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Universidad Pedagógica Nacional

Programa Educativo de Licenciatura en Pedagogía


Línea Sociohistórica
Materia: Crisis y Educación en el México Actual - 1982-2018
Profesor Samuel Ubaldo Pérez

Víctor López Villafañe. (2016).


La formación del sistema político mexicano.
Ciudad de México: Siglo XXI Editores.

5 La transformación del PRI-Sistema. La nueva hegemonía (pp. 213-249)


Crisis en el PRI y elecciones de 1988
La crisis económica que se inició en el país en 1982, produjo un gran cambio en la
orientación del Estado mexicano, que se convirtió en un promotor de las políticas de corte
neoliberal, poniendo fin al discurso revolucionario y removiendo a las viejas estructuras
corporativas sobre las que se había sentado el poder hegemónico del PRI. Cómo se podía
constatar desde la década previa, la pérdida de legitimidad se venía sucediendo en el
terreno electoral, lo que venía agudizando las luchas por el poder en varias regiones del
país, con la incursión del empresariado local preferentemente y las filas del PAN -lo que se
conoció como el fenómeno del neopanismo-, pero también con la insurgencia política en la
ciudad de México, que se vio fortalecida después del terremoto de 1985 que originó una
participación amplia de la sociedad civil de esta ciudad, y que se manifestaría
políticamente en las elecciones posteriores.1
En 1987 ocurrió otro sismo, pero este consistió en una división que sacudió al PRI, cuando
dentro de sus propias filas se anunció la creación de una corriente democrática encabezada
por miembros destacados de ese partido como el ingeniero óptimo Cárdenas Solórzano y
Porfirio Muñoz Ledo, con la intención de que el candidato presidencial a las elecciones de
1988 fuera seleccionado de manera democrática por los miembros del partido, y no por el
presidente Miguel de la Madrid. Esta corriente proponía enfrentar el deterioro de la

1 En las elecciones de 1988, la oposición al PRI por conducto del Frente Democrático Nacional con
Cuauhtémoc Cárdenas como su candidato a la presidencia, obtuvo más del 45% de la votación
reconocida oficialmente. Posteriormente en 1997, en la primera elección para designar al jefe de
gobierno de la ciudad de México Cuauhtémoc Cárdenas sería el ganador.
situación económica y el abandono de la línea revolucionaria (p. 213) del partido2. Este ha
sido uno de los eventos de mayores repercusiones en la historia política del país y, como
había sucedido en el pasado, con otras divisiones dentro del PRI, y con candidatos
presidenciales salidos de sus propias filas, tuvo entonces costos que se fueron
desarrollando aún después de las elecciones de 1988.
Cuauhtémoc Cárdenas fue candidato presidencial, primero por medio del paraguas del
PARM, y posteriormente bajo la formación de un Frente Democrático Nacional al que se
sumaron otros partidos de diversa índole. Antes de las elecciones de julio de 1988, el
ingeniero Heberto Castillo candidato por el Partido Mexicano Socialista (el PMS era el
resultado de la fusión entre el PSUM y el PMT acaecida en 1987) declinó en favor de la
candidatura de Cárdenas. Desde nuestro punto de vista, este hecho fue el que realmente
hizo caer al sistema electoral, acostumbrado a dividir los números de los candidatos
opositores y hacer ganador al candidato oficial. Cómo esta declinación se dio a sólo un
mes previo de las elecciones, toda la votación opositora -con excepción del PAN- que era
mayoritaria en el país, votó en favor de Cárdenas. Frente a la derrota del candidato oficial
Carlos Salinas de Gortari, el régimen histórico del partido hegemónico hizo caer el sistema
electoral y maquinar uno de los más grandes fraudes electorales el historia política del
país.3 Éste hecho se venía a sumar a la cadena de fraudes electorales del pasado y casi
todos ellos en elecciones en las que el régimen del Estado tenía a un candidato salido de
sus propias filas, cómo fueron los casos de las elecciones de 1940, de 1946 y la de 1952.
Esta crisis política de 1988 ha sido como una matriz histórica de una serie de acciones
económicas y políticas en el país. En el pasado, las crisis del sistema de las elecciones
mencionadas, se habían resuelto reforzando el corporativismo del partido único y su
hegemonía absoluta. Con esta crisis, el panorama había cambiado, las políticas
neoliberales aplicadas desde 1982, habían tenido como una prioridad extinguir el viejo
corporativismo así que las estrategias para mantener el dominio y control político tuvieron
nuevos (p. 214) causes. En primer lugar, se estableció una alianza entre el sector
tradicional del PRI y el nuevo grupo de tecnócratas que había surgido en las esferas del
Estado y que ahora tenían como líder al presidente Carlos Salinas de Gortari. En segundo
lugar, otra alianza importante fue la celebrada con la cúpula del PAN a efecto de hacer
viable la gobernabilidad, en medio de una crisis de legitimidad. Esta alianza, que fue
conocida como una concertacesión entre el PRI y el PAN, daría sus primeros frutos en la
elección a gobernador en Baja California en 1989, que fue ganada por el candidato del
PAN. Con esta gubernatura el PRI perdía por primera vez un Estado en favor de un
partido de oposición desde 1929. Igualmente importantes fueron: la estrategia de buscar
un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, que pudiera servir de seguro contra la

2 Véase al respecto el libro de Paco Ignacio Taibo II. Cárdenas de cerca. Una entrevista biográfica,
México, Planeta, 1994, pp- 60-65.
3 Las elecciones presidenciales se llevarían a cabo el 6 de julio y la declinación Heberto Castillo en

favor de Cárdenas fue realizada el 4 de junio. Oficialmente, Carlos Salinas de Gortari (PRI)
obtendría el 50.36% de la votación y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PARM, PMS, PPS y PFCRN)
el 31.12%. (Wikipedia con datos de la Secretaría de Gobernación.

2
arremetida política de grupos nacionalistas en el futuro;4 así como la puesta en marcha de
un programa para controlar directamente a las zonas marginadas y pobres del país, para
evitar que estas regiones pudieran servir de apoyo a la posición nacionalista y de
izquierda. Finalmente y no menos importante, fue el reforzamiento del control de los
medios de información para difuminar una imagen de legitimidad inconvertible.5
Otro resultado de esta crisis de 1988 fue el surgimiento del Partido de la Revolución
Democrática (PRD) en el año de 1989. Las principales corrientes que se fusionaron para
dar sustento a este nuevo partido, fueron los integrantes de la corriente democratizadora
con Cuauhtémoc Cárdenas como su líder indiscutido y el Partido Mexicano Socialista,
heredero del PCM y del PSUM. Quedaron fuera de esta nueva estructura partidista el
PARM, el PFCNR, el PPS y el PST, que había, formado parte del FDN. Este nuevo partido,
el PRD, pasaría a conformar el nuevo mapa de partidos políticos destacados en la historia
política del país desde 1929, junto al PRI y el PAN.6
La alianza del presidente Salinas de Gortari con el PAN, que devendría en el
reconocimiento de triunfos en varios estados de la (p. 215) República, fue una fuente de
gran inestabilidad política por la resistencia de los grupos tradicionales del PRI a entregar
el poder, primero en Baja California en 1989, luego en Guanajuato en 1991 y Chihuahua en
1992. En general, hay que subrayar el hecho de que el PAN se benefició de la alianza de
gobernabilidad obtenida a raíz de la crisis del sistema en 1988, lo que permitió que su
fuerza, que ya era importante, se manifestara con mayor claridad. Además, el nuevo
proyecto económico del gobierno salinista era mucho más afín a las peticiones
empresariales que de manera tácita había enarbolado el panismo en muchas regiones del
país. En realidad el enemigo antisistémico fue el perredismo a quien se combatió
duramente en este sexenio de gobierno del presidente Salinas de Gortari. Debemos
apuntar el enorme significado histórico que habían desempeñado los partidos de
izquierda en la formación del régimen político mexicano -especialmente el Partido
Comunista Mexicano- quinas pese a todos sus errores y divisiones, siempre fueron fuerzas
encaminadas a la conquista del poder, muy diferente a las motivaciones del PAN
tradicional y de los otros partidos como el PPS y el PARM, que sirvieron para apuntalar el
dominio del PRI como partido hegemónico.
Los cambios políticos que realizó Salinas de Gortari, abarcaron también a las viejas
estructuras corporativas, en sindicatos opositores a su a la nueva línea. Así, el líder del
sindicato de Pemex. Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, fue detenido por el ejército a
principios de enero de 1989 en su domicilio de Ciudad Madero, Tamaulipas y, encarcelado
en un penal de la Ciudad de México. De la misma manera, meses más tarde, se obligaría a

4 Así, por ejemplo, para Norman Bailey, antiguo funcionario del Consejo de Seguridad Nacional y
especialista en asuntos mexicanos, este tratado tendría un valor geopolítico mayor al someter a
México a la política exterior de los Estados Unidos. El Financiero 15 de abril de 1991.
5 En los medios de información se llegó a hablar de la Salinastroika como una especie de liderazgo

comparable al que se llevaba a cabo en la vieja URSS en esos años.


6 Véase de Adriana Borjas Benavente, Partido de la Revolución Democrática: Estructura, organización

interna y desempeño público, 1989-2003, 2t, México, Ediciones Gernika, 2013.

3
Carlos Jongitud Barrios a dejar su liderazgo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE).7 Finalmente, y no menos importante, fue que durante esta presidencia,
17 gobernadores “renunciaron” a sus cargos. Rectificaciones, cambios en el gabinete o
simplemente removidos por decisión del gobierno salinista. El desafío cardenista de julio
de 1988 había sido tan profundo que había que borrar sus huellas en (p. 216) el sistema y
crear nuevas alianzas a nivel nacional e internacional, renovando grupos, clientelas y
liderazgos. Pero especialmente, el gobierno salinista, se caracterizó por un hostigamiento -
que no sólo fue político- contra los miembros del PRD.8
Por otro lado, frente a la pérdida de credibilidad del gobierno como administrador de los
resultados electorales, en 1990 se expidió el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (COFIPE) para crear el Instituto Federal Electoral como una
nueva institución encargada de organizar las elecciones. A partir de estos años el país
viviría un torrente de reformas electorales -prácticamente una por sexenio gubernamental-
que serían el principio de una serie de cambios electorales y políticos a lo largo de más de
veinticinco años, no para establecer la verdadera democracia, sino para mantener el
régimen de Estado bajo una nueva hegemonía, que expresaba los nuevos intereses de
grupos económicos privados nacionales y extranjeros, haciendo concesiones ya sea a la
oposición o para legitimar nuevas instituciones electorales.9
El fin del modelo económico mixto, basado en un régimen político corporativo con fuerte
presencia de los intereses del Estado, y que había sido gobernado por una clase política
surgida de la revolución mexicana, fue sustituido en estos años por un modelo neoliberal,
con gobiernos que respondían cada vez más a los intereses de los grupos privados
nacionales y extranjeros. Éste cambio en el sustrato del poder económico y la hegemonía

