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Xioly Yustiz
Publicado por
Industrias Gráficas Papyros 1455 CA
Barquisimeto, Edo. Lara. Venezuela
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Tabla de Contenidos
Introducción
Capítulo 1
¿CÓMO EXPERIMENTAR
EL GOZO DEL ESPÍRITU SANTO?
Capítulo 2
EL GOZO QUE EL MUNDO
OFRECE ES PASAJERO
Capítulo 3
DIOS DA LA VERDADERA FELICIDAD
Introducción
Cuando hablamos acerca de gozo y felicidad, ¿qué cosas vienen a tu mente? Tal vez pienses en
Navidad o en tu cumpleaños, cuando recibes regalos. Cuando yo era pequeña, lo que me hacía feliz era
estar con mi familia en Navidad esperando la llegada del “Niño Jesús”. Luego, cuando estaba en la
secundaria, me hacía feliz ir a un Resort en Puerto La Cruz, Venezuela, donde había mucha comida,
playa y piscina. Era mi mes anhelado todo el año. Luego, cuando comencé a trabajar, era feliz cuando
podía hacer bien mi trabajo y lograr cumplir con todas las tareas, compartir con mi familia y mi novio
salir a comer y ver películas. Pero hoy día mi felicidad se basa en mi familia, especialmente en mi
pequeño bebé travieso de 1 año que me llena de alegría cada día verlo sano y feliz me llena de gozo.
Para comenzar a hablar del gozo que debería invadir la vida de cada cristiano, comencemos por
describir qué es el gozo:
“Gozo es un término que procede del vocablo latino “gaud ĭ um” y que hace referencia a la
alegría del ánimo o al sentimiento de complacencia al poseer o recordar algo apetecible. Gozar,
por lo tanto, está asociado a disfrutar y a toda acción que genere felicidad al sujeto. Por ejemplo:
“Yo gozo cuando veo sonreír a mi hijo”, “No existe un gozo más grande en mi vida que sentarme
en el sillón junto a mi esposa para disfrutar de una buena película mientras bebemos vino”.
En base a ello podemos decir que en algún momento de sus vidas cada persona se ha sentido gozosa,
pero cuando vemos que es un fruto del Espíritu es algo que debe ser constante.
El gozo del Señor es lo que necesitamos para todas las circunstancias que enfrentemos. Aun cuando
estamos tan atareados, reemplacemos los ¿por qué?, para mantener la calma y el sentido del humor. En
las crisis se manifiesta nuestro carácter y se pierde el gozo si lo permitimos.
Creo que la mayoría de las personas asociamos gozo con felicidad, eso que todos buscamos día tras
día, con la esperanza de encontrarla, sin importar nada. Tal vez la búsqueda de la felicidad ha llegado a
un pico en términos de la mayor cantidad de personas que de forma diligente la están buscando. Sin
embargo, quienes andan en busca de la felicidad no están solos en esto, porque esta búsqueda es un
impulso innato en la naturaleza misma de cada persona. No importa de qué raza somos, cuándo
vivimos, si estamos bien educados o ignorantes, calificados, calificados a media o nada calificados del
todo, hombre o mujer, alto o bajo, sano o enfermo, de clase rica, media o pobre. Todo el mundo quiere
ser feliz y lo busca en diferentes formas e intensidades.
En fin, cuando comenzamos a transitar por el camino de Dios nos damos cuenta que la vida no es
siempre felicidad o gozo, porque a pesar que estamos en los caminos de Dios, todo el mundo no es
sincero, por lo que ellos muchas veces son los que nos lastiman quitándonos el gozo, pero la palabra de
Dios dice dos cosas que quiero que tengas siempre presente.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
¿CÓMO EXPERIMENTAR
OFRECE ES PASAJERO
Como joven sé que hay miles de cosas que llaman la atención de los
adolescentes y jóvenes hoy día, cosas que aunque parezcan que están bien si
lo miramos ante los ojos de Dios, no lo están.
Me dediqué a preguntar a varios jóvenes ¿qué es para ellos lo que les da
felicidad y gozo? Muchos me contestaron que salir desde los jueves en la
noche hasta el sábado a rumbear y beber, que compartir esas cosas los llena
de placer y alegría, otros tener todo el dinero para así poder tener todo lo que
desean, hablaban de tener autos, mujeres despampanantes, viajes, sexo
demás... Lo que me llamó la atención es que ni aun las chicas están pensando
en casarse o ser madres, todas las respuestas estaban basadas en cosas banales
que satisfacen los deseos de la carne. Claro que ninguna de estas personas
eran cristianas, pero ¿por qué nadie mete a Cristo en sus vidas, ¿ni siquiera el
amor? Es triste pero la felicidad y el gozo que el enemigo les presenta a las
personas están basados en lo material y en la vanidad.
El mundo me ofrece una felicidad condicionada, materialista y superficial
ejemplo: si tengo la nevera llena, si tengo dinero en el banco, si todo va bien,
si soy hermosa (solo hay que ver la tv) mientras seas y tengas te va a ir mejor,
por eso solo Dios te ofrece paz y gozo a pesar de las circunstancias, aunque
tengas solo 100 bolívares en la bolsa o cartera, es una paz que el mundo no la
entiende.
Recuerdo que cuando pequeña solía escuchar un casete que se llamaba “La
Ovejita” en el habían varias canciones, una de ellas era la de un pavo que
seducía a la oveja que se había extraviado del camino, éste les mostraba
muchas más criaturas que se veían súper felices con todas sus riquezas, pero
cuando él buen pastor rescata a la oveja, esta logra ver que en realidad estas
criaturas están encadenadas, todo era una simple fantasía para que ella, al
igual que los demás, se dejara guiar por él para tener esa felicidad.
