
escuela, jugábamos al aire libre hasta el anochecer e idolatrábamos las leyendas de
nuestros mayores. Yo solía pasar mucho tiempo en la casa de mis abuelos. Estaba
agradecido de que sus oídos no fueran los de su juventud, especialmente en las
aventuradas noches cuando mi hermano y yo salíamos sigilosamente de nuestra cama
para deslizarnos fuera de la casa y explorar el maravilloso y totalmente diferente mundo
que existía en la oscuridad. Cuando tenía alrededor de 8 años, mi abuelo comenzó a
perder la vista. Toda su vida había trabajado como soldador, en una época donde aún no
se protegían las preciosas retinas con gafas y cascos protectores. Después de décadas de
exposición a una luz literalmente enceguecedora, sus ojos contrajeron una degeneración
macular en respuesta al repetitivo estrés. Durante los años siguientes, su visión se fue
atenuando y volviendo más oscura hasta llegar a la ceguera. Era un excelente arquero,
pescador y granjero y toda su vida había transcurrido en la tierra que ahora no podía ver.
Recuerdo el dolor de mi corazón y la tristeza y confusión que sentía mientras pensaba
“Cuán poderoso podrá ser realmente el Creador si permite que el mundo se oscurezca
para el hombre más amante de lo agreste que he conocido”.

Pero una noche de verano de 1989, sucedió algo inesperado. Mientras me deslizaba
sigilosamente hacia la cocina empujando la puerta apenas entreabierta de su habitación,
un recorrido que había hecho cientos de veces anteriormente, lo escuché pronunciando
mi nombre. ¡Me había oído! Muchísimas noches anteriores había seguido durmiendo a
pesar de mis pequeños ruidos, pero esta vez, no sólo se había despertado, sino que me
había identificado por el sonido de mis pasos en la oscuridad de la noche. Cuando miro
hacia atrás, me doy cuenta de que no solamente había mejorado su audición, sino el
sentido del olfato, del tacto y hasta su intuición. A medida que su visión disminuía, la
inteligencia dentro de su cuerpo iba modificando su rumbo, encontrando otras
maravillosas formas de expresarse. Una vez, a los trece años, siguiendo sus indicaciones
lo conduje hasta el río, remolcando el bote de pesca, mientras él intuitivamente me iba
dirigiendo. Cuando arribamos, me guio para que llevara el bote hasta el lugar exacto
donde habría pesca y lo miré asombrado mientras enhebraba a ciegas, con precisión, el
señuelo. La inteligencia de su cuerpo se adaptó a los cambios y limitaciones físicas y
cumplió su cometido… sobrevivir.

La extraordinaria renovación de mi abuelo a los sesenta y tantos años, no fue lo único


que experimenté. Recientemente, también tuve la alegría de comprobar la misma magia
de la vida en mi querido amigo David, un hombre vibrante, pleno de vitalidad y amor.
Después de una inesperada enfermedad, el simple movimiento de su cuerpo se convirtió
en un desafío, confinándolo a su casa y a la cama, un lugar sombrío y oscuro, el mismo
que mi abuelo había experimentado cuando su visión desapareció. Entonces, de la
misma maravillosa manera, la inteligencia dentro su cuerpo encontró otro itinerario. La
forma de expresar su lenguaje fue extraordinaria. A pesar de verse limitado en el
movimiento, ahora expresa la misma vibración y vitalidad, pero de otra manera
totalmente diferente.

Es como si estuviéramos sumergidos en un mar de inteligencia. Imaginemos toda la


materia como contenedores maravillosos y únicos sumergidos en este mar de energía y
rodeados de ella. La inteligencia llena el cuerpo como un líquido colma perfectamente
un recipiente. Al igual que el recipiente, la mayor parte del cuerpo humano es espacio
vacío, hueco, pero atravesado por la microscópica luz de la inteligencia que literalmente
completa los espacios entre la materia. Como la luz, la inteligencia siempre encontrará
un camino a través de las fisuras, roturas, barreras y vueltas en U. La inteligencia es tu
centro, el observador de tus pensamientos, el adaptador de tu expresión y tú esencia.

Tú eres un ser + humano. Hay un ser dentro de tu humanidad, una inteligencia


intangible, una mezcla energética invisible que penetra la materia y organiza su
existencia. Cuando algo te sucede, la inteligencia en forma adaptativa crea los cambios
que tienen lugar dentro tuyo. La inteligencia siempre se expresa al ciento por ciento
dentro de la materia.
Los mejores atletas son consumados profesionales que trabajan obsesivamente con
su destreza. Acércate a la tuya del mismo modo.
—Tom Peters

La excelencia es una actitud, no una habilidad.


—Ralph Martson

Nuestro arte
Damaris-Leigh Lanjopolous, DC, ACP

El corazón de nuestra profesión son los ajustes quiroprácticos específicos que corrigen
subluxaciones vertebrales y permiten la expresión plena de la inteligencia innata. Este
servicio es lo que nos diferencia de los demás profesionales de la salud. Esto es lo que
ofrecemos como doctores en quiropráctica.

¿Es suficiente la intención para brindar un ajuste quiropráctico específico? Si bien la


intención juega un papel preponderante en la forma de realizar un ajuste, en mi opinión,
la habilidad y lo específico de la acción son mucho más importantes. La clave es lo
específico del ajuste.

Es muy sencillo graduarse actualmente de quiropráctico y ser apenas capaz de


localizar, detectar, analizar y corregir subluxaciones vertebrales. ¿Encargaríamos la
construcción de un puente a un ingeniero que se acaba de graduar y no entiende la
filosofía, ciencia y arte básicos de la construcción de puentes? O ¿Nos dejaríamos
operar por un cirujano que ha practicado muy poca cirugía? ¿No nos gustaría que fueran
lo más específicos y detallistas posibles y estuvieran verdaderamente capacitados para
trabajar en lo que han estudiado?

Las personas nos confían su bienestar, para que hagamos las cosas de la mejor
manera posible. Tener criterio para detectar dónde está la subluxación es tan importante
como corregirla; de lo contrario, ¿Cómo podemos estar seguros de que realmente hemos
realizado el cambio?

La consistencia y la repetición brindan precisión y certeza. Debemos ceñirnos al


mismo sistema con cada paciente para crear consistencia. Debemos enfocarnos en
perfeccionar nuestras habilidades para que nuestros ajustes sean los mejores y podamos
realizar aquellos que ayuden a reconectar el ser espiritual con el ser físico.

¿Cuántas veces hemos escuchado decir a algunas personas que su quiropráctico hace
masajes y usa agujas y “ah, sí, también me hace crack en la columna”? La parte más
importante de lo que hacemos como profesionales lo sabemos después, prácticamente
de manera derogatoria. El paciente no ha sido educado acerca del maravilloso regalo
que ha recibido en forma de un ajuste.

¿Han tenido alguna vez la exquisita bendición de ver a un experto de una técnica de
nuestro ajuste profesional? Qué maravilla es ver el foco, la intención, y la manera
específica en que realiza ese ajuste quiropráctico específico. Si lo que nosotros hacemos
es inferior, entonces no estamos a la altura del deber sagrado que nos encomendaron
cuando nos entregaron el diploma de Doctores en Quiropráctica.
Como el águila resultó muerta por la flecha alada con su propia pluma, así la
mano del mundo es herida por su propia habilidad.

—Helen Keller
Principio 8
Christopher Kent, DC
La función de la inteligencia

La función de la inteligencia es crear fuerza.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

La inteligencia necesita un medio para expresarse. Las ideas se vuelven realidad sólo
cuando se ponen en movimiento. Para expresarse, la inteligencia crea fuerza. En los
seres humanos, el sistema nervioso transmite fuerzas entre el cerebro y las diferentes
partes del cuerpo. El corazón late más rápido cuando corremos o estamos excitados.
Cuando estamos en un ambiente caluroso transpiramos.

Mi primer quiropráctico me explicó que la quiropráctica se basa en cuatro conceptos


simples:

1. El cuerpo es un mecanismo que se cura a sí mismo. Si nos cortamos un


dedo, el cuerpo lo cura. Si le cortamos un dedo a un cadáver, no se cura. La vida
cura.

2. El sistema nervioso es el principal sistema del cuerpo. Cada aspecto de la


experiencia humana se procesa a través de dicho sistema.

3. Cuando hay una interferencia en el funcionamiento del Sistema nervioso,


no sólo se puede comprometer el bienestar físico, sino que pueden producirse
consecuencias psicoemocionales, ya que la interferencia distorsiona nuestra
percepción del mundo y limita nuestra habilidad de responder al ambiente.
Cuando esto le ocurre a un número importante de personas en la sociedad,
estamos ante una sociedad enferma.

4. Mi función como quiropráctico es localizar y corregir la causa de esa


interferencia.

En quiropráctica, las fuerzas físicas se denominan fuerzas universales. En los seres


vivos, se conocen como fuerzas innatas.

¿Cómo se relaciona este principio con la práctica de la quiropráctica y la


corrección de subluxaciones vertebrales?

En el Capítulo 32 de su libro Chiropractic Text Book, Stephenson dice: “Una fuerza


mental es algo transmitido por los nervios que une la inteligencia con la materia. La
fuerza mental se denomina impulso mental porque impulsa las células de los tejidos
hacia acciones inteligentes. La fuerza mental es evidentemente una forma de energía o
es transportada por una forma de energía, porque puede controlar las fuerzas que
mueven físicamente la materia o equilibrar las fuerzas que lo hacen.”

El impulso mental, tal como lo describen los Palmer, no es sinónimo de inteligencia


innata o del potencial de la acción neuroquímica. Es un “pensamiento” que puede
expresarse a través de varios mecanismos neurobiológicos. El término impulso mental
fue utilizado por D.D. Palmer en su texto de 1910, en el cual escribió: “Los
quiroprácticos no tratan enfermedades, ajustan los errores que las causan; ellos
descubrieron el simple hecho de que el cuerpo humano es un mecanismo sensible que
funciona a través de impulsos mentales… Un impulso mental es una incitación de la
mente, mediante lo innato o espíritu, en la forma de una sugestión abrupta y vívida,
provocando una acción no premeditada o que conduce a una percepción o conocimiento
imprevisto”.

La descripción de la naturaleza del impulso mental ha sido un enorme desafío para


los estudiantes de quiropráctica. Los primeros autores, estaban limitados por los
conocimientos de la ciencia y la tecnología de la época. Por ejemplo, Stephenson
escribió: “Podemos concebir que este impulso mental está compuesto por cierto tipo de
energías mentales, en proporciones adecuadas, que equilibrarán otras fuerzas similares
de las células de los tejidos, como electricidad, valencias, magnetismo, cohesión, etc.,
etc. Quizás nosotros aún no conocemos algunas de estas energías de la física. ¿Qué
derecho tenemos para asumir que las hemos encontrado a todas? El escritor presenta
esto como una teoría o hipótesis para tener una base de trabajo… No es lícito
desacreditar a la quiropráctica porque también deba utilizar teorías relacionadas con la
transmisión de fuerzas mentales”.

Entonces, ¿De qué manera se relaciona el principio de la fuerza y los impulsos


mentales con la detección y corrección de subluxaciones vertebrales? B.J. Palmer utilizó
un instrumento conocido como electroencéfaloneuromentimpografo en un esfuerzo por
evaluar impulsos mentales. Palmer estaba evaluando la relación entre las ondas
cerebrales, la función nerviosa periférica y las subluxaciones vertebrales. Si bien es
posible que no podamos medir los impulsos mentales, podemos medir y analizar sus
manifestaciones. Estas herramientas de evaluación pueden utilizarse antes y después de
los ajustes y durante el cuidado quiropráctico para calificar los cambios neurológicos
relacionados con las subluxaciones vertebrales.

 La electromiografía de superficie (sEMG) evalúa los patrones de


actividad eléctrica en los músculos que rodean la columna.
 Los escaneos térmicos analizan la función autonómica midiendo las
diferencias de temperatura de la piel.
 La variabilidad del ritmo cardíaco (VRC) mide las variaciones del ritmo
cardíaco de un paciente. Los quiroprácticos utilizan la VRC para tener una
ventana que les permita ver cómo el sistema nervioso autónomo modula el ritmo
cardíaco en estado de descanso.

Ejemplos del principio octavo en acción

Cuando la inteligencia se expresa a través de la fuerza que actúa en la materia, sin


interferencias, el resultado es un tono normal. D.D. Palmer escribió. “el tono se expresa
en las funciones mediante la elasticidad, actividad, fuerza y estimulación normales de
los diferentes órganos, como se observa en un estado de salud. Consecuentemente, la
causa de la enfermedad es la variación del tono - nervios demasiado tensos o demasiado
laxos - … El tono, en biología, es la tensión o firmeza normal de los nervios, órganos o
músculos, la fuerza de resistencia que actúa en respuesta a un impulso. Cualquier
desviación del tono normal – ya sea por demasiada tensión o laxitud – causa un estado
de resistencia, demasiada fuerza elástica, demasiada resistencia, una condición que en
el funcionamiento se expresa como enfermedad”.

La interpretación moderna del tono es la tensegridad. Ingber escribió que la


tensegridad se mantiene en “un sistema que se estabiliza a si mismo mecánicamente
como consecuencia de la manera en que las fuerzas tensionales y compresivas se
distribuyen y compensan dentro de la estructura… Las células detectan fuerzas
mecánicas y las convierten en modificaciones de la bioquímica celular y expresión
genética, un proceso denominado ‘Mecanotransducción’. Este trabajo ha revelado que
las moléculas, células, tejidos, órganos y todo el cuerpo utiliza la arquitectura de la
tensegridad para estabilizar mecánicamente su forma e integrar estructura y función de
una manera perfecta en todas las escalas de tamaño”.

John H. Craven, profesor de filosofía de Palmer School of Chiropractic, escribió:


“Hemos visto que la presión de aire normal al nivel del mar es quince libras por pulgada
cuadrada. Para que el cuerpo no quede aplastado por este peso, es necesario tener una
resistencia interna que iguale dicho peso. El cuerpo mantiene la resistencia interna
mediante el tono de todas sus partes; se mantiene mediante la expresión de impulsos
mentales al tejido celular”.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

De acuerdo con D. D. Palmer, “La vida es la expresión del tono. En esta frase se
encuentra el principio básico de la quiropráctica”.

En el segundo principio, Stephenson manifiesta: “La expresión de esta inteligencia a


través de la materia es el significado de la vida para la quiropráctica”. El principio
octavo enuncia que la función de la inteligencia es crear fuerza.

El concepto de que la inteligencia crea fuerza para expresarse a sí misma a través de


la materia brinda una base biológica y filosófica a un importante ejemplo de la vida. La
inteligencia debe tener un medio para expresarse. Las ideas se vuelven realidad
únicamente cuando se ponen en movimiento.

Referencias
Craven, J. H. A Textbook on Hygiene and Pediatrics from a Chiropractic Standpoint.
Chicago: Hammond Press, WB Conkey Company.
Ingber, D. E. “The Architecture of Life.” Scientific American 278 no. 1 (enero 1998):
48–57.
Ingber, D. E. “Tensegrity and Mechanotransduction.” J Bodyw Mov Ther 12 no. 3 (julio
2008): 198–200.
Masarsky, C. S., y M. Todres-Masarsky. Somatovisceral Aspects of Chiropractic: An
Evidence-Based Approach. Philadelphia: Churchill-Livingstone, 2001.
Palmer, D. D. Textbook of the Science, Art, and Philosophy of Chiropractic for Students
and Practitioners. Portland, OR: Portland Printing House Company, 1910.
Stephenson, R. W. Chiropractic Text Book. Davenport, IA: Palmer School of
Chiropractic, 1927 y 1948.
La derrota no es el peor de los fracasos. No intentarlo es el peor.
—George Edward Woodberry

Yo atribuyo mi éxito a lo siguiente: No doy ni acepto excusas.


—Florence Nightingale

La fórmula del éxito


Sebastián Carera, quiropráctico

A veces, desde el punto de vista empírico, la determinación del punto de partida


puede ser un gran desafío comunicacional. Entonces, la pregunta que surge es: ¿Cómo
comienzo? En mi opinión, la mejor manera de hacerlo es compartir una fórmula de
know-how que he experimentado diariamente: mi fórmula del éxito.

C +H + Ax = ÉXITO
Analicemos cada uno de los factores necesarios para lograr la meta a la que
intentamos llegar. Si bien el orden de los factores no altera el producto, en este caso el
orden ha demostrado ser una manera racional y funcional para obtener, de manera
eficiente, el resultado deseado. El primer factor, C, representa el conocimiento, la
sabiduría como tal. Como seres humanos, necesitamos una comprensión científica del
fenómeno o causa-efecto para poder obtener respuestas o explicaciones de la teoría y
práctica de nuestra profesión. Es la base para entender todo. El Conocimiento elimina la
ignorancia del lumen cognitions. El Conocimiento es un elemento necesario para lograr
el éxito.

El factor H representa la habilidad, el talento en sí mismo. Para algunas personas, la


habilidad es un “don” que recibimos en el momento de nacer. Para otras, la habilidad
significa un sacrificio diario para lograr la meta. La mejor habilidad en la vida es tomar
la decisión correcta. La habilidad no es innata, se aprende a través de la repetición y la
práctica. Tomar decisiones correctas implica tener el suficiente coraje para aceptar lo
bueno y lo malo y sacar ventaja de lo malo para hacer algo útil.

El último, pero no por ello el menos importante de los factores, la A, representa la


actitud. Nuestra actitud muestra la manera en que hacemos frente a nuestra vida diaria o
a determinadas situaciones. La actitud se ejercita conscientemente a través de decisiones
personales. En este sentido tenemos dos opciones: podemos adoptar una actitud
pesimista y autodestructiva, que nos producirá pensamientos negativos y sufrimiento o
podemos adoptar una actitud positiva, alegre y dinámica que nos permitirá vivir el
presente, tener esperanza y ser felices. La actitud representa el 80 por ciento de tener
una vida feliz.

Como quiroprácticos, necesitamos el conocimiento para ser buenos profesionales.


Necesitamos entrenarnos año tras año para estar actualizados, mejorar nuestras técnicas
o simplemente aprender algo nuevo. Necesitamos saber dónde hacer ajustes y donde no
hacerlos. Debemos conocer el cuerpo humano y cómo funciona el sistema nervioso. Sin
conocimiento y entrenamiento, no somos buenos quiroprácticos. En mi opinión, la única
manera de crecer como personas y como profesionales es ser humildes, estar dispuestos
a profundizar el conocimiento y comprender que cada día surge algo nuevo para
aprender.

Algunas personas piensan que la habilidad es suficiente para tener éxito, pero si no
mantenemos nuestro talento, lo perdemos. Práctica y repetición conducen a la habilidad.
Podemos tener cierta facilidad natural para hacer ajustes o dar conferencias, pero si no
entrenamos, nunca dejaremos de tener “cierta” facilidad. La habilidad es muy
importante, hace la diferencia entre un gran trabajo y uno mediocre. Nuestros logros
dependen de nosotros.

Ahora, tenemos que develar lo que la actitud significa para nosotros. Al contrario de
los demás elementos de la ecuación, la actitud es un factor multiplicador. Sin actitud,
tanto el conocimiento como la habilidad no tienen sentido. No quiero decir que el
conocimiento no sea importante, porque nada es peor que un tonto lleno de actitud, pero
la actitud contiene ese condimento que hace que algo sea maravilloso o desagradable.
Lo importante es que únicamente depende de nosotros. Entonces, ¿Qué es el éxito?

Principalmente, el éxito es el punto de llegada de muchos empresarios, estudiantes y


profesionales que cumplieron sus sueños. Este también es nuestro punto de llegada.
Pero ¿Cuándo tenemos éxito? Cuando tenemos la oportunidad de estudiar y
capacitarnos en lo que nos gusta, cuando podemos hacer una elección sin presiones,
cuando podemos aprender con pasión y tenemos la oportunidad de entrenarnos para la
técnica que más nos gusta y practicar y seguir practicando hasta ser los mejores. Nada
surge repentinamente. Como dice el sexto principio de la quiropráctica, “todos los
procesos necesitan tiempo.” Tenemos que trabajar diariamente para ser los mejores. Es
por ello que no pierdo de vista el factor de la actitud, ya que es el gran potenciador, por
su capacidad de hacer la diferencia y por ser la clave para el éxito. Ser felices y exitosos
o tristes y perdedores, depende de nosotros. Alcanzar nuestros sueños y nuestros
objetivos sólo depende de nosotros. Si no practicamos no podremos ser los mejores, si
carecemos de la actitud correcta no podremos ver cien personas semanalmente. Nuestras
acciones tienen que ser consistentes con nuestra actitud. Nuestra actitud multiplica
nuestros resultados. ¡Estudia, practica y se feliz!

La quiropráctica te ha elegido. Cuídala y respétala.


La congruencia, el camino hacia tu éxito.
Alejandro Turelli, quiropráctico

Es un honor participar de un libro como este, que clarifica muy bien cómo ver la vida
desde un punto de vista vitalista y también cómo esto puede ayudarte a crecer en
muchos aspectos. Los 33 principios Quiroprácticos nos dejan muchísimas enseñanzas;
una fundamental es la congruencia. Otra, la coherencia entre cada enunciado.

La congruencia es el camino certero y seguro hacia tu éxito.

¿Cómo definiríamos el éxito?, tu éxito.


Nadie podría hacerlo. Solo tú debes y puedes definirlo.
Para mí, es transitar el camino sabiendo para qué estás en este mundo (misión) y hacia
dónde vas o quieres ir (visión).

En principio, declarar tu misión y tu visión son los pasos claves, los peldaños de la
escalera hacia el éxito. Puedes declarar tu Misión y Visión como persona, como
profesional, o la de tu oficina quiropráctica. Si todas confluyen, si cada paso que das es
congruente con eso, el crecimiento y el disfrute del camino será exponencial. Entonces,
¿qué significa ser congruentes?

Significa que nuestros sentimientos, pensamientos y cada acción que realizamos están
alineados totalmente con nuestra Misión y Visión.

Si estás en el camino de tú éxito, cada acción va a tener un propósito, va a ser un


objetivo que nos va a llevar hacia la próxima meta. De esa manera te vas a comprometer
y saldrás sin dudarlo muy a menudo de tu zona de confort.
Ser congruente también es disfrutar el camino. Y si disfrutas del camino seguramente
llegarás al éxito.

Si no disfrutas del camino, puede ser por dos razones: No has escrito bien tu Misión-
Visión o tus sentimientos, pensamientos y acciones no son congruentes.

A todos los Quiroprácticos nos une algo mayor, una VISIÓN en común: hacer conocer
la GRAN IDEA en el mundo y lograr que cada persona ser chequeada en busca de
subluxaciones y sea ajustada periódicamente si fuera necesario.

Los invito a TODOS a sumarse al camino de la CONGRUENCIA para llevar al ÉXITO


a nuestra querida profesión.

Antes que nada, la preparación es la clave del éxito.


Alexander Graham Bell
Principio 9
Judy Nutz Campanele, DC
La cantidad de fuerza creada por la inteligencia.

La cantidad de fuerza creada por la inteligencia es siempre del ciento por ciento.

El principio noveno es muy interesante. Intercalado entre el principio octavo (de dónde
proviene la fuerza) y el décimo (para qué se utiliza la fuerza), el principio noveno
básicamente afirma que la cantidad de fuerza siempre es del ciento por ciento. En
realidad, esto no parecería ser algo extraordinario en 2017 (el año de publicación de este
libro), cuando todo suele exagerarse y prácticamente cualquier evento puede convertirse
en sensacionalista. Vivimos en un mundo en el que todos, un atleta, un vendedor o una
esposa, deben rendir el ciento por ciento. Conocemos estudiantes con un promedio de
calificaciones superior a 4.0 y muchas veces solemos escuchar a los entusiastas jueces
de American Idol1¡Dar un “Si” al ciento cincuenta por ciento! Estas afirmaciones
pueden tener sentido en un mundo en el que todos los miembros de Facebook publican
haber tenido el mejor fin de semana del mundo. Sin embargo, cuando consideramos
seria y racionalmente el sentido y las consecuencias del ciento por ciento contenidos en
el principio noveno, vemos que es realmente ¡extraordinario!

Creo que será más sencillo analizar el principio noveno una vez que sepamos qué es
la fuerza y lo que hace (principio décimo). En realidad, en esta revisión de los treinta y
tres principios, el Dr. David Koch sugiere reorganizarlos para facilitar la progresión
lógica del pensamiento.2 Sin embargo, nosotros pondremos la mira en la cantidad
expresada, entendiendo que la fuerza es un componente inmaterial y por ello no se
puede ver ni medir.

Dentro de este contexto, ¿Qué significa el ciento por ciento? Primero vamos a
analizar algunos principios básicos de matemática. (¡No entren en pánico los que odian
la matemática! Soy hija de un contador, pero conozco el viejo dicho que afirma que
existen dos clases de personas en el mundo: las que pueden contar y ¡las que no!). Hay
veces en las que los porcentajes mayores del ciento por ciento tienen sentido y son
apropiados. Por ejemplo, se puede haber hecho una inversión cuyo rendimiento sea del
ciento cincuenta por ciento, lo que simplemente significa que se habrá recuperado la
inversión con una ganancia del cincuenta por ciento. Sin embargo, cuando hablamos de
la totalidad de una cosa, entonces no podemos tener más del ciento por ciento.

No se puede comer el ciento diez por ciento por ciento de una tarta. Este es el caso
que se aplica al principio noveno. En su análisis de este principio, Stephenson dice que
“no hay nada que pueda impedir a la inteligencia crear todo lo que quiera…Pero al ser
perfecta e incapaz de acciones incorrectas, la inteligencia crea la cantidad necesaria…la
adecuada para realizar un acto específico -ni más ni menos- por lo tanto, el ciento por
ciento.”3 Podríamos sugerir que la cantidad creada no es tanto una cantidad específica
sino la cantidad perfecta o completa. Esto también tiene sentido porque si la fuerza es
1
American Idol es una serie de concursos televisivos de cantantes American singing-competition
television series.
2
David B. Koch, Contemporary Chiropractic Philosophy, An Introduction: A Reformulation of the
Thirty-Three Principles and the Normal Complete Cycle (Roswell, Georgia: Roswell Publishing
Company, 2008), 29–30.
inmaterial e imposible de medir, nunca se podrá saber si lo tenemos todo (es decir el
ciento por ciento).

Consideremos una aplicación práctica de este principio.

¿Por qué una piedra es una piedra y no un palo? Una roca es la expresión específica
de la organización que se mantiene en existencia por una inteligencia. La organización
siempre indica inteligencia. Eso lo sabemos porque las leyes naturales del universo
indican que las cosas tienden a la desorganización. En física, lo llamamos entropía y se
manifiesta en la segunda ley de la termodinámica. Es la ley del desgaste universal. Por
lo tanto, una piedra es una piedra. Podemos levantarla y hacerla girar en nuestras
manos. Hay una inteligencia que la mantiene en existencia como piedra. Lo hace
mediante la creación de fuerzas que se expresan a través de la materia que es la piedra.
Si esas fuerzas no estuvieran al ciento por ciento, no sería una piedra.

Otro comentario importante para hacer con respecto al principio noveno es que la
inteligencia no sólo crea una fuerza perfecta (ciento por ciento), sino que siempre crea
una fuerza perfecta. Esto quiere decir que no solo puede hacerlo, sino que lo hace
siempre. Consideremos un lanzador de béisbol (pitcher) que lanza un juego perfecto.
¡Sería fantástico! y, si bien sucede muy raramente, es posible. Ahora, imaginemos al
pitcher perfecto que siempre lanza el juego perfecto cuando está en el montículo de
lanzamiento. ¡Sería asombroso! y esto es exactamente lo que hace la inteligencia,
siempre crea la fuerza perfecta.

Curiosamente, los principios noveno y décimo (la cantidad de fuerza y su función) se


relacionan con los principios séptimo y octavo (la cantidad de inteligencia y su función).
Estos cuatro principios son los cimientos sobre los cuales se construirán los principios
de la vida. Inteligencia, fuerza y materia son los componentes clave de toda
organización. La manera en que esos mismos principios se manifiestan en los sistemas
vivos (principios vigésimo tercero, vigésimo quinto, vigésimo sexto, vigésimo octavo y
trigésimo primero) es apasionante y es un indicador significativo del enorme impacto
que la quiropráctica puede tener en la humanidad, así que ¡continúa leyendo! En el
siguiente principio analizaremos el propósito de la fuerza, pero por ahora, es importante
saber que la cantidad de fuerza creada por la inteligencia siempre es el ciento por
ciento. De eso se trata el noveno principio.

3
R. W. Stephenson, Chiropractic Text Book (Davenport, Iowa: The Palmer School of Chiropractic,
1948), 250.
Paciencia, persistencia y transpiración son la combinación perfecta para el éxito.
—Napoleón Hill

Los campeones practican el juego hasta que lo hacen bien.


—Billie Jean King

¿Cuán profunda es tu visión? Pablo Andrés Herrera Loyola, quiropráctico

El Sahara es el desierto más grande del mundo. Cada año el polvo del Sahara se
suspende desde el piso y es transportado por el viento por más de 4.000 km a través del
Océano Atlántico. Una porción del polvo suspendido cae en la cuenca amazónica,
donde se encuentra la más grande selva del planeta. Cada año 27 millones de toneladas
de estas partículas provenientes de África son depositadas en la Amazonía, y si bien son
pequeñas, proveen de fósforo a los suelos de la selva que sufren pérdidas constantes
debido a las inundaciones y corrientes superficiales.

Queramos o no, todos nosotros somos parte de un equilibrio, somos parte de una
inteligencia universal y nos regimos en base a leyes universales que quizás escapan
muchas veces de nuestras estructuras mentales con las cuales somos educados. Así
como cuando vemos que entre Sahara y el Amazonas existe una perfecta armonía y
conexión, en nuestra existencia externa e interna podemos percibir la misma realidad.
Cuando nos permitimos conectarnos con el nivel más profundo de nuestro ser, donde
aflora la verdadera riqueza y autenticidad del ser humano, es cuando logramos conectar
con el Universo en un nivel superior.

La quiropráctica vive en todo lo que hacemos, en lo que percibimos, en lo que


generamos, en nuestros resultados, en nuestra consciencia. “La quiropráctica está
relacionada con la vida”. En mi opinión representa la mejor frase que uno puede abrazar
cuando comienza este camino. Lo concreto es que nuestra práctica es el fiel reflejo de la
unión entre lo inmaterial y material, y el nivel de profundidad, equilibrio y conexión que
alcance estará directamente relacionado con cuán profundo quieras ir. Ciertamente, las
personas conectan con nuestros valores supremos, con nuestra energía, entrega y amor;
con nuestra esencia. Pero el nivel de compromiso y entendimiento de una práctica está
asociado a cómo puedes vibrar y conectar con tu misión, visión y propósito. ¿Cuánta
conexión hay entre tú y tu visión? ¿Cuánto de ti pones en cada evaluación y ajuste? ¿Se
ve reflejado tu propósito, visión y misión en cada una de las personas que te visitan en
forma regular?

Estructuralmente es primordial que nuestra oficina funcione a la perfección, que se


encuentre limpia, que exista ambiente, que todo el material se encuentre en óptimas
condiciones, que pongamos atención en los detalles y que sea un lugar donde la gente
pueda aprender más sobre quiropráctica en cada visita. Para esto último es importante
tener un sistema educacional congruente y dirigido, que pueda hacer llegar nuestro
mensaje a personas con distintas capacidades y de distintas formas. Y la verdad es que
no hay recetas para crear una práctica exitosa, es solo cuestión de preguntarse si
realmente este es el lugar donde creo que mi desempeño es y será el mejor.

Existen millones de chances para poder comunicar lo que hacemos al mundo, lo primero
es mostrar tu centro a la comunidad y esto, al igual que todo lo que hagamos, depende
ciento por ciento de nosotros. Entregar tarjetas, invitar a tus familiares y amigos,
mostrarle a la sociedad lo valioso que tienes por entregarles, hablar y compartir con la
gente, crear comunidad, participar y vivir en ella, entre otras. No hay mejor regalo para
el mundo que el que tú viniste a entregar, la idea es mostrarlo día a día, porque cada
acción y pensamiento que haces tiene repercusión en lo que pueda pasar mañana, con
una persona, con tu familia, con tus amigos y con la sociedad. La quiropráctica es amor,
en esencia uno entrega y conecta con las personas a través de las manos, en un plano
físico, pero lo que se transmite, ese más allá, viene desde el fondo de tu ser, de las ganas
de servir y de las ganas de aportar desde dentro hacia fuera.

Tenemos la maravillosa oportunidad de servir a corazón abierto, de conectar a


cada persona con su inteligencia suprema, que habita en cada uno de nosotros y en
todo lo que nos rodea. Nuestro deber es dar lo mejor para transformar el mundo
con nuestras manos, desde adentro hacia afuera.
Con energía y persistencia todo se conquista.

—Benjamin Franklin
Principio 10
Shane Walker, DC
La función de la fuerza

La función de la fuerza es unir inteligencia y


materia.

En mi opinión, los principios de la quiropráctica no deberían analizarse interactuando


con un paciente nuevo. Por ejemplo, si me dirijo a una tienda de repuestos de autos y el
vendedor comienza a explicarme la filosofía del cambio de batería y el motivo por el
cual decidió estudiar algo relacionado con el mantenimiento de automóviles, yo saldría
corriendo. ¡Limítese a cambiarme la batería, por favor! Sin embargo, muchas prácticas
ofrecen una especie de seminario avanzado. Creo que los lugares ideales para
profundizar sobre el tema son una clase sobre el cuidado de la columna vertebral, la
evaluación posterior o una mesa redonda.

Es muy difícil hacer un análisis profundo del décimo principio sin antes considerar el
tercer principio, la unión de inteligencia y materia. Este principio establece que la vida
es necesariamente la unión de inteligencia y materia. Cuando el trino de la vida está
completo porque la fuerza ha unido a la inteligencia con la materia, un organismo tiene
la posibilidad de expresar plenamente su potencial innato. Esa es la razón por la cual la
expresión fisiológica total de la fuerza es vital para los sistemas vivientes.

La inteligencia innata adapta las fuerzas universales para que puedan ser utilizadas
de manera constructiva en el cuerpo. Con las personas que van a mi práctica, yo
generalmente introduzco el concepto de inteligencia innata con una broma. Los gansos
pequeños no tienen que ir a la escuela para aprender a volar hacia el sur durante el
invierno; lo saben de manera innata. De la misma manera la inteligencia innata del
cuerpo sabe cómo curar una herida cortante y soldar un hueso fracturado. Sin embargo,
el cuerpo necesita “un intermediario” que conecte esta maravillosa inteligencia con los
tejidos: ¡La fuerza!

En lo que respecta al décimo principio, el público en general comprende fácilmente


lo que es fuerza, ya que fuerza y energía son términos que se pueden utilizar
indistintamente. Cuando hablaba de energía, Stephenson decía: “Podríamos decir que
este impulso mental está formado por cierta clase de energías físicas”4. Por lo tanto,
ahora es sencillo comprender que el impulso mental es una fuerza que une la
inteligencia del cuerpo con sus tejidos.

Fuerza = Energía = Impulso mental

Stephenson habló de dos tipos de fuerzas. Las Fuerzas universales que actúan sobre
el cuerpo desde afuera y se supone que son naturalmente destructivas. Como por
ejemplo el estrés o ser lastimados por una piedra. Stephenson también afirmaba que
supuestamente, todas las fuerzas universales son dañinas para los sistemas vivos, salvo
que la inteligencia innata considere lo contrario. Por ejemplo, es posible que una
persona sufra una caída que inadvertidamente corrija una subluxación vertebral. En
realidad, no es imposible que una fuerza universal pueda corregir una subluxación

4
Stephenson, Chiropractic Text Book, 268, 269 y 292.
vertebral; después de todo un ajuste… ¡Es una fuerza universal! Las fuerzas innatas
actúan desde el interior del cuerpo, son constructivas y actúan para beneficio del
organismo. Un músculo que se contrae, la sangre que bombea y los impulsos mentales
son ejemplos de fuerzas innatas.

Si bien habitualmente pensamos que las fuerzas innatas, como los impulsos mentales,
pueden sufrir interferencias producidas por una subluxación vertebral, las fuerzas
universales también pueden sufrirlas. Pensemos en la luz del sol (fuerza universal)
obstruida por la rama de un árbol o un paraguas que nos protege de la lluvia. Ambos son
ejemplos de la obstrucción de fuerzas universales.

Las interferencias a la transmisión de impulsos cerebrales tienen consecuencias más


importantes. La salud no puede expresarse adecuadamente sin organización. No puede
haber organización sin inteligencia. Por lo tanto, cuando un impulso cerebral (fuerza)
es interferido, la tríada está incompleta. Un cuerpo subluxado siempre dará como
resultado una disminución de la capacidad innata del cuerpo de expresar la salud de
manera plena. Como quiroprácticos, estamos buscando permanentemente mejores
formas de comunicar el concepto de interferencia a un impulso cerebral. Es fundamental
demostrar la supremacía del sistema nervioso central. Una manera muy sencilla de
hacerlo es preguntar al paciente: “¿Cuánto tiempo puede vivir usted sin hacer ejercicio?,
¿Sin comida? ¿Sin agua? Y, ¿Cuánto tiempo puede vivir sin el sistema nervioso?: ¡Ni
un segundo!

Nosotros brindamos informes grupales dos veces por semana como una
“orientación” para pacientes nuevos. Durante la charla, yo camino alrededor del grupo y
les entrego una moneda de diez centavos de dólar a cada uno de los participantes y les
pido que la coloquen sobre su brazo. Les pregunto si la sienten y todos responden que
sí. Les digo que la dejen donde está durante unos minutos y continúo hablando.
Primero, esto los involucra no solo auditivamente sino kinestésicamente. Segundo,
están todos realmente atentos a la razón por la cual les pido que apoyen ¡diez centavos
en el brazo! Una vez transcurridos algunos minutos, les pregunto si aún sienten la
moneda de diez centavos. La mayoría dice que no. Entonces, yo hago referencia al
estudio del Dr. Suh de la Universidad de Colorado donde demostró que la presión de
solo diez milímetros de mercurio sobre un nervio puede disminuir el “flujo” hasta un 60
por ciento. La presión de solo 10 milímetros de mercurio puede crear una interferencia
en la fuerza nerviosa sin que la persona lo sienta.

Cuando las personas están boca abajo sobre la camilla, tengo una audiencia cautiva y
es el momento perfecto para infundirles un pensamiento quiropráctico. Ellos se pasan el
99,9 por ciento de su vida en la ciudad, en el trabajo o en la escuela y conectados a un
iPad o a un televisor que les inculca una filosofía de afuera hacia adentro. El 0,1 por
ciento de su tiempo que están en nuestra oficina quiropráctica es nuestra oportunidad de
sumergirlos en un mensaje de adentro hacia afuera. Las personas suelen responder bien
al humor. Entonces, cuando están boca abajo en la camilla, les pregunto “¿Cree en el
mantenimiento?”