7 El corporativismo no fue abolido, sino que se cambiaron piezas que fueron funcionales al
derrotero de la instauración de la nueva hegemonía política. En el sindicato de Pemex fue
entronizado Carlos Romero Deschamps y en el SNTE la maestra Elba Esther Gordillo, cuyos nuevos
liderazgos se adaptarían a las condiciones que imponían los nuevos grupos en el poder político. La
maestra Elba Esther Gordillo, figura relevante desde la presidencia de Salinas por su enorme poder
electoral y político, caería luego de oponerse la reforma educativa del presidente Peña Nieto a
principios de 2013 y encarcelada por diferentes cargos de carácter penal.
8 Antes de la elección del 6 de julio de 1988 fueron asesinados Javier Ovando y Román Gil

miembros destacados del Frente Democrático Nacional. Entre 1988 y 1994, una gran cantidad de
perredistas fueron asesinados durante esta administración, las cifras varían y van desde 300 a más
de 600 según la fuente a consultar.
9 El IFE se haría “ciudadano “en la reforma de 1994, y la reforma más reciente de 2014 pasaría

convertirse en Instituto Nacional Electoral (INE). Sin embargo, después de tantos años de reformas
electorales, el sistema mexicano no ha podido responder a sus problemas históricos y esenciales.
Los fraudes electorales continuaron, y procesos para-electorales como la compra de votos,
sustituyeron al corporativismo electoral del pasado, siendo un lastre para el cambio verdadero del
país. La burocratización partidaria y el financiamiento extraordinario a partidos y procesos
electorales, hicieron del sistema electoral un nuevo mercado de intereses políticos que se ha alejado
de las necesidades reales y apremiantes de la ciudadanía. Como una muestra de lo anterior, se
afirma que el sistema electoral mexicano es 18 veces más oneroso que el promedio de los países en
América Latina, La Jornada 17 de septiembre de 2015.

4
del Estado, ha sido el verdadero motor de la dinámica política en México desde 1982.10 (p.
217)
La década de los años 80 del siglo pasado fue testigo de un cambio importante para el
antiguo sistema de partidos. No sólo desaparecieron los viejos partidos llamados
paraestatales como el PARM, y surgieron nuevas fuerzas, la más importante fue la del PRD
que unificó a las tendencias del viejo nacionalismo con las fuerzas de izquierda
remanentes en el país. Otros partidos de este periodo, relativamente menores, y cuya
principal apuesta era la de sumarse en alianza los partidos fuertes, fueron: Partido Verde
Ecologista de México (1986); Partido del Trabajo (1990); Convergencia por la Democracia
(1999), convertido más tarde en Movimiento Ciudadano, y el Partido Nueva Alianza.
También en el interior del PRI y del PAN se dieron cambios significativos. El primero
como hemos señalado se convirtió en la arena de lucha de nuevos grupos que ascendieron
el poder, en especial el grupo de tecnócratas y financieros, alojados en las estructuras del
nuevo poder económico del Estado y de los políticos tradicionales herederos del viejo
corporativismo. La nueva élite de políticos que pasarían a tomar el control del Estado,
provenían de las esferas económico-financieras del gobierno que habían tomado
importancia precisamente por el crecimiento del sector financiero mexicano como
producto del endeudamiento y la llegada de excedentes petroleros al país. Este nuevo
grupo, cuyo primer presidente fue Miguel de la Madrid y que continuaría con Salinas de
Gortari y Ernesto Zedillo, en realidad vendría a sustituir gradualmente a los viejos
políticos encumbrados por su influencia de las estructuras políticas del Estado y del
propio partido. Esta clase de tecnócratas tienen pocos vínculos con las masas, no proceden
de cargos electivos y son más receptivos a estrategias políticas o económicas utilizadas en
otras culturas. Desde los ochenta aumentaron su nivel de educación con posgrados. Ya en
el gobierno de Zedillo, el 66% de su gabinete tenía posgrado. La profesión de Derecho fue
desbancada por la de Economía y la importancia de las escuelas privadas fue aumentando
desde esa época.11
Por esta enorme contradicción, las bases de apoyo social también se modificaron. El PRI
seguía teniendo fuerza en regiones herederas (p. 218) del viejo corporativismo, en general
zonas atrasadas y rurales, pero también y en el rasgo nuevo, por los sectores beneficiados
por la reconversión financiera y la apertura comercial, promovida por la nueva
tecnocracia. Las privatizaciones empresas del Estado, de la banca que había sido
nacionalizada en 1982, y en general el clima favorable sector privado, creó condiciones
inéditas en la historia moderna del país, al estrechar los vínculos entre el poder político y
económico. El PAN por su parte, vio fortalecer en su interior a los sectores menos radicales
y su acercamiento a las fuentes de poder del salinismo, provocó también la salida de

10 Desde ese año, con el arribo del presidente Miguel de la Madrid se iniciaron cambios en el
modelo económico para poner en acción el realismo económico, que significaba acabar con subsidios
en materia de política social, imponer reducciones salariales, privatizar a las empresas estatales,
liberalizar el comercio y en general retirar al Estado de su función promotora del desarrollo
económico.
11 Al respecto véase Roderic Ai Camp, La Política en México, México, Siglo XXI, 2000, pp. 163-169.

5
grupos tradicionalmente opositores al gobierno y que tenían raíces históricas muy
profundas en ese partido.12 Por otro lado, como hemos mencionado, grupos empresariales,
en especial en regiones norteñas del país, se habían lanzado a la participación política bajo
la bandera de ese partido.13 El PRD, como expresión de las fuerzas nacionalistas herederas
de la tradición constitucionalista y revolucionaria mexicana, y de los grupos de izquierda
principalmente urbanos, tendría su base de apoyo en las antiguas bases cardenistas, así
como en la ciudad de México que se convertiría en su foco de irradiación política más
importantes desde su nacimiento.
El programa económico con enfoque la apertura comercial; la estabilización de precios,
con una estrategia de fortalecimiento del peso frente al dólar; la continuación de la venta
de empresas estatales en una serie de sectores vitales como telecomunicaciones, minería,
acero y otras áreas importantes, le reportaron al gobierno una suma muy importante de
recursos; un clima muy favorable a la inversión extranjera -que en su mayoría arribó al
país como inversión especulativa- las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, que al final del sexenio se firmaría y se pondría en efecto a partir de
enero de 1994; reformas en el artículo 27 de la Constitución para liberar al ejido de su
sentido comunal y cooperativo creando un nuevo mercado de tierras para favorecer (p.
219) el sector empresarial agrícola en detrimento del campesinado tradicional. Por último,
y no menos importante, el gobierno salinista había impulsado el Programa Nacional De
Solidaridad (Pronasol) de apoyo a la regiones pobres y marginadas del país. Este
programa fue muy importante por las enormes sumas de dinero conferidas y porque se
inauguraría un nuevo tipo de corporativismo asistencialista ligado a la maquinaria
electoral para servir al nuevo grupo en el poder. 14 Junto a todo lo anterior, debemos
agregar el apoyo de los medios de información y de Estados Unidos hacia el gobierno
salinista, al que veían como un ejemplo de las políticas económicas que deberían adoptar
otros países en el mundo, y que contribuyeron a generar una burbuja de prosperidad y de
qué el país se modernizaba políticamente.
A principios de enero de 1994 no sólo entró en vigor el TLCAN, sino fue también el
momento en el que surgió la rebelión indígena en el sureste mexicano -el Movimiento
Zapatista de Liberación Nacional-, que vino a desinflar la burbuja política salinista e hizo
retroceder al Estado mexicano al nivel de reconocer sus demandas, y entablar

12 El candidato presidencial del PAN en las elecciones de 1988, Manuel Clouthier falleció en un
accidente automovilístico el 1 de octubre de 1989. No sólo fue un representante del neopanismo en el
estado de Sinaloa, sino un opositor al gobierno de Salinas. Su fallecimiento facilitó la alianza de
gobernabilidad del PAN con el salinismo.
13 Así tanto por la vía del PRI que unió a la nueva tecnocracia con el empresariado nacional y

extranjero o por la vía del PAN al que llegaron imponiéndose directamente, el sector privado fue el
gran beneficiario de esta inicial transformación del sistema de partidos después de 1982.
14 El Pronasol gastó sumas enormes durante este sexenio, calculadas en más de 12,000 millones de

dólares, con el fin de recuperar electoralmente a las zonas que se habían inclinado por la alternativa
cardenista y las elecciones de 1988. Véase al respecto James D. Cockcroft, La esperanza de México,
México, Siglo XXI, 2001, pp. 345-346. En las elecciones de 1991 el PRI recuperó su peso electoral y
eso generó la sensación de qué se volvía a las épocas normales después del tropiezo cardenista.

6
negociaciones y modificar el contexto de las luchas políticas de los grupos indígenas de
México.15 Pocos meses antes, Luis Donaldo Colosio, había sido destapado como candidato
del PRI a la presidencia he iniciado su campaña por todo el país pero esta rebelión
zapatista atrajo el interés de todo el país, y los reflectores sobre el enviado especial del
presidente Salinas en las negociaciones con los zapatistas, Manuel Camacho Solís,
aspirante a la candidatura presidencial. El nuevo entorno de campañas políticas,
especialmente la del PRI sacudida por esta rebelión indígena, más la inestabilidad que
arrastraba el país por la desconfianza y falta de legitimidad del régimen político crearon
las condiciones de una nueva crisis política gigantesca. El candidato presidencial del PRI
Luis Donaldo Colosio fue asesinado después de terminar un mitin en Lomas Taurinas (p.
220) en Tijuana el 23 de marzo de 1994.16 Esta asesinato se inscribe en la nefasta historia de
crímenes en la política mexicana del siglo XX, como los de Emiliano Zapata, Venustiano
Carranza, Francisco Villa y el del presidente electo Álvaro Obregón en 1928, y que dio
origen a la famosa transición política de un régimen político del partido hegemónico, para
evitar precisamente que la sucesiones presidenciales se resolvieron por medio de las
armas. A la muerte de Colosio, el reemplazo de la candidatura presidencial del PRI recayó
en Ernesto Zedillo, entonces jefe de campaña y anterior secretario de educación. El triunfo
del PRI en las elecciones presidenciales de julio de 1994 estuvo en marcado por estos
fenómenos y resumieron la violencia en la que ya el país se había sumido.17
ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 1994

Ernesto Zedillo Ponce de León (PRI) 48.69%


Diego Fernández de Ceballos (PAN) 25.92%
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD) 16.59%
Fuente: IFE.

Pero como la prosperidad económica no tenía va a ser reales, pronto, después de tres años
de crecimiento, entre 1989 y 1991, el PIB empezó a descender y el déficit en cuenta
corriente aumentó hasta cifras muy altas, cercanas a los 30,000 millones de dólares en 1994.

15 En el libro La democracia en México, Pablo González Casanova había señalado que estos grupos
indígenas, junto a otros marginados, eran tratados como objetos políticos, y que llegar a ser
incluidos como sujetos, era una de las grandes tareas del porvenir de la democracia en este país.
16 Mario Aburto Martínez fue, al final de años de investigaciones declarado el asesino solitario.

