San Juan
Federación de Cooperativas Agropecuarias (FECOAGRO)
Un caso de diver sificación en la pr ovincia de San
Juan: La Federación de Cooperativas Agropecuarias
y la producción de semillas de hortalizas
a producción vitivinícola es la principal actividad económica
L de la provincia de San Juan. Sin embargo, desde fines de los
años setenta y principios de los ochenta se registra una caída en
el consumo de vinos de mesa que afectó seriamente al principal
motor de la economía sanjuanina. Por lo tanto, la diversificación
de la producción representa, desde el punto de vista de la com-
petitividad provincial, uno de los desafíos más grandes que de-
be afrontar la provincia.
Desde 1983 se venía realizando desde la Agencia de Extensión
Rural San Martín del INTA-San Juan la promoción de una Coo-
perativa de Trabajo Agropecuario en el departamento de Anga-
co dedicada a la producción de semillas de hortalizas y consti-
tuida con 250 obreros rurales desocupados del sector vitícola1 .
A partir de entonces, la promoción y apoyo a cooperativas rura-
les se constituyó en un objetivo de trabajo para esta agencia del
INTA dadas las situaciones de minifundio que caracteriza a la
provincia, de desocupación generada por la crisis vitícola, de de-
sintegración familiar y éxodo rural y de inaccesibilidad a los me-
dios de producción.
Hacia fines de 1987 se redacta, con la participación de 4 coo-
perativas de la zona, un grupo de productores locales y los téc-
nicos del INTA de San Juan, un proyecto socio-productivo que
finalmente fue presentado y aprobado a nivel nacional por la
Unidad de Minifundios del INTA logrando de esta manera su
apoyo y financiamiento para asistencia técnica.
Como declara el Ing. Romano, por entonces coordinador del
Proyecto de Sistemas Cooperativos Agropecuarios del INTA-San
Juan, el propósito fundamental del proyecto era "contribuir a
mejorar las condiciones de vida de un vasto número de peque-
ños productores sanjuaninos y sus familias aprovechando las
condiciones agroecológicas de San Juan que permiten diversifi-
car la producción agrícola utilizando la tecnología disponible del
INTA para la producción de semillas hortícolas y forrajeras y la
elaboración de productos agroindustriales artesanales".
Los estudios realizados por los técnicos del INTA habían de-
mostrado que la provincia contaba con excelentes ventajas
agroecológicas, aptas para la producción de semillas de hortali-
zas. En concreto, la provincia tenía condiciones para desarrollar
cultivos bajo riego controlado dado que contaba con suficientes
recursos hídricos, un limitado peligro de heladas y granizo que
dañara la producción, un clima seco con elevada luminosidad y
buenas posibilidades para aislamiento de cultivo para evitar los
cruzamientos inoportunos y deteriorantes de las variedades de
1
semillas. Así, señala el Ing. Romano, “la idea era aprovechar las
excepcionales condiciones agroecológicas de San Juan para
ofrecer al mercado semillas argentinas con la tecnología genera-
da y adaptada por el Instituto Nacional de Tecnología Agrope-
cuaria y aplicada con ingenio y esfuerzo por nuestros pequeños
agricultores integrados en cooperativas de trabajo y producción”.
Los productores se convencieron de la calidad de sus produc-
tos unos años más tarde cuando, gracias a los contactos de los
técnicos del INTA, comenzaron a entablar relaciones comerciales
con el mercado asiático e iniciaron, de esta manera, una etapa
de crecimiento que continúa hasta nuestros días. Hacia fines del
’80, la Federación comenzó a exportar al mercado japonés una
variedad de semilla de hortaliza hasta entonces no desarrollada
por los productores sanjuaninos como era la semilla híbrida2 .
Como señala el Ing. Romano “esta experiencia fue importante
no en términos de volúmenes de producción pues nunca supe-
raron las 2-3 hectáreas por cooperativa sino porque nuestros
productores aprendieron nuevas técnicas de cultivo y porque los
productos fueron sometidos a los más rigurosos controles de ca-
lidad, respondiendo de una manera notable. Los japoneses se
convirtieron en una especie de controladores externos de nues-
tros productos, los que superaron ampliamente los requisitos im-
puestos en términos de nivel de humedad (nuestras semillas se
ubicaron un 8% por debajo del máximo admitido), poder de ger-
minación (superior al 98%), pureza y limpieza”. Orgulloso, el In-
geniero Romano señala que “los japoneses llegaron a afirmar
que las mejores semillas del mundo se producían en San Juan”.
Esta experiencia fue rápidamente capitalizada por las coopera-
tivas que, agrupadas en una pre-federación, comenzaron a ex-
perimentar nuevas alternativas comerciales que fueran rentables
y generaran valor agregado. Sin dudas, la más rentable fueron
las colecciones hortícolas, pequeñas cantidades de semillas en-
vueltas en bolsitas de polietileno (de 20, 50 y 100 grs. cada una),
que tuvieron gran aceptación en el mercado interno.
Luego de las primeras ventas de colecciones hortícolas, este
grupo de 4 cooperativas experimentó un nuevo crecimiento
cuando el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) les otorgó
un crédito de $650.000 que fue destinado a financiar pequeños
proyectos productivos, a la construcción de una planta de pro-
cesamiento de semillas, a la adquisición de insumos críticos pa-
ra la producción (como semillas originales y agroquímicos), a ca-
pacitación y apoyo técnico especializado para la reconversión de
los productores y a sanear los balances de las cooperativas a fin
de constituir una entidad de segundo grado.
Después de haber funcionado durante 4 años como pre fede-
ración, el 18 de diciembre de 1992 nace la Federación de Coo-
perativas Agropecuarias de San Juan (FECOAGRO). Para ese
San Juan