La mayoría responde, “Si, por supuesto”.

A lo que añado, “¡Yo también! ¡Por eso me lavo los dientes diariamente, aunque no
lo necesite!”
Naturalmente, se ríen, pero después del ajuste, vuelvo a tocar el tema. “El cuidado
quiropráctico de por vida está relacionado con la comunicación. Sin comunicación, un
negocio o un matrimonio se destruyen, la falta de comunicación puede causar la quiebra
o un divorcio. Si hay una interferencia en el sistema nervioso del cuerpo y la
comunicación se corta en diferentes lugares, las consecuencias pueden ser mucho más
graves, como la enfermedad. Por lo tanto, el motivo por el cual espero ajustarlo durante
toda su vida es para permitir la plena comunicación dentro de su cuerpo, de manera que
usted pueda ser su mejor versión”. Hemos logrado varias cosas. Primero formulamos
una pregunta. Las preguntas inician conversaciones; las afirmaciones las cierran. Luego,
utilizamos el humor para llamar la atención. Por último, usamos una analogía para
demostrar la interferencia con las fuerzas innatas.

De una manera más abstracta, hubiera sido imposible percibir el concepto de


inteligencia sin materia. La inteligencia existe en lo inmaterial y tiene que tener algo
para manifestarse dentro de la materia. Por otro lado, la materia no podría existir en su
esencia sin la influencia de la inteligencia. Tanto si hablamos de una piedra o de un
sistema vivo, la organización ocurre a través de la aplicación de la fuerza por parte de la
inteligencia. La fuerza une lo material con lo inmaterial, hace perceptible lo
imperceptible y une la inteligencia con la materia.
La capacidad de aprender es un don, la habilidad para aprender es una aptitud, el
deseo de aprender es una elección.
—Brian Herbert

Dime algo y lo olvidaré. Enséñame algo y lo recordaré. Involúcrame en algo y lo


aprenderé.
—Benjamín Franklin

Un breve comentario del profesor de quiropráctica Brian Dooley, DC

Tengo la suerte de dictar clases en el Sherman College of Chiropractic. Lo que he


observado, y es evidente, es que los estudiantes simplemente desconocen lo que no
saben. Esto me hace sentir que están perdiendo oportunidades que les brindarían
claridad de visión y propósito cuando llegase el momento de la graduación. ¡Sería
fantástico que los estudiantes salieran al mundo de la quiropráctica teniendo la
seguridad personal de librar al mundo de las subluxaciones vertebrales!

Como sucede en la educación, especialmente en la educación quiropráctica, los


alumnos reciben una enorme cantidad de material que les llega con la dulzura y gracia
de una manguera contra incendios. Se ven forzados a aprobar exámenes y las clases
tienen demasiados tópicos que utilizaran poco y nada en su práctica diaria. Los
estudiantes dicen que se les ha enseñado quiropráctica, pero yo me pregunto: ¿Se les ha
enseñado realmente? ¿Se dan cuenta de lo que no saben y de qué manera ese
desconocimiento hará que su existencia como quiroprácticos llegue a niveles
impensados por ellos o por sus quiroprácticos personales?

Este pensamiento me ha hecho reflexionar sobre mí mismo. ¿Qué es lo que yo no sé?


¿Qué cosas podrían contribuir para que fuera un mejor educador, un mejor profesor y un
mejor quiropráctico? En educación, la percepción llega cuando la clase ha terminado, el
conocimiento está ahí y seguimos adelante. Como quiroprácticos deberíamos tratar de
mejorar continuamente. Podemos comenzar leyendo algunos de los Green Books para
ver cuál era el verdadero modo de pensar del descubridor y desarrollador de la
quiropráctica. Tratemos de deliberar permanentemente con nuestros colegas para
profundizar en la filosofía. ¿Han experimentado alguna vez una situación en la que
aprenden algo y dicen: “¡Caramba, no tenía la menor idea de esto!?” “Acabo de
descubrir que ¡Es fantástico!” Todos deberíamos estar constantemente tratando de
averiguar qué es lo que no sabemos. Si lo hacemos, la profesión de quiropráctica
experimentará fabulosos cambios a niveles que ninguno de nosotros podemos
comprender actualmente.

¿Qué podemos hacer para que esto suceda? Primero, darnos cuenta de que hay
muchas cosas que no sabemos y que ahora es el momento de conocerlas. Podemos
reunirnos con otros quiroprácticos conocidos que tengan nuestra misma línea de
pensamiento y formar grupos. Buscar un tema para leer semanalmente y después
analizarlo. Establecer un lugar de reunión permanente y encontrarnos allí para compartir
ideas. En lugar de dar charlas sobre las condiciones de salud, darlas sobre temas
relacionados con los treinta y tres principios o extraídos de ellos. Algunos títulos
podrían ser, por ejemplo: “Causas y efectos de la salud”; “Este es el momento para tener
una buena salud”; “El universo y nosotros” y “Coordinando la salud en un mundo con
muchas ocupaciones”. También deberíamos asistir a eventos relacionados con nuestra
filosofía y destinar de treinta minutos a una hora diariamente a leer algo sobre
quiropráctica. Debemos sacar provecho de nuestros líderes desde B.J. Palmer hasta Sid
Williams, pasando por Reggie Gold, Jim Sigafoose y otros. Ellos ya hicieron su trabajo,
ahora nos toca a nosotros tomar la antorcha.

Cuando dejas de aprender, comienzas a morir.


—Albert Einstein
Principio 11
Edwin Cordero, DC
El Carácter de las fuerzas universales.

Las fuerzas de la inteligencia universal se manifiestan a través de leyes físicas, son


inquebrantables, no se adaptan a las estructuras en las que trabajan y son
independientes de ellas.

En la vida, las fuerzas universales constituyen un amplio espectro. Incluyen la gravedad,


la luz solar, el viento, la lluvia, átomos que se unen para formar moléculas y todo lo que
comemos, bebemos y respiramos; es decir, todo aquello, interno o externo que, en el
mundo físico del cuerpo del organismo al que llamamos humano, se debe adaptar no
solo para sobrevivir sino para desarrollarse. Si bien fueron creadas por la inteligencia
universal en un ámbito no físico, estas fuerzas se manifiestan o expresan, como leyes
físicas. No son falsas ni se rompen, aunque, algunas veces, las personas desearían que lo
hicieran.

Como son leyes físicas, se comportan como tales permanentemente. El principio


número once establece que las fuerzas universales son inquebrantables y no se adaptan.
En la vida, la inteligencia universal no decide cuáles son las fuerzas que actúan en
determinada materia y cuáles no. Las fuerzas universales trabajan en toda la materia y,
como tales, no se adaptan. Algunas fuerzas universales pueden anular a otras, pero
nunca se adaptan. Como ejemplo del principio once en acción podemos pensar en un
avión en pleno vuelo. Perecería que la fuerza universal de la gravedad hubiese cambiado
o se hubiese adaptado, sin embargo, permanece en su lugar, actuando. Si tiramos un
objeto dentro del avión, se caerá. La gravedad aún está atrayendo al avión hacia la
tierra, pero la fuerza universal de la aerodinámica está invalidando a la gravedad, al
menos por una vez.

Otro ejemplo del principio número once en acción es que dicho principio también
afirma que las fuerzas universales no demuestran desvelo o preocupación alguna. Al ser
leyes y no sugerencias físicas, las leyes universales no se preocupan por la estructura
sobre la que tienen que actuar. No les importa si es una dulce e inocente niña o el mayor
de los villanos. La Internet está plagada de filmaciones de fuerzas universales que no
muestran preocupación alguna. Como ejemplo podemos mencionar los desastres
naturales: un terremoto en Japón, un tsunami en Indonesia, relámpagos o tornados en
Missouri. Las fuerzas universales actúan cuando se presentan las condiciones para que
ellas se muestren. Los seres humanos podrán precisar si determinada forma de
expresión de las fuerzas universales es trágica, ellas no conocen la definición. A las
fuerzas solo les concierne la construcción y ruptura de la materia para que el universo
pueda estar en estado de entropía.

En lo que respecta al análisis y corrección de subluxaciones vertebrales, podemos


afirmar que el undécimo principio está a la vanguardia. Tal como dijimos anteriormente,
las fuerzas universales son inquebrantables, no se adaptan y son independientes.
Trabajan donde quieren y a través de lo que quieren. Con respecto a la quiropráctica,
esto incluye principalmente al ser humano. Las fuerzas universales son implacables y
continuas. Para que un organismo biológico, como el humano, pueda permanecer como
una organización activa en sí misma, debe adaptarse a esas fuerzas. El organismo
biológico no puede modificar las fuerzas universales; tampoco las puede detener. El ser
bueno o hacer las cosas bien no desviará a las fuerzas universales, que se clasifican en
tres categorías: pensamientos, traumas y toxinas. Con un torrente de fuerzas universales
fluyendo sobre un organismo biológico y a través de él en todo momento, la adaptación
a dichas fuerzas se convierte en un hecho clave para su supervivencia.

Cuando el organismo biológico no se puede adaptar a esos cambios, utiliza esas


fuerzas en su beneficio, entonces, en los vertebrados, se puede originar una subluxación
vertebral. Cuando esto sucede, se produce una situación en la cual el organismo
biológico no se puede adaptar a su ritmo ideal. Entonces, no hay manera que el
organismo pueda existir conforme a la expresión ideal de su inteligencia innata
personal. Eso conlleva a un organismo en inferiores condiciones, el cual, si lo
extrapolamos a la premisa mayor, nos conduce a una existencia del universo con menor
capacidad o disminuido. Reflexionemos sobre este punto durante unos minutos.

Si la falta de adaptación a las fuerzas externas e internas que ejercen su influencia


sobre las personas del mundo y a través de ellas, es la causante de un mundo con menor
capacidad o disminuido, ello debería encender el fuego y el deseo de los quiroprácticos
de convertir al planeta en el mejor lugar para existir. Si todos los seres humanos
circuláramos por la vida libres de subluxaciones, ¿Cuánto mejor estaría la humanidad, a
nivel personal, familiar o de país?

Si tuviera que explicar el principio número once al público en general, le diría que
todas esas fuerzas están tratando de destrozarnos. Que ello es inevitable. Lo que se
puede hacer es mejorar el estado de nuestra existencia mientras estamos aquí. Si
estamos libres de interferencias, nuestros cuerpos tienen la maravillosa habilidad de
utilizar de manera positiva las fuerzas que nos llegan. Lo fantástico de las fuerzas
universales es que son implacables y continuas. Lo queramos o no, ellas están ahí. Y
eso es bueno. Como seres biológicos, no tenemos que preocuparnos por generar nuestro
propio combustible. Simplemente debemos abrazar y respetar a las fuerzas universales
que nos rodean y convertirlas en el combustible de nuestra existencia. Si nuestra
intención es que nuestra calidad de vida, la de nuestras familias, de las personas que
amamos y de las que nos rodean sea óptima, entonces debemos trabajar de la mejor
manera posible con las fuerzas universales que están a nuestro alrededor. Para ello el
sistema nervioso debe funcionar plenamente, libre de las interferencias causadas por las
subluxaciones vertebrales.
La probabilidad deriva de los principios, pero la verdad o la certeza derivan de los
hechos.
—Tom Stoppard

La honestidad es el primer capítulo del libro de la sabiduría.


—Thomas Jefferson

La certeza de la verdad
Chris Zaino, DC

Como quiroprácticos no nos percatamos de que, si ocultamos, aunque sea en un


porcentaje mínimo, la verdad, estamos mintiendo. Sé que ninguno de nosotros lo hace
con mala intención; de hecho, algunas veces suavizamos la verdad o decimos pequeñas
mentiras piadosas para evitar la confrontación, o para mantener la paz, conservar una
relación, evitar que las personas se alejen o para persuadir a alguien a recibir cuidado
quiropráctico. La mayor causa de estrés es mentir o retener información (la mayor
mentira es ocultar información).

Todos los animales utilizan el engaño. La mentira forma parte de nuestra humanidad
para camuflarnos con lo que nos rodea. Nuestra humanidad no nos permite ser 100 por
ciento sinceros.

Cuanto más sinceros seamos, más detectaremos nuestro propio engaño y crearemos
menos estrés para nosotros y para los demás.

Prueben hacer el siguiente ejercicio. Háganse esta pregunta: “¿En qué áreas no he
estado diciendo toda la verdad u ocultando algo para evitar una situación incómoda?
¿Qué pequeñas mentiras piadosas he dicho en comunicación?”. Luego pregúntense,
“¿Por qué lo hago?”, y sean completamente honestos. Esto, ¡Los liberará!

La certeza nos da el límite. Para ello debemos estar ciento por ciento seguros de qué
enseñamos y de qué manera orientamos a los demás. No importa si las personas que
vienen a nuestra práctica tienen un primo cirujano. Si su columna se está deteriorando
diariamente, si le está acortando la vida, si el proceso de la enfermedad aumenta a
diario, los está matando. Esto no es una creencia, es un hecho. Ellos son responsables de
lo que tienen que hacer para disminuir la enfermedad y detenerla LO ANTES
POSIBLE. Nuestro trabajo es decirles la verdad.

La verdad es como un león: no tienes que defenderlo. Déjalo suelto; se defiende a sí


mismo.
―Agustín de Hippo

No importa lo que las personas piensen, las subluxaciones deterioran y matan, si lo


creen o no, ello no cambia la realidad.

Pregúntense, “¿Cuándo, ¿dónde y por qué perdí mi límite?” Sumérjanse diariamente


en la filosofía de la quiropráctica, en su escritura, en los audios, videos y en la
enseñanza, ¡Eso los ayudará a recuperar el límite!
Si desarrollan la certeza, podrán lograrlo todo, aún aquello que los demás digan
que es imposible.
—Tony Robbins
Principio 12
Caroline Lagerlof, DC, ACP
Interferencias en la transmisión de las fuerzas universales.

Puede haber interferencias en la transmisión de las fuerzas universales.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

Yo quiero asegurarme de que las personas que vienen a mi práctica comprendan y


valoren la importancia de la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Les explico que
la interrupción de esta comunicación es lo que el mundo médico utiliza para determinar
la muerte, ya que la muerte cerebral es la definición de fallecimiento. Es a través de esas
señales que el cerebro se comunica con el cuerpo y éste envía información nuevamente
al cerebro. Sin esa información, el cerebro no sabría lo que está sucediendo en el
cuerpo, por lo tanto, no podría enviar instrucciones respecto de lo que se debe hacer y
cómo hacerlo. La información del dedo gordo del pie derecho debe llegar al cerebro sin
que se entremezcle con otra información que llega del cuerpo. El cerebro necesita estar
seguro de estar recibiendo la información correcta, de lo contrario el mensaje se
alteraría y sería incorrecto. Puede compararse con el cambio de frecuencias de la radio.
Los sonidos que recibimos son ondas que se transmiten a través del aire. Cuando
cambiamos la sintonía de una radio, cambiamos las ondas y con ello los sonidos que
percibimos, ya que el mensaje transmitido es diferente. En otra frecuencia, no oiremos
el sonido de la radio con menos volumen, ni recibiremos el mismo mensaje, ni partes
más pequeñas de éste; al no poder crear el mismo mensaje sin el mismo tipo de
información, se habrá formado un mensaje diferente. Nuestro cerebro también tiene la
necesidad de llenar los espacios en blanco de la información faltante, sin que nos demos
cuenta. Se puede comparar con el mecanismo de complementación que el cerebro hace
con el campo visual. La información que el cerebro recibe de los ojos es incompleta,
debido al punto ciego y a partes del campo visual tapadas por los vasos de la retina, y
esto es totalmente normal. Nosotros desconocemos esta falta de información ya que el
cerebro la compensa y nosotros percibimos que el campo visual está completo.

De la misma manera, como seres humanos que somos, tenemos la tendencia de


completar las partes faltantes del episodio de una serie. En lugar de dejarlas de lado
porque desconocemos cuáles son los hechos, llenamos los blancos con lo que
suponemos que pasó para que la historia tenga sentido para nosotros. Finalmente, no
sabremos a ciencia cierta qué partes hemos inventado, a nivel inconsciente, de una
fuente de información incompleta en combinación con nuestros pensamientos e
ilusiones.

El cerebro puede hacer mejor su trabajo si recibe la información sin interferencias;


por ello debemos tratar de que el flujo de información a través del cuerpo sea óptimo.

¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y la práctica


de la quiropráctica?

Tengamos conciencia de ello, o no, todos tenemos principios que forman nuestros
valores en la vida y con los cuales vivimos. Algunas personas los tienen más en cuenta
que otras, pero independientemente de ello, esos principios constituyen las bases de
nuestros pensamientos y acciones.
Cuando estamos en la práctica trabajando con diferentes personas, no podemos evitar
escuchar otras voces y ruidos que nos rodean y llaman nuestra atención. Por lo general,
en la vida no es el alboroto o los problemas que demandan nuestra atención inmediata
los que hacen la diferencia. Lo importante es lo profundo, lo que no se ve, y es en eso en
lo que nos debemos concentrar.

No creo que nos podamos formular la pregunta “¿Por qué?” demasiadas veces. Toda
vez que me siento capaz o seguro de algo me pregunto “¿Por qué?” para profundizar un
poco más en ese tema. La pregunta “¿Por qué?” también me lleva a las bases de lo que
estoy haciendo y los motivos de ello. En el mundo en que vivimos, siento que es de vital
importancia tener momentos y sesiones en los que nos olvidamos de todo lo demás y
nos enfocamos en el propósito del trabajo que estamos realizando, en nuestro “¿Por
qué?” La claridad de pensamiento y la mente enfocada en lo que queremos hacer nos
ayudará a poner en práctica esta intención, al analizar, detectar y corregir subluxaciones
vertebrales.

¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

¿No es fantástico ver la perfección de la naturaleza? Cuando camino al aire libre, me


asombra observar lo bien que funciona todo, desde los grandes árboles hasta las
complejas colonias de hormigas. Es maravilloso no perder de vista la manera en que
todo está relacionado entre sí y cómo cada cosa cumple un rol importante. Hasta los
mosquitos, que por lo general hacen más daño que bien, desempeñan su papel en el
sistema ecológico y cuando me fijo en ello, entiendo que tienen un propósito. Sin
embargo, algunas partes de la naturaleza y sus elementos son más complejos que lo que
puede comprender la mente humana. Eso no los hace menos importantes de manera
alguna. A pesar de que mi comprensión del funcionamiento de la gravedad está muy
lejos de ser óptima, la gravedad es muy importante y yo no desearía cambiarla de
manera alguna. Confío en ella, como también lo hago en otros aspectos de la naturaleza
que no entiendo en profundidad. Hacen lo suyo muy bien, aún sin la presencia de mis
compañeros humanos y mi profundo entendimiento de todo ello.

El agua y sus diferentes cursos son ejemplos de las fuerzas universales que han sido
organizadas por la inteligencia universal para llevar adelante su misión. No es casual
que la naturaleza los haga correr de la manera en que lo hacen. Al desviar esos cursos,
el hombre ha causado muchos trastornos ambientales. Los cursos de agua que la
naturaleza ha creado han sido bloqueados y redireccionados de diferentes maneras,
alterando el hábitat natural y provocando una cantidad de eventos que dañan el
ecosistema. Si bien es difícil y en muchos casos casi imposible ver el impacto general y
final que un pequeño cambio puede producir en la naturaleza, ello no lo hace menos
significativo y devastador. Seguramente tendrá un impacto, pero ¿Cuál será?

Entonces, debemos preguntarnos si esa alteración justifica el impacto y sus


consecuencias futuras. Debemos tratar de ver más allá de los efectos más obvios y
evidentes y tratar de anticiparnos al impacto general.
¿Cómo se aplica este principio a la vida diaria?

Las fuerzas universales están allí, siempre existieron, nos guste o no, establecidas por
un principio anterior. Al mismo tiempo, así como no podemos evitar las fuerzas
universales que nos rodean, tampoco podemos evitar ciertos aspectos de la vida. Tratar
de evitarlos no sería ventajoso. Más aún, sería imposible y tampoco sería la forma en
que queremos vivir la vida. No es la situación en sí misma lo que es un problema, es
nuestra capacidad para manejar la situación lo que hace la diferencia. Cuando algo
interfiere con nuestra capacidad de manejar una situación, se produce un desequilibrio.

Todos sabemos que hay situaciones en la vida que nos causan estrés y emociones
negativas, como por ejemplo una mala relación. Cuando ignoramos nuestro instinto, al
que yo prefiero llamar intuición, estamos incómodos y nos sentimos mal. Una ruptura
sería devastadora, pero al mismo tiempo sería lo mejor que nos podría pasar. Lo que
hace la diferencia es la manera en que reaccionamos y manejamos la situación. Lo
podemos ver como algo difícil y destructivo o ver más allá de las primeras emociones
dramáticas y darnos cuenta de que, independientemente del motivo de la ruptura,
hubiera sido más dañino continuar creando situaciones negativas. Lo que determina el
resultado de una situación es nuestra manera de actuar al respecto.

Cuando nos enfrentamos a una verdadera tragedia en la vida, podemos reaccionar


de dos maneras: perder las esperanzas y caer en hábitos autodestructivos o utilizar
el desafío para encontrar nuestra fuerza interior. Gracias a las enseñanzas de
Buda, he podido elegir este último camino.
—Dalai Lama

La vida siempre nos da lecciones. Algunas son difíciles, pero al mismo tiempo
vitales. Si bien los padres quieren proteger a sus hijos de todos los peligros, ello es
imposible, en el fondo, los padres saben que no es practicable y también, desde lo
profundo de su corazón, saben que eso no sería beneficioso para su prole. Como padre,
uno desea que su descendencia sea fuerte y capaz de enfrentar la vida y aprender a
manejar los problemas que vayan surgiendo. Podemos enseñar a nuestros pequeños a
andar en bicicleta con rueditas para empezar, pero luego, es necesario quitarlas para que
aprendan la técnica. Las experiencias por las que atravesamos en la vida, los problemas
y los hechos placenteros, son los que nos convierten en las personas que somos. Un
padre no puede preparar a un hijo para cada situación que deba afrontar. Solo
desarrollando la mayor cantidad de habilidades, será posible prepararse para salir
adelante. El carácter se forma con experiencias. Está en nosotros aprovechar las
lecciones para fortalecernos o dejar que ellas nos destruyan.

Todos pasamos por malos momentos. No son las experiencias las que definen
nuestra vida, sino de qué manera respondemos a ellas.
—Rick Warren

Si no logras mejorar la vida de otra persona, entonces estás perdiendo el tiempo.


Tu vida será mejor, si puedes enriquecer la vida de otros.

―Will Smith
La mejor manera de encontrarte a ti mismo es perderte sirviendo a los demás.
—Mahatma Gandhi

Dar, hacer, amar, servir,

Cuando vi por primera vez esta máxima en el campus de Life University, supe que el
propósito de mi vida me había encontrado. Cuando estuchaba a Sigafoose decir lo que
significaba ser quiropráctico y servir a miles de personas, cada célula de mi ser se
llenaba de sentido, vida y energía. El haber sido elegido para ser quiropráctico fue una
de las mayores bendiciones de mi vida.

Un día, cuando estaba sentado en el parque de Life University, tuve el honor de


platicar con el Dr. Sid durante una hora. Él me dijo: “Una de tus manos es la de tu
negocio y la otra es la de tu servicio y tienes que aprender a mantenerlas separadas,
aunque se deban lavar juntas”. También me dijo, “Muchacho, cuida de todas y cada
una de las personas que van a verte, independientemente de sus posibilidades de pagar.
Recibirás tu reconocimiento de otras maneras. Retribuye. Sirve a todas las personas
que puedas y la abundancia vendrá una y otra vez tanto en recompensas financieras
como espirituales”. Agradeceré toda mi vida haber tenido esa conversación con el Dr.
Sid Williams.

La primera vez que puse mis pies en el campus de Sherman, había una asamblea de
estudiantes y Thom Gelardi estaba hablando. Después de escucharlo, me acerqué para
decirle cuánto había disfrutado de sus sabias palabras y que estaba pensando
seriamente mudarme a Sherman. Él me dijo: “David, ¿Tienes un tiempo libre ahora?”,
Le respondí que sí. Entonces me invito a almorzar y me hizo recorrer Spartanburg
hablando de quiropráctica por horas. En ese momento, él era presidente de Sherman y
tenía muchas responsabilidades. Sin embargo, se ocupó de mí y me brindó,
gratuitamente, su tiempo y su sabiduría, sabiendo que ello impactaría en mi vida para
siempre.

Este mensaje de servicio debió haberse inculcado en nuestra profesión durante el


período de B. J, porque muchos de los grandes quiroprácticos que en la actualidad son
personas de ochenta o noventa años de edad, consideran que la quiropráctica es un
servicio centrado en el corazón y una profesión orientada al servicio. Para ellos, la
quiropráctica no fue un trabajo o una “Profesión bien paga”. La quiropráctica fue su
llamado, su misión en la vida. Nunca se cansaron de compartir y brindar servicio de
quiropráctica. Gonstead afirmaba: Muchos de ellos podían trabajar en sus clínicas
hasta altas horas de la noche y luego salir de allí y atender en domicilios. Era su
compromiso. A esos servidores de la vida no les importaba si recibían paga o no. Su
espíritu fluía a través de ellos para un llamado mucho más trascendente.

Si queremos prosperar en la práctica y en la profesión, debemos volver a este


fundamental principio de servicio. Esta es una profesión diseñada para personas con
corazón y un llamado a algo que está más allá de nosotros mismos. La quiropráctica
encierra la palabra qui, que significa “energía de vida” y la palabra quiro que
significa “de las manos”. Esta profesión es literalmente una profesión de las manos,
del tacto, diseñada para liberar fuerza de vida. Esto puede hacerse al más alto nivel
únicamente con un corazón abierto al servicio del amor, de dar a las personas y hacer
para ellas desde nuestra propia abundancia. Lo maravilloso de todo esto es que cuando
provienes de este espacio, tu vida estará plena de abundancia. No se puede dar al
dador, es una ley universal.

Nadie se ha convertido en pobre por el hecho de dar.


—Ana Frank
Principio 13
Pam Jarboe, DC
La función de la materia

La función de la materia es expresar fuerza.

D. D. Palmer decía: “El tono es la fuente, el origen de toda vida, normal o anormal. El
Tono es el elemento, la fuente de la vida cuya calidad determina su carácter”. Un violín
existe como materia. El tañido de las cuerdas introduce una fuerza aplicada a la materia
y la vibración de esas cuerdas es la expresión, cuando mejor se afinen las cuerdas, más
hermosa será la expresión del sonido. Los físicos quánticos descubrieron que los átomos
del cuerpo están compuestos por vórtices de energía que están constantemente girando y
vibrando y cada uno de ellos irradia su energía distintiva e inconfundible. El sistema
nervioso es el modulador del tono coordinado dentro del cuerpo que, cuando está
subluxado no puede expresar ese tono de la manera correcta. Somos seres de energía y
vibraciones que irradiamos nuestra propia energía distintiva e inconfundible. Las
personas que tienen subluxaciones vertebrales por lo general tienen problemas para
expresar la coordinación de todas las partes y funciones del cuerpo, un mayor
entendimiento entre ellas y desarrollar su conciencia humana. Una persona con menos
subluxaciones vertebrales tiene más recursos para subir los peldaños de la escalera de la
conciencia y poder así lograr que su propia energía vibre cómodamente.

La expresión de la fuerza, a través de la coordinación de todas las partes y


funciones del cuerpo.

Hace muchos años, presencié un ajuste en el cual la persona se levantó de la camilla


y comenzó a vomitar violentamente dentro del canasto de la basura. Mi mentor, se
acercó y me susurró de manera muy tranquila: “Nunca verás un cadáver haciendo esto”.
Pocos años después, cuando escuché por primera vez hablar el principio decimotercero,
recordé ese episodio. Un cadáver es materia. Nunca veremos un cadáver llorar, reír o
gritar. El poder de la vida es expresar la fuerza, la fuerza de la vida. Esa fuerza existe.
No es ni buena ni mala, correcta o incorrecta, pero muchas veces observamos que actúa
de alguna de esas maneras. Somos nosotros quienes le damos un significado a esa
expresión.

Los quiroprácticos y demás miembros de la práctica algunas veces consideramos que


hemos tenido éxito con las personas porque se sienten mejor. Si las ajustamos y se
sienten mejor, entonces habremos “ganado”, o hecho las cosas bien. Creemos que los
quiroprácticos “trabajamos” y nos sentimos convalidados y poderosos. Si nos quedamos
estancados en esta forma de pensamiento relacionada con ganar sobre los síntomas del
cuerpo, entonces habremos sucumbido ante una forma de pensar mecanicista y no
relacionada con el ser como un todo. Si continuamos con esa forma de pensar, nos
habremos olvidado de que la vida anhela ser expresada. El quiropráctico ayuda a que la
vida se exprese y no trata de controlarla. Es un espacio sagrado permitir que otro ser se
exprese en un mundo en el que la supresión se considera normal, preferida y más
aceptada. La función de la materia es expresar la fuerza, permitiendo que el cuerpo
pueda experimentar “la vida”. Esta expresión puede venir en forma de fiebre, vómitos,
diarrea. Podemos estar abiertos y no juzgar esas cosas como algo malo que debe
arreglarse, detenerse, anestesiarse. Podemos decidir no caer en la tentación de pensar
que somos malos quiroprácticos y no estamos ajustando de la manera correcta. Podemos
decidir que tales cosas no son malas o incorrectas. Podemos dejar de rechazar personas
porque pensamos que no se dan cuenta. Podemos abrirnos a pensar que las personas no
trabajan en contra nuestra. No es necesario una relación de adversarios por juzgar sus
síntomas, nuestras habilidades o nuestra falta de ellas o simplemente por juzgarlos.
Podemos ingresar a una claridad de focalización que evalúe los parámetros
objetivamente, mida las interferencias nerviosas, elija el arte de cómo y cuándo reducir
o remover esa interferencia y luego dar un paso atrás y permitir que la vida fluya.

Esta lección también se puede aplicar a nuestra vida y a nuestra práctica. ¿Cuántas
veces nos decimos: “¡Esto no debería pasar!”, tanto con respecto a nosotros mismos o a
nuestras oficinas quiroprácticas? Tal como les decimos a las personas que vienen a
ajustarse, los síntomas son un llamado de alerta. Los síntomas en nuestro cuerpo, en
nuestras prácticas y en nuestras relaciones son una oportunidad para ser más un todo.

La expresión de la fuerza, a través del aumento de la conciencia.

Cuando las subluxaciones vertebrales se reducen, ello influye en el flujo aferente y


eferente desde y hacia el cerebro. Estamos afectando el movimiento de las fuerzas de
los tejidos y también influyendo sobre la información que se comparte con el cerebro.
Las personas pueden experimentar un aumento de la sensibilidad. Las cosas que antes
eran oscuras ahora parecen “iluminarse”. También pueden estar más seguras de lo que
funciona y de lo que no. Es un proceso muy importante. Si una persona está mucho
tiempo sentada y está subluxada, las señales del cuerpo pueden no alcanzar al cerebro
para saber que esta posición no es buena. Después de los ajustes, el cerebro puede
“darse cuenta” que eso no es lo mejor para el ser.

Una expresión de la fuerza puede ser la percepción. La capacidad del cerebro de


“leer” de manera diferente el ambiente interno, es una manera de expresión. El Dr.
Candace Pert, autor de Molecules of Emotion, afirma: “Dadas las conexiones que tiene
nuestro cerebro, solo vemos lo que pensamos que es posible. Hacemos coincidir
patrones que ya existían dentro nuestro a través del condicionamiento”. Para concluir de
manera sencilla, podemos decir que a medida que las ajustamos, los cerebros de las
personas cambian y a medida que lo hacen, posiblemente expresen su fuerza de vida de
manera más dinámica.

La expresión de la fuerza, a través de la evolución de la conciencia.

Antes que la mayoría de las cosas ocurran en el mundo físico, fueron concebidas en
la imaginación. Cuando era pequeño, mi hijo, Jackson, se confundía con la palabra
imaginación a la que solía llamar “mágica nación”. Creo que esa frase era mucho más
adecuada y descriptiva. En quiropráctica, muchas veces reconocemos la función
dinámica mejorada a nivel celular y un aumento del nivel de conciencia, pero evitamos
la conversación de la evolución espiritual.

Cuando las personas con subluxaciones están ajustadas, su sistema nervioso suele
salir de un estado vigilante, comprensivo y dominante. Como resultado, emerge una
persona que es más consciente, informada y creativa. La creatividad proviene de un
plano espiritual, la conciencia colectiva. El cerebro (materia), es un receptáculo, no una
fuente de la fuerza de vida, la inteligencia que espera expresarse a sí misma como una
conciencia más elevada.
En la dedicatoria de The Chiropractor’s Adjuster, D. D. Palmer escribió: “Este libro
está dedicado a todos aquellos que deseen elevar la raza humana liberándola de la
ignorancia, de los prejuicios tradicionales, de la superstición y los espejismos
perniciosos de la superioridad de la medicación con drogas y de la necesidad de las
mutilaciones de la cirugía; y especialmente a todos aquellos que deseen conocer el
mejor método de remover la condición innecesaria y anormal conocida como
enfermedad, estado que no solo causa grandes sufrimientos, acorta la vida y disminuye
el progreso intelectual y natural, sino que impide la adquisición adecuada del
conocimiento metafísico necesario para la siguiente etapa de la existencia”. En esta
oración, Palmer encapsula el concepto de que la expresión de la fuerza a través de la
materia permite la “elevación de la raza humana”, la remoción del sufrimiento
provocado por la enfermedad y la adquisición del conocimiento metafísico necesario
para la siguiente etapa de la existencia. A medida que tenemos menos subluxaciones,
somos más capaces de acceder al poder escondido de nuestra “mágica nación” y
expresar una vibración resonante de mayor frecuencia. Las fuerzas que expresamos en
el mundo como resultado de esta clara resonancia se expanden en forma de ondas por
todo nuestro entorno.
La gestión por objetivos funciona si conocemos los objetivos: El noventa por ciento
de las veces no los conocemos.
—Peter Drucker

Aprendí el valor del trabajo arduo, trabajando duramente.


—Margaret Mead

Gestión de la práctica por objetivos

Las corporaciones más exitosas del planeta se manejan a través de objetivos, tanto en
sus sistemas como en sus procedimientos y resultados. Si tienes un objetivo para cada
procedimiento de tu práctica, ella será más confiable, los resultados más predecibles y
la transición de los empleados más eficiente. Yo tengo un objetivo para cada uno de los
procedimientos de mi práctica. Los siguientes, son algunos ejemplos de ello.

Primera llamada telefónica

Objetivo—Lograr que las personas vayan a la charla

Sigafoose una vez preguntó: “Si tuvieras dos minutos para explicar qué es la
quiropráctica, ¿Qué dirías?”

Su respuesta fue: “Utilizaría los dos minutos para convencer a las personas por qué
deben venir y escuchar mi charla de una hora”

La gestión por objetivos brinda a los asistentes la comprensión clara que la primera
llamada telefónica no es el momento ni el lugar para explicar qué es la quiropráctica.
El asistente comprende que únicamente debe brindar la información necesaria para
que las personas asistan a la charla informativa de una hora. El asistente quiropráctico
entiende que, si cumple con el objetivo de esa llamada, nuestro impacto en las vidas de
las personas será mayor. Cualquier otra cosa brindará al público un mal servicio.

Primera charla informativa

Objetivo—Inspirar e informar a las personas, motivándolas para que decidan


comenzar a recibir cuidado quiropráctico.

Cuando comencé con mi practica y aún no tenía un objetivo para cada


procedimiento, mi primera charla era demasiado general. Hablaba sobre la
inteligencia innata, la diferencia entre salud y enfermedad, las subluxaciones
vertebrales, cómo analizar los síntomas y otros temas similares.

Un día, mi asistente me dijo, “David, tengamos un objetivo claro para esta charla.
La gente está inspirada, pero recibe demasiada información; no entienden los
principios básicos de por qué cada persona del planeta ¡puede beneficiarse con la
quiropráctica!”.

Esto cambió mi práctica por completo. Decidí dos cosas: hacer cuatro eventos al
año, en los cuales desarrollaría conceptos más profundos acerca de la quiropráctica; y
crear un programa educativo de veinticinco módulos. Esto me permitió enfocar mi
primera charla únicamente a inspirar a las personas a elegir el cuidado quiropráctico
de por vida.

Rediseñamos la charla para brindar información básica sobre el sistema nervioso,


las subluxaciones vertebrales y la forma de trabajar en nuestra práctica.
Inmediatamente aumentaron considerablemente las personas referidas, la gente
cumplía los planes de cuidado de manera más consistente y muy pronto comenzaron a
traer a sus hijos a nuestras prácticas.

Dia 1

Objetivo—Recopilación de información

Recabamos información acerca de la persona y sus subluxaciones vertebrales. Esto


tiene lugar mediante cinco preguntas concisas y luego una completa revisión de la
columna vertebral.

Reevaluación
Objetivo—Reconexión

Nos tomamos un poco más de tiempo durante un mínimo de dieciséis y un máximo


de veinte visitas para reconectar a las personas con su cuidado. Les brindamos más
información acerca de lo que está sucediendo con sus subluxaciones vertebrales, los
volvemos a conectar con el plan de cuidado quiropráctico y reinsertamos conceptos
tales como la inteligencia innata o por qué deben traer a sus hijos para chequear su
columna vertebral.

Las mediciones ayudan a mejorar


—Peter Drucker

Una vez que los sistemas y procedimientos están bien organizados con objetivos, es
más sencillo establecer un sistema para medir cómo están funcionando los sistemas y
los objetivos. Un ejemplo de ello podría ser la primera llamada telefónica. Si el
objetivo es que las personas asistan a la charla, hay que medir la cantidad de llamados
que se reciben pidiendo información sobre la primera visita y la cantidad de personas
que asisten a la charla. Los resultados son fácilmente cuantificables y a partir de allí,
se pueden seguir los avances o identificar las debilidades.

El único motivo por el cual yo hago el seguimiento de resultados y analizo las cosas
desde este punto de vista es para que nuestro servicio sea lo más eficiente, confiable y
predecible posible para poder servir a la mayor cantidad de personas.

Naturalmente, en cualquier servicio centrado en el corazón, habrá miles de


intangibles que no podrán verse o medirse, pero sí sentirse. Y cuanto más orientados a
los objetivos estén los sistemas, más se podrán sentir los intangibles. Por ejemplo, la
cantidad de personas referidas por semana es un signo de un número infinito de
experiencias tangibles e intangibles que tienen lugar en nuestra práctica.
La gestión es, principalmente, una práctica en la que se unen el arte, la ciencia y el
oficio.
—Henry Mintzberg
Principio 14
Sophie Anderson, DC, ACP
La vida universal

La fuerza se manifiesta en la materia mediante el movimiento.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

Este principio habla de la vida universal, pero ¿Qué es la vida universal? Primero, es
importante comprender que hay una diferencia entre vida y vida universal. La vida, tal
como la entendemos habitualmente, se refiere a un ser, humano o animal, que respira, se
mueve e interactúa con los demás y se adapta al mundo en que vive. También sabemos
que los vegetales y las bacterias están vivos y tienen “una vida” es decir un período de
tiempo durante el cual la expresan.