17 En ese mismo año, y poco después fue asesinado José Francisco Ruíz Massieu. En 1993 otro

asesinato había sacudido al país, el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Por otro lado, los
problemas del narco ya habían ascendido a la superficie y comenzado a desparramarse por todo el
país. De hecho Estados Unidos había establecido el mecanismo de certificación anual. Por otro, lado
se había dado todo un sexenio de denostación de los perredistas y del ingeniero Cárdenas en
particular. El candidato panista de estas elecciones Diego Fernández de Ceballos actuó no como
candidato independiente, sino como aliado en los ataques a Cárdenas, para afianzar el triunfo del
PRI. Además, en estas elecciones 3.3 millones de productores rurales recibieron 100 pesos por
hectárea para votar por el PRI por conducto del programa Procampo y “el PRI gastó sumas
enormes para comprar votos y transportar a sus gentes a las urnas”. Véase al respecto James D.
Cockcroft, op. cit., p. 367.

7
Además con un peso sobrevaluado, la fuga de capitales fue en ascenso. En el pasado una
regla de oro del viejo sistema priista era que el presidente saliente hacia la devaluación
para dejarle un espacio (p. 221) inicial de legitimidad política al presidente entrante, pero
en esta ocasión el gobierno de Salinas de Gortari terminó su sexenio sin hacer la
devaluación y dejar el operacional nuevo presidente. La devaluación de diciembre de 1994
que parecía un mero ajuste cambiario fue el detonante para el estallido de una gran crisis
financiera que le explotó al presidente Zedillo, a los pocos de haber tomado posesión y que
tendría grandes consecuencias económicas. Esta crisis provocaría una otra ruptura política
importante dentro del grupo en el poder y llevaría al gobierno al régimen hacia nuevos
derroteros.

La presidencia de Ernesto Zedillo y el arribo de los presidentes panistas 2000 2006


En el año de 1995 la economía mexicana tuvo una gran caída, cercana a menos 7% del PIB.
La deuda externa se volvió acrecentar y muchas empresas mexicanas endeudadas
tuvieron que quebrar; la mayoría de los bancos que habían sido privatizados, después de
haber sido nacionalizados en 1982, se pusieron a la venta siendo comprados en su gran
mayoría por la banca extranjera. En el terreno político, la crisis entre el expresidente
Salinas de Gortari y el presidente en funciones, Ernesto Zedillo, modificó el panorama
nacional y esto tuvo consecuencias para el futuro del país.18
En las elecciones de 1997, el PRI perdió por primera vez en su historia la mayoría en el
Congreso y en ese mismo año la ciudad de México celebró por primera vez también
elecciones para elegir a su primer jefe de gobierno que ganó Cuauhtémoc Cárdenas. Estas
elecciones y sus resultados fueron muy importantes desde nuestro punto de vista, pues la
caída electoral del PRI a nivel nacional y el triunfo de Cárdenas en la ciudad de México
favorecieron la estrategia (p. 222) de los grupos dominantes en México de buscar un
candidato que pudiera seguir las políticas económicas neoliberales ya en acción en el país
desde 1982. Ese candidato fue Vicente Fox, que le impuso su candidatura el PAN a partir
de 1997. En las elecciones de este año en la ciudad de México, el candidato perdedor fue
Castillo Peraza, quien formaba parte del grupo panista que había entrado en alianza con el
presidente Salinas, junto con Diego Fernández de Cevallos, Luis H. Álvarez y Felipe
Calderón. Vicente Fox, de la generación de los neopanistas, por su parte se había
confrontado con Salinas y una vez electo gobernador de Guanajuato decidió lanzar su
candidatura a la presidencia prácticamente de forma unilateral desde 1997. La derrota de
Castillo Peraza en la ciudad de México, despejó el camino a la presidencia de Vicente Fox

18 Raúl Salinas de Gortari, hermano del presidente fue acusado de ser el autor intelectual del
asesinato de José Francisco Ríos Massieu y de enriquecimiento ilícito. Fue encarcelado en 1995 y
absuelto 10 años después. El expresidente Salinas de Gortari realizó una huelga de hambre en
marzo de 1995 en el estado de nuevo León para protestar por la detención de su hermano. Más
tarde, se exiliaría en el extranjero. Posteriormente, a principios de enero de 1996, el gobierno
detendría al líder del cártel del golfo Juan García Abrego, quien rápidamente puede deportado a
Estados Unidos. Juan García Abrego era considerado el “capo del salinismo”. Véase la revista
Proceso, 20 de enero de 1996.

8
-antiguo gerente de la Coca-Cola- que se presentó como un candidato de la sociedad civil
y a la que el PAN tuvo que adherirse. Por otra parte, la crisis del PRI, caracterizada por el
enfrentamiento entre las principales cúpulas del gobierno zedillista y el anterior gobierno
del presidente Salinas de Gortari, pavimentaron el cambio del arribo de un presidente
proveniente del PAN en el año 2000.19
El PAN había ido conformado desde 1989 un grupo compacto de regiones que servirían de
soporte para la candidatura de Fox, con Baja California, Guanajuato y Chihuahua.
Posteriormente a partir de 1994 triunfaron de nuevo en Baja California, Guanajuato (con
Vicente Fox como gobernador), en Jalisco, Querétaro, Nuevo León y Aguascalientes.
Una larga campaña iniciada prácticamente desde 1997, con el apoyo económico derivado
de un organismo independiente del propio PAN como fue “Los amigos de Fox”; un nuevo
periodo denostación contra Cuauhtémoc Cárdenas que rindió sus frutos; la división del
PRI -con un candidato que no pudo concitar el apoyo unido de su partido, y especialmente
la creación de la idea de que (p. 223) la democracia arribaría al país por medio de un
candidato conservador, favorecieron el triunfo del candidato panista.20 El triunfo de
Vicente Fox en las elecciones de julio de 2000, acabó con la hegemonía presidencial del
partido oficial cuyos candidatos habían triunfado repetidamente desde 1929 y este hecho
parecía ser el umbral de un gran cambio político para el futuro del país.
ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 2000

Vicente Fox Quezada (Alianza para el Cambio: PAN, PVEM) 42.52%


Francisco Labastida Ochoa (PRI) 36.11%
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (Alianza por México: PRD, 16.64%
PT, Convergencia, PAS y PSN)
Fuente: IFE.

Estos cambios electorales que hicieron resurgir la oposición al PRI escala nacional,
aunados se la crisis Zedillo-Salinas de Gortari que fracturó a la nueva coalición en el
poder, más los ataques a la figura de Cuauhtémoc Cárdenas que estuvieron presentes
desde la campaña presidencial de 1988, y que continuaron posteriormente, allanaron el
camino para el triunfo del candidato panista Vicente Fox, al que los medios identificaron
como el candidato de la alternativa. Así, las elecciones de julio del año 2000 vieron por

19 El grupo panista tradicional no sólo había dado su apoyo Salinas de Gortari para hacer posible su
gobierno, a cambio de concesiones regionales, sino que con el gobierno zedillista fue un importante
aliado para que éste pudiera enfrentar la crisis económica y se pudiera continuar con el programa
neoliberal, al apoyar la conversión de toda la deuda externa del país en deuda pública a costa de la
población mexicana. Este hecho ha sido fundamental, entre otros, para explicar el bajo crecimiento
de la economía mexicana desde entonces, al retirar posibles flujos de inversión productiva al pago
permanente de esta deuda. El Fobaproa que ya existía desde 1990 se hizo responsable de esta
conversión en deuda pública de todos los pasivos en el país en 1998.
20 Francisco Labastida fue el candidato del PRI a la presidencia luego de una votación interna la

primera en toda la historia de ese partido.

9
primera vez triunfar a un candidato diferente al del partido oficial luego de más de 70
años -un triunfo que fue aceptado por todos los partidos y candidatos- y eso parecía que
abría una nueva puerta para el progreso político del país.21
Debemos recordar que la nueva tecnocracia surgida principalmente de las esferas
financieras del Estado y el arribo de los empresarios (p. 224) a la arena política
principalmente por conducto del PAN, fueron importantes componentes de la nueva
lucha por el poder político. Así, visto la perspectiva histórica, desde 1988 la alianza
nacionalista-socialista se convertiría en un constante desafío a esta nueva hegemonía,
ahora en manos de un grupo dirigente que había lanzado el proyecto de integración
económica con Estados Unidos por medio del TLCAN y que no estaría dispuesta a
arriesgar el control político que esta nueva realidad deparaba al país. El triunfo del
candidato del PAN fue el resultado de estas nuevas confrontaciones y acomodos de la
clase política y empresarial mexicana. El candidato Fox, mucho más por lo que
representaba que por su capacidad de político profesional, vino a llenar el vacío de
liderazgo que sufrían las corrientes conservadoras del país, comprometidas en seguir
llevando adelante el programa económico de liberalización, en donde se aliaban con la
tecnocracia financiera, ahora depositaria del poder político dentro del PRI. La candidatura
y presidencia de Vicente Fox representaba los grandes grupos económicos empresariales
del país, identificándose plenamente con los valores del conservadurismo reformista en el
interior del país y con la política de Estados Unidos en lo externo. Sin proyecto político
real, la presidencia de Fox, fue caracterizada por el resurgimiento de disputas con el
Congreso, -un problema endémico en el país hasta la centralización del poder en manos
del ejecutivo entre 1929 y 1940- y, sobre todo con el nuevo jefe de gobierno de la ciudad de
México, Andrés Manuel López Obrador, que desde ese mismo año 2000 se había
convertido en el líder indiscutido de la izquierda mexicana, y que con una agenda audaz
para gobernar en la ciudad de México, fue convirtiéndose en el candidato más fuerte para
las elecciones presidenciales de 2006. Esta candidatura representaba un nuevo desafío a
esta hegemonía política conservadora y neoliberal.22
Por esta razón, y porque las encuestas situaban a López Obrador al frente de las
preferencias, el régimen hegemónico se unificó de nueva cuenta para enfrentar este
desafío. El candidato del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, del grupo histórico tradicional
panista surgió ganador en las votaciones internas de ese partido, desatando una campaña

21 Cuando el PRI fue rechazado fue echado de Los Pinos, supo atrincherarse, junto con los
“compañeros de viaje de otros partidos, en el Congreso, en las organizaciones corporativas que eran
la esencia del viejo régimen –CTM, SNTE, STPRM, etc.-, en las estructuras burocráticas de la
administración federal y paraestatal, en los gobiernos de los estados y en los municipios.” Lorenzo
Meyer, “La mexicana, una democracia con adjetivo”, Reforma, 18 de abril de 2002. Por otra, parte
hubo estados de la República en donde el PRI seguiría gobernando. Es importante señalar que entre
1929 y 2015, nueve estados fueron siempre gobernados por este partido, una verdadera retaguardia
de poder, entre ellos: el Estado de México, cuna de uno de sus grupos políticos más importantes.
22 Se intentó desaforar de su puesto a López Obrador -por una nimiedad administrativa- y el

resultado fueron grandes manifestaciones de apoyo y el fortalecimiento de su candidatura a la


presidencia para las elecciones del año 2006.

