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Lectura 1 - Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas
Lectura 1 - Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas
Comenzamos a transitar el último módulo de la materia. En esta primera lectura vamos a recorrer una de las experiencias más
relevantes de consenso para la acción colectiva a escala global que se haya logrado en la historia: el Acuerdo de Objetivos para el
Desarrollo Sostenible (ODS) aprobado por la Asamblea de Naciones Unidas en el año 2015.
En esta línea, comenzaremos por algunos antecedentes del camino que llevaron a ese gran logro de los ODS para luego concentrarnos
en la descripción y análisis de estos como el marco global de acción del que disponemos actualmente para el progreso sostenible de la
humanidad. Y, finalmente, nos enfocaremos en la cuestión del seguimiento del cumplimiento de los objetivos en los países miembros
del Acuerdo, así como las proyecciones de estos para los próximos años.
Referencias
LECCIÓN 1 de 4
Para llegar a la presentación, evaluación y aprobación de la Asamblea General de Naciones Unidas integrada por
190 países en el año 2015, los ODS tuvieron un largo y consistente recorrido previo, que es válido repasar a efectos
de revalorizar la capacidad de la humanidad para encarar acciones globales concertadas, aun con la existencia de
criterios e intereses contrapuestos entre distintos países.
Con el cambio de siglo, en el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó los Objetivos del Milenio
(ODM), un compendio de 8 objetivos con pretensión de reflejar globalmente una hoja de ruta para el progreso en
todos los países. Si bien se considera un gran avance de la concertación multilateral entre países tan distintos y con
variaciones en sus niveles de desarrollo, los ODM nacieron con una limitación de raíz. La gran debilidad del
programa fue la escasa deliberación, concertación y movilización de países para generar una fuerte legitimidad de
dichos objetivos y, consecuentemente, garantizar la adopción por parte de cada país, lo que siempre es una
potestad de cada uno de ellos.
Los 8 objetivos que compusieron este Acuerdo del Milenio (2000 - 2015) fueron:
8. fomentar una asociación mundial para el desarrollo. ("Objetivos de Desarrollo del Milenio", s. f. b,
https://bit.ly/2uL3fV4).
Se estableció un mecanismo de informes nacionales para que cada país pudiera reportar sus avances en cada
objetivo y se encomendó al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como organismo de la ONU
especializado en desarrollo, la tarea de acompañamiento, apoyo y asistencia a los países.
Al cabo de los 15 años definidos como horizonte para alcanzar estos objetivos, el informe de Naciones Unidas en el
año 2015 resaltaba que:
a nivel mundial, la cantidad de personas que viven en pobreza extrema se ha reducido en más de la
mitad;
la cantidad de personas de la clase media trabajadora que vive con más de 4 dólares por día se ha
triplicado entre 1991 y 2015;
el porcentaje de personas con nutrición insuficiente en las regiones en desarrollo cayó a casi la mitad
desde 1990;
la cantidad de niños en edad de recibir enseñanza primaria que no asistió a la escuela cayó a casi la
mitad a nivel mundial;
se han evitado más de 6,2 millones de muertes causadas por paludismo entre los años 2000 y 2015,
principalmente de niños menores de 5 años de edad en África subsahariana;
las nuevas infecciones del VIH disminuyeron en aproximadamente 40 % entre 2000 y 2013. ("Objetivos
de Desarrollo del Milenio", s. f. a, https://bit.ly/38S5ftr).
Con el cambio de siglo, en el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó los Objetivos
del Milenio (ODM), un compendio de 8 objetivos con pretensión de reflejar globalmente una hoja de ruta
para el progreso en todos los países.
Estos indicadores demuestran, como desarrollamos en el módulo anterior, un fuerte avance de la humanidad en
materia de desarrollo socioeconómico. Y eleva la vara de las expectativas, en virtud de hacer tangible mucho de lo
que podemos lograr si convergen de forma armónica los siguientes elementos: acuerdos globales, voluntad política
de los Gobiernos de cada país y eficacia en los instrumentos y políticas que se ponen en marcha para construir
sociedades más justas y desarrolladas. No obstante, el cumplimiento parcial de los objetivos conlleva sabor a poco,
teniendo en cuenta la actualización del cuadro de problemáticas globales que la ONU reconocía en el mismo año
2015:
Una de cada cinco personas en las regiones en desarrollo sigue viviendo con menos de U$$ 1,25 al día
(pobreza extrema).