¿Cómo se expresa la vida? Es muy sencillo verlo en los seres humanos o en los
animales. No solo respiran y se mueven de manera visible, sino que también en su
interior existen diferentes sistemas dentro de los cuales se producen múltiples procesos
por segundo. Estos complejos y organizados signos de vida están orquestados por la
inteligencia innata. Es importante recalcar que, en este caso, “inteligencia” es diferente
de la “conciencia” que tienen lo que nosotros consideramos formas de vida inteligentes.

Una explicación más profunda de la inteligencia innata podrán hallarla en el


principio número veinte. Algunos ejemplos de los mencionados signos de vida son la
capacidad de tomar lo que necesitamos del ambiente que nos rodea, respirando,
comiendo o bebiendo y luego excretando los desechos o las toxinas inútiles. Asimismo,
tenemos la capacidad de reproducirnos para asegurar la continuación de nuestra especie
y adaptarnos permanentemente al ambiente externo. Todas esas habilidades también las
tienen los vegetales, aunque de manera menos obvia y las bacterias que son invisibles a
simple vista.

Si bien la vida se expresa tanto en las bacterias como en los seres humanos,
obviamente la complejidad de las estructuras y funciones son muy diferentes, como
también lo es la organización y el orden requeridos. En contraposición con la vida,
podemos reconocer fácilmente cuando una persona o un animal están muertos, aunque
la presencia física continúe siendo la misma durante los momentos inmediatos al
deceso. Cuando un ser está muerto, no expresa signos de vida y han desaparecido los
sistemas y procesos maravillosamente orquestados por la inteligencia innata durante la
vida. La vida ha dejado el cuerpo, sin embargo, algo permanece intacto, al menos
inicialmente. Este es un ejemplo de vida universal. Analicemos lo que esto significa.
Para poder comprenderla plenamente, primero debemos describir la palabra materia. En
el ejemplo anterior, las partes físicas de un ser humano eran un ejemplo de materia. En
la escuela, aprendimos lo que eran los gases, los líquidos y los sólidos; todos ellos son
diferentes formas de materia. Sabemos que los sólidos tienen formas distintivas y, por lo
general, los podemos tocar o levantar. Los líquidos son fluidos y se adaptan al envase
que los contiene y también son visibles. Lo que más nos cuesta ver a simple vista son la
mayoría de los gases.

También aprendimos que los diferentes materiales o tipos de materia pueden cambiar
de forma. Por ejemplo, el agua líquida puede congelarse y convertirse en hielo sólido,
tan fácilmente como puede evaporarse en forma de gas, al que no podemos ver. Los
experimentos científicos nos permiten capturar este gas invisible y convertirlo
nuevamente en agua. Por lo tanto, el hecho de no poder ver el gas no significa que no
exista. Simplemente tiene una forma diferente de la que tenía cuando estaba en estado
líquido o sólido.

¿Qué es lo que mantiene unidas estas estructuras y les permite cambiar de forma (aún
cuando no podamos verlas)? En la escuela nos enseñaron que existían enlaces entre las
moléculas de todas las cosas; dibujábamos esos enlaces como una unión física entre una
molécula y la otra. Ahora sabemos que, en realidad, esos enlaces son fuerzas invisibles,
muy parecidas a la gravedad, y esas fuerzas, junto con las moléculas se mueven
continuamente; en realidad, vibran.

Dependiendo de la velocidad o índice de vibración de esos enlaces, la materia


cambiará su forma. Los enlaces de los sólidos, líquidos y gases tienen diferentes índices
de movimiento o vibración. Sin esa vibración, los elementos no podrían mantenerse
unidos de la misma manera y el objeto o materia tendría una forma totalmente diferente
o quizás dejaría de existir. Esta vibración o movimiento es esencial para organizar y
mantener el orden en toda la materia del universo, ya sea en los sólidos, líquidos o
gases. No existe el movimiento cero en nuestro universo y este movimiento existe en
todas las cosas, tengan o no vida.

En las cosas vivas, existe un estrato adicional de organización provista por la


presencia de la inteligencia innata. Las cosas que son inertes, como la cubierta de un
vehículo, el agua dentro de una copa o el gas de helio dentro de un globo, también están
perfectamente organizadas de alguna manera y se mantienen unidas por esos enlaces
invisibles y en movimiento.

Esta organización provista en toda la materia viva o inerte por estos enlaces
invisibles y en constante movimiento, es lo que nos dice que hay un orden dentro de
nuestro universo. Para explicarlo de la manera más sencilla posible, la vida universal es
orden u organización.

¿Cómo se relaciona este principio con la corrección de las subluxaciones


vertebrales?

Como hemos mencionado en el párrafo anterior, en nuestro universo existe un orden


o una organización en toda la materia, viva o exánime. Todo se mantiene en ese estado
de existencia por el movimiento o vibración de los enlaces de los elementos que la
componen.

En las cosas vivas, el estado de organización es mayor, más complejo, que en las
cosas que no tienen vida. Este complejo nivel de organización y adaptación está
orquestado por la inteligencia innata. En los vertebrados, es decir seres humanos y
animales con un sistema nervioso y una columna vertebral, se sabe que la inteligencia
innata se comunica a través del sistema nervioso.

Existe la posibilidad de que se produzcan cambios en los movimientos normales o en


la biomecánica de las partes móviles de la columna. Estas anormalidades modifican y
entorpecen el normal funcionamiento del sistema nervioso, por su proximidad con la
columna, la médula espinal, el tronco cerebral y los nervios y la forma en que todos
ellos están conectados.

La modificación de la biomecánica de la columna produce una alteración del


funcionamiento del sistema nervioso, que, a su vez, puede provocar una disminución de
la capacidad de la inteligencia innata para cumplir con su función. En este caso,
conocido como subluxación vertebral, se produce un impacto negativo en la compleja
organización de todo el proceso de la vida que cada ser humano realiza segundo a
segundo. No sólo se pierde el normal movimiento de uno o más segmentos de la
columna, sino también el movimiento o vibración usual entre las moléculas y enlaces
del cuerpo. Como lo mencionamos anteriormente, los diferentes índices de movimiento
y vibración producen un cambio en la forma de la materia (piensen en las diferencias
entre líquidos, sólidos y gases). Está ampliamente aceptado por la ciencia, el diseño y la
arquitectura que “la forma determina la función”. Por lo tanto, la diferente forma o
expresión de la materia modifican sus funciones. En términos más sencillos: Las células
y los diferentes elementos que componen el cuerpo no pueden comportarse ni adaptarse
de la manera en que fueron diseñados. El diseño no es incorrecto, es la inteligencia que
lo controla la que ya no está a cargo.

Imagínense que las células del cerebro son los niños y la inteligencia innata es la
maestra. Ambos están en un aula. Con la presencia del maestro, hay orden y estructura.
Tan pronto como la maestra deja la clase por unos minutos, surge el caos. No se logran
ninguno de los resultados y, por lo general, una gran mayoría de los niños (células)
comienzan a portarse mal; hasta pueden hacerse daño mutuamente.

La menor organización dentro del cuerpo no solo afecta a lo que sucede


internamente, sino que obstaculiza la capacidad para procesar y adaptarse al ambiente
externo. Una reducción de la capacidad de la inteligencia innata de cumplir con su
función altera el equilibro entre sus cualidades inherentes de hacer las cosas bien dentro
de la persona y las fuerzas del mundo exterior, que, por lo general son destructivas.

Sin este equilibrio entre organización y creación versus destrucción, esta última toma
el control y las cosas comienzan a funcionar mal. Si la situación continúa durante varios
días, se pueden producir alteraciones en las funciones y no sabemos cuáles pueden ser
las consecuencias. Basándonos en los hechos que conocemos y en deducciones lógicas,
sólo podemos suponer que esto podrá impactar en todas las facetas de la vida, desde la
capacidad para ejecutar los procesos internos de digestión, reproducción y respiración
hasta la manera de percibir a las personas que nos rodean y las relaciones que nos
vinculan.

La disminución de la capacidad de coordinar, reparar y restaurar todas las partes


físicas (sólidas) del cuerpo, durante un período prolongado, puede producir un colapso
en la materia física de la cual estamos formados. Es lógico, por lo tanto, que esta
persona en particular exprese la vida durante un período de tiempo menor que aquel
para el cual fue creada. La corrección de la subluxación vertebral mediante ajustes
quiroprácticos específicos restaura el movimiento normal de la columna y el
funcionamiento del sistema nervioso, permitiendo a la inteligencia innata cumplir con
su función: organizar el bienestar de cada persona dentro de la cual reside. Con mayor
organización se produce una mejor adaptación y expresión de vida. Resumiendo: Las
subluxaciones vertebrales impiden la organización y por lo tanto la expresión de la vida
y de la vida universal.

Por el contrario, la corrección de las subluxaciones vertebrales permite la


recuperación de la organización (vida universal) y de la capacidad de la inteligencia
innata de crear orden y por ende expresión de vida. Agrega vida a tus años y años a tu
vida.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

En el gran esquema de la vida, sabemos que la vida es movimiento; si no nos


movemos, morimos. Las campañas relacionadas con la salud de la vida moderna dicen
que el sedentarismo es el tabaquismo de la actualidad, por los efectos nocivos que la
falta de movimiento produce en el cuerpo. Este principio nos recuerda que el
movimiento es esencial para la vida y para todo lo que existe dentro del universo, hasta
para las partículas más pequeñas. Sin movimiento nada existiría de la manera en que lo
conocemos. Asimismo, sin la actividad normal de nuestro cuerpo y de nuestra columna
vertebral, todas las funciones se modifican, lo que podría producir efectos de gran
alcance en nuestra experiencia de vida.

¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

Este principio se demuestra maravillosamente mediante los cambios que se observan


cuando los gases se convierten en líquidos y éstos en sólidos y viceversa, como lo
analizamos en la primera parte de esta sección. Además, podemos ver la vida universal
en una hoja muerta que cae de un árbol. El que esté muerta no quiere decir que no
exista. El principio de la vida universal explica que permanece intacta gracias al
movimiento de la materia sólida de la hoja.
Para brindar un verdadero servicio, debes incluir algo que no se pueda medir o
comprar con dinero y eso es integridad y sinceridad.
—Douglas Adams

La mejor manera de encontrarte a ti mismo es perderte sirviendo a los demás.


—Mahatma Gandhi

El corazón del servidor


Christopher Wolff, DC

En mi opinión, el factor más importante para establecer una oficina quiropráctica es


llegar cada día con el corazón de un servidor. Esto es útil para todo, pero especialmente
para esta profesión, si pretendemos que nuestro éxito se prolongue en el tiempo. La
motivación es muy importante, indudablemente, pero no dura demasiado, porque viene
desde afuera y, a menos que el factor motivacional sea algo que nos inspire desde
nuestro interior, eventualmente se irá desvaneciendo. Todos los quiroprácticos exitosos
que conozco aman lo que hacen y creen profundamente en ello. No es un trabajo que
hayan elegido para ganar buen dinero. En realidad, pienso que el buen dinero no llegará
hasta que tengan la inspiración y la pasión que los empuje diariamente a servir y ayudar
a sus comunidades a expresar la vida y la salud de una manera más pura, a través de la
localización, análisis y corrección de subluxaciones vertebrales.

También he observado que muchos quiroprácticos, más aún en la actualidad,


consideran su carrera como un hobby: un lugar al que van los lunes, miércoles y jueves.
Opino que uno de los principales motivos por el cual algunos quiroprácticos no tienen
éxito en su profesión es porque no la consideran un negocio y, por lo tanto, no la
administran como tal. Contar con los sistemas de gestión adecuados es fundamental
para tener éxito y reproductibilidad, como también lo es conocer a fondo aquellos
números a los que debemos prestar atención. Es crucial contar con un programa en el
cual se puedan cargar las estadísticas para el seguimiento del avance diario, semanal,
mensual y anual. Es como decir, “Lo que se puede medir, se puede gestionar”. Como
quiroprácticos, estamos llamados a servir a los demás, pero si no manejamos nuestra
actividad adecuadamente, no la podremos llevar a cabo de manera eficiente o, lo que es
peor, no la podremos realizar.

Muchos de los quiroprácticos con los que he hablado a lo largo de los años le tenían
miedo al marketing o simplemente no tenían idea de qué hacer con él. Infinidad de
veces pensamos demasiado las cosas y en lugar de hacer algo no hacemos nada. Creo
que sobrevaloramos el pensar y subestimamos el hacer. Nadie es bueno en todo, pero
todos somos buenos en algo. Conocer nuestras fortalezas y debilidades es crucial para
determinar qué tipo de marketing queremos llevar a cabo: campañas en los medios,
charlas, jornadas o ferias de salud. Lo que es importante es encontrar la manera de que
nuestro mensaje y nuestra marca lleguen a la comunidad para que conozcan nuestros
servicios y se acerquen a nuestra oficina quiropráctica. Este proceso demanda mucho
tiempo y persistencia, por lo tanto, la paciencia es esencial. Poco apuro y mucha
paciencia.

Servir a los demás es la renta que pagamos por vivir aquí en la tierra.
—Muhammad Ali
Principio 15
Daniel Facchini, Quiropráctico
Sin fuerza no hay movimiento.

La materia no puede tener movimiento si la inteligencia no aplica la fuerza.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

Sabiendo que la función de la inteligencia es crear fuerza (principio octavo) y que la


función de la fuerza es unir inteligencia y materia (principio décimo), podemos deducir
que el movimiento es una consecuencia de la fuerza actuando a través de la inteligencia.
Esto quiere decir que todo el movimiento se produce como consecuencia de la misma
inteligencia que mantiene la materia en existencia y nuestro cuerpo en equilibrio. Todas
las acciones del universo se producen a causa del movimiento. Es muy grato observar
los designios de la inteligencia en cada acción, impregnando inexorablemente la
realidad con una organización activa.

La unificación del razonamiento deductivo con el conocimiento acumulado creado


por el método inductivo es una tarea enriquecedora, dado que podemos comprobar
fenómenos observables y utilizarlos como parámetros de la trayectoria deductiva
transitada por la razón. Entonces, podremos crear premisas y tratar de probarlas.

Los avances en diferentes áreas científicas han demostrado que el análisis de


variables en forma aislada no permite una concepción integral de la realidad. Esto se
puede observar en dos sorprendentes ejemplos: el límite de la adquisición de toda la
información relacionada con una partícula, determinado por el principio de la
incertidumbre de Heisenberg y la manifestación de las propiedades emergentes
(descripta por Lewes).

A la luz de lo antedicho, debemos comprender el movimiento de un fragmento de la


materia como un movimiento integrado a un contexto mayor: el movimiento relativo.
No hay manera de determinar, de manera racional o empírica, si estamos en
movimiento, excepto a través de nuestra relación con otro fragmento de materia. Esta
relatividad encierra al movimiento dentro de una red holística, en la cual las fuerzas son
relevantes únicamente como una causa de ella y la inteligencia asume su carácter
universal creando su red de relaciones, impregnando toda la materia y energía.

En este contexto, el término energía se utiliza como la capacidad de hacer trabajo.


Desde un punto de vista puramente deductivo, podemos considerarla intercambiable con
la fuerza por su capacidad de generar movimiento. Sin embargo, se sabe que energía y
materia son aspectos de la misma entidad y pueden transformarse una en otra, siendo la
energía igual al producto de la masa de materia por la velocidad de la luz al cuadrado.

En síntesis, el movimiento es el resultado de la fuerza creada por la inteligencia. El


movimiento importa únicamente en relación con algo, y esta relación nos permite
comprender la unidad de todo el universo debajo del manto de la organización
orquestada por la inteligencia. Finalmente, es importante observar que el camino
inverso también es válido: la inteligencia existe a través de la expresión de la fuerza,
perceptible gracias al movimiento relativo.
¿Cómo se relaciona este principio con la práctica de la quiropráctica y la
corrección de las subluxaciones vertebrales?

Cuando comprendemos que una subluxación es una alteración de la capacidad de


organización activa de la persona, utilizando el razonamiento deductivo, podemos
retornar a la importancia de la inteligencia en la organización de la materia y su efecto
determinante en su movimiento. Mediante este método, es razonable pensar que la
presencia de una subluxación podría tener una influencia negativa en el movimiento que
la inteligencia hubiera designado a la materia de haber podido actuar sin interferencias.

Continuando con esta línea de razonamiento, quizás es aún más interesante para
nosotros pensar en la dirección opuesta: la existencia de inteligencia como expresión de
la fuerza perceptible a través del movimiento. En este sentido, si el sistema nervioso es
quien expresa la inteligencia adaptativa del cuerpo, una subluxación podría entenderse
como una limitación de esta conexión entre ambos, haciendo que la inteligencia innata
no pueda reconocer el estado de la materia del cuerpo. Esta falta de información
obstaculiza el sistema, porque tiene que trabajar con información insuficiente. Es una
relación de ida y vuelta.

¿Podría dar algunos ejemplos de este principio?

El estudio del movimiento fue campo fértil de investigación durante este milenio. En
la antigüedad, el filósofo griego Aristóteles planteó que los elementos se movían
buscando su lugar de descanso natural. Por lo tanto, los objetos se caían porque eran
atraídos por su lugar de descanso, que estaba lo más cerca posible del centro del
universo (el cual, en esa época, se creía que era el centro del planeta tierra), y que no se
podrían mover de allí hasta que otra fuerza actuara sobre ellos. La hipótesis de que el
estado natural del movimiento es estar en descanso es incongruente con la ley de la
inercia, planteada cientos de años después por Galileo y Newton. El decimoquinto
principio quiropráctico no se contradice con la ley de la inercia, si aceptamos que la
fuerza es necesaria para generar movimiento, pero una vez generado se mantendrá sin
cambios eternamente, hasta que otra fuerza actúe sobre él. Por lo tanto, es posible que
un objeto en movimiento no tenga una fuerza que ejerza influencia sobre él en un
momento determinado, pero puede llevar dentro suyo, a través de su dirección y
velocidad, la información de la fuerza (y por ende de la inteligencia) que actuó sobre él
en el pasado.

Podemos dar otro ejemplo, en este caso proveniente únicamente del razonamiento
deductivo. La inteligencia no puede existir donde la materia no tiene movimiento. Como
ambas están conectadas inseparablemente por la fuerza, la quietud del universo
implicaría la ausencia total de fuerzas actuando sobre la materia y, en consecuencia, la
falta total de inteligencia.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Cuando consideramos la vida como la expresión de la inteligencia a través de la


materia (principio número dos), queda claro que el movimiento es la única expresión de
la vida universal perceptible para nosotros. No podemos deducir la inteligencia de
manera directa. Hasta Strauss (en su libro Chiropractic Philosophy, 1991) dice que un
poco de fe es necesaria para aceptar la premisa mayor.
Independientemente de la aceptación de la interpretación de la inteligencia universal,
sabemos que ésta se basa en la observación del movimiento. Y curiosamente, la
capacidad de observar el movimiento nos podría guiar a una premisa a posteriori de la
cual se podría deducir la primera premisa: Hay movimiento. Si hay movimiento hay
fuerza. Si hay fuerza hay un factor que la causa. Y como no podemos identificar a ese
factor, podemos adoptar la hipótesis del trabajo que dice que hay una inteligencia que
genera la fuerza.

El análisis del extremo opuesto de este proceso de razonamiento nos ayuda a confirmar
la relación entre vida y movimiento. Desde un punto de vista deductivo, la inmovilidad
implica la muerte universal. Donde no hay inteligencia no hay vida, ni organización, ni
fuerza ni movimiento. Sólo oscuridad, vacío y la nada.
Elije un trabajo que ames y nunca tendrás que trabajar en tu vida.
—Confucio

El éxito no es un accidente. Es trabajo duro, perseverancia, estudio, aprendizaje,


sacrificio y, sobre todo el amor por lo que estás haciendo o aprendiendo a hacer.
—Pelé

Ama lo que haces y haz lo que amas.

Ama lo que haces y haz lo que amas. En mi opinión no existe una mejor llave para el
éxito que amar lo que haces con cada célula, fibra y tejido de tu ser. Atraerás a las
personas como si fueras un imán. Tu energía y pasión serán contagiosas. Piensa en
ello. ¿Con cuánta gente te encuentras cada día que indudablemente ama lo que hace
más allá de lo que dice?

Cuando amas lo que haces tanto que se convierte en uno de tus mayores hobbies y
alegrías, la vida se convierte en una eterna vacación. Desde que recibí el llamado de la
quiropráctica, nunca más trabajé en mi vida. Es como si tuviera uno de los regalos más
preciados del mundo, y cuando más lo comparto más abundante y rica se convierte mi
vida, tanto espiritual como materialmente.

Cuando amas lo que haces, tratas de compartirlo con los demás. Nunca más será un
esfuerzo salir de la cama cada día. La vida parece conspirar a favor de las personas
que aman lo que hacen. Es verdadero vitalismo en acción. Hay una esencia espiritual
profunda que circula a través de la persona que ama lo que hace. Su trabajo fluye,
lejos de ser mecánico. El alma y el corazón brillan a través de la persona que ama lo
que hace más allá de lo mensurable.

La fuerza universal es el amor. Cuando los científicos buscaban una teoría


unificada del universo se olvidaron de que la fuerza más poderosa es invisible.
—Albert Einstein
Principio 16
Joe Strauss, DC, FCSC
La inteligencia en la materia orgánica e inorgánica.

La inteligencia universal otorga fuerza tanto a la materia orgánica como a la


inorgánica.

El principio número dieciséis contiene tres componentes fundamentales. La


inteligencia universal brinda fuerza a la materia orgánica e inorgánica. Inteligencia.
Fuerza. Materia. ¿Les suena familiar? Debería ser así. Les debería recordar al principio
número cuatro, el trino de la vida. La vida es un trino compuesto por la unión de tres
factores necesarios: Inteligencia, fuerza y materia. En el principio número cuatro, esos
componentes se mencionan por primera vez en conjunto. En los doce principios
siguientes, incluyendo este, (pero excluyendo los principios seis, once y doce), se
analiza, de una manera u otra, la relación e importancia de esos componentes:
inteligencia, fuerza y materia. Una de las características del principio dieciséis es la
introducción del término orgánica.
Para ser claros, debemos señalar que orgánica no sería el término elegido en la
actualidad. Si pudiéramos, deberíamos volver a redactar este principio para que dijera:
“La inteligencia universal da fuerza a toda la materia, esté viva o no”. Debemos
comprender que todo escrito histórico debe interpretarse de acuerdo con el momento en
que fue escrito. Es por ello que los estudiantes de la Biblia deben dominar el griego, el
hebreo y el arameo. En 1927, los creadores de nuestra profesión no escribían en hebreo
ni en griego (si bien, algunas veces parecería que sí lo hacían), pero para B.J. Palmer y
R.W. Stephenson, las palabras orgánica e inorgánica tenían un sentido diferente. En
esa época, esos términos incluían una diferenciación entre la materia viva y la que no lo
estaba. El lenguaje cambia constantemente. Mi suegro, ya fallecido, era mago
profesional. Cuando comenzó su carrera, se hacía llamar “Gay, el ilusionista”. Como el
sentido de la palabra “gay” cambió durante su vida, tuvo que modificar su apodo. Hoy
en día, definimos materia orgánica de la inorgánica para diferenciar la que tiene un
enlace de carbono-hidrógeno-oxígeno de la que no lo tiene. Consideren que la madera
de un árbol que está vivo en el bosque y la de una puerta fabricada con la misma
madera, serían ambas clasificadas como materia orgánica, aunque una está viva y la otra
no. Por esta razón el principio dieciséis podría comprenderse mejor si dijera “La
inteligencia universal Brinda fuerza tanto a la materia viva, como a la que no lo está”.
Entonces, ¿qué es lo importante en la introducción del concepto de materia viva en el
principio dieciséis?

Ya sabemos que la función de la inteligencia es crear fuerza (principio octavo) con el


objeto de unir inteligencia y materia (principio décimo). También sabemos que la
función de la materia es expresar fuerza (principio decimotercero), que la fuerza se
expresa en la materia mediante el movimiento (principio decimocuarto) y que la materia
no puede tener movimiento sin la aplicación de la fuerza por parte de la inteligencia
(principio decimoquinto). Dichos principios explican de qué manera la materia, hasta
este punto sin vida en su naturaleza, se mantiene en su única expresión de existencia:
por qué una silla es una silla, un zapato un zapato y una piedra una piedra. Después del
principio decimosexto, la discusión se dirige a las cosas vivas, y los conceptos y
relaciones de inteligencia, fuerza y materia se encuentran en las cosas vivas. El
principio decimosexto es el paso lógico necesario para conectar esos dos tipos de
materia distintas, separadas e igualmente importantes. Sin embargo, el principio
decimosexto dice que la inteligencia universal da fuerza tanto a la materia orgánica
como a la inorgánica. Esta es la otra diferencia crítica del principio decimosexto.
Palmer explica: “Si la Fuerza Universal es Universal, y lo es, es imposible que haya
materia donde no hay Fuerza Universal” Eso incluye la materia orgánica y a la
inorgánica, o en el lenguaje actual: materia viviente y no viviente. El estudiante
inquisitivo debería preguntar cómo podría ser esto cuando sabemos que es la
inteligencia innata la que da fuerza a la materia viviente, tal como se lo describe en la
segunda mitad de los treinta y tres principios.

Analicemos este tema con mayor profundidad. Las fuerzas que mantienen
organizado el electrón de un átomo de carbono son fuerzas universales. Sin embargo,
cuando el átomo de carbono integra la estructura de la célula de un ser vivo, las fuerzas
universales se adaptan por la inteligencia innata del organismo. Si se remueve la célula
del organismo, la inteligencia innata de la célula tiene la responsabilidad de adaptar las
fuerzas universales para el bien de la célula. Cuando ya no puede hacerlo, la célula, una
vez más se convierte en materia universal y se organiza en nivel molecular a través de la
inteligencia universal; y nuevamente está sujeta a las fuerzas universales.

Las fuerzas universales son la expresión o manifestación de la existencia y no pueden


ser creadas ni destruidas. Toda la materia expresa existencia, esté viva o inerte. La
materia viva también expresa inteligencia innata y ésta manifiesta uno o más signos de
vida. Un cadáver ya no expresa las fuerzas de la inteligencia innata, pero aún tiene
existencia como cadáver. Aunque se convierta en polvo, continúa existiendo. De hecho,
los mismos elementos químicos existen en un ser humano vivo, en una vaca, una
zanahoria, un cadáver o el polvo en que se convierten. Es simplemente materia que se
expresa de manera diferente.

Podemos utilizar la ley de la gravedad y la aerodinámica como analogías para


entender mejor este principio. Ambas leyes coexisten al mismo tiempo. Mientras una
aeronave está volando a diez mil metros de altura, solo se expresa la ley de la
aerodinámica; sin embargo, la ley de la gravedad no deja de existir. La aerodinámica
necesita energía, por lo tanto, sería análoga a la ley de la vida (inteligencia innata). La
ley de la gravedad, similar a la inteligencia universal, aún está ahí; simplemente no se
expresa o manifiesta. Tan pronto como la energía se corta, la ley de la gravedad, que
esta siempre presente, comienza a expresarse. Podemos llevar más lejos esta analogía y
comparar el corte de energía con una subluxación vertebral y la detención del motor con
la muerte. La diferencia es que no podemos devolver la vida (inteligencia innata) a un
cuerpo muerto (salvo en las películas de Frankenstein). Cuando el avión está en tierra,
solo se manifiesta la ley de gravedad, hasta que vuelve la energía y el avión levanta
vuelo. Mientras tanto, la aerodinámica sigue existiendo; sencillamente no se expresa.

En los principios subsiguientes, aprenderemos los pormenores de la expresión de


inteligencia, fuerza y materia en los seres vivientes. Por ahora, el principio decimosexto
está perfectamente ubicado como puente entre los conceptos de inteligencia, fuerza y
materia en las cosas inertes y sus relaciones, analizadas en los primeros quince
principios y de qué manera esos conceptos y relaciones se expresan en las cosas vivas y
su relación con la quiropráctica y la humanidad, como se analizará en los principios que
siguen. Es el siguiente paso lógico en el avance de nuestros principios de la
quiropráctica. La inteligencia universal da fuerza tanto a la materia orgánica como
inorgánica (es decir, materia viviente o no viviente).
La clave del crecimiento es la introducción de mayores dimensiones de conciencia en
nuestra percepción.
—Lao Tzu

Ningún problema puede solucionarse en el mismo nivel de conciencia en que fue


creado.
—Albert Einstein

Niveles de Conciencia
Jane Burnier, Asistente de quiropráctico y Coach de Vida

Hay cuatro niveles básicos de conciencia y cuatro formas diferentes de llegar a la


gente. Dentro nuestro, cada una de esas maneras, produce un resultado distinto tanto en
nuestra experiencia como en las personas a quienes servimos.

El primer nivel de conciencia es la supervivencia. En este lugar nos preguntamos,


“¿cómo pagaré la renta? ¿Quién es mi competidor en esta manzana y qué hace?
¿Cuántas personas necesito que vengan este mes? ¿Tendrán un buen seguro?”. En la
primera visita podemos hacer preguntas tales como “¿Dónde te duele? En una escala del
uno a diez, ¿Cuánto te duele? ¿Aumenta el dolor cuando levantas el brazo? ¿Cuánto
tiempo más quieres seguir sufriendo con este dolor? Las imágenes que vemos en la
pantalla muestran una degradación de la columna, entonces asustamos a las personas
para que se comprometan a recibir cuidado quiropráctico durante un período prolongado
en base al temor. Tratamos de hablar acerca de las últimas noticias mundiales, del
tiempo o de la política. La energía de esa oficina quiropráctica es densa y muchas veces
estéril.

En el nivel de supervivencia, vivimos como víctimas, por lo tanto, atraeremos a


personas que también se sientan víctimas. Se acercarán a nosotros aquellos que no se
responsabilizan por su salud y sólo desean aliviar el dolor. Una vez que los síntomas
hayan desaparecido, ellos también se irán, haciendo que siempre estemos buscando
gente nueva para llenar el día. Nuestro diálogo interno es “Las personas no captan la
idea”.

Desde ese lugar, la educación que les damos y las conversaciones que tenemos con
ellos son de supervivencia. “Tú tienes una degradación de la columna fase tres”.
“Tienes un asesino silencioso en tu columna que está esperando para destruir tu vida.”

La conversación se basa en el temor y en el control. Las personas nos llaman


“doctor” y hasta podemos usar una chaquetilla blanca. En la pared cuelgan fotos de
enfermedades vertebrales. Nos sentimos estresados y la energía impacta en los
“pacientes”. La vida es una lucha constante. Desde este nivel de conciencia, estamos
manipulando la columna.

El nivel 2 es la lógica. Desde este lugar, queremos imaginarnos todo. Todo está en
nuestra cabeza. El mensaje que damos es que tenemos un cerebro que controla el cuerpo
a través del sistema nervioso central; si hay una subluxación en la columna, se corta la
irrigación desde el cerebro a los órganos y entonces, esos órganos eventualmente
comenzarán a fallar, produciendo síntomas y, eventualmente, la muerte. Mostramos a la
gente gráficos de la columna vertebral y cómo este sistema nervioso, cuando está
subluxado produce ciertos síntomas. Es un modelo de práctica mediático. Atraeremos a
personas lógicas que efectuarán todo tipo de preguntas sobre investigaciones, estudios
doble ciego y demás. Ellos desean pruebas y estadísticas. Esta es un tipo de práctica
desgastante.

Las personas que atraemos viven en sus mentes y son bastante reticentes a enviar
referidos o a continuar con el cuidado una vez que los síntomas han disminuido. En este
tipo de práctica debemos hacer permanentemente estudios de la columna vertebral y
otras actividades de comercialización para mantener la práctica a flote. Se disfruta muy
poco trabajando de esta manera. Al finalizar el día, estamos secos. Somos competentes,
pero no magistrales. A este nivel, somos servidores, en el sentido de que damos desde
nuestra necesidad de complacer o de ser necesarios.

El nivel 3 es la sincronía. En este nivel, nuestros deseos y los de Dios están


alineados. Nuestras interacciones son con las personas a quienes servimos. Nosotros les
brindamos un cuidado genuino tanto a ellos como al camino que están transitando en su
vida. Las preguntas que hacemos son sobre ellos y a su vez los estamos escuchando en
un nivel en el que convalidamos su experiencia sin juzgarlos. No tenemos la imperiosa
necesidad de “atraparlos”. No hay temor, ni necesidad de convencerlos; les decimos la
verdad desde nuestro corazón. Las preguntas podrían ser: “¿Has pensado cómo
cambiará tu vida cuando hayas recuperado la salud?” Estamos atrayendo personas que
son abiertas y amables. Se dan cuenta de las cosas y nos recomiendan a otras personas
porque se dan cuenta que no tienen que estar enfermos para estar bien. Nuestra oficina
quiropráctica es un lugar donde la gente se siente curada. Habrá juguetes para los niños
y material de lectura edificante. Daremos charlas inspirativas de manera agradable e
interactiva. Al finalizar el día, nos sentiremos conectados y satisfechos con el servicio
prestado. Brindamos servicios, pero no somos servidores. El servicio proviene de
nuestra propia abundancia, el profundo manantial de la vida. El servidor proviene de la
necesidad de agradar y eso nos hace sentir vacíos.

El nivel 4 es la conciencia del amor. La total confianza de que la sabiduría universal


se derrama en cada una de las células de nuestro cuerpo. Somos coherentes con nuestro
mensaje y la conversación la realizamos con todo nuestro ser. Escuchamos
profundamente, estamos totalmente presentes y somos capaces de acceder a la sabiduría
innata de las personas que tenemos al frente, siendo receptivos y estando abiertos a
escuchar sus experiencias. Nuestra conversación se basa en la verdad, la confianza, la
aceptación y la presencia.

La conversación se basa en el potencial. Educamos a las personas para que


comprendan la gran verdad y asimilen la idea de quiénes serán en el mundo cuando se
encuentren libres de interferencias en el sistema nervioso. Somos abiertos, inspiradores
y ejemplos de personas sinceras. Estamos viviendo nuestro potencial. Nuestra oficina
quiropráctica está llena de imágenes de niños que se están chequeando y limpiando.
Tenemos lindos cuadros que muestran la belleza y la sabiduría de la naturaleza y de la
vida. La sala de espera está llena de familias. Nuestros aranceles son coherentes con el
momento que estamos viviendo. Realmente amamos a las personas a quienes estamos
sirviendo. Al finalizar el día, nos sentimos energizados y plenos de vida y optimismo.
Hablamos muy poco mientras estamos ajustando y todo lo que decimos se relaciona con
la sabiduría innata y la universal.
La gente nos recomienda a otras personas y trae a los miembros de su familia.
Nuestras finanzas son abundantes y nuestro sistema nervioso está tranquilo. Somos
maestros porque hemos creado nuestra propia técnica, agregando nuestras propias
habilidades innatas a las técnicas de ajuste. Somos confidentes y capaces de soltar todo
aquello que no nos sirve. En este nivel de conciencia, nuestro café se convierte en un
faro de luz. Estamos alineados con la fuente y la fuerza vital se convierte en nuestro
socio. Atraemos personas que operan a un nivel de conciencia más alto y una vez que
entienden el poder de la sabiduría innata comienzan a florecer. Los síntomas pueden
continuar, pero ellos comprenden que lo que realmente importa es tener un sistema
nervioso limpio.

¿Nos hemos percatado de que cuando volvemos de algunos seminarios hay una
explosión de personas nuevas y de otras que retornan a nuestra oficina para recibir
ajustes? ¿Por qué será? Porque cuando asistimos a ciertos seminarios, nuestro estado de
conciencia aumenta. Una persona nunca buscará a alguien que lo sane cuyo estado de
conciencia sea inferior al suyo. Entonces, cuando nuestro estado de conciencia
aumenta, también aumentan las personas que vienen a nuestra práctica. Pero a medida
que transcurren las semanas, muchas personas tienden a volver a su antigua forma de
pensar y comienzan a desaparecer.

Cuanto más alto sea nuestro estado de conciencia, más personas llegarán a nuestra
práctica para que les brindemos nuestros servicios. Entonces, nuestro verdadero trabajo
es tener un corazón abierto, unas excelentes técnicas de ajuste, un asistente educado y
abierto, honorarios que incentiven el cuidado quiropráctico y la conciencia del amor.

¿Cómo haremos para permanecer en este estado de amor? Cuando nos demos cuenta
de que estamos cayendo a estadios inferiores, debemos formularnos tres preguntas:
“¿Qué necesito soltar o perdonar en este momento? ¿A qué persona o qué cosa debo
aceptar ahora? ¿En qué puedo confiar en este momento? Esas tres preguntas nos
ayudarán a elevar de inmediato nuestro estado de conciencia.

Como quiroprácticos, debemos elegir: podemos llegar a las personas desde el ego, el
temor y la impotencia, o podemos llegar desde el amor, el potencial, la compasión y la
apertura. La curación se produce en presencia de la presencia.

Nuestra mayor contribución a la humanidad es servir desde el amor y la integridad.


Nuestra mayor necesidad en la práctica es saber cómo agregar valor a la vida de los
seres humanos.

El único propósito de un quiropráctico es asegurarse de que cada hombre, mujer y


niño dentro de su ámbito de servicio viva una vida libre de subluxaciones. La
inteligencia innata que habita dentro de cada uno de ellos los guiará hacia la abundancia
y la salud. Nuestro rol es que estén limpios, conectados y sean responsables.

Recuerda que tu percepción del mundo es el reflejo de tu estado de conciencia.


—Eckhart Tolle
Principio 17
Lona Cook, DC
Causa y efecto

Cada efecto proviene de una causa y cada causa tiene un efecto.

¿Cómo explicaría este principio al público en general?

El principio decimoséptimo es “causa y efecto”: cada efecto proviene de una causa y


cada causa tiene un efecto. Este principio es importante para comprender la intensidad
de nuestra conexión en nuestro universo. Todos estamos interconectados y entrelazados
mediante la energía presente en este universo del que formamos parte. Estamos hechos
del material del universo. La física cuántica estudia la naturaleza vibratoria de nuestra
conexión a través del entrelazamiento cuántico. En otros términos, cada momento,
acción, pensamiento, etcétera, afecta al todo. Una causa o modificación en una parte del
universo se transmite a través de ondas y produce efectos en el resto del todo; el sistema
debe funcionar en forma colectiva, porque a un nivel cuántico, es todo energía
vibracional. Ésta es también la razón por la cual nuestra propia evolución y adaptación
personal a la totalidad como seres afecta profundamente al mundo.