10
de guerra sucia bajo el lema de que López Obrador (p. 225) era “un peligro para México”.
Su candidatura no sólo contó con el apoyo de los grandes empresarios mexicanos, sino
que dentro de las propias filas del PRI, un grupo destacado de gobernadores facilitaron en
sus localidades las votaciones a su favor. Éstos fueron los de Sonora, Nuevo León,
Tamaulipas e Hidalgo, grupo conocido como Todos Unidos contra Madrazo (Tucom). No
menos importante fue el apoyo del gran Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) a través de su lideresa Elba Esther Gordillo a cambio de continuar con
su liderazgo al frente de los maestros del país y de la obtención de cargos políticos para su
sindicato.23 No obstante todo este apoyo, de nueva cuenta se tuvo que realizar otro fraude.
Esta vez no se cayó el sistema como en 1988, sino que este fue quirúrgico, minúsculo, pero
premeditado. Se realizó un conteo electrónico, -no por cada una de las boletas como exigía
“La Coalición por el Bien de Todos”, con López Obrador al frente- supeditado a la
autoridad electoral del país (IFE). El triunfo final oficial, por un poco más de medio punto
porcentual, atestiguó otra sacudida y una nueva crisis política en el país.24
ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 2006

Felipe Calderón (PAN) 35.89%


Andrés Manuel López Obrador (Coalición por el Bien de 35.31%
Todos: PRD PT, Convergencia)
Roberto Madrazo Pintado (Alianza por México: PRI, PVEM 22.26%
Fuente: IFE.

La llegada al poder de un presidente cuestionado en su origen legal, dio forma a la


búsqueda de una legitimidad fuera del contexto político. Esta se dio en la guerra contra el
narcotráfico en la que el (p. 226) nuevo presidente Calderón embarcó a todo el país,
generando una de las eras de mayor violencia e impunidad, a la que nos referiremos
posteriormente. Los saldos de esta guerra en el número de muertos, desaparecidos y
violaciones a los derechos humanos campearon en todo este sexenio. A ello se debe sumar
el bajo desempeño económico, el peor de la economía mexicana en los últimos 24 años.
Muy poca generación de empleo (aunque uno de los temas fundamentales de su campaña
era que sería “el presidente del empleo”) y crecimiento de la economía informal. Pero lo
más destacable desde el punto de vista social del país, fue el incremento de la población en

23 Para tener una idea cabal de quién era Felipe Calderón, de los compromisos adquiridos y su
comportamiento y personalidad puede consultarse de Julio Scherer García, Calderón de cuerpo entero,
México, Grijalbo, 2012, y de Carlos Arriola, El miedo a gobernar. La verdadera historia del PAN, México,
Océano, 2008, pp. 191-192.
24 Hubo casillas en las que faltaron boletas para presidente y otras en las que sobraban. Véase al

respecto “Las fallas del fallo” de Silvia Gómez Tagle, relativo al análisis de la sentencia final del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre estas elecciones, en la revista Proceso, 17
de septiembre de 2006.

11
condiciones de pobreza, ya que más de 15 millones de mexicanos se sumaron a esta
nefasta categoría.25
Así, el sexenio de Felipe Calderón clausuraría el periodo de los gobiernos panistas iniciado
con Vicente Fox en el año 2000. Hace décadas Daniel Cosío Villegas se hacía la pregunta
de si era posible que México pudiera esperar algo de las derechas y en específico de
Acción Nacional. La respuesta que daba era que una vez que se convirtiera en gobierno se
desplomaría, especialmente por su carencia en la forma de cómo organizaría las
instituciones del país.26 Incluso, dirigentes del PAN hacen responsables a los gobiernos de
Fox y Calderón del desprestigio de este partido, y de la derrota en 2012, señalando que con
Fox se había detenido el proceso de transición y no se había podido consolidar la
democracia, y que Calderón “en lugar de retomar la bandera de la democracia y
consolidarla, se montó en el vehículo de la regresión”. Además, el propio Calderón fue
caracterizado como un hombre “autoritario, prepotente, incongruente políticamente
hablando, fue el que descarriló al PAN de su tradición democrática”.27 (p. 227)
ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 2012

Enrique Peña Nieto (Compromiso por México: PRI PVEM) 38.21%


Andrés Manuel López Obrador (Movimiento Progresista: 31.59%
PRD, PT, MC)
Josefina Vázquez Mota (PAN) 25.41%
Fuente: IFE.

El retorno del PRI a la presidencia en 2012


Somos parte de una generación que ha sido testigo de toda una serie de luchas políticas en
México, especialmente desde mediados de la década de los sesenta del siglo pasado hasta
el 2012. Estas luchas estaban, y siguen estado dirigidas a terminar con el régimen
autoritario surgido de la posrevolución y hacia el establecimiento de un verdadero sistema
democrático que rigen la vida política del país. Había una gran ilusión y esperanza de que
se podía cambiar todo este sistema y de que pudiéramos establecer una verdadera
democracia. Sin embargo, después de décadas de gran desgaste de energía social y
política, el país está lejos de haber constituido un régimen democrático. Y es que un
régimen democrático real cambia la naturaleza en el que se disputan el poder las clases o
élites dominantes y las clases subalternas; pero lo que hemos visto en este tiempo ha sido
la continuación del viejo dominio de la clase burocrática gobernante, bajo distintas
modalidades, a la que se han unido de manera directa los grupos empresariales
hegemónicos.

25 Véase José Luis de la Cruz Gallegos, “2006 2012: El sexenio de la pobreza en México”, El
Universal, 5 de agosto de 2013.
26 Daniel Cosío Villegas, “La crisis de México” (1946), fragmento de este ensayo en el suplemento

“Enfoque” de Reforma, 19 de julio de 2009.


27 Declaraciones de Manuel Espino en La Jornada, 4 de enero de 2016.

12
Queremos sostener la hipótesis central de que lo que ha determinado las sucesivas crisis
políticas en México, desde 1988, está vinculado con la acción de las élites políticas y
económicas para resistir y evitar, por todos los medios, la posibilidad de que una nueva
coalición de fuerzas populares alcance el poder nacional. En todos estos años se han
suscitado una gran cantidad de movilización de regionales y de carácter nacional que
buscan distintas reivindicaciones, siendo las principales aquellas enmarcadas en el campo
electoral, especialmente en las elecciones de carácter presidencial, donde se han
manifestado con mayor claridad las políticas y estrategias de estas élites para contener el
ascenso de las nuevas colecciones con proyectos (p. 228) políticos económicos alternativos
al neoliberalismo. El regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia
en 2012 es un episodio más de esta larga confrontación histórica.28
En México ha sucedido lo que se puede llamar el ciclo de los fraudes electorales. Estos
fraudes han sido de una gran relevancia, no sólo por su significado político inmediato,
sino por los cambios que generaron en las alianzas, las disputas y el entramado político-
electoral en el país. Elecciones libres y sinceras, como decía Maurice Duverger, no han sido
posibles en México. Después de qué se formó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) en
1929, uno de los grandes retos será terminar el predominio de los caudillos y transferir el
poder político al nuevo partido, pero los ensayos de democratización a través del ejercicio
del voto dentro de esta nueva formación política fracasaron, lo que llevó a que la nueva
distribución del poder pasará a constituirse cuando el partido se estructuró por sectores en
1938, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas. Fue una solución exitosa, pues
campesinos, trabajadores y otros grupos serían controlados por poderosas organizaciones
burocráticas unidas el partido, y así se terminaba con la necesidad de tener elecciones para
dilucidar quiénes serían sus representantes políticos. El presidente saliente designaba al
candidato oficial, como regla sagrada del sistema, para evitar divisiones y conflictos
desastrosos.
Se estableció una democracia formal que, fundamentalmente operaba para elegir al
presidente del país cada seis años, con un sistema de partidos que sancionaba en la
formalidad esta democracia y que servía para encumbrar al candidato del partido del
Estado, que después de 1946 sería el PRI. Sin embargo, se dieron elecciones fuertes, con
candidatos salidos de las filas revolucionarias y, en términos de la época consistieron en
una “oposición transitoria”, con partidos que desaparecieron después de celebrada las
elecciones. Son de mencionarse los casos de las elecciones de 1940, con el candidato
Almazán que disputó el poder al general Ávila Camacho que según las memorias de
Gonzalo N. Santos triunfó gracias al robo de urnas (p. 229) e incluso el asesinato de
seguidores de Almazán. Otra elección de este corte fue la de 1952, en la cual el candidato

28En 1988 utilizaron la “caída del sistema”. En el 2000 se valieron de la alternancia de la alternativa
panista del ranchero simpático y valiente. En el 2006, de la campaña sucia, de la alianza del SNTE
para favorecer a Calderón con los votos de los profesores y del apoyo de un sector del propio PRI, y
de las trampas de votos en urnas seleccionadas. En el 2012 usaron la modalidad de una campaña
televisiva anticipada y abusiva de un gobernador atractivo, más la compra de votos de población
marginada y pobre con tarjetas Soriana y Monex.

13
oficial tuvo como contrincante al general Henríquez Guzmán, otro exponente salido de las
filas de la clase revolucionaria.
Las elecciones complicadas para el PRI-sistema de esta época fueron aquellas sobre las que
se perdió el control directo (1929, 1940, 1946 y 1952), es decir las que provenían de
coaliciones partidarias formadas ex profeso para las elecciones y que tenían a candidatos
que podríamos llamar “independientes”, pero salidos de la propia clase política
dominante, otro rasgo a destacar. La gente salía votar por lo que consideraba “opciones
reales de cambio” y por candidatos no oficiales. Otro rasgo de este sistema que queremos
destacar consiste en el hecho de que el Partido Comunista fue considerado ilegal, y por lo
tanto no podía participar en las elecciones del país. Dentro del PRI-sistema, los partidos
políticos en realidad no aspiraban a conquistar el poder, pero los comunistas con todo y
sus divisiones, fracturas y poco peso político en el país, tenían como meta la toma del
poder y eso los convertía en unos disidentes diferentes y peligrosos para la hegemonía
priista.

