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ASTORET

La pronunciación hebrea del nombre Astoret es diferente de lo que sería la pronunciación


correcta: Astaret. Esto se explicaría si se confirma la suposición: que los masoretas le
aplicaron las vocales de la palabra heb. bosheth, "vergüenza", para
expresar su desprecio por la idolatría.
Diosa semítica del amor, de la fertilidad y de la guerra adorada por todo el antiguo
Oriente: como lshtar en Asiria y Babilonia; como Astarté y Astoret en Egipto,
Fenicia y Canaán; y como Afrodita en Grecia.
En el AT aparece como la principal diosa de los sidonios (1 R. 11:5, 33; 2 R. 23:13), y los
filisteos la consideraban una deidad guerrera, como lo sugiere el hecho de que pusieron la
armadura de Saúl en el templo de ella (1 S. 31:10, "Astarté" en LPD, DHH, BJ, NBE;
"Astarot" en RVR).
Algunos eruditos creen que la "reina del cielo" de Jeremías es la Astoret de los antiguos
(Jer. 7:18; 44:16-19, 25).
En un principio fue la patrona del amor sexual (tanto puro como liviano), la maternidad y la
fertilidad. Sus imágenes la muestran desnuda con los rasgos sexuales grandemente
destacados.
En su culto se practicaba la prostitución como rito religioso, culto ya antiguo en
Transjordania en tiempos de Abrahán, como lo prueba el nombre de la ciudad Astarot
Karnaim* (Gn. 14:5). Los hebreos habrían adoptado la adoración de Astoret por el tiempo
de los jueces (Jue. 2:13; 10:6), y hasta Salomón cayó ante ella (1 R. 11:5; 2 R. 23:13). Se
han encontrado muchas estatuillas de la diosa en las excavaciones palestinas, lo que
sugiere que muchas personas (mayormente mujeres) las habrían llevado sobre sí como
amuletos.
En sus excavaciones en Betel, W. F. Albright encontró un sello del período de los
jueces con el nombre de la diosa 'Astart grabado en jeroglíficos egipcios entre 2
deidades. 'Astart estaba a la derecha, y un dios con cuernos, quizá Baal,* a la
izquierda. Por otra parte, los descubrimientos arqueológicos hacen suponer que
Anat,* Asera* y Astoret se 113 confundían con frecuencia, ya que en carácter y por
naturaleza tenían mucho en común.

MILCOM
Dios de los amonitas (1 R. 11:5, 33; 2 R. 23:13; Sof. 1:5). Nada se sabe sobre este dios
de fuentes extrabíblicas, aunque el nombre aparece en sellos amonitas y en una
inscripción de piedra del s IV a.C. encontrado en las excavaciones de la ciudadela de
Amán. Además, un dios Mlkm se menciona en los textos de Ugarit. El término
sencillamente significa "rey" (con la familiar terminación om), y pudo haber sido más bien
un título antes que un nombre (como ocurre con Baal, un título que significa "señor",
"amo", aplicado a muchos dioses locales de los cananeos). Algunos sugieren que en 1 R.
11:7 se debería leer "Milcom" en vez de "Moloc", suponiendo que la m final desapareció
del nombre hebreo (vs 5, 33).
QUEMOS
Principal dios adorado por los moabitas (1 965 R. 11:7, 33; 2 R. 23:13; Jer. 48:7, 13),
quienes, por ello, reciben el nombre de "pueblo de Quemos" (Nm.21:29; Jer. 48:46). Se lo
menciona 11 veces en la inscripción del rey Mesa sobre la Piedra Moabita,* y una vez en
combinación con el de su consorte,Astar-Quemos. Este monumento atribuye todas las
victorias de los moabitas a la ayuda de este dios y todas las derrotas a su ira.
Ocasionalmente se le ofrecían sacrificios humanos (2 R. 3:27). Desde los días de
Salomón hasta los de Josías fue adorado en Judá (1 R. 11:7; 2 R. 23:13). La mención de
Quemos en el mensaje de Jefté (Jue. 11:24) implica que los amonitas también lo
adoraban, o los moabitas habían tomado parte ilegalmente en las demandas ilegítimas de
territorios israelitas.