entonces, ya estaba integrada por 9 cooperativas de primer gra-
do, distribuidas en todo el territorio de la provincia y constitui-
das por más de 250 familias de pequeños productores agrope-
cuarios minifundistas sin tierras.
La decidida vocación de cambio de estos productores, luchan-
do contra la tendencia generalizada al cultivo predominante de
la viticultura -tomado casi como monocultivo- sumada a la in-
corporación de tecnología adaptada por los técnicos del INTA y
el apoyo financiero otorgado por el BID permitió que, hacia
1995, la FECOAGRO pudiera producir 300.000 kgs. anuales de
semillas hortícolas que se comercializaron tanto a nivel nacional
como internacional. Fue la reconocida calidad de los productos,
alcanzando niveles superiores al 98% del poder de germinación,
la que consolidó la posición de la FECOAGRO como uno de los
principales productores nacionales de semillas de hortalizas y fo-
rrajeras. Gracias a esto por ejemplo, en 1997 la Federación ganó
la licitación nacional para la venta de colecciones hortícolas pa-
ra el Programa “Pro Huerta” que se desarrolla en todo el país y
que demanda 300.000 colecciones para cada campaña3 . Sin
embargo, lo más importante es que el crecimiento de FECOA-
GRO no fue sólo económico sino que, como señala el Ing. Ro-
mano, “la metodología adoptada ante este crecimiento obligó a
adoptar procedimientos más rigurosos de trabajo ya que, como
se comprenderá, la composición de cada semilla no es similar
para todos los destinos del país. Ello obligó a distribuir las dife-
rentes zonas entre las Cooperativas para poder facilitar el con-
trol de calidad y la distribución de los despachos de cargas, tan
variado como voluminosos”. Por otro lado, la Federación capita-
lizó esta experiencia y desarrolló a partir de ese momento la co-
lección “La Huerta Familiar”, una marca registrada que se en-
cuentra catalogada como clase 31, es decir, de categoría inter-
nacional.
También se registraron buenos resultados en el mercado inter-
nacional: en 1996 y 1997 la Federación exportó cebolla en fres-
co a la localidad de Goiania, Brasil. Primeramente se comenzó
por la producción de bulbos de la Cooperativa Progreso de la lo-
calidad de Jáchal 4 . Sin embargo, dada la demanda del produc-
to fue necesario agregar la cebolla producida por otros agricul-
tores de la misma zona. Esta exportación ascendió a 577.000 Kg
de cebolla en fresco por un valor de U$s 147.000, valores que
aumentaron al año siguiente a 640.000 Kg, que representaron
ventas por U$s278.000. Por último, debemos señalar que tam-
bién se desarrollaron relaciones comerciales con el mercado asiá-
tico (Japón) aunque en volúmenes inferiores a los registrados
con Brasil.
A partir de ese momento, FECOAGRO ha concentrado sus es-
fuerzos en varias direcciones. Por un lado, por medio de la rea-
2
lización de un proyecto de diferimiento impositivo del impuesto
al valor agregado, ha realizado inversiones por $1.000.000 para
la adquisición de tierras para las cooperativas asociadas. Esta po-
lítica tuvo un impacto doble: mientras, por un lado, se solucio-
nó uno de los principales problemas de los productores locales
relacionado con la tenencia de la tierra5 ; por el otro, se aumen-
tó la cantidad de hectáreas en explotación superando las 500
has. En segundo lugar, se continuaron las acciones de capacita-
ción destinadas a diversificar la producción. Actualmente, la Fe-
deración produce las semillas de todas las hortalizas conocidas
en el mercado local: desde acelga, alcayota, berenjena, espárra-
go, lechuga, zanahoria, zapallo y zapallito hasta cultivos “no
tradicionales” como viveros de vid y plantines de especies aro-
máticas.
Si bien es cierto que FECOAGRO no ha logrado volver a expor-
tar sus productos, la calidad de los mismos se ha mantenido co-
mo una de las principales preocupaciones. Estas acciones se en-
cuentran bastante desarrolladas hasta el punto que algunas coo-
perativas ya estarían en condiciones de certificar como produc-
tores orgánicos. Por el momento, los rigurosos controles de ca-
lidad desarrollados por los técnicos del INTA le han permitido a
FECOAGRO mantener su posición en el mercado local: es el prin-
cipal proveedor de colecciones hortícolas del Programa “Pro-
Huerta” y, recientemente, ha celebrado un contrato con una im-
portante empresa internacional de catering que le reportará es-
te año un aumento de su facturación en un 50%. A nivel pro-
vincial, la producción de semillas de San Juan aumentó más del
200% en los últimos años.
Por último, debemos señalar que la venta de los dulces artesa-
nales elaborados por las mujeres de los productores ha recibido
un nuevo impulso como consecuencia de la celebración de im-
portantes actividades deportivas en la provincia de San Juan.
La capitalización y el crecimiento de FECOAGRO (que al día de
hoy agrupa a 24 cooperativas) son dignos de destacar para la
provincia de San Juan. Esta experiencia es muy importante no
sólo desde la perspectiva de la competitividad sino desde aque-
lla más amplia del desarrollo humano. Algunos de los principa-
les logros de la Federación dan cuenta de ello: consolidación de
las familias rurales en su lugar de origen; participación activa de
los productores en la comercialización de su propia producción;
capitalización creciente del patrimonio social de las entidades de
base; acceso a líneas de crédito para financiar sus proyectos pro-
ductivos; desarrollo de actividades rentables que permiten incor-
porar a las familias a la cadena de producción; diversificación de
la producción en una provincia dedicada al monocultivo; tierras
en proceso de cultivo que ofrecen una eficaz resistencia a la sa-
linización; acceso a nuevos mercados; matriculación de la
San Juan