La transición en el PRI
Como hemos señalado previamente, las elecciones de 1988 y “la caída del sistema” son
muy importantes pues, según nuestra opinión, se constituyen en una matriz de lo que
vendría suceder en el país hasta la etapa contemporánea. En estas elecciones, una nueva
escisión del PRI daría como resultado la formación de una nueva coalición de fuerzas
aglutinadas a favor de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas bajo la bandera del Frente
Democrático Nacional. En realidad del sistema priista se “cayó” desde que empezó la
campaña formal del ingeniero Cárdenas, que obtuvo un apoyo popular formidable en
contra del candidato oficial Carlos Salinas de Gortari, que ya representaba a la nueva
facción financiera tecnócrata y neoliberal que se había encumbrado dentro del Estado
mexicano, especialmente como resultado del crecimiento de la explosión financiera que
había vivido el país desde 1970 y que con la crisis de 1982 había pasado a comandar la
nueva trayectoria y diseño económico del país. Otro hecho importante fue que sólo a un
(p. 230) mes antes de la elección, Heberto Castillo, el candidato del Partido Mexicano
Socialista, retiró su candidatura y se unió a la coalición de Cuauhtémoc Cárdenas. Fue un
golpe muy duro para el sistema electoral mexicano, pues ya no había posibilidades para
maniobrar, y esto último condujo inexorablemente a la caída del sistema de conteo por
una semana y a la alteración de la votación a favor de Salinas de Gortari, lo que generaría
una crisis política de grandes consecuencias para el futuro del país.
Fueron muchas las consecuencias que este fraude electoral causó en todo el espectro
político, y sólo nos vamos a concentrar en las más importantes desde nuestro punto de
vista. Una de ellas fue lo que se llamó la política de concertacesión entre el nuevo presidente
Salinas y la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) consistente en el reconocimiento
de los triunfos electorales en regiones panistas a cambio del reconocimiento del PAN a
Salinas como presidente legítimo del país. Pero los panistas de 1988-1989 eran ya muy
diferentes de los panistas fundadores y tradicionales políticos que había militado años

14
antes en ese partido. En este periodo llegaron a este partido los neopanistas, empresarios,
principalmente, en regiones que por diversos motivos se habían lanzado la lucha política
contra la unidad del PRI. Muchos de los gobernadores que asumieron el poder por parte
del PAN eran representantes de este nuevo grupo empresarial-regional. Vicente Fox que
sería el primer presidente del país del PAN en el año 2000, provendría precisamente de
este grupo.29 Entonces históricamente se puede afirmar que hay una línea que conduce del
fraude del año de 1988 al triunfo panista del 2000.
Otra consecuencia importante de este fraude era que el presidente Salinas requería -para
sostenerse en el poder con ciertos grados de fortaleza, en medio de esta conmoción y
agrietamiento del sistema político- restaurar la vieja alianza de las burocracias sindicales
del PRI con el nuevo presidente surgió de las filas del grupo que había diseñado la
reforma económica neoliberal del Estado mexicano (fin de subsidios, adelgazamiento y
privatizaciones de las empresas, estatales etcétera), lo que había provocado fisuras (p. 231)
importantes entre estos grupos. Un caso muy destacado fue culpa de la dirigencia sindical
de Petróleos Mexicanos (Pemex) y su renovación por un nuevo liderazgo adicto al
presidente Salinas. De igual manera, la renovación en el poderoso Sindicato de
Trabajadores de la Educación (SNTE) con el arribo de Elba Esther Gordillo, también
impuesta por el presidente Salinas. Por supuesto, las alianzas de este tipo se dieron
también el terreno político para abrazar de nueva cuenta a los líderes históricos del
priismo, como Carlos Hank González, gestor del llamado grupo Atlacomulco del estado
de México o Francisco Gutiérrez Barrios, por décadas el hombre de la inteligencia política
del Estado mexicano. Como se puede ver, otra línea histórica, herencia de estas
convulsiones y reacomodos entre los grupos del viejo y nuevo poder político nos trae al
año 2012, con la candidatura y regreso del PRI a la presidencia por medio de Enrique Peña
Nieto, que había sido precisamente gobernador en el Estado de México.
Otro resultado, no menos importante, sería la alineación económica y política de México
con Estados Unidos, que llevaría a la firma del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), y con ello una nueva dependencia económica y política del país y el
aseguramiento de las políticas de neoliberales en México y América Latina. El
reconocimiento del triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas hubiera significado el primer triunfo
político en toda América latina en contra de esas políticas neoliberales, anticipando lo que
vendría después en Brasil, bajo la presidencia de Luis Inácio Lula da Silva, y otros países
del cono sur, y por ello, el TLCAN vino a ser un factor muy importante para Estados
Unidos, al garantizar la imposición y continuidad de los grupos neoliberales en México.
Los medios de comunicación fueron centrales para crear una legítima de Salinas. En el
pasado, durante la época dorada del PRI-sistema, los medios impresos y televisivos tenía
un aspecto pasivo en el sentido de que sólo apuntalaban la figura presidencial bajo reglas
muy claras de sujeción y acomodamiento al poder autoritario del régimen político

29 El asesinato del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, en 1994 y luego la crisis política entre
Salinas de Gortari y el nuevo presidente Zedillo, derivada de la crisis económica de diciembre de
1994, fueron elementos centrales en la división de los grupos priistas que abonaron el terreno para
el ascenso de un candidato del PAN como Vicente Fox y su triunfo en las elecciones del año 2000.

15
mexicano. A partir de la elección de 1988, se volvieron medios muy activos, pues primero
se dedicaron a denostar e ignorar la campaña de Cárdenas y después del fraude
encumbrar a Salinas para buscar endilgar su presencia en las masas mexicanas. Aquí
vemos otro hilo histórico de la mayor importancia en el devenir del fracaso de la política
mexicana: al convertirse los medios no en instrumentos de los procesos de
democratización como debería (p. 232) esperarse, sino como fuerzas políticas activas para
favorecer determinados intereses y perder cualquier signo de autonomía, independencia y
neutralidad. En estas trifulcas políticas, los medios de comunicación, en especial, algunos
de ellos como Televisa, pasaron a una constituirse en factores esenciales a campañas
parciales e insidiosas con tres candidatos opositores, y luego sostener a gobiernos
impuestos por medio de fraudes electorales. Lo que hemos visto en las campañas de las
últimas elecciones y sobre todo en los procesos posfraudes, incluyendo el del año 2006,
salvo honrosas excepciones de periodistas y ciertos medios de largo compromiso, ha sido
un invariable comportamiento funesto de los medios de comunicación en México. El
premio toda esta actuación de los medios, fue la entrega anticipada de la campaña
presidencial al gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, para convertirlo,
primero en candidato indiscutible dentro del PRI y luego en candidato triunfador en la
selección en la elección del 2012.30 Obviamente, hay intercambio de favores; el papel
monopólico de los medios de comunicación se ha acrecentado, y así las compañías
televisoras del país son protagonistas directas en la forja del poder político, y como casi
todo lo que producen es de mala calidad, han contribuido poderosamente al deterioro del
espacio democrático, que como sabemos, es el lugar en las democracias modernas en
donde se gesta la deliberación entre la clase política y la ciudadanía. Por eso, les asiste la
mayor razón a los estudiantes del movimiento #YoSoy132, cuando levantaron su voz para
hacer una crítica medular el papel de los medios en la democratización en el del país, y en
su enorme contribución del pobre desempeño de la política nacional.31 (p. 233)
Los movimientos sociales y la participación ciudadana que ellos han representado han
sido amplios, diversos y muy ricos en sus propuestas a lo largo de todas estas décadas.
Han sido un ingrediente importante para movilizar el país y evitar mayores trastornos del
autoritarismo que bajo nuevas formas se da en el país. Después de movimientos
emblemáticos como el de los estudiantes de 1968, o el de la sociedad civil frente al desastre
del terremoto en la ciudad de México en 1985, los movimientos de la sociedad civil no se

30 Como hemos señalado, en esta campaña, la televisión fue un instrumento decisivo, para
implantar la imagen de un candidato vencedor antes de las elecciones. Además, se gastaron
enormes sumas de dinero para la entrega de tarjeta Soriana y Monex (el PVEM por su parte repartió
tarjetas Premia Platino). Según Andrés Manuel López Obrador, así se compraron 5 millones de
votos, La Jornada, 27 de noviembre de 2015.
31 El movimiento #YoSoy132 surgió como protesta estudiantil contra la campaña del candidato

Enrique Peña Nieto del PRI. A raíz de la visita de éste a la Universidad Iberoamericana el 11 de
mayo de 2012, su recibimiento y en general el clima crítico de la reunión fue manipulado por parte
de los medios de información y comunicación del país como, Televisa, Milenio y otros. La respuesta
de los estudiantes, fue la generación de este movimiento para reclamar fundamentalmente la
democratización de los medios.

16
han detenido, incluyendo a muchas regiones de todo el país: la Marcha de la Dignidad de
1991 del doctor Salvador Nava para la defensa de la democracia en San Luis Potosí; el
Éxodo por la Democracia en ese mismo año en Tabasco, y en general las protestas que se
generaron como consecuencia de los fraudes electorales, a escala nacional o regional. En
los periodos recientes, las protestas, los movimientos y en general la formación de
organizaciones de la sociedad civil mexicana, incluyen a las que se derivan de las
violaciones a los derechos humanos, las desapariciones, y en general las que se generan
por el brutal clima de violencia que existe en el país, como el Movimiento por la Paz con
Justicia y Dignidad encabezado por Javier Sicilia en 2011, y el de los padres de los 43
normalistas desaparecidos en Iguala en 2014. El politólogo Samuel Huntington afirmaba
en su obra celebre El orden político en las sociedades en cambio que para saber si estábamos en
realidad ante una democracia debíamos saber si el régimen político estimulaba la
participación política y si ésta se traducía en respuestas institucionales para procesar
satisfactoriamente las demandas. En este último punto, es donde se da el fracaso de la
política mexicana, pues todos los movimientos, casi sin excepción, han sido mediatizados
o incluso como los Acuerdos de San Andrés, que una vez aceptados por el gobierno en
turno fueron desechados minando la palabra de honor del Estado mexicano. Nos parece
que sigue vigente la vieja divisa del antiguo sistema, de qué es negativo para la clase
gobernante aceptar los reclamos populares y como consecuencia de las instituciones
centrales de la democracia, como la participación ciudadana, la transparencia, la solución
de los conflictos con apego al derecho, quedando sólo como retórica que sirve a la
demagogia gubernamental como argumento de que México vive ya en la democracia.
Habría dos hipótesis que subyacen en todas estas resistencias y distorsiones de la política
mexicana. Una que ya hemos mencionado, es impedir que movimientos políticos y
coaliciones con orientación (p. 234) popular y de izquierda lleguen a tomar el control del
Estado. Éste ha sido una invariable del régimen desde el pasado, y ha estado presente
nuevamente desde 1988. Otra hipótesis, es que las élites en México realmente no tienen un
deseo genuino de hacer que una verdadera democracia impere en el país. Por eso no hay
transparencia en el ejercicio del poder, ni imperio de la ley, la impunidad y la corrupción
son ahora brutales en el país, y como consecuencia hay un cinismo impresionante de la
clase gobernante. Así, estas dos conductas al final se refuerzan una a la otra, e impiden el
verdadero cambio político.
Por consiguiente, el sistema político mexicano está infectado de todos estos virus malignos
que pululan desde hace años dañando al cuerpo de la nación. Los partidos políticos, por
ejemplo, son un desastre y no se diga su clase en política dirigente, es difícil encontrar un
líder genuino ético y democrático.32 Tenemos un tremendo déficit de vida democrática en

32El PRD, que era el partido que se suponía podría romper esta nueva hegemonía, sufrió
prácticamente todo el tiempo de divisiones rupturas. La decisión del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación de otorgar el triunfo a Jesús Ortega, líder del llamado grupo de los
“Chuchos”, proclive a las alianzas con el gobierno, para ocupar la presidencia del partido en 2008,
definió el rumbo de atracción de este partido hacia la órbita de la nueva hegemonía, sellada en su
participación en el Pacto por México, firmado a fines de 2012. Finalmente, Cuauhtémoc Cárdenas