¿Cómo se relaciona este principio con la práctica de la quiropráctica y la


corrección de las subluxaciones vertebrales?

Este principio es importante para nuestra tarea como quiroprácticos porque


profundiza nuestra comprensión de lo que significa estar vivo (y conectado con el
universo). No somos máquinas; somos seres plenos de energía con aspectos materiales e
inmateriales. Las subluxaciones vertebrales existen a causa de la imposibilidad del ser
de procesar plenamente en ese momento, creando el efecto de la subluxación en el
sistema nervioso y en la energía del ser. Es una adaptación como respuesta de
protección.

La subluxación vertebral produce efectos adicionales en el estado físico, mental,


emocional y espiritual de la persona y del mundo, como consecuencia de la
interconexión de todos los seres a través de nuestros campos de energía. Es por ello que
la corrección de las subluxaciones vertebrales y la capacidad innata de reprocesar la
energía una vez liberada la subluxación, produce el efecto de una vuelta hacia el todo y
esa restauración propaga efectos positivos en ese ser y en el universo.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Este principio es la vida; lo es cuando nos damos cuenta de que somos algo más que
la suma de nuestras partes. Lo es cuando sabemos que nuestros hermanos, vecinos y
extranjeros son parte nuestra. Lo es cuando comenzamos a elegir mejor para nosotros
mismos y vamos hacia la curación y la plenitud tanto para nosotros como para el mundo
que nos rodea, porque estamos todos conectados a través de este principio de causa y
efecto.

Este principio acompaña grandes pensamientos acerca del universo que a muchos de
nosotros no nos enseñaron mientras crecíamos. Por eso cuento esta pequeña historia
para ilustrar este principio.
Una causa puede llegar de muchas maneras. En mi historia, la de un hombre llamado
Gabriel, la causa que yo elegí comienza con una serie de ajustes quiroprácticos
realizados a un hombre durante un viaje misionero a la República Dominicana. Dos
años antes, Gabriel había sufrido un accidente cerebro vascular y estaba confinado a una
silla de ruedas. También tenía paralizados los brazos y las manos. Después de haber
recibido varios ajustes en la vértebra atlas, pudo ponerse de pie, levantar los brazos y
mover las manos. Fue un momento profundo para ver la reconexión de la inteligencia
innata y el cuerpo físico de una persona mediante el cuidado quiropráctico.

Pero esta historia no termina aquí; sino que continuó su efecto multiplicador,
convirtiéndose en la causa de otros efectos. Tuve el honor de compartir esta historia en
el Reino Unido, en un seminario de quiropráctica. Después de finalizado el seminario,
se acercó un quiropráctico y me agradeció haber compartido la historia de Gabriel.
Volví de inmediato a los Estados Unidos y me olvidé del tema. Unas semanas más
tarde, recibí varios e-mails de agradecimiento provenientes de personas en Londres que
habían sufrido derrames cerebrales y ahora, gracias al cuidado quiropráctico, estaban
mucho mejor. Me agradecían el haber compartido la historia de Gabriel porque ella
había producido un gran impacto en sus quiroprácticos, que comenzaron a chequear sus
columnas con mayor asiduidad y se estaban produciendo cambios y curaciones a un
nivel superior. Yo no tenía idea de que esto podría pasar.

Lo más interesante de todo esto es que también recordé que, antes de viajar a la
República Dominicana a misionar, había escrito un objetivo: “ver un milagro
quiropráctico” Y en este viaje tuve la oportunidad de conocer a Gabriel y ver su
curación. Como verán, existen muchas causas y muchos efectos, y como decía B.J.
Palmer, la mayoría de las veces no sabemos de qué manera por qué algo que pensamos,
decimos o hacemos puede afectar la vida de millones de personas mañana. La ley de
causa y efecto es una ley muy importante que todos nosotros debemos reconocer en
nuestra existencia. La física cuántica estudia la naturaleza vibratoria de nuestra
conexión a través del entrelazamiento cuántico. En otras palabras, cada momento,
acción y pensamiento, afecta al todo. Una causa o modificación en una parte del
universo se transmite a través de ondas y produce efectos en el resto del todo; el sistema
debe funcionar en forma colectiva, porque a nivel cuántico, es todo energía vibracional.
Esta es también la razón por la cual nuestra propia evolución y adaptación personal a la
totalidad afecta profundamente al mundo que nos rodea.
Mantiene vivos tus sueños. Comprende que para lograr algo debes tener fe,
confianza en ti mismo, visión, determinación y dedicación al trabajo. Recuerda que
todo es posible para aquellos que creen.
—Gail Devers

El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad.


—Warren Bennis

Haz explotar tu práctica


Steve Judson, DC

El objetivo es hacer explotar tu práctica. Pero primero debes definir lo que eso
significa para ti. ¿Cuál es tu visión? ¿Cómo quieres que sea tu vida dentro de diez años?
Primero debes pintar ese cuadro detalladamente. En cualquier aspecto de la vida, el
éxito comienza de esta manera: Una imagen clara y específica de hacia dónde quieres ir.

Siéntate con un block de notas delante y escribe tus mayores sueños. Se lo más
extravagante y loco posible, sin límites, deja volar libremente tu imaginación. Imagina,
detalladamente, cómo será tu vida, espiritual, física y emocionalmente. Imagina tus
relaciones, tu matrimonio, tus hijos, tus finanzas, el volumen de trabajo de tu oficina,
tus cobranzas, vacaciones y hobbies. ¿Cuál es tu utopía, tu deseo más profundo?
Cuando pones tus sueños por escrito, despiertas tu visión. Ve hacia ella y piensa en
grande.

¿Quién en la vida ha cumplido lo que tú deseas? Busca un grupo o una persona


como modelo. El grupo de mentores que catapultó mi vida fue “Dynamic Essentials
Conference” creado por el Dr. Sid E. Williams. Así fue como mi visión se convirtió en
realidad. Llámalos, escríbeles, visítalos. Forja una relación que te permita conocer qué
tuvieron que hacer para llegar donde están. Aprende lo que hicieron bien y lo que
hicieron mal. Observa sus fortalezas y lo que debieron haber hecho de otra manera.
Cuando tengas las cosas claras, no digas “Bueno, pero”, o “Y si…”. Simplemente hazlo.
¡Actúa!

La clave importante del éxito es actuar de manera masiva. No debes pensar


demasiado cada pequeño paso. Si una voz dentro tuyo te dice: “Haz esto” y te parece
que está bien, ¡hazlo! No existe un error en esta acción. No te aferres a los resultados,
sigue avanzando. Las fallas comienzan cuando permites que la inteligencia educada
anule la innata. Tienes un sueño, pero hay que despertarse y trabajar. Perfecciona una
técnica cervical alta. En ese momento llegarán los mejores resultados y la certeza en la
práctica. La mejor manera de construir una práctica es a través de las recomendaciones.
La mejor manera de recibir referidos es a través de los resultados. Yo practico la
quiropráctica basada en la evidencia; los resultados hablan mejor que las palabras y la
respuesta está entre el atlas. ¿Cómo está tu atlas? ¡Actúa rápidamente y muestra los
principios de la quiropráctica! Informa de qué manera la quiropráctica agregará vida a
las vidas de las personas que te rodean y sírveles con amor. Analiza tu visión
diariamente. Disfruta el camino de ascenso a la montaña, pero debes saber que una vez
que llegues a la cima, encontrarás una montaña más grande en algún otro lugar. Por lo
tanto, disfruta el camino. ¡Ama a la vida y la vida te devolverá el amor!
Misión de la familia de quiroprácticos Judson

Nuestros servicios son un faro para guiarlos a través de la oscuridad de la


manipulación y la codicia. Nuestras intenciones, cuando son puras y las entregamos a
través de un ajuste perfecto, liberan las cadenas producidas por una subluxación del
atlas. Nuestro viaje es vivir claramente, manejar nuestras emociones, mantener un
estado de amor, perfeccionar nuestras artes como quiroprácticos.

Un sueño es lo que hace que las personas amen la vida, aunque sea dolorosa.
—Theodore Zeldin
Principio 18
Jaime Pinillos, Quiropráctico
La evidencia de la vida

Las características de la vida son la evidencia de la inteligencia de la vida.

Las características de la vida son la evidencia de las “facultades” de la inteligencia

Las cinco características de la vida son, sin seguir un orden en particular:


crecimiento, asimilación, reproducción, adaptabilidad y eliminación. (Stephenson’s
Art. 64)

Este es uno de los principios en los cuales debemos ser muy claros y hacer una
distinción entre las diferentes clases de materia, vida y organización, para la mejor
comprensión de nuestros principios.

Primero, tenemos que definir lo que es vida, ya que este término tiene muchos
significados. La definición más cercana a lo que Stephenson quiso decir cuando se
refirió a la vida, la encontramos en el diccionario online Merrian-Webster:
a: la característica que diferencia a un ser vital y funcional de un cuerpo inerte.
b: un principio o fuerza que se tiene en cuenta para sustentar la característica distintiva
de los seres animados
c: un estado de los organismos caracterizado por la capacidad de metabolizar, crecer,
reaccionar ante los estímulos (la adaptabilidad es el resultado de los estímulos) y
reproducirse.

De la misma manera, el metabolismo se define como la suma de procesos por los


cuales una sustancia en particular se comporta en un cuerpo vivo. Metabolismo se ajusta
a la definición de asimilación y eliminación, siendo el primero y el último de los pasos
de este proceso.

Todos estos procesos siempre están organizados por la inteligencia de la materia.

Ahora bien, es necesario comprender que Stephenson no se estaba refiriendo


necesariamente a la definición arriba mencionada, sino a una definición más amplia, que
es la vida universal.

Cada fracción de materia, orgánica o inorgánica, tiene movimiento a nivel molecular.


ESTO es exactamente lo que los filósofos de la vieja escuela definen como materia
viva, que es muy diferente de la ecuación que coloca a la materia orgánica y a la materia
viva en la misma categoría. Simplificándolo hasta su menor exponente, podemos decir
que donde hay movimiento, hay un “tipo de vida” al que llamamos vida universal.

Teniendo al eterno movimiento como signo de orden e inteligencia, cada fragmento de


materia del universo sigue determinadas leyes y reglas. Este conjunto de leyes
aplicables a cada átomo, evidencian la existencia de una inteligencia universal. Sin
embargo, lo que diferencia un árbol de un escritorio y también diferencia a un salmón
salvaje de Noruega del que comemos en el sushi, es lo que llamamos inteligencia innata
y podemos enumerar sus particularidades como características de la vida. Tales
características son habilidades de las “cosas vivas”.
El movimiento que existe en los diferentes tipos de materia no siempre es el mismo. El
movimiento de la materia viva reacciona de manera adaptativa si es necesario que lo
haga. Por ejemplo, el estar en un baño sauna a muy altas temperaturas durante períodos
de tiempo prolongados no “cocina” al ser humano, pero mantiene su temperatura interna
cercana a los 37°C. Este es un ejemplo de adaptación, que es una de las características
de la vida

¿Cómo explicaría este principio al público en general?

Este es uno de los principios que suele pasar inadvertido cuando se estudian los
principios como un todo, si bien éste contiene una pieza muy importante de nuestro
rompecabezas de la filosofía de la quiropráctica. Este es un principio engañoso porque
las así llamadas características de la vida no se describen ni mencionan cuando se hace
una lista de los principios. Las características de la vida son: crecimiento, reproducción,
adaptabilidad y eliminación.

Es un principio de fácil explicación, porque todos saben que los “organismos vivos”
son diferentes de los “organismos inertes”. Por ejemplo, los cachorros de león tienen la
posibilidad de convertirse en gatos adultos y de procrear nuevos cachorros con la ayuda
de una hembra; y que ese mismo león debe hacer orinar y defecar para deshacerse de lo
que su organismo no necesita. Esto es sencillo de entender hasta para un niño de cuatro
años de edad.

Este principio es crucial y creo que los quiroprácticos, de una u otra manera, lo
mencionamos o hacemos referencia a él porque nos ayuda a recordar que nuestros
cuerpos tienen inteligencia innata y que dichas características son la manera de expresar
sus manifestaciones o capacidades.

Lo que me parece fascinante es ver de qué manera esas características de la vida


pueden percibirse no sólo en lo macroscópico, sino a nivel microscópico y en todos los
niveles intermedios. La organización de la materia ocurre en cada uno de sus niveles, en
todo momento.

Las células del cuerpo siempre se reproducen con copias de nuestro ADN; y las de
los pulmones se “reemplazan” a las pocas semanas, siendo los alvéolos los encargados
de liberar el monóxido de carbono; los alimentos que ingerimos se convertirán en las
proteínas que forman parte de nuestro cuerpo y muchas células se enferman y mueren
antes que otras.

El estar libre de subluxaciones, ¿Me ayudará a crecer?


El estar libre de subluxaciones, ¿Ayudará a una mujer a quedar embarazada?
El estar libre de subluxaciones, ¿Ayudará a los niños a crecer más grandes y
saludables?
El estar libre de subluxaciones, ¿Ayudará a una mujer con 32 años a solucionar
problemas digestivos?
El estar libre de subluxaciones, ¿Nos ayudará a luchar con ciertas enfermedades?

Utilizando el razonamiento deductivo, podemos llegar a la conclusión de que el tener


una subluxación puede afectar las funciones del cuerpo; y que cualquier quiropráctico
principiante responderá que sí a una o más de las preguntas formuladas anteriormente, y
que si bien es verdad que la mayoría de los quiroprácticos son felices con las evidencias
anecdóticas, ha llegado el momento de entrar en el siglo XXI, buscar las
investigaciones y probar de qué manera la corrección de las subluxaciones vertebrales
puede ayudar a las personas a tener una vida mejor y más plena. Si queremos que la
quiropráctica prospere, necesitamos utilizar las investigaciones y la ciencia
contemporáneas.

Formulemos algunas preguntas más inteligentes

El estar libre de subluxaciones, ¿Puede ayudar al cuerpo humano a evolucionar más


deprisa?
El estar libre de subluxaciones, ¿Puede ayudar con los radicales libres y la oxidación
de las células?
El estar libre de subluxaciones, ¿Puede obtener los mejores nutrientes de un alimento
en particular?
El estar libre de subluxaciones, ¿Puede regular la producción de hormonas en la
hipófisis?
El estar libre de subluxaciones, ¿Puede hacer que las personas sean más saludables y
vigorosas?

De hecho, nuestra profesión hace muy poco tiempo que ha comenzado a prestarle
atención a la adaptabilidad; y no solamente la quiropráctica tiene los ojos puestos en
ella. La medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) de una persona, es
un parámetro que se utiliza para pronosticar todas las causas de mortalidad y morbilidad
en la población. Si bien hay muchos factores que pueden mostrar la mejora de la VFC,
la quiropráctica ha demostrado el enorme potencial que tiene para ayudar a la
adaptabilidad del organismo a mejorar la variabilidad de la frecuencia cardíaca.

Actualmente, algunos colegas quiroprácticos están colaborando con varias


universidades de diferentes partes del mundo para ver de qué manera la quiropráctica
puede ayudar a la VCF.

Otros estudios utilizados para medir la adaptabilidad son la impedanciocardiografía,


la variabilidad de la frecuencia respiratoria, pruebas de la conductancia de la piel y hasta
nuestra vieja amiga la termografía infrarroja paraespinal.

¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y la práctica


de la quiropráctica?

Cuando se produce una subluxación en las vértebras, una de las conclusiones a las
que se llega es que las subluxaciones son una interferencia a la vida misma y, dadas las
características de la vida, vemos diferentes maneras en que la vida puede alterarse y
modificar su expresión. Las interferencias de los impulsos nerviosos que van a un
órgano específico o a un grupo de células determinadas, harán que dichos impulsos
nunca lleguen a destino, produciendo una falta de coordinación o enfermedad.

Estas características específicas de la vida pueden ayudar a que, en las próximas


décadas, se investigue a otro nivel. Ya se han hecho los primeros pasos de la
investigación de la adaptabilidad, pero ¿por qué no seguir adelante?
¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

Hace unos años, una de mis asistentes comenzó a sufrir una forma muy agresiva de
urticaria con causas desconocidas. La urticaria apareció y comenzó a extenderse por la
cara y el pecho, sin que se pudiera explicar el motivo. La urticaria podía aparecer a la
mañana y desaparecer a la noche.

Mi asistente comenzó a cambiar su estilo de vida, porque lo que le estaba sucediendo


no era “normal”. Naturalmente, ella recibía controles y cuidados quiroprácticos cada
quince días, pero la urticaria no desaparecía. Modificó su dieta y sus hábitos, pero la
urticaria persistía y mi asistente ccontinuaba “enferma”, entonces comenzó a tomar
antihistamínicos.

Unas semanas después, descubrió finalmente la relación de la urticaria con algo de su


vida privada. Parece que mi asistente había tenido una infancia muy dura y había sido
abusada físicamente por su padre. Estaban tramitando un litigio legal y cada vez que
había una audiencia… aparecía la feroz urticaria.

Parece ser que la histamina no solo es eliminada por el cuerpo con síntomas febriles,
sino que también se segrega cuando tenemos miedo. Una vez que supo la causa de la
urticaria, ésta desapareció

Esta historia me lleva a pensar cuántas veces las personas toman drogas para acelerar
o disminuir las funciones del cuerpo y en realidad, el cuerpo está haciendo lo correcto.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Las características de la vida describen literalmente lo que diferencia nuestra vida de


la de una piedra o un edificio.

La cantidad y calidad de esas características determinarán la experiencia de un ser


humano en este planeta. Una subluxación vertebral puede alterar definitivamente el
funcionamiento de nuestro cuerpo; por lo tanto, mediante el cuidado quiropráctico,
nosotros tratamos de que el cuerpo vuelva a su funcionamiento normal, en otras
palabras, a estar sano.

Para la quiropráctica, el sentido de la vida se define como inteligencia a través de la


materia. La expresión de un cerezo en flor es diferente de la de una silla fabricada con la
madera de ese mismo árbol. Ambos están expresando el orden en todos los átomos, sin
embargo, la silla ha perdido su vida, por lo tanto, no puede crecer, adaptarse, asimilar o
eliminar nada.
Dentro de cada uno de nosotros, siempre hay una nueva vida tratando de emerger.
Muchas veces, ignoramos los signos de resurrección y nos aferramos a la parte de
la vida que para nosotros está muerta.
—Joan D. Chittister

Una de las primeras señales de una vida llena del espíritu es el entusiasmo.
—A. B. Simpson

Características de la vida
Joe Donofrio, DC

El libro de texto de Stephenson analiza las cinco características de la vida en su


relación con los organismos vivos. Sin embargo, yo pienso que esas mismas
características pueden usarse para analizar una práctica de manera productiva a fin de
determinar si es una práctica viva y saludable o una práctica vegetativa y muerta.

Observemos la primera característica de la vida. La asimilación. ¿Tiene nuestra


práctica un flujo permanente de “alimentos” de buena calidad que son absorbidos y
forman parte del cuerpo de nuestra práctica? Es más importante la calidad que la
cantidad de esos alimentos. Una excesiva cantidad de personas que actúan como
alimentos basura, engañosamente debilitarán el cuerpo de la práctica, aunque
aparentemente la “hagan crecer”.

La siguiente característica es la excreción, la capacidad de tirar los desechos de


manera selectiva. ¿Tiene nuestra práctica mecanismos para eliminar los “desechos o
toxinas” de manera selectiva, antes de que el organismo de la práctica se envenene?
¿Contamos con un mecanismo específico para depurar a las personas envenenadas que
matarán la práctica?

Podemos controlar gran parte de la asimilación y su calidad y la excreción de los


tóxicos simplemente dedicándonos a realizar una orientación extensa y completa.
Debemos informar a cada miembro de la práctica quienes somos, qué hacemos y cómo
lo hacemos, con qué contamos y lo que pueden esperar de nosotros. De esa manera
mejoraremos la calidad del alimento de nuestra práctica y eliminaremos a los que la
envenenan. Debemos recordar que la gente recomienda a personas parecidas a ellas. Un
mal miembro de la práctica se duplicará a sí mismo una y otra vez.

La siguiente característica es la adaptabilidad. ¿Tiene nuestra práctica la flexibilidad


para doblarse, pero no romperse a medida que cambian las circunstancias? Los cambios
en las reglamentaciones o en los tipos de seguros serán un desafío para nuestra habilidad
de seguir funcionando “como siempre” y los desafíos externos han demostrado ser
fatales para algunos. ¿Tenemos un plan de adaptación? ¿O simplemente, esperamos que
suceda lo mejor?

El grado de adaptabilidad depende totalmente de las habilidades y deseos del


quiropráctico. ¿Somos capaces de explorar nuevas ideas y abrirnos a nuevas formas de
pensamiento sin alterar nuestros principios básicos, especialmente los de la
quiropráctica? Si no podemos doblarnos y mantener nuestros principios, corremos el
riesgo de rompernos.
La cuarta característica de la vida es el crecimiento. ¿Es la práctica un organismo
vital en crecimiento? ¿Estamos viendo más personas y recaudando más dinero que el
año anterior, o el anterior o el anterior? Si no crecemos, estamos estáticos o
desfallecientes y ninguna de esas circunstancias es una característica de la vida. El
crecimiento puede medirse de manera objetiva en números y subjetiva en la profundidad
de la comprensión de la quiropráctica por parte de los miembros de la práctica.

La reproducción es la quinta característica de la vida. ¿Estamos reproduciendo un


mensaje claro, lógico e inspiracional cada día? ¿Qué pasa con la calidad de tu capacidad
de localizar, analizar y corregir subluxaciones vertebrales? Debemos recordar que
valemos tanto como nuestra última visita. ¿Ha llegado nuestra práctica al punto en el
cual miembros de calidad recomiendan a miembros de calidad?

Nuestra habilidad para que la práctica alcance su potencial en vitalidad, requiere


esfuerzo, ayuda de nuestros mentores y amigos y una alineación constante. Debemos ser
observadores y sinceros con nosotros mismos. Una práctica siempre se mueve hacia la
vida o hacia la muerte. La elección es nuestra.

La vida es la expresión del espíritu a través de la materia. Para que se manifieste la


vida es necesaria la unión del espíritu con el cuerpo.
—D. D. Palmer
Principio 19
La materia orgánica
Eric Russell, DC

La materia del cuerpo de una “entidad viva” es materia organizada.

Cuando se leen los treinta y tres principios en general, vemos que este es un principio
muy interesante, porque hace una transición desde la comprensión de la inteligencia
universal - tal como se la presenta en los principios uno al decimoséptimo, donde vemos
que está presente en toda la materia a la que permanentemente le entrega sus
propiedades y acciones y por lo tanto la mantiene viva - al análisis de la inteligencia
innata.

Si se leen los principios en orden, se puede observar de qué manera la inteligencia


universal da fuerza tanto a la materia viva (orgánica) como a la inerte (inorgánica). Esto
se establece especialmente en los principios decimosexto y décimo octavo; el concepto
de como los “seres vivos” son diferentes de los no vivientes, se introduce mediante un
análisis de las propiedades únicas que tienen las cosas vivas (las cinco características de
la vida).

La materia que no está biológicamente “viva” expresa la inteligencia a través de la


organización. Esta organización es la expresión de la inteligencia a través de la materia
mediante una fuerza de conexión. Los seres vivos también están organizados y tienen
una inteligencia que está permanentemente trabajando para la adaptación óptima del
cuerpo a su ambiente externo e interno.

Un cuerpo vivo debe estructurarse para luchar contra la entropía y el deterioro como
consecuencia de estar siempre expuesto a las fuerzas universales. Esta estructuración no
se logra sin el trabajo de la inteligencia que guía el proceso adaptativo hasta lograr el
funcionamiento óptimo.

¿Cómo explicaría este principio al público en general?

Se calcula que el cuerpo humano tiene 37.2 trillones de células. Estas células no
están unidas accidentalmente, sino que funcionan de una manera altamente organizada
denominada inteligencia celular. Las células se agrupan para formar tejidos y esos
tejidos también tienen inteligencia. Los tejidos se unen para formar órganos y a eso lo
denominamos la inteligencia de los órganos. Los órganos se unen para formar sistemas
que funcionan con la inteligencia de los sistemas. Finalmente, los sistemas nos forman a
nosotros y a eso lo llamamos inteligencia del cuerpo.

En el cuerpo, nada sucede por casualidad. Cada una de sus células y funciones están
organizadas y esa organización ayuda a que el cuerpo se adapte y haga un gran esfuerzo
para que se desempeñe de manera óptima. Es la inteligencia la que hace que el cuerpo
se cure, se regule a sí mismo y trabaje de la mejor manera.

¿Como se aplica este principio a la práctica de la quiropráctica y la corrección


de las subluxaciones vertebrales?

El cuerpo de un ser vivo es especial y está permanentemente fortaleciéndose


mientras se adapta. Esa adaptación se realiza gracias a una constante comunicación con
la inteligencia que gobierna la autocuración y la autoregulación. Esa inteligencia se
denomina “inteligencia innata”.

La inteligencia innata dirige a las células de los tejidos del cuerpo mediante una
comunicación llamada impulso cerebral. Es como un general en el campo de batalla que
guía a sus tropas. Si esa comunicación se interrumpe, el cuerpo deja de recibir la
conducción. Esa interferencia en la comunicación se denomina subluxación vertebral. El
quiropráctico, que está capacitado para detectar y corregir subluxaciones vertebrales,
realizará un ajuste específico en la columna vertebral para mejorar la biomecánica,
remover cualquier interferencia o molestia nerviosa y ayudar al cuerpo a curarse y
regularse mejor, permitiendo que esa persona pueda disfrutar de una mejor calidad de
vida.

¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

Los seres vivos y los inertes actúan de una manera totalmente diferente. Observemos
los diferentes sistemas del cuerpo. Como dijimos anteriormente, las células se organizan
para formar tejidos y los tejidos se unen para formar órganos. Los órganos trabajan
juntos para formar sistemas. El cuerpo humano tiene once sistemas orgánicos diferentes
que funcionan en conjunto para el maravilloso organismo humano que somos nosotros.

Pensemos en ello. Tenemos el sistema circulatorio, digestivo, endócrino, excretor


(urinario), inmunológico (linfático), integumentario, muscular, nervioso, reproductivo,
respiratorio y óseo que trabajan en conjunto dentro de nuestro cuerpo para que funcione
a la perfección.

El sistema inmunológico es un ejemplo fascinante de ello. Hay dos tipos de


inmunidad: la general y la específica. La inmunidad general actúa cuando el cuerpo
reconoce algo extraño. Una de las primeras líneas de defensa de un cuerpo inteligente es
el aumento de temperatura para crear un ambiente muy hostil para el invasor. Luego,
crea anticuerpos específicos para combatir el antígeno al que estuvo expuesto. No solo
eso, sino que la inmunidad es “aprendida” por el cuerpo, que se adapta y recuerda ese
antígeno y tiene los anticuerpos preparados para un próximo ataque.

¿No es fantástica la inteligencia del cuerpo? Al estar organizado, el cuerpo trabaja


coordinando y ajustando sus diferentes partes para la adaptación. La materia de un ser
vivo (nosotros) está organizada.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Estos ejemplos demuestran cuán brillante e inteligente es el universo. Todo en el


universo está organizado, tanto los seres vivos como los inanimados.

Hace poco tiempo, estaba explicando este concepto en una clase de estudiantes de
quiropráctica. Para demostrar la organización del universo, les mostré un corto video de
los números de Fibonacci en la naturaleza. Lo más importante del video es mostrar que
la naturaleza tiene una frecuencia de repetición u organización, muchas veces
denominada relación áurea o Φ (fi). Esta relación es: 1:1.618 y se encuentra
prácticamente en toda la naturaleza, especialmente en las plantas. La secuencia de
Fibonacci se manifiesta en la serie 1.1.2.3.5.8.13.21.34.55…en la que para obtener un
nuevo número se suman los dos precedentes. La relación áurea se obtiene al dividir un
número por el anterior (especialmente cuando se llega a los números más altos).

Entonces, las hojas de una planta son, por lo general, 3, 4, y 8 o algún número en la
secuencia. La relación áurea puede encontrarse en todo el cuerpo humano. Si tomamos
la longitud del antebrazo y la dividimos por la de la mano, el resultado será 1.618.

Después de la clase, una alumna se tomó la molestia de enviarme un e-mail diciendo


que el haber aprendido que el universo es inteligente, le había volado la cabeza. Nunca
había pensado en ello ni lo había investigado, pero cuando lo advirtió, lo único que vio
fue la organización. La organización implica inteligencia y esa inteligencia es la que nos
organiza. Sin interferencias, tiene gran poder y hace cosas maravillosas.

La inteligencia innata es Dios dentro de los seres humanos. La inteligencia innata


es el bien en los seres humanos. La inteligencia innata no se puede quebrantar o
engañar. La inteligencia innata está siempre esperando, lista para comunicarse con
nosotros y cuando la inteligencia innata entra en contacto, estamos en sintonía con
el infinito.
—B. J. Palmer
La persona más patética del mundo es aquella que tiene vista, pero no visión.
—Hellen Keller

Piensa lo grande, y todo lo demás vendrá por añadidura.


—B. J. Palmer

La grandeza de la quiropráctica
Arno Burnier, DC

La grandeza de la quiropráctica es que nuestros principios y nuestra filosofía están


sembrando un nuevo paradigma para la vida, la salud, la curación y el bienestar. Es un
paradigma que, en el tiempo, reemplazará el anticuado y mecanicista paradigma médico
basado en el ciclo crisis-cuidado-supresión de síntomas, de la así llamada atención de la
salud. La medicina de emergencia que salva vidas siempre será necesaria y será la
salvación para el que lo necesite.

En este momento, la quiropráctica tiene, como nunca, la oportunidad de llevar


adelante un nuevo diseño de vida. En esencia, la grandeza de la quiropráctica reside en
que es la “sociedad de Cousteau” del ambiente interno de la humanidad, que honra la
santidad del cuerpo humano.

El siguiente paso de la evolución humana, con respecto a la vida, la salud y la


curación, será ser proactivo más que reactivo, para apoyar el proceso curativo en lugar
de suprimir los síntomas y para promover la salud en lugar de luchar contra la
enfermedad. Este nuevo paso significa cuidarnos, haciendo regularmente algo positivo
para nuestro ser y nuestra fisiología desde la concepción hasta la transición.

La grandeza de la quiropráctica es conocer y comprender las leyes naturales que


gobiernan la vida, la naturaleza y los seres humanos, ya que somos parte de la vida y la
naturaleza, no algo separado de ellas. Es reconocer, humildemente, la desconcertante
inteligencia innata que habita en todos los seres. Es contemplar con admiración el
misterio de la vida y del universo, sabiendo que nosotros sólo sabemos y
comprendemos una minúscula fracción de todo ello. Es ser capaces de confiar en la
sabiduría interior de nuestro ser para que nos guíe, nos cure y nos sostenga tanto en la
salud como en la enfermedad.

La grandeza de la quiropráctica es comprender que la humanidad no necesita otra


terapia. Una terapia más no hará diferencia, ya que hay innumerables terapias que
surgen cada año, todas ellas prometiendo ser una nueva estrella brillante que, con el
paso del tiempo, será una estrella fugaz.

Es advertir que el timón, la brújula y el GPS que la humanidad necesita están en


nuestro interior. Viviendo desde adentro hacia afuera, siguiendo la guía interior y
conectados con nuestro espíritu, contribuiremos a la evolución de la humanidad.

La grandeza de la quiropráctica se hace aparente cuando leemos los libros de


anatomía, fisiología, patología, bioquímica y biofísica como textos espirituales, porque
nos revelan, no el conocimiento que los humanos tenemos acerca de todo ello sino la
mente ingeniosa del diseñador, el arquitecto, el inventor de todas las partes, órganos y
sistemas de nuestro ser.

Cuando nos percatamos que, nosotros humanos, nunca descubrimos o inventamos


nada que no existiese antes en la naturaleza o dentro nuestro, es cuando emerge la
grandeza de la quiropráctica. En realidad, nosotros humanos, solo develamos lo que ya
existía mucho antes de que fuéramos un pensamiento en la mente de nuestros padres.

La grandeza de la quiropráctica se expresa a través de las manos amorosas y los


corazones abiertos de los doctores en quiropráctica que se maravillan ante el mágico
misterio de la vida y confían implícitamente en el poder de la presencia total de una
conexión de inteligencia innata a inteligencia innata, con todas las personas a las que
han brindado servicio a través de un ajuste quiropráctico.

Sería fantástico que hubiera un cambio de paradigma del cual usted fuera parte.
—Stephen Malkmus
Principio 20
Steve Tullius, DC
La inteligencia innata

Los “seres vivos” tienen una inteligencia dentro de su cuerpo denominada


inteligencia innata.

Esta afirmación representa la esencia de la filosofía de la quiropráctica.

En esta sencilla oración se resume la información vertida en varios volúmenes. Dice lo


que la gente ya conoce, pero muchas veces olvida y sirve de ancla para que los
quiroprácticos puedan estabilizar su barco, a la vez que sirve de guía para definir su
curso y sus actos.

La quiropráctica, al igual que otras profesiones dedicadas a la curación natural,


reconoce esta inteligencia inherente a la naturaleza de la vida y este motor rector que
está constantemente funcionando y así producir y expresar una salud y un
funcionamiento óptimos.

Cuando tomamos conciencia de que el cuerpo tiene una inteligencia innata encargada
de orquestar los procesos de la vida, nuestra manera de acercarnos, explicar y brindar
servicio a quienes llegan a nuestra práctica ¡es única!

Vemos que tanto las personas como la sabiduría que hay dentro de su cuerpo son
infinitamente inteligentes. Entendemos que su derecho a la vida natural está pleno de
salud y felicidad. Los vemos como un todo y sabemos que si la salud o las funciones no
se expresan de manera óptima es porque habrá alguna interferencia en ese proceso.
Reconocemos que la inteligencia que está dentro del cuerpo es mucho mayor que la
inteligencia educada. Y sabemos que nuestra mente educada, si bien es una herramienta
maravillosa, es imposible que sepa lo que la inteligencia innata conoce sobre la salud, el
bienestar y la organización del cuerpo.

Entonces, dado este profundo respeto, reconocimiento y comprensión, el


quiropráctico no necesita estimular o alterar el cuerpo de manera alguna, sino
simplemente remover las interferencias para que la inteligencia innata pueda curar,
restaurar y guiar el cuerpo a lo largo de la vida.

Esta importante distinción entre la inteligencia educada y la inteligencia innata del


cuerpo implica que el quiropráctico nunca hará nada que pueda lastimar al cuerpo. Por
el contrario, pondrá todos sus esfuerzos en liberar y restaurar la capacidad de la
inteligencia innata de la persona para que pueda expresarse libremente a su máximo
potencial. Como la inteligencia se esfuerza permanentemente para que el cuerpo
mantenga su funcionamiento y salud en óptimas condiciones, nunca hará nada que sea
perjudicial para él, la única posible consecuencia de remover las interferencias es
mejorar la salud y la calidad de vida.

Este principio que reconoce la existencia de la inteligencia innata es una postura


filosófica simple, pero a la vez profunda, que guía nuestras acciones futuras y nos ayuda
a obtener los maravillosos resultados que busca la quiropráctica.
Explicar este principio al público en general, es sencillo, aunque los quiroprácticos
solemos presentarlo de una manera más difícil y confusa de lo que realmente es.

Nos gusta complicar un concepto muy sencillo que la mayoría del mundo ya ha
incorporado como parte de sus creencias fundamentales. Aproximadamente el ochenta y
cinco por ciento de los habitantes del planeta cree que el universo ha sido diseñado de
una manera inteligente. Esto implica la aceptación de la existencia de una sabiduría
innata encargada de guiar las funciones, el crecimiento y la curación del cuerpo.

El problema es que los seres humanos, en general, no toman conciencia de esta


verdad.

Si bien esta creencia vitalista está incorporada dentro de la teoría de la formación


básica, la forma de vivir y de cuidar la salud se contradicen con dicha creencia porque
las personas están rodeadas de mensajes que les dicen que han sido diseñadas para estar
enfermas, que los síntomas y las enfermedades son normales y que se necesita una
píldora, un jarabe o una figura autoritaria para cuidar el cuerpo desde afuera hacia
adentro.

Nuestra función como quiroprácticos es, simplemente, reconectar a la gente con la


conciencia que ya tenían.

La clave es tratar de no hacerlo “al dedillo” machacando ese concepto, sino a través
de amables preguntas que sirvan para restablecer la concientización de lo ya conocido, a
fin de que vuelvan a actuar de manera coherente con sus creencias. Cuando lo hayamos
logrado, veremos que las personas que asisten a nuestra práctica están en condiciones de
tomar decisiones respecto de su vida y su salud coherentes con sus creencias y con los
principios fundamentales de cómo funcionan la vida y la salud.

Este es uno de los maravillosos resultados de compartir este principio y la filosofía


de la quiropráctica en general. Vuelve a conectar a la persona con la conciencia de la
inteligencia innata que está dentro de su cuerpo y con los principios básicos de la vida y
la salud que nos permiten tener más confianza y ser más capaces de manejar los
desafíos de la vida.

Como este principio de la inteligencia innata es de gran importancia tanto para el


quiropráctico como para las personas a quienes brindamos servicio, explicarlo es
esencial para su educación.

Esta educación es parte de una serie de conceptos clave que yo denomino la fórmula
de la educación de las personas. Considero esta tarea como simples ejercicios lógicos a
través de un viaje lineal que tendrá sentido o no, dependiendo de la verdad de cada paso
a lo largo del viaje.

Para comunicar este principio de la inteligencia innata, yo comienzo formulando una


pregunta muy simple, “¿Ustedes piensan que sus cuerpos fueron diseñados para estar
enfermos o sanos?”

Por supuesto, la mayoría de las personas responderá que fueron diseñados para estar
sanos. Una vez acordado este punto, puedo pasar al principio decimoséptimo, “causa y
efecto”. Si nuestro estado natural y normal es que el funcionamiento y la salud del
cuerpo sean óptimos, entonces debemos llegar a la conclusión de que, si tenemos
síntomas y enfermedades, debe haber habido alguna causa que nos alejó de la salud.

A partir de allí, les pregunto cuáles son los ingredientes necesarios para una Buena
salud. Todos conocemos la respuesta: alimentación sana, agua, sol, descanso y una
actitud mental positiva.

Pero ¿Qué pasaría si tuviera que hacer un budín con esos ingredientes y los usara en
el orden incorrecto? ¿Y si no siguiera la receta al pie de la letra? Esta es la parte de la
ecuación de la salud que hemos ignorado y olvidado durante siglos. No hemos
reconocido el proceso inteligente de la vida y la comunicación necesaria de esa
inteligencia para organizar y utilizar los ingredientes de la salud para obtener un
funcionamiento, una salud y una calidad de vida óptimos.

La interferencia de ese proceso necesariamente da como resultado una disfunción y,


en último caso, si continúa durante largo tiempo, una crisis y un deterioro cada vez
mayores.

