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Breve contextualización de la llegada de la Compañía de Jesús a nuestro territorio:

La actual Provincia de Misiones, Argentina, debe su nombre al accionar de los Padres de la


Compañía de Jesús desde el siglo XVI, provenientes de Europa. Los mismos, habían llegado desde
el viejo continente, por pedido del entonces gobernador paraguayo Hernando Arias de Saavedra,
más conocido como Hernandarias, quien solicita el envío de padres jesuitas a estas comarcas para
la evangelización de los infieles en los confines de su gobierno. En 1.585 llegaron los primeros
jesuitas a la zona rioplatense1. La situación que se vivía acá, acerca de las necesidades y problemas
de relación entre españoles y guaraníes, condujo a que en 1.604 se creara la Provincia Jesuítica
del Paraguay, su primer provincial fue el Padre Diego de Torres Bollo. Asunción fue la ciudad
donde los padre arribaban desde Europa y desde donde salían hacia lo territorios selváticos, en
busca de guaraníes para evangelizarlos. Habían tres regiones a las cuales debían dirigirse: Guayrá,

ITATIN

GUAYRA

Tape e Itatín (figura 1).

Figura 1: Regiones de fundación de Misiones Jesuíticas.

1
MAEDER, Ernesto. “Aproximación a las Misiones guaraníticas”.
La primera región para comenzar su labor fue la del Guayrá. Ubicada entre los ríos Tebicuarí y
Paraná, en el año 1.609, el Padre Marcial de Lorenzana fundó la Primera Reducción Jesuítica: San
Ignacio Guazú.

A partir del año 1.628 comenzaron los problemas con los ataques de los bandeirantes; éstos
provenían de la ciudad de San Pablo, con el objetivo de capturar guaraníes para llevarlos y
esclavizarlos en las fazendas portuguesas. En 1.629 llega sorpresivamente una expedición de
bandeirantes a la región del Guayrá, ingresaron, saquearon e incendiaron los pueblos, llevándose
consigo miles de guaraníes. Al siguiente año, 1.630, acontece lo mismo, por lo cual, el Padre
Antonio Ruiz de Montoya, superior de la misión, decidió trasladar los pueblos que sobrevivieron, a
un sitio más seguro. De esta forma, para los años 1.631 y 1.632 se inició el éxodo del Guayrá,
dirigiéndose aguas abajo del rio Paraná. Como no había más pueblos en esa región, las bandeiras
comenzaron a atacar la región de Tape, esto acontecía entre los años 1.636 al 1.638. Ante esta
situación, los padres de la región del Tape tomaron la misma decisión que sus pares del Guayrá:
trasladarse a un sitio más seguro.

Desde 1.641 las reducciones se establecieron entre los ríos Paraná y Uruguay; el número de
población se mantuvo hasta 1.687, que se dio un gran crecimiento demográfico de los guaraníes,
que permitió dividir ciertos pueblos y comenzar una nueva etapa de expansión.

El caso de la Reducción Nuestra Señora de la Candelaria:

En la confluencia del rio Uruguay con el Ibicuy, región de Tape, los Padres Pedro Romero y Roque
González de Santa Cruz, fundaron el pueblo Nuestra Señora de la Candelaria, en el año 1.627. La
misma fue azotada por una epidemia en 4.634 y tres años más tarde por las bandeiras paulistas.
Por ello, cruzo el Uruguay y luego el Paraná para ubicarse en el áreas del actual Campichuelo
(Paraguay), asentándose después a una legua de la desembocadura del arroyo Garupá y ya en
1.665, a la vista del Paraná, donde se convirtió en capital y residencia de las autoridades de los 30
pueblos misioneros.

El trazado urbano de Candelaria:

El diseño del trazado urbano ofrecido por el Padre José M. Peramás es, seguramente, la más fiel
impresión del tiempo de esplendor de la reducción. El jesuita señala la gran plaza del pueblo con
cuatro cruces en sus ángulos y una columna central coronada con la imagen de la Virgen. Frente a
la plaza, la Iglesia con su atrio y escalinata al frente y su techo a dos aguas. Del lado izquierda, el
cementerio con un oratorio central y una arboleda de frutales al fondo. A poca distancia, el
cotiguazú o casa de recogidas. A la derecha de la iglesia, el colegio y en un segundo patio con
galerías, las oficinas y los talleres. Frete a esas construcciones deja ver los pabellones ubicados
paralelamente son sus respectivas viviendas indígenas y largas galerías rodeándolos. Sobre las
puertas, pequeñas ventanas y en el tejado de cada pabellón, chimeneas que corresponden a la
salida del humo de los fogones.
El documento en general informa sobre un sistema constructivo de abundante madera y muros de
piedra labrada y bien encuadrada, que no solo caracterizo a esta reducción sino también a las de
Santa María y San Miguel.