17
los partidos y así es difícil llevar a cabo una transición de la democracia, pues no hay
materia prima de recursos humanos.33 Además como producto del fraude del 2006, Felipe
Calderón impuso la guerra contra el narcotráfico, para embarcarse en una vía violenta de
aceptación de legitimidad y gobernabilidad autoritaria. Ya sabemos cuál ha sido el balance
del sexenio calderonista; una montaña interminable de muertos y violaciones a los
derechos humanos. El narcotráfico tiene fuertes lazos con instituciones del Estado
mexicano. La colusión entre el crimen organizado y la clase política es otro fenómeno que
se esparce a lo largo de gobiernos locales y el federal. Son innumerables ya los casos en los
que representantes (p. 235) políticos desde presidentes municipales, gobernadores y
miembros de los congresos, son mencionados como aliados o incluso como representantes
directos de diversos cárteles o grupos criminales. Éstos financian campañas políticas y su
penetración dentro del sistema económico y financiero del país es enorme, y quizás sea
una de las causas que explican que le economía mexicana pueda fluir, a pesar de tener un
crecimiento muy pobre de su PIB en las últimas décadas. Todo lo anterior, se debe añadir
ahora a los males que impiden que México pueda tener una verdadera democracia. 34
Lo que hemos llamado “transición” en realidad ha significado el paso de una forma de
ejercicio del poder de una burocracia política emanada de la conformación del régimen
político de 1929 que se sustentaba en hegemonía de un partido único, a la conformación de
un nuevo grupo de intereses en el que se fusionan viejos sectores del antiguo régimen,
incluyendo a los panistas que eran la “oposición leal”, con el arribo y la consolidación de
grupos empresariales nativos ligados a la explotación de industrias tradicionales y
monopólicas. Desde la crisis del antiguo sistema en la década de los ochenta del siglo
pasado, hemos visto su transformación en un nuevo entramado de intereses en el que se
han incorporado directamente los grupos empresariales monopolistas y tradicionales, y el
predominio antiguo de un partido único; se ha fracturado en una diversidad de fuerzas
políticas que se han sumado para obtener beneficios directos. Esta nueva élite
“extractiva”,35 no tiene interés genuino en hacer que en México impera una verdadera

en 2014, y antes Andrés Manuel López Obrador, dos de sus figuras emblemáticas abandonado el
PRD. Éste último, crearía en 2012 el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como una
nueva formación política.
33 Los nuevos partidos surgidos después de 1988, como el Partido Verde Ecologista (PVEM) o el

Partido Nueva Alianza (Panal) son una muestra de la vida partidaria en México. Buscan entrar al
mercado del financiamiento público; convertirse en mediadores de la gestión de influencias y servir
principalmente a los intereses de grupos particulares. Son por otro lado, piezas que vienen a
completar el engranaje de la nueva hegemonía.
34 En el libro de Anabel Hernández, Los señores del narco, (México, Grijalbo, 2010) se hacen

señalamientos de los vínculos del narcotráfico con la clase política en todos los niveles. Es posible
deducir a partir de toda la información que suministra este libro, que México es ya, en consecuencia
un narco-Estado. Un claro ejemplo de lo anterior lo suministran las capturas (1993, 2014 y 2016) y
fugas (2001 y 2015) del “Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.
35 Daron Acemoglu y James A. Robinson, Why Nations Fail. The Origins o Power Prosperity, and

Poverty, Nueva York, Crown Publishers, 2012 (hay edición en español). En este libro, la élite
extractiva mexicana es tratada como un paradigma de una clase que controla el poder, restringe los
derechos políticos de sus ciudadanos y usa las instituciones económicas en su beneficio. Todo lo

18
democracia, ni interés en crear instituciones inclusivas en materia de economía, para
mejorar el entorno de competencia económica. En el terreno del desarrollo, México ha
tenido un crecimiento muy pobre con baja creación de empleos y esta elite, en lugar de
buscar estrategias (p. 236) endógenas de crecimiento; centra su objetivo central en la
inversión extranjera y la apertura comercial para convertir a México en plataforma
exportadora de grandes trasnacionales con poca capacidad de arrastre para las pequeñas y
medianas empresas manufactureras mexicanas.
Como conclusión podemos decir que el regreso del PRI a la presidencia en México no es el
regreso lo antiguo sistema -éste ya dejó de existir., pero si la continuación de la
dominación de intereses políticos y económicos que se resisten a aceptar la transformación
democrática del país y la búsqueda de nuevas alternativas para la solución de los grandes
problemas nacionales. Esta situación, lejos de resolverse con el regreso del PRI al control
del poder político nacional, será motivo de nuevas crisis y luchas en el país, pues las
injusticias sociales y políticas van a continuar generando nuevas movilizaciones en todo el
país. Además, el escalamiento de la violencia producto del crimen organizado y de sus
vínculos con esta clase política y empresarial, será otro ingrediente de inestabilidad e
gobernabilidad creciente en el país.

Régimen de violencia e impunidad


Con datos muy recientes, investigadores de la Universidad de las Américas, ubicada en
Puebla, destacaron que México, medido con otros 59 países, ocupa el penúltimo lugar
entre las naciones con los más elevados índices de impunidad. Al presentar el estudio, El
índice de impunidad global, que analiza información de 193 estados miembros de la
Organización de Naciones Unidas que generan información estadística, se indicó que
“sólo 59 naciones fueron motivo del estudio por contar con información estadística
suficiente y actualizada en materia de seguridad justicia y derechos humanos”, según Juan
Antonio Le Clercq, coordinador del Centro de Estudios sobre Impunidad. Por su parte,
Andrea Abrogi Domínguez, presidenta del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de
Puebla, quien también participó en la investigación, presentó los resultados para México
en materia de impunidad, y resaltó que México tiene cuatro jueces por cada 100,000
habitantes, cuando el promedio internacional es de17. “Estamos lejos de un escenario
ideal”, expresó. Los países con menos con una impunidad tienen 45 jueces por cada
100,000 habitantes. Hizo notar que en el caso de desapariciones forzadas (p. 237) “México
tiene una calificación de cero por el alarmante número de desapariciones forzadas de
personas”.36
En el año 2013, 93.8% de los crímenes cometidos en el país, los culpables no fueron
castigados o en muchos casos ni siquiera se realizaron investigaciones. En otros casos,
estos no fueron reportados a las autoridades por temor a la conducta de las propias

anterior explica no sólo la falta de verdadera democracia, sino el mantenimiento de la pobreza en


México.
36 La Jornada, 22 de julio de 2015.

19
autoridades y desconfianza de que en muchos crímenes las autoridades están coludidas
con las bandas y ejecutores de tales actos. Según una encuesta realizada por Americas
Barómeter México figura entre los países que tienen el nivel más alto en toda la región con
relación a la percepción de impunidad y desconfianza de la aplicación de la ley por las
autoridades.
Violencia e impunidad casi son parte del mismo proceso. En sociedades donde no se
castiga a delincuentes sean del tipo que sean, la comisión de delitos, conductas ilegales y
todo tipo de violaciones prosperan como hongos en suelo húmedo.37 La diferencia es que
bajo la hegemonía del partido único, entre 1946 y 1982, de un sistema altamente
autoritario, el Estado tenía el control político y social a escala nacional y toda conducta
delictiva, sea cual fuese su naturaleza, era vista como contraria al dominio férreo de este
sistema. Las represiones políticas, asesinatos, corrupción y otras conductas delictivas no
fueron castigadas y en muchos casos ni siquiera se realizaron investigaciones por el
Estado, ya que en la mayoría de los casos éste era su agente principal. La hegemonía
política absoluta se imponía como fundamento para cualquier acto ilegal proveniente del
propio Estado.38
Los sistemas autoritarios -y el mexicano de aquellos años lo era en grado superlativo-
colocan a los agentes y funcionarios del gobierno con una amplia libertad (impunidad)
para ejecutar cualquier (p. 238) tipo de conducta, la que se presenta como razón de
Estado.39 Por lo tanto, asumimos que en el caso de México, han sido los procesos políticos
que desembocaron en el régimen autoritario posrevolucionario, posterior a 1940 así como
la fallida transición a la democracia en la que el país se ha visto envuelto desde 1997 (año
en el que el PRI perdió el control del congreso) los que han determinado los altos grados
de violencia y la impunidad que se dan en México en los dos en las dos últimas décadas.
Por lo tanto, no se trata de un fenómeno de violencia social ni de bandas criminales
autónomas que salieron de la nada, sino la evolución y consecuencia de la descomposición
de todo un sistema, sin su reemplazo democrático en el que la legalidad, y por tanto el
castigo a delincuentes de todo tipo fuera el elemento central del régimen.
El corporativismo que el régimen del partido del partido único ejerció como parte de su
sustento político es una pieza clave para entender el tránsito de dominio y monopolio de
la violencia del Estado hacia su desbordamiento en las décadas recientes, cuando ese
corporativismo se trasmutó hacia otras formas de apoyo político. El corporativismo del

37 Hice mi carrera de derecho en la UNAM y nunca olvidaré que en la clase de derecho penal, el
profesor Fernando Castellanos Tena había lanzado la sentencia de que: “delito que no se castiga se
repite”. Y eso es lo que ha pasado en México desde hace muchos años.
38 Los medios de información estaban controlados por el Estado y así el espacio de la comunicación

frecuentemente omitía, distorsionaba, confundía o mentía sobre los hechos, motivo de estos actos
delictivos en los que había participación directa del Estado o funcionarios a su servicio. Esto ha
sido, y sigue siendo con honrosas excepciones de comunicadores valientes independientes, una de
las reglas básicas del manual de la impunidad de nuestro país.
39 El régimen político mexicano había emanado de la revolución de 1910-1917 y este origen servía el

fundamento principal de su legitimidad.

20
sistema de partido hegemónico, implicaba el control de grandes corporaciones obreras,
agrarias y del llamado sector popular. Desde la gestión cardenista y en especial desde la
transformación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) a Partido de la Revolución
Mexicana (PRM) en 1938 y posteriormente en Partido Revolucionario Institucional (PRI)
en 1946 el dominio político en México se estructuró a partir de la integración de grandes
sindicatos obreros y campesinos. Durante estos años se fue construyendo una gran
pirámide política y social en la que la dirigencia en la cúspide tenía el control de todas las
zonas adheridas a dicha pirámide a nivel nacional, y que todos los espacios políticos
locales reproducción fielmente. En esta época, la comisión de delitos comunes como robos,
crímenes y otros actos delictivos, eran extraños y se vivía en un tipo de sociedad
controlada, que aseguraba el dominio y el monopolio del poder y la violencia al Estado. En
México era así uno de los países más seguros en América Latina y en el mundo.
Sin embargo, las conductas delictivas de aquellos tiempos estaban dirigidas
principalmente hacia los disidentes de este sistema. El Partido Comunista había sido
colocado como el enemigo principal (p. 239) desde el régimen de Miguel Alemán en 1946.
Así sus miembros y partidarios fueron foco, durante este tiempo, de apresamientos,
detenciones arbitrarias y encarcelamientos injustificados.40 De igual manera, miembros de
otras organizaciones opositoras fueron perseguidos y en muchos casos asesinados o
desaparecidos, como en el caso del asesinato del líder Rubén Jaramillo en Morelos en 1962,
cometidos por militares y policías locales. Por supuesto que no había el concepto de
derechos humanos, y la legitimidad “revolucionaria” del partido de Estado era el
elemento jurídico que se hacía valer frente a los enemigos del sistema. El delito de
disolución social (artículo 145 y 145 bis del código penal vigente es entre 1941 y 1970)
como arma legal, más el uso del ejército de cuerpos paramilitares sirvieron para mantener
el dominio y estabilidad de este sistema. Las represiones del movimiento magisterial en
1958 (Movimiento Revolucionario del Magisterio) y de los ferrocarrileros en 1959 fueron
sólo un antecedente de la gran represión estudiantil de 1968.
Por eso, y con justificada razón Carlos Montemayor había señalado que en México la
violencia de Estado había sido la característica fundamental de este régimen.41 El ejército y
todo el aparato policíaco, más que servir en lo general a la seguridad nacional y de la
ciudadanía, fueron aparatos al servicio de un régimen de partido único que buscaba
perpetuarse por todas las vías posibles. Por estas razones históricas, lo que ha pasado en
México después de los años ochenta, tiene como antecedentes toda la historia del pasado
en el que el propio Estado generaba y administraba la violencia como parte de la propia
lógica del poder autoritario.