El empleo vulnerable en el Sur representa el 56% de todo el empleo (10% en el Norte).
842 millones de personas sufren hambre crónica, y la mejora en la última década ha sido más lenta que
en los 90.
En 2013, 300.000 mujeres murieron por causas relacionadas con el embarazo o el parto, a pesar de que
contamos con los medios para evitar que mueran
748 millones de personas todavía utilizan fuentes de agua no apta para el consumo
En 2012, 863 millones de residentes urbanos vivían en tugurios (650 millones en 1990). (Gimeno, 2014,
https://bit.ly/2GC00C1).
Una lectura amplia y ecuánime de la experiencia de los ODM debiera permitirnos advertir que, a pesar del no
cumplimiento total de los objetivos establecidos, representó un gran avance en materia de acción articulada de los
países del mundo, resultados más que valiosos en varios de los objetivos (consideremos, si no, lo relevante que fue
bajar a la mitad los índices de mortalidad infantil) y generó el aprendizaje necesario para afrontar luego el proceso
de los ODS.
Comenzó un proceso de consultas globales a personas y entidades, basados en encuestas virtuales y presenciales,
paneles de expertos y consultas varias.
En julio de 2014, el Grupo de Trabajo Abierto de la Asamblea General (GTA) propuso un documento con
17 objetivos para su aprobación por la Asamblea General de septiembre de 2015. Dicho documento fijó
las pautas para la futura negociación y aprobación de los nuevos ODS y la agenda global de desarrollo
para el periodo 2015-2030. Finalmente, el 25 de septiembre de 2015, en el marco de la 70 edición de la
Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, todos los países del mundo adoptaron la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el documento marco que regirá las actividades para el
bienestar de las personas y el cuidado del planeta por los próximos 15 años. ("Objetivos de Desarrollo
del Milenio", s. f. b, https://bit.ly/2uL3fV4).
El cumplimiento parcial de los objetivos conlleva sabor a poco, teniendo en cuenta la actualización del
cuadro de problemáticas globales de la ONU.
LECCIÓN 2 de 4
Los 17 objetivos acordados en Naciones Unidades constituyen la apuesta más audaz de la historia en materia de
desarrollo económico, social y ambiental, respetuoso de los derechos de las generaciones futuras además de las
actuales. Y, como parte del signo de los tiempos, coincidieron con la aprobación también en 2015 del Acuerdo de
París en el marco de la Conferencia de Cambio Climático (COP21), como un conjunto de pautas y objetivos para que
cada país pueda encarar la reducción de gases de carbono y gestionar los riesgos del cambio climático.
Por primera vez en la historia, un mismo acuerdo de metas incluye tanto a países desarrollados como a los que
están en vías de desarrollo, lo que genera una enorme potencia y legitimidad para la acción colectiva a escala
global. Tres dimensiones fueron adoptadas de forma prioritaria para establecer y acordar los objetivos globales:
crecimiento económico, inclusión social y protección del medio ambiente. Muy en línea con el concepto de Triple
Impacto, que estudiamos en el módulo anterior, se ha erigido en el corazón de las llamadas nuevas economías en
auge en el mundo actual. A continuación, presentamos los 17 ODS vigentes:
Objetivo 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Objetivo 5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Objetivo 7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.
Objetivo 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes
y sostenibles.
Objetivo 14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos
para el desarrollo sostenible.
Objetivo 15. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar
los bosques de forma sostenible, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de
las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica.
Objetivo 16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso
a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
Objetivo 17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo
Sostenible. ("Objetivos de Desarrollo del Milenio", s. f. b, https://bit.ly/2uL3fV4).
UNESCO en español. (26 de enero de 2017). Los objetivos de Desarrollo Sostenible - qué soy y cómo alcanzarlos. [YouTube] Recuperado de https://bit.ly/2GTe3Dus
Al ser objetivos emanados de un acuerdo internacional de países que conservan su soberanía nacional, no se
traducen en una obligación jurídica para estos. Se trata sí de un compromiso formal, tomado voluntariamente por
cada país, con el fin de construir un mundo mejor para los próximos 15 años. En este marco, cada país define su
modelo de organización y su conjunto de programas y políticas para avanzar en la Agenda de Desarrollo Sostenible
dentro de su propio territorio, con la responsabilidad de informar a la ONU acerca de la ejecución y cumplimiento de
los distintos objetivos. Y, en cascada hacia abajo, cada organización, empresa o entidad puede hacer lo propio para
protagonizar los esfuerzos de la construcción de un mundo mejor.