A falta de un plano jesuítico, generalmente se acude al que ofreció el Tte. Gdor. De Concepción,
Gonzalo de Doblas pero al diseño de Peramás es posible agregarle información epocal calificada y
reconstruir siquiera fragmentariamente el espacio en que se erigió la capital misionera. Así, la
iglesia que constituía un espacio crucial en la configuración de la estructura social y simbólica de
las misiones cuya riqueza expresiva identificaba la predominancia de la vertiente evangelizadora
que le había dado origen.

El P. Jaime Oliver, nos deja imaginar cómo fue por dentro la iglesia de Candelaria en 1.768: …
tenía tres naves… con 16 columnas, bien adornadas y en cada una, una hermosa estatua de cuerpo
entero: el pulpito de jaspe, y talla dorada; el retablo mayor bien dorado, y de hermosa echura con
6 estatuas de cuerpo entero. Los 4 altares colaterales son buenos, y dorados con sus respectivas
estatuas, y todo el cuerpo de la iglesia bien adornada de pinturas…

El lugar del Poder:

El Superior de todos los pueblos residía en Candelaria. Cuando este recibía la visita del Padre
Provincial, que tenía su sede en Córdoba, se ponía al día con las determinaciones que había
asumido últimamente la Compañía de Jesús.

El Superior no quedaba mucho tiempo en la capital: Habita en medio de los pueblos en el de


Nuestra Señora de la Candelaria, y no habita mucho en él, porque de continuo anda visitando por
los pueblos, para que todos cumplan con sus obligaciones…, escribió Cardiel.

Candelaria era en varios sentidos el lugar del poder. Por ello, en 1.696 comenzó a fijar su
residencia allí el denominado Medico del Rio Paraná, que cumplía un rol de protomédico o médico
general en toda la región paranaense.

Durante el denominado periodo hispánico, alterno con Yapeyú el tirulo de capital de los pueblos
misioneros. Tenientes de gobernadores y gobernadores interinos fueron delineando desde su
seno, una historia administrativa y política con diversos altibajos. Una historia que tuvo sus inicios
cuando el Gobernador de Buenos Aires, Bucarelli y Ursúa, dispuso la creación de la tenencia de los
veinte pueblos más occidentales en Candelaria, bajo la responsabilidad del Cap. Juan Francisco de
la Riva Herrera y una segunda, compuesta por los diez pueblos restantes, al mando del Cap.
Francisco Bruno de Zabala. En 1.770 éste paso a ocupar desde Candelaria el cargo de Gobernador
de todos los pueblos y además se responsabilizó del departamento Candelaria.

En 1.774. El P. Domingo Mueril, ultimo Provincial de las misiones, escribo: los pueblos donde fijaba
su residencia el Gdor. Zabala, vinieron a ser los más castigados y afligidos de miseria por los
inmoderados gastos que se veían obligados a hacer. Dos años más tarde, Juan Valiente, Tte. Gdor.
De Candelaria, observa que los indios se sentían dueños absolutos de todas las haciendas de los
pueblos y su manejo… Y que se hallaban convencidos de que el Rey había hecho caballeros a los
Caciques… Aquellos hechos constituían parte del movimiento cacical, que en la segunda mitas del
siglo XVIII, se presentaban como una última respuesta espontánea de los guaraníes comunes que a
través de sus rebeldes jefes, buscaban aliviar el desamparo en que se encontraban.

Cuando se organizó políticamente el Virreinato del Rio de la Plata, por la Real Ordenanza de los
Intendentes de 1.782, Misiones fue incluida entre las doce gobernaciones que la componían.
Conforme a un plan que había elaborado Bucarelli y Ursúa, centralizó jurídicamente la nueva
entidad su gobierno en Candelaria.

Tres años más tarde se creó el departamento de Concepción y su Tte. Gdor., Gonzalo de Doblas,
describió el estratégico espacio como el lugar más adecuado para que la Provincia Hispánica de
Misiones ejerciera desde allí efectivamente el poder: el pueblo de Candelaria es muy a propósito,
para su situación y proporciones, para capital de la provincia, y para que lo fuera con más lustre y
esplendor, pudiera solicitarme de SM. la gracia de que le condecorase con el título y privilegio de
ciudad, pues, poniéndole allí los tribunales y demás ministerios… no tengo duda de que en breve se
aumentaría su población con los muchos españoles que se avecinaran…

Un observatorio astronómico en Candelaria:

El inventario de Candelaria correspondiente a 1768 da cuenta de restos de observatorio


astronómico construido por el jesuita santafesino Buenaventura Suárez, en San Cosme. Esto se
debe a que ambas reducciones se habían fusionado entre 1665 y 1718 y la última permaneció
hasta 1740, en el actual departamento de Candelaria. La capital misionera era reservorio de una
peculiar producción de ciencia y tecnología.
Bibliografía consultada:

 “La Capital Olvidada”; Graciela Cambas. Posadas, Misiones. 2005.


 “Misiones, jesuitas y guaraníes, una experiencia única”; Silvian Heguy. 2012.
 “Aproximación a las Misiones Guaraníticas”; Ernesto J. A. Maeder.

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