40 Debemos recordar que la famosa Dirección Federal de Seguridad (DFS) de la Secretaría de


Gobernación fue creada en 1947 y sus funciones, además de realizar espionaje político, consistían en
sofocar a los grupos opositores al régimen y ubicar y detener a sus principales líderes. Para la
década de los años setenta la (DFS) inició actividades “contra” el narcotráfico.
41 Carlos Montemayor, La Violencia de Estado en México. Antes y después de 1968, México, Debate,

2010.

21
Un régimen político basado en el control de las organizaciones sindicales y agrarias fue la
base de la llamara estabilidad del régimen priista. Pero no sólo el Estado reprimía lo que
en el exterior atentaba contra este dominio del partido hegemónico, como a los comunistas
y disidentes abiertos, sino que dentro de las propias organizaciones sindicales y agrarias se
impusieron dominios verticales de liderazgo amparados en su relación de subordinación
del régimen. (p. 240) Además de que hay una historia de represiones, asesinatos y
corrupciones generalizadas dentro de estos sindicatos y organizaciones obreras y
campesinas.42

El Estado sin derecho


Un Estado, basado en normas legales ha sido una de las características para decidir si un
régimen político ha pasado la prueba final para ser catalogado como democrático. Es
decir, si existen leyes claras, tribunales idóneos, jueces autónomos, absoluta imparcialidad
en los procesos judiciales y sobre todo, si los derechos de los ciudadanos frente al Estado
son respetados minuciosamente. El carácter legal de un Estado es una base esencial en la
que debe de descansar su legitimidad.
Siguiendo a O´Donell, podemos afirmar que: “el Estado derecho debería concebirse no
sólo como una característica genérica del sistema legal y de la actuación de los tribunales,
sino que debe considerarse la norma basada en la legalidad de un Estado democrático.
Esto supone que existe un sistema legal que es, en esencia, democrático en tres sentidos.
Uno, defiende las libertades políticas y las garantías de la democracia política. Dos,
defiende los derechos civiles de todo el conjunto de la población. Y tres, establece redes de
responsabilidad y accountability que comportan que todos los agentes, privados y públicos,
incluyendo los cargos más altos del régimen, estén sujetos a controles apropiados y
legalmente establecidos sobre la legalidad de sus actos.43
El derecho o la base legal de un régimen político en realidad, son muchos derechos o
ramas en las que se desperdiga esta funcionalidad, como el derecho penal, civil, etc. Lo
que en México siempre ha (p. 241) estado cuestionado y hoy en día sigue siendo una meta
incumplida es fundamentalmente el derecho público, es decir, todo el andamiaje
institucional y regulatorio de la operación de todos los órganos del Estado en donde se
suceden una serie de violaciones graves, constantes y repetidas a las normas legales que
esos mismos órganos deberían cumplir, y no lo hacen y cuando se cometen excesos,

42Véase por ejemplo el libro de Francisco Cruz Jiménez, Los amos de la mafia sindical (México, Temas
de Hoy, 2013) donde se narra en las luchas por el poder dentro de los grandes sindicatos
mexicanos, como el de Petróleos, Educación, Electricistas y otras organizaciones, y que condujeron
a crímenes y represiones en los que la corrupción y manejo arbitrario de los fondos económicos
fueron (y siguen) siendo la nota común. El Estado permitía este comportamiento, y en todos los
casos apoyaba los liderazgos que se sometían de la lógica del poder priista.
43 Guillermo O´Donell, La irrenunciabilidad del Estado de Derecho, ponencia presentada en el

Seminario Internacional “La Reinvención de la Política y la Ciudadanía” (en Línea) Barcelona,


España, 22 y 23 de enero de 2001. Disponible en: <www.enj.org> (fecha de consulta)

22
abusos y conductas criminales, la ley sin existente para sancionar y castigar, o en el peor
de los casos para simular que existe un Estado de derecho. No sólo para el caso de asuntos
administrativos de corrupción pública -ahora un mal endémico en nuestro país- sino y
más grave cuando la actuación del poder público comete crímenes contra la población,
como en diversos casos recientes de Tlataya, Ayotzinapa y muchos otros.44 Así el Estado se
convierte en el principal gestor de la delincuencia y la espiral de violencia, tal como se ha
vivido en México en las últimas décadas. Analizando el tema de violencia sistémicas de
enorme profundidad, Aaron Beck ha señalado que en países asolados por grandes
violencias, uno debe remitirse indefectiblemente a las élites dirigentes, que en la mayoría
de los casos son los culpables de generar estos episodios de violencias masivas. 45
El Estado debe ser una parte de todo el sistema legal y someterse él mismo a las
regulaciones y sanciones previstas en las normas jurídicas. En la teoría política, el origen
de la separación de poderes tenía como una de sus razones fundamentales la premisa de
que ningún poder público, el congreso o el ejecutivo pudiera tener todo el poder. La idea
de contrapeso entre poderes era una regla fundamental como ancla de la democracia. El
poder judicial, venía entonces a constituir el poder de procesar y castigar no sólo en el
espacio del derecho civil si no el de los poderes públicos. Así, la misma idea de democracia
era consustancial a la idea de la legalidad como una misma cosa. ¿Por qué en México no ha
sido posible la instauración de un verdadero Estado de derecho? La respuesta principal
este interrogante reside en el hecho de que las élites dominantes en este país, siguen
actuando dentro del marco weberiano de patrimonialismo, (p. 242) es decir, como una
extensión de su poder sin sujeción a las reglas de la democracia y del derecho.46

El ejército como sujeto dentro de la violencia instrumental


El régimen de partido único fue una herencia de la revolución mexicana de 1910 a 1917 y
fue el resultado un arreglo surgido en 1929, luego del asesinato del presidente electo
Álvaro Obregón en 1928, cuando las facciones revolucionarias residuales bajo el mando
del así llamado jefe máximo general Plutarco Elías Calles decidieron crear el Partido
Nacional Revolucionario (PNR), acabar con las luchas de caudillos y dar paso a una era en
la que prevalecieran las instituciones políticas. El arreglo fundamental detrás de la

44 En Tlatlaya, Estado de México, fueron ejecutados extrajudicialmente por militares 22 personas el


30 de junio de 2014. Posteriormente el 26 de septiembre de ese año fueron desaparecidos 43
estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero.
45 Aaron Beck, Prisioneros del odio. Las bases de la ira, la hostilidad y la violencia, México, Paidós, 2003,

pp. 23 y 24.
46 El manual de la impunidad por supuesto incluye la idea de que se hace todo por cumplir la ley.

Se crean fiscalías especiales para investigar sucesos trágicos o asesinatos, y el gobierno declara en
todos los casos “que no le temblará la mano para castigar a los culpables sean quien sean”. Se crean
nuevas instituciones ad hoc o las que están en funcionamiento se ponen en la acción y se crea un
ambiente inicial de que se cumplirá la ley. Todo es una gran simulación, y se deja pasar el tiempo
para que el olvido sé la respuesta final. La ley en México para la élite dominante es el crimen
perfecto.

23
creación del PNR era el determinar el problema central de la posrevolución, que consistía
en que las luchas y principales divisiones se llevaban a cabo con motivo de la sucesión
presidencial. Como se sabe, en México desde ese año hasta posiblemente la elección de
1988, el candidato presidencial era una decisión el presidente saliente.
Sin embargo, hasta la última rebelión del general Cedillo en 1938,47 pero principalmente en
las rebeliones del año de 1923 y 1929, con motivos de la sucesión presidencial, el ejército
mexicano se había dividido, y había sido utilizado por diversas facciones en su interior
para intentar tomar el poder por las armas. Todas estas rebeliones fracasaron, y el núcleo
de una nueva clase dirigente se hizo del control del poder político que se extendió por
muchas décadas siguientes. El resultado de todo lo anterior fue que el ejército quedó como
la garantía central de la estabilidad política frente a los enemigos de la revolución
mexicana. Así existe un hilo explicativo (p. 243) de la presencia y actividades del ejército
en lo que se puede llamar la violencia instrumental del Estado mexicano contra todo lo
que fuera considerado extraño a la funcionalidad de este sistema de partido único.
Pensamos que el ejército ha transitado entonces como sujeto de la violencia instrumental
contra comunistas, movimientos sindicales, estudiantiles y guerrilleros de la vieja etapa, a
la de seguir garantizando la estabilidad de este sistema, aún con la llamada alternancia
política desde 2000, y su uso extendido en la guerra contra los cárteles de la droga
mexicanos. El problema principal en el pasado y en el presente es que el ejército actuaba y
actúa en un marco de absoluta impunidad, con violaciones graves para comunidades y
personas. Tenía y sigue teniendo el permiso para aniquilar al enemigo sin
condicionamientos de ninguna especie. No es responsable ante ningún cuerpo legal, y se
supone sólo obedece órdenes del presidente de la república.48
Aaron Beck clasifica a las violencias de acuerdo con su naturaleza, y la violencia
instrumental es aquella que se impone para consolidad regímenes políticos. La violencia
es, de este modo, instrumental, pues es un trabajo que hay que realizar por motivos
políticos o ideológicos. Esta violencia es particularmente peligrosa porque suele estar
basada en la doctrina, el fin justifica los medios. Las burocracias policíacas y del ejército son
los responsables de ejecutar estas políticas, y se desenvuelven con amplia libertad, usando,
por lo tanto, de una gran impunidad. En México prácticamente nadie ha sido juzgado y
encarcelado a raíz de masacres convertirlas en el pasado, como en el año 1968 relativa al 2
de octubre estudiantil, el jueves de Corpus en 1971, Aguas Blancas en el estado de

47 La rebelión de 1938 fue después de la expropiación del petróleo cardenista y fue impulsada por
las empresas petroleras extranjeras, dolidas por este hecho y como un intento para revertirla. Véase
al respecto Jorge Alberto Lozoya, El ejército mexicano, México, El colegio de México, Jornadas 65, pp.
64-65.
48 La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) había recibido hasta el año 2013, 8150

quejas de abusos del ejército y 116 de casos de serias violaciones a los derechos humanos. También
investigaba la desaparición de 2443 personas en las que se encontraba evidencia del
involucramiento de agentes del gobierno. El periódico de The New York Times, en su edición del 26
de mayo de 2016, en un análisis elaborado sobre el ejército mexicano ha señalado la práctica
recurrente de ejecuciones sumarias y la tasa alta de letalidad, destacando que las fuerzas armadas
mexicanas son excepcionalmente asesinos eficientes.