Este concepto es muy sencillo, sin embargo, es vital que las personas lo entiendan.
La analogía de la preparación del budín es una manera sencilla de explicarlo.

En la práctica, este principio de la inteligencia innata tiene una relación directa con la
corrección de subluxaciones vertebrales. Como lo dije anteriormente, el reconocimiento
de la inteligencia innata implica que el quiropráctico está interesado únicamente en
remover la interferencia de la expresión de esa inteligencia. En la quiropráctica, hemos
aprendido que las subluxaciones vertebrales representan una de las interferencias más
comunes de esa expresión óptima.

Al tener esta conciencia, el quiropráctico no se guía por los síntomas que el cuerpo
pueda expresar, sino que utiliza herramientas e indicadores que le sean útiles para
determinar la presencia o ausencia de subluxaciones vertebrales. El quiropráctico
comprende que los síntomas pueden ser una expresión de la inteligencia innata cuando
se está produciendo la curación y la reparación y en otros momentos los síntomas
pueden no aparecer, aunque haya una subluxación. El permitir que los síntomas guíen
su juicio sobre lo adecuado o no de un ajuste o que limiten el chequeo de la columna
para buscar una subluxación vertebral es un grave error de parte del quiropráctico y de
la sociedad. La comprensión de la existencia de la inteligencia innata y de su papel en la
activa organización del cuerpo hace imperativo que una persona que valora la salud y el
funcionamiento de su cuerpo y que quiera que su calidad de vida sea óptima, reciba
cuidado quiropráctico durante toda su existencia.

Este principio no solo se aplica a la salud y el funcionamiento del cuerpo sino


también a la vida diaria. Cuando estamos seguros de que la vida es inteligente y que
siempre está buscando expresarse de manera óptima, podemos trasladarlo a diferentes
áreas de la vida como las relaciones, la política, la economía y, hasta la felicidad.

La comprensión del proceso cíclico de la vida en general y de este intercambio de


información inteligente en el cual la información se brinda a un objetivo determinado,
es recibida por el objetivo, que responde de manera inteligente y luego esa respuesta se
vuelve a recibir en un ciclo constante, nos permite dar un paso hacia atrás para poder
observar con mayor perspectiva donde puede haber una interferencia y hacer los ajustes
necesarios en nuestras relaciones y sistemas sociales. Este principio puede aplicarse
prácticamente a cualquier situación, problema o proceso que queramos que mejore o
evolucione.

Si se aplicara este principio, la sociedad podría literalmente transformarse y


evolucionar de muchas maneras. La relación costo beneficio de una estrategia del
cuidado de la salud que abrazara este principio sería astronómica. La disminución de las
enfermedades y el sufrimiento de los seres humanos y la posibilidad de que las personas
expresaran su máximo potencial en todos los aspectos de sus vidas y reconocieran el
potencial y la inteligencia inherente a los demás, daría como resultado un resurgimiento
de todas las áreas, desde las artes y las ciencias hasta la política y las relaciones
internacionales. Sería el pináculo de los logros jamás imaginado o soñado por persona
alguna.

En quiropráctica, nosotros llamamos a esto la gran idea y está contenida en una


oración muy breve: “Los seres vivos tienen una inteligencia dentro del cuerpo
denominada Inteligencia Innata”.
¿Cómo sabemos que no queremos algo que nunca hemos visto?
—Steve Jobs

Los imperios del futuro son los imperios de las mentes.


—Winston Churchill

Crea una dinastía quiropráctica

¿Quieres crear una dinastía? Entonces, piensa que todos quieren recibir cuidado
quiropráctico. La gente no lo conoce. Tu tarea como quiropráctico es darla a conocer
a la mayor cantidad de personas posibles y mostrarles lo que ellos desean y necesitan.
Conviértete en el Steve Jobs de la quiropráctica.

Todos usan celulares y computadoras y pagan mensualmente por el uso de internet,


celular, cable, electricidad y demás. ¿Por qué no pagar por la quiropráctica?

Las personas pagan para estar conectadas con el mundo exterior. Lo que nosotros
hacemos es conectarlos con su mundo interior y con la fuente universal. ¿Hay algo más
valioso que eso? Cada uno de los aspectos de la experiencia del ser humano depende
de una conexión cerebro-cuerpo.

Creo que el mayor error que cometen muchos quiroprácticos es pensar que, como
una persona viene con un síntoma, hay que abordar ese síntoma y satisfacer a esa
persona.

Muchas veces, la gente actúa porque tiene síntomas, pero hay algo más profundo.
Está subluxada. Esto no quiere decir que la subluxación vertebral sea la causa de sus
síntomas. Eso quiere decir que la persona está subluxada, desconectada de la fuente
tanto interior como exterior.

La inteligencia innata no quiere que las subluxaciones vertebrales interrumpan el


flujo de información y energía. Entonces, no importa lo que las personas digan
respecto del motivo que las trajo a nuestra práctica, la causa es más profunda. Están
inarmónicas, desconectadas. La sabiduría interior no quiere vivir en ese estado.

La gente paga para estar conectada con el mundo exterior; pagará también para
estar conectada con su mundo interior, más allá de la liberación de los síntomas. Lo
que como quiropráctico tienes que hacer es simplemente entregar el producto. Es allí
donde yo veo la mayor desconexión en nuestra profesión. Muchas veces, la calidad de
nuestro arte, que es la localización, análisis y corrección de subluxaciones vertebrales,
no está al mismo nivel de lo que decimos. Asimismo, lo que decimos no está al mismo
nivel de los profundos e inconscientes motivos que lleva a las personas a buscar
nuestro cuidado.

Promete menos y da más.


—Joel Pilskin
Principio 21.
Karel Deprez, D.C.
La Misión de la Inteligencia Innata.

La misión de la inteligencia innata es mantener la materia del cuerpo de un “ser


vivo” en activa organización.

¿Cómo explicar este principio al público en general?

¿Cuántas veces por minuto respiras? ¿Cómo crea la embarazada un ser humano
nuevo? ¿Cómo sabe tu cuerpo qué hacer con el desayuno?

Todas estas preguntas surgen de los talleres de salud que hacemos con la gente que
acude a la consulta. Casi nadie sabe las respuestas, pero tu cuerpo, ¡sí!

En la quiropráctica hablamos de inteligencia innata cuando nos referimos a todo,


absolutamente todo lo que hace el cuerpo sin que tengas que dedicarle ni un solo
pensamiento consciente. La respiración, reproducción, digestión, circulación, entre otras
funciones son ordenadas automáticamente por el cerebro haciendo del cuerpo una
maravillosa máquina que se regula a sí misma. Y también regeneradora: el cuerpo
produce millones de células nuevas cada minuto y el cerebro decide cuáles son las
células dañadas o gastadas, que se tienen que reemplazar por nuevas. La inteligencia
innata es la fuerza invisible presente en todos nosotros que hace que el organismo viva
de manera equilibrada y conectada.

De alguna manera, la organización del cuerpo es similar a la de nuestro sistema solar


y nuestra galaxia. Hay una fuerza que mantiene todo organizado, cada planeta en su
órbita, con los satélites de cada uno en su órbita a su vez. Así crean el día y la noche en
la tierra, las mareas en los océanos, las estaciones y todo lo demás. En la filosofía
quiropráctica hablamos de inteligencia universal y, como lo expone la premisa mayor,
esta inteligencia está presente en todo ser vivo. Cuando se expresa en el cuerpo
hablamos de inteligencia innata.

La inteligencia innata tiene muchas funciones. Como dice el primer principio, está en
toda la materia y continuamente le da a ésta todas sus propiedades y acciones,
preservando así su existencia. Lo hace a través del cerebro manteniendo cada célula del
cuerpo en activa organización. Algunas de estas acciones se pueden medir, como el
pulso, la temperatura, el ciclo menstrual. Otras son mucho más sutiles y nos parecen
más misteriosas, como la curación de una herida.

¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y la práctica


de la quiropráctica?

Cuando se permite la libre expresión de la inteligencia innata en el cuerpo, éste rinde


al máximo su potencial y nos permite vivir una vida sana. Salud es adaptabilidad, es
saber adaptarse a los retos que se le presentan al cuerpo diariamente, estos retos pueden
ser físicos o emocionales, incluso sociales. En 1948, la OMS definió la salud como “un
estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de
afecciones o enfermedades”. El ajuste quiropráctico tiene como único fin la corrección
de subluxaciones vertebrales. El quiropráctico corrige las subluxaciones para liberar las
interferencias en el sistema nervioso provocadas por una vértebra incorrectamente
alineada, permitiendo así a la inteligencia innata expresarse libremente en el cuerpo,
manteniendo así la materia del cuerpo en activa organización. El quiropráctico que
trabaja según los principios expuestos en este libro entiende que la inteligencia innata
sólo puede mantener el cuerpo y su materia organizados si dispone de un sistema
nervioso libre de interferencias para comunicarse a través de él con la materia. La
corrección de las subluxaciones vertebrales permite la libre expresión de la inteligencia
innata del cuerpo, sin ella simplemente dejaría de funcionar y existir.

El quiropráctico también debe saber que la enfermedad o el dolor forman parte de


esto, a veces para organizarse mejor hay que atravesar cambios profundos que el cuerpo
no necesariamente siente que son buenos en ese momento, pero que a lo largo le serán
beneficiosos y se hará más fuerte porque la organización activa de la materia en el
cuerpo será mayor. La enfermedad, pues, es una etapa de adaptación y forma parte de la
salud. Si algunas veces has pasado por una reforma en tu casa sabrás que por muy
satisfactorio que sea el resultado final, el proceso para llegar a este resultado estuvo
lleno de altibajos y que una vez pasados nos olvidamos de ellos, ya que estamos más
satisfechos que antes con el entorno nuevo que hemos creado para vivir. El cuerpo no es
diferente y es el concepto de Inteligencia Innata y su función en el cuerpo que hace que
nuestra profesión sea tan única. Sólo la quiropráctica restablece la función de la
inteligencia innata en el cuerpo para que éste se regule y regenere llegando así a
funcionar óptimamente.

Ejemplos del principio en acción.

Para mí el mejor ejemplo del trabajo de la inteligencia innata en el cuerpo es el


embarazo. El cuerpo de la mujer es capaz de crear un ser humano nuevo partiendo del
encuentro entre dos células… ¿Cómo? Con la Inteligencia innata expresándose al
máximo, organizando y reorganizando célula tras célula, división celular tras división,
diversificando las células para crear todos los tejidos, órganos y sistemas del cuerpo.
¿Sabías que el feto está completamente formado en la semana catorce después de la
concepción? Todo el tiempo restante dentro del útero materno está dedicado a madurar
lo suficiente para poder sobrevivir fuera de él. ¿Y cómo sabe el bebé cuando ha llegado
el momento de nacer? La inteligencia innata de la madre y el bebé se comunican al
unísono para completar su obra maestra, una vida nueva.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

Universal, de Uni-, uno y -verso, conjunto de palabras que forma una unidad. Un
solo conjunto, la inteligencia universal de la que depende la inteligencia innata del
cuerpo está omnipresente en nuestro entorno. ¡Hay miles de ejemplos en la vida diaria!
¿Cómo saben los árboles cuando dejar caer sus hojas? La inteligencia innata presente en
ellos ¿Cómo saben los pájaros volar en una nube, centenares de ellos juntos, cambiando
de dirección todos a la vez? La inteligencia innata presente en cada uno de ellos. La
misma inteligencia innata presente en todo ser viviente hace que todos estemos
conectados a través de la Inteligencia Universal, todos unidos.

Esto hace que miles de pájaros puedan volar al unísono y es la conciencia de que
existen estas fuerzas que hace del quiropráctico una persona privilegiada a la que visitan
personas cada día para liberar la inteligencia innata que hay en ellos, todo esto con un
simple movimiento llamado ajuste vertebral.
No te quedes en el pasado. No sueñes con el futuro. Concentra tu mente en el
presente.
—Proverbio budista

Cuando estás aquí y ahora, sentado en el presente y no saltando hacia el futuro, ha


sucedido el milagro. El milagro es estar en el ahora.
—Osho

Conciencia del tiempo presente

Según Albert Einstein, la “línea entre el pasado, el presente y el futuro es una


ilusión”. Una de las claves de una práctica centrada en un gran volumen de
subluxaciones es la conciencia del tiempo presente. Esa conciencia existe cuando
estamos totalmente presentes, cien por ciento presentes en el ahora con nuestra mente,
cuerpo y espíritu. En ese espacio, la práctica es una meditación constante. No
pensamos en otra cosa que no sea la persona que está frente nuestro. En ese momento,
se produce la magia en la práctica.

He hablado con cientos de quiroprácticos que tienen un gran volumen de trabajo y


la conclusión es siempre la misma. Cuando estamos flotando en la conciencia del
tiempo presente y viendo una persona tras otra, el tiempo se convierte en una ilusión.
Hubo días en los que yo vi cincuenta personas en cinco horas y la gente esperaba y yo
sentía que había visto doscientas personas porque no estaba totalmente presente. Otro
día, vi ciento veinticinco personas en cinco horas. Nadie esperó y yo sentí que había
visto solo cincuenta, porque estuve ciento por ciento presente en ese momento.

Cuando tenemos conciencia del tiempo presente, nuestra mente educada no tiene
tiempo de mezclarse con la intuición. En ese momento realmente entramos en “la
zona”, según describen los atletas.

Una vez hicimos un experimento en nuestra práctica. Le dije a mi asistente que


preguntara a las personas cuanto tiempo pensaban que habían estado conmigo. La
mayoría respondió quince o veinte minutos y en realidad, habían estado conmigo dos o
tres minutos, como máximo. Al tener conciencia del presente, el tiempo se distorsiona.
Mucha gente nunca experimentó ese estado en toda su vida. En ese estado, algo
poderoso sucede entre tú y la persona a la que estás brindando servicio, que no puede
explicarse en el mundo mecánico.

Me he dado cuenta de que el pasado y el futuro son simples ilusiones que existen en
el presente, que es lo que es y donde todo está.
—Alan W. Watts
Principio 22
Gregory A. Stetzel, DC y Kim R. Stetzel, DC
La cantidad de inteligencia innata.

Hay ciento por ciento de inteligencia innata en cada “ser vivo”, la cantidad
necesaria para su organización.

Muchos quiroprácticos dan por sentado el conocimiento del principio vigésimo


segundo, ya que, basándose en nuestros fundamentos filosóficos, parece obvio que la
inteligencia innata esté presente en todos los seres vivientes en un ciento por ciento,
según las necesidades del organismo, a fin de mantener la vida y darle sostén. Pero ¿De
qué manera incorporamos este postulado filosófico en un análisis para que lo pueda
interpretar el público en general de manera tal que lo ayude a entender mejor su cuerpo
y la importancia de la localización, análisis y corrección de subluxaciones vertebrales?

Si la inteligencia innata está ciento por ciento presente en la totalidad de las células
de un organismo – en nuestro caso el cuerpo humano – entonces, ¿De qué manera la
presencia o ausencia de una subluxación vertebral afecta las funciones vitales de ese
organismo? De acuerdo con nuestro conocimiento de la filosofía quiropráctica de la
vida y de los treinta y tres principios, tal cual fueron delineados por Stephenson, la
inteligencia innata no se puede reducir o aumentar y siempre está al ciento por ciento.
Por lo tanto, la presencia de subluxaciones vertebrales no impacta negativamente en la
cantidad de inteligencia innata presente dentro del cuerpo, y la corrección o remoción de
subluxaciones vertebrales tampoco impacta positivamente en la cantidad de inteligencia
innata presente dentro del cuerpo. La inteligencia innata continúa presente al ciento por
ciento en cada una de las células y en todo el cuerpo.

Si lo que nosotros hacemos como quiroprácticos, que es la localización, análisis y


corrección de las subluxaciones vertebrales no impacta directamente sobre la
inteligencia en lo que respecta a su presencia ¿De qué manera éste principio afecta la
forma de practicar nuestro arte, aplicar nuestra filosofía o guiar nuestra ciencia para
comprender mejor el impacto del cuidado quiropráctico en el cuerpo y su expresión de
la vida?

El público en general

Aquellas personas que no abrazan nuestra profesión están alejadas de las actividades
internas del cuerpo o de las complejidades de las interrelaciones de sus componentes
para crear y mantener su existencia. La gente está tan desbordada con las falacias de la
inteligencia educada que dicen que todo proviene “de afuera hacia adentro”, que
desconocen el concepto de una inteligencia interna perfecta, presente y a cargo de todo
desde la concepción, pasando por el nacimiento de una nueva vida y durante todo
momento hasta el final. No tienen un marco de referencia desde el cual puedan basar la
comprensión de una inteligencia innata como la base de su existencia porque la
enseñanza que han recibido desde tiempos inmemoriales es que el cuerpo es incapaz de
sobrevivir sin la intervención externa de un supervisor educado.

Por lo general, las personas van a una oficina quiropráctica por dos motivos: la
pérdida de fe en el modelo de cuidado de la salud que ignora el poder interno del cuerpo
para curar, o porque ya han probado todo lo demás y la quiropráctica es el siguiente
método de tratamiento que figura en la lista. Entonces, habrá que explicarles, con los
recursos disponibles, que la sabiduría interna presente en sus cuerpos sabe qué hacer
para restaurar las funciones y la vida de las células, tejidos, órganos y sistemas que
están controlados por su inteligencia innata. Se los deberá preparar para ver, quizás por
primera vez en sus vidas, que son inherentemente capaces de curarse desde adentro,
siempre que se haya restablecido la comunicación y transmisión de su conocimiento
interno, que es la inteligencia innata. Habrá que explicarles que, dentro del cuerpo, la
inteligencia innata está presente al ciento por ciento dentro de cada una de sus células.
El concepto final al que deben llegar es que la inteligencia que los ha creado y hecho
crecer a partir de dos pequeñas células, ha orquestado y dirigido el desarrollo de cada
tejido, órgano y sistema necesarios para sobrevivir y continúa brindando la información
pertinente para recrear y curar dichos tejidos, órganos y sistemas que se necesitan para
mantener la vida y luchar desde la concepción hasta el último aliento.

Con la comprensión básica de las complejas actividades internas del cuerpo y de su


increíble control y coordinación, posibles gracias a la presencia de la inteligencia innata
en un ciento por ciento, las personas que asisten a una práctica de quiropráctica estarán
capacitadas para confiar en la capacidad curativa del cuerpo, siempre que no existan
interferencias con la coordinación de la inteligencia innata. Asimismo, no admirarán
tanto la educada intervención del cuidado de la salud convencional y serán capaces de
elegir su propio método de curación, teniendo fe en las naturales habilidades del cuerpo.

El quiropráctico

Para un quiropráctico, imbuido en los conceptos filosóficos de los treinta y tres


principios y las enseñanzas de D.D. y B. J. Palmer, el desarrollo y aceptación del
principio vigésimo segundo constituyen las bases para gran parte de la aplicación
práctica del arte y la ciencia de la quiropráctica, que reconecta a sus miembros con su
potencial. El conocimiento y la aceptación de la presencia del ciento por ciento de la
inteligencia innata en las células, tejidos, órganos y sistemas del cuerpo, en la cantidad
necesaria para mantener la organización y por lo tanto la vida, hace posible comprender
que el único propósito del quiropráctico para ayudar a la vida que está dentro del cuerpo
es remover la interferencia con la expresión perfecta de la inteligencia innata – nada
más y nada menos.

Es imposible que un quiropráctico, mediante un ajuste o la administración de otra


forma de tratamiento o modalidad, aumente o disminuya la cantidad de inteligencia
innata que hay en el cuerpo. El único propósito del quiropráctico es remover las
interferencias con la expresión de la inteligencia innata del cuerpo para que luego dicha
inteligencia pueda cumplir con sus funciones libremente. Utilizada como filtro para todo
lo que se realiza en una práctica quiropráctica, este conocimiento no admite la necesidad
de utilizar otra técnica, modalidad o procedimiento cuya función específica no sea
cumplir con este propósito. Asimismo, sería beneficioso tanto para el quiropráctico
como para la persona que asiste a su práctica, la incorporación de técnicas que
remuevan de manera eficiente las interferencias con la expresión de la inteligencia
innata del cuerpo y la optimización de la vida de la persona para facilitar la corrección o
reducción de las subluxaciones vertebrales. En este sentido, el análisis de la técnica o
procedimientos utilizados es irrelevante, siempre que su utilización conduzca al
cumplimiento de este propósito.
Una relación persona-quiropráctico basada en la capacidad inherente del cuerpo de
cuidarse a sí mismo libre de interferencias, coloca al profesional en un papel de
facilitador más que de corrector. Muchas personas de nuestra profesión afirman que el
ajuste quiropráctico no corrige nada y que el propósito del mismo es ayudar al cuerpo a
recuperar las funciones normales mediante la remoción de interferencias con el libre
flujo de impulsos cerebrales. Cuando confiamos plenamente en que la inteligencia
innata del cuerpo y su sabiduría inherente están presentes permanentemente al ciento
por ciento, es muy razonable suponer que el cuerpo no necesita una intervención para
expresarse mejor teniendo los recursos y el tiempo adecuados. El cuerpo “sabe” lo que
necesita y utilizará la inteligencia innata para encontrarlo o crearlo.

En esencia, el ajuste quiropráctico es un producto de la inteligencia educada que crea


una fuerza educada para estimular la respuesta innata dentro del cuerpo que acelerará su
adaptación a un problema percibido educadamente. Al realizar un ajuste, el
quiropráctico tiene la intención y la esperanza de que el cuerpo acepte y utilice esa
fuerza en su beneficio. Y si la inteligencia innata está presente al ciento por ciento en el
ciento por ciento de las células, órganos, tejidos y sistemas, la remoción de una
interferencia en la comunicación entre dichas células, debería permitir el ciento por
ciento de la expresión de su inteligencia.

En la vida

Al conocer y aceptar los treinta y tres principios en general y este principio vigésimo
segundo en particular, tenemos la oportunidad de aceptar que nuestros cuerpos tienen la
capacidad de cuidarse a sí mismos. Así como las personas que asisten a nuestras
prácticas deben aprender a aceptar esta premisa como la base de su existencia, salud y
bienestar, nosotros, los quiroprácticos, debemos aceptarla a nivel personal. Si no somos
capaces o somos reacios a aceptar que nuestros cuerpos están bajo el absoluto control y
coordinación de la inteligencia innata presente en un ciento por ciento, no podremos
transmitir este mensaje a los demás con algún grado de certeza y lentamente iremos
cayendo en la alopatía.

Fuera de los treinta y tres principios de la quiropráctica, una persona no puede ser
quiropráctico y no puede vivir plenamente el estilo de vida de la quiropráctica. Abrazar
el principio vigésimo segundo es fundamental para que un profesional de esta ciencia
pueda vivir como la personificación de la filosofía quiropráctica.
La integridad significa coherencia. Las palabras coinciden con los hechos.
—Nathaniel Branden

La Felicidad es cuando nuestros pensamientos, palabras y hechos están en


armonía.
—Mahatma Gandhi

El éxito en la práctica
Thomas Waller, DC

Cuando pienso en cómo tener éxito en la práctica y qué consejos, tips y parámetros
brindar al lector, puedo afirmar con toda confianza que mi consejo les servirá a todos.
Sin embargo, cuando me pongo a pensar acerca de lo que los lectores están buscando, sé
que la primera pregunta que se deben formular es: “¿Qué es el éxito para mí?”

Con tantas respuestas posibles a esta pregunta y tantos estilos de prácticas diferentes,
he llegado a la conclusión de que la única manera de tener éxito en la práctica es ser
coherentes y la única forma de sentirse plenos en la práctica es continuar creciendo.
¿Qué quiero decir con esto?

La coherencia es el estado en el cual todo lo que hacemos está de acuerdo con lo que
sentimos emocionalmente. Por ejemplo, aceptar el consejo de mentores y “expertos”
puede ser beneficioso, pero si ellos nos piden que hagamos algo que nos hace sentir
incómodos, entonces poco durarán los frutos de nuestra labor. Sin embargo, si nuestros
esfuerzos y acciones están de acuerdo y se sienten cómodos con nuestros pensamientos
y talentos, entonces la recompensa será mayor.

Déjenme darles un ejemplo. A mí me resulta fácil hablar en público. Doy charlas


semanales a diferentes grupos de mi comunidad y viajo regularmente por Europa con
ese propósito. Soy bueno en la comunicación y me siento cómodo con lo que hago,
tanto que mi práctica se ha poblado gracias a las charlas públicas. Sin embargo, si
tuviera que decirles que la mejor forma de crecer de manera exitosa en una práctica es
mediante charlas, les estaría mintiendo, ya que esa no sería ideal para aquellas personas
que no se sienten cómodas hablando en público. No obstante, si vuestros talentos y
confort residen en escribir, entonces escriban y publiquen. Si son buenos hablando
individualmente en las evaluaciones de salud, pues entonces, ¡esa es la clave!

Espero haber sido claro. Si están buscando la fórmula mágica para desarrollar una
práctica exitosa en términos de una estrategia o forma de actuar, sepan que la fórmula
mágica está dentro vuestro y que la manera más rápida, agradable y sostenible de
progresar en una práctica y mantener el éxito es ser coherentes.

El crecimiento es la clave del éxito. Muchos quiroprácticos establecen una práctica y


al principio tienen éxito y mucho trabajo, pero pronto se aburren y no se sienten plenos.
Este es el peligro de una práctica que no se sostiene en el tiempo, quedarse sin gente y
tener que empezar nuevamente. Creo que la clave de mantener el éxito en la práctica es
el crecimiento constante. Esto no se refiere únicamente al aumento de la cantidad de
personas a las cuales se les presta servicio; se refiere a todo. Si estás cómodo con tu
técnica, atrévete a crecer o aprende algo nuevo. Si prefieres quedarte con una técnica,
entonces aprende a enseñarla y crece dentro de un espacio en el que no te sientas
cómodo. Permite que tu equipo también crezca y se expanda. Si creas una visión más
amplia de ti mismo y de tu equipo, la única manera de que eso vaya bien es a través del
crecimiento y este crecimiento hará que te sientas pleno.

El crecimiento y la coherencia te permitirán conducir la práctica de tus sueños al


nivel del éxito que te has fijado para ti. Tienes un gran potencial que puede influir en
muchas personas; no permitas que las ideas o los programas de otros opaquen ese
potencial.

Tu oficina quiropráctica es tuya. Tu impacto en este mundo y en el plazo que tienes,


lo debes determinar tú mismo. Dedica algo de tiempo a buscar en tu interior, piensa qué
significa para ti la coherencia e imagina cómo puedes impulsar tu crecimiento. Esta es
mi clave para tener éxito tanto en la práctica como en la vida.

La confianza es ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos.


—Peter Drucker
Principio 23
Simon Senzon
La función de la inteligencia innata.

La función de la inteligencia innata es adaptar la materia y las fuerzas universales


para que puedan ser utilizadas por el cuerpo, de manera tal que todas sus partes
actúen en forma coordinada y en beneficio mutuo.

Las Piedras, el agua y la vida

¿En qué se diferencian los organismos vivos de las piedras y el agua? Esta es una
pregunta esencial para la quiropráctica. Los primeros quiroprácticos querían entender no
solamente cómo funcionaban los ajustes quiroprácticos, sino de qué manera se
diferenciaba la vida de todo lo demás, como las piedras y el agua, a fin de poder
comprender cómo el cuerpo puede organizarse y curarse.

Comencemos con las piedras. Hay muchos tipos diferentes, pero todas ellas tienen al
menos dos atributos básicos: se pueden romper y las podemos arrojar. Todas las piedras
pueden partirse en varios trozos. Ese es el caso de los seres inanimados. Parece muy
simple de entender y es muy importante cuando observamos la singularidad de la vida.
La vida se crea, crece, se reproduce, se organiza y se cura a sí misma. Las piedras no lo
hacen.

También podemos arrojar piedras. Quizás no podamos arrojar aquellas que son
realmente grandes como los bloques o los asteroides, pero ellos siguen las mismas
reglas. Una vez que una piedra se proyecta (arroja) al aire, continúa su curso hasta que
se golpea con algo, quizás un peñasco, y se detiene. Hasta podemos calcular (utilizando
la matemática y las leyes de la física) a que distancia volará, si la arrojamos. Por
ejemplo, si sabemos cuánto pesa y a qué velocidad la lanzamos, podremos precisar
bastante bien donde caerá la piedra.

La vida es muy diferente. Imaginemos si lanzamos un ser vivo, como un pájaro, no


podemos predecir lo que pasará porque está vivo. Los seres vivos no son tan sencillos
para hacer esos cálculos. La vida es demasiado compleja para hacer determinaciones tan
precisas. El pájaro puede morir de miedo o levantar vuelo; poner un huevo o atacarnos.
El misterio de la vida es que cada momento es creativo y único.

Podemos comprender el agua de manera similar. Si la congelamos, los enlaces


químicos varían, entonces se endurece en forma de hielo y se cristaliza. Si la calentamos
se convierte en vapor. La vida es parecida al agua porque existe en una zona de
transición entre el líquido y los cristales. Algunas personas han sugerido que nuestros
cuerpos son cristales líquidos por nuestro formato ordenado, sin embargo, la vida es
muy diferente al agua.

Por ejemplo, cuando el agua drena de la bañera, lo hace espontáneamente en forma


de remolino. Mientras el agua continúa fluyendo de esa manera (el remolino), la
estructura se mantendrá. En el momento en que deja de fluir o se tapa el drenaje, el agua
se aplanará.
Nuestros cuerpos no difieren demasiado en este sentido, ya que la energía ingresa en
forma de comida, agua y oxígeno y los utilizamos para alimentar la organización del
cuerpo. Un científico sugirió una vez que los sistemas vivientes son remolinos
metabólicos complejos. Esto quiere decir que mientras continuemos metabolizando
(digiriendo la energía el cuerpo se organizará naturalmente. Al igual que el remolino
que drena de la bañera, si cortamos la energía que ingresa (dejamos de respirar o
alimentarnos), morimos. Pero a diferencia del remolino, los sistemas vivos ¡crean sus
propias partes! A la singularidad de ese proceso se referían los primeros quiroprácticos.

Una de las primeras cosas que descubrieron los quiroprácticos precursores fue que el
cuerpo constantemente trata de adaptarse al ambiente. Por lo general, lo hace muy bien.
De hecho, manejamos el estrés físico, químico, emocional, mental y espiritual como
parte de nuestra vida diaria. El desafío comienza cuando el cuerpo o la mente sufren un
desequilibrio o se ven forzados a enfrentarse a más estímulos de los que pueden manejar
de manera eficiente.

Cuando una de esas fuerzas origina una interferencia con su capacidad de adaptación
y autoorganización, el cuerpo se ve imposibilitado de funcionar de manera óptima. Este
proceso fue resumido mucho tiempo atrás por uno de los primeros quiroprácticos en una
serie de principios. Uno de ellos expone claramente en qué se diferencia la vida, de las
piedras y el agua. Sus palabras fueron. “La función de la inteligencia innata es adaptar
la materia y las fuerzas universales para que puedan ser utilizadas por el cuerpo, de
manera tal que todas sus partes actúen en forma coordinada y en beneficio mutuo”.

La idea principal es que las funciones de autocuración y autoorganización están


coordinadas por esta inteligencia innata, la que, al dirigir el sistema nervioso, coordina
sus acciones que son las verdaderas funciones de la vida.

Las fuerzas universales son aportes ajenos al cuerpo. El proceso de adaptación del
cuerpo está guiado por una inteligencia inherente al mismo denominada inteligencia
innata. La función de dicha inteligencia es adaptar la materia y las fuerzas universales
para que el cuerpo las utilice de manera coordinada. Esto produce el beneficio de un
funcionamiento saludable y, finalmente, de la expresión de la inteligencia.
El creador del cuerpo humano no lo creó y lo abandonó a la deriva. Continúa
trabajando en forma de inteligencia innata, como el compañero interior, como el
transmisor nervioso que controla cada función de la vida, como un espíritu que lo
recorre todo, expresando, creando, explorando y dirigiéndonos en cada una de las
etapas y campos de la experiencia, de manera tal que nuestro hogar esté realmente
en el mundo y el mundo sea nuestro hogar.
—B. J. Palmer

Tu GPS interior.

Basándome en la experiencia, la filosofía y la ciencia, creo que nuestros cuerpos


están equipados con un sistema de guía interior de tal magnitud que ni siquiera
hemos comenzado a darnos cuenta de sus enormes posibilidades.

El HeartMath Institute, es un instituto científico diseñado para estudiar el corazón


como sistema energético (www.heartmath.org). El último experimento realizado en esta
institución relacionado con las capacidades intuitivas del corazón es alucinante. En la
pantalla de una computadora se muestran imágenes de cosas bellas, como lugares
paradisíacos y otras que inducen al temor, como animales peligrosos o serpientes
venenosas. Los voluntarios evaluados, estaban conectados a monitores que mostraban
las funciones del corazón, del cerebro y de todo el cuerpo. ¡Los resultados fueron
fascinantes! Antes de que las personas vieran las imágenes, los corazones comenzaron
a responder fisiológicamente. Cuando las figuras aparecieron, la respuesta fisiológica
fue al cerebro y luego volvió a todo el cuerpo.

Los resultados del estudio son profundos. Los investigadores llegaron a la


conclusión de que el corazón puede percibir las cosas antes de que sucedan. No solo
eso, sino que responde primero y luego lo hace el cerebro y el resto del cuerpo. Esto es
asombroso, porque nos muestra que parte de nuestro sistema de orientación interno
confía en información recibida del corazón como un sistema que brinda energía al
cerebro y de allí al resto del cuerpo, según demuestra este estudio.

Entonces, lógicamente podríamos llegar a la conclusión de que una subluxación


vertebral puede distorsionar nuestra capacidad de percibir el mundo interior y exterior
a todo nivel, según la interferencia que produzca en nuestras vías neuronales. Por
consiguiente, la liberación de subluxaciones vertebrales nos permitiría tener más
claridad, precisión y conexión tanto a nivel intuitivo como innato. Esto es algo que yo
he observado y experimentado una y otra vez en mi vida y a lo largo de 20 años de
práctica y, en mi opinión, es uno de los mayores beneficios que brinda la quiropráctica.

Siento que hay dos personas dentro de mí: mi intuición y yo. Si voy en contra de
ella, me molestará permanentemente, si le hago caso, ambos transitaremos el
camino amablemente.
—Kim Basinger
Principio 24
Peter J. Kevorkian, DC
Los límites de la adaptación

La inteligencia innata adapta las fuerzas y la materia del cuerpo mientras pueda
hacerlo, sin infringir ninguna ley universal. La inteligencia innata está
condicionada por las limitaciones de la materia.

La inteligencia innata une fuerzas con fines constructivos. Su objetivo es que la


materia en la que reside se mantenga unida. Lucha por conservar la integridad de la
materia para que la organización y reorganización sean óptimas. La inteligencia innata
debe funcionar de conformidad con las leyes y limitaciones del universo físico, sean
ellas conocidas o desconocidas.

Por ejemplo, una mano es una parte del cuerpo que la inteligencia innata integra
dentro de la fisiología. Si una persona toma un machete y lo dirige a la muñeca por la
fuerza, la materia del cuerpo no podrá resistir esa fuerza ni podrá integrarla al cuerpo y
el machete cortará la mano. Esta es una cruda demostración de las limitaciones de la
materia del cuerpo. Toda materia tiene propiedades y características físicas de acuerdo
con su diseño. La limitación de la materia está determinada por ese diseño.

Dicho de otra manera, la limitación de la materia es el marco dentro del cual se


comporta. Las moléculas, los átomos y los tejidos tienen leyes físicas que rigen su
manera de existir y de comportarse. No pueden diferir de su diseño natural.

Una subluxación vertebral se produce cuando el cuerpo es incapaz de integrar y


procesar una fuerza a la que está sujeto. Es una desviación de las vértebras de la
columna vertebral que produce la irritación y obstrucción de los nervios. Las
subluxaciones vertebrales ocurren como una limitación de la materia. Cuando el cuerpo
está sujeto a una fuerza que no puede integrar o a la que no se puede adaptar
plenamente, la columna se subluxa. Una subluxación disminuirá la adaptación del
cuerpo para su integración y bienestar.

Muchas veces, las personas buscan el cuidado quiropráctico para encontrar una
solución a un problema de salud o del cuerpo. Dado que el principal objetivo del
cuidado quiropráctico es la localización y remoción de las interferencias nerviosas
(subluxaciones vertebrales) es muy factible que la solución del problema de salud o
corporal de esa persona se deba a un cuerpo más fuerte y saludable, que a un
“tratamiento” específico. Algunos quiroprácticos afirman que cuando no se resuelve un
problema de salud, ello se debe a la limitación de la materia. Si bien esa es una
afirmación correcta, es importante saber que el cuerpo siempre estará mejor cuando la
energía nerviosa es buena que cuando está reducida. La corrección de subluxaciones
vertebrales siempre es beneficiosa para el cuerpo.

Si retrocedemos un poco para considerar todos los principios, el décimo cuarto se


ajusta al proceso deductivo. La premisa mayor honra las propiedades organizacionales
inteligentes del universo. Si aceptamos el hecho de que todo en el universo está
organizado y que todo tiene una razón, sepamos o no cuál es esa razón, entonces hay
una razón para la limitación de la materia. Una vez reconocido esto, cuando
encontramos limitaciones a la materia sabemos que hay un motivo y un propósito para
ello. Detrás de ese motivo está la comprensión de que los efectos de esa limitación son
de diseño inteligente. Entonces, si bien algunas de las experiencias del cuerpo no son
agradables, hay una razón para cada condición, patología o enfermedad. Si las
limitaciones de la materia mantienen al cuerpo en un estado patológico, hay un diseño
inteligente para que eso ocurra. No siempre entenderemos el “por qué”.

Es saludable que comprendamos que dentro de la vida hay limitaciones. Debemos


aprender a entenderlas y a ver de qué manera nos afectan. Las limitaciones que existen
en la materia física suelen ser más fáciles de observar que las que existen en la mente.
Ambas pueden afectarnos de manera adversa o servir para fortalecernos. Muchas veces,
al enfrentar las limitaciones se abren oportunidades y se crean posibilidades de
adaptación.

Enfrentaremos limitaciones de la materia en enfermedades, en la recuperación física,


en la fortaleza física, en el desempeño y en las experiencias de la vida. El primer paso es
reconocer la limitación. El segundo es continuar haciendo aquellas cosas que sabemos
que únicamente beneficiarán al sistema, independientemente de la limitación: comer
bien, mantener relaciones amorosas, continuar el movimiento, ser conscientes,
descansar bien, manejar las causas de estrés y mantener en condiciones nuestro sistema
nervioso. El tercer paso es permitir que la vida haga lo que necesite. Rendirnos ante el
hecho de que el universo tiene un plan y que todos somos parte de él.
La revolución personal produce y puede producir efectos globales. A medida que
avanzamos también lo hace el mundo, porque el mundo somos nosotros. La
revolución que salvará al planeta es, en definitiva, la personal.
—Marianne Williamson

Ámense los unos a los otros, pero no hagan un vínculo de amor; dejen que sea
como un mar que se mueve entre las olas de sus almas.
—Khalil Gibran

Las relaciones y la conexión

Las practicas se construyen gracias a las relaciones. ¿Quieres construir una


práctica que sea un gran sueño? Construye relaciones que sean un gran sueño.
¿Quieres que vengan más niños? Entonces demuestra verdadero amor e interés hacia
los padres y conocerás todo acerca de sus hijos. ¿Quieres más referidos? Pregunta
sobre los amigos de las personas que vienen a tu práctica. Cualquier empresa de
marketing o experto en ventas coincidirá en que la mejor publicidad es la que se hace
de boca a boca. Las recomendaciones boca a boca no solo son poderosas, sino que
cuestan mucho menos.