A partir de los 17 ODS se definieron 169 metas intermedias y más de 300 indicadores para medir el avance de los
objetivos en los distintos países. Un comité técnico ha trabajado en ello, en relación directa a las oficinas de
estadísticas y responsables gubernamentales de cada país, bajo la premisa de desarrollar capacidades propias de
cada país para gestionar el proceso y garantizar la calidad de los datos de avance. Se han previsto mecanismos de
financiamiento internacional para que los países puedan recurrir en apoyo a sus implementaciones e informes
anuales que emite el secretario general de la ONU con el panorama global de avance.
A- Un compromiso obligatorio para todos los países y organizaciones del mundo que firmaron el
Acuerdo.
B- Una política global acordada por las grandes potencias y trasladada a todos los países para organizar
la salvación de la humanidad.
C- Un acuerdo de metas globales entre países desarrollados y en desarrollo, con horizonte 2030 y
aplicación soberana de cada país.
D- Un marco de sugerencias para el desarrollo económico y social de los países con objetivos opcionales
y específicos.
SUBMIT
Cerrando la década actual y a punto de comenzar el año 2020, el secretario general de la ONU, el portugués Antonio
Guterres, hizo un enfático llamado a redoblar los esfuerzos de todos los países para hacer realidad una década de
grandes logros que nos permita llegar al cumplimiento de tan ambiciosos objetivos en el año 2030. Esta acción
fortalecida para la década que viene tiene tres niveles:
Se han previsto mecanismos de financiamiento internacional para que los países puedan recurrir en
apoyo a sus implementaciones e informes anuales que emite el secretario general de la ONU con el
panorama global de avance.
En síntesis, el mundo es un lugar mejor para la gran mayoría de las personas ahora que hace 10, 20 o 30 años atrás,
pero la magnitud e impacto de los problemas que aún tenemos como civilización requieren una acción más intensa
y eficaz de escala global si queremos sostener el progreso y preservar el planeta.
Para ser claros: el cambio climático es la mayor amenaza de la historia para la salud de las personas. Se prevé que
las inundaciones se dupliquen en las grandes ciudades para el año 2050 y que 4000 millones de personas sufran
problemas de acceso al agua. Se duplicarán las muertes por aire contaminado en ciudades de países en desarrollo.
680 millones de personas integrarán poblaciones expuestas a huracanes frecuentes y más de 1000 millones
sufrirán olas de calor (mientras que en 2015 solo fueron 175 millones). Habrá, en 2050, más kilos de plástico que
peces en el mar, con el enorme impacto que ello tiene para la fuente marítima de alimentación de las personas, todo
lo cual se agrava aún más si consideramos el impacto negativo del calentamiento global en los rendimientos
agrícolas y la necesidad de aumentar alrededor de un 70 % la producción de alimentos para sostener a 9000
millones de personas que seremos en 2050. ("The 2019 report of The Lancet Countdown on health and climate
change", 2019, https://bit.ly/2u4Ork3).
Todo esto y mucho más otorgan sentido de urgencia a la Agenda de Desarrollo Sostenible que se ha logrado edificar
y la capacidad de ejecución de políticas y logro de metas que los países pueden y deben conseguir en la década que
se inicia. En palabras del secretario general de la ONU:
En los cuatro años que han transcurrido desde que se adoptaron se han realizado avances. La pobreza
extrema y la mortalidad infantil están disminuyendo, a la vez que mejora el acceso a la energía y a
trabajos decentes. No obstante, en términos generales, estamos lejos de alcanzar lo que acordamos. El
hambre está aumentando, la mitad de la población mundial carece de educación básica y servicios
esenciales de salud, y las mujeres se encuentran en situación de discriminación y desventaja en todas
partes. (Guterres, s. f., https://bit.ly/2OcjotM).
