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EL MITO DEL DILUVIO

El mito del diluvio es un relato universal del cual tenemos constancia, en distintas formas, en
una variedad de lugares tales como en Babilonia, Grecia Antigua, Oriente, Suramérica, América
Central, América del Norte, etc.
El mito del diluvio, a grandes rasgos, nos habla de un cataclismo que destruye una antigua
estirpe de hombres, con la excepción de unos cuantos sobrevivientes (elegidos) que, una vez
acabado el desastre, vuelven a repoblar el mundo, dando origen así a una nueva generación de
seres humanos. De esta manera, el mito del diluvio constituye un proceso que consta de dos
fases: primero el cataclismo y luego el renacimiento de la humanidad.
Para esta exposición nos centraremos en cuatro relatos sobre el diluvio que son encasillados por
Krickeberg en la categoría de mitos de los pueblos del reino inca, debido a que el reino inca
comprendía los pueblos a los que pertenecían estos relatos. De estos pueblos súbditos
contribuyeron algo los dos pueblos civilizados del alto Ecuador, los caras de Quito y los cañaris
de Azogues y Cuenca.
Los quiteños nos informan sobre sobre un diluvio general originado por una gran serpiente, en
venganza por las heridas que le ocasionaron los tres hijos del primer hombre llamado Pacha.
Ante este cataclismo, Pacha y su familia, junto a un puñado de animales, se refugian en una casa
fabricada en la cumbre de Pichincha. Cuando, al enviar por segunda vez a un pájaro este volvió
con hojas verdes, Pacha regresó con su familia a su comarca en Quito para repoblarla.
Los cañaris también nos cuentan sobre un diluvio. Solo que no nos dicen la causa de la
inundación, pero mencionan a dos hermanos que se refugian en lo alto de una montaña llamada
Huaca Yñan, la cual subía su nivel a medida que las aguas subían de altura. Ambos hermanos,
que no poseían víveres, eran aprovisionados por dos guacamayas, vestidas como los cañaris y
con rostros femeninos. Uno de los hermanos captura a una de las guacamayas, con la cual tiene
seis hijos e hijas. Se dice que de estos hijos e hijas de la guacamaya proceden todos los cañaris.
El tercer relato tampoco nos habla sobre el motivo de la inundación. Solo mencionan que un
pastor, advertido por su llama sobre el desborde del mar, se refugia en junto a otros animales en
la cima del cerro Uillacoto. Durante el diluvio, un zorro, al no haber mucho espacio donde
pararse, fue mojado en la punta de su cola por las olas, esta punta se tornó de color negro. Es al
cabo de cinco días que las olas comenzaron a bajar. Pero la tierra había quedado sin habitantes,
excepto por el pastor, del cual se dice descendemos todos.
El último relato da cuenta sobre unos hombres que, para huir de una lluvia diluvial, encontraron
refugio en la gruta de una montaña. Luego de un tiempo, enviaron dos perros primero y luego
otros dos para saber si el agua había bajado. Al cerciorarse del cese de las lluvias, descendieron
del monte, pero se encontraron con un obstáculo: muchas y grandes culebras que surgieron
después del diluvio. Luego de eliminarlas al fin podían vivir seguros y poblar la tierra.
Elementos compartidos de los relatos
Algo en común que tiene los cuatro mitos, a parte del tema del diluvio, es que al momento de la
subida de las aguas solo una alta montaña, con su cima despejada, sería el lugar donde
encontrarían refugio un contado numero de personas. Entonces, el diluvio y la montaña-refugio
son los elementos en común que tienen estos cuatro relatos.
El elemento del diluvio revela cómo fue destruida la primera estirpe de hombres y cómo surge
la humanidad actual, mediante el cataclismo del cual solo un pequeño grupo fueron salvados
para continuar procreando a la especie humana. Al mismo tiempo, se torna en un operador
simbólico y se constituye en el límite temporal entre una y otra estirpe humana, límite entre el
tiempo antiguo y el presente, cuyas consecuencias, de una parte, son que la primera estirpe de
hombres está destinada a convertirse en el pasado, en la muerte. Por otra parte, da lugar a la
segunda estirpe que en oposición al pasado es presente y en posición a la muerte es vida.