Entonces, ¿Queremos sacar provecho de esta omnipotente regla del marketing?


Construyamos relaciones, ofrezcamos nuestro servicio con amor, seamos confiables y
brindemos el mejor servicio quiropráctico en cada visita.

Recientemente vi un programa de TV sobre un chef top de Indonesia. La lista de


espera para las reservas era de un año. La gente volvía año tras año desde todas partes
del mundo. No tenía menú. Él decidía lo que se iba a comer cada noche. Su filosofía
era simple: Brindar una experiencia gastronómica inolvidable e inigualable. Sus
palabras eran “Una vez que las personas conozcan mi restaurant y prueben mi comida,
nunca más podrán experimentar algo igual; será incomparable”.

Esta es la manera en que debemos establecer nuestras prácticas e iniciar las


actividades todos los días: Crear una experiencia quiropráctica excepcional y construir
relaciones sólidas con las personas a quienes brindamos servicio.

Cinco puntos de acción

1. Preguntar acerca de la familia en forma detallada, por ejemplo:


“Marcos, cuéntame de tus hijos, ¿Cómo se llaman? ¿Cuántos años tienen?
¿Qué les gusta hacer?”

2. Preguntar acerca de los amigos. “Marcos, cuéntame sobre algunos de


tus amigos. ¿Qué hacen para divertirse? ¿Qué tienen en común?

En algún momento, yo siempre dirijo la conversación hacia la quiropráctica


porque realmente los quiero tanto que deseo brindarles a todos el regalo del
cuidado quiropráctico. Lo hago de manera rápida y precisa.
3. Utilizar mensajes de voz y de WhatsApp. Cada vez que una persona
comienza el cuidado quiropráctico en mi práctica o cambia de nivel o trae a sus
hijos, les dejo un mensaje de voz personalizado. Por ejemplo:

“Pablo, soy David Serio, tu quiropráctico. Quiero agradecerte la oportunidad


que me das para que te introduzca en la quiropráctica. Quiero que sepas que
estoy para servirte tanto a ti, como a tu familia y amigos. Gracias otra vez. Te
espero el jueves a las seis para tu segunda visita. ¡Que tengas un buen día!”

Esto implica que Pablo ahora tiene su propio quiropráctico, que yo lo cuido y
lo quiero como persona, que estoy agradecido por brindarle servicio y deseo
ayudar a su familia y amigos – ¡Todo en un mensaje de treinta segundos o
menos de duración!

4. Escribir cartas de agradecimiento. Cada día, en la práctica, el/la


asistente y el/la quiropráctica/o, escriben de una a tres cartas de
agradecimiento en forma manuscrita a diferentes personas, que recibirán en la
próxima visita. Por ejemplo:

María, Muchas gracias por venir regularmente esta semana. Gracias a tu


perseverancia puede brindarte el mejor cuidado quiropráctico posible.
—David

Simón, gracias por ser puntual y regular en tus visitas. Te lo agradezco mucho.
—Mónica, asistente

Este ejercicio mantiene al quiropráctico y a su asistente enfocados en la


gratitud, que es la clave de la abundancia. Poner foco en lo que la gente hace
bien en nuestra práctica, en lugar de regañarlos porque no hacen lo que deben,
les muestra por escrito que los cuidamos, que les prestamos atención.

5. Ser positivos. La gente tiene demasiada energía negativa. Las palabras,


las interacciones y las situaciones que deben enfrentar cada día son suficientes.
Hay que crear un ambiente positivo. La norma en nuestra práctica es la
siguiente: Si una vez traspasado el umbral de la puerta no tienen nada positivo
o inspirador para decir, que se queden en silencio. Hemos creado un ambiente
tan positivo que no quieren perderse ni una visita o faltar una semana a nuestra
práctica.

Estamos ahogados en información y carentes de sabiduría. En adelante, el mundo


estará manejado por sintetizadores, personas capaces de dar la información
correcta en el momento adecuado, pensar de manera crítica y elegir de manera
inteligente.
—E. O. Wilson
Principio 25
Sharon Gorman, DC
La naturaleza de las fuerzas innatas

Las fuerzas de la inteligencia innata nunca lastiman o destruyen las estructuras en


las que trabajan.

Cuando estaba en la Universidad de quiropráctica, aprendí que no había nada más


científico que la quiropráctica. Si tratamos de imaginarnos el cuerpo desde afuera hacia
adentro, como los médicos, cada año tendríamos que descubrir algo nuevo acerca del
cuerpo. Esa es la razón por la cual los médicos siempre están descubriendo y recetando
nuevas drogas y modificando sus protocolos y procedimientos quirúrgicos. Si
utilizamos su educación, siempre hay algo nuevo para descubrir. La razón por la que
digo que no hay nada más científico que la quiropráctica es porque sé que si una
persona tiene una subluxación, lo mejor que le puede pasar al cuerpo es que lo
liberemos de ella. Podemos modificar nuestra técnica, pero lo importante es que la
inteligencia innata es la que cura y su conocimiento es mucho mayor que el nuestro.
Entonces, si quitamos esa interferencia el poder que hizo el cuerpo puede curarlo. Por
supuesto que la materia tiene limitaciones y algunas veces puede ser necesaria la
intervención del médico si las células del tejido están destruidas y el cuerpo necesita
más tiempo para curarse a sí mismo. Pero, aunque los síntomas nunca se vayan o los
tejidos nunca se curen, la persona estará mucho mejor libre de subluxaciones, porque
ellas siempre interferirán con la expresión de la inteligencia innata.

La inteligencia innata que existe dentro del cuerpo es la diferencia entre la vida y la
muerte. El cuerpo no se puede curar si no está vivo. A medida que limpiamos el sistema
nervioso de las personas, mejor funciona la organización que se produce como
subproducto de la fuerza de la vida. Sin esa inteligencia, el cuerpo decae. A veces suelo
decirles a las personas que vienen a mi práctica: “El rigor mortis comienza en la
columna” Si la inteligencia innata no se puede expresar en el cuerpo, comenzamos a
decaer.

Suelo pasar mucho tiempo explicando este concepto porque me especializo en el


cuidado familiar de por vida. Quiero alentar a las personas que vienen a mi práctica a
mantener su sistema nervioso libre de interferencias para que puedan adaptarse mejor al
ambiente y al estrés de la vida diaria. Les digo que yo trabajo con el cuerpo que ellos
llevan al gimnasio, no con el que llevan a la farmacia, con lo cual quiero decir que cada
ajuste se construye sobre el anterior y que la meta es crear un sistema que se desempeñe
de la mejor manera posible para restaurar las funciones adecuadas. Les pido que se
comprometan con su salud y con su vida y que, al obligarse a cuidar su sistema nervioso
en forma regular durante toda la vida, sepan que están invirtiendo no sólo en el presente
sino en el futuro.

También les explico que los síntomas no necesariamente son malos, sino que son la
forma que tiene el cuerpo de comunicarse con nosotros. Nuestro objetivo no es
simplemente remover los síntomas, de la misma manera que el objetivo de tener una
alarma contra incendios no es silenciarla, aunque haya un incendio.

En el mismo momento en que entran a mi oficina, se dan cuenta que no es la de un


doctor tradicional. Me enorgullezco de ello. Las paredes les hablan a través de videos
que les explican los procesos que nosotros realizamos y lo que pueden esperar de
nuestro cuidado quiropráctico. Todas las semanas educo a la gente que viene a mi
práctica y les explico de donde provienen las curaciones y la importancia de mantenerse
con toda la energía.

Creo que debemos seguir trabajando para que el término subluxación sea familiar. Es
necesario que la gente se dé cuenta que es real. Cuando las personas descubren que
tienen cáncer, advierten la importancia de la salud. Quiero que comprendan que una
subluxación es tanto o más letal que una caries. Nadie espera a tener un dolor de muelas
para hacerse un control odontológico. Dado que algunas veces las subluxaciones son
indoloras, especialmente al principio, la única manera de saber si están subluxados es
mediante el control de la columna.

Este principio se relaciona con la vida y, en especial, con la vida de un quiropráctico.


Sé que cuando hago un ajuste, la fuerza que ejerzo sobre la columna de la persona
remueve la interferencia para que pueda curarse. Yo no curo a esa persona, simplemente
ayudo al cuerpo quitando la interferencia. En mi vida, yo sigo el flujo de esa
inteligencia y escucho permanentemente la voz que proviene de mi interior. Trato de
aprovechar la misma sabiduría que sabe que un recién nacido debe alimentarse del
pecho o que cura la lesión de un dedo, aunque nos olvidemos de ponerle un apósito
protector. Medito diariamente y trato de alinear mi vida con la vida y de ser lo más útil
posible con mis congéneres siendo un ejemplo de una persona que vive una “vida
innata”.

Cuando hablo con mi gente durante los ajustes, comparto con ellos los principios de
la quiropráctica, incluyendo éste, porque es precisamente éste principio el que los
mantiene en mi oficina. Muchas personas vienen a verme porque sufren algún dolor,
pero si yo siento que mi tarea es quitarles el dolor, el cuidado que les brindo sería
limitado. Seamos claros: Después de un ajuste, las personas podrán sentirse mejor, igual
o peor. En cualquiera de esos escenarios, no tendrán motivo alguno para continuar con
el cuidado quiropráctico. Es éste el principio que tiene sentido y que hace que continúen
viniendo a mi práctica. Es el que hace que yo persista en el control mi columna, aunque
lo haya hecho durante los últimos cuarenta y cinco años.

Este es uno de mis ejemplos favoritos. Les pregunto por qué no todos tienen rinitis
alérgica durante la “temporada de la alergia.” Es bastante común que, en una
determinada zona del planeta, algunas personas tengan rinitis alérgica y otras no la
sufran. Aquellas personas que la padecen no tienen la capacidad de adaptarse al
ambiente exterior, mientras que las demás sí la tienen. Los cuerpos de estas personas se
curan mejor. Suelo decir que los ajustes no siempre les harán sentir mejor, pero les
ayudarán a curarse mejor. La causa de ello está contenida en este principio: La
inteligencia innata nunca daña ni destruye las estructuras en las que trabaja.

También les cuento la historia del Dr. Sid, quien suele tirar las llaves durante sus
conferencias y, por supuesto, las llaves caen al suelo. Entonces él dice: “Al igual que la
gravedad, la quiropráctica funciona siempre”. Nunca he visto un caso en que una
persona esté mejor si está subluxada. El cuerpo siempre trabaja mejor si la inteligencia
innata puede expresarse. ¡Siempre!
Cuando apoyo mis manos sobre alguna persona, sé que le estoy haciendo un bien, no
importa lo que pase con sus síntomas; y también sé que no sólo le estoy prestando un
servicio, sino que también lo estoy haciendo para sus hijos que aún no han nacido,
porque como el cuerpo puede expresar vida, estarán más cerca de poder vivir su
potencial genético.

Cuando les hablo a los estudiantes de quiropráctica (cosa que a veces tengo el
privilegio de hacer), les digo que, si tuviéramos que resumir en una palabra el producto
que estamos brindando al mundo, esa palabra sería vitalidad. Nosotros encendemos la
vida de las personas. No puedo pensar en otro producto mejor. He hecho este trabajo
durante más de treinta años y me siento como si recién empezara. Estoy más
emocionado de ser un quiropráctico hoy, que cuando me gradué. No son demasiados los
profesionales que pueden decir esto.
La medida de lo que somos es lo que hacemos con lo que tenemos.
—Vince Lombardi

Sobrevivir es importante. Florecer es elegante.


—Maya Angelou

Futurismo y Florecimiento

Veo a la quiropráctica como una tecnología para el florecimiento humano, dentro


de lo cual debemos incluir la salud, por supuesto, que es uno de los aspectos más
importantes del florecimiento de la persona. Literalmente, hay miles de técnicas que
nos ayudan a progresar como seres humanos, muchas antiguas y otras nuevas que
surgen todos los días: PNL, yoga, meditación, nutrición, Mindfulness y reiki. En mi
opinión, la quiropráctica es superior a todas las demás técnicas que nos ayudan a
crecer y va más allá que cualquiera de ellas, porque, desde el punto de vista científico,
trabajamos con el centro físico y fisiológico de la persona. El Sistema nervioso central
es el principal coordinador y controlador de cada célula, tejido y órgano.

El Sistema nervioso central es el centro energético y mecánico que afecta todo lo


que hacemos y nos permite adaptarnos a la vida y experimentarla al máximo nivel. No
importa si hacemos otras cosas, pero si nuestro sistema nervioso tiene una subluxación
vertebral, no podremos sacarle el máximo provecho a nuestra vida.

Estas son algunas razones de porqué el coach número uno del mundo, Anthony
Robbins, utiliza regularmente la quiropráctica: Conoce la importancia de tener el
sistema nervioso libre para poder aumentar su habilidad de curarse y adaptarse a la
vida. Tony Robbins permanentemente insiste en la importancia de estar sanos desde el
interior para prosperar como personas. La quiropráctica está a la vanguardia de este
movimiento relativo al potencial humano.

Cada vez hay más personas que buscan respuestas para vivir una vida más larga,
próspera, saludable, vital y vibrante. Los futurólogos más importantes dicen que uno de
los negocios más exitosos del futuro será aquello que se relacione con ayudar a vivir
más tiempo y con una mejor calidad de vida. La realidad actual es que aún se están
gastando miles de millones de dólares por año en la búsqueda de la fuente de la
juventud.

Estas son algunas de las razones por las cuales la quiropráctica nunca estuvo mejor
posicionada para lograr un máximo impacto. Brindamos un excelente recurso para las
personas que buscan una vida más vibrante y vital. La quiropráctica también ofrece
una solución para vivir mejor en un ambiente cada vez más tóxico y contaminado,
porque un sistema nervioso libre de subluxaciones vertebrales nos permite adaptarnos
a nuestro medio con lo mejor de nuestras posibilidades.

Para florecer, conéctate con todo aquello que genere vida y evita todo aquello que
la consuma.
—Autor desconocido
Principio 26
Richard John Grostic, DC
Comparación entre fuerzas universales e innatas.

A fin de poder completar el ciclo universal de la vida, en lo que se refiere a su


estructura, las fuerzas universales son destructivas y las innatas constructivas.

Conceptualmente, los treinta y tres principios combinados muestran una filosofía que
presenta la comprensión básica de la vida en sí misma. Los principios incluyen el ajuste
quiropráctico y el papel restaurador que juega dicho ajuste en la enfermedad y la salud.

Los escritos de los primeros quiroprácticos se apoyaban en puntos de vista más


panteístas, coherentes con muchas creencias teológicas e ideológicas y adaptables a la
mayoría de ellas. El filósofo quiropráctico R.W. Stephenson publicó el Chiropractic
Text Book en 1937. Sus escritos incluían los treinta y tres principios, adoptados por
muchos líderes de la profesión y aceptados como un constructo educativo que brinda
directrices para la comprensión de la profesión de la quiropráctica. Los principios
ofrecen en forma directa e indirecta una base verosímil a partir de la cual nació la
profesión y que desde entonces ha servido para cambiar innumerables vidas.

A fin de poder completar el ciclo universal de la vida, en lo que se refiere a su


estructura, las fuerzas universales son destructivas y las innatas constructivas.

Antes de poder comprender plenamente el principio vigésimo sexto, es importante


conocer sus componentes, comenzando por saber que las fuerzas de la inteligencia
universal son parte de una totalidad omnipotente que abarca toda la existencia. La
inteligencia universal es lo que nos anima tanto a nosotros como a todo lo que nos
rodea. Si analizamos las cosas que están a nuestro alrededor, vemos que todo está
formado por átomos. Los átomos tienen una energía infinita con fuerzas que pueden
establecer vínculos entre sí o repelerse los unos a los otros. La energía que une o repele
es un ejemplo de inteligencia universal (fuerza) y la encontramos, literalmente, en
prácticamente todo lo que podamos imaginar. La inteligencia universal tiene una
tendencia intrínseca para que las cosas se organicen y fusionen, entrelazadas
intrincadamente en diferentes formas de materia. La inteligencia universal es un milagro
en sí misma, pero algo aún más grande sucede cuando esos átomos se combinan y
organizan.

Pensemos un momento acerca de estos seis átomos: carbono, oxígeno, hidrógeno,


nitrógeno, calcio y fósforo. Ellos se combinan de diferentes maneras para formar casi el
noventa y nueva por ciento de nuestro cuerpo. Ahora, agreguemos otros cinco átomos:
magnesio, potasio, sodio, cloro y azufre. Estos once elementos básicos son necesarios
para la vida y constituyen casi el ciento por ciento de la composición de nuestro cuerpo.
Estos elementos, guiados por la inteligencia universal somos nosotros y pueden
encontrarse dentro nuestro y a nuestro alrededor. En nuestro interior, existe una fuerza
de vida conocida como inteligencia innata que organiza ordenadamente dichos
elementos que nos componen de una manera milagrosa y con un fin específico. Ese fin,
ese milagro, es ¡Nuestra vida!

El ciclo universal de la vida no puede negarse, porque pertenece a todos los


organismos vivos. Tomemos por ejemplo una pequeña bellota o nuez de un roble, una
sola semilla cubierta por una cáscara resistente con un pequeño casquillo. Esta bellota
diminuta, tiene dentro suyo el potencial de convertirse en un majestuoso roble. En
promedio, son necesarios veinte o treinta años para que un roble maduro produzca las
mismas bellotas de las que proviene. Un roble tiene el potencial de vivir cientos de
años, dependiendo de su capacidad innata de sobrevivir. El roble, si bien es un árbol
magnífico de contemplar, está curtido y soporta muchas cosas a lo largo de su vida y
finalmente devuelve a la tierra todos los átomos de los que proviene.

Un ciclo de vida dentro del universo implica una serie de cambios que un organismo
debe soportar hasta que finalmente retorna a los componentes de su punto de partida.
Una de las lecturas de la Biblia dice: “Comerás el pan con el sudor de tu frente, hasta
que vuelvas a la tierra de donde saliste: de tierra eres y en tierra te convertirás” (gen.
3:19 KJV). Si las fuerzas innatas salieran de un organismo, inmediatamente retornaría al
estado elemental del que proviene. La muerte puede definirse como las fuerzas
destructivas, deseosas de devolver lo que han tomado prestado de las fuerzas innatas. El
ciclo de la vida, visto históricamente, se evidencia a partir de una mera bellota hasta los
robles que ofrecen vida, perpetuada a través de la producción de nuevas bellotas que, a
su vez, dan vida a nuevos árboles.

De manera similar a la pequeña bellota, nosotros provenimos de un linaje de


generaciones que han pedido prestado a la inteligencia universal elementos que, una vez
combinados con la inteligencia innata ofrecen vida, una vida mortal. En esta tierra,
nosotros somos organismos vivos compuestos de materiales suministrados por la
inteligencia universal. Está claro que la función de la inteligencia innata es organizar los
materiales provistos por la inteligencia universal para que la vida pueda emanar de
nuestro ser. Nuestro cuerpo experimenta una multitud de ciclos, como respirar, dormir y
la temperatura del cuerpo. Ciertamente, nosotros no nos sentamos a decirle al corazón
que debe latir y tampoco nos recordamos que tenemos que respirar. Estos son unos
ejemplos básicos de nuestra inteligencia innata, que busca el equilibrio y la armonía
dentro del cuerpo. Los quiroprácticos facilitan este equilibrio quitando las interferencias
y restaurando el equilibrio. La inteligencia innata tiene una tarea muy importante y
aparentemente sencilla: mantenernos con vida. Esta tarea incluye una multitud de
complicados procesos orquestados simultáneamente para darnos vida.

Desde nuestra concepción, la inteligencia innata comienza a construir los cimientos.


Las células se dividen y multiplican, poniendo en movimiento la creación de una red de
comunicación especial. Comenzando por el cerebro, el lugar donde reside la inteligencia
innata y establece el centro de control principal. El cerebro humano es el lugar
matemáticamente absoluto desde el cual la inteligencia innata gobierna el cuerpo y
coordina sus acciones. Por su diseño, nuestro cerebro regula, controla y maneja el
cuerpo. El cerebro está protegido por una estructura ósea denominada cráneo. El cerebro
da origen al sistema nervioso, una gran red que incluye setenta y dos kilómetros de
nervios moviéndose a lo largo del cuerpo. La médula espinal, por la que pasan las líneas
de comunicación entre el cerebro y el cuerpo, está protegida por más de veinticuatro
vértebras articuladas. La inteligencia innata utiliza esta red nerviosa para regularse a sí
misma y mantener el equilibrio de los elementos que le provee la inteligencia universal.
Los quiroprácticos son los encargados de abordar esa red de información nerviosa o
comunicación innata entre el cerebro y el cuerpo, para lograr la expresión óptima de la
inteligencia innata.
Resumiendo, las fuerzas universales son destructivas para completar los ciclos de la
vida en el universo, determinando la mortalidad de todos los organismos vivos. La
historia demuestra que nosotros, como raza humana no somos una excepción a nuestra
existencia mortal en este planeta. El verdadero milagro es la perpetuación de la vida,
una ascendencia concebida en el pasado, que en la actualidad somos nosotros y más
adelante las generaciones futuras. Nuestra estructura mortal es un mero recipiente de
fuerzas universales encauzadas por la inteligencia innata mientras dura nuestra vida. Las
fuerzas innatas son siempre constructivas, preservando y protegiendo para mantener la
vida. Al adaptarse, a la vez que manipula las fuerzas universales, la inteligencia innata
ofrece un modelo más adecuado para articular y comprender los sistemas
potencialmente flexibles y resilientes. Aún frente a desafíos destructivos, nuestras
fuerzas innatas se sobreponen a contrariedades extremas para sobrevivir. Al comprender
que el mundo no siempre trabaja de manera predecible, nuestra inteligencia innata
internalizada libra una batalla, un ejercicio de equilibrismo para conservar y perpetuar la
vida. Si no se producen interferencias, la pequeña bellota, se convertirá en un
majestuoso árbol y producirá más bellotas que un día lo reemplazarán, completando el
ciclo de la vida en el universo. El objetivo de un quiropráctico es procurar el equilibrio
de las fuerzas que hay en nuestro interior removiendo las interferencias y permitiendo
que la inteligencia innata gobierne los componentes universales que nos constituyen.
Los quiroprácticos se centran en el potencial constructivo y vivificante que se logra
cuando la inteligencia innata puede comunicarse al ciento por ciento con todas las partes
del cuerpo. Así como la bellota contiene al imponente roble, nosotros tenemos todo lo
necesario para vivir plenamente mientras estemos bajo el cuidado quiropráctico.

El principio vigésimo sexto me recuerda que la vida en la tierra es limitada y que mi


inteligencia innata está trabajando en este momento para mantenerme vivo,
¡Administrando los numerosos procesos vitales! Ahora mismo la inteligencia innata está
salvaguardando mi vida de manera constructiva, ¡Manteniendo la homeostasis! Las
fuerzas universales destructivas están siendo rechazadas y vencidas mientras las fuerzas
innatas internas están triunfando para que la vida pueda expresarse plenamente. Para
terminar, recuerden que las pequeñas bellotas crecen y se convierten en árboles
majestuosos, siempre que tengan el alimento adecuado.
Nada es más grande que la vida.
—Dr. Sid E. Williams

La familia es donde la vida comienza y el amor nunca termina.


—Autor desconocido

Transformación
Dr. Daniel R. Constable, DC, ACP

Como me gradué en Palmer College of Chiropractic, la meca de la quiropráctica,


todos supondrán que recibí la mejor educación de quiropráctica que el dinero puede
pagar. Sin embargo, en la época de mi graduación, octubre de 2000, Palmer, como la
mayoría de las universidades de quiropráctica, y la profesión en sí misma, estaban
transitando momentos de turbulencia y ambas estaban a merced del Council of
Chiropractic Education (CCE) [Consejo de Educación de la Quiropráctica]. Como
resultado de ello, mi educación de quiropráctica estaba más cercana a ser una educación
“medipráctica”. Me enseñaron a ajustar una columna vertebral, por supuesto, pero
también me dieron lecciones de terapia física y rehabilitación. Aprendí a interpretar
análisis de sangre y orina y mis profesores pusieron mucho énfasis en los exámenes
físicos y los diagnósticos.

Apenas dejé la universidad, comencé a trabajar en mi profesión en forma


independiente en una práctica de servicios médicos múltiples que estaba más orientada a
los trastornos y síndromes musculoesqueléticos, y los primeros ocho años de mi
profesión los pasé diagnosticando y tratando dolores de cabeza, de cuello y de la parte
baja de la espalda con una combinación de ajustes, ejercicios, métodos de rehabilitación
y soporte nutricional y algunas veces hasta asesoramiento psicológico.

Cuando estaba cerca de los treinta años, era bastante exitoso en este modelo
mecanicista de diagnóstico y tratamiento del dolor y síndromes musculoesqueléticos,
pero no era feliz. Estaba cansado, aburrido, quemado. Siempre me hacía la misma
pregunta: ¿Esto es así? ¿De esto se trata la quiropráctica? En realidad, estuve cerca de
dejar la profesión, como lo han hecho otras personas, por falta de motivación y de deseo
de pasar el resto de mi vida haciendo lo que hacía.

Por cosas del destino, le diagnosticaron cáncer de colon grado cuatro a mi padre,
Robert. Durante un análisis de rutina le descubrieron sangre oculta en sus heces. Luego,
los siguientes exámenes revelaron un tumor del tamaño de una naranja en el colon
distal. De la noche a la mañana, mi padre, asintomático, estaba gravemente enfermo.

Cuando supe que mi padre estaba enfermo fui directamente al modo “medipráctico”
que era mi modus operandi. Le envié libros y varios CD acerca del cáncer y las formas
de recuperación. También le envié suplementos dietarios en forma de pastillas y en
polvo. Lo llamé por teléfono en forma regular y traté de orientarlo de la mejor manera
posible. Quería hacer todo lo posible para que mi padre estuviera bien.

Después de luchar ferozmente durante tres años, estaba claro que mi padre perdería
la batalla. Tuve la suficiente suerte de pasar a su lado los últimos tres días de su vida en
un geriátrico de Melbourne, Australia, donde crecí. El tercer día, los dos finalmente
tuvimos un tiempo en soledad y mi padre me pregunto: Danny ¿Podrías ajustarme?
Recuerdo ese momento como el más vergonzoso de mi vida. Habiendo estado a su lado
tres días y tres noches, jamás se me ocurrió ajustarlo. “Por supuesto”, respondí.

Mi padre estaba postrado en la cama, muy rígido e inmóvil, por lo tanto, lo que yo
podía hacer con él era muy limitado. Sin embargo, pude palpar y analizar su cuello.
Descubrí una subluxación cervical alta y lo ajusté con el mayor de los cuidados. Fue y
seguirá siendo el mejor ajuste que hice en mi vida. Volví a sentarme a su lado y le tomé
la mano. Después de un minuto de silencio, volvió su cabeza hacia mí, me miró a los
ojos y dijo “gracias”. Luego, giro la cabeza, cerró los ojos y respirando profundamente
falleció.

Un par de días después estaba en la casa de mi padre, donde yo había crecido,


preparándome para el funeral. Mientras revisaba su placar, descubrí al fondo, sobre el
piso, los libros, los CD, las pastillas, los polvos, todo lo que le había enviado, envuelto
en el mismo envoltorio de plástico. Nunca leyó un libro, ni tomó una píldora, ni escuchó
un CD. La socia de mi padre, Anne, que estaba en ese momento a mi lado, vio que yo
no entendía nada de lo que estaba viendo. Se acercó a mí, apoyó su mano sobre mi
hombro y me dijo: “Sabes, lo único que quería tu padre era un ajuste”. En los
momentos más difíciles de su vida y en el momento de su muerte, mi padre no estaba
interesado en nada más. Todo lo que había hecho por él y lo que yo hacía por mis
pacientes en mi práctica no le interesaba. Todo lo que quería era un ajuste.

La muerte de mi padre y los días siguientes me enseñaron que la quiropráctica era


todo. Habiendo tenido el privilegio de estar al lado de una persona en el momento en
que pasa de esta vida a la otra, estoy convencido que todos tenemos el deseo innato de
estar en un estado de conexión cuando dejamos este mundo: conexión con nosotros
mismos, con nuestra familia, con nuestro creador. El ajuste quiropráctico tiene algo de
magia. La quiropráctica no se refiere al dolor, papá no tenía dolor. La quiropráctica se
relaciona con la conexión del cerebro con el cuerpo y de éste con el cerebro. La
quiropráctica se refiere a lograr que los canales nerviosos del esqueleto axial (cráneo,
columna, pelvis) permanezcan abiertos para el mejor funcionamiento del sistema
nervioso. La práctica de la quiropráctica es la detección, análisis y corrección de las
subluxaciones vertebrales para lograr una óptima expresión de la vida.

Esto, junto con la convicción de que todos están mejor sin subluxaciones vertebrales
que con ellas, ha transformado mi práctica y ha dado forma a la manera en que mi
familia y yo conducimos nuestras vidas. Estoy convencido de que mientras tengamos un
cerebro y una columna debemos estar en manos de un quiropráctico. Las subluxaciones
vertebrales por si solas son motivo suficiente para que las personas sean examinadas, y
si es necesario, ajustadas por un quiropráctico de manera regular. No hay tiempo cuando
sabemos que un ser humano estará mejor si no está subluxado. Por lo tanto, es
imperativo que todos los hombres, mujeres y niños incorporen la quiropráctica en sus
vidas. El desarrollador de la quiropráctica, el Dr. B.J. Palmer, escribió acerca de la
utopía de la quiropráctica: Creo que la tarea de un quiropráctico es cuidar a su
comunidad, tratar que sus miembros estén menos subluxados y, como consecuencia,
más saludables y felices. Imaginemos comunidades llenas de personas más en sintonía
con ellos mismos, con sus familias, sus vecinos y su ambiente. Después de mi
transformación de mediprático a quiropráctico, ese ha sido mi propósito. Gracias, papá,
por mostrarme con tu muerte, cual es el sentido de mi vida. Gracias por mostrarme cuál
era mi propósito. Te extraño. Te quiero.

La simplicidad es la clave para brillar.


—Bruce Lee
Principio 27
Andreas Söderström, DC, ACP, Suecia
La normalidad de la inteligencia innata.

La inteligencia innata es siempre normal y su función también lo es.

Creo que ésta es una idea central que nos divide en la sociedad moderna, en la cual
pensamos que venimos a este mundo a través de un fantástico viaje, gobernados por la
sabiduría innata del cuerpo y que somos criaturas perfectas listas para expresarnos
durante nuestra vida a través de la adaptación, confiando en la capacidad del cuerpo
para hacer frente a las fuerzas y desafíos que recibimos por el solo hecho de estar vivos,
o pensamos que hemos sido creados con la necesidad de ayuda para sobrevivir y para
que el cuerpo navegue por la vida con los medios provistos por las intervenciones
externas.

El principio vigésimo séptimo se origina en la premisa mayor de la quiropráctica,


que reconoce e identifica un poder e inteligencia superiores, y esas ideas me llevan a
creer que la quiropráctica ha cumplido la mayoría de edad, ya que reflejan los
conocimientos de nuestros primeros quiroprácticos, especialmente los de B. J. Palmer,
quien los escribió en la primera parte del siglo pasado. En 1948, R. W. Stephenson
estableció los treinta y tres principios de B.J. y, a pesar de que algunos profesionales
aún cuestionan la validez de dichos principios, aparentemente hoy en día se escuchan en
más de una disciplina. Los principios son objeto de estudio y podrían usarse como guía
en otras áreas además de la quiropráctica.

Dan Barber, uno de los mejores chefs del mundo, conocido por ser Blue Hill en los
Stone Bars y en Blue Hill Nueva York, comenzó con lo que se denomina “movimiento
de la huerta a la mesa”, la filosofía de crear excelente comida. Dan Barber llegó a la
conclusión de que independientemente de las técnicas utilizadas para cocinar, si los
ingredientes no son excelentes, no se pueden obtener buenos platos. ¿En qué se
relaciona esto con el principio décimo séptimo?

Dan Barber está en la búsqueda de grandes sabores. Al hacerlo, se tratan de obtener


los mejores ingredientes y para ello hay que encontrar excelentes productores. Dan dice:
“A medida que profundizas las relaciones simbióticas en la biología de la agricultura,
mejoras las pasturas y a medida que lo haces, mejoras el alimento de las vacas lecheras
y con ello mejoras la leche”. Él sabe que apoyar la continuación de todo el sistema es la
meta del mejor sabor. ¿Cuál es la esencia que hace que la zanahoria sea una zanahoria?

No se pueden obtener grandes sabores a menos que el suelo sea una comunidad
biológica plenamente activa. Lo que sabemos sin duda es que cuanta más vida tengamos
en el suelo, más potencial existirá para la creación de un buen sabor. Barber afirma que
somos lo que comemos, pero también somos lo que come lo que comemos. Entonces,
ésta es una buena oportunidad para comenzar a enseñar a la gente a pensar que no sólo
somos lo que comemos, sino también lo que come aquello que nosotros comemos.

Teniendo esto en mente, vayamos a la premisa mayor, que afirma que la inteligencia
universal está en toda la materia, a la que permanentemente le entrega todas sus
propiedades y acciones, manteniendo así su existencia. De este principio, derivan todos
los demás. Quizás la búsqueda de los grandes sabores sea simplemente la búsqueda del
ser normal de cada ingrediente, creado sin interferencias de las fuerzas externas y regido
por su inteligencia innata, que da como resultado lo que, para nosotros, los seres
humanos, es un buen sabor y un extraordinario plato de comida.

¿Podríamos utilizar este principio como el lienzo de un pintor para difundir ideas que
influyan a las personas a ir de la mano con los principios de la quiropráctica? Creo que
sí.

Considero que, en la práctica de la quiropráctica, es de vital importancia confiar en el


principio vigésimo séptimo, porque establece el tono de toda la expresión de la
quiropráctica. Clarence Gonstead solía decir: “Nunca cuestiones un principio de
quiropráctica, pero cuestiona la aplicación de la quiropráctica”. Cuando comprendemos
que la inteligencia innata es siempre normal y está siempre al ciento por ciento, también
entendemos que hace lo que debe hacer con las fuerzas a las que enfrenta. Cuando
removemos una interferencia con la inteligencia innata, ella se puede expresar
normalmente. Al saberlo, el quiropráctico pone foco en el objetivo (subluxación) y no
en el resultado. De esta manera, al ejercer la quiropráctica estamos más presentes y
somos más específicos al ajustar una subluxación, ya que honramos a la inteligencia
organizada y estamos haciendo lo mejor que podemos para guiar a la innata a lo que
debe hacer. Volviendo al Chef que busca los mejores sabores vemos que, al permitir que
los ingredientes sean lo más naturales (normales) posibles, él comprende el poder
creador de la naturaleza y de esta manera puede desarrollar el arte de cocinar. Solo
entendiendo que la inteligencia innata es siempre normal, podemos desarrollar el arte de
ajustar como quiroprácticos.

Nuestra tarea como quiroprácticos no es juzgar la expresión normal de la inteligencia


innata, sino prestarle atención.

Al público en general, le explico este principio de muchas maneras y la mayoría de


las veces lo hago cuando las personas están preocupadas por los diferentes síntomas,
que sólo son respuestas fisiológicas o adaptaciones de la inteligencia innata y son una
señal de buena salud y no de enfermedad. La fiebre en los niños es una respuesta normal
para llevar todo el sistema a la homeostasis subiendo la temperatura del cuerpo, para
poder luchar contra los virus o bacterias que no podrán sobrevivir en un ambiente de
alta temperatura. Por ello, es de vital importancia que los quiroprácticos informemos a
las personas las bases de nuestros principios. Muchos padres dan medicamentos a sus
hijos para bajar la fiebre y de esa manera están interfiriendo con un proceso normal y
natural que debe ocurrir. Para mí, ésta es una excelente oportunidad para explicar un
paradigma diferente a la sociedad actual y al hacerlo desde esta perspectiva, puede
cambiar la percepción que las personas tienen de la salud y podrán ser más cuidadosos
al juzgar lo que está sucediendo en una respuesta saludable denominada enfermedad.

Otro ejemplo que uso en mi práctica es que los niveles de calcio en sangre siempre
deben permanecer dentro de un rango normal, determinado por nuestra inteligencia
innata. Si los niveles bajan demasiado, las glándulas paratiroideas saben cómo obtener
calcio de los huesos y depositarlo en la sangre. Cuando se habla de la presión arterial, se
piensa que debe permanecer dentro de un cierto rango y si eso no sucede, es muy
probable que el médico prescriba medicamentos, sin buscar las razones por las cuales la
presión arterial está demasiado alta o demasiado baja. En realidad, es simplemente una
respuesta normal del cuerpo para adaptarse a los desafíos manifestados por el ambiente,
como el estrés o la obesidad. Las personas continuarán muriendo de un paro cardíaco,
aunque tome medicación para la presión arterial. Las leyes regidas por la inteligencia
innata determinan cómo deben suceder las cosas dentro de nuestro cuerpo y a qué
debemos escuchar y prestar atención.

En mi vida privada, el principio vigésimo séptimo me acerca a la naturaleza y a las


cosas naturales, y en el mundo moderno muchas veces me siento como el chef buscando
el mejor sabor, para lo cual, en lo posible, examino el entorno. Al remover las toxinas
creadas por el hombre que interfieren con mi ser profundo y disfrutar de la naturaleza,
me siento conectado con la expresión normal de mi inteligencia innata. En mi práctica,
quiero que las personas, después del ajuste, se sientan más conectadas con lo normal (la
naturaleza).
El siguiente principio tiene un significado muy especial para mí, por las
circunstancias que rodean a su autor y a la presentación de su trabajo. El Dr. Andy
Roberts fue un colega de la hermandad Delta Sigma Chi y un amigo en la web. Nunca
nos conocimos personalmente, pero tuve y tengo un gran respeto por la visión de este
hombre y el tiempo dedicado a un principio más grande que él mismo.

Andy me envió su trabajo un día antes de entrar en coma, después de lo cual


falleció. Hablamos por teléfono la misma mañana del día en que entró en coma y
estaba de muy buen ánimo y entusiasmado por asistir a un seminario que habíamos
planeado realizar con él en Argentina.