Esta felicidad sólo la puede dar Dios. No hay que confundirse. Lo que
pasa, tal vez, es que dentro de nosotros tenemos una mezcla de grandes
sueños y sentimientos encontrados. Deseamos tener ese pan que quita el
hambre para siempre, pero se nos antojan otros que parecen más sabrosos,
pero que se quedan eso, en apariencia. Y para descubrir cuál es el mejor, hay
que trabajar, como dice Jesús. Para empezar tal vez tengamos que hacer, al
menos, lo que hicieron aquellos que notaron la ausencia de Cristo: Subirse a
las barcas y cruzar a la otra orilla, en busca del Mesías recién encontrado. Es
así que nosotros tenemos que decir si nos subimos a las barcas y cruzamos a
la otra orilla, o si nos quedamos de este lado. Nos afincamos en ese mundo
llamado “no-cielo”, o si vamos en busca del otro llamado “Dios”.
Muchas veces me he preguntado qué es el mundo, y me he visto invadido
por él, me he dejado llevar e influenciar dejándome engañar pensando que
tenía la razón, que me podía sacar de mis sufrimientos, problemas y me he
refugiado en él. Pero he visto que el mundo es algo engañoso, que
aparentemente tiene todo y lo da todo, cuando en realidad lo único que hace
es dejar más sufrimiento y muerte en uno. Puedo decir que un cristiano puede
vivir en el mundo sin ser del mundo, estar en el mundo pero no ser parte de
él.
La verdad es que el dinero ni las cosas materiales, ni la hermosura, te da la
felicidad que todos anhelamos, para ello les doy el ejemplo de un hombre del
que siempre comento porque me lástima ver como se hunde porque es
cercano a mi familia, es hombre es una persona adinerada, tiene múltiples
casas, carros, animales y mujeres, a pesar de estar casado. Pero veo como
cada día está amargado o intentando amargar a otros, a pesar de que tiene lo
que todos desean, no se le ve con felicidad. También me pongo a pensar:
¿Por qué las estadísticas muestran que las personas más ricas del mundo se
suicidan? Es que contrario a las creencias del mundo, ni lo material y lo banal
te da la verdadera felicidad.
Al morir nada de estas cosas te llevarás, entonces de qué vale gastar tu
vida persiguiendo una felicidad momentánea, mientras que andar en los
caminos de Dios te dará una vida sin igual.
Capítulo 3
DIOS DA LA VERDADERA
FELICIDAD
¿Te has imaginado una vida en donde la felicidad sea duradera? Donde sea
parte de nuestro día a día, donde con esfuerzo y mucha constancia podamos
lograr nuestras metas, sin culpar a nadie más de nuestros errores, ni
culpabilizarnos nosotros mismos, sino encargarnos de corregirlos, de ser
felices y hacer felices a los demás cada día. No es tarea fácil. Por eso y para
eso estamos en esta vida. Para vivirla, experimentar, pasar por la vida y que
no sea ella la que pase por nosotros.
Estoy segura de que Dios nos envió a esta tierra para algo en particular y
todos tenemos una misión que cumplir.
Encuentra tu propósito el día de hoy, no seas uno más del montón que
sigue a las masas sin dirección ni sentido. La vida es más sabrosa cuando le
encuentras propósito.
Si cada uno de los seres humanos encontramos ese sentido a la vida,
seremos felices y podremos trabajar en hermandad para lograr un cambio
interno, lo que se traducirá en una mejor nación y un mejor planeta, como
todos queremos, sin violencia, sin dolor, sin sufrimiento, solo con amor.
El amor del que estamos hechos por ser de Dios.
Sí, somos de Dios, él nos hizo a su imagen y semejanza, lo que quiere
decir que todos y cada uno de nosotros somos uno con él, aunque muchas
veces no lo hayamos encontrado en nuestro interior y hayamos renegado de
él; aunque en algún momento hayamos vivido de acuerdo a creencias erradas
inculcadas en nuestra crianza, como “Dios no existe”; aunque hayamos
tenido momentos de tristeza o decepción en los que hayamos pensamos que
Dios no nos escucha, nada de eso importa, porque desde el momento que le
aceptas como tu salvador, todo ello queda atrás y comienzas a vivir una vida
que agrada a Dios y te llena a ti de un gozo sin igual.
Para los que no creen en Cristo, la felicidad depende de las buenas
circunstancias. La sonrisa puede variar según están las cosas o como se lleva
con su suegra o su cuñada, si tiene problemas en el trabajo o en el hogar. Pero
si esa persona está pasando por una situación difícil, probablemente sienta
que la felicidad está muy lejana. Sin embargo, según la Biblia, el secreto de la
felicidad no depende de lo que me ocurre en la vida sino de una decisión, que
por demás acertada, produce felicidad.
Esa decisión es aceptar a Jesús en el corazón. Es vivir con Él nuestra vida;
es entender que no dependemos de lo que la vida nos depare sino que
tenemos el gozo de Cristo en nuestro corazón, pase lo que pase. Por supuesto
que vamos a tener luchas y batallas porque son parte de este mundo, pero
siempre debemos tener en cuenta que eso es momentáneo.
Cuando amamos a Dios, las tristezas son momentáneas. El gozo se origina,
cuando fluye de nuestro espíritu a nuestra alma (mente, voluntad y
emociones) y a nuestro cuerpo (nuestro ser físico).
Tendrá efectos definitivos, en cada una de estas áreas. Si nos fijamos más
en lo que el gozo nos produce, podremos ver por qué Dios nos exhorta a
regocijarnos. Recuerden, ser gozoso es un acto de fe y de obediencia.
Producirá resultados que bendecirán a Dios y a nosotros, ayudándonos a
través de los retos que nos presente la vida.