Hemos comentado que una de las principales riquezas de los ODS ha sido la arquitectura de acuerdo global junto
con el diseño de mecanismos para que todos los países puedan desarrollar sus propios planes de acción y reportar
avances en el cumplimiento de objetivos. Y, por supuesto, el movimiento que se ha generado en cascada hacia
abajo con instituciones y personas que hacen lo propio. El Estado argentino, a través de su Gobierno nacional, ha
dispuesto el abordaje de los ODS mediante un mecanismo institucional liderado por el Consejo Nacional de
Coordinación de Políticas Sociales, que reúne la información, concreta los planes y ejecuta los procesos de
recolección de los datos de avance en el cumplimiento de los proyectos. Todo ello puede verse en
www.odsargentina.gob.ar
En este marco, es sumamente interesante considerar el caso de una de las empresas argentinas de mayor impacto,
como es Arcor, cuyos directivos han decidido, hace varios años ya, construir y ejecutar una ambiciosa estrategia
para apoyar los ODS desde el radio de acción de la compañía. Concretamente, en el año 2016 Arcor decide vincular
y adaptar su estrategia corporativa de sustentabilidad a los ODS, entendiendo que estos conforman el mejor marco
de acción para aportar a la construcción de un mundo sostenible y justo.
Luego de participar activamente de instancias de deliberación y análisis promovidas por el Gobierno argentino y
organismos internacionales, la compañía decidió construir una estrategia de acción que pudiera impactar sobre los
17 ODS a través de toda la cadena de valor de esta, es decir, sin limitarse a su radio inmediato de acción, puertas
adentro de la empresa. La estrategia definida dispone de planes y criterios de acción concretos sobre 46 de las 169
metas que emanan de los 17 ODS. Y especialmente una acción preferencial sobre 2 de los ODS en los que la
compañía entiende que puede realizar una especial contribución:
De las 820 iniciativas que, por ejemplo, la empresa puso en marcha en 2017 en su estrategia de
sustentabilidad, el 37 % de ellas han estado orientadas al objetivo de promover el crecimiento
económico y el trabajo decente en toda la cadena de valor de la compañía.
El informe presentado a fines de 2019 sobre el estado de cumplimiento de los ODS en el mundo, realizado por la
ONU, ha dejado una conclusión clara y rotunda: no alcanza lo que estamos haciendo y logrando para llegar al año
2030 con posibilidades de alcanzar los objetivos acordados. Es mucho lo que se ha logrado, pero, si los líderes
mundiales no consiguen motorizar políticas y proyectos más agresivos e innovadores, será imposible lograr éxito en
una agenda global tan ambiciosa.
Dos son los frentes donde aparecen mayores alertas en cuanto a los pendientes para el logro de objetivos 2030:
Cambio climático: materia en la que el mundo ha tenido retrocesos en los últimos años respecto al
enorme avance que significó el Acuerdo de París en 2015 (recordemos que el presidente Trump decidió
retirar a USA del este pocos años después de semejante hito). El calentamiento global puede aumentar
1,5 centígrados en las próximas décadas si no se multiplican ya mismo las reducciones de emisiones
de gases de efecto invernadero.
Aumento de desigualdades dentro y entre países (tema que hemos tratado en profundidad en el
módulo anterior). Pobreza, hambre y enfermedades se concentran en grupos de personas de países
más vulnerables. (Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2019, 2019, https://bit.ly/2vvrg2M).
A partir de dichas alertas generales, repasemos a continuación algunas notas destacadas del avance en el
cumplimiento de cada ODS:
El mundo sigue avanzando en bajar la pobreza, pero no a la velocidad que se requiere para eliminarla
en el año 2030. Cerca de 1000 millones de personas han salido de la pobreza en los últimos 25 años,
pero, si la tendencia actual se mantiene, el año 2030 nos encontrara con un 6 % aún de pobres en el
mundo. El informe en cuestión muestra un 8.6 % de pobreza en 2018, pero el ritmo de reducción es
decreciente, como se observa en el grafico a continuación. Este dato tiene un pico en África
subsahariana, donde el 38 % sigue siendo pobre y donde un tercio de los trabajadores siguen viviendo
con menos de U$$ 1.90 al día. Haciendo zoom por edades, es tremendo aun registrar que 1 de cada 5
niños del mundo vive en situación de pobreza, con el enorme impacto que tiene dicha situación para
el desarrollo futuro de las personas.
Figura 1: Porcentaje de pobreza
Por otra parte, el 45 % de las personas tienen al menos una prestación social en efectivo por parte del Estado,
mientras que el 55 % carece de cualquiera de ellas. Solo 68 % de adultos mayores perciben una jubilación, 22 % de
desempleados un seguro de desempleo y 28 % de discapacitados una prestación por tal situación.