MOLOC
Nombre de un dios a quien se ofrecían sacrificios humanos; no identificado.
Originalmente el nombre probablemente fue Melek, "rey", que era un título que los
hebreos también aplicaban al verdadero Dios (véase Sal. 5:2; 10:16; etc.).
Si es así, parecería que los judíos posteriores, considerando vergonzoso referirse a una
deidad pagana con la misma palabra que empleaban para el verdadero Dios, cambiaron
la pronunciación a Môlek, al tomar las vocales o y e de la palabra heb. bôsheth,
"vergüenza".
Algunos eruditos han negado que existiera este dios en la antigüedad; sin embargo,
textos descubiertos, en varios lugares, documentan su existencia. Un dios Malkûm,
mencionado por 1ª vez en 4 textos de Drehem (fines del 3er milenio a.C.), aparece como
Mulûk en los de Mari, y como, Malik en 3 escritos asirios que lo identifican con Nergal, la
divinidad asirio-babilónica del mundo subterráneo. Un texto recientemente
descubierto de Ugarit habla claramente de un "sacrificio a Mlk", con lo cual no
quedan dudas de que Mlk era un dios. En la lengua púnica, estrechamente
emparentado con el hebreo, môlek aparece con el significado de "voto", "promesa". En
consecuencia, algunos eruditos explican la expresión "pasar por el fuego a Moloc"
diciendo que significa "pasar por el fuego como cumplimiento de un voto a cierta deidad".
La palabra môlek pudo haber tenido este significado en Cartago, pero en el uso bíblico
parece limitarse a designar a un dios pagano a quien se ofrecían sacrificios, entre los
cuales también los había humanos.

La ley mosaica prohibía terminantemente dedicar los hijos a Moloc (2 R. 23:10) y con
denaba a muerte a quienes transgredieran esta ley (Lv. 18:21; 20:1-5).
Sin embargo, los israelitas con frecuencia siguieron esta práctica (Jer. 7:31; 19:4, 5;
32:35; Ez. 16:21; 23:37, 39). Acaz y Manasés quemaron a sus hijos en el alto de Tofet, en
el valle de Hinom, al sur de Jerusalén (2 Cr. 28:1, 3; 33:1, 6), pero el piadoso rey Josías
destruyó este lugar para que no se lo pudiera usar más (2 R. 23:10).

Una declaración del profeta Amós (Am. 5:26) citada por Esteban (Hch. 7:43)
parece indicar que los hebreos tuvieron alguna vez un santuario portátil dedicado a este
dios. Sin embargo, algunos comentadores entienden que el heb. sikkûth, traducido
"tabernáculo" en la RVR, es un nombre propio: Sakkut (BJ).
En consecuencia, ponen vocales diferentes en el término traducido "vuestro Moloc" para
que se lea "vuestro rey", de modo que la frase diga: "Sakkut vuestro rey". En 1 R. 11:7, el
nombre Moloc quizá se deba leer Milcom (cf vs 5, 33). La diferencia podría haber surgido
por haberse omitido sin percibirlo la letra m final del nombre hebreo.

ASERA
1. Diosa fenicia de la vegetación llamada "'A7rt de los tirios" en un texto ugarítico. La
literatura ugarítica se refiere a ella como a la "señora de los dioses", la "amante [novia] de
los dioses [del cielo]", y como la madre de 70 deidades, pero su título más distintivo es
Ashirat del mar, la "señora [que se pasea] del [por el] mar". Se cree que un templo
cananeo del s XVIII o XVII a.C. excavado en Nahariya, a unos 8 km al norte de Aco y
cerca de la orilla del mar, fue dedicado a ella. Allí se encontraron muchas imágenes de
palomas, una imagen de plata de una diosa, pequeños vasos o recipientes de ofrendas y
fragmentos de incensarios, lo que revela el carácter de las prácticas de la adoración a
Asera (cf 2 R. 23:7; Os. 4:12, 13).
La diosa era la contraparte femenina de Baal, y su adoración habría sido muy atrayente
para los hebreos. Sus representaciones fueron levantadas y adoradas en Jerusalén (1 R.
15:13) y en Samaria (1 R. 16:33; 2 R. 13:6; 21:3), probablemente en el templo de Baal (2
R. 10:25). Durante el reinado de Manasés, una imagen de ella estuvo en el mismo templo
de Jerusalén (21:3, 7), aunque su padre los había arrancado (2 R. 18:4). Se designaron
400 profetas para servir a la diosa (1 R. 18:19) y se mencionan los utensilios necesarios
para su culto (2 R. 23:4-6); las mujeres se ocupaban en tejer cortinas para la deidad (v 7).
Algunos pasajes mencionan la existencia de más de una imagen de Asera junto a las de
Baal (Jue. 3:7; 2 R.17:10; 2 Cr. 19:3; 24:18; 33:3).107