Su vida fue un legado, y siempre será recordado por su dedicación, sus enseñanzas y
por ser un inspirador para que otras personas perfeccionaran su arte. Muchas gracias,
Andy, por la vida que viviste y por lo que defendiste.
Principio 28
Andy Roberts, DC
Los conductores de las fuerzas de la inteligencia innata.

Las fuerzas de la inteligencia innata operan a través del sistema nervioso en el


cuerpo de los animales.

El diseño de la estructura y funcionamiento del ser humano es algo misterioso y


maravilloso. A pesar de muchos años de estudio, miles de millones de dólares
invertidos, el pensamiento de mentes brillantes y el desarrollo de modernas tecnologías
utilizadas para descubrir el funcionamiento del ser humano, lo que nosotros conocemos
es apenas una mínima parte de nuestras capacidades. Mientras el cerebro, el corazón, el
hígado, los ojos, el bazo y otros órganos y partes del cuerpo cumplen funciones
maravillosas, nosotros somos mucho más que la suma de ellos. Somos una máquina
cuyas piezas actúan en conjunto para el mayor bien de la totalidad del ser, todo ello
coordinado a través del sistema nervioso por la sabiduría innata del cuerpo, que los
quiroprácticos denominan inteligencia innata.

No muy lejos de mi casa, está ubicada la Universidad de Michigan, que alberga uno
de los estadios de deportes más grandes del mundo. Imaginemos por un momento que el
estadio, que tiene una capacidad de 107.000 personas sentadas, está lleno. Tú estás allí,
parado en el medio del campo y te piden que realices una sola tarea: pedirle a cada una
de las personas que hagan algo y luego recibir de cada una de ellas un mensaje
informando el cumplimiento de esa tarea. ¿Cuánto tiempo necesitarías? ¿Cuánto tiempo
te llevaría cumplir con esa tarea? ¿Días, semanas, meses o quizás más tiempo? Una
instrucción tan simple como esa parece casi imposible de cumplir. Pero ahora imagina
que no tienes todo ese tiempo para llevarla a cabo, sino que tienes ¡Menos de un
segundo para comunicar tu mensaje a todas las 107.000 personas! ¡Olvídalo! Yo
cerraría el sistema, apagaría las luces del estadio y me iría a casa. ¡Ya tuve un día lo
suficientemente difícil organizando todo para mis cuatro hijos!

Es asombroso pensar que esta comunicación tan compleja ocurre dentro del cuerpo
desde el momento de la concepción hasta el día de nuestro último aliento, pero a una
escala mucho mayor y más increíble. El cuerpo humano está formado por
aproximadamente treinta y siete billones de células, cada una de las cuales necesita un
mensaje único en cada momento para cumplir con su función y mantener la vida. Una
célula del pie, otra del corazón y todas las demás células del resto del cuerpo deben
cumplir con sus funciones únicas a la vez que contribuyen con las funciones del cuerpo.
Afortunadamente, no tenemos que realizar el ejercicio del estadio de fútbol y, por
suerte, tampoco debemos controlar ni coordinar nuestros treinta y siete billones de
células. La inteligencia innata lo hace por nosotros.

Mientras estamos ocupados con el trabajo, la escuela y el entretenimiento; mientras


nos preocupamos por las finanzas, el tiempo y la paz del mundo; mientras dormimos,
caminamos, nos alimentamos y bebemos, la inteligencia innata está trabajando pausada
y diligentemente, recibiendo las demandas y necesidades del cuerpo y formulando la
acción correspondiente, enviando un mensaje único y específico a cada una de las
células y recibiendo la respuesta para comenzar nuevamente el ciclo. Esto se realiza
momento a momento, una y otra vez durante toda la vida. Sin necesidad de pensarlo o
de prestarle la más mínima atención, las células que recubren el estómago, las de las
glándulas que producen hormonas y las de las paredes del colon están recibiendo y
enviando mensajes para cumplir con sus funciones de manera exitosa y acciones
coordinadas para el bienestar de todo el cuerpo.

En el estadio, no hubiera tenido sentido estar parado en el medio del campo de juego
gritando las órdenes, ya que muy pocas personas hubieran podido oír correctamente. Lo
que si hubiera tenido sentido es haber utilizado un sistema de comunicación, quizás un
micrófono para poder enviar las órdenes a más de ciento siete mil cables designados
para cada persona en el idioma correspondiente. El cuerpo es igual, la inteligencia
innata que controla, regula y coordina las necesidades de cada una de los treinta y siete
billones de células, necesita una vía para comunicar los mensajes. Esa vía es el sistema
nervioso central.

Dediquemos un momento a apreciar la maravilla del sistema nervioso. Es la primera


estructura que se forma de una esfera de células indiferenciadas, poco después de la
fertilización del óvulo. Las células nerviosas, denominadas neuronas, crecen en una
proporción de doscientas cincuenta mil por minuto mientras están en el útero. El tamaño
y red de este sistema es tan grande que, si separáramos todas las partes del cuerpo con
excepción del sistema nervioso, veríamos la estructura de la forma humana. Algunas
células nerviosas pueden conducir una señal a una velocidad de ¡más de 91 metros por
segundo!

Los mensajes de la inteligencia innata se denominan impulsos cerebrales y fuerzas


innatas. Los transmite el cerebro a través de los conductores (nervios) del cuerpo a los
receptores (tejido celular) para originar una función deseada. Una vez que las células
han recibido el mensaje, los conductores (nervios) reenvían el informe de situación al
cerebro, donde el ciclo vuelve a comenzar. Si este ciclo de información enviada desde
las células cerebrales a las células de los tejidos ocurre sin impedimentos, como debería
suceder en todos los ciclos de cada célula del cuerpo, nuestro cuerpo se estaría
expresando a su máximo potencial de vida y salud.

Sin embargo, si hay impedimentos en la transmisión de los mensajes - que son vitales
para que puedan llevarse a cabo las funciones de las células - se produce una alteración
de la condición del ser a la que denominamos enfermedad. Cuando eso sucede, las
células, los tejidos, los órganos, los sistemas y finalmente el cuerpo, entran en un estado
de falta de armonía que no les permite funcionar adecuadamente y adaptarse
adecuadamente al ambiente. Si continúan en ese estado a lo largo del tiempo (y a veces
inmediatamente), pueden ocurrir muchos problemas clasificados como enfermedades.
Dichos impedimentos (obstrucciones del flujo de los impulsos cerebrales) producidos
dentro de los ciclos nerviosos como consecuencia de las vértebras desalineadas, se
denominan subluxaciones vertebrales.

La subluxación vertebral se produce cuando una vértebra se desalinea como


consecuencia de una combinación de razones, lo que puede alterar la neurología del
cuerpo y afectar de manera negativa el flujo de los impulsos cerebrales y las fuerzas
innatas. Como podrán imaginar, una subluxación vertebral siempre es algo malo, por lo
tanto, nuestra intención será liberarnos de ella. Utilizaré un ejemplo conocido para
cualquiera de nosotros.

Pensemos por un momento en los diferentes sistemas de un automóvil: el de


refrigeración, el sistema eléctrico, el tren delantero, los frenos y demás. Dejaremos de
lado el ejemplo obvio del sistema eléctrico y utilizaremos los frenos para darle más
seriedad al problema. En los automóviles más convencionales que tienen frenos a disco,
el fluido circula desde el cilindro maestro hacia el sistema que se encuentra en las
ruedas, que hace que las dos pastillas de freno presionen en conjunto el rotor, haciendo
que las ruedas disminuyan la velocidad y eventualmente detengan la marcha. Aquí
viene la parte peligrosa. Imaginemos que mientras estamos conduciendo, la línea de
frenos que transporta el fluido se vea comprometida de tal manera que disminuya el
flujo del fluido o, lo que es peor, se corte completamente, dando como resultado la
pérdida total del fluido de frenos. Entonces, mientras vamos conduciendo
tranquilamente, llegamos a una luz roja o se cruza un vehículo y hay que girar
repentinamente y… al accionar el pedal del freno nos damos la sorpresa de nuestras
vidas: ¡Nos hemos quedado sin frenos! No es necesario entrar en detalles para saber el
horror de esa situación. No me cabe duda de que todos entendemos lo que puede
suceder.

La subluxación vertebral es a nuestro cuerpo lo que la línea afectada es al sistema de


frenos de nuestro automóvil. Recuerden, cada parte del cuerpo tiene una línea de
alimentación: el corazón, el hígado, los pulmones, los órganos reproductivos y los
demás órganos. Si cualquiera de esas líneas tiene un “inconveniente”, podemos
imaginar los graves problemas que ello podría causar a los órganos que alimenta, en
términos de funcionamiento, desempeño y vida.

El principio vigésimo octavo de quiropraxia afirma que las fuerzas de la inteligencia


innata operan a través del sistema nervioso en el cuerpo de los animales. Si los
conductores de las fuerzas innatas no se desempeñan correctamente, nuestro cuerpo deja
de funcionar normalmente y, en última instancia eso nos puede conducir a la muerte.
Las mejores cosas de la vida, muchas veces nos están esperando en la puerta de
salida de la zona de confort.
—Karen Salmanshon

Si nos colocamos en una posición en la que nos vemos forzados a salir de nuestra
zona de confort, ello nos obliga a ampliar nuestra conciencia.
—Les Brown

Sal de tu zona de confort

Cualquier persona que haya realizado grandes esfuerzos, puede decir que la mayor
parte del tiempo transcurre rompiendo zonas de confort, entrando en nuevas zonas y
repitiendo el ciclo. Mi familia vive en Palm Beach Gardens, Florida, a diez minutos de
las playas más bonitas del mundo. Yo sabía que para crecer tenía que transitar lo
desconocido y ese fue uno de los motivos que me llevó a dejar ese confortable paraíso y
trasladarme a Sudamérica, específicamente Argentina, en un momento en que ese país
estaba transitando una de las mayores crisis de su historia. Mi camino desde el
momento en que tomé esa decisión fue de total inquietud y de mayor crecimiento
exponencial, en todos sentidos.

De acuerdo con estudios realizados, el noventa por ciento de los seres humanos
llega al final de sus vidas plenos de arrepentimientos. A veces, eso sucede porque en
varios niveles, no se movieron de su zona de confort. Se quedaron en la misma ciudad
de su nacimiento, permanecieron en relaciones o trabajos que no les satisfacían
plenamente y la lista continúa. No importa tu edad, el lugar donde vivas, tu situación
económica o la forma en que practicas tu profesión nunca es demasiado tarde de salir
de la zona de confort que has creado y hacer la diferencia.

Estamos entrenados para pensar que la vida debe ser sencilla y confortable. La
mayoría de las personas exitosas afirman que los momentos difíciles son los que
forman el carácter. Una vez que logramos romper las barreras del confort descubrimos
que allí es donde se produce la evolución del “yo”.

La zona de confort es el mayor enemigo de la creatividad; para salir de ella se


necesita intuición la que, a su vez, activa nuevas perspectivas y vence al temor.
—Dan Stevens
Principio 29
Dan Sullivan, DC
Interferencias en la transmisión de las fuerzas innatas

Puede haber interferencias en la transmisión de las fuerzas innatas.

Los dos principios anteriores describen la calidad e importancia de las fuerzas


biológicas. Las fuerzas biológicas internas siempre luchan para adaptarse. En otras
palabras, el cuerpo es más inteligente que nuestra mente educada y, por lo tanto,
siempre está haciendo lo correcto en el momento adecuado. Los síntomas, si bien la
mayoría de las veces son indeseados, son una expresión del cuerpo que se está
adaptando correctamente a las fuerzas ambientales. Asimismo, sabemos que las fuerzas
ambientales son destructivas, pero las fuerzas biológicas innatas internas son
constructivas para el ser viviente específico que las ha creado. La inteligencia innata
crea las fuerzas en un ser vivo que constantemente se están adaptando mediante fuerzas
constructivas diseñadas para que ese organismo sobreviva, a menos que las fuerzas
biológicas internas sufran interferencias.

El público en general puede comprender el concepto de interferencia si se lo explica


correctamente. Los siguientes tres ejemplos representan de qué manera la transmisión
de los procesos biológicos internos pueden tener una interferencia: La acumulación de
placa en una arteria (ateroma); la fractura de un hueso y un tumor. La acumulación de
placa en una arteria puede interferir con el flujo sanguíneo de tal manera que puede
producir la muerte. Los huesos pueden soportar mucha presión y fuerza, pero tienen un
límite. Si ese límite se sobrepasa, puede ocurrir que se fracture. La mayoría de las veces,
los huesos fracturados pueden volverse a consolidar en la posición original para
recuperar el movimiento y las funciones de la mejor manera posible. Un tumor en
cualquier parte del cuerpo puede comprimir áreas vitales que interfieran con los
procesos de la vida. Por ejemplo, un tumor en un nervio o vaso sanguíneo, en la
columna vertebral o en los pulmones provoca interferencias en la expresión normal de
los procesos biológicos.

Como notarán, estos ejemplos se refieren a interferencias en los procesos biológicos


normales, pero se aplican al principio que afirma que las fuerzas innatas pueden tener
interferencias. Sin embargo, hay una diferencia entre procesos biológicos y fuerzas
biológicas. Nuestros fundadores y pioneros definían procesos de manera diferente de
fuerzas para distinguir las cualidades de los impulsos cerebrales de una simple función
del cuerpo o potenciales de acción de los nervios. Esto es muy importante para que
nosotros podamos comprender las implicancias de una subluxación que interfiere con el
impulso mental y la enorme importancia que tiene un ajuste para restaurar la función,
removiendo la interferencia del impulso cerebral.

Sin la explicación y la comprensión de este principio, la necesidad de la


quiropráctica y del ajuste quiropráctico tendrían muy poco valor. El hecho de que se
pueda producir una interferencia en la transmisión de fuerzas biológicas internas explica
por qué la corrección de subluxaciones vertebrales continúa siendo vital para la
expresión de la vida y el potencial humano en el mundo actual. Las interferencias con
las fuerzas biológicas internas ocurren por la limitación de la materia, no por la
limitación de la inteligencia. Si no se produjeran interferencias en las fuerzas biológicas
por las limitaciones de la materia, no existirían las subluxaciones ni la necesidad de los
ajustes quiroprácticos.
Este principio establece los fundamentos de por qué una subluxación implica una
amenaza a la expresión de la vida y a la experiencia humana. Tal como se lo ha
descripto en principios anteriores, la inteligencia innata siempre está al ciento por
ciento. Por lo tanto, la calidad de las fuerzas innatas no sufre interferencias. Sin
embargo, la cantidad de las fuerzas biológicas internas puede sufrir interferencias por su
relación con la materia. Todas las fuerzas biológicas innatas deben expresarse a través
de la materia; y toda la materia es susceptible de limitaciones. Desde el quinto principio,
sabemos que los seres humanos necesitan el ciento por ciento de inteligencia, fuerza y
materia para existir de manera impecable. Gracias a lo descripto en el principio
vigésimo cuarto, sabemos que la materia es la más débil de los componentes del trino
(inteligencia, fuerza y materia). Como la estructura y la función están íntimamente
relacionadas, cualquier debilidad estructural causará un efecto significativo en su
función y estabilidad. Las células del tejido (materia) fallarán si el estrés para la
adaptación va más allá de las limitaciones físicas. La importancia de la interferencia es
similar a la del hueso fracturado o el tumor. Si la interferencia no puede corregirse o
removerse, se reducen las funciones y la supervivencia del organismo.

La fiebre, la presión arterial alta y la diarrea son ejemplos de cómo el cuerpo siempre
está haciendo las cosas correctas en el momento adecuado. Los síntomas son la
expresión perfecta de la adaptación al ambiente de los procesos biológicos. La
inteligencia innata constantemente busca adaptarse, curar y reparar. Pero cuando ocurre
una interferencia en las fuerzas biológicas normales, se altera la capacidad de
adaptación, regulación y reparación del cuerpo. Las interferencias en las fuerzas innatas
llevan a la disfunción y a la enfermedad. Con el transcurso del tiempo, los síntomas no
deseados son el resultado de interferencias producidas dentro del cuerpo que no han
sido detectadas ni corregidas.

La corrección de las interferencias es necesaria para que la fuerza pueda expresarse a


través de la materia y las cosas vuelvan a la normalidad. La desaparición de los
síntomas como consecuencia de la corrección de las subluxaciones, como puede verse
semanalmente en las oficinas quiroprácticas de todo el mundo, es el ejemplo perfecto de
cómo se aplica este principio a la vida. Las interferencias son reales y posibles. Y, si
bien la inteligencia contenida en la materia es perfecta, la materia tiene limitaciones y
cuando se produce una interferencia, la vida no puede expresarse plenamente. Mediante
los ajustes, los quiroprácticos ayudan a que los hombres, mujeres y niños puedan
experimentar su pleno potencial removiendo las interferencias en la transmisión de las
fuerzas biológicas internas.
Nunca debes dejar que nada te aparte de tu principal objetivo. Mi única meta es
ser grande. Es todo lo que deseo. Es todo lo que aspiro ser. La grandeza es algo que
nadie te puede quitar, no importa lo que suceda. Entonces, yo pongo toda mi
energía en mi oficio
Larry Fitzgerald

Si tu trabajo es dar vuelta las hamburguesas en McDonald’s, que te reconozcan


por ser el mejor. No importa lo que hagas, debes ser el mejor en tu oficio.
—Snoop Dogg

Oficio

Un oficio es una actividad que implica habilidad para hacer cosas con las manos.
Los quiroprácticos somos filósofos, científicos, artistas, promotores, empresarios y
maestros, solo por nombrar algunas de las habilidades que debemos tener para curar.
A mí me gusta pensar que esto es un oficio. Utilizamos las manos para trabajar y si
bien no hacemos objetos, realzamos la expresión de la vida removiendo subluxaciones
vertebrales. Creo que es el mejor oficio.

La ciencia nos dice que para ser un experto en algo se necesitan diez mil horas. Esto
si hacemos las cosas con habilidad y diligencia; de lo contrario nos convertimos en
expertos en mediocridad. Pienso que cuando B. J. Palmer vivían, pasaban muchas
horas perfeccionando su oficio, que les consumía cada partícula de su ser y de su
mundo.

La responsabilidad que tenemos como quiroprácticos es tremenda. Nos ocupamos


de las vidas de las personas. Ajustamos la columna vertebral, que es el centro físico y
fisiológico del ser humano. Debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad para
analizar la columna de una manera precisa, sagrada, humanística y a la vez científica.
Recuerdo a Thom Gelardi cuando me decía que aprender nuestro oficio demanda toda
la vida. He tenido la fortuna de que mis mentores hayan sido y son verdaderos expertos
en quiropráctica; y la seriedad, profesionalismo y dedicación puesta para enseñarme
cada aspecto de este oficio es asombrosa.

Grandes científicos y filósofos afirman que cuanto mayor es el ámbito de lo


desconocido, mayor es el ámbito de la comprensión, y así permanentemente. Por lo
tanto, el aprendizaje y la pericia se convierten en una constante evolución de obtener
conocimiento, experiencia y sabiduría y luego volver a la falta de conocimiento una vez
más hasta que evolucionamos para aprender a un nivel más profundo y obtenemos
mayor sabiduría, conocimiento y experiencia hasta que el ciclo se repite una y otra vez
durante toda la vida.

La verdadera sabiduría es saber que no sabemos nada.


—Sócrates
Principio 30
Kari Swain, DC
Las causas de la falta de armonía.

La interferencia en la transmisión de las fuerzas innatas provoca falta de


coordinación, de equilibrio, de armonía.

Desde el principio duodécimo, sabemos que puede haber interferencias en la


transmisión de las fuerzas universales, como por ejemplo una pared que obstruye el
paso del viento o un delantal de plomo que obstruye el paso de los rayos X.

Poco después del descubrimiento de la quiropráctica, D. D. Palmer y B. J. Palmer, en


conjunto con el círculo de quiroprácticos más allegados como Craven, Vedder, Firth,
Burich y Mabel Palmer, se abocaron a desarrollar su filosofía. Utilizaron palabras
comunes, a las que le daban un uso diferente para aplicarlas a sus definiciones, y
también palabras nuevas que ellos crearon para poder explicar los conceptos e
interpretaciones de la quiropráctica. Por lo tanto, es importante conocer las diferentes
definiciones del léxico utilizado.

La palabra desarmonía [“falta de armonía” en el Diccionario de la RAE, dis-ease en


inglés] es motivo de confusión tanto para quiroprácticos como para el público en
general, ya que muchas veces se piensa que es sinónimo de enfermedad [en inglés
disease], lo cual está muy lejos de la verdad. Antes de hablar de la diferencia entre
desarmonía y enfermedad, debemos aclarar cuál es el concepto de armonía utilizado en
quiropráctica. En el diccionario, la palabra armonía está definida como paz, equilibrio.
R. W. Stephenson afirmaba: “En quiropráctica, armonía es la entidad…”. La entidad
que está “en armonía” está en plenitud y ello puede verse en las diferentes palabras que
se utilizan para describirla tales como salud, adaptación, coordinación y bienestar. En
el nivel más simple, es decir la comunicación entre una célula cerebral y otra de los
tejidos, el uso de la palabra armonía implica el funcionamiento normal del cuerpo y de
cada célula cumpliendo su función.

Para decirlo de una manera sencilla desarmonía es la falta de armonía. Es una


desviación del mantenimiento del funcionamiento equilibrado de todas las partes del
cuerpo relacionadas entre sí. Esta desviación es el resultado de la interrupción de la
comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

El opuesto de armónico es inarmónico. El prefijo in implica ausencia de. En


quiropráctica, la palabra inarmónico implica la falta de coordinación de las fuerzas
innatas. Dichas fuerzas son constructivas, no destructivas. Las fuerzas innatas son
responsables del funcionamiento y reparación de los tejidos.

De acuerdo con el texto de Stephenson, la falta de coordinación es la falta de


armonía de las acciones del cuerpo como consecuencia de la falta de control de las
fuerzas innatas. Es una condición de desequilibrio del funcionamiento o más bien de
desequilibrio de la actividad celular. El accionar de las células de los tejidos no es
coordinado, a menos que obedezcan a la ley de demanda y oferta (principio trigésimo
tercero). Ese accionar sin coordinación se dice que es inarmónico, porque las células de
los tejidos se perturban al no estar organizadas.
De acuerdo con la explicación del diccionario, el término descoordinación (falta de
coordinación), es la incapacidad de utilizar las diferentes partes del cuerpo en conjunto,
de manera suave y eficiente. Palmer y sus compañeros quiroprácticos hablaban
claramente de falta de coordinación entre el cerebro y las células de los tejidos. Dicha
falta se produce cuando el ciclo se altera o se modifica, o no llega el mensaje que el
cerebro envía a las células de los tejidos y eso produce un estado de desequilibrio.

Coordinación es cuando cada pedido enviado por el cerebro a los tejidos llega
correctamente; si tenemos coordinación, estamos en un estado en que todo fluye
correctamente, en estado de armonía.

Supuestamente, el estado normal del ser es estar en armonía. Por diseño, nacemos
para ser saludables. Nuestro derecho de nacimiento es que la inteligencia innata trabaje
para que la vida se manifieste en su máxima expresión. Al vivir en el mundo físico,
estamos expuestos a las fuerzas físicas, esas son las fuerzas universales. Dichas fuerzas
son siempre destructivas. La materia está permanentemente adaptándose a esas fuerzas
exteriores. Cuanto más sana está la materia, mejor puede adaptarse a dichas fuerzas. Un
ejemplo de fuerzas universales es la ley de gravedad. No importa donde estemos, la
gravedad siempre está trabajando.

El cuerpo tiene todo el potencial necesario para que las fuerzas innatas se transmitan
de manera exitosa, a menos que haya interferencias. Hay muchas cosas que pueden
interferir en la transmisión de las fuerzas innatas. Para los quiroprácticos, la más
importante es la subluxación vertebral. Cuando está presente, la subluxación vertebral
interfiere en la transmisión de los impulsos cerebrales y ello afecta la capacidad del
cuerpo de curarse a sí mismo.

Toda interferencia en la transmisión de la inteligencia innata provocará una


modificación en la coordinación y movilidad celular. A su vez, esto alterará la
adaptación y dará como resultado lo que los quiroprácticos denominan falta de armonía.
Todo cambio de vibración en la transmisión de impulsos cerebrales hará que las células
de los tejidos reciban impulsos cerebrales alterados. Esas células actuarán de manera
descoordinada, permitiendo que las fuerzas universales destructivas actúen en las
células de los tejidos, dando como resultado una disfunción, falta de armonía y
enfermedad. Toda modificación en el flujo de fuerzas cerebrales provocará una
alteración en la adaptabilidad de una estructura compleja u organismo.

Las fuerzas universales de auto sugestiones (pensamientos), toxinas y traumatismos


se combinan para impactar de manera negativa en el funcionamiento del sistema
nervioso. La restauración de la armonía dentro del cuerpo se logra removiendo la
interferencia en la transmisión. Los análisis y ajustes específicos de los quiroprácticos
remueven la subluxación vertebral y reanudan la transmisión de la inteligencia innata.

El diseño del cuerpo es brillante. El sistema tiene programas de respaldo


incorporados dentro del “sistema operativo”. Dichos programas permiten la adaptación
a las fuerzas universales durante toda la vida. Sin embargo, estos sistemas de respaldo
no están pensados para mantener la vida humana indefinidamente.

El sistema interestatal de los Estados Unidos también tiene un diseño fantástico. En


1956, el presidente Eisenhower firmó la Ley federal de ayuda para las autopistas.
Actualmente, el sistema tiene 75.440 kilómetros de autopistas. En total, los Estados
Unidos tienen más de seis millones de kilómetros de caminos. ¡Son muchas calles y
autopistas!

A unos pocos kilómetros de donde está ubicada mi práctica, se entrelazan dos


importantes rutas interestatales: la 80 que se extiende a lo ancho de los Estados Unidos
y entrecruza a la 35, que va desde Canadá hasta el extremo sur de Texas. Muchas veces,
reparaciones o accidentes harán que el tránsito deba desviarse hasta que la reparación
haya finalizado o la ruta quede libre después del accidente. Otras veces, las
inclemencias climáticas provocarán una interrupción de la carretera. Sin embargo, la
ruta está allí, aunque el tránsito se limite a vehículos de emergencia o a palas de nieve.
Para los viajeros habituales, utilizar una ruta alternativa estaría bien. Sin embargo, el
camino alternativo no está disponible, quizás porque una tormenta de nieve ha
provocado el cierre de todas las vías que rodean a las interestatales. Entonces, ningún
viajero sensato querrá pasar la noche dentro de su vehículo, porque se congelaría.
Buscará un motel o alojamiento alternativo hasta que la tormenta haya pasado. Sin
embargo, un viajero que piensa que sabe más que los sistemas de control, desobedecerá
las normas y tratará de avanzar, causando un desastre. Si relacionamos esto con el
cuerpo, veremos que también dentro de él ocurren episodios de cambios de ruta o
búsqueda de caminos alternativos hasta que se produce la adaptación o rehabilitación.
Dichos procesos pueden verse limitados cuando el viajero decide tratar de anular las
decisiones del Departamento de Transporte, que es el sistema regulador, no permitiendo
que funcionen los planes de contingencia (es decir tomar rutas alternativas o esperar
hasta que finalice la tormenta). Un ajuste quiropráctico específico es similar a enviar
una máquina quita nieve al lugar para limpiar la nieve caída sobre la carretera. Libera el
camino para los viajeros. Pero, si la máquina quita nieve avanza con la pala apoyada
sobre el camino sin nieve, puede dañarlo, causando un problema para el viajero. Si este
concepto lo aplicamos a un ajuste no específico, es posible que envíe fuerzas
universales destructivas al sistema nervioso central.

Desgraciadamente, algunas veces el Departamento de Transportes sabe que hay un


problema, pero lo pasa por alto o subestima la gravedad, como fue el caso de la caída
del puente de la Interestatal 35 en Minneapolis, en 2007. Se habían hecho reparaciones
menores, pero la estructura estaba dañada y ello produjo efectos catastróficos en los
viajeros que estaban sobre el puente o en los alrededores. Al no ocuparse del bombardeo
de las fuerzas universales autorizando un tránsito mayor al permitido por el diseño del
sistema y al no contar con rutas alternativas adecuadas (los sistemas de respaldo
internos del cuerpo), el Departamento de Transporte tuvo una catástrofe en sus manos.
Lo mismo sucede con el viajero que no se adapta a las circunstancias; el efecto es la
falta de armonía o desequilibrio.

En el momento de su creación, en 1956, el brillante sistema interestatal fue objeto de


burlas y críticas. Ahora, es reconocido como sumamente cómodo y conveniente. Es casi
impensable trasladarse a lo ancho y largo del país sin una carretera interestatal.

La subluxación vertebral causa una interferencia que provoca una modificación de la


adaptabilidad de la materia. El ajuste específico remueve la interferencia y restaura el
funcionamiento normal del cuerpo. La expresión plena de la inteligencia innata es
posible cuando no hay subluxaciones vertebrales que generen interferencias entre el
cerebro y las células de los tejidos, produciendo falta de coordinación o desequilibrio.
Los quiroprácticos se dedican exclusivamente a realizar ajustes específicos de la
columna vertebral.
La inteligencia es la capacidad de adaptarse a los cambios.
—Stephen Hawking

Las habilidades naturales son importantes, pero se puede llegar lejos sin ellas si
tenemos una actitud positiva, deseos, objetivos y nos centramos en ellos.
—Kirsten Sweetland

Elecciones

A cada paso y a cada segundo, debemos tomar decisiones. Somos pura energía y
creamos vida, o nos lamentamos y la destruimos. Vivimos con las vibraciones altas y
ganamos, aprendemos, crecemos y evolucionamos, o somos perdedores. Creamos
nuevas posibilidades o perdemos nuestro precioso tiempo. Somos agradecidos por todo
y agradecemos a todos, o somos víctimas de las circunstancias. Como afirma Tony
Robbins, la atracción llega cuando vivimos con las vibraciones altas y somos
agradecidos y positivos. Si tenemos expectativas, esperamos cumplirlas y cuando no las
cumplimos nos volvemos resentidos, quejosos y perdemos nuestra capacidad de
atracción.

Crea tu vida o quéjate por ella. La elección es tuya. Cada situación o circunstancia
que vivimos puede crear posibilidades o destruirlas. Los ganadores ganan o aprenden,
crecen, se adaptan y evolucionan.

El éxito va por el mismo camino que el fracaso; solo que el éxito está un poco más
adelante en la carretera.
—Jack Hyles
Principio 31
Rob Sinnot, DC, DPhCS
Subluxaciones

Las subluxaciones vertebrales son las causantes directas o indirectas de las


interferencias que se producen en la transmisión de mensajes desde el cerebro al
cuerpo.

Si bien todos los principios han sido diseñados siguiendo un patrón lógico formal, este
principio depende de los anteriores. Hasta ahora, hemos explorado la naturaleza de las
fuerzas innatas, su transmisión y el conocimiento de que puede haber interferencias en
la transmisión de tales fuerzas. En este sentido, las fuerzas innatas son los impulsos
cerebrales, los cuales son perfectos, sin excepción. Lo sabemos porque la inteligencia
innata es siempre perfecta y su función – la creación de impulsos cerebrales – no puede
ser una excepción. Esto quiere decir que cuando se produce una interferencia en el flujo
del suministro de impulsos cerebrales desde el cerebro a las células de los tejidos, dicha
interferencia, siempre se refiere a la cantidad, nunca a la calidad de los impulsos. Si
fuera posible interferir con la calidad no serían perfectos y por definición no serían
impulsos cerebrales sino fuerzas universales comunes.

Así como evaluamos el concepto de interferencia en la cantidad de impulsos


cerebrales, debemos reconocer el tipo de interferencia relacionada con las subluxaciones
vertebrales. La subluxación vertebral tiene características cualitativas que
frecuentemente se resumen cuando se trata el tema, pero es vital entenderlas tal como
las entiende la filosofía. A veces, tendemos a desdibujar las líneas de nuestra filosofía
para incluir dentro de su ámbito cosas que no pertenecen a la quiropráctica. Esto no
contribuye con la pureza de la filosofía de la quiropráctica y causa confusión con
respecto a la profesión. La primera norma es definir nuestros términos.
Afortunadamente, la subluxación vertebral fue definida cuando ninguno de nosotros
había comenzado la profesión. Los cuatro componentes descriptos por B.J. Palmer y
ordenados por Stephenson en 1927 son mucho más aceptables científicamente ahora
que en esa época.

Primero, reconocemos que la subluxación vertebral se define como la pérdida de


yuxtaposición con la vértebra superior, inferior o ambas. El segundo componente es la
oclusión del foramen neural que necesariamente sucede con la pérdida de la alineación
correcta. Tercero, el cambio de forma del foramen neural en cuestión dará como
resultado una alteración de la función del foramen transmisor. Cuando se altera la forma
original de algo, por definición también se altera su función. Como sabemos, la función
sigue a la forma. Esto puede resultar en nuestro tercer componente: compromiso de la
función o integridad neurológica. Dicho con las palabras de D.D. Palmer: “La
estructura y la función, normales o no, van juntas. La función depende de la estructura”.

Hasta el momento, hemos mencionado brevemente los primeros tres componentes y


no tenemos una subluxación vertebral, sino una simple neuropatía. El cuarto
componente – la interferencia con la cantidad de flujo de impulsos cerebrales – necesita
una explicación más detallada.

Cuando se inventó, el término impulso cerebral se utilizó para una razón específica y
muy importante. En esa época, los impulsos cerebrales se estudiaban en neurología y
fisiología. Se pensaba que los impulsos nerviosos eran más cortos que lo que se
observaba. Pensémoslo de esta manera. Hoy en día, sabemos que hay varias formas de
comunicación neurológica aceptadas bajo la definición de impulso nervioso. Hay una
polarización-despolarización de las membranas, transporte vesicular y otras
consideraciones estándar que se enseñan en las universidades de quiropraxia y en las de
medicina. En conjunto, no pueden explicar la velocidad a la que funcionan nuestros
cerebros. En ese campo de la ciencia se está trabajando de manera muy diligente y algún
día estarán definidos para la satisfacción matemática, pero ese momento todavía no ha
llegado.

Nuestros fundadores sentían que debían utilizar el término impulso cerebral y


describirlo como abstracto; ya que, si hubieran utilizado el término impulso nervioso tal
como se entendía en 1927, por ejemplo, sabían que, en algún momento del futuro, la
ciencia consideraría que esa era una definición deficiente. Su idea era que, si se
ajustaban al término impulso nervioso y la ciencia descartaba esa teoría ante nueva
información que explicara mejor el fenómeno, podría pensarse que los primeros
quiroprácticos se habían ceñido a un pensamiento científico antiguo y sin sentido. Por
ello, inventaron el término impulso cerebral y lo describieron como abstracto, ya que la
ciencia aún no había determinado lo que ellos pensaban que era verdad. Afirmaban que
cuando la ciencia pudiera definir adecuadamente la capacidad de comunicación que
ellos sabían que existía, podrían entonces descartar el término impulso cerebral y
utilizar uno nuevo. Ese momento aún no ha llegado.

Desgraciadamente, en nuestra profesión poco se conoce de esos fundamentos


históricos que aún hoy en día son precisos. Una de las características importantes del
impulso cerebral es el papel que desempeña. Es el que imparte las instrucciones para
que se produzca la adaptación en el momento justo y de acuerdo con determinadas
circunstancias.

Esto implica que el cuarto componente puede deducirse por su función. Debe haber
una falta de adaptabilidad reconocida en las células de los tejidos para que se identifique
la subluxación vertebral. Cuando una persona presenta los primeros tres componentes y
se observa una falta de adaptabilidad, esto se puede denominar subluxación vertebral.
Es tan aceptable medir el cuarto componente por sus efectos como lo es medir la
presión arterial con una abrazadera y un estetoscopio. Esos elementos no miden la
presión arterial; miden la expansión en la superficie de la piel que supuestamente se
debe al latido cardíaco distante que causa la distensión. Esto no implica que no sea una
medición válida, tanto como la considerada para determinar la disminución del flujo del
impulso cerebral abstracto. Ambas son conclusiones lógicas y racionales.

La subluxación vertebral inicia los efectos descendentes a lo largo de los neurómeros


De esta manera, la subluxación vertebral muestra un tipo especial de falta de
coordinación que, únicamente se debe a una subluxación vertebral inarmónica. Por
definición, esta falta de coordinación únicamente puede provenir de una subluxación
vertebral, como lo podemos ver en este principio a la luz del principio anterior.

La subluxación vertebral es la piedra angular de nuestra existencia y debe ser


entendida profundamente por aquellos que deseen practicar la quiropráctica. Es
necesario un estudio profundo y prolongado para ofrecer el mejor servicio quiropráctico
a la comunidad. Cuando me encuentro con lo que considero un problema en nuestra
filosofía, primero supongo que se debe a algo que no he comprendido adecuadamente.
Este es un paso importante que todos debemos dar cuando nos comprometemos con
nuestra filosofía. Muchos años después, todavía no he encontrado ningún caso en el cual
lo que yo había percibido como un problema de nuestra filosofía no se debiese a mis
propias limitaciones. Actualmente, muy a menudo consulto la lista de los treinta y tres
principios usándolos como la brújula para encontrar el norte de mi camino.
Si tus actos inspiran a los demás a soñar más, a enseñar más, a hacer más y a
convertirse en alguien mejor, eres un líder.
—John Quincy Adams

Los amateurs transcurren la mayor parte de su tiempo diseñando diapositivas


para educar al público; los profesionales pasan la mayor parte de su tiempo
ensayando sus presentaciones para influenciar al público.
—Robert Mónaco

Los cuatro niveles de la influencia

Considero que, como quiroprácticos, la influencia que podemos ejercer en la toma de


decisiones de las personas se puede medir de acuerdo con cuatro diferentes niveles. A
veces, nuestra energía puede estar alineada con un nivel más que con otro, y otras veces
puede ser una mezcla de los diferentes niveles. Nos podemos deslizar hacia el nivel
superior, comenzar directamente en un nivel o movernos hacia el inferior. La clave es
comprender la conciencia y los resultados específicos que cada nivel producirá en
nuestras prácticas.

Nivel 1—Existencia, supervivencia continua (Wikipedia)

Lo denomino nivel 1 “Modo de existencia” porque es como si todo en la práctica


estuviera en el modo de supervivencia básica. No hay verdadera energía puesta en el
trabajo. Por ejemplo, entramos en la práctica y el o la asistente actúa como si fuera lo
mismo que hubiéramos entrado o no. Los artículos de lectura son viejos y están
desactualizados. El quiropráctico no educa a las personas acerca de los principios de la
quiropráctica. Todo simplemente, existe. Esas prácticas sobreviven desde el punto de
vista financiero y no contribuyen con la comunidad y causan muy poco o casi ningún
impacto en ella.