A pesar de los progresos en los últimos años, a partir del 2014 se registra un cambio de tendencia con
un aumento del hambre en el mundo, al mismo tiempo que también crece su contracara, la obesidad,
que es producto de la mala nutrición. Se estima que 821 millones de personas tienen una nutrición
insuficiente, la misma cantidad que en el año 2010. Es decir, un 11 % de la población mundial sigue en
zona de hambre, ratio que se multiplica al 23 % en África subsahariana.
En este campo ha habido progresos muy relevantes: han bajado las tasas de mortalidad materna e
infantil; ha aumentado la esperanza de vida de las personas y ha avanzado la lucha contra
enfermedades infecciosas. Pero en otras, como el paludismo y la tuberculosis, el progreso se ha
estancado. Quizás lo más grave y desafiante para revertir es que la mitad de la población mundial
carece de servicios esenciales de salud y muchas personas, tanto en países ricos como en pobres,
pueden caer fácilmente en bancarrota o en pobreza si sufren emergencias sanitarias. La cobertura
sanitaria universal y la financiación sostenible de los servicios de salud siguen siendo un ideal aún
difícil de alcanzar.
Los niveles de competencias mínimos en Lengua y Matemáticas siguen siendo algo inalcanzable
para más de la mitad de los niños del mundo. La enseñanza en primera infancia es fundamental,
según la evidencia científica, para la capacidad de aprendizaje posterior de los niños, sin embargo, el
progreso logrado en ese campo muestra que solo un 69 % de los niños del mundo menores a 5 años
acceden a esta formación inicial, bajando hasta el 43 % en los países más atrasados. En los niños de
entre 6 y 17 años, todavía existen 262 millones que no asisten a la escuela (un quinto de la población
mundial de ese grupo etario). Y 750 millones de adultos (2 tercios mujeres) siguen siendo analfabetos
aún (la gran mayoría en los continentes de África y Asia).
No hay dudas de que el mundo es un lugar mucho mejor para las mujeres que en el pasado. No
obstante, hay mucho por lograr en este campo. Por ejemplo, en 2018 el 18 % de niñas y mujeres de
entre 15 y 49 años ha sufrido alguna vez violencia física o sexual de parte de su pareja. Es
esperanzador reconocer que el matrimonio con niñas ha disminuido un 40 % desde el año 2000.
Las mujeres siguen dedicando un triple del tiempo que los hombres en cuidado y trabajo doméstico
no remunerado, lo cual afecta fuertemente su tiempo para el trabajo remunerado, el aprendizaje y el
ocio. Todo esto refuerza su condición de desventaja socioeconómica. En materia de participación y
liderazgo, la presencia de las mujeres viene creciendo hace varios años, aunque aún siguen siendo
porciones muy minoritarias respecto a los hombres, por ejemplo, 24 % promedio en instituciones
legislativas del mundo o un 27 % en cargos directivos de empresas. Finalmente, si bien crecen los
países con normativas y presupuestos asignados para fortalecer la igualdad de género, la ejecución
de programas y políticas a tal fin sigue siendo un tema muy deficitario en la mayoría de los países.
El 71 % de la población mundial dispone ya de agua potable gestionada, frente al 61 % que lo tenía en
2010. La contracara es que aún 785 millones de personas en el mundo carecen de niveles mínimos
de potabilidad en el agua disponible para sus vidas. En general, el agua configura un enorme
problema de escala global; en el último siglo, su consumo aumentó el doble que el crecimiento
demográfico. 2000 millones de personas viven en países con estrés por escasez de agua y 4000
millones sufren escasez de ella al menos una vez al año.
7 Garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos
El valor agregado que los países logran incorporar en la producción de manufacturas ha aumentado
(15.9 % en 2008 a 16.5 % en 2018), pero está muy lejos del objetivo de duplicar ese ratio para el año
2030. Es muy positivo registrar que crece la proporción de actividades intensivas en tecnologías de
vanguardia en este indicador de valor agregado industrial (40.5 % del total en el año 2000 a 44.6 % en
año 2016), dado que significa que crece la economía del conocimiento basada en nuevas tecnologías,
pero en África dicho indicador solo representa un 14.5 % del total.
Por otra parte, solo un 31 % de las pymes industriales o de servicios accede al crédito indispensable
para crecer y crear empleo, con fuertes disparidades regionales en el mundo. Algo similar sucede con
la inversión y desarrollo como porcentaje del PBI, dado que, si bien ha crecido (1.52 % en el 2000
frente a 1.68 % en el 2016), existen enormes disparidades en el mundo que solo perpetúan la
distancia entre los países más avanzados y los menos.