2. Objeto de culto que simbolizaba a Asera (Jue. 6:25). Cuando no se menciona a la diosa
o a su imagen, la palabra Asera se refiere al palo de madera o tronco de árbol que estaba
en pie en los santuarios cananeos (Ex. 34:13), dedicado al ídolo como un símbolo de la
vegetación (Jer, 17:2). Los objetos de culto eran elaborados (1 R. 14:15), plantados (Dt.
16:21) o levantados (2 R. 17:10); se podían quemar (Dt. 12:3; 2R. 23:6, 15), cortar (Ex.
34:13; Dt. 7:5; etc.), arrancar (Mi. 5:14) o romper en pedazos (2 Cr. 34:4). Véase el tronco
de árbol en el modelo elamita de un santuario al aire libre (fig 327).
BAAL
Término que en el texto hebreo de la Biblia (nuestras traducciones no lo reflejan) se usa
para señalar al propietario de casas (Jue. 19:22), campos (Job 31:39), bueyes (Ex. 21:28),
riquezas (Ec. 5:13), una mujer (Ex. 21:3), un lugar (Jue. 9:2), etc. En menciones
extrabíblicas, Baal llegó a identificarse con Helios (el dios sol), con Hércules o con el dios
jefe de los griegos, Zeus* (el Júpiter de los romanos; fig 59). Este Diccionario se referirá
principalmente a su aplicación religioso-pagana.
58. Baal en una estela procedente de Ugarit.
1. Dios semítico. Baal fue:
a. El nombre para un dios local en el sentido de "señor" (como en Baal-gad, Baal-peor,
Baal-hermón).
b. El nombre de un dios cananeo de la tormenta y del trueno. Estos creían que los baales
vivían en lugares o casas santas (como árboles, cumbres de montes y rocas,
manantiales), y hablaban de cada uno de esos dioses locales como el Baal, el "señor". El
AT los menciona a menudo, donde Baal aparece en su forma plural: baales (Jue. 2:11;
3:7; 8:33; etc.). Fueron considerados deidades naturales que cuidaban de la vegetación y
del aumento de los rebaños y del ganado. Por lo general, cuando aparece en singular y
con artículo, se refiere al principal dios nacional de los cananeos.
En los textos de Ras Shamra* a veces se aplica la palabra Baal a un dios como dueño de
lugares y santuarios específicos, pero más generalmente es el nombre del más exaltado
de todas las deidades. Su enaltecimiento a la cabeza del panteón cananeo aparece en
una época más bien tardía, puesto que El había tenido la preeminencia mucho tiempo
antes y a Dagón se le había dedicado un templo antes de construirse uno para Baal. Pero
cuando éste surgió como triunfador en la lucha por la supremacía entre los dioses,
mantuvo esa posición por muchos siglos. Fue el dios de las tormentas y, por tanto, se lo
identificó frecuentemente con Adad (Hadad). Como se le atribuían las tormentosas lluvias
del invierno, se lo tenía por responsable de la fertilidad del país. Su hermana era la virgen
Anat, la feroz diosa del derramamiento de sangre y la guerra, y su adversario era Mot, el
dios de la sequía y del calor abrasador.
Cuando Baal fue asesinado (no resulta claro si por Mot, puesto que el texto está
corrompido). Anat le imploró que lo volviera a la vida. Pero cuando todos los esfuerzos de
Mot fracasaron, se puso furiosa y en su ira lo venció y mató.
Entonces tomó a su hermano muerto y lo llevó al monte de los dioses, donde fue
resucitado. Después de eso, los cananeos creían que la muerte y resurrección de Baal
ocurrían anualmente, lo que daba como resultado las 2 principales estaciones de Siria-
Palestina: el verano y el invierno. La 127 muerte de Baal a manos del malvado Mot al fin
de cada estación lluviosa era recibida con amargo llanto y lamentos; y su resurrección
anual, luego de los largos y secos meses del verano -cuando se iniciaba la estación
lluviosa con nueva vida en los campos y las viñas-, era celebrada con fiestas alegres y
licenciosas.

