El sistema mundial contemporáneo vive cambios profundos marcados por el
desplazamiento de sus centros económicos más dinámicos, desde Europa y los Estados Unidos de América hacia Asia. El sistema mundial contemporáneo vive cambios profundos marcados por el desplazamiento de sus centros económicos más dinámicos, desde Europa y los Estados Unidos de América (EUA) hacia Asia. Estos cambios representan no sólo nuevas tendencias de la lógica de acumulación de la economía mundial, sino también profundas restructuraciones geopolíticas y territoriales. Esto cambios fundamentales en la dinámica de la economía mundial se expresan también claramente en la reconfiguración del sistema financiero internacional, impactado por las fuertes reservas del Banco Asiático, que inicia operaciones con un capital de 200 mil millones de dólares y del Banco de Desarrollo de los BRICS, con un capital inicial de 100 mil millones de dólares y un capital similar para inversiones directas. La conquista Española de América La conquista de América fue el proceso colonialista de la exploración, conquista y asentamiento en el denominado Nuevo Mundo realizado por España y Portugal en el siglo XVI, y en la que participaron otras potencias europeas como Gran Bretaña o Francia posteriormente, después de que Cristóbal Colón descubriera América en 1492.1 Este proceso colonial dio lugar a regímenes virreinales y coloniales muy poderosos, que resultaron en la asimilación cultural de la mayor parte de poblaciones indígenas, y su sumisión ante las potencias conquistadoras.23 Las riquezas de América permitieron que toda Europa creciera, no solo España y Portugal. Este proceso dio lugar a la importación de nuevos productos agrícolas en Europa como el tomate, el maíz, la papa o el cacao, productos que tuvieron un gran impacto también en la economía y en los hábitos europeos de otros continentes. Igualmente, la llegada de las variedades agrícolas y diversidades ganaderas de Eurafrasia produjo un cambio en el paisaje productivo y alimentario del continente americano. La introducción de minerales americanos impulsó enormemente la economía europea pero al mismo tiempo creó situaciones de alta inflación. En los siglos posteriores, el oro y la plata desempeñaron una función importante en el nacimiento del capitalismo, principalmente en los Países Bajos, Gran Bretaña y Francia. Este fue un proceso casi permanente, ya que algunas sociedades indígenas opusieron una resistencia constante mientras que otras nunca fueron asimiladas completamente. España fue la que empezó la colonización e incluso la que logró conquistar la mayor parte de América, debido a que fue el país que obtuvo el patrocinio del viaje de descubrimiento por medio de los Reyes Católicos. Mediante una bula del papa Alejandro VI, se declaró legítima la posesión española de todas las tierras encontradas más allá de trescientas leguas al oeste de las islas Azores.4 Más tarde, una ligera modificación repartió el continente americano entre las potencias de España y Portugal, lo cual quedaría ratificado en el Tratado de Tordesillas. Sin embargo, otras potencias europeas se sumaron a la conquista y colonización en América posteriormente, a menudo compitiendo entre ellas y con los imperios ya existentes. Entre ellas se encuentran Francia, Gran Bretaña, los Países Bajos e incluso Rusia y Dinamarca. LA DIVERSA CULTURAS AMERICANAS Y SU DESARROLLO América, el Nuevo Mundo, constituye un heterogéneo conglomerado en el que se mezclan paisajes, pueblos y gentes. Joven y vieja a la vez, es un grandioso escenario en el que han aparecido múltiples culturas y lenguas, muchas de ellas de considerable antigüedad y de significación universal. América es un continente extendido de norte a sur. Gracias a las diferencias de altitud, se hallan representados todos los climas de la Tierra y todos los paisajes. Las Montañas Rocosas, la Sierra Madre y los Andes, es decir, los sistemas montañosos más importantes, se encuentran en la vertiente del Pacífico. Ello deja extensas llanuras en la vertiente atlántica, donde discurren ríos tan caudalosos como el Mississippi o San Lorenzo, en Norteamérica, y el Orinoco, Amazonas o Paraná-Rió de la Plata, en América del Sur. Ya desde los primeros momentos del contacto con los europeos, la cuestión de los orígenes humanos o culturales de América ha sido objeto de discusiones En Mesoamérica, las áreas de civilización más extraordinarias son tres: la civilización teotihuacana, en el centro de México; la zapoteca, en el Valle de Oaxaca, y la maya, en el sur de México y Guatemala. El clasicismo andino tuvo su desarrollo en varias altas civilizaciones de la región, como son la Mochica y Nazca, en la costa peruana, y Tiahuanaco, en la región del lago Titicaca. El último periodo prehispánico, el Postclásico, abarca en realidad los últimos quinientos años de la historia precolombina. Representa, tras una crisis política y ecológica en torno al año 1000, el renacimiento de formas artísticas pasadas y el establecimiento de pautas políticas nuevas, en las cuales el militarismo y la clase social de los comerciantes representan un peso considerable. En Mesoamérica, las civilizaciones tolteca y maya-tolteca conducirán al desarrollo político de los aztecas. En el área andina, las culturas Wari, Chimú o Ica culminarán en el grandioso imperio Inca. Mayas, incas y aztecas construirán los mayores desarrollos culturales de la América prehispánica. La cultura maya alcanza su esplendor en el periodo Clásico, aunque durante el Postclásico logrará también un altísimo nivel.