Fiel a las dinámicas del mercado de trabajo que hemos visto en el módulo anterior, los datos
reportados en este Informe muestran que la proporción del ingreso nacional de los países que se
destina a remunerar el trabajo de las personas viene cayendo desde año 2004, cuando registró un 54
% al 51.7 %, promedio mundial en 2017.
11 Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y
sostenibles
El número de personas con acceso al transporte público (clave para la inclusión social, la actividad
económica y la mejora del ambiente) ha crecido un 20 % en el mundo entre 2011 y 2014, pero aún en
2018 solo el 53 % de la población mundial tiene acceso conveniente a él. Es enorme lo que resta
avanzar en la materia. La calidad del aire empeoro para el 50 % de la población mundial en las
ciudades entre 2010 y 2016. Y solo un 31 % de ella vive cerca de espacios verdes abiertos. Nueve de
cada diez personas de población urbana respiran aire más contaminado y más del 90 % de las
muertes que esto ocasiona se producen en países de ingresos bajos y medios.
Es el objetivo más impactante para la supervivencia humana sin dudas. La temperatura media de
2018 superó en 1 grado la de la época preindustrial y será muy difícil cumplir el objetivo de limitarlo a
1.5 grados, dado que los últimos 4 años fueron de los de registros más cálidos en la historia.
Si bien el financiamiento para aplicar a proyectos verdes, y muchos países han comenzado a formular
sus planes nacionales de adaptación (PNAD, organizados en el Acuerdo de París del 2015) para
reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático, todas las evidencias indican que vamos
demasiado lento para llegar al año 2030 con los objetivos establecidos y que se hace cada vez más
difícil lograr acuerdos concretos y ejecutables entre los países para revertir esta situación.
14 Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el
desarrollo sostenible
Los océanos constituyen el ecosistema más grande del planeta, proporcionan alimentos y medios de
vida para millones de personas y generan la mitad del oxígeno que respiramos. Décadas de aumento
de emisiones de carbono han generado acumulación de calor en ellos, haciéndolos más ácidos y
menos capaces de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera.
Los países están trabajando fuerte en la reducción de los contaminantes terrestres sobre las costas:
104 de 220 zonas costeras han mejorado la calidad de sus aguas entre 2010 y 2018. También se ha
avanzado en las zonas marítimas protegidas de cada país: 17 % de las aguas de los países están bajo
dicha condición, el doble que en el año 2010. También se ha logrado detener la caída de la población
de peces sostenible, que había pasado del 90 % en 1974 al 67 % en 2015, donde se ha estabilizado.
Ahora es necesario afrontar con éxito la recreación de peces en el mundo. Siempre, números con
muchas disparidades por regiones, según se muestra en grafico a continuación.
La diversidad biológica en la Tierra está decreciendo a un ritmo superior a cualquier otro momento en
la historia. Agricultura insostenible, desforestación y cambio climático explican este fenómeno. La
extinción de especies ha empeorado un 10 % en los últimos 25 años. Entre 2000 y 2015 el 20 % de la
superficie mundial de tierra se ha visto degradada. Los países han reaccionado fortaleciendo las
Áreas Claves de Biodiversidad (ACB), que aumentaron 10 puntos entre 2000 y 2010, pero este ritmo
se ha desacelerado en los últimos años, y ha arrojado una ampliación de 3 puntos solamente en
2018. A este ritmo, solo el 50 % de las Áreas Claves de Biodiversidad estarán debidamente protegidas
en 2030.
En materia de bosques, la tasa neta anual de pérdida entre 2010 y 2015 ha sido un 25 % menor que la
registrada entre 2000 y 2005. Los planes forestales de los países han logrado ralentizar la pérdida de
bosques (30.7 % de la superficie total de la Tierra frente al 31.1 % que representaban en el año 2000),
pero nuevamente esto no alcanza para las metas del 2030.
El conflicto y todas las formas de violencia son afrentas al desarrollo sostenible. La tasa de
homicidios se mantiene estable en el mundo (6 de cada 100 000 personas en 2017). Solo 97 países
del mundo informan datos sobre la trata de personas y así y todo se registra un aumento de 256
casos en 2016 frente a 150 en 2010. Solo 73 % de los niños que nacen en el mundo son debidamente
registrados, por ende, más de un cuarto son privados del derecho humano de identidad. 123 países
reportan datos acerca de sus marcos legales de protección de derechos humanos, pero solo el 39 %
de ellos ha logrado un cumplimiento del estándar internacional de Instituciones nacionales de
Derechos Humanos (INDH) en 2018, un 3 % más que en 2015.