La adoración a Baal, universal en Siria y Palestina, tuvo gran atractivo para los israelitas.
Repetidamente reincidieron en ella desde que entraron en la tierra de Canaán, hasta que
fueron llevados en cautiverio. La 1a vez que se menciona a Baal en la historia de Israel es
poco después de la muerte de Moisés, cuando los hebreos acamparon en los campos de
Moab, cerca de un lugar alto dedicado al dios (Nm. 22:41, "Bamot-baal"). Los dioses que
entonces adoraron los israelitas (Nm. 25:2) quizás incluyeran a Baal. Fue adorado
nuevamente en tiempos de los jueces (Jue. 2:13; 6:28-32) y frecuentemente en tiempos
de los reyes de Judá e Israel. Casi sustituyó a Yahweh en el reino de Israel en los días de
Acab, cuando Jezabel, la obstinada esposa fenicia del rey, intentó establecer la religión
del dios como la única legal. Es bien conocida la historia de la lucha de Elías contra este
culto y su enfrentamiento y desafío a los sacerdotes de Baal sobre el monte Carmelo (1 R.
16:31-33; 18:17-40). Pero esta victoria para Yahweh fue de corta duración. Inclusive el
terrible aplastamiento de ese culto idolátrico por el rey Jehú al ascender al trono (2 R.
10:18-28) constituyó sólo una reforma temporaria.
La adoración a Baal en el reino del norte está documentada por trozos de cerámica
inscriptos provenientes del s VIII a.C., descubiertos en las excavaciones de Samaria
dirigidas por la Universidad de Harvard. Entre los muchos nombres personales de
ciudadanos de ese reino, encontrados en esas inscripciones, hay varios formados con el
vocablo Baal: 'Abiba'al, "Baal es mi padre"; Ba'alzamar, "Baal canta"; Ba'ala'zakar, "Baal
recuerda(?)"; Ba'alma'anT, "Baal es mi respuesta"; Meriba'al, "mi señor es Baal" (si el
nombre es arameo); y Ba'ala. Esto demuestra que hubo muchos seguidores de Baal
entre los que vivieron después del reinado de Acab.

En el reino de Judá, el culto a Baal fue introducido por Atalía, la malvada hija de Acab y
Jezabel, y estimulado especialmente por Acaz quien hizo imágenes a los baales (2 Cr.
28:2). Estas fueron quitadas por su buen hijo Ezequías, pero los altares al dios fueron
levantados nuevamente por Manasés, el siguiente rey (2 R. 21:3). A su vez, el buen rey
Josías destruyó los utensilios que se habían usado en ese culto pagano (23:4, 5). La
adoración a Baal fue una de las principales causas del cautiverio de Judá (Jer. 19:5).

59. Seis columnas del templo de Zeus (Júpiter) construido en tiempos romanos en
Baalbek (la Heliópolis siria).

El AT también testimonia que su culto estaba acompañado con la práctica de sacrificar a


los hijos en el fuego (Jer. 32:35) y de besar su imagen (1 R. 19:18). Probablemente
también estuvo acompañado por una grosera lascivia. Con frecuencia Baal está asociado
con la diosa Astarot (Jue. 2:13), y en los lugares altos dedicados al dios a menudo se
encontraba una imagen de Asera (Jue. 6:30; 1 R. 16:32, 33), su contraparte femenina.

BAAL-ZEBUB
Dios pagano de Ecrón. Probablemente lo adoraban para librarse de las moscas, que sin
duda eran tan molestas entonces como ahora. Las numerosas imágenes de oro de ese
insecto, encontradas en las excavaciones de sitios filisteos, tal vez fueron dedicadas a
ese dios. El rey Ocozías de Israel envió mensajeros para pedirle consejo con respecto a
su salud (2 R. 1:2-16; fig 369). Véase Beelzebú.

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