logo aduanero para productos frutihortícolas; educación y

capacitación permanente de sus asociados 6.

1 En las épocas en que la vitivinicultura era rentable para la provincia, una gran
parte de los pequeños productores de San Juan trabajaba como “contratista de
viña” recibiendo el 25% de la producción bruta. Con el advenimiento de la cri-
sis, desaparece la figura del contratista de viña y se sustituye por la de encarga-
do con funciones múltiples a sueldo.
2 Existen dos tipos de semillas: las híbridas y las varietales. Los productores san-
juaninos cultivaban (y lo siguen haciendo) las semillas varietales, es decir, las de
polinización abierta.
3 Actualmente, este programa se administra desde el Ministerio de Desarrollo
Social de la Nación.
4 La localidad de Jáchal se encuentra ubicada a 150km al norte de la ciudad de
San Juan.
5 Gracias al diferimiento impositivo, las cooperativas pudieron adquirir más de
270 hectáreas niveladas y con derecho de riego en todas sus superficies.
Actualmente, son dueñas de más de 420 hs de tierra.
6 Por ejemplo, mediante la creación de un Fondo Específico de Apoyo a estudi-
antes socios o hijos de asociados en los niveles terciarios y universitarios. Este
programa cuenta actualmente con 45 beneficiarios.

Fuentes Con sultadas

Ing. Alfredo Romano, INTA-San Juan. Asesor Técnico de FECOAGRO.
Raúl Novoa, Banco Interamericano de Desarrollo.
FECOAGRO, Informe de gestión.