17 Fortalecer los medios de implementación y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo
Sostenible
El financiamiento de ayudas para el Desarrollo Sostenible (AOD) ha crecido hasta llegar a los U$$ 149
mil millones en 2018, pero no llegan a cubrir todas las necesidades de los países menos
desarrollados. Es fundamental avanzar en la movilización de recursos internos de cada país para el
cumplimiento de los ODS, pero el porcentaje promedio del gasto público de los países que se logra
financiar con impuestos internos ha disminuido del 64.5 % en 2005 al 62.3 % en 2017. Y, finalmente,
129 países han logrado organizar un sistema estadístico nacional (clave para el seguimiento de los
ODS) en 2018, frente a 102 en 2017, aunque muchos de ellos lo hacen con fuertes dificultades de
financiamiento y calidad (en África especialmente). (Informe de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2019, 2019, https://bit.ly/2vvrg2M)
Esta es la Agenda de Desarrollo Sostenible que los países del mundo se han dado de cara a 2030 y el estado general
de avance en los distintos objetivos acordados. En líneas generales, es evidente que la inteligencia y voluntad
colectiva han generado importantes avances en esos temas comunes que la humanidad debe afrontar, pero no es
menos cierto que el tiempo corre y los resultados logrados hasta el momento no son suficientes. Mas aun, en
muchos de los objetivos se advierte cierta desaceleración de los logros que se tuvieron en los primeros años del
siglo, especialmente en todo el capítulo referido al cambio climático, lo cual llena de alarmas sobre las posibilidades
reales de que logremos construir un futuro sostenible para todos en el planeta Tierra, antes de que sea tarde. Como
veremos en las próximas lecturas del módulo, toda la energía, innovación, recursos y capacidad de liderazgo
mundial deben estar puestos a disposición de un nuevo salto cualitativo que nos permita llegar al año 2030 con
objetivos cumplidos.
El avance de resultados actual en materia de ODS, bajo una mirada global en el mundo y de acuerdo con el Informe de Naciones
A- Se han logrado avances significativos en muchos objetivos, pero estos se están desacelerando en los
últimos años y algunos de ellos exhiben una alerta muy importante que nos pone muy lejos de los logros
esperados para el 2030;
SUBMIT
El último Reporte de sustentabilidad, en el marco de su estrategia de acción alineada con los ODS, que la empresa
Arcor tiene publicado en su sitio web es el correspondiente al año 2018. Es muy ambiciosa la estrategia de la
empresa en la materia, con impacto en toda la cadena de valor y múltiples metas e indicadores que se deben seguir,
lo cual requiere un esfuerzo operacional de recursos y tiempo realmente significativos.
Los principales hitos que emanan de dicho Informe, que se adjunta como documento, son:
138 empleados incorporados a través del Programa de Jóvenes Emprendedores y 770 jóvenes en el Programa de Vinculación
con Escuelas Técnicas.
10 años de la Universidad Arcor: 5883 usuarios registrados y 7600 horas impartidas de formación.
98 % del agua utilizada para producción es de captación propia (57 % subterránea y 41 % superficial).
40 % de reducción total de consumo de agua en las plantas Brasil y 8.7 % de reducción en consumo de agua por tonelada
producida en plantas de agronegocios.
- Eficiencia energética y cambio climático:
–
Logística eficiente: ahorro de 2691 viajes, 1 031 000 kilómetros y 393 000 litros de combustible.
Estos y otros temas del Reporte de sustentabilidad de la compañía demuestran la efectividad del compromiso
corporativo para contribuir a un mundo mejor y más sostenible para futuras generaciones, en el marco de los ODS.
Por primera vez en la historia de la humanidad, la acción concertada en el marco de las Naciones Unidas lograr
permear hacia abajo y llega a todo tipo de organizaciones, entidades y personas. Si bien los resultados parciales
actuales muestran que no estamos llegando a los objetivos del año 2030, ejemplos como el de Arcor son para
celebrar y multiplicar. Solo un camino de mayor alcance y proyectos concretos de múltiples actores harán que
podamos celebrar el logro de un presente más justo y progresista y la consolidación de las bases para un largo
futuro de la humanidad sobre la Tierra.
LECCIÓN 4 de 4
Referencias
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