Nivel 2—Educador

Un educador es una persona que ayuda a los demás a adquirir conocimientos


(Wikipedia).
Un “educador” dedica tiempo a explicar qué es y que no es quiropráctica. En este
nivel, el o la asistente tiene un papel más importante que el de secretaria, ya que forma
parte del proceso educativo. El foco del educador está puesto en una presentación de
PowerPoint, un folleto y un sistema perfectos. En lugar de estar puesta en la energía y
en la entrega que hay detrás, la mira está puesta en la presentación. El educador siempre
prioriza la información que brinda sobre la participación de las personas en la
conversación. En el nivel 2, podemos tener una práctica decente, pero el verdadero
poder y la verdadera influencia llegarán cuando alcancemos el siguiente nivel.

En los niveles 1 y 2, los miembros de la práctica tienden a elegir al quiropráctico


desde su mente educada, más que desde otro punto de vista. Es posible que la simple
charla con un familiar, un amigo u otro profesional pueda persuadir a las personas a
cambiar de opinión. En los niveles 1 y 2 no se generan muchos referidos y siempre se
están buscando personas nuevas. Todo se siente más forzado y tenemos que repetir y
hacer cumplir constantemente cosas básicas, como el siguiente plan de cuidados, el
objeto de la quiropráctica, porqué deben traer a sus hijos, y así sucesivamente.
Nivel 3—Inspirador

La influencia del inspirador es estimulante, movilizadora, exultante. (Wikipedia).

Cuando llegamos al nivel 3, ponemos el foco tanto en la información en sí misma


como en su entrega. Nos damos cuenta cuán importante es la energía, la entonación y
la vibración de la comunicación para influenciar a las personas a que tomen decisiones
que pueden cambiar sus vidas. Este nivel nos lleva a comprender que, como
quiroprácticos, solo somos tan buenos como lo fue nuestra última visita. Este nivel
moviliza a las personas que se nos acercan desde adentro hacia afuera, quienes toman
sus decisiones no desde su mente educada sino de acuerdo con la manera en que los
hacemos sentir. Cuando inspiramos a las personas, tienden a ser más responsables y más
regulares en su cuidado quiropráctico, traen a sus hijos, nos recomiendan a otras
personas y así sucesivamente. Cuando lleguemos el nivel de “inspiradores” no
tendremos que trabajar tan duramente para generar una práctica basada en referidos que
provengan desde el sentimiento de las personas.

Nivel 4 —Revolucionario

Revolucionario significa causar o involucrarse en un cambio total o drástico.

Muy pocos quiroprácticos en el mundo fueron o son revolucionarios. Convertirse en


revolucionario requiere un nivel de disciplina, sacrificio y compromiso con la causa que
muy pocos desean adoptar. Cuando estamos ante un revolucionario, todo nuestro ser
tiembla y es obvio que hay algo profundo en la persona frente a la cual estamos. Por su
naturaleza, los revolucionarios tienen la capacidad de influir en la gente a niveles muy
profundos. Generalmente, las personas que reciben cuidado en prácticas revolucionarias
acaban convirtiéndose en quiroprácticos.

Yo creo firmemente en la suerte y he descubierto que cuanto más trabajo, más


suerte tengo.
—Thomas Jefferson
Principio 32
Liam Schubel, DC
El principio de la coordinación

La coordinación es el funcionamiento armonioso de todas las partes de un


organismo en cumplimiento de sus propósitos y tareas.

¿Cómo explicaría usted este principio al público en general?

En quiropráctica, partimos de la premisa de que todas las partes del cuerpo existen
por una razón. Cada una de ellas desempeña un papel crucial para todas las demás.
Cuando funcionan al unísono y al ciento por ciento, la salud y el bienestar que
experimentamos son óptimos.

Si bien se puede vivir sin algunas partes del cuerpo, todas son necesarias para que el
funcionamiento sea óptimo. Cuánto más avanza la ciencia, más sabemos lo importante
que es mantener todas las partes del cuerpo y, por supuesto, que todas ellas funcionen
de manera óptima.

Años atrás, la ciencia médica tenía conceptos diferentes. Algunas partes como el
apéndice, las amígdalas y los ovarios se consideraban órganos opcionales y, por rutina,
se extirpaban tanto para tratar síntomas como para prevenir problemas en el futuro.

La ciencia moderna, por supuesto, se ha dado cuenta de la importancia de todos esos


órganos para que la salud sea óptima. Se sabe que el apéndice y las amígdalas son
importantes para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Los ovarios
producen hormonas vitales para la absorción del calcio y la salud cardiovascular.

La química del cuerpo es crucial para que el funcionamiento y el bienestar sean


óptimos. Prácticamente todos los procesos del cuerpo humano son químicos. La
digestión se realiza en el estómago con la producción de ácidos. La vesícula produce
bilis para la metabolización de las grasas. La química cerebral determina
fundamentalmente nuestro estado de ánimo y los niveles de energía. La industria
farmacéutica invierte billones de dólares para desarrollar drogas que se utilizan con el
objeto de manipular los procesos químicos del cuerpo, con la intención de restaurar la
salud.

Lamentablemente, cada uno de esos productos químicos sintéticos tienen efectos


secundarios negativos. La inteligencia del cuerpo reconoce la versión sintética y percibe
al producto químico como un atacante o toxina. Además, la ciencia médica no tiene
manera de conocer la dosis exacta que debe proporcionarse en el momento exacto.
Demasiadas medicinas y habremos creado una condición inferior a la óptima. Muy
pocas medicinas y también habremos creado una condición inferior a la óptima.

¿Qué órgano coordina la aparentemente mágica interacción entre todos los órganos
del cuerpo? El cerebro. ¿Cómo lo hace? A través de un complejo sistema nervioso.

Sin la permanente interrelación entre el cerebro y los demás órganos y sistemas,


simplemente comenzaríamos a perder nuestra capacidad de funcionar de manera
óptima. Por ejemplo, si desconectáramos el hígado, el estómago y la vesícula del
sistema nervioso, ¿Cómo sabría el estómago que ha comido suficiente y que la persona
tiene que dejar de comer? ¿Cómo sabría el hígado qué enzimas producir y en qué
cantidad? ¿Cómo sabría la vesícula que se ha ingerido un alimento grasoso y es
necesario producir más bilis?

Como se puede observar, la coordinación es vital para que la vida humana funcione
correctamente. El sistema nervioso y la inteligencia innata que está en nuestro interior
son los que hacen posible esta coordinación.

¿Cómo se relaciona este principio con las subluxaciones vertebrales y la práctica


de la quiropráctica?

Muchas veces, las personas que asisten a la práctica lo hacen con el deseo de que
“tratemos” ciertos problemas. Sin embargo, el papel del quiropráctico no es estimular o
inhibir las funciones del cuerpo ajustando la columna, sino liberar el sistema nervioso
para que la inteligencia innata se pueda expresar de manera óptima. De esta manera, el
cuerpo está en condiciones de lograr la mayor coordinación a nivel natural.

Imaginemos tratando de coordinar todo de una manera adecuada utilizando un


sistema de comunicación que tiene interferencias. El papel de la medicina es tratar los
efectos de un cuerpo que ha perdido la coordinación óptima. El papel de los fármacos es
estimular e inhibir las funciones químicas de los órganos y del cuerpo. El mayor logro
de los quiroprácticos es restaurar la capacidad optima del cuerpo para coordinar sus
funciones. Cuando ello ocurre, tenemos el potencial para curarnos y podremos tener una
mejor salud.

¿Cómo se relaciona este principio con la vida?

En la vida, vemos que los sistemas más exitosos son aquellos que tienen la mejor
comunicación y, por lo tanto, el mayor nivel de coordinación eficiente.

¿Puede dar algunos ejemplos de este principio en acción?

Los mejores ejemplos de este principio son los negocios exitosos y los equipos
deportivos. No se puede tener una excelente coordinación si la comunicación no es
buena. Ambas van de la mano.

Por ejemplo, cuando se trabaja para optimizar un negocio, lo primero que hacen los
gerentes es descubrir cómo se comunican las personas dentro de la empresa y dónde se
corta esa comunicación. Una vez que se encuentra el bloqueo, se crea la estrategia para
quitarlos. La consecuencia es un nivel de coordinación mejor y más eficiente, que
conduce a los mejores resultados.

En los equipos deportivos, la coordinación dentro del equipo es vital para ganar.
Cada uno de los miembros tiene un papel fundamental para el mejor desempeño del
equipo. En los equipos no debe existir la palabra YO. Para ganar se necesita una
excelente comunicación entre los jugadores, a fin de lograr un esfuerzo coordinado y el
mejor desempeño
Cada jugador debe ocupar su puesto y cumplir su propósito de manera efectiva para que
el equipo tenga éxito. Un equipo que tiene buenos defensores pero malos delanteros, o
viceversa, será un equipo perdedor. Los equipos exitosos trabajan permanentemente
para mejorar la comunicación durante el juego para poder sortear mejor los desafíos que
deben enfrentar.

En resumen, la coordinación desempeña un papel fundamental para el éxito de


cualquier organización. La armonía en una institución existe cuando todas las partes
cumplen con su función de la manera correcta. La inteligencia innata del cuerpo
coordina todo. El vehículo que utiliza es el sistema nervioso. Por lo tanto, la
coordinación óptima requiere que todas las partes del organismo estén intactas y se
comuniquen de manera eficiente. La quiropráctica se dedica, exclusivamente, a
optimizar esa comunicación reduciendo las obstrucciones en el funcionamiento nervioso
producidas por las subluxaciones vertebrales. Por lo tanto, el ajuste quiropráctico es el
que ayuda a restaurar la coordinación óptima y la función armónica entre las partes del
cuerpo.
Las siguientes son las últimas palabras escritas por B.J. Palmer:

El tiempo siempre ha perpetuado y siempre perpetuará los métodos que


mejor sirvan a la raza humana. La quiropráctica no es una excepción.

Mi ilustre padre confió esta verdad a mi custodia para mantenerla pura,


inmaculada y libre de difamación. Se las transfiero sin manchas, para
protegerla como él lo hubiera hecho. Como él me la dio, así la entrego. Los
incito a mantener estos principios y esta práctica puros y libres de
adulteraciones. La humanidad necesitaba lo que él nos dio.

Ustedes necesitan ahora lo que yo les doy.

Allá afuera, en los enormes espacios abiertos hay multitudes buscando lo


que ustedes poseen. La carga es pesada; las responsabilidades son muchas;
las obligaciones son providenciales; pero la satisfacción de transitar por los
poblados caminos y carreteras aliviando el sufrimiento y agregando
millones de años a las vidas de millones de personas, les brindará mucha
más satisfacción y gloria y mayores bendiciones que lo que se imaginan.

El tiempo es esencial.

Quiera Dios dejar fluir desde lo alto su abundante fuerza, coraje y


comprensión para llevarlo adelante y pueda su innata recibirlos y actuar
desde su interior en consonancia con ese libre flujo de sabiduría recibido
desde lo alto ... ya que ustedes están en posesión de una verdad sagrada.

Cuídenla bien.
Principio 33
Lacy Book, DC y Shawn Dill, DC
La ley de la demanda y la oferta

La ley de la demanda y la oferta existe en el cuerpo en su estado ideal, donde el


cerebro es “la cámara de compensaciones”, la inteligencia innata es el “banquero
virtuoso”, las neuronas son los “empleados” y las células nerviosas los
“mensajeros”

Cuando nos pidieron que abordáramos el trigésimo tercer principio, debemos reconocer
que ninguno de los dos se puso a brincar de alegría.

La ley de la demanda y la oferta es un principio muy difícil de explicar. A menudo


hemos considerado que, porque el numero 33 es tan significativo, nuestros predecesores
se propusieron que los principios fuesen treinta y tres y al encontrarse con que les
faltaba uno, agregaron el de la demanda y la oferta. Hasta el nombre parece puesto en
broma. ¿Quién la conoce como “la demanda y la oferta”?

Uno de los motivos que nos llevan a pensar que utilizaron intencionalmente el
término “demanda y oferta” en lugar del tradicional “oferta y demanda” fue para ilustrar
y enfatizar que la filosofía quiropráctica es diferente de la visión “de afuera hacia
adentro” que tiene el mundo.

Para comenzar, es importante destacar que la ley de la demanda y la oferta describe


la relación que existe entre las células de los tejidos y la inteligencia innata a través de
un ciclo normal completo.

La “demanda” proviene de la inteligencia innata y se encuentra en las células de los


tejidos. La “oferta” también proviene de la inteligencia innata, que debe ofrecer o
suministrar al tejido celular todo lo que necesita para desempeñar su función primaria,
que es mantener la coordinación y salud de todo el organismo.

Por ello, cuando damos a conocer este principio al público en general, es importante
decir que la salud depende totalmente de la ley de la demanda y la oferta. A medida que
transcurre la vida, la salud se mantiene si el cuerpo está coordinado. La coordinación se
logra por la ley de la demanda y la oferta.

La inteligencia innata lleva la voz cantante. Demanda a las células determinadas cosas,
a las que ellas deben responder para mantener la salud. Ofrece o entrega nutrientes,
materiales y fuerzas a las células de los tejidos para que puedan responder a las
demandas. Si la ley de demanda y oferta se interrumpe por algún motivo, la salud del
organismo se verá comprometida.

La tarea del quiropráctico es procurar que la ley de la demanda y la oferta esté


siempre presente y plenamente satisfecha.

A medida que avanzamos hacia el mundo de la práctica de la quiropráctica, debemos


ampliar los conceptos.
Las células de los tejidos humanos envían permanentemente a la inteligencia innata
información sobre su estado y bienestar. Esta información se transmite al cerebro en
forma de sensaciones, a través de los nervios aferentes.

Stephenson se refiere al cerebro como la cámara de compensaciones. Dicha cámara


se define como el organismo central encargado de la recolección, clasificación y
distribución, especialmente de información. Esta es una analogía fantástica y una
manera de entender el papel que desempeña el cerebro en la recepción y procesamiento
de sensaciones provenientes de las células de los tejidos y del procesamiento de los
impulsos cerebrales resultantes que a la vez vuelven a las células de los tejidos.

Si el cerebro es la cámara de compensaciones, entonces simplemente funciona como


un centro de recolección y distribución. El verdadero pensamiento y la toma de
decisiones ocurren de las manos de la inteligencia innata, que se convierte en la
verdadera fuente de demanda y oferta.

Por ese motivo, Stephenson se refiere a la inteligencia innata como “el banquero”,
que es el que recibe y distribuye el dinero o la moneda. La moneda, en este caso son las
sensaciones que llegan provenientes de las células de los tejidos y los impulsos
cerebrales que salen de las neuronas.

Como las neuronas son las que distribuyen los impulsos cerebrales provenientes del
banquero, se las denomina “empleados”. Ellas despachan los impulsos mentales
provenientes de la inteligencia innata a las células de los tejidos a través de los nervios
eferentes.

Por ello, las células nerviosas se denominan “mensajeros”. Ellas despachan las
sensaciones de las células de los tejidos y entregan los impulsos cerebrales provenientes
de las neuronas.

Desde el punto de vista de la práctica de la quiropráctica, es crítico que el


“intercambio de moneda” esté libre de interferencias. Si las sensaciones se alteran o la
transmisión de los impulsos cerebrales se ve interferida, ello puede interrumpir la ley de
la demanda y la oferta y causar una descoordinación o desarmonía.

Para poder ver este principio en acción, simplemente se debe visitar una oficina
quiropráctica en cualquier parte del mundo. No sólo se podrá observar la ley de la
demanda y la oferta en los miembros de la práctica, sino que también la podrán ver en
acción en las madres hacia sus hijos.

Una madre está permanentemente atenta a los signos y señales de su bebé. Cuando
llora, esto le señala a la madre que hay una necesidad y ella busca solucionarla.

Sin embargo, la madre es quien coloca la demanda en su hijo. El bebé simplemente


llora, no pide específicamente que lo alimenten, lo calmen u otras cosas. La madre sabe
qué es lo mejor y coloca la demanda en el bebé. Simultáneamente, la madre debe
ofertarle o brindarle lo que necesita.
En conclusión, podemos experimentar la ley de la demanda y la oferta en nuestras
prácticas mientras tratamos de acercarnos a más personas para contarles la historia de la
quiropráctica.

Cuando observamos el mundo, vemos gente enferma y confundida que ha comprado


una filosofía de la salud que es errónea.

La humanidad sufriente y alicaída nos envía constantemente señales (sensaciones) de


sus necesidades. Como quiroprácticos, actuamos como la cámara de compensaciones.
Los principios de la quiropráctica proceden como el banquero, cargándonos
constantemente con la demanda para comunicar los principios al mundo. Los principios
de la quiropráctica también nos ofrecen las herramientas para dar a conocer esos
principios a la humanidad.

El marketing de nuestro mensaje a través de los diferentes medios es como el


empleado bancario. Los quiroprácticos, individualmente, somos los mensajeros.

Finalmente, la ley de la demanda y la oferta no solo determina cómo responden a


nuestro cuidado las personas que asisten a nuestras prácticas, sino de qué manera el
mundo responde a nuestro mensaje.

Hagamos correctamente nuestro trabajo y el mundo será un mejor lugar.


Bonus: Estrategia de Marketing del océano azul para quiropráctica.
Andreas Söderström, DC, ACP

Los principios de la quiropráctica como una estrategia para diferenciarse en el


universo del mercado.

El reconocimiento de que la quiropráctica se ve formando parte de un amplio mercado


de commodities, me ha llevado a investigar y comparar las estrategias de negocios ya
conocidos con los principios y la filosofía de la quiropráctica, a fin de comprender la
posición de ésta como una profesión dentro del universo del mercado. La investigación
efectuada ha mostrado algunos riesgos cuando la quiropráctica debe ajustarse a un
mercado establecido y ha revelado algunos beneficios para la profesión en línea con sus
valores fundamentales. También he tenido en cuenta algunas ideas para el futuro de la
quiropráctica.

En muchas sociedades, que cuentan con sistemas de cuidado de la salud, la


quiropráctica se considera como una profesión entre muchas otras dentro del mismo
mercado, cuya función es, básicamente, aliviar los dolores lumbares. Fuera del mercado,
las personas se refieren a los quiroprácticos como “personas que hacen crujir la espalda”
con relación al dolor. Otras profesiones que afirman que hacen algo similar son la
fisioterapia, acupuntura, medicina y aún los masajes.

Por el contrario, la filosofía de la “quiropráctica straight” tradicional, no se basa en el


tratamiento del dolor de la columna, ni en la incapacidad u otras presentaciones
sintomáticas. ¿Será la filosofía de la quiropráctica la que servirá en el futuro para que
esta profesión se diferencie en el universo comercial? ¿De qué manera la quiropráctica
podrá utilizarla como estrategia para posicionarse en el mercado? Por otra parte, ¿Qué
fuerzas comerciales manejan a la quiropráctica y cómo conoce el consumidor la
diferencia entre las diferentes profesiones? ¿Cómo ve el mercado este tema? ¿Cuál es la
diferencia?

El universo del mercado


En su libro Blue Ocean Strategy, W. Chan Kim y Renée Morgan (Harvard Business
School Publishing Corporation, 2005) nos dicen que podemos imaginar que el universo
del mercado está compuesto por dos clases de océanos: los océanos rojos y los océanos
azules. En los océanos rojos se encuentran los espacios de mercado conocidos y
representan todas las industrias existentes. En los océanos azules están los nichos de
mercado desconocidos y abarcan aquellas industrias que aún no existen.

Océano rojo
Los límites de la industria, las reglamentaciones y normas están definidas y
aceptadas en los océanos rojos. Las reglas del juego de la competencia son conocidas en
este mercado. Aquí, las compañías tratan de aprovechar una participación mayor de la
demanda existente superando a sus rivales o ganando el juego. Durante los últimos
cuarenta años, el campo de la estrategia de negocios estuvo dominado por enfocarse en
la captura de valor mediante estrategias competitivas, en muchos casos bajo la
influencia de Michael Porter, (Porter y Michael E. en Competitive Strategy (New York:
The free press, 1980)). Como el nicho de mercado de los océanos rojos está ocupado y
abarrotado, las posibilidades de ganancias y crecimiento son reducidos. Los productos
se convirtieron en commodities y la competencia feroz hace que los océanos rojos sean
sangrientos. Por lo tanto, se puede utilizar el término océanos rojos. Teniendo este
concepto en mente, podríamos ver a la medicina como un enorme tiburón blanco y a la
quiropráctica como un salmón nadando contra la corriente en el océano rojo.

La estrategia del océano rojo es la siguiente:


 Competir en espacios de mercado existentes.
 Golpear a la competencia.
 Explotar la demanda existente
 Elegir entre estrategias de valor o de bajo costo.
 Alinear todo el sistema de las actividades de una empresa de acuerdo con
elección estratégica de diferenciación o de bajo costo.

Mercado de commodities

La mercantilización se produce cuando un mercado de bienes o servicios pierde


diferenciación a lo largo de toda la cadena de suministro ya sea por el excedente o
simplemente por el copiado. Los commodities son productos de valor, de calidad
uniforme, manufacturados por muchos productores diferentes; los artículos de cada
producto diferente se consideran equivalentes o alternativos. Actualmente, la
quiropráctica es vista como una de las tantas profesiones que se dedican al dolor de la
columna y, por lo tanto, forma parte del mercado de commodities. Según afirman Kjell
A. Nordström y Jonas Ridderstråle en su libro Funky Business (Bookhouse Publishing,
1999), muchas actividades comerciales similares se convierten en commodities
básicamente porque son similares. Según ellos, esto se denomina una sociedad de
excesos o de superabundancia en la cual el “exceso de empresas similares, que emplean
personas similares con una educación similar y que tienen ideas similares, que producen
artículos similares, con precios y calidad similares” creará un mercado de commodities.
El commodity tiene una fungibilidad total o parcial – es decir, el mercado considera que
sus instancias son equivalentes o algo similar, sin tener en cuenta quiénes los producen
o entregan.

Desgraciadamente, a la hora de elegir dentro del mercado de commodities, el


consumidor no puede saber qué tipo de cuidado quiropráctico va a recibir. Por ejemplo,
la mayoría de las personas que buscan un dentista para solucionar un problema dental,
esperan encontrar un profesional que examine sus dientes. Los consumidores, en este
caso, no están confundidos con el tipo de cuidado que recibirán. Por el contrario,
actualmente cuando se busca la atención de un quiropráctico, las personas descubren
que el tipo de cuidado ofrecido por los quiroprácticos es muy amplio. El usuario,
muchas veces no sabe a ciencia cierta en qué se basa la prestación quiropráctica que va
a recibir.

En realidad, siempre será importante navegar exitosamente dentro del océano rojo de
un ambiente fuertemente competitivo. Muchas de las empresas que organizan o crean
prácticas dentro de la quiropráctica trabajan básicamente conociendo este hecho.
Enseñan a sus clientes de qué manera deben hablar y darse a conocer dentro de ese
mercado. Los océanos rojos siempre tendrán importancia y siempre formarán parte de la
vida comercial y estarán presentes en cualquier comunidad con una opinión.
Creo que muchos quiroprácticos se sienten atraídos por el mercado conocido, en el
cual piensan que deben competir agregando valor al consumidor anexando modalidades
al alcance de su práctica, como terapia con rayos láser, acupuntura, nutrición, masajes y
hasta el uso de drogas recetadas, conforme con lo que deseen los quiroprácticos.
Cuando el objetivo se limita al cuidado centrado en el estado de las personas y está
dirigido al tratamiento del dolor, la quiropráctica se puede insertar dentro de varias
terapias diferentes. Sin embargo, a medida que se satura el mercado de servicio de
commodities relacionado con el tratamiento del dolor, que compite por una porción de
los mercados en contracción, el mensaje es cada vez más confuso y diluido a la vez que
la calidad puede decaer.

Otros factores que conducen a la quiropráctica al mercado de commodities

Tal como Kenneth Hudson afirmaba en 1978 en su libro “The Jargon of


Professions”, “Si uno deseara destruir una profesión, eliminar su unidad y su fuerza, la
forma más efectiva sería prohibir el uso de su lenguaje característico” La terminología
de la quiropráctica está inundada de términos médicos y su léxico propio es poco
conocido, lo cual lleva a la quiropráctica cada vez más hacia un modelo de cuidado
alópata.

Las primeras batallas por los principios de la quiropráctica

En la primavera de 1906, D. D. Palmer fue el primero de los miles de quiroprácticos


que fueron a prisión a causa de la profesión. Esto continuó durante más de medio siglo.
Herbert C. Hender, D.C., nos dice que “desde el principio, este hombre vio la necesidad
de reunir a personas sinceras que tuvieran el coraje de defender sus convicciones, en un
grupo nacional para defensa y protección. Desde los inicios de la Antigua U.C.A. hasta
la fecha, más de 19.000 casos fueron defendidos, bajo su asesoramiento, en cada Estado,
provincia y en varios países extranjeros, desde los tribunales policiales hasta tribunales
de alzada, ganando de manera tan contundente, que actualmente esos juicios
prácticamente han dejado de existir”5. Hender se refiere a la enorme tarea realizada por
B.J. Palmer.

Los primeros quiroprácticos dedicaron sus vidas a luchar por la profesión y me


atrevo a afirmar que reconstruyeron el mundo introduciendo y desarrollando un nuevo
paradigma. Han pasado 120 años desde que fue a prisión el primer quiropráctico y
parecería ser que la batalla ha durado tanto tiempo que muchos profesionales olvidaron
cuál fue el motivo de la lucha de los primeros quiroprácticos. La legislación de
numerosos Estados y naciones ha tratado de expandir el alcance de la práctica hasta
introducir la posibilidad de emitir recetas. Esto ha alejado muchísimo a la profesión de
sus valores y objetivos primordiales y la ha introducido en el mercado de las
commodities. Por ello, debemos recordar nuestra historia y darnos cuenta de que este es
el momento de un renacimiento profesional coherente con los valores fundamentales de
la quiropráctica. Claramente, las prácticas exitosas de todo el mundo comprenden y dan
a conocer los valores de mercado de la quiropráctica, sin la necesidad de introducir otras
modalidades aumentando los costos.

5
Cita de Herbert C. Hender del libro de B. J. Palmer, The Bigness of the Fellow Within, vol. 22 (Praga:
The Palmer School of Chiropractic, 1949), xviii.
¿Podrá ser que el simple hecho de poner foco en el objetivo principal de la
quiropráctica sea suficiente para diferenciarla dentro del mercado de los commodities?
La mejor estrategia es muy sencilla y se conoce como el test de la abuela: “Si tu abuela
comprende la propuesta de valor y la filosofía esenciales sin necesidad de explicaciones,
tu estrategia es buena”.

Océanos azules

Kim and Mauborgne afirman que, a diferencia de los océanos rojos, los océanos azules
se definen como nichos de mercado aún no explorados que deben ser creados y por lo
tanto ofrecen oportunidades de crecimiento altamente rentables. Si bien los océanos
azules deben generarse fuera de los límites de las industrias existentes, la mayoría de
ellos se fundan a partir de océanos rojos, explorando y expandiendo los límites de las
industrias existentes. En los océanos azules, la competencia es irrelevante porque las
reglas del juego aún no se han establecido, por lo tanto, no hay juego que ganar. El
término océano azul es una gran analogía que describe un nicho de mercado que es
amplio, profundo y sin explorar. En los océanos azules el potencial es enorme e
ilimitado.

La estrategia de los océanos azules es la siguiente:

 Crear un nicho de mercado no disputado.


 Hacer que la competencia sea irrelevante.
 Crear nuevas demandas y capturarlas.
 Romper con la estrategia de valor o bajo costo.
 Alinear el sistema de actividades de la compañía en búsqueda de la
diferenciación y el bajo costo.

Los primeros quiroprácticos no luchaban por el derecho a agregar drogas, cirugías,


ejercicio, terapia de láser y otras modalidades similares a la práctica. Su lucha era por
un principio cuyo propósito era ayudar a la humanidad. La actitud del fundador de la
quiropráctica, D. D. Palmer seguida de la de su hijo B.J. Palmer y de otros
quiroprácticos, estaba centrada en las verdades provenientes de la filosofía de la
quiropráctica y esa actitud y accionar es lo que hacen difícil para la quiropráctica
funcionar en un mercado con un paradigma diferente, cuyo distintivo son los objetivos
centrados en la condición de la persona, que no se condicen con aquellos centrados en
las subluxaciones vertebrales. Esto hace que la profesión de la quiropráctica esté
dividida. El 31 de enero de 2014, Joe Strauss decía “El objetivo de la medicina es la
prevención, el tratamiento y la curación de enfermedades, sus causas y efectos,
mediante cualquier método necesario o eficaz (con o sin el uso de drogas homeopáticas,
alopáticas, químicas o naturales). Por ello la profesión de médico se opone tanto a la
idea inicial de D. D. Palmer y también por ese motivo B.J. Palmer no hace mención de
la enfermedad en ninguno de los treinta y tres principios. Si la quiropráctica y la
medicina hubieran comprendido esta única diferencia, hubiéramos evitado más de cien
años de conflictos entre aquellos que querían actuar sobre el problema (el objetivo de la
medicina) y aquellos que querían remover las interferencias a la fuerza (el objetivo de la
quiropráctica)”.

Desde el punto de vista de una estrategia comercial, la actitud inicial de lucha similar
a la de las cruzadas que se llevó a cabo en la quiropráctica, se acercó a lo que se conoce
como una estrategia reconstruccionista. Es muy interesante observar que pueden verse
características similares en las creaciones existentes en los océanos azules. En oposición
a las sociedades que se ajustan a las reglas tradicionales, los creadores de océanos
azules nunca han utilizado la competencia como parámetro. Por el contrario, la
consideran irrelevante, creando un aumento de valor tanto para los compradores como
para la empresa. Otros ejemplos de esto se produjeron cuando las computadoras
personales reemplazaron a las máquinas de escribir o cuando la filmadora tradicional
dio paso a la tecnología digital. Esto creó nuevos mercados sin competencia. Industrias
como la mundialmente famosa Hasselblad prácticamente desaparecieron cuando se
negaron a utilizar la nueva tecnología digital.

Mientras la estrategia de los océanos rojos basada en la competencia supone que las
condiciones estructurales de la industria ya están dadas y que las compañías están
obligadas a competir dentro de ellas, la estrategia de los océanos azules se basa en la
visión de que los límites, las reglas y la estructura del Mercado no están dadas y pueden
reconstruirse mediante las ideas, creencias y acciones de los creadores. Esto se
denomina visión reconstruccionista. En los océanos rojos, la diferenciación cuesta
porque las empresas compiten dentro de la misma regla de mejor práctica, como hacen
muchos quiroprácticos. Las compañías, en este caso los quiroprácticos, pueden generar
mayor valor a los clientes a un costo más alto o generar un valor razonable a un costo
más bajo. En otras palabras, la estrategia es esencialmente une elección entre la
diferenciación y el bajo costo.

Muchos quiroprácticos agregan modalidades a un costo mayor para diferenciarse


dentro del mercado de commodities, y esto puede verse claramente por la manera en
que se hace el marketing.

En el mundo reconstruccionista, la meta de la estrategia es crear nuevas reglas de


juego rompiendo la ya existentes de valor o bajo costo y crear un océano azul. Al
reconocer que los límites estructurales y de mercado existen únicamente en la mente de
los gerentes, los quiroprácticos que adoptan la visión reconstruccionista no permiten que
las estructuras del mercado limiten su forma de pensar. Ven que la demanda está a su
alcance, sin utilizar. Ese es el momento en que los quiroprácticos deben poner el foco y
la visión en la convicción de que todos los hombres, mujeres y niños, se merecen un
chequeo en búsqueda de subluxaciones vertebrales. Esto, a su vez, requiere desplazar la
atención de la oferta para ponerla en la demanda, dejar de focalizarse en la competencia
para enfocarse en dejar de lado la competencia, más aún, centrarse en ni siquiera
reconocerla como tal.

Esta creación de océanos azules baja los costos a la vez que simultáneamente
aumenta el valor para los compradores. En quiropráctica, esto sucederá cuando las
personas valoren el producto de la quiropráctica por su objetivo principal, que es revisar
la columna vertebral y, si es necesario, ajustarse para remover las subluxaciones
vertebrales. De esta manera se logra el aumento de valor para ambos, el quiropráctico o
compañía y los compradores. Dado que para el comprador el valor proviene de la
utilidad y el precio que la compañía le ofrece y para la compañía el valor se genera a
partir de una estructura de precios y costos, la estrategia del océano azul se logra
únicamente cuando todo el sistema de utilidades, precio y costo de las actividades está
adecuadamente alineado. La estrategia del océano azul integra el rango de las
actividades operacionales y funcionales de una firma. En este sentido, la estrategia del
océano azul es más que una innovación. Es una estrategia que abarca todo el sistema de
las actividades de una empresa.

Una filosofía es un sistema que una persona pone en práctica para conducir su
existencia. La teoría y la moral elegidas como guía para su vida. En la quiropráctica, la
filosofía establece la teoría y brinda las respuestas. La ciencia comprueba la teoría
mediante el arte. En el atiborrado mercado de las commodities, donde todo es similar, la
filosofía de la quiropráctica se diferencia por su objetivo principal.

En 1927, Stephenson definió a la quiropráctica como “La filosofía, la ciencia y el


arte de hacer las cosas de manera natural, un sistema para ajustar los segmentos de la
columna vertebral utilizando únicamente las manos para corregir las causas de la
desarmonía”.

Por definición, una profesión es un grupo de personas que profesan una idea. De
acuerdo con Joe Strauss, “La idea de la quiropráctica es remover las interferencias para
permitir la expresión plena de las fuerzas de la inteligencia innata del cuerpo. No se
trata de cambiar los síntomas, cambiar el mundo o cambiar algo más. Se trata de
remover las interferencias nerviosas y permitir que suceda lo que tiene que suceder”.

Esto se logra localizando, analizando y ajustando subluxaciones vertebrales. La


estrategia para ello es “poder corregir las subluxaciones vertebrales de todas las
personas en cualquier etapa de la vida, independientemente de la presencia o ausencia
de síntomas. Tanto la quiropráctica como las subluxaciones vertebrales fueron definidas
por los fundadores, por lo tanto, ninguna persona física o jurídica está facultada a
cambiar la definición y objetivos de la profesión. Utilizando la estrategia de negocios
previamente descripta y vinculándola con el objetivo de la quiropráctica, en mi opinión
la práctica de esta profesión no debería colocarse dentro de un sistema con límites
conocidos desde la perspectiva del alivio de los síntomas. Desde el punto de vista
filosófico, no concierne a la quiropráctica.

La quiropráctica debería enfocarse en la manera de diferenciarse dentro de un


mercado establecido. El mercado está abierto como un océano azul si el propósito es
corregir subluxaciones vertebrales independientemente de las condiciones o síntomas.
Si nosotros como quiroprácticos podemos comunicar esto a los consumidores y ellos
valoran la quiropráctica de esta manera, entonces se abre un mercado ilimitado. Sin
embargo, si nosotros como profesionales continuamos centrando el alcance de la
práctica dentro del propósito primario de aliviar el dolor, estamos eligiendo competir
con todas las demás terapias que reivindican lo mismo dentro del mercado de los
commodities.

La importancia de considerar el Mercado.

De acuerdo con lo mencionado anteriormente, siempre tendremos un océano rojo y


esa estrategia realmente nos ayuda y nos muestra cómo ser diferentes. La quiropráctica
puede utilizar esa información y, observando lo que sucede en el mercado de los
commodities, encontrar un camino o estrategia diferente para la futura quiropráctica.
Esto se debe agradecer, ya que nos da la clave de cómo proceder navegando con la
ayuda de los principios de la quiropráctica. ¿Cómo podrá diferenciarse la quiropráctica
y prosperar en los mercados futuros?
¿Y si el público entendiera que el papel del quiropráctico es remover las
subluxaciones vertebrales para restaurar la regulación óptima de la adaptabilidad del
cuerpo? ¿Y si la quiropráctica como profesión practicara la salutogénesis en lugar de la
patogénesis? De acuerdo con la perspectiva salutogénica, cada persona puede tomar
decisiones saludables que fomenten la salud y que el beneficio secundario sea prevenir
las enfermedades. Por el contrario, la patogénesis de manera complementaria pone el
foco principalmente en la prevención de las enfermedades, con el beneficio secundario
de fomentar la salud. Ambos modelos suponen que, si se logra el objetivo principal, el
secundario se dará por añadidura.

¿Qué pasaría si la misión de la quiropráctica fuera ajustar a cada hombre, mujer y


niño que valorara el ajuste de las subluxaciones vertebrales cuando fuera necesario para
la remoción de las interferencias y por lo tanto la regulación óptima de la adaptación del
cuerpo? La visión de la quiropráctica sería crear un valor atractivo para que cada
hombre, mujer y niño utilizaran la quiropráctica como parte integrante de sus vidas.
Esto cambiaría el foco y el grupo destinatario de la quiropráctica dentro del universo del
mercado.

La situación de la quiropráctica es que todos los profesionales de la salud están


dentro de un espacio de mercado disputado – un océano rojo.

El problema es que muchas de las fuerzas importantes dentro del océano rojo están
apartando a la quiropráctica de sus valores fundamentales y, por lo tanto, de su razón de
ser. Si no puedes abatirlas, únete a ellas. Entonces, a lo largo del tiempo, la
quiropráctica se desplazará hacia el paradigma de la alopatía pensando que crecerá con
más fuerza. Pero, en realidad, ocurrirá todo lo contrario porque el mensaje de la
quiropráctica se diluirá tanto que dejará de existir y será absorbido por el mensaje
alopático. El consumidor está confundido y no encuentra ningún valor atractivo que lo
lleve a buscar cuidado quiropráctico. La profesión de la quiropráctica comienza a perder
identidad. Mi propuesta es que, para que la quiropráctica prospere en el futuro, es
necesario crear un nicho de mercado no disputado en el que solamente exista la
quiropráctica y donde se aplique el conocimiento de sus principios para diferenciarla de
los commodities y donde se ofrezca la atractiva propuesta de valor de poner foco en la
localización, análisis y ajuste, cuando sea necesario, de las subluxaciones vertebrales.

Thomas A. Gelardi, D.C. afirma, “si la solución no proviene de dentro de la profesión,


vendrá de las fuerzas exteriores. Si no proviene de los más altos principios, seguramente
nunca llegará y los lobos que están en la puerta se harán un festín”.
Andreas Söderström, DC, ACP

Nunca sabremos de qué manera algo que pensamos, decimos o hacemos ahora
podrá afectar las vidas de millones de personas el día de mañana.
—B. J. Palmer, DC
Agradecimientos

Para comunicarse con el Dr. David Serio con respecto al programa de tutoría, o para
formar parte de Vida Chiropractic, hacerlo a través de dserio1234@gmail.com o
fb@Dr.DavidSerio. Asimismo, se puede acceder a su sitio web personal
www.davidseriodc.com.

Muchas gracias,
David Serio, Doctor of Chiropractic
Buenos Aires, Argentina, 2018

Traducido por: Marilín Legarreta marilin.legarreta@gmail.com

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