24
Guerrero en 1995, Acteal en Chiapas en 1997, y así, hasta el año 2014 en el que
desaparecieron 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, en el estado de
Guerrero, lo cual ha conmocionado a la sociedad mexicana, después de décadas de abusos
y atropellos cometidos por las llamadas “fuerzas del orden”. (p. 244)
El ejército se usaba discrecionalmente cuando ya no había una opción política; como en el
caso de las represiones magisteriales y de los ferrocarrileros en 1958 a 1959, pero aumentó
su participación con los movimientos estudiantiles y las primeras guerrillas en la década
de los años sesenta. El Instituto Politécnico Nacional fue ocupado militarmente en 1956, así
como la Universidad Nacional Autónoma de México en 1968, previo a la masacre
estudiantil de ese año.49 Igualmente el uso de bandas paramilitares, fue una estrategia para
esconder esta participación directa, y como nueva táctica en la lucha contra los enemigos
del régimen. El batallón Olimpia que participó en los hechos del 68; los Halcones en la
represión de 1971; los Zetas que se iniciaron como un cuerpo de élite militar para abatir a
los zapatistas en Chiapas, y que luego fueron cooptados por el Cartel del Golfo,
representan casos conspicuos de los cuerpos paramilitares gestados directamente por el
gobierno mexicano en el pasado.

Neoliberalismo, desestructuración social y violencia


Las políticas neoliberales, tales como la “flexibilización laboral”, los reducciones a
subsidios y gasto social en general, las privatizaciones de la mayoría de las empresas
estatales -herencia del modelo económico anterior- con la reforma que permite la
explotación privada del petróleo, que es el mayor recurso nacional, alcanzan el mayor
grado posible.50 Además, el desmembramiento de las tierras comunales, que se ha aplicado
en México consistentemente desde 1982 hasta la fecha, ha provocado la destrucción del
tejido social del país, y ha generado condiciones perfectas para la consolidación de las
actividades criminales, promovidas principalmente por los cárteles de la droga que ya
existían en forma embrionaria desde décadas anteriores y en conjunción con gobiernos y
policías corruptos explican el cocktail de violencia creciente que ha vivido el país en los
últimos años. (p. 245)
La llamada guerra contra las drogas iniciada por el presidente Felipe Calderón, ha resultado
en la muerte de más de 60,000 personas y 26,000 desaparecidos, entre 2006 y 2012.51 Esta

49 Jorge Alberto Losoya, op. cit. p. 125.


50 Privatizar la explotación del petróleo y modificar la Constitución para limitar y atenuar el
dominio de la nación en lo relativo a los recursos naturales, herencia de luchas profundas de pueblo
mexicano, se hizo posible mediante el Pacto Por México, entre los principales partidos de esta
nueva hegemonía (PRI PAN y PRD) a sólo unos días de la toma de posesión del nuevo presidente
Enrique Peña Nieto.
51 Cómo hemos mencionado, el presidente Felipe Calderón llegó a la presidencia luego de un fraude

electoral en julio del 2006 y la estrategia de la “guerra contra las drogas” fue concebida como un
instrumento de legitimación, con enormes costos para todo el país. El ciclo reciente de fraudes
electorales en el país, como el de 1988 y el de 2006 (en el pasado de hegemonía priísta se dieron

25
estrategia, continuada por el nuevo presidente Enrique Peña Nieto, ha conducido al país
dentro de un túnel de violencia, que no sólo ha arrastrado a los carteles de la droga a una
confrontación entre ellos por la defensa de territorios y mercados, sino a la muerte de
civiles inocentes, periodistas y defensores de derechos humanos.52 En 2013 la racha de
crímenes continuó en el país, ya que fueron asesinados cerca de 23,000 personas. Es decir,
que la lucha contra que la lucha contra los cárteles de la droga, ha sido un gigantesco
teatro para diseminar la violencia y el miedo en todo el país, como una estrategia de
control y dominio del Estado sobre la población.

Porque el neoliberalismo ha incrementado de la violencia en México


Cómo ya hemos insinuado, hay varias razones que explican cómo la aplicación de estas
políticas afectaron la cohesión económica y social del país, y han preparado el terreno para
que la violencia en el país se acrecentará de manera exponencial.
 El campo mexicano ha vivido una especie de desastre económico y social. Las
primeras políticas neoliberales, quitaron subsidios y programas asistenciales, y
luego se instrumentaron cambios constitucionales para liberar a las tierras
comunales, dentro de un mercado en el que los campesinos tradicionales fueron los
perdedores. Más tarde, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) ha hecho que no puedan competir los cultivos tradicionales con los
productos agrícolas (p. 246) subsidiados provenientes de Estados Unidos. Todo lo
anterior, provocó una salida masiva de inmigrantes Estados Unidos, y así parte del
territorio quedó desolado y desamparado facilitando el ingreso de bandas
criminales. Por último, y no menos importante, ha sido el aumento del cultivo de
drogas en estados como Guerrero, Michoacán, Sinaloa y otros, como paliativo y
respuesta a la crisis campesina. Hay que subrayar el hecho de que el comercio de
drogas en México-Estados Unidos está calculado en cerca de 30,000 millones de
dólares anuales.
 Ciudades como Reynosa, Tijuana y ciudad Juárez situadas en la frontera con
Estados Unidos, con grados de violencia rampante, se han distinguido por ser
territorios de empresas maquiladoras que han sido incapaces de promover
procesos de industrialización endógenos y han continuado siendo una especie de
espacios geográficos residuales fronterizos. Ante la ausencia de una
industrialización que provocara la mejora sustancial de sus economías locales y sus
lazos sociales, la violencia se ha convertido en un elemento estructural. Debemos
recordar que el 90% de las drogas pasan por varias de estas ciudades y eso explica
su importancia estratégica para el crimen organizado y los gobiernos locales en
todas sus jerarquías que participan en dichas actividades.

otros entre 1940 y 1952) deben verse como parte indisoluble del rompimiento del Estado legal y
generadores de la violencia impunidad en el país.
52 En el caso de los profesionales de la información escrita se ha afirmado que 103 periodistas han

sido asesinados en México entre el año 2000 y 2015. Información de La Jornada 2 de agosto de 2015.

26
 Con un crecimiento bajo de la economía en todos estos años de neoliberalismo, con
crisis financieras en 1982 y 1994, que han afectado principalmente a las clases
medias y bajas del país, el dinero del comercio de las drogas y las actividades
asociadas como secuestros y extorsiones ha venido a ser una especie de nuevo
mercado para la obtención de recursos.
 Sostengo la hipótesis siguiente: con la privatización de centenares de empresas
públicas en la década de 1980, que era un fuente directa de ingresos de toda una
gama extensa de funcionarios gubernamentales y empresas mexicanas
proveedoras, los cárteles de la droga que ya existían bajo el cobijo, vigilancia y
algunos casos como creación directa de funcionarios públicos, se convirtieron en
una especie de nuevas empresas paraestatales, es decir, en negocios amparados por
el propio gobierno53. La decisión del gobierno de Estados Unidos (p. 247) de cerrar
el tráfico de drogas directo de Colombia a Estados Unidos, a mediados de la
década de 1990, concomitante con el TLCAN., hizo que dicho comercio se
trasladara a territorio mexicano. Con esta decisión los carteles mexicanos recibían
un regalo, al ser los principales promotores del comercio de drogas a Estados
Unidos. La pregunta que hay que hacerse entonces es el verdadero objetivo que
perseguía el gobierno de Estados Unidos con esta decisión.
 La in-transición política de la democracia ha sido otro factor central en la creciente
ola de criminalidad en el país. El Estado autoritario, basado en hegemonía priista
se ha ido, pero en su lugar vagan sus fantasmas. Se pensaba que el tránsito de las
instituciones democráticas era un proceso automático, y lo que hemos vivido en
estos años es una simulación. Existen en la ley situaciones y procedimientos
democráticos, pero en la realidad hay un enorme vacío de legitimidad que es una
fórmula para alimentar el crimen y la constante violación a las normas legales. La
historia de fraudes electorales y corrupción política en todos los niveles exhibe en
México el grado de descomposición de sus clases dirigentes.54
Como podemos ver, luego de exponer tuvo una serie de razonamientos por el contexto de
la violencia y la impunidad en México, éstos no son sólo producto de la malignidad de

53 Toda la literatura escrita sobre los cárteles de la droga en México, ha señalado reiteradamente la
conjunción de funcionarios y agentes gubernamentales, así como militares con dichos carteles. La
revista Proceso asimismo ha indicado consistentemente este hecho. Por ello, la “guerra contra las
drogas” resultó tan contradictoria y falaz. Entre otros libros, pueden consultarse el de Anabel
Hernández, ya citado anteriormente, Los señores del narco y de Ricardo Ravelo, El narco en México.
Historia e historia de una guerra, México, Grijalvo, 2011.
54 En un país en donde el propio presidente se acusado de corrupción, sin que pase nada dice

mucho del nivel de democracia y estado legal en el que se vive. La periodista Carmen Aristegui, en
el año 2015, hizo pública la posesión de una casa del presidente Peña Nieto con un valor de 7
millones de dólares obtenida por medio del grupo consultor Higa, que ha estado ligado con el
presidente desde que éste era gobernador del Estado de México. El único resultado tangible de este
caso fue que la periodista Aristegui fue despedida de su programa de radio, en otro caso
lamentable de censura e impunidad.

27
grupos criminales y de autoridades pusilánimes. Son el resultado de una serie de procesos
políticos que hacen que se han ido imbricando a lo largo de todos estos años. Sólo con la
reconstrucción del tejido social, el arribo de una coalición de fuerzas políticas
representativas de los reclamos de la (p. 248) sociedad civil y la promoción de un nuevo
camino del desarrollo económico atendiendo las necesidades más apremiantes de las
clases bajas, es, como pensamos, que México podría salir de esta vorágine de violencia
impunidad y generar un nuevo régimen político.55 (p. 249)

55 El desencanto con la “democracia” mexicana tiene uno de los niveles más altos en todo el
continente latinoamericano. Según mediciones recientes de Latínbarómetro (2015), México es el país
latinoamericano con menor satisfacción en su democracia. Este desencanto y repudio a los partidos
políticos está llevando a la formación de las llamadas candidaturas independientes, siendo el caso
más sonado el del nuevo gobernador de Nuevo León, un ex priista, Jaime Rodríguez Calderón, “El
Bronco”, que se lanzó por la gubernatura de forma independiente y triunfo en las elecciones del
2015. El peligro real de esta nueva modalidad es que las candidaturas independientes se conviertan
en nuevos medios de cooptación y mediatización del hartazgo de la sociedad civil.

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