Para interpretar el elemento de la montaña-refugio hemos buscado la significación que esta tiene
en otras tradiciones. Hemos hallado que en América del Norte casi todas las tribus del Alto
Orinoco hablan de un hombre y una mujer que se salvaron en una alta montaña llamada
Tamanacu, considerada sagrada por estas tribus. Asimismo, para las tribus Mapuches los
montes Tentén, que, según sus tradiciones, acogieron a sus antepasados, también poseen un
carácter sagrado. Este elemento sagrado sería la principal característica que tienen esos montes-
refugio. Ahora bien, en las zonas que comprende el reino inca hay un vocablo que se utiliza para
designar todas las sacralidades fundamentales: Huaca. Siendo así, estos montes-refugio de los
relatos nos expresan el origen de las huacas.
Elementos particulares de cada relato
El primer relato pone en primer plano a un animal: la serpiente. La cual es causante del diluvio.
Pero ¿qué significado tiene la serpiente? Investigando otros relatos míticos hemos querido
encontrar la significación de la serpiente. Krickerberg dice que la serpiente es en México una
encarnación del mar. Para otras tradiciones, la serpiente viene a significar una encarnación del
mal, simbolizando una fuerza maléfica, que expone a peligros y desgracias inevitables. Ambos
significados podrían darnos luces sobre lo que representa la serpiente en este primer relato. Al
ser esta la que ocasiona el diluvio se muestra íntimamente ligada al mar, pero al generar el
diluvio propicia desgracias y arrasa con toda una estirpe de hombres, con lo cual también
simboliza una fuerza maléfica.
El segundo relato, que se nos presenta como un mito de origen, pone en primer plano a la
guacamaya. Pero ¿qué significado tiene la guacamaya? La guacamaya, en el relato, significa dos
cosas: identidad y fertilidad. ¿Por qué? Para ello hay que remontarnos al relato mismo. Cuando
la guacamaya aparece en el relato se nos la presenta vestida de cañari, con los cabellos de la
cabeza atados sobre la frente y la lliglla, que es el manto que usan las indias cañaris. Estos
elementos culturales propiamente cañari representan un componente de identidad y que sea la
guacamaya quien la porte nos muestra lo íntimamente relacionado que esta con los aspectos
identitarios del pueblo cañari. Con respecto a segundo punto, la fertilidad, también hay que
remontarnos al relato, en él nos informan que la guacamaya posee rostro de mujer, y que por
esta razón es capturada por uno de los dos hermanos, que, debido al diluvio, se encontraban
refugiados en lo alto de un monte. Al capturarla se une a ella, y de esta unión da como
resultado seis hijos e hijas de los cuales proceden todos los cañaris. Al ser la guacamaya la
progenitora de toda esa nueva estirpe de hombres da cuenta de su relación con la fertilidad.
En el tercer relato el elemento de primer plano son dos animales: la llama y el zorro. ¿Qué
significado tiene la llama y el zorro? La llama nos es presentado en el relato como el anunciador
del cataclismo, jugando así un papel clave en la supervivencia de la humanidad, ya que, es ella
la que advierte a un pastor sobre el peligro inminente, generando que este busque un refugio del
peligro. Este papel de anunciador y advertidor no es exclusivo de la llama, en otras tradiciones
como el de los Papagos en el oeste de los EE.UU, son advertidos por un coyote. Entre los Pimas
fue un águila quien los advirtió y a los Cherokis, un perro. Lo que pasa con este papel
interpretado por distintos animales es igual a lo que pasa con los animales (ya sea una paloma o
perros) que, en el relato uno y cuatro, son enviados para cerciorarse de que haya cesado el
diluvio. Esto se debe a que los papeles de anunciador y de verificador son motivos típicamente
bíblicos que fueron añadidos a tradiciones autóctonas. Por otro lado, esta la imagen del zorro
que, según, Krickerberg, esta relacionado con el culto a la luna, pues, según la leyenda, es él
quien ocasiona las manchas de la luna. Aunque en el relato solo expresa el porqué de que la
punta de la cola del zorro sea de color negro.
El cuarto relato, al igual que el primer relato, posee elementos que son bíblicos (el envió de
animales observadores) y animales de significado regional: la serpiente. Solo que, en este relato,
la serpiente no es la causa del diluvio, sino una consecuencia de este. Pero a pesar de esa
diferencia el significado de la serpiente se mantiene en relación al primer relato, es decir, como
una representación del mar y de las fuerzas malignas.

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